Tesis - Universidad de Colima
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Universidad de Colima Doctorado en Biotecnología Microbiana USO DE METODOS QUÍMICO-BIOLÓGICOS COMO MEJORADORES DE LA CONDUCTIVIDAD HIDRÁULICA DE UN SUELO SALINO-SÓDICO TESIS que para obtener el grado de DOCTOR EN BIOTECNOLOGÍA MICROBIANA presenta Oneyda Hernández Lara Asesores Dr. Manuel Ortega Escobar Dr. Antonio Flores Díaz Tecomán, Col. , Enero de 2000 Dedicatoria A la memoria de mis padres, por darme la posibilidad de vivir y siempre recibir el mejor ejemplo. A Arlene y Leonardito, los dos grandes tesoros, que llenan mi vida. A Leonardo, el amor de mi vida, por toda su comprensión y apoyo, durante todos estos años. A mis hermanas, cuñado y sobrinos por su apoyo y cariño en todo momento. Agradecimientos Instituciones En primer lugar agradezco a la Revolución Cubana por darme el privilegio de realizar mis estudios de doctorado en México, y poder llegar a su culminación con éxito, así como también al Ministerio de la Agricultura e Instituto de Suelos de Cuba, por su apoyo brindado. A México por abrirme las puertas para permanecer una etapa de mi formación profesional en este hermoso país, gracias. A la Secretaria de Educación Pública de los Estados Unidos Mexicanos por el apoyo económico otorgado para ser posible la realización de mis estudios doctorales en México. A la Universidad de Colima por acogerme en sus aulas de postgrado para realizar mis estudios de doctorales y darme el apoyo en todo momento. También hago extensivo el reconocimiento a la Facultad de Ciencias Agrapecuarias y dirección del Postgrado de dicha Universidad. Al Tecnológico de Colima, por su apoyo para realizar la etapa de investigación, aislamiento y caracterización de las bacterias Al Colegio de Postgraduados, por darme la posibilidad de desarrollar el trabajo experimental. A la Facultad de Ciencias Biológicas, laboratorio de microbiología (IPN), por su apoyo en la parte de la reproducción de la biomasa de las cepas bacterianas. Asesores Este trabajo doctoral tuvo bajo la dirección de un grupo de asesores a los cuales quisiera hacerle llegar mis más sinceros agradecimientos, así como también al grupo de revisores, por sus sugerencias. Agradezco de manera especial al Dr. Luis Felipe Bojalil Javer por todo el apoyo, comprensión, sus enseñanzas y sobre todo su extraordinaria calidad humana, gracias por darme la posibilidad de poder alcanzar una de mis grandes aspiraciones. Al Dr. Antonio Flores Díaz que “mucho más que un asesor y guía del trabajo” fue un padre para mí, por sus valiosas enseñanzas, paciencia y estar pendiente de cada detalle durante el desarrollo del trabajo de tesis, son cosas que jamás olvidaré, a las cuales le estaré siempre agradecida, gracias. Al Dr. Manuel Ortega Escobar por trasmitirme la energía del conocimiento, la filosofía ante la vida, el optimismo para seguir adelante y siempre recibir su apoyo incondicional. Al Dr. Miguel Arenas por sus valiosas enseñanzas en la teoría de conocimiento, su calidad humana, y no olvidaré todo lo que hizo para ser posibles mis estudios en México, gracias. A la Dra. Judith Licea de Arenas por darme la posibilidad de enriquecerme en el conocimiento del manejo bibliográfico. Hago extensivo el reconocimiento a los demás asesores, Dr. Héctor González Cereso y Dr. Fauto Sánchez. Agradezco de manera especial al Ing. Lorenzo Hernández, por su apoyo, sencillez y sus extraordinarios valores humanos, gracias. Dr., Ignacio Galindo, por su apoyo y amistad. Dr. José Renato de Freitas, por sus valiosas observaciones y amistad. Dr. Angel Martínez Garza, por su apoyo en la parte estadística. Amigos No hay palabras para agradecer a todo los compañeros que me apoyaron en todo el desorrollo del trabajo en las buenas y en las malas, a los que me apoyaron en la realización de la actividad, en especial a la Maestra Argelia Juárez, y su familia más que una compañera, es una hermana, de quien siempre recibí su apoyo en los conocimientos de la microbiología y el calor familiar. Hago extensivo el reconocimiento a jóvenes, Estela, Fernando, Inés y Daniel por su entusiasmo y dedicación, para ser posible la realización de esta trabajo. A la Maestra Isabel Sala, por su enseñanza, sencillez y no escatimar esfuerzo ante el trabajo. Al colectivo de laboratorio de salinidad, Cruz Frutero, Bibiano Ramirez y Manuel Coronado, así como a los compañeros que hicieron posible la realización del trabajo en invernadero, Fernando, Telesforo y Porfilio. A Juan Avila por su ayuda incondicional en la sala de computo, a todos gracias. Al colectivos se mis compañeros del postgrado, donde fueron valiosas las experiencias de cada uno, alimentando el conocimiento, reciban mis más sincero agradecimiento. No quisiera dejar de nombrar a compañeros que han compartido mis preocupaciones, alegrías y triunfos en esta etapa lejos de los míos. A Irma Díaz, por su valiosa ayuda, amistad en todo momento. Ana Laura, por su amistad y ayuda, a Marcela por su bella amistad, Helbert por facilitarme su computadora en una etapa del trabajo. Así como, a Maximiano, Guillermo, Adriana y a Mary. Hago extensivo también al Dr, Enriquez Méjias, por su apoyo en todo momento. Especialmente a mis compatriotas cubanos, quienes me dieron palabras de aliento para continuar con mis estudios doctorales y de esta forma contribuir al desarrollo de la ciencia, Dr. Williams Cantero, Elio Villarreal, Magalys Valdés, Matilde Borroto, Rosa Orellana, Noel, Edelmira y Mario Hernández. A mis amigos latinoamericanos, a los venezolanos, Guillén, Alberto y sus respectivas familias. A los colombianos, Teobaldis, Juan, Gustavo y familiares. A los guatemaltecos, Osberto, Raúl, Iván y Adan. A Costa Rica, Pablo Montero. A mis familiares mexicanos, porque así los considero, debido a que tuve la posibilidad de sentir el calor y amor de la familia, con todo mi cariño a Teresa Aguilar, Marco Soto, Daisy Pérez y Maria Celia. También a mis buenos amigos de Colima, Ernestina, Aureliano, Sergio, Rocio y Teresita. Gracias Comité de revisión: Dr. Antonio Flores Díaz Dr. Manuel Ortega Escobar Dr. Angel Martinez Garza Dr. Javier Farías Larios Dr. José Gerardo López Aguirre Dr. Jaime Molina Ochoa Dra. María del Rocío Flores Bello INDICE Páginas Indice Indice de cuadros Indice de figuras Indice de anexos Resumen Abstract 1 Introducción i iv v viii ix x 1 11 Revisión de literatura 2.1. Salinidad: relacionada con los ecosistemas agrícolas 2.1.1. Salinidad y fertilidad 2.1.2. Salinidad y desertificación 2.1.3. Salinidad y biodiversidad 2.2. Causas de la salinidad 2.3. Perspectivas para la recuperación de los suelos afectados por sales 2.3.1. Mejoradores orgánicos 2.3.2. Mejoramiento biológico 2.3.3. Mejoramiento con la utilización de residuales 2.3.4.Mejoradores químicos 2.3.4.1 Efecto de los mejoradores químicos en el suelo 2.4. Ciclo del azufre 2.4.1. Importancia del ciclo del azufre 2.4.2. Transformaciones del azufre en el suelo 2.4.3. Función de los microorganismos en el ciclo del azufre 2.4.3.1. Importancia de Thiobacillus 2.4.3.2. Población de Thiobacillus en los suelos 2.4.3.3. Factores que afectan la oxidación del azufre en el suelo 2.4.3.4. El azufre como mejorador de los suelos salinos/sódicos 2.4.3.5. Estudios de la recuperación por medio de Thiobacillus 6 7 8 10 11 12 13 14 15 16 17 20 21 22 24 26 28 29 30 31 III Materiales y métodos 3.1. Ubicación del sitio experimental 3.1.1. Muestreo de suelo 3.2. Experimento in vitro 3.3. Experimento de producción de biomasa de los microorganismos aislados por vía quimostato. 33 34 34 36 3.3.1. Activación de las cepas 3.3.2. Producción de biomasa de Thiobacillus 3.3.2.1. Extracción de las células 3.3.2.2. Obtención de la biomasa vía quimostato 3.4. Experimento en columnas de lixiviación 3.5 Diseño experimental 3.5.1. Tratamientos 3.6. Análisis de los efluentes y el suelo 3.6.1. Efluentes 3.6.2. Suelo 3.7. Métodos utilizados 3.7.1. Métodos químicos 3.7.2. Métodos físicos 3.7.3. Métodos microbiológicos 3.7.4. Conductividad hidráulica 3.7.5. Análisis estadísticos 36 36 36 36 37 39 39 40 40 40 40 41 41 41 42 43 IV Resultados y Discusión 4.1. Composición química del efluente en función de los volúmenes porosos aplicados 4.1.1. Variación del pH con la lixiviación 4.1.2. Conductividad eléctrica (CE) y sales solubles totales (SST) en la lixiviación 4.1.3. Comportamiento de los cationes en la lixiviación 4.1.3.1. Lixiviación del Na+ 4.1.3.2. Lixiviación del Ca2+ y Mg2+ 4.1.3.2. Lixiviación del K+ 4.1.4. Comportamiento de los aniones en la lixiviación 4.1.4.1. Lixiviación del CO3 2- y HCO3 4.1.4.2. Lixiviación del Cl- y SO424.2. Efecto del azufre, el yeso y dos cepas de Thiobacillus en la conductividad hidraúlica en función de los diferentes volúmenes porosos aplicados 4.2.1. Volúmenes lixiviados 4.2.2. Efecto de los tratamientos 4.3. Efecto de la práctica de mejoramiento sobre las propiedades del suelo 4.3.1. Efecto sobre el pH y la conductividad eléctrica 4.3.1.1. Efecto a diferentes profundidades 4.3.2. Efecto en los tratamientos 4.3.2.1. Variación del pH 4.3.2.2. Variación de la CE 4.3.2.3. Efecto en los volúmenes lixiviados 4.3.3. Variaciones en la composición de las sales en las diferentes profundidades, tratamientos y volúmenes de lavado 4.3.3.1. Efecto en los cationes y aniones 4.3.3.1.1. Efecto a diferentes profundidades 45 45 47 50 50 50 53 56 56 56 60 60 63 67 68 68 70 70 71 72 72 72 72 4.3.3.1.2. Variación de los aniones 4.4. Efecto del azufre y el yeso con los diferentes tratamientos 4.4.1. Efecto del azufre elemental 4.4.2. Efecto del yeso 4.4.3. Efecto en los volúmenes lixiviados 4.4.3.1. Cationes 4.4.3.2. Aniones 4.5. Efecto en los cationes intercambiables 4.6. Caracterización de las bacterias nativas aisladas procedentes del suelo 4.6.1. Efecto del mejoramiento con azufre elemental y yeso en la actividad biológica del suelo salino sódico 74 74 78 85 85 87 87 88 88 V Conclusiones 91 VI Sugerencias 92 VII Anexos 93 VIII Bibliografía Citada 103 Índice de cuadros Página Cuadro 1. Atributos y consecuencias de la salinidad y desertificación. 9 Cuadro 2. Características fisiológicas de las bacterias oxidantes del azufre. 28 Cuadro 3. Características químicas y físicas del suelo salino sódico de El Chococo. 34 Cuadro 4. Análisis de varianza de las interacciones, con respecto a la variable Conductividad hidráulica. 60 Cuadro 5. Análisis de medias de la conductividad hidráulica en relación de los Volúmenes porosos. 63 Cuadro 6. Análisis de medias de la conductividad hidráulica con respecto a los Tratamientos. 66 Cuadro 7. Valores de F calculada para los parámetros estudiados. 67 Cuadro 8. Promedios de las variaciones del pH y la CE con las diferentes profundidades del perfil del suelo. 68 Cuadro 9. Variación del pH y la conductividad eléctrica con los tratamientos. 70 Cuadro 10. Variación del pH y CE con relación a los volúmenes lixiviados. 72 Cuadro 11. Variaciones del contenido de cationes con las profundidades en el perfil del suelo. 73 Cuadro 12. Variación del contenido de aniones con las profundidades en el perfil del suelo. 74 Cuadro 13. Efecto de los tratamientos en las variaciones de los cationes. 78 Cuadro 14. Efecto del volumen lixiviado en el Ca 2+, Mg 2+, Na + y K.+ 87 Cuadro 15. Efecto del volumen lixiviado en HCO3 -, Cl- y SO42- 87 Cuadro 16. Efecto del azufre y del yeso en dos poblaciones oxidantes del azufre en el suelo salino-sódico. 89 Índice de figuras Página Figura 1. Simplificación del ciclo del azufre por depósitos minerales 21 Figura 2. Esquema de la bioquímica de oxidación de varios compuestos del azufre 25 Figura 3. Obtención de bacterias oxidantes del azufre a partir del quimostato. 37 Figura 4. Vista de las columnas de lixiviación utilizadas en el experimento 38 Figura 5. Efecto del azufre y el yeso en el pH con los diferentes tratamientos y láminas de lavado; a y b; un volumen; c y d; dos volúmenes; e y f; tres volúmenes 46 Figura 6. Efecto del azufre y el yeso en el contenido de la conductividad eléctrica con los diferentes tratamientos y láminas de lavado; a y b; un volumen; c y d; dos volúmenes; e y f; tres volúmenes 48 Figura 7. Efecto del azufre y el yeso en el contenido de las sales solubles totales con los diferentes tratamientos y láminas de lavado; a y b; un volumen; c y d; dos volúmenes; e y f; tres volúmenes 49 Figura 8. Efecto del azufre y el yeso en el contenido de sodio con los diferentes tratamientos y láminas de lavado; a y b; un volumen; c y d; dos volúmenes; e y f; tres volúmenes 51 Figura 9. Efecto del azufre y el yeso en el contenido de calcio con los diferentes tratamientos y láminas de lavado; a y b; un volumen; c y d; dos volúmenes; e y f; tres volúmenes 52 Figura 10. Efecto del azufre y el yeso en el contenido de magnesio con los diferentes tratamientos y láminas de lavado; a y b; un volumen; c y d; dos volúmenes; e y f; tres volúmenes 54 Figura 11. Efecto del azufre y el yeso en el contenido de potasio con los diferentes tratamientos y láminas de lavado; a y b; un volumen; c y d; dos volúmenes; e y f; tres volúmenes 55 Figura 12. Efecto del azufre y el yeso en el contenido de carbonato con los diferentes 57 tratamientos y láminas de lavado; a y b; un volumen; c y d; dos volúmenes; e y f; tres volúmenes Figura 13. Efecto del azufre y el yeso en el contenido de los bicarbonatos con los diferentes tratamientos y láminas de lavado; a y b; un volumen; c y d; dos volúmenes; e y f; tres volúmenes 58 Figura 14. Efecto del azufre y el yeso en el contenido de los cloruros con los diferentes tratamientos y láminas de lavado; a y b; un volumen; c y d; dos volúmenes; e y f; tres volúmenes 59 Figura 15. Efecto del azufre y el yeso en los contenidos de los sulfatos con los diferentes tratamientos y láminas de lavado; a y b; un volumen; c y d; dos volúmenes; e y f; tres volúmenes 61 Figura 16. Efecto del azufre y el yeso sobre la conductividad hidráulica (CH) con los diferentes tratamientos en la lixiviación en función de un volumen poroso: (a) azufre y (b) yeso. 62 Figura 17. Efecto del azufre y el yeso sobre la conductividad hidráulica (CH) con los diferentes tratamientos en la lixiviación en función de dos volúmenes porosos: (a) azufre y (b) yeso. 64 Figura 18. Efecto del azufre y el yeso sobre la conductividad hidráulica (CH) con los diferentes tratamientos en la lixiviación en función de tres volúmenes porosos: (a) azufre y (b) yeso. 65 Figura 19. Variación de la composición de las sales, pH y CE (dSm-1) en el perfil del suelo original (T0). 69 Figura 20. Variación de la composición de las sales, pH y CE (dSm-1) con diferentes volúmenes de lavado (T1): (a) un volumen; (b) dos volúmenes; (c) tres volúmenes. 69 Figura 21. Variación de la composición de las sales, pH y CE (dSm-1) con la aplicación del azufre y el lavado del perfil con diferentes volúmenes de agua (T2): (a) un volumen; (b) dos volúmenes; (c) tres volúmenes. 75 Figura 22. Variación de la composición de las sales, pH y CE (dSm-1) con la aplicación de azufre + T. Thiooxidans y el lavado del perfil con diferentes volúmenes de agua (T3): (a) un volumen; (b) dos volúmenes; (c) tres volúmenes. 77 Figura 23. Variación de la composición de las sales, pH y CE (dSm-1) con la aplicación del azufre + T. Thioparus y el lavado del perfil con diferentes volúmenes de agua (T4): (a) un volumen; (b) dos volúmenes; (c) tres volúmenes. 79 Figura 24. Variación de la composición de las sales, pH y CE (dSm-1) con la aplicación de azufre + mezcla de las bacterias T. Thiooxidans y T. Thioparus y el lavado del perfil del suelo con diferentes volúmenes de agua (T5): (a) un volumen; (b) dos volúmenes; (c) tres volúmenes. 80 Figura 25. Variación de la composición de las sales, pH y CE (dSm-1) con la aplicación de yeso y el lavado del perfil con diferentes volúmenes de agua (T6): (a) un volumen; (b) dos volúmenes; (c) tres volúmenes. 82 Figura 26. Variación de la composición de las sales, pH y CE (dSm-1) con la aplicación de yeso + azufre y el lavado del perfil con diferentes volúmenes de agua (T7): (a) un volumen; (b) dos volúmenes; (c) tres volúmenes. 83 Figura 27. Variación de la composición de las sales, pH y CE (dSm-1) con la aplicación de yeso, azufre + T. Thiooxidans y el lavado del perfil con diferentes volúmenes de agua (T8): (a) un volumen; (b) dos volúmenes; (c) tres volúmenes. 84 Figura 28. Variación de la composición de las sales, pH y CE (dSm-1) con la aplicación de yeso, azufre + la mezcla del T. thiooxidans y T. Thioparus y el lavado del perfil con diferentes volúmenes de agua (T2): (a) un volumen; (b) dos volúmenes; (c) tres volúmenes 86 Índice de anexos Páginas Cuadro 1A Valores promedios de las características químicas y físicas del suelo salino sódico de El Chococo después de la aplicación del tratamiento T1 (suelo lavado y sin mejorador). 94 Cuadro 2A Valores promedios de las características químicas y físicas del suelo salino sódico de El Chococo después de la aplicación del tratamiento T2 (suelo + azufre). 95 Cuadro 3A Valores promedios de las características químicas y físicas del suelo salino sódico de El Chococo después de la aplicación del tratamiento T3 (suelo + azufre + T. thiooxidans). 96 Cuadro 4AValores promedios de las características químicas y físicas del suelo salino sódico de El Chococo después de la aplicación del tratamiento T4 (suelo + azufre +T. Thioparus). 97 Cuadro 5A Valores promedios de las características químicas y físicas del suelo salino Sódico de El Chococo después de la aplicación del tratamiento T5 azufre + T. thiooxidans + T. Thioparus). 98 Cuadro 6A Valores promedios de las características químicas y físicas del suelo salino sódico de El Chococo después de la aplicación del tratamiento T6 (suelo + yeso). 99 Cuadro 7A Valores promedios de las características químicas y físicas del suelo salino 100 sódico de El Chococo después de la aplicación del tratamiento T7 (suelo + azufre + yeso) Cuadro 8A Valores promedios de las características químicas y físicas del suelo salino 101 sódico de El Chococo después de la aplicación del tratamiento T8 (suelo + yeso + T. thiooxidans). Cuadro 9A Valores promedios de las características químicas y físicas del suelo salino 102 sódico de El Chococo después de la aplicación del tratamiento T9 (suelo + yeso + T. thiooxidans + T. Thioparus). Uso de métodos químico-biológicos como mejoradores de la conductividad hidráulica de un suelo salino-sódico RESUMEN Se estudió la recuperación de un suelo salino sódico de un área citrícola, de Tecomán, Colima, con la aplicación de dos mejoradores químicos y biológicos azufre elemental, yeso y dos cepas bacterianas oxidantes del azufre (Thiobacillus thioparus y T. thiooxidans), y su efecto sobre la conductividad hidráulica. El trabajo se realizó en columnas de 60 cm de largo x 20 de diámetro donde se estudió el proceso de lixiviación contínua. El diseño completamente al azar con arreglo factorial de 9 x 3 y un testigo, con tres repeticiones, Se aislaron dos cepas de Thiobacillus sp del mismo suelo (T. thioparus y T. thiooxidans), se obtuvieron los inóculos para ser aplicados al suelo conjuntamente con los mejoradores químicos (azufre elemental y yeso). El lavado se aplicó en tres volúmenes porosos, cuantificándose los efluentes en cada tratamiento para la determinación de la conductividad hidráulica. Los resultados señalan diferencias entre los tratamientos, volúmenes y profundidad, además se encontró una disminución del pH, CE y contenido de sodio intercambiable, y un efecto positivo en la oxidación del azufre y el yeso por la actividad biológica que hace que se acidifica el medio, debido a la formación de ácido sulfúrico y el desplazamiento del sodio por el calcio, desde los sitios de intercambio. La conductividad hidráulica se incrementó 0.1 hasta 1.7 cm h1- con los mayores valores en el tratamiento del azufre con T. Thioparus. Se concluye que la aplicación del azufre, yeso y las dos cepas estudiadas son una alternativa para la recuperación de las propiedades físicas, químicas y biológicas en un suelo salino sódico. Palabras claves: Salinidad, suelo salino-sódico, conductividad hidráulica, azufre, yeso, oxidación, Thiobacillus, T. thioparus y T. thiooxidans. Use of chemical-biological methods as improvers of the Hydraulic conductivity of a sodic saline soil ABSTRACT The rehabilitation of an citrus-growing area of a sodic saline soil was studied, in Tecomán, Colima, with the application of two chemical improvers, elementary sulfur, gypsum and two oxidizers strains bacterial of the sulfur (Thiobacillus thioparus and T. thiooxidans), and the effect that it has on the hydraulic conductivity. The work was carried out in columns of 60 cm long x 20 of diameter where the process of continuous leaching was studied. The design employed was chosen completely at random with a factorial arrangement of 9 x 3 one control, with three repetitions, respectively. Two strains of Thiobacillus sp were isolated from the same soil (T. thioparus and T. thiooxidans), the innoculations were obtained in order to be applied to the soil together with the chemical improvers (elementary sulfur and gypsum), according to each treatment. The leaching was applied in three porous volumes, quantifying the effluvium in each treatment in order to determine the hydraulic conductivity. The results of this work point out differences between the treatments, volumes and depth, it was also a decrease of the pH, CE and content of interchangeable sodium, and a positive effect in the oxidation of the sulfur and the gypsum by the biological activity that makes the means acidified due to the formation of sulfuric acid and the displacement of sodium for the calcium from the places of exchange. The hydraulic conductivity increased from 0.1 up to 1.7 cm h -1 treatment of the sulfur with the T. thioparus. It is concluded that the application of the sulfur, gypsum and the two studied strains are an alternative for the rehabilitation of the physical, chemical and biological properties in a saline sodic soil. Key words: Salinity, saline sodium soil, hydraulic conductity, sulfur, gypsum, oxidation, Thiobacillus, T. thioparus, T. thiooxidans. 