El collar de las medinas
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El collar de las medinas
Autores: Jesús Serrano (Valladolid, 1942) es catedrático de instituto (Lengua y Literatura Españolas), cargo que ha ejercido en Mérida, Almuñécar y Tetuán. Ha sido, asimismo, Asesor Técnico Lingüístico del MEC en Marruecos y Hungría. Rolf Neuhaus (Duisburg, 1951), doctor en Historia, vive en Almuñécar desde 1987. Colabora en el Frankfurter Allgemeine Zeitung y ha publicado los libros de viajes Die Kanarische Inseln (1998), Andalusien (1998) y Fiestas. Spanien im Festrausch (1999). Ambos son autores de Andalusien. Literarische Reisebilder aus den maurischen Spanien (Stuttgart, 2001) y Madrid. Zeitreise in die spanische Litteraturmetropole (Stuttgart, 2004). 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 3 Jesús Serrano Rolf Neuhaus El collar de las medinas Rutas literarias por el corazón de Al-Andalus MÁGINA Título: El collar de las medinas Autor: Jesús Serrano y Rolf Neuhaus Primera edición en papel: diciembre de 2004 Primera edición: mayo de 2010 © Jesús Serrano y Rolf Neuhaus © Derechos exclusivos de edición: Editorial Octaedro Andalucía (Ediciones Mágina, S.L.) Pol. Ind. Virgen de las Nieves Paseo del Lino, 6 - 18110 Las Gabias - Granada Tel. 958 553 324 - Fax 658 553 307 mágina@octaedro.com - www.octaedro.com Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. Diseño y realización: Servicios Gráficos OCTAEDRO Fotos: Rolf Neuhaus Dibujos: Marcela Zoido, Mariano Bertuchi (pág.245) ISBN: 978-84-95345-58-5 Depósito legal: B. 24.236-2010 DIGITALIZACIÓN: EDITORIAL OCTAEDRO 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 5 «Se canta lo que se pierde» ANTONIO MACHADO (359) «La tolerancia medieval fue un reflejo de la doctrina alcoránica» AMÉRICO CASTRO (103) 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 7 Nota preliminar Este libro puede tener un doble uso: por un lado, es una guía de viaje por las tierras de Al-Andalus, lo que presupone que un viajero entusiasta y organizado podría probablemente realizarlo total o parcialmente. Pero su orden es literario: responde a un hilo narrativo que nos hace empezar y terminar en el ápice septentrional de Marruecos. Ello sería aceptable para quien venga en avión desde otras tierras, pero es más que improbable para un viajero peninsular. De cualquier forma, el itinerario ha sido el hilo conductor, por encima del orden histórico y de la sistemática exposición de los hechos literarios. Pero, además, es un libro para leer en casa. Un libro para tomar y dejar, para hojear mientras cerca suena la melopea de una moaxaja, un romance sefardí o una soleá; para seguir con el dedo las rutas de un mapa fabuloso que quizá ya sólo existe en nuestra imaginación; o para llevar entre las manos paseando por paisajes que nos recuerden ese mítico pasado de tres culturas en convivencia, o para recoger como contraste, desde lejanas tierras, el exotismo que permita una breve evasión de los agobiantes problemas y retos con que se presenta el siglo XXI. Para nosotros ha sido fundamental apoyarnos en una antología de textos de autores andalusíes y de los que no siéndolo se acercaron a Al-Andalus (con amor o incomprensión, o con simple curiosidad). Era preciso dar voz a los protagonistas de una historia no fácil de comprender. Nosotros lo hemos intentado haciendo de las rutas un viaje iniciático, en el que queremos empapar al viajero-lector con la deslumbrante cultura andalusí (llena de luces y sombras, de realidades y tópicos), conectando paisajes, monumentos, historia, poesía y experiencias personales. Es el resultado de una reflexión y una toma de postura (imprescindible en los momentos que vivimos), sin duda apasionada pero también rigurosa, derivada de nuestras lecturas y viajes y, por qué no, de nuestras filias y fobias. Se nos dirá, y con razón, que un libro que reduce Al-Andalus a Andalucía, cojea seriamente. Razones editoriales, basadas, sobre todo en la idea de ofrecer un libro manejable, de viaje o no, pero cuyo volumen no impidiera una lectura «en camino», ha aconsejado ese límite. Preparada ya la segunda entrega, con otra ruta fuera de Andalucía (del Algarve a Madrid y de Soria a Murcia, incluidas las Baleares) estará en manos del lector en cuanto sea posible. En todo caso, uno y otro tienen su propia historia y pueden leerse independientemente. Finalmente, advertimos que hemos simplificado al máximo la ortografía de los nombres árabes y no hemos puesto otras notas que las que indican la procedencia de los textos. Los autores 7 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 9 Primera ruta Las invasiones y el cenit 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 10 Primera ruta Las invasiones y el cenit Andalucía Occidental 70009 Collar - Medinas S 20/12/04 17:30 Página 11 i los árabes dieron a Andalucía lo mejor de sí mismos, Andalucía, a cambio, influyó en la transformación de la mente árabe. El agua, la sombra, los árboles, el color vivificante de la vegetación, el canto de los pájaros en el hermoso campo andaluz, llamaron la atención del árabe y despertaron su inspiración y fantasía. En Andalucía los dedos de los árabes fueron más sensibles, sus pensamientos más transparentes, su lengua más dulce...Y la poesía árabe, ¿qué influencia recibió de Andalucía? La embelleció, la perfumó y la vistió con un ropaje de seda que no conocía. Eliminó de ella el seco polvo del desierto, su ardiente sol, para hacerla entrar en una zona de penumbra. En tierras andaluzas el ideal árabe se convirtió en una especie de serenata, dedicada a un pájaro nocturno que vuela por doquier, sin encontrar límites a la libertad de su vuelo. En Andalucía se dulcificó la fe árabe en la tiranía del ritmo único y uniforme, y el poeta andaluz descubrió su libertad por vez primera al inventar su propio ritmo. Las muwassahas andaluzas no son más que sonatas musicales escritas con la tinta de la libertad. NIZAR QABBANI «Mensaje de amor a Córdoba» (Martínez M. [1].158-9) Córdoba Mezquita: puerta de Al-Hakam Sevilla Giralda 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 12 Jornada 1ª La cuna de la traición De Tánger a Algeciras Estrecho de Gibraltar ientras el viento briza la nave, nos acercamos a la costa. A la derecha, la mole de la Roca, que desde África parece el ciclópeo pie que Hércules puso sobre Iberia. En el centro, la bahía ofrece a ras del mar la vista de La Línea y Algeciras con las chimeneas del Campo de Gibraltar y los montes como telón de fondo. A la izquierda, los acantilados de la Punta del Carnero. Nuestra vista baja ahora hacia las aguas cercanas al ferry. Las gaviotas, chillando, vuelan desde la chimenea hasta las crestas de espuma, se zambullen, toman su presa y vuelven a su revolotear en torno al barco. Todo se mueve, todo es vida. Hacia poniente unos delfines saltan en corro incesante. La marejada distorsiona el reflejo rojizo de los rayos solares y la estela del barco, que se comba antes de perderse. Acodados sobre la barandilla, nos volvemos hacia el sur. Allá en contraluz vemos, casi cegados por el sol poniente, el cabo Espartel, y junto a él sabemos que se esconde TÁNGER (Tandja), al fondo de la bahía de Malabata. ¿Por qué empezar anoche en Tánger un viaje por el solar de Al-Andalus? Porque el paisaje y las gentes que hemos visto esta mañana desaparecieron hace siglos de la Península. Había que conocer a la hermosa doncella antes de adorar su cadáver embalsamado. M TÁNGER 12 PRIMERA RUTA ANDALUCÍA OCCIDENTAL 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 13 Todo empezó apenas bajados del taxi, procedentes del aeropuerto: El canto, o más bien el recitado del muezzín, es de esas cosas que no se olvidan cuando se las oye. En lo profundo de la sombra nocturna, o a la hora del crepúsculo, o bajo la maravillosa luna que brilla sobre zafiro celeste, su voz, en un ritmo repetido y único, confía al viento y promulga al mundo que Alah es grande. Esta campana humana que llama a la oración y que recuerda a las razas más creyentes del orbe la omnipotencia de Dios poderoso, es lo más impresionante intelectualmente que se puede todavía encontrar sobra la faz de la tierra; de la tierra árida de destrucciones mentales, seca de vientos de filosofía, y que casi no halla en donde resguardar el resto de las creencias y de amables ilusiones divinas que han sido por tantos siglos el sostén y la gracia del espíritu de los pueblos. (158) RUBÉN DARÍO Tierras solares Son palabras de Rubén Darío en su libro Tierras solares a raíz de su visita a Tánger en 1903. Era la cuarta llamada del día a la oración, la del atardecer. Pero nosotros no sentimos la misma emoción: lo que escuchamos es una grabación propagada por cascados altavoces. A pesar de todo, un estremecimiento te recorre el cuerpo al escuchar tan extraña melopea, repetida como un eco por todos los minaretes de Tánger. Luego, en la velada del café del hotel, en un impecable ambiente colonial de divanes de cuero y mesitas pintadas, entre decoración de arabescos, con camareros de calzones cortos y fez, bajo las bóvedas de un convento portugués del siglo XVII, comentábamos esa primera impresión con un cierto desasosiego: era todo (¡ay, Casablanca!) tan de cine... Expulsados por los visigodos de Algarve hacia 650, los bizantinos sólo conservaban Ceuta y Tánger de su imperio en Occidente, cuando Uqba ibn Nafí ocupó fugazmente Tánger en 682. Pero el gobernador de Ceuta, un bereber católico, Julián, rechazó a los invasores. La resistencia de la población de la zona, entre la cual había bastantes cristianos, fue tenaz, y sólo vencida cuando el walí (gobernador) de Ifriqiya (Túnez), Muza ibn Nusayr, se presentó con su ejército y reconquistó Tánger en 708. Luego cercó Ceuta, donde Julián, tras resistir al principio, se rindió en 709. Muza volvió a Ifriqiya dejando al frente de sus tropas a Tariq ibn Zyad. Más tarde, Tánger fue codiciada por todos: formó parte del reino de Fez, perteneció al califato cordobés, desde 951, y luego pasaron por ella todos los pueblos del Magreb antes de ser conquistada por los portugueses en 1471. Iniciamos nuestro paseo esta mañana en el Zoco Grande. ¡Qué espectáculo!: tenduchos miserables que se transforman en escaparate maravilloso de aceitunas, naranjas, berenjenas, dátiles, queso de cabra, cestas de mimbre, cacharros de barro y de latón, cerámica, sedas, futas (toallas) de algodón, chilabas de lana blancas, rojas, pardas, moradas, con bordados de oro o de hilo, rayadas, lisas, estampadas... Aromas de dulces, hierbabuena, té, especias de los kebab (pinchitos) al fuego, y malos olores (orines, porquería de burros, alimentos en descomposición)... Contraste brutal. Algarabía de idiomas: árabe dialectal, bereber, francés, español; cassettes con la voz de Farida o Skara en pugna con el Aserejé o el ragee; gritos azuzando bestias, silbatos de policías… Comerciantes, azacanes, buhoneros, compradores, fatimas, golfos, mendigos… JORNADA PRIMERA LA CUNA DE LA TRAICIÓN 13 70009 Collar - Medinas Tánger. Puerta de la kasba GOYTISOLO Reivindicación del conde don Julián 20/12/04 17:30 Página 14 Luego, en el recoleto Zoco Chico, tomamos el primer té en la terraza de un cafetín. Con un vaso hirviendo entre los dedos, contemplando el verde de la hierbabuena sumergida en el agua, recogiendo en la nariz el aroma del té, impregnados los labios del intenso dulzor, buscábamos con la vista entre los clientes (todos hombres), separando los turbantes y feces de las cabezas desnudas. En el subconsciente esperábamos el milagro de ver aparecer por allí a Juan Goytisolo, el barcelonés apátrida seducido por el Islam. En nuestras manos, cómo no, la Reivindicación del conde don Julián (1970). Aquí empezó todo. Aquí soñó Tariq con el país que le permitiera a él y a los suyos alcanzar la gloria, casi mil trescientos años antes de que otros, más indefensos y más desesperados, crucen el Estrecho en pateras para dejar su vida en el mar, o para ser carne de cárcel y de explotación: son magrebíes y subsaharianos que buscan su Eldorado. ¡Qué lejos estos desechos humanos de los feroces guerreros de hace más de mil años! rostros crueles, entrevistos o soñados, compondrán en adelante tus huestes: pastores de Tenira y Mulay Busselham, mineros de Laarara Fuara, fellahs de Suk-el-Tlata y Laguat, jayanes de Uxda y el Golea los cabos de vuestros turbantes ondean mientras avanzáis al galope: contemplad la cicatriz venenosa al otro lado del mar: la riqueza magnífica al alcance de vuestros corceles. (136) Pero no es Goytisolo el único testimonio de esta realidad: el tangerino Muhammad Chukri da una cruda visión del Marruecos actual en El pan desnudo (1972): MUHAMMAD CHUKRI El pan desnudo 14 Iba todas las mañanas a buscar trabajo a la Medina. Pero volvía tan decepcionada como mi padre en los primeros días de nuestra llegada a Tánger. Se mordía las uñas y lloraba. Los charlatanes le escribían amuletos para que mi padre saliera de la cárcel y para que ella encontrara trabajo. Rezaba mucho implorando a Dios. Encendía velas en las ermitas. Consultaba también con las brujas, pero decía: –La libertad, el trabajo, la buena suerte, todo lo dispone Dios y su profeta. –Pero ¿por qué no nos da Dios la misma suerte que a los demás? –pregunté a mi madre. PRIMERA RUTA ANDALUCÍA OCCIDENTAL 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 15 –Sólo Dios lo sabe. Nosotros no sabemos nada y tampoco debemos preguntar. (16-7) Subimos después hacia la