Número 21 PDF
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La Ratonera Septiembre 2007 Texto: Las aeróbicas, de Maxi Rodríguez País, de Teatro Casona Entrevista a Juan Echanove El teatro deportivo 9 771578 251002 21 ISSN 1578-2514 21 Fin de temporada en Madrid Sumario La Ratonera Revista asturiana de teatro N.º 21. Septiembre de 2007 Dirección Roberto Corte Pedro Lanza Redacción Francisco Díaz-Faes Boni Ortiz Eva Vallines José Luis Campal Edita ORIS Teatro Av de La Vega 67, 2º 33940 El Entrego (Asturias) Teléfono: 652869861 info@la-ratonera.net Recepción de artículos y correspondencia Av de Portugal 9, 3º D 33207 Gijón (Asturias) redaccion@la-ratonera.net Correctora Eva Vallines Diseño y maquetación Pedro Lanza Foto de portada País, de Teatro Casona ISSN: 1578-2514 Dep. Legal: AS-4093-2000 Impresión: Ápel (Gijón) www.la-ratonera.net 3 5 8 11 15 17 22 28 30 34 37 41 44 47 75 79 91 94 96 98 101 106 110 Editorial: Una realidad invertebrada El neocostumbrismo que conviene. Roberto Corte La travesía de los JASP. Boni Ortiz Vida y muerte de Sarah Kane. B. O. El teatro amateur se reúne. Boni Ortiz La biografía decisiva de Valle-Inclán. R. C. Entrevista a Juan Echanove. Gemma de Luis Lluís Portal y la Guerra Civil. Xosé Lluís Campal Fernández Hace cincuenta años. Boni Ortiz La papelera de Eurípides (VIII). José Luis Campal Fernández Diotima. Vladimir García Morales El teatro de ‘Adeflor’ (II). José Luis Campal Fernández Entrevista a Maxi Rodríguez. Eva Vallines Texto: Las aeróbicas. Maxi Rodríguez Happening y concierto. R. C. Desde Madrid. Julio Rodríguez Blanco Castañón se acerca al teatro deportivo. J. L. Campal Fernández De cómo Martín Recuerda. Francisco Díaz-Faes Elías García o la razón de vivir. Francisco Díaz-Faes Carta de Pinito del Oro a los Tonetti. Pinito del Oro El trapecista asturiano y su familia. Francisco Martín Medrano Alegría y alergia al Sol. Francisco Díaz-Faes Libros y revistas Este número se realiza con la colaboración de: Editorial Una realidad invertebrada na sociedad cultural viva es aquella que se manifiesta con un ejercicio crítico responsable. Tan disparatado es esgrimir un discurso apocalíptico que neutraliza los valores para degradarlos, como utilizar una soflama oportunista, acrítica y cómplice, al servicio de un programa de partido al que no se le presta más consideración que el signo político al que pertenece. Hay una opinión bastante generalizada en creer que la situación que vive el teatro asturiano es siempre la misma, que el contexto y las circunstancias en que se produce es idéntico al de hace diez años, que la política teatral del Principado es incongruente, e incluso que el teatro que realizan las compañías no es más que un mecanismo de repetición temático y estético muy endeble, anclado en unas estructuras de producción precarias y adocenadas. Y todo esto se dice para sacar conclusiones nada halagüeñas, aunque para desmentir buena parte del inmovilismo de estas afirmaciones baste con echar un vistazo a las estadísticas de hoy y de antaño, y contrastarlas. a realidad teatral asturiana es diversa y compleja. El balance global de la actividad artística y administrativa requiere de una consideración sosegada que contemple todos los elementos y matices que forman el conjunto. Sobran los juicios precipitados y las impresiones que actúan como respuesta a problemas personales. Los cambios que recientemente se han producido en infraestructura y proyectos relacionados con las artes escénicas en nuestra comunidad, por innovadores que se presenten, han de ser integrados y explicados dentro del campo al que pertenecen. Son muchos, e importantes, los elementos que aparecen dispersos. Es tarea de la administración a través de un departamento competente o de un instituto de teatro, sin menoscabo de la autonomía que compete a cada caso, jerarquizar y organizar todo el entramado. La Ratonera / 21 L Sólo así podremos hacernos una idea cabal de nuestro patrimonio y de los problemas que nos acucian, para que, plantándoles cara y dándoles solución de acuerdo a nuestras peculiaridades, logremos estar a la altura de las comunidades autónomas mejor estructuradas. os nuevos responsables de la Consejería de Cultura han de hacer un esfuerzo por consolidar y mejorar lo conseguido. No cabe duda de que en estos últimos años se han dado pasos significativos para reactivar la actividad teatral, pero aún son insuficientes si consideramos que al aumento de los presupuestos le acompaña un mayor número de representaciones, el crecimiento de la afición, y un mayor número de personas vinculadas profesionalmente con la actividad. Son muchos todavía los municipios con una población de 15.000 habitantes a los que no les llega una mínima programación estable, y hace falta abordar con solvencia actividades a las que desde siempre se les ha prestado muy poca atención: los intercambios, el reciclaje en formación, la investigación, la promoción de autores o los vínculos que han de existir entre la universidad y la profesión; amén de otras que, sin ni tan siquiera haber sido esbozadas más allá del enunciado teórico, forman ya parte natural del desarrollo de las artes escénicas de otras comunidades. Desarrollos que han de estar sujetos a parámetros de racionalidad para una mayor efectividad. hora, coincidiendo con el cambio de gobierno tras el periodo electoral, se nos ha ofrecido la oportunidad de adjuntar a este número el ensayo de Antón Caamaño Política teatral pa países fósiles. Un escrito que, sir ser necesariamente coincidente en todos sus puntos con nuestra línea editorial —más allá de la forma en que se presentan—, tiene elementos de juicio importantes, y más que suficientes, para incentivar el debate. L A Septiembre 2007 U El neocostumbrismo que conviene Roberto Corte País de Dolfo Camilo Díaz Teatro Casona Dirección: Andrés Presumido Intérpretes: Xuan Coll, Isabel Friera, Carmen Gloria García, Cristina Bravo, Andrés Presumido y Aique. Luz y sonido: Burter de Campo y Rosa Arias Vestuario: Alegría Florez Teatro de S. M. del Rey Aurelio La literatura minera arranca con el Germinal de Zola y tiene al siglo XX como espacio elegíaco donde los valores de heroicidad, sacrificio, conciencia social y revolución alcanzan todo su esplendor. La dureza del trabajo y la concentración de obreros propiciaban el activismo político y sindical. Y no han sido pocos los pintores, poetas y escritores que han tratado las gestas asturianas del 34 y el 62 en esta misma dirección. Aunque ya Joaquín Maurín en su libro Hacia la segunda revolución nos recordaba que, parejo a las virtudes, en 1903, Palacio Valdés inauguraba la Carmen Gloria García e Isabel Friera en País. leyenda negra con La aldea perdida, dando rienda suelta al minero borracho, blasfemo, pendenciero y desmitificador. Valores que, por otra parte, estaban en el estereotipo, pero sin darle tanto juego al dogma y a la reacción. Desde entonces acá ha llovido mucho. El mundo ha cambiado y la Asturias minera es ya testimonial. De los 25.000 mineros de 1980 nos restan 4.000. Y la literatura prosigue su andadura, aunque ya ha quedado claro que si al auge industrial y desarrollo le correspondía un tono trágico con acciones nobles y elevadas, a la minería en la era postindustrial le va el sainete crítico y la comedia para mejor arropar la despedida. Que es el estilo idóneo para la extinción en “muerte dulce”, a modo de eutanasia procesal (político-sindical) impuesta a esta faceta laboral. Septiembre 2007 La Ratonera / 21 El Entrego, 22 de junio de 2007 La Ratonera / 21 Cristina Bravo, Isabel Friera y Carmen Gloria García en una escena de País. El País de Dolfo Camilo es, como el subtítulo de la pieza indica, una traxicomedia asturiana. Un sainete macabro y juguetón que tiene por protagonista al minero sindicalista con todos los tópicos de descrédito: vago, blasfemo, machista, borracho, violento y fanfarrón. Cadáver y de cuerpo presente, aunque redivivo para la ocasión a base de flash-back. Con acciones en el velatorio que nos lo muestran por boca de su viuda, o en comentarios de amigas comunes; la una mujer de guardia civil —su mejor amigo—, y la otra médica, que ejerce de voz de la conciencia para deshacernos el lío de faldas y bravuconadas desde el comienzo hasta la resolución. Todo como en comedia reivindicativa con tintes feministas, de sal gruesa, popular, de las que tanto gustan, en asturiano de las cuencas y con chiste explosivo que raya en bufonada. Lo cual vale de ejemplo y nos avisa que trastocando el tema y los valores trillados se puede reformar el costumbrismo. Tarea que se hace urgente y más que necesaria para que un público tradicional y fiel A la izquierda Xuan Coll y Aique. A la derecha Xuan Coll, el sindicalista de País. ces— experimentadas, algunas ya conocidas en Casona por sus anteriores trabajos, como Isabel Friera y Carmen Gloria García, que hacen los personajes de Licia y Fina, respectivamente, la viuda muy sentida que llora al finado y la amiga adúltera un tanto borderline; y por Cristina Bravo, que también cumple muy bien con el papel de Telva, la doctora que les abre los ojos a base de recuerdos y… antidepresivos. Y luego está Xuan Coll, uno de nuestros actores más veteranos trabajando en asturiano, que le pone a Mino, el prota, el sujeto omitido, toda la gracia y el encanto que necesita el minero para ser el gallu de esta comedia que tipifica un circo doméstico de comportamientos no por exagerados menos reconocibles. La obra tiene también a un guardia civil cornudo, un tanto cohibido, como para distanciarse del reparto, interpretado por Aique, y a un sindicalista real, muy reconocido, que fue líder en el proceso de reconversión minera, y que aparece en el entierro para soltar sermón y darle al director, Andrés Presumido, la posibilidad de hacerse un cameo. Pero la comedia, que tiene trampa y se construye con inesperados cambios de fortuna, ofrece un macabro ajuste de cuentas al final, a modo de venganza. Y nada desdice, porque el retablo lo permite. Mucho se ha discutido sobre la posibilidad o no de renovar el teatro costumbrista. Hay quien cree que el género responde a unos inexorables clichés temáticos —el indiano, la aldea— dif íciles de sortear. Pero para desmentir los tópicos están Dolfo Camilo y Casona con País, que sirve ya de objetivo para decirnos por dónde van los tiros. Septiembre 2007 haga su puesta al día y amplíe el repertorio sin necesidad de ruptura. Como la pieza es mero esperpento de raíz costumbrista, lo que haya de crítica se disuelve en el estereotipo y se libera en carcajada, aunque no han faltado sindicalistas que se han dado por aludidos y han movido ficha para obstaculizar la representación. Sin conseguirlo, claro. Al menos eso es lo que nos cuenta el propio autor desde el escenario antes de la función. (El tema de la “censura”, “autocensura” y “programación” es peliagudo, y no estaría de más algún día dedicarle en público unos minutos de debate.) País fue publicada hace tres años por ediciones Madú y estrenada la temporada pasada en Avilés, en el teatro Palacio Valdés, por la compañía Casona que ahora la da al circuito profesional de la Consejería de Cultura en concertación con los Ayuntamientos. Andrés Presumido, desde la dirección y el montaje, la presenta en un formato óptimo al acompañarla con proyecciones y unas plataformas encarriladas en guiaderas para agilizar los cambios al flash-back. Aunque aquí el funcionamiento de los aparatos es torpe, y retrasa las entradas y salidas en los cuadros. El elenco artístico está formado por mujeres —es una pieza de actri- La travesía de los JASP Boni Ortiz Travesía sobre nieve de Bagdad de Roberto Corte Con este espectáculo de texto y actores, estrenado en el Teatro Palacio Valdés de Avilés, el 15 de diciembre de 2006, dentro del ciclo “Hecho en Asturias”, Roberto Corte continúa con su singular travesía sobre la nieve —o mejor dicho, sobre el confeti— de la comedia asturiana. En una tierra en la que sobran los argumentos y materiales dramáticos, prácticamente todos los autores teatrales optan por la farsa, la comedia, el vodevil, cuando no por los “humorismos de ciudad” más arcaicos, en un intento de reformular modelos y personajes que apenas sirvieron ya hace un siglo, para transitar a realismos supe- Jorge Moreno, Eva Vallines, Iván Suárez y Silvino Torre en Travesía sobre nieve de Bagdad. Eva Vallines e Iván Suárez en Travesía sobre nieve de Bagdad. riores. No es habitual, aquí y ahora, hacer un teatro de texto, con unos personajes con una historia repleta de datos sobre ellos mismos, sugeridos no sólo a través de su relación, también con otros recursos como los gustos musicales, literarios, gastronómicos, etc. No dichos, ni hablados, sino mediante la acción teatral. No es habitual encontrar un teatro bien escrito y articulado, a la manera de Sinisterra o Belbel. Roberto Corte nos propone un juego de espejo, que en este caso no es deformante como aquellos del Callejón del Gato. Aquí nos refleja “realmente” a nosotros mismos, corporeizados en cuatro personajes: un joven matrimonio y dos amigos que van a visitar y festejar el nuevo piso de la feliz pareja. Los cuatro están en los parámetros de aquellos famosos JASP que inundaron nuestros cerebros por el año 2000, con el propósito de vendernos un coche. “Jóvenes Aunque Suficientemente Preparados”, que la profundización del liberalismo económico y el darwinismo social de derechas, han bifurcado definitivamente en “mileuristas” y “yuppies” (young urban professional person). Todos están formados e informados, pasaron por la universidad, tienen trabajos interesantes, alta capacidad adquisitiva... ¡En fin!, forman parte de ese sector social medio-acomodado que se supone es mayoritario, ejemplar y modélico, al que probablemente usted no pertenezca, ni yo tampoco por edad y economías. Las diferentes escenas que conforman esta Travesía, tienen un tránsito perfecto y nos van mostrando a cada uno de los cuatro personajes, al paso de la propia historia de relaciones. Sorprende el papel central otorgado al personaje femenino, en ésta y en sus últimas propuestas (sean o no textos suyos): Gasolina con capullos, Hasta que la boda nos separe, Solo para Paquita y ahora Travesía sobre nieve de Bagdad. Centralidad que en absoluto significa papel “positivo” y que a veces sugiere cierta misoginia, si no fuera porque todas esas mujeres están Septiembre 2007 La Ratonera / 21 Intérpretes: Silvino Torre, Eva Vallines, Jorge Moreno, Iván Suárez Grabación musical y efectos: Ángel Doménech Espacio escénico: Barataria Teatro Dirección: Roberto Corte Producción: Barataria Teatro La Ratonera / 21 Eva Vallines y Jorge Moreno en Travesía sobre nieve de Bagdad. demasiado solas para ser rechazadas, pudiendo ser la misantropía la que tome en ellas su forma. En esta Travesía, de los cuatro personajes, solamente la chica pareciera ocultar algún propósito, y en toda la función, sólo ella utiliza el reproche, el mal tono, el desprecio: la violencia. El resto de personajes son claros, incluso el interpretado por Jorge Moreno a quien le encanta regalar cosas, por ostentación o por tirarle los tejos a Eva, igual da, puesto que no hay ocultación y sí franqueza. Con una puesta en escena sencilla, eficaz y muy pulcra: Eva Vallines, Silvino Torre, Iván Suárez y Jorge Moreno interpretan, con la fuerza, intención y tonos exigidos, esta función en la que el texto es el gran protagonista. Roberto Corte quiere que la palabra dicha prevalezca y para ello, opta por una dirección estática, podría decirse que minimalista, ajustando la “acción teatral” al máximo y en la que apenas hay movimiento de actores: solamente los derivados de los cambios de Vida y muerte de Sarah Kane B. O. Psicosis 4:48 de Sarah Kane Actriz: Cristina Bravo Multimedia: Imanol Ruiz de Lara Dirección: Felipe Ruiz de Lara Infinito Teatro En el año 2002, el prestigioso Ciclo Autor del Teatro Pradillo de Madrid, en su séptima edición —incluida ya en el II Festival Escena Contemporánea—, se interesó por el teatro de Sarah Kane. En aquella ocasión se leyó casi la totalidad de su obra y fueron varias las charlas y coloquios organizados para desentrañar el teatro de la joven autora inglesa, en el que vibra sin descanso la violencia esencial del ser humano. El número 293 (primavera de 2002) de la revista Primer Acto, dedica buena parte de sus contenidos a dicho ciclo, además de recoger un texto suyo: El amor de Fedra. La obra montada por Infinito Teatro, interpretada por Cristina Bravo y dirigida por Felipe Ruiz de Lara, Psicosis 4:48, contiene, como si de una carta de despedida se tratase, los últimos minutos 11 Cristina Bravo. de vida de una suicida. Hay quien dice que la obra de todo autor es siempre autobiográfica y nada más cierto en el caso que nos ocupa: la actriz y autora Sarah Kane, con 29 años, pocos meses después de escribir esta singular pieza, incapaz de superar la depresión que la atenazaba, se metió una sobre- dosis de fármacos de la que salió con vida, por intervención médica. Recibida el alta hospitalaria y una vez en su casa, con la pequeña ayuda de una mesa, una cuerda y la viga del techo de su apartamento, acabó con su particular infierno, su vida y una obra apenas iniciada, que en este momento está Septiembre 2007 10 cuadro y un par de mutis del escenario único, construido con muy pocos elementos: un sofá, un par de sillones y lámparas, sobre una alfombra cruda, que reproducen la salita de la pareja. La buena iluminación, la acertada selección musical a base de diferentes variaciones del clásico y sugerente Gymnopédie Nº 1 de Satie, en versión de Jacques Loussier, así como las canciones características escogidas por cada uno de los componentes de la pareja: Leonard Cohen y Led Zeppelin, junto a los efectos sonoros, ayudan al gran esfuerzo interpretativo que los tres actores y la actriz (todos magníficos), tienen que hacer desde su asiento para comunicarnos la circunstancia planteada por el texto y la percepción de cada uno de ellos, así como la resolución que plantea, venida de un exterior desde el que nos acechan “agentes” no deseados, extraños, y que amenazan con alterar nuestro equilibrio pequeño burgués. Resulta curiosa la imagen común con Móvil de Sergi Belbel, tristemente famosa y grabada a sangre y fuego en nuestras cabezas desde el “11-M”: la del “teléfono móvil que no contesta”, montada y publicada a la vez que Travesía sobre nieve de Bagdad. Una función muy interesante que pide la cercanía del público. considerada como una de las más importantes de la dramaturgia contemporánea. Dicen las estadísticas que las 4:48, es la hora que los suicidas eligen mayoritariamente, para matarse y con ello al Mundo. Porque al fin y al cabo, el Mundo “es”, en la medida que yo existo, viéndolo, participándolo, y uno mismo con su existencia o su muerte, lo prolonga o lo destruye. Las coincidencias, los propósitos autodestructivos, entre la autora y su obra “póstuma”: 4:48 Psicosis, pudieran parecer una broma, tan terrible como la posibilidad de que la depresión no sea una enfermedad que se deba curar, sino un estado superior de la mente: “No sufro ninguna enfermedad, simplemente sé que la vida no vale la pena” (Crave). Por supuesto, la selección de la obra es lo primero que sorprende en la propuesta de Infinito Teatro. Inmediatamente después, la escena construida: simplemente un receptáculo esbozado por los lados iguales que lo forman, abierto en los laterales y el techo. Un lugar claustrofóbico, aunque sólo esté cerrado por el suelo que nos soporta y el fondo, en el que, a modo de pantalla, veremos diversas proyecciones del personaje en 13 absoluta franqueza con el dolor, el sufrimiento sin límite, enorme, de ese personaje atormentado que nos habla desde la total soledad, desde el más grande de los abandonos. Un personaje que, a pesar del dolor inmenso, de la frustración mas absoluta, es capaz de racionalizar su sufrimiento, contando las píldoras y fármacos en esos momentos de lucidez previos a las 4:48, en el que esa Luz Cegadora alumbra sin tapujos, el sinsentido de la vida, viendo la autodestruc- ción, la muerte, el suicidio, como la única opción viable. Y no tanto como salida para uno mismo, como negación del Yo, también — o si se prefiere: sobre todo—, como castigo del Otro; como muerte del Otro, al que le sustraemos nuestra presencia; el Otro, al que le arrancamos esa parte de vida propia que compartiría con nosotros. ¿Hay mayor castigo? Quien haya conocido de cerca el suicidio, en la familia, entre los amigos, sabe bien a qué me refiero. Sabe bien Septiembre 2007 12 movimiento, creadas por Imanol Ruiz de Lara y que acompañan la acción de la actriz que lo encarna. Dentro de la mitología teatral, no existe referencia más asfixiante que “El Cubo de Cristal” en el que está encerrado el Mimo, luchando por encontrar los límites —sin saber que no los hay— y la salida, sabiendo que no existe. Este poema trágico, visual, esta llamada desde la locura, la soledad, desde el umbral de la muerte, no es otra que la de Hamlet, Lear, o Macbeth, personajes conocidos sobradamente por la autora y tan clásicos y eternos como sus propias torturas. Cristina Bravo construye una partitura corporal algo gimnástica, para expresar el tormento de su personaje, para “hacerse” con él, y ponerlo a nuestra disposición. Hace un magnífico trabajo a lo largo de la función y un extraordinario esfuerzo... Pero casi al final, cuando se le rompe el alma y llora; cuando el dolor quema dentro y no deja respirar, entrecortándote el habla; cuando el llanto se revuelve, buscando otra vez los adentros, en ese momento digo, Cristina Bravo sobrecoge. El público, que es testigo de ese dolor abrasador, no respira, ni se mueve. Muchos de los presentes irían a abrazarla, para llorar con ella. Resulta complicado y muy arriesgado para la actriz relacionarse “sin control”, desde la más El teatro amateur se reúne Encuentro de la Federación de Grupos de Teatro Amateur del Principado de Asturias (FETEAS) 14 La Ratonera / 21 Cristina Bravo. de qué manera, le ha sido sustraída una parte de su propia vida. Aquel amigo que se suicidó “contra nosotros”, no deja de volver nunca; tal vez, hasta el día mismo de nuestra muerte, aunque no podamos dar fe de ello. Puedo decir, sin exagerar, que salí de la función de Infinito Teatro, en el Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón, preocu- pado por Cristina Bravo. Por supuesto no por el esfuerzo físico inmenso que realiza —en la función da prueba de sus grandes capacidades atléticas—, sino por el terrible desgaste emocional; por el desgarro que la función le estaba haciendo en el alma; por lo complicado que resulta enfrentarse a este tipo de prueba, sin que se sea un “atleta de la emoción”. Alguien que como Cristina Bravo se lanza así, con ese valor, con semejante esfuerzo, a las aguas de ese Mar Negro, merece mi total admiración. Un estreno importante de Infinito Teatro, bajo la dirección de Felipe Ruiz de Lara que repite el éxito de ¡Ay, Carmela!, asumiendo mayores riesgos y que debería programarse en muchos lugares, incluida Laboral Escena. El pasado día 10 de junio, los diecisiete grupos de teatro amateur que integran FETEAS, celebraron su Asamblea Anual en el estupendo marco que tiene Langrehotel en La Felguera para esos menesteres. Un día al completo para tratar muchos asuntos, tanto internos y organizativos, como de proyección y desarrollo de la organización, además de algunas charlas y debates. Sobre todo ello versaban los numerosos documentos contenidos en la carpeta entregada a los setenta participantes en este Encuentro, magníficamente organizado. Dieron comienzo las sesiones de trabajo con asuntos internos, como la modificación de algún punto de los Estatutos, referente a la representatividad territorial de parte de los componentes de la Junta Directiva. Después se trataron otros temas relativos a la organización de FETEAS y a su difusión pública, asunto que parece preocupar mucho a la nueva Junta Directiva encabezada por José Ramón López Menéndez, desde primeros de este 2007 y que se concretó en la presentación de la nueva web, una guía de grupos y el anuncio de la creación del BOLETÍN FETEAS - “Boletín informativo del Teatro Amateur en Asturias”, y que se difundirá por la red. Marcelino de la Fuente, diseñador gráfico y creador de la página, http://www.feteas.org/ fue el encargado de su presentación. Allí mismo, hicimos un recorrido por sus contenidos, informaciones y enlaces, incluida la “zona privada de grupos”. La web, pese a que todavía está pendiente de dotarla de más contenidos, resulta muy atractiva, clara y fácil de consultar. En ella podemos encontrar diversos documentos de FETEAS de interés, un enlace para entrar en el BOLETÍN, así como la relación de los grupos que forman FETEAS: Compañía Asturiana de Comedias, Grupo de Teatro Carbayín, Teatro Contraste, La Peseta Teatro, 15 El Hórreo, La Capacha, La Galerna Teatro, Grupo de Teatro Rosario Trabanco, Traslluz Teatro, Teatro Kumen, Electra Teatro, Grupo Lírico La Castalia, Sin Texto Teatro, Talía-Astur Teatro, G con g, Telón de Fondo y Teatro Trama. Pinchando sobre cada nombre, entramos en otra página en la que aparecen, además de una reseña histórica del grupo en cuestión, los montajes, los premios, etc., el modo de contacto, la dirección postal y electrónica, y los componentes tanto en su faceta artística, como técnica. Septiembre 2007 Boni Ortiz La Ratonera / 21 16 Precisamente esos contenidos, son los que conforman la Guía con los grupos federados, que también se presentó en el encuentro, junto a las pertinentes presentaciones de CajAstur, entidad patrocinadora de la Guía y del Presidente de FETEAS, José Ramón López Menéndez. En las últimas páginas encontramos el Directorio de los grupos federados y la relación de muestras de Teatro Amateur de Asturias y algunas del Estado. Nada mejor para “hacer hambre” que un poco de polémica. Por eso antes de comer, tuve la oportunidad de dar lectura a una ponencia que me fue encargada y que titulé con un sesudo: “Pasado, presente y porvenir del Teatro Amateur” y que consistía en hacer un repaso del teatro amateur en Asturias, desde su utilización y fomento como instrumento educativo al tiempo que entretenido, por parte de las Sociedades y Ateneos Obreros desde las últimas décadas del siglo XIX, para continuar con el papel renovador que jugó a lo largo de todo el siglo XX, hasta llegar a nuestros días y el papel que debería jugar a partir de ahora. Al llegar hasta nuestros días, es donde salta la polémica por las diferentes valoraciones de lo que se hace, cómo se hace, por qué se hace y, lógicamente, de lo que se tendría que hacer. Puedo asegurar que nunca me habían escuchado con tanto interés, con tanta consideración y atención, y que en el posterior debate, hubo pasión, Entrevista a Juan Antonio Hormigón, Secretario General de la ADE La biografía decisiva de Valle-Inclán R. C. Entrevista realizada el 4/4/07 en la sede de la ADE, en Madrid, y continuación a la publicada en el anterior número de La Ratonera. Juan Antonio Hormigón completa la trilogía editorial dedicada a Valle-Inclán con el lanzamiento del volumen II de su Biograf ía cronológica —el tomo III ya publicado contiene el Epistolario—. Un recorrido pormenorizado por la vida de uno de los autores más destacados del siglo XX, en una obra excepcional que incorpora al rigor biográfico, documentos, fotograf ías y comentarios, para una mejor comprensión y el máximo de objetividad. Una biograf ía muy esperada. Pregunta. ¿Este libro puede ser el compendio, el cierre, a todo lo que usted lleva escrito sobre Valle-Inclán? Estoy de acuerdo con lo que dice Rodolfo Cardona en un artículo de ADE/ TEATRO sobre la primera parte de la obra, cuando dice que ésta es una manera un tanto atípica, por lo exhaustivo, de presentar una biograf ía. He de reconocer que sólo había leído una biograf ía que compré hace unos años en la casa-museo de Vilanova de Arousa… Siento no recordar el autor. Era un libro de tapa dura con una cubierta amarilla… Respuesta. Robert Lima. P. Exacto. Después, también está la conocida biograf ía de Gómez de la Serna. R. Bueno, pero eso apenas es una biograf ía… P. Por supuesto, la gente no la lee como biograf ía, sino como literatura, como anecdotario. R. Claro, y como literatura está muy bien. P. Cuéntenos un poco cómo cierra todo ese proceso de estudio sobre Valle-Inclán que comienza hace muchos años, con sus libros anteriores. Recuerdo uno editado en el 72…* R. Hombre… P. Lo conseguí hace años en una librería de viejo. R. Pues ése hay que guardarlo, porque es casi ya un incunable. P. Fue un libro muy discutido. R. Es que de aquella fue todo un acontecimiento. Decía cosas nuevas... 17 Juan Antonio Hormigón. P. Era un libro muy propio del contexto... R. Por supuesto… P. Claro, y también dice mucho del contexto biográfico, del contexto biográfico de usted. R. Totalmente de acuerdo. P. Cuéntenos un poco cómo ha sido el proceso de elaboración de esta nueva obra, y díganos cuándo aparecerá el segundo volumen. También he leído en revistas algunos comentarios críticos sobre la edición de Espa- Septiembre 2007 Asistentes al Encuentro de FETEAS. argumentos, y un absoluto respeto por todo lo que allí se opinó y expuso. Por la tarde Eladio Sánchez, de Producciones Cachivache de Madrid, nos habló de su larga experiencia como productor y distribuidor de espectáculos y las posibles aplicaciones en el teatro amateur en Asturias. La última charla de la jornada fue la del autor malagueño Miguel Gallego, denominada “Dramaturgo, director de escena y programador. Una aventura personal”, en la que puso de manifiesto el carácter multidisciplinar de las personas que se dedican al teatro amateur. Uno de los actos más emotivos fue la entrega de los Premios FETEAS que fueron entregados a los Ayuntamientos de Oviedo, Gijón, Avilés y Langreo, así como a la Consejería de Cultura del Pdo. de Asturias y a CajAstur, y a las personas de Alain Fernández, programador del Teatro Prendes de Candás y a José Luis Campa, ex presidente de FETEAS. La magnífica velada, que puso en valor a nuestro teatro no profesional y a la gente que lo hace posible con su ilusión y esfuerzo regalado, se cerró —como no podía ser de otra forma— con una función de teatro ofrecida por Teatro Contraste: Los verdes campos del Edén, de Antonio Gala, último montaje de los maliayos. nerlo al alcance del lector interesado. En aquella ocasión yo hice el trabajo hasta donde se podía, es decir, hasta donde daban de sí los materiales. Creo que salieron alrededor de cien cartas, que era todo lo que se conocía. Ése fue el primer epistolario y después, realicé la cronología. Pero había unos vacíos enormes. Había meses en su vida de los que no se sabía nada. Hasta que, andando el tiempo, hace unos cinco o seis años, estando en un encuentro en Vilanova de Arousa sobre Valle-Inclán, me dice un compañero, “¿y por qué no reeditas el epistolario?, sería estupendo”. Así que me quedé con la sugerencia y, meses después, me puse manos a la obra. Como ya los escritos dispersos estaban en las Obras Completas, decidí reeditar el epistolario y ampliar la cronología. Aunque, claro, ¡en buena me metía! Nada más empezar comprendí que no me quedaba otro remedio más que hacer la biograf ía. Entre otras cosas porque me irritaban mucho las falsas afirmaciones que se seguían haciendo sobre Valle-Inclán. Se seguían diciendo unas majaderías increíbles. Datos absurdos que se repetían con cabezonería cuando a todas luces los documentos demuestran que son falsos… Bien, así que decidí meterme en ese trabajo, y yo, cuando me pon- go con algo, me pongo a trabajar en serio, de verdad… Ahora el epistolario ha crecido una barbaridad, ya debe de estar por unas trescientas cincuenta cartas, entre las que se encuentran algunas que son fondo documental de la Academia de Bellas Artes de Roma. También he encontrado cosas curiosas, cartas que pertenecen a particulares, y he averiguado que hay otras muchas que han desaparecido. Bueno, en fin, muchas cosas que nos pueden llevar a pensar que el epistolario está relativamente completo, a pesar de que, desde que ha salido, ya he encontrado otras dos cartas más. Son cartas de poca relevancia, pero importantes para adjuntar al trabajo. Una es de Rubén Darío a Valle-Inclán, que nunca se había enviado. Está en el archivo de Rubén y apareció en un libro editado en Managua. Así que, en este sentido, es bueno estar al acecho y pensar que siempre van a aparecer más cosas… Ah, bueno, sí, y también está un apéndice epistolar sobre Federico de Onís que ha de ver la luz, porque lo hemos descubierto al poco de salir el Epistolario. Treinta días después me escribió Rodolfo Cardona para decirme que tenía en sus manos las cartas de Federico de Onís. Yo casi me desmayo. A él se las había pasado Christopher Maurer, que estaba trabajando sobre Juan Ramón en Puertorrico. Es un epistolario muy interesante…, y, al menos por esta vez, hemos llegado a tiempo. Así que saldrán a la luz… Pero bueno, volvamos al tema que a ti te interesa y por el que me preguntas más. ¿Qué es lo que sucedía con Valle? Pues que nos encontrábamos en una situación donde había montones de opiniones un poco absurdas. La gente se dejaba llevar por “supuestos”, en lugar de acudir a los datos y a los hechos. Y era necesario de una vez por todas saber cuál era la vida de ese señor… Yo empecé a los dieciocho años escribiendo artículos sobre Valle-Inclán, y hubo momentos en mi vida, durante este estudio, de tanta entrega, que hasta me iba a dormir con él. Un día hasta se me escapó decirle a Carlos Rodríguez, “me dice Valle-Inclán”, y Carlos me miró asustado y me dijo, “pero Juan, ¿qué dices?”