222 - Scherzo

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222 - Scherzo
Nº 222 - Septiembre 2007 - SCHERZO
REVISTA DE MÚSICA
Año XXII - Nº 222 - Septiembre 2007 - 6,50 €
DOSIER
Orquestas españolas
2007 – 2008
ENCUENTROS
La Colombina
AGENDA
La temporada
que empieza
ACTUALIDAD
Samuel Ramey
REFERENCIA S
Viaje de invierno
de Schubert
Una excelente selección de grabaciones de Decca, DG y Philips con obras
interpretadas por grandes maestros. Thomas Quasthoff, Anne Sofie von Otter,
Cecilia Bartoli, Maria João Pires… Obras con un precio excepcional que pone al
alcance de todos las mejores joyas de la música clásica. 9,95 € cada cd sencillo.
En tu espacio de música de El Corte Inglés.
AÑO XXII - Nº 222 - Septiembre 2007 - 6,50 €
OPINIÓN
2
DOSIER
Orquestas españolas,
temporada 2007-2008 136
CON NOMBRE
PROPIO
ENCUENTROS
Samuel Ramey
8
La Colombina
Fernando Fraga
10
AGENDA
24
ACTUALIDAD
NACIONAL
42
ACTUALIDAD
INTERNACIONAL
60
152
EDUCACIÓN
156
JAZZ
ENTREVISTA
Cecilia Bartoli
Ana Mateo
64
Pablo J. Vayón
Pablo Sanz
158
LIBROS
160
LA GUÍA
162
CONTRAPUNTO
Norman Lebrecht
Discos del mes
166
SCHERZO DISCOS
Sumario
65
Colaboran en este número:
Javier Alfaya, Daniel Álvarez Vázquez, Julio Andrade Malde, Joaquín Arnau Amo, Íñigo Arbiza, Emili Blasco, Alfredo Brotons Muñoz, José
Antonio Cantón, Patrick Dillon, Pierre Élie Mamou, José Luis Fernández, Fernando Fraga, Germán Gan Quesada, Joaquín García, Manuel
García Franco, José Antonio García y García, Carmen Dolores García González, Juan García-Rico, Mario Gerteis, Juan Antonio Gordón, José
Guerrero Martín, Fernando Herrero, Amanda Holloway, Bernd Hoppe, Antonio Lasierra, Norman Lebrecht, Ellen Levine, Juan Antonio Llorente, Fiona Maddocks, Santiago Martín Bermúdez, Leticia Martín Ruiz, Joaquín Martín de Sagarmínaga, Enrique Martínez Miura, Aurelio
Martínez Seco, Blas Matamoro, Ana Mateo, Mary Rith McGinn, Erna Metdepenninghen, Marco Antonio Molín Ruiz, Juan Carlos Moreno,
Antonio Muñoz Molina, Rafael Ortega Basagoiti, Josep Pascual, Enrique Pérez Adrián, Joaquín Pérez de Arriaga, Javier Pérez Senz, Paolo
Petazzi, Francisco Ramos, Arturo Reverter, David Rodríguez Cerdán, Jaime Rodríguez Pombo, Leopoldo Rojas-O’Donnell, Justo Romero, Stefano Russomanno, Carlos Sáinz Medina, Pablo Sanz, Pedro Sarmiento, Bruno Serrou, Franco Soda, Christian Springer, José Luis Téllez, Guzmán Urrero Peña, Asier Vallejo Ugarte, Claire Vaquero Williams, Pablo J. Vayón, Juan Manuel Viana, Albert Vilardell, Carlos Vílchez Negrín.
Traducciones:
Rafael Banús Irusta, Blas Matamoro y Ruth Zauner (alemán) - Enrique Martínez Miura (italiano) - Barbara McShane (inglés)
Juan Manuel Viana (francés)
Impreso en papel 100% libre de cloro
PRECIO DE LA SUSCRIPCIÓN:
por un año (11 Números)
España (incluido Canarias)
65 €.
Europa:
100 €.
EE.UU y Canadá
115 €.
Méjico, América Central y del Sur 120 €.
Esta revista es miembro de ARCE,
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1
OPINIÓN
OPINIÓN
EDITORIAL
2
LA CARTA
U
na carta acerca de la política artística del Teatro Real firmada
por un grupo de “abonados y aficionados” quejosos de algunos de los montajes vistos esta temporada en el coliseo
madrileño —Wozzeck y El viaje a Simorgh—, da que pensar
muy seriamente acerca de determinados aspectos de las relaciones
entre el arte y sus destinatarios no suficientemente asimilados todavía
en nuestra politizadísima vida cultural.
La carta no se ha enviado a la dirección del teatro, lo que hubiera
sido lo natural a la hora de pedir explicaciones por las “escenas claramente ofensivas” que, según los firmantes, se ofrecen y que, a su
parecer, han convertido la sala en una suerte de sucursal de Sodoma y
Gomorra, sino a quienes de alguna forma pueden influir en algo tan
importante como es la financiación del Real: sus patrocinadores, que
aportan aproximadamente el 10% de su presupuesto.
La carta hace referencia a “una clara lesión a los valores y derechos
humanos”, a “un notable agravio a los principios de la religión católica”, a la pornografía o a la violación y pide a sus destinatarios que
estos se informen previamente de los contenidos de cada montaje
para decidir si lo apoyan o no económicamente. Es decir, se trata de
introducir una suerte de censura previa que vele por nuestra integridad moral como espectadores y nos evite sofocos, disgustos y tentaciones siempre peligrosas.
Que las dos obras sobre las que trata de sostenerse la acusación de
inmoralidad sean Wozzeck y El viaje a Simorgh es todo un síntoma. La
obra de Büchner sobre la que se basa Berg es ya en sí muy dura, poco
agradable. ¿Por qué ha de ser de otra forma su puesta en escena? ¿No
será que Berg gusta menos aún que Calixto Bieito? El viaje a Simorgh
es un estreno de un joven y brillante autor español sobre textos tan
sospechosos —¿todavía?— como los de algún místico pero también
tan asimilados como los de Juan Goytisolo y en su montaje aparecen,
en efecto, escenas subidas de tono que, por otra parte, no habrían
hecho renunciar a sus creencias —religiosas o sociales— a ninguna
alma adulta enraizada en ellas.
Afirman los autores de la carta que tales experiencias “están muy
bien para los teatros privados pero no para los públicos”. Pero precisamente los públicos son los que deben abrirse a toda posibilidad de
manifestación de diferentes ideologías artísticas que reflejan los cambios en la sociedad y sus costumbres, de Diálogos de carmelitas —una
pieza que puede ofender a un ateo, y en nuestra sociedad los hay en
buen número— al citado Wozzeck. Un teatro público no es un predio
propio ni de sus gestores, ni de una parte de su audiencia, ni de sus
patrocinadores, y la evaluación de sus resultados artísticos y económicos, como de su irradiación en la sociedad que lo pagó en su día y lo
mantiene en buena medida, corresponde, por tanto, a mecanismos
algo más complejos, plurales y democráticos.
Y como cuando estas cosas empiezan no hay quien las pare, echémonos a temblar con lo que pudiera venirnos encima. En Madama
Butterfly hay corrupción de menores y abandono del hogar; en Tannhäuser y Sansón y Dalila sendas bacanales y en La walkyria incesto;
Lady Macbeth es una asesina, Violeta Valéry una prostituta y Don Giovanni un criminal y un blasfemo; sobre Peter Grimes recae algo más
que la sombra de la homosexualidad y en El caballero de la rosa una
mujer travestida de hombre se acuesta con una mariscala de campo.
Cherubino es un rijoso, Hoffmann un dipsómano terminal y Carmen
una ninfómana. Si sigue la cruzada nos quedamos sin repertorio.
OPINIÓN
Nº 222 - Septiembre 2007 - SCHERZO
REVISTA DE MÚSICA
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La música extremada
DOSIER
Orquestas españolas
2007 – 2008
CUESTIÓN DE ELEGANCIA
ENCUENTROS
La Colombina
Diseño
de portada
Argonauta
Foto portada:
Decca / Uli Weber
AGENDA
La temporada
que empieza
ACTUALIDAD
Samuel Ramey
REFERENCIA S
Viaje de invierno
de Schubert
Edita: SCHERZO EDITORIAL S.L.
C/Cartagena, 10. 1º C
28028 MADRID
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Redactor Jefe: Enrique Martínez Miura
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Maquetación: Iván Pascual
Fotografía: Rafa Martín
Secciones
Discos: Juan Manuel Viana
Educación: Pedro Sarmiento
Jazz: Pablo Sanz
Libros: Enrique Martínez Miura
Página Web: Iván Pascual
Consejo de Dirección: Javier Alfaya, Manuel
García Franco, Santiago Martín Bermúdez, Enrique
Pérez Adrián, Pablo Queipo de Llano Ocaña,
Arturo Reverter
Departamento Económico: José Antonio Andújar
Departamento de publicidad
Cristina García-Ramos (coordinación)
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DOBLE ESPACIO S.A.
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por escrito del titular del Copyright.
E
n el homenaje que le dieron en el
Carnegie Hall cuando cumplió
setenta años Ron Carter llevaba un
traje negro y una camisa granate sin
corbata que resaltaban su estatura magnífica, y un pañuelo del mismo color que la
camisa le sobresalía como una corola del
bolsillo superior de la chaqueta. No me
pude fijar en los zapatos, porque estaba
demasiado lejos del escenario, pero otras
veces se los he visto de cerca y siempre
son extraordinarios: zapatos, imagino,
hechos a mano, de una piel tan bruñida y
trabajada como la madera de su contrabajo. En el club Smoke, el año pasado,
Ron Carter salió a tocar con un traje gris
claro y una corbata de seda, y los ojos se
le iban a uno igual hacia las manos tan
largas que sostenían el mástil y abarcaban
y pulsaban las cuerdas sin esfuerzo aparente que hacia el pie derecho calzado
con un zapato magistral que llevaba el ritmo golpeando la tarima polvorienta del
club. Ron Carter se viste igual que toca el
contrabajo, con una elegancia abrumadora y como sin esfuerzo, y la sutileza de
sus movimientos contrasta con el efecto
tremendo de su maestría: no parece pelearse cuerpo a cuerpo con su instrumento
hercúleo, como otros contrabajistas, no
se inclina sobre él como para apuntalarlo
o para arrancarle las notas a su profundidad cóncava, tan oscura como la cueva
del dragón Fafner. Las manos de otros
contrabajistas son chatas, musculosas,
con algo de caparazones de quelonio: las
de Ron Carter son largas, larguísimas, y
bajan y ascienden por las cuerdas como
si recorrieran el teclado de un piano, sin
que el músico pierda nunca la compostura, y su color oscuro y su movilidad incesante contrastan con los puños impecables de la camisa, en los que brillan unos
gemelos dorados.
Habría que saber por qué motivo la
distinción indumentaria ha sido tantas
veces un rasgo de los músicos de jazz.
No creo que haya existido nunca un
duque que se vistiera a lo largo de medio
siglo con la elegancia infalible de Duke
Ellington: ponía en su ropa, en sus modales, en su manera de fumar o de sentarse
al piano, la misma sofisticación que en
componer esas partituras en las que se
combinaban con una naturalidad irrepetible la pesadumbre de los blues, el júbilo
del baile y de lo spirituals y las brumas
cromáticas de Debussy y Ravel. Thelonious Monk se movía como un oso y llevaba trajes que parecían comprados de
saldo, pero de alguna manera misteriosa
aquella ropa se llenaba de dignidad y los
gorros excéntricos con que culminaba
Monk su figura acababan teniendo algo
de coronas reales.
Pero Ron Carter tuvo un maestro más
cercano: desde que dejó la heroína en los
primeros cincuenta, Miles Davis fue progresando en la misma medida en su estilo
de tocar la trompeta que en el de vestirse.
Sus trajes oscuros, sus camisas blancas,
sus gafas de sol, eran tan reverenciados
—y tan imitados— como su sonido limpio, rectilíneo, de una textura ligeramente
arenosa, que siempre tenía una parte de
asedio y otra de lejanía y de fuga. En los
años sesenta, el quinteto de Miles Davis
fue uno de los mejores grupos que han
existido nunca en el jazz, y el de una elegancia más definitiva, resaltada en las
fotos en blanco y negro: Ron Carter, Herbie Hancock, Wayne Shorter, Tony
Williams. Pero nada es más fugaz que
una edad de oro. Al final de los sesenta el
quinteto se había disuelto, el jazz parecía
al borde de la extinción, o de la irrelevancia, y Miles Davis se alejaba cada vez más
ensimismado hacia sus elucubraciones
eléctricas. Hizo aún uno o dos discos
memorables. Pero la prueba de su decadencia es que empezó a vestirse como un
proxeneta de playa.
Antonio Muñoz Molina
3
O
AP
GIENNI D
ÓA
N
MÚSICA ¿CLÁSICA?
C A R T A S
Sr. Director:
L
4
eo en el editorial de
SCHERZO, julio/agosto de
2007: “qué lástima no
haber sido capaces de sustituir
ese adjetivo limitador”. El adjetivo es el de “clásica”, que suele calificar la música de la que
hablamos. Y es cierto que sus
devotos no hemos hallado otro
mejor. Y que, cada vez que
suena, nos malsuena un poco.
Y no tanto porque sea “limitador” —¿cuál no lo es?— cuanto
porque no acaba de adecuarse
a lo que califica. No es del todo
feliz. Música clásica sabe, para
muchos, a antigualla: a agua
pasada. No es la primera vez
que, en la historia del arte, un
calificativo se desliza al amparo
del menosprecio: “gótico” y
“barroco”, sin ir más lejos, fueron en un principio etiquetas
peyorativas y aplicadas con
desdén. Y yo me temo que
“clásica”, dicho de la música en
cuestión, es la preferida de los
modernos para designar un
asunto pasado de moda: como
carroza. Nótese que clásico se
toma a menudo como típico, y
por consiguiente tópico: como
lo que se da por sabido y
sobreentiende, como lo visto y
requetevisto. Nada nuevo: nada
que pueda interesarnos.
De hecho, clásico se opone a moderno y, en el caso de
la música, clásica o moderna,
la disyuntiva ha prosperado
desde hace, que yo sepa, más
de medio siglo. Claro que,
oída con oído fino, la designación de clásica puede entenderse como “con clase”, o
como asunto que transciende
el tiempo y la historia. Pero no
es eso, ni de lejos, lo que la
muchachada entiende.
¿Qué hacer entonces? ¿O
cómo decir lo que queremos
decir, sin que se preste a
malentendido inmediato? Sabemos que nuestro objeto es diferente: ellos también lo saben,
para bien o para mal. Creemos
que, para entendernos, hemos
de deslindar los campos: que
Beethoven y Bisbal no entran,
no puede ser, en el mismo
saco. Pero ¿cómo calificar lo
uno y lo otro? Supuesto que
“clásica” no es el apellido idóneo, ¿cuál sería su cabal equivalente? Propuestas varias las
A L D I R E C TO R
ha habido y haylas: veamos
algunas.
Hace algunas décadas, Leonard Bernstein proponía, en
sus célebres y admirables lecciones neoyorquinas, que a
nuestra música (la llamo “nuestra” para entendernos y sin
derecho alguno de propiedad
o apropiación) la llamáramos
música “exacta”. Quizás en su
cabeza bullía el contraste del
jazz, entregado a la improvisación en cuerpo y alma. Pero no
creo que, con el debido respeto al admirado maestro, esa
denominación nos convenza.
Negar a nuestra música los
dones de la improvisación sería
recortarla no pocas glorias, de
Bach a Boucourechliev.
Sería asimismo desautorizar a Mahler cuando dice que
en la partitura “está todo, absolutamente todo, todo menos la
música”. Cierto que el compositor en nuestro caso trata de
atar todos los cabos: pero los
cabos sueltos, ni son pocos, ni
son de poca importancia.
En cierta ocasión y para un
programa radiofónico bajo mi
responsabilidad, se me propuso (y acepté sin el menor entusiasmo) el título de “la gran
música”. Cuando todos los
melómanos de nuestra especie
sabemos cuántas de sus miniaturas nos han levantado al séptimo cielo.
¿Música “seria”? De ningún
modo. ¿Acaso el finale primo
de Il barbiere di Siviglia rossiniano, cuya escritura raya en
la perfección, no es para partirse de risa? ¿Música “culta”?
Pero ¿cómo se puede llamar
inculto a lo otro, que con tanto ahínco se cultiva? ¿Es que
vamos a negar que haya una
cultura popular, porque es ajena a nuestro negocio? ¿“Buena” música? Toda música puede ser buena o mala en su
especie: y aquí hablamos, o lo
pretendemos, de especies, no
de bondades, de suyo relativas. ¿Música “de autor”? Y los
otros ¿acaso no son autores?
Opciones hay: las dichas y
otras más. Pero no mejoran, a
mi parecer, la susodicha en
principio. Por eso, quiero a mi
vez aventurar una propuesta,
inspirada quizá por una vieja
publicidad (cuando ésta no era
aún repugnante) que decía, de
un agua mineral creo, “sólo
sabe a agua”. Propongo, pues,
que a nuestra música la llamemos simplemente música.
Yo, como medida de respeto, la escribo con mayúscula: Música. Pero ello no deja
de ser una manía personal
(propia de un melómano, que
por eso, por su manía, se llama melómano).
Lo que quiero decir, al no
decir nada, es que, si ha de
buscársele un adjetivo, que se
lo busquen los otros: que se le
busque a la otra. Es la otra la
que ha menester de algún calificativo. Y se me ocurren no
pocos: pero no me corresponde a mí, que no la frecuento, el
proveerlos. Música pop (queda
bien), música “ligera” (no me
gusta: porque se nos supone
pesados), música “banal”
(demasiado
tendencioso),
música “fácil” (no está mal),
música “chunga” (no te pases),
música “de consumo” (de todas
creo que es ésta la designación
más pertinente y precisa)…
¿Que al otro bando no
molan estos y otros adjetivos y
prefieren dejarla en música a
secas? Sea: será que, como pescadores astutos se apuntan a la
ganancia del río revuelto. O
que, como mercaderes avisados
dominan el arte de dar gato por
liebre. ¿Qué le vamos a hacer?
Por mucho que hagamos, nunca acertaremos a desterrar los
equívocos de la lengua, que
nos hacen decir cosas diferentes diciendo lo mismo.
A veces el discurso resuelve: no es lo mismo una buena
moza que una moza buena.
Pero a veces no: y recurrimos al
gesto, o al tono. ¿Al tono? No
me parece una mala idea que
la música decida acerca de lo
que la palabra “música” quiere
decir en cada caso. ¿A qué
hablar de ello? Óiganla: oídla.
Chsss… silencio. ¿Qué silencio? ¿Qué silencio? De acuerdo: yo callo, tú callas, él no
calla, nosotros callamos, vosotros no calláis, ellos no
callan. ¿Está claro? Pues a
callar. O a no callar…
Joaquín Arnau Amo
Albacete
O
AP
GIENNI D
ÓA
N
Prismas
GAZMOÑERÍA
H
ace tiempo que esa
vieja enemiga, esa
oscura enemiga, esa
torva enemiga llamada la
gazmoñería no levantaba
cabeza. En este país hay,
sin duda, muchas cosas que
funcionan mediocremente o
que no funcionan. Pero en
lo relativo a las costumbres
ha cambiado tanto que uno,
que ya lleva muchos años
en este valle de lágrimas, se
sorprende un poco más
cada día cuando se da
cuenta de que al menos en
lo referente al sexo apenas
se alzan voces —como no
sea la de un conocido prelado que dice cosas tan sorprendentes como que “En
Madrid se peca mucho”—
que nos retrotraigan a los
viejos tiempos en los que
medio país se dedicaba con
fruición a vigilar las ideas y
costumbres de la otra mitad
para así poder escandalizarse —y de paso denunciar—
de vez en cuando. Arcaicos
reflejos de tiempos no tan
lejanos en los que había
gente —y numerosa— que
sentía nostalgia de las
hogueras inquisitoriales y
que no tenía otro oficio ni
beneficio en este país que
ser “familiar del Santo Oficio”. Es decir, vivir y prosperar a cuenta del chivateo
y la delación. Y eso duró
hasta 1834, y se reprodujo
en los años más negros de
nuestra historia reciente, a
partir de 1936-1939, no se
olviden.
Vuelven a oírse voces,
sin embargo. Cuánto le
gusta a determinada gente
rasgarse las vestiduras,
ahuecar la voz, exclamar en
tono de amenaza esa palabra tan irritante: “¡Intolerable!”. Gente a la que le
encantaría recortar libertades, borrarlas del mapa y
hacer de Casandras para
demostrar su temple moral
frente a tanta ocasión de
pecado.
De pretexto sirve cualquier cosa, por ejemplo una
representación de ópera o
de una obra teatral. En
general el mundo de los
libros no atrae a los propicios a escandalizarse. El
secreto es que en España se
lee poco y por lo tanto los
libros no suelen considerarse piedra de escándalo.
Solo de vez en cuando
algún best seller que pone
en tela de juicio algún mito
milenario enfurece a los
eternamente crispados, los
que gozan haciendo llamamientos al Apocalipsis.
Quizá haya que acostumbrarse, quizá tengamos
que prepararnos para tiempos peores. Ojalá no sea así,
por supuesto. Hay quienes
se escandalizan por ver en
un escenario cuerpos desnudos. Por ver a un hombre y
una mujer, a un hombre y
otro hombre, a una mujer y
otra mujer haciendo el amor.
Lo único que se me ocurre
decirles es que allá ellos.
Pero que nos dejen en paz.
Javier Alfaya
5
OPINIÓN
Música reservata
LO VEROSÍMIL
E
6
palmario que la ópera conmueve, es decir, provoca una
catarsis, una identificación emotiva profunda e indeleble
en el espectador, lo que resultaría imposible si careciese
de verosimilitud. La ópera articula un verosímil privativo,
como sucede en cualquier otro de los géneros artísticos,
un verosímil distinto a todos ellos pero dotado de equivalente coherencia, pero un verosímil ajeno a toda semejanza con aquéllo que afirma representar: incorpora el
verosímil dramático, toda vez que está protagonizada por
personajes encarnados en actuantes específicos que cantan en lugar de hablar, pero su modo de gestión del tiempo dramático y su relación con sus referentes argumentales inscriben una singularidad inalcanzable para cualquier otro arte de representación.
¿Es posible creer la ópera, es posible asentir ante la
catarata de imposibilidades de, por ejemplo, Il trovatore?
Convenimos en asumir las increíbles peripecias de Leonora, aceptamos conmovernos con sus inexplicables cuitas tan sólo porque la música de sus dos grandes escenas
es sublime: en el acto primero, por la inexpresable
habilidad con la que Verdi
ha logrado dilatar hasta el
último compás la caída de
la melodía sobre la tónica,
logrando que sus veintiocho compases se perciban
como una frase única, y en
el cuarto, porque su soledad escénica es incomparablemente mayor que la
de cualquier otra heroína
romántica en virtud de un
fuera de campo que se
extiende, no ya hacia los
lados, merced al ominoso
miserere cantado en interno, sino también hacia arriba, por la voz de un Manrico
invisible en lo alto de la torre al que ni siquiera puede
hacer partícipe de su presencia: la música dramatiza así
una inusitada dimensión espacial, tributaria en último
extremo de los cori spezzati venecianos.
En un famoso comentario de Beaumarchais a Gudin
de Brennerie, el autor de Le mariage de Figaro afirma
acerca de su obra: “hay poca verosimilitud en los equívocos de las escenas nocturnas, pero los espectadores se
prestan con gusto a creer esta suerte de ilusión cuando
de ella nace un embrollo divertido”. La observación es,
virtualmente, la última palabra acerca del tema: el espectador acepta lo increíble por el placer que ello le proporciona. La clave de la verosimilitud no reside en su
semejanza con lo verdadero (como afirma la Academia),
sino en el desear, en la aquiescencia para ceder ante una
seducción promisoria. En la ópera, el papel de la música
es sustituir la lógica por el deseo, recubrir el vacío de
sentido así creado (la ilusión a que se refiere Beaumarchais) mediante el resplandor de su propia sintaxis,
haciendo creíble lo que, de presentarse en la desnudez
de sus palabras, resultaría inadmisible: al mantenerse al
margen de la significación, la música es igualmente ajena a la dialéctica de lo verosímil. Enseñanza de la ópera:
su realismo reposa en su inverosimilitud.
Piero Sierra
n un celebre artículo de 1968, Roland Barthes, glosando un ejemplo de Flaubert y otro de Michelet,
sostiene que la verosimilitud literaria, el efecto de
realidad, se genera por una sobreabundancia de
información, por la presencia de detalles en apariencia
incongruentes o innecesarios en relación con la economía significante del relato.
¿Es aplicable tal idea a un arte tan exacerbadamente
irreal como la ópera? Aquí, los elementos supernumerarios o presuntamente “inútiles” de los que habla Barthes
se corresponderían con esas figuras escénicas presentes
tan sólo para favorecer una transición: confidentes que
insertan preguntas o reflexiones retóricas en breves diálogos previos a la cavatina o en el tempo di mezzo que la
separa de la cabaletta, como sucede con Alisa y Lucia o
con Amenaide e Isaura, o algún particchino llegado únicamente para afirmar que “la cena è pronta” y justificar así
que el coro salga de escena para que Violetta y Alfredo
puedan ahondar su desencuentro. No es un caso diferente el de esos coros de cazadores, soldados o sacerdotes que inician tantas óperas
sin más propósito que ofrecer un supuesto testimonio
“de situación”, y cuya obviedad permite otorgar crédito
a la figura protagonista o al
comprimario encargado de
referir en el primer monólogo ciertos acontecimientos
previos a la subida del telón
y necesarios para el entendimiento de la trama aún no
iniciada. Empero, el problema de la verosimilitud en el
teatro lírico se mantiene al
margen de esta suerte de
ganga narrativa: si la ópera resulta verosímil lo es por
otros motivos.
La ópera como género implica verosímiles muy diferentes: poco o nada tiene que ver esa sucesión de estatuas animadas que configura la ópera barroca con el
Musikdrama wagneriano, o el drama clásico de Mozart
con la tragedia expresionista de Alban Berg, aunque en
todos los casos exista idéntica aspiración a una suerte de
música absoluta cuyas leyes estructurales son, en definitiva, la garantía última de la dramaturgia. Se trata de concepciones musicales diferentes establecidas en función
de factores enfrentados, de las exigencias de los cantantes a la autonomía de los compositores, de la primacía de
la voz al protagonismo de la orquesta, de la forma vocal
cerrada a la continuidad de la forma sinfónica: porque,
estructuralmente, la ópera guarda poca o ninguna relación con la literatura o, por mejor decir, mantiene con
ella una dependencia meramente instrumental en tanto
que depósito de argumentos y personajes, de posibles
líneas de trabajo para el libretista y el músico. El teatro
cantado es provocativamente disímil respecto a cualquier
realidad que no sea la suya propia: en la vida ordinaria la
palabra no alcanza semejante grado de impostación ni
siquiera en los actos más ritualizados, como las ceremonias institucionales o la oración fúnebre (aunque se le
aproxime en intensidad o en desmesura en ciertas manifestaciones de la liturgia popular). Pero no resulta menos
José Luis Téllez
CON NOMBRE PROPIO
SAMUEL RAMEY
PROPIO
CON NOMBRE
Un bajo para la posteridad
E
8
l norteamericano Samuel Ramey,
nacido hace 65 años en Colby
(Texas), en la culminación de su
carrera, ya con los medios instrumentales pese a su todavía firmeza
y persuasión indicando el inevitable
paso del tiempo, puede mirar hacia
atrás y sentirse parte importante de la
historia del canto. En sus largas tres
décadas de actividad fue un soberano
cantante barroco y clásico, concreta-
mente mozartiano, transitó con maestría por el bel canto romántico, interpretó el repertorio más llamativo del
XIX italiano, francés y ruso (no el alemán, del que fue con Sinopoli un
espectacular Orest straussiano), se
acercó al verismo con un Scarpia y un
Schicchi baritonales que la amplitud
de sus medios le permitieron realizar,
y llegó a la modernidad con resultados
tan extraordinarios como para ser un
CON NOMBRE PROPIO
SAMUEL RAMEY
Nick Shadow stravinskiano de referencia y un atormentado e insuperable
Olin Blitch de la Susannah de Floyd.
El secreto no es tal. Hay un instrumento de base fuera de lo normal por el
colorido, la belleza, la densidad y el
milagroso equilibrio entre los tres
registros. Y la flexibilidad. Ella le permitió recuperar la figura del noble bajo
rossiniano, vocalidad perdida desde
hacia décadas con sus endiablados
pasajes de coloratura, y que él puso al
día interpretando los personajes que el
pesarense ideó a la mayor gloria del
cantante romano Filippo Galli. Personajes serios de la entidad de Maometto
y Assur; cómicos de la estatura de
Selim o de Mustafà; o de medio carácter, como el Podestà de La gazza
ladra o un elegantísimo y estilizado
Lord Sydney de Il viaggio a Reims. En
todos ellos, Ramey creó escuela,
situándose al mismo nivel que su compatriota Marilyn Horne, reencarnación
moderna de la contralto in travesti rossiniana, y formando parte decisiva de
la falange de cantantes norteamericanos que a partir de Beverly Sills y Shirley Verrett, las iniciadoras de la
corriente, llegaron a producir una June
Anderson y dos fenómenos tenoriles
tan genuinamente rossinianos como
Chris Merritt y Rockwell Blake. Como
intérprete Ramey basa su juego especialmente en el buen canto, a partir de
ahí, a través de la música va creando
con gestos sobrios y comedidos sus
personajes que no por ello carecen de
profundidad y efecto. Con inteligencia
fue adentrándose poco a poco, apoyándose en la experiencia y en el
rodaje, en los grandes papeles que el
XIX concibió para un bajo. En cabeza,
un zar y un rey, Boris y Filippo Secondo. Si en ambos no pudo, ni pretendió, competir con glorias del pasado,
con personalidades más extravertidas
y ostentosas, sí supo sumar al planteo
musical y canoro siempre impecable y
respetuoso, la perfección del músico y
la madurez de un intérprete completo
y preparado. Ahí está el Don Carlo de
la Scala con Muti en 1992. Rodeado de
estrellas, la de más fulgor Pavarotti,
Ramey fue de todo el equipo quien
mejor se llevó el gato al agua. Ramey
completa su retrato de intérprete en un
extensa discografía donde da cuenta
de su portentosa versatilidad, incluyendo como tributo patrio canciones
de su país y comedia musical.
Fernando Fraga
Madrid. Teatro Real. 29-IX-2007.
Musorgski, Boris Godunov. López
Cobos. Grüber. Ramey,
Kotscherga, Gorsevskaia, Pierotti.
Samuel Ramey interpreta a Boris en el Festival de Salzburgo
DISCOGRAFÍA SELECCIONADA
BOITO: Mefistofele (titular). DOMINGO, MARTON. ESTADO HÚNGARO. PATANÉ. SONY (1988).
FLOYD: Susannah (Olin Blitch). STUDER, HADLEY. ÓPERA DE LYON. NAGANO. VIRGIN (1994).
HAENDEL: Ariodante (Rey de Escocia). BAKER, MATHIS, BOWMAN, BURROWES, RENDALL.
ENGLISH CHAMBER. LEPPARD. PHILIPS (1978).
MEYERBEER: Robert le Diable (Bertrand). ANDERSON, VANZO, LAGRANGE, DONATI. ÓPERA
DE PARÍS. FULTON. LEGATO (1985).
MOZART: Don Giovanni (titular). TOMOWA-SINTOW, WINBERGH, BURCHULADZE, BALTSA,
FURLANETTO, BATTLE. FILARMÓNICA DE BERLÍN. KARAJAN (1985).
— Le nozze di Figaro (titular). ALLEN, KANAWA, POPP, STADE. FILARMÓNICA DE LONDRES. SOLTI.
DECCA (1982).
OFFENBACH: Les contes d’Hoffmann (Lindorf-Coppelius-Dr. Miracle-Dapertutto).
ARAIZA, NORMAN, LIND, STUDER. STAATSKAPELLE DRESDEN. TATE. PHILIPS (1989).
ROSSINI: L’italiana in Algeri (Mustafà). HORNE, PALACIO, BATTLE, TRIMARCHI. SOLISTI VENETI.
SCIMONE. CD ERATO (1980).
— Il viaggio a Reims (Lord Sydney). GASDIA, RICCIARELLI, ARAIZA, CUBERLI, RAIMONDI, DARA.
CÁMARA DE EUROPA. ABBADO (1984).
— Maometto II (titular). ANDERSON, ZIMMERMANN, PALACIO. FILARMONÍA. SCIMONE. PHILIPS
(1983).
— Semiramide (Assur). ANDERSON/STUDER, HORNE/LARMORE, OLSEN/LOPARDO. METROPOLITAN
NUEVA YORK/SINFÓNICA LONDRES. CONLON O MARIN. DVD ARTHAUS (1990)/CD DEUTSCHE
DE
GRAMMOPHON (1992).
— La gazza ladra (Podestà). RICCIARELLI, MATTEUZZI, FURLANETTO, MANCA DI NISSA. RAI TURÍN.
GELMETTI. SONY (1989).
STRAVINSKI: The Rake’s Progress (Nick Shadow). POPE/LOTT, LANGRIDGE/GOEKE,
WALKER/ELIAS. LONDON SINFONIETTA/FILARMÓNICA DE LONDRES. CHAILLY/HAITINK. CD DECCA
(1983)/DVD ARTHAUS (1975).
VERDI: Attila (titular). STUDER, KALUDOV/SHICOFF, ZANCANARO. SCALA DE MILÁN. MUTI. CD EMI
(1989)/DVD VL Classic (1991).
VERDI: Oberto (titular). GULEGHINA, URMANA, NEILL. ST. MARTIN IN THE FIELDS. MARRINER.
PHILIPS (1996).
9
Albacete. Sociedad de conciertos
CICLOS E INSTRUMENTOS
Badura-Skoda
L
a Sociedad de Conciertos
de Albacete (SOCA) prevé una nueva temporada, 2007-2008, estructurada en dos periodos, septiembre de 2007 a enero de 2008 y
febrero a junio de 2008, comprendiendo sus cuatro habituales ciclos en dos grupos sucesivos de dos: Festival Internacional de Piano en paralelo con el
de Música Antigua Tomás de
Torrejón y Velasco en el primer periodo (otoño-invierno)
y Festival Lírico y de Música de
Cámara en el segundo (invierno-primavera).
Como asimismo es habitual se cuenta con una apertura de lujo: el recital de piano de Paul Badura-Skoda,
previsto para el 26 de septiembre de 2007. Es el único
intérprete cuya presencia
nos ha sido confirmada y se
desconoce el programa.
BADURA-SKODA
AGENDA
AGENDA
Otros pianistas que se espera
desfilen por este ciclo, sin
fecha y programa confirmados, son Jean Paul Sevilla y
Daniel Blumental.
Entre los proyectos de la
Sociedad figura la promoción de un ciclo sinfónico,
que constituiría una novedad
en sus programas y el dotar
a la catedral de esta capital
de un órgano que pueda
competir con los varios mag-
níficos, históricos y modernos, que poseen otros pueblos de la provincia (en Liétor son dos, el histórico de la
Parroquia de Santiago y el
moderno del Convento de
Carmelitas, y está en proyecto un tercero, positivo, para
la Ermita de Belén) y son
objeto de ciclos anuales de
gran predicamento e interés.
Joaquín Arnau Amo
Albacete. Sociedad de Conciertos. http://www.websoca.com/.
Alicante. Sociedad de Conciertos
GRANDES PIANISTAS
Zimerman, Pires, Perianes, Lewis
E
10
n las 19 convocatorias
previstas por la Sociedad de Conciertos de
Alicante para la temporada 2007-2008 llama de
inmediato la atención no
sólo por la abundancia de
grandes nombres del piano.
Entre aquellos de éstos que
actuarán en solitario destacan, naturalmente, figuras
consolidadas en lo más alto
del escalafón como son
Krystian Zimerman (3-3-08)
y Maria João Pires (26-5-08).
No obstante, al melómano
no le pasarán inadvertidos ni
Javier Perianes (13-11-07), el
español actualmente con
mayor proyección internacional en la especialidad, ni
Paul Lewis (3-12-07), éste
con un reto tan formidable
ante sí como las tres últimas
sonatas de Beethoven.
Despiertan asimismo
enorme interés las intervenciones de Eldar Nebolsin
junto a la Orquesta de Cámara de Berlín (Noveno de
Mozart, 28-1-08) y de Elisso
Virsaladze con la Orquestra
de València y Yaron Traub
(Primero de Chopin, 7-2-08).
Por otro lado, en el recital de
apertura Till Fellner hará
seguramente algo más que
acompañar a la violinista
Viviane Hagner en un programa que incluye la Primera Rapsodia de Bartók y la
Kreutzer (2-10-07), y lo mismo se podría decir de Leif
Ove Andsnes con respecto a
Christian Tetzlaff en el de
clausura (3-6-08).
En otros apartados, hay
dos “encerronas” que resultan de lo más prometedoras:
la de Shlomo Mintz con los
24 Caprichos para violín solo
de Paganini (28-11-07) y la
de los hermanos Capuçon
(Renaud al violín y Gautier
al violonchelo) junto al pianista Nicholas Angelich con
la integral de los Tríos de
Brahms (11-3-08). Otro formidable caballo de batalla, la
Sonata de Franck, cerrará el
10-1-08 un programa en el
que ya se habrán oído a cargo de Vladimir Spivakov y
Alexander Ghindin obras de
compositores de estilos tan
diversos como Schubert, Bartók y Pärt. Instrucción a la
vez que deleite aportará sin
duda el clarinetista Joan
Enric Lluna, con Moon
Winds al piano, en la yuxtaposición del Divertimento
sobre “Una cosa rara” de
Martín y Soler y una colección de transcripciones de
AGENDA
PIRES
Barcelona. Ibercàmera
GRAN REPERTORIO
Pires, Brendel, Pollini, Gergiev
L
Alfredo Brotons Muñoz
der. En cuanto al trío de ases del piano, Pires tocará obras de
Bartók (Suite opus 14), Mendelssohn (cuarto cuaderno de las
Romanzas sin palabras y Chopin (Berceuse, op. 57 y Sonata
nº 3) y Brendel insistirá en su repertorio predilecto; Haydn
(Sonata en do menor, Hob, XVI:20) Beethoven (Sonata nº
31), Schubert (Impromptus D. 935, nºs 1 y 3) y Mozart (Sonata en do menor, K. 457). El programa de Pollini, para variar, a
determinar.
En la temporada paralela de cámara destaca la presencia
del Cuarteto Casals, que celebrará su décimo aniversario.
Entre las citas, un encuentro del guitarrista Carles Trepat y el
cantaor Duquende, el Cor Madrigal dirigido por Mireia
Barrera y actuaciones de los Zukerman Chamber Players y el
Cuarteto Pavel Hass.
Javier Pérez Senz
Ibercàmera. Barcelona. http: //www.ibercamera.es/.
PERIANES
Eric Manas
ZIMERMAN
GERGIEV
Vicente Simón
arias de El rapto en el serrallo que ofrecerá el 17-12-07.
El Cuarteto Kopelman
con los rusos Borodin, Shostakovich y Chaikovski sobre
los atriles (15-10-07), el
Kuchl (23-4-08), el Trío Florestán (25-3-08) y el Ensemble Berlín (7-4-08) completan
la vertiente camerística de
una programación a cuya brillantez contribuirán también
sin duda el magnífico violonchelista Lynn Harrell, secundado por la Orquestra de
València con Walter Weller al
frente, en el Segundo Concierto de Shostakovich (15-508), y el viaje de Haydn a
Schubert pasando por Mozart
que propondrá la Orquesta
Nacional Húngara dirigida
por Zoltan Kócsis (20-2-08).