kasba. Poco a poco se fue calmando el ambiente. Las casas se amontonaban, encaladas de blanco, ocre y azul. A sus puertas jugaban críos que se nos acercaban, señalaban la cámara y pedían una foto... y un dirham. Por las puertas, estrechas y bajas, entreabiertas para dejar pasar a alguna mujer velada, casi podíamos ver la penumbra del zaguán y al fondo la luz del patio. Preguntamos a unos mozalbetes cómo llegar a la kasba. –¡Ana, ana! (yo) –uno de los críos, ojos vivos, tez morena, labios carnosos y sonrientes, gritaba mientras saltando señalaba su pecho. Por otro dirham nos llevó por un dédalo de callejas. Por allí, pensamos, corretearía en su infancia Abú Abdalá Ibn Batuta (1309-69), el tangerino cuya Rihla relata su viaje por el Magreb, Próximo y Lejano Oriente, Turquía, Rusia... Tánger. Vista desde la kasba Salí de Tánger, donde nací, el jueves 2 de Rayab, mes del Señor, del año 725 [14 de junio de 1325 JC], con el objeto de peregrinar a la Santa Casa [La Meca] y visitar el sepulcro del Enviado de Dios, solo, sin compañero con cuya amistad solazarme ni caravana a la que adherirme, pero movido por una firme decisión en el alma y porque el ansia de encaminarme a aquellos nobles santuarios anidaba en mi pecho. Me decidí, pues, en la resolución de abandonar a mis amigas y amigos y me alejé de la patria como los pájaros dejan el nido. (110) ABÚ ABDALÁ IBN BATUTA Rihla Llegamos a la kasba y visitamos su museo (arqueológico y etnográfico) instalado en torno a su patio granadino: almocárabes, arcos polilobulados, sebka (decoración de red) y atauriques. Salimos al mirador. A los pies, puerto y playa; más allá, el mar; al fondo, España. A tu derecha, un viejo en albornoz examina ensimismado la costa enemiga: tres horas escasas de navegación hasta la mole borrosa de Gebal-Tariq, antes de dirigirse a uña de caballo al Guadalete y abatir allí, para siempre, las preciadas señas de los tuyos. (68) JORNADA PRIMERA LA CUNA DE LA TRAICIÓN GOYTISOLO Reivindicación del conde don Julián 15 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 16 Otra vez Goytisolo: don Julián. Pensábamos antes en la busca desesperada de una tierra donde vivir y en el afán viajero como causas de la conquista de Iberia. Ahora se nos ocurren otras: la ambición, el odio, la traición, simbolizadas en don Julián. Paréntesis para el almuerzo en un restaurante cerca del Zoco Grande, con ambiente marroquí y la comida típica: ensaladas exóticas, cuzcuz, kebab, cuernos de gacela (pastas de almendra), excelente fruta, aromático té a la menta y vino, si se desea, amenizada por una orquesta andalusí. Estaba repleto de guiris, pero mereció la pena. CEUTA Romancero viejo El viaje de Tánger a Ceuta es alucinante. Lo empieza siendo el viejo mercedes que compartimos con otros cinco viajeros y con el taxista, el cual habla y ríe sin parar mirando hacia atrás mientras sortea baches, curvas, burros y gallinas. Y lo es el paisaje. Hemos conseguido asiento donde queríamos (las propinas en Marruecos son mágicas) junto a las ventanillas, y a través de ellas hemos seguido con la vista toda la costa española del Estrecho. Nos han parado los gendarmes, hemos tomado un té en Ksar Seghir sobre su gran playa (con castillo portugués en ruinas) y corrido las laderas del Yébel Musa (Monte de Muza, el pie africano de Hércules) y, por fin, CEUTA desde un soberbio mirador: hacia el sur, las montañas marroquíes hasta el Rif, y la costa hasta los promontorios brumosos de Ued Lau; al este, la inmensidad del mar; y al norte, el Estrecho, con Gibraltar como avanzadilla. Julián, ante tan colosal visión de mares y tierras, y tan cerca del cielo, soñaba con ser el dueño de lo que su vista alcanzaba. Para ello, había empezado por enviar a su hija Florinda a Toledo, para educarla con las jóvenes de la aristocracia visigoda. ¿Que luego el rey sedujo a la joven ceutí y que el gobernador, ansiando venganza, preparó el paso de Tariq y los suyos a Hispania? Eso dicen las leyendas. Así lo recoge un romance viejo: En Ceuta está don Julián; / en Ceuta, la bien nombrada. Para las partes de allende / quiere enviar su embajada. Embajada es de dolor, / dolor para toda España. Las cartas van al rey moro, / en las cuales le juraba que si de él recibe ayuda, / le dará por suya a España. Madre España, ¡ay de ti!, / en el mundo tan nombrada, por un perverso traidor / toda serás abrasada. (Flor Nueva, 43) Pero la rendición de Ceuta a Muza fue en 709, siendo todavía rey Vitiza. Lo que implica que al margen de la legendaria Florinda y sus más que legendarios amores con Rodrigo, Julián ya tenía tomada una decisión cuando se entrevistó con Tariq en Tánger en 710. La alianza iba a ser decisiva: Tariq traía la fuerza de un pueblo exultante; Julián, el conocimiento de las debilidades y banderías de la corte visigoda, dividida entre Ágila, el destronado hijo de Vitiza, y el usurpador Rodrigo. La leyenda añade odio y ambición. Volvamos a Goytisolo y a su juego con el tiempo: 16 PRIMERA RUTA ANDALUCÍA OCCIDENTAL 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 17 y desde la rauda embarcación de Tariq, pondrás pie en el funesto país y asumirás la dirección general de las operaciones vestirás de carpeto a tus agrestes y montaraces guerreros y los infiltrarás en la futbolera tauromáquica multitud ocuparás iglesias, monasterios, cuarteles fomentarás la apostasía muladí y la propaganda alcoránica cuando la cuitada Península presente varios focos de infección y la resistencia orgánica se derrumbe, procederás al asalto brutal y definitivo con las armas agudas de la traición, al frente de los muslimes de tu harka. (137-8) GOYTISOLO Reivindicación del conde don Julián Nosotros sabemos lo que quiere decir este nuevo Julián. Por eso, Europa cierra sus fronteras: los hijos del Islam (turcos, balcánicos, magrebíes) esperan, quizá, una nueva hora. Tras la invasión, Florinda se suicidó y fue enterrada en Ceuta, y Julián, acusado de conspirar, huyó a los montes de Aragón, donde se pierde su pista. La Ceuta portuaria, comercial y multirracial de hoy (hormiguero humano de españoles, musulmanes, hindúes y judíos) refleja el ambiente de la ciudad que fuera puente entre el Islam español y el magrebí. En ella nació Abú Abdalá AlIdrisí (+1165?), autor del Libro de Roger, una de las rihlas (libros de viajes) más notables del medievo. Pero paseando junto a los muros de su fortaleza del siglo XVIII, recordamos que también fue una ciudad de enorme valor militar: en 1415 pasó a manos portuguesas y en 1580 a poder de España. El barco se acerca a la costa española, que ahora se ve más nítida. Hacia levante la roca de GIBRALTAR es como un gigantesco caimán que mete su hocico en tierra. Nos explicamos su fama de inexpugnable. Por encima del caserío, en el norte, se yergue el castillo almohade. A sus pies, el lugar donde Tariq inició la conquista el 28 de abril de 711. Lo dice el historiador cordobés Abul Qásim Ibn Baskuwal (1102-83): Fue Tariq ben Amr el que conquistó la península de Al-Andalus. Por él se llama Yabal Tariq (Monte de Tariq) al que hoy conocemos como Monte de la Conquista.[...] Tenía Tariq tanta elocuencia que sobrepasa describirlo y su conocimiento de gobierno le bastaban para regir Al-Andalus.Tariq se instaló allí el lunes del mes de rayab del año 92, con 12.000 hombres, que eran en su mayoría beréberes, pues sólo había unos pocos árabes. (Rubiera [1], 216-7) GIBRALTAR ABUL QÁSIM IBN BASKUWAL Este rasgo mítico y oriental atrajo a James Joyce, quien hace de Gibraltar el antídoto contra la ultracatólica Irlanda. Veamos, al final de Ulises (1922), el monólogo de Molly Bloom: ...los griegos y los judíos y los árabes y el diablo sabe quién más de todos los extremos de Europa [...] y los pobres burros resbalando medio dormidos y los vagos tipos dormidos con las capas a la sombra en los escalones y las grandes ruedas de las carretas de toros y el viejo castillo de edad milenaria sí esos hermosos moros todos de blanco y con turbantes que son como reyes pidiéndole a una que se siente en su minúscula tienda y [...] las viejas ventanas de las posadas los ojos que JORNADA PRIMERA LA CUNA DE LA TRAICIÓN 17 70009 Collar - Medinas JAMES JOYCE Ulises ALGECIRAS Algeciras. Puerto 20/12/04 17:30 Página 18 espían ocultos detrás de las celosías para que su amante bese los barrotes de hierro y las tabernas de puertas entornadas en la noche y las castañuelas y la noche que perdimos el barco en Algeciras el guardia haciendo su ronda de sereno con su linterna y oh ese horroroso torrente profundo oh y el mar el mar carmesí a veces como el fuego y las gloriosas puestas de sol y las higueras en los jardines de la Alameda sí y todas las extrañas callejuelas y las casas rosadas y azules y amarillas y los jardines de rosas y de jazmines y de geranios y de cactos y Gibraltar cuando yo era chica y donde yo era una Flor de la Montaña sí cuando me puse la rosa en el cabello como hacían las chicas andaluzas o me pondré una colorada sí y cómo me besó en la pared morisca. (727-28) Al fin tocamos puerto. Desde cubierta vemos cómo la nave vomita su carga de coches, mercancías y personas. El puerto de ALGECIRAS, es un hervidero de gentes. Turistas europeos, funcionarios y magrebíes en grupos familiares (las mujeres con velo y caftán) en sus viejos coches con matriculas de Francia, Alemania, Bélgica, Italia... cargados hasta lo imposible. Más tarde pasamos entre palmeras, impregnados de olor a mar, y nos adentramos en la ciudad, que apenas muestra alguna huella (necrópolis benimerín en la Puerta de Gibraltar) de su pasado árabe, nada insignificante: una familia árabe, los Banu Hamud, ocupó el trono de los califas (101623) y, caído el califato, fundó un reino de taifas en Algeciras que en 1051 fue tragado por Sevilla. Luego, Algeciras fue paso de invasores: en 1086 desembarcaron los almorávides; en 1146, los almohades, y entre 1275 y 1340, los benimerines. Salimos del caserío por el norte, con la visión de la Roca en el atardecer. Llamados por los granadinos, los africanos cruzaron el Estrecho. Al ataque musulmán respondieron los cristianos tomando Tarifa (1292) y Gibraltar (1310), recuperado por el mariní Abul Hasan en 1333 (para él, no para los nazaríes). Pero Alfonso XI de Castilla vence a granadinos y africanos en el Salado (1340). Después, Alfonso conquista Algeciras (1344) y sitia Gibraltar (1350). Pero la peste acabó con su vida y la roca de Tariq siguió siendo musulmana. Dice Ibn Batuta: La «Montaña de la Conquista» es el reducto del Islam dirigido contra la garganta de los adoradores de ídolos, buena obra de nuestro señor Abul Hasan, de quien toma el nombre, cuya acción le hizo avanzar como una luminaria, como depósito para los pertrechos de guerra, sede de los leones de sus ejércitos y labio sonriente al triunfo 18 PRIMERA RUTA ANDALUCÍA OCCIDENTAL 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 19 de la fe, que ha hecho saborear a los andalusíes la dulzura de la seguridad tras haber probado las hieles del miedo... Mi estancia allá [fue] con motivo del sitio de Algeciras, a la que Dios haga retornar al Islam. (758) IBN BATUTA Y retornó, en efecto. En 1369. Unos versos de Ibn Zamrak en la Alhambra celebra el hecho: Algeciras, por ti reconquistada, / es de auxilio puerta; Rompiste los cerrojos con tu espada / y la dejaste abierta. De veinte pueblos el botín cediste / a tu hueste aguerrida; El bien más caro del Islam consiste / en tu salud y vida. (Schack, 413) IBN ZAMRAK ¡Qué victoria pírrica! Sintiéndose incapaz de defenderla, Muhamad V mandó destruir la ciudad y cegar su puerto. Triste fin de la Isla Verde. Así, que ya sabemos por qué en nuestro paseo por Algeciras nada nos hablaba de su historia árabe. Gibraltar también pasó lo suyo: reconquistado por Enrique II (1372), volvió a manos de Muhamad V (1374), siendo casi hasta el final una cabeza de puente que dejaba abierta la esperanza de la salvación. Hasta que lo perdió, definitivamente, el rey Saad Ciriza en 1462. En la desembocadura del Río de la Miel, en la paz crepuscular de la Playa del Rinconcillo, leemos los versos de Ibn Abí Ruh, walí de Algeciras en el siglo XII: Detente junto al río de la Miel, párate y pregunta por una noche que pasé allí hasta el alba, a despecho de los censores, bebiendo el delicioso vino de la boca, o cortando la rosa del pudor. Nos abrazamos como se abrazan los ramos encima del arroyo... (Gª. Gómez [2], 83) IBN ABÍ RUH Lo del vino nos ha turbado: ¿el amante toma el vino de la boca de la amada, o es que la saliva de la amada es tan deliciosa como el vino gaditano? *** JORNADA PRIMERA LA CUNA DE LA TRAICIÓN 19 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 20 Jornada 2ª La pérdida de España De Algeciras a Córdoba por Jerez y Arcos Tarifa. Puerto y castillo árabe l camino de Algeciras a Tarifa, entre curvas, pendientes y bosques, nos depara dos espectáculos imborrables: el bosque de molinos de viento y el Estrecho, con la costa marroquí al fondo, y en medio la manga azul y plata donde su juntan Mediterráneo y Atlántico. Entramos en el recinto amurallado de TARIFA por la Puerta de Jerez (arco de herradura por un lado, y ojival por el otro). Recorremos sus callejas empinadas y llegamos hasta la Alcazaba, construida hacia 960 como reflejo de los sueños imperiales africanos de Abderramán III y Al-Hakam II. Aquí, ciento treinta años más tarde, se proclamó señor de Al-Andalus el almorávide Yúsuf I. Dentro de ella estaba la gran mezquita, pero, obviamente, en