1. INTRODUCCION Algunos de los paradigmas que en la actualidad tiene vigencia son: la necesidad de producir grandes cantidades de alimento y fibra para la población mundial, el desarrollo de nuevas tecnologías para mantener y mejorar la fertilidad de los suelos y detener el deterioro ambiental. Estos problemas se manifiestan particularmente en los países tropicales, donde el crecimiento de la población presenta los más altos índices y los suelos tienen una menor fertilidad (Brown et al., 1994). Esta situación reviste gran importancia si se toma en cuenta el reciente reporte de la UNFPA (1999) (http://www.unfpa.org) donde se señala que la población mundial ascendió a 6 mil millones en el año 2000 y se estiman 8.5 mil millones para el año 2025. Uno de los principales componentes del medio es el suelo, y de los numerosos procesos que ocurren dentro de él, está bien definido y se visualiza el denominado proceso de salinización, en donde las futuras generaciones tendrán que desarrollar una importante tarea, en la conservación, sustentabilidad, manejo de la tierra, protección del medio y en la lucha por combatir la deforestación y la desertificación (Szabolcs, 1994). La salinidad, como fenómeno degradante de los suelos es reconocido por su efecto sobre la mayoría de los ecosistemas agrícolas en el mundo. Aproximadamente, una tercera parte de las tierras agrícolas bajo riego en el planeta, tienen problema con la salinidad y la mayoría de las plantas de cultivo son muy sensibles a las sales (Gaxiola, 1995). Por otra parte, la tecnología tradicional para la recuperación de estos suelos es relativamente larga y costosa. Si se tiene en cuenta que el mejoramiento de los suelos es un elemento indispensable para la agricultura moderna, éste es efectivo si las prácticas son implementadas teniendo en cuenta, las principales características geoquímicas del suelo, dirigidas a mejorar tanto las propiedades del suelo como su régimen (Zimovets et al., 1994). Uno de los métodos de recuperación de los suelos salinos es el biológico y dentro de éste el uso de los microorganismos adquiere una importancia relevante en los momentos actuales para elevar la fertilidad de los suelos y su productividad (Bollag et al., 1994; Garland, 1996; Kennedy y Gewin, 1997), como medio más integral para el manejo de los cultivos, utilizándose como alternativa ante los altos costos de los fertilizantes químicos y evitando la degradación de los suelos como parte fundamental del sistema de la agricultura sostenible (Parkin, 1993; Kennedy y Smith, 1995). Es amplia la literatura sobre Rhizobium, como microorganismo capaz de fijar nitrógeno atmosférico con la simbiosis en leguminosas, incrementando la cantidad de nitrógeno en el suelo para su absorción por la planta (Hashem et al.,1998). Existen además otras bacterias fijadoras de nitrógeno como Azotobacter, Frankia, entre otras (Gouzou et al., 1993). Una propiedad de los microorganismos del suelo, es la de producir polímeros intracelulares que tienen un efecto positivo en la estabilidad de los agregados del suelo, mejorando la estructura, la aereación, la penetración de las raíces; así como la absorción de nutrimentos y el agua. La actividad microbiana favorece la conductividad hidráulica en los suelos salinos, por la capacidad que tienen para producir polisacáridos y otros materiales orgánicos, por lo que contribuyen a la formación de agregados más estables, mejorando la estructura del suelo y evitando su degradación (Evlagon et al., 1992; Ragusa et al., 1994). Por otra parte, algunas especies del género Bacillus son capaces de solubilizar el fósforo contenido en compuestos no asequibles, haciéndolo disponible, mejorando por tanto, el régimen fosfórico de los suelos (Lynch, 1981; Gouzou et al., 1993). Los microorganismos del género Thiobacillus tienen una función importante en la oxidación del azufre desde su forma elemental hasta ácido sulfúrico (Lindemann et al., 1991; Germida et al., 1992) por lo que puede utilizarse en la recuperación de los suelos afectados por sales con alto contenido de sodio. La rizosfera, es en particular un sitio de gran actividad biológica en el suelo, donde los microorganismos oxidantes de azufre tienen una mayor actividad con relación a la otra parte del suelo (Grayston y Germida, 1990; Miller y Wood, 1996). Aunque aún no se conoce en detalle el flujo del azufre en la rizosfera, el manejo de las condiciones de la rizosfera para una mejor adquisición de nutrientes y mejoramiento de la simbiosis, son factores que promueven el crecimiento de las plantas y la represión de patógenos, lo que pudiera ayudar en el futuro a la productividad de los cultivos (Romheld, 1990). La sostenibilidad de la producción agrícola en los ecosistemas depende de muchos factores, principalmente de mantener la óptima fertilidad física, química y biológica en los suelos (Bethlenfalvay y Linderman, 1992). Si se toma en consideración el crecimiento vertiginoso de las áreas afectadas por sales en el mundo (Szabolcs, 1994), en particular las que se producen por salinidad secundaria, resulta evidente que se hace necesario buscar sistemas integrales ecológicamente balanceados, que permitan evaluar, conservar y utilizar el recurso suelo y que contribuyan a resolver el problema alimentario al incorporar tierras que hoy dejan de producir sin que se produzcan desequilibrios del entorno. En general, son pocos los trabajos orientados a la utilización de microorganismos junto con mejoradores químicos, para la recuperación de los suelos afectados por sales. Esta práctica sin embargo, se ha llevado con algún éxito en Colima, donde se reportan 12,000 ha afectadas por salinidad. El trabajo de López-Aguirre et al., (1999) demuestra el efecto de la aplicación del azufre elemental sobre la biomasa y propiedades físico-químicas de un suelo salino sódico. En Cuba no existe experiencia del mejoramiento de los suelos salinos por métodos biológicos, donde en la actualidad hay más de un millón de hectáreas afectadas por problemas de salinidad y/o sodicidad (CNSF, 1985). Al proponer estudiar el proceso de rehabilitación químico-biológico sobre los suelos afectados por la salinidad, se pretendió, generar conocimiento en este campo de la biología y tratar de encontrar una solución en la reducción del tiempo y la eficiencia del mejoramiento a través de la actividad biológica. Considerando que el estado físico del suelo es el resultado de la interacción de los componentes minerales, orgánicos, líquidos, gaseosos y biológicos del mismo. De manera general se planteó la pregunta siguiente: ¿El proceso de rehabilitación de un suelo salino-sódico por métodos químico-biológicos inducirá cambios sobre la conductividad hidráulica y la interacción entre los componentes del medio poroso del suelo? Basado en los anteriores argumentos, el propósito fue realizar una investigación para dar respuesta a las siguientes afirmaciones: 1) COMO CONSECUENCIA DE LA OXIDACIÓN DEL AZUFRE MEDIANTE LA ACTIVIDAD BIOLÓGICA, SE FORMA EL ÁCIDO SULFÚRICO QUE ACTUA SOBRE EL CARBONATO DE CALCIO, Y SE PONEN EN MOVIMIENTO DIFERENTES CANTIDADES DE IONES DE CALCIO, QUE DESPLAZAN EN CANTIDADES EQUIVALENTES A LOS IONES DE SODIO QUE SE ENCUENTRAN EN LOS SUELOS EN ESTADO INTERCAMBIABLE. 2) LOS ORGANISMOS QUIMIOLITOTRÓFICOS SON IMPORTANTES EN LA CONVERSIÓN MICRIOBIANA DEL AZUFRE PARA LA DISPONIBILIDAD DE SULFATOS HACIA LAS PLANTAS EN LOS SUELOS SALINOS SÓDICOS. 3) EL TAMAÑO Y LA ACTIVIDAD DE LA BIOMASA MICROBIANA DETERMINAN LA RELACIÓN DE LA OXIDACIÓN DEL AZUFRE ELEMENTAL DE LOS SUELOS SALINOS Y/O SÓDICOS 4) EXISTEN INTERACCIONES ENTRE ESPECIES MICROBIANAS DEL SUELO QUE PUEDEN AFECTAR SUS PROPIEDADES FÍSICAS, QUÍMICAS, Y FÍSICOQUÍMICAS. 5) COMO CONSECUENCIA DEL DESPLAZAMIENTO DEL SODIO INTERCAMBIABLE POR LOS IONES CALCIOS QUE SE ENCUENTRAN DISPONIBLES DEBIDO A LOS PROCESOS QUÍMICOBIOLÓGICOS LA CONDUCTIVIDAD HIDRÁULICA DE LOS SUELOS SALINOS-SÓDICOS MUESTRAN DIFERENTES VARIACIONES. Los objetivos de este trabajo fueron: OBJETIVO GENERAL: Evaluar la efectividad del uso conjunto de mejoradores químicos como: azufre elemental (S°), yeso (CaSO4 2H20) y biológico como: Thiobacillus sobre la conductividad hidráulica de un suelo salino-sódico. OBJETIVOS PARTICULARES: Evaluar las variaciones en las propiedades biológicas, físicas, químicas y físico–químicas de un suelo salino– sódico tratado con mejoradores químico-biológicos. Evaluar los diferentes cambios que tienen ocurrencia sobre la conductividad hidráulica de los suelos, como consecuencia de la aplicación de métodos de mejoramiento químicobiológicos en los suelos salinos-sódico. Caracterizar las bacterias nativas presentes en suelos afectados por sales, capaces de oxidar fuentes de azufre. Evaluar la producción de biomasa Thiobacillus thiooxidans y T. thioparus en medios de cultivo especifícos; para la generación de inóculo. II. REVISION DE LITERATURA 2.1. Salinidad: relacionada con los ecosistemas agrícolas La salinidad es un proceso originado de forma natural y/o antropogénica, presente en todos los suelos, que conduce en menor o mayor grado a una acumulación de sales que no sólo afecta la producción agrícola, sino también la ecología del medio (Matsumoto et al., 1994). Es una de las problemáticas más agravantes en la época actual, estrechamente relacionada con el riego, la fertilidad de los suelos, los procesos de desertificación, la biodiversidad y en general con los ecosistemas agrícolas (Szabolcs, 1994). Está ampliamente distribuida en el mundo, su extensión se incrementa a medida que se presentan cambios climáticos, redistribución de materiales debido a los procesos geomorfológicos; así como cambios hidrológicos superficiales y subterráneos (Kovda, 1980; Hendry y Buckland, 1990). La salinidad es una condición de exceso de sales, tanto en el suelo como en el agua, las cuales afectan las plantas por incremento de la presión osmótica en la solución del suelo, interfiere en la absorción de los nutrientes e induce toxicidad de los iones específicos y un desbalance nutricional, siendo ésta la primera causa de la mortalidad de las plantas desarrolladas en suelos con altos niveles de sales (Subbarao y Johansen, 1991). Otro de los procesos que la caracterizan es la acumulación de cationes principalmente de sodio y magnesio en la solución y en la fase de intercambio que, a diferentes niveles en dependencia del suelo, y con su concentración total de sales en la solución del suelo y aguas percolantes, provocan deterioro de las propiedades físicas del suelo, disminuyen la conductividad hidráulica y la tasa de infiltración que indirectamente afectan también el rendimiento de los cultivos (Pla, 1988; Steppuhn y Cutin, 1992; Evangelou, 1993; Churchman et al., 1993). La salinidad afecta también otros aspectos de la biosfera, la cual repercute en la sociedad humana, contaminación de las aguas potables, efectos tóxicos sobre los microorganismos del suelo, carencia de vegetación y otras propiedades del suelo que pueden ser diferentes dependiendo de las características de la salinidad y la sodicidad (Szabolcs, 1987, 1994; Fitzpatrick et al., 1994). Otro factor estrechamente relacionado con la salinidad es el riego, ya que no se puede concebir una agricultura sin apoyo del regadío. El riego entre otros factores agrotécnicos, es un elemento esencial para incrementar la producción agrícola. Un mal manejo del riego conlleva pérdida de la fertilidad, dando lugar al deterioro de las propiedades físicas, hidrofísicas, lavado de nutrientes, empantanamiento y salinidad secundaria (Abrol, 1986; Kayasseh y Schench, 1989; Xiong et al., 1996). Toda reflexión técnica o científica sobre esta tarea, debe intentar contribuir a mejorar las relaciones suelo - planta - atmósfera. 2.1.1. Salinidad y fertilidad Russell (1992) señala que “La corrupción es la madre de la vegetación”. Esta afirmación ha sido ignorada por las primeras investigaciones cuando buscaban el “principio” de la vegetación para explicar los fenómenos relacionados con la fertilidad de los suelos y el desarrollo de las plantas, sin tener en cuenta que la descomposición de los residuos vegetales, los estiércoles, los cadáveres de los animales y su resto, como la sangre, aumentaban la fertilidad del suelo. Además, menciona otros factores que controlan la fertilidad del suelo, como los físicos, químicos y biológicos, las que han tenido un avance notable en este siglo y la aplicación de estos conocimientos ha proporcionado un notable incremento en la productividad de los suelos. En 1993, se celebró en La Habana, Cuba, el primer seminario Cuba-México titulado “Salinidad: Un nuevo concepto”, el cual fue realizado para compilar y analizar la bibliografía sobre la salinidad y en particular en América Latina, que sirviera como base para actualizar los conceptos que hasta ahora se venían manejando, así como abrir nuevas líneas de investigación que conduzcan a un uso racional de los suelos salinos que esté acorde con los requerimientos de la sociedad, los recursos naturales y las necesidades de la producción agropecuaria. En este seminario se definió a la fertilidad del suelo como “el equilibrio armónico entre el estado físico y el medio circundante que permite el desarrollo adecuado de un ecosistema vegetal”. Este concepto se fundamenta en que la fertilidad no es igual ni tiene la misma expresión en todo los lugares de la tierra por las siguientes razones: los nutrientes tienen un origen diferente de acuerdo al material parental, la topografía y los procesos dinámicos establecidos en su superficie (geomorfología) que contribuyen a su distribución espacial. La vegetación origina formas de almacenamiento y dinámica vertical en el perfil, que difiere con el taxón del suelo y cubierta vegetal. Por lo que no se puede hablar de una fertilidad homogénea cuando se presentan climas tan disímiles en diferentes regiones del mundo. De ahí que la salinidad fuera definida, como el resultado de los procesos naturales y/o antropogénicos presente en todos los suelos, que conducen en menor o mayor grado a una acumulación de sales que pueden afectar la fertilidad del suelo. En esta definición se señalan dos nuevos conceptos que son: medio físico que es el conjunto de elementos: suelo, clima, vegetación, topografía, geología, geomorfología, hidrología, hombre y tiempo de interacción de los mismos en un entorno determinado y estado físico del suelo como el resultado de la interacción de los componentes minerales, orgánicos, líquidos, gaseosos y biológicos en el suelo. 2.1.2. Salinidad y desertificación Los problemas de desertificación que se están presentando en el ámbito mundial, derivan de una mala planeación en la actividad humana, los cuales han adquirido una gran importancia por los impactos negativos que se están dando, principalmente en lo que se refiere a la contaminación ambiental, la degradación de los ecosistemas y el problema de la erosión y salinidad (Lynch, 1990). La desertificación es un proceso adverso al medio que está estrechamente relacionado con la salinidad, ya que un proceso de salinización induce a un proceso de desertificación y viceversa, por lo que son dos procesos que van juntos (Thomas y Meddletonf 1993; Szabolcs, 1994). Szabolcs (1994) planteó la interacción entre los atributos y consecuencias de la desertificación y la salinidad, como se muestra en el Cuadro 1. Cuadro 1. Atributos y consecuencias de la salinidad y desertificación (Szabolcs, 1994). Desertificaciòn • Aumenta la concentración de sales. • Disminuye la lixiviación microbiana. • Aumenta la concentración de sales en las aguas subterráneas y superficiales • Aumenta los compuestos secundarios solubles en agua. Salinidad • Reducción de la disponibilidad de agua. • Se dificulta la absorción de los nutrientes. • Se reduce la diversidad microbiana • Se limita la cubierta vegetal sobre la superficie del suelo. • Disminuye el contenido de humus. • Se eleva la temperatura y modifica las propiedades del suelo. La desertificación se origina en procesos que se inician, generalmente, en la destrucción de la cobertura vegetal (plantas perennes), con lo que las aportaciones de la materia orgánica al suelo se modifican y lo expone a procesos erosivos de salinización y de empobrecimiento de nutrientes, afecta las propiedades físicas y biológicas. Se considera el proceso terminal de degradación del ecosistema. 2.1.3. Salinidad y biodiversidad Según Szabolcs (1991), el suelo es parte esencial de los ecosistemas, porque está constituido de materiales vivos y muertos, tales como: los minerales, sustancias orgánicas, animales, macro y microorganismos, enfatizando la importancia de todos estos componentes en el flujo de la energía, que tiene una repercusión directa en los procesos de formación de los suelos y en la dinámica de los nutrientes para las plantas. Además señala, que la biota determina la productividad de la tierra y tiene una influencia en la sostenibilidad, como parte esencial del suelo. Este mismo autor plantea que los suelos salinos presentan diferentes biotas y éstas dependen de las características de cada tipo de suelo y de las condiciones del medio. De ahí que los clasifique en cinco grupos: 1) suelos salinos; 2) alcalinos; 3) magnésicos; 4) yesíferos y 5) suelos sulfáticos ácidos, y destaca la importancia que reviste esta clasificación en el manejo de la agricultura sostenible, ya que toma en consideración la sostenibilidad de la tierra, el medio y la diversidad. Además destacó la importancia de los microorganismos en el mejoramiento de los suelos afectados por sales, por medio de los métodos de incubación, por ejemplo los efectos de los fijadores de nitrógeno con Rhizobium, Azotobacter, Frankia, etc, los oxidantes de azufre como los del género Thiobacillus, solubilizadores de fósforo tales como Bacillus (Lynch, 1981; Gouzou et al., 1993; Oades, 1993). Los cuales inducen agregados estables, mejorando las estructuras del suelo por consiguiente un incremento en la población microbiana y una repercusión en la productividad del suelo. Autores como: Van Veen y Heijnen (1994 ) llegaron a la misma conclusión de que, la inoculación de microorganismos es una metodología importante para el manejo del ecosistema del suelo, destacando algunos factores importantes a considerar: las características celulares de los microorganismos inoculados, la interacción biótica del suelo, las propiedades físicas en el suelo y el sustrato aprovechable. 