Caracterización de la resistencia a germicidas en cepas de Listeria
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Caracterización de la resistencia a germicidas en cepas de Listeria
RESUMEN En la industria de alimentos una de las medidas para controlar la presencia de microorganismos patógenos como Listeria monocytogenes es la desinfección química de equipo y superficies, y alimentos que son consumidos crudos. En un trabajo previo se aislaron cepas de L. monocytogenes en una fábrica que procesa espinaca precocida y congelada; estas cepas mostraron mayor resistencia a cloro y ácido peracético comparadas con las de colección. Actualmente los mecanismos de adaptación bacteriana a estrés químico han sido poco estudiados. El objetivo de este trabajo fue caracterizar fenotipicamente la resistencia a germicidas en cepas de L. monocytogenes aisladas de un proceso de producción de espinaca precocida y congelada. Empleando cinco cepas de L. monocytogenes aisladas de un proceso de producción de espinaca (denominadas L15, L18, F6, L26, L75) y cinco cepas de colección (Scott A, 101-M, V7, LCDC, 101-14) se evaluó su resistencia a hipoclorito de sodio (200 ppm) y ác. peracético (80 ppm). Cuadros de espinacas (5 x 5 cm) se inocularon (~8 log UFC/espinaca), se sometieron a secado y se expusieron a los germicidas (5 min.). Se seleccionaron las cepas que mostraron mayor y menor reducción en la población bacteriana. Para determinar la máxima concentración de cloro que pudiera tolerar la cepa más resistente, se realizaron exposiciones en buffer de fosfatos adicionado de hipoclorito de sodio a diferentes concentraciones (10, 20 y 40 ppm) durante 30, 60 y 90 segundos. Las células sobrevivientes fueron expuestas nuevamente a cloro; este procedimiento se repitió cada tercer día en cinco ocasiones. La inducción de la resistencia a cloro se investigó de manera similar en espinacas (200 ppm/ 5 min.), láminas de acero inoxidable y N-rubber (20 ppm/ 1 min). Para conocer la resistencia de las cepas seleccionadas a hipoclorito de sodio a bajas concentraciones (~1.5 ppm, preparado en medio Evans) se indujo la adaptación mediante la exposición de éstas al germicida durante 150 min. a 22 y 30°C. Al final del almacenamiento se investigó la presencia de ADN plasmídico (metodología de lisis alcalina) en las células de L. monocytogenes y se hicieron preparaciones para observar mediante microscopia electrónica de transmisión el daño ocasionado a las células por efecto del germicida. La cepa L15 fue la más resistente y la Scott A la más sensible, mostrando reducciones de 1 y 2 log UFC/espinaca, respectivamente. La exposición consecutiva de células de L. monocytogenes (cepa L15) a concentraciones subletales de cloro en suspensión o materiales inertes, no mostró una tendencia clara que haga suponer un incremento en la resistencia. La cepa L15 expuesta a cloro en medio Evans redujo 5.86 y 3.70 log UFC/ml, después de la incubación a 22 y 30ºC, respectivamente En contraste, la cepa de referencia Scott A mostró reducciones mayores de 7.95 y 7.45 log UFC/ml a 22 y 30°C, respectivamente; la cepa L15 (P<0.05) es significativamente más resistente a cloro (~1.50 ppm) comparada con la cepa Scott A. En ambas cepas no se detectó la presencia de ADN plásmidico. Las micrografías electrónicas de transmisión mostraron daños en la membrana y en el citoplasma de las células expuestas a cloro a partir de los 20 min. de exposición. La cepa L15 aislada de la fábrica en donde teóricamente estuvo expuesta a concentraciones subletales de hipoclorito de sodio, mostró mayor capacidad de adaptación al germicida que Scott A. Esta resistencia pudiera estar regulada a nivel transcripcional o cromosómico, o bien estar relacionada con la formación de biopelículas. (Palabras clave: cloro, estrés subletal, espinaca, Listeria monocytogenes) i SUMMARY In food industry one of the measures to control the presence of foodborne pathogens such as Listeria monocytogenes is the chemical disinfection of equipment, surfaces and food items that are eaten raw. In a previous study, strains of L. monocytogenes were isolated from the production process of precooked frozen spinach; these strains showed resistance to chlorine and peracetic acid. Currently the mechanisms of bacterial adaptation to chemical stress are poorly understood. The aim of this study was to phenotypic characterize the resistance to germicides in strains of L. monocytogenes isolated from the production process of pre-cooked frozen spinach. Five strains of L. monocytogenes isolated from spinach production process (L15, L18, F6, L26, L75) and five strains from culture collection (Scott A, 101-M, V7, LCDC, 101-14) were used to evaluate the resistance to sodium hypochlorite (200 ppm) and peracetic acid (80 ppm). Spinach squares (5 x 5 cm) inoculated with the strains (~ 8 log CFU / spinach) were dried and then subjected to disinfection treatments (5 min). Strains that showed the highest and lowest reduction in the bacterial population were selected. To determine the maximum concentration of chlorine that the most resistant strain could tolerate, the culture were incubated in phosphate buffer added with sodium hypochlorite at different concentrations (10, 20, and 40 ppm) during 30, 60, and 90 seconds. Surviving cells were recovered, then exposed again to the germicide; this procedure was repeated five times. Similarly, the resistance induction to chlorine was investigated in spinach (200 ppm / 5 min), stainless steel and N-rubber (20 ppm / 1 min). To determine the resistance of selected strains to sodium hypochlorite at low concentrations (~ 1.5 ppm prepared in Evans broth) the cells were exposed to the germicide for 150 min at 22 and 30°C. At the end of the incubation time the presence of plasmidic DNA in the cells was investigated. Samples were also prepared for observation by transmission electron microscopy to determinate the damage in the cells exposed to the germicide. The L15 strain was the most resistant and Scott A most sensitive, showing reductions of 1 and 2 log CFU / spinach, respectively. Consecutive exposure of L. monocytogenes cells to sublethal concentrations of chlorine in suspension or inert materials, did not show a clear tendency to assume a resistance increase to chorine. The L15 strain exposed to chlorine in Evans broth reduce 5.86 and 3.70 log CFU / ml at 22 and 30°C, respectively. In contrast, the strain Scott A showed greater reductions of 7.95 and 7.45 log CFU / ml at 22 and 30°C, respectively; L15 strain (P < 0.05) is significantly more resistant to chlorine (~ 1.50 ppm) compared with strain Scott A. In both strains the presence of plasmidic DNA was not found. The transmission electron micrographs showed damage on the membrane and into the cytoplasm of cells exposed to chlorine after 20 min. The L15 strain isolated from the factory was in theory exposed to sublethal concentrations of sodium hypochlorite this fact induced their adaptation to chorine. This resistance could be regulated at transcriptional level or chromosome, or be associated with biofilm formation. (Keywords: chlorine, sublethal stress, spinach, Listeria monocytogenes) ii Dedicado para la persona más importante en mi vida mi madre por su amor incondicional el cual estoy segura continúa conmigo y es infinito. A mi padre y mi hermana por su amor, apoyo incondicional y paciencia. A las personas que me han enseñado que ser feliz es vivir la serenidad que me da saber que estoy en el camino correcto hacia algo que tiene sentido para mí. iii AGRADECIMIENTOS Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología por el apoyo brindado para la realización de los estudios de posgrado. A la Universidad Autónoma de Querétaro y al Programa de Posgrado en Alimentos del Centro de la República. A los profesores y al personal del DIPA. A la Universidad Nacional Autónoma de México por el apoyo para llevar a cabo los estudios de microscopia electrónica de barrido y transmisión. En especial al Biólogo Armando Zepeda (Laboratorio de Microscopia Electrónica Facultad de Medicina) y a la I. B. Ma. de Lourdes Palma Tirado (Instituto de Neurobiología Campus Juriquilla) por su asesoría y apoyo en el procesamiento de las muestras. A la Dra. Montserrat por su apoyo pero sobre todo por su tiempo, conocimiento, paciencia pero sobre todo por darme la oportunidad de compartir está experiencia. A Dr. Eduardo Fernández Escartín, Dra. Sofía Ma. Arvizú Medrano, Dr. Leopoldo Orozco Ramírez, Dr. Sergio de Jesús Romero Gómez y Dr. Luis Miguel Salgado por su asesoría para llevar a cabo este trabajo. A Meyli, Miguel, Fernando, Brenda Luz, Sra. Martha y Erika por su apoyo cuando más lo necesite. A todas las personas que me brindaron algún consejo o apoyo para lograr la realización de este proyecto. iv ÍNDICE Página Resumen i Summary ii Dedicatoria iii Agradecimientos iv Índice v Índice de cuadros ix Índice de figuras x I. Introducción 1 II. Antecedentes 3 2.1 Microbiología de frutas y verduras 3 2.2 Enfermedades asociadas al consumo de frutas y verduras 4 2.2.1 Listeria monocytogenes 7 2.2.1.1 Listeriosis 9 2.3 Tratamientos de desinfección química aplicados a frutas y verduras 10 2.3.1 Cloro 11 2.3.2 Ácido peracético 12 2.4 Estrés bacteriano 13 2.4.1 Mecanismos de resistencia bacteriana a varios tipos de estrés 14 2.4.1.1 Resistencia innata 14 2.4.1.2 Resistencia adquirida 15 2.5 Detección de genes involucrados en la respuesta bacteriana a condiciones de estrés 2.5.1 Proteínas expresadas por las bacterias en condiciones de estrés v 16 16 2.6 Adaptación de L. monocytogenes a condiciones de estrés 17 2.7 Formación de biopelículas 18 2.7.1 Etapas en la formación de biopelículas 19 2.7.2 Capacidad de L. monocytogenes para formar biopelículas 20 2.8 Espinaca 21 2.8.1 Espinaca precocida y congelada 2.9 Planteamiento del problema 21 23 III. Objetivos 25 3.1 Objetivo general 25 3.2 Objetivos específicos 25 IV. Materiales y Métodos 26 4.1 Material biológico 26 4.2 Selección de cepas de L. monocytogenes resistentes y sensibles a hipoclorito de sodio y ácido peracético 26 4.2.1 Preparación del inóculo 26 4.2.2 Inoculación de cuadros de espinaca 27 4.2.3 Preparación de las soluciones desinfectantes 27 4.2.4 Aplicación de los tratamientos de desinfección 27 4.2.5 Recuento de microorganismos sobrevivientes a los tratamientos de desinfección 28 4.2.6 Análisis estadístico 28 4.3 Inducción de la resistencia a cloro en cepas de L. monocytogenes seleccionadas 4.3.1 Exposición consecutiva de las células de la cepa L15 a cloro en suspensión (buffer de fosfatos) 30 30 4.3.2 Exposición consecutiva a cloro de células de L. monocytogenes inoculadas en la superficie de espinaca, acero inoxidable y Nrubber 30 vi 4.3.2.1 Comportamiento de células de L. monocytogenes en CST expuestas consecutivamente a cloro 4.3.3 Exposición de las células de L. monocytogenes a bajas concentraciones de cloro durante tiempos prolongados 31 32 4.3.3.1 Preparación del inóculo 32 4.3.3.2 Preparación de medio Evans modificado 32 4.3.3.3 Comportamiento de L. monocytogenes en medio Evans modificado 33 4.3.3.4 Exposición de células de L. monocytogenes a cloro en medio Evans modificado 33 4.3.3.5 Detección de ADN plasmídico en las cepas seleccionadas 34 4.3.3.6 Observación de células de L. monocytogenes expuestas a cloro mediante el microscopio electrónico de transmisión 35 4.4 Evaluación de la capacidad de las cepas de L. monocytogenes seleccionadas para producir biopelículas en acero inoxidable y polipropileno 36 4.4.1 Preparación del inóculo 36 4.4.2 Preparación de los materiales inertes 36 4.4.3 Inoculación del medio Evans modificado 36 4.4.4 Inducción de la formación de biopelículas 36 4.4.5 Observación de la superficie de los materiales inertes mediante microscopio electrónico de barrido 37 V. Resultados y Discusión 38 5.1 Selección de cepas de L. monocytogenes resistentes y sensibles a cloro y ácido peracético 38 5.2 Exposición consecutiva de las células de la cepa L15 a cloro en suspensión (buffer de fosfatos) 44 5.2.1 Exposición consecutiva a cloro en células de L. monocytogenes inoculadas en la superficie de espinaca, acero inoxidable y N-rubber 46 vii 5.2.2 Comportamiento de células de L. monocytogenes en CST expuestas consecutivamente a cloro 47 5.3 Comportamiento de L. monocytogenes en medio Evans modificado 48 5.3.1 Exposición de células de L. monocytogenes a cloro en medio Evans modificado 49 5.3.2 Detección de ADN plasmídico en las cepas seleccionadas 53 5.3.3 Cambios en la estructura celular de L. monocytogenes expuestas a cloro 54 5.4 Inducción de la formación de biopelículas 57 VI. Conclusiones 65 VII. Bibliografía 66 VIII. Anexo 85 viii ÍNDICE DE CUADROS Cuadro Página 1. Microorganismos patógenos que pueden ser transmitidos por el consumo de alimentos 4 2. Microorganismos patógenos implicados en brotes por el consumo de frutas y verduras EE.UU., 2001. 6 3. Incidencia de L. monocytogenes en alimentos. 4. Composición del medio Evans modificado. 8 32 5. Valores F y significancia estadística en el análisis de varianza para los factores y su interación. 42 6. Reducción de la cepa L15 en soluciones de cloro a diferentes concentraciones y tiempos de contacto. 45 7. Reducción en la población de L. monocytogenes en materiales inertes y espinaca por efecto de la exposición consecutiva a cloro. 46 8. Células de las cepas Scott A y L15 sobrevivientes a la exposición a cloro. 51 9. Valores F y significancia estadística para los factores y su interacción. 51 10. Prueba de Tukey de las reducciones obtenidas con las cepas seleccionadas. 52 ix ÍNDICE DE FIGURAS Página Figura 1. Estado fisiológico de células que han sido sometidas a diferentes grados y tipos de estrés. 14 2. Producción anual de espinaca en México. 23 3. Evaluación de los tratamientos de desinfección química en espinaca inoculada con L. monocytogenes. 29 4. Reducción global en las poblaciones de L. monocytogenes en espinaca por efecto de la desinfección con cloro y ácido peracético 40 5. Reducción global en la población de L. monocytogenes por efecto del tratamiento con cloro, ácido peracético y agua. Los valores representan la media de 9 valores ± error estándar. 43 6. Comportamiento de L. monocytogenes en CST a 35ºC. 47 7. Dinámicas de crecimiento de la cepa L15 en medio Evans modificado a tres diferentes concentraciones. 49 8. Comportamiento de las cepas de L. monocytogenes seleccionadas en medio Evans modificado adicionado de cloro. 9. ADN de las cepas L15 y Scott A. 50 54 10. Micrografías electrónicas de transmisión (TEM) células de la cepa L15 (~1 x 10 8 UFC/ml); después de la exposición a cloro (~1.50 ppm a 30ºC) y células que no fueron expuestas a cloro incubadas en CST (18 h/35ºC) 55 x 11. Micrografías electrónicas de barrido de la superficie de acero inoxidable incubado a 22ºC en medio Evans inoculado con la cepa L15. 60 12. Micrografías electrónicas de barrido de la superficie de polipropileno incubado a 22ºC en medio Evans inoculado con la cepa L15. 