Descargar de la hemeroteca el nº 265
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Año XXVI - Nº 265 - Julio-Agosto 2011 REVISTA DE MÚSICA Año XXVI - Nº 265 - Julio-Agosto 2011 - 7 € DOSIER Tomás Luis de Victoria ENCUENTROS Nathalie Stutzmann ACTUALIDAD Sylvain Cambreling Leonard Bernstein DISCOS Javier Perianes REFERENCIAS Tapiola de Sibelius UNIVERSO BARROCO Auditorio Nacional de Música Sala Sinfónica Ópera + 1. ENSEMBLE MATHEUS JEAN-CHRISTOPHE SPINOSI, director Domingo 30/10/11 18:00h Antonio Vivaldi: Orlando Furioso 2. CAPELLA REIAL DE CATALUNYA / HESPERION XXI JORDI SAVALL, director Jueves 17/11/11 19:30h La dinastía Borgia: Iglesia y Poder en el Renacimiento 3. EL CONCIERTO ESPAÑOL EMILIO MORENO, director Lunes 13/02/12 19:30h José de Nebra: Ifigenia en Tracia 4. IL COMPLESSO BAROCCO ALAN CURTIS, director Domingo 04/03/12 18:00h Georg Friedrich Haendel: Ariodante 5. GABRIELI CONSORT PAUL MCCREESH, director Miércoles 20/06/12 19:30h Henry Purcell: La reina de las hadas Abonos Sala Sínfónica Abono general: Zona A: 120€ Zona B: 96€ Zona C: 72€ Zona D: 48€ Abono joven (hasta 26 años): 25€ Abonos Sala de Cámara Abono general: Zona A: 96€ Zona B: 64€ Abono joven (hasta 26 años): Zona A: 48€ Zona B: 32€ Sala de Cámara 1. ACCADEMIA DEL PIACERE ARCÁNGEL, cantaor Miércoles 19/10/11 19:30h Las idas y las vueltas: músicas mestizas 2. LA PETITE BANDE SIGISWALD KUIJKEN, director Martes 20/12/11 19:30h Historia de la Navidad Obras de Heinrich Schütz, Dietrich Becker y Kaspar Förster 3. LOS MÚSICOS DE SU ALTEZA LUIS ANTONIO GONZÁLEZ, director Jueves 19/01/12 19:30h José de Nebra: Amor aumenta el valor 4. IL GIARDINO ARMONICO GIOVANNI ANTONINI, flautino, chalumeau y dirección Miércoles 01/02/12 19:30h Obras de Georg Philipp Telemann, Johann Sebastian Bach, Georg Friedrich Haendel y Antonio Vivaldi Venta de abonos a partir del 21 de junio en las taquillas del Auditorio Nacional de Música y en la web www.cndm.mcu.es 5. TREVOR PINNOCK Lunes 12/03/12 19:30h Obras de Antonio de Cabezón, William Byrd, Thomas Tallis, John Bull, Girolamo Frescobaldi, Johann Sebastian Bach, Georg Friedrich Haendel, Antonio Soler y Domenico Scarlatti 6. ORQUESTA BARROCA DE SEVILLA CHRISTOPHE COIN, violonchelo y dirección Viernes 30/03/12 19:30h Obras de Franz Joseph Haydn, Luigi Boccherini y Caetano Brunetti 7. EUROPA GALANTE FABIO BIONDI, violín y dirección Jueves 03/05/12 19:30h Obras de Arcangelo Corelli, François Couperin, José Herrando, Francisco José de Castro y Antonio Vivaldi 8. AL AYRE ESPAÑOL EDUARDO LÓPEZ BANZO, director MARÍA ESPADA, soprano CARLOS MENA, contratenor Viernes 25/05/12 19:30h Obras de Johann Sebastian Bach y José de Torres Pantone 186c cmyk 100/81/0/4 www.cndm.mcu.es pantone: 258C | cmyk 42/84/5/1 pantone: 144C | cmyk 0/50/100/0 BARROCOschOk.indd 1 16/06/11 18:58 265-Pliego 1 22/6/11 13:20 Página 1 AÑO XXVI - Nº 265 - Julio-Agosto 2011 - 7 € OPINIÓN CON NOMBRE PROPIO 2 6 Sylvain Cambreling 8 Leonard Bernstein Perfiles de un retrato desdibujado Alfonso de Vicente Bruno Serrou Beatriz C. Montes AGENDA 16 ACTUALIDAD NACIONAL 36 52 Harry Christophers y Martyn Imrie108 Tradiciones interpretativas Tess Knighton Nathalie Stutzmann Rafael Banús Irusta El futuro de la ópera: del 3D a la cantera Juanjo Mena Patrick Alfaya Luis Suñén EDUCACIÓN Joan-Albert Serra 59 SCHERZO DISCOS 112 ESTUDIO ENTREVISTA Discos del mes 110 ENCUENTROS ACTUALIDAD INTERNACIONAL 58 104 La música y su interpretación David Rodríguez Cerdán 10 100 Lecturas de Victoria en España y Europa 116 118 JAZZ Pablo Sanz Sumario LIBROS LA GUÍA CONTRAPUNTO DOSIER Tómas Luis de Victoria, 1611-2011 99 Norman Lebrecht Colaboran en este número: 120 122 124 128 Patrick Alfaya, Daniel Álvarez Vázquez, Julio Andrade Malde, Rafael Banús Irusta, Emili Blasco, Alfredo Brotons Muñoz, José Antonio Cantón, Harry Christophers, Jacobo Cortines, Patrick Dillon, José Luis Fernández, Fernando Fraga, Germán Gan Quesada, José Antonio García y García, Juan García-Rico, José Guerrero Martín, Fernando Herrero, Martin Hoffmeister, Bernd Hoppe, Martyn Imrie, Tess Knighton, Paul Korenhof, Joachim Lange, Antonio Lasierra, Norman Lebrecht, Alfonso Lombana, Fiona Maddocks, Bernardo Mariano, David Martí Garcés, Santiago Martín Bermúdez, Joaquín Martín de Sagarmínaga, Enrique Martínez Miura, Blas Matamoro, Erna Metdepennighen, Beatriz C. Montes, Juan Carlos Moreno, Antonio Muñoz Molina, Rafael Ortega Basagoiti, Javier Palacio, Josep Pascual, Enrique Pérez Adrián, Javier Pérez Senz, Paolo Petazzi, Víctor Pliego de Andrés. Pablo del Pozo, Francisco Ramos, Barbara Röder, Elisa Rapado Jambrina, Arturo Reverter, David Rodríguez Cerdán, Leopoldo Rojas O’Donnell. Justo Romero, Ignacio Sánchez Quirós, María Santacecilia, Pablo Sanz, Bruno Serrou, Franco Soda, Christian Springer, Luis Suñén, José Luis Téllez, Asier Vallejo Ugarte, Claire Vaquero Williams, Pablo J. Vayón, Juan Manuel Viana, Alfonso de Vicente, José Luis Vidal, Albert Vilardell, Carlos Vílchez Negrín, Reinmar Wagner. Traducciones: Rafael Banús Irusta y Blas Matamoro (alemán) - Enrique Martínez Miura (italiano) - Barbara McShane (inglés) Amparo Molero (portugués) - Juan Manuel Viana (francés) Impreso en papel 100% libre de cloro PRECIO DE LA SUSCRIPCIÓN: por un año (11 Números) España (incluido Canarias) 70 €. Europa: 105 €. EE.UU y Canadá 120 €. Méjico, América Central y del Sur 125 €. Esta revista es miembro de ARCE, Asociación de Revistas Culturales de España, y de CEDRO, Centro Español de Derechos Reprográficos. SCHERZO es una publicación de carácter plural y no pertenece ni está adscrita a ningún organismo público ni privado. La dirección respeta la libertad de expresión de sus colaboradores. Los textos firmados son de exclusiva responsabilidad de los firmantes, no siendo por tanto opinión oficial de la revista. Esta revista ha recibido una ayuda de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas de Ministerio de Cultura para su difusión en bibliotecas, centros culturales y universidades de España, para la totalidad de los números del año. 1 265-Pliego 1 22/6/11 11:27 Página 2 OPINIÓN OPINIÓN EDITORIAL 2 TIEMPO DE RECORTES T odos sabemos que en España la cultura está sometida a los avatares de la política, que todavía los cambios implican igualmente nuevas direcciones incluso para actividades bien encaminadas, que cumplen su función adecuadamente y que tratan de que su trabajo revierta en la sociedad. Pero también sabemos que aunque la cultura no se haga con intangibles —hace falta dinero—, su efecto puede parecer que lo fuera. Es decir, sólo se advierte en las ganas del personal porque se le dé más si le ha gustado, la buena educación ciudadana o el incremento del gusto de los jóvenes por la lectura, la música o las exposiciones. Nuestro sistema se basa en la subvención, en destinar una parte de los presupuestos generales del Estado o de las autonomías o de los municipios a fomentar la cultura. El otro modelo es el que se desarrolla en Norteamérica desde siempre y consiste en involucrar al capital privado y del propio público en función del interés de lo que se le ofrece o, precisamente, para que lo que se le ofrece sea de su interés. Llegados al momento de crisis generalizada que vivimos por todas partes, cualquiera de los dos modelos presenta con evidencia sus ventajas y sus inconvenientes y ambos confluyen en el mismo punto, en ese que reconoce que las circunstancias son más duras que nunca. En España vienen — y vendrán más aún tras las elecciones generales— recortes que seguramente afecten a programaciones culturales tanto en la contratación como en la promoción de las mismas. Y esos recortes pudieran poner en dificultades a programadores, promotores e informadores. En Norteamérica hay orquestas que han debido cerrar o bien reducir sus presupuestos, y las hay que hasta se declaran en bancarrota como único y paradójico modo legal de recuperación económica, como ha sucedido en Filadelfia. Es interesante recalcarlo porque es un modelo que también se defiende desde este lado del charco. Habiendo quien opina que si la sociedad no quiere a la música ésta debe, simplemente, cesar, o mantenerse tan sólo en los escasísimos ciclos que no reciben subvención alguna, siempre, llegados a este punto, acabamos apelando a la imaginación como último recurso para atraer a un público que debiera ser siempre el objeto de cualquier política cultural, pues es quien la paga entre nosotros… además de pagar otras cosas que redundan mucho menos en su beneficio. No hemos sido capaces de hacer un país en el que la gente se implique seriamente en la cultura de su comunidad, esté dispuesta a pagarla, a ayudar a quienes le hacen feliz, en este caso, con la música. Y ahí habría que hacer algo para que lo mejor del modelo norteamericano —la presencia de la comunidad en la cultura— no trajera consigo lo peor —el conservadurismo de muchas programaciones impuesto por sus financiadores, el sometimiento a los ciclos económicos, a las crisis que van y vienen. Quizá sea pensar en la cuadratura del círculo y por eso puede resultar bien práctico, por ejemplo, mostrarle al público de siempre, y mucho más al nuevo, que la música no muerde y que tienen derecho a pedirla desde el momento en que se gestiona públicamente. En ese sentido, la idea de dedicar un día entero a la música en Madrid —el Sólo Música organizado por el CNDM en el Auditorio Nacional—, sin acomplejar a nadie, sin agredir ni al veterano ni al novel, con eclecticismo y naturalidad, sin que el concierto sea lo más parecido a un examen para recién llegados o a una ceremonia para iniciados, parece un camino excelente, en la línea del ya tradicional del Musika-Música bilbaíno. Y luego, claro, está la necesidad de colaboración entre las administraciones, el procurar que la demagogia no sustituya al rigor, que se gaste con criterio, que se gestione adecuadamente, todo eso que cabe pedir a unos políticos que, entre otras cosas, deberán administrar con criterio esos recortes que, al margen de unas u otras teorías sobre su pertinencia, llevan tiempo cayendo… y lo que te rondaré. 265-Pliego 1 22/6/11 11:27 Página 3 OPINIÓN La música extremada ALEGRÍA INCOMPLETA Diseño de portada Argonauta Foto portada: Susssie Ahlburg Edita: SCHERZO EDITORIAL S.L. C/Cartagena, 10. 1º C 28028 MADRID Teléfono: 913 567 622 FAX: 917 261 864 Internet: www.scherzo.es E mail: Redacción: redaccion@scherzo.es Administración: revista@scherzo.es Presidente: Santiago Martín Bermúdez JOEL GRAY REVISTA DE MÚSICA Director: Luis Suñén Redactor Jefe: Enrique Martínez Miura Edición: Arantza Quintanilla Maquetación: Iván Pascual Secciones Discos: Luis Suñén Educación: Pedro Sarmiento Jazz: Pablo Sanz Libros: Enrique Martínez Miura Consejo de Dirección: Manuel García Franco, Santiago Martín Bermúdez, Barbara McShane, Enrique Pérez Adrián, Pablo Queipo de Llano Ocaña, Arturo Reverter Departamento Económico: José Antonio Andújar Departamento de publicidad Cristina García-Ramos (coordinación) cristinaramos@scherzo.es Magdalena Manzanares magdalena@scherzo.es Relaciones externas: Barbara McShane Suscripciones y distribución: Choni Herrera suscripciones@scherzo.es Colaboradores: Cristina García-Ramos Impresión GRÁFICAS AGA Depósito Legal: M-41822-1985 ISSN: 0213-4802 Scherzo Editorial, S. L. , a los efectos previstos en el artículo 32.1, párrafo segundo del vigente TRLPI, se opone expresamente a que cualquiera de las páginas de Scherzo-Revista de música, o partes de ellas , sean utilizadas para la realización de resúmenes de prensa. Cualquier acto de explotación (reproducción, distribución, comunicación pública, puesta a disposición, etc.) de la totalidad o parte de las páginas de ScherzoRevista de música, precisará de la oportuna autorización, que será concedida por CEDRO mediante licencia dentro de los límites establecidos en ella. © Scherzo Editorial S.L. Reservados todos los derechos. Se prohíbe la reproducción total o parcial por ningún medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopias, grabados, o cualquier otro sistema, de los artículos aparecidos en esta publicación sin la autorización expresa por escrito del titular del Copyright. E l gran musical norteamericano es sin duda una de las más puras formas de alegría que se han inventado. Quizás por eso molesta más la trampa tecnológica de la que ya no prescinde nunca, la amplificación del sonido. En el teatro Sondheim de Nueva York puede verse ahora el montaje de Anything Goes que se estrenó en Londres en 2005, con sus lujosos lacados art-déco y una abrumadora puesta en escena que igual lo seduce a uno con dúos o solos en los que reviven con su fuerza intacta algunas de las mejores canciones que compuso Cole Porter que con formidables escenas de conjunto en las que el corazón vibra de alegría con los ritmos del tap dance. Desde un anfiteatro se ve el foso de la orquesta y se distingue la gorra de capitán de transatlántico que le han puesto al director, pero el sonido de esa orquesta no llega a los oídos: lo que llega es una amalgama acústica con chirridos y reverberaciones en la que los timbres individuales de los instrumentos desaparecen como los ingredientes en un guiso demasiado hecho. Y las voces, las hermosas voces del musical, las de sus inmemoriales arquetipos —la joven ingenua, el galán, la mujer desengañada y experta, el pícaro, la dama pomposa, el rico sinvergüenza— acaban todas adquiriendo una desagradable consistencia metálica. No quiero decir que uno no disfrute: desde los primeros compases de la obertura la delicada ligereza de Cole Porter, su romanticismo irónico, su cinismo sabio, entre amargo y complaciente, su exploración sin complejos de la trivialidad y el pastiche, nos vuelven a ganar incondicionalmente, y las mismas canciones que hemos oído mil veces, con esas rimas que nunca dejarán de parecer chocantes, cobran ahora un relieve especial al escucharse trenzadas en un argumento tan risueñamente absurdo, tan traído por los pelos que el mismo título es una declaración de su banalidad: Anything Goes, todo vale, cualquier truco de Broadway por gastado que estuviera ya en 1934, un gangster disfrazado de predicador, un predicador al que confunden con un gangster, la hija de una dama de la alta sociedad que quiere casarla con un lord inglés de caricatura para salvarse de la ruina, la cabaretera de buen corazón, el enamorado pobre que se cuela como polizón en el crucero, hasta un par de tahúres chinos que esconden los naipes entre las páginas de la Biblia. Pero en medio de la farsa relumbran como una sarta de perlas, una tras otra, I Get a Kick Out of You, De-Lovely, You’re the Top, Easy to Love, la misma Anything Goes, que es más que nunca el himno cínico de un mundo embellecido y corrompido por el dinero, idiotizado por el culto a la celebridad sin sustancia, regido por la hipocresía y las diferencias de clase. Hay una sociología fácil del musical que explica su gloria en los años de la Gran Depresión como una huida de la realidad, un refugiarse en los lujos falsos del teatro o del cine para no mirar la negrura de lo que estaba sucediendo en la vidas de la gente común. Algo de eso hay, pero también hay mucho de celebración del presente y de los ritmos de la ciudad moderna, y por detrás del colorín de los decorados y los vestuarios también hay una mirada hacia los mecanismos sin misericordia que gobiernan el mundo. Y además, en esta versión de Nueva York, la leading lady es una bailarina y cantante muy joven que arrebata con su energía, Sutton Foster. Y uno se emociona al reconocer junto a ella, menudo como el pícaro de las revistas junto a la vedette siempre escultural, al inmenso Joel Gray. Qué lástima que la amplificación malogre una parte de toda esa alegría. Antonio Muñoz Molina 3 265-Pliego 1 22/6/11 11:27 Página 4 OPINIÓN Música reservata GÖTTLICHEN LÄNGEN E 4 s sabido que Olivier Messiaen se describía a sí mismo como “français des montagnes”, en razón de su apego a los grandes macizos alpinos, toda vez que una etapa crucial de su infancia (de los seis a los diez años) transcurrió en Grenoble, que es (junto con Innsbruck) la única gran ciudad europea situada en el centro de la cordillera, y no en sus estribaciones. Suele afirmarse que de ahí procede el gigantismo y el ímpetu torrencial que caracteriza buena parte de su música, de ese panorama en que “le silence est mouillé pour la voix du torrent”, según se describe en un poema de Cécile Sauvage, la madre del compositor. Dimensiones verdaderamente gigantescas (las cuatro horas y media de Saint François d’Assise, las casi tres del Catalogue d’oiseaux, la hora y media de Des canyons aux étoiles…) a las que con toda justicia podrían aplicarse las célebres palabras con las que Schumann calificase las obras tardías de Schubert, esas divinas longitudes que titulan la presente nota. Empero, hay razones más profundas que la simple sugestión paisajística para la desusada expansión de esta música que combinar el más robusto impulso rítmico con una base armónica de provocativo estatismo. Para los filósofos antiguos, la Naturaleza es una suerte de elemento mediador entre la Materia inerte y el Artificio creado por el hombre, un ente responsable de la organización, crecimiento, degradación, destrucción y regeneración del universo: así descrita, la naturaleza se asemejaría a la esencia del Tiempo, esa entidad definida en el Timeo platónico como “la eternidad sometida al número” (esto es: a lo mudable). Más allá de su belleza melódica y de su excepcional riqueza tímbrica, reside ahí el aspecto medular de la obra del músico de Aviñón: en su aptitud para refutar desde su interior la temporalidad, la percepción lineal del transcurrir. Messiaen nació en 1908, entre Les démoiselles d’Avignon pintadas por Picasso en 1907, la teoría de la Relatividad restringida enunciada por Einstein dos años antes y las primeras acuarelas abstractas de Kandinski realizadas en 1909, el mismo año de las Klavierstücke op. 11 de Schoenberg: quiebra prácticamente simultánea de la mecánica newtoniana, de la perspectiva geométrica, de la representación figurativa y de la tonalidad como sistema organizador. De manera intuitiva, la obra de Messiaen responde plenamente a la nueva concepción del universo, pero se afirma de un modo paradójico trascendiendo las reglas a partir de las propias reglas: en un siglo iniciado con la disolución de los sistemas, Messiaen crea un sistema melódico y armónico propio (el sistema de siete modos de trasposición limitada) y, sobre todo, reedifica la concepción tradicional del ritmo, la instancia que articula el tiempo de la música mediante el artificio de la valeur ajoutée, la duración añadida que quiebra la simetría y la estructura interna del compás. En la Danse de la fureur pour les sept trompettes del Quatuor pour la fin du temps los dos primeros periodos miden 17 semicorcheas cada uno con diferente mensuración (con 8 y 7 notas en cada caso y cuatro duraciones, de la blanca a la semicorchea), el tercero 18, el cuarto 19, el quinto 21, el sexto 40…Toda regularidad queda abolida: no se trata de compases (¿cómo se mide un 17/16?), sino de auténticos versos libres de duraciones y ritmos internos por completo disímiles, sobre los que se establece un juego de quiasmos, de repeticiones totales o fragmentarias de los versos iniciales (y de las alturas dentro de ellos) configurando una agitada monodia del modo tercero en primera trasposición (con el la natural como “alteración” accidental) que desafía toda linealidad. Genuino modelo reducido de la concepción formal del autor, la pieza propone un tiempo ramificado en meandros que giran y retornan sobre sí de modo impredecible en una especie de magma temporal que se diría elástico y sin límites definidos. Pero la conclusión de esta misma obra va aún más lejos: y precisamente por hacerlo dentro del academicismo. La sublime Louange à l’Immortalité de Jésus está escrita con cuatro sostenidos en la clave: comienza y acaba con el mismo acorde de séptima que implica las dos tonalidades posibles (la misma indefinición, por cierto, de Pour les sonorités opposées de su admirado Debussy), desarrollando un itinerario en que las armonías contradicen una línea melódica aperiódica del violín que evita toda sensible y que sustituye las caídas de quinta por tritonos, mientras el piano mantiene un diseño único (fusa-corchea con doble puntillo cuatro veces por compás repitiendo idéntico acorde). La lentitud del tempo y la duración de cada armonía convierten los agregados en objetos autosuficientes: la inexcusabilidad cadencial, por así decir, se diluye. Sería factible un análisis armónico convencional (partiendo de un mi mayor con sexta añadida), pero los enlaces son caprichosos, absolutamente libres: apoyaturas no resueltas y notas añadidas colorean y dilatan la indefinición creada por las inversiones armónicas, siempre las más inestables. La lenta melodía del violín se repite dos veces con idéntico acompañamiento prolongándose en una breve coda en que la línea asciende hasta el límite del instrumento. El pie rítmico, al descansar la nota larga en la parte débil, incrementa ese carácter suspensivo: la pieza se percibe como inmovilidad, como si el tiempo se petrificase, como si cada compás, cada instante del texto, remitiese tan sólo a sí mismo en un juego de resonancias carente de lógica tonal (pese a existir). Para Messiaen, el fin del tiempo anunciado por el Ángel del Apocalipsis que se cita en el arranque de la partitura es el Tiempo de la Eternidad. Músico de la naturaleza, propone la más alta forma de contemplación: la que descubre esa eternidad en cada instante irreemplazable que transcurre y muere ante nosotros. José Luis Téllez 265-Pliego 1 22/6/11 11:27 Página 5 5 265-Pliego 1 22/6/11 11:27 Página 6 Dirige en Madrid el estreno escénico de Saint François d’Assise de Messiaen SYLVAIN CAMBRELING Fotos: Marco Borggreve PROPIO CON NOMBRE CON NOMBRE PROPIO N 6 acido en Amiens el 2 de julio de 1948, Sylvain Cambreling es el mayor de un conjunto de hermanos músicos cuyos padres integraron muy pronto en espectáculos de variedades. Cuatro de los hermanos y hermanas han hecho carreras musicales: Frédérique, arpista en el Ensemble Intercontemporain, él mismo es trombonista de formación, mientras su hermano Philippe es director y Benoît timbalero en la Orquesta Nacional de Francia. “Formamos una especie de clan y yo dirijo a unos y otros si llega el caso”, se complace en decir. En 1975, premiado en el Concurso de Besançon, Sylvain Cambreling 265-Pliego 1 22/6/11 11:27 Página 7 CON NOMBRE PROPIO SYLVAIN CAMBRELING debuta como director de orquesta antes de ser llamado por Pierre Boulez para dirigir al Ensemble Intercontemporain. Durante nueve años al frente de la Orquesta Sinfónica de la SWR de Baden-Baden und Freiburg, donde sucedió a Michael Gielen, Cambreling ha sido el último de los directores principales invitados nombrados por Gerard Mortier a su llegada en 2004 a la Ópera de París. Había hecho su primera aparición en 1981 con Los cuentos de Hoffmann. Fue a raíz de este espectáculo cuando Mortier le contrató como director musical del Théâtre de la Monnaie de Bruselas, en donde trabajó diez años. Desde esa época, ambos forman un binomio artístico de excepcional cohesión, comprendiendo proyectos que les son propios. Nombrado inmediatamente después de su marcha de Bruselas para el mismo puesto en la Ópera de Fráncfort, Cambreling se prodiga con regularidad en el Festival de Salzburgo, sobre todo en dos producciones repuestas en la Ópera de París, Las bodas de Fígaro de Mozart y Katia Kabanova de Janácek, espectáculos de Christoph Marthaler, con quien colabora desde 1994. Director más o menos controvertido en el repertorio clásico, resulta indiscutible en la música de los siglos XX y XXI, hasta el punto de haber sido el primer director invitado del Ensemble Klangforum de Viena, fundado por el compositor suizo Beat Furrer. En el foso de la Bastilla, ha provocado la unanimidad en Wozzeck, ópera que ha dirigido medio centenar de veces desde una memorable producción procedente de Colonia y Bruselas y presentada en el Châtelet en 1982, mientras que en el Palais Garnier sería su Katia Kabanova la que quedara marcada en la memoria del público parisino. Con San Francisco de Asís de Olivier Messiaen hizo su primera aparición en el foso de la Bastilla, en octubre de 2004 y en tanto que principal director invitado, con la producción de Stanislas Nordey. Si la puesta en escena de este último provoca aún hoy escepticismo, la dirección de Cambreling supuso un gran momento al suscitar, tanto en el escenario como en el foso, un arco iris de colores y de sensualidad. Nombrado director musical de la Ópera de Stuttgart a partir de la temporada 20122013, es desde 2010 director principal de la Yomiuri Nippon Symphony Orchestra en Tokio. Bruno Serrou Traducción: Juan Manuel Viana Madrid. Madrid Arena. 6, 8, 10, 11, 13-VII-2011. Messiaen, Saint François d’Assise. Coros del Teatro Real y la Generalidad Valenciana. Sinfónica de la SWR de Baden-Baden und Freiburg. Director. Sylvain Cambreling. Instalación: Emilia Kabakov. Tilling, Marco-Buhrmester, König, Witholt. 7 265-Pliego 1 22/6/11 11:27 Página 8 CON NOMBRE PROPIO “El gran héroe americano” LEONARD BERNSTEIN 8 Paul de Hueck M ás grande que la vida (Bigger than life) es una expresión que los estadounidenses de a pie emplean para referirse a aquello que de puro increíble resulta casi sobrenatural: Leonard Bernstein (1918-1990) aspiró a serlo, pero la parca le acabó visitando como a todo hijo de vecino. Curiosamente, fue éste un hecho que a algunos les costó digerir. ¿Cómo era posible que aquel fiero león americano que soñó con cambiar el mundo a través de la música —y por él ser adorado—, que conquistó podios y tribunas, plateas y salas de estar, que osó refaccionar las sinfonías de los grandes, fuese después de todo un simple mortal? La verdad es que el egocéntrico Lenny —así lo conocían sus colegas y allegados—, anhelaba secretamente convertirse en un titán de la música como sus idolatrados Mozart y Mahler, pero su pantagruélico apetito musical, así como unas ambiciones pedagógicas y humanistas maleadas por un narcisismo mal disimulado, le privaron de ello. No obstante, y como diría Sinatra, Bernstein será titánico a su manera. Aunque a diferencia de su antecesor Gershwin o de su colega Copland no viene al mundo en Brooklyn —sino en Lawrence, Massachusetts—, Bernstein se convierte durante la segunda mitad del siglo XX en el músico neoyorquino por antonomasia. Como compositor llegará a vislumbrar la utopía musical que en 1939 prefigura en su tesina de Harvard: una música integral que revoca toda suerte de clasismo compactando lo culto y lo popular, lo sacro y lo profano. Su lenguaje, caracterizado por un ritmo vibrante y sincopado, subdivisiones irregulares y patrones asimétricos, se sitúa estéticamente entre el neoclasicismo (Hindemith, Stravinski) y el ultramodernismo (Copland), Blitzstein y Shostakovich, el jazz de Ellington y el bebop de Parker, el rhythm n’ blues y la rítmica afroamericana, el Broadway de Kern y Rodgers y el Tin Pan Alley de Gershwin: un discurso medio entre el populismo y la sofisticación que resulta ser el perfecto trasunto de la Gran Manzana. Pero ni su alergia a las prácticas radicales de Schoenberg y compañía ni su predilección por la tonada sencilla y urbanita le impedirán servirse eventualmente del dode- 265-Pliego 1 22/6/11 11:27 Página 9 CON NOMBRE PROPIO LEONARD BERNSTEIN cafonismo o la aleatoriedad para espesar su lenguaje. La sangre hebrea que corre por sus venas, sin embargo, tendrá un peso decisivo sobre su escritura, como prueban los programas y las gramáticas de sus desiguales sinfonías, Jeremiah (1943), The Age of Anxiety (1948) y Kaddish (1963) u obras como el ballet Dybbuk (1974) y el Concierto Halil (1981). No obstante, la música teatral será el fuerte de Bernstein: en Broadway logrará un éxito triunfal con los musi- cales On The Town (1944), Wonderful Town (1953) y West Side Story (1957, musical; 1960, película), paradigma de esta estética transversal en la que armoniza con espectaculares resultados el folclore latinoamericano, la música negra y una articulación armónica de vanguardia. No tan gloriosos pero sí muy estimables resultarán empeños como el ballet Fancy Free (1944), la ecléctica opereta-pastiche Candide, sobre el trotamundos de Voltaire (1956), la música para la DISCOGRAFÍA SELECCIONADA BERNSTEIN CONDUCTS BERNSTEIN. FILARMÓNICA DE ISRAEL. FILARMÓNICA DE LOS ANGELES. 7 CD DEUTSCHE GRAMMOPHON 002894698292. LEONARD BERNSTEIN CONDUCTS WEST SIDE STORY. (Special Edition) [CD+DVD] (incluye el documental de la grabación). KIRI TE KANAWA, JOSÉ CARRERAS, TATIANA TROYANOS, KURT OLLMANN, MARILYN HORNE. ORQUESTA DE ESTUDIO. DEUTSCHE GRAMMOPHON película de Elia Kazan On The Waterfront (La ley del silencio, 1954) o su única ópera, la jazzística y muy satírica Trouble in Tahiti (1952). A pesar de que la crítica ha sostenido que la carrera del Bernstein compositor se ve truncada por su vocación divulgativa, una inmoderada pasión por las cámaras y su labor al frente de la Filarmónica de Nueva York (de 1958 a 1969 sólo tendrá tiempo de escribir dos obras —¡pero qué obras!—: los miríficos Chichester Psalms de 1965 y la ácida Mass de 1971), lo cierto es que el propio Bernstein nunca quiso ser compositor antes que músico — “en el más amplio sentido de esa maravillosa palabra”, como solía decir. Y la verdad es que en estos términos ni el amigo Mozart ni el amigo Mahler le resisten la comparación. David Rodríguez Cerdán 002894777101. CANDIDE. CHRISTA LUDWIG, ADOLPH GREEN, NICOLAI GEDDA, BELLA JONES, KURT OLLMANN SINFÓNICA DE LONDRES. Director: LEONARD BERNSTEIN. DVD DEUTSCHE GRAMMOPHON 004400734205. MASS. ALAN TITUS. THE NORMAN SCRIBNER CHOIR. THE BERKSHIRE BOY CHOIR. ORQUESTA DE ESTUDIO. Director: LEONARD BERNSTEIN. Sony. SINFONÍA Nº 3 KADDISH. CHICHESTER PSALMS. MISSA BREVIS. JAMIE BERNSTEIN, NARRADOR; PABLO STRONG, TIPLE; ANN MURRAY, MEZZO-SOPRANO. SIMON BAKER, CONTRATENOR. CORO Y SINFÓNICA DE LA BBC. Director: LEONARD SLATKIN. Chandos CHSA 5028. San Lorenzo de El Escorial. Festival de verano. Teatro Auditorio. 29,31-VII-2011. CANDIDE (Bernstein) (en español). JORCAM. Coves. Mir. Comas, Rey-Joly, Bosch, Ribera. 9 265-Pliego 1 22/6/11 16:48 Página 10 En el IV Centenario VICTORIA EN EL CAMINO LA COLOMBINA AGENDA AGENDA E l Camino en Castilla y León y Arte Orgánica ofrecen, en esta nueva edición, a partir del 17 de julio y hasta el 23, un homenaje a Tomás Luis de Victoria en forma de un concierto que conjuga representación escénica e interpretación musical. Bajo el título Versa est —y con el hilo conductor de la mejor música de Victoria— serán recreadas diversas escenas de la biografía del compositor aderezadas con sus propias palabras, extraídas de sus cartas o dedicatorias, junto a las de Santa Teresa o San Felipe Neri. El programa será ofrecido en Villafranca del Bierzo (León), León, Carrión de los Condes El Camino en Castilla y León. 17/23-VII- 2011. http://www.fundacionsiglo.es Nuevo título en Musicalia CULTURA Y BARBARIE P 10 or vez primera la colección Musicalia, que editan la Fundación Scherzo y Antonio Machado Libros, rebasa la temática estrictamente musical con el que es uno de los libros de referencia sobre la política cultural del Tercer Reich: Hitler y el poder de la estética, de Frederic Spotts. El arte, la arquitectura y, por supuesto, también la música en los años terribles del nazismo son analizados por Spotts —autor, igualmente, de una historia del Festival de Bayreuth—, con un rigor documental y una capacidad narrativa excepcionales. En lo que respecta a la música, no se anda con paños calientes a la hora de describir cómo se llevaban con el (Palencia), Burgos y Ávila y la interpretación musical correrá a cargo de La Colombina. Habrá, igualmente, dos conciertos de órgano a cargo de Miquel González, en Frómista (Palencia) y José Vicente Giner en Belorado (Burgos). régimen directores como Furtwängler o Clemens Krauss, o qué papel político jugó la celebración wagneriana y sus gestores. Un libro, en fin, apasionante, una disección plena de inteligencia de cómo la estética —o lo que Hitler entendía por tal— influyó en su delirante utopía, en su imperio de la barbarie. Frederic Spotts, Hitler y el poder de la estética. Traducción de Javier y Patrick Alfaya McShane. Fundación ScherzoAntonio Machado Libros. 540 páginas. 27 euros. 265-Pliego 1 22/6/11 16:49 Página 11 AGENDA Santander ENCUENTRO DE MÚSICA Y ACADEMIA Encuentro de Música y Academia. 1/27-VII-2011. http: www.encuentrodesantander.es E ste año, el Encuentro Música y Academia, que organiza la Fundación Albéniz, reunirá desde el 1 al 27 de julio en Santander a setenta jóvenes músicos de gran talento de toda Europa que durante un mes trabajarán en aulas y escenarios con doce maestros de prestigio internacional. Los alumnos seleccionados para participar en el Encuentro proceden de centros de Londres, París, Berlín, Budapest, Praga y Helsinki, así como de la Escuela Superior de Música Reina Sofía (Madrid). El Conservatorio Jesús de Monasterio de Santander albergará durante el mes de julio en sus aulas las lecciones magistrales de músicos de máximo nivel: Zakhar Bron y Silvia Marcovici (violín), Wolfram Christ (viola), Ivan Monighetti (violonchelo), Felix Renggli (flauta), Hansjörg Schellenberger (oboe), Klaus Thunemann (fagot), Radovan Vlatkovic (trompa), Galina Eguiazarova y Claudio Martínez Mehner (piano). Péter Csaba, director artístico del Encuentro, y Fabián Panisello dirigirán respectivamente las orquestas y el ensemble que se formen durante el mismo. Paralelamente, más de cincuenta conciertos tendrán lugar en Santander y en veinticinco localidades de toda Cantabria que subrayarán muy especialmente la celebración de los aniversarios de dos grandes compositores: Ferenc Liszt y Gustav Mahler. Nace el Festival de Música Antiga dels Pirineus MÚSICA Y ROMÁNICO E l Festival de Música Antiga dels Pirineus surge, en su primera edición, como una propuesta por implantar en Cataluña una manifestación de primera importancia que se convierta desde el principio en un referente internacional. El hecho de que el festival se desarrolle en distintas localidades, sin una sede fija, significa que se trata también de contribuir desde la cultura al desarrollo económico de una zona que puede unir música antigua y arte románico como un importante elemento de atracción veraniega. Y, al mismo tiempo, se trata también de favorecer el desarrollo creativo de los intérpretes catalanes junto a otros de diversa procedencia y la promoción de la recuperación del patrimonio musicológico de Cataluña. Este primer año, el Festival arrancará el 22 de julio en La Seu d’Urgell con un concierto de la Reial Companyia d’Òpera de Cambra dedicado íntegramente a la música de Domènec Terradellas, y finalizará el 10 de septiembre, en València d’Àneu, con la recuperación de la obra de Joan Araniès El Sarao de la Chacona por parte del grupo Nue- vo Sarao dentro de un proyecto de investigación sobre el patrimonio musical de Lleida emprendido por el profesor Màrius Bernadó. Entre una y otra fecha, Lieder Camera —obras de Tomás Luis de Victoria y Bach—, Los Músicos de su Alteza — arias alemanas de Haendel—, Capella de Ministrers —Els viatges de Tirant lo Blanc—, la Orquesta Barroca de Sevilla —Una fiesta barroca italiana—, Forma Antiqua (Concerto Zapico) —Blasco de Nebra, Santiago de Murcia, Domenico Scarlatti…— y Vespres d’Arnadi con La Xantria —un monográfico dedi- Festival de Música Antiga dels Pirineus. 22-VII/10IX-2011. www.femap.cat cado a Josep Mir i Llussà—, conforman una propuesta de enorme interés para los aficionados a la música antigua que, además, quieran escucharla en marcos de una belleza única. 11 265-Pliego 1 22/6/11 16:49 Página 12 AGENDA XV Edición de Clásicos en Verano MÚSICA AL FRESCO L a Comunidad de Madrid propone un año más sus Clásicos en Verano, veinticuatro programas que pasean la música por sierra y área metropolitana, de Torrelaguna a Pinto, de Buitrago a Pelayos de la Presa, pasando por Guadarrama o San Lorenzo de El Escorial, en una época en la que los ciclos de abono y las temporadas regulares están de vacaciones. Todo empieza el día 2 de julio en Patones con el violinista Manuel Guillén y en Torrelaguna con el Dúo Castillo-Aijón. Y terminará el 14 de agosto en San Lorenzo de El Escorial con un recital de la mezzo Belén Genicio y el pianista Mario Bernardo. Muchos de estos conciertos —música antigua, barroca, guitarra, contemporánea…— tienen lugar en espacios rehabilitados por la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad. Madrid. 2-VII/14-VIII-2011. Clásicos en Verano. www.madrid.org/clasicosenverano Del Liceu al Palau REICH SIN REICH M 12 ás de 80.000 espectadores y cerca de un millar de periodistas acreditados certifican el imparable éxito del Sónar Barcelona, el Festival Internacional de Música Avanzada y Arte Multimedia, la cita de mayor relieve y proyección internacional de todas las que se celebran en la ciudad. Desde hace años, el Sónar presta también atención a las nuevas músicas y al repertorio contemporáneo, creando puntos de encuentro entre los más diversos géneros, corrientes y estéticas musicales. Este año, el Sónar se abrió con un homenaje a Steve Reich celebrado el 16 de junio en el Auditori. A pesar de los malos presagios —a la baja de Reich siguió la de Carles Santos, que debía sustituirlo, el concierto fue un éxito gracias al entusiasmo del conjunto instrumental bcn216 y el cuarteto vocal británico Synergy Vocals en la interpretación Music for 18 musicians, pieza estelar de su catálogo, estrenada en 1976, un año especialmente fructífero en que vieron la luz obras como Einstein on the Beach, de Glass, Staat, de Louis Andriessen, Frâtres, de Pärt y la Sinfonía nº 3, de Górecki. No está nada mal. Lo malo es que, 35 años después, la famosa pieza de uno de los padres del minimalismo, sigue siendo una rareza en nuestros auditorios. Por eso se esperaba con enorme ilusión la visita de Reich al Auditori. Su presencia habría añadido un plus de emoción a la velada. Pero, en lo que respecta al nivel del concierto, su ausencia no ha rebajado de forma significativa la calidad de la versión. Lo mismo puede decirse de la baja de Santos: en ambos casos, tanto Reich como el músico de Vinaròs iban a tocar la parte de uno de los cuatro pianistas (piano IV) que intervienen en la obra. Al final, corrió a cargo de Miquel Villalba, uno de los pianistas del conjunto barcelonés. Curiosamente, en su interpretación actuaron no 18, sino 19 músicos. El aumento puntual de la plantilla fue cosa de Reich: normalmente, el músico que toca la parte del piano IV también debe tocar las maracas en una parte de la obra. Reich no pensaba hacer este doble- te, así que se contrató a un músico extra. Total que, al final podemos hablar de Music for 19 musicians. La hipnótica energía musical de Reich inundó el Auditori gracias al sensacional trabajo de bcn216 —el conjunto ya tocó una pieza esencial de Reich, Bright light, big city en la noche inaugural del Auditori, en 1999— y, muy especialmente, del cuarteto vocal liderado por Micaela Haslam, especializado en el repertorio minimalista y todo un referente en esta obra, que han interpretado en directo cerca de ochenta veces. La velada, que se abrió con una sensacional versión del Sexteto para cuatro percusiones, dos pianos y sintetizador, se cerró con una entusiasta respuesta del público. Frente a los insoportables ruidos cada día más habituales en las salas de conciertos —desde las toses endémicas a los pitidos de los móviles, pasando por las cremalleras de los bolsos, los papeles de caramelos, o los abanicos— el público que acudió al homenaje a Reich siguió el concierto con fervoroso silencio y al final de los 55 minutos que duró la versión de Music for 18 musicians estalló en una impresionante salva de aplausos. Por imponderables del destino, Reich faltó a la cita, pero no por ello dejó de ser un emocionante concierto. Javier Pérez Senz 265-Pliego 1 22/6/11 16:49 Página 13 AGENDA Dejará la titularidad de la Sinfónica de Castilla y León LIONEL BRINGUIER SE VA E n el primer ensayo de Carmen Bringuier comunica a la orquesta (en inglés) que no seguirá de titular después de la próxima temporada por desavenencia artística con el gerente. Éste contesta, una vez se hace pública la noticia, en una escueta nota de presa, que el discurso artístico no se ha producido de la forma que se preveía. Nada más. Los datos son mínimos, generalizaciones que en ningún caso ofrecen al público, principalmente por parte de la gerencia, las razones concretas de esta ruptura. Lionel Bringuier cumplirá el contrato al final de la próxima temporada, pero las explicaciones no son convincentes. Existen rumores de todo tipo, se habla de la posibilidad de que Miguel Harth-Bedoya sea el próximo titular, pero el absurdo silencio se ha espesado. Un dato significativo puede ser la mala relación del gerente actual con el anterior, Enrique Rojas, con la consecuencia de la toma de decisiones que desmontaban algunas de las iniciativas anteriores. En todo caso, una noticia negativa, porque de la juventud de Lionel Bringuier y de su trabajo estos años, implicado en toda clase de repertorio, se podían esperar muchas cosas buenas. Inmerso en los ensayos de Carmen, el joven director francés se ocupa de llevar a buen término esta difícil prueba. Pendientes los siete programas de la próxima temporada, la situación puede ser conflictiva, lo que redundará en perjuicio de una de las positivas realizaciones culturales de la Administración Autonómica. Fernando Herrero AM Exito de ¡Sólo Música! NUEVOS PÚBLICOS E l sábado 18 de junio se celebraba por vez primera en el Auditorio Nacional ¡Sólo Música!, doce horas de conciertos organizados por el CNDM y repartidos en cuatro espacios diferentes, que comenzaban a las doce del mediodía con una refrescante Quinta de Mahler a cargo de la ONE dirigida por Josep Pons y concluían con unos espectaculares fuegos artificiales con el fondo, simultáneo, de la música de Haendel y de la que hacían todos los percusionistas que participaron en la jornada dirigidos por un Juanjo Guillem que no paró en todo el día. Treinta mil localidades se ocuparon en el Auditorio aprovechando una oferta que abarcaba cuarenta conciertos gratuitos, incluyendo las Novenas de Beethoven —producto nacional a las órdenes de János Kovács— y Bruckner —sensacional López Cobos con la Sinfónica de Madrid—, recitales de cámara, lieder —ojo a la sorpresa como acompañante de Alexis Delgado—, flamenco —grande cantaora Argentina—, jazz —Cristina Rubio abarrotó la Sala de Cámara—, música contemporánea — el impresionante Apocalipsis, de Jesús Torres, casi a la medianoche. Era un público nuevo, un público joven que, en muchos casos, pisaba el Auditorio por vez primera y que pareciera olvidarse de la crisis por un rato. Y un público, también, respetuoso con el rito, que guardó un silencio ejemplar en cada concierto. Ojalá sea para muchos el principio de una afición duradera y, para todos, una grata obligación anual. Y es que ¡Sólo Música! se ha ganado la continuidad porque tiene todas las características de lo que puede enraizar de veras en la oferta cultural madrileña. 13 5. ENSEMBLE NEOARS SONORA PRIMICIAS II Lunes 09/01/12 19:30h Obras de Iluminada Pérez *, Zuriñe F. Gerenabarrena, César Camarero, Toshio Hosokawa, José Río-Pareja **, Morton Feldman y Jorge Fernández Guerra *+ 6. GRUPO VOCAL KEA PRIMICIAS IV Lunes 23/01/12 19:30h Obras de Yatsuhashi Kengyo *, Jo Kondo, Carlos Satué, Juan José Eslava, Alonso Lobo, Toshiya Watanabe *, Juan José Eslava *+, Toru Takemitsu y David Azurza SERIES 20/21 Auditorio Nacional de Música Sala de Cámara CICLO A 1. NEOPERCUSIÓN HOMENAJES II Jueves 03/11/11 19:30h “Joan Guinjoan, 80º aniversario” 1. PROYECTO VEINTE21 RED CHAIR CONCERT I Martes 04/10/11 19:30h Obras de Maurice Ravel/Frank Zappa ***, Pierre Boulez, Juan José Colomer *+, Edgard Varèse y Frank Zappa 2. CUARTETO DIOTIMA PRIMICIAS II Lunes 14/11/11 19:30h Obras de Anton Webern, Alberto Posadas *+ y Arnold Schoenberg 2. URI CAINE / IL SUONAR PARLANTE Carmen Linares / BARBARA WALKER Lunes 21/11/11 19:30h Obras de Uri Caine ** 3. CUARTETO DE TOKIO Viernes 25/11/11 19:30h Obras de Toru Takemitsu, Karol Szymanowski, Lera Auerbach y Paul Hindemith 3. KREMERATA BALTICA Gidon Kremer, violín y dirección Lunes 30/01/12 19:30h Obras de Peteris Vasks, Dimitri Shostakóvich / Michael Zinman-Andrei Pushkarev *, Johann Sebastian Bach, Valentin Silvestrov, Alexander Raskatov, Carl Vine, Raminta Serksnyte, Leonid Desyatnikov, Stevan Kovac Tickmayer y Victor Kissine 4. CUARTETO EMERSON Viernes 13/01/12 19:30h Obras de Thomas Adès **, Wolfgang Rihm y Béla Bártok 5. CUARTETO ARDITTI PRIMICIAS VI Martes 14/02/12 19:30h Obras de Alban Berg, Wolfgang Rihm ** y Tomás Marco *+ 6. ENSEMBLE DE LA ORQUESTA DE CADAQUÉS Jaime Martín, director PRIMICIAS VIII Miércoles 07/03/12 19:30h Obras de Robert Gerhard, Josep Soler *+ y Xavier Montsalvatge 7. ENSEMBLE INTERCONTEMPORAIN Nora Gubisch, directora Sábado 21/04/12 19:30h Obras de Marc-André Dalbavie **, Igor Stravinsky, Maurice Ravel, Jesús Torres y Luciano Berio 8. GRUP INSTRUMENTAL DE VALÈNCIA Jordi Bernàcer, director HOMENAJES IV Miércoles 30/05/12 19:30h Obras de Beat Furrer y Mauricio Sotelo * 9. KLANGFORUM WIEN Sylvain Cambreling, director Jueves 07/06/12 19:30h Obras de Beat Furrer, César Camarero, Salvatore Sciarrino y Olga Neuwirth ** Abono general: Zona A (Butacas y Tribuna central): 72€ Zona B (Tribunas laterales): 50,40€ 7. CUARTETO GARCÍA ABRIL ISABEL REY, soprano PRIMICIAS V Lunes 06/02/12 19:30h Obras de Antón García Abril y Felix Mendelssohn-Aribert Reimann *+ Ciclo Fronteras 8. MODUS NOVUS PRIMICIAS VII Lunes 27/02/12 19:30h Obras de Jacobo Durán-Loriga, *+ Benet Casablancas ** y Hans Werner Henze ** 9. PROYECTO VEINTE21 RED CHAIR CONCERT II Alva Noto, electrónica y vídeo Lunes 05/03/12 19:30h Obras de John Cage, Steve Reich **, Sonia Megías *+, György Ligeti, Phil Niblock ** y Alva Noto 10. ELENA GRAGERA / ANTÓN CARDÓ Lunes 19/03/12 19:30h Obras de Alma Mahler, Louise Heritte-Viardot, Mercè Torrents, Matilde Salvador, Mercedes Zabala, Lili Boulanger, Germaine Tailleferre, Clara Janès, Consuelo Díez y Marisa Manchado * 4. PHILIP GLASS ENSEMBLE Miércoles 25/04/12 19:30h Obras de Philip Glass 5. MICHAEL NYMAN BAND Miércoles 13/06/12 19:30h Obras de Michael Nyman Abono general: Zona A (Butacas y Tribuna central): 60€ Zona B (Tribunas laterales): 40€ Abono joven (hasta 26 años): Zona A (Butacas y Tribuna central): 30€ Zona B (Tribunas laterales): 20€ * Estreno absoluto *+ Estreno absoluto, encargo del CNDM ** EstrenoPantone en España 186c cmyk 100/81/0/4 www.cndm.mcu.es pantone: 258C | cmyk 42/84/5/1 Venta de abonos a partir del 21 de junio en las taquillas del Auditorio Nacional de Música pantone: 144C | cmyk 0/50/100/0 y en la web www.cndm.mcu.es Abono joven (hasta 26 años): Zona A (Butacas y Tribuna central): 36€ Zona B (Tribunas laterales): 25,20€ Museo Nacional CENTRO de Arte Reina Sofía Auditorio 400 CICLO M 11. PLURAL ENSEMBLE Arturo Tamayo, director HOMENAJES III Lunes 09/04/12 19:30h “Gonzalo de Olavide inmemoriam (1934-2005)” 12. TALLER SONORO Lunes 23/04/12 19:30h Obras de Gabriel Erkoreka, Kaija Saariaho, Elena Mendoza, Georg Friedrich Haas, Beat Furrer y José Manuel López López 1. SOLISTAS DE LA ORCAM HOMENAJES I Lunes 10/10/11 19:30h “Carlos Cruz de Castro, 70º aniversario” * 13. ENSEMBLE L ’ITINÉRAIRE PRIMICIAS IX Lunes 07/05/12 19:30h Obras de Gérard Grisey, Florent Motsch, Alberto Posadas y compositor residente a determinar* 2. CAROLIN WIDMANN / SIMON LEPPER PRIMICIAS I Lunes 17/10/11 19:30h Victoria, una visión actual Obras de Igor Stravinsky, Christian Mason **, José María Sánchez-Verdú e Iannis Xenakis 14. SONOR ENSEMBLE PRIMICIAS X Lunes 21/05/12 19:30h Obras de Béla Bartók, Zoltán Kodály, György Ligeti, Ernesto Halffter, José Luis Turina *+ y Manuel de Falla 3. CANTORÍA HISPÁNICA VICTORIA 400 Lunes 24/10/11 19:30h Obras de Tomás Luis de Victoria, Santiago Lanchares, César Camarero, Alfredo Aracil y Voro García 15. BRITEN SINFONIA Fabián Panisello, director Lunes 28/05/12 19:30h Obras de Benjamin Britten, Fabián Panisello, Manuel de Falla y James Macmillan 4. ZAHIR ENSEMBLE Lunes 07/11/11 19:30h Obras de Héctor Parra, Tristan Murail, José María Sánchez-Verdú y John Adams 16. PROYECTO VEINTE21 RED CHAIR CONCERT III Lunes 04/06/12 19:30h Obras de Arvo Pärt, Björk, Ricardo Llorca *+, J. S. Bach, Karlheinz Stockhausen y Terry Riley pantone: 144C | cmyk 0/50/100/0 pantone: 2995C | cmyk 100/0/0/0 Los conciertos 1, 3, 5, 6, 8, 10, 11, 13 y 14 del Ciclo M son gratuitos con acceso prioritario para los abonados de los ciclos SERIES 20/21, AMIGOS DEL MUSEO REINA SOFÍA y el resto de abonados de otros ciclos del CNDM. Abono general: Zona única: 39,20€ Abono joven (hasta 26 años): Zona única: 19,60€ pantone: 370C | cmyk 50/0/100/25 seriesSchOK.indd 2-3 16/06/11 18:35 5. ENSEMBLE NEOARS SONORA PRIMICIAS II Lunes 09/01/12 19:30h Obras de Iluminada Pérez *, Zuriñe F. Gerenabarrena, César Camarero, Toshio Hosokawa, José Río-Pareja **, Morton Feldman y Jorge Fernández Guerra *+ 6. GRUPO VOCAL KEA PRIMICIAS IV Lunes 23/01/12 19:30h Obras de Yatsuhashi Kengyo *, Jo Kondo, Carlos Satué, Juan José Eslava, Alonso Lobo, Toshiya Watanabe *, Juan José Eslava *+, Toru Takemitsu y David Azurza SERIES 20/21 Auditorio Nacional de Música Sala de Cámara CICLO A 1. NEOPERCUSIÓN HOMENAJES II Jueves 03/11/11 19:30h “Joan Guinjoan, 80º aniversario” 1. PROYECTO VEINTE21 RED CHAIR CONCERT I Martes 04/10/11 19:30h Obras de Maurice Ravel/Frank Zappa ***, Pierre Boulez, Juan José Colomer *+, Edgard Varèse y Frank Zappa 2. CUARTETO DIOTIMA PRIMICIAS II Lunes 14/11/11 19:30h Obras de Anton Webern, Alberto Posadas *+ y Arnold Schoenberg 2. URI CAINE / IL SUONAR PARLANTE Carmen Linares / BARBARA WALKER Lunes 21/11/11 19:30h Obras de Uri Caine ** 3. CUARTETO DE TOKIO Viernes 25/11/11 19:30h Obras de Toru Takemitsu, Karol Szymanowski, Lera Auerbach y Paul Hindemith 3. KREMERATA BALTICA Gidon Kremer, violín y dirección Lunes 30/01/12 19:30h Obras de Peteris Vasks, Dimitri Shostakóvich / Michael Zinman-Andrei Pushkarev *, Johann Sebastian Bach, Valentin Silvestrov, Alexander Raskatov, Carl Vine, Raminta Serksnyte, Leonid Desyatnikov, Stevan Kovac Tickmayer y Victor Kissine 4. CUARTETO EMERSON Viernes 13/01/12 19:30h Obras de Thomas Adès **, Wolfgang Rihm y Béla Bártok 5. CUARTETO ARDITTI PRIMICIAS VI Martes 14/02/12 19:30h Obras de Alban Berg, Wolfgang Rihm ** y Tomás Marco *+ 6. ENSEMBLE DE LA ORQUESTA DE CADAQUÉS Jaime Martín, director PRIMICIAS VIII Miércoles 07/03/12 19:30h Obras de Robert Gerhard, Josep Soler *+ y Xavier Montsalvatge 7. ENSEMBLE INTERCONTEMPORAIN Nora Gubisch, directora Sábado 21/04/12 19:30h Obras de Marc-André Dalbavie **, Igor Stravinsky, Maurice Ravel, Jesús Torres y Luciano Berio 8. GRUP INSTRUMENTAL DE VALÈNCIA Jordi Bernàcer, director HOMENAJES IV Miércoles 30/05/12 19:30h Obras de Beat Furrer y Mauricio Sotelo * 9. KLANGFORUM WIEN Sylvain Cambreling, director Jueves 07/06/12 19:30h Obras de Beat Furrer, César Camarero, Salvatore Sciarrino y Olga Neuwirth ** Abono general: Zona A (Butacas y Tribuna central): 72€ Zona B (Tribunas laterales): 50,40€ 7. CUARTETO GARCÍA ABRIL ISABEL REY, soprano PRIMICIAS V Lunes 06/02/12 19:30h Obras de Antón García Abril y Felix Mendelssohn-Aribert Reimann *+ Ciclo Fronteras 8. MODUS NOVUS PRIMICIAS VII Lunes 27/02/12 19:30h Obras de Jacobo Durán-Loriga, *+ Benet Casablancas ** y Hans Werner Henze ** 9. PROYECTO VEINTE21 RED CHAIR CONCERT II Alva Noto, electrónica y vídeo Lunes 05/03/12 19:30h Obras de John Cage, Steve Reich **, Sonia Megías *+, György Ligeti, Phil Niblock ** y Alva Noto 10. ELENA GRAGERA / ANTÓN CARDÓ Lunes 19/03/12 19:30h Obras de Alma Mahler, Louise Heritte-Viardot, Mercè Torrents, Matilde Salvador, Mercedes Zabala, Lili Boulanger, Germaine Tailleferre, Clara Janès, Consuelo Díez y Marisa Manchado * 4. PHILIP GLASS ENSEMBLE Miércoles 25/04/12 19:30h Obras de Philip Glass 5. MICHAEL NYMAN BAND Miércoles 13/06/12 19:30h Obras de Michael Nyman Abono general: Zona A (Butacas y Tribuna central): 60€ Zona B (Tribunas laterales): 40€ Abono joven (hasta 26 años): Zona A (Butacas y Tribuna central): 30€ Zona B (Tribunas laterales): 20€ * Estreno absoluto *+ Estreno absoluto, encargo del CNDM ** EstrenoPantone en España 186c cmyk 100/81/0/4 www.cndm.mcu.es pantone: 258C | cmyk 42/84/5/1 Venta de abonos a partir del 21 de junio en las taquillas del Auditorio Nacional de Música pantone: 144C | cmyk 0/50/100/0 y en la web www.cndm.mcu.es Abono joven (hasta 26 años): Zona A (Butacas y Tribuna central): 36€ Zona B (Tribunas laterales): 25,20€ Museo Nacional CENTRO de Arte Reina Sofía Auditorio 400 CICLO M 11. PLURAL ENSEMBLE Arturo Tamayo, director HOMENAJES III Lunes 09/04/12 19:30h “Gonzalo de Olavide inmemoriam (1934-2005)” 12. TALLER SONORO Lunes 23/04/12 19:30h Obras de Gabriel Erkoreka, Kaija Saariaho, Elena Mendoza, Georg Friedrich Haas, Beat Furrer y José Manuel López López 1. SOLISTAS DE LA ORCAM HOMENAJES I Lunes 10/10/11 19:30h “Carlos Cruz de Castro, 70º aniversario” * 13. ENSEMBLE L ’ITINÉRAIRE PRIMICIAS IX Lunes 07/05/12 19:30h Obras de Gérard Grisey, Florent Motsch, Alberto Posadas y compositor residente a determinar* 2. CAROLIN WIDMANN / SIMON LEPPER PRIMICIAS I Lunes 17/10/11 19:30h Victoria, una visión actual Obras de Igor Stravinsky, Christian Mason **, José María Sánchez-Verdú e Iannis Xenakis 14. SONOR ENSEMBLE PRIMICIAS X Lunes 21/05/12 19:30h Obras de Béla Bartók, Zoltán Kodály, György Ligeti, Ernesto Halffter, José Luis Turina *+ y Manuel de Falla 3. CANTORÍA HISPÁNICA VICTORIA 400 Lunes 24/10/11 19:30h Obras de Tomás Luis de Victoria, Santiago Lanchares, César Camarero, Alfredo Aracil y Voro García 15. BRITEN SINFONIA Fabián Panisello, director Lunes 28/05/12 19:30h Obras de Benjamin Britten, Fabián Panisello, Manuel de Falla y James Macmillan 4. ZAHIR ENSEMBLE Lunes 07/11/11 19:30h Obras de Héctor Parra, Tristan Murail, José María Sánchez-Verdú y John Adams 16. PROYECTO VEINTE21 RED CHAIR CONCERT III Lunes 04/06/12 19:30h Obras de Arvo Pärt, Björk, Ricardo Llorca *+, J. S. Bach, Karlheinz Stockhausen y Terry Riley pantone: 144C | cmyk 0/50/100/0 pantone: 2995C | cmyk 100/0/0/0 Los conciertos 1, 3, 5, 6, 8, 10, 11, 13 y 14 del Ciclo M son gratuitos con acceso prioritario para los abonados de los ciclos SERIES 20/21, AMIGOS DEL MUSEO REINA SOFÍA y el resto de abonados de otros ciclos del CNDM. Abono general: Zona única: 39,20€ Abono joven (hasta 26 años): Zona única: 19,60€ pantone: 370C | cmyk 50/0/100/25 seriesSchOK.indd 2-3 16/06/11 18:35 265-Pliego 2 22/6/11 17:04 Página 16 AC T U A L I DA D 16 Tintes wagnerianos EL TRIUNFO DE ARIANE A. Bofill Gran Teatro del Liceo. 18-VI-2011. Dukas, Ariane et Barbe-Bleue. Jeanne-Michèle Charbonnet, Patricia Bordon, José van Dam, Gemma Coma-Alabert, Beatriz Jiménez, Elena Copons, Salomé Haller, Alba Valldaura, Pierpaolo Palloni, Xavi Martínez, Dimitar Darlev. Director musical: Stéphane Denève. Director de escena: Claus Guth. Escenografía y vestuario: Christian Schmidt. Producción de la Ópera de Zúrich. Jeanne-Michèle Charbonnet, José van Dam y Patricia Bordon en Arianne et Barbe-Bleue de Dukas BARCELONA NAC I O NA L ACTUALIDAD BARCELONA Con un siglo de retraso, llega al Liceu la única y fascinante ópera de Paul Dukas, Ariane et BarbeBleue, con libreto de Maeterlinck sobre el cuento de Perrault que también inspiró, con diferente final, El castillo de Barba Azul, de Bartók. Estrenada en 1907 en la Opéra Comique de París, llegó al Teatro Real de Madrid cinco años después y desde entonces no se había vuelto a representar por estos lares. Sorprende la perfección de la escritura orquestal —era una de las obsesiones de Dukas— y el carisma de su omnipresente protagonista, Ariane, una mujer valiente y solidaria, empeñada en liberar a las demás esposas, que viven atenazadas por su miedo a la libertad. Todos los demás personajes de la ópera, incluso el tiránico y maltratador Barbe-Bleue, dependen de ella. ¿Ópera feminista?, ¿Ópera de mujeres? El propio Dukas rechazaba, como prueban sus escritos, las lecturas sesgadas, saliendo al paso de críticas insidiosas que buscaban la polémica acentuando la carga feminista y erótica del libreto. Ópera en todo caso inquietante, porque las anteriores esposas son inca- paces de emprender una nueva vida y prefieren seguir sometidas. Frente a ellas, Ariane simboliza la capacidad de decisión para tomar el timón de su propia vida, lo que la convierte en uno de los personajes femeninos más poderosos de la literatura operística. El montaje que llega al Liceu, procedente de la Ópera de Zúrich, lleva la firma de Claus Guth y funciona admirablemente bien. Por un lado, perfila sin disimulos el paralelismo con el drama real de las mujeres maltratadas incapaces de enfrentarse a la violencia: la escenografía, reforzada por proyecciones, remite a esas modernas casas de campo de apariencia normal, pero que esconden el horror en su interior. Guth juega con las luces y las tinieblas, los colores cegadores, la tensión y la violencia latente en una música que, fiel a la premisa de Dukas, crea su propio drama. Fantástico trabajo del joven y emergente Stéphane Dèneve en el foso liceísta. Dukas desata colores y luces cegadoras en una partitura de tintes wagnerianos y enorme tensión que Dèneve recrea con precisión y buen pulso dramático, sacando el máximo provecho a una plantilla que, si bien no posee el nivel de excelencia que exige la portentosa escritura orquestal, se entrega a fondo. En el agotador papel estelar, la soprano JeanneMichèle Charbonnet se deja la piel en escena. La voz, de colores oscuros, es muy adecuada a un personaje de tintes wagnerianos, pero la emisión es muy irregular y los agudos suenan con estridencia. José van Dam como Barbe-Bleue es un lujo, aunque sólo tiene una única y breve intervención cantada al final del primer acto, mientras que Patricia Bordon es una notable nodriza. A pesar de las dificultades que imponen la dicción francesa, el resto del reparto, en su mayoría de la propia cantera, cumple muy bien sus cometidos, destacando de forma especial, por la calidad de sus medios, la soprano Gemma Coma-Alabert y el bajo Pierpaolo Palloni, miembro del Coro del Liceu. Cumplen con solvencia las sopranos Beatriz Jíménez, Elena Copons y Salomé Haller, la actriz Alba Valldaura y otros dos cantantes que prueban la calidad de voces del coro liceísta, el tenor Xavi Martínez y el bajo Dimitar Darlev. Javier Pérez Senz 265-Pliego 2 22/6/11 18:03 Página 17 AC T U A L I DA D ARANJUEZ / BARCELONA Música Antigua Aranjuez CANTADAS Y TÚMULO ARANJUEZ Capilla del Palacio. 15-V-2011. Marta Almajano, soprano. Ave Fenix. Obras de Literes, Cabanilles, Castro y D. Scarlatti. 19-VI-2011. Capilla Cayrasco. Director: Eligio Luis Quinteiro. Honras del rey don Phelippe en la Cathedral de la ysla de Canaria. Del 14 de mayo al 19 de junio se ha desarrollado, a lo largo de varios fines de semana, la XVIII edición del festival Música Antigua Aranjuez, que ha conseguido mantener un nivel medio de calidad muy estimable. La sesión de Marta Almajano y Ave Fenix, una de las más atractivas sobre el papel, confirmó las expectativas con una velada que desbordó musicalidad. El programa no era nuevo, pues resultó idéntico al ofrecido por estos mismos músicos en la serie de Siglos de Oro en la Real Basílica de Nuestra Señora de Atocha en abril de 2008, pero ello no fue óbice para disfrutar las maravillosas cantadas de Literes del Archivo de la Marta Almajano y Ave Fenix en el Palacio de Aranjuez Catedral de Guatemala. Almajano, como siempre, se mostró plena de estilo y capacidad comunicativa, llenando de intención unos textos más bien ingenuos. La realización, además, eludió los ligeros desajustes del comienzo de la sesión de 2008. Magníficas las prestaciones de los instrumentistas, tanto en las obras con voz como en las partituras de Cabanilles, Castro y Scarlatti. Un gran concierto. Cerrando el festival, la Capilla Cayrasco, que dirige Eligio Luis Quinteiro, recreó lo que pudieron ser las exequias por Felipe II en la Catedral de Las Palmas en 1598. La obra que vertebraba el acto era la Missa pro defunctis de Victoria, junto a canto llano, motetes de Lobo y Morales y alguna pieza puramente instrumental. El contexto lo evocó el recitado de un poema de Cayrasco que recordaba el acto. Buena recitación, intencionada pero sin exageraciones, pese a algún leve tropiezo, de Eligio Quinteiro. Sensacional el trabajo polifónico de la Capilla, que cuenta con etéreas sopranos y sólidos bajos, una lectura siempre afinada, clara, proporcionada, de cuidadosa dinámica y nunca carente de emotividad. Especialmente seductor el acercamiento al Ne recorderis de Morales. Una estupenda manera de poner fin al festival que anima el mundillo de la música antigua en la primavera madrileña. Enrique Martínez Miura Ibercamera DE POESÍA MOZARTIANA Barcelona. Auditori. 31-V-2011. Aldo Ciccolini, piano. Sinfónica de Viena. Director: Andrei Boreiko. Obras de Schubert, Mozart y Beethoven. D e entre los momentos buenos, magníficos, que deparó este concierto (algunos menos buenos también los hubo) quisiera destacar uno, mágico, casi extático. Y quisiera señalar que su responsable principal fue el humanísimo, lúcido y longevo Aldo Ciccolini quien nos ofreció una muestra absolutamente excepcional de lo que es la más pura sabiduría interpretativa (esa que le ha deparado su genio y los muchos años de reflexión y conocimiento) y, al mismo tiempo, de la más sorprendente y natural frescura. Era el principio del segundo movimiento del Concierto para piano y orquesta nº 23 de Mozart, ese Adagio de apenas cien compases, cuyo sereno balanceo al ritmo de una “siciliana” constituye uno de los momentos álgidos de la “poesía mozartiana”, según la feliz expresión de Hocquard. El piano expone el tema en solo. Ciccolini no “atacó”, no; desgranó sosegadamente pero sin perder un ápice de callado impulso interno la milagrosa frase; atendió como si todavía tuviera algo que aprender —la modestia de los grandes— a la respuesta de las maderas —el delicioso clarinete, tan amado por Mozart, en lugar destacado—, y continuó su frase cautivándonos con su sobriedad, naturalidad, frescura. Es de la modulación de donde viene la esencia de este sereno y melancólico movimiento y con el tratamiento de ella, con la cuidada graduación de la intensidad Ciccolini obtuvo nada menos que la belleza desnuda, casi exenta de adornos (el casi para no olvidar el cuidadoso y artesanal mimo en la resolución de trinos, apoyaturas, grupetti, aquí y más todavía en el Allegro inicial), ya se ha dicho, la poesía mozartiana. En ese momento tocó el concierto su techo de calidad humana y artística. Demasiado lejos de ese techo estuvo el nivel de la versión de la Inacabada de Schubert, una versión ni buena… ni mala y con esto, tratándose de la Sinfónica de Viena, está todo dicho. Quizá la sustitución (no sabemos si a última hora) del director titular de la orquesta, Fabio Luisi, por Andrei Boreiko contribuya a explicar la versión sin duda correcta y controlada, pero con un regusto de “telonera”, de esa joya que es la Inacabada. A juzgar por los resultados, Boreiko había trabajado sobre todo la beethoveniana Heroica que llenó con su monumental grandeza la segunda parte del programa. De ésta sí dio Boreiko una versión importante, concisa, ceñida, con un tempo más bien vivo pero que no impidió calidad de texturas y con un tratamiento del metal — que tantas veces confiere su aliento épico a esta sinfonía— muy acertado, potente, pero empastado siempre, brillante, pero sin tapar a la cuerda. Una buena Heroica, en definitiva; satisfizo oírla, pero no hace falta confundir a la Sinfónica de Viena con la Filarmónica para esperar más de la primera. José Luis Vidal 17 265-Pliego 2 22/6/11 18:03 Página 18 AC T U A L I DA D BARCELONA Temporada de la OBC ACABAR BIEN LO BIEN EMPEZADO Barcelona. Auditori. 3-VI-2011. Christianne Stotijn, mezzosoprano Coro Madrigal. Coro Vivaldi. Petits Cantors de Catalunya. Director: Pablo González. Mahler, Tercera. B ien está lo que bien acaba y mejor está lo que empezó bien y acaba bien. Es el caso feliz de la temporada de la OBC, la primera bajo su nuevo titular, Pablo González, que es el máximo responsable de esta favorable singladura. González ha dedicado mucho tiempo, estudio y reflexión a obras de Mahler. Evidentemente por las “exigencias del guión”, es decir la abundancia y con frecuencia calidad con que se está conmemorando el centenario de la muerte del compositor; pero también y quizá sobre todo por la preferencia e incluso afinidad del director con la obra y el mundo convulsos de Mahler. Sea por lo que fuere, las versiones de ciclos de Lieder con orquesta y de sinfonías que ha ido dando a lo largo de la temporada han constituido sin duda un excelente pulso de la buena salud de la orquesta (así como alguna versión del repertorio más convencional, pero insoslayable, el clásicoromántico, ha adolecido de menor propiedad, o familiaridad o, quizá y simplemente, ha sido consecuencia de esporádica falta de tiempo para trabajar a fondo alguna obra). González ha elegido para cerrar temporada y conmemoración la Tercera. Primer acierto, la elección: necesitábamos esta sinfonía luminosa y casi optimista, que no cierra fatalmente nada, que parece abrirse a posibilidades indefinidas, pero ciertas. Segundo acierto, la versión: González diri- da por la mezzosoprano Christianne Stotijn con musicalidad, comprensión y eficiencia (aunque hubiéramos preferido un color más oscuro de voz y unos graves más potentes en este papel). La colaboración de las corales fue suficientemente acertada (un “bravo” para la coral infantil, por cierto) y su mérito en conseguir el aire de esperanza y emoción en el inmenso movimiento final, importante. Acabemos esta nota con la constatación del acierto en la elección de Pablo González como titular de la OBC y la esperanza de que su colaboración con la orquesta mantenga y eleve el buen nivel conseguido en el primer año de su titularidad. gió claramente, expresivamente, emotivamente, sí, pero con inteligencia, control, sabiduría. Estuvo preciso en los movimientos enérgicos y vivos, acertó en el contraste entre el aire de marcha y solemne (magnífico el trombón, bien empastadas las trompas, en tanta medida protagonistas) y lo irónico burlesco, con muy mahlerianas concesiones a lo casi vulgar; cerró con enérgica decisión el soberbio final de este movimiento y también el del tercero. En los movimientos lentos centrales dejo narrar a la orquesta “lo que explican las flores”, “lo que explican los animales” e hizo que la orquesta acunara la profunda voz del ser humano en el Lied del cuarto movimiento, voz encarna- José Luis Vidal Concierto tras una grabación GERHARD CON EL SELLO ARDITTI Barcelona. Auditori. 19-V-2011. Cuarteto Arditti. Obras de Gerhard, Casablancas y Berg. 18 Philippe Gontier L a grabación de los dos cuartetos para cuerda de Robert Gerhard a cargo del Cuarteto Arditti —una producción del Centre Robert Gerhard que publicará próximamente el sello Aeon— tuvo como colofón un relevante concierto que incluía en el programa, junto a las piezas del compositor de Valls, el Cuarteto nº 3 “Raging in the dark”, de Benet Casablancas —también grabado por los Arditti (Tritó)— y el Cuarteto op. 3 de Alban Berg. Asistió poco público —no se pueden esperar milagros con propuestas dirigidas a militantes de la causa contemporánea— y es una pena, porque el cuarteto liderado por Irvine Arditti reveló de forma magistral el genio de Gerhard a través de dos obras que ilustran la personal evo- CUARTETO ARDITTI lución de su lenguaje desde el conocimiento práctico de la realidad musical que se desarrollaba en la Europa de los años cincuenta. Música sin concesiones, de sorprendente vigor, cuya riqueza de ideas no puede apreciarse en una primera audición. Por eso urgía tanto llevarla al dis- co con máxima garantía de calidad. La velada tuvo otros momentos de enorme interés, tanto por la lúcida e inspirada lectura de la obra maestra de Berg como por la impecable factura y la plena sintonía con la música de Benet Casablancas. Plenamente familiarizados con su lenguaje, los Arditti mostraron la finura y transparencia de una música de gran expresividad y exigencia técnica. Los Arditti dieron prueba, una vez más, del nivel de calidad y de esa desbordante pasión por la creación actual que les ha convertido en una referencia ineludible en la música contemporánea. Un buen concierto y, en el caso de las obras de Gerhard, un buen disco a la vista. Javier Pérez Senz 265-Pliego 2 22/6/11 18:03 Página 19 AC T U A L I DA D BILBAO Temporada de la BOS FAUSTO, CONDENADO BILBAO Palacio Euskalduna. 4-VI-2011. José Ferrero, tenor; Elisabeth Jansson, mezzosoprano; Jean-Luc Chaignaud, barítono; José Manuel Díaz, barítono. Coro del Conservatorio de la Sociedad Coral de Bilbao. Sociedad Coral de Bilbao. Sinfónica de Bilbao. Director: Günter Neuhold. Berlioz, La condenación de Fausto. Parece evidente que la naturaleza semidramática de La condenación de Fausto de Berlioz hace viable, y además es lo suyo, una versión no escenificada siempre y cuando haya detrás una gran carga imaginativa y una extraordinaria capacidad para evocar sensaciones líricas, poéticas, dramáticas e incluso aterradoras. Neuhold aseguró algunos pilares indispensables (conocimiento, seriedad, orden, disciplina) y puso en valor su experiencia como acompañante de cantantes, pero la narración no se libró de momentos de cierta opacidad, fundamentalmente en algunos recitativos, lo que acabó debilitando un poco la progresión dramática hacia el descenso al Pandemonium. Muy sólida GÜNTER NEUHOLD la Sinfónica y más bien regular la Sociedad Coral, pese a aportar al valor añadido de ser la agrupación que estrenara la obra en suelo nacional hace ya más de cien años; solvente a lo largo de toda la obra, se vino abajo hacia el final, lastrando el efecto pacificador del epílo- go. Tampoco los niños de su conservatorio tuvieron su mejor noche. Por el contrario, el tenor José Ferrero, sustituto a última hora de Michael Schade y un tanto superado por la partitura en partes como el dúo de amor Ange adoré, aportó frescura vocal al papel de Fausto, ple- gándose a un lirismo amplio y expansivo en la Invocación de la naturaleza. La joven mezzo Elisabeth Jansson mostró en Margarita una voz muy singular que no pudo ocultar una expresividad fría y distante, aunque fraseó delicada y pulcramente la romanza D’amour l’ardente flamme, lo cual acentuó el contraste con el Mefistófeles baritonal, de indudable altura dramática y de tonos diabólicamente mordaces que puso en pie un ya algo gastado Jean-Luc Chaignaud. Sonoro José Manuel Díaz (Brander) en la Canción de la rata en la Taberna de Auerbach. Luces y sombras, por tanto, en una noche de la que seguramente se esperaba más. Asier Vallejo Ugarte Sociedad Filarmónica FUEGO Bilbao. Sociedad Filarmónica. 7-VI-2011. Stephen Hough, piano. Obras de Beethoven, Janácek, Scriabin y Liszt. L a Sociedad Filarmónica de Bilbao contó para el concierto de clausura de su temporada con uno de sus grandes ídolos, el pianista británico Stephen Hough, que rondando ya los cincuenta se presentaba en la sala por décima vez. No fue un recital más, ninguno de los suyos lo es, y no lo fue desde una Sonata “Claro de Luna” de Beethoven serena en el primer movimiento, fluida en el segundo y sobre todo plena de vigor en un tercero de acentos muy dramáticos. Emotiva y sugerente, con el impresionismo en el horizonte, la Sonata 1.X.1905 “De la calle” de Janácek, y más desfogadas, implacables por momentos, las dos sonatas (Cuarta op. 30 y Quinta op. 53) de Scria- bin. No obstante, fue en la Sonata en si menor de Liszt donde Hough se reivindicó como un auténtico fuera de serie que parecía valerse de las dificultades técnicas para ahondar en los aspectos revolucionarios de la partitura, con un grado de concentración que arrastraba consigo al oyente un poco a la manera de los grandes del pasado. La asombrosa energía rítmica, las enormes ten- siones, los fuertes contrastes y las poderosísimas incursiones en el grave confirieron a la sonata un tono marcadamente mefistofélico. Claro está que otros se han recreado con mayor lirismo en los perfiles más poéticos y sutiles de la obra, o que han preferido diferenciar más nítidamente los caracteres de las distintas secciones, y puede ser incluso que para algunos allí hubiera más espectáculo que música de verdad, o que analizado con frialdad aquello no fuera realmente para tanto, pero no hay por supuesto una única forma de tocar el piano: Hough está en su mundo y Liszt (este Liszt) tiene perfecta cabida en él. Memorable. Asier Vallejo Ugarte 19 265-Pliego 2 22/6/11 18:03 Página 20 AC T U A L I DA D JEREZ / LA CORUÑA Montiel, una Carmen de altura PERFIL DEL MITO JEREZ Teatro Villamarta. 2-VI-2011. Bizet, Carmen. María José Montiel, Marcelo Puente, José Antonio López, Ainhoa Garmendia, Cecilia Lavilla, Marina Pardo, José Canales, David Rubiera, Francisco Santiago, Ángel Tomás Pérez, Leonor Leal. Coro del Teatro Villamarta. Sinfónica de la Región de Murcia. Directora musical: Elena Herrera. Director escénico: Francisco López. Desde aquellos días en los que empezamos a barruntarnos que la crisis, huésped incómodo, no iba a ser ese paréntesis molesto que tantos presumíamos, sino que había llegado para quedarse, el cricrí insomne de las tijeras rechina en los oídos de todo afecto a la cultura, eterna sospechosa de ser adorno prescindible, gasto recortable, gratuito farolillo de feria. Al filo del precipicio mismo de la bancarrota y sin visos de hallar la vía de marcha atrás, el Ayuntamiento jerezano cambia ahora, además, de manos; ojalá sus nuevos responsables no escojan la solución más sencilla y menos imaginativa, aplicar las tijeras. Se nos retrotraería con ello a la situación “paramesca” de quince años atrás; sólo que la sociedad jerezana de hoy no se parece, afortunadamente, a aquella de hace tres lustros y a buen seguro aceptaría mal tan aberrante “castración”. Así las cosas, confesaré mis recelos a la hora de endilgarle peros a cualquier acontecimiento escénico, no sea que los partidarios de cortar por lo sano acopien así pábulo para dar luego rienda suelta a sus impulsos. Con todo, apuntaré que, no siendo ésta, desde luego, la mejor Carmen que se haya exhibido en el escenario villamartino, tampoco puede afirmarse que anduviera escasa de atractivos. Entre estos, por supuesto, la propia producción escénica del Villamarta, de un costumbrismo añejo en el mejor sentido, andaluzamente decantado y quintaesenciado. Así también la dirección escénica de Francisco López, ganosa antes de servir al drama e iluminarlo desde una óptica muy peculiar, sí, pero también meditada y respetuosa, que servirse de él para abs- trusas entelequias o filosofías de baratillo. Sin embargo, lo más directamente memorable llegó de la garganta y la presencia escénica de la madrileña María José Montiel, gestadora de una Carmen imbuida de una vocalidad suntuosa, plena de embrujo tímbrico, musicalidad a machamartillo y lujuriosa carnalidad. Fue la suya una creación de verdadera altura por voz, por técnica, por relieve y ardor expresivo. A su lado, la verdad sea dicha, el elenco restante palideció no poco, no porque la mayoría no cumpliera suficientemente, que sí que lo hizo, sino porque anduvo bastante más ayuno de gracejo, empuje e inspiración. Así, Marcelo Puente fue un Don José pálido y desvaído, teatral en el peor sentido; por coordenadas similares se movió el soso Escamillo de José Antonio López; algo más acertada estuvo la Micaela de Ainhoa Garmendia, que firmó su mejor momento en su aria del tercer acto, donde alcanzó finalmente a dar someras muestras del porqué de su inclusión en importantes carteles de todo el país. La bailaora jerezana Leonor Leal incorporó con genio y poderío la figura del Destino que, como suerte de pórtico, preside cada acto del drama en la concepción dramatúrgica ideada por Francisco López. Ni el coro titular del Villamarta ni la cubana Elena Herrera, una habitual del foso villamartino, tuvieron en ésta su mejor noche: el primero no sólo en razón de sus esporádicos desajustes, sino también, y más aún, debido al abuso del trazo grueso; y la segunda a causa de cierta falta de nervio y pulso de la que intermitentemente adoleció su lectura. Ignacio Sánchez Quirós Fabio Biondi dirige una excelente versión de La clemenza di Tito en el Festival Mozart LA ÚLTIMA GRAN ÓPERA SERIA LA CORUÑA Palacio de la Ópera. 18-VI-2011. Mozart, La clemenza di Tito. Shawn Mathey, Véronique Gens, Lucia Cirillo, Martha Mathéu, Pilar Vázquez, Maurizio Muraro. Coro de la OSG. Real Filharmonía de Galicia. Director musical: Fabio Biondi. Director de escena: Marco Carniti. 20 Ya en los primeros compases de la magnífica obertura, con la vibrante acentuación de los redobles de timbal, pudimos observar que Fabio Biondi contemplaba La clemenza di Tito no como la obra crepuscular del genio salzburgués sino como la última gran ópera seria. El director italiano —que prescindió en esta ocasión de su habitual violín para empuñar la batuta, desde el principio hasta el final— hizo resonar así los ecos de Gluck y Salieri, así como de las propias óperas heroicas de Mozart, dotando a toda la versión de una enorme carga dramática, y llevando a los músicos de la Real Filharmonía de Galicia a una prestación incandescente, a la que se sumaron también los miembros del muy mejorado (en calidad y cantidad) Coro de la Orquesta Sinfónica de Galicia y un excelente plantel de solistas. El papel titular estuvo encarnado con mucha autoridad por el tenor norteamericano Shawn Mathey, y aunque encontró algún problema en las agilidades, supo dar al emperador empaque y humanidad. Aunque la estrella de la velada fue, indudablemente, la soprano francesa Véronique Gens, una experimentada Vittelia, quien hizo gala de toda su clase mozartiana en su Non più di fiori —pese a cierta debilidad en el grave—, y su fuerte personalidad como cantante trágica. Lucia Cirillo tal vez no cuente con unos medios espectaculares, pero compuso un impecable Sesto, de color homogéneo y buena disposición técnica (acompañada por una justamente ovacionada intérprete de clarinete di bassetto en el Parto, parto). Muy acertadas Martha Mathéu como Servilia y Pilar Vázquez como Annio (aunque esta última quizá se luzca más en otros repertorios, por ejemplo el wagneriano), y correcto Maurizio Muraro como Publio. La solución escénica de Marco Carniti, con una escalera y unos pocos elementos decorativos, algo más desarrollada respecto a la ya contemplada en el Teatro Real, resultó bastante adecuada. Rafael Banús Irusta 265-Pliego 2 22/6/11 18:03 Página 21 AC T U A L I DA D LA CORUÑA Festival Mozart EN BUSCA DE BUENAS OPORTUNIDADES La edición número catorce del Festival Mozart busca posibilidades en el mercado artístico y las complementa mediante conciertos realizados con medios propios. De este modo, se salva un año difícil. Eso sí: don Wolfgang Amadeus está casi por completo ausente. Así, por ejemplo, se ha vuelto a contratar una puesta en escena de El barbero de Sevilla, adaptada para niños por Tricicle, que ha repetido el éxito de hace cuatro años. La programación de una ópera barroca, Sesostri, re d’Egitto, atrajo a diversos críticos y aficionados de varios puntos de España. Terradellas fue un compositor catalán muy apreciado en el siglo XVIII en Italia. La ópera no defraudó, a pesar de tratarse de una versión reducida y sin representación escénica, debido a un magnífico elenco cosmopolita de cantantes, sobre todo, tres sopranos líricas (Cangemi, argentina; Eriksmoen, noruega; y Milanesi, italiana) y a la orquesta de veinticuatro músicos excelentes y un director eficaz. El recital de arias de ópera de Verdi estuvo a cargo de tres cantantes: soprano, tenor y barítono. Ermonela Jaho ha perdido por fortuna el ancho y feo vibrato que caracteriza a tantas voces eslavas; en la actualidad, es una dramática que recuerda a la gran Maria Callas; Josep Bros es un tenor lírico de bella voz y notable línea de canto; y Meoni, un barítono excelente para el repertorio belcantista, un poco fuera de estilo y posibilidades en Verdi. La Sinfónica Miguel Ángel Fernandez LA CORUÑA Palacio de la Ópera. 18-V-2011. El superbarbero de Sevilla, adaptación de Tricicle. Academia de Bellas Artes. 19-V2011. Trío Guertzena. Rachmaninov, Trío nº 2. Casa de los peces. 20-V-2011. El Salón Filarmónico. Obras de Mozart y Beethoven. Teatro Colón. 22-V-2011. Grupo Instrumental Siglo XX. Obras de Schoenberg, Berg y Webern. Palacio de la Ópera. 25-V-2011. Ermonela Jaho, soprano; Josep Bros, tenor; Giovanni Meoni, barítono. Sinfónica de Galicia. Director: Pietro Rizzo. Arias de Verdi. Teatro Colón. 29-V-2011. Sunhae Im, Verónica Cangemi, Mari Eriksmoen, Raffaella Milanesi, sopranos; Kenneth Tarver, tenor. Real Compañía de Ópera de Cámara. Director: Juan Bautista Otero. Terradellas, Sesostri, re d’Egitto (versión de concierto). 5-VI-2011. Chaikovski, El lago de los cisnes. Corella Ballet Castilla y León. Sinfónica de Galicia. Director musical: Alexei Baklan. Director de escena y coreografía: Ángel Corella. Academia de Bellas Artes. 9-VI-2011. Hill, Marín, Harriswangler, Garza, Permuy. Obras de Mozart y Beethoven. Casa de los peces. 10-VI-2011. Quinteto Solistas de la OSG. Obras de Danzi. Teatro Colón. 