2.2. Causas de la salinidad Los suelos salinos pueden ser de origen natural (salinidad primaria) o inducida por el hombre (salinidad secundaria). Cuando la salinidad es de tipo natural se distinguen dos tipos de acumulación: la salinidad continental y la de origen marino. En la continental las sales se originan, en los procesos de intemperismo (hidrólisis, solución, carbonatación y a veces precipitaciones) de las rocas. Estas sales se encuentran formando compuestos pocos solubles y en otros casos disociados como iones (Redly, 1986). El tipo de sal presente en el suelo depende de la composición de la roca intemperizada. Este proceso se manifiesta principalmente en lugares donde la evaporación es mayor que la precipitación, como sucede en regiones de clima árido, semiárido y estepas, donde predominan las características mencionadas. Los suelos salinos de origen marino se desarrollan debido a la penetración del agua de mar, a la masa terrestre continental, como resultado de la impulverización o a la contaminación de los acuíferos por las aguas costeras. Este fenómeno se presenta asociado a las regiones desérticas, semidesérticas y húmedas (Aceves, 1985; Pizarro, 1985; Patchampreecha, 1989; John et al., 1993). La salinidad secundaria se produce fundamentalmente por el desconocimiento o el mal uso de las prácticas de manejo, tanto del suelo como del agua de riego, son de las principales causas inducidas por el hombre, que transforma los ecosistemas. La alteración rápida se produce por el asentamiento humano (explotación del petróleo, minerales), la sobreexplotación de los mantos acuíferos, la actividad agrícola e industrial (Szabolcs, 1986; Flores, 1993a). Otros factores a tener en cuenta relacionados al manejo del riego son: a) drenaje inadecuado o insuficiente y ascenso de los niveles freáticos (Carruthers, 1985; Suarez, 1989; Conacher, 1990). b) mal manejo del riego con utilización de aguas de mala calidad (Ham, 1976; Ayers y Wescott, 1985; Szabolcs, 1986; Rhodes et al., 1989; Thellier et al., 1990a; Thellier et al., 1990b; Lax et al., 1994). Harker y Milkason (1990) indican que aproximadamente 70 millones de hectáreas que representa cerca de una tercera parte de las áreas bajo riego en el mundo, están afectadas por diferentes niveles de salinidad. En este sentido, Szabolcs (1994) ejemplifica como la salinidad golpea por igual a todos los continentes como son: Argentina el 50% de las 40,000 hectáreas de las tierras bajo riego están salinizadas. En Australia tanto la salinización secundaria como la alcalinización tienen lugar en el Valle del río Muriay y norte de Victoria, en Perú todos los suelos aluviales muestran síntomas de salinidad y alcalinidad. En Pakistán de 35 millones de hectáreas bajo riego se pierden 5.3 hectáreas. Szabolcs y Redly (1989), plantea que el 40% de los suelos irrigados en Irak son afectados por la salinidad secundaria. En Siria, Canadá, México, Cuba, Estados Unidos, así como muchos otras regiones áridas y semiáridas este fenómeno causa serios daños y se incrementan cada vez más las tierras improductivas 2.3 Perspectivas para la recuperación de los suelos afectados por sales En la actualidad, el término salinidad contempla otros parámetros que son importantes tener en cuenta para el manejo y recuperación de los suelos afectados por sales. Richards (1954) define que los suelos salinos y sódicos son aquellos que presentan concentraciones excesivas de sales solubles, sodio intercambiable o ambos, de tal manera que afecta o altera la productividad. Tomando como criterios evaluativos, el valor de conductividad eléctrica de 4 mmhos/cm a 25 °C para la salinidad y el 15% para el porcentaje de sodio intercambiable se separan los suelos afectados por sales de la manera siguiente: suelos normales o no salinos, suelos salinos, suelos salinos sódicos y suelos sódicos. Estos criterios generalmente se han venido utilizando para el manejo y recuperación de los suelos afectados por sales. La recuperación y rehabilitación de los suelos afectados por sales implica un conjunto de medidas que ayuden al mejoramiento de los mismos, que llevan implícitos a la propia elección del mejorador, la siembra de cultivos tolerantes, el manejo de la fertilización, riego, subsoleo, y los trabajos de recuperación (Yadav, 1993). El mejoramiento de los suelos salinos tiene como objetivo la remoción total o parcial de sales solubles de la zona radical a través del lavado (Amudson y Zund, 1985; Papadopoulos, 1988; Miyamato y Enriquez, 1990). Con el agua de lluvia o por sistemas artificiales de riego se puede lograr el lavado de los suelos afectados por sales. Su eficiencia está dada por la reducción total de las sales y/o sodio intercambiable como una función de la cantidad de agua y enmienda adicionada (Selassie et al., 1992). Son varios los métodos que se reportan para la recuperación de los suelos salinos: mecánicos, biológicos, químicos, agrotécnicos, hidrotécnicos y eléctrico; de los cuales el más difundido es el mejoramiento químico (Shishova, 1977; Pizarro,1985). En los suelos sódicos, por presentar baja conductividad hidráulica debido al alto porcentaje del sodio intercambiable, el mejoramiento requiere la remoción del sodio cambiable por el calcio, que se moviliza por el propio mejorador, o aportado por éste, contribuyendo a la floculación del medio y neutralización del pH (Miyamoto et al., 1975; Prather et al., 1978; Pizarro, 1985; Aceves, 1985; Keren y Miyamoto, 1990). Para lograr esto, es necesario la aplicación de sustancias químicas que sean capaces de aportar calcio para promover su incremento en la solución del suelo o la movilizanción a partir del carbonato alcalino-térreo, para reemplazar al sodio adsorbido, el cual pasa a la solución para ser eliminado mediante el lavado (Nadler et al., 1996). 2.3.1. Mejoradores orgánicos Los principales efectos benéficos del mejoramiento orgánico en la recuperación de los suelos salinos y sódicos, se basan en el aumento de la permeabilidad del suelo, la liberación del CO2 y formación de H2CO3, durante la respiración y descomposición, evitando la evaporación excesiva y mejorando el movimiento capilar (Loveday, 1984). Autores como Martínez et at., (1986); Otero et al., (1993) y Lax et al., (1994) demostraron el efecto favorable del mejoramiento orgánico en el incremento de la capacidad de cambio catiónico y en el lavado de las sales. La materia orgánica está representada por los residuos descompuestos de las plantas en el suelo, residuos orgánicos agregados y materiales formados por la acción de los microorganismos del suelo (Fuller, 1991). La misma, representa el más confiable índice de fertilidad del suelo, contribuye a aumentar la productividad de los mismos (Levi - Menzi et al., 1990; Frakinet et al., 1993) y absorción de los nutrientes por las plantas, tales como nitrógeno, fósforo y micronutrientes, que de forma directa y/o indirecta influyen en la nutrición de las plantas, proporcionando además nutrientes a los microorganismos del suelo, mejoran la estructura del suelo, aprovechamiento del agua, coeficiente de infiltración y en los suelos afectados por sales, contrarresta los efectos nocivos del sodio sobre el suelo y cultivo, además, constituye la fuente de energía para los microorganismos lo que induce la formación de agregados estables. Es un componente esencial para la rehabilitación intensiva de los suelos áridos y semiáridos, (Smith y Elliot, 1990; Jeferey et al., 1992), ya que proporciona efectos favorables en las propiedades físicas, químicas, microbiológicas y morfológicas del suelo. . 2.3.2 Mejoramiento biológico Los métodos biológicos de mejoramiento de los suelos salinos son considerados como una técnica auxiliar para aumentar la eficiencia de las técnicas fundamentales (Pizarro, 1985). Estos pueden aumentar la efectividad del lavado (Cabrera, 1992). Al respecto, Abrol et al., (1988) consideran que los métodos biológicos deben combinarse con métodos químicos, para desplazar las sales derivadas de la acción de los mejoradores a través del lavado. Existe sin embargo, poca información que refleje el beneficio de la utilización de los métodos biológicos. Singh et al., (1989) evaluaron los efectos del uso conjunto del yeso con el mezquite (Prosopis juliflora) y las propiedades de un suelo altamente sódico en la India. Los resultados obtenidos demostraron un aumento de la biomasa del mesquite, así como una reducción significativa del sodio y un mejoramiento en la fertilidad del suelo, recomendándose el uso del mezquite después de aplicarse 15T/ha de yeso en estos suelos. Otros estudios realizados en Pakistán con cultivos de sesbania (Sesbania aculeata), sorgo (Sorghum vulgare), y king-grass (Lolium italicum) conjuntamente con yeso, revelan el aumento de la biomasa de estas especies con una disminución de la conductividad eléctrica (CE) y relación de absorción del sodio (RAS) (Ahmand et al., 1990). 2.3.3. Mejoramiento con la utilización de residuales Otra tendencia en la actualidad, para la recuperación de los suelos salinos o sódicos lo constituye la utilización de los residuales procedentes de desechos industriales, cabe señalar que el uso de estas sustancias debe ser lo más rigurosamente cuidado, debido a la presencia de metales pesados que puede causar serios daños, por lo que es aconsejable caracterizarlos antes de usarlos, así como hacer estudios preliminares. En Cuba, este método se ha utilizado con buenos resultados, aprovechando los residuales de la industria azucarera, de la fábrica de acetileno y la del proceso del níquel, de las cuales se vierten grandes cantidades y son aprovechados para estos fines en suelos salinos (Martínez et al., 1985; Cabrera, 1992; Otero et al., 1992). También se han empleado los residuales de la industria niquelífera por sus características de poseer ácido sulfúrico en su composición y por los grandes volúmenes que se producen (Otero et al., 1985), demostrándose que estas sustancias son efectivas en el incremento de la permeabilidad al suelo, facilitando el lavado de las sales y proporcionando aumento en los rendimientos de los cultivos investigados. Con los residuales sólidos de esta misma industria (papilla de yeso), también el efecto fue favorable en la disminución del pH, volúmenes de agua a aplicar en el lavado, y disminución del contenido de carbonatos en el suelo (Hernández et al., 1992). El cieno residual de las fábricas de acetileno posee en su composición un 90% de hidróxido de calcio, por lo que resulta efectivo en suelos no carbonatados de pH menor que 7.5. En un suelo salinizado y cultivado con arroz Otero et al., (1993) comprobaron en condiciones de campo, la efectividad de este mejorador. LópezAguirre et al., (1997) en México estudiaron el efecto de la aplicación del caldo del limón en suelos con problemas de salinidad, siendo efectivo en la disminución de la conductividad eléctrica y el pH. Las propiedades físicas y químicas, también fueron modificadas positivamente. 2.3.4. Mejoradores químicos Los mejoradores químicos, son sustancias capaces de reemplazar el sodio intercambiable por el calcio a través de la acción directa ó indirecta de los procesos biológicos o químicos (Pizarro, 1985; Gupta y Singh, 1988; Gupta y Abrol, 1990). La elección de los mejoradores depende de la disponibilidad, costo y efectividad. Un concepto clásico asume que los compuestos tanto de calcio como de azufre son similarmente transformados, cuando se aplican a suelos calcáreos en cantidades químicamente equivalentes, aunque el coeficiente del mejoramiento permite ser diferenciado, dependiendo de su solubilidad (Miyamoto y Enriquez, 1990). El yeso, cloruro de calcio, carbonato de calcio, calcita y fosfoyeso actuan en forma importante como enmiendas, ya que aportan calcio a la solución. La recuperación de los suelos afectados por sales requiere de una concentración adecuada del ion calcio en la solución del suelo, que puede ser adicionada en forma directa o indirecta al suelo mediante los mejoradores. También el calcio es fundamental para el crecimiento y desarrollo de las plantas, donde este elemento está involucrado en la estabilización de las células, la membrana plasmática, la división celular y la elongación. La carencia de calcio en la solución nutritiva impide el crecimiento radical. Su aprovechamiento depende del medio iónico del suelo, especialmente de la concentración y la relación del calcio con otros iones. En los suelos afectados por sales generalmente se presenta una alta relación Na/Ca, donde el calcio está en una proporción inadecuada con respecto al sodio, lo que se manifiesta en una repercusión en el crecimiento del cultivo, por un elevado potencial osmótico (Subbarao et al., 1991). Carter y Pearen (1988) demostraron que la relación entre el Na/Ca puede ser afectada por el contenido de humedad y la formación de CaSO4. También el calcio es factor importante en la resistencia a la salinidad por las plantas, esto es debido a su función en mantener la membrana ìntegral, siendo uno de los primeros efectos de la salinidad, la destrucción de está membrana debido al desplazamiento desde la superficie de la célula por el sodio (Lynch y Lauchli, 1988). El incremento del calcio en el medio externo de la raíz puede reducir los efectos de la salinidad con relación al crecimiento de las plantas y la conductividad hidráulica del suelo (Carter y Webster, 1990; Evlagon et al., 1992 ). Otros mejoradores químicos de gran efectividad son las sustancias ácidas o formadoras de acidez (ácido sulfúrico, sulfato de aluminio y hierro, pirita y azufre) los cuales son capaces de reaccionar con el carbonato de calcio presente en el suelo liberando el calcio a la solución (Follet et al., 1981; Pizarro, 1985; Frenkel et al., 1989; Gupta y Abrol, 1990). 2.3.4.1. Efecto de los mejoradores químicos en el suelo El yeso, ha sido la fuente de calcio más utilizada en el mejoramiento de los suelos afectados por sodio, debido a su bajo costo y porque es capaz de aumentar la concentración de electrolitos y mantener la infiltración del suelo (Frenkel et al., 1989). El cloruro de calcio, no es tan utilizado como el yeso; pero es una sustancia aportadora de calcio de alta solubilidad (Abrol et al., 1988; Miyamoto y Enriquez, 1990). El fosfoyeso es efectivo en el mejoramiento de los suelos sódicos, por el aporte suficiente de calcio para poder reemplazar el sodio del complejo de cambio, tiene una alta solubilidad, reduce el pH y mejora las propiedades físicas (Rutherford et al., 1993). El ácido sulfúrico es efectivo en los suelos con presencia de carbonato de calcio, es de acción rápida, su desventaja es la manipulación, aunque existen en la actualidad equipos para su uso. Se ha empleado en algunas regiones de países como Armenia, Estados Unidos y México (Prather et al., 1978; Follet et al., 1981; Khorsandi, 1994). El azufre, la pirita y los sulfatos de hierro y aluminio son materiales formadores de ácidos, de liberación lenta, debido a que el primero tiene que sufrir un proceso de oxidación que los transforme a ácido sulfúrico (Follet et al., 1981; Lazavich et al., 1985). En el caso del azufre, cuando se adiciona al suelo, su oxidación biológica se produce mediante microorganismos del género Thiobacillus los heterotróficos que son los principales géneros oxidantes del azufre en el suelo (Lee et al., 1987; 1988; Lawrence y Germida, 1991). Igualmente, la pirita tiene que sufrir una oxidación biológica; pero con bacterias principalmente de la especie del T. ferrooxidans que la convierte en sulfuro de hierro el cual da lugar a azufre elemental que pasa posteriormente a ácido sulfúrico (Abrol et al., 1988; Germida et al., 1992). Son diversos los reportes del empleo de estas sustancias como mejoradores en los suelos afectados por sales. De forma ejemplificada se demuestran los resultados obtenidos en el ámbito mundial. El yeso ha sido utilizado tanto en el suelo como en el mejoramiento de la calidad de las aguas, su efectividad está dada por el incremento en la permeabilidad del suelo (Gorbunov y Judina, 1978), en el poder modificador de la composición química del suelo y las aguas (Miyamoto et al., 1975; Singh et al., 1981), en la disminución de las pérdidas del suelo, al igual que en la dispersión de las arcillas en suelos afectados por erosión (Miller y Scifres, 1988), en la precipitación de las sales tóxicas en forma de sulfatos (Papodopoulus, 1988) y la disminución del PSI (Singh y Bajwa, 1991; Ilyas et al., 1993). Shishova (1977) señala el uso del yeso en diferentes países como Hungría, Estados Unidos, Rusia, Sudáfrica y Australia, en el mejoramiento de los suelos salinos. El yeso ha sido estudiado también combinado con labranza profunda y subsoleo (Rasmussen et al., 1972). El efecto es mayor cuando es aplicado en la superficie que en la profundidad (Redly y Darab, 1981), su acción depende de cómo se efectúa el lavado y la forma de aplicación (Singh et al., 1981). En otros trabajos, Patchampreecha et al., (1990) estudiaron las combinaciones del yeso, carbonato de calcio y cáscara de arroz en un suelo salino y como resultado obtuvieron una disminución en la dispersión de la arcilla, y un aumento en la estabilidad de los agregados. En los estudios reportados por Kumar et al., (1985) se señala el uso del yeso combinado con pirita, donde desde los años setenta se ha trabajado en suelos arroceros de la India; así como en Portugal, donde se presentan grandes áreas de suelos calcáreos con problemas de baja fertilidad (Viera et al., 1994). En condiciones de invernadero y campo, autores como Dubey y Mondal (1993; 1994) realizaron experimentos con yeso, pirita y estiércol en suelos con alta salinidad, utilizando aguas salinas y no salinas, y obtuvieron los mejores resultados en los tratamientos regados con el agua salina, disminuyendo el pH y el sodio intercambiable y un incremento en el coeficiente de infiltración y en los rendimientos tanto del cultivo del arroz como del trigo. El uso del yeso combinado con fertilizantes nitrogenados ha sido utilizado con gran efectividad en la lixiviación del sodio, en el incremento del calcio, penetración de las raíces debido al aumento del carbono orgánico, mejorando las propiedades físicas y químicas, tales como la aereación, porosidad, infiltración, composición catiónica e incremento de los rendimientos (Carter y Pearen, 1989). Algunos resultados similares fueron reportados en Canadá con el uso de yeso, carbonato de calcio y nitrato de amonio (Malhi et al., 1992). Miyamoto y Enriquez (1990) evaluaron la eficiencia del mejoramiento de los suelos sódicos con varias enmiendas químicas (H2SO4, CaCl2. 2H2O, CaSO4.2H2O, FeSO4, Al(SO4)3 y dos compuestos orgánicos con el objetivo de valorar el efecto sobre la lixiviación de las sales. Las conclusiones de dicho estudio indican que el ácido sulfúrico aplicado a suelos calcáreos fue más efectivo que los ácidos orgánicos, no encontrándose diferencias con las demás enmiendas, las que mantuvieron las condiciones adecuadas para el intercambio del sodio por el calcio. En esta investigación se recomienda continuar los estudios en condiciones de campo, para dilucidar el problema con más claridad. Como se ha señalado la concepción del uso de los mejoradores en los suelos salinos ha evolucionado en las últimas décadas, actualmente su utilización no ha estado limitada a los suelos salinos con problemas de sodicidad. También tiene una importancia en la lucha contra los efectos adversos de la salinidad, ya que puede considerarse, imprescindible en el mantenimiento o recuperación del estado físico del suelo, como por ejemplo el azufre ha ocupado un lugar primordial en la recuperación de los suelos afectados por sales, por su alta eficiencia y su bajo costo, este material ha sido una de las enmiendas más utilizadas, sus limitantes han sido el tiempo que tiene que permanecer en el suelo, para que pueda ser transformado por los microorganismos oxidantes del azufre, por lo que se hace importante el estudio de su uso conjunto con los métodos biológicos para elevar la eficiencia de este mejorador en la recuperación de los suelos salinos. En la literatura revisada, no se encontraron evidencias del uso del yeso combinado con inoculación de bacterias como Thiobacillus. 2.4. Ciclo del azufre El ciclo del azufre involucra procesos físicos, químicos y biológicos. Una simplificación del diagrama del ciclo de azufre se muestra en la Fig. 1, en ella se observan las fases del ciclo del azufre relacionado con los depósitos minerales, azufre, sulfuro de hidrógeno. Las formas minerales del azufre pueden ser presentadas como sulfuros (ejemplos: pirita, FeS2, pirrotita, FeS y otros como el yeso, CaS04 2H20). El azufre en forma de mineral se mueve a través del ciclo como resultado de la oxidación del sulfito a sulfato o por la disolución de los sulfatos, tal como la oxidación de la pirita a ácido sulfúrico, neutralización de los carbonatos por la acción del ácido y la oxidación del azufre a sulfato (Chis Mills y Eng, 1999). Figura 1. Simplificación del ciclo del azufre por depósitos minerales (Chis Mills y Eng, 1999). 