. Se quedó estupefacto… Bueno, así que llegué a la conclusión de que había que hacer la biograf ía y que ésta tenía que ser cronológica. No es una manera habitual de hacer biograf ías, pero es una fórmula válida que ha tenido muy buenos ejemplos. He visto que con Mozart también se ha hecho una cosa similar. Es una fórmula que consiste en ir a los datos estrictos con la mayor minuciosidad posible en el Xilografía de Zweifel Reue, 2007. día a día. Y todo eso se contrasta con todos los documentos que haya disponibles. Aunque, al realizar el trabajo, me encontré con que también era necesario añadir a algunos datos un comentario personal sobre los acontecimientos. ¿Por qué el comentario? Pues porque hay ocasiones en que los datos no son absolutos, y hay cosas que es necesario interpretar. Por ejemplo: Valle-Inclán y el carlismo, que es un capítulo sobre el que yo he reflexionado mucho y había que analizarlo con cuidado. O el tema de su primer viaje a Cuba, en el que yo, ni tan siquie- 19 Septiembre 2007 La Ratonera / 21 18 sa de las Obras Completas de Valle. Si quiere darnos su opinión... R. Bueno, es que, como te puedes imaginar, el tema de las Obras Completas, y el de la complicada familia Valle-Inclán, es un tema en el que yo… no entro. Hombre, a mí me parece una cicatería absoluta el que se hagan las Obras Completas y se eluda el contemplar lo que ha sido el mundo crítico en torno a Valle-Inclán, que, en definitiva, son las personas y los acontecimientos que lo han mantenido vivo. Porque, claro, ahora todo es muy distinto, Valle tiene muchos lectores... Pero, de aquella… Para que te hagas una idea, hay un dato sintomático. Creo recordar que fue en Ínsula, o en Índice, sobre el 1951-52, donde un editorial, tras afirmar los escasos lectores que tenía Valle-Inclán, se preguntaba si dentro de unos años su obra seguiría teniendo interés para los lectores, o por el contrario sería arrollada por las aguas del olvido... Es decir, que hubo un momento en que no se sabía cuál sería el futuro de sus libros. A Valle intentaron lavarle la cara y convertirlo en una cosa que nunca fue… Hay que reconocer que su obra llegó a vivir una situación artificial… Pero, ya para centrarnos en el origen de la pregunta, la cuestión fue la siguiente. Yo, en un momento determinado, había hecho un libro en el 86, que era la cronología, los escritos dispersos y el epistolario. Aquello para mí era una necesidad, ya que estábamos en el cincuentenario de su muerte. Y todos estos textos que yo había recopilado como escritos dispersos, se habían estudiado, pero nadie los había recogido... Ahora es más fácil porque todo está en Internet pero, de aquella, para buscar un dato tenías que pegarte unas palizas increíbles. A veces uno desperdiciaba el tiempo en investigaciones absurdas, y para buscar un artículo cuya lectura te llevaba cinco minutos, echabas una tarde en encontrarlo. Y ya está, ése era todo el misterio... Así que uno de mis objetivos no fue otro que el de recoger todo ese material y comentarlo, para po- de un plano muy determinado. Lo más genuinamente sistemático que he hecho es precisamente este trabajo. P. Ha salido el Epistolario y el primer volumen biográfico. ¿Para cuándo el segundo? R. El segundo volumen es mucho más interesante que el primero. Ya está en la imprenta y saldrá en breve. Es enorme. El problema ha sido la elaboración. Quiero ponerle un apartado gráfico un poco mayor. Hay muchos rostros de los que todavía no ha salido la imagen, y que son muy curiosos. Saldrán fotograf ías del México que vio Valle y de Cuba, y de la casa donde vivió durante seis meses. Aprovechando que en ese momento se dedicaba, en su estancia, principalmente a observar el paisaje y las costumbres, puesto que apenas se le conoce obra allí realizada, o actividad relevante. Tenía un buen salario, estaba con un sueldo aceptable. O más que aceptable, altísimo. Porque ésa es otra de las grandes tonterías que se han dicho, que hemos dicho, porque yo también las he repetido, acerca de la pobreza de ValleInclán. Es cierto que tuvo años de miseria donde no tenía ni para comer, pero después, en sus últimos años, Valle tenía un sueldo superior al de un subsecretario de Estado… Aunque a mí es que todo eso me da igual, yo lo único que quiero es que no manejemos los datos de manera arbitraria. Es que se habla de la pobreza de Valle-Inclán como si eso fuera un don extraordinario, como si se tratara de una virtud. Valle tenía un buen sueldo y hay que decirlo. También hay que reconocer que tenía muchos hijos y que le pegaba fuego al dinero con cierta alegría... Pero bueno, hay cosas verdaderamente interesantes y sorprendentes en el periodo que va de 1920 a 1940. Porque después, en esos últimos cuatro años, hay un baúl, que regresa de Roma, que lo recoge su hijo Carlos, y que es con el que termino el libro. Ese baúl es lo que Valle dejó en Roma con una cartera con papeles. Que no sabemos lo que contiene porque Carlos, su hijo, jamás lo dijo. Y además se lo quedó y hasta es posible que se lo haya hurtado a los hermanos. Se lo quedó en nombre de la madre, pero se lo quedó. Y hasta es probable que todo esto ni lo supieran los hermanos. Pero claro, yo lo sé porque tengo el recibo de recogida firmado por él… Hubo un tiempo hasta en que se puso en entredicho el divorcio de Valle, “¿cómo se iba a divorciar?”, se decía. Claro, aquello era una cosa tremenda. Pero se divorció, porque después aparecieron los documentos. Y cuando a Valle-Inclán le quitaban el cincuenta por ciento de su sueldo, estando en Roma y al cuidado de los niños, pues, lanzaba venablos por la boca… Josef ína Blanco de aquella había vuelto al teatro, pero es justo decir que lo hacía porque le gustaba, porque a algo tendría que dedicarse, pero no por necesidades económicas, porque le estaban dando 2.500 pesetas al mes. Y ese dinero, no te puedes hacer una idea de lo que suponía en aquellos años. Valle-Inclán cobraba en aquel tiempo, con gastos de representación y sueldo en Roma, 5.000 pesetas. Y Valle-Inclán se compró de su bolsillo un automóvil, aunque solicitó repetidas veces que se lo pagaran como gasto de protocolo —y quizá hasta cierto punto tenía su razón—. Era un coche negro, grande, muy representativo, con chofer… Pero todo esto era algo que resultaba evidente. Lo que no era tan evidente, es cuando empiezan a aparecer otras cosas. En 1930, después de la sublevación de Jaca, y cuando hay riesgo de que a los firmantes del pacto de San Sebastián los metan en las prisiones de Fernando Po, circuló por Madrid un manifiesto donde se hacía constar el apoyo a los procesados, y donde también se proponía, como solución a todos esos problemas, la proclamación de la República. Era un manifiesto corto, firmado por muchísima gente y dirigido al fiscal militar, cuya edición no se recogió en España porque de aquella, debido a la represión del momento, había mucho periódico prohibido. Pero en cambio sí salió en el New York Times. Y resulta sorprendente comprobar que el primer firmante del manifiesto responde al nombre de Ramón del Valle-Inclán. Así que es un manifiesto que ahora hemos traducido para su publicación porque, a día de hoy, todavía no estaba editado en castellano… Pero salieron cosas muy interesantes. Hay una carta colectiva, de escritores muy reputados junto a Valle-Inclán, dirigida al general Aguilera a propósito de la investigación sobre el desastre de Annual… Es decir, que aparecen datos por doquier aunque todavía hay cosas que no sabemos, porque ni quedaron en la prensa ni muchos de sus coetáneos lo han dicho… La historia que aparece en el primer volumen con Teresa Wilms a mí me parece deslumbrante… Pero bueno, como te puedes imaginar, todos estos datos tan relevantes son también tributarios de las investigaciones que han realizado muchas personas… Y en todo este trayecto, por supuesto, también descubres que ha habido gente muy confundida… Incluso yo, a veces, he hecho afirmaciones que, después, al descubrir los datos, he tenido que dar por falsas… Pero, en fin, han salido cosas pintorescas y otras muy sorprendentes, de mayor calado… Cosas que han de servir para acabar con muchos tópicos y falsos lugares comunes…, como la frase que dicen que dijo Valle en el momento de su muerte rechazando los servicios religiosos…, o como que Valle-Inclán ha sido siempre carlista…, o el episodio de la pérdida de su brazo al incrustársele el gemelo de su camisa en una disputa con Manuel Bueno, que ha generado tanta literatura. Yo soy licenciado en medicina y he entendido muy bien el diagnóstico del doctor Manuel Barragán. Ha sido una fractura conminuta en los huesos del antebrazo, un estallido óseo, y, de aquella, como no había tratamiento, hubo que amputar. La pregunta que yo me hago es, ¿Manuel Bueno llevaba un bastón normal o llevaba un bastón estoque? Porque el bastón estoque, al llevar el ánima de acero, pesa mucho más. Además de ser un arma que estaba prohibida. Y esto puede explicar mejor lo ocurrido, que al parar el golpe con el brazo izquierdo se llegase a astillar el cúbito y el radio. Pero bueno, esto es algo que yo digo aquí, en la intimidad, porque es algo que ni tan siquiera me he formulado. _________________________ * Se trata de Ramón del Valle-Inclán: la política, la cultura, el realismo y el pueblo. Juan Antonio Hormigón. Comunicación, serie B. Madrid 1972 21 Septiembre 2007 La Ratonera / 21 20 ra tengo la seguridad de que haya ido. Yo he leído los periódicos de esos días y no recogen que ValleInclán haya desembarcado en La Habana. Aunque es posible que fuera directamente a Matanzas, ya que hay un dato, que aporta una persona que lo cita y dice que lo conoció en Cuba… Pero bueno, el caso es que yo pensé que la biograf ía cronológica es una fórmula adecuada. Ya sé que a la gente le gusta más la biograf ía como historieta, pero yo he buscado la manera de combinar el lado científico con el lado de la opinión, para que todo tenga su interés. Lo que ocurre es que hay que decir de una vez por todas que hay cosas que son incontrovertibles. Y que hay que contar las cosas como son, aunque con todas las salvedades. Diferenciando los hechos que son absolutos de los comentarios o anécdotas que no lo son tanto. Y todo eso supone un trabajo muy arduo. A mí me ha dado muchas satisfacciones, pero ha sido un trabajo muy duro. He leído muchas biograf ías y muchos periódicos…, y me he llevado una sorpresa desconcertante: muchas veces he tenido la sensación de que era la primera persona que leía el artículo. ¿Cómo es posible que no lo haya leído antes nadie? Porque yo no soy un investigador, yo he escrito mucho sobre Valle, pero siempre des- “Deseé que Plataforma no se hiciera” Gemma de Luis La Ratonera / 21 22 Los días 6 y 7 de Julio se representó en el Teatro Jovellanos de Gijón la obra Plataforma del autor Michel Houellebecq, dirigida por Calixto Bieito. Antes de la función del segundo día tomamos un café con el protagonista de la misma, Juan Echanove, que interpreta el personaje de Michel, por el que ha obtenido el premio Herald Archangel al Mejor Actor en el Festival Internacional de Edimburgo en 2006 y el premio Valle-Inclán de Teatro en el 2007. Entre sonidos de acordeón, risas, mucha amabilidad y el bullicio de una tarde soleada Juan Echanove nos contó un montón de cosas para La Ratonera. Pregunta. Eres un actor con una trayectoria impresionante en teatro, cine, televisión... De hecho llevas nada más y nada menos que veintisiete años en la escena. Si retomamos un poco tus inicios y tu paso por la Resad, ¿cómo definirías tu evolución como actor a lo largo del tiempo? Respuesta. El hecho de ver mi currículum y ver un trabajo detrás de otro… ya que son muchas películas, son muchas series de televisión, son muchas obras de teatro, responde a que mi primera experiencia profesional empieza aproximadamente a los diecinueve años y ahora tengo cuarenta y seis. En julio de este año hace veintisiete años que vengo trabajando y ésa es la razón por la que mi currículum es abultado. Si me pongo a echar la vista atrás, la apreciación que hago de todo esto hoy tiene poco que ver con la apreciación que hice en su momento. Mi paso por la escuela fue un paso fugaz, yo creo que lo mejor que me pasó en la escuela es que me dio mucha confianza en mí mismo al superar la prueba de ingreso. Cuando ocurre esto, ya estaba trabajando en teatro, ya había tenido una experiencia profesional y eso no era frecuente. Venía de un entorno de una compañía semiprofesional, una compañía vocacional. Yo ya estaba en el escenario, ya había tocado las tablas y estaba ino- culado del veneno del teatro, por lo que el hecho de someterme a una disciplina escolar a mí ya me quedaba pequeño; pero también es verdad y, lo pienso ahora en el tiempo, viendo la calidad de la asignatura de interpretación en el año en que ingresé en la escuela, viendo la dimensión cualitativa de la enseñanza de la interpretación en esa escuela tal y como era, sin duda, yo era un actor que le quedaba grande también. Lo digo para establecer un punto de justicia. No había reflexionado sobre esto, pero yo era un tío al que sistemáticamente pusieron problemas, sobre todo en interpretación. Tenía matrícula de honor en danza y en expresión corporal pero en cambio estaba suspenso en interpretación. Era una cosa curiosa y sí es verdad que yo simultaneaba estudios de arte dramático con estudios de derecho, con ensayos de una obra de teatro con el propio Jorge Eines, que era uno de los que sí me aprobaron y una de las personas más ligadas a mí después, pero evidentemente la escuela y yo por incompatibili- dad de caracteres tuvimos que divorciarnos por no hacer el ridículo. No se podía entender que yo estuviera trabajando en el María Guerrero, que me estuviera dirigiendo Marsillach, que estuviera trabajando en una cooperativa en la que el protagonista era Juan Diego y que la Escuela me negara mi capacidad interpretativa. Esto creaba un agravio que hubo que romper por la brava. Recuerdo una obra que estábamos ensayando y que Juan Diego dirigía en Mérida y le tuve que pedir permiso para ir a un examen final a ver si aprobaba de una vez y Juan no me quería dejar ir porque había ensayo y se enfadó y me dijo que se iba a presentar toda la compañía a ensayar en la propia escuela de lo indignado que estaba (risas)... Hace mucho tiempo de esto, pero ha fortalecido dos cosas en mí: la primera, no preguntar nunca la procedencia de un actor, no interesa, a mí no me interesa, creo que es algo íntimo. El hecho de tener un progreso académico si no va acompañado de vida, de transmisión, de un resultado en el escenario, no sirve para nada; la segunda, en una situación como la mía, quien tiene la razón es la escuela, ya que no puede convivir una escuela con un actor que trabaja porque es un agravio comparativo con los demás alumnos... Ésta es la visión más general de mi carrera como actor. Desde el principio hasta aquí ha habido muy buenas oportunidades y mucho trabajo por mi parte y después de estos 27 años me gusta interpretar, ésa es la gran pregunta que un actor debe hacerse y responderse. Si te gusta interpretar, todos los días hay que empezar. La función de ayer no vale, vale la de hoy, lo que vale es la disposición que uno tiene de entregarse en el escenario para que el espectador piense que vale la pena ir al teatro. P. Al haber interpretado tantos y tan variados papeles, ¿podemos decir que posees un método o una técnica interpretativa concreta que te permite abordar cualquier tipo de personaje o en cada caso el trabajo actoral es distinto dependiendo del texto, del director, etc.? R. Mi método consiste fundamentalmente en atender a dos cosas: la concentración, ya que el trabajo interpretativo que se hace en la escena está basado principalmente en la concentración, y la inspiración, teniendo en cuenta que ésta última es un estado vital y no un estado creativo, ya que tiene que ver con la actitud respecto a las cosas que ocurren en tu entorno, cómo las observas, cómo las metabolizas, cómo te desprendes de ellas y qué es lo Juan Echanove. que te han dejado esas experiencias, desde las más sencillas a las más transcendentales. Ese bagaje, esa manera de aplicar la óptica, ese tamaño de plano que uno elige en la vida, es lo que define tu manera de ser en el escenario. Como la inspiración no depende de uno, mi trabajo se basa fundamentalmente en la concentración. Los métodos históricos son conocimiento histórico de tu profesión, nada más. Yo soy más de observar lo que me transmiten las personas que me impactan en un escenario y el cómo lo hacen, por qué lo hacen… Uno encuentra muchos métodos y te das cuenta de cómo son fundamen- 23 Septiembre 2007 Juan Echanove perder y una de ellas es Otegui, perder a Otegui en una compañía es una inconsciencia y la única forma de no perderle es ofrecerle buenos papeles. Considero y sigo considerando después de haberle dirigido, que es el mejor actor que tenemos en España, es el primer actor, con lo cual hay que ponerse a su servicio. Por tanto, buscamos una obra para Otegui y encontramos Visitando al señor Green con la posibilidad de que yo pudiera ser Ross Gardiner. Leí la obra y vi que era perfecta para Otegui pero muy joven el personaje para mí, no porque yo fuera mayor, sino porque mi apariencia f ísica hacía que Ross Gardiner fuera un tío con mucha más experiencia en la vida frente a un judío como el señor Green. Era demasiado jugar a la inocencia y hacer creer una especie de relación paterno filial que nunca había tenido el personaje, por lo que yo era demasiado mayor para Gardiner y demasiado joven para Green. No podía quitarme la obra de la cabeza y supe que ésa era la función que yo quería dirigir. Siempre dije que dirigiría el día que tuviera una historia que contar y ésa era una historia que yo quería contar. A los espectadores no se les puede pegar sartenazos con “Plataformas” constantemente, porque no se puede ir tan fuerte, hay que dejar ventanas también abiertas al optimismo, jugar varias bazas a la vez..., pero siempre haciendo un teatro que conmueva, ya que el teatro sólo por estar bien hecho no vale, tiene que conmover. P. ¿Qué hace que un actor asuma el riesgo de la dirección? Tiene que haber algo más que encontrar un buen texto ¿no? R. En el fondo son muchos años de coproducir y cuando estás en la producción sabes que eres parte de una cadena muy importante y eso te hace tener una visión que va más allá de la del actor. El hecho de que yo dirigiera era algo esperado, siempre he tenido mucha ambición artística, mucha exigencia de mí mismo y nunca me ha dado miedo asumir responsabilidades, con lo cual todo mi entorno esperaba algo que hace veinticinco años era formar una compañía y hoy en día es coproducir. Lo que intentas en realidad es formar un grupo de trabajo af ín a la hora de entender el hecho dramático y con mucho riesgo y mucho trabajo poner en pie textos que merezcan la pena. Hay un momento en que se cambia el chip de esperar en casa a que suene el teléfono P. Centrándonos en Plataforma, ¿nos puedes contar brevemente cómo ha sido el proceso de puesta en escena desde que os reunís los actores con el director por primera vez? Me gustaría saber también si a la hora de aceptar este papel tan complejo te sedujo más la posibilidad de trabajar con Calixto Bieito o el hecho de tener que enfrentarte a un texto de estas características. R. Antes de aceptar trabajar en Plataforma acepté trabajar con Bieito, nunca había trabajado antes con él, pero yo sabía que en este momento de mi vida en concreto era el director con el que quería trabajar. Es una cuestión de intuición. El punto está en encontrar a este tipo de directores en el momento exacto de tu vida en el que estés dispuesto a poner en el escenario una capacidad de riesgo que en otro momento no lo harías. Es más, si después de esto me llama Bieito para hacer otro espectáculo, no digo que no lo hiciera, pero el cuerpo después de esta catarsis me pide otra cosa. El punto souflé es un punto muy delicado y a mí me ha tocado con Bieito. Él me llamó, me dijo que tenía un proyecto entre manos y me preguntó si estaba dispuesto a trabajar con él y contesté que por supuesto, sin haber leído el texto, sin conocer a Houellebecq. Después quedamos en Madrid y leí Plataforma. ¡Dios mío! ¿Dónde me he metido? A partir de ahí deseé con todas mis 25 Juan Echanove y Belén Fabra en Plataforma. Septiembre 2007 La Ratonera / 21 24 talmente después de haber visto trabajar a esa gente varias veces. Eso te hace tener con ellos una relación de profunda admiración y respeto. En este sentido hay para mí dos parámetros a la hora de trabajar: respeto a la platea y respeto a la dirección. Eso es respetar el espectáculo y es dif ícil, porque una singladura de una obra de teatro es un océano en donde solamente una persona dispone de una línea trazada que un actor no puede perder si no quiere empezar a navegar en círculos en el mar hasta su propia desaparición. Tienes que tener muy claro cuál es el rumbo y el director de escena tiene que marcar en ti una huella muy profunda para que no pierdas nunca esa línea imaginaria. Luego tú puedes hacer todo tipo de florituras, pero sabiendo por dónde vas... Todo lo demás es estilo y el estilo tiene mucho que ver con tu forma de andar por la vida, con tu propia filosof ía. P. En estos últimos años parece que has dado más prioridad a tu trayectoria teatral e incluso en el año 2005 te has estrenado en la dirección con la obra Visitando al señor Green. ¿Cómo surgió y cómo fue esa experiencia? ¿Tienes pensado repetirla? R. Surge, porque después de hacer El Precio y como cualquier productor de teatro, descubres que hay cosas que no conviene túo la sociedad en la que vivo no tienen nada que ver con Houellebecq. De hecho es el autor con el que menos empatía desarrollo. La primera vez que tiré el libro y pensé “¡esto lo va a interpretar tu puta madre!”, al instante cogí el libro otra vez y pensé “¡tío, esto no puede ser, hay mucha gente metida en esto y mucha gente que tiene más sensibilidad que tú y que cree que aquí puede haber un buen trabajo, así que ponte a buscar!”. Y busqué y encontré. Bieito me dijo que quería contar una profunda historia de amor y yo le dije que se había lucido con la elección de ese texto. Le recordé que teníamos un pacto ya que yo no quería hacer sexo, ni desnudarme en el escenario. Soy un tío muy pudoroso al que paran por la calle y eso me iba a generar tal tensión vital, que superarla me haría perder el 50% de la profundidad que necesitaba para este trabajo. Bieito me dijo que no era eso lo que quería, él insistió en que quería contar una historia de amor y lo ha conseguido. Más allá de eso, lo que yo necesitaba era encontrar un vínculo y lo encontré en la frase que me dice Belén Fabra al final, cuando me pone el yogur en la boca y dice: “la falta de ganas de vivir no basta para tener ganas de morir”. Ahí me di cuenta de que estábamos dentro del estado mental de un personaje torturado, en un continuo flash-back, deteriorado por el dolor, pero atenuado por el whisky y los tranquilizantes y ahí supe que tenía que volver a meterme dentro de un volcán. Antes de empezar este trabajo, mis mejores amigos y en concreto Marta Carrasco, persona con la que dentro de la creación tengo mucha conexión, me dijo: “rodea tu vida de felicidad, ya que vas a tener que meterte muy abajo” y ése es el antídoto de doscientas funciones de esta basura. Yo salgo del teatro y en media hora estoy encantado de vivir, feliz de la vida... Nunca tengo una conversación con este personaje, empiezo a hablar con él dentro de 20 minutos. Me coloco mi traje ignífugo y el fuego no me toca, pero la temperatura es tan alta, tan alta, que te hace que en el escenario tengas que tomar decisiones diarias instantáneas y asumir que muchos días tienes accidentes, bajadas a profundidades de las que resulta muy dif ícil salir, dif ícil hacer los “transfers”, dif ícil cortar. Técnicamente hay que llegar al cénit más alto que se puede llegar y de repente cortarlo y hacer un discurso totalmente lineal y ausente de dolor, dominar totalmente el esfuerzo f ísico para llegar a la tranquilidad de la muerte. “La falta de ganas de vivir no basta para tener ganas de morir”. Dejarse morir en un sillón... eso es... Yo nunca he hecho puenting, pero esto para un actor debe ser algo parecido. P. ¿Cuánto ha durado el proceso de montaje de Plataforma? ¿Hay un trabajo de mesa previo? ¿Se trabaja a partir de improvisaciones, partituras escénicas de movimiento...? R. Con Bieito es todo muy rápido, es todo ¡vamos a probar cosas! Con Bieito sentado en mesa creo que he estado un día, quitando otro que comimos (risas). No es un creador de mesa... es uno de los directores que más grado de libertad concede a un actor de todos con los que yo he trabajado..., pero asumir la libertad plena es asumir la responsabilidad plena. ¡Cuidado con lo que propones a Bieito porque puede ir! Con él el campo no tiene vallas. Es vertiginoso. Bieito es ¡cógete una tabla de surf y busca olas de cuatro metros! Si te coge la ola y te da revolcones y tragas tres litros de agua, no vayas luego a llorar a mamá porque no hay playa, ni mamá, ni sombrilla, ni nada... tira el agua que has tragado y vuelve a buscar la ola. El proceso duró entre 40 y 50 días, es lo que suelen durar en la empresa privada y estoy de acuerdo en este lapso de tiempo de la empresa privada frente al de la nacional, no sólo por el coste de producción, sino porque hay un momento en que las obras se pasan como el arroz. Una obra pasada de ensayos es demasiado previsible y los actores debemos sentir que no las tenemos todas con nosotros en el escenario... Yo ya no hago italianas mentales, no las repaso mentalmente, dejo que fluyan y eso hace que varíe la forma de decir las cosas, las construcciones verbales son distintas... Es una sensación especial, porque notas que el texto está naciendo en ti por primera vez, eso te lleva a una gestualidad primera y a una relación excitante con el público y eso es Bieito. Con respecto al trabajo corporal vuelvo a mencionar a Marta Carrasco, ya que el trabajo corporal está relacionado con un comportamiento instrumental y tiene que jugar una armonía musical con respecto a lo que se está trabajando. Esta función requiere una preparación f ísica potente ya que es una función muy extrema donde no puedes tener lesiones y la concentración debe ser extrema. P. Plataforma es una versión teatral de una novela de Michel Houellebecq que mencionábamos anteriormente y que en su momento escandalizó a gran parte de la sociedad francesa. Me gustaría saber si el autor ha visto este montaje y qué le ha parecido. R. No lo ha visto, pero sé por su entorno que está de acuerdo. Houellebecq es un autor al que respeto, pero que a mí no me interesa. No creo que tuviéramos nunca empatía. Hay algo antipático en él, pero lo que importa es que la obra sea buena y ésta lo es. Con un canto en los dientes se tiene que dar Houellebecq con la propuesta de Calixto Bieito, ya que su poética es un mundo de reiteración que en un escenario es complicado, pero hay que respetarlo porque es estilístico y hace falta una capacidad creativa como la de Bieito para que esto funcione. P. Actúas en media hora, así que finalizando esta entrevista y sin querer dejar de mencionar otras facetas tuyas como la de cantante y especialmente la de experto gastronómico, que confieso me ha sorprendido gratamente, podrías decirme en unas palabras, ¿cuáles son los ingredientes básicos para cocinar... un buen espectáculo teatral? R. Honestidad, capacidad de trabajo y morbo. P. ¿Un buen actor? R. Dosis de humildad. P. ¿Una buena persona? R. Que sepa disculpar los errores de los demás y no se reconcoma con los propios. 27 Septiembre 2007 La Ratonera / 21 26 fuerzas que Plataforma no se hiciera... Me pasé tres meses, los tres meses anteriores a los ensayos, mienttras rodaba Manolete, pensando en la roulotte cuando me cambiaba, me maquillaban: “no me llama nadie, eso es que no se hace... me van a decir ¡eres nuestro hombre pero otra vez será!”. No me daban texto para estudiar, me daban largas porque no estaba la adaptación... La adaptación se hizo poco antes de empezar los ensayos, pero en realidad era un apunte sobre el cual luego elaborar una dramaturgia en pie, que se fue gestando en el momento de los ensayos. La obra se fue creando día a día. Me pasé seis semanas en Barcelona en un apartamento, estudiando por las mañanas de 6 a 9, tres horitas y luego perdía el tiempo sistemáticamente tumbado en el sofá hasta las 4 de la tarde, hora de ir al teatro a Hospitalet a jugar con todo aquello. Estudiaba monólogos inmensos que al día siguiente no servían. Daba igual. Se trataba de poner la cabeza y el espíritu a trabajar al ciento por ciento. Lo más desgarrador de esta función es que el espíritu nihilista contemporáneo de Houellebecq no tiene nada que ver conmigo. El personaje no tiene nada que ver conmigo. Su manera de pensar no tiene nada que ver conmigo. Los valores en los que yo si- «EN “OH 36!” FALO DE LA CONDUCTA HUMANA SOMETIDA A PRESIÓN, DEL HORROR, DEL ERROR QUE YE TOA GUERRA» Xosé Lluís Campal Fernández ridea La Ratonera / 21 28 L’escritor maliayu Lluís Portal Hevia (Villaviciosa, 1964) cultiva dende cuantayá la prosa periodística y la narrativa de ficción con especial curiáu y un enfotu dignificador mui poco reconocíu nos estamentos ‘oficiosos’ del asturianismu. Periodista nel diariu La Voz de Asturias, Portal ye autor d’un valoratible llibru de cuentos entituláu Trófimo y Radamés (Villaviciosa, Caveda y Nava, 1991), asina como del documentáu ensayu bio-bibliográficu Francisco Balbín de Villaverde (Xiquín de Villaviciosa) (Villaviciosa, Cubera, 1995) y del trabayu etnográficu Secretos de Pandenes (Uviéu, Trabe, 2006). Collaborador con poemes y proses creatives en revistes como Lletres Asturianes o Albentestate, ye autor de más de mediu millar d’artículos d’opinión. Agora debuta nel tarrén teatral al ganar el premiu “Uviéu”, na estaya dramática, cola pieza Oh 36! Pregunta. ¿Qué quixo cuntar nesta primer obra teatral de só? Respuesta. Falo de les esperiencies vivíes por una familia asturiana metanos de la guerra civil. Falo de la conducta humana sometida a presión. Del horror. Del error que representa tou conflictu bélicu. De los aspectos cotidianos que suceden durante’l trescursu d’una guerra: porque la vida sigue baxo les bombes y demientres la muerte. Tamién l’humor. De lo irreal de determinaos episodios que tienen llugar durante una guerra. De los tintes subrealistes de la propia esistencia. P. ¿El pesu hestóricu nun ye una llábana pal discursu lliterariu, y más si lo que ta decidiéndose ye’l sentíu d’una guerra civil? R. Entiendo que non. Nun cuento la guerra, sinón daqué que pasa durante esa guerra, que ye diferente. La conducta humana sometida a presión aporta un material perinteresante dende’l puntu de vista lliterariu. Nun se trata d’una obra panfletaria. Nun pretende ideoloxizar. Nun pretende resolver incógnites hestóriques, nin esclariar qué bandu yera’l bonu nin cuálu’l malu. P. ¿Qué materiales privilexó nel procesu de documentación y nel posterior d’escritura? R. La obra inspírase na esperiencia del médicu y escritor billingüe Carlos de la Concha (Villaviciosa, 1877 – Xixón, 1965). Ésti construyó un furacu na so propia casa pa escondese cuando diba a buscalu’l so enemigu políticu, el dirixente anarquista Cristóbal Cano. Supi de los detalles d’esta hestoria gracies a un diariu escritu pol propiu De la Concha –pariente, por ciertu, del actual director de la RAE, Víctor García de la Concha– al que tuvi parcialmente accesu. Tamién consulté llibros sobre la guerra civil y a persones que la vivieron en primer persona o de forma diferida. P. ¿Cuánto duró tola fase de conceición? R. Varios meses, ya que llegué a escribila dos veces. La primera versión yera un testu ensin munchos anclaxes cola realidá, la se- P. ¿Cómo querría que fuera’l montaxe? R. Prestaríame que cayera en manes d’un grupu avezáu a facer drama, pero creo que nun habrá problema porque hai abondes compañíes que puen facer una bona puesta n’escena. P. ¿Cuálos seríen los referentes dramatúrxicos de Lluís Portal como espeutador y como escritor de teatru? R. Tengo que reconocer que me presta más ver que lleer teatru, quiciás pola razón qu’apuntaba anantes, magar qu’hai llectures que resulten obligaes pa quien escribe. Per otra parte, prefiero una triba de teatru qu’apueste por fórmules clásiques, nun me gusten en xeneral los proyectos escesivamente vanguardistes. Tampocu soi fan del teatru costumista asturianu, y observo los proyectos de revitalización o modernización con interés pero con ciertu escepticismu. P. ¿Ye la guerra civil esa metáfora mayúscula, espeyu d’una identidá y les sos xabaces contradicciones, o ye namái un paisaxe pa la traxedia nacional? R. Nun me preocupa tanto la guerra como los comportamientos humanos. Utilizo’l conflictu como un telón de fondo sobre’l que poder enfrentar al ser humanu coles sos propies miseries. Sí, la guerra ye la metáfora d’un mun- 29 Lluís Portal. du interior en conflictu y d’unos equilibrios sociales qu’esgarallen ante la tensión que xenera. P. ¿Teatru realista, teatru simbolista o teatru d’idees pa sopelexar la conciencia? R. Pretendo tocar la conciencia de la xente ensin facer proselitismu ideolóxicu. Esta obra tien abondo de simbólico ya que la realidá preséntase como un simple decoráu. Septiembre 2007 Lluís Portal y la Guerra Civil gunda y definitiva arriquezse con abondos detalles y anécdotes reales estraíos del diariu y los testimonios concretos antes citaos. P. ¿Atopóse con torgues de dalgún tipu na construcción del testu? R. Preocupábenme dos cuestiones: una, atopar un llinguaxe estremáu que ficiera creyible la esistencia de personaxes de mui diferente estractu social. La otra, consiguir que les pincelaes d’humor qu’incluyo nun tapecieran el drama sobre la que xira la