Hiromichi Yamamoto
a presencia de grandes intérpretes del piano es una
constante en las temporadas de Ibercàmera y en la próxima, la número 24, el listón se sitúa muy alto: Maria
João Pires, Alfred Brendel y Maurizio Pollini. La música
romántica y los clásicos del siglo XX reinan en los 12 conciertos —dos de ellos fuera de abono— repartidos entre el Auditori y el Palau, que ofrecerán del 4 de octubre al 5 de junio
de 2008. Al igual que sucede en el ciclo Palau 100, la programación se centra en el gran repertorio y olvida la música
española, que sólo figura en su ciclo de cámara. La violinista
Viviane Hagner y el pianista Till Fellner (un bello programa
que incluye Tres piezas, op. 14 de Kurtág, Rapsodia nº 1 de
Bartók y la Kreutzer de Beethoven) abrirán su próxima temporada, en el Palau, que acogerá cinco de los 12 conciertos
programados. Ofrecerán ocho citas orquestales, la mayoría
en el Auditorio, con propuestas de alto voltaje: Valeri Gergiev
y la Sinfónica de Londres (Petrushka y Patética); Rafael Frühbeck de Burgos y la Sinfónica de Pittsburgh (extractos de Los
maestros cantores y Tristán e Isolda y Primera de Brahms);
Fabio Luisi y la Sinfónica de Viena (Inacabada y Séptima de
Bruckner); Filarmónica Nacional de Hungría y Zoltan Kocsis
(Haydn/Mozart/Schubert): y Lorin Maazel, con Alexis Volodin
y la Sinfónica Toscanini en un monográfico Beethoven (Tercer Concierto para piano y Pastoral. La programación incluye
citas con la Orquesta de Cámara de Viena y la directora española Virginia Martínez (Adagio de Barber, Idilio de Siegfried y
Primer Concierto de Chopin, con Ingrid Fliter), una audición
de La pasión según San Mateo, a cargo del coro de niños de
Windsbacher y los Deutsche Kammervirtuosen, dirigidos por
Karl-Friedrich Berinnger, y el Trio Guarneri tocando el Triple
de Beethoven con la Philharmonia de Praga y Kaspar Zehn-
LEWIS
Sociedad de Conciertos. Alicante. Tfno. 965 213 809.
11
AGENDA
Barcelona. Palau 100
DOMINIO SINFÓNICO
Bartoli, Salonen, Mehta, Muti
E
n una temporada que estará marcada por la celebración del centenario del Palau de la Música Catalana, el
ciclo Palau 100 apuesta una vez más por las grandes
orquestas en su XVII temporada, que ofrecerá 17 conciertos del 18 de septiembre al 8 de mayo de 2008. Al margen del protagonismo sinfónico, el buque insignia de los
ciclos organizados por la Fundació Orfeó Català-Palau de la
Música acogerá el regreso de Cecilia Bartoli, en una velada
rossiniana con La Scintilla, un concierto navideño con Ainhoa Arteta y José Carreras, dirigido por David Giménez, y un
recital del gran Grigori Sokolov. La programación, volcada
en el repertorio romántico y los clásicos del siglo XX, presta
poca atención a la creación actual y olvida por completo la
música española. Sólo hay cuatro piezas de autores vivos en
la temporada: Arvo Pärt, en el recital de Vladimir Spivakov, y
en el terreno sinfónico, Steven Stucky, Isabel Mundry y Josef
Bardanashvilli, presentes en las giras de la Filarmónica de
Los Ángeles y Esa-Pekka Salonen (Cuarta y Séptima de Sibelius), la Staatskapelle de Dresde y Fabio Luisi (Vida de héroe
e Idilio de Siegfried), y la Filarmónica de Israel con Zubin
Mehta en dos conciertos que incluyen obras de Schoenberg
(La noche transfigurada, Schubert (Novena), Mozart (la Júpiter) y Dvorák (Nuevo Mundo). El desfile orquestal se com-
pleta con la Philharmonia y Riccardo Muti; Filarmónica de la
BBC y Gianandrea Noseda (Sinfonía da Requiem, de Britten,
concierto de Sibelius con Hilary Hahn y el straussiano Zaratustra); Sinfónica de Cincinatti y Paavo Järvi (Concierto de
Chaikovski con Janine Jansen y Décima de Shostakovich);
Frans Brüggen, por partida doble, con la Orquesta de Cámara Escocesa (Mendelsshon/Mozart) en una velada mozartiana con el Orfeó Català y la Orquesta del Siglo XVIII (Misa de
la coronación); y la Filarmónica China (Segundo de Rachmaninov con Lang Lang y La canción de la tierra). Joan Enric
Lluna y su grupo Moon Winds, y la Kammerorchester de
Berlín, con Eldar Nebolsin, completan una temporada que
incorpora a su oferta un ciclo de cinco conciertos de cámara
en el Petit Palau en el que sí figura el repertorio español, un
homenaje al Padre Soler a cargo del Cor de Cambra del
Palau de la Música. También actuarán el Trío Beaux Arts y
los cuartetos Jerusalem, Mandelring y Mozarteun, con el pianista Adolf Pla.
Javier Pérez Senz
Palau 100. Barcelona. http: //www.palaumusica.org/.
Barcelona. Euroconcert
ESTRENO MOZARTIANO
Colom, Kirkby, Lislevand
E
12
COLOM
Rafa Martín
Eric Richmond
KIRKBY
l estreno en España de una obra inédita de Wolfgang
Amadeus Mozart, su pantomima Pantalone y Colombina, K. 446, una verdadera Commedia dell’Arte ideada e
interpretada por el propio Mozart en el carnaval de
Viena de 1783, es uno de los principales atractivos de la nueva temporada del ciclo privado Euroconcert, que ofrecerá
diez conciertos del 15 de octubre al 27 de mayo de 2008. El
rescate mozartiano corre a cargo del Ensemble Neue Streicher, dirigido por Georg Kugiu, en una reconstrucción de la
partitura firmada por Johannes Holik para el Theater Forum
Schwecht de 2006 y con puesta en escena de Milan Sladek,
que asume el papel de Pierrot. La programación, centrada en
el barroco, el clasicismo y el romanticismo, evita el repertorio
más trillado con programas temáticos defendidos en muchas
ocasiones por nuevos solistas y conjuntos de calidad no
siempre conocidos en España. Vuelven al ciclo artistas como
Josep Maria Colom —piezas de Bach (Suite francesa nº 5,
BWV 816), Ravel (Le tombeau de Couperin) y Beethoven
(Sonata nº 32, op. 111)—, la soprano Emma Kirkby con el
barítono Peter Harvey y el conjunto London Baroque, en un
programa bachiano que incluye dos cantatas del ciclo navideño, y los fieles e incombustibles I Musici, que tocarán obras
de Vivaldi, Albinoni, Locatelli y Benedetto Marcello.
Hay veladas camerísticas de irresistible encanto: el Scharoun Ensemble Berlin tocando la Suite checa, op. 39 de Dvorák y el Octeto de Schubert; el conjunto Piccolo Concerto
Wien, que combina piezas de Leopold Mozart y su célebre
hijo con partituras raramente programadas, como el Quinteto en do mayor de Johann Michael Haydn y el Sexteto de Luigi Maria Gatti; los Virtuosos de Viena, con el clarinetista
Ernst Ottensamer en una velada que reúne el Quinteto, K.
581 de Mozart, el Quinteto, op. 115 de Brahms y la curiosa
Pieza de concierto para dos clarinetes, op. 114, de Mendelssohn. Son, en definitiva, programas que siempre reservan
sorpresas al aficionado inquieto. Hay también, naturalmente,
obras de gran repertorio, como los tríos con piano de
Haydn, Beethoven y Chaikovski que tocarán el Vienna Piano
Trio, o el programa centrado en las cortes de Viena, Madrid
y Mannheim a cargo del Ensemble Berlin, que reúne quintetos y serenatas de Mozart, Boccherini y Stamitz. Y entre las
exquisiteces, la velada de Rolf Lislevand y el Ensemble Kapsberger con madrigales y danzas de Orlando di Lasso, Palestrina, Marenzio, Luis de Narváez, Diego Ortiz y otros autores.
Una delicia.
Javier Pérez Senz
Euroconcert. Barcelona. http: //www.euroconcert.org/.
AGENDA
Bilbao. Sociedad Filarmónica
BACH Y HAYDN EN EL CORAZÓN
Minkowski, Brüggen, Hewitt, Larmore
E
sta temporada la sala
de la Sociedad Filarmónica de Bilbao verá
pasar todas las sinfonías londinenses de Haydn, a
cargo de Marc Minkowski y
su Les Musiciens du Louvre, y
el oratorio La Creación, con
el Orfeó Català, la Orquesta
del siglo XVIII y Frans Brüggen en el podio, como aperitivo de todo lo que en 2009
llegará con los doscientos
años del fallecimiento en Viena del autor austriaco. Y
mirando un poco más atrás,
la canadiense Angela Hewitt
vendrá con los dos cuadernos
de El clave bien temperado de
Bach, un poco con la esperanza de que esos alumnos
de piano que tantas y tantas
veces se han enfrentado a sus
pentagramas puedan verlos y
disfrutarlos desde fuera, con
o sin partitura en mano.
El curso lo abrirá el ruso
Alexei Volodin y lo cerrará el
alemán Christian Zacharias,
ambos pianistas. En medio,
los nombres de Sarah Chang,
Matthias Goerne, Elisabeth
Leonskaja, Jennifer Larmore,
Angelika
Kirchschlager,
Alberto Nosé, Joaquín Achúcarro, Grigori Sokolov, Leif
Madrid. Liceo de Cámara
EN EL NOMBRE DE HAYDN
Ove Andsnes, Julia Fischer,
Renaud y Gautier Capuçon,
Nicholas Angelich y Sol
Gabetta figurarán en los programas de algunos de los
treinta y dos conciertos que
se celebrarán entre octubre y
junio. Lo harán también los
de grupos de cámara como
los tríos Wanderer (con el
oboísta Francois Leleux de
invitado), Florestan y Zimmermann, los cuartetos Vertavo, Pacífica, Wolf (con la
viola Anita Mitterer) y Tokio,
y los de formaciones como la
English Chamber Orchestra,
la Orquesta de Cámara de
Basilea, la Jerusalem Chamber Music Ensemble o la
Capella de’ Turchini. El repertorio irá desde Vivaldi hasta
Ginastera, desde Purcell hasta
Korngold, con paradas en los
países nórdicos, donde nació,
vivió y ahora hace un siglo
murió Edvard Grieg, el gran
maestro noruego.
Asier Vallejo Ugarte
Sociedad Filarmónica. Bilbao. Tfno. 944 232 621.
ALBAN BERG
Alban Berg, Tokio, Mosaïques, Capuçon y Onofri
14
TOKIO
repertorio que trae el Cuarteto Arcanto y original el que, en
esta ocasión, ocupa los atriles del Artemis (Op. 88 de Kapustin y Segundo de Chaikovski).
Este año, los estrenos corresponden al Trío Jean Paul
(una obra del joven Héctor Parra) y el Cuarteto Sacconi
(Cuarteto nº 2 de Holloway). Este último conjunto integra el
dúo de cuartetos jóvenes del XVI Liceo junto con el Cuarteto
Pavel Haas, que plantea un muy atractivo recital con obras
de Haydn, Prokofiev (Primero), Maxwell Davies y Haas
(Segundo).
El Ensemble Scharoun con la soprano Annette Dasch
(Haydn, Henze, Schubert, Gubaidulina), el New Helsinki
Quartett y Karttunen (Quinteto D. 956 de Schubert) e Imaginarium con Enrico Onofri en la integral de las Sonatas op. 5
de Corelli completan el ciclo.
Juan Manuel Viana
Liceo de Cámara. Madrid. Fundación Caja Madrid. http:
//www.fundacioncajamadrid.es/.
Santiago Torralba
Juri Tscharyiski
T
ras la huella de Bach del pasado año, es la no menos
poderosa de Haydn la elegida por Luis Gago para vertebrar los contenidos de esta XVI edición del Liceo de
Cámara, de la Fundación Caja Madrid. Pese al recorte
temporal impuesto por el cierre del Auditorio, la propuesta
de esta temporada —desplegada entre el 23 de enero y el 17
de junio de 2008— apenas pierde intensidad (sólo dos conciertos menos que el pasado ciclo) y en su programación se
conjugan las visitas de viejos conocidos con otros nombres
que, como en la pasada edición, concurren al Liceo por vez
primera.
Entre aquéllos destaca especialmente la doble cita con el
Cuarteto Alban Berg que celebra así su despedida definitiva
de los escenarios con dos conciertos dedicados a algunos de
sus viejos caballos de batalla: Haydn, Beethoven, Schubert y
las dos obras para esta formación (Cuarteto op. 3, Suite lírica) que firmara el maestro al que deben su nombre. Para no
perdérselo. Como la doble sesión del Cuarteto de Tokio, que
incluye obras de Haydn (la Op. 50 al completo), Hayashi
(Lamento) y Auerbach (Cuarteto nº 2 “Primera luz”).
El Cuarteto Casals y el Mosaïques ofrecen, también en
dos programas cada uno, otras tantas colecciones haydnianas íntegras: al grupo español corresponde la Op. 33 con el
añadido de dos páginas mozartianas (las K. 458 y 464). Al
segundo, la Op. 20 a la que se suman tres Divertimentos con
el refuerzo del chelista Raphaël Pidoux y Christophe Coin en
el baryton. Shostakovich domina los programas de los dúos
integrados por Julian Rachlin e Itamar Golan (Sonatas para
violín y viola y Diez Preludios op. 34) y Han-na Chang con
Sergio Tiempo (Sonata para chelo más obras de Schumann y
Chopin). Tan variado como atractivo el programa de otra
brillante pareja, los hermanos Renaud y Gautier Capuçon,
que reúne páginas breves de Ravel, Debussy y Bartók junto
a dos magistrales Dúos (los firmados por Schulhoff y
Kodály).
Grave y austero (Siete últimas palabras de Haydn; Langsamer Satz de Webern; Decimoquinto de Shostakovich) el
AGENDA
Madrid. Ibermúsica
CHAIKOVSKIANA
Temirkanov, Gergiev, Blomstedt, Thielemann, Davis
E
l veterano ciclo sinfónico organizado por
Alfonso Aijón aprieta
esta temporada su
calendario —obras del Auditorio Nacional obligan—
para poder ofrecer entre el
10 de febrero y el 10 de
junio del próximo año 18
conciertos (contra los 24
acostumbrados) en sus dos
ciclos habituales.
Como ya es costumbre,
las grandes obras del repertorio dominan unos programas que este año deparan
pocas sorpresas. Una de
ellas —y muy bienvenida—
es la que ocupa la segunda
visita de Temirkanov con la
Filarmónica de San Peters-
burgo: la infrecuente Iolanta
chaikovskiana. Una popular
partitura coreográfica del
músico ruso, El lago de los
cisnes, figura como plato
fuerte de la primera.
Chaikovski y su Sinfonía “Patética” y Stravinski
con Petrushka conforman el
primer concierto de Gergiev
al frente de la Sinfónica de
Londres, que un día más
tarde ofrece un programa
ruso-francés con obras de
Berlioz (selección de Romeo
y Julieta), Debussy (La mer)
y Rimski-Korsakov (Scheherazade). Otro Chaikovski
sinfónico (el de la Quinta)
domina la visita de la Royal
Concertgebouw con Gatti,
que también incluye páginas de Schumann (Obertura
de Manfred) y Brahms
(Variaciones Haydn). Mahler con la Primera y Strauss
con Una vida de héroe
resaltan las dos veladas a
cargo de Fabio Luisi y la
Staatskapelle de Dresde,
que engloban partituras de
Mozart (Sinfonía nº 36
“Linz”), Mundry (estreno de
Balances) y Hindemith
(Concierto para violín con
Frank Peter Zimmermann).
Janine Jansen constituye, sin duda, uno de los alicientes del concierto de la
Sinfónica de Cincinnati y
Paavo Järvi; en atriles el
Concierto para violín de
Chaikovski y la Novena de
Schubert. Y las voces de
Quasthoff y Cangemi un
incentivo para escuchar La
creación haydniana que
dirigirá Adam Fischer a la
Haydn Philharmonie. Christian Thielemann defiende
un tentador monográfico
Strauss (Don Juan, Muerte y
transfiguración, Así habló
Zaratustra) con la Filarmónica de Múnich, orquesta
con la que el maestro alemán acomete un día antes
la Cuarta de Bruckner, una
de las cuatro sinfonías del
austríaco que podrán escucharse en el ciclo. La otras
corren a cargo de Blomstedt
(Quinta con la Joven
Madrid. Juventudes Musicales
GENTE DE COFIANZA
Jacobs, Gardiner, Savall, Kavakos
JACOBS
16
Joaquín Martín de Sagarmínaga
Eric Larrayadieu
S
Juventudes musicales. Madrid. http: //www.juvmusicalesmadrid.com/.
Marco Borggreve
KAVAKOS
GARDINER
in alcanzar el esplendor de las dos últimas temporadas,
Juventudes Musicales de Madrid se presenta de nuevo
como un ciclo de conciertos muy consolidado, con sustento en un puñado de grandes nombres de la interpretación musical, de gran tirón sobre su entusiasta y agradecido
público. El repertorio, aunque bello, es tradicional y muy
difundido. En este sentido no asume muchos riesgos, en lo
que parece ser un pacto tácito entre programadores y público.
Sus ámbitos privilegiados vuelven a ser la música antigua
y el violín (y más en general, la cuerda). Expresivo y fantasioso, René Jacobs dirigirá Giulio Cesare en versión de concierto; también son altas cotas el elegante John Eliot Gardiner y el indagador Jordi Savall. El violín, por su parte, vuelve
con esa plétora de nombres habituales (Vengerov, Mutter,
Kremer, Kennedy), a los que se añadirán los más esporádicos Kavakos (que hará el Concierto de Berg) o Janine Jansen. El árbol del violonchelo, por su parte, empieza a dar
nuevos frutos, y agitado convenientemente arroja los nombres relevantes de Jian Wang, Gautier Capuçon o Lynn
Harrell (éste, uno de los pocos importantes del anterior
periodo, que fue más seco). El piano, a paso más rezagado,
contará con la novedad del turco Fazil Say, que en su presentación en Madrid dividió las opiniones entre quienes lo
tomaban por genio o por un remedo de tal.
Una propuesta muy de Juventudes suele ser la reunión
de varias luminarias para hacer música de cámara. Entre las
opciones de este año destacan los Tríos de Brahms con
Anne-Sophie Mutter, Yuri Bashmet y Lynn Harrell. Otro de
los grandes conciertos será a buen seguro el de Ingo Metzmacher, director de orquesta dotado de chispa y de genuino
coraje, quien al frente de la DSO de Berlín ofrecerá obras de
Ives, Ravel (con Hélène Grimaud) y Stravinski.
AGENDA
Juan Manuel Viana
BLOMSTEDT
Ángel Luis Aldai
Orquesta Gustav Mahler) y
Colin Davis (Sexta y Séptima), que celebra su 80
cumpleaños en compañía
de la Sinfónica de Londres y
otras dos piezas sinfónicas
schubertianas: Quinta e
Inacabada. Marriner con
Cadaqués (El sueño mendelssohniano al completo) y
Ozawa con Mito (Mozart,
Hosokawa, Beethoven)
completan el cartel orquestal al que se añaden sendos
recitales pianísticos de Lupu
(Sonata D. 850 de Schubert
y el Primer Cuaderno de
Preludios de Debussy) y
Barenboim.
THIELEMANN
Ibermúsica. Madrid. htttp: //www.ibermusica.com/.
Madrid. Ciclo Lied
NIVEL Y VARIEDAD
Schwanewilms, Padmore, Damrau, Goerne
Javier del Real
SCHWANEWILMS
E
sta actividad, ya habitual para el público madrileño,
promete conservar el altísimo nivel que la caracteriza. A
la solvencia de los artistas comprometidos se une una
variedad en la oferta de las composiciones anunciadas,
de modo que nos pondremos al día en cuanto al panorama
del canto camerístico a la vez que reforzaremos nuestra
memoria con las páginas más queridas y esperadas del mundo cancioneril.
Entre los nombres que aparecen en ella por primera vez
cuentan la soprano Anne Schwanewilms, de amplia circulación europea, quien propondrá un menú dominado por
Strauss; el tenor Mark Padmore, dotado de una tesitura nada
corriente en este campo, se dedicará al schubertiano Canto
del cisne; Diana Damrau, brillante coloratura ya juzgada en
Madrid, hará una variedad donde luce Amor y vida de mujer
de Schumann.
Entre quienes vuelven, seguramente a reiterar sus blasones y a recibir la aprobación de los aficionados, tendremos al
hondo, intenso y bellamente oscuro barítono Matthias Goerne en un monográfico Schubert y nada menos que con Elisabeth Leonskaia de compañera; Susan Graham, con una curiosa muestra de la canción francesa donde desfilarán no menos
de veintiún compositores; Christian Gerhaher habrá de reiterar su maestría y su expresividad austeramente seductora en
un monográfico Brahms; Waltraud Meier, volviendo a declararse mezzosoprano, habrá de encarar a Schubert y Strauss,
en tanto el canónico José van Dam, en la cima de su veteranía y la ancha versatilidad de sus repertorios, resolverá un
programa francés, entre Fauré y Poulenc, pasando por
Duparc, Ibert y Debussy.
Los pianistas del caso elevan su nivel al de los solistas
vocales. Aparte de la ya citada, cuentan Helmut Deutsch,
Malcolm Martineau, Roger Vignoles, Gerold Huber, Maciej
Pikulski, Stephan Lademann y Josef Breinl. Mezcla esta lista
PADMORE
a algunos ya juzgados y más que aprobados por nuestro
público junto a otros que hacen su presentación en el ciclo.
Blas Matamoro
Ciclo de Lied. Madrid. http://teatrodelazarzuela.mcu.es/.
17
AGENDA
Valencia. Sociedad Filarmónica
A LA BÚSQUEDA DE SOCIOS
Orquesta de Cámara de la Unión Europea, Beethoven Klavier Quartet
D
esde hace unas dos
décadas, es decir,
desde la inauguración del Palau de la
Música, el número de socios
de la Sociedad Filarmónica
de Valencia viene descendiendo lenta pero constantemente. Para atajar el goteo
se han intentado varias fórmulas de programación,
aunque ninguna se ha mantenido lo suficiente como
para poderla considerar una
tendencia. Más bien se ha
tratado de bandazos.
Así, tras un curso en que
se ha apostado por la música de cámara de calidad, en
el 2007-08 parece quererse
complacer el gusto por la
música orquestal, que es el
que se ha ido haciendo
dominante en el público
valenciano. Lo que sucede
es que en ese terreno los
costes se disparan y las
expectativas artísticas lógicamente se han de rebajar.
De los veintidós conciertos previstos, más de la tercera parte la ocupan orquestas de cámara o sinfónicas,
y de éstas la inmensa mayoría procedentes de la Europa oriental. Se abrirá el 22
de octubre con la Filarmónica de Lieja, a la que luego
seguirán los Virtuosos de
Praga (19-11-07), la Camerata Stoccarda (26-11), la Filarmónica Estatal de Iassy (71), los Solistas de la Orquesta de Cámara Checa (28-1),
la Capella Regia de Praga
(10-3), la Orquesta de
Cámara de Varsovia (28-4),
la Orquesta de Cámara de la
Unión Europea (12-5) y la
Orquesta Sinfónica Húngara
(22-5). Si el objetivo es complacer a los sectores más
conservadores, el problema
puede venir por el lado de
los programas, donde abunda el barroco pero no las
obras del gran repertorio.
El segundo bloque en
importancia cuantitativa lo
componen el Beethoven Klavier Quartet (12-11), el Cuarteto Enesco (3-12), el Cuarteto de Cuerdas de Jerusalén
(11-2), el Cuarteto Philharmonia de Berlín (26-2), el
Trío Kubelik (14-4) y el
Quinteto Valentin Zhuk (5-5).
De estos grupos, los conocidos garantizan un nivel interpretativo alto, pero pocos de
ellos presentan obras de particular interés para los iniciados o de gancho inmediato
para los profanos.
El piano, otrora sostén
básico de la programación
Madrid. Universidad Complutense
ITINERARIOS EUROPEOS
Minkowski, Russell Davies, Janowski, Spinosi, Thibaudet
I
18
nglaterra, Italia, Austria, Alemania, Hungría, Rusia, España… El XII Ciclo Complutense propone a lo largo de
diez etapas un atractivo periplo musical que atraviesa de
un extremo a otro el continente europeo. Como comienzo de temporada, el 23 de enero Mark Minkowski y “sus”
Musiciens du Louvre, invitados habituales al ciclo, proponen
una velada integrada por varias de las Sinfonías “Londres”
haydnianas. El maestro austrohúngaro y Anton Bruckner con
su Sexta Sinfonía integran el programa de ese interesante
bruckneriano que en los últimos años ha revelado ser Dennis Russell Davies; frente a los atriles los músicos de la
Orquesta Bruckner de Linz. Inteligente y homogéneo el contenido del concierto que Michael Sillito brindará al frente de
la Academy of Saint Martin in the Fields, con obras de
Mozart (Concierto para clarinete, con Michael Collins de
solista), Haydn (Sinfonía nº 45 “Los adioses”), Stravinski
(Concierto en re) y Schnittke (Moz-art à la Haydn).
Wagner protagoniza la visita, el 23 de febrero, del siempre atractivo Marek Janowski con la Sinfónica de la Radio de
Berlín. Podrán escucharse páginas sinfónicas y vocales (con
el auxilio de la mezzosoprano Petra Lang) pertenecientes a
Maestros, Tristán e Isolda y El crepúsculo de los dioses. Y el
27 de marzo Mozart acapara los atriles de la Orquesta de
Cámara de la Radio de Bayer: Sinfonía K. 201, Pequeña
Serenata Nocturna y el Concierto para piano K. 271 con
Lars Vogt como solista. Otra formación de cámara, la de
Basilea, con David Stern a la batuta y Sol Gabetta al chelo,
propone un concierto en torno a la influencia del folclore
hebreo en la obra del suizo Ernest Bloch. Además de la trilogía De la vida judía, se ofrecen piezas de Wisenberg y
Ginastera.
Precioso el programa de Lawrence Foster al frente de la
Filarmónica de Monte Carlo con obras de Franck (El cazador
maldito), Debussy (El mar), Roussel (Suite nº 2 de “Baco y
Ariadna”) y el infrecuente Concierto nº 5 “Egipcio” de SaintSaëns junto al atildado Thibaudet. Vivaldi y su Fida ninfa
RUSSELL DAVIES
acapara esta vez el apartado lírico barroco. Jean-Christophe
Spinosi con el Ensemble Matheus y un reparto vocal de campanillas (Veronica Cangemi, Véronique Gens y Philippe
Jaroussky) serán sus protagonistas. La Filarmónica de Budapest con János Kovács y un programa muy entonado (Los
Preludios y Rapsodia húngara de Liszt; Aires gitanos de
Sarasate; Danzas de Marosszék de Kodály) y la Orquesta de
Cámara NES con Sitkovetski y Davidovich en obras de
Haydn, Bartók, Chapí (Nocturno de “El rey que rabió”) y
Glinka completan el ciclo.
Juan Manuel Viana
Universidad Complutense. Madrid. http: //www.ucm.es/.
AGENDA
ORQUESTA DE CÁMARA DE LA UNIÓN EUROPEA
ve ahora reducida su presencia del dúo formado por
Martin Kasik y Kristina
Krkavcova (3-3) y a la
actuación de Josu de
Solaun, último premio Iturbi, que cerrará el ciclo el 28
de mayo. En cuanto al Lied,
sencillamente ni está ni se
le espera.
Aparte el Grupo Nuevo
Tango (5-11) y los locales
Spanish Brass Luur Metalls
(18-2), que seguramente
introducirán las notas más
exóticas, quedan como grandes focos de atención las
oportunidades de oír la pastoral Acis y Galatea y la can-
tata dramática Apolo y Dafne,
ambas páginas de Haendel,
a la Berliner Bach Akademie
(17-12), el Réquiem alemán
de Brahms al Cor de Cambra
del Palau de la Música Catalana con el acompañamiento
original para dos pianos (42) y, sobre todo, la repetición de los grandes triunfadores de la temporada anterior, los hermanos Ovrutsky
(Mikhail al violín y Sonia al
piano), en un programa que
irá de Debussy a Franck
pasando por Schnittke y
Saint-Saëns (19-5).
Alfredo Brotons Muñoz
Sociedad Filarmónica. Valencia.
http://www.uv.es/pam/sfilarmonica/.
Necrología
BEVERLY SILLS:
LA REINA HA MUERTO
L
e llamaban “La reina
de América”, bien atribuida la denominación
por su aspecto eminentemente norteamericano,
incluida su personalísima
manera de vestir y su look,
aunque el apelativo se refiera
mejor a su arte desarrollado
preferentemente en su patria,
con algunas visitas suramericanas y un triunfo europeo
en La Scala, con Marilyn Horne en un rossiniano Sitio de
Corinto (1969), que ya forma
parte de la leyenda más
reciente del teatro milanés.
Beverly Sills, nacida en Brooklyn el 25 de septiembre de
1939, comenzó su carrera
como lírica, pero fue cual
soprano coloratura como
conoció la gloria. Su Cleopatra haendeliana, previa a la
actual difusión del compositor, nos puso al día lo que
significaba la cantante barroca con su registro generosísimo y su capacidad para la
ornamentación con trinos
perfectos y escalas deslumbrantes. Un tipo de canto
que la Sills trasladó a otros
repertorios, con astucia e
imaginación, aprovechando
las oportunidades, dentro
siempre del estilo y del significado de estas páginas. Nunca dejaba de adornar los da
capo, basándose en esa regla
de oro de la música, la de
que jamás resulte monótona
ni reiterativa. Tampoco olvidaba los sobreagudos como
remate de las páginas belcantistas, estén o no escritos
pero sí exigidos por la dinámica, el momento o la tradición. Pero la Sills no era sólo
un puro y rico instrumento
mecánico. Daba a sus personajes un elaborado concepto
dramático, lo que le permitió
sacar adelante con extraordinario provecho heroínas un
poco por encima de sus
posibilidades instrumentales,
como fueron las tres reinas
Tudor donizettianas, en las
que superó a colegas de
voces más puntualmente
dotadas, además de Violetta
Valery, Manon, incluso una
Norma discográfica, y, especialmente, la mejor prueba
de esta disposición, las tres
heroínas de Los cuentos de
Hoffmann. Su Lucia de
Donizetti, ahondando en
todo lo dicho, era la suma de
dos herencias, la de las
sopranos “ruiseñor” del XIX
y la del fenómeno Callas.
Ahí deja su soberbia grabación de 1970. Con un muy
asimismo norteamericano
sentido del humor llegó a
tomarse el pelo a sí misma
en recitales, cantando una
página escrita expresamente
para ella por Henry Gagnon,
Sillsiana, en la que tomaba
un poco a chanza su técnica
virtuosística. Fiel a la New
York City Opera, donde
cimentó su carrera y prestigio, acabó dirigiendo la institución. Menotti escribió una
Juana la Loca para una retirada que no fue del todo real
en San Diego en 1979. Douglas Moore la consideraba su
mejor Baby Doe. Hospitalizada por algo que no parecía
importante, se le descubrió
un cáncer que acabó con
ella en pocos días. Nos deja
un buen legado discográfico
(y algunos vídeos) que siempre nos la tendrá presente,
porque Sills es de ese tipo
de intérpretes que con el
paso del tiempo parecen
cantar mejor.
Fernando Fraga
19
AGENDA
EDICIÓN 200 ANIVERSARIO
L
a Fundación Vizcaína
Aguirre ha publicado
las obras de Juan Crisóstomo de Arriaga y
Balzola (1806-1826) en edición no venal y, según dice,
“ciñéndose a la música original de Arriaga y, por lo tanto,
el contenido musical de las
partituras aquí reproducidas
es de dominio público”. Es
voluntad del editor su distribución gratuita a orquestas,
conservatorios, escuelas musicales y bibliotecas españolas
y extranjeras, así cómo también su consulta en la página
www.arriagaobrascompletas.
com, para divulgar lo más
posible la obra del músico
bilbaíno, cuyo segundo centenario del nacimiento se ha
conmemorado el pasado 27
de enero de 2006. La edición
consta de tres volúmenes con
las partituras en un estuche y,
en cada uno de los volúmenes, se incluye un CD con las
partichelas de las obras
correspondientes. La presentación y contenido superan
todo lo hasta ahora realizado
y dan una visión fidedigna de
la obra del compositor bilbaíno. Hay que hacer notar que
tras más de un siglo de publicaciones, en esta edición se
han incluido dos obras que
permanecían inéditas: la
conocida como Nada y
mucho (1817) compuesta a
los 11 años y el himno patriótico Cántabros nobles (1819).
El Volumen 1 agrupa las 11
obras de cámara: la citada
Nada y mucho, para tres violines; la Romanza y los tres
Estudios o Caprichos, para
piano; las tres variaciones, el
Tema variado opus 17, sobre
el Tema de la Húngara opus
22, para violín y bajo y para
cuarteto opus 23; y los tres
Cuartetos. En el Volumen 2
encontramos las 5 obras para
orquesta y banda: la Obertura
o Sinfonía opus 1, para
pequeña orquesta; la Obertura opus 20; la conocida como
Obertura de Los esclavos felices; la Sinfonía para gran
orquesta; y finalmente la Marcha militar, para banda. El
Volumen 3 esta dedicado a
las 9 obras vocales y 1 canon:
en primer lugar los dos
motetes, Stabat Mater y O
salutaris, para tres voces
masculinas y orquesta; luego
las cinco obras con acompañamiento de orquesta, la
escena lírico dramática
Médée, para soprano; Ma
tante Aurore para tenor y
bajo; Œdipe à Colone para
tenor; la cantata Herminie
para soprano; la cantata
Agar dans le désert para
soprano y voz blanca.
Siguen los 2 himnos patrióticos para coro con acompañamiento de banda: Ya luce
y Cántabros nobles. Termina
el volumen con el Canon
d’Henneville a cuatro voces,
del cuaderno de autógrafos
que el aficionado francés
solicitaba a los músicos eminentes del momento, en
París.
En esta edición se ha
incluido la conocida como
Obertura de Los esclavos felices, cuya partitura ha venido
siendo usada desde hace más
de un siglo. El origen de
dicha partitura puede situarse
hacia 1887, cuando Emiliano
de Arriaga y Ribero (18441919), sobrino nieto de Juan
Crisóstomo, basándose en
unas partichelas de una
Obertura (París, c. 1824)
cuyo primer movimiento se
titula “Pastoral. Andante”
decidió darla a conocer en
una versión que estimó
como más adecuada. Las partichelas de París fueron posteriormente mutiladas, lo
cual ha impedido, por una
cuestión de tiempo y dadas
las dificultades técnicas que
conlleva su reconstrucción,
incluir esta Obertura Pastoral
en la edición de la Fundación Vizcaína Aguirre. Consultada la coordinadora de la
misma, Isabel Gortázar, nos
informa que está intentando,
buscar soluciones para
recomponer la citada Obertura dejándola en situación de
dominio público y estudiando la mejor manera de asegurar su difusión.
Desde aquí hay que felicitar a la Fundación Vizcaína
Aguirre, a Isabel Gortázar y al
ilustre musicólogo Abili Fort y
su equipo, que han logrado
realizar esta brillante edición.
Joaquín Pérez de Arriaga
En sustitución de Campos Borrego
JUAN CARLOS MARSET, NUEVO DIRECTOR
GENERAL DEL INAEM
E
20
l Ministro de Cultura, César Antonio Molina, ha nombrado a Juan Carlos Marset, hasta ahora Delegado de
Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, nuevo Director
General del Instituto de las Artes Escénicas y de la
Música en sustitución de José Antonio Campos Borrego.
Desde estas páginas queremos destacar la excelente labor
llevada a cabo por el director general saliente y desear el
mayor de los éxitos al nuevo titular del cargo.
AGENDA
Del Liceu al Palau
CABALLÉ PRESENTA UN NUEVO SELLO LÍRICO
U
na grabación de la
ópera Cléopâtre, de
Jules
Massenet,
protagonizada por
la soprano Montserrat Caballé y con la presencia en el
reparto de su hija, la también soprano Montserrat
Martí, el barítono Filippo
Bettoschi y el tenor Nikolai
Baskov, constituye el primer lanzamiento de un nuevo sello discográfico catalán
Clàssic d’Or, centrado en el
repertorio lírico. Nace, además, con vocación de rescatar y difundir grabaciones
históricas en disco compacto y DVD. “Crear un sello
catalán con vistas al mundo
en una época que no es
nada fácil para la industria
del disco, merece nuestro
apoyo más entusiasta”, afirmó Caballé, cuyas grabaciones son el gancho principal
del nuevo catálogo.
La versión de Cléopâtre
fue grabada en directo en
2002 en el Teatro Grandi
Terme de Villa Adriana
(Roma), bajo la batuta de
Miquel Ortega. “Aunque he
cantado esta ópera en el
Liceo y el Teatro Real de
Madrid, estoy especialmente
satisfecha de esta versión
porque tuvimos mucho más
tiempo para prepararla, casi
un mes de ensayos, algo
poco habitual en la preparación de una ópera en versión
de concierto”, explicó la diva
catalana, que acompañó a
Antonio Armengol, director
de Clàssic d’Or, en la presen-
tación del nuevo sello que
distribuye Gaudisc. “No nos
mueve ningún afán de lucro,
sólo la pasión por rescatar
grabaciones históricas que
duermen en los archivos de
la radio y la televisión”, afirma Armengol, que anunció
su voluntad de llegar a
acuerdos con TVE y Radio
Clásica de Radio Nacional de
España para rescatar tesoros
líricos de sus archivos.
Los primeros lanzamientos en DVD, en una colección bajo el título Royal Concerts, son dos recitales de
Caballé junto al pianista
Miguel Zanetti grabados en
el Teatro Real en 1979 y
1983, con un repertorio que
combina piezas barrocas,
páginas de zarzuela, canciones y arias de ópera. Las ediciones rescatan filmaciones
de TVE e incluyen material
inédito en su copiosa discografía, como los extras con
fragmentos del primer acto
de Norma, grabados en
1971, con Enrique García
Asensio al frente de la
Orquesta y Coro de RTVE.
Para el 2008 se anuncia un
tercer DVD consagrado a la
canción catalana, con fragmentos de diversos conciertos y recitales en los que la
soprano está acompañada
por Zanetti, Manuel Burgueras, y la orquesta Solistas de
Catalunya, dirigida por
Xavier Guëll.
El nuevo sello anuncia
otros dos discos de Caballé,
con arias de ópera de Verdi
y Puccini, y un monográfico
consagrado al barroco, con
páginas, entre otros, de
Haendel, Vivaldi, Giordani y
Galuppi. No sólo del legado
Caballé piensa nutrirse el
sello, puesto que entre sus
próximos lanzamientos destacan tres recitales históricos
en DVD: la inolvidable Pilar
Lorengar, en un recital grabado en 1988 en el Teatro
Principal de Zaragoza, con
Zanetti al piano y un seductor repertorio en el que destacan canciones de Dvorák,
Respighi, Granados y Mompou: otro artista inolvidable,
Alfredo Kraus, en un recital
de 1984 con José Tordesillas
al piano y un programa de
arias donde figuran su mejor
repertorio (Manon, Werther,
Romeo y Julieta, La favorita,
Lucia, La traviata y Rigoletto); y Jaime Aragall, con
Amparo García Cruells al
piano, en un recital de 1998
que incluye canciones de
Bellini, Verdi, Puccini.
Javier Pérez Senz
Otorgado al Angelus novus de Antoni Ernest Sebastià Torrent
PREMIO DE COMPOSICIÓN ANDRÉS GAOS
C
22
ada dos años, la Diputación Provincial de La Coruña
convoca este premio, que se encuentra ya en su séptima edición. Además de una cantidad en metálico
(6500 euros), tiene el atractivo de que la Sinfónica de
Galicia estrena la obra ganadora. En esta oportunidad, el
premio ha recaído sobre la obra Angelus novus, interesante
partitura que se inspira en cinco cuadros de Paul Klee (entre
ellos, el que da título a la obra) y de la que es autor Antoni
Ernest Sebastià Torrent. El jurado acordó recomendar el
estreno de la obra finalista, Tentativi, de Manuel Martínez
Burgos. Al concurso se presentaron veinticinco partituras de
un alto nivel medio.