2.4.1. Importancia del ciclo del azufre El azufre no solamente es un elemento esencial para el crecimiento y actividad de todas las células vivas, sino también en los procesos químicos y biotecnológicos (Fischer, 1988). En la naturaleza el azufre circula permanentemente en formas oxidadas y reducidas. Su función tanto en la nutrición de los cultivos, como en las formas y cantidad en el suelo ha sido muy estudiado. Se ha prestado gran interés al conocimiento del ciclo del azufre desde su inmovilización (química y biológica) y su mineralización en el suelo (Germida et al., 1992). Recientemente, algunos estudios tratan sobre la importancia del flujo del azufre en la atmósfera y su relación con el ecosistema (Andrea, 1990; Langner y Rodhe, 1991; Bates et al., 1992). Los estudios recientes, con técnicas de la biología molecular, han permitido demostrar una función esencial de los componentes del azufre para el crecimiento y actividad de todas las células principalmente de la cisteina, metionina y S-adenosilmetionina. La metionina es la iniciadora de la síntesis de las proteínas en todos los organismos, mientras que la cisteina actuán en forma importante en la estructura, estabilidad y función catalizadora de muchas proteínas y el S-adenosilmetionina en la biosíntesis de la poliamina (Marzluf, 1997). La identificación de la población microbiana es importante en el ciclo del azufre de los ecosistemas, ya que los microorganismos son los responsables de los procesos de oxidación, reducción y volatilización, destacándose además la importancia de profundizar en el estudio de los microorganismos metabolizadores de azufre, así como en la fisiología y bioquímica que reflejan una importancia económica en la fertilidad de los suelos, la geoquímica, la metalúrgica, tecnología del petróleo y la nutrición animal (Germida et al., 1992; Konishi et al. , 1994). 2.4.1. Transformaciones del azufre en el suelo El azufre es uno de los elementos que más comúnmente se encuentra en la biosfera (Konishi et al., 1994). Está concentrado en las rocas ígneas y sedimentarias y puede encontrarse en valores desde 270 a 2400 ppm (Ehrlich, 1990). Su acumulación puede incrementarse por el azufre contenido en la atmósfera, las plaguicidas, aguas de riego y los fertilizantes. En el suelo este elemento se encuentra en forma orgánica e inorgánica y su proporción varía dependiendo del tipo de suelo, pH, contenido de materia orgánica, mineralogía de la arcilla, profundidad del perfil y el estado del drenaje (Ghani et al., 1992; Graeme et al., 1993; He et al., 1994; Mamaril, 1994). Más del 90% del total del azufre del suelo se encuentra en combinaciones orgánicas, mientras que la inorgánica representa una pequeña porción de ese total (Bohn et al., 1986; Haron y Hanson, 1988). El sulfuro (S2-), azufre elemental (S°), sales del ácido sulfuroso (S2O3)-2, tetrationato de (S4O6)-2 y el sulfato (SO4)-2 son las principales formas del azufre inorgánico en el suelo (Germida et al., 1992). El tiosulfato y tetrationato se encuentran sólo en suelo con aplicación de fertilizantes expuesto a la contaminación ambiental (Lawrence et al., 1988; Lawrence y Germida, 1991). El sulfato puede acumularse en formas fácilmente solubles, insolubles y sulfato coprecipitado ó cocristalizado con el carbonato de calcio, esta última forma es abundante en los suelos calcáreos (Shoenau y Germida, 1992), las formas de sulfatos solubles en aguas y la adsorbida por los coloides del suelo son las aprovechables para las plantas. Estos autores señalan además que en el horizonte superficial del suelo con poca lixiviación, el sulfato puede acumularse en forma de yeso ó en sales solubles en agua. De ahí, que debido a que el yeso es poco soluble y produce una alta actividad en la solución, los suelos desarrollados bajo condiciones de aridez y semiáridos con acumulaciones de yeso sean raramente deficientes en azufre (Betlany et al., 1983), por lo tanto un exceso de acumulación de las sales de sulfatos puede incrementar el potencial osmótico afectando el crecimiento de las plantas, lo contrario ocurre en los climas húmedos o bajo condiciones de buen drenaje, el sulfato se puede perder por lixiviación. Es bien conocido que los niveles del SO4-2 en el suelo cambian a través del tiempo (Ghani et al., 1992). Las variaciones en la temperatura y humedad del suelo afectan significativamente la mineralización del azufre en el suelo. Sin embargo, las fluctuaciones totales varían desde los cambios en el balance de la actividad microbiológica, lixiviación, la absorción por las plantas, y el suministro por el fertilizante (Ghani et al., 1992). Por otra parte, en los años recientes se observa un incremento frecuente en las deficiencias de azufre en varios cultivos, este elemento puede convertirse en un factor limitante de la producción agrícola ocasionando serios daños a la agricultura. Esta situación es causada por una disminución significativa en la emisión del SO2 y el uso de los fertilizantes de bajo contenido de azufre. Tales sistemas agrícolas con estas características están basados en el uso del estiércol animal, como abono, combinado con los fertilizantes nitrogenados; teniendo en cuenta, que el contenido de azufre varia en el animal, de acuerdo a la cantidad y forma que consume en su dieta (Eriksen y Mortensen, 1999). Pasos en la oxidación de diferentes compuestos por Thiobacillus: El thiosulfato (S2O32-) que, puede verse como un sulfuro o sulfito (Fig. 2) se desdobla en sulfuro y sulfito. El sulfito se oxida a sulfato con la producción de ATP y el otro átomo se convierte en azufre elemental insoluble. Por lo tanto, cuando oxidan tiosulfato, las bacterias del gènero Thiobacillus, producen azufre elemental; pero cuando se oxida el sulfuro no. El azufre elemental producido puede oxidarse por sí mismo, cuando el suministro de tiosulfato se agota. Si el contenido del tiosulfato es bajo, el azufre elemental no se acumula. Tabatabai, (1977) representó el proceso de oxidación biológica del azufre por la siguiente ecuación: S° S2O3-2 S4O6-2 SO4 2.4.2. Función de los microorganismos en el ciclo del azufre Bajo condiciones aeróbicas el azufre reducido es oxidado por vías químicas y biológicas, el rango de los estados de oxidación varia desde +6 en SO42- y -2 en H2S, los intermediarios pueden ser oxidados químicamente. Los compuestos inorgánicos de azufre en el suelo, agua, y sedimentos pueden ser transformados por varios grupos de microorganismos, tanto autótrofos como heterótroficos oxidantes del azufre. Los electrones desde la oxidación del azufre son transferidos dentro de los cambios de transporte de electrones, así msmo producen ATP. El poder de reducción que es necesario para la fijación de CO2 es proporcionado como NADH y es producido por un cambio inverso del transporte de electrones, con los electrones pasando desde los citocromos hasta el NAD + ATP (Germida, 1992). S 2- Sulfuro Complejo de azufre unido a célula Azufre elemental S0 R S Sulfito S S 2O3 2- S SO32- e- Tiosulfato Sistema de transporte de electrones AM P ADP Sulfito oxidasa ATP 2e- Fosforilación por transporte de electrones ADP 2e- ATP Adenosin fosfosulfato (APS) p1 Fosforilación a nivel SO42- Sulfato ADP SO42- Figura 2. Esquema de la bioquímica de oxidación de varios compuestos del azufre (Brock, 1978). Las bacterias que obtienen su energía a partir de los compuestos inorgánicos del azufre se les denomina como quimiolitotróficas. El término describe la energía que es capaz de utilizar, para la biosíntesis celular, en ausencia de luz, para la oxidación de los compuestos inorgánicos del azufre. Estas son principalmente miembros del género Thiobacillus; este género contiene ocho especies, de éstas cinco han estado sujetas ha constante investigación (Brock, 1978). Germida et al., (1992) agrupan de la siguiente forma a los microorganismos involucrados en la oxidación del azufre del suelo: 1) Quimolitotróficos, tales como Thiobacillus. 2) Autótrofos incluyendo géneros de bacteria púrpuras y verde de azul. 3) Heterotróficos : bacterias y hongos. Estos autores, señalan que los grupos 1 y 3 son los máximos responsables de la oxidación del azufre en el suelo. 2.4.3.1. Importancia del Thiobacillus Thiobacillus es una bacteria autótrofa quimolitotrófica (Wainwright, 1984; Kelly, 1989) aerobio obligado, Gram negativo (Lacomebe y Lueking, 1990); la cual se encuentra ampliamente distribuida en los suelos, aguas dulces, ambientes marinos y sedimentos. Además, desempeña una función fundamental en el ciclo del azufre ya que se encarga de la oxidación del azufre elemental (S°) hasta sulfato (SO4)-2, ion que combinado con el agua puede formar el H2SO4 (Kuenen, 1975; Adamczyk-Winiarska et al., 1975; Mcready y Krouse, 1982; Lindremann et al., 1991; Neilsen et al., 1993). Ambas formas pueden ser consideradas como mejoradores en los suelos sódicos. Estas bacterias del género Thiobacillus son capaces de oxidar y reducir los componentes orgánicos del azufre. Germida et al., (1992) los clasifican en 6 grupos que son: 1) T. thioparus. Oxidación aeróbica S2, S0, S2O3-2 y SCN-. Esta bacteria es autótrofa crece en pH de 4.5 hasta 7.8. 2) T. thiooxidans. Esta especie posee las mismas características que T. thioparus; pero se diferencia en que crece en un pH de 3 ó menor. 3) T. desnitrificantes. Esta bacteria tiene la facultad de oxidar las formas reducidas del azufre tal como el N03 y N2, es muy similar a T. thioparus. 4) T. ferrooxidans. Utiliza el ion hierro (Fe) como fuente de energía para oxidar al Fe+3. Se desarrolla en pH desde 2 hasta 5. Se diferencía de T. thiooxidans, por su menor velocidad para oxidar el azufre elemental. 5) Este grupo contiene aquellas especies de Thiobacillus que son obligatoriamente quimolitótroficos; heterotrófica facultativos (Neopolitas). 6) Heterotróficos obligatoriamente (prometabólicos). Las siguientes ecuaciones caracterizan las transformaciones catalizadas por las bacterias del el género Thiobacillus, aunque sólo se referirá a las dos especies involucrada en este estudio T. thioparus, y T. thiooxidans. T. thioparus 5Na2S2O3 +4O3 +H2O 5Na2SO4 + H2SO4 +4S Na2S4O6 + Na2CO3 + 1/2O2 2Na2SO4 +2S+CO2 T. thiooxidans S + 1 1/2O2 + H2O H 2 SO4 Las ecuaciones muestran la oxidación del azufre elemental a ácido sulfúrico, por ambas bacterias. La adición de azufre elemental al suelo es esencialmente equivalente a la aplicación de ácido sulfúrico, debido a la actividad de Thiobacillus, los cuales pueden disminuir el pH de un suelo desde 3 a 2 unidades, después de un tiempo de incubación. Generalmente T. thiooxidans es el principal responsable; pero también T. thioparus, metaboliza el azufre elemental (Nakamura et al., 1995). Las características fisiológicas de las bacterias oxidantes del azufre se resumen en el Cuadro 2. Cuadro 2. Características fisiológicas de las bacterias oxidantes del azufre (Brock,1978). Especies de Thiobacilllus T. thioparus T. thiooxidans T. ferroxidans T. denitrificantes T. novellus Donador de electrones H2S, sulfuros, S0, S2O23- S0 Rango del pH para el DNA(mol%GC) crecimiento 6-8 62-66 2-5 52-57 S0, sulfuros, Fe2+ H2S, S0, S2O23S2O23- 1.5-4 53-60 6-8 63-67 6-8 66-68 2.4.3.2. Población de Thiobacillus en los suelos En la literatura, se plantea que tanto Thiobacillus como los microorganismos heterotróficos son los principales agentes oxidantes de las formas inorgánicas del azufre elemental. Lee et al., (1987; 1988) encontraron en 48 suelos de Nueva Zelanda, la presencia de Thiobacillus, como la principal bacteria oxidante de azufre. Resultados similares fueron reportados por Wainwright (1978) en suelos expuestos a la contaminación ambiental. Mientras que la actividad de Thiobacillus fue muy pobre en estudios realizados en Australia por Vitolins y Swaby (1969), en suelos tropicales (Swaby y Fedel, 1977) y en Canadá por Germida (1985). En la actualidad se conoce que la población de los heterotróficos, también tiene una vital importancia en las transformaciones del azufre elemental en el suelo (Germida, 1985; Lawrence y Germida, 1988; 1991). Este grupo de microorganismos incluye bacterias, hongos y actinomicetos (Wainwright, 1984; Lawrence y Germida, 1988). Los factores tales como, pH, contenido de arcilla y cantidad de azufre elemental tienden a incrementar el número de los heterotróficos en el suelo (Lawrence y Germida, 1988). La rizosfera de las plantas es un sitio potencialmente importante para la oxidación y reducción del azufre. En los trabajos de Grayston y Germida (1990) demostraron que la rizosfera soporta elevadas oxidaciones de azufre, con diversas poblaciones de heterotróficos oxidantes de azufre, siendo mayores que en otras partes del suelo. Lawrence y Germida (1991) propusieron agrupar a estos microorganismos en tres grupos principales: 1) los oxidantes de azufre elemental a tiosulfato, 2) los que oxidan azufre elemental a sulfato y 3) los que oxidan tiosufato a sulfato. 2.4.3.3.Factores que afectan la oxidación del azufre en el suelo El proceso de oxidación del azufre en el suelo, es gobernado por un gran número de factores, muchos de los cuales están sujetos a las prácticas de manejo; los factores pueden ser de tipo biológico, físico y químico del suelo, así como, también se incluyen las propiedades de los fertilizantes. Los factores biológicos son los principales agentes que gobiernan la oxidación del azufre en el suelo, los cuales a su vez están influenciados por otros factores que directamente afectan la actividad microbiana en el suelo, como la temperatura del mismo potencial hídrico y aereación (Janzen y Bettany, 1987). Otros elementos que también tienen influencia en el coeficiente de oxidación, son: la agregación de sustratos orgánicos, efecto de los cultivos en la rizosfera, por el área superficial expuesta a la actividad de los microorganismos, así como el tamaño, forma y grado de dispersión de las partículas que son consideradas en las propiedades de los fertilizantes (Watkinson, 1993). Las propiedades físicas y químicas tales como: textura, pH, contenido de materia orgánica, temperatura, humedad y prácticas de manejo (Cifuentes y Lindermann, 1993; Germida y Janzen, 1993; Watkinson y Lee, 1994), así como la presencia de plaguicidas (Bezbaruah y Sarkia, 1990). Li y Caldwell (1966) plantearon que mientras más pequeño sea el tamaño de las partículas de azufre, mayor será la cantidad de azufre oxidado. A esta misma conclusión arribó Chapman (1989), destacando además que la temperatura es un factor importante. Al respecto, Badia y Alcañiz (1993) reportaron que la máxima oxidación ocurrió de 24 a 18°C, mientras que para la humedad y aereación se plantea que es más rápida la oxidación cuando los suelos se encuentran cerca de la capacidad de campo. 2.4.3.4. El azufre como mejorador de los suelos salinos/sódicos Cuando se añade azufre como mejorador de los suelos afectados por sales, primeramente tiene que sufrir una oxidación biológica por medio de microorganismos oxidantes del azufre, principalmente los grupos autotrófos y heterotróficos que oxidan el azufre en el suelo. Su efectividad está basada en la formación de H2SO4 a partir de la adición del azufre elemental, el ácido servirá, para la solubilización de las reservas de carbonato de calcio (CaCO3) presentes en el suelo, que como siguiente paso produce un intercambio de calcio por sodio. Esto ocasiona una mejoría en la infiltración y se produce una disminución del pH del suelo y por consiguiente, aumento en la fertilidad del suelo (Wainwright, 1984; Ryan y Tabbara, 1989; Germida et al., 1992). Estos autores representan este proceso con la siguiente ecuación: S° + 3/2 O2 + H2O H2SO4 En suelos afectados por sales, estos autores reportan igualmente el éxito de la aplicación de otros mejoradores para la formación de ácido sulfúrico, citando entre ellos los polisulfuros de amonio y de calcio, dióxido de azufre, tiosulfato de amonio, bisulfuro de amonio y pirita. Todos estos compuestos propician un incrementó en la penetración del agua y el contenido de nutrientes disponibles para los cultivos en estos suelos. Los suelos sódicos generalmente contienen poca población de bacterias oxidantes de azufre, por lo que se hace necesario incrementar el coeficiente de oxidación del azufre por medio del enriquecimiento del mismo en forma elemental (Rupela y Tauro, 1973). 2.4.3.5. Estudios de la recuperación por medio de Thiobacillus Mccready y Krouse (1982) demostraron el efecto de la inoculación con dos de las bacterias del género Thiobacillus (T. thiooxidans y T. thioparus) en un suelo solonetizado, con un tiempo de incubación de 12 semanas, observando una disminución del pH y un fuerte incremento de los sulfatos. Semejante resultados fueron encontrados por Lindemann et al., (1991) en Nuevo México, EE.UU. y por Neilsen et al., (1993) en suelos calcáreos de Colombia. Bole (1986) observó en un suelo calcáreo, que con la aplicación de azufre elemental y la inoculación de T. thioparus, se produjo un aumento de la conductividad hidráulica y una disminución del pH, lo que repercute en los elementos nocivos en el suelo. Además, se demostró que en los tratamientos donde no se aplicó el riego no se obtuvieron diferencias significativas, por lo que la humedad del suelo, es un factor a tomar en consideración para incrementar la oxidación del elemento en el suelo. Los estudios realizados durante 54 años, por Bollen (1977), coinciden con estos resultados. Como se mencionó con anterioridad la pirita ha sido utilizada con éxito en el mejoramiento de los suelos salinos. Tiwari y Kumar (1985) en estudios realizados en suelos sódicos de la India, en el cultivo del arroz obtuvieron los mejores resultados con la combinación de pirita, mezclada con Zinc y sesbania, observándose un incremento de la actividad microbiana, disminución del sodio cambiable, aumento en el aprovechamiento de nutrientes por las plantas y un incremento del rendimiento en el cultivo. Venkatakrishanan y Abrol (1981) reportaron también en la India el uso benéfico de la pirita inoculada con bacterias del género Thiobacillus aplicadas superficialmente y mezcladas con el suelo. Los resultados demostraron que a los 21 días, el pH había disminuido desde valores de 10.3 a 8.5 y los valores del PSI desde 76.7 a 27.1%. En otros estudios realizados en suelos arenosos se estudió el empleo de la pirita con cultivos de T. thiooxidans y T. ferrooxidans, obteniéndose una disminución del pH, tanto en los tratamientos, donde se aplicó en forma separada o mezclada (Kapoor y Mishra, 1988). Muchovey et al. (1989) reportaron el uso del T. thiooxidans con diferentes aplicaciones de roca fosfórica en un oxisol del Brasil utilizando como cultivo indicador, al sorgo. Observaron una rápida disminución del pH durante los primeros 14 días de inoculado, estabilizándose posteriormente, sin embargo cuando se adicionó la materia orgánica la actividad de los microorganismos se vio afectada negativamente. Los estudios recientes, realizados en suelos con cultivo de arroz demuestran que en la rizofera los compuestos reducidos del azufre pueden ser reoxidables por las bacterias oxidantes del azufre; se reporta un incremento en el número de bacterias 105 a 106 /g de suelo y una abundante actividad por poblaciones diferentes fisiológica y filogenéticamente (Jolyn et al., 1997). Partiendo de este hecho, cuando se adiciona azufre al suelo se estimula el coeficiente de oxidación de los microorganismos oxidantes del azufre y como resultado habrá una mayor transformación del azufre elemental S° a H2SO4 por la actividad de Thiobacillus. II MATERIALES Y METODOS Para evaluar el comportamiento de las bacterias oxidantes del azufre con relación a las propiedades de un suelo salino sódico; se realizaron tres experimentos: 1) aislamiento y caracterización de microorganismos nativos quimilitotróficos de la zona experimental, con cualidades acidofílicas y alcalinas, oxidantes del azufre. Este experimento se llevó a cabo en el Instituto Tecnológico de Colima, en el Departamento de Microbiología, 2) producción de biomasa de los microorganismos aislados por vía químostato, que se llevó a cabo en el IPN, en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, en el laboratorio de microbiología y 3) estudio de los cambios en las propiedades biológicas, físicas, químicas y físico–químicas del suelo en columnas de lixiviación, que se realizó en el Instituto de Recursos Naturales, especialidad de Hidrociencias en el Laboratorio de Salinidad y en la estación lisimétrica del Colegio de Posgraduados. 