61 13. Micrografías electrónicas de barrido de la superficie de acero inoxidable incubado a 22ºC en medio Evans inoculado con la cepa Scott A. 62 14. Micrografías electrónicas de barrido de la superficie de polipropileno incubado a 22ºC en medio Evans inoculado con la cepa Scott A. xi 63 I. INTRODUCCIÓN En la actualidad la demanda de frutas y verduras se ha incrementado, debido a que la población busca llevar una dieta que aporte los requerimientos nutricionales que ayuden a reducir el riesgo de enfermar y mantener un buen estado de salud y bienestar. Las verduras frecuentemente son consumidas sin recibir un tratamiento térmico que asegure su inocuidad microbiana. Generalmente antes de ser consumidas sólo se les aplican tratamientos de desinfección física o química; en nuestros días aun no existe un desinfectante químico totalmente efectivo. Por tal motivo el consumo de este tipo de alimentos puede representar un riesgo a la salud del consumidor (Curtis et al., 2002). Dentro de los microorganismos patógenos que pueden ser transmitidos por las hortalizas se encuentra la bacteria Listeria monocytogenes la cual esta ampliamente distribuida en el ambiente. Se le ha asociado a brotes en donde el alimento implicado fueron los denominados “listos para el consumo” como embutidos y quesos, y raramente verduras (Johansson et al., 1999; Miettinen et al., 1999; Mena et al., 2004). Sin embargo, ha sido aislada de algunas frutas y hortalizas como tomate, col y lechuga (Schlech et al., 1983; FDA, 2001; Pingulkar et al., 2001). En la industria de alimentos una de las medidas para controlar la presencia de microorganismos patógenos como L. monocytogenes es la desinfección de equipo, superficies y alimentos (como frutas y hortalizas) con compuestos químicos. La susceptibilidad que muestran las bacterias a los germicidas está determinada por el género y la especie. Sin embargo, las condiciones ambientales previas a las que los microorganismos hallan sido expuestos tiene efecto en su capacidad para sobrevivir cuando son sometidos condiciones adversas u agentes estresantes (Sapers, 2001). Se ha especulado que la resistencia a germicidas puede propiciarse con las exposiciones continuas con germicidas a concentraciones subletales (To et al., 2002). Sin embargo, hasta ahora los mecanismos a través de los cuales las bacterias pueden adquirir resistencia a los compuestos químicos empleados en la desinfección no han sido completamente caracterizados. 1 Otro factor que puede disminuir la eficiencia de los tratamentos germicidas es la capacidad de los microorganismos para formar biopelículas, las cuales son agrupaciones microbianas que se encuentran adheridas a superficies por medio de una matriz de polisacáridos. Se ha reportado la capacidad de L. monocytogenes para formar biopelículas en la superficie de diversos materiales (Jeong y Frank, 1994). Al formar parte de una biopelícula los microorganismos adquieren protección ante circunstancias adversas con lo que se incrementa su resistencia a la acción de germicidas químicos (Hood y Zottola, 1997; Sinde y Carballo, 2000; Chae et al., 2006). Otro posible mecanismo por el cual las bacterias presentan resistencia frente a germicidas es la síntesis de proteínas que pueden reparar el daño subletal de las células o bien neutralizar el efecto germicida. Ambos mecanismos pueden ser características innatas o adquiridas de cada microorganismo, inducidos e incrementados por la exposición frecuente a germicidas cuando estos se encuentran a concentración subletales, situación frecuente en las industrias que procesan alimentos (Lupi et al., 1995; To et al., 2002; Small et al., 2007). La caracterización de los mecanismos de resistencia que algunos microorganismos manifiestan cuando son expuestos a germicidas químicos generará información que contribuya a diseñar e implementar estrategias adecuadas con la finalidad de optimizar los tratamientos de desinfección química existentes (Lupi et al., 1995; Small et al., 2007). El objetivo de este trabajo fue caracterizar fenotipicamente la resistencia a tratamientos germicidas que presentan cepas de L. monocytogenes aisladas de una planta procesadora de espinaca precocida y congelada. 2 II. ANTECEDENTES 2.1 Microbiología de frutas y verduras El origen, las características físicas y estructurales así como la composición química de las verduras, son determinantes del contenido cualitativo y cuantitativo de los microorganismos presentes. Las diferencias morfológicas en la superficie, así como su diversidad en la composición interna, proveen una amplia variedad de nichos ecológicos propicios para el desarrollo de los microorganismos (Beuchat, 2002). La composición de la cubierta externa de las frutas y verduras, limita la presencia de microorganismos a la parte externa (Fernández, 2000). La flora microbiana normal de las frutas y verduras está compuesta principalmente por microorganismos que se encuentran en la tierra, como coliformes fecales del género Klebsiella, bacterias deterioradoras, levaduras, hongos y algas; ocasionalmente se encuentra la presencia de bacterias patógenas, parásitos y virus capaces de causar enfermedades al hombre y animales (Madden, 1992; Wilson y Lindow, 1994; Beuchat, 1996; DeRoever, 1998, Fernández, 2000). Estos microorganismos pueden mantenerse viables con una cantidad mínima de carbohidratos, proteínas, sales inorgánicas que se disuelven en la superficie por el agua que proviene de la exudación del propio alimento o del ambiente en el cual se encuentre. El Cuadro 1 muestra algunos de los microorganismos patógenos que pueden ser transmitidos por el consumo de alimentos. 3 Cuadro 1. Microorganismos patógenos que pueden ser transmitidos por el consumo de alimentos Bacterias Shigella Salmonella Escherichia coli enterohemorrágica y enterotoxigénica Campylobacter jejuni L. monocytogenes Yersinia enterocolitica Bacillus cereus Clostridium botulinum Virus Parásitos Giardia lamblia Cyclospora cayetanensis Cryptosporidium parvum Fuente: Beuchat, 1996; Ortega, 1997; DeRoever, 1998; Sterling et al., 1999. 2.2 Enfermedades asociadas al consumo de frutas y verduras Asegurar que existan alimentos nutritivos e inocuos ayudará a que la humanidad sobreviva con una buena calidad de vida. Las investigaciones actuales indican que la población ha incrementado su interés en consumir alimentos inocuos, es decir libres de microorganismos patógenos, pesticidas, plaguicidas u hormonas que pueden afectar su salud (Middlekauff y Shubik, 1989; WHO 1997; Lund et al., 2000). El control de las ETAs (enfermedades transmitidas por el consumo alimentos) es complicado debido a la gran cantidad de factores que intervienen, los alimentos pueden contaminarse desde su origen, de forma directa o cruzada (Fernández, 2000), una vez contaminados las condiciones en las 4 cuales estos sean manipulados puede favorecer o no el desarrollo o sobrevivencia de los microorganismos. El consumo de frutas y verduras frescas ha incrementado, de igual forma el número de brotes de enfermedades transmitidas por el consumo de alimentos frescos. Aunque, según reportes del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los EE. UU., este incremento también es atribuido a las mejoras en los sistemas de vigilancia epidemiológica (Bean y Griffin, 1990; CDC, 1996; Mukherjee et al., 2006). La exposición a agentes patógenos por el consumo de alimentos, se traduce en aproximadamente 76 millones de casos, 325,000 hospitalizaciones y 5000 muertes en EE. UU. cada año (Mead et al., 1999). Pimentel et al. (2001) reportaron que las pérdidas económicas por ETAs es de apróximadamente 6.5 millones de dólares por año en EE. UU. Las enfermedades transmitidas por alimentos se incrementaron en un 5.3% en el periodo de 1973 a 1997 (Sivapalasingam et al., 2004). Las enfermedades asociadas al consumo de verduras involucran diversos factores. Las verduras deben contener microorganismos patógenos y estos deben sobrevivir hasta el momento de su consumo en niveles suficientes para causar la enfermedad. La dosis infectante (mínimo número de organismos necesarios para causar la enfermedad) depende de cada microorganismo y de la susceptibilidad del individuo. En algunos la cantidad necesaria para causar enfermedad es muy alta, mientras que en otros los microorganismos sólo necesitan sobrevivir sin reproducirse para causar enfermedad (FDA, 2001). Por ejemplo, los parásitos y virus son incapaces de multiplicarse fuera de un ser humano o animal, basta con su presencia en el alimento para causar enfermedad (FDA, 2001). En el Cuadro 2 se muestran algunos de los microorganismos asociados a brotes de enfermedad por el consumo de frutas y verduras datos reportados por la FDA en EE. UU en el 2001. 5 Cuadro 2. Microorganismos patógenos implicados en brotes por el consumo de frutas y verduras EE. UU., 2001. Patógeno B. cereus C. cayetanensis E. coli O157:H7 E. coli enterotóxigenica G. lamblia Virus hepatitis A L. monocytogenes Virus Norwalk Salmonella Shigella Vibrio cholerae C. parvum E. coli O157:H7 Salmonella Alimento Purés, soya, berro, semillas de mostaza Frambuesas, ensalada de lechuga, albahaca Lechuga, semillas de alfalfa, rábanos Zanahorias Ensaladas verdes Lechuga, frambuesas, fresas congeladas Col Rebanadas de melón, ensaladas verdes, apio Jitomates, sandía, melón, semillas de alfalfa, mamey, mango Lechuga, perejil Col Jugos de Manzana Jugos de Manzana Jugos de Manzana y naranja Fuente: FDA, 2001. Se ha reportado que ensaladas ”listas para el consumo” han sido vehículo de microorganismos patógenos como E. coli y L. monocytogenes ocasionando brotes de enfermedad (Beuchat y Brackett, 1991; Abdul-Raouf et al., 1993). Salmonella es el patógeno que se reporta con más frecuencia en brotes de gastroenteritis por el consumo de frutas y verduras en los EE. UU. (Bean y Griffin, 1990). En 1990 se reportaron brotes de salmonelosis causados por el consumo de jitomates contaminados con S. Javiana (Wood et al., 1991) y S. Montevideo (Hedberg et al., 1994). Davis et al. (1988) reportaron casos de gastroenteritis asociados al consumo de lechuga contaminada con Shigella sonnei; también se reportaron otros casos por el consumo de ensalada de verduras contaminada con E. coli (Merson et al., 1976). El melón ha sido vehículo de Salmonella en diversos brotes de enfermedad. En 1990 se reportó un brote por consumo de este alimento el cual se encontraba contaminado en su superficie con S. Chester (Ries et al., 1990). Los casos se presentaron en 30 estados, provocando dos muertes; la estimación de personas infectadas fue de 25,000. El estudio epidemiológico reveló que los melones no se lavaron 6 previo al corte y la contaminación se diseminó hacia el interior de la fruta (Ries et al., 1990). Otro ejemplo es el ocurrido en quince estados de EE. UU. y dos provincias de Canadá, donde se presentó un brote causado por S. Poona con 185 casos confirmados en EE. UU. y 56 en Canadá. Estos brotes fueron asociados también con el consumo de melón y ensalada (Joseph, 1992). En el 2006 el consumo de espinacas (Spinacea oleracea) contaminadas con E. coli O157:H7 causó tres muertes, numerosas hospitalizaciones y pérdidas económicas estimadas en 150 millones de dólares (Hileman, 2006). L. monocytogenes ha tenido importancia como agente causal de enfermedades en humanos, debido al consumo de repollo crudo contaminado con heces de oveja (Joseph, 1992). 2.2.1 Listeria monocytogenes L. monocytogenes es un bacilo gram positivo, no esporulado, anaerobio facultativo, oxidasa negativo, psicrótrofo ya que tiene la capacidad de crecer a temperaturas de refrigeración, presenta movilidad tipo "tumbling" (20-25oC) (Brackett, 1988), puede crecer a pH y aw inferior a 5.2 y 0.92, respectivamente (Novak, 2003; Lovett y Twetd, 1998). Además tiene capacidad para formar biopelículas en diversas condiciones (Blackman et al., 1996; Herald, 1988; Norwood, 1988; FDA, 2008). El género Listeria comprende seis especies: L. monocytogenes. L. innocua, L. ivanovii, L. welshimeri, L. seeligeri y L. grayi (McLauchlin, 1997). De estas, sólo dos especies son consideradas como patógenas: L. monocytogenes para humanos y L. ivanovii para otros mamíferos. Sin embargo, se han reportado enfermedades en humanos causadas por L. seeligeri y L. ivanovii (Rocourt et al., 1986; Cummins et al., 1994). L. monocytogenes es una bacteria comúnmente encontrada en tierra, agua, animales y verduras en estas últimas, ha sido aislada a partir de repollo, apio, perejil, lechuga, pepino, rábanos y cebollín (Van Reuterghem et al., 1991; Ryu et al., 1992). Es relativamente resistente a la desecación y otros factores ambientales adversos para su 7 desarrollo y sobrevivencia; puede crecer con cantidades mínimas de nutrientes (Fernández, 2000). La dosis infectante de L. monocytogenes es desconocida: al igual que para otros patógenos varía dependiendo del tipo de cepa y la susceptibilidad de cada individuo así como del alimento involucrado (CDC, 2008). Reportes de la incidencia de listeriosis posteriores a 1987 indican que existen más de 1,600 casos con 415 muertes por año en los EE.UU., la mayoría de éstos son esporádicos por lo que incrementa la dificultad de descubrir cuál fue el alimento involucrado en la transmisión del patógeno (CDC, 2008; FDA, 2009). En el Cuadro 3 se muestra la incidencia de L. monocytogenes en diversos alimentos entre estos verduras, las cuales exhiben una elevada incidencia de esta bacteria solamente superada por la observada en carnes de aves. Cuadro 3. Incidencia de L. monocytogenes en alimentos Alimento Incidencia (%) Leche cruda >5 Productos lácteos no fermentados 2.5 Quesos 10 Carnes de res 38 Carne de cerdo 36 Carne de aves 15-80 Papas 21 Verduras crudas 44 Fuente: Lund et al., 1989. 8 2.2.1.1 Listeriosis La enfermedad originada por la bacteria L. monocytogenes es conocida como listeriosis, zoonosis de baja morbilidad y alta letalidad, que puede ser transmitida por el consumo de alimentos contaminados. Los individuos que tienen mayor riesgo de adquirir esta enfermedad son aquellos en los cuales el sistema inmunológico se encuentra comprometido, como son ancianos, mujeres embarazadas, neonatos y personas que han recibido trasplantes de órganos (NACMCF, 1991). Cuando personas inmunológicamente competentes llegan a consumir alimentos contaminados con esta bacteria pueden o no manifestar gastroenteritis no invasiva autolimitada (FDA, 2008). En infecciones severas se han reportado septicemia e infecciones del sistema nervioso central que pueden llevar a la muerte; estas enfermedades pueden iniciar con síntomas gastrointestinales tales como náuseas, vómito, diarrea, fiebre o dolor de cabeza (Farber, 1992). La listeriosis invasiva de baja incidencia se caracteriza por una alta letalidad, que va del 20 a 30% (Schlech, 1998; Wing y Gregory, 2000; FDA, 2008). La mayoría de los casos de listeriosis ocurren esporádicamente, es decir de forma aislada sin ningún patrón aparente. Sin embargo, en la actualidad se han incrementado los reportes de esta enfermedad (FDA, 2008). Con la finalidad de reducir a niveles mínimos la contaminación microbiana de origen en alimentos y evitar el posterior desarrollo de estos en los alimentos es necesario aplicar medidas estrictas de higiene y control de la temperatura (Novak et al., 2003). En 1967, Blenden y Szatalowicz informaron que en el periodo de 1933 a 1966 en los EE. UU. se reportaron 731 casos humanos de listeriosis entre los posibles vehículos del patógeno se encontraban alimentos como lechuga y otras verduras. En 1979 en Boston se presentó un brote de listeriosis, con un total de 23 pacientes afectados, en este los alimentos involucrados fueron: apio, jitomate y lechuga, los cuales anteriormente no había sido relacionados como vehículo de microorganismos patógenos (Schlech et al., 1983; Ho et al., 9 1986). En 1981 en las provincias Maritine (Prince Edward Island, Nova Scotia and New Brunswick) se reportó otro brote de listerosis en este se propuso que la col pudo haber sido vehículo del microorganismo (Schlech et al., 1983) . 