222 - Scherzo
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Nº 222 - Septiembre 2007 - SCHERZO REVISTA DE MÚSICA Año XXII - Nº 222 - Septiembre 2007 - 6,50 € DOSIER Orquestas españolas 2007 – 2008 ENCUENTROS La Colombina AGENDA La temporada que empieza ACTUALIDAD Samuel Ramey REFERENCIA S Viaje de invierno de Schubert Una excelente selección de grabaciones de Decca, DG y Philips con obras interpretadas por grandes maestros. Thomas Quasthoff, Anne Sofie von Otter, Cecilia Bartoli, Maria João Pires… Obras con un precio excepcional que pone al alcance de todos las mejores joyas de la música clásica. 9,95 € cada cd sencillo. En tu espacio de música de El Corte Inglés. AÑO XXII - Nº 222 - Septiembre 2007 - 6,50 € OPINIÓN 2 DOSIER Orquestas españolas, temporada 2007-2008 136 CON NOMBRE PROPIO ENCUENTROS Samuel Ramey 8 La Colombina Fernando Fraga 10 AGENDA 24 ACTUALIDAD NACIONAL 42 ACTUALIDAD INTERNACIONAL 60 152 EDUCACIÓN 156 JAZZ ENTREVISTA Cecilia Bartoli Ana Mateo 64 Pablo J. Vayón Pablo Sanz 158 LIBROS 160 LA GUÍA 162 CONTRAPUNTO Norman Lebrecht Discos del mes 166 SCHERZO DISCOS Sumario 65 Colaboran en este número: Javier Alfaya, Daniel Álvarez Vázquez, Julio Andrade Malde, Joaquín Arnau Amo, Íñigo Arbiza, Emili Blasco, Alfredo Brotons Muñoz, José Antonio Cantón, Patrick Dillon, Pierre Élie Mamou, José Luis Fernández, Fernando Fraga, Germán Gan Quesada, Joaquín García, Manuel García Franco, José Antonio García y García, Carmen Dolores García González, Juan García-Rico, Mario Gerteis, Juan Antonio Gordón, José Guerrero Martín, Fernando Herrero, Amanda Holloway, Bernd Hoppe, Antonio Lasierra, Norman Lebrecht, Ellen Levine, Juan Antonio Llorente, Fiona Maddocks, Santiago Martín Bermúdez, Leticia Martín Ruiz, Joaquín Martín de Sagarmínaga, Enrique Martínez Miura, Aurelio Martínez Seco, Blas Matamoro, Ana Mateo, Mary Rith McGinn, Erna Metdepenninghen, Marco Antonio Molín Ruiz, Juan Carlos Moreno, Antonio Muñoz Molina, Rafael Ortega Basagoiti, Josep Pascual, Enrique Pérez Adrián, Joaquín Pérez de Arriaga, Javier Pérez Senz, Paolo Petazzi, Francisco Ramos, Arturo Reverter, David Rodríguez Cerdán, Jaime Rodríguez Pombo, Leopoldo Rojas-O’Donnell, Justo Romero, Stefano Russomanno, Carlos Sáinz Medina, Pablo Sanz, Pedro Sarmiento, Bruno Serrou, Franco Soda, Christian Springer, José Luis Téllez, Guzmán Urrero Peña, Asier Vallejo Ugarte, Claire Vaquero Williams, Pablo J. Vayón, Juan Manuel Viana, Albert Vilardell, Carlos Vílchez Negrín. Traducciones: Rafael Banús Irusta, Blas Matamoro y Ruth Zauner (alemán) - Enrique Martínez Miura (italiano) - Barbara McShane (inglés) Juan Manuel Viana (francés) Impreso en papel 100% libre de cloro PRECIO DE LA SUSCRIPCIÓN: por un año (11 Números) España (incluido Canarias) 65 €. Europa: 100 €. EE.UU y Canadá 115 €. Méjico, América Central y del Sur 120 €. Esta revista es miembro de ARCE, Asociación de Revistas Culturales de España, y de CEDRO, Centro Español de Derechos Reprográficos. SCHERZO es una publicación de carácter plural y no pertenece ni está adscrita a ningún organismo público ni privado. La dirección respeta la libertad de expresión de sus colaboradores. Los textos firmados son de exclusiva responsabilidad de los firmantes, no siendo por tanto opinión oficial de la revista. Esta revista ha recibido una ayuda de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas para su difusión en bibliotecas, centros culturales y universidades de España. 1 OPINIÓN OPINIÓN EDITORIAL 2 LA CARTA U na carta acerca de la política artística del Teatro Real firmada por un grupo de “abonados y aficionados” quejosos de algunos de los montajes vistos esta temporada en el coliseo madrileño —Wozzeck y El viaje a Simorgh—, da que pensar muy seriamente acerca de determinados aspectos de las relaciones entre el arte y sus destinatarios no suficientemente asimilados todavía en nuestra politizadísima vida cultural. La carta no se ha enviado a la dirección del teatro, lo que hubiera sido lo natural a la hora de pedir explicaciones por las “escenas claramente ofensivas” que, según los firmantes, se ofrecen y que, a su parecer, han convertido la sala en una suerte de sucursal de Sodoma y Gomorra, sino a quienes de alguna forma pueden influir en algo tan importante como es la financiación del Real: sus patrocinadores, que aportan aproximadamente el 10% de su presupuesto. La carta hace referencia a “una clara lesión a los valores y derechos humanos”, a “un notable agravio a los principios de la religión católica”, a la pornografía o a la violación y pide a sus destinatarios que estos se informen previamente de los contenidos de cada montaje para decidir si lo apoyan o no económicamente. Es decir, se trata de introducir una suerte de censura previa que vele por nuestra integridad moral como espectadores y nos evite sofocos, disgustos y tentaciones siempre peligrosas. Que las dos obras sobre las que trata de sostenerse la acusación de inmoralidad sean Wozzeck y El viaje a Simorgh es todo un síntoma. La obra de Büchner sobre la que se basa Berg es ya en sí muy dura, poco agradable. ¿Por qué ha de ser de otra forma su puesta en escena? ¿No será que Berg gusta menos aún que Calixto Bieito? El viaje a Simorgh es un estreno de un joven y brillante autor español sobre textos tan sospechosos —¿todavía?— como los de algún místico pero también tan asimilados como los de Juan Goytisolo y en su montaje aparecen, en efecto, escenas subidas de tono que, por otra parte, no habrían hecho renunciar a sus creencias —religiosas o sociales— a ninguna alma adulta enraizada en ellas. Afirman los autores de la carta que tales experiencias “están muy bien para los teatros privados pero no para los públicos”. Pero precisamente los públicos son los que deben abrirse a toda posibilidad de manifestación de diferentes ideologías artísticas que reflejan los cambios en la sociedad y sus costumbres, de Diálogos de carmelitas —una pieza que puede ofender a un ateo, y en nuestra sociedad los hay en buen número— al citado Wozzeck. Un teatro público no es un predio propio ni de sus gestores, ni de una parte de su audiencia, ni de sus patrocinadores, y la evaluación de sus resultados artísticos y económicos, como de su irradiación en la sociedad que lo pagó en su día y lo mantiene en buena medida, corresponde, por tanto, a mecanismos algo más complejos, plurales y democráticos. Y como cuando estas cosas empiezan no hay quien las pare, echémonos a temblar con lo que pudiera venirnos encima. En Madama Butterfly hay corrupción de menores y abandono del hogar; en Tannhäuser y Sansón y Dalila sendas bacanales y en La walkyria incesto; Lady Macbeth es una asesina, Violeta Valéry una prostituta y Don Giovanni un criminal y un blasfemo; sobre Peter Grimes recae algo más que la sombra de la homosexualidad y en El caballero de la rosa una mujer travestida de hombre se acuesta con una mariscala de campo. Cherubino es un rijoso, Hoffmann un dipsómano terminal y Carmen una ninfómana. Si sigue la cruzada nos quedamos sin repertorio. OPINIÓN Nº 222 - Septiembre 2007 - SCHERZO REVISTA DE MÚSICA $xR;;,,16HSWLHPEUHĄ La música extremada DOSIER Orquestas españolas 2007 – 2008 CUESTIÓN DE ELEGANCIA ENCUENTROS La Colombina Diseño de portada Argonauta Foto portada: Decca / Uli Weber AGENDA La temporada que empieza ACTUALIDAD Samuel Ramey REFERENCIA S Viaje de invierno de Schubert Edita: SCHERZO EDITORIAL S.L. C/Cartagena, 10. 1º C 28028 MADRID Teléfono: 913 567 622 FAX: 917 261 864 Internet: www.scherzo.es E mail: Redacción: redaccion@scherzo.es Administración: revista@scherzo.es Presidente: Santiago Martín Bermúdez REVISTA DE MÚSICA Director: Luis Suñén Redactor Jefe: Enrique Martínez Miura Edición: Arantza Quintanilla Maquetación: Iván Pascual Fotografía: Rafa Martín Secciones Discos: Juan Manuel Viana Educación: Pedro Sarmiento Jazz: Pablo Sanz Libros: Enrique Martínez Miura Página Web: Iván Pascual Consejo de Dirección: Javier Alfaya, Manuel García Franco, Santiago Martín Bermúdez, Enrique Pérez Adrián, Pablo Queipo de Llano Ocaña, Arturo Reverter Departamento Económico: José Antonio Andújar Departamento de publicidad Cristina García-Ramos (coordinación) cristinaramos@scherzo.es Magdalena Manzanares magdalena@scherzo.es DOBLE ESPACIO S.A. primerespacio@teleline.es Relaciones externas: Barbara McShane Suscripciones y distribución: Choni Herrera suscripciones@scherzo.es Colaboradores: Cristina García-Ramos Impresión SAN GERMÁN Depósito Legal: M-41822-1985 ISSN: 0213-4802 Scherzo Editorial, S. L. , a los efectos previstos en el artículo 32.1, párrafo segundo del vigente TRLPI, se opone expresamente a que cualquiera de las páginas de Scherzo-Revista de música, o partes de ellas , sean utilizadas para la realización de resúmenes de prensa. Cualquier acto de explotación (reproducción, distribución, comunicación pública, puesta a disposición, etc.) de la totalidad o parte de las páginas de ScherzoRevista de música, precisará de la oportuna autorización, que será concedida por CEDRO mediante licencia dentro de los límites establecidos en ella. © Scherzo Editorial S.L. Reservados todos los derechos. Se prohíbe la reproducción total o parcial por ningún medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopias, grabados, o cualquier otro sistema, de los artículos aparecidos en esta publicación sin la autorización expresa por escrito del titular del Copyright. E n el homenaje que le dieron en el Carnegie Hall cuando cumplió setenta años Ron Carter llevaba un traje negro y una camisa granate sin corbata que resaltaban su estatura magnífica, y un pañuelo del mismo color que la camisa le sobresalía como una corola del bolsillo superior de la chaqueta. No me pude fijar en los zapatos, porque estaba demasiado lejos del escenario, pero otras veces se los he visto de cerca y siempre son extraordinarios: zapatos, imagino, hechos a mano, de una piel tan bruñida y trabajada como la madera de su contrabajo. En el club Smoke, el año pasado, Ron Carter salió a tocar con un traje gris claro y una corbata de seda, y los ojos se le iban a uno igual hacia las manos tan largas que sostenían el mástil y abarcaban y pulsaban las cuerdas sin esfuerzo aparente que hacia el pie derecho calzado con un zapato magistral que llevaba el ritmo golpeando la tarima polvorienta del club. Ron Carter se viste igual que toca el contrabajo, con una elegancia abrumadora y como sin esfuerzo, y la sutileza de sus movimientos contrasta con el efecto tremendo de su maestría: no parece pelearse cuerpo a cuerpo con su instrumento hercúleo, como otros contrabajistas, no se inclina sobre él como para apuntalarlo o para arrancarle las notas a su profundidad cóncava, tan oscura como la cueva del dragón Fafner. Las manos de otros contrabajistas son chatas, musculosas, con algo de caparazones de quelonio: las de Ron Carter son largas, larguísimas, y bajan y ascienden por las cuerdas como si recorrieran el teclado de un piano, sin que el músico pierda nunca la compostura, y su color oscuro y su movilidad incesante contrastan con los puños impecables de la camisa, en los que brillan unos gemelos dorados. Habría que saber por qué motivo la distinción indumentaria ha sido tantas veces un rasgo de los músicos de jazz. No creo que haya existido nunca un duque que se vistiera a lo largo de medio siglo con la elegancia infalible de Duke Ellington: ponía en su ropa, en sus modales, en su manera de fumar o de sentarse al piano, la misma sofisticación que en componer esas partituras en las que se combinaban con una naturalidad irrepetible la pesadumbre de los blues, el júbilo del baile y de lo spirituals y las brumas cromáticas de Debussy y Ravel. Thelonious Monk se movía como un oso y llevaba trajes que parecían comprados de saldo, pero de alguna manera misteriosa aquella ropa se llenaba de dignidad y los gorros excéntricos con que culminaba Monk su figura acababan teniendo algo de coronas reales. Pero Ron Carter tuvo un maestro más cercano: desde que dejó la heroína en los primeros cincuenta, Miles Davis fue progresando en la misma medida en su estilo de tocar la trompeta que en el de vestirse. Sus trajes oscuros, sus camisas blancas, sus gafas de sol, eran tan reverenciados —y tan imitados— como su sonido limpio, rectilíneo, de una textura ligeramente arenosa, que siempre tenía una parte de asedio y otra de lejanía y de fuga. En los años sesenta, el quinteto de Miles Davis fue uno de los mejores grupos que han existido nunca en el jazz, y el de una elegancia más definitiva, resaltada en las fotos en blanco y negro: Ron Carter, Herbie Hancock, Wayne Shorter, Tony Williams. Pero nada es más fugaz que una edad de oro. Al final de los sesenta el quinteto se había disuelto, el jazz parecía al borde de la extinción, o de la irrelevancia, y Miles Davis se alejaba cada vez más ensimismado hacia sus elucubraciones eléctricas. Hizo aún uno o dos discos memorables. Pero la prueba de su decadencia es que empezó a vestirse como un proxeneta de playa. Antonio Muñoz Molina 3 O AP GIENNI D ÓA N MÚSICA ¿CLÁSICA? C A R T A S Sr. Director: L 4 eo en el editorial de SCHERZO, julio/agosto de 2007: “qué lástima no haber sido capaces de sustituir ese adjetivo limitador”. El adjetivo es el de “clásica”, que suele calificar la música de la que hablamos. Y es cierto que sus devotos no hemos hallado otro mejor. Y que, cada vez que suena, nos malsuena un poco. Y no tanto porque sea “limitador” —¿cuál no lo es?— cuanto porque no acaba de adecuarse a lo que califica. No es del todo feliz. Música clásica sabe, para muchos, a antigualla: a agua pasada. No es la primera vez que, en la historia del arte, un calificativo se desliza al amparo del menosprecio: “gótico” y “barroco”, sin ir más lejos, fueron en un principio etiquetas peyorativas y aplicadas con desdén. Y yo me temo que “clásica”, dicho de la música en cuestión, es la preferida de los modernos para designar un asunto pasado de moda: como carroza. Nótese que clásico se toma a menudo como típico, y por consiguiente tópico: como lo que se da por sabido y sobreentiende, como lo visto y requetevisto. Nada nuevo: nada que pueda interesarnos. De hecho, clásico se opone a moderno y, en el caso de la música, clásica o moderna, la disyuntiva ha prosperado desde hace, que yo sepa, más de medio siglo. Claro que, oída con oído fino, la designación de clásica puede entenderse como “con clase”, o como asunto que transciende el tiempo y la historia. Pero no es eso, ni de lejos, lo que la muchachada entiende. ¿Qué hacer entonces? ¿O cómo decir lo que queremos decir, sin que se preste a malentendido inmediato? Sabemos que nuestro objeto es diferente: ellos también lo saben, para bien o para mal. Creemos que, para entendernos, hemos de deslindar los campos: que Beethoven y Bisbal no entran, no puede ser, en el mismo saco. Pero ¿cómo calificar lo uno y lo otro? Supuesto que “clásica” no es el apellido idóneo, ¿cuál sería su cabal equivalente? Propuestas varias las A L D I R E C TO R ha habido y haylas: veamos algunas. Hace algunas décadas, Leonard Bernstein proponía, en sus célebres y admirables lecciones neoyorquinas, que a nuestra música (la llamo “nuestra” para entendernos y sin derecho alguno de propiedad o apropiación) la llamáramos música “exacta”. Quizás en su cabeza bullía el contraste del jazz, entregado a la improvisación en cuerpo y alma. Pero no creo que, con el debido respeto al admirado maestro, esa denominación nos convenza. Negar a nuestra música los dones de la improvisación sería recortarla no pocas glorias, de Bach a Boucourechliev. Sería asimismo desautorizar a Mahler cuando dice que en la partitura “está todo, absolutamente todo, todo menos la música”. Cierto que el compositor en nuestro caso trata de atar todos los cabos: pero los cabos sueltos, ni son pocos, ni son de poca importancia. En cierta ocasión y para un programa radiofónico bajo mi responsabilidad, se me propuso (y acepté sin el menor entusiasmo) el título de “la gran música”. Cuando todos los melómanos de nuestra especie sabemos cuántas de sus miniaturas nos han levantado al séptimo cielo. ¿Música “seria”? De ningún modo. ¿Acaso el finale primo de Il barbiere di Siviglia rossiniano, cuya escritura raya en la perfección, no es para partirse de risa? ¿Música “culta”? Pero ¿cómo se puede llamar inculto a lo otro, que con tanto ahínco se cultiva? ¿Es que vamos a negar que haya una cultura popular, porque es ajena a nuestro negocio? ¿“Buena” música? Toda música puede ser buena o mala en su especie: y aquí hablamos, o lo pretendemos, de especies, no de bondades, de suyo relativas. ¿Música “de autor”? Y los otros ¿acaso no son autores? Opciones hay: las dichas y otras más. Pero no mejoran, a mi parecer, la susodicha en principio. Por eso, quiero a mi vez aventurar una propuesta, inspirada quizá por una vieja publicidad (cuando ésta no era aún repugnante) que decía, de un agua mineral creo, “sólo sabe a agua”. Propongo, pues, que a nuestra música la llamemos simplemente música. Yo, como medida de respeto, la escribo con mayúscula: Música. Pero ello no deja de ser una manía personal (propia de un melómano, que por eso, por su manía, se llama melómano). Lo que quiero decir, al no decir nada, es que, si ha de buscársele un adjetivo, que se lo busquen los otros: que se le busque a la otra. Es la otra la que ha menester de algún calificativo. Y se me ocurren no pocos: pero no me corresponde a mí, que no la frecuento, el proveerlos. Música pop (queda bien), música “ligera” (no me gusta: porque se nos supone pesados), música “banal” (demasiado tendencioso), música “fácil” (no está mal), música “chunga” (no te pases), música “de consumo” (de todas creo que es ésta la designación más pertinente y precisa)… ¿Que al otro bando no molan estos y otros adjetivos y prefieren dejarla en música a secas? Sea: será que, como pescadores astutos se apuntan a la ganancia del río revuelto. O que, como mercaderes avisados dominan el arte de dar gato por liebre. ¿Qué le vamos a hacer? Por mucho que hagamos, nunca acertaremos a desterrar los equívocos de la lengua, que nos hacen decir cosas diferentes diciendo lo mismo. A veces el discurso resuelve: no es lo mismo una buena moza que una moza buena. Pero a veces no: y recurrimos al gesto, o al tono. ¿Al tono? No me parece una mala idea que la música decida acerca de lo que la palabra “música” quiere decir en cada caso. ¿A qué hablar de ello? Óiganla: oídla. Chsss… silencio. ¿Qué silencio? ¿Qué silencio? De acuerdo: yo callo, tú callas, él no calla, nosotros callamos, vosotros no calláis, ellos no callan. ¿Está claro? Pues a callar. O a no callar… Joaquín Arnau Amo Albacete O AP GIENNI D ÓA N Prismas GAZMOÑERÍA H ace tiempo que esa vieja enemiga, esa oscura enemiga, esa torva enemiga llamada la gazmoñería no levantaba cabeza. En este país hay, sin duda, muchas cosas que funcionan mediocremente o que no funcionan. Pero en lo relativo a las costumbres ha cambiado tanto que uno, que ya lleva muchos años en este valle de lágrimas, se sorprende un poco más cada día cuando se da cuenta de que al menos en lo referente al sexo apenas se alzan voces —como no sea la de un conocido prelado que dice cosas tan sorprendentes como que “En Madrid se peca mucho”— que nos retrotraigan a los viejos tiempos en los que medio país se dedicaba con fruición a vigilar las ideas y costumbres de la otra mitad para así poder escandalizarse —y de paso denunciar— de vez en cuando. Arcaicos reflejos de tiempos no tan lejanos en los que había gente —y numerosa— que sentía nostalgia de las hogueras inquisitoriales y que no tenía otro oficio ni beneficio en este país que ser “familiar del Santo Oficio”. Es decir, vivir y prosperar a cuenta del chivateo y la delación. Y eso duró hasta 1834, y se reprodujo en los años más negros de nuestra historia reciente, a partir de 1936-1939, no se olviden. Vuelven a oírse voces, sin embargo. Cuánto le gusta a determinada gente rasgarse las vestiduras, ahuecar la voz, exclamar en tono de amenaza esa palabra tan irritante: “¡Intolerable!”. Gente a la que le encantaría recortar libertades, borrarlas del mapa y hacer de Casandras para demostrar su temple moral frente a tanta ocasión de pecado. De pretexto sirve cualquier cosa, por ejemplo una representación de ópera o de una obra teatral. En general el mundo de los libros no atrae a los propicios a escandalizarse. El secreto es que en España se lee poco y por lo tanto los libros no suelen considerarse piedra de escándalo. Solo de vez en cuando algún best seller que pone en tela de juicio algún mito milenario enfurece a los eternamente crispados, los que gozan haciendo llamamientos al Apocalipsis. Quizá haya que acostumbrarse, quizá tengamos que prepararnos para tiempos peores. Ojalá no sea así, por supuesto. Hay quienes se escandalizan por ver en un escenario cuerpos desnudos. Por ver a un hombre y una mujer, a un hombre y otro hombre, a una mujer y otra mujer haciendo el amor. Lo único que se me ocurre decirles es que allá ellos. Pero que nos dejen en paz. Javier Alfaya 5 OPINIÓN Música reservata LO VEROSÍMIL E 6 palmario que la ópera conmueve, es decir, provoca una catarsis, una identificación emotiva profunda e indeleble en el espectador, lo que resultaría imposible si careciese de verosimilitud. La ópera articula un verosímil privativo, como sucede en cualquier otro de los géneros artísticos, un verosímil distinto a todos ellos pero dotado de equivalente coherencia, pero un verosímil ajeno a toda semejanza con aquéllo que afirma representar: incorpora el verosímil dramático, toda vez que está protagonizada por personajes encarnados en actuantes específicos que cantan en lugar de hablar, pero su modo de gestión del tiempo dramático y su relación con sus referentes argumentales inscriben una singularidad inalcanzable para cualquier otro arte de representación. ¿Es posible creer la ópera, es posible asentir ante la catarata de imposibilidades de, por ejemplo, Il trovatore? Convenimos en asumir las increíbles peripecias de Leonora, aceptamos conmovernos con sus inexplicables cuitas tan sólo porque la música de sus dos grandes escenas es sublime: en el acto primero, por la inexpresable habilidad con la que Verdi ha logrado dilatar hasta el último compás la caída de la melodía sobre la tónica, logrando que sus veintiocho compases se perciban como una frase única, y en el cuarto, porque su soledad escénica es incomparablemente mayor que la de cualquier otra heroína romántica en virtud de un fuera de campo que se extiende, no ya hacia los lados, merced al ominoso miserere cantado en interno, sino también hacia arriba, por la voz de un Manrico invisible en lo alto de la torre al que ni siquiera puede hacer partícipe de su presencia: la música dramatiza así una inusitada dimensión espacial, tributaria en último extremo de los cori spezzati venecianos. En un famoso comentario de Beaumarchais a Gudin de Brennerie, el autor de Le mariage de Figaro afirma acerca de su obra: “hay poca verosimilitud en los equívocos de las escenas nocturnas, pero los espectadores se prestan con gusto a creer esta suerte de ilusión cuando de ella nace un embrollo divertido”. La observación es, virtualmente, la última palabra acerca del tema: el espectador acepta lo increíble por el placer que ello le proporciona. La clave de la verosimilitud no reside en su semejanza con lo verdadero (como afirma la Academia), sino en el desear, en la aquiescencia para ceder ante una seducción promisoria. En la ópera, el papel de la música es sustituir la lógica por el deseo, recubrir el vacío de sentido así creado (la ilusión a que se refiere Beaumarchais) mediante el resplandor de su propia sintaxis, haciendo creíble lo que, de presentarse en la desnudez de sus palabras, resultaría inadmisible: al mantenerse al margen de la significación, la música es igualmente ajena a la dialéctica de lo verosímil. Enseñanza de la ópera: su realismo reposa en su inverosimilitud. Piero Sierra n un celebre artículo de 1968, Roland Barthes, glosando un ejemplo de Flaubert y otro de Michelet, sostiene que la verosimilitud literaria, el efecto de realidad, se genera por una sobreabundancia de información, por la presencia de detalles en apariencia incongruentes o innecesarios en relación con la economía significante del relato. ¿Es aplicable tal idea a un arte tan exacerbadamente irreal como la ópera? Aquí, los elementos supernumerarios o presuntamente “inútiles” de los que habla Barthes se corresponderían con esas figuras escénicas presentes tan sólo para favorecer una transición: confidentes que insertan preguntas o reflexiones retóricas en breves diálogos previos a la cavatina o en el tempo di mezzo que la separa de la cabaletta, como sucede con Alisa y Lucia o con Amenaide e Isaura, o algún particchino llegado únicamente para afirmar que “la cena è pronta” y justificar así que el coro salga de escena para que Violetta y Alfredo puedan ahondar su desencuentro. No es un caso diferente el de esos coros de cazadores, soldados o sacerdotes que inician tantas óperas sin más propósito que ofrecer un supuesto testimonio “de situación”, y cuya obviedad permite otorgar crédito a la figura protagonista o al comprimario encargado de referir en el primer monólogo ciertos acontecimientos previos a la subida del telón y necesarios para el entendimiento de la trama aún no iniciada. Empero, el problema de la verosimilitud en el teatro lírico se mantiene al margen de esta suerte de ganga narrativa: si la ópera resulta verosímil lo es por otros motivos. La ópera como género implica verosímiles muy diferentes: poco o nada tiene que ver esa sucesión de estatuas animadas que configura la ópera barroca con el Musikdrama wagneriano, o el drama clásico de Mozart con la tragedia expresionista de Alban Berg, aunque en todos los casos exista idéntica aspiración a una suerte de música absoluta cuyas leyes estructurales son, en definitiva, la garantía última de la dramaturgia. Se trata de concepciones musicales diferentes establecidas en función de factores enfrentados, de las exigencias de los cantantes a la autonomía de los compositores, de la primacía de la voz al protagonismo de la orquesta, de la forma vocal cerrada a la continuidad de la forma sinfónica: porque, estructuralmente, la ópera guarda poca o ninguna relación con la literatura o, por mejor decir, mantiene con ella una dependencia meramente instrumental en tanto que depósito de argumentos y personajes, de posibles líneas de trabajo para el libretista y el músico. El teatro cantado es provocativamente disímil respecto a cualquier realidad que no sea la suya propia: en la vida ordinaria la palabra no alcanza semejante grado de impostación ni siquiera en los actos más ritualizados, como las ceremonias institucionales o la oración fúnebre (aunque se le aproxime en intensidad o en desmesura en ciertas manifestaciones de la liturgia popular). Pero no resulta menos José Luis Téllez CON NOMBRE PROPIO SAMUEL RAMEY PROPIO CON NOMBRE Un bajo para la posteridad E 8 l norteamericano Samuel Ramey, nacido hace 65 años en Colby (Texas), en la culminación de su carrera, ya con los medios instrumentales pese a su todavía firmeza y persuasión indicando el inevitable paso del tiempo, puede mirar hacia atrás y sentirse parte importante de la historia del canto. En sus largas tres décadas de actividad fue un soberano cantante barroco y clásico, concreta- mente mozartiano, transitó con maestría por el bel canto romántico, interpretó el repertorio más llamativo del XIX italiano, francés y ruso (no el alemán, del que fue con Sinopoli un espectacular Orest straussiano), se acercó al verismo con un Scarpia y un Schicchi baritonales que la amplitud de sus medios le permitieron realizar, y llegó a la modernidad con resultados tan extraordinarios como para ser un CON NOMBRE PROPIO SAMUEL RAMEY Nick Shadow stravinskiano de referencia y un atormentado e insuperable Olin Blitch de la Susannah de Floyd. El secreto no es tal. Hay un instrumento de base fuera de lo normal por el colorido, la belleza, la densidad y el milagroso equilibrio entre los tres registros. Y la flexibilidad. Ella le permitió recuperar la figura del noble bajo rossiniano, vocalidad perdida desde hacia décadas con sus endiablados pasajes de coloratura, y que él puso al día interpretando los personajes que el pesarense ideó a la mayor gloria del cantante romano Filippo Galli. Personajes serios de la entidad de Maometto y Assur; cómicos de la estatura de Selim o de Mustafà; o de medio carácter, como el Podestà de La gazza ladra o un elegantísimo y estilizado Lord Sydney de Il viaggio a Reims. En todos ellos, Ramey creó escuela, situándose al mismo nivel que su compatriota Marilyn Horne, reencarnación moderna de la contralto in travesti rossiniana, y formando parte decisiva de la falange de cantantes norteamericanos que a partir de Beverly Sills y Shirley Verrett, las iniciadoras de la corriente, llegaron a producir una June Anderson y dos fenómenos tenoriles tan genuinamente rossinianos como Chris Merritt y Rockwell Blake. Como intérprete Ramey basa su juego especialmente en el buen canto, a partir de ahí, a través de la música va creando con gestos sobrios y comedidos sus personajes que no por ello carecen de profundidad y efecto. Con inteligencia fue adentrándose poco a poco, apoyándose en la experiencia y en el rodaje, en los grandes papeles que el XIX concibió para un bajo. En cabeza, un zar y un rey, Boris y Filippo Secondo. Si en ambos no pudo, ni pretendió, competir con glorias del pasado, con personalidades más extravertidas y ostentosas, sí supo sumar al planteo musical y canoro siempre impecable y respetuoso, la perfección del músico y la madurez de un intérprete completo y preparado. Ahí está el Don Carlo de la Scala con Muti en 1992. Rodeado de estrellas, la de más fulgor Pavarotti, Ramey fue de todo el equipo quien mejor se llevó el gato al agua. Ramey completa su retrato de intérprete en un extensa discografía donde da cuenta de su portentosa versatilidad, incluyendo como tributo patrio canciones de su país y comedia musical. Fernando Fraga Madrid. Teatro Real. 29-IX-2007. Musorgski, Boris Godunov. López Cobos. Grüber. Ramey, Kotscherga, Gorsevskaia, Pierotti. Samuel Ramey interpreta a Boris en el Festival de Salzburgo DISCOGRAFÍA SELECCIONADA BOITO: Mefistofele (titular). DOMINGO, MARTON. ESTADO HÚNGARO. PATANÉ. SONY (1988). FLOYD: Susannah (Olin Blitch). STUDER, HADLEY. ÓPERA DE LYON. NAGANO. VIRGIN (1994). HAENDEL: Ariodante (Rey de Escocia). BAKER, MATHIS, BOWMAN, BURROWES, RENDALL. ENGLISH CHAMBER. LEPPARD. PHILIPS (1978). MEYERBEER: Robert le Diable (Bertrand). ANDERSON, VANZO, LAGRANGE, DONATI. ÓPERA DE PARÍS. FULTON. LEGATO (1985). MOZART: Don Giovanni (titular). TOMOWA-SINTOW, WINBERGH, BURCHULADZE, BALTSA, FURLANETTO, BATTLE. FILARMÓNICA DE BERLÍN. KARAJAN (1985). — Le nozze di Figaro (titular). ALLEN, KANAWA, POPP, STADE. FILARMÓNICA DE LONDRES. SOLTI. DECCA (1982). OFFENBACH: Les contes d’Hoffmann (Lindorf-Coppelius-Dr. Miracle-Dapertutto). ARAIZA, NORMAN, LIND, STUDER. STAATSKAPELLE DRESDEN. TATE. PHILIPS (1989). ROSSINI: L’italiana in Algeri (Mustafà). HORNE, PALACIO, BATTLE, TRIMARCHI. SOLISTI VENETI. SCIMONE. CD ERATO (1980). — Il viaggio a Reims (Lord Sydney). GASDIA, RICCIARELLI, ARAIZA, CUBERLI, RAIMONDI, DARA. CÁMARA DE EUROPA. ABBADO (1984). — Maometto II (titular). ANDERSON, ZIMMERMANN, PALACIO. FILARMONÍA. SCIMONE. PHILIPS (1983). — Semiramide (Assur). ANDERSON/STUDER, HORNE/LARMORE, OLSEN/LOPARDO. METROPOLITAN NUEVA YORK/SINFÓNICA LONDRES. CONLON O MARIN. DVD ARTHAUS (1990)/CD DEUTSCHE DE GRAMMOPHON (1992). — La gazza ladra (Podestà). RICCIARELLI, MATTEUZZI, FURLANETTO, MANCA DI NISSA. RAI TURÍN. GELMETTI. SONY (1989). STRAVINSKI: The Rake’s Progress (Nick Shadow). POPE/LOTT, LANGRIDGE/GOEKE, WALKER/ELIAS. LONDON SINFONIETTA/FILARMÓNICA DE LONDRES. CHAILLY/HAITINK. CD DECCA (1983)/DVD ARTHAUS (1975). VERDI: Attila (titular). STUDER, KALUDOV/SHICOFF, ZANCANARO. SCALA DE MILÁN. MUTI. CD EMI (1989)/DVD VL Classic (1991). VERDI: Oberto (titular). GULEGHINA, URMANA, NEILL. ST. MARTIN IN THE FIELDS. MARRINER. PHILIPS (1996). 9 Albacete. Sociedad de conciertos CICLOS E INSTRUMENTOS Badura-Skoda L a Sociedad de Conciertos de Albacete (SOCA) prevé una nueva temporada, 2007-2008, estructurada en dos periodos, septiembre de 2007 a enero de 2008 y febrero a junio de 2008, comprendiendo sus cuatro habituales ciclos en dos grupos sucesivos de dos: Festival Internacional de Piano en paralelo con el de Música Antigua Tomás de Torrejón y Velasco en el primer periodo (otoño-invierno) y Festival Lírico y de Música de Cámara en el segundo (invierno-primavera). Como asimismo es habitual se cuenta con una apertura de lujo: el recital de piano de Paul Badura-Skoda, previsto para el 26 de septiembre de 2007. Es el único intérprete cuya presencia nos ha sido confirmada y se desconoce el programa. BADURA-SKODA AGENDA AGENDA Otros pianistas que se espera desfilen por este ciclo, sin fecha y programa confirmados, son Jean Paul Sevilla y Daniel Blumental. Entre los proyectos de la Sociedad figura la promoción de un ciclo sinfónico, que constituiría una novedad en sus programas y el dotar a la catedral de esta capital de un órgano que pueda competir con los varios mag- níficos, históricos y modernos, que poseen otros pueblos de la provincia (en Liétor son dos, el histórico de la Parroquia de Santiago y el moderno del Convento de Carmelitas, y está en proyecto un tercero, positivo, para la Ermita de Belén) y son objeto de ciclos anuales de gran predicamento e interés. Joaquín Arnau Amo Albacete. Sociedad de Conciertos. http://www.websoca.com/. Alicante. Sociedad de Conciertos GRANDES PIANISTAS Zimerman, Pires, Perianes, Lewis E 10 n las 19 convocatorias previstas por la Sociedad de Conciertos de Alicante para la temporada 2007-2008 llama de inmediato la atención no sólo por la abundancia de grandes nombres del piano. Entre aquellos de éstos que actuarán en solitario destacan, naturalmente, figuras consolidadas en lo más alto del escalafón como son Krystian Zimerman (3-3-08) y Maria João Pires (26-5-08). No obstante, al melómano no le pasarán inadvertidos ni Javier Perianes (13-11-07), el español actualmente con mayor proyección internacional en la especialidad, ni Paul Lewis (3-12-07), éste con un reto tan formidable ante sí como las tres últimas sonatas de Beethoven. Despiertan asimismo enorme interés las intervenciones de Eldar Nebolsin junto a la Orquesta de Cámara de Berlín (Noveno de Mozart, 28-1-08) y de Elisso Virsaladze con la Orquestra de València y Yaron Traub (Primero de Chopin, 7-2-08). Por otro lado, en el recital de apertura Till Fellner hará seguramente algo más que acompañar a la violinista Viviane Hagner en un programa que incluye la Primera Rapsodia de Bartók y la Kreutzer (2-10-07), y lo mismo se podría decir de Leif Ove Andsnes con respecto a Christian Tetzlaff en el de clausura (3-6-08). En otros apartados, hay dos “encerronas” que resultan de lo más prometedoras: la de Shlomo Mintz con los 24 Caprichos para violín solo de Paganini (28-11-07) y la de los hermanos Capuçon (Renaud al violín y Gautier al violonchelo) junto al pianista Nicholas Angelich con la integral de los Tríos de Brahms (11-3-08). Otro formidable caballo de batalla, la Sonata de Franck, cerrará el 10-1-08 un programa en el que ya se habrán oído a cargo de Vladimir Spivakov y Alexander Ghindin obras de compositores de estilos tan diversos como Schubert, Bartók y Pärt. Instrucción a la vez que deleite aportará sin duda el clarinetista Joan Enric Lluna, con Moon Winds al piano, en la yuxtaposición del Divertimento sobre “Una cosa rara” de Martín y Soler y una colección de transcripciones de AGENDA PIRES Barcelona. Ibercàmera GRAN REPERTORIO Pires, Brendel, Pollini, Gergiev L Alfredo Brotons Muñoz der. En cuanto al trío de ases del piano, Pires tocará obras de Bartók (Suite opus 14), Mendelssohn (cuarto cuaderno de las Romanzas sin palabras y Chopin (Berceuse, op. 57 y Sonata nº 3) y Brendel insistirá en su repertorio predilecto; Haydn (Sonata en do menor, Hob, XVI:20) Beethoven (Sonata nº 31), Schubert (Impromptus D. 935, nºs 1 y 3) y Mozart (Sonata en do menor, K. 457). El programa de Pollini, para variar, a determinar. En la temporada paralela de cámara destaca la presencia del Cuarteto Casals, que celebrará su décimo aniversario. Entre las citas, un encuentro del guitarrista Carles Trepat y el cantaor Duquende, el Cor Madrigal dirigido por Mireia Barrera y actuaciones de los Zukerman Chamber Players y el Cuarteto Pavel Hass. Javier Pérez Senz Ibercàmera. Barcelona. http: //www.ibercamera.es/. PERIANES Eric Manas ZIMERMAN GERGIEV Vicente Simón arias de El rapto en el serrallo que ofrecerá el 17-12-07. El Cuarteto Kopelman con los rusos Borodin, Shostakovich y Chaikovski sobre los atriles (15-10-07), el Kuchl (23-4-08), el Trío Florestán (25-3-08) y el Ensemble Berlín (7-4-08) completan la vertiente camerística de una programación a cuya brillantez contribuirán también sin duda el magnífico violonchelista Lynn Harrell, secundado por la Orquestra de València con Walter Weller al frente, en el Segundo Concierto de Shostakovich (15-508), y el viaje de Haydn a Schubert pasando por Mozart que propondrá la Orquesta Nacional Húngara dirigida por Zoltan Kócsis (20-2-08). Hiromichi Yamamoto a presencia de grandes intérpretes del piano es una constante en las temporadas de Ibercàmera y en la próxima, la número 24, el listón se sitúa muy alto: Maria João Pires, Alfred Brendel y Maurizio Pollini. La música romántica y los clásicos del siglo XX reinan en los 12 conciertos —dos de ellos fuera de abono— repartidos entre el Auditori y el Palau, que ofrecerán del 4 de octubre al 5 de junio de 2008. Al igual que sucede en el ciclo Palau 100, la programación se centra en el gran repertorio y olvida la música española, que sólo figura en su ciclo de cámara. La violinista Viviane Hagner y el pianista Till Fellner (un bello programa que incluye Tres piezas, op. 14 de Kurtág, Rapsodia nº 1 de Bartók y la Kreutzer de Beethoven) abrirán su próxima temporada, en el Palau, que acogerá cinco de los 12 conciertos programados. Ofrecerán ocho citas orquestales, la mayoría en el Auditorio, con propuestas de alto voltaje: Valeri Gergiev y la Sinfónica de Londres (Petrushka y Patética); Rafael Frühbeck de Burgos y la Sinfónica de Pittsburgh (extractos de Los maestros cantores y Tristán e Isolda y Primera de Brahms); Fabio Luisi y la Sinfónica de Viena (Inacabada y Séptima de Bruckner); Filarmónica Nacional de Hungría y Zoltan Kocsis (Haydn/Mozart/Schubert): y Lorin Maazel, con Alexis Volodin y la Sinfónica Toscanini en un monográfico Beethoven (Tercer Concierto para piano y Pastoral. La programación incluye citas con la Orquesta de Cámara de Viena y la directora española Virginia Martínez (Adagio de Barber, Idilio de Siegfried y Primer Concierto de Chopin, con Ingrid Fliter), una audición de La pasión según San Mateo, a cargo del coro de niños de Windsbacher y los Deutsche Kammervirtuosen, dirigidos por Karl-Friedrich Berinnger, y el Trio Guarneri tocando el Triple de Beethoven con la Philharmonia de Praga y Kaspar Zehn- LEWIS Sociedad de Conciertos. Alicante. Tfno. 965 213 809. 11 AGENDA Barcelona. Palau 100 DOMINIO SINFÓNICO Bartoli, Salonen, Mehta, Muti E n una temporada que estará marcada por la celebración del centenario del Palau de la Música Catalana, el ciclo Palau 100 apuesta una vez más por las grandes orquestas en su XVII temporada, que ofrecerá 17 conciertos del 18 de septiembre al 8 de mayo de 2008. Al margen del protagonismo sinfónico, el buque insignia de los ciclos organizados por la Fundació Orfeó Català-Palau de la Música acogerá el regreso de Cecilia Bartoli, en una velada rossiniana con La Scintilla, un concierto navideño con Ainhoa Arteta y José Carreras, dirigido por David Giménez, y un recital del gran Grigori Sokolov. La programación, volcada en el repertorio romántico y los clásicos del siglo XX, presta poca atención a la creación actual y olvida por completo la música española. Sólo hay cuatro piezas de autores vivos en la temporada: Arvo Pärt, en el recital de Vladimir Spivakov, y en el terreno sinfónico, Steven Stucky, Isabel Mundry y Josef Bardanashvilli, presentes en las giras de la Filarmónica de Los Ángeles y Esa-Pekka Salonen (Cuarta y Séptima de Sibelius), la Staatskapelle de Dresde y Fabio Luisi (Vida de héroe e Idilio de Siegfried), y la Filarmónica de Israel con Zubin Mehta en dos conciertos que incluyen obras de Schoenberg (La noche transfigurada, Schubert (Novena), Mozart (la Júpiter) y Dvorák (Nuevo Mundo). El desfile orquestal se com- pleta con la Philharmonia y Riccardo Muti; Filarmónica de la BBC y Gianandrea Noseda (Sinfonía da Requiem, de Britten, concierto de Sibelius con Hilary Hahn y el straussiano Zaratustra); Sinfónica de Cincinatti y Paavo Järvi (Concierto de Chaikovski con Janine Jansen y Décima de Shostakovich); Frans Brüggen, por partida doble, con la Orquesta de Cámara Escocesa (Mendelsshon/Mozart) en una velada mozartiana con el Orfeó Català y la Orquesta del Siglo XVIII (Misa de la coronación); y la Filarmónica China (Segundo de Rachmaninov con Lang Lang y La canción de la tierra). Joan Enric Lluna y su grupo Moon Winds, y la Kammerorchester de Berlín, con Eldar Nebolsin, completan una temporada que incorpora a su oferta un ciclo de cinco conciertos de cámara en el Petit Palau en el que sí figura el repertorio español, un homenaje al Padre Soler a cargo del Cor de Cambra del Palau de la Música. También actuarán el Trío Beaux Arts y los cuartetos Jerusalem, Mandelring y Mozarteun, con el pianista Adolf Pla. Javier Pérez Senz Palau 100. Barcelona. http: //www.palaumusica.org/. Barcelona. Euroconcert ESTRENO MOZARTIANO Colom, Kirkby, Lislevand E 12 COLOM Rafa Martín Eric Richmond KIRKBY l estreno en España de una obra inédita de Wolfgang Amadeus Mozart, su pantomima Pantalone y Colombina, K. 446, una verdadera Commedia dell’Arte ideada e interpretada por el propio Mozart en el carnaval de Viena de 1783, es uno de los principales atractivos de la nueva temporada del ciclo privado Euroconcert, que ofrecerá diez conciertos del 15 de octubre al 27 de mayo de 2008. El rescate mozartiano corre a cargo del Ensemble Neue Streicher, dirigido por Georg Kugiu, en una reconstrucción de la partitura firmada por Johannes Holik para el Theater Forum Schwecht de 2006 y con puesta en escena de Milan Sladek, que asume el papel de Pierrot. La programación, centrada en el barroco, el clasicismo y el romanticismo, evita el repertorio más trillado con programas temáticos defendidos en muchas ocasiones por nuevos solistas y conjuntos de calidad no siempre conocidos en España. Vuelven al ciclo artistas como Josep Maria Colom —piezas de Bach (Suite francesa nº 5, BWV 816), Ravel (Le tombeau de Couperin) y Beethoven (Sonata nº 32, op. 111)—, la soprano Emma Kirkby con el barítono Peter Harvey y el conjunto London Baroque, en un programa bachiano que incluye dos cantatas del ciclo navideño, y los fieles e incombustibles I Musici, que tocarán obras de Vivaldi, Albinoni, Locatelli y Benedetto Marcello. Hay veladas camerísticas de irresistible encanto: el Scharoun Ensemble Berlin tocando la Suite checa, op. 39 de Dvorák y el Octeto de Schubert; el conjunto Piccolo Concerto Wien, que combina piezas de Leopold Mozart y su célebre hijo con partituras raramente programadas, como el Quinteto en do mayor de Johann Michael Haydn y el Sexteto de Luigi Maria Gatti; los Virtuosos de Viena, con el clarinetista Ernst Ottensamer en una velada que reúne el Quinteto, K. 581 de Mozart, el Quinteto, op. 115 de Brahms y la curiosa Pieza de concierto para dos clarinetes, op. 114, de Mendelssohn. Son, en definitiva, programas que siempre reservan sorpresas al aficionado inquieto. Hay también, naturalmente, obras de gran repertorio, como los tríos con piano de Haydn, Beethoven y Chaikovski que tocarán el Vienna Piano Trio, o el programa centrado en las cortes de Viena, Madrid y Mannheim a cargo del Ensemble Berlin, que reúne quintetos y serenatas de Mozart, Boccherini y Stamitz. Y entre las exquisiteces, la velada de Rolf Lislevand y el Ensemble Kapsberger con madrigales y danzas de Orlando di Lasso, Palestrina, Marenzio, Luis de Narváez, Diego Ortiz y otros autores. Una delicia. Javier Pérez Senz Euroconcert. Barcelona. http: //www.euroconcert.org/. AGENDA Bilbao. Sociedad Filarmónica BACH Y HAYDN EN EL CORAZÓN Minkowski, Brüggen, Hewitt, Larmore E sta temporada la sala de la Sociedad Filarmónica de Bilbao verá pasar todas las sinfonías londinenses de Haydn, a cargo de Marc Minkowski y su Les Musiciens du Louvre, y el oratorio La Creación, con el Orfeó Català, la Orquesta del siglo XVIII y Frans Brüggen en el podio, como aperitivo de todo lo que en 2009 llegará con los doscientos años del fallecimiento en Viena del autor austriaco. Y mirando un poco más atrás, la canadiense Angela Hewitt vendrá con los dos cuadernos de El clave bien temperado de Bach, un poco con la esperanza de que esos alumnos de piano que tantas y tantas veces se han enfrentado a sus pentagramas puedan verlos y disfrutarlos desde fuera, con o sin partitura en mano. El curso lo abrirá el ruso Alexei Volodin y lo cerrará el alemán Christian Zacharias, ambos pianistas. En medio, los nombres de Sarah Chang, Matthias Goerne, Elisabeth Leonskaja, Jennifer Larmore, Angelika Kirchschlager, Alberto Nosé, Joaquín Achúcarro, Grigori Sokolov, Leif Madrid. Liceo de Cámara EN EL NOMBRE DE HAYDN Ove Andsnes, Julia Fischer, Renaud y Gautier Capuçon, Nicholas Angelich y Sol Gabetta figurarán en los programas de algunos de los treinta y dos conciertos que se celebrarán entre octubre y junio. Lo harán también los de grupos de cámara como los tríos Wanderer (con el oboísta Francois Leleux de invitado), Florestan y Zimmermann, los cuartetos Vertavo, Pacífica, Wolf (con la viola Anita Mitterer) y Tokio, y los de formaciones como la English Chamber Orchestra, la Orquesta de Cámara de Basilea, la Jerusalem Chamber Music Ensemble o la Capella de’ Turchini. El repertorio irá desde Vivaldi hasta Ginastera, desde Purcell hasta Korngold, con paradas en los países nórdicos, donde nació, vivió y ahora hace un siglo murió Edvard Grieg, el gran maestro noruego. Asier Vallejo Ugarte Sociedad Filarmónica. Bilbao. Tfno. 944 232 621. ALBAN BERG Alban Berg, Tokio, Mosaïques, Capuçon y Onofri 14 TOKIO repertorio que trae el Cuarteto Arcanto y original el que, en esta ocasión, ocupa los atriles del Artemis (Op. 88 de Kapustin y Segundo de Chaikovski). Este año, los estrenos corresponden al Trío Jean Paul (una obra del joven Héctor Parra) y el Cuarteto Sacconi (Cuarteto nº 2 de Holloway). Este último conjunto integra el dúo de cuartetos jóvenes del XVI Liceo junto con el Cuarteto Pavel Haas, que plantea un muy atractivo recital con obras de Haydn, Prokofiev (Primero), Maxwell Davies y Haas (Segundo). El Ensemble Scharoun con la soprano Annette Dasch (Haydn, Henze, Schubert, Gubaidulina), el New Helsinki Quartett y Karttunen (Quinteto D. 956 de Schubert) e Imaginarium con Enrico Onofri en la integral de las Sonatas op. 5 de Corelli completan el ciclo. Juan Manuel Viana Liceo de Cámara. Madrid. Fundación Caja Madrid. http: //www.fundacioncajamadrid.es/. Santiago Torralba Juri Tscharyiski T ras la huella de Bach del pasado año, es la no menos poderosa de Haydn la elegida por Luis Gago para vertebrar los contenidos de esta XVI edición del Liceo de Cámara, de la Fundación Caja Madrid. Pese al recorte temporal impuesto por el cierre del Auditorio, la propuesta de esta temporada —desplegada entre el 23 de enero y el 17 de junio de 2008— apenas pierde intensidad (sólo dos conciertos menos que el pasado ciclo) y en su programación se conjugan las visitas de viejos conocidos con otros nombres que, como en la pasada edición, concurren al Liceo por vez primera. Entre aquéllos destaca especialmente la doble cita con el Cuarteto Alban Berg que celebra así su despedida definitiva de los escenarios con dos conciertos dedicados a algunos de sus viejos caballos de batalla: Haydn, Beethoven, Schubert y las dos obras para esta formación (Cuarteto op. 3, Suite lírica) que firmara el maestro al que deben su nombre. Para no perdérselo. Como la doble sesión del Cuarteto de Tokio, que incluye obras de Haydn (la Op. 50 al completo), Hayashi (Lamento) y Auerbach (Cuarteto nº 2 “Primera luz”). El Cuarteto Casals y el Mosaïques ofrecen, también en dos programas cada uno, otras tantas colecciones haydnianas íntegras: al grupo español corresponde la Op. 33 con el añadido de dos páginas mozartianas (las K. 458 y 464). Al segundo, la Op. 20 a la que se suman tres Divertimentos con el refuerzo del chelista Raphaël Pidoux y Christophe Coin en el baryton. Shostakovich domina los programas de los dúos integrados por Julian Rachlin e Itamar Golan (Sonatas para violín y viola y Diez Preludios op. 34) y Han-na Chang con Sergio Tiempo (Sonata para chelo más obras de Schumann y Chopin). Tan variado como atractivo el programa de otra brillante pareja, los hermanos Renaud y Gautier Capuçon, que reúne páginas breves de Ravel, Debussy y Bartók junto a dos magistrales Dúos (los firmados por Schulhoff y Kodály). Grave y austero (Siete últimas palabras de Haydn; Langsamer Satz de Webern; Decimoquinto de Shostakovich) el AGENDA Madrid. Ibermúsica CHAIKOVSKIANA Temirkanov, Gergiev, Blomstedt, Thielemann, Davis E l veterano ciclo sinfónico organizado por Alfonso Aijón aprieta esta temporada su calendario —obras del Auditorio Nacional obligan— para poder ofrecer entre el 10 de febrero y el 10 de junio del próximo año 18 conciertos (contra los 24 acostumbrados) en sus dos ciclos habituales. Como ya es costumbre, las grandes obras del repertorio dominan unos programas que este año deparan pocas sorpresas. Una de ellas —y muy bienvenida— es la que ocupa la segunda visita de Temirkanov con la Filarmónica de San Peters- burgo: la infrecuente Iolanta chaikovskiana. Una popular partitura coreográfica del músico ruso, El lago de los cisnes, figura como plato fuerte de la primera. Chaikovski y su Sinfonía “Patética” y Stravinski con Petrushka conforman el primer concierto de Gergiev al frente de la Sinfónica de Londres, que un día más tarde ofrece un programa ruso-francés con obras de Berlioz (selección de Romeo y Julieta), Debussy (La mer) y Rimski-Korsakov (Scheherazade). Otro Chaikovski sinfónico (el de la Quinta) domina la visita de la Royal Concertgebouw con Gatti, que también incluye páginas de Schumann (Obertura de Manfred) y Brahms (Variaciones Haydn). Mahler con la Primera y Strauss con Una vida de héroe resaltan las dos veladas a cargo de Fabio Luisi y la Staatskapelle de Dresde, que engloban partituras de Mozart (Sinfonía nº 36 “Linz”), Mundry (estreno de Balances) y Hindemith (Concierto para violín con Frank Peter Zimmermann). Janine Jansen constituye, sin duda, uno de los alicientes del concierto de la Sinfónica de Cincinnati y Paavo Järvi; en atriles el Concierto para violín de Chaikovski y la Novena de Schubert. Y las voces de Quasthoff y Cangemi un incentivo para escuchar La creación haydniana que dirigirá Adam Fischer a la Haydn Philharmonie. Christian Thielemann defiende un tentador monográfico Strauss (Don Juan, Muerte y transfiguración, Así habló Zaratustra) con la Filarmónica de Múnich, orquesta con la que el maestro alemán acomete un día antes la Cuarta de Bruckner, una de las cuatro sinfonías del austríaco que podrán escucharse en el ciclo. La otras corren a cargo de Blomstedt (Quinta con la Joven Madrid. Juventudes Musicales GENTE DE COFIANZA Jacobs, Gardiner, Savall, Kavakos JACOBS 16 Joaquín Martín de Sagarmínaga Eric Larrayadieu S Juventudes musicales. Madrid. http: //www.juvmusicalesmadrid.com/. Marco Borggreve KAVAKOS GARDINER in alcanzar el esplendor de las dos últimas temporadas, Juventudes Musicales de Madrid se presenta de nuevo como un ciclo de conciertos muy consolidado, con sustento en un puñado de grandes nombres de la interpretación musical, de gran tirón sobre su entusiasta y agradecido público. El repertorio, aunque bello, es tradicional y muy difundido. En este sentido no asume muchos riesgos, en lo que parece ser un pacto tácito entre programadores y público. Sus ámbitos privilegiados vuelven a ser la música antigua y el violín (y más en general, la cuerda). Expresivo y fantasioso, René Jacobs dirigirá Giulio Cesare en versión de concierto; también son altas cotas el elegante John Eliot Gardiner y el indagador Jordi Savall. El violín, por su parte, vuelve con esa plétora de nombres habituales (Vengerov, Mutter, Kremer, Kennedy), a los que se añadirán los más esporádicos Kavakos (que hará el Concierto de Berg) o Janine Jansen. El árbol del violonchelo, por su parte, empieza a dar nuevos frutos, y agitado convenientemente arroja los nombres relevantes de Jian Wang, Gautier Capuçon o Lynn Harrell (éste, uno de los pocos importantes del anterior periodo, que fue más seco). El piano, a paso más rezagado, contará con la novedad del turco Fazil Say, que en su presentación en Madrid dividió las opiniones entre quienes lo tomaban por genio o por un remedo de tal. Una propuesta muy de Juventudes suele ser la reunión de varias luminarias para hacer música de cámara. Entre las opciones de este año destacan los Tríos de Brahms con Anne-Sophie Mutter, Yuri Bashmet y Lynn Harrell. Otro de los grandes conciertos será a buen seguro el de Ingo Metzmacher, director de orquesta dotado de chispa y de genuino coraje, quien al frente de la DSO de Berlín ofrecerá obras de Ives, Ravel (con Hélène Grimaud) y Stravinski. AGENDA Juan Manuel Viana BLOMSTEDT Ángel Luis Aldai Orquesta Gustav Mahler) y Colin Davis (Sexta y Séptima), que celebra su 80 cumpleaños en compañía de la Sinfónica de Londres y otras dos piezas sinfónicas schubertianas: Quinta e Inacabada. Marriner con Cadaqués (El sueño mendelssohniano al completo) y Ozawa con Mito (Mozart, Hosokawa, Beethoven) completan el cartel orquestal al que se añaden sendos recitales pianísticos de Lupu (Sonata D. 850 de Schubert y el Primer Cuaderno de Preludios de Debussy) y Barenboim. THIELEMANN Ibermúsica. Madrid. htttp: //www.ibermusica.com/. Madrid. Ciclo Lied NIVEL Y VARIEDAD Schwanewilms, Padmore, Damrau, Goerne Javier del Real SCHWANEWILMS E sta actividad, ya habitual para el público madrileño, promete conservar el altísimo nivel que la caracteriza. A la solvencia de los artistas comprometidos se une una variedad en la oferta de las composiciones anunciadas, de modo que nos pondremos al día en cuanto al panorama del canto camerístico a la vez que reforzaremos nuestra memoria con las páginas más queridas y esperadas del mundo cancioneril. Entre los nombres que aparecen en ella por primera vez cuentan la soprano Anne Schwanewilms, de amplia circulación europea, quien propondrá un menú dominado por Strauss; el tenor Mark Padmore, dotado de una tesitura nada corriente en este campo, se dedicará al schubertiano Canto del cisne; Diana Damrau, brillante coloratura ya juzgada en Madrid, hará una variedad donde luce Amor y vida de mujer de Schumann. Entre quienes vuelven, seguramente a reiterar sus blasones y a recibir la aprobación de los aficionados, tendremos al hondo, intenso y bellamente oscuro barítono Matthias Goerne en un monográfico Schubert y nada menos que con Elisabeth Leonskaia de compañera; Susan Graham, con una curiosa muestra de la canción francesa donde desfilarán no menos de veintiún compositores; Christian Gerhaher habrá de reiterar su maestría y su expresividad austeramente seductora en un monográfico Brahms; Waltraud Meier, volviendo a declararse mezzosoprano, habrá de encarar a Schubert y Strauss, en tanto el canónico José van Dam, en la cima de su veteranía y la ancha versatilidad de sus repertorios, resolverá un programa francés, entre Fauré y Poulenc, pasando por Duparc, Ibert y Debussy. Los pianistas del caso elevan su nivel al de los solistas vocales. Aparte de la ya citada, cuentan Helmut Deutsch, Malcolm Martineau, Roger Vignoles, Gerold Huber, Maciej Pikulski, Stephan Lademann y Josef Breinl. Mezcla esta lista PADMORE a algunos ya juzgados y más que aprobados por nuestro público junto a otros que hacen su presentación en el ciclo. Blas Matamoro Ciclo de Lied. Madrid. http://teatrodelazarzuela.mcu.es/. 17 AGENDA Valencia. Sociedad Filarmónica A LA BÚSQUEDA DE SOCIOS Orquesta de Cámara de la Unión Europea, Beethoven Klavier Quartet D esde hace unas dos décadas, es decir, desde la inauguración del Palau de la Música, el número de socios de la Sociedad Filarmónica de Valencia viene descendiendo lenta pero constantemente. Para atajar el goteo se han intentado varias fórmulas de programación, aunque ninguna se ha mantenido lo suficiente como para poderla considerar una tendencia. Más bien se ha tratado de bandazos. Así, tras un curso en que se ha apostado por la música de cámara de calidad, en el 2007-08 parece quererse complacer el gusto por la música orquestal, que es el que se ha ido haciendo dominante en el público valenciano. Lo que sucede es que en ese terreno los costes se disparan y las expectativas artísticas lógicamente se han de rebajar. De los veintidós conciertos previstos, más de la tercera parte la ocupan orquestas de cámara o sinfónicas, y de éstas la inmensa mayoría procedentes de la Europa oriental. Se abrirá el 22 de octubre con la Filarmónica de Lieja, a la que luego seguirán los Virtuosos de Praga (19-11-07), la Camerata Stoccarda (26-11), la Filarmónica Estatal de Iassy (71), los Solistas de la Orquesta de Cámara Checa (28-1), la Capella Regia de Praga (10-3), la Orquesta de Cámara de Varsovia (28-4), la Orquesta de Cámara de la Unión Europea (12-5) y la Orquesta Sinfónica Húngara (22-5). Si el objetivo es complacer a los sectores más conservadores, el problema puede venir por el lado de los programas, donde abunda el barroco pero no las obras del gran repertorio. El segundo bloque en importancia cuantitativa lo componen el Beethoven Klavier Quartet (12-11), el Cuarteto Enesco (3-12), el Cuarteto de Cuerdas de Jerusalén (11-2), el Cuarteto Philharmonia de Berlín (26-2), el Trío Kubelik (14-4) y el Quinteto Valentin Zhuk (5-5). De estos grupos, los conocidos garantizan un nivel interpretativo alto, pero pocos de ellos presentan obras de particular interés para los iniciados o de gancho inmediato para los profanos. El piano, otrora sostén básico de la programación Madrid. Universidad Complutense ITINERARIOS EUROPEOS Minkowski, Russell Davies, Janowski, Spinosi, Thibaudet I 18 nglaterra, Italia, Austria, Alemania, Hungría, Rusia, España… El XII Ciclo Complutense propone a lo largo de diez etapas un atractivo periplo musical que atraviesa de un extremo a otro el continente europeo. Como comienzo de temporada, el 23 de enero Mark Minkowski y “sus” Musiciens du Louvre, invitados habituales al ciclo, proponen una velada integrada por varias de las Sinfonías “Londres” haydnianas. El maestro austrohúngaro y Anton Bruckner con su Sexta Sinfonía integran el programa de ese interesante bruckneriano que en los últimos años ha revelado ser Dennis Russell Davies; frente a los atriles los músicos de la Orquesta Bruckner de Linz. Inteligente y homogéneo el contenido del concierto que Michael Sillito brindará al frente de la Academy of Saint Martin in the Fields, con obras de Mozart (Concierto para clarinete, con Michael Collins de solista), Haydn (Sinfonía nº 45 “Los adioses”), Stravinski (Concierto en re) y Schnittke (Moz-art à la Haydn). Wagner protagoniza la visita, el 23 de febrero, del siempre atractivo Marek Janowski con la Sinfónica de la Radio de Berlín. Podrán escucharse páginas sinfónicas y vocales (con el auxilio de la mezzosoprano Petra Lang) pertenecientes a Maestros, Tristán e Isolda y El crepúsculo de los dioses. Y el 27 de marzo Mozart acapara los atriles de la Orquesta de Cámara de la Radio de Bayer: Sinfonía K. 201, Pequeña Serenata Nocturna y el Concierto para piano K. 271 con Lars Vogt como solista. Otra formación de cámara, la de Basilea, con David Stern a la batuta y Sol Gabetta al chelo, propone un concierto en torno a la influencia del folclore hebreo en la obra del suizo Ernest Bloch. Además de la trilogía De la vida judía, se ofrecen piezas de Wisenberg y Ginastera. Precioso el programa de Lawrence Foster al frente de la Filarmónica de Monte Carlo con obras de Franck (El cazador maldito), Debussy (El mar), Roussel (Suite nº 2 de “Baco y Ariadna”) y el infrecuente Concierto nº 5 “Egipcio” de SaintSaëns junto al atildado Thibaudet. Vivaldi y su Fida ninfa RUSSELL DAVIES acapara esta vez el apartado lírico barroco. Jean-Christophe Spinosi con el Ensemble Matheus y un reparto vocal de campanillas (Veronica Cangemi, Véronique Gens y Philippe Jaroussky) serán sus protagonistas. La Filarmónica de Budapest con János Kovács y un programa muy entonado (Los Preludios y Rapsodia húngara de Liszt; Aires gitanos de Sarasate; Danzas de Marosszék de Kodály) y la Orquesta de Cámara NES con Sitkovetski y Davidovich en obras de Haydn, Bartók, Chapí (Nocturno de “El rey que rabió”) y Glinka completan el ciclo. Juan Manuel Viana Universidad Complutense. Madrid. http: //www.ucm.es/. AGENDA ORQUESTA DE CÁMARA DE LA UNIÓN EUROPEA ve ahora reducida su presencia del dúo formado por Martin Kasik y Kristina Krkavcova (3-3) y a la actuación de Josu de Solaun, último premio Iturbi, que cerrará el ciclo el 28 de mayo. En cuanto al Lied, sencillamente ni está ni se le espera. Aparte el Grupo Nuevo Tango (5-11) y los locales Spanish Brass Luur Metalls (18-2), que seguramente introducirán las notas más exóticas, quedan como grandes focos de atención las oportunidades de oír la pastoral Acis y Galatea y la can- tata dramática Apolo y Dafne, ambas páginas de Haendel, a la Berliner Bach Akademie (17-12), el Réquiem alemán de Brahms al Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana con el acompañamiento original para dos pianos (42) y, sobre todo, la repetición de los grandes triunfadores de la temporada anterior, los hermanos Ovrutsky (Mikhail al violín y Sonia al piano), en un programa que irá de Debussy a Franck pasando por Schnittke y Saint-Saëns (19-5). Alfredo Brotons Muñoz Sociedad Filarmónica. Valencia. http://www.uv.es/pam/sfilarmonica/. Necrología BEVERLY SILLS: LA REINA HA MUERTO L e llamaban “La reina de América”, bien atribuida la denominación por su aspecto eminentemente norteamericano, incluida su personalísima manera de vestir y su look, aunque el apelativo se refiera mejor a su arte desarrollado preferentemente en su patria, con algunas visitas suramericanas y un triunfo europeo en La Scala, con Marilyn Horne en un rossiniano Sitio de Corinto (1969), que ya forma parte de la leyenda más reciente del teatro milanés. Beverly Sills, nacida en Brooklyn el 25 de septiembre de 1939, comenzó su carrera como lírica, pero fue cual soprano coloratura como conoció la gloria. Su Cleopatra haendeliana, previa a la actual difusión del compositor, nos puso al día lo que significaba la cantante barroca con su registro generosísimo y su capacidad para la ornamentación con trinos perfectos y escalas deslumbrantes. Un tipo de canto que la Sills trasladó a otros repertorios, con astucia e imaginación, aprovechando las oportunidades, dentro siempre del estilo y del significado de estas páginas. Nunca dejaba de adornar los da capo, basándose en esa regla de oro de la música, la de que jamás resulte monótona ni reiterativa. Tampoco olvidaba los sobreagudos como remate de las páginas belcantistas, estén o no escritos pero sí exigidos por la dinámica, el momento o la tradición. Pero la Sills no era sólo un puro y rico instrumento mecánico. Daba a sus personajes un elaborado concepto dramático, lo que le permitió sacar adelante con extraordinario provecho heroínas un poco por encima de sus posibilidades instrumentales, como fueron las tres reinas Tudor donizettianas, en las que superó a colegas de voces más puntualmente dotadas, además de Violetta Valery, Manon, incluso una Norma discográfica, y, especialmente, la mejor prueba de esta disposición, las tres heroínas de Los cuentos de Hoffmann. Su Lucia de Donizetti, ahondando en todo lo dicho, era la suma de dos herencias, la de las sopranos “ruiseñor” del XIX y la del fenómeno Callas. Ahí deja su soberbia grabación de 1970. Con un muy asimismo norteamericano sentido del humor llegó a tomarse el pelo a sí misma en recitales, cantando una página escrita expresamente para ella por Henry Gagnon, Sillsiana, en la que tomaba un poco a chanza su técnica virtuosística. Fiel a la New York City Opera, donde cimentó su carrera y prestigio, acabó dirigiendo la institución. Menotti escribió una Juana la Loca para una retirada que no fue del todo real en San Diego en 1979. Douglas Moore la consideraba su mejor Baby Doe. Hospitalizada por algo que no parecía importante, se le descubrió un cáncer que acabó con ella en pocos días. Nos deja un buen legado discográfico (y algunos vídeos) que siempre nos la tendrá presente, porque Sills es de ese tipo de intérpretes que con el paso del tiempo parecen cantar mejor. Fernando Fraga 19 AGENDA EDICIÓN 200 ANIVERSARIO L a Fundación Vizcaína Aguirre ha publicado las obras de Juan Crisóstomo de Arriaga y Balzola (1806-1826) en edición no venal y, según dice, “ciñéndose a la música original de Arriaga y, por lo tanto, el contenido musical de las partituras aquí reproducidas es de dominio público”. Es voluntad del editor su distribución gratuita a orquestas, conservatorios, escuelas musicales y bibliotecas españolas y extranjeras, así cómo también su consulta en la página www.arriagaobrascompletas. com, para divulgar lo más posible la obra del músico bilbaíno, cuyo segundo centenario del nacimiento se ha conmemorado el pasado 27 de enero de 2006. La edición consta de tres volúmenes con las partituras en un estuche y, en cada uno de los volúmenes, se incluye un CD con las partichelas de las obras correspondientes. La presentación y contenido superan todo lo hasta ahora realizado y dan una visión fidedigna de la obra del compositor bilbaíno. Hay que hacer notar que tras más de un siglo de publicaciones, en esta edición se han incluido dos obras que permanecían inéditas: la conocida como Nada y mucho (1817) compuesta a los 11 años y el himno patriótico Cántabros nobles (1819). El Volumen 1 agrupa las 11 obras de cámara: la citada Nada y mucho, para tres violines; la Romanza y los tres Estudios o Caprichos, para piano; las tres variaciones, el Tema variado opus 17, sobre el Tema de la Húngara opus 22, para violín y bajo y para cuarteto opus 23; y los tres Cuartetos. En el Volumen 2 encontramos las 5 obras para orquesta y banda: la Obertura o Sinfonía opus 1, para pequeña orquesta; la Obertura opus 20; la conocida como Obertura de Los esclavos felices; la Sinfonía para gran orquesta; y finalmente la Marcha militar, para banda. El Volumen 3 esta dedicado a las 9 obras vocales y 1 canon: en primer lugar los dos motetes, Stabat Mater y O salutaris, para tres voces masculinas y orquesta; luego las cinco obras con acompañamiento de orquesta, la escena lírico dramática Médée, para soprano; Ma tante Aurore para tenor y bajo; Œdipe à Colone para tenor; la cantata Herminie para soprano; la cantata Agar dans le désert para soprano y voz blanca. Siguen los 2 himnos patrióticos para coro con acompañamiento de banda: Ya luce y Cántabros nobles. Termina el volumen con el Canon d’Henneville a cuatro voces, del cuaderno de autógrafos que el aficionado francés solicitaba a los músicos eminentes del momento, en París. En esta edición se ha incluido la conocida como Obertura de Los esclavos felices, cuya partitura ha venido siendo usada desde hace más de un siglo. El origen de dicha partitura puede situarse hacia 1887, cuando Emiliano de Arriaga y Ribero (18441919), sobrino nieto de Juan Crisóstomo, basándose en unas partichelas de una Obertura (París, c. 1824) cuyo primer movimiento se titula “Pastoral. Andante” decidió darla a conocer en una versión que estimó como más adecuada. Las partichelas de París fueron posteriormente mutiladas, lo cual ha impedido, por una cuestión de tiempo y dadas las dificultades técnicas que conlleva su reconstrucción, incluir esta Obertura Pastoral en la edición de la Fundación Vizcaína Aguirre. Consultada la coordinadora de la misma, Isabel Gortázar, nos informa que está intentando, buscar soluciones para recomponer la citada Obertura dejándola en situación de dominio público y estudiando la mejor manera de asegurar su difusión. Desde aquí hay que felicitar a la Fundación Vizcaína Aguirre, a Isabel Gortázar y al ilustre musicólogo Abili Fort y su equipo, que han logrado realizar esta brillante edición. Joaquín Pérez de Arriaga En sustitución de Campos Borrego JUAN CARLOS MARSET, NUEVO DIRECTOR GENERAL DEL INAEM E 20 l Ministro de Cultura, César Antonio Molina, ha nombrado a Juan Carlos Marset, hasta ahora Delegado de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, nuevo Director General del Instituto de las Artes Escénicas y de la Música en sustitución de José Antonio Campos Borrego. Desde estas páginas queremos destacar la excelente labor llevada a cabo por el director general saliente y desear el mayor de los éxitos al nuevo titular del cargo. AGENDA Del Liceu al Palau CABALLÉ PRESENTA UN NUEVO SELLO LÍRICO U na grabación de la ópera Cléopâtre, de Jules Massenet, protagonizada por la soprano Montserrat Caballé y con la presencia en el reparto de su hija, la también soprano Montserrat Martí, el barítono Filippo Bettoschi y el tenor Nikolai Baskov, constituye el primer lanzamiento de un nuevo sello discográfico catalán Clàssic d’Or, centrado en el repertorio lírico. Nace, además, con vocación de rescatar y difundir grabaciones históricas en disco compacto y DVD. “Crear un sello catalán con vistas al mundo en una época que no es nada fácil para la industria del disco, merece nuestro apoyo más entusiasta”, afirmó Caballé, cuyas grabaciones son el gancho principal del nuevo catálogo. La versión de Cléopâtre fue grabada en directo en 2002 en el Teatro Grandi Terme de Villa Adriana (Roma), bajo la batuta de Miquel Ortega. “Aunque he cantado esta ópera en el Liceo y el Teatro Real de Madrid, estoy especialmente satisfecha de esta versión porque tuvimos mucho más tiempo para prepararla, casi un mes de ensayos, algo poco habitual en la preparación de una ópera en versión de concierto”, explicó la diva catalana, que acompañó a Antonio Armengol, director de Clàssic d’Or, en la presen- tación del nuevo sello que distribuye Gaudisc. “No nos mueve ningún afán de lucro, sólo la pasión por rescatar grabaciones históricas que duermen en los archivos de la radio y la televisión”, afirma Armengol, que anunció su voluntad de llegar a acuerdos con TVE y Radio Clásica de Radio Nacional de España para rescatar tesoros líricos de sus archivos. Los primeros lanzamientos en DVD, en una colección bajo el título Royal Concerts, son dos recitales de Caballé junto al pianista Miguel Zanetti grabados en el Teatro Real en 1979 y 1983, con un repertorio que combina piezas barrocas, páginas de zarzuela, canciones y arias de ópera. Las ediciones rescatan filmaciones de TVE e incluyen material inédito en su copiosa discografía, como los extras con fragmentos del primer acto de Norma, grabados en 1971, con Enrique García Asensio al frente de la Orquesta y Coro de RTVE. Para el 2008 se anuncia un tercer DVD consagrado a la canción catalana, con fragmentos de diversos conciertos y recitales en los que la soprano está acompañada por Zanetti, Manuel Burgueras, y la orquesta Solistas de Catalunya, dirigida por Xavier Guëll. El nuevo sello anuncia otros dos discos de Caballé, con arias de ópera de Verdi y Puccini, y un monográfico consagrado al barroco, con páginas, entre otros, de Haendel, Vivaldi, Giordani y Galuppi. No sólo del legado Caballé piensa nutrirse el sello, puesto que entre sus próximos lanzamientos destacan tres recitales históricos en DVD: la inolvidable Pilar Lorengar, en un recital grabado en 1988 en el Teatro Principal de Zaragoza, con Zanetti al piano y un seductor repertorio en el que destacan canciones de Dvorák, Respighi, Granados y Mompou: otro artista inolvidable, Alfredo Kraus, en un recital de 1984 con José Tordesillas al piano y un programa de arias donde figuran su mejor repertorio (Manon, Werther, Romeo y Julieta, La favorita, Lucia, La traviata y Rigoletto); y Jaime Aragall, con Amparo García Cruells al piano, en un recital de 1998 que incluye canciones de Bellini, Verdi, Puccini. Javier Pérez Senz Otorgado al Angelus novus de Antoni Ernest Sebastià Torrent PREMIO DE COMPOSICIÓN ANDRÉS GAOS C 22 ada dos años, la Diputación Provincial de La Coruña convoca este premio, que se encuentra ya en su séptima edición. Además de una cantidad en metálico (6500 euros), tiene el atractivo de que la Sinfónica de Galicia estrena la obra ganadora. En esta oportunidad, el premio ha recaído sobre la obra Angelus novus, interesante partitura que se inspira en cinco cuadros de Paul Klee (entre ellos, el que da título a la obra) y de la que es autor Antoni Ernest Sebastià Torrent. El jurado acordó recomendar el estreno de la obra finalista, Tentativi, de Manuel Martínez Burgos. Al concurso se presentaron veinticinco partituras de un alto nivel medio. Julio Andrade Malde director artístico Pedro Halffter TEATRO DE LA MAESTRANZA SEVILLA TEATRO DE LA MAESTRANZA. Paseo Cristóbal Colón, 22. 41001 SEVILLA. Teléfono de información: 954 22 33 44 / email: info@teatromaestranza.com / www.teatromaestranza.com AC T U A L I DA D 24 XIV Muestra de música antigua “Castillo de Aracena” FIDELIDAD Y ESPLENDOR Iglesia del Castillo. Teatro Sierra. 1/8-VII-2007. Nova Lux Ensemble. Director: David Guindano. Ensaladas y madrigales. Le Concert Brisé. Director: William Dongois. Stylus fantasticus. La Bella Tiranna. Director: Alejandro Casal. Clair obscur. Accademia del Piacere. Ángeles y diablos. Núria Rial, soprano. Orquesta Barroca de Sevilla. Directora: Monica Huggett. Obras de D. Scarlatti, Haendel y Bach. Coro Barroco de Andalucía. La barca de Banchieri. Orquesta de la Muestra. Directores: Rami Alqhai y Aníbal Soriano. Monteverdi, L’Orfeo (versión de concierto). Castillo de Aracena ARACENA NAC I O NA L ACTUALIDAD ARACENA Correspondiendo a las magnas efemérides del Orfeo, Scarlatti y Buxtehude, se ponía en pie la decimocuarta muestra de música antigua de Aracena, que despertó la curiosidad y que ha respondido a las expectativas de un público tan entusiasta como heterogéneo. Memorable Le Concert Brisé, cuyo director, William Dongois, logró las proezas tímbricas más inimaginables desde un corneto que iría consolidando una exuberancia camerística que alcanzó su apogeo en la Sonata en do de Buxtehude. La soprano Núria Rial ha sido otra de las excelencias de la muestra porque sus abundantes recursos y su refinada sensibilidad, con el acompañamiento de la Orquesta Barroca de Sevilla y la dirección de Monica Huggett, brindaron una Salve en la de Domenico Scarlatti que fue un hito religioso. Nova Lux traía unas ensaladas donde se apreció una rica agógica en beneficio de caracteres versátiles (tanto el intimismo sacro como la acidez teatral) que a menudo culminaban en una dinámica superior a la escuchada a lo largo de toda la pieza; un efecto éste deslumbrante cuando hicieron El fuego. De buen grado el público ante La barca, del italiano Banchieri, con escenografía de Tono Berti para el Coro barroco de Andalucía: comedia madrigalesca salpimentada con toques localistas y procedimientos más en la línea del espectáculo (el Coro inició la obra saliendo de entre el público). También profesor de la Muestra, Fahmi Alquai repetía intervención al frente de L’Accademia del Piacere con un variado número de piezas de Marais y Forqueray, donde el violagambista corroboraba ese talento suyo para perfilar matices de una pulcritud y acabamiento admirables mientras sus compañeros equilibraban la textura armónica con auste- ridad (Rami) e imaginación (Miguel). El grupo La Bella Tiranna hizo un concierto bastante desigual en lo que a aptitudes se refiere: la solvencia de Ana Huete y Alejandro Casal difirió sobremanera de un Luis Sancho (barítono) inconsistente y maltrecho en la coloratura, de un Alfredo Barrales (viola da gamba) áspero y desafinado así como de un Cristian Gutiérrez (tiorba) inexpresivo. Brillante propuesta la de acometer para concluir el Festival el Orfeo de Monteverdi, en versión de concierto a cargo de los profesores y alumnos que durante una semana ensayaron infatigablemente. El fruto, una interpretación fresca, llena de colorido y en cotas dramáticas servidas por un elenco digno, un coro transparente y una orquesta vigorosa cuyo bajo continuo describió minuciosamente la trama. Marco Antonio Molín Ruiz AC T U A L I DA D MADRID BARCELONA Manon de mirones EL ARTE COMO EMBLEMA A. Bofill Gran Teatre del Liceu. 21-VI-2007. Massenet, Manon. Natalie Dessay, Rolando Villazón, Manuel Lanza, Samuel Ramey. Director musical: Víctor Pablo Pérez. Director de escena: David McViar. Producción basada en el original de la English National Opera en colaboración G. T. del Liceu/Lyric Opera Chicago. Natalie Dessay en Manon de Massenet en el Teatro del Liceo BARCELONA Hay cantantes que tienen el arte como emblema y una de las más representativas es sin duda Natalie Dessay, que con su sola presencia llena el escenario y es tal su identificación con el personaje de Manon que su interpretación penetra profundamente dentro de la sensibilidad del espectador. La gran soprano nos deleita con su voz algo ligera con una sensibilidad a flor de piel, donde cada frase o cada movimiento se explica de forma diáfana y hace una evolución del personaje modélica, desde el impulso juvenil, a la coquetería, sus dudas en el acto segundo, su imponente presencia en los Jardines de Tours-la-Reine, la sensualidad que da a la escena de Saint-Sulpice, la simplicidad en la escena de juego o el desespero final, viendo la muerte cercana. Rolando Villazón es uno de los cantantes de moda, con una carrera muy presionada y en esta ocasión su voz apareció en algunos momentos algo cansada. Con todo, el gran tenor que es salió a relucir en toda la obra, con un fraseo contenido e inocente al principio, dúctil en el sueño, denso en toda la escena del templo, apasionado siempre, con una técnica segura y un enfoque que alternaba los momentos más intimistas con los de mayor fuerza y ese estilo comunicativo que le es característico. Manuel Lanza fue un interesante Lescaut, por timbre, vivencia del rol y línea canora. Del resto del reparto comentar la presencia de Samuel Ramey, que mostró su calidad de artista, aunque su voz evidencia el paso de los años y el gran trabajo de Francisco Vas, impecable Morfontaine. La función se redondeó con la dirección musical de Víctor Pablo Pérez, que consiguió un alto rendimiento de la orquesta y coros, con una versión que destacó por la intensidad, por el sonido transparente y melódico y por la capacidad de definición, que con el tiempo acabará de alcanzar ese aire francés que surge siempre de las melodías de Massenet. La producción ideada por David McVicar es otro ejemplo de los puntos de vista de los responsables de la escena actuales, aunque sin cambiar la época, la acción se desarrolla con un único decorado, un anfiteatro, donde, con público que aplaude, se desarrolla toda la acción, salvo en el último acto, lo que le resta coherencia. Además el voyeurismo no acaba de integrarse en la obra, surgiendo como es habitual una mayor dosis de violencia y sexo que no se compagina con la elegante música del autor francés. Albert Vilardell 25 AC T U A L I DA D BARCELONA Fleming se presenta en el Liceo DIVA SIN DIVISMO Barcelona. Gran Teatre del Liceu. 5-VII-2007. Renée Fleming, Franck Ferrari, Josep Bros, Stefano Palatchi. Coro y Orquesta del Gran Teatro del Liceo. Director musical: Andrew Davis. Massenet, Thaïs (versión de concierto). A. Bofill D espués del gran éxito de Manon, volvía este autor al Liceu con Thaïs, ópera que si bien no tiene la garra de la primera, sí posee muchos momentos inspirados con una partitura al servicio de los cantantes y de la orquesta. El reparto previsto era de referencia, pero las circunstancias hicieron que Thomas Hampson tuviera que anular. Sin embargo. la sola presencia, en su debut en el Liceu, de Renée Fleming, artista de calidad suprema, sin ningún tipo de divismo nos permitió recrearnos con una versión “quasi” perfecta de la cortesana. La gran soprano quizá ha perdido algo de brillantez, pero ello poco importa, ya que continúa siendo una artista como la copa de un pino, por el fraseo preciosista, por la inmersión en el personaje, una gran seguridad y una línea de una gran nobleza, a Renée Fleming en Thaïs de Massenet en el Teatro del Liceo la que une una gran presencia, que nos hacía desear, aunque sabemos que es muy difícil por sus preferencias privadas, verla en una obra escenificada, donde podría gozarse de su estilo aristocrático y lleno de vivencias. El otro gran triunfador de la noche fue el director Andrew Davis, que consiguió con los medios y tiempo de que disponía una versión cohesionada, por momentos matizada, remarcando tanto el aspecto sensual, como el pasional, con una variada gama de matices, alcanzando un buen rendimiento de la orquesta, a la que se unió una brillante prestación del coro en su camino ascendente, mereciendo resaltar la bella meditación a cargo de Kai Gleusteen. Franck Ferrara asumió el compromiso de una sustitución y su actuación, que en ningún caso se hizo merecedora de la protesta de un sector minoritario del público, mantuvo una línea correcta y profesional. Josep Bros fue el tenor brillante y musical que dio realce al rol de Nicias y Stefano Palatchi mantuvo su canto noble y su gran profesionalidad, complementando el reparto una segura Sandra Pastrana y el buen hacer de Olatz Saitua, Marina Rodríguez-Cusí y Francisca Beaumont. Albert Vilardell I Festival Internacional de Piano HETERODOXIA Y PERSONALIDAD Barcelona. L’Auditori. 30-VI-2007. Ivo Pogorelich, piano. Obras de Beethoven, Brahms, Scriabin y Rachmaninov. 7VII-2007. Nelson Freire, piano. Obras de Bach-Busoni, Beethoven, Franck, Debussy y Albéniz. 14-VII-2007. Evgeni Koroliov, piano. Bach, Variaciones Goldberg. U 26 na de la consecuencias de manifestaciones como el I Festival Internacional de Piano que ha tenido lugar en el Auditori de Barcelona entre los días 30 de junio y 15 de julio es que los dogmatismos y rigideces en los juicios se vienen abajo. ¿Hay más de una manera de interpretar una obra sin dejar de ser fiel al autor? Claro. La heterodoxia también tiene su sitio. ¿Qué entendemos por heterodoxia desde la perspectiva de mentes, inteligencias y oídos del siglo XXI? Heterodoxos, en mayor o menor medida, podríamos considerar el Beethoven (Sonatas nºs 24 y 32), el Brahms (Intermezzo op. 118, nº 2) y el Scriabin (Sonata nº 4), más que el Rachmaninov (Sonata nº 2, segunda versión), de Ivo Pogorelich. Pero ya le conocemos, suele decirse del croata. Naturalidad ¿y ortodoxia? podrían definir a Nelson Freire, que suele comunicar inmediatamente con el público. Así volvió a ocurrir en esta ocasión, con Bach-Busoni (Dos corales), Beethoven (Sonata nº 21), Franck (Preludio, coral y fuga), Debussy (Children’s corner) y Albéniz (Evocación y Navarra). El brasileño, ya se sabe: siempre tranquilo, solvente y muy músico, suele repetirse. Pero a Evgeni Koroliov no le conocíamos. Sabíamos que es hoy uno de los máximos intérpretes de Bach y, en particular, de las Variaciones Goldberg, un verdadero tour de force. Pues bien, su actuación nos ha parecido memorable. ¿Heterodoxia? Sea, si se quiere. Pero ante todo personalidad y versión honda y derivada de un profundo estudio de la obra, abierta a múltiples soluciones. Glenn Gould cambió radicalmente su concepción de las Variaciones Goldberg cuando las grabó en 1981 respecto a cuando lo hizo en 1955. Murray Perahia se adentró en tan tupido bosque desde el dominio del clasicismo. Koroliov aborda esta cumbre del barroco desde su realidad de hombre del siglo XXI, pareciendo a veces que se demora en el romanticismo o deleitándose otras en el puente del clasicismo. Su Variación 25 ha llegado al récord de lentitud —once minutos— pura ensoñación, pura delicia. Uno comprende a Ligeti cuando afirma: “Si tuviera que llevarme un disco a una isla desierta, elegiría el Bach de Koroliov. Porque abandonado, muerto de sed, podría oírlo con emoción hasta mi último suspiro”. José Guerrero Martín AC T U A L I DA D CÓRDOBA XXVII Festival de Guitarra EL SONIDO DE ANTONIO TORRES CÓRDOBA Gran Teatro. Teatro Cómico Principal. 4, 5, 6, 9 y 11-VII-2007. Ricardo Gallén, David Russell, Stefano Grondona y Hopkinson Smith. Manuel Barrueco. Orquesta de Córdoba. Director: Manuel Hernández Silva. 28 HOPKINSON SMITH Santiago Torralba Durante la primera quincena del mes de julio la ciudad de Córdoba se erige en centro de atención internacional sobre el instrumento de nuestro país por antonomasia como es la guitarra española, siendo dedicado en esta edición a uno de sus creadores modernos y definitivos —en cuanto a las actuales dimensiones del instrumento desde el año 1850—, dentro de la escuela andaluza como fue el almeriense Antonio de Torres Jurado (1817-1892), uno de los guitarreros más prestigiosos de la historia, a cuya memoria, en el ciento noventa aniversario de su nacimiento, se ha dedicado gran parte de esta edición del Festival de Guitarra, en un curso monográfico, conciertos, conferencias y una exposición en la que se ha concentrado una extraordinaria colección de guitarras españolas de los últimos doscientos años. En este homenaje hay que destacar el concierto del italiano Stefano Grondona con un instrumento de este luthier construido en 1887, que ha supuesto un verdadero descubrimiento de su característico sonido, especialmente en una Suite en re menor y un Tombeau pour Monsieur de Blancheroche de Johann Froberger que precedió a esa obra singular de Falla que es su Homenaje pour le Tombeau de Debussy, momento cumbre de este recital que estuvo siempre inmerso en la dulzura del tañer y elegancia expresiva de este maestro italiano. Obras de Bach, Albéniz, Granados y Llobet, completaron su recital en el que la mística sensualidad del sonido de su guitarra Torres dejó patente la justificación y protagonismo de este insigne guitarrero en la presente edición del Festival. El ciclo de conciertos dedicado a la guitarra clásica se inició con una excelente actuación del maestro linarense Ricardo Gallén, en el que la grandeza de Bach, con la Suite BWV 997, quedó plasmada con una maestría técnica de gran limpieza de sonido y una honda musicalidad, que siempre dejó el sello inconfundible del gran músico de Eisenach. El Gran solo de Sor, situó su actuación entre las más destacadas del Festival. El recital del escocés David Russell hay que enmarcarlo dentro de las excelencias propias que siempre hace gala en sus interpretaciones, que llegan a trascender al mundo mediático como verdaderas referencias artísticas y musicales. La Elegía y la Fantasía húngara del romántico Johann Kaspar Mertz significaron uno de los momentos culminantes de su ejecutoria en contraste a los sentidos aires populares “granainos” de Ángel Barrios en los que Russell brilló con especial espontaneidad y gracia. Una Sonata de Bach, transcrita con fidelidad por el propio intérprete, así como Valses poéticos de Granados dieron variedad estilística a su actuación. Otro músico imprescindible en el Festival, dada su asidua presencia en anteriores ediciones, es el cubano Manuel Barrueco que ha satisfecho su deseo de crear empatía con un maestro como Hernández Silva en las Danzas concertantes del compositor portorriqueño Roberto Sierra, obra de amable discurso y agradable escucha en al que solista y orquesta hacen honor a la intención de su título. Cinco Tango etudes de Piazzolla, que iniciaron la velada, fueron un prodigio de la intención, el dominio y el sentido de este intérprete en la música del autor platense. Toda una clase magistral supuso el recital del laudista neoyorquino Hopkinson Smith dedicado a la música del siglo XVII, en la doble vía que supuso Robert Ballard en Francia y Giovanni G. Kapsperger en Italia. De éste llamó la atención la interpretación de la exquisita transcripción desde la tiorba de la Tocata arpeggiata así como unas deliciosas Toccata, Courante y Gagliarda. Los estilos anteriores se vieron complementados con el arte de John Dowland, referente indiscutible de la música inglesa contemporánea de aquel tiempo, que ocupó la segunda parte del concierto, en la que una Fantasie final puso broche de oro a una actuación que quedará imborrable en la historia del Festival de la Guitarra de Córdoba. José Antonio Cantón AC T U A L I DA D EL ESCORIAL Festival Lírico Internacional SCHUBERTIADA ONÍRICA San Lorenzo de El Escorial. Teatro Auditorio. 14-VII-2007. Maria João Pires, piano. Schubertiade: El Sueño/La Muerte. Obras de Schubert y otros. EL ESCORIAL Maria João Pires en el Teatro Auditorio de El Escorial En el seno del extraño Festival de San Lorenzo de El Escorial han florecido tres schubertiadas, dirigidas musicalmente por la pianista portuguesa Maria João Pires. Eran, en tiempos de Schubert, sesiones festivas. La que hemos presenciado aparece envuelta en un aura más distante, poética. Los personajes circulan cansinamente, con aire costumbrista, por un espacio onírico, matizadamente iluminado. Como centro de la congelada acción, una suerte de fantasmal taumaturgo, de mimo malabarista (un estupendo João Saraiva), que expresa sus emociones mediante contorsiones y juegos. Tal planteamiento, en el que no falta la caída de la hoja, es retórico, teatral y pomposo, pese a su aparente pátina de naturalidad. Lo que sí es natural, y elevado espiritualmente, es el arte de Pires, en el centro de la peripecia dirigida escénicamente por Márcio Aurelio. Su interpretación de los Cuatro Impromptus D. 935 fue memorable, por claridad de concepto, por belleza de sonido, por densidad poética, por finura expositiva. Del mismo valor sus acompaña- mientos en distintos lieder al tenor inglés Rufus Müller, de buena línea, aunque en exceso melifluo, afalsetado y blando, lejos de poder dar el sentido trágico de algunas de las piezas, como El enano. El ensamblaje de los diversos números está hecho con inteligencia y se buscan encajes tonales y conceptuales. El Cuarteto “La muerte y la doncella” fue tocado con convicción y relativo empaste por Boris y Daniel Garlitski, Yuri Zhislin y Pavel Gomziakov, un grupo que tocó también una interesante composición (Deconstructing Franz) de Dai Fujikura basada justamente en aquella obra. Los hermanos Arthur y Lukas Jussen, de 11 y 14 años, alumnos de Pires, mostraron sorprendentes habilidades en sendos Impromp-tus de la D. 899, Bernardo Sassetti nos amenizó con sendas improvisaciones, Gonziakov tocó espléndidamente la Sonata Arpeggione y la brasileña Jussara Silveira cantó mal, en portugués, el lied Dass sie hier gewesen. Por su parte, el pianista Ricardo Castro colaboró con Pires en Lebensstürme. Arturo Reverter SCHOLL © Martin Mydtskov ANDREAS ,8/,2 (6$5( GEORG FRIEDRICH HAENDEL Concerto Copenhagen, Lars Ulrik Mortensen Escenografía de Francisco Negrin Decorados y vestuario de Anthony Baker UNA PRODUCCIÓN EXCEPCIONAL, ¡AHORA EN DVD! Fielmente basada en personajes históricos, Giulio Cesare posee la más suntuosa y elaborada orquestación de entre las obras haendelianas, magníficamente desvelada por Lars Ulrik Mortensen en esta producción de la Ópera de Copenhage. La transposición que hace Francisco Negrin de la acción a una escenografía moderna de conflicto bélico y los diseños depurados de Anthony Baker contribuyen a rodear a Andreas Scholl y al resto de solistas de una atmósfera crepuscular inquietante y muy contemporánea. www.harmoniamundi.com 29 AC T U A L I DA D GRANADA LVI Festival Internacional de Música y Danza VUELTA AL CONCEPTO GRANADA Con características suspicacias de la prensa local, empecinada en que la búsqueda de un “concepto” durante la anterior dirección de Alfredo Aracil era una artimaña para vender humo, el Festival de este año ha venido unificado por la idea de los Españoles en París, aprovechando la recuperación de la ópera Il califfo di Bagdad del tenor rossiniano Manuel García. La obra es sin duda apreciable, aunque haya caído del repertorio con toda justicia a causa de un argumento indigente, cosa que a Stendhal no le habría preocupado demasiado, basado en la increíble incapacidad de madre e hija protagonistas de identificar al omnipresente Bondocanì, pretendiente malfamado de la segunda, con el califa de Bagdad. Los problemas más importantes para una eventual resurrección de la obra resultan de la falta de decisión en el estilo, que a ratos recuerda a Mozart y en otros momentos anuncia a Rossini. En cualquier caso, sorprende el éxito que obtuvo en su versión parisina, aquí escogida. Respecto de las representaciones de Granada, la labor de dirección de escena de Olivier Simonnet fue, siendo benignos, escasa. Con el solo decorado de un escueto andamiaje, los movimientos de los actores daban más bien la impresión de una versión de concierto semiescenificada, a lo que contribuía un vestuario en exceso heterogéneo. La intervención de Les Talens Lyriques bajo la dirección gestualmente heterodoxa de Rousset resultó fuera de estilo, sobre todo si se piensa en la adecuación a García de Andrea Marcon, que ha grabado con la Orquesta Ciudad de Granada El poeta calculista para el sello Almaviva. Las voces no destacaron especialmente, 30 salvo la del granadino José Manuel Zapata como Bondocanì/Califfo. Las matinales de los fines de semana (combinadas con la novedad de un nocturno bajo el sugerente título de Tenebræ) mantuvieron el interés de anteriores ediciones. Buenos conciertos del Ensemble Organum, dirigido por Marcel Pérès, mejor en programa y paradójicamente en marco el ofrecido en la vanguardista sede de Caja Granada, con monodias y polifonías aquitanas de los siglos XI y XII, que el de canto mozárabe en la catedral. Excelente el Poème Harmonique dirigido por Dumestre, en especial en las canciones populares francesas cuasi escenificadas por el estupendo barítono Arnaud Marzorati. Y sobresalientes los dos programas de la Orquesta Barroca de Sevilla dirigida por Monica Huggett (eso sí, sin “españoles en París” ni franceses en España con los que hilvanar el programa), con una inspirada Núria Rial en la cantata de Haendel Armida abbandonata y una buena versión del Tercer Concierto de Brandemburgo de Bach. Con un instrumentario más nutrido y un programa exclusivamente orquestal interpretó al día siguiente Los elementos de Rebel, la Sinfonía nº 83 “La gallina” de Haydn y una suite de danzas de Les boréades de Rameau. El peso de la programación corrió a cargo de dos grandes orquestas, la de París y la Staatskapelle de Berlín, además de dos intervenciones más que testimoniales de la local Orquesta Ciudad de Granada, dirigida por su titular Jean-Jacques Kantorow, y de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla bajo la batuta de Pedro Halffter. Hubiera sido fácil caer en la españolada, a la que tan proclives han sido Fotos: Carlos Choin Festival. 22-VI/8-VII-2007. Españoles en París. García, Il califfo di Bagdad. Barenboim, Eschenbach, Pons, Lang Lang, Ciccolini. José Manuel Zapata, Anna Chiericheti y Milena Storti en Il Califfo... Josep Pons y la Orquesta de París nuestros vecinos galos, pero los programas, salvando la cuestión de los autores contemporáneos a los que luego nos referiremos, mostraron un cuidado equilibrio entre lo evidente y lo menos conocido que hemos de agrade- cer. La OCG se hizo fuerte en una obra que ya ha grabado con su anterior titular, la Sinfonía en do mayor de Bizet. El resto de la noche el protagonista fue el violinista Renaud Capuçon, espléndido tanto en la conocida AC T U A L I DA D GRANADA Jean-Jacques Kantorow y la Orquesta Ciudad de Granada Lang Lang, Daniel Barenboim y la Staatskapelle de Dresde Aldo Ciccolini en el Patio de los Arrayanes Sinfonía española de Lalo como en el poco frecuente Capricho andaluz de SaintSaëns. La ROSS ofreció un programa muy bien trabado, incluyendo un simpático Concierto para dos pianos de Francis Poulenc y donde el plato principal lo constituyó una apreciable Consagración de la primavera de Stravinski. La Orquesta de París (Leitmotiv obliga) se llevó la parte del león, con dos actuaciones bajo Eschenbach y otra bajo la batuta de Pons. Un teatral Eschenbach ofreció un primer programa mayoritariamente raveliano, incluyendo una buena versión de la Iberia de Albéniz-Arbós, llegando al desplante taurino en un Bolero dirigido literalmente sin manos. Lo mejor llegó en la segunda de sus actuaciones, con un estupendo Preludio y Muerte de amor de Isolda y una segunda parte dedicada al Debussy de Iberia y La mer. La interpretación del pianista Iván Martín en las Noches de Falla fue sólo correcta, algo atropellada en el primer movimiento. Pons se hizo con el Petruchka de Stravinski y El sombrero de tres picos de Falla, de los que ofreció versiones que no mejoraron las que él mismo ha dirigido a orquestas que le son más cercanas, aunque sobre el papel inferiores a la orquesta parisina. Barenboim, aparentemente decidido a ofrecernos una integral Mahler si el acuerdo con la patrocinadora Junta de Andalucía se prolonga, ofreció una milagrosa Quinta Sinfonía, con una claridad en las texturas polifónicas del Finale absolutamente reveladora. Algo similar puede decirse del concierto del día siguiente, que puso final al Festival. Destacaron los solistas Lang Lang, por momentos casi austero en un Primer Concierto para piano de Brahms, y un jovencísimo Claudius Popp, salido de las filas de la propia Staatskapelle, que salvó con éxito la difícil parte del violonchelo en el Don Quixote de Strauss, secundado por Felix Schwartz a la viola. El apartado camerístico quedó reducido a las importantes contribuciones vocales de Kozená y Jaroussky, ambos en el Patio de los Mármoles del Hospital Real y con programas complementarios de sus respectivas cuerdas de mezzo y soprano, más adaptado el segundo a las exigencias temáticas hispanogalas, aunque se le pueda reprochar haber roto la unidad del ciclo de Albéniz Cuatro canciones en lengua francesa en beneficio del efectismo. Rayano en la proeza personal puede considerarse la presencia en el Patio de los Arrayanes de Aldo Ciccolini, cincuenta y cuatro años después de que lo inaugurara como escenario del casi recién nacido Festival. El concierto no ofreció precisamente facilidades, empezan- do por el calor tórrido, con un fantástico libro segundo de los Préludes de Debussy. La segunda parte resultó menos milagrosa, aunque igualmente interesante, con un heterodoxo y difícil Falla. La ausencia de cuartetos de cuerda en la programación oficial ha sido suplida por el “fex”, la extensión del Festival mediante espectáculos gratuitos, aunque el incomprensible solapamiento de horarios con otras actuaciones del Festival “oficial” haya dificultado la asistencia a conciertos tan interesantes como el del Cuarteto Quiroga en el Carmen de los Mártires. Quizá la anterior fórmula concentrada del día de la música, repetida luego en diferentes escenarios hubiera permitido una mayor difusión. En el capítulo de música de compositores vivos (y presentes), el Festival de este año se ha mostrado algo magro: la Orquesta de París al mando de Pons estrenó en España, en la dificultosa acústica del Palacio de Carlos V, la obra de Luis de Pablo Natura (A la memoria inolvidable de Adolfo Salazar). Mejor suerte corrió la obra de José Manuel López López Movimientos (concierto para dos pianos y orquesta en re menor) interpretada por la ROSS dirigida por Pedro Halffter, muy bien enmarcada por el Sensemayá de Silvestre Revueltas y la Consagración de la primavera de Stravinski, obras con las que muestra una gran afinidad estilística. La obra de Vincent Paulet Otra noche. Recordando a Manuel de Falla, versión para piano y orquesta de su anterior In memoriam Manuel de Falla, hubiera sido un perfecto pendant, si se nos permite el galicismo, para la allí citada Noches en los jardines de España, pero esta obra le correspondió a la Orquesta de París. La OCG, presente en el estreno de la obra raíz, cumplió y hasta mejoró bajo su titular, Jean-Jacques Kantorow, respecto de otras ediciones del Festival. Joaquín García 31 AC T U A L I DA D LA CORUÑA Festival Mozart (II) LAS SEGUNDAS PARTES FUERON BUENAS LA CORUÑA Museo de Bellas Artes. 10-VI-2007. Joaquín Torre, violín; Kennedy Moretti, piano. Obras de Mozart, Beethoven y J. L. Turina. Teatro Rosalía de Castro. 10-VI-2007. Orquesta de Cámara de la OSG. Alexander Lonquich, solista y director. Obras de Mozart, Beethoven y Prokofiev. Palacio de la Ópera. 14-VI-2007. Antonacci, Barcellona, Bros, Pertusi. Coro de Cámara de Praga. Orquesta Sinfónica de Galicia. Director: Alberto Zedda. Rossini, Stabat Mater. Teatro Rosalía de Castro. 15-VI-2007. Cuarteto Belcea. Obras de Beethoven y Schubert. Palacio de la Ópera. 16-VI-2007. Tamar, Barcellona, Pertusi. Coro de Cámara de Praga. Orquesta Sinfónica de Galicia. Director: Alberto Zedda. Rossini, Semiramide (versión de concierto). Museo de Bellas Artes. 17-VI-2007. Grupo Instrumental Siglo XX. Flavio Oliver, sopranista. Director: José Luis Temes. Obras de Balboa y Schoenberg. Iglesia de los Dominicos. 17-VI-2007. Massimo Spadano, violín; Luca Guglielmi, piano. Bach, Sonatas para violín y clave. Teatro Colón. 21-VI-2007. Barcellona, Ciofi, Tarver, Orfila. Coro de Cámara del Palau. Orquesta Sinfónica de Galicia. Director: Alberto Zedda. Rossini, Adelaide di Borgogna (versión de concierto). Teatro Colón. 22 y 23-VI-2007. Rossini, El superbarbero de Sevilla. Canturri, Roche, Pardell, Ferrer. Colmer. Kharitonina, piano; Cortadellas, flauta; Cordero, contrabajo. Director musical: Alan Branch. Dirección de escena: Tricicle. Teatro Colón. 29 y 30-VI-2007.. Camerata Salzburg. Hansjörg Schellenberger, director y oboe. Obras de Bach y Haydn. Museo de Bellas Artes. 1-VII-2007. Grupo Instrumental Siglo XX. Obras de Mozart, de Paz y Crumb. Palacio de la Ópera. 5 y 7-VII-0207. Mozart, La flauta mágica. Coliban, Muzek, Miklosa, Alberola, Esposito, Halász, Sacher. Coro de la Comunidad de Madrid. Orquesta Sinfónica de Galicia. Director musical: Antoni Ros Marbà. Director de escena: Daniele Abbado. 