14-VI-2011. Orquesta de Mujeres de la OSG. Concertino y directora: Lucica Trita. Obras de Corelli, Mozart, Rossini y Mendelssohn. Sesostri, re d’Egitto de Terradellas en versión de concierto Josep Bros, Ermonela Jaho y Pietro Rizzo de Galicia, excepcional orquesta de foso, estuvo muy bien dirigida por el joven Rizzo. Por primera vez, dentro de un Festival Mozart, se ha programado una función de ballet, El lago de los cisnes, a cargo de la compañía Corella Ballet Castilla y León. Espectáculo, de alta calidad estética, en el que actuó, como base instrumental, no una de esas espantosas cintas pre- grabadas, sino la Orquesta Sinfónica de Galicia, maravillosa bajo la notable dirección del joven Baklan. Abundantes conciertos de música de cámara. Hay que destacar el que planteó Florian Vlashi, con su Grupo Instrumental Siglo XX y la colaboración de unos bailarines; algo insólito, que pareció de alto interés, porque se fue alternando la parte musical (transcripciones de valses de Johann Strauss hijo por Schoenberg, Berg y Webern, y dos obras originales y poco conocidas del primero: Música de Navidad y La brigada de hierro) con una soberbia escenificación de la vida del pintor Gerstl, amigo de Schoenberg, quien traicionó su amistad con la esposa del compositor, y por ello se privó de la vida; impresionante final a cargo del bailarín Jesús Quiroga. Algunos profesores de la Sinfónica de Galicia han formado agrupaciones de cámara; la altura artística de los integrantes da como resultado conciertos muy atractivos y de excelente calidad. La Orquesta de Mujeres (once arcos) hizo una presentación magnífica, con interpretaciones muy precisas y de bella sonoridad. El Salón Filarmónico, un sexteto de arcos, tocó el Quinteto nº 3 K. 516, de Mozart, y una interesantísima transcripción atribuida a Ludwig Sina, de la Primera Sinfonía, de Beethoven; partitura depositada en la sede de la Real Academia Galega. Una agrupación denominada Quintetos en Mi bemol interpretó sendas extraordinarias partituras de Mozart y Beethoven que combinan el piano con cuatro instrumentos de viento, difícil equilibrio tímbrico bien resuelto por los ejecutantes. Otro quinteto, pero éste sólo de vientos, Solistas de la OSG, tocó cuatro quintetos de Danzi; los intérpretes son primeros atriles en la Sinfónica de Galicia y el resultado de su conjunción, espectacular. Julio Andrade Malde 21 265-Pliego 2 22/6/11 18:03 Página 22 AC T U A L I DA D LAS PALMAS XLIV Temporada de Ópera de Las Palmas MUCHO ELIXIR, POCO AMOR Y AIRES DE GALA LAS PALMAS Ángel Medina Teatro Pérez Galdós. 2-V-2011. Donizetti, L’elisir d’amore. Mariola Cantarero, Celso Albelo, Paolo Bordogna, Giorgio Caoduro, Judith Pessoa. Coro de la Ópera de Las Palmas. Filarmónica de Gran Canaria. Director musical: Eric Hull. Director de escena y escenógrafo: Mario Pontiggia. Auditorio Alfredo Kraus. 26-V-2011. Isabel Rey, soprano; Fabio Sartori, tenor. Coro de la Ópera de Las Palmas. Filarmónica de Gran Canaria. Director: Eric Hull. Números de ópera de Chaikovski, Gounod, Puccini, Verdi, Bizet y Rossini. 22 Las estrecheces económicas por las que atraviesan todos los programadores de espectáculos o manifestaciones culturales de toda índole motivan que, para que las naves lleguen a buen puerto, haya que hacer con frecuencia hasta números malabares y aguzar el ingenio para economizar sin que ello conlleve una mengua de la calidad. Los ACO que, como tantas otras instituciones, se han visto obligados a adaptarse al mermado presupuesto del que se dispone en estos momentos, y en la presente temporada han tenido que substituir el quinto título habitual, por una Gala Lírica, lo que ya supone un considerable ahorro en lo que a producción se refiere. Y, también, como medida de ahorro, han reutilizado una producción propia basada en los bocetos del universal artista grancanario Néstor MartínFernández de La Torre, estrenada en el Teatro Cuyás en 2005. Ya en su momento comentamos desde estas mismas páginas lo bien que se aviene las estética de Néstor, en su vertiente del tipismo, a la deliciosa pastoral que con tanto acierto creara el genio de Bérgamo. Pontiggia sabe aprovechar los elementos visuales más adecuados para la obra en escenografía y vestuario. Y, de hecho, la producción fue muy bien recibida en la Ópera de Montecarlo en su presentación monegasca, lo que la dota de una dimensión alejada del regusto localista. Pero, en esta ocasión, los resultados artísticos no estuvieron a la misma altura, fundamentalmente por motivos de índole interpretativa, tanto en lo teatral como en lo musical. Elisir d’amore no es una Mariola Cantarero y Celso Albelo en L’elisir d’amore de Donizetti en Las Palmas astracanada ni una humorada destinada a arrancar la carcajada continuamente. Es obra de sonrisa pero tremendamente humana e impregnada de una melancolía que transita por toda la partitura. Ello no se correspondió con la a menudo explotada sobreactuación por parte de los intérpretes, que tendían, en general, a subrayar en exceso en gestualidad y ademanes los efectos etílicos del pretendidamente amoroso elixir. Y en ocasiones estos excesos se reflejaban en cierta medida en lo musical, puesto que, si bien se optó por una versión prácticamente completa (es decir, abriendo los cortes que la a menudo tirana tradición impone) incluso con el normalmente suprimido cuarteto del segundo acto, lo cual es de agradecer, sin embargo los cantantes añadían agudos, ornamentos y notas no escritas en la partitura sin que ello añadiera interés musical en todas las ocasiones. Sin duda, el más acorde en cuanto a estilo vocal y ele- gancia en fraseo fue el tenor tinerfeño Celso Albelo. Su incuestionable belleza tímbrica y su refinamiento en la línea de canto confieren a su Nemorino una ternura impagable, que alcanzan el clímax en el hermoso Adina credimi y, por supuesto en la Furtiva lacrima. Escuchándolo, no podíamos dejar de reconocer el legado de Kraus, que felizmente ha encontrado continuación en este joven cantante. Magnífico en lo actoral y con muy buen conocimiento del estilo, Paolo Bordogna compuso un Dulcamara ideal, muy compensado entre lo actoral y lo canoro. Adina no parece encajar a la perfección en la actual vocalidad de la Cantarero, que encuentra sus más bellos momentos en los cantabili (preciosas las frases del Prendi, per me o en el Chiedi all’aura) pero con tendencia a la estridencia o a la banalidad en la pirotecnia de las agilidades, por otra parte bien resueltas. El joven Caoduro muestra un timbre de gran interés, aunque algo envarado en lo interpretativo, en tanto que Judith Pessoa compuso una Gianetta de incuestionable profesionalidad. El Coro fue, como acostumbra, una gran baza para contribuir a la brillantez general, como muy bien volvió a refrendar en sus intervenciones en la Gala Lírica que se celebró semanas después en el Auditorio. En ella volvimos a hallar la profesionalidad del maestro Hull, que dirigió con acierto una orquesta disciplinada en la que las contribuciones de los solistas dieron mucho de sí (especialmente violonchelo, viola, flauta y arpa). Isabel Rey volvió a triunfar por su refinamiento musical y seguridad técnica con niveles de excelencia especialmente en el repertorio francés. Fabio Sartori reiteró su éxito con las bazas seguras de su hermoso timbre y poderío vocal en un repertorio apto para todos los públicos. Los aplausos corroboraron el éxito de la velada de gala. Leopoldo Rojas-O’Donnell 265-Pliego 2 22/6/11 18:03 Página 23 AC T U A L I DA D LUGO Festival Ciudad de Lugo DOS MUNDOS BIEN DIFERENTES LUGO Círculo de las Artes. 1-VI-2011. Insieme Strumentale di Roma. Violín y director: Giorgio Sasso. Obras de Vivaldi. 2-VI-2011. Sergei Leiferkus, barítono; Semion Skigin, piano. Obras de Chaikovski, Rachmaninov y Musorgski. Es gratificante comprobar diferentes épocas compositique en Lugo se sigue vas, entre las que destacaron manteniendo la calidad, las dos de la op. 73 y en paraunque los recursos sean ticular la nº 4 (Solo de nuevo, escasos. Dos excelentes como antes) y cinco de Rachsesiones musicales cerraron maninov, incluyendo la sinen días consecutivos el festi- gular Carta a K. S. Stanisval de este 2011, en el que se lavski de S. S. Rachmaninov cumplen los 300 años de la aunque no fuera la más notapublicación en Ámsterdam ble de las cinco, papel que de la colección de doce con- quizás le correspondería a la ciertos titulada L’estro armo- op. 21, nº 1 (El destino). En nico, op. III y a ella estuvo la segunda parte, dos canciodedicada la velada ofrecida nes de Musorgski dieron por el Insieme Strumentale paso al sobrecogedor ciclo di Roma dirigido por el violi- Canciones y danzas de la nista Giorgio Sasso. Cinco muerte, quizás la mayor conciertos de la op. III, los muestra de la genialidad del nºs 3, 4, 8, 9 y 11, más el compositor. Concierto para cuerda y continuo RV 134 constituyeron el programa. Difícil resulta destacar algo en un grupo tan espléndido y cualitativamente homogéneo de obras, pero quizás habría que hacerlo con el nº 8 para dos violines y su maravilloso Larghetto central y el nº 11 para dos violines y violonchelo, una de las cumbres de la colección. El bonus resultó bien singular, una SERGEI LEIFERKUS fuga compuesta por Pablo Queipo de Llano con motivo del cenMuy conocido por sus tenario de L’estro armonico, roles operísticos, el barítono que ni Vivaldi se hubiera ruso demostró ser también un dado cuenta de que no era gran intérprete en este bien suya. Deliciosa tarde la ofre- diferente género. Cantante de cida por todos los músicos voz poderosa pero no por que intervinieron. ello poco flexible, bien timY de Venecia, a Rusia. Al brada en el agudo y con la día siguiente, el barítono Ser- expresividad requerida, captó gei Leiferkus dio el que era con su entrega el interés de su primer recital de cancio- los oyentes, a pesar de echarnes en España, con su com- se en falta la traducción de patriota Semion Skigin al pia- los textos cantados. no. En la primera parte, seis canciones de Chaikovski de José Luis Fernández 23 265-Pliego 2 22/6/11 18:03 Página 24 AC T U A L I DA D MADRID Estreno de Yo, Dalí de Benguerel CASI UN GRAN ACIERTO MADRID Jesús Alcántara Teatro de La Zarzuela. 10-VI-2011. Benguerel, Yo, Dalí. Joan Martín-Royo, Marisa Martins, Antonio Comas, Vicenç Esteve Madrid, José Antonio García, Hasmik Nahapetyan, Mariano Viñuales. Director musical: Miquel Ortega. Director de escena: Xavier Albertí. Escenografía: Quim Roy. Figurines: María Araujo. 24 El propio Dalí, en vida, quiso convertirse en personaje de ópera. Ahí está su propio Dalí, con libreto de Vázquez Montalbán y música de Igor Wakhévitch, principios de los setenta: tre Dieu: opéra-poème, audiovisuel et cathare en six parties. Nada menos. Por lo tanto, no le sorprendería verse cantar y ver cantar a Gala, encarnados aquí por los espléndidos Joan MartínRoyo y Marisa Martins. Si acaso, le enfadaría lo cotidiano, el intento de realismo, la deriva de las insanias de ambos, su conversión en un matrimonio de viejos que se odian. De todas maneras, Yo, Dalí, de Berenguel con libreto de Jaime Salom, sí se ha estrenado, mientras que la propiciada por el pintor sólo se grabó en disco. Es cierto que Yo, Dalí se estrena algo tarde. Es de esas obras que las instituciones que tendrían el deber de fomentar la creación contemporánea tratan de arrinconar, para estrenar sólo obras de los caciques de la composición, y que conste que Benguerel no es ningún marginal. En fin, aquellos LPs de tre Dieu creo que pasaron a CD hace tiempo. Nunca ha sido esta obra una referencia importante en estos cuarenta años. Benguerel y Salom parten de otro sentido de las cosas. Son dos artistas ya mayores, más o menos paisanos de Dalí, y se lo toman como un ser humano que era hijo de notario y que pareció encontrarse a sí mismo en las secuelas inmediatas del primer surrealismo, tras Breton, Aragon y Soupault, con Buñuel, incluso con Lorca, que aparece por esta ópera y que creo que no canta una nota. Salom es un excelente dramaturgo con una espléndida carrera a sus espaldas. Crea un libreto eficaz, de escenas breves que Joan Martín-Royo en Yo, Dalí de Xavier Benguerel proponen un relato lineal. Los libretos no han de ser excelentes, sino adecuados para un músico excelente. Benguerel lo es en muchos aspectos, aunque en este caso creemos que falla en uno muy importante. Casi todo este Dalí podría ser cualquier pintor de éxito casado con una dama de lujo. Poco hay del arte de Dalí en esta ópera, y acaso no tenga por qué haberlo. Poco hay del provocador de poderosos, que estaban encantados de sonreír en una foto con él, aunque supieran que halagaba a la momia de El Pardo con retratos a lo Boldini de la nieta. Pero puede valer la historia, después de todo es un crescendo hacia el éxito y la auténtica locura, después de fingirla tanto. Las broncas de los dos ancianos son muy de andar por cada. Benguerel es un refinado orquestador, la riqueza tímbrica de la obra es a ratos penetrante, nunca gratuita, a menudo humorística (la trompa y creo que el contrafagot). Un gran acierto es la prosodia castellana, que tan poca fortuna tiene en la ópera de los últimos, pongamos, 80 años. Benguerel consigue que el idioma resulte cantado con verdad, simplemente porque sabe asignar valores a la palabra y la frase; ni siquiera Messiaen, el rey de las notas de amplia duración, se permitió componer su San Francisco sólo en blancas y negras. Hay una escena en catalán, la segunda; y fragmentos en inglés y en francés. Por ahí, excelente. Lo malo, lo único, lo que hace que esto no cuaje del todo, es el recitativo monocorde permanente. Y no porque pretendamos un cantabile, que a veces aparece, sino porque la repetición de un mismo procedimiento durante casi más de dos horas y media de música (más descanso) es eso, monotonía. Muy bella, feliz, ágil puesta en escena de Xavier Albertí, con una escenografía de Quim Roy que parece comedida y que está llena de expresividad a partir de escasos pero muy sugerentes elementos; que, además, permiten cambios rápidos. María Araujo diseña unos figurines bellos, que son reconstrucción pero también imaginación. Dominio del foso por parte de Miquel Ortega, que me da la impresión de que es el alma artística del proyecto. Bravo por Ortega, ya lo quisiéramos para proyectos que duermen el mismo sueño culposo que dormía este Yo, Dalí. Pero ¡bravo!, una vez más, por Xavier Güell y musicadhoy, que han arrastrado al Liceu y a La Zarzuela, perezosos ambos coliseos para este tipo de cosas. El reparto, ya lo avanzábamos, es de gran nivel, con Martín-Royo y Martins, sobresalientes; pero también con Antoni Comas en su doble papel, o Vicenç Esteve Madrid, o José Antonio García. Santiago Martín Bermúdez 265-Pliego 2 22/6/11 18:13 Página 25 AC T U A L I DA D MADRID Reposición de las Bodas de Sagi FUNCIONAL ACUARELA Madrid. Teatro Real. 30-V-2011. Mozart, Las bodas de Fígaro. Nathan Gunn, Annette Dasch, Aleksandra Kurzak, Pietro Spagnoli, Alessandra Marianelli, Jeannette Fischer, Carlos Chausson, Raúl Giménez, Enrique Viana, Maria Savastano, Miguel Sola. Director musical: Víctor Pablo Pérez. Director de escena: Emilio Sagi. Javier del Real T ras su estreno en el Real en julio de 2009, regresa esta producción, siempre bien acogida por un público que empieza a estar ávido de repertorio, ahora dirigida en lo musical por Víctor Pablo Pérez, que ofreció una visión bien distinta a la de López Cobos, más enjuta y enérgica, más camerística, más apremiante en los tempi, bien construida y planificada. Echamos de menos algo más de cantabilità, de elasticidad, de finura y de gracia, la que generalmente pudimos apreciar en la ágil escena desarrollada sobre los muy bellos decorados sevillanos de Daniel Bianco. La concepción de Sagi nos sigue pareciendo elegante, vistosa, cálida, luminosa; y oscura en el umbrío y oloroso cuarto acto. Se han pulido algunas cosas y se ha dotado de mayor naturalidad a ciertas secuencias. Nos Spagnoli, Kurzak, Fischer y Chausson en Las bodas de Fígaro sigue sin convencer el manejo del telón translúcido, que creemos engorroso y que a veces no nos deja ver con claridad. Los juegos nocturnos del final y las actitudes actorales respiran verdad. La polaca Aleksandra Kur- zak, hija de Jolanta Zmurko, aquella fulgurante Reina de la noche de la Ópera de Cámara de Varsovia, mostró voz cálida, de fresca y tersa emisión y se evidenció como gentil actriz. Cantó primorosamente Deh, vieni, non tardar. Gunn es un conde opaco y de escaso caudal; Dasch una condesa no exenta de elegancia pero de irregular emisión; Spagnoli un eficaz Figaro de instrumento pobre y a veces nasal; Marianelli un Cherubino agradable pero falto de dimensión vocal. De los secundarios, Chausson volvió a bordar su tonante Bartolo, Giménez dotó de malevolencia a su untuoso y penetrante Basilio, Savastano se reveló una refrescante Barbarina y Fischer, Viana y Sola cumplieron con creces sus misiones en las vestimentas de Marzellina, Basilio y Antonio. Arturo Reverter Ciclo de la OCRTVE DE FINDE Madrid. Teatro Monumental. 6-V-2011. Víctor y Luis del Valle, pianos, Enrique Llopis, Raúl Benavent, percusión. Sinfónica de RTVE. Director: Vasili Petrenko. Obras de Liadov, Bartók y Elgar. 20-V-2011. Ekaterina Gubanova, mezzo; José Ferrero, tenor; Nicolas Courjal, bajo; Jean-Marie Frémeau, barítono. OCRTVE. Director: Michel Plasson. Berlioz, La condenación de Fausto. S egún Lisché El lago encantado es una obra atemática. Pero atemática no es antipoética; esconde recodos de poesía. Vasili Petrenko buceó en sus breves melodías y ofreció poco más en primer plano, disolviendo su textura encantada. Hace un año, con la ONE, Andrew Davis, que no es ruso, entendió mejor esta obra de Liadov. También Petrenko, claro, es capaz de entender mejor otras cosas, y así pasó de la blandura mollar del lago a la dura dureza del Concierto para dos pianos y percusión de Bartók, pieza enriscada y arisca, difícil de tocar y aún de escuchar. Y hay que aplaudir su visión sin concesiones, de impecable cuadratura rítmica, que contó con el acertado concurso de los hermanos Del Valle y de la orquesta y con la calidad excelente de dos percusionistas, una familia de rancio abolengo en la ORTVE. La música de Elgar es pomposa, con pocas excepciones; el Concierto para violonchelo sería una de ellas. Su Segunda Sinfonía tiene ribetes ya familiares, temas casi siempre bellos, estructuras en conflicto y poca variedad en los affetti, el más frecuente una nostalgia nebulosa. Petrenko buscó la sobriedad, firmó un Scherzo con guiños macabros e hizo del tiempo lento el corazón de la obra. La condenación de Fausto es una ópera que no es una ópera. ¿Qué es entonces? Una leyenda dramática, qué diablos. Tan brillante como maleable, tan variada como las elocuentes batallas en que se batió su autor. ¿Y de Plasson, qué se puede decir ya? Que hace mucho tiempo que dejó de ser un plastón. Y que, como la gastronomía catalana, ha mejorado con los años y hoy 300.000 pirámides de discos lo contemplan a lo largo de 30 años de titularidad del Capitole, cuyos frutos franceses o algo afrancesados son los de Massenet, Fauré, Magnard, Guridi o por supuesto este Berlioz. La orquesta tuvo su día y; en proporción, el coro brilló más. Gubanova canta con morbidez y contención, un tanto igual a sí; Ferrero calentó su neutra voz, salvando escollos (con algún patinazo). J. Martín de Sagarmínaga 25 265-Pliego 2 22/6/11 18:03 Página 26 AC T U A L I DA D MADRID Temporada de la OCNE CIERRE EN POSITIVO Álvaro Yáñez Madrid. Auditorio Nacional. 21-V-2011. Martin Owen, trompa. Orquesta Nacional de España. Director: Oliver Knussen. Obras de Knussen, Carter y Debussy. 27-V-2011. Nikolai Demidenko, piano. ONE. Director: Jirí Belohlávek. ONE. Obras de Smetana, Rachmaninov y Janácek. 5-VI-2011. Sara Mingardo, contralto. OCNE Director: Josep Pons. Mahler, Sinfonía nº 3. E mpezando por el final, hemos de apuntar una Tercera Sinfonía de Mahler que ha servido para que la Nacional y Pons hayan rubricado quizá su mejor acercamiento al compositor. El habitual cartesianismo de la batuta, siempre precisa y bien orientada, se ha entremezclado con gestos de excelente estirpe mahleriana: uso juicioso del glisando, empleo inteligente del rubato, detalles de acentuación muy propios (como ese agreste giro del oboe en el Adagio). Construcción sólida y expresión adecuada; y prestaciones solistas de altura, que personificamos sobre todo en el posthorn de Manuel Blanco. A pesar de que en la transida peroración final creemos que faltó elevación y un mayor sentido JIŘÍ BĚLOHLÁVEK de la progresión, la nota debe ser alta. Sara Mingardo, de escaso caudal pero de atractivo color oscuro, dijo ascéticamente su parte. En su punto el coro y escasamente audibles los niños del Sagrado Corazón de Rosales. Brilló en el concierto de Knussen, más que su batuta, concisa, elemental y ordenada, la calidad exquisita de su música, influida por Schuller, por Carter y por el impresionismo. De ahí que fuera un acierto programar, junto a sus Flourish with Fireworks, The Way to Castle Yonder y el Concierto para trompa (magnífico Owen), el Concierto para este instrumento de Carter y la suite de El martirio de San Sebastián de Debussy. Por su parte, el checo Belohlávek demostró cómo se puede dirigir música de su región —El Moldava y Sarka de Mi patria de Smetana y Taras Bulba de Janácek— de forma natural, fluida, nacida de un gesto sobrio, elegante y sugerente. Todo sonó en su sitio, sin estridencias, bien edificado y fraseado, más allá de episódicas borrosidades en las contundentes codas. Acompañamiento muy profesional al demoledor y musculoso Demidenko, que tocó con pasión y algún desajuste que otro el famoso Concierto nº 2 de Rachmaninov. Arturo Reverter Ciclo de la ORCAM DE LO DIGNO A LO SENSACIONAL Madrid. Auditorio Nacional. 7-VI-2011. Svetla Krasteva, soprano; Itxaro Mentxaka, mezzosoprano; Federico Gallar, barítono. Coro y Orquesta de la Comunidad de Madrid. Director: Christoph König. Obras de Mendelssohn, Maxwell Davies y Szymanowski. S 26 e había elaborado un programa infrecuente que no culminaba en la habitual sinfonía de cierre. Y eso se justificó como ahora veremos. De comienzo, la Sinfonía nº 5 en re mayor “De la Reforma”, op. 107, que nos llegó en versión muy contrastada y certera, con la unción apetecida en la invocación de comienzo, buena aplicación del canto y rubato con verdadera exhibición del bloque chelos-violas en el Andante previo al coral de conclusión. Aparte de las cualidades antedichas, aplicó en ella König el vigor de su claro gesto directorial. Pese a ello, en la descarnada obra de Maxwell Davies Primera Fantasía sobre un “In Nomine” de John Taverner, discurso con apuntes seriales sobre la pieza de corte antifonal de Taverner, no se redondeó la versión, en la que la orquesta digamos que se defendió con dignidad. Otra cosa fue, y de ahí la justificación estructural del programa ofrecido, la impactante, magnífica interpretación del Stabat Mater de Szymanowski, tan deudor de músicas antiguas, donde rayó el coro a gran altura, adecuándose certeramente la orquesta, con la intervención luminosa de Gallar en primer plano, redondo y potente, en soberbia plenitud en sus dos intervenciones, siguiéndole en méritos Svetla Krasteva y la CHRISTOPH KÖNIG. aportación de Itxaro Mentxaka. La acogida del público a la sinfonía y a la obra final fue especialmente calurosa. Al final del programa de mano consta la programación de la temporada próxi- ma: doce conciertos, quizá compensados por los seis que se ofrecen por estos conjuntos en los Teatros del Canal. José A. García y García 265-Pliego 2 22/6/11 18:03 Página 27 AC T U A L I DA D MADRID Liceo de Cámara VARIACIÓN FINAL Madrid. Auditorio Nacional. 26-V-2011. Carolin Widmann, violín; Konstantin Lifschitz, piano. Obras de Mozart, Messiaen, Bach, Ysaÿe, Webern y Schubert. 2-VI-2011. Imaginarium. Violín y director: Enrico Onofri. Obras de Frescobaldi, Turini, Merula, Biber, Corelli, Vivaldi y otros. 15-VI-2011. Cuarteto Meta4. Obras de Haydn, Beethoven y Berg. ENRICO ONOFRI MANUEL GUILLÉN, violín 2 de julio en Patones 14 de agosto en La Serna del Monte DÚO DEL CASTILLO – AIJÓN (barítono y fortepiano) 2 de julio en Torrelaguna 9 de julio en Algete MISA FLAMENCA. COMPAÑÍA DE TITO LOSADA Y SCHOLA GREGORIANA DE MADRID 9 de julio en Buitrago del Lozoya L a recta final del Liceo de Cámara trajo dos veladas marcadas por el violín, aunque sus representantes lo fueran con estilos y repertorios totalmente diversos. Carolin Widmann tropezó al comienzo de su concierto, pues su instrumento se vio literalmente tapado por el piano de Lifschitz. Pudo desplegar su talento y magnífica técnica en la Partita nº 1 de Bach y la Sonata op. 27, nº 2 de Ysaÿe, obra ésta verdaderamente obsesiva (omnipresente Dies iræ) y que en la versión de Widmann cobró todo su sentido. Acercamientos aceptables a las Variaciones op. 27 de Webern, por Lifschitz en solitario, y al no muy importante Tema y variaciones de Messiaen por ambos artistas, que rindieron lo mejor de su colaboración en una espléndida Fantasía D. 934 de Schubert. Extraordinaria la sesión a cargo del violinista Enrico Onofri y el grupo Imaginarium. Quizá sea discutible tocar como un bloque continuo la primera parte, a base de piezas breves de Frescobaldi, Ferrari, Rognoni y varios otros, pero no deja de ser un detalle muy menor frente a la fantasía, musicalidad y virtuosismo desplegados. Luego, lecturas fascinantes de la primera de las Sonatas del Rosario, la sonata corelliana y sobre todo el formidable despliegue en la Follia de Vivaldi. Sin duda, uno de lo grandes conciertos del XIX Liceo de Cámara. El Cuarteto Meta4, en el concierto de clausura de la serie, evidenció una sintonía mucho más acusada con la Suite lírica de Berg, página de la que ofreció una interpretación verdaderamente febril, en especial del Presto delirando, que con Haydn y Beethoven. El sonido áspero del grupo no se acomodó en absoluto a las necesidades del Op. 76, nº 3 del primero, aunque en esta composición al menos expusieron un bien respirado Poco adagio. El Op. 135 beethoveniano corrió peor suerte, con una intervención muy deficiente del primer violín en el ciertamente exigente Vivace y un prosaico Lento assai, de ascensión anímica inexistente. TRÍO DE MADRID (violín, viola y violoncello) 23 de julio en Rivas-Vaciamadrid Mª ANTONIA RODRÍGUEZ – DANIELA IOLKICHEVA (flauta y arpa) 23 de julio en La Acebeda 24 de julio en Rascafría SCHOLA POLIFÓNICA DE MADRID 24 de julio en Arganda del Rey MARIANELA SANTURIO, piano 9 de julio en Collado Mediano JOAQUÍN TORRE, violín 26 de julio en Madarcos 30 de julio en Braojos TONI GARCÍA ARAQUE Y JESÚS GÓMEZ (contrabajo y piano) 9 de julio en Guadarrama CUARTETO BRETÓN 5 de agosto en Buitrago del Lozoya 6 de agosto en Pelayos de la Presa GOLIARDOS ENSEMBLE (música antigua) 9 de julio en Soto del Real ARA MALIKIAN Y ENSEMBLE DE LA ORQUESTA IBÉRICA 6 de agosto en Hoyo de Manzanares JOSÉ MANUEL MONTERO Y JUAN A. ÁLVAREZ PAREJO (tenor y piano) 12 de julio en Madrid EULALIA SOLÉ, piano 6 de agosto en San Lorenzo de El Escorial CUARTETO PLAY FOUR 14 de julio en Madrid ENSEMBLE SANCTI JACOBI 11 de agosto en San Lorenzo de El Escorial SPANISH BRASS LUUR METALS 15 de julio en Pinto 16 de julio en Becerril de la Sierra GRUPO DE MÚSICA BARROCA LA FOLÍA 16 de julio en Buitrago del Lozoya MIRO SHOHET, guitarra 16 de julio en Piñuécar ZARABANDA (música barroca) 16 de julio en Villa del Prado 23 de julio en Navalcarnero ÁNGEL HUIDOBRO, piano 12 de agosto en San Lorenzo de El Escorial SIGMA PROJECT (cuarteto de saxos) 13 de agosto en Cercedilla BELÉN GENICIO Y MARIO BERNARDO (mezzo y piano) 14 de agosto en San Lorenzo de El Escorial JOVEN ORQUESTA SINFÓNICA PUNTA DEL ESTE 22 de julio en Pinto 23 de julio en Ajalvir Colaboran Enrique Martínez Miura 27 265-Pliego 2 22/6/11 18:03 Página 28 AC T U A L I DA D MADRID Juventudes Musicales: nueva edición de Le Jardin des Voix UN FLORECIENTE VERGEL Pascal Gély Madrid. Auditorio Nacional. 8-VI-2011. Les Arts Florissants. Director: William Christie. El jardín de Monsieur Lully. L es Arts Florissants y su fundador, William Christie, han desarrollado una manera muy específica de afrontar la música antigua y, en especial, el repertorio barroco francés, que se ha convertido en un modelo del que han bebido numerosas agrupaciones posteriores, y que sirve también de sustento para su propia alimentación, como ha puesto de relieve la reciente reposición de su montaje más emblemático, la ópera de Jean-Baptiste Lully Atys, con motivo del trigésimo aniversario de la creación del conjunto. No ha sido de extrañar, por lo tanto, que la última edición de su proyecto juvenil Le Jardin des Voix haya estado centrado en este compositor, con un espectáculo WILLIAM CHRISTIE titulado El jardín de Monsieur Lully, y en el que, a excepción de algunas emotivas páginas del maestro del air de cour, Michel Lambert, y de una agradable pastoral de Marc-Antoine Charpentier, todas las obras restantes pertenecían al autor de ori- gen florentino (que reinó cual monarca casi absoluto en el panorama musical de Luis XIV), entre ellas La grotte de Versailles, Les amants magnifiques, Acis et Galatée o el famoso Ballet des Nations de Le bourgeois gentilhomme. Por todos estos fragmentos se movieron con desenvoltura escénica e impecable preparación estilística las sopranos Élodie Fonnard y Rachel Redmond, la mezzo Anna Reinhold, los tenores Francisco Fernández Rueda (ya es habitual la presencia de cantantes españoles) y Reinoud van Mechelen y el bajo Callum Thorpe, guiados por una veterana de la agrupación todavía en activo, la soprano inglesa Sophie Daneman —son varios los antiguos miembros dedicados a la preparación de los alevines—, encargada en este caso del movimiento teatral, demostrando que la maquinaria del grupo sigue funcionando a la perfección. Rafael Banús Irusta Siglos de Oro BAJO LOS TRUENOS P 28 rosigue su andadura la parte de Siglos de Oro de este curso dedicada a recordar a Bárbara de Braganza (la siguiente hará lo propio con Victoria). En la iglesia donde precisamente reposan sus restos tuvo efecto una sesión en la que destacó la actuación de la soprano Olalla Alemán, aunque su canto permaneció todavía algo neutro en la primera página del programa, la cantata Pur nel sonno almen tal’ora de Domenico Scarlatti, progresando en el aria Alle brine del tuo crine de La contesa delle stagioni del mismo autor. Espléndidas versiones, por fin, de las dos tan disímiles páginas del gran Nebra, el aria Adiós prenda de mi vida de la ópera Amor aumenta el valor y la impresionante Lamentación segunda de Viernes Santo. La prestación instrumental de Los Músicos de su Alteza, que rozó apenas la suficiencia en las obras aludidas, se mostró cargada de problemas —sobre todo de afinación en los violines— en el Concierto a cuatro op. 2, nº 4 de Geminiani y los más bien sosos Minuetos anónimos. Carlos Mena y Mensa Harmonica tuvieron que sacar adelante su concierto mientras en el exterior retumbaban unos truenos como cañonazos. Así lo hicieron, en efecto, con enorme profesionalidad. El interesantísimo programa recordaba el legado de fondos musicales que Bárbara de Braganza le hiciera, con Luis Montesdeoca Madrid. Iglesia de Santa Bárbara. 31-V-2011. Olalla Alemán, soprano. Los Músicos de su Alteza. Clave y director: Luis Antonio González. Obras de Scarlatti, Nebra, Geminiani y anónimo. El Pardo. Capilla del Palacio Real. 6-VI-2011. Carlos Mena, contratenor. Mensa Harmonica. Obras de Marcello, Sarro, Vinci, Scarlatti y Scarlatti-Avison. CARLOS MENA más liberalidad que buen sentido, a Farinelli. Repertorio nada habitual, que Mena expuso con su arte excelso de canto, una musicalidad a toda prueba y la expresividad justa para cada palabra o inflexión. Interpretaciones soberanas de la cantata de Benedetto Marcello Fonti, voi che al mio pianto, el recitativo y aria de Il Valdemaro de Sarro y el recitativo y arias de Il Catone in Utica de Leonardo Vinci. El contratenor vitoriano subió todavía un peldaño más al llegar a Domenico Scarlatti, la cantata Doppo lungo servire y, sobre todo, la estremecedora Salve Regina. El grupo Mensa Harmonica, por su parte, pese a leves síntomas de inmadurez, atacó con brío la Sinfonía en re mayor de Marcello y el Concerto grosso en re menor de Scarlatti-Avison. Gran concierto. Enrique Martínez Miura 265-Pliego 2 22/6/11 18:03 Página 29 AC T U A L I DA D MADRID Ciclo de Ibermúsica LO SUTIL Y LO EXPEDITIVO Madrid. Auditorio Nacional. 23, 24-V-2011. Filarmónica de Viena. Director: Daniele Gatti. Obras de Berg, Beethoven y Mahler. S iempre es un placer escuchar la transparente sonoridad de la Filarmónica de Viena. Uno de los directores que más colabora con ella es el milanés Daniele Gatti (1962) artista sobrio, de amplia, afirmativa y sugerente técnica gestual. Maestro físico, demostrativo, contundente, expeditivo. Ofreció una Heroica de Beethoven bien trabada, de voces recias y dramáticas, de rítmica enérgica, con un minucioso trabajo en los fugatos de una Marcha fúnebre de gran aliento. No es Gatti director de tempi invariables. Lo comprobamos en las hábiles graduaciones del Finale, con una postrera afirmación del tema especialmente ralentizada; quizá en exceso efectista. Sensual interpretación de DANIELE GATTI la Novena Sinfonía de Mahler, tan distinta a la espiritual, transida, casi trágica, de Abbado con la Orquesta del Festival de Lucerna. Gatti consiguió un arranque magistral por el suave latir de las cuerdas y el paulatino crecimiento hacia el primer tutti. El desvelamiento de un mundo por descubrir en el que la danza se alterna con la meditación en un variado discurrir expresado por una muñeca que sabe manejar el fundamental glisando. Hubo detalles felices dentro de esta visión “carnal” de la partitura: tratamiento diverso de los compases celestiales y sarcásticos en el Rondó, pianísimos corpóreos, intensidad de la cuerda en el Adagio — gloriosos arcos—, silencios estupendamente marcados en el angustioso cierre… El director es en ocasiones un tanto redundante en sus subrayados, pero no carece de sutileza. Y lo puso de manifiesto en su colaboración al buen violinista y excelente concertino que es Rainer Honeck, que tocó con notable finura y expresividad el Concierto de Berg, con lo que pudimos disfrutar de una versión noble, sentida y sensiblemente tocada. Hubo instantes refinados en los diálogos entre solista y maderas o en el canto del coral postrero. Los vieneses se lucieron al final del primer concierto desgranando, en colaboración con la batuta, un bis: el vals Vida de artista de Johann Strauss. Arturo Reverter Ibermúsica: fin de curso REVELADOR Madrid. Auditorio Nacional. 4, 5-VI-2011. Laura Claycomb, soprano; Katarina Karnéus, mezzosoprano. Orfeón Donostiarra. Sinfónica de San Francisco. Director: Michael Tilson Thomas. Obras de Mahler. L o de las Big Five norteamericanas habría que cambiarlo definitivamente por las Big Ten o alterar un poco la nómina de los miembros de aquellas cinco grandes de toda la vida para que quepa la Sinfónica de San Francisco. Y es que el Mahler ofrecido por la orquesta californiana y su titular Michael Tilson Thomas en Madrid parece al alcance de muy pocas orquestas, y no sólo del otro lado del charco. Los sanfranciscanos, que muestran en sus rostros la variedad de procedencias étnicas de la zona, lucen un sonido redondo pero flexible, brillante pero poético también y son un instrumento extraordinariamente dúctil a las órdenes de su maestro desde hace dieciséis años. La gestualidad de MTT, su modo de mover el cuerpo de izquierda a derecha, de primeros violines a segundos, la forma en que gradúa las dinámicas sin enfatizar la postura, la falta absoluta de crispación para pedir expresividad se antojaría difícil con una orquesta que no fuera como una prolongación de la mano y el espíritu del maestro. Extraordinarios todos los primeros atriles, con un concertino de una pieza, hay, al mismo tiempo, algo estupendo en la formación, y es que no destila perfección por cada poro sino que da la sensación de que aún puede crecer algo más, dar un pequeño paso adelante en esta o aquella sección, un puntito hacia la plenitud. Entre todos firmaron un Mahler ejemplar. Tilson MICHAEL TILSON THOMAS Thomas hizo una Sexta inolvidable —el Scherzo en segundo lugar, fue lo mejor de las dos veladas—, clarísima, aireada en su densidad, expuesta con una lógica nunca aplastante, nada sentimental en el peor sentido, directa a quien desde su hoy tratara de explicarse al Mahler más interior. Y una Segunda también de primerísima clase, con un Orfeón Donostiarra magnífico en los pianissimi que abren la última sección de la obra. Muy bien la mezzo Karnéus y menos bien la soprano Clayton. Un par de conciertos reveladores, capaces de mostrar por dónde va la interpretación mahleriana, cómo el tiempo pasado —añorado seguramente por algún oyente irreductible— unas veces es mejor y otras simplemente distinto. Y cómo, con la lección aprendida, se puede hacer Mahler cien años después. Luis Suñén 29 265-Pliego 2 22/6/11 18:03 Página 30 AC T U A L I DA D MADRID / MÁLAGA Viaje por las operetas de Offenbach UN CONCIERTO-ESPECTÁCULO Madrid. Teatro Real. 9-VI-2011. Felicity Lott, soprano; Jean-Paul Fouchécourt, tenor. Orquesta Titular del Teatro Real. Director: Sylvain Cambreling. Obras de Offenbach. L ott es consagrada visita de Madrid. Lo sabe y cumple ofreciendo cada vez una variedad de sus talentos. Veterana, con una lozanía vocal que le permite afrontar esas tesituras mestizas de la opereta offenbachiana —incluidos unos graves apenas susurrados—, garbosa, elegante, con un glamour contenido por la mesura británica, ahora añade un picante humorismo de bulevar y vuelve a convencer. Lució tres vestidos como para ser dama parisina, mariscala germánica y cómica perulera. En la escena marcial de La gran duquesa de Gerolstein y en la borrachera de La Perrichona promovió carcajadas y ovaciones. A su lado, aunque a unos cuantos centímetros por debajo —lo digo porque él especula graciosamente con el detalle— Fouchécourt lució su pequeña voz aterciopelada y flexible, su completo dominio del estilo y una habilidad extrema para las voces mixtas y los falsetes, en la mejor tradición del tenor lírico-ligero francés. En rigor, el concierto fue de páginas orquestales con intermedios cantados, de modo que el protagonista resultó ser Cambreling. Tuvo a su disposición un conjunto que cada día suena mejor y baste recordar las intervenciones solistas en la obertura de Orfeo en los infiernos — clarinete, oboe y violín— para suscribirlo. El director puso brío, esmalte, decisión, canto explayado cuando convenía y equilibrio con las someras voces de los cantantes no obstante que, a veces, su fraseo sonó excesivamente “cuadrado” y machacón. Blas Matamoro La Marsellesa vuelve a Málaga RECUPERANDO PATRIMONIO MÁLAGA Teatro Cervantes. 3-VI-2011. Fernández Caballero, La Marsellesa. María Rodríguez, Ruth Rosique, María Lourdes Benítez, Alejandro Roy, Francisco J. Sánchez, Juan Manuel Corado, Francisco García, Luis López, Santiago García, Jesús Gómez. Coro de Ópera de Málaga. Filarmónica de Málaga. Director musical: Lorenzo Ramos. Director de escena: Francisco Matilla. 30 Se puede valorar, sin género de duda, que la recuperación de este título de zarzuela histórica, incluido en el arte grande de nuestro particular género lírico hispano, es un auténtico acontecimiento cultural por dos razones; el excesivo tiempo de silencio de su partitura, ya que prácticamente no se ha repuesto escénicamente desde su estreno en 1876 —también lo fue en Málaga ese mismo año y en el mismo teatro—, y por su indudable valor musical a lo largo de su extenso desarrollo compendiado en tres actos de una marcada horma operística. En este sentido, es encomiable el trabajo del maestro Ramos que, en su última actuación como responsable lírico del malagueño Teatro Cervantes, ha sabido realzar los momentos destacados de la obra sin que perdiera ésta la estabilidad de su dilatado discurso. Por un lado, ha contado con un coro muy bien preparado por su titular, Francisco Heredia, que ha entendido la importancia del Escena de La Marsellesa de Fernández Caballero grupo en la acción de esta obra, por otro, ha dispuesto de un elenco de solistas muy equilibrado en su conjunto y una Filarmónica malagueña que respondió con eficacia. El buen tono musical no estuvo favorecido por el parco montaje escénico y las deficiencias de una iluminación que, en más ocasiones de las deseadas, situaba su foco fuera del protagonismo vocal de cada momento. La Marsellesa tiene una manifiesta influencia italiana en la que aparecen modelos y pasajes de marcado corte belcantista. Así se pudo perci- bir en el magnífico dúo ¡Rouget!¡Qué veo! de Flora y Rouget del segundo acto en el que María Rodríguez y Alejandro Roy demostraron calidad vocal y sentido dramático en las contradictorias emociones de sus personajes. Con una voz más brillante, Ruth Rosique destacó en el dúo del primer acto ¡Rouget! ¡Mi bien amado! En la romanza que le sigue, Sal ya del alma mía, dejó patente su ágil coloratura. Otro momento destacado fue el magnífico terceto ¡Dios mío! del segundo acto, en el que el maestro Ramos condujo a los cantantes con suma elegancia, produciéndose la sensación en el espectador de estar más ante una ópera que ante una zarzuela. Francisco J. Sánchez, interpretando al sacristán San Martín, demostró su arte cupletista en la escena del primer acto ¡Pasad aviso! ¿No hay nadie aquí? con la marquesa encarnada por la soprano María Dolores Benítez, poseedora de una calidad vocal bien integrada en el elenco. Juan Manuel Corado, en su papel de Renard, amante no correspondido, dibujó con solvencia su indeseable personaje tanto en su aparición en el primer acto como al final del tercero cuando es prendido para ser llevado al cadalso junto a Flora, quizás demasiado castigo después de la frustración amorosa de ambos. Finalmente, hay que indicar de nuevo el buen trabajo de Francisco Heredia, realzando la influencia francesa que subyace en los coros que el autor propone en tan importante apartado de esta zarzuela. José Antonio Cantón 265-Pliego 2 22/6/11 18:03 Página 31 AC T U A L I DA D SANTIAGO Ciclo de la Real Filharmonía de Galicia NUEVO MUNDO BIEN VENDRÍA GaboDG Auditorio de Galicia. 26-V-2011. Patricia Kopatchinskaia, violín. Real Filharmonía de Galicia. Director: Antoni RosMarbà. Obras de Sibelius y Dvorák. 4-VI-2011. Elina Garanca, mezzo. RFG. Director: Karel Mark Chichon. Arias de ópera y romanzas de zarzuela. SANTIAGO ELINA GARANCA Sesión de cierre de temporada la ofrecida por Ros-Marbà, con el Concierto para violín de Sibelius y la Sinfonía nº 9 “Del Nuevo Mundo” de Dvorák, programa que garantiza el éxito de público, aunque no pueda decirse que pertenezca precisamente a un nuevo mundo musical. ¿Es que no se cansa la gente de oír una y otra vez lo mismo? Parece ser que no. Del mismo compositor, ¿no se puede interpretar más veces la Sinfonía nº 7, por ejemplo? No, pues el éxito es más seguro con el Allegro con fuoco final de la nº 9. Al final, una lectura más de rutina y tras ella, el ritual de besos, abrazos y saludos de todos los instrumentistas, que tanto gusta a Ros-Marbà y al aplaudidor respetable. Antes, una mucho más notable actuación de la orquesta y su director en el difícil acompañamiento al concierto de Sibelius, donde la violinista Patricia Kopatchinskaia lució una indudable capacidad, aunque su interpretación mejorará cuando supere pérdidas de afinación y consiga un sonido más expansivo, para lo que tiene tiempo de sobra. Original propina de dúos de Bartók con el concertino James Dahlgren. Sin duda, en el conjunto anual de conciertos deno- minado Galicia Classics hay muy buenos intérpretes, entre ellos la rutilante mezzo Elina Garanca. Lástima de programa, con calidad musical bajo mínimos y buscando el éxito fácil. Con la Real Filharmonía dirigida por su marido, el gibraltareño Karel Mark Chichon, ofrecieron un recital de todo tipo de obras con temática española más o menos clara (salvo un aria de La Gioconda). Empezó tocando tres pasodobles a todo trapo y así continuó, salvo la obligada excepción de El cant dels ocells. No hay duda de su técnica y de su bella voz, pero habrá que esperar a otra ocasión para apreciar en todo su valor a la mezzo letona. Independientemente de la baja calidad musical de muchas de las obras, no se esforzó nada más que en los finales en forte. Con los pasodobles iniciales, quizás quisieron indicar que sabían en qué plaza toreaban. El público, ese que sólo va a los conciertos a los que le invitan, entusiasmado. Tiene que haber de todo, deben de pensar los organizadores, pues a la semana siguiente se pasó a las Seis suites para violonchelo de Bach, todo un salto en el hiperespacio que diría Asimov. José Luis Fernández 31 265-Pliego 2 22/6/11 18:03 Página 32 AC T U A L I DA D SEVILLA / VALENCIA Una interpretación redonda DIRECTO AL CORAZÓN SEVILLA Teatro de la Maestranza. 22-V-2011. Carlos Mena, contratenor; Roberta Invernizzi, María Cristina Kiehr, sopranos. Coro de la Asociación de Amigos del Teatro de La Maestranza. Orquesta Barroca de Sevilla. Director: Enrico Onofri. Gluck, Orfeo ed Euridice (versión de concierto). Pocas veces un espectáculo lírico en versión de concierto ha llegado tan directamente al corazón como este Orfeo que contaba con unas prestaciones sobrias y sabias. En primer lugar con la batuta de Enrico Onofri, que desplegó una gama de dinámicas muy en consonancia con la riqueza de afectos que atesora esta singular ópera. Si en un principio la Obertura no llegó a decir casi nada, y el inicial coro fúnebre sonaba demasiado lento, con las primeras llamadas de Orfeo la historia empezó a cargarse de un dramatismo que no hizo sino crecer hasta alcanzar cimas de una emotividad poco usuales. Desde el inicio Carlos Mena estaba muy dentro de Enrico Onofri y Carlos Mena en Orfeo ed Euridice de Gluck su papel, como revelaba su compungido rostro mientras escuchaba los lamentos de ninfas y pastores. Su voz, muy bien modulada en todos los pasajes, resultaba conmove- dora. Y bien que le secundó Roberta Invernizzi en el tercer acto, que fue en donde por primera vez apareció en esta versión que no se correspondía exactamente con el libre- to repartido en la sala. La Eurídice de la soprano milanesa conjugaba sensualidad y dramatismo. Su diálogo con un Orfeo que se veía obligado a no revelarle el motivo de no mirarla ni abrazarla; la insistencia de ella en reclamarlo, y su desesperación, espléndidamente expresada en su única aria, todo ello constituyó un pasaje tan dramático, por voz y gestualidad, que hizo que no se echase de menos el aditamento escénico. Limpias fueron las intervenciones de María Cristina Kiehr como el dios Amor. Contribuyó a redondear la función el Coro, bien seleccionado y preparado por Íñigo Sampil. Y por supuesto la OBS, una verdadera joya. Jacobo Cortines Fidelio vuelve a Les Arts PASARON CINCO AÑOS VALENCIA Palau de les Arts. 5-VI-2011. Beethoven, Fidelio. Jennifer Wilson, Sandra Trattnigg, Peter Seiffert, Karl-Michael Ebner, Evgeni Nikitin, Stephen Milling, Robert Lloyd. Director musical: Zubin Mehta. Director de escena: Pier’Alli. 32 Casi cinco años después, en Les Arts se ha repuesto el montaje de Fidelio con que se inauguró para la ópera su sala principal. Desde el punto de vista de la escenografía, se han podido apreciar los mismos pocos defectos de sobre todo el primer acto (convencionalismo, estatismo, más la coreografía militar de opereta) y las mismas muchas virtudes de sobre todo el segundo (en especial, toda la escena en la mazmorra). Todo el elenco de solistas brilló más individual que colectivamente; es decir, que en los números concertantes las voces no acabaron de encontrar nunca el grado ideal de empaste. Jennifer Wilson tiene potencia de sobra para Leonora y, si aca- Sandra Trattnigg, Stephen Milling y Jennifer Wilson en Fidelio so, le falta un poco más de refinamiento en la emisión. Peter Seiffert, el único que repetía, asombró de nuevo en el aria con que abre el segundo acto y en el dúo posterior. Ambos protagonistas llegaron algo fatigados al segundo final. En su aria tardó varios compases en ajustar el paso con la batuta, pero Stephen Milling tuvo poco más que envidiar al muy recordado Salminen: además de cantar con magnífica técnica, llenó a Rocco de humanidad creíble con multitud de matizaciones vocales que reflejaban muy sensiblemente los muchos momentos de ambigüedad y duda por los que pasa el personaje. También Evgeni Nikitin supo añadir a su Pizarro aquel plus de emoción que lo dotó de una complejidad psicológica ajena al acostumbrado paradigma de la maldad absoluta sin mezcla de ningún bien. Sandra Trattnigg y Karl-Michael Ebner hicieron muy interesante el comienzo de la obra, que se suele considerar su flanco más débil. Algo similar hizo con un Robert Lloyd pletórico de autoridad vocal. Javier Agulló y Mika Kares cumplieron con nota alta en sus breves intervenciones. La orquesta ofreció pocos motivos para el reproche, menos aún el coro. Y Zubin Mehta gobernó todo con su proverbial seguridad y una flexibilidad creciente conforme avanzaba la función. Alfredo Brotons Muñoz 265-Pliego 3 22/6/11 19:22 Página 33 AC T U A L I DA D VALENCIA Éxito del trío protagonista FALLÓ LA ESCENA Valencia. Palau de les Arts. Puccini, Tosca. 31-V-2011. Oksana Dyka, Marcelo Álvarez, Bryn Terfel, Director musical: Zubin Mehta. Director de escena: Jean-Louis Grinda. Bryn Terfel y Oksana Dyka en Tosca de Puccini A cudir a la ópera atraído por la escenografía no es natural. Tampoco construir un teatro de las dimensiones y posibilidades de Les Arts para acoger un montaje tan pobre en ideas y materiales como éste firmado por Jean-Louis Grinda. En él, minimista más que minimalista, se ve poco; a veces ni siquiera estilizadamente aquello a lo que en el libreto se alude directamente, sí algunas cosas que no debieran y otras directamente inventadas. Ni las filmaciones ni las transparencias ni ningún elemento mueble intensifican las emociones creadas por el texto y la música. Tampoco mucho los movimientos de los personajes, de los que se acaba celebrando que al menos no estorben. Para los tres protagonistas se contó con nombres actualmente punteros en sus respectivas especialidades. Marcelo Álvarez exhibió timbre precioso y facultades asombrosas, pero simplemente se exhibió, así en una Recondita armonia que por momen- tos pareció una napolitana lenta. Oksana Dyka, formidable Butterfly hace año y medio, volvió a gustar extraordinariamente salvo a quienes prefieren una Tosca menos lírica y sí más dramática. El triunfo fue enorme para ambos, pero quien más se aproximó a la unanimidad en el elogio fue seguramente Bryn Terfel, formidable en todos los respectos pero sobre todo por la sumisión de sus portentosos medios a una riquísima caracterización de Scarpia. También estuvieron irreprochables los secundarios, incluido el niño Salvador Belda, cuyo pastorcillo de convincente pronunciación dialectal confirmó la magnífica impresión producida en el auditorio superior el pasado febrero. Dirigiendo de memoria, Zubin Mehta sacó máximo partido a unos grupos corales en plena forma y una orquesta con la que mimó a los cantantes lo mismo que a la música. Alfredo Brotons Muñoz 33 265-Pliego 3 22/6/11 19:22 Página 34 AC T U A L I DA D VALENCIA / VALLADOLID Ciclo de la Orquesta de Valencia REMONTADA FINAL Valencia. Palau de la Música. 26-V-2011. Waltraud Meier, mezzosoprano; Thomas Mohr, tenor. Orquesta de Valencia. Director: Taron Traub. Obras de Mahler. 3-VI-2011. Waltraud Meier, mezzosoprano. OV. Director: Yaron Traub. Obras de Mahler. 17-VI-2011. Elena de la Merced, soprano; Donald Litaker, tenor; Denis Sedov, bajo. Orfeón Universitario de Valencia. OV. Director: Yaron Traub. Obras de Rachmaninov y Chaikovski. T ras un relativo bache, la Orquestra de València volvió a ganar altura en el final de temporada. Para que en la Décima se plasmara con un poco más de fuerza el contraste entre la delicadeza de la superficie y la amargura del fondo lo único que acaso hizo Traub en exceso fue subdividir el compás. En La canción de la tierra, a Thomas Mohr apenas se le notó algo de fatiga en los últimos agudos que le correspondieron. Waltraud Meier, que tal vez hubiera preferido un tempo algo más vivo en Der Einsame im Herbst, culminó una actuación memorable con un Abschied de gran emoción. Una semana después los resultados aún fueron mejores. En los Rückert-Lieder, Meier estuvo estupenda por belleza de timbre, redondez de emisión y elocuencia. En la Novena, a un primer movimiento abordado desde una profunda comprensión de su sentido épico siguieron unos Ländler alternativamente chispeantes o delicados y director incluido, durante el descanso subrayó el hecho. En Las campanas de Rachmaninov, mientras que a Donald Litaker costó oírlo, Elena de la Merced, mejor tratada controló el vibrato con intención expresiva y Denis Sedov lució considerable clase. Muy bien en general estuvieron coro y orquesta, esta última con algunos excesos cuantitativos más pasables luego, en el Capricho italiano y la Obertura 1812. unos valses frenéticos. La Burleske sólo habría podido gustar más si el solo de trompeta se hubiera retenido según lo previsto en la partitura, algo que volvió a suceder con el pasaje en do sostenido del Adagio final. Para el cierre se escogió a dos compositores rusos, Rachmaninov y Chaikovski, estrechamente relacionados entre sí pero repartidos entre las dos partes con obras de carácter muy dispar. El cambio del negro al blanco en el atuendo de los músicos, Alfredo Brotons Muñoz La violinista Hahn y la soprano Gheorghiu VOCES MÁGICAS 34 Creo que el violín es el instrumento más parecido en el sonido a la voz humana, capaz de alcanzar lo sublime. H i l a r y Hahn y la formidable Valentina Lisitsa hicieron magistralmente una sesión de cámara significativa. Prólogo de Kreisler, la Primavera beethoveniana, la Sonata nº 4 de Ives, la Segunda de Bach y la Primera de Antheil, para terminar con un regalo de Kreisler. Un arco que pasaba de lo clásico a lo contemporáneo de forma meditada y perfecta. Tocó de memoria el complicado programa. Hahn fue mucho más que un acompañante de Lisitsa. La tremenda naturalidad, la técnica fabulosa que parecía sencilla, de la violinista, que algunos pudieron confundir con frialdad, partía de una esencialidad mucho más allá de la simple mecánica. La expresión, diferente en cada obra y el sonido eran únicos. La diva Gheorghiu tuvo ocasión de cambiar de vestuario tres veces. No está en su mejor momento. La voz es bella, expresa con su cuerpo, pero la pureza surge sólo en algunos momentos, el aria de Rusalka, la de La Wally de Catalani o el tema de My fair Lady ofrecido como regalo. No se le puede negar musicalidad, aun con los numeritos ofrecidos al final, Granada y el brindis de La traviata, absolutamente improcedentes. Junto a la diva, un tenor con una gran voz, de fáciles agudos, menos fino en la media voz y los pianos, que se acopló con Gheorghiu en los dúos de La bohème y Romeo y Julieta y cantó con ímpetu y generosidad el Nessun dorma de Turandot y el No puede ser de La tabernera del puerto. Es un cantante que, desde su materia vocal, puede decir cosas importantes en un futuro HILARY HAHN Peter Miller VALLADOLID Auditorio. 13-V-2011. Hilary Hahn, violín; Valentina Lisitsa, piano. Obras de Kreisler, Beethoven, Ives, Bach y Antheil. 27-V-2011. Angela Gheorghiu, soprano; Teodor Ilincai, tenor. Sinfónica de Castilla y León. Director: Giordano Bellincampi. Obras de Verdi, Haendel, Puccini, Gounod, Dvorák y Catalani. 8-VI-2011. Laia Masramón, piano. OSCyL. Director: Alejandro Posada. Obras de Schubert, Schumann y Elgar. próximo. No estuvo muy afortunado el maestro, limitándose a cumplir después de una deficiente obertura de Las vísperas sicilianas. Del concierto dirigido por Alejandro Posada, después de una correcta obertura de Rosamunda y una discretísima versión del genial concierto de Schumann, que le vino grande a la pianista catalana, de corta pulsación y escasa implicación pasional, lo mejor fue el estreno en Valladolid de la Primera Sinfonía de Elgar, obra de 55 minutos, con las constantes de un gran compositor que estaba creciendo. Con un primer tiempo largo, un tanto confuso en sus sucesivos quiebros estructurales, un Scherzo breve y logrado, un maravilloso Adagio y un magnifico tiempo final, Posada llevó la sinfonía con gran entusiasmo y se lució fundamentalmente en sus dos últimos movimientos. Una buena ejecución, sobre todo si pensamos en era la primera vez que se ponía en los atriles de la orquesta. Fernando Herrero 265-Pliego 3 22/6/11 19:22 Página 35 EV S TA AECNTTURA L IID AD ZARAGOZA XVII Temporada de Conciertos de Primavera DE LA PARTE DE ACÁ... Si en la partida de la existencia sólo es seguro el resultado: la muerte, por plena que sea la vida a la postre aguardan los mazazos del destino y la total disolución. Pero el término irrefragable no exime de vivir el más acá con toda la plenitud que la vida pide y permite. Después de haber expresado la fe en la resurrección (Sinfonía nº 2) y pintar un Paraíso tan vívido como ingenuo (Sinfonía nº 4), Mahler sorprendió al mundo con una sinfonía —dicen que— nihilista en la que la vida —ansias, luchas, triunfos, meditaciones, fracasos—, golpeada irremediablemente por el destino, concluye con el acorde desolador de la finitud desesperada. Eso y el apodo, no mahleriano, de Trágica, han propiciado una interpretación pesimista y desgarrada de la obra. Quizás por ello no parecía en principio del todo convincente la visión, por doquiera briosa, heroica y sólidamente afirmativa, del maestro Bichkov quien además, al situar el Scherzo —tan parejo al movimiento inicial— en segunda posición, acentuó la sensación de vitalidad negadora de la tragedia. SEMION BICHKOV ZARAGOZA Auditorio. 29-V-2011. Filarmonica della Scala. Director: Semion Bichkov. Mahler, Sinfonía nº 6 en la menor “Trágica”. Pero, a despecho de cualquier intento de imaginar para la obra un programa de vida condenada, lo cierto es que la música, dominantemente orgullosa, llena de marchas y empuje, sugiere que la protagonista de la Sexta quizás no sea sino la vida y advera la interpretación de Bichkov, ciertamente brillante, espectacular y reacia a amargar la tarde al respetable. La centuria milanesa sirvió admirablemente las ideas del director petersburgués, y ambos fueron ovacionados tras tan oportuno recuerdo del centenario de la muerte de Mahler. Antonio Lasierra Maneras operísticas ...Y DE LA DE ALLÁ Zaragoza. Auditorio. 23-V-2011. Tamar Iveri, soprano; Daniela Barcellona, mezzo; Maxim Aksenov, tenor; Ildar Adbrazakov, bajo. Coro y Orquesta del Teatro Regio de Turín. Director: Gianandrea Noseda. Verdi, Misa de Réquiem. D e un no creyente como Verdi cabía esperar una obra religiosa paradójicamente poco religiosa y más aferrada a la vida. El Réquiem que escribió espoleado por la muerte de Alessandro Manzoni comienza, empero, ya producida la muerte (“Dales, Señor, un descanso eterno”) y, en el terreno del más allá, desemboca en la fe en la eternidad (“Que la luz perpetua brille para ellos”) superado que sea el trámite aterrador del Juicio Final (Secuencia). Algunos han reprochado a Verdi que su Misa de Réquiem sea obra más para la escena que para el templo y que tome más préstamos de la ópera que de la tradición musical religiosa. Basta sin embargo con escuchar el Libera me, Domine final y su evocación de la luz —la vida eterna— para admitir que Verdi, aunque de manera peculiar, poseyó una religiosidad tan sincera como el modo en que la reflejó en su música. El maestro Noseda, que recibió una ovación de gala en su salida, no intentó suavizar los aspectos operísticos del Réquiem. Todo lo contrario, los subrayó. De ahí el intenso dramatismo, casi teatral, con que se produjo el cuarteto vocal donde solo el tenor, aunque notable, no alcanzó la belleza y el calado expresivo demostrados por Daniela Barcellona, Tamar Iveri e Ildar Adbrazakov. Sobresalientes también el coro y la orquesta turineses, de los que Noseda, en lectura de fuertes contrastes —pero sin excesos injustificados— y gran esplendor físico, obtuvo copia de matices, tanto en los pasajes de rotundidad coral como en el cuidado de los entresijos instrumentales. Al final, otra ovación de gala. Antonio Lasierra 35 265-Pliego 3 22/6/11 19:22 Página 36 AC T U A L I DA D Personajes en busca de una ópera ADMINISTRACIÓN FERROVIARIA Barbara Aumüller Deutsche Oper. 26-V-2011. Saint-Saëns, Samson et Dalila. Vesselina Kasarova, José Cura, Ante Jerkunica, Laurent Naouri. Director musical: Alain Altinoglu. Director de escena: Patrick Kinmonth. INTERNACIONAL ACTUALIDAD ALEMANIA BERLÍN Vesselina Kasarova y José Cura en Samson et Dalila de Saint-Saëns en la Deutsche Oper de Berlín 36 Patrick Kinmonth, director de escena y diseñador, en colaboración con Darko Petrovic, ha montado Sansón y Dalila de Saint-Saëns. Para ello han traído la acción al tiempo del compositor y la ambientaron en una estación ferroviaria. Al correrse el primer telón, Sansón y Dalila comparten un vagón de lujo como marido y mujer, padres de un nenito que observa sus episodios, por ejemplo cómo él le zurra a ella. Entre bambalinas, un coro de miserables lamenta su aflicción, mientras el chico intenta liberar a su mamá de las cadenas matrimoniales. Un suntuoso vestuario evoca al Segundo Imperio, incluidas levitas y chisteras. Entonces nos preguntamos si esta gente se equivocó de ópera y proviene de La traviata. Es cuando Sansón se convierte en caudillo de la parisina Comuna y Dalila en una furcia frígida que juega a ser su esposa. Sin duda, Vesselina Kasarova hubiera deseado para su debut como Dalila una auténtica puesta en escena. No pudo ser. Cantó, como siempre, con alto refinamiento, sublimes matices, colores y oscurecimientos, fascinantes y sensibles sonoridades, elegante fraseo y perfección de estilo. Dalila, con todo, es un papel con exigencias extremas de registro que, a veces, quitaron luz a los efectos, en especial en el registro grave y en los momentos más dramáticos. José Cura hizo de Sansón, un personaje que ha acreditado en muchas ocasiones. En la primera función se le oyó tenso y apurado, con una voz sorda e hinchada, fuertemente compulsiva, forzada y tosca de sonido. Sólo en el último acto, haciendo de payaso en una fiesta de gala, con la cara de albayalde y la nariz en roja pelota, logró conmovernos con su vehemencia, sus agresivos quiebros y su enfática expresión de la tristeza. Ante Jerkunica puso autoridad a su Viejo Hebreo y Laurent Naouri, limpieza idiomática a su Gran Sacerdote. Pleno de color sonó el coro de la casa, preparado por William Spaulding, y Alain Altinoglu imprimió estricto estilo a la orquesta. El público silbó, pateó, chilló y blasfemó, en especial durante la aparición de Dalila y la bacanal, nula de coreografía. Al final hubo un auténtico tumulto, cuando el personal de la fiesta de gala empezó a desnudarse mientras un tren se llevaba a otra gente hacia un campo de exterminio. Bernd Hoppe 265-Pliego 3 22/6/11 19:22 Página 37 AC T U A L I DA D ALEMANIA Gielen y Abbado UNA TARDE COMPLETA Berlín. Konzerthaus. 15-V-2010. Véronique Gens, soprano. Sinfónica del Konzerthaus. Director: Michael Gielen. Obras de Berlioz y Mahler. Philharmonie. Anna Prohaska, soprano; Maurizio Pollini, piano. Filarmónica de Berlín. Director: Claudio Abbado. Obras de Mozart, Berg y Mahler. P rograma doble, como los del cine años 40, con un duelo de poder a poder y sin asomo de serie B ni españolada. Gielen tiene justa fama de intelectual, pero lo es más por su formación y vastos saberes que por su estética, para la que tal adjetivo es corto. Aplicando una gran lupa de aumento se advierte más la claridad en el supremo detallismo de sus texturas, cuya red de asociaciones sonoras pasma casi tanto como el eterno descubrimiento del submundo marino. Obvio es decir que su acercamiento tiene en Beethoven o Schoenberg firmes puntos de anclaje, conjugados en presente conti- nuo. Su Sinfonía Titán mostró una disconformidad con lo establecido a menudo rabiosa ya en un primer tiempo en el que, como en partes del lento, vimos desplegarse una incesante narración de pormenores, aquí o allá magnificados; su Scherzo mutó detalles —conservando la sustancia frente a tantas lecturas de modorra— mediante las variaciones agógicas en los compases previos al trío, en cuya postrera repetición varió énfasis y aceleración; el final tuvo una perfecta fusión de fraseo, timbre y expresividad, siendo el segundo rico en mixturas. Luminosa Gens, con algún problema en segunda y sexta, de las tibias Nuits d´été. El saque ahora es para un Abbado nuevo, más tierno, casi a estrenar desde que resucitó hace no muchos años con un Réquiem de Verdi. Es un río de claridad, tersura y pureza, una cala ibicenca; lo fue siempre, pero hoy asombra su modo de equilibrarlas, de hacer que prevalezca más el orden o el impulso en un complejo ajuste de los diversos parámetros musicales orientado hacia una estremecida sencillez. ¿Y el programa?; ¡qué desafío! Primero hubo un fino concierto de cámara mozartiano, con Ach, ich fühl’s como propina no en programa, donde Prohaska, de voz feúcha y limítrofe afinación, fue al menos afín a la batuta. Después tocó Pollini, el hijo predilecto del piano, aún infalible en un nº 17 vivaz, gracioso, chispeante, sembrado de —en él— raros guiños de humor. En la cadenza libre Abbado hurtó de nuestra vista la batuta para escuchar al amigo, embelesado. Entre ambas, quizá el pico más alto de la tarde: las piezas sinfónicas de Lulu, analizadas al microscopio y sin nudos en la trama; o un Adagio de la Décima de Mahler apolíneo, bien apiñado, de una intensidad sin tregua. J. Martín de Sagarmínaga Epopeya entre cestas CANTO DE CENIZA, FANGO Y ARENA FRÁNCFORT Oper. 5-VI-2011. Sallinen, Kullervo. Ashley Holland, Heidi Brunner, Alfred Reiter, Peter Marsh, Barbara Zechmeister, Jenny Carlstedt. Director musical: Hans Drewanz. Director de escena: Christof Nel. Decorados: Jens Kilian. Sibelius compuso en 1892, sobre la leyenda de Kullervo, un poema sinfónico-vocal. En 1992, su compatriota Aulis Sallinen estrenó en Los Ángeles su epopeya sobre el mismo tema, que ahora repuso la Ópera de Fráncfort. Realmente, es un tocante y verdadero descubrimiento esta pieza del delirio kullerviano, cantada en alemán, con lo que pierde algo de la sugestión que tiene el original finés. El libreto pertenece al propio Sallinen y se basa en el poema nacional de Finlandia, el Kalevala, convertido en himno nacional desde el romanticismo y a partir de sus rudos versos rúnicos. Sallinen lo convierte en un poema sobre la naturaleza, comparable al épico Gilgamés babilonio, cuyos ecos trágicos pasan al teatro griego y a los posteriores equivalentes islandeses y germánicos, transmutados en canto del destino. Oscuros y hondos son sus sueños, donde la ceniza se impregna con la huella de la sangre. Su camino vital está marcado por la muerte, el incesto, la esclavitud, el incendio, la venganza y la fuga hacia la autodestrucción. Vendido como esclavo de un herrero, el hambriento amor de la esposa de éste lo dota de un talismán, un pan que esconde una piedra. Kullervo escapa, vaga y encuentra a un maestro, un cantor ciego, que entona la historia de la deshonra de su hermana Ainikki. En su huida, encuentra a su padre, que lo enfrenta, y a su madre, que lo protege. Aquél lucha con su hermano, que mata a los progenitores. La tribu ha sido aniquilada y Kimmo, su amigo de juventud, enloquece. Como ha hecho su hermana Ainikki, Kullervo se suicida. Al morir, comprende que es el homicida de su estirpe y admite que la naturaleza lo ha guiado como un instrumento vengativo. La puesta en escena de Christof Nel se extravía en las oscuras introspecciones del personaje. Acude a metáforas que no resuelve y el resultado es chato, exento de la sugestión poética del tema. Desprovisto de hechizo, el espectáculo derriba lo monumental de la epopeya. Los escenarios escuetos y mínimos, un conjunto de cestas angulosas diseñadas por Jens Kilian, contribuyen a la desorientación general de las figuras. El vestuario parece salir de un film de Kaurismäki o de una novela policiaca sueca. Con todo, esta fulminante ópera épica conserva su torrentosa fuerza. Allí están la música de Sallinen, la imponencia de los conjuntos, el susurro de un Yamaha DX-7, la insistencia de la percusión, la eruptiva plenitud del sonido general, servidos por las orquestas de la Ópera francofortesa y la del Museo, dirigidas por Hans Drewanz. Ashley Holland dota al protagonista de gran expresividad baritonal, impresionante fuerza y tensión interior. Peter Marsch traza con excelencia el perfil de un Kimmo que evoca a Cristo. Es un tenor radiante y completamente creíble. En cambio, frustrante y ridículo es el ciego cantor expidiéndose en alemán sobre una balada jazzística finlandesa. Brillantes y de empuje, por su parte, son Alfred Reiter y Heidi Brunner como los padres del héroe. Muy eficaces, los demás intérpretes. Barbara Röder 37 265-Pliego 3 22/6/11 19:22 Página 38 AC T U A L I DA D ALEMANIA La Gewandhaus de Leipzig sienta un nuevo precedente con su festival internacional sobre Mahler A LA ALTURA DE LAS CIRCUNSTANCIAS Gert Mothes Gewandhaus zu Leipzig. 17/29-V-2011. Festival Mahler. LEIPZIG Riccardo Chailly y la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig, con Christiane Oelze y Sarah Connolly en la Segunda Sinfonía de Mahler 38 Quien valore la música clásica, vive en Europa, como ocurría hace tiempo, una época (casi) paradisíaca. Pues, a pesar de las reducciones en cultura, los organizadores nos sorprenden, desde Oslo a Atenas, de Moscú a Edimburgo, también en 2011 con un opulento abanico de festivales, que en su mayoría vuelven a ocupar sus entornos naturales, después de haber buscado nuevas audiencias en estadios de fútbol o espacios similares. Una programación ejemplar es, en este sentido, la que ofrece en Leipzig la Sala Gewandhaus, coronada por el Kapellmeister de la orquesta titular, Riccardo Chailly, con motivo del centenario de la muerte de Gustav Mahler, que se conmemoró el pasado 18 de mayo. Este Festival Internacio- nal Gustav Mahler ha reventado cualquier expectativa incluso en esta metrópolis sajona, la ciudad de Bach y Mendelssohn. En el plazo de dos semanas, al ritmo de un concierto diario, hemos podido escuchar todas las sinfonías y obras sinfónicocorales del compositor a cargo de nueve de las mejores orquestas y directores del mundo entero, toda una proeza logística y organizativa, ya sólo sobre el papel: Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig (Riccardo Chailly), Staatskapelle de Dresde (EsaPekka Salonen), Filarmónica de Nueva York (Alan Gilbert), Tonhalle de Zúrich (David Zinman), London Symphony Orchestra (Valeri Gergiev), Mahler Chamber Orchestra (Daniel Harding), Filarmónica de Viena (Daniele Gatti), Royal Concertgebouw Orchestra (Fabio Lui- si), Sinfónica de la Radio Bávara (Yannick NézetSéguin), Sinfónica de la MDR ( Jun Märkl). Ninguna de ellas dejó que desear: desde la orquesta anfitriona hasta la igualmente establecida en Leipzig de la MDR. Todas ellas estuvieron a la altura de reflejar los viajes al cielo y al infierno contenidos en estas partituras, así como sus particulares paisajes sonoros, aunque se establecieron apasionantes contrastes en cuanto al concepto interpretativo, desde las versiones magistralmente diferenciadas, en cuanto al timbre y a las dinámicas, de las Sinfonías Segunda y Octava por Riccardo Chailly, hasta la incisiva y analítica lectura de David Zinman de la Sexta. Muy noble, de un equilibrio orgánico y aristocrático, fue la visión de Alan Gilbert de la Quinta, al igual que la relajada y lúcida, de claridad filigrana, Canción de la Tierra de Fabio Luisi. Una desbordante orgía sonora y gran carga emocional propusieron Yannick Nézet-Séguin con la Séptima y Valeri Gergiev con la Primera, antes de que finalmente Daniele Gatti llevara a la Filarmónica de Viena con la Novena al paraíso musical. Fue realmente increíble comprobar cómo el maestro italiano consiguió unificar los extremos y reflejar los conflictos existenciales como un orgánico cosmos de sonidos‚ en una corriente musical que fluía incesantemente, consiguiendo que las terroríficas visiones del Apocalipsis encontraran al final la redención bajo su batuta. Martin Hoffmeister 265-Pliego 3 22/6/11 19:22 Página 39 AC T U A L I DA D ALEMANIA Festival Haendel EN PLAN CÓMICO Oper. 3-VI-2011. Haendel, Ottone. Romelia Lichtenstein, Ulrike Schneider, Matthias Rexroth, Alon Harari, Ki-Hyung Park, Ines Lex. Director musical: Marcus Creed. Directora de escena: Franziska Severin. HALLE Franziska Severin ha puesto en el Festival Haendel Ottone Re di Germania con una irónica y colorida mirada a la historia de las bodas entre el monarca teutón y la princesa bizantina Teofane. Intrigas y malentendidos animan la trama que, en la primera parte, padeció una falta de tensión inútilmente compensada por chistes y ocurrencias inoperantes. La puesta confundió ironía con comicidad y no llegó siquiera a la broma. El utillaje escénico, diseñado por Helmut Brade con vestuario de Sabine von Oettingen, se resolvió con elementos muy coloridos extraídos de las bambalinas: una gran casa de muñecas, un salón del trono con alfombra, una chopera, hasta una alcoba regia. Los ropajes, devotos de amables detalles, describieron un cuento infantil, muy acordes con lo irónico del proyecto. Las cosas se tornaron más serias en la segunda mitad. El final fue un happy end o, por decirlo más a lo operístico y barroco, un lieto fine. Mezcla posmoderna de patetismo y cotidianeidad, vimos a la princesa compartir los atributos papales de su marido, fuegos de artificio y coro apoteósico. En esta parte se oyó el momento culminante de la noche, el dúo Cara notte entre Gismonda y Matilda. Romelia Lichtenstein y Ulrike Schneider lo hicieron tan admirablemente que superaron el hecho de estar ambientadas en un cuarto de raturas y en la honda expresividad de sus recitativos. El otro contratenor del elenco, Alon Harari, cantó con dulzura y compuso un decisivo Adelberto, filial y tierno. Con voz oscura, sólida y algo brusca, el bajo Ki-Hyung Park resolvió con fuerza viril su pirata Emireno. En Teofane, Ines Lex propuso una tesitura de soubrette algo apurada en lo alto pero de un sólido y elocuente lirismo. La orquesta tuvo un seguro nivel. Su director, Marcus Creed, logró, en general, felices momentos, aunque cabe censurarle el afectado fraseo de los interludios y cierta lentitud en los tempi que quitaron tensión a su lectura. baño ensayando un número de rock. No fue el único divertimento: una madre haciendo un hatillo para que el hijo lo lleve al patíbulo, un aria de coloratura cantada entre los músicos de la orquesta y solfeando los tiempos. En todo caso, Lischtenstein salió adelante con su doble señorío, vocal e histriónico. El dominio estilístico de esta artista convierte cada personificación suya en un acontecimiento. Schneider, por su parte, fue una diva-mezzo capaz de pasar de la vehemencia a la elegía con la misma sensibilidad. En el rol titular, Matthias Rexroth, rubio, rubicundo y cubierto de metal plateado, tuvo apuros en el registro agudo pero brilló en las colo- Bernd Hoppe Sciarrino fascina con el estreno de su nueva ópera UNA GRAN SERENATA MANNHEIM Hans Jörg Michel Nationaltheater. 20-V-2011. Sciarrino, Superflumina. Anna Radziejewska, Artur Janda, Thomas Lichtenecker, Thomas McManus. Director musical: Tito Ceccherini. Directora de escena: Andrea Schwalbach. Salvatore Sciarrino ha hecho él mismo el libreto de la primera ópera de encargo que le estrenó el Teatro de Mannheim, con entreverados anuncios en una estación ferroviaria italiana, juegos con el Cantar de los cantares bíblico del rey Salomón y una novela de Elizabeth Smart. La heroína, simplemente denominada La donna, es una desamparada mujer que duerme por las noches en una triste estación de trenes. La directora de escena Andrea Schwalbach se apoya en los diseños de Anne Neusers, perspectivas desgarradas, hombres corriendo por una diagonal, pantallas con imágenes que llamean y proyecciones vislumbradas. Con ello vemos, en su perspectiva, el mundo. La famosa Anna Radziejewska es aquella mujer y domina a A. Radziejewska, T. Lichtenecker y T. McManus en Superflumina la perfección el estilo vocal demandado por Sciarrino. La música, conducida sensible y precisamente por Tito Ceccherini al frente de la Orquesta de Mannheim, se eleva desde el foso, a veces subrayada fuertemente por el ruido de unas máquinas. Entonces se expande por ese ambiente desanimado una poesía de nocturna dulzura. Hay cuatro cuadros, dos intermedios con tres cortes actuados y, en el centro, tres canciones. Primero aparece la mujer, solitaria y lamentosa. Luego, unos hombres jóvenes se golpean unos a otros. En el momento supre- mo de la noche se oyen las tres canciones y la mujer cambia la expresión de su rostro. La anima la resaca de una fiesta de utópica nostalgia. Se hace un sombrero con un turbante y hurga cantando en la basura, en busca de “escogidos alimentos” para comer. La orquesta florece en un estruendo grandioso de alocada sensualidad. Después, este mundo encantado y nocturno se disuelve. Llegan los policías y preguntan a la mujer por los hombres. Lo cotidiano y la gente reclaman sus derechos y empujan a la mujer hacia lo invisible de la estación y la oscuridad de sus días. En Mannheim se experimentó una grande, grandiosa serenata que trajo un poco de luz de arte a la tiniebla del mundo. Joachim Lange 39 265-Pliego 3 22/6/11 19:22 Página 40 AC T U A L I DA D MADRID ALEMANIA Calixto Bieito monta el oratorio alegórico de Haendel VIAJE A TRAVÉS DEL SENTIMIENTO 40 Toda puesta en escena de Il trionfo del Tempo e del Disinganno despierta curiosidad, pero sobre todo si corre a cargo del ya asiduo de la Ópera de Stuttgart Calixto Bieito. Para este montaje, su concepto se basa en una inteligente disposición de diversos Leitmotive (espejos, osos de peluche, cenizas, niños y ancianos, entre otros) que sirven de hilo conductor y que guían al espectador por un viaje a través del sentimiento. El público participa de la historia, no sólo cuando el patio de butacas juega con un globo hinchable o coquetea con el placer, sino también cuando ríe, llora, disfruta o sufre con los personajes alegóricos. Esta conexión se intensifica mediante la fortaleza de un texto que plantea continuamente cuestiones vitales de gran calado y actualidad. Por ello, el lenguaje de la producción recurre a motivos frecuentes de la sociedad actual, que paradójicamente siguen incomodándonos sobre el escenario. ¿Por qué estamos inmunizados ante escenas lésbicas, asesinatos brutales o desnudos integrales en el cine o en la televisión, pero nos seguimos sorprendiendo en el teatro? Bieito sabe manipular esa sensibilidad que nos reservamos para la ópera y consigue exponer en torno a un inmenso tiovivo la agresividad omnipotente del tiempo, el desenfreno orgiástico del placer, la fragilidad desconsolada de la belleza o la presencia fantasmagórica del desengaño. Finalmente es el desnudo de la belleza —su sinceridad consigo misma— lo que permite su reconciliación con el tiempo. Como colofón, un grupo de ancianos ríe a carcajadas dando vueltas en el E. Carecchio STUTTGART Staatsoper. 28-V-2011. Haendel, Il trionfo del Tempo e del Disinganno. Camilla de Falleiro, Ezgi Kutlu, Marina Prudenskaia, Charles Workman. Director musical: Sébastien Rouland. Director de escena: Calixto Bieito. Escenografía: Susanne Gschwender. Vestuario: Anna Eiermann. Iluminación: Reinhard Traub. Dramaturgia: Xavier Zuber. Escena de Il trionfo del Tempo e del Disinganno de Haendel en la Ópera de Stuttgart tiovivo, y con ellos también el resto del público. La vida puede ser bella, incluso en el final. El montaje cosechó en la noche del estreno una gran ovación, aunque decorada con algún abucheo espontáneo. La labor de los personajes fue inconmensurable en C/ Blasco de Garay 47 - 28015 Madrid. Tel.: 91 543 94 41. Fax: 91 543 94 74 info@elargonauta.com www.elargonauta.com lo teatral, quizá no tanto en lo musical. Camilla de Falleiro (Belleza) llevó a cabo una gran actuación, algo enturbiada por ciertas limitaciones vocales. Ezgi Kutlu (Placer) se sintió cómoda en un papel con el que disfrutó e hizo disfrutar. Pero fueron las actuaciones de Marina Prudenskaia (Desengaño) y Charles Workman (Tiempo) los que mejor conjugaron la exigente teatralidad del montaje con la compleja composición musical. Sébastien Routand cumplió al frente de una orquesta que claramente estaba algo fuera de lugar en el repertorio barroco. Alfonso Lombana 265-Pliego 3 22/6/11 19:22 Página 41 AC T U A L I DA D AUSTRIA Riccardo Muti recupera a Mercadante EL FASCINANTE FINAL DE UNA ÉPOCA Silvia Lelli Haus für Mozart. 12-VI-2011. Mercadante, I due Figaro. Antonio Poli, Asude Karayavuz, Rosa Feola, Annalisa Stroppa, Mario Cassi, Eleonora Buratto. Coro Philharmonia de Viena. Orquesta Juvenil Luigi Cherubini. Director musical: Riccardo Muti. Director de escena: Emilio Sagi. Decorados: Daniel Bianco. Vestuario: Jesús Ruiz. SALZBURGO Asude Karayavuz, Rosa Feola y Eleonora Buratto en I due Figaro de Saverio Mercadante en el Festival de Pentecostés de Salzburgo El melodramma buffo en dos actos de Saverio Mercadante (1795-1870) I due Figaro o sia Il soggetto di una commedia marca el final de los cinco años de mandato de Riccardo Muti al frente del Festival de Pentecostés de Salzburgo, que desde 2012 será dirigido por Cecilia Bartoli. La producción de la ópera —desconocida incluso para los especialistas— es una coproducción con el Festival de Rávena y el Teatro Real de Madrid, cuya edición crítica ha sido realizada por Paolo Cascio y Víctor Sánchez. El texto de la obra es de Felice Romani, a partir de la comedia Les deux Figaro ou le sujet de comédie de Honoré-Antoine Richaud Martelly (1791), y es una continuación de Le nozze di Figaro. De hecho, contiene numerosas referencias a la ópera de Mozart, y ha sido puesta en música por Mercadante con un estilo burbujeante y directo. Este compositor nacido cerca de Bari es, junto a Vincenzo Bellini, el principal representante de la escuela napolitana del siglo XIX y un nexo esencial con el romanticismo italiano. Escribió I due Figaro en 1826 para su debut en Madrid, donde trabajó hasta 1831 como director musical de los teatros de ópera de la corte. Como España, a mediados de 1820, tenía una política extremadamente conservadora, Mercadante trató de ganarse a la censura otorgando a la partitura un colorido local con boleros o ritmos flamencos, al tiempo que edulcoraba un tanto el final. A pesar de todo, el estreno de I due Figaro no fue autorizado en 1826, y la obra sólo pudo representarse en 1835 en un clima más liberal en el madrileño Teatro del Príncipe. La historia sigue girando en torno a Figaro y el Conde Almaviva: Figaro, cuyo matrimonio con Susanna ya está algo deteriorado, se ha convertido mientras tanto en el verdadero dueño del palacio, y quiere propiciar el matrimonio de Inés, la hija del Conde, con un colega suyo, para poder repartirse así con él la sustanciosa dote. Pero no cuenta con Cherubino, quien —convertido en un verdadero héroe y enamorado realmente de Inés— aparece en el palacio disfrazado de Figaro. A pesar de las muchas intrigas, al final todo acaba felizmente. En el podio de la por él creada Orchestra Giovanile Luigi Cherubini, Muti se desenvuelve soberanamente por esta música, que recuerda una y otra vez a Rossini. Sólo al comienzo hubo pequeños desajustes, sobre todo con el Philharmonia Chor de Viena, pero luego todo sonó de forma fresca, bien acentuada y llena de espíritu y de brío. Un equipo de jóvenes y solventes cantantes, con voces asimismo sin malear, dominó los papeles, nada fáciles técnicamente, con mucha bravura: Antonio Poli fue un Conde Almaviva de poderosa voz tenoril, Eleonora Buratto una coqueta Susanna con impecables coloraturas y soberanos agudos, Annalisa Stroppa hizo un Cherubino apropiadamente masculino con su oscuro timbre de mezzo, Mario Cassi como Figaro convenció por su agilidad escénica y su carnosos y viriles tonos baritonales. Asude Karayavuz compuso una interiorizada Condesa, y Rosa Feola fue la deliciosa hija Inés. Emilio Sagi presenta la complicada historia de modo entretenido y tradicional, con un punto de ironía, en un ambiente decididamente esteticista. Los trajes historicistas son de excelente gusto. Christian Springer 41 265-Pliego 3 22/6/11 19:32 Página 42 AC T U A L I DA D BÉLGICA Minkowski y Py, a favor de Meyerbeer LAS SIETE ESTRELLAS La Monnaie. 