3.1. Ubicación del sitio experimental El área en estudio, se localiza en la planicie costera de Tecomán municipio del estado de Colima, tiene una superficie total de 80120.7 ha, de las cuales 60,930 ha se dedican al sector agropecuario. De esta superficie el 29,213 ha están bajo riego. La zona, eminentemente agropecuaria tiene gran importancia en el Estado y ha presentado graves afectaciones en los rendimientos agrícolas debido a los procesos degradantes de la salinidad Tomando en consideración los argumentos señalados, la zona en estudio fue seleccionada en este municipio situándose en el Rancho “El Chococo” a 20 Km. de la carretera Tecomán Cerro de Ortega, sus coordenadas son:1030 47’09” longitud W, 180 46’16” latitud N, con una altura de 5 m sobre el nivel del mar (msnm), datos obtenidos con GPS (Global Posición System). La profundidad a la que se observó el manto freático es de 60 cm, y la superficie del terreno es irregular. El clima es seco y semiárido, con una temperatura media anual de 340C, precipitación pluvial media anual de 800 mm con pequeñas variaciones en la zona y con alta evaporación (Cuadro 3). Cuadro 3. Características químicas y físicas del suelo salino sódico de El Chococo Cationes solubles pH C.E. DS m1- SST (%) M.O. (%) Ca 8.3 6.0 0.035 2.3 0.64 CaCO3 Arena Limo Arcilla (%) (%) (%) (%) 5.51 22.97 46.66 30.36 Aniones solubles en extracto acuoso Mg Na K mmol(+)/100g 0.50 3.33 0.09 Cationes intercambiables HCO3 Cl mmol(-)/100g 0.55 PSI mmol(+)/100g 4.02 3.99 5.60 3.39 SO4 0.71 CIC mmol (+)/100g 0.55 20.2 14.16 3.1.1. Muestreo de suelo En el lugar seleccionado se realizó el muestreo de suelo hasta 60 cm de profundidad, las muestras fueron tomadas de 0-20; 20-40; 40-60 cm de profundidad, respectivamente, luego fueron secados al aire y tamizadas por malla de 2 mm, en ellas se realizaron los análisis químicos y físicos, como se muestra en el Cuadro 3. 3.2. Experimento in vitro Para este experimento se realizó el aislamiento y caracterización de microorganismos nativos de la zona en estudio. El aislamiento de bacterias partió de una muestra de 25 g de suelo de la profundidad de 0 – 20 cm de la capa arable. Este se secó al aire y se tamizó a través de una malla de 2 mm. Las fuentes de azufre que se emplearon fueron: Azufre en flor (S0 99 %) de Sigma de México, azufre en suspensión coloidal y thiosulfato de sodio. Las fuentes adicionadas fueron equivalentes para el azufre elemental, en suspención y para el thiosulfato. Las dos primeras fuentes fueron esterilizadas por medio de rayos X durante 30 minutos de exposiciones consecutivas, con intervalo de 5 minutos. Las muestras de suelo usadas, así como él inoculo, se mantuvieron en medio líquido inorgánico en frasco Erlenmeyer de 500 ml compuesto de: (g L-1) (NH4)2SO4, 0.4 g; KH2PO4, 4.0 g; MgSO4 .7H2O, 0.5 g; CaCl2, 0.25 g; FeSO4, 0.01 g; azul de bromotimol, 0.005 como indicador. Se utilizó como fuentes de azufre: Na 2S2O7, 5 g; y en caso del azufre elemental (S0) así como el líquido se utilizaron 10 g; se disolvió en 1 L de agua destilada; se ajustó el pH, 7.0 para el aislamiento T. thioparus y para el T. thiooxidans se ajustò a < 3.5 (Germida, 1993). El medio que se utilizó fue el mismo para las dos bacterias, con la diferencia de las fuentes de azufre empleadas, en el caso T. thioparus la fuente de azufre fue thiosulfato y para T. thiooxidans el azufre elemental. El medio fue esterilizado a 1210C y 15 libras /pg2 durante 15 minutos. El inoculo se colocó en un agitador rotatorio vertical modelo (CRODE) durante 25 días a 150 rpm a 300C. Se realizaron determinaciones de conductividad eléctrica (mS/cm), pH, temperatura (0C) y contenido de sulfatos (mg/L). Las mediciones se hicieron a intervalos de 3 días y replicadas 6 veces. Durante este mismo intervalo de tiempo las cepas obtenidas se sembraron en caja Petri, tomándose las muestras del medio líquido. Las observaciones fueron realizadas en los mismos de tiempo que se hicieron las determinaciones mencionadas. Se realizaron las observaciones siguientes: morfología colonial (tamaño, forma y número de colonias). La producción de ácido como indicador del cambio de color del medio azul hacia el amarillo como diagnóstico de la oxidación del azufre, así como la presencia de bacterias quimiolitotròficas oxidantes del azufre (Lindermann et al., 1991). Se realizaron observaciones microscópicas para describir las características morfológicas de las células teñidas por medio de la tinción del Gram. Una vez aislada las células y caracterizadas se procedió a mantener las cepas en tubos de ensayos con el medio de cultivo propuesto por Germida, (1993), para su conservación y uso posterior. 3.3. Experimento de producción de biomasa de los microorganismos aislados 3.3.1. Activación de las cepas Se utilizaron los medios anteriormente mencionados para cada una de las cepas, se añadieron en 6 frascos Erlenmeyer de 500 ml, inoculados con las cepas aisladas del experimento anterior y se mantuvo en agitación con 200 rpm y a 300C, durante 7 días. Se determinó: pH y sulfatos. Posteriormente se sembraron en cajas de Petri con un medio sólido de agar bacteriológico (1.8%); con la finalidad de realizar las observaciones microscópicas (tamaño y forma). 3.3.2. Producción de biomasa de Thiobacillus 3.3.2.1. Extracción de las células Una vez producida la biomasa por agitación, el caldo de cultivo fue filtrado a través de papel Watman # 42, el filtrado se centrifugó a 10000g por 20 minutos, el paquete celular obtenido se suspendió en una solución ácida HCl (T. thiooxidans) y en solución alcalina (T. thioparus). También se hicieron separaciones celulares a través del equipo de filtración por membrana Millipore de 45 u. Con el paquete celular obtenido se realizaron diluciones desde 6x108 hasta 9x108 células/ml (Rupela y Tauro, 1973). 3.3.2.2. Obtención de la biomasa vía quimostato Las bacterias nativas aisladas y caracterizadas proceden del suelo en estudio, fueron colocadas en el quimiostato, con la finalidad de obtener la biomasa microbiana, y posteriormente utilizada en el experimento de lixiviación, para estudiar su efecto en las propiedades del suelo (Fig. 3). Figura 3. Obtención de bacterias oxidantes del azufre a partir del quimostato. (Tomado de Col. Agric. Trop. Rec. Hum. U. Hawaii, 1987. Modificado). Clave – descripción: a) Algodón y papel de aluminio b) Tubo de vidrio c) Tapón de hule perforado del matraz d) Tubo de vidrio (salida del aire) e) Tapón de hule h) Tubo que se introduce en el medio de cultivo i y j) Mangueras de hule conectadas de la bomba al filtro k) Bombas de aire l) Frasco Erlenmeyer con el medio f) Algodón g)Tubos de conexión de vidrio m) Medio de cultivo 3.4. Experimento en columnas de lixiviación Con la finalidad de estudiar las variaciones en las propiedades físicas, químicas, físico- químicas y biológicas se llevó a cabo este experimento, en la Estación Lisimétrica del Colegio de Posgraduados, Montecillo, Edo de México. Las columnas de lixiviación utilizadas fueron de 60 cm de largo x 25 cm de diámetro, las mismas fueron recubiertas con parafinas con el objetivo de evitar el “flujo pared“ durante el desarrollo del proceso de lavado (Fig. 4). Para el llenado de las columnas se colocó un fondo con una malla y papel de filtro, para evitar la salida del suelo. Figura 4. Vista de las columnas de lixiviación utilizadas en el experimento. El llenado de las columnas se realizó desde las capas inferiores a las superiores, (0-20, 20-40 y 40-60) cm de profundidad respectivamente. La masa de suelo se calculó sobre la base de la densidad aparente 1.3 g/cm3, para llevar a volumen el peso del suelo se fue acomodando con un pisón de madera. Cada columna contenía 18 Kg de suelo, a medida que se fueron empacando cada capa de suelo fue mezclada homogéneamente con el azufre elemental y el yeso, según los tratamientos, las dosis empleadas fueron: para el azufre 1.7 g/Kg y para el yeso 3.5 g/Kg de suelo respectivamente, una vez que se llenaron estas se colocaron sobre una mesa de madera con perforaciones del tamaño del diámetro de las columnas para colocar un embudo de plástico, y poder tomar el efluente en un matraz Erlenmeyer. Estas mesas tuvieron acopladas una estructura de hierro para mantener firme la columna y en forma vertical sostener la probeta tipo Mariotte, donde a través de ella se cuantifica el agua de lavado. 3.5. Diseño experimental El experimento fue conducido bajo un diseño completamente al azar con arreglo bifactorial 9x3, donde el factor A son los tratamientos y el B los volúmenes porosos (Vp= 1, 2 y 3), más un testigo y 3 repeticiones. Teniéndose un total de 81 columnas de lixiviación, se aplicaron dos mejoradores químicos, (azufre elemental y yeso), conjuntamente con los inóculos de dos cepas bacterianas, una con características alcalinas y otra acidofílicas. Las dosis de los mejoradores se calcularon sobre la base del Na más el Mg de la capacidad de cambio de bases (CCB). 3.5.1. Tratamientos T0.- Testigo (Sin lavar, sin mejorador) T1.- Control (lavado y sin mejorador) T2.- Suelo + azufre ( S +S0) T3.- Suelo + azufre + Thiobacillus thiooxidans (S+S0+ BO) T4.- Suelo + azufre + Thiobacillus thioparus (S+S0+BT) T5.- Suelo + azufre + T. thiooxidans + T. thioparus (S + S0 + BO +BT). T6.- Suelo + yeso (S +Y). T7.- Suelo + azufre + yeso (S+S0 +Y) T8.- Suelo + azufre + yeso + T. thioxidans (S + Y + BO). T9.- Suelo + azufre + yeso + T. thiooxidans + T. thioparus (S +Y + BO + BT) Las dosis del inóculo añadido fue de 10 ml de células/Kg de suelo (180 ml), con una concentración de 8x108 células/ml. Las mismas fueron aplicadas al suelo conjuntamente con el riego. Las columnas con los diferentes tratamientos fueron incubadas a 30°C, durante 30 días y mantenidas al 50% de la capacidad de campo. Posteriormente se procedió al lavado de las sales con agua destilada siguiendo el principio de Mariotte, dejando una capa permanente de agua de 10 cm. Se cuantificó el volumen de agua empleada en cada variante para el lavado de las sales y del efluente, se tomaron muestras cada 100 ml hasta completar cada volumen poroso (10.8 L), dos volúmenes porosos (21.6 L) y tres volúmenes porosos (32.4L). El concepto de volumen poroso en este trabajo, se comprende como el contenido de humedad en condiciones de saturación de un volumen determinado de suelo (Klute, 1986). Una vez que se terminó el lavado de las columnas, se comenzó a sacar el suelo de las mismas, cada 5 cm, siendo secado al aire y tamizado por malla de 2 mm, para sus posteriores análisis, tanto químico, físico y biológico. 3.6. Análisis de los efluentes y el suelo 3.6.1. Efluentes A cada muestra de efluentes se le determinó: pH, CE, composición de sales (Na+, Mg2+, Ca2+, K+, CO32-, HCO3-, SO42- y Cl-), residuos seco calcinado (RSC) y residuo seco evaporado (RSE). 3.6.2. Suelo A las muestras de suelos se les determinó antes y después del lavado, pH, CE, composición de sales, cationes intercambiables, RSE, RSC, MO y textura. 3.7. Métodos utilizados Todos los análisis se realizaron por el método de pasta saturada y según la metodología propuesta por Richards (1954). 3.7.1. Métodos químicos pH: Método potenciométrico ( pasta de saturación) MO: Walkey - Black (1934). Cationes intercambiables: Pfeffer. Ca y Mg: Complexometría con EDTA. Na y K: Fotometría de llama. CE: Conductimétrico SST: Método del residuo seco evaporado (RSE a 105 °C) y calcinado (RSC a 600 °C). Aniones y cationes solubles: Extracto de saturación CO3 y HCO3: Método acidimétrico. CL: Método argentométrico de Mohr SO4: Por turbidimétria. Ca y Mg: Complexiométria con EDTA. Na y K: Fotometría de llama. 3.7.2. Métodos físicos Textura: Bouyocus Humedad : Gravimetría. Temperatura : Termómetro 3.7.3. Métodos microbiológicos El número de químilitotróficas, T. thiooxidans y T. thioparus oxidantes del azufre fue estimado usando la técnica del NMP (Germida, 1993; Papen y Berg, 1998), y el desarrollo estadístico por la tabla propuesta por Cochran (1950). Su determinaciòn consistió en: Se utiliza el medio anteriormente descripto por Germida, (1993), el cual fue esterilizado a 110ºC durante 20 minutos. Este se dividió en dos partes iguales de 500 ml, para ser utilizado, una parte para el azufre y la otra para el thiosulfato, ajustando el pH, para cada medio. Se toman 10 diluciones replicada 5 veces, o, sea 50 tubos, (10-1 hasta 10-10), los cuales van a contener 10 ml del medio con 50 mg de azufre y 5 mg de Thiosulfato, indicador azul bromotimol y 0.1 ml de la dilución realizada con el suelo, se pone a incubar a 28ºC. Dilución: Se utilizan 10 frascos color ámbar con tapas, a los cuales se le añade 10 g de suelo con de solución fisiológica. Las mediciones se realizaron cada 4 días, donde se llevó el canteó de los tubos positivos y utilizando la tabla de Cochran, (1950) se determinó el número más probable de microorganismos. 3.7.4. Conductividad hidráulica La determinación de la conductividad hidráulica consistió en registrar los tiempos (h, m y s) a cada 100 ml de flujo (efluentes), en un proceso continuó hasta haber pasado a través de la columna, un volumen (10.9 L), dos volúmenes (21.8L) y tres volúmenes (32.7L) de agua destilada respectivamente en cada tratamiento, tomándose por cada uno según el volumen (100, 200 y 300) muestras de los efluentes. Con base a lo anterior se procedió a calcular los valores de la conductividad hidráulica (K) para cada uno de los efluentes lixiviados de 100 ml. La primera muestra obtenida no fue considerada en el cálculo de la K, debido a que podría ser influenciada por el hinchamiento inicial del suelo reportando una conductividad hidráulica por debajo de las condiciones de saturación esperada. La conductividad hidráulica (K) o coeficiente de proporcionalidad en la ecuación de Darcy, se calculó con base a la siguiente ecuación: K= Q∆L At∆H Donde: K = Conductividad hidráulica o coeficiente de proporcionalidad de la ley de Darcy ; ligado a la naturaleza del medio poroso y al fluído (cmh 1-) Q = Volumen obtenido del efluente (cm3) t = Tiempo requerido para obtener un volumen dado del efluente (h) A= Area transversal de la columna de suelo (cm) L = Espesor del suelo en la columna (cm) H = Altura de carga del agua (cm) Posteriormente se realizaron los gráficos de los valores de K con relación a cada volumen poroso. 3.7.5. Análisis estadístico Todos los datos fueron analizados con base a los promedios de tres repeticiones en un diseño factorial de 9 x 3, para un experimento completamente al azar. Los promedios fueron separados a través de la prueba de Tukey de rangos múltiples (0.05), con el objetivo de diferenciar los efectos para de cada tratamiento. Los datos obtenidos fueron analizados paquete estadístico SAS (Versión 6.12 para Windows). IV RESULTADOS Y DISCUSION 4.1. Composición química del efluente en función de los volúmenes porosos aplicados El lavado de los suelos con problemas de salinidad, es un método fundamental para la eliminación de las sales e incorporación de estos suelos a la producción agrícola. Durante el proceso de lixiviación de las sales ocurren cambios continuos de la solución debido a procesos de solubilización, precipitación e intercambio iónico (Davis y Burgoa, 1995; Bellini et al., 1996). 4.1.1. Variación del pH con la lixiviación Las variaciones del pH con la aplicación del azufre elemental, yeso y dos cepas bacterianas oxidantes del azufre se muestran en la Fig. 5. Los resultados obtenidos de las determinaciones del pH mostraron cambios en la concentración total de la solución durante el proceso de lavado. La máxima cantidad lixiviada fue mayor con la aplicación de azufre en el tratamiento T5, seguido por T2, T3 y T4 (Figs. 5 a, b, y c), que con la aplicación del yeso, donde este proceso de lixiviación fue menos acentuado en comparación con los suelos tratados con azufre, esto se debió a que la oxidación del azufre fue más eficiente en la disolución del calcio, para el desplazamiento del sodio desde los sitios de intercambio. Con respecto al testigo, en todos los casos se observó una marcada diferencia al comparar los efectos con los suelos tratados con los mejoradores. Los cambios en el pH de los suelos salinos sódicos son controlados por el Na2CO3 – H2O – CO2 y CaCO3 – H2O – CO2. Estas reacciones pueden variar con la actividad del ión calcio ó con el radio de actividad (Ca2+)½(H+) (Dubey y Mondal, 1993). Por otro lado, Kosmas y Moustakas (1990) señalan que una disminución del pH en la solución del suelo, se debe a la alta actividad microbiana que genera producción de CO2 y favorece la solubilidad tanto del CaCO3 como del MgCO3. (b) (a) Azufre 10 12 8 10 8 pH T1 6 T2 4 T3 T4 2 0 100 Yeso T6 6 pH T7 4 T8 T9 2 T5 0 2200 4200 6300 8300 0 2100 4100 6200 8200 En el primer volumen poroso (10.9 L), se observó que la concentración de las sales por la lixiviación, es menor que cuando se aplicaron dos y tres volúmenes porosos (21.8 y 32.7 L) de agua destilada a través de la columna de 60 cm de longitud. Este hecho se explica porque en la primera etapa del proceso de lixiviación de las sales, el suelo comienza a saturarse y los cationes absorbidos en el proceso de intercambio catiónico, una vez saturado en el perfil del suelo, la solución comienza a descender el flujo de agua en forma continua hasta el comienzo del filtrado que alcanza su máxima concentración cuando ha pasado a través de la columna de suelo un volumen poroso. 4.1.2. Conductividad eléctrica (CE) y sales solubles totales (SST) en la lixiviación La cantidad de sales de un suelo se puede estimar en forma aproximada con la medición de la conductividad eléctrica (CE). La cantidad de sales lixiviadas se muestra en las Figs. 6 y 7. El suelo en estudio, se caracterizó por una alta CE y predominio de sales de CO3 2- y HCO3- de Na+. Estos valores de CE disminuyen bruscamente con la aplicación de los mejoradores. En los suelos donde se aplicó el azufre en las tres láminas de lavado, se logró una rápida disminución de la concentración de las sales con valores de 100 a 20 dSm–1 cuando se aplicó el primer volumen (4100 cm3) de agua, presentando un comportamiento similar a los volúmenes dos y tres (Figs. 6 a, c y e). Sin embargo, donde se adicionó el yeso, no se presenta esta misma tendencia (Fig. 6 b, d y f); además la cantidad de agua consumida fue mayor por estos tratamientos (6200 cm3). En general, la concentración de las sales disminuyó en todos los tratamientos que comprendieron, donde se aplicaron los mejoradores con respecto al testigo. El T5 en el azufre y T9 en el yeso se observan como los mejores tratamientos cuando se mezclaron ambas enmiendas con los dos cultivos de bacteria. Esto pudiera ser atribuido, al hecho del cambio en la composición química de la solución del suelo, por las aportaciones del calcio producto del mejoramiento y la actividad biológica. Los obtenidos en este estudio coinciden con los reportados por Mondal (1977), Mohite y Shingte (1981) y Misopolin (1985); Un comportamiento similar puedo observarse en las SST (Fig. 7). (a) 100 Azufre T1 T2 60 T3 T4 40 T5 20 Yeso 80 CE dS m -1 -1 80 CE dS m (b) 100 T6 T7 60 T8 40 T9 20 0 0 0 2100 4100 6200 0 8200 2100 Azufre (d) 100 80 T1 T3 T4 40 T5 60 T6 T7 40 T8 T9 20 0 0 0 3100 6200 9200 12200 15200 18200 0 3100 6200 9200 12200 15200 18200 3 3 Volumen del efluente cm 100 (e) Volumen del efluente cm 100 Azufre 80 (f) Yeso 80 T1 60 T3 T3 40 T4 T5 CE dS m -1 -1 Yeso 80 -1 T2 60 20 CE dS m 8200 3 CE dS m -1 CE dS m (c) 6200 Volumen del efluente cm 3 Volumen del efluente cm 100 4100 60 T6 T7 T8 40 T9 20 20 0 0 0 0 5200 10200 15200 20200 25200 5200 10200 15200 20200 25200 3 3 Volumen del efluente cm Volumen del efluente cm Figura 6. Efecto del azufre y el yeso en el contenido de la conductividad eléctrica con los diferentes 160000 T1 Azufre T2 T3 120000 T4 T5 80000 40000 0 0 2100 4100 6200 (b) Contenido de SST (%) Contenido de SST ( %) (a) Yeso T6 100000 T7 80000 T8 60000 T9 40000 20000 0 8200 0 2100 4100 6200 8200 Volumen del efluente cm Volumen del efluente cm (c) T2 Azufre T3 100000 T4 80000 T5 60000 40000 20000 0 0 4100 8200 12200 16200 3 T6 Contenido de SST ( %) Contenido de SST (%) T1 120000 (d) Yeso T7 120000 T8 100000 T9 80000 60000 40000 20000 0 0 20200 4100 8200 12200 16200 3 T1 T2 120000 T3 T4 100000 T5 80000 60000 40000 20000 0 0 4100 8200 12200 16200 3 Volumen del efluente cm 20200 T6 Contenido de SST ( %) Contenido de SST (%) Azufre 20200 Volumen del efluente cm Volumen del efluente cm (e) 10200 3 3 (f) Yeso T7 100000 T8 80000 T9 60000 40000 20000 0 0 5200 10200 15200 20200 25200 30200 3 Volumen del efluente cm Figura 7. Efecto del azufre y el yeso en el contenido de sales solubles totales diferentes tratamientos y láminas de lavado; a y b; un volumen; c y d; dos volúmenes; e y f; tres volúmenes. 