Julio Andrade Malde
director artístico Pedro Halffter
TEATRO DE LA MAESTRANZA
SEVILLA
TEATRO DE LA MAESTRANZA. Paseo Cristóbal Colón, 22. 41001 SEVILLA. Teléfono de información: 954 22 33 44 / email: info@teatromaestranza.com / www.teatromaestranza.com
AC T U A L I DA D
24
XIV Muestra de música antigua “Castillo de Aracena”
FIDELIDAD Y ESPLENDOR
Iglesia del Castillo. Teatro Sierra. 1/8-VII-2007. Nova Lux Ensemble. Director: David
Guindano. Ensaladas y madrigales. Le Concert Brisé. Director: William Dongois. Stylus
fantasticus. La Bella Tiranna. Director: Alejandro Casal. Clair obscur. Accademia del
Piacere. Ángeles y diablos. Núria Rial, soprano. Orquesta Barroca de Sevilla. Directora:
Monica Huggett. Obras de D. Scarlatti, Haendel y Bach. Coro Barroco de Andalucía.
La barca de Banchieri. Orquesta de la Muestra. Directores: Rami Alqhai y Aníbal
Soriano. Monteverdi, L’Orfeo (versión de concierto).
Castillo de Aracena
ARACENA
NAC I O NA L
ACTUALIDAD
ARACENA
Correspondiendo a las
magnas efemérides del
Orfeo,
Scarlatti
y
Buxtehude, se ponía en
pie la decimocuarta
muestra de música antigua de Aracena, que despertó la curiosidad y que ha respondido a las expectativas
de un público tan entusiasta
como heterogéneo.
Memorable Le Concert
Brisé, cuyo director, William
Dongois, logró las proezas
tímbricas más inimaginables
desde un corneto que iría
consolidando una exuberancia camerística que alcanzó
su apogeo en la Sonata en
do de Buxtehude. La soprano Núria Rial ha sido otra de
las excelencias de la muestra
porque sus abundantes
recursos y su refinada sensibilidad, con el acompañamiento de la Orquesta
Barroca de Sevilla y la dirección de Monica Huggett,
brindaron una Salve en la de
Domenico Scarlatti que fue
un hito religioso.
Nova Lux traía unas ensaladas donde se apreció una
rica agógica en beneficio de
caracteres versátiles (tanto el
intimismo sacro como la acidez teatral) que a menudo
culminaban en una dinámica
superior a la escuchada a lo
largo de toda la pieza; un
efecto éste deslumbrante
cuando hicieron El fuego. De
buen grado el público ante
La barca, del italiano
Banchieri, con escenografía
de Tono Berti para el Coro
barroco de Andalucía: comedia madrigalesca salpimentada con toques localistas y
procedimientos más en la
línea del espectáculo (el
Coro inició la obra saliendo
de entre el público).
También profesor de la
Muestra, Fahmi Alquai repetía intervención al frente de
L’Accademia del Piacere con
un variado número de piezas de Marais y Forqueray,
donde el violagambista
corroboraba ese talento suyo
para perfilar matices de una
pulcritud y acabamiento
admirables mientras sus
compañeros equilibraban la
textura armónica con auste-
ridad (Rami) e imaginación
(Miguel). El grupo La Bella
Tiranna hizo un concierto
bastante desigual en lo que a
aptitudes se refiere: la solvencia de Ana Huete y
Alejandro Casal difirió sobremanera de un Luis Sancho
(barítono) inconsistente y
maltrecho en la coloratura,
de un Alfredo Barrales (viola
da gamba) áspero y desafinado así como de un
Cristian Gutiérrez (tiorba)
inexpresivo.
Brillante propuesta la de
acometer para concluir el
Festival
el
Orfeo
de
Monteverdi, en versión de
concierto a cargo de los profesores y alumnos que
durante una semana ensayaron infatigablemente. El fruto, una interpretación fresca,
llena de colorido y en cotas
dramáticas servidas por un
elenco digno, un coro transparente y una orquesta vigorosa cuyo bajo continuo describió minuciosamente la trama.
Marco Antonio Molín Ruiz
AC T U A L I DA D
MADRID
BARCELONA
Manon de mirones
EL ARTE COMO EMBLEMA
A. Bofill
Gran Teatre del Liceu. 21-VI-2007. Massenet, Manon. Natalie Dessay, Rolando Villazón, Manuel Lanza, Samuel
Ramey. Director musical: Víctor Pablo Pérez. Director de escena: David McViar. Producción basada en el original
de la English National Opera en colaboración G. T. del Liceu/Lyric Opera Chicago.
Natalie Dessay en Manon de Massenet en el Teatro del Liceo
BARCELONA
Hay cantantes que tienen el arte como emblema y una de las más
representativas es sin
duda Natalie Dessay,
que con su sola presencia llena el escenario y
es tal su identificación
con el personaje de Manon
que su interpretación penetra profundamente dentro de
la sensibilidad del espectador. La gran soprano nos
deleita con su voz algo ligera con una sensibilidad a flor
de piel, donde cada frase o
cada movimiento se explica
de forma diáfana y hace una
evolución del personaje
modélica, desde el impulso
juvenil, a la coquetería, sus
dudas en el acto segundo, su
imponente presencia en los
Jardines de Tours-la-Reine, la
sensualidad que da a la escena de Saint-Sulpice, la simplicidad en la escena de juego
o el desespero final, viendo
la muerte cercana.
Rolando Villazón es uno
de los cantantes de moda,
con una carrera muy presionada y en esta ocasión su
voz apareció en algunos
momentos algo cansada. Con
todo, el gran tenor que es
salió a relucir en toda la
obra, con un fraseo contenido e inocente al principio,
dúctil en el sueño, denso en
toda la escena del templo,
apasionado siempre, con una
técnica segura y un enfoque
que alternaba los momentos
más intimistas con los de
mayor fuerza y ese estilo
comunicativo que le es
característico. Manuel Lanza
fue un interesante Lescaut,
por timbre, vivencia del rol y
línea canora. Del resto del
reparto comentar la presencia de Samuel Ramey, que
mostró su calidad de artista,
aunque su voz evidencia el
paso de los años y el gran
trabajo de Francisco Vas,
impecable Morfontaine.
La función se redondeó
con la dirección musical de
Víctor Pablo Pérez, que consiguió un alto rendimiento
de la orquesta y coros, con
una versión que destacó por
la intensidad, por el sonido
transparente y melódico y
por la capacidad de definición, que con el tiempo acabará de alcanzar ese aire
francés que surge siempre de
las melodías de Massenet. La
producción ideada por David
McVicar es otro ejemplo de
los puntos de vista de los
responsables de la escena
actuales, aunque sin cambiar
la época, la acción se desarrolla con un único decorado, un anfiteatro, donde, con
público que aplaude, se desarrolla toda la acción, salvo
en el último acto, lo que le
resta coherencia. Además el
voyeurismo no acaba de
integrarse en la obra, surgiendo como es habitual una
mayor dosis de violencia y
sexo que no se compagina
con la elegante música del
autor francés.
Albert Vilardell
25
AC T U A L I DA D
BARCELONA
Fleming se presenta en el Liceo
DIVA SIN DIVISMO
Barcelona. Gran Teatre del Liceu. 5-VII-2007. Renée Fleming, Franck Ferrari, Josep Bros, Stefano Palatchi. Coro y
Orquesta del Gran Teatro del Liceo. Director musical: Andrew Davis. Massenet, Thaïs (versión de concierto).
A. Bofill
D
espués del gran éxito
de Manon, volvía este
autor al Liceu con
Thaïs, ópera que si bien no
tiene la garra de la primera, sí
posee muchos momentos inspirados con una partitura al
servicio de los cantantes y de
la orquesta. El reparto previsto era de referencia, pero las
circunstancias hicieron que
Thomas Hampson tuviera
que anular. Sin embargo. la
sola presencia, en su debut
en el Liceu, de Renée
Fleming, artista de calidad
suprema, sin ningún tipo de
divismo nos permitió recrearnos con una versión “quasi”
perfecta de la cortesana. La
gran soprano quizá ha perdido algo de brillantez, pero
ello poco importa, ya que
continúa siendo una artista
como la copa de un pino, por
el fraseo preciosista, por la
inmersión en el personaje,
una gran seguridad y una
línea de una gran nobleza, a
Renée Fleming en Thaïs de Massenet en el Teatro del Liceo
la que une una gran presencia, que nos hacía desear,
aunque sabemos que es muy
difícil por sus preferencias
privadas, verla en una obra
escenificada, donde podría
gozarse de su estilo aristocrático y lleno de vivencias.
El otro gran triunfador de
la noche fue el director
Andrew Davis, que consiguió
con los medios y tiempo de
que disponía una versión
cohesionada, por momentos
matizada, remarcando tanto
el aspecto sensual, como el
pasional, con una variada
gama de matices, alcanzando
un buen rendimiento de la
orquesta, a la que se unió
una brillante prestación del
coro en su camino ascendente, mereciendo resaltar la
bella meditación a cargo de
Kai
Gleusteen.
Franck
Ferrara asumió el compromiso de una sustitución y su
actuación, que en ningún
caso se hizo merecedora de
la protesta de un sector
minoritario del público, mantuvo una línea correcta y
profesional. Josep Bros fue el
tenor brillante y musical que
dio realce al rol de Nicias y
Stefano Palatchi mantuvo su
canto noble y su gran profesionalidad, complementando
el reparto una segura Sandra
Pastrana y el buen hacer de
Olatz
Saitua,
Marina
Rodríguez-Cusí y Francisca
Beaumont.
Albert Vilardell
I Festival Internacional de Piano
HETERODOXIA Y PERSONALIDAD
Barcelona. L’Auditori. 30-VI-2007. Ivo Pogorelich, piano. Obras de Beethoven, Brahms, Scriabin y Rachmaninov. 7VII-2007. Nelson Freire, piano. Obras de Bach-Busoni, Beethoven, Franck, Debussy y Albéniz. 14-VII-2007. Evgeni
Koroliov, piano. Bach, Variaciones Goldberg.
U
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na de la consecuencias
de
manifestaciones
como el I Festival
Internacional de Piano que
ha tenido lugar en el Auditori
de Barcelona entre los días 30
de junio y 15 de julio es que
los dogmatismos y rigideces
en los juicios se vienen abajo.
¿Hay más de una manera de
interpretar una obra sin dejar
de ser fiel al autor? Claro. La
heterodoxia también tiene su
sitio. ¿Qué entendemos por
heterodoxia desde la perspectiva de mentes, inteligencias y oídos del siglo XXI?
Heterodoxos, en mayor o
menor medida, podríamos
considerar el Beethoven
(Sonatas nºs 24 y 32), el
Brahms (Intermezzo op. 118,
nº 2) y el Scriabin (Sonata nº
4), más que el Rachmaninov
(Sonata nº 2, segunda versión), de Ivo Pogorelich. Pero
ya le conocemos, suele decirse del croata. Naturalidad ¿y
ortodoxia? podrían definir a
Nelson Freire, que suele
comunicar inmediatamente
con el público. Así volvió a
ocurrir en esta ocasión, con
Bach-Busoni (Dos corales),
Beethoven (Sonata nº 21),
Franck (Preludio, coral y
fuga), Debussy (Children’s
corner) y Albéniz (Evocación
y Navarra). El brasileño, ya
se sabe: siempre tranquilo,
solvente y muy músico, suele
repetirse. Pero a Evgeni
Koroliov no le conocíamos.
Sabíamos que es hoy uno de
los máximos intérpretes de
Bach y, en particular, de las
Variaciones Goldberg, un verdadero tour de force. Pues
bien, su actuación nos ha
parecido
memorable.
¿Heterodoxia? Sea, si se quiere. Pero ante todo personalidad y versión honda y derivada de un profundo estudio de
la obra, abierta a múltiples
soluciones.
Glenn Gould cambió
radicalmente su concepción
de las Variaciones Goldberg
cuando las grabó en 1981
respecto a cuando lo hizo en
1955. Murray Perahia se
adentró en tan tupido bosque
desde el dominio del clasicismo. Koroliov aborda esta
cumbre del barroco desde su
realidad de hombre del siglo
XXI, pareciendo a veces que
se demora en el romanticismo o deleitándose otras en el
puente del clasicismo. Su
Variación 25 ha llegado al
récord de lentitud —once
minutos— pura ensoñación,
pura delicia. Uno comprende
a Ligeti cuando afirma: “Si
tuviera que llevarme un disco
a una isla desierta, elegiría el
Bach de Koroliov. Porque
abandonado, muerto de sed,
podría oírlo con emoción
hasta mi último suspiro”.
José Guerrero Martín
AC T U A L I DA D
CÓRDOBA
XXVII Festival de Guitarra
EL SONIDO DE ANTONIO TORRES
CÓRDOBA
Gran Teatro. Teatro Cómico Principal. 4, 5, 6, 9 y 11-VII-2007. Ricardo Gallén, David
Russell, Stefano Grondona y Hopkinson Smith. Manuel Barrueco. Orquesta de Córdoba.
Director: Manuel Hernández Silva.
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HOPKINSON SMITH
Santiago Torralba
Durante la primera quincena del mes de julio la
ciudad de Córdoba se
erige en centro de atención internacional sobre
el instrumento de nuestro
país por antonomasia
como es la guitarra española,
siendo dedicado en esta edición a uno de sus creadores
modernos y definitivos —en
cuanto a las actuales dimensiones del instrumento desde
el año 1850—, dentro de la
escuela andaluza como fue
el almeriense Antonio de
Torres Jurado (1817-1892),
uno de los guitarreros más
prestigiosos de la historia, a
cuya memoria, en el ciento
noventa aniversario de su
nacimiento, se ha dedicado
gran parte de esta edición
del Festival de Guitarra, en
un curso monográfico, conciertos, conferencias y una
exposición en la que se ha
concentrado una extraordinaria colección de guitarras
españolas de los últimos
doscientos años.
En este homenaje hay
que destacar el concierto del
italiano Stefano Grondona
con un instrumento de este
luthier construido en 1887,
que ha supuesto un verdadero descubrimiento de su
característico sonido, especialmente en una Suite en re
menor y un Tombeau pour
Monsieur de Blancheroche
de Johann Froberger que
precedió a esa obra singular
de Falla que es su Homenaje
pour le Tombeau de Debussy,
momento cumbre de este
recital que estuvo siempre
inmerso en la dulzura del
tañer y elegancia expresiva
de este maestro italiano.
Obras de Bach, Albéniz,
Granados y Llobet, completaron su recital en el que la
mística sensualidad del sonido de su guitarra Torres dejó
patente la justificación y protagonismo de este insigne
guitarrero en la presente edición del Festival.
El ciclo de conciertos
dedicado a la guitarra clásica
se inició con una excelente
actuación del maestro linarense Ricardo Gallén, en el
que la grandeza de Bach,
con la Suite BWV 997, quedó
plasmada con una maestría
técnica de gran limpieza de
sonido y una honda musicalidad, que siempre dejó el
sello inconfundible del gran
músico de Eisenach. El Gran
solo de Sor, situó su actuación entre las más destacadas
del Festival.
El recital del escocés
David Russell hay que
enmarcarlo dentro de las
excelencias propias que
siempre hace gala en sus
interpretaciones, que llegan a
trascender al mundo mediático como verdaderas referencias artísticas y musicales. La
Elegía y la Fantasía húngara
del romántico Johann Kaspar
Mertz significaron uno de los
momentos culminantes de su
ejecutoria en contraste a los
sentidos aires populares “granainos” de Ángel Barrios en
los que Russell brilló con
especial espontaneidad y
gracia. Una Sonata de Bach,
transcrita con fidelidad por el
propio intérprete, así como
Valses poéticos de Granados
dieron variedad estilística a
su actuación.
Otro músico imprescindible en el Festival, dada su
asidua presencia en anteriores ediciones, es el cubano
Manuel Barrueco que ha
satisfecho su deseo de crear
empatía con un maestro
como Hernández Silva en las
Danzas concertantes del
compositor portorriqueño
Roberto Sierra, obra de amable discurso y agradable
escucha en al que solista y
orquesta hacen honor a la
intención de su título. Cinco
Tango etudes de Piazzolla,
que iniciaron la velada, fueron un prodigio de la intención, el dominio y el sentido
de este intérprete en la música del autor platense.
Toda una clase magistral
supuso el recital del laudista
neoyorquino
Hopkinson
Smith dedicado a la música
del siglo XVII, en la doble
vía que supuso Robert
Ballard
en
Francia
y
Giovanni G. Kapsperger en
Italia. De éste llamó la atención la interpretación de la
exquisita transcripción desde
la tiorba de la Tocata arpeggiata así como unas deliciosas Toccata, Courante y
Gagliarda. Los estilos anteriores se vieron complementados con el arte de John
Dowland, referente indiscutible de la música inglesa contemporánea de aquel tiempo, que ocupó la segunda
parte del concierto, en la que
una Fantasie final puso broche de oro a una actuación
que quedará imborrable en
la historia del Festival de la
Guitarra de Córdoba.
José Antonio Cantón
AC T U A L I DA D
EL ESCORIAL
Festival Lírico Internacional
SCHUBERTIADA ONÍRICA
San Lorenzo de El Escorial. Teatro Auditorio. 14-VII-2007.
Maria João Pires, piano. Schubertiade: El Sueño/La Muerte.
Obras de Schubert y otros.
EL ESCORIAL
Maria João Pires en el Teatro Auditorio de El Escorial
En el seno del extraño
Festival de San Lorenzo
de El Escorial han florecido tres schubertiadas,
dirigidas musicalmente
por la pianista portuguesa Maria João Pires. Eran,
en tiempos de Schubert,
sesiones festivas. La que
hemos presenciado aparece
envuelta en un aura más distante, poética. Los personajes
circulan cansinamente, con
aire costumbrista, por un
espacio onírico, matizadamente iluminado. Como centro de la congelada acción,
una suerte de fantasmal taumaturgo, de mimo malabarista (un estupendo João
Saraiva), que expresa sus
emociones mediante contorsiones y juegos.
Tal planteamiento, en el
que no falta la caída de la
hoja, es retórico, teatral y
pomposo, pese a su aparente pátina de naturalidad. Lo
que sí es natural, y elevado
espiritualmente, es el arte de
Pires, en el centro de la peripecia dirigida escénicamente
por Márcio Aurelio. Su interpretación de los Cuatro
Impromptus D. 935 fue
memorable, por claridad de
concepto, por belleza de
sonido, por densidad poética, por finura expositiva. Del
mismo valor sus acompaña-
mientos en distintos lieder al
tenor inglés Rufus Müller, de
buena línea, aunque en
exceso melifluo, afalsetado y
blando, lejos de poder dar el
sentido trágico de algunas de
las piezas, como El enano.
El ensamblaje de los
diversos números está hecho
con inteligencia y se buscan
encajes tonales y conceptuales. El Cuarteto “La muerte y
la doncella” fue tocado con
convicción y relativo empaste por Boris y Daniel
Garlitski, Yuri Zhislin y Pavel
Gomziakov, un grupo que
tocó también una interesante
composición (Deconstructing Franz) de Dai Fujikura
basada justamente en aquella obra. Los hermanos
Arthur y Lukas Jussen, de 11
y 14 años, alumnos de Pires,
mostraron
sorprendentes
habilidades
en
sendos
Impromp-tus de la D. 899,
Bernardo Sassetti nos amenizó con sendas improvisaciones, Gonziakov tocó espléndidamente
la
Sonata
Arpeggione y la brasileña
Jussara Silveira cantó mal, en
portugués, el lied Dass sie
hier gewesen. Por su parte, el
pianista Ricardo Castro colaboró
con
Pires
en
Lebensstürme.
Arturo Reverter
SCHOLL
© Martin Mydtskov
ANDREAS
,8/,2 (6$5(
GEORG FRIEDRICH HAENDEL
Concerto Copenhagen, Lars Ulrik Mortensen
Escenografía de Francisco Negrin
Decorados y vestuario de Anthony Baker
UNA PRODUCCIÓN EXCEPCIONAL, ¡AHORA EN DVD! Fielmente
basada en personajes históricos, Giulio
Cesare posee la más suntuosa y elaborada orquestación de entre las obras haendelianas, magníficamente desvelada por
Lars Ulrik Mortensen en esta producción
de la Ópera de Copenhage. La transposición que hace Francisco Negrin de la
acción a una escenografía moderna de
conflicto bélico y los diseños depurados
de Anthony Baker contribuyen a rodear
a Andreas Scholl y al resto de solistas de
una atmósfera crepuscular inquietante y
muy contemporánea.
www.harmoniamundi.com
29
AC T U A L I DA D
GRANADA
LVI Festival Internacional de Música y Danza
VUELTA AL CONCEPTO
GRANADA
Con características suspicacias de la prensa local,
empecinada en que la
búsqueda de un “concepto” durante la anterior
dirección de Alfredo
Aracil era una artimaña
para vender humo, el
Festival de este año ha venido unificado por la idea de
los Españoles en París, aprovechando la recuperación de
la ópera Il califfo di Bagdad
del tenor rossiniano Manuel
García. La obra es sin duda
apreciable, aunque haya caído del repertorio con toda
justicia a causa de un argumento indigente, cosa que a
Stendhal no le habría preocupado demasiado, basado
en la increíble incapacidad
de madre e hija protagonistas de identificar al omnipresente Bondocanì, pretendiente malfamado de la
segunda, con el califa de
Bagdad. Los problemas más
importantes para una eventual resurrección de la obra
resultan de la falta de decisión en el estilo, que a ratos
recuerda a Mozart y en otros
momentos anuncia a Rossini.
En cualquier caso, sorprende
el éxito que obtuvo en su
versión parisina, aquí escogida. Respecto de las representaciones de Granada, la labor
de dirección de escena de
Olivier Simonnet fue, siendo
benignos, escasa. Con el solo
decorado de un escueto
andamiaje, los movimientos
de los actores daban más
bien la impresión de una versión de concierto semiescenificada, a lo que contribuía
un vestuario en exceso heterogéneo. La intervención de
Les Talens Lyriques bajo la
dirección gestualmente heterodoxa de Rousset resultó
fuera de estilo, sobre todo si
se piensa en la adecuación a
García de Andrea Marcon,
que ha grabado con la
Orquesta Ciudad de Granada
El poeta calculista para el
sello Almaviva. Las voces no
destacaron especialmente,
30
salvo la del granadino José
Manuel
Zapata
como
Bondocanì/Califfo.
Las matinales de los fines
de semana (combinadas con
la novedad de un nocturno
bajo el sugerente título de
Tenebræ) mantuvieron el
interés de anteriores ediciones. Buenos conciertos del
Ensemble Organum, dirigido
por Marcel Pérès, mejor en
programa y paradójicamente
en marco el ofrecido en la
vanguardista sede de Caja
Granada, con monodias y
polifonías aquitanas de los
siglos XI y XII, que el de canto mozárabe en la catedral.
Excelente
el
Poème
Harmonique dirigido por
Dumestre, en especial en las
canciones populares francesas cuasi escenificadas por el
estupendo barítono Arnaud
Marzorati. Y sobresalientes
los dos programas de la
Orquesta Barroca de Sevilla
dirigida por Monica Huggett
(eso sí, sin “españoles en
París” ni franceses en España
con los que hilvanar el programa), con una inspirada
Núria Rial en la cantata de
Haendel Armida abbandonata y una buena versión
del Tercer Concierto de
Brandemburgo de Bach.
Con un instrumentario más
nutrido y un programa exclusivamente orquestal interpretó al día siguiente Los elementos de Rebel, la Sinfonía
nº 83 “La gallina” de Haydn
y una suite de danzas de Les
boréades de Rameau.
El peso de la programación corrió a cargo de dos
grandes orquestas, la de
París y la Staatskapelle de
Berlín, además de dos intervenciones más que testimoniales de la local Orquesta
Ciudad de Granada, dirigida
por su titular Jean-Jacques
Kantorow, y de la Real
Orquesta Sinfónica de Sevilla
bajo la batuta de Pedro
Halffter. Hubiera sido fácil
caer en la españolada, a la
que tan proclives han sido
Fotos: Carlos Choin
Festival. 22-VI/8-VII-2007. Españoles en París. García, Il califfo di Bagdad. Barenboim, Eschenbach, Pons,
Lang Lang, Ciccolini.
José Manuel Zapata, Anna Chiericheti y Milena Storti en Il Califfo...
Josep Pons y la Orquesta de París
nuestros vecinos galos, pero
los programas, salvando la
cuestión de los autores contemporáneos a los que luego
nos referiremos, mostraron
un cuidado equilibrio entre
lo evidente y lo menos conocido que hemos de agrade-
cer. La OCG se hizo fuerte en
una obra que ya ha grabado
con su anterior titular, la
Sinfonía en do mayor de
Bizet. El resto de la noche el
protagonista fue el violinista
Renaud Capuçon, espléndido tanto en la conocida
AC T U A L I DA D
GRANADA
Jean-Jacques Kantorow y la Orquesta Ciudad de Granada
Lang Lang, Daniel Barenboim y la Staatskapelle de Dresde
Aldo Ciccolini en el Patio de los Arrayanes
Sinfonía española de Lalo
como en el poco frecuente
Capricho andaluz de SaintSaëns. La ROSS ofreció un
programa muy bien trabado,
incluyendo un simpático
Concierto para dos pianos de
Francis Poulenc y donde el
plato principal lo constituyó
una apreciable Consagración
de
la
primavera
de
Stravinski. La Orquesta de
París (Leitmotiv obliga) se
llevó la parte del león, con
dos
actuaciones
bajo
Eschenbach y otra bajo la
batuta de Pons. Un teatral
Eschenbach ofreció un primer programa mayoritariamente raveliano, incluyendo
una buena versión de la
Iberia de Albéniz-Arbós, llegando al desplante taurino
en un Bolero dirigido literalmente sin manos. Lo mejor
llegó en la segunda de sus
actuaciones, con un estupendo Preludio y Muerte de
amor de Isolda y una segunda parte dedicada al
Debussy de Iberia y La mer.
La interpretación del pianista
Iván Martín en las Noches de
Falla fue sólo correcta, algo
atropellada en el primer
movimiento.
Pons se hizo con el
Petruchka de Stravinski y El
sombrero de tres picos de
Falla, de los que ofreció versiones que no mejoraron las
que él mismo ha dirigido a
orquestas que le son más
cercanas, aunque sobre el
papel inferiores a la orquesta
parisina.
Barenboim,
aparentemente decidido a ofrecernos
una integral Mahler si el
acuerdo con la patrocinadora
Junta de Andalucía se prolonga, ofreció una milagrosa
Quinta Sinfonía, con una
claridad en las texturas polifónicas del Finale absolutamente reveladora. Algo similar puede decirse del concierto del día siguiente, que
puso final al Festival.
Destacaron los solistas Lang
Lang, por momentos casi
austero en un Primer
Concierto para piano de
Brahms, y un jovencísimo
Claudius Popp, salido de las
filas
de
la
propia
Staatskapelle, que salvó con
éxito la difícil parte del violonchelo en el Don Quixote
de Strauss, secundado por
Felix Schwartz a la viola.
El apartado camerístico
quedó reducido a las importantes contribuciones vocales
de Kozená y Jaroussky,
ambos en el Patio de los
Mármoles del Hospital Real y
con programas complementarios de sus respectivas cuerdas de mezzo y soprano, más
adaptado el segundo a las
exigencias temáticas hispanogalas, aunque se le pueda
reprochar haber roto la unidad del ciclo de Albéniz
Cuatro canciones en lengua
francesa en beneficio del
efectismo. Rayano en la proeza personal puede considerarse la presencia en el Patio
de los Arrayanes de Aldo
Ciccolini, cincuenta y cuatro
años después de que lo inaugurara como escenario del
casi recién nacido Festival. El
concierto no ofreció precisamente facilidades, empezan-
do por el calor tórrido, con
un fantástico libro segundo
de los Préludes de Debussy.
La segunda parte resultó
menos milagrosa, aunque
igualmente interesante, con
un heterodoxo y difícil Falla.
La ausencia de cuartetos de
cuerda en la programación
oficial ha sido suplida por el
“fex”, la extensión del
Festival mediante espectáculos gratuitos, aunque el
incomprensible solapamiento
de horarios con otras actuaciones del Festival “oficial”
haya dificultado la asistencia
a conciertos tan interesantes
como el del Cuarteto
Quiroga en el Carmen de los
Mártires. Quizá la anterior
fórmula concentrada del día
de la música, repetida luego
en diferentes escenarios
hubiera permitido una mayor
difusión.
En el capítulo de música
de compositores vivos (y
presentes), el Festival de este
año se ha mostrado algo
magro: la Orquesta de París
al mando de Pons estrenó en
España, en la dificultosa
acústica del Palacio de Carlos
V, la obra de Luis de Pablo
Natura (A la memoria inolvidable de Adolfo Salazar).
Mejor suerte corrió la obra
de José Manuel López López
Movimientos (concierto para
dos pianos y orquesta en re
menor) interpretada por la
ROSS dirigida por Pedro
Halffter, muy bien enmarcada por el Sensemayá de
Silvestre Revueltas y la
Consagración de la primavera de Stravinski, obras con
las que muestra una gran afinidad estilística. La obra de
Vincent Paulet Otra noche.
Recordando a Manuel de
Falla, versión para piano y
orquesta de su anterior In
memoriam Manuel de Falla,
hubiera sido un perfecto
pendant, si se nos permite el
galicismo, para la allí citada
Noches en los jardines de
España, pero esta obra le
correspondió a la Orquesta
de París. La OCG, presente
en el estreno de la obra raíz,
cumplió y hasta mejoró bajo
su
titular,
Jean-Jacques
Kantorow, respecto de otras
ediciones del Festival.
Joaquín García
31
AC T U A L I DA D
LA CORUÑA
Festival Mozart (II)
LAS SEGUNDAS PARTES FUERON BUENAS
LA CORUÑA
Museo de Bellas Artes. 10-VI-2007. Joaquín Torre, violín; Kennedy Moretti, piano. Obras de Mozart, Beethoven y J. L.
Turina. Teatro Rosalía de Castro. 10-VI-2007. Orquesta de Cámara de la OSG. Alexander Lonquich, solista y director.
Obras de Mozart, Beethoven y Prokofiev. Palacio de la Ópera. 14-VI-2007. Antonacci, Barcellona, Bros, Pertusi. Coro de
Cámara de Praga. Orquesta Sinfónica de Galicia. Director: Alberto Zedda. Rossini, Stabat Mater. Teatro Rosalía de Castro.
15-VI-2007. Cuarteto Belcea. Obras de Beethoven y Schubert. Palacio de la Ópera. 16-VI-2007. Tamar, Barcellona, Pertusi.
Coro de Cámara de Praga. Orquesta Sinfónica de Galicia. Director: Alberto Zedda. Rossini, Semiramide (versión de concierto). Museo de Bellas Artes. 17-VI-2007. Grupo Instrumental Siglo XX. Flavio Oliver, sopranista. Director: José Luis Temes.
Obras de Balboa y Schoenberg. Iglesia de los Dominicos. 17-VI-2007. Massimo Spadano, violín; Luca Guglielmi, piano.
Bach, Sonatas para violín y clave. Teatro Colón. 21-VI-2007. Barcellona, Ciofi, Tarver, Orfila. Coro de Cámara del Palau.
Orquesta Sinfónica de Galicia. Director: Alberto Zedda. Rossini, Adelaide di Borgogna (versión de concierto). Teatro Colón.
22 y 23-VI-2007. Rossini, El superbarbero de Sevilla. Canturri, Roche, Pardell, Ferrer. Colmer. Kharitonina, piano;
Cortadellas, flauta; Cordero, contrabajo. Director musical: Alan Branch. Dirección de escena: Tricicle. Teatro Colón. 29 y
30-VI-2007.. Camerata Salzburg. Hansjörg Schellenberger, director y oboe. Obras de Bach y Haydn. Museo de Bellas
Artes. 1-VII-2007. Grupo Instrumental Siglo XX. Obras de Mozart, de Paz y Crumb. Palacio de la Ópera. 5 y 7-VII-0207.
Mozart, La flauta mágica. Coliban, Muzek, Miklosa, Alberola, Esposito, Halász, Sacher. Coro de la Comunidad de Madrid.
Orquesta Sinfónica de Galicia. Director musical: Antoni Ros Marbà. Director de escena: Daniele Abbado.
32
Cervantes escribió su
célebre frase “Nunca
segundas partes fueron
buenas” para referirse
modestamente
a
la
segunda parte de su Don
Quijote que muchos críticos reputan incluso superior a la primera. Así ha sucedido con la segunda parte
(división artificial, por otro
lado) de este Festival Mozart
que, aun sin ponderar su
carácter transicional, ha complacido a los espectadores
que, en general, han respondido con su asistencia.
Sin duda, gran parte del
mérito hay que atribuirlo a la
presencia de Alberto Zedda
en tres grandes obras de
Rossini
(Stabat
Mater,
Semiramide y Adelaida de
Borgoña) que desencadenaron el entusiasmo de un
público que adora a este
grandísimo músico en el más
amplio y profundo sentido
de la palabra. Él y su esposa,
Cristina Vázquez, dejan la
organización del Festival
Mozart, pero no abandonan
a una ciudad que los considera suyos. La presencia de
Zedda es siempre una garantía de que todo funcionará
de manera impecable. Sus
tres sesiones rossinianas fueron otros tantos éxitos que,
además, se produjeron in
crescendo, como esas características largas progresiones
de prolongados reguladores
hacia el fortísimo que tanto
gustaron al genio de Pésaro.
Daniela Barcellona es una de
las voces graves más impor-
Erika Miklósa como la Reina de la Noche en La flauta mágica
tantes del mundo; su presencia en las tres obras fue fundamental porque ella une a
su voz privilegiada, extensa e
igualada a la perfección, una
técnica vocal de primer nivel;
muy bien las sopranos
Antonacci, Tamar y Ciofi;
ésta, espléndida en la ópera,
muy por encima del recital
que ofreció en días anteriores; de los tenores, gustó
Bros y en menor medida
Tarver, cuyo registro agudo
es un poco ingrato por los
apoyos en gola; Pertusi, mag-
nífico cantante, depurado
estilista, no luce el bello
carácter baritonal de su voz
en papeles de bajo estricto y
queda un poco escaso en los
graves; algo parecido le
sucede a Orfila, que también
posee una cuerda intermedia
de bajo-barítono. El Coro de
Praga se halla en un gran
momento, lo mismo que el
Coro del Palau; uno y otro
colaboran asiduamente con
la Sinfónica de Galicia y con
el Festival Mozart. Las tres
partituras, poco habituales
en las programaciones al
uso, cada una en su estilo,
son espléndidas. En La
Coruña, hay noticia —una
divertida anécdota que narra,
si la memoria no me traiciona, Doña Emilia Pardo
Bazán— de, al menos, una
representación
de
Semiramide a fines del siglo
XIX.
La presencia de la ópera
en el Festival no se agotó
con las dos obras de Rossini,
dadas en versión de concierto. El Superbarbero y La
flauta mágica fueron representadas. La primera en una
estupenda adaptación para
los niños que realizó Tricicle
y de la que se dieron tres
funciones. El éxito se basó
sobre todo en las facultades
actorales de unos jóvenes
cantantes, entre los que destacó, por voz y por escena, el
barítono Canturri. Es sorprendente que pueda tocarse
El barbero de Sevilla —aun
adaptado— con sólo tres instrumentos y además tan dis-
AC T U A L I DA D
LA CORUÑA
pares como una flauta, un
contrabajo y un piano; pero
así ha sido. No se llenó el
Palacio de la Ópera en las
dos funciones de La flauta
mágica. lo que contrasta con
las tres sesiones a teatro lleno cuando se hizo hace cuatro años en el mismo lugar
con la dirección escénica de
Els Comediants. En este caso,
Abbado se decantó por el
minimalismo y así la representación, salvo aciertos
puntuales, discurrió entre lo
aburrido y lo tenebroso. No
ayudó la versión, correcta
pero triste, de Ros Marbà que
además contaba con una
orquesta de lujo para el foso:
la Sinfónica de Galicia.
Triunfó la soprano ligera
húngara Erika Miklósa en la
Reina de la Noche. Tras ella,
el Papageno de Esposito, la
Pamina de Alberola y el
Tamino de Muzek; Coliban
estuvo lastrado por la escasez del registro grave. Hay
quien confunde la extensión
con el carácter de la voz: por
su propia definición psicológica y vocal, Sarastro requiere un bajo profundo y la
mejor prueba fue precisamente la limitada actuación
del buen cantante rumano.
El Coro de la Comunidad de
Madrid demostró que se
halla en un gran momento;
la orquesta, extraordinaria.
Tres conciertos para
orquesta de cámara. La de la
Sinfónica de Galicia estuvo
dirigida
por
Alexander
Lonquich, que asumió además el papel de solista en los
conciertos para piano y
orquesta de Mozart (nº 17) y
de Beethoven (nº 4); la compenetración entre Lonquich
y la orquesta de cámara de la
OSG fue algo extraordinario
que el público premió con
repetidas aclamaciones; la
Sinfonía
“clásica”
de
Prokofiev completó el programa. Dos conciertos a cargo de la Camerata Salzburgo
que dirige Schellenberger. El
conocido oboísta hizo una
maravillosa versión del
Concierto para oboe de
amor, BWV 1055, de Bach y
se mostró como un excelente y apasionado rector en las
dos primeras oberturas (suites), de Bach, y en tres sinfonías (nºs 24, 47 y 57), de
Escena de El superbarbero de Sevilla
Antonacci, Barcellona, Zedda y Pertusi en el Stabat Mater de Rossini
Haydn, músico predilecto
éste del director, casi siempre presente en sus programas. La Camerata —al
menos, la joven agrupación
que vino a La Coruña este
verano— posee unos arcos
de excelente calidad; los
vientos no alcanzan ese alto
nivel de la cuerda, sobre
todo el metal.
El Cuarteto Belcea es una
agrupación camerística de
extraordinaria categoría artística que planteó un concierto soberbio: Cuarteto op. 59,
nº 1
Rasumovski,
de
Beethoven y Quinteto con
dos violonchelos, D. 956, de
Schubert. Impresionante versión de esta obra genial, aunque no fue de menor impacto la del primer Rasumovski.
Los cuatro jóvenes integrantes del cuarteto que lleva el
nombre de la excepcional
primer violinista alcanzan el
ideal artístico por la perfección de su técnica y la
extraordinaria energía y apasionamiento que ponen en
sus interpretaciones. Massimo Spadano, concertino de
la Sinfónica de Galicia y
músico en sentido muy
amplio, acompañado por el
pianista Luca Guglielmi, tocó
tres Sonatas para violín y
clave (nºs 3, 4 y 6), de Bach;
un repertorio de altísima calidad curiosamente muy poco
interpretado. Ambos artistas
estuvieron a gran altura y
fueron muy aplaudidos.
Resta comentar lo que se
ha denominado Festival
paralelo. Se trata de un ciclo
de tres conciertos peculiares,
tanto por el hecho de celebrarse las mañanas de los
domingos en el Museo de
Bellas Artes como por el
repertorio que se interpreta,
mayoritariamente
actual
(siglos XX y XXI), donde
hallan cabida los compositores españoles contemporáneos. Este ciclo tiene ya una
personalidad definida y un
público propio. El primer
concierto fue un dúo de violín y piano. Torre y Moretti
tocaron, además de una
sonata de Beethoven (op.
12, nº 1), las Variaciones
sobre “Ah, vous dirai-je,
maman”, K. 256, de Mozart.
Inteligente
planeamiento
preparatorio para la obra
siguiente porque el tema
popular francés fue también
utilizado por José Luis
Turina en sus Variaciones y
tema (I serie) sobre el Tema
con variaciones Ah, vous
dirai-je,
mamman,
de
Mozart. Se trata de una partitura de extraordinario interés que revela el formidable
oficio y el talento musical de
este compositor español. Los
otros dos conciertos corrieron a cargo del Grupo
Instrumental Siglo XX. Se
trata éste de una agrupación
abierta y flexible, que abarca
un amplio repertorio merced
a su versatilidad, conseguida
por la disposición y el entusiasmo de algunos músicos
de la Sinfónica de Galicia.