11-VI-2011. Meyerbeer, Les huguenots. Marlis Petersen, Yulia Lezhneva, Eric Cutler, Mireille Delunsch, Jean-François Lapointe, Philippe Rouillon. Director musical: Marc Minkowski. Director de escena: Olivier Py. BRUSELAS Convencidos de que Les huguenots, la “grand opéra” en cinco actos de Giacomo Meyerbeer, con libreto de Eugène Scribe y Émile Deschamps, ha sido injustamente arrinconada en nuestra época, el director Marc Minkowski y su compatriota, el director de escena Olivier Py, decidieron reponer la obra, estrenada en la Salle le Peletier de París en 1836. La Monnaie aceptó el reto y fue un gran éxito. Marc Minkowski ha sido un defensor apasionado de la partitura, con sus momentos dramáticos tan hermosos, líricos y poderosos, pero también por sus fragmentos menos inspirados (casi todos hacia el fin de la ópera). La escena del baño con Margarita de Valois respiró sensualidad y la escena de la conjura fue sobrecogedora. Tam- bién el coro de La Monnaie, preparado por Martino Faggiani, contribuyó a la excelencia de la interpretación. Olivier Py no escenificó un fresco histórico pero (afortunadamente) tampoco situó toda la acción en una época moderna. Combinó el pasado y el presente utilizando los decorados y el vestuario de Pierre-André Weitz, y la iluminación de Bertrand Killy. De vez en cuando las luces del auditorio se encendieron brevemente para que el público tuviera la sensación de jugar un papel activo en la obra. Los excepcionales decorados de Weitz, una estructura de color cobre con una escalera móvil, sirvieron para varias situaciones diferentes y lugares y aseguraron una transición sin problemas de una escena a otra. La puesta en escena de Olivier Py fue animada y hermosa en la escena de Chenonceau, pero a veces excesiva, por ejemplo en la fiesta de Nevers, y extrañamente carente de dramatismo en el dúo de Raoul y Valentine del cuarto acto, cargado de un simbolismo con sobreabundancia de cruces de madera, de inevitables desnudos y luego de un ridículo baile en el tercer acto. Pero todo esto ayudó a enlazar sin sobresaltos las escenas y cautivó la atención del público. En las once funciones, hubo dos elencos para cinco de los protagonistas que cantaron en un francés pasable. Una espléndida Marlis Petersen en el papel de Margarita de Valois se mostró seductora y cantó soberbiamente. La acompañó en el papel de Urbain, Yulia Lezhneva, una joven virtuosa de. belcanto, de gran talento. Eric Cutler defendió espléndidamente la parte más agotadora de Raoul con su suave voz de tenor y su fácil registro agudo y actuó convincentemente. Mireille Delunsch proporcionó a Valentin intensidad dramática, pero también su voz de soprano se mostró un poco desgastada. Jean-François Lapointe resultó un noble Nevers con su voz cálida de barítono, Philippe Rouillon hizo el papel de fuerte y vengativo Saint-Bris y Jérôme Varnier de ascético Marcel con su sonora voz de bajo. Los otros veintitantos papeles fueron bien desempeñados y no hubo debilidades ni escollos en esta impresionante interpretación. Desde luego, Meyerbeer fue bien defendido. Erna Metdepenninghen Opera XXI SILLAS EN LLAMAS GANTE Vlaamse Opera. 17-V-2011. D’Ase, L’intruse. Omar Ebrahim, Hannah Esther Minutillo. Director musical: Yannis Pouspourikas. Director de escena: Stef Lernous. 26-V-2011. Nuyts, Middle East. Thomas Bellinck, Ruth Ronsnfeld. Spectra Ensemble. Director musical: Filip Rathé. Director de escena: John Dehollander. 42 La segunda edición de Opera XXI, el festival bienal de música teatral contemporánea, fue de nuevo una coproducción de la Vlaamse Opera, deSingel, Muziektheater Transparant y la productora LOD. Se celebró en diferentes teatros de Gante y Amberes. Hubo tres estrenos mundiales de compositores flamencos: L’intruse (Dirk D’Ase), Medea (Wim Henderickx) y Middle East (Frank Nuyts) y un simposio internacional sobre la ópera de cámara vista desde una perspectiva contemporánea. L’intruse fue coproducida por la Vlaamse Opera y la compañía de teatro Abattoir Fermé, dirigida por Stef Ler- nous, que escribió el libreto basado en motivos de Maurice Maeterlinck. Lernous creó un mundo de sueños, pesadillas, opresión, miedo y decadencia. Hubo los personajes familiares: un rey, princesas, ciegos, amantes, muchachas vulnerables y viejos merodeando en el oscuro y frío castillo. Todos formaron parte de una complicada historia contada en una ópera que duró unos 70 minutos. La partitura de Dirk D’Ase empieza con sonidos electrónicos que más tarde, como el “intruso” del titulo de la ópera, entra en un mundo de sonido más orgánico, que fue muy bien interpretado por un reducido conjunto de la Orquesta de la Vlaamse Opera dirigida por Yannis Pouspourikas. La música combina intensidad y misterio con partes vocales expresionistas. Los personajes fueron convincentemente interpretados por Omar Ebrahim en el papel del rey y Hannah Esther Minutillo como la hermana, la muchacha y la esposa muerta. En Middle East, una coproducción de la Vlaamse Opera y la LOD, el libretista Philippe Blasband describe el fracaso del proceso de paz entre Israel y Palestina acompañado de una discreta música que discurrió holgadamente, compuesta por Frank Nuyts. El Spectra Ensemble, dirigido por Filip Rathé, interpretó muy bien esta banda sonora. Erna Metdepenninghen 265-Pliego 3 22/6/11 19:22 Página 43 AC T U A L I DA D ESTADOS UNIDOS Boston Early Music Festival METAMORFOSIS André Constatini Cutler Majestic Theatre. 12-VI-2011. Steffani, Niobe, regina di Tebe. Amanda Forsythe, Philippe Jaroussky. Directores musicales: Paul O’Dette y Stephen Stubbs. Director de escena y escenógrafo: Gilbert Blin. Vestuario: Anna Watkins. Coreografía: Caroline Copeland y Carlos Fittante. BOSTON Philippe Jaroussky en Niobe, Regina di Tebe de Agostino Steffani en el Festival de música antigua de Boston Ha sido una buena temporada para Niobe, regina di Tebe. El septiembre pasado, el cuento moralista de 1688 de Agostino Steffani inspirado en las Metamorfosis de Ovidio (aquí la transformación en piedra de la vanidosa heroína homónima) empezó su exitosas representaciones en la Royal Opera House de Londres, en una elegante producción Regietheater que tuvo su estreno en el Festival de Schwetzinger de 2008. Y luego en junio, Niobe se cambió de ropa y cruzó el Atlántico, y la espléndida bienal, Boston Early Music Festival, ofreció una magnifica puesta en escena, perfecta en cuanto a la época, del régisseur residente, Gilbert Blin. Boston y Blin se enfrentaron a la estratagema de la ópera barroca al abrazarla con gusto. No se podía pedir una escenificación “auténtica” mejor con sus telones pintados, sus dioses y magos que descendían en nubes, los bailes cortesanos y todo el mundo —hasta el niño más pequeño— moviéndose y gesticulando con alegre y excelso estilo. Después de algún tiempo la estratagema se convirtió en una realidad, en algo sólido. Por supuesto, una gran parte del efecto acumulativo depende de la materia músico-dramática que haya, y colocaría el nivel de la Niobe de este año entre el de Psyché de Lully (soberbiamente dirigida por Blin) del festival de 2007 y la Incoronazione di Poppea (no una de sus mejores puestas en escena) de 2009. La ópera de Steffani es un poco un cruce estilístico entre estas dos obras maestras, pero en sus mejores arias a menudo parece llegar más allá que su predecesor Monteverdi y su contemporáneo Lully y dirigirse más hacia Haendel. Sin embargo, el genio es una cosa y la enorme competencia de Steffani es otra. Sus personajes nunca se relacionan ni se mueven con tanto vigor como los de Haendel y Monteverdi. La verdad es que sería difícil imaginar un grupo menos simpático. Pero con todo la música está llena de hermosura y fue espléndidamente interpretada por el grupo de músicos de Boston. En el papel principal, Amanda Forsythe consiguió su propia metamorfosis, aparte de la de Niobe: el pasado otoño interpretó la ingenua Manto en el Covent Garden, un papel que, con su deliciosa, pura y ligera voz, le vino mejor. Pero aunque uno podía desear unos estallidos declamatorios de la reina de Tebas más oscuros y grandiosos, las numerosas páginas líricas del papel no podían haber estado en manos más suaves y cariñosas que las suyas. El contratenor Philippe Jaroussky, como el rey con su cabeza metafóricamente en las nubes, tuvo problemas en el canto pero ascendió melodiosamente en su maravillosa escena del segundo acto, el momento más mágico de la ópera. Literalmente en las nu- bes, aunque descendían frecuentemente, estaban el contratenor Matthew White en el papel del iluso guerrero Creonte y el bajo Jesse Blumberg como el hechicero Poliferno, los dos admirables. Los tenores Colin Balzer y Kevin D. Skelton como Tiberino y Clearte estuvieron magníficos, al igual que el bajo Charles Robert Stephens como el adivino ciego Tiresia, y la deliciosa Yulia van Doren como la Manto virginal. Un tercer contratenor, José Lemos, se llevó todos los aplausos en el papel de la niñera charlatana Nerea. Y juntos, dirigiendo desde la mesa del banquete de los músicos, los directores musicales Stephen Stubbs y Paul O’Dette, sacaron los más hermosos y variados sonidos de su experto conjunto de música de época. Como siempre, dejé el teatro feliz y esperando con muchas ganas el próximo festival de dentro de dos años. Patrick Dillon 43 265-Pliego 3 22/6/11 19:33 Página 44 AC T U A L I DA D FRANCIA Festival Agora 2011 LAS HORAS DEL DÍA IRCAM-Espace de projection. Gaîté Lyrique. Opéra-Comique. Le CentQuatre. 8/11-VI-2011. Jonathan de la Paz Zaens. Cuarteto Renoir. Daniel Ciampolini, Francis Petit, Nicolas Baldeyrou, Magnus Lindberg, Nadine Pierre. Filarmónica de Radio France. Director musical: Ernest Martínez Izquierdo. Directores de escena: Daniel Lévy, Ingrid von Wantoch Rekowski. Obras de Aperghis, Stockhausen, Parra, Berio, Fedele, Lindberg. Eva Furrer, Richard Dubelski, Johanne Saunier, Michael Schmid, Dominique Grosjean, Sophia Leboutte, Annette Sachs, Pietro Pizzuti y Gaëtan Wenders. 44 Eric Legrand PARÍS La pregunta “¿cuál es la conjunción entre intuición matemática e intuición artística, lógica e imaginación?”, que atraviesa la historia del pensamiento y de la creatividad, ha constituido el centro de la programación de Agora 2011. A la “irracional eficacia” de las matemáticas, según la fórmula de Eugène Wigner, en las artes parece responder la iluminación estética del descubrimiento matemático, escribía Frank Madlener, director del IRCAM, en su nota de presentación del festival. La velada inaugural comenzó con el estreno mundial de Luna Park de Georges Aperghis, que reencuentra once años después de Machinations a su cómplice, el escritor François Regnault, utilizando por primera vez sintetizador de voz y sensores de movimiento, a la vez que el vídeo participa en la movilidad de los actores. Escrita para tres instrumentistas (percusiones y flautas), una bailarina que emplea su voz y electrónica en vivo, la partitura apasiona y sorprende en el primer cuarto de hora pero aburre en los tres cuartos restantes. Las imágenes de vídeo y las captadas en vivo, concebidas por Daniel Lévy, son casi siempre las mismas. A este espectáculo siguió en la Gaité Lyrique un concierto de música electrónica. Inaugurado hace menos de un año y dedicado a las músicas electrónicas actuales o populares, este ámbito alojado en un teatro del Segundo Imperio dedicado antaño a la opereta, está ya seriamente degradado, sucio y sin alma. Por primera vez, la música electrónica seria irrumpía allí con dos obras del inacabado ciclo de Karlheinz Stockhausen Stunde, Escena de A-Ronne II de Luciano Berio que encuadraban una pieza interminable de Hèctor Parra, compositor de talento generalmente más inspirado. De título evocador, I have come like a butterfly into the hall of human life, se hace eterna y no aporta nada nuevo respecto a las piezas concretas escritas a finales de los 40 por Pierre Schaeffer. Les nombres éternels, je les entends résonner là-bas, de Velimir Khlebnikov, pertenece a la poesía Zaum practicada por el compositor, que oscila entre arcaísmo y futurismo, con todo el arsenal de la síntesis electrónica. Comparadas con ésta, las dos obras de Karlheinz Stockhausen confirman el genio del compositor alemán, incluso en páginas menos logradas como Klang, 19. StundeUrantia. Esta pieza para cinta, consagrada a las 19 horas, pertenece al ciclo Klang que Stockhausen quiso consagrar a las 24 horas del día con otras tantas partituras de cámara (solos, dúos, tríos, septetos o electrónica pura). Ofrecida tras la pieza de Parra, Klang, 15. StundeOrvonton, para barítono y electrónica, raya en la obra maestra. En esta hora 15, el cantante describe su propia actividad: “Soy un barítono. Cada nota dura dos segundos 440 Herz, los sonidos no son ni bellos ni feos”. Esta infrecuente propuesta humorística de Stockhausen lleva simultáneamente su credo artístico. Jonathan de la Paz Zaens, barítono berlinés de origen filipino, estuvo soberbio. En la Opéra-Comique, Agora proponía, para reemplazar a una ópera de Marco Stroppa cuyo estreno se ha aplazado un año, la reposición de una excelente producción de finales de los 90 de la brillante A-Ronne II de Luciano Berio. Esta obra maravillosa, que remite al madrigale rapprensentativo renacentista, estuvo finamente escenificada por Ingrid von Wantoch Rekowski e interpretada con humor por cinco cantantes-actores muy bien vestidos con trajes neobarrocos. Al día siguiente, el festival propuso en el CentQuatre, otro nuevo centro cultural parisino que aún busca su identidad, un suntuoso concierto, quizá lo mejor de esta edición, un estreno mundial de Ivan Fedele, La pierre et l’étang (...les temps...) para percusión, cuarteto de cuerda, orquesta y electrónica en tiempo real, magnífica metáfora musical sobre el tiempo y el agua, y la impresionante Kraft para solistas, orquesta y electrónica en vivo de Magnus Lindberg. Dos obras magistralmente interpretadas por la Filarmónica de Radio France dirigida por un extraordinario Ernest Martínez Izquierdo, en presencia del creador de Kraft en septiembre de 1985, Esa-Pekka Salonen. Obra de una media hora, La pierre et l’étang (…les temps…) confirma el inmenso talento, la gran sensibilidad y la inventiva única de Fedele. La pieza no cesa de superarse conforme avanza su desarrollo, bajo la dirección del percusionista (formidable Daniel Ciampolini) equipado con sensores electrónicos que, detrás de la orquesta, cambia poco a poco de instrumento en el transcurso de la obra mientras en el proscenio el cuarteto de cuerda (excelente Renoir) toca una música luminosa y virtuosística, como la escritura líquida reservada a la orquesta. Interpretada con el compositor entre los solistas, Kraft de Lindberg es una partitura gigantesca, espacializada no sólo por la electrónica sino también por numerosos instrumentistas (percusiones, metales, maderas) que circulan continuamente alrededor del público, todo en el marco de una escritura virtuosissime donde sobresalen Nadine Pierre, tanto en el violonchelo como en la percusión, y Nicolas Baldeyron, clarinete y clarinete contrabajo. Bruno Serrou 265-Pliego 3 22/6/11 19:33 Página 45 AC T U A L I DA D FRANCIA Un espectáculo perfecto EXTRAORDINARIO TRISTÁN EN LYON LYON Stofleth Opéra. 4-VI-2011. Wagner, Tristán e Isolda. Clifton Forbis, Ann Petersen, Christof Fischesser, Jochen Schmeckenbecher, Nabil Suliman, Stella Grigorian. Director musical: Kirill Petrenko. Director de escena: Alex Ollé/La Fura dels Baus. Colaboración en la puesta en escena: Valentina Carrasco. Decorados: Alfons Florès. Hay momentos que se presienten excepcionales como ha sido el caso de la première de esta nueva producción de Tristán e Isolda en Lyon. Cuando el primer acorde del célebre preludio resonó en el foso, el público valoró el privilegio de estar allí… Mientras el telón se alzaba sobre sus últimos rumores apareció una gran plataforma navegando en las tinieblas y una rugiente espuma, anunciadores de una puesta en escena de extraordinaria belleza realizada por Alex Ollé y Valentina Carrasco, dos miembros de La Fura dels Baus que ya habían firmado la destacada producción de El Gran Macabro de Ligeti vista en la Monnaie de Bruselas hace dos años. Bajo la dirección tornasolada y febril de Kirill Petrenko, la orquesta sonó con fluidez y transparencia camerísticas. El director ruso ha tomado la medida tanto a la escena del teatro lionés, donde destacó en una trilogía Chaikovski, como al reparto, con el que funcionó en perfecta ósmosis. Todos los protagonistas de esta producción hacen de este espectáculo uno de los más perfectos de la obra maestra de Wagner. El primer acto se desarrolla en alta mar, sobre el puente de una embarcación que gira 180º como arrastrada por un mar agitado, bajo un cielo recorrido por estrellas fugaces e invadido poco a poco por una luna más o menos benévola. En el segundo acto, esta esfera se convierte en el castillo del rey Marke, nido de los amantes sobre el que se proyecta su mundo interior. En el tercero, la citada esfera, volteada a medias, es testigo de la agonía de Tristán, a quien se juntan Melot, luego Kurwenal y por fin Isolda, que muere enlazando la cabeza de su amante con un rayo de luz cruda. Avivado por una dirección de actores excepcional, el reparto resultó muy homogéneo, incluso en los segundos papeles. Ann Petersen es una Isolda ardiente de voz sólida y timbre radiante; Clifton Forbis, de vocalidad inicialmente insegura, se calienta al cabo de los actos, delicadamente sostenido por la atenta dirección de Petrenko, para finalmente encarnar a un delirante Tristán de gran intensidad. Jochen Schmeckenbecher es un Kurwenal trepidante de timbre broncíneo, Christof Fischesser un Marke noble y generoso y Stella Grigorian una ardiente Brangania. Muy equilibrada pese a un efectivo de cuerdas reducido, la orquesta brilló en todo su esplendor bajo la dirección precisa y onírica de Petrenko. Bruno Serrou 45 265-Pliego 3 22/6/11 19:23 Página 46 AC T U A L I DA D FRANCIA / GRAN BRETAÑA Sólo un reparto de gran clase se salvó en un Wagner letárgico y risible DECEPCIONANTE OCASO París. Opéra Bastille. 3-VI-2011. Wagner, El ocaso de los dioses. Torsten Kerl, Iain Paterson, Peter Sidhom, HansPeter König, Katarina Dalayman, Christiane Libor, Sophie Koch, Nicole Piccolomini, Caroline Stein, Daniela Sindram. Director musical: Philippe Jordan. Director de escena: Günter Krämer. Decorados: Jürgen Bäckmann. L a Ópera de París ha logrado presentar por fin su primer Anillo completo desde 1957. La primera escena lírica francesa puede, al menos, estar agradecida a Nicolas Joël por haber llevado a cabo un proyecto que ningún director antes que él, desde hace medio siglo, pudo concluir. Este Ocaso, bochornoso en lo escénico, decepcionante en la dirección musical, homogéneo en las voces y suntuoso orquestalmente, clausura el ciclo como lo empezó El oro del Rin. La lentitud de tempi, sobre todo en prólogo y primer acto, aniquila los relieves y afecta a la teatralidad de la partitura provocando letargo. Jordan decepciona aun- que consiga buenos momentos: la intervención de Waltrauta en el primer acto, el segundo entero o la marcha fúnebre del último. También saca provecho de una orquesta feliz de tocar esta partitura. La dirección musical, uniforme en conjunto, hace juego con la puesta en escena, peor aún que en las otras piezas del ciclo. Está de nuevo la escalera monumental que ocupa todo el ancho de escena del acto II, por donde se mueven los coros con trajes Mao. El primer acto tiene detalles risibles, como el mobiliario del palacio de los guibichungos, y vulgares cuando Sigfrido se arroja de forma obscena sobre una Gutruna de moño monjil. El sostiene por sí sola el impacto trágico de la escena final. Otros cantantes ya oídos en este Anillo son Iaine Paterson, Gunther de timbre seductor, Peter Sidhom, áspero Alberico, y las Hijas del Rin, Nicole Piccolomini, Daniela Sindram y Caroline Stein, un trío de excepción. Los recién llegados confirman la solidez y gran clase del reparto global: HansPeter König, Hagen impresionante de poderío, Christiane Libor, que destaca como Tercera Norna y más aún como Gutruna, pese a un vestuario y un peinado espantosos, y Sophie Koch, Waltrauta conmovedora. tercer acto se reduce al mínimo: escenario desnudo con sólo una pantalla-biombo al pie de la cual muere Sigfrido, cuyo espectro asciende al ritmo de la marcha fúnebre las gradas de un Walhalla a punto de arder mientras Brunhilda se arroja a una hoguera proyectada sobre la pantalla, antes de que reaparezca la roca-cascarón de la escena inicial de El oro del Rin sobre la que Alberico vaga como un zombi. La imaginación de Krämer se hunde aquí en un vacío sideral, como agotada por 15 horas de espectáculo. Torsten Kerl es un Sigfrido de escasa fuerza vocal pero resistente. Katarina Dalayman es la misma Brunhilda radiante y segura que Bruno Serrou Festival de Glyndebourne ATRACTIVO Y CONVENCIONAL GLYNDEBURNE Alastair Muir Lewes. Sussex. 21-V-2011. Wagner, Die Meistersinger von Nürnberg. Johannes Martin Kränzle, Michaela Selinger, Topi Lehtipuu, Marco Jentzsch Walther, Gerald Finley. Director musical: Vladimir Jurowski. Director de escena: David McVicar. 46 La nueva producción de David McVicar de Die Meistersinger von Nürnberg ha inaugurado el Festival de Glyndebourne de 2011 y ha sido recibida con rabiosos aplausos y sólo unas cuantas caras contrariadas. Fue el estreno en este festival de Sussex de una obra que su fundador, John Christie, soñaba con montar ya en el año 1928, hecho que realzaba la emoción de esta primera función. Desde el punto de vista musical, fue impecable teniendo en cuenta el tamaño del teatro, y Vladimir Jurowski extrajo una interpretación de una viva claridad de la Orquesta Filarmónica de Londres. Los músicos mantuvieron una inagotable vigilancia y concentración durante toda la obra. El coro también estuvo extraordinario. Ningún detalle visual en los audaces y fieles decorados de Vicki Mortimer fue casual. Sin embargo, aunque la puesta en escena resultó atractiva debajo del dosel de gótico tardío, los detalles fueron tan específicos que era difícil comprender la intención de McVicar. Se ha situado la acción en 1813, el año del nacimiento de Wagner. El nacionalismo alemán, postnapoleónico estaba también en pañales. Un proyecto empezó a surgir. Fue una interpretación atractiva aunque convencional. Johannes Martin Kränzle hizo flojamente su papel de Beckmesser pero cantó muy bien y sus patéticas lágrimas hicieron de él una figura compasiva. Michaela Selin- ger, en el papel de Magdalene, hizo una caracterización muy fuerte, al contrario de la muy anodina Eva de Anna Gabler. El David de Topi Lehtipuu encantó mientras Marco Jentzsch Walther, con aspecto del perfecto soldado con sus galones de oro, vaciló un poco cuando llegó el momento de la canción premiada. En cuanto a Sachs, Gerald Finley no pareció la elección más acertada, ya que es mejor conocido como barítono lírico, pero este cantante de gran inteligencia e hizo un trabajo magnífico. Un intérprete con su perspicacia va a poder cantar este papel durante su vida muchas veces más, y cada vez descubrirá en él nuevos y maravillosos matices. Fiona Maddocks 265-Pliego 3 22/6/11 19:23 Página 47 AC T U A L I DA D HOLANDA Tatiana recuerda la historia de Rusia JANSONS HONRA A PUCHKIN Forster Het Muziektheater. 14-VI-2011. Chaikovski, Evgeni Onegin. Krasimira Stoyanova, Elena Maximova, Olga Sanova, Nina Romanova, Andrei Dunaev, Bo Skovhus, Mikhail Petrenko, Guy de Mey. Real Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam. Director musical: Mariss Jansons. Director de escena: Stefan Herheim. Decorados: Philipp Fürhofer. Escena de Evgeni Onegin de Chaikovski en la Ópera de Holanda ÁMSTERDAM En la nueva producción de Evgeni Onegin de la Ópera de los Países Bajos el director musical hizo su entrada en el foso a la vez que el público accediera al auditorio. El escenario mostró el vestíbulo de un lujoso hotel con personas de etiqueta entrando en ascensores modernos y hubo unos altavoces detrás del escenario que emitían la polonesa del tercer acto. Un hombre (Onegin) se estremeció al ver entrar a una mujer vestida de un traje de noche de color rojo, junto con su marido, y la impresión fue que también se inquietó la mujer. Luego, una enorme caja de cristal, que estaba situada en el centro del escenario, se abrió y de repente empezaron unas escenas tipo flash back desde el punto de vista de Tatiana. Al igual que hizo con su producción de Parsifal en Bayreuth, el director de escena Stefan Herheim amplió la historia para que abarcara todo un siglo, haciendo de la ópera un comentario sobre la evolución histórica. Retrocedió en el tiempo, en las últimas dos escenas, y colocó la casa de los Larina en la época de Puchkin. Con la entrada de Monsieur Triquet en la fiesta de cumpleaños de Tatiana, hizo regresar la historia al ambiente parisino dieciochesco de la vieja Condesa en La dama de picas, otra ópera de Chaikovski basada en un cuento de Puchkin. Desgraciadamente las referencias de Herheim, sobre todo en las escenas del coro, no dieron a la obra gran coherencia dramática. A pesar de los elementos rurales de los primeros dos actos, Evgeni Onegin es una obra sobre unas personas y el intento de aprovechar sus emociones personales para explorar la historia de Rusia no funcionó. La vieja peluca y la ropa de Monsieur Triquet pudieron ser un guiño al pasado, pero la presencia del oso ruso en la misma escena fue ridícula y la entrada del Ejercito Rojo para ayudar a Lenski durante su duelo, un exceso. Se puede comentar lo mismo en cuanto al tercer acto, cuando Herheim escenificó una procesión de personalidades histó- ricas rusas, desde Boris Godunov hasta el astronauta Yuri Gagarin, pasando por atletas, soldados y símbolos que figuraron en las postales y los sellos durante la época del comunismo. Fue también una lástima que esta procesión casi ahogara el aria del Príncipe Gremin bien cantada por Mikhail Petrenko. Entretanto se veía la tragedia personal de Tatiana, papel interpretado muy bien por Krasimira Stoyanova, tan obsesionada por Onegin que lo tenía continuamente reflejado en la retina. Su fascinación fue en parte compartida por su hermana Olga (cantada con un poco de aspereza por Elena Maximova) y durante el segundo acto esto desembocó en un conflicto más fuerte de lo normal, intensificado por el hecho de que Hermein retrató a Lenski (interpretado maravillosamente por Andrei Dunaev con una mezcla de inflexiones líricas y dramáticas.) como un exaltado con relaciones políticas. A partir de la escena del duelo, la acción se centró en Onegin, cuyo papel desempeñó convin- centemente Bo Skovhus, que mostró su desilusión tanto con la amistad como con el amor, pero no siempre con el refinamiento que exigía la música. Por muy fascinante que fuera la producción en ciertos momentos, el verdadero centro de todo era la música, interpretada soberbiamente por Mariss Jansons y la Real Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam. Es conocida la sensibilidad que tiene Jansons por lo dramático, pero no se debe olvidar que se hizo famoso internacionalmente con una serie de grabaciones nada sentimentales de las sinfonías de Chaikovski con la Orquesta Filarmónica de Oslo. En Evgeni Onegin mostró su mérito con una lectura llena de colores oscuros, por ejemplo dando preeminencia a las cuerdas graves sobre los violines. En esta fascinante y nada romántica Evgeni Onegin, concedió a la sensibilidad de Puchkin por el drama un lugar central en la orquesta. Paul Korenhof 47 265-Pliego 3 22/6/11 19:23 Página 48 AC T U A L I DA D ITALIA Estreno de L’Italia del destino de Mosca TORBELLINO SOBRE EL VACÍO Teatro Goldoni. 15-V-2011. Mosca, L’Italia del destino. Daniela Bruera, Alda Caiello, Cristina Zavalloni, Sara Mingardo, Roberto Abbondanza. Director musical: Marco Angius. Director de escena: Davide Livermore. Gianluca Moggi FLORENCIA La celebración de los 150 años de la Unidad de Italia ha aportado a la temporada 2010-2011 una insólita cantidad de encargos de óperas nuevas. Alguno ha escogido temas improbables ambientados en la época del Risorgimento, como Marco Tutino (Senso en Palermo) o Lorenzo Ferrero (Risorgimento! en Módena y Bolonia). En el Mayo Musical Florentino, donde no se esperaban para variar ocasiones especiales, L’Italia del destino de Luca Mosca estaba ambientada en nuestros días, entre los personajes de un reality show: de ahí el juego de palabras del subtítulo, “Real-Italy en un acto”. Para su cuarta colaboración teatral, Mosca y el autor del libreto, Gianluigi Melega, han subrayado su elección del tono cómicogrotesco ya determinante en Mr. Me y en Freud, Freud, I love you. Así asistimos a las luchas, a los juegos sexuales, a las confesiones de personajes de una transmisión como Escena de L’Italia del destino de Luca Mosca el Gran Hermano, movidos tan sólo por el ansia de tener éxito, interpretados por cantantes que siempre han colaborado con Mosca (que exalta sus características vocales): La Estilista (Alda Caiello), lesbiana que pasa ágilmente del registro grave al agudo, Sexilia (Cristina Zavalloni) canta sexy, La Diva (Sara Mingardo) se complace con voces profundas y sincopadas a la manera jazzística, la Camarera (Daniela Bruera) adopta un virtuosismo neobarroco. Los hombres son El Gimnasta (Chris Ziegler), El Creativo (Roberto Abbondanza) y El Cantante (Davide Livermore, el director de escena que empezó su carrera en el teatro como tenor); el indispensable Presentador era un actor, Sax Nicosia. Al final el presentador se traviste de Dart Vader y decreta la eliminación (definitiva: la muerte) de todos los concursantes. Incluso en esta obra, donde los personajes son marionetas privadas de toda consistencia humana y mirados con sarcasmo, Mosca adopta un lenguaje de apremiante, frenética movilidad estilística, creando un montaje donde para caracterizar todas las situaciones y personajes de modo bien definido convergen Shostakovich, Weill, Stravinski, el jazz, Rossini, Vivaldi y Haendel: el virtuosístico torbellino de invenciones gira con sabia escritura y feroz ironía en torno al vacío durante cerca de cien minutos (que son quizá demasiados para un juego de esta naturaleza). Impecables la dirección de Marco Angius y las contribuciones de todos los cantantes, eficacísima la dirección escénica de Davide Livermore, cuya escenografía reconstruía con inteligencia los espacios de un reality show televisivo. Paolo Petazzi Regresa a la Scala Roméo et Juliette INTERÉS SÓLO MUSICAL MILÁN Teatro alla Scala. 6-VI-2011. Gounod, Roméo et Juliette. Vittorio Grigolo, Nino Machaidze, Juan Francisco Gatell, Russell Braun, Alexander Vinogradov, Franck Ferrari, Cora Burggraaf. Director musical: Yannick Nézet-Séguin. Director de escena: Bartlett Sher. Producción del Festival de Salzburgo. 48 Una de las óperas mayores de la madurez de Gounod, Roméo et Juliette —de la que en Italia se han vuelto menos raras las representaciones en los últimos años—, faltaba de la Scala desde 1934, y su regreso presentaba algunos motivos de interés de naturaleza exclusivamente musical. Yannick Nézet-Séguin, en su presentación scalígera, ha causado una excelente impresión, con una tensa energía, que sin traicionar la elegancia de la escritura de Gounod, confería un discurrir apasionado al desarrollo de la ópera y se mantenía lejos del riesgo de los abandonos demasiado lánguidos. Admirable también la prestación del tenor Vittorio Grigolo, por la belleza del timbre, el impecable control, la intensidad y la elegancia, mientras que a su lado Nino Machaidze fue una Julieta más bien genérica, de timbre agradable pero no inmune a las emisiones estridentes. Del resto agradó sobre todo el Teobaldo de Juan Franci- sco Gatell, no más que discretos Russell Braun (Mercutio) y Alexander Vinogradov (Fray Lorenzo). La producción provenía del Festival de Salzburgo, donde se apreció al mismo director canadiense y donde cantó el año pasado gran parte del reparto, pero no Grigolo. En Salzburgo, la estrella era Anna Netrebko y el espectáculo se beneficiaba del espacio de por sí sugestivo de la Felsenreitschule. Quizá en este espacio más amplio parecían menos desastrosas la exterioridad y la nulidad de la dirección, basada en una movida y fastuosa espectacularidad, pero en la Scala en lugar de la arcada excavada en la roca de la célebre escuela de equitación salzburguesa había una escenografía fea y embarazosa de Michael Yeargan. Incomprensible el vestuario del siglo XVIII. No se entiende por qué la Scala ha aceptado esta insignificante producción. Paolo Petazzi 265-Pliego 3 22/6/11 17:21 Página 49 AC T U A L I DA D PORTUGAL Centenario de Nino Rota LA ESCENOGRAFÍA ATRAGANTÓ LO CÓMICO LISBOA Alfredo Rocha Teatro São Carlos. 16-V-2011 Rota, Il cappello di paglia di Firenze. Mário João Alves, José Fardilha, Luís Rodrigues, Lara Martins, Dora Rodrigues, Maria Luísa de Freitas, Carlos Guilherme, João Merino. Director musical: João Paulo Santos. Director de escena: Fernando Gomes. En del año del centenario del nacimiento de Rota, el teatro de la ópera de Lisboa programó su Cappello, estrenado en Palermo (Sicilia) en 1955 y ciertamente su obra lírica más difundida internacionalmente, pero que todavía no había sido representada en Lisboa. Una producción completamente “hecha en casa”, unió al director musical João Paulo Santos y al director artístico y actor Fernando Gomes, una pareja “rodada” en colaboraciones anteriores. Siendo Il cappello una actualización de ópera buffa clásica italiana, una revisitación de números musicales venidos de los más variados cuadrantes y orientaciones, y basándose, como se basaba, en una comedia de Labiche típica de pleno siglo XIX francés (con algunas inserciones de la comedia típica italiana), tenemos una obra compuesta que pide la modernización con cada nuevo reestreno. Sin embargo, no fue eso lo que Escena de Il cappello di paglia di Firenze de Nino Rota Gomes hizo, adoptando una postura bastante conservadora, esencialmente fijada en la época Labiche (de la que fue resumen el vestuario original de Rafaela Mapril), pero bebiendo también del apogeo del teatro de revista lisboeta (teatro cómico musical, con números hablados y coreografías) y de la come- dia cinematográfica portuguesa (años 30/40 del siglo XX). Tal opción (también al nivel de la coreografía) acaba por hacer atragantar a menudo la máquina de provocar risa que Rota divisó con esta obra, algo que podría haber sido evitado, por ejemplo, con la introducción de transparencias en la escenografía, volviéndose el “en escena/fuera de escena” redundante en la práctica. Vocalmente, el elenco integralmente portugués comprobó la afirmación del director musical de que Portugal tenía en este momento las voces apropiadas para estos papeles, tirando de un Mário João Alves con algún desgaste vocal, todos los demás estuvieron bien vocalmente, destacando el siempre bien recibido regreso a Lisboa del barítono Jose Fardilha, la seguridad en la coloratura de Lara Martins y los desempeños vocal y teatralmente convincentes de Maria Luísa de Freitas, Dora Rodrigues y Luís Rodrigues. En el foso de la orquesta, João Paulo Santos dirigió con extrema competencia la obra, obteniendo de la Sinfónica Portuguesa un desempeño valorizado por el destaque dado por la orquestación de las maderas y los metales. Bernardo Mariano 49 265-Pliego 3 22/6/11 17:22 Página 50 AC T U A L I DA D SUIZA Un Rinaldo con tres contatenores DRAGONES Y PÁJAROS En Lausana, en la triste Salle Métropole, a la espera de la reestructuración del teatro, se ha puesto en escena una bella producción de Rinaldo, la ópera con la que Georg Friedrich Haendel, precedido de fama extraordinaria, triunfó en Londres. Es un catálogo de arias bellísimas, algunas tomadas incluso de composiciones precedentes plegadas a la necesidad. No asombra el éxito sensacional que obtuvo. La puesta en escena, debida a Louise Moaty, está muy en el estilo de Benjamin Lazar pero sin alcanzar su perfección: iluminación con velas, efectos barrocos (fuegos artificiales, ingenuos dragones balanceándose en el cielo, pájaros que bajan revoloteando desde lo alto), algunos incluso espectaculares, escenas fijas, siempre en crescendo sincronizado con el desarrollo de la trama. La dirección de la Orquesta de Cámara de Lausana, de instrumentos modernos y no siempre muy precisa, se confió a un experto en el repertorio, Diego Fasolis, quien por su parte hizo lo que pudo para espolearla en las dinámicas haendelianas. Quizá la nota de mayor interés de la producción estuvo en el reparto, con tres contratenores, empezando por el espléndido Max Emanuel Cencic en el papel titular, que derrochó vetas de lirismo en la célebre aria Cara sposa, Marc Vanappelghem LAUSANA Opéra. 22-V-2011. Haendel, Rinaldo. Max Emanuel Cencic, Bènédicte Tauran, Lenneke Ruiten, Riccardo Novaro, Yuri Minenko, Xavier Sabata, Maarten Engeltjes, Nathalie Costantin, Carole Meyer, Aureline Reymond. Orquesta de Cámara de Lausana. Director musical: Diego Fasolis. Directora de escena: Louise Moaty. Escenografía: Adeline Caron. Vestuario: Alain Blanchot. Coreografía: Françoise Denieau. Max Emanuel Cencic en Rinaldo pero también salió con bien cuando se reclaman coloraturas y agilidades. Coronaron el triunfo Xavier Sabata (Goffredo), que pese a su aspecto de hombretón tiene una voz aflautada natural y melodiosa aun en las agilidades y el estupendo Riccardo Novaro (Argante). Las dos voces femeninas fueron, también, espléndidas: Bénédicte Tauran (Armide), de la que se recuerda su aria de furia de la vergüenza y Lenneke Ruiten (Almirena), un pajarillo melindroso y gracioso entre los gorjeos de la orquesta. Vestuario de mil y una noches de Alain Blanchot y coreografía filológica de Françoise Denieau. Bellísima iluminación de Christophe Nuillet que con sus pálidos reflejos parecía una pintura de Gerard van Honthors. Franco Soda Desde la casa de los muertos en terreno de la mafia LA LIBERTAD MUERE EN UNA GRAN MATRIOSHKA 50 No parece una cárcel el ambiente creado por Johannes Leiacker: todo es claro y blanco, un frío y elegante bar con hombres bien vestidos. No estamos en un campo de trabajo siberiano, sino evidentemente en una vivienda de lujo que se eleva sobre el barrio de Bellevue en Zúrich. Los muros de esta prisión son sutiles, pero no hay libertad para el prisionero político, que al final de la ópera de Janácek es liberado. Aquí nadie sale con vida de las reglas de la “honorable sociedad”. Una gran matrioshka es su tumba y su “liberación”, al tiempo que la idea de libertad muere con él. Porque Peter Konwitschny acaba también con la tímida esperanza de Janá- cek, y quiere que nosotros seamos el reflejo de esa sociedad. Una y otra vez busca la provocación y la protesta en el patio de butacas. Pero el cliché de la mafia está demasiado manido. La violencia y la violación resultan, a pesar de la entrega de los intérpretes, excesivamente teatrales. Son más expresivos los cuadros en los que Konwitschny se vuelve poético, cuando los hombres reflejan con vehemencia los deseos hacia su mujer, su madre o su amante. Porque todos actúan muy bien en esta producción, incluido el coro, que no es Suzanne Schwiertz ZÚRICH Opernhaus. 4-VI-2011. Janácek, Desde la casa de los muertos. Matjaz Robavs, Peter Straka, Pavol Remenár, Ilker Arcayürek, Reinaldo Macias, Miroslav Christoff. Director musical: Ingo Metzmacher. Director de escena: Peter Konwitschny. Decorados y vestuario: Johannes Leiacker. tratado como colectivo, sino que cada personaje adquiere sus rasgos individuales y manifiesta sus pasiones. Estos momentos fueron dirigidos por Ingo Metzmacher, al frente de una orquesta que todavía presenta en algunos atriles ciertas fisuras, con mucho entusiasmo y conocimiento. Otorgó a la obra toda su energía rítmica, si bien en determinados pasajes hubiésemos preferido una mayor gradación dinámica y remansos poéticos. El enorme reparto —todo de hombres, excepto un pequeño papel— pudo imponerse sobre la orquesta, destacando algunos nombres tan experimentados como Reinaldo Macias, y sobre todo los magníficos Skuratov de Peter Straka o Shishkov de Matjaz Robavs. Aunque sobre todo se trató de una compacta prestación de conjunto, coronada por el Coro de la Ópera, estupendamente preparado por Ernst Raffelsberger. Reinmar Wagner 265-Pliego 3 22/6/11 17:22 Página 51 AC T U A L I DA D SUIZA Regreso de Moses und Aron al lugar de su creación DANZA ALREDEDOR DEL CONEJITO DE PASCUA Zúrich. Opernhaus. 15-V-2011. Schoenberg, Moses und Aron. Peter Weber, Daniel Brenna, Esther Lee, Cornelia Kallisch, Peter Sonn, Cheyne Davidson, Davide Fersini, Valeri Murga, Camille Butcher. Director musical: Christoph von Dohnányi. Director de escena, decorados y vestuario: Achim Freyer. Hans Jörg Michel M oisés parece una mezcla de un bufón de la corte y una figura de un cuento japonés, y Aarón se parece al profesor Bienlein de Tim y Struppi, vestido también él con ropas japonesas. Y la danza en torno al becerro de oro es como la adoración de un objeto de culto como es el conejito de Pascua de chocolates Lindt (que no es el patrocinador de esta producción). Éstas son algunas de las muchas imágenes divertidas y coloristas que inundan el universo escénico de Achim Freyer, quien trabajaba por primera vez en la Ópera de Zúrich y ha logrado introducir una muestra muy expresiva de su poderoso estilo. Es un inagotable desfile de carnaval lleno de colores y de citas, con personajes grotescos, animales y monstruos cubiertos de máscaras, opulentas montañas de carne en las escenas de orgía, una pirotecnia de ideas, enaltecida aún más por el decorado, diseñado asimismo por él, que, como un caleidoscopio de espejos, multiplica los movimientos. Todo ello, en realidad, es lo contrario a lo que sugiere el tema de Moses und Aron. Porque la ópera de Schoenberg trata sobre todo de la prohibición de imágenes en el judaísmo. Toda la década de 1920 se preocupó el compositor, precisamente, de esos temas. Cuando tuvo que huir de Alemania, había escrito ya los dos primeros actos de la obra, y hasta su muerte en 1951 no encontró fuerzas para terminarla. Hermann Scherchen dirigió en Darmstadt en 1951 un fragmento, tres años después llegó una versión de concierto con Hans Rosbaud en Hamburgo, y en 1957, finalmente, Peter Weber como Moisés Rosbaud dirigió nuevamente en Zúrich la creación escénica, que fue celebrada de inmediato como un gran acontecimiento operístico. Gracias a la labor de Christoph von Dohnányi en el podio, pudieron apreciarse todas las delicadezas de la partitura. Era evidente que se había trabajado concienzudamente, y la Orquesta de la Ópera supo rendir en esta ocasión al máximo de sus posibilidades. Lo mismo puede decirse de las partes corales, extremadamente complejas, que estuvieron confiadas esta vez no al conjunto propio, sino al muy experimentado en esta obra Coro Filarmónico Eslovaco de Bratislava. El papel de Moisés fue cantado/recitado por Peter Weber de manera ejemplar, con precisa dicción y emocionante intensidad. En el Aarón del joven tenor norteamericano Daniel Brenna, la voz no siempre mantuvo su estabilidad, pero al final logró dominar dignamente el terrorífico papel. Los numerosos pequeños personajes fueron defendidos impecablemente por miembros de la compañía. Reinmar Wagner 51 265-Entrevista 22/6/11 12:35 Página 52 E N T R E V I S TA JUANJO MENA: “MIS MEJORES AÑOS ESTÁN POR LLEGAR” J 52 Sussie Ahlburg uanjo Mena vive en un paraíso o, si no se quiere ir tan lejos, en un sitio estupendo: un fantástico caserío de Legutiano, a tiro de piedra de la Vitoria en la que nació en 1965. En su jardín habla para SCHERZO sin más música que la de los pájaros ni más amenaza que la del algún abejorro zumbón propio del buen tiempo. Mezclando la necesaria dosis de autoestima con un muy cálido punto de autocrítica, Mena repasa su pasado —la Sinfónica de Bilbao— y vive su presente —titular de la Filarmónica de la BBC y primer invitado de la Filarmónica de Bergen—, pensando —¿quizá soñando?— en un futuro norteamericano en el que ya ha dado sus primeros pasos. No le dio ningún miedo la Sinfónica de Chicago la primera vez, pero cree que todavía debe ahondar más en el repertorio clásico. Y se llevará a toda la familia a su debut en los Proms porque lo primero es lo primero. 265-Entrevista 22/6/11 12:35 Página 53 E N T R E V I S TA JUANJO MENA Usted empieza estudiando música en su ciudad. Gracias a mis padres, a Antxon Lete (quien me hizo cantar por primera vez) y a José Ángel Cuerda, alcalde de Vitoria en aquel momento, que tuvo la acertada idea de traer a Carmelo Bernaola al Conservatorio. Carmelo ha sido fundamental en mi vida porque con él entendí lo imprescindible de la música. Me acuerdo del primer examen que nos hizo, en el que tuvimos que improvisar algo; lo que yo hice le gustó, y a partir de ese momento comenzó una estrecha relación sin la que hoy no estaríamos aquí hablando usted y yo. Le debo mucho. Luego, el Gobierno Vasco le concede una beca para estudiar fuera. Sí, y precisamente fue Carmelo Bernaola quien me había aconsejado estudiar con Sergiu Celibidache, buen amigo suyo. En Mainz y en Múnich. Pero antes de Celibidache está García Asensio, que me enseñó los fundamentos de una sólida técnica de dirección. Tuve una buena continuidad formativa — Bernaola, García Asensio, Celibidache— desde muy diferentes aspectos: orquestación y técnica, pero también creatividad, búsqueda, descubrimiento de lo que no se puede decir con palabras, de lo que va más allá de la propia teoría. ¿Le influyó Celibidache a la hora de elegir repertorio? Sussie Ahlburg Me impresionó todo lo que pude ver con él, el repertorio francés, Bruckner, su manera de entender la música. Me influyó abriéndome el camino del color, de la sonoridad, de las relaciones entre los tempi, del equilibrio… Pero estuve un tiempo, nada más. Por otra parte, la confianza con Carmelo hacía que, cuando le contaba cómo me iba con Celibidache, me dijera cosas como “eso es una tontería”. Y se lo espetaba a él ¡y se quedaba tan tranquilo! Le preguntaba si prefería a Ravel o a Debussy y Celibidache le miraba como si eso fuera una simpleza. Insistía Carmelo y el maestro, al fin, desplegaba su artillería, cual doctrina, en forma de opinión sobre los dos genios, de Ravel como el “mago orquestador” y de Debussy como el “misterio sonoro”, de quien evitaba hablar de su ruptura de la tonalidad (que era adonde Carmelo quería llegar). Y de eso aprendía yo. De Carmelo, a presionar, a cuestionar, a intentar descubrir. Cuando te separas de lo accesorio y sacas lo esencial de Celibidache es cuando puedes decir que has aprendido algo de él. Y ese aprendizaje lo empieza a poner en práctica en un periodo que podríamos llamar pre-Sinfónica de Bilbao… Sí, con la propia BOS, con la que hago mi debut y a la que empiezo a dirigir entonces como Director Invitado, y con la Joven Orquesta de Euskalherría o como Director Asociado de la Sinfónica de Euskadi. La verdad es que yo era entonces “de convivencia difícil”, un poquito insoportable, por así decirlo. Sí, por supuesto. Se me antoja cil tener una mala relación con agrupación que tanto te ha dado: ron unos años básicos en mi vida fesional. ¿Qué quiere decir con insoportable? ¿Estuvo cerca de ser titular de la ONE? Fueron tiempos en los que tenía mucha información, pero eran las vivencias las que me enseñaron, sobre todo, lo que no tenía que hacer. El tempo de las obras, por ejemplo. Recuerdo una Séptima de Bruckner con la OSE como asociado, con una idea irreal de lo que se puede conseguir pero sin caer en la cuenta de que los tempi, por ejemplo, dependen de la realidad sonora de la orquesta, de las diferentes acústicas de los teatros, de la comunicación que consigues establecer con un grupo de personas. Y uno se pone intransigente mientras se da cuenta, al mismo tiempo, de que hay que ser más receptivo con el instante musical, con la realidad del momento. Y te das cuenta que se aprende, como en todo, metiendo la pata. A decir verdad, nunca tuve la sensación de estar ni cerca ni lejos de alcanzar la titularidad. Me consta que mi nombre, junto a otros, circulaba en las listas de posibles candidatos, aunque nadie me ofreció el puesto de una manera directa. Se va a la Sinfónica de Bilbao, con treinta y tres años, a levantar la orquesta. Era el instrumento que yo necesitaba. Casaron muy bien su momento y el mío. Construimos nuestros repertorios paralelamente y para mí era un universo sonoro sin límites. Aprendí mucho, también, a cimentar un proyecto de orquesta. Ellos habían visto y apreciado mi intenso trabajo con los jóvenes y yo, estando al lado de casa, dediqué hasta treinta semanas cada temporada a intentar cambiar sonido y estructura, con música de cámara, ensayos parciales, cosas que nos venían muy bien a los dos. Fueron casi diez años. ¿Lo mejor y lo peor? Lo mejor es todo lo que aprendí. Siempre doy las gracias a cada músico que me aguantó aunque fuera un solo minuto de mis ensayos. Gracias a ellos he aprendido, he crecido, he sabido equivocarme y evolucionar. Lo que menos me gustó, y fue determinante en mi marcha, fueron los elementos extramusicales. Cuando uno ve que pierde predicamento hay que dejar paso a otra persona. Y por eso consideré que era el momento de salir. Para su sucesión se optó por un maestro experimentado. ¿Hubiera usted preferido otro modelo, alguien en disposición de crecer con la orquesta? Yo no lo vi mal. Quiero decir que habían tenido a un novato y entonces se buscó el contraste. Y Neuhold le gustaba a la orquesta, habían trabajado muy a gusto con él anteriormente. Lo entiendo como un equilibrio con lo anterior, de un director novel a la madurez de un director experimentado. En otras orquestas ha sido al revés. ¿Es buena su actual relación con la BOS? difíuna fuepro- Y empieza su carrera internacional: el Carlo Felice de Génova y la Filarmónica de Bergen. Son historias que surgen cuando sales a trabajar fuera. En Génova la oferta era dirigir el teatro pero yo, por diversas circunstancias, no me veía en esas responsabilidades. Y ser Principal Invitado me vino muy bien. Los italianos son unos músicos interesantísimos, con unas cuerdas en las que se ve todavía, me atrevería a decir, esa vibración de los Corelli o los Vivaldi. Lo importante es que esa enorme riqueza artística individual se funda en un grupo con una dirección unitaria. Es entonces cuando obtienes cosas maravillosas. En cuanto a mi relación con Bergen, en la primera semana con ellos ya recibí una invitación para volver, y esta conexión se reafirmó hasta llegar a ser, en 2008, Principal Invitado con grabaciones y giras en mi contrato. Noruega es un país duro, muy duro —la lluvia, el frío—, pero el rigor y la profesionalidad son extraordinarios. El trabajo es un espacio de convivencia, la orquesta, la administración, todos comen juntos. Se respetan. Y el sonido de la orquesta me impactó desde el primer momento. Empezamos a ensayar la Tercera de Brahms y aquello ya sonaba maravillosamente. Me quedaban tres días de ensayos y no sabía qué podía mejorarse. Todo salía equilibrado, limpio, corregido. Y gracias a ellos afloraron esas vivencias y sensaciones musicales que van acomodando a uno en la inventiva, en lo intangible de la música que hablábamos antes. Bergen ha sido un punto de inflexión en mi carrera. Y Norteamérica otro. Estuvo en todas las quinielas para ser titular en Baltimore. Llegué a Baltimore para un festival de verano, con tres programas sobre el vino: español, italiano y francés. Surgió una sintonía estupenda. Además allí estaba de concertino un buen amigo, Jonathan Carney, que colaboró en diversas ocasiones con la Sinfónica de Euskadi y con la de Bilbao. Todo fue bien y me invitaron en temporada porque los músicos lo pidieron. Resultó que era la época en la que Temirkanov se iba y Jonathan me dijo que yo esta- 53 265-Entrevista 22/6/11 12:35 Página 54 E N T R E V I S TA JUANJO MENA ba en la lista de posibles sucesores. Fue pasando el tiempo, la lista se fue reduciendo y yo seguía en ella; al final me llamaron para reunirnos y conocernos mejor. Pero era pronto. Quizá me podría haber lanzado, pero creo que fue mejor esperar. Marc Ginot Era una maravilla. Y los músicos influyeron en que llegáramos casi hasta el final. Finalmente salió Marin Alsop y la orquesta me pidió que fuera todas las temporadas. Y de Baltimore vino todo lo demás, con orquestas de mayor o menor nivel y las grandes oportunidades por sustituciones que han resultado muy bien. En esta profesión puedes tener un buen mánager, asideros políticos, lo que quieras, pero en las orquestas la única realidad es que después de tocar con ellas te llamen antes de quince días y te pidan que vuelvas. Si tardan más, mal asunto. ¿Qué les da a los norteamericanos? Me ha ocurrido con Indianapolis, Oregon o Houston: unas orquestas hablan con otras. El verano pasado dirigí en Filadelfia uno de esos programas en los que tienes hora y tres cuartos para ensayar. Después del ensayo con la orquesta el comité artístico me dijo: “Maestro, gracias por ensayar”. Y tú te quedas perplejo mientras te comentan que es que ya nadie ensaya, que se limitan a decir que todo es estupendo y que nos vemos en el concierto. Yo pensaba: cuidado, aquí falta un acento o aquí no vamos del todo juntos, y lo decía, sin que me pudiera el miedo. Todo rapidísimo, pero esa fue la razón de que me contrataran en temporada para sustituir a Belohlávek. ¿Y con la Sinfónica de Boston? Tony Fogg, el administrador artístico, había ido a verme a Baltimore con la Cuarta de Nielsen y me llamó para sustituir a James Levine. Ya antes me había llamado en pleno veraneo, para proponerme sustituir a Seiji Ozawa, y tuve la osadía de decirle que no, que eran los únicos momentos que tenía para estar con mi familia. Ya se lo había dicho también a la Sinfónica de San Francisco en otra ocasión por un asunto familiar. Luego, cinco días después, Boston volvió a llamar para lo de Levine, acorté las vacaciones y me fui para allá. Era un programa espectacular: Tres piezas de Berg, Cuatro últimas canciones de Strauss y la Cuarta de Mahler. Y de ese buen trabajo viene poder estar la próxima temporada con ellos, que, tras la marcha de Levine, es la de búsqueda de titular. Allí haré el Concierto de Dvorák con Yo-Yo Ma y El príncipe de madera de Bartók. Una obra muy suya… 54 La aprendí y la disfruté con Gilbert Varga en la OSE cuando era Director Asociado y, es verdad, está siendo una de mis obras fetiche. Sigamos con los norteamericanos. Luego llegó Chicago. En Norteamérica todo empieza así. Hablan de ti, se enteran de que has estado bien en Boston, que puedes ir y te llaman. Martha Gilmer, de la Sinfónica de Chicago, habló con Tony Fogg y me llamaron para sustituir a Yannick Nézet-Séguin. Imagínese, una Sexta de Chaikovski en Chicago, donde han estado y la han grabado directores como Solti, Barenboim, Reiner o Giulini y que después del ensayo te vengan al camerino a decirte que están encantados. Y tú, lo único que has hecho, es estudiarte cómo han trabajado los demás y mantener tu criterio, tu personalidad, todo con un gran rigor por lo escrito. Trabajé durísimo. Fue una grandísima experiencia. En el primer ensayo, en la introducción de la Patética, muy bien las cuerdas, todo en orden, hasta que un solista de viento hace su entrada, que no es nada fácil, con unos acentos demasiado largos. Y piensas rápidamente si cortas o no hasta que te dices a ti mismo: “corto”. Volvemos a empezar y la segunda vez vuelve a pasar; le pregunto que por qué hace eso, que los acentos son muy largos, y todo, por supuesto, después de darle las gracias. Me acordaba entonces de Bernaola cuando me decía con sorna tras mis primeros ensayos con la ONE: “o sea que bien, ¿eh?, claro, ya me han dicho que eres muy educado”. Y hay que serlo, eso lo aprendí también en Bilbao. Con toda la educación del mundo, el solista me mira, me pregunta, le digo lo que pienso y, tras un breve tiempo de tensión, todo estupendo. El día del ensayo general vino para darme las gracias por esa semana, que estaba pasando un mal momento personal, que quizá no fue lo suficientemente correcto el primer día y que estaban encantados conmigo. Después del concierto Martha Gilmer me invitó a cenar y me dijo que la orquesta estaba feliz y que quería fechas para la próxima temporada. Y en un momento así uno no sabe ni dónde está. Iré a Los Angeles, la temporada siguiente Boston, la otra Chicago, Houston, Cincinnati, Pittsburgh… A seguir trabajando, viviendo un momento muy bonito pero difícil también porque te cambia la vida familiar. ¿Cómo surge la posibilidad de ir a la Filarmónica de la BBC? Richard Wigley, el mánager de la orquesta, fue a Bergen a escucharnos la Novena de Schubert y Rendering de Berio, y me invitaron a hacer un concierto en estudio con Images de Debussy, que no es precisamente lo mejor para debutar con una orquesta. Pero funcionó. “Noseda se va —me dijo— y buscamos titular, ¿te interesaría?”. Lo que más me impresionó del proceso fue la enorme profesionalidad de esta gente. Me fueron probando con diferentes programas en estudio, a ver cómo hacía Haydn, Schumann, Chaikovski, otra vez con El príncipe de madera, con conciertos emitidos en directo por la radio. Ese Príncipe fue lo que les decidió. El primer contacto fue en 2008 y en dos años decidieron que yo podía ser su titular. Es una orquesta que ha mejorado muchísimo en los últimos tiempos… La época de Tortelier fue funda- Marc Ginot La orquesta estaba espléndida. 265-Entrevista 22/6/11 12:35 Página 55 E N T R E V I S TA JUANJO MENA mucho. En España tengo muy buena relación con la Real Filharmonía de Galicia y hemos hecho juntos un Haydn que nos derretíamos. Me acordaba de la Capilla Peñaflorida con Pepe Rada. Fíjese, aquel gran artista, de una enorme personalidad, que teníamos enfrente — “no le miréis que nos perdemos”, bromeábamos. Pero la libertad con que la música se movía en sus manos indescifrables era enorme. Nos falta todavía esa fluidez en Manchester para que podamos hacer el Arriaga que yo quiero hacer ahora y que es del estilo del que hice con Al Ayre Español en el Teatro Real. Marc Ginot Marc Ginot Su primera temporada en Manchester arranca con la Segunda de Mahler. mental, por el repertorio. Y luego Noseda, por el excelente trabajo sonoro. Me encanta la profesionalidad del proyecto, el ritmo de trabajo. Antes de firmar vinieron a verme aquí, a Legutiano, para que habláramos, antes de nada, de programación. Se alojaron en una casa rural, me preguntaron si me gustaba andar y si conocía estos montes y si me importaba hablar mientras caminábamos. Así que eso hicimos por el Parque Nacional del Gorbea, parándonos a coger setas y comiendo en un caserío. A media tarde nos fuimos a descansar y a las siete estaba todo planificado y plasmado por escrito. Yo eso no lo he visto jamás. ¡Antes de hablar de números y de hablar de nada! Me apasiona esa forma de trabajar y sé que voy a aprender una barbaridad, que me voy a enriquecer personalmente muchísimo. Es, además, una orquesta que graba discos… Claro, eso viene unido con el proyecto con Chandos. Cuando hicimos con Naxos el primer contrato con la Sinfónica de Bilbao yo sabía que era pronto para grabar, pero que eso era importantísimo para que la orquesta mejorara, escuchar a ese productor que te dice que no vamos juntos y que verdaderamente no lo estamos al otro lado del micrófono. Ahora es el momento en el que creo que tengo más cosas que decir, como en la próxima grabación con Bergen, la Turangalila de Messiaen para el sello Hyperion. En aquellos discos de Naxos estaba Guridi y lo estuvo también en su primer concierto con la Filarmónica de la BBC. ¿Lo grabará con ellos? Con el tiempo llegará el disco de Guridi y otras cosas que hay por hacer con la música española y, especialmente, con la vasca. El interés de Chandos es grande porque la música española es escasa en su catálogo. Grabaremos Falla, Turina, Montsalvatge, y también repertorio con las sinfonías de Schubert y música de Weber. El disco con música de Pierné ha tenido muy buena acogida: querían algo con temas vascos y Ramuntcho iba perfecto, es una muestra de folclore muy bien orquestada. Ahora haremos nuestro primer Falla: las Noches con Jean-Efllam Bavouzet de solista y El sombrero con Raquel Lojendio cantando las coplas. Quizá sea un poquito pronto, me hubiera gustado rodarlo un poco más pero las cosas vienen así y yo conozco muy bien la obra. La aprendí —comprendí, más bien— con la compañía de ballet flamenco de Antonio Márquez en una gira por Italia: todo un mes con el Sombrero. Fue entonces cuando aprendí a sentir el peso del tacón sobre el escenario, a verlo como un ballet, con la orquesta en el foso. Hay que hacer ese Falla más vertical, a veces se entiende lo jondo como muy horizontal. Yo les digo a los norteamericanos o a los ingleses que ese taconeo no es Fred Astaire, que tiene un peso y una hondura, todo lo que el bailaor lleva dentro. A los ingleses siempre les gustó Arriaga, recuerde las grabaciones de Mackerras o del Cuarteto Razumovski. Yo creo que con el tiempo lo grabaremos, aunque todavía necesitamos mejorar en el repertorio clásico y barroco. Allá tienen grandes especialistas y grandes orquestas con criterios historicistas. Y como los conocen, como son o han sido colegas, los cuestionan Siempre he sido más bruckneriano que mahleriano. Quizá porque la estructura formal, las frases, las entiendo mejor desde la estructura armónica. Mahler lo profundicé y desarrollé en Bilbao, haciendo las sinfonías de acuerdo a como pensaba yo que podía entrar en ese mundo. La Segunda la he hecho bastante, la última vez en Indianapolis. La pasada temporada, la Filarmónica de la BBC tuvo un ciclo de las sinfonías de Mahler compartido con la Hallé Orchestra en un proyecto conjunto, que seguramente haremos también en el futuro con Richard Strauss. La próxima temporada queríamos un Mahler para hacerlo conmigo, y elegimos la Segunda porque es una grandiosa sinfonía para abrir temporada y la BBC no la había hecho en ese ciclo. También haremos la Quinta en gira por Alemania. ¿Qué le interesa de Mahler? Su enorme creatividad, su inmensa capacidad para emocionar, su libertad, producto de muchas ideas relacionadas entre sí, esa especie de no estructura que es en realidad el magma como estructura misma. Luego Ravel, Falla, Rodrigo con Asier Polo… Hay que mostrar las credenciales. El Concierto galante de Rodrigo es poco conocido y como orquesta de radio buscamos cosas menos habituales. Lo grabaremos en el futuro. Asier, además, ha estado siempre cerca en mi carrera, con ese espíritu que él tiene para animar a todo el mundo, con esa fuerza que irradia. La orquesta tiene un compositor en residencia: HK Gruber. ¿Qué le parece esa figura? Muy interesante, porque va más allá del mero encargo, porque hay una correlación entre la creación y su destinatario, una obra en progreso conjunta. El trabajo con Gruber ha sido muy positivo y él tiene, además, la habilidad de ser un buen director. Ustedes graban directamente para la radio. Siempre tenemos el micrófono delante. Hacemos muchos conciertos de estudio que se emiten en directo 55 265-Entrevista 22/6/11 12:35 Página 56 E N T R E V I S TA JUANJO MENA tiempo fuera de casa. Y me acordaré de mis padres, de mis maestros y de mis músicos de Bilbao, de lo que sufrimos y creamos juntos. por la BBC y para un reducido público invitado. Y los músicos lo hacen como si hubiera cinco mil personas delante. Esa exigencia casi diaria es fantástica para mantener una preparación técnica continua. ¿Cómo tiene la agenda? Le cuento. Aparte de Manchester y Bergen —estaremos en Ibermúsica la temporada próxima—, dirijo Los Angeles Philharmonic a finales de agosto, Boston y Montecarlo en octubre, Toulouse y Milán a fin de año. Luego Cincinnati, Sinfónica de la Radio Danesa, Goteborg, Houston, Nacional de Francia y Chicago, Pittsburgh, Rotterdam, London Philharmonic o Royal Stockholm en la 12/13. En España, Orquesta Nacional, Real Filharmonía, Castilla y León, OBC y no quisiera dejar de estar en la última temporada de José Ramón Encinar con la ORCAM. Hay en la próxima temporada dos programas estupendos. Uno dedicado a la noche y otro al mar. ¿Cree más en este tipo de programas que en los tradicionales de obertura, concierto y sinfonía? En su génesis no son idea mía sino del departamento de producción de la orquesta. Y me hace pensar, una vez más, que voy a un sitio donde puedo aprender mucho, donde tienen otra manera de hacer —y gestionar— la música. Si se observan mis nueve temporadas con Bilbao está claro que no soy partidario de programar sobre una idea extramusical, temática, mitológica, etcétera. Puede llegar al público, pero en lo que se refiere al orden musical interno del programa, a la idoneidad artística para la orquesta… Mire, yo soy muy directo, muy práctico, del instante, del sentimiento, de la relación, de comunicar, no tan teórico aunque intente mejorar cada día, y creo que a veces nos confundimos en la manera en que el público puede recibir mejor las cosas. Dicho lo cual, en la Filarmónica de la BBC saben que soy un director que me muevo bien en el gran sinfonismo pero que si, en un momento dado, proponen este tipo de programas, los haré encantado. ¿Y la ópera? La crisis económica en Italia hizo que perdiera el año pasado tres meses de trabajo. Un Don Giovanni en Bolonia y una Butterfly en Génova que iba a ser mi primera ópera italiana allí. Hice Billy Budd en Bilbao, fruto de mi buena relación con ABAO, con quienes he hecho proyectos muy arriesgados en el pasado. Teníamos uno nuevo pero ha habido que posponerlo por los conciertos en Boston, y en las próximas dos temporadas no tengo tiempo, no dispongo del mes y medio que hace falta. Pero ha sido muy interesante. Me gusta la ópera, seguramente porque he sido cantante. Conozco bien la voz pero a veces me puede el escenario en sí, el descontrol no musical, pero he aprendido mucho de ese descontrol, de cómo fluctúan las mismas ideas, que hay que ser más abierto. Sus palabras clave son futuro y aprender. 56 ¿Aceptaría una titularidad en España? Sussie Ahlburg Por eso me sigo levantando tan temprano, para trabajar tres horas antes del primer ensayo y aprender más. Lo peor del futuro es que en algunos sitios se me ve como un director viejo. Y mis mejores años, los próximos veinte o treinta años, están por llegar y lo digo con la confianza que me da lo que estoy viviendo. Eso aumenta mi proceso de búsqueda. Cuando eres joven tienes tus momentos de duda, se mezclan los problemas de los que tienes delante con los tuyos propios, hasta que más tarde, según pasa el tiempo ves que, por ejemplo, los problemas de respiración conjunta que provoca una anacrusa se resuelven en cuanto estás con orquestas que van como relojes. Lo más maravilloso de nuestra profesión es que cada día va a ser nuevo, va a ser creativo. Frühbeck de Burgos, al que adoran en Norteamérica, es el director español que está haciendo esa carrera que yo empiezo y se sigue levantando a las seis de la mañana. Ya me gustaría tener la capacidad y la experiencia que tiene él para salir con la Octava de Mahler de memoria y arrasar. Y tengo la suerte de que formo parte de una generación en que no hay muchos directores. Hay grandes maestros consagrados, pero en mi generación no hay tantos directores. Se habla más de los más jóvenes, de los que tienen entre treinta y cuarenta, con una importante carga mediática, de marketing, de cara a atraer a un público más joven. Yo debo ser una mezcla de juventud y experiencia en dosis suficientes. Y mientras, mejorando, progresando y soñando. ¿Qué se siente antes de debutar en los Proms? Estoy muy contento, forma parte de las cosas maravillosas que me están ocurriendo en la vida. Irá la familia, estarán mi mujer y mis hijos, para que entiendan por qué su padre está tanto En estos momentos de mi carrera sería difícil poder ofrecer a una orquesta las doce o catorce semanas habituales que exige una titularidad responsable. Al menos de momento. No le voy a decir que, si surgiera un proyecto interesante, como por ejemplo una orquesta de cámara con la que poder ahondar en la música de Haydn o Mozart, no lo estudiaría detenidamente. Creo que el momento es más de invitaciones, creo que es más enriquecedor. Es curioso, yo creía que mi destino sería Bergen, ese Grieg Hall, ese sonido tan maravilloso, tan profundo de la orquesta. O esas ciudades norteamericanas a veces tan severas… Y cuando me hablaban los gerentes de esta o aquella… La Filarmónica de la BBC, con grabaciones, con giras internacionales, es ahora lo perfecto. Voy a invertir tiempo y esfuerzo en una orquesta con excelentes condiciones para hacer un gran trabajo. Y soy feliz por ello. Luis Suñén 265-Entrevista 22/6/11 12:35 Página 57 265-Entrevista 22/6/11 12:35 Página 58 D I S C O S EXCEPCIONALES LOS DISCOS XCEPCIONALES DEL MES DE JULIO La distinción de DISCOS EXCEPCIONALES se concede a las novedades discográficas que a juicio del crítico y de la dirección de la revista presenten un gran interés artístico o sean de absoluta referencia. BACH: Variaciones Goldberg. 5 Piezas del Álbum de Anna Magdalena Bach. ANDREA BACCHETTI, piano. DYNAMIC CDS 659 SINFÓNICA DE LA RADIO DE FRÁNCFORT. Director: MARK FITZ-GERALD. NAXOS 8.572260 ornamentación, las voces, la articulación, el pulso… todo rezuma coherencia y sentido. El resultado es una referencia que hace ya tradición. J.R. Pg. 72 Es la Carmen de Halffter una obra dramática de primera. Resta sólo destocarse ante este compacto de pata negra, excepcional desde la cubierta hasta su último bit. D.R.C. Pg. 81 BIZET: Carmen. MAHLER: Sinfonía nº 10. La ANTONACCI, RICHARDS, GILLET , CAVALLIER. CORO MONTEVERDI. ORQUESTA REVOLUCIONARIA Y ROMÁNTICA. Director musical: JOHN ELIOT GARDINER. Director de escena: ADRIAN NOBLE. 2 DVD FRA MUSICA 003060 En manos de Gardiner, no hay duda, Carmen se revela como la obra maestra que es. A.V.U. Pg. 95 BUXTEHUDE: Membra Jesu Nostri. Laudate Pueri Dominum. WECKMANN: Kommer her zu mir alle. E. KIRKBY, E. MANAHAN THOMAS, M. CHANCE, C. DANIELS, P. HARVEY. THE PURCELL QUARTET. FRETWORK. ORQUESTA PHILHARMONIA. SINFÓNICA DE LONDRES. Director: BERTHOLD GOLDSCHMIDT. 3 CD TESTAMENT SBT3 1457 Un apasionante álbum que contribuye a documentar la historia de la versión “interpretable” de la Décima preparada por el musicólogo Deryck Cooke. C.V.W. Pg. 84 RAMEAU: La orquesta de Luis XV. LE CONCERT DES NATIONS. Director: JORDI SAVALL. 2 CD ALIA VOX AVSA 9882 A+B Ingravidez arrobada, austera y flo- Combinación de intensidad y lirismo, fusión entre una línea general bien marcada y los más pequeños detalles, una recia sonoridad que no ahoga la fantasía de los solistas. P.J.V. Pg. 87 CAGE: Melodies & Harmonies. PHANTASIA. Obras de Froberger, Frescobaldi, Picchi y anónimo. CHANDOS 0775 tante elevación... Éxtasis hecho música. P.d.P. Pg. 75 ANNELIE GAHL, violín; KLAUS LANG, teclados. AARÓN ZAPICO, clave. COL LEGNO 20292 WINTER & WINTER 910 176-2 Uno de los registros más felices de los dedicados a la música de John Cage en estos últimos tiempos. F.R. Pg. 75 Una estupenda y elegante articu- CHAIKOVSKI, HIGDON: HUELLAS HACIA LA NADA. lación de cada frase que permite escuchar cada nota con absoluta claridad. Virtuosismo y musicalidad se dan la mano. Gran debut. P.J.V. Pg. 93 Conciertos para violín. HILARY HAHN, violín. REAL ORQUESTA DE LIVERPOOL. Director: VASILI PETRENKO. Una película de ERIC SCHULTZ. DOMINGO, FASSBAENDER, GIELEN, HONNECK, KIRCHBACH, KLEIBER, KÖNIG, SCHENK. DEUTSCHE GRAMMOPHON 477 8777 ARTHAUS 101533 Puede ser enérgica y brillante, de Una excelente película cuya repetida visión les hará partícipes privilegiados de esta extraña y genial personalidad. E.P.A. Pg. 64 apabullante virtuosismo y de una delicadeza exquisita y, por supuesto, siempre ha hecho gala de su gran musicalidad. J.P. Pg. 76 CHAIKOVSKI: Hamlet. La tempestad. Romeo y Julieta. SINFÓNICA SIMÓN BOLÍVAR. Director: GUSTAVO DUDAMEL. DEUTSCHE GRAMMOPHON 477 9355 Extraordinarios 58 E. HALFFTER: Carmen. Dudamel y la orquesta, su Chaikovski es antológico y fresco, fresquísimo. Quien diga que la música clásica es aburrida que escuche esto y verá… J.P. Pg. 76 ESTOY PERDIDO PARA EL MUNDO. Una película de GEORG WÜBBOLT. ILEANA COTRUBAS, MICHAEL GIELEN, IOAN HOLENDER, PETER JONAS, RICCARDO MUTI, OTTO SCHENK. CMAJOR 705608 Un bello panorama que completa a la perfección el film de Arthaus. E.P.A. Pg. 64 265-Estudios 22/6/11 11:26 Página 59 DISCOS Año XXVI – nº 265 – Julio-Agosto 2011 LA MAGNIFICA COMUNITÀ SUMARIO ACTUALIDAD: Brilliant: Más que discos baratos . . . . . . . . . . 59 ENTREVISTA: Javier Perianes. J.G.R.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60 REFERENCIAS: Sibelius: Tapiola. E.P.A. . . . . . . . . . . . . . . . . . 62 ESTUDIOS: Carlos Kleiber: La leyenda continúa. E.P.A. . . 64 Vanitas Vanitatum. D.R.C. . . . . . . . . . . . . . . . 65 Panorama telemanniano. A.B.M. . . . . . . . . . . 65 REEDICIONES: Helicon: 70 años de la Fil. de Israel.C.V.N... . 66 EMI: 5 Antologías y un Elgar. C.V.W. . . . . . . . 67 Arrau: Del piano depurado. A.R. . . . . . . . . . . 68 Christophorus: Acreditada calidad. J.L.F. . . . . 68 HM d’Abord: De todo un poco.D.A.V.. . . . . . 69 Arthaus: Cambio de catálogo. F.F. . . . . . . . . . 70 EMI: Sí, siglo XX. C.V.W. . . . . . . . . . . . . . . . . 70 Newton: Matices. A.V.U. . . . . . . . . . . . . . . . . 71 DISCOS de la A a la Z . . . . . . . . . . . . . . . 72 DVD de la A a la Z . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95 ÍNDICE DE DISCOS CRITICADOS. . . . . . 98 BRILLIANT: MÁS QUE DISCOS BARATOS T ras unos cuantos años de presencia en el mercado ya puede decirse que Brilliant, que empezó siendo una alternativa a Naxos, ha asentado su personalidad, ha consolidado su oferta y ha encontrado eso tan difícil a la hora de vender cualquier cosa como es un espacio propio. Y lo ha hecho con dos ejes fundamentales en su programación: la novedad y la recuperación. Y en ambos casos con buen criterio. En el primero yendo al repertorio menos habitual, ahí donde la competencia puede ser menos feroz pero, también, donde se hallan esos nichos de mercado, ese oyente cautivo que por muy poco dinero va a conseguir aumentar su horizonte. En ese aspecto llama la atención la serie de grabaciones de música italiana que Brilliant nos está ofreciendo en los últimos tiempos, incluyendo inéditos de Vivaldi, o algún Albinoni casi ignoto, y utilizando para su empresa a excelentes conjuntos como Ad Corda que, a la vez, se suman al gran presente interpretativo de la música del periodo. Y yendo más al norte, ahí está otro descubrimiento: la primera grabación mundial de unas cuantas obras primerizas de Telemann con el Ensemble Cordia. Si a ello le sumamos su integral Boccherini por La Magnifica Communità tendremos un panorama tan aleccionador como atractivo. Como Naxos, Brilliant ha conseguido que el interés de la propuesta se sostenga en algo más que el precio supereconómico con que sale a la venta. En cuanto a las recuperaciones, la serie Newton se nutre de fondos de Universal que van a servir, por ejemplo, para poner otra vez en el mercado grandes grabaciones de directores como Bernard Haitink o Wolfgang Sawallisch pero también hay más cosas bajo el sello nodriza. Hace poco se hablaba en estas páginas de un disco soberbio —inadvertido en su primera salida tiempo ha— con música de Liadov. Pues bien, entre lo último de estas recuperaciones está también un álbum de tres compactos que recoge las músicas incidentales de Mendelssohn sobre Antigone, Œdipus y Athalia que hace años aparecieran en la firma Capriccio dirigidas por Stephan Soltesz y Christoph Spering. La empresa es modélica: músicas desconocidas de un compositor fundamental en versiones de garantías. Es un pequeño acontecimiento y como tal lo destacamos. 