2.3 Tratamientos de desinfección química aplicados a frutas y verduras Para reducir el riesgo de enfermar por el consumo de alimentos minimamente procesados los cuales se ingieren sin un tratamiento térmico, es necesario generar información con el objetivo de mejorar la desinfección química actual (Seymour et al., 2002). La selección del tipo de germicida químico, así como la concentración empleada depende del alimento sobre el cual se aplicará la desinfección, el empleo de agentes surfactantes y solventes así como la manipulación mecánica (como el cepillado), pueden reducir o eliminar la hidrofobicidad (material ceroso) presente en el exterior de las frutas y verduras favoreciendo la exposición de los microorganismos a los germicidas (Parish et al., 2003). Los agentes germicidas generalmente dañan la membrana microbiana interfiriendo con el transporte activo a través de está lo que puede provocar pérdida total de la viabilidad de los microorganismos (Wang y Johnson, 1992; Oh y Marshall, 1993; Larson et al., 1996). Los desinfectantes químicos utilizados actualmente son potencialmente tóxicos y no logran inactivar completamente a los microorganismos en productos frescos como frutas y verduras (Koseki y Itoh, 2001; Park et al., 2001). Idealmente un desinfectante debe ser efectivo en presencia de materia orgánica, no tóxico para las personas ni corrosivo para el equipo, estable durante su almacenamiento, sin olor, soluble en agua y lípidos, con tensión superficial baja lo cual les permitira la penetración en grietas y económico (Prescott, 2003). Entres los factores que influyen principalmente en la acción de los desinfectantes químicos se encuentran: la concentración, temperatura así 10 como el tipo de microorganismo que este siendo expuesto al germicida (Prescott, 2003). 2.3.1 Cloro El cloro (hipoclorito de sodio) ha sido usado ampliamente para la desinfección de alimentos por varias décadas y es quizá el desinfectante más ampliamente usado en la industria alimenticia así como en los hogares (Walter y LaGrange, 1991; Cherry, 1999). El principio activo del hipoclorito de sodio es el cloro, ya que al combinarse con agua forma ácido hipocloroso (HClO) y libera cloro molecular el cual es oxidante a pH neutro o ácido (Rojas y Guevara, 2000). Cl2 + H2O → HClO + Cl- + H+ Se piensa que el cloro oxida los grupos sulfihidrilos (SH) de las proteínas transformándolos en disulfuros (S-S), causando inactivación de enzimas o alterando la integridad de la membrana (Vignoli, 2008). También se ha propuesto que el mecanismo de acción del HOCl evita que se lleve a cabo la fosforilación oxidativa, pero hasta la fecha no se ha dilucidado un mecanismo de acción que explique completamente el efecto de este germicida en los microorganismos (Rutala, 1996; McDonnell y Russell, 1999). En soluciones acuosas, el equilibrio entre el ácido hipocloroso (HClO) y el ion hipoclorito (OCl-) depende del pH de tal manera que la concentración de HClO incrementa cuando el pH decrece; si el pH de la solución se ajusta a un rango de 4-7 la proporción de HClO es mayor a 60%. Este reacciona con la materia orgánica perdiendo su efecto germicida. La máxima solubilidad del HClO en agua se obtiene a 4oC. La concentración de HClO también es afectada por la temperatura, luz, aire y algunos metales (Parish et al., 2003). 11 Actualmente para desinfectar frutas y verduras se utilizan soluciones de cloro en agua (50-200 ppm); sumergiendolas en estás se consigue reducir la cantidad de microorganismos hasta 2 log UFC/g (Beuchat, 1992; Brackett, 1992; Taormina y Beuchat, 1999). Investigaciones reportadas por Nguyen-the y Carlin (1994) sugieren que la inactivación de L. monocytogenes en vegetales utilizando cloro es limitada debida a las características de la superficie de este tipo de alimentos. Mientras que Zhang y Farber (1996) demostraron que el tratamiento de lechuga rebanada y col con cloro (200 ppm) por 10 minutos reducen la población de L. monocytogenes en 1.7 y 1.2 log CFU/g, respectivamente. Escudero et al. (1999) obtuvieron resultados similares en lechuga picada e inoculada con Yersinia enterocolitica, la cual recibió un tratamiento con cloro (100 a 300 ppm) durante 10 minutos logrando reducir de 2 a 3 log de UFC/g. 2.3.2 Ácido peracético El ácido peracético, o ácido peroxiacético, es una mezcla de peróxido de hidrógeno y ácido acético (Parish et al., 2003). Se ha propuesto que el mecanismo de acción del ácido peracético es la desnaturalización de proteínas y enzimas, incrementando de esta forma la permeabilidad de la pared celular de las bacterias ocasionada por la oxidación de los enlaces sulfidrilo y bisulfuro de las proteínas presentes en la membrana (Lippincott et al., 2001). La eficacia del ácido peracético para inactivar microorganismos patógenos para humanos ha sido probada en diversos materiales y alimentos. Por ejemplo, la desinfección de láminas de acero inoxidable en las cuales se en contraban bacterias como L. monocytogenes y Pseudomonas spp. formando parte de una biopelícula, soluciones de ácido peracético lograron reducciones mayores en la inactivaión de estas bacterias comparando con las reducciones obtenidas al emplear soluciones de cloro, quizá sea debido a que a diferencia del cloro el ácido peracético no es neutralizado por la materia orgánica (Fatemi y Frank, 1999). 12 Este germicida también se ha utilizado para desinfectar frutas y hortalizas. Cuando se aplicó ácido peracético (40 y 80 ppm) en la superficie de melón, se obtuvieron reducciones significativas en las poblaciones de Salmonella y E. coli O157:H7 (Park y Beuchat, 1999). En otro estudio se evaluó el efecto del ácido peracético sobre las bacterias mesófilas de la superficie de naranjas. Las poblaciones fueron reducidas en un 85%, después de lavarlas y cepillarlas con agua, para finalmente desinfectarlas por inmersión durante 15 segundos en ácido peracético (200 ppm). Las reducciones microbianas ocasionadas por arrastre mecánico (lavadas, cepilladas y sumergidas en agua) fue únicamente del 60% del total de la población (Winniczuk, 1994). En ensalada de verduras mixta se redujo aproximadamente 100 veces la cuenta total de coliformes fecales después de la aplicación de tratamientos con ácido peracético (90 ppm) o utilizando cloro (100 ppm). Los resultados reportados para las desinfecciones realizadas en varias empresas son variables. Por ejemplo, sumergir jitomates en una mezcla de ácido peracético (60 ppm) y agentes surfactantes durante 2 minutos reduce la población de S. javiana, L. monocytogenes y E.coli O157:H7 por 96%, 99.96% y 99.5%, respectivamente, comparado con el tratamiento en agua estéril (Parish et al., 2003). Resultados similares fueron obtenidos con una mezcla de ácido peracético (40 ppm) y agentes surfactantes (Parish et al., 2003). 2.4 Estrés bacteriano Durante la producción y procesamiento de alimentos las bacterias son sometidas a diferentes condiciones de estrés. Entre los tipos de estrés se encuentran la exposición a tratamientos térmicos, congelación, desecación, cambios en la presión osmótica, exposición a conservadores, detergentes y desinfectantes, entre otros. La capacidad de las bacterias para sobreponerse a un estado de estrés puede incrementarse si se exponen frecuentemente o por periodos de tiempo prolongados al agente causante del estrés (Yousef y Juneja, 2003). 13 Existen diferentes grados de estrés que se clasifican de acuerdo con el efecto que tiene sobre los microorganismos (Figura 1). En el estrés subletal no se presenta pérdida total de la viabilidad, sólo reduce o inhibe la tasa de desarrollo microbiano. El estrés letal generalmente causa pérdida de la viabilidad en los microorganismos (Yousef y Juneja, 2003). A D A P T A C I Ó N Adaptación a estrés Reparación Estado de equilibrio Estrés ligero Reparación de daño causado por estrés Reparación Estado de estrés Estrés moderado A Reparación Lesión E S T R É S Muerte ESTADO FISIOLÓGICO Figura 1. Estado fisiológico de células que han sido sometidas a diferentes grados y tipos de estrés. Fuente: Yousef y Juneja, 2003. 2.4.1 Mecanismos de resistencia bacteriana a varios tipos de estrés Los mecanismos de resistencia pueden ser clasificados como innatos o adquiridos (Russell, 1991). 2.4.1.1 Resistencia innata. Es una capacidad que se encuentra asociada con el propio microorganismo. Esta resistencia varía de acuerdo al género, especie o cepa del microorganismo bajo estudio. Los mecanismos de resistencia incluyen barreras que se encuentran en la membrana externa por 14 ejemplo en bacterias Gram negativas los ácidos teicoícos (polímero de glicerol o ribitol) y en bacterias Gram positivas el transporte de compuestos a través de la membrana los cuales pueden inactivar rutas metabólicas. Los desinfectantes químicos generalmente no actúan sobre sitios específicos ni son selectivos, por lo que probablemente la resistencia sea ocasionada por características innatas como por ejemplo, la reducción en la permeabilidad de la membrana (Russell et al., 1997). 2.4.1.2 Resistencia adquirida. La adquisición de este tipo de resistencia es resultado de cambios genéticos en la célula microbiana a través de mutaciones o bien ganancia de material genético. Los microorganismos pueden adaptarse a condiciones ambientales de estrés, como el producido por la exposición a sales, ácidos, temperaturas altas y bajas, especies reactivas de oxígeno (ROS), escazes de nutrientes entre otros, por medio de la expresión de genes (Hengge-Aronis, 2000; Costa y Moradas, 2001; Hecker y Völker, 2001). Se ha especulado que la resistencia microbiana a germicidas químicos es generada de forma similar a la resistencia ocasionada por antibióticos; está última puede ocasionar inactivación o modificación enzimática evitando que se lleve a cabo el metabolismo, provocando disminución en el transporte a través de la membrana, o bien perdida de la integridad de está permitiendo la salida de los componentes celulares (Russell et al., 1997). En respuesta a estados de estrés las células microbianas pueden: a) Producir proteínas que reparan el daño o bien protegen a los microorganismos neutralizando a los agentes estresantes. b) Reducir a un minímo la tasa metabólica o bien pasar a un estado de inactividad celular (formación de esporas o entrar en estado viable-nocultivable). 15 c) Generar mecanismos de evasión de los anticuerpos del huésped. d) Mutaciones adaptativas. 2.5 Detección de genes involucrados en la respuesta bacteriana a condiciones de estrés Se ha reportado que ante condiciones de estrés, existen genes que desencadenan mecanismos, como el aumento de la síntesis de novo de proteínas que incrementan la resistencia a condiciones de estrés (Koonin et al., 2000). Estas proteínas de estrés comúnmente son llamadas “proteínas de choque térmico”. La comparación de los genomas de las cepas sensibles con las resistentes puede permitir conocer cuales son los genes involucrados en la respuesta a condiciones de estrés (Koonin et al., 2000). Small et al. (2007) realizaron un estudio que permitió la comparación de tres tratamientos de desinfección con Pseudomonas aeruginosa realizados por separado después de la exposición a una concentración subletal de hipoclorito de sodio, ácido peracético y peróxido de hidrógeno. Los resultados mostraron que las bacterias incrementan la expresión de genes en diferente grado dependiendo del tipo de desinfectante al cual se exponga. Se han realizado estudios de microarreglos para caracterizar molecularmente cómo se modifica el transcriptoma de las bacterias como el Bacillus subtilis (Hayashi et al., 2005), Staphylococcus aureus (Chang et al., 2006) y Streptococcus pneumoniae expuestas a tratamientos con peróxido de hidrógeno (Ulijasz et al., 2004). 2.5.1 Proteínas expresadas por las bacterias en condiciones de estrés La síntesis de proteínas por los microorganismos en respuesta a condiciones de estrés pueden tener como objetivo reparar el daño o bien 16 neutralizar el efecto del agente estresante. Entre las proteínas que se sintetizan en respuesta a condiciones de estrés, se encuentran proteínas reguladoras (por ejemplo, σ32 en E. coli y σB en L. monocytogenes), chaperonas (por ejemplo, GroEL), proteasa dependiente de ATP (por ejemplo Lon), y proteínas encargadas de reparar daños en el ADN (por ejemplo UspA) (Rosen et al., 2002). La detección y caracterización de estas se ha logrado mediante electroforesis bidimensional (Rince et al., 2002). 2.6 Adaptación de L. monocytogenes a condiciones de estrés Se ha reportado que L. monocytogenes se adapta a la exposición a diferentes tipos y grados de estrés como el osmótico, el térmico y el químico (Lou y Yousef, 1997). La tolerancia ante ácidos por L. monocytogenes ha sido demostrada por varios investigadores (Kroll y Patchett, 1992; Hill et al., 1995; Davis et al., 1996; Phan-Thanh et al., 2000). La resistencia de las bacterias a la acidez depende de varios factores como el tipo y la concentración del ácido al que se expongan y las condiciones ambientales previas. L. monocytogenes posee el gen σB, encargado de regular varios mecanismos en respuesta al estrés. Este gen es análogo al encontrado en B. subtilis que se asocia con la osmotolerancia (Becker et al., 1998). Se ha reportado en varias investigaciones que el incremento en la resistencia bacteriana puede incrementar la virulencia (Becker et al., 1998; Wiedmann et al., 1998; Hecker y Völker, 2001). Lou y Yousef (1997) reportaron que al exponer las células de L. monocytogenes a etanol (5% v/v), HCl (pH 4.5-5.0), H2O2 (500 ppm) o NaCl (7% w/v) adicionados a cultivos en fase exponencial durante una hora estos agentes provocaron una protección cruzada, ya que además de generar resistencia a los agentes expuestos, también mostraron resistencia a etanol (17.5% v/v), HCl (pH 3.5) y H2O2 (0.1%) y NaCl (25% w/v). Ravishankar et al. (2000) reportaron que la adaptación de las células de Listeria sp frente a ácidos genera protección cruzada contra la actividad del sistema lactoperoxidasa. concentraciones crecientes La de exposición acidez 17 de L. incrementa monocytogenes su capacidad a de sobrevivencia en alimentos ácidos, por ejemplo durante la fermentación de la leche esta pude permanecer viable (Hill et al., 1995; Gahan et al., 1996). Juneja et al. (1998) reportaron que la resistencia que se genera en células de L. monocytogenes cuando es sometida a temperaturas crecientes es afectada por el pH, acidez y temperatura y tipo de sustrato en el que se encuentren. 2.7 Formación de biopelículas Las biopelículas son organizaciones microbianas compuestas por microorganismos que se adhieren a las superficies gracias a la producción de exopolímeros compuestos de glicocálix (75%) (Costerton, 1999; Betancourt et al., 2004). Las estructuras superficiales de las bacterias (apéndices) incrementan la superficie de contacto favoreciendo de esta forma la adhesión. Por ejemplo: flagelos, fimbrias y pilis que presentan algunas bacterias (Lejeune, 2003). Una biopelícula microbiana representa un mecanismo de supervivencia ya que proporciona protección a factores ambiéntales y frente a tratamientos de erradicación microbiana. Se ha propuesto que cuando los microorganismos se encuentran sometidos a circunstancias adversas incrementan su capacidad para formar biopelículas (Betancourt et al., 2004). Cuando los microorganismos forman parte de una biopelícula disminuyen su tasa metabólica, esto les proporciona menor susceptibilidad a los tratamientos aplicados (Stewart y Costerton, 2001); eventualmente los microorganismos que forman parte de una biopelícula pueden liberarse, desplazarse y depositarse en otros sitios (Watnik y Kolter, 2000). Estas organizaciones poseen un sistema de canales que le permiten construir un vínculo con el medio externo y de esta forma realizar intercambio de nutrientes así como eliminar metabolitos de desecho las colonias organizadas e incluidas en el exopolimero forman una capa impermeable en donde sólo los microorganismos que se encuentran en la superficie son afectados por las condiciones ambientales. Los microorganismos que forman 18 parte de esta estructura se encuentran comunicados a nivel bioquímico entre ellos por un mecanismo denominado quorum sensing, este involucra la regulación y expresión de genes específicos a través de moléculas de señalización que controlan la comunicación intercelular (Wirtanen y Sandholm, 1992; Betancourt et al., 2004). Evitar la formación de biopelículas es de primordial importancia para las industrias que producen alimentos, para esto es necesario realizar un lavado correcto que incluya cepillado de las superficies, seguido de un tratamiento químico o físico de desinfección, de esta forma se logra reducir la incidencia de formación de biopelículas (Hoyle y Costerton, 1991); ya que la resistencia a germicidas de los microorganismos que forman parte de una biopelícula puede incrementar de 100 a 1000 veces comparada con su estado libre o plactónico (Hoyle y Costerton, 1991). 