32 Cervantes escribió su célebre frase “Nunca segundas partes fueron buenas” para referirse modestamente a la segunda parte de su Don Quijote que muchos críticos reputan incluso superior a la primera. Así ha sucedido con la segunda parte (división artificial, por otro lado) de este Festival Mozart que, aun sin ponderar su carácter transicional, ha complacido a los espectadores que, en general, han respondido con su asistencia. Sin duda, gran parte del mérito hay que atribuirlo a la presencia de Alberto Zedda en tres grandes obras de Rossini (Stabat Mater, Semiramide y Adelaida de Borgoña) que desencadenaron el entusiasmo de un público que adora a este grandísimo músico en el más amplio y profundo sentido de la palabra. Él y su esposa, Cristina Vázquez, dejan la organización del Festival Mozart, pero no abandonan a una ciudad que los considera suyos. La presencia de Zedda es siempre una garantía de que todo funcionará de manera impecable. Sus tres sesiones rossinianas fueron otros tantos éxitos que, además, se produjeron in crescendo, como esas características largas progresiones de prolongados reguladores hacia el fortísimo que tanto gustaron al genio de Pésaro. Daniela Barcellona es una de las voces graves más impor- Erika Miklósa como la Reina de la Noche en La flauta mágica tantes del mundo; su presencia en las tres obras fue fundamental porque ella une a su voz privilegiada, extensa e igualada a la perfección, una técnica vocal de primer nivel; muy bien las sopranos Antonacci, Tamar y Ciofi; ésta, espléndida en la ópera, muy por encima del recital que ofreció en días anteriores; de los tenores, gustó Bros y en menor medida Tarver, cuyo registro agudo es un poco ingrato por los apoyos en gola; Pertusi, mag- nífico cantante, depurado estilista, no luce el bello carácter baritonal de su voz en papeles de bajo estricto y queda un poco escaso en los graves; algo parecido le sucede a Orfila, que también posee una cuerda intermedia de bajo-barítono. El Coro de Praga se halla en un gran momento, lo mismo que el Coro del Palau; uno y otro colaboran asiduamente con la Sinfónica de Galicia y con el Festival Mozart. Las tres partituras, poco habituales en las programaciones al uso, cada una en su estilo, son espléndidas. En La Coruña, hay noticia —una divertida anécdota que narra, si la memoria no me traiciona, Doña Emilia Pardo Bazán— de, al menos, una representación de Semiramide a fines del siglo XIX. La presencia de la ópera en el Festival no se agotó con las dos obras de Rossini, dadas en versión de concierto. El Superbarbero y La flauta mágica fueron representadas. La primera en una estupenda adaptación para los niños que realizó Tricicle y de la que se dieron tres funciones. El éxito se basó sobre todo en las facultades actorales de unos jóvenes cantantes, entre los que destacó, por voz y por escena, el barítono Canturri. Es sorprendente que pueda tocarse El barbero de Sevilla —aun adaptado— con sólo tres instrumentos y además tan dis- AC T U A L I DA D LA CORUÑA pares como una flauta, un contrabajo y un piano; pero así ha sido. No se llenó el Palacio de la Ópera en las dos funciones de La flauta mágica. lo que contrasta con las tres sesiones a teatro lleno cuando se hizo hace cuatro años en el mismo lugar con la dirección escénica de Els Comediants. En este caso, Abbado se decantó por el minimalismo y así la representación, salvo aciertos puntuales, discurrió entre lo aburrido y lo tenebroso. No ayudó la versión, correcta pero triste, de Ros Marbà que además contaba con una orquesta de lujo para el foso: la Sinfónica de Galicia. Triunfó la soprano ligera húngara Erika Miklósa en la Reina de la Noche. Tras ella, el Papageno de Esposito, la Pamina de Alberola y el Tamino de Muzek; Coliban estuvo lastrado por la escasez del registro grave. Hay quien confunde la extensión con el carácter de la voz: por su propia definición psicológica y vocal, Sarastro requiere un bajo profundo y la mejor prueba fue precisamente la limitada actuación del buen cantante rumano. El Coro de la Comunidad de Madrid demostró que se halla en un gran momento; la orquesta, extraordinaria. Tres conciertos para orquesta de cámara. La de la Sinfónica de Galicia estuvo dirigida por Alexander Lonquich, que asumió además el papel de solista en los conciertos para piano y orquesta de Mozart (nº 17) y de Beethoven (nº 4); la compenetración entre Lonquich y la orquesta de cámara de la OSG fue algo extraordinario que el público premió con repetidas aclamaciones; la Sinfonía “clásica” de Prokofiev completó el programa. Dos conciertos a cargo de la Camerata Salzburgo que dirige Schellenberger. El conocido oboísta hizo una maravillosa versión del Concierto para oboe de amor, BWV 1055, de Bach y se mostró como un excelente y apasionado rector en las dos primeras oberturas (suites), de Bach, y en tres sinfonías (nºs 24, 47 y 57), de Escena de El superbarbero de Sevilla Antonacci, Barcellona, Zedda y Pertusi en el Stabat Mater de Rossini Haydn, músico predilecto éste del director, casi siempre presente en sus programas. La Camerata —al menos, la joven agrupación que vino a La Coruña este verano— posee unos arcos de excelente calidad; los vientos no alcanzan ese alto nivel de la cuerda, sobre todo el metal. El Cuarteto Belcea es una agrupación camerística de extraordinaria categoría artística que planteó un concierto soberbio: Cuarteto op. 59, nº 1 Rasumovski, de Beethoven y Quinteto con dos violonchelos, D. 956, de Schubert. Impresionante versión de esta obra genial, aunque no fue de menor impacto la del primer Rasumovski. Los cuatro jóvenes integrantes del cuarteto que lleva el nombre de la excepcional primer violinista alcanzan el ideal artístico por la perfección de su técnica y la extraordinaria energía y apasionamiento que ponen en sus interpretaciones. Massimo Spadano, concertino de la Sinfónica de Galicia y músico en sentido muy amplio, acompañado por el pianista Luca Guglielmi, tocó tres Sonatas para violín y clave (nºs 3, 4 y 6), de Bach; un repertorio de altísima calidad curiosamente muy poco interpretado. Ambos artistas estuvieron a gran altura y fueron muy aplaudidos. Resta comentar lo que se ha denominado Festival paralelo. Se trata de un ciclo de tres conciertos peculiares, tanto por el hecho de celebrarse las mañanas de los domingos en el Museo de Bellas Artes como por el repertorio que se interpreta, mayoritariamente actual (siglos XX y XXI), donde hallan cabida los compositores españoles contemporáneos. Este ciclo tiene ya una personalidad definida y un público propio. El primer concierto fue un dúo de violín y piano. Torre y Moretti tocaron, además de una sonata de Beethoven (op. 12, nº 1), las Variaciones sobre “Ah, vous dirai-je, maman”, K. 256, de Mozart. Inteligente planeamiento preparatorio para la obra siguiente porque el tema popular francés fue también utilizado por José Luis Turina en sus Variaciones y tema (I serie) sobre el Tema con variaciones Ah, vous dirai-je, mamman, de Mozart. Se trata de una partitura de extraordinario interés que revela el formidable oficio y el talento musical de este compositor español. Los otros dos conciertos corrieron a cargo del Grupo Instrumental Siglo XX. Se trata éste de una agrupación abierta y flexible, que abarca un amplio repertorio merced a su versatilidad, conseguida por la disposición y el entusiasmo de algunos músicos de la Sinfónica de Galicia. Dirigida por José Luis Temes, interpretó tres obras del malogrado compositor coruñés Manuel Balboa: Rapto de la indiferencia, Hércules en Brigantia y Quasi Notturno; esta última obra, con piano obligato, estreno absoluto. Completó el programa el Pierrot lunaire —estreno en La Coruña, con casi total seguridad—, en versión del soberbio sopranista Flavio Oliver, con los miembros del Grupo conducidos de manera admirable por Temes. El tercer concierto, dirigido ya por su titular, Florian Vlashi, se abrió de una manera convencional con esa impresionante página mozartiana que es el Adagio y Fuga, K. 546; pero a continuación se escuchó el Sexteto de cuerdas, un trabajo serio y profesional del compositor coruñés contemporáneo Xavier de Paz, encargo especial para la ocasión y, por tanto, estreno absoluto; y el sorprendente Black Angels, soberbio collage de George Crumb, lleno de hallazgos tímbricos (por ejemplo, vasos de agua afinados en diversos tonos y tocados con arcos), de citas musicales (Dowland, Tartini, Schubert) y de mezcla de diversos estilos y técnicas en fecunda simbiosis. Sin duda, estreno en La Coruña; hay quien piensa que también puede serlo en España. Julio Andrade Malde 33 AC T U A L I DA D MADRID Reposición pucciniana BUTTERFLY CINEMATOGRÁFICA Vuelve, menos recargada de comparsería, esta producción planteada como un rodaje cinematográfico, punto de partida bastante discutible para ópera de tan claro realismo. Si se obvian los laterales de la escena, que siempre estorban y rompen el clima, concentrando atención en el rectángulo giratorio de la casa art decó de Butterfly (de una hechura impecable: es de Frigerio) pueden disfrutarse algunos detalles inteligentes del montaje, además de seguir mejor las vicisitudes de la heroína pucciniana. La pantalla del filme, en blanco y negro dada la supuesta época de rodaje (década de los años veinte del pasado siglo, se supone), ayudaba a disfrutar expresiones pero también a descubrir defectos. La chilena Gallardo-Domâs es una de las mejores intérpretes actuales de Cio-Cio-San, tal como demostró con un cuidadísimo fraseo, un canto pleno de matices y una actuación más que correcta que fue enriqueciéndose a Liv Øvland MADRID Teatro Real. 15 y 17-VII-2007. Puccini, Madama Butterfly. Micaela Carosi-Cristian Gallardo-Domâs, Itxaro MentxakaMarina Rodríguez Cusí, Roberto Aronica-Carl Tanner, Ángel Ódena-Vladimir Stoyanov. Director musical: Plácido Domingo. Director de escena: Mario Gas. Escenografía: Ezio Frigerio. Vestuario: Franca Squarciapino. Cristina Gallardo-Domâs y Marina Rodríguez Cusí en Madama Butterfly medida que avanzaba la obra. La Carosi, voz italiana rica y cálida, con una rotunda octava aguda, aprovechó momentos puntuales de la partitura, pero el personaje estuvo más desdibujado, incluyendo una caracterización física algo descuidada. Las dos geishas murieron de diferente forma, ésta más a favor de la soprano chilena. Carosi encontró en su Pinkerton, Aronica, un complemento ideal por medios, adecuación, entrega y canto, que aún siendo algo superficial, fue siempre brillante y oportuno. Tanner tiene generosidad y atractivos instrumentales, pero su emisión irregular y un fraseo monótonamente machacón no dieron mucho de sí: un Pinkerton bajo mínimos, en suma. Rodríguez-Cusí repitió su excelente y completa Suzuki; Mentxaka puso buenas intenciones, pero el personaje le quedó por momentos un poco grande. Aparte problemas en su achatado registro agudo, el Sharpless de Stoyanov resultó más matizado y convincente que el de Ódena, de buena planta y atractiva voz baritonal pero en conjunto insignificante. Dos cumplidos Goros fueron Sánchez y Ruiz, éste bien beneficiado por su veteranía y experiencia. Desigualdad de distribución y resultados en el resto del reparto. Domingo ofreció una lectura competente. Hizo sonar a la orquesta con riqueza y contrastes, cantó en solitario y con el solista, adecuándose a las características de los dos equipos, aunque a veces se tentó por una sonoridad demasiado opulenta en detrimento de los cantantes, y por tempi, sobre todo con CarosiAronica que fueron a veces demasiado lentos. Buen rendimiento del coro. Fernando Fraga Ópera a lo grande VERDI EN VISTALEGRE Madrid. Palacio de Vistalegre. 29-VI-2007. Verdi, La traviata. Myrtò Papatanasiu, Massimiliano Pisapia, Gianfranco Montresor. Orquesta y Coro Lírico de España. Directora musical: Je Min. Director de escena: Francesco Stochino Weiss. Coreografía: Lola Greco. T 34 eniendo en cuenta las posibilidades y limitaciones de una antigua plaza de toros, puede calificarse esta enésima Traviata de ajustada y digna. Ante todo, por la dirección musical austera, segura, enérgica, limpia y adecuada a equilibrios y tiempos de la china Je Min. Luego, por un habilidoso juego de elementos (muy contados, aunque incluyendo un caballo que trajo a Alfredo al segundo acto) y de luces que resolvió la visión circular y la amplitud de un coso que plantea facilidades a los conjuntos y problemas a los instantes íntimos. Una coreografía correcta aunque abusiva, a veces más digna de Broadway que de Madrid, con el añadido superfluo de una solista en calidad de pantomima del Destino, como si el inmortal don Beppe necesitara auxilios dramáticos, completó la entrega visual. La soprano griega resolvió su Violetta con buen material, emitido con limpieza, estupenda figura y elegante presencia. Descolló en los momentos líricos y, si bien le faltó en ocasiones garra trágica, salió airosa de la prueba. El tenor mostró una bella y sólida voz que no se correspondió con su desenvolvimiento escénico, ausente y de escaso garbo. Germont sonó fluido y cumplido, tanto en lo vocal como en lo histriónico. Los comprimarios, sin brillar, llenaron su cometido. El actor Francisco Valladares hizo de introductor, ambientando la pieza y narrando sucintamente la trama, lo cual no sobró en un acto como éste, destinado a un público amplio y, en gran parte, inicial. Blas Matamoro AC T U A L I DA D MADRID Programa doble BELDADES PELIGROSAS Madrid. Teatro de la Zarzuela. 22-VI-2007. Calleja, Las bribonas. Juan Viadas, Jesús Castejón, Fernando Ransanz, Mamen Godoy, Estrella Blanco, Karmele Aranburu, Mary Carmen Ramírez, Cipriano Lodosa, Johana Jiménez, Carmen Conesa, Eloy Arenas. Chapí, La revoltosa. María Rodríguez, J. Jesús Rodríguez, Luis Varela, J. Luis Gago, Cristina Faus, Eva Diago, Virginia Flores, A. Torres, Eloy Arenas. Director musical: Enrique Diemecke. Directora de escena: Amelia Ochandiano. F in de temporada para la zarzuela con dos obras del género chico que tienen en común el protagonismo de eso que suele decirse, “mujeres de rompe y rasga”. En el curso del año teatral, en el que se ha cumplido siglo y medio de existencia del Teatro de la Zarzuela, éste ha contribuido a la recuperación al repertorio de dos obras: una, El barbero de Sevilla, que se tenía muy olvidada, la otra, Las bribonas, zarzuela cómica que, quién sabe cuántos años ha, no había visto la escena desde que fue estrenada en el Apolo madrileño en 1908, ejemplo de irrupción del género ínfimo, se palpaba en el ambiente una necesidad de ligereza, frescura y diversión. Con Las bribonas, Rafael Calleja junto a su libretista Martínez Viérgol, periodista madrileño dotado de vivo ingenio, obtuvo en su día uno de los mayores éxitos de su carrera: una partitura musicalmente inspirada y socialmente comprometida en aquellos años, en la que se introducen números de varietés e intercalan bailes y couplets, todo un ejemplo de música sencilla y espontánea, ligera y alegre con la que se trata de satirizar el atraso y la ignorancia por la gazmoñería de unas cuantas beatas escandalizadas por la llegada al pueblo de una compañía de music hall. Fue un logro la dirección escénica de Amelia Ochandiano que supo dar agilidad y ambiente, encontrando una estupenda colaboración actoral encabezada por Jesús Castejón, al que se unió una lucida actuación de Johana Jiménez en una escena como la de los tientos en tiempo de tanguillo: “Como los railitos del tren… tó seguío…, tó seguío…”, con el cuarteto de beatas y el sacristán pianista, Cipriano Lodosa. Ayudó también la colorista escenografía de Andrea D’Odorico. Completó el espectáculo en su segunda mitad, una obra siempre querida, respetada y esperada por ser sainete de lo popular y del casticismo, una obra cumbre del género chico que en su día se ganó fama legendaria, estrenada once años antes, y que nos cuenta los amores de una coqueta barriobajera que vuelve locos a los hombres y que la llaman La revoltosa. No resultó tan brillante su desarrollo y escenográficamente no añadía nada nuevo a los habituales decorados realistacostumbrista. La dirección escénica aquí fue manejada con corrección, destacando actores como Luis Varela que supo dar verosimilitud y maneras al personaje de Cándido. No hubo buen encaje en el dúo por parte del barítono Juan Jesús Rodríguez y la soprano María Rodríguez, que en esta ocasión no encontró la afinación precisa. Se echó de menos unas vistosas guajiras a cargo de Cristina Faus con buena voz de mezzo. Acertada la dirección musical del mexicano Enrique Diemecke que supo transmitir, a través de la Orquesta de la Comunidad y el Coro del Teatro, las páginas musicales de ambas partituras, con la ligereza y chispa precisas para la primera y emoción, intensidad y sentimiento para la segunda, descubriéndonos la riqueza de cada una de ellas, hecho que no siempre se consigue. Manuel García Franco 35 AC T U A L I DA D MADRID Operadhoy PARADOJA RÍTMICA Madrid. Teatro Albéniz. 25-VI-2007. Drumming Oporto. Director musical y de escena: Miquel Bernat. Reich, Drumming. E l grupo Drumming Oporto, dirigido por Miquel Bernat, era sin duda el más apropiado para la presentación en Madrid de una de las obras más emblemáticas del americano Steve Reich: Drumming, entre otras cosas y obviando su indudable calidad, por el trabajo desarrollado por Bernat en Bélgica con la coreógrafa Anne Teresa de Keersmaeker, sin duda una de las artistas que mejor ha comprendido la trascendencia de Reich para los lenguajes artísticos contemporáneos. Esta compleja pieza fue precedida, a modo de prólogo y presentación de los intérpretes, por Music for pie- ces of wood, una reducción en unos minutos de duración y con el timbre de las claves del espíritu del Drumming. Si bien está claro que no podemos hablar de ópera, pese a que cerrara el ciclo operadhoy en el Teatro Albéniz, sin lugar a dudas la puesta en escena potenciaba y completaba la música con una magistral iluminación y concepto escénico del joven artista portugués David Sobral. Una hora de variaciones sobre una célula rítmica, base conceptual de Drumming, se convirtió en una experiencia sonora para todos los presentes, alcanzando en algunos momentos MIQUEL BERNAT una intensidad casi hipnótica con la fuerza de la percusión. La precisión técnica de los nueve percusionistas del Drumming Oporto fue sin duda lo más reseñable de la noche, ya que las intervenciones vocales y del flautín de Fátima Serra, Marta Valero y Stephanie Wagner, pese a una interpretación correcta, no tuvieron la presencia y brillantez esperada por una sonorización que impedía recibir algunos matices. Miquel Bernat ha conseguido con Drumming una puesta de largo para su grupo que sentimos como nuestro pese a tener su sede en Oporto y que siempre resulta sorprendente por su gran solvencia en la resolución de obras tanto de repertorio como de nueva creación. Leticia Martín Ruiz Brecht traducido SOBRE TODO, TEATRO Madrid. Matadero. Naves del Español. 30-VII-2007. Weill, Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny. Antoni Comas, Mónica López, Teresa Vallicrosa, Constantino Romero, Pedro Pomares. Conjunto instrumental. Director musical: Manuel Gas. Director de escena: Mario Gas. E 36 l interés de este espectáculo es sobre todo teatral. Impresiona esta puesta en escena de Mahagonny en el Matadero en manos de Mario Gas, uno de los directores teatrales de nuestro país que entiende de veras lo musical. Pero lo musical no es aquí lo principal, a la vista de los resultados. Gas no se propone hacer nada parecido al Mahagonny que vimos en la Zarzuela en 1995. Pero Mahagonny es teatro y es música, es una auténtica ópera, y si no nos equivocamos esto constituye su estreno entre nosotros en nuestro idioma y en su forma total; a pesar de que hoy el texto de Brecht resulte lejano, incluso débil en su vocación epatante. Desprovista de los escándalos de su época, de la aureola de obra perseguida como parábola anticapi- talista, queda la música desnuda y algo del texto. Es de esas obras “selváticas” de Brecht, estilizadas, hijas del expresionismo, como Baal, En la jungla de las ciudades, Tambores en la noche, confusas a menudo, con una pintura gruesa en las situaciones y caracteres que choca con la poética del verbo brechtiano, que ha dado algunos de los poemas mayores de la lengua alema- na en el siglo pasado. La música pierde parte de su sentido y su sabor mediante una traducción que no tiene ni puede tener la prosodia del original. El Brecht teatral traducido es plausible. El Weill cantado sólo a veces es viable. Da la impresión de que no es el caso de Mahagonny. No por culpa de Feliu Formosa, traductor experimentado y acreditado, sino porque hay músicas que no están hechas para ciertas prosodias. Mario Gas es un director de vocación brechtiana. Su montaje de La ópera de perra gorda de 1984, en catalán y en castellano, es legendario. La fiesta Brecht en el Albéniz de Madrid, en 1998, cuando el centenario, fue para los que estábamos allí algo inolvidable. Ha montado también Madre Coraje, más otros espectáculos con toque brechtiano. Ahora se ha embarcado en este proyecto ambicioso, con un despliegue de medios extraordinario, pero muy bien aprovechados en ese nuevo espacio escénico del Matadero de Madrid. Felizmente, se rescatan y fundan teatros, frente a la piqueta que ha terminado con otros. Cómo mueve, cómo planifica, cómo dirige Mario Gas a los actores. Hay un texto desentrañado, hay espectáculo, hay teatro de buena ley. AC T U A L I DA D MADRID Ciclo de Grandes Voces LOS PELOS DE PUNTA Javier del Real Madrid. Teatro Real. 21-VII-2007. Plácido Domingo, tenor; Ana María Martínez, soprano. Orquesta Sinfónica de Madrid. Director: Jesús López Cobos. Obras de Gluck, Haendel, Massenet, Gounod, Wagner, Verdi, Moreno Torroba, Chapí, Serrano, Soutullo y Vert, Sorozábal, Penella y Lehár. P lácido en Madrid es mucho más que un concierto. Ponerse a enumerar las facultades y habilidades del cantante, a esta altura de su vida, resulta superfluo. Hay sobre todo un plantel de actores que saben cantar y que salvan con sabiduría el escollo de la prosodia. El espacio escénico es tan amplio, tan panorámico, que las voces tienen que usar megafonía. Impresionan Mónica López y Teresa Vallicrosa, cuyos cometidos saben a poco, quisiéramos que Jenny y Leokadja tuvieran más papel. Qué fuerza tiene Mónica, y qué manera de moverse, qué ballet el suyo. Sale muy airoso Antoni Comas, tenor lírico al que aquí se le piden “heroicidades” concretas. Constantino Romero canta y no lo hace nada mal, y su voz poderosa de actor es compañera inseparable de su sensacional sentido de la comedia y de la farsa. No podemos mencionar todo este espléndido conjunto de actores y cantantes, pero no nos podemos olvidar de Pedro Pomares, que forma con Constantino la pareja de payasos siniestros. Queda la orquesta, de casi cuarenta instrumentistas, dirigida por sabiduría por Manuel Gas. Un acontecimiento, con todo. Sí, en cambio, cabe reiterar el asombro que sigue produciendo su lozanía vocal: timbre fresco, vibrato controlado, aliento, volumen, resistencia a un programa generoso que osciló entre páginas de barítono y tenor, Orfeo, el Cid, Siegmund, Otelo y zarzuelas varias. Entre éstas, los dos personajes masculinos de Luisa Fernanda y el Leandro de La tabernera del puerto, capaz, como siempre, de poner los pelos de punta aun a los calvos. Tal fue la furia admirativa del público, que se añadieron cuatro propinas, un vibrante dúo de El gato montés y el vals de La viuda alegre, que los artistas bailaron y la platea acompañó a bocca chiusa. Una lluvia de flores, que Plácido recogió con paciencia de abuelo travieso, cientos de espectadores de pie y una suerte de mitin improvisado en la terraza del Real completaron esta suerte de fiesta ciudadana que significa Plácido, mejor dicho, que significan su encantamiento sonoro, su perpetua y endemoniada juventud, su entrega, su dominio de las tablas y su laboriosidad. La debutante Martínez fue un correcto complemento del festival placidísimo y se entusiasmó en los dúos, al calor de tan carismática compañía. López Cobos, como siempre, estuvo certero, enterado, voluminoso. Santiago Martín Bermúdez Blas Matamoro 37 AC T U A L I DA D OVIEDO Emilio Sagi diseñó una atractiva y amena gala PREMIADOS DE EXCEPCIÓN carlospictures Teatro Campoamor. 1-VII-2007. Gala de entrega de los Premios Líricos. PRIMER CONCIERTO SEGUNDO CONCIERTO 23 de Septiembre de 2007 Orquesta de Cuerda SIC 30 de Septiembre de 2007 Concierto de Piano René Mora (Guitarra) Director: Sebastián Mariné Francisco José Segovia TERCER CONCIERTO CUARTO CONCIERTO 7 de Octubre de 2007 Cuarteto Areteia 14 de Octubre de 2007 Concierto de Violín Alfredo García (Violín) Chema García (Clarinete) Víctor Gil (Violonchelo) Elena Aguado (Piano) Manuel Guillén Obras escritas y dedicadas a Manuel Guillén QUINTO CONCIERTO SEXTO CONCIERTO 21 de Octubre de 2007 Concierto de Electroacústica 28 de Octubre de 2007 Concierto de Música Vocal Alicia Molina (soprano) Ana Vega Toscano (recitadora y piano) Irene Villar (actriz) Adolfo Núñez (electrónica) Grupo Vocal Siglo XXI Director: Manuel Dimbwadyo Proyecto eLe Director: José Manuel Gil del Valle EL BOSQUE INTUIDO [concierto para voces y electrónica] En nuestra página web www.festivaltrescantos.com encontrará todos los datos relativos al programa de este año 38 OVIEDO M. Cantarero, P. Domingo, M. Freni, Carlos Álvarez y J. M. Zapata La segunda gala de entrega de los Premios Líricos Teatro Campoamor ha resultado ser espectacular en el continente y en el contenido. En el futuro se ha de seguir mejorando, pero lo que ahora toca es regodearse en el éxito presente, que si por algo pasará a la historia es por dos aspectos fundamentales: la brillantez de la propuesta escénica de Emilio Sagi, que al final no salió a saludar, cediendo protagonismo a los premiados, y la presencia de los propios galardonados, entre los cuales se encontraban grandes estrellas de la lírica, algunos de ellos verdaderos mitos vivientes. Mirella Freni, Plácido Domingo y Zubin Mehta, dotaron a la gala de un atractivo evidente de cara a un público que asistió al espectáculo absorto y de rodillas, pero en absoluto mudo. Hubo participaciones para el recuerdo como la de Carlos Álvarez interpretando una romanza de La del soto del parral, con su contundencia vocal característica y una especial motivación y acierto interpretativo. Álvarez hizo las veces de presentador junto con los maestros de ceremonias de la ocasión, Mariola Cantarero y José Manuel Zapata, que cantaron mucho y bien durante toda la gala, de dos horas de duración. Estuvo mejor ella que él, algo destemplado en alguna pieza. Dirigió con profesionalidad David Giménez Carreras a una Orquesta Sinfónica Ciudad de Oviedo que argumentó diligencia, y un plus de calidad cuando subió al atril Zubin Mehta, para acompañar la soberbia y abisal voz de Matti Salminen. La gala hubiese agradecido más ensayos, así como unas mejores prestaciones del Coro de la Capilla Polifónica, pero el resultado general no defraudó, dejando varios momentos espléndidos: la actuación de Millán Salcedo, extraordinario actor-cantante de gran comicidad, la dulzura y belleza de la línea de canto de Fiorenza Cedolins y el homenaje a Mirella Freni. Al igual que la diva italiana, Domingo no cantó, pero la presencia de una de las personalidades mundiales más influyentes de la ópera fue suficiente para deleitar al público. Su glosa de las virtudes de Mirella Freni, previas a la entrega del premio a toda la trayectoria de la italiana, fue otro de los momentos de mayor interés de la velada. Aurelio M. Seco AC T U A L I DA D SANTIAGO / TENERIFE Festival Via Stellæ CALIDAD CONFIRMADA SANTIAGO El Festival Via Stellæ, que se desarrolla en Santiago y en otros lugares de Galicia situados en los diversos caminos que conducen a Compostela, confirma haber alcanzado el nivel de excelencia. A los trece primeros conciertos principales, hay que añadir otros casi diarios sobre media hora de duración que tienen lugar en diferentes patios o claustros del casco histórico y contribuyen a crear el típico ambiente de festival. En el inaugural, Simone Kermes con la Real Filharmonía dirigida por Alessandrini dio un audaz recorrido por cinco de las más notables y difíciles arias de operas de Mozart, que cantó en orden cronológico inverso, llegando a lo mejor cantado con Ah, se il crudel periglio (Lucio Silla) y particularmente con el bonus haendeliano Piangeró la sorte mia. Al día siguiente, Dumestre y su reputado conjunto Le Poème Harmonique nos obsequiaron con una desconocida exquisitez, el Orfeo dolente de Domenico Belli, siguiente eslabón al de Monteverdi en la cadena musical órfica. Dos magníficos contratenores, Dumaux y Cencic, ofrecieron una buena muestra de sus diferentes virtudes en sus respectivos conciertos: Dumaux con cantatas italianas de Haendel y Cencic con cantatas de D. Scarlatti, menos conocidas pero más exigentes. Deslumbrante Stefano Montanari en las Sonatas op. 5 de Corelli, con una Follia de locura y esa sensación final Javier del Real 3-VII-2007. Simone Kermes, soprano. Real Filharmonía de Galicia. Director: Rinaldo Alessandrini. Mozart. 4-VII-2007. Le Poème Harmonique. Director: Vincent Dumestre. Belli, Orfeo dolente (versión de concierto). 5-VII-2007. Christophe Dumaux, contratenor. Pulcinella Ensemble. Cantatas de Haendel. 6-VII-2007. Max Emmanuel Cencic, contratenor; Aline Zylberajch, clave. Caldara, D. Scarlatti, Albero, Ferrer y Soler. 7-VII-2007. Octavio Vázquez, piano; Cristina Pato, piano; Evgeni Moriatov, violín; Carlos García Amigo, violonchelo. Obras de Octavio Vázquez. 8-VII-2007. Stefano Montanari, violín. Accademia Bizantina. Corelli, Sonatas. 10VII-2007. Il Giardino Armonico. Director: Giovanni Antonini. Vivaldi, Guerrieri, Castello, Buonamante y Telemann. 12-VII-2007. The English Baroque Soloists. Coro Monteverdi. Compañía de Danza Roussat Lubek. Director: John Eliot Gardiner. Campra, Réquiem. Obras de Rameau. 13-VII-2007. Orquesta Sinfónica de Galicia. Director: Víctor Pablo Pérez. Bruckner, Séptima. 14-VII-2007. Sophie Daneman, soprano; Julius Drake, piano. Haydn, Mozart, Gounod, Fauré, Poulenc y Porter. 14-VII-2007. Lautten Compagney Berlin. Capella Angelica. Director: Wolfgang Katschner. Purcell, King Arthur (versión de concierto). 16-VII-2007. Roberta Invernizzi, soprano; Romina Basso, mezzo. Orquesta Barroca de Venecia. Haendel, Vivaldi y Giacomelli. 40 JOHN ELIOT GARDINER sustitución de Andrea Marcon, fue de los que echan chispas. Roberta Invernizzi y Romina Basso, soberbias en estilo y emisión, tanto en las arias como en los dúos de Vivaldi, Haendel y Giacomelli, con la orquesta al mismo nivel. Las incursiones en compositores posteriores al período clásico, tuvieron también interés y gran calidad, como ocurrió en la segunda José Luis Fernández Kantorow, Jia PEQUEÑAS INDAGACIONES Santa Cruz. Auditorio. 1-VI-2007. Orquesta Sinfónica de Tenerife. Director: Jean-Jacques Kantorow. Obras de Mozart y Weber. 8-VI-2007. Valentina Igoshina, piano. Director: Lü Jia. Obras de Satué, Rachmaninov y Schumann. La batuta de JeanJacques Kantorow llevó al Auditorio de Tenerife dos de esas composiciones tempranas del Mozart afrancesado, al que estamos pocos acostumbrados, cuyas obras nos devuelven la imagen TENERIFE de no haberlas escuchado nunca antes. Inolvidable fue el doblete ofrecido por Gardiner, su orquesta y su prodigioso Coro Monteverdi: al Réquiem de Campra en una iglesia siguió dos horas después en el Auditorio un concierto dedicado a obras de Rameau, en el que también participó la Compañía de Danza Roussat Lubek. Un alarde de programación y de ejecución por parte de todos: orquesta, coro, solistas del coro y el delicioso conjunto de danza. Dos días más tarde, la Lautten Compagney y la Capella Angelica tuvieron que luchar contra el recuerdo de los ingleses en el King Arthur de Purcell, pero salieron airosos. Excelente también lo ofrecido por dos célebres conjuntos italianos, Il Giardino Armonico y la Orquesta Barroca de Venecia. El primero centrado en Vivaldi y en el que destacaron dos conciertos para flauta dulce y uno para flautín que interpretó su director, Giovanni Antonini, respondiendo al esperado nivel de calidad. Pero el de la orquesta veneciana, al mando de su concertino Luca Mares en parte del recital de Sophie Daneman con canciones de varios compositores que siguieron a una muy buena Arianna a Naxos de Haydn, acompañada por el estupendo pianista Julius Drake. Y cómo no, Víctor Pablo Pérez volvió a ofrecer una magnífica muestra del gran Bruckner que siempre ha hecho, esta vez con la Sinfonía nº 7 al frente de la Sinfónica de Galicia, aunque su sonido, particularmente el de los metales, estuvo un tanto perturbado por la reverberante acústica de la iglesia en que se celebró. De Galicia es también Octavio Vázquez, joven compositor residente en Nueva York, del que pudimos escuchar, entre otras cosas, su trabajadísimo Trío para piano, violín y violonchelo, encargo del Proyecto Guernica 2006. del mundo superficial de los salones de palacio. En el Concertone para dos violines, el propio director y Mauro Rossi recrearon, en la confluencia de notas de la obra, una apacible y compacta conversación sonora. Posteriormente, Kantorow AC T U A L I DA D VALLADOLID Logros y cuestiones pendientes FIN DE FIESTA J. Edelstein VALLADOLID Auditorio. 8-VI-2006. Jian Wang, violonchelo. Orquesta Sinfónica de Valencia. Director: Yaron Traub. Obras de Dvorák, Debussy y Ravel. 14-VI-2007. Julian Rachlin, violín. Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Director: Alejandro Posada. Obras de Schumann y Mahler. 10-VI-2007. Simon Trpceski, piano. Obras de Haydn, Beethoven y Chopin. 21-VI-2007. Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Ton Koopman, solista y director. Tini Mathot, clave. Obras de C. P. E. Bach y Haydn. 23-VI-2007. Cuarteto Aron. Obras de Haydn, Korngold y Schubert. 28-VI-2007. Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Dimitri Sitkovetski, solista y director. Obras de Mendelssohn y Beethoven. 5-VII-2007. Vahid Khadem-Missagh, violín Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Director: Paul Goodwin. Obras de Nielsen, Chaikovski y Dvorák. Festival internacional de piano. 14/17-VI-2007. Edward Neeman, Xu Han, Sofia Melikyan, Ping Yang, Ren Zhang y Yukiko Akagi. La orgía musical de estos meses terminó. Quedan algunas preguntas sobre el Auditorio. ¿Por qué un espacio para la Orquesta tan reducido? ¿Qué pasa con los defectos de construcción tan ostensibles? ¿Se mejorará el transporte público y se inaugurarán los aparcamientos para la próxima temporada? Ente tanto, conciertos múltiples y de general buena calidad, incluido un Festival para jóvenes pianistas que presenta a las posibles figuras del futuro. Seis pianistas, ( Japón, China, Armenia, Austria, USA), con programas variados desde Scarlatti a Dutilleux y Mompou, con la presencia de todos los grandes, demostraron que en técnicas y expresión hay gente que ya puede decir algo importante. Decepcionante actuación de la orquesta valenciana. Descompensado el Concierto de chelo de Dvorák, un tanto rígido El mar y mucho mejor La valse, con justeza y atmósfera conseguidos. Habrá que ver de nuevo a Yaron Traub en otro repertorio. El Concierto de violín de Schumann es obra menor, un tanto gris, con bellos momentos aislados como el Andante. Rachlin lo hizo bien pero luchó para imponer su sonido ante la densa orquestación. Buena versión de la Primera mahleriana, con claridad expositiva y brillantez en el movimiento final. La orquesta respondió para conseguir el equilibrio cuerda-metal necesario. Concierto de piano excepcional el de Simon Trpceski. El joven artista macedonio lució un sonido exquisito en las obras chopinianas y los Valses de Schubert-Liszt, en una visión que atendió a la musicalidad sobre la espectacularidad y llegó a lo antológico en las Images de Debussy, que parecían soñadas y vividas a la vez. Cuatro regalos certificaron el gran éxito. Lo más importante de Ton Koopman fue la consecución de un dominio equilibrado y de magnifica cualidad sonora en obras barrocas de C. P. E. Bach, no muy habituales para la orquesta, y en la Sinfonía nº 100 “Militar” de Haydn. Un concierto terapéutico, si así puede llamarse, de esos tan necesarios para las orquestas sinfónicas. Haydn excelente en concepción, tal vez un poco rígido y el hijo de Bach, perfecto. La magia del cuarteto. Desigualdad en Haydn, fuerza y pasión en el magistral La muerte y la doncella, sorpresa ante el Cuarteto nº 2 de Korngold, sobre todo en con su preciso y hermoso sonido de violín mostró la mesura y cortesía sencilla del Concierto nº 2 para violín y orquesta. Lejano de la moda galante pero también de la expansión romántica, encontró un lugar equilibrado para la interpretación de la Sinfonía nº 1 de Weber. El segundo concierto de junio comenzó con Líneas de fuerza de Carlos Satué bajo la dirección de Lü Jia. Los procesos relacionados con los fractales aplicados a la música se convirtieron en esta ocasión en una corriente trepidante de sonidos que mantuvo sin tregua una gran tensión e inquietud anímica. De otra realidad se impregnó el Auditorio con las armonías de inspiración decimonónicas de la Rapsodia sobre un tema de Paganini, donde Valentina Igoshina asumió con gran soltura, aunque con falta de proyección pianística, el carácter vivo y contrastante de las variaciones de la obra. Para finalizar el programa, Lü Jia nuevamente conquistó al público en una brillante actuación con la Sinfonía nº 4 de Schumann. Del equilibrio elegante y la forma precisa de la interpretación de Mozart de Kantorow al desconcierto de Líneas de fuerza; y de la transparencia del fraseo y las armonías que presagian vuelos románticos de la Sinfonía nº 1 de Weber a la energía más plena de la Sinfonía nº 4 de Schumann en la batuta de Lü Jia. Tomada en conjunto, la audición de las obras de estos conciertos permite indagar en los juicios y valoraciones estéticas que del hecho musical hacemos. En este recorrido sonoro, hemos asistido con la exquisita factura formal de las obras de Mozart al establecimiento de la estructura y el sistema tonal, con Wcber y Schumann a la evolución hacia la consolidación y las posibilidades de desarrollo de dicho sistema, con la SIMON TRPCESKI el inspiradísimo tercer tiempo (¿toque del lied de Marieta de La ciudad muerta?). Versión magnifica de los componentes del Aron. Regular versión del Concierto para violín de Mendelssohn, con buenos momentos, sobre todo en el primer tiempo. Tocar el violín y dirigir a la vez tiene problemas, mucho mejor la rotunda visión de la Octava beethoveniana de Sitkovetski en forma desde una personal concepción de la obra. Discreto concierto de clausura. Un violinista joven, Vahid Khadem-Missagh, con momentos de gran expresividad en el Concierto de Chaikovski, regularmente acompañado. La obertura Helios de Nielsen es obra de oficio y la Quinta de Dvorák, con un espléndido Andante, preludió las grandes obras de su autor. Versión de oficio con puntos de interés. Fernando Herrero Rapsodia sobre un tema de Paganini de Rachmaninov al debate contemporáneo sobre las corrientes musicales conservadoras o su relación con las músicas empleadas en la industria cinematográfica, mientras que Satué nos situó en la posmodernidad, al reflejar su obra la ruptura con los patrones compositivos clásicos que conformaron nuestros conceptos de lo bello y del goce estético. Así pues, interpretaciones que conceden la posibilidad de transitar por distintas realidades. Carmen D. García González 41 AC T U A L I DA D Opereta sin sonrisas BALLET DE DICTADORES Monika Rittershaus Komische Oper. 1-VII-2007. Lehár, El país de las sonrisas. Tatjana Gazdik, Stephan Rügamer. Director musical: Kirill Petrenko. Director de escena: Peter Konwitschny. Tatjana Gazdik como Lisa y Stephan Rüganer como el Príncipe Sou-Chong en El país de las sonrisas de Lehár Con un grupo de enmascarados inmóviles y sonrientes abrió Peter Konwitschny su nueva puesta de El país de las sonrisas de Lehár en la Ópera Cómica. Con ella se despidió Kirill Petrenko de la dirección general ejercida durante cinco años y volvió a mostrar su extraordinario rango en el podio. Mimó las melodías, coloreó los timbres y señaló acertadamente los quiebros. Agresiva, salvaje, pomposa, su orquesta se rozó con Puccini y con Berg. Nos recordó que Lehár fue contemporáneo, asimismo, de Strauss, Korngold y Shostakovich. Su fuerza trató de contagiar a los cantantes. Tatjana Gazdik hizo una Lisa débil de voz y poco sonora de registros. Sólo al final, en el dramático Ich möchte wieder einmal die Heimat sehen resultó creíble. Defectuoso fue el Príncipe de Stephan Rügamer, refinado tenor líri- BERLÍN INTERNACIONAL ACTUALIDAD ALEMANIA 42 co, demasiado impetuoso y corto. Sin brillo ni luz, sus medios carecieron de efecto y sonaron retaceados, en especial durante su famosa Dein ist mein ganze Herz. Nada tuvo que ver con la concepción de Konwitschny que, al final lo convirtió en víctima de dos oficiales secretos asesinos, contra lo dicho en el libreto. Más evidente fue la intención del regista en el ballet donde aparecieron danzando una cantidad de dictadores históricos, de Julio César a Bush, pasando por Napoleón, Mao, Hitler, etc., mientras, al fondo, una pantalla de vídeo mostraba escenas de guerra. La grotesca coreografía se debió a Enno Markwart. Al empezar el tercer acto se introdujo el minidrama de Heiner Müller Pieza de corazón, recitado por numerosas coristas rodeadas de extranjeros, apátridas y afines de todas partes. Konwitschny quiso denotar su concepción de la obra: dos seres humanos incapaces de aunar sus vidas por sus diferencias culturales. La escenografía de Jörd Kössdorf resultó sorpresivamente convencional: una Viena de opereta, incluido el busto de Johann Strauss, una pintura con escenas de vals, maquetas de la catedral y el Prater. Parecida solución tuvo el palacio pekinés del Príncipe, rojo y con puertas de celosías, atravesado por obreros con jardineras azules. El resto del vestuario de Michaela Mayer-Michnay es histórico y suntuoso. La escena del matrimonio se jugó como un cortejo fúnebre, regido por el Príncipe látigo en mano. El dúo cómico estuvo a cargo de dos excelentes comediantes y cantantes, Karen Rettinghaus y Tom Erik Lie, vestidos de esquimales. Bernd Hoppe AC T U A L I DA D MADRID ALEMANIA Música Britannica II DRAGONES Y HÉROES POTSDAM Marx10 Potsdam Sans Souci. Schlosstheater. 24-VI-2007. Lampe, The Dragon of Wantley. Joana Seara, Daniel Auchincloss, Tamsin Dalley, Michael Bundy, Nicholas Warden. Akademie für Alte Musik, Berlin. Director musical: Gary Cooper. Director de escena: Jack Edwards. Fue The Dragon of Wantley de John Frederik Lampe una de las más populares óperas burlescas del XVIII inglés pero hoy resulta algo desconocida. Data de 1737 y ha sido exhumada en coproducción con la Opera Restor’d. Cuenta la historia del matador de dragones Moore of the Moore, encargado de librar a Wantley de la bestia y premiado con la mano de Margery. Su antigua amante Mauxalinda estalla de celos y da lugar a un efectivo dúo de prime donne. El viejo maestro Jack Edwards, ya consagrado en el Boston Early Music Festival convirtió la escena en el culmen de la noche, haciendo evolucionar a las sopranos como bailarinas, rodeadas de forofos y dando inacabables cadencias de coloratura. Todo el espectáculo estuvo marcado con Escena de El dragón de Wantley de John Frederik Lampe poses pomposas y estatuarias, propias del barroco. El vestuario de Ashley Shairp colaboró con sus crinolinas tachonadas de flores y hojas. Moore salió con zapatos deportivos de plataformones, coraza barroca y larguísima cola de felino. Su cráneo de tigre y sus actuaciones grotescas, caricatura del héroe dieciochesco, dieron a su lucha con el dragón un enorme efecto hilarante. Por el contrario, la música, subrayando lo risible, es seria, majestuosa, heroica, a veces francamente emotiva. La soprano Joana Seara, con voz colorida de bello lirismo, y Daniel Auchincloss, contratenor de hermoso timbre y dramática expresión, dieron relieve a sus partes. Valiéndose, sobre todo, del canto hablado y del chillido, la mezzo Tamsin Dalley resolvió eficazmente su Mauxalinda. Sus brujeriles pantomimas resultaron impecables. Sólidos y autorizados, los dos bajos Michael Bundy (padre de Margery) y Nicholas Warden (doblete: Dragón y Servidor), completaron altamente el reparto. La Academia de Música Antigua de Berlín, dirigida por Gary Cooper, garantizó la rítmica y el drama de la pieza, desde la obertura, escenificada en un teatro de miniatura por unas marionetas. Siguió una fiesta de colores tímbricos, remarcados, aquí y allá, con oportunos y decididos acordes. El público celebró la velada con entusiasmo. Esperemos que esta rareza pase pronto a CD. Bernd Hoppe Romanticismo de pura cepa ÓPERA DE CÁMARA EN EL CASTILLO RHEINSBERG 30-VI-2007. Tobias Haaks, Rainer Scheerer, Doris Valeskini, Sara Anderson. Orquesta del Estado de Braunschweig. Director: Jonas Alber. Weber, Der Freischütz (versión de concierto). El mal tiempo obligó a cancelar la representación de la romántica Der Freischütz en el castillo de Rheinsberg, escenario natural ideal para tal obra. La representación, coproducida por la Ópera de Braunschveig, debió alojarse en una sala contigua, donde las voces podían oírse sin megafonía. Resultaron, en parte, cualificadas y maduras, no obstante su juventud. Así Tobias Haaks lució su rico material de tenor, en particular durante el terceto del primer acto O, diese Sonne! También se impuso su voz en la gran escena solista, vehemente en el recitativo y bella, fluyente y generosa de fraseo en el aria. En el final, la oprimente duda, el desesperado recuerdo de Ágata y la quiebra existencial del poder heroico, fueron resueltos con plasticidad. Asimismo en los diálogos consiguió el artista ser verosímil y expresivo al describir el conflicto de su personaje. Le dio la réplica, con la misma nobleza, Rainer Scheerer en una muy inteligente interpretación de Kaspar. Con gestos y ademanes fue envolviendo al sombrío muchacho cazador, de modo inusualmente expresivo, dando la impresión de un hortera jovial y, a la vez, fuertemente enigmático. Algo débil de ataque sonó su brindis, pero amenazante la siguiente escena Schweig! Fenomenal altura alcanzó la secuencia del fundido de las balas: Haaks y Scheerer desplegaron una tensión que cortaba el aliento en este espantoso encuentro. Amplia y desesperada resonó la Anita de Doris Valeskini, una soprano lírica con cortantes acentos que ejemplificó perfectamente su parte. Sara Anderson tiene un oscuro timbre mas logró expresar lo soñador, melancólico y velado del ser de Ágata. Plena de intimidad y resuelta con un tembloroso júbilo fue su Leise, leise. Algo ruda, empero, y no justa de entonación se escuchó su cavatina. Inferior nivel tuvieron los roles secundarios. Siegfried Pokern como Kilian mostró poca sustancia y expresión baritonales al dar volumen. Jae-Won Yang fue un Kuno de sólido canto pero de vacilante prosa. Mario Klein mezcló en su Ermitaño autoridad y grosería. Malte Roesner estuvo vocalmente escaso en Otokar. Imperioso y de hermosa sonoridad, el coro dirigido por Georg Menskes. Llena de vitalidad, con rica paleta de timbres y efectos dramáticos acentuados, la Orquesta del Estado de Braunschweig bajo la inspirada conducción de Jonas Alber. Bernd Hoppe 43 AC T U A L I DA D ALEMANIA / AUSTRIA Puccini con cuñas EL JUEGO DEL AMOR Y DE LA MUERTE STUTTGART Sebastian Hoppe Staatsoper. 23-VI-2007. Puccini, La fanciulla del west. Ki-Chun Park, Natalia Ushakova, Tito You. Director musical: Shao-Chia Lü. Director de escena: Calixto Bieito. Como un verdadero Western Show concibió Calixto Bieito el primer acto de La fanciulla del West: fondo a rayas blancas, rojas y azules, más un cartel delantero: Texas Hollywood. Ecos de pistoletazos, humo, blancura de jabón, una esfera con reflejos de luces, nos preparaban para un desfile de muchachas, indios, perros, caballos, vaqueros y etcétera. A la izquierda, una tribuna para los visitantes y, en el centro, una calle realista con una tienda de ropa y accesorios. El sonoro y brillante coro de la ópera, dirigido por Michael Alber, hizo de masa espectadora, con banderitas a rayas tricolores, lamparillas y coreando los refranes de las canciones. El bandido Dick Johnson entró como un turista que vino a comprar vestimenta, aunque lamentablemente el tenor Ki-Chun Park cantó a la italiana y sin La fanciulla del west de Puccini en la producción de Calixto Bieito carisma de Lejano Oeste. Otra cosa fue la soprano Natalia Ushakova, dotada de encanto cinematográfico. Vestida con malla y peluca rubia, estupenda de tipo y de piernas, entre Marilyn y la Ekberg, con su aire de trapecista audaz, la cantante rusa consiguió aclamaciones. En el acto segundo salió con vestido plateado y peinada a lo Milva, y en el tercero, de cuero amarillo y negro, una suerte de Juana de Arco de cómic con una espada de samurái. Sensible e histriónica en cada caso, mostró una voz de embate hasta el grito verista, sin ahorrar penurias al público. Como sheriff, el barítono Tito You cantó agradablemente y sin carácter. En el podio, Shao-Chia Lü condujo en apoyo de todos, dramático de expresión y postimpresionista de timbres. Dos cuñas metió Bieito a Puccini. Al terminar el primer acto, una escena onírica mostró un contenedor con cocina y alcoba, donde Minnie preparó cócteles y sirvió jalea verde a los hombres. Al acabar el tercero, Johnson se cortó las venas al cantar Ch’ella mi creda libero, tras lo cual la muchacha mató en duelo de espadas a Rance. Ambos resucitaron y ocuparon luego las candilejas, en tanto ella huía ante tamaños horrores. La noche del estreno, el bufido del público fue equilibradamente repartido entre los responsables. Stuttgart no habla de otra cosa. Bernd Hoppe El Taller de Opera de Viena presenta Il corsaro UNA RAREZA VERDIANA Opernwerkstatt Wien. 13-VII-2007. Verdi, Il corsaro. Natasa Kàtai, Daniela Longhi, Maurizio Graziani, Ivan Inverardi. Director musical: Tiziano Duca. Director de escena: Stephan Bruckmeier. Decorados: Adolf Frühauf. Vestuario: Marion Osmann. VIENA Ciento cincuenta y nueve años después del estreno de la ópera de Giuseppe Verdi Il corsaro ha llegado a Viena, finalmente, la primera interpretación en Austria de esta ópera raramente representada. En cualquier caso, la producción no ha venido por iniciativa de una de las grandes casas de la ópera de la capital sino de una institución privada, Opernwerkstatt Wien, un taller de ópera que desde 1998 presenta cada año un gran montaje operístico, desde Il barbiere di Siviglia y Don Giovanni hasta Attila, Ernani o Macbeth. Esta aso- 44 ciación no sólo ha presentado una orquesta verdiana de 60 músicos, entre aficionados y profesionales, y un coro de 45 miembros, sino que también ha construido en el patio del Ministerio de Defensa un escenario funcional y estéticamente adecuado, que con sus 25 metros de ancho hizo plena justicia a la pieza. La fama de que esta obra con libreto de Piave, basada en el drama en verso de Lord Byron The corsair (1814), y estrenada en Trieste en 1848, se trata de una composición menor de Verdi pudo ser rebatida gracias a esta representación, que ofreció la ópera en su integridad. Natasa Kàtai, una soprano lírica de agradable timbre y buena técnica, fue una muy buena Medora —ese breve papel que cuenta con el aria más bella y conocida de la obra, Non so le tetre immagini—, Daniela Longhi hizo una algo esforzada Gulnara, Maurizio Graziani un Corrado de hermosa voz y adecuado estilo, e Ivan Inverardi un vigoroso Seid. Tiziano Duca dirigió a la orquesta, que sólo mostró algunas ligeras imperfecciones, y al bien preparado coro con segura técnica y buen conocimiento de la materia, resaltando las finezas de la partitura verdiana y logrando una magnífica visión de conjunto que fue muy aplaudida. La compañía fue reforzada por el Conjunto de Danza AMS, una admirable institución que, en colaboración con el Ministerio de Trabajo, ha ofrecido la posibilidad de intervenir a 25 personas desempleadas que, gracias a la coreografía de Peter Appiano, ofrecieron con su entusiasmo un complemento escénico que de otro modo hubiera sido imposible de financiar. Christian Springer AC T U A L I DA D BÉLGICA Estreno en Lieja de la compleja ópera de Boito PEQUEÑAS DIABLURAS Opéra de Wallonie. 19-VI-2007. Boito, Mefistofele. Paata Burchuladze, Antonello Palombi, Barbara Haverman. Director musical: Patrick Davin. Director de escena: Jean-Louis Grinda. Jean-Louis Grinda (nacido en Mónaco), que ha dirigido la Opéra Royal de Wallonie desde 1996, deja Bélgica para hacerse cargo de la Ópera de Monte Carlo a partir de la temporada 2007-08. Su sucesor en Lieja será el italiano Stefano Mazzonis di Pralafera que procede de la Ópera de Bolonia. Para su despedida, JeanLouis Grinda eligió dirigir Mefistófeles, la sobrecogedora pero problemática y difícil ópera sobre Fausto de Arrigo Boito, una obra que no se había visto nunca en Lieja, y en Bélgica desde hacía casi veinte años. Encargó la dirección musical a Patrick Davin, el joven y talentoso director belga que sabe sacar lo mejor de la Orquesta de la Opéra Royal de Wallonie, y que consiguió una precisa y dramática lectura, con un lirismo cautivador pero en la que también, por desgracia, hubo algunas intervenciones de los metales bastante débiles, sobre todo en el prólogo, que por lo demás fue magnífico, en el cielo. El coro aumentado de la ópera cantó muy bien, al igual que el coro de niños y desempeñó un papel activo en la escena de Francfort. Jean-Louis Grinda contó la historia de forma sencilla y directa, y los decorados bas- tante escuetos con unas sugestivas proyecciones e iluminación eran de Rudy Sabounghi. Fausto, Mefistófeles y Margarita vestían ropa de hoy y Grinda presentó a los burgueses de Francfort como participantes del carnaval, pero había unos rebuscados vestidos y alrededores que evocaban la Grecia antigua (Buki Shiff) para Elena y Pantalis y la aquelarre clásica. Con su traje de terciopelo de color burdeos, Paata Burchuladze fue un elegante Mefistófeles, más irónico que satánico, que cantó con su voz de bajo todavía impresionante pero carente de matices interpretativos y vocales. Antonello Palombi (Fausto), intérprete muy entregado, tiene una fuerte voz de tenor con un claro timbre pero desgraciadamente cantó casi siempre forte y fortissimo. Barbara Haver-man interpretó una Margarita expresiva y conmovedora con una lujosa voz de soprano y Tiziana Carraro fue una seductora Elena. En los papeles menores, Christine Solhosse (Marta, Pantalis) y Guy Gabelle (Wagner, Nereo) estuvieron espléndidos. El público se mostró muy entusiasmado. Erna Metdepenninghen Direction Gerard Mortier Orquesta 3.O VIOLIN SOLO : 1 PUESTO Categoría B 5 diciembre 2007 2.O VIOLONCHELO SOLO : 1 PUESTO Categoría B 7 diciembre 2007 SOLISTA DE LOS VIOLINES SEGUNDOS : 1 PUESTO Categoría A 10 diciembre 2007 VIOLÍNES TUTTI : 2 PUESTOS Categoría D 13 y 14 diciembre 2007 VIOLONCHELO TUTTI : 1 PUESTO Categoría D 17 diciembre 2007 Concurso año 2007-2008 Coro Jefe de coro : Peter Burian ELIMINATORIO : 22 OCTUBRE 2007 1 puesto Alto 1 puesto Contralto 23 OCTUBRE 2007 2 puesto Tenore 2 1 puesto Bajo 2 24 OCTUBRE 2007 1 puesto Bajo 1 FINALE : 25 OCTUBRE 2007 Pianistas acompañante LÍRICO PIANISTA ACOMPAÑANTE : 1 PUESTO 22 y 23 abril 2008 Conception Atalante / Paris – Licence E.S.nos7500239, 240, 241, 242 Jaume Plensa - L’Âme de la Vallée, 2000 - Vallorbe, Suisse - © Jaume Plensa - Photo: Jacques Betant LIEJA Paata Burchuladze en Mefistofele de Arrigo Boito Infomaciónes : www.operadeparis.fr Direction des formations musicales 120, rue de Lyon – 75012 Paris tel orchestra y pianistas +33 1 40 01 81 81 tel coro +33 1 40 01 81 82 – fax +33 1 40 01 18 69 e-mail auditionsdfm@operadeparis.fr 45 AC T U A L I DA D ESTADOS UNIDOS MADRID Boston Early Music Festival BARROCO SIN ADITIVOS BOSTON Cutler Majestic Theatre. 16-VI-2007. Lully, Psyché. Carolyn Sampson, Karina Gauvin, Yulia van Doren, Colin Balzer. Directores musicales: Paul O’Dette y Stephen Stubbs. Director de escena: Gilbert Blin. Coreógrafo: Lucy Graham. Decorados: Caleb Wertenbaker. Vestuario: Anna Watkins. 46 Si les gusta la ópera barroca sin aderezos de ningún tipo, sin muecas, guiños, codazos o cualquier otro rasgo de condescendencia, entonces apunten en el calendario en letra muy grande las puestas en escena bienales del Boston Early Music Festival de las óperas de Lully, o de sus más o menos contemporáneos. La embocadura del hermosamente restaurado Cutler Majestic Theatre, con un aforo de 1200 localidades, es el marco perfecto para los telones de fondo pintados que en un instante pueden llevar al público desde el Olimpo hasta el infierno, y en la parte superior aún queda espacio suficiente para que los dioses puedan descender ex machina e inmiscuirse en las vidas de los desventurados mortales. Los decorados y el vestuario son cien por cien de época, y siempre tan ricamente adornados que tienen aspecto de haber costado una parte considerable de los fondos reales de Luis XIV. Los cantantes y bailarines actúan con mucha elegancia. La orquesta, sentada a lo largo de los dos lados de lo que parece ser una mesa de gala, lleva por el aire los sonidos exóticamente “de época” en un auditorio ya acústicamente soberbio; sus vibraciones se alzan desde los asientos hacia los espectadores y de una forma u otra consiguen tomar vuelo desde lo alto de las cabezas de los oyentes. Pero hay otro ingrediente en las escenificaciones del festival —algo que las aleja del polvoriento academicismo y que les infunde con una vida “autentica” en este siglo XXI. Es el deleite; el placer del descubrimiento, de la interpretación y el gusto de dejar que una antigua pièce d’occasion vaya revelando sus maravillas e Escena de Psyché de Lully en el Cutler Majestic Theatre de Boston inspire en su público el encanto. En los dos lados de las candilejas hay una alegría palpable. La atracción principal del festival de este año fue Psyché de Lully, como tragédie lyrique, con texto de Corneille. (Se anunció como su estreno norteamericano, y no hay razón para desconfiar). El cuento del mito clásico de Cupido y Psique, ofrece, al estilo de Haendel, una espléndida exhibición para desafiantes prime donne: la inocente, algo engreí- da y no muy inteligente Psique y la astuta, presumida Venus, su reticente suegra. El Festival mostró estar a la altura de las exigencias al dar ambos papeles a dos divas actuales del barroco: Carolyn Sampson cantó el papel principal y Karina Gauvin fue la celosa diosa cuyo intento mal calculado para que su rival se llevara su merecido pone el argumento en marcha. Ambas cantaron magníficamente y sacaron todo el jugo posible de sus ejemplares interpretaciones. Dentro C/ Blasco de Garay 47 - 28015 Madrid. Fax: 91 543 94 74 Tel.: 91 543 94 41 info@elargonauta.com www.elargonauta.com del sólido reparto, también fueron dignos de mención Yulia van Doren en su papel en el primer acto de Mujer Afligida, Colin Balzer como Vulcano en el segundo acto, Mercurio en el quinto, y Aaron Sheehan como Cupido adulto y luego como Apolo en el final divertissement. Presidiendo la prolongada fiesta de canto y baile, junto con la ahora inmortal Psique, fue el adorablemente querúbico y alado Cupido protagonizado por el joven Jake Wilder-Smith, que mostró el mismo aplomo que los cantantes veteranos. Al vincular el escenario y los espectadores en la mesa de gala de los músicos, los dos directores musicales, Paul O’Dette y Stephen Stubbs, cada uno por su lado, hicieron más que simplemente poner el espectáculo en movimiento, hicieron que se remontara, revoloteara y girara sobre unas alas de placer. Pocas veces he visto un público salir tan feliz después de una representación. Patrick Dillon 5)- 0KGT0GIW[KY1GTZUXU] JOXKIZUXZOZ[RGX_GXZvYZOIU 9GR\GJUX3GYVXOTIOVGRJOXKIZUXOT\OZGJU &) k^ZgcZh hZei^ZbWgZ'%%, EaVoVYZIdgdhYZ<gVcVYV!''] ;^ZhiVXdcaVD8< =dbZcV_ZVaVXdeaV#DWgVhYZB#Fj^gd\V :CG>FJ:<6G8Þ66H:CH>DY^gZXidg '- k^ZgcZh hZei^ZbWgZ'%%,!'&] 8dcX^ZgidYZdidd> '( 8dcX^Zgidh^c[c^Xd>>> M>>>:cXjZcigdhBVcjZaYZ;VaaV DWgVh YZ ># HIG6K>CH@N! ?# GD9G><D! ?# 76JI>HI6! :# =6A;;I:G H]Vgdc7ZoVan[aVjiV ?:6CÄ?68FJ:H@6CIDGDLY^gZXidg Egd\gVbVX^cD8<Ä6gX]^kdBVcjZaYZ;VaaV DWgVh YZ 8]# L# <AJ8@! L# 6# BDO6GI! ?# =6N9C BVgiVOVWVaZiVe^Vcd ?:6CÄ8=G>HIDE=:HE>CDH>Y^gZXidg * k^ZgcZh dXijWgZ'%%,!'&] cdk^ZbWgZ'%%,!'&] k^ZgcZh &) &* k^ZgcZh nh{WVYd 8dcX^Zgidh[jZgVYZVWdcd 8dcX^ZgidhYZCVk^YVY &. 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Wagner, La walkyria. Willard White, Eva-Marie Westbroeck, Eva Johanssohn, Lili Pasikivi. Michail Petrenko. Director musical: Simon Rattle. Director de escena: Stéphane Braunschweig. Monteverdi, L’Orfeo. Ed Lyon, Marie-Claude Chappuis. Director musical: René Jacobs. Director de escena: Roland Aeschlimann. Madrigales. Director de escena: Arco Renz. Mozart, Las bodas de Fígaro. Director musical: Daniel Harding. Director de escena: Vincent Boussard. Janácek, Desde la casa de los muertos. Olaf Bär, John Mark Ainsley. Director musical: Pierre Boulez. Director de escena: Patrice Chéreau. 48 Robert Gambill, Eva-Maria Westbroek y Eva Johansson en La walkyria Ros Ribas La apertura en el arranque de la LX edición del Festival de Aix del Teatro de la Provenza refuerza la ya sólida posición de esta cita en el “planeta festivalero” veraniego de Europa. Capaz de albergar 1366 espectadores, el edificio está firmado por Vittorio Gregotti (Novara, 1927), que anota entre su catálogo de obras el auditorio de Belem de Lisboa y el Arcimboldi de Milán. De revelar las cualidades acústicas en su doble función de coliseo operístico y sala de conciertos se encargó la Filarmónica de Berlín con su titular, Simon Rattle, al frente. En primer lugar, con la segunda jornada del Anillo wagneriano coproducido con Salzburgo, que la orquesta berlinesa tiene comprometido engastar aquí hasta 2009. Walkyria de referencia por el trabajo del foso y la acertada cuadratura del reparto, del que destacaron la presencia física y vocal como Wotan del bajo barítono Willard White, además de una poderosa Siegliende encarnada en la soprano Eva-Marie Westbroeck, la desgarrada Brünnhilde (Eva Johanssohn), la seductora Fricka (Lili Pasikivi) y un convincente Hunding (Michail Petrenko), revelando las limitaciones en determinados pasajes de Robert Gambil en un Siegmund en general acertado. Contrastando con tal derroche hedonista, la espartana sobriedad de la producción, firmada como el resto del proyecto por Stéphane Braunschweig, y con un solo chispazo de emoción en la escalera al Walhalla supo a poco. No fue el caso del Orfeo monteverdiano coproducido Escena de Desde la casa de los muertos de Janácek en 1998 con La Monnaie de Bruselas, recuperado en el cuarto centenario del estreno de esta ópera, considerada la primera del género. Riqueza en la propuesta escénica de Roland Aeschlimann al servicio de dos artífices singulares: René Jacobs, responsable del cometido musical, y la coreógrafa Trisha Brown a cargo del movimiento escénico, que convierte en una danza en que involucra por igual a coro y solistas. Una obra maestra recogida en un premiado DVD con el reparto originario en el que Jacobs recurrió como Orfeo a un barítono. Lo mismo que en el primero de esta reprise. Para el alternativo que aquí se comenta, Jacobs contó con el tenor Ed Lyon, que llevó a intuir por qué para el documento grabado de esta subli- me creación prefirió un registro más grave. Él y la mezzo Marie-Claude Chappuis (una sutil transmisora de los papeles de Mensajera, Esperanza y Música), fueron los únicos invitados oficiales a un reparto completado con solistas de la Escuela Europea de la Música — entre ellos la soprano suizocordobesa Anoushka Lara en una delicada ninfa—, creada en el seno del festival hace nueve años. De esa cantera procedía en su totalidad el cartel en el Jeu de Paume de Madrigales, el primer espectáculo que la Escuela lleva aquí a un teatro convencional. Una propuesta inicialmente adjudicada a Willy Decker que, en el último momento, Arco Renz convirtió en concepto escénico de gusto minimalista para cinco cantantes, destacando de ellos el contratenor catalán Xavier Sabata y la mezzo francoespañola Amaya Domínguez. Dentro del capítulo de platos fuertes, Las bodas de Fígaro dirigidas por Daniel Harding, que va tomando el pulso en esta plaza al espíritu operístico mozartiano, dejó sabor a indiferencia, por haber jugado como baza primordial la del nombre del modista Christian Lacroix, encargado de vestir con gusto la producción dirigida por Vincent Boussard, con quien ha trabajado en ocasiones anteriores. De un reparto de cantantes casi adolescentes, para quienes las dificultades frente a papeles tan trascendentes como los creados para este título por MozartDa Ponte, destacaron dos barítonos: Nathan Gunn, en un solvente Conde y Giorgio Caoduro, en un prometedor Fígaro cuando acabe de madurar el personaje. El segundo gran éxito del nuevo Teatro llegó de la mano del tándem BoulezChéreau con Desde la casa de los muertos, que les ha reunido 25 años después de la Lulu que consolidó su éxito en la mítica Tetralogía nibelunga de Bayreuth de 1976-1980. La obra de Janácek, que ha pasado por los festivales de Viena y Holanda, con los que se coproduce, entusiasmó a los espectadores que, el día de su estreno, ovacionaron el sólido trabajo de creadores e intérpretes, con Olaf Bär y John Mark Ainsley a la cabeza y, con especial emoción a Boulez, que ha elegido este lugar, esta obra y este momento para su adiós definitivo a la ópera. Juan Antonio Llorente AC T U A L I DA D FRANCIA Batiburrillo sonoro USURPACIÓN PARÍS Sébastien Mathé Opéra Bastille. 26-VI-2007. Kusturica, Sparavalo, Jankovic, Le temps des gitans. Nenad Jankovic, Ognjen Sucur, Gorica Popovic, Marijana Bizumic, Dejan Sparavalo, Milica Todorovic. No Smoking Orchestra. The Carbage Serbian Philharmonia. Director musical: Dejan Sparavalo. Director de escena: Emir Kusturica. Decorados: Ivana Protic. Vestuario: Nesa Lipanovic. 50 ¿Hasta qué punto de no retorno las instituciones musicales deben rebajarse bajo el falso pretexto de conquistar nuevos publicos…? Ahora, incluso las más emblemáticas como la Ópera de París se dejan llevar por la demagogia más desmedida. ¿Cómo explicar la elección de este Temps des gitans presentado a final de temporada en el “templo del arte lírico francés”, producción de una comedia musical casi indigna incluso para un teatro modesto? ¿Cuándo se parará esta complacencia? Quizá nunca pero, con toda seguridad, no va a ser semejante producto lo que permita al “gran público” descubrir la música. Emir Kusturica ha atraído evidentemente a multitudes, incluso a los políticos. Un auditorio conquistado por anticipado, aplaudiendo a cada momento. ¿Hemos entrado en una era dominada por los sordos, en todos los sentidos del término? Porque, a modo de cultura gitana y centroeuropea, lo que destila Le temps des gitans es un batiburrillo de world music que no varía durante ciento cinco minutos, mientras unos cantantes sin voz y con micrófonos saturantes se esfuerzan en actuar sin conseguirlo. Todos luchan contra dos orquestas en el foso, con guitarra y bajo eléctricos obligados de sonidos chillones. Ciertamente Kusturica es cineasta. Excelente, además. Y su espectáculo lleva el título de uno de sus films más famosos pero no es director teatral quien quiere y menos aún de ópera. Entre el prisma de la cámara y la globalidad de la escena, sobre todo cuando es tan amplia como la de la Bastilla, las diferencias son considerables. En lugar de dirección de actores, lo que consigue el realizador bosnio es un inconmensurable revoltijo agenciado a duras penas. Sólo la pequeña manada de gansos que recorre incansablemente el escenario parece organizada. El resto del reparto deja estupefacto: no canta sino que aúlla, no interpreta sino que acciona pesadamente. Firmada por tres miembros del equipo, entre ellos el hijo del cineasta, Stribor Kusturica, y dos de los cantantes del espectáculo, Dejan Sparavalo y Nenad Jankovic, este último autor igualmente del inverosímil escenario de esta “ópera punk”, la música es rudimentaria, derivada de los hit parades difundidos a millones por todo el mundo. En el decorado se encuentran roulottes, scooters, VW Golf y tractores. Sólo retienen la atención el frontón de la catedral de Milán y algunos elementos de películas que invitan al viaje desde Lombardía hasta BosniaHerzegovina, a los que se mezclan primeros planos de Robert de Niro en Taxi Driver y, como final del espectáculo, el impensable Maradona en la final Inglaterra-Argentina del Campeonato Mundial de 1986. El balance de este Temps des gitans es pobre y si tales apuestas llegan a perdurar se avecina un sombrío porvenir para la música. Bruno Serrou AC T U A L I DA D FRANCIA Recordando a Piaf DÉBIL STARLETTE Ruth Walz París. Palais Garnier. 16-VI-2007. Verdi, La traviata. Christine Schäfer, Helene Schneiderman, Michèle Lagrange, Jonas Kaufmann, José van Dam, Ales Briscein, Michael Druitt, Igor Gnidii, Nicolas Testé. Director musical: Sylvain Cambreling. Director de escena: Christoph Marthaler. Decorados: Anna Viebrock. Vestuario: Anna Viebrock y Dorothee Curio. Jonas Kaufmann y Christine Schäfer en La traviata de Verdi S e esperaba con cierta impaciencia esta Traviata confiada a Christoph Marthaler. Su aproximación resulta plausible y tiene la ventaja de renovar un argumento de verdadera actualidad. Esta adecuación a nuesto tiempo del mito de la prostituta de corazón puro no es un actualización stricto sensu pero intenta, de forma bastante atinada, exaltar la perennidad del drama de Alejandro Dumas hijo. Marthaler se impone como el hombre de teatro eficiente que ya demostró ser en Arabella y Katia Kabanova, otrogando a cada personaje una gran verosimilitud. La acción se engasta en amplios decorados en los que puede desplegarse con comodidad. Si bien es posible discutir algunos tics de la puesta en escena (desarrollo en un decorado único, una triste y vacía sala de fiestas de una ciudad centroeuropea de los años sesenta, lo esencial del drama se despliega sobre un escenario situado al fondo, movimientos coreográficos simultáneamente petrificados y convulsivos, el figurante que descarga su vejiga contra un pilar, el cortacésped que otro intenta reparar durante 40 minutos, etc.), el conjunto termina por conmover. Christine Schäfer se ase- meja a Edith Piaf, esa mujercilla tan frágil y tan fuerte que el cine acaba de recuperar, cuya rabia de vivir es tan vigorosa como deteriorada está su salud. Y si la cantante no posee la voz ni el estilo idóneos para cantar Verdi, emana de su actuación una emoción y una poesía impresionantes, sobre todo cuando las luces se apagan y los personajes que la rodean se detienen mientras ViolettaEdith, iluminada como en una persecución de musichall, canta sus más profundos sentimientos. Su muerte, de gran intensidad emocional, está magistralmente matizada. Sobre el O gioia final, se desploma como un pajarillo aniquilado, en medio de los restos de la fiesta, muriendo como una muñeca rota. A su lado, Jonas Kaufmann otorga a Alfredo auténtica prestancia. Su voz es amplia y poderosa y el timbre sombrío y coloreado. José van Dam decepciona como Germont padre, cansado en su interpretación y con voz fatigada. En el foso, Sylvain Cambreling dirige con rigor, no exento de alguna tosquedad, y da lo mejor de sí en el acto final, llevando la emoción a su cumbre sin incurrir en el sentimentalismo. Bruno Serrou 51 AC T U A L I DA D FRANCIA Un buen trabajo en equipo BRITTEN EN EL TALLER Maglioca París. Théâtre de l’Athénée-Louis Jouvet. 28-VI-2007. Britten, The Rape of Lucretia. Taller lírico de la Ópera Nacional de París: Anna Wall, Cornelia Oncioiu, Elisa Cenni, Marie-Adeline Henry, Ugo Rabec, Wiard Witholt, Igor Gnidii, Johannes Delhoume. Ensemble de Basse-Normandie. Director musical: Neil Beardmore. Director de escena: Stephen Taylor. L 52 a Ópera de París ha presentado los convincentes resultados del trabajo a fondo realizado por su Atelier Lyrique alrededor de una obra exigente, La violación de Lucrecia de Britten. En el Théâtre de l’AthénéeLouis Jouvet, sala de arte dramático poseedora de una temporada de ópera propia situada a tiro de piedra del Garnier, se ha presentado esta producción inteligentemente elaborada por el británico Stephen Taylor, director del Atelier du Rhin en Colmar, que domina este tipo de trabajos. Rebosante de delicadeza y expresividad, La violación de Lucrecia es una obra que presenta dificultades para su representación pues requiere tacto y finura. Retomando en 1946 el mito antiguo de Lucrecia — la violación de la más virtuosa de las romanas por el rey etrusco Tarquinio, mito fundacional de la primera República romana— tratado ampliamente desde Tito Livio, Britten y su libretista Ronald Duncan escogieron denunciar los excesos de la guerra y el odio confrontando el mal y la inocencia, el amor y el deseo, la concupiscencia y la frustración. Tras el éxito de Peter Grimes, el compositor británico renuncia a la gran orquesta y a las exigencias de los grandes teatros para fijarse en la ópera de cámara y el teatro, con cantantes que también son actores. De este poético libreto resulta una partitura de excepcional fuerza evocadora que trasciende un tratamiento de la intriga particularmente sofisticado, sobre todo por la omnipresencia de un coro reducido a dos personajes. Ambientada la acción en una guarnición de la Segunda Guerra Mundial, la producción de Stephen Taylor, servida con brillantez por un decorado móvil de Laurent Peduzzi, es sobria e intensa. En el foso, algo seco, el británico Neil Beardmore dirige con energía y poesía al Ensemble de BasseNormandie que resuelve con soltura el desafío de una escritura virtuosística. El reparto vocal es entusiasta, desde la bella Lucrecia de la luminosa mezzo británica Anna Wall a la Bianca de Cornelia Oncioiu, pasando por el Tarquinio consumido por el deseo del barítono moldavo Igor Gnidii, el Collatino ardiente del bajo Ugo Rabec, el noble corifeo del tenor bordelés Vincent Delhoume y la trémula soprano de Marie-Adeline Henry, y la juvenil Lucia de la soprano italiana Elisa Cenni. Un destacado trabajo de taller que provoca el optimismo, al servicio de una música magnética. Bruno Serrou AC T U A L I DA D GRAN BRETAÑA Resumen de festivales BAJO LA LLUVIA GARSINGTON Grange Park. Holland Park. Garsington. VI/VII-2007. Festivales de ópera. Un jardín al estilo inglés, con champaña y fresas y para más deleite una ópera, ya es un acontecimiento tan frecuente que se podría asistir a estos festivales y comer al aire libre todas las noches durante un mes y aún le quedarán muchos más por visitar. Glyndebourne marcó la pauta hace unos sesenta años y todavía no tiene par. Algunos de los festivales más nuevos son el Longborough, en los idílicos Cotswolds, que empezó en una pocilga y ahora tiene su propio teatro y que este año recibió grandes elogios por sus producciones de Das Rheingold y Evgeni Onegin. Otro, Grange Park, un hermosa y decadente templo del renacimiento griego en Hampshire, ofreció una animada puesta en escena de El jugador de Prokofiev (aunque cuesta sentir cariño por esta difícil obra) y la valiente y pequeña Ópera de Holland Park se ha atrevido a reponer Lakmé de Delibes, y más extraño aún L’amore dei tre re de Montemezzi. De todos estos festivales el más consolidado es Garsington en Oxfordshire, una impresionante mansión de la época de Jacobo I. Este año ofreció una encantadora producción a lo porcelana de Miessen de Il re pastore. No es una gran obra, pero su belleza fue resaltada en la puesta de escena de Annilese Miskimmon, que incluyó ovejas de verdad y fuegos artificiales. Cinco frescas y jóvenes voces cantaron esta enérgica partitura, dirigida con cariño por Steuart Bedford. Destacaron Cora Burggraaf en su papel del juvenil Amyntas y Lucy Crowe como la deliciosa Elisa. El punto culminante de Garsington fue Ariadne auf Naxos de Strauss, dirigido musicalmente por Elgar Howarth, con la dirección escénica de Martin Duncan, que con mucha gracia colocó la obra en los años treinta. Pero con este tiempo de lo más lluvioso, la lluvia hizo estragos. Un cantante resbaló en el escenario mientras las lluvias monzónicas y los vientos huracanados compitieron con las voces. El compositor, Wendy Dawn Thompson, demostró un talento innato para cantar a Strauss, y tuvo la inmensa fortuna de estar vestido con un grueso traje de lana y un jersey. Pobre Elizabeth Cragg, pequeña, ligera de ropa y con las rodillas tumefactos, no tuvo tanta suerte en su papel de la animada Zerbinetta cuya celestial coloratura coincidió con la tempestad más fuerte que envió Dios. En el papel de Ariadna, Orla Boylan, escultural y apasionada, elevó su voz por encima de la orquesta y las tormentas, mientras el resto del reparto ofreció un fuerte apoyo, incluyendo uno que la lluvia barrió del escenario. Los ingleses siempre consiguen ponerse a la altura de las circunstancias cuando les juega una mala pasada el tiempo; colocan sus lonas alquitranadas, se ponen botas altas de goma y se toman sus ponches. Pero este año, ver una ópera en el jardín no habría sido del agrado de todo el mundo. Fiona Maddocks 53 AC T U A L I DA D ITALIA Nekrosius monta la primera jornada del Anillo de Wagner DIOSES ARCAICOS RÁVENA Teatro Alighieri. 13-VII-2007. Wagner, Die Walküre. John Keyes, Vladimiras Prudnikovas, Anders Lorentzson, Sandra Janusaité, Nomeda Kazlaus. Orquesta del Teatro Nacional Lituano. Director musical: Jacek Kaspszyk. Director de escena: Eimuntas Nekrosius. Escenografía: Marius Nekrosius. Procedente de Vilna ha llegado al Festival de Rávena una nueva Walkyria, con dirección de escena de Eimuntas Nekrosius, el gran director lituano que raramente se implica en el teatro musical. La bella escenografía de su hijo, Marius Nekrosius, evoca un mundo arcaico no definido. Piedras de forma triangular aparecen suspendidas en lo alto y entre los elementos escénicos se encuentran árboles cortados (reducidos a las raíces y el comienzo del tronco) que luego se invierten asemejándose a grandes lápidas con dibujos misteriosos; 18 mimos intervienen muchas veces en la acción escénica de maneras diversas, que pueden tener inten- sa evidencia narrativa (como al comienzo, cuando se evoca la caza del hombre de la que huye Siegmund), pero que más profundamente sugieren acciones rituales un poco enigmáticas. La actuación misma de los cantantes parece sugerir una gestualidad arcaica, violenta o ritual. Gracias a la dirección de Nekrosius, el encuentro entre Wotan y Fricka del segundo acto posee una gran evidencia teatral, de increíble fuerza, como también el diálogo sucesivo entre Wotan y Brünnhilde. Pero esto es sólo un ejemplo, porque son muchos los gestos y la soluciones memorables, no siempre fáciles de descifrar y al fin, creo, deliberadamente ambivalentes, y por ello más difíciles de explicar. Por ejemplo, las ocho walkyrias (pero no Brünnhilde) llevan fijados a los hombros un gran cirio, probablemente un signo fúnebre, pero también un elemento que se relaciona con la presencia del fuego, no únicamente al final (Wotan superado por Fricka apaga rabiosamente grupos de velas encendidas). Todo el interés de esta Walkyria estaba concentrado en el espectáculo de Eimuntas Nekrosius, con vestuario de su mujer, Nadezda Gultiajeva, escenografía del hijo, e iluminación de Levas Kleinas, mientras que desde el punto de vista de la ejecución musical las mejores cosas procedieron del des- igual reparto. Se admiraron la bella voz de Sandra Janusaité (Sieglinde), el incisivo Wotan del sueco Anders Lorentzson, el autorizado Siegmund de John Keyes y la discreta Fricka de Laima Jonutyté. Discontinua y aun con dificultades Nomeda Kazlaus (Brünnhilde); opaco Vladimiras Prudnikovas, un Hunding de confusa dicción. Bajo la genérica dirección de Jacek Kaspszyk la Orquesta del Teatro Nacional Lituano pareció modesta. En la velada del estreno se advirtieron también desequilibrios sonoros ligados probablemente a ensayos insuficientes en el pequeño Teatro Alighieri de Rávena. Paolo Petazzi Óperas de cámara ROSSINI Y BUSOTTI 54 El teatro de cámara ha desembarcado en la temporada de la Academia de Santa Cecilia con dos producciones que no podrían ser más diferentes. Una del repertorio clásico, Il signor Bruschino de Rossini, la otra contemporánea, Silvano/Sylvano de Bussotti. Rossini escribió su farsa en un acto para el teatro de San Moisés de Venecia (27 de enero de 1813). Fue un fracaso. La farsa era un género más bien estereotipado en su estructura y su trama: Rossini lo salva con la música. Esta producción ha sido débil por la dirección de escena de Daniele Abbado, pero sobre todo por la escenografía de Angelo Linzalata, con sus camas de todas cla- ses habitadas por muchachas sexi en ropa interior, cuyo sentido se escapa. La dirección musical de Carlo Rizzari, en la que era su primera vez —¿pero los comienzos no se hacen en un teatro de provincias?— fue deficiente. Y con la orquesta de plantilla reducida e integrada por los primeros atriles —sensacionales los flautas— hacía pensar en un Rossini chispeante. Reparto muy asimétrico, si por un lado fueron estrellas absolutas Lorenzo Ragazzo (Gaudenzio) y Bruno de Simone (Bruschino padre), magnífico bajo bufo, los chicos de la Opera Studio, aunque valientes afrontaban un repertorio que no le era congenial. Mención especial Riccardo Musacchio ROMA Accademia di Santa Cecilia. 18-VI-2007. Rossini, Il signor Bruschino. Jessica Pratt, Giovanna Donadini, Antonio Poli, Bruno de Simone, Lorenzo Regazzo. Director musical: Carlo Rizzari. Director de escena: Daniele Abbado. Escenografía: Angelo Linzalata. 4-VII-2007. Bussotti, Silvano/Sylvano. Monica Benvenuti, Timur Bekbosunov, Nicholas Isherwood, Davide Catena. Director musical: Flavio Emilio Scogna. Director de escena: Francesco Micheli. Escenografía: Federica Parolina. Lorenzo Regazzo en Il signor... para Giovanna Donaldini, auténtica bomba por presencia escénica y simpatía. La ópera autobiográfica de Silvano Bussotti, obra en construcción desde 2002 a 2007, por lo tanto no un estreno absoluto sino una olla podrida de partiturasobras de arte: amalgama de hojas coloreadas que revelan el carácter poliédrico del compositor, artífice de obras totales parawagnerianas, donde mimo, danza y canto se funden en un encabalgamiento continuo de piezas musicales. Puesta en escena eficaz y voces adecuadas al arduo empeño: notable, sobre todo, la soprano Monica Benvenuti, vestida con un bellísimo traje de drag queen, y el actor Davide Catena. Aguda dirección. Franco Soda Temporada Lírica Temporada DÍAS 21,23, 25, 27 Y 29 DE SEPTIEMBRE DE 2007 PROGRAMA DOBLE Ópera Hangman, Hangman! Y The Town of Greed ¡Verdugo, Verdugo! / El Pueblo de la Avaricia ÓPERA DE CÁMARA TRAGICÓMICA, «CARTOON», EN UN ACTO / ÓPERA DE CÁMARA TRAGICÓMICA, «CARTOON», EN DOS PARTES, BASADA EN EL TEXTO DE AKRAM MIDANI Y LEONARDO BALADA 07 08 MÚSICA Y LIBRETO DE LEONARDO BALADA ESTRENO EN EL TEATRO DE LA ZARZUELA / ESTRENO MUNDIAL CON LA COLABORACIÓN DEL GRAN TEATRE DEL LICEU DE BARCELONA DEL 14 DE DICIEMBRE DE 2007 AL 20 DE ENERO DE 2008 La Bruja Zarzuela DIRECTOR: LUIS OLMOS ZARZUELA EN TRES ACTOS MÚSICA DE RUPERTO CHAPÍ LIBRO DE MIGUEL RAMOS CARRIÓN Y VITAL AZA PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE LA ZARZUELA (2002) DEL 15 DE FEBRERO AL 16 DE MARZO DE 2008 La Generala Zarzuela Recitales OPERETA EN DOS ACTOS MÚSICA DE AMADEO VIVES LIBRETO DE GUILLERMO PERRÍN Y MIGUEL DE PALACIOS XIV Ciclo de Lied COPRODUCEN FUNDACIÓN CAJA MADRID Y TEATRO DE LA ZARZUELA MATTHIAS GOERNE, CHRISTIAN GERHAHER, BARÍTONO LUNES, 8 DE OCTUBRE DE 2007 LUNES, 31 DE MARZO DE 2008 ELISABETH LEONSKAJA, BARÍTONO PIANO ANGELIKA KIRCHSCHLAGER, HELMUT DEUTSCH, PIANO MEZZOSOPRANO LUNES, 19 DE NOVIEMBRE DE 2007 ANNE SCHWANEWILMS, MALCOLM MARTINEAU, PIANO NUEVA PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE LA ZARZUELA GEROLD HUBER, PIANO DEL 25 DE ABRIL AL 25 DE MAYO DE 2008 JOSÉ VAN DAM, BAJO-BARÍTONO ZARZUELA EN DOS ACTOS MACIEJ PIKULSKI, PIANO MÚSICA DE REVERIANO SOUTULLO Y JUAN VERT LIBRO DE ENRIQUE REOYO, JOSÉ SILVA ARAMBURU Y ANTONIO PASO (HIJO) LUNES, 14 DE ABRIL DE 2008 DIANA DAMRAU, SOPRANO* SOPRANO* STEPHAN LADEMANN, PIANO* LUNES, 17 DE DICIEMBRE DE 2007 NUEVA PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE LA ZARZUELA LUNES, 19 DE MAYO DE 2008 MARK PADMORE, TENOR* WALTRAUD MEIER, MEZZOSSOPRANO DEL 20 DE JUNIO AL 20 DE JULIO DE 2008 PROGRAMA DOBLE MARTES, 22 DE ENERO DE 2008 MARTES, 10 DE JUNIO DE 2008 El Bateo Y De Madrid a París ROGER VIGNOLES, PIANO JOSEF BREINL, PIANO* Zarzuelas SUSAN GRAHAM, MEZZOSOPRANO MALCOLM MARTINEAU, PIANO COORDINACIÓN EDITORIAL Y GRÁFICA: VÍCTOR PAGÁN - COORDINACIÓN DE TEXTOS: FERNÁNDO FRAGA - DISEÑO GRÁFICO, CONCEPTO Y FOTOGRAFÍAS: ARGONAUTA DISEÑO LUNES, 11 DE FEBRERO DE 2008 * POR PRIMERA VEZ EN ESTOS CICLOS DE LIED SAINETE LÍRICO EN UN ACTO Y CUATRO CUADROS / VIAJE CÓMICO-LÍRICO EN UN ACTO Y CINCO CUADROS EN CONMEMORACIÓN DEL CENTENARIO DEL FALLECIMIENTO DE FEDERICO CHUECA VI Ciclo de Jóvenes Intérpretes de Piano MÚSICA DE FEDERICO CHUECA / FEDERICO CHUECA Y JOAQUÍN VALVERDE LIBRO DE ANTONIO PASO Y ANTONIO DOMÍNGUEZ / JOSÉ JACKSON VEYÁN Y EUSEBIO SIERRA COPRODUCEN FUNDACIÓN SCHERZO Y TEATRO DE LA ZARZUELA EDUARDO FERNÁNDEZ (ESPAÑA) LUNES, 12 DE NOVIEMBRE DE 2007 VALENTINA IGOSHINA (RUSIA) MARTES, 18 DE DICIEMBRE DE 2007 Zarzuela La Leyenda del Beso BERTRAND CHAMAYOU (FRANCIA) LUNES, 14 DE ENERO DE 2008 NUEVA PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE LA ZARZUELA Ciclo de Conferencias Danza Hangman, Hangman! Y The Town of Greed Conciertos Líricos de Zarzuela Compañía María Pagés Danza Flamenca TOMÁS MARCO - LUNES, 17 DE SEPTIEMBRE DE 2007 La Bruja EMILIO CASARES - LUNES, 10 DE DICIEMBRE DE 2007 Concierto I. SÁBADO, 3 DE NOVIEMBRE DE 2007 MARÍA GALLEGO (SOPRANO) Y JOSÉ BROS (TENOR) PROGRAMA DEL 3 AL 13 DE OCTUBRE DE 2007 DIRECCIÓN MUSICAL: DAVID JIMÉNEZ LUIS G. IBERNI - MARTES, 12 DE FEBRERO DE 2008 SEVILLA Concierto II. MIÉRCOLES, 7 DE NOVIEMBRE DE 2007 ANA MARÍA SÁNCHEZ (SOPRANO), SONIA DE MUNCK (SOPRANO), La Leyenda del Beso Compañía Nacional de Danza DIRECCIÓN MUSICAL: MIGUEL ROA La Generala JAVIER SUÁREZ PAJARES - LUNES, 21 DE ABRIL DE 2008 El Bateo Y CARLOS MORENO (TENOR) Y JUAN JESÚS RODRÍGUEZ (BARÍTONO) DIRECTOR: NACHO DUATO De Madrid a París Concierto III. VIERNES, 16 DE NOVIEMBRE DE 2007 CARMEN GONZÁLEZ (SOPRANO), NANCY FABIOLA HERRERA (MEZZOSOPRANO), AQUILES MACHADO (TENOR) Y CARLOS BERGASA (BARÍTONO) PROGRAMA DEL 20 AL 30 DE MARZO DE 2008 BLAS MATAMORO - LUNES, 16 DE JUNIO DE 2008 QUINTETT DIRECCIÓN MUSICAL: LUIS REMARTÍNEZ (ESTRENO EN EL TEATRO DE LA ZARZUELA) Concierto IV. DOMINGO, 18 DE NOVIEMBRE DE 2007 MILAGROS POBLADOR (SOPRANO), MILAGROS MARTÍN (SOPRANO), AQUILES MACHADO (TENOR) Y MANUEL LANZA (BARÍTONO) NUEVA CREACIÓN DIRECCIÓN MUSICAL: LUIS REMARTÍNEZ Otras Actividades Festival de Otoño DÍAS 17, 18, 19 Y 20 DE OCTUBRE DE 2007 La Comédie - Française LE MISANTHROPE (El Misántropo) DE JEAN-BAPTISTE POQUELIN, MOLIÈRE (EN FRANCÉS CON SOBRETÍTULOS EN ESPAÑOL) DÍAS 24, 25 Y 26 DE OCTUBRE DE 2007 Akram Khan Company Les Ballets C. de la B. ZERO DEGREES (Cero Grados) (ESTRENO EN MADRID) VENTA TELEFÓNICA 902 332 211 MARTES, 30 DE OCTUBRE DE 2007 MARTES, 13 DE MAYO DE 2008 EN BENEFICIO DE LA FUNDACIÓN CINCO CORTOMETRAJES Concierto Extraordinario «SAVE THE CHILDREN» Concierto Proyección CREATION DE LA SERPENTINE DIRECCIÓN MUSICAL: RAMÓN TORRELLEDÓ (Creación de la Serpentina) DÍA 11 DE MARZO DE 2008 (El Gato con Botas) LE CHAT BOTTÉ Final del XII Concurso Internacional de Canto PETIT POUCET (1903) (1909) Acisclo Fernández Carriedo (Pulgarcito) PRUEBA FINAL (Aladino o La Lámpara Maravillosa) (Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero) Y ENTREGA DE PREMIOS DIRECCIÓN MUSICAL: MIGUEL ROA COPRODUCEN: FUNDACIÓN JACINTO E INOCENCIO GUERRERO Y TEATRO DE LA ZARZUELA ALADIN OU (1909) LA LAMPE MERVEILLEUSE DANSES COSMOPOLITES À (1906) TRANSFORMATION (¿1902?) (Danzas Cosmopolitas en Transformación) MÚSICA Y TEXTOS ORIGINALES DE JOSÉ LUIS TURINA (ESTRENO MUNDIAL DE LAS PARTITURAS) DIRECCIÓN MUSICAL: JOSÉ RAMÓN ENCINAR AC T U A L I DA D ITALIA Estreno de una ópera de Fabio Vacchi MONSTRUOS DEL DEPORTE SIENA Teatro dei Rozzi. 8-VII-2007. Vacchi, La madre del mostro. Danilo Formaggia, Gabriella Sbrogi, Guido Loconsolo, Bruno Taddia. Orquesta de la Toscana. Coro Arión del Collegio Ghislieri de Pavía. Directora musical: Claire Gibault. Director de escena, escenografía, vestuario e iluminación: Denis Krief. Es La madre del monstruo una ópera comprometida social y políticamente. Ruptura de una familia claustrofóbica en la que la incomprensión entre la madre, que le justifica todo al hijo enmadrado, y el padre, que intuye la dimensión trágica y sobre todo el peligro de una pasión desmedida, fundada en sentimientos de odio e intolerancia, que llevará al hijo a pagar con la propia vida: una pasión insana por el balompié no como juego, sino como palestra de agresividad nacida de la frustración y del vacío existencial. El único valor del libreto de Michele Serra es el de afrontar un tema de actualidad: la fe ciega en el balompié como razón de vida de jóvenes sin valores o perspectivas profesionales o intelectuales. El mando a distancia perdido se transforma en metáfora de la tragedia; al ser reencontrado, hace asistir en directo a la muerte del hijo. La dirección de escena de Denis Krief plantea una pantalla gigante de televisión donde, como en un realityshow, se asiste a la tragedia, marco del drama y al mismo tiempo camino de reconocimiento de los padres del “monstruo”. Pantalla como espejo y lugar de visión, los protagonistas miran y se miran; los vemos. Lo grotesco del libreto se encuentra en abierto contraste con la seriedad de la composición. Musicalmente, nos hallamos delante de un híbrido, donde conviven, filtrados por la sensibilidad de Fabio Vacchi, motivos étnicos de canto folclórico con momentos de lirismo en los que se reconoce el eco de Stravinski, Shostakovich y Weill… ¡y hasta alguna cita pucciniana! Mientras que la línea de canto es melódica, la arquitectura orquestal vive también de momentos atonales. El coro está fuera de escena; es más: una grabación se encarga de difundir por la sala el anuncio de la tragedia, a la manera de locutor televisivo. La ópera carece de tensión dramática y desde la primera escena se sabe cómo acabará. Un aplauso para todos los intérpretes que afrontaron la inclemente partitura, como Claire Gibault, que dirigió con gesto preciso pero sensible a los claroscuros líricos. La Orquesta de la Toscana tiene sonoridad y limpieza admirables. Hubieran sido apropiados los sobretítulos, sobre todo para una ópera en estreno. Aplausos exagerados, quizá el público se dejó seducir por el tema, excitado por las celebraciones del vencedor de la carrera de caballos del Palio que invadían al mismo tiempo las calles ciudadanas. Franco Soda Festival di Due Mondi SPOLETO SIN MENOTTI SPOLETO Teatro Caio Melisso. 1-VII-2007. Haendel, Ariodante. Ann Hallenberg, Laura Cherici, Marta Vandoni Iorio, Mary-Ellen Nesi, Carlo Lepore. Il Complesso Barocco. Director: Alan Curtis. Director de escena, escenografía y vestuario: John Pascoe. Teatro Nuovo. 13-VII-2007. Menotti, Maria Golovin. Nuccia Focile, Eugenie Grunewald, Paulo Szot, Sophie Pondjiclis, Jacques Lemaire, Chris Pedro Trakas, Louis Lemaire. Director musical: David Charles Abell. Director de escena: Vincent Broussard. Escenografía: Vincent Lamaire. Vestuario: Christian Lacroix. 56 El Festival de Spoleto ha superado la frontera de la edición nº 50: meta importante a la que no ha conseguido llegar el fundador, Gian Carlo Menotti, fallecido recientemente en Montecarlo. Se le ha dedicado el festival. El maestro no sólo ha dejado en herencia a la posteridad el festival, que ha hecho rica y famosa la ciudad de Spoleto en el mundo, sino una última hipoteca. La ópera con la que se abrió la manifestación, su Maria Golovin, en una producción reciente de la Ópera de Marsella, tenía su aprobación. Una dirección casi minimalista de Vincent Broussard y la escenografía rarefacta de Vincent Lemaire subrayan el drama del amor imposible entre el ciego Donato y Maria Golovin, colocando en el centro la violencia de los sentimientos, narrados por la música con momentos emocionantes que la sensible dirección de David Charles Abell extrajo de la capa de tardopuccinismo-postverista liberando la emoción. La Orquesta del Festival de Spoleto y el coro dieron un brillante rendimiento. Nuccia Focile fue una Maria Golovin ideal por línea de canto y fuerza dramática: Eugenie Grunewald (la Madre), una característica de gran clase. Paulo Szot se metió admirablemente en el papel de Donato. Figura Ariodante de Haendel entre las más bellas de las grandes óperas del sajón. Nueva producción de John Pascoe, inesperadamente ambientada en la familia real británica de los años sesenta, con una inédi- ta Ginebra-princesa Margarita. Funciona de maravilla. Alan Curtis dirigió el Complesso Barocco con la finura filológica que lo caracteriza, los efectos se originaban sublimes desde la partitura. El reparto era más que adecuado. Sobresalió Ann Hallenberg, Ariodante de gran valía: Laura Cherici, Ginebra en el filo de la ironía con una presencia escénica arrebatadora. Carlo Lepore, muy musical. Estupendos los demás. Franco Soda AC T U A L I DA D NORUEGA Jansen, Andsnes, Miró, Trpceski... HECHIZO NORUEGO RISØR Liv Øvland XVII Festival de Música de Cámara. 26-VI/1-VII-2007. 58 La decimoséptima edición del Festival de Música de Cámara de Risør se ha caracterizado por un par de rasgos de importancia: la armonía de su programa y el clima de intimidad logrado entre audiencia y artistas. El tema de la nostalgia es el que este año ha sustentado la elección de las piezas, libre de lugares comunes y sin concesiones a lo fácil. Desde el 26 de junio hasta el 1 de julio, a lo largo de diecinueve conciertos, Risør ha ofrecido una programación al alcance de todos los públicos, que avanzó desde el barroco hasta el minimalismo de Hans Abrahamsen, uno de los autores homenajeados durante la semana. La misteriosa belleza del principal escenario, la iglesia barroca del Espíritu Santo, añadió encanto a unos recitales impecablemente organizados por el entusiasta equipo que dirige Turid Birkeland. En lo musical, la oferta fue tan variada como atractiva. Los jóvenes componentes del Cuarteto Miró ofrecieron amorosas y más que respetables interpretaciones de Brahms y Schubert. Con un bello sonido y gran capacidad expresiva, el violista Lars Anders Tomter demostró en sus lecturas que merece una carrera discográfica más rotunda. Hubo buena ocasión de comprobar estas cualidades cuando el músico se unió a una de las estrellas del Festival, Janine Jansen, para ejecutar el Sexteto en do mayor, de Dohnányi. Acompañados por intérpretes adecuados —entre ellos, el trompista Radovan Vlatcovic—, ambos supieron zambullirse en el universo dramático del compositor húngaro, demostrando su idoneidad para una partitura de extremo compromiso. Lo mismo cabe señalar acerca del chelista suizo Lars Anders Tomter y Leif Ove Andsnes El Cuarteto Miró Christian Poltera y la pianista rusa Polina Leschenko, responsables de una interpretación refinada, con equilibrados contrastes, de la Sonata para violonchelo y piano, op. 19, de Rachmaninov. En una franja más moderada de entusiasmo se sitúa la lectura que otros dos chelistas, Torleif Thedéen y Andreas Brantelid, hicieron de la transcripción para violonchelo de varios pasajes de la Suite española, de Albéniz, convincente en sus intenciones, aunque le faltase cierta redondez. La llegada del pianista macedonio Simon Trpceski despertó notable interés, jus- tificado, entre otras razones, por el respaldo que le presta EMI, su casa discográfica. A decir verdad, Trpceski tuvo en Risør la ocasión de recorrer un arco expresivo de lo más heterogéneo. Aunque agradó a buena parte del auditorio, a su interpretación de Liszt (Soirées de Viena 5 y 6) le faltó sutilidad y le sobró un erróneo color ruso. Acompañó con gusto al barítono Johannes Weiser en el paseo de este último por el cancionero de Grieg, y luego demostró dominio y frescura al interpretar, a cuatro manos con Leif Ove Andsnes, las Danzas noruegas del mismo compositor. Creciéndose con la compañía, Trpceski derramó energía cuando subió al escenario junto a una brillante Janine Jansen. Gracias a ambos, la fallesca Danse espagnole nº 1 —o por mejor decir, la transcripción que firmó Kreisler— tuvo seductores efectos, y su Navarra, de trámite luminoso, dio motivos para el entusiasmo. No fue ajeno a ello el concurso en esa pieza de Sarasate de otro inteligente violinista, Julian Rachlin, cuya agilidad se impuso en la Sonata para violín y piano op. 134, de Shostakovich, partitura magistral, en la que también manifestó sus facultades el propio Andsnes. A este último hemos de agradecerle una adecuadísima lectura de las Piezas para piano op. 19, de Schoenberg, con una tensión más que notable. Tanto Andsnes como Lars Anders Tomter son, desde que éste comenzó su andadura, el alma del Festival. De hecho, se movieron con gracia como anfitriones y maestros de ceremonias, en especial durante el concierto al aire libre organizado junto al faro de Stangholmen, todo un acontecimiento popular en el que dos de las invitadas acreditaron unos sólidos recursos: la flautista Cecilie Løken y la soprano Isa Katharina Gericke. Por comprensión del repertorio, Gericke supo jugar bien la baza de Grieg. Asistida por Ingrid Fliter al piano, su limpieza de emisión y su cuidado fraseo alcanzaron una perfecta correspondencia en las Cinco canciones para voz y piano, op. 60. Fue igual de convincente su acercamiento al escenario de Peer Gynt, donde la secundaron con oficio y perceptible aroma escandinavo los integrantes de la Risør Festival Strings, bajo la batuta de Frode Larsen. Guzmán Urrero Peña AC T U A L I DA D SUIZA Versión teatral de las Escenas de Fausto de Schumann ABRIR LOS OÍDOS Y CERRAR LOS OJOS ZÚRICH Zúrich. Opernhaus. 24-VI-2007. Schumann, Escenas del Fausto de Goethe. Simon Keenlyside, Malin Hartelius, Günther Groissböck, Roberto Saccà. Director musical: Franz Welser-Möst. Director de escena, decorados y vestuario: Hermann Nitsch. Este año, la programación musical del Festival de Zúrich se encuentra bajo el signo del ultrarromántico Robert Schumann. También la Opernhaus ha presentado una auténtica rareza como es la versión escénica de las Escenas del Fausto de Goethe. Una obra en la que el compositor trabajó durante diez años, y para la que escogió de manera literal siete fragmentos de las dos partes de la tragedia, a los que no dio ninguna concepción dramática sino que convirtió en una serie de cuadros independientes. Se trata de una partitura única, a medio camino entre el oratorio y la ópera. Comencemos por lo mejor, que estuvo en lo musical. Las Escenas del Fausto eran un especial deseo del Generalmusik-direktor Franz Welser-Möst, que próximamente se trasladará a Viena como director musical de la Staatsoper. Recientemente había interpretado la obra en Zúrich, en versión de concierto, y ya entonces reflejó toda la magnitud y riqueza de la partitura con una mezcla idónea de energía y sensibilidad y un poderoso y continuo impulso que no ocultaba la pasión por el detalle refinado. En esta ocasión, la pasión romántica estuvo presente en todo momento, reflejando todas las contradicciones, las luces y las sombras del personalísimo y extremadamente complejo lenguaje musical schumanniano. A esto se añadió un protagonista prácticamente insuperable: Simon Keenlyside, quien con su cálido y vigoroso tinte baritonal cubrió todas las facetas del poliédrico personaje. La escena de la muerte constituyó el clímax de la representación. Junto a él, las demás figuras resultaron un tanto unidimensionales, si bien Malin Hartelius fue una Margarita de tonos líricos y Günther Groissböck un Mefistófeles menos sinuoso que sombrío. Por desgracia, también existen las imágenes, que a veces simplemente duplican el texto de Goethe y casi siempre están muy por debajo de la música. Seguramente, el intendente Alexander Pereira quiso atraer el interés de la producción al llamar al controvertido artista vienés Hermann Nitsch, creador de unos orgiásticos misterios escénicos en los que aspira a una obra de arte total donde se unen lo estético y lo blasfemo. Dos de sus especialidades las hemos encontrado ahora también en Zúrich: el sangriento sacrificio de un cerdo de plástico durante la escena de Margarita en la catedral, y la inagotable repetición de la crucifixión de Fausto como un Cristo reencarnado. Pero estas cosas ya no escandalizan a nadie. Aparte de esto, los personajes se dedicaron a dar vueltas por el escenario de manera estática o a permanecer en círculo (el movimiento estuvo dirigido por el joven actor Andreas Zimmermann, claramente superado por el proyecto). Para el Paraíso, Nitsch preparó unas proyecciones de círculos y líneas por ordenador, todo ello inspirado en la teoría de los colores de Goethe, lo que nos hizo pensar en los rituales terapéuticos de una secta pero, en realidad, nos interesó muy poco. Lo más grave fue que nos distrajo de una impactante lectura musical. Mario Gerteis 59 E N T R E V I S TA CECILIA BARTOLI “MARÍA MALIBRÁN FUE LA MUJER QUE A TODAS NOS HUBIERA GUSTADO SER” C ecilia Bartoli accede a hablar con nosotros desde un paradisíaco lugar de la Costa Azul. Tres personas nos responden antes de poder llegar a ella. El star-system está en marcha. Tras unos minutos de espera la diva está al teléfono. Es imposible transcribir sobre el papel las inflexiones de su voz, su vitalidad, su bravura, sus risas cuando imagina a la Malibrán — protagonista de su nuevo disco— subiendo y bajando montañas embutida en unos pantalones, sus carcajadas cuando se ve como Anita Ekberg en La dolce vita. Cecilia Bartoli es cercana, temperamental, simpática y habla con pasión de su nuevo proyecto dedicado esta vez a María Malibrán. En España la veremos el próximo noviembre, en el Teatro Real de Madrid y en el Liceu de Barcelona. Volverá después en febrero de 2008 con una gira que la llevará a Valladolid, Valencia, Zaragoza y San Sebastián, y por primera vez a Canarias (Tenerife y Las Palmas) y a Sevilla, la Sevilla de su Rosina, lugares que, confiesa, está deseando conocer. 60 Sobre todo pensemos que estamos hablando de María García. Se casó con el señor Malibrán, pero provenía de una familia española. Así que ella es heredera de la gran tradición del bel canto de su padre, el gran tenor Manuel García. ¿Por qué he querido hacer este Decca / Uli Weber Hablemos un poco de este nuevo gran proyecto que ha emprendido. ¿Por qué María Malibrán? E N T R E V I S TA CECILIA BARTOLI proyecto? Porque yo realmente inicié mi carrera con Rossini, hace casi veinte años. Comencé con el bel canto, los papeles rossinianos, también con Donizetti, Bellini y la música de cámara. Después decidí explorar más el clasicismo y por tanto Mozart, Haydn, Gluck, Salieri y llegué hasta el barroco para volver al bel canto pero con todo un trabajo ya hecho y una experiencia cronológica adquirida. María Malibrán, María García, hizo su debut en la ópera con la Rosina del Barbero de Sevilla, con Rossini. Yo también. He encontrado paralelismos en el repertorio de la Malibrán y también en su familia, una familia de músicos como la mía. Ella estudió el canto con su padre y yo lo hice con mi madre, que a su vez siguió siempre el método de Manuel García. Así que todas estas coincidencias me iban atrayendo. ¿También ha encontrado paralelismos en la evolución vocal? Sí. Ella tenía una voz de mezzosoprano y comenzó cantando esos papeles: Cenerentola, Rosina, Arsace e incluso Semiramide. Era una voz muy extensa, abarcaba tres octavas, y era también muy flexible. No en vano esta mujer poseía una técnica formidable gracias al estudio durísimo al que la sometió su padre. No olvidemos que García fue el tenor más importante del siglo XIX. Tenor y compositor. Hay muchas personas que no saben que García llevó la música a los Estados Unidos, la tradición española y la música de Mozart. También la hermana, Pauline Viardot, era cantante y compositora y Joaquina, la madre, soprano. Así que esta familia de artistas fue realmente muy influyente en el siglo XIX; es una familia importantísima en la historia de la música, de la ópera. Y en concreto, ¿cuál ha sido la aportación de María Malibrán al mundo de la ópera, al mundo de la música? María fue un icono en el siglo XIX. Se convirtió en la cantante más grande de su época, no sólo porque cantase de un modo increíble, con una técnica deslumbrante. También su forma de decir fue revolucionaria porque decidió romper con la tradición imperante hasta entonces. Las grandes cantantes como la Colbran o Giuditta Pasta se guiaban por los métodos de actuar de aquel entonces, por los manuales que adjudicaban un movimiento preciso a cada sentimiento. La traición, la tristeza, la alegría o la melancolía se expresaban siempre del mismo modo un tanto estático. Y María rompió con todo eso, decidió que debía actuar según su forma de sentir en cada momento, moverse como creía que debía hacerlo de acuerdo con las características de su personaje. Así que en el escenario comenzó a actuar de una forma más natural y esto chocó frontalmente con el protocolo de los otros. Muchos de sus colegas no podían comprender lo que hacía aquella loca, porque así la consideraban. Sin embargo, ella fue la primera gran actriz. Creo que fue esto lo que la llevó a otro nivel. La mujer que deja Europa y pone rumbo en un barco hacia América, donde hace su carrera. Estamos hablando de una mujer, y para su tiempo, esto era algo increíble, no había tantas. Fue además la primera que consiguió grandes triunfos en los Estados Unidos. Llevó la ópera hasta Nueva York y regresó después a Francia, donde todavía había una especie de revolución, los últimos coletazos de la Revolución Francesa, de la que se convirtió en icono como mujer emancipada que luchaba por sus ideales. Creo que María Malibrán fue la mujer que a todas nos hubiera gustado ser. Pensemos que se casó con Malibrán para escapar de su padre, un hombre terriblemente severo. Malibrán era treinta años mayor que ella y pasado un tiempo María descubrió que estaba en bancarrota. Así que regresó a Europa y volvió a trabajar para pagar las deudas de su marido. Después se enamoró de Bériot, el violinista, con el que tuvo un hijo, ya que el segundo no llegó a nacer porque ella murió embarazada tras su accidente en Londres. Es una historia en cualquier caso increíble, esta mujer que decide seguir a su amor en una sociedad en la que esto estaba prohibido. Creo que todos estos hechos, gran parte de ellos, contribuyeron a que la Malibrán se convirtiera en un icono. Podría seguir siéndolo en este siglo, porque no creo que en el fondo hayamos evolucionado tanto. Sí, es cierto. También ahora ese tipo de comportamientos no son sencillos: casarse con un hombre y escaparse con otro con el que tener hijos. No es fácil, no. Usted ha dicho que Malibrán cambió la actitud del público hacia el arte y las mujeres. Sí, sí. Ella fue una mujer amada y odiada al mismo tiempo. Por ejemplo, no pudo cantar en París durante los cuatro últimos años de su vida. Entre los veinticuatro y los veintiocho no pudo hacerlo. Se había convertido en una mujer incómoda para la alta sociedad, en una mujer que llevaba una vida que no era aceptada. Para a la alta sociedad tratarla era un desdoro. Así que la querían solo para cantar. Ella cantaba y después tenía que desaparecer. Si lo pensamos un poco es algo terrible, porque invitaban a esta gran artista que después tenía que irse a comer a la cocina. Sin embargo y a pesar de todo, ella siempre luchó por sus convicciones artísticas y personales. Sí, pero tuvo que pagar un precio por ello. Consiguió la anulación de su matrimonio con Malibrán, con la ayuda del general Lafayette, y pudo casarse con su gran amor, pero sólo un año antes del accidente que le causó la muerte. Accidente que, por cierto, mantuvo oculto un tiempo. Era una mujer vivaz, montaba a caballo, se ponía pantalones, atravesaba montañas ella sola. Era valiente. Y además de todo esto poseía probablemente una voz excepcional. Llevaba una vida agitada y también su carrera, de la que se ocupaba personalmente: hacía sus contratos, negociaba sus honorarios, hablaba varios idiomas, mantenía el contacto por carta con sus empresarios. Lo hacía prácticamente todo. Piense que en esa época no existían los agentes, así que ella misma se encargaba de sus asuntos. Cantó mucho en Italia, París, los Estados Unidos; sin embargo no pudo llegar a España. Murió demasiado joven. Salvando las distancias del tiempo y de los avances de la tecnología, ¿hay alguna similitud entre ella y usted? Desde fuera podría decirse que son ustedes dos mujeres de carácter que luchan por aquello en lo que creen. Seguramente mi vida es mucho, mucho más cómoda que la que llevaba Malibrán. Ahora viajamos en tren, en avión… y también yo tengo más años que ella. Pero respecto a los proyectos artísticos lo que puedo decirle es que yo he seguido mi instrumento, la voz, que también es mi pasión. Así que a veces he optado por proyectos no demasiado populares pero en los que creía absolutamente. Por ejemplo, el dedicado a Gluck. O Vivaldi… En el año 1999 publicar este disco fue algo increíble. En Decca me decían que estas arias de sus óperas no las conocía nadie, intentaban disuadirme para que grabase su música sacra, pero yo creía en el proyecto, es música realmente extraordinaria. Y fue todo un éxito, vendió casi un millón de copias. Un millón de copias de arias de óperas olvidadas de Vivaldi. Con esto quiero decir que si creo en el proyecto, que si creo en el mensaje, que si creo en la calidad de la música me gusta luchar por ello. En eso sí soy como la Malibrán. En sus discos hay siempre un hilo conductor, no son arias o canciones reunidas al azar. En este caso es Malibrán, en el anterior era la música prohibida por el Vaticano, con una portada, por cierto, que evoca a Anita Ekberg en su inolvidable baño en la Fontana di Trevi, en La dolce vita de Fellini. Sí, fue muy divertido, pero soy una persona lo suficientemente lúcida como para comprender que no soy 61 E N T R E V I S TA CECILIA BARTOLI Anita Ekberg. La creo. Es una imagen muy potente y el juego es ingenioso: la música y la película prohibidas por el Vaticano. Es cierto. En una época el Vaticano prohibió la ópera y cualquier otra forma de espectáculo, del mismo modo que en la década de los sesenta vetó esta película. Así que en una clave más moderna existía un paralelismo entre la ópera y el cine. En cualquier caso, es verdad que siempre he buscado temas para mis discos, para mis proyectos. Ha trabajado con la mayoría de los grupos más importantes de música antigua. ¿Por qué ese interés por trabajar con instrumentos originales? Porque creo que es importante también conocer la filología, la historia de la música para comprenderla mejor. Es importante ir a la fuente, al origen. Y esto que sirve para Mozart es también válido para el bel canto. Siempre lo hemos escuchado desde un punto de vista moderno, pero en la época de Rossini o de Bellini el bel canto se hacía con instrumentos antiguos… Que entonces eran modernos. Sí, claro, eran los instrumentos modernos de la época. Así que nosotros hemos perdido esa dimensión sonora que aportaban esos instrumentos. Sí la hemos recuperado para la música barroca gracias al movimiento historicista que surgió en los años cincuenta en que comenzaron a aparecer los Harnoncourt, Herreweghe o Hogwood. En un principio fueron tomados por locos; los entendidos se llevaban las manos a la cabeza por lo desafinados que sonaban los instrumentos antiguos y hoy está claro para una gran mayoría que la música barroca debe hacerse de esta manera. Pero no parece evidente que suceda lo mismo con el bel canto, que por otro lado no se hacía con instrumentos del siglo XVIII, sino del XIX, instrumentos que además son muy diferentes a los del siglo XX. Tomemos como ejemplo el violín. Las cuerdas de uno moderno son de metal, pero no llegaron a la orquesta hasta finales de la década de 1930, lo que significa que toda esta música fue hecha e interpretada con cuerdas de tripa. La sonoridad era distinta a la que hoy conocemos. Y esto ha sido muy importante a la hora de concebir el proyecto ligado a la familia García. Creo que es la primera vez que se edita un disco de bel canto con instrumentos originales. Vocalmente imagino que el cambio es igualmente grande, sobre todo si pensamos que el diapasón de las orquestas está siendo cada vez más y más alto. ¿Todo parece tener más sentido en la escritura musical cuando se vuelve al origen? 