4.1.3 Comportamiento de los cationes en la lixiviación 4.1.3.1. Lixiviación del Na+ Los promedios de la cantidad de sodio lixiviado, cuando se aplicaron los diferentes volúmenes de lavado se muestran en la Fig. 8. Los resultados obtenidos muestran que cuando se aplicó un volumen poroso hay una mayor lixiviación de este elemento (Figs. 8 a y b) con relación a los volúmenes dos y tres (Figs. 8 c, d, e, y f), respectivamente. En todo el proceso de lavado, la concentración del sodio tiende a disminuir, conforme va pasando más cantidad del agua a través de la columna de suelo. Valores desde 400 hasta 12.33 (mgL-1) fueron lixiviados cuando se pasó de 10200 cm3 de agua, equivalente a 10.9 (un volumen poroso). Esto se debió a la formación de Na2S04 proveniente de CaSO4 de la solución, por el desplazamiento del sodio por el calcio del complejo de intercambio con la aplicación de los mejoradores, esta es una sal tóxica que se elimina fácilmente con el lavado. Por otra parte, se modifican las reacciones de intercambio en la solución del suelo, cuando disminuye las concentraciones de sodio en la solución, el sodio recupera su radio de hidratación y pierde energía de adsorción, el cual es sustituido por los iones divalentes desde los sitios de intercambio catiónico. Este proceso se manifiesta por la aparición y rápido incremento en la solución del Na2SO4, que se forma, como producto de las reacciones químicas con la incorporación del yeso y el azufre al suelo (Gupta y Abrol, 1990; Keren y Miyamoto, 1990; Nadler et al., 1996). 4.1.3.2. Lixiviación del Ca2+ y Mg 2+ 500 (a) Azufre 400 T1 T2 300 T3 200 T4 T5 100 0 0 2100 4100 6200 8200 10200 3 Contenido de Na mg/L Contenido de Na mg/L En la Fig. 9 se presentan los valores de los contenidos de calcio en los efluentes, durante la aplicación de los diferentes volúmenes porosos aplicados en un proceso continuo de lavado del suelo, se observó que las variaciones del calcio fueron menores con relación a las del sodio. Esto indica el efecto del mejoramiento debido a la alta concentración de calcio en la solución y el mayor tiempo de aprovechamiento en la difusión dentro de los agregados del suelo, esto coincide con lo reportado por Nadler et al., (1996). (b) 500 Yeso T6 400 T7 300 T8 T9 200 100 0 0 2100 4100 6200 8200 3 Azufre 400 T1 T2 300 T3 200 T4 T5 100 0 0 2100 4100 6200 Contenido de Ca mg/l Contenido de Ca mg/L (a) 500 (b) Yeso 500 400 T6 300 T7 200 T8 | T9 100 0 0 2100 4100 6200 8200 3 Volumen del efluente cm 8200 3 Volumen del efluente cm 500 Azufre 400 300 200 T1 T2 T3 T4 100 T5 ontenido de Ca mg/L Contenido de Ca mg/L (c) 500 (d) Yeso 400 300 | 200 T6 T7 T8 100 T9 El comportamiento del calcio fue muy similar en cada uno de los volúmenes evaluados, aunque la lixiviación en los suelos con azufre, tendió a un mayor lavado mayor de las sales, con menos de agua (4100 cm3), con respecto a los tratamientos con yeso donde se necesitó mayor cantidad de agua (8200 cm3). En los diferentes tratamientos, T5 en el azufre y T9 en el yeso fueron los mejores en la lixiviación de las sales, seguido con comportamiento similar: T3, T2 y T4 en azufre, T8 y T7 en el yeso. Todos difieren del testigo. En el caso del Mg 2+ el comportamiento fue muy similar al del calcio (Fig. 10), ya que su desplazamiento dependió en gran medida de la concentración de Ca2+ a través de las enmiendas aplicada al suelo y de la lixiviación a través del perfil, tal como afirman autores como ( Keren, 1996). 4.1.3.2. Lixiviación del K+ La primera reacción química que gobierna el transporte y el aprovechamiento del K+ a las plantas es el intercambio con otros cationes, y la fijación de los minerales arcillosos. El K+ es afectado por la alta salinidad y concentración de sodio en la solución de los suelos (Bar- tal et al., 1991). En este estudio, este elemento presentó una alta concentración en el efluente del primer volumen de lavado con relación a los demás volúmenes de lavado (Fig. 11). En los primeros 2100 cm3 de agua, la concentración de K+ disminuyó bruscamente, estabilizándose el proceso de lixiviación a partir de los 6200 cm3 del segundo volumen poroso. En el caso del yeso el comportamiento del efluente en el primer volumen mostró una mayor lixiviación hasta los 8200 cm3 (Figs. 11 b, d y f). En general, en la literatura se plantea que el potasio no presenta grandes variaciones con la lixiviación, lo que coincide con los resultados de este estudio y lo reportado por Lebron et al., (1994). (a) Azufre 700 600 T1 500 T2 400 T3 300 T4 200 T5 100 (b) 800 Contenido de Mg mg/L Contenido de Mg mg/L 800 500 400 T6 T7 300 T9 0 0 2100 4100 6200 2100 500 T1 400 T2 T3 300 T4 200 T5 100 0 Contenido de Mg mg/L Contenido de Mg mg/L Azufre 600 800 (d) 700 500 400 T6 300 T7 200 T8 T9 100 0 0 3100 6200 9200 12200 15200 18200 3100 6200 9200 12200 15200 18200 3 Volumen del efluente cm Azufre T1 T2 400 300 200 100 0 T3 T4 T5 Contenido de Mg mg/L Contenido de Mg mg/L Volumen del efluente cm (e) Yeso 600 3 800 700 600 500 8200 Volumen del efluente cm 700 0 6200 3 3 (c) 4100 8200 Volumen del efluente cm 800 T8 | 200 100 0 0 Yeso 700 600 800 (f) 700 Yeso 600 500 400 T6 T7 300 T8 200 T9 100 0 0 4100 8200 1220 1620 2020 2420 2820 3 Volumen del efluente cm 0 4100 8200 1220016200 2020024200 28200 3 Volume del efluente cm Figura 10. Efecto del azufre y el yeso con el contenidos de magnesio con los diferentes tratamientos y láminas de lavado; Azufre Contenido de K mg/L Contenido de K mg/L (a) 10 8 6 T1 T2 4 T3 T4 2 T5 0 0 2100 4100 6200 (b) 10 8 T6 T7 6 T8 4 T9 2 0 8200 0 2100 3 10 Azufre 12 T1 T2 9 T3 T4 6 T5 3 0 (f) Yeso 8 6 4 T6 T7 T8 2 T9 3000 6000 4000 8000 12000 16000 20000 24000 28000 3 9000 12000 15000 18000 Volumen del efluente cm 3 (e) A zufre 8 T1 6 T2 T3 4 T4 T5 2 0 Contenido de K mg/L Volumen del efuente cm Contenido de K mg/L 8200 0 0 10 6200 Volumen del efluente cm Contenido de K mg/L Contenido de K mg/L 15 4100 3 Volumen del efluente cm (c) Yeso (d) 15 Yeso 12 T6 9 T7 T8 6 T9 3 0 4000 8000 12000 1600020000 2400028000 3 Volumen del efluente cm 0 3000 6000 9000 12000 15000 18000 3 Volumen del efluente cm Figura 11. Efecto del azufre y yeso en el contenido de potasio con los diferentes tratamientos y láminas de lavado; a y b; un volumen; c y d dos volúmenes; e y f tres volúmenes. 4.1.4. Comportamiento de los aniones en la lixiviación 4.1.4.1. Lixiviación del CO32- y HCO3En las Figs. 12 y 13 se muestran los contenidos de carbonatos y bicarbonatos en el efluente, después de haber pasado a través de la columna los diferentes volúmenes de lavado. Este proceso manifiesta una tendencia de la entrada y salida del agua, principalmente en la primera lámina de lavado. En el caso de los carbonatos en la primera lámina de lavado se observa un flujo continuo con las mayores concentraciones, alcanzando valores desde 24.96 mg L1- y menores concentraciones en la segunda y terceras láminas de lavado, donde se estabiliza este proceso, El comportamiento fue similar en los suelos tratados con azufre como con yeso. Esto puede ser atribuido a la acidez provocada por los mejoradores que solubilizó las sales presente en el suelo. Estos resultados coinciden con lo planteado por Robbins y Lehrsh (1992). En cuanto al HCO3- el proceso fue inversamente diferente al comportamiento del CO32-, debido a que las mayores concentraciones se alcanzaron en tres volúmenes porosos tanto en el azufre como en el yeso. Todo los tratamientos se diferencian del testigo. Esto fue atribuido al incremento tanto de CO3 2-, como del HCO3 - introducido con el agua a diferencia donde se aplicaron los mejoradores y las bacterias, debido al desplazamiento del sodio intercambiable y a la disminución del pH, por el efecto del mejoramiento, los cuales son relacionados con el incremento del CO2, que a la vez incrementa la conductividad hidráulica y tiende a disminuir los CO3-2 y HCO3- por las sales que se van formando en el proceso del mejoramiento y se eliminan con el lavado (Gupta y Abrol, 1990; Lebron et al., 1994). 4.1.4.2. Lixiviación del Cl - y SO42Las curvas de lixiviación del Cl- presentaron un comportamiento similar con los dos mejoradores de azufre y yeso (Fig. 14) y su lixiviación se estabilizó de forma rápida, con 2100 cm3 de agua, prácticamente se logró lavar todo el cloruro. Esto fue debido a la alta debido a la alta solubilidad de los Cl, mientras que el ion S04-2 presentó un comportamiento } T1 Azufre T4 T5 3 | 2 1 0 0 2100 4100 6200 T8 T9 2 | 1 0 0 8200 2100 T4 T5 16 12 8 4 0 2- 20 Contenido de C03 mg/L T3 2- Contenido de C03 mg/L (d) T2 Yeso T8 T9 3 2 | 1 0 0 3100 6200 9200 12200 15200 18200 3 3100 6200 9200 12200 15200 18200 3 Volumen del efluente cm Azufre T6 T4 T5 12 8 4 0 Yeso T7 T8 16 T9 2- T3 16 Contenido de C03 mg/L T2 (f) 20 T1 20 2- mg/L T7 4 Volumen del efluente cm Contenido C03 8200 T6 T1 0 6200 Volumen del efluente cm Azufre (e) 4100 3 3 0 T7 3 Volumen del efluente cm (c) T6 Yeso 2- T3 (b) 4 T2 4 Contenido de C03 mg/L 2- Contenido de C03 mg/L (a) 4100 8200 1220 1620 2020 2420 2820 12 | 8 4 0 0 5200 10200 15200 20200 25200 3 3 Volumen del efluente cm Volumen del efluente cm Figura 12. Efecto del azufre y el yeso en el contenido de carbonato con los diferentes tratamientos T6 (a) Azufre T1 (b) 12 Contenido de HC03 mg/L - T3 T4 10 T5 8 6 4 2 0 T9 4 | 2 0 2100 4100 6200 2100 8200 3 10 Azufre Contenido de HC0 3 mg/L T2 (c) 6200 8200 3 T1 20 4100 Volumen del efluente cm Volumen del efluente cm - T8 6 0 0 T3 T4 16 (d) T6 Yeso T7 T8 8 T9 - Contenido de HC03 mg/L T7 Yeso - Contenido de HC03 mg/L T2 T5 12 8 4 0 0 3100 6 4 | 2 0 6200 9200 12200 15200 18200 0 3 Volumen del efluente cm 3100 6200 9200 12200 15200 18200 3 Volumen del efluente cm T6 Azufre (f) T1 14 14 T2 T3 12 T4 T5 T7 Yeso T8 T9 12 10 - 10 Contenido HC03 mg/L - Contenido de HC03 mg/L (e) 8 6 4 2 0 0 4100 8200 1220 1620 2020 2420 2820 3 Volumen del efluente cm 8 | 6 4 2 0 0 4100 8200 12200 16200 20200 24200 28200 3 Volumen del efluente cm Figura 13. Efecto del azufre y el yeso en el contenido de los bicarbonatos con los diferentes tratamientos y láminas de lavado; a y b; un volumen; c y d; dos volúmenes; e y f; tres volúmenes. Contenido de Cl mg/L Azufre T5 T4 1600 T3 T2 1200 T1 800 400 Contenido de Cl mg/L (b) (a) 0 0 2100 4100 6200 T8 T7 1200 T6 | 800 400 0 0 8200 T4 T3 2000 T2 T1 1500 1000 500 0 0 4100 8200 (d) T5 2500 T6 1500 1000 500 0 0 T1 0 0 (f) 5200 1020 1520 2020 2520 3 Volumen del efluente cm Contenido de Cl mg/L Contenido de Cl mg/L T2 500 8200 12200 16200 3 T4 1000 4100 Volumen del efluente cm T4 1500 T9 T7 T5 2000 Yeso 2000 Volumen del efluente cm 2500 8200 T8 12200 16200 Azufre 6200 2500 3 (e) 4100 Volumen del efluente cm Contenido de Cl mg/L Contenido de Cl mg/L Azufre 2100 3 3 (c) T9 1600 Volumen del efluente cm 3000 Yeso Yeso T9 2500 T8 2000 T7 1500 T6 1000 500 0 0 6200 12200 18200 24200 3 Volumen del efuente cm Figura 14. Efecto del azufre y el yeso en el contenido de los cloruros con los diferentes tratamiento y láminas de lavado; a y b; un volumen; b y c; dos volúmenes; c y f; tres volúmenes. diferente (Fig. 15). Se observó una marcada diferencia en cada uno de los volúmenes de lavado. Con un solo volumen se alcanzaron las máximas lixiviaciones de 107.31, en el segundo 65.94 y en tercero 51.36 (mgL-1), respectivamente. El mayor efecto se observó en el azufre (T5, T4 y T3) y en el yeso (T9, T8 y T7), es importante destacar que con excepción del T7, esto evidencía la oxidación del azufre con el incremento del SO4-2, al igual que con el yeso. 4.2. Efecto del azufre, el yeso y dos cepas de Thiobacillus en la conductividad hidráulica en función de los diferentes volúmenes porosos aplicados. 4.2.1. Volúmenes lixiviados Los resultados del análisis comparativo de la conductividad hidráulica en función de los volúmenes acumulados de los diferentes efluentes, a través de las columnas de suelo lixiviadas, mostraron diferencias significativas con los tres volúmenes de lavado aplicado (Figs 16, 17 y 18). En el análisis de varianza, se encontraron diferencias altamente significativas (p<0.001) entre los volúmenes, tratamientos y la interacción tratamiento *volumen (Cuadro 4). Cuadro 4. Análisis de varianza de variable conductividad hidráulica. Factores Tratamientos Volúmenes Tratamientos*Volúmenes las interacciones, con respecto a Suma de cuadrados Valor de F Pr>F C.V. (%) 8.8293 3.4897 1.6789 375.26 148.32 71.35 ** ** ** 14.58 * , ** , niveles de probabilidad significativamente al 0.05 y 0.01 respectivamente la La conductividad hidráulica aumentó de 0.1 a 1.7, alcanzando en algunos puntos, valores de 2.5 cm h1- respectivamente, cuando se lavó la columna con un volumen poroso (10.9 L) de agua destilada (Fig.16). Este volumen presentó diferencia altamente significativa con respecto a los volúmenes dos y tres (Cuadro 4). T1 (b) T3 600 T4 500 T5 2- Contenido SO4 mg/L T2 Azufre 2- Contenido de SO4 mg/L (a) 400 300 200 100 0 0 2100 4100 6200 T8 500 T9 400 300 200 100 0 0 8200 2100 T6 (d) T4 T5 2- 400 300 200 100 0 0 3100 Yeso T8 500 T9 400 300 200 100 0 0 6200 9200 12200 15200 18200 3 3100 6200 9200 12200 15200 18200 3 T2 T3 500 T4 400 T5 300 200 100 0 0 5000 2- Azufre Volumen del efuente cm Contenido de SO4 mg/L 2 Contenido de SO4 mg/L (e) T7 600 Volumen del efluente cm 600 8200 T2 T3 500 6200 Volumen del efluente cm Contenido SO4 mg/L 2- Contenido de SO4 mg/L Azufre 4100 3 3 (c) T7 600 Volumen del efluente cm 600 T6 Yeso (f) T6 Yeso 600 T7 500 T8 400 T9 300 200 100 10000 15000 20000 25000 30000 3 0 0 5000 10000 15000 20000 25000 30000 3 Volumen del efluente cm Volumen del efluente cm Figura 15. Efecto del azufre y el yeso en el contenido de los sulfatos con los diferentes tratamientos y T1 (a) T2 2.0 T3 1.8 T4 1.6 T5 1.2 -1 CH (cm/h ) 1.4 1.0 0.8 0.6 0.4 0.2 0.0 0.01 0.16 0.31 0.46 0.61 0.76 0.91 Un Volumen poroso (b) T1 T6 T7 T8 2.0 1.8 T9 -1 CH (cm/h ) 1.6 1.4 1.2 1.0 0.8 0.6 0.4 0.2 0.0 0.01 0.16 0.31 0.46 0.61 0.76 0.91 Un Volumen poroso Figura 16. Efecto del azufre y el yeso en la conductividad hidráulica (CH) con los diferentes tratamientos en la lixiviación en función de un volumen poroso: (a) azufre y (b) yeso. Como se observa en las Figs 17 y 18, el valor de la conductividad hidráulica tiende a disminuir a medida que se va lavando el perfil del suelo y se acentúa aun más cuando se alcanzan las tres láminas de lavado, o sea, 33 L de agua destilada. También existen diferencias entre los volúmenes dos y tres. El ascenso y descenso de los valores de la conductividad hidráulica que se observan dentro del rango de 0.06- 0.52 cm h 1- se deben al efecto de los cambios diurnos y nocturnos de la temperatura. Esto coincide con lo reportado por Keren (1996) quien explica que la aplicación del yeso y azufre se incrementan la permeabilidad del suelo por la concentración de electrólitos y el intercambio catiónico, que se traduce en un efecto positivo en la conductividad hidráulica. Cuadro 5. Análisis de medias de la conductividad hidráulica en relación de los volúmenes porosos. Volúmenes 1 2 3 N* 890 1684 2416 Conductividad Hidráulica (cm h-1) 0.4297 a** 0.3679 b 0.3413 c * Número de observaciones.** Valores seguidos por letras diferentes, son significativamente diferentes a p< 0.05 prueba de Tukey. 4.2.2. Efecto de los tratamientos Los resultados de las variaciones de la conductividad hidráulica con la aplicación del azufre, yeso y dos especies bacterianas oxidantes del azufre, con el fin de conocer y comparar los posibles efectos de los mismos, se resumen en el Cuadro 6. Los resultados obtenidos entre los diferentes tratamientos, destacan al suelo tratado con azufre y T. thioparus (T4), como el mejor, seguido por T2 y T5, que presentaron los mayores valores en la conductividad hidráulica. Le sigue en orden T7, T3, T9, T8, T6 y T1, donde fue evidente el efecto del mejoramiento sobre la conductividad hidráulica debido a la presencia de iones divalentes en la solución del suelo, tales como el calcio que estabilizan ó incrementan la conductividad hidráulica de los suelos. T1 (a) T2 1.0 T3 0.9 T4 T5 0.8 -1 CH ( cm/h ) 0.7 0.6 0.5 0.4 0.3 0.2 0.1 0.0 0.01 0.21 0.41 0.61 0.81 1.01 1.21 1.41 1.61 1.81 Dos Volúmenes Porosos T1 (b) T6 1.0 T7 0.9 T8 0.8 T9 -1 CH (cm/h ) 0.7 0.6 0.5 0.4 0.3 0.2 0.1 0.0 0.01 0.21 0.41 0.61 0.81 1.01 1.21 1.41 1.61 1.81 Dos Volúmenes Porosos Figura 17. Efecto del azufre y el yeso en la conductividad hidráulica (CH) con los diferentes tratamientos en la lixiviación como función de dos volúmenes porosos: (a) azufre y (b) yeso. T1 (a) T2 1.0 T3 0.9 T4 T5 -1 HC ( cm/h ) 0.8 0.7 0.6 0.5 0.4 0.3 0.2 0.1 0.0 0.01 0.31 0.61 0.91 1.21 1.51 1.81 2.11 2.41 2.71 Tres Volúmenes porosos (b) T1 T6 1.4 T7 1.2 T8 T9 -1 CH (cm/h ) 1.0 0.8 0.6 0.4 0.2 0.0 0.01 0.31 0.61 0.91 1.21 1.51 1.81 2.11 2.41 2.71 Tres Volúmenes porosos Figura 18. Efecto del azufre y el yeso en la conductividad hidráulica (CH) con los diferentes tratamientos en la lixiviación como función de tres volúmenes porosos: (a) azufre y (b) yeso. Cuadro 6. Análisis de medias de la conductividad hidráulica con respecto a los tratamientos. Tratamientos T4 T2 T5 T7 T3 T9 T8 T6 TI (S + S° + BT) (S + S°) (S + S° + BO + BT) (S + S° + Y) (S + S° + BO) (S + Y + BO + BT) (S + Y + BO) (S + Y) (Control) Conductividad Hidráulica (cm h-1) 0.5209 a* 0.4499 b 0.4138 c 0.3900 cd 0.3855 cd 0.3694 de 0.3512 e 0.1994 f 0.0687 g *Valores seguidos por letras diferentes dentro de la columna, son significativamente diferentes a p< 0.05 de prueba de tukey. En este experimento se pudo observar, que en el testigo, éste proceso se vio interrumpido en la lixiviación del efluente, no alcanzando lavar los tres volúmenes porosos. Esto puede atribuirse a las siguientes causas: a) a la alta concentración electrolítica de la solución, principalmente del ion sodio, b) la mala distribución de la humedad en todo el perfil y c) la tendencia del gradiente hidráulico a cero, por la presencia de alguna capa de baja conductividad, que interrumpe el movimiento del agua y dificulta el lavado y el riego. Estos resultados coinciden con lo reportado en varios estudios (Sansom et al., 1998 a y b). Como puede observarse, los tratamientos donde se aplicó el azufre fueron más efectivos en la lixiviación de las sales y la permeabilidad del agua con relación a los tratamientos con yeso. Resultados similares fueron reportados por (Yahía et al., 1975; Prather et al.,1978). En otros trabajos llevados a cabo por McNeal et al.(1966) y Frenkel et al., (1989), señalaron que el hinchamiento del suelo, la dispersión y la floculación de los minerales arcillosos son los procesos responsables de los cambios de la conductividad hidráulica. La interpretación sobre la disminución de la conductividad hidráulica, se ha explicado a la luz de dos teorías: el hinchamiento de los minerales arcillosos, fundamentalmente del tipo de la montmorillonita, y la dispersión de las laminillas. La pérdida de la conductividad hidráulica se debe a los minerales “in situ” y a la migración de arcillas dentro del medio poroso debido a los procesos de dispersión de los minerales del suelo, los cuales se acumulan en los microporos. obstruyendo el flujo. Cuando la migración de arcilla es alta, la disminución de la conductividad hidráulica va en aumento debido al sellamiento del medio poroso (Keren y Singer, 1988). 