59 265-Estudios 22/6/11 11:26 Página 60 D D I SI CS O C O S S ENTREVISTA Javier Perianes CARA A CARA CON MANUEL DE FALLA La apuesta de Harmonia Mundi por Javier Perianes se mantiene firme, pese a los vaivenes del mercado discográfico. El último trabajo del artista onubense presenta un CD con la integral pianística de Manuel de Falla y un DVD con una fuerte carga de intención didáctica. Su escritura es eminentemente pianística, es indiscutible. A diferencia de otros compositores, con él percibes desde el primer momento que la música va a la mano de forma casi anatómica. No voy a decir que sea una música cómoda de tocar, porque no lo es, pero su dificultad, a pesar de ser una escritura intrincada, se vuelve natural, muy pianística. ¿Como también resultan Chopin y Debussy? ¡Pleno! Ambos son clave para entender a Falla. Hay relaciones clarísimas entre la obra de los tres. A pesar de las diferencias tímbricas, armónicas o estéticas, podemos establecer un hilo conductor de uno a otro. Debussy, por ejemplo, conecta directamente con el Chopin menos heroico, el más contemplativo. Resulta sorprendente abordar muchas piezas de ambos consecutivamente y descubrir una relación casi filial entre sus músicas. Respecto a Falla, sus primeras obras rinden un tributo chopiniano clarísimo. Por último, si asombrosas pueden resultar esas conexiones, las que podemos trazar entre Debussy y Falla son ya de traca. Podríamos citar ejemplos sin parar. ¿Suena igual el piano en los tres? 60 No. El sonido de los tres tiene una raíz común pero es diferente en cada uno. La sonoridad evanescente de Debussy no es aplicable a Chopin, donde el resultado debe ser acolchado pero destacando al mismo tiempo el cantabile. El sonido para Falla tiene mucho de francés pero a la vez debe mostrar la estilización del sustrato español y andaluz que contiene. Benjamín Ealovega G ran trabajo, tengo que decirle, por cierto. Se nota que Falla componía para el piano desde el piano… Bueno, ya dicen los franceses que Falla es su compositor más español… Sí. No deja de ser significativa la frase. En obras como la Fantasía bætica o las Noches, las conexiones con el mundo impresionista son más que evidentes. Echó usted los dientes con este repertorio, ¿no? Llevo tocando las Noches y la Bætica muchísimos años, es cierto. El resto de obras, no; no tengo inconveniente en reconocer que no las había tocado antes de programarlas de cara a esta grabación. Y en ese tiempo, ¿cómo han ido cambiando en sus manos? Pues quizá más hacia un mayor refinamiento. Desde la primera vez que grabé la Fantasía bætica, para un disco de Juventudes Musicales, cuando tenía diecisiete años, ha existido todo un proceso de reflexión que extrae de ella el cante, la guitarra y, sobre todo, el fuerte componente coreográfico. Esa obra es una apología de la danza, donde están presentes al mismo tiempo los palos flamencos, usados de manera estilizada o incluso asombrosamente literal. Estéticamente, ¿es la quintae- sencia del pensamiento musical de Falla? Coincido en esa opinión y añadiría algo más: creo que se trata de la obra clave para la ruptura estilística de Falla, antes incluso que El Retablo. Y es curioso, pues se trata de una obra que surgió casi por casualidad. Ansermet le pidió a Falla que propusiera a Rubinstein un encargo a Stravinski. Rubinstein aceptó la sugerencia pero añadió además otro encargo para el propio Falla que sería, finalmente, esta obra. El pianista polaco-norteamericano la llegó a tocar bastante más de lo que se dice. Es cierto que la esencia andaluza de la pieza le resultaba a Rubinstein difícil de entender, pero expertos como Yvan Nommick han llegado a documentar que la tocó en público hasta en una docena de ocasiones. En esta obra hay momentos tan fascinantes y vanguardistas como el pasaje de las disonancias, donde Falla se las ingenia para reflejar los melismas del cante jondo. Muy alejado ya de aquel PreManuel de Ante-Falla que decía Gerardo Diego… ¿Cómo entiende usted sus primeras obras? Es un pianismo delicioso y experimental que bebe de muchas fuentes. En el caso del Nocturno y la Mazurca, aún muy chopiniano, como decíamos antes, no sólo en los títulos sino en fórmulas topográficas, esquemas métricos y ambientes. La Canción, por el contrario, nos lleva más hacia el universo de Satie. Con La Serenata andaluza, por último, asistimos al típico melodismo de salón. En el DVD que aparecerá casi a la par que el disco todas estas conexiones se ponen de relieve claramente y de una forma muy didáctica. En las Cuatro piezas españolas me ha sorprendido la sensualidad intimista que usted les imprime. Toco esas obras con una cierta sonrisa interior, como de guiño. Se trata de cuatro 265-Estudios 22/6/11 11:26 Página 61 D D I SI CS O C O S S ENTREVISTA estampas, cuatro ambientes a veces más imaginados que propiamente vividos por Falla. Los Homenajes a Debussy y a Dukas son obras un poco extrañas a todo lo anterior, ¿no? Sí, son enigmáticas. Se trata del último Falla, muy austero, muy esencialista. ¿Noches en los jardines de España es el concierto para piano que Debussy no llegó a escribir? En cierta medida, si salvamos su Rapsodia, podríamos decir que sí. Es música que refleja una aparición nocturnal del silencio después de la fiesta y la juerga, una obra que empieza y termina susurrando. Josep Pons fue capaz de hacer, en el concierto que recoge el disco, a la BBC tocar por soleares… El maestro Pons es un auténtico alquimista de la dirección. Conoce muy bien todo el repertorio de Falla, lo ha grabado y domina el detalle, el refinamiento y el secreto de las texturas y los planos. Su trabajo aquí, además de tremendamente generoso, es excepcional desde el punto de vista artístico. ¿El Falla de nombres como Larrocha, Orozco o Colom ha prediseñado el de Perianes? He escuchado en vivo y en disco a la mayoría de pianistas españoles y no españoles, que también los hay con versiones muy interesantes. Sin embargo, tengo necesariamente que distanciarme de todos ellos por una cuestión de higiene musical. De otra manera, no estaría tocando yo, sino ellos a través de mis manos. Cuénteme alguna interioridad de la grabación. Bueno, quizá el momento más delicado del disco fue el tener que grabar las Noches en un solo concierto público, sin ninguna opción de corrección. La BBC no disponía de agenda posterior a la actuación y esa noche había que hacerlo todo bien a la primera. Eso nos creó a todos una cierta tensión que, al final, se transformó en un chispazo que nos hizo disfrutar profundamente. Martin Sauer y usted hacen buenas migas… Con el disco Nebra entré en contacto con él, que es una de las grandes estrellas de la compañía. El trabajo discográfico tiene mucho de trabajo en pareja, donde el productor es un oído externo a ti que te propone puntos de vista alternativos muy enriquecedores. Trabajar con Martin, aparte de su sabiduría técnica acerca del tipo de sonido que conviene a cada disco, se convierte en un honor desde el plano musical. ¿Cuánto hay suyo en el resultado del disco? Le interesó desde el primer momento subrayar las aristas que hay en esta música y sus conexiones con otras estéticas; en la Bætica, por ejemplo, esa cercanía a Stravinski e incluso al gran virtuosismo de Liszt. En las primeras piezas, por otra parte, quería reflejar un sonido muy claro, muy limpio. Pero el que toca sigue siendo usted… Sí, pero él maneja los elementos técnicos que al final son los que transmiten la imagen sonora. Explíquemelo, por favor. Hablamos previamente y, después, hacemos distintas pruebas hasta que, finalmente, nos decantamos por la opción que nos parece más convincente. Una vez que encontramos el tipo de sonido que buscamos, yo ya no me preocupo de más, y suelo grabar en poco tiempo. La parte de estudio de este disco se grabó en poco más de una jornada. Después de Nebra, Mompou y Falla, Harmonia Mundi le va a proponer Iberia, ¿me equivoco? No. Efectivamente, ya ha lanzado el guante pero les he dicho que lo haremos en 2036 [risas]. Tenemos varios proyectos en marcha combinando repertorio internacional y español, pero no pasan por grabar Iberia. Lo próximo, que va a ser Beethoven, y la mayoría de planes futuros son discos que plantean un hilo conductor interno respecto al repertorio grabado. Tal y como está el tema de las tiendas de discos, este disco Falla, ¿nos lo vamos a tener que comprar en las gasolineras al sur de Despeñaperros? O en mesitas, después de cada concierto. Le parecerá extraño pero en muchos sitios se hace y a nadie se le caen los anillos. En Japón, por ejemplo, es práctica habitual firmar discos de esa manera y se asombraría de la aceptación que tiene. Juan García-Rico 61 265-Estudios 22/6/11 11:26 Página 62 D D I SI CS O C O S S REFERENCIAS Jan Sibelius TAPIOLA OP. 112 E 62 l poema sinfónico Tapiola pertenece a la última etapa creadora de Sibelius, de hecho es la última obra de su catálogo, ya que después de ella y por razones que nunca han sido bien explicadas no volvió a coger la pluma para componer más, salvo en el caso de una Octava Sinfonía en 1928 que destruyó y de algunas composiciones para violín y piano, además de dos coros a cappella (en 1929, Sibelius dejó de existir para la historia viva de la música, aunque como es sabido vivió físicamente 28 años más). Tapiola lo creó en el marco de los bosques finlandeses de Järvenpää por encargo de la Symphonic Society de Nueva York, quien lo estrenó en 1926 bajo la dirección de Walter Damrosch, a quien la obra está dedicada. Sin ningún programa especial, la obra se refiere a Tapio, dios de los bosques en el Kalevala finlandés, y cierra la línea de poemas sinfónicos inaugurada en 1892 con En Saga. El autor se identifica, aquí más que nunca, con las fuerzas de la naturaleza, revelándonos un mundo salvaje vacío de cualquier vestigio humano y creando una atmósfera de inquietante oscuridad que contrasta con la majestad del paisaje helado. La tonalidad principal es el si menor, la concepción revela una gran maestría técnica y el interés se sostiene a lo largo de aproximadamente 20 minutos mediante un tema único tratado en una serie de variaciones donde la armonía cambia constantemente. Danzas y rondas inmateriales crean su propia magia; los efectos de fuerza feroz y poderosa son obtenidos con los simples medios de una orquesta sinfónica normal y los instantes de silencio no hacen más que augurar nuevos cataclismos. Después de una última tempestad de fuerza glacial casi físicamente palpable, la conclusión es apaciguada en un acorde perfecto de si mayor. Es una obra maestra en su género y para muchos la mejor composición orquestal de Sibelius. La discografía del poema es relativamente amplia teniendo que lamentar que eminentes directores de Sibelius como Barbirolli, Bernstein, Celibidache o Sanderling, no se acercasen al poema ni nos dejasen testimonios sonoros de él salvo que aparezca alguna inesperada grabación radiofónica tomada en concierto público. De todas formas, con las siete que van a continuación, pensamos que ya están suficientemente servidos, pudiendo hacerse con cualquiera de ellas una idea clara de la obra y disfrutar plenamente de la composición. Kajanus , Sinfónica de Londres (EMI-Divine Art, 1932, 17’). Robert Kajanus (1856-1933) fue un compositor y director finlandés que se encargó de las primeras gra- baciones para la Sociedad Sibelius creada por Walter Legge de las Sinfonías Primera, Segunda, Tercera, Quinta y el poema Tapiola, siendo esta última la que se comenta en este apartado. A su muerte, el proyecto fue completado por otros dos eminentes directores en la música de Sibelius, el finés Georg Schnéevoigt y el británico sir Thomas Beecham. Como es obvio, las grabaciones de Kajanus fueron hechas bajo la supervisión y colaboración del propio compositor, por lo que hay que suponer que estamos ante las más auténticas y originales concepciones de estas obras a las que sólo se puede reprochar las lógicas limitaciones técnicas de las primitivas grabaciones, que, por otra parte, están magníficamente reprocesadas en el documento que comentamos. El CD con Tapiola incluye también las Sinfonías Quinta (también con Kajanus) y Sexta (con Schnéevoigt) y se puede localizar a precio económico a través de Internet. La versión natural, espontánea, ligera, de sobrios matices dramáticos, sin exageraciones ni tremendismos, con notable respuesta orquestal para esos años y con una evidente convicción, es un excelente estreno en la discografía de la obra, la grabación permite apreciar sin problemas el trabajo de Kajanus y aunque ahora haya otras versiones de acabado más perfecto y en mejores condiciones técnicas, ésta se ha quedado como un documento en la más auténtica tradición sibeliana cuya escucha través de Internet. La interpretación, mucho más apasionada, precisa, refinada y brillante que la anterior, servida por una orquesta que ya en esas fechas era el no va más de precisión en lo que respecta a ritmo y articulación (comprobar estas características potenciadas en el primer ciclo Sibelius de sir Colin Davis y, por supuesto, también en su versión de Tapiola), nos ofrece una especie de afirmación panteísta de la Naturaleza, de poderío y unidad excepcionales, y además con matices, imaginación, fraseo intensísimo y elasticidad auténticas marcas de la casa. El CD se completa con otras obras de Sibelius (Séptima, La hija de Pohjola) y Grieg (La última primavera, de las Melodías elegíacas, op. 34, nº 2). El productor e ingeniero responsable de la restauración de estas grabaciones, Mark ObertThorn, ha hecho un fino trabajo técnico que permite que el CD gane muchos enteros. recomendamos a todos los interesados en este autor en general y en esta obra en particular. lius (y de todo cuanto tocaba) nos ofrece su peculiar versión de Tapiola publicada recientemente en la colección Great Recordings of the Century de EMI acoplada con sensacionales versiones de la Séptima, Oceánidas y la música incidental de Pelléas et Mélisande. El propio Sibelius expresó frecuentemente a través de cartas y telegramas el placer que las retransmisiones y grabaciones de Beecham le proporcionaban, considerando al baronet Kusevitzki , Sinfónica de Boston (Naxos, 1939, 17’). La versión de este gran director fue hecha siete años después de la de Kajanus que acabamos de ver y el CD Naxos de precio económico en el que viene incluido se puede encontrar sin dificultad en el mercado tradicional o bien a Beecham, Royal Philharmonic (EMI, 1955, 18’). Otro director excepcional de Sibe- 265-Estudios 22/6/11 11:26 Página 63 D D I SI CS O C O S S REFERENCIAS y a Kusevitzki “los dos mejores directores actuales de mi música”. Sin embargo, esta versión de Tapiola no es de lo más conseguido de Beecham, de hecho, cuando EMI la sacó publicada en LP en la década de los 70, casi veinte años después de la grabación original, había una nota en el disco en la que decía que sir Thomas no había permitido su publicación por no estar satisfecho del resultado final. Y efectivamente, quizá se eche de menos su unidad en la construcción, su espontánea naturalidad, su comunicatividad y magia evidentes en otras muchas versiones de otras obras de Sibelius dirigidas por él (sin ir más lejos, las que acompañan a Tapiola en este disco, o bien otras magníficas de las Sinfonías Segunda, Cuarta, Sexta y Séptima), a pesar de lo cual es un testimonio muy a tener en cuenta en la discografía global de este poema sinfónico. Rosbaud grabó un precioso disco Sibelius contra viento y marea, y por lo que respecta a su versión de Tapiola hay que decir que posiblemente sea la más clara y contrastada de todas, la más natural y precisa, donde el oyente no pierde ningún detalle ni matiz del refinado juego orquestal conseguido por el director austríaco, cuyo discurso se encuentra alejado de cualquier tremendismo o exagerado dramatismo. La Filarmónica de Berlín está como siempre, excepcional, y a pesar de que la grabación es monofónica, el bisturí de Rosbaud ejerce de ingeniero infalible. Actualmente, este CD Sibelius se encuentra incluido en el álbum de las grabaciones completas que Rosbaud hizo para el sello amarillo en las décadas de los 50 y 60. Rosbaud, Filarmónica de Berlín (DG, 1957, 18’). Este gran director, auténtica vaca sagrada de la vanguardia, no tuvo ningún empacho en grabar todo un disco Sibelius para el sello amarillo al frente de la Filarmónica de Berlín, yendo totalmente en contra de los colegas y teóricos que trataban de ningunear al finlandés apartándolo de los círculos musicales europeos, sin mucho éxito, todo hay que Maazel , Filarmónica de Viena (Decca, 1968, 19’). El mejor Sibelius de Maazel se encuentra en este disco que contiene las Sinfonías Cuarta y Séptima más el poema sinfónico Tapiola, con una espectacular Filarmónica de Viena y una grabación que posiblemente no haya sido superada en cuanto a claridad de planos, gama dinámica y relevancia instrumental, y eso que han pasado más de cuarenta años desde que el entonces joven Maazel grabase este poema en la Sofiensaal vienesa con el acostumbrado equi- decirlo, aunque el compositor sufriese hasta depresiones por este menosprecio de su música (recordemos que René Leibowitz y el inquisidor Theodor W. Adorno, “el más inteligente escritor de tonterías” —Celibidache dixit—, habían bautizado al músico finlandés como “el peor compositor del mundo” calificándolo también como “diletante y subproducto reaccionario indigno de figurar en la historia de la música” — sic—). Bueno, el caso es que po de ingenieros de Decca. La versión expone una atmósfera de inquietante y siniestra oscuridad, con una fuerza y feroz poderío orquestal que dejará boquiabierto a cualquier oyente, tanto si está medianamente versado en esta obra como si la escucha por primera vez. Por lo demás, aquí encontramos las mejores virtudes de Maazel en este autor, esto es, precisión, brillantez, imaginación, brío, refinados matices y violencia cuando ésta es requerida por la partitura, encontrando asimismo una pintura de paisajes de primer orden (como decía Wagner de Mendelssohn, aunque aquí la diferencia de paisaje sea absoluta). Quizá sea, con pocos argumentos en contra, la mejor versión moderna de la obra, la mejor grabada y la más recomendable para cualquier público interesado en Sibelius. Karajan , Filarmónica de Berlín (DG, 1984, 20’). Este poema sinfónico siempre fascinó profundamente a Herbert von Karajan, quien lo grabó en cuatro ocasiones distintas a lo largo de su prolongada vida fonográfica (en 1953 con la Philharmonia de Walter Legge, nuevamente en 1976 para EMI y finalmente a mediados de los sesenta y en 1984 con la Filarmónica de Berlín para Deutsche Grammophon. Actualmente, tres de estas cuatro versiones se pueden encontrar en el mercado del disco). Hemos elegido la última de ellas por parecernos la más conseguida, aunque en ocasiones se peca en ella de un excesivo almíbar expresivo, de un inadecuado preciosismo que por ejemplo no existía en su anterior lectura para DG, ésta salvo error sin trasvase a CD. Pero la obra le interesa al director salzburgués, y a pesar de las objeciones expuestas se muestra aquí más visionario y dramático que nunca, con una espectacular Filarmónica de Berlín que acallará contundentemente cualquier salvedad que se pueda poner. En opinión del firmante, la primera versión de Karajan para DG es la mejor de sus cuatro aproximaciones, pero como se ha dicho, el sello amarillo no la ha trasvasado a CD y por ahora no se puede localizar. Berglund, Filarmónica de Helsinki (EMI, 1987, 15’). Paa- vo Berglund es un competente director finlandés ya octogenario (nació en 1929) y muy conectado con la música de Sibelius, que ha llevado a los estudios de grabación en varias ocasiones. Su versión de Tapiola (una de las tres que tiene grabadas) que traemos a esta serie la grabó en la Casa de la Cultura de Helsinki en agosto de 1987 con la Filarmónica de dicha ciudad, y actualmente la pueden encontrar en un doble álbum EMI de la colección Forte de serie económica con otras obras de Sibelius. Lo primero que llama la atención es la ligereza de tempi que hace que su interpretación le dure cinco minutos menos que cualquiera de las citadas. Por lo demás, hay claridad de exposición (con detalles instrumentales que curiosamente sólo se oyen aquí), transparencia, eficacia e idioma expresivo, buena respuesta orquestal de una agrupación acostumbrada a esta música y un sobrio y contenido toque dramático, como si Kajanus estuviese a su lado conteniéndole las riendas. No tiene el lujo instrumental de Rosbaud, Maazel o Karajan, pero es una buena aproximación artesanal, sólida y bien hecha, y que por supuesto se puede adquirir con toda confianza. En resumen pues, y evidentemente a juicio del autor de este trabajo, Kusevitzki Rosbaud y Maazel serían las tres mejores opciones para disfrutar plenamente de esta obra maestra. Cualquiera de las tres, o las tres, les acercarán a Tapiola con todas las garantías, aunque quizá tengamos que añadir también la de Colin Davis con la Sinfónica de Boston (Philips Duo) que no hemos podido localizar a la hora de redactar estas líneas pero que recordamos de tiempos del LP como una de las mejores recreaciones de la discografía. Enrique Pérez Adrián 63 265-Estudios 22/6/11 11:26 Página 64 D D I SI CS O C O S S ESTUDIOS Carlos Kleiber LA LEYENDA CONTINÚA HUELLAS HACIA LA NADA. Una película de ERIC SCHULTZ. PLÁCIDO DOMINGO, BRIGITTE FASSBAENDER, MICHAEL GIELEN, MANFRED HONNECK, ANNE KIRCHBACH, VERONIKA KLEIBER, KLAUS KÖNIG, OTTO SCHENK. ARTHAUS 101533 (Ferysa). 2010. 72’. N PN ESTOY PERDIDO PARA EL MUNDO. Una película de GEORG WÜBBOLT. ILEANA COTRUBAS, MICHAEL GIELEN, IOAN HOLENDER, PETER JONAS, RICCARDO MUTI, OTTO SCHENK. CMAJOR 705608 (Ferysa). 2011. 59’. N PN D 64 os sorprendentes películas sobre un director de orquesta fuera de lo común, un genio de difícil trato con el que era imposible una convivencia normal si hacemos caso a los numerosos testimonios que aquí podemos ver, una prima donna caprichosa totalmente consciente de su enorme valía que hacía prevalecer por encima de todo en la firma de sus contratos (después de algún acuerdo para dar un concierto, dirigir una ópera o grabar un disco, decía a los sorprendidos productores: “Ya os dije que hoy soy más caro que ayer”. Naturalmente la afirmación no era cierta, pero todo el mundo asentía, nadie rechistaba y gracias a ella se embolsaba lo que quería aun contando con lo desorbitado de sus elevadísimos cachets). Pero independientemente de estas triquiñuelas (“era un golfo, un niño insoportable” llega a decir Otto Schenk en alguna de estas películas), dirigir para él era un acto religioso, algo extremadamente profundo que le exigía total honradez. Como dice Riccardo Muti, amigo personal de Kleiber, “La mayor parte de las veces se sentía inferior a la música que tenía que dirigir. Y sin embargo, ¡era el más grande!”. Él mismo, que era de natural tímido, cultivaba cuidadosamente su imagen de genio inaccesible y extravagante, encontrando un placer casi infantil en intimidar a sus semejantes con sus peculiares salidas de tono. Su personalidad estaba marcada por una lucha interior permanente, como nos cuenta su hermana en la primera película: “Era de un carácter inestable y podía pasar sin transición de una gran confianza en sí mismo a una profunda depresión. Fue así durante toda su vida. Me telefoneaba muy a menudo diciéndome que quería dejar la música. Era un personaje complicado”. Sin embargo, Kleiber, a pesar de todo, era capaz de hacer prueba de gran ligereza, de divertirse con el candor y la espontaneidad de un niño (hay varias demostraciones en estas películas de su impagable sentido del humor), teniendo que destacar asimismo su refinada exquisitez y su amplísima cultura, también musical, por supuesto, que le llevaba a conocer, por ejemplo, todas las versiones de las Sinfonías de Bruckner, un compositor que raramente aparecía en sus conciertos y grabaciones, y que en algún momento de una de estas películas se dice que dominaba a la perfección (se ha dicho repetidamente que hay una Primera grabada en vivo con la Bayerisches Staatsorchester, pero hasta ahora el rumor no se ha materializado). La primera película Traces to Nowhere (Huellas hacia la nada) es una producción de Servus TV, una cadena privada de televisión austríaca del grupo Red Bull, el gigante mundial de la bebida energética. El film comienza cuando los funerales de Kleiber ya se han producido y la opinión pública apenas acaba de enterarse de su deceso. En el curso del verano de 2004, partió desde su casa de los alrededores de Múnich hacia Kolsjnica, una pequeña aldea de 143 habitantes en Eslovenia (la patria chica de su mujer, también recientemente fallecida), y en el transcurso de ese viaje se van pasando revista a todas las etapas de su vida, relativizando la imagen de genio sombrío, misántropo e intimidante (en su automóvil, el CD de su famosa grabación de la Cuarta de Brahms). Entonces ya estaba mortalmente aquejado por el cáncer de próstata que acabaría con él (y del que no quiso tratarse aun sabiendo que hoy en día podría haber tenido fácil curación). El título de la película proviene del viejo adagio chino: “Si fuese posible se debería vivir sin dejar huellas detrás”, aunque curiosamente y como nos cuenta Veronika Kleiber, es justamente lo contrario de lo que estamos haciendo con Carlos, buscando huellas de su paso por esta vida a diestro y siniestro. El director de la película contrapone Zaratustra al adagio chino: “Todo placer quiere eternidad, quiere la profunda, profunda eternidad”, y el Maestro, algo incoherente con su postura, obviamente se ciñó más a Nietzsche que a la vieja filosofía china. Los testimonios de todo tipo nos descubren a una personalidad fascinante, destacando sobre todo los de Domingo, Fassbaender, Gielen y Schenk, que desde la más absoluta admiración no carente de matices críticos, nos hacen partícipes de su conocimiento del personaje. Además, la omnipresente sombra de Kleiber padre, los ensayos orquestales para la televisión que ya hemos comentado varias veces en las páginas de SCHERZO, el inol- vidable Tristan de Bayreuth con fragmentos filmados no vistos hasta hoy, el maestro de la transición, su mágico legato, en fin, una excelente película cuya repetida visión les hará partícipes privilegiados de esta extraña y genial personalidad. La otra, de título tan mahleriano, sigue la senda de la anterior poniendo en evidencia esa “singularidad angustiosa” de la personalidad del director, según nos cuenta Harald Reiter en el libreto. La película comienza con unos ensayos del citado Tristan filmados en blanco y negro en el Festival de Bayreuth de 1976, ensayos que resumen idealmente la quintaesencia de lo que ha hecho de Kleiber un director fuera de lo común: sus movimientos, de una amplitud y fluidez increíblemente estéticos, expresan intuitivamente la música de Wagner en toda su profundidad y belleza. También, como en la película anterior, testimonios de todo tipo y de lo más variado de artistas y colaboradores del director, desde los comentarios del corazón, un poco de prensa rosa, de Ileana Cotrubas, en los que se da a conocer la donjuanesca personalidad de Kleiber, un predador insaciable con cualquier cosa que llevase faldas (y por tanto lo terriblemente que sufría su mujer), hasta los de tipo profesional, como los de Muti, Gielen o Schenk, la película es un bello panorama que completa a la perfección el film de Arthaus, aunque haya en ella secuencias y personajes repetidos que ya habíamos visto anteriormente. Tanto en este caso como en la película anterior, correctos los subtítulos en español, notable sonido y perfectas imágenes, incluidas las reconstrucciones de las tomas en blanco y negro. En suma, documentos excepcionales de un director genial y fascinante, dos películas que contribuyen a prolongar la leyenda de esta controvertida personalidad. Cualquiera de las dos les harán disfrutar de este músico considerado hoy, al lado de Furtwängler y Karajan (el firmante también añadiría a Celibidache), como lo más destacado en toda la historia de la dirección de orquesta del siglo XX. Enrique Pérez Adrián 265-Estudios 22/6/11 11:26 Página 65 D D I SI CS O C O S S ESTUDIOS Dennis Russell Davies, Brooklyn Rider, Signal, Glass Chamber Players VANITAS VANITATUM GLASS: Kepler. MARTIN ACHRAINER (Kepler), CASSANDRA MCCONNELL, KAREN ROBERTSON, sopranos; KATERINA HEBELKOVA, mezzosoprano; PEDRO VELÁSQUEZ DÍAZ, tenor; SEHO CHANG, barítono; FLORIAN SPIESS, bajo. BRUCKNER ORCHESTER LINZ. CORO Y SOLISTAS DEL LANDESTHEATER LINZ. UPPER AUSTRIAN STATE THEATER. Director musical: DENNIS RUSSELL DAVIES. Director de escena: PETER MISSOTTEN. Director de vídeo: FELIX BREISACH. OMM 5004 [edición en CD: OMM 0071] (Harmonia Mundi). 2011. 112’. N PN Cuartetos de cuerda. Bent (Suite para cuarteto). BROOKLYN RIDER. 2 CD OMM 0074 (Harmonia Mundi). 2011. 110’. DDD. N PN Glassworks. Music in Similar Motion. MICHAEL RIESMAN, piano. SIGNAL. OMM 0073 (Harmonia Mundi). 2011. 64’. DDD. N PN Sexteto para cuerda. SCHOENBERG: Noche transfigurada op. 4. GLASS CHAMBER PLAYERS. OMM 0069 (Harmonia Mundi). 2010. 54’. DDD. N PN D ice el refrán que en abril aguas mil, pero este mayo también han caído chuzos de punta desde las naranjas cumbres de OMM, donde siempre arrecian novedades. Aunque cierto es que de todas ellas sólo la ópera Kepler (2009), la suite cuartetística de Bent —que es el anzuelo del disco de Brooklyn Rider— y el Sexteto de cuerda registrado en el díptico Glass-Schoenberg pueden ser consideradas como tales; el resto de la música que nos traemos entre oreja y oreja es material regrabado. Por partida doble —en CD y DVD— se factura el estreno absoluto de la cuarta de las óperas “biográfico-culturales” de Glass tras Einstein en la playa, Satyagraha y Akenatón. Encargo de la familiar Bruckner Orchester Linz —localidad donde impartió sus lecciones el insigne astrónomo—, y con libreto de Martina Winkel, Kepler nos embaraza con ese Glass perezoso y romo de ingenio que sólo atina a permutar ad nauseam su fondo de arpegios, bucles y figuras en canon, de lo cual resulta una operita al peso perfectamente vacía. Cabeceando, nos volvemos a preguntar cómo es posible que el de Brooklyn siga viviendo de las rentas y tomándonos el pelo sin que nadie le llame al orden: no señor Glass, no confunda repetitivismo con repetición, ni repetición con impronta, ni impronta con calidad. Y es que aun revirando de continuo sobre aforismos y sentencias de gran donosura filosófica su partitura es tan poco nutritiva (se salvan, en todo caso, los números corales —el crescendo en octavas de Numerus, quantitas et motus orbium, las corcheas infinitas de Vanitas vanitatum— y algunos segmentos en 5/4 para idiófonos de baqueta) que sólo visionándola podemos sacar de ella algo en limpio. Y digo algo, porque a pesar de las buenas intenciones de Peter Missotten, su caja escénica para esta Kepler depende quizá demasiado de la luminotecnia y de unos decorados móviles faltos de concepto entre cuyos hierros y soldaduras los cantantes se afanan en buscarle el alma a un libreto sin pathos. Todos ellos, por cierto —y en especial Martin Achrainer (Kepler)— andan sobrados de voz y remontan sin problemas unas previsibles líneas silábicas que sólo exigen un canto ancho y rotundo. Se ha puesto de moda grabar los Cuartetos del sr. Glass, aunque hasta el momento sólo el británico Smith Quartet se ha llevado los cinco al huerto. Recordemos que para evitar el parto de un doble compacto el Kronos se deshizo del Primero en los 90, mientras que recientemente el Carducci Quartet prescindía del Quinto por idénticos motivos. Ahora, los cuatro jinetes del Brooklyn Rider graban la que podría ser la versión de referencia de esta obra de circunstancia: no sólo están todos los que son (y más aún: la suite para cuarteto de la ino- cua música de la película Bent [1994] viene de propina) sino que sus arcos chisporrotean tanto como los del Kronos y cuadriculan los ataques como los geómetras del Smith, aunque por suerte no se les ha pegado ese legato tan poco favorecedor del Carducci. Más por su circunstancia extramusical que por el nivel cárnico de sus pistas llaman la atención los otros dos discos que nos han llovido este mes: en el caso del compacto del Ensemble Signal (Live at Le Poisson Rouge), por tratarse de un directo de uno de los clubes neoyorquinos más ins de la Gran Manzana, aunque curiosamente la toma está tan mondada de esquizofonías que echamos en falta algunas toses y copas. Muy idiomáticos están Riesman y Signal a la hora de recrear las voces pulsátiles de la primeriza y ensayística Music in Similar Motion y el característico timbre plástico de Glassworks (el primer directo de la obra completa), dotado de un inolvidable envoltorio de saxos soprano. Más morbo despierta el último disco del lote, ya que nos propone —a modo de simbólica conciliación— una lectura cuidadísima de la Verklärte Nacht schoenbergiana en su clásica versión para sexteto —y que los Glass Chamber Players desbrozan con arcos enrojecidos— y un glassiano Sexteto para cuerdas de 2009 —arreglo de la camerística Tercera Sinfonía firmado por el factótum Riesman— que a su lado palidece, por mucho que la galáctica chacona del tercer movimiento nos excite los oídos con otra noche digna de poema. David Rodríguez Cerdán Hermann Max, Michael Schneider, Elizabeth Wallfisch, Epoca Barocca PANORAMA TELEMANNIANO TELEMANN: La Pasión según san Lucas TWV 5:33. VERONIKA WINTER, soprano; ANNIE BIERWIRTH, contralto; JULIAN PODGER, tenor; CLEMENS HEINDRICH, bajo; MATTHIAS VIEWEG, bajo. RHEINISCHE KANTOREI. DAS KLEINE KONZERT. Director: HERMANN MAX. Música de los capitanes TWV 15:11. VERONIKA WINTER, CORNELIA SAMUELIS, sopranos; JAN KOBOW, IMMO SCHRÖDER, tenores; EKKEHARD ABELE, GEORG FINKE, bajos. RHEINISCHE KANTOREI. DAS KLEINE KONZERT. Director: HERMANN MAX. Ich hoffete aufs Licht TWV 4:13. GABRIELE HIERDEIS, ANNEGRET KLEINDOPF, sopranos; DIMITRI EGOROV, contratenor; ULRIKE ANDERSEN, contralto; GEORG POPLUTZ, BENJAMIN KIRCHNER, tenores; NILS COOPER, STEPHAN SCHREKENBERGER, bajos. LA STAGIONE FRANKFURT. Director: MICHAEL SCHNEIDER. Conciertos para instrumentos de viento, vol. 5: TWV 51:D1, 52:A1, 51:F1, 52:Es1, 51:d2 y 52:e2. LA STAGIONE FRANKFURT. Director: MICHAEL SCHNEIDER. 2 CD CPO 777 601-2 (Diverdi). 2010. 92’. DDD. N PN 2 CD CPO 777 386-2 (Diverdi). 2007. 128’. DDD. N PN CPO 777 603-2 (Diverdi). 2010. 63’. DDD. N PN Conciertos para violín y cuerdas TWV 55:D14, 55:A7 y 52:G1. CPO 777 401-2 (Diverdi). 2009. 68’. DDD. N PN 65 265-Estudios 22/6/11 11:26 Página 66 D D I SI CS O C O S S ESTUDIO THE WALLFISCH BAND. Directora y violín: EliZABETH WALLFISCH. CPO 777 473-2 (Diverdi). 2009. 61’. DDD. N PN Cuartetos y tríos TWV 43:D2, 42:d4, 42:F16, 43:A2, 42:G13, 41:G12, 42:E9 y 43:e1. EPOCA BAROCCA. CPO 777 441-2 (Diverdi). 2006. 66’. DDD. N PN I nsiste CPO en la apuesta segura que siempre es Telemann con media docena de grabaciones que amplían tanto como habría sido posible el panorama sobre este compositor. Por el contenido, por la interpretación o por ambos factores, ninguna deja de merecer considerable interés. Dentro de una colección de cuarenta y seis piezas de esta naturaleza escritas por Telemann en Hamburgo, de las cuales apenas se ha recuperado una veintena, la Pasión según san Lucas, fechada en 1748, presenta características muy peculiares, como son la sustitución por sendos coros de los versículos inicial y final, o la abundancia relativa de coros y arias, pero sobre todo se distingue por la bella y fácil inspiración compositiva en ella vertida. La versión dirigida por Max a sus grupos habituales es globalmente más que notable, con adecuados subrayados de los momentos de máxima tensión argumental. Entre los solistas, destaca en positivo el tenor Julian Podger, en negativo la soprano Veronika Winter. Los problemas de esta última para lograr una impostación y una entonación estables vuelven a hacerse patentes en la Música de los capitanes de 1738. Aquí se roza verdaderamente la perfección en los dos coros iniciales, el del oratorio matutino y la serenata vespertina, ambos con infalible efecto de contagio: el primero (los pastores junto al Elba), de una delicadeza extasiante; el segundo (los héroes), de una alegría desbordante. Con un color y un fraseo que recuerda como tantos al de FischerDieskau pero con un raro grado de aprovechamiento personal del magisterio, el bajo Georg Finke resulta asimismo embelesador, por ejemplo en el aria Im Gerichte… (disco I, pista 13). La otra obra coral es Ich hoffete aufs Licht (Yo esperaba en la luz), música fúnebre compuesta en 1745 en memoria del recientemente fallecido emperador Carlos II. Con los ocho solistas formando el coro, Schneider obtiene un estupendo rendimiento en todas las facetas interpretativas. Si acaso, la contralto Ulrike Andersen debería haber evitado ciertas tiranteces: por una vez y sin que sirva de precedente, las preferencias van a favor de su compañero contratenor Dimitri Egorov. El quinto volumen de la integral de conciertos de viento a cargo de la orquesta de La Stagione no contiene mucha música de primer nivel telemanniano. De hecho, lo que con más fuerza se queda la memoria tras la escucha es con la fuerte sospecha de que Haendel debió de oír la Siciliana del TWV 52:A1 antes de componer la Pifa del Mesías. Aun así, algunas obras se antojan de una brevedad rayana en lo cruel, por ejemplo el TWV 52:Es1, para dos trompas, cuyos tres movimientos apenas duran cinco minutos y medio. Ni los solistas, ni la orquesta ni el director ofrecen flanco débil alguno. La tercera entrega de su serie completa de conciertos para violín viene marcada por la personalidad tímbrica y conceptual de Elizabeth Wallfisch. En el primer respecto, mantiene un idiosincrásico tono no del todo redondo pero al que ella sabe sacar máximo partido para el reflejo de sus propósitos en el segundo. De este modo, jamás los movimientos lentos incurren en caídas de tensión a fuer de dulzones ni en los rápidos se deja de poner el virtuosismo al servicio de la expresión. Precisamente el estupendo virtuosismo exhibido por sus miembros, pero especialmente el puesto a contribución por Marcello Gatti a la flauta travesera, es lo que sobre todo hace recomendable la selección de tríos y cuartetos con que Epoca Barocca cubre el apartado camerístico. Tampoco es seguramente este el mejor Telemann, pero probablemente sí la versión de estas piezas que uno se llevaría a la isla desierta. Alfredo Brotons Muñoz Helicon SETENTA AÑOS DE LA FILARMÓNICA DE ISRAEL L 66 a Orquesta Filarmónica de Israel cumple 70 años y el sello Helicon (distribuido en España por Harmonia Mundi) presenta dos cajas de 12 discos cada una, de las que la primera recoge una selección de grabaciones históricas con los directores más representativos de su historia, y la otra contiene grabaciones en directo de los 40 años de relación con Zubin Mehta. La primera caja (02-9614) contiene grabaciones desde 1954 hasta 2004, algunas de ellas editadas por Decca, DG o EMI. La más antigua es la obertura Mar en calma y próspero viaje, de Mendelssohn, dirigida por Paul Kletzki, la primera grabación realizada por la orquesta junto a la Novena de Mahler (sería interesante su recuperación) o la Escocesa de Mendelssohn. De este período destaca la estupenda Sinfonía Júpiter a cargo de Josef Krips (nerviosa, potente, elegante) o la magnética Quinta Sinfonía de Schubert por Solti. Del muchísimo material restante hay de todo, y mucho conocido al haber sido reeditado constantemente a lo largo de los años. Apues- tas seguras como la Cuarta de Beethoven por Kubelik, el Mendelssohn o el Hindemith de Bernstein, además del Concierto de Grieg con Katchen y Kertesz, el Primero de Brahms por Rubinstein y Mehta o el de violín de Chaikovski con Perlman y Mehta, todas ellas excelentes opciones. Interesante también el Concierto para orquesta de Bartók y Harold en Italia, dirigidas también por Mehta, gran protagonista de este lanzamiento. El maestro hindú es la estrella absoluta de la segunda caja (02-9625), dedicada a los 40 años de relación estable entre director y orquesta. Un lanzamiento más interesante, al tratarse de grabaciones en directo inéditas de entre 1963 y 2006. En este goloso compendio encontramos desde una interesante interpretación de la Novena de Bruckner (segundo concierto de Mehta con la Filarmónica de Israel y estreno de la obra en aquel país) al Réquiem de Verdi grabado en Belén en 1968, todo un documento histórico con un resultado artístico sensacional. Aunque el nivel general de 265-Estudios 22/6/11 11:26 Página 67 D D I SI CS O C O S S REEDICIONES las grabaciones es bueno (todas provienen de fuentes radiofónicas) algunas no poseen la calidad necesaria, como la Inacabada de Schubert de 1996, muy deficiente, aunque la interpretación resulta muy sólida. Entre lo mejor, el Segundo Concierto de Rachmaninov con Alicia de Larrocha, muy elegante en manos de la pianista española, o el Segundo Concierto para violín de Prokofiev, con un Isaac Stern muy inspirado (1975). Destacan también la ejecuciones del Doble Concierto de Brahms por Stern y Rostropovich (1986). Interesante también el último disco de la caja, dedicado a compositores israelíes como Sheriff, Tal, Avni, Kaminski, Dorman y Percadu, autores escasamente conoci- dos y que suponen una curiosa novedad. Este lanzamiento se completa con tres discos sueltos del mismo sello protagonizados, de nuevo, por Zubin Mehta. El primero de ellos está dedicado a la Quinta y Sexta de Beethoven, grabado en directo en Tel Aviv en julio de 2009 (029628). El director hindú opta por unas lecturas en la que prima la fuerza del discurso (sobre todo en la Quinta) sobre los matices más descriptivos, caso de la Pastoral. El conjunto es coherente, pero dista mucho de aportar algo significativo a la discografía. Lo mismo sucede con el Réquiem alemán de Brahms (02-9629). Una lectura contenida, de gran recogimiento en la que brilla en Coro Israelí Gary Bertini, de gran presencia y equilibrio, y Chen Reiss y Hanno MüllerBrachmann en los papeles solistas. M e h t a imprime un gran sentido del drama, coincidente con una partitura más extrovertida contenida en el tercer disco: Servicio sagrado de Bloch (02-9623) que recoge textos e n hebreo utilizados en los temp l o s reformistas de Norteamérica, principalmente en los servicios del Sabbath. La interpretación resulta magnífica, tanto desde el punto de vista técnico como del expresivo, en el que cada frase, cada intervención de Thomas Hampson, está en perfecta armonía con la lectura. Menos atractiva es la Cantata BWV 140 de Bach, de estilo ya algo caduco y excesivamente grandilocuente. Carlos Vílchez Negrín EMI CINCO ANTOLOGÍAS Y UN ELGAR COMPLETO P osee EMI un magnífico fondo de grabaciones de música británica y buena parte de él apareció en su día reunido en la serie British Composers. Ahora salen al mercado cinco álbumes de cinco discos cada uno bajo el mismo rótulo y que reúnen obras y lecturas de músicas de las Islas que van de lo bueno a lo excepcional y que permitirán a quienes no las conozcan acceder a una magnífica antología. Resumimos a continuación contenidos y valoraciones. Barbirolli es el protagonista del álbum dedicado a Elgar y q u e incluye bajo la dirección del londinense a distintas orquestas —Philharmonia, New Philharmonia, Hallé, Sinfónica de Londres y Sinfonia of London—, con las sinfonías, oberturas, Variaciones Enig0ma, Marchas de pompa y circunstancia 1 a 5 y la Serenata para cuerdas. Añadamos a ello las igualmente referenciales versiones de Sea Pictures con Janet Baker y del Concierto para violonchelo y orquesta con Jacqueline du Pré y tendremos probablemente el mejor álbum con música de Elgar que pueda encontrarse en el mercado. Simplemente histórico (95444 2). Más Elgar, pero menor — el título, The Lighter Elgar, ya lo sugiere— aparece en un álbum que reúne miniaturas para orquesta y obras corales del autor. Con buen criterio se completa el contenido de la caja con obras de Stanford —Sinfonía irlandesa, Suite inglesa, piezas para coro— y Parry —Sinfonía nº 5 y Variaciones sinfónicas entre otras. De este modo se une a los tres revitalizadores de la música inglesa tras el largo sueño que siguió a la muerte de Haendel. Calidades desiguales pero interés histórico indudable. Entre los directores que negocian estas músicas aparecen Norman del Mar, Adrian Boult, Hickox o Marriner (95422 2). Britten —Sinfonía de primavera, Concierto para violín, Cuatro interludios de “Peter Grimes” entre otras— , Walton —Concierto para viol í n , Cuarteto con piano, Sonata para violín y piano, etc.— y Tippett —Little Music, Concierto para doble orquesta de cuerda…— protagonizan el tercero de los álbumes de la serie. Aquí el interés está, por ejemplo, en la presencia de la gran Ida Haen- del o de André Previn como excelente britteniano junto a las voces de Janet Baker, Sheila Armstrong y Robert Tear (95395 2). De Vaughan Williams, Holst, Bax y Finzi se nos ofrece una formidable y n a d a convencional antología. Es verdad que hallamos, cómo no, Los planetas, pero en la gran versión de Adrian Boult con la New Philharmonia. El resto son obras corales poco grabadas, con joyitas como el Dies Natalis de Finzi dirigido por Christopher, el hijo del compositor, o un Flos Campi por Cecil Aronowitz (95433 2). Delius, Howells y Hadley forman el álbum, por decirlo así, para nota. De Delius su A Mass of Life pero también el Cuarteto y las Songs of Sunset pero ninguna de sus piezas más “impresionistas”. Groves en la Mass no es el más sutil de los directores pero la obra vale la pena aunque sea por una vez. Música de cámara de Howells junto al su hermoso Hymnus Paradisi. Hadley es el desconocido del grupo y llega con My beloved Spak, I sing of a maiden y The Hills. La voz de Heather Harper aporta luminosidad a la entrega y las mezzos son Janet Baker y Helen Watts. Todos y más a las órdenes de expertos como Boult, Ledger y Willcoks (95405 2). Colofón, complemento o, todo lo contrario, inicio imprescindible de la serie citada, podría ser el álbum que reúne en nueve discos todas las grabaciones eléctricas que hiciera de su propia obra Edward Elgar entre 1926 y 1933. Se trata, claro está, de material histórico en todo el sentido de la palabra. A un devoto de la música de Elgar le sonará a música celestial. A quien quiere iniciarse en ella le servirá de poco, pues hay cantidad de versiones que se escuchan sin problemas. En todo caso, hay aquí unas cuantas joyas, empezando por el Concierto para violín con Menuhin o el de violonchelo con Beatrice Harrison, las dos sinfonías, las Variaciones Enigma, Falstaff, las oberturas y mucha música aparentemente menor pero que en manos del autor nos hacen pensar de nuevo de dónde venían y a dónde querían ir (0 95694 2). Claire Vaquero Williams 67 265-Estudios 22/6/11 11:26 Página 68 D D I SI CS O C O S S REEDICIONES Claudio Arrau DEL PIANO DEPURADO Y MADURO CLAUDIO ARRAU. Pianista. Obras de Beethoven, Brahms, Schumann, Schubert, Chopin, Chaikovski y Grieg. 12 CD EMI 9 18432 2. 1938-1962. 883’. ADD. R PM E n la carrera de todo intérprete, máxime si es extensa, hay siempre puntos de inflexión, instantes en los que el rumbo cambia y se asienta firmemente en una nueva trayectoria. El estilo, la técnica, el arte se van amoldando, atemperando y concentrando; por lo general, mejorando, estilizándose, elevándose hacia estratos superiores, dejando que los años vayan dejando el poso correspondiente. Ha sucedido normalmente con los grandes cantantes o los grandes instrumentistas. A este respecto, es un caso sintomático el de Claudio Arrau, que fue profundizando desde sus tempranas escaramuzas como niño prodigio en Berlín, allá por 1914, hasta llegar a una depuración, a una desnudez casi espartana en sus postreras actuaciones y registros discográficos. El copioso álbum que nos entrega ahora EMI es una excelente selección de grabaciones realizadas para la compañía a finales de los cincuenta y principios de los sesenta en los estudios Abbey Road de Londres, en muchas ocasiones con producción de aquel águila que era Walter Legge. Para los conciertos con orquesta se contaba con la Philharmonia, un conjunto expresamente creado para grabar y que regía el mencionado productor. Alceo Galliera, un excelente director italiano, un todoterreno, magnífico hombre de foso y ajustado y ágil acompañante se sitúa en el podio en la mayoría de aquéllos. En los dos de Brahms es otro transalpino, Carlo Maria Giulini, quien empuña la batuta con su amplitud fraseológica y su emocional romanticismo de buena cepa. Arrau era en esos años un pianista ya muy grande, absolutamente maduro, con un poder expresivo y una técnica de ataque maravillosa, más allá de episódicos roces. En tal sentido, en la línea de un Kempff, nunca fue un maniático de la exactitud sobre la tecla, sino un artífice del apoyo en ella y de la sonoridad y matización obtenidas mediante un sabio juego de pedal y de regulación dinámica, cristalizados en un fraseo de una calidez excepcional y de una efusión milagrosa. El artista estaba en sazón, en su mejor momento. Como señala Tubeuf, con “un clasicismo intacto”, abonado a la “escuela de la intensidad y de la sobriedad”. En la senda inmortal de la tradición de Krause (su maestro) y Czerny. Es curioso cómo Arrau era capaz de meternos de lleno en el conflicto emocional de una partitura, empujarnos hacia su meollo expresivo, sin alterar un discurso muy centrado, sin aplicar excesivos cambios de tempo, aceleraciones, acentos melodramáticos. El teclado apolíneo resplandecía radiante sin accidentes, sin caídas de tensión, y nos llevaba a la emoción más sentida. Nos proporcionaba los medios para implicarnos, para apasionarnos, sin que, aparentemente, su dicción, su fraseo parecieran embargados de ese sentimiento. Las ventajas de un control mental riguroso, de un servicio estricto a la forma, claramente desarrollada, y de un canto límpido del que emanaba una poesía de fondo que todo lo envolvía y embellecía. Está claro que la interpretación de los cinco Conciertos de Beethoven entran en esas premisas. Todavía son hoy un clásico. Versiones directas, bien elaboradas, de una poesía a flor de piel y un rigor constructivo irreprochable, aladas, que se disfrutan casi con la sonrisa en la boca por la frescura, la forma de manar, de fluir los acontecimientos musicales, todos en su sitio, en un estilo de meridiana claridad, entre lo clásico y lo romántico de primera hora. La labor de Galliera, dinámica, vibrante, apoyada en la luminosidad del teclado es, sin tener ningún marchamo personal, espléndida y contribuye al buen resultado. En las mismas coordenadas hemos de colocar las recreaciones de otros conciertos tan conocidos como el de Grieg, el de Schumann y el Primero de Chaikovski; o el Konzertstück de Weber. Giulini otorga prestan- cia y densidad a los dos de Brahms, donde Arrau se encuentra en su salsa expresiva y sin encontrar aparentemente problemas en la reproducción de tan complejas estructuras contrapuntísticas. De lo mejor. Una clásica referencia con sonido además muy bueno; como el de casi toda la publicación. A solo escuchamos al pianista en soberanas y ya clásicas también interpretaciones de varias Sonatas de Beethoven, las número 7, 21, 22, 23, 24, 26, 28, 31 y 32. De esta última Arrau, sin llegar a las delicuescencias que ofrecería más tarde en sus registros para Philips (una serie de álbumes comentados en estas páginas por el firmante), nos acerca una versión palpitante y de una belleza innegable. En este apartado podemos colocar una inmensa Fantasía Wanderer de Schubert, una memorable Sonata nº 3 de Chopin y unos monumentales Estudios del mismo compositor polaco, menos fulgurantes pero más trabajados que los que grabara en los cuarenta. El Carnaval de Schumann nos permite apreciar los variados recursos expresivos del artista. Y dos piezas de Debussy, Danse (Tarantelle styrienne) y Jardins sous la pluie de Estampes, nos ilustran acerca de su identificación con los pentagramas del compositor francés, de quien más tarde grabaría extraordinarias interpretaciones de los Preludios e Images. Un álbum esencial para el conocimiento de quien fue uno de los mayores instrumentistas del siglo XX. pos, secuencias y hasta una curiosa canción narrando la victoria del rey franco Luis III en una batalla, han sido objeto de un laborioso trabajo musicológico. El disco completa el grabado por los mismos intérpretes dedicado a obras del monasterio de Reichenau, comentado en el nº 258 de esta revista, y es igual de recomendable. En el segundo, Navidad de ministriles (CHR 77335), también es protagonista un códice, el llam a d o Strassburger Gesanbuch, que si bien recopilado en 1697, contiene obras de esa época pero también otras que se remontan a finales del Medioevo. Con Arturo Reverter Christophorus ACREDITADA CALIDAD A 68 nalizamos brevemente un grupo de siete discos editados por el sello alemán Christophorus que distribuye Diverdi, conjunto que abarca desde música sacra de la alta Edad Media hasta el barroco tardío. Salvo uno de 2007, los demás fueron grabados en 2010. La calidad media es buena alta y su precio el normal. Utilizando el orden cronológico de sus contenidos, el primero ( C H R 77341) está dedicado en su mayoría a o b r a s atribuidas al monje Notker Balbulus (hacia 840-912), pertenecientes todas a manuscritos de la portentosa biblioteca abacial de San Gal. Gregoriano, tro- 265-Estudios 22/6/11 11:26 Página 69 D D I SI CS O C O S S REEDICIONES algunas de éstas y otras pertenecientes a recopilaciones editadas por Tielman Susato, Michael Praetorius y Athanasius Kircher, el variado grupo instrumental Spielleyt de Friburgo ha grabado este disco, contando con la soprano Regina Kabis. No todos los temas son navideños, pues también hallamos danzas puramente instrumentales, incluida una tarantela y el conjunto resulta de muy atractiva audición. L o s siguientes tres discos corren a cargo del Ensemble Officium que dirige Wilfried Rombach y están dedicados a Palestrina y sus discípulos de la Compagnia dei Musici di Roma (Messa di Santa Cecilia, CHR 77288), Victoria y Allegri (La Cappella Sistina, CHR 77345) y el mucho menos recordado Antonio Cifra (Vesperæ Lauretenæ, CHR 77321). Rombach y su conjunto vocal dan muestra en los tres de su acreditada calidad interpretativa. El de Palestrina contiene varias obras suyas, entre ellas el motete Cantantibus organis y la misa paródica en él basada que, dedicada a Santa Cecilia, posee este mismo título y es una llamativa obra colectiva que varios de sus discípulos (Stabile, Soriano, Dragoni, Giovannelli, Santini y Mancini) compusieron siguiendo las pautas del maestro. No podía este conjunto olvidar a Victoria en su cuarto centenario y el segundo disco citado contiene las nueve Lamentaciones de su ingente Officium hebdomedæ sanctæ, compuesto al final de su larga permanencia en Roma, más el Miserere de Allegri. Una forma interpretativa diferente a la que ofrecen algunos bien conocidos grupos ingleses, que resulta interesante comparar. El tercer disco, con los Motecta et psalmi duodenis vocibus (aquí llamados Vísperas de Loreto), que Antonio Cifra escribió en 1629, requiere el complemento de un conjunto instrumental y la obra constituye una fusión entre el ya viejo estilo polifónico y el naciente barroco, con los tan venecianos efectos espaciales que la arquitectura de la basílica de Loreto posibilitaba. Por su novedad, quizás sea el más interesante de los tres que ofrece Rombach. Por último, dos discos dedicados al barroco tardío. Aunque uno de ellos se llame “John of London” (CHR 77343), contiene seis sonatas para flauta y continuo y una suite para clave del belga Jean-Baptiste Loeillet, que vivió y trabajó en Londres desde su juventud, si bien la afinidad estilística de sus Six sonatas for a common flute sea más bien italiana y sea francesa la de su Suite en fa mayor. Bien tocadas, se escuchan con agrado, pero no aportan nada nuevo, salvo conocer algo de Loeillet. El titulado Les escapades du Roi (CHR 77338), plantea un variada visión de la música cortesana del Versalles de Luis XIV basada en una especie de guión que parece cinematográfico. Lo mejor es escuchar a Monica Mauch en sus cuatro intervenciones, pero el conjunto resulta superficial, consecuencia de incluir muestras de 13 compositores en sus 16 cortes. del estilo en los músicos búlgaros y el interés evidente de un repertorio minoritario, otorgan atractivo al CD. De vuelta al repertorio “habitual”, encontramos la Sonata para piano nº 3, la Fantasía op. 116 y las Klavierstücke op. 119 de Brahms (HMA 1957339), en una grabación de Jon Nakamatsu de 2003; lecturas correctas, aunque de poca riqueza expresiva y que pasan muy por encima de la sustancia de las obras. Piezas de carácter bien distinto son los Pecados de vejez de Rossini (HMA 1957102), de los que aquí se recoge una selección registrada en 1992 por Frederic Chiu; en esta versión, la ligereza y sentido del humor de la música rossiniana quedan en segundo plano por la búsqueda del efecto virtuosístico y un fraseo demasiado mecánico. Efectista y mucho es también la Sinfonía nº 1 “Titán” de Mahler (HMA 1957118) en el registro del año 93 de la Filarmónica de Florida con James Judd al frente; se completa con el movimiento que Mahler suprimió de la sinfonía, Blumine, pero en cualquier caso, el disco, de una brillantez hueca y sin personalidad, tiene pocos alicientes. Por último, nos adentramos en el siglo XX con tres CDs muy distintos, pero con el denominador común de su notable interpretación: Música francesa para clarinete y piano (HMA 1951596) con Ronald van Spaedonck y Alexandre Tharaud; obras para piano de Bartók (HMA 1951094), a cargo de Claude Helffer; y Pléïades de Xenakis ( H M A 1955185) con Los Percusionistas de Estrasburgo. En el primero, de 1996, las obras de Jean Français, Honegger, Poulenc o Milhaud, se completan con las de inmediatos predecesores como Debussy o Saint-Saëns, en lecturas llenas de versatilidad y buen gusto. El de Bartók, grabado en 1982, que incluye la Sonata y Suite op. 14, entre otras, apuesta por un enfoque con nervio, acerado e intenso, subrayando tensiones y mostrando las esencias de la música. Al fin, la partitura de Xenakis, para seis percusionistas, se grabó en 1986, y fueron precisamente los miembros del conjunto galo los que la habían estrenado en el año 1979; singularidad y virtuosismo extremos en este CD dedicado a uno de los más personales compositores del pasado siglo. José Luis Fernández Harmonia Mundi Musique D’Abord DE TODO UN POCO O nce discos de Musique d’Abord, la serie media de Harmonia Mundi, llegan a nuestras manos; recordamos que el pasado 2010, tras cumplir treinta años, renovó su presentación, ahora un cómodo formato de disco carpeta, con la apariencia de un antiguo vinilo en miniatura. El contenido de los libretos es muy escueto, pero nos remiten para más información a la dirección de internet www.-musiquedabord.com, donde se pueden encontrar los textos cantados. La grabación de 1995 Cánticos de Oriente (HMA 1951577) es uno de los excelentes trabajos de Sor Marie Keyrouz; después de sus incursiones en las tradiciones bizantinas y maronitas, se centra aquí en lo que llaman “himnos del Líbano, textos religiosos bíblicos, populares y de la propia intérprete, y música reciente de varios autores. Con el conjunto que habitualmente le acompaña, L’Ensemble de la Paix, realiza una interpretación cautivadora por su naturalidad y riqueza en los adornos. Un paso atrás en el tiempo y en la grabación (1972) nos lleva a Danzas del Renacimiento (HMA193610), un CD del Clemencic Consort que dirige René Clemencic completado también con danzas medievales de diversos auto- res (Machaut, Dufay, Attaingnant, Demantius…). El acercamiento historicista resulta adecuado en las danzas del Renacimiento, con su variedad y contrastes, y algo más irregular en las piezas medievales donde el año del registro se nota más. En 1984, el Ensemble Organum que dirige Marcel Pérès grabó el CD Misa de Navidad de la Escuela de Notre-Dame (HMA 1951148), una interesante reconstrucción musical con diversos fragmentos de la época de Léonin, realizada con buena calidad en las voces y compromiso estilístico. De vuelta al Renacimiento, varios motetes de Josquin Desp r e z ( H M A 1951243) se recup e r a n para esta colección en el magnífico registro que en 1986 realizó Herreweghe con La Chapelle Royale; versión de gran belleza coral y calidez que sirve fielmente la maravillosa música del compositor francoflamenco. De 1976 es el disco Divina liturgia de San Juan Crisóstomo (HMA 195641) de canto litúrgico del rito eslavobizantino a cargo del conjunto Chorale Sofia, dirigido por Dimitre Rouskov; el dominio Daniel Álvarez Vázquez 69 265-Estudios 22/6/11 11:26 Página 70 D D I SI CS O C O S S REEDICIONES Arthaus CAMBIO DE CATÁLOGO P oco a poco el catálogo videográfico del extinto TDK se va incorporando al de Arthaus (Ferysa), como los siete títulos que a continuación suscitan estos comentarios. Manon Lescaut en la Scala 1998 (107275) refleja el montaje de Liliana Cavani quien, amparada por unos impresionantes decorados de Dante Ferretti, es completamente leal a la obra pucciniana, sostenida por un Riccardo Muti sencillamente espléndido (¡qué modelo de canto e intensidad el intermezzo!). José Cura, pese a su fraseo un tanto cuadrado y a su extraña técnica, no puede ocultar sus atractivos vocales y personales, un actor que da lo mejor de sí en los últimos actos, los más dramáticos. Lo mismo que Maria Guleghina, siempre espectacular de medios. Gallo tiene en Lescaut un papel más acorde con sus posibilidades que los que suele interpretar. En el sólido equipo de apoyo, del nivel que casi siempre ofrece el escenario milanés, destaca el veterano Luigi Roni, un Geronte más sórdido que ridículo, y el Edmondo de Marco Berti, tenor hoy ascendido a primeros encargos. Quince años atrás, en la Ópera de Viena, Turandot (107319) permite a Harold Prince una producción conforme, por la brillantez y colorido, a la partitura pucciniana. Maazel, al frente de los espléndidos conjuntos vieneses, consigue una sonori- d a d imponente sin perder la atención a la detal l a d a escritura orquestal. Con algunas argucias para llegar al agudo, José Carreras es un bien acentuado Calaf de juvenil pasión y sinceridad. Katia Ricciarelli posee la voz y el lirismo ideales que necesita Liù, aunque nos deja la sensación de que esas cualidades no están del todo explotadas. En un momento vocal óptimo, Eva Marton es la esperable fría, agresiva y cruel protagonista. John Paul Bogart, suficiente Timur, se codea con un terceto de ministros bien conjuntado (Kerns, Zednik, Wilhaber) a más del Altoum del experimentado y querido tenor de la casa, el vienés Waldemar Kmentt. Más cercana en el tiempo, de junio de 2006 en Parma, es la interpretación del Macbeth verdiano (107313) de nuevo con la Cavani en escena. La regista se centra en una detallada dirección de actores y, aunque se deja tentar por algunas extravagancias (las brujas son lavanderas, un enano está bien presente y participativo, en el escenario rodeando a los cantantes hay un omnipresente público vestido como en los pasados años cuarenta), la narración de la ópera es impecable. Sylvie Valayre no es la drammatica d’agilità exigida pero su inteligencia musical, su imaginación como actriz, la hacen una Lady siempre interesante y, en la escena del sonambulismo, extraordinaria. Nucci algo ausente a veces como actor, despliega toda su potencia y generosidad baritonales en un canto que suena desde luego verdiano. Enrico Iori (Banco juvenil de medios líricos) y Roberto Iuliano (Macduff de luminoso colorido) cumplen con dignidad. Bruno Bartoletti desde el foso exhibe su envidiable veteranía y su capacidad de auténtico director-concertador a la antigua. John Schlesinger suma veracidad dramática y espectacularidad en un brillante Ballo in maschera salzburgués de 1990 (107 271) donde Georg Solti, sustituyendo a Karajan que acababa de morir, da prueba de su afinidad y cariño por la partitura verdiana. Una Amelia fuera de juego (Josephine Barstow), una Ulrica voluntariosa (Florence Quivar), un Oscar vivaz y juguetón (Sumi Jo) y un Anckarström de altura (Leo Nucci) acompañan a Plácido Domingo, aquí un Gustavo-Riccardo, como es habitual, pleno de fervor y superando dificultades con pericia y mejorando según avanza la acción. Domingo es protagonista de un pack (otro más en las celebraciones de sus 70) donde se le recuerdan tres héroes líricos, uno francés, el más representativo probablemente (Don José), otro italiano (Manrico) y un último alemán (Lohengrin). En la Carmen vienesa de 1978 (que se presenta en la antigua etiqueta literal de TDK) su presencia es la más llamativa acorde al esplendoroso montaje de Franco Zeffirelli y al escrupuloso e intenso concepto de Carlos Kleiber. Elena Obraztsova es una protagonista más musculosa que sutil; Isobel Buchanan, una Micaela delicada y musical; Yuri Mazu- rok, un Escamillo con mejor presencia que esencia. Il trovatore salzburgués (107117) dirigido muy pormenorizadamente en lo musical y apenas en lo escénico por Karajan en 1978 ofrece el desigual Manrico de Domingo siempre fascinante de belleza tímbrica y de animosa interpretación. Raina Kabaivanska pone en juego su inexcusable carisma y potente personalidad en una velada que no la encuentra al cien por cien de sus muchas cualidades; Fiorenza Cossotto nos recuerda que fue la gran Azucena de la época y Piero Cappuccilli el Luna de indudable estatura que de sobra se conoce; Ferrando a José van Dam le queda por debajo de sus posibilidades que van por otro l a d o . Claudio Abbado dirige con su inimitable transparencia y sensibilidad un Lohengrin vienés en 1990 en sobrio y convencional montaje hasta parecer un poco añejo de Wolfgang Weber (100956). El excelente protagonismo del tenor (medios hermosísimos, canto vibrante, nobles acentos) se enriquece con una equiparable Elsa, en lo vocal y en lo interpretativo, de lo mejor que nos ha legado la dotada e irregular soprano Cheryl Studer. Cumplen sin estar a su altura Harmut Welker (Telramund), Dunja Veyzovic (Ortrud) y Robert Lloyd (el Rey). en razón de la calidad de la propuesta. Es lo que sucede con el álbum dedicado a Lutoslawski dirigido por él mismo a la Orquesta Sinfónica Nacional de la Radio Polaca con una inmejorable antología de su música orquestal: Variaciones sinfónicas, Sinfonías nºs 1 y 2, Música fúnebre, Concierto para orquesta, Juegos venecianos, Libro p a r a orquesta y Miparty (9 07226 2). Absolutamente recomendable también la antología dedicada a Debussy, con un opulento Preludio a la siesta de un fauno por Karajan, El mar y los tres Nocturnos, por Giulini, Imágenes por Previn, El rincón de los niños y Juegos por Martinon y Primavera por Plasson (9 07216 2). Igualmente magnífico el Prokofiev, que recoge una Quinta por Rattle y la excelente Séptima de Previn, a lo que se añade la Sinfonía- Fernando Fraga EMI 20th Century Classics SÍ: SIGLO XX N 70 ueva entrega de la serie económica de álbumes de dos discos que EMI titula 20th Century Classics y que ofrecen una muestra de la parte, por así decir, menos problemática de la música escrita en la anterior centuria. Hay en ella alguna repetición idéntica a series anteriores con distinto título pero se perdona 265-Estudios 22/6/11 11:26 Página 71 D D I SI CS O C O S S REEDICIONES Concierto para violonchelo y orquesta en una de sus versiones de referencia —ChangPappano— y una suite de La Cenicienta dirigida por un experto en la materia de los de verdad: Robert Irving (9 07231 2). El dedicado a Sibelius recoge un muestrario de acercamientos diversos: Karajan — Cuarta, Sexta y Tapiola con Filarmónica de Berlín—, Rattle —Quinta— y Berglund —Séptima. Poco que añadir a la nómina, pues en el finlandés Karajan —aquí con mejor sonido que en sus registros iniciales con la Philharmonia— mostraba sus mejores cualidades; la Quinta es seguramente la mejor tratada por Rattle de sus sinfonías en un ciclo irregular —¿por qué no ha recuperado EMI la anterior con la Philharmonia?—; y el de Berglund con Helsinki es —como los otros dos suyos— de referencia (9 07246). Vuelve el Elgar de Haitink, interesantísimo aunque para algunos resulte poco británico. El maestro holandés —que añade la Marcha de pompa y circunstancia nº 5— se deja de espíritus nacionales y coloca al sujeto en medio de su tiempo con resultados sobresalientes. Como compañía, Cockaigne por Boult y Sospiri y la Serenata para cuerdas por Hickox (9 07221 2). El álbum Stravinski ofrece la particularidad de ser muy poco previsible. Recupera las Suites por un Rattle de veintitrés años y con cosas que decir y frente a una orquesta más voluntariosa que brillante a la que superará la London Sinfonietta, que ya es otra cosa, en un estupendo Ebony Concerto con la misma batuta. Excelente la Sinfonía en tres movimientos con su orquesta de Birmingham. Bienvenida la equilibrada Pulcinella de Marriner —con Kenny, Tear y Lloyd—, como sus Danzas concertantes. La versión del Concierto para violín de Vengerov y Rostropovich es sorprendente por lo bien que acaban casando la libertad del solista y la opulencia del director. Welser-Möst defiende bien las Sinfonías para instrumentos de viento. Beroff y Ozawa negocian con magníficos resultados el Capriccio para piano y orquesta (9 07251). Muy interesante el álbum dedicado a Alban Berg que se abre con el Concierto para violín a cargo de quien hoy es grande entre los grandes: Frank Peter Zimmermann con un sorprendente Gelmetti como acompañante. La Suite de “Lulu” es la que grabara Rattle con la inolvidable Arleen Auger y las Tres piezas, op. 6 las de Metzmacher con la Sinfónica de Bamberg. La Sonata para piano op. 1 lle- ga de la mano del siempre interesante Peter Donohoe. Referencia absoluta son las versiones del Alban Berg del Cuarteto op. 3 y de la Suite Lírica. Las Siete canciones tempranas se ofrecen por Sine Bundgaard con la Danish Sinfonietta y el compositor Matthias Pintscher a la batuta en una versión m u y correcta (9 07211 2). Interesantísimo el doble dedicado a Satie, recogiendo clásicos de la fonografía del autor como las Gymnopédies nºs 1 y 3 —con Aldo Ciccolini—, Parade y Relâche — Louis Auriacombe con la Orquesta de Cámara de Toulouse—, Mercure Pierre Dervaux con la Orquesta de París—, la Misa de los pobres —con los Coros René Duclos y Jaen Laforgue—, una selección de canciones por Mesplé, Gedda, Bacquier y Ciccolini, Cosas vistas a derecha e izquierda –sin gafas —con un jovencísimo Yan Pascal Tortelier y de nuevo Ciccolini— y Las Pantins dansent con el mismo pianista y la Orquesta Lamourex (9 07236 2). Del difícilmente clasificable Alexander Cherepnin, un modernista sui generis, creador de su propio sistema armónico, nos encontramos con el concentrado Quinteto con piano, el Cuarteto nº 2, el Trío con piano, el Dúo para violín y violonchelo, la Suite para violonchelo solo y una selección de su obra pianística de la que destaca la Sonata nº 1 y las Diez bagatelas, op. 5. El propio autor, con los Tortelier padre e hijo, es protagonista de todo ello. También acompaña a Nicolai Gedda en una selección de canciones de su padre, Nicolai Cherepnin, que quizá sean lo más interesante de todo (9 07256 2). Y cerramos con Scriabin, una selección de su obra para piano con uno de sus intérpretes más excelsos —el malogrado John Ogdon— a quien escoltan Andrei Gavrilov, Mikhail Pletnev, Roustern Satkoulov, Boris Giltburg, Ian Fountain y Simon Trpceski. Mejor la vieja antología de Ogdon, también en EMI y también barata, pero esta no es una mala introducción al asombroso pianismo del músico ruso (9 07241 2). En los discos con canciones no se indican los autores de los textos. Pase que estos no se incluyan junto a las notas para ahorrar papel pero la omisión citada es una imperdonable falta no ya de información sino de respeto. sereno, profundo, pacificador. Los tensos claroscuros, la vitalidad con garra y la emoción más apasionada devienen aquí en una belleza más matizada y contemplativa, de perfiles muy líricos, aunque no menos sentida. Muy importantes los dos complementos: la Obertura trágica y las Variaciones Haydn. Un ilustre antecesor de Brahms, Beethoven, está representado por su Concierto para violín en un disco de exigua duración (44 minutos) que cuenta con un Gidon Kremer siempre artista pero que no termina de definirse estilísticamente y que extrae de su instrumento un sonido por momentos un tanto áspero y no libre de estridencias, de forma que lo mejor de la versión acaba quedando en las cadencias de Alfred Schnittke y en la respuesta limpia y fluida de la Academy of St Martin in the Fields liderada por Nevi- lle Marriner (8802064, año 1982). Yendo aún un poco más hacia atrás, David Zinman asegura la musicalidad, el sentido común y el virtuosismo de la Netherlands Chamber Orchestra en las Sinfonías opp. 6, 9 y 18 de Johann Christian Bach (2 CD 88 02065, años 1974-76), p e r o treinta y c i n c o años desp u é s e s t a s interpretaciones nos suenan demasiado planas y, sobre todo, muy obvias. Mejor en ese sentido los dos discos que Isabelle van Keulen y Olli Mustonen dedican a la obra para violín y piano de Stravinski (2 CD 8802062, años 1987-88), reviviendo a su manera la colaboración iniciada en los años treinta entre el gran composi- tor ruso y el violinista Samuel Dushkin: variedad de colores, juegos rítmicos, registros expresivos, solvencia estilística e imaginación musical en noventa y cinco minutos redondos. Tendrá también su público Henryk Górecki, que va a lo suyo en el Kleines Requiem op. 66 y en la Lerchenmusik op. 53, obras recreadas por Reinbert de Leeuw y el Schoenberg Ensemble con mucha riqueza tímbrica y tanta o más concentración (8802060, 1993). Al final, la holandesa Gré Brouwenstijn vuelve con distintas orquestas y directores al siglo XIX de Beethoven, Weber, Verdi y, sobre todo, Wagner (8802061, años entre 1952 y 1956) para lucir su amplia voz de soprano lírica, su intensa expresividad y su enorme capacidad para dar vida a mujeres nobles, ensoñadoras y sufrientes. Claire Vaquero Williams Newton MATICES S abemos bien lo que desde hace unos cuantos meses nos vienen ofreciendo los discos de Newton Classics, distribuidos en España por Cat Music: reediciones de grabaciones normalmente dignas y a veces mucho más, buenos e inéditos artículos, precios muy económicos. Esta vez, para empezar, v i e n e n a d a menos que Carlo M a r i a Giulini con la integral de las cuatro sinfonías de Brahms que grabara con la Filarmónica de Viena para Deutsche Grammophon entre 1989 y 1991 (4 CD 8802063), muy distinta a la suya propia con la Philharmonia en los sesenta para EMI: entonces, un espíritu joven, exaltado, impetuoso; después, un maestro Asier Vallejo Ugarte 71 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 72 D D I SI CS O C O S S CRÍTICAS de la A a la Z DISCOS BACH-BRAHMS Andrea Bacchetti VALENTÍA BACH: Variaciones Goldberg. 5 Piezas del Álbum de Anna Magdalena Bach. ANDREA BACCHETTI, piano. DYNAMIC CDS 659 (Diverdi). 2010. 73’. DDD. N PN A frontar responsablemente hoy las Variaciones Goldberg, tras las supremas referencias discográficas dejadas por pianistas tan diversos como Glenn Gould, Tatiana Nicolaieva, Simone Pedroni o András Schiff entre otros, es un reto arriesgado y comprometido. Andrea Bacchetti (1977) lo ha asumido del único modo aceptable: desde su propia y personalísima visión, y armado de un bagaje musicológico y técnico que le faculta a desarrollar con irrebatible solvencia la peliaguda empresa. Desde el primer momento, desde los compases iniciales del aria prodigiosa, se percibe esa autonomía de criterio, que en absoluto trata de ser original o diferente. Sin embargo, el resultado sí lo es. Bacchetti BACH: La Pasión según san Mateo. AMARYLIS DIELTIENS, SIRI KAROLINE THORNHILL, sopranos; TIM MEAD, MATTHEW WHITE, contratenores; GERD TÜRK, JULIAN PODGER, CHARLES DANIELS, tenores; PETER HARVEY, SEBASTIAN NOACK, bajos. SOCIEDAD BACH DE LOS PAÍSES BAJOS. Director: JOS VAN VELDHOVEN. 3 CD CHANNEL (Harmonia Mundi). 2010. 167’. DDD. N PN Bach y, más concretamente, la Pasión según san Mateo, han visto últimamente reavivada la competición entre los intérpretes por ver quién propone un planteamiento más original respecto —cuyas bien rodadas Variaciones Goldberg estaban ya en el mercado a través de un DVD registrado en vivo en 2006 y de un CD grabado en el Teatro Chiabrera de Savona, el 17 de enero de 2007— se distancia de sus ilustrísimos predecesores de modo natural y nada artificioso. Parece querer restar solemnidad a lo divinizado, aligera tempo y carácter para reivindicar con autoridad pero sin estridencias una visión más natural y, si se quiere, más fresca y sencilla. Todo fluye desposeído de esa sublimidad que acaso exista más en la tradición que en la realidad de unos pentagramas nacidos en un tiempo y para un instrumento radicalmente distintos. Esta llaneza interna contagia e implica al oyente por su dignidad pianística y valiente franqueza expresiva. Todo es claro, limpio, diáfano, puro y auténtico. Cada variación supone una nueva sorpresa por su coordinada originalidad, integrada en una simetría interna al número de efectivos (con tendencia claramente a la baja), integración de los solistas en los coros, equilibrio entre éstos, etcétera. Lo malo es que tanta preocupación por la cantidad suele redundar en perjuicio de la calidad, teniendo como componente esencial de ésta al menos la intención interpretativa internamente coherente incluso más allá de la calidad técnica de las ejecuciones. Jos van Veldhoven explica en la carpetilla su nuevo “expe- que, en el conjunto, cobra relieve y grandeza al modo de una pintura puntillista. La ornamentación, las voces, la articulación, el pulso… todo rezuma coherencia y sentido en esta novedosa versión de una obra que, como verdadera pieza maestra, brinda infinitas interpretaciones y puntos de vista. Bacchetti ha tenido la admirable virtud y el coraje de plantear la suya desde el respeto y la sinceridad consigo mismo, sin complejos ni temor a la admirable tradición discográfica. El resultado es una referencia que hace ya tradición. Justo Romero rimento”: coro I (que es el que realmente cuenta la historia) sólo de solistas; coro II dividido entre solistas y ripieno; un músico por parte. Más resumidamente lo expresa el título del escrito: ¿Una pasión para coro único? Por desgracia, el oyente encuentra muy pocos momentos en los que se le provoque fuerte emoción. Desde luego, no se supera su anterior grabación, de finales de los años noventa (véase SCHERZO, nº 126, pág. 77). Para empezar, ambas presentadas como live, las tomas de la primera son preferibles: más espaciosas y profundas sin detrimento para la claridad de los TIPO DE GRABACIÓN DISCOGRÁFICA N H R Novedad absoluta que nunca antes fue editada en disco o cualquier otro soporte de audio o vídeo Es una novedad pero se trata de una grabación histórica, que generalmente ha sido tomada de un concierto en vivo o procede de archivos de radio Se trata de grabaciones que ya han estado disponibles en el mercado internacional en algún tipo desoporte de audio o de vídeo: 78 r. p. m., vinilo, disco compacto, vídeo o disco video digital PRECIO DE VENTA AL PÚBLICO DEL DISCO PN Precio normal: cuando el disco cuesta más de 15 € PM Precio medio: el disco cuesta entre 7,35 y 15 € PE Precio económico: el precio es menor de 7,35 € 72 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 73 D D I SI CS O C O S S BACH-BRAHMS detalles. Los coros y la orquesta, como en 1997 simplemente en sí correctos, son víctimas claras en este sentido. Si tomamos por ejemplo el final de la Primera Parte, en So ist mein Jesus nun gefangen el acompañamiento instrumental es por momentos tan liviano que la soprano y el contratenor parecen cantar a cappella, mientras que en Sind Blitze, sind Donner lo que se oye es un sordo tumulto. Y en O Mensch, las flautas únicamente se dejan sentir allí donde el número de los instrumentos de cuerdas se reduce al mínimo. Los solistas vuelven a presentar fuertes contrastes, por más que de nuevo se produzca la sensación de no obedecer a un designio interpretativo común. De todos modos, también en este terreno el saldo resulta negativo en el cotejo. Ambos registros únicamente comparten al incombustible Gerd Türk, ahora no tan frío y distante en su relato: en Da kam Jesu, por ejemplo, transmite de manera convincente un sentimiento doloroso aunque con el tono contemplativo que parece inherente a este cantante. En el resto del elenco la balanza siempre se inclina del mismo lado: el del coro I. Los dos tenores son bastante distintos de Türk y entre sí. Julian Podger roza y hasta se pasa de histeria en el recitativo O Schmerz! y el aria Ich will meinen Jesu wachen (aquí, diríase que anonadado, el oboe no consigue mantener templado el si5: Disco I, pista 20, 1’38”). En cuanto a Charles Daniels, de los acentos con que por ejemplo salpica su línea en Geduld lo mejor que seguramente puede decirse es que no son para todos los gustos. Ninguna de las sopranos maravilla. La voz de Amarylis Dieltens queda muy pequeña en Wiewohl mein Herz y sólo cumple en Aus Liebe. En cualquier caso, no tiene rival en Siri Karoline Thornhill, quizá más musical pero con durezas en los extremos de la tesitura. La palma de los contratenores se la lleva claramente Tim Mead: nada expresivo en Buss und Reu, en Erbarme dich él y el violín optan por la delicadeza extrema, y también en Sehet, Jesus hat die Hand logra junto a los oboes da caccia altas cotas de belleza tímbrica y fraseo sensible. En cambio, el color de Matthew White se antoja aún menos atractivo de lo que realmente es por la comparación que inevitablemente se establece con los violines en Können Thränen. En general, la cuerda de los bajos es la mejor servida. Peter Harvey no se limita a ser simplemente un Cristo noble como tantos, sino que llena de esa cualidad y muchos más matices todas sus demás intervenciones, por cierto muy bien acompañadas en Komm, süsses Kreuz por la viola da gamba y en Mache dich por los oboes da caccia. Sebastian Noack juega bazas menos directamente ligadas a los recursos vocales, pero al menos cuando llega a Gib mir meinen Jesum wieder uno no puede dejar de exclamar: “¡Por fin vida!”. En definitiva, otro empeño “filológico” en el que los árboles impiden ver el bosque o se mira el dedo en lugar del sol. que no es el Tercer Ensayo el más interesante de los tres… salvo cuando llega a determinado pasaje que recuerda lejanos orientalismos rusos (Musorgski, Rimski, Liadov), y ahí aparece el Barber más penetrante, el que tiende al lirismo tenso; que se transforma y enriquece. Giampaolo Nuti se comporta como el gran virtuoso que precisa el Concierto, sugerente a menudo, ágil siempre. Kawka le acompaña con inspiración, y se ilumina en los Ensayos. Un bello disco de música no desconocida, pero, para nuestro medio, poco menos. Santiago Martín Bermúdez BEETHOVEN: Alfredo Brotons Muñoz BARBER: Concierto para piano y orquesta op. 38. Tres ensayos para orquesta. GIAMPAOLO NUTI, piano. SINFÓNICA NACIONAL DE LA RAI. Director: DANIEL KAWKA. STRADIVARIUS STR 33814 (Diverdi). 2008. 59’. DDD. N PN Los Tres ensayos para orquesta de Samuel Barber no corresponden a una misma época. Al contrario, pueden sugerir instantáneas de todo un itinerario vital, trozos significativos de una biografía. Los años son 1937, 1942 y 1978. Si colocamos en medio el Concierto para piano de 1962, el retrato puede ser más revelador. Aunque incompleto: completo, faltan algunas cosas importantes de Barber, como la ópera Vanessa, por ejemplo, con libreto de Menotti. La maestría de Barber, siempre al margen de las vanguardias, se demuestra en las cuatro obras de este CD. Pero hay momentos especialmente sugestivos. Pensemos en el movimiento central, Canzona, del Concierto, que es una auténtica maravilla en eso de sugerir, seducir, ensimismar al auditorio. El espectacular Allegro final es más música para admirar al solista y cerrar el discurso. El Allegro appassionato inicial es un despliegue de sabiduría tradicional, partiendo de la consabida forma sonata; pero sin quedarse sólo ahí. Pueden gustar mucho los dos primeros Ensayos, y puede gustar el Tercero, aunque haya quien se pregunte cómo se podía componer así a finales de los 70. Bueno, alguien tenía que hacerlo, alguien tenía que resistir. Sólo Sonatas para piano nº 15 en re mayor op. 28, nº 18 en mi bemol mayor op. 31, nº 3, nº 21 en do mayor op. 53 “Waldstein” y nº 30 en mi mayor op. 109. WILHELM BACKHAUS, piano. 2 CD AUDITE 23.420 (Diverdi). 1969. 88’. ADD. H PN G rabación en vivo de cuatro bien conocidas Sonatas del ilustre sordo a cargo de uno de sus bien cualificados intérpretes, el entonces ya anciano Wilhelm Backhaus, que fallecería apenas cuatro meses después. Pese a la ya avanzada edad (85 años), no hay el menor signo de decaimiento ni falta de vitalidad y energía en estas interpretaciones, como bien puede comprobarse en la frenética coda final de la nº 15 o en el jubiloso último tiempo de la nº 18. Hay, faltaría más, roces, aunque menos abundantes de lo que uno esperaría en obras tan traicioneras en lo mecánico (y tan transparentes a la hora de dejar en evidencia los fallos) y en intérprete ya tan anciano. Es éste un Beethoven inquieto, con nervio, para nada crepuscular o decaído. Backhaus, bastante objetivo en sus aproximaciones, se preocupaba por alejarse de nada que ni remotamente pudiera sugerir sentimentalismo. En tal empeño, a menudo quedaba algo coartada la intensidad emotiva, y ésta tampoco es la excepción (algo que se percibe en la por lo demás sobresaliente nº 30). A cambio, sus versiones, y éstas tampoco son la excepción, poseen una energía muy singular. Sabroso recital beethoveniano, pues, a cargo de un reconocido especialista que podría haberlas tocado dormido de tanto como dominaba y había transitado por este repertorio. La toma de sonido es en estéreo y de calidad apreciable aunque el timbre tiende algo a lo metálico. Documento interesante. Rafael Ortega Basagoiti BEETHOVEN: Variaciones Diabelli. PAUL LEWIS, piano. HARMONIA MUNDI 902071. 2009. 53’. DDD. N PN La última aportación del pianista británico Paul Lewis en torno a la figura de Beethoven son las Variaciones Diabelli. Su interpretación, como siempre explícitamente personal, transmite una visión poderosa y recia, llena de contrastes y, en fin, rica en su propio concepto. Rica porque, a pesar del pragmatismo que caracteriza a dicho pianista, es extrovertida y comunicativa, llena de recursos expresivos y equilibrios sonoros. Aquí prima un ritmo preciso hasta el extremo, que no concede momentos para el rubato y sí en cambio busca una perfección técnica por momentos incluso apabullante. A Lewis se le puede reprochar falta de ingenuidad o poesía, pero en cambio su versión rebosa en grandiosidades y vistosidad y un tratamiento de las articulaciones simplemente impresionante. Es un Beethoven sonoramente poco rebuscado que se encuentra más cómodo con la fascinación que con el recogimiento, donde combina lo heroico y audaz con atmósferas distantes y lejanas; su enfoque no deja lugar a dudas: exactitud y regularidad, minuciosidad en los pequeños detalles, fidelidad a un estilo que prefiere la severidad en forma de control total en detrimento de una expresión más libre. Arrollador e implacable, el intérprete firma unas Diabelli de fornida naturaleza donde la música avanza llena de fortaleza y resolución. Es pues, un Beethoven imperativo y categórico. Emili Blasco BRAHMS: Lieder. VOL. 2. CHRISTINE SCHÄFER, soprano; GRAHAM JOHNSON, piano. HYPERION CDJ 33122 (Harmonia Mundi). 2010. 76’. DDD. N PN En este volumen, la integral cancioneril de Brahms sigue el criterio ya anunciado. No se ordenan 73 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 74 D D I SI CS O C O S S BRAHMS las canciones por fechas, si acaso por afinidad temática y en relación con las características vocales del solista. Este compacto consta de 33 números, en tres apartados temáticos (canciones de la Ofelia shakespeareana, canciones con doncellas, canciones populares) más números sueltos. Schäfer es una voz de soprano juvenil, de timbre claro y luminoso, bien manejada aunque yendo al agudo se abre en un vibrato abusivo, debe ser empujada y algo estridente. No es el medio brahmsiano más indicado pues le falta anchura y expansión en el centro. En compensación, y salvo algunos deslices operetísticos vieneses, es cuidadosa con el estilo y, especialmente, con la dicción, nítida y de variada intencionalidad. Lo mejor de su faena son las páginas con arrobos o quejumbres de amor, un par de temas en los que Brahms puso su mejor vena. Johnson tiene su currículo y no hace falta rememorarlo. Aquí contrae la sonoridad del piano para equilibrarlo con el volumen de Schäfer. A Brahms lo conoce de sobra. Blas Matamoro BRAHMS: Concierto para piano y orquesta nº 1 en re menor op. 15. PAUL BADURA-SKODA, piano. ORQUESTA DE LA ACADEMIA DEL TEATRO DE MOSCÚ. Director: FELIX KOROBOV. GENUIN GEN 89155 (Gaudisc). 