62 Sí, por supuesto. Si pensamos tam- bién en los instrumentos de viento, como la flauta, por ejemplo, el sonido cambia diametralmente al pasar del metal a la madera, es otra dimensión. Y si consideramos un instrumento como la voz no debemos olvidar que las cuerdas vocales de 1930 son prácticamente las mismas que poseemos ahora en 2007. Sin embargo, los instrumentos son ahora todos de metal y el diapasón ha subido a 440, 443, sobre todo en algunas orquestas como Berlín o Viena. Podría decir que cada año el diapasón sube un poco… Pero el ser humano fisiológica, genéticamente, no ha cambiado así. Nosotras nos seguimos pareciendo a las mujeres del siglo XIX, nuestro cuerpo no ha evolucionado de ese modo. ¿Todo es entonces más natural, todo está en su sitio cuando se vuelve atrás? Sí. Porque no sólo compositores como Rossini escribieron para los instrumentos que existían en ese momento, también tenían en el oído el diapasón de la época. ¿Quién sabe? Puede que con otros instrumentos o con otro diapasón su música hubiera sido diferente. Para mí ha sido importante mostrar con este proyecto que el bel canto presentado de un modo filológico da un resultado distinto, otra sonoridad. Sus discos llevan siempre una importante preparación no sólo estética, sino también musicológica, de contenido. ¿Cuánto tiempo pasa desde que usted decide llevar a cabo un proyecto hasta que ese proyecto cobra vida? Hay un estudio musicológico importante detrás, pero yo no soy musicóloga, siempre he sido músico. Lo que sí soy es coleccionista y me gusta recopilar cartas, manuscritos… Se dice que los coleccionistas están todos locos y en un cierto sentido es cierto. Cuando me preguntan qué pieza de mi colección es la que más me gusta, siempre contesto que la que más me gusta es la que no tengo. En el caso de María Malibrán, comencé a coleccionar cosas que le pertenecían hace ya algunos años y en un momento dado pensé que el año que viene se celebrarán los doscientos años de su nacimiento, porque la Malibrán nace en París el 24 de marzo de 1808, y que sería bonito este homenaje y poder mostrar esta colección. El año que viene, en febrero, haré una gira por España con un gran museo móvil. Todas estas piezas de la colección me han ayudado también a entender cómo era la vida de María y también la vida de algunos compositores que escribieron para ella. Tengo por ejemplo unas cartas de Rossini bellísimas, cartas de la propia María, cartas dirigidas a la hermana, Pauline Viardot que vivía en BadenBaden, cartas sobre la música que la Malibrán escribió y también sobre las composiciones de su padre. Es una colección que me ha servido para saber cómo acercarme, cómo desarrollar este proyecto y la llevaré conmigo durante la gira. ¿Cuál ha sido para usted el reto de afrontar un repertorio como el de la Malibrán? Creo que la única cantante en la que, digamos, pudo reencarnarse vocalmente la Malibrán fue su hermana, Pauline García. De alguna manera el inicio de su carrera fue la continuación de la carrera de María. Hace ya algunos años grabé un disco de música francesa con Chung al piano y en él ya incluí algunas canciones de la Viardot, porque ya entonces me interesaba esta familia. Poco a poco he ido ampliando mi interés por los García y también por los tratados de canto que escribió el padre. Son tratados que siempre, ya con mi madre cuando estudiaba la técnica, he intentado seguir. Para ser francos, debemos admitir que la escuela de García fue la gran escuela del bel canto. Puede que la única. Manuel García escribió más de trescientas vocalizaciones en su tratado. Si una persona consigue realmente hacerlas puede llegar a ser un excelente cantante. El único problema es que no es nada fácil. A la Malibrán sus admiradores la seguían hasta casa, esperaban horas para poder verla. ¿Esto le sucede también a usted? ¿Cómo protege su vida privada de los curiosos? Bueno, María Malibrán en su época fue como una estrella del pop en la nuestra. Hoy en día, para nosotros los artistas de la música clásica es diferente. Es verdad que al final de los conciertos tengo a veces firmas de discos, aficionados que me siguen… Pero creo que la carrera de María es equiparable a la de Madonna en nuestros días. María, como Madonna hoy, formó parte de un star-system por encima de los demás. Yo, como artista clásica, llevo una vida menos prisionera; puedo salir a la calle a tomar un capuchino en un café, algo que Madonna, por ejemplo, no puede hacer. No puedo negar que, de todos modos, mi carrera me ha catapultado al star-system; eso, es cierto, forma parte de mí, pero todavía puedo tomar un café en un bar o salir a pasear sin que nadie me reconozca. Lo más importante es aceptar que esto es así, que formo parte de eso, que esto es un trabajo y que la vida privada es precisamente eso, privada. Pienso que además esa es la forma de sobrevivir, porque si no esta vida se convierte en un infierno. Se debe proteger aquello que es privado, o, al menos, es lo que yo he intentado siempre hacer. Ana Mateo D I S C O S EXCEPCIONALES LOS DISCOS XCEPCIONALES DEL MES DE SEPTIEMBRE La distinción de DISCOS EXCEPCIONALES se concede a las novedades discográficas que a juicio del crítico y de la dirección de la revista presenten un gran interés artístico o sean de absoluta referencia. BACH: Cantatas BWV 1, 126 y 127. CAROLYN SAMPSON, ROBIN BLAZE, GERD TÜRK, PETER KOOIJ. BACH COLLEGIUM DE JAPÓN. Director: MASAAKI SUZUKI. BIS SACD-1551 D. 664, D. 625 y D. 958. PAUL BADURA-SKODA, piano. GENUIN 86057 Un nivel de calidad medio formidable. Sin duda una de las cimas de la colección. A.B.M. Pg. 80 La interpretación tiene toda la elegancia, el refinamiento, la profundidad expresiva y el colorido tan esenciales y sorprendentes en el discurso de Schubert. R.O.B. Pg. 104 BARTÓK: Cuartetos de cuerda nºs 5 y 6. CUARTETO ARCANTO. TAKEMITSU: Arc. Green. ROLF HARMONIA MUNDI HMC 901963. Una altura difícil de superar entre las propuestas de nuestros días. Un sensacional disco del mejor Bartók. S.M.B. Pg. 82 BARTÓK, SHOSTAKOVICH, RAVEL. Obras para violonchelo y orquesta. SONIA WIEDER-ATHERTON, violonchelo. SINFONIA VARSOVIA. Director: JANOS FÜRST. RCA Red Seal 88697 028292 HIND, PIANO. LONDON SINFONIETTA. Director: OLIVER KNUSSEN. LONDON SINFONIETTA SINF CD3-2006 Sin duda, obras claves de Takemitsu y una lectura, la de este disco, de plena referencia. D.R.C. Pg. 108 VAUGHAN WILLIAMS: Sinfonía nº 1. SUSAN GRITTON, GERALD FINLEY. CORO Y ORQUESTA SINFÓNICA DE LONDRES. Director: RICHARD HICKOX. CHANDOS CHSA 5047 La elegancia de esta chelista corre pareja a su inspiración. Un disco extraordinario. S.M.B. Pg. 83 Con Hickox llegamos al fin a una versión plenamente convicente de la partitura, que sabe aunar en una pieza todas las sugerencias de obra tan torrencial. C.V.W. Pg. 109 FREITAS BRANCO: Concierto para violín y orquesta. BRAGA SANTOS: Encruzilhada. VIVALDI: Conciertos para violonchelo. CHRISTOPHE COIN, violonchelo. IL GIARDINO ARMONICO. Director: GIOVANNI ANTONINI. Divertimento nº 1. ALEXANDRE DA COSTA, violín. ORQUESTA SINFÓNICA DE EXTREMADURA. Director: JESÚS AMIGO. VMS 158 Estamos ante una de las mayores sorpresas de los últimos meses. J.P. Pg. 89 HAYDN: Capricho. Sonatas. Fantasía. Variaciones. ANDRÁS SCHIFF, piano. HUNGAROTON HDVD 32441 Si Haydn necesitaba un campeón ya lo ha encontrado. Se llama András Schiff y quien lo oye tocar (y hablar) se convierte inevitablemente en adepto. Para oír (y ver) muchas veces. A.B.M. Pg. 122 PURCELL: Fantasías. RICERCAR CONSORT. Director: PHILIPPE PIERLOT. MIRARE MIR 012 Las interpretaciones sondean en las profundidades de unas obras de ardua y compleja polifonía, de enorme atractivo. Extraordinario disco. P.J.V. Pg. 100 64 SCHUBERT: Sonatas para piano NAÏVE OP 30426 Il Giardino suena transparente, muy atento siempre a las inflexiones de Coin, solista excepcional. Otro punto álgido de la Edición Vivaldi de Naïve. P.J.V. Pg. 110 THE ROAD TO PARADISE. Obras de Tallis, Parsons, Britten, Byrd, Sheppard, Rodney Bennett, Tavener, Holst, Harris y Howells. GABRIELI CONSORT. Director: PAUL MCCREESH. DEUTSCHE GRAMMOPHON 477 6605 Una de las grandes grabaciones corales aparecidas en los últimos años en el mercado discográfico. C.V.W. Pg. 119 DISCOS Año XXII – nº 222 – Septiembre 2007 R. VILLAZÓN Novedades líricas N. DESSAY BOHEMIOS, LIBERTINOS, CALIFAS Y DIOSES C. BARTOLI J. D. FLÓREZ Kessell U T. Leighton SUMARIO ACTUALIDAD: Bohemios, libertinos, califas y dioses . . . . . . . 65 REFERENCIAS: Schubert: Winterreise. A.R. . . . . . . . . . . . . . . 66 ENTREVISTA: Magdalena Kozená. A.H. . . . . . . . . . . . . . . . . 68 ESTUDIOS: Concertgebouw (1970-1980). S.M.B. . . . . . . . 69 Shostakovich: Kondrashin, Rostropovich. S.M.B. 70 Brilliant: Edición Mravinski. E.P.A. . . . . . . . . . 70 REEDICIONES: Hyperion Helios. A.B.M. . . . . . . . . . . . . . . . . 71 Warner Apex. D.A.V. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72 EMI Encore. C.S.M. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72 Gala. A.V. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73 Ponto. A.V. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74 Membran. B.M. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 Walhall. A.V. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76 Capriccio Aus den WDR Archiven. B.M. . . . . 76 Philips Originals. J.A.G. . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 DISCOS de la A a la Z . . . . . . . . . . . . . . . 78 DVD de la A a la Z . . . . . . . . . . . . . . . . . 120 NEGRO MARFIL. P.E.M.. . . . . . . . . . . . . . . 127 ÍNDICE DE DISCOS CRITICADOS . . . . . 127 na nueva Bohème se cuenta entre los inmediatos proyectos operísticos de Deustche Grammophon. Rolando Villazón y Anna Netrebko —una de las más mediáticas estrellas del sello amarillo— integran la pareja protagonista, dirigida en Múnich por Christian Thielemann; entre las próximas grabaciones de la joven soprano rusa figuran igualmente los bellinianos Capuletos y Montescos (también para DG) en compañía de Elina Garanca. Otro Bellini, el de La sonámbula, hará su aparición en el catálogo de Virgin con la grabación efectuada por Evelino Pidò al frente de un cuarteto estelar integrado por Natalie Dessay, Francesco Meli, Carlo Colombara y Sara Mingardo, protagonistas de la obra en versiones de concierto efectuadas en París y Lyon. Con su esperadísimo Don Giovanni, el belga René Jacobs concluye para Harmonia Mundi la mozartiana trilogía Da Ponte. Johannes Weisser, Alexandrina Pendatchanska, Olga Pasichnyk, Lorenzo Regazzo y Kenneth Tarver dominan el elenco de voces. Por su parte, Naïve prepara en formato DVD la edición de La pietra del paragone rossiniana dirigida en el Châtelet parisino por Jean-Christophe Spinosi y Alan Curtis, tras el Davide de Conti para Virgin, regresa a Haendel —reciente aún su Floridante— con Alcina. Joyce DiDonato asumirá el rol titular en este registro que publicará DG. Virgin, pero esta vez en DVD, editará la Manon de Massenet representada el pasado mes de junio en el Liceo; con puesta en escena de David McVicar y Víctor Pablo Pérez en el foso, el reparto incluye a Natalie Dessay —que grabará también un recital dedicado al repertorio con el grupo Concerto Köln—, Rolando Villazón y Manuel Lanza. Y otra (si bien, la misma) Manon, la Manon Lescaut pucciniana, pasará a engrosar el catálogo de EMI gracias a la pareja Gheorghiu-Alagna. Christophe Rousset y su grupo Les Talens Lyriques destacan igualmente entre los protagonistas de dos de las más atractivas novedades operísticas del último trimestre del año. Los micrófonos de Universal y el patrocinio de la Fundación Caja Madrid harán posible la edición de Il tutore burlato de Martín y Soler e Il califfo di Bagdad de Manuel García, escuchados recientemente en diversoso puntos de nuestra geografía. En formato DVD, Decca nos ofrece este mes el Don Pasquale donizettiano de Flórez, Rey, Raimondi y Santi (Decca) y Bongiovanni edita el infrecuente Aroldo de Verdi, filmado en Piacenza con dirección orquestal de Pier Giorgio Morandi, escénica de Pier Luigi Pizzi y las voces de Gustavo Porta y Adriana Damato. Y en el capítulo de reediciones en DVD DG se apunta notables tantos: El ocaso de los dioses wagneriano de James Levine en el Festival de Bayreuth de 1997 con Polaski, Schmidt y Struckmann; el Parsifal de Jerusalem, Randova, Sotin y Salminen dirigido por Horst Stein en Bayreuth el año 1981; la infrecuente Francesca da Rimini de Zandonai a cargo de Domingo, Scotto, MacNeil y dirigida por Levine en 1984 desde el foso del Metropolitan y La traviata de Levine-Zeffirelli, igualmente para el teatro neoyorquino, con Stratas y Domingo. Por último, el apartado de recitales incluye sustanciosas novedades: arias de Rossini por el contratenor Max Emanuel Cencic (Virgin); dúos de operetas vienesas por Angelika Kirchschlager y Simon Keenlyside (Sony-BMG); arias de Mozart, Salieri y Righini por Diana Damrau (su debut en Virgin); arias de Cilea, Donizetti, Gomes, Mercadante, Ponchielli y Verdi con Villazón en su primer recital en solitario para DG; el esperado homenaje a Rubini de Juan Diego Flórez y el nuevo disco de Cecilia Bartoli, Maria — con páginas de María Malibrán, Manuel García, Rossini, Bellini, Hummel y Halévy, entre otros—, ambos editados por Decca. 65 D D I SI CS O C O S S REFERENCIAS Franz Schubert VIAJE DE INVIERNO 66 o exageramos si decimos que el segundo ciclo liederístico de Schubert, Winterreise D. 911, se ha grabado más de 150 veces y que ahora mismo es posible encontrar en el mercado al menos la mitad de esos registros, en algún caso en formato DVD. El cuaderno, editado por Haslinger, apareció en dos entregas a lo largo de 1828, la segunda fallecido ya el compositor. La obra continúa y perfecciona las constantes que caracterizaban a La bella molinera, con palabras del mismo poeta, Wilhelm N más subjetivo en la que el declamado y un cierto énfasis aportaban carácter a esas “24 estaciones de la desesperación”, como ha sido definida esta colección de lieder. El timbre del artista alemán, que también cambió y se oscureció con el tiempo, a medida que su emisión perdía tersura y redondez, quedaba fijado en la grabación de la Radio de Colonia de 1952, recuperada por el sello Verona, en la que contaba 27 años, con una pureza singular. El instrumento suena fácil, vigoroso, bien colocado, con esas (1955, Salzburgo, Orfeo; Prades, INA; 1962, EMI; 1971, DG), Demus (1965, DG), Barenboim (1971, EMI). Y en el albor de los tiempos, el contacto con Klaus Billing en la Radio de Berlín (1947, Movimento Musica); una interpretación juvenil de rara plenitud. En una línea anticipadora de esta lejana recreación es justo mencionar al siempre estimulante y refrescante Gerhard Hüsch, un barítono muy lírico, timbrado, ligeramente gutural y dotado de una gracia especial para delinear la melodía, establecer las cuidadas tanto en la expresión del pesimismo del lied Lágrimas heladas como en la violencia y agitación de Mirada retrospectiva, o en la esperanza en la engañosa La posta; o, en fin, en el tranquilo e inquietante desgarro de El tocador de zanfoña, que da cima a la serie. En principio son dos las versiones en las que podemos descender a los infiernos con Hotter, una de 1943 con Michael Raucheisen (Voce della Luna) y otra de 1954 con Moore (EMI). Es aquélla la que es preciso conocer. La voz está en plenitud (andaba ya abordando los Müller. En pocas ocasiones se ha pintado con tanta precisión y dramatismo la soledad, la desolación y la desesperanza y se ha calado tan hondo en la intimidad de un ser humano en ese viaje hacia la nada. Prácticamente todos los grandes cantantes del género han grabado la integridad del ciclo; sobre todo, como parece lógico, varones. Recordemos que los lieder están previstos para voz de hombre. Aunque Schubert tenía voz de tenor y las partituras habituales aparecen en clave de sol, fue el barítono Michael Vogl, amigo personal del compositor, quien los creó. En cualquier selección que hagamos de entre las mejores interpretaciones, sin duda aparecerán entre ellas una o más del barítono alemán Dietrich Fischer-Dieskau, un auténtico campeón, del que pueden ahora mismo localizarse diez registros, de 1947 a 1990, aparte alguno que otro pirata. Escuchándolos seguimos perfectamente la evolución de la voz y el arte del barítono berlinés, que en su interpretación ha saltado, con diversas alternancias, de un concepto cantabile, objetivo, respetuoso con lo que, según un ensayo de Leopold Sonnleithner —como apunta Kurt Malisch—, quería Schubert, a una mirada de carácter típicas claridades y faltas de mordiente de las notas agudas, pero con la inmensa capacidad para apianar a través de canónicas medias voces, falsetes, falsetes reforzados y voces mixtas, en ocasiones de una blancura angélica. Bagaje técnico del que hace gala el cantante a lo largo de las 24 magistrales piezas, a las que dota de un intenso lirismo y de un dramatismo de fondo excepcionales, bien subrayados por el magnífico Hermann Reuter desde el teclado. Una interpretación de una versatilidad y de una amenidad impresionantes y que se coloca ya a la cabeza de las que nos ha legado y de las que han recreado, casi siempre más imperfectamente, otros barítonos. Aquilatando mucho, elegiríamos para la gloria también la grabada en 1985 al lado de Alfred Brendel por Philips, en donde la expresión, en ocasiones a través del semideclamado, se hace desoladora; a lo que ayuda mucho el límpido y recogido piano, introvertido, poético, de un romanticismo diáfano. Más lejos iría el cantante, junto a Murray Perahia, en el dramático parlato de su incisión de 1990 para Sony. En el camino encuentros, casi siempre maravillosos, con otros pianistas: Hertha Klust (Berlín, 1953), Gerald Moore dinámicas y desarrollar con agilidad los pasajes rápidos. Una versión espontánea, que ve el lado menos sombrío de la colección y que figuraría al lado de las de colegas de la época como el barítono Rehkemper o los tenores Erb o Patzak si pudiéramos disponer ahora de ellas. Lo acompañaba, en un registro de 1933 de escasa calidad sonora, recogido por Pearl, el pianista — también director— Hanns Udo Müller. Muy diferente es la monumental aproximación de Hans Hotter, que con su imponente instrumento de bajobarítono o barítono heroico, es capaz de dar con las claves más profundas y trágicas de estos lieder. Una visión oscura, de una dimensión colosal, en la que, sin embargo, el cantante sabe plegarse con la mayor de las delicadezas, con un sentido de la frase, del matiz y del juego dinámico extraordinarios, a la honda poesía que emanan de la música y de las palabras. Terrorífico. Austero y desnudo, libre de cualquier ganga, efectismo o complacencia. La manera en la que el intérprete adelgaza la caudalosa voz tiene que ver tanto con el talento como con una técnica que permite una flexibilidad absolutamente necesaria. Así, no es raro que Hotter nos cautive grandes personajes wagnerianos, de los que hay algún eco en esta visión). En la segunda ni el instrumento ni la concentración eran ya iguales. Muy distinto, procedente de la elegante línea de la mélodie francesa, hijo artístico de los Bernac, Panzera o Croiza, es naturalmente Gérard Souzay, de timbre eminentemente lírico, no exento de inflexiones de un dramatismo inhabitual en el repertorio galo. La voz no era de una calidad soberana ni de una belleza refulgente, pero el arte, la musicalidad, la finura de enfoques, la dicción, el manejo de los reguladores, los hábiles falsetes y medias voces —en ocasiones emparentados con los de Dieskau—, la exquisitez de la exposición, lo compensaban ampliamente. Pocas veces, a no ser en algunas de las interpretaciones del berlinés, se ha llegado a hilar tan fino y, eso es lo destaca- D D I SI CS O C O S S REFERENCIAS ble, de forma tan natural, tan sencilla, tan clara. Y ello sin prescindir de una concentración superior, la que da la clave tantas veces para desentrañar el mensaje que portan las canciones. Los claroscuros que Souzay conseguía en lieder como En la Aldea o La corneja, el refinamiento de El tilo no están al alcance de cualquier barítono. Claro que tampoco es normal contar con un pianista tan atento y colaborador como Dalton Baldwin. Philips recopiló en un álbum de cuatro CDS esta interpretación junto a las que los mismos artistas tienen registradas — entre 1960 y 1977— de La bella molinera y de la casi totalidad de Canto del cisne y de otros lieder. Volvemos al área germana con Hermann Prey, artista emotivo, de directa expresividad, dotado de una emisión realmente curiosa, un tanto en la gola pero al tiempo con amplias resonancias en los senos nasales y frontales que otorgaban a su voz una sonoridad muy especial, inconfundible, de un brillo raro y de un tinte oscuro que, en disco, hacía pensar en un instrumen- bablemente mejor intérprete de La bella molinera, su Viaje de invierno creemos que se ha de colocar entre los grandes de la discografía. Fue editado por EMI en 1961 en un álbum de tres CDs que incorporaba también canciones de Beethoven y Brahms y otras variadas de Schubert. Al piano el excelente Karl Engel. Emoción, insolencia expositiva, arrebato son algunos de los atributos de una versión que no suele citarse entre las más importantes y que posee, a la luz de lo dicho, innumerables valores. En pocas oportunidades nos será dado escuchar una tan apasionada recreación de La posta o un tan lírico El tilo. Como pocos, Prey da con la clave para reproducir, con un canto de una pureza sensacional, la más idílica y quizá menos problemática de las piezas, aunque Sopeña se refiriera a ella como “sueño de amargo despertar”: Frühlingstraum (Sueño de primavera). Nos trasladamos ahora al año 1996, en el que Matthias Goerne, con la colaboración del estudioso, investigador y pianista Graham Johnson, uno de los músicos que mejor conoce este mundo y que dirigió en su momento la integral absoluta de los lieder del vienés para Hyperion, consiguió una de las interpretaciones de referencia y que debe figurar en el podio definitivo. Seguía el barítono nacido en Weimar los pasos de Fischer-Dieskau, con quien había trabajado este repertorio y del que había recibido sustanciosas enseñanzas. más acusado; y, sin duda, una menor extensión por arriba, en donde, a partir del mi o fa, abre y clarea o se esconde en la gola. Hay en esa emisión una cierta cerrazón poco sana, que se ha venido agudizando con los años. Pero en 1996 todavía era muy potable ese canto, realizado además con recursos expresivos de primer orden y un tinte poético que todo lo embargaba. Pocas interpretaciones tan profundas y desnudas de El tocador de zanfoña, de ese desgarrado Der Leiermann, como la suya. Emoción a raudales por las sendas de los sentimientos más oscuros y pesimistas. Pueden citarse otras muchas versiones, en algún caso desaparecidas hace poco o todavía en catálogo. En ellas intervenían famosos y conspicuos cantantes, como los bajos Josef Greindl, Martti Talvela o Kurt Moll, que, por su colorido, brindan, con sus distintas características, la imagen más siniestra de la tragedia. Quizá el último, en su registro de 1982 para Orfeo, junto a Garben, sea el más afortunado, bien que la voz del segundo (1983, BIS) sea mejor y que la nasalidad del primero (1957, Preiser) proporcione un toque sombrío y terrorífico. Ni Peter Schreier en sus dos versiones, una de ellas con Richter (1985, Phillips), ni Peter Pears con Britten (1967, Decca), ni Anton Dermota, ya mayor (1976, Preiser) alcanzan las más altas cotas, pese a sus méritos. De interés en cualquier caso, la recreación de un Wolfgang Sawallisch (1997, EMI). Estimulante la grabada en 1996 para Teldec por el tenor Christoph Prégardien, de tan recurrentes falsetes, sobre todo por el fortepiano de Andreas Staier. Nos parecen espléndidas las modernas aproximaciones de Dietrich Henschel acompañado de Irwin Gage (2000, Teldec), de milimétrica y detallista recreación de efectos de buena ley, pese a su cortedad en la zona alta y a sus progresivos engolamientos, y de Christian Gerhaher —que cuenta con un instrumento más equilibrado— junto a Gerold Huber, de naturalidad expositiva muy inteligente (1999-2003, Arte Nova) y de un lirismo bien entendido. Y en particular, y ésta ha de figurar en nuestro imaginario podio, la última realizada en DVD por Thomas Quasthoff al lado de Barenboim en una toma en la Philharmonie de Berlín de 2005 para Deutsche Grammophon. Pulcra manera de frasear, rigurosa acentuación, nítida dicción, intensa expresión. El cantante nos hace llegar sus pulsiones de una forma muy directa, espontánea en apariencia, matizada pero nunca manierista; lo que constituye una de sus mejores virtudes. El timbre, el de un barítono lírico, lleno, pastoso, noble, no especialmente penetrante, de graves sonoros, médium ancho y agudo firme aunque claro y no siempre proyectado según los cánones a los resonadores superiores, se mantiene igual, homogéneo, lo que garantiza la regula- to de mayor dimensión, de volumen más grande. Pero la riqueza del timbre y de los armónicos disimulaban esa cortedad a la vez que concedían una grata y pastosa pátina de reflejos muy cálidos, que eran bien empleados por el barítono, en todo caso, lírico, para enunciar un canto sincero, convincente, de una expresividad a flor de piel, de una comunicatividad envolvente. No es extraño por tanto que brillara a gran nivel en estos lieder schubertianos. Aunque por sus características era pro- Lo que se nota a poco que pongamos la oreja. Ese mismo olfato para clarificar una frase, para matizarla refinadamente, para colorearla a base de un buen control de reguladores; esa misma expresión transida, un tanto teatral en busca de una elocuencia no siempre obtenida por los caminos más directos. Incluso en la forma de emitir y de decir se aprecian las conexiones; aunque Goerne posee, y con el curso del tiempo, en mayor medida, una sonoridad más oscura y un engolamiento general mucho maduro Ernst Haefliger con el fortepianista Dähler (1980, Claves) y la más atípica, pero de una intensidad alucinada, de la mezzo Brigitte Fassbaender con Aribert Reimann (1988, EMI), que saben dar el tono desgarrado y desgarrador que tienen muchos de los lieder. Aceptable la lectura del siempre buen músico Olaf Bär con Geoffrey Parsons (1988, EMI) y de menor interés las de Robert Holl con Richter (1980, Preiser), Andras Schmidt junto a Rudolf Jansen (1980, DG) y Thomas Hampson al lado de ridad del sonido. Pero el canto es dúctil, adecuadamente dibujado, de ese refinamiento que nace de las cosas bien hechas y acabadas. En Der Leiermann Quasthoff va de la voz plena al falsete reforzado con destreza y se nos brinda menos alucinado que en otras interpretaciones. La voz tiene su vibración, su carne y ondula y matiza con gran finura. La desolación, no obstante, se impone, aunque quizá con menor amargura de la esperada. Arturo Reverter 67 D D I SI CS O C O S S ENTREVISTA Magdalena Kozená “UNA JOYA TRAS OTRA” C 68 on una disposición total a lanzarse de cabeza en el papel de una mujer enloquecida o de un hombre vengativo, Kozená ha logrado crear una gama de irresistibles retratos. Comentó que elegir el repertorio para esta grabación fue un verdadero placer: “No todos los días te ofrecen la posibilidad de grabar las arias de Haendel, así que escogí mis favoritas. Hay muchas memorables, por supuesto, pero he intentado cubrir una gran variedad de personajes. Hay muchas escenas de locura y dramáticas, suelo escoger las que te agarran desde dentro”. Muchas de las composiciones vocales de Haendel deben ser irresistibles para una mezzo con unos agudos de soprano aparentemente naturales y una destreza de coloratura envidiable. “Por supuesto, hay mucha música magnífica donde se puede hacer resaltar la técnica, las notas rápidas, agudas o graves” dice Kozená. “Pero esto sólo me interesa si se justifica con las emociones. Y hay tanta música aquí que es profunda y emocional”. En realidad, cuando escuchó la primera edición de la grabación, Kozená quedó sorprendida por la intensidad de la música. “¡Era casi como si tuvieras que interrumpir la escucha sólo para respirar!”. Gracias a su impresionante registro vocal, puede interpretar diez personajes muy diferentes, con exigencias vocales muy distintas. “En la música barroca, a veces puedo cantar de contralto, a veces de soprano, me encanta usar los registros de mi voz para crear colores. Si canto Oh! Had I jubal’s lyre, tiene que ser con una voz angélica, mientras que para la escena de la locura de Orlando, se puede cantar hasta con sonidos un tanto feos, porque eso dice algo sobre su estado de ánimo”. Demuestra tanto empeño en llegar a la esencia de un personaje, que Kozená es capaz de correr riesgos que otros cantantes no se atreverían a intentar —adentrándose profundamente en la emisión de pecho, por ejemplo. “Lo que aprendí hace años de Marc Minkowski es que la música barroca no siempre trata de la belleza. Puedo cantar las notas extremas, las muy agudas y las muy graves, pero no es mi registro natural. Así consigo un sonido que posiblemente no sea tan bonito pero que dice mucho más en cuanto al texto —en concreto sobre la locura del personaje en ese momento”. Para ella, lo más importante es el carácter. “Por supuesto que somos cantantes, y el público siempre desea escuchar sonidos hermosos. ¡Pero la verdad es que por mi parte me aburro después de diez minutos de escuchar a un cantante que no hace más que producir hermosos sonidos!”. Aunque Kozená ha cantado algunas de estas arias en concierto antes, fue un reto crear la misma intensidad en el estudio de grabación. “Es difícil coger una escena de una ópera y crear el ambiente. En la ópera completa se ve el desarrollo hasta el momento en el que ocurre el aria”. Pero incluso en el estudio lo ha conseguido. “Fue gracias a esta maravillosa orquesta, la Orquesta Barroca de Venecia. Era la primera vez que trabajaba con estos músicos. Me inquietaba la idea de hacer una grabación sin antes haber hecho conciertos con ellos. Primero, cantar delante de un público. Así me siento inspirada y la adrenalina me ayuda a profundizar en mí misma. Pero con esta orquesta no parecía que estuviéramos haciendo una grabación en absoluto. Es cierto que ellos tocan esta música a menudo y reaccionaban a cada palabra que cantaba porque es su lengua materna. Espero volver a trabajar con ellos muy pronto”. El único papel íntegro que Kozená ha cantado en el escenario es el de Sesto de Giulio Cesare, en una producción de Marc Minkowski en Ámsterdam en 2001. “La puesta en Kasskara / DG Es una sorpresa descubrir que Magdalena Kozená, cuya rica y flexible voz de mezzo parece el instrumento perfecto para el drama barroco, nunca haya hecho una grabación de arias operísticas de Haendel. La única vez que ha intervenido en un CD de una ópera de Haendel es en el papel de Cleopatra de Giulio Cesare, dirigida por Marc Minkowski, para el sello Archiv Produktion en 2003. Ahora ha salido esta joya de grabación en la que Kozená canta los papeles de Ariodante, Alcina, Theodora, Orlando y muchos otros de las extravagantes creaciones dramáticas de Haendel. escena fue muy hermosa, y el momento del aria (Cara speme), inolvidable. Este hombre, desesperado, está deseando que las cosas salgan lo mejor posible, y el aria es como una oración. Recuerdo que estaba de rodillas en el escenario y todo se detuvo para esta música. Dejé que mi alma rezara”. Es uno de los momentos más hermosos y serenos de la grabación; un dichoso contraste a la frenética cascada de notas de Agrippina, por ejemplo, la escena de locura de Dejanira de Hércules. “¡Ah, sí, las escenas de locura!”, se ríe Kozená de su selección melodramática. “Por supuesto, no me gustaría vivir como algunos de estos personajes. Pero incluso en las escenas de locura existen muchas emociones que experimentamos en la vida real. Para mí es importante vivir una vida plena, sentir cosas diferentes y poder expresarlas cuando estás interpretando. Por ejemplo, Alcina es esa maravillosa diosa que está siempre aprovechándose de los hombres, pero de repente se encuentra enamorada por primera vez. La música al principio de este aria (Ah! Mio cor!) es como el latido de su corazón. Se puede escuchar la conmoción que le provoca — ‘Dios mío, eso no tenía que haber pasado, nunca he sentido nada igual’. Son momentos muy especiales que todos podemos hallar en la hondura de nuestra experiencia”. Estas arias se encuentran entre las mejores de las aproximadas cincuenta óperas y dramas musicales que se calculan escritos por Haendel, y esta interpretación conmovedora y apasionada de Magdalena Kozená es un tributo a su genio dramático. Como ella misma dice, “Es una alegría colocar una joya tras otra”. Amanda Holloway D D I SI CS O C O S S ESTUDIOS Orquesta del Concertgebouw LA DÉCADA EN QUE TODO CAMBIÓ ANTOLOGÍA DE LA REAL ORQUESTA DEL CONCERTGEBOUW DE ÁMSTERDAM (1970-1980) Vol. 4. 14 CD RCO 06004 (Diverdi). ADD. N PM P or aquel entonces íbamos a Ámsterdam, pero no a oír música. Si acaso, nos atrevíamos a entrar en el Museo Van Goh. Siempre había algún amigo español que te inculcaba doctrinas disuasorias: el Rijksmuseum y el Concertgebouw, bah, cosa burguesa asquerosa. Todo estaba en la misma plaza, pero Van Gogh tenía su disculpa. No así los otros dos edificios. Además, no era tan fácil conseguir una localidad para un concierto, y tampoco pagarla. Eran años en los que ibas a París y todavía te sentías bastante en casa. Pero en Ámsterdam, no, ni mucho menos; por caras, por precios, por todo, chico. Felizmente, nos recuperamos pronto, tanto de esto como de los consejitos disuasorios. Llega la cuarta antología de la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam. Ahora, la década de los setenta. Son de nuevo registros radiofónicos de esos momentos únicos, pero que la fonografía hace repetibles. Y aquí nos llegan, muchos años después, con muy buen sonido, con propuestas que en muchos casos siguen sorprendiendo. El aficionado puede advertir a primera vista que ahí está una parte significativa del gran repertorio, desde el entonces renovador Harnoncourt para Mozart, hasta dos prestaciones de Otterloo que acaso sorprendan a más de un aficionado: un magnífica Cuarta de Beethoven y un sensacional acompañamiento a Perlman en el Concierto para violín de Brahms. Ormandy todavía viajaba a Ámsterdam, y daba una muy bella Séptima de Sibelius en 1969. Ojo con ese Bruckner de Giulini, la última sinfonía, la inconclusa, en una lectura inspirada y de alto vuelo. Giulini ofrece también tres cuartos de hora del Romeo de Berlioz, con momentos sublimes como la Escena de amor. No pasemos de largo ante la Renana de Leitner, un momento mágico en enero de 1973. Tuckwell se beneficia del acompañamiento de Leitner durante esa misma velada y ambos consiguen, con esta maravillosa orquesta, un insuperable Cuarto Concierto para trompa de Mozart en el que no sabemos si nos sorprende más la frase del solista, que finge que aquello es muy sencillo; o el legato infinito de batuta y conjunto. Ancerl recibía invitaciones permanentes, y en ese momento ya era un exiliado que viviría poco: atención a ese Haydn, a ese Rachmaninov y, sobre todo, a ese tenso, conmovedor César Franck. Lo mismo que Kondrashin, que ofrece una muy clásica y bella Italiana de Mendelssohn, que visita a Sibelius (y nos hace lamentar que no tengamos a mano abundantes registros suyos del finlandés), que acompaña a Rostropovich en unas sensacionales Variaciones Rococó, que se atreve con Scriabin y expone la sinfonía por él “descubierta” al cabo de 25 años, la Cuarta de Shostakovich. Bernard Haitink, sensacional titular durante mucho tiempo de esta orquesta insuperable, aparece aquí con un excelente Mahler, La canción del lamento, con el apoyo de solistas vocales muy adecuados, muy inspirados, muy expresivos; y aparece, sobre todo, con dos partituras de gran interés de compositores de la patria, de Holanda: Frederik Bon, que había sido asistente en esta misma orquesta unos años antes del registro que aquí queda, de 1978, cuando se estrenaba esta obra, Le printemps, primer movimiento de una obra vocal más amplia basada en Verlaine; y Ton de Leeuw, con una obra stravinskiana en la disposición instrumental, en los timbres y hasta en el título (aunque en este caso no se trata de un estreno). Por ahí está el joven Jesús López Cobos, acompañando con inspiración y rigor a Vera Badings en el Concierto para arpa de Ginastera (en 1977). Y maestros por entonces ya venerables como Jochum con Arrau (Concierto de Schumann) o él solo frente al conjunto (Serenata de Reger); y, de manera especial, en ese Bach nada histórico, nada filológico, pero de una belleza perturbadora, en la que tiene grandísima importancia la voz dulce y acariciadora de Elly Ameling. O como Jean Fournet, que va a Ámsterdam al menos dos veces, y no a lucirse, sino a defender la música de compositores como André Caplet o André Jolivet, en sendas piezas concertantes con dos espléndidos solistas. A mitad de camino entre el joven López Cobos y estos dos veteranos, Colin Davis cumplía por entonces cincuenta años, y hacía magistrales lecturas de Stravinski, como bien sabemos; y también de Elgar, lo cual es menos notorio entre los aficionados. La música contemporánea está presente siempre en los ciclos de esta orquesta. Atención a los dos polacos, Baird y Lutoslawski, en dos obras poco conocidas y poco menos que imprescindibles. Entre las obras de seniors del siglo XX destaca Las bodas de Stravinski dirigida por Felix de Novel en noviembre de 1971, unos meses después del fallecimiento del compositor. O las Improvisaciones Britten de Walton, dirigidas nada menos que por el mozartiano Josef Krips, una obra en la que el mayor homenajea al joven (Britten tenía once años menos que Walton; y estamos todavía en 1972, no es un homenaje póstumo); Walton había hecho algo parecido años antes con un tema de Hindemith, siete años mayor que el compositor británico. Precisamente Krips acompaña a Badura-Skoda en una bella lectura de una obra concertante poco conocida de otro de los mayores en edad del siglo XX, el suizo Frank (estamos en 1972, todavía vive Frank). Martin Rudolf Escher, compositor holandés, tiene su momento brillante en este álbum gracias a la lectura impecable de su Sinfonía para diez instrumentos debida a la batuta del pianista y director Reinbert de Leeuw. Atención a esta obra, que es para pocos instrumentos, pero que tiene un alcance sinfónico por aliento y por duración que puede sorprender por la asociación de ideas que acaso sugiere el título. No aparece Bartók, que ha estado muy presente en la antología anterior; y la escuela de Viena sólo está representada por una magnífica lectura de El vino por Elly Ameling (que también se atrevía con este repertorio tan ajeno a su Schubert y a su Bach) y la batuta sabia, rigurosa e inspirada de Erich Leinsdorf. Ese CD, el noveno de este álbum, contiene los atrevimientos vanguardistas a los que se aventura por entonces la venerable orquesta de Ámsterdam: Maderna, Boulez, Berio y el holandés Jan van Vlijmen. Berio vuelve a aparecer en su propia batuta algo más tarde, en esos años. Los aficionados que conozcan anteriores entregas de estas antologías deducirán en el acto en que lean la ficha de esta reseña que una con otra buscan el equilibrio en cuanto a estilos, títulos y novedad que se dio en la década en cuestión. Novedad como la apertura a la vanguardia de posguerra, entonces en plena victoria, como le corresponde a una vanguardia, término militar por excelencia. Novedad en cuanto a batutas. Mas también recuerdo de solistas y batutas que no tardaron en irse. Desde luego, no es imprescindible una para disfrutar de la otra. Pero el aficionado bendecirá una vez más el milagro del sonido grabado y la existencia de ese inventazo que es la radio. Gracias a ambas cosas tenemos testimonios así, obras de arte como las que encierra este álbum. Cuyas detalladas notas aparecen también el español. Santiago Martín Bermúdez 69 D D I SI CS O C O S S ESTUDIO Kiril Kondrashin y Mstislav Rostropovich PROFETAS SHOSTAKOVICH: Sinfonías nºs 1 a 15. Octubre op. 131. Se alza el sol en nuestra patria op. 90. La ejecución de Stepan Razin op. 119. Concierto para violín nº 2 op. 129. ARTUR EIZEN, bajo. GRUPO DE BAJOS DE LA CORAL DEL ESTADO DE RUSIA. IEVGENIA TSELOVALNIK, IEVGENI NESTERENKO. VITALI GROMASKI. CORAL DEL ESTADO DE RUSIA. DAVID OISTRAJ, violín. ORQUESTA SINFÓNICA Y FILARMÓNICA DE MOSCÚ. Director: KIRIL KONDRASHIN. 11 CD MELODIYA MEL 1001065 (Diverdi). 1965-1975. ADD. R PE tendiera a ello, aunque lo pretendiera: es decir, con la integral Rostropovich nos quedamos cortos, no percibimos precisamente las grandes cualidades de este compositor, aunque las veamos como insuficiencias, como cosas no logradas. Eso es esta integral: la obra de alguien que fue un gran artista, un grandísimo violonchelista, un director a veces inspirado, un profeta de Shostakovich, pero no el gran intérprete en el podio de este compositor. Por mucho que Slava diera a conocer la auténtica versión de Lady Macbeth de Mstensk en una lectura de mucho interés; no excelente, pero sí muy buena y suficiente por sí misma. Y no es el caso de la integral sinfónica con dos orquestas que ahora se reedita. Más la Académica de Moscú para la Sinfonía nº 14. Y con dos procedencias en cuanto a sello: Erato y Teldec. Hay momentos especialmente graves: primer movimiento de la Séptima, el terrible corazón de la Octava que aquí no es terrible, toda la Décima, toda la Undécima; a cambio, y a pesar de todo, hay momentos felices en la Decimotercera y la Decimocuarta, las vocales de madurez; y detalles aquí y allá que tienen valor sobre todo porque conocemos la obra del compositor, detalles que son destellos que podríamos tomar por excepciones inspiradas, cuando son autén- tica marca de fábrica. Felizmente, otros directores a lo largo de las décadas han demostrado, desde muy pronto, quién es ese compositor. El año pasado le dedicábamos en estas páginas un dosier a Dimitri Dimitrievich y, en el interior del mismo, proponíamos una discografía. No hará falta insistir en las alternativas. Pero el caso es que nos llega una de ellas, la que fue primera en tanto que integral (sabemos que no lo fueron ni la amplia parcial de Mravinski ni la pequeña parcial de Kurt Sanderling), la dirigida por Kiril Kondrashin. Recuerdo cómo nos sorprendía Kondrashin con sus entregas parciales, y cómo nos sorprendió la integral que publicó Hispavox en nuestro país. Eran tiempos todavía soviéticos, y los comentarios tenían mucha miga. Creo que ya lo he dicho y repetido: daría algo por recuperarlos, por fotocopiarlos o volverlos a leer. Alguien los tendrá todavía, caramba. Lo cierto es que Kondrashin conseguía sorprendernos también cuando se pasó a Occidente: cómo no estará de harto para hacer eso a esa edad, nos decíamos. Por lo demás, no vamos a darle vueltas: esta integral es más que suficiente para conocer el sinfonismo de este compositor que cada día compone mejor, que crece y crece con el tiempo, que ha cumplido un centenario brillantísimo y asom- SHOSTAKOVICH: Sinfonías nºs 1 a 15. GALINA VISHNEVSKAIA, INCOLA GHIUSELEV, MARK RESHETIN. LONDON VOICES. CORO MASCULINO DE LA ARTS SOCIETY DE WASHINGTON. ORQUESTA ACADÉMICA DE MOSCÚ. ORQUESTA SINFÓNICA NACIONAL DE WASHINGTON. SINFÓNICA DE LONDRES. Director: MSTISLAV ROSTROPOVICH. 12 CD WARNER 2564 64177-2. 19891994. DDD. R PM S 70 i no hubiera otra integral sinfónica de Shostakovich, la de Rostropovich nos parecería idónea. Aunque acaso pensáramos que ese compositor soviético no era para tanto. Pero nos valdría. No sería una segunda opción, puesto que no habría otra, pero tomaríamos a Shostakovich como un compositor que por sí mismo ya era segundo. Excelente a veces, raras veces profundo, casi nunca ácido ni tampoco desolado, aunque brado que en 1975, al morir el músico, no podíamos imaginar. Atención a los platos fuertes del menú, porque lo son todas de estas quince sinfonías: las malqueridas Sexta y Novena, aquí en lecturas que equilibran lo desequilibrado (o algo así); las favoritas y aquí esplendorosas y conmovedoras Quinta y Séptima; las trágicas y cada vez más valoradas Undécima y Duodécima, aquí crescendos que llegan a lo pavoroso; las dos vocales del final, Decimotercera y Decimocuarta, desoladoras; la Cuarta, la oculta, la que precisamente estrenó Kondrashin, si bien con un cuarto de siglo de distancia… Para qué seguir, si la Décima y la Decimoquinta son de un nivel y una intencionalidad semejantes. Para qué seguir, si nunca comentamos las tres primeras, y acaso seamos injustos. Pero es que, como hemos dicho en ocasiones, todo tiene un límite. Por eso no nos detenemos en Oistraj y el espléndido Concierto nº 2, con la sobrecogedora Ejecución de Stepan Razin, etc. En resumen: quien no tenga la integral de Kondrashin, ha de hacerse con ella; para saber lo que es bueno, más que nada; suena algo mejor que antes, o eso diría yo; y ahora llega en una cajita que ocupa poco, a diferencia de la enorme caja de antaño. Santiago Martín Bermúdez Brilliant EDICIÓN MRAVINSKI B rilliant (Cat Music) nos ofrece en un álbum de 10 CDs de precio económico (8593) toda una serie de grabaciones radiofónicas de Mravinski y la Filarmónica de Leningrado hechas en conciertos públicos entre 1946 y 1983. La mayor parte de las obras son de repertorio ruso y evidentemente ahí es donde más destacan orquesta y director. Así, encontramos una Quinta de Chaikovski (1982), una Quinta de Shostakovich (1982), unos fragmentos del Romeo y Julieta de Prokofiev (1983) y una Cuar- ta de Glazunov (1948) de los que no verán nada mejor en la actual discografía (Mravinski decía que las dos mejores sinfonías de la historia eran la Quinta de Chaikovski y la Quinta de Shostakovich. Oyendo estas dos extraordinarias versiones, muy bien grabadas además, se entiende perfectamente el porqué de su contundente afirmación). Del resto, hay cosas ya publicadas con anterioridad a precio caro en ediciones de BMG-Melodiya, como la Música para cuerdas, percusión y celesta de Bartók (1965), la Novena de Bruckner (1978) o la Francesca da Rimini de Chaikovski (1972), intensísimas y angulosas recreaciones, a veces de aristas cortantes, que también merecen toda la atención. Después hay otras obras como la Tercera de Khachaturian (1983) o el Poema del éxtasis de Scriabin (1959) soberbiamente interpretadas, pero cuyo interés en sí es menor (al menos para el que firma). Hasta aquí lo más destacado. Otras cosas no están al mismo nivel estilístico y musical, debido también posiblemente a las deficientes grabaciones soviéti- D D I SI CS O C O S S REEDICIONES Hyperion Helios EN LA VARIEDAD ESTÁ EL GUSTO H yperion (distribuidor: Harmonia Mundi) relanza diez grabaciones mayoritariamente realizadas en la década de los noventa. Se distinguen también por su variedad y por su carácter sin excepción recomendable, aunque esporádicamente algún aspecto parcial o cierta contribución particular desmerezcan un tanto del tono general. Con el título de Las bodas del cielo y el infierno (CDH55273, 1990), las Gothic Voices presentan una selección de motetes franceses del siglo XIII que la dirección de Christopher Page hace discurrir con elegancia y una combinación de exactitud, equilibrio, afinación, claridad textual y buen juicio rítmico. Entre las líneas individuales destaca el tenor Rogers CoveyCrump. El mismo grupo y director, pero éste además con destacadas intervenciones solistas al arpa medieval, saben pasar de la solemnidad eclesiástica a la suave delicadeza que requiere el grupo de canciones cortesanas de Morton, Dufay, Frye, Binchois y otros compositores del siglo XV inglés en el disco titulado El cas de esos años en los que el sonido está algo desequilibrado y lejano: obertura de Las bodas de Fígaro de Mozart (1962), obertura del Cazador furtivo de Weber (1952), páginas de Carmen y La arlesiana de Bizet (1946), dos Nocturnos de Debussy (1952) o las Sinfonías Segunda y Cuarta de Beethoven (1940, 1949). De cualquier forma, álbum excelente, uno de los legados de un grandísimo director cuyas versiones de obras rusas son lo mejor de lo mejor de la discografía de cualquier época. Interesante artículo en inglés de castillo de la grata bienvenida (CDH55274, 1985). Y, según en su día valoró positivamente Florentino Gracia Utrillas (véase SCHERZO, nº 64, pág. 56), también los colegas del Coro de la Catedral de Westminster bajo la dirección de James O’Donnell aciertan en su rescate (CDH55213, 1990) de los hermanos Anerio, Giovanni Francesco y Felice, dos de los máximos representantes de la llamada “escuela romana” ensombrecidos por la descomunal figura de Palestrina. De los veinte duetos italianos para soprano y contratenor que en total compuso Haendel, Gillian Fischer y James Bowman cantan deliciosamente siete de la época de 1710-11 y dos de la de primera mitad de la década de 1740 (CDH55262, 1990). Es música pensada para uso doméstico, pero con numerosos pasajes de gran intensidad que estos intérpretes abordan con conocimiento de causa y experiencia en el terreno parejos a los que Robert King demuestra al frente de su grupo para lograr efectos de máxima belleza. En el otro extremo de la Ates Orga, correcta presentación y precio de orillo. No lo duden ni un momento. Enrique Pérez Adrián historia musical británica, Benjamin Britten (1913-1976) es objeto de una amplia panorámica a cargo del The Nash Ensemble de Lionel Friend (CDH55225, 1995/1996). Abarca desde el Movimiento para sexteto de vientos (de 1930) hasta el arreglo orquestal realizado en 1976 de las Lachrymæ para viola y piano (de 1950). En esta obra el violista Roger Chase dista de alcanzar el último grado de expresividad posible, pero la mezzosoprano Jean Rigby en la cantata Phaedra (de 1975, dedicada a Janet Baker) y el conjunto instrumental en el resto del programa, sobre todo en la Sinfonietta op. 1 (de 1932), compensan con creces. El apartado pianístico se cubre asimismo con excelencia. La tiene Leslie Howard por su romanticismo briosamente apasionado pero nunca descontrolado en la integral de las sonatas de Chaikovski (CDH55215, 1993). Éstas, por cierto, pasan de dos a ser tres con los 166 compases agregados por el propio intérprete a los 172 en que quedó el intento llevado a cabo por el compositor en 1863/4. Lecciones no menos valiosas son las dos impartidas por Nikolai Demidenko en 1994. En la selección de Études-tableaux, preludios y las Piezas de fantasía de Rachmaninov (CDH 55239), logra versiones nada distanciadas, sesudas o frías, sino con dosis de adrenalina tan justamente calculadas en cantidad como perfectamente estudiados resultan los momentos en que se los vierte a fin de producir los más hermosos contrastes. Y, una década larga después (véase SCHERZO, nº 98, pág. 77), Muzio Clementi sigue pareciendo el mismo genio oculto en cuatro sonatas (CDH55227) en las que este virtuoso ruso encuentra reveladoras conexiones con sus referentes inmediatos previos (Bach, Scarlatti), contemporáneos (Haydn, Mozart) o futuros (Beethoven e incluso Schubert). András Kiss y Ferenc Balogh, respectivamente violín primero y segundo del Nuevo Cuarteto de Budapest, disponen los 44 Dúos de Bartók (CDH55225, 1991) en su orden original, es decir, de menor a mayor dificultad técnica. Con ello, en estas versiones de idiomatismo aprendido en la cuna se realza el propósito didáctico con que el compositor creó este auténtico “microcosmos para violinistas”. Finalmente, de popurrí más que de selección habría que hablar en el disco dedicado a Carl Philipp Emanuel Bach (CDH55232, 1986), a propósito del cual siguen vigentes, casi veinte años después, las apreciaciones de José Carlos Cabello Arroyo (véase SCHERZO, nº 33, pág. 52), que distinguía diversas calidades tanto en las obras como en las interpretaciones. Entre éstas destaca el vigor del clavecinista Robert Woolley en las 12 Variaciones sobre “La Folía”, y también las violinistas Catherine Mackintosh y Elizabeth Wallfisch en las dos sonatas en trío incluidas (Wq. 161 y Wq. 559), mientras que Richard Boothby (mal día para los violistas) se antoja en cambio muy tímido en la Sonata para viola da gamba, Wq. 158. Alfredo Brotons Muñoz 71 D D I SI CS O C O S S REEDICIONES Warner Apex UNA MIRADA DIVINA P rosigue incansable el sello Warner con sus reediciones en serie económica; los CDs llegan al mercado uno tras otro, y si el mes pasado comentábamos un lote en el que dominaba el siglo XX, el que en las próximas líneas nos va a ocupar, integrado por otros diez discos dobles, destaca en general por la regularidad y altura de las versiones, especialmente las de la pasada centuria. En ese sentido, esa obra tan significativa y hermosa de la literatura pianística que es las Veinte miradas sobre el Niño Jesús de Messiaen (2564 699865) se ofrece en la insuperable lectura que en 1973 grabó la extraordinaria pianista, y esposa del compositor, Yvonne Loriod; técnicamente precisa, concentrada, de una tímbrica exquisita, con un carácter cíclico y una unidad conceptual admirables. Interesantísimo también el Schoenberg de Pierre Boulez (2564 69984-5); el compositor y director francés se pone al frente de la Sinfónica de Londres, con la colaboración del violinista Pierre Amoyal y del pianista Peter Serkin, para interpretar el Concierto para violín op. 36, el Concierto para piano op. 42, Pelleas y Melisande op. 5 y las Variaciones para orquesta op. 31; son registros de los años 1984-85 y 1991, que combinan con singular acierto objetividad, ciertas dosis de virtuosismo y una rica paleta de colores. La música de cámara viene representada en esta entrega por Fauré (2564 69986-3), Schubert (2564 69984-1) y Dvorák (2564 69984-8). Del primero se ofrecen sus Cuartetos con piano nº 1 op. 15 y nº 2 op. 45, grabación de 1969 con Jean Hubeau (piano), Raymond Gallois (violín), Colette Lequien (viola) y André Navarra (chelo); y los Quintetos con piano nº 1 op. 89 y nº 2 op. 115, registrados en 1970 por el mismo pianista con el Cuarteto Via Nova. Música exquisita en traducciones solventes, más refinadas en los Cuartetos, reflejando adecuadamente ese singular mundo poético del autor. Muy profesionales también los discos con el Octeto en fa mayor D. 803 y el Quinteto de cuerdas en do mayor D. 956 de Schubert, aunque acusen por momentos cierta pesantez; el primero está a cargo de los Solistas de Berlín (1987) y el segundo del Cuarteto Brandis (1979). Por el contrario, los Tríos con piano de Dvorák en las tomas de 1987-1990 del Trío Fontenay, muestran en todo momento un magnífico equilibrio entre los aires bohemios y un cierto clasicismo formal rico en melodías y contrastes. Sin salir de la antigua Checoslovaquia, la música de Smetana: Mi patria, y una selección orquestal de La novia vendida (2564 69985-5), viene servida por la Sinfónica de la Radio de Francfort con su titular Eliahu Inbal al frente; son versiones de 1988 que sin alcanzar las alturas idiomáticas de un Talich o un Kubelik, mantienen la elevada calidad habitual en los registros del maestro israelí. En el terreno del más puro virtuosismo, el violinista Alexander Markov con la Sinfónica de la Radio de Saarbrücken y la dirección de Marcello Viotti interpreta los Conciertos para violín nº 1 op. 6 y nº 2 op. 7 de Paganini (2564 69987-2), grabados en 1981; además, otra grabación de 1989, ahora en vivo, le enfrenta a los 24 Caprichos op. 1, titánica empresa de la que sale más que airoso; también los conciertos son todo un recital de brillante técnica y delicado sonido. El piano también tiene su espacio en esta ocasión, y así, Michèle Boegner se hace cargo de las Sonatas Hob. XVI: 23, 27, 34, 35, 37, 40, 48, 50 y 52, de Haydn (256469992-8), y Jean-François Heisser de Goyescas, El pelele, 12 Danzas españolas y 6 Escenas románticas de Granados (2564 69984-3). Ninguno de los dos sienta cátedra en su cometido; en Haydn, registro de 1991, el fraseo y color busca adaptarse a un moderno Steinway, con resultados desiguales, aunque hay que reconocer que la pianista francesa posee una técnica y estilo muy estimables; en Granados, las tomas de 1991 y 1996 muestran poco más que una aséptica literalidad y desde luego escasa comprensión de los matices y claroscuros del lenguaje del autor. Dejamos para el final un Haendel más que acreditado, el del organista Herbert Tachezi, con el Concentus Musicus Wien y Harnoncourt al frente, en sus Conciertos para órgano op. 4 y op. 7 (2564 69985-3); se grabaron en 1975, con cadencias e improvisaciones del propio Tachezi, y la vigencia de esta interpretación historicista se mantiene, tanto por el compartido protagonismo de solista y orquesta, como por la frescura e intensidad de la versión. ta con Paul Tortelier como solista y el Primer Concierto para violín y orquesta con David Oistrakh. Son grabaciones de los años setenta de gran calidad técnica, en el concierto para chelo dirigido por Paavo Berglund, Paul Tortelier nos brinda una interpretación exultante y muy matizada. Por otro lado, en el concierto para violín dirigido por el hijo del compositor, Maxim Shostakovich, observamos la enorme destreza técnica del violinista ruso David Oistrahk que nos regala un maravilloso segundo movimiento, impecable desde el punto de vista técnico y musical. Proseguimos con un regis- tro sinfónico dedicado a César Franck (0946 3 72471 2) en el que figuran dos de sus obras más conocidas, las Sinfonía en re menor y las Variaciones sinfónicas, responsabilidad de la Orquesta de Toulouse dirigida por Michel Plasson con JeanPhilippe Collard al piano. Es una grabación que rezuma un excesivo academicismo y donde se echan de menos muchas veces unos tempi más movidos, de cualquier forma la participación del pianista francés es uno de los puntos más sobresalientes de la grabación. Berlioz y su sinfonía Harold en Italia componen el siguiente volumen (0946 3 72466 2) con una grabación Daniel Álvarez Vázquez EMI Encore MÁGICO Y EXULTANTE E 72 l sello EMI continúa con su popular serie Encore, conjunto denominado también Nipper collection por presentar en todas sus portadas la imagen del popular perro y el gramófono, distintivo inequívoco y marca de la prestigiosa multinacional británica. En esta ocasión añade a su ya amplio catálogo ocho nuevas reediciones que repasamos a continuación, como siempre a un precio muy económico y con una presentación excelente. Comienza la serie con una grabación del año 1995 de los dos primeros Conciertos para piano y orquesta de Beethoven (0946 3 72463 2) interpretados por la Orquesta de la Ciudad de Birmingham dirigida por Simon Rattle y con Lars Vogt al piano. La lectura es muy mozartiana, extremadamente articulada y nos permite escuchar un Beethoven de gran calidad. El pianista alemán y el director británico nos ofrecen una de las mejores grabaciones de los últimos tiempos. El siguiente disco está dedicado a dos conciertos para cuerda de Shostakovich (0946 3 72494 2), el Primer Concierto para chelo y orques- D D I SI CS O C O S S REEDICIONES Gala PROLIFERACIÓN DE GRABACIONES as grabaciones procedentes de teatros están proliferando en exceso y están saliendo al mercado representaciones con interés limitado, que se alternan con otras que nos recuerdan intérpretes importantes. Dentro de esta entrega de Gala (distribuidor: Diverdi), Poliuto de Donizetti (GL 100.795) procede de unas funciones en el San Carlo de Nápoles, el 10 de diciembre de 1977, con un reparto de cantantes profesionales, donde destaca la presencia de Renato Bruson, que con su canto noble y elegante realza la figura de Severo, siendo sus compañeros de reparto los correctos Giorgio Lamberti y Adriana Maliponte, con una dirección efectiva de Francesco Molinari-Pradelli. Más interesante es el bonus con una selección de esta misma ópera que recuerda una de las noches atractivas de la época Pamies, en 1975, con la presencia de Leyla Gencer, soprano que mantiene el estilo belcantista y el fraseo profundo, Amadeo Zambon, valiente y seguro y Vicente Sardinero en una de sus mejores noches en la ciudad condal, con su forma serena de actuar. La ópera francesa está representada por la poco L frecuente Hérodiade de Massenet (GL100.631) cantada el 21 de junio de 1987 en Niza, con Leona Mitchell, soprano segura y musical aunque a su protagonista le falte una cierta sensualidad, Grace Bumbry, con su estilo extrovertido y penetrante, Gilbert Py, tenor de bella y potente voz, aunque le falte una línea mas dúctil, Brian Schxnayder discreto Hérode y Jacques Mars, que da nobleza a Le Grand Prétre, todos bajo la inteligente dirección de Georges Prêtre, que consigue amplios contrastes. Lo más interesante de este álbum es el bonus, ya que se trata de una amplia selección de la versión francesa de Salomé, hecha por el propio Strauss con Cynthia Makris con una protagonista algo lineal, Nadine Secunde expresiva Hérodias y nuevamente Gilbert Py, con su estilo habitual. De las óperas de Verdi nos ofrecen la segunda y la última. Un giorno di regno (GL 100.793) es una obra de las menos inspiradas del autor, fruto de sus vicisitudes y esta versión se registró en Bregenz el 19 de julio de 1974, y destacando en el reparto Giuseppe Taddei con su fraseo de una expresividad impactante, acompañado de la delicada Margherita Rinaldi, el efectivo Domenico Trimarchi, los correctos Vittorio Terranova y Enrico Fissore, con una dirección superficial de Piero Bellugi. Se completa el álbum con una selección de Macbeth, con la nobleza vocal de Renato Bruson, la seguridad de Elisabeth Connell, a la que falta una mayor fuerza dramática y una mejor profundización en el estilo. La función del testamento musical del genio de Bussetto, Falstaff (GL 100.784) se dio en Glyndebourne el 29 de julio de 1957, con un reparto equilibrado con Geraint Evans en el rol titular donde destaca su buen fraseo y su línea melódica, aunque le falta y puede parecer un contrasentido, algo de nobleza ridícula. En el resto del reparto encontramos a Antonio Boyer en Ford, con buen estilo pero algo lírico, Juan Oncina con su probada musicalidad, las correctas Orietta Moscucci y Antonietta Pastori y la expansiva Oralia Domínguez, con la cuidada dirección de Vittorio Gui. Como homenaje a Oralia Domínguez, se incluyen fragmentos de los actos segundo y cuarto de Il trovatore, que canta con su habitual entrega, jun- clásica de los años sesenta de uno de los mayores especialistas en la música de Berlioz, se trata de Sir Colin Davis que junto al gran violinista Yehudi Menuhin, en esta ocasión a la viola, nos ofrecen una excelente versión con la Orquesta Philharmonia. Se complementa con una pequeña obra para violín y orquesta Revêrie et Caprice, dirigida por John Pritchard y al frente de la misma formación orquestal. La rareza de la serie lo constituye un disco de piano solo con obras de compositores noruegos (0946 3 72487 2), con el pianista Leif Ove Andsnes como protagonista. Aparte de obras de Grieg, encontramos piezas de compositores como Fartein Valen (1887-1952) o Geirr Tveitt (1908-1981) que se distinguen por la utilización de temas folclóricos en sus composiciones. El disco lleva como titulo genérico The long, long winter night (la larga noche invernal) y se escucha con sumo agrado. Las Sinfonías nºs 101 y 103 de Haydn a cargo de la English Chamber Orchestra y el director británico Jeffrey Tate son los protagonistas del siguiente disco (0946 3 72487 2). Es una grabación de 1987 y contiene todos los elementos para configurar una correcta interpretación: buena articulación, tempi dinámicos y claridad de ideas en la exposición de los temas musicales. Finalizamos con dos grabaciones de Herbert von Karajan, la primera de ellas es una grabación de los ochenta de dos sinfonías de Sibelius (nºs 1 y 6) dirigiendo a la Orquesta Filarmónica de Berlín (0946 3 72480 2). Destaca en esta interpretación la calidad sonora por encima de todo; por otro lado, Karajan dirige la música de Sibelius cargando las tintas y ofreciéndonos una versión arrebatadoramente romántica. Chaikovski con su Sinfonía Patética y la Suite del Lago de los cisnes (0946 3 72475 2) ponen punto final a esta serie, se trata de una grabación de 1959 a cargo de la Orquesta Philharmonia. El genio de Karajan se adapta a la perfección a la línea melódica de esta conocida sinfonía, logrando momentos mágicos en muchos momentos de su interpretación. to al tenor Luigi Ottolini. Cierra el grupo un estuche con tres CDs dedicados a Birgit Nilsson, titulado “rarities” (GL 100624) donde se incluyen fragmentos de óperas y lieder grabados en Estocolmo (1949), Chicago (1974), Nueva York (1967 y 1972) Buenos Aires (1967) y lo que es la joya de la propuesta, un concierto de 1967 en el Swedish Festival, donde interpreta obras de Wagner, dirigida por el gran Sergiu Celibidache. Uno no sabe que admirar más si el impresionante preludio o la escena final de Tristan und Isolda o de tres Wessendonklieder, con las que el maestro pone la piel de gallina, dada su versión, de unos contrastes impresionantes, una elegancia espectacular y de una expresión que conmueve, o la calidad interpretativa de Nilsson con su espectacular muerte, llena de sensibilidad o los matices que da a las canciones. También destaca en el prólogo de Götterdämmerung, junto a Jean Cox, la intervención de entrada de Tannhäuser o su gran versión de la escena del acto segundo de Turandot. Dentro del plano operístico se incluyen incursiones en otras obras del repertorio italiano como Tosca, La wally o La forza del destino, cantadas con su estilo personal, con versiones a las que les falta una mayor profundización, así como una corta selección de Ariadna auf Naxos de Strauss, donde da carácter a la protagonista o la inusual aria de Cleofide de Alessandro nelle Indie, de Piccinni, algo extrovertida. Pero lo más novedoso es su aportación al lied, con cuarenta partituras de una variada gama de autores, desde el intenso Ah, perfido!, de Beethoven, hasta canciones de Schubert, Strauss, Wolf, Grieg, PetersonBerger, Melartin, Sjögren, Marchesi, Sieczynski, Sibelius y canciones tradicionales, donde muestra su inteligencia para adaptarse a un mundo más intimista, consiguiendo versiones de interés, sin olvidar su estilo de cantante de ópera. Carlos Sáinz Medina Albert Vilardell 73 D D I SI CS O C O S S REEDICIONES Ponto EL INTERÉS DE LA NOVEDAD L a nueva propuesta de Ponto (distribuidor: Diverdi) nos presenta dos obras de Haendel, con una protagonista de excepción, Janet Baker. Orlando (PO 1048) es una partitura tardía, compleja, que tiene gran inspiración, donde el compositor vuelca su experiencia consiguiendo una ópera llena de bellas arias, con un melodismo de gran belleza, capaz de incorporar contrastes líricos y vocales. En esta versión de 1963, Baker está espléndida por fraseo, dominio del estilo y elegancia, con un estilo contenido más musical que espectacular. La acompañan la efectiva April Cantelo, la bella línea de Heather Harper y la correcta Pamela Bowden, siendo el más discreto Stanislav Pieczora, con una dirección correcta, pero sin especiales matices de Arnold Goldsborough. Como bonus se incluye el aria de Zoroastro, de esta misma obra, suprimida en la anterior versión, cantada con estilo por Henk Smit. 74 Radamisto es la primera de las óperas que Haendel escribió para la Academia Real de Música, nombre que corresponda a una compañía de inversores privados, incluidos el propio autor y consiguió un importante éxito, que se repitió en años sucesivos. Es una obra donde se demuestra la capacidad operística del músico, manejando de forma clara la acción y profundizando en la psicología de los personajes. En esta función de 1984 (PO 1054), vuelve a resurgir el carácter de artista de Janet Baker, remarcando el virtuosismo, pero siempre desde el buen gusto más cuidado, siendo sus compañeros de reparto la intensa Della Jones, el buen hacer de Martyn Hill, Lynda Russell y Eiddwen Harrhy y la profesionalidad de Malcolm King, al que le falta una cierta transparencia, dirigidos con inteligencia y sentido del género por Roger Norrington. Para poder confirmar la versatilidad de Janet Baker se incluyen unos lieder de Arnold Schoenberg, llenos de contrastes y Sea Pictures, de Elgar, con una total identificación, a la que colabora una magnífica dirección de Georg Solti. Los teatros europeos hacían giras por Japón y fruto de una de ellas es esta versión de Le nozze di Figaro (PO 1025), cantada en Tokio el 23 de octubre de 1963, que cuenta con un reparto estelar, dirigido por ese eminente mozartiano que fue Karl Böhm, con su enfoque admirable, tanto por la cantidad de matices que emana, como por el carácter humano que refleja su prestación. Uno de los Almavivas de referencia ha sido durante muchos años Dietrich FischerDieskau, con su profunda concepción del personaje, por su elegancia y por la captación de sus características, estando Figaro a cargo de Walter Berry, que con menos medios, consigue remarcar las condiciones del pícaro personaje. La condesa de Elisabeth Grümmer es de una musicalidad espectacular, que supera las condiciones de su instrumento al que le falta una cierta densidad para el personaje, con una versión preciosista, mientras que Erika Köth da carácter a la extrovertida Susana y Edith Mathis, que más tarde cantará el anterior rol, hace un Cherubino gracioso, atrevido y sutil. Como complemento se incluye el Stabat Mater de Rossini, con Elisabeth Grümmer, Maria von Ilosvay, Walter Ludwig y Helmuth Fehn, dirigidos por Ferenc Fricsay, donde existe calidad, con cantantes y dirección más aptos para otro tipo de repertorio. Hay artistas que por sus condiciones vocales y expresivas podrían haber llegado a la máxima popularidad, pero que por razones personales han limitado algo la proyección internacional de su carrera y se han dedicado sólo a interpretar. Uno de estos casos es Julia Varady, protagonista de La dama de picas, que se dio el 2 de diciembre de 1984 en Múnich (PO 1049). La gran cantante ha dado pruebas sobradas de su gran calidad, en un repertorio muy amplio y lo podemos comprobar en su Lisa, donde uno no sabe que admirar más si su inteligencia para contener su poderosa voz, su fraseo impactante o la forma en que desarrolla el infortunado personaje, con una gama de colores y matices impresionante. Elena Obraztsova ha hecho de la Condesa una de sus más grandes prestaciones, por la intensidad de su registro grave, por la calidez de su canto y por la forma de enfocarlo, destacando su temperamento y sus propias luchas internas, consecuencia de su vida pasada y de la edad. Vladimir Atlantov es un tenor de medios importantes, con una línea de canto suficiente, a la que quizá le falta una mayor variedad de matices. Muy interesantes el resto de los personajes, con una dirección de Algis Shuraitis sin especial relieve. Para gozar más de Julia Varady se incluye un fragmento de Der Freischütz, con una exposición clara de las dudas de Agathe. La propuesta se cierra con dos audiciones en la BBC que se enmarcan en un notable interés divulgativo, pero con resultados menos intere- santes. La primera, Il corsaro, de Verdi de Londres en 1971 (PO 1051), con la presencia de Pauline Tinsley, soprano que hizo una interesante carrera, sobre todo en Gran Bretaña, que posee una voz bella, una buena técnica, y un sólido registro agudo, pero para roles como el de Gulnara le falta una mayor densidad para redondearlo. El resto del reparto integrado por Patricia McCarry, Keith Edwin o Terence Sarpe, son cantantes aptos para otro tipo de repertorio, pero quedan limitados por su tipología vocal y por el estilo, a lo que tampoco ayuda una dirección algo plana de Marcus Dodds. Para ampliar la visión sobre Pauline Tinsley se incluyen una serie de arias de Il pirata, Nabucco, Euryanthe y Macbeth, consiguiendo su mejor prestación en las dos últimas. La que cierra la oferta es Das Liebesverbot, segunda ópera de Richard Wagner (PO 1055) que nos muestra a un compositor en ebullición, que no ha llegado todavía al estilo de las obras posteriores, pero que sorprende por su brillante orquestación, con momentos de jolgorio y otros que anuncian su producción posterior, unos que recuerdan el estilo italiano y otros que tienen referencias a sus predecesores alemanes. Lo más interesante es la versión orquestal de Sir Edward Downes, que sabe subrayar los momentos más relajados, diferenciándolos de aquellos de cierta densidad, respetando las ideas de la época. El reparto está integrado por cantantes profesionales en un repertorio que no acaba de ir con sus condiciones vocales. April Cantelo es una buena soprano, pero le falta intensidad, Alexander Young e Ian Caley, quedan demasiado líricos y Raimund Herincx matiza el personaje pero a su voz le falta una mayor proyección. Albert Vilardell D D I SI CS O C O S S REEDICIONES Membran HURGANDO EN EL CANON A favor del paso que el tiempo da hacia el dominio público de las grabaciones, Membran (distribuidor: Cat Music) continúa recobrando registros que pueden considerarse canónicos. ¿Cómo calificar, si no, la pucciniana Tosca captada en 1953 con el trío Callas-di Stefano-Gobbi conducido por Victor de Sabata (2 CD 221924-303)? Menos trajinada es, en cambio, la actuación de la gran Maria en el Maggio Musicale Fiorentino de 1951 en I vespri siciliani de Verdi bajo la batuta magistral de Erich Kleiber, capaz de hacer algo italiano de referencia (3 CD 221925-348). No empalidecen los compañeros de Ella: Boris Christoff y Enzo Mascherini van sobrados de medios y temperamento, mientras se recupera el mérito de un tenor penumbroso, Giorgio Bardi Kokolios. Otra grande en el medio sopranil, Victoria de los Ángeles, nos sale al paso con su primera Madama Butterfly de estudio, registrada en 1954 junto a la minucia y limpidez que caracterizan a Gianandrea Gavazzeni en cualquier podio (2 CD 224102). Victoria hace una Cio-Cio-San poemática, servida con una calidad vocal incomparable y una musicalidad destilada. A su lado, el di Stefano de los buenos tiempos pone su chulesca sensualidad a punto, en tanto Tito Gobbi desgrana su paternal personaje derrochando autoridad. En otra prestación verista, Victoria traza una exquisita y carnal Nedda de I pagliacci, conducida vibrantemente por Renato Cellini en 1953 (2 CD 221759303). Aunque fuera de la tradición navajera italiana, el reparto es de una altísima suntuosidad vocal: Jussi Björling, Leonard Warren, Robert Merrill. De bonus van 19 cortes del tenor sueco en arias y canciones: un rápido y eficaz retrato. Difícil de equilibrar y conjuntar es el reparto del verdiano Don Carlo. El buen oficio de Gabriele Santini consiguió resolverlo en 1954 con las masas de la Ópera de Roma (3 CD 223480-370). Distinguida y cuidadosa, Antonieta Stella encarnó a Isabel; brillante y de empuje, Elena Nicolai a Eboli; Mario Filipeschi fue un digno protagonista junto al inagotable histrionismo de Gobbi en Posa; memorable resultó el opíparo par de bajos, Boris Christoff (¿hubo algún Felipe II a su altura?) y Giulio Neri como Gran Inquisidor. Uno de los mayores Otelos verdianos de la historia, Ramón Vinay, protagoniza la toma en vivo impresa en el neoyorkino Metropolitan en 1948 (2 CD 221923-303). Tampoco desmerece el supremo Yago de Warren. Licia Albanese, voz mediocre, canto impecable, expresividad exageradamente verista, sabe perfilar a Desdémona. Vaya al final la especialísima muestra de maestría que Fritz Busch asienta en una de sus infrecuentes incursiones por la ópera italiana, poniendo de relieve el valor orquestal de la grandiosa partitura. Nuevamente Warren renueva su diploma de barítono verdiano paradigmático en una de sus mayores invenciones, el titular de Rigoletto, correctamente acompañado desde el podio por Cellini en 1950 (2 CD 221311-303). Aunque fuera de la sonoridad latina, Erna Ber- ger y Jan Peerce lucen sus solvencias, en tanto Italo Tajo demuestra que no hay pequeños papeles para los grandes cantantes. Nan Merriman es una Maddalena de lujo y se completa la entrega con una antología de Verdi por Warren. Pruebas al canto, nunca mejor dicho. Turandot es un personaje italiano normalmente bien servido por sopranos no italianas. Es el caso de una notable princesa alemana, Inge Borkh, capaz de andar en puntas de pie y con imperial autoridad por la espinosa almena de su personaje. La dirigió pasablemente Alberto Erede en 1955 (2 CD 222938-311) con dos ilustres compañeros que sobra elogiar: el impetuoso Mario del Monaco y la deleitable Renata Tebaldi. El largo etcétera reunió a nombres de brillo como Nicola Zaccaria en Timur y Fernando Corena en Ping. En el capítulo de las recuperaciones históricas se sitúa una versión abreviada y en italiano de Orfeo ed Euridice de Gluck (2 CD 221538-303), dirigida en 1947 por Fritz Stiedry en Glyndebourne. Fue un habitual conductor operístico que aquí aúne con inteligencia el leve sonido dieciochesco con la variedad de empujes y contemplaciones que la sublime obra demanda. Orfeo es Kathleen Ferrier, con esa untuosa tímbrica que puede convencernos de que ha vuelto del otro mundo. Un par de discretas sopranos la acompaña, Ann Ayars y Zoe Vlachopoulos. Complementan la entrega una serie de arias oratoriales por la Ferrier, entre ellas algunas como para trasponerse: Bach. Más atrás en las fechas (1943) Tullio Serafin (otro que no necesita preámbulos) condujo en Roma Un ballo in maschera de Verdi (2CD 220855) con quien sea, tal vez, el supremo Ricardo: Beniamino Gigli. Rica de empuje y carnadura, aunque a menudo calante, lo sigue Maria Caniglia. Imponente y siniestro, Gino Bechi. Ejemplar contralto de ópera, Fedora Barbieri. Comprimario de excepción, Tancredi Pasero. Quizá suene anticuada, sin perder mérito ni calidad, la Lucia di Lammemoor de Donizetti que el canónico Ugo Tansini dirigió para el EIAR de Turín en 1939 (2 CD 221312303). La protagonista es una doncella de encanto pueril, encastrada en la tradición de la soprano de gracia: Lina Pagliughi. Del elenco destacan la autoridad del tenor Giovanni Malipiero y la nobleza y prestancia del bajo Luciano Neroni. De apéndice puede oírse a la Pagliughi en la belliniana Sonámbula. Parecido interés histórico luce Luisa Miller de Verdi bajo la autoridad de Mario Rossi, en vivo y para la RAI romana en 1951 (2 CD 221760). La protagoniza una Lucy Kelston más bien modestita, junto a un envejecido Lauri Volpi, sombra respetable de sí mismo. Un discreto barítono, Scipio Colombo, conduce a la auténtica estrella de la noche, el noble, autorizado, experto y musicalísimo bajo Giacomo Vaghi. Por fin, saliendo del escenario, Verdi vuelve con su Réquiem en una versión de 1953 con las masas de la RIAS berlinesa llevadas por Ferenc Fricsay (222941-207). Es el director lo más notable de la grabación, por la riqueza tímbrica, la nitidez de planos y una alternancia de lírica intimidad y desgarrada e imponente decisión dramática que, sin apelar a la tradición del drama teológico italiano, lee a Verdi desde una solidez centroeuropea. Del reparto, Marianna Radev y Kim Borg exhiben medios adecuados, en tanto Maria Stader y Helmut Krebs, dos respetables profesionales mozartianos, quedan cortos de cantidad y ajenos al estilo. Blas Matamoro 75 D D I SI CS O C O S S REEDICIONES Walhall CONTRASTE GERMÁNICO L a nueva propuesta de Walhall (distribuidor: LR Music) nos muestra tres formas de ver la música que se dieron en el aria alemana, desde puntos de vista distintos, con autores como Orff, Strauss y Wagner. El primero, que apreciaba la música de Strauss, pero no estaba de acuerdo con las ideas de Wagner, es sin embargo conocido por su obra más popular, Carmina Burana, que ha gozado del favor del público y menos de la crítica, pero en cambio está menos divulgada el resto de su producción. Su predilección por el mundo clásico griego y en especial por sus tragedias le hizo crear obras con dichos textos. Este es el caso de Antigonæ, ( W L C D 0189) basada en la obra de Sófocles, traducida al alemán por Friedrich Hölderlin, que se estrenó en Salzburgo el año 1949. Su estilo puede definirse como cantata escénica y sigue el camino de Orff, excelente pedagogo, con un lenguaje austero, con un modelo escénico basado en parte en el recitado, con un ritmo orquestal donde los instrumentos de percusión tienen una importancia vital. Esta relación música-texto y el carácter preponderante de este último harían necesaria la inclusión del libreto, para poder seguir mejor el registro. Esta versión procedente de Stuttgart, del 9 de marzo de 1956, esta dirigida por Ferdinand Leitner, que consigue la especial densidad necesaria, crea el clímax de desolación y recrea los efectos dramáticos. En la interpretación destaca la presencia de Martha Mödl, impresionante Antigonæ, con su carácter vengativo y doloroso, Hermann Uhde, que le da a su personaje la autoridad necesaria, quedando correctos el resto de intérpretes. De Richard Strauss se presentan dos obras, la primera, Arabella ( W L C D 0185), fue interpretada en Berlín el 19 de diciembre de 1950, es la primera vez que se edita y cuenta con una dirección equilibrada de Joseph Keilberth, gran conocedor de este repertorio, que sabe reflejar los momentos más livianos de igual forma que los más densos, generando el contraste requerido. En el reparto destaca la presencia de Christel Goltz, que expresa el carácter soñador de la joven, remarca su estilo vienés y a la vez sabe generar fuerza dramática cuando es preciso. Le acompañan Josef Metternich, con su buen fraseo y unos medios suficientes, completando el reparto los correctos Anny Schlemm y Erich White. La segunda es Daphne, que pertenece a las obras menos logradas de Strauss, pero donde surge su intensidad musical, respaldada en este registro hecho en Viena en 1944 (WLCD 0147) por la presencia en el podio de Karl Böhm, al que le está dedicada la ópera y que la estrenó, que conoce el lenguaje straussiano, consiguiendo una gran fuerza teatral, generando elegancia y dramatismo. El personaje protagonista está a cargo de la gran Maria Reining que demuestra su dominio del estilo con un canto noble, expresivo y variado, a la que se une la musicalidad, junto a la elegancia exquisita de Anton Dermota, como Leukippos, la buena línea de Karl Friedrich, la corrección de Melanie Frutschnigg y la rotundidad de Herbert Alsen. Wagner está representado por Die Meistersinger von Nürnberg ( W L C D 0202), procedente de la RAI de Milán, del 13 de febrero de 1955, con un reparto de cantantes que habían actuado con esta obra en Bayreuth en años anteriores. Elisabeth Schwarzkopf no ha sido una cantante wagneriana en el sentido estricto, pero roles como el de Eva se adaptan a sus características vocales, y aunque mantiene un cierto clasicismo que le genera algo de distanciamiento, su fraseo depurado hace que recree el personaje. Otto Edelmann sin ser un barítono espectacular fue un cantante que profundizaba en los personajes y en esta actuación su Sachs tiene la nobleza, el carácter socarrón y la línea expresiva adecuada, marcando sus estados de ánimo. Hans Hopf se ha distinguido siempre más por la potencia de su voz, que por su refinamiento, por lo que brilla en las frases más brillantes y aunque ha mejorado algo su composición de Walter, le falta una mayor gama de contrastes. Completan el reparto con un alto nivel Gerhard Unger, vivaz David, Erich Kunz, que detalla con precisión y sin abusos el estilo ridículo de Beckmesser, Ira Malaniuk, impecable Magdalene y Ludwig Weber, noble y humano Pogner, dirigidos por Hans Rosbaud, con una versión que muestra conocimiento de la partitura, que consigue cohesión, pero donde falta mayor capacidad de matices, tanto en la vertiente humana como en la más efusiva. Hopf, rodeados ambos por un reparto de pareja eficacia del cual destaco la noble caverna de Gottlob Frick en Rocco y la gracia tenue de Gerhard Unger en Jacquino. Un Pizarro de lujo es el que aporta Paul Schöffler. En 1955, con idénticos apoyos, Joseph Keilberth se hizo cargo de la straussiana Ariadna en Naxos (2 CD 67166/7), a la cual sirve alternando, dentro de una sonoridad camerística sostenida, el vaivén agitado del prólogo y la evocación neobarroca del acto. De una distribución este- lar extraigo dos prestaciones antológicas: Sena Jurinac en el Compositor (era, parejamente, un notable Octavian y sería una excelente Mariscala) y Rita Streich en una de sus mejores ocurrencias, el vértigo cristalino y pizpireto de Zerbinetta. La pareja central está muy bien servida por la solidez vocal y el canto resuelto de Hilde Zadek y Hans Hopf. Sigue un conjunto innumerable, bien dispuesto y preparado. Iguales nombres afrontaron en la citada fecha La clemenza di Tito de Mozart (2 CD 67159/60), a la cual se han Albert Vilardell Capriccio Aus den WDR Archiven ILUSTRES CAPRICHOS L 76 a serie Capriccio (distribuidor: Gaudisc), producida por la WDR, enriquece su acervo con cuatro nuevas reediciones. Der Freischütz de Weber aparece en ella con una de las versiones referenciales, históricas, la dirigida en 1955 por Erich Kleiber para la Radio de Colonia (2 CD 67164/5). En el culmen de su carrera, el maestro propone una lectura enérgica, decidida, segura, capaz de resolver la suntuosa variedad de atmósferas de esta obra maestra. El reparto brilla por donde se lo mire. Si la perfección existe o parece existir, es en la Agathe de Elisabeth Grümmer, apoyada por la pimpante generosidad de Rita Streich en Annchen. Hans Hopf luce su gallardía vocal en el protagonista, junto a la persistente excelencia de Alfred Poell en Ottokar y Max Proebstl en Kaspar y un sobrado actor cantante, Kurt Boehme, en el siniestro Samiel. El mismo Kleiber condujo con tales masas, en 1956, el beethoveniano Fidelio (2 CD 67186/). Alerta, variado, señero en las oberturas, pone en juego su leyenda. En sus gloriosos comienzos, Birgit Nilsson se pasea con hermosa insolencia por Leonora, en busca del Florestán brioso de D D I SI CS O C O S S REEDICIONES Philips Originals DE EMOCIONES Y RECONCILIACIONES N ueva entrega de la serie The Originals, en este caso con grabaciones pertenecientes al catálogo de Philips Classics. Aunque alguno de los registros está fechado en la década de los setenta, la mayor parte de ellos es relativamente reciente. Abrimos el recorrido con el oratorio Saúl, de Haendel, que John Eliot Gardiner grabara en 1989 con el Monterverdi Choir y los English Baroque Soloists (3 CD, 475 8256). Vigorosa, colorista y perfectamente compensada en su elenco de solistas, esta versión tiene la magia de haber sido grabada en directo. La poderosa voz de bajo de Alastair Miles da vida al primer rey de Israel, obsesionado al final de sus días con dar muerte a David. Destaca en este personaje el magnífico contratenor Derek Lee Ragin. Pocas versiones hay en el mercado tan solventes como ésta de Gardiner. Si acaso, para los amantes de las comparativas, recomendamos la más reciente de Paul McCreesh (Archiv, 474 510-2). Siguiendo en territorios operísticos nos encontramos con Sir Neville Marriner y su impecable grabación de Il turco in Italia (2 CD, 475 8249), al frente de “su” Academy of St. Martin in the Fields y el quitado los recitativos, sustituidos por un locutor que desovilla la trama en alemán (el que avisa no es traidor). Keilberth suena al Mozart desenvuelto de la tradición, o sea vital y cantable, tenso y de rotundos finales conjuntados. El cast es solvente en general, con tres prestaciones estelares: Nicolai Gedda en el difícil protagonista, con noble timbre, señorío sensible en el decir y una pulida coloratura cuando toca; Hilde Zadek arrostrando la espinosa tesitura de Vitellia con toda autoridad; e Ira Malaniuk en una carnosa y límpida solución para Sesto. Blas Matamoro Ambrosian Opera Chorus. Aunque lo habitual en una ópera de Rossini sería destacar a los solistas, en este caso lo que más atrae es el colorido soporte orquestal que Marriner consigue dibujar para apoyar a un más que correcto grupo de solistas encabezado por Simone Alaimo y Sumi Jo. Protagonista absoluta es, sin embargo, la gran Jessye Norman en esta mítica grabación de los Cuatro últimos lieder de Strauss (475 8507), en un CD que se completa con otros seis lieder con orquesta. ¿Qué se puede decir a estas alturas de esta versión? Agotados los adjetivos, habría que decir que Norman golpea directamente el corazón y el cerebro con una interpretación poderosa, rotunda, emocionante hasta el extremo. En plenitud de facultades, y con un cómplice Kurt Masur al frente de la Gewandhausorchester Leipzig, la gran soprano de Georgia tenía ante sí el casi insuperable reto de batir a la que, hasta entonces, era la gran versión de referencia: la de Elisabeth Schwarzkopf junto a George Szell. ¿Lo consiguió? No será servidor quien se atreva a afirmarlo, sobre todo sintiendo veneración hacia la legendaria intérprete alemana. Pero, quizá ayudada por la mejor toma sonora, la voz de Jessye Norman apabulla, hace reaccionar al oyente más frío. La Norman respira, siente, se hace música. Y nos sumerge en ese mundo melancólico, crepuscular, que de manera tan genial supo llevar Richard Strauss a la partitura, con esa pregunta final tan escalofriante en el verso de Eichendorff: “Qué cansados estamos de nuestro viaje. ¿Será esto la muerte?”. Es un CD indispensable como pocos. Cambiando la música vocal por la de cámara, nos encontramos con dos bloques de Cuartetos de Beethoven interpretados por el céle- bre Quartetto Italiano. El primero de ellos (3 CD, 475 8252) recoge los seis de la Op. 18, mientras que el segundo (3 CD, 475 8503) se centra en los tres Rasumovski (Op. 59), que completan con el nº 10, op. 74, “de las arpas”, y el nº 11 op. 95, “Serioso”. El primer álbum, pues, se centra en los primeros cuartetos, mientras que el segundo aporta los considerados de la etapa “central”. Se trata de grabaciones realizadas entre los años 1971 y 1975, en las que se aprecia un magnífico trabajo de remasterización. Paolo Borciani, Elisa Pegreffi, Piero Farulli y Franco Rossi realizaron en su día una magnífica interpretación de estos cuartetos: rigurosa, correctísima, sensata aunque, eso sí, sin grandes alardes ni originalidades. Ni falta que hace. Obra capital del repertorio camerístico, esta grabación, ahora a buen precio, es de esas que “merece la pena tener”. Si alguna pieza clásica puede ser calificada de “popular”, en el más rotundo sentido de la palabra, esa es el Concierto de Aranjuez, de Rodrigo. Son cientos las versiones pero, como sucede con todo lo que abunda, sólo sobreviven las mejores. Una de ellas será, sin duda, la que Pepe Romero grabó hace no muchos años junto a Sir Neville Marriner y la St. Martin in the Fields, que ahora reaparece en la colección The Originals (475 8248). Romero hace suyo este concierto consiguiendo lo que parece imposible: que nos olvidemos de tópicos y de saturación y que consigamos todo lo contrario: disfrutar con una versión virtuosa, pero también serena, impecable, repleta de colorido y de matices. El peso de específico de Marriner y The Academy hace el resto y da solidez al conjunto. En fin: que nos reconciliamos con Aranjuez y su concierto, aunque hubiera sido un detalle traducir los comentarios del CD al español. Dejamos para la parte final de este recorrido tres interesantes trabajos pianísticos. El primero de ellos lleva la doble firma de Martha Argerich y Nelson F r e i r e . Ambos abordan un atractivo programa en este CD (475 8520) que se abre con la Suite nº 2 para dos pianos op. 17 de Rachmaninov, un alarde de virtuosismo y compenetración del que ambos salen airosos. El problema de esta pieza es que, precisamente ese brillo —que sin duda resultaría electrizante en concierto— puede resultar agotador para el oyente del disco. La transcripción para dos pianos de La valse, de Ravel, es seguramente la obra más interesante de este trabajo. Algo más consistente y “serio” se nos antoja el Schumann de Mitsuko Uchida (475 8260), que aborda la Kreisleriana y el Carnaval. El registro es del año 1995, “superada”, por decirlo así, su etapa mozartiana. Siempre hemos pensado que Uchida es una de las grandes, con un estilo que se nos antoja próximo al del mítico Claudio Arrau. Es una conexión, si se quiere, arbitraria, pero defendible. Y lo demuestra, sin ir más lejos, en esta interpretación. Finalizamos el viaje por estos Originals de Philips con otro grande indiscutible del piano, Alfred Brendel, que en 1992 grabó este repertorio de Liszt que se abre con Funérailles y prosigue, nada menos, que con la gran Sonata en si menor, completándose luego con Nuages gris y otras piezas “menores” (475 8247). En una madurez que le hace disfrutar de la vida, del piano y de los buenos vinos, Brendel nos ofrece una versión profundísima y oscura de la Sonata por excelencia de Liszt. El manejo del sonido, la finura en la expresión, la potencia necesaria, la reflexión… Todo eso y mucho más hallamos en este trabajo, altamente recomendable. Juan Antonio Gordón 77 D D I SI CS O C O S S CRÍTICAS de la A a la Z DISCOS ADISSON-BACH ADISSON: ARIOSTI: ARNOLD: Música para el cine. ORQUESTA DE CONCIERTOS DE LA BBC. Director: RUMON GAMBA. Las Sonatas de Estocolmo I. THOMAS GEORGI, viola d’amore; LUCAS HARRIS, tiorba; JOËLLE MORTON, viola de gamba. Música de cámara para vientos. EAST WINDS. CHANDOS CHAN10418 (Harmonia Mundi). 2006. 71’. DDD. N PN En sus mejo- BIS CD-1535 (Diverdi). 2005. 69’. DDD. N PN res logros, las partituras para el cine saltan la pantalla y se erigen, simplemente, en buena y en ocasiones excelente música. La de John Adisson (1920-1998), sin embargo, parece perder fuelle fuera de su pretexto y asemejarse demasiado a eso que los ingleses llaman Light Music. Este disco muestra una amplísima selección de su trabajo para el séptimo arte. Nada menos que dieciséis muestras diferentes de otras tantas bandas sonoras que revelan a un excelente artesano, listo como pocos a la hora de subrayar pero también demasiado pegado a ciertos tópicos que, por otra parte, le hicieron no parar en su dedicación a un arte cuyos artífices — los directores— se encontraban, precisamente por eso y empezando por Hitchkock, muy a gusto con él. Tom Jones —por la que obtuvo un óscar— y La carga de la brigada ligera son las mejores muestras de una labor que deja el sabor grato del trabajo bien hecho pero también el rastro de lo previsible. A ellas se suman aquí, entre otras, A Bridge Too Far, Strange Invaders o Swashbuckler. Para coleccionistas de bandas sonoras un tesoro descubierto, pues, además, incluye primeras grabaciones en los casos de Centennials, Brandy for the Parson, Touch and Go y Carlton-Browe of the F.O. Como siempre, un sobresaliente para Rumon Gamba, que sabe perfectamente lo que tiene entre manos. E ntre los compositores barrocos, sólo Graupner ha escrito más música para viola d’amore que Attilio Ariosti (1666-1729). Ya entre sus contemporáneos, el nombre de Ariosti se identificaba totalmente con este instrumento, del que era además un reconocido virtuoso. Sin embargo, el músico italiano brillaba también por sus cualidades de compositor (Rameau cita un pasaje de su ópera Coriolano en su tratado de armonía), y así lo demuestran sus Lecciones para la viola d’amore, publicadas en Londres en 1724 con el objeto de popularizar el instrumento en Inglaterra. Otra colección de Ariosti destinada a la viola d’amore sobrevive en forma de manuscrito copiado por un joven estudiante sueco, Johan Helmich Roman. A estas dos fuentes ha acudido Thomas Georgi para preparar la primera entrega de un más amplio proyecto. Bien construida, agradable y salpicada de vez en cuando por alguna modulación sorprendente, la música de Ariosti desprende un talante noble y produce un bello efecto en el oyente. Thomas Georgi, a quien se deben también los interesantes y documentados comentarios del disco, es toda una autoridad en el ámbito de la viola d’amore (tiene incluso una página web sobre el tema). Su interpretación precisa y afable tiene un tono más nórdico que mediterráneo, que se adapta muy bien al carácter de la música de Ariosti. Sobria y eficaz la realización del bajo continuo. Claire Vaquero Williams Stefano Russomanno NAXOS 8.570294 (Ferysa). 2006. 76’. DDD. N PE Otro maravilloso disco con obras de Malcolm Arnold (19212006), esta vez con su música de cámara para instrumentos de viento, incluyendo partituras que demuestran que a veces lo pequeño es muy hermoso. Piezas breves, que juegan en ocasiones con la expansión cordial que permite la facilidad de su autor para encontrar temas en los que apoyar su maestría constructiva. Todo tiene un aire como de divertimento, de ahí ese título en algunas de las obras, de fantasía —lo mismo— y se impregna en ocasiones de un sentido del humor que muestra al Arnold feliz antes de los desastres que marcarían su vida personal —y ojo ahí al Dúo para dos clarinetes, op. 135. El Quinteto, op. 2, la Suite bourgeoise, las formidable Tres Shanties, op. 4, en realidad todo lo que aquí se ofrece —en magníficas interpretaciones de East Winds— muestran, de nuevo, la impagable inventiva de este músico siempre a redescubrir. Claire Vaquero Williams BACH: Concierto italiano BWV 971. Obertura francesa en si menor BWV 831. Sonata en re menor BWV 964. MASAAKI SUZUKI, clave. BIS CD-1469 (Diverdi). 2004. 69’. DDD. N PN M asaaki S u z u k i (Kobe, 1954) presenta el quinto volumen (para los anteriores, TIPO DE GRABACIÓN DISCOGRÁFICA N H R Novedad absoluta que nunca antes fue editada en disco o cualquier otro soporte de audio o vídeo Es una novedad pero se trata de una grabación histórica, que generalmente ha sido tomada de un concierto en vivo o procede de archivos de radio Se trata de grabaciones que ya han estado disponibles en el mercado internacional en algún tipo desoporte de audio o de vídeo: 78 r. p. m., vinilo, disco compacto, vídeo o láser disco PRECIO DE VENTA AL PÚBLICO DEL DISCO PN Precio normal: cuando el disco cuesta más de 15 € PM Precio medio: el disco cuesta entre 7,35 y 15 € PE Precio económico: el precio es menor de 7,35 € 78 D D I SI CS O C O S S ADISSON-BACH véase SCHERZO nºs 117, 124, 145 y 152) de la integral bachiana para clave que, sin anunciarse como tal, corre paralela a la “oficial” que, al frente de su Bach Collegium de Japón, viene realizando de las cantatas del Cantor, y a la cual habría que añadir otra tácita de sus demás obras vocales. Un trabajo en definitiva inmenso y, hasta la fecha, realizado con muchas más luces que sombras. Como clavecinista, al menos en las dos obras originales para teclado incluidas en este disco se enfrenta con una competencia terrible, que encabezan Gustav Leonhardt y Kenneth Gilbert. En concreto, la grabación de este último, realizada en 1988 y reeditada diez años después (véase SCHERZO, nº 139), fascina entre otras innumerables virtudes por la capacidad única que en ella se encuentra para hacer por igual justicia a las componentes horizontales y verticales del discurso musical. En cambio, el intérprete japonés parece primar alternativamente un aspecto sobre el otro, de lo cual constituye indicio aunque no definitivo sí muy elocuente el hecho de que suela ser más rápido en los movimientos rápidos y más lento en los lentos. Por otro lado, su instrumento, construido por Willem Kroesbergen en Utrecht el año 1982, produce unos timbres sumamente ásperos sobre todo por comparación con los productos de Bernhard von Tucher (según originales de Gräbner y Vater) utilizados por el clavecinista canadiense. Por lo que respecta al BWV 964 que sirve de complemento (Gilbert opta por los Dúos, BWV 802805), los resultados se han de calificar sin duda de más interesantes por el alejamiento del original violinístico en cuanto a la escansión de las líneas, pero no bastan para justificar una recomendación más que tibia del conjunto. Alfredo Brotons Muñoz BACH: Suites francesas BWV 812-817. Suites BWV 818-819. PIETER-JAN BELDER, clave. 2 CD BRILLIANT 93322 (Cat Music). 2006. 130’. DDD. N PE El caso de Pieter-Jan Belder no deja de ser curioso. Conocido primero como flautista, está desarrollando una notabilísima carrera de clavecinista, refugiado discográficamente en el supereconómico sello Brilliant, donde no sólo lleva adelante una interesante integral Scarlatti y dirige al conjunto Musica Amphion en grabaciones más que lucidas, sino que también se enfrenta sin complejos a otros grandes del teclado barroco, como Bach, al que había dedicado ya algún registro anterior a éste de las Suites francesas, que completa con las Suites BWV 818 y 819. Belder ejerce de bachiano reposado y elegante. La pulsación es nítida y suficientemente clara y ágil; el ritmo, de extrema regularidad, contrasta con fidelidad y buen sentido la sustancia de las danzas; la ornamentación tiende a lo austero, aunque el conjunto no resulta especialmente seco ni severo. Todo suena fluido, preciso y notablemente refinado, aunque falte acaso la chispa de un fraseo algo más flexible (esos expresivos juegos con la agógica de un Hantaï, por ejemplo) y un sonido de más amplio rango dinámico. Un Bach plenamente disfrutable, que acaso no atrape por su magia pero que convence por su rigor, claridad y distinción. Pablo J. Vayón escalas de la segunda Double de la Partita nº 1 se negocian con algo más de soltura, pero la atención se ve demasiado atraída por el riesgo de la velocidad que por la seguridad con que se traza el discurso, la subsiguiente Sarabande resulta monótona y el Minueto queda en una tierra de nadie entre el subrayado de la componente rítmica y la melódica que posiblemente no contentará a nadie. La Sonata nº 2 arranca con un Grave en el que precisamente se echa de menos eso, hondura en el fraseo y en la valoración acertada de los acentos; la larga Fuga se hace eterna asimismo por la machacona forma de escansión que se le aplica; el Andante por su parte vuelve a pecar de indefinición, y el Presto de ausencia de destino y a veces incluso de uniformidad en el color. La lista de opciones mucho más recomendables es tan larga que sólo se cita la de quien la encabeza: Milstein. Alfredo Brotons Muñoz BACH: Sonatas para violín y clave. STEFANO MONTANARI, violín. CHRISTOPHE ROUSSET, clave. libitum. Son casi incontables las grabaciones de este conjunto de composiciones y esta ofrece una peculiaridad en la Sexta Sonata. Ya ella es peculiar, pues es la única del total que, adoptando la forma de sonata de cámara, tiene cinco movimientos en lugar de cuatro, pero Rousset y Montanari le añaden dos más que figuran como complementos, un Adagio y un Cantabile, ma poco adagio. En el librillo que acompaña a los discos no se hace comentario alguno sobre este particular. Bien se puede decir aquí eso de que lo que abunda no daña, pero requeriría una explicación y pensamos que puede ser debido a la utilización de alguna copia del manuscrito original diferente a la utilizada habitualmente. Dada la citada abundancia de grabaciones, es difícil recomendar una. Cualquiera de las citadas podría serlo y ésta también, incluso se puede decir que es complementaria a cualquiera de las otras dos, por presentar un punto de vista diferente en cuanto a la relación entre los instrumentos, resultando como un poco más alemana en esa fusión entre dos escuelas musicales de la que tales obras son producto. José Luis Fernández 2 CD NAÏVE AM 109 (Diverdi). 2006. 95’. DDD. N PN BACH: Sonatas y Partitas para violín solo BWV 1001-1003. JACQUELINE ROSS, violín. GAUDEAMUS GAU 358 (Diverdi). 2007. 69’. DDD. N PN De Jacqueline Ross, neoyorkina formada en la Juilliard pero afincada en Londres, no se puede decir que toque espantosamente las tres primeras piezas de la integral de Sonatas y Partitas para violín solo de Bach, pero tampoco que no carezca de defectos. En general, gustará más a quienes en éstas prefieran los ataques tirando a blandos o, como antes de la invasión de lo políticamente correcto solíamos decir, poco viriles, a visiones más recias, menos melosas. Lo que unos y otros no podrán sin embargo negar será por un lado la belleza del timbre, por otro la sensación de pérdida del norte que se produce en determinados puntos. Para empezar, en la Sonata nº 1 los episodios de la Fuga antes diríanse yuxtapuestos que unidos; y a muchos remates de frase en el Presto conclusivo parece llegarse literalmente con la lengua fuera. Las vertiginosas Las seis Sonatas para violín y clave de J. S. Bach parecen gozar recientemente de una alta estima por parte de los excelentes instrumentistas italianos que tenemos mentalmente más asociados con la música de algunos de sus compatriotas del período barroco. Tal es el caso de Biondi con Alessandrini, Carmignola con Marcon y ahora Montanari, bien conocido por su actividad como concertino de la Accademia Bizantina. Está bonito, pues es como darle a Bach las gracias por la gran estima en que tuvo a la música de Vivaldi. Esta vez no es total la nacionalidad italiana de los instrumentistas, puesto que el teclado corre a cargo del extraordinario clavecinista francés Christophe Rousset, que incluso se lleva la mejor parte del dúo, al menos en calidad sonora. Al escucharlas, resultan realmente unas sonatas para clave con acompañamiento de violín obligado, tal como parece que las concibió Bach, aunque sobre esto hay diversas teorías según los diferentes manuscritos, desde sonatas para violín y clave, para clave y violín o incluso sonatas en trío, con viola da gamba ad BACH: Cantatas BWV 1, 82 y 147. MONICA MAUCH, soprano; MATTHEW WHITE, contratenor; CHARLES DANIELS, tenor; STEPHAN MACLEOD, bajo. MONTRÉAL BAROQUE. Director: ERIC MILNES. ATMA SACD2 2402 (Gaudisc). 2006. 72’. SACD. N PN La carpetilla de este disco contiene, además de los textos que se cantan, un comentario firmado por Bruce Haynes en el que se nos ofrece un resumen bastante completo y muy correctamente fundamentado de en qué consiste tocar no sólo con instrumentos, sino sobre todo con procedimientos “originales”. Aún más de lo que ya sucediera en la remesa de cantatas dedicadas a San Miguel a cargo del mismo grupo, donde las reflexiones se producían al hilo de la explicación del contenido del disco (véase SCHERZO, nº 207, pág. 74), también aquí, donde nada se dice de las cantatas marianas (Visitación, BWV 147; Purificación, BWV 82; Anunciación, BWV 1) que se ofrecen, nos encontramos con una contradicción flagrante entre la teoría y la práctica, o al 79 D D I SI CS O C O S S BACH-C. P. E. BACH menos con unos resultados prácticos no totalmente ajustados a los postulados teóricos. Caso extremo de prueba lo constituye la BWV 82. Las dos arias lentas se llevan a un tempo sensiblemente más reposado y la rápida a uno insignificantemente más veloz que en la versión de Matthias Goerne con la Camerata Academica de Salzburgo dirigida por Roger Norrington (véase SCHERZO, nº 142, pág. 86), pero esos datos pierden importancia frente tanto a la superior calidad de la voz (y Stephan MacLeod no es desde luego un mal cantante) como a la sensación de mayores éxtasis y urgencia que respectivamente se producen; es decir, frente a la superior eficacia en la provocación de emociones en el oyente. Y, por supuesto, Norrington no habría consentido un “accidente” tan desagradable como el fallo de entonación del oboe da caccia que Milnes pasa por alto en 1’45’’ de la pista 11. Para las otras dos cantatas quizá no haya una recomendación tan claramente destacada por encima de ésta, pero precisamente el hecho de que sean muchas (con un contratenor menos chillón, por ejemplo, o con un coro mejor empastado y unos solistas instrumentales más brillantes) no mejora las cosas sino todo lo contrario. Alfredo Brotons Muñoz BACH: Misas breves BWV 233-236. CANTUS CÖLLN. Director: KONRAD JUNGHÄNEL. 