obra. Espero habelo llograo. P. ¿Qué se pue facer en teatru que non se puea facer en poesía, narrativa y ensayu? R. La posibilidá de representalu. El teatru sigue teniendo un atractivu evidente pal públicu: hai una catarvada de grupos y obres en cartel, y ello porque esiste un públicu que aprecia’l llinguaxe lliterariu y la cercanía de la representación. Eso nun lo tienen los otros xéneros. P. ¿Piensa na representación cuando escribe pa la escena? R. Sí, claro, y ési ye ún de los elementos que valoró’l xuráu del premiu “Uviéu”, la facilidá pa poner n’escena Oh 36! Tienes que pensar nello porque la representación ye l’oxetivu últimu de cualquier autor teatral. Nun s’escribe teatru pa publicar, sinón pa representar. Hace cincuenta años Boni Ortiz 31 Recreación del escenario de La Marquesa Rosalinda en el patio del Molino Viejo. Foto de prensa de La Marquesa Rosalinda de Valle-Inclán (La Máscara, agosto de 1958). pación Dramática de Barcelona, o con el Grupo de Teatro Realista de Madrid. Pocos días después, estrenaban en la Sala Acapulco, Panorama desde el puente de Arthur Miller, dentro de un festival en beneficio de los damnificados por las inundaciones sufridas en Valencia, tras el terrible temporal de los días 13 y 14 de octubre de aquel 1957. El festival estaba or- ganizado por la Asociación de la Prensa de Gijón, y patrocinado por el Ateneo Jovellanos, el Ayuntamiento de Gijón y el Gobernador Civil de la Provincia de Oviedo, de nombre Marcos Peña Royo y que dio el “permiso verdadero” para la función, porque el de “autores” había sido denegado, ya que lo tenía cogido para toda Europa la compañía de Raf Vallone, que la estrenó en París exac- tamente una semana después de que lo hiciera La Máscara en Gijón. El reparto para que conste, fue el siguiente: Ramón Vega, que también dirigía la función, era Eddy; Pili Ibaseta, la joven Katerine; Lalo Sánchez era Tony; Eloina Vega, la Tía Beatrice; el Narrador, Raimundo Canelada y el papel de Marco lo hacía Joaquín Fuertes. El resto del elenco eran José Martínez, Bernardino Pando, José R. Álvarez, Eusebio Nieto, Modesto Clemente y Orfelina González. Tras un intento fallido de montar Guillermo Tell tiene los ojos tristes, de Alfonso Sastre, incluida una entrevista de algunos componentes de La Máscara con el autor en Madrid para procurarlo, y que sirvió para confirmarles la absoluta prohibición de la obra por parte de las autoridades del momento, montan Ana Kleiber. Después vendría El Gran Teatro del Mundo de Calderón, también dirigida por Ramón Vega y tras ella, La Marquesa Rosalinda de Valle Inclán dirigida por el pintor y escenógrafo Pablo Gago, estrenada en el patio del Molino Viejo del parque de Isabel La Católica que se encontraba prácticamente en ruinas; la utilización premeditada de un escenario natural como aquel para recrear los Jardines de Aranjuez en los que se desarrolla la acción, la singularidad del vestuario, o la colaboración Septiembre 2007 La Ratonera / 21 30 Corría un aire frío y húmedo en aquel día de noviembre de 1957; apenas una semana después, en el Teatro Español de Madrid se estrenaba un Tenorio encarnado por Luis Prendes y dirigido por José Tamayo. Un grupo de jóvenes alrededor de la mesa de un “chigrón” de la Calle Marqués de San Esteban, guardaban un minuto de silencio por la muerte unas fechas antes, de Gabriela Mistral... Aunque no se encontraban allí para eso. Paco Ignacio Taibo, redactor jefe de El Comercio y secretario del recién inaugurado Ateneo Jovellanos de Gijón, conocía la actividad teatral que aquellos jóvenes inquietos realizaban, desde hacía casi un lustro, en la llamada “Educación y Descanso” de los Hogares del Productor de Pumarín, Vázquez de Mella y Sanz Crespo. En la reunión, Taibo les invita a crear un grupo de teatro: La Máscara, Compañía de Teatro de Cámara del Ateneo Jovellanos de Gijón. Sin saberlo, se estaba coincidiendo con el nacimiento de la Agru- de Pablo Gago como director invitado, en el verano de 1958, nos da una idea de la corrección de los caminos iniciados por aquella Máscara y que no pararían aquí. El siguiente montaje iba a ser ni más ni menos que Esperando a Godot, de Samuel Beckett, cuyo estreno mundial se había producido un lustro antes en el pequeño Théâtre de Babylone en París, a cargo del gran Roger Blin y que constituyó uno de los grandes éxitos del teatro de la posguerra prendente: el estreno de Esperando a Godot, la revolucionaria obra de Samuel Beckett, por el grupo de teatro La Máscara del Ateneo de Gijón. Lo primero que hay que destacar, al margen de la calidad de la obra, es el sensacional nivel artístico al que han llegado este conjunto de actores gijoneses. Resulta dif ícil imaginar una interpretación más inteligentemente hecha, más llena de sutil intención y más impecable en su precisión (...) considerar a La Máscara como uno de los grupos de vanguardia más maduros, valga la paradoja, de cuantos en España se esfuerzan por llevar (...) al público, el teatro universal de nuestra hora (...) sin chinchines publicitarios, sin el público llamado de estreno, más atento al exhibicionismo que a ¿Quiere Ud. jugar con mí? de Marcel Achard (La Máscara, junio de 1959). En la foto: Pili Ibaseta, Laureano Mántaras, Andrés Mori y Lalo Sánchez. amenazas y ataques ultraderechistas contra su último montaje: Espectáculo Antígona-70, trajo como consecuencia su expulsión del Ateneo Jovellanos y su posterior autodisolución en La Caterva en 1972, tras quince años de actividad esencial y definitiva para el Teatro de Creación en Asturias. Algunos de los que se encontraban en aquel grupo inicial de 1957: Ramón Vega, Laureano Mántaras, Pili Ibaseta, Lalo Sánchez y Ana María Freira y algunos más, la refundamos en 1998, con el nombre actual de Equipo de Teatro La Máscara. Estoy en condiciones de asegurarles, ya que gozo de información privilegiada, que en este momento ensayan una obra de rabiosa actualidad: Fastos en el infierno, escrita hace casi ochenta años por un belga de origen flamenco: Michel De Ghelderode (1898-1962). Que ustedes la disfruten; nosotros ya lo estamos haciendo. 33 Septiembre 2007 La Ratonera / 21 32 mundial. En España había sido estrenada por un TEU de Barcelona en 1955, dando el salto prácticamente con el mismo reparto al teatro “comercial” en el Windsor de la capital Condal en febrero de 1956 y en marzo en el Bellas Artes de Madrid, siempre bajo la dirección de Trino Martínez Trives. La obra de Beckett, iba a ser el primer texto aparecido en el número uno de la revista Primer Acto, en abril de 1957, en la versión del que fuera su primer director español: Trino M. Trives, utilizado por La Máscara para su montaje. Sobre la representación en la casa sindical de Oviedo, el crítico anónimo de La Nueva España, en su edición del 21 de diciembre de 1958, diría: “(...) ayer un espectáculo sor- otra cosa, pero con un auditorio de hombres de hoy, que lleva puesto su reloj a la hora del mundo, Oviedo fue ayer escenario de un verdadero acontecimiento artístico. Y nunca más lejos la frase de su valor tópico”. Con esta obra La Máscara inicia un camino de rompimiento con el “naturalismo” imperante, mediante las cámaras negras y la escenograf ía de síntesis, culminando en agosto de 1959, con el montaje del cuento de PIT, Dos niños solos y la obra de Marcel Achard, ¿Quiere Ud. jugar con mí?, en las que utilizarían técnicas de pantomima, tres años antes de la formación de Els Joglars en Barcelona. En esa época Laureano Mántaras sustituye en la dirección a Ramón Vega. Joaquín Fuertes y Carlos de las Heras, también dirigieron La Máscara, hasta que en 1967 y prácticamente partiendo de cero, Jesús Urrutia la reorganiza junto a Urbano Rodríguez, Fernando Duque y Jesús Cracio, más un puñado de chavales sin formación teatral alguna, entre los que se encontraban: Eladio de Pablo, Bonhome, Félix Población, Boni..., y a los que más tarde se incorporan Santiago Sueiras, Antolina Gutiérrez, Javier Rodríguez, Alfonso Vallejo... Los problemas con la censura, la prohibición de funciones, incluso las ¿EN QUÉ TRABAJAN ACTUALMENTE LOS DRAMATURGOS ESPAÑOLES? José Luis Campal Fernández ridea La Ratonera / 21 34 Los dramaturgos de nueva hornada no siempre entran por la puerta grande en los cada vez más elitistas centros teatrales de nuestro país; tampoco son tenidos, la mayoría de las veces, en consideración, de buenas a primeras, por las mil y una compañías que se baten el cobre representando sus fabulaciones por las cuatro esquinas de la península. Sin embargo, en este abrigo a la intemperie que hemos levantado para dar cabida a cuantos quieran darnos fe de sus cuitas literarias los escuchamos. En esta nueva oportunidad son Eugenio Asensio y Vladimir García quienes engrasan con sus comentarios los goznes del gran portalón de Talía. Eugenio Asensio Solaz Badalona, 1961. Se formó en Filología Hispánica en la Uni- Eugenio Asensio Solaz. versidad de Barcelona, y en 1988 trabajó de lector de español en la Universidad italiana de Génova. Incorporado al cuerpo de profesores de Enseñanza Secundaria, en 1997 se doctoró con la tesis La presencia de Cesare Pavese en los narradores del medio siglo. En 2001 ganó el Concurso Internacional «Casa de teatro», convocado en Santo Domingo (República Dominicana), con La danza de la lluvia, que en el 2000 había quedado finalista del «Ciudad de Palencia» y que se publicaría en 2003; y en 2005 obtuvo el «Fatex» de Extremadura. Pertenece a la Asociación de Autores de Teatro y en su haber tiene obras como: Boleros en la cabeza, Anciana sin hijos deja herencia por compartir últimos «Estoy trabajando en un proyecto que acabará requemado en un cajón. Se trata, en una primera fase, de una novela, para después elaborar con la misma historia un monólogo y, posteriormente, el texto teatral. Quiero verle a mi trabajo todas las posibilidades. Enfocarlo desde todas las perspectivas creativas que yo pueda manejar. Creo que el paso intermedio entre la narración y el drama se encontraría en el monólogo, pues éste todavía recoge el eco del narrador, y mucho más porque la novela la estoy escribiendo en primera persona. La historia se resume en las siguientes palabras: un profesor de instituto, a instancias de la madre de un ex alumno, acude a la cárcel a visitarlo. El alumno, acusado de asesinato, no era, desde luego, el mejor de la clase. Se trataría de 4 visitas en las que, en un principio, se sirven de la literatura para entablar conversaciones de gran calado en su relación. La historia 35 Vladimir García Morales. avanza, en cuanto a la introspección en los personajes, en la duda sobre los actos de cada uno, sobre los errores, sobre la culpa. En ningún momento el texto cae en el tópico del profesor comprensivo, casi paternal, casi como activista de una ONG; pero tampoco en el tópico del profesor al estilo de Rebelión en las aulas. Es, por el contrario, la historia de un profesor frustrado en su profesión (por supuesto, sin esa maldita vocación que, a saber por qué, se les tiene que suponer a los de este oficio y no a los de otros). Por su parte, el alumno supera al buen salvaje.» Vladimir García Morales Valencia, 1978. Doctor en Física por la Universidad de Valen- Septiembre 2007 La papelera de Eurípides (VIII) días, Locus amoenus, Deshielo, Reset, De Bagdad al cielo (leída en el Ateneo de Madrid en abril de 2003), Falta involuntaria, Homenaje o Amnesia. El autor nos hace partícipes del proyecto que tiene actualmente entre manos y que, cuando menos, constituye una iniciativa anticonvencional: La Ratonera / 21 36 cia con la tesis Nanoestructuras interfaciales (Propiedades de equilibrio y de transporte iónico) (2005), García Morales cultiva la poesía (Partida de ajedrez vislumbrada desde un ático, 1995) y el teatro, género en el que ha publicado los siguientes títulos: Como lentas aves (escrita en 2002 y publicada por la editorial Hiru de Hondarribia, dentro de su colección “Skene”, en 2004), La superconductividad en el cristal de pentaceno (escrita entre 2003 y 2005 y publicada por Hiru en la misma colección en 2005) y El silencio de Anton Webern (compuesta entre 2004 y 2005 y editada, en volumen conjunto con la anterior, por Hiru). El escritor reflexiona sobre las líneas directrices de su producción dramática y hace una parada en su último libreto: «Mi última pieza teatral, Diotima (2007), es un breve monólogo en la constelación de mi primera obra, Como lentas aves (2004), publicada por la editorial Hiru. Ambos textos tienen al poeta alemán Friedrich Hölderlin como punto de referencia (Diotima puede considerarse la respuesta al monólogo de Hölderlin en la Escena V de Como lentas aves, aunque, en realidad, es una obra autónoma, independiente de aquel texto). Mi entusiasmo por el teatro refleja mi esperanza en un “augurio de inocencia” que, desde que el hombre existe como animal político, ha tomado la forma de un “poder mesiánico débil” que querría recomponer en cada instante “todo lo que ha sido roto” por la barbarie (W. Benjamin). El teatro de calidad afronta estéticamente el horror y abre caminos a las epifanías de lo posible que, de forma fugaz y fragmentaria, se dan ya en la realidad, amenazadas por el peligro de convertirse en instrumento de la dominación. La escritura dramática que me interesa es rica en contrastes, con la complejidad necesaria para escapar del cliché y resistir a la violencia que éste ejerce contra la conciencia. Revelar la realidad en su fantástica diversidad y multiplicidad es lo que me incita a escribir y para ello pienso que es necesaria la poesía, liberadora del lenguaje y creadora de significado mediante representaciones sensibles. Abrir las posibilidades latentes en cada situación es lo que verdaderamente me concierne. Porque, como dice Robert Musil en El hombre sin atributos, “si existe un sentido de la realidad debe existir también un sentido de la posibilidad”. Ninguna de mis tres obras publicadas en Hiru –Como lentas aves, La superconductividad en el cristal de pentaceno y El silencio de Anton Webern– ha sido puesta hasta ahora en escena y permanecen “en cárcel de papel”, como el crítico Javier Vallejo ha señalado a propósito de Como lentas aves (“Babelia”, 21-V-05, p.30). Aunque esta situación no me alegra ni me satisface, estoy lejos de quejarme por ella y escribo mis textos con la ilusión de que alguien los encuentre y le digan cosas que lo impulsen en su propio camino. En caso de que algún día se representen, ojalá sean un regalo para los actores. En esto pongo durante la escritura todas mis exigencias.» García Morales tiene un blog titulado Avanzando en la dirección: http://avanzando.over-blog.com Diotima A Eva Forest, in memoriam, mujer extraordinaria, caminante ejemplar. En el recuerdo. Siempre. Frankfurt, 15 de junio de 1802. Habla Diotima (Susette Gontard) una semana antes de su muerte. El ritmo general del monólogo es lento. Los pocos grupos de palabras entrecomillados pertenecen al universo poético de Hölderlin. Diotima Morirme finalmente Acabarme sin desear la muerte Ningún suicida la ha deseado nunca Terminarme Desvanecerme Pudrirme Definitivamente Alguna vez viví cuando estabas conmigo tú “hombre siempre reservado y de sombrío aspecto” Entonces te alegrabas como un niño de compartir a mi lado la tarde Íbamos en silencio y había algo extraordinario Vladimir García Morales en toda aquella ausencia de palabras “Confieso que fui tuya” aunque haya sido sólo una pequeña sombra en esta casa triste de Alemania en esta atmósfera húmeda y gris aunque henchida de luz como un navío que no puede serlo por estar siempre inmóvil amarrado en el puerto En realidad sólo he sido la puta triste de un hombre de negocios que me dio cuatro hijos en esta casa hecha para la muerte 37 En realidad he sido sólo la menesterosa esclava del bienestar y del refinamiento Cómo pude ser yo otra cosa en tu cabeza Cómo pude ser yo esa “prueba tangible de que la dolorosa dialéctica entre poesía y vida cotidiana puede alcanzar su síntesis feliz” Eso escribiste tú de Diotima Cómo fui yo un reflejo de ella Qué síntesis feliz pude ser yo qué síntesis feliz una existencia totalmente desgraciada Septiembre 2007 “La escritura dramática que me interesa es rica en contrastes, con la complejidad necesaria para escapar del cliché y resistir a la violencia que éste ejerce contra la conciencia.” La Ratonera / 21 Al final todo cansa todo aburre todo deprime Las ilusiones son meramente abstractas las esperanzas vanas Lo abstracto no es real Lo abstracto nunca fue real Lo abstracto es meramente abstracto Lo real sólo grosero o refinado y en cualquier caso falto de naturalidad Grosero o refinado innecesariamente refinado vulgarmente grosero artificial artificial Se muere la naturaleza pudrirse es lo único real pudrirse la única verdad sufrir pudrirse vivir en la miseria hasta volvernos locos Mi marido el banquero está en el banco por el día y va al club por las tardes Es un ser bárbaro e imbécil que insulta a los trabajadores de esta casa Está bien que se muestre así de vez en cuando Así nadie podrá engañarse sobre él Esta comida es una mierda dice el muy vulgar Me duelen los oídos Y escucha música de flauta la música más bella y qué sentido puede tener la música para un oído que no escucha en realidad un oído sordo que no teme la gran vulgaridad de su cabeza Toda ella está embotada por sonidos que no digiere igual que no digiere la comida su estómago de vaca lleno hasta el hartazgo Todo él está embotado y lleno de desprecio Come deprisa y habla en eso es un prodigio se prohíbe los eructos guarda todas las formas se reprime para poner mejor el mal en sus palabras Él dosifica toda su inmundicia para lanzarla luego con más fuerza a los demás Un ser así rodeado de otros igualmente viles aquí en Frankfurt toda esa hipocresía me aplasta cae sobre mí como una losa arranca mi cabeza y yo soy un ser débil débil débil He muerto muchas veces Me muero siempre Yo no pedí nacer quiero acabarme pudrirme ya del todo Ojalá todos vieran estas ronchas Ojalá todos los cretinos del salón vieran las ronchas de esta piel enferma las pústulas la enfermedad en esta piel que era tan joven hace sólo unos pocos años Horrible horrible Debes quedarte ahí en esa habitación me dice él pudrirte sola en esa habitación envuelta en las sábanas húmedas Púdrete Eso no me lo dice púdrete Los invitados no deben ver tu estado debes cuidarte eso me dice Das asco Eso no Es solamente hipócrita hipócrita lo odio cómo lo odio Con toda mi impotencia Lo odio y así me odio a mí misma pues soy quienes me hicieron para ser lo que soy un ser enteramente débil y me entran ganas de llorar por todo llorar por todos y por mí porque en el fondo todo me entristece 39 No quise renunciar al bienestar Quien no renuncia al bienestar se pudre Desperdiciar tu vida esa es la cuota que exige el bienestar Cómo se puede ser feliz estando muerto Cómo hubiera podido ser feliz entre estas gentes conforme a estas maneras a esta forma de vida sin conocerte a ti sin saber que una forma no es la felicidad sino todas las formas y ninguna Contigo supe sin palabras que no vivir al borde de la vida es no vivir Septiembre 2007 38 Lo que me han hecho puedes escucharlo en mi lenguaje Mi mundo es mi lenguaje “Confieso que fui tuya” Confieso Yo qué he de confesarte dime qué si ya lo sabes todo si me quedé muy triste cuando te vi partir Si tú me perdonaste como nunca me ha perdonado nadie si me amaste como nunca he podido amarme y me quedé aquí sola en este mundo del sentido común la desgracia común Era sencillamente así Ahora puedo pudrirme ahora puedo acabarme ahora terminaré pero por ti no diré más estas palabras Vayamos a las tierras que hemos visto en la imaginación narcotizados esperanzados o como quiera que haya sido que las hemos visto Hará falta morir aún muchas veces Todo el sentido está en el viaje y hemos salido aún con demasiado poco Los cómodos lugares de este mundo son bloques de prisiones que quieren ser el mundo Vayamos al lugar desconocido a la tierra de nadie junto a “los ríos del mundo sagrado” esos ríos de versos que hay en tus poemas volvamos allí donde “con sus aromas los árboles nos envolvían” Miremos juntos “hasta donde el mar se pierde y nadie quiere estar” “Alégrate y piensa en la que todavía se complace porque para nosotros brilló el radiante día” Sencillamente FIN Instantes de mi vida Éramos jóvenes Acaso por primera vez mirábamos con ilusión el mundo que era nuestro y de nadie La Ratonera / 21 40 y no nos engañemos todo era muy precario y clandestino y tuvo que dejar de ser y no por nuestra voluntad Había también algo extraordinario fugitivo siempre lo hubo y que no sé explicar Te veía alegre quizá era eso y estaba así fuera de mí Estabas decididamente alegre Fuera de mí todo era fiesta y me llegaba muy adentro y me asombraba como una luz que nunca había visto antes Pero la vida está dañada pues somos propiedad de quien nos roba Valencia, febrero de 2007 München, julio de 2007 El teatro de ‘Adeflor’ (II) ECOS CRÍTICOS José Luis Campal Fernández ridea El sábado 14 de diciembre de 1918, el comentarista de El Comercio Bonifacio Chamorro hablaba, desde la primera página del rotativo gijonés, sobre la pieza teatral de Adeflor titulada Los Rubianes. Se trata de una comedia en tres actos y en prosa que había sido puesta en escena el día anterior en el teatro Robledo de esta ciudad y que constituyó una adelantada incursión de marcado tinte social, donde el literato llevaba a cabo una acre denuncia de la corrupción y de los males que aquejan al hombre común que buscaba aprovecharse de la buena voluntad ajena, y también de los caudales que traía aparejados. En Los Rubianes aborda el reconocido periodista el caso de una nueva generación de indianos con un espíritu proteccionista y benefactor diferente al que hasta entonces se estilaba, y en el cual sus aportaciones no serían sólo materiales, sino también morales o éticas, ya que traían aires de progreso a su tierra nativa una vez retornaban de la emigración, en la que sólo unos pocos hicieron su pequeña o grande fortuna. La reseña del comentarista acerca de la obra de Adeflor es detallada y sumamente elogiosa, como se observa en la transcripción que de la misma ofrezco a continuación: «Cuando asistimos, hace dos años, al estreno de “La señora del palco”, que, según frase del autor señor Lagos, “es una señora que está muy bien”, opinamos entonces que Adeflor podía y debía emprender obras teatrales de más empeño. »Lo justificado de nuestra opinión y de nuestra esperanza se patentizó ayer, en el Robledo, con el estreno de “Los Rubianes”. »Pocos éxitos tan lisonjeros y tan justos. La amistad y el cariño que nos merece el autor no ha de poner sordina a nuestro elogio, mucho menos cuando éste va detrás del voto caluroso y unánime del público, que ayer se dio bien cuenta de que lo que aplaudía no era ya el ensayo de un principiante, sino la obra que da derecho a un escritor a figurar con buen número entre los dramaturgos ya consagrados. »Felicitamos, pues, efusivamente, al amigo, y saludamos al dramaturgo de porvenir, que ha de saborear muchas veces la satisfacción de salir, como ayer, a recoger desde la escena ovaciones clamorosas de los espectadores. »No es tarea muy fácil concretar nuestro juicio acerca de “Los Rubianes”, porque no se trata de una de esas obras en que una sola idea central, amplificada, falseada tal vez, sometida a contrastes, se apodera del ánimo y le obsesiona y le sujeta como a una pesadilla. Adeflor, que hace decir a uno de los personajes de su comedia: “Lo humano es lo único verdadero”, se ha hecho cargo de que la cantera dramática es la realidad de las vidas cotidianas; lo que un malogrado escritor llamaba “el mundo viviendo”; y a la cantera se ha ido, y a golpe de piqueta ha modelado unos cuantos tipos muy humanos, esto es, con vicios y virtudes, con odios y generosidades, con añoranzas felices y con desencantos. »Y, como cada uno lleva consigo su pequeño conflicto, que dentro de una labor de unidad nos han impresionado separadamente, al final 41 Septiembre 2007 Ningún rencor mi amor por ti ningún rencor Aquellas horas detenidas en las que íbamos juntos me definieron lo que es vida Entonces sólo entonces supe que viví de la comedia no sabemos bien hacia cuál de los bellos motivos de sugestión inclinar nuestras afecciones. ¿Seguirán éstas la ruta dolorosa del viejo indiano don Pablo, tan noble y tan venerable, que, por venir de América pobre, halla limosna, más bien que refugio, en casa de su propio hermano Ramón, doble esclavo del cacique y de las ambiciones de su propia mujer? ¿Seguirán el apenado sentir de Cristina, cuya juven- ante los hermanos codiciosos que se lucran con los intereses del pueblo; ante las manos pedigüeñas de los arruinados; ante los falsos agasajos de las gentes que esperan; ante el dolor callado de aquella muchacha, a quien sus padres quieren buscar fríamente “un buen partido”...! »¡Cristina! He aquí la única flor delicada, pura, en aquel barbecho de impurezas que es el pueblo. Manuel, que lleva en el corazón una juventud que contradicen sus canas, siente que el perfume de esa flor inunda su ser como una corriente de ternura. ¡La ama; la ama!... Y él, que ha ideado restituir al pueblo cuanto los malos negocios de su hermano le han usurpado, siente que toda su firmeza se tambalea ante el afán con que esta pobre niña le pide que se le restituya también a ella el cariño que le robaron. Si se reedifican las escuelas y los puentes, hechos en combinación con desaprensivos contratistas, ¿por qué no se ha de reconstruir también su pobre corazón torturado?... »Así, yendo de esta manera delicada a la preparación del sacrificio de Manuel, se presenta en la obra, llenándola de un suave calor de humanidad, el tema amoroso, en el cual viene a desenvolverse, a esfumarse, el tema social que asomó como un motivo trascendente en la obra... »La manera como Adeflor ha obviado las dificultades de la com- pleja acción de su comedia, llevándola hasta el final tan originalmente, añade un valor estimabilísimo a los muchos valores de concepción que en la obra se advierten. »Y es claro que, tratándose de un escritor de tan fino humorismo, no faltan, además, en “Los Rubianes” tipos graciosos y felices ocurrencias, que compensan con exceso la natural amargura del tema fundamental. »La interpretación de la obra fue, en general, bastante acertada. Si no se hubieran advertido, sobre todo en el tercer acto, ciertas vacilaciones acusadoras de falta de ensayos, sólo elogios habría que anotar en honor de los actores, pues todos, en la medida de su capacidad artística, procuraron mantenerse al buen nivel de la comedia. »La Robles, encarnando a Cristina, sintió delicadamente su papel. Sobre todo en la escena final, cuando por la generosidad de su tío Manuel recobra ella el cariño de su antiguo novio, tuvo un momento en que expresó muy bien su comprensión del sacrificio que se le brindaba. »La señora Santoncha sostuvo perfectamente, en toda la obra, su carácter de mujer dominadora y ambiciosa y ladina, ama de su marido y garra para los necesitados. »Muy bien caracterizado el señor García Leonardo, dueño del gesto y de la dicción, como siempre, pero... un poquito desmemoriado a ratos. »Vedia, que hace el personaje principal de la obra, logró un mayor acierto en la representación de la noche, arrancando grandes aplausos en el hermoso parlamento del acto segundo, relato feliz de sus añoranzas de emigrante. »Muy gracioso Lagos, más en los dos últimos actos que en el primero, por mostrarse en aquellos más contenido. »Y lleno de naturalidad Pozanco, que hace una verdadera creación del don Sabas, uno de los alegres tipos antes aludidos. »Los demás contribuyeron al conjunto acertadamente: con su simpática movilidad juguetona, la Robles Martín; con su acentuado refinamiento de dicción, la señora Plana; con su ingenuidad, enmarcada por su belleza, Paz Roblea; con su discreción, Pérez Sáez, y todos, en fin, con su voluntad excelente. »Estimamos, pues, el estreno de “Los Rubianes” como un éxito verdadero: para la Empresa, que verá lleno muchas noches el teatro; para los actores, que perfeccionarán así su labor de interpretación, y para Adeflor, que, aparte de los laureles conquistados aquí, extenderá el crédito de su firma al radio teatral a que le dan derecho sus talentos de autor, ayer ya en sazón demostrados.» [Continuará en el próximo número de La Ratonera] 43 Septiembre 2007 La Ratonera / 21 42 tud se resiste a sacrificar a esas mismas ambiciones el amor de su vida? ¿O seguirán mejor la estela ideal que deja por toda la obra Manuel, el otro indiano que trae de América todas las modernas preocupaciones de reivindicaciones sociales?... »Con lo escrito queda indicado que en “Los Rubianes” ha reunido Adeflor elementos suficientes para dos o tres obras, alguna de las cuales, como la correspondiente al tema de los “indianos”, le agradeceríamos que desarrollase un día con independencia de las demás. »Pues si la reunión de esos elementos distintos ha contribuido en esta comedia a hacer más delicado el interés emocional, sacado aparte aquel tema daría lugar, seguramente, a una obra de verdadera intensidad dramática. Da derecho a esperarlo así el conocimiento y la observación que el autor de “Los Rubianes” ha revelado dando vida escénica a ese indiano generoso y sentimental que viene de la tierra en que se gana el oro a demostrar aquí cómo se debe gastar el oro ganado. »¡Pobre Manuel! Él, mientras luchaba en América, ha añorado como el único rincón feliz el pueblito norteño que le vio nacer. Ha besado, al llegar a España, la tierra, y ha sentido las lágrimas por sus mejillas, cuando sus ojos se han asomado al verde panorama de Cantabria. Pero luego, ya en el pueblo mil veces añorado, ¡qué desencanto “El deporte como tema no me interesa” Eva Vallines La Ratonera / 21 44 Maxi Rodríguez (Mieres, 1965), lleva ya más de dos décadas compaginando su actividad como autor teatral, intérprete y articulista. Ha obtenido los premios Borne, Bradomín y Teatro Jovellanos, entre otros. Entre sus obras estrenadas o publicadas están: Ondas, Gaita y María, El mio coito o la épica del BUP, El color del agua, El arte que hizo pub, ¡Oé, oé, oé...!, La caseta y El lóbulo y las orejas. Colabora como articulista en La Nueva España. Ha publicado una obra narrativa en clave de humor: Diccionario aznarés-español. Es autor de guiones de series de TV como 7 Vidas y de películas como Carne de gallina, además de algunos cortos. Lleva vinculado al mundo del teatro desde la fundación de Cestón de Máscaras, luego con Toaletta, y ha dirigido A bocados para el Centro Dramático Nacional. Las aeróbicas es una comedia-delirio otoñal de tres ancianas que se rebelan contra la tiranía de nuestra sociedad, montadas en tres bicis estáticas desde las que dan un buen “corte de mangas” a todo lo que las rodea. Con su habitual es- tilo marcado por diálogos ágiles y humorísticos, lanza una mirada agridulce a la loca escapada de tres septuagenarias convertidas en auténticas “Thelma y Louise” de geriátrico. Pregunta. El deporte ocupa un lugar relevante en tu obra. En Las aeróbicas también aparece, aunque de forma tangencial. ¿Es tan importante en nuestra vida como para convertirlo en un espacio dramático de primer orden? Respuesta. Uno trata humildemente de que sus obras hablen de la vida, que quizá, bien mirado, sea un deporte de riesgo. Al fin y al cabo, está plagada de disputas, áreas de peligro, reglamento controvertido, gente taimada y, te pongas como te pongas, siempre acabas perdiendo. Pero el deporte como tema no me interesa nada, me parece un coñazo. Es cierto que debido a la enorme repercusión de ¡Oé, oé, oé! (donde unos parias sacaban a la luz sus miserias aprovechando un partido de la Selección), algunas compañías me piden que les escriba textos que contengan algún guiño al mundo del fútbol. Así nació Fóra de Xogo, un encargo de la compañía galle- ga Nove Dous, donde nos planteamos abordar desde un prisma crítico qué pasaría si al teatro se le diera en este país tanta importancia como al balompié. Como siempre, el deporte es un pretexto para hablar de otras cosas (el eterno teatro precario). En Las aeróbicas, el gimnasio es tan sólo un lugar de encuentro, un sitio ideal para que arranque la acción... P. Los protagonistas de tus obras siempre son antihéroes, en este caso “antiheroínas” y de la tercera edad. ¿Te parece que es denunciable el trato que la sociedad actual dispensa a los mayores? A pesar de que nunca se les prestó tanta atención desde los poderes públicos, ¿crees que esto se corresponde con la situación que viven en el ámbito familiar? R. Las aeróbicas nace como repulsa, un tanto alocada y vodevilesca, al síndrome de la “abuela-esclava”. Es algo que padecen cantidad de mujeres, sometidas eternamente a un durísimo estrés familiar. Han pasado de criar a sus hijos a cuidar de sus nietos, y padecen esa enorme sobrecarga a una edad en la que lo más razonable sería que las cuidaran a ellas. En muchos casos no sólo no son atendidas como es debido, sino que, una vez exprimidas física y psicológicamente, acaban desahuciadas en geriátricos y siniestras residencias para la tercera edad. Esas situaciones tan dramáticas son caldo de cultivo de depresiones y desajustes mentales. Me interesaba ese drama afectivo y abordarlo con humor porque, aunque resulte sorprendente, así se lo toman en la vida real muchas señoras de esa edad. P. Toda tu producción como dramaturgo, articulista, y guionista de cine y TV, está marcada por la sátira social, convirtiéndose en una especie de espejo deformante de la realidad, siempre en clave de humor y bufonada. ¿Es el registro en que te encuentras más cómodo? R. A través del humor se pueden contar cosas muy duras y se digieren mejor. El humor te hace relativizarlo todo, te distancia y acabas descubriendo aristas del