su lugar hoy se levanta el templo de Santa María. Al lado, desde los jardines de Miramar, en la muralla, con el puerto a nuestros pies, vemos casi a tiro de piedra el Yebel Musa. Sólo trece kilómetros nos separan. Desde allí, en 710, un año antes de la invasión, un E TARIFA 20 PRIMERA RUTA ANDALUCÍA OCCIDENTAL 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 21 oficial bereber, Tarif ibn Malek, con cuatrocientos hombres, pasó el Estrecho y llegó a una aldea y la saqueó. De esa expedición surgió el primer topónimo árabe de Hispania: Tarifa. Sin embargo, no son los árabes los que centran la atención del visitante, sino Guzmán el Bueno, a quien, tras la conquista de la ciudad (1292) por Sancho IV el Bravo, se le confió su defensa. Según la leyenda, los musulmanes intentaron recuTarifa. Vista parcial perarla en 1294, y el héroe arrojó su propio cuchillo a los sitiadores que le amenazaban con matar al hijo, preso, si no se rendía. La ferocidad de tan desnaturalizado padre tuvo su negativo en el Infante don Juan, hermano del rey castellano, quien se había pasado a los moros y, traicionando religión, amistad, lazos de sangre y lealtad, mató con su propia mano al joven que le habían confiado en custodia. Es raro que una leyenda así sólo tenga como reflejo literario algún drama neoclásico o romántico de segunda fila. Separándonos de la costa, por la carretera de Cádiz, quizá busquemos con los ojos la Laguna de la Janda, pero no vamos a encontrarla, pues hace ya algunas décadas fue desecada. Nos desviamos a la izquierda para subir el cerro de Vejer de la Frontera y cruzar el río Barbate. No hay unanimidad al situar la batalla en la que Tariq acabó con la monarquía visigoda; pero la Laguna de la Janda y el río Barbate han sonado con frecuencia. Los musulmanes la llamaron la batalla del Lago, pero conviene saber que lago se dice en árabe Xairis (Jerez). VEJER es uno de esos increíbles pueblos blancos de Al-Andalus, todavía cercado de murallas, como Tarifa. Fuera de ellas, en la puerta del Convento de la Merced, un bajorrelieve muestra la imagen de una tapada, como las que hace no muchos años hubiéramos encontrado por estas calles, con su negro atuendo andalusí, cubierto celosamente el rostro, paseando como misteriosas sombras bajo el embovedado de sus callejas. Desde la Plaza de España, por el Arco de la Villa, subimos al castillo almorávide y penetramos hasta el pequeño patio de armas por su arco de herradura. Después bajamos hasta Puerta Cerrada y bordeando por dentro las murallas, por la judería, llegamos a la iglesia gótica del Salvador, cuya torre es el minarete de la mezquita. A su lado, desde las almenas de la muralla contemplamos la ciudad, las sierras, el Barbate y la carretera de Algeciras. ¡Atención! Desde allá abajo sube una gran nube de polvo y hasta la altura parece llegar el eco de los cascos de los caballos y los gritos de los guerreros que, blandiendo sus alfanjes, JORNADA SEGUNDA LA PÉRDIDA DE ESPAÑA VEJER 21 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 22 siguen a Tariq. Al-Abás Ibn Firnas (+887), poeta y astrólogo malagueño, cantó así la gran victoria: AL-ABÁS IBN FIRNAS El ejército, lanzando gritos discordes, avanza compacto, tragando los campos, engrosado por las tribus, en orden cerrado. Cuando en él brillan las espadas, semejan relámpagos que aparecen y se esconden entre nubes. (Rubiera [1], 71. Traducción: Elías Terés) Dejamos Vejer y atravesamos el río Salado. Es el momento de leer el Poema de Alfonso Onceno (1348). La derrota sarracena (1340) alejó para siempre a los benimerines de Al-Andalus. Poema de Alfonso Onceno Los moros perdían tierra / e por el monte subían y por medio de la sierra / ondas de sangre corrían. Aquesto vio el rey moro, / ¡más quisiera él su fin! Y dio voces como toro / llamando ¡Benamarín! Y dijo con pesar fuerte: / «Soy el rey vuestro señor: ¡moros, no temáis la muerte, / y hacedme vencedor!»[...] Diole espuelas al caballo / para acometer la gesta; don Arife, su vasallo / fuele a trabar de la rienda y dice: «Rey no seas fuerte / y desciende de la sierra: si no quieres la tu muerte, / tórnate para tu tierra.» (334) Ya en la bahía, dejamos a un lado Cádiz, pues ni la historia ni la literatura andalusíes le dan un lugar relevante. Conserva, sin embargo, una necrópolis almohade excavada frente a la Cárcel Real. Fue conquistada por Alfonso X en 1264. PUERTO DE STA. MARÍA RAFAEL ALBERTI El alba del alhelí Bordeando la bahía damos con el río de la tragedia... ¡el río Guadalete! Sí, el Guadalete, pero debemos tener paciencia: ésta es la desembocadura y la batalla fue más arriba. Estamos en EL PUERTO DE SANTA MARÍA, la árabe Alcanatif, que recibió su nombre actual tras la conquista de Alfonso X (1260). Su castillo almohade guarda todavía la antigua mezquita. Y no olvidemos que es la patria de Rafael Alberti, quien dedicó a una niña encerrada estos versos de El alba del alhelí (1926): ¡Ay, mal hayan los morillos que en esta gloria de España te han amortajado viva detrás de las persianas. (188) Seguimos camino de Jerez, pero a los pocos kilómetros tomamos una carreterilla a la derecha. En un lugarejo, El Portal, los meandros del Guadalete lamen el camino entre alamedas. Ahora, sí. Ahora. Sobre un puente revivimos la batalla: Don Rodrigo avistó al ejército musulmán acampado a orillas del Guadalete, en el lugar donde ese bello río serpentea a través de la ubérrima comarca de Jerez. La hueste infiel era bastante inferior en número a la de los cristianos, pero estaba compuesta por tropas diestras e intrépidas, acostumbradas a la guerra y admirablemente 22 PRIMERA RUTA ANDALUCÍA OCCIDENTAL 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 23 armadas. El campamento brillaba magníficamente a la puesta de sol y retumbaba con el choque de los címbalos, el tono de las trompetas y el relincho de los fogosos corceles árabes. […] Sin embargo, lo que más afligía a los cristianos era contemplar, a un lado de la hueste musulmana, un campamento de caballeros españoles con el estandarte del Conde Julián ondeando sobre sus tiendas. Eran, en total, unos diez mil hombres, valientes e intrépidos. Iban bien armados, con las mismas armas que el Conde Julián había robado alevosamente a su soberano.Y era muy penoso ver formadas esas tropas en contra de su país y de su fe. (Irving [1], 83-4) WASHINGTON IRVING Crónicas moriscas El fragmento pertenece a las Crónicas moriscas del escritor romántico norteamericano Washington Irving, que vivió en España entre 1828 y 1832. Como vemos, hace hincapié en la traición de Julián. ¿Hubiera vencido Tariq sin su concurso? A la mañana siguiente tuvo lugar la batalla, y otro romántico, éste español, José de Espronceda, da tonos épicos (cosas de la edad: tenía 16 años) al combate en su Pelayo (1825): La extensa vega de Jerez coronan el uno y otro ejército fronteros; guerra las trompas hórridas pregonan, y al ruido, late el pecho a los guerreros. Armas, carros, caballos se amontonan, zumba el viento al rumor y estruendo fieros; los ríos su curso con pavor reprimen, y los montes al son medrosos gimen. (136-7) JOSÉ DE ESPRONCEDA Pelayo La traición anidaba en el ejército visigodo: los vitizanos, ante la invasión sarracena, pactaron y el monarca dio el mando de las alas del ejército a dos hermanos de Vitiza, Sisberto y Oppas. El ejército godo era formidable y la derrota de los invasores parecía segura, pero Julián entró en contacto con don Oppas. Éste creía que el adalid árabe aceptaría riquezas a cambio de la retirada. Durante siete días los dieciocho mil musulmanes contuvieron a cien mil cristianos (los cronistas árabes exageran sin duda). Pero al octavo día (26 de julio) la traición se consumó. La victoria de Tariq fue total. Con orgullo, y con el pragmático sentido del mercader que acaba de ganar un montón de dinero, nos dice Ibn AlKardabús, historiador tunecino de origen cordobés (+1199) en su Historia de Al-Andalus: Fue evaluado el botín en cien mil dinares, pues su campamento fue saqueado. De todo lo que se consiguió como botín tomó Tariq el quinto para el tesoro público y distribuyó las cuatro quintas partes restantes a todo aquel que de los musulmanes asistió al combate, de lo que resultó una gran riqueza, pues las manos de los musulmanes se llenaron. Las gentes de cada sitio se hicieron lenguas y vinieron a él del Este y del Oeste. (62-3) JORNADA SEGUNDA LA PÉRDIDA DE ESPAÑA IBN AL-KARDABÚS Historia de Al-Andalus 23 70009 Collar - Medinas JEREZ DE LA FRONERA 20/12/04 17:30 Página 24 JEREZ DE LA FRONTERA es una ciudad monumental: iglesias y palacios góticos, mudéjares, renacentistas, barrocos... Plazas, palmeras, y sabor de ciudad rancia y rica. Desde la Plaza del Arenal, centro vital de la ciudad, por su ángulo suroeste llegamos a los muros almenados de su alcazaba del siglo XII. Recorremos su exterior, a lo largo de sus muros, flanqueados por tres torres. Sus proporciones nos hablan de la importancia, no sólo militar, sino también económica y cultural, de la ciudad en el periodo almohade. Luego formó con Niebla un reino de taifa. Apenas dentro del recinto, encontramos una pequeña mezquita casi intacta, con su alminar, a pesar de haber servido durante mucho tiempo de templo cristiano. Dejando a un lado el Palacio barroco de Villavicencio, también visitamos sus baños árabes, cuya sala templada conserva sus arcos de herradura y bóvedas con lucernas estrelladas. Luego, paseando entre acequias y jardines, imaginamos una noche, mirando hacia el río desde lo alto de un torreón, al cadí almohade jerezano Ibn Lubal, presintiendo la amenaza cristiana: IBN LUBAL El cuello del río estaba desnudo, mas ahora, en la tiniebla de la noche, está lleno de alhajas. las luces de las candelas brillan como luceros, y sus reflejos parecen lanzas hundidas en el río. (García G. [2], 89) Alfonso X conquistó Jerez en 1255. Luego, los jerezanos secundaron el levantamiento mudéjar de Andalucía Occidental y Murcia de 1262. Fue reconquistada definitivamente en 1264. ARCOS DE LA FRONTERA WASHINGTON IRVING Crónicas moriscas Junto al puente sobre el Guadalete, que en su curso medio abraza el cerro de paredes verticales de ARCOS DE LA FRONTERA, impresionados por el paisaje, repasamos las versiones del fin de don Rodrigo. La más épica es la de Rodrigo Ximénez de Rada, arzobispo de Toledo, quien escribía en su Crónica del Toledano (1243) que había muerto en la batalla del Guadalete. Es una de las que recoge Irving: El valor de don Rodrigo se despertó [...] y arrojando a un lado sus engorrosos mantos de realeza, bajó de la carroza con su escudo y saltó sobre Orelia, su corcel favorito, lanza en mano, intentando reanimar a las tropas que retrocedían; pero de inmediato lo rodeó, atacándolo, una multitud compuesta por sus propios traidores súbditos, de los que se defendió realizando asombrosas proezas.[...] Lo último que se supo del rey fue cuando se le vio asestando mortales golpes en medio del enemigo. ([1], 98) Según algunos historiadores este es el verdadero escenario de la batalla. ¿O sólo es el escenario del final de Rodrigo? Un famoso romance viejo nos habla de un cerro. ¿El de de Arcos? Las huestes de don Rodrigo / desmayaban y huían cuando en la octava batalla / sus enemigos vencían. 24 PRIMERA RUTA ANDALUCÍA OCCIDENTAL 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 25 Rodrigo deja sus tiendas / y del real se salía, sólo va el desventurado, / sin ninguna compañía,[...] iba tan tinto de sangre, / que una brasa parecía.