Dirigida por José Luis
Temes, interpretó tres obras
del malogrado compositor
coruñés Manuel Balboa:
Rapto de la indiferencia,
Hércules en Brigantia y
Quasi Notturno; esta última
obra, con piano obligato,
estreno absoluto. Completó
el programa el Pierrot lunaire —estreno en La Coruña,
con casi total seguridad—,
en versión del soberbio
sopranista Flavio Oliver, con
los miembros del Grupo
conducidos de manera
admirable por Temes. El tercer concierto, dirigido ya por
su titular, Florian Vlashi, se
abrió de una manera convencional con esa impresionante página mozartiana que
es el Adagio y Fuga, K. 546;
pero a continuación se escuchó el Sexteto de cuerdas, un
trabajo serio y profesional
del compositor coruñés contemporáneo Xavier de Paz,
encargo especial para la ocasión y, por tanto, estreno
absoluto; y el sorprendente
Black Angels, soberbio collage de George Crumb, lleno
de hallazgos tímbricos (por
ejemplo, vasos de agua afinados en diversos tonos y
tocados con arcos), de citas
musicales (Dowland, Tartini,
Schubert) y de mezcla de
diversos estilos y técnicas en
fecunda simbiosis. Sin duda,
estreno en La Coruña; hay
quien piensa que también
puede serlo en España.
Julio Andrade Malde
33
AC T U A L I DA D
MADRID
Reposición pucciniana
BUTTERFLY CINEMATOGRÁFICA
Vuelve, menos recargada
de comparsería, esta
producción planteada
como un rodaje cinematográfico, punto de partida bastante discutible
para ópera de tan claro realismo. Si se obvian los laterales de la escena, que siempre estorban y rompen el clima, concentrando atención
en el rectángulo giratorio de
la casa art decó de Butterfly
(de una hechura impecable:
es de Frigerio) pueden disfrutarse algunos detalles
inteligentes del montaje,
además de seguir mejor las
vicisitudes de la heroína
pucciniana. La pantalla del
filme, en blanco y negro
dada la supuesta época de
rodaje (década de los años
veinte del pasado siglo, se
supone), ayudaba a disfrutar
expresiones pero también a
descubrir defectos. La chilena Gallardo-Domâs es una
de las mejores intérpretes
actuales de Cio-Cio-San, tal
como demostró con un cuidadísimo fraseo, un canto
pleno de matices y una
actuación más que correcta
que fue enriqueciéndose a
Liv Øvland
MADRID
Teatro Real. 15 y 17-VII-2007. Puccini, Madama Butterfly. Micaela Carosi-Cristian Gallardo-Domâs, Itxaro MentxakaMarina Rodríguez Cusí, Roberto Aronica-Carl Tanner, Ángel Ódena-Vladimir Stoyanov. Director musical: Plácido Domingo.
Director de escena: Mario Gas. Escenografía: Ezio Frigerio. Vestuario: Franca Squarciapino.
Cristina Gallardo-Domâs y Marina Rodríguez Cusí en Madama Butterfly
medida que avanzaba la
obra. La Carosi, voz italiana
rica y cálida, con una rotunda octava aguda, aprovechó
momentos puntuales de la
partitura, pero el personaje
estuvo más desdibujado,
incluyendo una caracterización física algo descuidada.
Las dos geishas murieron de
diferente forma, ésta más a
favor de la soprano chilena.
Carosi encontró en su
Pinkerton, Aronica, un complemento ideal por medios,
adecuación, entrega y canto,
que aún siendo algo superficial, fue siempre brillante y
oportuno. Tanner tiene
generosidad y atractivos instrumentales, pero su emisión
irregular y un fraseo monótonamente machacón no
dieron mucho de sí: un
Pinkerton bajo mínimos, en
suma. Rodríguez-Cusí repitió
su excelente y completa
Suzuki; Mentxaka puso buenas intenciones, pero el personaje le quedó por momentos un poco grande. Aparte
problemas en su achatado
registro agudo, el Sharpless
de Stoyanov resultó más
matizado y convincente que
el de Ódena, de buena planta y atractiva voz baritonal
pero en conjunto insignificante. Dos cumplidos Goros
fueron Sánchez y Ruiz, éste
bien beneficiado por su
veteranía y experiencia.
Desigualdad de distribución
y resultados en el resto del
reparto. Domingo ofreció
una lectura competente.
Hizo sonar a la orquesta con
riqueza y contrastes, cantó
en solitario y con el solista,
adecuándose a las características de los dos equipos,
aunque a veces se tentó por
una sonoridad demasiado
opulenta en detrimento de
los cantantes, y por tempi,
sobre todo con CarosiAronica que fueron a veces
demasiado lentos. Buen rendimiento del coro.
Fernando Fraga
Ópera a lo grande
VERDI EN VISTALEGRE
Madrid. Palacio de Vistalegre. 29-VI-2007. Verdi, La traviata. Myrtò Papatanasiu, Massimiliano Pisapia,
Gianfranco Montresor. Orquesta y Coro Lírico de España. Directora musical: Je Min. Director de escena:
Francesco Stochino Weiss. Coreografía: Lola Greco.
T
34
eniendo en cuenta las
posibilidades y limitaciones de una antigua plaza
de toros, puede calificarse
esta enésima Traviata de
ajustada y digna. Ante todo,
por la dirección musical austera, segura, enérgica, limpia
y adecuada a equilibrios y
tiempos de la china Je Min.
Luego, por un habilidoso juego de elementos (muy contados, aunque incluyendo un
caballo que trajo a Alfredo al
segundo acto) y de luces que
resolvió la visión circular y la
amplitud de un coso que
plantea facilidades a los conjuntos y problemas a los instantes íntimos. Una coreografía correcta aunque abusiva,
a veces más digna de
Broadway que de Madrid,
con el añadido superfluo de
una solista en calidad de
pantomima del Destino,
como si el inmortal don
Beppe necesitara auxilios
dramáticos, completó la
entrega visual.
La soprano griega resolvió
su Violetta con buen material,
emitido con limpieza, estupenda figura y elegante presencia. Descolló en los
momentos líricos y, si bien le
faltó en ocasiones garra trágica, salió airosa de la prueba.
El tenor mostró una bella y
sólida voz que no se correspondió con su desenvolvimiento escénico, ausente y de
escaso garbo. Germont sonó
fluido y cumplido, tanto en lo
vocal como en lo histriónico.
Los comprimarios, sin brillar,
llenaron su cometido. El actor
Francisco Valladares hizo de
introductor, ambientando la
pieza y narrando sucintamente la trama, lo cual no sobró
en un acto como éste, destinado a un público amplio y,
en gran parte, inicial.
Blas Matamoro
AC T U A L I DA D
MADRID
Programa doble
BELDADES PELIGROSAS
Madrid. Teatro de la Zarzuela. 22-VI-2007. Calleja, Las
bribonas. Juan Viadas, Jesús Castejón, Fernando Ransanz,
Mamen Godoy, Estrella Blanco, Karmele Aranburu, Mary
Carmen Ramírez, Cipriano Lodosa, Johana Jiménez, Carmen
Conesa, Eloy Arenas. Chapí, La revoltosa. María Rodríguez, J.
Jesús Rodríguez, Luis Varela, J. Luis Gago, Cristina Faus, Eva
Diago, Virginia Flores, A. Torres, Eloy Arenas. Director musical:
Enrique Diemecke. Directora de escena: Amelia Ochandiano.
F
in de temporada para la
zarzuela con dos obras
del género chico que tienen en común el protagonismo de eso que suele decirse,
“mujeres de rompe y rasga”.
En el curso del año teatral,
en el que se ha cumplido
siglo y medio de existencia
del Teatro de la Zarzuela,
éste ha contribuido a la recuperación al repertorio de dos
obras: una, El barbero de
Sevilla, que se tenía muy
olvidada, la otra, Las bribonas, zarzuela cómica que,
quién sabe cuántos años ha,
no había visto la escena desde que fue estrenada en el
Apolo madrileño en 1908,
ejemplo de irrupción del
género ínfimo, se palpaba en
el ambiente una necesidad
de ligereza, frescura y diversión. Con Las bribonas,
Rafael Calleja junto a su
libretista Martínez Viérgol,
periodista madrileño dotado
de vivo ingenio, obtuvo en
su día uno de los mayores
éxitos de su carrera: una partitura musicalmente inspirada y socialmente comprometida en aquellos años, en la
que se introducen números
de varietés e intercalan bailes
y couplets, todo un ejemplo
de música sencilla y espontánea, ligera y alegre con la
que se trata de satirizar el
atraso y la ignorancia por la
gazmoñería de unas cuantas
beatas escandalizadas por la
llegada al pueblo de una
compañía de music hall. Fue
un logro la dirección escénica de Amelia Ochandiano
que supo dar agilidad y
ambiente, encontrando una
estupenda
colaboración
actoral encabezada por Jesús
Castejón, al que se unió una
lucida actuación de Johana
Jiménez en una escena como
la de los tientos en tiempo
de tanguillo: “Como los railitos del tren… tó seguío…, tó
seguío…”, con el cuarteto de
beatas y el sacristán pianista,
Cipriano Lodosa. Ayudó también la colorista escenografía
de Andrea D’Odorico.
Completó el espectáculo
en su segunda mitad, una
obra siempre querida, respetada y esperada por ser sainete de lo popular y del casticismo, una obra cumbre del
género chico que en su día se
ganó fama legendaria, estrenada once años antes, y que
nos cuenta los amores de una
coqueta barriobajera que
vuelve locos a los hombres y
que la llaman La revoltosa. No
resultó tan brillante su desarrollo y escenográficamente
no añadía nada nuevo a los
habituales decorados realistacostumbrista. La dirección
escénica aquí fue manejada
con corrección, destacando
actores como Luis Varela que
supo dar verosimilitud y
maneras al personaje de
Cándido. No hubo buen
encaje en el dúo por parte del
barítono
Juan
Jesús
Rodríguez y la soprano María
Rodríguez, que en esta ocasión no encontró la afinación
precisa. Se echó de menos
unas vistosas guajiras a cargo
de Cristina Faus con buena
voz de mezzo. Acertada la
dirección musical del mexicano Enrique Diemecke que
supo transmitir, a través de la
Orquesta de la Comunidad y
el Coro del Teatro, las páginas
musicales de ambas partituras, con la ligereza y chispa
precisas para la primera y
emoción, intensidad y sentimiento para la segunda, descubriéndonos la riqueza de
cada una de ellas, hecho que
no siempre se consigue.
Manuel García Franco
35
AC T U A L I DA D
MADRID
Operadhoy
PARADOJA RÍTMICA
Madrid. Teatro Albéniz. 25-VI-2007. Drumming Oporto. Director musical y de escena: Miquel Bernat. Reich, Drumming.
E
l
grupo
Drumming
Oporto, dirigido por
Miquel Bernat, era sin
duda el más apropiado para
la presentación en Madrid de
una de las obras más emblemáticas del americano Steve
Reich: Drumming, entre
otras cosas y obviando su
indudable calidad, por el trabajo desarrollado por Bernat
en Bélgica con la coreógrafa
Anne Teresa de Keersmaeker,
sin duda una de las artistas
que mejor ha comprendido la
trascendencia de Reich para
los lenguajes artísticos contemporáneos.
Esta compleja pieza fue
precedida, a modo de prólogo y presentación de los
intérpretes, por Music for pie-
ces of wood, una reducción
en unos minutos de duración
y con el timbre de las claves
del espíritu del Drumming.
Si bien está claro que no
podemos hablar de ópera,
pese a que cerrara el ciclo
operadhoy en el Teatro
Albéniz, sin lugar a dudas la
puesta en escena potenciaba
y completaba la música con
una magistral iluminación y
concepto escénico del joven
artista portugués David
Sobral.
Una hora de variaciones
sobre una célula rítmica,
base
conceptual
de
Drumming, se convirtió en
una experiencia sonora para
todos los presentes, alcanzando en algunos momentos
MIQUEL BERNAT
una intensidad casi hipnótica
con la fuerza de la percusión. La precisión técnica de
los nueve percusionistas del
Drumming Oporto fue sin
duda lo más reseñable de la
noche, ya que las intervenciones vocales y del flautín
de Fátima Serra, Marta Valero
y Stephanie Wagner, pese a
una interpretación correcta,
no tuvieron la presencia y
brillantez esperada por una
sonorización que impedía
recibir algunos matices.
Miquel Bernat ha conseguido con Drumming una
puesta de largo para su grupo que sentimos como nuestro pese a tener su sede en
Oporto y que siempre resulta sorprendente por su gran
solvencia en la resolución de
obras tanto de repertorio
como de nueva creación.
Leticia Martín Ruiz
Brecht traducido
SOBRE TODO, TEATRO
Madrid. Matadero. Naves del Español. 30-VII-2007. Weill, Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny. Antoni Comas,
Mónica López, Teresa Vallicrosa, Constantino Romero, Pedro Pomares. Conjunto instrumental. Director musical: Manuel
Gas. Director de escena: Mario Gas.
E
36
l interés de este espectáculo es sobre todo
teatral. Impresiona esta
puesta en escena de
Mahagonny en el Matadero
en manos de Mario Gas,
uno de los directores teatrales de nuestro país que
entiende de veras lo musical. Pero lo musical no es
aquí lo principal, a la vista
de los resultados. Gas no se
propone hacer nada parecido al Mahagonny que
vimos en la Zarzuela en
1995. Pero Mahagonny es
teatro y es música, es una
auténtica ópera, y si no nos
equivocamos esto constituye su estreno entre nosotros
en nuestro idioma y en su
forma total; a pesar de que
hoy el texto de Brecht resulte lejano, incluso débil en
su vocación epatante.
Desprovista de los
escándalos de su época, de
la aureola de obra perseguida como parábola anticapi-
talista, queda la música desnuda y algo del texto. Es de
esas obras “selváticas” de
Brecht, estilizadas, hijas del
expresionismo, como Baal,
En la jungla de las ciudades,
Tambores en la noche, confusas a menudo, con una
pintura gruesa en las situaciones y caracteres que choca con la poética del verbo
brechtiano, que ha dado
algunos de los poemas
mayores de la lengua alema-
na en el siglo pasado. La
música pierde parte de su
sentido y su sabor mediante
una traducción que no tiene
ni puede tener la prosodia
del original. El Brecht teatral
traducido es plausible. El
Weill cantado sólo a veces es
viable. Da la impresión de
que no es el caso de
Mahagonny. No por culpa
de Feliu Formosa, traductor
experimentado y acreditado,
sino porque hay músicas que
no están hechas para ciertas
prosodias.
Mario Gas es un director
de vocación brechtiana. Su
montaje de La ópera de perra
gorda de 1984, en catalán y
en castellano, es legendario.
La fiesta Brecht en el Albéniz
de Madrid, en 1998, cuando
el centenario, fue para los
que estábamos allí algo inolvidable. Ha montado también
Madre Coraje, más otros
espectáculos con toque
brechtiano. Ahora se ha
embarcado en este proyecto
ambicioso, con un despliegue
de medios extraordinario,
pero muy bien aprovechados
en ese nuevo espacio escénico del Matadero de Madrid.
Felizmente, se rescatan y fundan teatros, frente a la piqueta que ha terminado con
otros. Cómo mueve, cómo
planifica, cómo dirige Mario
Gas a los actores. Hay un texto desentrañado, hay espectáculo, hay teatro de buena ley.
AC T U A L I DA D
MADRID
Ciclo de Grandes Voces
LOS PELOS DE PUNTA
Javier del Real
Madrid. Teatro Real. 21-VII-2007. Plácido Domingo, tenor;
Ana María Martínez, soprano. Orquesta Sinfónica de Madrid.
Director: Jesús López Cobos. Obras de Gluck, Haendel,
Massenet, Gounod, Wagner, Verdi, Moreno Torroba, Chapí,
Serrano, Soutullo y Vert, Sorozábal, Penella y Lehár.
P
lácido en Madrid es
mucho más que un concierto. Ponerse a enumerar las facultades y habilidades del cantante, a esta altura
de su vida, resulta superfluo.
Hay sobre todo un plantel de actores que saben cantar y que salvan con sabiduría el escollo de la prosodia.
El espacio escénico es tan
amplio, tan panorámico, que
las voces tienen que usar
megafonía.
Impresionan
Mónica López y Teresa
Vallicrosa, cuyos cometidos
saben a poco, quisiéramos
que Jenny y Leokadja tuvieran más papel. Qué fuerza
tiene Mónica, y qué manera
de moverse, qué ballet el
suyo. Sale muy airoso Antoni
Comas, tenor lírico al que
aquí se le piden “heroicidades” concretas. Constantino
Romero canta y no lo hace
nada mal, y su voz poderosa
de actor es compañera inseparable de su sensacional
sentido de la comedia y de
la farsa. No podemos mencionar todo este espléndido
conjunto de actores y cantantes, pero no nos podemos
olvidar de Pedro Pomares,
que forma con Constantino
la pareja de payasos siniestros. Queda la orquesta, de
casi cuarenta instrumentistas,
dirigida por sabiduría por
Manuel Gas. Un acontecimiento, con todo.
Sí, en cambio, cabe reiterar el
asombro que sigue produciendo su lozanía vocal: timbre fresco, vibrato controlado,
aliento, volumen, resistencia a
un programa generoso que
osciló entre páginas de barítono y tenor, Orfeo, el Cid,
Siegmund, Otelo y zarzuelas
varias. Entre éstas, los dos
personajes masculinos de
Luisa Fernanda y el Leandro
de La tabernera del puerto,
capaz, como siempre, de
poner los pelos de punta aun
a los calvos. Tal fue la furia
admirativa del público, que se
añadieron cuatro propinas, un
vibrante dúo de El gato montés y el vals de La viuda alegre, que los artistas bailaron y
la platea acompañó a bocca
chiusa. Una lluvia de flores,
que Plácido recogió con
paciencia de abuelo travieso,
cientos de espectadores de
pie y una suerte de mitin
improvisado en la terraza del
Real completaron esta suerte
de fiesta ciudadana que significa Plácido, mejor dicho, que
significan su encantamiento
sonoro, su perpetua y endemoniada juventud, su entrega,
su dominio de las tablas y su
laboriosidad.
La debutante Martínez
fue un correcto complemento del festival placidísimo y
se entusiasmó en los dúos, al
calor de tan carismática compañía. López Cobos, como
siempre, estuvo certero,
enterado, voluminoso.
Santiago Martín Bermúdez
Blas Matamoro
37
AC T U A L I DA D
OVIEDO
Emilio Sagi diseñó una atractiva y amena gala
PREMIADOS DE
EXCEPCIÓN
carlospictures
Teatro Campoamor. 1-VII-2007. Gala de entrega de los
Premios Líricos.
PRIMER CONCIERTO
SEGUNDO CONCIERTO
23 de Septiembre de 2007
Orquesta de Cuerda SIC
30 de Septiembre de 2007
Concierto de Piano
René Mora (Guitarra)
Director: Sebastián Mariné
Francisco José Segovia
TERCER CONCIERTO
CUARTO CONCIERTO
7 de Octubre de 2007
Cuarteto Areteia
14 de Octubre de 2007
Concierto de Violín
Alfredo García (Violín)
Chema García (Clarinete)
Víctor Gil (Violonchelo)
Elena Aguado (Piano)
Manuel Guillén
Obras escritas y dedicadas a
Manuel Guillén
QUINTO CONCIERTO
SEXTO CONCIERTO
21 de Octubre de 2007
Concierto de Electroacústica
28 de Octubre de 2007
Concierto de Música Vocal
Alicia Molina (soprano)
Ana Vega Toscano
(recitadora y piano)
Irene Villar (actriz)
Adolfo Núñez (electrónica)
Grupo Vocal Siglo XXI
Director: Manuel Dimbwadyo
Proyecto eLe
Director: José Manuel Gil del
Valle
EL BOSQUE INTUIDO [concierto
para voces y electrónica]
En nuestra página web
www.festivaltrescantos.com
encontrará todos los datos relativos al programa de este
año
38
OVIEDO
M. Cantarero, P. Domingo, M. Freni, Carlos Álvarez y J. M. Zapata
La segunda gala de entrega de los Premios Líricos
Teatro Campoamor ha
resultado ser espectacular
en el continente y en el
contenido. En el futuro se ha
de seguir mejorando, pero lo
que ahora toca es regodearse
en el éxito presente, que si
por algo pasará a la historia
es por dos aspectos fundamentales: la brillantez de la
propuesta escénica de Emilio
Sagi, que al final no salió a
saludar, cediendo protagonismo a los premiados, y la
presencia de los propios
galardonados, entre los cuales se encontraban grandes
estrellas de la lírica, algunos
de ellos verdaderos mitos
vivientes. Mirella Freni,
Plácido Domingo y Zubin
Mehta, dotaron a la gala de
un atractivo evidente de cara
a un público que asistió al
espectáculo absorto y de
rodillas, pero en absoluto
mudo.
Hubo
participaciones
para el recuerdo como la de
Carlos Álvarez interpretando
una romanza de La del soto
del parral, con su contundencia vocal característica y
una especial motivación y
acierto interpretativo. Álvarez
hizo las veces de presentador junto con los maestros
de ceremonias de la ocasión,
Mariola Cantarero y José
Manuel Zapata, que cantaron
mucho y bien durante toda
la gala, de dos horas de
duración. Estuvo mejor ella
que él, algo destemplado en
alguna pieza.
Dirigió con profesionalidad David Giménez Carreras
a una Orquesta Sinfónica
Ciudad de Oviedo que argumentó diligencia, y un plus
de calidad cuando subió al
atril Zubin Mehta, para
acompañar la soberbia y abisal voz de Matti Salminen. La
gala hubiese agradecido más
ensayos, así como unas
mejores prestaciones del
Coro de la Capilla Polifónica,
pero el resultado general no
defraudó, dejando varios
momentos espléndidos: la
actuación de Millán Salcedo,
extraordinario actor-cantante
de gran comicidad, la dulzura y belleza de la línea de
canto de Fiorenza Cedolins y
el homenaje a Mirella Freni.
Al igual que la diva italiana,
Domingo no cantó, pero la
presencia de una de las personalidades mundiales más
influyentes de la ópera fue
suficiente para deleitar al
público. Su glosa de las virtudes de Mirella Freni, previas a la entrega del premio a
toda la trayectoria de la italiana, fue otro de los
momentos de mayor interés
de la velada.
Aurelio M. Seco
AC T U A L I DA D
SANTIAGO / TENERIFE
Festival Via Stellæ
CALIDAD CONFIRMADA
SANTIAGO
El Festival Via Stellæ, que
se desarrolla en Santiago
y en otros lugares de
Galicia situados en los
diversos caminos que
conducen a Compostela,
confirma haber alcanzado el nivel de excelencia. A
los trece primeros conciertos
principales, hay que añadir
otros casi diarios sobre
media hora de duración que
tienen lugar en diferentes
patios o claustros del casco
histórico y contribuyen a
crear el típico ambiente de
festival.
En el inaugural, Simone
Kermes
con
la
Real
Filharmonía dirigida por
Alessandrini dio un audaz
recorrido por cinco de las
más notables y difíciles arias
de operas de Mozart, que
cantó en orden cronológico
inverso, llegando a lo mejor
cantado con Ah, se il crudel
periglio (Lucio Silla) y particularmente con el bonus
haendeliano Piangeró la sorte mia. Al día siguiente,
Dumestre y su reputado conjunto Le Poème Harmonique
nos obsequiaron con una
desconocida exquisitez, el
Orfeo dolente de Domenico
Belli, siguiente eslabón al de
Monteverdi en la cadena
musical órfica. Dos magníficos contratenores, Dumaux y
Cencic, ofrecieron una buena
muestra de sus diferentes virtudes en sus respectivos conciertos: Dumaux con cantatas italianas de Haendel y
Cencic con cantatas de D.
Scarlatti, menos conocidas
pero más exigentes. Deslumbrante Stefano Montanari
en las Sonatas op. 5 de
Corelli, con una Follia de
locura y esa sensación final
Javier del Real
3-VII-2007. Simone Kermes, soprano. Real Filharmonía de Galicia. Director: Rinaldo Alessandrini. Mozart. 4-VII-2007. Le Poème
Harmonique. Director: Vincent Dumestre. Belli, Orfeo dolente (versión de concierto). 5-VII-2007. Christophe Dumaux, contratenor.
Pulcinella Ensemble. Cantatas de Haendel. 6-VII-2007. Max Emmanuel Cencic, contratenor; Aline Zylberajch, clave. Caldara, D.
Scarlatti, Albero, Ferrer y Soler. 7-VII-2007. Octavio Vázquez, piano; Cristina Pato, piano; Evgeni Moriatov, violín; Carlos García
Amigo, violonchelo. Obras de Octavio Vázquez. 8-VII-2007. Stefano Montanari, violín. Accademia Bizantina. Corelli, Sonatas. 10VII-2007. Il Giardino Armonico. Director: Giovanni Antonini. Vivaldi, Guerrieri, Castello, Buonamante y Telemann. 12-VII-2007. The
English Baroque Soloists. Coro Monteverdi. Compañía de Danza Roussat Lubek. Director: John Eliot Gardiner. Campra, Réquiem.
Obras de Rameau. 13-VII-2007. Orquesta Sinfónica de Galicia. Director: Víctor Pablo Pérez. Bruckner, Séptima. 14-VII-2007. Sophie
Daneman, soprano; Julius Drake, piano. Haydn, Mozart, Gounod, Fauré, Poulenc y Porter. 14-VII-2007. Lautten Compagney Berlin.
Capella Angelica. Director: Wolfgang Katschner. Purcell, King Arthur (versión de concierto). 16-VII-2007. Roberta Invernizzi,
soprano; Romina Basso, mezzo. Orquesta Barroca de Venecia. Haendel, Vivaldi y Giacomelli.
40
JOHN ELIOT GARDINER
sustitución
de
Andrea
Marcon, fue de los que
echan chispas. Roberta
Invernizzi y Romina Basso,
soberbias en estilo y emisión, tanto en las arias como
en los dúos de Vivaldi,
Haendel y Giacomelli, con la
orquesta al mismo nivel.
Las incursiones en compositores posteriores al período clásico, tuvieron también interés y gran calidad,
como ocurrió en la segunda
José Luis Fernández
Kantorow, Jia
PEQUEÑAS
INDAGACIONES
Santa Cruz. Auditorio. 1-VI-2007. Orquesta Sinfónica de
Tenerife. Director: Jean-Jacques Kantorow. Obras de Mozart
y Weber. 8-VI-2007. Valentina Igoshina, piano. Director: Lü
Jia. Obras de Satué, Rachmaninov y Schumann.
La batuta de JeanJacques Kantorow llevó
al Auditorio de Tenerife
dos de esas composiciones tempranas del
Mozart afrancesado, al
que estamos pocos acostumbrados, cuyas obras
nos devuelven la imagen
TENERIFE
de no haberlas escuchado
nunca antes. Inolvidable fue
el doblete ofrecido por
Gardiner, su orquesta y su
prodigioso Coro Monteverdi:
al Réquiem de Campra en
una iglesia siguió dos horas
después en el Auditorio un
concierto dedicado a obras
de Rameau, en el que también participó la Compañía
de Danza Roussat Lubek. Un
alarde de programación y de
ejecución por parte de todos:
orquesta, coro, solistas del
coro y el delicioso conjunto
de danza. Dos días más tarde, la Lautten Compagney y
la Capella Angelica tuvieron
que luchar contra el recuerdo de los ingleses en el King
Arthur de Purcell, pero salieron airosos. Excelente también lo ofrecido por dos
célebres conjuntos italianos,
Il Giardino Armonico y la
Orquesta
Barroca
de
Venecia. El primero centrado
en Vivaldi y en el que destacaron dos conciertos para
flauta dulce y uno para flautín que interpretó su director,
Giovanni Antonini, respondiendo al esperado nivel de
calidad. Pero el de la orquesta veneciana, al mando de su
concertino Luca Mares en
parte del recital de Sophie
Daneman con canciones de
varios compositores que
siguieron a una muy buena
Arianna a Naxos de Haydn,
acompañada por el estupendo pianista Julius Drake. Y
cómo no, Víctor Pablo Pérez
volvió a ofrecer una magnífica
muestra
del
gran
Bruckner que siempre ha
hecho, esta vez con la
Sinfonía nº 7 al frente de la
Sinfónica de Galicia, aunque
su sonido, particularmente el
de los metales, estuvo un
tanto perturbado por la
reverberante acústica de la
iglesia en que se celebró. De
Galicia es también Octavio
Vázquez, joven compositor
residente en Nueva York, del
que pudimos escuchar, entre
otras cosas, su trabajadísimo
Trío para piano, violín y violonchelo,
encargo
del
Proyecto Guernica 2006.
del mundo superficial de los
salones de palacio. En el
Concertone para dos violines,
el propio director y Mauro
Rossi recrearon, en la confluencia de notas de la obra,
una apacible y compacta
conversación
sonora.
Posteriormente, Kantorow
AC T U A L I DA D
VALLADOLID
Logros y cuestiones pendientes
FIN DE FIESTA
J. Edelstein
VALLADOLID
Auditorio. 8-VI-2006. Jian Wang, violonchelo. Orquesta Sinfónica de Valencia. Director: Yaron Traub. Obras de Dvorák,
Debussy y Ravel. 14-VI-2007. Julian Rachlin, violín. Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Director: Alejandro Posada.
Obras de Schumann y Mahler. 10-VI-2007. Simon Trpceski, piano. Obras de Haydn, Beethoven y Chopin. 21-VI-2007.
Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Ton Koopman, solista y director. Tini Mathot, clave. Obras de C. P. E. Bach y Haydn.
23-VI-2007. Cuarteto Aron. Obras de Haydn, Korngold y Schubert. 28-VI-2007. Orquesta Sinfónica de Castilla y León.
Dimitri Sitkovetski, solista y director. Obras de Mendelssohn y Beethoven. 5-VII-2007. Vahid Khadem-Missagh, violín
Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Director: Paul Goodwin. Obras de Nielsen, Chaikovski y Dvorák. Festival
internacional de piano. 14/17-VI-2007. Edward Neeman, Xu Han, Sofia Melikyan, Ping Yang, Ren Zhang y Yukiko Akagi.
La orgía musical de estos
meses terminó. Quedan
algunas preguntas sobre
el Auditorio. ¿Por qué un
espacio para la Orquesta
tan reducido? ¿Qué pasa
con los defectos de construcción tan ostensibles?
¿Se mejorará el transporte
público y se inaugurarán los
aparcamientos para la próxima temporada? Ente tanto,
conciertos múltiples y de
general
buena
calidad,
incluido un Festival para
jóvenes pianistas que presenta a las posibles figuras del
futuro. Seis pianistas, ( Japón,
China, Armenia, Austria,
USA), con programas variados desde Scarlatti a
Dutilleux y Mompou, con la
presencia de todos los grandes, demostraron que en técnicas y expresión hay gente
que ya puede decir algo
importante.
Decepcionante actuación
de la orquesta valenciana.
Descompensado el Concierto
de chelo de Dvorák, un tanto
rígido El mar y mucho mejor
La valse, con justeza y atmósfera conseguidos. Habrá que
ver de nuevo a Yaron Traub
en otro repertorio.
El Concierto de violín de
Schumann es obra menor, un
tanto gris, con bellos
momentos aislados como el
Andante. Rachlin lo hizo
bien pero luchó para imponer su sonido ante la densa
orquestación. Buena versión
de la Primera mahleriana,
con claridad expositiva y brillantez en el movimiento
final. La orquesta respondió
para conseguir el equilibrio
cuerda-metal necesario.
Concierto
de
piano
excepcional el de Simon
Trpceski. El joven artista
macedonio lució un sonido
exquisito en las obras chopinianas y los Valses de
Schubert-Liszt, en una visión
que atendió a la musicalidad
sobre la espectacularidad y
llegó a lo antológico en las
Images de Debussy, que
parecían soñadas y vividas a
la vez. Cuatro regalos certificaron el gran éxito.
Lo más importante de
Ton Koopman fue la consecución de un dominio equilibrado y de magnifica cualidad sonora en obras barrocas de C. P. E. Bach, no muy
habituales para la orquesta, y
en la Sinfonía nº 100
“Militar” de Haydn. Un concierto terapéutico, si así puede llamarse, de esos tan
necesarios para las orquestas
sinfónicas. Haydn excelente
en concepción, tal vez un
poco rígido y el hijo de
Bach, perfecto.
La magia del cuarteto.
Desigualdad en Haydn, fuerza y pasión en el magistral
La muerte y la doncella, sorpresa ante el Cuarteto nº 2
de Korngold, sobre todo en
con su preciso y hermoso
sonido de violín mostró la
mesura y cortesía sencilla del
Concierto nº 2 para violín y
orquesta. Lejano de la moda
galante pero también de la
expansión romántica, encontró un lugar equilibrado para
la interpretación de la
Sinfonía nº 1 de Weber.
El segundo concierto de
junio comenzó con Líneas de
fuerza de Carlos Satué bajo
la dirección de Lü Jia. Los
procesos relacionados con
los fractales aplicados a la
música se convirtieron en
esta ocasión en una corriente trepidante de sonidos que
mantuvo sin tregua una gran
tensión e inquietud anímica.
De otra realidad se impregnó
el Auditorio con las armonías
de inspiración decimonónicas de la Rapsodia sobre un
tema de Paganini, donde
Valentina Igoshina asumió
con gran soltura, aunque con
falta de proyección pianística, el carácter vivo y contrastante de las variaciones de la
obra. Para finalizar el programa, Lü Jia nuevamente conquistó al público en una brillante actuación con la
Sinfonía nº 4 de Schumann.
Del equilibrio elegante y
la forma precisa de la interpretación de Mozart de
Kantorow al desconcierto de
Líneas de fuerza; y de la
transparencia del fraseo y las
armonías que presagian vuelos románticos de la Sinfonía
nº 1 de Weber a la energía
más plena de la Sinfonía nº
4 de Schumann en la batuta
de Lü Jia. Tomada en conjunto, la audición de las obras
de estos conciertos permite
indagar en los juicios y valoraciones estéticas que del
hecho musical hacemos. En
este recorrido sonoro, hemos
asistido con la exquisita factura formal de las obras de
Mozart al establecimiento de
la estructura y el sistema
tonal,
con
Wcber
y
Schumann a la evolución
hacia la consolidación y las
posibilidades de desarrollo
de dicho sistema, con la
SIMON TRPCESKI
el inspiradísimo tercer tiempo (¿toque del lied de
Marieta de La ciudad muerta?). Versión magnifica de los
componentes del Aron.
Regular
versión
del
Concierto para violín de
Mendelssohn, con buenos
momentos, sobre todo en el
primer tiempo. Tocar el violín y dirigir a la vez tiene
problemas, mucho mejor la
rotunda visión de la Octava
beethoveniana de Sitkovetski
en forma desde una personal
concepción de la obra.
Discreto concierto de
clausura. Un violinista joven,
Vahid Khadem-Missagh, con
momentos de gran expresividad en el Concierto de
Chaikovski,
regularmente
acompañado. La obertura
Helios de Nielsen es obra de
oficio y la Quinta de
Dvorák, con un espléndido
Andante, preludió las grandes obras de su autor.
Versión de oficio con puntos
de interés.
Fernando Herrero
Rapsodia sobre un tema de
Paganini de Rachmaninov
al debate contemporáneo
sobre las corrientes musicales conservadoras o su relación con las músicas empleadas en la industria cinematográfica, mientras que
Satué nos situó en la posmodernidad, al reflejar su
obra la ruptura con los
patrones compositivos clásicos que conformaron nuestros conceptos de lo bello y
del goce estético.
Así pues, interpretaciones que conceden la posibilidad de transitar por distintas realidades.
Carmen D. García González
41
AC T U A L I DA D
Opereta sin sonrisas
BALLET DE DICTADORES
Monika Rittershaus
Komische Oper. 1-VII-2007. Lehár, El país de las sonrisas. Tatjana Gazdik, Stephan Rügamer.
Director musical: Kirill Petrenko. Director de escena: Peter Konwitschny.
Tatjana Gazdik como Lisa y Stephan Rüganer como el Príncipe Sou-Chong en El país de las sonrisas de Lehár
Con un grupo de enmascarados inmóviles y sonrientes
abrió
Peter
Konwitschny su nueva
puesta de El país de las
sonrisas de Lehár en la Ópera
Cómica. Con ella se despidió
Kirill Petrenko de la dirección
general ejercida durante cinco años y volvió a mostrar su
extraordinario rango en el
podio. Mimó las melodías,
coloreó los timbres y señaló
acertadamente los quiebros.
Agresiva, salvaje, pomposa,
su orquesta se rozó con
Puccini y con Berg. Nos
recordó que Lehár fue contemporáneo, asimismo, de
Strauss,
Korngold
y
Shostakovich. Su fuerza trató
de contagiar a los cantantes.
Tatjana Gazdik hizo una Lisa
débil de voz y poco sonora
de registros. Sólo al final, en
el dramático Ich möchte wieder einmal die Heimat sehen
resultó creíble. Defectuoso
fue el Príncipe de Stephan
Rügamer, refinado tenor líri-
BERLÍN
INTERNACIONAL
ACTUALIDAD
ALEMANIA
42
co, demasiado impetuoso y
corto. Sin brillo ni luz, sus
medios carecieron de efecto y
sonaron retaceados, en especial durante su famosa Dein
ist mein ganze Herz. Nada
tuvo que ver con la concepción de Konwitschny que, al
final lo convirtió en víctima
de dos oficiales secretos asesinos, contra lo dicho en el
libreto. Más evidente fue la
intención del regista en el
ballet donde aparecieron
danzando una cantidad de
dictadores históricos, de Julio
César a Bush, pasando por
Napoleón, Mao, Hitler, etc.,
mientras, al fondo, una pantalla de vídeo mostraba escenas
de guerra. La grotesca coreografía se debió a Enno
Markwart. Al empezar el tercer acto se introdujo el minidrama de Heiner Müller
Pieza de corazón, recitado
por numerosas coristas rodeadas de extranjeros, apátridas
y afines de todas partes.
Konwitschny quiso denotar
su concepción de la obra: dos
seres humanos incapaces de
aunar sus vidas por sus diferencias culturales.
La escenografía de Jörd
Kössdorf resultó sorpresivamente convencional: una
Viena de opereta, incluido el
busto de Johann Strauss, una
pintura con escenas de vals,
maquetas de la catedral y el
Prater. Parecida solución
tuvo el palacio pekinés del
Príncipe, rojo y con puertas
de celosías, atravesado por
obreros con jardineras azules. El resto del vestuario de
Michaela Mayer-Michnay es
histórico y suntuoso. La
escena del matrimonio se
jugó como un cortejo fúnebre, regido por el Príncipe
látigo en mano. El dúo cómico estuvo a cargo de dos
excelentes comediantes y
cantantes, Karen Rettinghaus
y Tom Erik Lie, vestidos de
esquimales.
Bernd Hoppe
AC T U A L I DA D
MADRID
ALEMANIA
Música Britannica II
DRAGONES Y HÉROES
POTSDAM
Marx10
Potsdam Sans Souci. Schlosstheater. 24-VI-2007. Lampe, The Dragon of Wantley. Joana Seara, Daniel
Auchincloss, Tamsin Dalley, Michael Bundy, Nicholas Warden. Akademie für Alte Musik, Berlin. Director musical:
Gary Cooper. Director de escena: Jack Edwards.
Fue The Dragon of
Wantley de John Frederik
Lampe una de las más
populares óperas burlescas del XVIII inglés pero
hoy resulta algo desconocida. Data de 1737 y
ha sido exhumada en coproducción con la Opera
Restor’d. Cuenta la historia
del matador de dragones
Moore of the Moore, encargado de librar a Wantley de
la bestia y premiado con la
mano de Margery. Su antigua
amante Mauxalinda estalla
de celos y da lugar a un efectivo dúo de prime donne. El
viejo maestro Jack Edwards,
ya consagrado en el Boston
Early Music Festival convirtió
la escena en el culmen de la
noche, haciendo evolucionar
a las sopranos como bailarinas, rodeadas de forofos y
dando inacabables cadencias
de coloratura. Todo el espectáculo estuvo marcado con
Escena de El dragón de Wantley de John Frederik Lampe
poses pomposas y estatuarias, propias del barroco. El
vestuario de Ashley Shairp
colaboró con sus crinolinas
tachonadas de flores y hojas.