drama que, en primera instancia, no habías percibido. No me interesa la comedieta inane, me encanta la acidez y explorar el lado corrosivo de la realidad. Eso trato de hacer tanto en teatro como en cine, e incluso en un medio a veces tan pacato como la televisión tuve la suerte de escribir para una serie que tenía esta intención: 7 Vidas. P. Como autor teatral has recibido los premios Borne, Marqués de Bradomín, Soto Torres, Espiga de Oro de Guadalajara y Teatro Jovellanos. ¿Qué valor les das a los premios?, ¿en qué medida crees que han influido en tu carrera? R. Cuando empezaba, hace más de veinte años, eran un estímulo para seguir haciendo cosas. Además, sobre todo a raíz del Bradomín, me permitieron divulgar mi obra y contactar con gente interesante de la profesión. Pero me parece un error planificar tu creación en función de los premios. Lo importante es saciar tus necesidades expresivas y no sobrevalorar los galardones, en los que influye muchísimo la suerte o el azar. 45 Maxi Rodríguez visto por Cristina Cillero. Septiembre 2007 Maxi Rodríguez P. Lllevas muchos años vinculado al mundo del teatro asturiano, ¿cómo ves su situación actual? ¿Crees que las nuevas instalaciones de la ESAD y la programación de La Laboral, servirán para desbloquear la situación de mínimos del teatro en Asturias? R. La verdad es que no estoy al cabo de la calle. Desde que cerramos la etapa de Producciones Toaletta me he distanciado bastante por cuestiones laborales y de higiene mental. Fueron quince años de mucho “queme”, enredado en las dificultades propias de mantener una compañía profesional en Gijón. Por lo que me cuentan algunos colegas, esas dificultades siguen existiendo, como toda la vida: falta de circuitos, escasísimas subvenciones, poca voluntad política... Así las cosas, sólo espero que proyectos faraónicos como La Laboral, no acaben volviéndose en contra de la actividad de las excelentes compañías teatrales que hay en nuestra región. P. Sueles montar y dirigir tus propias obras, pero ya han sido representadas por varios grupos nacionales. ¿Cómo te sientes cuando ves tu obra abordada desde una nueva perspectiva, te has llevado algún disgusto? R. Con la edad uno se va inmunizando. Al principio pillaba cada mosqueo... Sobre todo, cuando era evidente que el director de es- cena no había entendido nada y aquello era un mero vehículo para proyectar sus neuras. Pensaba: vale, tíos, ¿pero por qué no habéis elegido una obra de otro o escrito vosotros una...? También he asistido a puestas en escena sorprendentes que me han aportado mucho. Ahora trato de dimensionar las representaciones y darles una importancia relativa. Incluso, recuerdo con cierta ternura anécdotas, como la de un grupo menorquín que se inventó un ángel de la guarda para la protagonista de El mío Coito o la épica del BUP, o el tono triste, de fado desgarrador, que tenía desde el minuto uno el ¡Oé,oé,oé! que me montarón en Lisboa en portugués. Recuerdo que pensé: si los personajes están así de amargados al levantarse el telón, ¡se acabarán suicidando! P. ¿Tienes pensado montar Las aeróbicas? ¿Cuáles son tus próximos proyectos? R. Aún no lo he intentado. Sobre todo, porque lo único que tengo claro es que las actrices deberían ser de una edad muy aproximada a la de los personajes. Lo que me gustaría es encerrarme con tres señoras de ese perfil, escucharlas, ponernos a jugar, y reinventar juntos la obra. Eso, claro está, es complicadísimo. Así que igual no se hace nunca... En cuanto a proyectos, ya sabes cómo va esto, mejor no hablar... Las aeróbicas Maxi Rodríguez 47 Septiembre 2007 La Ratonera / 21 46 La trayectoria profesional se acaba forjando a través del trabajo, es cuestión de currar. P. ¿Con cuál de tus obras te sientes más satisfecho? R. Plenamente no estoy satisfecho de ninguna. La prueba está en que cada vez que me ofrecen dirigir mis textos, los acabo reescribiendo de arriba abajo. Lo que me resulta muy gratificante es comprobar que, a pesar del paso de los años, la mayoría son materiales textuales de bastante solidez y que, sometiéndolos al proceso vivo de ensayos, aguantan muy bien el tirón. Ésa ha sido siempre mi idea: generar textos dramáticos que sean un punto de partida para la representación. P. A partir de tu experiencia cinematográfica como guionista y protagonista de Carne de Gallina o en el corto Lo que el ojo no ve, ¿qué perspectivas crees que puede tener el cine asturiano desde la existencia de una televisión autonómica? R. Ahí me pierdo, ¿sabes? En teatro, más o menos, uno está acostumbrado a controlarlo todo, pero en el cine... Hace falta mucha pasta y una destreza especial para colocar proyectos... En Asturias hay mucha gente con talento. Ojalá la TPA recurra a ellos y contribuya al despegue del audiovisual. Los asturianos somos muy escépticos y yo soy de los que más... Las aeróbicas Uno Las aeróbicas (Delirio otoñal) Maxi Rodríguez 48 La Ratonera / 21 Personajes Margarita, 78 años Mari Paz, 73 años Mariví, 71 años Franki, un macizo sin edad A mis abuelas, que estarán viendo el mar Dos abuelas septuagenarias sobre dos bicicletas estáticas. Margarita.- Hidratos de carbono. Mari Paz.- ¿Pero eso se come? Margarita.- Fundamental. Mari Paz.- Pues, hija, no sé... Margarita.- Pasta o arroz, ¿entiendes? Mari Paz.- Ah. Margarita.- Y acompañarlos de proteínas, ¿vale? Mari Paz.- ¿De qué? Margarita.- Proteínas, Mari Paz, que parece que estás atontada. Mari Paz.- ¿Cómo quieres que esté? (Suspira.) ¡Ay Dios mío, si es que da gusto oírte hablar! (Pausa.) Te echaré tanto de menos... Margarita.- Deja de dramatizar. Las proteínas, ¿sabes dónde están? Pausa. Mari Paz, ensimismada, masculla algo ininteligible y luego, distraída, vuelve a mirar a su compañera. Mari Paz.- ¿Las qué? Margarita.- ¿Qué coño haces? Mari Paz.- Rezo a Santa Rita. Margarita.- Haz el favor... Mari Paz.- Eso digo yo: ¡piénsatelo bien! Margarita.- Ya está pensado y requetepensado, ¿comprendes? Sólo espero que te alimentes debidamente y sepas gastarte mi dinero. Mari Paz.- Tu dinero. Tú lo has dicho: tu dinero. Yo... Margarita.- No seas tonta, ya no lo voy a necesitar. Qué asco de hijos, qué asco de vida... Mari Paz.- Pero... los hijos cambian, la vida cambia... Margarita.- Pollo a la plancha. Mari Paz.- ¿Qué? Margarita.- Ahí están las proteínas, ¿comprendes?, el pollo te sentará bien... Mari Paz.- ¡Ay Dios, ay Santa Rita! (Solloza.) ¿Y las grasas? Margarita.- Imprescindibles, pero sin abusar, eh. Mari Paz.- (Incapaz de reprimirse por más tiempo, rompe a llorar estruendosamente.) ¡Ay Dios, con lo lista que eres!, ¡Ay con lo que sabes...! ¡Ay Virgen, con lo que tú sabes, Margarita...! Margarita.- ¡Chissst!, ¿te quieres callar? Mari Paz.- (Entre lágrimas.) ¡Ay, no lo puedo remediar! Margarita.- ¡Pedalea y calla!, nada de escándalos, ¿vale? Me lo has prometido. Mari Paz.- (Gimotea.) ¡Ay no puedo, no puedo! Margarita.- ¿Qué? Mari Paz.- (Lloviendo kleenex.) ¡No puedo, tengo que parar! MARGARITA.- (Amenazante.) ¡Quieta ahí, que te quito el dinero, eh! Mari Paz.- Es igual. (Se frena de golpe.) No lo podré soportar. Margarita, resuelta y muy irritada, se apea de su bici, abraza a Mari Paz y mirándole fijamente a los ojos le habla con severidad. Margarita.- Está bien. ¿Te vienes conmigo? 49 Septiembre 2007 Maxi Rodríguez La Ratonera / 21 50 Maxi Rodríguez Mari Paz, con un rictus de terror, vuelve a dar pedales frenéticamente. llete de 5 euros. Mari Paz hace ademán de parar para recogerlo pero Margarita se lo impide. Mari Paz.- ¡Ni hablar! Margarita.- Así me gusta. Empieza la cuenta atrás. Concéntrate en la pantallita y deja de llamar la atención, no me seas egocéntrica. Mari Paz.- ¿Ego qué? (Nuevo berrinche.) ¡Ay, Margarita, con lo que tú sabes...! Margarita.- ¿Otra vez? Mari Paz.- Si es que es verdad. Con ese lenguaje que tienes, hija, y esos conocimientos de todo, y esa cabeza tan bien amueblada que parece mentira que... (Ausente.) ¿Qué tornillo era? Margarita.- Olvídate del tornillo. ¡La palanca, Mari, es darle a la palanca y ya está! Sin problemas. Y acuérdate de... (Se le viene a la cabeza.) ¡Coño, las plantas! Mari Paz.- ¿Qué plantas? Margarita.- El sobrecito... Te he metido una nota con los avisos pero... no me acuerdo... Es que... las plantas si no se riegan... Mari Paz.- ¡Se mueren! (Vuelve a llorar.) Margarita.- ¡Chissst...! Olvídalo, venga, es igual. Atenta a la pantallita. Atenta a que... ¿Qué coño haces? Margarita.- ¡Déjalo, no hay tiempo, ya lo cogerás! Mari Paz.- ¡Ay madre! Margarita.- Atenta a la pantallita. Mari Paz.- ¡Ay Santa Rita que en el cielo estás escrita con...! Margarita.- Mari Paz, por el amor de Dios. Mari Paz.- No puedo. Toma. (Le tiende el sobre.) Se acabó. Margarita.- ¿Otra vez? Para ti todo. (Lo rechaza, melodramática.) Que te quedes con mis ahorros, coño. Sólo te pido este favor... Mari Paz.- Me siento incapaz. Margarita.- Venga, no me decepciones. ¡Y cuida tu alimentación! Mari Paz.- ¿Estás segura? Margarita.- Completamente. No quiero sufrir más. Mari Paz.- ¡Ostras, lo mismo decía mi cuñado! Margarita.- ¿Quién? Mari Paz.- Luego se curó y escribió un libro. Margarita.- ¡Qué asco de vida, Mari Paz, los hijos han dejado de obedecer a sus padres y todo el mundo escribe libros! (Pedalea aún más fuerte.) ¡Atenta, vamos allá! Mari Paz ha sacado un sobre abultado de la riñonera e intenta abrirlo mientras pedalea. Mari Paz.- Aquí no veo... Margarita.- (Apurada.) ¡Guarda eso! ¡Me prometiste que lo abrirías al acabar! Mari Paz.- Ay, hija, como has dicho... El sobre se ha abierto un poco y cae al suelo un bi- Mari Paz mira de reojo a la pantallita de la bici de su compañera y se entrega a la oración. Mari Paz.- Padrenuestro que estás en los cielos... yo necesito el dinero, venga a nosotros... Margarita.- Mari Paz... Ciento cuarenta calorías, preparada... Maxi Rodríguez Mari Paz.- ¡Ay con lo que tú sabes!, ¡ay tan lista y tan guapa y tan...! Margarita.- Tan anciana que... se me acaba el desierto. Mari Paz.- ¿Qué bobadas dices? Margarita.- La ancianidad es un desierto: tus hijos te abandonan, tus amigos han muerto... Mari Paz.- ¿Y yo qué, rica? (Blandiendo el sobre.) ¿Por qué crees que acepto yo esto?, porque me lo has pedido, porque tus deseos son... Margarita.- ¡Guarda ese sobre, anda! ¡¡¡Preparada!!! Mari Paz.- No puedo hacerlo. Soy tu amiga. Margarita.- ¡Guárdalo y céntrate en la palanquita! Mari Paz.- Soy tu amiga. (Entre lágrimas.) No puedo, no lo haré... Margarita.- ¡Guarda el puto sobre! ¡¿Lista?! Mari Paz.- (Gimotea.) Te quiero, te... (De pronto, al tratar de meterlo en la riñonera, el sobre se abre del todo inesperadamente y saltan por el aire un montón de recortes de periódico. Cambia de semblante.) ¡Te vas a cagar! Margarita.- (Absorta. Como en otro mundo.) ¡Adelante! Mari Paz.- Querer engañarme a mí... Margarita.- ¡Cinco! Mari Paz.- ¡Guarra, sinvergüenza! Margarita.- ¡Cuatro! Mari Paz.- ¡Te voy a matar! Margarita.- (Asiente.) ¡Tres! Mari Paz.- ¡No me extraña que no te trague tu familia, arpía! Margarita.- ¡Dos!, ¡riégame las plantas! Mari Paz.- ¡Vete a la mierda! Margarita.- ¡Uno, y...! ¡Gracias por todo! Las aeróbicas Mari Paz.- ¡Muérete ya! Mari Paz tira de la palanquita y, de una mítica pedalada, Margarita sale en bici por la ventana. Dos Habitación de un centro geriátrico de salud mental. Margarita, algo magullada y luciendo collarín, repasa su álbum de fotos apoyada en un par de muletas. Mientras, Mariví lanza con inquina pelotas de papel a un retrato colgado en la pared. Entre dardo y dardo, entona una especie de marcha militar (versión, claro, Tercera Edad). Mariví.- ¡Toma, perro, en toda la jeta! Margarita.- Te vas a lastimar. Mariví.- Él, Él se va a lastimar en cuanto le agarre por el cuello y... (Canturrea.) ¡¡Ta-ra-rí, tam, tam, tata rií ta riiií!! Margarita.- ¿Podrías acribillar más bajito a tu yerno? Mariví.- ¡Déjate de fotos entrañables y f íjate en ésta! ¡Zas, zas, zas! ¡Es la guerra, compañera! ¡¡Ta-ra-riiií!! Margarita.- Me duele la cabeza. Mariví.- (Enigmática.) El mar. Margarita.- ¿Eh? Mariví.- Piensa en el mar azul, las olas viniendo hacia ti. Y nosotras allí, montadas en el euro... Margarita.- Desde luego... ¡Qué humor tienes! Mariví.- ¿Vienes o no? 51 Septiembre 2007 Las aeróbicas La Ratonera / 21 52 Margarita.- ¿Pero tú me has visto bien? Mariví.- Claro, y el médico, y casi todos los médicos de la ciudad. Eres un prodigio de la naturaleza, un caso digno de admirar. Vamos, me pego una leche yo así desde un primero, y tienen que recogerme con pinzas. Margarita.- ¡Qué humor tienes, de verdad! Mariví.- (Marcial.) ¡Camarada Margarita, te necesitamos! Margarita.- Anda, calla. Mariví.- ¡No puedes bajar los brazos, camarada, esta guerra la vamos a ganar! Margarita.- Qué guerra, ni qué nada. Déjame en paz. Mariví.- Presiento que es el destino, ¿sabes? Si hemos coincidido aquí por algo será. Algo tendremos en común, ¿no? Margarita.- Sí: problemas mentales, ¿no has visto la placa al entrar? Mariví.- ¡Afirmativo! (Sonríe.) ¿Ves?, tú también tienes humor. Margarita deja su álbum de fotos sobre la cama y desfila con sus muletas marcialmente, con gesto de complicidad. Margarita.- ¡A la orden, Mariví, ta-ra-rí, tarí, tariiií ! A Mariví le da un ataque de risa. Mariví.- ¡Ay, qué pinta, para, para que me parto! Margarita.- (Contagiada.) Pues si tú te partes yo... (In crescendo.) ¡Yo me hago otra luxación, ja, ja, ja! Mariví.- (Desternillada.) ¿Qué coño maniaco-de- Maxi Rodríguez presiva?, ¡tú lo que eres, es una cachonda, Margarita, ja, ja, ja! Margarita.- ¡Calla, calla, no me puedo reír, que me duele todo! Cesan las carcajadas. Pausa. Mariví.- En serio, ¿te cuento el plan? Margarita.- Bah, como si fuera tan fácil salir de aquí. Mariví.- Facilísimo. ¡Peor era lo tuyo! Volando en bici, tres pisos, una palanca... Es tan dif ícil de creer... Margarita.- Un milagro, ya ves. Cosas de loca. Mariví.- ¿Por qué quitarte de en medio? ¡¡¡Luchar!!!, ésa es la clave. ¿Comprendes?, ¡que sepan que estamos vivas y que son ellos, esa familia a la que queremos tanto, quien nos tiraniza y nos hace enfermar! Margarita.- ¡Déjame de rollos, Mariví!, déjame de rollos... Mariví.- Tú sabes que es verdad. Me lo has dicho al entrar. Margarita.- Me equivoqué, estaba medicada, no sé... Todo ha pasado ya... Además, mis hijos... Mariví.- ¿Ya estamos otra vez con eso?, ¿te has quedado boba del golpe o qué? Margarita.- Mariví, por favor... Mariví.- ¿Ahora, resulta que tus hijos son maravillosos? Margarita.- Sí, en el fondo... me quieren. Mariví.- Te han quitado de encima. Como los míos. Igual. Margarita.- No me han quitado de encima, no es verdad. Mariví.- (Sardónica.) No, te han dejado caer... Maxi Rodríguez Margarita.- Me han traído hasta aquí. Mariví.- (Cínica.) Huy, qué detalle... Margarita.- ¡Me quieren! Mariví.- ¿Dónde están, eh?, ¿dónde están? Margarita.- ¿Qué importa? Me quieren mucho aunque vengan poco a visitarme. Mariví.- No vienen. Margarita.- ¿Cómo que no?, ¿no los has visto? Mariví.- (Puñetera.) ¡Ah!, ¿era esa gente que bajó tus cosas del coche, los que te regalaron veinte minutos y unas flores? Qué majos... (A saco.) Mira, tus hijos... Margarita.- ¿Qué, eh? Si no vienen más a verme es porque están muy atareados. Mariví.- No existes para ellos, ¿no lo entiendes? Margarita.- ¡Viven en otra ciudad! ¡No tienen tiempo! Mariví.- Ya, ni memoria, como los míos. ¿Qué hacemos para refrescársela?, ¿salimos volando por la ventana de la entrada? Margarita, visiblemente dolida, se deshace en lágrimas. Margarita.- No... no tienen tiempo, pero yo sé que piensan tanto en mí como yo en ellos. Mariví.- Eso es lo malo. Te tienen pillada, compañera. Y ya es hora de que espabiles y dejes de llorar, porque lo que no se puede... Mari Paz (off).- ¿Se puede? Mariví.- Lo que no se puede... Mari Paz (off).- ¿Se puede o no se puede? Pausa. Las dos se miran contrariadas. Margarita enjuga sus lágrimas, mientras Mariví se esconde detrás de la cama con un montón de pelotas de papel. Las aeróbicas Margarita.- Adelante Pausa. Mariví.- ¡Santo y seña! Mari Paz.- (Entra acobardada.) Yo mayormente... soy de Santa Rita... (Ve a Margarita.) ¡Milagro, ha sido un milagro! (Llora.) Perdóname, Margarita, perdóname... Margarita.- Bueno, bueno, ya está. Mari Paz.- Fue horrible. Me sentí fatal. Me han echado de casa. Me quieren internar... Margarita.- ¿Pero qué dices? Cálmate, anda. Mari Paz.- (En plena llantina.) Yo... Yo... Mis hijos creen que estoy loca, que no tengo personalidad, yo... Mariví.- (Saliendo de detrás de la cama.) ¿Otra más?, ¡bienvenida al club! Mari Paz.- (Sorprendida.) ¡Ahí va!, ¿y qué haces tú aquí? Mariví.- (Ídem.) ¿Me... me conoce a mí? Mari Paz.- Claro, ¿no coincidimos en clase de aeróbic? Mariví.- (Flipada.) Ah, pues no sé, no caigo... Mari Paz.- Sí, mujer, con Franki. ¿No ibas tú a clase con Franki? Mariví.- Sí, sí. Franki, el del culote, el Franki. Mari Paz.- Claro. Pues yo soy de las de atrás del todo. (Pausa.) Yo soy la de... (Gesto.) Mariví.- ¿La de la palanca?, ¿tú eres la de la palanca? ¡Qué monstrua! Mari Paz.- Bueno, ya estaba todo hecho, yo sólo tuve que apretar. Lo inventó ella. (Señala a Margarita.) Bueno, y su amigo, el dueño del gimnasio, lo van a patentar, ¿se dice así? Pues... (Se corta.) Esto... ¡os veo genial! 53 Septiembre 2007 Las aeróbicas La Ratonera / 21 54 Margarita.- Ya ves: mujer enferma, mujer eterna. Mariví.- ¡Chissst! (Sotto voce, a Paz.) ¿Nos ayudarás a escapar? Margarita.- ¡Déjala, anda!, ¿no ves que está fatal? Mari Paz.- (Metiendo mano en su bolso.) Te he traído los recortes de prensa. Margarita.- ¿Todavía estás con eso?, ¿cómo puedes ser tan rencorosa?, ¿tú crees que si en vez de recortes tuviera billetes de euro me iba a suicidar? Mari Paz.- Me refiero a estos. (Saca unos trozos de papel.) Digo: por si no has leído los periódicos estos días... Mariví.- A ver. (Lee.) “La abuela E.T”, “Salto al Space”. Margarita.- ¿Este dibujo soy yo? Mari Paz.- Ajá. Te comparan con aquel marciano que subía a la luna en bicicleta. (Imita.) “Mi casaaa, ser bueenooss”. Mariví.- (Lee.) “...Y, al final, la anciana llegó a otra luna, la de un Renault Space que estaba aparcado debajo del gimnasio. Milagrosamente, y ante el estupor general, la abuela y la luna resultaron ilesas aunque se teme que la mujer tenga perturbadas sus facultades mentales...”. Mari Paz.- Hija, te pone muy bien, la verdad. Mariví.- Qué cabrones, se van a enterar... Mari Paz.- ¿Qué pasa?, ¿algo va mal? Mariví.- Nada, que estamos a punto de entrar en guerra. Mari Paz.- (Perpleja.) ¿Guerra? ¿Aquí? (Escudriña la prensa.) No, eso es en Iraks y Afganisnosequé, ¿ves? Margarita.- Nosotras, Mariví se refiere a nosotras. Maxi Rodríguez Mari Paz.- ¿Vosotras? Mariví.- Sí. Guerra. ¿Cómo lo ves? Mari Paz.- ¿Vosotras? (Pausa.) Ah. (Pausa.) ¿Contra quién, vida? Mariví.- La familia. Mari Paz.- Ah. (Pausa.) ¿Pero qué familia? Mariví.- ¡Todas!, ¡todas las familias! Mari Paz.- Coño... Mariví.- Y te digo más: ¡contra el Sistema!, ¡y contra la Sociedad! Mari Paz.- Recoño... Margarita.- ¿Entiendes? Mari Paz.- Mayormente... no, ¿pero me puedo apuntar? Margarita.- Céntrate, Mari Paz, que no tienes personalidad. Mari Paz.- Sí que tengo. Además, me han echado de casa, me quieren internar. Mariví.- ¡Pues libérate, mujer, déjate llevar! Mari Paz.- Me dejo, me dejo... Margarita.- ¿Ves?, ¿ves cómo no tienes personalidad? Mariví.- ¿Es cierto o no que nos hemos pasado toda la vida trabajando? Mari Paz.- A mí me vas a contar... Mariví.- (En plan arenga militar.) Lo hemos dado todo por nuestras familias, nunca hemos dicho que no a nada, ¿verdad?, hemos aceptado cargas y más cargas. ¡Pero no cobramos, no cotizamos, no existimos! Y encima, nuestros hijos... Margarita.- Nos quieren mucho, es verdad, pero... (Con un rictus de tristeza.) Nos echan de casa, ya ves. Mariví.- Ahí quería llegar. Mari Paz.- Y yo: ¡me quieren internar! (Enfatiza.) ¡Me quieren internar! Maxi Rodríguez Mariví.- (Resuelta.) ¿Tienes un móvil? Mari Paz.- Que sí, coño, ¿no te digo que me quieren internar? Margarita.- Un móvil de llamar. Mari Paz.- (Cae.) Ah. Sí, sí, sí. (Lo saca de su bolso.) Margarita.- ¿Qué vas a hacer? Mariví.- Dámelo. Trae acá. (Agarra el celular.) ¡Ayuda a Margarita a recoger sus cosas! Margarita.- ¿Adónde quieres ir?, si apenas puedo andar. Mari Paz.- ¡Vamos, te ayudo! ¡Qué album de fotos más chulo!, ¿puedo fisgar? Margarita.- (Irritada.) De eso nada, trae acá. (Se justifica.) Es que... es de gente muy querida. Y no se puede mirar. Mari Paz.- (Flipa.) Ah. Mariví.- ¡Venga, chicas! ¡Ta-ta-riiiiií-ta-rí! (Descuelga el retrato.) ¡Que hay mucha guerra que dar! Mari Paz.- ¿Y ése quién es? Margarita.- Su yerno, no preguntes más. Mariví.- ¡Adelante, camaradas, ni un paso atrás! Mari Paz.- ¿Qué ha dicho? Margarita.- ¡Chissst!, ¡que tiene un plan! Mariví marca un número de teléfono. Las otras intentan escuchar. Pero antes de que hable, la escena se queda en oscuridad. Las aeróbicas Tres Las tres septuagenarias, inquietas y sudorosas, frente a una fuente pública. Anochece en la ciudad, ruido de coches y, en la lejanía, alguna sirena de policía. Mari Paz.- ¡Uf, qué sofoco! Bueno, bueno, bueno... Hacía años que no me divertía tanto. Mariví.- Arrímate al chorro, mujer, hay que repostar. (A Margarita.) Y tú, ¿qué tal vas? Margarita.- Asfixiada, pero bien. (Se refresca la cara.) ¿Crees que nos seguirán? Mari Paz.- El tipo de la furgoneta lo hizo genial, nadie sospechó nada. Vosotras por un lado, yo por mi propio pie, nadie nos vio... Mariví.- Pues claro. (Metiéndose en la fuente.) No nos ven. 55 Las otras dos la miran alucinadas. Mariví, chapotea sin recato. Mari Paz.- (Flipando.) Se ha metido dentro. Está fatal. Mariví.- ¡Somos transparentes! Mari Paz.- ¿Se ha tomado la pastilla? Margarita.- Déjala, ella sabrá. Mariví.- (Creciéndose en el agua.) Y vosotras debéis aprender: ¡somos de cristal, nadie nos ve, les damos igual! Mari Paz.- Vaya, con lo bien que íbamos, nos van a pillar. Mariví.- (Chapotea.) ¡Agua bendita, qué ganas tenía! Septiembre 2007 Las aeróbicas Mari Paz.- Toma. (A Margarita.) Aguántame el móvil. Margarita.- ¿Qué vas a hacer? (Mari Paz ya está dentro.) No me lo puedo creer. Mari Paz.- ¿Qué quieres?, no tengo personalidad. Margarita.- Si te vieran tus hijos, tus nietos, tus... Mari Paz.- ¡Que da igual, me quieren internar..! Margarita.- Ya, pero... (Suena el celular. Pausa.) ¿Qué hacemos? Mariví.- Calma. Ahora el objetivo es relajarse y descargar tensión. Mari Paz.- Ah. Entonces, ¡que salte el buzón! 56 El móvil sigue sonando. Mari Paz baila desde el agua al compás de su hortera sintonía. Margarita.- ¿Y si digo que estamos en guerra, que llamen en otro momento? La Ratonera / 21 Les da un ataque de risa a las tres. El móvil deja de sonar. Mariví.- ¡Está fresquita, eh, qué gusto! ¿Y tú qué? Margarita.- ¿Se podrá mojar el collarín? Mari Paz.- Se puede todo, mujer. (Pausa.) Aunque yo lo de la guerra no lo acabo de ver. Mariví.- ¡Chisst, calma! (Intrigante.) Ésta es la “operación calma”. Mari Paz.- (Atacada.) ¡Ay, yuyu!, no me hables de operaciones. Margarita.- Es que bañarse en una fuente pública... Mari Paz.- Pues anda, que salir en bici por una ventana... Mariví.- (Mística.) Éste es un espacio de quietud y Maxi Rodríguez calma para favorecer la introversión, ¿comprendéis? Mari Paz.- ¿La intro qué? ¡Ay, tú sí que sabes, Mariví! ¡Venga Marga, boba, deja la muleta y ven aquí! Margarita.- Voy, voy. (Rezongando.) De perdidas... Mari Paz.- ¡A la fuente, ja, ja, ja! Margarita entra renqueante. Margarita.- Uf, qué gusto. ¡Hala, la faja pingando! Mariví.- ¡Bien! Éste será nuestro punto de encuentro, ¿ok? Margarita.- ¿La fuente?, ¿por qué? Mariví.- Porque la zona de aguas siempre lo ha sido, históricamente. Mari Paz.- Sí, vida, históricamente. Mariví.- Ah, ¿tú sabes lo de los baños romanos y árabes? Mari Paz.- Bueno, yo históricamente... iba a la piscina municipal. Y había muchos jubilados y tal. Y oye, mucho encuentro y eso, y practicábamos el acuagim. Margarita.- ¿El qué? Mari Paz.- Nos daban un churro. Mariví.- ¿Un churro? Mari Paz.- Sí, un trozo de goma mayormente. Margarita.- ¿Y qué? Mari Paz.- Nada, lo enroscábamos en un pie, lo poníamos de corbata, saltábamos a la comba dentro del agua... Mariví.- Qué gilipollez. Para atontaros, ¿veis? Mari Paz.- Un respeto, eh, que hacíamos la medusa. ¿Sabéis hacer la medusa? Maxi Rodríguez Margarita.- Estás tú buena medusa... Las aeróbicas Cuatro Mariví y Margarita se tronchan de risa. Mari Paz.- ¿De qué os reís? Pues es fantástico para las varices y para la celulitis, bueno, y para todo, mejor que cocinar y fregar y que... (Se oye una sirena.) ¡Ay madre, ya están ahí! Mariví.- Chisst, relax. No nos ven. Relax, que tenemos edad. Pausa. La sirena se aleja. Margarita.- Lo raro es que no pase nadie. (Pausa.) Ni un alma. Mariví.- Nosotras a lo nuestro. Mari Paz.- ¿Lo nuestro? Mariví.- A reponer fuerzas para la batalla. Mari Paz.- Ahí va, ¡la batalla!, se me había olvidado. Mariví.- Y ahora... (Agita los pies.) ¡El efecto yakuzzi!, ¿veis? ¡Hala, todas! Margarita.- Yo... como no revuelva con la muleta... Mariví.- Bueno, la que pueda. Mari Paz.- (Patea enloquecida.) ¡Ay qué gustooo, qué sensación de libertad! Mariví.- Pues esto no es nada, ¡se van a cagar! (Canta.) ¡¡¡Ta-ta-ri-ta-riiiií! Todas.- (A coro.) ¡¡¡Ta-ta-rí-ta-riiiiiií! Entre risas y chapoteos se hace el oscuro. En la oscuridad se oyen voces. Mari Paz.- No es por molestar, pero esto es un delito. Margarita.- Tenemos tantos..., ¡qué más da! Mariví.- ¡Chisst! (A la luz de una linterna.) ¿Queréis callar? Mari Paz.- ¿Por qué no hay luz? Mariví.- El automático, lo bajan siempre cuando van de vacaciones. Quietas ahí. Ya casi lo tengo. Margarita.- No se ve ni pa cantar. Mari Paz.- (En coña.) ¡Ta-ta-rí-ta-riiiií! Mariví.- ¡Chisst! ¡Ya lo tengo! 57 La escena se ilumina dejando a la vista la sala de estar de un lujoso piso familiar. Mari Paz.- ¡Ostras!, ¿estás segura de que vives, ejem..., vivías aquí? Mariví.- Ya ves. (Señalando un montón de fotos familiares enmarcadas en la pared.) “Abuela con perrito”, “abuela y nietos de playa”, “abuela cocinando...”. Mari Paz.- Qué guapa has salido en ésta, ¿estabas teñida? Mariví.- Estaba... (Con un nudo en la garganta.) feliz. Margarita.- Qué fuerte, y ahora ni siquiera tienes llave... Mariví.- Menos mal que me sé todos los escondites. En realidad, la manía de dejar una copia debajo de la maceta era mía. Septiembre 2007 Las aeróbicas Mari Paz.- (Sigue husmeando.) ¡Ostras, el del retrato de la residencia, mira, mira...! Margarita.- Chisst, calla, no lo puede ni ver. Mariví se vuelve, y en un arrebato, descuelga la foto de su yerno y la pisotea con saña. La Ratonera / 21 58 Mari Paz.- Ya no la verá nadie, has hecho bien. Mariví.- (Se sienta, compungida.) He trabajado de la mañana a la noche. No he hecho más que trabajar. Me acostaba a las tres de la madrugada para acabar los encargos de costura. Acabé con una angina de pecho, pero llevé las riendas de la casa y cuidé de mis padres enfermos, de una hermana y una sobrina, lo que fuera para sacar adelante a los míos... Margarita.- Cálmate, te va a dar algo. Mariví.- ...Luego, mis hijos se casaron y vinieron los nietos, y nos mudamos a esta casa y... Mari Paz.- Venga, venga, ya está. Toma mi pañuelo... Mariví.- Hasta hace tres años todo entre estas cuatro paredes dependía de mí, ¿sabéis? La limpieza del hogar, la colada, cocinar, cuidar a los niños... Margarita.- No llores, hija, que a mí me ha pasado igual. Mari Paz.- A todas. Trabajamos a reventar. Margarita.- Venga, Mariví, ¿cómo vas a dar guerra así? Mariví.- (Entre lágrimas.) Un día te fallan las fuerzas, el mundo se te hunde y... ya no eres nada. Mari Paz.- Al revés, ¡eres fundamental! (Pausa. Las otras le miran desconcertadas.) A ver, ¿qué harían sin nosotras los médicos, las enfermeras, los laboratorios, las ambulancias, los hospi... (Le sue- Maxi Rodríguez na el móvil. Pausa.) Ostras, me ha pillado de sorpresa. Mariví.- (Aún llorosa y enrabietada.) ¡Trae acá! (Al teléfono.) ¿Diga? No, no está. Bueno, sí. No, ponerse no puede porque está... (Con voz ronca.) ¡secuestrada! Mari Paz.- ¡Ay la madre que la parió! Mariví.- ¿Una broma? No. Somos... (Más ronca.) mala gente. Mari Paz.- ¡Ay, me estoy respigando! Mariví.- ...Sí, somos un comando nuevo. ¿Qué pasa, no me cree? (Gángster total.) Pues si no pagan doce mil euros le corto a ella un dedo y se lo mando a usted por correo... Mari Paz.- (Flipando.) Se ha vuelto loca. Mariví.- ...Punto. Corto y se acabó. (Cuelga.) Margarita.- Hija, nos has dejado... Mari Paz.- (Alteradísima.) ¿Estás majara o qué?, ¿era mi hija? (Morbosa.) ¿Qué te ha dicho a lo del dedo? Mariví.- ¡Que quería más! Margarita.- ¿Más qué?, ¿más dedos? Mari Paz.- Ésa ha salido a su padre. ¡Como la pille, la mato! Mariví.- Estos juegan fuerte. Ni un euro nos van a dar. Mari Paz.- ¿Qué vais a hacer, me vais a descuartizar? Mariví.- No digas tonterías. Mientras que nuestros parientes se ponen nerviosos, ¡nosotras vamos a actuar! (Despeja de un manotazo la mesa de la salita y va señalando sobre el cristal.) Fijaos en el teatro de operaciones... Mari Paz.- (Palideciendo.) Ay, por favor, qué mareo. Margarita.- ¿Qué te pasa?, estás blanca... Maxi Rodríguez Mari Paz.- ¡Ay, no lo puedo remediar, cada vez que pronuncia esa palabra...! Es que, hija, tantos años pasando por el quirófano... Mariví.- Pues acostúmbrate, Pacita, porque ahora operaremos nosotras, ¿vale? Localmente, eso sí. Mari Paz.- ¿Sin anestesia? Mariví.- No, mujer, por el barrio. ¿Comprendes? (Señala.) Aquí, en este radio, hay que desplegarse, envolver, contraatacar. Mari Paz.- Yo lo de envolver... desde que traspasamos la mercería... Margarita.- ¿Y cuando vuelvan tus parientes de vacaciones? Mariví.- Para entonces ya tendremos nosotras mucho dinero y estaremos pasándolo pipa frente al mar. Mari Paz.- Ostras, qué bien suena. Margarita.- Lo del dinero no lo he entendido. Mari Paz.- Ni yo. (De pronto, aterrada, agarra un abrecartas de la mesa y grita como una posesa.) ¡No, no, atrás! Mariví.- Chissst, ¿qué haces, idiota? Baja la voz. Margarita.- ¿Quieres que venga la policía? Mari Paz.- (Erre que erre.) ¡Atrás, no dejaré que me cortéis ni un dedo! ¡sálicas, sadiscas o como se diga! Mariví.- Tranquila, mujer, parece mentira, ¿cómo puedes pensar una cosa así?, ¿a ti te parece normal? Mari Paz.- ¿Normal? (Mirándolas acoquinada.) Aquí nada es normal... Y claro, (Gimotea.) es que... si os empeñáis me dejo trocear, como no tengo personalidad... Mariví.- Anda, calla, será mejor que te eches en la habitación de los niños, estás un poco nerviosa. Mari Paz.- ¿Nerviosa yo? (Pausa.) Tienes razón. Las aeróbicas Margarita.- Pero aún no has dicho de dónde sacaremos el dinero. Mariví.- De aquí. Margarita.- ¿De tu casa? Mariví.- Ya no es mi casa. Me han echado, pasan de mí. Mari Paz.- ¿Pasan?, ¿qué quieres decir? Mariví.- Que no se acuerdan de que existo. Ah, y que voy a desvalijarles el piso Margarita.- ¿Desvalijar?, estás loca. Mariví.- No, estoy en guerra. Y vosotras igual, ¿no? Mari Paz.- Ahí lleva razón. Mariví.- Iremos empeñando cosas poco a poco, y de paso, discretamente operando, con perdón, por el barrio. Mari Paz.- (Fascinada.) ¡Ay qué lista, qué artista! Margarita.- Yo no sé qué decirte, la verdad. Mariví.- No hay nada que decir. A descansar. No levantéis las persianas, ni hagáis nada sospechoso. Recordad que aquí no hay nadie. Mari Paz.- ¡Ay, hija, qué raro...! Entre que no nos ven, que somos transparentes y que aquí no hay nadie... me siento como un... espentro, expetor, especto... Margarita.- ¿Un qué? Mari Paz.- ¡Un fantasma, joder! Margarita.- Acuéstate, anda. Mariví.- Acostaos las dos. Hoy vigilaré yo. Vosotras descansad que mañana iremos “Alcampo”, de batalla. Margarita.- ¿Qué ha dicho? Mari Paz.- ¡Ay, no sé, ella sabrá! 59 Septiembre 2007 Las aeróbicas Maxi Rodríguez Cinco “Alcampo”, centro comercial. En mitad de un pasillo, las tres septuagenarias, armadas de un taco de folios, cuchichean. De pronto, Mari Paz, alza la voz. Mari Paz.- ¡¡¡Hola, buenas, veníamos mayormente a presentar batalla y...!!! Mariví.- Cállate, haz el favor. ¡Dispersaos! Y sobre todo, recordad, a qué tipo de rehenes venís a liberar. Margarita.- Yo voy por ahí. Mari Paz.- Yo... ¡ta-ta-ra-ta-riiiií! La Ratonera / 21 60 Mariví interpela a una anciana en la sección de frutería. Mariví.- ¿Sofocos?, ¿taquicardias?, ¿decaimiento persistente?, ¿cansancio extremo?, ¿tristeza y desánimo?, ¿alguna caída fortuita debida a mareos súbitos? ¡Ajá! Y encima de todo eso se siente culpable y hundida por no poder hacer frente a sus obligaciones diarias, ¿verdad? ¡Pues señora, es usted de las nuestras, otra abuela esclava! Hágame el favor, deje ahí los kiwis y grite conmigo: ¡¡¡Noooooo!!! Off.- ¿Qué dice?, ¿es para la tele? Mari Paz forcejea con otra anciana en menaje del hogar. Mari Paz.- ¿Cómo que no?, ¿lo niega?, ¿niega usted que es una esclava? Bueno, es normal. (Consulta los folios.) Por vergüenza o exceso de responsabi- Maxi Rodríguez Las aeróbicas lidad negamos siempre que nos sentimos esclavas de nuestras propias familias, ¡faltaría más! Pero no, señora, libérese de la mantelería y repita conmigo: ¡¡¡Nooooo, nooooo!!! Off.- Que deje de gritar, que no se lo compraré igual. zo f ísico y emocional, por tanta responsabilidad, ¿verdad?, ¿lo vamos a aguantar? ¡¡¡Noooo, nooo, nooo!!! Off.- ¡¡¡Noooo, bravo, bravo!!! (Ovación.) Margarita adoctrina a otra venerable viejecita en la sección de cosmética. Margarita.- Agobiada, eh, no me diga más: (Lee.) El metabolismo descompuesto, la diabetes por las nubes, el ánimo por los suelos y los nervios a flor de piel, eh. ¿Y la culpa es de los años? ¡No, señora! ¿Vamos a permitir esta esclavitud? ¡¡¡Nooo, nooo, nooo!!! Margarita.- ...Mire, hemos sido educadas para decir sí a todo lo que viniera, nunca tuvimos un no para nuestros padres y tampoco lo tenemos ahora para nuestros hijos, aunque abusen de nosotras. Mire, déjese de frascos y lea mis labios: ¡¡¡Nooooooo!!! Off.