[...] Subióse encima de un cerro, / el más alto que veía; desde allí mira a su gente / como iba de vencida,[...] mira por los capitanes, / que ninguno aparecía, mira el campo tinto en sangre / la cual arroyos corría. Él triste de ver aquesto, / gran mancilla en sí tenía, llorando de los sus ojos, / desta manera decía: «Ayer era rey de España, / hoy no lo soy de una villa;[...] ayer tenía criados / y gente que me servía hoy no tengo ni una almena / que pueda decir que es mía. (Flor nueva, 45-7) Romancero viejo Como vemos, el Romancero da una versión más elegiaca que épica. Es la de los cantares de gesta perdidos que lloraban la pérdida de España. Los árabes parecen más realistas (no es su héroe). Una anónima crónica árabe, Ajbar Machmúa (h.1130), dice: Rodrigo desapareció sin que se supiese lo que había acontecido, pues los musulmanes encontraron solamente su caballo blanco, con su silla de oro, guarnecida de rubíes y esmeraldas, y un manto te- Arcos de la Frontera jido de oro y bordado de perlas y rubíes. El caballo había caído en un lodazal, y el cristiano, que había caído con él, al sacar el pie, se había dejado un botín en el lodo. Sólo Dios sabe qué le pasó, pues no se tuvo noticias de él, ni se le encontró vivo ni muerto. (Sánchez A. I, 49) Ajbar machmúa Subimos al pueblo, hasta la Plaza del Cabildo. Aunque lo más llamativo sea la torre barroca de Santa María, nosotros nos dirigimos a su costado oriental, donde se levanta el castillo árabe modificado en el siglo XV, recuerdo del reino bereber de Madina Arkosh, que, asesinado su rey en 1053, fue incorporado a Sevilla. Conquistada la ciudad por Fernando III, sus moradores se rebelaron y Alfonso X terminó por expulsarlos y repoblar la ciudad con castellanos. Desde el mirador de la plaza nos asomamos al tajo, siguiendo el vuelo de los cernícalos que anidan en sus paredes. Y leemos unas líneas de Arcos y su filósofo, de Azorín: No hay en esta serranía pueblo más pintoresco. Sobre la cumbre de la montaña, la muchedumbre de casitas moriscas se apretuja y hacina en una larga línea de cuatro JORNADA SEGUNDA LA PÉRDIDA DE ESPAÑA 25 70009 Collar - Medinas AZORÍN Arcos y su filósofo 20/12/04 17:30 Página 26 o más kilómetros. [...] Y hay en lo alto, en el centro, en lo más viejo y castizo de la ciudad unas callejuelas angostas que se retuercen, que se quiebran súbitamente en ángulos rectos, pavimentados de guijos relucientes, resbaladizos; al pasar, allá en lo hondo, bajo vuestros pies, veis un rodal de prado verde o un pedazo de río que espejea al sol. [...] Flota en el aire un vago olor a azahar; [...] Y vosotros proseguís en vuestro paseo: las callejuelas se enredan en una maraña inextricable; ya suben a lo alto, ya bajan a lo hondo en cuestas por las que podéis rodar rápidamente a cada paso. Ahora, a vuestra mano izquierda, ha aparecido un largo muro; en él, a largos intervalos, vense abiertos anchos portillos.Asomaos a uno de ellos; dejad reposar sobre el pretil vuestro cuerpo cansado; un panorama como no lo habréis visto jamás se descubre ante vuestros ojos. Nos hallamos sobre un elevado tajo de doscientos, de trescientos metros de altura; la campiña verde se pierde en lontananza en suaves ondulaciones [...] Y abajo, al pie de la muralla, en primer término, el Guadalete trágico, infausto, se acerca a lamer la roca, forma una ancha herradura, vuelve a alejarse, tranquilo y cauteloso... (140-1) El paseo hacia otro mirador, al oeste de San Pedro, merece la pena: los arquillos que cubren muchas de sus estrechas callejas parecen justificar el nombre del pueblo. En las paredes, azulejos con textos de Fernán Caballero, Azorín y Gloria Fuertes, entre otros. Bajando de la ciudad por la vertiente noreste del cerro, vemos al Guadalete abriéndose majestuoso en el pantano de Bornos. EL BOSQUE WASHINGTON IRVING Crónicas moriscas GRAZALEMA Vamos camino de los montes. En El Bosque nos internamos en el Parque Natural de la Sierra de Grazalema. Sus riscos están cubiertos por el más extenso y meridional bosque de pinsapos de Europa. ¿Buscó abrigo en estas fragosidades Rodrigo? Eso, al menos, pretende Irving: ...encontraron un pastor ataviado con el manto real y lo llevaron a Tarik, creyendo que era el propio rey. Pero el conde Julián pronto disipó el error. No obstante, cuando se interrogó al pastor, el tembloroso rústico declaró que, mientras él atendía a sus ovejas, se le presentó un caballero cabalgando sobre un fatigado y rendido corcel, próximo a caer bajo los golpes de la espuela. El caballero le ordenó, con voz autoritaria, y semblante amenazador, que cambiase sus vestiduras por las de él. Poniéndose entonces el tosco traje de piel de oveja del pastor y tomando su cayado y la bolsa de las provisiones, continuó subiendo por los escarpados desfiladeros de las montañas... ([1], 101) GRAZALEMA, se esconde en un valle, a más de ochocientos metros de altitud. Sus casas blanquísimas la convierten en el pueblo blanco por antonomasia. El juego del sol y la bruma es fascinante. Y nos hace fantasear. El espectro de Rodrigo aparece y desaparece en la historia como estas sierras entre las veloces nubes. En otro romance viejo el último rey godo acepta enterrarse junto a una serpiente, aconsejado por un ermitaño: Después vuelve el ermitaño / a ver si ya muerto había; halló que estaba rezando / y que gemía y plañía; 26 PRIMERA RUTA ANDALUCÍA OCCIDENTAL 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 27 preguntóle cómo estaba. / «Dios es en la ayuda mía», respondió el buen rey Rodrigo / «la culebra me comía; cómeme ya por la parte / que todo lo merecía, Por donde fue el principio / de la mi muy gran desdicha.» El ermitaño lo esfuerza, / el buen rey allí moría. Aquí acabó el rey Rodrigo, / al cielo derecho se iba. (Romancero, 117) Abandonamos Grazalema por una carretera de montaña que nos lleva hasta Zahara de la Sierra. Su caserío se asienta en una breve meseta al pie de un picacho sobre el que se alza el castillo almohade. En contraste con los orígenes de la conquista, aquí recordamos un episodio crucial en el final de Al-Andalus. El emir de Granada, Mulay Hasan, al concluir un periodo de tregua, se apoderó de este castillo en enero de 1482. Era el comienzo de la guerra que acabaría con el último reino musulmán hispano. Zahara sería recuperada por los castellanos en 1483. Apenas pasado el pueblo, atravesamos un arroyo: es el Guadalete, nacido a pocos kilómetros de aquí. Es nuestra despedida del río en el que se perdió España. Cuando tomamos la carretera de Morón, el paisaje se hace más tranquilo. Por fin dejamos cerros y algabas y llegamos a la vega del Guadalquivir. ¡Qué calor! ¡Con el fresquito que hacía en la sierra! En Morón de la Frontera volvemos a encontrarnos con el ejército de Tariq, avanzando hacia el norte. No es difícil imaginar a los habitantes de Morón yendo a todo correr a refugiarse en los montes que acabamos de abandonar. A la vista de su castillo árabe, recordamos que en el siglo XI aquí se asentó un reino bereber. Fue anexionado por Sevilla en 1066. Ahora, a toda velocidad, recorremos la fértil llanura, (olivos, vides, cereales, algodón) y llegamos a Marchena, cuyas murallas almohades, se abren en hermosas puertas y guardan en su interior otros restos árabes (torre de la alcazaba, minarete de Santa María). Por aquí pasó Tariq con sus huestes camino de Écija. Su marcha fue triunfal: con las poblaciones que se le entregaban sin lucha, podía permitirse el lujo de ser generoso. Pero si encontraba resistencia… Atravesamos la campiña más calurosa de España, camino de ÉCIJA. A la vista de la ciudad, las once torres de sus iglesias dan idea de su riqueza. De sus murallas árabes subsisten dos puertas y tres torreones. La Écija musulmana, que ya había sido una notable ciudad romana, recibió el nombre de Madina Coton, pues el algodón, introducido en España por los árabes, tuvo aquí, gracias a las aguas del Genil, su principal centro de producción. A la sombra de las palmeras de la Plaza de España un refresco nos alivia el calor. Écija fue base de operaciones del rey murciano Ibn Hud para mantener el dominio sobre Andalucía Occidental y Extremadura. En 1240, muerto ya Ibn Hud, fue tomada por Fernando III. En Écija Tariq venció una fuerte resistencia. Luego se dirigió con el grueso del ejército a Toledo y envió a Mugait el Rumí (el romano) contra Córdoba. JORNADA SEGUNDA LA PÉRDIDA DE ESPAÑA Romancero viejo ZAHARA MORÓN MARCHENA ÉCIJA 27 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 28 La pérdida de España iba a consumarse. Dice Américo Castro: AMÉRICO CASTRO CÓRDOBA IBN HANI Qasida de las estrellas Considero la ocupación de Hispania (no España) por los musulmanes en el siglo VIII como un trastorno político-social comparable a la invasión de la Romania por los Germanos. Sin la destrucción del reino visigodo, Hispania hubiera seguido un curso de vida distinto del que tomó. Más la invasión musulmana promovió un violento traumatismo material y espiritual dentro de un pueblo en vías de unificarse política y culturalmente, en el que perduraba el recuerdo de la romanidad en cuanto a lengua y civilización. Sentían, a la vez, ser visigodos en cuanto a la estructura política y a sus costumbres, vencedores del poder político de Roma pero continuadores de la romanidad. Donde menos se tendría conciencia de eso era en la región cantábrica y pirenaica, pobres de civilización y escasamente enlazadas con el resto del reino visigodo. (106) El sabernos en CÓRDOBA nos llena de impaciencia. La noche está perfumada de jazmines. El cielo es nítido y las estrellas nos invitan a no demorar nuestro primer contacto con la poesía arábigo-cordobesa, pues este mismo cielo inspiró a Muhamad Ibn Hani, el mejor poeta de Abderramán III. Refinado y bohemio, fue acusado de hereje, emigró a Egipto y murió en Túnez (973) estrangulado tras una borrachera (en nuestra ruta no van a ser pocas las contradicciones). Su Qasida de las estrellas es una de las más bellas del neoclasicismo andalusí, ejemplo de astronomía poética y fuente de inquietud con sus bélicas imágenes: ¡Qué bella es la noche! La pasamos contemplando a los Gemelos del Zodiaco que cuelgan de sus orejas, como pendientes. Mas la noche ha comenzado a desatar sus nudos y el ejército de las tinieblas se alinea para dar la batalla a la aurora. Los luceros huyen para dejar paso a las Pléyades, que son como sortijas que brillan en los dedos de una mano escondida. (Gª. Gómez, Poesía, 93-4) *** 28 PRIMERA RUTA ANDALUCÍA OCCIDENTAL 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 29 Jornada 3ª La novia del califa Córdoba (1) Alcázar, Medina Azahara Medina Azahara. Pórtico oriental El metal de las campanas es más enfático que la llamada del muecín. Cada mañana, en Córdoba, cuando me despertaba, yo emprendía la extraña tarea de imaginar una ciudad inexistente caminando sin prisa por la ciudad real.Tenía que buscar a Córdoba en Córdoba, como busca a Roma en Roma el peregrino de Quevedo.Visitaba ruinas e indagaba en ellas y en las páginas de los libros la presencia y la vida diaria de hombres que vivieron hace mil años: hombres que miraron esa misma luz que yo veía y cuyas manos y pisadas gastaron las columnas de mármol y el pavimento de la mezquita.Al cabo de mil años casi nada quedaba de la ciudad que ellos habitaron, pero las columnas aún estaban en pie y el Guadalquivir seguía fluyendo entre las islas de arena y las espesuras de adelfas y cañaverales con la misma lentitud mitológica de los ríos sagrados. (17) CÓRDOBA MUÑOZ MOLINA Córdoba de los Omeyas Antonio Muñoz Molina, en su Córdoba de los Omeyas (1991), plantea así el conflicto de quienes buscamos viajando la esencia de los pueblos. La frustración es inevitable. Buscar la Córdoba del año 1000 es una pasión inútil. Claro que nos queda algún bellísimo monumento, pero el tiempo todo lo altera. Ni la Córdoba actual es la de los califas, ni nosotros somos aquellos cordobeses. En todo JORNADA TERCERA LA NOVIA DEL CALIFA 29 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 30 caso, debemos consolarnos: si a la Atenas de hoy (por poner un solo caso) le quitamos la Acrópolis, nos queda una de las ciudades menos evocadoras del mundo. Estamos frente a la Calahorra, dos torres cuadradas califales a las que en 1369 Enrique II de Castilla añadió una tercera cilíndrica que dio al conjunto su aspecto actual. El monumento, uno de los emblemas de Córdoba, alberga un museo sostenido por la Fundación Roger Garaudy, ex comunista musulmán y francés, enamorado de Córdoba. Sus ideas ofrecen alguna novedad acerca de la conquista de Hispania por los árabes. Veamos algunos retazos: ROGER GARAUDY El Islam no triunfó en España [...] por una conquista militar árabe, sino por un cambio cultural.[...] El cambio está caracterizado por un injerto del Islam en el cristianismo arriano.[...] En realidad, en el siglo VIII lo que se introduce en Europa no son los árabes, sino el Islam. (15, 32) A espaldas de la Calahorra, la Córdoba del sur nos ofrece un amargo contrapunto: en su solar se asentó un arrabal próspero en los primeros años del emirato, el de Secunda, que en 818 protagonizó un formidable motín contra AlHakam I. La represión obligó a muchos a emigrar: ese es el origen del Barrio de los Andaluces de Fez. En Secunda nació Abúl Walid Al-Saqundí (+1231), que hizo una encendida defensa de Al-Andalus frente al Islam oriental: ABÚL WALID AL SAQUNDÍ Cuando en Oriente grazna un cuervo, cuando en la más remota comarca de Siria o del Irak zumba un mosquito, caen de rodillas como delante de un ídolo.Y, sin embargo, Al-Andalus, apartada de las otras regiones del Islam, ha producido varones distinguidísimos y elocuentes, así en la prosa rimada como en verso; y aunque ha sido la última de las conquistas musulmanas y está cercada por el mar y por los godos y los francos, puede jactarse de un sinnúmero de poetas, cuyas obras compiten en resplandor con el sol y la luna. (Schack, 55) Mirando ahora hacia el Norte, el sol mañanero nos ilumina la ciudad. El puente romano salva el cauce de un Guadalquivir que serpea en meandros hacia occidente rodeando islotes poblados de árboles. Al fondo, la torre cristiana de la mezquita emerge por encima del caserío. A la izquierda, las murallas y el Alcázar. No sería, quizás, tan impresionante el panorama que desde aquí mismo contemplara Mugait al-Rumí, en otoño de 711. Cercó la ciudad con setecientos soldados (árabes, bereberes y cristianos) y como la nobleza visigoda había huido a Toledo, ofreció una rendición honrosa; pero el gobernador prefirió resistir. Sigamos el relato de Ajbar Machmúa. Llegada la noche, se acercó Mugaith, y favoreciendo Dios su empresa con un fuerte aguacero, mezclado con granizo, pudo con la oscuridad aproximarse al río, cuando los centinelas habían descuidado la guardia por temor al frío y a la lluvia [...]