Moore salió con zapatos
deportivos de plataformones,
coraza barroca y larguísima
cola de felino. Su cráneo de
tigre y sus actuaciones grotescas, caricatura del héroe
dieciochesco, dieron a su
lucha con el dragón un enorme efecto hilarante. Por el
contrario, la música, subrayando lo risible, es seria,
majestuosa, heroica, a veces
francamente emotiva.
La soprano Joana Seara, con
voz colorida de bello lirismo,
y Daniel Auchincloss, contratenor de hermoso timbre y
dramática expresión, dieron
relieve
a
sus
partes.
Valiéndose, sobre todo, del
canto hablado y del chillido,
la mezzo Tamsin Dalley
resolvió eficazmente su
Mauxalinda. Sus brujeriles
pantomimas resultaron impecables. Sólidos y autorizados,
los dos bajos Michael Bundy
(padre de Margery) y
Nicholas Warden (doblete:
Dragón y Servidor), completaron altamente el reparto. La
Academia de Música Antigua
de Berlín, dirigida por Gary
Cooper, garantizó la rítmica y
el drama de la pieza, desde
la obertura, escenificada en
un teatro de miniatura por
unas marionetas. Siguió una
fiesta de colores tímbricos,
remarcados, aquí y allá, con
oportunos y decididos acordes. El público celebró la
velada con entusiasmo.
Esperemos que esta rareza
pase pronto a CD.
Bernd Hoppe
Romanticismo de pura cepa
ÓPERA DE CÁMARA EN EL CASTILLO
RHEINSBERG
30-VI-2007. Tobias Haaks, Rainer Scheerer, Doris Valeskini, Sara Anderson. Orquesta del Estado de Braunschweig.
Director: Jonas Alber. Weber, Der Freischütz (versión de concierto).
El mal tiempo obligó a
cancelar la representación de la romántica Der
Freischütz en el castillo
de Rheinsberg, escenario
natural ideal para tal
obra. La representación,
coproducida por la Ópera de Braunschveig, debió
alojarse en una sala contigua,
donde las voces podían oírse
sin megafonía. Resultaron, en
parte, cualificadas y maduras, no obstante su juventud.
Así Tobias Haaks lució su
rico material de tenor, en
particular durante el terceto
del primer acto O, diese
Sonne! También se impuso
su voz en la gran escena
solista, vehemente en el recitativo y bella, fluyente y
generosa de fraseo en el aria.
En el final, la oprimente
duda, el desesperado recuerdo de Ágata y la quiebra
existencial del poder heroico, fueron resueltos con
plasticidad. Asimismo en los
diálogos consiguió el artista
ser verosímil y expresivo al
describir el conflicto de su
personaje. Le dio la réplica,
con la misma nobleza, Rainer
Scheerer en una muy inteligente interpretación de
Kaspar. Con gestos y ademanes fue envolviendo al sombrío muchacho cazador, de
modo inusualmente expresivo, dando la impresión de un
hortera jovial y, a la vez,
fuertemente
enigmático.
Algo débil de ataque sonó su
brindis, pero amenazante la
siguiente escena Schweig!
Fenomenal altura alcanzó la
secuencia del fundido de las
balas: Haaks y Scheerer desplegaron una tensión que
cortaba el aliento en este
espantoso encuentro. Amplia
y desesperada resonó la
Anita de Doris Valeskini, una
soprano lírica con cortantes
acentos que ejemplificó perfectamente su parte. Sara
Anderson tiene un oscuro
timbre mas logró expresar lo
soñador, melancólico y velado del ser de Ágata. Plena de
intimidad y resuelta con un
tembloroso júbilo fue su
Leise, leise. Algo ruda, empero, y no justa de entonación
se escuchó su cavatina.
Inferior nivel tuvieron los
roles secundarios. Siegfried
Pokern como Kilian mostró
poca sustancia y expresión
baritonales al dar volumen.
Jae-Won Yang fue un Kuno de
sólido canto pero de vacilante
prosa. Mario Klein mezcló en
su Ermitaño autoridad y grosería. Malte Roesner estuvo
vocalmente escaso en Otokar.
Imperioso y de hermosa
sonoridad, el coro dirigido
por Georg Menskes. Llena de
vitalidad, con rica paleta de
timbres y efectos dramáticos
acentuados, la Orquesta del
Estado de Braunschweig bajo
la inspirada conducción de
Jonas Alber.
Bernd Hoppe
43
AC T U A L I DA D
ALEMANIA / AUSTRIA
Puccini con cuñas
EL JUEGO DEL AMOR Y DE LA MUERTE
STUTTGART
Sebastian Hoppe
Staatsoper. 23-VI-2007. Puccini, La fanciulla del west. Ki-Chun Park, Natalia Ushakova, Tito You. Director
musical: Shao-Chia Lü. Director de escena: Calixto Bieito.
Como un verdadero
Western Show concibió
Calixto Bieito el primer
acto de La fanciulla del
West: fondo a rayas blancas, rojas y azules, más
un cartel delantero: Texas
Hollywood. Ecos de pistoletazos, humo, blancura de
jabón, una esfera con reflejos
de luces, nos preparaban
para un desfile de muchachas, indios, perros, caballos,
vaqueros y etcétera. A la
izquierda, una tribuna para
los visitantes y, en el centro,
una calle realista con una
tienda de ropa y accesorios.
El sonoro y brillante coro de
la ópera, dirigido por
Michael Alber, hizo de masa
espectadora, con banderitas
a rayas tricolores, lamparillas
y coreando los refranes de
las canciones. El bandido
Dick Johnson entró como un
turista que vino a comprar
vestimenta, aunque lamentablemente el tenor Ki-Chun
Park cantó a la italiana y sin
La fanciulla del west de Puccini en la producción de Calixto Bieito
carisma de Lejano Oeste.
Otra cosa fue la soprano
Natalia Ushakova, dotada de
encanto
cinematográfico.
Vestida con malla y peluca
rubia, estupenda de tipo y de
piernas, entre Marilyn y la
Ekberg, con su aire de trapecista audaz, la cantante rusa
consiguió aclamaciones. En
el acto segundo salió con
vestido plateado y peinada a
lo Milva, y en el tercero, de
cuero amarillo y negro, una
suerte de Juana de Arco de
cómic con una espada de
samurái. Sensible e histriónica en cada caso, mostró una
voz de embate hasta el grito
verista, sin ahorrar penurias
al público. Como sheriff, el
barítono Tito You cantó agradablemente y sin carácter. En
el podio, Shao-Chia Lü condujo en apoyo de todos, dramático de expresión y postimpresionista de timbres.
Dos cuñas metió Bieito a
Puccini. Al terminar el primer
acto, una escena onírica
mostró un contenedor con
cocina y alcoba, donde
Minnie preparó cócteles y
sirvió jalea verde a los hombres. Al acabar el tercero,
Johnson se cortó las venas al
cantar Ch’ella mi creda libero, tras lo cual la muchacha
mató en duelo de espadas a
Rance. Ambos resucitaron y
ocuparon luego las candilejas, en tanto ella huía ante
tamaños horrores. La noche
del estreno, el bufido del
público fue equilibradamente repartido entre los responsables. Stuttgart no habla de
otra cosa.
Bernd Hoppe
El Taller de Opera de Viena presenta Il corsaro
UNA RAREZA VERDIANA
Opernwerkstatt Wien. 13-VII-2007. Verdi, Il corsaro. Natasa Kàtai, Daniela Longhi, Maurizio Graziani, Ivan Inverardi.
Director musical: Tiziano Duca. Director de escena: Stephan Bruckmeier. Decorados: Adolf Frühauf. Vestuario: Marion
Osmann.
VIENA
Ciento cincuenta y nueve
años después del estreno
de la ópera de Giuseppe
Verdi Il corsaro ha llegado
a Viena, finalmente, la primera
interpretación
en
Austria de esta ópera raramente representada. En cualquier caso, la producción no
ha venido por iniciativa de
una de las grandes casas de la
ópera de la capital sino de
una institución privada,
Opernwerkstatt Wien, un
taller de ópera que desde
1998 presenta cada año un
gran montaje operístico, desde Il barbiere di Siviglia y
Don Giovanni hasta Attila,
Ernani o Macbeth. Esta aso-
44
ciación no sólo ha presentado
una orquesta verdiana de 60
músicos, entre aficionados y
profesionales, y un coro de
45 miembros, sino que también ha construido en el patio
del Ministerio de Defensa un
escenario funcional y estéticamente adecuado, que con sus
25 metros de ancho hizo plena justicia a la pieza.
La fama de que esta obra
con libreto de Piave, basada
en el drama en verso de Lord
Byron The corsair (1814), y
estrenada en Trieste en 1848,
se trata de una composición
menor de Verdi pudo ser
rebatida gracias a esta representación, que ofreció la
ópera en su integridad.
Natasa Kàtai, una soprano lírica de agradable timbre
y buena técnica, fue una
muy buena Medora —ese
breve papel que cuenta con
el aria más bella y conocida
de la obra, Non so le tetre
immagini—, Daniela Longhi
hizo una algo esforzada
Gulnara, Maurizio Graziani
un Corrado de hermosa voz
y adecuado estilo, e Ivan
Inverardi un vigoroso Seid.
Tiziano Duca dirigió a la
orquesta, que sólo mostró
algunas ligeras imperfecciones, y al bien preparado coro
con segura técnica y buen
conocimiento de la materia,
resaltando las finezas de la
partitura verdiana y logrando
una magnífica visión de conjunto que fue muy aplaudida.
La compañía fue reforzada por el Conjunto de Danza
AMS, una admirable institución que, en colaboración
con el Ministerio de Trabajo,
ha ofrecido la posibilidad de
intervenir a 25 personas desempleadas que, gracias a la
coreografía
de
Peter
Appiano, ofrecieron con su
entusiasmo un complemento
escénico que de otro modo
hubiera sido imposible de
financiar.
Christian Springer
AC T U A L I DA D
BÉLGICA
Estreno en Lieja de la compleja ópera de Boito
PEQUEÑAS DIABLURAS
Opéra de Wallonie. 19-VI-2007. Boito, Mefistofele. Paata
Burchuladze, Antonello Palombi, Barbara Haverman. Director
musical: Patrick Davin. Director de escena: Jean-Louis Grinda.
Jean-Louis Grinda (nacido en Mónaco), que ha
dirigido la Opéra Royal
de Wallonie desde 1996,
deja Bélgica para hacerse
cargo de la Ópera de Monte
Carlo a partir de la temporada 2007-08. Su sucesor en
Lieja será el italiano Stefano
Mazzonis di Pralafera que
procede de la Ópera de
Bolonia.
Para su despedida, JeanLouis Grinda eligió dirigir
Mefistófeles, la sobrecogedora pero problemática y difícil
ópera sobre Fausto de Arrigo
Boito, una obra que no se
había visto nunca en Lieja, y
en Bélgica desde hacía casi
veinte años. Encargó la dirección musical a Patrick Davin,
el joven y talentoso director
belga que sabe sacar lo
mejor de la Orquesta de la
Opéra Royal de Wallonie, y
que consiguió una precisa y
dramática lectura, con un
lirismo cautivador pero en la
que también, por desgracia,
hubo algunas intervenciones
de los metales bastante débiles, sobre todo en el prólogo,
que por lo demás fue magnífico, en el cielo. El coro
aumentado de la ópera cantó
muy bien, al igual que el
coro de niños y desempeñó
un papel activo en la escena
de Francfort.
Jean-Louis Grinda contó
la historia de forma sencilla y
directa, y los decorados bas-
tante escuetos con unas
sugestivas proyecciones e
iluminación eran de Rudy
Sabounghi. Fausto, Mefistófeles y Margarita vestían
ropa de hoy y Grinda presentó a los burgueses de
Francfort como participantes
del carnaval, pero había
unos rebuscados vestidos y
alrededores que evocaban la
Grecia antigua (Buki Shiff)
para Elena y Pantalis y la
aquelarre clásica.
Con su traje de terciopelo de color burdeos, Paata
Burchuladze fue un elegante Mefistófeles, más irónico
que satánico, que cantó con
su voz de bajo todavía
impresionante pero carente
de matices interpretativos y
vocales. Antonello Palombi
(Fausto), intérprete muy
entregado, tiene una fuerte
voz de tenor con un claro
timbre pero desgraciadamente cantó casi siempre
forte y fortissimo. Barbara
Haver-man interpretó una
Margarita expresiva y conmovedora con una lujosa
voz de soprano y Tiziana
Carraro fue una seductora
Elena. En los papeles menores, Christine Solhosse
(Marta, Pantalis) y Guy
Gabelle (Wagner, Nereo)
estuvieron espléndidos. El
público se mostró muy
entusiasmado.
Erna Metdepenninghen
Direction Gerard Mortier
Orquesta
3.O VIOLIN SOLO :
1 PUESTO Categoría B
5 diciembre 2007
2.O VIOLONCHELO SOLO :
1 PUESTO Categoría B
7 diciembre 2007
SOLISTA DE LOS VIOLINES
SEGUNDOS :
1 PUESTO Categoría A
10 diciembre 2007
VIOLÍNES TUTTI :
2 PUESTOS Categoría D
13 y 14 diciembre 2007
VIOLONCHELO TUTTI :
1 PUESTO Categoría D
17 diciembre 2007
Concurso
año 2007-2008
Coro
Jefe de coro : Peter Burian
ELIMINATORIO :
22 OCTUBRE 2007
1 puesto Alto
1 puesto Contralto
23 OCTUBRE 2007
2 puesto Tenore 2
1 puesto Bajo 2
24 OCTUBRE 2007
1 puesto Bajo 1
FINALE : 25 OCTUBRE 2007
Pianistas
acompañante
LÍRICO PIANISTA
ACOMPAÑANTE :
1 PUESTO
22 y 23 abril 2008
Conception Atalante / Paris – Licence E.S.nos7500239, 240, 241, 242
Jaume Plensa - L’Âme de la Vallée, 2000 - Vallorbe, Suisse - © Jaume Plensa - Photo: Jacques Betant
LIEJA
Paata Burchuladze en Mefistofele de Arrigo Boito
Infomaciónes : www.operadeparis.fr
Direction des formations musicales
120, rue de Lyon – 75012 Paris
tel orchestra y pianistas +33 1 40 01 81 81
tel coro +33 1 40 01 81 82 – fax +33 1 40 01 18 69
e-mail auditionsdfm@operadeparis.fr
45
AC T U A L I DA D
ESTADOS UNIDOS
MADRID
Boston Early Music Festival
BARROCO SIN ADITIVOS
BOSTON
Cutler Majestic Theatre. 16-VI-2007. Lully, Psyché. Carolyn Sampson, Karina Gauvin, Yulia van Doren, Colin Balzer.
Directores musicales: Paul O’Dette y Stephen Stubbs. Director de escena: Gilbert Blin. Coreógrafo: Lucy Graham.
Decorados: Caleb Wertenbaker. Vestuario: Anna Watkins.
46
Si les gusta la ópera
barroca sin aderezos de
ningún tipo, sin muecas,
guiños, codazos o cualquier otro rasgo de condescendencia, entonces
apunten en el calendario en
letra muy grande las puestas
en escena bienales del
Boston Early Music Festival
de las óperas de Lully, o de
sus más o menos contemporáneos. La embocadura del
hermosamente restaurado
Cutler Majestic Theatre, con
un aforo de 1200 localidades,
es el marco perfecto para los
telones de fondo pintados
que en un instante pueden
llevar al público desde el
Olimpo hasta el infierno, y
en la parte superior aún queda espacio suficiente para
que los dioses puedan descender ex machina e inmiscuirse en las vidas de los
desventurados mortales. Los
decorados y el vestuario son
cien por cien de época, y
siempre tan ricamente adornados que tienen aspecto de
haber costado una parte considerable de los fondos reales de Luis XIV. Los cantantes
y bailarines actúan con
mucha elegancia. La orquesta, sentada a lo largo de los
dos lados de lo que parece
ser una mesa de gala, lleva
por el aire los sonidos exóticamente “de época” en un
auditorio ya acústicamente
soberbio; sus vibraciones se
alzan desde los asientos
hacia los espectadores y de
una forma u otra consiguen
tomar vuelo desde lo alto de
las cabezas de los oyentes.
Pero hay otro ingrediente
en las escenificaciones del
festival —algo que las aleja
del polvoriento academicismo y que les infunde con
una vida “autentica” en este
siglo XXI. Es el deleite; el
placer del descubrimiento,
de la interpretación y el
gusto de dejar que una antigua pièce d’occasion vaya
revelando sus maravillas e
Escena de Psyché de Lully en el Cutler Majestic Theatre de Boston
inspire en su público el
encanto. En los dos lados
de las candilejas hay una
alegría palpable.
La atracción principal del
festival de este año fue
Psyché de Lully, como tragédie lyrique, con texto de
Corneille. (Se anunció como
su estreno norteamericano, y
no hay razón para desconfiar). El cuento del mito clásico de Cupido y Psique,
ofrece, al estilo de Haendel,
una espléndida exhibición
para desafiantes prime donne: la inocente, algo engreí-
da y no muy inteligente
Psique y la astuta, presumida
Venus, su reticente suegra. El
Festival mostró estar a la
altura de las exigencias al dar
ambos papeles a dos divas
actuales del barroco: Carolyn
Sampson cantó el papel principal y Karina Gauvin fue la
celosa diosa cuyo intento
mal calculado para que su
rival se llevara su merecido
pone el argumento en marcha. Ambas cantaron magníficamente y sacaron todo el
jugo posible de sus ejemplares interpretaciones. Dentro
C/ Blasco de Garay 47 - 28015 Madrid.
Fax: 91 543 94 74
Tel.: 91 543 94 41
info@elargonauta.com www.elargonauta.com
del sólido reparto, también
fueron dignos de mención
Yulia van Doren en su papel
en el primer acto de Mujer
Afligida, Colin Balzer como
Vulcano en el segundo acto,
Mercurio en el quinto, y
Aaron
Sheehan
como
Cupido adulto y luego como
Apolo en el final divertissement. Presidiendo la prolongada fiesta de canto y baile,
junto con la ahora inmortal
Psique, fue el adorablemente
querúbico y alado Cupido
protagonizado por el joven
Jake Wilder-Smith, que mostró el mismo aplomo que los
cantantes veteranos. Al vincular el escenario y los
espectadores en la mesa de
gala de los músicos, los dos
directores musicales, Paul
O’Dette y Stephen Stubbs,
cada uno por su lado, hicieron más que simplemente
poner el espectáculo en
movimiento, hicieron que se
remontara, revoloteara y
girara sobre unas alas de placer. Pocas veces he visto un
público salir tan feliz después de una representación.
Patrick Dillon
5)-
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AC T U A L I DA D
FRANCIA
Boulez se despide de la ópera
UN PASO DECISIVO
AIX-EN-PROVENCE
Elisabeth Carecchio
Festival. 8/18-VII-2007. Wagner, La walkyria. Willard White, Eva-Marie Westbroeck, Eva Johanssohn, Lili Pasikivi.
Michail Petrenko. Director musical: Simon Rattle. Director de escena: Stéphane Braunschweig. Monteverdi, L’Orfeo.
Ed Lyon, Marie-Claude Chappuis. Director musical: René Jacobs. Director de escena: Roland Aeschlimann. Madrigales.
Director de escena: Arco Renz. Mozart, Las bodas de Fígaro. Director musical: Daniel Harding. Director de escena:
Vincent Boussard. Janácek, Desde la casa de los muertos. Olaf Bär, John Mark Ainsley. Director musical: Pierre
Boulez. Director de escena: Patrice Chéreau.
48
Robert Gambill, Eva-Maria Westbroek y Eva Johansson en La walkyria
Ros Ribas
La apertura en el
arranque de la LX edición del Festival de Aix
del Teatro de la Provenza
refuerza la ya sólida posición de esta cita en el
“planeta festivalero” veraniego de Europa. Capaz
de albergar 1366 espectadores, el edificio está firmado
por
Vittorio
Gregotti (Novara, 1927), que
anota entre su catálogo de
obras el auditorio de Belem
de Lisboa y el Arcimboldi de
Milán.
De revelar las cualidades
acústicas en su doble función de coliseo operístico y
sala de conciertos se encargó
la Filarmónica de Berlín con
su titular, Simon Rattle, al
frente. En primer lugar, con
la segunda jornada del Anillo
wagneriano
coproducido
con Salzburgo, que la
orquesta berlinesa tiene
comprometido engastar aquí
hasta 2009. Walkyria de referencia por el trabajo del foso
y la acertada cuadratura del
reparto, del que destacaron
la presencia física y vocal
como Wotan del bajo barítono Willard White, además de
una poderosa Siegliende
encarnada en la soprano
Eva-Marie Westbroeck, la
desgarrada Brünnhilde (Eva
Johanssohn), la seductora
Fricka (Lili Pasikivi) y un
convincente Hunding (Michail Petrenko), revelando
las limitaciones en determinados pasajes de Robert
Gambil en un Siegmund en
general acertado. Contrastando con tal derroche hedonista, la espartana sobriedad
de la producción, firmada
como el resto del proyecto
por Stéphane Braunschweig,
y con un solo chispazo de
emoción en la escalera al
Walhalla supo a poco.
No fue el caso del Orfeo
monteverdiano coproducido
Escena de Desde la casa de los muertos de Janácek
en 1998 con La Monnaie de
Bruselas, recuperado en el
cuarto centenario del estreno
de esta ópera, considerada la
primera del género. Riqueza
en la propuesta escénica de
Roland Aeschlimann al servicio de dos artífices singulares: René Jacobs, responsable del cometido musical, y
la coreógrafa Trisha Brown a
cargo del movimiento escénico, que convierte en una
danza en que involucra por
igual a coro y solistas. Una
obra maestra recogida en un
premiado DVD con el reparto originario en el que Jacobs
recurrió como Orfeo a un
barítono. Lo mismo que en el
primero de esta reprise. Para
el alternativo que aquí se
comenta, Jacobs contó con el
tenor Ed Lyon, que llevó a
intuir por qué para el documento grabado de esta subli-
me creación prefirió un
registro más grave. Él y la
mezzo Marie-Claude Chappuis (una sutil transmisora
de los papeles de Mensajera,
Esperanza y Música), fueron
los únicos invitados oficiales
a un reparto completado con
solistas de la Escuela
Europea de la Música —
entre ellos la soprano suizocordobesa Anoushka Lara en
una delicada ninfa—, creada
en el seno del festival hace
nueve años. De esa cantera
procedía en su totalidad el
cartel en el Jeu de Paume de
Madrigales, el primer espectáculo que la Escuela lleva
aquí a un teatro convencional. Una propuesta inicialmente adjudicada a Willy
Decker que, en el último
momento, Arco Renz convirtió en concepto escénico de
gusto minimalista para cinco
cantantes, destacando de
ellos el contratenor catalán
Xavier
Sabata
y
la
mezzo francoespañola Amaya Domínguez.
Dentro del capítulo de
platos fuertes, Las bodas de
Fígaro dirigidas por Daniel
Harding, que va tomando el
pulso en esta plaza al espíritu operístico mozartiano,
dejó sabor a indiferencia, por
haber jugado como baza primordial la del nombre del
modista Christian Lacroix,
encargado de vestir con gusto la producción dirigida por
Vincent Boussard, con quien
ha trabajado en ocasiones
anteriores. De un reparto de
cantantes casi adolescentes,
para quienes las dificultades
frente a papeles tan trascendentes como los creados
para este título por MozartDa Ponte, destacaron dos
barítonos: Nathan Gunn, en
un solvente Conde y Giorgio
Caoduro, en un prometedor
Fígaro cuando acabe de
madurar el personaje.
El segundo gran éxito del
nuevo Teatro llegó de la
mano del tándem BoulezChéreau con Desde la casa
de los muertos, que les ha
reunido 25 años después de
la Lulu que consolidó su éxito en la mítica Tetralogía
nibelunga de Bayreuth de
1976-1980. La obra de
Janácek, que ha pasado por
los festivales de Viena y
Holanda, con los que se
coproduce, entusiasmó a los
espectadores que, el día de
su estreno, ovacionaron el
sólido trabajo de creadores e
intérpretes, con Olaf Bär y
John Mark Ainsley a la cabeza y, con especial emoción a
Boulez, que ha elegido este
lugar, esta obra y este
momento para su adiós definitivo a la ópera.
Juan Antonio Llorente
AC T U A L I DA D
FRANCIA
Batiburrillo sonoro
USURPACIÓN
PARÍS
Sébastien Mathé
Opéra Bastille. 26-VI-2007. Kusturica, Sparavalo, Jankovic,
Le temps des gitans. Nenad Jankovic, Ognjen Sucur, Gorica
Popovic, Marijana Bizumic, Dejan Sparavalo, Milica Todorovic.
No Smoking Orchestra. The Carbage Serbian Philharmonia.
Director musical: Dejan Sparavalo. Director de escena: Emir
Kusturica. Decorados: Ivana Protic. Vestuario: Nesa Lipanovic.
50
¿Hasta qué punto de no
retorno las instituciones
musicales deben rebajarse
bajo el falso pretexto de
conquistar nuevos publicos…? Ahora, incluso las más
emblemáticas como la Ópera
de París se dejan llevar por la
demagogia más desmedida.
¿Cómo explicar la elección de
este Temps des gitans presentado a final de temporada en
el “templo del arte lírico francés”, producción de una
comedia musical casi indigna
incluso para un teatro modesto? ¿Cuándo se parará esta
complacencia? Quizá nunca
pero, con toda seguridad, no
va a ser semejante producto
lo que permita al “gran público” descubrir la música.
Emir Kusturica ha atraído
evidentemente a multitudes,
incluso a los políticos. Un
auditorio conquistado por
anticipado, aplaudiendo a
cada momento. ¿Hemos
entrado en una era dominada por los sordos, en todos
los sentidos del término?
Porque, a modo de cultura
gitana y centroeuropea, lo
que destila Le temps des
gitans es un batiburrillo de
world music que no varía
durante ciento cinco minutos, mientras unos cantantes
sin voz y con micrófonos
saturantes se esfuerzan en
actuar sin conseguirlo. Todos
luchan contra dos orquestas
en el foso, con guitarra y
bajo eléctricos obligados de
sonidos chillones.
Ciertamente Kusturica es
cineasta. Excelente, además.
Y su espectáculo lleva el título de uno de sus films más
famosos pero no es director
teatral quien quiere y menos
aún de ópera. Entre el prisma de la cámara y la globalidad de la escena, sobre todo
cuando es tan amplia como
la de la Bastilla, las diferencias son considerables. En
lugar de dirección de actores, lo que consigue el realizador bosnio es un inconmensurable revoltijo agenciado a duras penas. Sólo la
pequeña manada de gansos
que recorre incansablemente
el escenario parece organizada. El resto del reparto deja
estupefacto: no canta sino
que aúlla, no interpreta sino
que acciona pesadamente.
Firmada por tres miembros del equipo, entre ellos
el hijo del cineasta, Stribor
Kusturica, y dos de los cantantes del espectáculo, Dejan
Sparavalo y Nenad Jankovic,
este último autor igualmente
del inverosímil escenario de
esta “ópera punk”, la música
es rudimentaria, derivada de
los hit parades difundidos a
millones por todo el mundo.
En el decorado se encuentran roulottes, scooters, VW
Golf y tractores. Sólo retienen la atención el frontón de
la catedral de Milán y algunos elementos de películas
que invitan al viaje desde
Lombardía hasta BosniaHerzegovina, a los que se
mezclan primeros planos de
Robert de Niro en Taxi
Driver y, como final del
espectáculo, el impensable
Maradona en la final
Inglaterra-Argentina
del
Campeonato Mundial de
1986. El balance de este
Temps des gitans es pobre y
si tales apuestas llegan a perdurar se avecina un sombrío
porvenir para la música.
Bruno Serrou
AC T U A L I DA D
FRANCIA
Recordando a Piaf
DÉBIL STARLETTE
Ruth Walz
París. Palais Garnier. 16-VI-2007. Verdi, La traviata. Christine
Schäfer, Helene Schneiderman, Michèle Lagrange, Jonas
Kaufmann, José van Dam, Ales Briscein, Michael Druitt, Igor
Gnidii, Nicolas Testé. Director musical: Sylvain Cambreling.
Director de escena: Christoph Marthaler. Decorados: Anna
Viebrock. Vestuario: Anna Viebrock y Dorothee Curio.
Jonas Kaufmann y Christine Schäfer en La traviata de Verdi
S
e esperaba con cierta
impaciencia esta Traviata confiada a Christoph
Marthaler. Su aproximación
resulta plausible y tiene la
ventaja de renovar un argumento de verdadera actualidad. Esta adecuación a nuesto tiempo del mito de la
prostituta de corazón puro
no es un actualización stricto
sensu pero intenta, de forma
bastante atinada, exaltar la
perennidad del drama de
Alejandro
Dumas
hijo.
Marthaler se impone como el
hombre de teatro eficiente
que ya demostró ser en
Arabella y Katia Kabanova,
otrogando a cada personaje
una gran verosimilitud.
La acción se engasta en
amplios decorados en los
que puede desplegarse con
comodidad. Si bien es posible discutir algunos tics de la
puesta en escena (desarrollo
en un decorado único, una
triste y vacía sala de fiestas
de una ciudad centroeuropea de los años sesenta, lo
esencial del drama se despliega sobre un escenario
situado al fondo, movimientos coreográficos simultáneamente petrificados y convulsivos, el figurante que descarga su vejiga contra un
pilar, el cortacésped que otro
intenta reparar durante 40
minutos, etc.), el conjunto
termina por conmover.
Christine Schäfer se ase-
meja a Edith Piaf, esa mujercilla tan frágil y tan fuerte
que el cine acaba de recuperar, cuya rabia de vivir es tan
vigorosa como deteriorada
está su salud. Y si la cantante no posee la voz ni el estilo idóneos para cantar Verdi,
emana de su actuación una
emoción y una poesía impresionantes, sobre todo cuando
las luces se apagan y los personajes que la rodean se
detienen mientras ViolettaEdith, iluminada como en
una persecución de musichall, canta sus más profundos sentimientos. Su muerte,
de gran intensidad emocional, está magistralmente
matizada. Sobre el O gioia
final, se desploma como un
pajarillo aniquilado, en
medio de los restos de la
fiesta, muriendo como una
muñeca rota. A su lado,
Jonas Kaufmann otorga a
Alfredo auténtica prestancia.
Su voz es amplia y poderosa
y el timbre sombrío y coloreado. José van Dam decepciona como Germont padre,
cansado en su interpretación
y con voz fatigada. En el
foso, Sylvain Cambreling
dirige con rigor, no exento
de alguna tosquedad, y da lo
mejor de sí en el acto final,
llevando la emoción a su
cumbre sin incurrir en el
sentimentalismo.
Bruno Serrou
51
AC T U A L I DA D
FRANCIA
Un buen trabajo en equipo
BRITTEN EN EL TALLER
Maglioca
París. Théâtre de l’Athénée-Louis Jouvet. 28-VI-2007. Britten,
The Rape of Lucretia. Taller lírico de la Ópera Nacional de
París: Anna Wall, Cornelia Oncioiu, Elisa Cenni, Marie-Adeline
Henry, Ugo Rabec, Wiard Witholt, Igor Gnidii, Johannes
Delhoume. Ensemble de Basse-Normandie. Director musical:
Neil Beardmore. Director de escena: Stephen Taylor.
L
52
a Ópera de París ha presentado los convincentes
resultados del trabajo a
fondo realizado por su
Atelier Lyrique alrededor de
una obra exigente, La violación de Lucrecia de Britten.
En el Théâtre de l’AthénéeLouis Jouvet, sala de arte dramático poseedora de una
temporada de ópera propia
situada a tiro de piedra del
Garnier, se ha presentado
esta producción inteligentemente elaborada por el británico Stephen Taylor, director
del Atelier du Rhin en
Colmar, que domina este tipo
de trabajos. Rebosante de
delicadeza y expresividad, La
violación de Lucrecia es una
obra que presenta dificultades para su representación
pues requiere tacto y finura.
Retomando en 1946 el
mito antiguo de Lucrecia —
la violación de la más virtuosa de las romanas por el rey
etrusco Tarquinio, mito fundacional de la primera
República romana— tratado
ampliamente desde Tito
Livio, Britten y su libretista
Ronald Duncan escogieron
denunciar los excesos de la
guerra y el odio confrontando el mal y la inocencia, el
amor y el deseo, la concupiscencia y la frustración. Tras
el éxito de Peter Grimes, el
compositor británico renuncia a la gran orquesta y a las
exigencias de los grandes
teatros para fijarse en la ópera de cámara y el teatro, con
cantantes que también son
actores. De este poético
libreto resulta una partitura
de excepcional fuerza evocadora que trasciende un tratamiento de la intriga particularmente sofisticado, sobre
todo por la omnipresencia
de un coro reducido a dos
personajes.
Ambientada la acción en
una guarnición de la
Segunda Guerra Mundial, la
producción de Stephen
Taylor, servida con brillantez
por un decorado móvil de
Laurent Peduzzi, es sobria e
intensa. En el foso, algo seco,
el británico Neil Beardmore
dirige con energía y poesía al
Ensemble
de
BasseNormandie que resuelve con
soltura el desafío de una
escritura virtuosística. El
reparto vocal es entusiasta,
desde la bella Lucrecia de la
luminosa mezzo británica
Anna Wall a la Bianca de
Cornelia Oncioiu, pasando
por el Tarquinio consumido
por el deseo del barítono
moldavo Igor Gnidii, el
Collatino ardiente del bajo
Ugo Rabec, el noble corifeo
del tenor bordelés Vincent
Delhoume y la trémula
soprano de Marie-Adeline
Henry, y la juvenil Lucia de
la soprano italiana Elisa
Cenni. Un destacado trabajo
de taller que provoca el optimismo, al servicio de una
música magnética.
Bruno Serrou
AC T U A L I DA D
GRAN BRETAÑA
Resumen de festivales
BAJO LA LLUVIA
GARSINGTON
Grange Park. Holland Park. Garsington. VI/VII-2007.
Festivales de ópera.
Un jardín al estilo inglés,
con champaña y fresas y
para más deleite una ópera, ya es un acontecimiento tan frecuente que
se podría asistir a estos
festivales y comer al aire
libre todas las noches
durante un mes y aún le
quedarán muchos más por
visitar. Glyndebourne marcó
la pauta hace unos sesenta
años y todavía no tiene par.
Algunos de los festivales más
nuevos son el Longborough,
en los idílicos Cotswolds,
que empezó en una pocilga
y ahora tiene su propio teatro y que este año recibió
grandes elogios por sus producciones de Das Rheingold
y Evgeni Onegin. Otro,
Grange Park, un hermosa y
decadente templo del renacimiento griego en Hampshire,
ofreció una animada puesta
en escena de El jugador de
Prokofiev (aunque cuesta
sentir cariño por esta difícil
obra) y la valiente y pequeña
Ópera de Holland Park se ha
atrevido a reponer Lakmé de
Delibes, y más extraño aún
L’amore dei tre re de
Montemezzi.
De todos estos festivales
el más consolidado es
Garsington en Oxfordshire,
una impresionante mansión
de la época de Jacobo I. Este
año ofreció una encantadora
producción a lo porcelana
de Miessen de Il re pastore.
No es una gran obra, pero su
belleza fue resaltada en la
puesta
de
escena
de
Annilese Miskimmon, que
incluyó ovejas de verdad y
fuegos artificiales. Cinco frescas y jóvenes voces cantaron
esta enérgica partitura, dirigida con cariño por Steuart
Bedford. Destacaron Cora
Burggraaf en su papel del
juvenil Amyntas y Lucy
Crowe como la deliciosa
Elisa.
El punto culminante de
Garsington fue Ariadne auf
Naxos de Strauss, dirigido
musicalmente por Elgar
Howarth, con la dirección
escénica de Martin Duncan,
que con mucha gracia colocó la obra en los años treinta. Pero con este tiempo de
lo más lluvioso, la lluvia hizo
estragos. Un cantante resbaló en el escenario mientras
las lluvias monzónicas y los
vientos huracanados compitieron con las voces. El compositor,
Wendy
Dawn
Thompson, demostró un
talento innato para cantar a
Strauss, y tuvo la inmensa
fortuna de estar vestido con
un grueso traje de lana y un
jersey.
Pobre
Elizabeth
Cragg, pequeña, ligera de
ropa y con las rodillas tumefactos, no tuvo tanta suerte
en su papel de la animada
Zerbinetta cuya celestial
coloratura coincidió con la
tempestad más fuerte que
envió Dios. En el papel de
Ariadna, Orla Boylan, escultural y apasionada, elevó su
voz por encima de la
orquesta y las tormentas,
mientras el resto del reparto
ofreció un fuerte apoyo,
incluyendo uno que la lluvia
barrió del escenario. Los
ingleses siempre consiguen
ponerse a la altura de las circunstancias cuando les juega
una mala pasada el tiempo;
colocan sus lonas alquitranadas, se ponen botas altas de
goma y se toman sus ponches. Pero este año, ver una
ópera en el jardín no habría
sido del agrado de todo el
mundo.
Fiona Maddocks
53
AC T U A L I DA D
ITALIA
Nekrosius monta la primera jornada del Anillo de Wagner
DIOSES ARCAICOS
RÁVENA
Teatro Alighieri. 13-VII-2007. Wagner, Die Walküre. John Keyes, Vladimiras Prudnikovas, Anders Lorentzson, Sandra
Janusaité, Nomeda Kazlaus. Orquesta del Teatro Nacional Lituano. Director musical: Jacek Kaspszyk. Director de escena:
Eimuntas Nekrosius. Escenografía: Marius Nekrosius.
Procedente de Vilna ha
llegado al Festival de
Rávena
una
nueva
Walkyria, con dirección
de escena de Eimuntas
Nekrosius, el gran director
lituano que raramente se
implica en el teatro musical.
La bella escenografía de su
hijo, Marius Nekrosius, evoca
un mundo arcaico no definido. Piedras de forma triangular aparecen suspendidas en
lo alto y entre los elementos
escénicos se encuentran
árboles cortados (reducidos
a las raíces y el comienzo del
tronco) que luego se invierten asemejándose a grandes
lápidas con dibujos misteriosos; 18 mimos intervienen
muchas veces en la acción
escénica de maneras diversas, que pueden tener inten-
sa evidencia narrativa (como
al comienzo, cuando se evoca la caza del hombre de la
que huye Siegmund), pero
que más profundamente
sugieren acciones rituales un
poco enigmáticas. La actuación misma de los cantantes
parece sugerir una gestualidad arcaica, violenta o ritual.
Gracias a la dirección de
Nekrosius, el encuentro
entre Wotan y Fricka del
segundo acto posee una
gran evidencia teatral, de
increíble fuerza, como también el diálogo sucesivo
entre Wotan y Brünnhilde.
Pero esto es sólo un ejemplo,
porque son muchos los gestos y la soluciones memorables, no siempre fáciles de
descifrar y al fin, creo, deliberadamente ambivalentes, y
por ello más difíciles de
explicar. Por ejemplo, las
ocho walkyrias (pero no
Brünnhilde) llevan fijados a
los hombros un gran cirio,
probablemente un signo
fúnebre, pero también un
elemento que se relaciona
con la presencia del fuego,
no únicamente al final
(Wotan superado por Fricka
apaga rabiosamente grupos
de velas encendidas).
Todo el interés de esta
Walkyria estaba concentrado
en el espectáculo de
Eimuntas Nekrosius, con vestuario de su mujer, Nadezda
Gultiajeva, escenografía del
hijo, e iluminación de Levas
Kleinas, mientras que desde
el punto de vista de la ejecución musical las mejores
cosas procedieron del des-
igual reparto. Se admiraron
la bella voz de Sandra
Janusaité (Sieglinde), el incisivo Wotan del sueco Anders
Lorentzson, el autorizado
Siegmund de John Keyes y la
discreta Fricka de Laima
Jonutyté. Discontinua y aun
con dificultades Nomeda
Kazlaus (Brünnhilde); opaco
Vladimiras Prudnikovas, un
Hunding de confusa dicción.