2008. 44’. DDD. N PN 74 B adura-Skoda debe de sentirse como un chaval, porque afrontar con 80 años la grabación de este titánico Primer Concierto brahmsiano tiene miga. El austriaco es un músico tan completo como natural, aunque para el firmante su lectura, dotada de una vitalidad que, pese a los años, es marca de la casa, no alcanza la grandeza y riqueza de matiz, especialmente en el tiempo lento, que caracteriza a algunas de las grandes lecturas de la obra presentes en la discografía (Gilels, Arrau, Barenboim, Katchen). Tampoco la producción, con un acompañamiento discreto y no del todo empastado por parte de la — para mí— completamente desconocida orquesta rusa y su director, da la última medida de lo que uno esperaría en estos Karl Böhm “LA ÓPERA DE MI VIDA” BEETHOVEN: Fidelio. ANTON DERMOTA (Florestan), MARTHA MÖDL (Leonore), KARL KAMANN (Don Fernando), PAUL SCHÖFFLER (Pizarro), LUDWIG WEBER (Rocco), IRMGARD SEEFRIED (Marzelline), WALDEMAR KMENTT (Jacquino). CORO Y ORQUESTA DE LA ÓPERA DE VIENA. Director: KARL BÖHM. 2 CD ORFEO 813 102 (Diverdi). 1955. 128’. Mono/ADD. H PM La reapertura de la Ópera de Viena tras la Segunda Guerra se efectuó en 1955, concretamente el 5 de noviembre de ese año con la representación de Fidelio, la ópera que ahora nos trae el sello Orfeo en sonido monofónico reprocesado en la actualidad con las mejores técnicas, si bien era muy bueno en origen gracias a los micrófonos de la ORF, la Radio austríaca. El responsable de esta magnífica velada, Karl Böhm, ya nos aleccionó a todos con varias grabaciones de esta ópera a lo largo de su vida (las más representativas a juicio del que firma: la tomada en versión de concierto con la troupe de la Ópera de Viena en 1944, publicada en el sello Andante en un álbum en el que incluía también una versión de Furtwängler de 1953; y también otra, esta vez filmada en película en 1970 hecha para la Televisión alemana en 1970, año del bicentenario del nacimiento de Beethoven, y que también comentamos en nuestras páginas de discos al ser publicada en un DVD Deutsche Grammophon. Recuerdo otras, como la hecha en estudio en 1969 también para DG, u otra tomada también en vivo en la Ópera de Viena en 1978, con Behrens y King, asimismo publicada por Orfeo, pero no tan conseguidas como las dos primeras). De todas formas, ninguna de ellas como la que ahora se comenta, uno de los tiempos, de forma que, pese a tratarse de una grabación de estudio, no faltan los fallos mecánicos ni en el solista ni en la orquesta. Aunque el disco anuncia “sólo” la interpretación que se acaba de comentar, cuando uno pone el CD en el aparato se encuentra con varias pistas más que no aparecen citadas en el folleto ni en ninguna parte. Se trata de una “sorpresa” que mejores registros operísticos de Karl Böhm, con espectaculares resultados de claridad, sobriedad expresiva e intensidad dramática, magnífica respuesta orquestal y preciso y seguro acompañamiento a los cantantes, que se muestran en todo momento cómodos y arropados por el concienzudo Kapellmeister. Memorable la obertura de la ópera y sobre todo la Leonora III, tocada entre las dos últimas escenas, de aliento, vibración y entrega únicas. Una espectacular recreación en la que se adivinan muchos ensayos que consiguieron que la representación adquiriese verdadera significación histórica. Aunque no se alcance el nivel de los grandes (Furtwängler, Erich Kleiber, Klemperer, Bruno Walter), ni posiblemente el de otros maestros más cercanos a nosotros en el tiempo (Fricsay, Bernstein, Karajan), Böhm hace gala de poderosa inspiración, inefable progresión dramática y además está impecable desde el punto de vista formal (con adecuada exposición de la variedad estilística que caracteriza a la obra). El reparto vocal cuenta con el característico (y feo) timbre gutural de Martha Mödl, una Leonora con dificultades técnicas y afinación poco ortodoxa (en su famosa aria del acto I, Abscheulicher! Wo eilst du hin?, se las ve y se las desea para salir airosa del difícil empeño, aunque al final lo consigue) supliendo sus carencias con una entrega, nobleza y expresividad realmente emocionantes, hasta el extremo de que en pocas ocasiones oirán una Leonora tan convincente. La voz del gran Dermota no es la adecuada para Florestan, aunque como en el caso de su compañera protagonista, es tal la entrega, intensidad dramática y convicción interpretativa puestas de manifiesto que se le pueBadura-Skoda reserva al oyente: un pequeño fragmento del Concierto grabado en un ensayo de quien fuera su maestro, Edwin Fischer, en 1945. Recomendable para muy apasionados seguidores del pianista austriaco, pero ciertamente no, al menos para mí, como opción a contemplar frente a las citadas. Rafael Ortega Basagoiti de perdonar sin problemas su corta voz lírica (su magnífica aria de comienzo del acto II, In des Lebens Frühlingstagen, está soberbiamente interpretada). Paul Schöffler, tampoco en su mejor momento vocal, traduce al malévolo Pizarro alejado de cualquier caricatura del personaje, imponiéndose realmente como una referencia en el papel, lo mismo que el memorable Rocco de Ludwig Weber (al que aquí se le suprime su aria del oro del acto I). Seefried era prácticamente una Marzelline de manual, posiblemente la referencia del papel, y Waldemar Kmentt está impecable como Jacquino. Buenos comprimarios y coro y orquesta con la excelencia acostumbrada, totalmente entregados a la competencia y profesionalidad de su director. En suma, histórico Fidelio que recomendamos sin ninguna salvedad (no en vano era la ópera favorita de Böhm, “la ópera de mi vida”, según podemos leer en sus memorias), excelentemente interpretada, como hemos visto, y además bien grabada, con la atmósfera particular de esa tarde inolvidable y correctamente presentada, con un artículo de Gottfried Kraus en los tres idiomas de siempre que informa ampliamente sobre esta velada histórica. Indispensable para los amantes de la obra o seguidores del director. Enrique Pérez Adrián BRAHMS: Variaciones sobre un tema de Haydn op. 56a. Concierto para piano y orquesta nº 1 en do menor op. 15. PLAMENA MANGOVA, piano. ORQUESTA NACIONAL DE BÉLGICA. Director: WALTER WELLER. FUGA LIBERA FUG573 (Gaudisc ). 2010. 70’. DDD. N PN Nada vamos a descubrir sobre estas obras y su beneficiado 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 75 D D I SI CS O C O S S BRAHMS The Purcell Quartet, Fretwork PURO ASCETISMO BUXTEHUDE: Membra Jesu Nostri BuxWV 75. Laudate Pueri Dominum BuxWV69. WECKMANN: Kommer her zu mir alle. EMMA KIRKBY, soprano; ELIN MANAHAN THOMAS, soprano; MICHAEL CHANCE, contratenor; CHARLES DANIELS, tenor; PETER HARVEY, BAJO. THE PURCELL QUARTET. FRETWORK. CHANDOS 0775 (Harmonia Mundi). 2010. 79’. DDD. N PN Quería comenzar esta reseña citando el célebre soneto anónimo a Cristo crucificado: “Tú me mueves, Señor; muéveme el verte / clavado en una cruz y escarnecido; / muéveme ver tu cuerpo tan herido; / muévenme tus transcurrir en las salas de concierto y en los estudios de grabación. Hay señeras interpretaciones de ambas en la discografía. Pero a pesar de todo, hay que valorar que el director austríaco se produce en sus años de madurez, y concretamente en Brahms, que es quien aquí nos ocupa, de un modo que podría resumirse en el término templanza. Claridad de líneas en la orquesta, pureza sin recreación (se acabaron los Brahms hipertróficos de la segunda mitad del siglo pasado) y un seguimiento del pentagrama que se decantan en resultados de clase inatacable. Así lo hace en las Variaciones contando con la excelente colaboración de la orquesta belga, que se adecua como un guante a las intenciones de su director. En el Concierto colabora, y la pianista con él, en la plasmación de esta obra tan en concierto sinfónico o en sinfonía con piano. De Plamena Mangova, que nos enorgullece habiéndose perfeccionado en la Escuela Reina Sofía con Bashkirov, se pueden hacer alabanzas en todos los tonos, porque posee nitidez en la pulsación, poder suficiente, línea musical excelsa y expande su arte a lo largo del complicado concierto en labor unívoca con la orquesta sin prescindir de su cualidad de solista. Las alternancias en la forma concertante y en la más sinfónica en totum se llevan a cabo sin tiranteces ni predominios inadecuados. Hay equilibrio y musicali- afrentas y tu muerte”, pues el Membra Jesu Nostri de Buxtehude, pintura musical de la crucifixión que nos ocupa, nos evoca, por su intensa espiritualidad, las mejores poesías de la mística española. Tanto más si la interpretación deviene del fervoroso minimalismo que siempre defiende The Purcell Quartet. A una voz por parte en los coros ––¡las de los mejores solistas barrocos británicos, a propósito!—, se acompañan esta vez además de Fretwork, el ilustre conjunto de violas. El resultado, superando las trabas de una obra ya bien conocida, es el de una concepción plenamente consciente de su ingravidez arrobada, de su austera y flotante elevación. Existen ya grandes versiones, pero pocas tan particularmente ascéticas, pueden estar seguros. La desnudez demacrada del cuerpo inerte alcanza un trasunto sonoro tal como el del Cristo de Velázquez, otro inevitable recuerdo. Y como en Veláz- quez, las disonancias del trazo se muestran incisivas a la par que suaves; la sangre brota trágica… pero a la vez emana hermosura. Tras el Membra Jesu Nostri se incluye un Laudate Pueri Dominum, de nuevo del compositor germano danés, para dos sopranos y en sugerente chacona estructural. Y el disco finaliza con una verdadera joya, una pieza para bajo solista del también norteño Matthias Weckmann, la titulada Kommer her zu mir alle. Que sirve, con su impresionante Jesús, para el lucimiento de Peter Harvey en estado de gracia. Éxtasis hecho música. Pablo del Pozo Annelie Gahl, Klaus Lang LA MELODÍA DE CAGE CAGE: Melodies & Harmonies.. ANNELIE GAHL, violín; KLAUS LANG, teclados. COL LEGNO 20292 (Diverdi). 2009. 56’. DDD. N PN El título del disco, Melodies & Harmonies, que ahora presenta el sello Col Legno, casi parece corresponder a una serie de grabaciones New Age y, de hecho, no estaría mal que los aficionados a esa corriente le prestaran atención, pues se trata de uno de los registros más felices de los dedicados a la música de John Cage en estos últimos tiempos. Una vez más, asistimos a esta tendencia, más cercana a las exposiciones de arte que a la música, de afrontar la obra de Cage a partir del diálogo de dos piezas que se complementen. Recientemente, los Etudes boreales han dialogado con el ciclo de piezas Harmony (sello Wergo), pero el resultado de Melodies & Harmonies es mucho más interesante, a ratos apasionante, que el propuesto en Wergo. Sencillamente, la música elegida es mejor. Pero no se entienda aquí que las obras recogidas, que no son otras que las Six Melodies y las Thirteen harmonies, son de especial trascendencia. Antes al contrario, pertenecen de lleno a ese universo tan caro a Cage de especie de dejación ante la complejidad de una obra para que el sonido fluya natural, para que las melodías suenen diáfanas y hasta con un cierto punto de impudor. El carácter naíf de Cage está más que servido. Pero lo que convierte a esta grabación en altamente recomendable es la interpretación, en la forma como encaran la violinista Annelie Gahl y el compositor y pianista Klaus Lang un mundo en el que se dan la mano el tono de no-intención de Cage y su capacidad para fascinar desde supuestos extremadamente simples. En este caso, Melodies & Harmonies sería el reverso feliz de experiencias recientes en disco, como la nueva versión del Mantra, de Stockhausen, muestra de que muchas obras creadas en la vanguardia, a partir del empleo de una determinada fórmula y desde el rigor estructural, no pasan la criba del tiempo. Klaus Lang adopta, para esta lectura cageana, una idea de flujo sonoro extraordinariamente brillante, enlazando, empalmando las distintas secciones como si de una única obra se tratara. Todo está estudiado al milímetro, como la duración de los silencios entre las piezas, siempre en función de la sección siguiente, y también el mismo sonido, a veces de un refinado tono percusivo. Lang ha elegido una pieza que no se encuentra entre las más visitadas del catálogo de Cage, las Six Melodies, y otra, más extensa, las 13 Harmonies, de 1985. La relación que establece la obra de madurez con la de 1950, compuesta con los mismos materiales (sonido estático y gusto por la homofonía) del String quartet in four parts, de esa misma fecha, es de plenitud, pues las Harmonies no son otra cosa que los arreglos de Cage de antiguos himnos y corales de corte tradicional, y compuestos, en su mayor parte, por William Billings en el siglo XVIII, con lo que el empaste tímbrico y melódico es absoluto. Francisco Ramos 75 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 76 D D I SI CS O C O S S BRAHMS-DONIZETTI dad a raudales en esta interpretación, que además se beneficia de una toma sonora muy natural. José Antonio García y García DE TÚ A TÚ CHAIKOVSKI: BRITTEN: Les illuminations. Preludio y fuga para orquesta de cuerda op. 29. Variaciones sobre un tema de Frank Bridge. Now sleeps the crimson petal. KARINA GAUVIN, soprano. LES VIOLONS DU ROY. Director: JEAN-MARIE ZEITOUNI. ATMA ACD2 2601 (Gaudisc). 2010. 59’. DDD. N PN He aquí una versión casi urgente, como en primera instancia —el arranque casi asusta—, más actuada que declamada de Les illuminations, una de las obras maestras de Benjamin Britten. Pero una vez pasado este primer sobresalto, la voz de la excelente Karina Gauvin —captada muy cercana en la grabación—, tan a gusto siempre en cualquier repertorio, se acomoda a una lectura de enorme naturalidad, si puede decirse eso de una música que lleva encima una literatura tan potente. La pieza pasa en un santiamén, tal es el empuje con que la negocian estos canadienses que, no firmando una referencia, sí aportan un excelente complemento a las mejores versiones femeninas de la pieza, Lott (Naxos) y Piau (NMC) a la cabeza. Por su parte, Zeitouni logra con Les Violons du Roi unas excelentes versiones de las dos obras orquestales, con unas Variaciones sobre un tema de Frank Bridge de muchos quilates —espléndido el número final. Y como cierre esa hermosura de canción —descarte en su caso de la Serenata para trompa, tenor y cuerda— que, como tantos músicos ingleses, Britten saca del gran poema de Tennyson. Un disco que no merece pasar inadvertido. Claire Vaquero Williams CHOPIN: Sonata para violonchelo y piano en sol menor op. 65. Introducción y Polonesa brillante para violonchelo y piano en do mayor op. 3. Canciones polacas op. 74 (arr. Geringas). CHOPINFRANCHOMME: Gran Dúo concertante para violonchelo y piano en mi mayor KK IIb/I. DAVID GERINGAS, violonchelo; IAN FOUNTAIN, piano. 76 Hilary Hahn, Vasili Petrenko SONY 88697671702 (Sony-BMG) 2010. 64’. DDD. N PN Concierto para violín y orquesta op. 35. HIGDON: Concierto para violín y orquesta. HILARY HAHN, violín. REAL ORQUESTA DE LIVERPOOL. Director: VASILI PETRENKO. DEUTSCHE GRAMMOPHON 477 8777 (Universal). 2008-2009. 68’. DDD. N PN Desde su primer y maravilloso disco bachiano para Sony hace ya algunos años —un CD que quien suscribe comentó elogiando a su entonces desconocida y jovencísima protagonista— los admiradores de Hahn somos ya unos cuantos; todos, por supuesto, de lo más entusiastas. Puede ser enérgica y brillante, de apabullante virtuosismo y de una delicadeza exquisita —como mostró, por ejemplo, en un CD con algunas sonatas de Mozart que pasó casi inadvertido— y, por supuesto, siempre ha hecho gala de su gran musicalidad. En la presente grabación, nada menos que con Petrenko — que lo mismo cautiva que deja perplejo al oyente— el gran aliciente es el concierto de Chaikovski. Más allá de las relaciones biográfico-sentimentales de la protagonista con esta obra —sobre las que se extienden las notas del libreto adjunto— es esta obra maestra el gran interés del presente CD. Petrenko, en las sesiones de grabación de noviembre de 2008 tuvo unos días “buenos”, es decir, que dio lo mejor de sí al frente de una orquesta ejemplar que dirige admirablemente. El director habla de tú a tú a Chaikovski y, con Hahn, traza una versión extraordinaria que cabe situar desde ahora mismo entre las más brillantes y vehementes, pero sin esconder —ni mucho menos— ese lirismo genuino del compositor ruso ni ese virtuosismo que puede llegar a ser, en el mejor de los sentidos, deslumbrante. Bravo por ambos y aquí tenemos una versión que podemos situar entre las grandes, una versión que va precedida por la grabación de mayo de 2009 de un concierto reciente debi- do a Jennifer Higdon. Esta composición, dedicada a Hahn, que se ofrece ahora por primera vez en CD, tiene interés y esconde momentos realmente bellos. Está muy bien escrita, su lenguaje es asumible por parte de un público amplio, llega a ser incluso amable, casi como si de una banda sonora de ascendente williamsiano se tratara… En fin, que sí, que está muy bien, y la interpretación es estupenda y comprometida… Pero no se pierdan la fogosa y a la vez elegante versión del celebérrimo concierto de Chaikovski. Josep Pascual Gustavo Dudamel ¡A TOPE! CHAIKOVSKI: Hamlet. La tempestad. Romeo y Julieta. SINFÓNICA SIMÓN BOLÍVAR DE VENEZUELA. Director: GUSTAVO DUDAMEL. DEUTSCHE GRAMMOPHON 477 9355 (Universal). 2010. 66’. DDD. N PN G rabaciones de febrero de 2010 realizadas en Caracas con un equipo técnico de lujo del sello amarillo que, evidentemente, cree en el talento de Dudamel y de “su” orquesta de jóvenes venezolanos. No es para menos. Quizá como “efecto colateral” a la atención e incluso mimo que DG presta a director y orquesta —auténticas estrellas ya— los responsables de la histórica casa alemana se han decidido a incluir textos en español en este CD. Será que la fascinación por el milagro musical venezolano ya empieza a tener consecuencias y el mercado discográfico se amplía… No lo sabemos, pero el caso es que cada disco de estos muchachos es un acontecimiento y DG no sólo lo sabe sino que se toma muy en serio su difusión. Desde luego este Chaikovski shakespeareano inspirado y apasionado, dramático, intenso y total, es ideal para ese caudal de energía que llega desde Venezuela. Y Dudamel y los suyos no se cortan, no se amilanan ni sienten inferioridad ante los de siempre, y nos brindan unas versiones extraordinarias. Compruébenlo. No se dejen llevar ni por la inercia ni por la pereza, ni tampoco por lo que este humilde comentarista les dice, déjense llevar simplemen- te por la belleza de esta música interpretada con auténtica pasión pero sin que se pierda el control en ningún momento. Extraordinarios Dudamel y la orquesta, su Chaikovski es antológico y fresco, fresquísimo. Quien diga que la llamada música clásica es aburrida que escuche esto y verá… Josep Pascual 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 77 D D I SI CS O C O S S BRAHMS-DONIZETTI E quilibrar violonchelo y piano en la Sonata de Chopin no es tarea que se e s c u c h e lograr a menudo. La escritura del compositor polaco es, en muchos tramos, tan decididamente pianística que el violonchelo debe ingeniárselas a base de bien para hacerse escuchar. En este disco, ambos intérpretes lo toman como imprescindible elemento de partida para adentrarse en los pentagramas con decisión y mimo a partes iguales. Escuchar a Geringas es un placer por color, fraseo y, sobre todo, afinación en los numerosos momentos donde la partitura se acerca a lo inmisericorde. Los planteamientos generales no son audaces, pero sí, en cambio, entregadamente cálidos y naturales. A continuación, el Op. 3. Página simple en lo medular pero con el típico encanto chopiniano en las líneas cantábile y la efusión rítmica de su vena nacionalista. La excelente realización de Geringas y Fountain contribuye a hacernos atractiva la escucha. El repertorio se adentra aún más en el ambiente de salón con el arreglo de siete de las Canciones polacas op. 74. Impecables desde el punto de vista técnico, pero sin la intencionalidad que aporta la voz, son el tramo menos interesante del disco. Finalmente, el Gran Dúo concertante nacido de la colaboración entre Chopin y su colega Auguste-Joseph Franchomme. La obra tiene mucho de la sobrecarga virtuosística típica del estilo romántico más espectacular. El aplauso aquí, además de dirigirlo al magnífico papel del chelista, hemos de enfocarlo hacia Fountain. Acto seguido, hay que preguntarse por qué no conocemos más trabajos de quien, a juzgar por el derroche de talento técnico y sabiduría en la adecuación del piano a su papel camerístico, es un artista de pies a cabeza. Juan García-Rico DEFOORT: The woman who walked into doors. CLARON MCFADDEN (Paula Spencer); JACQUELINE BLOM, actriz. DREAM TIME. PROMETHEUS ENSEMBLE. Director: ETIENNE SIEBENS. 2 CD FUGA LIBERA FUG709 (Diverdi). 2006. 83’. DDD. N PN Estamos ante una ópera representada en más de cincuenta ocasiones desde que fuera estrenada hace ahora una década. La clave de su éxito reside en el dramatismo de una historia que conecta con las preocupaciones de nuestro tiempo, acompañada por una música fresca y cercana que no desdeña lo desgarrado y lo violento, amalgamando técnicas contemporáneas con jazz y pop. El peso de la obra recae sobre el personaje principal, Paula Spencer, una mujer de mediana edad que recuerda un doloroso pasado junto a su ex marido, un maltratador que le ha infligido continuos tormentos físicos y psicológicos y al que sólo ha sido capaz de abandonar cuando su hija común adolescente se ha visto seriamente amenazada por la demencia del padre. La consistencia del argumento es suficiente como para que todo gire en torno a Paula, encarnada doblemente por una cantante y una actriz. La dualidad está presente a lo largo de toda la ópera, que mezcla voz hablada y cantada, ópera y teatro, pasado y presente, imágenes de vídeo con la realidad de la escena, un ensemble convencional con otro de jazz… Su mayor virtud reside en lo singularmente integrados que aparecen todos estos elementos, consiguiendo una atmósfera opresiva y neurótica. De acierto pleno puede calificarse la recreación sonora del belga Kris Defoort, brillante músico de jazz e improvisador, que logra un punzante fresco sonoro, plenamente ajustado a la tensión producida por emociones también duales y, a menudo, contradictorias. Una vía muy válida para el dichoso dilema de cómo abordar la ópera de nuestro tiempo. María Santacecilia DONIZETTI: Linda di Chamounix. MAJELLA CULLAGH (Linda), ROBERTO IULIANO (Carlo), CHIARA CHIALLI (Pierotto), GIUSEPPE ALTOMARE (Antonio), SIMONE DEL SAVIO (Il Prefetto). CORO Y ORQUESTA DEL FESTIVAL DE MÚSICA DE BÉRGAMO GAETANO DONIZETTI. Director: VITO CLEMENTE. 3 CD DYNAMIC CDS 652 1/3 (Diverdi). 2009. 166’. DDD. N PN E n tiempos de crisis, especialmente de la cultura en Italia, es reconfortante la reinauguración de un Teatro, en este caso el Sociale de Bérgamo Alta, que 77 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 78 D D I SI CS O C O S S DONIZETTI-GÓRECKI abrió en 1807 y llevaba 70 años cerrado. Este acto fue propiciado por la apertura del Festival Donizetti y con una de sus óperas más bellas, como es Linda de Chamounix, aunque con importantes retos. La protagonista fue la soprano Majella Cullagh, soprano irlandesa, con un fraseo muy expresivo y una técnica estudiada, al servicio de una voz sin especial belleza y con una cierta limitación en la zona alta, con lo que su versión fue más musical que brillante. Roberto Luliano es un tenor de correcta línea, pero de medios limitados, lo que le crea excesivos problemas en un rol como el de Carlo y le genera momentos de dudosa musicalidad. El resto del reparto mantiene un nivel muy digno, con el emotivo Pierotto de Chiara Chilla, la buena línea de Giuseppe Altomare y el timbre penetrate de Simona Del Savio. La prestación del Coro y la Orquesta del Festival de Música de Bérgamo Gaetano Donizetti, dirigidos por Vito Clemente, tuvieron una actuación cohesionada, manteniendo la pureza de la melodía, con un cierto contraste en las escenas más campestres y las más trágicas. Albert Vilardell Santiago Martín Bermúdez DUKAS: L’apprenti sorcier. RAVEL: Ma mère l’oye, ballet. KOECHLIN: Les Bandar-log (Scherzo des signes) op. 176. FILARMÓNICA DE ESTRASBURGO. Director: MARC ALBRECHT. PENTATONE PTC 5186 336 (Diverdi). 2008. 58’. SACD. N PN DUKAS: Obra completa para piano. El aprendiz de brujo para dos pianos. MARCO RAPETTI, piano; RICCARDO RISALITI, piano II. 2 CD BRILLIANT 9160 (Cat Music). 2010. 112’. DDD. N PE D os 78 faune… (La queja, a lo lejos, del fauno…); más una miniatura nunca publicada, el Allegro para M. S. Koussewitzky, primera grabación mundial, un minuto justo. Bueno, la verdad es que el recital sigue, porque Rapetti le añade piezas del Tombeau de Paul Dukas debidas a Florent Schmitt, Manuel de Falla, Gabriel Pierné, Guy Ropartz, Joaquín Rodrigo, Julian Krein, Olivier Messiaen, Tony Aubin y Elsa Barraine. Al margen de detalles, hay que destacar las dos grandes obras y el crecimiento implacable del Aprendiz; en este último, la elegancia singular de Rapetti tanto para la Sonata como para Variaciones se ve reforzada por otro magnífico pianista, Risaliti. Los detalles de las obras breves los desgrana Rapetti con exquisito gusto. Un recital de muy considerable altura, en especial en las dos obras que destacamos. obras de amplio alcance e importancia son buena muestra del Dukas refinado, clasicista, no del todo “impresionista”, que domina la gran forma. Una es la Sonata en mi bemol, más o menos contemporánea de El aprendiz de brujo (1897-1900). Hay que añadir las Variaciones, interludio y finale sobre un tema de Rameau, algo posteriores, de 1902. Forma y género sonata más forma variaciones: nada mejor para ver que es un maestro, si un teórico, un práctico… o un artista, esto es, ambas cosas más eso otro que nunca les falta a los grandes. Junto con el Aprendiz, que no es sino reducción para dos pianos del delicioso scherzo sinfónico, bien conocido, el programa se completa con dos piezas breves, Preludio elegíaco sobre el nombre de Haydn, y la sugerente La plainte, au loin, du Un bello programa francés. ¿Muy francés? Quién sabe, acaso tres maneras de ser francés en la misma época, o poco más o menos. Como introducción, el conocido, animado scherzo El aprendiz de brujo, con esa intensidad humorística que le resulta imprescindible a esta pieza de apenas 11 minutos. En el centro, una auténtica maravilla, la versión para teatro de Ma mère l’oye, obra que ha tenido cuatro felices avatares, y éste es el más amplio, y por ello tal vez el más feliz. Aquí hay una interpretación más destacable, no porque sea menor la del Aprendiz, sino porque ésta permite en determinados momentos la brillantez, apenas nada más, mientras que los cuentos para ballet permiten todo tipo de matices, de colores, de medidas, de cambios en las dinámicas. No sorprende que la carrera de Ma mère l’oye en ballet no fuera demasiado lejos, como tampoco la de Dafnis; es demasiado exquisita, demasiado rica y excelsa como para apoyar coreografías, y los coreógrafos, tan creativos ellos, no necesitan de tanta excelencia musical. Albrecht y Estrasburgo se lucen con La oca, caramba, y sólo por eso ya merecería la pena el disco. Pero lo que nos reserva la última pista es una cosa muy seria, de una densidad que no parece francesa, si por francés entendemos algo demasiado estrictamente vinculado a lo que se ha llamado Impresionismo. Es Badar-Long (que, al parecer, en hindi significa Los simios antropoides), uno de los episodios de El libro de la selva, de Kipling, que Koechlin llevó a los pentagramas. Esta página, de algo más de 18 minutos, es un cambiazo en el disco, que en determinados momentos se adensa en tramas espesas, con oposiciones e imitaciones contrapuntísticas. Qué grandísimo compositor fue Charles Koechlin; su independencia, su escasa vida mundana obligan ahora a rescatarlo de un olvido injusto que él mismo se labró. Felizmente, hay obras como ésta, Bandar-Log, y grupos, solistas, orquestas y sellos discográficos, para recuperar el legado amplio, rico y de gran altura artística de este artista parisiense. Albrecht cambia aquí de tercio, ya no se muestra sutil, aunque permanezca una necesaria brillantez. Ahora se trata de narrar, de contar, de dramatizar. De sugerir y mostrar. Una especie de poema sinfónico. Si comenzábamos con el scherzo de Dukas con origen en Goethe, terminamos con una especie de scherzo que contuviese varios tríos. Albrecht se presenta como un director de gran versatilidad. Con momentos de magia: como ese pianissimo central de la obra de Koechlin. En fin, un muy bello disco. Santiago Martín Bermúdez DVORÁK: Concierto para violonchelo y orquesta en la mayor. Waldesruhe. Rondó op. 94. Polonesa. RAMON JAFFÉ, violonchelo. STAATSORCHESTER RHEINISCHE PHILHARMONIE. Director: DANIEL RAISKIN. CPO 777 461-2 (Diverdi). 2008. 54’. DDD. N PN H e c h o s parecidos se han venido repitiendo en la historia de la música. Muerto Antonín Dvorák (1841-1904), el manuscrito de su primer Concierto para violonchelo y orquesta en la mayor se encontró entre los papeles del violonchelista Ludvig Peer, fallecido meses después que su amigo. Adquirido por el British Museum de Londres, el estreno de la obra, con acompañamiento de piano, tuvo efecto en abril de 1929 en el Conservatorio de Praga. Posteriormente, la versión orquestada y recortada del compositor Günter Raphael (1903-1960) fue estrenada en marzo de 1930, también en Praga. Y, por fin, en 1975 se publicó la edición científica de la partitura, devolviéndole el texto original del autor bohemio. Se trata de una composición de juventud, del primer periodo creativo de Dvorák, de gran imitación de los modelos románticos, de inspiración en una línea Beethoven-SchubertMendelssohn-Schumann, sin olvidar la influencia de Wagner. Obra de una complejidad técnica inhabitual y reto para el solista correspondiente. Sin llegar al Concierto para violonchelo y orquesta en si menor, op. 104, verdadera obra maestra, este concierto de juventud es de gran interés, con temas plenos de vigor y ritmos muy diversificados que anuncian de alguna manera al Dvorák de su madurez. El violonchelo está asimismo muy presente en las tres piezas restantes, en las que también el autor demuestra su conocimiento del instrumento y su capacidad para elaborar distintas formas con él. Lo que no deja de ser algo sorprendente en un músico que pensaba: “El violonchelo es un instrumento magnífico, pero está hecho para integrarse en una orquesta o en un conjunto de cámara; como solista, no vale gran cosa. En el registro medio, su sonoridad es realmente bella, pero en el agudo ganguea y en el grave, zumba”. Orquesta, director y solista cumplen con notable acierto en sus respectivos cometidos, si bien el sonido general no es de gran brillantez, resultado en el que la parte técnica tiene su cuota de culpa. José Guerrero Martín ELGAR: Variaciones Enigma op. 36. VAUGHAN WILLIAMS: Sinfonía nº 6. SINFÓNICA DEL ESTADO DE BAVIERA. Director: COLIN DAVIS. BR 900705 (Ferysa). 2009. 68’. DDD. N PN C olin Davis fue titular de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera de 1983 a 1992, 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 79 D D I SI CS O C O S S DONIZETTI-GÓRECKI cumpliendo con ella casi un decenio de magnífica colaboración, como corresponde a una formación y un director de enorme calidad. Las Enigma que recoge este disco son de 1983 y la Sexta de Vaughan Williams de 1987. Mientras la versión de la obra de Elgar —bien planteada, dicha con excelencia pero también con una cierta falta de intensidad— no supera a las mejores —Jochum, Steinberg, Boult, Paavo Järvi— la de la página de Vaughan Williams es magnífica —tan buena como las de Boult, Handley o Andrew Davis— y justifica la compra del disco. No olvidemos, además, que si de las Enigma hay una grabación del maestro de Weybridge, de esa Sexta —una gran sinfonía donde las haya— sólo disponemos de la presente. Ni que decir tiene que la orquesta está de primera y que el disco es estupendo aunque no sea excepcional. Claire Vaquero Williams EÖTVÖS: Sonata per sei. Octet plus. Natasha. Un taxi l’attend. Erdenklavier-Himmelklavier. Psy. Cadenza. ENSEMBLE LINEA. Director: JEAN-PHILIPPE WURTZ. al análisis, pues su eclecticismo llega a un grado que roza con la caricatura. ¿No será, al respecto, ese colorido hollywoodense del cuadernillo una forma gráfica de mostrar el aspecto de falsedad de la propuesta de Eötvös? Nada parece auténtico. El envoltorio musical, donde es fácil percibir ecos de Bartók (Sonata per sei), Kurtág (el piano de Un taxi… y Erdenklavier…) o Britten (el tono declamatorio del Octet plus), no puede esconder la capacidad de este autor por copiar formatos y modelos ajenos y convertirlos en páginas que pasan por ser modernas. Esa pátina de modernidad está más presente en la Sonata per sei, donde el Bartók de la Sonata para dos pianos y percusión aparece revestido con los timbres de un sintetizador. La impostura de Eötvös alcanza, en efecto, a Kurtág, del que toma el estilo aforístico en las piezas para piano antes mencionadas, Un taxi l’attend y ErdenklavierHimmelklavier. La austeridad que hay en estas dos pequeñas obras concede un respiro al receptor, pues, al fin, asiste a una música despojada de falsa retórica y de efectos, los que, por desgracia, llegan en abundancia en las dos piezas conclusivas, Psy y Cadenza. BMC 175 (Diverdi). 2009. 63’. DDD. N PN Francisco Ramos E l disco que edita el sello húngaro BMC, dedicado a Peter Eötvös, viene protagonizado por el conjunto que lo hace posible, el Ensemble Linea, radicado en Estrasburgo. Tan fuerte es su presencia que en el cuadernillo que se integra en la carpeta hay más literatura sobre las características del ensemble que sobre el autor de la música. Es uno de los muchos casos que se dan en los tiempos actuales, en los que la labor conjunta de los intérpretes con los compositores hace que la mayoría de los discos que nos llegan de música contemporánea se consagren a la producción reciente, dejando de lado mucha música anterior, sin duda por la imposibilidad de contacto con los creadores. El texto que acompaña al disco, por otro lado, es apenas legible, pues las (feas) letras blancas sobre fondo verde (casi de mala película de Hollywood) entorpecen la lectura y hay que tener en cuenta el contexto para distinguir las “aes” de las “oes”. El breve y horrible texto sobre Eötvös se corresponde, en realidad, con esta música, casi refractaria GÓRECKI: Cuartetos de cuerda. ROYAL STRING QUARTET. 2 CD HYPERION CDA67812 (Harmonia Mundi). 2010. 105’. DDD. N PN P aciencia. Y mucha. Eso y no otra cosa es lo que hay que tener para enfrentarse a estos tres cuartetos de cuerda de Henryk Górecki. Aunque lo peor no es eso: lo peor es que el esfuerzo no compensa en absoluto. Y es que, por mucho que se intente, este compositor está muy lejos, no ya de Lutoslawski, sino también del más rutinario de los Penderecki posibles o incluso del efectista, pero efectivo, Kilar, por citar otros maestros polacos con los que a veces se le compara. No, Górecki simplemente tuvo la suerte de convertirse en un fenómeno gracias al inexplicable éxito de su insoportable Tercera Sinfonía, y a partir de ahí todo fue componer unas partituras presuntamente expresivas que llegaban a dar un sentido nuevo al concepto “aburrimiento” al extenderlo 79 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 80 D D I SI CS O C O S S GÓRECKI-HAENDEL hasta límites desconocidos. Y estos tres cuartetos son una buena prueba de ello. Tres composiciones pretenciosas y huecas que se mueven en terreno de nadie, entre disonancias, ecos folclóricos, notas repetidas, diálogos con el pasado y apariciones estelares de melodías tradicionales (la famosa Noche de paz, por ejemplo, se escucha en el final del segundo cuarteto, Quasi una fantasia), todo ello con un abuso de los tiempos lentos que llega a ser agotador. Valga como ejemplo el tercer cuarteto, titulado …songs are sung, que sigue la terrorífica secuencia de Adagio, Largo, Allegro (apenas cinco minutos de un total de 55 que dura la obra), Deciso-espressivo, Largo-tranquillo… Todo a fin de crear una atmósfera estática y pretendidamente trascendente que sólo logra transmitir sopor, pecado capital donde los haya cuando se habla de arte. Encima, en los pocos momentos en que se anima la cosa, como en el Deciso-energico de Quasi una fantasia, es inevitable pensar en una copia literal de Shostakovich… Los intérpretes hacen todo lo posible para insuflar un atisbo de vida a esta música. Se vuelcan en ella con una convicción pasmosa e imprimen una denodada energía a los puntuales pasajes en que ello es posible, todo para intentar sacar algo de expresión a estas notas. Lástima que todo ese trabajo no se vea acompañado por una música que valga la pena. La toma de sonido, eso sí, es espléndida. Juan Carlos Moreno GOUNOD: Réquiem. Misa coral. CHARLOTTE MÜLLER-PERRIER, soprano; VALÉRIE BONNARD, contralto; CHRISTOPHE EINHORN, tenor; CHRISTIAN IMMLER, bajo. ENSEMBLE VOCAL E INTRUMENTAL DE LAUSANNE. Director: MICHEL CORBOZ. MIRARE MIR 129 (Harmonia Mundi). 2010. 63’. DDD. N PN 80 En el caso de Gounod, la celebridad de su Misa de Santa Cecilia —por no hablar de los oropeles de Fausto o Romeo y Julieta— ha conseguido oscurecer la importancia de un legado coral litúrgico de proporciones gigantescas. Desde los mismos inicios compositivos hasta sus últimos días, Gounod consagró Emili Blasco GRACIA Y SABOR GRANADOS: Apariciones. Valses románticos. Serenata Amparo. Capricho español. Escenas poéticas. La góndola. Valses poéticos. Rapsodia aragonesa. EMILI BLASCO, piano. LA MÀ DE GUIDO LMG2100 (Diverdi). 2010. 79’. DDD. N PN Enrique (o Enric) Granados es conocido hoy por unas pocas obras pianísticas —Goyescas y El pelele, Allegro de concierto, Danzas españolas, Valses poéticos y poco más— y las Tonadillas para voz y piano. Sin embargo, detrás de estas contadas obras maestras se parapeta una ingente producción para teclado, casi toda ella en el estilo tardorromántico y amable de la época. Música de salón, de circunstancia en muchas ocasiones, que generalmente apenas logra rebasar lo “agradable” o “bonito”. En cualquier caso, pentagramas buena parte de su talento a la escritura de misas (breves, solemnes, de réquiem) y oratorios, motetes y cánticos, himnos y páginas corales de todos los tamaños. Una extensísima nómina que, según su amigo SaintSaëns, pasaría a la posteridad con más justicia que su brillante música para la escena. La pareja de obras registradas aquí por Corboz ilustra a la perfección lo bueno y lo menos bueno del catálogo religioso del autor de Mireille. Así, la Misa coral en sol menor de 1888 exhibe un estilo arcaizante e impersonal (casi anónimo), reflejo del ideal del compositor —director del Orfeón de París desde 1852 y director general de la enseñanza de canto en las escuelas comunales de la capital— en favor de una música sencilla, comprensible y sin especiales dificultades de ejecución para coros de aficionados. Por el contrario, el Réquiem en do mayor, obra final compuesta entre 1889 y 1891 y retocada pocos días antes de morir, constituye una de sus obras más perfectas y personales. El prematuro fallecimiento de su nieto Maurice inspira a Gounod una música conmovedora en la que los ecos palestrinianos de la pieza anterior se abandonan por una escritura de densos cromatismos (Fauquet subraya la influencia de Liszt en el Pie Jesu) que apuesta por una que conviene conocer para tener una idea cabal y completa de quien sin duda es uno de los compositores españoles más inspirados e interesantes de su convulsionado tiempo. Catalán como Granados, Emili Blasco (Barcelona, 1971) se adentra con soltura en algunas de estas obras “menos conocidas”. Lo hace con generosidad, encanto y sabor; con ese “candor, intensidad, impulso y elegancia” que él mismo reconoce admirar en estos pentagramas “que me cautivaron desde joven”. Hay sabor, gracia y ambiente en un pianismo que sirve con generosidad las diversas piezas y colecciones que integran el álbum. Emili Blasco acierta de pleno al no intentar hacer grandilocuente o grande lo que ha nacido leve y liviano. La huella lírica de Grieg, del Liszt menos aparatoso, del admirado Albéniz —del Albévisión de la misa de difuntos consoladora y recogida, ajena a cualquier efecto teatral. En perfecta sintonía, por tanto, con el Réquiem estrictamente contemporáneo de Gabriel Fauré. Gounod murió sin llegar a escuchar su obra y sería precisamente Fauré quien la dirigiera, con Verdi como testigo, en el concierto de homenaje celebrado en la Madeleine, en octubre de 1894, al cumplirse un año de la muerte de su autor. El suizo Michel Corboz siempre se ha sentido a gusto en este repertorio (recuérdese su excelente Mendelssohn sinfónico-coral para Erato, hace más de treinta años). Sus lecturas son, en ambas obras, modélicas y la versión alternativa empleada en el Réquiem — encomendada por Gounod a Büsser y que sustituye la orquesta por un quinteto de cuerdas, arpa y órgano— no hace sino subrayar el intimismo de esta hermosa partitura. Juan Manuel Viana GRANADOS: Quinteto en sol menor (dos versiones). Trío en do mayor. ALBÉNIZ-GRANADOS: Azulejos. JEAN-BERNARD POMMIER, piano. SOLISTAS DE LA ORQUESTA DE CADAQUÉS. TRITÓ TD0076 (Gaudisc). 2009-2010. 61’. DDD. N PN niz salonnier—, la devoción wagneriana —entrañable el guiño a Los maestros cantores en Eva y Walter, segunda página de Escenas poéticas—, o el poso nacionalista —como en la brillante Rapsodia aragonesa— marcan recaladas a lo largo de los casi ochenta minutos de este CD generoso, que se escucha con placer y franca admiración hacia el intérprete y hacia el músico interpretado. Justo Romero Ya conocíamos el Quinteto en sol menor gracias a la versión del Cuarteto Glinka y el pianista Mac McClure que apareció en 2001 en Columna Música como parte de un CD importante e incluso diríamos que imprescindible para todo aquel que esté seriamente interesado en la música catalana, española o sencillamente universal. Aquella grabación realmente histórica se realizó a partir de los manuscritos originales pero todavía hay más en torno a esta composición, y ese “más” es lo que presentamos hoy: nada menos que dos versiones de esa misma obra que permiten apreciar el perfeccionismo de Granados, siempre dispuesto a revisar su música. Cada versión tiene un nombre y así tenemos “la de Madrid” y “la de Barcelona”. Son iguales pero distintas al mismo tiempo y la comparación entre una y otra resulta sumamente estimulante. Lo que sí apreciamos en ambas, como siempre en Granados, es ese lirismo de altos vuelos que también encontramos en el no menos interesante Trío en do mayor, composición ésta que Granados consideraba su mejor obra. En ella, tan romántica como el quinteto ya citado, resuenan ecos perceptibles de Fauré en cuanto al len- 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 81 D D I SI CS O C O S S GÓRECKI-HAENDEL guaje y del característico sello cíclico de Franck en lo que a forma se refiere, pero como siempre en el compositor catalán se trata de un ejemplo de su personal voz. Podemos escuchar en este CD magníficamente interpretado de principio a fin una obra para piano solo de Albéniz, Azulejos, que Granados terminó y que ahora se graba por primera vez, dado que para su interpretación se han empleado “materiales recientemente descubiertos de esta obra”. Recomendable sin duda. Josep Pascual GRAINGER: The Grainger Edition. Varios. 19 CD CHANDOS CHAN 10638 (19) (Harmonia Mundi). 1992-2022. 1299’. DDD. R PE Le echa valor Harmonia Mundi importando esta caja que recoge todos los discos — diecinueve— de la serie dedicada por Chandos a la obra de Percy Grainger (1882-1961). Grainger fue un gran pianista, un compositor de enorme facilidad para el arreglo de la música popular, autor igualmente de a veces inverosímiles transcripciones para piano de obras de autores clásicos y de quien, la verdad, es poco lo que ha pasado al repertorio aunque sí sea un autor de buena reputación en las Islas Británicas o en Australia, su tierra natal. Fue un personaje excéntrico, muy cercano a Edvard Grieg, amigo de Roger Quilter, se casó en el escenario del Hollywood Bowl con su novia sueca, Ella Viola Strom, antes del estreno de su cantata A una princesa nórdica y ante veinte mil espectadores y grabó —con la Sonata nº 2 de Chopin— el primer disco eléctrico de la casa Columbia, en 1928. Coqueteó con ideas poco recomendables, su madre se suicidó por una extraña depresión y él no paró de tocar el piano casi nunca. Partidario de lo que llamaba “Free Music”, Grainger es un compositor directo, cercano, sensible, que conoce muy bien dónde está lo que atrae al oyente sin complejos ni especiales necesidades estéticas. Su música orquestal, la de cámara, la coral, son ejemplos de excelente artesanía compositora. Decirle a alguien que se anime a escuchar estos diez discos quizá sea demasiado. Un amante de la música británica y aledaños Mark Fitz-Gerald REPARACIÓN HISTÓRICA E. HALFFTER: Carmen. SINFÓNICA DE LA RADIO DE FRÁNCFORT. Director: MARK FITZ-GERALD. NAXOS 8.572260 (Ferysa). 2011. 67’. DDD. N PE Por fin llegó el rescate. Ochenta y cinco años han tenido que volar para que, ante la pachorra institucional de este país, un británico y una orquesta alemana hayan venido a enmendarnos la plana exhumando la estupenda música que Ernesto Halffter compuso a sus veintiún primaveras para esa enésima Carmen cinematográfica dirigida en 1926 por Jacques Feyder. Es más: a falta de oscuros legajos que lo desmientan, esta reconstrucción crítica del animoso Mark Fitz-Gerald (aplaudimos aquí sus industrias a mayor gloria del catálogo fílmico de Shostakovich) es la primera y será posiblemente la definitiva, pues contiene toda la música escrita para la película, incluidas aquellas páginas que por unas u otras contingencias no llegaron a pasar por los cincuenta atriles de la orquesta el día del estreno en el Théâtre Marivaux y que sólo gracias al denuedo del director (aupado sobre los hombros de François Porcile, músico en punta de la restauración del film efectuada en 2001) han podido ser debidamente debe conocer a Grainger, y no sólo The Warriors, que es su obra mayor y más ambiciosa, sino también el resto, suma de miniaturas excelentemente hechas, canciones breves, viñetas y postales sonoras de sus viajes por el mundo. Con tranquilidad y buen ánimo, la diversión está asegurada. Además, las versiones que sirven a Grainger en esta aventura son inmejorables, con el desaparecido Richard Hickox como maestro de obras. Claire Vaquero Williams HAENDEL: Jephtha HWV 70. JAMES GILCHRIST, tenor; MONA JULSRUD, ELISABETH RAPP, sopranos; ELISABETH JANSSON, MARIANNE KIELLAND, mezzosopranos; HAVARD STENSVOLD, barítono. COLLEGIUM VOCALE DE GANTE. SINFÓNICA DE STAVANGER. Director: FABIO BIONDI. 2 CD BIS 1864 (Diverdi). 2008. 159’. DDD. N PN reconstruidas, reorquestadas y paginadas. El encargo de Carmen le pilla a Halffter estudiando con Ravel en París después de haber sido tutelado por Falla. No será la única contribución del compositor madrileño al cinematógrafo —aunque tendrán que pasar casi veinte años para que Halffter regrese al cine de la mano de Rafael Gil y José Luis Sáenz de Heredia—, pero sí su única colaboración con Feyder. La música, previsiblemente coloreada con castañuelas, tonadas andaluzas y aires de habanera, no es tan pintoresquista como cabría imaginar: a fin de cuentas la película de Feyder se basa en la novela de Merimée y no en el libreto de la ópera bizetiana, y por ello, las más de las veces, la música se despega del toro y la peineta para pulsar las trapazas de la gitana y el fatalismo de la historia con unas maderas umbrías y unos tiznes cromáticos de veladura impresionista (dirección parecida, por cierto, a la que tomará José Nieto en la versión de Vicente Aranda). Es la Carmen de Halffter una obra dramática de primera, muy del gusto de la Generación del 27 y del todo parangonable a las grandes partituras cinematográficas de los 20 como Metrópolis de Huppertz o La nueva Babilonia de Shostakovich. El disco, como El ultimo oratorio de Haendel, escrito en 1751 y ya con la agudeza visual del compositor en las últimas, tiene todos los ingredientes para justificar su popularidad en el repertorio del género: música bellísima, ocasión para el lucimiento de cantantes (muy especialmente del tenor protagonista), hermosos y brillantes coros y vibrante curso dramático, aspectos todos ellos que el de Halle dominaba con singular maestría, y más a esas alturas de su carrera. No es pues de extrañar que la discografía haya sido generosa con esta hermosa obra, y que a estas alturas el aficionado disfrute de opciones de altísimo nivel, como las dirigidas por Harnoncourt (Teldec) o Gardiner (Philips). La del británico, registrada en vivo en el Festival Haendel de Göttingen de 1988 es la opción más es costumbre en la colección Film Music Classics, incorpora unas impecables notas al programa que aquí se reparten musicólogos y especialistas en cine de la talla de Phil Powrie, Graham Wade, Peter Bromley o el propio Fitz-Gerald y que hasta incluyen una pequeña entrevista de la época con el compositor. Resta sólo destocarse ante este compacto de pata negra, excepcional desde la cubierta hasta su último bit. A ver si aprendemos de nuestros colegas europeos y nos ponemos a ello en serio de una vez por todas: ¿para cuándo la música cinematográfica de los otros Halffter, la de De Pablo, la de García Abril, la de Montsalvatge o la de Bernaola? ¿Cuánto esperaremos para ventilar ese Salon des refusés en que se ha convertido la música de cine española? Vergüenza debería darnos. David Rodríguez Cerdán celebrada de las existentes, y ahora el sello nórdico BIS nos brinda la oportunidad de disfrutar de esta versión debida a Fabio Biondi, al frente de la para mí desconocida Sinfónica de Stavanger (Noruega), formación de instrumentos modernos en la que el de Palermo se encarga de la titularidad en lo relacionado con el repertorio barroco y clásico. La grabación procede en esencia de un concierto público, pero hubo hasta cuatro sesiones adicionales de grabación, lo que me hace pensar que la toma del vivo no fue todo lo buena que los intérpretes y productores deseaban y esperaban. De hecho, la Sinfónica de Stavanger parece una formación aseada sin más, y la toma algo distanciada de la orquesta deja una impresión algo gris de la contribución de ésta. Biondi se produce con la solidez de criterio y estilo que le caracteriza, y su versión es generosa en la vibración dramática, contrastes y matices de gran intensidad emotiva. 81 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 82 D D I SI CS O C O S S HAENDEL-LEO El que para mí es uno de los momentos cumbre de la obra, el recitativo Deeper and deeper still del protagonista, y el coro que le sigue (How dark, O Lord, are Thy decrees), está admirablemente dirigido e impecablemente cantado tanto por Gilchrist como por el Collegium Vocale de Gante. Al italiano, sin embargo, quizá le falta algo de la chispa e incisividad de Gardiner en algunos momentos (el coro final de la primera escena del acto III suena blando), y sobre todo le falla algo la homogeneidad del elenco, porque la diferencia entre el estupendo Gilchrist y los discretos escandinavos que completan el resto del elenco, especialmente Julsrud, Jansson y Stensvold, es demasiado notoria. El balance general es correcto, pero, para el que suscribe, el álbum que se comenta queda claramente por detrás de Gardiner y Harnoncourt como primeras opciones para esta hermosa obra. Rafael Ortega Basagoiti HAYDN: Cuartetos de cuerda op. 54. CUARTETO PÁRKÁNYI. PRAGA PRD/DSD 250272 (Harmonia Mundi). 2010. 67’. SACD. N PN 82 A l parecer escrito este Op. 54, como el Op. 55, para Johann Tost, en sus tres cuartetos se sublima la forma clásica para esta célula instrumental, alcanzándose en el Cuarteto en do mayor op. 54, nº 2 Hob. III: 58, una de las cimas en toda la producción cuartetística de Haydn. Impecablemente servidos en esta ocasión por claridad de voces y trabajo cohesionado entre los ejecutantes, y muy bien grabados, se nos quedan un tanto encorsetados, y esa alegre espontaneidad que se consigue a través de un trabajo bien hecho, esa desenfadada fluidez que pedimos salvo en los tiempos lentos, queda algo ausente. Firmeza indudable en la ejecución, comprensión del estilo como se da en ese inusual Allegretto del Cuarteto en sol mayor op. 54, nº 1, que derrocha solidez en esta interpretación que nos ocupa, como en el citado en do mayor, expuesto, sigo diciendo, de un modo que se antoja más adecuado para Beethoven que para Haydn. Un Haydn denso, hondo y de voz trascendente, que llega a adquirir matices sobrecogedores en el Adagio del segundo cuarteto. Con el tercer cuarteto se completa un disco muy bien tocado, pero cuya ejecución podría ser, en conjunto, algo más elástica y sugerente, aunque se alcancen episodios dignos de recordar. José Antonio García y García HINDEMITH: Konzertmusik op. 48. Der Schwanendreher. Trauermusik. Kammermusik nº 5. LAWRENCE POWER, viola. SINFÓNICA DE LA BBC ESCOCESA. Director: DAVID ATHERTON. HYPERION CDA67774 (Harmonia Mundi). 2010. 73’. DDD. N PN P aul Hindemith siempre presumió de hacer una música antirromántica y todo lo que eso conlleva en referencia a conceptos como subjetivismo, emociones, poesía… Y no sólo eso, sino que reivindicaba el valor del músico artesano por encima del músico artista. Para él, el modelo a seguir era el establecido por los creadores del barroco, gente que conocía su oficio, lo amaba y hacía una música utilitaria en el buen sentido de la palabra. Y, sin embargo, Hindemith es también un músico con muchas caras sorprendentes. Y dos de ellas las podemos escuchar en este disco, tercer volumen de la integral de las obras para viola y orquesta que está grabando Lawrence Power y que desde ya hay que considerar como una referencia necesaria. Los Hindemith que encontramos aquí son el histrión provocador de la década de 1920 y el artesano de escondida vena sensible. El primero es el de la Konzertmusik op. 48 (1930) y el de la Kammermusik nº 5 op. 36, nº 4 (1927), dos partituras que ya siguen los patrones de ese neobarroco motórico y afilado tan caro al compositor, pero aderezado con un sentido del humor chocante y grotesco que se ve acentuado por el contraste entre la viola solista y un conjunto de vientos reforzado, como únicas cuerdas, por violonchelos y contrabajos. Y luego tenemos al Hindemith atraído por las antiguas canciones populares alemanas del concierto Der Schwanendreher (1935), tratadas con un amor y una sensibilidad que dejan entender mucho de añoranza hacia unas épocas muy atrás en el tiempo, y al Hindemith de la Trauermusik (1936), obra que podía haber sido un mero encargo de cir- cunstancias (fue escrita en seis horas en memoria del rey británico Jorge V), pero que trasciende por su tono íntimo y su expresividad elocuente. Todas esas caras del compositor alemán podemos encontrarlas en este disco. Por la convicción con la que se enfrenta a estos pentagramas, la limpieza de su sonido y la frescura y vitalidad de su interpretación, Power vuelve a brillar aquí como ya hiciera en los anteriores volúmenes de esta integral. Y David Atherton no le va ni mucho menos a la zaga… Un disco excelente. Juan Carlos Moreno JANÁCEK: mas”. No es posible destacar ningún momento superior a otro: ese arranque, el dramático Adagio del Cuarteto “Sonata a Kreutzer”, y su cierre, un Con moto vibrante. O las dos lecturas del bellísimo Adagio de Cartas íntimas, tanto con viola d’amore como con la viola habitual. Es de esos discos que dejan huella, que no se pueden oír distraídamente, porque apelan a algo profundo en cualquiera de nosotros. De nuevo, en fin, una referencia de estas obras insuperables del repertorio para cuarteto. Que lo único que reclaman es formaciones como ésta, como el Cuarteto Mandelring, integrado por músicos espléndidos. Santiago Martín Bermúdez Cuartetos de cuerda nºs 1 y 2 (dos versiones: viola y viola d’amore). CUARTETO MANDELRING. JOHNSTON: AUDITE 92.545 (Diverdi). 2009. 67’. SACD. N PN Cuartetos de cuerda nºs 1, 5 y 10. CUARTETO KEPLER. C ontinúa la insistencia de las formaciones para cuarteto en estas dos obras maestras de Janácek. Obras del final de su vida, autobiográficas si se quiere, tienen en cualquier caso mucha referencia extramusical. Lo que no impide que sean música pura, de una fuerza y una altura artística que las coloca entre lo más destacado del repertorio. Como sabemos, tardaron en hacerse un hueco ahí, pero hoy día las recrea cualquier cuarteto que se precie. No siempre con el nivel, con la honda introspección del Cuarteto Mandelring, compuesto por cuatro magníficos músicos alemanes. En este disco, sin embargo, hay una novedad, aunque no absoluta: también se nos ofrece una lectura del Segundo Cuarteto, “Cartas íntimas”, en la versión con viola d’amore, instrumento de especial intensidad en su resonancia. No vamos a repetir la historia del amor del viejo Janácek por Kamila Stöslová, por favor, pero de ese amor viene que la viola fuera en determinado momento una viola d’amore, instrumento que floreció en el Barroco. Porque esas cartas son cartas de o para Kamila. Roland Glassi le cede el puesto en esta ocasión a Gunter Teuffel, que es autor de la respetuosa reconstrucción de esta alternativa; Teuffel se explica ampliamente en las notas del disco. El resultado general de este triple registro es de una riqueza musical irresistible, con momentos de belleza tensa “hasta las lágri- NEW WORLD 80693-2 (Diverdi). 2011. 51’. DDD. N PN P rosigue el Cuarteto Kepler la grabación de la integral de cuartetos de cuerda del norteamericano Ben Johnston. En esta ocasión se recogen los nºs 5 y 10 de la serie, que permiten seguir el rastro sonoro del quehacer de este autor nacido en 1926. Como otros compositores de su edad, se vio marcado en los años 50 por el serialismo, técnica que, al ser refrendada por el mismísimo Stravinski en EEUU, ofreció una vía a los norteamericanos de la época. El primer cuarteto Nine Variations es una muestra de ello. Aconsejado por John Cage, después aprendiz en el taller de instrumentos californiano de Harry Partch en el que se familiarizó con las técnicas de afinación justa, alumno también de Darius Milhaud, Johnston ha conseguido a lo largo de su carrera destilar una voz propia en la que integra citas de melodías populares, formas tradicionales, jazz e incluso rock. Atraído por la idea de “humanizar” su música, plantea el Cuarteto nº 5 en un movimiento con variaciones sobre la melodía Lonesome Valley, sometida a diferentes afinaciones, como si —en palabras del autor— se tratara de una meditación sobre sus diversos significados emocionales. De 1995 data el Décimo Cuarteto, en el que cobra una especial importancia el pasado, la tradición de música culta pasada por el tenso filtro expresivo de Johnston. Concebida en cua- 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 83 D D I SI CS O C O S S HAENDEL-LEO tro movimientos, la obra se convierte en un espejo deformado de lo que ha sido la historia sonora occidental. La forma sonata del primer movimiento se ve sacudida por la microtonalidad y la polirritmia, los procedimientos de fuga del segundo por una personal experimentación tonal, el Scherzo y el Trío por la densidad rítmica alla Nancarrow, mientras que el último movimiento, Finale, es una suerte de “ensayo sobre la Historia, época por época” —Johnston dixit— incluyendo una canción tradicional irlandesa. Experimentación norteamericana por los cuatro costados, digna de ser más conocida en Europa. María Santacecilia KARLOWICZ: Serenata op. 2. Concierto para violín op. 8. ILYA KALER, violín. FILARMÓNICA DE VARSOVIA. Director: ANTONI WIT. NAXOS 8.572274 (Ferysa). 2008-2009. 52’. DDD. N PE No hace m u c h o comentábamos en estas mismas páginas dos discos de Naxos con los seis poemas sinfónicos del malogrado Mieczyslaw Karlowicz (1876-1909) en la excelente traducción brindada por Antoni Wit. Pues bien, discográfica y batuta reinciden con una nueva entrega dedicada a este compositor, de modo que entre esto y lo aportado por la polaca Dux podemos disponer hoy de prácticamente toda su producción en versiones irreprochables. En lo que se refiere a este trabajo, su interés se concentra sobre todo en el Concierto para violín en la mayor op. 8, una página escrita en 1902 y en la que el joven maestro da cuenta de una personalidad musical muy influida por los modelos románticos, en especial por Chaikovski en su tono elegíaco y soñador, mientras que en el plano formal se esfuerza por fundir en una secuencia continua los tres movimientos clásicos. La escritura para el solista es agradecida, pero es la riqueza y calidez de sus temas la que acaba atrapando la escucha con la complicidad de un entregado Ilya Kaler. En comparación al concierto, la Serenata para cuerdas (1897) no deja de ser lo que es, un trabajo escolar al estilo de otras obras de este tipo debidas al mismo Chaikovski o a Dvorák, a las que remite incluso en la sonoridad. Bonita, sí, pero deja poco poso y acaba resultando monótona y previsible a pesar de los esfuerzos de Wit, tan lúcido en este disco como en su versión de los poemas sinfónicos, estos sí obras mayores a considerar y reivindicar. En todo caso, bienvenido sea este disco para seguir descubriendo a un músico cuya carrera quedó trágicamente truncada en 1909 por un accidente en los montes Tatra. Juan Carlos Moreno KORNGOLD: Sinfonía en fa sostenido op. 40. Mucho ruido y pocas nueces op. 11. FILARMÓNICA DE ESTRASBURGO. Director: MARC ALBRECHT. PENTATONE PTC 5186 373 (Diverdi). 2010. 68’. SACD. N PN Ya es estimable el número de registros de la Sinfonía op. 40 de Korngold, compuesta a principios de los años cincuenta y en la que introdujo algunos temas de las partituras compuestas por él para el cine. No vamos a insistir en lo importante que fue Korngold para la música de Hollywood. Lo cierto es que esta repetida presencia de su Sinfonía en los atriles y en el sonido grabado (pensemos en la espléndida grabación de Pedro Halffter al frente de la Filarmónica de Gran Canaria, Warner Music) indica que su recuperación es ya un hecho. Un hecho feliz, desde luego. Es una sinfonía de corte tardorromántico, que sin embargo se nota que no es de finales del XIX. Es obra de plena madurez, que aquí se acopla con una secuencia juvenil, la música incidental para Mucho ruido y pocas nueces. Siempre nos sorprenderá, aunque lo sepamos, que el compositor de esas piezas para la obra de Shakespeare sea un joven de veintiún años. Es evidente que su estilo ya está hecho, y hay que hacer notar que ya ha estrenado dos óperas breves, Violanta y El anillo de Polícrates, y que ya trabaja en su obra maestra para el teatro lírico, La ciudad muerta. Su experiencia en el teatro y en el cine matiza y enriquece este estilo, aunque ya “esté hecho”. Este disco permite ver esos matices. El director alemán Marc Albrecht parece dispuesto en Estrasburgo a hacer frente a un repertorio muy siglo XX, aunque no precisamente extra- ño: Richard Strauss, Berg, Ravel, Koechlin y otros. Hacer esta sinfonía de Korngold tiene sus riesgos, porque es una obra amplia, ambiciosa, exigente, de más de cincuenta minutos de duración. Albrecht consigue un equilibrio excelente entre lo dramático, lo lírico y lo espectacular, tres marcas de fábrica de nuestro compositor, y no desdeñemos la tercera. El vigor se combina con un riguroso sentido de la medida. Para, a continuación, proponer una secuencia más relajada con las cinco piezas elegidas por Korngold para la suite de Mucho ruido y pocas nueces. Un disco rico en electricidad sinfónica y en sugerencias de comedia, como piden los pentagramas de estas dos obras. Santiago Martín Bermúdez LANG: Die Sterne des Hungers. Monadologie VII. SABINE LUTZENBERGER, mezzosoprano. KLANGFORUM WIEN. Director: SYLVAIN CAMBRELING. KAIROS 0013092KAI (Diverdi). 2009. 74’. DDD. N PN que se repiten, puede ser igual al principio que al final de la obra. Es una forma de variación del minimalismo, pero trufado aquí con componentes más cultistas, aunque a la larga sólo se mueven en un ambiente de gran pesantez sonora. Llama la atención, en el recurso hacia timbres extraños al instrumental normal en este tipo de piezas compuestas para ensembles, que Lang enlaza aquí y en la otra pieza, Monadologie, con texturas muy parecidas del ciclo La rosa de los vientos, de Kagel, y su tono de folclore imaginario. Siendo en general un disco de calidad muy discreta, la obra de inicio, Der Sterne des Hungers aún se sostiene por el buen hermanamiento que hace Lang entre las partes vocales y el instrumental, siempre tan parco en cambios, muy uniforme. La voz se inserta muy bien en ese tejido, incluso se percibe un aliento poético, expresivo que parecía raro en el Lang anterior, justamente lo que se echa en falta en la pieza final, Monadologie, pobre reflexión sobre la Sinfonía de cámara, op. 38, de Schoenberg. Francisco Ramos K airos sigue insistiendo en dar a conocer la obra del austríaco Bernhard Lang (n 1957), precisamente cuando el interés de sus propuestas ha decaído de forma alarmante. Lo que podía provocar la sorpresa hace unos años, al tratar el material instrumental como una banda de jazz e improvisación, con un uso muy particular de los timbres, derivados sobre todo hacia el metal y las percusiones, ahora se halla en un momento de estancamiento, un auténtico callejón sin salida. El lenguaje que Lang inaugurara en Differenz/Wiederholung, en torno a la repetición y a la diferencia, con bloques de secuencias monolíticas en donde el discurso aparecía muy liberado de corsé estético alguno, en esta nueva entrega se encuentra sin inspiración, teniendo que echar mano, incluso, de textos ajenos y de músicas pretéritas para darle al discurso un nuevo sentido. Es a los poemas de Christine Levant a los que recurre Lang en la primera y más extensa de las piezas, de 2007, además de contar con el antiguo tema de Machaut “Ma fin est mon commencement” como núcleo de la composición. Con él pretende Lang dejar clara su apuesta por una música que, a base de bucles LEO: L’Alidoro. MARIA GRAZIA SCHIAVO (Faustina), MARIA ERCOLANO (Luigi, Alidoro), VALENTINA VARRIALE (Zeza), FRANCESCA RUSSO ERMOLLI, (Elisa), GIUSEPPE DI VITTORIO (Don Marcello), FILIPPO MORACE (Giangrazio), GIANPIERO RUGGERI (Meo), NINO BRUNO (Cicco). ORCHESTRA BAROCCA CAPELLA DELLA PIETÀ DE’ TURCHINI. Director: ANTONIO FLORIO. 2 CD DYNAMIC (Diverdi). 2008. 158’. DDD. N PN L eonardo Leo (16941744) pertenece a la generación de compositores que, con Pergolesi como nombre más conocido, hizo de Nápoles uno de los principales centro musicales europeos, muy probablemente el primero en el género operístico. Genarantonio Federico, libretista por cierto de La serva padrona, le preparó en 1740 un libreto, L’Alidoro, sobre un convencional equívoco acerca de la personalidad del protagonista, finalmente resuelto mediante el inverosímil recurso a un lunar en su piel descubierto a través de un roto en la camisa. Siempre amable, la música responde a las diferentes clases sociales, noble y plebeya, que ya encuentran en el propio lenguaje que emplean: culto tos- 83 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 84 D D I SI CS O C O S S LEO-MOZART cano y vulgar napolitano, respectivamente. Por desgracia, el libreto no se facilita en ningún idioma por medio alguno, de manera que el argumento se ha de seguir literalmente “de oídas”. La única alternativa es el DVD simultáneamente grabado en Reggio Emilia el mes de febrero de 2008, donde y cuando Antonio Florio y su equipo realizaron la primera representación de la obra en tiempos modernos. De hecho, lo que se recomienda es la adquisición del registro videográfico, pues el discográfico deja una constante sensación de frustración por más de un motivo: por un lado, sólo se llega a adivinar una diversión nunca consumada sólo con la escucha; por otro, los ruidos de los movimientos perturban ésta de un modo que ante la pantalla del televisor resulta mucho más tolerable; en tercer lugar, las tomas parecen mucho más favorables a la orquesta que a unos cantantes a los que el movimiento escénico seguramente deja muchas veces “en sombra”. Alfredo Brotons Muñoz LULLY: Bellérophon. CYRIL AUVITY (Bellérophon, un pastor), CÉLINE SCHEEN (Philonoe, Napée, una Musa), INGRID PERRUCHE (Sténobée, Amazona), JENNIFER BORGHI (Argie, Pallas, 2ª Amazona, Dríade, una Musa), EVGENI ALEXIEV (Jobate, Pan), JEAN TEITGEN (Amisodar, Apolo, Dios de los bosques, Sacrificador), ROBERT GETCHEL (La Pitia, Baco). CORO DE CÁMARA DE NAMUR. LES TALENS LYRIQUES. Director: CHRISTOPHE ROUSSET. 2 CD APARTÉ AP015 (Harmonia Mundi). 2010. 134’. DDD. N PN 84 E strenada el 31 de enero de 1679, Bellérophon fue una de las dos tragedias líricas (la otra fue Psyché) escritas por Lully durante el período de dos años en que su libretista habitual, Jean-Philippe Quinault, fue apartado del primer plano de la escena francesa, pues había caído en desgracia en la corte versallesca. En ambos casos, el compositor se asoció con Thomas Corneille para esta obra que sigue al pie de la letra las convenciones del género: un prólogo en el que se cantan las glorias del Rey Sol y cinco actos sobre un tema mitológico que musicalmente se desarrolla en un fluido permanente entre declamación y lirismo, con abundante participación del Berthold Goldschmidt IMPAGABLE MAHLER: Sinfonía nº 10. ORQUESTA PHILHARMONIA. SINFÓNICA DE LONDRES. Director: BERTHOLD GOLDSCHMIDT. 3 CD TESTAMENT SBT3 1457 (Diverdi). 1960, 1964. 175’. ADD/Mono. N PN E n colaboración con la BBC, Testament nos ofrece un apasionante álbum que contribuye a documentar para los aficionados la historia de la versión “interpretable” de la Décima de Mahler preparada por el musicólogo británico Deryck Cooke. La peripecia es conocida, por lo que no vamos a repetirla en estas líneas que quieren simplemente insistir en el extraordinario valor histórico de este testimonio. La entrega comprende tres discos. En el primero se recoge la charla en la que Deryck Cooke explicaba en el Tercer Programa de la BBC —con ejemplos sonoros pianísticos y orquestales— sus criterios a la hora de completar los manuscritos dejados por Mahler, quien, como es sabido, sólo había terminado del todo el primer movimiento. Esa conferencia fue previa a la interpretación que Berthold Goldsmichdt y la Philharmonia hicieran, el 19 de diciembre de 1960, de la primera versión de coro, divertissements para las danzas y ocasiones sobradas para el lucimiento de espectaculares maquinarias escénicas. Bellérophon era una de las óperas lullystas que quedaba por rescatar en época moderna, y de ello se ha encargado Christophe Rousset en este álbum en el que ofrece una buena lección de estilo al frente de un elenco amplio (inevitable en estas óperas francesas) del que destaca el cada vez más consolidado por la claridad y elegancia de su fraseo Cyril Auvity, haute-contre de fino lirismo y notable homogeneidad de sus agudos falseteados con el resto del registro. Sorprendente resulta el color oscuro de la voz del barítono Evgeni Alexiev, algo engolada en los graves. Un poco trasera suena también la voz del bajo Jean Teitgen. En su breve cometido, el tenor Robert Getchell muestra notable brillantez y un fraseo noble y elegante, en especial en su papel de Baco del Prólogo. Muy homogéneas las la postrera sinfonía mahleriana, en la que el propio director también había trabajado y cuyos fragmentos más significativos fueron introducidos brevísimamente por Cooke, y que se nos da en el segundo disco. El tercero ofrece ya la interpretación —Sinfónica de Londres dirigida por Goldschmidt— de la versión “ejecutable” de Cooke, que presenta algunas variaciones y partes mejor completadas respecto de la primera como fruto de los trabajos subsiguientes del editor, quien contaba ya con la plena aquiescencia de Alma Mahler, a quien algunos amigos —Bruno Walter, al parecer, entre ellos— le habían calentado la cabeza respecto a la versión inicial. Años después, en los Proms de 1972, llegaría el último eslabón de la cadena con el estreno de una versión aún más afinada en la que colaboraron con Cooke los hermanos Colin y David Matthews. Dicha versión sería grabada por la New Philharmonia dirigida por Wyn Morris (Philips). A partir de la versión de 1965 aparecieron abundantes registros discográficos de la obra completa que mostraron la grandeza y la verdad que había tras el trabajo de Deryck Cooke. Un trabajo que no ha tres voces femeninas, más grave la de Borghi, de exquisita corrección en el sentido de la prosodia, esencial en esta música. Magnífico en su empaste y en sus gradaciones dinámicas el Coro de Cámara de Namur y respuesta de altura, impecable, conforme al reto, de Les Talens Lyriques. Interesante rescate. Pablo J. Vayón MALIPIERO: Tre commedie goldoniana. Stradivario for orchestra. La Cimarosiana. Gabrieliana. TAMAS MAJOR, violín. ORQUESTA DE LA SUIZA ITALIANA. Director: CHRISTIAN BENDA. NAXOS 8.570883 (Ferysa). 1997. 58’. DDD. N PN D otada del personal estilo que le infiere su autor y fuert e m e n t e atractiva, la sido eclipsado por el de otros editores anteriores, paralelos o posteriores de los rasgos, los rastros y los restos de la Décima de Mahler. Respecto de la versión de 1964 interpretada por Goldschmidt —qué gran personaje— hay que decir que rebosa emoción —el motivo de la flauta en el Finale, con un tempo tan extremo como el límite a que parece querer llevar al oyente— y que está tan bien que resiste la comparación —el sonido es mono pero muy claro y la sensación de descubrimiento que parece flotar en el ambiente es total— con muchas de las mejores traducciones de la obra que luego fueron haciendo fortuna. Pero hablar aquí de referencias es una frivolidad. Esto es otra historia justamente porque es Historia. Claire Vaquero Williams música de Gian Francesco Malipiero (Venecia, 1882-Treviso, 1973) no viene siendo difundida en la medida que merece. De carácter antirromántico y esencialmente vocalístico (contra el estilo de la ópera verista), incluso en el tratamiento instrumental, obtiene sus bases del canto gregoriano y de la monodia italiana del Quinientos, sin dejar de ser sensible a las grandes innovaciones formales y expresivas del siglo XX. Libertad rítmica y estructural, articulación en episodios, ausencia casi completa de desarrollos temáticos, fluir rapsódico del discurso son características suyas. El 24 de marzo de 1926, en Darmstadt, Malipiero estrenaba Tre commedie goldoniane (La bottega del caffè, Sior Todero Brontolon, Le baruffe chiozzotte), ambientadas en la Venecia del siglo XVIII, trabajo en el que quiso experimentar los principios de un “teatro a pannelli”, fundado en la sucesión de arie que constituyen de por sí una escena de la ópe- 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 85 D D I SI CS O C O S S LEO-MOZART ra. En correspondencia, redujo los libretos de las tres comedias goldonianas “al mínimo, para evitar inútiles y antimusicales recitativos”, concentrando la expresión lírico-musical en la viva definición del personaje, no en sentido realista sino como “impresiones de lo verdadero”. Este CD recoge fragmentos sinfónicos de esas Tre commedie goldoniane, creación de 1925, en versión vitalista y luminosa de la Orquesta de la Suiza Italiana bajo la firme batuta de Christian Benda. Otra faceta que distinguió al compositor veneciano fue su querencia por las centurias pasados. Aquí lo demuestra con dos composiciones en las que transmite el espíritu y lo sonidos de los siglos XVI y XVIII a través de la instrumentación, el timbre y el color del siglo XX: Gabrieliana, de 1971, y Cimarosiana, de 1921. Necesidad de una invención viva y siempre renovada, sin réplicas ni regresos, fue un principio aplicado por Malipiero a su música. José Guerrero Martín MARKEVICH: Obras completas para orquesta, vol. 6: La taille de l’homme. LUCY SHELTON, soprano. CUERDAS DE LA FILARMÓNICA DE ARNHEM. Director: CHRISTOPHER LYNDON-GEE. NAXOS 8.572156 (Ferysa). 1997. 56’. DDD. R PE U na obra como ésta, La taille de l’homme, de 1939, es la pieza magistral de un joven de 26 años. Que, como ya sabemos por reseñas de otras entregas de esta muy interesante serie dedicada a Markevich, dejará de componer en un momento dado, porque lo que otros componen y han compuesto está mejor que lo suyo, según él. Y acabará convirtiéndose en el grandísimo director que sabemos, una de las grandes batutas del siglo que pasó. El amplio preludio indica que este joven músico conoce bien ciertas tendencias de la época: las que vienen de París, más que las de Viena. El todo da una curiosa impresión: es como si el adulto Stravinski, el aplaudido Stravinski se presentara al Premio de Roma y compusiera una cantata. Como si hiciera méritos para agradar a aquellos rancios jueces, y al mismo tiempo los desafiara con modernidades disfrazadas de clasicismo (¿acaso no es eso el Neoclasicismo musical de los años 20, 30 y…?) Le hubieran suspendido, le habrían echado a la calle, con más saña y placer aún que como lo habían hecho con Ravel. Es muy bella esta obra, y tiene su trascendencia, que no vamos tratar aquí porque es considerable. La obra se llamaba Oraison musicale hasta que el propio Markevich la volvió a bautizar, y eso que la obra se había perdido; pero se recuperó por los esfuerzos de David Drew, campeón de la causa del compositor Markevich. La taille de l’homme (La medida o La estatura del hombre) es el título de una narración de Charles-Ferdinand Ramuz, suizo del Vaud, el libretista y amigo de Stravinski, de Ansermet, de Cingria. Las notas del disco informan ampliamente sobre cómo se rescató aquello, que estaba entre los papeles de Nadia Boulanger. De momento, tenemos este bello disco, con esta singular partitura orquestal y vocal, no coral ni sinfónica, ya ven. Lucy Shelton asegura la línea de canto de esta obra moderna que mira al pasado; es la única línea. Varios solistas de cuerda, de las maderas, y hasta un trompa, acompañan a Shelton y a las cuerdas de la Filarmónica de Arnhem, en momentos a menudo camerísticos bajo la impecable dirección de Lyndon-Gee que vuelve a darnos una lección de belleza tan intensa como elegante, sin énfasis y con expresividad honda. Santiago Martín Bermúdez MATTHESON: Oratorio de Navidad. Magnificat. NICKI KENNEDY, ANNA CROOKES, sopranos; URSULA EITTINGER, DOROTHEE MERKEL, contraltos; ANDREAS POST, SVEN HANSEN, tenores; STEPHAN MACLEOD, JOHANNES GSÄNGER, bajos. DIE KÖLNER AKADEMIE. Director: MICHAEL ALEXANDER WILLENS. CPO 777 274-2 (Diverdi). 2009. 55’. DDD. N PN S on más de uno los oratorios de N a v i d a d compuestos por Mattheson. El incluido en este disco responde a un larguísimo título que comienza por Die heilsame Geburt und Menschwerdung… y es del año 1715. Sin ir más lejos, en la misma editora CPO podemos encontrar otro de sus oratorios navideños a cargo también de Willens y Die Kölner Akademie. Y es que Mattheson además de ser traductor, diplomático, jurista, teórico musical y varias cosas más, también fue un prolífico compositor, pero ser coetáneo de Telemann y casi serlo de Bach y Haendel no ha sido precisamente una ventaja para el conocimiento de su obra. Todo llegará, pues la aún escasa discografía demuestra que era un excelente músico. Die heilsame Geburt... es un oratorio escrito para cuatro solistas, coro y una amplia instrumentación con flauta traversa, oboe, dos trompetas, dos corni da caccia, timbales, cuerda y continuo. Los recitativos del evangelista van narrando los hechos que se cuentan en el Evangelio de San Lucas según la versión de Lutero y una serie de variadas arias con diferentes instrumentos obligados que ponen en juego bellas melodías, glosan los hechos. El disco se completa con un Magnificat, también en la versión alemana de Lutero, para cuatro solistas, dos coros, flauta traversa, dos trompetas, timbales, cuerda y continuo, del que pueden decirse cosas semejantes. En conclusión, un interesante disco, conteniendo un par de obras muy bien interpretadas y que amplían el conocimiento del compositor Mattheson, un tanto tapado en la historia de la música por su labor como teórico y analista de la música de su tiempo. José Luis Fernández MENDELSSOHN: Cuartetos en la menor op. 13 y en fa menor op. 80. Capriccio op. 81, nº 3. CUARTETO MODIGLIANI. MIRARE MIR 120 (Harmonia Mundi). 2010. 61’. DDD. N PN E l Cuarteto op. 80, escrito poco después de la muerte de Fanny y no mucho antes de la suya propia, contiene seguramente la música más negra y estremecedora jamás escrita por Mendelssohn, y es palpable desde los primeros compases que el Modigliani se adentra en ella con mucha convicción, destacando en momentos capitales como la amenazante progresión cromática del Allegro assai inicial, el cierre en dolce del Adagio o los violentos contrastes del Finale. No obstante, el eje de su interpretación parece desviarse a veces hacia un virtuosismo urgente en el que la claridad y la precisión parecen primar sobre la tensión interior. Un poco más lograda aún resulta la versión del Op. 13, de una transparencia casi mozartiana pese a la sombra de Beethoven, un auténtico despliegue de espíritu juvenil que sienta estupendamente sobre todo a un revoltoso y un tanto irónico Intermezzo. Sólo algo corto de lirismo el segundo movimiento, necesitado quizás de una sonoridad más rica por parte del primer violín; en cambio, el nada fácil efecto de non legato que se pide en ciertos pasajes del Presto está muy bien resuelto dentro de un clima de absoluta inquietud, bellamente reducido a la nada en los últimos compases. De propina, un Capriccio op. 81, nº 3 en el que los cuatro músicos vuelven a lucir una sobresaliente claridad de líneas, indispensable para que toda la parte fugada no se venga abajo. Un muy buen disco y, ante todo, un cuarteto a seguir. Asier Vallejo Ugarte MOZART: Divertimento en mi bemol mayor K. 563. SCHUBERT: Trío para cuerdas en si bemol mayor D. 471. TRÍO ZIMMERMANN. BIS SACD-1817 (Diverdi). 2009-2010. 