2 CD HARMONIA MUNDI HMC 901939-40. 2006. 110’. DDD. N PN K 80 o n r a d Junghänel no abandona del todo los postulados minimalistas que había empleado en sus anteriores trabajos bachianos para Harmonia Mundi (cantatas tempranas y Misa en si menor) en este doble CD que recoge las misas luteranas, pues aunque los números corales se interpretan hasta con dos voces por parte, también hay fragmentos a una. La cuerda la componen tres violines I, tres violines II y dos violas, a lo que se añaden los vientos, el continuo y algunos instrumentos para los obligados de las arias. Cantus Cölln se presenta con un elenco vocal renovado, sin la soprano Johanna Koslowski ni el bajo Stephan Schreckenberger, tradicionales puntales del grupo, pero con un sonido de conjunto compacto y dúctil a la vez, que Masaaki Suzuki INTENSIDAD BACH: Cantatas BWV 1, 126 y 127. CAROLYN SAMPSON, soprano; ROBIN BLAZE, contratenor; Gerd Türk, tenor; PETER KOOIJ, bajo. BACH COLLEGIUM DE JAPÓN. Director: MASAAKI SUZUKI. BIS SACD-1551 (Diverdi). 2006. 60’. DSD. N PN La tendencia seguida a lo largo de las primeras treinta y tres entregas de ir progresivamente confiando los cometidos solistas a cantantes japoneses se ve truncada en la siguiente de la integral de las cantatas bachianas a cargo del Bach Collegium de Japón bajo la dirección de su fundador y alma mater Masaaki Suzuki. Volvemos así a encontrar un cuarteto europeo con amplia experiencia en Bach en general y con Suzuki en particular. El resultado, aunque con la otra fórmula tamse apoya en un equipo de instrumentistas que no ha cesado de crecer desde que Junghänel decidiera ampliarlo para afrontar este tipo de repertorios. Ahora, su sonido es limpio, ágil, magníficamente empastado y de suficientes profundidad y relieve, aunque por momentos la ligereza y el lirismo de los violines podrían ganar contrastándose con texturas algo más carnosas y densas, acaso fuera de lugar en interpretaciones más esqueléticas, pero no en éstas, nunca espesas, pero de muy apreciable profundidad en los números corales, que es donde reside la mayor fuerza de las interpretaciones, por la claridad, la intensidad, el equilibrio y la palpitante expresividad que logra Junghänel de sus ocho cantantes, vibrante en las fugas del Cum Sancto Spiritu. En último término, conviene aclarar que el tono general es más meditativo y lírico que exultante y dramático. En las arias, los instrumentistas cumplen sobradamente en los obligados (mención especial para el violín del Domine Deus de la Misa en la mayor), pero las prestaciones de los cantantes como solistas son irregulares, en general algo insulsas. Los tenores consiguen los momentos de mayor intensidad, vigor y matiz (espléndido Mammel en el Qui tollis de la Misa en sol menor, con precioso oboe obligado), pero los bajos resultan poco flexibles y las sopranos, de registro bién se lograron éxitos parciales o efímeros, es de un nivel de calidad medio formidable. Pertenecientes las tres piezas esta vez reunidas al subciclo en curso del proyecto emprendido pero no totalmente completado por el Cantor de Santo Tomás de componer una cantata para cada domingo y fiesta religiosa del año litúrgico, los textos hacen referencia al pasaje del Evangelio correspondiente al día: la Anunciación, la parábola del sembrador y la curación del mendigo ciego. Suzuki, cuya intención de propagación de la fe cristiana en su país no debe olvidarse, muestra por estos contenidos una comprensión particular, de manera que dota a los hímnicos coros y corales de una peculiar intensidad emocional. Gerd Türk y Peter Kooij están formidables de timbre y expresión tanto en las corto y no muy variadas expresivamente. El timbre del contratenor Alexander Schneider no gustará a todo el mundo, por su color más bien agreste y su tendencia a gritar, pero hay que reconocer al cantante musicalidad e incisividad expresiva (en especial en el Quoniam de la Misa en fa mayor), la misma que se echa de menos en su compañera Elisabeth Popien, que despacha el Quoniam de la Misa en la mayor con desvaída asepsia. Pablo J. Vayón BACH: Motetes BWV 225-230 y BWV Anh 159. THE HILLIARD ENSEMBLE. ECM New Series 1875 476 5776 (Nuevos Medios). 2003. 77’. DDD. N PN Sin los habituales instrumentos colla parte (sólo un órgano se encarga del continuo en el BWV 230) y con un solo cantante por voz presenta el Hilliard esta interpretación de los motetes de Bach (se añade el apócrifo Ich lasse Dich nicht, du segnest mich denn BWV Anh 159, en realidad obra de Philipp David Kräuter, alumno de Bach en Weimar), una interpretación que no pasará a la historia ni por su vitalidad ni por su hondura. Ya desde el arranque de arias como en los recitativos; lo mismo que Carolyn Sampson, con la que el oboe da caccia y el oboe compiten en delicadeza en las arias de la BWV 1 (pista 5) y de la BWV 127 (pista 15), en este segundo caso con una puntuación del bajo a la que el tono añadido por la flauta dulce sienta estupendamente. Sin duda una de las cimas de la colección. Alfredo Brotons Muñoz Singet dem Herrn ein neues Lied, el ritmo parece alicaído y el conjunto suena esquelético y superficial, una sensación que no deja de acrecentarse con el avance de las obras y que llega a hacerse desoladora en algunos momentos de Jesu, meine Freude. Hay desde luego claridad, el conjunto suena con un equilibrio aceptable (sólo roto de vez en cuando por los contratenores) y hay voces que aportan un notable encanto en instantes ocasionales, pero sorprende el hecho de que utilizando un conjunto coral a voz por parte, los tempi sean tan lentos y el tono general resulte tan desvaído. La opción minimalista falla en este caso, quizá no por el minimalismo en sí mismo, sino por la falta de mayor intensidad y un más intencionado uso de la retórica que aporte algo más de profundidad expresiva a unas obras tan hondamente emotivas. Pablo J. Vayón BACH: Pasión según San Juan. JOHN MARK AINSLEY, tenor; STEPHEN RICHARDSON, bajo; CATHERINE BOTT, soprano; MICHAEL CHANCE, contratenor; PAUL AGNEW, tenor; STEPHEN VARCOE, bajo. CORO DEL KING’S COLLEGE DE CAMBRIDGE. THE BRANDENBURG CONSORT. Director: STEPHEN CLEOBURY. 2 CD BRILLIANT 93209 (Cat Music). 1996. 138’. DDD. R PE D D I SI CS O C O S S BACH-C. BACH-BRAHMS P. E. BACH B rilliant publica esta grabación de la Pasión según San Juan registrada por Stephen Cleobury en 1996 y que últimamente circulaba bajo la marca Regis. Se ofrece la versión de 1724, aunque al final se incluyen en apéndice los números utilizados por Bach en 1725, esto es los corales de apertura y cierre de la obra, más dos arias de tenor y una de bajo. La interpretación es irregular, suficiente para conocer la obra a precio muy económico, pero con algunos puntos débiles como las arias de una soprano (Catherine Bott) de voz ligerísima e inexpresiva y las de un contratenor (Michael Chance) del que se conocen interpretaciones más cálidas y comprometidas o como los coros y corales de más amplio desarrollo por los que el Coro del King’s College pasa con una ligereza y una falta de contrastes digna seguramente de otras causas. Magníficos en cambio el muy vehemente Agnew y el elegantísimo Varcoe en sus respectivos cometidos y muy apreciable la labor de Ainsley como Evangelista, así como la del conjunto instrumental, que lidera Roy Goodman como concertino. Pablo J. Vayón C. P. E. BACH: Sinfonías en do mayor Wq. 182, nº 3, en si menor Wq 182, nº 5, en mi mayor Wq. 182, nº 6 y en sol mayor Wq. 182, nº 1. Concierto para violonchelo Wq. 172. PETR SKALKA, violonchelo. CAFÉ ZIMMERMANN. Director: PABLO VALETTI. ALPHA 107 (Diverdi). 2005. 62’. DDD. N PN I nterpretación aristada, de articulaciones muy marcadas, contrastes acerados e intensos de cinco obras bastante bien conocidas de Carl Philipp Emanuel Bach. Petr Skalka tiene un sonido oscuro y profundo y por momentos parece regodearse en el potencial dramático de su registro grave, sobre todo en un Largo de notable hondura, que anuncia sin remilgos el Romanticismo. El contraste con el vigoroso y luminoso Allegro assai conclusivo marca con claridad las intenciones de un conjunto al que no le importa sacrificar ocasionalmente la pureza y el refina- Zoltán Kocsis, András Schiff y Béla Bartók TRES MÚSICOS BARTÓK: Allegro Bárbaro Sz. 49. Rondós Sz. 84. Tres Melodías húngaras Sz. 66. Suite op. 14, Sz. 62. Sonata Sz. 80. Suite de Danzas Sz. 77. Danzas rumanas Sz. Quince canciones húngaras Sz. 71. Microkosmos (selección). ZOLTÁN KOCSIS, piano; ANDRÁS SCHIFF, piano; BÉLA BARTÓK, piano. 2CD BRILLIANT 8529 (Cat Music). 1940, 1975, 1980. 117’. DDD/AAD. R PE Tres artistas de esos a los que conviene escuchar con atención. De ellos, uno, incluso, el propio compositor: el mismísimo Béla Bartók. Y todo eso, en un álbum que, costando muy poco, vale mucho. Kocsis y Schiff, en sendas tomas de 1975 y 1980, se reparten el primero de los discos, con un abanico de obras multicolor, dominado por las creaciones sobre temática popular que tanta y tan afortunada atención merecieron a su autor. Húngaros también ambos pianistas, son conocedores y herederos de las fuentes en las que bebe esta música, y eso se traduce en una autenticidad de fondo que —al igual que ocurre con gran parte de la música española, por ejemplo— resulta cualitativamente fundamental. Kocsis es nitidez y claridad de articulación, pero también contundencia en el ataque, percusividad y fogosa vitalidad en la rítmica vibrante que ofrece el sabor de lo popular tamizado por el filtro creativo del genio bartokiano. Por su parte, Schiff sin dejar de entregarse en cuerpo y alma, prefiere la minuciosidad y la pureza transparente a la fogosidad de su compatriota y colega, resultando más intelectualizado, menos terrenal. El propio Bartók grabó, justo al llegar a EEUU huyendo del nazismo, algunas de sus obras. De esos registros —que ya han sido publicados en distintos sellos—, se recoge aquí una selección de esa magna obra titulada Mikrokosmos. Pedagogía de un creador genial sobre técnica pianística, sí, pero también sobre una manera de educar en la música desde la contemporaneidad, de transmitir el valor del folclore, del humor, del contrapunto, del ritmo, y de tantas y tantas cosas más… El primer disco, por repertorio y ópticas interpretativas complementarias, resulta un variado placer. El segundo, como fragmento vivo de la Historia de la Música, un lujo que no se puede dejar pasar. Juan García-Rico Benny Goodman, Joseph Szigeti y Béla Bartók ENCUENTRO HISTÓRICO BARTÓK: Contrastes Año 1940. Bartók está recién llegado a Estados Unidos. Se ha despedido de la desventurada Europa de la guerra y los fascismos. Y graba varias cosas para la Biblioteca del Congreso, benéfica institución que tantos sonidos ha preservado. Como esta selección de Mikrokosmos. Contrastes es una obra de cámara encargada nada menos que por Benny Goodman, el clarinetista de jazz que demuestra así su sensibilidad y su habilidad para otras músicas. Pero es que está en com- pañía de un virtuoso del violín como Joseph Szigeti; y del compositor de la obra, Bartók, que también es un virtuoso. Bartók no estaba en el estreno de enero de 1939; en su lugar, tocaba Endre Petri, cuando la obra sólo contaba dos movimientos. Recibió ésta el título de Contrastes cuando ya tuvo tres, y eso es lo que grabaron estos musicazos en 1940. Mikrokosmos es una serie de seis cuadernos de progresiva dificultad. Aquí, Bartók nos ofrece piezas de los últimos cuadernos, entre ellas las seis danzas de ritmo búlgaro que suponen la culminación y práctico final del último cuaderno de la serie, la virguería del virtuoso insuperable. La dificultad y el virtuosismo de este Bartók de 1940 se ponen al servicio no sólo de la pedagogía, sino también de la músi- miento del fraseo en aras de la vitalidad, la intensidad y la fuerza expresiva. En cualquier caso, todo ello se hace partiendo de un sonido redondo, carnoso, grande, alejado del esquematismo de la voz por parte, muy bien empastado, con claridad y equilibrio más que sobrados y una integración muy delicada para violín, clarinete y piano. Mikrokosmos (selección). BENNY GOODMAN, clarinete; JOSEPH SZIGETI, violín; BÉLA BARTÓK, piano. MEMBRAN (Cat Music). 1940. 60’. ADD. H PE ca, entendida como quintaesencia, como sugerencia, como miniatura que encierra amplitudes. No se trata de registros desconocidos, de rescates que nos abran una perspectiva inédita; son grabaciones conocidas, pero no divulgadísimas; en especial, Mikrokosmos; más, Contrastes. Pero se trata de joyas históricas que ningún aficionado desdeñará. Santiago Martín Bermúdez del excelente bajo continuo. Un disco que se disfruta del primer al último compás. Pablo J. Vayón 81 D D I SI CS O C O S S BARTÓK-BEETHOVEN Cuarteto Arcanto MATICES Y SUSURROS BARTÓK: Cuartetos de cuerda nºs 5 y 6. CUARTETO ARCANTO. HARMONIA MUNDI HMC 901963. 2006. 60’. DDD. N PN En 2002 nacía un cuarteto de cuerda, el Cuarteto Arcanto. Lo formaban cuatro auténticos solistas, entre ellos la violinista Antje Weithaas y la viola Tabea Zimmermann, con Daniel Spec como segundo violín y JeanGuihen Queyras al chelo. Ahora comienzan a grabar discos. Y este, precisamente este ambicioso registro, es el primero de todos. Puede sorprender que un BARTÓK: Conciertos para piano y orquesta. GÉZA ANDA, piano. ORQUESTA SINFÓNICA DE LA RADIODIFUSIÓN BÁVARA. Director: ERNEST BOUR. COL LEGNO WWE 20091 (Diverdi). 1957. 75’. DDD. H PM 82 E ditado bajo el paraguas de la colección Música viva, que recoge una serie de acontecimientos históricos, el inquieto sello germano recoge aquí la interpretación de los tres Conciertos para piano de Bartók que tuvo lugar en la Herkulessaal der Residenz de Múnich el 26 de abril de 1957. Fue la primera ocasión en la que los tres conciertos del compositor húngaro se interpretaban en una misma velada, lo que le daba una pátina de acontecimiento. Y a tenor del resultado, la ejecución estuvo a la altura. La interpretación, recogida con una más que aceptable toma de sonido, resulta reveladora por la claridad y fuerza con la que el pianista húngaro afronta la titánica misión. Su pianismo resulta irresistible en lo rítmico y en la perfección técnica. Despliega la fuerza necesaria para afrontar este tour de force sin desmayo. En una gozada escuchar, por ejemplo, el Allegro molto del Primero (refrescante) o el Allegro vivace del Tercero (casi un compendio de todo lo que representa esta música). Bour, por su parte, supone un contrapeso ideal basado en una dirección atenta y elegante. Resulta puntilloso hasta el conjunto comience por el repertorio más arduo y más difícil. Pero si lo pensamos bien, comprenderemos que precisamente unas obras como las dos últimas de las seis de Bartók para cuarteto son una tarjeta de presentación excelente. A condición de que se trate de un auténtico conjunto, a condición de que lo formen virtuosos de dedo ágil e ideas penetrantes (entre otras cualidades). Los hemos visto por aquí, solos y en conjunto. Y en octubre del año pasado dieron por fin el paso al sonido grabado. Podrían haberlo hecho antes, a juzgar por lo que les extremo de parecer excesivamente analítico, pero es tan sólo un espejismo: el galo disecciona con precisión las partituras, pero sin frialdad. Es un acompañamiento que envuelve al solista para imprimir un carácter mediterráneo poco usual. Estas versiones resultan más frescas que las grabadas posteriormente por Anda junto a Fricsay (DG) o que el legendario Tercero junto a Karajan en Salzburgo (DG). Carlos Vílchez Negrín BARTÓK: Concierto para viola. MARTINU: Rapsodia Concierto para viola H 337. HINDEMITH: Música fúnebre para viola y orquesta de cuerda. VLADIMÍR BUKAC, viola. ORQUESTA DE LA RADIO CHECA. Director: VLADIMÍR VÁLEK. CALLIOPE 9364 (Harmonia Mundi). 2003. 47’. DDD. N PN S orprendente disco protagonizado por el viola checo Vladimír Bukac. Tres páginas de la primera mitad del siglo XX, relativamente cercanas, en las que la gravedad del instrumento cede a veces y el discurso asciende para fingirse violín sin dejar de asumir la melancolía que le es propia acaso por su situación intermedia. Sólo una de las obras de este CD está compuesta por alguien que también fue viola: es la breve pieza de Hindemith en cuatro momentos (más que movimientos). Estamos en 1936, año fúnebre don- hemos oído en vivo, pero tardaron cuatro años. El resultado es de una altura difícil de superar entre las propuestas de nuestros días, ahora que empieza a ser pasado no muy cercano la épode los haya, y Hindemith le dedicaba esta música funeral al rey Jorge V de Inglaterra, con lo que el discurso es aquí un lamento. El Concierto de Bartók es obra tardía, obra inconclusa al morir el compositor en 1945, pieza terminada por el instrumentista que la encargó, Tibor Serly. A veces reconocemos aquí claramente al Bartók maduro, terrible y desolado. A veces. La Rapsodia Concierto de Martinu es algo posterior, de 1952. Hay un equilibrio entre la devoción clasicista y la tentación tardo-post-tras-romántica (con perdón). En fin, es un recital para viola y orquesta con una lógica interna muy coherente. Esa coherencia la sirve Bukac con virtuosismo, desde luego; con inspiración y rigor, claro está. Pero con algo más: con una tensión vibrante que convierte el recital en una secuencia inquieta y también inquietante. Esto sería insuficiente sin el acompañamiento también tenso, también turbador, de Vladimír Válek con la Orquesta de la Radio Checa. No es un repertorio desconocido, pero sí inhabitual. Pero más inhabitual es el altísimo nivel artístico de intérpretes como Bukác y acompañamientos como el de Válek. Santiago Martín Bermúdez BEETHOVEN: Sonatas opp. 7, 10, nº 3 y 57 “Appassionata”. ANGELA HEWITT, piano. HYPERION CDA67518 (Harmonia Mundi). 2005. 77’. DDD. N PN Angela Hewitt firma estas tres sonatas de Beethoven en un ca de los grandes cuartetos de cuerda y nos sumimos en las crisis y recomposiciones de otras formaciones. A juzgar por este Bartók tan matizado, tan susurrado aquí como declamado allá, el Arcanto podría ser uno de esos grupos que toman el relevo, que ocupan en lugar que otros ya no disputan, sino que han dejado vacío. Y parece que pueden hacerlo por derecho propio, no sólo por ausencia o abdicación ajena. Juzguen ustedes por este sensacional disco del mejor Bartók. Santiago Martín Bermúdez disco de poderosas y firmes intenciones. La pianista ataca las piezas con coherencia y solvencia interpretativa, desenvolviéndose en ellas con comodidad y todo lujo de detalles interpretativos. Así, estas versiones tienen el perfume de lo personal, la sensación de la originalidad supeditada al rigor de la partitura. Hewitt da una especial importancia a la mano izquierda beethoveniana, dotándola de mucha claridad y una fuerza y apoyo inusuales. Su sonido en todo el disco es refinado, regio, no rebuscado pero sí poético y lírico. A través de él, Hewitt encuentra los diferentes climas que caracterizan sus interpretaciones; atmósferas, eso sí, pensadas, equilibradas y enfocadas hacia la consecución de un claro objetivo: iluminar bajo una óptica bastante personal las obras. Y decimos bastante, ya que finalmente el resultado no sorprende tanto como promete al comienzo de la audición. Las versiones de la pianista lindan entre lo correcto y lo especial, habiendo momentos desiguales. La elección del repertorio habla a su favor, ya que son obras difíciles (aunque realmente no existe ninguna sonata de Beethoven fácil) y no todas conocidas por el gran público. Resumiendo, unas versiones con sus más y sus menos que por justicia no se sitúan entre las referencias del momento, pero que sí cumplen con dos requisitos: ser interesantes y muy notables. Emili Blasco D D I SI CS O C O S S BARTÓK-BEETHOVEN BEETHOVEN: Cuartetos en sol mayor op. 18, nº2 y re mayor op. 18, nº 3. CUARTETO MOSAÏQUES. NAÏVE E 8902 (Diverdi). 2005. 52’. DDD. N PN Se completa al fin el grupo de los Op. 18 de Beethoven por el Cuarteto Mosaïques, después de lo que ha sido un proceso de grabación y publicación bastante largo. El último disco presenta los dos cuartetos posiblemente menos diferenciados y personales de la colección, lo que implica el peligro de infravalorarlos. No ha sido así, por fortuna, pues el Mosaïques aborda el Segundo no sólo con gracia rococó, atención a la dinámica y un vibrante desarrollo en el primer tiempo, sino que frasea con mucha elegancia el Adagio cantabile. Es una constante de la versión la fuerte, pero no exagerada, presencia del violonchelo, del que pareciera emanar el crecimiento de la música. Tras un chispeante Scherzo, el Finale redondea la atractiva versión por su nerviosa vibración interna. Parámetros muy semejantes dominan el acercamiento al Tercer Cuarteto, obra cuya traducción se caracteriza por la animación rítmica del scherzo y la entregada convicción, aun virtuosismo del Presto final. Poco a poco, en suma, el Cuarteto Mosaïques va abriendo brecha, algo ciertamente difícil en este repertorio, para las formaciones con instrumentos históricos. Enrique Martínez Miura BEETHOVEN: Quinteto en do mayor op. 29. Fuga para quinteto op. 137. Fragmentos y arreglos para cuarteto de cuerda. CUARTETO YSAŸE. SHULI WATERMAN, viola. AEON AECD 0533 (Harmonia Mundi). 2004. 66’. DDD. N PN Beethoven, al igual que su maestro, Haydn, no encontraba la quinta voz, lo que se nota en las obras que escribió para esta combinación. El Op. 29 es una página juvenil y luminosa, que los Ysaÿe no intentan hacer más trascendente —por ejemplo, incidiendo en la acentuación— de lo que realmente es. Por medio del lirismo, la claridad y una cierta finura plantean la obra como una composición optimista y plena- Sonia Wieder-Atherton y Janos Fürst MÚSICA VIVA BARTÓK: Concierto para violonchelo (transcripción del Concierto para viola). SHOSTAKOVICH: Concierto para violonchelo nº 1. RAVEL: Chanson hébraïque, Deux mélodies hébraïques. SONIA WIEDER-ATHERTON, violonchelo. SINFONIA VARSOVIA. Director: JANOS FÜRST. RCA Red Seal 88697 028292 (SonyBMG). 2006. 65’. DDD. N PN O ímos. Y lo que oímos nos suena mejor que el original. ¿Es siempre así? ¿O es que una instrumentista virtuosa y gran artista como Sonia WiederAtherton hace que el Concierto para viola de Bartók (preparado por Tibor Serly a partir de los materiales inconclusos del compositor) suene mejor en el chelo? El Primero de Shostakovich sigue al de Bartók, y el resultado es especialmente feliz, de lo más musical y más interesante que podemos oír en referencias de esta obra, bastante grabada, como sabemos. ¿Podíamos esperar otra cosa de una discípula especialmente querida de Slava Rostropovich? A ambos lados, en el extremo del recital, una bellísima Canción hebraica de Ravel en transcripción para chelo y orquesta (a partir del Canto popular nº 4); y Dos canciones hebraicas en idéntica trascripción. Broches judíos, bellezas cargadas de melancolía. La elegancia de esta chelista corre pareja a su inspiración, a su capacidad para introducir tensión en frases, secuencias y desarrollos. Para hacer música viva tanto de la idea como de su desenvolvimiento. También es feliz el acompañamiento de Janos Fürst con la Sinfonia Varsovia, un acompañamiento puesto al servicio de una instrumentista de grandísima altura, pero sin olvidar el sentido de partituras tan exigentes, de páginas tan importantes del siglo que pasó. Un disco extraordinario. Santiago Martín Bermúdez Lang Lang y Christoph Eschenbach BEETHOVEN CON ESMALTE BEETHOVEN: Conciertos para piano nºs 1 y 4. LANG LANG, piano. ORQUESTA DE PARÍS. Director: CHRISTOPH ESCHENBACH. En el DVD (bonus) que acompaña a la grabación de audio, Eschenbach cita la “fenomenal técnica” de Lang Lang y éste dice que “tocar esta música me llega al corazón”. Y es que ambos términos se equilibran en las interpretaciones. Bien sabido es que la técnica es el bagaje para llegar a la esencia del arte. De un lado, el rigor del director para clarificar las voces y los planos en un discurso orquestal que en ningún momento se vacía de contenido, y la sensible pericia del pianista chino que se adueña a través de su toque portentoso de los pentagramas de Beethoven. La pulsación es exacta- mente la que se necesita, con lo que se crean unas dinámicas muy amplias en las que no se pierde —además— una sola nota. Pero aparte de la exhibición en escalas y trinos, el chino tamiza y reproduce la intención musical de una forma ejemplar. Tampoco en la orquesta se pierde nada. Manejada con rigor y claridad, la de París da un rendimiento óptimo en manos de su director titular desde 1999, año en el que encontró al pianista chino en el Festival de Ravinia. El director afirma esa claridad de líneas y marca lo más clásico del contenido de las obras, y el pianista con su técnica deslumbrante y su coloreado sonido no empaña el tránsito de lo clásico a lo romántico, con lo que resulta el equilibrio apetecible, con grandes prestaciones para estos conciertos. Además, como afirma y reafirma Lang mente clásica. La posterior Fuga en re mayor no consigue salvarse de una inocultable sensación frustrante. El resto del programa, por mucho que esté formado a base de rarezas beethovenianas —de las que no deja de haber ya testimonios en disco—, no logra levantar el vuelo. No pasan de ejercicios o fragmentos, aunque es curioso ver a Beethoven aprendiendo de Haendel, caso del arreglo de la fuga de la obertura del oratorio Salomón. Sólo leves ecos del rugir del león en medio de músicas interrumpidas DEUTSCHE GRAMMOPHON 477 6719 (Universal). 2007. 74’. DDD. N PN Lang en su discurso sobre el Concierto nº 4 plasmado en DVD (sólo en inglés, sin subtítulos) ve y siente el contenido dramático y lo reproduce con hondura. La toma de sonido es natural, equilibrada, con una magnífica sensación del espacio sonoro y veracidad tímbrica, así que tenemos una grabación muy completa en todos sus términos y merecedora de marcados elogios. José Antonio García y García o muy poco cuartetísticas. El arreglo de la Sonata para piano op. 14, nº 1 permite al menos indagar en los procesos creativos del autor de Fidelio. Un disco de mediano interés. Enrique Martínez Miura 83 D D I SI CS O C O S S BEETHOVEN-CHERUBINI BEETHOVEN: BORODIN: Conciertos para piano nºs 1 y 2. YEFIM BRONFMAN, piano. ORQUESTA DE LA TONHALLE DE ZÚRICH. Director: DAVID ZINMAN. Sinfonías nºs 1-3. Danzas polovsianas. Petite Suite. Romanza. Esos amigos. TORD WALLSTRÖM, barítono; LARISA DIADKOVA, mezzo. REAL ORQUESTA FILARMÓNICA DE ESTOCOLMO. Director: GENNADI ROZHDESTVENSKI. ARTE NOVA 82876 82587 2 (Galileo MC). 2005. 67’. DDD. N PE Concierto para piano nº 5 “Emperador”. Fantasía para piano, coro y orquesta. Meeresstille und glückliche Fahrt. YEFIM BRONFMAN, piano; LISA LARSSON, soprano; REGULA KONRAD, soprano; ANJA ANGELIKA KÜHN, contralto; TOBEY WILSON, tenor; PAOLO VIGNOLI, tenor; JÜRGEN ORELLY, bajo. CORO DE CÁMARA SUIZO. ORQUESTA DE LA TONHALLE DE ZÚRICH. Director: DAVID ZINMAN. ARTE NOVA 82876 82585 2 (Galileo MC). 2005. 64’. DDD. N PE T ras una más que estimable integral de las Sinfonías de Beethoven, David Zinman nos trae ahora tres de los conciertos del genio de Bonn, más la Fantasía coral, en una edición que, sobre todo teniendo en cuenta su bajo precio, se antoja una opción de lo más recomendable. Y ello tanto por la prestación de la batuta como por la del solista, un Yefim Bronfman excelente en todas estas páginas. Frente a enfoques historicistas o neorrománticos, este dúo nos propone una interpretación inteligente, que no quiere mostrarnos un Beethoven visionario y expresionista según los tópicos, pero tampoco hacerlo sonar como un mero objeto arqueológico. Tiempos aligerados y una orquesta reducida y muy flexible, hacen que los dos primeros Conciertos tengan toda la gracia mozartiana, al mismo tiempo que anuncian al Beethoven de madurez. Hay en ellos, fantasía, juego y ganas de pasárselo bien tocando. En el Emperador la orquesta se robustece, pero sin que ni batuta ni pianista persigan en ningún momento cargar las tintas en el carácter épico y grandioso de la partitura. Antes al contrario, por lo que el resultado destaca por su naturalidad, por su lógica. Y por su belleza. Con esos presupuestos, ese extraño ensayo para el Finale de la Novena sinfonía que es la Fantasía coral, adquiere un aire absolutamente clásico, un tanto ingenuo, pero absolutamente sugerente. Lo dicho, una edición que vale mucho la pena. 84 Juan Carlos Moreno 2 CD BRILLIANT 93348 (Cat Music). 1993-1994. 138’. DDD. R PE U na feliz reedición de una integral que conocíamos hace poco más de diez años (Chandos). Vale sobre todo por la soberbia lectura de la Segunda Sinfonía, una de las tres o cuatro obras maestras de Borodin. También por las demás, incluida la algo pomposa Primera, y también por la Tercera, inconclusa. También por la Danzas polovsianas, aunque valdría más si en lugar de éstas, número demasiado manido aunque bello, tuviéramos En las estepas de Asia central, obra que nunca nos cansaremos de escuchar, en especial si se nos propone algo equivalente a lo del resto de este doble CD, una visión fuerte, unas lecturas poderosas con sus detalles líricos. Pero la Segunda es la estrella, y ahí se luce Gennia para su integral sueca de Borodin. No desdeñemos, ni mucho menos, la transcripción para orquesta que hizo Glazunov de la Petite suite para piano. Dos piezas de gran interés son esas dos romanzas, una para barítono y otra para mezzo, la primera también orquestada por Glazunov. Hay un equilibrio muy ponderado en esta integral sinfónica que se rodea de otras piezas para que resalte el brillo de las sinfonías mismas. El equilibrio lo da Rozhdestvenski con esta orquesta, en registros de hace tan sólo trece años. Por calidad de obras y de interpretaciones; por el increíble precio de Brilliant; por eso y acaso por más razones, este álbum reeditado es muy recomendable. Santiago Martín Bermúdez BRAHMS: Quinteto para clarinete op. 155. Trío para clarinete, piano y violonchelo op. 114. Sonatas para clarinete y piano op. 120. KARL LEISTER, clarinete. CUARTETO BRANDIS. WOLFGANG BOETTCHER, violonchelo; FERENC BOGNÁR, piano. 2 CD BRILLIANT 93156 (Cat Music). 1996-1997. 106’. DDD. R PE C omo es sabido, el clarinete protagoniza la última etapa de Johannes Brahms como compositor de música de cámara. Ya había dado el autor por terminada su carrera cuando conoció en 1891 a Richard Mühlfeld, clarinetista de la Orquesta de la Corte de Meininegen, y a tal feliz encuentro debemos el Trío en la menor para clarinete, violonchelo y piano op. 114, el Quinteto para clarinete y cuerda en si menor op. 115 y las dos Sonatas para clarinete y piano op. 120. Todas ellas, sobre todo la segunda, se cuentan entre las más admiradas obras del repertorio camerístico del XIX, y cuentan en este pequeño estuche con unas lecturas magníficas a cargo del veterano clarinetista, en mil batallas curtido, Karl Leister, arropado por unos músicos a su altura. El apacible amanecer otoñal dibujado por los miembros del Cuarteto Brandis en el Quinteto casa con los tonos dorados del clarinete, con un segundo movimiento de dulce melancolía, pero ya el Trío pide algo más de alegría por parte del viento madera, un contraste a la serenidad tan bien expresada por los músicos. En las dos Sonatas, Leister responde comedido a la desbordada entrega del pianista, imponiendo las leyes del sonido hermoso, del humor fino y del canto amable, y así al lado de movimientos en los que parece que la comunión entre ambos no es la ideal (en los appasionatos, por ejemplo) quedan otros, como el primero de la nº 2, donde clarinete y piano parecen ser dos reflejos de un mismo espejo. Asier Vallejo Ugarte Bruckner que nos ofrece el norteamericano. Y el mismo criterio se impone aquí, aunque los resultados no brillen a la misma altura… No cabe duda que eliminar todo exceso misticista de la música bruckneriana está muy bien, como también apostar por aquellos aspectos más constructivos o por la fuerza motora que nace del ritmo y da vida a algunos movimientos. Pero también es verdad que este tratamiento impulsivo hace que se pierda gran parte del misterio y emoción de estos pentagramas. No es una cuestión de tempo, que tampoco es fulgurante o radical, sino de concepto, de la forma brusca de atacar los temas, de cierto apresuramiento que a veces se da, precisamente en los momentos en que se espera que la música respire. El impactante inicio del Finale aparece también demasiado directo, sin grandeza, algo generalizable a toda la partitura. Lo mejor, el Scherzo, más acorde con los presupuestos de Russell Davies. En definitiva, un pequeño resbalón, pero que mantiene vivo el interés por saber qué nos irá deparando esta integral. Está visto que no será redonda, pero tampoco conformista. Y eso, el riesgo, el deseo de apartarse de la rutina, es ya un valor a tener muy en cuenta. A esperar toca la próxima entrega. Juan Carlos Moreno BUXTEHUDE: Música vocal. Vol. 1. EMMA KIRKBY, soprano; JOHN HOLLOWAY Y MANFREDO KRAEMER, violines; JAAP TER LINDEN, viola da gamba; LARS ULRIK MORTENSEN, clave y órgano. NAXOS 8.557251 (Ferysa). 1996. 72’. DDD. R PE BRUCKNER: Sinfonía nº 8. ORQUESTA BRUCKNER Director: DENNIS RUSSELL DE LINZ. DAVIES. 2 CD ARTE NOVA 82876 62856 2 (Galileo MC). 2004. 80’. DDD. N PE Tras abordar las tres primeras sinfonías oficiales del catálogo de Bruckner (recordemos que hay un par más sin numerar), Russell Davies tira toda la carne al asador y se enfrenta nada más y nada menos que a la Octava, la más monumental obra escrita por el maestro de Ansfelden. En la crítica de aquellos tres primeros compactos encomiábamos el carácter activo, enérgico y renovador del Naxos continúa la reedición de la serie de discos dedicados hace más de una década por Dacapo (el sello nacional danés) a la música de Buxtehude. Aquí se presenta un primer volumen de música vocal que recoge diez cantatas, aunque del díptico BuxWV 76, escrito por Buxtehude en 1674, a la muerte de su padre, se hace una versión peculiar. La segunda parte del díptico (el famoso Klaglied) se interpreta con el solo acompañamiento de un órgano (una de las opciones que ofrece la partitura), pero de la primera parte (Fried-und freudenreiche Hinfarth), que cuenta con dos arias, D D I SI CS O C O S S BEETHOVEN-CHERUBINI cada una con una introducción orquestal y la sucesiva intervención de un bajo y una soprano, se ofrece una versión puramente instrumental. El resto de piezas escogidas (BuxWV 32, 38, 83, 84, 95, 97, 98 y 105) están pensadas para voz de soprano y acompañamientos diversos (violín, dos violines, violín y viola da gamba, dos violines y violonchelo, siempre añadiendo el continuo). La interpretación destaca los perfiles más luminosos de la música. La voz pequeña, pero angelical y pura, de Emma Kirkby, su indudable encanto y su etérea musicalidad parecen arrastrar a los violines de Holloway y Kraemer (a veces, de forma explícita, como en las imitaciones entre voz y violín en Singet dem Herrn), que suenan siempre más líricos que trágicos, tanto en el acompañamiento como en los pasajes puramente instrumentales, que resultan brillantes y ornamentalmente ricos, exuberantes y variados. Un Buxtehude pasado por el tamiz de la música italiana y que asume sin complejos el empleo del stylus phantasticus que tan bien caracteriza a la música organística del compositor. Pablo J. Vayón BYRD: Cantiones sacræ. CORO DEL TRINITY COLLEGE, CAMBRIDGE. Director: RICHARD MARLOW. CHANDOS CHAN 0733 (Harmonia Mundi). 2001. 63’. DDD. N PN E l caso de William Byrd es un significativo ejemplo de resistencia a la influencia que las vicisitudes políticas y religiosas pueden ejercer en la obra de un creador artístico. Seguir componiendo misas y motetes latinos en Inglaterra durante el reinado de Isabel I, no debió ser tarea fácil, aunque ser el compositor favorito de una reina melómana y tolerante al menos en cuestiones musicales ayuda mucho. Tres colecciones de motetes latinos o cantiones sacræ llegó a publicar, el primero en 1575, aunque compuesto en colaboración con su maestro Thomas Tallis y los otros dos en 1589 y 1591. Marlow y el Coro del Trinity College de Cambridge han hecho una selección de catorce motetes extraída de estos dos últimos libros para la grabación del presente disco y en ella queda reflejada la excepcional calidad de Byrd como compositor. La variedad temática de los textos sagrados es correspondida por un tratamiento musical acorde con el carácter de cada uno de ellos, dinámico y alegre en los que se refieren a la Pascua o la Resurrección, melancólico y solemne en el célebre Ne irascaris, Domine del profeta Jeremías. Como se comenta en el librillo adjunto al CD, la producción de motetes en los paises católicos tenía un sentido funcional de utilización en los oficios religiosos e iba destinada al gran público, mientras que en Inglaterra y tras la abolición de la liturgia romana, la edición de trabajos como los de Byrd tenía que ir forzosamente destinada a compradores casi clandestinos, que habrían de ser refinados nobles melómanos interesados en la calidad de la música y no en su imposible utilización pública, como una especie de exquisita música de cámara para intérpretes y oyentes especialmente entendidos. Son de un carácter más variado que los del canónico Palestrina, llegando algunos a tener un aire de madrigal más que de motete, como es el caso de Laudibus in sanctis. Por lo que se refiere a la calidad interpretativa, hemos comentado ya su bondad en otro CD conteniendo los Offertoria de Palestrina y podemos decir que en Byrd se superan a sí mismos. Verdaderamente, tan sólo puede reprochárseles no haber procedido a grabar la integral de las Cantiones sacræ, lo que aún están a tiempo de hacer. José Luis Fernández CACIOPPO: Advance of the Fungi. Time on Time in Miracles. Mod 3. Holy Ghost Vacuum or America Faints. Two Worlds. Bestiary I: Eingang. SEVAN MANOUKIAN Y JANET PAPE, sopranos; GEORGE CACIOPPO, órgano eléctrico. ATELIER DE MUSIQUE CONTEMPORAINE DU CNR DE VERSAILLES. ENSEMBLE 2E2M. Directores: LIONEL ARNAUD Y PAUL MÉFANO. MODE 168 (Diverdi) 2006. 70’. DDD. N PN M aravilla ante todo el excelente nivel de lo que uno escucha (si uno es un poco naíf y, en el fondo, buen público): comprobando el nombre de los intérpretes, solistas y orquestas, uno puede confirmar su primera impresión, luego uno se puede preguntar qué es lo que está oyendo; algo demasia- do uniforme para ser Ligeti, demasiado agitado para parecerse a Feldman, demasiado humor para que lo confundan con Scelsi (se puede apreciar esa preocupación del compositor o ese amor por el sonido, un sonido bruto o brut como dicen los gourmets, un sonido siempre palpitante o quizá se llame una composición que no depende sino de la naturaleza acústica del sonido, del lado de Xenakis y de Wyschnegradsky), demasiado humor —todavía más— para que lo confundan con Boulez, demasiado ecléctico (felizmente) para parecer serio (felizmente), demasiado serio para que le tomen por un alumno de Partch… La obra de Cacioppo (fallecido hace 20 años) o las obras de este CD, pues no conozco otras, son una suerte de relato lleno de incógnitas; apenas se produce una identificación posible (o una prensión o una comprehensión de algún elemento reconocible y ofrecido por el compositor), otros elementos surgen como reflejos múltiples. Pero una vez más ¿de qué elementos musicales se trata? Apenas creada su realidad, el digamos tema, zozobra en lo extraño o lo absurdo gracias a un lenguaje con doble sentido que nombra las cosas para seguidamente burlarse de ellas. Asociaciones imprevistas, cambios inopinados de decorado o de intriga, hacen de esas obras un ejercicio de malabarismo a escondidas o a lo Satie, como un autor de vanguardia escribiendo una novela policíaca, o mejor, al revés, como un Palazzeschi o un Buffalino que hubiesen engrasado, solo un poquito. Y si uno, tozudamente, se pregunta “¿pero y adónde va esta música?”, ya se encuentra en una trampa llena (es un decir) de fans de Cacioppo. Pierre Élie Mamou CHAIKOVSKI: Sinfonías nºs 4-6. FILARMÓNICA DE LENINGRADO. Directores: KURT SANDERLING (Cuarta Sinfonía) Y EVGENI MRAVINSKI. 3 CD MEMBRAN Documents 223312370 (Cat Music). 1956. 133’. ADD. R PM H ay que ser ruso para grabar a Chaikovski con esta rabia y esta potencia dramática… Bien, a fuer de ser sinceros, Kurt Sanderling no era ruso, pero su trabajo en Leningrado y su per- manente contacto con este repertorio bajo la égida de Mravinski, casi lo convierten en tal… Grabadas en 1956, estas tres sinfonías despiden fuego. Es cierto que Mravinski, tres años más tarde y para Deutsche Grammophon, aún iría un pelín más lejos en este tríptico, con una sonoridad más incisiva y ácida, pero ya aquí las partituras son atacadas sin contemplaciones. En las antípodas del enfoque más autocomplaciente de otras batutas, éstas nos descubren un Chaikovski racial, tumultuoso e hiperromántico en el buen sentido de la palabra. Y, al mismo tiempo, sobresalen por un lirismo arrebatador, pues los directores son lo suficientemente grandes como para mostrar unas lecturas llenas de luces y sombras. La edición, parca en notas, presenta una buena restauración de las cintas originales, con lo cual el sonido es óptimo. A todo ello se añade un precio que es pura chamba. Así las cosas, si no tiene la edición de DG, no hay que pensar mucho… Un clásico que es una ganga. Juan Carlos Moreno CHERUBINI: Réquiem en do menor. Marcha fúnebre. BEETHOVEN: Canto elegiaco op. 118. BOSTON BAROQUE. Director: MARTIN PEARLMAN. TELARC SACD-80658 (Indigo). 2007. 55’. SACD. N PN P uramente episódico el Canto elegiaco que abre el disco que se centra en Cherubini, proporcionándonos una versión muy apreciable de las dos obras de Cherubini a cargo del conjunto americano que en su denominación de barroco denota sus propósitos y que trabaja con su propio coro e instrumentos de época. Reproducen esa atmósfera calmada y sedante de esta considerable obra religiosa estrenada en conmemoración de la ejecución de Luis XVI y hecha por encargo del gobierno de otro monarca francés, Luis XVIII. De estática belleza, esta obra fue ensalzada desde Beethoven hasta Wagner, y soporta en su parte central las secciones de mayor entidad, destacando el poderoso y prolongado Dies iræ y la brillante fuga sobre las palabras “Quam olim Abrahæ” en el Ofertorio. En la otra pieza grabada aquí, la Marcha fúnebre, el com- 85 D D I SI CS O C O S S CHERUBINI-DONIZETTI positor destapa sus recursos dramáticos, con efectos sonoros de efectismo indudable y que no concuerda con la obra anterior. Tam-tam, percusión y disonancias orquestales consiguen un clima que arrastra en los poco más de cinco minutos de duración. José Antonio García y García CHOPIN: Sonata para piano nº 2 op. 35. Scherzos nºs 1-4. SIMON TRPCESKI, piano. EMI 0946 3 75586 2 1. 2006. 65’. DDD. N PN Parece increíble cómo hoy en día sigue habiendo pianistas a los que les interese grabar las obras de Chopin. ¿Bueno, malo? Ni una cosa ni la otra. Simplemente hay que observar que el mercado discográfico y la historia de la fonografía están llenos de versiones de estas obras. A simple vista, parece que tenga que ser un repertorio reservado a los “más grandes”, a músicos de cierta edad (siempre exceptuando a los ganadores de concursos, claro) que con su experiencia puedan aportar su personal grano de arena, o realmente a personalidades de peso dentro del mundo de la interpretación. Pero no es así. Para bien y para mal. Lo malo es cuando pianistas como Simon Trpceski se atreven con dichas obras. Y no porque lo haga mal, sino porque simplemente le faltan años, le faltan vivencias, le sobra inmadurez. El pianista ofrece en este disco las partituras de Chopin con corrección pero poca cosa más. Su tocar es opaco y gris, su Chopin áspero y de escasa poesía. Trpceski tiene dedos e ímpetu, fuerza arrolladora, como observamos en sus versiones de los Scherzi, mas le falta sabiduría y profundidad a su interpretación. La versión de la Sonata carece de trascendencia, aunque sea cuidada y fogosa. En general, y tras lo escuchado en este disco, podemos decir que las lecturas del pianista de las obras de Chopin son en blanco y negro: faltas de fantasía, sobradas de rigidez (se echan en falta los imperceptibles rubati) y poca adoración hacia el sonido. Estas son algunas de sus carestías. Emili Blasco www.scherzo.es 86 CLEMENTI: Sonatas completas. Vol. 1. COSTANTINO MASTROPRIMIANO, fortepiano. 3 CD BRILLIANT 93338 (Diverdi). 2006. 193’. DDD. N PE M uzio Clementi nació en 1752 y murió en 1832. Dentro del período de su vida nacieron y murieron nada menos que Mozart, Beethoven y Schubert y a ellos podría añadirse Haydn, coincidente en actividad con Clementi durante unos cuarenta años. En semejante compañía y a pesar del gran aprecio en que le tenían sus contemporáneos y de sus fundamentales aportaciones a la interpretación del pianoforte y a la evolución de la sonata, puede entenderse el relativo olvido en el que cayó posteriormente. ¿Quién se acordó de él en 2002, cuando se cumplieron los 250 años de su nacimiento? Aunque en la discografía pueden encontrarse bastantes discos dedicados a sus obras o conteniendo algunas de ellas, emprende ahora Brilliant la grabación integral de sus sonatas, más alguna obra menor complementaria, una tarea encomendada a Costantino Mastroprimiano, especialista en este compositor y miembro del comité científico de la edición Urtext de su opera omnia que está llevando a cabo en Bolonia una editora especializada, la excepción en el olvido general del 2002. Como siempre en Brilliant, a unos precios de ganga y todavía más tratándose de una edición nueva, que pueden hacer creer que esta empresa discográfica es una especie de ONG para melómanos si se comparan sus precios con los de la inmensa mayoría. Este primer volumen consta de tres discos y está dedicado a las sonatas compuestas durante su estancia en Viena en los años 1781 y 82, entre ellas la Op. 24, nº 2 que Clementi interpretó cuando tuvo lugar la famosa competición con Mozart en presencia de José II y de la que Wolfgang salió un tanto escaldado a juzgar por los comentarios que incluyó en una carta a su padre, quizás porque el empate dictaminado por el emperador no le gustó nada. Es muy interesante Clementi como paso en la evolución de la sonata desde Domenico Scarlatti al primer Beethoven, pero no puede encontrarse rasgo alguno que permita su comparación con el Mozart de la Sonata en la menor K. 310, por ejemplo, y en este sentido hay que darle la razón al salzburgués a pesar de la rabieta. En cualquier caso, tres CDs con buen sonido, cualificada interpretación y adquiribles por menos de 10 euros, merecen el conocimiento de un compositor básico en la transición del siglo XVIII al XIX, al que Beethoven tenía gran aprecio y del que aprendió mucho. José Luis Fernández CORIGLIANO: Etude Fantasy for solo piano. Sonata for violin and piano. Fantasia on an ostinato for solo pìano. Chiaroscuro for two pianos tuned a quarter tone apart. COREY CEROVSEK, violín; ANDREW RUSSO Y STEVEN HEYMAN, piano. BLACK BOX BBM1106 (Diverdi). 2005. 63’. DDD. N PN O bras de entre 1963 y 1997 de un compositor que parece que nunca se haya encontrado cómodo con la vanguardia que le tocó vivir y que decidió en su momento ser él mismo y vincularse a los diversos “neos” que han ido apareciendo en los últimos años y de los cuales es figura destacada o, al menos, figura de cierta relevancia. De hecho, nada suena a vanguardia en este programa camerístico de obras para piano solo, para violín y piano, y para dos pianos, a no ser alguna que otra pincelada irrelevante en el contexto en que ésta se inscribe. Incluso escuchamos, en la ya célebre, divulgadísima y sobrevalorada Fantasia on an Ostinato for Solo Piano, una cita inconfundiblemente beethoveniana; de hecho, se basa más o menos líbremente y de un modo entre minimalista y rapsódico —y hasta “barberil” por lo que tiene de tomadura de pelo— en el movimiento lento de la Séptima Sinfonía del genio alemán. Pero Corigliano no es un genio y su trabajo es del todo innecesario. Entre el ensimismamiento y lo pretencioso, y a veces hasta cerca de la provocación gratuita —escritura delirante la de la obra que cierra el programa— podemos prescindir de un disco como éste que tiene en la entusiasta y vital interpretación de los jóvenes músicos que dan vida a estas composiciones su máximo —¿único?— punto de interés. Josep Pascual DEBUSSY: Música para piano, vol. II: Estampes, Children’s corner, Deux arabesques, Suite bergamasque, La plus que lente, Ballade, Mazurca, Le petit negre. PASCAL ROGÉ, piano. ONYX 4018 (Diverdi). 2005. 76’. DDD. N PN Hace un par de años reseñábamos la primera entrega de este ciclo Debussy de Rogé, con los dos libros de Preludios. Señalábamos un cantabile claro y neto, una exposición diáfana, una capacidad de sugerencia e insinuación, un decidido poematismo; cualidades que no eran incompatibles con el humor en determinado momento. En esta nueva entrega, Rogé es ya decididamente un grandísimo debussyano, sugerente de nuevo en las Estampas, poético en Chilndren’s corner, terminante en la Suite bergamasque, muy “Satie” en La plus que lente… En fin, se trata de una espléndida continuación de algo que empezó muy bien y que sigue con un nivel impresionante, que es compatible con la versatilidad del intérprete, que enfrenta cada partitura con unos ojos distintos. La brillantez de algunas páginas (La plus que lente, por ejemplo) suele ceder el paso a una abundancia de insinuaciones, pero ajenas a aquella tradición brumosa del Debussy delicuescente y en susurro, que hizo antaño las delicias de varias generaciones de aficionados. Rogé no suele susurrar más que lo imprescindible. No grita nunca, porque con Debussy no se grita. Canta, a veces baila, habla y cambia de humor cuando cambia de tema; esto es, a cada momento. No busquemos aquí grandes sutilezas, pero sí un Debussy rico, de varios rostros, ninguno de los cuales se enmascara, oculta o disimula lo que es. Muy recomendable. Santiago Martín Bermúdez DEBUSSY/RAVEL: Cuartetos de cuerda. Tríos con piano. FAURÉ: Trío con piano op. 120. CUARTETO CARMINA. TRÍO ROUVIER-KANTOROW-MÜLLER. 2 CD BRILLIANT 8200/1-2 (Cat Music). 1985-1987, 1992. 117’. DDD. R PE M agnífico doble compacto tanto por su contenido como por la interpretación del D D I SI CS O C O S S CHERUBINI-DONIZETTI Olivier Baumont REEDICIÓN DE UNA BRILLANTE INTEGRAL COUPERIN: Obra para clave. OLIVIER BAUMONT, clave. 10 CD WARNER 2564 64176-2. 19921995. 635’. DDD. R PM R eciente aún la integral de Michael Borgstede para Brilliant (ver SCHERZO nº 219), Warner reedita las grabaciones que para Erato hizo Olivier Baumont en la primera mitad de los años 90. Baumont utilizó un instrumento diferente para cada uno de los cuatro libros y aún otro más para los preludios y la Allemande de El arte de tocar el clave, así como para una Sicilienne que se presenta como anónima en una edición de Ballard, pero que diversos manuscritos de la época atribuyen a Couperin. Borgstede no la incluía en su trabajo. Si la labor de Borgstede resultaba globalmente muy satisfactoria y especialmente apreciable en el tratamiento exquisito y delicado de las piezas lentas, Baumont derrocha brillantez, vigor y sensualidad mismo. Prescindiendo del tópico de obra maestra, tan manoseado y devaluado de un tiempo a esta parte, digamos que estamos ante unas composiciones de altísima, excelsa, calidad, algunas de las cuales punteras en su género. Dos cuartetos para cuerda y tres tríos con piano que, pese a ser servidas en grabaciones de 1992 —los dos primeros— y de 19851987 —los tres últimos— nos llegan en versiones espléndidas, artística y técnicamente. Obra de auténtica madurez es el Cuarteto de cuerda en sol menor, op. 10 que Debussy escribió a los treinta años, única composición suya para tal formación en la que amalgama múltiples elementos e influencias diferentes para lograr una obra importante y muy a tener en cuenta. También Ravel debutó realmente en la música de cámara con un Cuarteto de cuerdas, en fa mayor, obra temprana escrita entre diciembre de 1902 y abril de 1903. Suele asociársele con el anterior de Debussy en la confección de discos, aunque muestra más acusados los signos de personalidad y perfección. Vital, espontáneo y original es el juvenil Trío con piano en sol menor de Debussy, en el que pese a mostrar aún señales de dependencia respecto de sus maestros ofrece asimismo un distanciamiento de por todos lados, alcanzando cotas de virtuosismo deslumbrantes, como en Les fastes de la grande et ancienne Mxnxstrxndxsx (por “Ménestrandise”, en lo que resulta a todas luces un error de impresión del original) en el Orden XI, pieza de desarrollo auténticamente dramático, en la que la interpretación se desborda con contrastes de todo tipo, con juegos de color y detalles humorísticos de efectos impactantes. Esa es una de las bazas del clavecinista galo: la capacidad para el contraste y la sorpresa, habida cuenta que la técnica le permite todo tipo de piruetas. Hay piezas (como L’Atalante del Orden XII) tocadas a una velocidad endemoniada, pero con una limpieza en la ejecución, una gracia y una ligereza excepcionales. Baumont trata el ritmo con suficiente flexibilidad siempre (aunque curiosamente los preludios de El arte de tocar el clave resultan algo monótonos), lo que hace ellos. Culminación de la madurez es el Trío con piano en la menor de Ravel, prodigio de equilibrio, de inventiva y de colorido tímbrico. Finalmente, el Trío con piano en re menor, op. 120 de Fauré —obra tardía y estupenda— del que alguien ha dicho que podría ser, junto con el de Ravel, “el único a tener en cuenta de toda la música francesa de esta época”. El excelente Carmina Quartet, formado en Suiza en 1984, nos hace sentir toda la intensidad musical y expresiva contenida en el primer CD y el Trío Rouvier-KantorowMüller demuestra ser idóneo para comunicar el virtuosismo, la extroversión y la alegría de vivir encerrados en el segundo. José Guerrero Martín DIEPENBROCK: Die Vogels. Marsyas. Himno para violín y orquesta. Elektra. Himno a la noche nº 2. Die Nacht. Himno “Wenige wissen das Géminis der Liebe”. Im Grossen Schweigen. LINDA FINNIE, mezzosoprano; CHRISTOPH HOMBERT, tenor; ROBERT HOLL, bajo-barítono. EMMY VERHEY, violín. ORQUESTA DE LA RESIDENCIA DE LA HAYA. Director: HANS VONK. 2 CD BRILLIANT 93412 (Cat Music). 1989-1990. 142’. DDD. R PE que las piezas descriptivas más lentas alcancen cierto aire impresionista. Los dos números iniciales de los Órdenes 13º y 14º son buen ejemplo: Les Lis naissans resulta de una transparencia, una delicadeza y una profundidad extraordinarias, una joya de elegancia y distinción, mientras que el famoso Le Rossignol-en-amour está interpretado con un registro especial, acariciante y dulce. Encantadoras resultan también las cuatro piececitas de Les Petites Ages (Orden VII) o Les Juméles (Orden XII), tan sueltos que parecen casi improvisados. C handos lo había grabado y publicado, y ahora lo reedita Brilliant a un precio escandalosamente barato. Por ello mismo, y sobre todo por la calidad de su música, un álbum de conocimiento obligado. Sí, es cierto, el nombre de Alphons Diepenbrock (1862-1921) es difícil que nos diga algo. Ni siquiera en su Holanda natal es otra cosa que uno de esos raros que sólo conocen algunos frikis (dicho sea con todo el cariño del mundo, pues a uno le consideran como tal). Pero es un raro magnífico, de esos que uno se pregunta por qué no están en el repertorio. De acuerdo, la escucha de la obertura Los pájaros (1917) deja bastante indiferente. Buen dominio de la orquesta y cierta originalidad formal, pero ya está; igual que tantos otros. Pero la suite Marsyas (1910) ya hace parar el oído de otra manera, hace que descubramos a un creador de atmósferas, a un pintor sonoro poético y extraño. Y no hablemos ya de Elektra (1920), una música incidental de una expresividad alucinada y enfermiza, oscura, arrebatadora e irremediablemente hermosa. Música que nace de la Majestuosa en su solemne lentitud pero nada engolada la célebre chacona La Favorite (Orden III) y exquisita La Reine des Coeurs (Orden XXI). El carácter descriptivo está también admirablemente atrapado en momentos como La Boufonne (Orden XX), que resulta grotesca, pero sin perder ni un ápice de dignidad, en la rápida y escurridiza L’Anguille (Orden XXII) o en las misteriosas Les Ombres errantes (Orden XXV) y La Convalescente (Orden XXVI), que, con el tratamiento regular de sus acordes repetidos, causa una expectación muy expresiva y de indudable intención retórica. La integral la componen más de 200 piezas. Mi recomendación es escucharla por series cortas, acaso un solo orden como máximo cada vez. Esa es sin duda la mejor forma de apreciar todos los valores de esta integral en verdad excepcional. Pablo J. Vayón ambigüedad, sin por ello traicionar la tonalidad, y que halla su eficacia en el portentoso tratamiento de la orquesta. Algo que aún se acentúa más en las composiciones vocales, más que lieder, himnos de tono monumental, que nos llevan a un universo onírico, tan hermoso como terrible. Pura música de cámara para gran orquesta, con una voz que se adentra en lo más profundo del alma humana… Las versiones firmadas por Hans Vonk son portentosas, pletóricas de colores, de dinámicas, de sensaciones, con unos solistas que defienden sus partes con pasión. Por ello y por la música, y a ese precio, no se lo piense ni una vez… Este disco es imprescindible. Juan Carlos Moreno DONIZETTI: Dom Sébastien. VESSELINA KASAROVA (Zayda), GIUSEPPE FILIANOTI (Dom Sébastien), ALASTAIR MILES (Dom Juam de Silva), SIMON KEENLYSIDE (Abayaldos), CARMELO CORRADO CARUSO (Camoëns). CORO Y ORQUESTA DE LA ROYAL OPERA HOUSE COVENT GARDEN. Director: MARK ELDER. 3 CD OPERA RARA ORC33 (Diverdi). 2005. 276’. DDD. N PN 87 D D I SI CS O C O S S DONIZETTI-FORQUERAY O tro festín discográfico ofrecido por Opera Rara, por el material literario acostumbrado, de una calidad, profusión y lujo extraordinarios y por el nivel de la compañía reunida para esta toma en vivo londinense. De acuerdo en que la distribución puede no resultar la ideal, pero la preparación y profesionalidad con la que se ha planteado puede ser un ejemplo para la competencia del sector. Kasarova ya había tenido oportunidad de exponer su disposición donizettiana con la Leonora francesa de Favorite, experiencia que le permite repetir la hazaña con esta especie de clonación de aquella que es la Zayde (ambos los estrenó Rosine Stolz). Una Zayde de suntuoso y variado colorido, certera en intenciones aunque, un poco en su contra, algo vaga en la dicción. Filianoti, que había despegado precisamente interpretando Dom Sébastien en Bolonia en 1999, turnándose con Giuseppe Sabbatini, hace valer su disposición belcantista, su puntilloso sentido del canto ligado y su disponibilidad para alcanzar el agudo, compensando en bastante manera la necesidad de unos medios tenoriles algo más opulentos. Lo mismo ocurre con el Camoëns de Caruso, bien concebido pero necesitado de sonoridad más importante en anchura y color. Keenlyside, al contrario, además de cantar con empuje y convicción, a partir de unos medios densamente líricos, da al personaje, pese a no estar Abayaldos hasta ahora dentro de sus coordenadas, el suficiente contenido canoro y dramático. Miles vuelve a demostrar su profesionalidad y discreto buen hacer a los que nos tiene acostumbrados. Elder saca provecho de su amplia experiencia y voluntariosa disponibilidad para cualquier repertorio que se le ponga delante. La grabación está al completo, incluido el ballet, superando en alrededor de cuarenta minutos a ediciones previas, las de Elio Boncompagni en italiano de 1996 (su propia edición a partir de las representaciones vienesas de 1845) y la live de 1984 dirigida por Eve Queler, en francés, en el Carnegie Hall de Nueva York. Fernando Fraga 88 DUROSOIR: Sonata en la menor. Oisillon bleu. Rêve. Nocturne. Légende. Cinq aquarelles. Chant élégiaque. Prière à Marie. GENEVIÈVE LAURENCEAU, violín; LORÈNE DE RATULD, piano. ALPHA 105 (Diverdi). 2005. 68’. DDD. N PN Del olvidadísimo Lucien Durosoir (1878-1955) alguno podría decir de él que en vida fue célebre como violinista y que se le recuerda por haber estrenado en Viena la Sonata en la mayor de Fauré o por ofrecer primicias parisinas de los conciertos de Gade, Strauss y Brahms. Pero eso podrían decirlo muy pocos y ese conocimiento obedece a datos puramente enciclopédicos. Ahora podemos reconocer en él a un compositor de interés cuyo rescate se impone dado que, según lo que escuchamos en este compacto, merece mucha atención. Esta primera aproximación a Durosoir consta de todas sus obras para violín y piano y de dos composiciones breves para piano. El programa empieza con una obra tan hermosa como extraña, la Sonata en la menor, netamente romántica con algún apunte impresionista y de un curioso neoclasicismo, más evocador que otra cosa pero que termina por dar a la obra un color característico muy francés. El resto del programa consta fundamentalmente de piezas relativamente breves de marcado carácter poético y en algún caso, como en la titulada Oisillon bleu, de cierta ambición y en todo caso de impecable factura. Música muy personal, en ningún momento meramente epigonal pero tampoco un prodigio de audacia; ni conservadora ni vanguardista, y original a su manera, en una línea que entronca con las muchas personalidades aisladas que han ido salpicando la historia musical del siglo XX, compositores que, como Durosoir, ni miraban atrás ni hacia adelante, y quizá sí hacia adentro. La escritura violinística es admirable y denota un gran conocimiento del instrumento, pero la pianística es asimismo más que notable. Las versiones son un auténtico lujo, cargadas de sensibilidad sin ser sentimentales, y rigurosas sin ser asépticas: como la propia música de Durosoir. Un excelente disco de un compositor que merece ser más y mejor conocido. Josep Pascual Joseph Keilberth DRESDE, 1948 DVORÁK: Rusalka (en alemán). ELFRIDE TRÖTSCHEL (Rusalka), GOTTLOB FRICK (El ondino), HELMUT SCHINDLER (El príncipe), HELENA ROTT (Jezibaba). STAATKAPELLE DE DRESDE. CORO DE LA STAATSOPER DE DRESDE. Director: JOSEPH KEILBERTH. 2 CD PROFIL PH06031 (Gaudisc). 1948. 122’. ADD. H PN Atención al año de grabación. Y al lugar. Dresde, octubre de 1948 (el estreno había sido en enero). La Dresde destruida por completo, las bellezas históricas en ruinas, la horrible Némesis contra la hybris de un pueblo que lo consintió todo; la Dresde que justo entonces da lugar a las Metamorfosis de Richard Strauss, una de sus obras finales, una de sus despedidas. Todavía no se ha fundado la siniestra RDA, pero sólo falta un año. Desde luego, es también época de voces insuperables. Como la de la protagonista de esta Rusalka en alemán, Elfride Trötschel, nacida precisamente en Dresde 35 años antes, de no muy larga carrera, pues morirá en Berlín diez años después. Esta ópera checa es servida con generosidad artística en este año 1948, cuando es pieza casi contemporánea, poco más de 40 años desde el estreno; años durante los cuales han pasado demasiadas cosas entre checos, austriacos y alemanes. Entre paréntesis: al año siguiente, el mismo equipo vocal (Trötschel, Schindler, Rott) interpreta y graba una Katia Kabanová, también en alemán y también en Dresde, bajo la dirección de Ernst Richter. Creo que aparecerá pronto en el mismo sello, Hänssler. Volvamos a esta Rusalka. La voz juvenil de Trötschel contrasta con la envergadura y el timbre de la impresionante contralto Helena Rott, una Jezibaba como ha habido pocas, incluso en el repertorio plenamente checo. Qué decir de Gottlob Frick, un espíritu de las aguas, un ondino que sólo en parte se advierte que proviene de Wagner. Porque, al contra- rio que en alguna que otra ópera de Smetana (La novia vendida, desde luego, pero no sólo), la Rusalka de Dvorák no cambia especialmente su carácter por el cambio de lengua. Voz clara y bella, aunque más olvidada hoy, es la del tenor Helmut Schindler. Se cierra el cuarteto protagonista, al que habría que añadir la Princesa extranjera de la excelente Ruth Lange; y la voz bella de Lisa Otto, que será gran mozartiana de posguerra, aquí en un pequeño cometido. El reparto es irreprochable e inalcanzable hasta en los papeles menores. Y el todo lo asegura Joseph Keilberth, gran straussiano, gran wagneriano (moriría dirigiendo un Tristán veinte años después), con la maestría habitual que conocemos entre otras cosas por benéficos registros de radio como éste. El sonido histórico es lo bastante adecuado y tiene la suficiente calidad como para percibir la envolvente construcción sonora de Keilberth y no sólo la seductora o penetrante propuesta de los magníficos cantantes. Aunque en alemán, esta Rusalka es desde ahora mismo una auténtica referencia que ningún aficionado al repertorio checo puede perderse (no están excluidos los amantes de otros repertorios, dada la belleza inmediata y universal de esta obra maestra de Dvorák). Hay demasiadas calidades en este registro que debía de andar por ahí, archivado, sumido en el sueño, en espera de la resurrección. Que llega ahora, en una especie de Pascua florida. Una maravilla. Santiago Martín Bermúdez D D I SI CS O C O S S DONIZETTI-FORQUERAY DVORÁK: Tríos con piano opp. 65 y 90. TRÍO SMETANA. SUPRAPHON SU 3872-2 (Diverdi). 2006. 67’. DDD. N PN De nuevo estos dos conocidísimos Tríos de D v o r á k ; conocido, sobre todo, el Op. 90, “Dumky”, pero también el otro. La discografía que aportábamos en el centenario hace tres años nos daba idea de que estas obras se han convertido en un hit del camerismo. Obras bellas, de belleza inmediata y no difícil, no carecen de sutilezas ni de matices. El Trío Smetana no parece partidario de grandes exquisiteces, y toca estas obras con llaneza, con claridad meridiana, sin acudir demasiado al contraste ni a la sugerencia. El resultado es bello (también “inmediatamente” bello), y aunque no quiere ser contundente, firme, sí es diáfano y sin ambages. Es magistral, desde luego. Sólo que los aficionados pueden echar de menos lecturas más recónditas. Estas son luminosas, sencillamente. Atención: valen para la comparación, pero también para retenerlas como única referencia, aunque nos perdamos otras lecturas más atentas a la finura de la línea y a la raíz del concepto. La palabra ya la hemos dicho: diáfano. Santiago Martín Bermúdez FABBRICIANI: emitir tal cantidad de música? En el mismo libreto (austero, impropio de un sello como Col Legno), se indica que no se recurre en ningún momento a la transformación electrónica. Todo está producido por un instrumento que en manos de Fabbriciani toma características insólitas. Se trata de una flauta contrabajo, de grandes dimensiones, con la que se crean efectos sorprendentes. Pero el disco no es el producto de un simple virtuoso. No se asiste a un programa “convencional” de flauta moderna. Fabbriciani crea un programa que casi habría que llamar de paisajismo sonoro, tanto por lo que de materia hay en esta propuesta como de recreación de la naturaleza. Glaciers in Extinction es una obra en seis secciones, cuyos nombres (Parteze, Carroll Glacier…) corresponden a otros tantos glaciares, inmensas masas de hielo que producen, en su deambular, todo tipo de crujidos y chasquidos. Eso, convertido, domesticado en paisaje sonoro por Fabbriciani, es una sucesión de reverberaciones tan hermosas como espectrales. El fluir de sonidos insólitos hace que la obra atraiga toda nuestra atención y suponga una rareza en el marco en el que se mueven los sellos discográficos de música instrumental. La rudeza del material puesto en juego quizás pueda hacer difícil la escucha del CD de cabo a rabo. Es práctico abordarlo en pequeñas dosis. Siendo la más impresionante la sexta y última sección, pero también la más concisa, casi se recomienda empezar la escucha por ella. Glaciers in Extinction. ROBERTO FABBRICIANI, flauta. FREITAS... ¡BRAVO! FREITAS BRANCO: Concierto para violín y orquesta. BRAGA SANTOS: Encruzilhada. Divertimento nº 1. ALEXANDRE DA COSTA, violín. ORQUESTA SINFÓNICA DE EXTREMADURA. Director: JESÚS AMIGO. VMS 158 (Diverdi). 2004. 69’. DDD. N PN Sucesivamente tardorromántico, franckiano, impresionista y neoclásico, Freitas Branco siguió una evolución coherente consigo mismo y con el conocimiento que iba adquiriendo de la vitalidad musical de su tiempo: vivió entre 1890 y 1955, época singularmente rica y de grandes y profundos cambios estéticos. Si nos guiamos por su Concierto para violín y orquesta de 1916, la falta de conocimiento que de él tenemos más allá de los consabidos datos enciclopédicos —algo común, dicho sea de paso, a casi todo lo que tiene que ver con Portugal— es tan escandalosa como incomprensible. Este concierto debería ser popularísimo, en la línea de los de Lalo, Bruch o Vieuxtemps, con cuya estética entronca y con cuyo lirismo y aliento poético compite directamente. El que suscribe ya es un fan de Freitas Branco en general y de este bellísimo concierto en particular. Versión estupendísima a cargo de un solista entregado y de una orquesta magnífica guiada por un más que competente director titular. Sin duda estamos, por interpretación y por lo interpretado, ante una de las mayores sorpresas de los últimos meses. Y, además, ésta es agradabilísima. Bravo. Sin dudarlo, hay que hacerse con este disco por esta obra maravillosa. Después, tenemos dos obras de Braga Santos (1924-1988), discípulo del anterior y con evidentes vínculos tanto con su gran maestro como con una estética stravinskiana no del todo ajena a Falla. Genial orquestador, su música cautiva de inmediato por su color y por un innegable atractivo melódico y armónico. Muy interesantes y excelentes estas dos obras de Braga Santos que son dignísimas compañeras de viaje —aunque situadas en un plano estético distinto— del soberbio concierto de Freitas Branco. Y la interpretación es, como en el concierto, algo digno de mención y del más entusiasta de los aplausos. resultado de interpretaciones que rezuman ese fervor y esa cohesión. Los cantantes están muy adecuados, aunque de preferir, quizá sea preferible la soprano, y con los conjuntos se llega a un resultado con unción y esplendor que radica en la ejecución radical, y no en esplendorosos detalles. Lo más conveniente para estas obras. Ese clima de suave reflexión se consigue en una labor decantada a lo largo de la experiencia corboziana. En línea con estas intenciones se mueven las dos obras más breves que se registran aquí: Ave Verum y Ave Maria, ambas para voces femeninas y órgano. También muy breve el Tantum ergo op. 55. Más latido de cercanía o un pálpito más mundano, como se quiera, tiene la Messe des pêcheurs de Villerville, en la que Kyrie y O salutaris no son de la autoría de Fauré, sino de su alumno André Messager. La obra, para coro femenino, órgano y orquesta de cámara, y el mismo Fauré refiere una “alegría en los ensayos” que se refleja en esta obra amable y sí, hasta riente. Josep Pascual Francisco Ramos COL LEGNO WWE 20254 (Diverdi). 2005. 57’. DDD. N PN E scuchar al flautista Roberto Fabbriciani en este Glaciers in Extinction, con sus multifónicos y su respiración circular, con el uso extraordinario de la espacialización (gran trabajo del técnico de sonido) es estar ante una montaña de sonidos, la misma que otro gran y prestigioso solista, en este caso del saxo, Daniel Kientzy, logra en cada una de sus actuaciones. La diferencia entre los dos artistas estriba en que el saxofonista se apoya ineludiblemente en el soporte electrónico, mientras que el italiano lo basa todo en la flauta. Pero siempre queda la misma pregunta: ¿cómo es posible que un solo hombre pueda llegar a Alexandre da Costa y Jesús Amigo FAURÉ: Réquiem. Ave Verum op. 65, nº 1. Ave Maria op. 67, nº 2. Tantum ergo op. 55. Messe des pêcheurs de Villerville. PETER HARVEY, barítono; ANA QUINTANS, soprano; MARCELO GIANNINI. ENSEMBLE VOCAL DE LAUSANNE. SINFONIA VARSOVIA. Director: MICHEL CORBOZ. MIRARE MIR 028 (Harmonia Mundi). 2006. 63’. DDD. N PN El veterano Michel Corboz fiel a sí mismo: con calidad, conocimiento exhaustivo de lo que interpreta y ese hacer conjunto donde no destacan detalles, ni solistas, ni se hacen subrayados especiales, sino que se trabaja en amalgama, con el José Antonio García y García FORQUERAY: Piezas de viola. LORENZ DUFTSCHMID, bajo de viola; CHRISTOPH URBANETZ, bajo de viola; JOHANNES HÄMMERLE, clave; THOMAS C. BOYSEN, tiorba y guitarra barroca. 2 CD PAN PC 10190 (Diverdi). 20042005. 114’. DDD. N PN A ntoine Forqueray (1671/21745) se contó entre los más dotados virtuosos de la viola baja en la corte de Luis XIV. Allí 89 D D I SI CS O C O S S FORQUERAY-HAENDEL enseñó los rudimentos de su arte a muchos eminentes personajes. Como compositor sirvió siempre a la máxima brillantez de su instrumento, en contraste con la delicadeza distintiva de, por ejemplo, un Marin Marais. En su vida familiar destaca el hecho de que declarara en contra de su propio hijo en un juicio que llevó a éste a la cárcel. Por fortuna, Jean-Baptiste (16991782) no parece haberle guardado rencor por ello, y además de ayudarle en la edición de su música, en 1747 publicó en nombre del padre una antología doble: para clave solo y para bajo de viola y continuo. Las treinta y una piezas de que consta están agrupadas en cinco suites por tonalidades: re menor, sol mayor, re mayor, sol menor y do menor. Cada una lleva por título el nombre de una persona del entorno de los Forqueray, en su mayoría pertenecientes al círculos de amistades del hijo. En los comentarios incluidos en la carpetilla del disco, Lucy Robinson hace de este dato argumento en defensa de la tesis de que fue Jean-Baptiste el auténtico autor de muchas más de las tres piezas de las que explícitamente se reconoció autor. Sea de ello lo que fuere, como sucede con gran parte de la música instrumental francesa de esta época el estilo indígena se ve constantemente coloreado por influencias italianas, y la sutil interacción de ambas corrientes que resulta requiere de los intérpretes un conocimiento sintáctico específico y profundo. Lo poseen sin duda Duftschmid y sus acompañantes, que se muestran tan acertados en la resolución de los tremendos problemas técnicos con que de continuo de enfrentan como en la plasmación de climas tan sensuales como el que se crea en La Du Vaucel o La Clement, siempre desde un equilibrio entre las voces cuya perfección no se sabría decir si ha sido potenciada o simplemente respetada por los técnicos de sonido. Recomendable no sólo para especialistas, sino para cualquier melómano. Alfredo Brotons Muñoz FURRER: Begehren. PETRA HOFFMANN, soprano; JOHANN LEUTGEB, recitador. VOKALENSEMBLE NOVA. ENSEMBLE RECHERCHE. Director: BEAT FURRER. 90 2 CD KAIROS 0012432KAI (Diverdi). 2003. 87’. DDD. N PN En cuestión de unos pocos meses, ya se encuentra entre nosotros la última novedad de Beat Furrer. Cuando aún no se han apagado los ecos de su muy interesante propuesta para el teatro musical, Fama, el sello Kairos lanza la que es, justamente, la obra anterior en el catálogo del autor austriaco, Begehren. Fama se estrenó en octubre de 2005 y Furrer la presentaba como una “Hörtheater”; suerte de teatro de la escucha, mientras que el eslabón hasta llegar a aquella estilización es la que ahora se edita en disco con igual celeridad, Begehren (“Deseo”), que se estrenó en 2003. Furrer puede presumir no ya de ver grabadas sus dos obras más ambiciosas para la escena y, además, de poder contar con unos intérpretes que se ajustan como un guante a este lenguaje entre recitado, monólogo interior y orquestación muy depurada, sino también con unas tomas de sonido envidiables, que saben transmitir con una viveza apabullante todo el transcurrir de la obra. Fama era, pues, una pieza de “Hörtheater” y esta Begehren es, llanamente, “Musiktheater”. Como siempre en Furrer, el texto es de gran calado. Si en Fama, el libro de Ovidio Las metamorfosis era el sustento literario, aquí se recrea el mito de Orfeo a partir de Virgilio y el mismo Ovidio, a los que se completa con textos tomados de Broch, Eich y Pavese. El dispositivo instrumental era más radical en Fama. Quizás ese arsenal era el que hacía que la obra ganara tanto en su resultado sonoro, mientras que Begehren es aún deudora de cierto manierismo tardo expresionista (el que viene de un Zimmermann), si bien ya se observan algunos giros en el lenguaje de Furrer, como son el gusto por el silencio, los balbuceos y susurros de la parte vocal (influencia de Sciarrino) y los gestos de la instrumentación tendentes a potenciar más los ecos y las reverberaciones que la sonoridad rotunda. Llama la atención la disposición de una sección vocal muy austera, esencialista, privilegiándose el monólogo interior, el recitado, pero también un empleo de un coro de gran plasticidad sonora: comenta la acción no con el viejo estilo hierático, sino con un raro melodismo que es el que tal vez sea el mayor aporte de novedad de la obra, lo que otorga cierto aire de extrañeza al conjunto. Francisco Ramos José Serebier UNA OBRA MAESTRA GLAZUNOV: Sinfonías nºs 4 y 7. REAL ORQUESTA NACIONAL ESCOCESA. Director: JOSÉ SEREBRIER. WARNER 2564 63236-2. 2006. 70’. DDD. N PN A unque la Sinfonía nº 4 de Glazunov pasa por ser una obra cosmopolita —y no en vano está dedicada a Anton Rubinstein—, lo cierto es que desde el primer momento suena auténticamente rusa, con ese Andante bellísimo con que comienza la obra, un solo de corno inglés inconfundiblemente ruso. Pasa aquí como con Chaikovski: no es “oficialmente” ruso, puede no ser genuinamente ruso como los Cinco pero se aprecia con claridad el vínculo de su autor con su mundo musical más cercano. Stravinski dijo, enigmática y significativamente, que “Chaikovski es el más ruso de todos nosotros”, quizá porque lo ruso contempla también algún vínculo con Occidente, y ello es extensible a Glazunov en sus obras más importantes como lo es, sin duda, esta sinfonía. Acaso, esta Cuarta, es más modesta por intenciones y dimensiones que las tres precedentes pero, desde luego, es superior y cabe considerarla como una muestra concluyente de la primera madurez de Glazunov quien, al componerla, contaba con veintiocho años de edad. Domina en todo momento el lirismo aunque también encontramos la vivacidad del mundo del ballet ruso, sobre todo, claro está, en el Scherzo, cuyo trío es un vals de evidente espíritu escénico y danzable. La interpretación es sencillamente soberbia, y es que la propia composición invita a los músicos a dar lo mejor de sí mismos dado el encanto de esta precio- GOUNOD: Mireille. DANIELLE BORST (Mireille), CHRISTIAN PAPIS (Vincent), MARCEL VANAUD (Ourrias), JEAN-PHILIPPE COURTIS (Maître Ramon). CORO DE LA ÓPERA DE LAUSANNE. ORQUESTA RENCONTRES MUSICALES. Director: CYRIL DIEDERICH. 2 CD CASCAVELLE VEL 3098 (Gaudisc). 1993. 125’. DDD. R PN Cascavelle ya editó en su tiempo esta excelente versión tomada en vivo en la Ópera de Lausanne. Vaya por delante la tarea del director, que domina el esti- sa partitura. Habría que ser o muy incompetentes o muy insensibles para “cargarse” esta sinfonía al tocarla y Serebrier y la orquesta escocesa, evidentemente, no sólo no se la “cargan” sino que la defienden con el mayor de los entusiasmos y con la competencia que es habitual en ambos. Los principios cíclicos que aparecen en la Cuarta iluminan la Séptima, terminada en 1902 y llamada habitualmente —y oficiosamente— Pastoral por sus supuestos vínculos con la obra homónima de Beethoven con la cual, la verdad, comparte poco más que su tonalidad, fa mayor, y algún eco más o menos vago en su primer movimiento. Lo cíclico está claramente presente — mucho más que en la Cuarta— pero las formas son, en lo esencial, tradicionales y hay muchos momentos contrapuntísticos de interés. Obra digna de un auténtico maestro merece admirarse como tal pero no llega a cautivar de inmediato como sí lo hace la Cuarta. Versión estupenda como cabría esperar pero la recomendación se impone, por supuesto, por la Cuarta tanto por lo interpretado como por la interpretación. Josep Pascual lo, saca partida de una orquestación variada y colorida, y tiene una decidida noción del relato, que vira de lo lírico a lo dramático, con cuadros siniestros, angustiosos y finalmente apoteósicos de santidad. El elenco es muy parejo aunque conviene destacar a la protagonista, en una difícil faena que empieza siendo lírico-ligera y evoluciona hacia un patetismo que exige D D I SI CS O C O S S FORQUERAY-HAENDEL fuertes recursos dramáticos. En igual situación está el tenor, valiente, sensible y de un arrojo en el agudo más que suficiente. Noble y de autoridad, el bajo y, según conviene, torvo y ancho en lo vocal, el barítono. Abundan los comprimarios, de parigual eficiencia, lo mismo que las masas. Blas Matamoro GRIEG: Suites de Peer Gynt nºs 1 y 2. Marcha fúnebre en memoria de Rikard Nordraak. Una antigua melodía noruega con variaciones, op. 51. ORQUESTA FILARMÓNICA DE BERGEN. Director: OLE KRISTIAN RUUD. BIS SACD-1591 (Diverdi). 2003-2005. 71’. SACD. N PN Ole Kristian Ruud parece tener un problema con Grieg. Es como si el compositor noruego se le quedara pequeño y se viera obligado a “engrandecerlo” a base de variarlo y manipularlo a fin de hacerlo parecer diferente. Y Grieg es quien es. No es un creador particularmente profundo ni dramático, por lo que todos esos juegos con el tempo, artificialmente estirado en algunos casos, junto a un fraseo relamido, que quiere ser el colmo de la expresividad, pero que acaba produciendo el efecto contrario, se vuelven contra la propia música. Y el programa, no por conocido, es menos agradable, además de presentar alguna que otra partitura no demasiado frecuente… Pero, lo dicho, le sobra ese molesto punto de azúcar, que transforma una melodía poética en una sentimentaloide. El sonido es excelente y las notas introductorias, como es habitual en BIS, completas y de calidad. Juan Carlos Moreno GRIEG: Peer Gynt. INGER DAM-JENSEN, soprano; SOPHIE KOCH, soprano; DIETRICH HENSCHEL, barítono; LAMBERT WILSON, actor; VIVIANA ALIBERTI, actriz; EÖRS KISFALUDY, actor. LE MOTET DE GENÈVE. ORQUESTA DE LA SUISSE ROMANDE. Director: GUILLAUME TOURNIAIRE. 3 CD AEON AECD 0530 (Harmonia Mundi). 2000, 2004. 197’. DDD. N PN Loable propósito el de presentar en su contexto la música incidental que Grieg compuso para el monstruoso drama de Ibsen Peer Gynt, pero que sólo tiene sentido en una versión en vivo, como mucho en un DVD, pero no en disco. Primero, por el texto en francés, que ya hace que todo aquel que no domine esta lengua quede un poco perdido y acabe aburriéndose ante tanta parrafada en ella, por muy buenos que sean los actores, que lo son. Segundo, porque escuchar tanta declamación, aunque estuviera en una lengua comprensible para cada cual, acaba rompiendo el seguimiento de la música, fragmentando la audición. La adaptación del texto original, realizada por Alain Perroux, es competente, pero lo dicho, para el escenario, no para una grabación. Por tanto, de los tres discos de que consta esta edición, nos sobran dos. Así de claro. Queda el tercero, que recoge sólo los cortes musicales, canciones y coros incluidos, cantados en su lengua original, el noruego. Y este disco sí que es una maravilla. Es un Grieg colorista, pero llevado también con pulso dramático, con nervio, muy lírico, pero sin recurrir a exageraciones ni gratuidades pseudoexpresivas. La toma de sonido es espléndida y si pudiera adquirirse sólo este disco por separado, la recomendación sería plena. Con los otros dos, la cosa ya es más objetable, pero allá cada cual. Hay versiones disponibles también en inglés y alemán, pero la conclusión es la misma: la música es tan buena, que ya habla por sí misma, sin necesidad de añadirle extracto alguno del drama original. Juan Carlos Moreno GUBAIDULINA: Am Rande des Abgrunds. In Croce. De profundis. Quaternion. JULIUS BERGER, violonchelo; STEFAN HUSSONG, acordeón; ALEKSANDRA OHAR, YOOHAN CHOI, violonchelos. WERGO 6684 2 (Diverdi). 2004. 71’. DDD. N PN H ay una época de esplendor en la carrera de Sofia Gubaidulina que coincide con la década de los años 70. Dos piezas de ese momento se recogen en este CD de Wergo: De profundis e In Croce, ambas ya repetidamente grabadas en disco. De profundis es para acor- deón solo y aquí viene servida por un espléndido Stefan Hussong, un músico del que el sello alemán nos ha ofrecido recientemente algunas perlas (In deep silence, de Hosokawa, Tierkreis, de Stockhausen). Hussong redescubre el lado de ritual que la obra de Gubaidulina poseía con fuerza en aquellos años. Igual hace con una pieza como In croce, cuyo original es para violonchelo y órgano. In croce es posiblemente la pieza de cámara que mejor se conserva del catalogo de Gubaidulina. Si, por momentos, en De profundis, Hussong se gusta cayendo hacia el virtuosismo, a fuerza de crear paredes sonoras, en In croce el signo repetitivo de la secuencia y el dramatismo que impone el violonchelo, llevan a una sonoridad general de plenitud. Es curioso observar, por momentos, en una obra como ésta, de tan sólo 15 minutos de duración, y que nos llega en el arreglo que hiciera la autora en 1992, cómo Gubaidulina no abandona del todo el lado profundamente expresivo, dato deudor del clasicismo de extracción rusa, representado en la línea del violonchelo. Obra de gran vehemencia, de impacto innegable, In croce es ya un clásico de la discografía. Pero tanto Am rande des abgrunds como Quaternion demuestran otro tono en el alma creativa de esta autora en los tiempos recientes. Am rande es de 2002 y está compuesta para siete violonchelos y dos acuófonos (instrumento singular que la misma autora maneja) y no es sino una larga variación a partir de un tema secular: el Dies Iræ. El amplio aliento expresivo de Am rande se vuelve auténtico deslumbramiento a partir del inserto de los acuófonos en la sección central, con lo que se logra un conjunto sonoro de rara perfección, a pesar de la insistencia con que se nos quiere imponer el material de base, el Dies Iræ. Quaternion es para cuatro violonchelos. Compuesta en 1996, la obra demuestra un momento de declive en la autora. Antes que otra cosa, la pieza parece un vasto catálogo de recursos acústicos, de efectos (glissandi, pizzicati, golpes con el arco) y empleo de intervalos en cuartos de tono. Poco consistente y, por momentos, redundante, la obra no capta la atención del mismo modo que sí lo hacen las otras piezas que completan el programa. El lado virtuosístico se impone por encima de la coherencia del discurso, abandona toda la transmisión de espiritualidad con la que la música de Gubaidulina parece imantada. Francisco Ramos HAENDEL: Tobit. MAYA BOOG (Anna), LINDA PERILLO (Sarah), BARBARA HANNIGAN (Azarias/Raphael), ALISON BROWNER (Tobías), KNUT SCHOCH (Tobit), STEPHAN MACLEOD (Raguel). JÓVENES CANTORES. ORQUESTA BARROCA DE FRANCFORT. Director: JOACHIM CARLOS MARTINI. 2 CD NAXOS 8.570113-14 (Ferysa). 2001. 156’. DDD. N PN La muerte de Haendel no significó para sus colaboradores más cercanos el final de la explotación de uno de los talentos más importantes de la historia de la composición musical. John Christopher Smith no sólo siguió montando durante muchos años Mesías y otros oratorios y óperas del maestro, sino que junto con el libretista Thomas Morell cultivó con fruición el género del pasticcio, esto es, la adaptación de nuevos argumentos a músicas previas. Tobit es sólo un ejemplo entre varios de tales prácticas. Con el texto cambiado cuando era menester, la mayoría de sus arias y números corales procede de otros oratorios: Athalia, Esther, Sosarme, Rodalinda, Theodora, Ariodante, etc. De la propia cosecha de Smith son algunos breves recitativos imprescindibles para dar coherencia y continuidad a un argumento extraído de una historia no aceptada por los cánones bíblicos judío y protestante. Y aun Joachim Carlos Martini se ha sentido obligado a rematar la faena con algunos números de su selección. Por suerte, todas las fuentes han sido señaladas con absoluta precisión; por desgracia, no se ha considerado necesario incluir los textos cantados ni siquiera en su original inglés. Sobre todo musical, lo que se oye es en gran parte de Haendel, pero el resultado global sólo en muy mínima proporción. Entre otras cosas, naturalmente también este compositor pasó por fases evolutivas, y la mera yuxtaposición de fragmentos suyos no arroja como producto una obra suya. Los amantes de Haendel pueden extraer algún placer bien de añadir a su acervo un documento de indudable valor histórico que justifica su divulgación, bien de la curiosidad de oír en otras palabras o en otro contexto lo previamente 91 D D I SI CS O C O S S HAENDEL-LISZT conocido; incluso ellos mismos, sin embargo, no es probable que repitan muchas veces la escucha de unos discos por lo demás realizados por un elenco de solistas de notable nivel medio, unos coros de denso empaste y una orquesta asimismo de bellos timbres y exactos ajustes, todos bajo una dirección de acertados criterios estilísticos y recogidos con fidelidad por unas tomas profundas y detallistas. Alfredo Brotons Muñoz HASSE: Serpentes ignei in deserto. VALÉRIE GABAIL E ISABELLE POULENARD, sopranos; STÉPHANIE D’OUSTRAC, mezzo; ANNETTE MARKERT, contralto; ROBERT EXPERT, contratenor. LES PALADINS. Director: JÉRÔME CORRÉAS. AMBRONAY AMY005 (Harmonia Mundi). 2005. 79’. DDD. N PN G rabado 92 en directo en el Festival de Ambronay de 2005, Serpentes ignei in deserto (Serpientes de fuego en el desierto) es un oratorio latino escrito sobre libreto de Bonaventura Bonomo por Johann Adolf Hasse entre 1736 y 1739 para el veneciano Ospedale degli Incurabili y que se registra en disco por primera vez. Articulada en una introducción instrumental, un dúo y ocho arias da capo, con sus correspondientes recitativos, todo acompañado por el tradicional conjunto de cuerdas y continuo, se trata de una obra escrita en el característico estilo virtuoso de la ópera veneciana de la época. Jérôme Corréas, barítono metido hace tiempo a labores de director, conduce con vehemencia y pasión a un equipo instrumental de gran solidez, que sabe dejar el protagonismo a los cantantes, pero a la vez es capaz de sugerir las cambiantes atmósferas contenidas en el texto. El esforzado equipo vocal se mueve entre lo muy bueno de la muy elegante y expresiva Annette Markert y de la ágil y brillantísima Valérie Gabail, auténtico ruiseñor, y los apuros de un demasiado justo Robert Expert, al que el fiato abandona más veces de lo razonable. La veterana Isabelle Poulenard canta con verdadero aplomo y un dominio de la línea extraordinario, aunque la coloratura ya no tiene el brillo de antaño, mientras que la mezzo Stéphanie d’Oustrac resulta siempre muy intensa y dramática, por más que se eche en falta algo más de homogeneidad en el color. Recitativos muy teatrales, rozando en ocasiones lo enfático. Pablo J. Vayón HAYDN: Cuartetos de cuerda populares. THE LINDSAYS. 4 CD SANCTUARY CD RSB 407 (Diverdi). 2007. 240’. DDD. N PN C uatro discos que pueden calificarse de ejemplares por la calidad que atesoran a lo largo de cuatro horas, algunos minutos más, de música cuartetística a la mayor altura y testimonio de lo realizado en directo por este cuarteto de larga vida discográfica, recogiendo doce cuartetos entre la ingente producción de Haydn para esta formación. Sigue el Festetics con su labor, muy elogiada en general, historicista. Esto no es que sea otra cosa: es otro abordaje. Nos da las voces cambiantes del gigante de Rohrau en cada todos los tiempos, haciéndonos pensar en los Adagios en las Siete palabras de Cristo en la Cruz. Claro el contrapunto, hasta agreste cuando así conviene, equilibradas las voces en todo momento, sostenidas en el chelo de GregorSmith, todo perfectamente audible. Logrado el virtuosismo en partes como el Presto final del Cuarteto en re menor op. 42 y el Presto cantarín del Cuarteto nº 5 en re op. 76, con hondura a raudales en los repetidamente señalados tiempos Adagio o Largo cantabile. En el tercer disco, y más concretamente en los dos primeras obras que contiene (Cuartetos nº 5 en fa menor op. 20, y nº 4 en si menor op. 33) los Lindsay nos enfrentan a otra de sus cualidades para este repertorio: la sutileza, mediante la que consiguen no sacar de contexto el Presto del segundo cuarteto de los nombrados con su pizzicato conclusivo. Grabados de actuaciones en directo en el Wigmore Hall londinense el año 1987, los discos gozan de tomas de sonido excelentes, que reflejan el altísimo grado de compenetración entre sí y con esta música que tiene el cuarteto inglés. Los discos se agrupan en una caja que contiene notas no largas aunque sustanciosas. José Antonio García y García HODGKINSON: Vers Kongsu II. Aici Schiteaza pe Acum. Fighting/Breathing. Fragor. De Yoknapatawpha. Further into Hard Stone. TIM HODGKINSON, clarinete y director. HYPERION ENSEMBLE. MODE 164 (Diverdi). 2006. 53’. DDD. N PN Dura, durísima, la música de Hodgkinson es bella como una piedra acaso translúcida, acaso ese cristal ofrecido a Salomé, que permite ver las cosas que no existen. Una piedra que resiste al escultor, al buscador de oro, al taladrador metropolitano. Una piedra, una obra magnética, y múltiple, con instrumentos acústicos, con o sin cinta, a veces modificados por ordenador, una música radical como no se había escuchado hace ¿cuánto tiempo ya? Pero ¿por qué o cómo una música puede trasmitirle a uno esa sensación de radicalidad? Quizá porque uno intuye que el compositor o su música no intentan conmover, tampoco seducir o atraer: es una música centrífuga, que nos aleja de ella por su combate entre la sincronización y el desajuste, música antipática, evocando un mundo a lo Lovecraft. Es este sentido y dentro de esa estética, Aici Schiteaza, para conjunto instrumental y cinta magnética, es ejemplar: superposición de recuerdos, de sueños, de pesadillas, lluvias… Y uno se da cuenta de que, aun sin entender mucho o nada, está atraído (¿desde hace cuánto?) por esa música, que la ama; y es cuando empieza a rebelarse contra esa atracción. Este no es Francesc Guillén PANORÁMICA HOMS HOMS: Suite “Entre dos líneas”. Concertino para piano y orquesta de cámara. Suite para piano op. 1. Adagio para cuerdas. Ciclo 1 “El caminant i el mur”. Díptico I para piano. JORDI MASÓ, piano; MONTSERRAT TORRUELLA, mezzo. ORQUESTRA DE CAMBRA DE GRANOLLERS. Director: FRANCESC GUILLÉN. NAXOS 8.570306 (Ferysa). 2006. 64’. DDD. N PE B asándose en una colección de siete piezas fáciles para piano, Homs creó en 1948 su encantadora Suite “Entre dos líneas”, la obra con que empieza este interesantísimo disco. Composición cercana al neoclasicismo de corte stravinskiano aunque pueda recordar por momentos a otro de los clásicos del siglo XX, a Bartók, y hasta algo del espíritu de Les Six, sobre todo en el Tempo di vals. Después escuchamos el Concertino para piano y orquesta, un año anterior y que el autor nunca vio estrenado, lo mismo que su Opus 1, la Suite para piano de 1921 que le sigue en el programa. Ambas composiciones manifiestan influencias francesas pero el afecto del autor por la música germánica se evidencia con claridad en el expresionista Adagio para cuerdas, de 1952, procedente de su Cuarteto nº 3 dos años anterior. Evidentemente, es aquí donde encontramos al Homs más genuino y, con mucho, al más personal y perdurable, si bien no está de más conocer las obras comentadas por tratarse como se trata de composiciones debidas a un gran músico, y más si las versiones son de calidad como es el caso. Seguimos con el mejor Homs en El caminant i el mur, de 1962, en espléndida y sentida interpretación, y terminados con dos obras de la década de 1970 de una esencialidad magistral y de una concisión ejemplar. Así pues, tenemos en un solo compacto una rica e ilustrativa panorámica de la creatividad de Homs a lo largo de buena parte de su vida — obras de entre 1921 y 1974— con lo cual queda bien claro que se impone la recomendación más entusiasta. Josep Pascual D D I SI CS O C O S S HAENDEL-LISZT sino mi parecer; hubiera quizá tenido que decir que el compositor estuvo en Siberia, que escuchó la música de los chamanes (supongo que para eso un músico viaja a Siberia) que hizo lo que había que hacer para viajar con ellos en los mundos imaginarios… y acaso eso explique la magia de esta música. Pierre Élie Mamou sa dosificación de la densidad sonora. El Cor Madrigal, una verdadera institución en la Barcelona coral del último medio siglo y bajo la dirección de su titular desde 1993, Mireia Barrera, logra una afinación casi siempre segura, justa de ritmo e intención estructural y con una correcta diferenciación de planos vocales, algo destemplados en el registro agudo y más cálidos en las voces graves. HOMS: Música para coro mixto a cappella: Missa per a cor mixt a cappella. Antífona. 6 responsoris. En la meva mort. Lluna i llanterna. El poder del cant. 6 Nadales tradicionals catalans. COR MADRIGAL. Directora: MIREIA BARRERA. AUTOR SA0128. 2005. 55’. DDD. N PN A raíz de la celebración del centenario de su nacimiento el pasado año, parece que por fin el mercado discográfico español atiende al amplio y rico catálogo de Joaquim Homs, acercándose tanto a su música de cámara (Verso, Ars Harmónica) como a la producción orquestal (Columna Música, Naxos); en este sentido, la selección de su menos difundida música coral que plantea este nuevo registro contribuye además a dar a conocer su primera etapa creativa de madurez, la de la primera posguerra, puesto que, salvo dos breves piezas fechadas en 1966 (En la meva mort) y 1982 (el exquisito díptico Lluna y llanterna. Dos antics poemes xinesos), el repertorio grabado se inscribe entre 1939 —año en que su Cuarteto de cuerda nº 2 se programó en el Festival de la Sociedad Internacional de Música Contemporánea en Varsovia— y 1951, cuando Homs había comenzado ya su personal exploración del mundo dodecafónico en un proceso de constante maduración. Así, la armonización de los 6 Nadales tradicionals catalans aún se nutre del estilizado acercamiento al acervo folclórico cercano al espíritu del Gerhard vocal, mientras que la Missa (1943) hace un uso muy expresivo del contrapunto, brillante en el Credo y recogido en el espléndido Agnus Dei, circunstancia también visible en los 6 responsoris, de larga gestación (1939/51) y en ocasiones punzante cromatismo (Caligaverunt), dentro de una muy riguro- Germán Gan Quesada LARRAÑAGA: In ómnibus. Lamentación primera del primer día. Oratio Jeremiæ. Missus est. ISABEL ÁLVAREZ, soprano; AINHOA ZUBILLAGA, mezzosoprano; XAVIER SABATA, contratenor; JESÚS GARCÍA ARÉJULA, barítono. CAPILLA PEÑAFLORIDA. PEÑAFLORIDA ENSEMBLE. Director: FABIO BONIZZONI. NB 005 (Diverdi). 2006. 49’. DDD. N PN F ray José de Larrañaga, nacido en Azkoitia en 1728, vivió muchos años, los suficientes para conocer en su juventud la obra del aún vivo Haendel y para sobrevivir después a Mozart en nada menos que quince años. Fue desde luego un hombre de su tiempo, conocedor del órgano, comprometido con sus convicciones religiosas, como prueba su legado como autor, dominado por una veintena larga de obras litúrgicas. Se asomó en ellas a un barroco ya en su ocaso, un poco italiano y un poco francés, y también a un primer clasicismo que llegó algo tarde a esta zona del sur de los Pirineos, siempre sobre una base recogida de la tradición hispana del diecisiete. Tantos estilos se ordenan en admirables síntesis compositivas nacidas a la luz de ese racionalismo ilustrado con el que el músico se identificaba como miembro que era de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País. Hay en las cuatro composiciones que se recuperan en este disco, todas ellas a cinco voces con diversos acompañamientos instrumentales, armonías sencillas pero efectivas, bellísimos claroscuros, cuidadas líneas vocales y, ante todo, sonoridades ricas y variadas, a veces al servicio de fines verdaderamente dramáticos. Así lo ve el milanés Fabio Bonizzoni, capaz de revelar todas las influencias sin necesidad de mezclarlas, orde- nando tantos colores para dejar que fluyan de forma clara y natural, siempre con la sabiduría y la vitalidad que se le reconocen. A sus órdenes, el Peñaflorida Ensemble entra con fuerza en el terreno del disco, luciendo una cuerda ágil y flexible, unos vientos precisos y unos timbales de adecuada contundencia, en tanto las voces de la Capilla Peñaflorida forman un maravilloso y entonado conjunto que cree firmemente en lo que canta. Los solistas están en general a la altura, con emotivas aportaciones del contratenor Xavier Sabata en la Lamentación primera del primer día y un hermoso diálogo entre la soprano Isabel Álvarez y la mezzo Ainhoa Zubillaga en el Missus est final. Es un disco que enseña, que desentierra, que reivindica y que además viene muy bien presentado, un importante valor en el rescate de nuestro patrimonio musical. Asier Vallejo Ugarte LIPINSKI: Rondo alla polacca op. 13. Concierto para violín y orquesta op. 14. Variaciones de bravura sobre una romanza militar op. 22. ALBRECHT LAURENT BREUNINGER, violín. ORQUESTA SINFÓNICA DE LA RADIO POLACA. Director: WOJCIECH RAJSKI. CPO 999 912-2 (Diverdi). 2001-2002. 73’. DDD. N PN Con casi un cuarto de hora de piruetas sobre las cuerdas del violín, y en el que no faltan asombrosos saltos mortales, empieza este compacto. Se trata del espectacular Rondo alla polacca de Karol Lipinski (1790-1861), una especie de Paganini polaco que, evidentemente, dominaba el violín, instrumento que, sin duda, no tenía secretos para él. Y si la obra con que empieza el programa es un festival de fuegos artificiales, la última, de duración similar es otro tanto y más de lo mismo por muy grata que sea su audición, que lo es y mucho. Lipinski se nos muestra en ambas obras muy cerca de un virtuosismo que podríamos considerar cercano al belcantismo, casi operístico, en la línea de un Paganini pero sin la exquisitez de un Chopin. Y entre ambas obras, un concierto para violín y orquesta un punto más ambicioso pero que, como en obras similares de Paganini, está en la misma línea para lo mejor y para lo peor. Y es que si Paganini es atractivo, que lo es, pues otro tanto cabe decir de Lipinski, pues tanto en uno como en otro, y en medio de un caudal que a veces raya la charlatanería, advertimos espíritus sensibles y auténticos músicos. Muy interesante y, sobre todo, una auténtica gozada, aunque uno pueda terminar casi tan agotado tras la audición como el sufrido violinista, el cual por cierto, defiende su parte con la brillantez que las obras y el estilo requieren. Josep Pascual LISZT: Doce Estudios trascendentales. NELSON GOERNER, piano. CASCAVELLE 3029 (Gaudisc). 1999. 63’. DDD. N PN Sale ahora a la venta en disco el registro del vivo que Nelson Goerner hizo en Génova en el año 1999, en el que interpreta la totalidad de los Estudios trascendentales de Liszt. Goerner, acreditado intérprete de Liszt (Primer Premio del Concurso Franz Liszt en 1986 y del Concurso de Ginebra en 1990), se distingue por ofrecer un Liszt refinado y pulcro, con una especial atención a la poesía del sonido. Su espíritu con el repertorio es generoso, tomando apenas precauciones y entregándose con elocuencia y convicción a lo que son unas partituras, algo harto sabido, de sumas dificultades, tanto técnicas como musicales, si es que esto puede desunirse. El pianista encuentra en ellas el canal expresivo deseado, la fuerza comunicativa que llega al oyente con fuerza y calidez. Nelson Goerner trabaja la retórica de estos estudios con solvencia y eficacia pianística: su talento le permite una mezcla de pulcritud y audacia que encaja en las partituras. Por lo general, su elaboración no se resiente del vivo, aunque existen algunos resbalones, estos no dificultan ni entorpecen la música: la inmensa dificultad de las obras lo justifica. La esencia de las partituras en sí misma es espiritual. Palabras del propio intérprete: “En estos Estudios, la dificultad técnica —que precisa todos los recursos sonoros del pianista y de su instrumento— permanece siempre a la merced del ideal más noble: al servicio del espíritu”. Atractivas, cuidadas y virtuosas versiones que bajo la mirada profunda del intérprete adquieren la justa y merecida dimensión. Emili Blasco 93 D D I SI CS O C O S S LÓPEZ ARTIGA-MOZART LÓPEZ ARTIGA: Los inmortales. Ensayos. ÁNGELES LÓPEZ ARTIGA, piano. TAÑIDOS SRD-348 (Several Records). 2007. 54’. DDD. N PN Soprano, pianista, pedagoga, musicóloga y activista musical, Á n g e l e s López Artiga (Masamagrell, Valencia, 1939) decidió llevar sus inquietudes musicales al terreno de la composición en la década de los ochenta del siglo pasado. El CD que ahora nos presenta Tañidos recoge dos series de obras breves para piano, la una estrenada en 1990 (Los inmortales) y la otra que ve la luz por primera vez en esta grabación (Ensayos). En la serie de preludios, la pianista de vocación aprovecha su vasto bagaje de intérprete y se inspira en el poemario homónimo de Aleixandre, cantando lírica y sentidamente a La Tierra, El Aire, La Lluvia, El Sol, La Palabra, El Mar y El Fuego con ecos impresionistas, aunque fundamentalmente su música nace de la directa traslación al pentagrama de sus vivencias, saberes y sensaciones. Esas impresiones, en el caso de Ensayos se originan en la reflexión musical en torno a la vida de siete grandes mujeres: Julieta Capuleto, George Sand, Teresa de Jesús, Juana I, Salomé, Marie Curie y Electra. La particular idiosincrasia de cada una de ellas lleva a la compositora a introducir distintos elementos y a echar mano de diferentes herramientas idiomáticas en su visión estética de cada personaje. Ni que decir tiene que la compositora se siente aquí, y así, más completa y mejor realizada al interpretar ella misma sus propias creaciones. José Guerrero Martín LUCIER: Ever present. Piper. Fan. 947. Silver streetcar for the orchestra. MATT WELCH, cornamusa. DRESCHEROKABE-AMBRUSTER TRIO. MAKI MARUTA, YOKO NISHI, kotos; BRIAN JOHNSON, triángulo; JACQUELINE MARTELLE, flauta. MODE 178 (Diverdi). 2005. 