Bajo la genérica dirección de
Jacek Kaspszyk la Orquesta
del Teatro Nacional Lituano
pareció modesta. En la velada del estreno se advirtieron
también desequilibrios sonoros ligados probablemente a
ensayos insuficientes en el
pequeño Teatro Alighieri de
Rávena.
Paolo Petazzi
Óperas de cámara
ROSSINI Y BUSOTTI
54
El teatro de cámara ha
desembarcado en la temporada de la Academia
de Santa Cecilia con dos
producciones que no podrían ser más diferentes. Una
del repertorio clásico, Il signor Bruschino de Rossini, la
otra contemporánea, Silvano/Sylvano de Bussotti.
Rossini escribió su farsa
en un acto para el teatro de
San Moisés de Venecia (27
de enero de 1813). Fue un
fracaso. La farsa era un género más bien estereotipado en
su estructura y su trama:
Rossini lo salva con la música. Esta producción ha sido
débil por la dirección de
escena de Daniele Abbado,
pero sobre todo por la escenografía de Angelo Linzalata,
con sus camas de todas cla-
ses habitadas por muchachas
sexi en ropa interior, cuyo
sentido se escapa. La dirección musical de Carlo
Rizzari, en la que era su primera vez —¿pero los
comienzos no se hacen en
un teatro de provincias?—
fue deficiente. Y con la
orquesta de plantilla reducida e integrada por los primeros atriles —sensacionales
los flautas— hacía pensar en
un
Rossini
chispeante.
Reparto muy asimétrico, si
por un lado fueron estrellas
absolutas Lorenzo Ragazzo
(Gaudenzio) y Bruno de
Simone (Bruschino padre),
magnífico bajo bufo, los chicos de la Opera Studio, aunque valientes afrontaban un
repertorio que no le era congenial. Mención especial
Riccardo Musacchio
ROMA
Accademia di Santa Cecilia. 18-VI-2007. Rossini, Il signor Bruschino. Jessica Pratt, Giovanna Donadini, Antonio Poli, Bruno
de Simone, Lorenzo Regazzo. Director musical: Carlo Rizzari. Director de escena: Daniele Abbado. Escenografía: Angelo
Linzalata. 4-VII-2007. Bussotti, Silvano/Sylvano. Monica Benvenuti, Timur Bekbosunov, Nicholas Isherwood, Davide Catena.
Director musical: Flavio Emilio Scogna. Director de escena: Francesco Micheli. Escenografía: Federica Parolina.
Lorenzo Regazzo en Il signor...
para Giovanna Donaldini,
auténtica bomba por presencia escénica y simpatía.
La ópera autobiográfica
de Silvano Bussotti, obra en
construcción desde 2002 a
2007, por lo tanto no un
estreno absoluto sino una
olla podrida de partiturasobras de arte: amalgama de
hojas coloreadas que revelan
el carácter poliédrico del
compositor, artífice de obras
totales
parawagnerianas,
donde mimo, danza y canto
se funden en un encabalgamiento continuo de piezas
musicales. Puesta en escena
eficaz y voces adecuadas al
arduo empeño: notable,
sobre todo, la soprano
Monica Benvenuti, vestida
con un bellísimo traje de
drag queen, y el actor Davide
Catena. Aguda dirección.
Franco Soda
Temporada Lírica
Temporada
DÍAS 21,23, 25, 27 Y 29 DE SEPTIEMBRE DE 2007
PROGRAMA DOBLE
Ópera
Hangman, Hangman!
Y The Town of Greed
¡Verdugo, Verdugo! / El Pueblo de la Avaricia
ÓPERA DE CÁMARA TRAGICÓMICA, «CARTOON», EN UN ACTO /
ÓPERA DE CÁMARA TRAGICÓMICA, «CARTOON», EN DOS PARTES,
BASADA EN EL TEXTO DE AKRAM MIDANI Y LEONARDO BALADA
07
08
MÚSICA Y LIBRETO DE LEONARDO BALADA
ESTRENO EN EL TEATRO DE LA ZARZUELA / ESTRENO MUNDIAL
CON LA COLABORACIÓN DEL GRAN TEATRE DEL LICEU DE BARCELONA
DEL 14 DE DICIEMBRE DE 2007 AL 20 DE ENERO DE 2008
La Bruja Zarzuela
DIRECTOR:
LUIS OLMOS
ZARZUELA EN TRES ACTOS
MÚSICA DE RUPERTO CHAPÍ
LIBRO DE MIGUEL RAMOS CARRIÓN Y VITAL AZA
PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE LA ZARZUELA (2002)
DEL 15 DE FEBRERO AL 16 DE MARZO DE 2008
La Generala Zarzuela
Recitales
OPERETA EN DOS ACTOS
MÚSICA DE AMADEO VIVES
LIBRETO DE GUILLERMO PERRÍN Y MIGUEL DE PALACIOS
XIV Ciclo de Lied
COPRODUCEN FUNDACIÓN CAJA MADRID Y TEATRO DE LA ZARZUELA
MATTHIAS GOERNE,
CHRISTIAN GERHAHER, BARÍTONO
LUNES, 8 DE OCTUBRE DE 2007
LUNES, 31 DE MARZO DE 2008
ELISABETH LEONSKAJA,
BARÍTONO
PIANO
ANGELIKA KIRCHSCHLAGER,
HELMUT DEUTSCH, PIANO
MEZZOSOPRANO
LUNES, 19 DE NOVIEMBRE DE 2007
ANNE SCHWANEWILMS,
MALCOLM MARTINEAU, PIANO
NUEVA PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE LA ZARZUELA
GEROLD HUBER, PIANO
DEL 25 DE ABRIL AL 25 DE MAYO DE 2008
JOSÉ VAN DAM, BAJO-BARÍTONO
ZARZUELA EN DOS ACTOS
MACIEJ PIKULSKI, PIANO
MÚSICA DE REVERIANO SOUTULLO Y JUAN VERT
LIBRO DE ENRIQUE REOYO, JOSÉ SILVA ARAMBURU
Y ANTONIO PASO (HIJO)
LUNES, 14 DE ABRIL DE 2008
DIANA DAMRAU, SOPRANO*
SOPRANO*
STEPHAN LADEMANN, PIANO*
LUNES, 17 DE DICIEMBRE DE 2007
NUEVA PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE LA ZARZUELA
LUNES, 19 DE MAYO DE 2008
MARK PADMORE, TENOR*
WALTRAUD MEIER, MEZZOSSOPRANO
DEL 20 DE JUNIO AL 20 DE JULIO DE 2008
PROGRAMA DOBLE
MARTES, 22 DE ENERO DE 2008
MARTES, 10 DE JUNIO DE 2008
El Bateo
Y De Madrid a París
ROGER VIGNOLES, PIANO
JOSEF BREINL, PIANO*
Zarzuelas
SUSAN GRAHAM, MEZZOSOPRANO
MALCOLM MARTINEAU, PIANO
COORDINACIÓN EDITORIAL Y GRÁFICA: VÍCTOR PAGÁN - COORDINACIÓN DE TEXTOS: FERNÁNDO FRAGA - DISEÑO GRÁFICO, CONCEPTO Y FOTOGRAFÍAS: ARGONAUTA DISEÑO
LUNES, 11 DE FEBRERO DE 2008
* POR PRIMERA VEZ EN ESTOS CICLOS DE LIED
SAINETE LÍRICO EN UN ACTO Y CUATRO CUADROS /
VIAJE CÓMICO-LÍRICO EN UN ACTO Y CINCO CUADROS
EN CONMEMORACIÓN DEL CENTENARIO DEL FALLECIMIENTO DE FEDERICO CHUECA
VI Ciclo de Jóvenes Intérpretes de Piano
MÚSICA DE FEDERICO CHUECA / FEDERICO CHUECA
Y JOAQUÍN VALVERDE
LIBRO DE ANTONIO PASO Y ANTONIO DOMÍNGUEZ / JOSÉ JACKSON
VEYÁN Y EUSEBIO SIERRA
COPRODUCEN FUNDACIÓN SCHERZO Y TEATRO DE LA ZARZUELA
EDUARDO
FERNÁNDEZ (ESPAÑA)
LUNES, 12 DE NOVIEMBRE DE 2007
VALENTINA
IGOSHINA (RUSIA)
MARTES, 18 DE DICIEMBRE DE 2007
Zarzuela
La Leyenda del Beso
BERTRAND
CHAMAYOU (FRANCIA)
LUNES, 14 DE ENERO DE 2008
NUEVA PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE LA ZARZUELA
Ciclo de
Conferencias
Danza
Hangman, Hangman! Y The Town of Greed
Conciertos Líricos
de Zarzuela
Compañía María Pagés
Danza Flamenca
TOMÁS MARCO - LUNES, 17 DE SEPTIEMBRE DE 2007
La Bruja
EMILIO CASARES - LUNES, 10 DE DICIEMBRE DE 2007
Concierto I. SÁBADO, 3 DE NOVIEMBRE DE 2007
MARÍA GALLEGO (SOPRANO) Y JOSÉ BROS (TENOR)
PROGRAMA
DEL 3 AL 13 DE OCTUBRE DE 2007
DIRECCIÓN MUSICAL: DAVID JIMÉNEZ
LUIS G. IBERNI - MARTES, 12 DE FEBRERO DE 2008
SEVILLA
Concierto II. MIÉRCOLES, 7 DE NOVIEMBRE DE 2007
ANA MARÍA SÁNCHEZ (SOPRANO), SONIA DE MUNCK (SOPRANO),
La Leyenda del Beso
Compañía Nacional de Danza
DIRECCIÓN MUSICAL: MIGUEL ROA
La Generala
JAVIER SUÁREZ PAJARES - LUNES, 21 DE ABRIL DE 2008
El Bateo
Y
CARLOS MORENO (TENOR) Y JUAN JESÚS RODRÍGUEZ (BARÍTONO)
DIRECTOR: NACHO DUATO
De Madrid a París
Concierto III. VIERNES, 16 DE NOVIEMBRE DE 2007
CARMEN GONZÁLEZ (SOPRANO), NANCY FABIOLA HERRERA
(MEZZOSOPRANO), AQUILES MACHADO (TENOR)
Y CARLOS BERGASA (BARÍTONO)
PROGRAMA
DEL 20 AL 30 DE MARZO DE 2008
BLAS MATAMORO - LUNES, 16 DE JUNIO DE 2008
QUINTETT
DIRECCIÓN MUSICAL: LUIS REMARTÍNEZ
(ESTRENO EN EL TEATRO DE LA ZARZUELA)
Concierto IV. DOMINGO, 18 DE NOVIEMBRE DE 2007
MILAGROS POBLADOR (SOPRANO), MILAGROS MARTÍN (SOPRANO),
AQUILES MACHADO (TENOR) Y MANUEL LANZA (BARÍTONO)
NUEVA CREACIÓN
DIRECCIÓN MUSICAL: LUIS REMARTÍNEZ
Otras Actividades
Festival de Otoño
DÍAS 17, 18, 19 Y 20
DE
OCTUBRE DE 2007
La Comédie - Française
LE MISANTHROPE
(El Misántropo)
DE JEAN-BAPTISTE POQUELIN,
MOLIÈRE
(EN FRANCÉS CON SOBRETÍTULOS EN ESPAÑOL)
DÍAS 24, 25
Y
26 DE OCTUBRE DE 2007
Akram Khan Company
Les Ballets C. de la B.
ZERO DEGREES
(Cero Grados)
(ESTRENO EN MADRID)
VENTA TELEFÓNICA
902 332 211
MARTES, 30 DE OCTUBRE DE 2007
MARTES, 13 DE MAYO DE 2008
EN BENEFICIO DE LA FUNDACIÓN
CINCO CORTOMETRAJES
Concierto Extraordinario
«SAVE THE CHILDREN»
Concierto Proyección
CREATION
DE LA
SERPENTINE
DIRECCIÓN MUSICAL: RAMÓN TORRELLEDÓ
(Creación de la Serpentina)
DÍA 11 DE MARZO DE 2008
(El Gato con Botas)
LE CHAT BOTTÉ
Final del XII Concurso Internacional de Canto
PETIT POUCET
(1903)
(1909)
Acisclo Fernández Carriedo
(Pulgarcito)
PRUEBA FINAL
(Aladino o La Lámpara Maravillosa)
(Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero)
Y
ENTREGA
DE
PREMIOS
DIRECCIÓN MUSICAL: MIGUEL ROA
COPRODUCEN: FUNDACIÓN JACINTO E INOCENCIO GUERRERO
Y TEATRO DE LA ZARZUELA
ALADIN
OU
(1909)
LA LAMPE MERVEILLEUSE
DANSES COSMOPOLITES
À
(1906)
TRANSFORMATION (¿1902?)
(Danzas Cosmopolitas en Transformación)
MÚSICA Y TEXTOS ORIGINALES DE JOSÉ LUIS TURINA
(ESTRENO MUNDIAL DE LAS PARTITURAS)
DIRECCIÓN MUSICAL: JOSÉ RAMÓN ENCINAR
AC T U A L I DA D
ITALIA
Estreno de una ópera de Fabio Vacchi
MONSTRUOS DEL DEPORTE
SIENA
Teatro dei Rozzi. 8-VII-2007. Vacchi, La madre del mostro. Danilo Formaggia, Gabriella Sbrogi, Guido Loconsolo,
Bruno Taddia. Orquesta de la Toscana. Coro Arión del Collegio Ghislieri de Pavía. Directora musical: Claire Gibault.
Director de escena, escenografía, vestuario e iluminación: Denis Krief.
Es La madre del monstruo
una ópera comprometida
social y políticamente.
Ruptura de una familia
claustrofóbica en la que la
incomprensión
entre
la
madre, que le justifica todo al
hijo enmadrado, y el padre,
que intuye la dimensión trágica y sobre todo el peligro de
una pasión desmedida, fundada en sentimientos de odio
e intolerancia, que llevará al
hijo a pagar con la propia
vida: una pasión insana por el
balompié no como juego,
sino como palestra de agresividad nacida de la frustración
y del vacío existencial. El único valor del libreto de
Michele Serra es el de afrontar un tema de actualidad: la
fe ciega en el balompié
como razón de vida de jóvenes sin valores o perspectivas profesionales o intelectuales. El mando a distancia
perdido se transforma en
metáfora de la tragedia; al
ser reencontrado, hace asistir
en directo a la muerte del
hijo. La dirección de escena
de Denis Krief plantea una
pantalla gigante de televisión
donde, como en un realityshow, se asiste a la tragedia,
marco del drama y al mismo
tiempo camino de reconocimiento de los padres del
“monstruo”. Pantalla como
espejo y lugar de visión, los
protagonistas miran y se
miran; los vemos. Lo grotesco del libreto se encuentra
en abierto contraste con la
seriedad de la composición.
Musicalmente, nos hallamos delante de un híbrido,
donde conviven, filtrados
por la sensibilidad de Fabio
Vacchi, motivos étnicos de
canto folclórico con momentos de lirismo en los que se
reconoce
el
eco
de
Stravinski, Shostakovich y
Weill… ¡y hasta alguna cita
pucciniana! Mientras que la
línea de canto es melódica,
la arquitectura orquestal vive
también de momentos atonales. El coro está fuera de
escena; es más: una grabación se encarga de difundir
por la sala el anuncio de la
tragedia, a la manera de
locutor televisivo. La ópera
carece de tensión dramática
y desde la primera escena se
sabe cómo acabará.
Un aplauso para todos
los intérpretes que afrontaron la inclemente partitura,
como Claire Gibault, que
dirigió con gesto preciso
pero sensible a los claroscuros líricos. La Orquesta de la
Toscana tiene sonoridad y
limpieza admirables. Hubieran sido apropiados los
sobretítulos, sobre todo para
una ópera en estreno.
Aplausos exagerados, quizá
el público se dejó seducir
por el tema, excitado por las
celebraciones del vencedor
de la carrera de caballos del
Palio que invadían al mismo
tiempo las calles ciudadanas.
Franco Soda
Festival di Due Mondi
SPOLETO SIN MENOTTI
SPOLETO
Teatro Caio Melisso. 1-VII-2007. Haendel, Ariodante. Ann Hallenberg, Laura Cherici, Marta Vandoni Iorio, Mary-Ellen
Nesi, Carlo Lepore. Il Complesso Barocco. Director: Alan Curtis. Director de escena, escenografía y vestuario: John
Pascoe. Teatro Nuovo. 13-VII-2007. Menotti, Maria Golovin. Nuccia Focile, Eugenie Grunewald, Paulo Szot, Sophie
Pondjiclis, Jacques Lemaire, Chris Pedro Trakas, Louis Lemaire. Director musical: David Charles Abell. Director de
escena: Vincent Broussard. Escenografía: Vincent Lamaire. Vestuario: Christian Lacroix.
56
El Festival de Spoleto ha
superado la frontera de
la edición nº 50: meta
importante a la que no
ha conseguido llegar el
fundador, Gian Carlo
Menotti, fallecido recientemente en Montecarlo. Se le
ha dedicado el festival. El
maestro no sólo ha dejado
en herencia a la posteridad
el festival, que ha hecho rica
y famosa la ciudad de
Spoleto en el mundo, sino
una última hipoteca. La ópera con la que se abrió la
manifestación, su Maria
Golovin, en una producción
reciente de la Ópera de
Marsella, tenía su aprobación. Una dirección casi
minimalista
de
Vincent
Broussard y la escenografía
rarefacta de Vincent Lemaire
subrayan el drama del amor
imposible entre el ciego
Donato y Maria Golovin,
colocando en el centro la
violencia de los sentimientos, narrados por la música
con momentos emocionantes que la sensible dirección
de David Charles Abell extrajo de la capa de tardopuccinismo-postverista liberando
la emoción. La Orquesta del
Festival de Spoleto y el coro
dieron un brillante rendimiento. Nuccia Focile fue
una Maria Golovin ideal por
línea de canto y fuerza dramática: Eugenie Grunewald
(la Madre), una característica
de gran clase. Paulo Szot se
metió admirablemente en el
papel de Donato.
Figura Ariodante de
Haendel entre las más bellas
de las grandes óperas del
sajón. Nueva producción de
John Pascoe, inesperadamente ambientada en la
familia real británica de los
años sesenta, con una inédi-
ta Ginebra-princesa Margarita. Funciona de maravilla.
Alan Curtis dirigió el
Complesso Barocco con la
finura filológica que lo caracteriza, los efectos se originaban sublimes desde la partitura. El reparto era más que
adecuado. Sobresalió Ann
Hallenberg, Ariodante de
gran valía: Laura Cherici,
Ginebra en el filo de la ironía
con una presencia escénica
arrebatadora. Carlo Lepore,
muy musical. Estupendos los
demás.
Franco Soda
AC T U A L I DA D
NORUEGA
Jansen, Andsnes, Miró, Trpceski...
HECHIZO NORUEGO
RISØR
Liv Øvland
XVII Festival de Música de Cámara. 26-VI/1-VII-2007.
58
La decimoséptima edición del Festival de
Música de Cámara de
Risør se ha caracterizado
por un par de rasgos de
importancia: la armonía de
su programa y el clima de
intimidad logrado entre
audiencia y artistas. El tema
de la nostalgia es el que este
año ha sustentado la elección de las piezas, libre de
lugares comunes y sin concesiones a lo fácil.
Desde el 26 de junio hasta el 1 de julio, a lo largo de
diecinueve conciertos, Risør
ha ofrecido una programación al alcance de todos los
públicos, que avanzó desde
el barroco hasta el minimalismo de Hans Abrahamsen,
uno de los autores homenajeados durante la semana. La
misteriosa belleza del principal escenario, la iglesia
barroca del Espíritu Santo,
añadió encanto a unos recitales impecablemente organizados por el entusiasta
equipo que dirige Turid
Birkeland.
En lo musical, la oferta
fue tan variada como atractiva. Los jóvenes componentes
del Cuarteto Miró ofrecieron
amorosas y más que respetables interpretaciones de
Brahms y Schubert. Con un
bello sonido y gran capacidad expresiva, el violista Lars
Anders Tomter demostró en
sus lecturas que merece una
carrera discográfica más
rotunda. Hubo buena ocasión de comprobar estas cualidades cuando el músico se
unió a una de las estrellas
del Festival, Janine Jansen,
para ejecutar el Sexteto en do
mayor,
de
Dohnányi.
Acompañados por intérpretes adecuados —entre ellos,
el
trompista
Radovan
Vlatcovic—, ambos supieron
zambullirse en el universo
dramático del compositor
húngaro, demostrando su
idoneidad para una partitura
de extremo compromiso.
Lo mismo cabe señalar
acerca del chelista suizo
Lars Anders Tomter y Leif Ove Andsnes
El Cuarteto Miró
Christian Poltera y la pianista
rusa Polina Leschenko, responsables de una interpretación refinada, con equilibrados contrastes, de la Sonata
para violonchelo y piano, op.
19, de Rachmaninov. En una
franja más moderada de
entusiasmo se sitúa la lectura
que otros dos chelistas,
Torleif Thedéen y Andreas
Brantelid, hicieron de la
transcripción para violonchelo de varios pasajes de la
Suite española, de Albéniz,
convincente en sus intenciones, aunque le faltase cierta
redondez.
La llegada del pianista
macedonio Simon Trpceski
despertó notable interés, jus-
tificado, entre otras razones,
por el respaldo que le presta
EMI, su casa discográfica. A
decir verdad, Trpceski tuvo
en Risør la ocasión de recorrer un arco expresivo de lo
más heterogéneo. Aunque
agradó a buena parte del
auditorio, a su interpretación
de Liszt (Soirées de Viena 5 y
6) le faltó sutilidad y le sobró
un erróneo color ruso.
Acompañó con gusto al barítono Johannes Weiser en el
paseo de este último por el
cancionero de Grieg, y luego
demostró dominio y frescura
al interpretar, a cuatro manos
con Leif Ove Andsnes, las
Danzas noruegas del mismo
compositor.
Creciéndose con la compañía, Trpceski derramó
energía cuando subió al
escenario junto a una brillante Janine Jansen. Gracias a
ambos, la fallesca Danse
espagnole nº 1 —o por mejor
decir, la transcripción que firmó Kreisler— tuvo seductores efectos, y su Navarra, de
trámite luminoso, dio motivos para el entusiasmo. No
fue ajeno a ello el concurso
en esa pieza de Sarasate de
otro inteligente violinista,
Julian Rachlin, cuya agilidad
se impuso en la Sonata para
violín y piano op. 134, de
Shostakovich,
partitura
magistral, en la que también
manifestó sus facultades el
propio Andsnes. A este último hemos de agradecerle
una adecuadísima lectura de
las Piezas para piano op. 19,
de Schoenberg, con una tensión más que notable.
Tanto Andsnes como Lars
Anders Tomter son, desde
que éste comenzó su andadura, el alma del Festival. De
hecho, se movieron con gracia como anfitriones y maestros de ceremonias, en especial durante el concierto al
aire libre organizado junto al
faro de Stangholmen, todo
un acontecimiento popular
en el que dos de las invitadas acreditaron unos sólidos
recursos: la flautista Cecilie
Løken y la soprano Isa
Katharina Gericke.
Por comprensión del
repertorio, Gericke supo
jugar bien la baza de Grieg.
Asistida por Ingrid Fliter al
piano, su limpieza de emisión y su cuidado fraseo
alcanzaron una perfecta
correspondencia en las Cinco
canciones para voz y piano,
op. 60. Fue igual de convincente su acercamiento al
escenario de Peer Gynt, donde la secundaron con oficio y
perceptible aroma escandinavo los integrantes de la Risør
Festival Strings, bajo la batuta
de Frode Larsen.
Guzmán Urrero Peña
AC T U A L I DA D
SUIZA
Versión teatral de las Escenas de Fausto de Schumann
ABRIR LOS OÍDOS Y
CERRAR LOS OJOS
ZÚRICH
Zúrich. Opernhaus. 24-VI-2007. Schumann, Escenas del
Fausto de Goethe. Simon Keenlyside, Malin Hartelius,
Günther Groissböck, Roberto Saccà. Director musical: Franz
Welser-Möst. Director de escena, decorados y vestuario:
Hermann Nitsch.
Este año, la programación
musical del Festival de
Zúrich se encuentra bajo
el signo del ultrarromántico Robert Schumann.
También la Opernhaus ha
presentado una auténtica
rareza como es la versión
escénica de las Escenas del
Fausto de Goethe. Una obra
en la que el compositor trabajó durante diez años, y
para la que escogió de manera literal siete fragmentos de
las dos partes de la tragedia,
a los que no dio ninguna
concepción dramática sino
que convirtió en una serie de
cuadros independientes. Se
trata de una partitura única, a
medio camino entre el oratorio y la ópera.
Comencemos por lo
mejor, que estuvo en lo musical. Las Escenas del Fausto
eran un especial deseo del
Generalmusik-direktor Franz
Welser-Möst, que próximamente se trasladará a Viena
como director musical de la
Staatsoper. Recientemente
había interpretado la obra en
Zúrich, en versión de concierto, y ya entonces reflejó toda
la magnitud y riqueza de la
partitura con una mezcla idónea de energía y sensibilidad
y un poderoso y continuo
impulso que no ocultaba la
pasión por el detalle refinado.
En esta ocasión, la pasión
romántica estuvo presente en
todo momento, reflejando
todas las contradicciones, las
luces y las sombras del personalísimo y extremadamente
complejo lenguaje musical
schumanniano.
A esto se añadió un protagonista prácticamente insuperable: Simon Keenlyside,
quien con su cálido y vigoroso tinte baritonal cubrió
todas las facetas del poliédrico personaje. La escena de la
muerte constituyó el clímax
de la representación. Junto a
él, las demás figuras resultaron un tanto unidimensionales, si bien Malin Hartelius
fue una Margarita de tonos
líricos y Günther Groissböck
un Mefistófeles menos sinuoso que sombrío.
Por desgracia, también
existen las imágenes, que a
veces simplemente duplican
el texto de Goethe y casi
siempre están muy por debajo de la música. Seguramente, el intendente Alexander
Pereira quiso atraer el interés
de la producción al llamar al
controvertido artista vienés
Hermann Nitsch, creador de
unos orgiásticos misterios
escénicos en los que aspira a
una obra de arte total donde
se unen lo estético y lo blasfemo. Dos de sus especialidades las hemos encontrado
ahora también en Zúrich: el
sangriento sacrificio de un
cerdo de plástico durante la
escena de Margarita en la
catedral, y la inagotable
repetición de la crucifixión
de Fausto como un Cristo
reencarnado. Pero estas
cosas ya no escandalizan a
nadie. Aparte de esto, los
personajes se dedicaron a
dar vueltas por el escenario
de manera estática o a permanecer en círculo (el movimiento estuvo dirigido por el
joven actor Andreas Zimmermann, claramente superado
por el proyecto). Para el
Paraíso, Nitsch preparó unas
proyecciones de círculos y
líneas por ordenador, todo
ello inspirado en la teoría de
los colores de Goethe, lo que
nos hizo pensar en los rituales terapéuticos de una secta
pero, en realidad, nos interesó muy poco. Lo más grave
fue que nos distrajo de una
impactante lectura musical.
Mario Gerteis
59
E N T R E V I S TA
CECILIA BARTOLI
“MARÍA MALIBRÁN
FUE LA MUJER QUE
A TODAS NOS
HUBIERA
GUSTADO SER”
C
ecilia Bartoli accede a hablar
con nosotros desde un
paradisíaco lugar de la Costa
Azul. Tres personas nos
responden antes de poder llegar
a ella. El star-system está en
marcha. Tras unos minutos de
espera la diva está al teléfono. Es
imposible transcribir sobre el papel
las inflexiones de su voz, su
vitalidad, su bravura, sus risas
cuando imagina a la Malibrán —
protagonista de su nuevo disco—
subiendo y bajando montañas
embutida en unos pantalones, sus
carcajadas cuando se ve como Anita
Ekberg en La dolce vita. Cecilia
Bartoli es cercana, temperamental,
simpática y habla con pasión de su
nuevo proyecto dedicado esta vez a
María Malibrán. En España la
veremos el próximo noviembre, en el
Teatro Real de Madrid y en el Liceu
de Barcelona. Volverá después en
febrero de 2008 con una gira que la
llevará a Valladolid, Valencia,
Zaragoza y San Sebastián, y por
primera vez a Canarias (Tenerife y
Las Palmas) y a Sevilla, la Sevilla de
su Rosina, lugares que, confiesa, está
deseando conocer.
60
Sobre todo pensemos que estamos
hablando de María García. Se casó con
el señor Malibrán, pero provenía de
una familia española. Así que ella es
heredera de la gran tradición del bel
canto de su padre, el gran tenor Manuel
García. ¿Por qué he querido hacer este
Decca / Uli Weber
Hablemos un poco de este nuevo gran proyecto que ha emprendido. ¿Por qué María
Malibrán?
E N T R E V I S TA
CECILIA BARTOLI
proyecto? Porque yo realmente inicié
mi carrera con Rossini, hace casi veinte
años. Comencé con el bel canto, los
papeles rossinianos, también con
Donizetti, Bellini y la música de cámara. Después decidí explorar más el clasicismo y por tanto Mozart, Haydn,
Gluck, Salieri y llegué hasta el barroco
para volver al bel canto pero con todo
un trabajo ya hecho y una experiencia
cronológica adquirida. María Malibrán,
María García, hizo su debut en la ópera
con la Rosina del Barbero de Sevilla,
con Rossini. Yo también. He encontrado
paralelismos en el repertorio de la
Malibrán y también en su familia, una
familia de músicos como la mía. Ella
estudió el canto con su padre y yo lo
hice con mi madre, que a su vez siguió
siempre el método de Manuel García.
Así que todas estas coincidencias me
iban atrayendo.
¿También ha encontrado paralelismos en la
evolución vocal?
Sí. Ella tenía una voz de mezzosoprano y comenzó cantando esos papeles: Cenerentola, Rosina, Arsace e incluso Semiramide. Era una voz muy extensa, abarcaba tres octavas, y era también
muy flexible. No en vano esta mujer
poseía una técnica formidable gracias al
estudio durísimo al que la sometió su
padre. No olvidemos que García fue el
tenor más importante del siglo XIX.
Tenor y compositor. Hay muchas personas que no saben que García llevó la
música a los Estados Unidos, la tradición española y la música de Mozart.
También la hermana, Pauline Viardot,
era cantante y compositora y Joaquina,
la madre, soprano. Así que esta familia
de artistas fue realmente muy influyente en el siglo XIX; es una familia importantísima en la historia de la música, de
la ópera.
Y en concreto, ¿cuál ha sido la aportación
de María Malibrán al mundo de la ópera, al
mundo de la música?
María fue un icono en el siglo XIX.
Se convirtió en la cantante más grande
de su época, no sólo porque cantase de
un modo increíble, con una técnica
deslumbrante. También su forma de
decir fue revolucionaria porque decidió
romper con la tradición imperante hasta entonces. Las grandes cantantes
como la Colbran o Giuditta Pasta se
guiaban por los métodos de actuar de
aquel entonces, por los manuales que
adjudicaban un movimiento preciso a
cada sentimiento. La traición, la tristeza,
la alegría o la melancolía se expresaban
siempre del mismo modo un tanto estático. Y María rompió con todo eso,
decidió que debía actuar según su forma de sentir en cada momento, moverse como creía que debía hacerlo de
acuerdo con las características de su
personaje. Así que en el escenario
comenzó a actuar de una forma más
natural y esto chocó frontalmente con
el protocolo de los otros. Muchos de
sus colegas no podían comprender lo
que hacía aquella loca, porque así la
consideraban. Sin embargo, ella fue la
primera gran actriz. Creo que fue esto
lo que la llevó a otro nivel. La mujer
que deja Europa y pone rumbo en un
barco hacia América, donde hace su
carrera. Estamos hablando de una
mujer, y para su tiempo, esto era algo
increíble, no había tantas. Fue además
la primera que consiguió grandes triunfos en los Estados Unidos. Llevó la ópera hasta Nueva York y regresó después
a Francia, donde todavía había una
especie de revolución, los últimos coletazos de la Revolución Francesa, de la
que se convirtió en icono como mujer
emancipada que luchaba por sus ideales. Creo que María Malibrán fue la
mujer que a todas nos hubiera gustado
ser. Pensemos que se casó con Malibrán
para escapar de su padre, un hombre
terriblemente severo. Malibrán era
treinta años mayor que ella y pasado un
tiempo María descubrió que estaba en
bancarrota. Así que regresó a Europa y
volvió a trabajar para pagar las deudas
de su marido. Después se enamoró de
Bériot, el violinista, con el que tuvo un
hijo, ya que el segundo no llegó a nacer
porque ella murió embarazada tras su
accidente en Londres. Es una historia
en cualquier caso increíble, esta mujer
que decide seguir a su amor en una
sociedad en la que esto estaba prohibido. Creo que todos estos hechos, gran
parte de ellos, contribuyeron a que la
Malibrán se convirtiera en un icono.
Podría seguir siéndolo en este siglo, porque
no creo que en el fondo hayamos evolucionado tanto.
Sí, es cierto. También ahora ese
tipo de comportamientos no son sencillos: casarse con un hombre y escaparse con otro con el que tener hijos. No
es fácil, no.
Usted ha dicho que Malibrán cambió la actitud del público hacia el arte y las mujeres.
Sí, sí. Ella fue una mujer amada y
odiada al mismo tiempo. Por ejemplo,
no pudo cantar en París durante los
cuatro últimos años de su vida. Entre
los veinticuatro y los veintiocho no
pudo hacerlo. Se había convertido en
una mujer incómoda para la alta sociedad, en una mujer que llevaba una vida
que no era aceptada. Para a la alta
sociedad tratarla era un desdoro. Así
que la querían solo para cantar. Ella
cantaba y después tenía que desaparecer. Si lo pensamos un poco es algo
terrible, porque invitaban a esta gran
artista que después tenía que irse a
comer a la cocina.
Sin embargo y a pesar de todo, ella siempre luchó por sus convicciones artísticas y
personales.
Sí, pero tuvo que pagar un precio
por ello. Consiguió la anulación de su
matrimonio con Malibrán, con la ayuda
del general Lafayette, y pudo casarse
con su gran amor, pero sólo un año
antes del accidente que le causó la
muerte. Accidente que, por cierto, mantuvo oculto un tiempo. Era una mujer
vivaz, montaba a caballo, se ponía pantalones, atravesaba montañas ella sola.
Era valiente. Y además de todo esto
poseía probablemente una voz excepcional. Llevaba una vida agitada y también su carrera, de la que se ocupaba
personalmente: hacía sus contratos,
negociaba sus honorarios, hablaba
varios idiomas, mantenía el contacto
por carta con sus empresarios. Lo hacía
prácticamente todo. Piense que en esa
época no existían los agentes, así que
ella misma se encargaba de sus asuntos.
Cantó mucho en Italia, París, los
Estados Unidos; sin embargo no pudo
llegar a España. Murió demasiado
joven.
Salvando las distancias del tiempo y de los
avances de la tecnología, ¿hay alguna similitud entre ella y usted? Desde fuera podría
decirse que son ustedes dos mujeres de
carácter que luchan por aquello en lo que
creen.
Seguramente mi vida es mucho,
mucho más cómoda que la que llevaba
Malibrán. Ahora viajamos en tren, en
avión… y también yo tengo más años
que ella. Pero respecto a los proyectos
artísticos lo que puedo decirle es que
yo he seguido mi instrumento, la voz,
que también es mi pasión. Así que a
veces he optado por proyectos no
demasiado populares pero en los que
creía absolutamente. Por ejemplo, el
dedicado a Gluck. O Vivaldi… En el
año 1999 publicar este disco fue algo
increíble. En Decca me decían que
estas arias de sus óperas no las conocía
nadie, intentaban disuadirme para que
grabase su música sacra, pero yo creía
en el proyecto, es música realmente
extraordinaria. Y fue todo un éxito,
vendió casi un millón de copias. Un
millón de copias de arias de óperas
olvidadas de Vivaldi. Con esto quiero
decir que si creo en el proyecto, que si
creo en el mensaje, que si creo en la
calidad de la música me gusta luchar
por ello. En eso sí soy como la
Malibrán.
En sus discos hay siempre un hilo conductor, no son arias o canciones reunidas al
azar. En este caso es Malibrán, en el anterior
era la música prohibida por el Vaticano, con
una portada, por cierto, que evoca a Anita
Ekberg en su inolvidable baño en la
Fontana di Trevi, en La dolce vita de Fellini.
Sí, fue muy divertido, pero soy una
persona lo suficientemente lúcida
como para comprender que no soy
61
E N T R E V I S TA
CECILIA BARTOLI
Anita Ekberg.
La creo. Es una imagen muy potente y el
juego es ingenioso: la música y la película
prohibidas por el Vaticano.
Es cierto. En una época el Vaticano
prohibió la ópera y cualquier otra forma de espectáculo, del mismo modo
que en la década de los sesenta vetó
esta película. Así que en una clave más
moderna existía un paralelismo entre la
ópera y el cine. En cualquier caso, es
verdad que siempre he buscado temas
para mis discos, para mis proyectos.
Ha trabajado con la mayoría de los grupos
más importantes de música antigua. ¿Por
qué ese interés por trabajar con instrumentos originales?
Porque creo que es importante también conocer la filología, la historia de
la música para comprenderla mejor. Es
importante ir a la fuente, al origen. Y
esto que sirve para Mozart es también
válido para el bel canto. Siempre lo
hemos escuchado desde un punto de
vista moderno, pero en la época de
Rossini o de Bellini el bel canto se hacía
con instrumentos antiguos…
Que entonces eran modernos.
Sí, claro, eran los instrumentos
modernos de la época. Así que nosotros hemos perdido esa dimensión
sonora que aportaban esos instrumentos. Sí la hemos recuperado para la
música barroca gracias al movimiento
historicista que surgió en los años cincuenta en que comenzaron a aparecer
los Harnoncourt, Herreweghe o
Hogwood. En un principio fueron
tomados por locos; los entendidos se
llevaban las manos a la cabeza por lo
desafinados que sonaban los instrumentos antiguos y hoy está claro para
una gran mayoría que la música barroca debe hacerse de esta manera. Pero
no parece evidente que suceda lo mismo con el bel canto, que por otro lado
no se hacía con instrumentos del siglo
XVIII, sino del XIX, instrumentos que
además son muy diferentes a los del
siglo XX. Tomemos como ejemplo el
violín. Las cuerdas de uno moderno son
de metal, pero no llegaron a la orquesta hasta finales de la década de 1930, lo
que significa que toda esta música fue
hecha e interpretada con cuerdas de tripa. La sonoridad era distinta a la que
hoy conocemos. Y esto ha sido muy
importante a la hora de concebir el proyecto ligado a la familia García. Creo
que es la primera vez que se edita un
disco de bel canto con instrumentos
originales.
Vocalmente imagino que el cambio es
igualmente grande, sobre todo si pensamos
que el diapasón de las orquestas está siendo cada vez más y más alto. ¿Todo parece
tener más sentido en la escritura musical
cuando se vuelve al origen?
62
Sí, por supuesto. Si pensamos tam-
bién en los instrumentos de viento,
como la flauta, por ejemplo, el sonido
cambia diametralmente al pasar del
metal a la madera, es otra dimensión. Y
si consideramos un instrumento como
la voz no debemos olvidar que las cuerdas vocales de 1930 son prácticamente
las mismas que poseemos ahora en
2007. Sin embargo, los instrumentos
son ahora todos de metal y el diapasón
ha subido a 440, 443, sobre todo en
algunas orquestas como Berlín o Viena.
Podría decir que cada año el diapasón
sube un poco… Pero el ser humano
fisiológica, genéticamente, no ha cambiado así. Nosotras nos seguimos pareciendo a las mujeres del siglo XIX,
nuestro cuerpo no ha evolucionado de
ese modo.
¿Todo es entonces más natural, todo está
en su sitio cuando se vuelve atrás?