. Pasó la gente el río, que sólo distaba del muro 30 codos, o menos, y se esforzaron por subir a la muralla; mas como no encontraron punto de apoyo, volvieron a buscar al 30 PRIMERA RUTA ANDALUCÍA OCCIDENTAL 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 31 pastor, y habiéndole traído, les indicó la hendidura, que si bien no estaba a la haz de la tierra, tenía debajo una higuera. Entonces se esforzaron por subir a ella, y después de algunas tentativas, un musulmán logró llegar a lo alto. Mugaith le arrojó la punta de su turbante y por este medio treparon muchos el muro [...].Los muslimes sorprendieron a los que guardaban la Puerta de Algeciras, mataron a unos y ahuyentaron a otros, y rompiendo cerrojos, dieron entrada a Mugaith, con todos sus compañeros, espías y adalides. (Sánchez A. I, 50.Traducción: Lafuente Alcántara) Ajbar La población se entregó sin resistencia, pero 400 o 500 soldados se refugiaron con el gobernador en una iglesia de las afueras, San Acisclo, y resistieron hasta morir abrasados. Mientras Mugait conquistaba Córdoba, Tariq tomaba Toledo. Al año siguiente Muza ibn Nusayr, pasó a Hispania y se hizo de Sevilla, Mérida, Zaragoza y León. La conquista la completó el hijo de Muza, Abdelaziz, ocupando en dos años el resto de la Península y el Rosellón. El invasor sabía distinguir entre la oligarquía goda y la población hispana. Para ésta, que siempre tuvo a los germanos por invasores, la llegada de los árabes no era más que la sustitución de un señor por otro. Con muchos pros a favor de los nuevos. Los godos los tenían agobiados por los impuestos; los árabes se los aligeraban a los que se convertían al Islam. La esclavitud era insufrible en el estado visigodo; los musulmanes la limitaban con leyes humanitarias y facilitaban la libertad. La tierra estaba en poder de la aristocracia goda; los árabes repartían parte de lo conquistado entre sus soldados (el escaso número de invasores obligó a enrolar a numerosos hispanos). Además, los árabes, no tocaban las propiedades de los artesanos y campesinos libres, y eran tolerantes en cuanto a religión, lengua y costumbres. Por otra parte, los judíos, perseguidos por los godos, se veían ahora en una situación confortable. El gobierno de Al-Andalus, se confió a emires, que dividieron el territorio en coras gobernadas por walíes. No fue lo fácil que hacía pensar la rápida conquista. Bien es cierto que no se conoce ninguna rebelión hispana en estos años, y la creación del reino de Asturias tras la batalla de Covadonga (722) se debía más a la desidia árabe que a la fuerza goda; de hecho, los invasores venían buscando tierras fértiles y clima agradable, y ni el frío ni la lluvia del noroeste les gustaron. Por otro lado, la derrota de Poitiers (732) era lógica: con treinta mil hombres era imposible mantener un territorio tan extenso. Las capitales de las coras fronterizas, Mérida, Toledo y Zaragoza indican la capacidad de control y el territorio que gustaba a los árabes. Los problemas radicaban en el propio invasor. Tariq y Muza se enfrentaron y el califa terminó destituyendo a ambos (714), y Abdelaziz fue asesinado (716). Mal comienzo. Y es que la elite árabe era un amasijo de tribus mal avenidas. Pero, además, como en el reparto de Al-Andalus se reservaron las mejores zonas (las grandes ciudades y los valles más fértiles), se encontraron con la hostilidad de los bereberes del Magreb, que constituían el grueso del ejército invasor. Recién incorporados al califato y al Islam, eran más toscos, muchos de ellos nómadas y, lógicamente, obtuvieron lo que dejaron los señores. La rebelión estalló en 740 y, para atajarla, el califa de Damasco envió a un ejército sirio que acabó con JORNADA TERCERA LA NOVIA DEL CALIFA 31 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 32 la insurrección. Pero ahora había otro grupo árabe en discordia. El último emir cordobés dependiente de Damasco fue Yusuf al-Fihrí (746-56). No le faltaron problemas: Alfonso I de Asturias ocupaba Galicia, Cantabria y la Rioja, y los francos, Narbona (751); y una epidemia de hambre asoló Al-Andalus. En nuestro paseo nos llaman la atención las aceñas árabes del río. El molino de Abolafia es el más próximo a la orilla derecha y ostenta una gigantesca noria, réplica de una morisca que ardió en 1993. Sus cangilones enviaban el agua al Alcázar de los Reyes Cristianos, al que llegamos apenas rebasado el molino. Abandonamos la orilla del río y por Santa Teresa Jornet llegamos a la explanada de la entrada, cuyo albero y jardines ponen una nota de color a sus grises muros. Frente a su puerta pensamos que Muñoz Molina tenía razón: no es fácil encontrar la Córdoba que buscamos. Del primitivo alcázar sólo quedan algunos lienzos embutidos en el Palacio Episcopal, frente a la mezquita; de la residencia de Abderramán I, Al-Rusafa, el nombre en el moderno Parador Nacional; del palacio de Almanzor, nada. Bereberes y cristianos, durante la fitna (guerra civil) y tras la reconquista no dejaron títere con cabeza. Así que nos queda el Alcázar, fortaleza mudéjar mandada construir por Alfonso XI en 1328, sobre parte del solar de la alcazaba árabe. Es un recinto rectangular con cuatro torres; son de oeste a este y de norte a sur, la de los Leones, la del Homenaje, la de la Vela y la del Río. Fue base de operaciones para las guerras del Estrecho y de Granada. Y residencia real hasta que los Reyes Católicos la cedieron a la Inquisición, que la conservó hasta 1821. En este solar estaba la fortaleza del gobernador visigodo de la Bética, y de ella partió don Rodrigo camino del Guadalete en julio de 711. También aquí se instaló, en un principio, el primer emir independiente de Al-Andalus, Abderramán I. Abderramán I, descendiente del último califa Omeya, Marwán II, tenía 19 años cuando todos los suyos fueron asesinados en Damasco. Abul Abás, el nuevo califa, persiguió al fugitivo, que se refugió cerca de Ceuta. Desde allí envió a Al-Andalus a su consejero Badr para que, en contacto con los árabes sirios, organizara un movimiento en su favor. Badr se ganó no sólo a los sirios andalusíes, sino también a otros grupos árabes y a los bereberes. En agosto de 755 desembarcó en Almuñécar y poco después era proclamado emir en Archidona. La batalla de la Alameda, frente a Córdoba, el 14 de mayo de 756, dio el triunfo a Abderramán I, y en julio todo el territorio estaba bajo su control. Aunque no se atrevió a tomar el título de califa, de hecho, gobernó con independencia de Bagdad. Fue un emir enérgico y hasta cruel durante 32 años. Además, supo imponerse en el norte: aunque perdió Gerona, detuvo a Carlomagno y reconquistó Zaragoza (778). Comenzó, además, la Mezquita (786). Fue también poeta. Sus versos reflejan la nostalgia por la patria perdida: Dios te guíe, caballero, / que hacia mi patria caminas; llévate la bendición / y los suspiros que envía una parte de mi alma / a otra parte que allí habita. Encadenado mi cuerpo / está a la tierra que pisa, 32 PRIMERA RUTA ANDALUCÍA OCCIDENTAL 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 33 y el recuerdo de otra tierra / el dulce sueño me quita. Allí dejé el corazón / y cuanto bien poseía. Así lo dispuso Alá; / tal vez su bondad permita que a la patria el desterrado / logre volver algún día. (Schack, 38) ABDERRAMÁN I Ya en el interior del alcázar damos con un sarcófago romano, entre cuyos bajorrelieves destaca la misteriosa puerta entreabierta que sugiere el paso de la vida a la muerte. Su vista nos recuerda la fúnebre historia del hijo de Abd al-Rahmán, Hixam I (788-96): un astrólogo le anunció su muerte. Pero pudo acabar la mezquita y reconstruir el Puente Romano. Descendemos a los baños. Su origen es árabe pero fueron reconstruidos por los cristianos para que sirvieran de mazmorras. No son mal escenario para el recuerdo del tercer emir, Al-Hakam I (796-822), que sostuvo guerras contra Asturias y Carlomagno, quien le arrebató Barcelona. En el interior sofocó las rebeliones de Mérida y Toledo. Fue muy duro con los amotinados del Arrabal de Secunda. Escribía versos. Los jardines moriscos nos traen a la memoria un reinado más placentero, el de Abderramán II (822-52). No faltaron episodios violentos: el rechazo de los normandos en la misma Sevilla (844), la rebelión de los Banú Qasim de Zaragoza, o el suicida levantamiento mozárabe de Córdoba. Pero su reinado está dominado por la actividad cultural y económica: acuñación de moneda, ampliación de la mezquita, embajada a Bizancio, construcción de las Atarazanas de Sevilla y, sobre todo la presencia del músico iraquí Abul Hasan Alí ibn Nafí (789-857) llamado Ziryáb (El Pájaro Negro, por el color de su piel). Ziryab hubo de huir de Bagdad, pues presentado por su profesor al Califa, éste terminó prefiriendo al discípulo y el desairado maestro juró tomar venganza. Viviendo en el Magreb, recibió la invitación del emir Al-Hakam I. Al llegar a Algeciras, el emir acababa de morir, pero el nuevo monarca, Abderramán II, mantuvo la invitación. Su presencia fue decisiva para Al-Andalus según Levi-Provençal en La civilización árabe en España (1938)… Ziryab empezó por enseñar a los cordobeses las más complicadas recetas de la cocina bagdadí y les hizo conocer la verdadera distribución que debía darse a una comida elegante; no debían servirse desordenadamente los manjares, sino comenzar con las sopas y caldos, continuar por las entradas de carnes y aves, sazonadas delicadamente, para terminar con platos azucarados, dulces y pasteles de nueces, de almendra, de miel o postres de pasta, perfumados con vainilla y rellenos de alfóncigos y de avellanas.[...] Abrió en Córdoba [...] un verdadero instituto de belleza, donde se enseñaba el arte de acicalarse, de depilarse, de emplear pastas dentífricas, de peinarse convenientemente, llevando los cabellos cortos y redondeados, dejando libres las cejas, la nuca y las orejas. Fijó también un calendario de la moda, decretando que se vistiese de blanco desde comienzos de junio hasta fines de septiembre; que la primavera fuera la estación de las ligeras ropas de seda y de las túnicas de colores vivos, y que el invierno, por el contrario, fuese el de las pellizas guateadas y de los abrigos de pieles. (70-1) JORNADA TERCERA LA NOVIA DEL CALIFA LEVIPROVENÇAL La civilización árabe en España 33 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 34 Pero, además, el emir fue un personaje novelesco. Veamos, por ejemplo, su urgencia sexual, según el historiador sevillano Ibn al-Qutiya (+977): IBN AL-QUTIYA Se nos contó que Abd al-Rahman, hijo de Al-Hakam, tuvo una polución nocturna en la ciudad de Guadalajara, yendo de expedición hacia la frontera; se levantó a purificarse, y cuando hubo terminado la operación, mientras el criado estaba enjuándole la cabeza, llamó a Ben Xamr y le dijo, en verso, al venir a su presencia: –Prolífico derrame se ha deslizado de noche sin darme cuenta. Ben Xamr le contestó, también en verso: –¿Se ha presentado viniendo en las tinieblas de la oscura noche? ¡Bienvenido sea aquél que viene en la oscuridad a visitarte! Aquello le excitó los apetitos sensuales y le vinieron tales ganas de ver a una de sus más íntimas favoritas, que nombró general de su ejército a su hijo Al-Hakam y se volvió a Córdoba. (Sánchez A. I, 203-4.Traducción: Julián Ribera) Sintió por su favorita Tarab una pasión desmedida. Una noche la esclava se encerró en su cuarto y sólo abrió al emir cuando éste había depositado varios sacos con 20.000 dinares a su puerta; otro día le regaló un collar de 10.000. Pero las mujeres no eran la única causa de sus despilfarros: una noche, entusiasmado con una canción de Ziryab, quiso regalar al músico 30.000 dinares. El tesorero real se negó y hubo de pagar de su propio bolsillo. A la salida del Alcázar están los Baños reales (siglo X). Tras una larga restauración han sido abiertos en 2002. Son cuatro salas abovedadas: el vestíbulo, donde se desnudaban los bañistas; la sala fría, en la que recibían los masajes; la templada, que era la noble, por ser la sala de estar y lugar de tertulia y descanso; y, finalmente, la caliente, que proporcionaba los baños de vapor. El baño dio lugar a uno de los rasgos distintivos entre moros y cristianos. Éstos siempre vieron en él un pecado de sensualidad, mientras que aquellos tenían a gala su higiene frente a la suciedad de sus rivales. Así lo muestra el pakistaní Tariq Alí en su novela A la sombra del granado (1992), tomando como referencia a un obispo cordobés de origen musulmán: TARIQ ALÍ A la sombra del granado 34 –Tu tío abuelo Miguel lee, habla y escribe en árabe, pero… –la voz de Ama se ahogó de furia– ¿notaste que esta vez apestaba igual que ellos? Yazid comenzó a reír otra vez. Sabía que el tío abuelo Miguel no era un miembro popular en la familia, pero nadie había hablado nunca de él de una forma tan irrespetuosa. Ama tenía razón, hasta su padre se había unido a las risas cuando Ibn Zubayda había descrito el desagradable olor que emanaba del obispo comparándolo con el de un camello que había comido demasiados dátiles. –¿Siempre ha apestado así? –¡Por supuesto que no! –respondió Ama molesta por la pregunta–. En los viejos tiempos, antes de que vendiera su alma y comenzara a venerar imágenes de hombres sangrantes clavados a cruces de madera,era el hombre más limpio del mundo.Cinco baños al día, cinco mudas de ropa. Recuerdo bien aquellos tiempos. Ahora huele como un establo de caballos. ¿Sabes por qué? –Yazid confesó su ignorancia–. Para que nadie pueda acusarlo de ser un musulmán debajo de la sotana. ¡Apestosos católicos! (20) PRIMERA RUTA ANDALUCÍA OCCIDENTAL 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 35 Si hacemos un esfuerzo mental podemos imaginar en la oscuridad de la última sala, conspirando, quizá, en tenso cuchicheo, a algunos cortesanos. Porque los tres reinados siguientes estuvieron dominados por la intriga y la violencia: Muhamad I (852-86) hubo de reprimir tres rebeliones mozárabes (Córdoba, Mérida, Badajoz), que no fueron más que el caldo de cultivo para la más grave que sufrió el emirato (879-918): la