4.3. Efecto de la práctica de mejoramiento sobre las propiedades del suelo Los resultados del análisis estadístico mostraron diferencias altamente significativas para las interacciones tratamiento, volumen y profundidad en cada uno de los parámetros estudiados, con excepción del pH (Tratamiento * volumen) y (Profundidad * volumen), así como el Mg2+ y K+ en la interacción (Profundidad* volumen) (Cuadro 7). Cuadro 7. Valores de F calculada para los parámetros estudiados. pH CE Ca 2+ TRAT 51.6** 248.7** 265.7** VOL 3.3* 69.6** 66.5** 9.4** TRAT*VOL 1.5 7.6** 10.2** 15.3* 61.7** Parámetros PROF Mg 2+ Na+ K+ HCO3- Cl- SO4 2- 25.8** 163.4** 42587.3** 849.2** 290.2** 18.0** 23.9** 4.7* 1605.1** 2.7** 35.8** 2.2* 8.4** 6.4** 121.5** 787.8** 43.8** 60.0** 35.9** 342.4** 1862.7** 90.0** 34.3** 36.7** 5.6** 84.3** 5.0** 6.7** 1496.9** 38.8** 64.5** 1294.1** PROF*TRAT 9.4** PROF*VOL 1.4 5.6** 6.8** 1.5 9.6** 0.9 3.9** 1.8* 17.1** PROF*TRAT*VOL 1.3** 2.2** 5.4** 1.3** 5.1** 1.1 2.6** 2.6** 12.2** C.V. (%) 1.48 4.28 12.86 11.74 11.48 26.79 13.53 54.88 13.97 *,** Niveles de probabilidades significativamente a la P= 0.05 y 0.01 respectivamente diferentes a p < 0.05 de prueba de Tukey. 4.3.1. Efecto sobre el pH y la conductividad eléctrica 4.3.1.1. Efecto a diferentes profundidades El análisis de varianza detectó diferencias altamente significativas para el pH y la CE, en las profundidades, en los tratamientos donde se aplicó tanto azufre como el yeso (Cuadro 8). Cuadro 8. Promedios de las variaciones del profundidades del perfil del suelo. Profundidades 0---5 5---10 10---15 15---20 20---25 25---30 30---35 35---40 40---45 45---50 50---55 55---60 pH 7.75 e 7.8 ab 7.9 a* 7.9 a 7.8 abc 7.8 abcd 7.8 cde 7.7 e 7.8 bcde 7.8 cde 7.7 de 7.7 e pH y la CE con las diferentes Conductividad Eléctrica (dSm-1) 2.59 de 2.83 abc 2.91 a 2.89 ab 2.76 abcd 2.70 bcde 2.70 bcde 2.65 cde 2.18 gh 2.18 h 2.37 fg 2.52 ef * Valores seguidos por letras diferentes dentro de la columna, son significativamente diferentes a p<0.05 prueba de Tukey. En las Figs 19-28 se muestra el comportamiento de estos parámetros. La Fig. 19a representa las características del suelo original (T0), y la Fig. 28b el tratamiento control, donde solamente se aplicó el lavado sin mejorador. Como se puede observar, el suelo original se caracteriza por un pH por valores de 8.3 en la profundidad de (0-25) cm, disminuyendo a 7.9 desde (30 a 45) cm y valores más bajos hasta los 60 cm de profundidad. La conductividad eléctrica presenta los mayores valores en los primeros estratos del suelo (0–35) cm, alcanzándose los valores más bajos a partir de los 40–60 cm de profundidad. 9 pH 8 CE 7 6 5 4 3 0 10 20 30 40 50 60 Figura 19. Variación de la composición de las sales, pH y CE (dSm -1) en el perfil del suelo original(T0). (b) 9 8 7 6 pH CE 5 4 3 2 1 0 0 10 20 30 40 50 60 10 pH 8 CE 6 4 2 0 0 10 20 30 40 50 60 10 pH 8 CE 6 4 2 0 0 10 20 30 40 50 60 El comportamiento en el control fue muy diferente en estas variables, hay un aumento del pH en todo el perfil, con excepción de la primera profundidad, 0-5 cm, con valores de 7.9, se observó en los tres volúmenes de lavado. Esto es debido a que cuando se lava un suelo con problemas de salinidad, sin aplicación de mejoradores, se introducen iones de CO32- y HCO3-, los cuales tienden aumentar el pH del suelo. Sin embargo, la CE tiende a disminuir con respecto al testigo, debido a la lixiviación de algunas sales solubles, principalmente los cloruros que se eliminan fácilmente con el lavado (Frenkel y Suarez, 1977). 4.3.2. Efecto en los tratamientos. Los datos se analizaron para comparar las variaciones del pH y CE con los diferentes tratamientos, su efecto en la recuperación del suelo en estudio y poder dilucidar cual fue el mejor tratamiento en estos dos variables (Cuadro 9). Cuadro 9. Variación del pH y la conductividad eléctrica con los tratamientos. Tratamientos T0 (Testigo) T1 (Control) T2 (S + S°) T3 (S + S° + BO) T4 (S + S° + BT) T5 (S + S° + BO + BT) T6 (S + Y) T7 (S + S° + Y) T8 (S + Y + BO) T9(S + Y + BO + BT) pH 8.3 a* 8.4 a 7.6 e 7.5 e 7.3 d 7.4 de 8.1 b 7.6 e 7.6 e 7.7 de Conductividad Eléctrica (dSm-1) 4.67 a 2.75 c 3.06 b 3.21b 2.23 d 0.46 f 0.81 e 3.15 b 2.68 c 2.94 bc * Valores seguidos por letras diferentes dentro de la columna, son significativamente diferentes a p<0.05 de prueba de Tukey 4.3.2.1. Variación del pH Las diferencias estadísticas muestran una disminución del pH en todos los tratamientos con respecto al testigo y el control. En los tratamientos T2, T3, T4 y T5, se logró una disminución significativa del pH hasta en una unidad, mientras que en los tratamientos con yeso, T6 se diferencía de T7, T8 y T9, a pesar que se logró bajar el pH en 0.7 unidad, su efecto no es tan marcado como en los tratamientos con presencia del azufre. Esto se debió al efecto de los microorganismos oxidantes del azufre, en este caso a las bacterias T. thioparus y T. thioxidans, que fueron capaces de lograr una buena oxidación del azufre en el suelo, esto provoca una acidificación, al transformarse el azufre por la actividad microbiana hasta sulfatos, que combinado con el agua se forma el H2SO4 , que actúa sobre los carbonatos de calcio, liberándolo, para el intercambio con el sodio. Estos resultados coinciden con lo reportado por varios estudios como los de Chapman (1989), Lindemann et al., (1991) y López et al., (1999). En el caso del yeso ocurre una reacción química, donde se solubiliza el calcio, pasa a la solución e inmediatamente por diferencias de concentraciones y cargas iónicas se intercambia con el sodio, pasando el calcio al complejo de intercambio y el sodio a la solución, donde se elimina por el lavado, los cuales coinciden con las bases del mejoramiento planteadas por Gupta y Abrol, (1990) y Lebron et al., (1994). 4.3.2.2. Variación de la CE El testigo (T0) y el T6 se diferencian de los demás tratamientos. T1 y T8, no presentaron diferencias significativas al igual que T2 y T3. La CE de un valor inicial de 4.7 disminuyó hasta 0.46 dSm1-, siendo T5 y T6 los que presentaron mayor reducción de la CE. Esto es atribuido al efecto del mejoramiento tanto del azufre como del yeso, principalmente en la conductividad hidráulica, que provocó una lixiviación de las sales del suelo, y esto se observó a través de todo el experimento en el momento de la lixiviación, con la rapidez en la salida del flujo, a diferencia del control, alcanzándose a lavar el suelo en menos de 30 días. Aspecto muy importante a tener en cuenta, cuando se realicen prácticas de mejoramiento por la reducción del tiempo al aplicar estos mejoradores, así como la fuente de azufre utilizada y el tipo de suelo, ya que en otros estudios se ha encontrado que estos factores han provocado un incremento en la CE (Lindemann et al., 1991; López et al., 1999). 4.3.2.3. Efecto de la aplicación de los volúmenes lixiviados En los resultados del análisis de varianza no se encontraron diferencias significativas (p<0.05) para el pH con relación a los tres volúmenes de agua aplicado, mientras que en la CE, un volumen poroso fue diferente, a los volúmenes dos y tres, este último fue el mejor volumen en cuanto a la disminución de la CE (Cuadro 10). En las Figs. 19 hasta la 28, Se ilustra este proceso como ocurrió en el suelo en cada uno de los tratamientos. Cuadro 10. Variación del pH y CE con relación a los volúmenes lixiviados. Volúmenes pH Conductividad Eléctrica (dSm-1) 1 2 3 7.8051 a* 7.8563 a 7.8574 a 3.0042 a 2.5247 b 2.2993 c * Valores seguidos por letras diferentes dentro de la columna, son significativamente diferentes a p> 0.05 de prueba de Tukey. 4.3.3. Variaciones en la composición de las sales en las diferentes profundidades, tratamientos y volúmenes de lavado 4.3.3.1. Efecto en los cationes y aniones 4.3.3.1.1. Efecto a diferentes profundidades Se encontraron diferencias significativas para cada uno de los cationes analizados en las diferentes profundidades (Cuadro 11). El calcio presentó un comportamiento similar en los primeros 20 cm de profundidad, el cual tiende a disminuir hacia las profundidades más bajas, que presentan algunas diferencias entre ellas. En orden de mayores contenido en el perfil le sigue el magnesio; aunque su comportamiento fue menor al calcio. Sin embargo, en todo el perfil se presentan altos valores en las primeras profundidades y disminuye hacia las capas más bajas del suelo, esto de debió al efecto del mejoramiento y a la lixiviación de las sales y al control de la humedad y temperatura, lo que facilitó las reacciones en el suelo tanto del azufre como del yeso. Estos resultados fueron similares a los obtenidos por Sansom et al., (1998 a y b). Cuadro 11. Variaciones del contenido de cationes con las profundidades en el perfil del suelo. Profundidades (cm) Ca2+ 0---5 5---10 10---15 15---20 20---25 25---30 30---35 35---40 40---45 45---50 50---55 55---60 0.8481 a* 0.8659 a 0.8648 a 0.8354 a 0.6622 b 0.5679 c 0.5856 c 0.5984 c 0.3955 d 0.3362 e 0.3562 de 0.3529 de Mg2+ Na+ mmol(+)/100g 0.4963 bc 0.5515 ab 0.5686 a 0.5612 ab 0.4644 c 0.4573 c 0.4692 c 0.4980 bc 0.3465 d 0.3324 d 0.3527 d 0.3569 d 0.3998 f 0.5010 cde 0.5112 cd 0.4967 cde 0.5058 cde 0.5371 bc 0.6065 a 0.6005 a 0.4571 e 0.4836 de 0.5334 bcd 0.5749 ab K+ 0.4000 ab 0.0467 a 0.0454 a 0.0365 bc 0.0287 cd 0.0271 d 0.0250 de 0.0234 de 0.0247 de 0.0170 e 0.0172 e 0.0185 e * Valores seguidos por letras diferentes dentro de la columna, son significativamente diferentes a p< 0.0 de prueba de Tukey. En los primeros 5 cm de profundidad, el sodio alcanzó los menores valores con respecto a las demás profundidades, desde 10 hasta los 30 cm el comportamiento fue similar, a partir de aquí, tiende a una acumulación, debido a la lixiviación de las sales que con el lavado descienden hasta las capas más bajas. El potasio se acumuló en los primeros horizontes y se observan menores cantidades en las profundidades del perfil. Esto puede ser atribuido al hecho que a la formación de sales como el cloruro de potasio que se elimina con el lavado, por lo que tiende a una ligera lixiviación. Estas mismas consideraciones hacen Miyamoto (1990). Heren y 4.3.3.1.1. Variación de los aniones Los resultados muestran que el comportamiento de los bicarbonatos con las diferentes profundidades se encontró diferencias estadísticas entre las mismas. La primera profundidad de (0-5) cm se diferencia con respecto a las demás profundidades, Los valores más altos sepresentan en las primeras profundidades disminuyendo a través de perfil del suelo. En el caso del cloruro y el sulfato también se observaron estas diferencias, desde (5 hasta 25 cm) se incrementan, así como tambiém en la capa de 35-40 cm. Estos resultados son similares a los reportados por (Bolan et al., 1993), como se observan en el cuadro 12. Cuadro 12. Variación del contenido de aniones con las profundidades en el perfil del suelo. Profundidades HCO3 - (cm) 0---5 5---10 10---15 15---20 20---25 25---30 30---35 35---40 40---45 45---50 50---55 55---60 Cl - SO4-2 mmol(-)/100g 0.8143 b 0.8951 a* 0.9233 a 0.8911 a 0.6595 c 0.6094 cd 0.5930 d 0.5755 d 0.4734 e 0.4481 e 0.4650 e 0.4674 e 0.2923 a 0.2929 a 0.2848 b 0.2921 a 0.2945 a 0.2736 c 0.2833 b 0.2606 d 0.1829 e 0.1826 e 0.1708 f 0.1841 e 0.6606 def 0.7612 bc 0.7709 ab 0.7338 bcd 0.6911 bcde 0.6851 cde 0.7505 bc 0.8549 a 0.5785 fg 0.5285 g 0.6121 efg 0.6393 ef * Valores seguidos por letras diferentes dentro de la columna, son significativamente diferentes a p< 0.05 de prueba de Tukey. 4.4. Efecto del azufre y el yeso con los diferentes tratamientos 4.4.1. Efecto del azufre elemental Los efectos en cada uno de los tratamientos fueron significativos (Cuadro 13). A medida que se fue lavando el suelo y con la adición del azufre y el yeso se observaron los cambios en el perfil del suelo, Figs 19 y 20. En el testigo y control su comportamiento fue diferente con (a) 9 pH 8 CE 7 6 5 4 3 (a) 2 0 10 20 30 40 50 60 (b) 9 pH 8 CE 7 6 5 4 3 2 0 10 20 30 40 50 60 (c) 9 pH 8 CE 7 6 5 4 3 2 ( c) 1 0 10 20 30 40 50 60 Figura 21. Variación de la composición de las sales, pH y CE (dS m-1) con la aplicación del azufre y el lavado del perfil con diferentes volúmenes de agua (T2) : (a) un olumen; (b) dos volúmenes; (3) tres volúmenes. respecto a los demás tratamiento; al comparar cada uno de ellos, se observan las variaciones de cada catión, con los efectos de cada uno de los tratamientos y los volúmenes de lavado. En la Fig. 21 se observa que las variaciones de los cationes y los aniones cambian con los diferentes volúmenes de lavado en los suelos donde sólo se aplicó azufre (T2). Como se puede observar, siguiendo el comportamiento de cada elemento, el sodio en la profundidad de (0-45) cm es el ion que predomina en la solución del suelo, mientras que el calcio y el magnesio tienden aumentar, no se alcanzaron los valores del sodio, cuando sólo se ha lavado el suelo con un volumen poroso. Esto pudiera ser atribuido al hecho de que los niveles de humedad no fueron los suficientes, como para oxidar el azufre en su totalidad, a pesar de que se observa un incremento de los sulfatos en el medio; pero predominan los bicarbonatos sobre estos (Fig. 21a). Sin embargo, después de haber lavado con dos volúmenes porosos el sodio tiende a ser lixiviado en todo el perfil del suelo, ocupando el calcio y magnesio los contenidos más elevados y no se observan variaciones en los bicarbonatos y sulfatos (Figs. 21 b y c). Los resultados estadísticos mostraron diferencias con cada uno de los cationes de acuerdo a los tratamientos (Cuadro 13). El calcio en T8 y T9 se diferencian de los demás tratamiento, con valores de 0.1 hasta 1.1, le sigue en el orden T3 y T2 con valores similares; así como T4 y T5. El magnesio tiende a incrementarse con respecto al testigo, T9 se diferencia de todos, seguido de T2, T3 y T8. El sodio disminuye en todo los tratamientos con respecto al testigo, los tratamientos T8, T6, y T9 presentaron los menores contenidos de sodio y en el caso del potasio la diferencia no fue tan marcada como los demás cationes. Cuando se añadió al suelo el azufre combinado con T. thiooxidans se observó un efecto similar en los primeros volúmenes de lavado, aunque se muestra una ligera tendencia de acumulación de sodio en las profundidades inferiores a partir de los 40 cm (Fig. 22 b y c); a diferencia del calcio y el magnesio que ocupan los mayores contenidos en esta profundidad. En cuanto al bicarbonato y sulfatos se mantienen un comportamiento similar a los resultados anteriores. (a) 9 pH 8 CE 7 6 5 4 3 2 0 10 20 30 40 50 60 (b) ( c) 9 pH 8 CE 7 6 5 4 3 2 1 0 10 20 30 40 50 60 Figura 22. Variación de la composición de las sales, pH y CE (dS m-1) con la aplicación de Azufre + Thioxidans y el lavado del perfil con diferentes volúmenes de agua (T3): (a) Un volumen; (b) Dos volúmenes; (c) Tres volúmenes. Cuadro 13. Efecto de los tratamientos en las variaciones de los cationes. Tratamientos Ca 2+ Mg 2+ Na+ K+ mmol(+)/100g T0 (Testigo) T1 (Control) T2 (S + S°) T3 (S + S° + BO) T4 (S + S° + BT) T5 (S + S° + BO + BT) T6 (S + Y) T7 (S + S° + Y) T8 (S + Y + BO) T9(S + Y + BO + BT) 0.3742 f 0.1521 g 0.7815 c 0.8193 c 0.6228 d 0.5659 de 0.0839 g 0.4606 ef 1.0226 b 1.1300 a* 0.3217 ef 0.1785 fg 0.6855 ab 0.6876 ab 0.4944 cd 0.4453 de 0.0719 g 0.2906 f 0.5940 bc 0.7591 a 1.9267 a 0.6933 b 0.3538 e 0.5936 c 0.3101 ef 0.4357 d 0.1816 hg 0.2480 fg 0.1680 h 0.2126 hg 0.0450 a 0.0257 bc 0.0254 bc 0.0360 ab 0.0251 bc 0.0248 c 0.0090 d 0.0353 abc 0.0347 abc 0.0290 bc * Valores seguidos por letras diferentes dentro de la columna, son significativamente diferentes a p< 0.05 de prueba de Tukey. Los resultados del uso conjunto del azufre y las cepas de T. thioparus mostraron desde las primeras láminas de lavado, una buena distribución del calcio y magnesio en todo el perfil del suelo, ocupando los máximos valores. Sin embargo, el sodio disminuye en todo el perfil acentuándose más en las profundidades desde 0-50 cm (Fig. 23 a, b y c). Los bicarbonatos tienden a acumularse en la tercera lámina de lavado en la profundidad de (0-15) cm, no así, en el primer y segundo volumen donde el sulfato es predominante en el medio. La mezcla de las dos bacterias conjuntamente con el azufre se observó, que se produce un lavado hacia las profundidades, por lo que se destaca un mayor contenido de sulfato, producto de la oxidación del azufre cuando se aumenta la actividad biológica, en el medio por ambas bacterias oxidantes del azufre (Figs. 24 a b y c). Esto es debido a las aportaciones de calcio por la acción de los dos mejoradores y a la solubilización de los mismos. Esto resultados coinciden con los reportados por Kimura et al.,(1991). 4.4.2. Efecto del yeso La aplicación del yeso y el lavado (T6) fue un tratamiento que se considero como control, para que permitiera valorar el efecto del yeso con las demás variables (Fig. 25). Se muestra que el sodio se acumula en todo el perfil, principalmente hasta las profundidades de 0- (a) 9 pH 8 CE 7 6 5 4 3 2 1 0 10 20 30 40 50 60 (b) 9 pH 8 CE 7 6 5 4 3 2 1 0 10 20 30 40 50 60 (c) 10 pH 8 CE 6 4 2 0 0 10 20 30 40 50 60 Figura 23.Variación de la composición de las sales, pH y CE (dS m-1) con la aplicación del azufre + Thioparus y el lavado del perfil con diferentes volúmenes de agua (T5): (a) Un volumen; (b) Dos volúmenes; (c) Tres volúmenes. (a) 10 pH 8 CE 6 4 2 0 0 10 20 30 40 50 60 (b) 10 pH 8 CE 6 4 2 0 0 10 20 30 40 50 60 (c) 10 pH 8 CE 6 4 2 0 0 10 20 30 40 50 60 Figura 24. Variación de la composición de las sales, pH y CE (dS m-1) con la aplicación de azufre + mezcla de las bacterias Thioxidans y Thioparus y el lavado del perfil del suelo con diferentes volúmenes de agua (T5): (a) Un volumen; (b) Dos volúmenes; (c) Tres volúmenes. 30 cm, al igual que los iones bicarbonatos. En el sulfato se produce un incremento en los volúmenes dos y tres (Fig. 25 b y c). También se encuentran algunas sales de cloruros, el efecto contrario se observó con las dos enmiendas estudiadas (azufre + yeso), cuando se aplicó un sólo volumen, tanto el sodio como los sulfatos presentaron las mismas tendencias, una disminución hasta los 25 cm de profundidad, su mayor concentración se encontró en la capa mas profunda (Fig. 26 a). En las Figs 26b y 26c los resultados difieren a medida que se incrementaron los volúmenes de lixiviación, en ambos volúmenes se presenta un comportamiento similar, donde se incrementa el calcio y magnesio y va disminuyendo el sodio hacia las profundidades debido al lavado de este elemento. Se presentó un incremento del sulfato a través de todo el perfil, es esto es atribuido principalmente a la adición del yeso no sólo se aporta iones Ca2+ a la solución del suelo sino que también puede ser debido a la disolución de los CaCO3 presentes en el suelo (Mondal, 1977). En otros estudios se señala que el incremento del Ca2+ en la solución del suelo tiene una influencia positiva en la biomasa microbiana del suelo (Carte, 1985), y en estudios en suelos con problemas de salinidad, se ha encontrado que los efectos del yeso incorporado al suelo pueden causar una disminución temporal en la mineralización del nitrógeno asociado con la actividad microbiana y cambio en la composición de las especies (Moreno et al., 1999). Sin embargo, otros estudios han demostrado el enlace de la actividad microbiana y el incremento de las poblaciones de bacterias y actinomicetos asociados a la aplicación del yeso (Bajpai et al., 1976; Panov et al., 1976; Miller, 1996). En la recuperación del suelo con el tratamiento azufre + yeso + thiooxidans se observó que el proceso de mejoramiento presentó un efecto uniforme en todo el perfil, al comienzo de este proceso disminuye bruscamente el sodio y el calcio conjuntamente con el magnesio comienzan a ocupar los sitios de intercambio del sodio. Se produce incremento del sulfato en todo el perfil en la primera lámina de lavado, se observa como a medida que se va lavando el perfil el proceso se estabiliza, y el sodio se lava totalmente en todas las profundidades, con (a) 10 pH 8 CE 6 4 2 0 0 10 20 30 40 50 60 (b) 10 pH 8 CE 6 4 2 0 0 10 20 30 40 50 60 (c) 10 pH 8 CE 6 4 2 0 0 10 20 30 40 50 60 Figura 25. Variación de la composición de las sales, pH y CE (dS m-1) con la aplicación de yeso y el lavado del perfil con diferentes volúmenes de agua (T6): (a)Un volumen; (b) Dos volúmenes; (c)Tres volúmenes. (a) 9 pH 8 CE 7 6 5 4 3 2 0 10 20 30 40 50 60 (b) 9 pH 8 CE 7 6 5 4 3 2 1 0 10 20 30 40 50 60 (c) 9 pH 8 CE 7 6 5 4 3 2 0 10 20 30 40 50 60 Figura 26. Variación de la composición de las sales, pH y CE (dS m-1) con la aplicación del yeso + azufre y el lavado del perfil con diferentes volúmenes de agua (T7): (a) Un volumen; (b) Dos volúmenes; (c) Tres volúmenes. (a) 9 pH 8 CE 7 6 5 4 3 2 0 10 20 30 40 50 60 (b) 9 pH 8 CE 7 6 5 4 3 2 1 0 10 20 30 40 50 60 ( c) 9 pH 8 CE 7 6 5 4 3 2 1 0 10 20 30 40 50 60 Figura 27. Variación de la composición de las sales, pH y CE (dS m-1) con la aplicación de yeso, azufre + Thioxidans y el lavado del perfil con diferentes volúmenes de agua (T8): (a) un volumen; (b) dos volúmenes; (c) tres volúmenes. una mayor acumulación de 0-35 cm de profundidad (Figs. 27 a, b y c). También la mezcla de bacterias de thiooxidans y thioparus con estos dos mejoradores presentaron resultados positivos en el mejoramiento de las propiedades del suelo (Fig. 28), se observó una fuerte disminución del sodio hasta 50 cm de profundidad. El calcio presentó un contenido elevado en todo el perfil y el sulfato es el anion que más predomina en la solución. En general, resumiendo el efecto de los tratamientos en la recuperación del suelo, después de un mejoramiento tanto del azufre como el yeso, así como las dos bacterias oxidantes del azufre, los resultados mostraron diferencias favorables en todo los tratamientos con respecto al testigo y control. En todos los tratamientos estudiados, los resultados indican el efecto del mejoramiento en comparación del suelo original. El azufre se caracterizó por la disminución del pH, lixiviación de las sales, incremento del sulfato; mientras que en el yeso, las reducciones del sodio fueron destacadas. Estos resultados coinciden con lo reportado por varios autores como Sharma y Gupta (1986); Sharma y Swarup (1995 y 1997). 