60’. SACD. N PN R esulta difícil asumir que un Divertimento para cuerdas de Mozart, que ronda los cincuenta minutos, no encuentre otros compañeros discográficos —aparte de un Trío de Schubert— con el que superar al menos los cincuenta y nueve minutos y medio de música que se ofrecen en este flamante SACD. El tiempo que se tarda en leer la cantidad de logos técnicos que acompañan la grabación no es, desde luego, menor que el que tardamos en leer la nómina de las obras grabadas. En fin, que si así pretenden seducir los exiguos bolsillos del aficionado, ellos verán. ¿Y del contenido musical? Reconozcamos que es espléndido, equilibrado, detallista, pulcro. Está grabado deliciosamente, con un equilibrio camerístico encomiable, y recogido con una riqueza de detalle tímbrico que permite tocar la cuerdas. La interpretación de estos tres nombres —Frank Peter Zimmermann en el violín, Antoine Tamestit en la viola y Christian Poltéra al violonchelo— agrupados artísticamente bajo el apellido del primero, es, 85 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 86 D D I SI CS O C O S S MOZART-SCHUMANN sencillamente, magistral. Los tempi son idóneos y su concepción del fraseo es la que, idealmente, uno imagina mentalmente al leer la partitura. La delicadeza en el ataque del arco no resta un ápice de mordiente sino que, incluso, la incentiva cuando ésta aparece. Las dinámicas son amplias, con timbres homogéneos en cualquiera de sus rangos. Todo, en resumen, muy bueno. Mejor no puede ser, pero sí más. Juan García-Rico MOZART: Conciertos para piano y orquesta nº 9 en mi bemol mayor K. 271 “Jeunehomme” y nº 12 en la mayor K. 414. Rondó en la mayor para piano y orquesta K. 386. RONALD BRAUTIGAM, fortepiano. DIE KÖLNER AKADEMIE. Director: MICHAEL ALEXANDER WILLENS. BIS SACD-1794 (Diverdi). 2009. 59’. SACD. N PN I nicia 86 el holandés Ronald Brautigam su andadura por la serie concertística mozartiana con este disco, dedicado a los nºs 9 y 12 de la serie. Le precede un buen antecedente en los integrales solistas de Haydn y del propio Mozart. Y lo que aquí encontramos está muy en consonancia con ellos. Brautigam, con su sempiterno instrumento (espléndido, por cierto) construido por McNulty basado en el original de Anton Walter de 1795, despliega la elegancia, precisión y vitalidad que le conocíamos en las series precitadas. Es, en este sentido, preferible a Malcolm Bilson (Archiv), que resulta algo menos nítido en su pulsación, y también grabado con menos presencia. Su instrumento, creo, es mejor —o al menos suena mejor— que el de Philip Belt utilizado por el norteamericano (basado también en uno de Anton Walter, pero algo más temprano, c. 1780, que se conserva en la casa natal de Mozart en Salzburgo). Brautigam es también más imaginativo en el adorno (así, en la cadencia del movimiento inicial del K. 271, en la que abandona el original mozartiano para construir una cadencia propia muy hermosa. Bilson, por el contrario, parece ahondar más en ciertos matices (tiempo lento de la obra citada) y es, en ese sentido, más contrastado. Está además servido por un acompañamiento de lujo a cargo de Gardiner y sus Mitsuko Uchida POÉTICA MOZART: Conciertos para piano nº 20 K. 466 y nº 27 K. 595. ORQUESTA DE CLEVELAND. Piano y directora: MITSUKO UCHIDA. DECCA 478 2596 (Universal). 2010. 66’. DDD. N PN C ontinúa Decca destilando música mozartiana de los dedos de Uchida, una pianista madura, sensible e inteligente. Este CD se sitúa en la misma senda que el grabado en 2008 con los Conciertos nºs 23 y 24 de la colección, comentado aquí en su momento. Seguimos apreciando las mismas características en la labor de la teclista, que se muestra muy refinada en la sonoridad, pulcra e intencionada en el fraseo, cálida en la expresión y poética en la concepción. Todo ello muy en la línea de lo que necesita la interpretación de esta música inefable. Nos parece además que estos acercamientos a dos partituras magistrales como la del English Baroque Soloists. Con ser muy correcta, me temo que la Kölner Akademie no alcanza ese nivel, ni el de otras formaciones historicistas incluso de su misma ciudad (Concerto Köln, por ejemplo), en cuanto a afinación y empaste, pero tampoco en cuanto a sutileza de la batuta. La grabación de BIS es magnífica, y el nivel global del disco, muy alto en la parte solista. Puede hablarse, por tanto, de un comienzo prometedor, pese a alguna faceta mejorable, para esta nueva serie mozartiana con criterio historicista. Rafael Ortega Basagoiti PENDERECKI: Credo. Cantata in honorem Almæ Matris Universitatis Iagellonicae sescentos abhinc annos fundatæ. IWONA HOSSA, AGA MIKOLAJ, sopranos; EWA WOLAK, contralto; RAFAL BARTMINSKI, tenor; REMIGIUSZ LUKOMSKI, bajo. CORO INFANTIL DE VARSOVIA. CORO Y FILARMÓNICA DE VARSOVIA. Director: ANTONI WIT. NAXOS 8.572032 (Ferysa). 2008. 56’. DDD. N PE A veces el Penderecki reciente suena a cine (valga lo de “suena a cine” como expresión tópica) y su Credo suena a cine. Es nº 20 y del nº 27, el más dramático y uno de los más exquisitos de la serie, se sitúa incluso por encima de aquellas aproximaciones a sus hermanos. No posee la artista japonesa la nítida digitación, el sentido de los reguladores, la claridad expositiva y la transparencia tímbrica de, por ejemplo, Rudolf Serkin, el pianista vienés que dejara, con Casadesus, imborrables testimonios de estas obras con el mismo conjunto americano bajo la batuta de Szell. A cambio, Uchida nos coloca en el umbral de la silenciosa y callada efusión, que sirve también como directora. En calidad de tal no llega a descender como su antiguo colega a las profundidades dramáticas del comienzo del K 466, aunque luego en la Romanza canta con extraordinaria elegancia. Un Mozart femenino, por decirlo así; o una hábil combinación de esta veta con la masculina. Una y otra es cierto que música cinematográfica aderezada con cosas de aquí y de allí: un poco del superficial y trivial Orff, otro poco del dramático y más profundo Verdi, una pizca de eslavismo y otra pieza de ciertas evocaciones vagamente vanguardistas, algo de deliberado arcaísmo… En fin, de esto y de lo otro, pero poco del gran Penderecki. Ahora bien, de vez en cuando, algo hay de él, y entonces tenemos que rendirnos, reconciliarnos con el maestro y reconocer que, pese a todo, la audición ha valido la pena. Pero en lo que a este Credo se refiere hay muy poco de genuino, aunque, repetimos, algo hay. Como es habitual en la ya extensa edición que Naxos dedica a sus obras, la interpretación, como siempre a cargo de Wit al frente de unos efectivos vocales, corales y orquestales de gran potencia, se trata de una versión de lujo, a ratos impresionante. Pero lo mejor llega después del Credo, con una obra muy anterior, la Cantata in honorem Almæ Matris Universitatis Iagellonicae sescentos abhinc annos fundatæ, de 1964, que estremece desde el primer momento y cuyos seis minutos y aletean en todo momento tras los pentagramas del salzburgués. Magnífica la cadencia de la obra en menor, escrita por Beethoven, y adecuado tratamiento de los sforzandi. El cierre del Finale queda un poco deslucido por la falta de equilibrio polifónico: hay ciertos confusionismos no deseados. Y un instante maravilloso, que sirve perfectamente a música tan elevada: la transición entre el desarrollo y la repetición en el primer movimiento de la partitura en si bemol mayor. Arturo Reverter medio de duración son de una intensidad extraordinaria. Obra en un principio de circunstancias, conoce aquí una interpretación que es puro nervio. Josep Pascual RAUTAVAARA: La mina. HANNU NIEMELA (Simon), JOHANNA RUSANEN-KARTANO (Ira), JORMA HYNNINEN (Comisario), JAAKO KORTEKANGAS (Sacerdote). CORO KAIVOS. FILARMÓNICA DE TAMPERE. Director: HANNU LINTU. ONDINE ODE 1174-2 (Diverdi). 2010. 76’. DDD. N PN L a primera ópera de Rautavaara, La mina, escrita cuando su autor rondaba los treinta años de edad, es una ilustre desconocida, pero cuyo conocimiento real se imponía ya a estas alturas. Hasta ahora era un simple dato que, por fin, ahora tenemos al alcance. Versión de lujo, con voces de primera fila y un excelente equipo coral y orquestal a las órdenes del experto Hannu Lintu, para una obra de lúcida y precoz madurez. Aunque sea evidente el dodecafonismo como lengua- 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 87 D D I SI CS O C O S S MOZART-SCHUMANN je básico, el modo de tratarlo acusa el definitorio eclecticismo de su autor, que ya en su juventud iba más allá de Berg y no dudaba —quizá más al contrario— en encontrar —acaso los buscaba— momentos de tonalidad-modalidad. Es un dodecafonismo fresco, muy accesible ya que a partir de él se desarrolla un discurso musical y dramático coherente más con ese sistema con una visión teatral y musical en que caben otros lenguajes, si bien ese es el troncal. Hay momentos de auténtica efusión melódica que sorprenderán a más de uno y una escritura orquestal realmente experta en la que hay lugar para el refinamiento habitual en su autor. Así pues, aquí está el Rautavaara lírico y heterogéneo todavía en ciernes, fiel, a su manera, al dodecafonismo, aunque ya estaba decidido a seguir un camino propio. la recuperación de esta ópera que se estrenó en televisión en 1963 —tres años después de haber sido terminada y seis después de haberse iniciado su composición— era del todo necesaria y al escucharla con este nivel de calidad interpretativa cualquiera se dará cuenta de que es mucho más que una curiosidad. Josep Pascual SCHUMANN: Tríos con piano. CHRISTIAN TETZLAFF, violín; TANJA TETZLAFF, violonchelo; LEIF OVE ANDSNES, piano. 2 CD EMI 0941802. 2009-2010. 122’. DDD. N PN L os Tríos de Schumann plantean un protagonismo desigualmente repartido entre el piano y las cuerdas. El teclado es, aún, portador principal de la sintaxis y la semántica musical y, por ello, pieza clave de la que depende el mayor porcentaje de éxito. En este sentido, el conjunto formado por los hermanos Tetzlaff y Leif Ove Andsnes cuenta con un excelente puntal en este último. No es que violín y violonchelo no desempeñen bien su papel, que lo hacen, sino que la maestría y versatilidad que atesora el pianista noruego eleva el resultado hasta las cotas más altas. Contrastan rotundamente la vitalidad que impulsa los Op. 63 y 80 con el dramatismo que tiñe el Op. 110. En el primero de ellos, hay que resaltar la perfecta imbri- Ensemble Astoria DESTACABLE APORTACIÓN PIAZZOLLA: Allegro tangabile. Concierto para quinteto. Tanti anni prima. Histoire du tango. Soledad. Chin chin. Milonga carrieguera. MARC GRAUWELS, flauta; CHRISTOPHE DELPORTE, acordeón y bandoneón. ENSEMBLE ASTORIA. FUGA LIBERA FUG608 (Diverdi). 2010. 55’. DDD. N PN T ercer disco de Astoria, ensemble belga que toma su nombre del de Piazzolla, Astor, y que cuenta en esta ocasión con la colaboración del flautista Marc Grauwels, dedicatario de la famosa Histoire du tango para flauta y guitarra que estrenó junto al guitarrista Guy Lukowski. Esta obra en cuatro movimientos que da nombre al presente compacto se nos ofrece, como el resto del programa, según idiomáticos y eficaces arreglos de Christophe Delporte, el cual toca también el acordeón y el bandoneón. El sonido tanguero y piazzollano es genuino y de lo más auténtico en todo momento, lo que demuestra por un lado que no hace falta necesariamente ser geográficamente de un lugar para aprehender la esencia de su música y su carácter, y por otro que Piazzolla ya es plenamente un clásico universal al alcance de todos, que es lo mismo que decir que ya es patrimonio de todos. la nostálgica belleza de Tanti anni prima, una de las más bellas e inspiradas melodías de Piazzolla en su desarmante sencillez, es expresada aquí de un modo del todo satisfactorio no sólo por los arreglos sino también por la interpretación. Y otro tanto diríamos de esa joya no tan divulgada como merece que es Soledad. Pero es que el resto del repertorio no tiene desperdicio. Magnífico y significativo panorama piazzollano y una excelente contribución a la discografía de este gran compositor. Bravísimo. Josep Pascual Jordi Savall LA ORQUESTA DE SAVALL RAMEAU: La orquesta de Luis XV. Suites de Les indes galantes, Naïs, Zoroastre y Les boréades. LE CONCERT DES NATIONS. Director: JORDI SAVALL. 2 CD ALIA VOX AVSA 9882 A+B (Son Jade). 2010-2011. 108’. DDD. N PN Recuperando a Enrico Onofri como concertino para Las indias galantes (registrada en 2010) y con el más habitual Manfredo Kraemer para el resto del programa (grabado en enero de 2011), Le Concert de Nations de Jordi Savall afronta un programa de música de Rameau que incluye cuatro suites extraídas de sus obras teatrales. Recientes aún los trabajos de Minkowski sobre la música orquestal del compositor (en Archiv), y con el recuerdo siempre presente de los de Brüggen (Philips y Glossa), el oyente apreciará en este álbum el habitual toque Savall: esa especial exuberancia conseguida con el trabajo detalla- do sobre los timbres, las dinámicas y los acentos, esa manera de privilegiar a los solistas sin perder por ello prestancia ni el empaste ni la sonoridad global. Gran conocedor del repertorio francés, el gambista y director catalán aporta a esta música una reciedumbre, una robustez con las que logra eludir la típica languidez en la que caen algunos de los que a ella se acercan. La extraordinaria riqueza de texturas de la música ramista queda a salvo por la general transparencia del discurso y el cuidado por no opacar la línea de los solistas. El tono rústico en Naïs está muy bien conseguido, con las musettes dando la nota de color adecuada, el final de Les Boréades es una verdadera apoteosis del timbre y del ritmo, la famosa Gavotte en rondeau de Zoroastre suena a un tempo algo más rápido de lo acostumbrado, lo que le otor- ga una ligereza muy sugestiva, y en cierta medida la acerca a los tambourins de Las indias galantes (el violín de Onofri en los segundos es un prodigio de delicadeza y lirismo), cuya chacona conclusiva puede ser tomada como ejemplo del concepto que Savall aplica a esta música: combinación de intensidad y lirismo, fusión entre una línea general bien marcada y los más pequeños detalles, una recia sonoridad de conjunto que no ahoga la fantasía de los solistas. Pablo J. Vayón 87 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 88 D D I SI CS O C O S S SCHUMANN-VILLAROJO cación de los elementos que perfilan el discurso. Especialmente en los movimientos extremos, la ligereza del teclado y la flexibilidad de los arcos consiguen trazar las líneas con frescura, añadiendo un dinamismo que redunda en beneficio de una partitura que, digámoslo también, no se cuenta entre lo mejor del compositor de Zwickau. Destacable resulta asimismo la belleza lograda en el tiempo lento, conseguida gracias a una inteligente dosificación de la sinuosidad en el trazo. Semejantes virtudes aparecerán a continuación en el Trío nº 2, a pesar de la ligera cohibición con la que se comportan en el segundo movimiento, pero contando en cambio con el atractivo de la sensualidad con la que traducen ese tango que, de facto, se esconde en el tercer tiempo. El Op. 110 es, como decíamos, un modelo de plasmación dramática que, sin lugar a dudas, consigue alzarse como referencia en toda la discografía de esta obra. Como complemento, las cuatro Piezas de Fantasía op. 88 y un arreglo de los Estudios en forma de canon op. 56, partituras sin mayores pretensiones pero impecablemente tocadas. Juan García-Rico SHOSTAKOVICH: Sinfonías nºs 1 y 3. CORO Y REAL FILARMÓNICA DE LIVERPOOL. Director: VASILI PETRENKO. NAXOS 8.572396 (Ferysa). 2009-2010. 65’. DDD. N PE 88 En efecto, el estilo de Shostakovich está ya hecho en la Primera Sinfonía. Las dos siguientes pueden inducir recelos por ser sinfonías “celebración” (socialistas, claro, pero aún estamos en tiempos de la NEP), pero el coro alborotador y festivo no aparece en la Tercera hasta el sexto y último de los breves movimientos que la componen. Qué alivio. Petrenko vuelve a dar en el clavo en estas sinfonías que muestran al Shostakovich festivo, satírico, que vive el gozo de la música en un mundo todavía prometedor. La agilidad, la jovialidad, el virtuosismo de la carrera sonora… Esas son las bazas del excelente director nacido hace 34 años en Leningrado, de nuevo con la Real Filarmónica de Liverpool, y en su integral cada vez más cercana al final (quién sabe, puede que ya esté terminado, y no lo sabemos). Todavía no ha asomado la cabeza del Shostakovich de Lawrence Power, Andrew Litton HÚNGAROS RÓZSA: Concierto para viola. BARTÓK: Concierto para viola. SERLY: Rapsodia para viola y orquesta. LAWRENCE POWER, viola. FILARMÓNICA DE BERGEN. Director: ANDREW LITTON. HYPERION CDA67687 (Harmonia Mundi). 2009. 63’. DDD. N PN La obra estrella de este disco es el Concierto de Rózsa (1985, pero de amplia gestación y trabajo), el músico húngaro que triunfó en Hollywood siguiendo las huellas de tantos centroeuropeos que compusieron para el cine, desde Korngold. Rózsa compuso algunas partituras pomposas para películas algo pomposas en algún momento, como Ben Hur, o claramente pomposas siempre, como Quo Vadis? Pero también la música de Spellbound o Double Indemnity (Recuerda y Perdición, Hitchcock y Wilder). Y, puestos a reprocharle películas de romanos, ahí está su partitura de Julio César para Mankiewicz (Marlon Brando, James Mason, John Gielgud), de mayor interés. Rózsa es de educación musical alemana y británica, compuso para Alexander Korda, su compatriota, y se marchó con éste a Norteamérica, y allí se quedó hasta su muerte en 1995. Su Concierto para viola sigue el esquema normal de la gran pieza concertante tardorromántica, toda una tradición del siglo XIX que parece no haberse agotado a lo largo del siglo XX. Sólo que estamos ante cuatro movimientos, no tres, y el primero de ellos, Moderato assai, es de gran madurez, el de las desolaciones y la distorsión sonora. Pero ya está ahí el artista de primera madurez, una madurez comenzada antes de los veinte años. No es contradicción. En fin: nueva magnífica entrega de la integral Shostakovich de la Real Filarmónica de Liverpool y Petrenko. Quién nos lo iba a decir después de Jansons o Kitaienko. Santiago Martín Bermúdez SMETANA: Cuartetos de cuerda nºs 1 y 2. CUARTETO BENNEWITZ. COVIELLO COV 51004 (Gaudisc). 2009. 46’. DDD. N PN envergadura y desarrollo. En total, más de 32 minutos de música ininterrumpida que mira al pasado y a los mejores momentos de la música para el cine, la propia de Rózsa y la de sus colegas, la de toda una tradición urdida inmediatamente después de inventarse el sonoro y que predomina durante casi tres décadas. Si el Concierto de Rózsa es la estrella, el de Bartók es el que concede mayor legitimidad artística a este disco. No es que sea una obra maestra, pero es de lo mejorcito de este registro, sin menospreciar a Rózsa ni a Serly. Ahora bien, ese Allegro vivace final ya vale todo el programa. ¿Y qué decir del bellísimo Adagio religioso…? Pero no olvidemos que Bartók falleció antes de concluir su Concierto, y que fue el propio Serly quien lo concluyó a partir de las notas del compositor y con el permiso de Ditta. La Rapsodia de Serly es una belleza “castiza” de nueve minutos, una secuencia de temas populares húngaros. Serly nació en un pueblo que ahora está en Eslovaquia, lo mismo que el pueblo de Bartók está en Rumanía y el de Szymanowski está en Ucrania. Pero su primera educación es norteamericana. Tal vez por eso su nostalgia es tan húngara. Hasta el punto de volver a Hungría para sus estudios superiores (Kodály, Wiener, Jenö Hubay) y convertirse en ayudante de Bartók, veinte años mayor que él. Serly fue viola en Cincinnati (con Reiner, nada menos) y violín en Filadelfia C omo es bien sabido, el Primero de los dos cuartetos de Smetana, comp u e s t o s ambos al final de su vida, es una de las obras maestras del género durante el siglo XIX. Es el Cuarteto “de mi vida”, que encierra un programa; autobiográfico, claro está. El Segundo, puede decirse que inconcluso, queda como complemento del anterior, y con él cobra más altura y mayor sentido. Hace falta un grupo virtuoso, y capaz de establecer tensiones como si fueran escenas teatrales, para tocar el (con Stokowski, claro). Se dedicó a la enseñanza y a la composición, y su fidelidad a Bartók le llevó a encargarle el Concierto para viola y a componer la Rapsodia a partir de “temas húngaros armonizados” por el maestro. Y, en efecto, suena muy a Bartók. A veces muchísimo. Lawrence Power se luce como solista en este disco de húngaros. Lo dramático, lo lírico, lo danzante por castizo o porque sí: Power es un virtuoso de la casta de los que cantan y danzan en, con o sobre el instrumento. Y la literatura para viola solista no es tan amplia como para el violín o el violonchelo. El acompañamiento de Litton con Bergen es excelente y ejemplar, porque permite el lucimiento de Power e interviene, no con modestia, sino con voluntad de apoyo, en la línea principalísima destinada al solista. Estamos ante un disco de gran originalidad de planteamiento: Rózsa y Serly bajo la protección o garantía de Bartók; con un solista de primerísima fila, Power, y una orquesta y un director de auténtico relieve. Santiago Martín Bermúdez Cuarteto “de mi vida”. El Cuarteto Bennewitz no es el primero que se enfrenta así, con tanta fortuna, con tales tensiones, con tanta expresividad, a los acontecimientos y sugerencias que encierra esta obra insuperable. Pero es de los que mejor parados salen, porque en estas pistas hay una magia que sobrecoge, que emociona, y que advertimos que está tocada con el magisterio de las agrupaciones que se sirven de la técnica para expresar el drama. Así, Smetana y el Cuarteto Bennewitz quedan unidos en adelante en feliz acoplamiento. Magnífico disco. Santiago Martín Bermúdez 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 89 D D I SI CS O C O S S SCHUMANN-VILLAROJO Fabio Bonizzoni PERFUMES EN LA NOCHE A. SCARLATTI: Serenata a Filli. Le muse Urania e Clio lodano le bellezze di Filli. EMANUELA GALLI, YETZABEL ARIAS, sopranos; MARTÍN ORO, contratenor. LA RISONANZA. Director: FABIO BONIZZONI. GLOSSA 921511 (Diverdi). 2010. 64’. DDD. N PN F elicísima noticia. Tras la espléndida integral dedicada al Haendel de sus cantatas escritas en Italia, Bonizzoni y sus huestes anuncian una nueva serie en Glossa, en esta ocasión entregada al refinado mundo de la serenata alegórica dieciochesca. Volverá el sajón, de seguro, pero el primer álbum se TARTINI: Conciertos para violín. Vol. 16. Conciertos D. 12, 29, 30, 38, 53, 66, 69, 81, 104, 108, 119. FEDERICO GUGLIELMO, GIOVANNI GUGLIELMO, CARLO LAZARI, violines. L’ARTE DELL’ARCO. Director: GIOVANNI GUGLIELMO. 2 CD DYNAMIC CDS 613/1-2 (Diverdi). 2008-2099. 136’. DDD. N PN Avanza un paso más esta ya veterana (comenzó en 1996) y extensa integral, aproximándose a su fin, que llegará a lo largo de este año con el volumen 17. En el que ahora nos ocupa encontramos once conciertos, enmarcados en el segundo período creativo del autor. Nuevamente, los integrantes del conjunto de instrumentos originales L’Arte dell’Arco, realizan unas excelentes versiones. Destacan la riqueza de colores y contrastes, logrados en parte por la amplia experiencia que atesoran en la obra de Tartini y sus años tocando juntos, y en parte también por la combinación de virtuosismo solista y equilibrio e intensidad expresiva en el grupo. Más allá de puntuales desajustes, la regularidad mostrada desde los primeros volúmenes se ha consolidado, dando vida a una de las integrales más interesantes de los últimos años. Como siempre también, se mantiene la calidad de las tomas de sonido, la cuidada presentación, y el atractivo añadido de tratarse en buena parte de primicias discográficas. Daniel Álvarez Vázquez lo quedan de momento Alessandro Scarlatti y sus dos serenatas a Filli. El arcádico seudónimo perteneció a Maria Isabella Cesi, diestra mecenas junto a su marido, el marqués de Ruspoli; esto es, precisamente uno de los más célebres promotores del joven Haendel. Por tanto, cambiamos de autor pero mantenemos el mismo entorno cortesano. Cambiamos a su vez de género, pero si bien las cantatas no tienen por qué ser serenatas, todas las serenatas seguirán siendo cantatas. Sus particularidades residen en el agasajo directo, incluso argumental. O en su ambientación vespertina, a la brisa del aire libre. Quizás no tanto en la música en sí, si bien se percibe con claridad una mayor voluntad de concentración estilística, aunque siempre sobre la trabajada apariencia de una serena naturalidad. Las dos de Scarlatti que aquí se presentan son dos verdaderas gemas, ejemplos modélicos de aquello que podríamos calificar como virtuosismo de contención, esto es, virtuosismo tupido en aras de la concisión más extrema. No esperemos por ejemplo ni arias pegadizas ni melismas extremados. A cambio, saborearemos una sucesión de piezas unidas estructuralmente con una madurez y una variedad impresionantes a la lupa. Como cabía esperar, el repertorio va como anillo al dedo a la excelencia de La Risonanza y los solistas mantienen el mismo nivel que en los anteriores volúmenes haendelianos. Pablo del Pozo Christopher Maltman, Graham Johnson EL AMANTE ENSIMISMADO SCHUBERT: La bella molinera. CHRISTOPHER MALTMAN, barítono; GRAHAM JOHNSON, piano. WIGMORE HALL LIVE WHL 0044 (Diverdi). 2010. 63’. DDD. N PN Hay muchas maneras de cantar este ciclo inagotable, memorable y deleitable. Todas han de crear a un personaje que dé cuenta del enamoramiento que sufre el poeta-cantor, con su molinera lejana y su arroyo próximo. Maltman, cantante seguro y artista de acaudalada imaginación, nos lo propone de una manera personalísima, convincente, plausible. Su amante es un chico sentimental, atolondrado, que se fía de un sentimiento que no se atreve a compartir con la amada por miedo a realizarlo (a que pierda su idealidad). Es tan íntimo que, a veces, cuchichea a sabiendas de estar solo junto a la indescifrable cantine- VILLA ROJO: Concierto para orquesta. Variaciones para orquesta. Pasodoble. FILARMÓNICA DE MÁLAGA. Director: EDMON COLOMER. CLASSIC WORLD SOUND BS 088 CD (Diverdi). 2010. 56’. DDD. N PN Merecidísimo homenaje a Villa Rojo en forma de compacto con tres obras orquestales de importancia interpretadas por una orquesta magnífica a las órdenes la del arroyo (léase: el piano schubertiano, guiado con apretada exactitud y matices magistrales por Johnson, no faltaba más). Quiero decir que su ensimismamiento sugiere la soledad, o sea la ausencia de público, aunque la toma es en vivo y al final oímos al respetable en un rotundo aplauso. Lo anterior demuestra la extrema concentración del intérprete convertido en ficta persona. Pero el enamorado de Maltman es bipolar y tanto se complace con la declaración de su amor a nadie como cae en hondas depresiones o estalla en una ira que pretende ser desesperación. En esta escarbada psicología reside el irresistible encanto que el barítono dispersa. Para conseguirlo, canta con una voz propicia a lo camerístico y que él domina completamente, en especial con respecto a los volúmenes —susurros, ahilados, amplia vibración a de un Edmon Colomer implicado en su tarea con el rigor y el buen hacer que le caracteriza. El programa empieza con el Concierto para orquesta, estrenado en 2003 y que desde el primer momento atrapa al oyente. Encontramos en esta obra al Villa Rojo más atractivo y todo trapo— y a la coloración, que adquiere un valor expresivo: su queja y su enternecimiento amoroso se aclaran hasta parecer propios de un tenor, en tanto las ventoleras son francamente baritonales. En síntesis: una lección de cómo ser personal sin resultar extravagante y cómo adecuar la prolongada maestría de Johnson hasta una propuesta que de tan novedosa resulta nueva y de tan nueva, original. Blas Matamoro colorista, con ecos populares — como una tímbrica casi de banda en algunos momentos— pero con una sonoridad modernísima siempre revoloteando sobre sus pentagramas que constituyen un fascinante y heterogéneo encuentro entre tradición y contemporaneidad. La escritura instrumental es lo más llamativo de entrada, pero cabe destacarse también la perfección formal. Música plena de contrastes y de 89 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 90 D D I SI CS O C O S S VILLAROJO-RECITALES gran belleza es un seductor inicio para una audición de obras sinfónicas de este distinguido maestro. Vienen después las Variaciones para orquesta, de 2000, original aportación a los quinientos años del nacimiento de Cabezón, de quien Villa Rojo recoge el testigo en su personal acercamiento a un recurso compositivo fundamental como es la variación, en su caso más bien diferencias, glosas o recercadas desde una visión vanguardista que hunde sus raíces en una tradición que no pierde de vista, más bien al contrario, la importancia de la improvisación. De 1992 data el delicioso Pasodoble, página fascinante y ambiciosa que es tanto un genuino pasodoble como una estilización de esta música que llega incluso a la abstracción sin perder ese definitorio impulso popular que se trasluce, entre otras cosas, por una sonoridad genuina que nos recuerda en algunos momentos a la primera obra de este compacto en tal sentido. Quizá algo tenga de autobiográfico todo esto, de recuerdos del joven Villa Rojo que tocaba el clarinete en su Brihuega natal, o quizá no. En todo caso, la evocación de determinadas músicas que recorre este programa no es nada nostálgica, sino de una modernidad indiscutible y al mismo tiempo al alcance de un público que quisiéramos amplio. Josep Pascual to que curiosamente era casi idéntico al del Concierto nº 4 del original, que Walsh publicó en el tercer lugar de la misma serie. Biondi parece querer recompensar al violonchelo solista de su conjunto (Maurizio Naddeo) y usa como complemento para el CD el Concierto doble para violín y violonchelo RV 544, conocido como Il Proteo. Biondi demuestra la madurez que sin duda otorgan décadas de trabajar con esta música. Su sonido se ha ido suavizando con el tiempo y ahora resulta mucho menos estridente que en sus primeras grabaciones, donde además había barreras estilísticas que romper y caminos que marcar. Hay también ahora una mayor flexibilidad en las líneas (que en Il Proteo llega a convertirse en rubato generoso y sin complejos) y un uso más libre de la ornamentación, incluido el vibrato. Las obras siguen colocándose en el terreno del virtuoso enfrentado a una orquesta más que en la del diálogo de cámara, que han reforzado otras visiones, pero aquí todo queda perfectamente encajado en una gran línea estilística general, dominada por un lenguaje bien articulado pero en absoluto rígido, en la que los ornamentos se suceden con naturalidad y coherencia. Aunque la discografía del compositor parece hoy saturada, este disco no estorbará en las estanterías de ningún buen vivaldiano. Pablo J. Vayón VIVALDI: La stravaganza op. 4. Concierto RV 544. EUROPA GALANTE. Director: FABIO BIONDI. VIRGIN 50999 5193002 8 (EMI). 2008. 56’. DDD. N PN Tras 90 el éxito extraordinario de la edición que Estienne Roger hizo de L’estro armonico op. III (Ámsterdam, 1711), el editor holandés dejó pasar unos años y a finales de 1715 o principios de 1716 publicó una nueva colección de doce conciertos de Vivaldi (La stravaganza op. 4). Como era normal en la época (y el mismo Roger practicaría en los años siguientes con la música del propio veneciano) pronto circularían versiones piratas de estas obras, como la que el conocido corsario londinense John Walsh puso en circulación en 1728, que incluía cinco conciertos de la edición original de Roger (nºs 1, 2, 4, 9 y 11) más un sexto diferente (RV 291) con un segundo movimien- VIVALDI: Vespro a San Marco. CORO DE CÁMARA DE NAMUR. LES AGRÉMENS. Director: LEONARDO GARCÍA ALARCÓN. 2 CD AMBRONAY AMY029 (Harmonia Mundi). 2010. 118’. DDD. N PN L eonardo García Alarcón presenta un programa con música sacra de Vivaldi organizado en forma de vísperas: se incluyen los salmos Dixit Dominus RV 807, Confitebor tibi Domine RV 596, Beatus vir RV 795, Laudate pueri RV 600, Lauda Jerusalem RV 609 y el Magnificat RV 610, todos precedidos por sus antífonas gregorianas, aunque se echa en falta el himno. Como el disco está grabado en vivo, tras los aplausos se ofrece un Oremus en canto llano seguido del salmo Lætatus sum RV 607. La heterogeneidad es la marca de la música religiosa del compositor, y queda bien reflejada aquí al reunirse breves piezas corales con acompañamiento de cuerdas (RV 607), motetes para voz sola (RV 600, que aquí se reparten dos sopranos) y composiciones variadas para solistas, coro y orquesta, alguna para doble coro (RV 609). No he encontrado en todo el álbum noticia del origen del Deus in adjutorium. El conjunto de solistas es en general homogéneo: cumplen sin brillar demasiado ni provocar entusiasmos, con algunos puntos débiles en altos y bajo. El Coro de Namur es en cambio soberbio por transparencia, hondura e incisividad y el conjunto Les Agrémens se mueve en los parámetros de los buenos conjuntos barrocos europeos de nuestros días. García Alarcón dirige versiones correctas, aguerridas, que buscan explotar los contrastes más teatrales, pero a la postre resultan un tanto superficiales y no especialmente comprometidas expresivamente: hay color y vigor, pero falta un poco de flexibilidad y de matiz. La música religiosa de Vivaldi está ya hoy muy bien defendida en disco y este álbum no aporta nada especialmente significativo a su conocimiento. Pablo J. Vayón WAGNER: Escenas de La walkyria, Los maestros cantores, Parsifal, Tannhäuser y Lohengrin. RENÉ PAPE, bajo; PLÁCIDO DOMINGO, tenor. CORO DE LA ÓPERA Y STAATSKAPELLE DE BERLÍN. Director: DANIEL BARENBOIM. DEUTSCHE GRAMMOPHON 477 6617 GH (Universal). 2010. 63’. DDD. N PN M aduro y competente, Pape sigue siendo uno de los mejores bajos cantantes de hoy. Conserva la nobleza de su timbre, su sólida extensión y su emisión aseada y segura, aunque el cuerpo de la voz señale el paso del tiempo sin daño decisivo para el balance. Como wagneriano está sobrado de fama y aquí la revalida. Dice con propiedad y detalle, canta con amplitud —que no es énfasis— y remite sus composiciones, en lo posible, a un intimismo que propende a lo lírico, fuera de la tradición heroica y broncínea — tan válida como cualquier otra— de la escuela alemana. Por todo ello, puede cincelar la Canción de la estrella de Wolfram, pensada para un barí- tono. Al lado, su Wotan doliente tiene matices de abandono paterno, en tanto Gurnemanz — en diálogo con el Parsifal de Plácido— es un padrino sabio y paciente. La resignación algo voluptuosa de Hans Sachs compite con la pompa regia de Enrique el Pajarero. Barenboim arrima su eficacia y el hecho de saberse a Wagner de memoria. Blas Matamoro XENAKIS: Eonta. Morsima-Amorsima. Akea. Paille in the wind. AKI TAKAHASHI, piano; ROHAN DE SARAM, violonchelo. CALLITHUMPIAN CONSORT. THE JACK QUARTET. Director: STEPHEN DRURY. MODE 217 (Diverdi). 2008. 53’. DDD. N PN Estamos ante uno de los registros más sorprendentes de todo el ciclo que el sello norteamericano está consagrando a la obra de Iannis Xenakis (19222001). El piano es el protagonista del programa, pero a la manera de Xenakis, actuando siempre como instrumento aparte, desconectado de la secuencia fundamental, que está normalmente confiada a las cuerdas y los metales. La tensión que se produce de semejante contraste es una de las características del estilo de este autor. La principal novedad del disco viene por la prestación del Callithumpian Consort, excelentes lectores de dos piezas pertenecientes a la misma época, 1962-1963, Eonta y Morsima-Amorsima, poco grabadas en disco, y que ahora conocen aquí una especial restauración. Ocurre con piezas de este tipo, enclavadas en un contexto de normal investigación sobre las formas musicales, que han ido pasando por la historia como de puntillas, lastradas, como muchas otras, por los análisis exclusivamente teóricos que se han vertido sobre ellas. Para aquellos testigos de los estrenos del Domaine Musicale o de Darsmtadt, el principal fundamento de la obra radicaba en su soporte teórico, importando, al parecer, muy poco el resultado sonoro. La consecuencia es que aún se suele encarar la obra de Xenakis como un producto esencialmente matemático: “La teoría de los conjuntos sirve a Xenakis para determinar las alturas de ciertos pasajes de Eonta”, se sostenía por los analistas de primera hora y también por el 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 91 D D I SI CS O C O S S VILLAROJO-RECITALES autor del texto del cuadernillo del disco de Mode, Benoît Gibson. Lo cierto es que pocas veces el componente sonoro se habrá hecho más transparente en todo el catálogo de Xenakis que en piezas como Eonta¸ que, por momentos, casi hace pensar en la forma como los músicos de jazz resuelven las tensiones que se acumulan tras una lucha sin cuartel entre objetos sonoros que parecen caminar por sendas distintas. A la secuencia repetitiva y de fuerte contenido melódico del piano, responde de manera abrupta un conjunto de metales que, en concierto, se disponen en forma circular, atosigando al piano. Ni puntillismo ni masas: este Xenakis, como también el de Morsima-Amorsima, funciona con una energía extraordinaria, muy por encima de cualquier acercamiento teórico que se pueda hacer. El resto del programa no es tan feliz o, al menos, no presenta unas versiones que llamen la atención. Al introspectivo Paille in the wind, raro en la producción de Xenakis, compuesto en fecha tardía, 1992, le acompaña un Akea que, en manos del Jack Quartet, no guarda apenas nada de la agresividad de la versión canónica, la del Cuarteto Arditti. Otra vez, la separación entre un piano que habla en un lenguaje distinto de los otros instrumentos, en este caso, los del cuarteto de cuerdas, y el enfrentamiento correspondiente, pero la escasa implicación del Jack con esta música desasosegante, disuasoria para paladares exquisitos, no hace recomendable su escucha. Francisco Ramos ZUBIAURRE: Sinfonía en mi. Preludio de “Don Fernando el emplazado”. Preludio de Ledia. Ecos de Oiz. ROMAN JABLONSKI, violonchelo. SINFÓNICA DE EUSKADI. Director: JUAN JOSÉ OCÓN. CLAVES 50-1012 (Gaudisc). 2009, 56’. DDD. N PN D ecimotercera entrega ya de la estupenda colección de Claves y la Orquesta Sinfónica de Euskadi dedicada a la música de compositores vascos. El vizcaíno Valentín María de Zubiaurre (1837–1914) fue, como recuerda Patricia Sojo en las excelentes notas al disco, “uno de los pocos compositores no italianos que consiguió poner en escena dos de sus óperas en el Teatro Real”, en 1874 en el caso de Don Fernando el emplazado y en 1877 en el de Ledia. Sus preludios dan muestra de una muy pronunciada vena lírica, de inspiración claramente italiana, lo que también se deja sentir en la extensa (casi cuarenta y dos minutos) Sinfonía en mi, obra un tanto convencional en la orquestación y en los desarrollos pero de indudable importancia melódica, sobre todo en ese tercer movimiento de tan curiosos aromas populares. Así y todo, es Ecos de Oiz (1889) la página más marcadamente romántica del álbum, con ese punto de melancolía y nostalgia que siempre despierta el recuerdo de nuestros paisajes más íntimos, elevando la voz del violonchelo como si se tratara del sonido que nace de la tierra misma. El polaco Roman Jablonski confiere a la obra un tono muy poético, aunque a la vez quizás un tanto sollozante. Por lo demás, el donostiarra Juanjo Ocón, responsable artístico durante muchos años y todavía hoy de la EGO (Joven Orquesta de Euskal Herria), dirige con coherencia y sensatez, que es en verdad lo que esta música pide, exponiendo nítidamente los temas, acentuando con propiedad y haciendo cantar a la orquesta vasca con noble fraseo y limpios planos sonoros. Asier Vallejo Ugarte RECITALES Jonas Kaufmann DESTELLOS JONAS KAUFMANN. Tenor.. Arias veristas. Páginas de Giulietta e Romeo, Andrea Chénier, L’arlesiana, La bohème, Pagliacci, Cavalleria rusticana, Mefistofele, Fedora, Adriana Lecouvreur, I lituani, La Gioconda, Ombra di nube. EVA-MARIA WESTBROEK, soprano. CORO Y ORQUESTA DE LA ACCADEMIA DE SANTA CECILIA DE ROMA. Director: ANTONIO PAPPANO. DECCA 478 2258 (Universal). 2010. 62’. DDD. N PN El disco comienza de manera excepcional: Kaufmann le saca un partido imponente a la página del Romeo de Zandonai, con matices que anteriores intérpretes —Fleta, quien lo estrenara, un heroico Del Monaco, un inesperado Matteuzzi, Angelo Lo Forese, que lo grabó en dos ocasiones al completo, Alagna— pasaron por alto o no captaron. Una mezcla efusiva de lirismo e intensidad dramática que deja al oyente, como mínimo, sobresaltado. Lo que sigue no está a la misma altura. El colorido vocal de Kaufmann, y este juicio acabará repitiéndose seguramente hasta que su voz se imponga como familiar, oscuro y denso, en ópera italiana suena algo exótico y cualquier colega mediterráneo, aunque como artista no le llegue a la suela de sus zapatos, tiene las de ganar como punto de partida en una posible comparación. Para colmo el repertorio verista (con discusión: las páginas del Fausto de Boito poco tienen de este género) no parece concordar demasiado con la personalidad del tenor. Al menos son obras aún no asumidas en escena y en un artista de las especiales características de Kaufmann esto puede ser un obstáculo. De hecho, de su Maurizio de Sajonia, aquí interpretado en sus dos cantables de los que no pasa de realizar un mero trabajo de profesional y digna traducción, están llegando críticas entusiastas de su reciente interpretación en el Covent Garden en compañía de Gheorghiu. Kaufmann da la sensación además, con respecto a recitales anteriores, que en esta ocasión, posiblemente acuciado por presiones ajenas a él, no ha elaborado suficientemente el programa elegido. Claro que estamos hablando de un cantante dotado, de un artista sensible, talentoso e imaginativo y, acá y allá, donde se combinan páginas popularísimas (en cabeza, el Vesti la giubba de Canio) con otras menos difundidas (una canción de Refice, Ombra di nube, metida un poco a contra sentido) aparecen de improviso detalles de una eficacia asombrosa. Y pese a lo dicho, el milagro logrado con Zandonai, puede repetirse, en medio de los momentos menos felices. Valga como ejemplo el juego contrastado, entre medias voces y plenitud vocal, utilizado en el lamento cileano de Federico, donde (claro está, hay posibles) introduce el agudo tradicional no escrito tan perfectamente colocado que parece perfecta- mente natural en el discurso y no un añadido caprichosamente estentóreo como suele pasar a menudo. El mismo nivel se consigue con las páginas del Marcello de La bohème de Leoncavallo o de Corrado en la rara Lituani de Ponchielli, fragmentos que parece el tenor haber colocado mucho mejor como se dice in gola. Al contrario, pese a la evidente buena voluntad del Come un bel dì di maggio, de los fragmentos correspondientes al Chénier de Giordano, agravados por el dúo final donde la fascinante en otros repertorios Eva-Maria Westbroek (Ismailova, Minnie pucciniana, Sieglinde) se integra mal con el tenor y entre los dos, mal empastados, fríos, no son capaces de traducir tan apasionante reencuentro. Pappano y su orquesta romana son un magnífico telón de fondo para Kaufmann, cuya voz, en el plano puramente instrumental, suena siempre rica, personal, potente, amplia, generosa e irresistiblemente atractiva a pleno pulmón y en su aterciopelada oscuridad. Fernando Fraga 91 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 92 D D I SI CS O C O S S RECITALES-VARIOS JANINE JANSEN. Violinista. Beau Soir. Obras de Debussy, Dubognon, Boulanger, Messiaen, Fauré y Ravel. ITAMAR GOLAN, piano. DECCA 478 2256 (Universal). 2010. 69’. DDD. N PN Así entiende Janine Jansen la música francesa: “Una mezcla particular de color y transparencia, armonías sutiles, texturas delicadas, melodías refinadas…”, así intenta definirla y a partir de esta idea la interpreta junto al pianista Itamar Golan, que sabe un rato de qué va el asunto. Por supuesto, se trata de la música francesa de Debussy a Messiaen, quizá la más genuina como tal aunque también nos parezcan —que los son— innegablemente franceses Rameau o Charpentier por características a veces sorprendentemente similares, pero ya nos entendemos. El toque delicado de Golan es un perfecto apoyo para el despliegue de sensibilidad sin excesos de Jansen. Ella, por así decirlo, manda, es evidente, pero él es mucho más que un mero acompañante. Afortunadamente, ambos aportan claridad a este repertorio que a menudo, demasiado a menudo, resulta difuso en las líneas, incluso confuso, también almibarado en ocasiones; pero no, Jansen y Golan, sin ser metronómicos, no se adormecen ni se exceden con los rubati, melódicamente no se pierden en vaguedades y expresivamente todo es una delicia sin resultar caprichosos. El color y la transparencia a que alude Jansen en su idea de la música francesa se reflejan claramente en este disco, no hay sombras ni brumas, sino colores claros y luminosos, y la transparencia no es indefinición ni confusión, sino nitidez. mente los que antes vienen a la cabeza. Ahora se confunde (o se busca) una contundencia que a menudo se confunde con cierta brutalidad; esa expresión que incluso podríamos tildar de levemente cruel y a la que la belleza poética parece no llegar. Volodin forma parte de estos nuevos intérpretes; sus versiones son impecables, categóricas técnicamente y de una expresión exageradamente superlativa, pero a juicio del abajo firmante se echa en falta humanidad y filantropía, ternura y nobleza. No cabe ninguna duda de que Alexei Volodin (1977) es un virtuoso del teclado, los problemas para él no existen: pasa por encima de las obras imprimiendo siempre un sello de dominio y desparpajo alucinantes (sí, esa es la palabra: alucinante). La exageración en las articulaciones y los crescendo, los máximos contrastes sonoros y regularmente unos tempi muy rápidos (si se trata de movimientos rápidos, claro) configuran un tocar brillante y superlativo, extrovertido y potencialmente deslumbrante. La Kreisleriana es la partitura que más personaliza esas características, mientras que Miroirs destila evanescencia e iluminación, una poética basada en una paleta sonora más afinada colorísticamente. Un Ravel feliz con el mismo sello de contundencia pero que permite más ensoñación debido a la variación en el touché. La Sonata nº 5 de Scriabin en sus manos adquiere aún más volumen interpretativo, su sensibilidad afín con el compositor ruso es evidente y concluyente para la versión; que transmite, ahora sí, más ternura y menos ferocidad sonora. La expresión de este Scriabin viene decidida por un refinamiento fruto de una sensibilidad más idealizada. Disco heterogéneo, aunque con el común denominador antes citado. Emili Blasco Josep Pascual ALEXEI VOLODIN. Pianista. Obras de Schumann, Ravel y Scriabin. CHALLENGE 72508 (Diverdi). 2010. 68’. DDD. N PN P arece 92 que los nuevos intérpretes no necesitan sinceramente de esas dosis de candor que tanto emanaban de los Gilels, Richter, Arrau, Argerich, o Virsaladze por citar simple- VARIOS ET LA FLEUR VOLE. Airs à danser & airs de cour autour de 1600. ANNIE DUFRESNE, soprano. LES MUSICIENS DE SAINTJULIEN. Director: FRANÇOIS LAZAREVITCH. ALPHA 167 (Diverdi). 2010. 66’. DDD. N PN J ean-Paul Combet no podía haber elegido mejor disco, como él mismo explica en las notas, para poner fin a su etapa como director de Alpha, sello caracterizado por su búsqueda de la excelencia, la audacia y la frescura interpretativa en el ámbito de la música antigua. Una música que hasta hace años fue auténtico revulsivo dentro del anquilosado mundo de la clásica pero que, sigue diciendo con más razón que un santo Combet, parece amenazada en la actualidad por nuevos academicismos, rutinas y tópicos. No es el caso de la grabación que nos ocupa, Et la fleur vole, último trabajo del flautista y virtuoso de la cornamusa François Lazarevitch al frente de Les Musiciens de Saint-Julien. No estamos desde luego ante un trabajo revolucionario, de los que marcan un antes y un después. Ni ante un programa inédito o de enorme originalidad, puesto que sencillamente recoge piezas de danza y corte, instrumentales y vocales —la mayoría harto conocidas para el aficionado—, de Praetorius, Bataille, Boesset, Guédron, Tessier y otros autores de inicios del siglo XVII. Lo realmente valioso se encuentra en la sensibilidad de Lazarevitch y compañía para dotar de profundo sentido musical, viveza y autenticidad a ese repertorio, considerando cada nota unidad mínima de un máximo refinamiento sonoro, dotando cada fraseo, acompañamiento y ornamento de un aire enormemente espontáneo y cercano a la improvisación, sin olvidar el cuidado por el contraste y la perfecta instrumentación de cada pieza. En este sentido, Lazarevitch, siempre gran defensor de una cornamusa que en sus registros es capaz de integrarse armoniosa y delicadamente en la totalidad sonora, ha querido recuperar aquí a una gran olvidada por la interpretación prebarroca, la flauta travesera cilíndrica o alemana, de dulces y aterciopeladas sonoridades. Sin espacio en esta reseña para pormenorizar este repertorio lleno de pequeñas joyas, me limitaré a destacar una con valor ejemplar. Se trata de la breve obra que da título a la selección, de vibrante introducción vocal a cargo de la soprano Annie Dufresne, que deja paso a un rítmicamente hipervitaminado despliegue instrumental, rebosante de energía, color y carnalidad tímbrica, cualidades aplicables al resto del programa. Javier Palacio FRA’ DIAVOLO. La música en las calles del reino de Nápoles. MARCO BEASLEY, PINO DE VITTORIO, voces. ACCORDONE. Clave y director: GUIDO MORINI. ARCANA A359 (Diverdi). 2009. 78’. DDD. N PN Nápoles y lo napolitano son una fuente musical inagotable tanto en lo popular como en lo culto. El grupo integrado por Guido Morini, Marco Beasley y Pino de Vittorio, núcleo básico del conjunto Accordone, dedican este disco a música popular napolitana, si bien sometida a una revisión de formas interpretativas propias de la música culta. Bajo el título de Fra Diavolo, sobrenombre del forajido Michele Angelo Pezza que recorrió todo el reino de Nápoles al frente de una partida de los llamados sanfedisti que se oponían a la republicana ocupación francesa de 1799, el disco recoge 22 canciones tradicionales muchas de ellas arregladas por Giuseppe de Vittorio o por Guido Morini y entre las que se encuentra precisamente una Marcia delle truppe sanfediste. Obviamente, todas están cantadas en dialecto napolitano y en la recopilación no podían faltar algunos ejemplos de tarantella, danza ancestral de orígenes inciertos. Por otra parte, la también característica vinculación con el mar de la ciudad partenopea se refleja en la curiosa canción O Guarracino, un pez bastante aventurero. En resumen, un disco muy atractivo, que recuerda un poco por su temática al grabado hace unos años por el conjunto L’Arpeggiata titulado La Tarantella y en el que también participaba Marco Beasley. Una mezcla de alegría y melancolía que hace pasar al oyente un rato delicioso y lo hace del todo recomendable. José Luis Fernández MANTO AND MADRIGALS. Obras para violín y viola de Killius, Scelsi, Holliger, Bartók, Skalkottas, Maxwell Davies, Martinu y Nied. THOMAS ZEHETMAIR, violín; RUTH KILLIUS, viola. ECM New Series 2150 (Diverdi). 2009. 49’. DDD. N PN Es bien conocido el concepto renovador del sello de M a n f r e d Eicher a la 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 93 D D I SI CS O C O S S RECITALES-VARIOS Aarón Zapico UN GRAN DEBUT PHANTASIA. Obras de Froberger, Frescobaldi, Picchi y anónimo. AARÓN ZAPICO, clave. WINTER & WINTER 910 176-2 (Diverdi). 2010. 54’. DDD. N PN El primer trabajo en solitario de Aarón Zapico para Winter & Winter se articula como un paseo por obras de dos de las grandes personalidades de la escritura para el clave (Frescobaldi y Froberger) en uno de los momentos cruciales de la historia del instrumento, cuando sus posibilidades como solista empezaban a reflejarse en un repertorio capaz de abarcar géneros diferentes y de ampliar sus posibilidades expresivas. Admirablemente ha recogido ese sentido el extraordinario músico asturiano en un CD que elude el recurso tanto hora de ofrecer propuestas discográficas estimulantes: austero en su presentación, informado —las notas de este disco se deben al experto Paul Griffiths— y poético en su contenido, que recuerda poderosamente al registro protagonizado por el Garth Knox (De amore, 2008), sustituyendo la música antigua presente en éste por obras cercanas a la inspiración popular. Puntuadas por breves contribuciones de variada procedencia, desde la canción popular islandesa Ó min flaskan frida, en la versión de Rainer Killius, y el también folclorizante Davies de Midhouse Air (1996) al poco conocido Scherzo-Dúo bartókiano y la simpática “propina” conclusiva, Zugabe (2004), de Nied, Zehetmair y Ruth Killius despliegan su ajustada afinación y capacidad de empaste en tres composiciones “mayores”, a las que se suma la viola solista scordata de la ritual Manto (1957), de Scelsi, de calidad improvisatoria y típica del estilo denso y animado de su autor: plenamente disfrutables resultan el Dúo del alumno griego de Schoenberg, Nikos Skalkottas, fechado en 1938 y ejemplo — como nuestro Gerhard— de conjunción entre dodecafonismo e inspiración rítmica y modal popular, los poco frecuentados Tres madrigales (1947), de Martinu, libres en su tratamiento armónico y más cercanos a lo neoclásico que a la referencia renacentista titular, y, finalmen- al repertorio más trillado como a la integralidad de las colecciones. Agrupa Zapico fantasías, tocatas, suites, danzas sueltas, caprichos… en casi una hora de música que tiene sus momentos de exaltación y de ternura, de virtuosismo y de hondura, sus pasajes de encantadora melodía y sus arabescos polifónicos, sus brincos y sus arrumacos. El hermosísimo Tombeau pour Monsieur de Blancrocher de Froberger cierra el trabajo en una interpretación que no cae nunca en el amaneramiento ni la blandura. Zapico toca una copia de Mietke de sonido incisivo y brillante, que le da un aire de corte fastuosa a las danzas y balletti de Frescobaldi. Fantasías y tocatas tienen en cambio una sonoridad algo más introspectiva, también una línea más suelte, los Drei Skizzen (2006), de Holliger, escritos, al igual que la obra de Nied, expresamente para el dúo y de expresividad diversa, frágil en las Pirouettes harmoniques, fantasmal en la dinámica Danse dense e ingeniosa en su uso polifónico simultáneo de la emisión vocal en Cantique à six voix, cuya sonoridad estática conecta con el ejemplo de Scelsi y cierra, de ese modo, el círculo de un disco logrado. Germán Gan Quesada MÚSICA PARA MERCE 1952-2009. Obras de Wolff, Cage, Brown, Nilsson, Feldman, Mumma, Ichiyanagi, Behrman, Oliveros, Tudor, Kosugi, Amacher, Gibson, Tone, King, Pugliese, Dempster y Lockwood. DAVID TUDOR, CHRISTIAN WOLFF, FREDERIK RZEWSKI, JOHN CAGE, piano; GORDON MUMMA, electrónica en vivo; MALCOLM GOLDSTEIN, JOHN KING, TAKEHISHA KOSUGI, violín; GARRET LIST, STUART DEMPSTER, trombón; JON GIBSON, flauta; MICHAEL PUGLIESE, percusión. 10 CD NEW WORLD 80712-2 (Diverdi). 1952-2009. 721’. ADD/DDD. N PN Con material extraído de los archivos de la Compañía de Danza de Merce Cunningham, ta y flexible. La estupenda y elegante articulación de cada frase, que permite escuchar cada nota con absoluta claridad, resulta especialmente apreciable en las virtuosísticas Cento partite sopra passacagli de Frescobaldi, donde virtuosismo y musicalidad se dan la mano de manera afortunada. Gran debut. Pablo J. Vayón el sello New World presenta una extensa, ambiciosa antología de piezas sonoras que inspiraron, durante décadas, a uno de los más célebres bailarines del siglo XX. Sabemos que la vanguardia norteamericana se beneficia de la apertura de la danza hacia los nuevos materiales para estrenar con normalidad sus obras, y justamente la colaboración con Merce Cunningham supone uno de los más claros y rotundos ejemplos de este estado de cosas. Mucha música compuesta por Cage, Tudor o Wolff obedeció a encargos como soporte de otras disciplinas artísticas, con lo que en aquel ámbito la obra de los nuevos autores no encontró las dificultades de interpretación que siempre ha encontrado en Europa. Del material recogido en esta caja de diez discos se extrae que Cunningham y sus colaboradores eran permeables a todo tipo de sonoridades, por muy encrespadas que éstas fueran. Sabemos también que este tipo de danza moderna se despliega en el escenario con gran independencia del componente sonoro, pero no deja de ser sorprendente que muchas de las propuestas aquí presentes, muy lejanas a cualquier sentido de la belleza y el buen gusto, fueran asimiladas con placer por los asistentes a aquellas performances. Al estar condicionadas por el elemento visual, las obras aquí contenidas hay que observarlas como piezas de circunstancias, nunca como obras cerra- das y destinadas a una escucha atenta, analítica, más aún cuando en la mayor parte de los casos se trata sólo de fragmentos. Los aficionados a este tipo de experiencias sonoras, lejanas a la práctica y la elaboración de la electroacústica y sí, en cambio, alineadas en lo que se ha venido en llamar noise music, reconocerán signos distintivos de esta tendencia en la que se extreman los ruidos y la saturación. Así, las piezas debidas a Kosugi, King, Ichiyanagi o Tudor (el pianista, cuando compone, siempre da rienda suelta a un entramado endemoniado de sonidos sobreexcitados). Pero hay también lugar para la pieza calmada y meditativa y, en este sentido, resulta gratificante encontrar aquí piezas de artistas sonoros tan reconocidos como Stuart Dempster, el autor de la Deep Listening Band, con su habitual y formidable uso de la reverberación y de la espacialidad (Underground overlays) o Annea Lockwood, experta en convertir los entornos naturales en fascinantes fantasmagorías (Jitterbug). De los diversos Cage que aquí se recogen, destaca poderosamente una versión de Four 6, para laptop, percusión, cinta, voz, micrófono de contacto y trombón (precisamente, Demspter), que aporta una dimensión inesperadamente delirante a todo el ciclo de las ”number pieces” cageanas. Gordon Mumma nunca se distinguió por las sutilezas; su pieza Mesa, de 1966, para bandoneón y live electronics, se encuentra entre lo más relevante de esta antología. Por una vez, en este autor tan extremo se percibe una fuerte musicalidad entre tan poderosos clusters. Francisco Ramos MÚSICA SACRA DEL RENACIMIENTO. Vol. I. Obras de Allegri, Byrd, Victoria, Tallis, Josquin y otros. THE TALLIS SCHOLARS. Director: PETER PHILLIPS. 4 CD GIMELL GIMBX 301 (Harmonia Mundi). 1980-1989. 314’. ADD/DDD. R PE C ualquier persona que tenga un mínimo de interés por la música vocal del renacimiento ha de conocer de sobra al conjunto The Tallis Scholars y el sello Gimell, donde viene grabando sus magistrales interpretaciones desde 1980. Al cumplirse el trigésimo aniversario, han puesto en el mercado 93 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 94 D D I SI CS O C O S S VARIOS tres álbumes recopilatorios de lo que consideran sus mejores registros, uno por cada década. Los tres contienen cuatro discos con duración total que supera las cinco horas y se ofrecen con una relaciones precio/calidad/duración difícilmente superables. En este volumen 1, todas las grabaciones son DDD, salvo la que recoge su primer registro del Miserere de Allegri, realizado en 1980 para la EMI, editado en LP y pasado a compacto por Gimell tras su creación por Peter Phillips. Una Misa de Byrd y el Réquiem de Victoria completan el primer CD. El segundo está dedicado íntegramente a Thomas Tallis y comienza con la insuperable versión del célebre motete Spem in alium a cuarenta partes, seguido de su característica mezcla de otros en latín o en inglés, que las circunstancias políticas y religiosas imponían. La Misa La sol fa re mi de Josquin y la Pastores quidnam vidistis de Clemens non Papa, más un motete de Crecquillon integran el tercer disco. De los muchos premios y reconocimientos alcanzados por The Tallis Scholars a lo largo de su carrera, las misas de Josquin están a la cabeza. Por último, Sheppard, Cornysh y Palestrina con su Missa Assumpta est Maria ocupan el cuarto disco. Ya está dicho todo. Aunque posteriormente han aparecido otros grupos que han seguido las líneas de perfección y pureza emprendida por el conjunto inglés hace más de treinta años, la adquisición de estos álbumes recopilatorios es una excelente oportunidad para hacerse a muy buen precio con unas interpretaciones que siguen estando en la primera línea. José Luis Fernández LOS TRES TENORES. Concierto de las Termas de Caracalla. JOSÉ CARRERAS, PLÁCIDO DOMINGO, LUCIANO PAVAROTTI, tenores. ORQUESTAS DE LA ÓPERA DE ROMA Y DEL MAGGIO MUSICALE FIORENTINO. Director: ZUBIN MEHTA. EL SUEÑO IMPOSIBLE (documental). 2 CD DECCA/DEUTSCHE GRAMMOPHON 0028948047055 [+ DVD, 141’] (Universal). 1990. 124’. DDD. R PE A 94 cumplirse los 20 años del popular concierto que marcó un hito en la historia de la interpretación operística, esta Bernarda y Marcos Fink, Anthony Spiri RAÍCES SLOVENIJA! Obras de Lajovic, Gerzinic, Skerjanc, Pavcic, Ipavec, Prelovec y otros. BERNARDA FINK, mezzosoprano; MARCOS FINK, bajo-barítono; ANTHONY SPIRY, piano. HARMONIA MUNDI HMC 902065. 2011. 69’. DDD. N PN R etomando el formato de su colaboración anterior, dedicada a las canciones y dúos argentinos, los hermanos Fink nos sorprenden con este canto a Eslovenia, con el que cierran el círculo de homenajes al ambiente cultural que les vio nacer. No es un secreto que Bernarda Fink es el centro musical de esta familia de inmigrantes eslovenos afincados en Argentina, si bien aparece frecuentemente en recital con sus hermanos. Tampoco lo es que su amplia trayectoria interpretativa, que incluye Lied, ópera y oratorio, ha tenido más que ver con el mundo europeo en general y el alemán en particular que con sus países de origen. En el ámbito reedición reúne la parte visual y audio del mismo, con un preciado añadido: el documental El sueño imposible, donde se refleja el origen, la preparación, las dificultades, los ensayos, etc., es decir, los prolegómenos y la trastienda etc. de este acto que encuentra un marco más que adecuado en las termales ruinas de Caracalla. Una buena oportunidad de recordar aquella novedosa manifestación que originó tantas otras de menor alcance o consecuencias, pues careció del elemento sorpresa o de novedad, así como al mismo tiempo ocasión para volver a disfrutar del suntuoso lirismo de Pavarotti, los apasionados acentos de Carreras y la vigorosa musicalidad de Domingo. Los tres en un momento bastante aseado de su carrera, por posibilidades vocales y experiencia interpretativa. Mehta, al frente de dos agrupaciones orquestales italianas de relieve (en CD con una obertura para especial lucimiento, la apoteósica verdiana de I vespri siciliani) pone el adecuado apoyo instrumental en un noche romana que parece, en su sumida quietud, colaborar también ella al esplendor de la velada. Un segundo CD, algo imprudentemente llamado “lo mejor de los que nos concierne ahora, cabe recordar que Fink es una experimentada intérprete de canciones, capaz de traducir con las tonalidades más tiernas o severas de su voz —equilibrada, redonda, dulce, homogénea— cualquier matiz dormido en una palabra, de vivificar con acierto líneas de canto sin olvidar todo lo que se oculta entre ellas. La comunicación es tan cercana que nos hace sentir su sonrisa —Pomlana Radost, Ciciban cicifuj— y convierte las piezas más introspectivas en un secreto personal, revelado a cada oyente en la intimidad de la escucha —Pesem, Beli oblaki, Uspavanka. En todas ellas luce el piano ardiente, amable y pictórico de Spiri, uno de sus pianistas más fieles. Sin llegar a brillar a la misma altura, Marcos Fink recita más que canta, pero es un comunicador expresivo —Jesenka pesem— y un cálido cómplice en los dúos —solamente tres: Pomladni pocitek, V noci, Na tujih tleh. Llama la atención tres tenores” (las páginas elegidas pueden ser bastante discutibles respecto a esa consideración de “mejoría”) da cuenta, en la misma línea de agrupar canciones con arias de ópera (aunque sin zarzuela ni opereta), de otras grabaciones realizadas por el trío protagonista en distintas etapas de su respectiva carrera. Fernando Fraga URRUNDIK. Canciones a una y dos voces con acompañamiento de guitarra. Obras de Sorozábal, Donostia, Urcullu, Iparaguirre y Tadeo Murguía. OLATZ SAITUA, soprano; AINHOA ZUBILLAGA, mezzosoprano; EUGENIO TOBALINA, guitarra. SYNAULIA SR 001 (Diverdi). 2009. 67’. DDD. N PN Las canciones recogidas en este disco, particularmente las de Pablo Sorozábal, Aita Donostia y José María Iparraguirre, tienen el encanto de lo popular, de lo espontáneo, de lo natural, pero también de lo íntimo, de la profunda huella de los mejores liederistas alemanes en los compositores eslovenos, que eligen temáticas y textos muy enraizados con la tradición centroeuropea: el ciclo estacional como reflejo de las etapas de la vida del hombre y la naturaleza confidente —el bosque, las nubes, la noche o el atardecer del alma. Tener en cuenta que no se trata de canciones bien conocidas o grabadas con anterioridad hace aún más incomprensible el hecho de que Harmonia Mundi no haya querido incluir los textos y sus traducciones. Elisa Rapado Jambrina lo melancólico, de lo poético, algo a lo que contribuye el acompañamiento de la guitarra, que ciertamente nunca llegó a establecerse de verdad en el repertorio español de cámara vocal. Es música fácil, de melodías dulces y sencillas, con tonos a veces amables y simpáticos (Kuku, Kinkirrin-Kunkurrun) y otras veces nostálgicos, de doliente abandono lírico (Urrundik, Nere etorrera); en algunas se advierten, incluso, lejanos ecos belcantistas (Baialdakizu, Maite?). Olatz Saitua y Ainhoa Zubillaga no tienen voces grandes ni de especial riqueza tímbrica, más bien al contrario, pero cantan siempre con mucha delicadeza y atendiendo a la propia musicalidad del texto (algo a lo que se presta muy bien una lengua como el euskera, eufónica y nada nasal, libre de sonidos guturales), y lo hacen sobre el pulcro y casi artesanal acompañamiento del guitarrista bilbaíno Eugenio Tobalina. Desde luego, es una suerte que haya todavía artistas con sensibilidad interesados en desenterrar repertorios que, de no ser por ellos, aún seguirían en el rincón del olvido. Un disco humilde pero a la vez cautivador. Asier Vallejo Ugarte 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 95 D V D BELLINI: CRÍTICAS de la A a la Z D V D BELLINI-CHAIKOVSKI La sonnambula. EVA MEI (Amina), GEMMA BERTAGNOLLI (Lisa), JOSÉ BROS (Elvino), GIACOMO PRESTIA (Conde). CORO Y ORQUESTA DEL MAGGIO MUSICALE FIORENTINO. Director musical: DANIEL OREN. Director de escena: FEDERICO TIEZZI. Directora de vídeo: PAOLA LANGOBARDO. ARTHAUS 107239 (Ferysa). 2004. 138’. R PN E sta versión de La sonnambula fue publicada por TDK y tiene el interés de las prestaciones de los cantantes, apoyados por una buena dirección orquestal. Eva Mei es una muy buena soprano, con una técnica segura, que supera con seguridad las dificultades vocales del rol, brillando especialmente en la escena del sonambulismo y sabe dar a Amina el carácter dulce del inicio, flotante cuando está dormida, el dramático al ser despechada y mostrar la alegría final, faltándole ese punto de capacidad comunicativa que tienen las interpretaciones memorables, especialmente en el disco. José Bros muestra su canto elegante, su cuidadoso legato y ese fraseo de un gran estilo que sabe profundizar en la expresión, con un timbre que puede no gustar, pero que tiene poder de penetración. Giacomo Prestia es un bajo de buena voz y de canto correcto, al que le falta a veces una cierta implicación en el personaje, completando el reparto la musical Gemma Bertagnolli que da vida al personaje de Lisa, con algún corte y la profesionalidad de Nicoletta Curiel. La producción de Federico Tiezzi se estrenó en este teatro el año 2000 y traslada la acción a principios del siglo XX, con un planteamiento excesivamente psicológico, en un ambiente que difiere del texto, con situaciones algo extrañas como la habitación del Conde o el momento del sonambulismo y con un vestuario algo contradictorio con el ambiente. La dirección musical de Daniel Oren está integrada con el escenario, pendiente de los cantantes a los que apoya, y consigue una versión compacta, de una cierta fuerza por momentos, mientras que en otros destaca por la pureza melódica. Albert Vilardell John Eliot Gardiner CARMEN, TAL CUAL BIZET: Carmen.. ANNA CATERINA ANTONACCI (Carmen), ANDREW RICHARDS (Don José), ANNECATHERINE GILLET (Micaela), NICOLAS CAVALLIER (Escamillo). CORO MONTEVERDI. ORQUESTA REVOLUCIONARIA Y ROMÁNTICA. Director musical: JOHN ELIOT GARDINER. Director de escena: ADRIAN NOBLE. Director de vídeo: FRANÇOIS ROUSSILLON. 2 DVD FRA MUSICA 003060 (Harmonia Mundi). 2009. 170’. N PN E sta filmación testimonia el regreso de la obra más popular de Bizet a la Opéra Comique de París, teatro en el que se estrenara allá por 1875. La puesta en escena firmada por Noble asegura un respeto pleno a la partitura, una bien trabajada dirección de actores y una Sevilla multicultural de intensos y vivos colores; a falta de un espacio grande, se abre paso el teatro de verdad. En ese sentido, cuenta con la total implicación de todos sobre el escenario, empezando por los dos protagonistas, cuya fuerza expresiva es aprovechada al máximo por la cámara. Ella, Anna Caterina Antonacci, es una Carmen de raza, de un erotismo casi salvaje, cantada con intensidad y una voz siempre radiante. Él, Andrew Richards, es un José de cálido lirismo que parece ir ganando en seguridad vocal a medida que su personaje se va transformando en el ser arrastrado y carente de cualquier clase de dignidad que Noble presenta en el acto final. Impecable CHAIKOVSKI: Evgeni Onegin. MARIA GAVRILOVA (Tatiana), YELENA NOVAK (Olga), VLADIMIR REDKIN (Onegin), NIKOLAI BASKOV (Lenski), IRINA UDALOVA (Larina), AIK MARTIROSIAN (Gremin). CORO Y ORQUESTA DEL TEATRO BOLSHOI DE MOSCÚ. Director musical: MARK ERMLER. Director de escena: BORIS POKROVSKI. Director de vídeo: NIKITA TIJONOV. ESCENOGRAFÍA: PIOTR WILLIAMS. Coreografía: VLADIMIR VARKOVITSKI. 2 DVD ARTHAUS 107 213 (Ferysa). 2000. 157’. R PN Este Onegin no es total novedad, ya ha circulado un poco por aquí. Se trata de una función del Bolshoi de Moscú del año 2000, una producción de lujo que trae de nuevo una antigua puesta en escena de Boris Pokrovski, de los Anne-Catherine Gillet en Micaela y más bien soso Nicolas Cavallier en Escamillo, con engolamientos puntuales aquí y allá. Sobre el maravilloso Coro Monteverdi poco se puede decir que no se sepa: es una de las mejores agrupaciones del momento y aquí, en escena, lo demuestra. Por fin, Gardiner, en su afán de máximo respeto a la música, recupera fragmentos habitualmente cortados como la escena de Morales posterior al encuentro con Micaela en el primer acto o buena parte del enfrentamiento entre José y Escamillo en el tercero. Pero además dirige con mucho vigor y transparencia una obra que ama de veras y que no es un melodrama verdiano, menos aún un drama musical wagneriano, sino, efectivamente, una opéra comique francesa. En sus manos, no hay duda, Carmen se revela como la obra maestra que es. Asier Vallejo Ugarte años 40. Es una producción típica del viejo Bolshoi, y aun así muy bien hecha y cuidada en todos los detalles. Esta puesta causará las delicias de quienes no gustan de las novedades escénicas de los directores de ahora. Es todo lo contrario de escenificaciones como, por ejemplo, las de Andrea Breth (dirección de Barenboim, Salzburgo, 2007) o de Dimitri Cherniakov (Bolshoi, París, 2008, la misma que se vio en Madrid en 2009), por citar dos propuestas teatrales recientes nada caprichosas, sino por el 95 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 96 D V I SD C O S D CHAIKOVSKI-MOZART contrario muy inspiradas, muy trabajadas y lógicas, pero renovadoras del icono. En la que ahora reseñamos las escenas son las que marcan las acotaciones: el jardín y la casa de Larina, el paisaje nevado del duelo, la mansión de Gremin. El decorado es suntuoso y roza la perfección. Los figurines, ricos, excelentes reproducciones de determinada época. Esto es, se sigue la tradición romántica del realismo en la propuesta escénica. Pero, además, los figurantes y el coro están muy bien dirigidos en lo teatral, y no nos dan los pequeños disgustos de tantas otras propuestas del Bolshoi del pasado; y no sólo del Bolshoi. La puesta, sin embargo, se permite alguna innovación; por ejemplo, Lenski muere a manos de Onegin prácticamente por un descuido: el joven va hacia su amigo en un gesto de reconciliación, pero Onegin no lo ve, y dispara… demasiado cerca. Los cantantes son de un excelente nivel, en especial los dos protagonistas, la soprano Maria Gavrilova y el barítono Valdimir Redkin, que componen dos papeles convincentes en lo teatral y sensacionales en el canto. No hay que insistir en que una soprano como Gavrilova borda en construcción y en línea vocal la escena de la carta, al margen de insignificantes pegas. Redkin tiene una voz clara y poderosa, una gran presencia escénica y además es guapo, de manera que esta vez no nos sorprende que Tatiana se enamore de él. Baskov no es el típico tenor lírico-ligero del Bolshoi de antaño, ni mucho menos, pero su lirismo es muy convincente, y su aria anterior al duelo es muy bella. Excelente también Ielena Novak, en ese bello y truncado papel que es el de Olga (truncado porque desaparece a mitad del segundo acto). En fin, Martirosian era un poco joven en 2000 para el cometido de Gremin, pero su aria es también excelente; aunque el timbre de su voz es muy claro y el agudo final en piano le resulta un poco difícil. Hay que destacar la magnífica Larina de Udalova, la Filipievna de Borisova y el Triquet de Arkhipov (que canta los cuplés en ruso). El cuerpo de baile se luce a modo, no se le ahorra ni se le escatima aquí ningún número. Excelente el coro del Bolshoi, 96 como siempre. Eficaz e inspirada la dirección del a menudo denostado Ermler, aunque en lo orquestal hay referencias del pasado que harían palidecer no sólo a este magnífico artesano, sino a muchos otros. A Ermler le quedaban en ese momento dos años de vida; fallecería sin llegar a cumplir los 70, en Seúl, durante los ensayos con la Filarmónica de la capital coreana. En fin, una puesta en escena tradicional pero de excelente nivel, unos cantantes magníficos en general y una dirección de muy buen nivel artístico. El público muestra su enorme entusiasmo en varios momentos, incluso durante la música. Santiago Martín Bermúdez MAHLER: Sinfonía nº 9. STAATSKAPELLE BERLIN. Director musical: DANIEL BARENBOIM. Director de vídeo: ANDREAS MORELL. C MAJOR 703708 (Ferysa). 2009. 101’. N PN Ya lo intentó Barenboim en 2006 con esta misma obra y orquesta sin especiales buenos resultados (disponible actualmente en Teldec y comentada en su momento en nuestras páginas de discos). Concebida ahora como parte de un Proyecto Mahler que Barenboim y Boulez protagonizarán con la Staatskapelle de Berlín interpretando todas sus Sinfonías, esta Novena mejora algo la citada anterior, sobre todo en los movimientos extremos, si bien en los dos centrales se ponen de manifiesto las limitaciones técnicas y de estilo evidentes en la dirección, resultando un sonido poco claro, muy masivo y nada refinado que no favorece en nada la exposición del discurso. A resaltar también en el Adagio final la evidente superficialidad de la concepción que hace del mismo únicamente un final de obra sin ir mucho más allá de lo que piden las notas. Como bonus pueden ver una charla informal de Barenboim y Boulez sobre sus particulares puntos de vista de la música de Mahler (alemán con subtítulos en inglés), todo muy convencional y previsible; desde luego, los mahlerianos de siempre no encontrarán en ella nada especialmente original. En fin, para seguidores del director, puede valer, pero nada más. Enrique Pérez Adrián MARTÍN Y SOLER: L’arbore di Diana. LAURA AIKIN (Diana), MICHAEL MANIACI (Amore), CHARLES WORKMAN (Silvio), STEVE DAVISLIM (Endimione), MARCO VINCO (Doristo). SINFÓNICA DEL GRAN TEATRO DEL LICEO. Director musical: HARRY BICKET. Director de escena: FRANCISCO NEGRÍN. Director de vídeo: MATTEO RICCHETTI. Charles Workman y Steve Davislim, aunque este último muestre una cierta limitación en la difícil tesitura de su rol, siendo interesante resaltar el musical trío de ninfas integrado por la gran profesionalidad de Ainhoa Garmendia, Marisa Martins y Jossie Pérez. Albert Vilardell DYNAMIC 33651 (Diverdi) 2009. 147’. N PN L a recuperación del patrimonio musical es de gran importancia y la obra de Vicente Martín y Soler estaba algo olvidada, aunque afortunadamente se esta recuperando, como es el caso, entre otros, de estas funciones de L’arbore di Diana, que inauguraron la temporada liceísta y que es interesante se publique en DVD. Se trata de una obra muy bien escrita, con una música bella e inspirada, a partir de un libreto muy intencionado del gran Lorenzo Da Ponte, donde, en un mundo de dioses, hace una crítica de la castidad en una sociedad muy restrictiva. La acción es algo compleja, pero Francisco Negrín ha tenido la buena idea de trasladarla a una personal visión del mundo manga, con una escenografía muy actual, una especie de nave espacial, bien iluminada, con aperturas laterales de gran efecto y con ideas muy logradas, como el movimiento de las manzanas que se iluminan ante el pecado, todo ello unido a una excelente labor con los cantantes, en un trabajo que conjuga modernidad y sentido del texto. Harry Bicket es conocedor de este tipo de repertorio y de las posibilidades de la orquesta, por lo que consigue una visión fluida, coherente, dándole un carácter vivaz, logrando un interesante equilibrio entre el escenario y el foso. En la interpretación vocal destaca de forma especial Laura Aikin con una Diana “quasi” perfecta, tanto desde el punto de vista musical, donde está muy segura y supera las dificultades de las agilidades de su rol, como del escénico donde sabe dar ese aire cómico con contención, mientras que Mario Vinco demostró sus cualidades histriónicas y su gran capacidad para este tipo de personajes. Completan el reparto Michael Maniaci, contratenor con una voz no especialmente bella y una prestación correcta, al igual que MOZART: Concierto para violín K. 219. DVORÁK: Sinfonía nº 9. YEHUDI MENUHIN, violín. SINFÓNICA DE VIENA. FILARMÓNICA DE BERLÍN. Director: HERBERT VON KARAJAN. Director de vídeo: HENRI-GEORGES CLOUZOT. CMAJOR 704008 (Ferysa). 1966. 107’. H PN E l documento recoge dos importantes filmaciones de HenriG e o r g e s Clouzot, cineasta hoy casi olvidado pero que en los sesenta era todo un símbolo del cine francés y muy popular en el resto de Europa (Las diabólicas, El salario del miedo) que, por cierto, Truffaut se encargó de silenciar y al que no dio cabida en la Nouvelle vague por no ser partícipe de sus postulados cinematográficos. Aquí protagoniza dos filmaciones de Herbert von Karajan con la Sinfónica de Viena y la Filarmónica de Berlín, ambas de 1966, y que completan la serie de cinco películas que ya hemos visto y comentado desde estas mismas páginas (a las dos de este DVD tenemos que añadir la Cuarta de Schumann, la Quinta de Beethoven y el Réquiem de Verdi). También tenemos aquí la única colaboración grabada y filmada de Karajan con Menuhin interpretando el Concierto nº 5 de Mozart, una interpretación típica de ambos que refleja los modos de los cincuenta y el sonido masivo de la orquesta, aunque curiosamente son pocos los instrumentistas que intervienen. Pero lo más atractivo no es la interesante interpretación en sí ni su plasmación en imágenes, sino los ensayos de Karajan en el segundo movimiento de la obra y la conversación de unos 20 minutos que violinista y director mantienen (inglés con subtítulos en alemán) obviamente sobre cuestiones tanto musicales como de estricta interpretación y dirección orquestal (es curioso comprobar que ninguno de los dos está a gusto con el 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 97 D V D CHAIKOVSKI-MOZART otro: Karajan, nervioso y con un inglés sin demasiada fluidez, raramente le mira a los ojos, si bien el talante bondadoso del violinista ayuda para que todo se desarrolle con relativa soltura ante las cámaras. Los primeros minutos sobre todo —el diálogo dura 17— denotan una fuerte tensión en el ambiente). En cuanto a la Nuevo Mundo con Berlín es otra filmación excepcional, las luces de Clouzot producen efectos de claroscuro de gran precisión, las cámaras se desplazan a través de la orquesta siguiendo las voces principales, el montaje y los fundidos encadenados refuerzan o disminuyen la tensión, y el blanco y negro ayuda curiosamente en la concentración musical. En suma, un verdadero thriller musical, como acertadamente nos dice Harald Reiter en el libreto. La interpretación, como las del resto de películas comentadas, es un portento de brillantez, magnetismo y precisión, hasta el extremo que el espectador es incapaz de apartar la vista de la pantalla hasta el final, una magnífica versión musical y una no menos fascinante película recomendable para todo el mundo. “Karajan era un déspota, insoportable, ególatra y dictador, pero hacía unos conciertos maravillosos”, dice, me parece que Peter Gelb en el DVD Karajan, Maestro for the Screen. Pues eso, aunque sea una obra archisabida y sepamos cómo las gastaba el salzburgués, les invitamos a que vean esta película. Seguro que no se arrepienten. El diálogo aquí está hecho con el Profesor Joachim Kaiser, viendo a Karajan mucho más cómodo y relajado que con Menuhin (alemán con subtítulos en inglés). Con este documento se completan las colaboraciones del binomio Clouzot-Karajan, testimonios cinematográficos y musicales que no conviene perderse. Enrique Pérez Adrián MOZART: Don Giovanni. GERALD FINLEY (Don Giovanni), BRINDLEY SHERRATT (Il Commendatore), ANNA SAMUIL (Donna Anna), WILLIAM BURDEN (Don Ottavio), KATE ROYAL (Donna Elvira), LUCA PISARONI (Leporello), ANNA VIROVLANSKY (Zerlina), GUIDO LOCONSOLO (Masetto). CORO DE GLYNDEBOURNE. ORQUESTA OF AGE OF THE ENLIGHTENMENT. Director musical: VLADIMIR JUROWSKI. Director de escena: JONATHAN KENT. Director de vídeo: PETER MANIURA. 2 DVD EMI 0 72017 9. 2010. 