- ¡Lleva usted razón, por eso no me he casado yo! Mari Paz rodea a otra en la sección de congelados. Mari Paz.- Señora, salga del frigo que yo odio la guerra fría. Deje ese paquete de calamares, ¡que venga algún hijo suyo a por ellos! ¿No ve que ellos son unos egoístas? Libérese, mujer, y grite conmigo: ¡¡¡Nooooo!!! Off.- ¿Cómo dice?, ¿de qué marca son? Margarita aborda a otra por la espalda. Coro de viejas.- ¡¡¡Nooo, nooo, nooo!!! Suenan las alarmas. Inquietante algarabía. Margarita.- ¿Qué pasa?, ¿vienen los de seguridad? Coro de viejas.- ¡¡¡Siiií, siiiií, siiiií!!! Las tres septuagenarias se juntan en el pasillo central y, a trancas y barrancas, lanzan los pasquines al aire y huyen despavoridas. Mariví vuelve a la carga en artículos de ocasión. Mariví.- Pero, señora, ¿no está harta de ocuparse de la casa, de los hijos, de recoger a los nietos, de hacer comidas familiares, de...? ¡Pues claro que sí! Claro, porque cuando les interesa somos ancianas pero cuando no les interesa les importa un pito que estemos agotadas por sobreesfuer- Seis Sala de estar. Hay bastantes claros entre el mobiliario. Es evidente que numerosos muebles y objetos de decoración han sido empeñados ya. Mariví prepara café. Mari Paz hurga en su móvil y Margarita hojea, sumida en la tristeza, su álbum de fotos. Mariví.- Hay que mover el culo, andar de prisa y correr más... para prevenir riesgos. Mari Paz.- ¿Por qué?, ¿porque lo diga el médico? Mariví.- No, boba, para que no te agarre el de seguridad. Mari Paz.- Ah. (Pausa.) ¿Seguro que no hemos hecho el ridículo? Mariví.- Por supuesto que no. Una guerra... tiene estas cosas. Margarita.- Menuda guerra... (Solloza.) ¡Nos van a pillar, no tiene sentido! Mari Paz.- ¡Ostras, ya está, ya le ha dado la depresión! Ánimo, mujer, en cuanto vendamos el microondas y la cadena musical, nos vamos derechitas al mar. Margarita.- Qué asco de vida (Derrumbada.) Y mis hijos, ¿me estarán buscando? Mari Paz.- ¿Y los míos?, ¿por qué coño no llaman? (Agita el móvil.) ¿Y si llamo yo y les doy el número de cuenta? Mariví.- No me han tomado en serio, Mari Paz, pensarán que algún gracioso te ha robado el móvil. Margarita.- (Sin levantar la cabeza del álbum.) Nadie nos toma en serio. No somos nada, no valemos nada, no... Mariví.- ¡Bueno, ya está bien! (Le arranca el álbum.) Trae acá. Tanta foto y tanta... negatividad. Margarita.- (Muy enfadada.) ¿Qué haces, bruja?, ¡devuélvemelo! Mariví.- Déjate de mirar fotos de tus amiguitas y mira... 61 Septiembre 2007 Las aeróbicas Margarita.- (Se incorpora y va hacia ella.) ¡Trae acá! Mariví.- Mira, Mari Paz, qué bonito, de cuero y colorines... ¡Lo podíamos empeñar también! ¿no te parece? Margarita.- ¡Dámelo, bruja! Las dos forcejean. El álbum cae al suelo. Mari Paz se acerca a recogerlo y al ver lo que hay en su interior se queda de piedra. La Ratonera / 21 62 Mari Paz.- No me lo puedo creer... ¡Son esquelas! Mariví.- ¿Esquelas?, ¿qué dices?, ¿en un álbum de fotos? Margarita.- (Ausente.) La ancianidad es un desierto, todas tus amigas han muerto. Margarita, acorralada, rompe a llorar. Silencio. Las otras se miran sin hablar. Mari Paz.- Venga..., Marga, no pasa nada. Mariví.- Eso, venga, ánimo. ¡Ya está el café! Mari Paz.- Animo, mujer. No te deprimas, no merece la pena. Margarita.- Me quiero morir. Mari Paz.- Tranquila, no digas bobadas. (Alerta a Mariví.) ¿Están cerradas todas las ventanas? Mariví.- Cálmate, mujer. Margarita.- Me quiero morir. Me quiero morir. Mari Paz.- ¡Hija, qué perra has cogido! Chist, ¿seguro que están cerradas todas las ventanas? Margarita.- No hay nadie, no somos nada. Mariví.- ¿Nada?, míranos, somos carne de enciclopedia ¡somos pioneras!, ¡hemos iniciado la guerra de los cien años! Mari Paz.- ¡Eh, eh, que no llegamos ninguna a los Maxi Rodríguez ochenta...! Mariví.- No es cuestión de edad. Quiero decir que esto no es de un día para otro, Mari Paz. Mari Paz.- (A cuadros.) Ah. Mariví.- (Solemne.) La liberación de las abuelas esclavas y abandonadas seguirá años y años, pero nosotras hemos abierto brecha... Mari Paz.- (A Margarita.) ¿Ya estás mejor? Claro, mujer, con un buen café... Mariví.- ...Y abriremos este licor... (Alza una botella de coñac.) precisamente para sellar... Margarita.- ¿Azúcar? Mariví.- ¡Marchando! (Busca por varios cajones.) ¿Dónde narices habrán puesto el azúcar? Mari Paz.- A ver, déjame a mí. El caso es que me suena... Mariví.- Qué desastre de casa, a ver si la desvalijamos de una vez. Antes no pasaba esto. La azucarera siempre ha estado aquí, pero estos cafres... Las dos se han vuelto de espaldas para buscar por todos los cajones. De pronto, el ruido de una persiana les sobresalta. Margarita, obnubilada, intenta tirarse por una ventana. Mari Paz.- ¡Ay Dios mio, ay Santa Rita!, ¡Mariví, ayúdame! Entre las dos reducen a su compañera. Mariví.- ¡Hala, hala, ya está! (Resuello.) ¡Mira que eres terca! Mari Paz.- ¡Qué manía, hija, y sin bici ni nada! Margarita.- Me quiero morir. Mari Paz.- ¡Qué afición a tirarte por la ventana! Margarita.- Me quiero morir. Mariví.- Ya te tocará, no tengas prisa. Lo que tie- Maxi Rodríguez nes que hacer es animarte. Mari Paz.- Eso, vida, eso, como las demás. Mariví.- Ahora te tomas el café y... esta copita de coñac. Mari Paz.- (Para sí.) ¿Se excitará con la cafelina? Margarita.- Es que sin azúcar yo no... ¿Hay o no? Maiví y Mari Paz se dan la vuelta instintivamente, pero antes de llegar a los armarios de la cocina se vuelven aterradas. Las dos.- ¡Eh, quieta ahí, eh, eh, eeeh,!, ¡¡quietaaaaa!! (Pausa.) ¡¿Creías que íbamos a picar otra vez, eh?! Margarita permanece inmóvil frente a la taza de café y les mira perpleja. Margarita.- Es igual. Me tomo sólo el coñac. Mariví.- Ejem..., ¡ésa es mi chica! (Sirve tres copas.) ¡Mari Paz, ven a brindar! Mari Paz.- ¡Ostras, mirad dónde estaba el azúcar y qué poquito queda ya! Mari Paz se acerca con una bolsita de plástico pero cuando va a echar una cucharadita en el café de Margarita, Mariví se interpone enérgica. Mariví.- ¡Quieta!, ¿qué haces?, ¿qué haces? Mari Paz.- ¡Ay, qué pasa!, ¿es diasbética o qué? Mariví.- ¿Pero sabéis qué es eso? ¡No toques nada, te quiero, te quiero! (Besa a Mari Paz con auténtica pasión.) Mari Paz.- (Pasmada.) Joer, lo que hace el coñac... Mariví.- ¡Ahí estaba, que se jorobe mi yerno, se va a cagar! Las aeróbicas Margarita.- Cuando vea su casa vacía..., ¡es normal! Mariví.- Es que... esto no es azúcar, ¡esto vale más!, ¿por qué creéis que el cabrón tiene este pedazo de casa? Así engañó a su familia, se deshizo de mí, puso vitrocerámica y todo y… (Apura otro chupito.) ¡Aggg, se va a cagar! Mari Paz.- Hija, de verdad te lo pido: ¡no bebas más! Mariví.- (Exultante.) Atrás, atrás, ¡la cartera! Margarita.- ¿Qué cartera? Mariví.- La mía, ¿dónde está? ¡Acércame mi bolso! No toquéis nada. ¡Atrás! (Abre su cartera.) ¿Sabéis qué es esto? Mari Paz.- Bah, ¡la tarjeta dorada!, vaya novedad. Mariví.- Ajá. Pues ahora fijaos, fijaos. (Separa un montón de “azúcar” y la remueve con la tarjeta dorada.) Se creían que la abuela era tonta, que no se enteraba de nada. Pues lo pillé todo, porque soy más lista que ellos y por eso me quitaron de en medio y... (Febril.) ¡Echadme otro coñac! Margarita.- (Obedece.) Se va a mamar, se va a mamar. Mari Paz.- ¿Qué haces? Mariví.- Rayitas, ¿no lo ves? Mari Paz.- Sí, por eso te pregunto. ¿Podemos jugar? Mariví.- Quieta. ¡Atrás, atrás...! (Las otras retroceden de nuevo.) ¿Tenéis un billete? Mari Paz.- Oye, rica, que te quedaste tú con lo de la casa de empeños. ¿No está en tu cartera? Mariví.- Es verdad. ¡Atrás, atrás! (Obedecen.) Ahora voy a enroscar este billetito y... Mari Paz.- ¿Pero qué haces?, ¿para eso quieres los euros, para meterlos por la nariz? Mariví.- Chisst, ¡Atrás, atrás! 63 Septiembre 2007 Las aeróbicas Margarita.- No es por nada, pero si sigo reculando me voy a caer por la ventana y, oye, ahora que me lo habíais quitado de la cabeza... Mari Paz.- (Harta ya.) ¡¡Ya basta!!, ¡me vais a volver loca entre las dos!, ¡tú, ven acá, Margarita, y tú...! Enmudece de golpe al contemplar cómo Mariví se mete un par de rayitas por la nariz. La Ratonera / 21 64 Mariví.- ¡Ahhhh! Venga, ahora vosotras, pero con cuidado, eh, ya habéis visto cómo lo hago yo... Mari Paz.- (Se persigna.) ¡Alabado, alabado...! Margarita.- ¿Pero eso no era para el café? Mari Paz.- (Resabiada.) ¡Ay, Margarita, con lo que tú sabes, hija, pareces boba! (Susurra a Mariví en plan confidencial.) Pssshh... ¿Marijuana, quizá? Mariví.- ¿Qué importa el nombre? Lo único que sé, es que mi yerno se forra con esto. Yo lo espiaba algunas noches y veía cómo lo hacía.... Ven, ven, ¡ya verás!, agarra el billetito... Mari Paz.- ¡Ay Virgen, no sé si sabré! Yo, la nariz... Margarita.- Acuérdate de cuando tomaste aquello para la rinitis. Mari Paz se mete un par de rayas y le sientan genial. Mari Paz.- Oye, es raro, ja, ja... ¿Queréis más coñac? Ahora tú. Margarita.- (Muy predispuesta.) ¡Qué de rayas, voy p’allá! Margarita esnifa compulsivamente y se pone como una moto. Llegados a este punto, la botella está casi por la mitad y las abuelas no lo pueden disimular. Maxi Rodríguez Mariví.- ¡Un brindis por nosotras y... y por todas las mujeres de nuestra generación! Mari Paz.- ¡Eso, eso! ¿Y por los hombres? No, por ellos no, ja, ja, ja. Beben entre risas. Y llenan los vasos a toda velocidad. Margarita.- ¡Pues yo brindo por los ancianos solitarios! ¡y por los impedidos! Mari Paz.- ¡Eso, y por el reumatismo, ja, ja, ja! Mariví.- ¡Eso, eso, y por las enfermedades cardiovasculares, ja, ja, ja! Margarita.- ¡Ahí, ahí le has dao, Mariví! (Aplausos.) ¡Y por el hijoputa que inventó el Alzheimer y la demencia senil! Mari Paz.- (Aplausos.) ¡Ay, que me parto, ja, ja! ¡Pues yo brindo por Nemesio el de la Carmina, que se murió bailando un pasadoble en la pista de Benidorm, ja, ja! Mariví.- ¡Y yo por Consuelo, la de la gasolinera, ja, ja, ja! Margarita.- ¿Qué Consuelo, ja, ja, ja? ¡Ah, Consuelo, pobre! Mariví.- ¡Siií... Antes de viajar se hizo un chequeo, ja, ja, ja... se subió al coche con la nuera, los nietos y todo, ja, ja... ¡y a los veinte kilómetros o así la dejaron abandonada en una gasolinera, ja, ja, ja! Mari Paz.- ¡Ay, ja, ja, ja, que me estoy poniendo mala! ¿paramos ya? Margarita.- ¡No, no, sigue, que esto es buenísimo, ja, ja, ja, que cinco minutos de carcajadas equivalen a cuarenta y cinco minutos de aeróbic, ja, ja, ja! Mari Paz.- ¡Ay Margarita, lo que tú sabes, ja, ja!, ¡y te querías suicidar, ja, ja, porque creen que es- Maxi Rodríguez tás loca, ja, ja, ja! ¡y nosotras igual, ja, ja! ¡Ay, me meo, me meo, ja, ja! Margarita.- ¡Y encima esto, ja, ja, ja, tiene la ventaja de que no perjudica al corazón ni a las articulaciones, ja, ja, ja! Mariví.- ¡Ay, lo del colesterol, ja, ja cuenta lo del colesterol, Mari Paz, ja, ja, ja! Mari Paz.- ¡Ay sí, mi Paco, ja, ja, ja, que se murió viendo la tele! ¡Lo mató el colesterol, ja, ja, ja! ¡Demasiada grasa, ja, ja, ja! Mariví.- ¡La vida es una mierda, si no fuera por el mar, ja, ja! Mari Paz.- ¡Manos de cerdo, chorizo..., ja, ja! ¡Comía cosas muy fuertes, ja, ja, ja...! Mi Paco, digo, ¡mi Paquito! Margarita.- ¡Ay, qué bueno, ja, ja, ja!, ¡ahora me meo más, ja, ja! Mari Paz.- ¡...Y se jubiló y en menos de un año adiós, ja, ja, ja! Margarita.- ¡Ay, ja, ja, ja, que no puedo, ja, ja! Mariví.- ¡Ja, ja, ja, viendo la tele, ja, ja! ¿Por qué lloras, ja, ja? Mari Paz.- No sé, será de risa, ja, ja. ¿Y tú? Mariví.- ¿Yo? Ay, ja, ja, qué raro es todo. Y tú, Margarita, ¿lloras de risa o ríes de pena, ja, ja, ja? Pausa. Las tres lloran amargamente por más que traten de disimular. Entre el torrente de lágrimas, la risa se ha esfumado ya. Margarita.- ¡Ay no sé, no sé! (Se incorpora consternada agarrada a sus muletas.) Voy a mear... o algo. Mari Paz.- ¿Tenéis pañuelos? Mariví.- Toma, un rollo de cocina, qué berrinche más tonto. Las aeróbicas Margarita.- ¡Eh, eh, mirad, mirad! (Tira las muletas y se queda colgada mirando al vacío.) ¡Es increíble! Mari Paz.- ¿Qué haces?, ¡te la vas a pegar! Margarita.- (Camina sin muletas en pleno colocón.) La mente se aleja del cuerpo y la muleta anda sola... Mariví.- Agárrate, que vas a caer. Margarita.- Poco a poco... (Se suelta cada vez más.) Poco a poco. Las otras dos, enjugándose las lágrimas, aplauden emocionadas. Mari Paz.- ¡Oh, milagro! ¿Será Santa Rita? Mariví.- ¡Va a ser “la perica”, como dice mi yerno! Mari Paz.- ¿Quién, el coñac? Oye, vida, ¿qué tal vas? Margarita.- (Eufórica.) ¡Genial, ja, ja! ¡Genial! (Se abalanza sobre su álbum y lo rompe con fuerza lanzando las esquelas por el aire.) ¡La vida es bella, hay que luchar! Mari Paz.- (Cuchichea.) ¿Cómo decías que se llamaba esto? Mariví.- Bipolar, transtorno bipolar. Mari Paz.- ¿Seguro que estás bien, vida? Margarita.- (Desatada, fuera de sí.) ¡Genial, genial! ¡Esto son viajes y no los del Inserso! Mari Paz.- Mariví, ¿me pones a mí más rayas de bipolar? Mariví se troncha de risa. Y saca la tarjeta dorada para seguir repartiendo el “material”. 65 Septiembre 2007 Las aeróbicas Maxi Rodríguez Siete Puerta de entrada de una sala de fiestas para la tercera edad. Las tres septuagenarias, vestidas con una ropa muy estrafalaria, salen del local y en mitad de una esquina se ponen a cuchichear. La Ratonera / 21 66 Mariví.- ¡Uf, qué dolor de cabeza! (Quitando sus gafas de sol.) ¿Qué, cómo ha ido?, ¿qué dicen las fuerzas aliadas? Mari Paz.- (Ídem.) Ni aliados, ni ná. Aquí la gente no sabe que estamos en guerra, sólo quieren cha-cha-chá. Margarita.- (Ídem.) Y esto del camuflaje me parece una exageración, de verdad. Mariví.- ¿No has interceptado ningún mensaje ofensivo? Margarita.- Sí, un cafre me llamó gordita, pero sin sonotone (Señala el aparato “de pega” que lleva en su oreja.) me lo habría llamado igual. Mariví.- No, camarada. Con esa arma el enemigo se relaja porque cree que estás sorda como una tapia. Y entonces tú sabes qué piensan y entras en acción. Mari Paz.- Yo donde entré fue en los lavabos. Había una viejecita abrazada al ambientador y con dos ramitos de mimosas. Mariví.- ¿Qué dices?, ¿todavía estás borracha? Mari Paz.- No, el médico le había recomendado que el resto de sus días los pasara en un ambiente sano y poco contaminado y... Mariví.- ¿En serio? Mari Paz.- Sí, sí. Y entonces ella... se vino al “desguace” y... Mariví.- ¿Lo veis?, ¡la gente anda fatal! Hay que liberar a nuestros coetáneos antes de que... Se oye una sirena de policía. Margarita.- ¿Oís? Mariví y Mari Paz.- ¿Qué? Nueva ráfaga. Margarita.- ¡Nos van a atrapar! ¿No los oís? Mari Paz.- ¡Ay, calla, mujer, déjanos disfrutar! Mariví.- Os recuerdo que no hemos venido aquí a eso. Se trataba de contactar con las fuerzas aliadas para ir todos juntos ¡a la lucha final! Mari Paz.- ¿Al mar?, ¿vienen todos con nosotras al mar? Margarita.- ¿Pero qué aliados?, ¡ni aliados ni ná! Mari Paz.- Lo mismo que en el centro comercial. Nos toman por locas. La gente es inveroximil, ¿verdad? Bueno, y yo, como no tengo personali... Mariví.- ¡Silencio, por favor! (Otra sirena lejana. Pausa.) ¿Qué tal el cuerpo a cuerpo? Mari Paz.- ¡Ay, vida, dicho así...! Margarita.- Ellos están despistados, Mariví. Es como si la jubilación les hubiera transtornado, no sé. Mariví.- ¿Pero todos? Margarita.- Bueno, uno se me acercó y empezó a hablarme del aislamiento de las mujeres de nuestra edad. Mariví.- Ajá. ¿Y de qué más? Margarita.- Del desconcierto, y del vacío vital... Mariví.- ¿En serio? ¿Y tú...? Margarita.- ¿Yo qué? Mari Paz.- ¿Qué le dijiste, mujer? Maxi Rodríguez Margarita.- (Recrea.) ¿Vacío vital?, ¡tú lo que quieres es follar! Mari Paz.- ¡Así se habla, Margarita! Mariví.- Pero bueno, sois un desastre. Así no hay manera de establecer lazos con otras víctimas de... Mari Paz.- Bueno, yo lazos sí que... Mariví.- ¿Qué? Mari Paz.- A mí me enganchó un tipo que tiene un diente y medio. Mariví.- Ajá. Mari Paz.- Sí, no sé. Pepe, ochenta y tres años, le faltan dos dedos. Se despierta por las mañanas y dice: ¡qué sorpresa, sigo vivo! Luego, sale a pasear. Mariví.- Ajá. ¿Y qué más? Mari Paz.- Nada, hemos quedado para otro día. Mariví.- Mañana será tarde, camarada. Mari Paz.- Ya, pero casi me echa el diente y medio... me dio, me dio... grima. Mariví.- ¿Y de negocios? (Silencio.) ¿Habéis vendido algo de “azúcar”? Margarita.- Yo nada. Se lo expliqué a cuatro pensionistas, pero cuando les dije que era para meter la nariz... Mariví.- ¿Y el de la puerta?, ¿no estabas negociando con el chaval de la puerta? Margarita.- Acabamos fatal. ¡Me llamó camella y mira, si no me llega a sujetar Mari Paz...! Mariví.- ¡Pues vaya ruina!, ¡habríamos hecho más negocio vendiendo pastillas antirreumáticas! Margarita.- ¡Desde luego, tal y como va la Seguridad Social...! Mari Paz.- Es que a estas edades se desconoce el bipolar. Mariví.- “La perica”, Mari Paz. Las aeróbicas Mari Paz.- Más a mi favor, ¿quién va a pagar para meterse un ave por la napia? Mariví.- Pues hay que insistir. En pocos días, al mar. Mari Paz.- ¡Ay sí, todo sea por el mar! El mar, la mar, el mar... Mariví.- Calla. Hay que seguir con el plan. ¡Ta-tarí-ta-riiií! Suena otra sirena. Margarita.- Lo que tú digas, ¡pero vámonos ya! Mariví.- A la orden, mi teniente. Margarita.- ¿Qué? Mariví.- ¡¡¡A la orden mi...!!! Margarita.- Eh, eh, ¡de teniente, nada!, que oigo perfectamente. (Quitando el sonotone.) ¡Esto es sólo para despistar! (Salen.) 67 Ocho Sala de estar. Cada vez hay menos muebles, objetos decorativos y menaje del hogar. Mariví cuenta el dinero mientras Margarita mira f íjamente a Mari Paz quien, obsesionada con su hija, le habla con voz camuflada desde el celular. Mari Paz.- ¿Aló? (Imitando a “El Padrino”.) Mire, llamaba para amenazar... ¿Qué? Oiga, le digo que estoy a punto de cortarle un dedo a su mamá. ¿Qué, que le da igual? (Con su voz.) ¡¡¡Zorra, has salido a tu padre!!! ¡No me vais a internar! (Pausa.) Ha colgado. Septiembre 2007 Las aeróbicas La Ratonera / 21 68 Maxi Rodríguez Margarita.- Hija, se habrá aturdido, pareces un ventrílocuo. Ya tenemos bastante dinero, no necesitamos el rescate. Mari Paz.- Si no es por el dinero, coño, yo a lo que voy es al detalle. Que a esta juventud le da todo igual, Margarita, que ya no hay decencia ni dignidad. Mis hijos... Margarita.- Bueno, al menos tú puedes hablar con ellos porque los míos... (Medita.) ¿Sabes una cosa? Que, aunque ya dudo de que me echen de menos, me sigue angustiando saber si mis nietos llevan la ropa limpia, si comerán bien y... Mariví.- ¡Ay pobrecitas mías! (Condescendiente.) No tenéis remedio... Esta guerra es un mal necesario y por eso... (Pausa.) Chisst, ¿no oís ningún ruido? Margarita.- Sí, alguien se acerca a la puerta... Mari Paz.- ¡Ay qué miedo! Mariví.- Calma, compañeras. ¡Alerta el sistema de seguridad! Mari Paz.- ¡Ay Santa Rita...! Mariví.- ¡Chissst, apaga esa luz! ¡Cada una a su puesto! Se queda aturdido con la cara entre las manos. Salen las tres septuagenarias con sendas sartenes y a base de golpes en la cabeza lo dejan inconsciente. Se esconden en difentes partes del cuarto. Una llave suena en la cerradura. Mariví.- Coño, pero si éste no es... no es... Mari Paz.- Pero si éste es... es... Margarita.- ¿Quién es?, ¿quién no es? Mari Paz.- ¡Ay Virgen! Yo me entrego... Mariví.- Chisst, atrás. Preparadas para la emergencia. Un tipo entra en el salón, da la luz. Abre los ojos como platos al descubrir la casa semivacía. De pronto, llega hasta sus pies un cochecito teledirigido. El tipo, alucinado, se agacha hacia el juguete. En ese momento estallan en su cara los petardos que hay en el interior. Mariví.- ¡Lo sabía, el coche-bomba no suele fallar! Margarita.- ¡Hay que ver los petardos de tu nieto, ahí dentro tiene un arsenal...! Mari Paz.- ¡Chisst, no habléis alto, a ver si se va a despertar! Mariví.- Que se fastidie, por perro. ¡Caramba, cómo ha crecido en estos tres años...! Mari Paz.- ¡Sí, qué alto y qué fuerte es tu yerno, hija! ¿Le habremos dañado el cerebro con la sartén? Mariví.- ¿El cerebro?, no creo, como no le hayas dado en los güevos… Margarita.- ¿A quién se le ocurre adelantar el regreso de vacaciones? Mariví.- Bueno, vamos a darle vuelta de una vez. ¿Listas? ¡A la una, a las dos y a las…! Todas.- ¡Treees! Entre todas le giran para verle la cara. Pausa. Mariví y Mari Paz hablan a la vez. No se les entiende nada. Pausa. Mariví.- Que no es mi cuñado, será un vecino, digo yo. Mari Paz.- ¿Un vecino?, ¡pero si es Franki! Margarita.- ¿Quién?, ¿Franki, qué Franki? Mariví.- Ah, Franki, sí, tienes razón, ¡el monitor de Maxi Rodríguez aeróbic! Es amigo de mi yerno, ¿pero qué coño hará aquí? Mari Paz.- Habrá venido a regarle las plantas. (La miran.) Digo yo. Margarita.- ¡Ay, las plantas! (Para sí.) ¿Qué será de las mías? Mariví.- Caray, no lo había reconocido. Mari Paz.- Claro, hija, sin culote... (Fascinada.) ¡Qué guapo es! Mariví.- Uf, ¡Quién lo iba a esperar! Mari Paz.- Ya, f íjate. (Pesarosa.) Si me llego a entregar... Margarita.- Bueno, habrá que despertarlo... Mariví.- Ni se te ocurra. ¿Para qué? Margarita.- Para que cante, ¿no? Mari Paz.- (Arrobada.) Mejor que baile, que... (Pausa.) Perdón. Mariví.- Lo que hay que hacer es amarrarle. Aún no sabemos sus intenciones y no podemos bajar la guardia. Rápido, buscad cuerdas. Ten, corta éstas del tendal. ¡Será nuestro prisionero de guerra! Mari Paz.- ¡Ay, me encanta! Mariví.- Ah, y otra cosa vital: ¡no debe vernos la cara! Mari Paz.- ¡Ay madre! Mariví.- Podría identificarnos, ¿entendéis? Margarita.- Ya, ya, ¿pero de dónde sacamos...? Mariví.- Tú, mira entre los juguetes del niño. Margarita.- Ya he mirado, no hay nada. Como no nos pongamos las gafas de sol y un mandil de pañoleta... Mariví.- Éste se está moviendo, ¿qué hacemos? Mari Paz.- Rápido, rápido, poneos esto, estaba en la mesilla de noche. (Ríe.) Ay, hija, ¡tu familia... qué cachondos! Las aeróbicas Reparte rauda y veloz el último grito de sex-shop: un luminoso antifaz con un pene de goma en la cabeza. Las otras, alucinadas, se lo encasquetan a toda velocidad, luego atan al prisionero con la cuerda del tendal y lo amordazan. Mariví.- (Susurra.) ¿Qué coño es esto? Margarita.- ¡Ay, no sé, será de una despedida de soltera...! (La miran.) Digo yo. Mariví.- Esto no es serio, Mari Paz. Margarita.- ¡Ay, hija, son pirulas, qué más da! Ahora se llevan mucho... Mariví.- (Puñetera.) Siempre se han llevado. Margarita.- ...Para decorar. Quiero decir, para decorar. Mari Paz.- ¡Chisst, silencio, que se va a despertar! (Robótica.) Ho-la-ene-mi-go, ¿por-qué-tú-entrar-a-quí? Mariví.- ¿Qué le pasa a esta?, ¿por qué le habla así? Mari Paz.- ¡Ay, no sé, habrá que asustarle... o algo! Margarita.- ¡Ah! Tiene razón, que se intimide un poquito, ¿no? Mariví.- Está bien. ¡Dejadme a mí! Margarita.- Ya vuelve, ya vuelve en sí... Mariví apaga la luz. La imagen de las tres septuagenarias de rodillas frente a Franki es como una especie de velatorio espectral. Ah, un detalle: los penes de goma se encienden y se apagan en la oscuridad. Mariví.- (Con repentina voz de ultratumba.) ¡¡¡Fraaaanki, Fraaaanki, has sido muy maloooooooo!!! Los ojos del tipo amordazado se abren cada vez más. 69 Septiembre 2007 Las aeróbicas Mari Paz.- (Sotto voce.) Meca, yo me cago de miedo... Margarita.- ¡Chissssst, ella sabrá...! Mariví.- ¡¡¡Fraaaanki, no estás en el cielooooo!!! Les hace un gesto a las otras para que participen. Margarita.- (Siguiéndole el juego.) ¡Noooo, esto... esto es... es el purgatorioooooo! Mari Paz.- (Ídem.) ¡Esooo, esooo! ¿Tieneeees purgacioneees? Irremediablemente, los penes tiemblan de la risa. El hombre, inmóvil y sin poder hablar, no sabe si reirse o llorar. La Ratonera / 21 70 Mariví.- ¡Te vamooos a torturaaar!, ¡te vamos a daaar tu medicinaaaaa! Margarita.- (Susurro.) ¿De qué coño habla?, no entiendo nada. Mariví.- ¡Aquiiií estaaá! (Le muestra un CD.) ¡Múuuusica daancee!, ¡nos vaamos a veeengar! Margarita.- (Masculla.) ¡Ay madre!, ¿se lo va a meter por el culo? Mariví se aleja con el compact disc. En unos segundos empieza a sonar “I Will Survive”. Mari Paz.- Anda, menos mal que no empeñamos la cadena musical... Mariví.- ¡Vamos, chicas, tres, dos, uno y... arriba y... abajoo! Ante el estupor de Franki, las abuelas se ponen a bailar aeróbic con sus penes intermitentes en la cabeza. Él trata de zafarse pero no lo logra, tampoco puede Maxi Rodríguez pronunciar palabra. Ellas, se contonean insinuantes y conscientes de su superioridad. Mari Paz.- ¿Qué?, ¡monitor!, ¿debemos mejorar la técnica? Margarita.- (La más torpe.) ¡Uf, qué bien lo hacéis! Mariví.- Ya ves, desde los ochenta llevo, hija, desde el boom, quería ser Jane Fonda. Pero ella, ella... (Mirando a Mari Paz con una mezcla de deseo y admiración.) Ella es ¡la mejor! Mari Paz.- Gracias. (Coquetea, creída.) ¡Ah cómo me halaga!, pero prefiero que hable el monitor. (Se acerca a Franki en plan loba.) ¿Qué?, ¿no dices nada? (Ojeando su entrepierna.) ¿Estás pinocho, eh?, ¿qué puntuación me das? Le baja con mimo la mordaza y Franki, que lleva un buen rato siguiendo el show con una mueca de espanto, rompe a gritar. Es un grito seco y preciso de terror. O sea, técnicamente: ¡Noooooooooooooooooo! Luego, silencio y oscuro total. Nueve Habitación matrimonial. Mari Paz y Mariví comparten cama y conversación. Mari Paz.- No deberías haberle dado tan fuerte. Mariví.- Bah, él se lo buscó. Mari Paz.- Ya, pero has vuelto a dejarlo inconsciente. Tienes la mano muy larga, Mariví. Maxi Rodríguez Mariví.- (Por lo bajini.) Si yo te contara... Mari Paz.- ¿Qué? Mariví.- Nada. A ver qué tal le vigila Margarita, porque ésa también... Lo mismo le da la euforia y lo deja escapar. O se deprime, como siempre, y... Mari Paz.- ¡Chisst, no seas mala! La pobre... Así, sin litio, no anda muy... Bueno, como las demás... ¡Ay madre, qué será de nosotras...! (Farfulla algo ininteligible.) Mariví.- ¿Qué dices? Mari Paz.- Rezo a Santa Rita. Mariví.- Ah. (Le sonríe con ternura.) ¿Apago la luz? Mari Paz continúa enfrascada en sus oraciones. Mariví apaga la luz. Larga pausa. Mari Paz.- ¿Qué... qué haces? Mariví.- No sé. Mari Paz.- ¿No sabes? Mariví.- Chisst, ¿no te gusta? Mari Paz.- No... no creo. Mariví.- ¿Te gusta? Mari Paz.- Es raro. Mariví.- ¿Pero te gusta o...? Mari Paz.- (Atropellada.) Sí. No. No sé. (Enciende la luz.) ¿Qué buscas? Mariví.- ¿Qué dices? (Con su mano quieta sobre el pecho de Mariví.) ¿Decías algo? Mari Paz.- Oye, sigue... sigue si quieres, pero todo está bien. Mariví.- ¿Todo? Mari Paz.- Sí: corazón, estómago, riñones... Mariví.- Has pasado demasiado tiempo en el hospital. Mari Paz.- (Ingenua.) Demasiado. Y mira, ahora como de todo. Las aeróbicas Mariví.- (Pícara.) ¿De todo? Mari Paz.- (Le aparta la mano.) ¿Quieres ver mis análixis? Mariví.- Análisis. Mari Paz.- Bueno, eso. ¿Quieres verlo? Mariví.- No, no, de verdad. Prefiero que me hables. Mari Paz.- ¿Qué... que te hable? Mariví.- Sí. Dime algo de ti. Mari Paz.- ¡Ay, Mariví, qué rara te veo, hija! ¿Te preparo una manzanilla? Mariví.- Dime algo de ti, mujer. Mari Paz.- ¿Pero de qué? Mariví.- Un recuerdo, no sé. Larga pausa. Mari Paz.- Me operé de cataratas. Mariví.- Ah. (Pausa.) Ya. Mari Paz.- ¿Ya qué?, ¿ya te lo conté? Mariví.- No, pero... ¿algo más personal?, ¿qué piensas hacer cuando estemos a solas frente al mar? Mari Paz.- ¿Más personal? (Pausa.) Ah, ¡me rompí el fémur! ¿Se dice fémur, eh? Fue tremendo, estaba yo... Mariví.- (Cortante.) ¡Mujer! Mari Paz.- ¿Qué pasa?, ¿ya están ahí?, ¿otra sirena...? Mariví.- Así no se puede. Mari Paz.- ¿No se puede qué? Mariví.- Chissst... Calla, calla, hay ruido en la cocina. Mari Paz.- ¡Ay Santa Rita, que ya vienen! (Pausa. La mano de Mariví vuelve a posarse en su pecho.) ¿Qué haces? 71 Septiembre 2007 Las aeróbicas La Ratonera / 21 72 Maxi Rodríguez De pronto, entra Margarita superacelerada y al verlas de esa guisa se queda cortada. Margarita sale de la habitación alzando la sartén en plan machete y al instante regresa abatida. Margarita.- ¡Oye, oigo sirenas de policía por todo el...! ¿Qué... qué hacéis? Mari Paz.- Un... un... un chequeo. Bueno, digo yo. Margarita.- Te... te está metiendo mano. Mariví.- Margarita, por favor... Margarita.- Te está metiendo mano. Y tú, como no tienes personalidad, te dejas ¿verdad? Mari Paz.- Yo, mayormente... (Liada.) T engo sueño. Margarita.- Ya. Debí suponerlo. Tanta miradita durante el baile. ¿Qué le has dicho, que hemos vivido todos estos años reprimidas, que nos tocamos muy poco y necesitamos probar cosas y tal...? Mari Paz.- ¿A mí? Ay no, de eso no me ha comentado nada. Mariví.- Te estás equivocando. ¡Deberías ir a vigilar! Margarita.- Mariví, estás chiflada. Lo tuyo no es normal. Mariví.- ¡Ja, mira quién habla...! Mari Paz.- ¿Os preparo una manzanilla? Margarita.- ¡¡¡Bruja, viciosa!!! Mariví.- Celosa, ¡¡¡bipolar!!! Mari Paz.- ¡Ay Virgen!, y el prisionero, ¿qué va a pensar? Margarita.- ¡Mierda, se ha escapado! Mariví.- Lo sabía, si estuvieras donde tienes que estar... Margarita.- Ja, si lo hubiéramos atado como se debe atar... Mari Paz.- ¡Por favor, no discutáis más! Margarita.- Sí, hay que largarse, la policía estará al llegar. Cojamos el dinero y... Mariví.- ¡Tomad! (Reparte guantes.) Mari Paz.- ¿Nos da tiempo a fregar? Margarita.- Que no, coño. Es para no dejar huellas. ¡Venga, venga, hay que salir pitando! Mari Paz.- ¡Ta-ta-rí-ta-riií! ¡Ay Madre, qué vida de sobresaltos! ¿Y adónde vamos?, ¿nos separamos? Margarita.- Yo sé un sitio. Mariví.- ¿Cuál? Margarita.- (Iluminada.) Allí no nos encontrarán. De repente, se oye un portazo monumental. Las tres se quedan en silencio sobrecogidas. Tras una leve pausa, Mariví saca una sartén debajo de la almohada y se la entrega a Margarita con aire castrense. Mariví.- ¡Tú estás de guardia, no salgas desarmada! Mari Paz y Mariví se miran sin rechistar. Diez cas. Las tres septuagenarias sobre tres bicicletas estáti- Margarita.- Hidratos de carbono. Mari Paz.- Ya lo sé, Margarita, ya me lo has dicho Maxi Rodríguez más veces. Pero, mira, en esta guerra hemos comido de eso, ¿verdad? Mariví.- Claro, y de todo. Nos hemos sabido organizar. Por eso estamos aquí, tan... radiantes. Margarita.- ¡La tercera juventud!, me dice. Mari Paz.- ¿Quién? Margarita.- Mi amigo, el dueño del gimnasio. Y también dice que jubilada viene de júbilo, ja, ja, ja. Mariví.- Qué gilipollez. Mari Paz.- No lo he entendido. (Pausa.) ¿Cuánto queda para el mar? Mariví.- ¿El mar?, unas cuantas calorías más. Margarita.- Mira, si te concentras mientras pedaleas lo puedes ver. ¿Lo ves, Mari Paz? Mari Paz.- ¡Siiií! (Se le ilumina el rostro y rompe a llorar.) El médico me dijo que aprendiera a quererme, a cuidarme y a pasármelo bien. Mariví.- ¿Por qué lloras, mujer? Mari Paz.- Porque con vosotras me lo he pasado muy bien. Ahora, (Entre sollozos.) sois lo único que tengo y... Margarita.- Venga, no te emociones, ya está, ya está. Mari Paz.- ...Me habéis enseñado tanto... (Crecida.) A todo, a... haasta a... ¡a luchar contra la tiranía de algunos parientes y del sistema solar! Mariví.- Social. Mari Paz.- ¿Qué? Mari Paz.- Del sistema social. Mari Paz.- Bueno, eso. ¿Qué más da? Lo importante es que está allí, ya lo veo, ya siento el maaar. (Inspira.) ¡Ahhhh! ¡El ruido de las olas al romper...! Margarita.- ¿Las olas? No, ese rumor no es de olas. Las aeróbicas Se presiente un tumulto en la sala. Voces, carreras y ruido de megafonía. Mariví.- No, no son olas. Es la policía. Mari Paz.- ¡Ostras, es verdad! (Les saluda con la mano.) ¡Mira, y el tío de la foto, ahí atrás! Mariví.- Sí, eh, eh, es mi yerno que viene con los de uniforme. ¿Y esos del fondo? Off.- ¡Quietos, no os acerquéis! Margarita.- (Emocionada.) ¡Mis hijos, por fin!, ¡me quieren tanto como yo a ellos! (Saluda.) ¡Aquí, aquí, estamos yendo al mar!, qué ganas tenía de veros... Off.- ¡Atención, están rodeadas! Mariví.- ¿Rodeadas?, ¿nosotras? Mari Paz.- Mira, como en las películas... Ahora llegará mi hija y me contará los dedos de los pies y me dirá que no ha pegado ojo pensando en mi secuestro... 73 Las tres abuelas pedalean complacidas como si la escena fuera una ensoñación. Off.- ¡Quietas, bajen de la bicicleta con las manos en alto! Mariví.- Adelante, chicas, no hagáis caso, piensan que estamos locas pero los locos son ellos ¡el mar ya está ahí! Ta-ta-riiií, ta-riiiií. Margarita.- ¿Y mis plantas?, ¿y mis nietos?, debo darles la propina. ¡Ta-ta-riiiií! Mari Paz.- ¡Aquí está, Margarita! (Abre un sobre y arroja dinero al aire.) ¡Yuju, ahora tenemos dinero de verdad, para todos, para dar y tomar! Off.- ¡Quedan ustedes detenidas! Margarita.- ¡Ja, ja, ja! Ni caso, chicas, el entrenamiento aeróbico es lo mejor para el corazón. Septiembre 2007 Las aeróbicas Las abuelas aplauden enloquecidas y pedalean a más velocidad. La Ratonera / 21 74 Mariví.- Preparadas, listas y... ¡Cinco...! Off.- ¡...Escándalo público...! Mari Paz.- ¡Cuatro...! Off.- ¡...Allanamiento de morada...! Margarita.- ¡Tres...! Mariví.- ¡...Robo...! Mari Paz.- ¡Dos...! Off.- ¡...Tráfico de drogas...! Margarita.- ¡Uno y…! Off.- ¡...Y secuestro! Las tres.- ¡Chao, familia! ¡Ta-ta-riiiií, ta-riiiiií! Tres palanquitas se accionan mágicamente y de tres míticas pedaladas, las abuelas salen en bici por la ventana. Una posible resolución escénica para el final sería la proyección de cada una de las actrices (rigurosamente de la edad del personaje) volando en bicicleta —según el plano de “E.T”. a golpe de pedal hacia la luna—, y dejando traslucir en la pantalla el punto de humor imprescindible para llegar a protagonizar, con coña, vigor y autoironía, este delirio otoñal. TELÓN Happening y concierto R. C. Los persas A partir del texto de Esquilo F. de Teatro Clásico de Mérida Dramaturgia: Pau Miró y Calixto Bieito Dirección: Calixto Bieito Intérpretes: Natalia Dicenta, Rafa Castejón, David Fernández, Javier Gamazo, Chus Herrera, Ignacio Ysasi y Roberto Quintana Ayudante de dirección: Juan Antonio Rechi Escenograf ía: Alfons Flores Vestuario: Mercè Paloma Iluminación: Xavi Clot Sonido: Jordi Ballbé Fotograf ía cartel: Pilar Aymerich Teatro Romano Mérida, 3 de agosto de 2007 Como Los persas de Bieito no guardan relación con los de Esquilo —sólo los nombres propios de Jerjes y Darío conserva, aquí para resaltar los avatares de unos seres anónimos— me abstendré de forzar cualquier especulación por analogía. Baste decir que al espectáculo se le denomina Los persas 75 David Fernández en Los persas, dirigida por Calixto Bieito. Septiembre 2007 ¡Ta-ta-riiií! Mari Paz.