4.4.3. Efecto en los volúmenes lixiviados. 4.4.3.1. Cationes Los resultados estadísticos indican las variaciones entre los volúmenes lixiviados con respecto al Ca2+, Mg2+, Na+, y K+. Se observó que el calcio presentó diferencias significativas con los diferentes volúmenes porosos, mientras que el sodio, magnesio y potasio mostraron comportamiento similar, cuando se aplicaron los volúmenes dos y tres no hubo diferencias entre ellos, pero sí con respecto al volumen uno. En cada uno de estos tres elementos, este volumen no fue suficiente para lixiviación de las sales (Cuadro 14 ). (a) 9 pH 8 CE 7 6 5 4 3 2 0 10 20 30 40 50 60 (b) 9 pH 8 CE 7 6 5 4 3 2 0 10 20 30 40 50 60 (c) 9 pH 8 CE 7 6 5 4 3 2 0 10 20 30 40 50 60 Figura 28.Variación de la composición de las sales, pH y CE (dS m-1) con la aplicación del yeso, azufre + la mezcla del thioxidans y thioparus y el lavado del perfil a diferentes volúmenes de agua (T9): (a) Un volumen; (b) Dos volúmenes; (c) Tres volúmenes. Cuadro 14. Efecto del volumen lixiviado en el Ca 2+, Mg2+, Na + y K+. Ca 2+ Volùmenes 1 2 3 0.6995 a* 0.5982 b 0.5192 c Mg 2+ Na+ mmol(+)/100g 0.5039 a 0.4462 b 0.4134 b 0.6802 a 0.4485 b 0.4208 b K + 0.0342 a 0.0267 b 0.0266 b * Valores seguidos por letras diferentes dentro de la columna, son significativamente diferentes a p< 0.05 de prueba de Tukey. 4.4.3.2. Aniones Tanto el bicarbonato como el sulfato presentaron diferencias en los tres volúmenes porosos aplicados, mientras que el cloruro tuvo un comportamiento semejante en cada en cada lámina de lavado. Esto se observó en la lixiviación de los efluentes, explicados anteriormente, en el bicarbonato tiende aumentar cuando se incrementa el lavado, todo lo contrario se presenta en el sulfato, desde los primeros volúmenes se produce un incremento (Cuadro 15). Cuadro 15. Efecto del volumen lixiviado en HCO3-, Cl- y SO42-. Volúmenes HCO3 - Cl - SO4 2- mmol(-)/100g 1 2 3 0.5963 c 0.6601 b 0.6978 a* 0.2508 a 0.2516 a 0.2463 a 1.0632 a 0.5667 b 0.4325 c * Valores seguidos por letras diferentes dentro de la columna, son significativamente diferentes a p< 0.05 de prueba de Tukey. 4.5 Efecto en los cationes intercambiables Las características físicas y químicas del suelo salino sódico en estudio variaron de acuerdo a los diferentes tratamientos aplicados, como puede observarse en los cuadros del anexo. De manera general, es de importancia destacar los valores del porcentaje de sodio intercambiable (PSI), los cuales disminuyeron con la aplicación del azufre, yeso y la mezcla de las dos bacterias con respecto al suelo original, observándose valores iniciales desde 20 hasta 1.97. Lo que confirma el efecto positivo del mejoramiento del suelo, debido al intercambio de los iones Ca2+ y Mg2+ por el sodio intercambiable, así como el aumento de estos cationes intercambiables, por lo que se sustenta la hipótesis de que la oxidación del azufre mediante la actividad biológica de las diferentes bacterias adicionadas y la formación del ácido sulfúrico que actúa sobre los carbonatos presentes en el suelo, y como resultado de este proceso, el calcio desplaza al sodio de los sitios de intercambio. 4. 6 Caracterización de las bacterias nativas aisladas procedentes del suelo Las características morfológicas de las colonias observadas, mostraron dimensiones de 0.5-0.8 mm de diámetro, sus formas fueron redondas de bordes lisos. Además se observó el vire de color de azul a amarillo, lo cual indica la producción de ácido, como el efecto de la metabolización del azufre. Por otro lado, las observaciones microscópicas revelaron una morfología similar a la descrita por Kelly (1989), como son bacterias aerobias obligadas, bacilos cortos y gram negativo no esporulados. Respecto a la producción de biomasa se cuantificó el número de células por la técnica del NMP (Germida, 1993). También se obtuvieron resultados similares a los mencionados arriba respecto a las observaciones microscópicas y macroscópicas, cuando se hicieron las pruebas de verificación. 4.6.1 Efecto del mejoramiento con azufre elemental biológica del suelo salino sódio y yeso en la actividad Los suelos afectados por sales presentan una baja actividad biológica debido a la concentración de las sales en la solución del suelo y a los efectos de los iones, principalmente el sodio (Rao y Pathak, 1996). Similar comportamiento en suelos alcalinos es reportado por (Rupela y Tauro, 1973). Los resultados de este estudio demostraron que la población microbiana de las bacterias oxidantes del azufre, en este caso del T. thioparus y T. thiooxidans, incrementaron su población con la aplicación de las enmiendas (azufre y yeso) con relación al tratamiento testigo, desde valores de 1.2 x 102 células g 1- de suelo para el thiooxidans y 2.2 x 10 3 células g 1- para el thioparus (Cuadro 16). Cuadro 16. Efecto del azufre y del yeso en dos poblaciones oxidantes del azufre en el suelo salino-sódico. Tratamientos T. thiooxidans T. Thioparus -1 (NMP g de suelo) T0 (Testigo) 1.2 x 10 2 2.2 x 10 3 T1 (Control) 1.1 x 10 2 1.8 x 10 3 T2 (S + S°) 1.9 x 10 3 2.4 x 10 3 T3 (S + S° + BO) 2.1 x 10 3 2.0 x 10 3 T4 (S + S° + BT) 3.8 x 10 3 7.6 x 10 3 T5 (S + S° + BO + BT) 5.6 x 10 3 6.4 x 10 3 T6 (S + Y) 1.9 x 10 2 3.4 x 10 3 T7 (S + S° + Y) 1.7 x 10 3 1.8 x 10 3 T8 (S + Y + BO) 1.9 x 10 3 1.7 x 10 3 T9(S + Y + BO + BT) 5.6 x 10 3 7.6 x 10 3 Adicionalmente, se observó que en los tratamientos del azufre donde se aplicó conjuntamente con T. thioparus (T4), se presenta un fuerte incremento de las poblaciones de esta bacteria, alcanzando valores de 7.6 x 103 células g 1-, seguido del tratamiento azufre + mezcla de ambas especies ( thioparus y thiooxidans). En el caso de los tratamientos del yeso, también se observó la mayor población con la mezcla de ambas bacterias (T9), y es a la vez, el tratamiento de mayor concentración de thiooxidans. Esto es debido a la fuerte actividad de oxidación del azufre, principalmente por las bacterias de thioparus que son las principales oxidantes del azufre en este estudio. Ha sido reportado por varios estudios en suelos alcalinos, el incremento de T. thiooxidans y T. thioparus con la adición del azufre al suelo, principalmente de T. thioparus (Chapman, 1989; Lindemann et al., 1991; López et al., 1999). Otros autores han reportado a los heterotróficos como los principales oxidantes del azufre (Lawrence y Germida, 1991; Grayston y Germida, 1990; Lawrence,1988), lo cual puede ser atribuido al hecho que las condiciones de humedad, temperatura y las propiedades del suelo después de su recuperación propiciaron el incremento de T. thioparus en este suelo, ya que la variación del pH fue un parámetro adecuado para su desarrollo, así como el fuerte incremento de los sulfatos en el suelo. V CONCLUSIONES Por lo antes expuesto y a partir del análisis de los resultados obtenidos en la presente investigación pueden concluirse los aspectos siguientes: 1) La aplicación del azufre elemental, yeso y dos cepas bacterianas oxidantes del azufre (T. thioparus y T. thiooxidans) tuvieron un efecto significativo sobre las propiedades físicas, químicas y biológicas de un suelo salino sódico. 2) La mayor lixiviación de las sales solubles se logró cuando se adicionó la mezcla de ambas bacterias (T. thioparus y T. thiooxidans) tanto en los tratamientos donde se aplicó el azufre como los del yeso. 3) El tratamiento del azufre conjuntamente con T. thioparus fue el más eficiente, sobre las variaciones del pH, tanto en el efluente como en el suelo y en la conductividad hidráulica . 4) El sodio fue el catión que presentó mayor lixiviación cuando fueron aplicados dos y tres volúmenes porosos. De los aniones, el cloro fue lavado totalmente con la aplicación del menor volumen poroso en todos los tratamientos y el sulfato tendió aumentar. 5) El comportamiento de la conductividad hidráulica fue significativo entre los tratamientos y los volúmenes de agua aplicados debido al aumento de 0.1 a 1.7 cm h1-. 6) La recuperación del suelo salino sódico presentó diferencias significativas entre tratamientos, volúmenes y profundidad, debido a una disminución en el pH y CE, en todo el perfil, cuando se aplicaron tres volúmenes de lavado. 7) El calcio alcanzó los valores mayores en todo el perfil del suelo, seguido del magnesio y el sodio presentando los mejores resultados en el tratamiento con el azufre y T. thioparus. De los aniones el sulfato presentó un incremento en todas las profundidades. 8) El tratamiento con azufre se caracterizó por la disminución del pH, lixiviación de las sales e incremento de los sulfatos, mientras que en los del yeso, la reducción del sodio fue destacada. 9) Los resultados sugieren que la aplicación del azufre, el yeso y las dos cepas bacterianas en un suelo salino–sódico es una alternativa para la recuperación de las propiedades físicas, químicas y biológicas; reduciendo el tiempo del mejoramiento debido a la rápida oxidación del azufre por el aumento de las poblaciones microbianas oxidantes del azufre, principalmente T. thioparus y T. thiooxidans, así como de la utilización dos volúmenes de lavado. VI. SUGERENCIAS Se recomienda que los resultados de esta investigación se realice a nivel de campo como una alternativa en la recuperación de los suelos con problema de sodicidad; así como también, continuar con el desarrollo de la línea de Investigación, en el campo de la microbiología aplicada hacia los suelos que presentan problemas de salinidad. VII. A N E X O S Tabla 1A Valores promedios de las características químicas y físicas del suelo Salino Sódico de El Chococo después de la aplicación del tratamiento T1 (suelo lavado y sin mejorador). Un volúmen poroso Cationes solubles A en extracto acuoso pH 8.37 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 2.80 0.0790 1.20 Arena Limo Arcilla (%) (%) (%) 33.14 43.42 23.44 Ca Mg Na K HCO3 0.03 0.83 mmol(+)/100g 0.14 0.16 0.57 Cationes intercambiables PSI mmol(+)/100g 5.06 Dos volúmenes porosos 4.76 1.74 0.55 14.62 Cationes solubles An en extracto acuoso pH 8.28 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 2.86 0.0285 1.24 Ca Mg Na K HCO3 0.02 1.01 mmol(+)/100g 0.19 0.22 0.61 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 33.06 43.75 23.19 7.59 Tres volúmenes porosos 7.27 1.81 PSI 0.68 10.56 Cationes solubles A en extracto acuoso pH 8.41 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 2.62 0.0208 1.32 Ca Mg Na K HCO3 0.02 1.13 mmol(+)/100g 0.14 0.17 0.88 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 33.06 43.50 23.44 7.99 7.93 1.37 PSI 0.68 7.70 Tabla 2A Valores promedios de las características químicas y físicas del suelo Salino Sódico de El Chococo después de la aplicación del tratamiento T2 (suelo + azufre). Un volúmen poroso A Cationes solubles en extracto acuoso pH C.E. SST 1- 7.50 M.O. dS m (%) (%) 2.98 0.0439 1.47 Ca Mg 0.85 0.73 Na K HCO3 0.04 0.77 mmol(+)/100g 0.75 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 32.92 40.83 22.08 7.98 7.70 0.79 PSI 0.89 4.61 Dos volúmenes porosos Cationes solubles An en extracto acuoso pH 7.66 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 3.26 0.0287 1.34 Ca Mg Na K HCO3 0.02 0.64 mmol(+)/100g 0.76 0.66 0.15 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 28.50 40.67 22.50 8.44 7.59 3.24 PSI 0.37 16.67 Cationes solubles Tres volúmenes porosos Ani en extracto acuoso pH 7.68 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 2.97 Arena 0.0256 Limo 1.35 Ca (%) (%) (%) 40.83 21.50 Na K HCO3 0.01 0.95 mmol(+)/100g 0.71 Arcilla 33.50 Mg 0.64 0.12 Cationes intercambiables PSI mmol(+)/100g 8.83 8.06 3.41 1.04 16.11 Tabla 3A Valores promedios de las características químicas y físicas del suelo Salino Sódico de El Chococo después de la aplicación del tratamiento T3 (suelo + azufre+ thiooxidans). Un volúmen poroso Cationes solubles An en extracto acuoso pH 7.68 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 4.20 0.0540 1.18 Ca Mg Na K HCO3 0.04 0.76 mmol(+)/100g 0.86 0.71 0.86 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 33.64 45.00 21.36 7.53 Dos volúmenes porosos 7.48 1.50 PSI 1.01 8.65 An Cationes solubles en extracto acuoso pH 7.69 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 2.76 0.0393 1.20 Ca Mg Na 0.70 0.55 0.48 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 31.56 46.83 21.61 Tres volúmenes porosos K HCO3 0.03 0.90 mmol(+)/100g 7.57 6.61 0.91 PSI 0.49 5.91 Cationes solubles An en extracto acuoso pH 7.61 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 2.67 0.0516 1.03 Ca Mg Na K HCO3 0.04 0.93 mmol(+)/100g 0.89 0.81 0.44 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 30.89 46.42 22.69 8.19 5.65 0.57 PSI 0.53 3.88 Tabla 4A Valores promedios de las características químicas y físicas del suelo Salino Sódico de El Chococo después de la aplicación del tratamiento T4 (suelo + azufre + thioparus). Un volúmen poroso Cationes solubles An en extracto acuoso pH 7.76 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 2.62 0.0494 0.87 Ca Mg Na 0.94 0.65 0.37 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 45.67 21.36 32.97 K HCO3 0.03 0.67 mmol(+)/100g 8.03 Dos volúmenes porosos 6.24 1.08 PSI 0.69 6.84 Cationes solubles An en extracto acuoso pH 7.78 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 2.11 0.0374 0.82 Ca Mg Na K HCO3 0.02 0.86 mmol(+)/100g 0.53 0.47 0.35 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 32.06 46.83 21.11 7.95 Tres volúmenes porosos 6.08 1.18 PSI 0.66 7.50 Cationes solubles An en extracto acuoso pH 7.79 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 1.99 0.0264 0.82 Ca Mg Na K HCO3 0.02 0.55 mmol(+)/100g 0.40 0.36 0.21 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 33.64 46.92 19.44 4.43 6.80 0.26 PSI 0.33 2.28 Tabla 5A Valores promedios de las características químicas y físicas del suelo Salino Sódico de El Chococo después de la aplicación del tratamiento T5 (suelo + azufre + thiooxidans + thioparus). Un volúmen poroso Cationes solubles An en extracto acuoso pH 7.60 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 0.63 0.0538 0.71 Ca Mg Na K HCO3 0.03 0.47 mmol(+)/100g 0.79 0.62 0.64 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 28.17 44.00 19.50 6.87 Dos volúmenes porosos 6.60 0.56 PSI 0.21 3.99 Cationes solubles An en extracto acuoso pH C.E. SST 1- 7.75 M.O. dS m (%) (%) 0.43 0.0330 1.01 Ca Mg 0.49 0.39 Na K HCO3 0.02 0.47 mmol(+)/100g 0.41 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 29.42 43.75 18.50 7.98 Tres volúmenes porosos 6.87 0.37 PSI 0.36 2.41 An Cationes solubles en extracto acuoso pH 7.65 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 0.35 0.0321 1.08 Ca Mg Na K HCO3 0.02 0.58 mmol(+)/100g 0.42 0.32 0.26 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 28.25 44.33 19.08 8.66 6.97 0.32 PSI 0.39 1.97 Tabla 6A Valores promedios de las características químicas y físicas del suelo Salino Sódico de El Chococo después de la aplicación del tratamiento T6 (suelo + yeso). Un volúmen poroso Cationes solubles An en extracto acuoso pH 8.21 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 1.00 0.0137 1.09 Ca Mg Na K HCO3 0.02 0.33 mmol(+)/100g 0.08 0.07 0.22 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 34.34 41.83 19.66 9.46 Dos volúmenes porosos 8.60 0.55 PSI 0.47 2.93 Cationes solubles An en extracto acuoso pH C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) Ca Mg Na mmol(+)/100g K HCO3 8.19 0.75 0.0344 1.23 0.09 0.07 0.19 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 31.59 42.92 21.33 11.59 Tres volúmenes porosos 7.26 0.43 0.01 0.26 PSI 0.38 2.20 Cationes solubles Ani en extracto acuoso pH 8.15 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 0.68 0.0107 1.34 Ca Mg Na K HCO3 0.01 0.21 mmol(+)/100g 0.08 0.07 0.14 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 33.59 42.33 19.91 11.36 7.13 0.41 PSI 0.50 2.11 Tabla 7A Valores promedios de las características químicas y físicas del suelo Salino Sódico del El Chococo después de la aplicación del tratamiento T7 (suelo + azufre + yeso). Un volúmen poroso Cationes solubles An en extracto acuoso pH 7.53 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 3.65 0.0683 1.35 Ca Mg Na K HCO3 0.05 0.64 mmol(+)/100g 0.46 0.31 0.47 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 28.17 45.50 18.00 11.21 Dos volúmenes porosos 8.20 0.57 PSI 0.51 2.82 An Cationes solubles en extracto acuoso pH 7.86 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 3.04 0.0560 1.35 Ca Mg Na K HCO3 0.03 0.72 mmol(+)/100g 0.48 0.31 0.17 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 31.00 46.17 18.66 13.71 Tres volúmenes porosos 8.37 0.56 PSI 0.63 2.45 Cationes solubles An en extracto acuoso pH 7.69 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 2.77 0.0386 1.35 Ca Mg Na K HCO3 0.03 0.67 mmol(+)/100g 0.44 0.25 0.09 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 33.00 44.50 18.33 11.56 7.91 0.02 0.59 0.12 Tabla 8A Valores promedios de las características químicas y físicas del suelo Salino Sódico de El Chococo después de la aplicación del tratamiento T8 (suelo + azufre + yeso + thiooxidans). Un volúmen poroso Cationes solubles An en extracto acuoso pH 7.65 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 3.72 0.0587 1.33 Ca Mg Na K HCO3 0.04 0.58 0.62 2.02 mmol(+)/100g 1.23 0.71 0.38 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 32.92 44.83 18.08 9.97 Dos volúmenes porosos 8.24 0.38 Cationes solubles An en extracto acuoso pH 7.59 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 1.94 Arena 0.0370 Limo 1.38 Ca (%) (%) (%) 43.83 19.58 Na K HCO3 0.04 0.79 0.64 1.60 mmol(+)/100g 1.03 Arcilla 28.25 Mg 0.57 0.06 Cationes intercambiables mmol(+)/100g 12.03 Tres volúmenes porosos 8.71 0.34 Cationes solubles An en extracto acuoso pH 7.74 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 1.91 0.0787 1.39 Ca Mg Na K HCO3 0.03 0.77 mmol(+)/100g 0.81 0.47 0.06 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 33.59 41.33 20.91 12.27 8.13 0.31 PSI 0.59 1.48 Tabla 9A Valores promedios de las características químicas y físicas del suelo Salino Sódico de El Chococo después de la aplicación del tratamiento T9 (suelo + azufre + yeso + thiooxidans + thioparus). Un volúmen poroso Cationes solubles A en extracto acuoso pH 7.76 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 3.64 0.0345 1.45 Ca Mg Na K HCO3 0.03 0.68 mmol(+)/100g 1.33 0.78 0.48 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 32.89 45.08 22.03 11.08 7.92 0.76 PSI 0.64 3.76 Cationes solubles Dos volúmenes porosos An en extracto acuoso pH 7.88 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 2.94 0.0510 1.39 Ca Mg Na K HCO3 0.03 0.87 mmol(+)/100g 1.17 0.82 0.15 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 30.97 46.92 22.11 12.01 7.78 0.44 PSI 0.55 2.14 Cationes solubles Tres volúmenes porosos An en extracto acuoso pH 7.63 C.E. SST M.O. dS m1- (%) (%) 2.26 0.0475 1.22 Ca Mg Na K HCO3 0.03 0.89 mmol(+)/100g 0.89 0.67 0.02 Arena Limo Arcilla Cationes intercambiables (%) (%) (%) mmol(+)/100g 34.16 44.74 21.11 12.72 7.67 0.46 PSI 0.41 2.16 VIII. BIBLIOGRAFÍA CITADA Abrol, I. P. (1986). Salt affected soils: Problems and prospects in developing countries. Nat. Environ. 20, 283-305. 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