2.7.1 Etapas en la formación de biopelículas Marshall et al. (1971) propusieron dos etapas para la formación de biopelículas microbianas. En la primera los microorganismos son atraídos hacia una superficie por medio de interacciones debiles como hidrofóbicas, electrostáticas y fuerzas de van der Waals; en esta etapa los microorganismos aun no han tenido contacto con la superficie por lo tanto es reversible. Está atracción es influida por la naturaleza de la superficie así como por las cargas superficiales de las bacterias (Hood y Zottola, 1995; Teixeira y Oliveira, 1999). En la segunda etapa existe la producción de polisacáridos que se adhieren a las superficies formando una matriz la cual por medio de interacciones hidrofóbicas, dipolo-dipolo, iónicas, covalentes y puentes de hidrógeno. En esta etapa las células que forman parte de la estructura pueden multiplicarse formando microcolonias en el interior de las biopelículas (Christensen, 1989). 19 Notermans et al. (1991) plantearon una tercera etapa, donde ocurre adsorción de las células a la superficie con la consecuente consolidación de las interacciones electrostáticas, fuerzas de van der Waals, fortaleciendo la estructura de la biopelícula (red de polisacáridos) incrementando el desarrollo y colonización de los microorganismos. Barros de Macedo (2000) sugiere que la capacidad de los microorganismos para adherirse a una superficie depende su carga eléctrica así como de la rugosidad de esté. Las bacterias que forman parte de las biopelículas pueden ser cuantificadas siguiendo técnicas de raspado y posterior cuenta en placa (Ganesh y Anand, 1998). Otras técnicas para el monitoreo de la población microbiana que forma parte de una biopelícula incluyen la microscopia de epifluorescencia (Wirtanen y Sandholm, 1993), microscopía electrónica de barrido (Oh y Marshall, 1995; Farid et al., 1998) y microscopía confocal láser de barrido (Burnett et al., 2000). 2.7.2 Capacidad de L. monocytogenes para formar biopelículas L. monocytogenes en escaséz de algunos carbohidratos como manosa y trialosa mostró incremento en su capacidad para adherirse en superficies abióticas. Jeong y Frank (1994) reportaron la formación de biopelículas a 10oC sobre superficies de acero inoxidable en conjunto con algunas especies de Flavobacterium. En varias investigaciones se ha reportado que L. monocytogenes es capaz de adherirse a superficies de plástico, rubber, acero inoxidable y vidrio (Mafu et al., 1990; Hood et al., 1997; Sinde y Carballo, 2000; Stepanovic et al., 2004; Chae et al., 2006). En varias investigaciones se ha observado que las bacterias al formar parte de una biopelícula sufre cambios en su fisiología celular mostrando disminución en su tasa metabólica comparada con su estado libre (Wilks et al., 2005; Azevedo et al., 2006; Wilks et al., 2006). 20 2.8 Espinaca La espinaca es una verdura perteneciente a la familia Chenopodiaceae, especie Spinacea oleracea su nombre hace referencia a las espinas que presentan sus frutos maduros. En una primera fase de crecimiento esta planta forma una roseta de hojas de duración variable según condiciones climáticas y posteriormente emite el tallo. De las axilas de las hojas o directamente del cuello surgen tallos laterales que dan lugar a ramificaciones secundarias, en las que pueden desarrollarse flores (Cantwell y Reid, 1993). Existen plantas masculinas, femeninas e incluso hermafroditas. Su tallo es erecto de 30 cm a 1 m de longitud en este se sitúan las flores, sus hojas parte comestible presentan un color verde oscuro y brillante. Las flores masculinas se presentan agrupadas en número de 6-12 en las espigas, terminales o axiales estas son de color verde y están formadas por un periantio con 4-5 pétalos y 4 estambres. Las flores femeninas se reúnen en glomérulos axiales y están formadas por un periantio bi o tetradentado, con ovarios uniovulares, estilo único y estigma dividido en 3-5 segmentos (Cantwell y Reid, 1993). Desarrolla en terrenos con una composición química equilibrada, que contenga materia orgánica y nitrógeno. Las condiciones óptimas de desarrollo para la espinaca son 0°C y 95-98% H.R.; está verdura, están compuestas en su mayor parte por agua contiene un porcentaje relativamente bajo de hidratos de carbono y grasas (Cantwell y Reid, 1993). Los grupos de vitaminas que encontramos son: E, A, C y B y alto contenido de folatos; también contienen calcio, potasio, hierro, magnesio, fósforo, yodo y sodio; son una buena fuente de fibra para el ser humano (PROFECO, 2009). 2.8.1 Espinaca precocida y congelada Las espinacas precocidas y congeladas se definen como aquellas que han sido sometidas a un proceso térmico (temperatura que no modifique sus características sensoriales), seguido de un enfriamiento y posterior congelación de tal forma que el agua contenida en ellas se convierte en hielo. Una vez 21 recolectadas las verduras, se seleccionan y se lavan, eliminando las partes no comestibles y los restos de tierra y suciedad, posteriormente se someten al blanqueado o escaldado, que consiste en sumergirlas en agua hirviendo durante unos minutos y el doble de tiempo en agua bien helada (shock térmico) consiguiendo inactivar las enzimas que intervienen en las reacciones bioquímicas y a los microorganismos patógenos, gracias a este proceso conservan las características sensoriales del producto y se incrementa la vida de anaquel del producto (PROFECO, 2009). Para llevar a cabo la congelación de las espinacas después de ser enfriadas y secadas, se lleva a cabo la congelación rápida a temperatura inferior a -18°C conservando la textura, color, sabor y calidad. La congelación puede realizarse por dos métodos: a) congelación con nitrógeno líquido en donde la verdura se coloca en túneles que son enfriados con nitrógeno líquido; b) congelación a través de chorros de aire, el cual se encuentra a temperaturas inferiores a 0ºC. Una vez congeladas deben mantenerse a una temperatura de -18 ó -20°C, para asegurar su calidad sensorial y microbiológica no debe interrumpirse esta temperatura (PROFECO, 2009). El sector de las verduras congeladas ha cobrado importancia en el terreno de la exportación. México es el segundo proveedor de EE. UU. en el sector agroindustrial, según cifras del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora de Exportación de las frutas y verduras congeladas que se consumen en los EE.UU. el 70% son maquiladas en México (PROFECO, 2009). En 2004 México exportó, principalmente a EE.UU., 554.5 millones de dólares de legumbres y frutas preparadas o en conserva, un incremento de 90% con respecto a la década anterior, de acuerdo con estadísticas del Banco de México y del Departamento de Comercio estadounidense (PROFECO, 2009). Al igual que para otros tipos de alimentos la política de ”cero tolerancia” para Listeria spp. es aplicable a la espinaca precocida y congelada. La Figura 2 muestra la producción anual de espinaca en México (19972006). 22 30,000.00 25,000.00 TON 20,000.00 15,000.00 10,000.00 5,000.00 0.00 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 AÑO Figura 2. Produccion anual de espinaca en México. Fuente: Anuario Estadístico de la Producción Agrícola SAGARPA, 2008. 2.9 Planteamiento del problema. Una empresa que procesa espinaca precocida y congelada presentó problemas de contaminación con L. monocytogenes en el producto terminado. Con la finalidad de aplicar sistemas dirigidos al aseguramiento de la inocuidad de este alimento, en un trabajo realizado previamente por Esquivel (2009) se generó información que condujo a conocer las fuentes de contaminación que estaban operando en la empresa. Para lograrlo se obtuvo información acerca de la incidencia de L. monocytogenes durante la producción en la planta mediante la recolección y análisis de 428 muestras de las diferentes áreas de proceso, incluyendo espinaca, superficies, equipo y agua. Las cepas de L. monocytogenes aisladas fueron tipificadas molecularmente mediante electroforesis en gel por campos pulsados (EGCP) siguiendo el protocolo del Pulse Net (CDC, 2004) con algunas modificaciones. Posteriormente se evaluaron varios tratamientos de desinfección empleados en la inactivación de L. monocytogenes en espinacas crudas. Se evaluaron: hipoclorito de sodio (200 ppm, Clorox®), dióxido de cloro (5 ppm, Vibrex Horticare®), ácido peracético (80 ppm, Ecolab®), plata coloidal (1.4 ppm, Microdyn®) y metabisulfito de sodio (50000 ppm, Sigma México). 23 En esa serie de experimentos se utilizaron espinacas inoculadas con dos diferentes mezclas de cepas de orígenes distintos. Se empleó una mezcla de cepas de colección (V7, Scott A, 101-M, 101-14 y LCDC) y una mezcla de cepas aisladas de la planta (F6, F15, F16, F26 y L75). Las cepas de colección inoculadas en las espinacas mostraron reducciones de 3.2 y 4.0 log UFC/espinaca después de haber sido expuestas a hipoclorito de sodio y ácido peracético, respectivamente. En contraste, la mezcla de las cepas aisladas de la planta mostró reducciones menores: 1.65 y 2.11 log UFC/espinaca después del contacto con hipoclorito de sodio y ácido peracético, respectivamente (Esquivel, 2009). Los resultados observados para el resto del los germicidas estudiados fueron similares para ambas mezclas de L. monocytogenes estudiadas. Este hallazgo, llevó a plantear la hipótesis de que las cepas de L. monocytogenes dentro de la planta procesadora donde se encuentran expuestas continuamente a concentraciones subletales de los germicidas de uso común (ácido peracético e hipoclorito de sodio) en esa industria. De tal forma que las bacterias pueden generar mecanismos de resistencia a dichos compuestos, logrando sobrevivir a los tratamientos de desinfección química actualmente utilizados. Situación que incrementa el riesgo de enfermar por parte del consumidor, ya que pueden llegar a estar presentes microorganismos patógenos en los alimentos aún después de aplicar los tratamientos germicidas. La caracterización de los mecanismos por los cuales las bacterias adquieren resistencia a los desinfectantes químicos generará información que contribuya a diseñar e implementar estrategias adecuadas de desinfección química. 24 III. OBJETIVOS 3.1 Objetivo general Caracterizar fenotípicamente la resistencia a germicidas en cepas de L. monocytogenes aisladas de espinacas y diversas áreas en una planta procesadora de espinaca precocida y congelada. 3.2 Objetivos específicos 1. Seleccionar cepas de L. monocytogenes resistentes y sensibles a hipoclorito de sodio y ácido peracético. 2. Inducir de la resistencia a cloro en cepas de L. monocytogenes seleccionadas. 3. Evaluar la capacidad de las cepas de L. monocytogenes seleccionadas para producir biopelículas en acero inoxidable y polipropileno. 25 IV. MATERIALES Y MÉTODOS 4.1 Material biológico Cepas. Se utilizaron cinco cepas de L. monocytogenes aisladas de un proceso de producción de espinaca precocida y congelada (F6, L15, L18, L26, L75) y cinco cepas de L. monocytogenes de colección (Scott A, V7, 101-M, LCDC, 101-14) del cepario del laboratorio de Inocuidad Microbiana de los Alimentos del Posgrado en Alimentos de la Facultad de Química de la Universidad Autónoma de Querétaro. En todas las cepas se seleccionaron las células resistentes a rifampicina (Sanofis Aventis de México, S.A. de C.V.) por el método señalado por Kaspar y Tamplin (1993). Para la conservación de los cultivos se utilizó caldo soya tripticaseína adicionado de glicerol al 15% (Bioxon, Becton Dickinson, México) a -18ºC. Espinacas. Las espinacas fueron adquiridas en centros comerciales de la ciudad de Querétaro. Se seleccionaron aquellas que no presentaron daño mecánico. Previo a la aplicación de los tratamientos de desinfección, se realizó un enjuague bajo el chorro de agua potable; una vez lavadas se cortaron en cuadros utilizando una plantilla de plástico de 5 x 5 cm. 4.2 Selección de cepas de L. monocytogenes resistentes y sensibles a hipoclorito de sodio y ácido peracético 4.2.1 Preparación del inóculo La activación de cada cepa se realizó transfiriendo 10 µl de los viales que se mantuvieron en congelación a un tubo con 3 ml de caldo soya tripticaseína (CST, Bioxon), fueron incubados a 35ºC/24h. A partir de estos cultivos se realizó una segunda transferencia a CST y los tubos se incubaron a 35ºC/18h; finalmente se cosecharon las células por centrifugación (3500 rpm, 10 min, 22ºC). Los paquetes celulares se lavaron y se resuspendieron en 26 solución salina isotónica estéril (SSI, 0.85%), se centrifugaron nuevamente (3500 rpm, 10 min, 22ºC), para finalmente resuspender las células en agua destilada estéril (vehículo). El recuento de las células que contenía cada suspensión celular (inóculo) se realizó en agar soya tripticaseína suplementado con rifampicina (200 mg/L) y pimaricina (100 mg/L) (ASTRP) empleando la técnica de extensión en superficie. Las placas se incubaran a 35ºC /48h. 4.2.2 Inoculación de cuadros de espinaca Los cuadros de espinaca se inocularon por separado con 100 µl (aproximadamente 10 gotas de 10µL cada una) de la suspensión de cada una de las cepas de L. monocytogenes (4.1), distribuidas en la superficie del cuadro de espinaca. La cantidad final de células por cuadro de espinaca fue de aproximadamente 1 x 108 UFC. Una vez inoculadas, se secaron durante 45 min/22 ± 2ºC en campana de flujo laminar. 4.2.3 Preparación de las soluciones desinfectantes El día en el que se realizó el experimento se prepararon soluciones desinfectantes de ácido peracético (80 ppm, Ecolab®) e hipoclorito de sodio (200 ppm, Cloralex®); a esta ultima solución se le ajustó el pH a 6.5 ± 0.5 adicionando solución de ácido clorhidrico (20%, J. T. Baker). La concentración de la solución de hipoclorito de sodio (cloro) se verificó por el método yodométrico (Anexo 1, Greenberg et al., 1992) y la del ácido peracético por el método reportado por Greenspan y Mackellar (1948) metodología descrita en el Anexo 2. Finalmente las soluciones desinfectantes se distribuyeron (50 ml) en en bolsas de polietileno (17.8 x 23.3 cm). 4.2.4 Aplicación de los tratamientos de desinfección Las muestras de espinaca inoculadas y secadas fueron sumergidas durante cinco minutos sin agitación de forma individual en cada una de las 27 soluciones germicidas (4.2.3) y agua destilada estéril (control de arrastre mecánico). 