- ¡Ay Margarita, con lo que tú sabes...! ¡Gracias por liberarme, por darme fantasía, por traerme al mar...! Off.- Se les acusa de: fuga de un centro geriátrico de salud mental... Maxi Rodríguez ©Festival de Teatro Clásico de Mérida. Las aeróbicas en la misma medida que podría titularse Las troyanas, o cualquier otro epíteto que, de oídas, sea representativo de un lamento. Los persas de Bieito es un espectáculo-performance, de exposición frontal a modo de concierto, que tiene por objeto contarnos en recitados encadenados con acompañamiento musical, el sinsentido que le encuentran a la “misión de paz” algunos de nuestros soldados destacados en Afganistán. Todo en una misma línea bastante quejumbrosa, casi siempre exculpatoria, que elude deliberadamente la contundencia que requiere el panfleto, por más que el resultado aspire a proclama y denuncia pacifista. Aunque también cabe reseñar —qué duda cabe— que es precisamente en ese discurso impresionista, ingenuo y vulgar, donde reside el pacifismo vox populi y la reminiscencia trágica que mejor caracteriza a nuestro tiempo. La obra comienza con los soldados legionarios —actores doblemente intérpretes en calidad de músicos— cantando a capela El novio de la muerte, entre una escenograf ía formada por un suelo de arena, chasis de automóviles y un autocar calcinado; inequívocos rastros de una guerra de cirugía contemporánea, y del terrorismo, símbolos del apocalipsis now que nos toca sufrir, junto a la hambruna y otras catástrofes naturales. Polvo y arena donde se van perfilando unos personajes que nos dan las razones por las que se encuentran en Afganistán —la misma cantinela a la que aluden nuestros políticos, pero con más ardor guerrero—, y nos hablan también de sus vidas en campaña, sus ilusiones, sus aficiones, agobios y… temores. Alocuciones más o menos sentidas y crispadas, acompañadas por ritmos semi-raperos, o los temas propios de una banda de rock, que cobran mayor 77 Natalia Dicenta en Los persas, dirigida por Calixto Bieito. eternas. Haciendo tabla rasa con todas las guerras, como si de una plaga caída del cielo se tratase, o como si con nuestras acciones no fuera posible el evitarlas. Este octavo pase se cierra con unos mil espectadores presenciando la representación, lo que hace una suma de espectadores desde el estreno nada desdeñable. A diferencia de la première no hubo protestas, y los aplausos dieron muestra de que el espectáculo fue, mayoritariamente, del agrado del público. Aunque algunos de los asistentes, a este Calixto Bieito como no ha dado la talla —la suya—, le hayamos pedido más. Septiembre 2007 Los persas, dirigida por Calixto Bieito. ©Festival de Teatro Clásico de Mérida. ©Festival de Teatro Clásico de Mérida. La Ratonera / 21 76 relevancia cuando se contrastan con otras acciones propiamente performativas: el reclamo de afiliación a las Fuerzas Armadas en una pantalla electrónica, la izada de una super-bandera, el himno nacional, muñecas troceadas esparcidas por el suelo, o el rompimiento de una guitarra. Acciones que hacen agradable la función, que nunca cansan, pero que se muestran insuficientes para constituirse en propuesta trascendente más allá del mero ejercicio recreativo. Natalia Dicenta, el Jerjes del ejército español, logra su mejor momento con la balada Cry Baby de la Joplin; y Roberto Quintana, que representa a Darío sentado en un ajado sillón a pie de grada del espectador, hace de un padre indigente —o eso parece, luego nos enteramos de que es conductor en la RENFE— muy angustiado, teleadicto y forofo del Athletic, que quiere que le aseguren que los trozos del cadáver que le han entregado corresponden a su hija (¿les suena, o cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia?). El resto de intérpretes, entre los que se encuentran los que tocan el chelo, la guitarra eléctrica y la percusión, le dan al espectáculo el tono apropiado que requieren estos testimonios en concierto. El espectáculo finaliza con un mensaje manifiestamente retórico: las guerras son Desde Madrid La Ratonera / 13 21 78 70 $POMBDPMBCPSBDJØOEF 6OJØOEF"DUPSFTEF"TUVSJBT XXXBDUPSFTEFBTUVSJBTDPN En esta crónica de fin de temporada, en la que en pleno verano se mantienen algunas funciones y se producen estrenos, continuaré ocupando la mayor parte del espacio con los teatros públicos porque se advierten, desde hace algún tiempo, cambios positivos en las programaciones, puestas en escena y variedad de espacios, con la posibilidad de representaciones de pequeño y gran formato. Sigo percibiendo, aunque no he consultado datos estadísticos, que la afluencia a las salas sigue siendo aceptable. La mayor parte de los espectadores difunden lo que han visto y generan nuevos visitantes. Éste es un fenómeno habitual en Madrid. A veces se levanta una función que “a priori” no ofrecía demasiadas garantías de aceptación masiva. No hay que olvidar que una ciudad de las características de Madrid dispone de un público enterado, con un nivel cultural alto. Es un lugar donde es dif ícil conseguir localidades para espectáculos que pueden parecer extraños partiendo de visiones muy convencionales. No hay que juzgar la ciudad por la apariencia callejera, bastante caótica, porque esconde teatralmente muchas y muy variadas posibilidades para públicos cualificados. 1. Shakespeare por partida doble El Teatro Albéniz es un local que utiliza la Comunidad de Madrid como sede teatral. Aunque funcione como teatro público, la propiedad no pertenece a la Autonomía. El año pasado fue objeto de reivindicaciones por parte de profesionales del cine y el teatro que se manifestaron en la calle para oponerse al cierre de la actividad teatral en este local. El teatro, como muchos saben, está situado detrás de los edificios de Gobierno de la Comunidad de Madrid: la antigua Casa de Correos del siglo XVIII, situada en la Puerta del Sol, luego convertida en Ministerio de la Gobernación y recientemente en sede de la Presidencia. Detrás está la primitiva Casa de Postas, hoy también edificio institucional y que a lo largo del siglo XX fue cuartel de la Guardia de Asalto, Policía Armada y Policía Nacional sucesivamente, según los distintos regímenes políticos. Pasados estos edificios nos encontramos con una plaza recoleta, Pontejos, donde está este teatro Albéniz, que es el edificio más significativo, mucho tiempo utilizado como cine y posteriormente convertido en teatro permanente. El espacio urbano es muy tradicional y nos recuerda otros tiempos por el tipo de caserío y establecimientos comerciales que rodean el espacio de la plaza: tiendas de alfileres y puntillas, librerías esotéricas, establecimientos de imágenes religiosas, todas ellas instaladas en casas que tienen por lo menos un siglo de antigüedad. EL Teatro Albéniz no es un prodigio de modernidad. Se han hecho algunos cambios en el patio de butacas para mejorar la visibilidad. Pero está bastante destartalado y necesita urgentemente una capa de pintura que alivie los desconchados. La pretensión de la Comunidad es construir un teatro moderno en otro lugar de la ciudad. 79 Septiembre 2007 Julio Rodríguez Blanco El sueño de una noche de verano, dirigida por Tamzin Townsend. Música de Antonio Carmona. Hace cuatro años se iniciaron las obras del teatro del “Canal”, que actualmente están paralizadas. La localización está en la calle Cea Bermúdez, esquina a Bravo Murillo, justo al lado de las instalaciones del Canal de Isabel II. Hace cuatro años la actual Presidenta de Madrid nos mandaba a los ciudadanos de Chamberí una carta-propaganda electoral diciendo que los aficiona- escritura original. Aparece un espacio nuevo: el bosque atlántico original se sustituye por un paisaje mediterráneo y una música con referencias flamencas. Por casualidad, el día anterior había visto en la Filmoteca la película de Max Reinhardt y William Dieterle, producida en 1935, sobre esta conocida comedia de Shakespeare: A Midsummer Night’s Dream. Esta obra es un ejemplo de gran calidad artística. Max Reinhardt fue una figura tea tral de su época. Hay también muchas referencias a un extraordinario pintor alemán del romanticismo, David Caspar Friedrich. Como curiosidad el duende Puck está interpretado por un niño, luego famoso actor de cine: Mickey Rooney. El ambiente fantástico del bosque se transforma en un paisaje con poca vegetación. E1 espacio físico ha cambiado totalmente porque ahora estamos en un mundo mediterráneo. En un texto clásico se pueden cambiar los referentes externos, sin cambiar la esencia de los contenidos. Por eso la obra ha llegado a ser clásica. Es aceptable jugar con la ambienta ción y más claramente en una comedia fantástica, donde los elementos reales se transforman en entes sobrenaturales. Eso ha permitido que esta adaptación consiga transmitir al espectador un 81 Coriolanus, de la “Royal Shakespeare Company”. mundo de seres mágicos, como describe la escritura original. En el reparto destacaría, por más conocido, a Asier Etxeandía, definido por una cantante de Palma del Condado como un ser mágico. Nada mejor que un “ser mágico” para representar a Teseo/Oberón en esta fábula. Sin minusvalorar el resto del reparto, citaré el personaje de Helena, interpretada por Nur Al Levi. La música y el espacio, distintos a lo habitual, no desmerecen y superan otras versiones más convencionales. Es preciso insistir en que esta obra, o la versión escénica pretendida está apoyada además por una escenograf ía que, en sí misma, transmite otro mundo diferente al bosque shakespeariano pero también potencia esos personajes vulgares que se transforman en seres fantásticos y divertidos. El vestuario, gracias a la imaginación de Mila Bentabol es un complemento indispensable para reflejar ese mundo no real, que se evade de la vulgaridad cotidiana. El otro regalo teatral que nos ha ofrecido el entrañable, a pesar Septiembre 2007 La Ratonera / 21 80 dos al teatro tendríamos pronto un espléndido local. En la campaña de las elecciones de 2007, que nuevamente volvió a ganar la señora Aguirre, no tengo noticia de que se haya mencionado el asunto del teatro. Por lo tanto seguimos con la incertidumbre de la continuidad del Albéniz pero también con la sustitución por el proyectado nuevo teatro. El comentario sobre la situación de los locales teatrales que utiliza la Comunidad de Madrid explica la defensa a ultranza, mientras no se clarifiquen las alternativas, de nuestro decrépito teatro Albéniz. La explicación es que el Albéniz mantiene, todo el año, una programación excelente y muy variada, sobre todo en el apartado de danza y recitales y espectáculos musicales. Ejemplo: recientemente hemos visto un espectáculo musical francés sobre la obra Los Cenci de Antonin Artaud, que resultó un acontecimiento. La temporada que termina nos dio ocasión para ver una producción, también musical, basada en El sueño de una noche de verano de Shakespeare. La dirección teatral estuvo a cargo de Tamzin Townsend. La parte musical fue responsabilidad de Antonio Carmona. Las canciones fueron compuestas especialmente para la representación, introduciendo elementos ambientales que se alejan de la terpretan a Shakespeare, como ya ocurría en el Julio César visto en Madrid hace dos años, potencia sobre todo la función del actor como vehículo de transmisión de los elementos que configuran la tragedia. El actor no declama con entonaciones estereotipadas, sino interpreta con todos sus resortes corporales y las frases se dicen de acuerdo con la interpretación corporal previamente asumida. Los elementos escenográficos se reducen a elementos simbólicos y sirven funcionalmente para marcar tiempos y espacios. Es observable que todos los actores, aunque tengan un papel episódico, no actúan como comparsas sino como verdaderos personajes. La impresión que recibe el espectador, aunque no conozca bien el idioma inglés es de gran credibilidad. Hay que tener en cuenta que hay escenas violentas, tiernas, dramáticas como en todas las tragedias. Cuando Coriolanus divisa la ciudad la recorre con la mirada y luego habla. No es necesaria ninguna representación pictórica para ver la ciudad. Los ojos del actor expresan sus emociones sin necesidad de ver objetos representados. La sensación que uno tiene al ver estas representaciones es que se ensayan siempre con el conjunto multitudinario de los actores cuando tienen que aparecer todos o casi todos en escena y con la misma entrega aunque ni siquiera tengan que decir frases. Se trata de una práctica teatral poco vista en nuestros escenarios. Curiosamente, aparte de las distintas obras de Shakespeare debidas a compañías británicas, recuerdo una función dirigida por Bergman de La señorita Julia que se representó en Madrid hace más de veinte años. Mi contacto con las compañías inglesas es bastante posterior. Lo que consiguen estas representaciones: producen entusiasmo en los espectadores y adicción al teatro. Afortunadamente en Madrid tenemos ocasión de ver compañías británicas durante pocos días. El público está avisado y rápidamente se cubren los aforos. En la función de Coriolano los aplausos y “bravos” duraron más de veinte minutos. 2. Genet, Veronese, Belbel Siguiendo con lo público nos vamos al Teatro Valle-Inclán del Centro Dramático Nacional y a su sala pequeña “Francisco Nieva”. Más adelante, volveremos a la otra sede del Centro Dramático, el teatro María Guerrero. La peculiaridad de estas representaciones es que podemos divi- Splendid’s, texto de Genet dirigido por José Carlos Plaza. dirlas en producciones de gran formato y tanto el “María Guerrero” como el “Valle-Inclán” disponen de salas de pequeño formato: pocos espectadores cercanos a los actores y planteamientos muy libres y diversos. Las salas de gran formato son dos: la sala grande “a la italiana” de toda la vida, que aunque permite ciertas innovaciones escénicas no es el mismo caso del Teatro Valle-Inclán, que es un verdadero teatro de nuestros días. Se puede cambiar la disposición de los espectadores y del escenario como ya se ha demostrado en las dos últimas temporadas. Vamos a comentar precisamente una obra representada en el “Valle-Inclán” y escrita por el escritor francés Jean Genet, que se convirtió en un mito de la cultura francesa gracias al libro que sobre él escribió Jean Paul Sartre. No recuerdo que se haya representado a Genet en los escenarios españoles salvo las distintas ocasiones en que se representó su obra Las criadas, la primera vez con la intervención de Nuria Espert y la más reciente con las interpretaciones de Emma Suárez y Aitana Sánchez-Gijón. La función que nos ocupa es singular, dentro de la excepcionalidad que supone el conjunto de la obra genetiana. Splendid’s es un texto arriesgado que José Carlos Plaza manifiesta haber asumido con entusiasmo. Siete delincuentes y un policía que está de su parte, desaf ían a los poderes públicos en el interior de un hotel de lujo, el “Splendid’s”, que da título a la obra. Aparentemente puede parecer una trama del género negro. Pero estos personajes no son nada convencionales. La acción no progresa hacia fuera y se deben tener en cuenta las constantes del autor, experimentado en cuestiones de ladrones y asesinos tanto en su vida personal como en la obra literaria, en general. Lo que crea Genet es un mundo de relaciones internas entre los personajes, que se desarrollan en un marco escasamente realista. No hay concreción psicológica y las relaciones homosexuales que se producen de manera la- 83 Septiembre 2007 La Ratonera / 21 82 de todo, teatro Albéniz ha sido Coriolanus según la puesta en escena nada menos que de la “Royal Shakespeare Company”. Fue la última gran tragedia del “ciclo romano”, inspirada en los personajes descritos por Plutarco, personalidades de la Antigüedad que tanto interesaron al dramaturgo británico. En realidad la obra representa un conflicto de clases sociales entre patricios y plebeyos. Intervienen tribunos de la plebe para calmar las ansias levantiscas de la clase popular. La acción se complica con una lucha exterior contra los volscos. En ella destaca el dirigente militar romano Cayo Marcio, al que comienzan a llamar “Coriolanus”. Gracias a sus éxitos militares es promovido a cónsul. Su enfrentamiento con los patricios motiva que estos le expulsen de Roma. Entonces se une a sus antiguos enemigos, los volscos, y marchan sobre Roma. Pero presionado por sus familiares no sigue a su antiguo rival Aufidio, pacta con los romanos, no destruye la ciudad y los volscos se vengan matándole. Una tragedia en toda regla, en un marco histórico representado por una treintena de actores que configuran los dos bandos en lucha: romanos y volscos. La puesta en escena de las compañías británicas cuando in- impidió que se representara por diversos problemas, entre ellos la posible emisión radiofónica que fue prohibida, se refiere al mundo de los héroes carcelarios de Genet como sinónimos de una tradición procedente de Sade: santi dad y crimen, orden y Mal. ¿Cómo transmitir esa dualidad en escena? Es un trabajo francamente dif ícil. José Carlos Plaza ha aplicado al empeño una gran dosis de entusiasmo no exenta de riesgos. El director del montaje ha tenido suficientes medios técnicos, en un teatro muy moderno y bien dotado, para construir un espacio espectacular, que se interna lateralmente hacia el público manteniendo una gran proximidad. También sorprende al espectador la reconstrucción de la parte más alta del hotel, donde se producen diferentes acciones del desarrollo de la trama en la que participan los atracadores que se mantienen casi siempre en situaciones limites por la diversidad de conflictos que surgen entre ellos. Siete personajes son jóvenes, entre veinte y treinta años. Solamente hay uno que tiene alrededor de cincuenta años. Van vestidos elegantemente y no abandonan nunca las armas automáticas que llevan. La obra se desarrolla a partir de una situación única donde los personajes pasan en sus relaciones de una violencia exacerbada a situaciones parciales festivas, incluso cordiales y tiernas. El amor y la aventura de riesgo es lo que une sus vidas. Sus experiencias tienen una lógica peculiar que desconcierta a bastantes espectadores. Pero es reconocible y asimilable si hay un previo conocimiento de la coherencia en los planteamientos y propósitos que Genet maneja como sello de su ámbito creativo. El final está marcado por la traición del policía. La traición es un elemento consustancial para los personajes genetianos y lógicamente aparece también. Los intérpretes salen bien parados del experimento. Plaza ha controlado un conjunto muy profesional, que actúa sin desajustes, a pesar de los cambios de ritmo que impone la obra. Se refleja la intensidad dramática en cada uno de los complejos personajes. En la sala pequeña del “ValleInclán”, dedicada a Francisco Nieva, se representó paralelamente a la obra de Genet una creación de Daniel Veronese, responsable tanto de su escritura como de su puesta en escena. Mujeres soñaron caballos es el título de la obra de este director, escenógrafo y escritor argentino, que en esta función desarrolla los tres cometidos. El argumento es sugerido Mujeres soñaron caballos, escrita y dirigida por Daniel Veronese. por una noticia aparecida en medios informativos. Se trataba de unos animales que se arrojaban voluntariamente por un acantilado. Esta imagen simbólica, es trasladada poéticamente a una familia que resiste entre sus componentes una tensión contenida hasta que, en un momento dado, estallan y devuelven la violencia recibida. El propio autor en el prólogo a la edición de esta obra relaciona el sufrimiento padecido por los personajes con lo que él mismo sufrió durante la dictadura argentina. Con este referente Veronese construye un espacio claramente claustrofóbico, con una luz intensa, que se mantiene durante toda la representación. Son seis personajes en un espacio reducidísimo, que van apareciendo sucesivamente y terminan reuniéndose todos en torno a una mesa. El espacio que ocupan es, exclusivamente, el que configuran la mesa y las sillas. Los espectadores están muy próximos, situados en gradas que rodean el habitáculo. El desarrollo, que culmina en una situación trágica, es tempo ralmente breve. Esta obra fue muy bien recibida por crítica y público. En cuanto a su análisis desde el punto de vista dramático, los comentaristas han sido muy generosos. Leída no deja de ser una obra menor, a pesar de su intensidad y violencia. Me parece que la explicación del éxito está en el trabajo de los actores, de los cuales también se responsabiliza Veronese como director de escena. El elenco es magnífico y nombres como Celso Burgallo, Blanca Portillo y Ginés García Millán no defraudan en ningún momen- to. La proximidad de los espectadores permite detectar, con claridad, todos los gestos y recursos interpretativos. Destaca también la actriz María Figueras, que incorpora el personaje de la joven Lucera. El final, previsible, concluye con una explosión de violencia desatada. El mantenimiento en los teatros nacionales de estas salas de pequeño formato es un acierto, que los espectadores agradecemos y también algunas compañías de funciones alternativas, porque puede animar a los espectadores a frecuentar esas salas, con parecido formato a la “Francisco Nieva” aunque con más dificultades económicas, que contra viento y marea desarrollan trabajos renovadores y experimentales. El Teatro María Guerrero culminó su temporada con la obra 85 Septiembre 2007 La Ratonera / 21 84 tente y también explícita, tienen un carácter simbólico, que sobre pasa la realidad y configuran un mundo cerrado y alucinante, que no encaja en ninguna interpretación establecida habitualmente. La lógica de Genet es muy propia e inseparable de sus vivencias personales. El tema de la delincuencia y el crimen unidos a fuertes pulsiones sexuales, generalmente entre personas del género masculino, actúan como elementos de una peculiar moralidad. Esto aparece en otras obras teatrales, recordemos Severa Vigilancia, en su nutrida producción novelística desde su “opera prima” Diario de un ladrón e incluso en el corto cinematográfico sobre su experiencia carcelaria, que se hizo famoso a pesar de su escasa difusión. Splendid’s ha permanecido oculta mucho tiempo porque el autor no habla de ella y tampoco se publica cuando fue escrita. Sin embargo surge en el momento más álgido de sus creaciones. Sería muy próxima a la novela Nuestra Señora de las Flores o incluso a su pieza teatral más conocida, Las criadas. En su momento fue conocida y valorada positivamente por Sartre, e1 eminente valedor de Genet. Mauro Armiño, traductor de esta obra, que el propio Genet 86 3. Miller en el Español, Brecht en el Matadero La Ratonera / 21 Móvil, escrita por Sergi Belbel. Móvil de Sergi Belbel. Es una comedia con intencionalidad crítica sobre el uso que hacemos los humanos de las nuevas tecnologías, que invaden nuestras vidas. Quizá exista una comunicación excesiva. Hay que salir en defensa de momentos de soledad. Lo que les ocurre a los personajes de Móvil está vinculado a hechos casuales y fortuitos que pueden desencadenar un lío fenomenal sólo por la utilización de un “móvil”. Las brujas de Salem fue estrenada en este mismo Teatro Español, antes del incendio, el 20 de diciembre de 1956. Abigail Williams fue interpretada por Analía Gadé, Juan Proctor por Francisco Rabal, el juez Hathorne por Antonio Ferrandis, Mary Warden por Berta Riaza y aparecen en el reparto otras figuras teatrales de la época como Manuel Dicenta, Asunción Sancho, Andrés Mejuto y Ana María Noé. Cito sólo los más significativos porque en la representación aparecen 24 personajes. Los decorados eran de Cortezo, la dirección de José Tamayo y de ayudante de dirección José Osuna. Esta referencia la hago para significar que se estrenó a su debido tiempo, en versión de Diego Hurtado. La acción transcurre en Salem (Massachussets) y forma parte de un acontecimiento, a1 parecer histórico que sucedió en 1692. No parece haber tenido especiales problemas de censura por el tema, que refleja un moralismo muy entroncado en las tradiciones cristianas. Supongo que se trata de puritanos que fueron quienes se establecieron, también por motivos religiosos, en las colonias británicas de América del Norte. Todos sabemos, sin embargo, que este texto fue escrito por Arthur Miller en esos años cincuenta a raíz de las persecuciones políticas que entre 1947 y 1954 (primeras etapas de la guerra fría) desató el senador Joseph McCarthy, presidente del Comité de actividades antinorteamerica nas del senado. Fue una “caza de brujas”, que en realidad no eran brujas ni estaban en Salem. Era un ataque frontal contra los intelectuales progresistas en todos los campos de la cultura pero que tuvieron especial incidencia en el mundo del cine y el teatro porque afectó a figuras muy populares. A todos ellos se les llamó genéricamente “comunistas” aunque mu- chos no lo eran, algunos sí y aparecen también en esos ámbitos de la cultura entusiastas “denunciantes”, acusadores con escasas pruebas, muchas veces para cubrirse las espaldas, porque también sabemos de los que cambian rápidamente de chaqueta política, y los “conversos” reales o no, son de lo más peligroso. Miller, autor de ideas progresistas que escribió obras de gran contenido social como La muerte de un viajante o Panorama desde el puente, presentó esta obra motivado por las circunstancias. En realidad es una parábola trasladada a los comienzos de la historia colonial cuando en Europa llevaban ya casi dos siglos de disputas bélicas intermitentes entre católicos y las diferentes variantes del protestantismo que había iniciado Lutero. La obra de Miller fue corregida en ediciones posteriores a su publicación pero no está entre lo mejor de su producción teatral. Parece repetitiva, apresurada y una interpretación literal de los hechos que se cuentan, proliferando las denuncias por brujería hacia gentes honorables, que defienden en algunos casos valientemente su verdad hasta llegar a la muerte. Puede conmover pero resultan bastante anacrónicas esas disputas que ocupan la mayor parte del recorrido dramáti- 87 Las brujas de Salem, dirigida por Alberto González Vergel en el Teatro Español. co, reiterándose las situaciones planteadas desde el principio. La dirección corrió a cargo de Alberto González Vergel con escenograf ía de José Miguel Ligero. En realidad es una función muy convencional y a pesar del tiempo transcurrido la actuación se basa en parámetros poco actuales. Sin embargo hay que señalar que en esta versión se representa una escena entre Proctor y Abigail que aclara la relación adúlte- ra que se produce entre el protagonista de la obra y su sirvienta. Aunque González Vergel justifique la construcción de un decorado de exteriores (un bosque) debido a la citada escena, considero que no es necesario porque el clima dramático fundamental se crea en los espacios interiores que están mucho mejor logrados. Ese bosque que recuerda a un famoso cuadro de Botticelli distrae demasiado del complicado asun- Septiembre 2007 Como es una comedia de mucho enredo lo más importante es que la vean. Estará en gira por Asturias. En un decorado funcional de Andrea D’Odorico, un experto en inventos escenográficos y con la dirección de un clásico como Miguel Narros, se consigue, gracias a la vis cómica de María Barranco, a la excelente Nuria González y los más jóvenes Raúl Prieto y Marina San José, que les dan el contrapunto, un espectáculo divertido sin mayores pretensio nes, que se agradece en el tórrido verano madrileño. La Ratonera / 21 88 to con la intervención de gran cantidad de personajes. La interpretación es aceptable en general, destacando los protagonistas que están creíbles en sus enérgicos y sentidos parlamentos. María Adánez incorpora una Abigail Williams llena de energía que inmediatamente comunica con el espectador. No es cierto que sobreactúe como he leído en algunos comentarios. Sergi Mateu en John Proctor salva bri llantemente su retórico personaje, lo mismo que Juan Ribó. Para culminar la temporada teatral de los teatros públicos hemos de citar un gran espectáculo por su formato y también un nuevo e interesantísimo espacio situado en lo que en otros tiempos fue el matadero de Legazpi. Este edificio, cuya arquitectura exterior debe conservarse porque corresponde al modelo de arquitectura industrial que se desarrolló en la primera etapa de la industrializa ción madrileña, a partir de las rondas, incluyendo la mayor parte del distrito de Arganzuela. En esa calles, que comienzan en la Ronda de Atocha y siguen hacia el sur del ferrocarril hasta llegar al río Manzanares nos encontramos con edificios que fueron fábricas de lámparas eléctricas, cervezas, etc., hoy convertidas en centros culturales, bibliotecas. Esas construcciones casi todas de ladrillo visto, un material que se utiliza abundantemente en toda la arqui tectura madrileña, procedente de El espectáculo teatral que ha inaugurado las “naves del Español” en el Matadero es una ópera de Bertold Brecht, así está catalogada en el repertorio de este autor, dirigida por el máximo responsable del Teatro Español, Mario Gas, siendo la dirección musical de Manuel Gas. Esta obra titulada Ascenso y caida de la ciudad de Mahagonny está realizada por Brecht con la participación del músico Kurt Weill, quien intervino en todas las producciones musicales de Brecht. “Mahagonny” será una ciudad fundada por Moisés Trinidad, Willy el “Apoderado” y Leocadia Begbick. Son un trío de personas fuera de la ley que pretenden atraer a esa ciudad creada por ellos “para sacarles el oro a todos los que lleguen atraídos por un posible enriquecimiento”. Van llegando más y más personas. En algunos años Mahagonny se convierte en la “ciudad dorada” adonde llegan descontentos de todos los continentes. Más tarde llega a la ciudad Jim Mahoney con otras gentes procedentes de Alaska. A partir de este personaje se complica la acción porque adquiere un relieve importante. La ciudad de Mahagonny se convierte con el tiempo en un lugar donde los delitos son su principal referencia. Más tarde se producen otros 89 Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny, ópera de Brecht y Kurt Weill. acontecimientos: la llegada de un huracán que finalmente se desvía. Otra etapa es en la que los habitantes de la ciudad se dedican a todos los placeres más elementales: comer, fornicar y pelear. Es la época de gran actividad. La última etapa de la historia se centra en el proceso de Jim Mahoney que se niega a pagar una deuda y es condenado a muerte y ejecutado. El espacio escénico es amplísimo. Se ha comparado a aquel espacio de la “cartoucherie” próxi- ma a París donde en los años setenta representaba sus montajes el mítico “Theatre du Soleil”. Pero la diferencia es que este espacio es mucho más cómodo para los espectadores, situados de forma escalonada. Además el escenario es mucho mayor. La orquesta se sitúa en un lateral y la visibilidad es excelente. Hay nueve actores, con Constantino Romero a la cabeza. El resto, hasta unos cuarenta, que en buena parte de la representación están en escena, componen el coro. Septiembre 2007 Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny, ópera de Brecht y Kurt Weill. tradiciones mudéjares, dan a esa zona un peculiar sabor, que afortunadamente, a pesar de haberse convertido el distrito en una zona de especulación urbanística, se ha logrado conservar lo más representativo del estilo arquitectó nico industrial. Ahora las nuevas construcciones y los edificios históricos conforman un barrio muy céntrico, sin perder el ambiente castizo. El Matadero es un edificio situado en el paseo de la Chopera, paralelo al río. Es también un edificio de ladrillo rojo visto de no mucha altura pero que ocupa una parcela de 148.300 metros cuadrados. Las naves del antiguo matadero se están convirtiendo en unas instalaciones culturales abiertas, con ofertas artísticas y también otras actividades auspiciadas por el Ayuntamiento de Madrid. Hay también zonas al aire libre donde se celebrarán conciertos y espectáculos de distintos géneros. Además se instalarán librerías, tiendas, cafés y restaurantes. En el aspecto teatral el Matadero es una continuación, a lo grande, del teatro Español de la plaza de Santa Ana. Por aproximación terminará siendo una continuación del Cuartel del Conde Duque, aunque con mayores posibilidades, dado el enorme espacio del que se puede disponer. La Ratonera / 21 Alberto Jiménez. La obra, a pesar de ser un musical, tiene una impronta brechtiana. Es una parábola de lo que corrompe el dinero y la injusticia de la justicia. Como narrador (efecto de distanciamiento) oímos la inconfundible voz del actor Santiago Ramos. 