194’. N PN J urowski ha elegido para estas representaciones del Festival de Glyndebourne, que se retomaron en mayo, la versión preparada por Mozart para Viena en 1788, en la que faltan algunos fragmentos vistos en Praga un año antes y se suman otros de nuevo cuño, como Dalla sua pace o el dúo entre Zerlina y Leporello. El director, que abre aquí y allí numerosas apoyaturas y adornos no escritos, tiene bien asumida la compleja obra y, a lo que podemos comprobar, la dota de nervio, vitalidad y proyección, a lo largo de una narración bien engrasada, fluida, en la que todo parece soldado y en la que las transiciones se producen con gracia y lógica. Hay algunos tempi que se nos antojan en exceso pausados, que buscan el lado más contemplativo —que lo tiene— de la composición. Un ejemplo es la Serenata, bien cantada a media voz por Finley, a la que le falta el valor que la define: es en este caso más una meditación introvertida y desesperada que un plácido canto amoroso. En el brindis el tempo se ralentiza demasiado para que el barítono respire, lo que hace perder dina- mismo y continuidad a la pieza. La batuta se muestra en todo caso firme y clarificadora en los conjuntos, animada en los tutti y muy bien apoyada en la agreste y a veces ácida sonoridad de la orquesta de época, siempre virtuosa y certera. Jurowski otorga un dramatismo inesperado a toda la escena de la estatua, que no es aquí tal, sino un maltrecho cadáver ambulante. Los timbres resplandecen. Las voces, ninguna maravillosa, se suman a esta concepción que, pese a su nitidez expositiva, tiene bastante de grandiosa, y constituyen un grupo maleable y cumplidor. Debemos destacar, no obstante, la estupenda pareja que hacen Finley y Pisaroni, dos voces muy distintas y dos artistas, un barítono y un bajo-cantante, bien diferentes, que proporcionan el contraste adecuado, aquí buscado ex profeso. El primero, lírico y bien empastado, templado y seguro, se presta a servir la chulería que le impone el director de escena. Dice bien el recitativo y despliega con inteligencia unos recursos no especialmente pródigos. El criado está muy bien entendido por el segundo, que nos parece expresivo, con el grado justo de comicidad. Posee un instrumento bien coloreado y suficientemente provisto desde un punto de vista técnico. Samuil canta con gusto y refinamiento y administra sus medios de soprano de cierta anchura. Mejor en lo lírico que en lo dramático, aspecto éste que brilla en la prestación de Royal, aunque a su voz le falta algo de brillo y de metal y le sobra vibrato. Discreta la Zerlina de Virovlansky, que actúa en clave de soubrette mejorada. El pálido don Ottavio está estupendamente encarnado por Burden, que tiene el físico idóneo de hombre canoso y un poco entrado en años, pero que maneja una voz débil de escaso relieve tímbrico. Intérprete sosito. Buen futuro advertimos en el joven Loconsolo, que luce una voz oscura de bajo-barítono y perfila con naturalidad a Masetto. Por su parte, Sherrat defiende un Comendador muy en su sitio. Sin tener un gran instrumento otorga prestancia a la figura paterna. Dentro de lo que cabe, porque se le asigna el desagradable papel de muerto, que es llevado y traído de acá para allá. Al final aparece debajo de la mesa en la que se sirve la cena. Idea que creemos bastante peregrina, como otras que definen la puesta en escena de Kent, que desarrolla la acción en una vaga época felliniana —con las consecuentes y consabidas incoherencias respecto al texto— y que ha construido, con Paul Brown, un espacio mutante y movedizo que es a la vez un edificio de carácter renacentista, un gran fresco pictórico —con variadas imágenes a lo Murillo o a lo Goya— y un recinto cambiante e indefinido. Las últimas escenas se desarrollan sobre feos decorados de verdaderas ruinas. Lo cual, después de todo, puede que no esté mal visto considerando el rumbo que toma la narración. El Finale del primer acto no está conseguido; se modifica de continuo la escena y todo se ve muy confuso. Han desaparecido los músicos del estrado, en contra de lo que solicita la partitura. Se cierra con un incendio provocado por don Ottavio. Y hay un detalle que no terminamos de entender. En un determinado momento del segundo acto, poco antes de que don Giovanni le propine una paliza a Masetto, empiezan a caer pequeños copos de nieve, que no dejan de estar presentes hasta casi el mismo final. Algo paradójico resulta el efecto cuando el libertino dice en el cementerio que hace una hermosa noche, “más clara que el día”. Arturo Reverter 97 265-DISCOS 22/6/11 10:49 Página 98 ÍNDICE ÍNDICE DE DISCOS CRITICADOS 98 Arrau, Claudio. Pianista. Obras de Beethoven, Brahms y otros. EMI. . . . . . . . . . . . . . . . . . .68 Bach, J. S.: Pasión según san Mateo. Dieltiens, Thornhill, Türk/Veldhoven. Channel. . .72 — Variaciones Goldberg. Bacchetti. Dynamic. . . . . . . . . . . . . .72 Bach, J. C.: Sinfonías. Zinman. Newton. . . . . . . . . . . . . . . . .71 — Sonatas para flauta. Ensemble Mediolanum. Christophorus. 68 Balbulus: Tropos y secuencias. Morent. Christophorus. . . . . .68 Barber: Concierto para piano. Nuti/Kawka. Stradivarius. . . .73 Bartók: Obras para piano. Helffer. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . .69 Beethoven: Concierto para violín. Kremer/Marriner. Newton. . .71 — Fidelio. Dermota, Mödl Kamann/Böhm. Orfeo. . . . . .74 — Sonatas para piano 15, 18, 21, 30. Backhaus. Audite. . . . . .73 — Variaciones Diabelli. Lewis. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . .73 Bellini: Sonnambula. Mei, Bertagnolli, Prestia/Oren. Arthaus. .95 Berg: Concierto para violín. Zimmermann/Gelmetti. EMI. . . .70 Bizet: Carmen. Antonacci, Richards, Gillet/Gardiner. Fra Musica. . .95 — Carmen. Obraztsoba, Mazsurok/Kleiber. Arthaus. . . . . . . .70 Brahms: Concierto para piano 1. Badura-Skoda/Korobov. Genuin. . . . . . . . . . . . . . . . .74 — Concierto para piano 1. Mangova/Weller. Fuga Libera. . . .74 — Lieder. Schäfer/Johnson. Hyperion. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .73 — Sinfonías. Giulini. Newton. .71 — Sonata para piano 3. Nakamatsu. H. Mundi. . . . . . . . . . . . .69 Britten: Illuminations. Gauvin/Zeitouni. Atma. . . . . . . . . . . . . .76 — Sinfonía Primavera. Previn. EMI. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .67 Brouwenstijn, Gré. Soprano. Obras de Beeethoven, Verdi y otros. Newton. . . . . . . . . . . .71 Buxtehude: Membra Jesu Nostri. Purcell Quartet/Fretwork. Chandos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .75 Cage: Melodies & Harmonies. Gahl/Lang. Col Legno. . . . . .75 Cánticos de Oriente. Keyrouz. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . .69 Chaikovski: Concierto para violín. Hahn/Petrenko. DG. . . . . . . .76 — Evgeni Onegin. Gavrilova, Novak, Redkin/Ermler. Arthaus. . . . . . . . . . . . . . .95 — Hamlet. Romeo y Julieta. Dudamel. DG. . . . . . . . . . . .76 Cherepnin: Suite para chelo. Tortelier. EMI. . . . . . . . . . . . . . .70 Chopin: Obras para chelo y piano. Geringas/Fountain. Sony. . . .76 Cifra: Motetes. Rombach. Christophorus. . . . . . . . . . . . . . . . . .68 Danzas del Renacimiento. Clemencic. H. Mundi. . . . . . . . .69 Debussy: Nocturnos. Giulini. EMI.70 Defoort: The woman who walked into doors. McFadden/ Siebens. Fuga Libera. . . . . . . . . . . . . .77 Delius: Mass of Life. Groves. EMI. . . . . . . . . . . . . . . . . . .67 Desprez: Motetes. Herreweghe. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . .69 Divina liturgia de san Juan Crisóstomo. Rouskov. H. Mundi. . .69 Donizetti: Linda di Chamounix. Cullagh, Iuliano, Chialli/Clemente. Dynamic. . . . . . . . . .77 Dukas: Aprendiz de brujo. Albrecht. Pentatone. . . . . . . .78 — Obras para piano. Rapetti. Brilliant. . . . . . . . . . . . . . . . . . .78 Dvorák: Concierto para violonchelo. Jaffé/Raiskin. CPO. . . .78 Elgar: Grabaciones del autor. Elgar. EMI. . . . . . . . . . . . . . .67 — Marchas. Haitink. EMI. . . . .70 — Miniaturas. Boult. EMI. . . .67 — Variaciones Enigma. Davis. BR.78 — Variaciones Enigma. Barbirolli. EMI. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .67 Eötvös: Sonata per sei. Wurtz. BMC. . . . . . . . . . . . . . . . . . .79 Escapades du roi. Mauch. Christophorus. . . . . . . . . . . . . . . . . .68 Estoy perdido para el mundo. Wübbolt. Cmajor. . . . . . . . .64 Et la fleur vole. Airs. Lazarevitch. Alpha. . . . . . . . . . . . . . . . . .92 Filarmónica de Israel. 70 aniversario. Helicon. . . . . . . . . . . .66 Fra’ Diavolo. Música en Nápoles. Morini. Arcana. . . . . . . . . . .92 Glass: Cuartetos. Brooklyn Rider. OMM. . . . . . . . . . . . . . . . . .65 — Glassworks. Riesman/Signal. OMM. . . . . . . . . . . . . . . . . .65 — Kepler. Achrainer, McConnell, Robertson/Russell Davies. OMM. . . . . . . . . . . . . . . . . .65 — Sexteto. Glass Chamber Players. OMM. . . . . . . . . . . . . .65 Górecki: Cuartetos. Royal. Hyperion. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .79 — Kleines Requiem. Leeuw. Newton. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .71 Gounod: Réquiem. Corboz. Mirare. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .80 Grainger Edition. Varios. Chandos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .81 Granados: Quinteto. Pommier/ Solistas de Cadaqués. Tritó. . . .80 — Valses. Blasco. Mà de Guido.80 Haendel: Jephtha. Gilchrist, Julsrud, Stensvold/Biondi. BIS. . .81 Halffter E.: Carmen. Fitz-Gerald. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . .81 Haydn: Cuartetos op. 54. Párkányi. Praga. . . . . . . . . . . . . . . .82 Hindemith: Trauermusik. Atherton. Hyperion. . . . . . . . . . . .82 Holst: Planetas. Boult. EMI. . . .67 Huellas hacia la nada. Schultz. Arthaus. . . . . . . . . . . . . . . . .64 Janácek: Cuartetos. Mandelring. Audite. . . . . . . . . . . . . . . . . .82 Jansen, Janine. Violinista. Beau Soir. Decca. . . . . . . . . . . . . .92 Johnston: Cuartetos de cuerda. Kepler. New World. . . . . . . .82 Karlowicz: Concierto para violín. Kaler/Wit. Naxos. . . . . . . . . .83 Kaufmann, Jonas. Arias veristas. Decca. . . . . . . . . . . . . . . . . .91 Korngold: Sinfonía. Albrecht. Pentatone. . . . . . . . . . . . . . . . . .83 Lang: Sterne des Hungers. Cambreling. Kairos. . . . . . . . . . . .83 Leo: Alidoro. Schiavo, Ercolano, Varriale/Florio. Dynamic. . . .83 Lully: Bellérophon. Auvity, Scheen, Perruche/Rousset. Aparté.84 Lutoslawski: Sinfonías 1, 2. Lutoslawski. EMI. . . . . . . . . . . . . .70 Mahler: Sinfonía 1. Judd. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .69 — Sinfonía 9. Barenboim. Cmajor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .96 — Sinfonía 10. Goldschmidt. Testament. . . . . . . . . . . . . . . . . .84 Malipiero: Tre commedie goldoniane. Benda. Naxos. . . . . . .84 Manto and madrigals. Obras para violín y viola. Zehetmair/Killius ECM. . . . . . . . . . . . . . . . . . .92 Markevich: La taille de l’homme. Lyndon-Gee. Naxos. . . . . . .85 Martín y Soler: Arbore di Diana. Aikin, Maniaci, Workman/Bicket. Dynamic. . . . . . . . . . . . .96 Mattheson: Oratorio de Navidad. Kenned, Eittinger, Post/Willens. CPO. . . . . . . . . . . . . . . . . . .85 Mendelssohn: Cuartetos opp. 13, 80. Modigliani. Mirare. . . . . . . . . .85 Misa de Navidad de Notre-Dame. Pérès. H. Mundi. . . . . . . . . .69 Mozart: Conciertos para piano 9, 12. Brautigam/Willens. BIS. .86 — Conciertos para piano 20, 27. Uchida. Decca. . . . . . . . . . .86 — Concierto para violín K. 219. Menuhin/Karajan. Cmajor. . .96 — Divertimento K. 563. Trío Zimmermann. BIS. . . . . . . . . . . .85 — Don Giovanni. Finley, Sherratt, Samuil/Jurowski. EMI. .97 Música francesa para clarinete y piano. Spaedonck/Tharaud. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . .69 Música para Merce 1952-2009. Obras de Wolff, Cage y otros. Wolff y otros. New World. . .93 Música sacra del Renacimiento. Vol. I. Obras de Allegri, Byrd y otros. Phillips. Gimell. . . . . .93 Navidad de ministriles. Spielleyt. Christophorus. . . . . . . . . . . .68 Palestrina: Misa de Santa Cecilia. Rombach. Christophorus. . . .68 Penderecki: Credo. Wit. Naxos.86 Phantasia. Obras de Froberger, Frescobaldi y otros. Zapico. Winter & Winter. . . . . . . . . .93 Piazzolla: Allegro tangabile. Astoria. Fuga Libera. . . . . . . . . . .87 Prokofiev: Sinfonía 5. Rattle. EMI.70 Puccini: Manon Lescaut. Cura, Guleghina/Muti. Arthaus. . . .70 — Turandot. Carreras, Ricciarelli/Maazel. Arthaus. . . . . . . .70 Rameau: Suites. Savall. Alia Vox.87 Rautavaara: La mina. Niemela, Rusanen-Kartano, Kortekangas/ Lintu. Ondine. . . . . . . . . . . .86 Rossini: Piezas de vejez. Chiu. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . .69 Rózsa: Concierto para viola. Power/Litton. Hyperion. . . . .88 Satie: Gimnopedias. Ciccolini. EMI. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .70 Scarlatti, A.: Serenata a Filli. Galli, Oro /Bonizzoni. Glossa. . . . .89 Schubert: Bella molinera. Maltman/Johnson. Wigmore. . . . .89 Schumann: Tríos con piano. C. y T. Tetzlaff/Andsnes. EMI. . . .87 Scriabin: Obras para piano. Ogdon. EMI. . . . . . . . . . . . . .70 Shostakovich: Sinfonías 1, 3. Petrenko. Naxos. . . . . . . . . .88 Sibelius: Sinfonías 4, 6. Karajan. EMI. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .70 — Tapiola. Varios. . . . . . . . . .62 Slovenija! Obras de Lajovic, Gerzinic y otros. B y M. Fink/Spiry. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . .94 Smetana: Cuartetos de cuerda 1, 2. Bennewitz. Coviello. . . . .88 Stravinski: Obras para violín y piano. Keulen/Mustonen. Newton. . . .71 — Suites. Rattle. EMI. . . . . . . .70 Tartini: Conciertos para violín. Vol. 16. Guglielmo. Dynamic. . . .89 Telemann: Conciertos para instrumentos de viento. Schneider. CPO. . . . . . . . . . . . . . . . . . .65 — Conciertos para violín. Wallfisch. CPO. . . . . . . . . . . . . . .65 — Cuartetos y tríos. Epoca Barocca. CPO. . . . . . . . . . . . . . . .65 — Ich hoffete aus Licht. Hierdeis, Egorov, Cooper/Schneider. CPO. . . .65 — Música de los capitanes. Winter, Samuelis, Kobow/Max. CPO. . . . . . . . . . . . . . . . . . .65 — Pasión según san Lucas. Winter, Bierwirth, Podger/Max. CPO. . . . . . . . . . . . . . . . . . .65 Tres tenores. Concierto de las Termas de Caracalla. Carreras, Domingo, Pavarotti/Mehta. Decca/DG. . . . . . . . . . . . . . . . . .94 Urrundik. Obras de Sorozábal, Donostia y otros. Saitua, Zubillaga/Tobalina. Synaulia. . . . . .94 Verdi: Ballo in maschera. Domingo, Barstow/Solti. Arthaus. . .70 — Macbeth. Valayre, Nucci/Bartoletti. Arthaus. . . . . . . . . . . .70 — Trovatore. Domingo, Kabaivanska/Karajan. Arthaus. . . .70 Victoria: Oficios de Semana Santa. Rombach. Christophorus. . . .68 Villa Rojo: Concierto para orquesta. Colomer. Classic World. .89 Vivaldi: Stravaganza. Biondi. Virgin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .90 — Vespro a San Marco. García Alarcón. Ambronay. . . . . . . .90 Volodin, Alexei. Pianista. Obras de Schumann, Ravel y Scriabin. Challenge. . . . . . . . . . . . . . .92 Wagner: Escenas. Pape, Domingo/Barenboim. DG. . . . . . . .90 — Lohengrin. Domingo, Studer/Abbado. Arthaus. . . . .70 Xenakis: Eonta. Drury. Mode. .90 — Pléïades. Percusionistas de Estrasburgo. H. Mundi. . . . . .69 Zubiaurre: Sinfonía en mi. Ocón. Claves. . . . . . . . . . . . . . . . . .91 265-dosier 22/6/11 09:45 Página 99 Infografía: Ivanpascual.co D O S I E R 99 265-dosier 22/6/11 09:45 Página 100 D O S I E R TOMÁS LUIS DE VICTORIA PERFILES DE UN RETRATO DESDIBUJADO I maginado por los pintores Rafael Puch (1951) o Baltasar Sánchez Grau (1966) en sendos óleos para la Masa Coral Tomás Luis de Victoria de Cartagena; por el escultor Jacinto Higueras Fuentes para la Schola Cantorum de Comillas (1943); por los dibujantes de azulejos callejeros para el Ayuntamiento de Madrid o de sellos de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (1985); cincelado en plata para la arqueta regalada por el Estado Español al Papa Pío XII en 1950; caricaturizado por Pablo Morales de los Ríos; o en añejo dibujo publicado por Gessa Loayssa, el rostro de Tomás Luis de Victoria es solamente un sueño nuestro, que queremos poner cara a quien parece se ocultó tras unos libros bellos en su materialidad y sublimes en su contenido. De Cristóbal de Morales o de Francisco Guerrero —sus colegas en el hispano terno que aprendió la música en el cielo según escribió en 1603 el poeta Bartolomé Cairasco de Figueroa— conservamos verídicos retratos coetáneos; del aspecto de Victoria sólo nos queda el recuerdo oral que recogió en el siglo XIX el cantor de la Capilla Sixtina Giuseppe Baini de que vestía “mantello ibero”, algo chocante en Roma. Si desconocida es su silueta, su paso por esta tierra — entre Ávila, Roma y Madrid— tampoco dejó muchas huellas escritas, y algunas un tanto borrosas. El documento más antiguo que lo cita data de junio de 1569, cuando el contable de la iglesia de Nuestra Señora Gloriosísima de Montserrat, en Roma, anotó el pago de 6 escudos a “Vitoria cantor”. Entre este documento y la censura para la imprenta de un libro de misas firmada el 8 de agosto de 1611 (recientemente dada a conocer por Fernando Bouza) se enmarca una vida profesional como compositor, organista, maestro de capilla y capellán, llena de lagunas y enigmas. Abulense universal Retrato de Victoria por Baltasar Sánchez Grau, 1966 100 Aunque ningún documento le cite con su nombre en su ciudad natal, nadie puede dudar de que Victoria era abulense, pues así le gustaba figurar en todas las portadas de sus ediciones. ¿Nostalgia o nacionalismo? Quizás ni una cosa ni otra, sino imitación de (y rivalidad con) el gran maestro romano de su tiempo: si Giovanni Pietroaloysio era conocido por su ciudad natal, Palestrina, Victoria pondría también Ávila en sus libros venecianos o romanos. El adjetivo abulense llegó así a toda Italia, de Turín a Nápoles, a toda España, pero también a Austria, Alemania, Flandes y al Nuevo Mundo. Mas, ¿qué debe Victoria a Ávila? Ante todo, su familia, dedicada a los negocios, seguramente de origen judío por ambas partes, con algunos clérigos influyentes y con contactos en Italia. Pero en sus genes heredados nada parecía predecir una dedicación a la música y menos un éxito tan grande. Tal vez fuera una familia numerosa venida a menos que decide, como otras muchas, dedicar un hijo a la iglesia aprovechando su buena voz; o un caso de auténtica inclinación natural hacia la música. Por ello, la mejor herencia que había recibido ese adolescente que llegaría a Roma hacia 1565, fue su formación musical en la catedral abulense, sobre todo con el maestro Juan Navarro que le enseñaría ya en el momento en que empezaba a despuntar. Aquí conocería también la música de Cristóbal de Morales y de Josquin des Prez, modelo para todo polifonista clásico. Pero si todo esto son hipótesis, más aún lo son las sospechas de ciertas obras juveniles quizás escritas o esbozadas en una primera versión en Ávila: las Lamentaciones de Jeremías conservadas manuscritas en la Capilla Sixtina y luego modificadas al ser publicadas, o algunos de los motetes publicados en su primer libro, editado en 1572, cuyos textos se encontrarían en libros litúrgicos propios de la diócesis abulense. Carmelitas, jesuitas, oratorianos Si algo caracterizaba el Ávila de Victoria era su intensa vida no solamente religiosa sino espiritual. Y la espiritualidad católica, en aquel momento de reformas, estuvo en manos de las órdenes y congregaciones religiosas. El clero regular era más numeroso que el secular, pero sobre todo contó con decenas de figuras carismáticas que protagonizaron una interminable serie de nuevas fundaciones y de reformas de las anteriores. Cada orden tuvo sus peculiaridades litúrgicas e ideológicas, y realizaban sus labores de proselitismo con medios diferentes. Quizás su influencia en la gran música de iglesia no fuera determinante, pues eran las catedrales y colegiatas (esto es, el clero secular) los principales centros de producción y consumo de música polifónica o instrumental. De hecho, aunque la mayor parte de los grandes músicos religiosos españoles fueran clérigos, escasísimos fueron los que pertenecieron al clero regular. Pero una cosa era la vida laboral o profesional, y otra la sensibilidad de 265-dosier 22/6/11 09:45 Página 101 D O S I E R TOMÁS LUIS DE VICTORIA cada cual. Y ahí viene la peculiaridad del caso Victoria, o el intento de explicar algo de esa personalidad que aflora en su música e indirectamente en otros datos de su vida. A fin de cuentas, fue sacerdote y capellán, trabajó en instituciones eclesiásticas y únicamente compuso música religiosa sin tener una obligación contractual. La tentación más fuerte en que han caído los comentaristas ha sido relacionar a Victoria con los místicos carmelitas castellanos: Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. Es una imagen tópica de la España del siglo XVI; la altura de ambos personajes ha servido para ensalzar a cualquier otro que se le compare, como también ha ocurrido con El Greco. Pero en el caso de Victoria se añadiría un elemento determinante: el nacimiento en la misma ciudad que la escritora mística que rea- Comienzo de la Lamentaciones de Victoria (Roma, 1585) lizaría su reforma de la orden quieta sin ruido de voces”. La misma Santa Teresa exigirá del Carmen en 1562. El determinismo geográfico y la en sus Constituciones que el canto de sus monjas sea “en influencia literaria de Maurice Barrès llevaron al musicólogo tono, sin punto”, es decir, ni siquiera canto gregoriano sino francés Henri Collet a desarrollar hace un siglo una amplia una sencilla entonación unitonal. teoría sobre el misticismo musical español, cuyo máximo El contacto directo de nuestro compositor con los místirepresentante habría sido Victoria. Aunque la idea ha ido cos carmelitas resulta, pues, poco verosímil y nada fructífeperdiendo fuerza, todavía surgen, incluso en círculos acadéro. No ocurre lo mismo con la otra gran aportación españomicos, argumentos más propios de una novela histórica, la al catolicismo del momento: la Compañía de Jesús fundacomo imaginar a Santa Teresa escribiendo a San Francisco da por Ignacio de Loyola en 1540. Victoria estuvo como de Borja una carta de recomendación para admitir en los alumno del Colegio Germánico de Roma entre 1565 y 1569, colegios jesuitas de Roma al jovencito seise de la catedral y como maestro entre 1571 y 1576; se trataba de una instituabulense. En cambio, lo curioso es que los panegiristas del ción fundada para formar un clero dispuesto a luchar hasta Victoria místico y teresiano, no hayan tenido en cuenta que el martirio en la defensa del catolicismo frente al protestanla verdadera relación del músico con los escritos místicos tismo. Gracias a este contacto con estudiantes alemanes, la pudo suceder más bien en los últimos años pasados en las música de Victoria conocería una extraordinaria difusión en Descalzas Reales de Madrid: la emperatriz María de Austria, el centro y norte de Europa, con ediciones exclusivas en a quien servía como capellán, fue una apasionada defensoAlemania, inclusión en antologías y adaptaciones en tablara de los escritos de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, tura de laúd o de órgano que se expandieron hasta Polonia. luchó por evitar su censura inquisitorial y en 1587 escribió a Pero aparte de esos años fundamentales en la formación e Roma para iniciar el proceso de beatificación de la monja; inicios de la carrera del compositor, otros capítulos de su era además poseedora de uno de los más importantes códivida discurrieron cercanos a los ambientes jesuíticos. Para ces del Cántico espiritual de San Juan de la Cruz. Los escriexplicar su aparición en Roma en un colegio jesuítico, se ha tos de éste circulaban entre las monjas del monasterio y fray pensado en la posibilidad de que se formara en el colegio Juan de los Ángeles, compañero del compositor como de San Gil establecido en Ávila en 1554; en el otro extremo capellán, los plagiaba sin ningún rubor. Pero de ahí a la de su vida, en las Descalzas Reales de Madrid, Victoria pasó influencia sobre la música del abulense hay un trecho parequince años al servicio de quien fuera la gran protectora de ce que insalvable. la Compañía, la Emperatriz fundadora del Colegio Imperial, Dejando a un lado lo que de comodín tiene el término a donde dejaría sus bienes. De hecho, la conexión de Victomisticismo para evitar hacer un análisis técnico y estético de ria con la familia Habsburgo bien pudo llegar por la vía de las partituras que llevaría a hablar de teoría de los afectos, los jesuitas: la princesa Juana de Austria, fundadora de las expressio verborum, musica reservata o seconda prattica, Descalzas, tuvo estrecha relación con San Francisco de Bornada parece avalar ni la relación de Victoria con la literatura ja, y ella misma fue jesuita. Su labor, por tanto, era bien mística, ni menos aún la existencia de un estilo místico en conocida entre los jesuitas romanos y Borja sabía del nomla música. Fundamentalmente porque el misticismo castellabramiento de Victoria como maestro del Germánico cuando no no fue un misticismo musical, ni siquiera litúrgico; fuera está en contacto con la Princesa. Por otro lado, la protecdel interés por la música popular, los místicos castellanos ción de la Emperatriz a la Compañía arrancaba ya de sus centraron su estética sonora en el silencio. Heredaban la años en Praga y Viena, y seguramente sería comentada en tradición del misticismo renano flamenco y según el maesel colegio Germánico, fusionado en 1589 con el colegio tro Eckhardt “para que Jesús hable en el alma, debe estar Hungárico. sola y callada, si quiere oír hablar a Jesús”; en esa soledad La relación humana con los jesuitas fue estrecha, pero ¿y callada conocerá el alma de San Juan a su Amado, a quien la musical? Es conocido el rechazo inicial de San Ignacio llama “música callada porque es inteligencia sosegada y 101 265-dosier 22/6/11 09:45 Página 102 D O S I E R TOMÁS LUIS DE VICTORIA Archivio della Congregazione dell’Oratorio. Roma hacia el canto litúrgico y la eliminación del servicio del coro para sus sacerdotes. Esta postura polémica dio lugar a enfrentamientos e incluso imposiciones papales, de manera que hubo de moderarse y dar cabida al canto. Del colegio abulense de San Gil conocemos algún dato de interpretación de canciones cantadas “al tono de” otras profanas, incluidas dentro de comedias religiosas como las del padre Juan Bonifacio; quizás para ello poseyeran en su biblioteca un ejemplar del libro de vihuela de Diego Pisador (1552). Todo ello, en cualquier caso, muy alejado de la música litúrgica que escribiría Victoria. Pero en el Germánico de Roma cambiarán las cosas, ya que allí el canto polifónico de misas y de algunas horas litúrgicas será una práctica habitual. El colegio no tenía una capilla de música con cantores o instrumentistas profesionales (como las iglesias colegiadas) ni admitía a formar parte de la orden a personas por sus buenas cualidades musicales (como algunas instituciones del clero regular), sino que eran los propios colegiales quienes cantaban. Con lo que sí contaban era con la colaboración puntual de cantores contratados (algunos de la capilla Sixtina) y con un maestro, músico profesional, ajeno a la composición; el primero de ellos fue Tomás Luis de Victoria. Sólo consta la interpretación de una obra en este contexto, el salmo Super flumina Babylonis, en octubre de 1573, pero es factible conjeturar que otras obras suyas se cantarían en el colegio o en su aneja iglesia de San Apolinar. Dicho todo esto, la pregunta que se impone es si existe un estilo jesuítico o al menos algunos rasgos de identidad. Ha sido Eugene Cramer, el mayor especialista hoy en Victoria, quien ha insistido en ello, sobre todo en relación con la utilización de la técnica del fabordón en algunos salmos, himnos (Te Deum) y otras obras (Nunc dimittis, Tædet animam meam). Pero todos ellos Carta de Victoria al oratoriano beato Giovenale Ancina, escrita en Madrid el 17 de octubre de1586 son rasgos comunes en la época, que resulta difícil adscribir en exclusiva a una práctica jesuítica. pesar de los deseos de Felipe Neri de que Victoria formara Un tercer perfil espiritual completa la huidiza imagen parte de la Congregación, éste marchó antes de ingresar, victoriana: el de la Congregación del Oratorio, fundada por aunque siguió manteniendo relación con ellos. Una vez Felipe Neri en 1575. En 1581 Victoria marchó a vivir y servir más, Victoria se escabullía. Tampoco parece que hubiera como capellán de la Cofradía de la Caridad, sita en la iglesia contacto, ya en Madrid, con un personaje de tanta actividad de San Girolamo della Carità, al lado del santo fundador y musical y tan cercano a San Felipe Neri como fue Jacopo otros sacerdotes. Aunque O’Regan ha marcado la diferencia Gratii, el Caballero de Gracia, casi vecino de Victoria. institucional entre la Cofradía y la Congregación para disO’Regan piensa que algunos de los motetes nuevos tanciar a ambos personajes, Daniele Filippi ha documentaincorporados por Victoria a su edición de 1585, más ligados do recientemente el contacto con el propio Neri gracias a a las melodías gregorianas, pudieran tener que ver con las una carta de Victoria dirigida desde Madrid al oratoriano prácticas litúrgicas en San Girolamo. Ya Nemesio Otaño beato Giovenale Ancina en 1586: “echo en falta la dulce había advertido esa posible influencia, y ponía como ejemconversación de los padres, y no estoy lejos de volver a esa plo el responsorio Tenebræ factæ sunt con su bello y drasanta ciudad y morir en ella, como el padre Filippo me promático cantus como una melodía acompañada. Por otra metió a mi partida”. Con Ancina tuvo una relación muy parte, los clérigos del Oratorio, filipenses u oratorianos, estrecha, según declaró el propio compositor en su publicaconcedieron una importancia primordial a la música en su ción de 1585 Motecta festorum totius anni, y Ancina alabó labor religiosa. Mas de nuevo no como canto litúrgico, sino la fama de Victoria en toda Italia y hasta en las Indias. Pero como atracción para los fieles. Cantos sencillos y populares si hubo un sacerdote del Oratorio con quien Victoria manfueron los laude spirituali compuestos por Soto de Langa y tuviera estrecha relación, fue con el compositor de origen otros músicos. Pero también prestaron atención a la música español y cantor de la capilla Sixtina Francisco Soto de Lanmás artística, para lo que solicitaban la presencia de cantoga, præfectus musices del Oratorio. Ambos pertenecieron a res profesionales o hacían encargos a compositores. De la Archicofradía de la Resurrección, de la iglesia de San Giahecho, consta que Giovenale Ancina solicitaba desde Nápocomo degli Spagnoli, donde coincidieron en labores caritatiles libros y composiciones de Victoria. A la vista de estas vas y musicales en los años 1583-1584. En varias cartas y prácticas, Esteban Hernández Castelló ha propuesto que los documentos, Victoria se refiere a Soto como corrector de diez salmos de vísperas a cuatro voces —conservados sus libros o intermediario económico. Pues bien, a pesar de manuscritos en la Biblioteca Nazionale de Roma hasta la convivencia con los principales clérigos del Oratorio, a 102 265-dosier 22/6/11 09:45 Página 103 D O S I E R TOMÁS LUIS DE VICTORIA comienzos del siglo XXI— fueron escritos para el Oratorio y de acuerdo con el gusto por la simplicidad que había defendido Soto de Langa. Los dos Felipes Cercano a unas u otras corrientes espirituales, pero a la vez escribiendo una música independiente de influjos determinantes, Victoria, sin dejar de ser un compositor religioso, fue también compositor “político” que dedicó la mayor parte de sus libros a distintos miembros de la dinastía de los Habsburgo. La monarquía católica, la imagen del rey de España como máximo defensor de la ortodoxia, explican que sean obras litúrgicas las que se dediquen a los soberanos de la tierra, y que lo que aparezca tras los escudos reales, imperiales o ducales de las portadas sean misas, salmos y motetes. En las más tradicionales síntesis de historia de España, Santa Teresa de Jesús es la imagen de la espiritualidad del siglo XVI y Felipe II es la imagen del poder político. Nada más fácil que ilustrar la figura sin rostro del músico abulense con el retrato del monarca ortodoxo y austero. Y no es que se trate del tradicional apéndice inflamado de “fulano y su tiempo”; aquí el contexto es parte del texto, pues, en efecto, Victoria dedicó una de sus más importantes ediciones (Missarum libri duo, Roma, 1583) al rey Felipe, con una de las dedicatorias más autobiográficas, donde narra sus ocupaciones en Roma y su intención de volver pronto a España. El propio autor declarará tres años después que “el rey ha gustado mucho de [mis libros], particularmente del suyo”. Si pretendía Victoria algo más que el agrado, esto, es, un puesto en la Real Capilla; o si, gracias a esta dedicatoria, Felipe II se fijó en él para recomendarlo a su hermana la emperatriz María, instalada en Madrid desde el mismo 1583, son solamente conjeturas. La realidad es que el supuesto gran mecenas de la música española, como llamó Higinio Anglés a Felipe II, no hizo demasiado caso, o más bien ninguno, de la música de nuestro compositor, que parece nunca llegó a sonar en el entorno del fundador de El Escorial. Pero Victoria también dedicó un libro al rey Felipe III, las Missæ, Magnificat, Motecta, Psalmi et alia, de 1600. Parece que había estado esperando a la muerte del poderoso Felipe II, ya que a las pocas semanas se encontraba firmando el contrato para su nuevo libro dedicado a su hijo. Un nuevo horizonte parecía abrirse. Y el estilo musical cambiaba sustancialmente, pues ahora la protagonista era la escritura a dos y tres coros, con órgano y ministriles, con una técnica homorrítmica que buscaba el diálogo y el contraste entre los coros. Poco después Victoria declaró que, al menos una de las obras allí publicadas, la Missa Pro victoria a nueve voces, había agradado especialmente al joven monarca. Victoria no fue ni el músico de Felipe II, ni el de Felipe III. Fue el capellán de la Emperatriz, la hermana de aquél, y la tía y abuela de éste. Y al igual que su señora, mantuvo la relación con los reyes españoles, pero también la autonomía y la distancia. Desde su residencia en la calle Arenal y desde sus ocupaciones religiosas y musicales en las Descalzas, vio pasar la historia de la corte (los dos Felipes, las banderías en torno a Antonio Pérez, los traslados MadridValladolid, el ascenso del duque de Lerma) y la historia de la música (las directrices postridentinas, la modernización del gusto hacia el italianismo, la policoralidad, el basso seguente). Mientras, seguía componiendo, tañendo el órga- no o rigiendo la capilla de las Descalzas; pero también dedicado a promocionar a algunos músicos, asesorar sobre la construcción de órganos (por el organero Brevos) u ocupado en tareas de edición, distribución y cobro de libros propios o ajenos (Alonso Lobo, Philippe Rogier). Así llegó al único perfil nítido de su figura: su muerte un 27 de agosto de hace 400 años, según la partida de defunción conservada en el archivo de la parroquia madrileña de San Ginés. Fue enterrado en la cripta dedicada a los capellanes en la iglesia de las Descalzas, cuyo lugar exacto ha sido identificado por la actual archivera del monasterio, sor María Almudena del Espíritu Santo, como la losa bajo la pila del agua bendita del lado de la Epístola. Desde entonces, borrosa su figura, nos quedó su música. Alfonso de Vicente Sobre su biografía N. Otaño: “Fundamentos de las tendencias espirituales y artísticas de Victoria”, en Ritmo, 141 (1940); R. Stevenson: “Tomás Luis de Victoria”, en La música en las catedrales españolas del Siglo de Oro, 1993; N. O’Regan: “Tomás Luis de Victoria’s Roman churches revisited”, en Early Music, XXVIII/3 (2000); E. C. Cramer: “An Overview of Victoria’s Life and Work”, en Studies in the Music of Tomás Luis de Victoria, 2001; Daniele V. Filippi: Tomás Luis de Victoria, 2008; A. M. Sabe Andreu: Tomás Luis de Victoria, pasión por la música, 2008; T. L. de Victoria: Cartas (1583-1606), 2008. 103 265-dosier 22/6/11 09:45 Página 104 D O S I E R TOMÁS LUIS DE VICTORIA LECTURAS DE VICTORIA EN ESPAÑA Y EUROPA A 104 l cumplirse el IV centenario del fallecimiento de Tomás Luis de Victoria (1548-1611) volvemos la vista atrás para recordar cómo su música ha sido apreciada a lo largo de la historia. Hoy nos parece imposible que sus obras pudieran suscitar críticas negativas, que se le pudiera considerar un compositor de segundo orden o un mero imitador del estilo italiano; pero el respeto que alcanzó en vida o la admiración que inspira a los aficionados actuales no siempre ha sido universal. Al menos en el extranjero, Tomás Luis de Victoria fue considerado y calificado por algunos como el “mono de Palestrina”. Esta etiqueta desafortunada e injusta hizo reaccionar a los defensores de la música religiosa española y, en general, a la prensa, que intervino para respaldar la obra de una de sus glorias nacionales. ”Aunque todos los escritores que se han ocupado acerca de los compositores del siglo XVI presentan a nuestro compatriota Victoria como uno de los más eminentes maestros de aquella época, creemos, sin embargo, que no le han hecho toda la justicia que se merece. Han dicho algunos que fue fiel imitador de Palestrina, y ha habido quien ha dado el dictado de “mono” (singe) de este célebre compositor. Otros le han rebajado todavía más, diciendo que esa imitación no fue en las verdaderas bellezas, sino en lo profundo y “rebuscado” (recherché). Nosotros respetamos hasta cierto punto las opiniones de estos escritores en cuanto a que las obras de Victoria prueban que él se propuso como modelo al célebre Palestrina, y que ellas tienen más analogía con las de éste que con las de Morales, Escobedo y otros que le habían precedido. Pero estamos muy lejos de creer que fue solamente un mero imitador de aquel gran maestro, y que sólo le imitó en lo que llamamos “buen trabajo”. Estamos seguros de que aquellos que han juzgado de esta manera a nuestro célebre compatriota, lo han hecho sin conocer todas sus mejores obras, o sin examinarlas detenidamente como es necesario para formar de ellas un juicio exacto”. Con este párrafo comienza el segundo artículo de la sección “Lira Sacro-Hispana” que Hilarión Eslava dedicó a Tomás Luis de Victoria en la Gaceta Musical de Madrid el 9 de marzo de 18561. El entonces profesor del Conservatorio de Madrid hacía referencia a las irónicas palabras del casi contemporáneo de Victoria, Dom Severo Bonini (1582-1663) 2, que otros italianos, como Giuseppe Baini (1775-1844) en su Memoria histórica-crítica de la vida y obra de Palestrina de 18283, habían retomado y que rebajaban al gran compositor abulense a la categoría de un mono capaz únicamente de imitar o incluso plagiar la técnica del gran artífice de la Contrarreforma. Una parte de la opinión europea siguió repitiendo y jugando con la expresión “mono de Palestrina”, aprovechando el doble significado de la palabra: el de “calco” o “copia”, pero también el más burdo, el de “primate”. En el mejor de los casos se daba a entender que Victoria era indudablemente un gran músico, pero muy secundario, si se comparaba con Giovanni Pierluigi da Palestrina (c. 1525-1594). Desde mediados del siglo XIX, se subraya que esta valoración es indigna y, en vez de dejarla caer en el olvido, la prensa la repite hasta la saciedad para defender lo contrario: el genio del abulense, la personalidad de su obra, la urgencia de difundirla. Los padres de la musicología española se ponen manos a la obra a través de la edición de sus Hilarión Eslava obras y de la publicación de artículos y monografías sobre el compositor, pero otros articulistas más anónimos también escriben sobre él. Entre todos dibujan un panorama digno de estudio, que, con mayor o menor objetividad, impulsa el conocimiento de la biografía y obra del músico. Eslava tenía un vivo interés en difundir el trabajo de edición llevado a cabo en la colección de obras españolas de la Lira Sacro-Hispana, donde se habían editado piezas de Victoria, entre otros, pero su opinión correspondía a la concepción que poco a poco se impondría tanto en España como en Europa: por mucho que Victoria hubiera tomado como modelo a Palestrina, había sabido encontrar su propio camino, lenguaje y forma de expresión. Eslava y otros críticos podían entender que no se reconocieran las diferencias entre las sonoridades puramente italianas de Palestrina y las más ibéricas de Victoria… pero, puesto que éstas existían, se sentía la necesidad de analizarlas y comentarlas. 265-dosier 22/6/11 09:45 Página 105 D O S I E R TOMÁS LUIS DE VICTORIA Adrien de la Fage Comparaciones y ofensas Que se comparase a Victoria con Palestrina no habría dado mucho que hablar, pero que se denominara al insigne compositor abulense con una expresión denigrante acabó siendo un verdadero estímulo y, 20 años después del artículo de Hilarión Eslava, la prensa seguiría defendiéndole de esta acusación. En 1879, la Crónica de la Música de Madrid dedica un extenso artículo al compositor, firmado por Ildefonso Jimeno, en su serie “Glorias nacionales”. El autor de este texto dedica la primera parte a argumentar cuán poco fundada es la acusación de tomar a Victoria como mero imitador de Palestrina, explicando las filiaciones del trío de compositores hispanos del Renacimiento —Morales, Guerrero y Victoria— entre ellos y con respecto al italiano. Concluye con una reflexión general sobre la visión de la música española fuera de nuestras fronteras: “Con dolor he de confesar que casi todos los extranjeros, al tratar de las cosas de España lo han efectuado, no sólo sin consideración alguna hacia la muy diversa acogida que bajo todos conceptos han hallado entre los españoles, sino faltando al respeto y a la veracidad que la historia requiere; mas tengo por cierto que la misma generalidad del hecho os muestra mejor defensa, en razón a que no es creíble [que] merezca una Nación cual la nuestra ataques y censuras hacia todas las manifestaciones de cultura y progreso”4. Es totalmente cierto que algunos de los artículos publicados en el extranjero durante el siglo XIX sobre la vida musical española o compositores españoles de la talla de Victoria se conformaban con ridiculizar algunas características sacadas de contexto. Respiraban por norma una convicción sobre la inferioridad de lo español, que argumentaban con un indiscutible savoir faire, salpicando los progresos musicales con los errores de un rey, gobernante o político desastroso. Y no se puede descartar que tales mofas contribuyeran a enraizar un nacionalismo, a veces igualmente subjetivo, en los articulistas e historiadores de la música españoles. En parte consciente de ello, Ildefonso Jimeno termina reconociendo que la larga digresión de su opúsculo tal vez fuera “hija de su acendrado españolismo”. Uno de los aspectos más interesantes de su artículo es cómo afirma algo que hoy consideramos evidente, pero que en el último cuarto del siglo XIX no parecía estar aún asentado: la existencia de un estilo de música sacra renacentista puramente español. Jimeno escribe: “tal vez parezca impropia y hasta pretenciosa la idea de un estilo característico español dentro del género religioso, mas no sólo existió en las obras del siglo XVI y posteriores, debidas a la fecunda inspiración de nuestros maestros, sino que ese peculiar carácter es, en mi pobre juicio, la mejor prueba en contra de la gratuita acusación que a Victoria se ha lanzado, titulándole, con frase bien poco culta, bien poco respetuosa, y bien poco seria el mono de Palestrina”. Y más adelante, comenta: “Dicho motete [Vere languores nostros] revela que el maestro español tenía un estilo propio, impregnado del sentimiento de la escuela de su Patria, aunque con análogos procedimientos a los usados en su época para el género verdaderamente religioso; recursos de que, como hoy sucede, se valían lo mismo los maestros italianos que los españoles, belgas, etc., etc.”. Entre los extranjeros hubo notables excepciones, cuya contribución a la historiografía de Victoria se reveló finalmente esencial. El crítico francés Adrien de la Fage (18011862), un especialista reconocido de canto coral y música religiosa, además de un experto en Palestrina, había sido uno de los primeros en introducir la música de Victoria en Francia. A raíz de un viaje a Italia en 1828-1829 había escuchado la misa O quam gloriosum y, de regreso a la capital, había conseguido que el editor Choron la publicara. En París se interpretaron las Turba passionis en algunas iglesias y sobre todo Adrien de la Fage escribió acerca de la categoría musical del español, situándolo ya al mismo nivel que Palestrina5. Ildefonso Jimeno, en el artículo citado, comenta cómo el crítico belga François-Joseph Fétis (1784-1871) había valorado positivamente la obra del abulense. En su famosa biografía de músicos, Fétis dice del compositor hispano: “Más tarde, estudió con esmero las obras de Palestrina, y le imitó a menudo con acierto; resumiendo, fue uno de los compositores de música sacra más distinguidos y que han contribuido más a la gloria de España”6. En 1885 se sigue manteniendo esta opinión, y así, en la revista América. Crónica hispano-americana de Madrid, dedicada a asuntos tanto de política y administración, como de letras, ciencias y artes, se consagra un artículo, firmado por Carlos Guaza y Gómez Talavera, a Tomás Luis de Victoria. Es curioso verlo entre textos relativos a la situación de los partidos liberales, la geografía topográfica e historia de México o el archipiélago filipino. El artículo menciona a Fétis como el mejor biógrafo de Victoria hasta el momento. En él comprobamos que la identificación de la obra del abulense con un estilo específicamente hispano se afianza: “Terminaremos con unas cuantas palabras sobre su manera y estilo, no según resultan de las opiniones encontradas de sus biógrafos y de especies repetidas por costumbres y rutina, sino del examen de sus más relevantes obras. Aunque se ejercitó con preferencia en la música religiosa y sombría, demostró una habilidad asombrosa para marcar en sus composiciones las notas del dolor y del amor místico, supo también a veces rivalizar con su contemporáneo Morales y el inspirado Palestrina, impregnando varias de sus más notables composiciones de ese sentimiento delicado que produce en el alma serenas y placenteras emociones. Victoria fue el más genuino representante de la música religiosa en nuestra patria. La dualidad de tendencias que en los músicos españoles e italianos se observa, engendró en la mente vigorosa de Victoria las cualidades que tanto le distinguen: un sentimiento profundamente religioso y espiritualista y un amor profundo e inextinguible al divino arte 105 265-dosier 22/6/11 09:45 Página 106 D O S I E R TOMÁS LUIS DE VICTORIA François-Joseph Fétis 106 de la música”7. Algunas décadas después, el crítico y compositor Henri Collet (1885-1951) consagró un estudio a la música española del siglo XVI titulado El misticismo musical español en el siglo XVI8, un ensayo influenciado tanto por las investigaciones sobre Victoria de Felipe Pedrell como por los trabajos de crítica literaria de Menéndez y Pelayo. Collet parte de una analogía entre los místicos españoles, como San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila, con los músicos del mismo siglo. Según él, Tomás Luis de Victoria representa la síntesis, tanto de la mentalidad y del estilo, como de la técnica musical. Por otro lado, en vez de dar excesiva importancia a las acusaciones contra Victoria menciona otras reflexiones de los mismos autores que le calificaron de “mono de Palestrina”, en particular las que apuntaban al posible origen oriental de alguna de sus melodías. Aunque esta teoría no resulte convincente, parece claro que el autor intenta describir las particularidades del estilo sacro hispano frente al italiano, cayendo sin duda en tópicos, pero avanzando, a pesar de todo, en la reflexión. La importancia historiográfica de este ensayo es doble: por un lado, el haber importado en Francia teorías de los hombres de letras hispánicos como Menéndez y Pelayo, y, por otro lado, haber sido capaz de explicar las peculiaridades del estilo de un Guerrero, un Morales y sobre todo de Victoria, a la luz de Palestrina, pero sabiendo apreciar las diferencias entre unos y otros. De manera general, su trabajo aplacó casi definitivamente todas las críticas contra Victoria en Francia, e incluso las comparaciones con Palestrina. Collet apoyaba tanto la existencia de una escuela hispana paralela a la italiana, como la individualidad indiscutible del abulense, afirmando que su obra era tan variada como expresiva. Según el musicólogo francés, el estilo hispánico se asentaba más sobre la mentalidad y las técnicas de la música medieval que sobre las del Humanismo italiano. También defendió la hipótesis de que Victoria ejerció gran influencia sobre la escuela alemana, y que sus obras fueron enseñadas y tomadas como modelo por compositores germánicos como J. S. Bach. En definitiva, El misticismo musical español en el siglo XVI contribuyó a reconocer el valor propio de la escuela española del Renacimiento. Novedades A lo largo del siglo XIX y principios del XX, las publicaciones periódicas musicales dan cuenta en numerosas ocasiones de noticias relacionadas con Tomás Luis de Victoria, bien para difundir ediciones y conciertos, bien en artículos de corte biográfico. Así, en 1868 se anuncia la notable iniciativa de los “Conciertos Históricos” organizados por la Sociedad artístico-musical de socorros mutuos, con un programa que se interpretó dos veces (27 de marzo y 3 de abril respectivamente) con obras de Alfonso X, Tomás Luis de Victoria, Bartolomé Ramos de Pareja y Carlos Patiño9. Como tuvieron lugar en el Real Conservatorio y la nota de prensa fue redactada por el Secretario del Centro, Rafael Hernando, parece posible que fuera otra iniciativa relacionada con la Lira Sacro-Hispánica, lo cual demuestra el apoyo de Hilarión Eslava y del Real Conservatorio a la difusión de la música polifónica española. Son muchas las reseñas sobre las obras de Victoria, así como de Morales o Guerrero, en conciertos “sacro-polifónicos”, como los titulaba la prensa, que dejan constancia tanto del esfuerzo de los primeros musicólogos españoles por dar a conocer este repertorio, como del favor del público. En El Globo del 30 de marzo de 1901 se reseñan las obras interpretadas en uno de estos conciertos y el éxito del mismo: “El público aplaudió con entusiasmo, y a petición del mismo se repitió la hermosa composición de Tomás Luis de Victoria Popule meus” […] Nuestra felicitación más completa para el Sr. Pedrell, cuyo patriótico trabajo es digno de toda loa…”10. Un año después, en el funeral oficial por el ingeniero y senador José Canalejas y Casas, se interpretó la Misa de Réquiem compuesta para los funerales de la emperatriz María, tal y como reseñan varios periódicos y revistas, incluyendo La correspondencia militar11. A raíz del Primer Congreso Español de 265-dosier 22/6/11 09:45 Página 107 D O S I E R TOMÁS LUIS DE VICTORIA música española. En el artículo citado de la revista América se hace mención de las hipótesis de Eslava sobre la fecha de fallecimiento: “Han sido inútiles, dice el eminente Eslava, cuantas diligencias hemos practicado para saber la fecha del fallecimiento del ilustre maestro; pero siendo su última obra la que publicó en Madrid el año 1605, es probable que falleciera poco después, a la edad de cerca de setenta años”. Con frecuencia se hace alusión a los descubrimientos de Felipe Pedrell, y en 1917, en el artículo “Nueva documentación sobre el insigne maestro abulense Tomás Luis de Victoria”, publicado en Arte Musical. Revista iberoamericana, él mismo da a conocer sus últimos hallazgos y conclusiones en relación con la genealogía del músico. Pedrell explica que, cuando escribió la biografía de Victoria, se apoyó en todos los materiales a su alcance, pero que, gracias a un descendiente del compositor, que le ha aportado un documento conservado en el Archivo de Simancas puede dar nuevas pistas sobre la familia del abulense, que, se había fusionado con otra que supuso una agradable y sorprendente noticia para él, la de Fernando de Rojas, el autor de La Celestina. En el texto se palpa la doble emoción de su autor, pues si Victoria le interesaba como musicólogo, la Tragicomedia de Calisto y Melibea le había servido como libreto de su ópera La Celestina. El artículo incluye un árbol genealógico completado por algunas anotaciones manuscritas ¡y la propia firma del musicólogo!13. Son estas unas cuantas muestras de cómo, desde mediados del siglo XIX, se va estableciendo tanto la consideración por el músico como un mayor conocimiento de su biografía. Se aprecia la evolución desde los primeros artículos, donde parece necesario justificar la relevancia de su obra o donde se esboza con mucha prudencia la fecha de su nacimiento. Resulta fascinante explorar el camino que los compositores y sus obras han transitado para llegar a su actual estatus de genios indiscutibles, pues, en cierta manera, confirma el dicho de que el tiempo… pone a cada uno en su sitio. Felipe Pedrell Música Sagrada, celebrado en Valladolid en 1907, se sacó a relucir la eterna comparación Palestrina-Victoria, y así el Nuevo Mundo del 25 de abril, dice: “Una de las glorias de Palestrina es el haber buscado la verdadera belleza en la fiel expresión de la letra por la música, enalteciendo así el arte religioso. Pues antes que Palestrina, dos ilustres músicos españoles, el sevillano Cristóbal de Morales y el abulense Tomás Luis de Victoria, habían realizado ya el progreso. En la historia de la música española abundan los nombres preciados, desde Ceballos y Rivera hasta el salmantino Doyagüe. Lo malo es que todos esos nombres son para nuestro público desconocidos; yacen sepultados en el olvido más completo. […] El sabio musicógrafo Julien Tiersot equipara a Victoria con Palestrina, diciendo que son “los dos más grandes maestros de la música religiosa del siglo XVI” y dedicando iguales elogios a la misa O quam gloriosam del español y a la celebérrima del Papa Marcelo de Palestrina”12. En cuanto a los artículos relacionados con la biografía son especialmente interesantes, pues comprobamos que en ellos se van aportando noticias, descubrimientos e hipótesis sobre la vida del abulense; se van confirmando unas y desechando otras, y podemos leer cómo los articulistas discuten sobre la fecha de nacimiento o de fallecimiento del compositor, tal y como los artículos de las distintas revistas de musicología españolas van aportando, desde hace décadas, datos sobre temas más o menos inéditos. Se aportan listas de obras y se analizan o comentan alguna de ellas. Todo ello demuestra que tanto la prensa de opinión como la especializada daba a conocer el avance de la investigación en torno a las figuras de primer orden de la historia de la Beatriz C. Montes Hilarión Eslava, “Lira Sacro-Hispana”, Gaceta Musical de Madrid, Año II, nº 10, 9 de marzo de 1856, pp. 1-3. 2 Leila Galleni Luisi (ed.), Discorsi e regole sopra la musica di Severo Bonini, Cremona, Fondazione Claudio Monteverdi, 1975. 3 Giuseppe Baini, Memorie storico-critiche della vita e delle opere di Giovanni Pierluigi da Palestrina, Roma, dalla Società tipografica, 1828. Reproducción facsímil: Hildesheim, G. Olms, 1966. 4 Ildefonso Jimeno, “Glorias nacionales V: Tomás Luis de Victoria”, Crónica de la música. Revista semanal y biblioteca musical, Madrid, jueves 10 de abril de 1879, pp. 1-2. 5 Véase Adrien de la Fage, Extraits du catalogue critique et raisonné d’une petite bibliothèque, Rennes, H. Vatar, 1857, p. 55. 6 François-Joseph Fétis, Biographie universelle des musiciens et bibliographie générale de la musique, París, Firmin-Didot, 18601868, Vol. 8, p. 341. 7 Carlos Guaza y Gómez Talavera, “Tomás Luis de Victoria”, América. Crónica hispano-americana, Madrid, Año XXVI, nº 8, 28 de abril de 1885, pp. 3-4. 8 Henri Collet, Le mysticisme musical espagnol au XVIe siècle, París, Librairie Félix Alcan, 1913. 9 Revista y Gaceta Musical, Año II, nº 12, 23 de marzo de 1868, p. 54. 10 “Concierto sacro polifónico”, El Globo, Año XXVII, nº 9246, 30 de marzo de 1901, p. 2. 11 “En Santa Bárbara. El funeral de hoy”, La correspondencia militar, Año XXV, nº 7579, 1 de diciembre de 1902, p. 2. 12 Ismael Sánchez Estevan, “Música religiosa. El congreso de Valladolid”, Nuevo Mundo, Año XIV, nº 694, 25 de abril de 1907, p. 4. 13 Arte Musical. Revista iberoamericana, Año III, nº 60, 30 de junio de 1917, pp. 2-3. 1 107 265-dosier 22/6/11 09:45 Página 108 D O S I E R TOMÁS LUIS DE VICTORIA LA MÚSICA Y SU INTERPRETACIÓN Este año se cumple el cuarto centenario del fallecimiento del español Tomás Luis de Victoria, probablemente el más destacado de todos los compositores de música litúrgica del siglo dieciséis. Estudioso, místico, sacerdote, cantante, organista y compositor, Victoria fue, en realidad, seis personas en una. Al igual que Palestrina, podría decirse que con Victoria nos encontramos ante un artífice magistral. Sin embargo, el haber introducido en su música cualidades únicas, imposibles de encontrar en cualquiera de sus colegas coetáneos, le proyecta como un genio que se sitúa mucho más allá de la mera maestría artesanal. Como es sabido, su escritura se dedicó exclusivamente a la música sacra, a diferencia de otros contemporáneos como Lassus, prolífico en la mayoría de géneros, tanto profanos como religiosos, o incluso el mismo Palestrina, paradigma de la música litúrgica latina que, sin embargo, también llegó a componer varios libros de madrigales. V 108 ictoria nació en Ávila en 1548 y comenzó su carrera en el mismo momento en el que las reformas del Concilio de Trento empezaban a ofrecer a músicos de todo tipo un enorme abanico de posibilidades por la necesidad de nuevas músicas que se adecuaran a las novedades introducidas en la liturgia católica. A pesar de la hegemonía de Palestrina en ese periodo —durante el que fue compositor oficial del papado—, existían en Roma muchas oportunidades, y Victoria era ya por entonces un joven de extraordinario talento. En 1565 abandona España camino de la capital pontificia en la que, muy pronto, se haría famoso gracias a un buen número de composiciones editadas suntuosamente a partir de 1572. En 1586 regresaría a España para vivir el resto de sus días —de lo que podríamos denominar como retiro profesional— ejerciendo como capellán personal de la emperatriz viuda María de Austria, en el madrileño Monasterio de las Descalzas de Santa Clara de la Cruz. La muerte de la emperatriz, en 1603, significó para el compositor un nuevo estado en el que pasaría a desempeñar el cargo de organista del Monasterio y propiciando la creación de la que se ha convertido en su obra más famosa, el Oficio de difuntos, escrito en 1605. El Officium ha formado parte del repertorio de The Sixteen durante muchos años, consiguiendo a lo largo de todo ese tiempo una interpretación de una madurez y una dimensión impactante fácilmente perceptibles en su grabación de 2005. Con el sutil añadido de un órgano de cámara y un bajón para subrayar —sin dominar en ningún caso— el conjunto vocal, el resultado es una obra llena de momentos de exquisita delicadeza. Junto a ellos, numerosos pasajes rebosan emoción y apasionamiento hasta el punto de que, en muchas ocasiones, durante la ejecución de la obra, los propios cantantes del grupo han llegado a sentirse realmente abrumados por su grado de intensidad emocional. El Réquiem fue la última obra de Victoria y, para muchos, representa un monumento que sintetiza toda esa Edad de Oro hispánica en la que la mayor perfección polifónica jamás lograda resonaba en los muros de grandes catedrales góticas y monasterios. En 1611 moría el compositor. Al igual que Byrd o los citados Lassus y Palestrina, Victoria escribió en el estilo polifónico franco- flamenco que dominaba Europa, abasteciendo de música los oficios diarios de varias iglesias e instituciones para las que trabajó en Roma, como el Collegium Germanicum y el Collegium Romanum, o las iglesias de Santa María de Montserrat y San Girolamo — donde colaboró con Felipe Neri. Su música fue utilizada también en otros lugares, incluida la Capilla Papal, donde era habitual la interpretación incorporando voces masculinas en falsete. Tanto entonces como en la actualidad, esa forma de ejecución resulta completamente factible, como también lo es optar por voces mixtas a la manera de conjuntos como The Sixteen. No debemos olvidar que esta música fue escrita para ser interpretada durante las celebraciones litúrgicas de la Igle- sia, y por lo tanto debía ser necesariamente accesible y útil en circunstancias muy diversas. El abanico de posibilidades interpretativas era, pues, de una casuística enorme: en el interior de iglesias —tanto pequeñas como grandes— o al aire libre durante procesiones; en tesitura grave o aguda1 ; a una voz por parte o en grandes masas corales; con instrumentos de viento, cuerda o teclado colla parte2 o sustituyendo a las voces. En el caso concreto de España, el acompañamiento instrumental era algo que casi se daba por supuesto. Un dato al respecto es que la Catedral de Sevilla, en aquel tiempo la mayor de toda la cristiandad, poseía desde 1526 la primera formación estable de instrumentos de viento de la que tengamos noticia en territorio español, constituida por chirimías y sacabuches. Sabemos también que incluso en catedrales de menor relevancia e iglesias se interpretaba música instrumental hacia mediados de siglo. Tampoco son escasos los ejemplos como el de Francisco Guerrero, compositor y maestro de coro en la citada catedral hispalense que, además de cantar, había desarrollado habilidades tocando la corneta, el arpa, la vihuela o el órgano. Ministriles Algo que aún no tenemos totalmente claro es la manera exacta en la que esos instrumentistas, o ministriles, intervenían, pese a que sí sabemos que les eran encomendadas ejecuciones completas de algunas piezas durante procesiones o en momentos adecuados del desarrollo litúrgico. Conocemos ese detalle gracias a que en algunos manuscritos encontramos ejemplos de polifonía sin texto, expresamente destinada a ser tocada. El catálogo de instrumentos disponibles era, sin duda, muy amplio: distintos tipos de chirimías, cornetas, flautas, arpas, violas, sacabuches, dulzainas y, por supuesto, órganos. En este último caso, las iglesias y catedrales más importantes debieron de contar con diversos tipos de órganos portativos, con el fin de poder situarlos en distintos puntos de las naves del cuerpo principal del edificio o en las capillas laterales y dependencias anejas, según lo requerido en cada ocasión. En los casos de música escrita para doble coro, un órgano doblando a uno de ellos, más un bajón apoyando la línea de bajo del otro, era lo habitual. Cuando Victoria publicó en Madrid en 1600 su magnífica colección de música para doble y triple coro —Misas, Magnificat, Motetes, Salmos, etc.— la edición incluía una reducción de las voces en un formato similar a lo que hoy sería una partitura coral a cuatro partes. Esta reducción iría, sin ninguna duda, destinada al órgano, dado que sin ella ningún organista de la época hubiese podido interpretar de manera práctica el conjunto simultáneo de las distintas voces, dado que entonces éstas eran editadas en partichelas independientes y en libros de canto específicos, distintos para cada voz3 . Con todas estas cuestiones acerca de la participación 265-dosier 22/6/11 09:45 Página 109 D O S I E R TOMÁS LUIS DE VICTORIA mediante la polifonía. Sin embargo, su música no deja demasiado margen para la ornamentación que sí podemos ver en otros ejemplos del siglo diecisiete. Un buen ejemplo para establecer esa comparación lo encontramos en el célebre Miserere de Allegri, pieza particularmente querida por The Sixteen que, básicamente, está trazada sobre una progresión de acordes dispuestos en el estilo del fabordón alternante transformado mediante abbellimenti, o embellecimientos ornamentales añadidos a la línea melódica. Covento de las Descalzas Reales, Madrid Mensuración Lienzo de la emperatriz María de Austria, a cuyo servicio trabajó Victoria como capellán en el monasterio de las Descalzas Reales de Madrid. instrumental, sería fácil perder de vista el hecho de que toda esta música buscaba una presentación clara y diáfana de los textos litúrgicos. En parte como consecuencia de las restricciones impuestas por el Concilio de Trento, el estilo de la música eclesiástica debía buscar la mayor transparencia posible en las texturas y un refinado equilibrio entre la armonía, el contrapunto y la declamación del texto. Victoria fue uno de los últimos grandes exponentes de esta corriente antes de que fuese barrida por las innovaciones estilísticas del siglo diecisiete. Dando por válida toda la variedad de acompañamientos instrumentales ya descrita, en lo que sí habremos de poner toda la atención es en la tipología de los textos utilizados por Victoria y en extremar el cuidado para no oscurecerlos en manera alguna. Obviamente, algunos de esos tipos de textos son más propicios que otros para revestirlos con el colorido instrumental. Así, los Magnificat, algunos Salmos y Salves aceptan con mayor naturalidad cierta policromía tímbrica, mientras que ese mismo ropaje puede ser inapropiado en el caso de las Lamentaciones, por ejemplo. Particularmente aptas para la recreación instrumental resultan las piezas de tipo antifonal en las que ciertas estrofas han de ser cantadas sucesivamente en canto llano y en polifonía. Por ejemplo, en himnos y magnificat era extendida la costumbre de realizar las estrofas finales reelaboradas por aumentación del número de voces o por la complicación de texturas con cánones sobre secciones previamente expuestas en canto llano. Los instrumentos podrían resultar idóneos a la hora de ornamentar o florear sobre largas notas tenidas e, incluso, un órgano moderno con una registración adecuada a los usos instrumentales renacentistas tendría cabida dentro de la ortodoxia histórica. Podríamos dejar incluso lugar para un cierto grado de inventiva para los intérpretes a la hora de embellecer la línea que contiene el canto llano dentro del entramado polifónico. El propio Victoria, en sus arreglos, cita literalmente los pasajes de canto llano pero, a menudo, también los adorna y los parafrasea Hay otro asunto que conviene mencionar: la mensuración. A pesar de que en la edición de su volumen de Himnos de 1581 el canto viene expresado en figuración de breves, la causa puede ser más bien la falta de recursos disponibles del impresor, dado que, al menos en lo concerniente a España, existen pruebas de que el canto podía ser cualquier cosa menos llano en sentido estricto, dada la existencia en muchos cantorales de indicaciones acerca de la necesidad de establecer tiempos binarios o ternarios. Añadamos finalmente que, con toda probabilidad en el siglo dieciséis, pero con seguridad ya en el diecisiete y en adelante, la adición de alteraciones accidentales al canto fuese también otra de las prácticas comúnmente extendidas. La mayoría de aficionados a la música renacentista está familiarizada con el Réquiem de Victoria y con toda su música para la Semana Santa, como las Lecciones de Tinieblas y las Lamentaciones. En todas esas obras nos encontramos ante piezas con un contenido emocional profundo; sin embargo, mucha música suya que no goza de tanta popularidad, como Misas, Magnificat, motetes marianos y algunas otras colecciones basadas en el Cantar de los cantares, tiene igualmente una calidad absolutamente excepcional. Parte de todo ese repertorio menos conocido es el que The Sixteen está tratando de dar a conocer y revalorizar mediante su gira de 2011, por todo el Reino Unido, en conciertos que se celebran en iglesias y catedrales, evocando el mismo tipo de entornos y edificios en los que se escuchó por primera vez cuando fue compuesto. Victoria sabía muy bien cómo escribir para voces y cuando su música se pone en pie muestra una factura elaborada a la perfección. Conocía cada secreto acerca de las sutilezas que encierra el trabajo coral y la manera en la podía destacar una determinada línea vocal dentro del conjunto dotándola de especial expresividad. A pesar de ello, aun con todo ese dominio técnico, su música se mantuvo fiel a la idea básica de servir al texto con claridad reverencial. Tal vez tenga algo que ver el hecho de que el propio Victoria dedicase su vida a servir a Dios como sacerdote, o quizá —como acertadamente escribió un crítico británico— sea que estamos ante “un genio tan inconmensurable que difícilmente puede ser captado por el radar de la vida musical cotidiana”. Harry Christophers y Martyn Imrie Traducción: Juan García-Rico NOTAS DEL TRADUCTOR 1 Algunos musicólogos e intérpretes defienden la viabilidad, históricamente fundamentada, de transportar, por lo general descendentemente, la tonalidad original de una obra para adaptarla a las peculiaridades de distintos tipos de conjuntos (mixtos, masculinos con falsetistas o con niños). 2 Con instrumentos doblando simultáneamente la línea melódica cantada por las voces. 3 Cantus, altus, tenor, bassus, etc. 109 265-dosier 22/6/11 09:45 Página 110 D O S I E R TOMÁS LUIS DE VICTORIA TRADICIONES INTERPRETATIVAS D os preguntas inciales: ¿cómo se interpretaba la música de Victoria en el siglo XVI? ¿y cómo se relacionan las normas de interpretación de entonces con las de hoy? Una tercera pregunta podría ser ¿cuáles eran las expectativas del compositor? Esta última es la más dificil y la más sencilla de contestar, porque es imposible saberlas. Si bien podemos saber más o menos los recursos musicales de las instituciones donde trabajaba Victoria —tanto en Roma como en España— ¿qué sabemos en realidad sobre el timbre de las voces, los tempi y el fraseo, el diapasón, transportación y sistema de templar, la estética de la época? Bueno, algo sabemos, pero sin grabaciones del siglo XVI en versiones dirigidas por el mismo Victoria con su coro preferido, lo único que sabemos con certeza es que la expectativa del compositor más relevante era seguramente que no tenía expectativas. Sabía muy bien que, según los recursos musicales disponibles, la acústica (del edificio, o en la calle durante procesiones), la importancia de la fiesta litúrgica y las circunstancias en general, su música sería interpretada de muchas maneras distintas, y esta flexibilidad interpretativa es una de las consideraciones más importantes hoy en las grabaciones y conciertos de sus misas, motetes, Magnificat, himnos y responsorios. Dicho esto, hay que añadir el corolario de una flexibilidad que imperaba dentro de unos límites o normas que también debiéramos estudiar y respetar para mejor evaluar su música. Posibilidades vocales e instrumentales 110 Dentro de estos límites encontramos muchas posibilidades: voces o coro a cappella; voces con instrumentos de varios tipos, sobre todo instrumentos de viento (cornetas, chirimías, sacabuches, bajones), pero también órgano y, más tarde en el siglo XVII, arpa; e intabulaciones instrumentales, para órgano o para instrumentos como la vihuela (de arco) o el arpa. Dentro de cada categoría, claro, hay muchas variables y variaciones. Los coros podían ser de doce o más voces en las catedrales más grandes y prestigiosas del mundo ibérico, o, por ejemplo. la capilla pontificia, o podían ser ensembles vocales más pequeños de sólo una voz para cada parte vocal, como en muchas de las instituciones eclesiásticas más pequeñas, tanto en Roma o la Península Ibérica como en las iglesias del Nuevo Mundo. Un ejemplo menos conocido de este modo de interpretación más íntimo y camerístico era en las ceremonias litúrgicas celebradas clandestinamente en las casas de los recusantes en Inglaterra en la época isabelina: parece probable, gracias a las últimas investigaciones de Esperanza Rodríguez García y Héctor Sequera, que en aquellas circunstancias se cantaba este repertorio “católico” en secreto en la intimidad de las capillas o salas pequeñas de las grandes casas católicas, con un pequeño grupo de cantantes. Tal vez allí cantaba también alguna mujer, cosa insólita en los países católicos fuera de los conventos femeninos. Las combinaciones de voces e instrumentos eran igualmente variadas y variables, desde la magnificencia de las obras policorales, en las cuales participaba un boato de músicos para dar más esplendor a la ocasión y a la institución patrocinadora, hasta la sustitución de una voz por un instrumento como el bajón porque en un lugar no se encontraba ningún bajo con suficiente habilidad o voz, lo que pasaba muchas veces, no sólo en el Nuevo Mundo, donde los recursos eran a menudo más precarios, sino también, como lo han demostrado las investigaciones de Noel O’Regan, en las distintas iglesias y cofradías de Roma, donde si faltaba una voz por enfermedad o incapacidad se la interpretaba en el órgano u otro instrumento. Las cuestiones estéticas eran importantes también; sabemos que al rey Felipe II le gustaba escuchar a uno de los tiples (cantor adulto, cabe suponer que falsete) de su capilla con acompañamiento de órgano o, al otro extremo, parece que en las obras policorales se escuchaban coros de distintas combinaciones de voces e instrumentos. El libro impreso para órgano que Victoria produjo en su Missæ, Magnificat, Motecta, Psalmi (Madrid, 1600) reproduce, en su mayor parte, las partes vocales del Coro I y cabe presumir que doblaba las voces de este coro. Sin embargo, el propio compositor —y hay que recordar que quería vender su libro— indica en una carta fechada el 10 de febrero de 1601 y destinada al cabildo de la Catedral de Jaén que “donde no hubiere aparejo de quatro voces una sola que cante con el organo ara coro de por si”. La actitud del compositor era pragmática ante la posible falta de recursos musicales adecuados. Juan Ruiz Jiménez, quien con otros investigadores como Kenneth Kreitner y Douglas Kirk ha hecho mucho para consolidar nuestro conocimento de la intervención de los instrumentos en la música de los templos hispanos, sugiere que en el caso de la Misa Lætatus sum a tres coros, era el segundo coro el que fue interpretado por el grupo de ministriles. Se pueden escuchar algunas de las distintas posibles combinaciones de voces e instrumentos, a veces en alternancia, y otras veces los instrumentos sirviendo para doblar o sustituir a las voces, en las grabaciones de Hespèrion XX, Pro Cantione Antiqua, The Gabrieli Consort y, más recientemente, Plus Ultra, entre otras. Queda por explorar más la opción de voz solista y órgano (ya salió hace unos años la excelente grabación de Carlos Mena y el vihuelista Juan Carlos Rivera, con unas interpretaciones muy interesantes para voz solista y vihuela o laúd) y también la posibilidad de interpretar las obras de Victoria con órgano solo (algo que ha hecho Andrés Cea a base de las intabulaciones manuscritas de sus obras y existen referencias a las obras 265-dosier 22/6/11 09:45 Página 111 D O S I E R TOMÁS LUIS DE VICTORIA del compositor abulense en “cifra de órgano”) o en otras versiones instrumentales. Andrew Hope, con su ensemble Victoria Voices and Viols, explica que para su grabación de 2003 preparó partituras para los cantantes y para los vihuelistas partes individuales, junto con partes de bajo cifrado para el arpa y la tiorba. El resultado es un mundo sonoro decididamente barroco, el cual posiblemente refleja más o menos acertadamente no sólo la praxis de combinaciones de voces e instrumentos en las iglesias españolas e italianas en ciertas ocasiones y en ciertos lugares en torno a y después de 1600, sino también la transición estética de una época a otra. La tradición inglesa Sin embargo, aun en el mundo ibérico, donde en vida de Victoria los ensembles de ministriles formaban una parte intrínseca de las capillas de música catedralicias, no se interpretaba sus obras siempre con voces e instrumentos. La investigación de Luis Robledo sobre la Capilla Real en el siglo XVI revela que en ciertas ocasiones y en ciertos repertorios se cantaba a cappella, y, seguramente, no sólo allí, sino en otras instituciones, notablemente la Capilla Pontificia en Roma. También según la institución se cantaba sus obras o con cantores adultos (falsetistas o castrati) o con niños cantorcicos en la voz del superius, lo cual supone a la vez cierta flexibilidad en cuanto a la transportación. Curiosamente la única manera de interpretar sus obras que no se oía en el siglo XVI es la que hoy se escucha más a menudo: con un coro de voces mixtas (es decir, con voces femeninas cantando el superius y, a veces, el altus también). Para entender bien este fenómeno hay que trazar la historia de la recuperación de la tradición coral en el mundo anglosajón (ver el trabajo fundamental de Timothy Day), donde más a menudo se presenta las obras de Victoria en conciertos y grabaciones de esta manera (si bien en el oficio celebrado en las catedrales y capillas sigue siendo la norma un coro de niños y adultos masculinos). La recuperación de la música de Victoria en Inglaterra se estableció en la nueva catedral católica de Westminster en torno a 1900. El primer director de música de la Catedral de Westminster tuvo a su disposición una escolanía y se interpretaba la polifonía inglesa, ibérica e italiana del siglo XVI con niños y hombres y esencialmente a cappella. Lo mismo hacía el coro de la capilla del King’s College de Cambridge, si bien con un sonido bastante diferente dado que la acústica tan resonante de la capilla parecía inspirar una pureza etérea (y sin vibrato) en las voces de los niños. Al mismo tiempo, la tradición de cantar los madrigales con una mezcla de voces masculinas y femeninas resultó en la interpretación de algunas obras de Victoria por el grupo a cappella llamado The English Singers, notablemente en la ocasión de la conferencia inaugural de John Brande Trend ante la Musical Association en Londres y en la Residencia de Estudiantes en Madrid en los años 20 del siglo pasado. Pero el empujón más fuerte y controvertido en la dirección del coro mixto fue la fundación en 1964 de los Clerkes de Oxenford, dirigido por el musicólogo David Wulstan. Creado en el ambiente de las capillas de los colleges de Oxford, el grupo se hizo rápidamente profesional y su éxito estribó en la pureza de las voces femeninas que imitaban el sonido de los niños de Christchurch o New College, pero con todas las ventajas de cantantes con formación profesional y sin los problemas de realizar conciertos y grabaciones que presentan los niños. Otro secreto de su éxito fue el de transponer la polifonía una tercera menor más alta para explotar la calidad celeste de las tesituras estratosféricas de las mujeres que se especializaban en la música antigua. Si bien esta práctica de transposición ha sido últimamente desacreditada por la investigación, la influencia de Wulstan y los Clerkes ha sido enorme, desde los Tallis Scholars y The Sixteen hasta Stile Antico, y no sólo en Inglaterra. Andrew Parrott defendió de manera contundente la participación de voces femenina “amozadas” o “a los niños cantorcicos” (si no el principio de transposición) en los años 70 en adelante, por motivos pragmáticos y estéticos, y el coro mixto se desarrolló como parte intrínseca del “early music movement”. Y sigue siendo una manera maravillosa de interpretar la polifonía del Renacimiento, si bien a Victoria le hubiera parecido extraña la participación de mujeres en la liturgia. Tal vez le hubiera parecido aún más extraño que se siguiera interpretando su música fuera del oficio en conciertos y grabaciones. No quiero decir que esta tradición anglosajona debiera dominar la interpretación de la música de Victoria, ni mucho menos: es simplemente una aproximación que se ha desarrollado con mucho éxito por razones históricas y estéticas particulares. La tradición coral en el mundo ibérico siguió otro rumbo, en primer lugar porque no sufrió la reforma protestante, y las obras de Victoria no se interpretaban sólo en el retiro de las casas recusantes, sino que se las consideraba la cima de la Contrarreforma católica y formaron parte del cánon musical que dominaba el repertorio catedralicio durante los siglos posteriores, hasta al menos las desamortizaciones del siglo XIX y, en algunos sitios, adentrado el siglo XX. Esta continuidad o pervivencia implicaba necesariamente unos cambios interpretativos, notablemente la introducción del vibrato marcado que aún se escuchaba en las interpretaciones de la Escolanía de Montserrat y, hasta cierto punto, pervive todavía. La tradición bien establecida de la participación de instrumentos en las catedrales de la Península Ibérica y el Nuevo Mundo durante el siglo XVI encajó perfectamente con la estética de un grupo como Hespèrion XX, el característico ensemble de ”música antigua” de los años 70 del siglo pasado que se formó (como en el caso del Early Music Consort de David Munrow) alrededor de un instrumentista virtuoso, en este caso el brillante gambista Jordi Savall. Justamente el papel de la viola da gamba en la música de Victoria queda por explorar, y sobre todo la cuestión de la combinación de instrumentos de viento y de cuerda. Así que una pregunta final: ¿y para el futuro? Sería interesante experimentar más con distintas combinaciones de voces e instrumentos dentro de los parámetros ya establecidos por la investigación, pero también con ensembles de solamente una voz en cada parte tanto a cappella como con uno o dos instrumentos doblando o sustituyendo alguna voz, o con voz solista acompañada por órgano, además de versiones totalmente instrumentales. ¿ Y por qué no con voces exclusivamente femeninas? Sabemos que algunos conventos poseían la música de Victoria y sonaba bastante bien interpretada por el coro de chicas de la escuela interna donde yo conocí y canté por primera vez el motete O magnum mysterium (¡claro que transpuesto!). El Curso de Recuperación e Interpretación del Patrimonio Musical Iberoamericano de los 42 Cursos Internacionales Manuel de Falla del Festival Internacional de Música y Danza de Granada se dedica este año a la interpretación de la música de Victoria y sus contemporáneos. Se celebra en Granada, desde el 25 de junio al 2 de julio, y el profesorado incluye a Michael Noone, Juan Carlos Asensio, Giles Underwood, Douglas Kirk, Andrés Cea, Tess Knighton, Juan Ruiz Jiménez, Alfonso de Vicente y Mercedes Castillo Ferreira, con conciertos de Plus Ultra y Stile Antico (www.cursosmanueldefalla.org). Tess Knighton 111 265-Pliego final 22/6/11 09:37 Página 112 ENCUENTROS NATHALIE STUTZMANN, HACIA NUEVOS RUMBOS 112 Simon Fowler C onsiderada desde hace varias décadas como una cantante de referencia tanto en la ópera barroca y el oratorio como en el mundo intimista del lied alemán y la mélodie, la contralto francesa Nathalie Stutzmann acaba de iniciar un nuevo rumbo también como directora de orquesta. Ha fundado su propio grupo de cámara, Orfeo 55, con el que ha grabado su disco de presentación en esta doble faceta, Prima donna, dedicado a arias de Antonio Vivaldi, varias de ellas inéditas. Su única actuación en nuestro país, con una selección de este mismo programa, fue uno de los máximos acontecimientos de la reciente edición de la Semana de Música Religiosa de Cuenca. Con esta agrupación acudirá al Festival de Músicas de Torroella de Montgrí, del que este año es artista invitada y donde también ofrecerá un recital. 