4.2.5 Recuento de microorganismos sobrevivientes a los tratamientos de desinfección Transcurrido el tiempo de contacto para cada tratamiento, las muestras (espinacas) fueron transferidas a caldo neutralizante (D/E, DifcoTM) y colocadas en un homogenizador mecánico (Bag Mixer® 400, Interscience) durante 1 minuto. De la suspensión obtenida se prepararon diluciones decimales en diluyente de peptona estéril (0.01%) para realizar el recuento de los microorganismos viables mediante extensión en superficie en ASTRP. Finalmente las placas fueron incubadas a 35 ± 2ºC durante 48 h. En la Figura 3 se muestra la metodología para el recuento de microorganismos sobrevivientes a los tratamientos de desinfección. 4.2.6 Análisis estadístico El diseño experimental empleado fue un factorial completamente al azar donde los factores estudiados fueron tipo de cepa (F6, L15, L18, L26, L75, Scott A, V7, 101-M, LCDC, 101-14) y la solución desinfectante (hipoclorito de sodio, ácido peracético y agua como control de arrastre). De cada experimento se realizaron tres replicas cada una con tres repeticiones. Se realizó un análisis de varianza y comparación de medias mediante prueba de Tukey utilizando el paquete estadístico J.M.P. versión 5.0.1. 28 Suspensión L. moncytogenes Espinacas lavadas Inoculación con 10 gotas (10µl c/u) Ctrl. Inóculo espinaca t' 0 Cuadros 5 x 5 cm Resuspender H2O Secar/45 min Sumergir Cloro (50 ml) Sumergir Lavar SSI (0.85%) Ctrl. Secado Sumergir Ac. Peracético (50 ml) H2O (50 ml) 5 min Neutralizar 50 ml Caldo D/E Homogenizar/1 min Diluciones Inocular ASTRP Incubar 2448hrs/35oC Reportar UFC/cuadro de espinaca Figura 3. Evaluación de los tratamientos de desinfección química en espinaca inoculada con L. monocytogenes 29 4.3 Inducción de la resistencia a cloro en cepas de L. monocytogenes seleccionadas 4.3.1. Exposición consecutiva de las células de la cepa L15 a cloro en suspensión (buffer de fosfatos) Se utilizó una suspensión bacteriana de la cepa L15 (~1x109 UFC/ml) preparada siguiendo la metodología descrita (4.2.1) de esta suspensión bacteriana se transfirió de manera individual 1 ml a tres tubos con 9 ml de solución de cloro a concentraciones de 10, 20 y 40 ppm (preparado en buffer de fosfatos). El tiempo de contacto de las células con el germicida fue de 30, 60 y 90 seg. para cada concentración. Las concentraciones de las soluciones de cloro fueron verificadas como se describió en el apartado 4.2.3. Transcurridos los tiempos de exposición de las células con las soluciones de cloro, se agregó 1 ml de solución de tiosulfato de sodio (0.5%, KEM MR) a cada tubo y se homogenizaron en vortex. De la suspensión obtenida se realizaron diluciones decimales en diluyente de peptona estéril (0.01%). El recuento de los microorganismos viables se realizó mediante la técnica de extensión en superficie utilizando ASTRP. Las placas se incubaron a 35 ± 2ºC durante 48 h. Paralelamente, de la misma suspensión una vez neutralizada se transfirieron 10 µl a caldo soya tripticaseína (3 ml), estos tubos se incubaron a 35ºC de 24 a 38 horas hasta obtener una absorbancia de 0.50 a 0.55 nm (concentración bacteriana ~ 1x109 UFC/ml). La metodología descrita se repitió de forma consecutiva por cinco ocasiones. 4.3.2. Exposición consecutiva a cloro de células de L. monocytogenes inoculadas en la superficie de espinaca, acero inoxidable y N-rubber Se emplearon cuadros de espinaca (5 x 5 cm), cuadros de de N-rubber (5 x 5 cm) y cuadros de acero inoxidable (2 x 2 cm). Los materiales inertes se lavaron con detergente, se enjuagaron perfectamente con agua potable, seguido de un enjuague con etanol (70%) y agua destilada para finalmente ser esterilizados en autoclave (121ºC, 15 lb, 15 min.); los cuadros de espinaca 30 fueron preparados siguiendo la metodología descrita (4.1). Posteriormente los tres materiales se inocularon con la suspensión bacteriana de la cepa L15, seguida de la técnica descrita en el apartado 4.2.2. Se prepararon soluciones de hipoclorito de sodio a concentraciones de 20 y 200 ppm (verificando su concentración siguiendo la metodología descrita en el apartado 4.2.3). Los cuadros de espinaca se sumergieron en 50 ml de cloro (200 ppm) durante 5 minutos y los cuadros de acero inoxidable y n-rubber fueron sumergidos en 50 ml de cloro (20 ppm) durante 1 minuto. Transcurridos los tiempos de contacto todos los cuadros fueron transferidos a caldo D/E (50 ml), para efectuar el recuento de los sobrevivientes (4.2.5). De las placas de ASTRP donde se realizó el recuento de células viables se picó una colonia y se inoculó en un tubo con CST (3 ml) el cual fue incubado a 35ºC durante 24 a 30 horas (hasta obtener una D.O. de 0.5 a 0.55 nm). El procedimiento completo de exposición a cloro, neutralización y transferencia de las celulas expuestas al germicida para cada uno de los materiales se repitió en seis ocasiones, en cada pase se realizó el recuento de células viables. 4.3.2.1 Comportamiento de células de L. monocytogenes en CST expuestas consecutivamente a cloro Las células de L. monocytogenes que se recuperaron a partir de espinaca después de dos exposiciones consecutivas y de acero inoxidable y nrubber después de seis exposiciones consecutivas, fueron lavadas con SSI. Se inocularon microplacas con las células resuspendidas en CST (300 µl para cada fosa) a dos concentraciones (2 y 6 UFC/ml); los cambios en la densidad óptica de las muestras fueron medidas en el equipo automatizado BIOSCREEN C de forma individual. Con el propósito de conocer si las células que habían sido expuestas de manera consecutiva a cloro adquirían cierta resistencia, simultáneamente estas células fueron expuestas a cloro (~10 ppm) en CST. Los registros de las dinámicas se realizaron durante 45 horas bajo las siguientes condiciones: 35ºC, con lecturas cada 30 min. y agitación durante 5 31 segundos previo a la lectura la cual fue medida a una longitud de onda de 0.6 nm. 4.3.3 Exposición de las células de L. monocytogenes a bajas concentraciones de cloro durante tiempos prolongados 4.3.3.1 Preparación del inóculo Se utilizaron las cepas L15 y la Scott A, que resultaron ser la más resistente y la más sensible, respectivamente. Las suspensiones bacterianas fueron preparadas como se indicó en el apartado 4.2.1. 4.3.3.2 Preparación de medio Evans modificado Los experimentos correspondientes al apartado 4.3.3 fueron realizados en medio Evans modificado. En el Cuadro 4 se indican las cantidades de cada reactivo necesarias para preparar un litro de medio, estas fueron basadas en lo reportado por Evans (1970) con algunas algunas modificaciones. Cuadro 4. Composición del medio Evans modificado Reactivo Cantidad Marca NaH2PO4.2H2O 312 mg J.T. Baker, México K2HPO4.3H2O 2.28 g J.T. Baker, México NH4Cl 2.14 g J.T. Baker, México KCl 298 mg J.T. Baker, México Na2SO4 113 mg J.T. Baker, México ZnO 816 µg J.T. Baker, México MgCl2.6H2O 35.6 mg J.T. Baker, México CaCl2.2H2O 1.18 mg Merck México, S.A. Na2EDTA.2H2O 29.3mg J.T. Baker, México Na2MoO4.2H2O 9.7 µg KEM MR FeCl3.6H2O 10.8 mg J.T. Baker, México 32 MnCl2.4H2O 4 mg J.T. Baker, México CuCl2.2H2O 340 µg J.T. Baker, México CoCl2.6H2O 952 µg J.T. Baker, México H3BO3 124 µg Fisher Scientific, U.S.A. Acetato (0.15% 1.5 g J.T. Baker, México como acetato de sódio) fuente de carbono Fuente: Evans et al., 1970. Las sales fueron colocadas en un matraz el cual se aforó a un litro con agua destilada, posteriormente esta suspensión fue mezclada con agitación durante 2 horas a 22 ± 2ºC, seguida de zonicación a 60 setsonics/min a 22 ± 2ºC durante 3 horas (zonicador Branson 3510). Finalmente el pH se ajustó a 7.15 ± 0.2 y se esterilizó a 121ºC durante 15 min a 15 lb. 4.3.3.3 Comportamiento de L. monocytogenes en medio Evans modificado Empleando una suspensión bacteriana con una concentración de 1x105 UFC/ml, se transfirió una alícuota a medio Evans modificado a tres diferentes concentraciones completo (descrito anteriormente en el Cuadro 3), diluido en agua destilada a la mitad y diluido diez veces. La concentración final de bacterias en los tres medios fue de ~1x103 UFC/ml. Estas muestras fueron incubadas a 22 y 30 ± 2ºC durante 48 horas con agitación a 120 rpm. De cada una se realizaron recuentos microbianos a las 0, 6, 12, 24, 30, 36 y 48 horas de incubación; las muestras fueron diluidas en diluyente de peptona estéril (0.01%) e inoculadas en ASTRP mediante la técnica de extensión. Las placas se incubaron a 35 ± 2ºC durante 48 h. 4.3.3.4 Exposición de células de L. monocytogenes a cloro en medio Evans modificado Medio Evans modificado diluido al 50% con solución de hipoclorito de sodio (~3 ppm) fue inoculado con la cepa L15 y Scott A (~1x1010 UFC/ml) cada 33 una de forma independiente, obteniendo una concentración final para cada muestra de ~1x108 UFC/ml y 1.5 ppm de cloro. Ambas muestras (cepa L15 y Scott A) fueron incubadas a 22 ± 2ºC y 30 ± 2ºC durante 150 min. Periódicamente, se tomaron alicuotas para efectuar el recuento de células viables a los 0, 20, 40, 60, 90 y 150 minutos de incubación siguiendo la metodología descrita en el apartado (4.3.3.3). De estas muestras de forma paralela transcurridos 150 minutos de incubación se tomaron alícuotas de 10 ml (células sobrevivientes) de los frascos inoculados con la cepa L15 y Scott A que fueron incubados a 30 ± 2ºC. A cada una de estas alícuotas se les agregó 100 µl de tiosulfato de sodio (0.5%, KEMMR). 4.3.3.5 Detección de ADN plasmídico en las cepas seleccionadas Las muestras de L. monocytogenes (cepas L15 y Scott A) obtenidas siguiendo la metodología descrita en el apartado 4.3.3.4 fueron centrifugadas durante 15 minutos a 3500 rpm a 22 ± 2ºC y el paquete celular se resuspendió en 10 ml de SSI estéril; este procedimiento se repitió en dos ocasiones, está suspensión fue centrifugada (5,000 rpm, 5 min., 22ºC) y posteriormente al sedimento se le adicionó 50 µl de lisozima (5%, Quiagen). Las muestras obtenidas hasta este paso fueron tratadas siguiendo la metodología de lisis alcalina para la extracción de ADN plásmidico como se describe en el Anexo 3. Para correr la muestra se utilizó un gel de agarosa a 0.3% (ultra-pure Invitrogen, U.K), el se colocó en una cámara de electroforesis (Bio-Rad), las muestras se mezclaron con el buffer de carga (1X TAE) y se colocaron en los carriles de carga, posteriormente el gel fue cubierto con buffer (Invitrogen) al cual se le aplicó un voltaje de 60 volts (Bio-Rad) durante 25 minutos. El gel fue revelado en solución de bromuro de etidio (Invitrogen, Carlsbad, CA). Las imágenes de los geles se obtuvieron con Fotodocumentador BIO-RAD (Universal Hood II, V~50/60Hz-200VA, modo UV) analizado con el programa Quantity-One. 34 4.3.3.6 Observación de células de L. monocytogenes expuestas a cloro mediante el microscopio electrónico de transmisión De los matraces que contenian medio Evans modificado inoculado con la cepa L15 (4.3.3.4) se tomaron alícuotas (15 ml) después de 20 y 120 minutos de incubación a 30 ± 2ºC. Las alícuotas se colocaron en tubos Falcón y el cloro fue neutralizado adicionando 100 µl de tiosulfato de sodio (0.5%, KEMMR). Se homogenizaron y centrífugaron (3,500 rpm, 22 ± 2ºC, 10 min), los paquetes celulares fueron conservados a 18ºC durante 4 h, a éstos se les adicionó 1 ml de glutaraldehído (3%) durante 48 h a 22 ± 2ºC. Se retiró el glutaraldehído se enjuagó en dos ocasiones, con 1 ml de buffer de cacodilato de sodio (0.2 M, pH 7.4), se añadió 1 ml de tetraóxido de osmio (1%, pH 7.4) manteniendo las muestras sumergidas en hielo (a 4ºC durante 2 horas). La concentración del glutaraldehído y el tetraóxido de osmio utilizados se ajustaron a 3 y 1% respectivamente, utilizando solución amortiguadora de cacodilato de sodio (0.1 M pH 7.4). Una vez que las células fueron fijadas y postfijadas, se deshidrataron sumergiéndolas en etanol con gradientes de concentración creciente (de 0 a 100%) a 4ºC. Posteriormente las células fueron secadas en un desecador de punto crítico y atrapadas en resina epóxica (polybed EMbed 812: epón 812, ddsa: anhídrido dodecenil succinico, nma: anhídrido metil nadico, bdma: catalizado benzil dimetil amina) las muestras inmersas en está se cortaron con un ultramicrótomo (MT-X, RMC) obteniendo rebanadas con un grosor de 60 nm. Posteriormente estas fueron montadas sobre porta-muestras de cobre (círculos de 0.3 cm de diámetro), que a su vez se colocó en una rejilla y se observaron en el microscopio electrónico de transmisión (JEOL, modelo JEM-1010) el cual trabaja en un rango de 60-80 Kv con resolución de 0.25 nm aproximadamente. Las muestras de los tratamientos fueron observadas y comparadas con un control negativo (células que no fueron expuestas a ningún germicida cultivadas en caldo soya tripicaseína). 35 4.4 Evaluación de la capacidad de las cepas de L. monocytogenes seleccionadas para producir biopelículas en acero inoxidable y polipropileno 4.4.1 Preparación del inóculo Las cepas empleadas fueron L15 y Scott A de las cuales se utilizaron suspensiones obtenidas siguiendo la metodología descrita anteriormente (4.2.1) con la variante de que las temperaturas de incubacion para la activación del inóculo en el medio (CST) fue 22 y 30ºC las cuales corresponden a las temperaturas empleadas para inducir la formación de biopeliculas. 4.4.2 Preparación de los materiales inertes Se utilizaron círculos (1.2 cm de diámetro) de acero inoxidable (Cal. 20, 304 Grado Alimenticio) y polipropileno (PPBB65-P1-L90) se lavaron con solución de detergente, seguido de enjuague a chorro de agua potable posteriormente fueron sumergidos en etanol (70%) y enjuagados con agua destilada, secados y esterilizados en autoclave a 121ºC, 15 lb durante 15 minutos. 4.4.3 Inoculación del medio Evans modificado Matraces con medio Evans modificado adicionado de cloro (150 ml de medio Evans y 147 ml de solución de hipoclorito de sodio, ~3 ppm) y sin cloro (150 ml de medio Evans modificado y 147 ml de agua destilada) de forma independiente se inocularon con 3 ml de la suspensión bacteriana de la cepa L15 o Scott A (1x1010 UFC/ml). La concentración final para cada muestra fue de aproximadamente de 1x108 UFC/ml. 4.4.4 Inducción de la formación de biopelículas A cada matraz con Medio Evans (con y sin cloro) se introdujeron cuatro círculos de cada material (acero inoxidable y polipropileno) posteriormente se 36 incubaron con agitación (120 rpm) a 22 ó 30 ± 2ºC durante 150 min. De las suspensiones contenidas en cada uno de los frascos se realizó el recuento de células viables a los 0 y 150 min de incubación. Alícuotas (1 ml) fueron transferidas a tubos que contenían 9 ml de caldo neutralizante (D/E Difco TM) de esta suspensión se realizó recuento de células viables siguiendo la técnica de extensión en superfice en ASTRP, las placas se incubaron a 37ºC durante 48 horas. Paralelamente a los recuentos en el medio Evans modificado, también se estimó la población adherida a las superficies de acero inoxidable y polipropileno. Para ello se retiraron círculos (acero inoxidable y polipropileno) del medio Evans modificado a los 0 y 150 minutos de incubación. Estos fueron lavados en tres ocasiones con agua destilada estéril con la finalidad de únicamente realizar recuento de las células adheridas. Posteriormente cada círculo se colocó en 5 ml de caldo neutralizante (D/E Difco TM ) y se homogenizaron durante 2 minutos (Bag Mixer® 400, Interscience). A partir de esta suspensión se realizó el recuento de las células viables siguiendo la técnica de extensión en superficie en ASTRP. 