de Ibn Hafsún. Al-Mundir (886-88), hijo de Muhamad I, murió asesinado por orden de su hermano y sucesor, Abdalá (888-912). Este conquistó Mallorca y venció a Ibn Hasfsún en Poley (891), pero la rebelión muladí se propagó a Elvira, Sevilla, Toledo y Badajoz. Difícil se lo dejaba a su nieto Abderramán III. Con un mutismo casi religioso nos asomamos a la campiña cordobesa. Las cigarras con su chirriar parecen querer sobreponerse al murmullo de los turistas que, ya cerca del mediodía, se atreven a llegar hasta la ladera del Monte de la Novia (Yebel al-Arus), desde donde alcanzamos con la mirada la campiña, con sus cortijos y los linderos de los campos; al fondo, Córdoba: la amada del poeta Ibn Darrach Al-Qastalí (918-1030): Inclínate sobre Córdoba y abrázala por mí, como yo la estrecharía sobre mi cuerpo y mi pecho. (Pérès, 139) Bajo nosotros las ruinas de MEDINA AZAHARA, la Ciudad de la Flor, entre cipreses y palmeras. Según una leyenda, Abderramán III (912-61) la construyó en honor de su favorita Zahara. Y para dar la ilusión de la nieve que añoraba la muchacha, oriunda de tierras cristianas, Abderramán plantó centenares de almendros que en enero, con sus flores, teñían de blanco la ladera del monte. Al margen de tales leyendas, es evidente que el califa edificó Medina Azahara para dar constancia de su poder omnímodo, separado tajantemente del pueblo y arropado por su aparato político y militar y por la ciudad de sus servidores y partidarios. Medina Azahara tenía un recinto cuadrangular de 1500x750 metros, con tres lados perfectamente rectos y el del norte con ligeras curvaturas para adaptarse a la colina. Estaba protegida por una muralla torreada, abierta por sólo una puerta en la mitad de cada uno de los lados mayores: la del norte, para el alcázar; y la del sur, para la ciudad. Su interior estaba distribuido en tres terrazas, aprovechando el desnivel del terreno. Entre los edificios se abrían numerosos patios y jardines. El ángulo suroeste lo ocupaba un jardín, ya en el nivel bajo, por el que se comunicaban alcázar y ciudad. Ésta la formaban el barrio de los servidores, los cuarteles y la mezquita, con sus jardines y zocos. Las cifras nos hablan del derroche de medios económicos: costó siete millones y medio de dinares; de los ingentes medios utilizados a diario (mil obreros, mil cuatrocientos mulos, cuatrocientos camello, seis mil sillares y cuatrocientas cargas de limo y yeso) y del lujo cosmopolita: de las más de cuatro mil columnas de mármol empleadas, la mayoría fueron fabricadas en Tarragona, Almería y Málaga, pero unas mil vinieron de Constantinopla, Roma, y Cartago. Hay muchos más datos asombrosos: muros cubiertos por mármoles transparentes de diversos colores, arcos de marfil y ébano sobre columnas de jaspe y cristal de roca, JORNADA TERCERA LA NOVIA DEL CALIFA IBN DARRACH AL-QASTALÍ MEDINA AZAHARA 35 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 36 con piedras preciosas engastadas, piscinas de mercurio, clepsidras... En cuanto a su belleza arquitectónica y ornamental se puede afirmar que fue, junto con la ampliación de Al-Hakam II de la Mezquita, la culminación del arte califal. Obra, sin duda, de un déspota ilustrado, megalómano y genial, brutal y sensible que llenaba de perplejidad y asombro a los visitantes. No todo fueron alabanzas: cuenta Al-Jusani, en su Historia de los jueces de Córdoba (siglo X), que un juez provocó las iras de Abderramán III por sus críticas al despilfarro que significaba Medina Azahara. Se salvó del castigo gracias al príncipe Al-Hakam: según éste, el juez, en sus argumentos, seguía al pie de la letra los preceptos coránicos. Iniciada en 936, nueve años más tarde ya era la residencia oficial del califa, pero las obras siguieron hasta 960. Su vida oficial fue muy breve, pues Almanzor llevó la corte a un nuevo palacio hacia 980. Abandonada Medina Zahara, languideció hasta que la furia de los bereberes la redujo a ruinas (1010). ¡Qué tremenda lección!: veinticinco años construyendo una ciudad que fue capital sólo cuarenta y cinco y destruida setenta años después de iniciarse las obras. Sus columnas, capiteles, sillares, y mosaicos sirvieron para nuevas construcciones, árabes y cristianas, hasta hacerla desaparecer. En 1583 se la volvió a localizar, pero eso sólo sirvió para terminar de expoliarla, a fin de construir el vecino convento de San Jerónimo. En 1910 se iniciaron las excavaciones y la restauración prosigue en 2003. Penetramos en el alcázar por la Puerta de la Montaña (o del norte), en forma de codo, y entramos en el recinto privado, Dar al Mulk, o Casa Real. Pasando entre arcos y muros en reconstrucción (Patio de los Pilares, Cuerpo de Guardia, el Baño, el horno de la cocina de palacio, la vivienda del visir Yafar), evocaremos algún retazo de la vida privada de Abderramán III. Las anécdotas sobre su crueldad no son pocas. Veamos una recogida por el historiador cordobés Abú Marwán Ibn Hayán (987-1076): ABÚ MARWÁN IBN HAYÁN Entró [el verdugo] con su espada en el aposento donde bebía el califa, y lo halló sentado en cuclillas, como un león sobre sus zarpas, en compañía de una muchacha hermosa como un orix, sujeta por los eunucos, pidiéndole misericordia mientras él le respondía de la forma más grosera. Dijo entonces: –Llévate a esta ramera,Abú Imran, y córtale el cuello. El verdugo remoloneó, consultando de nuevo, como era costumbre, [al califa], pero éste le ordenó: –Córtaselo, así te corte Dios la mano, o si no, pon el tuyo. Y un servidor se la acercó, recogiéndole las trenzas y descubriéndole el cuello, de manera que de un solo golpe le hizo volar la cabeza. (Muñoz [1], 120) La Casa del Ejército (Dar al Yund), con un pórtico transversal y cinco naves, que muestran, en buena parte restaurados, sus arcos de herradura, nos trae la historia militar de Abderramán III. Designado emir a los veintiún años, su primer empeño fue el de pacificar un país que ardía en rebelión: recuperó Sevilla (913) y venció en Ojén a Ibn Hafsún (914). Abderramán se volvió entonces hacia los reinos cristianos y derrotó a los navarros en Valdejunquera (920). De esta victoria 36 PRIMERA RUTA ANDALUCÍA OCCIDENTAL 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 37 tenemos referencia gracias a la uryuza (poema épico) de sus hazañas que Abú Umar Ibn Abdalrabí-hi (860-940) incluyó en su adab (miscelánea) El collar único: Luego se dirigió hacia Pamplona y cayó sobre la ciudad. Los ojos lloraron por lo que había pasado cuando se pusieron a pisotearla las pezuñas, por la pérdida de todos los hombres que habían muerto y la humillación que dejó en todos sus hijos. ¡Cuántas iglesias se humillaron cuando el muecín sustituyó a las campanas! (Marcos, 127-8) IBN ABDALRABÍ-HI El collar único Pasamos ahora bajo el Pórtico oriental, del que restan cuatro de sus quince arcos: de herradura el principal y escarzanos los laterales, todos con sus dovelas alternadas. Su primitiva majestad indica que Abderramán era el príncipe más poderoso de la Península. Era el momento (929) de dar un paso decisivo: proclamarse Califa para contrarrestar el influjo de la monarquía fatimí de Cairuán, que había roto con Bagdad en 910. Arropado por la dignidad califal ya fue imparable: en Al-Andalus se le sometieron los últimos rebeldes (Badajoz y Toledo; 930, 932). Abderramán gobernaba con energía y tino. Al margen de sus excesos (mandó ejecutar en su presencia a un hijo rebelde), dio entrada en la corte a todos aquellos que mostraban lealtad e inteligencia, aunque con ello disgustara a la aristocracia árabe. Córdoba era entonces una próspera ciudad de más de doscientos mil habitantes, que acuñaba dinares desde 927, que cubría con alcantarillas las aguas fecales y que fue la primera ciudad de Europa que instaló alumbrado nocturno en sus calles. Desde ella se comerciaba con los reinos de Europa, con África y con Oriente. El poder cordobés se manifestaba en todo occidente: en el Magreb fueron conquistadas Melilla, Ceuta (931) y Tánger (951), y en la Península, a pesar de la derrota de Simancas (939), llegó a cobrar tributos al príncipe cristiano más poderoso, Ordoño III de León. Intercambiaba embajadas con Bizancio (949, 955) y recibía a Juan de Gorz (956), enviado del Imperio Germánico. Córdoba era el centro del mundo civilizado y Medina Azahara fue la escenografía perfecta. Tal era la fama, que la abadesa del monasterio de Gandersheim, en Sajonia, Hroswitha (935-75?), autora de poemas y diálogos teatrales en latín, describía Córdoba como ...joya brillante del mundo, ciudad nueva y magnífica, orgullosa de su fortaleza, celebrada por sus delicias, resplandeciente con la plena posesión de todos los bienes. (Schack, 39-40) HROSWITHA A pesar de tanta gloria, Abderramán no fue feliz. Según el historiador marroquí Ibn Idhari (+1315?), al morir… ...se encontró una lista de su mano en la que señalaba por orden cronológico «Los días de mi vida en los que he disfrutado de una alegría pura y sin preocupación. Son tal día, de tal mes, de tal año». En total eran catorce. Que el hombre disipado juzgue lo que es el mundo y cómo faltan la seguridad y la estabilidad incluso a los JORNADA TERCERA LA NOVIA DEL CALIFA 37 70009 Collar - Medinas IBN IDHARI 20/12/04 17:30 Página 38 que la vida ha colmado de favores. El Califa Al-Nasir, después de un reinado de cincuenta años, siete meses y tres días, no había disfrutado más que de catorce días sin nubes. (Sánchez A. I, 371.Traducción al francés: Fagnan) El Salón Rico, destinado a la recepción de embajadores, casi concluida su restauración, es la parte que más admiración causa en el visitante. Sus tres naves separadas por arcos de herradura, decorados con atauriques, con dovelas alternas y columnas de mármol de diversos colores, nos permiten imaginar la majestad de la corte califal. Este marco es el adecuado para el segundo califa, Al-Hakam II (961-76), menos decisivo que su padre políticamente, pero fundamental para la cultura hispano-musulmana. Al-Hakam se rodeó de sabios, como Muhamad Al-Muradí, autor del Libro de los autómatas. Pero, además, se trabajó en cuestiones más prácticas, como la traducción al árabe de la Materia Médica de Dioscórides, para lo que el califa trajo de Bizancio especialistas que enseñaron griego a los sabios cordobeses; o el célebre Calendario de Córdoba, escrito por el sabio musulmán Arib ibn Saad y el obispo Rabí ibn Zaíd Recemundo, y dedicado en 961 al califa; en él se ponía en relación la agricultura con la meteorología. Especial relieve tuvo Abul Qasim al-Zahrawí, Abulcasís, (+1013), médico de Al-Hakam y de Almanzor. Su Enciclopedia Médica trataba del valor terapéutico de los vegetales y de cirugía: el instrumental, litotomías, fístulas, hernias, amputaciones, trepanaciones y anestesia mediante alucinógenos (que también recomendaba para tratar a los locos). La afición del califa a las letras y a las artes no era menor. Su biblioteca llegó a contar con cuatrocientos mil volúmenes, y pagó cifras fabulosas por libros como el Kitab de las Canciones del poeta persa Abul Farach (896-967). Él mismo ideó una flauta, con un nuevo orificio, que la hacía más melodiosa y por orden suya se hizo la ampliación más fastuosa de la mezquita. Don Juan Manuel, en su Libro del Conde Lucanor (1348), se hace eco de ambos hechos: DON JUAN MANUEL Libro del Conde Lucanor 38 –Señor Conde –dijo Patronio–, en Córdoba hubo un rey que tenía por nombre Alhakam. Comoquiera que mantenía muy bien su reino, no se preocupaba por hacer otra cosa.Y acaeció que, estando un día descansando, tañían ante él un instrumento del que se enorgullecen los moros, llamado albogón. El rey entendió que no hacía tan buen son como era menester y añadió en él un orificio en la parte de abajo, y desde entonces suena mucho mejor.Y comoquiera que a la gente no pareciera esa acción propia de un rey, comenzaron a decir en burla, cuando algo no valía nada: «Este es el añadimiento del rey Alhakam.» Y estas palabras corrieron por todas sus tierras hasta que las hubo de oír el rey y preguntó por qué decían eso las gentes.Y aunque no querían decírselo, tanto los apremió que, al fin, se lo dijeron.Y Alhakam tomó gran pesar, pero como era un buen rey, no quiso hacer mal a quienes lo decían, sino que decidió de todo corazón hacer otro añadimiento que las gentes por fuerza tuvieran que alabar. Y entonces, como la mezquita de Córdoba no estaba acabada [sic], acabóla y dijo que si hasta entonces lo alababan para burlarse por el añadido que había hecho en el albogón, que en adelante lo habrían de loar con toda razón por el añadimiento que había hecho en la mezquita de Córdoba. (157-8) PRIMERA RUTA ANDALUCÍA OCCIDENTAL 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 39 Frente al Salón Rico se extienden una gran piscina y un jardín entre cipreses y palmeras, intransitable por tener el suelo lleno de restos arqueológicos. Entre tanta magnífica ruina se yergue el fantasma de otra figura señera del califato: Abú Amir Al-Mansur, Almanzor para los cristianos. Árabe de origen, pero de condición humilde, desde joven mostró ambición y tesón. Austero, inteligente y trabajador, entró en la corte de Al-Hakam como katib (escriba). Además, era muy atractivo, y se ganó, dicen, a la favorita, Shubh (la esclava cristiana Aurora), madre del único hijo del califa, Hixam (II). Mal pagó Almanzor el favor de la corte, la mágica Medina Azahara, pues abandonó este palacio y se construyó una mansión principesca, Madina Zahira, en el arrabal