Portavoces de rebeldía popular fueron las calaveras de Posada
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Portavoces de rebeldía popular fueron las calaveras de Posada
Las reformas y adiciones al Artículo 6° Constitucional, relativo al Derecho a la Información, replantean la exigencia de actualizar las bases jurídicas y reglamentarias para la operación archivística, y de poner a la disposición ciudadana la información y documentación que genera el Ayuntamiento Aguilar Barraza No. 62 Pte. Col. Almada Tel. 7126102 Www.lacronica.culiacan.gob.mx lacronicadeculiacan@gmail.com Adrián García Cortés Director-Cronista Oficial Miguel Ángel González Córdova Editor Responsable Gladys Aydeé Gálvez Rivas Culiacán Rosales,Sinaloa No. 187 Diseño Miércoles 29 de septiembre de 2008 Huésped de este fin de semana: la muerte Como cada año, la figura de la muerte está rondando cerca, y este fin de semana será huésped de recintos públicos y privados; su canija figura estará presente en los hogares, en los vestíbulos y en algún atrio hasta donde llegue la tradición mexicana de las “ofrendas”, que las autoridades ofrecen como antídoto contra la intoxicación extranjerizante del Halloween. En Culiacán ya es usual que se instalen los altares ofrendas para conmemorar el día de muertos en las casas y recintos más representativos a lo largo del Corredor Cultural del Centro Histórico, que parte de la Plazuela Rosales, esto es, de los edificios de la Universidad Autónoma de Sinaloa, para continuar por la calle Rosales hacia el oriente. Como es costumbre, en esos altares se rendirá homenaje a la memoria de personajes de diversas órbitas, ya se trate de artistas, literatos, profesionales, deportistas, y hasta políticos, que también los hay dignos de recordar con gratitud. En un ámbito más entrañable, esa florida recordación se dedica a los seres queridos que se adelantaron en el cruce de la raya final, ese paralelo cero que marca el destino como coordenada ineludible de la ruta existencial. Y en todos estos lugares, tenue o intensa, siempre está presente la figura desencarnada de la muerte, bien sea de cuerpo entero o sintetizada en una calavera de azúcar. Esta conmemoración es ancestral y sus raíces se remontan a la etapa precortesiana, aunque el culto a la muerte no es privativo de nuestro país. En diferentes formas que, sin embargo, muestran coincidencias de fondo, se exalta la figura palpable o etérea de la muerte. En México hay dos formas de rendirle homenaje: una solemne se remite al culto a la Santa Muerte en torno al cual se habla de una creciente e insospechada membresía de practicantes y sobre el cual se bordan verdades y mitos. La otra forma, irreverente y hasta humorística, es la más conocida y la más socorrida. Una de sus manifestaciones, muy antigua por cierto, es la de las tradicionales “calaveras”, consistente en rimas, generalmente breves, cuyo tenor gira en torno a la supuesta muerte de personas vivas, mediante un tratamiento que puede ser respetuoso, pero que también puede tener intención satirizante, según el caso. A propósito de la imagen necrológica que es elemento insustituible en estas manifestaciones, no hay calavera más contemplada que la famosa “catrina” creada por José Guadalupe Posada. Desde luego, no fue la única versión de la muerte que presentó el genial grabador hidrocálido, o aguascalentense como también se dice, pero ha sido la más proyectada dentro y fuera de México. Posada transfiguró a la muerte mediante una concepción de profunda frivolidad o de frívola profundidad, valga la paradoja, y en el caso de su “catrina” proyectó un mensaje de crítica social que era muy característico de su obra. Por ello, no se puede ver esa representación sin recordar a Posada, el personaje histórico que, como nadie, vistió a la muerte de fiesta en medio Del drama nacional. Portavoces de rebeldía popular fueron las calaveras de Posada Grabador genial, nació pobre y fue enterrado en la fosa común Al pensar en las calaveras de noviembre es inevitable asociar ideas con la figura de José Guadalupe Posada, el creador de la imagen más reproducida de la muerte: la “catrina”. Y por consecuencia, no