65’. DDD. N PN 94 Si un Ligeti crea en los Études para piano la ilusión, en la escucha, de disponer de varias líneas de instrumentación, Alvin Lucier sorprende no menos al conseguir subyugantes efectos de masa con un material extraordinariamente reducido (suerte de minimalismo que procede del lado más radical, el propuesto por La Monte Young), como es el caso de la pieza Silver streetcar for the orchestra, incluida en este CD de Mode. Silver streetcar, por su mismo título, pareciera que viene dispuesta polifónicamente (lo que sería una rareza en el catálogo de Lucier), pero, en la práctica, se trata de una pieza para triángulo solo. Simplemente con la colocación de un micrófono a milímetros del instrumento se crea un efecto de saturación que, añadido a la obstinada repetición del restringido material de base, alcanza momentos de gran belleza. Con este CD de Mode no estamos ante un disco de las magistrales cotas alcanzadas en los recientes Wind shadows y Small waves, pero este Ever present, a pesar de ceñirse sobre todo a obras instrumentales de Lucier, con lo que está ausente el siempre atrayente empleo del oscilador para conseguir una particular profundidad del sonido, contiene suficientes alicientes como para situarlo en la “normalidad” del estilo Lucier. Si es el tema Ever present el momento más pleno y el que obedece con mayor propiedad al mundo de sonidos altamente saturados del autor, piezas como Piper o la citada Silver streetcar no desmerecen en cuanto a la creación de un continuo del que es difícil distinguir las particularidades de los instrumentos. El timbre queda anulado por la técnica del cluster, aquí muy poderosa. Piper es para cornamusa, pero muy bien podría haber sido compuesta para cualquier otro instrumento de viento. Es como si el sonido de la cornamusa nos llegara tras el violento chocar con un muro o una pantalla. El músico deja que el instrumento resuene y son los mil matices resultantes los que nos producen extrañeza aquí y en las restantes y fascinantes obras de este artista único que es Lucier. Francisco Ramos MANCHICOURT: Misa Cuidez vous que Dieu nous faille. Motetes. Magnificat. THE BRABANT ENSEMBLE. Director: STEPHEN RICE. HYPERION CDA67604 (Harmonia Mundi). 2005. 67’. DDD. N PN U no de los mejores discos de polifonía renacentista que he escuchado nunca está dedicado a Pierre de Manchicourt. Lo grabó Paul van Nevel para Sony Vivarte en 1996, cuando su Huelgas Ensemble estaba en un momento esplendoroso. El nombre del compositor flamenco (que nació hacia 1510 y murió en 1564) ha figurado luego en algunas otras grabaciones dispersas y ha servido como motivo para una serie que le dedica desde hace un par de años un coro bostoniano en el sello americano Arsis (nada que ver con la marca aragonesa de igual nombre) antes de esta nueva irrupción en Europa de la mano del conjunto The Brabant Ensemble, coro oxoniense de cámara fundado en 1998 que ofrece aquí la Misa Cuidez vous que Dieu nous faille (con la canción homónima a partir de la cual está construida, original de Jean Richafort), la antífona mariana a 6 voces Regina cæli, los motetes Peccantem me quotidie, Ne reminiscaris, Domine (a 4) y Osculetur me (a 6) y un Magnificat de segundo tono, en el característico estilo alternatim, con la polifonía a 4 y 5 voces. La interpretación es puro sonido inglés. Redondo, brillante, vertical, bien afinado, con una mezcla y un empaste de voces muy escrupuloso, que privilegia ante todo la sonoridad potente y homogénea del conjunto, sin ángulos ni aristas ni atención especial al timbre individual. Ocasionales acentos vigorosos y pequeños matices dinámicos dispuestos con inteligencia dan intensidad a momentos de especial unción expresiva, pero la sensación general es sólo de una correcta frialdad. Pablo J. Vayón MARTIN: Concierto para violín y orquesta. Concierto para siete instrumentos de viento, timbales, percusión y orquesta de cuerdas. Danse de la peur. MICHAEL ERXLEBEN, violín; ADRIENNE SOÓS E IVO HAAG, pianos. ORQUESTA DE LA ESCUELA MUSICAL DE WINTERTHUR. Director: JAC VAN STEEN. MDG Scene 601 1280-2 (Diverdi). 2004. 65’. DDD. N PN Treinta años después de su muerte, Frank Martin continúa siendo uno de los compositores más admirados de su Suiza natal. Llegó tarde al mundo de la com- posición. Publicó su primera obra cuando tenía treinta años y su primera obra de madurez llegó a los cincuenta. Compuso una gran cantidad de piezas para instrumento solista y orquesta, especialmente durante los años cincuenta (época en la que firmó las dos primeras obras de este disco). Desde su aparente distanciamiento y un injustamente criticado academicismo, Martin supo insuflar sus obras de un socarrón sentido del humor y un extraordinario virtuosismo instrumental. Un ejemplo de ello lo encontramos en el Concierto para siete instrumentos de viento, pieza de exquisita construcción cuyo desarrollo se ve enriquecido por su sentido del color y la riqueza rítmica. Los miembros de esta ya veterana formación no logran, quizás, alcanzar los niveles de finura requeridos, pero sí logran desentrañar, bajo la efectiva dirección de van Steen, la complejidad tímbrica y sus contrastes. Lo mismo ocurre con el Concierto para violín. Michael Erxleben lo plantea desde una óptica netamente romántica entendiendo, correctamente, que es heredero de los grandes conciertos románticos. Danse de la peur fue escrita mucho antes, en los años treinta. Es una pieza para dúo de pianos y orquesta escrita bajo la influencia de Schoenberg, aunque nunca siguiese sus dictados estéticos. Carlos Vílchez Negrín MASCAGNI: Cavalleria rusticana. ANDREA BOCELLI (Turiddu), PAOLETTA MARROCU (Santuzza), STEFANO ANTONUCCI (Alfio). CORO Y ORQUESTA DEL TEATRO MASSIMO BELLINI DE CATANIA. Director: STEVEN MERCURIO. DECCA 475 7853 (Universal). 2002. 78’. DDD. N PN M ercurio, apreciable compositor y director de orquesta todo terreno, plantea en términos de extrema limpieza esta muestra imbatible del repertorio verista, con tiempos más bien lentos lo que hace perder a la lectura algo de tensión pero no de claridad y desarrollo dramático. Este concepto ayuda al popular protagonista masculino, un Bocelli de indudable garra vocal, a pesar de las desigualdades entre el registro centro-medio y el centro-agudo, de menor presencia y anchura. D D I SI CS O C O S S LÓPEZ ARTIGA-MOZART Su canto, siempre mórbido y musical, carece de cualquier intención dramática lo que supone unos resultados fríos que poco se adaptan a la esencia de este tipo de repertorio. La Marrocu es una Santuzza que sí suena más centrada en las características de un personaje resuelto con suficiencia, con medios atractivos aunque un tanto impersonales evitando cierta tendencia a irregularidades en el color. Antonucci es un Alfio del montón, en el sentido más rescatable del término, como asimismo resultan la Lola algo matronil de Enkelejda Shkosa (en papel por debajo de sus posibilidades) y la mamma Lucia de Elena Belfiore. MITTERER: MORLEY: MOZART: Coloured noise. KLANGFORUM WIEN. Director: PETER RUNDEL. The First Book of Consort Lessons (selección). LA CACCIA. Director: PATRICK DENECKER. Tríos con piano K. 254, 502 y 564. TRÍO GUARNIERI DE PRAGA. KAIROS 0012592KAI (Diverdi). 2005. 69’. DDD. N PN K rivine se pone al frente de esta orquesta por él fundada y obtiene un Mendelssohn competente y efectivo, con una visión que no es propiamente la romántica más aceptada, sino con un algo de brusquedad en la articulación al modo —salvando las distancias— de los recreadores historicistas. Para algo Krivine utiliza en su orquesta la mezcla de instrumentos actuales con los históricos. Es como un ángulo algo distorsionado de las obras, que hace brillar la justeza de la escritura. No son estas interpretaciones comentadas el paradigma en estas composiciones grabadas una y otra vez, ni el registro es especialmente brillante en lo sonoro. Sería ocioso hablar de la Italiana, con sus evocaciones berliozanas y referencias localistas, y la De la Reforma era valorada por su autor “…por lo que representa” (óigase esto como homenaje de un judío converso, al protestantismo que cita una vez y otra con motivos musicales totalmente luteranos). Una y otra sinfonías tienen atractivos suficientes por sí mismas, aunque estas interpretaciones no sean especialmente descollantes. Está claro que a un compositor como Wofgang Mitterer (n. 1958), igual que a su compatriota Bernhard Lang, le interesa organizar la música como una energía viva. La fisicidad y la corporeidad del material dispuesto por Mitterer proviene ante todo de su alejamiento de la concepción del concierto tradicional, en pos de una fusión con elementos tomados del free jazz, el arsenal electrónico y la expresión pop. Si en el disco precedente de Mittterer, editado por Col Legno y comentado recientemente en estas páginas, el órgano era el catalizador ideal de todo este impulso en piezas de gran abstracción, en la extensa obra ahora grabada por Kairos, Coloured noise, el arsenal lo integra igualmente el órgano, pero también el conjunto instrumental. Coloured noise es de 2005, es decir, 15 años después que la pieza mayor de aquel disco de Col Legno, Die zeit spielt keine rolle. Entre ambos registros, el sello Hat Hut, en su colección jazzística Hatology, ha publicado una obra de clara inspiración improvisatoria, Radio Fractal/beat music, que despedía un fuerte aliento de libertad. A su lado, el tono general que se observa en el nuevo Coloured noise, con una formación del Klangforum Wien casi transformada en una banda de jazz, es de una gran pesantez. No se toman del free jazz o de los nuevos signos de la modernidad aquello que pueda servir para regenerar el propio discurso, sino que todos esos elementos dispersos llevan al encorsetamiento, a un híbrido en el que es difícil contemplar apenas alguna señal de originalidad por parte de Mitterer. Dicho de otra manera, el cúmulo de efectos técnicos que pululan por esta pieza y el caudal de colisiones entre los distintos timbres, no sirve para airear el lenguaje, sino para sumergirlo en una zona de alarmante inexpresividad. La obra, en sus cinco secciones, desfila ante el oyente sin pena ni gloria, carente como está de cualquier atisbo de inventiva: no siempre el recurso a materiales heterodoxos asegura un logro compositivo. José Antonio García y García Francisco Ramos Fernando Fraga MENDELSSOHN: Sinfonía nº 4 en la mayor “Italiana”. Sinfonía nº 5 en re mayor “De la Reforma”. LA CHAMBRE PHILHARMONIQUE. Director: EMMANUEL KRIVINE. NAÏVE V 5069 (Diverdi). 2006. 54’. DDD. N PN RICERCAR. RIC 251 (Diverdi). 2006. 67’. DDD. N PN El éxito de la primera edición, en 1599, fue tan grande que la segunda sólo se hizo esperar doce años. Sin embargo, la reconstrucción del First Book of Consort Lessons ha sido ardua, pues todas las fuentes disponibles estaban sumamente dispersas, pues nunca se publicaron más que “materiales” y en varios casos ha habido que realizar reconstrucciones. La colección completa consta de 27 composiciones de diversos autores arregladas por Thomas Morley (1557-1602) para broken consort, esto es, para un conjunto de seis instrumentos diversos (flauta de pico, laúd, alto y bajo de viola, sistro, pandora), en oposición al whole consort, donde todos pertenecían a la familia de las violas da gamba. En este disco se ofrecen dieciséis muestras, donde entre los “originales” encontramos compositores de tanto renombre en la música renacentista inglesa como, aparte del propio Morley, Peter Phillips, Richard Allison, John Dowland o William Byrd, más otras cinco piezas de diferentes procedencias como complemento. Aun con la humildad que impone el hecho de tratarse de un primer contacto, la sinceridad obliga a confesar que la sensación producida en uno por la mera escucha ha sido de cierta frustración o desencanto con respecto a las expectativas de vitalidad suscitadas por los conocimientos previos acerca del país y del período histórico: verdaderamente, todo diríase tocado como con guantes y temiendo romper la porcelana, y las emociones que se producen son de una frialdad inmediatamente desmentidas por el mismo oxímoron que en sí constituyen. Aunque quizá lo que haya condicionado a los intérpretes sea el recuerdo de la violagambista belga Sophie Watillon, fallecida en 2005 a los treinta y nueve años de edad. A ella están dedicados expresamente el disco y, muy especialmente parece, la repetición de la nana Balowe de Morley, con las voces de los intérpretes susurrando por debajo de sus instrumentos en una pista, la 22, no anunciada en la carpetilla. Alfredo Brotons Muñoz PRAGA PRD/DSD 250 233 (Harmonia Mundi) 2006. 57’. SACD. N PN De acuerdo con lo entonces vigente, el Trío en si mayor K. 254 tiene el soporte esencial en el teclado, cuya misión para la mano izquierda dobla el violonchelo, estableciéndose en el Adagio central un verdadero dúo entre la mano derecha del pianista y el violín, sin que el último tiempo sea propiamente danzable. Tal vez sea el Trío en si mayor K. 502 el más evolucionado de los tres que aquí se registran (pese a ser dos años anterior en factura al K. 564), presentando una estructura más cuartetística que de trío, si juzgamos sustituidos segundo violín y viola por las dos manos del pianista, resultando algo más simplista el Trío en sol mayor K. 564. Los músicos checos dan a estas obras entidad incontestable, con una solidez que se contrasta en todos los instrumentos: la construcción y la claridad son impecables, sin reproche posible, pero se queda uno pensando si no habría estado bien algo de duende —austriaco, claro— añadido. José Antonio García y García MOZART: Cuarteto para cuerda en la mayor K. 464. Quinteto para cuerda en re mayor K. 593. HSIN-YUN HUANG, viola. CUARTETO BRENTANO. AEON AECD 0747 (Harmonia Mundi). 2007. 62’. DDD. N PN P álida interpretación la del cuarteto americano, que posee un historial que a muchos haría palidecer. Y reiterado el adjetivo, es que esa es la impresión que produce el discurso del Brentano, impregnado de una timidez improcedente, con tempi pausados (que eso sería lo de menos si fueran capaces de obtener cohesión y fuerza) hasta no poder hacer mención de nada más que de esa abrumadora sensación de estar leyendo en un espejo semiempañado. Todo está tímido, falto de definición. Y no es cuestión de mi equipo de sonido, porque el Quinteto adquiere otra vida, aunque tampoco se distinga 95 D D I SI CS O C O S S MOZART-PADRÓS por la valentía. Es en el cuarteto donde esa sensación recibida resulta aplastante. ¿Hay convicción en esa línea? Pues seguramente sí. Pero no puede uno estar escuchando algo bien tocado y con las cosas en su sitio, pensando continuamente que Mozart es mucho más que un músico de salón. Si nos metemos en esta estética se puede disfrutar (siempre se puede hacer con la música del salzburgués) pero se sigue pensando que esto está desvirtuado. José Antonio García y García MOZART-HUMMEL: Concierto para piano nº 18. Sinfonía nº 40. FUMIKO SHIRAGA, piano; HENRIK WIESE, flauta; PETER CLEMENTE, violín; TIBOR BÉNYI, violonchelo. BIS CD-1567 (Diverdi). 2006. 62’. DDD. N PN 96 El arte de la transcripción, hoy en desuso por los medios de reproducción sonora, fue durante siglos la mejor manera de acercar al gran público las grandes partituras operísticas y sinfónicas del repertorio. En esta línea, el sello sueco BIS recupera dos de las obras orquestales más conocidas del genio de Salzburgo en sendos arreglos de quien muchos consideran el último gran representante de la escuela clásica vienesa, Johann Nepomuk Hummel. Alumno de Mozart, con quien convivió entre 1785 y 1787, Hummel conocía como pocos el estilo de su maestro. De ahí que, también para ganarse un buen sobresueldo, se embarcara en la transcripción para un conjunto formado por piano, flauta, violín y violonchelo de un buen puñado de composiciones orquestales mozartianas. Y el resultado sólo cabe calificarlo de espléndido. Sus adaptaciones son absolutamente respetuosas con los originales y, si bien éstos son siempre preferibles, hay que quitarse el sombrero ante la inventiva y la sensibilidad de que hace gala Hummel. Lógicamente, y dado que este compositor fue uno de los pianistas más sobresalientes de su tiempo, la parte del león se la lleva el piano, ejerciendo el resto de instrumentos de acompañantes, mas el conjunto no deja de convencer ni seducir en ningún momento. También por la interpretación que se nos ofrece, con Fumiko Shiraga al teclado Josef Krips LECCIÓN DE ESTILO MOZART: Sinfonías nºs 21-41. ORQUESTA DEL CONCERTGEBOUW DE ÁMSTERDAM. Director: JOSEF KRIPS. 6 CD DECCA 475 8473 (Universal). 1972-1973. ADD. H PM S alvo error, esta es la cuarta reedición en CD de esta célebre colección de las Sinfonías de madurez de Mozart por Krips y la Concertgebouw, versiones de las que ya hemos hablado suficientemente desde estas páginas en las citadas tres ocasiones anteriores, además de en otras más al compararlas con las grabaciones de otros directores. Recordemos ahora las características esenciales de esta lección de estilo en la que todo canta bajo la batuta siempre serena, natural, expresiva y equilibrada de este mozartiano ejemplar: texturas claras, viva articulación, justo dramatismo (un punto insuficiente en algunas sinfonías como las nºs 25 y 40), exquisito fraseo y cálida sonoridad propiciada por ese maravilloso conjunto que es la Orquesta del Concertgebouw, constituyen las líneas maestras de las recreaciones de Krips, echándose de menos quizá secundada por otros tres excelentes artistas. Juntos bordan este infrecuente Mozart, sobre todo el concierto, un prodigio de elegancia, equilibrio y buen gusto. En definitiva, clasicismo en estado puro. Y del bueno. Juan Carlos Moreno MOZART: Bastien und Bastienne. Der schauspieldirektor. ILEANA COTRUBAS (Bastienne), THOMAS LEHRBERGER (Bastien), PETER VAN DER BILT (Colas), EDITA GRUBEROVA (Herz), KRISZTINA LAKI (Siberklang), THOMAS MOSER (Vogelsang), ISTVÁN GÄTI (Buff). MOZARTEUM-ORCHESTER. Director: LEOPOLD HAGER. ORFEO C705061 B (Diverdi). 1969, 1976. 61’. DDD. N PN Dos obras de Mozart, Bastien und Bastienne, tercera ópera estrenada en 1768 y Der Schauspieldirektor, en 1786 marcan un intervalo en la vida del compositor, donde se puede constatar algo más de impulso y mordiente en el por otra parte magníficamente construido movimiento final de la Sinfonía Júpiter. De todas formas, en pocas ocasiones como en ésta podrán apreciar ese peculiar fraseo mozartiano y esa manera de respirar que permite a cada nota tener su propio carácter y expresión. A pesar de ello y como ya es sabido, las obras de este calibre están sujetas a múltiples interpretaciones y el mercado discográfico nos ofrece numerosas aproximaciones igualmente válidas y defendibles, aunque bajo otros criterios interpretativos (Klemperer, Beecham, Walter, Szell, Kubelik, Fricsay, Böhm o Karajan entre los directores ya desaparecidos; y el discutido y ya veterano Harnoncourt entre los de ahora, versiones las de este último que sería conveniente volver a repasar y estudiar bajo otras perspectivas). De cualquier forma y a pesar de la abundancia de versiones maestras de este repertorio, el conjunto firmado por Krips hay que elevarlo a las cimas más altas: su “perfección apolínea” (como decía Reverter en el tanto la genialidad de la primera, como la profunda madurez de la segunda, con planteamientos aparentemente muy sencillos, pero de una inspiración impactante. Estas dos obras formaron parte de representaciones en el Festival de Salzburgo, bajo la dirección de Leopold Hager, que sabe reflejar la fluidez de las situaciones, con una versión muy teatral y profunda, que refleja la inspiración del joven compositor, con una orquesta transparente, llena de sensibilidad y contrastes. En la primera, del 31 de julio de 1969 destaca Ileana Cotrubas, por su dominio del estilo, su musicalidad y fragancia canora, estando acompañada por el eficaz Peter van der Bilt y el correcto Thomas Lehrberger. Der Schauspieldirektor esta presentada, sin diálogos, con los fragmentos musicales, en una función del 29 de julio de 1976 y destacan la picardía y vitalidad de Edita Gruberova, con sus medios siempre brillantes, la seguridad y elegancia de Krisztina Laki, el buen fraseo de Thomas Moser y la profesionalidad de István Gäti. Albert Vilardell monográfico dedicado a la Música Sinfónica en disco, pág. 135), su ligereza, encanto e idioma hay que situarlos dentro de las versiones ya clásicas en la historia de la fonografía. No se pierdan esta nueva oportunidad, excelentemente presentada, con buen artículo en los idiomas habituales y con las magníficas tomas de sonido Philips de los años setenta nuevamente reprocesadas, ahora bajo el sello Decca. Ideal para cualquier melómano, especialmente los que desaprovecharon las tres ocasiones anteriores y no pudieron adquirir en CD este paradigma de la discografía mozartiana. Enrique Pérez Adrián MOZART: Le nozze di Figaro. MARCELLA POBBE (Contessa), RITA STREICH (Susanna), BIANCA MARIA CASONI (Cherubino), RENATO CESARI (Conte), HEINZ BLANKENBURG (Figaro). CORO DEL TEATRO SAN CARLO DE NÁPOLES. ORQUESTA ALESSANDRO SCARLATTI DE LA RAI DE NÁPOLES. Director: PETER MAAG. 3 CD ARTS Archives 43070-2 (Diverdi). 1959. 166’. ADD. R PM En un mercado discográfico algo saturado, otra versión de Le nozze di Figaro debería tener especiales alicientes. En este registro de 1959, se puede comprobar el criterio de los programadores italianos en las óperas de Mozart, con un reparto con artistas del país, con una carrera válida en su repertorio, algún artista del área alemana y la dirección de un maestro que domina la obra. Esta es la mejor baza de la propuesta, con una dirección de Peter Maag que plasma una versión más amplia de lo habitual para la época, que destaca por su D D I SI CS O C O S S MOZART-PADRÓS estilo refinado, al que dota de una cierta intensidad y un enfoque teatral, sacando de los elementos estables de Nápoles un nivel por momentos más que notable. Rita Streich hace una Susana llena de musicalidad, con una cierta dosis de picardía y un canto sutil, mientras que Marcella Pobbe canta con profesionalidad, pero a su Condesa le falta un cierto estilo y una mayor elegancia, completando el trío femenino Bianca Maria Casona, como travestido Cherubino, con una cierta intención, pero falto de mayor impulso juvenil. Renato Cesari posee un fraseo intencionado, como Figaro, pero sus medios son de limitada proyección y Heinz Blankenburg es un discreto Conde. Albert Vilardell NANCARROW: Estudios para piano mecánico nºs 13-32. MDG 645 1403-2 (Diverdi). 2005. 68’. DDD. N PN S egundo volumen consagrado a los Estudios para piano mecánico de Conlon Nancarrow (1912-1997), para Ligeti el “más importante compositor de la segunda mitad del siglo XX”. Realmente, su obra es tan sorprendente como inclasificable. También cabría decir que agotadora, pues estos estudios se escuchan con sorpresa y entusiasmo, pero a medida que transcurre la audición van dejando paso a cierto hastío y sensación de monotonía y repetición. Simple efecto de la acumulación de piezas, pues a pequeñas dosis todas tienen su aquél. Sobre todo por su irreverencia y por el hecho de prescindir del ejecutante humano y apostar por un artilugio mecánico, el único capaz de abordar unas composiciones en las que los ritmos, los cambios de compás e incluso los ataques se multiplican de forma inhumana. Es imposible hablar aquí de la calidad de la interpretación, pues es una máquina la que “ejecuta”, pero sí puede decirse que el piano usado, con un mecanismo Ampico de 1927, sigue con absoluta fidelidad las intenciones del compositor. El responsable de la grabación y de las notas introductorias, Jürgen Hocker, fue uno de los más fieles colaboradores de Nancarrow y uno de sus más firmes apóstoles cuando el músico no era más que un paria marginado de los círculos musicales, por lo que sabe qué es lo que tiene entre manos y cómo llevarlo a buen puerto. A la espera del volumen que completará estos cincuenta estudios, un trabajo antológico. de flexibilidad agógica y la falta de unas pinceladas de erotismo y sarcasmo general, empañan la brillantez del resultado final tiñéndolo de tosquedad. Juan García-Rico Juan Carlos Moreno ORFF: Carmina Burana. CLAIRE RUTTER, soprano; TOM RANDLE, tenor; MARKUS EICHE, barítono. CORO INFANTIL HIGHCLIFFE. ORQUESTA SINFÓNICA, CORO Y CORO INFANTIL DE BOURNEMOUTH. Directora: MARIN ALSOP. NAXOS 8.570033 (Ferysa). 2006. 61’. DDD. N PE Marin Alsop, valor en alza a juzgar por su pujanza discográfica, y una de las pocas mujeres que habitan el planeta de la dirección orquestal, nos presenta, al frente de la centuria cuya titularidad ostenta, la celebérrima obra orffiana con una visión más esbozada que detallista. Sin dejarse atrapar por la tentadora megalomanía de la partitura, trata de evitar los excesos dinámicos y consigue parcialmente jugar las cartas de la luminosidad orquestal y la acentuación de sus constantes amalgamas de métricas aksak, con el objetivo de recrear esa ilusión general de arcaísmo pseudomedieval que, desde su estreno en 1937, ha convertido a la obra en un súper-éxito. Cuenta con un conjunto instrumental muy capaz, que llega a lucir una soberbia sección de viento. Los solistas vocales, dentro de la corrección técnica, carecen, sin embargo, de especial sutileza: Eiche abusa de una propensión a lo heroico que resta ironía a sus letras, así como Rutter resulta un tanto dramática para la inocencia que demanda el texto. Randle, eludiendo el falsete habitual, apenas si logra una mueca humorística en el famoso número del cisne asado. Contrastando con el buen rendimiento del conjunto infantil, el coro adulto descuida su empaste en los frecuentes divissi, pasa algún apuro en las numerosas trampas que encierran los pentagramas —saltos de novena, fraseos por regiones sobreagudas—, y adolece de una tendencia al apresuramiento que la batuta no siempre es capaz de controlar. Como valoración global de la versión, un considerable número de desajustes en la precisión del encaje polirrítmico del tutti, así como cierta escasez PACCINI: Páginas de Adelaide e Comingio, Annetta e Lucindo, Cesare in Egitto, Temistocle, Alessandro nell’Indie, Il Contestabile di Chester, Carlo di Borgogna, Maria Regina d’Inghilterra y Allan Cameron. ANNICK MASSIS, JENNIFER LARMORE, MAJELLA CULLAGH, WILLIAM MATEUZZI, YVONNE KENNY Y BRUCE FORD. PHILHARMONIA ORCHESTRA. LONDON PHILHARMONIC ORCHESTRA. ACADEMY OF ST. MARTIN IN THE FIELDS. GEOFFREY MITCHELL CHOIR. Directores: DAVID PARRY Y ANTONELLO ALLEMANDI. PADRÓS: Khorva. ORQUESTA DE LA RADIOTELEVISIÓN DE LA SUIZA ITALIANA. Director: MARC ANDREAE. Batalla. FESTIVAL STRINGS LUCERNA. Director: MICHEL TABACHNIK. Jo-ha-kyu. ORQUESTA CIUDAD DE BARCELONA. Director: MICHEL DECOUST. El temps segons Rama. ORQUESTA SINFÓNICA DE BARCELONA Y NACIONAL DE CATALUÑA. Director: JAMES DEPRIEST. Confluències (Música per a Santa Maria del Mar). ENSEMBLE DE CUIVRES D’AQUITAINE. ARS HARMÒNICA AH 170 (Gaudisc). 59’. DDD. N PN H ace ha recuperado el lugar que le correspondía en la historia de la ópera gracias al esfuerzo de unos pocos, entre los que tiene especial relevancia Opera Rara, que ha editado algunas de sus obras. Ahora nos presenta un amplio repertorio de su catálogo, con obras que van desde 1813 a 1848, algunas totalmente desconocidas, con lo que se puede ver la evolución del compositor. De las obras ya editadas podemos disfrutar con el bello coro de Carlo di Borgogna (1835), que anuncia la música italiana de años posteriores, cantado con su gran nivel habitual por el Geoffrey Mitchell Choir y el aria de Maria Regina d’Inghilterra (1843), con el musical Bruce Ford. La obra más antigua es Annetta e Lucindo, de 1813, con un cuarteto que demuestra muchos conocimientos, de cuatro años más es Adelaide e Comingio, de bella melodía, siguiendo el inspirado terceto de Cesare in Egitto, de 1821, la brillante cavatina de Temistocle de 1823 con una gran versión de Jennifer Larmore y al año siguiente el cuidado terceto de Alessandre nell’Indie, cuidadosamente interpretada por Majilla Cullagh, Enkelejda Shkosa y William Mateuzzi, completando la visión con Il Contestabile di Chester (1829) y la muy interesante cabaletta de Allan Cameron, cantada de forma muy estudiada por Annick Massis. unos años, quien esto suscribe tuvo oportunidad de asistir al estreno mundial de El temps segons Rama (1999) y entonces le quedó la extraña sensación de que el director, James DePriest, se estaba tomando aquello como un castigo, como algo que le interesaba poco, muy poco, y que abordaba simplemente porque lo exigía el contrato. Ahora llega la grabación de aquella sesión, y lo cierto es que la impresión se mantiene: el tiempo es monolítico y precipitado, los planos se confunden, y de todo ello resulta una interpretación que deja mal sabor de boca. Porque no cabe duda de que se puede extraer más de estos pentagramas, que tienen más matices… Por suerte, hay una mayor implicación en el resto de obras de esta interesante antología del catalán David Padrós (1942). Autor con una personalidad muy definida, su pasión por Oriente impregna casi todas las composiciones aquí recogidas. Estructuras muy primarias tratadas mediante gestos violentos, junto a una investigación de la dinámica, la acústica y la tímbrica, dan un perfil particular a esta música, que va evolucionando desde el modernismo sin concesiones de Khorva (1974) hasta cierto melodismo de tintes exóticos en Jo-ha-kyu (1983). Aparte queda Confluències (1985), para metales y banda magnética, escrita para ser interpretada en Santa María del Mar, la joya gótica de Barcelona. Ecos renacentistas y de vanguardia se mezclan en ella, aunque en disco se eche de menos el sentido espacial que acompaña su concepción. Más que de las interpretaciones, tomadas en momentos y ámbitos muy diferentes, cabría aquí resaltar el valor de este trabajo para conocer la casi siempre interesante obra de Padrós. Albert Vilardell Juan Carlos Moreno OPERA RARA ORR 238 (Diverdi). 2006. 76’. DDD. N PN P accini 97 D D I SI CS O C O S S PAISIELLO-RAUTAVAARA PAISIELLO: PALESTRINA: Pasión según san Juan. TRINE WILSBERG LUND, soprano (Texto); MONIKA MAUCH, soprano (Cristo); JÖRG SCHNEIDER, barítono (Pilatos). VOCALCONSORT BERLIN. L’ARTE DEL MONDO. Director: WERNER EHRHARDT. Offertoria. CORO DEL TRINITY COLLEGE, CAMBRIDGE. Director: RICHARD MARLOW. CAPRICCIO 60133 (Gaudisc). 2006. 58’. DDD. N PN D atada en 1785 y conservada en el convento franciscano de Asís, esta Pasión según san Juan de Giovanni Paisiello (1740-1816) responde al modelo de pasión napolitana, bien diferente de las pasiones centroeuropeas o de los oratorios-pasiones de la propia Nápoles (que eran similares a los alemanes). Aquí domina la simplicidad: el texto es el del Evangelio (en latín), la instrumentación se reduce a dos partes de violín y continuo, en los breves coros (sin tenores) domina la homofonía y el estilo vocal de los solistas se desenvuelve entre la declamación y una especie de arioso continuo de notable delicadeza y gran eficacia expresiva. Llama también la atención la elección de las tesituras, ya que Evangelista y Cristo son aquí dos sopranos, algo que choca con la costumbre de las mucho más populares pasiones alemanas, que buscaban representar a los personajes del drama con cierta verosimilitud de corte naturalista. El mayor peso de esta interpretación descansa en la soprano Trine Wilsberg Lund, voz ligera, pequeña, pero luminosa y con encanto, que transmite especialmente a las partes más narrativas, mientras que en los fragmentos de mayor lirismo discurre con elegancia y muy apreciable agilidad arriba, una agilidad que comparte con Monika Mauch, de timbre acaso menos encantador y que pasa algunos apuros en la región grave de su registro. Correcto el barítono Jörg Schneider y el resto de voces salidas del coro para cubrir el resto de papeles de la Pasión. De la mano de Werner Ehrhardt, líder de Concerto Köln, el coro y el conjunto instrumental, de pequeño tamaño y con la veterana Andrea Keller como concertino, crean un clima de delicada serenidad, más tierno que terrible, más introspectivo que dramático, por lo que el expresionista crucificado de Grünewald reproducido en la portada del CD parece más bien fuera de contexto. 98 Pablo J. Vayón pero hay que agradecer lo mucho que a ello ayudan unos intérpretes como estos. José Luis Fernández CHANDOS CHAN 0732 (Harmonia Mundi). 1999. 68’. DDD. N PN L os Offertoria totius anni secundum Sanctæ R o m a n æ Ecclesiæ consuetudinem son sesenta y ocho motetes a cinco voces compuestos por Palestrina para cantar durante el ofertorio de todas las misas del domingo y fiestas de guardar del año litúrgico de la iglesia romana y vieron la luz editorial en 1593, un año antes de la muerte del compositor. Cada ofertorio tiene un texto diferente, sacado del Libro de los Salmos o de los Evangelios y en esta grabación se ha seleccionado un primer grupo de 28 entre los 36 primeros, que son los que van del Primer Domingo de Adviento al Domingo de Trinidad, no sabemos si con la intención de completar posteriormente la totalidad. Frente al texto único de las muchas, cerca de cien Misas que compuso, estos motetes con diferente contenido textual le permitieron un mayor grado de libertad, que se traduce en un excelso refinamiento en la utilización de los distintos modos, dentro de la más estricta ortodoxia impuesta por las normas emanadas del espíritu de la Contrarreforma para la música de iglesia. El Coro del Trinity College de Cambridge es un notable ejemplo de este tipo de agrupaciones tan características de Inglaterra y actúa bajo la dirección de su refundador, Richard Marlow. Palestrina ha sido siempre el abanderado de las agrupaciones corales (no hay más que contemplar la fachada principal del Palau de la Música de Barcelona, construido para sede del Orfeó Català, donde su efigie figura junto a las de Bach y Beethoven) y los coros ingleses han tenido por su música una especial predilección. La interpretación del Coro del Trinity College es de todo punto excelente, llena de refinamiento y resaltando adecuadamente el sentido que en determinadas ocasiones la música de Palestrina da a determinadas palabras, aunque pueda parecer estar un tanto velado por las estrictas normas de inevitable cumplimiento. Sin duda, la obra del gran compositor cabeza de la escuela romana es de las que más atención requiere para captar su un tanto oculta belleza, PARRA: Ciel rouillé. ENSEMBLE PROXIMA CENTAURI. Time Fields III. LAURA CAPSIR, flauta. Impromptu. HÈCTOR PARRA, piano. Andante sospeso. DÚO NATARAYA. Tres piezas para piano. IMMA SANTACREU, piano. Fragments striés. UTOPIA ENSEMBLE. Vestigios. CUARTETO AKER. L’aube assaillie. AMANDINE LEFEVRE, violonchelo. ARS HARMÒNICA AH 169 (Gaudisc). 2006. 56’. DDD. N PN A sus treinta años, el barcelonés Hèctor Parra (1976) ya puede presumir de tener una obra estrenada por el Ensemble InterContemporain. No cabe duda de que es una de las grandes promesas, o realidades, del actual panorama musical de nuestro país, aunque quizás las obras aquí recogidas no sean las más representativas para valorar su talento. Todas ellas son miniaturas escritas entre 1999 y 2005 para formaciones muy diferentes, desde Impromptu (2005), para piano, a Ciel rouillé (2005), para flauta, saxofón barítono, vibráfono y piano, pasando por L’aube assaillie (2005), para violonchelo y electrónica o Fragments striés (2004), para cuarteto de saxofones. Todas ellas denotan un músico con un fino sentido del color instrumental y con un interés especial por construir sus composiciones a partir del concepto de confrontación: entre movimiento y estatismo, entre construcción e intuición, entre ritmo y melodía, entre registros, tiempos y dinámicas extremas… El nivel de las interpretaciones es en todos los casos voluntarioso, pero también variable. De todos modos, un trabajo que hay que tener en cuenta para conocer a uno de los más firmes valores de lo que es el presente y el futuro de nuestra música. Juan Carlos Moreno El sello polaco Dux, en su serie Special Edition, reúne tres obras de Krzysztof Penderecki en versiones que no son las originalmente concebidas y estrenadas. Así, el Concierto para clarinete y orquesta es una transcripción hecha en los años 90 del primigeniamente escrito para viola (1983) y que posteriormente tuvo sendas transcripciones para cámara y para violonchelo, respectivamente. Por su parte, el Concierto para flauta y orquesta de cámara, de 1992, tiene otra versión para clarinete y orquesta. En uno y otro conciertos, el autor se expresa mediante un lenguaje inmerso en su última etapa creadora, lejos ya de las búsquedas vanguardistas y de las estridencias o violencias expresionistas. Equilibrio en las formas, hábil dosificación de lo emocional, sabio equilibrio de las tensiones, estudiada creación de atmósferas… Música indudablemente bien construida, sin resquicios, atractiva, digerible. En ambas obras —de algo más de veinte minutos cada una— el solista tiene momentos de virtuosismo, lo que permite el lucimiento del clarinetista Dimitri Ashkenazi, en el primer caso, y del flautista Dave Aguilar, en el segundo, en el que también el ritmo y la percusión desempeñan un importante papel. Cierra el CD la pieza Agnus Dei, que Penderecki escribió en 1981 conmocionado por la desaparición del cardenal primado Wyszynski. Pero tampoco nos es ofrecida en su versión original para coro sino en la que Boris Pergamenschikov hizo en 1994 para orquesta de cámara. Reflexión sobre la muerte, sentido réquiem, dolido e intenso lamento interior que el autor nos transmite al frente de la Sinfonia Varsovia, formación a la que está vinculado desde hace tantos años que la simbiosis con ella es total y perfecta. José Guerrero Martín PÉREZ CASAS: Obras para clarinete y piano. PEDRO RUBIO, clarinete; ANA BENAVIDES, piano. ANACRUSI AC 063 (Harmonia Mundi). 2007. 42’. DDD. N PN PENDERECKI: Concierto para clarinete y orquesta. Concierto para flauta y orquesta de cámara. Agnus Dei. SINFONIA VARSOVIA. Director: KRZYSZTOF PENDERECKI. DUX 0559 (Diverdi). 2006. 54’. DDD. N PN De Bartolomé Pérez Casas (Lorca, 1873-Madrid, 1956) sabemos que fue un personaje D D I SI CS O C O S S PAISIELLO-RAUTAVAARA fundamental de la música española de la primera mitad del siglo XX, fundador de la Orquesta Filarmónica de Madrid, que dirigió durante treinta años, y director asimismo de la Orquesta Nacional de España. Menos conocida es su faceta de compositor. Dentro de ella, resulta una agradable sorpresa su obra para clarinete y piano, ahora recuperada en CD con el patrocinio del Ayuntamiento de Lorca y de la Dirección General de Cultura de la Región de Murcia. De la interpretación se encarga el dúo Rubio-Benavides, que trabajan juntos desde 1991 y lo hacen con solvencia, pasión, conocimiento y amor a las partituras abordadas. Estamos ante piezas escritas entre 1897 y 1917, todas ellas concebidas para concursos relacionados con instituciones en las que el autor tenía poder de decisión pero en las cuales los factores técnicos y virtuosísticos están supeditados a o imbricados en un coherente discurso musical, en el que manda un acentuado cantabile melódico. Andantino, Primer Solo, Segundo Solo y Romanza son para clarinete y piano. Intermezzo, para clarinete bajo y piano. Aires sicilianos, para requinto y piano: seguramente una de las primeras composiciones para esta combinación instrumental. Sin duda, en la concepción y realización de estas obras tiene mucho que ver que el autor fuese clarinetista y tocase también el requinto, que dirigiese la prestigiosa Real Banda de Alabarderos y que contribuyera al nacimiento de la Sociedad de Instrumentos de Viento para Música de Cámara. Pero sobre esta base no se limitó a escribir ejercicios puramente académicos sino que quiso ir más allá para gustar con agradables propuestas musicales. José Guerrero Martín PROKOFIEV: El hijo pródigo op. 46. En el Boristene op. 51. Transcripciones para piano. MARIA IVANOVA, piano. CPO 777 093-2 (Diverdi). 2003. 72’. DDD. N PN D os ballets de los menos conocidos de Prokofiev, uno de ellos (Boristene) el menos conocido de los siete. Y, además, en transcripciones para piano. ¿Qué es esto? ¿Rizar el rizo? Suponemos que habrá aficionados para todo, incluso para esta música que podía haber servido en su día para los ensayos de la troupe. Se nos dice que se trata de transcripciones del propio compositor. Más bien parecen originales pianísticos previos a la orquestación. No importa. Estas versiones para piano conservan sólo parte del sabor de la danza, y se convierten sobre todo en piezas de concierto, en suites para un pianista por lo menos hábil (aunque estamos ante ballets completos). Hábil es Maria Ivanova, aunque no sea Horowitz, en modo alguno. Tiene interés su recorrido, que parece el de una aplicada alumna que ha sabido dar el salto más allá de los ejercicios de fin de carrera. Tiene interés esta reducción y los tienen estas lecturas. Pero tenían un interés superior cada una de las interpretaciones de Mijail Jurowski con la Orquesta de la Radio de Colonia para el mismo sello, CPO. Santiago Martín Bermúdez PUCCINI: Crisantemi. BOCCHERINI: Stabat Mater op. 61 G. 532. ROSSINI-SCIARRINO: Giovanna D’Arco. ISABEL REY, soprano; DANIELA BARCELLONA, mezzo. JOVEN ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA. Director: RICCARDO FRIZZA. DECCA 00289476595-49 (Universal). 2005. 65’. DDD. N PN Primera colaboración del sello Decca con la Semana de Música Religiosa de Cuenca, proyecto importante dada la calidad musical del acto conquense, bien reflejada ya en la presente entrega. Un programa completamente italiano, donde se incluyen páginas de Puccini y Rossini, indirectamente religiosas, ya que en la del primero, en su carácter concentrado e íntimo flota la sensualidad de su futura Manon Lescaut; y la de Rossini es una cantata profana, por más sagradas que sean las intenciones de la protagonista, con ribetes de gran aria operística. Escrito todo esto como observación y no como censura, las tres lecturas son de inmaculada plasmación. Frizza dirige con atenta postura una orquesta capaz de plegarse a las diferentes páginas en atril y las solistas vocales están sobresalientes. La Rey en el Stabat Mater boccheriniano, en él que también conviven cómodamente el espíritu religioso con el secular, mantiene un inicial distanciamiento que poco a poco va dejando de lado para José Ramón Encinar COMUNICACIÓN DEL PUERTO: Sinfonía nº 2 “Nusantara”. Concierto para violín y orquesta. ANANDA SUKARLAN, piano; MANUEL GUILLÉN, violín. ORQUESTA DE LA COMUNIDAD DE MADRID. Director: JOSÉ RAMÓN ENCINAR. STRADIVARIUS STR 33765 (Diverdi). 2006. 64’. DDD. N PN Fruto de una de las voces más personales de la composición española reciente, la música de David del Puerto (1964) viene abogando sin complejos por la recuperación de una comunicación más directa con el oyente, ofreciéndole asideros en la escucha que prolongan aspectos de la tradición moderna sin renunciar por ello a aportaciones más radicales. Stradivarius reúne dos obras concertantes del autor —aunque se la califique como “sinfonía”, la Sinfonía nº 2 “Nusantara” concede un amplísimo protagonismo al piano— que dan muestra del magisterio orquestal logrado en el lapso de la corta década que transcurre entre la sinfonía, fechada en 2005, y el Concierto para violín y orquesta, escrito en 1997. Si el concierto, dividido en siete breves secciones encadenadas entre sí, se presenta ya como una obra de amplio aliento, con una adecuada exploración de los recursos técnicos del instrumento solista, una orquestación exuberante y una adecuada trama estructural, es, a nuestro juicio, la Sinfonía nº 2 “Nusantara” entrar de lleno en el núcleo de la página, solventando todas sus exigencias canoras, que no son pocas, con soberana disposición, con su voz lírica de cálido colorido mediterráneo. La Barcellona, partiendo de su experiencia como contralto rossiniana, bien bregada en Arsaces, Tancredis, Fallieros y demás familia, extrae de la cantata a su cargo todas las posibilidades expresivas, superando con holgura, por supuesto, todas las trampas colocadas por el compositor. La orquestación de Sciarrino es imaginativa y especialmente fiel a la página, pero pierde algo de la naturalidad y la frescura que tiene la original con piano. Fernando Fraga la auténtica protagonista de este registro; su origen, ligado a la memoria del luctuoso tsunami de 2004, no sólo dicta cierto carácter programático a esta amplia partitura, sino que determina la incorporación de algunos estilemas melódicos y rítmicos de las músicas extremo-orientales a la habitual investigación modal de la obra de Puerto, dentro de un discurso regido por una gran claridad formal, por la brillantez de la instrumentación, tanto en el piano como en la orquesta —memorable el clima elegíaco del segundo movimiento, Isla de desolación— y por la incisividad rítmica, como en el conclusivo Samudra. La Orquesta de la Comunidad de Madrid hace gala de una enorme flexibilidad y de una entrega encomiable, regida con su habitual buen criterio por Encinar, y no desmerece en absoluto de la rotunda aportación solista de Guillén y Sukarlan en sus nada sencillos papeles, defendidos con hondura y convicción. Germán Gan Quesada RAUTAVAARA: Cantus articus. Apotheosis. Adagio celeste. Anadyomene. Angels and Visitations. Halavan himmeän alla. Fragmentos de Autumn Gardens, Concierto para piano y orquesta nº 1, Concierto para clarinete y orquesta, Angel of Light, Vigilia, Dances with the Winds, True & Fals Unicorn, Gift of Dreams y Sinfonía nº 1. DIVERSOS INTÉRPRETES. 2 CD ONDINE ODE 1079-2D. 19912005. 137’. DDD. N PN Los ángeles son una constante en la obra de Rautavaara como también lo son en su propia vida y desde la infancia, 99 D D I SI CS O C O S S RAUTAVAARA-ROUSSEL cuando el niño que fue el compositor se evadía de la realidad viviendo un mundo onírico en el que los ángeles tenían un lugar principalísimo. La pérdida de seres queridos, la guerra y los conflictos internos y externos que ha vivido el maestro ya en su madurez y desde la primera juventud una vez quedó atrás la infancia, le fueron aferrando a ese mundo que iba expresándose en su obra. Muestra de ese mundo peculiar, fantástico, inquietante y mágico es la música de estos dos discos que nos ofrece y que no es más que un extenso y lujoso sampler —o disco de trocitos— de lo más importante de las obras orquestales de Rautavaara con la inclusión de algunas obras corales asimismo significativas tanto por su calidad intrínseca y por su relevancia en el corpus creativo de su autor como por su relación con ese mundo onírico y fantástico que en muchos momentos se reviste de espiritualidad. Así pues, este doble compacto es una novedad por el modo como se presenta al público pero en realidad es una reedición de material ya editado con anterioridad. Su contenido procede de los fondos de Ondine y todas las grabacions son ya conocidas y ya fueron comentadas aquí en su momento. Puede aducirse que el escuchar fragmentos no aporta una visión completa de una determinada obra y así es pero es significativo el hecho de que una obra tan importante como el Cantus arcticus se ofrezca completa. Este es un doble compacto recomendado sólo a quienes no hayan frecuentado demasiado a Rautavaara, aunque su audición no estará de más para nadie y estimulará, sin duda, a escuchar íntegramente obras tan importantes como el Concierto para clarinete o el Concierto para flauta “Dances with the Winds”. Josep Pascual RAVEL: Concierto en sol. Daphnis et Chloé, suite nº 2. La valse. MARTHA ARGERICH, piano. ORQUESTA SINFÓNICA DE LA RADIO DE COLONIA. Director: GARY BERTINI. CAPRICCIO 71 093 (Gaudisc). 1985, 1988-1989. SACD. N PN 100 La interesantísima Edición Bertini de Capriccio tiene en esta entrega una de sus cumbres. El Concierto en sol lo Philippe Pierlot DULCE Y SOMBRÍO PURCELL: Fantasías. RICERCAR CONSORT. Director: PHILIPPE PIERLOT. MIRARE MIR 012 (Harmonia Mundi). 2005. 61’. DDD. N PN Música hermosísima, llena de claroscuros, de resonancias a maderas y aromas ancestrales, de infinitas sutilezas tímbricas, de dulzura expresiva, sí, pero como correa de transmisión de la tragedia y el desgarro, las fantasías para viola de Purcell ponen glorioso colofón a un género crucial en el despliegue de la música británica (y europea), el del consort de violas. Pierlot ofrece aquí las fantasías para consort completas (tres a 3, nueve a 4, una a 5 más los dos In nomine, a 6 y 7), añadiéndole la fantasía sobre un ground para tres violines y continuo y la Pavana en sol a 4 para la misma instrumentación. Las interpretaciones sondean en las profundidades de unas obras de ardua y compleja polifonía, obteniendo una rugosidad en las texturas, una irregularidad en el color y un juego de pequeños desajustes tímbricos de enorme atractivo. El empaste del Ricercar Consort no sacrifica en ningún momento la belleza individual del sonido de cada viola, con una tendencia general a enfatizar los graves, aunque no siempre (los timbres más agudos y resplandecientes de los instrumentos restallan, por ejemplo, en una hermosísima y gozosa Fantasía a 5). La búsqueda de la claridad polifónica no parece una obsesión en un conjunto que contrasta con maestría las zonas de luz y de sombras, adentrándose a menudo sin remilgos en los pasajes más sombríos de una música que contiene muchas músicas. Extraordinario disco. Pablo J. Vayón Artur Pizarro NUEVO Y EXCELENTE RAVEL: Obra completa para piano, vol. 1: Jeux d’eau, Gaspard de la nuit, Sérénade grotesque, Miroirs, La valse. ARTUR PIZARRO, piano. gral pianística de Ravel. Otra más, sí, pero con características propias, aunque eso parezca imposible a estas alturas. El excelente pianista portugués de Lisboa Artur Pizarro (gran chopiniano, gran beethoveniano) es sutil en varios números de Miroirs, pero contundente en Gaspard de la nuit, y en nuestra perspectiva este Gaspard se presenta como alternativa poderosa, poco menos que posromántica, lo que puede resultar escandaloso o inadmisible para algunos. Pero a esos aficionados les recomendaría que antes escucharan la propuesta de Pizarro, no vaya a ser que los conceptos apresuren el juicio, mientras que el fenómeno (la escucha) sirva para comprender eso que llamamos alternativa. Y que lo es. Dentro de Miroirs hay diferencias: por ejemplo, entre el Ravel líquido de Une barque y el de danza rotunda de la Alborada del gracioso; que, en rigor, no siempre es rotunda, sobre todo en los momentos de “guitarreo”. Jeux d’eau era líquido. No lo era Ondine, y eso nos sitúa bastante bien en esta propuesta. Concluye el recital con La valse, que no suele incluirse en la obra pianística raveliana, pero que en este formato tiene un vigor que impresiona, que seduce, que convence, en especial por el toque de Pizarro, progresivo, creciente; y firme cuando se tercia, porque en esta pieza hay contrastes y hay crecimiento, como hay retrocesos y hay matices. Esta Valse resulta acompaña Bertini a la insuperable Martha Argerich con un sentido exquisito de las gamas inferiores que brillan no sólo en el Adagio central. A partir de ahí, todo es crecimiento, impulso; y también retirada, descenso. Conocemos a Argerich en este repertorio, y en esta obra especialmente. Nadie olvidará su registro con Abbado para DG con la Filarmónica de Berlín, de unos veinte años antes. Martha seguía dominando esta partitura al cabo de dos décadas, en 1989, con una capacidad de frase, matización e intensidad inigualables. Una versión de referencia, de nuevo. Bertini, por su parte, había grabado para los archivos LINN CKD 290 (LR Music). 2006. 75’. DDD. N PN Comienzo de una nueva inte- magistral en manos de Pizarro, y apenas echamos de menos la versión verdadera, la orquestal, porque la lectura de este pianista le da categoría sinfónica. Después de lo mucho que se ha tocado este repertorio, la integral de Ravel que ahora empieza Pizarro aparece no sólo como distinta, como propuesta nueva, sino también como lectura excelente. Esperamos la continuación, por favor. Santiago Martín Bermúdez de Radio Colonia una Segunda Suite del Dafnis en la que las cualidades señaladas resultan más patentes, porque es el Ravel brillante y al mismo tiempo refinado y sutil, un ballet que combina el susurro y el estallido. En La valse da la impresión al principio de que Bertini quisiera plantearnos una pieza en la tra- D D I SI CS O C O S S RAUTAVAARA-ROUSSEL dición vienesa, pero pronto advertimos que tal idea sirve para motivar mejor este auténtico esperpento, de una belleza que tiene mucho de cruel. En fin, un Ravel espléndido en su brillantez y su energía. Santiago Martín Bermúdez REGER: Blick in die Lieder. ANDREAS WELLER, tenor; GÖTZ PAYER, piano. CARUS 83.195 (Diverdi). 2006. 63’. DDD. N PN Carus se ha embarcado en la grabación de la integral de la música vocal de Max Reger, una empresa suicida, pues, fuera de alguna pieza orquestal, ¿quién es Reger? Pues un compositor sobradamente interesante, sobre el que pesa el sambenito de conservador y epígono, pero que posee un magisterio técnico incuestionable, que en su caso se acompaña de una nada desdeñable inspiración. Esta selección de canciones constituye una buena muestra de su labor. Quinto volumen de la edición, es el primero dedicado al lied, con piezas seleccionadas de distintos cuadernos. Y ése puede ser un problema, pues así, desgajadas de los ciclos a los que pertenecen, quedan como joyas aisladas a las que les falta el marco. Afortunadamente, estamos ante la calidad de la interpretación es lo suficientemente alta como para que eso tampoco se tenga demasiado en cuenta. El tenor Andreas Weller y el pianista Götz Payer ven estas canciones en la más pura tradición romántica, y así las abordan, destacando de forma elegante su alta calidad poética y expresiva, cuando no su sentido del humor. Por la música y por la versión, un trabajo que vale la pena conocer. Juan Carlos Moreno RESPIGHI: Il tramonto. Cuarteto en re menor. Cuarteto dórico. STELLA DOUFEXIS, mezzo. NUEVO CUARTETO HELÉNICO. BIS CD-1454 (Diverdi). 2006. 68’. DDD. N PN E l registro presente exhala ese regusto clásico-antiguo de la no clásicoantigua música del italiano en bastantes de sus composiciones. Son obras en las que el uso de la armonía impregna de un no sé qué nostálgico que mira al clasicismo histórico, que no al clasicismo en música. Los partidarios disfrutarán mucho con este disco. El Nuevo Cuarteto Helénico entiende a la perfección lo antedicho y resulta ser magnífico intérprete de pentagramas e intención, al igual que la mezzo, que se imbrica por completo con su dulce timbre en la labor puramente instrumental. En el Cuarteto en re menor es llamativa la habilidad de Respighi para establecer una atmósfera mediante modulaciones sucesivas, que en realidad predominan a lo largo de toda la obra. Más convencional en la forma, aunque sin perder nada de la esencia ni la calidad del autor, y pese a su denominación, es el Cuarteto dórico, que obtiene también es esta grabación un nivel a todas luces alto. Barbara Bagnesi, José María Lo Monaco y Álex Espósito. La dirección de Donato Renzetti mantiene una cierta línea, pero no acaba de conseguir la fluidez y gracia del cisne de Pésaro, a pesar del buen sonido de la orquesta y de la calidad del coro. José Antonio García y García M uchos aficionados recordarán los tres CD sueltos de la integral camerística de Roussel que hace algo más de doce años puso en circulación el sello Olympia. Pues bien, aquí los tenemos de nuevo, con la misma calidad de lecturas de esos espléndidos solistas no sólo holandeses (pero sobre todo holandeses); con el mismo interés de casi todas las obras del maestro de la Schola; y con una espléndida calidad de sonido. El contenido de este álbum es demasiado rico para picotear en él. Pero estos fonogramas son, además, demasiado recientes como para proceder a su desmenuzamiento. El recuerdo es inmediato, y el formato económico no viene sino a poner a alcance de cualquier aficionado una música no especialmente reclamada por las masas melómanas, pero que tiene la exquisitez de lo que es tanto francés de la Schola como neoclásico sin Stravinski. Roussel fue maestro de muchos, entre ellos de Martinu. Algunas obras del profesor están presentes, de manera latente y manifiesta, en las del discípulo. El recorrido de la música de cámara de Roussel enriquece nuestra visión de lo que fue el siglo XX; más que el de su música orquestal, lo cual no afecta a calidades, sino sobre todo a humores, a actitudes, a densidades. Son muchos los solistas; podemos destacar a Röling y a Kantorow; al ubicuo Paul Verhey, presente en muchas obras de este recital; al Cuarteto ROSSINI: L’italiana in Algeri. MARIANNA PIZZOLATO (Isabella), MARCO VINCO (Mustafa), MAXIM MIRONOV (Lindoro), BRUNO DE SIMONE (Tadeo). ORQUESTA DEL TEATRO COMUNALE DE BOLONIA. CORO DE CÁMARA DE PRAGA. Director: DONATO RENZETTI. DYNAMIC CDS 5251/2 (Diverdi). 2006. 143’. DDD. N PN Con gran rapidez ha salido este registro de L’italiana in Algeri, fruto del Festival de Pésaro de 2006, con algunos cantantes que están iniciando una carrera muy interesante. Marianna Pizzolato, que causó muy buena impresión en su debut liceísta con La clemencia de Tito, demuestra que posee una voz bella y homogénea y un canto cuidado, pero todavía le falta una cierta madurez para poder sacar el máximo provecho a Isabella, ya que a su versión le falta un cierto encanto y un mayor carácter. Marco Vinco es un excelente cantante, capaz de expresar el carácter ridículo de Mustafa, aunque a su voz le falta un cierto cuerpo. Maxim Mironov es un tenor que, de perseverar en el estudio puede ser uno de los tenores rossinianos del futuro, con un instrumento timbrado y con una cierta facilidad para las agilidades. Completan el reparto Bruno de Simone, excelente Tadeo, con comicidad, pero sin exageraciones, y la corrección de Schoenberg… Son instrumentistas de primer fila, que regresan por la magia del sonido grabado para presentarle al aficionado que acaso se despistó entonces esta integral de calidades superiores y precio bajísimo. No nos lo podemos perder. Santiago Martín Bermúdez Albert Vilardell ROUSSEL: Música de cámara completa. JET RÖLING, piano; JEAN-JACQUES KANTOROW, violín; HERMAN JERISSEN, trompa; PAUL VERHEY, flauta y piccolo; HANS ROERADE, oboe; FRANK VAN DEN BRINK, clarinete; JOS DE LANGE, fagot; HERRE-JAN STEGENGA, violonchelo; IRENE MAESSEN, soprano; ERIKA WAARDENBURG, arpa; JAN GOUDSWAARD, guitarra; QUIRIJN VAN REITEREN ALTENA, contrabajo. CUARTETO SCHOENBERG. 3 CD BRILLIANT 8413 (Cat Music). 1994. 198’. DDD. R PE ROUSSEL: Sinfonías nºs 1 y 4. ORQUESTA DE PARÍS. Director: CHRISTOPH ESCHENBACH. ONDINE ODE 1092-2 (Diverdi). 2005. 67’. DDD. N PN La Primera Sinfonía de Albert Roussel (1869-1937) suena bastante “impresionista”, y hasta los títulos así lo sugieren; el título general, Poema del bosque; algún título particular, como el del movimiento de cierre, Faunos y dríadas (con esa flauta, con esas arpas…). Hay resonancias de Debussy, pero más de inspiraciones y vigencias sonoras como las de Chausson y Pierné; la frase va por ahí, más que por la Schola. Roussel rehúye el dramatismo de paisajes y mitos; lo suyo es una opción “lienzo” en la que no hay especiales aristas, pero sí crecimientos, emociones, exuberancia. En realidad, esto que Roussel llamó Primera Sinfonía es una secuencia de cuatro piezas orquestales compuestas entre 1904 y 1906, los tiempos de El mar, de Debussy; cada una de estas piezas dura un poco más que la anterior, hasta superar ampliamente los quince minutos con la pieza de cierre. Una toma sonora excelente realza los relieves y los matices de esta cuidada lectura de Eschenbach y la Orquesta de París. Con la Cuarta Sinfonía, que data de 1934, estamos en otro país, pero no en otro mundo. Apenas queda nada que tenga que ver con la descripción, la sugerencia extramusical. Pero la sonoridad y la frase siguen teniendo la misma capacidad de sugerir. Ahora sí hay dramatismo, pero no gestos ni mueca; es un dramatismo contenido, que tiene como fuente la misma serenidad sensual de las piezas sinfónicas de 1906. Los saltos, las alteraciones sirven para regresar a la firmeza de la contemplación, que no es indiferente, sino dinámica. El recital Roussel hay que ponerlo en el haber brillante de este director y esta orquesta. Santiago Martín Bermúdez 101 D D I SI CS O C O S S SAARIAHO-SCHOENBERG SAARIAHO: Petals. Oi Kuu. Spins and spells. Mirrors. Sept papillons. Près. ALEXIS DESCHARMES, violonchelo. AEON AECD 0637 (Harmonia Mundi). 2004. 56’. DDD. N PN mos en un Murail o un Grisey, mas las metamorfosis que sufre aquí el material, acentuado por el aspecto orgánico del sonido, reflejan un rasgo de gran brillantez por parte de Saariaho. I nmediata- 102 mente después de las enseñanzas tomadas en los cursos de informática musical en el IRCAM parisino, Kaija Saariaho compone una pieza en la que dispone algunas de las técnicas allí aprendidas, In Traume, en la que experimenta con un instrumento convencional, el violonchelo (en el estreno de la pieza, a cargo de su dedicatario, Ansi Kartunen). Saariaho trata especialmente ahí la microestructura del sonido, haciéndola extensible al timbre y la armonía. El siguiente paso es Verblendungen, de 1984, para gran orquesta y cinta. Pero no será hasta una pieza como Du cristal… à la fumée, de 1988, cuando la búsqueda de Saariaho dé sus frutos, quedando claro que la fusión del timbre y la armonía constituye su preocupación central, además de la consecución de una gran transparencia del tejido sonoro. En una obra orquestal como Du cristal…, ya Saariaho evidencia un gran interés por otorgar prioridad a los timbres “periféricos”, como es el caso del violonchelo, su instrumento preferido, como hace patente el conjunto de piezas que para este instrumento presenta el sello Aeon en un atractivo programa defendido de modo espectacular por Alexis Descharmes. Justamente de 1988 procede la primera pieza aquí grabada, Petals, posiblemente el mejor momento de todo el disco junto a Près, de 1992. Y, tal vez no por casualidad, en ambas obras el chelo se ve acompañado por un “dispositivo electroacústico” (Técnica IRCAM). Si las texturas de Près entran dentro del ruidismo, en Petals llama la atención un tejido de gran pregnancia, de una claridad extraordinaria, probablemente a causa del fervor que en ese momento siente la autora por ofrecer partituras complejas en su elaboración, pero diáfanas en la escucha. La nunca olvidada tendencia de la compositora hacia los géneros de la tradición (Saariaho es, sobre todo, una compositora apegada a la Gran Forma, antes que una autora de música electroacustica) se percibe en Petals, muy cercana a las variaciones de velocidad y vibrato que halla- Francisco Ramos SANI: Elements: Wassererinnerungen, Windstill, Terra, Con fuoco. ROBERTO FABBRICIANI, flautas; ISAO NAKAMURA, percusión; OSCAR PIZZO, órgano; NICOLA SANI, electrónica. 2 CD STRADIVARIUS STR 33766 (Diverdi). 2002. 114’. DDD. N PN En este segundo CD que Stradivarius dedica a la música de Nicola Sani (n. 1961), el arsenal electroacústico ocupa un lugar esencial, mientras que en el primero, Oltre il deserto spazio, de 2002, el género del concierto con solista aún estaba muy presente. Sani es heredero de la triada Scelsi-Nono-Sciarrino. Del primero conserva el lado telúrico en el tratamiento del sonido. Del segundo, Sani tiene muy en cuenta el concepto del espacio (físico, pero también virtual), como quedara ejemplificado en el montaje de Prometeo. Sani retoma la idea de la tragedia de la escucha, presentando el conjunto de los sonidos en los límites de lo audible. En Oltre il deserto spazio, los muy delicados timbres instrumentales podían hacer pensar en una influencia directa de Sciarrino, pero Sani plantea un espacio sonoro más rugoso, menos hedonista. Es esa cualidad la que atraviesa todo el ciclo Elements que ocupa este doble CD. La disposición de largas y reflexivas piezas para solistas y un material electrónico muy trabajado, entrañan una gran dificultad en la escucha, pero merece la pena sumergirse en esta propuesta que no atiende nunca a signos de espectacularidad, sino al comportamiento de la masa sonora desde sus más mínimos detalles. La flauta, el órgano y la percusión son los instrumentos convencionales de los que se sirve Sani para transformar en sonidos los elementos fundamentales de la naturaleza, el agua, la tierra, el fuego y el aire. El empleo de las flautas baja, contrabajo e “iperbasso”, a cargo del virtuoso Roberto Fabbriciani, permite al autor descubrirnos la enorme capacidad de estos instrumentos para ofrecer un mundo sonoro de desbordante imaginación: desde el tono de melodía de ecos ancestrales (Wassererin- nerungen) y las formidables resonancias cósmicas de Windstill hasta el tono decididamente metálico, fantasmagórico de Terra. Sani se plantea el ciclo Elements, que compone y elabora entre 1996 y 2002 en el estudio Arte Acústico de la WDR (regido por Klaus Schöning) como un “viaje hacia las regiones profundas del sonido”. En temas como Windstill, la flauta, dice Sani, “pierde su carácter de instrumento melódico y genera diferentes efectos acústicos que se asemejan a los sonidos que produce el viento”. En esa traslación (poética, misteriosa) de los elementos de la naturaleza radica la riqueza y el poder de sugestión de esta música, música de ahora mismo. Francisco Ramos SCELSI: Trilogia: Triphon, Dithome, Ygghur. ARNE DEFORCE, violonchelo. AEON AECD 0748 (Harmonia Mundi). 2006. 51’. DDD. N PN Con dos recitales para violonchelo se estrena en España el excelente sello belga Aeon. Junto al dedicado a obras poco frecuentadas de Kaija Saariaho, aparece este otro CD, mucho más convincente, consagrado a la integral para violonchelo de Giacinto Scelsi. Aunque no es novedoso en el mercado fonográfico, el ciclo Trilogia, I tre stadi dell’uomo, compuesto entre 1956 y 1965, jamás había sido presentado con tal lujo de detalles, en lo musicológico, como en este disco de Aeon (un cuadernillo de notas muy bien preparado por el propio solista, Arne Deforce), ni tampoco la primera parte de la trilogía, Triphon, se nos había servido con la presencia sonora de que hace gala Deforce, un músico muy relacionado con la creación moderna (encargos de Harvey, Ferneyhough, Lachenmann). Frances-Marie Uitti es, evidentemente, la referencia en la interpretación de esta obra, un tour de force (y el juego de palabras con el nombre del solista belga está servido) en donde quedan patentes las cualidades más innatas del estilo de Scelsi. Beneficiado, sin duda, por una toma de sonido impecable, Deforce sabe aportar una dimensión de espacialidad que faltaba en la grabación del sello Etcétera. Con Deforce, Triphon no sólo es materia, sino un organismo vivo amenazante. La pieza Dithome es muy inferior, sin duda el punto débil del disco. Demasiado retórica, la pieza no resiste la comparación con Ygghur, dividida en tres secciones y que, a diferencia de Triphon, apela menos al sentido matérico que a una estructura que recuerda los grandes frescos orquestales de esa época. Una vez más queda demostrado que el italiano se movía a sus anchas entre los instrumentos de cuerda. La versión que hace sólo unos meses publicara ECM, a cargo de Uitti, es referencia obligada. Si Deforce está más atento a conseguir una sonoridad neutra, Uitti (antigua y estrecha colaboradora del músico, recuérdese) sabe transmitir todo lo que de duda existencial evidencian los sonidos de esta obra demoledora (no en vano, la última sección se titula Catharsis). Ygghur es una mirada hacia el interior, y Dithome, en cambio, se quedaba en una pieza de tono virtuosístico. Deforce inicia su comentario en el libreto del CD con una frase de Deleuze: “En arte, como en música, lo esencial no son tanto las formas, la materia o los temas como las fuerzas, las densidades y las intensidades”. Bien, pues Uitti, justamente, le gana la partida al belga en la asunción de toda la intensidad que late en Ygghur. Francisco Ramos SCELSI: Quattro pezzi. Uaxuctum. La nascita del verbo. ORQUESTA SINFÓNICA DE LA RADIO DE VIENA. Directores: JOHANNES KALITZKE, PETER RUNDEL. MODE 176 (Diverdi). 2005. 70’. DDD. N PN Es de todo punto decepcionante el segundo CD de Mode dedicado a la obra orquestal de Giacinto Scelsi. La referencia de este corpus de obras sigue siendo la integral de Accord, con la Orquesta de Cracovia. A las dos obras del período de madurez del autor, Quattro pezzi y Uaxuctum, se añade, para completar el programa, una pieza que es muy citada por los biógrafos pero que se ha oído, en realidad, muy poco: La nascita del verbo, que, compuesta en 1948, se sitúa en un momento de crisis compositiva (y espiritual) y concluye, además, el estilo neoclásico del italiano, antes de encarar su estilo característico (música concebida D D I SI CS O C O S S SAARIAHO-SCHOENBERG alrededor de una sola nota y sus infinitas posibilidades de microfluctuación). Pero la novedad de La nascita del verbo queda pronto, en la escucha, minimizada por cuanto el interés de la obra queda reducido a lo arqueológico. Es como atravesar el túnel del tiempo y enfrentarse con una composición de tono pesante, una cantata en la peor tradición de la recuperación de formas obsoletas que se da con frecuencia en el período de entreguerras. Música de guardarropía, esta Nascita está muy lejos del nervio que sustenta el Cuarteto nº 1, por citar otra obra de ese tiempo. Hay incluso un aire muy marcadamente naíf en la organización de la pieza, verdaderamente desmañada y desaliñada. La decepción ante el CD de Mode no procede sólo por esa parte, sino también por la interpretación imposible que hace la Orquesta de la Radio de Viena de las piezas que han fundamentado el estilo del músico. Ante tanto desatino en la composición de los planos sonoros, no resta sino volver a las veteranas, pero nunca agotadas, versiones del sello Accord. Brillan por su ausencia de forma lamentable, en esta nueva grabación, cualquier atisbo de profundidad y cualquier asomo de sensación de vértigo sonoro. Peter Rundel, el director, dispone cada obra siguiendo un acercamiento más analítico, potenciando el timbre individualizado, con lo que se pierde todo lo que de misterio hay en estas obras, toda su grandeza. El coro, en Uaxuctum, se empeña en negar todas las virtudes que encierra la obra, con lo que se produce, inevitablemente, el tedio y la desaprobación en la escucha. Francisco Ramos SCHNEBEL: Orchestra. PROFESORES Y ALUMNOS DE LA UNIVERSIDAD DE LAS ARTES DE BERLÍN Y LA HOCHSCHULE FÜR MUSIK “HANNS EISLER”. Directores: HARRY LYTH, JOBST LIEBRECHT. WERGO 6674 2 (Diverdi), 2000. 73’. DDD. N PN Hay algo que emparenta a Dieter Schnebel (n. 1930) con Mauricio Kagel y es el recurso de la cita y el collage. Si un autor, por su parte, como Bernd Alois Zimmermann adopta la cita prácticamente como razón de ser de muchas de sus obras, en el caso de Kagel y Schnebel el empleo de material prestado es circuns- tancial. En bastantes obras de Kagel hay una mirada al pasado que no por fuerza ha de entenderse como cita, sino como una relectura para conformar el lenguaje propio. Kagel coincide con Schnebel en los años 70 en extraer del pasado una continua materia con la que encarar la obra propia, a veces desde la documentación musicológica (Ludwig van, Schwarzes madrigal). En Schnebel, más bien habría que hablar de revisionismo. Y es curioso que el grueso de esta preocupación se centra en la década de los 70. Al lado de obras en las que el uso de la voz y la experimentación daban como resultado un peculiar lenguaje “corporal”, en el Schnebel de los 70 es habitual la incursión en el clasicismo: Bearbeitungen y Tradition acogen fragmentos muy conocidos de Beethoven, Schubert, Schoenberg y Wagner. Es una forma de reinterpretar, de ofrecer nuevas versiones instrumentales y tratamientos desnaturalizados, algo que influirá, de algún modo, en Zender a la hora de hacer su Schuberts’ Winterreise. Otras piezas, como el Quinteto en si mayor o Piezas sinfónicas, ésta ya de 1984, pretenden simplemente descolocar al receptor. Se entra casi en el terreno de la herejía. Es aquí donde cabría situar esta Orchestra, de 1977, un experimento en el que el autor sitúa a los músicos dispersos por la sala en busca de sonoridades que dialoguen con el espacio. Las 21 secciones de que consta Orchestra, subtitulada “Música sinfónica para músicos en movimiento”, son otros tantos recursos a fragmentos orquestales fácilmente reconocibles, clásicos de la música (El ocaso de los dioses, La consagración de la primavera, Pelléas…), que son tratados por los instrumentos a modo de objetos sonoros. No hay aquí una voluntad de improvisación, más bien la reinterpretación del original despojando a la pieza de toda connotación historicista y convirtiéndola en osamenta, en un complejo de ruidos tal vez proveniente de una imaginaria instalación sonora. Francisco Ramos SCHOENBERG: Noche transfigurada. STRAUSS: Metamorfosis. LES DISSONANCES. Director: DAVID GRIMAL. AMBROISIE AM 110 (Diverdi). 2006. 54’. DDD. N PN Principio y fin de dos carreras. Principio de la de Arnold Schoenberg, quien en Noche transfigurada se mostraba como un genial epígono del romanticismo, y final de la de Richard Strauss, quien con Metamorfosis cerraba toda una vida dedicada a la música, volviendo la mirada a un pasado perdido, simbolizado por la destrucción de la Ópera de Dresde… Dos obras separadas por casi medio siglo, pero ambas elegíacas, bellísimas, de sincero aliento romántico, que aproximan a dos compositores que en vida mostraron más de un desencuentro. Dos obras, también, extraordinarias, que David Grimal, desde el primer violín, nos sirve en unas lecturas introspectivas, serenas, concentradas a descubrir su esencia más íntima. La de Schoenberg nos viene servida en la versión original para sexteto de cuerda, lo que aún acentúa más esa idea de asistir al principio y fin de dos carreras… El grupo Les Dissonances, formado en palabras de Grimal, para “sacar a la música clásica del gueto en el que se encuentra encerrada”, rezuma pasión, entrega, vitalidad, frescura. Y así son estas lecturas, hermosas hasta decir basta, sin necesidad de ir a lo fácil, a cargar las tintas en aquello más emocional. Un disco, pues, inteligente y bien hecho, que por programa y por interpretación se recomienda solo. Juan Carlos Moreno SCHOENBERG: Gurrelieder. RICHARD LEWIS (Waldemar), ETHEL SEMSER (Tove), NELL TANGEMAN (Paloma torcaz), JOHN RILEY (Campesino), FERRY GRUBER (Klaus el loco), MORRIS GESELL (Narrador). COROS Y ORQUESTA DE LA NUEVA SOCIEDAD SINFÓNICA DE PARÍS. Director: RENÉ LEIBOWITZ. 2 CD MEMBRAN 222943-311 (Cat Music). 1953. 120’. ADD. H PE E xceptuada la versión de Stokowski (RCA 1936, sólo en LP y actualmente imposible de localizar), ésta que ahora comentamos fue la primera grabación moderna de Gurrelieder e incluso el sello Belter la publicó en España en un álbum de 2 LPs de muy mal sonido allá por la década de los sesenta (eran los tiempos de los inefables prensados de Hispavox). Ahora que el mercado del CD tiene en su haber más de una docena de grabaciones de la monumental cantata y además en los más diversos estilos interpretativos, nos llega el registro pionero de Leibowitz con sonido monofónico muy mejorado, aunque suponemos que con tanta competencia su difusión va a ser harto complicada. El director francés hace gala de una dirección analítica y clarísima que no le impide plasmar la pasión, el clima y el ambiente dramático adecuado en los primeros números que nos describen el inflamado amor de Waldemar y Tove, así como el exacerbado cromatismo wagneriano y la turbadora tensión armónica del resto, concebidos por Leibowitz con el idioma y el fervor propios del incondicional discípulo de Schoenberg que era. La versión no desmerece de las más conseguidas que actualmente se puedan conseguir en el mercado, aunque es difícil que haga sombra a los Kubelik (DG), Boulez (Sony), Ozawa (Philips), Abbado (DG), Sinopoli (Teldec), Rattle (EMI) o Ferencsik (EMI), este último, uno de los mejores, todavía pendiente de trasvasar a CD. El reparto vocal, exceptuados el sobresaliente tenor Richard Lewis como Waldemar y el excelente Sprecher Morris Gesell, tiene modestas intervenciones, aunque profesionales y convincentes a carta cabal, lo mismo que la orquesta y los coros (éstos francamente mejorables), grabados en sonido monofónico ahora excelentemente reprocesado, como ya hemos dicho, aunque haya momentos (el final, por ejemplo) de cierta confusión, distorsiones y poca claridad. En suma, como documento histórico y como primera grabación de los Gurrelieder en microsurco, puede tener interés, e incluso la solvente e interesante dirección de Leibowitz va bastante más allá de la simple labor divulgadora. Ahora bien, el sonido estéreo y los mejores medios y solistas de los directores citados, quizá aconsejen su elección antes que ésta, recomendable sobre todo para expertos en Schoenberg, en la Segunda Escuela de Viena o en grabaciones históricas. Enrique Pérez Adrián SCHOENBERG: Moses und Aron. WOLFGANG SCHÖNE (Moisés), CHRIST MERRITT (Aaron). CORO, CORO INFANTIL Y ORQUESTA DEL ESTADO, STUTTGART. CORO DE LA RADIO POLACA DE CRACOVIA. Director: ROLAND KLUTTING. 2 CD NAXOS 8.660158-59 (Ferysa). 2003. 112’. DDD. N PE 103 D D I SI CS O C O S S SCHOENBERG-SCRIABIN Nueva y muy 104 importante referencia de una de las óperas más importantes y relativamente poco amadas del repertorio del siglo XX. Obra austera, obra con aristas (como schoenbergiana), obra atrevida, sigue siendo hoy su escucha una pequeña aventura que no cualquier aficionado está dispuesto a recorrer. Pese a la duración breve de la obra, que es inconclusa. Pese a su importancia. Y acaso por su densidad. Esto ya no puede sonar a demasiado nuevo, francamente. A no ser que uno no se haya movido de cierto punto de referencia sonora. Y sin embargo… Hay en esta ópera tantos elementos de la aportación estética de Schoenberg que el título se convierte en resumen, compendio de las estéticas y hasta de las opciones morales del compositor. La historia misma, el conflicto entre Moisés y Aarón, lo son ya. El riguroso serialismo, también. El canto hablado de Moisés (Sprechsgesang) y la línea sinuosa de canto de Aaron, lo son también. Sigue sonando extraña, esa es la verdad. Más que cualquier otro título. Moisés y Aarón es el padre, la madre y el espíritu santo de toda la ópera posterior con pretensiones vanguardistas, desde los operistas auténticos como Reimann hasta los destructores de la forma, de los que hemos hablado en estas páginas repetidas veces, casi nunca para reprocharles su destrucción, que nos parece una opción importante, a veces honesta (no siempre), en ocasiones (¿paradoja?) constructiva. El tiempo demuestra que Moisés y Aarón es una de las óperas más difíciles de representar, mas también (claro está) de grabar en formato audio; y, más aún, de filmar en formato vídeo. Después de aquella visión de sonoridad precaria de Scherchen, conocida cuando conocíamos otras; después de Rosbaud, Kagel, Gielen, Boulez (dos veces), Solti, no sorprende que esta nueva versión, menos orgullosa pero sin renunciar a ninguna pretensión, quiera ser una opción importante entre otras. ¿Acaso hemos escuchado alguna vez un Moisés y Aarón en su plenitud? Kluttig y Stuttgart y Cracovia (aquella Polonia anterior a la de los siniestros gemelos, hélas), junto con solistas como Schöne y Merritt nos plantean (lejos de sus escuelas habituales, sobre todo Merritt) una opción plausible, artística, bella, todo ello dentro de lo que cabe, porque Schoenberg se lo puso muy difícil a sí mismo (óperas más atrevidas o posteriores han merecido audios y vídeos de superior perfección, caramba). Música y rumores, canto y recitado rítmico, episodios más o menos sinfónicos de una sonoridad aún hoy sorprendente y hasta inasimilable: todo resulta plausible y digno en estas versión de gran interés que puede introducir a más de un aficionado en esta ópera difícil que tiene más de medio siglo y que resulta más ardua que otras posteriores y más de “vanguardia”. Podemos sentirnos, eso sí, defraudados por la danza ante el becerro, que es algo blandita para lo que nos plantea el original. No tenemos ni la mejor dirección ni los mejores protagonistas, acaso tampoco los mejores conjuntos; pero todo funciona, todo está en su sitio, y todo plantea la gran pregunta de qué demonios es esta obra, extraña al repertorio, incluso al más vanguardista, y que nunca ha aterrizado en el puerto que le corresponde. En fin, atrayente pero no superior referencia, que puede interesarnos para ir algo más allá, o para comprender que esta obra tiene algo que la hace en cierto modo “imposible”. Santiago Martín Bermúdez SCHUBERT: Momentos musicales D. 780. Allegretto D. 915. Impromptus D. 899 y D. 935. PAUL BADURASKODA, piano. 2 CD GENUIN GEN 86055 (Gaudisc). 2005. 95’. DDD. N PN B adura-Skoda llama a este álbum schubertiano “lecturas íntimas de Schubert”. Y a fe que lo son. Dos discos de “grabaciones privadas” (así aparecen denominadas en el folleto) realizadas en 2005, en sendos Bösendörfer Imperial (de 1923 y 2005, éste empleado en los Impromptus D. 935) de bellísimo sonido, admirablemente captado por unas tomas tan intimistas y cercanas como las interpretaciones. Como de costumbre no asistimos al colmo de la perfección mecánica, que nunca fue preocupación primordial de Badura-Skoda, pero ¡qué pocos pianistas circulan hoy por el mundo que conozcan y transmitan los recovecos expresivos de este piano de Schubert como éste! Naturalmente hay que lamentar que la claridad de articulación (D. 899, nºs 2 Paul Badura-Skoda ENCANTO LÍRICO SCHUBERT: Sonatas para piano en la mayor D. 664, en fa menor D. 625 y en do menor D. 958. PAUL BADURA-SKODA, piano. GENUIN 86057 (Gaudisc). 1972. ADD. 72’. N PN Dice el pianista austríaco que estas grabaciones de 1972 surgen tras unos años dedicados al estudio en profundidad de la vida y obra de Schubert, aprovechando sus años como artista residente de la Universidad de Wisconsin. Y dice también que ahora, tantos años después, le parece que en ese momento se acercó a la música de su compatriota con particular acierto. La verdad es que, escuchando el resultado, uno tiende a darle la razón sin reparos. Desde el mismo comienzo de la Sonata D. 958 se advierte el enciclopédico conocimiento que Badura-Skoda tiene de la música de Schubert. La interpretación tiene toda la elegancia, el refinamiento, el sentido cantable, la profundidad expresiva, el colorido, los acentos, los silencios y los contrastes armónicos, tan esenciales y sorprendentes en el discurso de Schubert. Como en el disco que hace poco pude comentar sobre los Impromptus, esto es Schubert en estado puro. Otros pianistas pueden ofrecerlo más perfecto en lo mecánico, quizá con un sonido más hermoso (aunque el partido que el pianista austriaco extrae al soberbio Bösendörfer Imperial es extraordinario), tal vez un punto menos duro en el fortissimo (algo que resalta la proximidad de la toma, por lo demás estupenda), pero es difícil decir más de lo que dice Badura-Skoda en el primer minuto y medio del Adagio de la sonata mencionada, en el transcurso del cual nos sumerge en el drama con toda su crudeza, su nostalgia y sus súbitos contrastes. Es una forma de entender la música de Schubert que hoy no está al alcance de muchos, y que nos devuelve a los tiempos de Kempff, Arrau o Brendel. Emociona mucho más que deslumbra (otros la tocan más rápido o de forma más espectacular). Cierto, su lectura de los movimientos extremos de la D. 664 es más lírica (y sin duda muy adecuada) que épica, al contrario que Richter (EMI, una interpretación personalísima pero sobrecogedora de esta obra, junto a su inolvidable Wanderer). Sin embargo, qué belleza hay de nuevo en su línea cantable, en un precioso Andante dibujado con sencillez, equilibrado en un tempo nada caído, pero que sin embargo sabe hablarnos de nostalgia y de drama al mismo tiempo. Desde esa sencillez nos llega también todo el encanto lírico —que es mucho— de la D. 625. Y tras el primer tiempo de esta sonata, ¿es posible mayor sabor vienés, que el que transmite Badura-Skoda en el Scherzo? De nuevo demuestra una extraordinaria comprensión del idioma musical de su compatriota. Y sí, el Allegro final tiene toda la vitalidad y brío, sin perder nunca de vista el canto, que uno espera de esta música. Estupendo disco, que ningún buen schubertiano debería dejar pasar. y 4, por ejemplo) no esté a la altura a la que, ay, la perfección de hoy en día nos ha acostumbrado. Pero el idioma, el matiz, el cantable, los contrastes, la belleza de sonido, el lirismo (qué bellísimo fraseo el del D. 899, nº 3, como también el del D. 935, nº 1), están presentes y nos emocionan continuamente. Un Schubert dicho desde el interior, cierta- mente, como un diálogo con el oyente que llega fluido, directo y sincero, convencido y de una expresividad sencillamente extraordinaria. Que sí, que se puede hacer algo más monumental con esta música (Zimerman), que se puede hacer algo demoledor (Richter), que se puede dar con el peculiar idioma vienés (Zacharias) pero es difícil, muy difícil Rafael Ortega Basagoiti D D I SI CS O C O S S SCHOENBERG-SCRIABIN (junto a éste, pienso en los Fischer, Brendel, Kempff), elaborar un Schubert más poético, más cercano al mundo de la canción, más intensamente emotivo y genuinamente romántico que éste. Mil veces la maravilla de gusto y expresión del mencionado D. 899, nº 3 antes que todas las iguales, clarísimas y pluscuamperfectos ejecuciones de este mundo. Un álbum que me ha hecho disfrutar de lo lindo. Bravo, maestro. Rafael Ortega Basagoiti SCHUBERT: Canto del cisne y canciones selectas con textos de Goethe. WERNER GÜRA, tenor; CHRISTOPH WERNER, piano. HARMONIA MUNDI HMC 901931. 2006. 70’. DDD. N PN Al contrario que los otros dos ciclos schubertianos, éste carece de argumento y de personaje. Es, más bien, una miscelánea armada como un programa de concierto, que exige del intérprete una ductilidad expresiva capaz de alternar el lirismo ensoñado de En la lejanía con el más estrófico de la trajinada Serenata, el recitativo tenso e introspectivo de El doble y la animada declaración de Pausa. Güra cumple un ejercicio de óptimo nivel. Tiene una voz de tenor de gracia, resuelta con total limpidez, dice con una propiedad exquisita y pone en cada pieza el carácter y la intención que corresponden. Nunca abandona un canto de musicalidad infalible, al servicio de la intimidad que exige el género, cuyas intensidades han de ser graduadas con mesura inteligente sin perder temperamento. Tal trama de resultados se pone en evidencia, asimismo, en la media docena de textos goetheanos, de los que destacan Bienvenida y adiós y El hijo de las musas. El piano de Berner suena discreto de volumen, destilado de timbre, con la dosis de lirismo que Schubert exige o el clima dramático que sostiene a la recitación, según convenga a cada pieza. Blas Matamoro SCHUMANN: Álbum de canciones para la juventud. Cantos y canciones op. 27. SIBYLLA RUBENS, soprano; STEFANIE IRANYI, mezzo; THOMAS E. BAUER, barítono; UTA HIELSCHER, piano. NAXOS 8.557076 (Ferysa). 2006. 58’. DDD. N PE En el año lírico de 1840, durante el cual Schumann cumplió casi toda su obra cancioneril, compuso el álbum de marras, veintinueve piezas breves y sencillas, destinadas sobre todo a niños y jóvenes que quisieran cantar en casa. Su estética es amable, ingenua y doméstica. No sobrepasa el nivel decoroso que se supone en su autor, con alguna que ha alcanzado autonomía y fama especial (La luciérnaga). En cuanto a los cinco títulos del Opus 27, son un primer programa breve y misceláneo, de carácter más grave y exigencias de madurez. La ejecución es ejemplar. Frescura y limpidez en los timbres de un barítono lírico y un par de voces femeninas de sesgo juvenil, trabajan en lecturas aplicadas, de un refinamiento que no excluye la sencillez, musicales y plenas de una destilada intención. Acaso la tarea del piano, equilibrada y austera, revele una dirección de estudios que ha dado propiedad estilística y homogeneidad al conjunto. bles, encontramos una cuidada afinación y una dicción textual tratada con esmero. Su timbre conjunto se sitúa en un nivel notable, que aún puede ganar en empaste en los fraseos por la región aguda, y en una mayor homogeneidad y dosificación del vibrato. En este mismo sentido, sería deseable ampliar y diversificar el juego de colores y efectos vocales rebajando el carácter demasiado uniforme de todo el disco. El joven grupo, que debe de andar por las 24 voces, debuta discográficamente con este trabajo sobre lo que, parece, se convertirá en una integral de la música coral profana de Schumann. El repertorio, de típica factura romántica, aborda obras basadas en textos de distintos poetas alemanes cuya temática —exaltación de la vida, la felicidad y la juventud, escenas campestres y campesinas, etc.— es desarrollada por el compositor alemán en combinaciones a cappella o acompañadas por el piano. Las predominantes texturas homofónicas, lejos de complejidades rítmicas, demandan claridad y vigor, así como una dinámica tendente a lo expansivo que, reforzadas por las imágenes textuales, encuentran una buena traducción en el sonido juvenil del conjunto. El resultado es también notable en las intervenciones acompañadas, donde la acústica ambiental de la grabación crea una imagen sonora de singular realismo. En este repertorio, un conjunto al que habrá que seguir con interés. En otros repertorios, el tiempo nos lo dirá. Blas Matamoro Juan García-Rico SCHUMANN: Obra coral profana, vol. 1: Spanisches Liederspiel op. 74. Drei Gedichte op. 29. Fünf Lieder op. 55. Vier doppelchörige Gesänge op 141. Vier Gesänge op. 59. Bei Shenkung eines Flügels M15. Beim Abschied zu singen, op. 84. ORPHEUS VOKALENSEMBLE. KONRAD ELSER, piano. DIRECTOR: GARY GRADEN. CARUS 83. 173 (Diverdi). 2006. 69’. DDD. N PN Luminoso y brillante suena el resultado de este homónimo vocal de la famosa orquesta de cámara norteamericana. Brillante, que no abierto, gracias a un inteligente trabajo de colocación del sonido así como a un mayor peso de las secciones femeninas. Entre sus bazas indudablemente favora- SCHÜTZ: Salmo C. Salmo CXIX. Deutsches Magnificat. COLLEGIUM VOCALE GENT. CONCERTO PALATINO. Director: PHILIPPE HERREWEGHE. 2 CD HARMONIA MUNDI HMC 901895.96. 2005. 89’. DDD. N PN La gran obra final de Schütz, tantos siglos olvidada, representa ahora, gracias a varias importantes interpretaciones fonográficas —a las que ésta se suma inmediatamente—, un hito en la música europea de mediados del siglo XVII. Herreweghe aborda la recreación de este llamado Canto del cisne como lo que es, un gran conjunto que contiene lo más sabio de la música sacra alemana del momento. Alejado de aristas y angulosidades, de un dramatis- mo que también puede descubrirse en la música, el director nos propone una visión moderada, donde priman las sinuosidades, las miradas a la gran tradición eclesiástica y la funcionalidad litúrgica. La sucesión de los motetes se alza orgánica, lógicamente. Con toda evidencia, la mera sensualidad vocal es otro de los ejes de la traducción, así como el ágil juego de las figuraciones, que conecta directamente con el hilo que habría de pasar por Buxtehude y Bach. En concreto, el Magnificat se instala como el ejemplo más vivo y elocuente, el resumen más acabado del arte de Schütz. La intervención del sensacional grupo de metales —y otros instrumentos— Concerto Palatino garantiza la conexión veneciana de este Schütz terminal, un referente estilístico clarísimo en el primer periodo del compositor, pero aquí suave y eficazmente tamizado. Un magnífico acercamiento a una obra crucial. Enrique Martínez Miura SCRIABIN: Preludios para piano op. 11. Sonatas para piano nº 8 op. 66 y nº 3 op. 23. SEVERIN VON ECKARDSTEIN, piano. MDG 604 1318-2 (Diverdi). 2005. 66’. DDD. N PN E l piano de Scriabin, por personalidad y naturaleza, requiere un intérprete sensible y duro al mismo tiempo. Es una música de tremenda complejidad expresiva que demanda una cierta dosis de locura que no debe escapar jamás al control del traductor. Y al mismo tiempo debe saber extraer la sutilidad, la sensualidad y la sexualidad de una música única. Tan única que no ha tenido continuidad. Lo más representativo de su producción es la música para piano, la que mejor capta su esencia. Los Preludios y las Sonatas son una buena forma de introducción. Von Eckardstein es un pianista cuya propuesta tiende, de una forma no tan descabellada, al tardorromanticismo más exacerbado. Mira hacia el siglo XIX buscando referentes en el último Chaikovski o en el Schumann más tardío y alucinado. No retrata, pues, a un visionario, aunque la propia música se abre camino y explora sus particularidades y esa forma de expresión única. Técnicamente, el pianista 105 D D I SI CS O C O S S SCRIABIN-TELEMANN germano hace gala de seguridad y una rocosidad a prueba de bombas. Resulta, quizás, excesivamente denso, abigarrado. Da la sensación de pretender querer decirlo todo al mismo tiempo. A su pianismo le falta un punto de transparencia y de reflexión, al menos en este repertorio. SHOSTAKOVICH: Conciertos para violín nºs 1 y 2 opp. 77 y 129. ARABELLA STEINBACHER, violín. ORQUESTA SINFÓNICA DE LA RADIO DE BAVIERA. Director: ANDRIS NELSONS. Sinfonía nº 13 “Babi Yar”. JANHENDRIK ROOTERING, bajo. CORO DE LA RADIO HOLANDESA. ORQUESTA FILARMÓNICA DE LA RADIO HOLANDESA. Director: MARK WIGGLESWORTH. ORFEO C 687 061 A (Diverdi). 2006. 73’. DDD. N PN BIS SACD-1543 (Diverdi). 2005. 62’. SACD. N PN La obra mayor para piano de Shostakovich es, ante todo, un homenaje a Bach, de cuyo Clave bien temperado toma el espíritu y la forma: 24 preludios y fugas escritos entre 1950 y 1951, que nos traen la cara más ascética del maestro ruso. Nada del grito apenas reprimido o de la risotada sarcástica que corta como el papel de algunas de sus sinfonías o cuartetos de cuerda. Como mucho, una callada tristeza que intenta esconderse en el virtuosismo polifónico, que no técnico, pues las piezas tampoco presentan dificultades insalvables al intérprete. Lo que éste debe hacer es expresarlas con naturalidad, desarrollarlas de modo que su escritura diáfana y cristalina, sin concesiones de cara a la galería, vaya mostrándose tal cual es. Dicho de este modo, parece fácil, pero no lo es en absoluto. Como en el pianismo de Mozart, la dificultad consiste en hacer que suene así, sencillo, y no cabe duda que la franco-lituana Muza Rubackyté lo consigue con nota. Su lectura es elegante y poética, muy atenta a las cualidades cantabiles de estos pentagramas. Lentamente, éstos van desplegándose ante nosotros, sin amaneramientos, sin que suenen impostados, como sí sucede a veces en el registro de Vladimir Ashkenazi para Decca. La referencia, por su fuerza interior, sigue siendo la interpretación de Tatiana Nikolaieva (Melodiya), pero ésta se sitúa a un nivel alto, muy alto. Y, además, por cuatro chavos. O ni eso… El aficionado ya no sabe a qué atenerse. O eso diría uno. De nuevo una referencia importante (no diré imprescindible, porque hay varias, y lo imprescindible no puede ser tan nutrido) de dos obras sobresalientes de Shostakovich, los dos conciertos para violín (el primero, en su versión original, numerada como opus 77). La joven violinista muniquesa Arabella Steinbacher, niña prodigio con nombre de entrañable personaje de Richard Strauss, desarrolla unas lecturas ácidas y a ratos líricas de estas dos páginas que impresionan más a medida que se escuchan más veces (sobre todo, en lecturas así). El equilibrio sinfónico del Op. 77 lo garantiza no sólo Arabella, sino también Andris Nelsons al frente de la Orquesta de la Radio de Baviera, en este registro tomado en la Residenz de Múnich. El Scherzo y el Andante constituyen un contraste patente entre el Shostakovich que chirría y el del despliegue lírico, un contraste que Arabella Steinbacher y Nelsons explotan sin exageración, pero con claridad, todo ello como si fuera para emparentar cada uno de esos movimientos internos con los dos extremos. La tensión mesurada de la lentitud que impera en el Op. 129 es lo contrario que una propuesta de contraste. Steinbacher plantea esto, lógicamente, como una gradación; de intensidades, de matices dinámicos, de tempi. Y ahí está el virtuosismo, el de la capacidad de hacer crecer el sonido, hacerlo disminuir, y con ello conseguir sugerencias y sentidos. Arabella Steinbacher demuestra ser una violinista espléndida; y tiene la fortuna de un magnífico acompañamiento. No nos sorprende que la crítica alemana haya distinguido este registro con un importante galardón. Juan Carlos Moreno Santiago Martín Bermúdez Carlos Vílchez Negrín SHOSTAKOVICH: Preludios y fugas. MUZA RUBACKYTÉ, piano. 2 CD BRILLIANT LC 8463 (Cat Music). 2006. 144’. DDD. N PE 106 SHOSTAKOVICH: El Tablón de www.scherzo.es No hace mucho, en la integral que está llevando a cabo en BIS de las sinfonías de Shostakovich, Mark Wigglesworth perpetró un disparate absoluto de la Octava, llevada con un tempo ralentizado hasta la inanición, que dinamitaba toda la carga dramática de la partitura. Las previsiones, pues, eran muy pesimistas a la hora de acercarse a esta Babi Yar. Sin embargo, salta la sorpresa: nada hay en ella de los vicios de aquella otra versión, sino una lectura monumental, austera y negra hasta la exasperación, pero también profundamente emocionante y bella. A ello contribuye con creces la prestación de un solista de lujo, un Jan-Hendrik Rootering que en el tercer movimiento, más que cantar, susurra su parte y deja así petrificado al oyente. La toma de sonido tiene relieve y así no hay detalle que la batuta no acierte a mostrar. Sí, llega después del centenario de Shostakovich, cuando la nómina de Decimoterceras se cuenta por legión, pero ésta no sobrará. Es una primerísima opción. Este ciclo vuelve a cobrar interés. Esperamos ya la próxima entrega. Juan Carlos Moreno SIBELIUS: Canciones, vol. 1. HANNU JURMU, tenor; JOUNI SOMERO, piano. NAXOS 8.570019 (Ferysa). 2005. 62’. DDD. N PE E ntre 1888 y 1926, el año de su retirada de la escena musical, Sibelius compuso alrededor de un centenar de canciones con piano, la mayoría de ellas en la que era su lengua materna, el sueco, aunque también las hay en alemán, una rareza en inglés (Hymn to Thaïs) y, por supuesto, un buen puñado en finés. De todo ello, desde la temprana Serenade (1888) hasta Narsissi (1925), tenemos aquí un escogido ramillete, que nos muestra a un Sibelius que se mueve con comodidad en la tradición romántica del género. Nada gra- tuito hay aquí, más bien una depurada simplicidad que busca una expresión directa e inmediata, sin perder de vista la inteligibilidad de los versos. En este sentido, Hannu Jurmu aborda las canciones con una entrega que a veces se antoja excesiva, a lo que suma algunas asperezas en la parte alta. Pero, aun así, hay que reconocerle una capacidad comunicativa innegable y una facilidad para hacer próximas estas piezas, contrastarlas y evitar en todo momento cualquier atisbo de monotonía. Jouni Somero le secunda con acierto, manteniéndose en un discreto segundo plano, pero atacando, fraseando, completando siempre con inteligencia. El sonido es bueno y sólo cabe lamentar una cosa: la carencia de los textos cantados, algo que se echa particularmente en falta. Juan Carlos Moreno STÖLZEL: Alles, was sonst lieblich heißet. Seid willkommen, schöne Stunden. DOROTHEE MIELDS, soprano; ELISABETH GRAF, contralto; KNUT SCHOCH, tenor; EKKEHARD ABELE, bajo. TELEMANNISCHES COLLEGIUM MICHAELSTEIN. Director: LUDGER RÉMY. 2 CD CPO 777 094-2 (Diverdi). 2004. 103’. DDD. N PN L a pérdida de gran parte de la obra de un compositor es algo que dificulta enormemente el tener una fidedigna idea sobre su importancia tanto artística como histórica. Es este el caso del alemán Gottfried Heinrich Stölzel (1690-1749), de quien sólo recientemente se ha ido rescatando y grabado —casi todo para el sello discográfico CPO— algunas obras de evidente calidad musical. En esta ocasión CPO nos propone dos serenatas cantadas —y es la música vocal de Stölzel la que más se conoce y aprecia— bajo la dirección de Ludger Rémy, muy activo también en su labor de investigación sobre música antigua alemana (esfuerzo que le ha sido reconocido con varios premios por sus grabaciones). Estas dos composiciones, escritas por Stölzel para dignificar musicalmente celebraciones familiares de sus patronos, no son formalmente algo diferente al habitual esquema de la cantata: una facultativa sinfonía introductoria y un seguido de arias, recitativos, dúos y partes D D I SI CS O C O S S SCRIABIN-TELEMANN corales de conjunto. Los textos de las obras fueron muy probablemente escritos por el propio compositor pues ha quedado evidencia escrita, se nos dice en las notas, de hasta qué punto consideraba que su labor como compositor estaba intrínsecamente ligada a la poética. En la primera serenata el texto tiene un marcado contenido simbólico dedicado a la alabanza del príncipe, mientras que en la segunda se acentúa el carácter dramático de lo que se va relatando, constituyendo un buen ejemplo de lo llamado “drama pastoral”. La música de estas obras es de clara y luminosa factura melódica y muy variada tímbrica. Cualidades que tanto el cuarteto vocal como el conjunto instrumental han sabido materializar con sobrada competencia, convencimiento interpretativo y rigurosidad historiográfica (Ludger Rémy al clave y a la dirección). Un buen acercamiento a unas obras y autor que son todavía todo un mundo musical por descubrir, comprender y disfrutar. Jaime Rodríguez Pombo STRAUSS: La leyenda de José op. 63. ORQUESTA DEL FESTIVAL DE BUDAPEST. Director: IVÁN FISCHER. CHANNEL CCS SA 24507 (Harmonia Mundi). 2007. 64’. SACD. N PN E ste interesante ensayo de Strauss, fechado en 1914, por crear un género llamado drama-ballet debe considerarse fundamentalmente fallido. Cuando la música no cae en lo puramente decorativo, es que deriva hacia un grosor e hipertrofia orquestales donde reconocemos al músico de los grandes poemas sinfónicos, pero aquí en una extraña tierra de nadie. La cuidada edición discográfica y la entregada dirección de Fischer hacen todo lo posible por rescatar la obra, algo no muy fácil. El director obtiene una amplia panoplia de timbres y una respuesta orquestal que por momentos bordea la filigrana. Sin embargo, los giros extáticos, la indudable pasión de la batuta apenas rascan en la epidermis de una partitura con demasiados excesos decibélicos. El indudable vuelo melódico de no pocos números podría situarse en la parte más positiva de la Leyenda, pero precisamente las bondades del disco no hacen sino resaltar todavía más el hecho de que estamos ante el Strauss más vacuo. Reservado a los coleccionistas straussianos. Enrique Martínez Miura STRAUSS: Sinfonía alpina. Suite de “El caballero de la rosa”. DRESDNER PHILHARMONIE. Director: RAFAEL FRÜHBECK DE BURGOS. GENUIN GEN 86074 (Gaudisc). 2006. 71’. DDD. N PN R ecientemente hemos podido apreciar de un modo rotundo la cercanía personal —y la evidente capacidad para resultar más que satisfactorio en sus versiones— de Frühbeck de Burgos y el sinfonismo romántico programático: primero en un Liszt antológico para BIS, después con un Strauss admirable en Berlin Classics, y ahora con más Strauss en Genuin. La orquesta, la Dresdner Philharmonie, de la cual el director español es actualmente su titular y su director artístico desde 2004, se beneficia en este Strauss espectacular y casi cinematográfico de la Sinfonía alpina del entendimiento con el maestro y responde perfectamente a su concepto tradicional —en el mejor de los sentidos— del universo straussiano. La exquisitez de algunos momentos en lo que a colorido y poesía se refiere, tal como podemos apreciar, por ejemplo, en Auf blumingen Wiesen (corte 8) y en Die Sonne verdustert sich allmählich (corte 16), nos llevan directamente al estilo genuino de la obra siguiente, la maravillosa Rosenkavalier-Suite, digna del mejor Strauss y aquí interpretada magistralmente. Ciertamente la Sinfonía alpina no es lo más destacable de cuanto creó Strauss pero cuando se interpreta bien —como aquí es el caso— sale a relucir el genio orquestal de su autor y, en más de una ocasión, el gran maestro de la evocación y de la melodía que fue, aunque en este aspecto, por supuesto, se lleva la palma la Rosenkavalier-Suite. Josep Pascual STRAVINSKI: Apolo. Concierto en re. PROKOFIEV: Veinte visiones fugitivas op. 20, arreglo para cuerdas. SOLISTAS DE MOSCÚ. Director: IURI BASHMET. ONYX 4017 (Harmonia Mundi). 2006. 67’. DDD. N PN Un disco de un clasicismo que se acerca a lo hierático, aunque se queda en algo menos rígido por la agilidad de la danza. Es un clasicismo no sólo elegante, sino también inquieto, presuroso, nada estatuario. Esa casi media hora de Apolo constituye desde ahora mismo una nueva referencia importante de obra tan difícil de sostener, que precisa no sólo de un excelente pulso artístico en la batuta, sino de un conjunto sin debilidades. Podríamos destacar momentos culminantes, pero cada solo, cada paso de acción, cada paso de dos o de conjunto es aquí un acierto por el equilibrio entre conmoción y sentido de la medida. El planteamiento de Bashmet es tan acertado que la escucha del Concierto en re, una de las cumbres clasicistas del Stravinski de los años treinta, se convierte en una continuación natural de Apolo. Como si llegaran las musas que faltaban en la primera entrega, por decirlo así. Pero sorprende más todavía que también parezca continuidad (relativa, es cierto) la serie de Veinte visiones fugitivas de Prokofiev, que del piano pasan al conjunto de cuerda gracias a Barshai y a Balashov. Bashmet y los Virtuosos de Moscú consiguen un disco propio de maestros de la tensión sonora de la cuerda. Algo semejante, si no idéntico pero con otros objetivos, al CD de Bashmet y estos Virtuosos con obras de Shostakovich, Sviridov y Vainberg, que ya comentamos aquí. En fin, si alguien nos preguntase cuál es la estética opuesta en el siglo XX tanto al romanticismo como a la vanguardia vienesa, les pondríamos este CD como ejemplo notorio. Santiago Martín Bermúdez SZYMANOWSKI: Sonata para violín y piano op. 9. BACEWICZ: Sonata para violín y piano nº 4. LUTOSLAWSKI: Partita para violín y piano. PATRYCJA PIEKUTOWSKA, violín; BEATA BILINSKA, piano. DUX 0544 (Diverdi) 2006. 51’. DDD. N PN E n este CD admiramos varias obras de peso dentro del repertorio para violín y piano pertenecientes a la Polonia del siglo XX. Piezas que forman par- te de los programas en las escuelas de música de dicho país, y que integran los listados obligados en diversos concursos. Las solistas son dos intérpretes con una conocida trayectoria en su país: Patrycja Piekutowska y Beata Bilinska. Ambas ofrecen un dúo lleno de contrastes, muy camerístico, en el que ponen todos sus sentidos en pro de la perfección técnica. El violín de Piekutowska es brillante, perfecto, pulcro, pero asimismo demasiado previsible. Su papel en estas obras adolece de demasiada frialdad y distancia con lo que hay detrás de las notas; aun así, es de justicia remarcar sus dotes instrumentales, y que parece que van en crescendo con las obras. Aunque el piano, por lo general es excelente por su parte, aportando solidez y un empaste sonoro equilibrado, pero en algún momento se come al violín. Las intervenciones de Bilinska son trabajadas y sensibles. A decir verdad, estas versiones son impecables técnicamente mas se echa en falta espontaneidad, algún glissando que la propia música pide (Szymanowski), y momentos de calidez que parecen no existir. El calibre de las piezas proporciona un disco impactante: la Sonata de Bacewicz, junto a la Partita de Lutoslawski, son las más logradas del compacto, con unas interpretaciones impulsivas y extrovertidas, en las que prima un vigor y una fuerza elogiables. Su identificación con dicho repertorio es tan evidente que su Szymanowski queda eclipsado. Resumiendo, un disco desigual pero con momentos sobresalientes, de la mano de dos intérpretes que priman principalmente la perfección técnica. Emili Blasco TELEMANN: Doce fantasías para flauta. JED WENTZ, flauta. BRILLIANT 93440 (Cat Music). 