265-Pliego final 22/6/11 09:37 Página 113 ENCUENTROS NATHALIE STUTZMANN ¿Cómo decidió grabar este disco? La idea vino cuando me encontré con Frédéric Delamea, que es el gran especialista de Vivaldi en Francia, y es un antiguo fan mío desde hace muchísimos años. Un día vino a verme y me dijo: “Nathalie, tengo una idea para un programa. He realizado varios estudios musicológicos y he observado que Vivaldi estaba totalmente enamorado de la voz de contralto. Nadie conoce esto”. Entonces empezamos a trabajar sobre esta idea, que yo encontré verdaderamente interesante. Porque, en los diez últimos años, se ha explorado muchísimo la música vocal de Vivaldi, pero nadie se había ocupado de este tema en concreto. Nos llevó muchísimo tiempo leer las partituras, encontrar los manuscritos, para elegir las arias que finalmente iba a abordar. Porque yo quería hacer algo verdaderamente especial, quería conseguir realmente lo mejor. Quería, además, que fuera algo especial porque era también su primera colaboración con Deutsche Grammophon. Sí, discutimos varias opciones, pero a los productores les gustó mucho esta idea como disco de presentación, porque en este álbum podía presentarme, al mismo tiempo, como solista y también como directora de orquesta. ¿Cómo puede combinar estas dos facetas? Yo actúo con orquestas como directora invitada, no hago sólo este tipo de proyectos. Son dos cosas muy diferentes. En los dos últimos meses he dirigido muchos conciertos sinfónicos. He dirigido en Milán, en Francia, la semana próxima dirigiré en Finlandia… sobre todo las sinfonías de Brahms y Mendelssohn, todo el gran repertorio romántico. En este aspecto, ha tenido grandes maestros, como Jorma Pannula o Seiji Ozawa. Sí, una combinación maravillosa. He sido muy afortunada al poder contar con ellos dos. ¿Qué ha aprendido en concreto de cada uno de estos grandes directores? Con Seiji Ozawa trabajé muchísimo la técnica. Me dijo que, musicalmente, no me podía enseñar nada nuevo, que ya me lo sabía todo, lo cual fue un enorme elogio, por supuesto. Con Jorma Pannula, por el contrario, hay que ser muy instintivo, tienes que aprender por ti mismo. Porque no habla mucho. Es finlandés [sonríe]. Sólo hace pequeños gestos, leves indicaciones, de lo que considera que está bien o está mal, así, torciendo la boca [lo imita]. Pero aprendí muchísimo con él de cómo expresarse con los gestos, cómo conseguir con un pequeño movimiento el fraseo que quieres obtener de una orquesta. A partir de ahí, lógicamente, hay un enorme trabajo personal. Dirigir es algo muy, muy especial. Y tiene que ser particularmente difícil en su caso, en el que, además de cantante, es mujer, y las orquestas son, en este sentido, bastante misóginas. Así es, y todavía lo siguen siendo en nuestros días. Lo que más les sorprende es que una cantante, a la que conocen porque en muchos casos incluso ha trabajado con ellos, se ponga de repente a dirigirlos. Pero tengo que demostrarles que puedo hacerlo, trabajando conjuntamente con ellos y probando cosas. Y tengo que decir que me ha ocurrido algo muy curioso. Cuando llegué a Milán estaba muy asustada, he de reconocerlo. Pensar que me iba a encontrar con un conjunto en el que un ochenta por ciento de la plantilla eran hombres italianos… Pero no hubo ningún problema. La verdad es que no suelo tener conflictos, y, cuando los hay, curiosamente, es con mujeres. Con los hombres es muy fácil trabajar, porque marcas una cosa tal como quieres que suene y ya está. Son muy directos, y yo también lo soy. Pero parece que las mujeres de una orquesta, en cierto modo, aceptan recibir órdenes de un hombre pero no tanto de una mujer. Aunque, en general, como le he dicho, no suelo tener grandes problemas, sólo pequeños puntos de discusión. Usted ha creado su propia orquesta, Orpheus 55. La he creado porque quería dirigir y porque quería disponer de un pequeño grupo de cámara para ofrecer conciertos en los que pudiera cantar y dirigir, y también para dar conciertos de repertorio barroco. El año que viene haremos el Réquiem de Mozart y yo no voy a cantar, solamente a dirigir. He querido tener mis propios músicos, a los que yo misma he elegido, y que pensaba que podían aportar musicalmente lo que yo estaba buscando. Es un auténtico privilegio poder contar con tu propio grupo. ¿Trabajan únicamente con usted? Algunos de ellos, obviamente, colaboran en otros conjuntos, porque necesitan ganar dinero para vivir. Pero otros trabajan sólo conmigo. Y si, a partir de ahora, puedo ofrecerles un número suficiente de conciertos al año, es posible que los músicos trabajen únicamente conmigo, lo cual sería estupendo. Volviendo al disco, hay en él varias arias que se han grabado por primera vez. Sí, hay varias piezas inéditas. Esto ha sido también gracias a la ayuda de Frédéric Delamea, que ha buscado los manuscritos en bibliotecas y los sitios más recónditos. Por ejemplo, el aria Lascia almen che ti consegni la encontramos en Escocia, en un viejo castillo, un poco a lo Indiana Jones. Ha utilizado instrumentos muy curiosos, como el salterio. Sí, me gusta mucho, y creo que es muy importante conseguir esta sonoridad tan especial. Era también importante para mí alternar piezas vocales con otras únicamente instrumentales a modo de interludios, para que no resultara exclusivamente una selección de arias una detrás de otra, sino un programa más compacto y más homogéneo. Por ejemplo, algunos ritornelli he tenido que completarlos y orquestarlos yo misma en el estilo, porque la pieza empezaba pero no concluía. Ha sido un trabajo agotador, pero fascinante. En el disco combina las arias de gran virtuosismo con otras que exigen una emoción más profunda. Sí, he intentado crear este contraste, y dar a cada pieza su justa expresión y su personalidad, también para establecer una variedad dentro del disco. Vivaldi puede ser el compositor más virtuosístico y a continuación el más sereno, producir una sensación mágica de paz y de quietud. Igual que en su música sacra. Puede ser “furioso” y “amoroso”. Hay una gran cantidad de caracteres. Esa era la intención del programa. En cualquier caso, la música de Vivaldi sigue proporcionando siempre nuevos tesoros. Oh, sí, es inagotable. Una auténtica maravilla. Una fuente de tesoros inéditos. Un auténtico arsenal. Y hablando de arsenales, la grabación ha sido realizada en la sala de Metz que lleva precisamente ese nombre. Hemos tenido la enorme suerte de que la orquesta está en residencia en esta magnífica sala, construida toda ella en madera por Ricardo Bofill, y que tiene una de las diez mejores acústicas de Europa. Cuando pensé en el proyecto de crear una orquesta hablé con los responsables de la sala, a los que conozco desde hace varios años, y me dieron todas las facilidades. Acabamos de venir de hacer allí el mismo concierto que en Cuenca. Usted acaba de grabar arias de Vivaldi y canta también frecuentemente a Haendel. ¿Cuáles son las principales diferencias entre estos dos grandes autores? Me gusta mucho cantar a ambos, aunque los considero muy diferentes. Para empezar, la orquestación es muy distinta. En Haendel, gran parte de la riqueza de armonías y de contrapuntos está mucho más cerca de la músi- 113 265-Pliego final 22/6/11 09:37 Página 114 ENCUENTROS NATHALIE STUTZMANN ca de Bach. La orquesta es muy rica, y todo está tan bien escrito que, posiblemente, es más fácil conseguir el sonido. En Vivaldi es mucho más difícil crear ese sonido, porque el material es más simple. Técnicamente hablando, conseguir un sonido más rico, una mayor gama de colores y de expresiones, es más difícil. Pero lo que me gusta de los dos es la cantidad de energía que puedes introducir en ellos. Es una música muy energética, si lo haces con la plantilla adecuada, como sucede también con Bach. Para mí, lo que falta a veces en algunas orquestas es ese “swing”, que encontramos en ocasiones en los conjuntos de jazz. Este año está interpretando mucha música de Gustav Mahler. Oh, claro. La Tercera Sinfonía se está convirtiendo casi en una obra de cabecera. Incluso en España la he cantado ya varias veces: en Bilbao, Santiago… Hace poco la interpreté en Londres, con la Filarmónica de Berlín y Simon Rattle, y estaba tan emocionada que creía que no iba a poder atacar el “Oh, Mensch…”. Mahler fue, en primer lugar, uno de los grandes compositores que supieron lo que podía aportar una voz de contralto. Pero, cuando he terminado mi solo, me quedo muy satisfecha porque puedo escuchar el último movimiento en todo su esplendor. Me gustaría dirigir esta música algún día. Ese último movimiento contiene todo lo relativo a la vida y al amor. Todo está allí. Y, como ser humano, puedes escucharlo en esas notas. Mahler va más lejos que cualquier otro autor. No es que toque tu superficie, es que logra penetrar en todo tu ser. Una persona fundamental en su acercamiento al repertorio alemán fue Hans Hotter. 114 Sí, por supuesto. Es difícil resumir lo que me aportó, pero creo que fueron dos cosas fundamentales, o quizá tres. En primer lugar, me dijo que esperara, que tuviera paciencia. Según él, dentro de veinte años podría cantar a Wagner, Mahler, el Winterreise… Yo tenía entonces dieciocho años, y aquello me parecía demasiado tiempo. Pero él tenía razón. Cuando eres un joven cantante, quieres hacer muchísimas cosas, quieres darlo todo, en todos los sentidos. Pero estás muy “verde”, técnicamente, musicalmente y también interpretativamente. No tienes la madurez necesaria, y eso es algo lógico y normal. Y me enseñó, como joven cantante, la simplicidad. Era una persona muy sencilla, muy humilde. Como hombre y como cantante. La tercera cosa que me enseñó es que pue- des tener una voz grande, para cantar a Mahler o a Wagner, y al mismo tiempo tienes que conservar la posibilidad de susurrar, para cantar a Schubert o a Bach. Y esto conservará tu voz sana durante el resto de tu vida. Y también tu alma. Usted ha sido una de las primeras cantantes femeninas que han abordado ciclos como el Winterreise o el Schwanengesang de Schubert, habitualmente confiados a voces masculinas. Fue, precisamente, Hans Hotter el primero que me lo sugirió. Me dijo: “Si estos ciclos resultan apropiados para tu voz y tu personalidad, ¿por qué no los interpretas algún día?”. Es decir, que siempre los había tenido en la cabeza. Si observas las partituras de Schubert, no ves que en ningún momento haya indicado que sean para voz masculina. Por supuesto, los poemas han sido escritos siempre por hombres, pero hablan de temas muy generales: el amor, el desamor, la naturaleza, la soledad, la tristeza, el consuelo… Muchas cantantes femeninas no los cantan, sencillamente, porque no resultan apropiados a su tesitura, pues son demasiado graves. Y, además, tienes que reestructurarte tu voz, tu cuerpo, tu cerebro, para abordar un ciclo de esas dimensiones, en el que tienes que representar un papel a lo largo de veinticuatro canciones, como en el Winterreise. Es un enorme desafío, que muy pocas mujeres han querido abordar: Christa Ludwig, Brigitte Fassbaender… También ha cantado mucha música rusa: Musorgski, Shostakovich… El ruso es una lengua bellísima para el canto. Y allí existe una gran tradición musical para voces graves, especialmente para bajos y contraltos, como demuestran las canciones de Chaikovski o Shostakovich. Además, la música rusa me encanta porque está llena de pasión y de arrebato. Me gusta también muchísimo dirigirla. El mes que viene voy a hacer el Cascanueces, y ya lo estoy deseando. Ha abordado en la ópera, aparte de los grandes papeles barrocos, otros como Orlofsky en El Murciélago. Me encanta la opereta, sobre todo porque siempre canto papeles tan dramáticos que es divertido hacer estas cosas de vez en cuando. Me encanta el teatro. No hay que olvidar que mis padres eran cantantes de ópera. Y yo respiré ese ambiente en mi casa. La lástima es que hay pocos personajes para mí, como el Orfeo de Gluck. La Margarita de La condenación de Fausto de Berlioz, por ejemplo, es demasiado aguda. O la Isabella de La italiana en Argel de Rossini empieza como contralto pero termina en tesitura de mezzosoprano. Y, además, no es totalmente mi vocalidad. Pero, por suerte, tengo bastante repertorio en otros campos. ¿Cómo divide su tiempo entre la ópera, los recitales y ahora la dirección? Bueno, en realidad son cuatro facetas: una, sólo como cantante; otra, sólo como directora de orquestas sinfónicas; la tercera es con Orfeo 55 y la cuarta los recitales. La verdad es que no tengo tiempo para aburrirme. Aunque a veces reconozco que termino agotada. La voz de contralto es algo muy especial y singular. En este momento, al escucharla, observamos que ha alcanzado una mayor redondez y homogeneidad, así como una mayor rotundidad y madurez en el color. Creo que me encuentro en mi mejor momento. Es el regalo de veinticinco años de actividad y de mucho trabajo. Como decía Hans Hotter, hay que ser paciente y saber esperar. Y creo que ahora estoy alcanzando la madurez como cantante y como artista. No estoy tan pendiente de los problemas técnicos, y simplemente me dedico a disfrutar haciendo música. Puedes utilizar mucho mejor tu voz, empleándola en toda su potencia o reduciéndola para obtener pequeños matices. Creo que la flexibilidad de la voz es mucho mayor. Di mi primer concierto hace veinticinco años, y estoy muy contenta de que todavía se mantenga la frescura de entonces en el timbre, lo cual tengo que agradecérselo a mi madre, que fue mi profesora de canto y me enseñó una técnica firme y segura. Porque el color de la voz estaba ahí desde el principio. Un color, desde luego, muy identificable y característico ya en las primeras grabaciones. Sí, pero que ha ido creciendo y madurando en su registro, y adquiriendo nuevos colores. Es como una pintura a la que vas añadiendo sucesivas capas. ¿Cuáles son sus próximos proyectos? Con Orfeo 55 vamos a hacer mucho Bach, posiblemente también en disco. También tenemos un programa Haendel con el contratenor MaxEmanuel Cencic, que se llamará Castra diva, y en el que exploraremos la ambigüedad entre las dos voces. ¿Tiene algunos modelos en particular? He aprendido mucho escuchando a Kathleen Ferrier, pero me gusta también Janet Baker, que ha sido una cantante fantástica. Y también Helen Watts, a la que se le conoce menos pero ha sido también magnífica, con una auténtica voz de contralto. Rafael Banús Irusta Julio 2011 ENCUENTRO DE MÚSICA Y ACADEMIA DE SANTANDER Santander, Palacio de Festivales de Cantabria. Ciclo de Conciertos en la Sala Argenta. 20,30 horas Viernes 8 - Concierto Inaugural Martes 19 Beethoven - Obertura Egmont Brahms - Concierto para piano y orquesta núm. 1 Mahler - Sinfonía núm. 4 Beethoven - Variaciones sobre el tema La ci darem la mano Schulhoff - Divertimento Beethoven - Serenata, op. 25 R. Strauss - Serenata para 13 instrumentos de viento, op. 7 – Capriccio para seteto de cuerdas – Suite para 13 instrumentos de viento, op. 4 Patrocinado por E.ON España Denis Kozhukhin, piano; Laia Falcón, soprano; Orquesta Sinfónica Freixenet del Encuentro; Péter Csaba, director. Martes 12 Patrocinado por Fundación Banco Santander Hansjörg Schellenberger, oboe y dirección; Klaus Thunemann, fagot; Silvia Marcovici, violín; y participantes. Patrocinado por Hoteles Santos Telemann - Cuarteto TWV 43:d1 Mahler - Movimiento de cuarteto Hindemith - Sonata para 4 trompas Kalliwoda - 3 Nocturnos, op. 186 Schumann - “Märchenerzählungen” (Cuentos de hadas) Saint–Saëns - Septeto op. 65 Radovan Vlatković, trompa; Wolfram Christ, viola; Klaus Thunemann, fagot; y participantes. Miércoles 20 Patrocinado por Universidad de Cantabria J. C. Bach - Quinteto, op. 11/1 Shostakovich - Preludio y scherzo para octeto de cuerda, op. 11 Beethoven - Cuarteto, WoO 36/3 Hindemith - “Kleine Kammermusik, op. 24/2 Arensky - Trío núm.1, op. 32 Zakhar Bron, violín; Claudio Martínez Mehner, piano; Klaus Thunemann, fagot; y participantes. Miércoles 13 Patrocinado por Diario Montañés Vivaldi - Concierto grosso para flauta, oboe, violín, fagot y bajo continuo Krommer - Cuarteto op. 46/1 Couperin - De “Les Nations”, L’Espagnole Prokofiev - Sonata para 2 violines en do mayor – Sonata para violín y piano núm. 2 en re mayor Lutoslawski - 5 Preludios de danza para 9 instrumentos Klaus Thunemann, fagot; Hansjörg Schellenberger, oboe; Zakhar Bron, violín; Radovan Vlatković, trompa; y participantes. Viernes 15 Patrocinado por Cámara de Comercio de Cantabria J. S. Bach - El arte de la fuga (versión para 6 instrumentos) Hosokawa - Lied para violonchelo y piano (del proyecto Música para una Escuela) Beethoven - Sonata para violín y piano núm. 9 “a Kreutzer” (arr. para violonchelo y piano de Czerny) J. S. Bach - Concierto de Brandeburgo núm. 3, BWV 1048 Lachner - Noneto en fa mayor Hansjörg Schellenberger, oboe; Ivan Monighetti, violonchelo; Wolfram Christ, viola; Radovan Vlatković, trompa; y participantes. Viernes 22 Patrocinado por Fundación Banco Santander Liszt - Aparición – Bagatela sin tonalidad – Lúgubre góndola II – “A la tumba de Richard Wagner” Schnittke - Quinteto Lipatti - “Aubade” Cassadó - Suite para violonchelo solo Romberg - Concertino para 2 violonchelos y orquesta Claudio Martínez Mehner, piano; Felix Renggli, flauta; Ivan Monighetti, Kian Soltani, violonchelo; Orquesta de Cámara del Encuentro; Péter Csaba, director; y participantes. Sábado 23 Patrocinado por Grupo Emilio Bolado Spohr - Septeto op. 147 Raff - Sinfonietta op. 188 Camarero - “Pulsión” (del proyecto Música para una Escuela) Dvořák - Quinteto, B. 49 Felix Renggli, flauta; Silvia Marcovici, violín; y participantes. Martes 26 Patrocinado por E.ON España Sábado 16 Patrocinado por Obra Social Caja Cantabria Czerny - Gran serenata para clarinete, trompa, violonchelo y piano Beethoven - Quinteto op. 29 Kurtág - Quinteto op. 2 Schönberg - Pierrot Lunaire Claudio Martínez Mehner, piano; Wolfram Christ, viola; Radovan Vlatković, trompa; Laia Falcón, soprano; Ensemble del Encuentro; Fabián Panisello, director; y participantes. Dvořák - Terzetto op. 74 Mussorgsky - Cuadros de una exposición (arr. Walter para vientos y piano) Schubert - “La muerte y la doncella” (arr. para orquesta de cuerdas de Mahler) Felix Renggli, flauta; Silvia Marcovici, violín; Camerata E.ON del Encuentro; Péter Csaba, director; y participantes. Venta de entradas en las taquillas del Palacio de Festivales de Cantabria (Gamazo, s/n. Santander. 942 361 606) y Fonocantabria (902 121 212) Otros conciertos en Santander: Sala Pereda del Palacio de Festivales y Paraninfo de la UIMP-Palacio de la Magdalena. Entrada libre. Conciertos en otras localidades de Cantabria: Alfoz de Lloredo, Arnuero, Cabezón de la Sal, Castro Urdiales, Comillas, Escalante, Laredo, Los Corrales de Buelna, Marina de Cudeyo, Potes, Ramales de la Victoria, Reinosa, Renedo de Piélagos, Reocín, Ruiloba, Santa María de Cayón, Santillana del Mar, Santoña, San Vicente de la Barquera, Torrelavega y Vega de Pas. Entrada libre. www.fundacionalbeniz.com www.encuentrodesantander.es Pág. Scherzo 210x280.indd 1 17/06/11 14:32 265-Pliego final 22/6/11 09:37 Página 116 ESTUDIO EL FUTURO DE LA ÓPERA: DEL 3D A LA CANTERA E 116 n el año de su estreno, 2009, la película de James Cameron Avatar batió todos los récords convirtiéndose en una de las más taquilleras de la historia. El guión se movía dentro de clichés poco imaginativos y ya de sobra manidos de la típica cinta de acción-espectáculo hollywoodiense, no era original pero sí había algo nuevo en la película que sin duda ha supuesto un cambio muy importante para la industria del entretenimiento: la espectacularidad de algunas escenas y, sobre todo, el valerse de la técnica de las imágenes en tres dimensiones para amplificar esa espectacularidad. Aunque muchos de los espectadores no vieron la versión 3D, el simple hecho de que se exhibiera la película en ese formato atrajo a gran cantidad de curiosos que de otra manera no hubiésemos ido al cine a ver ese cúmulo de frases hechas con actores mediocres. ¿Empezaba con el estreno de Avatar lo que podemos definir como la “era 3D”? El tiempo lo dirá porque las tecnologías desarrollan y mutan a tal velocidad que es difícil saberlo. Sin embargo, lo seguro es que hay un nuevo elemento a tener en cuenta: ese 3-D cuyo radio de acción irá creciendo a la par que otras tecnologías mientras se abaratan sus gastos de producción. También la industria de los videojuegos, que tiene fuertes lazos con el resto de la industria del entretenimiento, incluido el cine, ha seguido esta senda. En 2010 salían las primeras consolas 3D sin gafas, es decir, que se pueden llevar a cualquier parte con toda comodidad para jugar en este nuevo formato. Y dentro de esa industria del entretenimiento, aunque sea sólo de medio lado, está también la música clásica. ¿Qué hace ahí? Pues parece que se mueve, y no tan lentamente como muchos pueden suponer. Y esos movimientos van a significar cambios drásticos en una industria — sigamos con el término— que lleva utilizando el mismo formato de presentación y de trabajo, por no hablar de repertorio, como mínimo, los últimos doscientos cincuenta años. La ópera, por su dimensión fuertemente visual, es quien está avanzando más rápidamente en la adaptación a las nuevas tecnologías. Claro ejemplo de ello es el anuncio del Ministro de Industrias Creativas británico, Ed Vaizey, de que la English National Opera y un conglomerado de empresas privadas quieren llegar a acuerdos con cines a lo largo de Gran Bretaña para ofrecer ópera en 3D. Sin lugar a dudas, es una noticia interesante porque deja claro que el sector de la música clásica no es sordo y ciego a lo que ocurre a su alrededor, que está dispuesto a desbordar los esquemas clásicos que lo encorsetan y apuesta por ponerse al día aprovechando la tecnología. A la vez, esta distribución en 3D por cines de toda Gran Bretaña supone hacer accesible la ópera a mucha más gente que sólo aquella que tenga un teatro de ópera cerca y pueda pagar las entradas. Puede que éste sea el camino para devolver a la ópera, y de paso a la música clásica en general, su espacio en la cultura popular. Ahora bien, hay otras lecturas. O mejor dicho hay otros aspectos a tener en cuenta. Vivimos en una sociedad cada vez más acostumbrada a recibir todo tipo de información, incluida la cultura y el entretenimiento por una pantalla, y las jóvenes generaciones no dan tanto valor al “en vivo y en directo”. A ello se suma la comodidad que supone poder disfrutar desde casa de todo tipo de entretenimiento a bajo coste, sin tener que buscar dónde aparcar o tener que coger el metro, sin horarios, con la posibilidad de interrumpir temporalmente la visión, de tomar una cerveza en el salón de casa, de compartir con los amigos el momento. Por ahora, parece que los cines están teniendo éxito en sus campañas de retransmisión de óperas y es muy probable que en breve tengamos en casa, por una mínima inversión, la misma calidad de sonido e imagen que en una sala cinematográfica. Cadenas comerciales de cines en España apuestan por este posibilidad, dejando que en algunas de sus franjas horarias las óperas sustituyan a las películas, de lo cual es sencillo colegir que hay un público y que su número es creciente. No hay más que asomarse a un pase de una ópera y ver que las salas están llenas y en muchos casos las localidades se agotan con meses de antelación, y eso aunque no todos los títulos sean grandes obras del repertorio conocidas por la gran mayoría del público. Para dar una idea de cómo está evolucionando este mercado podemos citar que Peter Gelb, director general de la Metropolitan Opera de Nueva York desde agosto de 2006, anunció en 2007 —primer año en que el Met distribuía sus óperas en cines—, que este proyecto supondría inicialmente pérdidas para la institución pero que en breve cambiarían las cosas. Para la temporada 2010-2011 Peter Gelb ha anunciado que se espera que tres millones de personas se acerquen a los cines a ver sus óperas, obteniendo así quince millones de dólares netos de beneficios, una cantidad para nada desdeñable y menos en estos tiempos de crisis. ¿Regalo envenenado? ¡Fantástico! Parece que la música clásica, que la ópera recupera su músculo ¿Pero…? ¿Y si el pastel está envenenado? ¿O, por lo menos, envenenado para algunos? Sí, puede parecer mentira pero es posible que este éxito esconda una ingrata sorpresa que en un plazo no demasiado largo genere serios problemas a la cantera de la ópera. Y quien sabe, puede que también a otros sectores de la música clásica. Y de ahí surge la idea para escribir este artículo. Pongamos como ejemplo la ciudad de San Sebastián, que no tiene temporada 265-Pliego final 22/6/11 09:37 Página 117 ESTUDIO EL FUTURO DE LA ÓPERA de ópera —como la gran mayoría de las ciudades europeas—, y en la que sólo se puede ver un título al año, escenificado durante el festival de verano, la Quincena Musical. Hasta ahora, los donostiarras más aficionados, y que tuviesen dinero para ello, han ido a Bilbao a escuchar ópera, ya que esta ciudad tiene temporada estable. Pero cada vez hay más aficionados de San Sebastián que muestran gran entusiasmo por el fenómeno de la ópera en los cines y más pereza a la hora de tener que ir a otra ciudad para disfrutarla, sobre todo si tenemos en cuenta que es un público mayor —y el desarrollo demográfico de Europa no augura un rejuvenecimiento rápido de la población. “Hace unos meses pude ver en directo la inauguración de la temporada de La Scala, en la que Barenboim leyó un discurso contra los recortes en los presupuestos culturales. Fue emocionante” —decía hace poco una aficionada cada vez más entusiasta de las proyecciones. Es importante el directo —no todas las proyecciones lo son— pero lo es también, sobre todo, la posibilidad de ver y escuchar grandes repartos en espectaculares escenografías que nunca podrían verse en casi ninguna parte. Eso es lo que atrae a tantos espectadores. Los teatros de presupuesto más bajo pueden hacer grandes cosas pero, sin duda, tienen la batalla perdida en lo que concierne a los repartos con primeras figuras —hablo de cantantes, directores y orquesta— y a las puestas en escena. De ahí que no sea aventurado pensar que el público puede empezar a abandonar los teatros locales a favor de las grandes y vistosas representaciones que se ofrecen en los cines. Además, si la industria cinematográfica ve posibilidades de obtener beneficios aportará a sus “genios” de los efectos especiales al género, con lo que podemos llegar a un punto en el que lo que se vea en la pantalla del cine sea mucho más espectacular de lo que se pueda ver en un teatro de ópera. Podríamos hacer la comparación con lo que ocurrió hace ya muchos años con el teatro y el cine. Este último “enriqueció” las limitadas puestas en escena de los teatros, y, de paso, se lo acabó merendando. Más que nada, el problema no es que la gente no quiera ver el directo sino que podría preferir una representación en pantalla con una calidad técnica impecable y un nivel artístico espectacular antes que ir a su modesto teatro de ópera local. En consecuencia, se puede vislumbrar un futuro en el que sobrevivan los teatros de ópera de gran presupuesto apoyados por los cines que retransmiten sus producciones. Ahora bien, para que haya una industria operística con estrellas hace falta una cantera y, en consecuencia, un espacio donde ésta se forme y donde aquellos que no consigan el estrellato puedan desarrollar una carrera digna —toda profesión necesita ofrecer oportunidades también a aquellos que no habrán de llegar a ser grandes figuras. Si este espacio desaparece, el mundo de la ópera tendrá un problema de difícil solución porque habrá puesto su futuro en entredicho. Es verdad que la experiencia de vivir una ópera en vivo no es lo mismo que en un cine, sin embargo puede que en breve para muchos ciudadanos no haya diferencia —los que han crecido pegados a un pantalla también se hacen adultos. Sin duda estamos cada vez más acostumbrados a recibir todo tipo de información a través de una pantalla que nos da múltiples posibilidades, que se está convirtiendo en parte integral de nuestras vidas hasta un punto insospechado y que, sobre todo, está sustituyendo costumbres hasta ahora cotidianas: las películas se ven por internet en lugar de ir al cine, los adolescentes se comunican por internet en lugar de reunirse en la calle… La situación que se plantea es compleja. De un lado, acercar la ópera a los nuevos públicos y generar una nueva fuente de ingresos pero, por otra parte, abrir la puerta a un futuro incierto que podría significar la muerte de muchos teatros pequeños. Como no podemos ni debemos ir contra las posibilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías lo más cuerdo será apostar por la imaginación —esto no lo da el dinero— y por abonar la cantera con una educación musical bien estructurada. Patrick Alfaya 117 265-Pliego final 22/6/11 09:37 Página 118 EDU GC UA Í AC I Ó N Conservatorio Municipal de Música de Barcelona (1886-2011) 125 AÑOS CUIDANDO PERSONAS La Escuela y la Banda Municipal nacen el mismo día El 2 de marzo de 2011 el Conservatorio Municipal de Música de Barcelona cumplió 125 años. Nació en 1886 por voluntad del Ayuntamiento de Barcelona, conjuntamente con la Banda Municipal, con el primer objetivo de ser un vivero del conjunto profesional. De la primera época de la institución como escuela de música destacan los 34 años de la dirección de Antoni Nicolau, impulsor de la renovación pedagógica y de la profesionalización en la gestión del centro. “Él rechazó la división rutinaria en cursos y los premios concedidos por concurso. Afirmaba que, en coherencia con la enseñanza individualizada del instrumento, cada alumno progresaba según sus propias facultades y que tenía que ser evaluado en relación a sus propias capacidades, y no por comparación con los demás… Convenía orientar a cada alumno à la mesure” (Lluís Millet, Revista Musical Catalana, 1930). El Conservatorio Superior Municipal de Música de Barcelona Con el Decreto de 1942 que regulaba los estudios musicales a nivel estatal y el Decreto de 1944 que reconvertía la Escuela Municipal en Conservatorio Superior Municipal de Música de Barcelona, se acababa la visión “personalizada” de Nicolau para imponer un modelo unitario común a todos los alumnos e instituciones del país. El director nombrado para desarrollar este nuevo planteamiento fue Joaquín Zamacois, autor de muchos de los libros de teoría de la música que durante años estuvieron vigentes en todos los conservatorios de España. Durante estos años, la gran mayoría de intérpretes y compositores catalanes que luego desarrollaron una carrera profesional estudió en el CMMB. El Conservatorio Profesional Después de la aprobación de la LOGSE y del traspaso de los estudios superiores a la nueva Escola Superior de Música de Catalunya (ESMuC), empieza en el 2000-2001 una nueva etapa institucional que, centrada en los estudios de grado medio (ahora profesional), intenta integrar los rasgos más positivos de las dos etapas anteriores: por un lado, la intensidad y el rigor de unos estudios reglados de música, y por otro, el espacio de libertad creativa y de presencia en la vida cultural de la ciudad, propios de la primera época. Un centro abierto a la ciudad 118 En los últimos años de vida del CMMB el cuidado de la comunicación, tanto interna como institucional, ha sido una de las palancas de impulso de un cambio de una institución que quiere reafirmar su identidad original: una institución que cuida a las personas a través de la música. (El nombre conservatorio tiene sus orígenes en los orfanatos italianos de los siglos XVII y XVIII. Los niños, i conservati, recibían educación musical pagada con fondos públicos. El prestigio de estos orfanatos hizo que niños externos a ellos asistieran a las clases de música. I conservatori se convirtieron así en las primeras instituciones seculares dedicadas a la pedagogía de la música, Encyclopædia Britannica). La voluntad del Ayuntamiento de Barcelona, a través de su Instituto Municipal de Educación, es que el CMMB sea consciente de la función social y cultural de todas sus actividades, desde el convencimiento de que todo acto musical sólo tiene sentido desde esta mirada más amplia. Con esta visión, la oferta educativa de los últimos años ha crecido, en respuesta a la demanda de la ciudad y a los deseos de los profesores de iniciar nuevos proyectos. Destacan los cursos monográficos de divulgación musical “aptos para todos los públicos”, las dos ediciones del Máster de Pedagogía Musical en colaboración con la Universidad Autónoma de Barcelona, y el Post Grado de Dirección Coral en colaboración con la Universidad Blanquerna y la Federación Catalana de Entidades Corales. Hay también un amplísimo crecimiento de la oferta cultural, con los ciclos anuales de conciertos Dijous concert y 50 minuts joves. Esta temporada se han ofrecido a la ciudad más de 60 concerts gratuitos, con una asistencia total de más de 15.000 personas, y se han realizado también 50 actividades públicas adicionales, en coproducción con otras instituciones. El CMMB es también sede del Concurso Internacional Tenor Viñas y del Certamen Internacional de Guitarra. Este centenar de actividades culturales públicas y gratuitas no han significado ningún incremento presupuestario para el centro. Los conciertos profesionales se realizan gracias a convenios con instituciones que asumen los honorarios de los músicos (por ejemplo, el Istituto Italiano di Cultura), pero mayoritariamente existen gracias a la voluntad de participación desinteresada de los profesores del centro y de músicos con alguna vinculación con el mismo. Ejemplos significativos del proceso de apertura institucional a la ciudad de estos últimos años son dos proyectos de los cuales no conocemos referentes a nivel nacional ni internacional: el Compromiso de deontología de los profesionales del CMMB y el proyecto www.radioconservatori.cat. El compromiso de deontología de los profesionales del CMMB* (*Descarga del texto completo en http://www.cmmb.cat/es). 265-Pliego final 22/6/11 09:37 Página 119 EDUCACIÓN Este documento, fruto de largos meses de debate interno, recoge el compromiso del profesorado ante la comunidad educativa en relación a los valores y principios éticos de su profesión y de su amor por la música. Es un importante indicador de la voluntad de apertura a la ciudad, en este caso compartiendo con la comunidad educativa el compromiso del profesorado en el ejercicio de su profesión, más allá de sus responsabilidades laborales. Nace del reconocimiento de la singularidad de la profesión, de la convicción de que sólo los valores asumidos pueden ser transmitidos, de la conciencia de la influencia positiva que tiene el profesorado en los alumnos, del reconocimiento de que la mayoría de las situaciones problemáticas en un centro no son por cuestiones musicales o pedagógicas sino por actitudes personales, de la voluntad de incrementar el conocimiento mutuo y la autoestima profesional, de la responsabilidad de sintetizar una ética común de un colectivo; y también del deseo de poder ser un referente para otros profesionales que opten por iniciar procesos similares, al ser pioneros, en el mundo de la educación musical, en la asunción de compromisos deontológicos. Radio Conservatorio Un segundo ejemplo de este proceso de apertura es el proyecto www.radioconservatori.cat, una plataforma por internet que pone al alcance de todos la música de los conciertos del centro. Es una radioweb a la que se accede también desde la web del centro www.cmmb.cat. La temporada de conciertos del CMMB está muy consolidada y el éxito de público es muy alto, lo que ha sido una motivación importante para arrancar este proyecto y así evitar la “pérdida” de los conciertos, gracias a la grabación de la música ejecutada y su posterior divulgación. Se facilita así la difusión de las actividades del CMMB y se mantiene una relación cada vez más estrecha y fluida con el público de la ciudad. Pero esta iniciativa es sobre todo una experiencia pionera en el ámbito pedagógico. Con esta plataforma virtual se abre un espacio de reflexión con los alumnos sobre el concepto “público”, para dar respuesta a preguntas tales como: ¿más allá de mis amigos en Facebook y en otras plataformas similares, quiero tener una audiencia virtual? Cómo me presento ante ella? ¿Cuál es mi repertorio? ¿Conozco las herramientas necesarias para grabar y editar mi música? Esperamos que en un futuro próximo esta radioweb albergue las interpretaciones de todos los alumnos del centro. La celebración de los 125 años La celebración del aniversario ha querido impulsar nuevas iniciativas con el deseo que perduren más allá de este año. Estas iniciativas transmiten el espíritu con el que hemos querido celebrar este acontecimiento: la historia de 125 años de educación musical para los jóvenes, el amor hacia la música y la convicción de que, 125 años más tarde, este código de comunicación universal continúa siendo, ahora más que nunca, la mejor herramienta para una formación en valores. Algunos ejemplos de estas iniciativas son: la coral Canta Conservatori!, abierta también a personas sin conocimientos musicales, con alguna vinculación con el centro pero que hasta ahora no habían tenido la oportunidad de participar activamente de un hecho musical, y el Concurso de Composición Musical para alumnos, cuyas obras serán interpretadas en el ciclo de conciertos del centro. Otro ejemplo más es el recientemente realizado (28 y 29 de mayo) BarcelonaBass Meeting (www.barcelonabass.com), un primer e ilusionante encuentro internacional de amantes del contrabajo. Nacido de la iniciativa de los profesores y contrabajistas Jonathan Camps (ESMuC y OBC) y Xavier Puertas (CMMB y Concerts des Nations), en el BarcelonaBass Meeting se han dado encuentro los artistas más activos del panorama nacional e internacional, que comparten un espíritu de servicio a la comunidad contrabajística y que son ejemplo a seguir para otras especialidades instrumentales. Entre todos han creado un espacio para encontrarse, conocerse, disfrutar, compartir, ¡y tocar el contrabajo! …hacia los 126 Hoy, la misión del Conservatorio Municipal de Música de Barcelona, desde su condición de centro público, es facilitar, mediante su oferta educativa, cultural y de servicios, una relación natural y participativa del ciudadano con la música. Si mantenemos en el tiempo el espíritu de celebración, trabajo intenso y colaboración que ha impregnado la vida del centro durante este curso conseguiremos cumplir plenamente esta misión. David Martí Garcés Gerente del CMMB 119 265-Pliego final 22/6/11 09:37 Página 120 JAZZ Bob Travis MCCOY TYNER Y GARY BARTZ: COSA DE AMIGOS GARY BARTZ E 120 l jazz era Ebbe Traberg. Lo sabíamos quienes tuvimos la suerte de ser alumnos de su magisterio sincero y amigable, porque así era él: te daba clases sin que tú te dieras cuenta. También era un poeta al que le intuimos versos profundos, eso sí, cuando tuvo a bien compartir aquellos que escribía en castellano. Asistía todos los días al sortilegio del jazz, bien en las madrugadas de Madrid, bien en su casa alguno de sus miles de discos. Y cada mes lo atendía desde estas mismas páginas de SCHERZO, donde fue maestro de otro maestro, Federico González. Sólo había dos cosas que interrumpían su pensamiento jazzístico: sus labores como corresponsal de un diario danés y… las grandes citas del ciclismo internacional; así era Ebbe, cuando el asfalto le asfixiaba se cogía la bici para asaltar Guadarrama y cuando el Tour, el Giro MCCOY TYNER o La Vuelta se asomaban a nuestros hogares allí estaba él el primero delante del televisor. Bueno, había una tercera cuestión que le alejaba de la vida del blues y el swing, un pedacito de tierra riojana en la que él metía todo su mundo: Ezcaray. Algunos vecinos y amigos suyos decidieron hace 15 años organizar un festival entre sus plazas y calles para, primero, mantener vivo su recuerdo y, segundo, para disfrutar de la música que allí sonaba cada vez que este noble danés pisaba su hierba. En este tiempo el certamen ha ido creciendo en coherencia, manteniendo siempre una distancia de seguridad con las propuestas comerciales del género. Sí, en Ezcaray lo que se escucha es jazz por derecho, que para eso Ebbe Traberg ponía a Lester Young a todo volumen. A pesar de sus limitaciones económicas y presupuestos casi domésticos, los organizadores de esta cita veraniega se las ingenian cada año para mostrar a su ciudadanía y visitantes algunas de las aventuras más cabales del jazz, destacando entre la oferta programada este año el reencuentro exclusivo —8 de julio— de dos grandes amigos, el pianista McCoy Tyner (Filadelfia, 1938) y el saxofonista Gary Bartz, que también lo fueron de Ebbe. En estos tiempos en los que asistimos al movimiento constante de los jazzistas, bien por la necesidad de descubrir nuevas emociones, bien por la conveniencia de escaparse de los modelos convencionales, la sensación de ruido es constante y, a menudo, molesta y desagradable. Es por ello que muchos músicos de ley hayan decidido no moverse, sino simplemente gravitar sobre su propio genio, que no es poco. Tanto Gary como McCoy suscriben un bebop con caligrafía antigua, pero literatura rabiosamente contem- 265-Pliego final 22/6/11 09:37 Página 121 JAZZ MCCOY TYNER Y GARY BARTZ poránea. No es que reescriban la historia: es que ellos son la historia. Hacía tiempo que estas dos viejas glorias del jazz, compañeros de viaje desde finales de los sesenta, no se dejaban oír por estos lares. La última vez que les vimos juntos corría el año 2007, cuando la pareja se citó sobre el escenario principal del Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz, el Polideportivo Mendizorrotza, acompañados del contrabajista Gerald Cannon y el baterista Eric Kamau Gravatt. Ofrecieron un recital de jazz académico vibrante y sin fisuras, rematado con una jubilosa despedida, el In a Mellow Tone de Ellington; la gente todavía sonríe al recordarlo. El anuncio de su visita a Ezcaray, así pues, se saludó con sorpresa y satisfacción, repitiéndose la misma formación convocada en la actuación vitoriana a excepción del baterista Francisco Mela. Se intuye homenaje a Coltrane, que para eso McCoy Tyner formó parte del cuarteto del legendario saxofonista a principios de los sesenta, junto al contrabajista Jimmy Garrison y el baterista Elvin Jones. La madurez de un creador se descubre en el número de itinerarios y encrucijadas que ha tenido que salvar y la del pianista es una historia repleta de retos y destinos que él ha superado siempre desde la honestidad. Es cierto que este gigante del teclado lee desde hace algún tiempo con moderación las páginas ilustres de un bebop que él mismo ha escrito y que incluso a veces visita algún que otro lugar común, pero sigue siendo un creador de esencias y un intérprete de muchos brillos. Los años no pasan en balde y, a pesar de que dosifica inteligentemente su ardor pianístico, el “abuelo” se defiende como un jabato. Sus recorridos por todos los rincones del teclado siguen mostrando fraseos de gran audacia armónica, plasticidad rítmica y sensibilidad elocuente. Luego, uno desconoce si su voto será demócrata o republicano, pero su clase jazzística sigue descansando sobre una mano izquierda realmente maravillosa. Gary Bartz, por su parte, cuenta con un pequeño mundo aparte y lo cuenta de distinta manera. Hay en su soplo algo de señorío monárquico, aunque nunca haya presumido de trono ni corona. Ha tocado junto a varias luminarias del jazz, desde Max Roach y Charles Mingus a Jackie McLean y Miles Davis, aunque uno de sus últimos éxitos le llegó hace seis años, junto a su amigo McCoy, con el que grabó el disco Illuminations (Telarc, Índigo), premiado con un Grammy en 2005. Pianista y saxofonista, ya se ha referido, se conocen y trabajan desde finales de los sesenta, pero quizás este álbum sea uno de los iconos más representativos de su relación adulta. Posteriormente, la histórica actuación traerá a nuestra memoria otro recuerdo muy especial, el de Don Hillegas (West Point, 1944-Nueva York, 2002), también amigo de Ebbe; demasiados amigos ausentes… Hillegas fue un faro luminoso y erudito para todos los amantes del jazz y un embajador de nuestros músicos, a los que él daba a conocer de un modo altruista a lo largo y ancho de los Estados Unidos. A Don se le escapaba su bondad y humanidad por una mirada diminuta e inquieta que se escondía tras unas grandes gafas. Fue un hombre noble y justo, un hombre de izquierdas con palabra y acción que en los años 60 luchó por los derechos civiles y más tarde por los derechos de los homosexuales. El jazz fue su principal banda sonora y ejerció fugazmente de representante de artistas a los que amó, caso del propio Gary Bartz. Hay muchos artistas en ruta, buscando y buscándose; la mayoría no acierta a vislumbrar aquel horizonte que anhela alcanzar, engañando sus sentimientos y, por tanto, engañando a su arte y a sus seguidores. El concierto de McCoy Tyner y Gary Bartz, con la sombra viva y permanente de Ebbe Traberg y Don Hillegas, podría ser un magnífico ejemplo para sus aspiraciones profesionales, ya que la de Ezcaray será una actuación entre amigos. Y la amistad, como espejo del amor más puro, bien pudiera ser el umbral de un gran edificio musical y... humano. Pablo Sanz A SOLAS CON PAT METHENY L a madurez de Pat Metheny (Missouri, 1954) nos ha regalado a un jazzista raro, por la exclusividad de su sonido. Pocos guitarristas pueden presumir hoy de tener señas de identidad inconfundibles, gestos que le delatan a los pocos segundos de una escucha. Luego, su rareza se amplía gracias a las tres sensibilidades que atiende, ya que hay un Pat Metheny eléctrico y popero, el que lidera junto al teclista Lyle Miles su famoso Group; un Pat Metheny jazzista directo y frontal; y un Pat Metheny entregado a su propio universo compositor, ya sea en solitario o en compañía de amigos paisanos como Charlie Haden. Esta última sensibilidad es la que estimula su último disco, What’s It All About (Nonesuch/Warner), un disco manufacturado sin compañía que llega en verano con toda la mercadotecnia de la Navidad. El trabajo bien pudiera ser la continuación de su anterior álbum, Orchestration, también firmado en solitario y junto a una suerte de tecnología que activaba por ordenador todos los colchones instrumentales. What’s It All About es una obra de obras, es decir, un disco de versiones que arranca con el The sound of silence de Paul Simon y concluye con el And I love her, del tándem Lennon-McCartney. El registro supone la continuación de un modelo sonoro que apuesta por rasgueos intimistas y de una belleza serena que —todo hay que decir- lo— a veces adormece. La decantación por el material ajeno no resta un ápice a la sobrada autoridad guitarrística de Metheny, porque, quizás, el rostro artístico de compositor sea el menos interesante. Eso sí, todos los méritos del disco, que los tiene, quedan en casa y no tiene que repartirlos con nadie. El de Missouri es el arquetipo del jazzista americano triunfador, un hombre que lo controla todo, desde la creación hasta la promoción, sin necesidad de rendirse a los pies de nadie. Y ahí es donde se descubre el artista total que es, algo que la vieja guardia no entiende porque no le interesa y… porque es vieja. Nada que objetar a una y otra manera de atender el negocio, si acaso, aplaudir la valentía de quien sume todos los riesgos en primera persona. Pat Metheny se ha convertido en una de las referencias ineludibles del jazz moderno a partir de una personalidad intransferible. Guste o no, el buen jazzista ha de buscar su propia voz y el guitarrista la tiene. Vaya si la tiene. Él no acostumbra a hacer la guerra, sino a batallar consigo mismo tras vencer a todos. Es por eso que no importen sus silencios, sus extraños giros estilísticos, sus posicionamientos creativos. Él guerrea consigo mismo. Pablo Sanz 121 265-Pliego final 22/6/11 09:38 Página 122 LIBROS El oficio de dirigir teatros MANIFIESTO SOBRE ÓPERA E l rey Alfonso XIII le preguntó a Diaghilev: “No dirige usted la orquesta, ni baila, ni toca el piano. ¿A qué se dedica usted exactamente?” El ruso respondió: “Majestad, soy como vos. No trabajo, ni hago nada, pero resulto indispensable”. Desde aquellos años la figura del director artístico ha cobrado un creciente protagonismo en las instituciones culturales, aunque permanezca en la sombra y su quehacer sea una incógnita para muchos. No es el caso de Gerard Mortier, que ha conquistado fama internacional dirigiendo teatros de ópera y festivales con propuestas polémicas y llamativas. Dirige el Teatro Real de Madrid desde el 2010. Coincidiendo con su incorporación al coliseo madrileño publicó Dramaturgia de una pasión, un breve ensayo en el que trata de responder a la pregunta de “por qué y cómo hacer teatro” con un lenguaje claro y directo. Mortier expone sus reflexiones sobre la ópera, la arquitectura y el lugar, la programación, la obra, los medios de divulgación, la creación y el canto. Destaca su visión política de la ópera como servicio público que debe ser motor del “humanismo” y una contribución al “bienestar común”. El lugar y el espacio son determinantes y así anuncia que pretende dar al Teatro Real “un carácter hispánico”. El belga defiende la coherencia en las temporadas y la incorporación de títulos modernos. Apuesta plenamente por las óperas del siglo XX y de nueva creación, sin identificarse mucho con el Barroco. También se muestra partidario de las adaptaciones, en contra de las rutinas. “Los trajes y decorados verdaderamente históricos no pueden existir,” dice, y prefiere “los trajes de hoy”. El teatro que solo pretende ser un “sueño agradable”, “entretenido y popular”, nos conduce a Disneylandia, afirma el director. La ópera debe mostrar compromiso y remover las conciencias. Su alternativa consiste en ser “fiel al espíritu del autor”, convirtiendo la obra en algo “inteligible al público de hoy”. El análisis que Mortier hace de los medios de divulgación es muy interesante, comentando los peligros de las grabaciones comerciales, así como las nuevas posibilidades de retransmisión. No le gustan los divos y, en su opinión, los cantantes deben encuadrase completamente en la producción. El libro se completa con numerosas fotografías de auditorios y salas de ópera, así como con un interesante estudio sobre el asunto firmado por Victoria Newhouse. En un apéndice se inclu- GERARD MORTIER: Dramaturgia de una pasión. Traducción de Santiago Salaverri. Madrid, Akal, 2010. 160 págs. yen las doscientas producciones (incluidos 14 estrenos mundiales) realizadas bajo el mandato de Gerard Mortier durante los últimos treinta años. La lectura de este libro resulta muy clarificadora para conocer lo que sucede detrás del telón y comprender mejor los retos a los que se enfrenta un director de un teatro de ópera. Se echa en falta que el libro no sea más extenso y detallado. Víctor Pliego de Andrés Una traducción esperada EL MAGO DEL PIANO E 122 spléndida noticia la aparición en castellano del primer volumen de la serie que Zecchini Editore publicara en su momento en italiano, algunos de cuyos volúmenes comentamos desde estas páginas. Nortesur se encarga de ofrecernos una edición cuidada y con buena traducción de Romana Baena. El formato original se mantiene (exceptuando que en esta versión se ha obviado el subtítulo de Il Mattatore que aparecía en el original), incluida la exhaustiva discografía y filmografía de Stefano Biosa. Por lo demás, para quienes el italiano no es su lengua nativa, obviamente se aprecia mejor en nuestro idioma el fino trabajo y agudas observaciones del estudioso italiano sobre la excepcional figura de Horowitz, su singularísima personalidad, sus vaivenes anímicos, sus virtudes y defectos. Tras el análisis, que ayuda a extraer de las audiciones de Horowitz lo más extraordinario, uno se explica bien por qué Horowitz significó lo que significó, y no deja de admirar a este maravilloso mago del sonido pianístico, aunque en su personalidad hubiera también sombras (el feo modo de afrontar la competencia con Rubinstein en RCA, por ejemplo). La contracubierta presenta un número “1” al lado de la foto de Rattalino, que igno- ramos si significa que la editorial catalana tiene la intención de publicar toda la serie. Esperamos que así sea y que estas interesantísimas monografías encuentren en los aficionados la acogida que bien merecen, a pesar de la crisis. Muy recomendable. Rafael Ortega Basagoiti PIERO RATTALINO: Vladimir Horowitz. Traducción de Romana Baena. Barcelona, Nortesur, 2009. 189 págs. 265-Pliego final 22/6/11 09:38 Página 123 LIBROS El libro que faltaba sobre el tenor COLMAR UN VACÍO T ras Mis primeros cuarenta años (Plácido Domingo, 1983), El mundo de Plácido Domingo (Daniel Snowman, 1985) o Mis roles operísticos (Helena Mathéopoulos, 2000) quedaba un vacío importante (importantísimo, dada la dimensión de su protagonista) en el relato de la vida profesional del tenor en este párrafo ya suficientemente mencionado. Tarea que viene a colmar plenamente el texto de Amón, coincidente con el cumpleaños 70 del cantante y con sus 50 años de carrera a punto de los 52, si se contabiliza que en septiembre de 1959 ya intervenía en un Rigoletto de Ciudad de México en el personaje de Borsa. A partir de una sutil, hasta irónica alusión al krausismo, referencia tanto al colega Alfredo Kraus como a la perturbadora pluma de Karl Kraus, Amón comienza el largo relato en torno a la significación de Domingo, desde luego como cantante y artista, pero con atenta mirada a otros aspectos de su personalidad en un retrato completísimo, como debe ser tratándose de una figura tan múltiple como es la del tenor madrileño. De esa manera, con una copiosa información, va ofreciendo datos precisos, los justos que hace un buen periodista, adornando la figura central con aclaraciones acerca de los personajes claves RUBÉN AMÓN: Plácido Domingo. Un coloso en el teatro del mundo. Barcelona, Planeta, 2011. 414 págs. que se cruzaron en su trayectoria tanto profesional como humana, hasta casi ofrecernos un reflejo global de la época. Fascinante, por citar a alguna, es la historia de Lucienne Telle ahora vicepresidenta de Operalia, el concurso inventado por Domingo, del que han surgido por encima de cualquier otro certamen de este tipo un montón de figuras actualmente en rodaje. Para completar, perfilar a fondo la figura de Domingo, acude también Amón a opiniones de figuras relevantes que pueden decir algo al respecto. Es por ello muy de considerar el juicio, del admirable director de escena Giancarlo del Monaco cuando opina que en la época de su padre (el fabuloso Mario), Di Stefano o Corelli, con tamaña competencia vocal y personal, Domingo no alcanzaría la carrera conseguida. Discutible en algunos aspectos (Di Stefano no contaba con la preparación musical de Domingo, ni Corelli con la seguridad en sí mismo); muy atendible por otro lado: Alfredo Kraus no comenzó a ser considerado en toda su extraordinaria valía hasta que aquéllos, algo más maduros, empezaron a quedar inactivos. Que Domingo es una figura de su tiempo, un tenor moderno y un personaje más allá de los estrechos confines de un escenario lírico, un hombre orquesta en el más posible y extenso sentido del término, queda bien claro en la redacción de este libro. De ahí que se traten con el debido cuidado otras actividades dominguistas directa- mente ligadas a su primordial profesión que es la de cantar o en menor medida la complementaria de bajarse a un foso: preparación, selección y promoción de nuevas voces, administración o dirección teatrales, renovación del repertorio recuperando títulos olvidados o estrenando obras contemporáneas. Cuando el retrato se extiende a aspectos más íntimos del cantante o ajenos a su actividad artística (familia, religión, afinidades deportivas o políticas…) el interés no decae, al contrario despierta la mejor curiosidad. Aparecen sabrosas noticias, como el proyecto tan interesante de llevar al cine un episodio muy trágico en la vida de Puccini —que personificaría, cómo no, Domingo: la portada de un antiguo disco dedicado al de Lucca, el cantante ofrece del músico una excelente caracterización— como fue el relacionado con su criadita Doria Manfredi (de pasada, Tony Palmer realizó en 1984 un film sobre el tema interpretado por la hoy soprano Judith Howarth). Cual era de esperar, tratándose de quien se trata, la lectura se hace de corrido. La profusión de datos, su interrelación y exposición, son articulados con lucidez, claridad, sencillez, orden, gracia y sobre todo objetividad. Al acabar el libro, uno sabrá mucho más de Domingo y seguramente le admirará y le querrá más. Hasta aquí no se ha podido contar mucho más de él. Fernando Fraga 123 265-Pliego final 22/6/11 09:38 Página 124 GUÍA LA GUÍA DE SCHERZO NACIONAL MADRID SANTANDER BARCELONA 3-VII: Joven Orquesta Nacional de Cataluña. Manel Valdivieso. Mozart, Saint-Saëns, Haydn. (Auditori [www.auditori.com]). 6,9: Sinfónica del Teatro de Liceo. William Lacey. Domingo, Mehta, Cencic, Fox. Haendel, Tamerlarno (versión de concierto). (Teatro del Liceo). 7: Dúo de piano Nexus. Mompou, Brahms, Shostakovich. (Auditori). 9: Joven Orquesta Nacional de Cataluña. Manel Valdivieso. Ravel, Liszt, Dvorák. (Auditori). 10,12: Coro del Teatro de Liceo. Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña. Pablo González. William Lacey. Merbeth, Baechle, Fritz, Trost. Strauss, Daphne (versión de concierto). (T. L.). 14: Denis Zhdanov, piano. Prokofiev. (Auditori). TEATRO DEL LICEO FSTIVAL INTENACIONAL DE SANTANDER TEATRO REAL Información: 91 516 06 60. Venta Telefónica: 902 24 48 48. Venta en Internet: www.teatro-real.com San Francisco de Asís. Olivier Messiaen. Julio:: 6, 8, 10, 11, 13. 18.00 horas. Estreno en España en versión escénica. Director musical: Sylvain Cambreling. Instalación: Emilia e Ilya Kabakov. Disposición escénica: Giuseppe Frigeni. Figurinista: Robby Duiveman. Iluminador: Jean Kalman. Director del coro: Andrés Máspero. Solistas: Camilla Tilling. Saint Tilling, Alejandro Marco-Buhrmester, Michael König, Wiard Withold, Tom Randle, Gerhard Siegel, Victor von Halem, Vladimir Kapshuk. Coro Titular del Teatro Real y Coro de la Generalitat Valenciana. SWR Sinfonieorchester BadenBaden – Freiburg. En el MADRID ARENA. Tosca. Giacomo Puccini. Julio: 12, 14, 15, 17, 18, 20, 21, 23, 24, 26, 27, 28. 20.00 horas. Reposición de la producción del Teatro Real de 2004. Coproducción con la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO). Director musical: Renato Palumbo. Directora de escena: Nuria Espert. Escenógrafo: Ezio Frigerio. Figurinista: Franca Squarciapino. Iluminador: Vinicio Cheli. Director del coro: Andrés Máspero. Solistas: Violeta Urmana/Sondra Radvanovsky, Marcello Giordani/Marco Berti, Lado Ataneli/George Gagnidze, Carlo Bosi. Orquesta y Coro Titulares del Teatro Real. Orquesta Sinfónica. Nello Santi. Pons, Guleghina, Furlanetto, Surguladze. Verdi, Nabucco (versión de concierto). 17: Montserrat Caballé, soprano; Manuel Burgueras, piano. Nicolai, Catalani, Counod. — Orquesta Nacional Clásica de Andorra. Alterisio Paoletti. Montserrat Caballé, Al Bano. 20: Quincy Jones & The Global Gumbo All Stars. 22: Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña. David Giménez Carreras. Roberto Alagna, Svetla Vasileva. 23: Katia Michel, piano. Wagner, Liszt. ORFEO ED EURIDICE (Gluck). Nikolic. Padrissa. BandArt. Rachvelishvili, Alberola, Toledano. 29,31-VII. 30: Daniel Müller-Schott, chelo. Bach, Britten. 1-VIII: Orquesta de la Comunidad Valenciana. Jesús López Cobos. Plácido Domingo, Virginia Tola. Zarzuela. 22: Orquesta de RTVE. Miguel Roa. Guridi, Turina, Falla. IL BARBIERE DI SIVIGLIA (Rossini). ORCAM. Pérez. Rechi. Zapata, Custer, Regazzo, Shore. 23,25-VII. 24: Joven Orquesta de la Comunidad Valenciana. Manuel Galduf. Asencio, Franco Duque, Mahler. CANDIDE (Bernstein). JORCAM. Coves. Mir. Comas, Rey-Joly, Bosch, Ribera. 29,31-VII. 1-VIII: JONDE. Patrick Davin. Lalo, Soutullo, Berlioz. 3: Malagasy Gospel. 4: Cuarteto Brodsky. Schubert, Gershwin, Lavista. GRANADA LX FESTIVAL INTERNACIONAL DE MÚSICA Y DANZA WWW.GRANADAFESTIVAL.ORG 1,3-VII: Ballet y Orquesta del Teatro Stanislavski. Korobov. Arefiev. Adam, Giselle. 2: Stile Antico. Victoria, Palestrina, Guerrero. 2,4: Orquesta del Festival de Schleswig-Holstein. Rolf Beck. Haydn. / Christoph Eschenbach. Mahler. 5: Rocío Molina, baile. 6: Accademia del Piacere. Fahmi Alqhai. Arcángel. Cante. 7: Forma Antiqua, Aarón Zapico. Vivaldi. 8: Ballet Nacional de España. José Antonio. Negro-Goya. 9: Musica Reservata. Paul Hillier. Victoria, Cotes. 9,10: Staatskapelle Berlin. Daniel Barenboim. Bruckner, Mozart. 11: KotorArt Trio. Milhaud, Stravinski, Bartók. 12: Eva Yerbabuena Ballet Flamenco. PERALADA XXV FESTIVAL CASTELL DE PERALADA WWW.FESTIVALPERALADA.COM 124 15-VII: Sinfónica del Vallés. Joan Albert Amargós. Joan Manuel Serrat. 16: Coro del Teatro de Liceo. SAN LORENZO DE EL ESCORIAL FESTIVAL DE VERANO WWW.TEATROAUDITORIOESCORIAL.ES 1-VII: ONE. Josep Pons. Iván Martín, piano. Mendelssohn, Rachmaninov, Dvorák. 14: Orquesta de Cadaqués. Jaime Martín. Maria João Pires, piano. Por determinar. 15: BDB dúo. Mozart, Poulenc, Milhaud. 17: Voces femeninas de la ORCAM. Rossini, Berlioz, Fauré. — Cuarteto Bretón. Guridi, Bretón, Turina. 21: Concierto Matisse. 1-VIII: Sinfónica de Bilbao. Mario de Rose. Cura, Frittoli, Stoyanov. Verdi, Otello (versión de concierto). 5: Ballet Nacional de España. José Antonio. Negro-Goya. 6: Shlomo Mintz, violín; Itamar Golan, piano. Bach, Mozart, Brahms. 8: Isidro Barrio, piano. Soler, Beethoven, Liszt. 10: Jordi Savall, lira; Dimitri Psonis, percusión. La lira de Hesperia. 12: Sexteto de Praga. Campana, Brahms, Schoenberg. 16: Sinfónica de la Radio de Fráncfort. Paavo Järvi. Mozart, Mahler. 19: Coro y Orquesta del Festival de Schleswig-Holstein. Rolf Beck. Haendel, Mesías. TORROELLA DE MONTGRÍ FESTIVAL DE MÚSICAS CA.FESTIVALDETORROELLA.COM WWW.LICEUBARCELONA.COM ARIANE ET BARBE-BLEUE (Dukas). Denève. Guth. Westbroek, Van Dam, Helleer, Copons. 3,5,7,8-VII. CARMEN (Bizet). Piollet. Pérez, Shicoff, Arteta, Ódena. 21,22,24,25,27,28,30-VII. WWW.FESTIVALSANTANDER.COM SAN SEBASTIÁN QUINCENA MUSICAL WWW.QUINCENAMUSICAL.COM IL BARBIERE DI SIVIGLIA (Rossini). Orozco Estrada. Rechi. Zapata, Custer, Regazzo, Shore. 8,10-VIII. 9: Nikolai Luganski, piano. Chopin, Liszt. 10: Cuarteto Casals. Boccherini, Bartók, Beethoven. 12,13: Filarmónica de Róterdam. Yannick Nézet-Séguin. Nicholas Angelich, piano. Ravel, Liszt, Bartók. / Mahler, Tercera. 17: Sinfónica de Fráncfort. Paavo Järvi. Sibelius, Nielsen. 23: Orquesta Age of Enlightenment. Coro Easo. Vladimir Jurowski. Weber, Mendelssohn, Liszt. 24,27,29: Sinfónica de la Radio de Colonia. Jukka-Pekka Saraste. Liszt, Mahler. / Bartók, Schoenberg. / Schoenberg, Brahms, Beethoven. 30,31: Orquesta Festival de Budapest. Iván Fischer. Brahms, Dvorák. / Liszt, Mahler. 30-VII: Academia 1750. Stefano Demicheli. Astorga, Vivaldi, Haendel. 31: Jan Garbarek, saxo. Hilliard Ensemble. Officium novum. 1-VIII: Grigori Sokolov, piano. Bach, Schumann. 3: Dunedin Consort & Players. John Butt. Bach, Misa en si menor. 5: Academia 1750. Stefano Demicheli. Bach, Pachelbel, Corelli. 10: La Stagione Armonica. Sergio Balestracci. Cererols, Bach, Allegri. 12: Alice Sara Ott, piano. Mozart, Beethoven, Chopin. 16: Orquesta de Cámara Berg. Peter Vrábel. Proyección de Jeanne d’Arc de Dreyer con música de Kutavicius. 17: Joaquín Achúcarro, piano. Busoni, Beethoven, Liszt. 18: Magdalena Kozena, mezzo; Yefim Bronfman, piano. Musorgski, Shostakovich, Rachmaninov. 19: Philippe Jaroussky, contratenor; Jerôme Ducros, piano; Gautier Capuçon, chelo. Fauré, Hahn, Albéniz. 21: Orfeo 55. Nathalie Stutzmann. Vivaldi. 23: Nathalie Stutzmann, contralto; Inger Södergren, piano. Schubert, Viaje de invierno. 26: Academia 1750. Stefano Demicheli. Bayo, Brolli. Ferrandini, Pla, Porpora. INTERNACIONAL AIX-EN-PROVENCE FESTIVAL WWW.FESTIVAL-AIX.COM THANKS TO MY EYES (Bianchi). Ollu. Pommerat. Matzeit, Rotgere, Motseri, Wyn. 5,6,8,9,11-VII. 265-Pliego final 22/6/11 09:38 Página 125 GGUUÍ A ÍA LA TRAVIATA (Verdi). Langrée. Sivadier. Dessay, Tézier, Castronovo, Sacarabelli. 6,8,9,12,14,16,18, 20,22,24-VII. LA CLEMENZA DI TITO (Mozart). Davis. McVicar. Ainsley, Giannttasio, Connolly, Stephany. 7,10,13,15,19,21-VII. NOS (Shostakovich). Ono. Kentridge. Shagidullin, Kravets, Popov, Ognovenko. 8,10,12,14-VII. ACIS AND GALATEA (Haendel). García Alarcón. Teshigawara. Behr, Fuchs, Wilder, Barron. 9,10,12,13,16,17,19,20,22,23-VII. ÁMSTERDAM DE NEDERLANDSE OPERA WWW.DNO.NL EVGENI ONEGIN (Chaikovski). Jansons. Herheim. Toczyska, Stoyanova, Dunaev, Skovhus. 1,4,7,10-VII. BAYREUTH RICHARD WAGNER FESTSPIELE WWW.BAYREUTHER-FESTSPIELE.DE TANNHÄUSER (Wagner). Hengelbrock. Baumgarten. Groissböck, Cleveman, Nagy, Odinius. 25-VII. 1,7,1,3,19,25-VIII. DIE MEISTERSINGER VON NÜRNBERG (Wagner). Weigle. Wagner. Rutherford, Zeppenfeld, Reid, Zaun. 26,30-VII. 6,12,18,24-VIII. LOHENGRIN (Wagner). Nelsons. Neuenfels. Vogt, Zeppenfeld, Dasch, Tómasson. 27-VII. 2,8,14,20,26VIII. PARSIFAL (Wagner). Gatti. Herheim. Roth, Randes, Youn, O’Neill. 28-VII. 3,9,15,21,27-VIII. TRISTAN UND ISOLDE (Wagner). Schneider. Marthaler. Smith, Holl, Theorin, Rasilainen. 29-VII. 4,10,16,22,28-VIII. BERLÍN FILARMÓNICA DE BERLÍN WWW.BERLINER-PHILHARMONIKER.DE 2-VII: Riccardo Chailly. Shostakovich, Rota, Respighi. 26-VIII: Simon Rattle. Schoenberg, Mahler. DEUTSCHE OPER WWW.DEUTSCHEOPERBERLIN.DE CARMEN (Bizet). Rogister. Schuhmacher. Aldrich, Sabirova, Kurucová. 2,5-VII. MACBETH (Verdi). Benini. Carsen. Mayer, Jerkunica, Smirnova, Breslik. 3-VII. TANNHÄUSER (Wagner). Rogister. Harms. Hagen, Gambill, Molnar, Bieber. 9-VII. STAATSOPER WWW.STAATSOPER-BERLIN.ORG TRI SESTRI (Eötvös). Salemkour. Gilmore. Hasanagic, Lapkovskaia, Lim, Reinhardt. 3,4,6-VII. MATSUKAZE (Hosokawa). Heras- Casado. Waltz. Henningan, Hellekant, Olsen, Fahnert. 15,16,17-VII. DRESDE SEMPEROPER WWW.SEMPEROPER.DE LA BOHÈME (Puccini). Delacôte. Mielitz. Babajanian, Dunaev, Kastón, Jung. 1-VII. 25,30-VIII. RUSALKA (Dvorák). Netopil. Herheim. Nyári, Monogarova, Owens, Zeppenfeld. 23,28-VIII. STREET SCENE (Weill). Darlington. Bruinier. Brohm, Marquardt, Ullrich, Esper. 26-VIII. FRÁNCFORT OPER FRANKFURT WWW.OPER-FRANKFURT.DE BARABBAS-DIALOGE (Sallinen). Zierer. Engelhardt. Kim, Carty, Plock, Cho. 1-VII. DIDO AND ÆNEAS (Purcell). / A KÉKSZAKÁLLU HERCEG VÁRA (Bartók). Carydis. Kosky. Murrihy, Stallmeister, Ryberg, Hayward. 1,3-VII. I MASNADIERI (Verdi). Nánási. Peter. Mikitenko, Baldvinsson, Kim, Argiris. 2,3-VII. GLYNDEBOURNE OPERA FESTIVAL WWW.GLYNDEBOURNE.COM DON GIOVANNI (Mozart). Ticciati. Kent. Almgren, Pence, Rose, Peersson. 1,7,12,15-VII. RINALDO (Haendel). Dantone. Carsen. Prina, Mead, Piau, Rae. 2,6,9,13,17,29-VII. 1,5,7,10, 15,17,20,22-VIII. L’ELISIR D’AMORE (Donizetti). Mazzola. Arden. De Niese, Costello, Pogodssov, Gavanelli. 3,8,10,14,16,19,24,28,31-VII. 4VIII. RUSALKA (Dvorák). Davis. Still. Kuznetsova, Gernoch, Diadkova, Kolosova. 23,27,30-VII. 3,6,9,12,14,19, 24,27-VIII. THE TURN OF THE SCREW (Britten). Hrusa. Kent. Spence, Royal, Bickley, Allen. 11,13,16,18,21,23,26,28VIII. LONDRES PROMENADE CONCERTS WWW.BBC.CO.OK/PROMS 15-VII: Coro y Sinfónica de la BBC. Jirí Belohlávek. Brahms, Liszt, Janácek. 16: Coro y Orquesta de la Academia de Santa Cecilia. Antonio Pappano. Rossini, Guillermo Tell (versión de concierto). 17: Coro de la Sinfónica de Londres. Orquesta de Conciertos de la BBC. Martyn Brabbins. Brian, Primera. 18,19: Filarmónica de Radio Francia. Myung-Whun Chung. Argerich, Capuçon. Messiaen, Dusapin, Beethoven. / Weber, Stravinski, Brahms. 20: Sinfónica de la BBC. Jirí Belohlá- vek. Jean-Guihen Queyras, chelo. Dvorák, Smetana. 21: The Hallé. Mark Elder. András Schiff, piano. Sibelius, Bartók, Janácek. 22: Filarmónica de la BBC. Juanjo Mena. Debussy, Ravel, Falla. 24: Coro Filarmónico de Londres. Sinfónica de la BBC. Semion Bichkov. Verdi, Réquiem. 25: Sinfónica de la Radio de Stuttgart. Roger Norrington. Mahler, Novena. 26: Coro y Filarmónica de Londres. Vladimir Jurowski. Kodály, Bartók, Liszt. 27,28: Orquesta Nacional de la BBC de Gales. Thierry Fischer. Berlioz, Fauré, Dusapin. / Beethoven, Dalbavie, Carter. 19: Sinfónica de la BBC. Oliver Knussen. Honegger, Bridge, Berg. 1-VIII: Filarmónica de la BBC. Gianandrea Noseda. Beethoven, SiantSaëns, Liszt. 2: Sinfónica de la BBC. Andrew Davis. Elgar, Grainger. 3,4: Sinfónica Escocesa de la BBC. Donald Runnicles. Lynn Harrell, chelo. Debussy, Dutilleux, Ravel. / Strauss, Brahms. 5: Joven Coro Nacional de Gran Bretaña. Sinfónica Simón Bolívar. Gustavo Dudamel. Mahler, Segunda. 7: Sinfónica de la BBC. Edward Gardner. Brahms, Mahler. 8: Real Filarmónica de Estocolmo. Sakari Oramo. Alice Sara Ott, piano. Sibelius, Grieg, Nielsen. 10: Ensemble Modern. Reich. 11: Filarmónica de la BBC. Vasili Sinaiski. Bridge, Brahms, Holst. 13: Nicholas Collon. Rodney Bennett, Dutilleux, Maconchy. 15: Orquesta del Teatro Mariinski. Valeri Gergiev. Chaikovski, Lago de los cisnes. 16: Real Orquesta Filarmónica. Andrew Litton. Yuja Wang, piano. Bax, Barber, Bartók. 17: Orquesta Philharmonia. Esa-Pekka Salonen. Lisa Batiashvili, violín. Stravinski, Chaikovski, Shostakovich. 18: Sinfónica Escocesa de la BBC. Ilan Volkov. Larcher, Bruckner. 19,20: Orquesta de Cámara de Europa. Bernard Haitink. Brahms. 22: Sinfónica de la BBC. Jirí Belohlávek. Brahms, Liszt, Volans. 23: Sinfónica de Londres. Valeri Gergiev. Leonidas Kavakos, violín. Dutilleux, Prokofiev. 25: Orquesta Age of Enlightenment. Ottavio Dantone. Prina, Mead, Priau, Rae. Haendel, Rinaldo (versión de concierto). 26: Sinfónica de la BBC. Semion Bichkov. Strauss, Mahler. 27: Orquesta de la Tonhalle de Zúrich. David Zinman. Maria João Pires, piano. Hillborg, Mozart, Beethoven. 28: Gabrili Consort & Playes. Paul McCreesh. Mendelssohn, Elías. 30: Orquesta de la Radio de Holanda. Jaap van Zweden. David Fray, piano. Mozart, Bruckner. 31: Coro y Sinfónica de la BBC. David Robertson. Yo Yo Ma, chelo. Fitkin, Beethoven. R OYAL O PERA H OUSE C OVENT GARDEN WWW.ROH.ORG.UK PETER GRIMES (Britten). Davis. Heppner, Summers, Roocroft, Richardson. 1,3-VII. MADAMA BUTTERFLY (Puccini). Nelsons. Racette, Valenti, MichaelsMoore, Leggate. 2,4,8,12,15,16-VII. CENDRILLON (Massenet). De Billy. DiDonato, Podles, Coote, Gutiérrez. 5,7,9,11,13,16-VII. TOSCA (Puccini). Pappano. Serafin, Giordani, Uusitalo, Francis. 14,17VII. LUCERNA LUCERNE FESTIVAL WWW.LUCERNEFESTIVAL.CH 10,12,13-VIII: Orquesta del Festival de Lucerna. Claudio Abbado, Hélène Grimaud, piano. Brahms, Wagner, Mahler. 11: Orquesta de Cámara Mahler. Vladimir Jurowski. Henze, Mendelssohn. 14: Les Talens Lyriques. Christophe Rousset. Véronique Gens, soprano. Gluck, Gossec, Méhul. 15: Orquesta del Festival de Lucerna. Lutz Köhler. Musorgski. 17: Pollini Perspectives. 18: Orquesta Diván Oriente-Occidente. Daniel Barenboim. Beethoven. 19,20: Orquesta del Festival de Lucerna. Claudio Abbado. Mozart, Bruckner. / Christine Schäfer, soprano. Mozart, Bruckner. 21: Ensemble Intercontemporain. Jean Deroyer. Kyburz. 22: Festival Strings Lucerne. Tan Dun. Takemitsu, Tan, Mozart. 23,24: Orquesta de Cámara de Europa. Bernard Haitink. Brahms, Schubert. 24: Sinfónica de la Radio de Stuttgart. Heinz Holliger. Holliger, Schumann. 26: Ensemble de la Orquesta del Festival de Lucerna. Claudio Abbado. Brahms, Schoenberg. 27: Orquesta de Filadelfia. Charles Dutoit. Jean-Yves Thibaudet, piano. Rihm Liszt, Berlioz. 28,29: Sinfónica de Chicago. Riccardo Muti. Rands, Strauss, Shostakovich. / Hindemith, Strauss. 31: Filarmónica de Berlín. Simon Rattle. Mahler, Séptima. MILÁN TEATRO ALLA SCALA WWW.TEATROALLASCALA.ORG L’ITALIANA IN ALGERI (Rossini). Allemandi. Ponnelle-Cantini. Yende, Tornatore, Polinelli, Brownlee. 1,5,7,9,11,13,14-VII. ATTILA (Verdi). Luisotti. Lavia. Anastasov, Vratogna, Pankratova, Álvarez. 2,4,6,8,12,15-VII. MÚNICH OPERNFESTSPIELE WWW.BAYERISCHE.STAATSOPER.DE 125 265-Pliego final 22/6/11 09:38 Página 126 GUÍA MAKE NO NOISE (Srnka). Ward. Lutton. Tatulescu, Falk, Damerau, Conners. 1,2-VII. SAINT FRANÇOIS D’ASSISE (Messiaen). Nagano. Nitsch. Schäfer, Gay, Daszak, Borchev. 1,5,10-VII. LOHENGRIN (Wagner). Nagano. Jones. Sigmundsson, Seiffert, Pieczonka, Struckmann. 2,6-VII. FIDELIO (Beethoven). Luisi. Bieito. Humes, Koch, Kaufmann, Kampe. 4,8-VII. DIE ENTFÜHRUNG AUS DEM SERAIL (Mozart). Debus. Duncan. O’Laughlin, Prohaska, Breslik, Conners. 11-VII. ARIADNE AUF NAXOS (Strauss). Klama, Volle, Sindram, Smith. 13,16VII. DON GIOVANNI (Mozart). Carydis. Kimming. Finley, Ens, Wall, Kaiser. 14,17-VII. RUSALKA (Dvorák). Hanus. Kusej. Beczala, Krasteva, Opolais, Baechle. 15,18-VII. DER ROSENKAVALIER (Strauss). Segerstam. Rose. Harteros, Rose, Aldrich, Gantner. 19,23,28,31-VII. MITRIDATE, RE DI PONTO (Mozart). Bolton. Bösch. Banks, Petibon, Bonitatibus, Zazzo. 21,24,26,29-VII. LUCREZIA BORGIA (Donizetti). Arrivabeni. Loy. Vassallo, Gruberova, Breslik, Surguladze. 21,25-VII. L’ENFANT ET LES SORTILÈGES (Ravel) / DER ZWERG (Zemlinsky). Nagano. Jarzyna. Erraught, Damerau, Tilling, Vilsmaier. 22-VII. I CAPULETTI E I MONTECCHI (Belli- ni). Kasarova, Siurina, Pittas, Jerkunica. 24,29-VII. TRISTAN UND ISOLDE (Wagner). Nagano. Konwitschny. Heppner, Pape, Stemme, Volle. 27,31-VII. L’ELISIR D’AMORE (Donizetti). Brown. Bösch. Machaidze, Polenzzani, Molnár, De Simone. 28,30-VII. PARÍS OPÉRA BASTILLE WWW.OPERA-DE-PARIS.FR OTELLO (Verdi). Armiliato. Serban. Antonenko, Gallo, Fabiano, Fleming. 1,4,7,10,13,16-VII. PALAIS GARNIER WWW.OPERA-DE-PARIS.FR COSÌ FAN TUTTE (Mozart). Jordan. Toffoluti. Heever, Deshayes, Polenzani, Szot. 2,4,7,10,13,16-VII. PÉSARO ROSSINI OPERA FESTIVAL WWW.ROSSINIOPERAFESTIVAL.IT ADELAIDE DI BORGOGNA (Rossini). Jurowski. Alli. Barcellona, Fischer, Pierpaoli, Pratt. 10,13,16,19,23-VIII. MOSÈ IN EGITTO (Rossini). R. Abbado. Vick. Ganassi, Rebeka, Esposito, Korchak. 11,14,17,20-VIII. LA SCALA DI SETA (Rossini). Pérez- Sierra. Michieletto. Baggio, Lo Monaco, Alberghini, Bordogna. 12,15,18,21-VIII. SALZBURGO SALZBURGER FESTSPIELE WWW.SALZBURGFESTIVAL.AT LE NOZZE FI FIGARO (Mozart). Ticciati. Guth. Keenlyside, Kühmeier, Peterson, Schrott. 27,30-VII. 4,11,13-VIII. 28,31-VII: Filarmónica de Viena. Pierre Boulez. Berg, Mahler. DIE FRAU OHNE SCHATTEN (Strauss). Thielemann. Loy. Gould, Schwanewilms, Schuster, Koch. 29VII. 1,4,11,14,17,21-VIII. 1,3-VIII: Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela. Gustavo Dudamel. Chaikovski. / Mahler. MACBETH (Verdi). Mutti. Stein. Luzic, Beloselski, Serjan, Filianoti. 3,6,9,12,16,19,22,24-VIII. COSÌ FAN TUTTE (Mozart). Minkowski. Guth. Bengtsson, Losier, Schrader, Maltman. 5,7,15,19,21,26-VIII. 7,8: Filarmónica de Viena. Christian Thielemann. Strauss. VEC MAKROPULOS (Janácek). Salonen. Marthaler. Denoke, Jovanovich, Hoare, Reuter. 10,13,18,25,30-VIII. 14,15: Filarmónica de Viena. Coro de la Ópera de Viena. Riccardo Muti. Stoyanova, Borodina, Pirgu, Abdrazakov. Verdi, Réquiem. DON GIOVANNI (Mozart). Nézet- Séguin. Guth. Finley, Selig, Prieto, Röschmann. 18,20,23,27,29-VIII. 18,19: Cuarteto Mandelring. Shostakovich, Cuartetos. 19: Orquesta Diván Oriente-Occidente. Daniel Barenboim. Mahler, Beethoven. 20,21: Filarmónica de Viena. Mariss Janson, Lang Lang, piano. Stravinski, Liszt, Ravel. 24: Maurizio Pollini, piano. Beethoven. 25,27: Filarmónica de Viena. Franz Welser-Möst. Schubert, Zemlinsky. 26,27: Sinfónica de Chicago. Riccardo Muti. Rands, Strauss, Shostakovich. / Hindemith, Prokofiev. 28,29: Filarmónica de Berlín. Simon Rattle. Mahler, Séptima. / Britten, Bruckner. ZÚRICH OPERNHAUS WWW.OPERNHAUS.CH Z MRTVÉHO DOMU (Janácek). Metzmacher. Konwitschny. Macias, Christoff, Moody, Daniluk. 1-VII. MARIA STUARDA (Donizetti). Chichon. Mei, Garanca, Camarena, Polgár. 2,8-VII. PARSIFAL (Wagner). Gatti. Guth. Naef, Liebau, Hampson, Salminen. 3,5,10-VII. IL RE PASTORE (Mozart). Christie. Asagaroff. Hartelius, Janková, Villazón, Bernheim. 4,7,9-VII. BOLETÍN DE SUSCRIPCIÓN c/ Cartagena 10, 1ºc - 28028 MADRID Tel. 91.356 76 22 - Fax 91.726 18 64 E-mail: suscripciones@scherzo.es - www.scherzo.es Deseo suscribirme, hasta nuevo aviso, a la revista SCHERZO por períodos renovables de un año natural (11 números) comenzando a partir del mes de ………………… nº…… El importe lo abonaré de la siguiente forma: Transferencia bancaria a la c/c 2038 1146 95 6000504183 del Caja de Madrid, a nombre de SCHERZO EDITORIAL, S.L. Cheque a nombre de SCHERZO EDITORIAL, S.L. Giro postal. Rellene y envíe este cupón por correo, fax o correo electrónico. O llámenos por teléfono de 10 a 15 h. También está disponible en nuestra página en internet. Nombre………………………………………….......... .................................................NIF……………….... Domicilio…………..……………………………......... ................................................................................ CP………Población………………………………...... Provincia……………………………..……………...... Teléfono……………………………………………..... 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Anton Chejov, un veleidoso antisemita, puso como título a una historia sobre el gueto El violín de Rothschild, definiendo la raza por aquel instrumento (el cuento fue convertido en ópera por Veniamin Fleishman, muerto en 1941 y que terminó Dimitri Shostakovich). Marc Chagall nunca hubiera pintado un oboe o un pianista en su tejado. Menuhin, el intérprete más famoso de su época, tenía como primer nombre de pila “Jew”. Y los dos nombres, judío y violín, van juntos como inglés y té o francés y beso, relación que siempre tiene su lado bueno y su lado malo. En este momento me paro para tomar un respiro. Es un tema que puede resultar algo incómodo. Una palabra equívoca y he metido la pata. En el momento en que se mencionan las palabras judíos y violines juntas se está pisando un campo minado por ignorancia y prejuicios que no produce más que lugares comunes. Así que, en general, los escritores y los músicos no las mencionan. Sin embargo, debe ser posible hacer la pregunta y conseguir algo de clarificación sin perderse en estereotipos. ¿Por qué esa idea de aparear judíos con violines? En primer lugar por razones geográficas. Muy pocos judíos virtuosos procedieron de Francia o Escandinavia o del sur de Europa. El fenómeno se limita a violinistas de Austria, Alemania, donde Joseph Joachim fundó —según el astuto análisis de Boris Schwartz— la posibilidad de una interpretación liberal; y de Rusia, la mayoría del San Petersburgo de principios del siglo XX, discípulos de Leopold Auer, lo cual movió a Gershwin a tararear la cancioncilla Mischa, Jascha, Toscha, Sasha. Elman, Heifetz, Seidel, Jacob, eran, todos judíos. Isaac Stern tocó en Leningrado Callie Kant CONTRAPUNTO durante la Guerra Fría y mientras David Oistrakh hacía una gira por Estados Unidos comentó: “les enviamos nuestros violinistas judíos de Odessa, y nos envían sus violinistas judíos de Odessa”. En los dos lados de la gran división ideológica era de suponer que el violín estaría en manos de un cierto grupo étnico. Las raíces de esta suposición se pueden buscar en la enseñanza del instrumento, llevada con mano dura y despótica tanto por Joachim como por Auer, que exportaron un gran número de estrellas, fenómeno luego perpetuado por una escasez de talento judío durante la posguerra. El fallecido mandamás discográfico Peter Andry solía preguntarse en voz alta cuántas futuras celebridades habrían sido asesinadas por Hitler y Stalin. Aunque Israel, Rusia y Estados Unidos han sostenido un goteo de solistas judíos, la cadena de producción efectivamente terminó después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el énfasis musical tomó otros derroteros. Hablar hoy del violín como un instrumento judío es un flagrante anacronismo, irrelevante para el futuro del genero —¿o no? Usted me dirá. Lo que no es tan claro es por qué a los judíos les dio siempre por el violín. Algunas personas sostienen que el instrumento es lo más parecido al sonido del lamento judío. Otros señalan el ejemplo de los primeros rabinos hasídicos, que compusieron nuevos himnos usando el violín. La razón más creíble es que es fácil llevarlo consigo. Las madres de las juderías no sentaban a sus hijos delante de un piano. Los pianos abultaban demasiado como para transportarlos si había amenaza de un pogromo. Lo mismo se puede decir de los violonchelos. El violín es un instrumento de dispersión, una reliquia de persecuciones y también una especie de suerte hacia una mejor vida. Fue la Blackberry de la transmisión musical, el ordenador portátil de una escuela amenazada, el instrumento más efectivo para asegurar que las tiranías no destruyeran una tradición que pasaba de profesor a discípulo, de la época de Bach hasta la nuestra. Norman Lebrecht Musicalia 12 21/6/11 22:53 Página 8 MUSICALIA SCHERZO Novedad: HITLER Y EL P ODER DE LA ESTÉTICA Frederic Spotts ISBN: 978-84-7774-449-8 537 Páginas. Títulos anteriormente publicados en esta colección: Spotts se centra en el Hitler obsesionado por el arte moderno en nombre de una vasta contrarrevolución en el mundo de la música, la arquitectura y las artes plásticas. Es ese el dictador que protagoniza el gran libro de Spotts, Hitler y el poder de la estética. El aserto del gran Walter Benjamin, centrado en la relación entre cultura y barbarie es, en cierto modo, el leitmotiv de esta obra excepcional. MARAVILLA DE LA ÓPERA Jens Malte Fischer RAVEL Vladimir Jankélévitch CHOPIN Raíces de futuro Justo Romero GUSTAV MAHLER José Luis Pérez de Arteaga POR QUÉ BEETHOVEN TIRÓ EL ESTOFADO. Steven Isserlis BACH. LA CANTATA DEL CAFÉ. La seducción de lo prohibido. Domingo del Campo EL VELO DEL ORDEN Conversaciones con Martin Meyer. Alfred Brendel EL FUROR DEL PRETE R O S S O . La música instrumental de Vivaldi. Pablo Queipo de Llano J. S. BACH Una estructura del dolor. Josep Soler CANCIONES DE VIAJE CON QUINTAS BOHEMIAS. Noticias biográficas. Hans Werner Henze o o o o o Novedades ooo o o que hacen o o o oo historia o o o o o o o oo o o o o o o o o o o o o o o oo o o o o o o 2 CD 1 CD 3 CD 2 CD 2 CD 1 CD Brilliant Classics y Newton Classics, le ofrecen una serie de novedades interpretativas que por su calidad ya han hecho historia entre las grabaciones de música clásica. Desde el lirismo de Jolivet, el expresionismo de Schreker, el postromanticismo del sueco Stehammar o las aplaudidas interpretaciones del barítono afroamericano Simon Estes. Excelentes grabaciones al mejor precio.