Sí. Porque no sólo compositores
como Rossini escribieron para los instrumentos que existían en ese momento, también tenían en el oído el diapasón de la época. ¿Quién sabe? Puede
que con otros instrumentos o con otro
diapasón su música hubiera sido diferente. Para mí ha sido importante mostrar con este proyecto que el bel canto
presentado de un modo filológico da
un resultado distinto, otra sonoridad.
Sus discos llevan siempre una importante
preparación no sólo estética, sino también
musicológica, de contenido. ¿Cuánto tiempo pasa desde que usted decide llevar a
cabo un proyecto hasta que ese proyecto
cobra vida?
Hay un estudio musicológico
importante detrás, pero yo no soy
musicóloga, siempre he sido músico.
Lo que sí soy es coleccionista y me
gusta recopilar cartas, manuscritos… Se
dice que los coleccionistas están todos
locos y en un cierto sentido es cierto.
Cuando me preguntan qué pieza de mi
colección es la que más me gusta,
siempre contesto que la que más me
gusta es la que no tengo. En el caso de
María Malibrán, comencé a coleccionar
cosas que le pertenecían hace ya algunos años y en un momento dado pensé que el año que viene se celebrarán
los doscientos años de su nacimiento,
porque la Malibrán nace en París el 24
de marzo de 1808, y que sería bonito
este homenaje y poder mostrar esta
colección. El año que viene, en febrero, haré una gira por España con un
gran museo móvil. Todas estas piezas
de la colección me han ayudado también a entender cómo era la vida de
María y también la vida de algunos
compositores que escribieron para ella.
Tengo por ejemplo unas cartas de
Rossini bellísimas, cartas de la propia
María, cartas dirigidas a la hermana,
Pauline Viardot que vivía en BadenBaden, cartas sobre la música que la
Malibrán escribió y también sobre las
composiciones de su padre. Es una
colección que me ha servido para
saber cómo acercarme, cómo desarrollar este proyecto y la llevaré conmigo
durante la gira.
¿Cuál ha sido para usted el reto de afrontar
un repertorio como el de la Malibrán?
Creo que la única cantante en la
que, digamos, pudo reencarnarse vocalmente la Malibrán fue su hermana,
Pauline García. De alguna manera el
inicio de su carrera fue la continuación
de la carrera de María. Hace ya algunos
años grabé un disco de música francesa con Chung al piano y en él ya incluí
algunas canciones de la Viardot, porque
ya entonces me interesaba esta familia.
Poco a poco he ido ampliando mi interés por los García y también por los tratados de canto que escribió el padre.
Son tratados que siempre, ya con mi
madre cuando estudiaba la técnica, he
intentado seguir. Para ser francos, debemos admitir que la escuela de García
fue la gran escuela del bel canto. Puede
que la única. Manuel García escribió
más de trescientas vocalizaciones en su
tratado. Si una persona consigue realmente hacerlas puede llegar a ser un
excelente cantante. El único problema
es que no es nada fácil.
A la Malibrán sus admiradores la seguían
hasta casa, esperaban horas para poder
verla. ¿Esto le sucede también a usted?
¿Cómo protege su vida privada de los
curiosos?
Bueno, María Malibrán en su época
fue como una estrella del pop en la
nuestra. Hoy en día, para nosotros los
artistas de la música clásica es diferente. Es verdad que al final de los conciertos tengo a veces firmas de discos, aficionados que me siguen… Pero creo
que la carrera de María es equiparable
a la de Madonna en nuestros días.
María, como Madonna hoy, formó parte
de un star-system por encima de los
demás. Yo, como artista clásica, llevo
una vida menos prisionera; puedo salir
a la calle a tomar un capuchino en un
café, algo que Madonna, por ejemplo,
no puede hacer. No puedo negar que,
de todos modos, mi carrera me ha catapultado al star-system; eso, es cierto,
forma parte de mí, pero todavía puedo
tomar un café en un bar o salir a pasear sin que nadie me reconozca. Lo más
importante es aceptar que esto es así,
que formo parte de eso, que esto es un
trabajo y que la vida privada es precisamente eso, privada. Pienso que además
esa es la forma de sobrevivir, porque si
no esta vida se convierte en un infierno. Se debe proteger aquello que es
privado, o, al menos, es lo que yo he
intentado siempre hacer.
Ana Mateo
D I S C O S
EXCEPCIONALES
LOS DISCOS
XCEPCIONALES
DEL MES DE SEPTIEMBRE
La distinción de DISCOS EXCEPCIONALES se concede a las novedades discográficas que a juicio
del crítico y de la dirección de la revista presenten un gran interés artístico o sean de absoluta referencia.
BACH: Cantatas BWV 1, 126 y
127. CAROLYN SAMPSON, ROBIN BLAZE,
GERD TÜRK, PETER KOOIJ. BACH COLLEGIUM
DE JAPÓN. Director: MASAAKI SUZUKI.
BIS SACD-1551
D. 664, D. 625 y D. 958.
PAUL BADURA-SKODA, piano.
GENUIN 86057
Un nivel de calidad medio formidable. Sin duda una de las cimas
de la colección. A.B.M. Pg. 80
La interpretación tiene toda la elegancia, el refinamiento, la profundidad expresiva y el colorido tan
esenciales y sorprendentes en el discurso de Schubert. R.O.B. Pg. 104
BARTÓK: Cuartetos de cuerda
nºs 5 y 6. CUARTETO ARCANTO.
TAKEMITSU: Arc. Green. ROLF
HARMONIA MUNDI HMC 901963.
Una altura difícil de superar entre
las propuestas de nuestros días.
Un sensacional disco del mejor
Bartók. S.M.B. Pg. 82
BARTÓK, SHOSTAKOVICH,
RAVEL. Obras para violonchelo y
orquesta. SONIA WIEDER-ATHERTON,
violonchelo. SINFONIA VARSOVIA.
Director: JANOS FÜRST.
RCA Red Seal 88697 028292
HIND, PIANO. LONDON SINFONIETTA.
Director: OLIVER KNUSSEN.
LONDON SINFONIETTA SINF CD3-2006
Sin duda, obras claves de
Takemitsu y una lectura, la de
este disco, de plena referencia.
D.R.C. Pg. 108
VAUGHAN WILLIAMS:
Sinfonía nº 1. SUSAN GRITTON, GERALD
FINLEY. CORO Y ORQUESTA SINFÓNICA DE
LONDRES. Director: RICHARD HICKOX.
CHANDOS CHSA 5047
La elegancia de esta chelista corre
pareja a su inspiración. Un disco
extraordinario. S.M.B. Pg. 83
Con Hickox llegamos al fin a una
versión plenamente convicente de
la partitura, que sabe aunar en
una pieza todas las sugerencias de
obra tan torrencial. C.V.W. Pg. 109
FREITAS BRANCO: Concierto
para violín y orquesta. BRAGA
SANTOS: Encruzilhada.
VIVALDI: Conciertos para
violonchelo. CHRISTOPHE COIN,
violonchelo. IL GIARDINO ARMONICO.
Director: GIOVANNI ANTONINI.
Divertimento nº 1. ALEXANDRE DA
COSTA, violín. ORQUESTA SINFÓNICA DE
EXTREMADURA. Director: JESÚS AMIGO.
VMS 158
Estamos ante una de las mayores
sorpresas de los últimos meses.
J.P. Pg. 89
HAYDN: Capricho. Sonatas.
Fantasía. Variaciones.
ANDRÁS SCHIFF, piano.
HUNGAROTON HDVD 32441
Si Haydn necesitaba un campeón
ya lo ha encontrado. Se llama
András Schiff y quien lo oye tocar
(y hablar) se convierte inevitablemente en adepto. Para oír (y ver)
muchas veces. A.B.M. Pg. 122
PURCELL: Fantasías. RICERCAR
CONSORT. Director: PHILIPPE PIERLOT.
MIRARE MIR 012
Las interpretaciones sondean en
las profundidades de unas obras
de ardua y compleja polifonía, de
enorme atractivo. Extraordinario
disco. P.J.V. Pg. 100
64
SCHUBERT: Sonatas para piano
NAÏVE OP 30426
Il Giardino suena transparente,
muy atento siempre a las inflexiones de Coin, solista excepcional.
Otro punto álgido de la Edición
Vivaldi de Naïve. P.J.V. Pg. 110
THE ROAD TO PARADISE.
Obras de Tallis, Parsons, Britten, Byrd,
Sheppard, Rodney Bennett, Tavener,
Holst, Harris y Howells. GABRIELI
CONSORT. Director: PAUL MCCREESH.
DEUTSCHE GRAMMOPHON 477 6605
Una de las grandes grabaciones
corales aparecidas en los últimos
años en el mercado discográfico.
C.V.W. Pg. 119
DISCOS
Año XXII – nº 222 – Septiembre 2007
R. VILLAZÓN
Novedades líricas
N. DESSAY
BOHEMIOS, LIBERTINOS,
CALIFAS Y DIOSES
C. BARTOLI
J. D. FLÓREZ
Kessell
U
T. Leighton
SUMARIO
ACTUALIDAD:
Bohemios, libertinos, califas y dioses . . . . . . . 65
REFERENCIAS:
Schubert: Winterreise. A.R. . . . . . . . . . . . . . . 66
ENTREVISTA:
Magdalena Kozená. A.H. . . . . . . . . . . . . . . . . 68
ESTUDIOS:
Concertgebouw (1970-1980). S.M.B. . . . . . . . 69
Shostakovich: Kondrashin, Rostropovich. S.M.B. 70
Brilliant: Edición Mravinski. E.P.A. . . . . . . . . . 70
REEDICIONES:
Hyperion Helios. A.B.M. . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Warner Apex. D.A.V. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
EMI Encore. C.S.M. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
Gala. A.V. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Ponto. A.V. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
Membran. B.M. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
Walhall. A.V. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
Capriccio Aus den WDR Archiven. B.M. . . . . 76
Philips Originals. J.A.G. . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
DISCOS de la A a la Z . . . . . . . . . . . . . . . 78
DVD de la A a la Z . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
NEGRO MARFIL. P.E.M.. . . . . . . . . . . . . . . 127
ÍNDICE DE DISCOS CRITICADOS . . . . . 127
na nueva Bohème se cuenta entre los inmediatos proyectos
operísticos de Deustche Grammophon. Rolando Villazón y
Anna Netrebko —una de las más mediáticas estrellas del
sello amarillo— integran la pareja protagonista, dirigida en
Múnich por Christian Thielemann; entre las próximas grabaciones
de la joven soprano rusa figuran igualmente los bellinianos Capuletos y Montescos (también para DG) en compañía de Elina
Garanca. Otro Bellini, el de La sonámbula, hará su aparición en
el catálogo de Virgin con la grabación efectuada por Evelino Pidò
al frente de un cuarteto estelar integrado por Natalie Dessay,
Francesco Meli, Carlo Colombara y Sara Mingardo, protagonistas
de la obra en versiones de concierto efectuadas en París y Lyon.
Con su esperadísimo Don Giovanni, el belga René Jacobs
concluye para Harmonia Mundi la mozartiana trilogía Da Ponte.
Johannes Weisser, Alexandrina Pendatchanska, Olga Pasichnyk,
Lorenzo Regazzo y Kenneth Tarver dominan el elenco de voces.
Por su parte, Naïve prepara en formato DVD la edición de La
pietra del paragone rossiniana dirigida en el Châtelet parisino
por Jean-Christophe Spinosi y Alan Curtis, tras el Davide de
Conti para Virgin, regresa a Haendel —reciente aún su Floridante— con Alcina. Joyce DiDonato asumirá el rol titular en este
registro que publicará DG.
Virgin, pero esta vez en DVD, editará la Manon de Massenet
representada el pasado mes de junio en el Liceo; con puesta en
escena de David McVicar y Víctor Pablo Pérez en el foso, el
reparto incluye a Natalie Dessay —que grabará también un recital dedicado al repertorio con el grupo Concerto Köln—, Rolando Villazón y Manuel Lanza. Y otra (si bien, la misma) Manon, la
Manon Lescaut pucciniana, pasará a engrosar el catálogo de
EMI gracias a la pareja Gheorghiu-Alagna.
Christophe Rousset y su grupo Les Talens Lyriques destacan
igualmente entre los protagonistas de dos de las más atractivas
novedades operísticas del último trimestre del año. Los micrófonos de Universal y el patrocinio de la Fundación Caja Madrid
harán posible la edición de Il tutore burlato de Martín y Soler e
Il califfo di Bagdad de Manuel García, escuchados recientemente en diversoso puntos de nuestra geografía. En formato DVD,
Decca nos ofrece este mes el Don Pasquale donizettiano de Flórez, Rey, Raimondi y Santi (Decca) y Bongiovanni edita el infrecuente Aroldo de Verdi, filmado en Piacenza con dirección
orquestal de Pier Giorgio Morandi, escénica de Pier Luigi Pizzi y
las voces de Gustavo Porta y Adriana Damato.
Y en el capítulo de reediciones en DVD DG se apunta notables tantos: El ocaso de los dioses wagneriano de James Levine
en el Festival de Bayreuth de 1997 con Polaski, Schmidt y
Struckmann; el Parsifal de Jerusalem, Randova, Sotin y Salminen
dirigido por Horst Stein en Bayreuth el año 1981; la infrecuente
Francesca da Rimini de Zandonai a cargo de Domingo, Scotto,
MacNeil y dirigida por Levine en 1984 desde el foso del Metropolitan y La traviata de Levine-Zeffirelli, igualmente para el teatro neoyorquino, con Stratas y Domingo.
Por último, el apartado de recitales incluye sustanciosas novedades: arias de Rossini por el contratenor Max Emanuel Cencic
(Virgin); dúos de operetas vienesas por Angelika Kirchschlager y
Simon Keenlyside (Sony-BMG); arias de Mozart, Salieri y Righini
por Diana Damrau (su debut en Virgin); arias de Cilea, Donizetti,
Gomes, Mercadante, Ponchielli y Verdi con Villazón en su primer
recital en solitario para DG; el esperado homenaje a Rubini de
Juan Diego Flórez y el nuevo disco de Cecilia Bartoli, Maria —
con páginas de María Malibrán, Manuel García, Rossini, Bellini,
Hummel y Halévy, entre otros—, ambos editados por Decca.
65
D D
I SI CS O
C O
S S
REFERENCIAS
Franz Schubert
VIAJE DE INVIERNO
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o exageramos si decimos que el segundo
ciclo liederístico de
Schubert, Winterreise D. 911,
se ha grabado más de 150
veces y que ahora mismo es
posible encontrar en el mercado al menos la mitad de esos
registros, en algún caso en formato DVD. El cuaderno, editado por Haslinger, apareció en
dos entregas a lo largo de
1828, la segunda fallecido ya
el compositor. La obra continúa y perfecciona las constantes que caracterizaban a La
bella molinera, con palabras
del mismo poeta, Wilhelm
N
más subjetivo en la que el
declamado y un cierto énfasis
aportaban carácter a esas “24
estaciones de la desesperación”, como ha sido definida
esta colección de lieder.
El timbre del artista alemán, que también cambió y se
oscureció con el tiempo, a
medida que su emisión perdía
tersura y redondez, quedaba
fijado en la grabación de la
Radio de Colonia de 1952,
recuperada por el sello Verona, en la que contaba 27 años,
con una pureza singular. El
instrumento suena fácil, vigoroso, bien colocado, con esas
(1955, Salzburgo, Orfeo; Prades, INA; 1962, EMI; 1971,
DG), Demus (1965, DG),
Barenboim (1971, EMI). Y en
el albor de los tiempos, el contacto con Klaus Billing en la
Radio de Berlín (1947, Movimento Musica); una interpretación juvenil de rara plenitud.
En una línea anticipadora
de esta lejana recreación es
justo mencionar al siempre
estimulante y refrescante Gerhard Hüsch, un barítono muy
lírico, timbrado, ligeramente
gutural y dotado de una gracia
especial para delinear la melodía, establecer las cuidadas
tanto en la expresión del pesimismo del lied Lágrimas heladas como en la violencia y agitación de Mirada retrospectiva,
o en la esperanza en la engañosa La posta; o, en fin, en el
tranquilo e inquietante desgarro de El tocador de zanfoña,
que da cima a la serie. En principio son dos las versiones en
las que podemos descender a
los infiernos con Hotter, una
de 1943 con Michael Raucheisen (Voce della Luna) y otra de
1954 con Moore (EMI). Es
aquélla la que es preciso conocer. La voz está en plenitud
(andaba ya abordando los
Müller. En pocas ocasiones se
ha pintado con tanta precisión
y dramatismo la soledad, la
desolación y la desesperanza y
se ha calado tan hondo en la
intimidad de un ser humano
en ese viaje hacia la nada.
Prácticamente todos los
grandes cantantes del género
han grabado la integridad del
ciclo; sobre todo, como parece
lógico, varones. Recordemos
que los lieder están previstos
para voz de hombre. Aunque
Schubert tenía voz de tenor y
las partituras habituales aparecen en clave de sol, fue el
barítono Michael Vogl, amigo
personal del compositor,
quien los creó. En cualquier
selección que hagamos de
entre las mejores interpretaciones, sin duda aparecerán entre
ellas una o más del barítono
alemán Dietrich Fischer-Dieskau, un auténtico campeón,
del que pueden ahora mismo
localizarse diez registros, de
1947 a 1990, aparte alguno
que otro pirata. Escuchándolos
seguimos perfectamente la
evolución de la voz y el arte
del barítono berlinés, que en
su interpretación ha saltado,
con diversas alternancias, de
un concepto cantabile, objetivo, respetuoso con lo que,
según un ensayo de Leopold
Sonnleithner —como apunta
Kurt Malisch—, quería Schubert, a una mirada de carácter
típicas claridades y faltas de
mordiente de las notas agudas,
pero con la inmensa capacidad para apianar a través de
canónicas medias voces, falsetes, falsetes reforzados y voces
mixtas, en ocasiones de una
blancura angélica. Bagaje técnico del que hace gala el cantante a lo largo de las 24
magistrales piezas, a las que
dota de un intenso lirismo y
de un dramatismo de fondo
excepcionales, bien subrayados por el magnífico Hermann
Reuter desde el teclado. Una
interpretación de una versatilidad y de una amenidad impresionantes y que se coloca ya a
la cabeza de las que nos ha
legado y de las que han recreado, casi siempre más imperfectamente, otros barítonos.
Aquilatando mucho, elegiríamos para la gloria también la
grabada en 1985 al lado de
Alfred Brendel por Philips, en
donde la expresión, en ocasiones a través del semideclamado, se hace desoladora; a lo
que ayuda mucho el límpido y
recogido piano, introvertido,
poético, de un romanticismo
diáfano. Más lejos iría el cantante, junto a Murray Perahia,
en el dramático parlato de su
incisión de 1990 para Sony.
En el camino encuentros,
casi siempre maravillosos, con
otros pianistas: Hertha Klust
(Berlín, 1953), Gerald Moore
dinámicas y desarrollar con
agilidad los pasajes rápidos.
Una versión espontánea, que
ve el lado menos sombrío de
la colección y que figuraría al
lado de las de colegas de la
época como el barítono Rehkemper o los tenores Erb o
Patzak si pudiéramos disponer
ahora de ellas. Lo acompañaba, en un registro de 1933 de
escasa calidad sonora, recogido por Pearl, el pianista —
también director— Hanns Udo
Müller. Muy diferente es la
monumental aproximación de
Hans Hotter, que con su imponente instrumento de bajobarítono o barítono heroico,
es capaz de dar con las claves
más profundas y trágicas de
estos lieder. Una visión oscura, de una dimensión colosal,
en la que, sin embargo, el cantante sabe plegarse con la
mayor de las delicadezas, con
un sentido de la frase, del
matiz y del juego dinámico
extraordinarios, a la honda
poesía que emanan de la
música y de las palabras.
Terrorífico. Austero y desnudo, libre de cualquier ganga,
efectismo o complacencia. La
manera en la que el intérprete
adelgaza la caudalosa voz tiene que ver tanto con el talento
como con una técnica que
permite una flexibilidad absolutamente necesaria. Así, no es
raro que Hotter nos cautive
grandes personajes wagnerianos, de los que hay algún eco
en esta visión). En la segunda
ni el instrumento ni la concentración eran ya iguales.
Muy distinto, procedente
de la elegante línea de la
mélodie francesa, hijo artístico
de los Bernac, Panzera o Croiza, es naturalmente Gérard
Souzay, de timbre eminentemente lírico, no exento de
inflexiones de un dramatismo
inhabitual en el repertorio
galo. La voz no era de una
calidad soberana ni de una
belleza refulgente, pero el
arte, la musicalidad, la finura
de enfoques, la dicción, el
manejo de los reguladores, los
hábiles falsetes y medias voces
—en ocasiones emparentados
con los de Dieskau—, la
exquisitez de la exposición, lo
compensaban ampliamente.
Pocas veces, a no ser en algunas de las interpretaciones del
berlinés, se ha llegado a hilar
tan fino y, eso es lo destaca-
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REFERENCIAS
ble, de forma tan natural, tan
sencilla, tan clara. Y ello sin
prescindir de una concentración superior, la que da la clave tantas veces para desentrañar el mensaje que portan las
canciones. Los claroscuros que
Souzay conseguía en lieder
como En la Aldea o La corneja, el refinamiento de El tilo no
están al alcance de cualquier
barítono. Claro que tampoco
es normal contar con un pianista tan atento y colaborador
como Dalton Baldwin. Philips
recopiló en un álbum de cuatro CDS esta interpretación
junto a las que los mismos
artistas tienen registradas —
entre 1960 y 1977— de La
bella molinera y de la casi
totalidad de Canto del cisne y
de otros lieder.
Volvemos al área germana
con Hermann Prey, artista
emotivo, de directa expresividad, dotado de una emisión
realmente curiosa, un tanto en
la gola pero al tiempo con
amplias resonancias en los
senos nasales y frontales que
otorgaban a su voz una sonoridad muy especial, inconfundible, de un brillo raro y de un
tinte oscuro que, en disco,
hacía pensar en un instrumen-
bablemente mejor intérprete
de La bella molinera, su Viaje
de invierno creemos que se ha
de colocar entre los grandes
de la discografía. Fue editado
por EMI en 1961 en un álbum
de tres CDs que incorporaba
también canciones de Beethoven y Brahms y otras variadas
de Schubert. Al piano el excelente Karl Engel. Emoción,
insolencia expositiva, arrebato
son algunos de los atributos
de una versión que no suele
citarse entre las más importantes y que posee, a la luz de lo
dicho, innumerables valores.
En pocas oportunidades nos
será dado escuchar una tan
apasionada recreación de La
posta o un tan lírico El tilo.
Como pocos, Prey da con la
clave para reproducir, con un
canto de una pureza sensacional, la más idílica y quizá
menos problemática de las
piezas, aunque Sopeña se refiriera a ella como “sueño de
amargo despertar”: Frühlingstraum (Sueño de primavera).
Nos trasladamos ahora al
año 1996, en el que Matthias
Goerne, con la colaboración
del estudioso, investigador y
pianista Graham Johnson, uno
de los músicos que mejor
conoce este mundo y que dirigió en su momento la integral
absoluta de los lieder del vienés para Hyperion, consiguió
una de las interpretaciones de
referencia y que debe figurar
en el podio definitivo. Seguía
el barítono nacido en Weimar
los pasos de Fischer-Dieskau,
con quien había trabajado este
repertorio y del que había recibido sustanciosas enseñanzas.
más acusado; y, sin duda, una
menor extensión por arriba, en
donde, a partir del mi o fa,
abre y clarea o se esconde en
la gola. Hay en esa emisión
una cierta cerrazón poco sana,
que se ha venido agudizando
con los años. Pero en 1996
todavía era muy potable ese
canto, realizado además con
recursos expresivos de primer
orden y un tinte poético que
todo lo embargaba. Pocas
interpretaciones tan profundas
y desnudas de El tocador de
zanfoña, de ese desgarrado
Der Leiermann, como la suya.
Emoción a raudales por las
sendas de los sentimientos más
oscuros y pesimistas.
Pueden
citarse
otras
muchas versiones, en algún
caso desaparecidas hace poco
o todavía en catálogo. En ellas
intervenían famosos y conspicuos cantantes, como los bajos
Josef Greindl, Martti Talvela o
Kurt Moll, que, por su colorido, brindan, con sus distintas
características, la imagen más
siniestra de la tragedia. Quizá
el último, en su registro de
1982 para Orfeo, junto a Garben, sea el más afortunado,
bien que la voz del segundo
(1983, BIS) sea mejor y que la
nasalidad del primero (1957,
Preiser) proporcione un toque
sombrío y terrorífico. Ni Peter
Schreier en sus dos versiones,
una de ellas con Richter (1985,
Phillips), ni Peter Pears con
Britten (1967, Decca), ni
Anton Dermota, ya mayor
(1976, Preiser) alcanzan las
más altas cotas, pese a sus
méritos. De interés en cualquier caso, la recreación de un
Wolfgang Sawallisch (1997,
EMI). Estimulante la grabada
en 1996 para Teldec por el
tenor Christoph Prégardien, de
tan recurrentes falsetes, sobre
todo por el fortepiano de
Andreas Staier.
Nos parecen espléndidas
las modernas aproximaciones
de Dietrich Henschel acompañado de Irwin Gage (2000, Teldec), de milimétrica y detallista
recreación de efectos de buena
ley, pese a su cortedad en la
zona alta y a sus progresivos
engolamientos, y de Christian
Gerhaher —que cuenta con un
instrumento más equilibrado—
junto a Gerold Huber, de naturalidad expositiva muy inteligente (1999-2003, Arte Nova) y
de un lirismo bien entendido.
Y en particular, y ésta ha de
figurar en nuestro imaginario
podio, la última realizada en
DVD por Thomas Quasthoff al
lado de Barenboim en una
toma en la Philharmonie de
Berlín de 2005 para Deutsche
Grammophon. Pulcra manera
de frasear, rigurosa acentuación, nítida dicción, intensa
expresión. El cantante nos
hace llegar sus pulsiones de
una forma muy directa, espontánea en apariencia, matizada
pero nunca manierista; lo que
constituye una de sus mejores
virtudes. El timbre, el de un
barítono lírico, lleno, pastoso,
noble, no especialmente penetrante, de graves sonoros,
médium ancho y agudo firme
aunque claro y no siempre
proyectado según los cánones
a los resonadores superiores,
se mantiene igual, homogéneo, lo que garantiza la regula-
to de mayor dimensión, de
volumen más grande. Pero la
riqueza del timbre y de los
armónicos disimulaban esa
cortedad a la vez que concedían una grata y pastosa pátina
de reflejos muy cálidos, que
eran bien empleados por el
barítono, en todo caso, lírico,
para enunciar un canto sincero, convincente, de una expresividad a flor de piel, de una
comunicatividad envolvente.
No es extraño por tanto que
brillara a gran nivel en estos
lieder schubertianos. Aunque
por sus características era pro-
Lo que se nota a poco que
pongamos la oreja. Ese mismo
olfato para clarificar una frase,
para matizarla refinadamente,
para colorearla a base de un
buen control de reguladores;
esa misma expresión transida,
un tanto teatral en busca de
una elocuencia no siempre
obtenida por los caminos más
directos. Incluso en la forma
de emitir y de decir se aprecian las conexiones; aunque
Goerne posee, y con el curso
del tiempo, en mayor medida,
una sonoridad más oscura y un
engolamiento general mucho
maduro Ernst Haefliger con el
fortepianista Dähler (1980,
Claves) y la más atípica, pero
de una intensidad alucinada,
de la mezzo Brigitte Fassbaender con Aribert Reimann
(1988, EMI), que saben dar el
tono desgarrado y desgarrador
que tienen muchos de los lieder. Aceptable la lectura del
siempre buen músico Olaf Bär
con Geoffrey Parsons (1988,
EMI) y de menor interés las de
Robert Holl con Richter (1980,
Preiser), Andras Schmidt junto
a Rudolf Jansen (1980, DG) y
Thomas Hampson al lado de
ridad del sonido. Pero el canto
es dúctil, adecuadamente dibujado, de ese refinamiento que
nace de las cosas bien hechas
y acabadas. En Der Leiermann
Quasthoff va de la voz plena al
falsete reforzado con destreza
y se nos brinda menos alucinado que en otras interpretaciones. La voz tiene su vibración,
su carne y ondula y matiza con
gran finura. La desolación, no
obstante, se impone, aunque
quizá con menor amargura de
la esperada.
Arturo Reverter
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ENTREVISTA
Magdalena Kozená
“UNA JOYA TRAS OTRA”
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on una disposición total a
lanzarse de cabeza en el
papel de una mujer enloquecida o de un hombre vengativo, Kozená ha logrado crear una gama de irresistibles
retratos. Comentó que elegir el
repertorio para esta grabación
fue un verdadero placer: “No
todos los días te ofrecen la
posibilidad de grabar las arias
de Haendel, así que escogí mis
favoritas. Hay muchas memorables, por supuesto, pero he
intentado cubrir una gran
variedad de personajes. Hay
muchas escenas de locura y
dramáticas, suelo escoger las
que te agarran desde dentro”.
Muchas de las composiciones vocales de Haendel deben
ser irresistibles para una mezzo con unos agudos de soprano aparentemente naturales y
una destreza de coloratura
envidiable. “Por supuesto, hay
mucha música magnífica donde se puede hacer resaltar la
técnica, las notas rápidas, agudas o graves” dice Kozená.
“Pero esto sólo me interesa si
se justifica con las emociones.
Y hay tanta música aquí que
es profunda y emocional”. En
realidad, cuando escuchó la
primera edición de la grabación, Kozená quedó sorprendida por la intensidad de la
música. “¡Era casi como si
tuvieras que interrumpir la
escucha sólo para respirar!”.
Gracias a su impresionante
registro vocal, puede interpretar diez personajes muy diferentes, con exigencias vocales
muy distintas. “En la música
barroca, a veces puedo cantar
de contralto, a veces de soprano, me encanta usar los registros de mi voz para crear colores. Si canto Oh! Had I jubal’s
lyre, tiene que ser con una voz
angélica, mientras que para la
escena de la locura de Orlando, se puede cantar hasta con
sonidos un tanto feos, porque
eso dice algo sobre su estado
de ánimo”. Demuestra tanto
empeño en llegar a la esencia
de un personaje, que Kozená
es capaz de correr riesgos que
otros cantantes no se atreverían a intentar —adentrándose
profundamente en la emisión
de pecho, por ejemplo. “Lo
que aprendí hace años de
Marc Minkowski es que la
música barroca no siempre trata de la belleza. Puedo cantar
las notas extremas, las muy
agudas y las muy graves, pero
no es mi registro natural. Así
consigo un sonido que posiblemente no sea tan bonito
pero que dice mucho más en
cuanto al texto —en concreto
sobre la locura del personaje
en ese momento”. Para ella, lo
más importante es el carácter.
“Por supuesto que somos cantantes, y el público siempre
desea escuchar sonidos hermosos. ¡Pero la verdad es que
por mi parte me aburro después de diez minutos de escuchar a un cantante que no
hace más que producir hermosos sonidos!”.
Aunque Kozená ha cantado algunas de estas arias en
concierto antes, fue un reto
crear la misma intensidad en
el estudio de grabación. “Es
difícil coger una escena de
una ópera y crear el ambiente.
En la ópera completa se ve el
desarrollo hasta el momento
en el que ocurre el aria”. Pero
incluso en el estudio lo ha
conseguido. “Fue gracias a
esta maravillosa orquesta, la
Orquesta Barroca de Venecia.
Era la primera vez que trabajaba con estos músicos. Me
inquietaba la idea de hacer
una grabación sin antes haber
hecho conciertos con ellos.
Primero, cantar delante de un
público. Así me siento inspirada y la adrenalina me ayuda a
profundizar en mí misma. Pero
con esta orquesta no parecía
que estuviéramos haciendo
una grabación en absoluto. Es
cierto que ellos tocan esta
música a menudo y reaccionaban a cada palabra que cantaba porque es su lengua materna. Espero volver a trabajar
con ellos muy pronto”.
El único papel íntegro que
Kozená ha cantado en el escenario es el de Sesto de Giulio
Cesare, en una producción de
Marc Minkowski en Ámsterdam en 2001. “La puesta en
Kasskara / DG
Es una sorpresa descubrir que Magdalena Kozená, cuya rica y flexible voz de mezzo parece el instrumento
perfecto para el drama barroco, nunca haya hecho una grabación de arias operísticas de Haendel. La única vez
que ha intervenido en un CD de una ópera de Haendel es en el papel de Cleopatra de Giulio Cesare, dirigida
por Marc Minkowski, para el sello Archiv Produktion en 2003. Ahora ha salido esta joya de grabación en la
que Kozená canta los papeles de Ariodante, Alcina, Theodora, Orlando y muchos otros de las extravagantes
creaciones dramáticas de Haendel.
escena fue muy hermosa, y el
momento del aria (Cara
speme), inolvidable. Este hombre, desesperado, está deseando que las cosas salgan lo
mejor posible, y el aria es
como una oración. Recuerdo
que estaba de rodillas en el
escenario y todo se detuvo
para esta música. Dejé que mi
alma rezara”. Es uno de los
momentos más hermosos y
serenos de la grabación; un
dichoso contraste a la frenética
cascada
de
notas
de
Agrippina, por ejemplo, la
escena de locura de Dejanira
de Hércules.
“¡Ah, sí, las escenas de
locura!”, se ríe Kozená de su
selección melodramática. “Por
supuesto, no me gustaría vivir
como algunos de estos personajes. Pero incluso en las
escenas de locura existen
muchas emociones que experimentamos en la vida real.
Para mí es importante vivir
una vida plena, sentir cosas
diferentes y poder expresarlas
cuando estás interpretando.
Por ejemplo, Alcina es esa
maravillosa diosa que está
siempre aprovechándose de
los hombres, pero de repente
se encuentra enamorada por
primera vez. La música al
principio de este aria (Ah! Mio
cor!) es como el latido de su
corazón. Se puede escuchar la
conmoción que le provoca —
‘Dios mío, eso no tenía que
haber pasado, nunca he sentido nada igual’. Son momentos
muy especiales que todos
podemos hallar en la hondura
de nuestra experiencia”.
Estas arias se encuentran
entre las mejores de las aproximadas cincuenta óperas y
dramas musicales que se calculan escritos por Haendel, y
esta interpretación conmovedora y apasionada de Magdalena Kozená es un tributo a su
genio dramático. Como ella
misma dice, “Es una alegría
colocar una joya tras otra”.
Amanda Holloway
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ESTUDIOS
Orquesta del Concertgebouw
LA DÉCADA EN QUE TODO CAMBIÓ
ANTOLOGÍA DE LA REAL
ORQUESTA DEL
CONCERTGEBOUW DE
ÁMSTERDAM (1970-1980)
Vol. 4.
14 CD RCO 06004 (Diverdi). ADD. N
PM
P
or aquel entonces íbamos
a Ámsterdam, pero no a
oír música. Si acaso, nos
atrevíamos a entrar en el
Museo Van Goh. Siempre
había algún amigo español que
te inculcaba doctrinas disuasorias: el Rijksmuseum y el Concertgebouw, bah, cosa burguesa asquerosa. Todo estaba en
la misma plaza, pero Van Gogh
tenía su disculpa. No así los
otros dos edificios. Además, no
era tan fácil conseguir una
localidad para un concierto, y
tampoco pagarla. Eran años en
los que ibas a París y todavía te
sentías bastante en casa. Pero
en Ámsterdam, no, ni mucho
menos; por caras, por precios,
por todo, chico. Felizmente,
nos recuperamos pronto, tanto
de esto como de los consejitos
disuasorios.
Llega la cuarta antología de
la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam. Ahora, la
década de los setenta. Son de
nuevo registros radiofónicos de
esos momentos únicos, pero
que la fonografía hace repetibles. Y aquí nos llegan,
muchos años después, con
muy buen sonido, con propuestas que en muchos casos
siguen sorprendiendo. El aficionado puede advertir a primera vista que ahí está una
parte significativa del gran
repertorio, desde el entonces
renovador Harnoncourt para
Mozart, hasta dos prestaciones
de Otterloo que acaso sorprendan a más de un aficionado: un
magnífica Cuarta de Beethoven y un sensacional acompañamiento a Perlman en el Concierto para violín de Brahms.
Ormandy todavía viajaba a
Ámsterdam, y daba una muy
bella Séptima de Sibelius en
1969. Ojo con ese Bruckner de
Giulini, la última sinfonía, la
inconclusa, en una lectura inspirada y de alto vuelo. Giulini
ofrece también tres cuartos de
hora del Romeo de Berlioz, con
momentos sublimes como la
Escena de amor. No pasemos
de largo ante la Renana de
Leitner, un momento mágico
en enero de 1973. Tuckwell se
beneficia del acompañamiento
de Leitner durante esa misma
velada y ambos consiguen, con
esta maravillosa orquesta, un
insuperable Cuarto Concierto
para trompa de Mozart en el
que no sabemos si nos sorprende más la frase del solista,
que finge que aquello es muy
sencillo; o el legato infinito de
batuta y conjunto.
Ancerl recibía invitaciones
permanentes, y en ese momento ya era un exiliado que viviría
poco: atención a ese Haydn, a
ese Rachmaninov y, sobre
todo, a ese tenso, conmovedor
César Franck. Lo mismo que
Kondrashin, que ofrece una
muy clásica y bella Italiana de
Mendelssohn, que visita a Sibelius (y nos hace lamentar que
no tengamos a mano abundantes registros suyos del finlandés), que acompaña a Rostropovich en unas sensacionales
Variaciones Rococó, que se
atreve con Scriabin y expone la
sinfonía por él “descubierta” al
cabo de 25 años, la Cuarta de
Shostakovich.
Bernard Haitink, sensacional titular durante mucho tiempo de esta orquesta insuperable, aparece aquí con un excelente Mahler, La canción del
lamento, con el apoyo de solistas vocales muy adecuados,
muy inspirados, muy expresivos; y aparece, sobre todo, con
dos partituras de gran interés
de compositores de la patria,
de Holanda: Frederik Bon, que
había sido asistente en esta
misma orquesta unos años
antes del registro que aquí queda, de 1978, cuando se estrenaba esta obra, Le printemps, primer movimiento de una obra
vocal más amplia basada en
Verlaine; y Ton de Leeuw, con
una obra stravinskiana en la
disposición instrumental, en los
timbres y hasta en el título
(aunque en este caso no se trata de un estreno).
Por ahí está el joven Jesús
López Cobos, acompañando
con inspiración y rigor a Vera
Badings en el Concierto para
arpa de Ginastera (en 1977). Y
maestros por entonces ya
venerables como Jochum con
Arrau (Concierto de Schumann) o él solo frente al conjunto (Serenata de Reger); y,
de manera especial, en ese
Bach nada histórico, nada filológico, pero de una belleza
perturbadora, en la que tiene
grandísima importancia la voz
dulce y acariciadora de Elly
Ameling. O como Jean Fournet, que va a Ámsterdam al
menos dos veces, y no a lucirse, sino a defender la música
de compositores como André
Caplet o André Jolivet, en sendas piezas concertantes con
dos espléndidos solistas. A
mitad de camino entre el
joven López Cobos y estos dos
veteranos, Colin Davis cumplía por entonces cincuenta
años, y hacía magistrales lecturas de Stravinski, como bien
sabemos; y también de Elgar,
lo cual es menos notorio entre
los aficionados.
La música contemporánea
está presente siempre en los
ciclos de esta orquesta. Atención a los dos polacos, Baird y
Lutoslawski, en dos obras
poco conocidas y poco menos
que imprescindibles. Entre las
obras de seniors del siglo XX
destaca Las bodas de Stravinski dirigida por Felix de Novel
en noviembre de 1971, unos
meses después del fallecimiento del compositor. O las
Improvisaciones Britten de
Walton, dirigidas nada menos
que por el mozartiano Josef
Krips, una obra en la que el
mayor homenajea al joven
(Britten tenía once años
menos que Walton; y estamos
todavía en 1972, no es un
homenaje póstumo); Walton
había hecho algo parecido
años antes con un tema de
Hindemith, siete años mayor
que el compositor británico.