4. Un ejemplo alternativo Una de las salas más veteranas de Madrid y mejor dotadas para mera por su fuerza teatral y por el tratamiento bastante original. En el Nada es Casual 3 Alberto está acompañado por un elenco de varios actores y actrices y de nuevo por su propio padre que resuelve muy bien su cometido. En esta ocasión la puesta en escena es compartida con la actriz asturiana Rosa Manteiga. Esta visión autocrítica de su propio yo está llena de ironía y humor desde el principio con la chocan te descripción de una operación quirúrgica. Todo va surgiendo de forma que parece espontánea, aunque supongo que muy trabajada. El añadido musical, la valoración de los objetos y la propia interpretación tanto de Alberto como el de la actriz que interpreta a “la mujer del columpio” configuran un espectáculo intrínsecamente teatral, sin recurrir a los trucos habituales y sobre todo, algo confirmado por el público asistente, extraordinariamente divertido. Yo añadiría que muy inteligente porque además Alberto tiene detrás muchos trabajos excelentes en cine: El bola, Mar adentro, Los aires dif íciles, La mirada violeta, intervenciones teatrales en teatros nacionales y comerciales desde hace muchos años. Un actor muy vocacional que no desdeña los experimentos. Éste está plenamente logrado y es muy recomendable. Castañón se acerca al teatro deportivo «LOS ESCENARIOS HAN CONRespuesta. La producción teatral de tema deportivo no es tan VERTIDO EL JUEGO EN SÍMBOLO DE UNA NUEVA CIUDA- numerosa como la de otros géneros literarios. En Electra, de SóDANÍA URBANA» José Luis Campal Fernández ridea Muy poco se sabe del reflejo que las prácticas deportivas han suscitado a los dramaturgos. Para arrojar un poco de luz acerca de tan sugestivo aspecto literario, hemos acudido al doctor en Filología Hispánica Jesús Castañón Rodríguez, responsable en internet de la web Idiomaydeporte. com. Especialista acreditado en temas deportivos, Castañón ha pertenecido a grupos de trabajo de Argentina y España sobre comunicación, documentación e información deportiva y su nombre figura en los consejos editoriales de publicaciones cibernéticas como El Tintero, Lecturas: Educación Física y Deportes o Comunidad Virtual Ciencias del Deporte. Pregunta. ¿Cuándo surge la primera producción teatral de tema deportivo? focles, se registra la muerte de Orestes en una carrera de caballos, pero las obras de tema deportivo alcanzan un gran auge en el período de entreguerras en Francia, con los Juegos Olímpicos de 1924. Aunque en España, en 1906 aparece el personaje de Paco Utrilla con una gran capacidad de seducción con sus trajes de tenista, piragüista y nadador en Más fuerte que el amor, de Jacinto Benavente, la primera producción se remonta a 1925 con el Teatro irrepresentable de Jardiel Poncela. Eran varios sainetes sobre boxeo, fútbol, hípica, natación y olimpismo que se publicaron en la revista deportiva madrileña Aire Libre. P. ¿Qué asuntos resaltan los dramaturgos cuando se acercan a un tema tan popular como éste? R. Los autores se han interesado por el costumbrismo, la difusión de valores higiénicos o de integración social, la fuerza del relato radiofónico, las esperanzas 91 Jesús Castañón. en posibles premios de las quinielas, la influencia del deporte en la vida de pareja, la relación entre deporte y mundo intelectual o el análisis de la mitología popular con su esnobismo y capacidad de seducción. P. ¿Existe más producción teatral deportiva dentro o fuera de España? R. En Europa, sobre todo en Francia, desde los años veinte el teatro convirtió el deporte en un juego, en una forma de coreogra- Septiembre 2007 90 producciones alternativas es “Cuarta Pared”, situada cerca de la glorieta de Embajadores, que se ha caracterizado por una trayectoria con un nivel de calidad muy notable. Como fin de temporada ha presentado la tercera parte de un espectáculo ideado por el actor Alberto Jiménez que global mente titula Nada es Casual y en esta ocasión se conoce como Cuerpo de mayor. Conozco la primera experiencia de este ciclo, que se representó en “El Canto de la Cabra” con un único intérprete, el propio Alberto Jiménez. En realidad es una reflexión presentada con formas teatrales poco convencionales sobre percepciones autobiográficas y el mundo que le ha tocado vivir al personaje. En la segunda experiencia, incorporaba como actor a su padre real, aunque no pertenezca a la profesión. No tuve ocasión de ver la segunda parte pero me había interesado mucho la pri- en el monólogo Alonsomanía, en 2006, para relatar la aventura de un paisano en el Gran Premio de Montmeló formando parte de la marea azul que anima al piloto de Fórmula 1. P. ¿Qué deportes se abordan en el teatro? R. En el caso español se registran obras sobre automovilismo, baloncesto, boxeo, ciclismo, esquí, fútbol, natación, Juegos del Mediterráneo y olimpismo. P. ¿Con qué intención acceden a los espacios del deporte nuestros dramaturgos? R. Los recintos deportivos son el escenario de una aventura humana en la que se cruzan: acciones deportivas, decisiones de despachos, emociones de la grada y medios de comunicación. Al ser varios hechos que se entrecruzan y refuerzan a la vez, es muy dif ícil que aparezcan todos en una sola obra y, por lo general, pocas veces el autor teatral tiene acceso a las tensiones internas del deporte profesional. P. ¿Son variados los géneros? R. Musicales, comedias, vodeviles, mimo, monólogos… han intentado representar todo este universo. Y entre 1992 y 2005, «El Club Mercantil», «El Tricicle», «Els Comediants», José Carlos Plaza, «La Fura dels Baus»… han puesto su talento al servicio del deporte en montajes espe- ciales para ceremonias de Juegos Olímpicos de verano, Juegos del Mediterráneo y campeonatos del mundo y de Europa de baloncesto, esquí y natación. P. ¿Cuál es, a su juicio, la pieza teatral deportiva más lograda? R. No hay una sola favorita. Son de gran interés La pareja, de Jaime de Armiñán; Fútbol, de Bellido Comerzana; Esta noche gran velada, de Fermín Cabal; El Teatro Irrepresentable, de Jardiel Poncela; Oé, oé, oé, de Maxi Rodríguez; Slastic, de «El Tricicle», y el espectáculo con el que «Els Comediants» abrió el Campeonato de Europa de baloncesto en Badalona hace diez años. P. ¿Qué ventajas hallan los escritores al acercarse al universo del sportman? R. En el último decenio han sido frecuentes los encuentros de escritores de tema deportivo y profesionales del deporte en Italia, Alemania y países de Sudamérica. La conclusión más común ha sido que para el deportista su disciplina es la perspectiva de la diversión en su práctica activa, mientras que para los autores el enfoque se centra más en la evocación de los grandes momentos vividos. Las ventajas para el autor residen en fijarse en la creación de empatía de los espectadores con los personajes, en reflejar los ám- bitos compartidos de las vivencias y las expresiones generadas por la grada y los medios de comunicación. Puede reflejar la incontenible alegría popular, la lucha simbólica, la proyección de sentimientos, las preocupaciones generales desde el contenido emocional de la grada… P. ¿Y obstáculos? R. Éstos aparecen a la hora de llevar a escena las interioridades del deporte, tanto en la cancha como en los despachos. Es un problema de espacio para ajustar a las dimensiones del escenario un pelotón ciclista o un partido de fútbol y un juego de lenguaje que transforme en palabras las múltiples acciones de una competición y sea capaz de crear sinónimos, metáforas y expresiones que permitan entender la terminología propia de cada deporte. P. ¿Expresa el deporte un modo de entender la vida y de ahí su impronta simbólica para que les haya llamado la atención a los dramaturgos? R. El deporte favorece el trabajo del dramaturgo porque es un estilo de vida para la afirmación individual y el comentario social. Se vive entre el clamor y la fascinación para huir de la rutina, la monotonía y la rigidez de la sociedad actual. Genera intensas emociones y conforma un relato de aventuras humanas en una 93 Zaranda Troupe, grupo canario que montó recientemente ¡Oé, oé, oé!, de Maxi Rodríguez. cancha de retóricas y mundos soñados por conquistar. Competitividad, improvisación, competencia, cooperación, creatividad, espontaneidad, superación, trabajo en equipo, diversión y pasión, incluso también aparecen fórmulas de “match de improvisación”. P. ¿Han probado suerte los deportistas españoles interpretándose a sí mismos sobre las tablas? R. Es curioso que cuando los deportistas han subido a escena no ha sido para representaciones de tema deportivo, sino para interpretar obras clásicas con algún fin benéfico. Valga como ejemplo la versión de Don Juan Tenorio que interpretó la plantilla del Espanyol, con el refuerzo de Maradona y Azkargorta, en 1983. O que autores de monólogos como Adeflor y Pachín de Melás, a pesar de conocer bien el fútbol como dirigentes deportivos, sin embargo no crearon obras teatrales sobre este asunto. Septiembre 2007 La Ratonera / 21 92 f ía, en una escuela de formación de valores humanos y en símbolo de una nueva ciudadanía urbana. En los países del Sur de América, el cruce de las preocupaciones sociales con la pasión de la grada creó producciones que han destacado la integración o marginación social, los asuntos policíacos, el reflejo de la vida del astro deportivo y la presencia de temas históricos. En España, la producción teatral aumentó considerablemente tras los Juegos Olímpicos de verano de 1992, de modo que no ha habido competición internacional que no haya contado con un espectáculo teatral en las ceremonias de clausura y cierre. P. ¿Cree usted indispensable el conocimiento, por parte de los autores, del terreno deportivo que pisan? R. El resultado deportivo despierta el interés general del público y la celebración social de sus éxitos genera fenómenos sociales que acaban saltando a la cancha de la escena. Valgan como ejemplo los retratos de los aficionados al fútbol y al automovilismo que han realizado Eladio Verde en Estilo de Boleos para el primer ascenso del Sporting a Primera División en 1944, Maxi Rodríguez en ¡Oé, oé, oé! en 1994 para reflejar la pasión sin límites de los seguidores balompédicos y Carlos Alba De cómo Martín Recuerda Francisco Díaz-Faes La Ratonera / 21 94 Visitaba a diario días atrás una pequeña librería convertida por los vientos de la actualidad en modesta papelería de revistas y periódicos en Nerja. Me lastimaba por entonces el tener que hacer un trabajo sobre el fallecido reciente José Martín Recuerda (Granada, 1922), que había prometido para estas páginas, sin acopio de su obra, toda o mínima. Y arrinconados en una estantería que otrora fue llena, me encaramé a una enorme escalera haciendo equilibrios para llegar a lo más alto de seis escalones donde yacía adormecida una pequeña colección de libros de Letras Hispánicas de Cátedra, más otra de Alianza Editorial que había quedado en despojos. Mientras, sujetaba una revoltosa yorkshire-terrier de mi tía que fui a cuidar apuradamente durante unos días, y que hacía dif ícil mi equilibrio pocas veces estable, algunas inestable y las más indiferente, con grave peligro mío y de quien no dejaba de pasar por debajo buscando la línea amari- lla de los chismes. El caso es que como bien se ve, pudiera ahorrarme todo este circunloquio para decir que el primer libro que avisté allá en lo alto fue el de, ¡oh casualidades!, Martín Recuerda en edición de Ruiz Ramón, luego fueron cayendo otros 60 en mis manos. Días atrás los periódicos ¿celebraban? otra muerte más en sus obituarios, y ahora me tocaba a mí. ¿Y qué recordaba yo de este hombre? Bien poco. Que unos años atrás tuve oportunidad de asistir, con Roberto Corte, a un merecido homenaje en el Círculo de Bellas Artes con ocasión de una de las ferias de editoriales y publicaciones del libro de teatro en Madrid, y alguna de sus piezas por televisión. Sin duda conocía ya vagamente (como conozco vagamente todo, no por difuso, sino por vago) la pieza Las arrecogías del Beaterio de Santa María Egipciaca, cuyo título siempre me pareció tan de Francisco Nieva, a veces de Arrabal o de Antonio Gala (toda vez que a su actriz fetiche, Concha Velasco, se la premie con el protagonismo de tan singular teatro de Recuerda también) y que aho- ra, leyendo este libro, comprobé que había sido una elucubración histórica con grandes visos de verosimilitud. Así lo dice, con fundamento el catedrático de historia Emilio Orozco Díaz: “He aquí, pues, que la descarnada y desgarrada visión humana que del interior de este convento, prisión y correccional nos ofrece Recuerda, sin más apoyo documental que el que le suministraba la biograf ía y la versión poética de la tradición y de la obra de Lorca, quedaba en el fondo mucho más cerca de la realidad histórica que la que había ofrecido esa misma literatura y la misma erudición. Naturalmente que todo se deforma, desmesura y extrema...”. Ésta es una de las cosas a destacar resumidas en esta frase final que acaban de leer, y en las que incide José Monleón para estribar la diferencia precisamente con la obra de Lorca: “...las cosas no están ni mejor ni peor que en los dramas de García Lorca, aunque sí exista una diferencia importante; Lorca se preocupa de personajes en descomposición, de gentes que cuidan aún su fachada, mientras Recuerda se asoma a una realidad ruinosa (...) de gentes que tienen bastante menos que defender.” Dos etapas atribuyen Monleón y Ruiz Ramón al Recuerda miembro de la generación Realista (que nada tiene que ver con su defensión de la realeza o del Rey Oprobio, Fernando VII, a quien dedica sus andanadas del Beaterio, sino, como saben, con esa enjundia de realidad en la que se clasifica buena parte del teatro español de mediados del siglo pasado para su estudio). La primera de ellas protagonizada por “personajes agonizantes, víctimas de un medio hostil, que no llegan a rebelarse” y otra en la “que sin abandonar esa realidad hostil, los personajes resisten y plantan cara”. A la primera pertenecen: La llanura, Los átridas, El payaso y los pueblos del sur, El teatrito de don Ramón, a la otra: Como las secas cañas del camino, Las salvajes en Puente San Gil, El Cristo o Las arrecogías ... El caso es que sucumbe a la negrura de los tiempos nuestro autor, que había cursado estudios de Filosof ía y Letras en su ciudad natal y posteriormente en la parisina Sorbona, ampliando estudios específicos de teatro. Desde su primera obra, El enemigo, de 1943, a su Amadís, o La Garduña de 1986. En él está la huella de Valle-Inclán, también el cabizbajo y taciturno Goya, luminoso y tétrico por igual en sus sátiras, y el mismo Galdós que describe a la sombra más funesta (y literaria del XIX) a la que debe tanto el Beaterio, su Mariana Pineda y la misma obra toda de Recuerda: “Fernando VII fue el monstruo más execrable que ha abortado el derecho divino (...) es terrible la infinita abundancia de retratos de aquella cara repulsiva que nos legó su reinado. España está infestada de efigies de Fernando VII, ya en estampa, ya en lienzo”. Habiendo dirigido el TEU granadino, también lo hizo en varias adaptaciones del teatro clásico recibiendo en dos ocasiones el Premio Lope de Vega por El teatrito de Don Ramón en 1958 y en 1976 por El engañao, culminando una obra extensa, tal vez poco conocida (salvo en sus obras mayores) y prolija, que no debemos desatender. El rescate del personaje coral (por ejemplo en Las salvajes, curiosamente dedicada a Don Luis Escobar), portavoz dramático de una visión colectiva del mundo, la conflictividad misma de la división y pluralidad colectiva (Ruiz Ramón), la acechanza de las coplas, coplillas, bailables, fandangos, la irrupción de la tradición de charangas en lo que él Recuerda en los preludios de algunas de sus obras, la visión derruida de una España que se rebela en sus individualidades, en sus disfraces, en la cerrazón es- José Martín Recuerda. cénica (como en el Beaterio o en La camisa de Lauro Olmo, por ejemplo) de un espacio asfixiante, que se quiere echar abajo, son todo signos de un rico mundo de ficción que Martín Recuerda para no hacérnoslo olvidar nunca. No le queda a uno ante tanta coincidencia —vagamente la figura de José nuestro autor fallecido y yo al lado, vagamente, la de su obra— sino seguir encaramándose en lo más alto de los estantes de lo que en otra época fueron librerías, para descubrir nostálgico el interior de unas hojas que recuerdan un mundo interior de gran riqueza que sustituya al nuestro. O lo enmascare por unas horas, al menos. 95 Septiembre 2007 Anotaciones a su muerte Francisco Díaz-Faes La Ratonera / 21 96 La muerte del profesor Elías García Domínguez me cogió por sorpresa. No es que espere nunca la muerte de nadie. Pero un día antes de morir pregunté por él rutinariamente a su hermano, el también profesor Rafael, sin tan siquiera saber que había sido ingresado entonces y estaba en coma. Creo que había llegado a los 72 años ¿Cuántas veces uno se cree en posesión de una amistad (que no existió) con un ser cercano al que se le quiso tanto y tanto no se le trató? Tal vez exista un componente narcisista que nos eleva en la amistad de los seres finados. Con Elías, catedrático de literatura en El Entrego y Oviedo, erudito sin erudición, amante del teatro y de sus gentes, muerto el pasado 23 de junio después de una repentina caída en la enfermedad, me pasó así. Pero puedo decir que si alguien me hubiese preguntado por Elías en vida, yo afirmaría que era mi amigo, pero, ¿lo era? Cuando pregunté por él a su hermano, también un ser entrañable y erudito, en una asamblea de Tribuna Ciudadana de la cual salí formando parte de su directiva no sé bien por qué (tal vez por asistir, cuando no tienen otros candidatos), no me imaginaba este trance. El caso es que me contestó que estaba muy mal habiendo sido hospitalizado esos días. Yo me embarqué en un viaje fuera de Asturias al día siguiente sin sospechar que en ese mismo instante ya estaban escribiendo las notas de condolencia a su muerte. Frecuenté escasamente pero con intensidad a Elías en multitud de escenarios teatrales, siempre como espectador y contando con su benevolencia para toda clase de juicios, ya desde el año 1985. “El profesor que enseñó a amar la literatura a miles de asturianos”, reza una especie de epitafio que empecé a leer 10 días después de su marcha cuando regresé a casa. Crítico literario y promotor de teatro, enseñó en la Universidad y en los institutos de El Entrego y San Lázaro, se nos dice. Desde San Lázaro lo conocí, cuando se le propuso para un jurado literario que yo organizaba para una pujante, bisoña y sectaria Concejalía de Ju- ventud de triste y nefasto recuerdo para el debe del Ayuntamiento de Oviedo socialista. Íbamos luego, a ir casi siempre de vinos, con la también recordada, amiga y compañera actriz Cristina Madera a la salida de las funciones, sobre todo en Lugones o Pola de Siero, en la que no era infrecuente toparse con otras gentes del teatro regional. Elías formó parte de innumerables jurados literarios, siendo su número tal, pese a una jubilación que se me antojaba prematura para su vivacidad intelectual, que seguramente nadie ha superado en Asturias. Coincidimos en varios, la última para las subvenciones del teatro aficionado —toda vez que yo siempre rechacé formar parte de tribunales del profesional para el que es bien sabida mi argumentación rechazándolos en su formulación actual—. El caso es que siempre tuvimos una mutua comprensión, o tal vez fuera siempre suya (seguro estoy de que su comprensión la formulaba para cualquiera fuese su interlocutor), pues me hacía ver en sus razones un estado de latencia existencial que adivi- con su nieta delante de La Nueva España. Desde hace unos años se asía a un palo para caminar a paso largo siempre aunque ya algo cansino con sus piernas interminables y que le habían dado algún problema. No podíamos dejar de vernos sin encontrar alguna chispa escénica que encendiera la hoguera de la conversación, achacando los males inveterados del teatro que se han hecho crónicos. Una situación de desinterés absoluto de los periódicos hacia ese arte, las limitaciones propias de la región, la permisividad política hacia nacionalismos desplazando al castellano de tantas manifestaciones en favor de una lengua casera que busca la incompatibilidad de caracteres, en fin la pervivencia siempre de lo clásico como un don de la naturaleza creativa del teatro de oro español, que siempre cobra vigencia cuando se hace bien, en el otro lado de la balanza, etc. Me había prometido hace años para la revista La Ratonera, unos manuscritos, que me iba a pasar, sin que mediase un ordenador por medio, sobre sus trabajos de la figura de Pérez de Ayala, que fue su luz y especialización universitaria y que irradió a varias generaciones de estudiantes. Yo insistía y él me daba su teléfono cuantas veces yo lo iba perdiendo para ponernos en contacto y quedar por fin para publicarlos, como hizo en otras revistas universitarias y doctas como la añorada “Cuadernos del Norte”. El caso es que yo iba desdejándome hasta el siguiente encuentro en donde volvía a darme ánimos sobre mi labor de divulgación teatral a la que según él no debía renunciar, pese a las presiones a las que me veía sometido, ay, siempre en ese desinterés por publicar nada relacionado con la escena, o que no encajase en los cánones de la democracia tutelada y archisometida a la censura previa. Había publicado también Cómo leer textos narrativos en 1989 y una Antología asturiana en 1980, amén de en la revista de Anales de literatura asturiana en 1988, pero su docencia la aplicaba a una pedagogía natural que impartía incesantemente en su cotidianeidad, con una palabra, un juicio certero, un humor incansable. Sonriente y bien encarado nos dejó un sinf ín de momentos irrepetibles que iremos echando en falta con su despedida y que iremos contando, en esa forma de “contar, como dar cuenta, más bien que en el sentido de narrar”, que diría él mismo. Le imagina uno sin duda en sus labores mayúsculas de divulgación con su amiga y alumna Cristina en el disfrute eterno de su amor incansable al teatro. Descanse en paz. 97 Septiembre 2007 Elías García o la razón de vivir no debía a los clásicos epicúreos, en lo cuales además se evidencia un rasgo no contrapuesto de la escuela estoica. Ese epicureismo estoico, valga la palabra, yo lo he visto en muy remotas ocasionas afincado en un mismo ser, distintivo, en muy contadas ocasiones en gentes por lo demás, magníficas en todo. Y comentábamos, jamás con acritud, las cuitas que nos asaltaban al ver las obras de Villanueva, o los circuitos existenciales de Etelvino Vázquez, la eclosión de Kamante, el fulgor de las obras y acciones de Roberto Corte, el resplandor apagado hace mucho del mismo Maxi Rodríguez, separado de la esencia teatral asturiana, el populismo eficaz de Presumido, la intrepidez rústica de “la escuela de Avilés” en su visión vanguardista, el ITAE, etc. Y, sobre todo los valores nuevos que íbamos viendo ocultarse a veces como un fuego fatuo, un resplandor, un ef ímero volador, una chispa artificial que viene y se va tantas veces en el teatro. Para qué mencionar lo que le parecía la situación de la crítica en los periódicos, o la mía propia, que siempre fue para mí la última, en un calvario lleno de dificultades, arbitrariedades, politiqueos y acechanzas que no he podido resistir. Allí le ví la última vez apoyado en su segundo bastón, tantas veces paseando Circo Circo Carta de Pinito del Oro a los Tonetti En memoria de unos grandes compañeros Pinito del Oro La leyenda del trapecio, Pinito del Oro, evoca a los Hermanos Tonetti, tras la inauguración del conjunto escultórico dedicado a su memoria en Santander, su tierra natal. Payasos ha habido muchos. España ha sido una buena cuna de ellos: Pompoff y Thedy, los hermanos Díaz, los Rudy-Llata, Fofó, Popey… Pero que causaran tanta risa y aplausos como los Tonetti con su parodia “la Sardinera”, no he conocido a otros. Se la hacían repetir, y Pepe siempre improvisaba algo nuevo. Unos amigos de Santander me han comunicado que el 14 de abril se inauguraron unas estatuas a los Hermanos Tonetti. Ha sido una de las mejores noticias que me han dado últimamente, pues quise y admiré a esta bien acoplada pareja de payasos que divirtieron a todo el país. Recuerdo mejor a Pepe, al que siempre llamé, como la mayoría 99 Las viudas de los Hermanos Tonetti, Paquita y Chelo, la hija del augusto Pepe Tonetti, Marietta, y su nieto, Samuel, junto a familiares y amigos después de la inauguración del conjunto escultórico que Santander ha dedicado a estos inolvidables payasos. Pinito del Oro, Cristina Segura, en su casa de Las Palmas de Gran Canaria. de sus amigos, por su nombre artístico. La última vez que lo vi fue el veintidós de junio de 1999, en Santiago de Compostela. Yo iba a recoger la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, bajo la presidencia de Sus Majestades los Reyes. Pasado el evento, en el patio del Seminario Mayor Diocesano, en la plaza San Martín, nos reunieron a los premiados, familiares y amigos, para servirnos una copa de champán y unos canapés. Yo me aparté un poco del barullo que rodeaba a Don Juan Carlos y Doña Sof ía, como generalmente he hecho en estos casos. De pronto, se me acerca alguien con los brazos abiertos y con esa es- pontaneidad que le caracterizaba chilló: “¡Coño, Pinito! Déjame que te abrace, quiero darte la enhorabuena, te lo has merecido.” Era mi buen amigo Tonetti. Poco después me dijo que él también tenía este premio. Mi compañero Lucas y yo le invitamos a comer; él mismo escogió el lugar. Nos divertimos con su fácil con- Septiembre 2007 La Ratonera / 21 98 Circo Circo Los Trinidad El trapecista asturiano y su familia Francisco Martín Medrano La Ratonera / 21 Samuel, nieto de Pepe Tonetti, en la pista del monumento (obra de José Cobo Calderón) que Santander ha dedicado a su abuelo y a su tío. versación, sacando frases llenas de buen humor, que nos hicieron reír llamando la atención del resto de comensales. Al terminar nos acompañó al autobús que nos llevaría de vuelta a Madrid. Casi llegamos tarde, y eso que nos llevaba al trote, por la gente que le reconocía y le paraba: “Adiós, Tonetti”. “Pero si es Tonetti, el payaso”… De este modo acaparaba la atención del público que llenaba la plaza que hay frente a la catedral. Y es que tenía “el corazón más grande que un armario”, como él mismo decía. Se ganaba el cariño de todos, no sólo como payaso, sino como ser humano, por su honestidad y sus espléndidas sonrisas, que repartía como si fuesen caramelos. Cuando les descubrieron ese monumento que les dedica su Santander querido, me hubiese gustado estar junto a sus familiares y compañeros que nos les han olvidado. Sé que fueron muchos los que les rindieron ese postrero homenaje. Los niños al pasar cerca los miran curiosamente, preguntando quiénes fueron. Y Pepe y Manolo, desde arriba hacen un agujero en cualquier nube para contemplar la escena. Abren unas sonrisas grandísimas y algunas lágrimas rojas y blancas, teñidas por sus maquillajes, se deslizan por sus mejillas en señal de agradecimiento. Descansad en paz, Hermanos Tonetti, amigos. 101 Troupe de trapecistas volantes Los Papadopoulos. De izquierda a derecha: Jorje Papadopoulos, Pepe Papadopoulos, Ángel Papadopoulos, Manolita Papadopoulos, Ana Mari Papadopoulos, José Antonio Díaz (portor) y Alberto Papadopoulos (portor). el joven José Antonio le observaba. Le invitó a subir. “Me coloqué la loncha de seguridad en la cintura, cogí el trapecio y empecé a ir de un lado a otro hasta que paré, solté y caí a la red. Al marcharse de Gijón me fui con ellos”. Dormía en los asientos del SEAT 1400 de Alfredo. Rosa Mari Segura seguía con su familia en este circo. 1971. Temporada en el Berlín Zirkus de Cristóforo Cristo: Julián Morata (portor), Alfredo y José Antonio. Estuvieron cuatro meses en Argelia: Ángel Cristo con los leones, los Dakota, los Rivel, los Papadopoulos... Galas en el Coliseo de Oporto y Lisboa. Septiembre 2007 100 José Antonio Díaz Fernández nació el 17 de febrero de 1953 en Turón, pueblo asturiano de la cuenca minera de Mieres. Sin once años, vio el Circo Kron de Alejandro Bañuelos Cortés en Gijón. Le impresionaron hasta tal punto los trapecistas volantes (el portor Domingo Bañuelos, y los ágiles Mario Madoma y Alfredo Silver), que le costó mucho dormirse. Al día siguiente, merodeaba por el circo y le cautivó una melodía de un saxofón que hoy reconocería. Entre los circenses estaba la niña Rosa Mari Segura, que entrenaba con su padre el número de alambre. Se escapó en un camión del circo que fue a León, Zamora…; el director le envió de regreso a casa. En 1970 volvió a ver el circo Kron. En esta ocasión los trapecistas eran: Domingo Bañuelos (portor), Alfredo Silver, Claudio Garriga y otro Claudio. Alfredo se desesperaba porque no aparecían los demás para ensayar y vio que 102 La Ratonera / 21 El ágil australiano Carlo Urban realizando un cuádruple mortal a la red en el Circo Krones de Francesca Rossi en Menton (Italia). José Antonio Díaz es el portor, en la parte inferior. 1972. Con el Circo Checoslovaco de Ángel Cristo, hasta Santiago de Compostela. Se incorporaron a continuación al Circo México hasta llegar a Valencia (José Antonio, Orlan, Jorge Papadopoulos y Julián Morata). 1973. Circo Atlas. 1974. Circo Ruso de Ángel Cristo en Canarias: José San Martín (portor), Alfredo y José Antonio; accidente de Alfredo Silver. Había otra troupe, los Jartz. En abril se incorporó a otra formación (José Antonio, Jorge Papadopoulos, Ángel y Pepe), que desde Málaga viajó a Turquía, pues tenían contrato con Leonidas Casartelli para trabajar en el Circo Coliseo también por Bulgaria, Yugoslavia e Italia; por un tiempo se llamó Circo de Barcelona. Los saltos que llegó a presentar José Antonio como ágil fueron: salto adelante, salto y medio, doble engrupado, doble engrupapado cascú twist (media pirueta) y dobles piruetas de regreso. 1976. José Antonio pasa a ser portor. Tres meses en el Circo Hipódromo Bouglione-Jean Richard en París; hubo otra troupe Circo de volantes, la de Freddy Osler. Resto del año en Inglaterra: desde mayo en el circo estable Hippodrome de Great Yarmouth, desde septiembre en el Circo Gerry Cottles; competición por el World Championship organizado por Mary Chipperfield y grabado para una televisión americana (compitieron los Papadopoulos, los Marilees, los Richard y la troupe de Sergio Ramos —quien le dio a José Antonio las medidas de los trapecios americanos—); navidades en Londres. 1977. De abril a septiembre con los Papadopoulos en el Circo Schumann (Dinamarca). A continuación Coliseo de Lisboa y Palacio de los Deportes de Palma (empresa Paco Pérez). 1978. Temporada en el Circo Atlas de los Hermanos Tonetti con los dobles trapecios volantes de los Papadopoulos. 1979. Seis meses realizó patinaje acrobático por salas de fiesta europeas. De vuelta a España, en octubre en Zaragoza, trabajó en dos circos a la vez: en el exterior del Mundial, de portor de Alfredo Silver; y en el Ruso sobre hielo de Ángel Cristo, portor de los Gibson (Gibson, Antonia Segura y Corina Tribertis). Navidades con Ángel Cristo en Valencia con los Gibson; también estaban los Jartz. 1980. Se casan José Antonio y Elena de Zayas, que no procedía del mundo de la carpa. Circo Ruso sobre hielo de Ángel Cristo y Bárbara Rey. Desde septiembre en el Circo Darix Togni en Italia. 1981. Circo Sarrasani, amistad con el payaso Juanito Moreno. Raúl Segura sustituye a José Antonio, quien termina con los Gibson. Encuentro en Italia con el ágil sudafricano Jannie. 1982. En el Circo italiano Hamar (de Coda Prim) en ruta por España ensayan los Madison (José Antonio, Jannie y Sharon). De marzo a septiembre, Circo Ringland; Jannie da el salto adelante, el cruce de la muerte, el doble en plancha, el doble y medio. Desde octubre en el Circo Triberti de Giancarlo. Nace Elena Díaz de Zayas el 21 de enero de 1983. Eran anunciados como “los trapecistas que empiezan donde los demás terminan”; Jannie daba el doble adelante y el triple (136 triples seguidos al primer intento). Aunque tenían propuestas para el Festival de Montecarlo y Knie, se deshace la troupe Madison. 1983. En el Circo Wegliam´s de Fratelli La Veglia (Italia) hasta septiembre de 1988. Preparó a la familia de esta empresa: los trapecios volantes (José Antonio —portor— Pascuale, Tonino, Pa- Los Trinidad saludan en su número de patinaje acrobático. De izquierda a derecha: Elena de Zayas, José Antonio Díaz y la hija de ambos, Elena Díaz. ñota, Matea y Olimpia), patinaje acrobático (José Antonio, Matea, Mariucha y Pascuale), cama elástica, charivari y tigres (para incorporarlos al número de Sandro). A partir de octubre de 1988 en el Circo Città di Roma: Elena de Zayas debutó en el patinaje acrobático; José Antonio enseñó a miembros de la familia y adiestró leones hasta marzo de 1989. 1989. Cuatro meses con el Circo Paride Orfei. En octubre estrenó el trapecio con la altalena rusa la troupe Madison (José Antonio, Patricia Papi, Jannie, otro ágil, Bruce y su esposa) en el Circo Cesare Togni. Galas navideñas en el estable de Bremen con el Circo Busch-Roland de la troupe Lorimar (José Antonio —portor—, Loris Jartz y su mujer, Julia). 1990. La troupe Lorimar en el Cirkus Finlandia. Miltcho era un menor que trabajaba con la troupe de jockeys búlgaros los Valdemar. Al irse este circo a Bulgaria, José Antonio y Elena vinieron a España. Tres meses con el Circo Wonderland: José Antonio enseñó trapecio a Ringo, Néstor y Quique Macaggi; y en la función realizaban el patinaje acrobático, en el que José Antonio y Elena sufrieron un accidente que les tuvo ocho meses recuperándose. 103 Septiembre 2007 Circo Circo La Ratonera / 21 104 1991. Miltcho vino a España. En el Circo Benneweis presentó la altalena rusa La troupe Madison (José Antonio, Patricia, Jannie, otro ágil, Bruce y su esposa) de trapecios con altalena rusa en el Circo Benneweis, en Dinamarca y Osaka (Japón). Galas de Francia: primera aparición de Miltcho con los Madison. Navidades con el Circo de Cesare Togni. 1992. La troupe Madison con el Circo Jacobi Althoff en Austria. Los Trinidad, José Antonio y Elena, ensayaron el número de percha. 1993. Circo Paride Orfei de Benito Larible: en los trapecios la troupe Larible (José Antonio, Miltcho, Dolly Larible y Darix), debutó Elena de Zayas con la percha y de maestros de patinaje. En Nápoles operaron de los meniscos a José Antonio. 