oriental de Córdoba. Pero la fitna borró hasta su memoria. Hoy no sabemos ni siquiera su emplazamiento y tenemos que recrear la historia del traidor sobre el cielo calcinado del horizonte. Al morir su padre (976), Hixam II sólo contaba once años, pero Aurora y Abú Amir lo Medina Azahara. Jardines sostuvieron en el trono. En 978, Almanzor se convertía en hayib y reforzaba la tendencia de los primeros califas de apartar de palacio a la aristocracia árabe, aupando a los advenedizos inteligentes y ambiciosos, concediendo tierras y privilegios comerciales a los muladíes más acomodados, ampliando y reforzando el ejército con mercenarios cristianos y bereberes. Para contentar también a los faquíes quemó libros dudosos (llegó a desmantelar la biblioteca de Al-Hakam II) y realizó la mayor ampliación de la Mezquita (987). Además, Almanzor alentó los instintos imperialistas con sus algaras contra los cristianos. Sus incursiones hasta Barcelona, León (985) y Santiago de Compostela (997), con la traída de las campanas de la catedral de esta última hasta Córdoba a hombros de prisioneros, explican que todos los príncipes peninsulares le pagaran tributos. Su dictadura militar era incuestionable, y el pobre Hixam II era un desdichado fantasma preso del tirano. Tirano ilustrado, por supuesto: los científicos seguían teniendo lugar en su corte: en ella ganó fama Maslama Ibn Ahmad al-Mayrití (+1008), introductor en la corte y en los medios científicos andalusíes de las Risalas de los Hermanos de la Pureza, cuyos principios habían sido ya difundidos entre el pueblo por Ibn Masarra. Estas risalas (cartas), compuestas en Basora en el siglo X, eran en la práctica la suma de la ciencia y filosofía chiíes, cuya base pitagórica, permitían la convivencia de la magia y la ciencia, de la filosofía y la mística. De ahí que las Ciencias de la Naturaleza (Matemáticas, Astronomía, Física, Química) no fueran más que el paso para encontrar la verdad oculta a través de la de la Cábala, la Astrología y la Alquimia, y que el racionalismo filosófico condujera a la mística. JORNADA TERCERA LA NOVIA DEL CALIFA 39 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 40 Al-Mayrití fue buena muestra de esa dualidad: como astrólogo, predijo el fin del califato; y como astrónomo, observó y estudió un eclipse de sol en 1004 y el paso de un cometa en 1006. Pero, sobre todo, la corte de Almanzor fue la de los poetas, que rivalizaban en sus panegíricos al hayib. Por ejemplo, Ibn Darrach Al-Qastalí: IBN DARRACH AL-QASTALÍ Como vírgenes que danzan / en una selva florida, en la bóveda del cielo / las Pleyades relucían. Y alrededor de la clara / luz del Polo, siempre fija, el coro de las estrellas / sus círculos describía. Cual vasos en un convite, / entre los huéspedes giran, por hermosas manos llenos / de deliciosa bebida. La Vía Láctea en la oscura / noche su fulgor vertía, como en el rostro de un viejo / la blanca barba crecida. De Saturno, el ominoso / brillo no me detenía. Y, al fin, los astros dormidos / se quedaban de fatiga. ¡Oh, si ella me hubiese visto, / hubiese dicho enseguida: Así de Almanzor la gracia / contra la suerte conquista! (Schack, 125-6) Posando la mirada sobre el jardín, recordamos que al margen de esa poesía oficial, floreció otra mucho más personal. La de un novelesco personaje, miembro de la familia real, cuya biografía, fuera de toda intriga política, revela un carácter pasional. Se trata de Abú Abdalmálik Marwán (963-1009), bisnieto de Abderramán III, conocido como Al-Sárif al-Taliq (El Príncipe Amnistiado), quien, enamorado a los quince años de una esclava, vio como su propio padre se la arrebataba y no dudó en asesinarlo. La amada fue descrita en su Casida en kaf: ABDALMÁLIK MARWÁN Es un ramo que se balancea sobre una duna y del que coge mi corazón fruta de fuego. En su rostro la belleza hace surgir a nuestra vista una luna que carece de fases. Tiene los ojos –blanco y negro intensos– de la cierva blanca y su mirada es una saeta asestada contra mi corazón. El lam de su aladar se desliza sobre su mejilla como oro que corre sobre plata. (Gª. Gómez [1], 80) Encarcelado por orden de Almanzor en un subterráneo de Medina Azahara, aquí escribió buena parte de su Diván, del que recogemos un fragmento. ABDALMÁLIK MARWÁN ¿Qué le ocurre a mi aurora? Ya debería estar cerca y se retrasa hasta hacerme desesperar de que llegue. Sin duda, las tinieblas han maniatado a los luceros y los han detenido donde no querían. (Gª. Gómez [1], 89) Al cabo de dieciséis años fue amnistiado. Ya libre, dedicó su vida a la poesía. 40 PRIMERA RUTA ANDALUCÍA OCCIDENTAL 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 41 Medina Azahara. Mezquita Recorriendo el adarve del palacio, vemos a nuestros pies, hacia el extremo oriental de la ciudad palatina, las ruinas de la mezquita, el primer edificio construido en Medina Azahara. Al parecer, fue muy hermosa pero su desolación actual (varias palmeras se yerguen entre sus piedras) nos conduce hacia el desengaño ascético del Príncipe Amnistiado. En verdad el Destino derriba cuanto edificamos. Vencer en este mundo no es victoria, pues se pagará con desgracia el placer que se goce y la muerte acabará por cosechar lo que coseche la mano. No hay duda de que la tristeza llegará a su colmo, pero el alma humana siempre piensa disparates. (Gª. Gómez [1], 87-88) ABDALMÁLIK MARWÁN En efecto, al cabo de tanta gloria y tantas victorias, el final es siempre el mismo. En la campaña de 1002 por tierras sorianas Almanzor enfermó y murió en Medinaceli. Muerto el dictador, podemos ya hablar de fitna. Su primer periodo (1002-9) está presidido por el acoso de los omeyas sobre los amiríes. Todavía, el hijo mayor de Almanzor, Abdalmálik, contuvo los motines populares instigados por la familia real. Pero su muerte en 1008 (¿envenenado por su hermano menor Abderramán Sanchuelo?) precipitó la ruina. Hixam II carecía de voluntad y de prestigio y el hijo menor del dictador se creyó con fuerzas para ser designado sucesor del califa. El problema no era sólo la desmedida ambición y la afición al vino de Sanchuelo (hijo, por cierto, de una princesa navarra), como pretenden las crónicas. En realidad, la trama diseñada por Almanzor hacía aguas. La ya de por sí débil monarquía islámica (con una línea sucesoria ambigua y unos lazos tribales que se oponían a una concepción unitaria del estado), había desaparecido ante la ambición de un advenedizo, JORNADA TERCERA LA NOVIA DEL CALIFA 41 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 42 apoyado en su prestigio personal y en los múltiples intereses generados por sus reformas. Apartada del poder la aristocracia árabe y oprimidas las clases populares por la rapacidad del estado y de los nuevos ricos, la estructura política no tenía otros cimientos que esa minoría enriquecida y los caudillos militares, bereberes o esclavos libertos, que veían llegado su momento. En el camino de regreso, terminamos la historia de Medina Azahara con la segunda etapa de la guerra civil (1009-13), marcada por las luchas entre omeyas. Asesinado Sanchuelo y derrocado el califa, la rebelión encabezada por Muhamad II al Mahdí responde al intento de restaurar la legalidad, ya que el nuevo soberano era sobrino de Hixam II. Pero la oposición de otros príncipes omeyas le hizo devolver el poder a su tío, quien abdicó en otro omeya, Sulimán. El Mahdí siguió la lucha, pero fue derrotado y los esclavones proclamaron califa ¡a Hixam II!, que en su segundo reinado (1010-13) hubo de enfrentarse a Sulimán, a quien apoyaban los bereberes. Éstos saquearon horriblemente Córdoba y Medina Azahara (1010). Mientras, Al-Andalus se desmembraba: Denia, Arcos, Almería, Granada, Huelva, Albarracín, Carmona y Morón se constituían en reinos de taifa. Un nuevo saqueo de Córdoba (1013) dio por segunda vez el trono a Sulimán. Hixam II desapareció de la historia de forma bastante novelesca, como veremos en Sevilla. Y Medina Azahara, convertida en escombros, fue invadida por la maleza y sepultada en el polvo, tras ser expoliados mármoles y tesoros, y esparcidos sus restos por la falda del monte de la novia. Todavía antes de caer en total olvido, un poeta y amante desdeñado, el cordobés Ahamad Ibn Zaydún (1003-71), paseando por sus ruinas, recordaba tiempos mejores: AHMAD IBN ZAYDÚN CÓRDOBA 42 Desde al Zahara te recuerdo con pasión. El horizonte está claro y la tierra nos muestra su faz serena. La brisa desmaya con el crepúsculo: parece que se apiada de mí y languidece llena de ternura. Los arriates me sonríen con sus aguas de plata, que parecen collares desprendidos de las gargantas. Así fueron los días deliciosos que ya pasaron cuando, aprovechando el sueño del Destino, fuimos ladrones de placer. Hoy sólo me distraigo con las flores, imán de los ojos, en las que la escarcha juega vivaz, inclinando sus tallos: son como pupilas que, al ver mi insomnio, lloran por mí, y por eso el irisado llanto resbala por su cáliz. (Gª. Gómez [2]. 104-6) Comenzamos el paseo vespertino con un sol menos fogoso. Nos encontramos ante una de las tres puertas árabes de la muralla que se conservan, la puerta de Sevilla. No es espectacular, pero sus sillares y sus dos arcos de medio punto tienen cierta nobleza. Junto a ella se levanta la estatua del mayor escritor andalusí: Abú Muhamad Alí Ibn Házam (994-1063), poeta y filósofo. Nacido en Córdoba de origen muladí, su familia fue de las que con Almanzor escalaron puestos y alcanzaron riqueza desplazando a la aristocracia árabe. Para hacer olvidar que PRIMERA RUTA ANDALUCÍA OCCIDENTAL 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 43 eran unos advenedizos, se inventaron un origen árabo-persa y abrazaron la causa del legitimismo omeya en la guerra civil. En medio del caos, Ibn Házam, con otros jóvenes de la aristocracia, como el poeta Ibn Shuhayd, mantuvo un estilo de vida placentero, refinado y culto. Sufrió en su familia, en su hacienda y en su persona los avatares de la fitna. Abandonada Córdoba, huyendo de la violencia bereber, se refugia en Almería (1013-16) y escribe a su amigo: He sabido por alguien que venía de allá, y que había visto nuestras mansiones, que no quedan más que ruinas. (Pérès, 128). IBN HÁZAM El collar de la paloma Abú Amir Ibn Shuhayd (992-1035), a su vez, compone esta elegía: ¿No hay entre las ruinas un amigo que pueda informarme? ¿A quién preguntaré para saber qué ha sido de Córdoba? Funestos sucesos han actuado con rigor sobre sus moradas deja, pues a la fortuna encender en los patios una luz que permita, tal vez, iluminarse a los corazones. Por una ciudad como Córdoba no hay lágrimas suficientes para que los ojos viertan un chorro incontenible. Cuando yo la conocí, todos sus habitantes estaban unidos en la concordia, y la vida era bella. El palacio de los Omeyas estaba lleno de todo lo deseable y el califato era la cosa más grande… (Pérès, 128) IBN SHUHAYD La tercera fase (1013-25) de la fitna es la del enfrentamiento de omeyas y hamudíes: en realidad eran los esclavones y los bereberes los que luchaban. Frente a Sulimán surgió, apoyado por los esclavones, Alí ibn Hamud, un árabe que se pretendía jerife (descendiente del Profeta). Alí entró en Córdoba, ejecutó a Sulimán (1016) y marginó a los esclavones, que terminaron matándolo (1018) y proclamando califa a otro omeya, Abderramán IV, al que también asesinarían. Muertos el hamudí y el omeya, vienen unos años en que Córdoba asiste a la lucha entre dos hamudíes, Qásim y Yahya (1018-23). En tal situación parecía posible la restauración omeya: proclamado califa Abderramán V, fue muerto por otro omeya, Muhamad III, que también cayó asesinado. Y llega la fase final (1025-31): hasta 1027 los cordobeses viven un caótico interregno y terminan llamando a otro omeya, reyezuelo de Alpuente, Hixam III, quien no se atrevió a entrar en Córdoba hasta 1029. Como la situación económica del califato era de bancarrota, trató de salvarla a base de impuestos. El pueblo se sublevó, encarceló a Hixam y declaró abolido el califato en 1031. En ese momento su autoridad estaba limitada a Córdoba y su comarca. Ibn Házam participó en estas luchas defendiendo la causa omeya: en 1018 se incorporó en Játiva al ejército de Abderramán IV, a causa de cuya derrota terminó preso en Almería. En 1023 volvió a las andadas: fue visir, con Ibn Shuhayd, de Abderramán V. Terminó, igualmente, preso. A partir de entonces se entregó al estudio. JORNADA TERCERA LA NOVIA DEL CALIFA 43 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 44 La calle de San Basilio es famosa por sus patios. Estamos ante las casas de la clase media andalusí: hermoso patio central con fuente o alberca y arriates de flores y arcos que dan acceso a las habitaciones. Una escalera conduce al piso alto, donde se halla el inaccesible mundo femenino. Los patios cordobeses actuales poseen un ingenuo exhibicionismo (se pueden contemplar sin obstáculos desde un zaguán a través de una verja de hierro) muy diferente a la cerrazón de las casas árabes (portón de madera, pasillo de acceso estrecho y en codo) de hace mil años. Pero el encanto interior sigue siendo el de entonces, reflejo de una clase acomodada, que gozaba sabiamente de la vida. En cualquiera de sus patios podemos situar la escena que relata Jorge Luis Borges en El Aleph (1949): En busca de Averroes. JORGE LUIS BORGES En busca de Averroes El diálogo en la casa de Farach pasó de las incomparables virtudes del gobernador a las de su hermano el emir; después, en