54’. DDD. N PE D urante la década de 1730 el compositor alemán Georg Philipp Telemann publicó tres colecciones de fantasías para instrumento solo —flauta, violín y viola da gamba (esta última, desafortunadamente, no ha llegado hasta nosotros). Es concretamente en 1732 cuando Telemann, ya internacionalmente reconocido como uno de los principales y más influyentes 107 D D I SI CS O C O S S TELEMANN-WAGNER 108 compositores alemanes del momento, publica estas doce fantasías para flauta sin acompañamiento. Las piezas, algunas de las cuales requieren un más que avanzado dominio técnico del instrumento, son ejemplo en gran medida del deseo de experimentación estilística que el autor venía ya mostrando desde la década anterior —experimentación que apoyaba e incluso incentivaba la burguesía intelectual y amante de la música del Hamburgo de entonces, ciudad en la que Telemann ejercía de director musical general. Estas fantasías, como también otras tantas obras de este período, son una buena muestra de una de estas innovaciones estilísticas que iba a resultar capital para el posterior desarrollo musical europeo en la segunda mitad del XVIII. Se trata de la ruptura de la “doctrina de los afectos” barroca, según la cual cada movimiento de una obra debe explorar un único estado anímico/emocional. Estas doce obras (bajo la libérrima denominación de “fantasías”) son música de frecuentes cambios y contrastes emocionales y amalgama también de muy diversos géneros y formas musicales (danzas, arias, recitativos, obertura a la francesa…). El flautista Jed Wentz reivindica el derecho a esa misma libertad creativa también para su interpretación. Las notas que acompañan a la grabación, escritas por él, son toda una declaración de intenciones. No las dedica a detallar, como es costumbre, cuestiones técnicas y biográficas sobre el autor, su época o el instrumento sino que afirma en ellas el derecho y casi deber del intérprete a tocar estas piezas según su propio sentir artístico, coincida o no con las canónicas grabaciones de las que ya disponemos. Además, apunta en ellas, esto resulta doblemente legítimo si se repara en el hecho de que muchos de los criterios históricos en los que se basan esas grabaciones son, en realidad, mera conjetura consensuada. Se esté o no de acuerdo con ello lo cierto es que la interpretación de Wentz resulta de lo más vigorosa y estimulante. Su muy personal y ciertamente libre uso del color instrumental, de las dinámicas y de la agógica nos facilita unas nuevas fantasías altamente sugestivas y llenas de vida. Wentz ha decidido pasárselo bien tocando y grabando esta música, alejarse de una rigidez historiográfica en la que ni cree ni se siente creativamente cómodo —y que conste que su instrumento es un traverso, recreación a partir de un modelo Oliver Knussen JARDINES TAKEMITSU: Arc. Green. ROLF HIND, piano. LONDON SINFONIETTA. Director: OLIVER KNUSSEN. LONDON SINFONIETTA SINF CD32006 (Diverdi). 2006. 33’. DDD. N PM T akemitsu comentó en una ocasión que las imágenes de la naturaleza que tanto le conmovían estaban siempre pobladas de paseantes. Si hubiera sido de otro modo, sus jardines habrían brotado como naturalezas muertas, duras piezas de pintura musical. Muy al contrario, el paisaje delicuescente de Takemitsu se debe a la presencia de esos giróvagos que, con variable temperamento, toman uno u otro sendero, se detienen a considerar un cambio de rumbo o demoran su regreso. En efecto, la vieja marca impresionista: la perspectiva del observante, que se impone al mundo. El ciclo Arc (1963-66), en su revisión del 76 (la que nos ocupa), constituye la gran (y primera) obra “peripatética” de Takemitsu: el flanneur original, cuyos andares inspiraron esta creación para piano y orquesta, fue el teclista Yuji Takahashi. Treinta y dos años después, en el concierto londinense aquí registrado (octubre de 1998), Rolf Hind sería el nuevo transeúnte de este jardín maestro, encrucijada del arte del compositor. El oyente habrá de detectar aquí los afines espíritus de Debussy, Messiaen y Cage, pero también la personalísima definición de una estética que de principios del XVIII. Y seguro que igualmente bien se lo va a pasar todo aquel que se acerque a esta nueva versión sin demasiados complejos teóricos. Jaime Rodríguez Pombo VAN HOOF: Suite de la ópera “Meivuur”. Once canciones orquestales. Divertimento para trombón y orquesta. Sinfonía nº 3. ANN DE RENAIS, soprano; IVAN MEYLEMANS, trombón. ORQUESTA FILARMÓNICA DE PANONIA. Director: ZSOLT HAMAR. PHAEDRA 92051 (Diverdi). 2006. 78’. DDD. N PN Es una tontería, pero si se miran las fotos de Jef van Hoof que apa- pareciera referir una fantasía daliniana donde los cuerpos musicales se rigieran por una física del sueño y las voliciones del caminante: largos acordes tenidos en la cuerda (la tierra), y subyugantes humores orquestales (impressions del jardín). En Arc también trasluce el remoto influjo del jazz y la sensibilidad aérea e interiorizada de ulteriores jardines como Dream/Window (1985). El disco se completa con un aperitivo del más alto nivel. Se dice de Green (1967), segunda pieza del decálogo November Steps, que es la personal Siesta de un fauno del compositor japonés. Nada que objetar a este parecer. El aficionado a Takemitsu sabe que este segundo “paso de noviembre” fue alumbrado como un ensayo sobre los sonidos “panfocales” de Debussy y que se trata de una obra breve pero enjundiosa, cuya mansa resolución diatónica basta para distinguirla con laureles. Sin duda, obras claves de Takemitsu y una lectura, la de este disco, de plena referencia. David Rodríguez Cerdán recen en la portada y carpetilla de este disco, parece imposible que se trate de alguien nacido en 1886 y que vivió hasta 1959. Su larga y poblada barba a lo Brahms nos remite a alguien mucho anterior en el tiempo, sensación que queda acentuada tras escuchar su música… De un posromanticismo straussiano, pero desprovisto de la ampulosidad del bávaro, las obras de este maestro flamenco parecen surgidas con algunas décadas de retraso. No sólo eso: también parecen alérgicas a cualquier contacto con lo que acontecía en la Europa musical de su tiempo, tan activa, tan contradictoria, tan iconoclasta ella… No, Van Hoof no parece darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor. Y estaba en su derecho. ¿Por qué no? Es de un conservadurismo atroz, sí, pero coherente, sincero y, sobre todo, con una calidad que le permite escapar del peligro del epigonismo. Y para los escépticos, esta antología, que recoge una pieza bastante circunstancial, pero de agradable escucha, como es el Divertimento para trombón (1935), junto a la suite de la ópera Fuego de mayo (1916), la Tercera Sinfonía (1945) y la faceta más valiosa de este creador, sus canciones, un ramillete del que destacan las Cuatro canciones sobre poemas de Giza Ritschl (1906), de un delicado decadentismo. Obras, pues, que abarcan toda la vida musical de Van Hoof y nos permiten disfrutar de un maestro con oficio probado, amante de las armonías claras, las formas clásicas y las texturas orquestales delineadas y transparentes, y que además posee un apreciable don melódico y un cierto sentido del humor. Sorpresas, pocas, pero placer bastante, sobre todo en las canciones. Las interpretaciones, protagonizadas por una “exótica” orquesta húngara y un director de la misma nacionalidad, les hacen suficiente justicia sin arrebatar, algo de lo que sí se encarga la sugerente voz de Ann De Renais en las canciones, lo más hermoso de este curioso disco. Juan Carlos Moreno VASKS: Sinfonía nº 3. Concierto para violonchelo y orquesta. MARKO YLÖNEN, violonchelo. ORQUESTA FILARMÓNICA DE TEMPERE. Director: JOHN STORGARDS. ONDINE ODE 1086-5 (Diverdi). 2006. 77’. DDD. N PN Peteris Vasks es, en su concepción artística, heredero de los tiempos de pluralidad que vivimos. Su obra abarca un amplio espectro estilístico en el que prima lo emocional sobre la búsqueda de una escritura apoyada en la ortodoxia. La Tercera Sinfonía, compuesta por encargo de la Filarmónica de Tempere entre 2004 y 2005 tras la experiencia cosechada en la grabación de su Segunda Sinfonía (véase SCHERZO de septiembre de 2003), es un perfecto ejemplo de ello. Heredera, como aquélla, del sentido dramático de Shosta- D D I SI CS O C O S S TELEMANN-WAGNER kovich y su uso del clímax y de los tiempos. Todo ello le resta originalidad, aunque no efectividad. Es muy directa y su escucha resulta fluida y exenta de complicaciones. El propio autor afirma que representa “la belleza del mundo de Dios. El destino de la humanidad y de un individuo. Amor y lealtad a los ideales”. Todo ello bañado por una música muy descriptiva. El Concierto para chelo, sin embargo, sí posee rasgos de originalidad. Es una obra mucho más personal, sin duda. Dividido en cinco movimientos que se interpretan sin interrupción y con una estructura simétrica, este concierto (compuesto entre 1993 y 1994) está inspirado “en el sufrimiento y humillación del pueblo bajo el yugo soviético y en su fortaleza psicológica para sobrevivir en esas circunstancias”. Una definición que marca una pieza que no deja tampoco de hacer guiños a Shostakovich. Las versiones a cargo de Ylönen y Storgards son impecables. El director finés posee una gran capacidad descriptiva y logra desentrañar la fuerza de ambas partituras. Lo mismo le ocurre al joven chelista, quien hace suya la obra con una entrega encomiable. Carlos Vílchez Negrín VIERDANCK: Capricci, Canzoni y Sonatas. PARNASSI MUSICI. CPO 777 205-2 (Diverdi). 2005. 67’. DDD. N PN U na de las líneas características de la editora CPO es la de dar a conocer autores u obras que han caído en el olvido pero cuyo interés es, en muchas ocasiones, muy alto. Tal es el caso del compositor Johann Vierdanck, actualmente un perfecto desconocido, pero que en su juventud gozó de un gran aprecio por parte de Heinrich Schütz, a cuyas órdenes trabajó en la Hofkapelle de Dresde, para ocupar después diversos cargos en capillas musicales del norte de Alemania y en sus años finales el puesto de organista en Santa María de Stralsund, donde murió en 1646. De las dos recopilaciones de música instrumental de Vierdanck que vieron la imprenta, la primera recogía una colección de suites y la segunda comprendía capricci, canzoni y sonate. Este CD incluye algunas piezas de la segunda de ellas, Richard Hickox AL FIN EL MAR VAUGHAN WILLIAMS: Obertura de “Las avispas”. Sinfonía nº 1. SUSAN GRITTON, soprano; GERALD FINLEY, barítono. CORO Y ORQUESTA SINFÓNICA DE LONDRES. Director: RICHARD HICKOX. CHANDOS CHSA 5047 (Harmonia Mundi). 2006. 76’. DSD. N PN La Sinfonía del Mar es la primera de las nueve de Vaughan Williams, con su exaltación y su lirismo, su fuerza y su evocación a la vez meditación y afirmación de la naturaleza con el pretexto de los versos de Walt Whitman. Es una obra poderosa, que se expande como un relato y que requiere un control eficaz de las fuerzas que la negocian. En su amplia fonografía no hallamos una versión que pudiéramos calificar de publicada en Rostock en 1641, entre las cuales el grupo instrumental Parnassi Musici ha seleccionado una veintena para dos o para tres violines, que unas veces han de tocar solos y otras con acompañamiento de un continuo integrado por fagot o violonchelo, laúd y órgano, en una curiosa mezcla de ejercicios de aprendizaje y piezas de concierto. Esta colección tiene una marcada influencia italiana, nada extraño dada la abundante presencia de músicos italianos en la corte de Dresde, entre ellos el violinista Carlo Farina, autor del célebre Capriccio stravagante y a cuyo lado trabajó Vierdanck. Pero como ocurre también en el caso de Biber, algunas de cuyas obras para violín vienen a la memoria al escuchar las de Vierdanck, parecen superar en imaginación y stravaganza a sus modelos italianos. Los músicos integrantes de Parnassi Musici son unos consumados intérpretes, aunque quizás por su carácter de ejercicios o por dificultades técnicas en la toma de sonido suenan mejor las obras acompañadas con bajo continuo que las interpretadas con los violines sin acompañamiento, que adolecen de una cierta dureza. En cualquier caso, hacen pasar al oyente una deliciosa y e incluso por sus malabarismos divertida hora larga, mientras medita en la insondable cueva de tesoros musicales que representa el período barroco. José Luis Fernández definitiva, pues la primera de Boult (Belart) sufre los inconvenientes del sonido monofónico y su segunda (EMI) de un barítono no demasiado adecuado como John Carol Case. Sólo discutible por el lado de los cantantes es la extraordinaria prestación de Leonard Slatkin (RCA). La de Haitink (EMI) es un punto fría y a la de Handley (EMI) le falta algo para llegar a las alturas del resto de su ciclo, el más recomendable quizá en su conjunto al lado del segundo de Boult. Con Hickox llegamos al fin a una versión plenamente convincente de la partitura, con unos solistas impecables —emocionante de verdad Gerard Finley en En la playa de noche, solo—, un coro sin mácula y una conducción general que sabe aunar en una pieza todas las sugerencias de obra tan torrencial, ejemplificadas en el soberbio modo de explicar y rematar el último tiempo. Así, el bravo director inglés se encarama de golpe a lo más alto de la discografía de esta pieza. La obertura de Las avispas es un formidable complemento. Claire Vaquero Williams VILLA-LOBOS: WAGNER: Concierto para violonchelo nº 2. Gran Concierto para violonchelo op. 50. ULRICH SCHMID, violonchelo. NORDWESTDEUTSCHE PHILHARMONIE. Director: DOMINIQUE ROGGEN. Sigfrido. GARY RIDEOUT (Sigfrido), RICHARD GREAGER (Mime), JOHN BRÖCHELER (El Viajero), JOHN WEGNER (Alberico), DAVID HIBBARD (Fafner), LIANE KEEGAN (Erda), LISA GASTEEN (Brunilda), SHU-CHEEN YU (Pájaro del Bosque). ORQUESTA SINFÓNICA DE ADELAIDA. Director: ASHER FISH. MDG 321 0339-2 (Diverdi). 1988. 43’. DDD. N PN L a pregunta del millón: ¿por qué Villa-Lobos escribió tanto, tanto y tanto? Sólo con que hubiera compuesto una tercera parte, y hubiera dedicado algo más de tiempo a cada partitura, tendríamos a un creador mucho más valioso y original, sin la irregularidad atroz que destroza su catálogo. Estos dos conciertos para violonchelo son una cumplida muestra de oficio, de buen oficio, pero nada más. El discurso no sólo es convencional, sino también previsible, con el virtuosismo técnico como único reclamo. Los intérpretes, por su parte, tampoco ayudan demasiado… La suya, especialmente por lo que respecta a la batuta, es una lectura germánica en el peor sentido del término, esto es de tiempos muy pesados, al borde de lo plúmbeo, y de sonoridades rocosas, que apagan los pocos atisbos de fantasía que asoman por estos pentagramas. Para acabar de agravarlo todo, la duración del disco es de lo más rácana… Juan Carlos Moreno 4 CD MELBA 301095-98 (LR Music). 2004. 337’. DDD. N PN Como en las anteriores entregas de esta Tetralogía australiana captada en vivo, la estrella de la función es el director Fish. Su tarea es de una suntuosidad sonora sólo comparable a la minuciosa taracea de su lectura, la variedad de intenciones dramáticas del relato y las incontables matizaciones de clima que la partitura exige: misterio, placidez, tensión psicológica, conflicto, apariciones mágicas. Todo ello lo hace Fish sin romper el equilibrio con el tinglado vocal, a lo que colabora una toma de sonido de una hondura y dinámica de planos, una nitidez de registros y un tratado de los timbres realmente ejemplares. Asimismo es de señalar la disciplinada eficacia de la masa orquestal. Del elenco sobresalen Alberico por la solidez vocal y la autoridad histriónica, Mime por la estremecida expresividad de sus intervenciones y Fafner, por la turbia nobleza de su caverna, 109 D D I SI CS O C O S S WAGNER-WUORINEN quizá favorecida por la cámara que la envuelve para que suene a voz monstruosa. El protagonista dice con intención y limpia dicción, acaso por la tarea de filología y sentido hecha por Fish, aunque sus medios son escasos en los extremos del registro. Brunilda suena lírica y entusiasta, siempre exigida en el agudo, lo mismo que Wotan o el Vagabundo, en su difícil e híbrida tesitura de bajo cantante o barítono bajo. Erda está correcta y el Pájaro hace lo que puede. Blas Matamoro S. WAGNER: Rainulf y Adelasia. HANNA MINUTILLO (Albriria), ROMAN TREKEL (Osmund), FRANK VON AKEN (Rainulf), ELISABETH MARIA WACHUTKA (Adelasia), THOMAS W. KUCKLER (Gilbert), FRANZ HAWLATA (Un sacerdote). CORO DE STUTTGART. ORQUESTA FILARMÓNICA ESTATAL DE RENANIA-PALATINADO. Director: WERNER ANDREAS ALBERT. 3 CD CPO 777 017-2 (Diverdi). 2003. 204’. DDD. N PN 110 P rosigue CPO con su loable empeño de dar a conocer toda la obra olvidada de Siegfried Wagner (ya publicadas las óperas Llamas solares, El tilo sagrado y las obras completas orquestales, además de recitales de Iris Vermillion, Dagmar Schellenberger y Roman Trekel con destacadas páginas vocales), si bien nos tememos que el éxito no va a sonreír a esta osada empresa. Ya saben que la sólida y artesanal vena artística de Siegfried, muy alejada de la de su abuelo (y no digamos nada de la de su padre), no acaba de encontrar respuesta adecuada fuera de Alemania y Austria (en realidad, nunca la encontró, ni antes ni ahora), donde se cuenta sobre todo con participaciones de diversas emisoras estatales para coproducir con CPO los registros que van apareciendo en este sello. Y en esos dos países tampoco se suelen tocar sus obras orquestales en conciertos ni suben a la escena operística ninguna de sus obras dramáticas, que, además y por su dificultad, requieren un desacostumbrado número de ensayos y repeticiones que ningún teatro está dispuesto a conceder. Así las cosas, nos enfrentamos con esta tercera ópera, novedad absoluta en la fonografía y cuyo argumento se desarrolla en Regio Calabria en 1194 (la Edad Media fue la época favorita de Siegfried Wagner para Christophe Coin y Giovanni Antonini FELIZ MARIDAJE VIVALDI: Conciertos para violonchelo RV 419, 410, 406, 398 y 421. Concierto para violonchelo y fagot RV 409. Concierto para violonchelo piccolo RV 414. CHRISTOPHE COIN, violonchelo y violonchelo piccolo. IL GIARDINO ARMONICO. Director: GIOVANNI ANTONINI. NAÏVE OP 30426 (Diverdi). 2006. 65’. N PN Más de una década después, Christophe Coin vuelve a grabar un disco con Il Giardino Armonico. Como en su primera colaboración para el sello Teldec (1994), el conjunto milanés suaviza la habitual intensidad de su acentuación, el ímpetu de sus ataques, la fuerza de sus contrastes, acomodando su fraseo y su articulación a las maneras más comedidas del violonchelista francés. Frente a otras opiniosus obras escénicas), donde el conde Roger y sus sucesores intentan poner en práctica la idea de una igualdad de religiones en esta isla meridional (una original idea de tolerancia desarrollada ocho siglos antes que en el resto de Europa). En el libreto, donde se reproduce el texto original alemán de la ópera y su traducción inglesa, hay también un excelente estudio en tres idiomas donde se va narrando el argumento de la obra con sus principales características musicales. La dirección musical de este registro corre a cargo del experto Werner Andreas Albert, protagonista de la mayoría de las grabaciones dedicadas a Siegfried Wagner que hemos detallado más arriba. Por lo oído, sus modos en esta versión de concierto público le dan a la obra fluidez dramática, claridad, tensión y equilibrio; su acompañamiento a los cantantes goza en todo momento de absoluta corrección, la notable orquesta se muestra convincente y entregada, y aunque a la larga los más de 200 minutos de duración pesan demasiado en el ánimo del oyente, la convicción rectora es la de un verdadero especialista que cree en todo momento en esta música que está recreando. El amplio equipo vocal está encabezado por los competentes nombres que aparecen en la cabecera de esta reseña, destacando especialmente von Aken y Wachutka en los dos personajes nes, siempre he defendido que el tradicional brío interpretativo de Il Giardino Armonico no iba nunca en contra de un tratamiento delicado, claro y limpio de los planos sonoros, que la vitalidad de sus recreaciones no estaba reñida con la elegancia ni con la entraña lírica de los característicos lentos vivaldianos. Por supuesto, todas esas virtudes siguen refulgiendo aquí, aunque el vigor de los movimientos extremos resulte algo más atenuado y el tono general sea más introspectivo que extravertido, dominado antes por una luz tamizada a través de una vidriera que por el deslumbramiento de los rayos de sol en medio de una plaza. Además, el conjunto de Antonini toca con notable solidez y reciedumbre, sin veleidades minimalistas de ningún tipo. Il Giardino (con Enrico Onofri una vez más de concerque dan nombre a la ópera. Los demás, así como el resto de comprimarios, cumplen con corrección y profesionalidad, lo mismo que los coros de Stuttgart. Sonido y presentación adecuados. Lástima que el precio frene todavía más la difusión de esta interesante música a la que, desde luego, no vaticinamos una amplia difusión fuera del ámbito germanoparlante. Enrique Pérez Adrián WEIR: On buying a horse. AILISH TYNAN, soprano; SUSAN BICKLEY, mezzosoprano; ANDREW KENNEDY, tenor; IAN BURNISIDE, piano. SIGNUM SIGCD087 (LR Music). 2006. 68’. DDD. N PN Presenta este disco todas las canciones de la compositora escocesa Judith Weir (1954), una de las personalidades británicas más interesantes de su generación. Son músicas muy directas, accesibles para cualquier oyente familiarizado con el género, que pueden recordar a Britten en algún momento pero con una personalidad suficientemente acusada. Hay melodías sueltas — On buying a horse, Ox Mountain was Covered by Trees y Ständ- tino) suena transparente, pero denso cuando las texturas así lo requieren, muy atento siempre a las inflexiones de Coin, solista excepcional, tanto por la belleza de su sonido como por la serenidad de su arco, nunca crispado ni atropellado, la dosificación de los ornamentos y el sentido de un tempo que fluye siempre con naturalidad y rigor. Otro punto álgido de la Edición Vivaldi de Naïve. Pablo J. Vayón chen— y ciclos como Songs from the Exotic, Scotch Minstresly, The Voice of Desire, A Spanish Liederbooklet y King Harald’s Saga— con textos que van de lo tradicional —incluidos romances españoles— a Thomas Hardy, Robert Bridges o John Keats. En algunos casos lo popular otorga un sabor especial a la música, siempre ligada de forma inteligente a la palabra —es curioso lo bien que se maneja en su ciclo hispano— y de una eficacia directa. La interpretación es irreprochable, a cargo de cantantes de voces frescas y perfectamente adecuadas. Todo ello hace de este un disco muy interesante, que ampliará con aprovechamiento el horizonte de los aficionados a la canción de concierto. Claire Vaquero Williams WUORINEN: Cyclops 2000. A Reliquary for Stravinsky. LONDON SINFONIETTA. Director: OLIVER KNUSSEN. LONDON SINFONIETTA SINF CD42006 (Diverdi). 1994, 2001. 41’. DDD. N PM Wuorinen es el anti-Feldman, Cyclops 2000 es una constante vociferación, una isla de luz, un rayo que dura como lo D D I SI CS O C O S S WAGNER-WUORINEN Otto Klemperer CASI 80 AÑOS WEILL: Die Dreisgroschenoper del coleccionista. Selección de Die Dreigroschenoper, Mahagonny y Happy End. Kleine Dreisgroschenmusik. LOTTE LENYA, ERIKA HELMKE, KURT GERRON, WEILLY TRENK-TREBISCH, ERICH PONTO, BERTOLT BRECHT. LEWIS RUTH BAND. Director: THEO MACKEBEN. ORQUESTA DE LA STAATSOPER DE BERLÍN. Director: OTTO KLEMPERER. VAI VAIA 1193 (LR Music). 19291930. 71’. ADD. H PM Q ué auténtico es esto, diría alguien que yo conozco. Cómo lo podemos expresar, si no. Auténtico. Grabaciones de 1930 de Die Dreigroschenoper, con artistas que estuvieron presentes en el estreno de 1928 y otros muy poco después. O que colaboraron en el film de Pabst, de 1930, adaptado a la quería René Char, una música urgente y de pronto impasible, mineral, un instante para respirar (el dramático abandono de los cuerpos de Miguel Ángel, la crispación de las siluetas de Francis Bacon) antes de volver a empezar la erupción. Varèse es su padre, y James Dillon su hermano, pero Wuorinen los sobrepasa en violencia: nada de New Complexity, ninguna sutil superposición rítmica, de tempi diferentes, Cyclops surge y conserva, durante su media hora de vida, el mismo compás, una lava imparable. Sólo la llama cuenta. Una música visceral y salvaje. Una obra ideal para una London Sinfonietta soberbia y para su director, el exultante Knussen. Desde A Reliquary (ya editado por Deutsche Grammophon con The Flood de Stravinski o quizá Abraham e Isaac, si no me acuerdo mal), obra basada en unos esbozos de Stravinski, o fragmentos o series de su última obra, entendemos que Wuorinen es un compositor que lo ha entendido todo, que lo sabe hacer todo, está lleno de ideas… El compositor nos ofrece el material original (o nos lo hace creer), los trombones al principio, luego su trabajo sobre ese material, luego la caja que lo envuelve todo. Admirable. ¿La genialidad es algo indispensable? ¿Qué es la genialidad? Pierre Élie Mamou pantalla por Béla Balász, colaborador de Bartók y temprano teórico del cine (recordemos que también estaba por ahí Ladislao Vajda). Atención a esos nombres que cantan, no sólo el de Lotte, sino también la Polly de Erika Helmke, el cantante de la Morität Gerron (asesinado en Auschwitz), el Mackie de Trenk-Trebisch (que intervino con Lotte en el registro histórico para CBS, aunque ya como Peachum). Pero también Erich Ponto y, desde luego, esas dos pistas en las que interviene el propio Bertolt Brecht, una de ellas con la Morität, que el dramaturgo canta con esas erres arrastradas de Múnich (como hace hoy día Ute Lemper). Como curiosidad y contraste de estilo, ojo a esa otra Morität (este número se repite varias veces en el CD, no crean), cantada por una llamada Mme. Damia (acaso Maryse) con una orquesta dirigida por P. Chagnon. Ojo con ese registro de 1931 dirigido por Klemperer a la Staatsoper de Berlín. Son cuatro movimientos de Kleine Dreigroschenmusik, la suite para vientos preparada por el propio Weill, que estrenó Klemperer en 1929. Eran los tiempos en los que Klemperer era un joven contestatario y bastante rojete. La voz casi infantil de Erika Helmke hace que la también tierna en color y alcance de Lotte Lenya nos parezca más adulta que otras veces. Ahí la tenemos, en la selección de cantos de Mahagonny, grabaciones de 193032, con artistas del Kurfürstendamm Theater de Berlín y dirección de Hans Sommer. Para rematar, la Orquesta de Mackeben, la misma que dirigía a Brecht en sus dos piezas, acompaña a Lotte en Bilbao Song, de Happy End. El sabor, incluso el aroma de estos registros, rebosan arte y nostalgia, lejanía y magisterio. No importa que hayamos escuchado una y otra vez la historia de Mackie Cuchillo; ésta es una lectura de una “autenticidad” que no sólo nos seduce, sino que también nos impresiona. Casi 80 años de distancia, madre mía. Este CD es una verdadera maravilla histórica. Santiago Martín Bermúdez Wojciech Plawner y Pawel Przytocki MÚSICA VIVA WIENIAWSKI: Concierto para violín y orquesta op. 22. BACEWICZ: Concierto para orquesta de cuerda. PENDERECKI: Agnus Dei. WOJCIECH PLAWNER, violín. ORQUESTA DE LA ACADEMIA BEETHOVEN. Director: PAWEL PRZYTOCKI. DUX 0524 (Diverdi). 2005. 44’. DDD. N PN Este disco tiene varios atractivos; por una parte conocer a una de las jóvenes promesas del violín en Polonia, Wojciech Plawner, quien con tan sólo 23 años augura ya unas potencialidades a tener muy en cuenta, e indiscutiblemente las obras, especialmente la partitura de Bacewicz, que supera lo fascinante y cuya autora se incluye por méritos propios entre las de más envergadura que la vieja Europa dio el pasado siglo. Vayamos por partes. Plawner es un solista musicalmente muy sólido, con una concepción de las ideas muy claras. Su arte parece fácil y natural; su violín canta con lirismo y seriedad la partitura de Wieniawski (por cierto obligada para todo estudiante de violín en Polonia), encontrándose cómodo en ella, respirando su música con vehemencia y arrebato. El joven solista, que exhibe una técnica virtuosa, firma una versión bella y cantada. En algún momento su sonido da signos de inmadurez, pero son granos de arena en torno a una interpretación poderosa y consecuente. La Beethoven Academy Orchestra y su director Pawel Przytocki colaboran con eficiencia en el proyecto. Compuesta en 1948, la obra de Bacewicz es heredera del lenguaje propuesto por Witold Lutoslawski; auténtica mezcolanza de diferentes inclinaciones estilísticas e impecablemente escrita, ésta es un ejemplo de autenticidad creativa e inspiración colorística. Diseñado para orquesta de cuerdas bajo las formas clásicas, este concierto es absolutamente renovador; múltiples combinaciones rítmicas, intensos pasajes orquestales traduci- dos en formas polifónicas y una extraordinaria lucidez conforman esta obra de marcado estilo barroco. La capacidad expresiva de esta música la plasma sobresalientemente Przytocki, firmando una versión sólida e impactante. Su orquesta con una pulcritud extrema, siente las notas con devoción y admiración. Complementa el disco la obra de Penderecki (arreglo de Boris Pergamenschikow para orquesta de cuerdas), en la que los intérpretes también sienten el mundo subterráneo que hay tras el papel. Emili Blasco www.scherzo.es 111 D D I SI CS O C O S S RECITALES RECITALES SHARON BEZALY. Flautista. Bridge Across the Pyrenees. Obras de Rodrigo, Borne e Ibert. ORQUESTA SINFÓNICA DE SÃO PAULO. Director: JOHN NESCHLING. BIS SACD-1559 (Diverdi). 2005. 57’. SADC. N PN U na vistosa versión para flauta y orquesta —el original es para flauta y piano— de Giancarlo Chiaramello de la no menos vistosa Fantasía brillante sobre temas de Carmen, de Borne actúa de “puente a través de los Pirineos” para relacionar así a dos compositores muy representativos del quehacer musical del siglo XX en sus respectivos países: Rodrigo e Ibert. Podemos apreciar mutuas influencias en aquello que uno y otro representan, pues el ascendente francés en Rodrigo es evidente, lo mismo que la fascinación por cierto exotismo que en algo podría relacionarse con una visión colorista de España que puede adivinarse en determinados giros en Ibert. Pero de hecho, parece que más que los Pirineos, uno y otro estén, no separados sino firmemente unidos por el Mediteráneo. Música luminosa en ambos casos, festiva a ratos, a menudo con ese algo de melancolía tan mediterráneo, con melodismo generoso y armonías a menudo exquisitas que son puro goce, siempre apoyadas en una escritura instrumental que en muchos momentos es claramente preciosista. La interpretación, aunque nos llegue, por diversas vías, desde muy lejos de nuestras latitudes —desde Israel, desde Suecia y desde Brasil— es sin ninguna duda del todo idiomática. Y lo es, pues, más allá del origen geográfico o cultural de los implicados. Junto a la brilantez y a la seguridad habituales en Bezaly, la orquesta brasileña a las órdenes de Neschling es un auténtico espectáculo. Josep Pascual JOYCE DIDONATO. Mezzosoprano. ¡Pasión! Canciones de Obradors, Granados, Turina, Falla y Montsalvatge. JULIUS DRAKE, piano. ELOQUENTIA EL 0608 (Harmonia Mundi). 2006. 75’. DDD. N PN Excelente mozartiana y haende- 112 liana, DiDonato es asimismo exquisita cantante de cámara, género en el que suele distribuirse en un repertorio original y cuidadoso. Atraída por la canción española, un flechazo que la propia intérprete relata en un texto acompañante al disco, con un castellano ejemplar, tildado a veces de algún que otro desliz de acento anglosajón, la intérprete, como era de esperar, da una lección de musicalidad y asimilación de estilo. Inteligente, en los momentos de mayor “casticismo”, en especial en las páginas más proclives a ello de las Siete canciones populares de Falla o en Cantares de Obradors, asume una contención, mezclada con un poco de prudente distanciamiento, que demuestra su profesionalidad y astucia. La sensual voz, de calidad y registro muy bien encuadrado en su cuerda, suena siempre hermosa y cálida, flexible y fresca, hallando particulares instantes de lucimiento en las situaciones más introspectivas e íntimas. Valgan de ejemplo, la tan manoseada Del cabello más sutil de Obradors, que la mezzo resuelve a la altura de la mejor de sus colegas, incluida Victoria de los Ángeles (cuyo recuerdo parece estar presente a menudo en el disco), en la Elegía eterna de Granados, de intenso y sobrio dramatismo, o en una simplemente impecable Canción de cuna para dormir a un negrito de Montsalvatge. DiDonato halla siempre un cómplice seguro en su fiel Julius Drake, tan centrado en el repertorio como la solista. Fernando Fraga MICHAL DMOCHOWSKI. Violonchelista. Obras de Stojowski, Tansman, Szalonek y Bauer. GRAHAM JACKSON, piano. Angela Gheorghiu SEDUCCIÓN NATURAL ANGELA GHEORGHIU. Soprano. Live from La Scala. Páginas de Martini, A. Scarlatti, Parisotti, Gluck, Bellini, Donizetti, Verdi, Gounod, Bizet, Massenet, Alessandrescu, Gheciu, Brediceanu, Dendrino, Tosti, Lerner, Loewe y Puccini. JEFF COHEN, piano. EMI 3 94420 2. 2006. 66’. DDD. N PN Un típico pero no por ello desatendible recital de la soprano quizás con mayor carisma de la actualidad. Programa cómodo pero al mismo tiempo proclive a resaltar las cualidades musicales, indudables, y el confortable encanto de la intérprete que se mueve por este repertorio con comodidad y flexibilidad, dando a cada página su significado y sentido, evitando el latente peligro de deslizarse hacia la monotonía, situación que la intérprete es capaz de evitar a base de musicalidad, buen gusto y mucho encanto. Como era de esperar, canciones del XIX italiano, a través de sus máximos representantes, donde falta Rossini, hasta ahora persistentemente orillado por la soprano salvo dos o tres páginas operísticas incluidas en algún recital. Luego, la Gheorghiu ofrece su también fácil disponibilidad para la mélodie con ejemplos de Gounod, Bizet y Massenet, de cuya Élégie organiza una aseada y sensual exposición. Pero, asimismo como era previsible, dedica buena parte de esta velada milanesa a compositores de su tierra donde se mueve con comodidad melódica e idiomática. En este capítulo deja de lado la tan frecuentada Muszi- ca de Grigoru para centrarse en composiciones de Brediceanu (canciones nuevas, ninguna de las anteriormente incluidas en recitales discográficos), Alessandrescu (la muy melancólica Cind perdeaya dragfil mele, conde la cantante da lo mejor de sí) y Gheciu. Entre las propinas, el socorrido O mio babbino caro y una vivísima lectura del I could have danced all night de My Fair Lady que nada tiene que envidiar al de la Te Kanawa (aquí el público enloquece). La voz corre siempre con comodidad y brillo, luciendo la cantante su timbre meloso y persuasivo — mayoritariamente luciendo el suntuoso colorido de su registro centro-grave—, que el carisma de la intérprete no hace otra cosa que poner constantemente de relieve en un acto de seducción tan natural como planeado, encontrando de nuevo otro instante de enormes sugerencias, entre otros muchos, en un voluptuoso ’A vucchella. Jeff Cohen acompaña con entusiasmo, el cual parece arrastrarle a una sonoridad a veces algo machacona que para nada, por suerte, empaña la labor de la solista. Fernando Fraga DUX 0514 (Diverdi). 2005. 70’. DDD. N PN E ste disco pretende aportar su grano de arena al vacío existente en cuanto a registros e interpretaciones de sonatas para violonchelo y piano polacas. Si bien es cierto que el repertorio es rico, parece que solamente se conoce la Sonata de Chopin, por motivos más que obvios. Y todo esto de la mano de jóvenes intérpretes que tienen mucho que decir. Obras de autores tan diferentes como Stojowski (1870-1946), Tansman (18971986), Szalonek (1927-2001) y Bauer (1936) configuran este recital de imprevisibles y variadas sensaciones. Stojowski, amigo de personajes tan ilustres como Chaikovski, Brahms, Franck y Debussy, entre otros, se erige como romántico en esta selección. Durante su vida, este pianista, compositor y pedagogo obtuvo reconocimiento, trabajando tanto como solista como compositor. Su lirismo es trabajado y el trabajo camerístico es asimismo muy equilibrado entre los dos instrumentos. Tansman dedicó al violonchelo bastantes partituras, entre las que se encuentra la sonata aquí incluida. Su estilo neoclásico (con influencias de Stravinski y Ravel) permite una música próxima y dialogante, muy natural sin ningún aditivo D D I SI CS O C O S S RECITALES innecesario. La Sonata de Szalonek (1958) es potente y compleja, la complicidad es imprescindible entre los dos instrumentistas en esta obra de gran vitalidad y dificultades técnicas. Su lenguaje es vivo y presta mucha atención a las posibilidades sonoras de cada instrumento, extrayendo con técnica creativa su máxima expresión. Y la Sonata en un movimiento de Bauer (1982) es la pieza más atrevida, con un lenguaje metafísico y totalmente atonal. Michal Dmochowski y Graham Jackson se empapan de cada autor para ofrecer unas versiones modélicas, llenas de energía, impacto y complicidad. Los dos instrumentistas captan con finura lo mejor de cada obra y lo plasman con emoción y poder de persuasión, ya que el oyente recibe tanta buena música contagiado de su poesía. Muy recomendable. Emili Blasco HANS-UDO HEINZMANN. Flautista. Obras de Meyer-Olbersleben, Rietz, y Barnett. ELISAVETA BLUMINA, piano. GENUIN GEN 85517 (Gaudisc). 2004. 60’. DDD. N PN T res sonatas de otros tantos compositores románticos en la línea de Mendelssohn y, para entendernos, del clasicismo romántico representado por Schumann, Brahms y el propio Mendelssohn, y del academicismo surgido del Conservatorio de Leipzig. De hecho, uno de ellos, Julius Rietz —para muchos, el más conocido de los tres—, sustituyó a Mendelssohn cuando éste murió en algunas de sus funciones en Leipzig y vivió, en lo personal y en lo creativo, a la sombra de este gran maestro. Como en el caso de otros compositores de estética similar, cabe admirar en Rietz su dominio del oficio y una expresividad serena y equilibrada que en algunos momentos alcanza una gran belleza. Y otro tanto cabría decir de los otros dos autores convocados en este compacto. El primero, Max MeyerObersleben, es un ejemplo de romántico tardío —vivió entre 1850 y 1927— y John Francis Barnett, inglés de origen alemán que vivió entre 1837 y 1916, autores ambos de obras netamente mendelssohnianas con algún toque brahmsiano y de perfecta factura siempre. Acaso convencionales, probablemente previsibles en algún momento, estas composiciones no se deben, desde luego, a auténticos genios pero sí a honestos y capacitadísimos músicos. Las versiones merecen el más entusiasta de los elogios por su deliberado clasicismo, sin grandes gestos ni excesos subjetivos, sino centrando las obras en el mundo en que surgieron, quizá un mundo algo anterior al que marcaba el calendario en el caso de Meyer-Olbersleben y Barnett, y que suenan, por tanto, auténticamente románticas. Josep Pascual ROSAMUND ILLING. Soprano. Amoureuse. Arias sagradas y profanas de Massenet. AUSTRALIAN OPERA AND BALLET ORCHESTRA. Director: RICHARD BONYNGE. MELBA MR 301106 (LR Music). 1998. 76’. DDD. N PN E ste disco logra un doble efecto: por un lado saca a la luz una intérprete de origen australiano, como es una de las principales motivaciones del sello discográfico; por otro, se da gusto al director conocida su atracción por la música francesa en general y por Massenet en particular. La Illing, de tan sugestivo y poético nombre, se recuerda una encantadora Musetta en Covent Garden (con el Rodolfo de Plácido Domingo), traído el dato aquí a cuento porque orienta bastante acerca de su categoría vocal. La de una soprano lírica, de timbre liviano y flexible del grave al agudo, con notas en piano, pero con alardes inesperados de una sonoridad más densa, facilitándole enfrentarse con provecho a las partes más dramáticas del programa, el Pleurez mes yeux de Ximène y los cuatro de Sapho. Un buen punto de partida para que un excelente dominio de unos muy agradables recursos instrumentales, con cuidada musicalidad, variedad de matices (incluyendo notas en piano de fascinante proyección) y acertadas nociones de cada fragmento, casi todos adecuados a los medios, le permitan plasmar inteligentes y ortodoxas lecturas. Un atractivo más del disco, aparte de darnos a conocer a la Illing poco prodigada por estos pagos, es el repertorio elegido porque junto al fragmento citado de Le Cid y a la sensual Il est doux, il est bon de Salomè, el resto está menos fre- cuentemente grabado. Incluyendo un aria de la primera obra lírica que se conserva de Massenet (La Grande-Tante) y tres momentos de la tan poco conocida Ariane que por lo aquí escuchado merecería una grabación completa urgente. En él aparece el exquisito y arrebatado Massenet de siempre pero más profundo y quizás más sofisticado. Notables las dos interpretaciones de La Vierge y Eve, en el territorio más “suave” del programa y muy representativa, en su atmósfera tan sutilmente francesa, la canción Amoureuse, que el compositor dedicó a Charlotte Wyns, su primera Irène de Sapho, y que da conveniente título al registro. Además el registro, según están distribuidos los cortes que pasan de lo lírico a lo dramático paulatinamente, mantiene un crescendo expresivo interesante e insólito. Bonynge, es casi obvio escribirlo, se siente muy a gusto dirigiendo esta música y contagia ese entusiasmo. Fernando Fraga SENA JURINAC. Soprano. Grabaciones en vivo, 19501972. Obras de Mozart, Pfitzner, Strauss, Beethoven, Puccini, Monteverdi, Chaikovski, Janáceck y Verdi. ORQUESTA DE LA ÓPERA DE VIENA. FILARMÓNICA DE VIENA. DIRECTORES: HERBERT VON KARAJAN, ROBERT HEGER, KARL BÖHM, HANS KNAPPERTSBUCH, WILHELM FURTWÄNGLER, BERISLAV KLOBUCAR, HEINZ WALLBERG, LOVRO VON MATACIC, JAROSLAV KROMBHOLC, SILVIO VARVISO Y ANDRÉ CLUYTENS. 2 CD ORFEO C6840621 (Diverdi). 19501972. 155’. ADD. N PN S ena Jurinac fue una cantante muy querida del público austriaco, desde 1944 y han podido comprobar la evolución de su voz y la continua maduración de su arte, que la llevó a interpretar diferentes roles de la misma obra. El instrumento era bello y penetrante, el fraseo muy cuidado, la técnica segura y la zona aguda segura y brillante, con un repertorio amplio, destacando su contribución a Mozart y Strauss. Así la oímos cantar un delicioso Cherubino de Le nozze di Figaro, en 1950, para más tarde deleitarnos en la Condesa, doce años más tarde, con un estilo mórbido. Algo parecido ocurre con Der Rosenkavalier, con un juvenil Oktavian en 1955, dirigido por Hans Knappertsbusch, con la elegante Mariscala de Maria Reining y la sutil Hilde Güden, en 1972, para mostrar su madura versión de dicha Mariscala, junto a la gran Christa Ludwig. Su aportación a estos autores continúa con una expresiva Ariadne auf Naxos y una cuidada Donna Elvira, de Don Giovanni, ambas dirigidas por Karl Böhm. Su repertorio era muy amplio y se incluyen una escena de Palestrina, con un canto contrastado, otra vez con Christa Ludwig, su versión modélica de Marzelline de Fidelio, el marcado diálogo de Jenufa, con una impactante Martha Mödl y una apasionada versión de Evgeni Onegin. Sus incursiones en el repertorio italiano fueron frecuentes y como muestras se incluyen desde L’incoronazione di Poppea, con buen estilo, a Don Carlo, Madama Butterfly y Tosca, donde mostrando su calidad, no llega a adentrarse plenamente. Albert Vilardell SALVATORE LICITRA. Tenor. Forbidden Love. Páginas de Ernani, Cavalleria rusticana, L’arlesiana, Andrea Chénier, Luisa Miller, Don Carlo, Fedora, La Gioconda, Mefistofele, I pagliacci, Otello y La danza. ORQUESTA SINFÓNICA DE MILÁN GIUSEPPE VERDI. Director: ROBERTO BRIZI BRIGNOLI. WARREN JONES, piano. SONY 82876 78852 2 (Sony-BMG). 2006. 60’. DDD. N PN Tercer recital del tenor (bueno, el dos y medio, ya que uno de canciones es en compañía de Marcelo Álvarez), donde insiste aún más que en el primero en el repertorio de lírico spinto. Italiano por los cuatro costados, a pesar de haber nacido en Berna (eso sí, de padres peninsulares) presenta las características del cantante meridional: colorido, dicción, lirismo, desenvoltura y calor. Y volumen, aunque esto se aprecia más en vivo, donde la voz suena en verdad más rica y perentoria. Su extensión es la necesaria, aunque alguna nota aguda necesita algo más de redondez u homogeneidad. Con todo ese bagaje, que podía permitirle un mayor aprovechamiento, el intérprete es cauto y en algunos momentos casi adocenado. Las regulaciones existen, pero a menudo están más insinuadas que hechas. Los conceptos, ya se ha adelantado en parte son los normales, no hay derroche de personalidad ni aspavientos de 113 D D I SI CS O C O S S RECITALES-VARIOS genialidad. Entonces el disco se escucha con placer, se disfruta cuando el personaje o el momento vocal es más heroico que lírico. Así la cavatina de Ernani, con su cabaletta correspondiente, que generoso (otra virtud más) repite con sobreagudo incluido, está más aprovechada que el mórbido Amor ti vieta de Loris Ipanoff; así, Licitra se involucra más en el Improvviso de Chénier, poniendo colorada a la Coigny, que cuando poetiza su situación carcelaria en Come un bel dì di maggio; así el brindis de Turiddu testifica que es hoy un buen intérprete del rol pero no tanto del Fausto boitiano si se juzga Giunto sul paso stremo, donde la voz, que suena hermosísima, no puede ocultar la sosería de la lectura y lo incómoda que le queda la página (por lo demás, como a tantos otros colegas). Bien contenido en el Vesti la giubba, incluye una atendible ejecución del Dio, mi potevi scagliar de Otello, probable anuncio de futura inclusión en repertorio. Y La danza rossiniana donde como era previsible y ayudado por el teclado de Jones, saca a la luz todas las armas de su soleada tenorabilidad. Fernando Fraga INVA MULA. Soprano. Páginas de Liszt, Granados y Obradors. EDELMIRO ARNALTES, piano. RTVE Música 65277. 2006. 49’. DDD. N PN Con 114 una carrera operística de soprano lírico-ligera en pleno ascenso, esta soprano albanesa, que fue premio Operalia de Domingo en 1993, se acerca con intuitiva seriedad al canto de cámara, eligiendo un repertorio lisztiano entre cómodo (Sueño de amor) y exigente (Los sonetos de Petrarca), con un guiño a la canción patria, dado el origen técnico y espacial de la grabación. El resultado es globalmente digno, porque la voz de la cantante es de calidad y la intérprete, preparada, seria y cuidadosa. Aunque no puede evitar cierta sensación de monotonía, el disco se disfruta siempre, y cuando Mula parece sentirse más a gusto, en Obradors por ejemplo, los resultados suben de nivel: he ahí la muy personal lectura de Las coplas de Curro Dulce para demostrarlo, con un agudo final tomado en piano y paulatinamente reforzado. Asimismo sería justo destacar que se enfrenta a Las tres majas doloro- sas de Granados con una más bien amable que dramática disposición, que no le resulta nada mal. Arnaltes tiene una gran experiencia como acompañante y esa pericia aparece aquí completamente demostrada. Fernando Fraga ISABELLE PHILIPPE. Soprano. Obras de Halévy, Meyerbeer y Auber. ARMANDO NOGUERA, ANNESOPHIE SCHMIDT, MATTHIEU LÉCROART, FRÉDÉRIC MAZZOTTA, ARMAND ARAPIAN, PAUL MÉDIONI Y STÉPHANE MALBEC GARCIA. ORQUESTA FRANÇAIS ALBÉRIC MAGNARD. Directores: MIQUEL ORTEGA, OLIVIER OPDEBEECK Y MICHEL SWIERCZEWSKI. CASCAVELLE VEL 3105 (Gaudisc). 20042005. 69’. DDD. N PN En Compiègne (Francia, desde luego), en un teatrito encantador que Napoleón en un descanso militar embelleció, el director de escena Pierre Jourdan lleva desde que está a su cargo programando títulos raros del repertorio francés, con equipos vocales más o menos intercambiables que hacen una labor de proba profesionalidad, representaciones que a menudo se publican en CD o DVD. Entre los cantantes allí descubiertos está la soprano Isabelle Philippe, protagonista de este recital, a base por supuesto de papeles por ella allí interpretados. La Philippe está en la línea de sopranos ligeras que parecen abundar en el país vecino dentro de la reciente hornada: Natalie Dessay, Annick Massis o Elizabeth Vidal. Voz cristalina, de una pureza a prueba de graves, flexible y tendente a expansionarse con mayor decisión en el registro agudo (y sobreagudo: Dinorah), fácil y proclive al canto ornamentado, con una dicción milagrosamente nítida (que no era el caso de célebres predecesoras). Es decir, las características inconfundibles de la cuerda a la que pertenece, sin contaminaciones que puedan desorientar, la Philippe (que fue Premio Viñas) se luce en tres de estos papeles, que recogen atractivísimos momentos de Isabeau, Dinorah y Haÿdée. Aparte de resolver las dificultades técnicas y canoras, especialmente en la más exigida de todas, la de la heroína meyerbeeriana (que es el fragmento más conocido además, ofrecido al completo con el recitativo previo), la cantante expresa y da contenido dramático a sus intervenciones. Los acompañantes no son primeras figuras, pero sí voluntariosos profesionales que arropan a la privilegiada solista. Lo mismo ocurre con los directores, siendo el más favorecido Swierczewski, al incluirse la breve obertura de Haÿdée. Pero Ortega tiene oportunidad de plasmar su pericia y elegante sonido acompañando la ópera de Halévy, a una orquesta que honra el nombre del autor de Guercœur, muerto en la región, Oise, donde está situada Compiègne. Fernando Fraga JEAN-YVES THIBAUDET. Pianista. Arias de ópera. DECCA 475 7668 DH (Universal). 2006. 61’. DDD. N PN R ecurriendo al viejo género de la paráfrasis y con innegable memoria de lo hecho en la materia por Liszt (acordes arpegiados, escalas veloces, apoteosis de pleno teclado), Thibaudet se ha valido aquí de páginas firmadas por Saint-Saëns, Strauss (los dos: Johann II y Richard), Puccini, Bellini, Korngold, Gluck y Wagner. Los glosistas son de variada procedencia, incluido el propio Thibaudet. El resultado es instrumental y técnicamente brillante, dado el mecanismo límpido, el fraseo florido y la sonoridad suntuosa del intérprete. Desde el punto de vista estético, estamos ante esa música que oímos sin escuchar, en un salón de té elegante y erudito, en un vuelo trasatlántico, en el comedor de un crucero. El placer está asegurado tanto como el olvido. Blas Matamoro VARIOS CANTIGAS DE BIZANCIO. Cantigas de Alfonso X el Sabio. MÚSICA ANTIGUA. Director: EDUARDO PANIAGUA. 2 CD PNEUMA PN2-880 (Karonte). 2006. 121’. DDD. N PN C ontinúa Eduardo Paniagua poniendo un nuevo eslabón a la cadena que intenta cerrar la edición completa de las Cantigas del Rey Sabio, labor comenzada hace ya más de doce años. Este doble CD está dedicado a cantigas que narran intervenciones milagrosas de María en territorios del oriente cristiano, entre los que ocupa Bizancio o Constantinopla un lugar destacado, pues nueve de las doce recogidas entre los dos discos se desarrollan en esa ciu- dad, que siempre fue y sigue siendo prodigiosa. El primero incluye obras que tienen que ver con los milagros obrados por iconos e imágenes de la Virgen y el segundo tiene por protagonistas a santos, patriarcas y emperadores, que se benefician de su intercesión. La interpretación del grupo de Eduardo Paniagua adolece de cierta monotonía, todo suena muy bien pero muy igual. La ingente tarea que parece haberse impuesto de grabar las 420 cantigas puede ser la causa de ello o es posible que sea consecuencia de una cierta uniformidad temática existente en estos dos volúmenes. Esta sensación queda paliada por los textos literarios, cuya lectura es absolutamente recomendable, pues son un verdadero dechado de fantasía. Desde luego, en su afán de ensalzar la figura de María por encima de todos los santos el rey trovador no le pone reparos a la capacidad de su Señora para hacer los milagros más inverosímiles. Bien está que todos lo son, pero la fantasía oriental de la que están impregnadas muchas de las cantigas, no tiene límites. En fin, si se pretende poseer la edición completa que están llevando a cabo Paniagua y su grupo Música Antigua, este nuevo volumen de discos es de obvia compra obligatoria, pero si tan sólo se quiere tener alguna muestra de las maravillas recopiladas o compuestas por el rey castellano y que utilizó para ellas el cortesano idioma gallego de entonces (no sé que quiere decir eso de galaico-portugués, expresión usada por más de uno), puede haber otras opciones. El CD del grupo Artefactum, más espontáneo, menos académico, que acaba de publi- D D I SI CS O C O S S RECITALES-VARIOS carse y que también comentamos aquí, puede ser una de ellas. interpretación de la breve Touch me lightly de Tobias Hume es buena muestra. José Luis Fernández Jaime Rodríguez Pombo CORREN MIS LÁGRIMAS. CUARTETOS DE CUERDA. LACRIMÆ ENSEMBLE. Obras de Chapí, Palau y Asencio. CUARTETO CANALES. ALIUD ACD HL 005-2 (Gaudisc). 2005. 60’. DDD. N PN Colección de autores y obras de los siglos XVI y XVII, a caballo entre los dos siglos la mayoría de ellos, que constituyen interesantes ejemplos del paulatino cambio y enriquecimiento de recursos semánticos que la música europea experimentó en este tiempo. La grabación adopta como título —Flow my tears— la famosa melodía que el compositor inglés John Dowland publicó en forma de variaciones para diferentes formaciones instrumentales y vocales y que circuló exitosamente por la Europa de principios del XVII, habiéndose encontrado numerosas versiones y ediciones de ella. La formación Lacrimæ Ensemble nos da tres ejemplos de este desconsolado llanto musical; uno para guitarra, otro para flauta y guitarra y para el tercero uniéndose también la viola da gamba. Otro de los autores al que la grabación dedica especial atención es el toledano Diego Ortiz, del que se ofrecen cuatro ejemplos de recercada sobre la chanson de Pierre Sandrin Doulce mémoire. También fantasías de Orlando Gibbons, piezas de Andrea Falconieri… Y en este contexto de variaciones musicales encontramos una refrescante improvisación a cargo del conjunto Lacrimæ Ensemble, para flauta y guitarra, sobre la socorrida y largamente conocida melodía La folia (precedida por una variación/improvisación de Gaspar Sanz sobre el mismo tema interpretada por la guitarra sola) a modo de ejemplo de esa sanísima costumbre — desgraciadamente perdida en gran medida hace ya largo tiempo en la llamada música culta— que es inventar música sobre un momento anímico determinado. En esta improvisación podemos escuchar a un Ronald Moelker a la flauta más entregado, más vibrante y comunicativo, abandonando la uniformidad y palidez expresiva con la que interpreta en otros momentos de esta grabación. Destacable la labor de Sarah Walder a la viola da gamba por su flexibilidad expresiva y contrastado color, y su intensa PMV003 (Diverdi). 2006. 73’. DDD. N PN Continuando CUENTOS DE LA ATLÁNTIDA. DIABOLUS IN MUSICA, 1965-2005. Música para un paisaje. Obras de Linares, Gasull, Igoa y Domeniconi. PABLO DE LA CRUZ, guitarra; JAVIER MAS, bandurria. ORQUESTA FILARMÓNICA DE CZESTOCHOWA. Director: TOMÁS GARRIDO. Obras de Guix, Casablancas, Guinovart, Charles, Mestres Quadreny, Soler y Guinjoan. SUSANNA VILLARRASA, flauta; FRANCESC VIDAL, clarinete; CARLOTA AMARGÓS, violín; OLGA MENSENIN, violonchelo; PASCAL VIGLINO, percusión; PILAR LÓPEZ-CARRASCO, piano. Director: NACHO DE PAZ. ACTE PRÉALABLE AP0041 (Harmonia Mundi). 1999. 69’. DDD. N PN Dentro de la AUTOR SA01205. 2006. 61’. DDD. N PN su encomiable labor de rescate de la música de los compositores de la comunidad levantina, Patrimonio Musical Valenciano ofrece ahora el volumen 3 de su cuidada serie, un compacto que reúne tres cuartetos de cuerda, una combinación camerística que se desarrolló en Valencia más tardíamente que en Madrid y el resto de España. A Ruperto Chapí (1851-1909) se le conoce y valora grandemente por sus óperas y zarzuelas, pero el resto de su música es muy desconocida. Sus cuatro cuartetos de cuerda, obras tardías, no son nada desdeñables; el Segundo, de 1904, recogido en este CD y el mejor considerado de todos, evoca en sus cuatro movimientos aires de nacionalismo español, y lo hace con solidez y gran atractivo. De Manuel Palau (1893-1967) se ha escogido su Cuarteto en estilo popular, de 1928 y sometido a revisión en 1938. Partitura de corte nacionalista valenciano, transpira, como tantas creaciones del autor, influencias del folclore de su región. Vicente Asencio (1908-1979), de quien ateriormente comentamos sus canciones y obra para piano incluidas en el volumen 2 de la serie de PMV, está aquí representado por una pieza de juventud, el Cuarteto en fa, homenaje a los cinco, escrito en meses de 1931 y 1932. Lirismo y libertad formal son características de esta partitura, en la que asimismo se detecta un melodismo inspirado en la música popular de ciertos compositores nacionalistas rusos. Encargado de llevar todo esto a buen puerto es el Cuarteto Canales, compuesto por los violinistas Juan Llinares y Esther Rubio, el violista Luis Llácer y el violonchelista Javier Albarés. Agrupación que viene desarrollando una notable labor en pro de la recuperación del repertorio español para cuarteto de cuerda en su doble faceta de investigación e interpretación. mundialización actualmente imperante (que en el campo de la música no es un hecho nuevo), la polaca Orquesta Filarmónica de Czestochowa, dirigida por el riojano Tomás Garrido y con la participación del guitarrista madrileño Pablo de la Cruz y, en una breve aparición, del zaragozano Javier Mas a la bandurria, nos ofrecen un curioso CD de notable nivel interpretativo y más que asequible resultado sonoro para el oyente. El canario Miguel Ángel Linares, en Música para un paisaje, mediante un lenguaje tonal/modal, rinde un homenaje a la isla de Tenerife inspirándose en tres de sus fascinantes parajes naturales: un valle, una playa y dos acantilados, todos ellos con nombre propio. Poema sinfónico de belleza melódica y ensoñadora, acorde con lo que pretende evocar. Cuentos de la Atlántida, homenaje a su vez a la homónima obra inacabada de Manuel de Falla en el cincuentenario de su muerte, es composición colectiva en seis partes, en las que Enrique Igoa, Feliu Gasull, Carlo Domeniconi y Miguel Ángel Linares abordan aspectos diferentes del trabajo del autor gaditano o del mito que le sirvió de punto de arranque. A la unidad de intención corresponde una heterogeneidad de estilos y una variedad imaginativa muy de agradecer, cajón de sastre con materiales diversos, incluidos los melódicos y dodecafónicos, cuya secuencia no tiene nada de caótica y sí mucho de variada y amena. En este caso, el siempre arriesgado proyecto de obra colectiva presenta un satisfactorio balance estético final (precioso ese continente imaginario de Linares, entre la realidad y el sueño, pleno de obsesiva tensión y angustia), en el que el peculiar y hermoso sonido de la guitarra tiene, desde luego, un papel destacado, determinante. El grupo Diabolus in Musica es ya referencia obligada en la historia de la música contemporánea del último medio siglo en Cataluña y en España. Creado en 1965 por Joan Guinjoan y Juli Panyella, y dirigido por el primero, con él colaboraron numerosos e importantes artistas y a través del mismo vieron la luz por primera vez muchas obras de autores españoles. En su haber está asimismo la difusión en la península de obras de especial significación de autores extranjeros hasta entonces aquí desconocidas. El 13 de abril de 2005, en la Residencia de Investigadores de Barcelona, se celebró un concierto homenaje por el cuadragésimo aniversario del nacimiento de la mencionada agrupación. La grabación del mismo produjo CD que nos ocupa. Siete autores de distintas generaciones y de estilos diferentes, pero todos ellos con idiomas enteramente contemporáneos, coinciden en recordarnos que estamos hablando de música de hoy, aunque en las respectivas evoluciones estéticas de cada uno de ellos el momento actual tal vez ya no sea coincidente con algunas de las obras del programa: Canvas, un cuarteto de Josep Maria Guix, el más joven de los compositores presentes; Mishra (mezcla, en hindi), producto temprano de Carles Guinovart; Epigrames per a sextet, comienzo de una indagación especialmente significativa en la labor compositiva de Benet Casablancas; GIC-1979, obra emblemática y muy difundida de Joan Guinjoan. Y tres estrenos absolutos, en los que cada uno de sus respectivos autores profundiza en el desarrollo del propio lenguaje: Unstable Surface, de Agustí Charles; Constel.lacions, de Josep Maria Mestres Quadreny; Variacions in memoriam Edwin P. Hubble, de Josep Soler. Un CD para la nostalgia y para la reflexión. José Guerrero Martín José Guerrero Martín José Guerrero Martín 115 D D I SI CS O C O S S VARIOS DICIT DOMINUS. SCHOLA ANTIQUA. Director: JUAN CARLOS ASENSIO. PNEUMA PN-910 (Karonte). 2006. 71’. DDD. N PN A partir de la publicación en mayo de 2005 del primero de los tres volúmenes del nuevo Antifonario monástico editado por la abadía de Solesmes, el conjunto Schola Antiqua preparó este curioso trabajo en el que se recogen antífonas y responsorios con textos evangélicos en los que se escucha la voz de Cristo. Desde las bodas de Caná (“Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí? Aún no ha llegado mi hora”) hasta el encuentro post mortem de Emaús (“Oh, necios y tardos de corazón…”) se va componiendo una especie de recorrido por la vida mesiánica de Jesús. Asensio se ha tomado la libertad de añadir algunos recitativos para enlazar distintas piezas y dar así más sentido narrativo a los textos. El resultado es, como en las últimas grabaciones del conjunto, de un depuradísimo equilibrio, una sonoridad redonda y plena, un extremo cuidado en los aspectos prosódicos y un intimista y sentido recogimiento expresivo. tos compositores más o menos de su generación: Franco Donatoni (Rash II), Tomás Marco (Paraíso dinámico) y Sofía Gubaidulina (In Erwartung), todas ellas escritas entre 1993 y 2003. Evidentemente, cada uno de los autores aplica su propio lenguaje, su peculiar estilo y su particular concepción de la música, pero tienen aquí en común la exploración de la combinación tímbrica de unos saxofones con la flauta (Obertura a la francesa) o de cuarteto de saxofones con piano y percusión (las obras restantes). Siendo distintos los puntos de partida y también las motivaciones, coinciden sin embargo los compositores en trabajar sobre unos cuantos pilares básicos: rigor compositivo, virtuosismo, cuidado en la expresión e indagación/explotación de las posibilidades del Sax Ensemble, que responde con una magnífica actuación (en este caso con la colaboración de otros instrumentistas), haciendo gala de sus virtudes y posibilidades, que son muchas. En conjunto, un estupendo CD gracias a los autores y al excelente hacer del Sax Ensemble, que está logrando un importante repertorio para la formación que le es propia. José Guerrero Martín ET IN CARNE MEA. Pablo J. Vayón EN TORNO A LUIS DE PABLO. Obras de De Pablo, Donatoni, Marco y Gubaidulina. SAX ENSEMBLE. Director: JOSÉ DE EUSEBIO. VERSO VRS 2041 (Diverdi). 2006. 65’. DDD. N PN Q 116 uienes tuvimos la oportunidad de asistir al bautismo en público del Grupo Sax Ensemble en 1987 —en el concierto de presentación de los II Encuentros Europeos del Saxofón, dentro del III Festival de Música Contemporánea de Alicante— y comentar su feliz nacimiento, hemos comprobado después la progresión y consolidación del mismo a escala internacional. En el año 2000 el Sax Ensemble participó en algunos de los homenajes que se le dedicaron a Luis de Pablo al cumplir setenta años. En el espíritu de aquellas actuaciones surgió el CD que nos ocupa, que incluye tres obras del propio De Pablo (Obertura a la francesa, Rumia, Corola) y otras tres de otros tan- Música para una celebración litúrgica. CAPELLA SAETABIS. Director: RODRIGO MADRID. sede del Concejo hasta la iglesia y finalizando con una obra solemne para órgano. En esta edición se ha recurrido al gran Cabanilles en ambos extremos, adaptando instrumentalmente uno de sus tientos de batalla para el comienzo y otro de sus tientos originales para órgano en el final. En la parte propiamente litúrgica, la Capella Saetabis que está integrada aquí por las voces solistas de Pilar Moral, Susana Puig, Cristina Faus, Antonio Lozano y Carlos López Galarza y un nutrido conjunto instrumental, juntamente con los grupos vocales Ricercare y Renaixença, todos ellos dirigidos por el propio Rodrigo Madrid, interpretan obras de alguno de los que fueron maestros de capilla de San Nicolás, fundamentalmente una misa del discípulo de Cabanilles, el también organista Jordi Rodríguez, además de algunas partes aisladas de otros maestros que también formaron parte de la misma, como Ambrosio de Cotes, Gabriel Aznar o Martínez de Lillo. Una estupenda iniciativa para dar a conocer poco a poco la tanta y tanta música durmiente en los archivos eclesiales españoles y de la que no cabe más que felicitar a los investigadores, intérpretes y patrocinadores que la han llevado a cabo. Felicitaciones y deseos de que la mencionada colección continúe ampliando su andadura. José Luis Fernández EGT 991-CD (Gaudisc). 2005. 52’. DDD. N PN La Capilla de Música de la Ciudad de Alicante es quizás el único caso, al menos español, de capilla musical bajo la titularidad del Concejo y destinada a solemnizar actos litúrgicos en las iglesias de la ciudad, particularmente en la colegiata concatedral de San Nicolás, así como otros actos de carácter civil. El presente disco, perteneciente a la colección Música sacra del barroco valenciano que dirige el musicólogo Rodrigo Madrid está editado con el patrocinio de la Universidad de Alicante y tiene por objeto difundir la obra de los maestros de dicha capilla, cuya fundación se remonta probablemente a mediados del siglo XV. Han configurado su contenido tal como se desarrollaban y siguen desarrollándose las actuaciones de la Capilla en las celebraciones litúrgicas, comenzando por una marcha instrumental desde la GIGANTES DEL RENACIMIENTO. Obras de Tallis, Taverner, Des Prés, Palestrina, Byrd y Victoria. THE TALLIS SCHOLARS. Director: PETER PHILLIPS. 2 CD GIMELL CDGIM207 (Harmonia Mundi). 1984-1993. 151’. DDD. R PM El sello Gimell reedita en un doble CD una selección de grabaciones del conjunto The Tallis Scholars, conteniendo obras completas y no fragmentos, como había hecho en una antología anterior y por ello su interés es mucho mayor. Los gigantes a que se refiere el título son Tallis, Taverner, Des Prés, Palestrina, Byrd y Victoria. Son todos los que están pero, evidentemente, no están todos los que son. Los intérpretes y su editora son ingleses y esto habrá influido en la elección, muy respetable, pero hablando de gigantes es inevitable echar de menos a un Orlando de Lasso, del que han grabado un excelente disco conteniendo la Misa Osculetur me y otras obras. En fin, una pega por poner alguna y a la recopilación, no a las interpretaciones. Se abre la misma con el de veras gigantesco motete a cuarenta partes Spem in alium, buque insignia del compositor que da nombre al conjunto y de toda la polifonía inglesa y se cierra con el Réquiem de Tomás Luis de Victoria, quedando entre medias misas de John Taverner, Josquin des Prés, Palestrina y William Byrd, una de cada compositor. Son sobradamente conocidas la claridad en las líneas polifónicas, la perfecta afinación y el equilibrio entre las voces, así como el absoluto dominio del repertorio que posee el grupo vocal inglés y las respectivas grabaciones fueron ya comentadas en los momentos de su primera aparición, no demasiado lejanos en el tiempo, por lo que parece innecesaria más insistencia. Decir únicamente que si alguien no las adquirió entonces, puede hacerlo ahora a un precio razonable, consejo que se puede dar especialmente a quienes tan sólo quieran tener una pequeña pero excelente muestra de la polifonía sacra del período renacentista, aunque sólo sea por no cometer el pecado mortal de perderse la Misa Pange lingua del gigantísimo Josquin des Prés en la maravillosa interpretación que de ella hace el grupo dirigido por Peter Phillips. José Luis Fernández I HEAR AMERICA SINGING. Obras de MacDowell, Leoffler, Griffes, Ritter e. a. THOMAS HAMPSON, barítono; WOLFRAM RIEGER, MALCOLM MARTINEAU, piano. 2 CD ORFEO C 707 062I (Diverdi). 137’. 2001, 2005. DDD. N PN Varias sesiones en Salzburgo. Sobre todo en tres fechas de agosto de 2001. Pero también cuatro años después (3 Lieder de Korngold). Es una especial propuesta de la voz poderosa y de hermoso timbre del barítono estadounidense de Indiana Thomas Hampson, que ofrece un recorrido de canción y poesía de su espléndido, infinito país. Desde las “voces tempranas” (MacDowell, Leoffler, Griffes, Ritter), Hampson muestra un recorrido en que tiene especial protagonismo el poeta Walt Whitman, a menudo reconocido por los de D D I SI CS O C O S S VARIOS fuera (Bridge, Vaughan Williams, Hindemith), pero sobre todo por los de dentro (Rorem, Burleigh, Naginski, Ernst Bacon, L. Bernstein). La América negra, la América de Emily Dickinson, la de Tennesse Williams en un breve ciclo con sabor a menudo muy a Gershwin compuesto por el narrador y compositor Paul Bowles, acaso desde su atalaya tangerina. El Mozarteum, sancta sanctorum de determinado repertorio, abría las puertas de par en par a otro menos habitual allá, con la voz cantada y a veces didáctica de Hampson, acompañado por Wolfram Rieger, y en alguna ocasión por Malcolm Martineau. Eran los tiempos finales de Gérard Mortier y Hans Landesmann en Salzburgo. El recital es bello, exigente y al mismo tiempo con un toque popular propio de la vocalidad de Estados Unidos. Echamos de menos algún autor importante para la voz americana, como Ives, como Barber. Pero la verdad es que vale con lo que se nos ofrece aquí. Esa voz clara y al mismo tiempo vigorosa marca con su personalidad un recital distinto, con esos nombres y varios más que no es cuestión de agotar aquí en una relación excesiva. Dos discos, en fin, que harán las delicias del aficionado a la voz que no tenga reparos de salir del repertorio liederístico habitual. Santiago Martín Bermúdez seguido tan fielmente como fue posible por Heller y el conjunto de vientos que dirige denominado Rabaskadol, juntamente con el conjunto vocal Rostocker Motettenchor. Han seleccionado una serie de obras de autores anónimos y otras de Orlando de Lassó, Giaches de Wert y Andrea Gabrieli, que reflejan la progresiva transición sufrida por la música de la corte de Graz, que pasó de estar influenciada por los grandes compositores franco-flamencos a estarlo por otros pertenecientes a la escuela italiana. Nada sorprendente, pues lo mismo ocurrió en todas las demás cortes, como es bien sabido. Nada que reprochar a los intérpretes, pues no se trata de una adaptación suya o simplemente actual, lo que podría ser discutible, sino que dan a conocer la contenida en un manuscrito de la época, lo que es una notable y curiosa aportación al conocimiento de los modos interpretativos en una corte que gozaba de una gran estima por su refinamiento artístico y cultural. Por otra parte, los instrumentistas del conjunto Rabaskadol manejan los suyos, tanto los de madera como los de cobre, con delicadeza y en muy buena conjunción con el conjunto vocal. Como conclusión, un disco notable por las razones expuestas, aunque no sea, ni lo pretende, el patrón para escuchar obras de Orlando de Lasso o de Giaches de Wert. IN PRINCIPIO. y del recitar cantando de una sola voz solista propugnados por la Camerata fiorentina de Vincenzo Galilei y que tan enorme importancia tendrán en la evolución posterior de la música artística occidental (como que de ahí nacerá la ópera). Pocas áreas del repertorio exigen menos componentes al tiempo que un tratamiento más cuidadoso de todos los detalles. Esa sensación de solidez y fragilidad simultáneas es transmitida perfectamente en esta grabación por la voz clara y sin vibrato alguno de María Cristina Kiehr, no menos que por el delicado fondo instrumental sobre el que se proyecta. Únicamente allí donde la exigencia de redondez en el agudo se hace extrema (pista 4, 6’45’’; no tanto pero también en pistas 7 y 9) se aprecia cierta tirantez en esta soprano argentina formada en Basilea. En cuanto a Concerto Soave, dirigido por Jean-Marc Aymes desde un claviórgano (sic) construido por Quentin Blumenroeder y Emile Jobin en 1998, se muestra tan sutil en las páginas vocales como en los interludios instrumentales cuya ausencia seguramente produciría una fatiga auditiva naturalmente indeseada. En este sentido, la interpretación que al archilaúd hace Matthias Spaeter de la Toccata Quinta del Libro primo d’intavolatura de Kapsberger resulta modélica. Como todo el disco, por otra parte registrado en tomas amplias pero precisas. Alfredo Brotons Muñoz RABASKADOL. ROSTOCKER MOTETTENCHOR. Director: FRITZ HELLER. ALIUD ACD HA 010-2 (Gaudisc). 2006. 51’. SACD. N PN F ritz Heller parte de doble afirmación de que toda la música del siglo XVI fue de origen vocal excepto la destinada a la danza y de que, de toda la gama de instrumentos, los de viento son los más adaptables a imitar la voz humana. Con base en ello, ha utilizado un manuscrito perteneciente a la capilla de la corte de Graz realizado sobre 1585 por un trompetista llamado Niclas Rekh y que contiene una serie de adaptaciones de obras de música vocal para ser acompañada por instrumentos de viento o interpretada solamente con ellos. Tal manuscrito es sumamente detallado en cuanto al tipo de instrumentos a utilizar y su distribución en relación con las voces y ha sido José Luis Fernández LAMENTACIONES PARA LA SEMANA SANTA. Obras de Carissimi, Rossi, Frescobaldi, Palestrina, Anónimo, Kapsberger y Marcorelli. MARÍA CRISTINA KIEHR, soprano. CONCERTO SOAVE. Director: JEAN-MARC AYMES. HARMONIA MUNDI HMC 901952. 2006. 69’. DDD. N PN S e reúne en este disco una selección de las veintitrés piezas que con el título genérico de Lecciones de tinieblas fueron compuestas en Roma por los compositores más destacados en Italia durante siglo XVII con textos de los cinco poemas en que consiste el libro de las Lamentaciones del profeta Jeremías se hallan en el Civico Museo Bibliografico Musicale de Bolonia. Es la época del desarrollo del bajo continuo como acompañamiento MÚSICA PARA COMPLETAS. tacados compositores de entonces. Los trece miembros de Stile Antico, con todas las voces femeninas en la cuerda de soprano y una masculina añadida en la de contralto, enfocan sus interpretaciones con la mira puesta en el logro del equilibrio entre los dos conceptos, en principio contrapuestos, de discurso y suspensión. Para conseguirlo, se advierte el sumo cuidado puesto en el juego de contrapesos que constantemente se establece entre las líneas superiores e interiores, en primer y segundo plano, tenidas y movidas, a fin de que nunca se pierda el más mínimo matiz de una sola inflexión. Quizá en algún pasaje se eche de menos la personalidad distintiva que podría aportar una dirección unipersonal, pero no por ello se incurre en asepsia expresiva y, por ejemplo en el final del Nunc dimittis de William Byrd (pista 15), la gloriosa luz de Israel que iluminará a todos los pueblos encuentra fiel reflejo en la exaltación con que se redondean los diseños ascendentes de las sopranos. En el extremo opuesto, en las tres formulaciones del In manus tuas de John Sheppard (pistas 7 y 8) los bajos coinciden en un recogimiento de contagioso fervor. Y, entre los momentos de particular calidad en el tutti, nótese las minuciosamente calibradas ascensiones de los Miserere de Thomas Tallis (pista 10) y de Byrd (pista 11), tan diferentes en cuanto a técnica compositiva y tan por igual eficaces desde el punto de vista de la producción de emoción en estas versiones. Alfredo Brotons Muñoz Obras de Sheppard, Byrd, Tallis, White y Aston. STILE ANTICO. HARMONIA MUNDI HMU 907419. 2006. 75’. DDD. N PN La música coral a cappella tuvo uno de sus terrenos de cultivo mejor abonados en los monasterios de la Inglaterra preanglicana. Más precisamente, la ruptura con Roma de Enrique VIII en 1534 coincidió con su máximo esplendor, cuando la polifonía alcanzó unos niveles máximos de sofisticación pero sobre todo de sutileza. De ese período procede la mayor parte de la música contenida en este disco, que toma la música para completas (la última hora canónica del día, que por cierto fue suprimida con la reforma) como tamiz para la selección de un puñado de obras de los más des- PASIÓN ARGENTINA. Obras de Piazzolla, Ginastera y Guastavino. ELENA GRAGERA, mezzosoprano. OCTETO DE VIOLONCHELOS CONJUNTO IBÉRICO. Director: ELÍAS ARIZCUREN. CHALLENGE CC 72170 (Diverdi). 2006. 63’. DDD N PN E l Conjunto Ibérico es un octeto de violonchelos de aquilatada calidad: rico sonido, timbres uniformes, disciplina, brillo en los momentos de bravura. El programa argentino aquí seleccionado trabaja con arreglos y no siempre con acierto en los resultados artísticos, ya que los técnicos son regularmente impecables. En las milongas de Piazzolla con letras de Borges, el acompañamiento es excesivo. En las canciones de Guastavino y Ginaste- 117 D D I SI CS O C O S S VARIOS ra, demasiado ancho y oscuro. En la Estancia de este último, el paso de la orquesta sinfónica al dispositivo chelístico, pierde colores. Donde más ajustado se muestra el traspaso es en la Pampeana nº 2 del mismo autor, resuelta de modo ejemplar. La mezzo Gragera, competente y esforzada, cumple su cometido. Blas Matamoro LA PASIÓN DE CLERMONT. UN DISCO HISTÓRICO NEW MUSIC FOR ELECTRONIC AND RECORDED MEDIA. WOMEN IN ELECTRONIC MUSIC-1977. Obras de Beyer, Lockwood, Anderson, Roberts, Oliveros y Spiegel. THE ELECTRONIC WEASEL ENSEMBLE. DANNY SOFER, percusión; SCOTT JOHNSON, tambura. BRICE DUISIT, voz y viola de arco. NEW WORLD 80653-2 (Diverdi). 1977. 47’. DDD. R PN ALPHA 520 (Diverdi). 2005. 53’. DDD. N PN Con los años y las continuas La 118 Electronic Weasel Ensemble serie Les chants de la terre de Alpha vuelve a desenterrar otro tesoro de valor fundamentalmente lingüístico, pero estrechamente ligado con lo musical. Se trata de un poema integrado por 129 estrofas o coblas de cuatro versos octosílabos, escrito en langue d’oil con variantes occitanas, que se conserva en la Biblioteca de Clermont-Ferrand en un importantísimo manuscrito que contiene también La vie de Saint Léger, otro básico poema altomedieval. Es una narración de la Pasión, que tras la primera cobla introductoria “Hora vos dic vera raizun-De Jesu Christi passïun-Los sos affanz vol remembrar-Per que cest mund tot a salvad” ilustrada con la notación musical en neumas a utilizar en el poema, lírico por consiguiente, comprende desde la llegada a Betania hasta la Ascensión y el Pentecostés, con dos estrofas finales de loa y reflexión. Puede decirse que es el primer tratamiento musical del tema, que se desarrollará ininterrumpidamente hasta los últimos ejemplos conocidos aportados por Rihm, Gubaidulina, Tan Dun y Golijov en el año 2000 a instancias de Helmuth Rilling para conmemorar los 250 años de la muerte de J. S. Bach, el más notable aportador al género. Esta primera Pasión puede situarse en los entornos del año 1000, una época especialmente convulsa en la historia del cristianismo y es probable que el autor fuera un fraile mendicante que intentara recordar a los fieles las esencias de su religión frente a la generalizada corrupción eclesiástica, aunque también pudo haber estado destinado a la liturgia de Semana Santa. Brice Duisit, poseedor de una voz cálida y convincente, se reediciones, este álbum de largo título se ha convertido en un clásico de la modernidad. Y llama poderosamente la atención que en ese título figure además la fecha de producción, 1977, lo que viene a señalar el momento compositivo en el que se encuadran las obras del disco, una etapa floreciente de la vanguardia norteamericana, entre el inicio de la época de madurez de un Reich, el estrellato de Glass con Einstein on the beach, el giro de Ashley hacia las largas historias dramatizadas y, en fin, la consolidación del trabajo electroacústico en los laboratorios ubicados en las universidades. En la contraportada de la vieja edición de New Music for Electronic and Recorded Media en vinilo (sello Arch: hoy pieza de culto), el inquieto Charles Amirkhanian presentaba de forma general a las figuras femeninas de las que allí se ofrecía poco menos que su tarjeta de presentación. Jamás antes el mundo del disco había confiado todo un registro a la música hecha por mujeres. Amirkhanian, en un alarde de erudición, sorprendía en aquel texto citando también encarga de esta ardua tarea acompañándose con una viola de arco en modelo de época. Ya había grabado, en esta misma serie de Alpha y con el mismo acompañamiento instrumental, un interesante disco dedicado a los poemas de Guillermo de Aquitania, conocido como el primer trovador. Explica aquí que por razones técnicas, aunque no dice cuáles, pero suponemos que pueden ser de duración, ha omitido la grabación de 28 estrofas, las relativas a la narración del Santo Entierro, la Ascensión y el Pentecostés, aunque los textos correspondientes figuran también en el librillo acompañante. No se a otras mujeres compositoras que frecuentaban una estética progresista, interesadas en la búsqueda de nuevas sonoridades por medio del empleo de un arsenal técnico en aquel momento de gran sofisticación. Llama hoy la atención, releyendo aquellas notas de Amirkhanian, que, aparte del anonimato en el que han caído algunas de las autoras que ahí se citaban, como Diemer, Grigsby o Louie, se señalase la importancia de compositoras como la francesa Eliane Radigue (hoy, la gran reina de la composición por medios electrónicos y figura de culto), la holandesa Marez Oyens o, sorprendentemente, la inglesa, circunstancialmente ligada al mundo de la performance y las artes plásticas, Lily Greenham, ahora de actualidad gracias a la recuperación de su obra electrónica en un formidable CD de la firma Paradigm. En la primera edición en CD de New Music…, en 1997, en el sello CRI, se incluía un escrito suplementario de Amirkhanian y densa información sobre cada una de las compositoras. Y es justamente todo ese texto el que ocupa las muy aprovechadas 27 páginas del libreto en la reedición de New World de este CD que ha pasado a la historia por ser el escaparate de nombres que con el paso de los años se han convertido en referencia en el ámbito de la performance (Laurie Anderson), en el uso del continuum sonoro y la disposición de los instrumentos en afinación justa (Pauline Oliveros) y, en fin, en el empleo de medios electrónicos y la trata sólo de una labor de arqueología musical, de veras que además se escucha con interés. José Luis Fernández PAULINE VIARDOT AND FRIENDS. Il salotto. Vol. 10. Páginas de Viardot, García. Rossini, Gounod, Meyerbeer, Chopin y Berlioz. FREDERICA VON STADE,VLADIMIR CHERNOV Y ANNA MARIA ANTONACCI. FANNY ARDANT, narradora; DAVID WATKIN, violonchelo; DAVID HARPER, piano. 2 CD OPERA RARA ORR 240 (Diverdi). 2006. 83’. DDD. N PN voz humana para conformar un variado y atractivo mundo que oscila entre el paisaje sonoro y el melodrama acusmático (Annea Lockwood). De todas formas, lo que suele sorprender, en un primer vistazo al disco, es la inclusión de una pieza compuesta en ¡1938!, la excelente y atmosférica Music of spheres, de Johannes Beyer, autora desaparecida en 1944 y muy ligada al ambiente estético de Henry Cowell y Dane Rudhyar. Laurie Anderson, en las breves y contundentes New York Social Life (para voz, tambura y ¡teléfono!) y Time to go, para voz, violín, guitarra y órgano, demuestra que en su concepción estética se privilegia más el tono casi periodístico, testimonial, que el puramente musical, mientras que piezas como Appalachian grove y Points aparecen aún como prácticamente lo mejor que hayan grabado hasta ahora Laurie Spiegel y Ruth Anderson. Mucho menos conocida, Megan Roberts está presente con una obra a contracorriente, la muy vital I could sit here all day, de un ambiente salvaje y tribal que mantiene totalmente su frescura. Francisco Ramos Pauline Viardot era hija del tenor e s p a ñ o l Manuel García y hermana de Maria Malibrán, verdadera saga de artistas que dieron gloria a la música en su época. Poseía una formación muy completa en canto, piano y composición y además era una intérprete con gran poder de convicción, a lo que unía una gran sensibilidad con los creadores de todos los géneros, junto a una gran inteligencia y una profunda capacidad de absorción en todas las facetas en las que es D D I SI CS O C O S S VARIOS necesaria inspiración. Nacida en 1821, se retira de la escena en 1863 y se dedica a apoyar a jóvenes talentos. También se dedica a componer, una obra llamada Céndrillon, editada en disco y canciones, algunas de las cuales se incluyen en esta magnífica propuesta, junto a otros músicos con los que estuvo vinculada. Sus años en Rusia le llevan a componer en este idioma, al igual que lo hace en textos en francés o en alemán, con partituras interesantes, alguna de las cuales como L’absence, recuerdan su ascendencia española. Entre las piezas de sus amigos destaca Celos, de Manuel Garcia, La regata veneziana de Rossini o La captive, de Berlioz. La interpretación corre a cargo de Frederica von Stade, con su exquisita musicalidad, Anna Caterina Antonaci, remarcando su sentido dramático y Vladimir Chernov, que destaca especialmente en las canciones en ruso, con su canto noble, acompañados por David Harper, al piano con versiones que contrastan los estilos y la presencia de una narradora que enmarca las situaciones. Albert Vilardell RETAULE DE NADAL. Obras de Mason, Gruber, Palau, Mozart, Salvador, Parker/Shaw, Blanes, Berlin, Haendel, Geofray, Blanquer y Cabanilles. SPANISH BRASS LUUR METALLS. ORFEÓ VALENCIÀ NAVARRO REVERTER. ANACRUSI AC061 (Harmonia Mundi). 2006. 48’. DDD. N PN C on obras expresamente escritas para Navidad y otras en principio concebidas para otros menesteres pero posteriormente adaptadas y asociadas a las fiestas navideñas, el presente CD es una prueba demostrativa de lo que da de sí la imaginación al servicio de arreglos, adaptaciones o versiones de obras populares u originalmente compuestas para plantillas distintas a las que ahora comentamos. Y mucho es lo que dan de sí los arreglos de Juanjo Colomer y las adaptaciones de Carlos Benetó en las interpretaciones del excelente Spanish Brass Luur Metalls, cuyo trabajo con el Orfeó Valencià Navarro Reverter da unos resultados tímbricos, colorísticos y ambientales de una gran riqueza sonora. El programa es heterogéneo y amplio: desde la Batalla imperial (Cabanilles) y el Aleluya del Mesías (Haendel), las más anti- guas, hasta Ya se van los pastores (César Geoffray), A Betlem m’en vaig (Amand Blanquer) y Nadala del desert (Matilde Salvador), las más modernas, pasando por Joy to the world (Lowell Mason), Stille Nacht (Franz X. Gruber), Nadalenca (Manuel Palau), Ave Verum Corpus (Mozart), Fum, fum, fum (Alice Parker/Robert Shaw), San Josep es fa vellet (Lluís Blanes) y White Christmas (Irving Berlin). Piezas tradicionales o de autor, de un repertorio profano o religioso, variadas y suficientes para poner a prueba los registros y recursos de las dos agrupaciones aquí reunidas —el quinteto valenciano de metales creado en 1989, y la coral valenciana nacida en 1972—, con una respuesta excelente para satisfacción del aficionado en general y goce del buen catador de lo distinto. José Guerrero Martín THE JOHN DOWLAND COLLECTION. THOMAS BINKLEY, GÖRAN SÖLLSCHER, NIGEL ROGERS, EMMA KIRKBY, BARBARA BONNEY, ANNE SOFIE VON OTTER E. A. 2 CD DEUTSCHE GRAMMOPHON 477 6548 (Universal). 1966-2005. 121’. ADD/DDD. R PM Aprovechando el éxito que entre determinado grupo de compradores de discos pudo tener el de Sting titulado Songs from the Labyrinth, el avispado departamento comercial de la DGG saca ahora al mercado un álbum con dos CDs conteniendo una recopilación de obras de John Dowland que en su día aparecieron en discos del sello amarillo y de Decca. La inmersión ha sido bastante profunda en el tiempo, pues comprende grabaciones que van del año 1966 hasta el 2005 manejando un abanico de intérpretes que incluye desde los pioneros Binkley y su Studio der Frühen Musik (Alfred Deller nunca grabó para la actual Universal) al guitarrista Göran Söllscher, pasando por especialistas como Nigel Rogers y Emma Kirkby y las estrellas Barbara Bonney y Anne Sofie von Otter. Con semejante nómina, el producto tiene que ser forzosamente bueno, pues la franja de compradores a la que va destinado tampoco se va a andar con tiquismiquis, como si el estilo liederístico con el que Bonney utiliza su preciosa voz corresponde a la época o si interpretar con guitarra música inglesa escrita para Paul McCreesh CAMINO AL PARAÍSO THE ROAD TO PARADISE. Obras de Tallis, Parsons, Britten, Byrd, Sheppard, Rodney Bennett, Tavener, Holst, Harris y Howells. GABRIELI CONSORT. Director: PAUL MCCREESH. DEUTSCHE GRAMMOPHON 477 6605 (Universal). 2006. 74’. DDD. N PN E n 2005, el Gabrieli Consort emprendía una gira por España con el título de este disco. Y a quienes lo vieron no les defraudará lo que de ella ha quedado en su plasmación en este registro absolutamente asombroso. El resto tiene ahora la ocasión de emocionarse con la que, sin duda, es una de las grandes grabaciones corales aparecidas en los últimos años en el mercado discográfico. Y lo es por las dos razones fundamentales que la hacen merecedora de tal honor: el repertorio y la interpretación. Hay aquí parte de lo mejor de la música inglesa de varios siglos, incluido el pasado con las espléndidas piezas de Britten —A Hymn to the Virgin—, Rodney Bennett —A Good-Night—, Holst —Nunc dimittis—, Harris —Bring us, O Lord God— y, esta vez sí, Tavener —Song for Atene. A ellas se unen Miserere laúd es procedente o no. En fin, una recopilación oportuna para que algunos disfruten con la música de John Dowland y de paso se enteren de que este gran compositor existió mucho antes que Sting, no sólo en el tiempo sino también en la discografía. Con tal motivo, hasta puede que compren algún disco más de los oportunamente reseñados en la contraportada de la carpetilla. Como es bastante habitual, los responsables de Universal se muestran muy ingeniosos en marketing y poco preocupados por la musicología, pero de todo tiene que haber en la famosa viña y cada uno está en su derecho de pagar los racimos que le apetezca comprar. José Luis Fernández WORLD PHILHARMONIC ORCHESTRA. Director: YUTAKA SADO. Obras de Ravel, Bizet, Dukas y Berlioz. NAÏVE V 5067 (Diverdi). 2006. 46’. DDD. N PN nostri, de Tallis, Ave Maria, de Parsons —“si fuiste tan grande en la primavera de tu vida, cuánto lo hubieras sido en el otoño si la muerte no te hubiera llevado”, dijo de él su copista Robert Dow—, Christe, qui lux es et dies, de Byrd, In pace in idpsum, de Sheppard y, del mismo autor, Media vita in morte sumus, el momento más alto —literalmente embriagador—, de una emoción incontenible, de este disco excepcional. La interpretación es simplemente extraordinaria, mostrando el momento increíble en que se encuentra el Gabrieli Consort y la inteligencia, la sensibilidad y la maestría de su director. Para disfrutar, para llorar a lágrima viva de felicidad, de gozo en este camino al paraíso. Claire Vaquero Williams Un sentido rítmico implacable y entrega, en el sentido de la energía, hasta el denuedo en la dirección no justifican más que la respuesta calurosa inmediata del público presente, como un resorte. Pero la calidad musical se resiente de tanta búsqueda del espectáculo sonoro, que se da en entusiasmo y calor, pero no en calidades musicales. La exprimida orquesta no es excepcional, ni lo es la toma de sonido, donde priman madera y percusiones en ese Bolero. Lo mismo en El aprendiz de brujo y en el resto del programa. De los fragmentos orquestales de la Carmen de Bizet, mejor no hablar. Lo lamentable es que los franceses aplaudan su música tocada de forma sólo grandilocuente. Abundando en ella, lo que faltaba, la Marcha al suplicio de la Fantástica. No es defendible ni por la duración. José Antonio García y García 119 D VDDV D BACH: CRÍTICAS de la A a la Z D V D BACH-DONIZETTI Suites para violonchelo solo BWV 1007-1012. MISCHA MAISKI, violonchelo. Directores de vídeo: HUMPHREY BURTON Y HORANT H. HOHLFELD. 2 DVD DEUTSCHE GRAMMOPHON 00440 073 4337 (Universal). 1986. 162’. DDD. R PN D oble DVD para el primer registro que hizo Maiski de las Suites de Bach, con tomas realizadas en octubre y noviembre de 1986 en una hermosa estancia de la renacentista Villa Caldogno-Nordera, obra de Palladio. Lejos aún del irritante amaneramiento de su segunda interpretación (que DG grabó en 1999 y publicó al año siguiente en su efímera colección de CD-pluscore), el violonchelista letón se sitúa en una posición aceptable dentro de los intérpretes tradicionales, esto es, románticos, de estas obras. El sonido es poderoso, redondo, recio, de indiscutible belleza, y Maiski sabe moldearlo, perfilarlo y endulzarlo para seducir al oyente. Su visión, de indisimulada subjetividad, descansa en un vibrato estructural, una articulación que tiende al legato casi continuo y un rubato que roza lo caprichoso y que en no pocas ocasiones distorsiona el sentido rítmico de las danzas, en especial el de unas zarabandas convertidas casi en impromptus. Las dinámicas resultan muy contrastadas (sólo hay que ir al Preludio o a los Minuetos de la BWV 1008 para comprobarlo), rozando el sentido sinfónico, y la ornamentación, que tiene poco que ver con la de las interpretaciones históricas, se desata por norma en las repeticiones. Filmaciones directas y eficaces, limpias de retórica. Pablo J. Vayón BACH: Misa en si menor BWV 232. RUTH ZIESAK, soprano; JOYCE DIDONATO, mezzosoprano; DANIEL TAYLOR, contratenor: PAUL AGNEW, tenor; DIETRICH HENSCHEL, barítono. CORO DE LA MAÎTRISE NOTRE-DAME DE PARÍS. CONJUNTO ORQUESTAL DE PARÍS. Director: JOHN NELSON. Director de vídeo: OLIVIER SIMONNET. VIRGIN 00946 370636 9 (EMI). 153’. 2006. N PN El recurso a los “marcos incom- 120 parables” constituye una tentación por lo visto cada vez más difícil de resistir para los productores de vídeos musicales. De ellos hay sobre todo dos clases especialmente peligrosas: los escenarios al aire libre y los templos. Lógicamente, estos últimos son los preferidos para las composiciones religiosas; sus inconvenientes principales, la reverberación y la dispersión del sonido: su combinación resulta letal. En el mejor de los casos, los técnicos consiguen disimular o paliar los perniciosos efectos con micrófonos de última generación y en la mesa de mezclas. A los responsables de esta interpretación de la Misa en si menor en la catedral de Notre-Dame el éxito no les ha sonreído. En los solos, que por lo demás corren a cargo de un muy competente elenco, el problema aún se resuelve con bastante dignidad; en los conjuntos en cambio, no hay remedio. Y los instrumentos “modernos” no hacen sino agravar la dificultad. Como consecuencia de lo dicho, el proyecto de ofrecer y grabar la Misa y las Pasiones (Mateo y Juan) en tres años consecutivos durante la Semana Santa se ha saldado en su primera “jornada” con un hermoso documento visual. Olivier Simonnet es un experto en la colocación de las cámaras para lograr planos impactantes, con frecuencia mediante una inteligente alternancia de las vistas generales y el enfoque de detalles que suelen aparecer enmarcados por los bordes de instrumentos o personas más próximos. El entusiasmo de todos los participantes queda fuera de toda duda antes de oír a John Nelson explicar en las entrevistas adjuntas su compromiso con la obra musical y con el texto religioso. Porque lo que de éste y de los demás extras se deduce con toda claridad es que el propósito de la iniciativa va más allá del hecho artístico para incluir y hasta constituirse en un acto de difusión de la significación de la catedral de Notre-Dame y sus actividades (de las cuales esta grabación no es sino otra más) pastorales y litúrgicas. Considerado desde esta perspectiva, el objetivo queda bastante bien servido, y si de paso se gana algún efectivo para la causa de la melomanía, pues mejor que mejor; desde el punto de vista del simple aficionado a la música, amante de Bach, forofo de la Misa en si menor o todo junto pero nada más, esta opción dista de merecer una recomendación ardorosa. Alfredo Brotons Muñoz BEETHOVEN: Sinfonías nºs 3 y 9. MATTILA, URMANA, MOSER, SCHULTE. CORO DE LA RADIO DE SUECIA. CORO DE CÁMARA ERIC ERICSON. ORQUESTA FILARMÓNICA DE BERLÍN. Director: CLAUDIO ABBADO. EUROARTS 2051138 (Ferysa). 20002001. 122’. R PN Nueva reedición de este DVD ya comentado en su día desde estas mismas páginas, por lo que ahora sólo informamos de su aparición en el mercado bajo el sello Euroarts (la vez anterior se incluía la marca TDK). Nada que añadir a la objetividad, entusiasmo y buen hacer de la batuta, y a la espectacular respuesta orquestal que dejará boquiabierto a cualquier espectador que tenga la fortuna de ver este documento. Próximamente nos extenderemos más con el segundo volumen que incluye las Sinfonías Primera, Sexta y Octava, ya que éste no fue comentado en SCHERZO. Enrique Pérez Adrián CHARPENTIER: La Pastorale de Noël. LE STUDIO VOCAL. Director: MARTIN GESTER. Director de vídeo: OLIVIER SIMONNET. ARMIDE ARM007 (Harmonia Mundi). 2005. 74’. N PN H asta tres versiones escribió Marc A n t o i n e Charpentier de la Pastoral sobre el Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo H. 483, cada una de las cuales, partiendo de una base común, incluía elementos dramáticos y argumentales diferentes. Martin Gester ofreció en enero de 2005 en la iglesia de Saint-Germainen-Laye una interpretación que reunía las tres versiones existentes (el propio director ofrece explicaciones antes de cada número alternativo), interpretación que se recoge en este DVD. La obra se brinda en una versión semiescenificada debida a Benjamin Lazar, quien explica D V D BACH-DONIZETTI Sergiu Celibidache CELIBIDACHE ITALIANO BRUCKNER: Sinfonía nº 9. ORQUESTA SINFÓNICA DE LA RAI DE TURÍN. Director: SERGIU CELIBIDACHE. OPUS ARTE OA 0976 D (Ferysa). 1969. 62’. H PN Nueva colección de películas protagonizadas por Celibidache en sus conciertos con orquestas italianas. En principio nos llega esta Novena de Bruckner con la RAI de Turín procedente de un concierto dado en 1969, y también acaban de salir o están a punto de hacerlo cuando redactamos estas líneas, la Fantásica de Berlioz y las Sinfonías nº 39 de Mozart y Segunda de Schubert con el mismo conjunto (recordemos que existen testimonios filmados de sus colaboraciones con las orquestas radiofónicas italianas de Turín, Milán, Florencia, Bolonia, Roma y Nápoles, aunque no sabemos si esta nueva edición de Opus Arte incluirá sólo conciertos con la orquesta de Turín o lo hará también con las del resto que acabamos de citar). A pesar de que contamos con otras versiones de él de la Novena de Bruckner con agrupaciones mejores (Radio de Stuttgart en DG, Filarmónica de Múnich en EMI, también existe testimonio filmado con esta última que oportunamente saldrá en Euroarts), esta recreación que ahora comentamos refinada, profunda, de naturaleza casi trascendental, de poderío irresistible y ceñida, por supuesto, a las condiciones acústicas de la sala turinesa, nos muestra a un Celibidache en el punto culminante de su madurez (57 años) recreando una de las sinfonías más estrechamente ligadas a su carrera con una orquesta notable que en sus manos posee la sonoridad, el equilibrio y la variedad tímbrica de otras más avezadas y justamente famosas. La acertada filmación en blanco y negro y el adecuado sonido monofónico completan este documento especialmente indicado para especialistas bruck- nerianos o seguidores de este gran director. Enrique Pérez Adrián Fabián Panisello ELOGIO DE UNA HONDA LEVEDAD CAMARERO: Instrucciones para dejarse caer al otro lado del vacío. COMPAÑÍA NACIONAL DE DANZA 2. ACADEMIA DE MÚSICA CONTEMPORÁNEA DE LA JOVEN ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA. Director musical: FABIÁN PANISELLO. Coreografía y escenografía: CHEVI MURADAY. Directores de vídeo: JOSÉ MIGUEL MARTÍNEZ, PILAR DE LA VEGA. INAEM-BANCO DE SONIDO BS003DVD. 2006. 56’. N PN C on entusiasmo hemos de saludar una iniciativa plenamente actual en el campo del ballet como la que recoge esta grabación, con una implicación institucional convencida, la complicidad íntima en el proyecto entre músico y coreógrafo —César Camarero (1962) y Chevi Muraday, ambos galardonados el pasado año con los su visión de la obra en la entrevista que se ofrece como bonus. Su trabajo se centra en la gestualidad de los cantantes (necesariamente limitada, pues tanto el coro como algunos solistas pasan demasiado tiempo con la partitura en la mano), que la cámara de Olivier Simonnet toma buscando principalmente los efectos pictóricos, la inmovilidad de los protagonistas, especialmente en las escenas de conjunto. Sencillez e intimismo escénico que se reflejan también en la interpretación musical. Gester es Premios Nacionales de sus respectivas disciplinas artísticas— y la calurosa acogida del público ante la calidad de la propuesta y el generoso empeño invertido en su consecución. No esperemos, sin embargo, un ballet de narrativa al uso y lenguaje escénico y musical tradicionales; ya la elección de los textos literarios que se incluyen en las notas al DVD (Cirlot, Wittgenstein, Pessoa, Huidobro y Pizarnik) insinúa que nos hallamos ante el desarrollo de un concepto germinal más abstracto: la constante mudanza del ser, amenazado por el vértigo existencial y por la conciencia de su alteridad esencial, y su necesidad de un espacio (¿utópico?) en que poder desplegar un vuelo de libertad. un buen conocedor del mundo de Charpentier, y aquí nos vuelve a brindar la imagen más encantadora, sensual y elegante del músico. Los cantantes son jóvenes y muestran buen gusto y gran conocimiento del estilo, y el conjunto instrumental acompaña con excelencia, tanto por el equilibrio general obtenido como por la variedad de colores y la exquisitez de su empaste. Notas traducidas al castellano, pero subtítulos sólo en francés, inglés y alemán. Pablo J. Vayón Varias “densidades coreográficas” se suceden en un trazo único, de austera puesta en acción basada en la luz y el viento, que se apoya en una música muy lograda, de gran riqueza tímbrica e inventiva DONIZETTI: Lucia di Lammermoor. DESIRÉE RANCATORE (Lucia), ROBERTO DI BIASIO (Edgardo), LUCA GRASSI (Enrico), ENRICO GIUSEPPE IORI (Raimondo). CORO Y ORQUESTA DEL FESTIVAL GAETANO DONIZETTI DE BÉRGAMO. Director musical: ANTONINO FOGLIANI. Director de escena: FRANCESCO ESPOSITO. Director de vídeo: MATTEO RICCHETTI. DYNAMIC 33535 (Diverdi). 2006. 143’. N PN El mundo del DVD está creando, en algunas obras, una cierta saturación, sin que el resultado en la organización rítmica y en su alternancia de facetas agitadas y estáticas, como el sugerente momento de inflexión central que encuentra adecuada réplica formal en una conclusión en que se consume completamente el sonido y finaliza, siempre de modo provisional, la búsqueda argumental. Inmejorable labor de la Compañía Nacional de Danza 2 y de la Academia de Música Contemporánea de la JONDE, bajo la dirección experta y plena de matices de Fabián Panisello, y muy buena realización audiovisual del espectáculo, en su estreno en el pasado Festival de Música Contemporánea de Alicante. Germán Gan Quesada global justifique mucho su difusión. Este es el caso de la Lucia di Lammermoor dada en Bérgamo, que cuenta con una producción estática, que quiere ser moderna pero es difusa, muy esquemática, donde se quiere expresar parte de la acción con los colores de la iluminación, pero que consigue pocos efectos dramáticos y su 121 D VDDV D DONIZETTI-OFFENBACH teatralidad está limitada, con una dirección de intérpretes algo superficial. La dirección musical de Antonino Fogliani se limita a cumplir, olvidando la capacidad melódica de Donizetti y la fuerza dramática que imprime a muchas escenas, contando con una orquesta cohesionada pero algo compacta y un coro de resultados variables. La protagonista es Desirée Rancatore, soprano de una voz bella, pero con un limitado poder de penetración, un agudo seguro aunque algo aflautado y una versión poco variada, aunque es la más regular del conjunto. Roberto De Biasio es un tenor de buena voz, pero no es siempre musical, tiene un estilo poco belcantista y algo rudo, mientras que Luca Grassi mantiene una línea correcta, pero falta variedad, completando el reparto el discreto Raimondo de Enrico Giuseppe Iori. mación en estudio permite un amplio desplazamiento de cámaras y un montaje de escenografías generosas, libres de los rígidos encuadres propios del teatro. Una estética kitschig muy budapestina, pasada por peinados, pelucas y maquillajes del cine de los setenta, más un vestuario suntuoso y objetos accesorios tomados de museos y archivos, completan la autenticidad y justeza de la puesta. El reparto es desigual. Destacan las dos damas, en especial Takács, por su papel del gran compromiso vocal (mezzo falcon dramática de coloratura) y escénico, en especial durante los tramos finales de la ópera. El protagonista es un agradable tenor lírico al cual falta empuje en los momentos de heroísmo. Los demás, de modestos alcances. Cabe destacar que los personajes están doblados por actores que se desempeñan en play back. Albert Vilardell Blas Matamoro ERKEL: GAZZANIGA: Hunyadi László. JÓZSEF SIMÁNDY (Hunyadi), KLÁRA TAKÁCS (Mátyás), ESZTER HORVÁTH (Szilágyi), SÁNDOR PALCSÓ (Rey), ENDRE UTÖ (Cillei). CORO, BALLET Y ORQUESTA DE LA ÓPERA HÚNGARA. Director musical: ADÁM MEDVECZKY. Director de escena: LÁSZLO VÁMOS. Escenografía: MÁTYÁS VARGA. Director de vídeo: LÁSZLO CSÁKI. Don Giovanni. ROBERTO IULIANO (Din Giovanni), LINDA CAMPANELLA (Donna Elvira), CRISTINA MANTESE (Donna Anna), VALENTINA MOLINARI (Maturina), MAURIZIO LEONI (Pasquariello), GIORGIO TRUCCO (Duca Ottavio), ALBERTO ROTA (Commendatore), DARIO GIORGELÈ (Biagio), CLAUDIA GRIMAZ (Donna Ximena), LUCA TAMANI (Lanterna). CORO DEL TEATRO DONIZETTI DE BÉRGAMO. ORQUESTA ESTABLE DE BÉRGAMO “GAETANO DONIZETTI”. Director musical: PIERANGELO PELUCCHI. Director de escena y vídeo: ALESSIO PIZZECH. VIDEOLAND VLD 136 (LR Music). 1977. 107’. R PN 122 L a obra de Erkel es la ópera nacional de Hungría. Dadas las dificultades idiomáticas de su libreto para quien no sea húngaro, su circulación se ha visto muy restringida. Esta versión tiene, en consecuencia, un valor añadido: acercar a los públicos interesados y ajenos al país de origen un trabajo de valor. En efecto, Erkel actuó con un sabio eclecticismo mezclando aires de tradición popular con una estructura de ópera histórica a la francesa, soluciones de arias y recitativos a la italiana más algunas ráfagas de sinfonismo alemán romántico. El resultado demuestra un buen dominio del utillaje y ofrece un sabroso e infrecuente producto. La versión es, en general, de buen nivel. El director de orquesta domina el lenguaje y el estilo del autor, y los expone con claridad y equilibrio. La fil- BONGIOVANNI AB 20002 (Diverdi). 