4.4.5 Observación de la superficie de los materiales inertes mediante microscopio electrónico de barrido Transcurridos 150 minutos de incubación de las muestras descritas en el apartado (4.4.4) se removieron los círculos que estuvieron inmersos en medio Evans con y sin hipoclorito de sodio y se enjuagaron en tres ocasiones con agua destilada estéril. Los círculos se secaron a 37ºC durante 2 horas y se sumergieron en solución de glutaraldehído (3%) durante 2 h a 18ºC, se enjuagaron con solución de buffer de cacodilato de sodio (0.2 M, pH 7.4), seguida de postfijación en solución de tetraóxido de osmio (1%, pH 7.4) a 4ºC durante 2 horas. Se enjuagaron por inmersión en solución de buffer de cacodilato de sodio, se deshidrataron sumergiéndolas en soluciones de etanol a concentraciones crecientes (de 0 a 100%) y se desecaron en un desecador de punto crítico (Polaron E5000). Para la observación mediante microscopio electrónico de barrido (Digital Scanning Microscope DSM 950, ZElZZ, West Germany) los círculos fueron montados en portamuestras, recubiertos con carbón y aerosoles de oro ionizado. 37 V. RESULTADOS Y DISCUSIÓN 5.1 Selección de cepas de L. monocytogenes resistentes y sensibles a cloro y ácido peracético Encuestas realizadas en frutas y verduras crudas demuestran que una amplia variedad de estos productos son susceptibles de contaminación con microorganismos, incluyendo patógenos a humanos. Las frutas y verduras listas para consumo contaminadas con patógenos que provengan del medio ambiente, de materia fecal de animales o humana, pueden causar enfermedad. Como no es posible evitar la contaminación en este tipo de productos, una medida alternativa para disminuir los riesgos a la salud asociados a su consumo es el lavado y desinfección (NACMCF, 1999). Existen en la literatura innumerables reportes de estudios en donde se ha evaluado la eficacia de los compuestos químicos que comúnmente se utilizan en los hogares y a nivel industrial para desinfectar frutas y verduras (Beuchat et al., 1998). Sin embargo, aún no existe un método estándar de prueba para llevar a cabo dicha evaluación. Recientemente se han desarrollado protocolos encaminados a establecer un método confiable que permita evaluar la efectividad de los germicidas. El método de desinfección que aplicamos en nuestro trabajo está basado en una serie de estudios realizados en nuestro laboratorio y es afín a los esquemas de evaluación propuestos en la literatura (Beuchat et al., 2001; Harris et al., 2001). Como se mencionó en el apartado de antecedentes, este trabajo tuvo como precedente una investigación realizada dentro de una empresa en donde se llevó a cabo el aislamiento de 63 cepas de L. monocytogenes a partir de espinacas y de la superficie de diversos materiales dentro de una planta procesadora de espinaca precocida y congelada. En ese trabajo se observó que al comparar la eficacia de diversos germicidas (entre ellos el cloro y el ácido peracético) para la inactivación de L. monocytogenes en la superficie de hojas de espinaca, las cepas que se aislaron de la empresa mostraron una mayor resistencia a los tratamientos de desinfección en comparación con cepas de colección (Esquivel, 2009). 38 En nuestra investigación a diferencia la realizada por Esquivel (2009), la susceptibilidad a cloro y al ácido peracético se evaluó de forma independiente en cada una de las cinco cepas aisladas del proceso de producción. Se utilizaron como control, cepas de L. monocytogenes de colección que teóricamente no habían sido expuestas a los germicidas. Se ha reportado que las condiciones ambientales previas a las que los microorganismos hallan sido expuestos influye en la resistencia ante los tratamientos de erradicación microbiana como la desinfección química, ya que los que han sido expuestos a alguna condición estresante logran sobrevivir en mayor proporción en comparación con aquellas células que no han sido expuestas a condiciones que les genere estrés (Sapers, 2001). Las variaciones en los resultados obtenidos en las desinfecciones de verduras y frutas pueden deberse a la composición y la estructura de las hojas estas presentan estomas, lenticelas, tricomas y quizá daños algunos mecánicos en su superficie no detectables a simple vista, todos sitios donde los microorganismos pueden penetrar quedar protegidos del efecto de los agentes germicidas y cada espinaca es una unidad experimental que presenta diferencias con las otras espinacas utilizadas (Burnett y Beuchat, 2001; Beuchat, 2002). En la Figura 4 se muestran las medias de reducción global para los tres tratamientos aplicados en cada una de las cepas probadas. 39 2.4 LOG DE UFC/ESPINACA 2.2 a a 2 a a 1.8 a 1.6 a a a 1.4 a a 1.2 1 0.8 0.6 0.4 0.2 0 Scott A 101-M LCDC F6 V7 L75 101-14 L26 L18 L15 CEPAS Figura 4. Reducción global en las poblaciones de L. monocytogenes en espinaca por efecto de la desinfección con cloro y ácido peracético. Los valores de las reducciones microbianas para las diferentes cepas probadas no mostraron diferencia estadística significativa entre ellas, con una diferencia en los valores de reducción entre la cepa Scott A y L15 de 0.81 log de UFC, la amplia variabilidad en los resultados no permite que el análisis de varianza indique que entre estas talvéz si exista diferencia significativa en su resistencia a los germicidas probados; la cepa que mostró mayor reducción fue la Scott A la cual no ha tenido contacto previo con germicidas ni se ha expuesto a otro tipo de factor estresante comparada con la cepa L15 la cual fue aislada de restos de espinaca que se encontraban en el piso de la planta (Esquivel, 2009); sitio donde es común encontrar restos de germicidas los cuales no contienen la concentración suficiente para lograr la inactivación de los microorganismos. Adicionalmente los restos de espinaca pueden permanecer en el piso durante varios días en donde los microorganismos se encuentran en condición de estrés el cual les provoca daño subletal, la exposición de las bacterias a germicidas a concentraciones subletales puede inducir el incremento de la resistencia microbiana a estos agentes (Mereghetti et al., 2000). Se ha sugerido que tanto el uso de germicidas químicos como el de antibióticos deben ser utilizados a los tiempos y a las concentraciones recomendadas, para evitar la adaptación bacteriana. 40 Los mecanismos de adapatación que generan los microorganismos ante condiciones adversas en nuestros días han sido poco caracterízados. Heir et al. (1998) y Aase et al. (2000) propusieron que la resistencia que expresan los microorganismos a germicidas químicos es causada por la activación de mecanismos internos de expulsión que evitan el paso de sustancias tóxicas al interior de las células o bien eliminándolas de su interior. Este mecanismo se ha demostrado en algunas cepas de L. monocytogenes expuestas a cloruro de benzalconio (Heir et al., 1998; Aase et al., 2000). Mereghetti et al. (2000) reportaron que cepas de L. monocytogenes mostraron resistencia a QACs (sales cuaternarias de amonio) a los que se exponían constantemente; en estas cepas no se detectó la presencia de plásmidos, por lo que su resistencia fue atribuida a sus características innatas. Sapers (2001) reportó que los métodos actuales de lavado y desinfección, no logran reducir la carga microbiana en más de 2 log por tal motivo es necesario comprender los mecanismos por los cuales las bacterias lograr sobrevivir a los tratamientos de desinfección actualmente utilizados, con la finalidad de mejorar su eficacia y de esta forma reducir el riesgo de enfermar por el consumo de alimentos minimamente procesados. Beuchat et al. (2005) obtuvieron reducciones microbianas mayores en hojas de lechuga completas comparadas a las obtenidas en hojas picadas empleando cloro, esto fue quizá porque al realizar el corte, los microorganimos pueden adherirse a los bordes y evitar el contacto con el germicida; o bien la liberación de fluidos (materia orgánica) que reaccionan con el cloro neutralizándolo. Zhang y Farber (1996) evaluaron el efecto de los germicidas cloro (200 ppm, 10 min.), dióxido de cloro (5 ppm, 10 min.) y fosfato trisodico (SalmideR, 200 ppm, 10 min.) en lechuga y col inoculadas con L. monocytogenes. Las máximas reducciones al aplicar cloro a 4 y 22ºC fueron de 1.3 y 1.7 log para lechuga y 0.9 y 1.2 log para col, respectivamente. El dióxido de cloro a 4 y 22ºC redujo 1.1 y 0.8 log UFC en lechuga, y 0.4 y 0.8 log UFC en col, 41 respectivamente mientras que SalmideR a 22ºC redujo 1.8 y 0.6 log UFC en lechuga y col, respectivamente. En nuestro estudio se obtuvieron reducciones con valores cercanos al utilizar hipoclorito de sodio (200 ppm, 5 min.) en espinacas inoculadas con L. monocytogenes. El Cuadro 5 muestra el análisis de varianza, el efecto de cada uno de los factores (cepa y desinfectante) asi como su interacción en las reducciones microbianas obtenidas en cada tratamiento. El tipo de cepa así como el tipo de desinfectante tienen efecto significativo en las reducciones obtenidas siendo el tipo de desinfectantes el factor de mayor importancia en las reducciones obtenidas (p=<0.0001) seguida de el tipo de cepa (p=0.0418); la interacción entre ambos factores no tuvo efecto significativo (p=0.7381). Cuadro 5. Valores F y significancia estadística en el análisis de varianza para los factores y su interacción. Factor Grados de Libertad F Valor de P Cepa (A) 9 2.12 0.0418 Desinfectante (B) 2 46.56 <0.0001 18 0.76 0.7381 Interacción AB (P<0.05) En la Figura 5 se muestran las medias de las reducciones obtenidas con cada una de los germicidas empleados, al efectuar la comparación entre estos valores mediante la prueba de Tukey, las reducciones obtenidas presentaron diferencia estadística significativa entre ellas. Beuchat (1998) reportó una reducción máxima de 2 Log utilizando solución de cloro a 100 ppm durante 20 minutos. Brackett (1997) desinfectó coles de bruselas inoculadas con L. monocytogenes mediante inmersión en solución de cloro a 200 ppm durante 10 segundos y obtuvo una reducción de 2 log. Los resultados de ambos estudios son valores similares a los obtenidos en esta investigación al utilizar hipoclorito de sodio ya que obtuvimos una reducción de 2.23 log. 42 REDUCCIÓN (LOG UFC/ESPINACA) 2.5 a 2 b 1.5 1 c 0.5 0 CLORO ÁCIDO PERÁCETICO AGUA Figura 5. Reducción global en la población de L. monocytogenes por efecto del tratamiento con cloro, ácido peracético y agua. Los valores representan la media de 9 valores ± error estándar. a, b, c Letras diferentes indican diferencia estadística significativa. Beuchat et al. (2004) reportaron una reducción de 0.62 log de UFC/g después de sumergir en agua durante 15 s hojas de lechuga inoculadas con L. monocytogenes. Serna (2008) observó una reducción de 0.6 log después de sumergir cilantro inoculado con Salmonella en agua durante 5 minutos; resultados similares a los obtenidos en está investigación, después de sumergir espinacas inoculadas con L. monocytogenes en agua durante 5 minutos se obtuvo una redución de 0.64 log, reducciones debidas al arrastre mecánico. Esquivel (2009) evaluó la efectividad del hipoclorito de sodio (200 ppm/5 min.) y ácido peracético (80 ppm/5 min) en la inactivación de L. monocytogenes inoculada en espinaca; las reducciones obtenidas fueron de 1.65 y 2.11 log UFC/espinaca para hipoclorito de sodio y acido peracetico, respectivamente. En su investigación se utilizó una mezcla de cinco de las cepas aisladas de la planta procesadora: F6, F15, F26, F75 y F16. Las mismas cepas se utilizaron en esta investigación, sin embargo cada una de ellas se estudio de manera individual. Los valores encontrados por Esquivel (2009) muestran que el germicida más eficaz en la reducción microbiana fue el ácido peracético; en contraste con esta investigación el hipoclorito de sodio fué el 43 germicida más efectivo. La diferencia en los resultados pudo deberse al ajuste del pH a 6.5 ± 0.5 de la solución de hipoclorito de sodio empleada en nuestro trabajo, propiciando un incremento en el porcentaje de ácido hipocloroso (HClO) en la solución aumentando su efecto germicida. Beuchat et al. (2004) obtuvieron reducciones en poblaciones de L. monocytogenes de 1.33 log en lechuga picada y 1.68 log en piezas completas de lechuga después de exponer el producto a soluciones de cloro (100 ppm)..En el mismo trabajo se evaluoo la efectividad de Tsunami 100 (ácido peracético) a 80 ppm; obtuvieron reducciones de 1.59 log, resultados similares a los obtenidos en esta investigación en donde la reducción observada después de exponer las células a la solución de Tsunami (80 ppm) fue de 1.53 UFC/espinaca. 5.2 Exposición consecutiva de células de la cepa L15 a cloro en suspensión (buffer de fosfatos) De las diez cepas probadas en los tratamientos de desinfección se seleccionó la cepa que mostró menor reducción en la población bacteriana (cepa L15), es decir la cepa más resistente. Con la finalidad de determinar la máxima concentración de cloro que pudiera tolerar, se realizaron exposiciones en buffer de fosfatos adicionado de hipoclorito de sodio a diferentes concentraciones (10, 20 y 40 ppm) durante 30, 60 y 90 segundos. Las células sobrevivientes se recuperaron y fueron expuestas nuevamente al germicida; este procedimiento se repitió hasta por cinco ocasiones de forma consecutiva. El Cuadro 6 muestra los valores obtenidos en cada uno de los tratamientos. 44 Cuadro 6. Reducción de la cepa L15 en soluciones de cloro a diferentes concentraciones y tiempos de contacto. Día 1 2 3 4 5 Concentración Tiempo (ppm) (s) Reducción (Log UFC/ml) . 4.90 .4.91 .3.44 .4.77 > 6.79 30 6.27 5.85 5.78 5.76 > 6.79 10 60 6.59 > 6.65 > 6.80 > 6.79 > 6.79 90 20 30 60 90 4.80 5.54 6.37 4.32 5.61 6.40 4.61 5.92 > 6.80 4.76 5.98 > 6.79 > 6.79 > 6.79 > 6.79 40 30 60 90 4.42 6.95 > 6.85 6.04 6.71 > 6.65 4.68 5.72 > 6.80 > 6.79 > 6.79 > 6.79 > 6.79 > 6.79 > 6.79 La exposición consecutiva de las células de la cepa L15 a cloro en suspensión aparentemente no ocasionó incremento en la resistencia. To et al. (2002) en un estudio similar obtuvieron un incremento en la tolerancia de células de L. monocytogenes expuestas a cloruro de benzalconio de forma gradual al exponer durante una semana las células del patógeno a concentraciones crecientes del germicida; en la décima transferencia el patógeno expresó la mayor resistencia al germicida. La falta de la expresión de la resistencia en nuestros experimentos puede tener varias explicaciones: 1) el tiempo de contacto de las celulas de L. monocytogenes con el germicida no fue suficiente para propiciar el incremento en la resistencia, 2) durante los pases de las células a caldo y agar las células dejaron de estar en contacto con el agente estresante (cloro) propiciando que las celulas cancelaran el mecanismo de defensa ante el agente estresante. Esta situación llevó al planteamiento de una nueva estrategia: aumentar el tiempo de contacto de las células con el germicida y reducir la concentración. . 45 5.2.1 Exposición consecutiva a cloro en células de L. monocytogenes inoculadas en la superficie de espinaca, acero inoxidable y N-rubber En el Cuadro 7 se muestran los resultados obtenidos después de aplicar tratamientos con cloro en la superficie de espinaca, acero inoxidable y N-rubber inoculados con L. monocytogenes. Al igual que en la suspensión de buffer de fosfatos no se observó un incremento en la resistencia de las células al germicida. Al sexto dia de transferencia de las células unicamente recuperamos sobrevivientes de los tratamientos que fueron realizados en la superficie de acero y N-rubber. Esto quizá pudo ser ocasionado por la concentración del germicida ya que para estos materiales fue menor que la utilizada en los tratamientos realizados en espinaca. Cuadro 7. Reducción en la población de L. monocytogenes en materiales inertes y espinaca por efecto de la exposición consecutiva a cloro. Material Acero N-rubber Espinaca Concentración (ppm) Tiempo (min) Réplica 20 1 20 Día 1 2 3 4 5 6 1 3.67 >7.30 >7.30 >7.30 >7.30 >7.30 1 2 3.53 3.23 2.28 1.93 3.49 3.13 20 1 3 2.91 >7.30 >7.30 >7.30 >7.30 >7.30 20 1 1 4.11 2.40 3.11 3.21 3.51 3.75 20 1 2 4.76 2.67 3.12 3.06 4.16 3.19 20 1 3 3.60 3.16 2.39 2.74 4.33 3.47 200 5 1 1.56 4.68 1.31 >7.30 >7.30 >7.30 200 5 2 1.89 4.31 2.42 >7.30 >7.30 >7.30 200 5 3 2.34 4.40 2.44 >7.30 >7.30 >7.30 46 5.2.2 Comportamiento de células de L. monocytogenes en CST expuestas consecutivamente a cloro Con la finalidad de conocer si el comportamiento de las células de L. monocytogenes (cepa L15) recuperadas después de las exposiciones consecutivas a cloro en la superficie de espinaca, acero inoxidable y N-rubber, era diferente, se efectuaron mediciones de los cambios en la densidad óptica (D.O.) utilizando el equipo computarizado Bioscreen C (Figura 6). 