el jardín, hablaron de rosas. Abulcásim, que no las había mirado, juró que no había rosas como las de los cármenes andaluces. Farach no se dejó sobornar; observó que el docto Ibn Qutaiba describe una excelente variedad de la rosa perpetua, que se da en los jardines del Indostán y cuyos pétalos presentan caracteres que dicen: No hay otro dios como el Dios. Muhamad es el Apóstol de Dios. Agregó que Abulcásim, seguramente, conocería esas rosas. Abulcásim lo miró con alarma. Si respondía que sí, todos lo juzgarían, con razón, un impostor; si respondía que no, lo juzgarían un infiel. Optó por musitar que con el Señor están las llaves de las cosas ocultas. Envanecido por esa victoria dialéctica, Abulcásim iba a pronunciar que el Señor es perfecto en sus obras e inescrutable. Entonces Averroes declaró: –Me cuesta menos admitir un error en el docto Ibn Qutaiba, o en los copistas, que admitir que la tierra da rosas con la profesión de la fe. –Algún viajero –recordó Abdalmálik– habla de un árbol cuyo fruto son verdes pájaros. Menos me duele creer en él que en rosas con letras. –El color de los pájaros –dijo Averroes– parece facilitar el portento. Además, los frutos y los pájaros pertenecen al mundo natural, pero la escritura es un arte. Pasar de hojas a pájaros es más fácil que de rosas a letras. (94-5) Esta clase media, ilustrada y escéptica, sustentó una especie de república tras el dramático fin del califato. Agotada por 30 años de guerra entre árabes, bereberes y esclavones; por intervenciones militares castellanas y aragonesas en favor de unos u otros; y por motines de un pueblo harto de unas luchas que arruinaban la agricultura y el comercio, que asolaban sus casas y que hacían del comer una aventura y de la vida un milagro diario, Córdoba terminó gobernada por un consejo de notables (1031-69), presidido por la familia de los yahwaríes. Y vivió un largo periodo de recuperación en el ideal de la aurea mediocritas clásica, sin esplendor, pero con prosperidad. Fue el reino de la razonable clase media, y de la propiedad privada. De nuevo en la Puerta de Sevilla, recordamos la confrontación entre las dos ciudades más importantes de la Bética: Muza puso la capital del emirato en Sevilla, pero Alsama al-Jaulaní la trasladó a Córdoba en 719. Luego Sevilla fue ganando importancia, primero como el más poderoso reino de taifa, y después como capital de Al-Andalus para almorávides y almohades. El paso de Córdoba 44 PRIMERA RUTA ANDALUCÍA OCCIDENTAL 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 45 a un segundo plano se hizo evidente en 1069, cuando el tercer yahwari Abdalmálik se vio amenazado por el rey Al-Mamún de Toledo. El cordobés solicitó el apoyo de su vecino sevillano Al-Mutamid, quien rechazó al toledano, pero una vez en Córdoba, incorporó la ciudad al reino de Sevilla. Podemos imaginar la fastuosa entrada del rey poeta, viniendo por el camino que tenemos ante nosotros y penetrando en la ciudad por estas puertas. Su orgullo de vencedor generó estos versos, en los que se confunden amor y guerra, novia y ciudad. Mira Córdoba la bella, / la cual con lanzas y alfanjes desdeñosa rechazaba / de su seno a los amantes, cómo la mano de esposa / al cabo promete darme. Antes sin ornato estaba; / ya viste ropas nupciales de gala, al recibirme, / de joyas haciendo alarde. Hoy es mi esposa: en su alcázar / la boda va a celebrarse. Mueran de envidia y de celos, / entretanto, mis rivales. (Schack, 288) AL-MUTAMID Cinco años después, asediada por los toledanos, el hijo de Al-Mutamid, Abad, murió en su defensa. Córdoba volvió al redil sevillano en 1078. Caminamos ahora por la Avenida del Corregidor, teniendo a nuestra izquierda el extremo occidental de las murallas árabes. Apenas dos décadas fue Córdoba sevillana. En 1091 el general almorávide Sid ibn Abú Bakr conquistó Córdoba. Luego los cordobeses se rebelaron (1121) y sufrieron una dura represión: en tres ocasiones se ordenó la expulsión de los mozárabes; pero, cuarteado el poder almorávide a la muerte de Alí (1143), vino una segunda fase de reinos de taifa, y Córdoba fue gobernada durante algún tiempo por los Banú Ganiya, vasallos de Alfonso VII desde 1144. Este es el marco político en que transcurrieron los primeros años de Abul Walid Ibn Rush Averroes (1126-98), nacido en Córdoba en el seno de una dinastía de cadíes. Contrario tanto a los almorávides como a los Banú Ganiya, aprovechó su Comentario a la República [de Platón] para dejar su visión crítica de la época: El ambicioso no cejará en su continuo esfuerzo hasta convertirse en enemigo de la mayoría de los ciudadanos, que lo odiarán. Entonces, o bien algunos conspiran contra él y acaban por matarlo, o, convertido en un tirano, los domina y oprime a todos. Podéis conocer claramente esto por el poder demagógico existente en nuestro tiempo, que a menudo se convierte en tiranía. Un ejemplo de ello es el gobierno que existía en Córdoba.Al principio era casi completamente demagógico, pero esta situación se transformó en tiránica después del 540 [1146]. Platón dice también que es propio de este tipo de individuos obligar a todos los hombres a cumplir las leyes para que no piensen que es un tirano, y pretender dirigir a los ciudadanos con el fin de distribuirles beneficios, no teniendo a primera vista otra intención que la de la comunidad y el progreso de la sociedad. Cuando ha alcanzado la paz con el enemigo, se dirige a su país como si continuamente les amenazara la guerra; así puede manejar los bienes de los ciudadanos.Y como puede expoliarlos y no pueden librarse de él, están siempre preocupados de sí mismos, buscando el pan de cada día, como sucedió a las gentes de Córdoba con los Banu Ganiyya. (132-3) JORNADA TERCERA LA NOVIA DEL CALIFA AVERROES Comentario a la República 45 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 46 En el Puente de San Rafael torcemos a la izquierda para seguir a lo largo de otro tramo de muralla, el que da al Guadalquivir, paralelo a la Avenida del Alcázar. Nos acompaña el escandaloso canto de las aves, que revolotean a miles entre el arbolado de las islas del río. Tras el hundimiento almorávide, los almohades cruzaron el Estrecho. Dos años después, en 1149, Córdoba caía de nuevo bajo dominio magrebí. Los nuevos señores de Al-Andalus se jactaban de no haber dejado ni un cristiano ni un judío en su reino. La Córdoba almohade no tuvo protagonismo, ahogada por el esplendor de la vecina Sevilla. Finalmente, en 1228 cayó en poder del rey de Murcia Ibn Hud, que la conservaría hasta la conquista cristiana. Frente a la puerta del Alcázar, la que da al río, concluimos nuestra visita. Es el punto final de la Córdoba andalusí. La que tomó Fernando III con su ejército de castellanos ¡y granadinos! GALA Manuscrito Carmesí El Fundador de mi dinastía ayudó a Fernando III en la conquista de Córdoba. Nuestras crónicas, por supuesto, se abstienen de mencionarlo; quizá no por vergüenza, que es un sentimiento desconocido en la política, sino sencillamente porque nada supieron. El pacto se llevó muy en secreto, en previsión de alteraciones y posteriores conveniencias. Los musulmanes contra los que se firma ese pacto son, por descontado, los de Ibn Hud. No puede discutirse –ya es demasiado tarde– que el fin justificaba entonces –¿y ahora no?– cualquier medio.Y yo he de reconocer algo que se desprende de cuanto leo en estos días: nuestro pueblo –y hasta es probable que tenga razón– no es muy propenso a heroicidades; aspira a vivir en cada instante lo mejor posible, se dirige a quien para tal fin le sirva, y olvida con facilidad. Quizá la sensatez sea algo más que eso. (202-3) Estas amargas y lúcidas palabras las atribuye el cordobés Antonio Gala al protagonista de su novela Manuscrito Carmesí (1990), Boabdil, quien, preso de los Reyes Católicos, residió unos días en el Alcázar. Gala refleja la profunda crisis que vivía Al-Andalus en 1236, en el momento de la caída de Córdoba: hundido el imperio almohade, Ibn Hud se proclama rey de Murcia y se apodera de Extremadura, Sevilla y Córdoba. En 1232 le sale un fuerte rival, Muhamad ibn Nasar, que se afianza en Jaén y Granada. Fernando III ve con gozo cómo el murciano y el granadino se enfrentan. Y saca tajada: Granada le ayudó a tomar Córdoba. Después de la cena, la copa nos deja el sabor de la coloquíntida. Pensamos, para consolarnos, en el grupo Cántico, que hizo de esta ciudad uno de los centros de la poesía española de posguerra, y en la Elegía de Medina Azahara (1957) de Ricardo Molina. RICARDO MOLINA Elegía de Medina Azahara 46 Lo que nadie recuerda ¿ha muerto? Acaso vive, recogido en sí mismo, la vida más perfecta. Fuera del tiempo lo llevó el olvido. Ayer, hoy ni mañana huellan su ser y, eterno, vive en fiel estación de melancolía… (Rubio, 214-5) PRIMERA RUTA ANDALUCÍA OCCIDENTAL 70009 Collar - Medinas 20/12/04 17:30 Página 255 Índice Nota preliminar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 PRIMERA RUTA: Las invasiones y el cenit. Andalucía Occidental . . . 10 Jornada primera: La cuna de la traición. De Tánger a Algeciras . . . . . Jornada segunda: La pérdida de España. De Algeciras a Córdoba por Jerez y Arcos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jornada tercera: La novia del califa. Córdoba (1). Alcázar, Medina Azahara . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jornada cuarta: Alá es grande. Córdoba (2). Mezquita, Cabra, Lucena. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jornada quinta: Los otros cordobeses. Córdoba (3). Calles cordobesas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jornada sexta: Aroma de poesía. Sevilla (1). De Córdoba a Sevilla. El Alcázar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jornada séptima: Perla del Guadalquivir. Sevilla (2). Calles de Sevilla. La Giralda. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jornada octava: El destierro del sabio. Provincia de Huelva. . . . . . . . . 12 20 29 47 63 80 96 112 SEGUNDA RUTA: El crepúsculo de Al-Andalus. Andalucía Oriental . . . 120 Jornada primera: A las puertas del final. De Despeñaperros a Loja por Jaén . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jornada segunda: El nido del águila. De Loja a Ronda. . . . . . . . . . . . Jornada tercera: Sombra del paraíso. De Ronda a Alhama de Granada, por Málaga . . . . . . . . . . . . . . Jornada cuarta: De moros a moriscos. Granada (1). El Albaicín. . . . . . Jornada quinta: El pulso de los días. Granada (2). Garnata, Guadix, Baza. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jornada sexta: El alcázar de las lágrimas. Granada (3). La Alhambra. . Jornada séptima: Las últimas montañas. Las Alpujarras. . . . . . . . . . . Jornada octava: Puerto del desierto. De Pechina a Almería, por Mojácar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jornada novena: La postrera orilla. De Almería a Almuñécar. . . . . . . Jornada décima: Nostalgia de Granada. Tetuán. . . . . . . . . . . . . . . . . 122 134 144 155 171 188 206 219 227 236 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251 255 CASTILLA-LA MANCHA EXTREMADURA Paso de Despeñaperros Pozoblanco Villanueva de Córdoba Las Navas de Tolosa La Carolina PORTUGAL Baños de la Encina Linares Bailén Andújar RÍ O Cortegana Aracena Arjona 3 4 5 Almonaster la Real Almodóvar del Río Úbeda Baeza GU ADALQUIVIR MURCIA Porcuna CÓRDOBA Jódar Torre del Campo Huéscar Jaén Torredonjimeno Zalamea la Real Minas de Riotinto Lora del Río Valverde del Camino 1 Espejo Palma del Río Castro del Río Vélez Rubio Baena Montilla Vélez Blanco Martos Cúllar Alcaudete Écija Punta Umbría 6 SEVILLA Alcalá de Guadaira Moguer Palos de la Frontera La Rábida Bollullos de la Mitación Hinojos Almonte Alcalá la Real Cabra Puente -Genil Niebla del Condado Ayamonte Isla Cristina Carmona nil Ge Huelva Camas La Palma Trigueros Lepe 7 Beas Zújar Aguilar de la Frontera R. 8 Gibraleón Montefrío Utrera Loja GUA D RÍ O IVIR Santa Fe Churriana de la Vega Armilla 8 Valle de Abdalajís Padul Capileira Ronda El Bosque El Portal Torrox Ubrique Coín Alhaurín El Grande MÁLAGA Motril Almuñécar Nerja R. Cádiar Salobreña Laujar de Alhama Andarax Fuente Victoria de Almería R. Andárax Fondón Ugíjar 9 Campohermoso Pechina ALMERÍA Dalías Carboneras Níjar Gádor Benahadux Berja Castell de Ferro Tabernas Viator Santa María del Águila Roquetas de Mar Adra El Ejido Churriana G Puerto de Santa María 3 Grazalema 7 Valor Órgiva Vélez de Benaudalla Vélez-Málaga Álora El Burgo Juviles Pampaneira Lanjarón Zahara Arcos de la Frontera Bérchules Yegen Dúrcal Villanueva de la Concepción Mojácar Sorbas Trevélez Alhama de Granada Antequera 2 Garrucha 4 5 6 Bebastro Jerez de la Frontera Vera Alcudia de Guadix 2 Campillos Lebrija Golfo de Cádiz Cuevas de Almanzora Guadix GRANADA Huétor Tájar Archidona Las Cabezas de San Juan Purullena Pinos Puente Fuente Vaqueros R. Genil Huércal-Overa Albox Iznalloz Marchena Morón de la Frontera QU AL Baza Priego de Córdoba Lucena Dos Hermanas Los Palacios y Villafranca Chirivel u ad Mijas Benalmádena a lete Puerto Real Cádiz Nueva Andalucía San Fernando Estepona Conil de la Frontera lado Fuengirola San Pedro de Alcántara ba R. Sa a Ceuta y Tetuán te Chiclana de la Frontera Marbella Torremolinos ar R. B Vejer de la Frontera Barbate La Línea de la Concepción Algeciras Gibraltar MAR MEDITERRÁNEO Tarifa OCÉANO ATLÁNTICO 1 TÁNGER Ceuta Fnieq Ksar es-Seghir Mdiq 10 MARRUECOS TETUÁN Primera ruta Martil Segunda ruta Netmaps, SA. 2004 www.netmaps.es