2005. 130’. N PN G iuseppe Gazzaniga (1743-1818) estrenó este Don Giovanni en un acto, con libreto de Giovanni Bertati, en plenos carnavales de Venecia del año 1787. Compararlo con el de Mozart-Da Ponte que subiría a la escena en Praga unos meses más tarde sería tan ocioso como odioso, pero el documento tiene un valor evidente. Lástima que sea poco menos que el único esta grabación videográfica. Pizzech la hace preceder de un prólogo dramático en el que durante media hora los actorescantantes discuten detalles de los ensayos por los pasillos del patio de butacas. Pero lo hacen en italiano, seguramente dialectal además, y sin ninguna posibi- András Schiff UN CAMPEÓN PARA HAYDN HAYDN: Capricho en sol mayor Hob. XVII:1. Sonata en mi menor Hob. XVI:34. Fantasía en do mayor Hob. XVII:4. Sonata en do menor Hob. XVI:20. Variaciones en fa menor Hob. XVII:6. Sonata en mi bemol mayor Hob. XVI:52. ANDRÁS SCHIFF, piano. Directora de vídeo: ANNA MÉREI. HUNGAROTON HDVD 32441 (Gaudisc). 2005. 225’. N PN P ara gozar plenamente de este magnífico DVD hará falta un cierto nivel de comprensión auditiva del húngaro o del inglés, los dos idiomas en que András Schiff explica las obras interpretadas sin unos subtítulos que sí acompañan —en francés o alemán, no obstante— el documental sobre la vida de Haydn y su relación con los Esterházy cuyas secciones hacen las veces de interludios del concierto monográfico que ofrece en uno de los castillos que fueron propiedad de los mecenas musicales más famosos de la historia. Sin embargo, quien no posea esas capacidades lingüísticas no quedará defraudado, pues el pianista húngaro está sencillamente genial. Tiene seguramente razón Schiff al considerar a Haydn, concretamente al Haydn compositor para teclado, como un compositor muy injustamente subestimado. Para convencernos de ello, sus análisis unen penetración intelectual y claridad expositiva. El empleo del piano lo defiende con un argumento, el de que para un programa como el escogido en esta ocasión serían necesarios varios instrumentos diferentes, que sólo la calidad de sus versiones hace absolutamente incontestable. Algunas de las inspiraciones que encuentra en las partituras son ciertamente aventuradas, pero todas son preciosas; la que más ambas cosas, probablemente la visión de una reflexión en sonidos sobre la muerte en las Variaciones en fa menor. El concierto propiamente dicho tiene lugar en un marco incomparable y la única lástima es que el sonido del piano no sea tan bello o bien se recoja con un punto menos fidelidad que los ejemplos con que ilustra sus comentarios en los estudios de Hungaroton. Todo en cambio está muy bien filmado, con ángulos de cámara siempre oportunos y sin que el placer de las imágenes distraiga el que producen los sonidos. Y también el documental instruye al tiempo que deleita. Si es que Haydn, este Haydn, necesitaba un campeón que lo dotara de profundo contenido clasicista y lo apartara en consecuencia del superficial cliché rococó, ya lo ha encontrado. Se llama András Schiff y quien lo oye tocar (y hablar) se convierte inevitablemente en adepto. Para oír (y ver) muchas veces. lidad de subtitulación. Ésta sí se ofrece para la representación de la ópera propiamente dicha, pero sólo en italiano, francés, inglés o alemán. Sin ser nada del otro jueves, la puesta en escena, inspirada por la commedia dell'arte, merecería mejor tratamiento por parte de las cámaras. Los constantes fundidos y veladuras de propósito incierto cuando no francamente absurdo y torpemente realizadas no enriquecen en nada el producto sino que una y otra vez distraen cuando no desconciertan al espectador. Por si fuera poco, la técnica de digitalización de las imágenes empleada es a todas luces mejorable. En el reparto vocal, en conjunto de un nivel medio sólo aceptable, destaca la solidez canora y las buenas dotes para la acción cómica del barítono Maurizio Leoni como Pasquariello (Leporello en Mozart) y la bravura de la soprano Linda Campanella en el único personaje que permite y al que aquí Alfredo Brotons Muñoz D V D DONIZETTI-OFFENBACH se dota de cierta profundidad psicológica, mientras que el tenor Roberto Iuliani nunca acaba de componer un Don Giovanni mínimamente creíble ni musical ni escénicamente. Los coros y la orquesta cumplen con corrección sin alardes. Alfredo Brotons Muñoz MORENO TORROBA: Luisa Fernanda. PLÁCIDO DOMINGO (Vidal Hernando), NANCY HERRERA (Luisa Fernanda), JOSÉ BROS (Javier Moreno), MARIOLA CANTARERO (Duquesa Carolina). CORO Y ORQUESTA SINFÓNICA DE MADRID. Director musical: JESÚS LÓPEZ COBOS. Director de escena: EMILIO SAGI. Director de vídeo: ÁNGEL LUIS RAMÍREZ. OPUS ARTE OA0969D (Fundación Autor). 2006. 134’. N PN Estrenada el 26 de marzo de 1932 en el Teatro Calderón de Madrid. Se trata de la zarzuela más popular del maestro Moreno Torroba y sin duda la que más números conocidos contiene. Su acción se desarrolla en el romántico Madrid isabelino, con epílogo en tierras extremeñas, dos espacios musicales que el autor supo conjugar. Por una parte la vertiente castiza, popular urbana y verbenera y por otra el campo extremeño con sus manifestaciones folclóricas. Programada por Emilio Sagi en el año 2006 en el Teatro Real de Madrid, gozó de doce representaciones. De su estreno dimos opinión (véase SCHERZO nº 211, septiembre de 2006), a continuación dio lugar a la grabación en CD (véase SCHERZO nº 215, enero de 2007), y ahora alcanza el registro videográfico en una coproducción de Opus Arte/Teatro Real en asociación con TVE. Un documento con buenas tomas y excelente sonido extraído de las representaciones del 14 y 16 de julio del 2006. Una Luisa Fernanda que goza, por fortuna, de un extraordinario elenco que sirve a la obra adecuadamente: un Plácido Domingo entregado a su personaje, Vidal Hernando, noble romántico y mucho de nostálgico; la cantante canaria Nancy Herrera, digna Luisa Fernanda, mezzo de cálida voz, sentido gesto y buen gusto interpretativo. José Bros protagoniza al galante y tarambana coronel de húsares, Javier Moreno. Luce su Iván Fischer LA GRACIA DE LO NATURAL MOZART: Così fan tutte. cipios de los noventa triunfó en Glyndebourne una gran producción de esta ópera firmada en lo escénico por Trevor Nunn y en lo musical por Simon Rattle. Tocaba la orquesta consignada arriba. Fue durante el excelente festival dedicado a Mozart en el bicentenario de su muerte. Rememoramos ahora aquel montaje —lamentablemente destruido y, que se sepa, nunca plasmado en vídeo— al contemplar esta moderna grabación en DVD. Son dos aproximaciones muy distintas, aquélla un tanto iconoclasta por su planteamiento —sucedía a principios del siglo XX en un trasatlántico—, ésta más fiel a las exigencias del libreto, pero dotada de una carga erótica superior y de una dramaturgia estudiadísima. En particular la labor de los cantantes en su faceta de actores es un prodigio conseguido sin duda por ese magnífico talento teatral —y cinematográfico— que tiene Hytner. Sobre todo las dos hermanas y, a no mucha distancia, la Despina de la guipuzcoana Garmendia, obtienen unas interpreta- ciones llenas de gracia, adornadas con todo desparpajo de mil y un matices, llenas de una gracia natural sólo posible en directores como Ponnelle, Strehler… o Hytner. Los movimientos y las reacciones están perfectamente integrados en la música, acompasados magistralmente hasta lograr una fluidez y una armonía que nos arrastra. La escena, estilizada, con fáciles cambios de cuadro y elegantes y empastados colores, pinta la luz del Mediterráneo en un ensoñado XVIII. Pero concluye de noche, lo cual no está mal visto y es lógico desde un punto de vista teatral; y plantea interesantes cuestiones metafóricas. Hay acierto general también en la dirección musical, donde nos ha sorprendido gratamente Fischer, que ve la obra con extraordinaria animación y notable virtuosismo rítmico. Hay una palpitación agógica que todo lo envuelve y que sabe amainar y acelerarse así la acción y la música lo pidan. Ataques fulgurantes, presencia destacada de los timbales y agresivos acordes en un discurso lleno de vida, con oportunas retenciones y momentos líricos de excitante intensidad, así el famoso dúo Fiordiligi-Ferrando. Los cantantes constituyen en el aspecto puramente vocal un equipo bastante sólido, aunque lejos de una imposible perfección. No la tiene, por ejemplo, Miah Persson, pero es gentil, delicada, guapa y vive trémulamente su aventura. Una lírica con cuerpo, algo insegura en exquisita línea melódica y hermoso color vocal en la romanza y dúos de su cometido, que le hacen hoy ser intérprete ideal de esta obra. La aristócrata intrigante en una corte sensual, duquesa Carolina, recae en la soprano Mariola Cantarero, que asume el rol con gran limpieza de canto y facilidad en el agudo y el adorno. Contribuyen al éxito el resto de los personajes. Mención para Sabina Puértolas que interpreta una resuelta Rosita bien diseñada vocalmente. Emilio Sagi, como ya dijimos en su momento, hace una puesta escénica de gran pulcritud, de estética muy limpia y estilizada que rebaja el ambien- te colorista de las estampas madrileñas de los dos primeros actos, no así ocurre con el tercero y último acto en el que la manifestación folclórica del campo extremeño está más iluminado por leves tintes de color que videográficamente, al menos, se agradece. Jesús López Cobos dirige a la Orquesta y Coro de la Sinfónica de Madrid, cuidadoso y dando alto nivel lírico a alguno de los números de la partitura. A la exposición de la obra se añade un material extra interesante, con una sinopsis ilustrada, entrevistas con Emilio Sagi, López Cobos y Plácido Domingo, así como una galería fotográfica del MIAH PERSSON (Fiordiligi), ANKE VONDUNG (Dorabella), AINHOA GARMENDIA (Despina), TOPI LEHTIPUU (Ferrando), LUCA PISARONI (Guglielmo), NICOLAS RIVENQ (Don Alfonso). ORQUESTA DEL SIGLO DE LAS LUCES. Director musical: IVÁN FISCHER. Director de escena: NICHOLAS HYTNER. Directora de vídeo: FRANCESCA KEMP. 2 DVD OPUS ARTE OA 09720 D (Ferysa). 2006. 210’. N PN A finales de los ochenta y prin- el agudo, aplicada en las agilidades y débil en los graves. Vondung es una mezzo lírica que canta muy bien y con mucha soltura; y Garmendia tiene gracia por arrobas y no es la típica soubrette de voz de pajarito. La voz de lírico-ligero de Lehtipuu no puede decirse que sea bella, ni segura de emisión, ni que controle los peligros de la escritura. Como cantante nos resulta algo pálido, pero no desentona en el cuadro. Pisaroni es, por fin, un Guglielmo de instrumento corpóreo, de barítono lleno y con graves, que se desenvuelve con aplomo. También lo tiene Rivenq, que compone un Alfonso inteligente y mesurado, pero su voz es emitida de forma engolada y tiene un tinte leñoso poco atractivo. En conjunto, pese a las pegas, la representación funciona y nos tiene prendidos de los muchos detalles que enriquecen la narración y que nos convencen una vez más de la insondable belleza de la ópera. Arturo Reverter reparto. Una lograda Luisa Fernanda llevada a DVD, difícil de desbancar. Manuel García Franco OFFENBACH: Orfeo en los infiernos. KURT MARSCHNER (Orfeo), ELISABETH STEINER (Eurídice), WILLIAM WORKMAN (Plutón), LISELOTTE PULVER (La Opinión Pública), THEO LINGEN (Styx). CORO, BALLET Y ORQUESTA DE LA ÓPERA DE HAMBURGO. Director musical: MAREK JANOWSKI. Director de escena: ROLF LIEBERMAN. Director de vídeo: JOACHIM FEST. ARTHAUS 101267 (Ferysa). 1971. 101’. R PN 123 D VDDV D OFFENBACH-VIVALDI Un anticuado encanto de las primeras emisiones televisivas posee esta exhumación. Decorados sencillos, con trucos evidentes, trajes de sastrería histórica, pelucas y barbas postizas, chicas frescas y carnosas con el glamour de los años sesenta, cómicos eficaces y seguros de sus efectos, se someten a un movimiento de cámaras elemental pero eficaz, por el uso de planos y contraplanos y la circulación de los aparatos en medio de la multitud. Coristas y bailarinas son movidos por secciones y al ritmo de una música a menudo frenética, en especial durante el célebre cancán y la apoteosis final. La palabra está usada con propiedad, por la abundancia de dioses que convoca esta farsa memorable, una de las obras maestras del género. Orfeo exige un reparto abundante porque todos los papeles tienen su identidad y su momento de lucimiento. El elenco es muy parejo, está bien seleccionado y mejor marcado por el director de escena. Las voces, sin destacar —ni falta que hace— se oyen con suficiencia y, en especial, vocalizan y articulan con claridad e intención. Janowski revalida los méritos por todos conocidos. Cabe aclarar que esta opereta se canta en alemán con subtítulos en varias lenguas, entre ellas la española. Se ha adaptado el texto a referencias de la época, sin forzar las situaciones ni la línea argumental, pero con oportunos toques que muestran la intemporal actualidad de la sátira, dirigida a las entretelas del poder y a la teatralidad de los cultos religiosos. Blas Matamoro ROSSINI: Tancredi. DARINA TAKOVA (Amenaide), DANIELA BARCELLONA (Tancredi), RAÚL GIMÉNEZ (Argirio), MARCO SPOTTI (Orbazzano). CORO Y ORQUESTA DEL MAGGIO MUSICALE FIORENTINO. Director musical: RICCARDO FRIZZA. Director de escena: PIER LUGI PIZZI. Director de vídeo: ANDREA BEVILACQUA. TDK DVWW-OPTANC (JRB). 2005. 155’. N PN Desde 1982, Pizzi ha realizado 124 al menos cuatro montajes distintos de esta partitura rossiniana, que van desde el inicial candoroso, lumínico, lleno de color y Karl Böhm NUEVA DIANA STRAUSS: Salome. TERESA dos mismos artífices de la Elektra comentada no hace mucho desde estas páginas, Götz Friedrich y Karl Böhm, consigue en la que ahora comentamos el mismo o parecido nivel de calidad hasta el extremo de lograr una de las mejores versiones musicales y cinematográficas de esta ópera: el movimiento de actores, las expresiones faciales, la dramaturgia de conjunto, los encuadres, los trajes, la luz, todo lo referido a la escena en fin, nos proporciona un espectáculo fascinante que no dudamos en calificar como el más logrado en DVD de todos los existentes hasta ahora con esta ópera (salvo error, Downes en Pioneer, Von Dohnanyi en Decca y Sinopoli en Warner). El prodigioso elenco tiene en Stra- tas a la protagonista adecuada por físico y también por voz, pues aunque nunca lo cantó en teatro (no hubiese podido con él), aquí se limita a cantar cómodamente en play back, puede con el obstáculo de la orquesta y sólo se tiene que preocupar de su actuación, por cierto, sensacional y dando la justa medida de adolescente caprichosa, perversa y virginal. Varnay, magnífica, quizá un punto exagerada, fascina por su actuación desbordante y hace de este papel menor el coprotagonista de la ópera. El Herodes de Beirer refleja al personaje déspota, psicópata y débil, manejado hábilmente por una Herodías de armas tomar, y por supuesto puede vocalmente con él (recordemos que fue un destacado tenor heroico wagneriano entre las décadas de los cincuenta y sesenta). Bernd Weikl y Wieslaw Ochmann dan vida sin problemas a Jokanaán y Narraboth, mientras que el destacado equipo de comprimarios está personificado por competentes miembros de la Ópera de Viena. Böhm y la Filarmónica logran un tapiz sonoro de milagrosas sutilezas sonoras, nada de extrañar si tenemos en cuen- de vida, como un cuento de hadas medieval —que dio prácticamente la vuelta al mundo, llegando a Barcelona y Madrid y siendo recogido en vídeo en Schwetzingen—, hasta el presente estrenado en Pésaro 1999, estilizado, neoclásico, de líneas severas pero al mismo tiempo cálidas, con un vestuario sobrio de colorido de omnipresente blanco y negro, salvo el rojo mate del personaje titular. Responsable completo del espectáculo, por supuesto, el exquisito artista milanés. logrando con el todo el equilibro escénico que se corresponde con la arquitectura de la música rossiniana, desde el foso desgranada por Frizza en concepto tan transparente como intenso. La Barcellona ha hecho de Tancredi su gran caballo de batalla y ello se traduce en una lectura musicalísima, interiorizada, sobrada en las diversas exigen- cias canoras y de una presencia escénica importante. No se queda atrás la Takova, asimismo una intérprete habitual de Amenaide, vocalmente inatacable, que encuentra su momento de mayor emoción e impacto en la escena de la cárcel, por la especial disposición mostrada para el canto elegíaco. Giménez suple cierta fatiga vocal merced al fraseo, aunque a veces algo brusco y cortante siempre intencionado, y al planteo que hace del algo ingrato personaje, de acuerdo con su envidiable experiencia rossiniana en general y con este Argirio en particular. El joven bajo parmesano Spotti, como los anteriores colegas juntos o por separado bregados en previas representaciones pesarenses, está muy por encima de las demandas que precisa Orbazzano, quien ni siquiera cuenta con un aria di sorbetto que sí el compositor destinó a Isaura, bien resuelta por Barbara di Castri (hoy ya en cometidos de mayor envergadura, véase Arsace de Semiramide), así como a Roggiero, encomendado en esta ocasión a un contratenor, Nicola STRATAS (Salomé), ASTRID VARNAY (Herodías), HANS BEIRER (Herodes), BERND WEIKL (Jokanaán), WIESLAW OCHMANN (Narraboth), HANNA SCHWARZ (Paje). ORQUESTA FILARMÓNICA DE VIENA. Director musical: KARL BÖHM. Director de escena y de vídeo: GÖTZ FRIEDRICH. DEUTSCHE GRAMMOPHON 0040 073 4339 (Universal) 1974. 101’.R PN Esta producción debida a los ta que orquesta y director eran absolutos maestros en las óperas de este autor. En fin, probablemente la mejor Salome hecha hasta la fecha tanto en película como en teatro, con aspectos dramáticos y matices que sería imposible transmitirlos en cualquier escena convencional. A pesar de la servidumbre del play back, estamos ante una película de una sensibilidad escénica especial, con un reparto memorable y una realización general extraordinaria. El DVD viene con subtítulos en español. Indispensable para cualquier operófilo. Enrique Pérez Adrián Marchesini, que sale discretamente airoso del encargo, a pesar de su buena voluntad. Fernando Fraga STRAUSS: La leyenda de José. JUDITH JAMESON (La mujer de Putifar), KEVIN HAIGEN (José), KARL MUSIL (El Ángel), FRANZ WILHELM (Putifar). MIEMBROS DEL BALLET DE LA ÓPERA DE VIENA. Coreografía y dirección: JOHN NEUMEIER. ORQUESTA DE LA ÓPERA DE VIENA. Director: HEINRICH HOLLREISER. Escenografía y vestuario: ERNST FUCHS. DEUTSCHE GRAMMOPHON 00440 073 4315 (Universal). 1977. 65’. R PN Sobre una partitura funcional aunque demasiado extensa, árida, profesoral y farragosa, Neumeier ha construido una historia de amores desencontrados: José seduce a todos el mundo, Putifar D V D OFFENBACH-VIVALDI y su mujer se enamoran de él pero el muchacho, soñador al fin, ama a una criatura extraterrena, a un ángel. El amor sólo se puede realizar en el otro mundo. En éste, hay cuerpos, a cual más hermosos, desde la andrógina, oscura y magra mujer, el efebo todo terreno, el ángel de gimnasio hasta los macizos soldados de Putifar, tan robustos como su jefe. El coreógrafo ha resuelto una atractiva y sensual leyenda en estética queer pasada por el modernismo, refinada de imágenes, suntuosa de vestidos y desvestidos. Su dispositivo se basa en el ballet clásico, tratado con libertad y añadidos expresivos que armoniza sabiamente con la tradición. Sabe hacer bailar y obtiene de sus danzarines-actores un total rendimiento. Los solistas y las masas son de alto nivel y bella presencia. Como actuación escénica, destaca Jameson. Como técnica y despliegue, el jovencísimo Haigen. Blas Matamoro STRAVINSKI: The Final Chorale. SCHOENBERG: Cinco piezas para orquesta. Dos films de FRANK SCHEFFER. Directores musicales: REINBERT DE LEEUW Y MICHAEL GIELEN. IDEALE AUDIENCE JuxtaPositions 3 (Ferysa). 1991, 1994. 104’. R PN E ste DVD contiene dos films esplendidos de Frank Scheffer. En ambos casos, el cineasta y sus colaboradores parten de una obra fundamental de la historia de la música del siglo XX: las Sinfonías para instrumentos de viento, de Stravinski, y las Cinco piezas para orquesta op. 16, de Schoenberg (films de 1991 y 1994, respectivamente). Las piezas son interpretadas al final de cada película, después de un amplio documental en el que artistas y expertos desmenuzan, analizan, ponderan las obras en cuestión. En ambos casos, y pese a la diferencia estética de las propuestas, se valoran el choque, la sorpresa y la aportación que las obras supusieron en su momento. En 1909 la de Schoenberg; en 1920 la de Stravinski. Esto es, en el momento mismo en que las estéticas de ambos atravesaban una crisis y los dos artistas necesitaban nuevas maneras de expresión. La voz cantante en el caso de Stravinski la llevan Robert Craft y Reinbert de Leeuw, pero aparece por allí el propio Stravinski, y hasta lo oímos. En el Op. 16 de Schoenberg la explicación corre a cargo, sobre todo, de Charles Rosen, Michael Gielen y Carl E. Schorske. También vemos a Schoenberg, pero sin palabras, y en contadísimas imágenes animadas. Se trata, pues, de dos documentales que se basan en músicas muy bellas y de gran importancia, que están muy bien filmadas tanto en la parte documental (esos lápices, esos sacapuntas, esa abundancia de objetos en la mesa de trabajo de Stravinski) como en la interpretativa. Para Schoenberg, la Filarmónica de la Radio Holandesa, con dirección de Michael Gielen, en una soberbia lectura del Op. 16, tiene el refuerzo de una lectura por Rosen de una de las Piezas op. 11. El Conjunto de Viento Holandés, dirigido por R. de Leeuw, propone una versión radical, de gran modernidad de la pieza stravinskiana, y con ello mantiene la tesis de todo el film: lo sorprendente de esta propuesta stravinskiana en un momento como 1920; e incluso todavía hoy. En fin, dos películas para una concepción educativa de la televisión, que nos llegan en formato 4:3, el único que había entonces, y que nos recuerda que la tele puede servir para algo. Dos propuestas que interesaran al melómano y al principiante. Los subtítulos en español solo a veces resultan inexactos. Santiago Martín Bermúdez VERDI: Ernani. SUSAN NEVES, MARCO BERTI, CARLO GUELFI, GIACOMO PRESTIA. CORO Y ORQUESTA DEL TEATRO REGIO DE PARMA. Director musical: ANTONELLO ALLEMANDI. Director de escena: PIER’ALLI. Director de vídeo: MATTEO RICCHETTI. DYNAMIC 33.496 (Diverdi). 2005. 126’. N PN H ay obras que a pesar de su calidad no gozan de permanencia en el repertorio, aunque se van representando. Este es el caso de Ernani, de Verdi, cuya partitura está llena de fragmentos muy inspirados, que además poseen una gran dificultad. El Teatro Regio de Parma la programó en una producción de Pier’Alli, de corte semiclásico, excesivamente oscura, con una iluminación que sólo detalla los protagonistas del momento, perdiendo parte de su imagen teatral. La parte musical está a cargo de Antonello Allemandi, con una versión correcta, sin especiales matices, a la que dota de una cierta fuerza, con una orquesta cohesionada y un coro válido, aunque le falte algo de intensidad. Entre los intérpretes destaca Susan Neves, una de las pocas sopranos dramáticas, con una voz potente, un canto seguro y un estilo que cumplen los requisitos expresados por el compositor, con un canto valiente y seguro, superando casi siempre la brillantez de la zona aguda. Marco Berti da vida al protagonista con una voz bella y penetrante y un canto extrovertido, sin excesivos matices. Carlo Guelfi es un buen profesional, pero su carrera es superior a sus méritos, le da expresión en el registro central, pero faltan contrastes y su registro agudo queda limitado de timbre, completando el cuarteto Giacomo Prestia, con un estilo noble y variado, al que quizá falta una mayor rotundidad para determinados roles verdianos. Albert Vilardell VERDI: Falstaff. AMBROGIO MAESTRI (Falstaff), ROBERTO FRONTALI (Ford), JUAN DIEGO FLÓREZ (Fenton), BARBARA FRITTOLI (Alice), INVA MULA (Nannetta), BERNADETTE MANCA DI NISSA (Quickly), ANNA CATERINA ANTONACCI (Meg), ERNESTO GAVAZZI (Cajus), PAOLO BARBACINI (Bardolfo), LUIGI RONI (Pistola). CORO Y ORQUESTA DE LA SCALA. Director musical: RICCARDO MUTI. Director de escena: RUGGERO CAPPUCCIO. Director de vídeo: PIERRE CAVASILLAS. EUROARTS 2051728 (Ferisa). 2001. 118’. N PN En 1913, el Teatro Verdi de Busseto, localidad próxima a la vecina aldea de Le Roncole, lugar de nacimiento del compositor, puso en escena la última ópera del músico, Falstaff. Años después, en 2001, las huestes de La Scala desembarcaron en la villa a fin de recrear aquella producción con los mismos medios, aunque dotándola de los lógicos adelantos. Se siguió la dramaturgia original, pero observada desde un criterio moderno. El resultado fue estimulante, como nos pone de manifiesto esta grabación. La orquesta hubo de ser reducida para que cupiera en el pequeño foso, lo que propicia un más adecuado equilibrio, una mayor claridad y finura de los timbres y una preponderancia nada desagradable de los vientos. Muti se muestra elástico, pronto y vitalista y consigue unas líneas fugadas bien diseñadas, como las que sobrevienen, con intervención de todos los personajes en el segundo cuadro el primer acto y en el segundo del segundo, sobre todo en aquel pasaje en el que se combinan tan hábilmente distintos metros. Todo fluye con sencillez, sin énfasis inoportunos. El equipo vocal está constituido por cantantes adecuados y de probada profesionalidad. Destaca el aéreo y refinado Fenton de Flórez, que matiza con propiedad en su aria de comienzos del acto tercero. Su timbre combina bien con el tan penetrante de Inva Mula, que ya empezaba a dar señas de que era bastante más que una ligera. Maestri es un barítono lírico de medios discretos que ha cogido el tranquillo del fraseo matizado y variado del gordinflón, algo que hemos podido apreciar en Madrid. No es un gran artista pero está en el papel. Frontali dice muy bien su aria del cornudo. A buen nivel, sin más, Frittoli y las otras damas, con una Antonacci en una parte de menor relieve de las que ahora hace. Los restantes encajan perfectamente en el dispositivo de precisión montado por Muti. Y todos se mueven con naturalidad en el un tanto angosto espacio y en el cuadro de una escenografía a la antigua pero muy bien realizada, con detalles de la época exacta en la que sucede la historia. Figurines preciosos y movimientos muy armónicos. Esta representación es una prueba de que se puede hacer buen teatro moderno, con gracia y donosura, a partir de una puesta en escena muy tradicional. Arturo Reverter VIVALDI: Ercole su’l Termodonte. ZACHARY STAINS (Ercole), MARY-ELLEN NESI (Antiope), LAURA CHERICI (Martesia), LUCA DARDOLO (Alceste), RANDALL SCOTTING (Teseo). IL COMPLESSO BAROCCO. Director musical: ALAN CURTIS. Director de escena, escenografía y vestuario: JOHN PASCOE. Director de vídeo: MATTEO RICCHETTI. DYNAMIC 33525 (Diverdi). 2006. 136’. N PN 125 D VDDV D VIVALDI-VARIOS E sta ópera de Vivaldi, estrenada en Ro-ma en 1723, se ofrece en la reconstrucción Alessandro Ciccolini y la edición del propio Curtis. Filmada en el Festival de Spoleto, la puesta en escena es respetuosa con el tema del libreto y en general se revela bastante adecuada —salvo quizá en algunas torpezas en la dirección de los cantantes como actores, muy endebles en cuanto tales, lo que revelan los planos cercanos— como para volver a la vida la hermosa obra vivaldiana, aunque el canto al miembro masculino, truncado en escultura o en vivo en el protagonista, acabe por hacerse algo reiterativo. La trama heroica es todo lo tópica que pudiera esperarse, por lo que es un acierto de Pascoe el haber subrayado mucho más la subtrama amorosa. A fin de cuentas, su tesis, como explica en la breve introducción, es que Ercole su’l Termodonte defiende el triunfo de la paz sobre la guerra. La interpretación funciona moderadamente bien y no hay grandes fallos ni tampoco contribuciones extraordinarias. Curtis dirige con dominio del lenguaje, pero aun su Complesso Barocco no da sino una respuesta correcta. El Hércules de Stains tiene apuros en las agilidades, pero tampoco le debió de resultar demasiado cómodo cantar dos terceras partes de la ópera desnudo —lo que obligó, quién lo hubiera dicho de una ópera, a los editores a incluir una advertencia sobre los des- nudos contenidos en su producto—, eficaz reina de las amazonas de Nesi, aunque también tenga algunos momentos por debajo de las necesidades de la escritura endiablada del veneciano. Aceptable Teseo de Scotting y muy floja la Martesia de Cherici. Está claro que el reparto no alcanza a plasmar todo el virtuosismo del canto vivaldiano, pero al menos se entrega con convicción a la empresa del rescate de esta interesante ópera. en el segundo, las estupendas tomas en que se capta. Se divide en dos partes principales. La primera consiste en un documental de casi una hora de duración. En él Hilary Hahn se nos presenta a sí misma en varias localizaciones: el Instituto Curtis de Filadelfia en que estudió, Dresde para que la veamos tocar a Bach en un pub, los estudios Abbey Road de Londres para ilustrar sus opiniones sobre la música grabada, Hong-Kong para que admiremos su virtuosismo en Paganini y Berlín porque es donde da el Concierto de Korngold fragmentos del cual sirven de interludios. Mediada la veintena, esta concertista cultiva todavía una imagen de adolescente con ese punto de ingenuidad tópicamente americana que al mismo tiempo sirve de telón de acero entre lo que es la actividad profesional y la vida privada. De ésta apenas llegamos a conocer el profundo afecto mutuo que los muchos años de conocimiento ha generado con la pianista Natalie Zhu. Realizada con buen gusto y eficacia, esta parte del DVD resulta con creces lo que pretende: entretenida y simpática. La segunda parte contiene las filmaciones completas de las versiones que Hilary Hahn ofreció de la Sonata K. 301 de Mozart en Múnich en diciembre de 2005 y del Concierto de Korngold en Berlín en marzo del año anterior. Ambas son maravillosas. Su Mozart combina la elegancia y gracia del fraseo con una entonación impecable, a lo que se ha de sumar la absoluta compenetración con Zhu para confirmar la magnífica impresión producida por la grabación en CD realizada en 2004 (véase SCHERZO, nº 203, pág. 92). En cuanto a Korngold, lo que fascina es el vuelo lírico que se imprime a las melodías que, procedentes de composiciones para el cine, en esta obra se engarzan de un modo cautivador, más el sensible acompañamiento que presta la Orquesta Sinfónica Alemana de Berlín con Kent Nagano al frente. En los dos casos, por añadidura, las tomas sonoras son perfectas y el manejo de las cámaras, inteligente. Unas cuantas entrevistas con los protagonistas y los habituales suplementos publicitarios completan un vídeo muy agradable de ver y sobre todo de escuchar. que conforma el contenido de este DVD, uno más a añadir a la serie de los ya existentes producidos por la Fundación de la Zarzuela Española en colaboración con la Fundación Autor de la colección Zarzuela cinco estrellas. Esta colección, sin duda, disfruta en intención y resultado de una presentación con calidad, que se echa de menos en otras producciones de nuestro género autóctono, así como la difusión y aproximación del género a las nuevas generaciones. Gala lírica ésta que quiere ser un recorrido por las romanzas y dúos femeninos más emblemáticos cuya acertada elección recae sobre tres grandes intérpretes como son la portuguesa Elisabete Matos, familiarizada con nuestro género, que destaca por su voz bien timbrada, la joven canaria Yolanda Auyanet, espléndida soprano, poco conocida en la Península, de voz natural y limpia, y la valenciana Marina Rodríguez Cusí, con su aterciopelado timbre de mezzosoprano y expresivo garbo en su actuación. Las tres ofrecen una buena lección de canto, presentadas por el actor Luis Varela al mismo tiempo que les dibuja el marco histórico de cada uno de los temas que cantan y que pertenecen a números de: La Tempranica, El baile de Luis Alonso, El barbero de Sevilla (G. Giménez); El barquillero, Las hijas del Zebedeo (R. Chapi); Doña Francisquita (A. Vives); La tabernera del puerto, La del manojo de rosas (P. Sorozábal); Don Gil de Alca- lá (M. Penella); Los sobrinos del Capitán Grant (M. Fernández Caballero); El barberillo de Lavapiés (F. A. Barbieri); Los claveles (J. Serrano); La rosa del azafrán (J. Guerrero) y El último romántico (R. Soutullo y J. Vert). Se hicieron arreglos de algunas partituras para que pudieran ser cantadas por las tres cantantes como es la habanera de Don Gil de Alcalá y el Pasacalle de las mantillas de El último romántico. El acompañamiento orquestal regido por Pascual Osa resulta entusiasta y a la altura de las circunstancias. El DVD en sus contenidos extras presenta comentarios sobre la obras a cargo de sus intérpretes. Un buen trabajo. Enrique Martínez Miura RECITALES HILARY HAHN. Violinista. Un retrato. Obras de Korngold y Mozart. ORQUESTA SINFÓNICA ALEMANA DE BERLÍN. Director: KENT NAGANO. NATHALIE ZHU, piano. Director de vídeo: BENEDICT MIROW. DEUTSCHE GRAMMOPHON 00440 073 4192 (Universal). 2003-2005. 107’. N PN E ste es un vídeo descaradamente promocional, pero hecho con una calidad excepcional en todos los sentidos: por los músicos que en él intervienen y por la forma en que se los retrata. En el primer respecto incluyo la belleza de la música que se interpreta; Alfredo Brotons Muñoz VARIOS TRES SOPRANOS CON LA ZARZUELA. YOLANDA AUYANET, ELISABETE MATOS, sopranos; MARINA RODRÍGUEZ CUSÍ, mezzosoprano; LUIS VARELA, actor. CORO EUROLÍRICA. ORQUESTA FILARMONÍA. Director: PASCUAL OSA. AUTOR RA7 SA01293. 2006. 129’. N PN La grabación 126 en directo el 28 de septiembre de 2006 en el Teatro Real de Madrid del espectáculo, función o recital que de manera oficiosa abrió la temporada, interpretado por tres de nuestras cantantes más notables, como así lo demostraron, es lo Manuel García Franco NEGRO MARFIL - ÍNDICE BATALLAS ALREDOR DE PASOLINI L dían que se debía mantener un equilibrio entre esa vida, la verdaas veíamos todas en ese cine club tunecino, todas las películas dera vida del cine y la otra donde uno sangraba cuando recibía un que la embajada italiana prestaba a ese puñado de niños: un puñetazo, donde el triunfo humillaba la cara del niño vencido. helado de granizado de limón y empezaba la mañana del Algunos adultos, intentando, consiguiendo, romper ese equilibrio, domingo. Confundíamos, quizá yo más que otros, los nombres de acabaron como Pasolini asesinado en una playa de Ostia, con su los realizadores; conocíamos mejor los que hacían trabajar a sus cara atormentada más allá del dolor, esa misma cara de Chet Baker mujeres, Monica Vitti, la de Antonioni, que daba ese interminable lanzándose de una terraza, o agonizando en una habitación de beso en Il grido, en ese prado, pero ¿a quién? Giulietta Masina, la hotel como Judy Garland con su cara de Fellini o de Zampano-Quinn en La de niña buena estrella de la comedia strada… era fácil confundir los directoazucarada. Abandonando el campo de res, pues a menudo trabajaban juntos, batalla, renunciando a la prometida incluso los que nos parecían tan diferenadmiración de las niñas maquilladas tes como Visconti y Pasolini, ¿de quién para la ocasión, volvíamos a reunirnos era Rocco e i suoi fratelli? Apostaba y con Alida Valli, Anna Magnani, Silvana perdía, no era Pasolini; otros realizadoy Ralf, Isa, Folco y Gina para ver È res, como De Sica, eran también actores, arrivata la felicità, Abbasso la miseria, pero ese cómico que no nos hacía reír para vivir Sotto il sole di Roma, saciano podía haber filmado Sciuscià ni dos de felicidad… Ladri di biciclette… pensábamos que Generaciones más tarde, Stefano era uno que llevaba su mismo nombre, Battaglia parece haberlo entendido así: hasta ver Il Generale della Rovere. a través de la evocación de Laura Betti Discutíamos de todo ello, retrasando la única, a través de los recuerdos de la vuelta a casa, sin saber que el cine, Totò y Ninetto Davoli, de Maria Callas, más allá de esas dos bobinas en su caja de los Escritos corsarios, a través de plateada, se podía estudiar, tenía sus sus paseos por los lugares para siemescuelas, su industria, tenía incluso una pre pasolinianos, Pietra lata u Ostia, el diversidad… para nosotros el cine, compositor canta como el realizador, durante mucho tiempo, fue y era exclusiBATTAGLIA: Re: Pasolini. es decir como nadie, el estremecimienvamente italiano, en blanco, gris y negro, STEFANO BATTAGLIA, piano y piano preparado; MICHAEL to de la juventud, la brutalidad, la ira, nuestro único alimento tomado una vez GASSMANN, trompeta; MIRCO MARIOTTINI, clarinetes; AYA con esa manera turbia o desenfocada, por semana que duraba durante una SHIMURA, violonchelo; SALVATORE MAIORE, contrabajo; con esa manera de estar al lado de las semana, y creíamos que esas películas cosas y de estar impregnadas por ellas. ROBERTO DANI, percusión; DOMINIQUE PIFARÉLY, violín; contaban nuestra vida, nuestra historia, Su música tiene la belleza de Stella, la que la inventaban (eliminado el parénteVINCENT COURTOIS, violonchelo; BRUNO CHEVILLON, novia de Accattone, su sensualidad y sis de los seis días de escuela), cerrábacontrabajo; MICHELE RABIA, percusión. su frescor, su encanto cercano, o soromos los ojos mientras degustábamos el 2 CD ECM 1998/99 1716738 (Nuevos Medios). 2007. 119’. ral; tiene un pasado, su madre era segundo granizado y Túnez se parecía DDD. N PN prostituta, y ni ella ni el espectador se extrañamente a esa Nápoles de Paisà, a hacen ilusión alguna cuando se enamora de Vittorio el Accattone. esa Roma en ruinas, el lago de L’Aouina a los arrozales de Riso amaLa música de Battaglia tiene esa misma silueta desilusionada, la ro, a esa Palermo con las mismas motocicletas, con las mismas perde esas prostitutas que vagan todavía por los vialli alrededor de sianas cerradas al mediodía, con esas mismas chicas de nuestra edad todas las ciudades de aquel país más civilizado del mundo, con y a la vez mayores, que nos miraban a los ojos demasiado tiempo y un andar desganado, introspectivo, meditativo… Battaglia y sus cerrábamos nuestros ojos una vez más, o quizá por la luz de la calle músicos no las sacan de su mundo hipnótico; Battaglia, sus músitras la penumbra de la sala, o por el sol demasiado fuerte… cos y acaso el oyente, las acompañan, como Accattone vagando Había incluso algunos barrios periféricos, de ciudad devastada entre los cadáveres de sus amigos momificados, hasta las afueras donde las bandas iban a arreglarse las cuentas, entre las ruinas: polvorientas de la ciudad para asistir a su propio entierro. mirábamos desde arriba, desde lejos, los gamberros luchaban como en Accattone, tras escupir en el suelo, con brutalidad, en silencio, hoy diría en una dimensión onírica, pues ellos no entenPierre Élie Mamou ÍNDICE DE DISCOS CRITICADOS Adisson: Música de cine. Gamba. Chandos. . . . . . . . . . . . . 78 Ariosti: Sonatas. Georgi. BIS. . . . . . 78 Arnold: Música de cámara. East Winds. Naxos. . . . . . . . . . . . 78 Bach, J. S.: Cantatas. Milnes. Atma. 79 — Cantatas. Suzuki. BIS. . . . . . . . . 80 — Concierto italiano. Suzuki. BIS. . 78 — Misa en si menor. Nelson. Virgin. 120 — Misas breves. Junghänel. H. Mundi. . . . . . . . . . 80 — Motetes. Hilliard. ECM. . . . . . . . 80 — Pasión según S. Juan. Cleobury. Brilliant. . . . . . . . . . . . 80 — Sonatas y Partitas. Ross. Gaudeamus. . . . . . . . . . . . . 79 — Sonatas para violín y clave. Montanari. Naïve. . . . . . . . . . . . . 79 — Suites para chelo. Maiski. DG. . 120 — Suites francesas. Belder. Brilliant. 79 Bach, C. P. E.: Sinfonías. Valetti. Alpha. . . . . . . . . . . . . . . . 81 — Variaciones. Woolley. Hyperion. 71 Bartók: Concierto para chelo. Wieder-Atherton. RCA. . . . . . . . . 83 — Concierto para viola. Bukac. Calliope. . . . . . . . . . . . . . 82 — Conciertos para piano. Anda. Col Legno.. . . . . . . . . . . . . 82 — Contrastes. Bartók. Membran. . . 81 — Cuartetos 5, 6. Arcanto. H. Mundi. 82 — Dúos. Kiss/Balogh. Hyperion. . . 71 — Obras para piano. Kocsis. Brilliant. . . . . . . . . . . . . . 81 Beethoven: Conciertos para piano 1, 2. Vogt. EMI. . . . . . . . . . . . . . . . . 72 — Conciertos para piano. Bronfman. Arte Nova. . . . . . . . . . 84 — Conciertos para piano 1, 4. Lang. DG. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83 — Cuartetos. Italiano. Philips. . . . . 77 — Cuartetos op. 18, 2-3. Mosaïques. Naïve.. . . . . . . . . . . . 83 — Fidelio. Kleiber. Capriccio.. . . . . 76 — Quintetos. Ysaÿe. Aeon.. . . . . . . 83 — Sinfonías 3, 9. Abbado. Euroarts. 120 — Sonatas para piano. Hewitt. Hyperion. . . . . . . . . . . . . 82 Berlioz: Harold. Davis. EMI.. . . . . . 72 Bezaly, Sharon. Flautista. BIS. . . . 112 Bodas del Cielo y el Infierno. Page. Hyperion.. . . . . . . . . . . . . . 71 Borodin: Sinfonías. Rozhdestvenski. Brilliant. . . . . . . 84 Brahms: Obras con clarinete. Leister. Brilliant. . . . . . . . . . . . . . 84 Britten: Sinfonietta. Friend Hyperion.71 Bruckner: Sinfonía 8. Russell Davies. Arte Nova. . . . . . 84 — Sinfonía 9. 127 ÍNDICE 128 Celibidache. Opus Arte. . . . . . . 121 Buxtehude: Música vocal. Mortensen. Naxos. . . . . . . . . . . . 84 Byrd: Cantiones. Marlow. Chandos. 85 Cacioppo: Bestiary. Arnaud. Mode. 85 Camarero: Instrucciones. Panisello. INAEM. . . . . . . . . . . . 121 Cantigas de Bizancio. Paniagua. Pneuma. . . . . . . . . . . 114 Castillo de la grata bienvenida. Page. Hyperion.. . . . . . . . . . . . . . 71 Chaikovski: Dama de picas. Shuraitis. Ponto. . . . . . . . . . . . . . 74 — Sinfonía 6. Karajan. EMI. . . . . . . 72 — Sinfonías 4-7. Mravinski. Membran. . . . . . . . . . 85 — Sonatas. Howard. Hyperion. . . . 71 Charpentier: Pastorale de Noël. Gester. Armide. . . . . . . . . . . . . . 120 Cherubini: Réquiem. Pearlman. Telarc. . . . . . . . . . . . . 85 Chopin: Sonata 2. Trpceski. EMI. . . 86 Clementi: Sonatas. Mastroprimiano. Brilliant. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86 — Sonatas. Demidenko. Hyperion. 71 Concertgebouw de Ámsterdam. Grabaciones 1970-1980. RCO. . . 69 Corigliano: Fantasía. Russo. Black Box. . . . . . . . . . . . . 86 Corren mis lágrimas. Lacrimæ. Aliud.. . . . . . . . . . . . . 115 Couperin: Obras para clave. Baumont. Warner. . . . . . . . . . . . . 87 Cuartetos de cuerda. Canales. PM. 115 Cuentos de la Atlántida. Garrido. AP. . . . . . . . . . . . . . . . 115 Debussy: Cuarteto. Carmina. Brilliant.86 — Obras para piano. Rogé. Onyx. . 86 Diabolus in musica. De Paz. Autor. 115 Dicit Dominus. Asensio. Pneuma. 116 DiDonato, Joyce. Mezzo. Eloquentia. . . . . . . . . . . 112 Diepenbrock: Marsyas. Vonk. Brilliant. . . . . . . . . . . . . . . 87 Dmochowski, Michal. Violonchelista. Dux. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112 Donizetti: Don Sebastián. Elder. Opera Rara. . . . . . . . . . . . . 87 — Lucia di Lammermoor. Richetti. Dynamic.. . . . . . . . . . . 121 — Lucia di Lammermoor. Tansini. Membran. . . . . . . . . . . . 75 — Poliuto. Molinari-Pradelli. Gala.. 73 Durosoir: Sonata. Laurenceau. Alpha.88 Dvorák: Rusalka. Keilberth. Profil. . 88 — Tríos. Smetana. Supraphon. . . . . 89 — Tríos. Fontenay. Warner. . . . . . . 72 En torno a Luis de Pablo. De Eusebio. Verso. . . . . . . . . . . 116 Erkel: Hunyadi László. Medveczky. Videoland.. . . . . . . 122 Et in carne mea. Madrid. EGT. . . . 116 Fabbriciani: Glaciers. Fabbriciani. Col Legno. . . . . . . . . 89 Fauré: Cuartetos y Quintetos con piano. Hubeau. Warner. . . . . . . . 72 — Réquiem. Corboz. Mirare. . . . . 89 Forqueray: Piezas de viola. Duftschmid. Pan.. . . . . . . . . . . . . 89 Franck: Sinfonía. Plasson. EMI. . . . . 72 Freitas Branco: Concierto para violín. Da Costa. VMS. . . . . . . . . . . . . . . 89 Furrer: Begehren. Furrer. Kairos. . . 90 Gazzaniga: Don Giovanni. Pelucchi. Bongiovanni. . . . . . . . 122 Gheorghiu, Angela. Soprano. EMI.112 Gigantes del Renacimiento. Phillips. Gimell.. . . . . . . . . . . . . 116 Glazunov: Sinfonías 4, 7. Serebrier. Warner. . . . . . . . . . . . . 90 Gluck: Orfeo y Eurídice. Stiedry. Membran. . . . . . . . . . . . . 75 Gounod: Mireille. Diederich. Cascavelle.. . . . . . . . . 90 Granados: Goyescas. Heisser. Warner. . . . . . . . . . . . . . 72 Grieg: Peer Gynt. Tourniaire. Aeon.91 — Obras para piano. Andsnes. EMI. 72 — Suites de Peer Gynt. Ruud. BIS. . 91 Gubaidulina: Quaternion. Berger. Wergo. . . . . . . . . . . . . . . 91 Haendel: Conciertos para órgano. Tachezi. Warner.. . . . . . . . . . . . . 72 — Dúos. King. Hyperion. . . . . . . . 71 — Orlando. Goldsborough. Ponto.. 74 — Radamisto. Norrington. Ponto.. . 74 — Saúl. Gardiner. Philips. . . . . . . . 77 — Tobit. Martini. Naxos. . . . . . . . . 91 Hahn, Hilary. Violinista. DG. . . . . 126 Hasse: Serpentes. Corréas. Ambronay.92 Haydn: Cuartetos. Lindsays. Sanctuary. . . . . . . . . . . 92 — Obras para piano. Schiff. Hungaroton. . . . . . . . . . . 122 — Sinfonías 101, 103. Tate. EMI. . . 72 — Sonatas. Boegner. Warner.. . . . . 72 Heinzmann, Hans-Udo. Flautista. Genuin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 Hodgkinson: Fragor. Hodgkinson. Hyperion Mode. . . . 92 Homs: Obras para piano. Masó. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . 92 — Música coral. Barrera. Autor. . . . 93 I hear America singing. Hampson. Orfeo.. . . . . . . . . . . . 116 Illing, Rosamund. Soprano. Melba. 113 In principio. Heller. Aliud. . . . . . . 117 Jurinac, Sena. Soprano. Orfeo. . . . 113 Lamentaciones par la Semana Santa. Aymes. H. Mundi. . . . . . . . . . . . 117 Larrañaga: Lamentación. Bonizzoni. NB. . . . . . . . . . . . . . . 93 Leoncavallo: Payasos. Cellini. Membran. . . . . . . . . . . . . 75 Licitra, Salvatore. Tenor. Sony.. . . 113 Lipinski: Concierto para violín. Laurent. CPO. . . . . . . . . . . . . . . . 93 Liszt: Estudios trascendentales. Goerner. Cascavelle. . . . . . . . . . . 93 — Sonata. Brendel. Philips. . . . . . . 77 López Artiga: Ensayos. López Artiga. Tañidos. . . . . . . . . 94. Lucier: Piper. Martelle. Mode. . . . . 94 Manchicourt: Misa. Rice. Hyperion.94 Martin: Concierto para violín. Erxleben. MDG. . . . . . . . . . . . . . 94 Mascagni: Cavalleria rusticana. Mercurio. Decca. . . . . . . . . . . . . 94 Massenet: Hérodiade. Prêtre. Gala. 73 Mendelssohn: Sinfonías 4, 5. Krivine. Naïve. . . . . . . . . . . . . . . 95 Messiaen: Miradas. Loriod. Warner.72 Mitterer: Coloured noise. Rundel. Kairos. . . . . . . . . . . . . . . 95 Moreno Torroba: Luisa Fernanda. López Cobos. Opus Arte.. . . . . . 123 Morley: Consort Lessons. Denecker. Ricercar.. . . . . . . . . . . 95 Mozart: Bastián y Bastiana. Hager. Orfeo. . . . . . . . . . . . . . . . 96 — Bodas de Fígaro. Maag. Arts. . . . 96 — Bodas de Fígaro. Böhm. Ponto. . 74 — Clemencia de Tito. Keilberth. Capriccio. . . . . . . . . . . 77 — Così fan tutte. Fischer. Opus Arte. 123 — Cuarteto K. 464. Quinteto K. 593. Brentano. Aeon. . . . . . . . . . . . . . 95 — Sinfonías 21-41. Krips. Decca. . 96 — Tríos con piano. Guarnieri. Praga. 95 Mozart-Hummel: Sinfonía 40. Shiraga. BIS. . . . . . . . . . . . . . . . . 96 Mravinski, Evgeni. Director. Brilliant. 70 Mula, Inva. Soprano. RTVE. . . . . . 114 Música para completas. Stile Antico. H. Mundi. . . . . . . . 117 Nancarrow: Estudios. MDG. . . . . . 97 New Music for electronic. Weasel. New World. . . . . . . . . . 118 Nilsson, Birgit. Soprano. Gala. . . . . 73 Offenbach: Orfeo en los infiernos. Janowski. Arthaus. . . . . . . . . . . . 123 Orff: Antigonæ. Leitner. Walhall. . . 76 — Carmina Burana. Alsop. Naxos. . 97 Paccini: Arias. Parry. Opera Rara.. . 97 Padrós: Khorva. Andreae. Ars Harmònica. . . . . . . 97 Paganini: Conciertos para violín. Caprichos. Markov. Warner. . . . . 72 Paisiello: Pasión según san Juan. Ehrhardt. Capriccio.. . . . . . . . . . . 98 Palestrina: Ofertorios. Marlow. Chandos. . . . . . . . . . . . . 98 Parra: Impromptu. Parra. Ars Harmònica. . . . . . . . . . 98 Pasión argentina. Arizcuren. Challenge. . . . . . . . . 117 Pasión de Clermont. Duisit. Alpha. 118 Pauline Viardot and Friends. Von Stade. Opera Rara. . . . . . . . 118 Penderecki: Conciertos. Penderecki. Dux.. . . . . . . . . . . . . 98 Pérez Casas: Obras para clarinete y piano. Rubio. Anacrusi. . . . . . . . . 98 Philippe, Isabelle. Soprano. Cascavelle. . . . . . . . . . . . . . . . . 114 Prokofiev: Hijo pródigo. Ivanova. CPO. . . . . . . . . . . . . . . . 99 Puccini: Crisantemi. Frizza. Decca. 99 — Madama Butterfly. Gavazzeni. Membran. . . . . . . . . . 75 — Tosca. De Sabata. Membran. . . . 75 — Turandot. Erede. Membran. . . . . 75 Puerto: Sinfonía 2. Encinar. Stradivarius. . . . . . . . . . . 99 Purcell: Fantasías. Pierlot. Mirare. 100 Rachmaninov: Estudios. Demidenko. Hyperion. . . . . . . . . 71 — Suite. Argerich/Freire. Philips. . . 77 Rautavaara: Antología. Varios. Ondine. . . . . . . . . . . . . . . 99 Ravel: Concierto en sol. Argerich. Capriccio. . . . . . . . . . 100 — Obras para piano. Pizarro. Linn. 100 Reger: Lieder. Weller. Carus. . . . . 101 Respighi: Cuartetos. Helénico. BIS. . . . . . . . . . . . . . . 101 Retaule de Nadal. Navarro Reverter. Anacrusi.. . . . 119 Rodrigo: Concierto de Aranjuez. Romero. Philips. . . . . . . . . . . . . . 77 Rossini: Italiana en Argel. Renzetti. Dynamic. . . . . . . . . . . 101 — Tancredi. Frizza. TDK. . . . . . . . 124 — Turco en Italia. Marriner. Philips. 77 Roussel: Música de cámara. Schoenberg. Brilliant. . . . . . . . . 101 — Sinfonías 1, 4. Eschenbach. Ondine. . . . . . . . . 101 Saariaho: Petals. Descharmes. Aeon. 102 Sani: Elements. Fabricciani. Stradivarius. . . . . . . 102 Scelsi: Piezas. Kalitzke. Mode. . . . 102 — Trilogía. Deforce. Aeon. . . . . . 102 Schnebel: Orchestra. Lyth. Wergo.103 Schoenberg: Gurrelieder. Leibowitz. Membran. . . . . . . . . 103 — Moisés y Arón. Klutting. Naxos. 103 — Noche transfigurada. Grimal. Ambroisie. . . . . . . . . . . 103 — Variaciones. Boulez. Warner.. . . 72 Schubert: Canto del cisne. Güra. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . 105 — Momentos musicales. Badura-Skoda. Genuin. . . . . . . . 104 — Quinteto D. 956. Brandis. Warner. 72 — Sonatas. Badura-Skoda. Genuin. 104 — Viaje de invierno. Varios. . . . . . 66 Schumann: Álbum de la juventud. Rubens. Naxos. . . . . . . . . . . . . . 105 — Carnaval. Uchida. Philips. . . . . . 77 — Obras corales. Graden. Carus. . 105 Schütz: Canto del cisne. Herreweghe. H. Mundi.. . . . . . . 105 Scriabin: Sonatas 3, 8. Eckardstein. MDG. . . . . . . . . . . 105 Shostakovich: Conciertos para violín. Steinbacher. Orfeo. . . . . . . . . . . 106 — Conciertos. Tortelier/Oistrakh. EMI. 72 — Preludios y fugas. Rubackyté. Brilliant. . . . . . . . . . 106 — Sinfonía 13. Wigglesworth. BIS. 106 — Sinfonías. Kondrashin. Melodiya. 70 — Sinfonías. Rostropovich. Warner. 70 Sibelius: Canciones. Jurmu. Naxos.106 — Sinfonias 1, 6. Karajan. EMI. . . . 72 Smetana: Mi patria. Inbal. Warner. 72 Stölzel: Cantatas. Rémy. CPO. . . . 106 Strauss: Arabella. Keilberth. Walhall.76 — Ariadna en Naxos. Keilberth. Capriccio. . . . . . . . . . . 76 — Daphne. Böhm. Walhall. . . . . . . 76 — Leyenda de José. Fischer. Channel.. . . . . . . . . . . . 107 — Leyenda de José. Hollreiser. DG. 124 — Salome. Böhm. DG. . . . . . . . . . 124 — Sinfonía alpina. Frühbeck. Genuin.. . . . . . . . . . . 107 — Últimos Lieder. Norman. Philips. 77 Stravinski: Apolo. Bashmet. Onyx. 107 — Final Chorale. Gielen. Ideale Audience. . . . . . . 125 Szymanowski: Sonata para violín. Piekutowska. Dux.. . . . . . . . . . . 107 Takemitsu: Arc. Knussen. LS. . . . . 108 Telemann: Fantasías. Wentz. Brilliant. . . . . . . . . . . . . 107 The John Dowland Collection. Varios. DG. . . . . . . . . . . . . . . . . 119 The Road to Paradise. McCreesh. DG. . . . . . . . . . . . . . 119 Thibaudet, Jean-Yves. Pianista. Decca.. . . . . . . . . . . . . 114 Tres sopranos con la zarzuela. Autor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126 Van Hoof: Sinfonía 3. Hamar. Phaedra. . . . . . . . . . . . . 108 Vasks: Sinfonía 3. Storgards. Ondine.. . . . . . . . . . . 108 Vaughan Williams: Sinfonía 1. Hickox. Chandos. . . . . . . . . . . . 109 Verdi: Ballo in maschera. Serafin. Membran. . . . . . . . . . . . . 75 — Corsario. Dodds. Ponto. . . . . . . 74 — Don Carlo. Santini. Membran. . . 75 — Ernani. Ricchetti. Dynamic. . . 125 — Falstaff. Muti. Euroarts.. . . . . . . 125 — Falstaff. Gui. Gala. . . . . . . . . . . . 73 — Giorno di regno. Bellugi. Gala. . 73 — Luisa Miller. Rossi. Membran. . . 75 — Rigoletto. Cellini. Membran. . . . 75 — Otello. Busch. Membran. . . . . . . 75 — Réquiem. Fricsay. Membran. . . . 75 — Vísperas sicilianas. Kleiber. Membran.. . . . . . . . . . . . 75 Vierdanck: Caprichos. Parnassi. CPO.. . . . . . . . . . . . . . 109 Villa-Lobos: Conciertos para chelo. Schmid. MDG. . . . . . . . . . . . . . 109 Vivaldi: Ercole su’l Termodonte. Curtis. Dynamic. . . . . . . . . . . . . 125 Wagner, R.: Maestros cantores. Rosbaud. Walhall. . . . . . . . . . . . . 76 — Prohibición de amar. Downes. Ponto.. . . . . . . . . . . . . . 74 — Sigfrido. Fish. Melba. . . . . . . . . 109 Wagner, S.: Rainulf y Adelasia. Albert. CPO. . . . . . . . . . . . . . . . 110 Weber: Freischütz. Kleiber. Capriccio.. . . . . . . . . . . . 76 World Philharmonic Orchestra. Sado. Naïve. . . . . . . . . . . . . . . . 119 Vivaldi: Conciertos para chelo. Coin. Naïve. . . . . . . . . . . . . . . . 110 Weill: Ópera de 4 cuartos. Klemperer. VAI.. . . . . . . . . . . . . 111 Weir: On buying a horse. Tynan. Signum. . . . . . . . . . . . . . 110 Wieniawski: Concierto para violín 2. Plawner. Dux. . . . . . . . . . . . . . . 111 Wuorinen: Cyclops. Knussen. LS.. 110 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Ciudad de Granada . . 130 ANDALUCÍA Orquesta Filarmónica de Málaga . . . . . . . . . . . . . . . . 131 Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. . . . . . . . . . . . . . . . . 131 Orquesta de Córdoba . . . . . . . . 132 Al Ayre Español . . . . . . . . . . . . . . 132 ARAGÓN ASTURIAS Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias. . . . . . 134 Orquesta Sinfónica Ciudad de Oviedo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134 BALEARES Orquesta Sinfónica de Baleares 135 Orquesta Filarmónica de Gran CANARIAS Canaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136 Orquesta Sinfónica de Tenerife. 136 Orquesta Sinfónica CASTILLA YdeLEÓN Castilla y León . . . . . . . . . . . . 137 Orquesta Sinfónica de Barcelona CATALUÑA y Nacional de Cataluña . . . . . 140 Orquesta de Cadaqués . . . . . . . 140 Orquesta Sinfónica del Vallés . . 141 Orquesta Sinfónica de EXTREMADURA Extremadura . . . . . . . . . . . . . . 142 GALICIA Orquesta Sinfónica de Galicia. . 142 Real Filharmonía de Galicia. . . . 143 MADRID Orquesta Nacional de España . . 144 Orquesta de la Comunidad de Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . 144 Orquesta Sinfónica de RTVE . . . 145 MURCIA Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia. . . . . . . . . . 150 NAVARRA Orquesta Sinfónica de Navarra . 149 PAÍS VASCO Orquesta Sinfónica de Euskadi . 148 Orquesta Sinfónica de Bilbao . . 149 Orquesta de Valencia . . . . . . . . . 150 VALENCIA 129 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Ciudad de Granada PISTAS MÚSICA Y ESCENA www.orquestaciudadgranada.es L a siempre original estructura de la temporada de la OCG incluye esta vez 27 programas diferentes entre el 14 de septiembre y el 18 de mayo. La Fiesta de apertura es un homenaje a la copla, en la persona de Manuel Quiroga, que dirigirá Enrique García Asensio. Siguen dos Conciertos de otoño, con maestros historicistas (Spinosi y Van Waas, el segundo con repertorio romántico y del siglo XX); doce Conciertos sinfónicos, el programa del último de los cuales será elegido por votación por los abonados; un Festival OCG con cuatro citas de Música para la escena que engloba música incidental (Egmont, El sueño de una noche de verano, Peer Gynt), una obra derivada de la ópera (Sinfonía Matías el pintor) y otras pura- mente sinfónicas; seis Conciertos familiares; y un par de extraordinarios (uno para el Festival de jazz de la ciudad y el tradicional Mesías participativo de Navidad, que comandará Andrea Marcon). Kantorow dirigirá 6 programas y entre los directores invitados se cuentan también Fabio Biondi (Mozart, Haydn, Nardini, Boccherini), Salvador Mas (Hindemith, Dvorák), Josep Pons (Hindemith, Strauss), Yuri Bashmet (Mozart, Weber, Schubert), Philip Pickett (Misa en si menor de Bach), Philip Bender (Peer Gynt) o Rubén Gimeno (Soutullo, Concierto en sol de Ravel con el turco Fazil Say de solista, Bartók, Kodály). En el apartado de solistas se incluyen también la flautista Sharon Bezaly (Concierto pastoral de Rodrigo), el Real Orquesta Sinfónica de Sevilla violinista Mi’sa Yang (el raro Concierto de Reynaldo Hahn) o el pianista Jean-Bernard Pommier (Segundo de Saint-Saëns). Como otros años, resulta clamorosa la ausencia de la música más actual (reducida casi a la interpretación de All the echoes listen del gallego Eduardo Soutullo), aunque la creación española está mejor representada que otras veces, pues además de la obra de Soutullo, el Concierto pastoral de Rodrigo o el programa dedicado a Quiroga, se interpreta el Miserere de Vicente Palacios, recién rescatado y editado por el Centro de Documentación Musical de Andalucía, la Sinfonía breve op. 19 de Julián Bautista y la Sinfonietta de E. Halffter. Pablo J. Vayón 13 de noviembre de 2007. Jean-Jacques Kantorow, director. Sharon Bezaly, flauta. Stravinski, Pulcinella (suite). Rodrigo, Concierto pastoral para flauta y orquesta. Bautista, Sinfonía breve. E. Halffter, Sinfonietta. 11 y 12 de enero de 2008. Daniel Mestre, director. Coro de la Orquesta Ciudad de Granada. Raquel Lojendio, soprano. Marisa Martins, contralto. Gustavo Peña, tenor. José Antonio López, barítono. Palacios, Miserere. Beethoven, Misa en do mayor. 28 y 29 de marzo de 2008. Roberto Benzi, director. Mi’sa Yang, violín. Roussel, El festín de la araña. Hahn, Concierto para violín. Milhaud, La creación del mundo. Severac, Tres recuerdos. Orquesta de Filarmónica de Málaga JEAN-JACQUES KANTOROW. Orquesta Ciudad de Granada 130 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Real Orquesta Sinfónica de Sevilla PISTAS ENTRE HÉROES Y MITOS www.rossevilla.com L a temporada en que la ROSS desembarca por fin al completo en un Teatro de la Maestranza a punto de finalizar sus obras de ampliación y modernización (lo que retrasa el inicio de los conciertos a finales de octubre) está marcada por el incremento del número de programas de abono (de 14 a 16) y por la temática general en torno a la cual Pedro Halffter ha pergeñado la programación de orquesta y teatro, Héroes, mitos y leyendas. El director madrileño asume seis programas (abre con Grieg y los Cuadros de Musorgski/Ravel y cierra con la Cuarta de Mahler) y entre los directores españoles cabe citar la vuelta de Frühbeck (Albéniz en orquestación propia, Turina, Quinta de Beethoven) y el debut de Jesús Amigo (Guridi, Camarero, Turina). El muy apreciado en Sevilla Marc Soustrot (Debussy, Max Dubois, Cuarta de Schubert), Michel Plasson (Bizet, Ravel, Debussy) y Yoel Levi (Chaikovski, Rimski) son otros de los directores destacados. El plantel de solistas es extraordinario, como muestran los nombres de los pianistas François-Frédéric Guy (Concierto de Grieg), Michel Camilo (Gershwin), JeanYves Thibaudet (Segundo de Liszt), Stephen Hough (Segundo de Chaikovski), los hermanos Capuçon (Doble de Brahms), el violinista Frank Peter Zimmermann (Concierto de Beethoven), la chelista Anne Gastinel (Concierto de Barber) o la contralto Nathalie Stutzmann (Rückert Lieder de Mahler). Se mantiene el programa de intercambio, en esta ocasión con la Orquesta Sinfónica de Bilbao, que viene dirigida por Yaron Traub. En continuidad con la temporada anterior, domina el gran repertorio (hay dos obras de Brahms, Mahler, Beethoven y Chaikovski, pero ninguna de Mozart), aunque se ofrece un estreno de César Camarero (Vanishing point, para dos percusionistas y orquesta), un estreno en España de Fartein Valen y piezas de Pierre Max Dubois y Tomás Marco. En los extraordinarios de Navidad y Semana Santa, la orquesta se acerca a un terreno en el que se mueve con algunas dudas: en el primero, Peter Schreier dirigirá La creación de Haydn; en el segundo, Martin Haselböck hará la Misa en si menor de Bach. Pablo J. Vayón 15 y 16 de noviembre de 2007. Jesús Amigo, director. Iñaki Martín y Gilles Midoux, percusión. Guridi, Una aventura de Don Quijote. Camarero, Vanishing point para dos percusionistas y orquesta. Turina, Sinfonía sevillana. 27 y 28 de marzo de 2008. Martin Haselböck, dir. Coro Sine Nomine. Deborah York y Katerina Beranova, sopranos. Carlos Mena, contratenor. Steve Davislim, tenor. José Antonio López, barítono. Bach, Misa en si menor. 5 y 6 de junio de 2008. Pedro Halffter, director. Frank Peter Zimmermann, violín. Beethoven, Concierto para violín y orquesta en re mayor. Schoenberg, La noche transfigurada. Orquesta Filarmónica de Málaga EN EL NOMBRE DE CHAIKOVSKI PISTAS www.orquestafilarmonicademalaga.net A ldo Ceccato vuelve a programar para su batuta uno de esos grandes ciclos pensados para ocupar varias temporadas, en esta ocasión consagrado a Chaikovski. En su primer año, el maestro italiano le dedica cuatro de los ocho programas que él mismo se reserva a lo largo de la temporada. En ellos se oirán las tres primeras sinfonías, los dos primeros conciertos para piano (con Brigitte Engerer y Konstantin Scherbakov de solistas), el Concierto para violín (con la joven talentosa Leticia Moreno) y el ballet Cascanueces. Tres de esas citas se abren además con obras de otros tantos compositores andaluces (Francisco J. Martín Jaime, L. Torres y Eneko Vadillo) inspiradas en el músico ruso. Entre los maestros invi- tados, buena noticia será la presencia de Miguel Ángel Gómez Martínez, que tan poco se prodiga por Andalucía, con un programa que combina a García Abril con Grieg y Strauss. Massimo Quarta dirigirá dos programas en los que además tocará en el violín cuatro conciertos de Paganini. José Luis Temes (Primera de Schumann, Fernández Arbós — con Malikian de solista— y Cristóbal Halffter), Manel Valdivieso (Weber, Bruch, Franck), Edmon Colomer (Bernstein, Bloch, Décima de Shostakovich), Anton Rickenbacher (Mendelssohn, Brahms, Debussy, Ravel) completan como directores los quince programas de abono. Otros solistas serán la mezzo Katia Litting (Siete canciones de Falla), la sopra- no María José Montiel (Sherezade de Ravel y Canciones negras de Montsalvatge), los violinistas Alina Pogostkina (Concierto nº 1 de Bruch) y Pekka Kuusisto (Concierto de Brahms), el chelista Gary Hoffman (Tres meditaciones de Bernstein, Schelomo de Bloch) y el pianista Paolo Bordoni (Fantasía húngara de Liszt y Fantasía Wanderer de Schubert en la versión para piano y orquesta de Liszt). Los malagueños tendrán también la ocasión de oír a la muy notable mezzo italiana Manuela Custer, que intervendrá en una Pequeña Misa solemne de Rossini que dirigirá el titular. Globalmente resulta ésta una de las temporadas de abono más equilibradas de la era Ceccato en la costa del Sol. Pablo J. Vayón 14 y 15 de diciembre de 2007. Miguel Ángel Gómez Martínez, director. Marian Lapsansky, piano. García Abril, Memorandum. Grieg, Concierto para piano. Strauss, Así habló Zarathustra. 16 y 17 de mayo de 2008. Edmon Colomer, director. Gary Hoffman, chelo. Bernstein, Tres meditaciones. Bloch, Schelomo. Shostakovich, Sinfonía nº10. 30 y 31 de mayo de 2008. Aldo Ceccato, director. Leticia Moreno, violín. Vadillo, Alixares. Chaikovski, Sinfonía nº 3 en re mayor, Concierto para violín en re mayor. 131 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta de Córdoba PISTAS ESTRENOS Y SINFONÍAS www.orquestadecordoba.org D oce conciertos de abono componen la temporada de la Orquesta de Córdoba, a los que habría que añadir los didácticos y algunos extraordinarios, como el de la celebración del XXX Aniversario de la Confederación de Empresarios de Córdoba, que dirigirá Juan Luis Pérez con el plato fuerte de la Novena de Dvorák; o un Carmina Burana en noviembre con la batuta del titular, Manuel Hernández Silva, quien asumirá además siete conciertos de abono. Los directores invitados son Howard Griffiths, Charles Olivieri Munroe, Karl Anton Rickenbacher, Maxim Shostakovich y Daniel Klujnar, y entre los solistas pueden destacarse a la mezzo Soraya Chávez (Kindertotenlieder y Cuarta de Mahler), a los pianistas Kum Woo-Paik (Segundo de Prokofiev, especialidad absoluta) y Craig Shephard (Primero de Brahms) y al joven violinista malagueño Jesús Reina (Concierto de Brahms). De la programación de la OC destacan sin duda los tres estrenos absolutos y el aluvión de sinfonías clásicas y populares. De los primeros, dos corresponden a Igmar Alderete Acosta, violinista cubano de la propia orquesta que aún no ha cumplido 40 años: serán un Concierto para clarinete (Joaquín Haro Zamora ejercerá de solista) y una pieza titulada La leyenda del cimarrón. El murciano Manuel Moreno Buendía firma el tercero: un Concierto para flauta que tocará como solista Juan A. Nicolás. De las segundas, la lista es jugosa: Mahler (Cuarta), Prokofiev (Primera), Sibelius (Quinta), Beethoven (Primera y Novena), Schubert (Octava), Schumann (Segunda), Brahms (Tercera y Cuarta), Shostakovich (Primera), Chaikovski (Cuarta, además de la Suite nº 3) y Dvorák (Séptima). El repertorio se adereza con alguna curiosidad, como el Concierto para contrabajo de Tubin, la Dansa brasileira de Camargo Guarnieri o El diablo suelto, un viaje por la música popular de Venezuela en la visión del Ensamble Gurrufío, singular cuarteto del folclore venezolano, colaborador habitual de grandes figuras del jazz latino, y que compondrá junto a la obra de Camargo y la Rapsodia in 28 de febrero de 2008. Karl Anton Rickenbacher, dir. Jesús Reina, violín. Brahms, Concierto para violín y orquesta en re mayor, Sinfonía nº 4. 17 de abril de 2008. Maxim Shostakovich, dir. Andrei Pisarev, piano. Jungeun Woo, violín. Kirill Rodin, violonchelo. Beethoven, Triple Concierto. Shostakovich, Sinfonía nº1. 12 de junio de 2008. Manuel Hernández Silva, dir. Kun Woo-Paik, piano. Alderete, La leyenda del cimarrón. Prokofiev, Concierto para piano y orquesta nº 2. Dvorák, Sinfonía nº 7. blue de Gershwin un americanizado Concierto de año nuevo. Pablo J. Vayón MANUEL HERNÁNDEZ SILVA AL AYRE ESPAÑOL PISTAS Al Ayre Español EL AÑO DE LA EXPOSICIÓN www.alayreespanol.com C 132 omienza la cuarta temporada estable de Al Ayre Español en Zaragoza, cuna de su director y ciudad en cuyo Auditorio tiene su residencia el conjunto desde hace unos años. Si la temporada precedente, aunque sin despreciar el repertorio, se decantaba claramente por lo infrecuente (conciertos de Avison, Vísperas de Nebra, el oratorio Colpa, Pentimento e Grazia de Alessandro Scarlatti, y la ópera Rodrigo de Haendel), ésta, a la hora de escribir estas líneas conocida sólo en parte —otros posibles conciertos esperan confirmación de contenido y sede—, cursará en cambio por caminos más expeditos para el público mayoritario pero en absoluto carentes de interés, puesto que Al Ayre Español abordará varios monumentos musicales que, por ser de todos conocidos, ya no admiten interpretaciones convencionales, exigiendo en cambio un punto de vista osado y renovador —que Eduardo López Banzo ha demostrado repetidamente poseer—: el Stabat Mater de Pergolesi (acompañado del más raro Miserere de José de Nebra), el esperado enfrentamiento de Al Ayre Español con la más conocida Pasión de Bach, y el doblete orquestal haendeliano de sus músicas para el fuego y para el agua, concierto este último enmarcado dentro de la programación especial —todavía no desvelada— del Auditorio de Zaragoza con motivo de la Exposición Internacional. Al atractivo de intérprete y programas se suma el de los solistas vocales, de algunos de los cuales (Espada, Casariego, Mena, Martín-Royo) no hemos olvidado anteriores y excelentes trabajos con Al Ayre Español. Antonio Lasierra 31 de octubre de 2007. Eduardo López Banzo, dir. Carlos Mena, contratenor. María Espada, soprano. Lola Casariego, mezzo. Pergolesi, Stabat Mater. Nebra: Miserere. 12 de marzo de 2008. Eduardo López Banzo, dir. Christoph Prégardien, tenor. Konrad Jarnot, barítono. María Espada, soprano. Carlos Mena, contratenor. Colin Balzer, tenor. Joan Martín-Royo, barítono. Bach, Pasión según San Mateo. 13 de septiembre de 2008. Eduardo López Banzo, dir. Haendel, Música acuática, Música para los reales fuegos artificiales. VENTA DE NUEVOS ABONOS LUGAR: Taquillas del Teatro de la Maestranza. FECHA: a partir del 10 de septiembre de 2007. HORARIO: de lunes a viernes de 1000 a 1400 y de 1730 a 2030 horas. XVIIIª Temporada de Conciertos de Abono Octubre 2007 Diciembre 2007 Mayo 2008 Jueves 25 · Viernes 26 (1º de abono) Tarifa A Jueves 13 · Viernes 14 (7º de abono) Tarifa C Viernes 2 · Sábado 3 (12º de abono) Tarifa C Pedro Halffter Director François-Frédéric Guy Piano Peter Schreier Director Rosmery Joshua Soprano Joel Prieto Tenor Markus Butter Bajo Coro de la Asociación de Amigos del Teatro de la Maestranza II CICLO DE CONCIERTOS DE INTERCAMBIO ENTRE ORQUESTAS n La creación Franz Joseph Haydn n Sinfonía concertante para violoncello, Op. 125 S. Prokofiev n Sinfonía fantástica, Op. 14 H. Berlioz n Peer Gynt: Suite nº 1, Op. 46 n Concierto para piano, en La menor, Op. 16 E. Grieg n Cuadros de una exposición M. Mussorgski /M. Ravel Noviembre 2007 Jueves 1 · Viernes 2 (2º de abono) Tarifa B Pedro Halffter Director Renaud Capuçon Violín Gautier Capuçon Violoncello n Kirkegården ved havet ** F. Valen n Concierto para violín y violoncello (doble concierto), en La menor, Op. 102 J. Brahms n Sinfonía nº 2, en Re Mayor, Op. 43 J. Sibelius Enero 2008 Jueves 8 · Viernes 9 (13º de abono) Tarifa B Jueves 10 · Viernes 11 (8º de abono) Tarifa B Paul Mann Director Nathalie Stutzmann Contralto n Angelus novus (Mahleriana) * T. Marco n Rückert-Lieder * G. Mahler n Macbeth, Op. 23, TRV 163 * R. Strauss n Francesca da Rimini, Op. 32 * P. I. Tchaikovsky Jueves 8 · Viernes 9 (3º de abono) Tarifa C MÚSICA DE CINE Pedro Halffter Director Michel Camilo Piano ORQUESTA SINFÓNICA DE BILBAO Yaron Traub Director Enrico Dindo Violoncello Rafael Frühbeck de Burgos Director n Suite española, Op. 47: Castilla *, Granada *, Sevilla, Asturias * y Aragón * I. Albéniz (Orq. R. Frühbeck) n Danzas fantásticas, Op. 22 J. Turina n Sinfonía nº 5, en Do menor, Op. 67 L. van Beethoven Junio 2008 Jueves 5 · Viernes 6 (14º de abono) Tarifa B Febrero 2008 Pedro Halffter Director Frank Peter Zimmermann Violín Jueves 14 · Viernes 15 (9º de abono) Tarifa B n Begleitsmusik zu einer Lichtspielszene, Op. 34 *A. Schönberg n Concierto para piano en Fa Mayor * G. Gershwin Pedro Halffter Director n Un americano en París G. Gershwin Jean-Yves Thibaudet Piano n West Side Story: Danzas sinfónicas L. Berstein n Siegfried, WWV 86c: Waldweben * R. Wagner n Concierto para piano nº 2, en La Mayor, S. 125 F. Liszt n Sinfonía nº 1, en Do menor, Op. 68 J. Brahms Jueves 15 · Viernes 16 (4º de abono) Tarifa A n Concierto para violín, en Re Mayor, Op. 61 L. van Beethoven n La noche transfigurada, Op. 4 A. Schönberg Jesús Amigo Director Iñaki Martín y Gilles Midoux Percusión n Orfeo ed Euridice (Obertura) * C. W. Gluck n Concierto para violoncello, Op. 22 * S. Barber n Sinfonía nº 3, en Mi bemol Mayor, Op. 97 Renana R. Schumann n Una aventura de Don Quijote * J. Guridi n Vanishing point para dos percusionistas y orquesta *** C. Camarero n Sinfonía sevillana, Op. 23 J. Turina Jueves 22 · Viernes 23 (5º de abono) Tarifa A Marc Soustrot Director Francisco Rosario, Francisco Blay, Daniel Stofan y Unai Urrecho Trombones n La boîte à joujoux * C. Debussy n Concierto para cuatro trombones y orquesta * P. M. Dubois n Sinfonía nº 4, en Do menor, D.417 Trágica F. Schubert Jueves 29 · Viernes 30 (6º de abono) Tarifa B Michel Plasson Director Jorge Federico Osorio Piano n Sinfonía nº 1, en Do Mayor G. Bizet n Concierto para piano en Re Mayor para la mano izquierda M. Ravel n La mer C. Debussy n La valse M. Ravel Marzo 2008 Jueves 27 · Viernes 28 (10º de abono) Tarifa C Martin Haselböck Director Deborah York Soprano I Katerina Beranova Soprano II Carlos Mena Contratenor Steve Davislim Tenor José Antonio López Barítono Coro Sine Nomine Jueves 12 · Viernes 13 (15º de abono) Tarifa A Maximiliano Valdés Director Anne Gastinel Violoncello Jueves 19 · Viernes 20 (16º de abono) Tarifa B Pedro Halffter Director Ruth Ziesak Soprano n Sinfonía nº 4, en Sol Mayor G. Mahler Teatro de la Maestranza 20.30 h n Misa, en Si menor, BWV 232 * J. S. Bach PRECIO DE LOS ABONOS: Abril 2008 Jueves 3 · Viernes 4 (11º de abono) Tarifa B PATIO BALCÓN TERRAZA PARAÍSO 423,36 386,40 336,00 268,80 PRECIO DE LAS ENTRADAS: Yoel Levi Director Stephen Hough Piano n Concierto para piano nº 2, en Sol Mayor, Op. 44 * P. I. Tchaikovsky n Sheherazade, Op. 35 N. Rimsky-Korsakov PATIO BALCÓN TERRAZA PARAÍSO A 26,00 24,00 21,00 16,00 B 31,00 28,00 24,00 20,00 C 38,00 35,00 31,00 24,00 * Primera vez por la Orquesta · ** Estreno en España · *** Obra de estreno absoluto, encargo de la SGAE y la AEOS a propuesta de la ROSS Patrocinador de la Temporada de Abono 07-08: JUNTA DE ANDALUCÍA · AYUNTAMIENTO DE SEVILLA Con el patrocinio de: Con la colaboración de: D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias PISTAS VIAJES Y ESTANCIAS www.ospa.es E n septiembre la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias viajará hasta México, donde ofrecerá cinco conciertos con el siguiente programa: Misa de Réquiem de Verdi, El amor brujo y Noches en los jardines de España de Falla y la Sinfonía nº 4 de Chaikovski. Además estará en China del 26 de diciembre al 10 de enero, con otros diez conciertos, en una agenda internacional imponente. La temporada de abono se inicia el próximo octubre con la presencia de solistas destacados como Alexandre da Costa, en el Concierto para violín nº 1 de Bruch (3 y 4-IV), Jee Chen, que interpretará el Concierto para piano en sol menor de Mendelssohn (31-I y 1-II), Antonio Meneses, con el Concierto para chelo nº 2 de Villa- Lobos, Sara Mingardo, que cantará los Kindertotenlieder de Mahler (5 y 6–VI), Amanda Roocroft (16-V, Oviedo; 22 y 23-V, Pamplona), Michel Camilo (26 y 27-XI) y Javier Perianes (29 y 30-V) entre otros. En cuanto a directores, además de Maximiano Valdés, director titular y artístico de la OSPA y Krzysztof Penderecki (24 y 25-I), principal director invitado, dirigirán a la sinfónica Joan Falletta (1-II), Víctor Pablo Pérez (28 y 29–II), Pedro Halffter (3 y 4–IV), Pablo González (8 y 9-V), Álvaro Albiach (31-X y 1-XI), Alberto Zedda (25-X) Antoni Wit (29 y 30-V) o Karabtchevsky (21 y 22-II). La temporada de abono contará como invitada con la Orquesta Sinfónica de Navarra acompañada del Coro Pamplonés (29 y 30-XI), ambos bajo la dirección de Ernest M. Izquierdo, con Alexander Nevski de Prokofiev y la Sinfonía nº 7 de Sibelius como alicientes. Entre los aspectos más novedosos está la grabación de Covadonga (8-II, Oviedo), zarzuela de Bretón que estará dirigida por Valdés, y la interpretación de Lohengrin (14-III, Oviedo), ópera de Wagner que también dirigirá el chileno, esta vez en versión de concierto. La OSPA participará en el 60º aniversario del Festival de ópera de Oviedo en tres títulos, Tristán e Isolda (15,19 y 23- IX), dirigida por Max Valdés, Lucia di Lammermoor (15, 18, 21, 24-XI) de Donizetti, con dirección musical de Roberto Rizzi-Brignoli, e Iphigénie en Tauride, de Gluck, bajo la batuta de Jane Glover. 15, 19 y 23 de septiembre de 2007. Max Valdés, director. John Frederic West, tenor. Jane Eaglen, soprano. Andrew Greenan, barítono. Wagner, Tristán e Isolda. 18 y 19 de octubre de 2007. Max Valdés, director. Mahler, Sinfonía nº 5. 16, 18, 20 y 22 de diciembre de 2007. Jane Glover, directora. Elisabete Matos, soprano. Víctor García Sierra, bajo. Gabriel Bermúdez, barítono. Paul Nilon, tenor. Gluck, Iphigénie en Tauride. 24 y 25 de enero de 2008. Krzysztof Penderecki, dir. Roberto Díaz, viola. Penderecki, Ciaconna para cuerda, Concierto para viola. Dvorák, Sinfonía nº 9. Aurelio M. Seco Orquesta Sinfónica Ciudad de Oviedo LA HORA LÍRICA www.os-co.net L 134 a temporada 2007-08 de la Orquesta Sinfónica Ciudad de Oviedo se ocupa en su mayor parte de compromisos de foso. La agrupación, que nació directamente ligada con la temporada de zarzuela de Oviedo, tiene en dicho festival una de sus más importantes obligaciones durante los meses de febrero a junio. Además estarán sus compromisos con la temporada de ópera de la ciudad, en la que participará en dos títulos: Thaïs y Macbeth. La dirección musical de la obra de Verdi estará a cargo de Miquel Ortega. El reparto, encabezado por Carlos Álvarez en el papel principal, se completa con Vitali Kovaliov, Tatiana Serjan, Marifé Nogales, Alejandro Roy, Guzmán Hernando, Alberto Feria y Juan Manuel Muruaga, con una versión escénica de Micha Van Hoeke. Las funciones serán los días 26, 28 y 30 de enero. Por su parte, la obra de Massenet tendrá cuatro funciones, los días 14, 16, 18 y 20 de octubre. Formarán parte del reparto Ángel Ódena, Reinaldo Macías, Sandra Fernández, María José Suárez, José Manuel Díaz, Stefano Palatchi y Pamela Armstrong, cuya excelente participación en La rondine de hace dos temporadas aún se recuerda. La dirección musical correrá a cargo de Alain Guingal, y la de escena de Joseph Franconi Lee, sobre una idea original de Alberto Fassini. Dentro de las actividades que organiza la Asociación de amigos de la Ópera de Oviedo, la OSCO también participará en el recital que Daniela Dessì y Fabio Armiliato ofrecerán el 31 de octubre, bajo la dirección de Marco Boemi. Finalmente, la orquesta realizará otra gala, con Jaime Aragall, Maribel Ortega y Matteo Suk como protagonistas, en colaboración con la Asociación Alfredo Kraus. La OSCO tendrá su habitual presencia en el ciclo en conciertos dirigidos por su titular, Friedrich Haider, así como con directores y solistas invitados. El ciclo de los Conciertos del Auditorio, comenzará en noviembre con la oportunidad de oír a una de las más interesantes pianistas japonesas de la actualidad, Madoka Inui, que interpretará el Concierto para piano de Ravel. En febrero la OSCO tocará con el violinista Benjamin Schmid y al mes siguiente Friedrich Haider ofrecerá su versión de La Pasión según san Mateo, de J. S. Bach. Aurelio M. Seco PISTAS 14, 16, 18 y 20 de octubre de 2007. Alain Guingal, director. Ángel Ódena, barítono. Reinaldo Macías, tenor. María José Suárez, soprano. Stefano Palatchi, barítono. Pamela Armstrong, soprano. Massenet, Thaïs. 31 de octubre de 2007. Marco Boemi, director. Daniela Dessì, soprano. Fabio Armiliato, tenor. Gala Lírica. 26, 28 y 30 de enero de 2008. Miquel Ortega, director. Carlos Álvarez, barítono. Vitali Kovaliov, bajo. Tatiana Serjan, soprano. Marifé Nogales, mezzo. Alejandro Roy, tenor. Guzmán Hernando, tenor. Verdi, Macbeth. D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica de Baleares “Ciudad de Palma” SOBRE SEGURO www.simfonica-de-balears.com B O.S. PRINCIPADO DE ASTURIAS ajo la dirección de su titular, el francés Philippe Bender, cuyo contrato termina el 31 de agosto del año próximo, la Orquesta Sinfónica de Baleares Ciudad de Palma anuncia una temporada 2007-2008 con dieciséis programas, la mitad de los cuales serán dirigidos por el propio Bender, quien ofrecerá obras de Beethoven, Stravinski, Turina, Brahms, Franck, Chaikovski, Khachaturian, Berlioz, Bach, RoigFrancolí, Rossini, Paganini, Bartók, Borràs de Riquer, Villalobos, R. Strauss y Debussy. Los restantes programas serán dirigidos por Steuart Bedford (Elgar, Britten), Matthias Bamert (Berlioz, Ravel, Saint-Saëns, Chausson), Günter Neuhold (Alís, Rachmaninov, Shostakovich), Roman BroglieSacher (E. Halffter, Janácek, Prokofiev), J. J. Kantarow (J. L. Turina, Beethoven, Chopin, Weber), López Cobos (Beethoven), Carlos Riazuelo (Ginastera, Montsalvatge, Sibelius) e Inma Shara (Musorgski, Arutiunian, Kabalevski, Prokofiev). Entre los solistas cabe mencionar a Joaquín Achúcarro (Beetho- FRIEDRICH HAIDER ven, Concierto para piano nº 4), Valeri Sokolov (Brahms, Concierto para violín), Paul Watson (Elgar, Concierto para violonchelo), Berezovski (Khachaturian, Concierto para piano), Inva Mula (Bach, Oratorio de Navidad), Ramón Coll (Rachmaninov, Concierto para piano nº 1), Salvatore Accardo (Paganini, Concierto para violín nº 4), Alain Planes (Chopin, Concierto para piano nº 2), Miquel Estelrich (Montsalvatge, Concerto breve), Cristina Ortiz (Villa-Lobos, Bachiana nº 3 para piano y orquesta)… Nombres indiscutibles, pues, del gran repertorio y programación sobre seguro, sin apenas riesgos. Los compositores de Baleares están representados por Román Alís (Imatges de Mallorca), Miguel Ángel Roig-Francolí (Càntics per a una terra sagrada) y Lorenzo Borràs de Riquer (Brisas). Joaquín Turina (Danzas fantásticas), Ernesto Halffter (Cavatina), José Luis Turina (Fantasía sobre doce notas) y Xavier Montsalvatge (Concerto breve) representarán al resto de España. José Guerrero Martín PISTAS SINFÓNICA DE BALEARES 4 de octubre de 2007. Philippe Bender, director. Joaquín Achúcarro, piano. Beethoven, Concierto para piano nº 4. Stravinski, La consagración de la primavera. 20 de diciembre de 2007. Philippe Bender, director. Studium Cor de Cambra. Inva Mula, soprano. Bach, Oratorio de Navidad. 6 de marzo de 2008. Jesús López Cobos, director. David Fray, piano. Beethoven, Egmont (obertura), Concierto para piano nº 2 y Sinfonía nº 3 “Heroica”. 17 de marzo de 2008. Philippe Bender, director. Capella Mallorquina. Brahms, Réquiem alemán. 135 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Filarmónica de Gran Canaria FRUTOS DE JUVENTUD, FRUTOS DE MADUREZ www.ofgrancanaria.com E n el avance que de la próxima temporada de conciertos, la orquesta Filarmónica de Gran Canaria ha presentado a los medios de comunicación parece prevalecer un elevado número de obras de juventud de los más populares compositores. Ya en tiempos de Leaper hubo algún que otro programa concreto dedicado a estas obras (de hecho, en el mismo figuraba por primera vez en la programación de la OFGC la Sinfonía de Bizet) y ello es un hecho normal en casi todas las orquestas consolidadas. Lo que ya vere- mos si funciona es articular una temporada a partir de esta premisa, con lo que nos encontraremos con obras poco frecuentadas como la Primera Sinfonía de Schubert, la Malédiction de Liszt, la Primera de Chaikovski, o el Primer Concierto para piano de Rachmaninov, trufadas con otras del repertorio habitual, como la Fantástica de Berlioz, el Concierto de Aranjuez, El sombrero de tres picos o la Novena de Schubert, por citar unos ejemplos. Que hay que ampliar el repertorio y abrirse a nuevas perspectivas es un hecho incontestable y toda iniciativa en ese sentido es digna de reconocimiento; pero tampoco puede dejar de tenerse en cuenta que cuando muchas obras de los grandes maestros yacen en el olvido de determinados anaqueles, las más de las veces es que alguna razón habrá. Hechas estas apreciaciones sobre el repertorio, pasemos a comentar los principales directores que aparecen en la programación. Seis son los conciertos en los que figura Pedro Halffter, el inaugural y el de clausura, dedicado en su integridad a Wagner, amén de uno netamente español (Falla y Rodrigo) otro de marcado talante pianístico (Rachmaninov y el Cuarteto con piano nº 1 de Brahms, en versión de Schoenberg), otro constituido por la Titán de Mahler y una Suite de “Lulu” de Berg y el tercero de la temporada, asaz ecléctico en el que figuran junto a fragmentos sinfónicos de óperas de Strauss, la Rapsodia española de Ravel y el Primer Concierto para violonchelo de Haydn. Aparte de Halffter, el batuta que más veces aparece como invitada es Günther Herbig, colaborador habitual de la casa, siempre bien aco- ORQUESTA SINFÓNICA DE TENERIFE PEDRO HALFFTER Orquesta Sinfónica de Tenerife VARIEDAD Y NOVEDAD www.ost.es E 136 l avance de la temporada 2007/08 de la OST se presenta entre crecidas expectativas ante las declaraciones del nuevo titular de la orquesta Lü Jia, en las que manifiesta su deseo de que ésta adquiera una personalidad única y se convierta en una de las mejores de Europa, eligiendo para ello un repertorio que cautive a orquesta y público. La programación, formada por diecinueve conciertos de abono, incluye catorce obras que no han sido interpretadas por la OST a lo largo de los últimos veinte años, entre ellas las exuberantes armonías de Dafnis et Cloé, suite nº 1 de Maurice Ravel, una selección de cuatro de los veinticuatro magnos Wunderhornlieder de Gustav Mahler, Egmont, op. 84 de Beethoven u obras de autores menos afamados como el Concierto para violonchelo y orquesta de Nino Rota, con el violonchelo de Mario Brunello, o Hercule et Omphale, ballet para orquesta de Fernando Sor. Además, retoma los compositores más conocidos y demandados por el público al contemplar los grandes clásicos del repertorio de concierto —Schubert, Schumann y Brahms—, los autores del cambio de siglo —Ravel y Debussy— y la primera escuela de Viena — Haydn y Mozart— y continúa con el ciclo dedicado en la temporada anterior a compositores rusos del s. XIX y s. XX como Mahler, Bruckner y Shostakovich. La música de compositores españoles se encuentra escasamente presente con Noches en los jardines de España y Vida breve: interludio y danza de Manuel de Falla, aunque por otro lado, destaca la inclusión de obras de compositores contemporáneos como Alberto Ginastera, Aaron Copland o Luis Bacalov, el cual dirigirá D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica de Castilla y León PISTAS 5 de octubre de 2007. Pedro Halffter, director. Boris Belkin, violín. Bruch, Concierto para violín nº 1. Berlioz, Sinfonía fantástica. 16 de noviembre de 2007. Günther Herbig, director. Benjamin Schmid, violín. Mendelssohn, Sinfonía para cuerdas nº 10. Britten, Concierto para violín. Schubert: Sinfonía nº 9. 21 de diciembre de 2007. Martin Haselböck, director. Coro de la OFGC. Deborah Cork, soprano. Jordi Domènech, contratenor. Benjamin Hulett, tenor. Wolfgang Bankl, barítono. Bach, Oratorio de Navidad. 9 de mayo de 2008. Jesús López Cobos, director. Coro de la OFGC. José Bros, tenor. Ángel Ódena, barítono. Haydn, Sinfonía nº 6. Prokofiev, Sinfonía nº 1. Puccini, Misa de Gloria. Leopoldo Rojas-O’Donnell sus propias obras Misa tango y Concierto para violín y orquesta. Junto a Lü Jia, el cual dirigirá nueve de los diecinueve conciertos de abono, la orquesta contará con los directores invitados Jesús López Cobos, Víctor Pablo Pérez, Josep Pons, Luis Bacalov o el admirado Pablo González y con las batutas internacionales de Long Yu, Vasili Petrenko o el extraordinario Antoni Wit. Dentro de la lista de solistas invitados destacan la presencia del violonchelista chino Jiang Wang, los excepcionales pianistas Stefan Vladar o Nelson Freire y la mezzo-contralto eslovena Marjana Lipovsek, así como instrumentistas menos acostumbrados como Alexei Ogrintchouk con el Concierto para oboe en re mayor de R. Strauss. Carmen D. García González PISTAS 7 de diciembre de 2007. Víctor Pablo Pérez, director. Marjana Lipovsek, mezzo. Mahler, Wunderhorn Lieder. Bruckner, Sinfonía nº 7. MAYORÍA DE EDAD www.orquestacastillayleon.com D iecisiete conciertos desde el 9 de octubre de 2007 hasta el 14 de junio de 2008 forman la temporada de abono en el flamante y, en algunos aspectos, controvertido auditorio. Una oferta interesante. Cinco conciertos dirigidos por el titular Alejandro Posada, tres por Vasili Petrenko, dos por Dimitri Sitkovetski y Marc Minkowski y uno por Spinosi, Libor Pesek, Alberto Zedda y Gunther Herbig. Solistas de gran categoría. Pianistas como Lars Vogt, Paul Lewis, Piotr Anderszewski, Leszek Mozdzer, Bella Davidovich, Jonathan Biss, Arcadi Volodos, violinistas como Gidon Kremer, Sarah Chang, JoYoung Yoon, cantantes como Eva Podles, flautistas como Sharon Bezaly. La Orquesta de Euskadi invitada y dos coros pendientes de confirmar… Haydn, Beethoven, Gluck, Mozart, Smetana, Bartók, Borodin, Prokofiev, Shostakovich, Brahms, Honegger, Richard Strauss, Sibelius, Wagner, Berlioz, Mahler, Rachmaninov, Bruch, Bruckner forman con varias de sus obras un repertorio exigente. Pocos estrenos y discretísima presencia española. Gaos, Rodrigo, Sarasate, único lunar en la programación. En esta mayoría de edad de la orquesta, abordar la 4 de abril de 2008. Antoni Wit, director. Shostakovich, Sinfonía nº 1. Prokofiev, Romeo y Julieta. 30 de mayo de 2008. Lü Jia, director. Jian Wang, chelo. Dvorák, Concierto para violonchelo. Schumann, Sinfonía nº 2. 13 de junio de 2008. Luis Bacalov, director. Paolo Morena, violín. Ginastera, Estancia: cuatro danzas. Bacalov, Concierto para violín y orquesta, Misa tango. Séptima de Bruckner, la Sexta de Mahler o el Réquiem de Verdi supone un desafío que no dudamos superará. La buena acústica del Auditorio lo hace esperar. En todo caso, la temporada 2007-2008 se presenta apasionante, tanto en el ciclo de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León como en los conciertos que la acompañarán. Fernando Herrero PISTAS 21 y 22 de febrero de 2008. Marc Minkowski, director. Bruckner, Sinfonía nº 0. Wagner, Ágape de los apóstoles. 2 y 3 de mayo de 2008. Vasili Petrenko, director. Arcadi Volodos, piano. Brahms, Concierto para piano nº 2. Beethoven, Sinfonía nº 3. 22 y 23 de mayo de 2008. Alejandro Posada, director. Sarah Chang, violín. Bruch, Concierto para violín nº 1. Mahler, Sinfonía nº 6. 29 y 30 de mayo de 2008. Günther Herbig, director. Haydn, Sinfonía nº 102. Bruckner, Sinfonía nº 7. 13 y 14 de junio de 2008. Alejandro Posada, director. Verdi, Réquiem. ALEJANDRO POSADA gido por público y orquesta. Sus tres programas combinan obras de la plenitud creativa de Schubert (la Grande), Haydn (Sinfonía nº 102) con otras de juventud de Beethoven (Concierto para piano nº 2), Schoenberg (Noche transfigurada) o Mendelssohn (Sinfonía para cuerdas nº 10). Otros nombres invitados son Ros Marbà, también asiduo en las programaciones y López Cobos que realizará un concierto de obras todas juveniles de sus autores: La mañana de Haydn, la Clásica de Prokofiev y la Misa de Gloria de Puccini. De entre los solistas destaquemos a los pianistas Luganski, Morales o Colom; los violinistas Belkin, da Costa o Schmid; el guitarrista Pepe Romero y los cantantes Bryn Terfel, José Bros, Ángel Ódena o Marina Rodríguez–Cusí. Como es habitual, el Coro de la Orquesta Filarmónica intervendrá en el concierto de Navidad (Oratorio de Navidad) así como en la Misa de Gloria de Puccini. 137 « T R A Z O S Jueves, 20. Teatro Principal. 20:30 horas Ananda SUKARLAN, piano; Mercedes CARRETERO, flauta; Dagmar REMTOVA, violonchelo; Alfredo ANAYA y Javier BELINCHÓN, percusión. Chendra PANATAN: coreografía y danza. Bianca S. PULUNGAN y Naree KIM, danza. (Solistas del Jakarta Dance Center). METAdomus (Nasrul ZEIN, Risydul PAHMAN, SYAHRIAL). PROGRAMA SYAHRIAL: Canción de Sikambang ** (arreglo de una canción tradicional indonesia) Decent Harmony ** Ernesto HALFFTER: 3 piezas indonesias ** Mekelá Nang-Matchá Legende cambodgiene Viernes, 21. Teatro Arniches. 20:30 horas PLURAL ENSEMBLE Director: Fabián PANISELLO PROGRAMA Malika KISHINO: Vers le ciel ** Toshio HOSOKAWA: Vertical Time Study Misato MOCHIZUKI: Voilages Hiroyuki ITOH: In the dim light ** Toshio HOSOKAWA: Drawing ** Sábado 22. Teatro Principal. 20:30 horas ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA Director: José María SÁNCHEZ VERDÚ Carolin WIDMANN, violín PROGRAMA Iannis XENAKIS: Syrmos ** J. Mª. SÁNCHEZ VERDÚ: Elogio del aire. Música para violín y orquesta *+ Iluminada PÉREZ FRUTOS: A Orillas de la sola Quietud *+ Toru TAKEMITSU: How slow the wind Domingo, 23. Teatro Arniches. 20:30 horas SPANISH BRASS LUUR METALLS. AMORES PROGRAMA Daniel FLORS: Cosmogonía * Lunes, 24. Casino. 18:00 horas Manuel GUILLÉN, violín PROGRAMA Ramón BARCE: Sonata (Lento-Vivo) Carlos CRUZ DE CASTRO: Pieza para violín Joan GUINJOAN: Tensió Jesús RUEDA: Sex Machine * http://cdmc.mcu.es D E David DEL PUERTO: Bluescape * Zulema DE LA CRUZ: Feelings: I - Romanza” y II - Danza nº 7, “Recuerdo” * Lunes, 24. Teatro Arniches. 20:30 horas. Eiko SHIONO, piano Electroacústica LIEM PROGRAMA Yassen VODENITCHAROV: 7 Bagatelles ** José Manuel LÓPEZ / VARÈSE: Octandre (versión para piano) Sofía MARTÍNEZ: Estelas en la mar *+ Rika SUZUKI: …à l’infini… ** Yoshihisa TAIRA: Shô-Rô (“Campanile”) ** Jean-Marc CHOUVEL: Ligne claire - obscur horizon * Martes, 25. Casino. 12:00 horas CREACIÓN RADIOFÓNICA Mercè CAPDEVILA: Música en bruto *+ O R I Miércoles, 26. Arniches. 20:30 horas XENIA ENSEMBLE / Liu FANG, pipa PROGRAMA Música tradicional para pipa sola Chen YI: At the Kansas City Chinese New Year I) The Talking Fiddle II) Making looped noodlest III) Dragon Sword Dance Melissa HUI: Rush, para pipa y cuarteto de cuerda ** Zhou LONG: Song of the Ch’in Tan DUN: Concierto para pipa y cuarteto de cuerda ** Jueves, 27. Teatro Arniches. 20:30 horas ORQUESTA DE CÁMARA DEL AUDITORIO DE ZARAGOZA “GRUPO ENIGMA” Director: Juan José OLIVES Josetxo SILGUERO, saxofones. Julia MALKOVA, viola. Electroacústica LIEM PROGRAMA Martes, 25. Teatro Arniches. 20:30 horas Ricardo DESCALZO, piano; Eva NAREJOS, danza PROGRAMA “AQUA” Prólogo… el arpa del viento Uno… el mar Aureliano CATTANEO: Klangregie ** I. Intermezzo primo (Ulysses…) II. …en medio de un gran ruido de mar Salvatore SCIARRINO: Perduto in una cittá d’acque Luca BELCASTRO: …y negro el mar ** Interludio I... aquarius Dos… ni los rumiantes ecos del retumbo Gabriel ERKOREKA: Nubes I I… Cúmulos II… Nimbos Maki ISHII: Black intention III Interludio II… la música de las sombras Tres… ni el gemir de los ríos al salirse de cauce Karen TANAKA: Crystalline II Jesús TORRES: Wasserfall * Epílogo… la calma Toru TAKEMITSU: Rain Tree Sketch II Miércoles, 26. Casino. 12:00 horas CREACIÓN RADIOFÓNICA Emiliano LÓPEZ RASCÓN: Sol en la noche *+ Ganador Premio Creación Radiofónica Radio Clásica / CDMC James MACMILLAN: Three Dawn Rituals Carlos SATUÉ: Laberinto de la Noche Concierto para saxofones, ensemble y electrónica en vivo *+ José Luis GRECO: Manhattan in the Mist. Concierto para viola y ensemble *+ Toru TAKEMITSU: Tree Line Viernes, 28. Teatro Arniches. 20:30 horas “RESIDENCIAS” EN ALICANTE. TRÍO ARBÓS. NEOPERCUSIÓN. Clara ANDRADA, flauta. José Luis ESTELLÉS, clarinete. Frano KAKARIGI, contrabajo. PROGRAMA Miguel GÁLVEZ: Kammerkonzert *+ Isang YUN: Trío Yoshihisa TAIRA: Trichromie Frederic RZEWSKI: Les moutons de Panurge Sábado, 29. Teatro Principal. 20,30 horas THEATRE CRYPTIC / T'ANG QUARTET (UK/Singapur) PROGRAMA “Optical Identity” Kevin VOLANS: White Man Sleeps ** Franghiz ALI-ZADEH: Mugam Sajahy ** Rolf WALLIN: Phonotope 1 ** Joby TALBOT: Manual Override ** * Estreno absoluto *+ Estreno absoluto, encargo CDMC ** Estreno en España Fotografía, Isabel Muñoz E N T E » D E L 2 0 A L 2 9 D E S E P T I E M B R E D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña PISTAS www.obc.es Izquierdo, principal director invitado, se le han encomendado dos. Los restantes contarán con las batutas de Salvador Mas (dos), Vasili Petrenko, Pablo González, Michel Plasson, Christopher Hogwood, Virginia Martínez, Salvador Brotons, Rubén Gimeno, Jesús López Cobos (dos), Pinchas Zukerman, Emmanuel Krivine, Leopold Hager, Josep Caballé-Domènech, Hannu Lintu, James Judd, Leonard Slatkin y Manel Valdivieso. A los que hay que sumar Edmon Colomer (con la Joven Orquesta Nacional de España), Josep Pons (con la Orquesta y Coro Nacionales de España) y Tugan Sokhiev (con la Orchestre National du Capitol de Toulouse). Entre los intérpretes a destacar, Boris Belkin (Shostakovich), Pinchas Zukerman (Mozart), Nelson Freire (Brahms), Nathalie Stutzmann (Mahler), José Guerrero Martín Orquesta de Cadaqués www.orquestradecadaques.com D 140 22 de febrero de 2008. Jesús López Cobos, dir. Beethoven, Sinfonías nºs 2 y 3. 30 de mayo de 2008. Eiji Oue, director. Maria João Pires, piano. Mozart, Concierto para piano y orquesta nº 27. Shostakovich, Sinfonía nº 5. PISTAS DE AQUÍ PARA ALLÁ espués de su participación en los recientes Festivales del Castell de Peralada (2 de agosto) y de Cadaqués (4 de agosto), con sendos programas dedicados a música y canciones de Sudamérica (el primero) y a Albéniz-Granados-Mendelssohn (el segundo), con la soprano Ainhoa Arteta y Pablo González de director, la Orquesta de Cadaqués — que funciona por proyectos— realizará en el mes de noviembre una gira por Singapur, Brunei, Seúl, Taipei, Hanoi, Kuala Lumpur y Bangkok con un programa de arias y fragmentos de zarzuela. Intervendrá el tenor Francisco Vas y dirigirá el mencionado Pablo González. Seguidamente, a finales del mismo mes, 12 de enero de 2008. Eiji Oue, director. Melanie Diener, soprano. Jane Irwin, mezzo. John Mac Master, tenor. Thomas Randle, tenor. Orfeó Català, Cor Lieder Càmera y Cor Madrigal. Schoenberg, Gurre-Lieder. Vasili Petrenko, al frente del Ensemble de la Orquesta, ofrecerá tres conciertos en Gerona, Zaragoza y Madrid, en los que, alternativamente, se programarán obras de Schubert, Schoenberg, Torres, Padrós y Parra. En enero de 2008, Gianandrea Noseda dirigirá las cuatro Sinfonías de Brahms y el Concierto para violonchelo y orquesta nº 1 de SaintSaëns en los Auditorios de Gerona, Castellón y Lérida. Los días 27, 28 y 29 de febrero y 1 de marzo, la Orquesta participará en el Festival de Música de Canarias, bajo la dirección de sir Neville Marriner y con la colaboración de las sopranos Ainhoa Arteta y Raquel Lojendio, el pianista Gianluca Cascioli, el narrador Jordi Dauder y miembros femeni- nos del Coro de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria (Arriaga, Mendelssohn y Mozart). En marzo, sir Neville Marriner dirigirá programas basados en las obras anteriores en los Auditorios de Madrid, Murcia, Zaragoza y León. Del 31 de mayo al 8 de junio, tendrá efecto el IX Concurso Internacional de Dirección de la Orquesta de Cadaqués. Y ésta, ya en julio-agosto de 2008, participará en los conciertos veraniegos del Festival de Cadaqués. Finalmente, para noviembre del mismo año (del 1 al 10) está previsto un programa con obras de Carles Baguer, Shostakovich y Ernesto Halffter, con dirección de Gennadi Rozhdestvenski. José Guerrero Martín 19 y 20 de enero de 2008. Auditorio de Zaragoza. Gianandrea Noseda, dir. Brahms, Sinfonías. 28 de febrero de 2008. Las Palmas de Gran Canaria. Sir Neville Marriner, dir. Gianluca Cascioli, pianista. Arriaga, Los esclavos felices (obertura). Mozart, Concierto para piano y orquesta nº 23. Mozart, Sinfonía nº 38 “Praga”. 29 de febrero de 2008. Santa Cruz de Tenerife. Sir Neville Marriner, dir. Ainhoa Arteta, soprano. Mujeres del Coro de la Filarmónica de Gran Canaria. Raquel Lojendio, soprano. Jordi Dauder, narrador. Arriaga, Herminie. Mendelssohn, Sueño de una noche de verano. DAVID GIMÉNEZ C on 34 programas, la estación 2007-2008 de la OBC, a desarrollar del 21 de septiembre al 19 de junio del año próximo, abrirá con el Festival Mozart, dirigido por Christian Zacharias, en esta ocasión bajo el paraguas del Sturm und Drang y con autores como C. P. E. Bach, Beethoven, Gluck y Haydn acompañando al genio de Salzburgo. Sendos programas enteramente catalanes inaugurarán y cerrarán la temporada propiamente dicha: Lamote de Grignon, Vivancos, Guinjoan, Toldrà, Mompou/Ros Marbà y Gerhard tendrán como director a Salvador Mas, en el primero, y Carles Guinovart, Joaquim Serra y Pueyo serán interpretados a las órdenes de Manel Valdivieso, en el último. El director titular Eiji Oue se encargará de siete programas. A Ernest Martínez Piotr Anderszewski (Beethoven) y Maria João Pires (Mozart). No faltarán los programas de barroco (Oratorio de Navidad de Bach) y de cine (ciencia ficción-fantástico). Habrá estrenos absolutos de encargos de la OBC: de Bernat Vivancos (Codex), Ortiz (Suomalainen tango), Mainetti (orquestación de Tangos de Piazzolla) y Pueyo. A los autores catalanes mencionados añádanse Rodríguez Picó, Parra, Brotons, Montsalvatge, TavernaBech y Josep Soler. Y a Josep Pons, contemporáneo de Mozart, de quien se ofrecerá su Sinfonía en sol mayor. Sólo el aragonés Carlos Satué, alumno de Francisco Guerrero, con su obra Líneas de Fuerza, premio de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas, representará al resto de España. 6 de octubre de 2007. Salvador Mas, director. Ofelia Sala, soprano. Lamote de Grignon, Tres sonates del Pare Soler. Vivancos, Codex (estreno, encargo de la OBC). Guinjoan, Trencadís. Toldrà, Cançons (selección). Mompou/Ros Marbà, Combat del somni. Gerhard, obra a determinar. Sònia Balcells MÁS PRESENCIA CATALANA D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica del Vallès PISTAS EL SELLO GIMÉNEZ www.osvalles.com D iez conciertos sinfónicos en el Palau de la Música Catalana de Barcelona (sábados, 19 horas) componen la temporada 2007-2008 de la Orquesta Sinfónica del Vallès, que cuenta con David Giménez Carreras de director titular, con Uwe Mund de principal director invitado y con el flautista Vicens Prats de artista residente, y además es la orquesta del ciclo Òpera a Catalunya. Cinco de esos programas serán repetidos en la serie Matinal (domingos, 11, 30 horas), a la que hay que añadir el exclusivo del Concurso de Canto Jaume Aragall (ganadores de la edición 2008, domingo 25 de mayo). Y otros cinco de tales programas integran la serie Iníciate (sábados, 19 horas). En el podio de directores alternarán, con David Giménez (tres programas) y Uwe Mund (un programa), Albert Argudo (Mozart, Beethoven, Wagner), Sáinz Alfaro (concierto de Navidad con valses y danzas), Pablo González (Chaikovski y Nielsen), Álvaro Albiach (Arnold, Bizet, Weill), Víctor Pablo Pérez (Haydn, Mendelssohn) y Cristóbal Soler (Serra, Brotons, Cervera, Rodrigo). Algunos de estos conciertos serán ofrecidos también en Sabadell, en el Teatre Principal o en La Faràndula, según las características de los mismos. De las obras asumidas por David Giménez (Réquiem, de Verdi; Noches en los jardines de España, de Falla; Capricho español, de Rimski-Korsakov; Bolero, de Ravel; Concierto para piano nº 4, de Beethoven; Sinfonía nº 2, de Brahms) se deduce la intención de llegar al gran público a través de obras consagradas del gran repertorio. Otro tanto ocurre con Uwe Mund (Concierto para flauta nº 1, de Mozart; Sinfonía nº 7, de Dvorák). La temporada se abrirá el sábado 22 de septiembre de 2007, con tres luminarias: Mozart (Sinfonía nº 35), Wagner (Idilio de Siegfried) y Beethoven (Sinfonía nº 7). Y se cerrará el 15 de junio de 2008 con Beethoven y Brahms, concierto que se detalla en el recuadro adjunto. José Guerrero Martín ORQUESTA SINFÓNICA DE BARCELONA 27 de octubre de 2007. David Giménez, director. Verónica Villarroel, soprano. Nancy Fabiola Herrera, mezzosoprano. Aquiles Machado, tenor. Stefano Palatchi, bajo. Orfeó Català. Verdi, Réquiem. 24 de noviembre de 2007. Uwe Mund, director. Vicens Prats, flauta. Mozart, Concierto para flauta nº 1, K. 313. Dvorák, Sinfonía nº 7. 3 de mayo de 2008. Cristóbal Soler, director. Vicens Prats, flauta. Fernando Espí, guitarra. Serra, Impressions camperoles. Brotons, Concert per a flauta i orquestra. Cervera, Paisatge llevantí. Rodrigo, Concierto de Aranjuez. 14 y 15 de junio de 2008. David Giménez, director. Lluís Rodríguez, piano (primer premio del Concurso Internacional de Piano Ricard Viñes). Mi-Yeon I, piano (primer premio Auckland University School of Music 2001). Beethoven, Concierto para piano nº 4. Brahms, Sinfonía nº 2. ORQUESTA DE CADAQUÉS 141 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta de Extremadura Orquesta Sinfónica de Galicia TRAYECTORIA ASCENDENTE O NUOVO MONDO, TU M’APPARTIENI www.orquestadeextremadura.com C 142 ontinúa la Orquesta de Extremadura su imparable carrera ascendente. En calidad, interés, ideas, variedad y cantidad de conciertos. También en el creciente fuste de unos solistas y directores invitados de irrebatible entidad. Para completar tanta bonanza, la orquesta que lidera Jesús Amigo se ha asentado con vigor en su nueva sede, el flamante Auditorio de Badajoz. Solistas y directores como Christian Lindberg, Juanjo Mena, Jorma Panula, Magdalena Martínez, Gunther Herbig, Hansjörg Schellenberger, Gérard Caussé o Asier Polo son avales de la nueva temporada sinfónica extremeña, que se organiza en cuatro series de abonos y se desarrolla en Badajoz, Cáceres, Mérida y Plasencia. Además, la orquesta extremeña acoge como anfitriona en su nueva temporada a la Sinfónica de la RTVE y a la Orquesta del Algarve. La primera serie abarca 12 programas que se ofrecen todos ellos en Badajoz y Cáceres. Se inaugura el 5 de octubre en Cáceres (el 6 en Badajoz), con sendas actuaciones dirigidas por Jesús Amigo. En los atriles, la Primera de Brahms y los conciertos para trombón de Leopold Mozart y del sueco Jan Sandström. Como solista, el siempre excepcional Christian Lindberg, quien sin duda hará las delicias de los melómanos extremeños con el motero concierto de su paisano Sandström. Casi todos los programas tienen carácter monográfico o están hilvanados por comunes denominadores. Interesante son los conciertos “nórdicos” que dirigirá el gran Jorma Panula los días 23 y 24 de noviembre en Cáceres y Badajoz, respectivamente. Junto a la primera suite de Peer Gynt de Grieg y la Quinta Sinfonía de Sibe- www.sinfonicadegalicia.com L lius, la sobresaliente flautista a Sinfónica de Galicia se Durante tres semanas, desde valenciana Magdalena Martílanza a la conquista del el 28 de septiembre, la embanez será solista del Concierto Nuevo Mundo: Brasil, jada musical de Galicia hará para flauta de Nielsen. Uruguay, Argentina y sentir a los gallegos que todaEl clasicismo y el primer Chile. Un Nuevo Mundo que vía habitan en aquellos lugaromanticismo, siempre tan le pertenece por derecho pro- res y a sus descendientes el beneficiosos y arriesgados pio. Porque Galicia colonizó legítimo orgullo de tener una en orquestas de nueva crea- de manera pacífica los territo- orquesta semejante. Se interción, tiene particular presen- rios americanos enviando pretarán obras de Brahms, cia. Haydn, Mozart, Schubert hombres a trabajar sus tierras Falla, Bernstein, Rimski-Kory Beethoven llegan defendi- y contribuyendo a forjarlos. sakov. El éxito está asegurados por las batutas de Juanjo Mena (monográfico Beethoven; 26 y 27 octubre); Jan REAL FILHARMONÍA DE GALICIA Caeyers (Haydn, Bach y Antoni Ros Marbà Schubert; 14 y 15 marzo); Hansjörg Schellenberger (programa Mozart, que se completa con la Primera de Bruckner). Interesante y mucho es el programa portugués que ofrece la orquesta los días 9 y 10 de mayo, cuando bajo la dirección de Jesús Amigo ofrezca un monográfico con JESÚS AMIGO obras de Joly Braga Santos, entre ellas su interesante Concierto para viola y orquesta, del que será solista el gran Gérard Caussé. La buena vecindad de la fronteriza Orquesta de Extremadura también está presente en el noveno programa de abono, en el que conjuntamente con la Orquesta del Algarve ambas orquestas interpretarán obras de Britten-Rossini, Nino Rota y la Primera de Mahler. La segunda serie consta de seis conciertos que se desarrollan en PISTAS Mérida y Plasencia. La abundante oferta 23 y 24 de noviembre de 2007. 