se puede hablar de la tradicional festividad del día de muertos sin rendir recordación al grabador que hizo de su buril una pluma y del metal un documento de crítica, de sátira, de registro histórico generalmente identificado con las causas del pueblo, de los marginados, de los pobres como él. De Antonio Rodríguez, uno de sus más calificados biógrafos, se reproducen a continuación algunos párrafos del libro “Posada”, de Editorial Domes, en los que se enfocará particularmente la obra relacionada con las calaveras, en ocasión de la recordación que tendrá lugar el próximo fin de semana: José Guadalupe Posada nació humildemente y murió en la miseria. A su entierro asistieron sólo tres amigos suyos, dos de los cuales no sabían leer. Solitario y sin recursos, fue enterrado en una tumba de sexta clase del Panteón de Dolores, de donde nunca nadie reclamó sus despojos. Transcurrido el tiempo reglamentario, sus restos fueron trasladados a la fosa común en la cual se volvió, como él trágicamente había profetizado, “calavera del montón”. En la famosa calavera sobre “Las disputas un aguador”, Posada grabó: El Pontífice romano y todos los consejales y el jefe de la Nación en la tumba son iguales: calaveras del montón Tal vez fuera su intención proclamar que algún día todos los hombres campesinos, obreros, grabadores - habrían de ser iguales, pero no le permitían las circunstancias expresar tan subversiva convicción. Imposibilitado de igualar a todos los seres humanos en la tierra, los niveló en la muerte. En la calavera de El Germán, donde se supone que hablan los muertos, surge esta sentencia: De este miserable fin ninguno se ha de escapar; todos han de patinar: el ranchero y el catrín, el dadivoso y el ruin, la misma suerte le espera, pues de cualquier manera, y bien lo pueden creer tienen que venir a ser, Cual nosotros, calaveras Es cierto que esta advertencia sobre la ineludible y pareja muerte se encuentra en toda la Edad Media, pero casi siempre en forma solemne y trágica, y no tanto para nivelar a los justos y a los pecadores, sino para incitar a los malos (que casi siempre eran los rebeldes) a ser buenos. En la obra de Posada la advertencia va sobre todo dirigida a los poderosos. La acompaña, a modo de coro, una carcajada brutal, agresiva y sarcástica. Llegado al apogeo de su genio creador capaz de dar vida a cualquier invención- Posada anuncia la rebeldía que bulle en su espíritu, y en todo el país, por medio de la más genial de las calaveras, la de Don Quijote, que este verso, a modo de consigna, complementa: Sin miedo y sin respeto ni a los reyes este esqueleto cumplirá sus leyes Aquí está Don Quijote, la calavera valiente, dispuesta a armar un mitote al que se le ponga enfrente. Ni curas ni literatos, ni letrados ni doctores escaparán los señores De que les dé malos ratos INSPIRACIÓN DE UN GRANDE “Posada trabajaba a la vista del público, detrás de la vidriera que daba a la calle, y yo me detenía encantado por algunos minutos, camino de la escuela, a contemplar al grabador. Este fue el primer estímulo que despertó mi imaginación y me impulsó a emborronar papel con los primeros muñecos, la primera revelación de la existencia del arte de la pintura” José Clemente Orozco COMPARABLE CON GOYA “José Guadalupe Posada es comparable con Goya y con Callot. Yo acostumbraba detenerme en el taller que poseía él en Santa Inés (hoy calle de La Moneda número 5) donde lo veía trabajar junto a un grabado con el tema del Juicio Final, de Miguel Ángel que, al parecer, arrebataba al grabador. Esta escena se repite ante mi vista cuando cierro los ojos”. Diego Rivera José Guadalupe Posada falleció en una humilde vecindad de la parte vieja de la metrópoli, calle de La Paz, número 6, como humildemente había nacido en la modesta casa de un barrio de Aguascalientes que antes de formar parte de la urbe se llamó “Pueblo Nuevo o de los indios de San Marcos. Nació, vivió y murió en la miseria, pero tan extensa e importante fue su obra que es necesario recurrir a ella para obtener una imagen viva que todavía palpita. Y palpita más fuerte cuando, con motivo de los días de muertos, se rememoran las calaveras de Posada.