0.7 0.6 0.6 0.5 0.5 Tiempo (horas) 2 UFC/ml 2 UC/ml Cloro 6 UFC/ml Cloro 2 UFC/ml C 20 17 18.5 14 15.5 11 2 UFC/ml Cloro 6 UFC/ml Cloro D N-RUBBER 0.7 ACERO 0.6 0.3 Tiempo (horas) 2 UFC/ml 2 UFC/ml Cloro 18.5 0 20 17 18.5 14 15.5 11 12.5 9.5 8 6 4.5 0 3 0 1.5 0.1 0 0.1 15.5 0.2 12.5 0.2 0.4 9.5 0.3 0.5 6 0.4 3 0.5 D.O. (nm) D.O. (nm) 12.5 Tiempo (horas) 0.7 0.6 8 0 20 17 18.5 14 15.5 11 12.5 8 9.5 6 3 0 4.5 0 0 0.1 1.5 0.1 9.5 0.2 3 0.2 0.3 4.5 0.3 0.4 1.5 0.4 B ESPINACA 6 A CONTROL D.O. (nm) D.O. (nm) 0.7 Tiempo (horas) 2 UFC/ml 6 UFC/ml Cloro 2 UFC/ml Cloro 6UFC/ml Cloro Figura 6. Comportamiento de L. monocytogenes en CST a 35ºC. A) células no expuestas a cloro; B) células recuperadas despúes de tres exposiciones consecutivas a cloro en la superficie de espinaca; C) células recuperadas despúes de seis exposiciones consecutivas a cloro en la superficie de acero; D) células recuperadas despúes de seis exposiciones consecutivas a cloro en la superficie de N-rubber. 47 En estos experimentos se utilizaron dos niveles de inóculo (bajo 2 UFC/ml y alto 6 UFC/ml) en ambos se agrego cloro con el objetivo de comparar si las células que estuvieron previamente en contacto con el germicida (células recuperadas) mostraban cambios en la duración de cada fase de la curva de crecimiento. El comportamiento de las células previamente expuestas a cloro mostraron un comportamiento similar al de las células control (sin exposición previa al germicida), lo que puede indicar que en las células expuestas no hubo cambios importantes a nivel fisiológico. 5.3 Comportamiento de L. monocytogenes en medio Evans modificado La siguiente estrategia que se planteó para inducir resistencia a cloro en la cepa L15, fue exponer las células al germicida durante periodos de tiempo más prolongados a los probados en los experimentos previos. En esta estrategia se mantuvo a las células en contacto con el germicida evitando las transfrencias en caldo o medio de cultivo lo cual pudo haber interferido con la expresión de la resistencia. Para llevar a cabo lo anterior se disminuyó la concentración de cloro y se necesitó de un medio que no tuviera materia orgánica ya que esta reacciona con el cloro neutralizando su efecto germicida. En la literatura se ha reportado que un medio empleado para caracterizar proteínas que los microorganismos expresan cuando se encuentran en contacto con germicidas químicos es el medio Evans (Lupi et al., 1995). Así que para conocer si el medio Evans era adecuado para nuestros propósitos se efectuaron dinámicas de crecimiento. Se evaluaron tres concentraciones del medio Evans: preparado conforme lo reportado por Lupi et al. (1995), diluido 1:1 y 1:10 en agua, con el objetivo de conocer si la concentración tenia efecto en el desarrollo microbiano. La Figura 7 muestra el desarrollo de L. monocytogenes a 22 y 30ºC en el medio a las tres concentraciones estudiadas. 48 7 30ºC 6 5 Log UFC/ml Log UFC/ml 7 22ºC 6 4 3 2 5 4 3 2 1 1 0 0 0 6 12 24 30 Tiempo (horas) ME ME 1:1 36 0 48 6 12 24 30 36 48 Tiempo (horas) ME 1:10 ME ME 1:1 ME 1:10 Figura 7. Dinámicas de crecimiento de la cepa L15 en medio Evans modificado a tres diferentes concentraciones. -ME: medio completo; -ME: medio diluido al 50%; -ME: medio diluido 90%. Se observa que el desarrollo de los microorganismos a 22ºC fue más lento en el medio no diluído comparado con el desarrollo microbiano en el medio diluido. Este comportamiento pudo ser ocasionado por la concentración de sales ya que estas pudieron ejercer estrés osmótico sobre las células disminuyendo su crecimiento. A 30ºC el desarrollo en el medio fue similar para las tres concentraciones probadas. Por lo anterior se decidió seguir utilizando el medio diluido 50% (en agua) para los experimentos sucesivos. 5.3.1 Exposición de células de L. monocytogenes a cloro en medio Evans modificado Con el objetivo de conocer la resistencia de las cepas seleccionadas (más resistente L15 y más sensible Scott A) a hipoclorito de sodio a concentraciones relativamente bajas (~1.5 mg/L, preparado en medio Evans modificado) estas fueron expuestas al germicida durante 150 min. a 22 y 30°C (Figura 8). 49 Reducción (Log UFC/ml) Reducción (Log UFC/ml) 8 8 7 6 5 4 3 2 1 6 5 4 3 2 1 0 0 0 20 40 60 90 150 Tiem po (m in) 0 20 40 60 90 Tiempo (min) A 8 150 B 8 Reducción (Log UFC/ml) Reducción (Log UFC/ml) 7 7 6 5 4 3 2 1 0 7 6 5 4 3 2 1 0 0 20 40 60 Tiem po (m in) 90 150 0 C 20 40 60 Tiem po (m in) 90 150 D Figura 8. Comportamiento de las cepas de L. monocytogenes seleccionadas en medio Evans modificado adicionado de cloro. A) cepa L15, 22ºC; B) cepa Scott, 22ºC; C) cepa L15, 30ºC; D) cepa Scott A, 30ºC. Las células de la cepa L15 mostraron una reducción de 5.86 log UFC/ml después de 150 minutos de incubación a 22ºC mientras que la reducción obtenida después de 150 minutos a 22ºC de la cepa Scott A fue de 7.95 log UFC/ml; ambos resultados indican una tendencia a la inactivación en fución del tiempo lo que nos permite concluir que las células no estan expresado adaptación al germicida. Sin embargo el comportamiento de las células de la cepa L15 a 30ºC después de 150 minutos redujo en 3.70 log UFC/ml, mientras que para la cepa Scott A la reducción obtenida fue de 7.45 log UFC/ml. Estos resultados nos indican que la cepa L15 tiene una mayor capacidad de sobrevivir en presencia del germicida cuando este se encuentra a concentración subletal comparada con la cepa de colección Scott A. 50 En el Cuadro 8 se muestran los valores de los microorganismos sobrevivientes a la exposición a cloro de las cepas L15 y Scott A después de 150 minutos de incubación. Cuadro 8. Células de las cepas Scott A y L15 sobrevivientes a la exposición a cloro Tiempo Sobrevivientes (Log UFC/ ml) (min.) L15 Scott A 22ºC 30ºC 22ºC 30ºC 0 7.73 7.38 7.76 7.84 20 6.64 6.46 6.50 6.81 40 5.62 5.84 5.68 5.63 60 5.27 5.53 4.62 5.24 90 4.63 5.18 <1.00 0.67 150 2.20 4.41 <1.00 <1.00 Los valores obtenidos para ambas cepas a 22ºC muestran que la sobreviencia después de 150 minutos fue casi nula con una diferencia entre ellas de 2.20 log UFC/ml; mientras que a 30ºC la cepa L15 mostró mayor resistencia comparada con la cepa Scott A con una diferencia entre ambas de 4.41 log UFC/ml. El Cuadro 9 muestra el análisis de varianza de los resultados de las reducciones obtenidas después de exponer las células de las cepas Scott A y L15 a cloro en medio Evans. Cuadro 9. Valores F y significancia estadística para los factores y su interacción. Factor Grados de Libertad F Valor de P Cepa (A) 1 29.0763 <0.0001 Temperatura (B) 1 3.0203 0.0869 Tiempo (C) 1 243.6152 <0.0001 Interacciones AB 1 0.4668 0.4968 ABC 1 1.2455 0.2685 (P < 0.05). 51 Se puede observar que el tipo de cepa (p=<0.0001) y el tiempo (p=<0.0001) tienen efecto significativo en la resistencia de las células al germicida, mientras que la temperatura muestra un ligero efecto (p=0.0869), sin embargo como se observa en las gráficas la temperatura de incubación si influye en las reducciones obtenidas, quizá la amplia variabilidad obtenida en los resultados eviten que en el análisis de varianza el efecto de este factor sea considerado estadísticamente significativo. La interacción cepa temperatura no tiene efecto significativo (p=0.4968) ni la interacción cepa temperatura tiempo (p=0.2685). En el Cuadro 10 se muestra los resultados de la prueba de Tukey para las medias de reducción obtenidas en ambas cepas; en estos resultados podemos comparar los resutados globales obtenidos de los tratamientos realizados. Cuadro 10. Prueba de Tukey de las reducciones obtenidas con las cepas seleccionadas. Cepa Media L15 2.20a Scott A 3.66b a, b Los valores seguidos de letras distintas indican diferencia estadística significativa. Las reducciones obtenidas en las cepas Scott A y L15 muestra diferencia estadística siginificativa lo cual nos confirma que la cepa L15 tiene mayor capacidad para sobrevivir en presencia de cloro (~1.50 ppm) comparada con la cepa Scott A. Se ha reportado que la fase de crecimiento en la cual se encuentren las bacterias cuando son expuestas a algún tipo de estrés es un factor primordial en su capacidad para adaptarse ante estas condiciones. Se especula que las bacterias muestran mayor tolerancia al estrés cuando se encuentran en la fase 52 estacionaria, debido a que en esta incrementan los niveles del factor sigma RpoS. Al inicio de esta fase, este factor incrementa la expresión de genes, los cuales codifican enzimas, incluidas proteínas que reparan los daños ocasionados por el agente estresante (Fratamico et al., 2005). En esta investigación las células de L. monocytogenes se inocularon en el medio Evans cuando se encontraban en fase estacionaria para evaluar su susceptibilidad al cloro ya que en está son más resistentes ante estrés y el factor sigma RpoS puede inducir la transcripción de proteínas responsables de proteger a las celulas del daño ocasionado por el estrés químico, o bien inducen la activación de sistemas encargados de reparar proteínas, ADN u otras moléculas que fueron dañados por el agente estresante. 5.3.2 Detección de ADN plasmídico en las cepas seleccionadas Con la finalidad de explicar la aparente resistencia a cloro mostrada por la cepa L15 se investigó la presencia de ADN plasmídico ya que se ha reportado que el material genético que se encuentra en los plásmidos pueden contener información genética que confiera resistencia a antibióticos, está resistencia puede generar alteraciones en la membrana celular y estas a su vez provocar mayor susceptiblidad ante tratamientos germicidas (Russell, 1991). Russell y Day (1996) propusieron que puede existir resistencia cruzada entre la resistencia a antibióticos y la resistencia a germicidas. Russell (1997) reportó que la resistencia a antibióticos que es mediada por plásmidos, puede conferir protección cruzada a los germicidas; por ejemplo: cepas de Sthaphylococcus aureus y Sthaphylococcus epidermidis ambas resistentes a antibióticos mostraron resistencia a clorhexidina y a compuestos de amonio cuaternario. Moken et al. (1997) reportaron que cepas de Escherichia coli resistentes a antibióticos expresan protección cruzada contra algunos desinfectantes domésticos como el aceite de pino. En está investigación se utilizaron células de la cepa L15 (más resistente) y como control células de la cepa Scott A (más sensible); para lo cual se tomaron muestras de los tratamientos realizados siguiendo la 53 metodología descrita en el apartado 4.3.3.4 al final del tiempo de incubación (150 min) ya que si un porcentaje de la población bacteriana tiene plásmido es probable que las células sobrevivientes después de la exposición a cloro sean las que lo contengan considerando que este les confiera reistencia al germicida. Los resultados se muestran en la Figura 9. Las bandas observadas no se asocian con la presencia de ADN plásmidico, ya que de encontrarse presentes se esperaría observar bandas desplazadas a mayor distancia de los carriles de carga (pozos) debido a que el peso molecular de los plásmidos es menor comparado con el del ADN genómico. 1 2 3 4 5 Figura 9. ADN de las cepas L15 y Scott A. Carriles 1) L15, 2) Scott A, 3) L15, 4) Scott A, 5) L15. 5.3.3 Cambios en la estructura celular de L. monocytogenes expuestas a cloro Las células de la cepa L15 expuestas a cloro durante 20 y 120 min a 30ºC se observaron al microscopio electrónico de transmisión para visualizar posibles cambios en las estructuras célulares causados por el germicida. En la Figura 10 se muestran las micrografías electrónicas de transmisión de las células de la cepa L15: células control (cultivadas en CST 54 por 24 h a 35ºC, sin exposición a cloro) y las que fueron expuestas a cloro durante 20 y 120 minutos. a b c d e f Figura 10. Micrografías electrónicas de transmisión (TEM) células de la cepa L15 (~1 x 10 8 UFC/ml); después de la exposición a cloro (~1.50 ppm a 30ºC) y células que no fueron expuestas a cloro incubadas en CST (18 h/35ºC). a y b) Células control (sin exposición previa a cloro); c y d) células expuestas a cloro durante 20 min.; e y f) células expuestas a cloro durante 120 min. Las micrografías de las células de L. monocytogenes que no fueron expuestas a cloro presentan una membrana intacta y un citoplasma homogéneo, lo que nos indica que estas quizá se encontraban en un estado fisiológico óptimo (micrografías a y b, Figura 10). Varias investigaciones señalan que el cloro actua principalmente en la pared y membrana celular ocasionando pérdida su integridad permitiendo que salgan aminoácidos libres, ATP, ocasionando pérdida irreversible de la viabilidad (Abee et al., 1994; McDonnell y Russell, 1999; Vignoli, 2008). 55 En las micrografías c y d de la Figura 10 se muestran los cambios en la estructura de las células de L. monocytogenes después de que fueron expuestas a hipoclorito de sodio durante 20 minutos a 30ºC, Las células presentan alteraciones: invaginaciones o repliegues en la membrana y algunas precipitaciones en el citoplasma alteriaciones producidas por el germicida. Las micrografías e y f (Figura 10) muestran el efecto del cloro en las células de L. monocytogenes después de 120 min de contacto. En estás un mayor porcentaje de la población presenta precipitación en su citoplasma en comparación con las micrografías de las células que fueron expuestas al germicida durante 20 min., lo que indica un incremento en el número de microorganismos dañados por el germicida. Sivarooban et al. (2008) en su investigación expusieron células de L. monocytogenes sensibles (nativas) y resistentes a nisina (1,000 IU) durante 3 h a 37ºC, estás fueron observadas mediante microscopio electrónico de transmisión. Los cambios morfológicos observados en la membrana de las células resistentes y sensibles a nisina fueron similares. McDonnell y Russell (1999) propusieron que la resistencia a germicidas químicos mostrada por células de L. monocytogenes es ocasionada por modificaciones en el grosor y el grado de entrecruzamiento del peptidoglucano de la pared celular. Estos cambios también pueden generar alteraciones en el perfil de ácidos grasos provocando que la morfología y cargas superficiales sean diferentes comparadas con las que poseen las células sensibles. Se ha reportado que en respuesta al estrés y para lograr una adaptación, se lleva a cabo un reacomodo de los ácidos grasos de la membrana bacteriana, con la finalidad de impedir la entrada de sustancias tóxicas al citoplasma bacteriano. Otras modificaciones reportadas en células que expresaron mayor resistencia a sales cuaternarias de amonio (QACs) son cambios en la proporción carbohidrato:lípido de los lipopolisacáridos de la membrana celular, logrando evitar la penetración de QACs, este mecanismos fue dilucidado en células Gram-negativas (Guerin-Mechin et al., 2000). Sin embargo existe poca 56 información sobre los mecanismos y alteraciones ocasionados en las células Gram-positivas que expresan resistencia a germicidas químicos. To et al. (2002) encontraron que células de L. monocytogenes incrementaron su resistencia ante la exposición a cloruro de benzalconio cuando este se encontraba a concentraciones subletales, después de una semana de exposición. La resistencia incrementó hasta la décima transferencia en el germicida el cual se utilizó en concentraciones crecientes; a partir de la décima transferencia no se incrementó la resistencia. Los cambios encontrados en la superficie de las células resistentes al germicida fueron: incremento en el grosor de la membrana la cual mostró ser rugosa y áspera comparada con las células que no expresaron resistencia al germicida. En esa misma investigación por medio de micrografías electrónicas de transmisión se especuló que se había activado un mecanismo de una bomba interna en las células bacterianas que mostraron ser resistentes ya que esta puede excretar algún polímero o sustancia o quizá este mecanismo le permita evitar la penetración de sustancias, cambio que no se observó en las células sensibles. Otra teoría fue que en las cepas que mostraron mayor resistencia existe un incremento en la cantidad de ácidos grasos que conforman la membrana, los cuales tienen efecto en su incremento en la resistencia a cloruro de benzalconio (To et al., 2002). 