9 y 10 de mayo de 2008. musical no se limita a Jorma Panula, director. Jesús Amigo, director. estos cuatro ciclos de Magdalena Martínez, flauta Gérard Caussé, viola. abono. Un activo pro- Grieg, Peer Gynt, suite I. María Orán, soprano. yecto pedagógico, Nielsen, Concierto para flauta. Braga Santos, Tres Esbozos varios conciertos Sibelius, Sinfonía nº 5. Sinfónicos. Concierto para viola y extraordinarios y orquesta. Cantares galegos. “conciertos en fami- 25 y 26 de abril de 2008. Abertura sinfónica nº 3. lia” dan sentido y Jesús Amigo, director. razón de ser a un Anne-Marie Dubois, piano. conjunto que siembra Orquesta del Algarve. 13 y 14 de junio de 2008. una valiosa huella Britten-Rossini, Matinées Jesús Amigo, director. sinfónica en la tierra musicales. Benjamin Schmid, violín. de Juan Vázquez y Rota, Concerto soirée, para piano Wolf, Der Corregidor. Esteban Sánchez. Korngold, Concierto para violín. y orquesta. Mahler, Sinfonía nº 1. Justo Romero Brahms, Sinfonía nº 2. D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS do: el Nuevo Mundo le pertenece. Después, se realizará una breve gira por Alemania: 23 y 24 de octubre, Wuppertal y Colonia. La temporada de abono consta de veinte conciertos. Resalta el ciclo completo de las sinfonías de Beethoven. Tras él, con dos obras en cada caso, se hallan Rossini, Schubert, Schumann, Chaikovski, Mahler, R. Strauss, Britten, Prokofiev y Stravinski. Otros compositores sólo cuentan con una obra en el programa. Destaca la presencia de ocho partituras de compositores gallegos, incluyendo entre ellas la Suite de cantos gallegos, de Granados. Los restantes músicos representados son: M. del Adalid, O. Vázquez, E. Soutullo, R. Groba, F. Buide, X. Trillo y J. Durán. Víctor Pablo Pérez tiene ocho conciertos a su cargo; López Cobos y James Judd harán dos programas cada uno. Los ocho directores restantes son: Kalmar, Ollila, Mustonen, Pons, Pesek, Rizzi, Gimeno y Brüggen. Hay un total de veintiséis solistas: tres pianistas, violinistas y violonchelistas; un violista; cuatro trompas (Concierto para cuatro trompas, de Schumann); y once cantantes: dos contraltos, una mezzosoprano, dos sopranos y dos barítonos; y, además, los cuatro solistas que cantarán la Novena Sinfonía. Para algunos programas determinados, la Sinfónica tendrá la colaboración de la Orquesta Joven, del Coro de la OSG y del Coro del Palau. En uno de los conciertos, cederá su sede, el Palacio de la Ópera, a la Real Filharmonía de Galicia. Julio Andrade Malde Real Filharmonía de Galicia 25 de enero de 2008. Víctor Pablo Pérez, director. Steven Isserlis, violonchelo. Strauss, Don Quijote. Beethoven, Sinfonía nº 3. 22 de febrero de 2008. Libor Pesek, director. Sol Gabetta, violonchelo. Buide, Such places as memory. Chaikovski, Variaciones rococó. Martinu, Sinfonía nº 6. PISTAS NI UN DÍA SIN SOLISTA www.realfilharmoniagalicia.org T 30 de noviembre de 2007. Jesús López Cobos, director. Schubert, Sinfonía nº 10, Sinfonía nº 4. BrahmsSchoenberg, Cuarteto con piano nº 1. 3 de mayo de 2008. Víctor Pablo Pérez, director. Coro de la OSG. Coro del Palau de la Música Catalana. Elena de la Merced, soprano. Lola Casariego, mezzo. Will Hartmann, tenor. José Antonio López, barítono. Durán, Cantata Finisterræ para múltiples voces de luz. Beethoven, Sinfonía nº 9. VÍCTOR PABLO PÉREZ ras el ya habitual concierto de inauguración en la catedral, serán otros veintitrés más los que dará la Real Filharmonía en su sede del Auditorio de Galicia, que juntamente con las dos visitas también habituales de la Sinfónica de Galicia y la que este año hará la Wiener Akademie, constituyen la totalidad de la temporada 2007-08. Aunque de dos sólo se sabe la fecha, su configuración es muy clara: tres grandes obras corales y concierto con solista en el resto. Las primeras serán La Creación de Haydn y el Réquiem de Fauré, ambas a cargo de Ros Marbà y La Pasión según San Juan con Frans Brüggen en el podio. El titular Ros Marbà dirigirá diez conciertos, el primer invitado Paul Daniel lo hará en cuatro y el adjunto Maxi- PISTAS mino Zumalave en dos. La relación de solistas es muy atractiva, pues los hay en campos muy variados, unos jóvenes en plena carrera ascendente y otros consagrados. En el campo vocal, Matthias Goerne cantará lieder orquestados de Schubert, Monica Bacelli, arias de Mozart y Ewa Podles vendrá con la Sinfónica. Pasando al piano, la primera visita la hará Marta Zabaleta (Mozart, nº 9), la última Joaquín Achúcarro (Brahms, nº 1) y entre ambos tendremos a Eldar Nebolsin (Grieg) y Elisso Virsaladze (Beethoven, nº 3). La nómina de violinistas visitantes no va a la zaga, pues empezando en Ilia Gringolts (Weill) terminará con Vadim Repin (Beethoven), mas Chloë Hanslip (Sibelius) y Marat Bisengaliew (Wieniawski, nº 2). El más arriesgado nº 2 de Bartók lo acometerá Ildikó Oltai, violinista de la orquesta como James Dahlgren y el viola Tillmann Kircher, que tocarán la Sinfonía concertante de Mozart. En el violonchelo tendremos a Han Na Chang con el de Dvorák y Natalia Gutman con el de Haydn en do mayor, más Steven Isserlis en visita de la Sinfónica de Galicia. Añadamos el oboísta y también director Hansjörg Schellenberger y el guitarrista Ernesto Bitteti en el Concierto de Aranjuez, cómo no. Una programación que busca éxito, sin casi gramo de innovación, entre un público que quedará muy complacido con tanto desfile de solistas, aplaudidos siempre a rabiar para que den una propina. José Luis Fernández 13 de diciembre de 2007. Paul Daniel, director. Chloë Hanslip, violín. Strauss, Serenata, Metamorphosen. Sibelius, Concierto para violín. 17 de enero de 2008. Antoni Ros Marbà, director. Natalia Gutman, violonchelo. Carnicer, Obertura para El barbero de Sevilla. Haydn, Concierto para chelo. Mozart, Sinfonía nº 38 “Praga”. Wagner, El idilio de Sigfrido. 21 de diciembre de 2007. Antoni Ros Marbà, director. Coro Nacional de España. Haydn, La Creación. 10 de abril de 2008. Frans Brüggen, director. Coro de Cámara del Palau. Bach, La Pasión según San Juan. 143 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Nacional de España PISTAS MIRADA A ORIENTE www.ocne.mcu.es E l curso, más breve de lo normal —por obras de seguridad en el Auditorio—, comenzará el 11 de enero con un par de conciertos dedicados, en la serie Carta blanca, al norteamericano Elliott Carter, que cumplirá justamente los cien años en 2008. Podremos conocer así de la vivificante música de este resistente francotirador. Una de las partituras programadas es la monumental Sinfonía de 1996. La leyenda nuclear de la programación es Mirada a Oriente: La canción de la tierra de Mahler, Shéhérazade de Ravel, Sinfonía Lírica de Zemlinsky, obertura de I cinesi de Gluck, Vers, l’arc en ciel de Takemitsu, Ruta de la seda de Say, El príncipe de las pagodas de Britten. Fuera de esa mirada al Este hay partituras novedosas: Concierto para oboe de Zimmermann, Sinfonía nº 13 de Shostakovich, La primavera de Rachmaninov, la música incidental de Rosamunda de Schubert. Nos parece de justicia resaltar en primer término la aceptable calidad media de las batutas. Aparte de la muy firme del titular Josep Pons y de la veterana del emérito Rafael Frühbeck, hemos de citar a Oue, Volkov, Mark y Gerd Albrecht, Víctor Pablo Pérez, Griffiths, Antonini, Foster, Sokhiev, Slatkin, Dudamel, Zacharias o Petrenko. Se anuncian asimismo varios solistas de altura: el tenor Klaus Florian Vogt, el barítono Trekel, las sopranos Gens y Diener, la contralto Podles, el chelista Isserlis, los pianistas Say, Lars Vogt, Iván Martín, Volodos, Lang y Zacharias y los violinistas Rachlin y Kremer. También, y en sentido contrario, hemos de señalar la alarmante ausencia de la nueva creación española, ni siquiera en las actividades que se desarrollan en otros locales: Fidelio en el Real, conciertos populares en el Matadero, concierto dedicado a Furrer en el CDMC… Se prevén giras independientes a China de Orquesta y Coro. El repertorio está bien cubierto: Sexta y Novena (con la Sinfónica de Barcelona) de Mahler, Una vida de héroe, El mar, Pasión según San Juan de Bach, Patética, Cuadros de una exposición, Réquiem de Verdi y de Brahms o Elías de Mendelssohn. CON ACENTO BARTOKIANO www.orcam.org L 144 22, 23 y 24 de febrero de 2008. Víctor Pablo Pérez, director. José Sotorres, flauta. Sergei Alekshaskin, bajo. José Sacristán, narrador. Khachaturian, Concierto para flauta. Shostakovich, Sinfonía nº 13. 4, 5 y 6 de abril de 2008. Tugan Sokhiev, director. Ewa Podles, contralto. Borodin, Danzas polovtsianas. Rachmaninov, La primavera. Prokofiev, Alexander Nevski. 30 y 31 de mayo, 1 de junio de 2008. Christian Zacharias, director y piano. Michelle Breedt, mezzo. Mozart, Obertura de El rapto en el serrallo, Concierto para piano nº 25. Schubert, Música incidental de Rosamunde. Arturo Reverter Orquesta de la Comunidad de Madrid a usualmente extensa temporada de abono de la ORCAM será el presente curso otra de las muchas damnificadas como consecuencia del cierre por obras en el Auditorio Nacional, lo que ha obligado a una forzosa reducción de actividades: 10 contra los 22 conciertos de años pasados, a los que se suman otros dos conciertos corales extraordinarios y un ciclo consagrado a los Conciertos para piano de Beethoven (con Sequeira Costa como solista) a celebrar en el teatro Albéniz entre el 27 de noviembre y el 1 de diciembre. Con entrada libre y en la Real Colegiata de San Isidro, el primero de estos conciertos fuera de abono permitirá oír el 18 de diciembre y bajo la batuta del titular de la agrupación, José Ramón Encinar, La infancia de Cristo berliozana. Jordi Casas defiende en el segundo un original programa a base de Bartók (Tres canciones campesinas), Britten (A Ceremony of Carols) y Oliver (Letanías de Madrid). La temporada, que discurrirá entre el 22 de enero y el 17 de junio, hace énfasis en dos interesantes catálogos: el concertante bartokiano —ofrecido casi 11, 12 y 13 de enero de 2008. Diego Masson, director. Nicholas Daniel, oboe. Carter, Anniversary, Concierto para oboe, Sinfonía. íntegro— y la infrecuente serie de Suites orquestales chaikovskianas. Estas últimas podrán escucharse al completo en versiones a cargo de Dorian Wilson (Primera), Encinar (Segunda), Juan José Olives (Tercera) y Kantorow (Cuarta “Mozartiana”, en un entonado programa que incluye Mozart à la Haydn de Schnittke y el Cuarto Concierto para violín del salzburgués). Suwanai (Segundo de violín), Caussé (Concierto para viola) y los pianistas Donohoe (Segundo), Ránki (Tercero) y Garvayo con Rosado (Concierto para dos pianos) darán brillo al plantel de solistas en las arduas páginas del maestro húngaro. La acostumbrada presencia española cuenta con nombres como Chapí (A Granada), R. Lamotte de Grignon (Facecia), Bautista (Obertura para una ópera grotesca), Guinjoan (Concierto para guitarra), De Pablo (Los novísimos) y el único estreno de este año: El rayo de tiniebla, de Mauricio Sotelo, defendido el 4 de junio por Encinar y el cantaor Arcángel. Otras citas de interés correrán a cargo del veterano Barshai (Babi Yar) y Christophers (El Mesías). Juan Manuel Viana PISTAS 18 de diciembre de 2007. José Ramón Encinar, director. Coro de la Comunidad de Madrid. Lola Casariego, mezzo. Agustín Prunell, tenor. Alfredo García, barítono. Berlioz, La infancia de Cristo. 22 de enero de 2008. Rudolf Barshai, director. Coro de la Comunidad de Madrid. Nikolai Didenko, bajo. Beethoven, Sinfonía de cámara op. 18a. Shostakovich, Sinfonía nº 13 “Babi Yar”. 4 de marzo de 2008. Harry Christophers, director. Coro de la Comunidad de Madrid. Lucy Crowe, soprano. Robin Blaze, contratenor. Mark Dobell, tenor. Christopher Purves, bajo. Haendel, El Mesías. 17 de junio de 2008. José Ramón Encinar, director. Coro de la Comunidad de Madrid. Akiko Suwanai, violín. Gerard Caussé, viola. Bautista, Obertura para una ópera grotesca. Bartók, Concierto para violín nº 2. Bartók, Concierto para viola. Ravel, Daphnis y Chloé. D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta de RTVE DEJEMOS TRABAJAR A LA ORQUESTA www.rtve.es U n año más la Orquesta de Radio Televisión Española ha mantenido intactas sus habituales cualidades de entusiasmo, entrega y respeto por las obras interpretadas, pese a su indefinida situación administrativa, debida a los cambios en la Corporación Pública de que depende. A su lado ha estado un coro que, si bien en pulimento o empaste va todavía un breve paso por detrás de la orquesta, no le anda en cambio a la zaga en otras bondades apuntadas. Para todo ello ha sido necesaria la buena sintonía general con el titular, Adrian Leaper, que en la temporada 2006-2007 ha rubricado su mejor trabajo global de estos años. También, y no menos, el aplauso de un público leal que los programadores ayudan a sostener con variados recursos a su alcance, pero también con su habitual iniciativa de programar obras actuales que apenas lo son por su fecha de origen, y poca verdadera música contemporánea, pues aquí no hay forma de oír un Ligeti, un Rihm o un Dusapin, y apenas sólo el gran Lutoslawski anima esas tardes de aplausos chaikovskianos. En este capítulo, al margen de autores españoles consagrados que se programan más, es grato saber que este año asomará la cabeza Benet Casablancas, con sus Tres epigramas, y que Román Alís será recordado con su Sinfonía nº 5. Los elogios iniciales son deudores de un progresivo enamoramiento que la orquesta merece. Lo que no impide reconocer los magníficos aires que este año han soplado en Madrid para otras, como la OCNE (con el Berlioz de Steinberg, o el concierto de Pons y Hahn), ADRIAN LEAPER. Orquesta de RTVE o la ORCAM (con los Mozart de Rilling, por ejemplo). La temporada 2007-2008 que ofrece el Monumental destaca sobre todo por el nivel de algunas batutas invitadas, pues se contará con la estimulante presencia de Eliahu Inbal, Gunther Herbig, Pinchas Steinberg, el —a ratos— algo soso Leopold Hager, Michel Plasson, y un puñado de directores españoles con prestigio. Habrá también al menos tres solistas de notable fama, los pianistas Rudolf Buchbinder y Garrick Ohlsson y el chelista Antonio Meneses, tres técnicos de diverso calado que harán obras muy trilladas de Beethoven, Brahms y Chaikovski, respectivamente. El interés vocal irá de la mano de Ana Mª Sánchez, Iñaki Fresán, Werner Gura, Carlos Mena o Flavio Oliver. PISTAS 25 y 26 de octubre de 2007. Eliahu Inbal, director. Mahler, Sinfonía nº 5. 6 y 7 de diciembre de 2007. Pinchas Steinberg, director. Coro de RTVE. Ricarda Merbeth, soprano. Andrew Schoeder, barítono. Brahms, Un Réquiem alemán. 10 y 11 de enero de 2008. Antoni Ros Marbà, director. Rudolf Buchbinder, piano. Beethoven, Concierto para piano nº 5. Dvorák, Sinfonía nº 9. 31 de enero y 1 de febrero de 2008. Gunther Herbig, director. Coro de RTVE. Marie Arnet, soprano. Cecilia Díaz, mezzo. José Ferrero, tenor. Andrew Foster-Williams, barítono. Bruckner, Te Deum, Sinfonía nº 7. J. Martín de Sagarmínaga ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA. Josep Pons ORQUESTA DE LA COMUNIDAD DE MADRID 145 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica de Euskadi APUESTA POR NUEVOS NOMBRES www.orquestadeeuskadi.es PISTAS 1 a 5 de octubre de 2007. Gilbert Varga, director. Arcadi Volodos, piano. Rachmaninov, Concierto para piano y orquesta nº 3. Chaikovski, Sinfonía nº 6. Del 25 de enero al 1 de febrero de 2008. Cristian Mandeal, director. Orfeón Pamplonés. Ekaterina Gubanova, mezzo. Brahms, Rapsodia para contralto. Prokofiev, Alexander Nevski. Strauss, Ein Heldenleben. 31 de marzo y 1 de abril Arturo Tamayo, director. Giovanna Reitano, arpa. Pierné, Divertissement sur un théme pastoral. De Pablo, Concierto para arpa y orquesta “Danzas secretas”. Hindemith, Matías el pintor. 14 de junio de 2008. Tugan Sokhiev, director. Han Na Chang, violonchelo. Prokofiev, Sinfonía concertante para violonchelo y orquesta. Chaikovski, Sinfonía nº 5. L a Orquesta Sinfónica de Euskadi iniciará la nueva temporada celebrando durante el presente año su 25º aniversario y con tal motivo contará con múltiples argumentos conmemorativos como una gira por Brasil (Mozarteum de São Paulo), Uruguay y Argentina; la primera grabación de la ópera Gernika de Francisco Escudero, además de los conciertos de temporada de abono que dará comienzo el 1 de octubre. La oferta incluye un total de 15 programas y 58 conciertos distribuidos entre Bilbao (12), Donostia (24), Vitoria (11) y Pamplona (11) destinados a una masa que llega a los 7000 abonados. Interesante el estreno absoluto de Danzas secretas, obra encargada a Luis de Pablo, o la inclusión de contemporáneos como Ramón Lazkano, Arvo Pärt y Carlos Satué, en combinación con grandes sinfonías (dos de Chaikovski, la Tercera de Brahms, la Grande de Schubert), así como los aniversarios del ornitólogo Messiaen o de Sarasate en sus centenarios de nacimiento y deceso respectivamente. Entre las batutas, además de los cotitulares Gilbert Varga y Cristian Mandeal, repiten Lawrence Foster, Arturo Tamayo, Hans Graf (titular del 93 al 96), y se estrenan en la temporada de abono Andrés OrozcoEstrada, Kristjan Järvi, Pablo González, Tugan Sokhiev y Juanjo Ocón. Entre los solis- tas destaca la presencia de los pianistas Arcadi Volodos y Joaquín Achúcarro, el chelista Han Na Chang y otros como Eldar Nebolsin, James Ehnes, So Young Yoon, el acordeonista Iñaki Alberdi y el saxofonista Josetxo Silguero. En la presente temporada se incide también en repertorios donde la voz tiene gran presencia con cantantes como Olatz Saitua, Francisca Beaumont o el Orfeón Donostiarra. La Real Orquesta Sinfónica de Sevilla es la invitada en un año donde no faltarán los conciertos en familia, con un nuevo departamento pedagógico, ni las matinées donde debuta la mezzo Ainhoa Soraluze. SINFÓNICA DE EUSKADI Gilbert Varga Cristian Mandeal JUANJO MENA ERNEST MARTÍNEZ IZQUIERDO 148 Íñigo Arbiza D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica de Bilbao PISTAS RECORRIDOS www.bilbaorkestra.com Rafa Martín E s posible que la temporada que ahora empieza sea la última que vea al alavés Juanjo Mena, recientemente nombrado principal director invitado del Teatro Carlo Felice genovés, en la titularidad de la Orquesta Sinfónica de Bilbao, a la que llegó hace ocho años. De ser así, el adiós se produciría con un programa integrado por la obertura de Tannhäuser, los Wesendonklieder y Carmina Burana con el Orfeó Català. Qué mejor forma de despedirse entre ovaciones. Antes habría estrenado dos obras, Bizkaieraz del ex miembro del grupo Itoiz Juan Carlos Pérez y Espira de Félix Ibarrondo, transitado por el variado romanticismo de Beethoven, Mendelssohn, Schumann y Liszt, y llegado hasta el repertorio del siglo pasado, en el que siempre ha demostrado moverse con solvencia. Subirán al podio del Palacio Euskalduna para ponerse al mando de la orquesta por vez primera Raymond Leppard y Marc Soustrot, el segundo con Des canyons aux étoiles de Messiaen. Con ellos el número de directores invitados se elevará esta edición a diez, algunos de ellos viejos conocidos, como Günter Neuhold y Yaron Traub. Bach volverá en navidad, Dvorák lo hará en primavera, la Orquesta Sinfónica de Castilla y León vendrá con David Atherton al frente, al piano se sentarán Elisso Virsaladze (Beethoven), Benedetto Lupo (Mozart), Louis Lortie (Mendelssohn), Gianluca Cascioli (Mozart) y Kun Woo Paik (Prokofiev), vibrarán las cuerdas de los violines de Dimitri Sitkovetski (Elgar), Mark Kaplan (Barber), Félix Ayo (Fauré), Chlöe Hanslip (Adams), las de los violonchelos de Daniel MüllerSchott (Walton), Enrico Dindo (Prokofiev), y sonarán las voces de, entre otros, Laura Alonso (Mahler), Raquel Lojendio, Carlos Mena (ambos Orff) y Mikeldi Atxalandabaso (Liszt). La orquesta, además, participará en las producciones operísticas de El castillo de Barbazul, Elektra y La battaglia di Legnano dentro del curso de la ABAO, y reservará un espacio a la música de cámara en su habitual ciclo y seguirá visitando salas y auditorios al sur y al norte de los Pirineos. Asier Vallejo Ugarte 13 y 14 de diciembre de 2007. Juanjo Mena, director. Coro Easo. Daniel Oyarzabal, órgano. Mikeldi Atxalandabaso, tenor. Barber, Essay nº 1, Tocata festiva para órgano y orquesta. Liszt, Sinfonía Fausto. 27 y 28 de marzo de 2008. Marc Soustrot, director. Patricia Azanza, piano. Juan Manuel Gómez, trompa. Jabi Alonso, xilorimba y glockenspiel. Messiaen, Des canyons aux étoiles. 12 y 13 de junio de 2008. Juanjo Mena, director. Orfeó Català. Raquel Lojendio, soprano. Carlos Mena, contratenor. Thomas Mohr, barítono. Wagner, Tannhauser, obertura. Wagner-Henze: Wesendonklieder. Orff, Carmina Burana. Orquesta Sinfónica de Navarra AFIANZANDO LA PROYECCIÓN EXTERIOR www.orquestadenavarra.es U n total de catorce conciertos de abono ha programado la Orquesta Sinfónica de Navarra que dirige el director titular Ernest Martínez Izquierdo. El principal reto de la formación hace un año fue trabajar en pro de una mayor proyección hacia el exterior, por eso es subrayable destacar que la temporada del ciclo de abono dará comienzo en el habitual escenario del Baluarte con el estreno de Styk, una obra contemporánea del compositor georgiano Gija Kancheli, que se estrena en España en esta ocasión, los días 13 y 14 de septiembre y que suscitará la atención más allá de la Comunidad Foral. El ciclo de abono incluirá la habitual lista de destacados solistas, con la inclusión de un programa amplio, ecléctico en cuanto a estilos y estéticas. Martínez Izquierdo dirigirá a la OSN en un total de seis concier- Lieder de Strauss, el pianista Michel Camilo, los violinistas Peter Herresthal, Jack Liebeck o Vadim Gluzman. Mención aparte para la inclusión de la Misa en re menor “Nelson” de Haydn con la Coral de Cámara de Pamplona que tan buenos resultados está reportando en los últimos tiempos, así como La vida breve de Falla con des- tacado cartel de solistas y el Orfeón Pamplonés. Por otra parte, la OSN realizará un intercambio con la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, la cual estará en el Baluarte junto a la soprano Amanda Roocroft presentando una obra encargada a Cruz de Castro. 22, 23 de noviembre de 2007. Ernest Martínez Izquierdo, dir. Anssi Karttunen, violonchelo. Saariaho, Concierto para violonchelo y orquesta “Notes on Light”. Mahler, Sinfonía nº 5. Sinfonía en do menor. Mozart, Vado, ma dove?, A questo seno, Or che Il celo. Myslivecek, Sinfonía en do mayor. Haydn, Berenice, che fai? Riegel, Sinfonía nº 8. “Tannhäuser”. Strauss, Cuatro últimos Lieder” y Muerte y transfiguración. 14, 15 de febrero de 2008. Stefano Montanari, director. Concerto Köln. Ann Murray, mezzo. Kraus, Obertura de Olimpia, 10, 11 de abril de 2008. Ernest Martínez Izquierdo, dir. Susan Bullock, soprano. Wagner, Oberturas de “El Holandés errante” y tos, lo cual implica estar atentos al paso por el escenario pamplonica al trabajo a realizar por las batutas de Tuomas Ollila, Philip Pickett, Rolf Gupta, Stefano Montanari, Howard Griffiths, y Antoni Wit, además de solistas como la mezzo Ann Murray que cantará arias de Mozart, la soprano Susan Bullock que hará sonar los Cuatro últimos Íñigo Arbiza PISTAS 26, 27 de junio de 2008. Ernest Martínez Izquierdo, dir. Orfeón Pamplonés. Ana Ibarra, soprano. Francisca Beaumont, mezzo. José Antonio López, barítono. Ginesa Ortega, cantaora. Marco Socias, guitarra. Falla, La vida breve. 149 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia PISTAS LA CUERDA AL PODER www.sinfonicaregiondemurcia.com L a Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia ofrece la temporada entrante un programa variado que incluye el clasicismo del siglo dieciocho, el periodo romántico y el nacionalismo, adentrándose en la música del pasado siglo con autores como Stravinski, Walton, Shostakovich, Bernstein o Takemitsu. La música española ofrece citas con Joaquín Turina (Procesión del Rocío y Sinfonía Sevillana), Gerhard (Concierto para violín), García Abril (Alhambra y Concierto para piano), José Luis Turina (Fantasía sobre una fantasía de Alonso de Mudarra) y J. Vicente Egea (Cobermorum). La creación más actual estará presente con el estreno absoluto del Concierto para piano y orquesta nº 4 de Kapustin. Hay que mencionar figuras como Tamás Vásáry que dirigirá a la joven violinista británica Chloë Hanslip, en el Concierto para violín y orquesta de Schumann. Más joven aún la niña prodigio norteamericana Heidi Hatch, interpretará el Concierto para violín nº 3 de Saint-Saëns bajo la batuta del mejicano Héctor Guzmán. El titular de la Toronto Philharmonia, Kerry Stratton, que dirigirá la Sinfonía en re menor de César Franck, acompañará previamente a uno de los violonchelistas de mayor proyección internacional, según palabras del maestro Heinrich Schiff, el suizo Christian Poltéra, interpretando el concierto de Elgar. El no menos trascendente Concierto para violonchelo y orquesta de Schumann será interpretado por nuestro Asier Polo bajo la dirección del maestro Rodilla. El violista Dov Scheindlin, durante mucho tiempo admirado como integrante del Arditti Quartet, cerrará con el Concierto para viola de Walton esta temporada de la OSRM, completando la participación de un más que atractivo plantel de solistas de cuerda, sin duda uno de los puntos de interés de toda su programación. 21 de diciembre de 2007. Héctor Guzmán, director. Heidi Hatch, violín. Berlioz, El corsario, obertura. Saint-Saëns, Concierto para violín nº 3. Franck, Sinfonía en re menor. 7 de febrero de 2008. Támas Vásáry, director. Chloë Hanslip, violín. Wagner, Obertura de Rienzi. Schumann, Concierto para violín. Brahms, Sinfonía nº 3. 4 de abril de 2008. José Miguel Rodilla, director. Ludmil Angelov, piano. Kapustin, Concierto para piano nº 4. J. Vicente Egea, Cobermorum. Prokofiev, Sinfonía nº 1. José Antonio Cantón Orquesta de Valencia SE CONSOLIDA LA MARCA TRAUB www.palaudevalencia.com E YARON TRAUB 150 Jürgen Olczyk n su tercera temporada como titular de la Orquestra de València, Yaron Traub parece decidido a consolidar su marca, a plasmar con total nitidez su sello personal. De la treintena de programas previstos, casi la mitad los dirigirá él, mientras que Walter Weller y Enrique García Asensio, aunque conservan sus títulos de Director Asociado y Principal Director Invitado, ven sensiblemente reducidas sus participaciones. Sí aumentan, y mucho tanto en cantidad y renombre, los directores invitados, donde encontramos a Piero Gamba (cincuenta años después de que, siendo todavía Pierino, se pusiera al frente de esta formación), Vladimir Fedoseev, Pinchas Steinberg, Carlo Rizzi, Theodor Gulschbauer, Günther Herbig, Juanjo Mena, Massimo Zanetti, Josep Vicent, Michel Plasson y José María Cervera Collado. En cuanto a los solistas, junto a una potenciación de los valores locales en muchos casos procedentes de la misma orquesta, son los pianistas quienes, con nombres tan destacados como Arcadi Volodos, Eliso Virsaladze, Jean-Yves Thibaudet o Elizabeth Leonskaja, se llevan la parte del león. Sin embargo, los violonchelistas Truls Mørk, Lynn Harrel y Han-Na Chang o los violinistas Teddi Papavrami y Julian Rach- lin no rebajan el nivel de la lista, como tampoco los solistas de la Filarmónica de Berlín a los que Traub acompañará en el Triple de Beethoven. Pasado el choque con el Palau de les Arts, el cual además se ha llevado al Cor de la Generalitat, las óperas en versión de concierto desaparecen completamente de la parrilla, lo cual redunda en una disminución importante de los cantantes, apartado en el que apenas encontramos a José van Dam y Montserrat Caballé como figuras más descollantes. Por lo que al repertorio se refiere, sólo dos primeras audiciones (el Concierto para orquesta de Lutoslawski y la Harmonienlehre de Adam) y un encargo se pueden contar como novedades, aunque esta vez sí se nota una tendencia a reforzar la presencia de la música francesa y a insistir en las sinfonías de Mahler y Bruckner. Alfredo Brotons Muñoz PISTAS 23 de noviembre de 2007. Yaron Traub, director . Elizabeth Kulman, soprano. José van Dam, barítono. Jonas Kauffmann, tenor. Berlioz, La condenación de Fausto. 30 de noviembre de 2007. Carlo Rizzi, director. Mahler, Sinfonía nº 6. 22 de febrero de 2008. Günther Herbig, director. Jean-Yves Thibaudet, piano. Liszt, Concierto para piano nº 1, Totentanz. Sibelius, Sinfonía nº 1. 7 de marzo de 2008. Yaron Traub, director. Truls Mørk, violonchelo. Dvorák: Concierto para violonchelo. Lutoslawski: Concierto para orquesta. 18 de abril de 2008. Michel Plasson, director. Coro Catedralicio. Fauré, Requiem. Ravel, Valses nobles y sentimentales, La valse. ENCUENTROS LA COLOMBINA, UNA PASIÓN POR LA POLIFONÍA C reado a principios de los 90 por dos de los más importantes pioneros del canto histórico en España, Josep Benet y Josep Cabré, el cuarteto vocal La Colombina ha vuelto con fuerza, tras un receso de un par de años coincidentes con el arranque del presente siglo, a la actualidad discográfica y concertística. A finales de marzo estuvieron en Sevilla para ofrecer un recital en el marco del XXIV Festival de Música Antigua y para presentar su último disco, dedicado a Francisco Guerrero. Aprovechamos la ocasión para dialogar con ellos. Ausente Raquel Andueza, el peso de la charla lo lleva Cabré, aunque José Hernández Pastor interviene también a menudo y Benet hace algunas que otras puntualizaciones y aporta datos y recuerdos. La Colombina: José Hernández Pastor, Raquel Andueza, Josep Benet y Josep Cabré ¿Por qué ese paréntesis en la actividad de La Colombina? 152 JOSEP CABRÉ.— Estuvimos dos años en stand by , sin hacer nuevos conciertos, simplemente respetando los que ya teníamos firmados. Y la cosa es muy fácil. María Cristina [Kiehr] estaba muy dedicada a Concerto Soave y encima tomó un puesto de maestra en Trossingen y tenía cada vez menos tiempo. Claudio [Cavina], muy metido con sus cosas de La Venexiana, lo mismo. Y nos dijimos, pues bueno, hasta aquí llegamos. Entonces, comentando con mi colega y cómplice desde hace 30 años [refiriéndose a Benet], nos dijimos, ¿cerramos el tenderete o seguimos adelante? Pensamos que si seguíamos, aunque obviamente cambiando de personas el sonido también sería distinto, debía- ENCUENTROS LA COLOMBINA mos partir del mismo nivel. Y aquí hago un inciso: siempre hemos tenido la idea de cuarteto de música de cámara, más que de grupo de música antigua, y muy raramente hemos incluido a más personas en nuestros proyectos. Entonces la idea era si podíamos realmente seguir adelante como cuarteto al mismo nivel. Y no es tan fácil encontrar a la gente adecuada, no sólo encontrar a gente bien preparada, sino que además sienta el placer de hacer polifonía, que es un oficio muy esclavo. Nos vimos con distintas personas, hasta que Josep [ Benet ] llegó un día emocionado: “¡Encontré una soprano!”. Yo no conocía a Raquel [Andueza], pero, efectivamente, era la voz que buscábamos. La casualidad hizo que por esas mismas fechas conociéramos a Pepe [Hernández Pastor ]. Así que nos reunimos y probamos. Estuvimos trabajando y nos dimos cuenta de que el resultado era plausible. Surgió entonces la posibilidad de retomar un viejo sueño, que era montar el Oficio de Semana Santa de Victoria completo, y aunque ese proyecto requería más voces fue una oportunidad de trabajar en profundidad con el nuevo cuarteto. Fue una suerte poder hacer esto en Cuenca y además grabarlo, con resultados para mí muy satisfactorios. Aquello supuso una especie de refundación del grupo, y a partir de ahí hemos seguido. Accent, que era nuestra casa discográfica, cambió también de sistema (y cuando digo de sistema es simplemente de dueño) y eso supuso otra forma de empezar. Hicimos seis discos para Accent con el viejo equipo. Ahora tenemos un equipo nuevo, pues vamos a buscar un cambio de orientación total, incluso en los discos. Con K617, sello con el que he colaborado en otras ocasiones y durante muchos años, no está garantizada la continuidad, porque el mundo del disco es muy problemático, pero se avinieron a trabajar con nosotros para este disco Guerrero, un programa que habíamos empezado a montar con el antiguo equipo. Estuvimos ensayándolo y aquí está. Es el primer disco con el nuevo cuarteto en solitario. J. C.— Sí, y si exceptuamos el del Cancionero de la Sablonara, que ya es música posterior, barroca, más vertical, es el disco más denso polifónicamente de los que ha hecho nunca La Colombina, porque en los otros, que si un poco de gregoriano, que si una ensalada… Además otra cosa, que es importante hoy en el mercado del disco, es que se trata de un monográfico, que es algo que buscan hoy muy especialmente los productores, lo que será posiblemente un problema para los próximos trabajos: encontrar monográficos que tengan alto interés tanto para el disco como para los conciertos. Con Guerrero lo han tenido relativamente fácil, porque la música es muy variada: motetes, canciones, villanescas… Las villanescas de Guerrero son prácticamente madrigales. JOSÉ HERNÁNDEZ PASTOR.— Sí. De hecho a estas piezas se les llama también madrigales. Cubrimos así un espectro muy amplio, y siendo un monográfico, nos ha dado mucho juego para meternos con polifonía muy rigurosa y con cosas más frescas. Incluido siempre en la gran trinidad del Renacimiento español, junto a Morales y Victoria, Guerrero había sido tratado a menudo un poco como el pariente pobre, ¿qué lugar ocupa hoy el compositor en la música del XVI? J. C.— Yo creo que ocupa un plano casi a la par con Morales y Victoria. Es cierto que se le ha considerado un poco más de estar por casa, porque, aunque viajó mucho, sus puestos de trabajo no fueron internacionales. Pero, en cualquier caso, es muy difícil hacer este tipo de comparaciones. Todavía Guerrero y Victoria tienen aspectos que se pueden comparar, pero compararlo con Morales, que es de una generación anterior, es casi una temeridad, porque el estilo cambia mucho. El compositor que sí creo que está muy infravalorado es Juan Vásquez, pero claro ésta es mi opinión, que no sé si mis colegas comparten. JOSEP BENET.— Sí, lo que pasa es que la música religiosa es quizá menos interesante, tiene menos cosas que los otros, ¿no? J. C.— Bueno, tiene también una obra muy importante que es la Agenda deffunctorum, que ya hicimos en su día, pero en la música profana sólo se conocen de él dos o tres canciones (eso también pasa un poco con Guerrero, la verdad) y creo realmente que merecería otra presencia. Se habla mucho de la gran trilogía del Renacimiento español, y a veces es una lástima que eso haga que nos olvidemos de otros muchos maestros de la época, que están claramente infravalorados. J. H. P.— De todas formas, si se establece ese triunvirato —y hay que hacerlo con muchas reservas, porque Morales es ciertamente muy anterior— , Guerrero tiene un sabor característico y particular, dentro de un sistema de escritura y de un lenguaje común con Victoria —aunque se nota también que Victoria es posterior—, pero Guerrero tiene un sabor que le da una identidad muy especial, por lo que no sólo está al mismo nivel de calidad artística que los otros dos, sino que lo está de una manera diferente también, aportando una personalidad propia y muy distinguida. J. C.— Sí, y con respecto a eso, yo tengo una idea muy clara, y es que todos estos compositores donde dan lo mejor de sí mismos, donde aportan lo esencial de su propia personalidad y donde su inspiración resulta más elevada es en el motete, lejos de las obligaciones rituales que impone la misa y lejos de las cortapisas silábicas de los salmos. Como el motete no tiene un puesto fijo dentro de la liturgia, es ahí donde el compositor se siente más libre. J. H. P.— Y en el caso de Guerrero es posiblemente en los motetes marianos donde alcanza su máxima inspiración. ¿Qué espacio tiene la polifonía renacentista en los ciclos y festivales hoy día? ¿Suficiente para un grupo como La Colombina? J. C.— Honestamente, suficiente para un grupo como nosotros, no. Es curioso, pero hablas con algunos programadores que tienen miedo de programar polifonía a cappella, les parece muy sobrio, muy severo todo, pero lo cierto es que cuando nos invitan una vez, siempre repiten, esa es la única verdad. Aunque no hay que ocultar que desde luego esta música impone respeto a muchos programadores. Es muy normal que te digan eso de “¿Sólo cuatro voces? ¿Cómo, sin música?” [risas]. J. H. P.— Para mí, viniendo de El Cortesano, donde sí es verdaderamente todo muy austero, esto me parece casi una fiesta… Una soprano rubia, cuatro voces… ¿Se vende mejor hoy la polifonía cuando se hace pasar por monodia, con una soprano asumiendo la voz superior y los instrumentos el resto de voces? J. H. P.— Para el público no creo que sea necesariamente más atractivo. Eso depende un poco de quién sea el líder de cada conjunto. Si es un cantante, la presencia de las voces será mayor y si es instrumentista puede buscar en realidad ese efecto que comenta. Además, hacer la música, en la medida de lo posible, con los medios para los que estaba pensada para mí es un valor en sí mismo, aunque entiendo que haya otros criterios. J. C.— Sí, claro esto es muy importante. En el caso de la música en castellano de Guerrero es obvio y evidente que es música para voces solistas; en el caso de los motetes, ya es discutible, es probable que pudieran incluir un órgano de capilla o una capilla vocal mucho más numerosa, eso era algo que dependía un poco de las condiciones concretas de cada interpretación. Pero aun así pienso que tanto en 153 ENCUENTROS LA COLOMBINA Guerrero como en los Responsorios de Victoria por ejemplo la opción de un cantante por voz queda justificada por la propia textura polifónica de las obras. ¿En qué estado se encuentra el patrimonio musical antiguo en España? ¿Se está trabajando en la línea correcta? J. H. P.— Creo que se ha revitalizado cierta sensibilidad hacia el patrimonio que no existía hace diez o quince años, y me parece que en eso han tenido mucho que ver las conmemoraciones, los centenarios y todo esto; da la impresión de que de este modo resulta mucho más fácil que en las instituciones te escuchen cuando les presentas un proyecto de recuperación de alguna obra o un compositor olvidado. J. C.— La realidad es que se edita mucho. Yo tengo un hermano que trabaja en una editorial, en Tritó, y me contaba, por ejemplo, que la musicóloga Rosa Isusi ha sacado un volumen con música de Rabassa y habían hecho no sé si 40 o 50 ejemplares, los hacen casi por encargo, es decir, que estas ediciones, magníficas, porque están realizadas con sistemas informáticos modernos y quedan muy bien, van a los clientes habituales, a las cuatro bibliotecas interesadas, pero se convierte en un material casi inaccesible a través de las redes normales de distribución comercial. Y eso es un problema… Otro ejemplo. Hace un par de meses, estando en el CSIC con [Antonio] Ezquerro, los libros del Instituto, donde hay cosas muy bien editadas, es sintomático de qué pasa con este material, si por casualidad llega a un negocio, una tienda de música o lo que sea, son libros caros, algunos muy caros, y sin embargo vas al Instituto de Musicología y te los regalan en cantidades importantes, con toda la buena intención del mundo, simplemente para que circulen. Es decir, se hacen muchas cosas, pero no estoy seguro de que haya un mercado para estas cosas. Luego, en Estados Unidos seguro que tienen todas estas colecciones completas, pero aquí es complicado encontrarlas. Volviendo a Guerrero, este programa que presentan en el disco hace un recorrido amplísimo, que va de las primeras canciones publicadas en 1555 a las Canciones y villanescas de 1589. ¿Hay una evolución en su obra o encontró Guerrero muy pronto su estilo? 154 J. C.— A mí me parece que encontró pronto su estilo, porque es todo muy unitario. Donde sí se encuentran diferencias es entre las obras escritas sobre textos que guardan la forma villancico y aquellas compuestas sobre poemas seguidos. Se ve por ejemplo en Huyd huyd, que no está aquí, pero hemos hecho otras muchas veces, que es un poema de una densidad especial, comparado por ejemplo con ¡Oh qué mesa, qué manjar! , mucho más vertical, mucho más inocente… J. B.— Popular… J. C.— Exactamente… Creo que hay más diferencias en el procedimiento. Su música es muy diferente cuando toma un poema estrófico o un texto denso, como Vana esperança o cosas de éstas. J. H. P.— A mí me llama la atención la cercanía al texto. Yo he trabajado mucho el repertorio de vihuela, que está construido sobre poemas de un valor literario extraordinario, y aquí el nivel de los textos es desde luego otro, pero es que la función también es otra. No es lo mismo encender la devoción popular que sentarse a degustar un soneto de Garcilaso, pero lo que hace Guerrero siempre es tratar los textos de una forma magistral, en cuanto a cercanía de texto y a musicalidad del verso, que también tiene una entonación, un ritmo, cómo juega con las síncopas en Prado verde y florido, por ejemplo. Los textos son siempre adecuados a la función. J. C.— Lo que también es cierto es que siendo textos que no son por supuesto como los de Boscán o Garcilaso, en gran medida son ya poesía barroca. Una cosa es su blanco y su negro, su arriba y su abajo, su derecha y su izquierda… Y esto lo transmite también en la música, que, incluso siendo de carácter madrigalístico, emprende el camino hacia el silabismo que va a provocar el Barroco. De Guerrero se ha destacado también el carácter dulce y encantador de su música, que está cercano en algunos aspectos a lo popular. ¿Lo entienden ustedes así, ese carácter va más allá de algunas canciones concretas, imprimiendo cierto sabor particular también a las obras religiosas, como las antífonas marianas, por ejemplo? J. B.— Lo de la dulzura sí es algo que se aprecia muy bien en su música. El enamorado del niño Dios, se le llamaba… Lo popular, se aprecia en algunos textos, pero en la música se transparenta menos, quizá en algunas canciones estróficas. J. C.— Sí, es así. En determinadas canciones se aprecia cierta cercanía a la música popular, pero incluso en esos casos, con sujetos populares o ENCUENTROS LA COLOMBINA cercanos a la sensibilidad popular, lo que para mí resulta más destacable es que Guerrero es un señor muy refinado. No sé si es un intelectual o no, pero es desde luego un compositor muy refinado. J. H. P.— A mí me da la impresión de que su mayor mérito está en traducir un gran arte, una manera de escribir digamos monumental, para la función concreta que se requería en cada caso, y en ese sentido para mí Guerrero tiene un valor inmenso. J. C.— Y de hecho, ya que tocamos el tema, la idea de buscar un sonido popular a esta música, como a música posterior, ya del primer XVII, a mí en lo personal no me gusta y además me parece un error, porque es música de un gran refinamiento, de una extraordinaria nobleza, y esa tendencia a enfatizar sólo su perfil popular, bajo pretexto de que estamos con un bajo de folía o no sé qué, todo es popular y todo es muy fácil y olé olé, no me convence en absoluto. J. H. P.— Claro, porque además el mismo Guerrero te lo escribe. Hay compositores que incluso con la tesitura te marcan el camino, te conducen de tal forma que no necesitas añadirles nada. Ya se sabe que cuando escriben grave hay que interpretarlos de determinada manera y cuando escriben brillante de otra, y el intérprete no tiene en realidad que aportar nada especial. Es como Monteverdi, cuando escribe el ritmo de la declamación, o como Bach. Cantas las notas y el texto en el sitio y estás haciendo un montón de música, sin nada más que hacer lo que está escrito. J. C.— El caso de Monteverdi es muy claro, porque en el Combattimento él prohíbe explícitamente hacer nada al margen de lo escrito, salvo en el famoso pasaje ese de la noche. Y es que funciona perfectamente así. Puedes recitar el Combattimento de forma hablada, simplemente con el ritmo escrito, sin hacer las notas, y ya contiene en sí todas las leyes de la retórica. Con Guerrero no es lo mismo, desde luego, pero sí hay ya una tendencia hacia eso. Es música muy fina. El paradigma de este trato podrían ser las ensaladas, de Flecha, Vila y otros, en el sentido de que éstos sí utilizan expresamente melodías populares y el producto final sigue siendo refinado. J. B.— Y eso con Vásquez se ve todavía más claro. J. H. P.— De cualquier manera, y aunque esto no lo hemos hablado entre nosotros en estos términos, yo creo que nos ha salido un Guerrero muy cálido, sin plantearlo de forma explícita, porque hemos visto que ese tratamiento va bien con su estilo. J. B.— Pero es lo mismo que decíamos antes. Eso lo trae la propia escritura, en ese sentido nosotros no hemos tenido que poner nada. ¿Existe un sonido español para la música española? J. C.— Eso es complicado de decir. Sonamos distintos a los ingleses, por ejemplo, porque hemos llegado después que ellos a esta música, porque somos distintos y porque existen tipos de voces (eslavas, latinas, nórdicas) con colores específicos. Ahora bien, yo pienso que la música es un bien universal y la manía ésta de que a Vivaldi sólo lo pueden hacer los italianos, a Bach sólo los alemanes y a Lully sólo los franceses, me parece aberrante. El mundo del disco está mal… J. C.— Algunos dicen que el soporte CD está en extinción. Yo no lo veo tan claro. El acceso a la música por Internet acaba siendo para muchos melómanos una motivación suplementaria para además procurarse el disco. Las pequeñas empresas sobreviven, pero todas las que han sido absorbidas por las grandes multinacionales, fracasan estrepitosamente, ¿y por qué fracasan? Porque en las grandes sólo interesan las cifras de negocio y obviamente esta música en disco nunca será un negocio. Y en este panorama, ¿qué función cumplen las instituciones? Porque hacer un disco supone también conservar y difundir patrimonio. J. C.— No sé muy bien qué función cumplen, pero sobre la que deberían cumplir sí que tengo una pequeña idea. Lo que pasa es que creo que mi idea no suele coincidir con la de los políticos de turno, que parecen necesitar siempre resultados mucho más inmediatos o populistas. Pablo J. Vayón BOLETÍN DE SUSCRIPCIÓN c/ Cartagena 10, 1ºc - 28028 MADRID Tel. 91.356 76 22 - Fax 91.726 18 64 E-mail: suscripciones@scherzo.es - www.scherzo.es Deseo suscribirme, hasta nuevo aviso, a la revista SCHERZO por períodos renovables de un año natural (11 números) comenzando a partir del mes de …………………nº…… El importe lo abonaré de la siguiente forma: Transferencia bancaria a la c/c 2038 1146 95 6000504183 de Caja de Madrid, a nombre de SCHERZO EDITORIAL, S.L. Cheque a nombre de SCHERZO EDITORIAL, S.L. Giro postal. VISA. Nº: …………………………………………… Rellene y envíe este cupón por correo, fax o correo electrónico. O llámenos por teléfono de 10 a 15 h. También está disponible en nuestra página en internet. Nombre…………………………………………….............. ………………………………………..…………….............. 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Los datos se tratarán y protegerán según la LO. 15 /1999 de 13 de diciembre de Datos de Carácter Personal y el titular de los mismos podrá ejercer los derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición ante las oficinas de la Sociedad sita en Madrid, calle Cartagena nº 10 1º C, 28028 Madrid. 155 EDUCACIÓN Cambiar el mundo utilizando una herramienta educativa para el futuro LA CREACIÓN DE UNA ÓPERA vo se convierte en vehículo de todo el aprendizaje a lo largo del curso. Partiendo de los cursos de profesorado del Metropolitan Opera Guild de Nueva York, hemos integrado la estructura, el formato y el diseño de programa Creating Original Opera en el currículo de nuestra clase. El proceso de creación de una ópera nos proporciona un excelente soporte para el aprendizaje auténtico. A lo largo de un curso, los alumnos se transforman. Aprenden la importancia de la independencia y de la interdependencia para alcanzar objetivos. Mientras colaboran y cooperan en el trabajo, desarrollan una ética positiva del trabajo y un alto grado de responsabilidad y de calidad en el mismo. El reto de transmitir un mensaje importante a través de la ópera aumenta su motivación, su interés y su implicación. Todos los niños aumen- S on los alumnos quienes tienen las respuestas, no sólo las profesoras M 156 ientras la violencia, el odio, la intolerancia y la mentalidad de banda impregnan la sociedad, nos angustia pensar en qué dirección estamos yendo. ¿Qué podemos hacer para llevar a nuestra sociedad hacia el equilibrio, la armonía y el entendimiento? Nos preocupa el futuro de nuestros líderes, los niños. ¿Cómo podemos educarlos en la paz, como miembros productivos de una sociedad diversa y en permanente cambio? En el esfuerzo por educar personas bien provistas de conocimientos, sabiduría, respeto y tolerancia, nuestros colegios asumen una inmensa responsabilidad. La buena educación no consiste sólo en preparar académicamente a los alumnos para el mundo laboral. Debe darles las habilidades vitales para prosperar y crecer con fuerza, no basta con educarlos para sobrevivir. Se están dando cambios educativos en todo el mundo. Se implantan nuevos programas, métodos de enseñanza y de evaluación estandarizada para alcanzar la excelencia, pero muchos de estos métodos se equivocan en su orientación. Descuidan cosas como el pensamiento crítico y la creatividad en favor de una visión limitada y de una serie de habilidades fácilmente cuanti- ficables. ¿Estamos prestando la atención debida al pensamiento minucioso, al aprendizaje del empoderamiento (empoderar: aprender a sentirnos dueños de nuestros actos) o a la interacción social positiva? Hay algo que está cambiando las vidas de los niños, la forma en que se ven a sí mismos y la forma en que ven a los demás. Este algo se encuentra, quién lo diría, en una compañía de ópera. Una compañía formada por… ¡niños de siete años! Crear una ópera original: destrezas para la vida Nuestro grupo de segundo de enseñanza primaria en Maryland, del que somos profesoras, es una compañía de ópera en la que se contrata, previa solicitud, a los alumnos como electricistas, carpinteros, sastres, maquilladores, escenógrafos, compositores, libretistas y cantantes. El 77% de los alumnos tiene el inglés como segunda lengua, el 79% sufre los efectos de la pobreza y un número significativo de ellos tiene necesidades educativas especiales. Todos se convierten en expertos en su trabajo y trabajan juntos para crear y producir una ópera propia, su objetivo común. Este objeti- tan su autoestima y la confianza para sus vidas futuras, y ahí están, al final del curso escolar, conscientes de sus propias capacidades y abiertos a entender a los demás. La experiencia de la compañía de ópera de la clase les enseña conceptos académicos y lecciones sobre la vida. ¿Acaso no son estas habilidades para la vida las que queremos que los niños lleven consigo en su contacto con el mundo? El proceso lo es todo A medida que avanza el proceso de crear su espectáculo, los niños se dan cuenta de que lo que están aprendiendo rebasa la creación de una ópera. A medida que ganan confianza con sus compañeros, expresan sus pensamientos y emociones. Se crea un ambiente en el que se potencia que asuman riesgos, que piensen en profundidad y que desarrollen su energía creativa para impulsar su potencial, a la vez que adquieren las habilidades propias de ciudadanos productivos y capaces de aprender a lo largo de toda su vida. Crean un equipo y comprueban a diario que deben trabajar juntos para alcanzar sus objetivos. Si no lo hacen, XIV Ciclo de Lied COPRODUCEN FUNDACIÓN CAJA MADRID Y TEATRO DE LA ZARZUELA (LUNES 8 DE OCTUBRE DE 2007, A LAS 20:00 HORAS) Recital I MATTHIAS GOERNE, BARÍTONO 07 08 ELISABETH LEONSKAJA, PIANO TEMPORADA F. SCHUBERT: Vier Lieder sobre poemas de J. Mayrhofer (D 526, D 703, D 754, D 700), Drei Lieder sobre poemas de K. G. Ritter von Leitner (D 926, D 933, D 938), Drei Lieder sobre poemas de J. Mayrhofer (D 541, D 360, D 536), Fünf Lieder sobre poemas de F. von Schiller (D 636, D 638, D 113, D 794, D 583), Drei Lieder sobre poemas de J.W. von Goethe (D 716, D 295, D 767) (LUNES 19 DE NOVIEMBRE DE 2007, A LAS 20:00 HORAS) DIRECTOR: LUIS OLMOS Recital II ANGELIKA KIRCHSCHLAGER, MEZZOSOPRANO HELMUT DEUTSCH, PIANO 91.524.54.00 Abonos y Localidades COORDINACIÓN DE TEXTOS: FERNANDO FRAGA / COORDINACIÓN EDITORIAL Y GRÁFICA: VÍCTOR PAGÁN / DISEÑO GRÁFICO, CONCEPTO Y FOTOGRAFÍA (SERIE «DELICIAS MUSICALES»): ARGONAUTA Venta de Abonos: Se establece un abono a precio reducido (un recital gratuito) para los nueve recitales del Ciclo. (LUNES 17 DE DICIEMBRE DE 2007, A LAS 20:00 HORAS) Recital III ANNE SCHWANEWILMS, SOPRANO* MALCOLM MARTINEAU, PIANO Venta de Nuevos Abonos Los nuevos abonos se podrán adquirir del 3 al 20 de septiembre de 2007 en las taquillas del Teatro de La Zarzuela, en la Red de Teatros del INAEM (dentro de los horarios habituales de despacho de cada sala) y mediante el sistema de venta telefónica llamando al número de Serviticket 902.332.211 (de 8 a 24 horas), Servicaixa y Servicajeros de Caixa. R. STRAUSS: Drei Lieder sobre poemas de O.J. Bierbaum, op. 29, Zwei Lieder sobre poemas de F. Dahn, op. 21, Lotosblatter, op. 19 n.º 6 G. MAHLER: Sechs Lieder del ciclo Des Knaben Wunderhorn R. STRAUSS: Drei Lieder sobre poemas de H. von Gilm, op. 10, Drei Lieder sobre poemas de R.L. Dehmel, op. 39 n.º 1 / op. 49 n.º 1 y 3, Drei Lieder de Ophelia aus Hamlet, op 67 n.º 1, 2 y 3 Venta de Localidades: Venta Libre de Localidades Las localidades sobrantes de abono, si las hubiere, se podrán adquirir para cualquiera de los nueve recitales del ciclo a partir del 24 de septiembre de 2007 en las taquillas del Teatro de La Zarzuela, en la Red de Teatros del INAEM (dentro de los horarios habituales de despacho de cada sala) y mediante el sistema de venta telefónica llamando al número de Serviticket 902.332.211 (de 8 a 24 horas), Servicaixa y Servicajeros de Caixa MARK PADMORE, TENOR* PRECIO DE LAS LOCALIDADES: ZONA A B C D E F G ABONO VENTA LIBRE 212,00 ` 184,00 ` 160,00 ` 132,00 ` 104,00 ` 80,00 ` 52,00 ` 26,50 ` 23,00 ` 20,00 ` 16,50 ` 13,00 ` 10,00 ` 6,50 ` Forma de Pago: En efectivo o mediante tarjeta de crédito: C AJAMADRID, VISA, EUROCARD, MASTERCARD, AMERICAN EXPRESS y S ERVIRED. AVISO IMPORTANTE: Todos los recitales darán comienzo a las 20:00 horas y no se permitirá el acceso a la sala una vez comenzado el recital, hasta la primera pausa que exista. Todos los programas, fechas e intérpretes del XIV CICLO DE LIED son susceptibles de modificación. En caso de suspensión de alguno de los conciertos programados, se devolverá a los abonados 1/9 parte del precio del abono adquirido y al público en general el importe del precio de la localidad. La devolución se hará efectiva 7 días después de la cancelación del concierto en el lugar donde fue adquirida la localidad. La suspensión de un concierto, no así su aplazamiento, será la única causa admitida para la devolución de las localidades. Se recomienda conservar con cuidado las localidades, pues no será posible su reposición en caso de pérdida, deterioro o destrucción. No se atenderá ninguna reclamación una vez retirado el abono o las localidades de taquilla. (MARTES 22 DE ENERO DE 2008, A LAS 20:00 HORAS) Recital IV ROGER VIGNOLES, PIANO F. SCHUBERT: Schwanengesang D 957 (LUNES 11 DE FEBRERO DE 2008, A LAS 20:00 HORAS) Recital V SUSAN GRAHAM, MEZZOSOPRANO MALCOLM MARTINEAU, PIANO Mélodies de G. BIZET, C. FRANCK, G. FAURÉ, C. GOUNOD, E. LALO, C. SAINT-SAËNS, E. CHABRIER, E. PALADILHE, C. DEBUSSY, A. BACHELET, H. DUPARC, M. RAVEL, A. CAPLET, A. ROUSSEL, O. MESSIAEN, R. HAHN, E. SATIE, A. HONEGGER, H. SAUGUET, M. ROSENTHAL y F. POULENC (LUNES 31 DE MARZO DE 2008, A LAS 20:00 HORAS) Recital VI CHRISTIAN GERHAHER, BARÍTONO GEROLD HUBER, PIANO J. BRAHMS: Vier ernste Gesänge, op. 121 Lieder por determinar (LUNES 14 DE ABRIL DE 2008, A LAS 20:00 HORAS) Recital VII JOSÉ VAN DAM, BAJO-BARÍTONO MACIEJ PIKULSKI, PIANO G. FAURÉ: Après un rêve, Clair de lune, Prison, Les berceaux, Mandoline H. DUPARC: L’invitation au voyage, Le manoir de Rosamonde, Extase, Phidylé, Chanson triste J. IBERT: Don Quichotte (4 Mélodies) C. DEBUSSY: Les ingénus, Le faune, Colloque sentimental, Le son du cor, La mer est plus belle F. POULENC: Chansons Gaillardes (8 Mélodies) (LUNES 19 DE MAYO DE 2008, A LAS 20:00 HORAS) Recital VIII DIANA DAMRAU, SOPRANO* STEPHAN LADEMANN, PIANO* R. SCHUMANN: Frauenliebe und –Leben, op. 42 F. LISZT: Lieder por determinar A. BERG: Sieben frühe Lieder R. STRAUSS: Lieder por determinar (MARTES 10 DE JUNIO DE 2008, A LAS 20:00 HORAS) Recital IX WALTRAUD MEIER, MEZZOSOPRANO JOSEF BREINL, PIANO* F. SCHUBERT: Sechs Lieder (Wehmut, D 772, Fischerweise, D 881; Die Forelle, D 550; Gretchen am Spinnrade, D 118; Nachtstück, D 672; Erlkönig, D 328) R. STRAUSS: Sechs Lieder (Caecilie, Winterweihe, Morgen, Die Nacht, Befreit, Wie sollten wir geheim sie halten), Vier Letzte Lieder (Frühling, September, Beim Schlafengehen, Im Abendrot) * POR PRIMERA VEZ EN ESTOS CICLOS DE LIED Teléfono de Información: J. BRAHMS: He, Zigeuner, greife in die Saiten ein, op. 103 n.º 1, Hochgetürmte Rimaflut, op. 103 n.º 2, Wißt ihr, wann mein Kindchen am allerschönsten ist?, op. 103 n.º 3, Lieber Gott, du weißt, wie oft bereut ich hab', op. 103 n.º 4, Brauner Bursche führt zum Tanze, op. 103 n.º 5, Röslein dreie in der Reihe blüh'n so rot, op. 103 n.º 6, Kommt dir manchmal in den Sinn', op. 103 n.º 7, Rote Abendwolken zieh'n am Firmament, op. 103 n.º 11. F. MENDELSSOHN: Es weiß und rät es doch keiner, op. 99 n.º 6, Das Waldschloss, op. 17 n.º 1, Pagenlied (Wenn die Sonne lieblich schiene), op. 17 n.º. 2, Nachtlied, op. 71 n.º 6, Wanderlied, op. 57 n.º 6. F. LISZT: Im Rhein, im schönen Strome, S. 272, Es rauschen die Winde, S. 294, Es war ein König in Thule, S. 278, Ein Fichtenbaum steht einsam, S. 309, Die stille Wasserrose, S. 321, O lieb, so lang du lieben kannst, S. 298. A. DVOě ÁK: 8 Liebeslieder, op. 83, Lasst mich allein, op. 82 n.º 1 EDUCACIÓN no hay ópera. Cada cosa que hacen afecta a la compañía en su conjunto. Aprenden a considerar a los demás. Al resolver problemas a diario comprenden que son ellos quienes tienen las respuestas, y no sólo las profesoras. Se descubren a sí mismos, ese ser interior y único con capacidad para dar algo importante al mundo. Por primera vez entienden para qué están en el colegio, en qué consiste aprender y por qué son ellos los responsables de su aprendizaje. Al comenzar el curso entran en clase sabiendo que van a hacer una ópera, un propósito auténtico de aprendizaje que se convierte en la base de todo lo que sigue. Son muy conscientes de lo que están haciendo y por qué lo están haciendo. L os retos que afrontamos en la educación son inmensos, pero la mayoría de las soluciones son insuficientes y limitadas 158 Tienen un propósito claro. Al hablar y escribir sobre cada aspecto del proceso practican la reflexión profunda y la introspección. Cuando escribimos, necesitamos un propósito claro para expresarnos. Necesitamos tener algo importante que decir. Cuando la atención se pone solamente en los resultados, se pierden los principales aspectos de la enseñanzaaprendizaje. Lo que debemos preguntarnos es qué es lo mejor para nuestros alumnos ahora y en el futuro. Si nos centramos en el proceso y aprovechamos las ventajas de este enfoque, los resultados son mucho más interesantes. La función que culmina un año de trabajo es algo creado por nuestros alumnos, no por nosotras, sus profesoras. La función es suya y resulta evidente que lo es. Nunca han trabajado tan intensamente. Nunca han aprendido tanto. Nunca se han sentido tan orgullosos. Hacia el final del curso, cuando las luces se apagan en el escenario y la producción se convierte en un DVD, cada alumno ha encontrado su propia voz, la voz con la que compartirá lo que ha aprendido y trasladará esas experiencias a su mundo. Su mundo se ha expandido. El alumno ha cambiado. Más allá del proyecto… profundizando Los retos que afrontamos en la educación son inmensos, tal vez inabarcables, pero la mayoría de las soluciones que se nos ofrecen son insuficientes y limitadas. No existe el remedio inmediato, si bien no hay elecciones en las que los políticos no nos prometan “arreglar” nuestros sistemas educativos. Siguen un enfoque simplista para encontrar el éxito. ¿Y en qué consiste el éxito? Si nos centramos en las unidades de medida, puede que nuestros alumnos aprueben el examen, pero ¿qué han aprendido? ¿Qué saben en realidad? ¿Pueden pensar por sí mismos? Debemos observar en profundidad para definir soluciones reales en el aula. Necesitamos pensar más allá del proyecto, más allá del examen parar enseñar adecuadamente a nuestros niños a ser productivos en un mundo plagado de asuntos graves. Ningún método o estrategia aislados son efectivos. Combinando todas las metodologías y estrategias efectivas, nuestros alumnos, todos con distintos tipos de necesidades, no sólo aprueban o sacan buenas notas en los exámenes, sino que adquieren habilidades sociales, emocionales y de conducta imposibles de medir en nuestro sistema. Se produce un aprendizaje profundo y amplio cuando el entorno propicia que los alumnos se impliquen en la creación, el diálogo, la experimentación, el descubrimiento, la expresión propia, la asunción de riesgos, el trabajo en equipo, la resolución de problemas, el pensamiento crítico y toda una serie de experiencias artísticas. La música es esencial en nuestra vida diaria. Es un catalizador que despierta nuestras emociones. La música motiva. Es lógico que la usemos como forma de ayudar a los alumnos a conectar los contenidos académicos en el aula de forma que tengan sentido para ellos. Y así, de esta forma, todas las áreas del aprendizaje convergen a lo largo del proceso. Esta forma de pensar está presente en todo lo que hacemos, todo lo que decimos y todo lo que somos. Para preparar a nuestros alumnos a ser pensadores educados que guiarán nuestro mundo con sabiduría, respeto y tolerancia, debemos centrarnos en lo que realmente queremos para la nueva generación, y para todos nosotros. Sólo así educaremos para el futuro y cambiaremos el mundo. Es nuestra obligación. Mary Rith McGinn Ellen Levine Traducción: Pedro Sarmiento ASSOCIACIÓ PER LA FORMACIÓ DE JOVES CANTANTS D'ÒPERA Concurso Mirna Lacambra para acceder al XII CURSO DE PROFESIONALIZACIÓN Dedicado a las óperas Gianni Schicchi Suor Angelica de G. Puccini Cierre de la inscripción: martes 22 de enero de 2008 Concurso: del 28 al 31 de enero de 2008 Comienzo del Curso: 18 de febrero de 2008 Finalización del Curso: 24 de abril de 2008 con la representación de Gianni Schicchi y Suor Angelica de G. Puccini en el Teatre M. La Faràndula de Sabadell Organiza ASSOCIACIÓ D'AMICS DE L'ÒPERA DE SABADELL Plaça Sant Roc, 22, 2n 1a • E-08201 Sabadell (Barcelona) Tels. 93 725 67 34 • 93 726 46 17 • Fax 93 727 53 21 • www.aaos.info • e-mail: aaos@aaos.info JAZZ JOHN ZORN: JAZZ DE GUERRILAS N 160 adie puede saber qué locuras musicales estaría haciendo hoy Charlie Parker, pero uno entiende que se asemejarían mucho a las que firma John Zorn (Nueva York, 1953). Ambos alto saxofonistas han atacado el jazz por todos los frentes, apoyándose siem- pre en la creación urgente y avanzada. A Parker, ya se sabe, se le debe la modernidad con que cuenta el género, mientras que a Zorn se le considera como uno de los grandes ideólogos de la música que está por llegar. Este último acaba de rescatar uno de sus proyectos más cardinales de la vanguardia jazzística, Masada, a cuya causa se adscribieron grupos y artistas con igual afiliación creativa. El neoyorquino aparcó la aventura hace cuatro años coincidiendo con el décimo aniversario de la puesta en marcha de Masada (1993), momento en el que sintió la necesidad de cerrar una etapa que había arrojado más de 200 composiciones. El mes pasado, sin embargo, el artista enarbolaba de nuevo la bandera de las mil y una músicas que rodean a este linaje jazzísico, presentándose en L’Auditori de Barcelona con una escenificación completa. Bebop, hardcore, surf rock, free jazz, música clásica, judía, cinematográfica… John Zorn dispara y se esconde, para después aparecer con nuevos objetivos y nuevas dianas. Sus solos erráticos y composiciones imprevisibles siguen siendo la mejor representación del jazz de guerrillas, a cuyas emboscadas se suman. La cita catalana fue la segunda de las dos únicas actuaciones que el Complete Masada realizará este verano en Europa, junto con la satisfecha igualmente en Roma. Así, estas dos capitales fueron testigos excepcionales de los discursos arrebatados del pianista Jamie Saft y el guitarrista Marc Ribot, que interpretaron piezas de los volúmenes 1 y 7 de los Books of Angels, respectivamente, así como los delirios jazzísticos del grupo Bar Kokhba, cuya dirección —que no interpretación— ostenta el propio John Zorn en persona. A ellos se incorporaron también las propuestas explícitas del saxofonista, el Masada String Trio, formado por el violinista Mark Feldman, el chelista Eric Friedlander, y el Electric Masada, ya con John Zorn ocupando la primera línea de una tarima compartida junto a los mencionados Saft y Ribot, el programador electrónico Ikue Mori, el bajista Trevor Dunn, el percusionista Cyro Baptista y los bateristas Kenny Wollesen y Joey Baron. Atrapado entre los abismos de la música clásica contemporánea y la libertad creativa del jazz, John Zorn apareció sobre los escenarios neoyorquinos para descargar toda su rabia compositora e interpretativa, a menudo inclasificable. Su querencia por las éticas y estéticas de la vanguardia fueron sus primeras señas de identidad, hasta que avanzada la década fue JAZZ JOHN ZORN aupado por prensa, público e industria a la cima del jazz más visionario. La aventura de Masada se concretó en 1993 con un primer volumen pergeñado por algunos de sus más devotos colaboradores, el trompetista Dave Douglas, el contrabajista Greg Cohen y el baterista Joey Baron. “Estaba escribiendo la banda sonora de una película de bajo presupuesto llamada Thieves Quartet y parecía la oportunidad perfecta para formar una banda de jazz en sintonía con el Miles Davis de Ascensor para el cadalso. Inmediatamente me di cuenta de que iba a ser la banda más apasionante de cuantas tenía”, reflexionaba hace unas semanas el saxofonista. El entendimiento compositivo e interpretativo entre estos miembros germinales fue pleno: “Hoy el Masada Book —libros donde se recogen los repertorios del grupo— cuenta con más de 200 títulos, pero en aquel entonces yo sólo quería explorar la melodía, ver que podía escribir un lote en plan Gershwin o Monk. Así que utilicé todo tipo de referencias, dedicando especial atención a la música contemporánea y a la actualización y renovación de la tradición musical judía”. Masada cumplió en 2003 sus primeros diez años de vida y, como ya se ha señalado, Zorn se planteó retirar su nombre de los escenarios. Antes de la despedida, sin embargo, nos dejó álbumes tan exclusivos como Masada Guitars, Voices in the Wilderness o The Unknown Masada, con los que apagó las diez velas de tan feliz cumpleaños. Buena parte de la obra de este guerrillero del jazz se publica dentro de su propio sello, Tzadik, un término judío que alude a la pureza y a la justicia en su sentido más literal. Al margen que ahora los sentimientos de Masada parece que han recuperado todos los estímulos de la ilusión, el peregrinaje en estos años de John Zorn ha llevado la marca de diversas colaboraciones con otros gurús del jazz neoyorquino y de Naked City, otro de sus proyectos personales más conocidos y laureados. A esta otra gran familia pertenecen el teclista Wayne Horvitz, los guitarristas Bill Frisell y Fred Frith, y su baterista más fiel, Joey Baron. Además de todos los colaboradores mencionados, Zorn ha contado y cuenta en el aliento de otros artilleros como Bill Laswell, Wadada Leo Smith, Tim Berne, Big John Patton, Steven Bernstein, Eyvind Kang o Milford Graves, además de la invitación formal de otras bandas con gustos afines como el trío Pain Killer, The Young Philadelphians o The Kronos Quartet. “Me importan los músicos con los que trabajo porque es la comunidad que me ha apoyado durante treinta años. Cre- yeron en mí desde antes del principio y creerán en mí después de que haya muerto. Hago música para músicos y quiero que ellos se emocionen con lo que escribo. Empecé mi sello discográfico Tzadik para devolverle algo a la comunidad que me puso donde estoy ahora”. Con un catálogo discográfico plagado de homenajes a compositores, escritores, artistas plásticos y cineastas, John Zorn parece tener ahora conciencia de su propia obra, a la que, con igual razón y petulancia, ya sitúa en el mañana. “Escribir música no es una oleada de éxtasis, es simplemente trabajo duro. Cada momento es un reto: constantemente debes tomar decisiones y esperas que sean las correctas. Tal vez el mejor momento a la hora de componer es cuando sientes que ni siquiera estás ahí y sientes que la pieza se está escribiendo por sí sola. Pero yo he decidido trabajar, no estoy aquí para ser feliz. La felicidad va y viene como un mal catarro. Algunas veces pienso en cuáles son los momentos más felices de mi vida y realmente no tengo una respuesta. Entonces deseo estar escribiendo música en casa”. Afortunadamente para nosotros, John Zorn ha decidido también volver a la carretera con su Masada. Pablo Sanz LA JUVENTUD DE KONITZ Y EL SUSTO DE ORNETTE L a celebración de los festivales veraniegos de jazz nos ha enfrentado ante la lozana e increíble realidad de una leyenda viva. Lee Konitz apaga este año las velas de su 80º cumpleaños en compañía de un nuevo noneto, dirigido por el saxofonista tenor Ohad Talmor. El “abuelo” ha decidido, pues, que la fiesta se desarrolle en la carretera y encima de un escenario, aunque lo más sorprendente sea que, a pesar de su edad, la celebración se aleje de lo convencional. Mientras otros pasearían su historia por caminos transitados y ligeros de equipaje, el saxofonista se mete en una aventura solística y con renovados estímulos creativos. Y se insiste: a los ochenta años de edad. A esa edad muchos en su caso pasearían su gloria cargados de estándares y arropados por un trío o un cuarteto y… poco más. Más allá de la belleza musical de su pensamiento, su actitud sigue siendo un ejemplo de vitalidad artística para las nuevas generaciones y uno de los mejores testimonios de la grandeza jazzística. Su paso por el último Festival de Jazz de Getxo no sirvió para adentrarnos en la música del mañana, sino para recordarnos la vigencia de buenos tiempos pasados. Lee Konitz continúa siendo la sombra más alargada del pianista Lennie Tristano y una referencia indiscutible entre el jazz cool blanco de la Costa Oeste norteamericana. Ello explica que su capacidad de amar se reconozca más en la caricia y el abrazo que en la pasión desenfrenada. Su música se cocina a fuego lento y se saborea con igual cadencia: no hay lugar para la carrera alocada. Escoltado por los cuatro vientos de su noneto, el alto saxofonista hizo gala de un soplo tan erudito como generoso, en el que nada apuntaba a soberbia o complacencia. Su personalidad jazzística es de una honestidad e integridad apabullantes, defendida desde hace seis intensas décadas. Ahí es nada. Otra de las noticias del verano llegó con la firma de Ornette Coleman y con el susto impreso en el teletipo. Semanas antes de su actuación en Vitoria-Gasteiz, el artista encendió todas las alarmas del jazz cuando se desmayó en pleno concierto durante su participación en un festival de Tennesses. En aquel momento, y como quiera que la cosa no fue a mayores —el artista no llegó ni siquiera a ingresar en el hospital—, la noticia fue diligente y responsablemente silenciada por los organizadores del festivales alavés, para no crear infundadas preocupaciones. Ahora ya todos sabemos que se trató de un golpe de calor y una pequeña deshidratación, que apenas tuvo consecuencias, pero, vaya, el susto nos cambió la mirada y el cuerpo. En cualquier caso, el saxofonista ha insistido a su representante que no quiere saber nada de hospitales y que su mayor deseo es volver a los escenarios. Pues que así sea y pronto lo volvamos a tener entre nosotros. P.S. 161 LIBROS Escuchar e imaginar LA CIUDAD DEL COMPOSITOR INVISIBLE I mpecable colección de la excelente editorial Paidós: cuenta con autores de culto, Michel Schneider (Músicas nocturnas), Nikolaus Harnoncourt (el ya clásico Diálogo musical) o Enrique Martínez Miura ( La música precolombina. Su Valdés Leal, en otra colección, es indispensable). Autor de la Historia de los castrados y de Farinelli el castrado de Las Luces, Patrick Barbier es una verdadera star de los libros sobre temas musicales con especial atención prestada al repertorio italiano y en general a Venecia que conoce mejor que nadie y que ama como el que más. Arrastrado por el entusiasmo del autor, exagero algo, pues Barbier no conoce ni ama Venecia más que Italo Calvino y su Venecia invisible, Predrag Matvejevic su Otra Venecia (ed. Pre-Textos), o Paul Morand sus Venecias, tres autores que no figuran en la bibliografía (150 títulos) que Barbier dedica a Venecia: la ciudad es efectivamente generosa, se ofrece a todos, poco importa si son escritores, enamorados, parejas eternas, besándose, solitarias, entre la mul- titud de turistas. Cuando habla de la Venecia de Vivaldi, Barbier habla de una Venecia que perdura hoy, con su música por doquier y en cualquier momento de la vida, y qué más da si la música se escucha o se imagina… El autor intitula uno de sus párrafos: “Asombro de los extranjeros ante una práctica tan difundida”, y habla de su desorientación, de las bellas mujeres que se encuentran… igual que hoy. Y, bien evidentemente, más que hoy, pues Barbier explora con la pasión del científico y la precisión del poeta la ciudad (sus 145 canales, 429 puentes, 140 torres y campaniles, 70 iglesias) y su población, sus clases sociales y sus costumbres (las fiestas, el carnaval), su amor infinito por el libertinaje (que no es, creo, sino una sensualidad bien empleada), su música siempre, música en los orfanatos-conservatorios (Ospedali, el de La Pietà, donde Vivaldi enseñaba), música en los burchielli , las barcas repletas de músicos para dar las serenatas a la monjas de los conventos cuyas ventanas acaban en los García Márquez, melómano LO ÚNICO MEJOR QUE LA MÚSICA C 162 reo que todos estaremos de acuerdo en que García Márquez es un amante de la música. Pero aunque ese amor discurra paralelo al que nuestro escritor siente por la literatura, lo cierto es que ambos afectos forman un mismo núcleo. De ahí que el autor de este libro, César Coca, se atreva a confirmar una observación que podría repetirse como lema del Nobel colombiano: Cien años de soledad es un vallenato de cuatrocientas páginas, y El amor en los tiempos del cólera un bolero de trescientas ochenta. Los melómanos o nacen o se entrenan. Todo sugiere que en García Márquez esa propensión es consubstancial a su naturaleza. De otra parte, la persistencia de dicho tema a lo largo de su obra permite a Coca ordenar una formidable serie de documentos, en la que subraya cuanto necesitamos saber acerca de esta simpatía musical. El autor merece un elogio muy señalado, no sólo por la búsqueda de referencias, sino porque es un ensayista y extrae sus conclusiones. A saber: García Márquez ha pasado más tiempo oyendo música que leyendo, lo cual explica la omnipresencia de aquélla en su discurso como elemento ambiental y narrativo, y asimismo en su lenguaje literario, bajo la sombra de metáforas afortunadas. Bebiendo en muchas fuentes, Coca entra de lleno en el secreto de confesión. Gracias a él, sabemos que García Márquez tiene más discos que libros. Lo curioso es que su coleccionismo se sacude las etiquetas. ¿Incoherencia? No: apertura de criterio y un saludable desorden a la hora de apreciar melodías. Gabo descubrió en Aracataca las canciones de los acordeoneros y los tangos de Gardel. Durante su estancia en París, le oyeron cantar con buena voz rancheras y boleros. En 1955, acudió al Bolshoi, pero el bautismo por inmersión no le funcionó, y se quedó dormido bajo el arrullo de El príncipe Igor. Era señal inequívoca de que la ópera quedaba al margen de sus preferencias. En todo caso, creció su interés por la música culta. Lo de menos es el PATRICK BARBIER: La Venecia de Vivaldi. Música y fiestas barrocas. Traducción de Jordi Terré Alonso. Barcelona, Ediciones Paidós Ibérica, 2005. 208 págs. canales, música espléndida en San Marcos, esplendor musical de los palacios privados, música en los teatros de ópera en cuyos palcos se fumaba, se bebía y “no se distinguía a una mujer de bien de una ramera”, donde el pueblo llano y la aristocracia devoraban las óperas, las de Monteverdi, las 32 de Cavalli, las innumerables de Vivaldi, Giacomelli, Hasse… hasta llegar a los mil y un títulos durante el siglo XVIII, sólo para Venecia, es decir una ópera nueva cada semana durante los cinco meses de temporada cada año. ¿Por qué recalentar viejas sopas, cuando se tiene a compositores que componen más rápido que su sombra? Pierre Élie Mamou CÉSAR COCA: García Márquez canta un bolero. Una relectura en clave musical de la obra del Nobel colombiano. Madrid, Biblioteca Nueva, 2006. 260 págs. aprecio que concedió a ciertos compositores. Observen a qué me refiero. “No volví a escuchar a Mozart durante años —nos dice—, desde que me asaltó la idea perversa de que Mozart no existe, porque cuando es bueno es Beethoven y cuando es malo es Haydn”. No citaré otros ejemplos, porque es César Coca quien mejor describe este poso acumulado. Puestos a hilar fino, quedémonos con la frase que el colombiano le regaló al poeta Jomi García Ascot: “Lo único mejor que la música es hablar de música”. Probablemente no sea cierto, pero basta para justificar esta valiosa monografía. Guzmán Urrero Peña GUÍA LA GUÍA DE SCHERZO ALICANTE XXIII FESTIVAL WWW.CDMC.MCU.ES 20-IX: Anada Sukarlan, piano; Alfredo Anaya, percusión. METAdomus. Jakarta Dance Center. Syahiari, E. Halffter. 21: Plural Ensemble. Fabián Panisello. Kishino, Hosokawa, Itoh. 22: Orquesta Ciudad de Granada. José María Sánchez-Verdú. Xenakis, Sánchez-Verdú, Pérez Frutos, Takemitsu. 29,30: Orquesta Ciudad de Barcelona y Nacional de Cataluña. Christian Zacharias. Mozart, C. P. E. Bach, Beethoven. (Auditori). GRAN TEATRO DEL LICEO WWW.LICEUBARCELONA.COM ANDREA CHÉNIER (Giordano). Steinberg. Arlaud. Cura, Voigt, Álvarez, Vas. 25,29,30-IX. EL ESCORIAL SIGLOS DE ORO 21-IX: La Grande Chapelle. Ángel Recasens. Schola Antiqua. Juan Carlos Asensio. Rodríguez de Hita. (Iglesia Vieja del Real Monasterio). TEATRO DE LA ZARZUELA Jovellanos, 4. Metro Banco de España. Tlf.: (91) 5.24.54.00. Internet: http://teatrodelazarzuela.mcu.es. Director: Luis Olmos. Venta localidades: A través de Internet (servicaixa.com), Taquillas Teatros Nacionales y cajeros o teléfono de ServiCaixa: 902 33 22 11. Horario de Taquillas: de 12 a 18 horas. Días de representación, de 12 horas, hasta comienzo de la misma. Venta anticipada de 12 a 17 horas, exclusivamente. Programa doble de ópera: Hangman, Hangman y The Town of Greed, música y libreto de Leonardo Balada. Días 21, 25, 27 y 29 de septiembre, a las 20:00 horas. Domingo 23, a las 18:00 horas. Dirección Musical: José Ramón Encinar. Dirección de Escena: Gustavo Tambascio. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro del Teatro de La Zarzuela. BALADA NACIONAL GRANADA ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA TEATRO REAL WWW.ORQUESTACIUDADGRANADA.ES BARCELONA ZACHARIAS 18-IX: Filarmónica de Israel. Zubin Mehta. Schoenberg, Beethoven, Schubert. (Palau 100 [www.palaumusica.org]). 21,22,23: Orquesta Ciudad de Barcelona y Nacional de Cataluña [www.obc.es]. Christian Zacharias. C. P. E. Bach, Mozart, Beethoven. (Auditori [www.auditori.org]). 26: Orquesta Ciudad de Barcelona y Nacional de Cataluña. Christian Zacharias. Mozart, Gluck, Haydn. (Auditori). 27: Christian Zacharias, piano; Christian Farroni, flauta; Natalie Chee, violín. C. P. E. y J. C. Bach, Mozart. (Auditori). 164 Información: 91/ 516 06 60. Venta Telefónica: 902 24 48 48. Venta en Internet: www.teatro-real.com. Visitas guiadas: 91 / 516 06 96. 28-IX: Jean-Christophe Spinosi. Gluck, Haydn, Mozart. LA CORUÑA FESTIVAL DE ÓPERA LA BOHÉME (Puccini). Petrenko. Sagi. Gallardo-Domâs, Beltrán, Rey, Colombara. 1,3-IX. GALLARDO-D. 23: Spanish Brass Luur Metals. Amores. 24: Manuel Guillén, violín. Barce, Cruz de Campo, Rueda. — Eiko Shiono, piano. Martínez, Chouvet, Suzuki. 25: Mercedes Capdevilla. Electroacústica LIEM. Música en bruto. — Ricardo Descalzo, piano; Eva Narejos, danza. Cattaneo, Sciarrino, Belcastro. 26: Emiliano López Rincón. Electroacústica LIEM. Sol en la noche. — Xenia Ensemble. Liu Fang, pipa. Ui, Hui, Long, Dun. 27: Grupo Enigma. Juan José Olives. MacMillan, Satué, Greco, Takemitsu. 28: Trío Arbós. Neopercusión. Gálvez, Yun, Taira, Rzewski. 29: Theatre Cryptic. Táng Quartet. Volans, Wallin, Talbot. 7: Gloria Amil, soprano; Domenico Codispoti, piano. Arias y romanzas. A HISTORIA DO SOLDADO (Stravinski). Trillo. Rabón. Neira, Martínez, Braxe. 8,9-IX. DON PASQUALE (Donizetti). Albelo, Antoniozzi, Ciofi, Capitanucci. 14,16-IX. 22: Sinfónica de Galicia. Luiz F. Malheiro. Adalid, Beethoven, Verdi, Rossini. 28: Sinfónica de Castilla y León. José Miguel Pérez Sierra. Eva Mei, soprano; Shalva Mukeria, tenor. Verdi, Puccini, Bellini. MADRID 8-IX: Orquesta Nacional de España [www.ocne.mcu.es]. Josep Pons. Bizet, Chaikovski, Borodin, Strauss (Matadero). 15: Orquesta Nacional de España. Josep Pons. Pasión Vega, Estrella Morente, María de Medeiros, Miguel Poveda. Noche de boleros (Matadero). MÁLAGA ORQUESTA FILARMÓNICA DE MÁLAGA NEDERLANDS DANS THEATER I. Septiembre: 5, 6, 7, 8, 9. 20:00 h, sábado 17:00 y 21:00 h. Silent screen; Coreografía, escenografía y vestuario: Paul Lightfoot y Sol León. Música: Philip Glass. Bella figura; Coreógrafo y escenógrafo: Jirí Kylián. Música: Lukas Foss, Giovanni Battista Pergolesi, Alessandro Marcello, Antonio Vivaldi y Giuseppe Torelli. Director musical: Christof Escher. Vestuario: Joke Visser. Soprano: Beatriz Díaz. Contratenor: David Q. Lee. Orquesta Titular del Teatro Real (Orquesta Sinfónica de Madrid). GALA HOMENAJE A MAYA PLISETSKAYA (Director artístico: Andris Liepa). Septiembre: 10. 20:00 h. Productor: Borís Orlov. Coordinación: Tatiana Mikhailoff. Estrellas invitadas: Tamara Rojo, Carlos Acosta, Diana Vishneva, Uliana Lopatkina, Farukh Ruzimatov, Ilya Kouznetsov, Irma Nioradze, Svetlana Lunkina, Nicolai Tsiskaridze ÓPERA BORIS GODUNOV de Modest Musorgski. Septiembre: 29. Octubre: 1, 2, 4, 6, 7, 9, 10, 12, 14, 15, 17. 20:00 h. Domingos a las 18:00 h. Director musical: Jesús WWW . ORQUESTAFILARMONICADEMA - RAMEY SÁNCHEZ-VERDÚ López Cobos. Director de escena: Klaus Michael Grüber. Escenógrafo: Eduardo Arroyo. Figurinista: Rudy Sabounghi. Iluminador: Dominique Borrini. Director del coro: Jordi Casas Bayer. Solistas: Samuel Ramey (Sept. 29. Oct. 2, 4, 7, 9, 12, 14, 17)/ Roberto Scandiuzzi (Oct. 1, 6, 10, 15), Maria Gortsevskaya, Marina Zyatkova, Raquel Pierotti, Stephan Rügamer (Sep. 29. Oct. 2, 4, 7, 9, 12, 14, 17)/ Donald Kaasch (Oct. 1, 6, 10, 15), Vasily Gerello, Anatoli Kotscherga (Sep. 29. Oct. 2, 4, 7, 9, 12, 14, 17)/ Arutjun Kotchinian (Oct. 1, 6, 10, 15), Misha Didyk (Sep. 29. Oct. 2, 4, 7, 9, 12, 14, 17)/ Vsevolod Grivnov (Oct. 1, 6, 10, 15), Vladimir Matorin (Sep. 29. Oct. 2, 4, 7, 9, 12, 14, 17)/ Vladimir Ognovenko (Oct. 1, 6, 10, 15), Viacheslav Voynarovskiy, Itxaro Mentxaka, Dmitri Voropaev, Robert Pomakov, Josep Ribot, Ángel Rodríguez. Coro y Orquesta Titular del Teatro Real (Coro y Orquesta Sinfónica de Madrid). SAN SEBASTIÁN LAGA 14,15-IX: Aldo Ceccato. Falla, Mahler. 21,22: Massimo Quarta. Rossini, Paganini. QUINCENA MUSICAL DONOSTIARRA WWW.QUINCENAMUSICAL.COM 1,4-IX: Sinfónica de la Radio de Colonia. Orfeón Donostiarra. Semion GGUUÍ A ÍA IL RITORNO D’ULISSE IN PATRIA (Monteverdi). Wilson. Audi. Nilon, Bardon, Lyon, Agnew. 2,8,14,20,23,28-IX. L’ORFEO (Monteverdi). Stubbs. Audi. Ovenden, Ewing, Iconomou, Wanroy. 5,13,21,27,30-IX. BERLÍN INTERNACIONAL FILARMÓNICA DE BERLÍN WWW.BERLINER-PHILHARMONIKER.DE ORQUESTA DEL CONCERTGEBOUW WWW.CONCERTGEBOUWORKEST.NL 6,7,8-IX: Simon Rattle. András Schiff, piano. Busoni, Dvorák, Varèse, Bartók. 14,15,16: Simon Rattle. Gritton, Bacelli, Stutzmann, Marceu. Debussy, Stravinski, Sibelius. 20,21,22: Coro de la Radio de Berlín. Simon Rattle. Stravinski. 27,28,29: Neeme Järvi. Hélène Grimaud, piano. Bartók, Rott. DE NEDERLANDSE OPERA WWW.DNO.NL ROUSSET L’INCORONAZIONE DI POPPEA (Monteverdi). Rousset. Audi. De Niese, Ernmann, Gillet, Panzarella. 1,6,9,17,25,29-IX. LA MONNAIE WWW.LAMONNAIE.BE PHAEDRA (Henze). Boder. Mussbach. Kozená, Petersen, Ainsley, Köhler. 15,16,18,19,20-IX. DRESDE ÁMSTERDAM 13,14-IX: Markus Stenz. Jörgen van Rijen, trombón. Glanert, Verbey, Weill. 19,20,21,23: Mariss Jansons. Gil Shaham, violín. Bruch, Strauss. 26,27,28: Paavo Järvi. Hélène Grimaud, piano. Beethoven, Bartók. BRUSELAS STAATSOPER WWW.STAATSOPER-BERLIN.ORG FAUSTUS, THE LAST NIGHT (Dusapin). Boder. Mussbach. Nigl, Malmberg, Wörle, Stein. 1,13-IX. DER FREISCHÜTZ (Weber). Salemkour. Lehnhoff. Kataja, Bauer, Höhn, Schwartz. 2,7,15-IX. PHAEDRA (Henze). Boder. Mussbach. Kozená, Petersen, Ainsley, Köhler. 6,8,9,10-IX. DER GEDULDIGE SOKRATES (Telemann). Jacobs. Lowery. Fink, Im, Christensen, Kalna. 29-IX. SEMPEROPER WWW.SEMPEROPER.DE CARMEN (Bizet). Delacôte. Lauterbach. Porretta, Vondung, Marquardt, Atanasov. 1-IX. SALOME (Strauss). Rennert. Mussbach. Johansson, Schmidt, Peckova, Rootering. 2,5,8-IX. DEAD MAN WALKING (Heggie). Lano. Lehnhoff. Jepson, Packard, Schwarz, Kang. 3-IX. HEGGIE Bichkov. Botha, Focile, Guelfi, Clark. Verdi, Otello (versión de concierto). 2: Andrew Lawrence-King. Arpa. Chorégraphie. 3: Sinfónica de la Radio de Colonia. Semion Bichkov. Igor Chenev, piano. Strauss, Chaiskovski. LA CENERENTOLA (Rossini). P. Halffter. Piontek. Brownlee, Capitanucci, Incontrera, Oprisanu. 13,15,17-IX. DIE ENTFÜHRUNG AUS DEM SERAIL (Mozart). Zimmer. Marelli. Mesgarha, Kaappola, Fally, Lehtipuu. 16,18,22-IX. LOHENGRIN (Wagner). Prick. Mielitz. König, Vogt, Schnitzer, Ketelsen. 23,30-IX. MADAMA BUTTERFLY (Puccini). Fritzsch. Jahns. Mescheriakova, Bocharova, Ihle, Marquardt. 28-IX. FRANCFORT OPER FRANKFURT WWW.OPER-FRANKFURT.DE LE NOZZE DI FIGARO (Mozart). Nielsen. Bernardi. Nagy, Mühleck, Stallmeister, Plock. 1,5,8,14,16,28IX. TANNHÄUSER (Wagner). Debus. Nemirova. Baldvinsson, Kränzle, Aken, Behle. 9,20,23,29-IX. DON CARLO (Verdi). Franci. McVicar. Youn, Raspagliosi, Richards, Schuster. 30-IX. GINEBRA GRAND THÉÂTRE WWW.GENEVEOPERA.CH LES TROYENS (Berlioz). Nelson. Kokkos. Antonacci, von Otter, Chappuis, Streit. 13,16,19,22,25,26,29IX. LONDRES PROMENADE CONCERTS WWW.BBC.CO.UK/PROMS SALIDA A LA VENTA 18 SEPTIEMBRE 2007 EL GRAN BURLADOR Musica para el mito de Don Juan La Grande Chapelle Àngel Recasens Para más información: www.laudamusica.com Lauda ha sido galardonado recientemente como “Sello del año” de los “Prelude Classical Music Awards 2007”. Ref.: LAU006 5412690051135 Un homenaje a Tirso de Molina, cuya obra cumbre El burlador de Sevilla y convidado de piedra ofreció al mundo uno de los mitos más universales de la historia de la literatura, el mito de Don Juan. 165 GGUUÍ A ÍA LUCERNA LUCERNE FESTIVAL WWW.LUCERNEFESTIVAL.ch BOULEZ 1-IX: Pierre-Laurent Aimard, piano. Debussy, Chopin, Rachmaninov. — Filarmónica de San Petersburgo. Yuri Temirkanov. Nicolai Znaider, violín. Chaikovski, Prokofiev. 2: Sinfónica de Bamberg. Jonathan Nott. Ligeti, Stravinski, Tallis. — Angelika Kirchschlager, soprano; Helmut Deutsch, piano. Schumann, Schubert. — Sinfónica de Bamberg. Jonathan Nott. Struckmann, Soar, Wottrich, Stephinger. Wagner, Oro del Rin (versión de concierto). 3,4: Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam. Bruckner, Octava . / Wagner. Debussy. 4: Academia del Festival de Lucerna. Pierre Boulez. Boulez. 166 5: Pierre-Laurent Aimard, piano. Bach, Schumann. 6: Academia del Festival de Lucerna. Peter Eötvös. Eötvös, Ligeeti, Kurtág. 7,8,11: Filarmónica de Viena. Daniel Barenboim. Schubert, Bruckner. / Bartók, Ligeti, Enescu, Kodály. 9: Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig. Riccardo Chailly. Franke, Mendelssohn, Brahms. 10: Filarmónica de Viena. Gustavo Dudamel. Daniel Barenboim, piano. Bartók, Mahler. 12,13,14: Sinfónica de San Francisco. Michael Tilson Thomas. Mahler, Séptima . / Julia Fischer, violín. Copland, Adams, Sibelius. / Yefim Bronfman, piano. Ives, Prokofiev, Shostakovich. 15,16: Sinfónica de Londres. Colin TENEKO (Vacchi). R. Abbado. Olmi. 22,26,27,29-IX. MONTREUX VEVEY SEPTEMBRE MUSICAL WWW.SEPTMUS.CH 2-IX: Filarmónica de San Petersburgo. Yuri Temirkanov. Musorgski, Rachmaninov, Chaikovski. 3: Cuarteto Artemis. Beethoven, Schubert. 4: Real Filarmónica de Londres. Pinchas Zukerman. Beethoven. 5: Sinfónica de la Radio de Berlín. Coro de la Ópera de Lausana. Marek Janowski. Debussy. 12: Ranaud Capuçon, violín; Nicholas Angelich, piano. Debussy, SaintSaëns, Franck. 15: Orquesta Nacional de Francia. Kurt Masur. Joshua Bell, violín. Mendelssohn, Bruckner. PARÍS 11-IX: Filarmónica de Israel. Zubin Mehta. Mahler, Séptima (Teatro de los Campos Elíseos [www.theatrechampselysees.fr]. 12: Orquesta Age of Enlightenment. Ian Bostridge, tenor. Steven Devine. Haendel. (T. C. E.). 12,13: Coro y Orquesta de París. Christoph Eschenbach. Beethoven, Chaikovski. (Sala Pleyel [www.sallepleyel.fr]). 13: Orquesta Nacional de Francia. Kurt Masur. Joshua Bell, violín. Mendelssohn, Dvorák. (T. C. E.). 19: Thomas Hampson, barítono; Wolfram Rieger, piano. Lieder. (T. C. E.). MÚNICH FILARMÓNICA DE MÚNICH WWW.MPHIL.DE 19,20-IX: Ion Marin. Hindemith, Mahler. 30: Zubin Mehta. Anja Harteros, soprano. Schoenberg, Haydn, Beethoven. STAATSOPER WWW.STAATSOPER.DE IL TURCO IN ITALIA (Rossini). Barbacini. Loy. Regazzo, Pendatchanska, Corbelli, Alegret. 22,26,29-IX. DER FLIEGENDE HOLLÄNDER (Wagner). Soltesz. Rydl. Johansson, Gould, Conners. 30-IX. 19,20: Orquesta de París. Jeffrey Tate. Britten, Berners, Elgar. (S. P.). 20: Cercle de l’Harmonie. Les Éléments. Jérémie Rhorer. Degout, Damrau, Novaro, Stoyanova. Mozart, Las bodas de Fígaro (versión de concierto). (T. C. E.). 21: Staatskapelle Dresde. Fabio Luisi. Hélène Grimaud, piano. Beethoven, Strauss. (T. C. E.). 27: Jean-Yves Thibaudet, piano. Debussy, Brahms. (T. C. E.). — Orquesta de París. Jean Deroyer. Ligeti, De Pablo, Jolas. (S.P.). 29: Sinfónica de la Radio de Baviera. Mariss Jansons. Haydn, Bruckner. (T. C. E.). OPÉRA BASTILLE WWW.OPERA-DE-PARIS.FR NÁPOLES TEATRO DI SAN CARLO WWW.TEATROSANCARLO.IT TORVALDO E DORLISKA (Rossini). Güttler. Martone. Zapata, Takova, Vinco. 22,25,27,30-IX. NUEVA YORK METROPOLITAN OPERA WWW.METOPERA.ORG ROMÉO ET JULIETTE (Gounod). Domingo. Joosten. Netrebko, Villa- ARIANE ET BARBE-BLEUE (Dukas). Cambreling. Viebrok. White, Polaski, Palmer, Axenti. 13,17,21,24,28IX. L’ELISIR D’AMORE (Donizetti). Pidò. Pelly. Rancatore, Korchak, Naouri, Maestri. 14,16,18,20,23-IX. PALAIS GARNIER WWW.OPERA-DE-PARIS.FR CAPRICCIO (Strauss). Haenchen. Carsen. Kringelborn, Bär, Workman, Rootering. 8,11,14,17,20,23,26,28IX. VENECIA TEATRO LA FENICE WWW.TEATROLAFENICE.IT SIGNOR GOLDONI (Mosca). Molino. Abbondanza, Caiello, Zavalloni, Bennett. 21,23,25,27,29-IX. VIENA MUSIKVEREIN WWW.MUSIKVEREIN.AT 29,30-IX: Orquesta Philharmonia. Christoph von Dohnányi. Yefim VON DOHNÁNYI TEATRO ALLA SCALA WWW.TEATROALLASCALA.ORG HAMPSON IPHIGÉNIE EN TAURIDE (Gluck). Bolton. Carsen. Graham, Keenlyside, Groves, Bayley. 10,13,16,25,27,29IX. MILÁN zón, Gunn, Sigmundsson. 25,29IX. LUCIA DI LAMMERMOOR (Donizetti). Armiliato. Pelly. Dessay, Palmer, Flórez, Coebelli. 27-IX. AIDA (Verdi). Ono. Frisell. Crider, Sala, Licitra, Hvorostovski. 29-IX. GRIMAUD R OYAL O PERA H OUSE C OVENT GARDEN WWW.ROYALOPERAHOUSE.ORG Davis. Elgar, Dvorák. / Evgeni Kissin, piano. Beethoven. MEHTA 1,2-IX: Sinfónica de San Francisco. Michael Tilson Thomas. Deborah Voigt, soprano. Ives, Strauss, Shostakovich. /Mahler, Séptima. 3: Filarmónica de Viena. Daniel Barenboim. Schubert, Bruckner. / Ligeti, Enescu, Kodály. 5: Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig. Riccardo Chailly. Beethoven, Brahms. 6,7: Sinfónica de Boston. Coro del Festival de Glyndebourne. James Levine. Naef, Giordani, van Dam. Berlioz, Condenación de Fausto . / Carter, Bartók, Brahms. 7: Coro y Sinfónica de la BBC. Jirí Belohlávek. Netrebko, Kennedy, Bell. Última noche de los Proms. Bronfman, piano. Birtwistle, Mendelssohn, Brahms. / Singverein der Musikfreunde. Oelze, Paasikivi, Sacca, Silins. Beethoven, Novena. WIENER STAATSOPER WWW.WIENER-STAATSOPER.DE SIMON BOCCANEGRA (Verdi). Armiliato. Stoyanova, Hampson, Furlanetto, Sartori. 5,8,11,13-IX. CARMEN (Bizet). Gilbert. Krasteva, Kühmeier, Shicoff, Aceto. 6,10,14,18-IX. DIE ZAUBERFLÖTE (Mozart). Halász. Archibald, I. Raimondi, Anger, Eröd. 7,9-VI. WERTHER (Massenet). Gómez Martínez. Garanca, Sabbatini, Eröd. 12,16,20-IX. I PURITANI (Bellini) Haider. Gruberova, Kovaliov, Bros, Daniel. 15,19,23,27-IX. IL BARBIERE DI SIVIGLIA (Rossini). Soltesz. Santafé, Siragusa, Sramek, Eröd. 22,26-XI. TOSCA (Puccini). Armiliato. Fantini, Shicoff, Dohmen. 25,29-IX. ZÚRICH OPERNHAUS WWW.OPERNHAUS.CH ORLANDO (Haendel). Christie. Herzog. Mijanovic, Janková, Peetz, Clark. 2,9-IX. IL BARBIERE DI SIVIGLIA (Rossini). Hamar. Lievi. Olivera, Camarena, Drole, Scorsin. 6,8,12,14,16-IX. DON CARLO (Verdi). Rizzi. Düggelin. Dessì, D’Intino, Kaufmann, Polgár. 12,14-IX. HÄNSEL UND GRETEL (Humperdinck). Hamar. Friedli, Liebau, Kaluza, Straka. 15,19,28-IX. DON PASQUALE (Donizetti). Santi. Asagaroff. Rey, Raimondi, Albelo, Widmer. 20,23,29-IX. TOSCA (Puccini). Santi. Deflo. Kabatu, Fraccaro, Pons. 21,27-XI. ANDREA CHÉNIER (Giordano). Santi. Asagaroff. Carosi, Schmid, Chalker, Gallo. 30-IX. 'HVFXEUDOD7HPSRUDGD Mb ojdb hvb qbsb bufoefs b dpodjfsuptqfsbt z cbmmfu fo 46 qbjtft 23¼ Fejdjo N Mb qsphsbnbdjo eftef Tfqujfncsf 3118 ibtub ßobmft ef Kvmjp 3119 ef nt ef 451 Ufbuspt ef ïqfsb- Bvejupsjpt z Psrvftubt N Upeb mb jogpsnbdjo qsdujdb qbsb sftfswbs tvt mpdbmjebeftmpt bgpspt z mbt gpupt ef tbmbt z ef ftqfdudvmpt N OVFWP; Mbt qsjodjqbmft Dpnqbjbt ef Ebo{b ftuo ubncjfo qsftfoubebt HSBUVJUP ; Ept Sfwjtubt Vob qvftub bm ejb tfnftusbm dpo ovfwpt qsphsbnbt z mpt Gftujwbmft efm wfsbop 3119 35(&,2 (63(&,$/ +$67$ (/ HXURV HQ YH] GH HXURV )+ hbtupt ef fowp b bbejs* Tdifs{p 18.19 -ANDE SU PEDIDO A !.$!.4)./ #ONDE 3ALVATIERRA 6ALENCIA %SPA×A 4EL &AX %MAIL CONTACT MUSICOPERACOM WWWMUSICOPERACOM Q !GRADECERÏ QUE ME ENVÓEN EJEMPLAR ES DE -USIC /PERA AROUND THE WORLD AL PRECIO DE EUROS GASTOS DE ENVÓO EUROS PARA %UROPA O EUROS PARA FUERA DE %UROPA !PELLIDOS.OMBRE %MPRESA$IRECCIØN #ØDIGO 0OSTAL#IUDAD0AÓS 4EL&AX 4OTAL EJEMPLAR ES X EUROS EUROS DE GASTOS DE ENVÓO %UROS Q 0AGO POR TRANSFERENCIA BANCARIA #ON CARGO A MI TARJETA DE CRÏDITO Q BNFY Q WJTB ,A #AIXA Q O¢ DWD Dpef; &IRMA Q NBTUFSDBSE #ADUCIDAD XOWLPRV GtJLWRV GHWUDV GH OD WDUMHWD SDUD 9LVD \ GtJLWRV LPSUHVRV VREUH HO Q~PHUR SDUD $0(; CONTRAPUNTO JURO EN LA CUMBRE S 168 i buscan al director de orquesta más atareado de Gran Bretaña, al más activo e influyente, no lo encontrarán en los lugares más obvios. No está en el Covent Garden, teatro que Antonio Pappano casi nunca abandona, ni en el Barbican, donde las visitas fugaces de Valeri Gergiev no dejan mucho más que una huella efímera; ni tampoco en el South Bank, donde ningún maestro ha dejado una impresión duradera en una década, aunque a lo mejor esa situación está a punto de cambiar. La batuta que pasa más tiempo que ninguna otra en Gran Bretaña es el director musical de Glyndebourne y de dos orquestas más, ambas residentes en el Royal Festival Hall. Vladimir Jurowski tiene más orquestas a su cargo que cualquier otro director desde los tiempos de Thomas Beecham. Este otoño se convertirá en titular de la Orquesta Filarmónica de Londres y acaba de animar la fiesta de cumpleaños de la Orquesta del Siglo de las Luces. A sus 35 años, Jurowski está marcando la pauta de una nueva generación que rompe con viejas vanidades e introduce un nuevo estilo de liderazgo musical. Jurowski es el eje del nuevo South Bank, el primero que dio una opinión sobre la acústica mejorada de la sala —“tardaremos dos años en resolver todo”— y se implica más en los proyectos y en las representaciones que cualquier otro músico. Durante los ensayos consigue unos resultados vertiginosos de sus orquestas, obteniendo en una sola sesión lo que otros logran después de cuatro. Los músicos de OFL, recelosos de ciertos extranjeros presumidos, están encantados de que hable un inglés inteligible y de que nunca sufra de jet-lag. Y todavía más lo están de que les pida ideas. De esa forma, por ejemplo, la mujer de uno de los músicos, biógrafa de Korngold, le convenció de que dirigiera una de las óperas del autor. Su segunda orquesta, la muy intransigente Orquesta del Siglo de las Luces, está formada por cuarenta y dos expertos, todos con doctas opiniones acerca de cómo se tocaba cualquier obra en la época que sea, y obliga a sus primeros violines a pasar por la prueba Mensa —esa que demuestra que alguien es más inteligente que el 98% de los mortales. Jurowski, que aquí comparte podio con Simon Rattle y el húngaro Iván Fischer, es un novato relativo en este animado mundo de las interpretaciones con instrumentos de época, un ruso que no había visto un orlo hasta después de dejar su país. Le pregunté cómo encontró el camino hacia un sonido alternativo que los tradicionalistas despachan como “vegetariano” y los aficionados aclaman como “ecológico”. “Por casualidad,” se encogió de hombros Jurowski, “en Rusia no hay otro camino.” Su padre, Mijail, fue director de la Orquesta Estatal de la Radio, pero su carrera tuvo problemas debido al antisemitismo. ”El único país donde pudo trabajar fue Alemania Oriental, pero no podía sacar las divisas de allí, así que las gastó en copias locales de grabaciones occidentales. Cuando tenía quince años trajo unos conciertos de Bach dirigidos por Nikolaus Harnoncourt. Había algo en su estilo de hacer esa música que me hizo escuchar con atención. Harnoncourt se convirtió en mi guía. Luego oí sus Cuatro estaciones de Vivaldi y me dejo atónito. Sonaba como música contemporánea, con muchos sonidos extraños e inquietantes. Me convenció por completo”. Después de que la familia emigrara en 1990, Vladimir, que entonces tenía 18 años, abrazó el fermento del Berlín posterior a la caída del muro, “un crisol de culturas”. Un debut con una ópera a los 24 años, seguido por un tremendo Nabucco en el Covent Garden, dieron como resultado unas más que atractivas invitaciones para dirigir. Pero Jurowski había decidido que no iba a pasar la mitad de su vida en un avión. Casado con Patricia, una profesora de piano que está esperando un niño, quiso establecerse en algún lugar fijo. Glyndebourne le ofreció una casa, un reto y elegir entre dos orquestas, la moderna y la de música antigua. Durante los últimos cuatro años, este ruso de suave voz ha iluminado el ambiente y envalentonado el repertorio de Glyndebourne, presentando esta temporada una polémica escenificación de Bach. Le encanta correr riesgos y coquetea con ellos como un verdadero tahúr. Cuando el barítono polaco Andrzej Dobber se quedó un día sin voz, llamó a Stephen Gadd, un premiado británico que nunca había cantado el papel de Macbeth y le orientó a punta de batuta en una tensa y triunfante interpretación. “Sólo en Glyndebourne”, sonrió radiante Jurowski cuando le felicité en la puerta de su camerino, “ningún otro teatro de ópera se hubiera atrevido”. Para Jurowski, Glyndebourne significa pasar tiempo con la familia. Su mujer, una persona agradable y recelosa de la vida privada de su familia, se encuentra habitualmente entre bastidores por si hay que echar una mano. Martha —que acaba de hacer de Tercer fantasma— asiste a la escuela Rudolf Steiner en Sussex durante medio año y el otro medio en Berlín a otra del mismo grupo. “Es el mismo sistema pero pago dos matriculas”, ríe su padre. Berlín es su base principal, aunque ya no trabaja mucho allí. Aparte de los conciertos con la Orquesta Nacional de Rusia y un par de semanas cada año en Filadelfia, su carrera ha echado raíces en Gran Bretaña y los dividendos ya se notan. Con dos mundos de sonido entre los que elegir, está en el cielo de la música. “Es una verdadera aventura dirigir la misma pieza con la Filarmónica de Londres y con la Orquesta del Siglo de las Luces: la una mira hacia atrás y la otra hacia delante”. Con la segunda amplía la consciencia histórica desde el barroco hasta el primer romanticismo. “He hecho Glinka con ellos, y voy a hacer Chaikovski, “ me contó emocionado. Al contrario de los maestros de antes, Jurowski está menos preocupado de imponer un sello personal en una orquesta que de buscar y desarrollar una verdad inherente. “Eso se debe a Gennadi Rozhdestvenski, que le enseñó a mi padre y luego a mí. Decía que cada orquesta tiene un sonido diferente y que se debe crear una interpretación distinta en cada ocasión y con cada pieza. Cuando dirijo Stravinski, Mozart o Schumann procuro conseguir sonidos diferentes, pero a veces fuerzo a la orquesta más allá de lo que es factible”. “Por definición, uno impone su propia personalidad sobre la partitura simplemente con abrirla”. Las orquestas se sienten cautivadas por su estilo diferente. Después de debutar en Estados Unidos hace dos años con la Orquesta de Filadelfia, un conjunto de primera clase pero con problemas, surgió en seguida el rumor de un traspaso de muchos millones de dólares. Jurowski se sintió halagado, pero dijo a los norteamericanos que quería permanecer fiel a sus vínculos británicos. “En este sentido, soy monógamo. No soy capaz de dividirme entre dos continentes”. Una estética New Age —sigue una dieta frugal y una filosofía taoísta— ha añadido una dimensión mística al sentido práctico y a la infinita energía de Jurowski. Con la misma velocidad que otros maestros necesitan para cambiar una bombilla, Jurowski ha convertido Glyndebourne en un centro de animada actividad. Ya está preparando una nueva generación con la que ha trabajado en la compañía itinerante de la ópera, la Glyndebourne Touring Opera. Edward Gardner, de 31 años, ya está dirigiendo la English National Opera y esta temporada no se habla de otra cosa más que de Robert Ticciati, de 23, y su Così. En el South Bank, se ve su impronta en todas las carteleras. “La Filarmónica de Londres —comenta— “servirá un menú tradicional, mientras la Orquesta del Siglo de las Luces se arriesgará con conciertos nocturnos, charlas y drama”. Este Juro solidamente encumbrado, lleva el futuro de la música británica agarrado a los faldones de su frac. Norman Lebrecht www.scherzo.es KRYSTIAN ZIMERMAN ORGANIZA: PATROCINA: Lunes, 5 de mayo de 2008. 20:00 h JOAQUÍN ACHÚCARRO Martes, 29 de enero de 2008. 20:00 h piano GRIGORI SOKOLOV Lunes, 11 de febrero de 2008. 20:00 h piano PAUL LEWIS Martes, 25 de marzo de 2008. 20:00 h piano MAURIZIO POLLINI Martes, 15 de abril de 2008. 20:00 h 1 2 3 4 piano ANDRÁS SCHIFF Miércoles, 11 de junio de 2008. 20:00 h piano LARS VOGT Martes, 14 de octubre de 2008. 20:00 h piano PIERRE-LAURENT AIMARD Martes, 18 de noviembre de 2008. 20:00 h piano CHRISTIAN ZACHARIAS Martes, 25 de noviembre de 2008. 20:00 h piano LEIF-OVE ANDSNES piano Martes, 9 de diciembre de 2008. 20:00 h 5 6 7 8 9 10 piano NOTA IMPORTANTE: Todos los intérpretes, programas y fechas son susceptibles de modificación. ABONOS Y LOCALIDADES: TIPOS DE ABONOS: ADQUISICIÓN DE NUEVOS ABONOS: 1. Se establecen dos tipos de abonos a precio reducido para los diez conciertos del ciclo. 2. El abono normal (25% de descuento) está destinado al público en general. El abono de suscriptor (35% de descuento) sólo lo podrán adquirir los suscriptores de la revista SCHERZO, que se encuentren al corriente de pago de su suscripción anual para el año 2008. 1. Se podrán adquirir nuevos abonos, si los hubiere, una vez terminado el plazo de renovación de los mismos, cumplimentando el boletín de adquisición de nuevos abonos. Los suscriptores de la revista SCHERZO y los abonados al Ciclo de Jóvenes Intérpretes (por ese orden) tendrán prioridad sobre el público en general para adquirir los abonos disponibles. Los suscriptores de la revista SCHERZO solo podrán comprar un máximo de dos abonos a precio especial de suscriptor. 2. El boletín para adquirir nuevos abonos se podrá enviar por correo a nuestras oficinas, por fax al número 91.726.18.64 (las 24 horas del día) o hacer su solicitud por teléfono llamando al 91.725.20.98 (de 10:00 a 15:00 horas de lunes a viernes, excepto festivos), por correo electrónico a la dirección fundacion@scherzo.es, o rellenando un boletín en nuestra página WEB www.scherzo.es. A partir del 20 de noviembre comenzarán a adjudicarse los abonos no renovados, por estricto orden de llegada de las peticiones. PRECIO DE LOS ABONOS Y DE LAS LOCALIDADES ZONA ABONO NORMAL A B C D 337€ 277€ 225€ 172€ ABONO SUSCRIPTOR 292€ 240€ 195€ 150€ LOCALIDADES (Venta Libre) 45€ 37€ 30€ 23€ RENOVACION DE ABONOS: 1. La renovación de abonos consiste en adjudicarle para el XIII Ciclo de Grandes Intérpretes las mismas localidades que usted tiene actualmente. 2. Los actuales abonados al Ciclo de Grandes Intérpretes recibirán por correo antes del 20 de octubre de 2007, de acuerdo con los datos que figuran en nuestro archivo de abonados, un boletín de renovación con la forma de pago, la fecha y el lugar donde podrán retirar sus nuevos abonos. La renovación la podrán hacer todos los abonados, con independencia de si son suscriptores o público en general. Si después del 20 de octubre usted no hubiera recibido el boletín de renovación en su domicilio, le rogamos que se ponga en contacto con nosotros en el teléfono 91.725.20.98 de lunes a viernes en horario de 10:00 a 15:00 horas, excepto festivos; mediante fax en el número 91.726.18.64 o por correo electrónico en la dirección fundacion@scherzo.es durante las 24 horas del día. 3. El plazo de renovación de abonos concluirá el viernes 9 de noviembre de 2007. Se considerará la renuncia de los abonos si el boletín de renovación no ha sido devuelto a nuestras oficinas antes de esa fecha. AUDITORIO N A C I O N A L DE MÚSICA sala sinfónica VENTA LIBRE DE LOCALIDADES: Las localidades sobrantes, si las hubiere, que hayan quedado sin vender por el sistema de abono, se podrán adquirir en las taquillas del Auditorio Nacional de Música, en la red de teatros del INAEM (dentro de los horarios habituales de despacho de cada sala) y mediante el sistema de venta telefónica de Serviticket en el número 902.33.22.11, de 8:00 a 24:00 horas, Servicaixa y Servicajeros de La Caixa. Teléfono de información 91.337.01.40. VENTA ANTICIPADA para cualquiera de los diez conciertos del ciclo a partir del martes, 22 de enero de 2008. Forma de pago: las localidades de venta libre se podrán adquirir en efectivo o mediante tarjeta de crédito American Express, Dinners Club, Eurocard, Master Card, Servired y Visa. FUNDACIÓN SCHERZO (Ciclo de Grandes Intérpretes) C/ Cartagena, MADRID www.scherzo.es Teléfono de información: 91.725.20.98 Correo electrónico: fundacion@scherzo.es (para consultas o sugerencias sobre la renovación y/o venta de nuevos abonos del XII Ciclo de Grandes Intérpretes) Horario de atención al público de lunes a viernes, excepto festivos, de 10:00 a 15:00 horas. COLABORAN:
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