1994. Circo di Berlino de Vulcanelli: troupe Vulber (José Antonio, Miltcho y los hijos de Vulcanelli). Miltcho daba el doble en plancha y el triple. Miltcho se casó con Gilda y se queda en este circo. En octubre, Los Trinidad en el Circo D´Amico: patinaje, percha y en la cama elástica enseñan a Divier a dar el triple. 1995. De marzo a octubre, Los Trinidad en el Circo Taquimiri con el patinaje acrobático y la percha; Elena Díaz debutó en la percha. Octubre, Los Trinidad en el Circo Luana Orfei con la percha y el patinaje; Elena Díaz también con el hula-hop. Continuaron en esta empresa y en 1997 además trabajaron con trapecios volantes Dennis troupe: José Antonio, Eros, Elena Díaz, Wanda e Ioris. A finales de 1998 conocieron al ágil australiano Carlo Urban. Al comenzar 1999 estaban en el Circo Luana Orfei. En el Circo Wegliam´s ensayan un mes los volantes (José Antonio, Elena Díaz y Carlo). Desde octubre Circo Davide Orfei de Vanes Rossante. 2000. En marzo con Franca Rossi percha y trapecio. Se incorporó a los volantes la neozelandesa Fleure. Carlo Urban daba los saltos: adelante, doble en plancha, doble adelante, doble en pirueta, doble doble (salto pirueta salto pirueta), triple y cuádruple a la red. En noviembre con el Circo DÁmico. Percha, patinaje y trapecio (José Antonio, Carlo, Derek, Perla y Elena Díaz). En junio de 2002 José Antonio y su mujer Elena de Zayas se retiraron del circo y regresaron a Valencia. Elena Díaz y Derek crearon el cuadrante Dúo D´Amico, con el que participaron en el Festival de Grenoble. Además Elena estrenó su número aéreo con telas también en el 2002. Estuvieron en el 2003 en el Circo Niuman y la Navidades con Vanes Rossante. En el 2004 volvieron con el Circo Niuman. 2005. Elena Díaz con la familia D´Amico en el Circo Karl Busch en Alemania: telas, trapecios volantes y cuadrante. Cuadrante para una televisión de París. Navidades con Vanes Rossante. 2006. Elena Díaz y Derek profesores en el programa-concurso de televisión del Canal 5 italiano “Esta noche al circo”. Después en el Circo de Moscú en Italia. En el 2007 Elena Díaz en el Circo Óscar Orfei con: las telas, escalera aérea y un número de cuadrante aéreo con Sharon Orfei estrenado a finales de agosto. Hace cinco años que José Antonio Díaz y Elena de Zayas dijeron adiós a una brillante carrera como perchistas, patinadores y trapecistas; así como maestros de jóvenes valores, actividad en la que José Antonio sobresalió y La troupe de trapecistas volantes Los Trinidad. De izquierda a derecha: Elena Díaz, el australiano Carlo Urban, José Antonio Díaz y la neozelandesa Fleure. obtuvo discípulos excepcionales como Miltcho. “A lo largo de mi vida he sentido una mano que me ha protegido”, reconoce José Antonio y continúa Elena: “El circo me ha proporcionado: fuerza, entereza de carácter, conocimientos de las raíces de otros lugares, un bagaje repleto de satisfacciones personales y laborales, increíbles anécdotas y una agenda repleta de buenos amigos”. Este matrimonio ha legado la llama del circo a su hija Elena, quien a los veinticuatro años es una estrella de números aéreos. 105 Los Trinidad, amigos del alma Estos destacados artistas españoles se retiraron del mundo de la carpa en pleno éxito para dedicarse a su familia, que en aquellos momentos les necesitaba. Como compensación tienen el premio de ver triunfar a su hija Elena en importantes circos de Italia y Alemania. Llegaron al estrellato en el circo como artistas y maestros de trapecios volantes, patinaje acrobático y percha. Además conservan la sencillez y la humanidad de la gente verdaderamente importante. Sinceros, entrañables y hospitalarios, Elena y José Antonio, son mis amigos del alma. Representan el paradigma de ese tipo de personas que nos sacan brillo a los demás, reconciliándonos con el mundo. Juan José Escobedo Gómez Septiembre 2007 Elena Díaz en el número aéreo con telas. Circo Circo Circo Alegría y alergia al Sol Acerca de las costumbres para ver el ‘Cirque du Soleil’ La Ratonera / 21 106 El espectacular despliegue de propaganda del Circo del Sol causa mucha más admiración de alegría que de alergia, dos palabras proximales que nos acercan a la patología del espectador nuevo. Por un lado hay cada vez más un síndrome de alergia al sol que se evidencia en diversas afecciones cutáneas a su exposición, y por otro lado el revulsivo nacido de este circo en Quebec en 1982, ha llevado a bastantes artistas (españoles sobre todo, o europeos) a renegar del despliegue de este circo nor-norteamericano. Cuanto mayor es el éxito de este megaespectáculo, cuanto mayor fervor causa, más se le buscan las cosquillas, los fallos, los defectos, que por otro lado nadie ve. Tal vez el mayor se atisbaría con gafas de cristal de madera que esgrime la repulsa a verlos ganarse el pan y sacar provecho de ello. Lo que para los ojos antiglobalizadores —generalmente subvencionados, no lo olvidemos— no está bien. Otra cosa sea el trato de favor de las autoridades políticas y empresariales, hacia este emporio, que como siempre están para lo que están, sirviéndo- 107 se ellas mismas de escaparate en el circo que representan. No les dediquemos más tiempo, el caso es que tres años después vuelve el Cirque du Soleil, el Circo del Sol a Gijón. Colocado en el Parque Inglés ha perdido gran parte de su atractivo. Difuminado entre la arboleda, que no deja ver su perspectiva blanca como hace unos años se pudo contemplar en su maravilloso emplazamiento del Musel, casi flotando en el mar. Estrenado el 25 de julio permanecerá durante todo un mes en ese parque que de inglés tiene sólo el nombre. Ciertamente no ha perdido su fulgor, su finura, su tratamiento de arte absoluto. Puede pasar en cualquiera de los espectáculos del repertorio circulante (por todo el mundo) que prácticamente son intercambiables. En realidad el espectáculo Alegría, como el Saltimbanco o el Quidam también visto en España, corresponden a una misma fórmula. Un guión más o menos difuso —hilo conductor que aquí magnifican tres grandes clowns— que se va interpretando con el aderezo de los números circenses, coreográficos, gimnásticos, acrobáticos y musicales. No debería uno cansarse de decir que esta gran multinacional canadiense ha encontrado la renovación más absoluta de un Septiembre 2007 Francisco Díaz-Faes La Ratonera / 21 108 espectáculo decadente: el circo. Coreograf ías y bailes, canciones y músicas, máscaras, maquillajes y vestuario, luces y sombreados y transparencias, o decorados y proyecciones, y unos artistas de gran magnitud acoplados con perfecto ensamblaje en medidas, tiempos y silencios. El mayor espectáculo del mundo, tal vez, en su acercamiento al arte total que se buscó para la ópera. Y lo han hecho desde 1984 con la fuerza que les ha dado su formación en las funciones de calle. “Alegría, como un asalto de júbilo”, es el título de lo que aquí veremos, para ver, “si no tienes voz, si no tienes piernas, si no tienes esperanza”, rezan los programas. Presentando un mundo al revés donde los bufones hacen el papel de rey y el rey de bufón, en un trastoque cuyo origen está en la inversión de órdenes de las saturnalias y el Carnaval. Esos bufones de nariz afilada, como hombres-pájaro regordetes, harán de maestros de ceremonias de la función. Así como no podemos pedir que la generalidad de quien visita la Feria de Muestras se entere, año tras año, de las exposiciones de la Fundación Masaveu, en el stand de la cementera más antigua de España (Tudela Ve- guín), (este año, Casas, Solana, Zuloaga, etc., viendo crecer su jardinillo —esta vez con la hierba alta— casi japonés de 25 m2), sí reconocemos que este Circo tiene el fervor popular —más de 9 millones de personas en todo el mundo lo han visto— de algo que nadie debe dejar escapar. Como un bocadillo de calamares, o de chorizo, un limpiagafas, un helado, o entrada en el túnel de la ficción de la descarada propaganda de los pabellones municipales a media mañana en el recinto ferial. ¿Y cómo lo consiguen? Primero un tránsito. Por una tienda. Como esos centros de interpretación de la naturaleza que pretenden disecarla, para que la barahúnda de visitantes, prestos a deglutir lo que se les proponga (otra vez el dirigismo), pretendan sustituir la verdad por el cartón piedra (esas máscaras maravillosas de resina que aquí se venden), el vuelo de un ave (o un acróbata) por su foto (impresionantes las que aquí venden), o su reproducción seca en manos de un taxidermista. Y para que todo se revista de fantasía de macrocine, no podían faltar las palomitas (sabido es que los cines sacan más dinero en recaudación de chucherías que en venta de entradas ¿no va Circo la gente a comerlas más que a ver películas?) en este ambigú. Pero de verdad luego está lo que importa, lo que debería importar, lo demás, todo esto que escribo, son elucubraciones: el solo de trapecio de una artista cuyo apellido no puede ocultar su origen finés (las vocales repetidas en Tuuli Räsänen), las proezas acrobáticas de esa veintena de gimnastas, el equilibrista sobre manos y barras (ucraniano Denys Tolstov), la manipuladora de cinta y de aros (Masha Silaeva), el hombre volador (en cinta elástica, Aleksandr Dobrynin), la barra elevada o las barras, rusas, o la impresionante y vertiginosa danza del fuego con cuchillos, los interludios de los clowns, los músicos y cantantes de esa especie de chill out, el tango, el jazz, todo ese embeleso que nos va envolviendo con una meticulosidad excitante. Algo nos dice que no estamos en un circo pobre: no hay rifa en el descanso, sino consumo compulsivo de trueque de pareceres, en cambio hay música en directo y los artistas no se intercambian en familias para hacer varios números mudando de disfraz. Tampoco hay animales, ni ese baile de banderas que evoca el final universal de todo circo. Todo se 109 apaga, menos el rescoldo del latido de este espectáculo. Alguno se habrá creído periodista, o payaso, o artista, cuando le sacan para colaborar en un pequeño número. Y simplemente es calvo, o le ha rozado la mirada de un clown que rompe el anonimato de un espectador en la noche. Y el circo sigue. Y volverá, batido en este mundo de creación por Franco Dragone, Gilles Ste-Croix para la idea de Guy Laliberté y sus muchachos. Haciendo caso al apellido que libra: la libertad de la imaginación. Septiembre 2007 Circo 110 nana para despertar a una amante matrioska Roberto Lumbreras Editorial Difácil Valladolid 2007, 128 páginas La Ratonera / 21 Chechu García La editorial Difácil presenta en este volumen, dos obras de Roberto Lumbreras Nana para despertar a una amante y Matrioska. El autor debutó en la escena profesional con Hasta que la boda nos separe (Premio Alejandro Casona 2001), que fue llevada con éxito a los escenarios asturianos por Barataria Teatro. En la primera de las piezas, Nana para despertar a una amante, una mujer vela a su amante en coma, estableciendo un monólogo que en sus primeros compases sorprende con unas dosis de lirismo, cuya belleza formal se acerca y roza la poesía de altura, para ir transitando por los dif íciles caminos que se- paran la tragedia del humor. Aunque el arranque es relevante y la situación muy apropiada para desarrollar una obra de factura redonda, algunos de los momentos humorísticos hacen que el texto pierda brillantez (patidifusa la historia del ingeniero de sonido), además de una cadencia rítmica con giros narrativos marcados con diapasón y un final, que por excesivamente extravagante, resulta chocante aún desde los presupuestos de lo absurdo. Por ello, y aunque se trate de una obra nada desdeñable, parece excesivo el cumplido que en un prólogo de compromiso al principio del volumen le dedica Rodolfo Cardona: “No creo que en los últimos 20 años, se haya ofrecido un vehículo más atractivo a una buena actriz...”. No tiene que remontarse tan atrás el señor Cardona, todavía tenemos fresco en nuestras retinas el monólogo Solo para Paquita de Ernesto Caballero. La segunda pieza del libro, Matrioska, aborda el tema de la trata de blancas venidas del Este y el mundo de la prostitución. Editado por el Instituto de la Juventud (Trabe) en la colección Texu, constituye el segundo acercamiento de la autora a la escritura escénica, después de su debut con Por una desconocida Premio al mejor texto teatral de la Academia de la Llingua Asturiana 2003 (Colección Mázcara nº 9, ALLA 2004) coescrito con Jorge Fernández García. Con este trabajo, Azucena Álvarez se afianza como uno de los nuevos nombres de la dramaturgia asturiana. el pecado del padre pierre Juan Luis Sáez y José Monleón (Eds.) Mª Azucena Álvarez García Colección Texu n.º 41 Ed. Trabe. Uviéu 2006, 61 páxines Premio Asturias Joven de Textos Teatrales 2006 Chechu García Europa 1942. En la Francia ocupada por las tropas nazis, un sacerdote parisino, el padre Pierre, se enfrenta a sus demonios en un escenario rodeado de barbarie, desesperación y muerte. Éste es el árbol argumental de El pecado del padre Pierre obra de Mª Azucena Álvarez García, premio Asturias Joven de Textos Teatrales 2006. Una pieza en tres actos, para cinco intérpretes, que asemeja en sus aspectos formales, a las obras dramáticas de principios del siglo veinte, donde un dilema moral funciona como motor textual y donde un conflicto ético desfigura a los personajes, llevándolos inexorablemente a un clímax de enfrentamiento, en el que la culpa, el pecado y la conciencia, funcionan como esencia dialéctica del conjunto. clunia ii. el actor trágico y el actor cómico en el teatro griego. interpretación coral. el lamento de la tragedia griega antigua Asociación Cultural La Tarasca. Burgos, 2006 Eva Vallines La Asociación Cultural La Tarasca publica el segundo volumen de su Colección de Estudios Teatrales, en el que recoge los Cursos de Verano celebrados en Peñaranda de Duero en los años 2002 y 2004, organizados por el Aula de Teatro de la Universidad de Burgos, que al amparo de la colonia romana Clunia Sulpicia y de su teatro, se ha propuesto crear un foro de encuentro y debate sobre el teatro grecolatino. Los responsables de la edición son Juan Luis Sáez, profesor del Aula de Teatro y codirector de uno de los cursos y José Monleón, a cargo del cual corre el prólogo y que participa activamente con sus clarificadoras ideas en ambos cursos. El presente volumen ofrece una interesante reflexión acerca del significado y vigencia de la tragedia griega en nuestros días a través de las ponencias y debates en las que participaron prestigiosos helenistas como Rodríguez Adrados, Antonio Melero, o Jaume Pórtulas, estu- 111 Septiembre 2007 Libros y revistas El buen oficio del autor logra con pinceladas muy sutiles, introducirnos en la personalidad de Alfonso, auxiliar de Psiquiatría, y de Tania, una prostituta de lujo, donde muy pronto se suceden las sorpresas, en un juego de tensiones de las que emergen la desesperación, el abandono, las frustraciones que los dos personajes vierten al escenario como un veneno. La combinación y dualidad del papel fuerte-débil, se transforman a lo largo de la obra, mezclando el fetichismo, la dominación y la crueldad de forma muy acertada. Una pieza de dos personajes que cuenta con los ingredientes necesarios para ser llevada a las tablas con éxito. el que los sonidos, el ritmo y la energía son fundamentales. Antonio Melero habló de la importancia del coro en la comedia, de su carácter improvisado, y de la vinculación entre comedia y democracia. Monleón, además de reivindicar la especificidad del espacio escénico clásico, hizo un repaso por la historia de las representaciones de los clásicos en España, con especial atención al Festival de Mérida. Adrados, con su habitual rigor, analizó la importancia del papel del coro trágico como representante de lo comunitario, al que ni traductores ni directores de escena han sabido dar la relevancia que se merece, ya que la tragedia griega es un teatro fundamentalmente poético y coral. La mesa redonda “El actor actual frente a los textos clásicos”, se echa de menos que no haya sido reproducida en su totalidad, pues únicamente se nos ofrece la primera intervención de Adrados y Monleón, sin que podamos asistir al debate que suponemos vino a continuación. Adrados señaló la dificultad de transmitir los textos griegos al espectador, empezando por la propia traducción y siguiendo por la interpretación, que exige unas capacidades extraordinarias. Ambos coincidieron en que los griegos trabajan mejor los coros y en general la tragedia, que aquí en España. vocó el rechazo de todas las religiones o pensamientos dogmáticos. Como cierre se nos ofrece un Epílogo con la historia, fotos y reconstrucción del Teatro de Clunia. En suma, nos encontramos ante un libro de gran interés para todas aquellas personas vinculadas al mundo del teatro, así como para estudiosos y amantes de la literatura griega. manual de teoría y práctica teatral De José Luis Alonso de Santos Castalia Universidad. Madrid 2007 Si es cierto que “no hay nada más práctico que una buena teoría” este estupendo manual que cuenta con la experiencia y la sabiduría de Alonso de Santos refuerza el viejo dicho de Kurt Lewin. Libro ameno y riguroso, enciclopédico, que toca todas las disciplinas relacionadas con el hecho teatral. Escrito con la máxima claridad en la exposición de los contenidos y libre del academicismo mal entendido. Por su cuidada edición y lo completo del sumario está avocado a convertirse en manual de referencia imprescindible en cualquier biblioteca. Las sucesivas reediciones lo confirmarán. 113 análisis de la dramaturgia nueve obras y un método De José-Luis García Barrientos y aa.vv. Manuales RESAD. Fundamentos. Madrid 2007 Como su propio título indica, el volumen analiza de manera exhaustiva nueve piezas clave de la historia del teatro, a excepción de una pieza de Tono y Mihura, Ni pobre ni rico sino todo lo contrario, si la consideramos de ámbito más restringido. El método analítico que sirve de introducción es el del profesor José-Luis Barrientos, que se incluye en la antología Septiembre 2007 La Ratonera / 21 112 diosos del teatro como el ya mencionado José Monleón y directores y actrices como Theodoros Terzopoulos y Sophia Hill, ambos del Attis Theatre. La adaptación de los clásicos es un eterno tema a debate en el que es dif ícil encontrar una solución que satisfaga a todos. Ya en 1992 Primer Acto recoge un encuentro celebrado en El Escorial bajo el título “El actor en la tragedia griega”, en el que se dieron cita filólogos y hombres de teatro convocados por el Instituto Internacional del Teatro Mediterráneo, dirigido por Monleón, que junto con Adrados y Terzopoulos estuvo en ambos encuentros. Si algo llama la atención de estos cursos, es que a diferencia de lo que suele ocurrir en otros foros multidisciplinares, nos sorprende la coincidencia de planteamientos entre especialistas como Adrados y Monleón, que cada uno desde su ámbito reivindicó la necesidad de que la tragedia griega comunique con el público de hoy, y sepa transmitirle el conflicto que plantea. El primero de los cursos, titulado “El actor trágico y el actor cómico en el teatro griego. Interpretación coral”, contó con la ponencia de Terzopoulos, en la que el director griego explicó el método de trabajo desde el que su compañía aborda los clásicos griegos, a partir de un trabajo actoral orgánico, en El segundo de los cursos, titulado “El lamento de la tragedia griega antigua”, contó con la ponencia de Santiago López Moreda, representante del Festival de Teatro Clásico de Mérida, que disertó sobre los límites entre adaptación e innovación, reivindicando la fidelidad a los clásicos y rechazando los anacronismos (p.103), cosa que así enunciada resulta un tanto cuestionable. Ramón Irigoyen se centró en sus versiones de Medea y Troyanas y en las dificultades intrínsecas de la traducción de la tragedia griega. La primera mesa redonda de este curso “Vigencia de la tragedia griega en la sociedad de hoy”, ofreció un interesante “agón” entre López Moreda, el más ortodoxo, que cuestionó la libertad absoluta en las adaptaciones, frente a Fernando Melgosa que reivindicó la necesidad de involucrar al espectador, para lo cual hay que modificar el tempo-ritmo, que tiene que ser más acorde al que demanda el público actual. La ponencia de Jaume Pórtulas rastreó el componente de lamento ritual presente en la tragedia, que era una experiencia del caos ritualizado. Monleón, en cambio, en su ponencia defendió que la tragedia más que un lamento es lo que queda después, las preguntas y la protesta si no hay respuesta. En la segunda de las mesas redondas, titulada “Tragedia: poética y sociedad”, Pórtulas, tras afirmar que él hasta ahora compartía la teoría de Monleón, se cuestionó cómo puede ser compatible que la tragedia sea una pregunta sin respuesta, acuciante y desgarradora, con la idea que tenemos del teatro griego, que es un teatro de Estado, subvencionado y destinado a crear sentimiento de comunidad. ¿Cómo podía lograr ese sentimiento a base de preguntas sin respuesta?, ¿cómo lograba la famosa catarsis o apaciguamiento? A esto Monleón respondió que las preguntas sin respuesta unen más que las respuestas impuestas. El teatro tiene que darnos la libertad de dar nuestras propias respuestas. La tragedia griega es un espacio que permite el ejercicio crítico de la libertad y por eso pro- happy birthday, miss monroe De Jorge Moreno Premio Arniches, 2006 Teatro Español Contemporáneo/ 19. Alicante, 2007 La Ratonera / 21 114 Pieza con que Jorge Moreno consiguió el Arniches 2006. Como su título indica tiene a Marilyn Monroe como protagonista, aunque es su condición de mito, y la manera en que influye en el carácter del protagonista —un enfermo internado en un psiquiátrico que la mimetiza— el tema central. El ambiente cinéfilo y el extraño comportamiento del resto de personajes conforman una pieza que mezcla por igual la farsa y la comedia con cierto desgarro dramático. El prólogo es de Nacho Artime y la obra fue estrenada por el equipo habitual del grupo Konjuro el 9 de febrero de 2007, en el Teatro Palacio Valdés de Avilés. Próximamente estará en la Muestra de Teatro Español Contemporáneo de Alicante. grande place, De Paco Obregón yudita, De Lourdes Ortiz el día en que inventé tu nombre De Teresa Calo El teatro de papel, nº 5. Primer Acto. Madrid, 2007 Interesante edición con textos diferenciados en su tratamiento, pero con temática unívoca: la violencia en el País Vasco y el terrorismo etarra. El conocido monólogo de Lourdes Ortiz hace compañía a una pieza de Paco Obregón, Grande Place, que es adaptación de la novela homónima de Mario Onain- dia (representada por el grupo Geroa hace muchos años), y a El día en que inventé tu nombre, obra con que Teresa Calo consiguió el Premio 2005 Ciudad de San Sebastián de Teatro en Castellano. Pieza a destacar que le pone un buen broche a esta trilogía en la colección “El teatro de papel”, publicación que hace recorrido por el teatro de las autonomías incluyendo textos de autores contemporáneos comprometidos con temáticas del día. los trufaldines y el teatro de los caños del peral De Fernando Doménech Rico Monograf ías RESAD. Fundamentos. Madrid 2007 Los Trufaldines eran una compañía de cómicos italianos llegados a Madrid con Felipe V. Más cercanos a la Commedia dell´Arte que a la ópera (aunque siempre los hemos visto como los cantantes introductores de la misma en nuestro país), Fernando Doménech Rico los reduce, a través del estudio, la consulta de archivos y el contraste de información, a una actividad profesional relacionada con el teatro de circunstancias, los entremeses, el baile, las tarascas y las comedias de magia. El libro es todo un estudio pormenorizado de las diferentes fases por las que pasaron y, a la vez, un documento ideal para hacerse una idea cabal del teatro que se hacía en la corte española por aquel entonces. manuel fontanals, escenógraf0 Teatro, cine y exilio De Rosa Peralta Gilabert Monograf ías RESAD. Fundamentos. Madrid 2007 Este libro cuenta la historia del teatro español del primer tercio del siglo XX, mostrando el teatro vivo, sobre los escenarios, en una etapa muy brillante de las letras españolas. El escenógrafo Manuel Fontanals destacó sobremanera, incluso viajó por otros países y continentes. Se establece definitivamente en México, exilado tras la guerra civil, donde además de trabajar en el teatro, se convierte en el escenógrafo más significativo de la potente cinematograf ía mexicana. Rosa Peralta reescribe admirablemente la fascinante vida del escenógrafo Manuel Fontanals. paisaje de lluvia con fantasmas la tarde del séptimo día De Jesús Carazo Espiral/Fundamentos. Madrid 2007 Éste es el quinto volumen de teatro de Jesús Carazo, catedrático de Lengua y Literatura, finalista del premio Nadal en 1988 y escritor de narrativa para adolescentes. En esta ocasión se editan dos piezas que tienen deuda de origen argumental, o al menos punto de partida inspirativo, en dos novelas: Los puentes de Madison, de Robert James Waller, y La hoja roja, de Miguel Delibes. miedos y rumores De Luis Valderrama Modrón Espacio y Futuro S.e.T.o.T. Edición de autor. Imprime: Socowork Paseo de Extremadura, 13. 28011 Madrid Luis Valderrama Modrón presenta una comedia dramática en tres actos que forma parte de la Trilogía de la realidad. La pieza, que por su estilo y entramado argumental guarda relación con sus anteriores trabajos, incide en un teatro discursivo, crítico con la corrupción, las infidelidades ideológicas y sentimentales, con unos personajes que son indisociables del carácter irascible del autor y de su peculiar universo literario. La obra, de muy larga duración, como es habitual en este tipo de textos, requiere para su efectivo e hipotético montaje un pequeño recorte. casahamlet, n.º 9 R/ Alonso VII, 11 - baixo. 15005 A Coruña. Maio 2007 Este número de la revista gallega dirigida por Francisco Pillado Maior, y patrocinada por la Dipu- 115 Septiembre 2007 con el estudio de Luces de bohemia. Las demás piezas, entre las que se incluyen obras de Miller, Shaffer, Calderón, Robert Lepage o Alfred Jarry, van de la mano de algunos de sus alumnos destacados. la nueva sede en Cabueñes, Gijón. Publicación necesaria para dar a conocer las actividades de la escuela, para que alumnos y profesores reflexionen sobre sus trabajos, y para crear vínculos con la profesión. ade/tetro n.º 115 Costanilla de los Ángeles, 13, bajo izq. 28013 Madrid (pausa.) n.º 27 La Ratonera / 21 L´Obrador de la Sala Beckett Alegre de Dalt, 55, 2A, 1. 08024 Barcelona. Julio 2007 Número íntegramente dedicado a los jóvenes —y no tan jóvenes— autores del teatro catalán contemporáneo. ¿Quiénes son? ¿Qué hacen? ¿Cuáles son sus temas y estilos de trabajo…? Autores en su mayoría vinculados al magisterio de la Sala Beckett nos hablan de sus obras entrevistados por sus propios compañeros. La revista introduce este any de teatre català contemporani con el editorial, artículos de Joan Cavallé y Núria Santamaría, y las ponencias de una mesa redonda celebrada en el L´Obrador de la Sala Beckett el 22 de febrero de 2007. r.g.t. n.º 51 Apdo. de Correos 210. Cangas. Pontevedra. Verano 2007 La Revista Galega de Teatro publica el texto breve de Manuel Lourenzo Belicosario. Un artículo de Alfonso Becerra sobre el escándalo producido en el estreno de Ubú Rey nos recuerda a Alfred Jarry en el centenario de su muerte. Las muestras nacionales o internacionales, la crítica donde se comenta la ópera cómica Rita ou O Marido apaleado, y otras secciones sobre la cartelera gallega y las novedades editoriales, afianzan la revista con su nuevo formato. ars dramatica Revista de la ESAD de Asturias, n.º 0. Gijón, 2007 Este número piloto de la revista de la Esad pone a disposición de alumnos y profesores un nuevo forum para tratar contenidos relacionados, principalmente, con la pedagogía teatral. Una entrevista a Jorge Eines y a Marta Schinca, las notas de dirección de Laura Iglesia sobre el Ricardo III, al lado de temas específicos de la escuela, forman el punto de partida de una revista que es buen complemento a primer acto n.º 318 Ricardo de la Vega, 18. 28028 Madrid El teatro radical de la premio Nobel Elfriede Jelinek es el núcleo y apartado relevante de este Primer Acto, que se hace imprescindible para un primer acercamiento a la escritura de tan controvertida autora. El XI Ciclo Autor nos introduce en su obra, con artículos de Sigrid Löffer (que dice en su ponencia: “El lenguaje más radical de Jelinek se encuentra en el género teatral. Ha disuelto cualquier tipo de personaje concreto y las estructuras de diálogo. Sus obras son bloques enormes de texto, superficies enormes de lenguaje”), Brigitte E. Jirku, Isabel Díaz, David Ladra y Carmen Gómez García. Los textos que se incluyen y conforman No importa. Una pequeña trilogía de la muerte nos dan la dimensión de su teatro y nos ayudan a curarnos de la intoxicación a que nos había sometido la parte más reaccionaria del poder mediático. Otros apartados de la revista no relacionados con el tema Elfriede son: “mujeres en escena”, la “escena contemporánea”, “el teatro de Alfonso Sastre”, y “libros”. artez, n.º 124, 08/2007 Aretxaga, 8 bajo. 48003 Bilbao El número de agosto de la revista ARTEZ viene acompañado por un Suplemento dedicado a la X Feria de Teatro de Castilla y León, que se celebrará 117 Septiembre 2007 116 tación Provincial da Coruña, tiene al “Amor” como epígrafe de portada. Sobre esta palabra inabarcable se configura el sumario de la revista, con tres apartados: teoría, creación y documentación. En la sección más amplia, la de creación, encontramos veintitrés textos teatrales breves. Ilustraciones y fotograf ías complementan la hermosa composicón de Casahamlet. Este último número de ADE/TEATRO contiene un dossier sobre el teatro de aficionados, el texto de Luis García-Araus y Javier Yagüe Rebeldías posibles, estrenado en la sala Cuarta Pared, en Madrid; artículos de Manuel F. Vieites y Alberto Fernández sobre el control de calidad en las artes escénicas, apartado de notas de dirección, de festivales y libros. Sin olvidarnos del interés crítico que, como viene siendo habitual, despiertan sus editoriales. ducciones estrenará una Antígona versión de Miguel Murillo y un reportaje sobre otro estreno: Monstruitos de Oihulari Klown. Para cerrar, la habitual sección de críticas de libros y revistas. la tarasca, n.º 24 Asociación Cultural “La Tarasca” Apdo. de Correos 208. 09080 Burgos La revista la Tarasca, que edita la Asociación burgalesa que lleva el mismo nombre, anuncia su próxima desaparición después de 15 años. En este ejemplar recogen el material que se les fue acumulando y que no perdió actualidad, como una entrevista a Andrés Lima, y crónicas de Congresos y Ferias de Castilla y León. El próximo número 25 será un número especial de despedida, para el que piden la colaboración de los lectores, con el que cierran una etapa e inician un período de reflexión del que todos esperamos que vuelvan con energías renovadas. www.la-ratonera.net La Ratonera / 21 redaccion@la-ratonera.net La Ratonera Revista asturiana de teatro La Ratonera Suscripciones Deseo recibir en mi domicilio tres números de LA RATONERA al precio de 15 €. Como regalo recibiré un libro de la colección “Deus ex machina Teatro”. Datos del suscriptor: Apellidos .......................................................................................................... Nombre ............................................................................................................ Domicilio ......................................................................................................... Código postal ........................... Localidad ................................................ Provincia .......................................................................................................... Teléfono ..................................... Email ......................................................... 119 Elijo como forma de pago: GIRO POSTAL dirigido a LA RATONERA. N.º de giro ..................................................... expedido en ......................................... Fecha ............................................. CHEQUE a nombre de Oris Teatro, remitido a la dirección de la revista. TRANSFERENCIA BANCARIA a Oris teatro N.º de cuenta de Cajastur 2048-0049-2-7-0300143629 Firma Fecha Dirección: Oris Teatro. Av de la Vega 67, 2º. 33940, El Entrego (Asturias) Teléfono: 652869861. Email: info@la-ratonera.net Septiembre 2007 118 en Ciudad Rodrigo del 21 al 25 de agosto. Carlos Gil Zamora, su director, en el editorial escrito desde el Festival del Sur de Agüimes, reflexiona sobre la necesidad de una política cultural de continuidad que no se vea afectada por los vaivenes electorales. Junto a las firmas habituales de Ricard Salvat, que da un repaso al Grec 07 y Alfonso Sastre, que nos adelanta su próxima publicación (“un libro sobre ‘cuestiones dramatúrgicas’ que así habrá de titularse, y versa sobre lo que se ha llamado ‘modos pirandellianos’ en el tratamiento de los dramas”), encontramos a Josu Montero con un comentario de los textos de David Lescot publicados por El Astillero y a Virginia Imaz con la entrevista que realiza al grupo Palique, que llevan su experiencia de cuentacuentos más allá de nuestras fronteras. No falta información acerca de los festivales de Araia, Girona, Brasilia, Manzanares y Aguilar de Campoo, así como sobre la programación teatral de las fiestas patronales de las capitales vascas. Hay también una breve referencia al Festival de Mérida, donde la Compañía vasca Vaivén Pro- ¡Novedad! Editorial Oris Teatro Colección Enero 2007 Etelvino Vázquez nos desnuda su alma teatral y nos enseña todo lo que él aprendió en una107 vida intensa de dedicación y amor al teatro.