5.4. Inducción de la formación de biopelículas Para conocer si la resistencia al hipoclorito de sodio observada en la cepa L15 se asociaba a la producción de biopelículas, se repitió el experimento en las mismas condiciones (medio Evans con y sin la adición de cloro e inoculado con las cepas L15 y Scott A) y en el medio Evans se introdujeron círculos de acero inoxidable y polipropileno. Varios investigadores han reportado que la exposición prolongada de los microorganismos a niveles de estrés subletal tanto físicos como químicos genera resistencia cruzada a otros tipos de estrés; por ejemplo, la exposición a 57 ácidos induce la resistencia a altas temperaturas, radiaciones UV, etc. (To et al., 2002; Fratamico et al., 2005). En las Figuras 11, 12, 13 y 14 se muestran las micrografías electrónicas de barrido de los diferentes tratamientos. En ninguna de estas se observa la presencia de biopelículas, aunque se observan células aisladas de L. monocytogenes adheridas a la superficie de ambos materiales. Estos resultados indican que posiblemente el tiempo de incubación no fue el suficiente para permitir que las bacterias sintetizaran los polisacáridos y por ende la biopelícula (Costerton, 1999; Betancourt et al., 2004), o quizá la mínima cantidad de nutrientes que contiene el medio Evans no fue suficiente para que las células realizaran la síntesis de los exopolisacáridos durante los 150 minutos de incubación. En cuanto a la viabilidad de las células adheridas a la superficie de ambos materiales (acero inoxidable y polipropileno) los resultados obtenidos en los diferentes tratamientos realizados no permiten deducir cual fue el comportamiento de las células adheridas en las superficies debido a la baja cantidad de células encontradas. Ravishankar et al. (2000) reportaron que células de Listeria que han sido expuestas ante ácidos incrementan su resistencia a estos y también al estrés generado por la actividad del sistema lactoperoxidasa. En nuestra investigación se propuso que el estrés oxidativo provocado por el contacto de las células con hipoclorito de sodio adicionado al medio Evans podría incrementar la capacidad de las células para formar biopelículas, y de está forma permitirnos distinguir la diferencia en la capacidad de formar biopelículas que pudiera existir entre las cepas probadas (L15 y Scott A). Silva et al. (2008) en su investigación acerca de la adhesión y viabilidad de L. monocytogenes en la superficie de acero inoxidable, polipropileno, vidrio y mármol en la cual las condiciones fueron similares a las utilizadas en esta investigación (incubaron 25ºC durante 120 minutos con agitación a 120 rpm). Utilizaron un inóculo de aprox. 1x108 ufc/ml, transcurrido el tiempo de incubación la viabilidad de las células adheridas en los diferentes materiales fue diferente en cada material y dependiente de su rugosidad del material y 58 carga electrostática de las células y del material inerte. Se ha reportado que el estrés por escasez de nutrientes provoca en los microorganismos de forma general disminución en su tasa metabólica por lo que estás entran en fase estacionaria; en los microorganismos no esporulados una vez que se encuentran en está fase ocurren cambios en la composición de las proteínas celulares ya que estás son utilizadas para obtener energía reduciendo el gasto de energía con la fnalidad de conservar su viabilidad (Kolter et al., 1993). L. monocytogenes presenta movilidad tipo "tumbling" en el rango de temperatura de 20-25oC, ya que a esta temperatura expresa sus flagelos (Brackett, 1988). Es conocido que los estructuras bacterianas como flagelos y pilis pueden favorecer la adhesión de las bacterias a superficies ya que se aumenta el área de contacto entre las bacterias y las superficies (Lejeune, 2003). Por esta razón en esta investigación se realizó a 22ºC. 59 A B D C Figura 11. Micrografías electrónicas de barrido de la superficie de acero inoxidable incubado a 22ºC en medio Evans inoculado con la cepa L15. A y B) sin cloro; C y D) adicionadas de cloro (~1.5 ppm). Las muestras correspondientes a las micrografías A y B de la Figura 11 presentan menor cantidad de bacterias adheridas a la superficie de acero comparadas con las micrografías C y D, en estas últimas las bacterias se encontraban en presencia de cloro. 60 A B D C Figura 12. Micrografías electrónicas de barrido de la superficie de polipropileno incubado a 22ºC en medio Evans inoculado con la cepa L15. A y B) sin cloro; C y D) adicionadas de cloro (~1.5 ppm). En las micrografías A, B y D de la Figura 12 se observan pocas bacterias. La cantidad de bacterias fue similar a la encontrada en las muestras que tienen cloro y las que no, lo cual indica que la presencia de este no incrementó la adhesión a la superficie por parte de las bacterias. 61 A C B Figura 13. Micrografías electrónicas de barrido de la superficie de acero inoxidable incubado a 22ºC en medio Evans inoculado con la cepa Scott A. A) sin cloro; B y C) adicionadas de cloro (~1.5 ppm). En la micrografía A de la Figura 13 se observa una estructura la que quizá sea una agrupación bacteriana que se encuentre cubierta por polisacáridos. En las micrografías B y C muestran la presencia de algunas bacterias adheridas a la superficie. 62 A B Figura 14. Micrografías electrónicas de barrido de la superficie de polipropileno incubado a 22ºC en medio Evans inoculado con la cepa Scott A. A y B) sin cloro. La resistencia de L. monocytogenes a cloro es afectada principalmente por varios factores como el tipo de material donde se encuentre el microorganismo adherido, la temperatura y el pH (Azevedo et al., 2006). Los microorganismos que se encuentran formando parte de una biopelícula sufren cambios fisiológicos que pueden tener efecto en su viabilidad (Azevedo, et al., 2006). Se ha comprobado que cuando L. monocyotgenes forma parte una biopelícula incrementa su resistencia comparada con la resistencia que muestra en estado libre (Folsom y Frank, 2006). Lundén et al. (2003) reportaron que en cepas de L. monocytogenes aisladas de varias industrias que procesan alimentos las cuales fueron expuestas de forma consecutiva a concentraciones crecientes de hipoclorito de sodio y sales cuaternarias de amonio incrementaron su resistencia a ambos germicidas. La resistencia expresada a hipoclorito de sodio se incrementó de forma paulatina hasta el séptimo día, ya que después de este tiempo de contacto la resistencia no se incremento más. Las células de L. monocytogenes resistentes a los germicidas mostraron cambios fisiológicos, a los cuales se les atribuyó el incremento en la resistencia es posible que estos se pierdan con el tiempo si no se mantienen a las células en contacto con el agente estresante (germicida). Células de L. monocytogenes expresaron adaptación ante la exposición a QACs (concentraciones subletales) después de 2 horas su CMI 63 incrementó tres veces posterior al tiempo de contacto también se pesentaron cambios fisiológicos en las células. La magnitud de la resistencia mostrada por las cepas persistentes y esporádicas tuvo un valor cercano entre ambos tipos de cepas. Folsom y Frank (2006) reportaron que la resistencia de L. monocytogenes a cloro cuando se encuentran en suspensión no es afectada por el subtipo genético de cada cepa en contraste con las células que forman parte de una biopelícula donde el subtipo genético estás posiblemente puede influir en la resistencia que las células manifiestan en presencia de cloro. La resistencia a cloro en células que forman parte de una biopelícula también puede ser regulada por mecanismos diferentes a los que expresan las células cuando se encuentran en suspensión. Se ha especulado que el incremento en la resistencia bacteriana a los desinfectantes químicos puede ser ocasionada por varios mecanismos que pueden llevarse a cabo simultáneamente (Aase et al., 2000). Wirtanen y Sandholm (1992) reportaron que la exposición de las células de L. monocytogenes a cloro incrementa de forma significativa su capacidad de sintetizar exopolisácaridos (menos tiempo para que se forme la biopelícula). En varias investigaciones se ha reportado que el incremento en la resistencia a cloro mostrada por las células que formaban parte de una biopelícula no depende de la cantidad de microorganismos ni de su morfología celular. Se ha propuesto que la resistencia de las células es afectada por la cantidad y el tipo de polisacáridos que forman la biopelícula; por lo tanto la resistencia (innata) de cada una de las células que forman parte de una biopelícula no tiene efecto en la resistencia a germicidas que muestran cuando forman parte de una biopelícula (Aase et al., 2000; Pan et al., 2006). 64 VI CONCLUSIONES 1. El hipoclorito de sodio resultó el germicida más efectivo en la reducción de L. monocytogenes inoculada en espinaca. 2. La cepa de L. monocytogenes que mostró mayor resistencia a la exposición a cloro fue la L15. Esta cepa fue aislada de residuos de espinaca encontrados en el piso de la fábrica donde se procesa la espinaca precocida y congelada. Teóricamente las células inmersas en este material estuvieron expuestas a concentraciones subletales de germicida, situación que pudo haber influído en la adquisición de la aparente resistencia a cloro observada en este estudio. 3. La resistencia a cloro expresada por la cepa L15 no parece ser regulada por un plásmido. Es posible que otros mecanismos, como la síntesis de proteínas esten operando. 4. La resistencia observada en la cepa L15 tampoco se asoció con la formación de biopeliculas en la superficie de acero inoxidable y polipropileno bajo las condiciones probadas en este trabajo. 65 VII. BIBLIOGRAFÍA Aase, B., G. Sundheim, Langsrud S., and Rørvik L. V. 2000. Occurrence of and a possible mechanism for resistance to a quaternary ammonium compound in Listeria monoctyogenes. Int. J. Food Microbiol. 62:57 63. Abadias, M., J. Usall, M. Anguera, C. Solsona, I. Viñas. 2008. 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Fate of Salmonella montevideo on and in raw tomatoes as affected by temperature and treatment with chlorine. Appl. Eviron. Microbiol. 61: 2127-2131. 84 ANEXO 1.- Valoración de cloro disponible (Greenberg y col., 1992). -Colocar 25 ml de la muestra -Adicionar 10 ml de yoduro de potasio al 10% y 5 ml de ácido acético glacial, agitar -Titular con solución valorada de tiosulfato de sodio 0.01 M hasta aparición de color amarillo pálido -Adicionar 1 ml de solución de almidón al 0.5%, agitar -Titular con solución valorada de tiosulfato de sodio 0.01 M hasta desaparición de color azul Cálculos: V1 x N 1 x 3.55 x 104 Cloro disponible (ppm) = ------------------------------------------m V1 = Volumen de tiosulfato de sodio consumido en la titulación (ml) N1 = Normalidad del tiosulfato de sodio m = cantidad de muestra 2.- Valoración del ácido peracético (Greenspan y Mackellar, 1948). Determinación del % de peróxido de hidrógeno -Adicionar 10 ml de muestra en un matraz Erlenmeyer con 50 ml de ácido sulfúrico 1 N -Agregar dos gotas de indicador de ferroína y mezclar 85 -Titular con tiosulfato cérico 0.1 N hasta que persista la desaparición del color naranja por un minuto. Registrar el volumen donde se observó el vire de color como punto de equivalencia. Determinación del % de ácido peracético -Después de alcanzar el punto de equivalencia mencionado anteriormente, agregar 10 ml de solución 2 N de yoduro de potasio y 2 ml de la solución indicadora de almidón (solución 1 %), agitar -Titular rápidamente con solución valorada de tiosulfato de sodio 0.1 N hasta que el color naranja original aparezca. Registrar los mililitros de tiosulfato gastados al punto de equivalencia. Cálculos: V1 x N 1 x meqH2O2 x F1x 100 % H 2O 2 = ------------------------------------------m V1 = Volumen de sulfato cérico consumido en la titulación del H2O2 (ml) N1 = Normalidad del sulfato cérico meq H2O2 = PM H2O2 / no. e- cargados en la reacción redox = 0.017 F1 = Factor de dilución m = cantidad de muestra V2 x N 2 x meqAPA x F2x 100 % APA = -------------------------------------m V2 = Volumen de tiosulfato de sodio consumido en la titulación del APA (ml) N2 = Normalidad del tiosulfato de sodio meq APA = PM APA / no. e- cargados en la reacción redox = 0.038 F2 = Factor de dilución m = cantidad de muestra 86 NORMALIDAD REAL CERIO F1 = NORMALIDAD REAL DE TIOSULFATO -------------------------------------- F2 = 0.1 ------------------------------------------0.1 3.- Metodología (lisis alcalina) extracción de ADN plásmidico Sambrook et al. (1989). Una vez que se obtiene el sedimento de las células de ambas cepas se prosigue con el siguiente procedimiento: 1.- Resuspender las células en 1 ml de lisozima (0.5%), e incubar a 35 ± 2ºC/20 min., posteriormente centrifugar durante 15 min. a 3500 rpm a 22ºC, decantar el sobrenadante y adicionar 1 ml de solución STE (18ºC); resuspender la pastilla, enseguida de centrifugación a 5,000 rpm durante 5 minutos a 22 ± 2ºC, decantar nuevamente el sobrenadante y dejar secar el exceso de solución durante 5 min. a 22ºC, posteriormente adicionar 300 µl de solución P1 (50 mM Tris/HCl, pH 8; 10 mM EDTA, pH 8; 400 µg/ ml RNAsa A), nuevamente resuspender la pastilla con pequeños golpes evitando de esta forma la desnaturalización de la RNAsa, agregar 300 µl de la solución P2 (NaOH 0.2M y SDS 1%), la cual debe ser preparada en el momento de su utilización, mezclar por inversión de 4 a 6 veces e incubar a 22 ± 2ºC durante 5 minutos después de este tiempo puede ocasionarse degradación de el ADN plasmídico (tiempo crítico). 2.- Agregar a la muestra 300 µl de P3 (solución de acetato de potasio 2.55 M y ácido acético glacial 35%, 4ºC), enseguida se mezclar por inversión de 4 a 6 veces (lentamente). Esta mezcla se incuba durante 10 minutos a 4 ºC (en hielo). Transcurrido este tiempo centrifugar (14,000 rpm/20 minutos, 4ºC), recuperar el sobrenadante y transifirirlo a otro tubo, adicionar 600 µl de isopropanol y mezclar en voxtex. 3.- Incubar a 22 ± 2ºC durante 5 minutos, posteriormente centrifugar (14,000 rpm durante 20 minutos), decantar el sobrenadante y adicionar 500 µl 87 de etanol (70%), homogenizar la muestras completamente y centrifugar a 14,000 rpm durante 10 minutos, decantar el sobrenadante, secar durante 10 minutos a 22 ± 2ºC. 4.- Resuspender la pastilla en 50 µl de TE 1X. 88
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