Precisamente Krips acompaña
a Badura-Skoda en una bella
lectura de una obra concertante poco conocida de otro de
los mayores en edad del siglo
XX, el suizo Frank (estamos en
1972, todavía vive Frank). Martin Rudolf Escher, compositor
holandés, tiene su momento
brillante en este álbum gracias
a la lectura impecable de su
Sinfonía para diez instrumentos debida a la batuta del pianista y director Reinbert de
Leeuw. Atención a esta obra,
que es para pocos instrumentos, pero que tiene un alcance
sinfónico por aliento y por
duración que puede sorprender por la asociación de ideas
que acaso sugiere el título.
No aparece Bartók, que ha
estado muy presente en la
antología anterior; y la escuela
de Viena sólo está representada por una magnífica lectura
de El vino por Elly Ameling
(que también se atrevía con
este repertorio tan ajeno a su
Schubert y a su Bach) y la
batuta sabia, rigurosa e inspirada de Erich Leinsdorf. Ese
CD, el noveno de este álbum,
contiene los atrevimientos
vanguardistas a los que se
aventura por entonces la venerable orquesta de Ámsterdam:
Maderna, Boulez, Berio y el
holandés Jan van Vlijmen.
Berio vuelve a aparecer en su
propia batuta algo más tarde,
en esos años.
Los
aficionados
que
conozcan anteriores entregas
de estas antologías deducirán
en el acto en que lean la ficha
de esta reseña que una con
otra buscan el equilibrio en
cuanto a estilos, títulos y novedad que se dio en la década
en cuestión. Novedad como la
apertura a la vanguardia de
posguerra, entonces en plena
victoria, como le corresponde
a una vanguardia, término
militar por excelencia. Novedad en cuanto a batutas. Mas
también recuerdo de solistas y
batutas que no tardaron en
irse. Desde luego, no es
imprescindible una para disfrutar de la otra. Pero el aficionado bendecirá una vez más
el milagro del sonido grabado
y la existencia de ese inventazo que es la radio. Gracias a
ambas cosas tenemos testimonios así, obras de arte como
las que encierra este álbum.
Cuyas detalladas notas aparecen también el español.
Santiago Martín Bermúdez
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ESTUDIO
Kiril Kondrashin y Mstislav Rostropovich
PROFETAS
SHOSTAKOVICH: Sinfonías
nºs 1 a 15. Octubre op. 131. Se
alza el sol en nuestra patria op.
90. La ejecución de Stepan
Razin op. 119. Concierto para
violín nº 2 op. 129. ARTUR EIZEN,
bajo. GRUPO DE BAJOS DE LA CORAL
DEL ESTADO DE RUSIA. IEVGENIA
TSELOVALNIK, IEVGENI NESTERENKO.
VITALI GROMASKI. CORAL DEL ESTADO
DE RUSIA. DAVID OISTRAJ, violín.
ORQUESTA SINFÓNICA Y FILARMÓNICA
DE MOSCÚ. Director: KIRIL
KONDRASHIN.
11 CD MELODIYA MEL 1001065
(Diverdi). 1965-1975. ADD. R PE
tendiera a ello, aunque lo
pretendiera: es decir, con la
integral Rostropovich nos
quedamos cortos, no percibimos precisamente las grandes
cualidades de este compositor, aunque las veamos como
insuficiencias, como cosas no
logradas. Eso es esta integral:
la obra de alguien que fue un
gran artista, un grandísimo
violonchelista, un director a
veces inspirado, un profeta de
Shostakovich, pero no el gran
intérprete en el podio de este
compositor. Por mucho que
Slava diera a conocer la
auténtica versión de Lady
Macbeth de Mstensk en una
lectura de mucho interés; no
excelente, pero sí muy buena
y suficiente por sí misma. Y
no es el caso de la integral
sinfónica con dos orquestas
que ahora se reedita. Más la
Académica de Moscú para la
Sinfonía nº 14. Y con dos
procedencias en cuanto a
sello: Erato y Teldec. Hay
momentos especialmente graves: primer movimiento de la
Séptima, el terrible corazón
de la Octava que aquí no es
terrible, toda la Décima, toda
la Undécima; a cambio, y a
pesar de todo, hay momentos
felices en la Decimotercera y
la Decimocuarta, las vocales
de madurez; y detalles aquí y
allá que tienen valor sobre
todo porque conocemos la
obra del compositor, detalles
que son destellos que podríamos tomar por excepciones
inspiradas, cuando son autén-
tica marca de fábrica.
Felizmente, otros directores a lo largo de las décadas
han demostrado, desde muy
pronto, quién es ese compositor. El año pasado le dedicábamos en estas páginas un
dosier a Dimitri Dimitrievich
y, en el interior del mismo,
proponíamos una discografía.
No hará falta insistir en las
alternativas. Pero el caso es
que nos llega una de ellas, la
que fue primera en tanto que
integral (sabemos que no lo
fueron ni la amplia parcial de
Mravinski ni la pequeña parcial de Kurt Sanderling), la
dirigida por Kiril Kondrashin.
Recuerdo cómo nos sorprendía Kondrashin con sus entregas parciales, y cómo nos sorprendió la integral que publicó Hispavox en nuestro país.
Eran tiempos todavía soviéticos, y los comentarios tenían
mucha miga. Creo que ya lo
he dicho y repetido: daría
algo por recuperarlos, por
fotocopiarlos o volverlos a
leer. Alguien los tendrá todavía, caramba. Lo cierto es que
Kondrashin conseguía sorprendernos también cuando
se pasó a Occidente: cómo no
estará de harto para hacer eso
a esa edad, nos decíamos. Por
lo demás, no vamos a darle
vueltas: esta integral es más
que suficiente para conocer el
sinfonismo de este compositor
que cada día compone mejor,
que crece y crece con el tiempo, que ha cumplido un centenario brillantísimo y asom-
SHOSTAKOVICH: Sinfonías
nºs 1 a 15. GALINA VISHNEVSKAIA,
INCOLA GHIUSELEV, MARK RESHETIN.
LONDON VOICES. CORO MASCULINO DE
LA ARTS SOCIETY DE WASHINGTON.
ORQUESTA ACADÉMICA DE MOSCÚ.
ORQUESTA SINFÓNICA NACIONAL DE
WASHINGTON. SINFÓNICA DE LONDRES.
Director: MSTISLAV ROSTROPOVICH.
12 CD WARNER 2564 64177-2. 19891994. DDD. R PM
S
70
i no hubiera otra integral
sinfónica de Shostakovich, la de Rostropovich
nos parecería idónea. Aunque
acaso pensáramos que ese
compositor soviético no era
para tanto. Pero nos valdría.
No sería una segunda opción,
puesto que no habría otra,
pero tomaríamos a Shostakovich como un compositor que
por sí mismo ya era segundo.
Excelente a veces, raras veces
profundo, casi nunca ácido ni
tampoco desolado, aunque
brado que en 1975, al morir el
músico, no podíamos imaginar. Atención a los platos
fuertes del menú, porque lo
son todas de estas quince sinfonías: las malqueridas Sexta y
Novena, aquí en lecturas que
equilibran lo desequilibrado
(o algo así); las favoritas y
aquí esplendorosas y conmovedoras Quinta y Séptima; las
trágicas y cada vez más valoradas
Undécima
y
Duodécima, aquí crescendos
que llegan a lo pavoroso; las
dos vocales del final, Decimotercera y Decimocuarta, desoladoras; la Cuarta, la oculta,
la que precisamente estrenó
Kondrashin, si bien con un
cuarto de siglo de distancia…
Para qué seguir, si la Décima
y la Decimoquinta son de un
nivel y una intencionalidad
semejantes. Para qué seguir, si
nunca comentamos las tres
primeras, y acaso seamos
injustos. Pero es que, como
hemos dicho en ocasiones,
todo tiene un límite. Por eso
no nos detenemos en Oistraj y
el espléndido Concierto nº 2,
con la sobrecogedora Ejecución de Stepan Razin, etc.
En resumen: quien no tenga la integral de Kondrashin,
ha de hacerse con ella; para
saber lo que es bueno, más
que nada; suena algo mejor
que antes, o eso diría yo; y
ahora llega en una cajita que
ocupa poco, a diferencia de la
enorme caja de antaño.
Santiago Martín Bermúdez
Brilliant
EDICIÓN MRAVINSKI
B
rilliant (Cat Music) nos
ofrece en un álbum de
10 CDs de precio económico (8593) toda una serie de
grabaciones radiofónicas de
Mravinski y la Filarmónica de
Leningrado hechas en conciertos públicos entre 1946 y
1983. La mayor parte de las
obras son de repertorio ruso y
evidentemente ahí es donde
más destacan orquesta y
director. Así, encontramos
una Quinta de Chaikovski
(1982), una Quinta de Shostakovich (1982), unos fragmentos del Romeo y Julieta de
Prokofiev (1983) y una Cuar-
ta de Glazunov (1948) de los
que no verán nada mejor en la
actual discografía (Mravinski
decía que las dos mejores sinfonías de la historia eran la
Quinta de Chaikovski y la
Quinta de Shostakovich.
Oyendo estas dos extraordinarias versiones, muy bien grabadas además, se entiende perfectamente el porqué de su
contundente afirmación). Del
resto, hay cosas ya publicadas
con anterioridad a precio caro
en ediciones de BMG-Melodiya, como la Música para cuerdas, percusión y celesta de Bartók (1965), la Novena de
Bruckner (1978) o la Francesca da Rimini de Chaikovski
(1972), intensísimas y angulosas recreaciones, a veces de
aristas cortantes, que también
merecen toda la atención. Después hay otras obras como la
Tercera de Khachaturian
(1983) o el Poema del éxtasis
de Scriabin (1959) soberbiamente interpretadas, pero cuyo
interés en sí es menor (al
menos para el que firma). Hasta aquí lo más destacado. Otras
cosas no están al mismo nivel
estilístico y musical, debido
también posiblemente a las
deficientes grabaciones soviéti-
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REEDICIONES
Hyperion Helios
EN LA VARIEDAD ESTÁ EL GUSTO
H
yperion (distribuidor:
Harmonia Mundi) relanza diez grabaciones
mayoritariamente realizadas
en la década de los noventa.
Se distinguen también por su
variedad y por su carácter sin
excepción recomendable, aunque esporádicamente algún
aspecto parcial o cierta contribución particular desmerezcan
un tanto del tono general.
Con el título
de Las bodas
del cielo y el
infierno
(CDH55273,
1990),
las
Gothic Voices presentan una selección de motetes
franceses del siglo XIII que la
dirección de Christopher Page
hace discurrir con elegancia y
una combinación de exactitud,
equilibrio, afinación, claridad
textual y buen juicio rítmico.
Entre las líneas individuales
destaca el tenor Rogers CoveyCrump. El mismo grupo y
director,
pero
éste
además con
destacadas
intervenciones solistas
al
arpa
medieval,
saben pasar de la solemnidad
eclesiástica a la suave delicadeza que requiere el grupo de
canciones cortesanas de Morton, Dufay, Frye, Binchois y
otros compositores del siglo
XV inglés en el disco titulado El
cas de esos años en los que el
sonido está algo desequilibrado y lejano: obertura de Las
bodas de Fígaro de Mozart
(1962), obertura del Cazador
furtivo de Weber (1952), páginas de Carmen y La arlesiana
de Bizet (1946), dos Nocturnos
de Debussy (1952) o las Sinfonías Segunda y Cuarta de
Beethoven (1940, 1949). De
cualquier forma, álbum excelente, uno de los legados de un
grandísimo director cuyas versiones de obras rusas son lo
mejor de lo mejor de la discografía de cualquier época. Interesante artículo en inglés de
castillo de la grata bienvenida
(CDH55274, 1985). Y, según en
su día valoró positivamente
Florentino Gracia Utrillas (véase SCHERZO, nº 64, pág. 56),
también los colegas del Coro
de la Catedral de Westminster bajo
la dirección
de
James
O’Donnell
aciertan en
su
rescate
(CDH55213, 1990) de los hermanos Anerio, Giovanni Francesco y Felice, dos de los máximos representantes de la llamada “escuela romana” ensombrecidos por la descomunal
figura de Palestrina.
De los veinte duetos italianos para
soprano y
contratenor
que en total
compuso
Haendel,
Gillian Fischer y James Bowman cantan deliciosamente
siete de la época de 1710-11 y
dos de la de primera mitad de
la década de 1740 (CDH55262,
1990). Es música pensada para
uso doméstico, pero con
numerosos pasajes de gran
intensidad que estos intérpretes abordan con conocimiento
de causa y experiencia en el
terreno parejos a los que
Robert King demuestra al frente de su grupo para lograr
efectos de máxima belleza.
En el otro extremo de la
Ates Orga, correcta presentación y precio de orillo. No lo
duden ni un momento.
Enrique Pérez Adrián
historia musical británica, Benjamin Britten (1913-1976) es
objeto de una amplia panorámica a cargo del The Nash
Ensemble de Lionel Friend
(CDH55225, 1995/1996). Abarca desde el Movimiento para
sexteto de vientos (de 1930) hasta el arreglo orquestal realizado
en 1976 de las Lachrymæ para
viola y piano (de 1950). En esta
obra el violista Roger Chase dista de alcanzar el último grado
de expresividad posible, pero
la mezzosoprano Jean Rigby en
la cantata Phaedra (de 1975,
dedicada a Janet Baker) y el
conjunto instrumental en el resto del programa, sobre todo en
la Sinfonietta op. 1 (de 1932),
compensan con creces.
El apartado
pianístico se
cubre asimismo
con
excelencia.
La tiene Leslie Howard
por su romanticismo briosamente apasionado pero nunca descontrolado en la integral de las
sonatas
de
Chaikovski
(CDH55215, 1993). Éstas, por
cierto, pasan de dos a ser tres
con los 166 compases agregados por el propio intérprete a
los 172 en que quedó el intento llevado a cabo por el compositor en 1863/4.
Lecciones
no
menos
valiosas son
las dos impartidas por
Nikolai Demidenko en
1994. En la
selección de Études-tableaux,
preludios y las Piezas de fantasía de Rachmaninov (CDH
55239), logra versiones nada
distanciadas, sesudas o frías,
sino con dosis de adrenalina
tan justamente calculadas en
cantidad como perfectamente
estudiados
resultan
los
momentos en que se los vierte
a fin de producir los más hermosos contrastes. Y, una década larga después (véase
SCHERZO,
nº 98, pág.
77), Muzio
Clementi
sigue pareciendo
el
mismo genio oculto en cuatro
sonatas (CDH55227) en las
que este virtuoso ruso encuentra reveladoras conexiones con
sus referentes inmediatos previos (Bach, Scarlatti), contemporáneos (Haydn, Mozart) o
futuros (Beethoven e incluso
Schubert).
András Kiss
y
Ferenc
Balogh, respectivamente violín primero
y
segundo del
Nuevo Cuarteto de Budapest, disponen los
44
Dúos
de
Bartók
(CDH55225, 1991) en su orden
original, es decir, de menor a
mayor dificultad técnica. Con
ello, en estas versiones de
idiomatismo aprendido en la
cuna se realza el propósito
didáctico con que el compositor creó este auténtico “microcosmos para violinistas”.
Finalmente,
de popurrí
más que de
selección
habría que
hablar en el
disco dedicado a Carl
Philipp
Emanuel
Bach
(CDH55232, 1986), a propósito del cual siguen vigentes,
casi veinte años después, las
apreciaciones de José Carlos
Cabello Arroyo (véase SCHERZO, nº 33, pág. 52), que distinguía diversas calidades tanto
en las obras como en las interpretaciones. Entre éstas destaca el vigor del clavecinista
Robert Woolley en las 12
Variaciones sobre “La Folía”, y
también las violinistas Catherine Mackintosh y Elizabeth
Wallfisch en las dos sonatas en
trío incluidas (Wq. 161 y Wq.
559), mientras que Richard
Boothby (mal día para los violistas) se antoja en cambio
muy tímido en la Sonata para
viola da gamba, Wq. 158.
Alfredo Brotons Muñoz
71
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REEDICIONES
Warner Apex
UNA MIRADA DIVINA
P
rosigue incansable el sello
Warner con sus reediciones en serie económica;
los CDs llegan al mercado uno
tras otro, y si el mes pasado
comentábamos un lote en el
que dominaba el siglo XX, el
que en las próximas líneas nos
va a ocupar, integrado por
otros diez discos dobles, destaca en general por la regularidad y altura de las versiones,
especialmente las de la pasada
centuria. En ese sentido, esa
obra tan significativa y hermosa de la literatura pianística
que es las Veinte miradas
sobre el Niño
Jesús
de
Messiaen
(2564 699865) se ofrece
en la insuperable lectura
que en 1973
grabó la extraordinaria pianista, y esposa del compositor,
Yvonne Loriod; técnicamente
precisa, concentrada, de una
tímbrica exquisita, con un
carácter cíclico y una unidad
conceptual admirables.
Interesantísimo también el Schoenberg de
Pierre Boulez
(2564
69984-5); el
compositor y
director francés se pone al
frente de la Sinfónica de Londres, con la colaboración del
violinista Pierre Amoyal y del
pianista Peter Serkin, para
interpretar el Concierto para
violín op. 36, el Concierto
para piano op. 42, Pelleas y
Melisande op. 5 y las Variaciones para orquesta op. 31; son
registros de los años 1984-85 y
1991, que combinan con singular acierto objetividad, ciertas dosis de virtuosismo y una
rica paleta de colores. La música de cámara viene representada en esta entrega por Fauré
(2564 69986-3), Schubert (2564
69984-1) y Dvorák (2564
69984-8). Del primero se ofrecen sus Cuartetos con piano nº
1 op. 15 y nº 2 op. 45, grabación de 1969 con Jean Hubeau
(piano), Raymond Gallois
(violín), Colette Lequien (viola) y André Navarra (chelo); y
los Quintetos con piano nº 1
op. 89 y nº 2 op. 115, registrados en 1970 por el mismo pianista con el Cuarteto Via Nova.
Música exquisita en traducciones solventes, más refinadas
en los Cuartetos, reflejando
adecuadamente ese singular
mundo poético del autor. Muy
profesionales también los discos con el Octeto en fa mayor
D. 803 y el Quinteto de cuerdas en do mayor D. 956 de
Schubert, aunque acusen por
momentos cierta pesantez; el
primero está a cargo de los
Solistas de Berlín (1987) y el
segundo del Cuarteto Brandis
(1979).
Por el contrario, los Tríos
con piano de Dvorák en las
tomas de 1987-1990 del Trío
Fontenay, muestran en todo
momento un magnífico equilibrio entre los aires bohemios y
un cierto clasicismo formal
rico en melodías y contrastes.
Sin salir de la antigua Checoslovaquia, la música de Smetana: Mi patria, y una selección
orquestal de La novia vendida
(2564 69985-5), viene servida
por la Sinfónica de la Radio de
Francfort con su titular Eliahu
Inbal al frente; son versiones
de 1988 que sin alcanzar las
alturas idiomáticas de un
Talich o un Kubelik, mantienen la elevada calidad habitual
en los registros del maestro
israelí. En el terreno del más
puro virtuosismo, el violinista
Alexander Markov con la Sinfónica de la Radio de Saarbrücken y la dirección de Marcello Viotti interpreta los Conciertos para violín nº 1 op. 6 y
nº 2 op. 7 de Paganini (2564
69987-2), grabados en 1981;
además, otra grabación de
1989, ahora en vivo, le enfrenta a los 24
Caprichos
op. 1, titánica empresa
de la que
sale más que
airoso; también los conciertos son todo un recital de
brillante técnica y delicado
sonido.
El piano también tiene su
espacio en esta ocasión, y así,
Michèle Boegner se hace cargo de las Sonatas Hob. XVI:
23, 27, 34, 35, 37, 40, 48, 50 y
52, de Haydn (256469992-8), y
Jean-François Heisser de
Goyescas, El pelele, 12 Danzas
españolas y 6 Escenas románticas de Granados (2564
69984-3). Ninguno de los dos
sienta cátedra en su cometido;
en Haydn, registro de 1991, el
fraseo y color busca adaptarse
a un moderno Steinway, con
resultados desiguales, aunque
hay que reconocer que la pianista francesa posee una técnica y estilo muy estimables; en
Granados, las tomas de 1991 y
1996 muestran poco más que
una aséptica literalidad y desde luego escasa comprensión
de los matices y claroscuros
del lenguaje del autor.
Dejamos
para el final
un Haendel
más
que
acreditado,
el del organista Herbert
Tachezi, con
el Concentus Musicus Wien y
Harnoncourt al frente, en sus
Conciertos para órgano op. 4
y op. 7 (2564 69985-3); se grabaron en 1975, con cadencias
e improvisaciones del propio
Tachezi, y la vigencia de esta
interpretación historicista se
mantiene, tanto por el compartido protagonismo de solista y orquesta, como por la
frescura e intensidad de la
versión.
ta con Paul Tortelier como
solista y el Primer Concierto
para violín y orquesta con
David Oistrakh. Son grabaciones de los años setenta de
gran calidad técnica, en el
concierto para chelo dirigido
por Paavo Berglund, Paul Tortelier nos brinda una interpretación exultante y muy matizada. Por otro lado, en el concierto para violín dirigido por
el hijo del compositor, Maxim
Shostakovich, observamos la
enorme destreza técnica del
violinista ruso David Oistrahk
que nos regala un maravilloso
segundo movimiento, impecable desde el punto de vista
técnico y musical.
Proseguimos con un regis-
tro sinfónico dedicado a César
Franck (0946 3 72471 2) en el
que figuran dos de sus obras
más conocidas, las Sinfonía en
re menor y las Variaciones sinfónicas, responsabilidad de la
Orquesta de Toulouse dirigida
por Michel Plasson con JeanPhilippe Collard al piano. Es
una grabación que rezuma un
excesivo academicismo y donde se echan de menos muchas
veces unos tempi más movidos, de cualquier forma la participación del pianista francés
es uno de los puntos más
sobresalientes de la grabación.
Berlioz y su sinfonía
Harold en Italia componen el
siguiente volumen (0946 3
72466 2) con una grabación
Daniel Álvarez Vázquez
EMI Encore
MÁGICO Y EXULTANTE
E
72
l sello EMI continúa con
su popular serie Encore,
conjunto denominado
también Nipper collection por
presentar en todas sus portadas la imagen del popular
perro y el gramófono, distintivo inequívoco y marca de la
prestigiosa multinacional británica. En esta ocasión añade
a su ya amplio catálogo ocho
nuevas reediciones que repasamos a continuación, como
siempre a un precio muy económico y con una presentación excelente.
Comienza la serie con
una grabación del año 1995
de los dos primeros Conciertos para piano y orquesta de
Beethoven (0946 3 72463 2)
interpretados
por la Orquesta de la
Ciudad de
Birmingham
dirigida por
Simon Rattle
y con Lars Vogt al piano. La
lectura es muy mozartiana,
extremadamente articulada y
nos permite escuchar un Beethoven de gran calidad. El pianista alemán y el director británico nos ofrecen una de las
mejores grabaciones de los
últimos tiempos.
El siguiente disco está
dedicado a dos conciertos
para cuerda de Shostakovich
(0946 3 72494 2), el Primer
Concierto para chelo y orques-
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REEDICIONES
Gala
PROLIFERACIÓN DE GRABACIONES
as grabaciones procedentes de teatros están proliferando en exceso y están
saliendo al mercado representaciones con interés limitado,
que se alternan con otras que
nos recuerdan intérpretes
importantes.
Dentro de
esta entrega
de Gala (distribuidor:
Diverdi),
Poliuto de
Donizetti
(GL 100.795)
procede de unas funciones en
el San Carlo de Nápoles, el 10
de diciembre de 1977, con un
reparto de cantantes profesionales, donde destaca la presencia de Renato Bruson, que
con su canto noble y elegante
realza la figura de Severo,
siendo sus compañeros de
reparto los correctos Giorgio
Lamberti y Adriana Maliponte,
con una dirección efectiva de
Francesco Molinari-Pradelli.
Más interesante es el bonus
con una selección de esta misma ópera que recuerda una de
las noches atractivas de la
época Pamies, en 1975, con la
presencia de Leyla Gencer,
soprano que mantiene el estilo
belcantista y el fraseo profundo, Amadeo Zambon, valiente
y seguro y Vicente Sardinero
en una de sus mejores noches
en la ciudad condal, con su
forma serena de actuar.
La ópera francesa está
representada por la poco
L
frecuente
Hérodiade
de Massenet
(GL100.631)
cantada el
21 de junio
de 1987 en
Niza,
con
Leona Mitchell, soprano segura y musical aunque a su protagonista le falte una cierta
sensualidad, Grace Bumbry,
con su estilo extrovertido y
penetrante, Gilbert Py, tenor
de bella y potente voz, aunque le falte una línea mas
dúctil, Brian Schxnayder discreto Hérode y Jacques Mars,
que da nobleza a Le Grand
Prétre, todos bajo la inteligente dirección de Georges Prêtre, que consigue amplios
contrastes. Lo más interesante
de este álbum es el bonus, ya
que se trata de una amplia
selección de la versión francesa de Salomé, hecha por el
propio Strauss con Cynthia
Makris con una protagonista
algo lineal, Nadine Secunde
expresiva Hérodias y nuevamente Gilbert Py, con su estilo habitual.
De las óperas de Verdi nos
ofrecen la segunda y la última.
Un giorno di regno (GL
100.793) es una obra de las
menos inspiradas del autor,
fruto de sus vicisitudes y esta
versión se registró en Bregenz
el 19 de julio de 1974, y destacando en el reparto Giuseppe
Taddei con su fraseo de una
expresividad
impactante,
acompañado de la delicada
Margherita Rinaldi, el efectivo
Domenico Trimarchi, los
correctos Vittorio Terranova y
Enrico Fissore, con una dirección superficial de Piero Bellugi. Se completa el álbum con
una selección de Macbeth, con
la nobleza vocal de Renato
Bruson, la seguridad de Elisabeth Connell, a la que falta
una mayor fuerza dramática y
una mejor profundización en
el estilo.
La función
del
testamento musical del genio
de Bussetto,
Falstaff (GL
100.784) se
dio en Glyndebourne el 29 de julio de
1957, con un reparto equilibrado con Geraint Evans en el rol
titular donde destaca su buen
fraseo y su línea melódica,
aunque le falta y puede parecer un contrasentido, algo de
nobleza ridícula. En el resto
del reparto encontramos a
Antonio Boyer en Ford, con
buen estilo pero algo lírico,
Juan Oncina con su probada
musicalidad, las correctas
Orietta Moscucci y Antonietta
Pastori y la expansiva Oralia
Domínguez, con la cuidada
dirección de Vittorio Gui.
Como homenaje a Oralia
Domínguez, se incluyen fragmentos de los actos segundo y
cuarto de Il trovatore, que canta con su habitual entrega, jun-
clásica de los años sesenta de
uno de los mayores especialistas en la música de Berlioz, se
trata de Sir Colin Davis que
junto al gran violinista Yehudi
Menuhin, en esta ocasión a la
viola, nos ofrecen una excelente versión con la Orquesta
Philharmonia. Se complementa con una pequeña obra para
violín y orquesta Revêrie et
Caprice, dirigida por John Pritchard y al frente de la misma
formación orquestal.
La rareza de
la serie lo
constituye
un disco de
piano solo
con obras de
compositores noruegos
(0946 3 72487 2), con el pianista Leif Ove Andsnes como
protagonista. Aparte de obras
de Grieg, encontramos piezas
de compositores como Fartein
Valen (1887-1952) o Geirr
Tveitt (1908-1981) que se distinguen por la utilización de
temas folclóricos en sus composiciones. El disco lleva
como titulo genérico The long,
long winter night (la larga
noche invernal) y se escucha
con sumo agrado.
Las Sinfonías nºs 101 y
103 de Haydn a cargo de la
English Chamber Orchestra y
el director británico Jeffrey
Tate son los protagonistas del
siguiente disco (0946 3 72487
2). Es una grabación de 1987 y
contiene todos los elementos
para configurar una correcta
interpretación: buena articulación, tempi dinámicos y claridad de ideas en la exposición
de los temas musicales.
Finalizamos con dos grabaciones de Herbert von Karajan, la primera de ellas es una
grabación de los ochenta de
dos sinfonías de Sibelius (nºs
1 y 6) dirigiendo a la Orquesta Filarmónica de Berlín (0946
3 72480 2). Destaca en esta
interpretación la calidad
sonora por encima de todo;
por otro lado, Karajan dirige
la música de Sibelius cargando las tintas y ofreciéndonos
una versión arrebatadoramente romántica. Chaikovski con
su Sinfonía Patética y la Suite
del Lago de los cisnes (0946 3
72475 2) ponen punto final a
esta serie, se trata de una grabación de 1959 a cargo de la
Orquesta Philharmonia. El
genio de Karajan se adapta a
la perfección a la línea melódica de esta conocida sinfonía, logrando momentos
mágicos en muchos momentos de su interpretación.
to al tenor Luigi Ottolini.
Cierra el
grupo
un
estuche con
tres
CDs
dedicados a
Birgit Nilsson, titulado
“rarities” (GL
100624) donde se incluyen
fragmentos de óperas y lieder
grabados en Estocolmo (1949),
Chicago (1974), Nueva York
(1967 y 1972) Buenos Aires
(1967) y lo que es la joya de la
propuesta, un concierto de
1967 en el Swedish Festival,
donde interpreta obras de
Wagner, dirigida por el gran
Sergiu Celibidache. Uno no
sabe que admirar más si el
impresionante preludio o la
escena final de Tristan und
Isolda o de tres Wessendonklieder, con las que el maestro
pone la piel de gallina, dada
su versión, de unos contrastes
impresionantes, una elegancia
espectacular y de una expresión que conmueve, o la calidad interpretativa de Nilsson
con su espectacular muerte,
llena de sensibilidad o los
matices que da a las canciones. También destaca en el
prólogo de Götterdämmerung,
junto a Jean Cox, la intervención de entrada de Tannhäuser o su gran versión de la
escena del acto segundo de
Turandot. Dentro del plano
operístico se incluyen incursiones en otras obras del
repertorio italiano como
Tosca, La wally o La forza del
destino, cantadas con su estilo
personal, con versiones a las
que les falta una mayor profundización, así como una corta selección de Ariadna auf
Naxos de Strauss, donde da
carácter a la protagonista o la
inusual aria de Cleofide de
Alessandro nelle Indie, de Piccinni, algo extrovertida. Pero
lo más novedoso es su aportación al lied, con cuarenta partituras de una variada gama de
autores, desde el intenso Ah,
perfido!, de Beethoven, hasta
canciones
de
Schubert,
Strauss, Wolf, Grieg, PetersonBerger, Melartin, Sjögren, Marchesi, Sieczynski, Sibelius y
canciones tradicionales, donde
muestra su inteligencia para
adaptarse a un mundo más
intimista, consiguiendo versiones de interés, sin olvidar su
estilo de cantante de ópera.
Carlos Sáinz Medina
Albert Vilardell
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REEDICIONES
Ponto
EL INTERÉS DE LA NOVEDAD
L
a nueva propuesta de Ponto (distribuidor: Diverdi)
nos presenta dos obras de
Haendel, con una protagonista
de excepción, Janet Baker.
Orlando (PO 1048) es una
partitura tardía, compleja, que
tiene gran inspiración, donde
el compositor vuelca su experiencia consiguiendo una ópera llena de bellas arias, con un
melodismo de gran belleza,
capaz de incorporar contrastes
líricos y vocales. En esta versión de 1963, Baker está
espléndida por fraseo, dominio del estilo y elegancia, con
un estilo contenido más musical que espectacular. La acompañan la efectiva April Cantelo, la bella línea de Heather
Harper y la correcta Pamela
Bowden, siendo el más discreto Stanislav Pieczora, con una
dirección correcta, pero sin
especiales matices de Arnold
Goldsborough. Como bonus
se incluye el aria de Zoroastro,
de esta misma obra, suprimida
en la anterior versión, cantada
con estilo por Henk Smit.
74
Radamisto es la primera
de las óperas que Haendel
escribió para la Academia Real
de Música, nombre que
corresponda a una compañía
de inversores privados, incluidos el propio autor y consiguió un importante éxito, que
se repitió en años sucesivos.
Es una obra donde se demuestra la capacidad operística del
músico, manejando de forma
clara la acción y profundizando en la psicología de los personajes. En esta función de
1984 (PO 1054), vuelve a
resurgir el carácter de artista
de Janet Baker, remarcando el
virtuosismo, pero siempre desde el buen gusto más cuidado,
siendo sus compañeros de
reparto la intensa Della Jones,
el buen hacer de Martyn Hill,
Lynda Russell y Eiddwen
Harrhy y la profesionalidad de
Malcolm King, al que le falta
una cierta transparencia, dirigidos con inteligencia y sentido
del género por Roger Norrington. Para poder confirmar la
versatilidad de Janet Baker se
incluyen unos lieder de Arnold
Schoenberg, llenos de contrastes y Sea Pictures, de Elgar,
con una total identificación, a
la que colabora una magnífica
dirección de Georg Solti.
Los teatros europeos hacían giras por Japón y fruto de
una de ellas es esta versión de
Le nozze di Figaro (PO 1025),
cantada en Tokio el 23 de
octubre de 1963, que cuenta
con un reparto estelar, dirigido
por ese eminente mozartiano
que fue Karl Böhm, con su
enfoque admirable, tanto por
la cantidad de matices que
emana, como por el carácter
humano que refleja su prestación. Uno de los Almavivas de
referencia ha sido durante
muchos años Dietrich FischerDieskau, con su profunda concepción del personaje, por su
elegancia y por la captación
de sus características, estando
Figaro a cargo de Walter
Berry, que con menos medios,
consigue remarcar las condiciones del pícaro personaje. La
condesa de Elisabeth Grümmer es de una musicalidad
espectacular, que supera las
condiciones de su instrumento
al que le falta una cierta densidad para el personaje, con una
versión preciosista, mientras
que Erika Köth da carácter a la
extrovertida Susana y Edith
Mathis, que más tarde cantará
el anterior rol, hace un Cherubino gracioso, atrevido y sutil.
Como complemento se incluye el Stabat Mater de Rossini,
con Elisabeth Grümmer, Maria
von Ilosvay, Walter Ludwig y
Helmuth Fehn, dirigidos por
Ferenc Fricsay, donde existe
calidad, con cantantes y dirección más aptos para otro tipo
de repertorio.
Hay artistas que por sus
condiciones vocales y expresivas podrían haber llegado a la
máxima popularidad, pero que
por razones personales han
limitado algo la proyección
internacional de su carrera y se
han dedicado sólo a interpretar. Uno de estos casos es Julia
Varady, protagonista de La
dama de picas, que se dio el 2
de diciembre de 1984 en
Múnich (PO 1049). La gran
cantante ha dado pruebas
sobradas de su gran calidad,
en un repertorio muy amplio y
lo podemos comprobar en su
Lisa, donde uno no sabe que
admirar más si su inteligencia
para contener su poderosa
voz, su fraseo impactante o la
forma en que desarrolla el
infortunado personaje, con
una gama de colores y matices
impresionante. Elena Obraztsova ha hecho de la Condesa
una de sus más grandes prestaciones, por la intensidad de su
registro grave, por la calidez
de su canto y por la forma de
enfocarlo, destacando su temperamento y sus propias
luchas internas, consecuencia
de su vida pasada y de la
edad. Vladimir Atlantov es un
tenor de medios importantes,
con una línea de canto suficiente, a la que quizá le falta
una mayor variedad de matices. Muy interesantes el resto
de los personajes, con una
dirección de Algis Shuraitis sin
especial relieve. Para gozar
más de Julia Varady se incluye
un fragmento de Der Freischütz, con una exposición clara de las dudas de Agathe.
La propuesta se cierra
con dos audiciones en la BBC
que se enmarcan en un notable interés divulgativo, pero
con resultados menos intere-
santes. La primera, Il corsaro,
de Verdi de Londres en 1971
(PO 1051), con la presencia de
Pauline Tinsley, soprano que
hizo una interesante carrera,
sobre todo en Gran Bretaña,
que posee una voz bella, una
buena técnica, y un sólido
registro agudo, pero para roles
como el de Gulnara le falta una
mayor densidad para redondearlo. El resto del reparto integrado por Patricia McCarry,
Keith Edwin o Terence Sarpe,
son cantantes aptos para otro
tipo de repertorio, pero quedan limitados por su tipología
vocal y por el estilo, a lo que
tampoco ayuda una dirección
algo plana de Marcus Dodds.
Para ampliar la visión sobre
Pauline Tinsley se incluyen una
serie de arias de Il pirata,
Nabucco, Euryanthe y Macbeth, consiguiendo su mejor
prestación en las dos últimas.
La que cierra la oferta es
Das Liebesverbot, segunda
ópera de Richard Wagner (PO
1055) que nos muestra a un
compositor en ebullición, que
no ha llegado todavía al estilo
de las obras posteriores, pero
que sorprende por su brillante
orquestación, con momentos
de jolgorio y otros que anuncian su producción posterior,
unos que recuerdan el estilo
italiano y otros que tienen
referencias a sus predecesores
alemanes. Lo más interesante
es la versión orquestal de Sir
Edward Downes, que sabe
subrayar los momentos más
relajados, diferenciándolos de
aquellos de cierta densidad,
respetando las ideas de la época. El reparto está integrado
por cantantes profesionales en
un repertorio que no acaba de
ir con sus condiciones vocales.
April Cantelo es una buena
soprano, pero le falta intensidad, Alexander Young e Ian
Caley, quedan demasiado líricos y Raimund Herincx matiza
el personaje pero a su voz le
falta una mayor proyección.
Albert Vilardell
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REEDICIONES
Membran
HURGANDO EN EL CANON
A
favor del paso que el
tiempo da hacia el dominio público de las grabaciones, Membran (distribuidor:
Cat Music) continúa recobrando registros que pueden considerarse canónicos. ¿Cómo
calificar, si no, la pucciniana
Tosca captada en 1953 con el
trío Callas-di Stefano-Gobbi
conducido por Victor de Sabata (2 CD 221924-303)? Menos
trajinada es, en cambio, la
actuación de la gran Maria en
el Maggio Musicale Fiorentino
de 1951 en I vespri siciliani de
Verdi bajo la batuta magistral
de Erich Kleiber, capaz de
hacer algo italiano de referencia (3 CD 221925-348). No
empalidecen los compañeros
de Ella: Boris Christoff y Enzo
Mascherini van sobrados de
medios y temperamento,
mientras se recupera el mérito
de un tenor penumbroso,
Giorgio Bardi Kokolios.
Otra grande en el medio
sopranil, Victoria de los Ángeles, nos sale al paso con su
primera Madama Butterfly de
estudio, registrada en 1954
junto a la minucia y limpidez
que caracterizan a Gianandrea
Gavazzeni en cualquier podio
(2 CD 224102). Victoria hace
una Cio-Cio-San poemática,
servida con una calidad vocal
incomparable y una musicalidad destilada. A su lado, el di
Stefano de los buenos tiempos
pone su chulesca sensualidad
a punto, en tanto Tito Gobbi
desgrana su paternal personaje
derrochando autoridad. En
otra prestación verista, Victoria
traza una exquisita y carnal
Nedda de I pagliacci, conducida vibrantemente por Renato
Cellini en 1953 (2 CD 221759303). Aunque fuera de la tradición navajera italiana, el reparto es de una altísima suntuosidad vocal: Jussi Björling, Leonard Warren, Robert Merrill.
De bonus van 19 cortes del
tenor sueco en arias y canciones: un rápido y eficaz retrato.
Difícil de equilibrar y conjuntar es el reparto del verdiano Don Carlo. El buen oficio
de Gabriele Santini consiguió
resolverlo en 1954 con las
masas de la Ópera de Roma (3
CD 223480-370). Distinguida y
cuidadosa, Antonieta Stella
encarnó a Isabel; brillante y de
empuje, Elena Nicolai a Eboli;
Mario Filipeschi fue un digno
protagonista junto al inagotable histrionismo de Gobbi en
Posa; memorable resultó el
opíparo par de bajos, Boris
Christoff (¿hubo algún Felipe
II a su altura?) y Giulio Neri
como Gran Inquisidor.
Uno de los mayores Otelos
verdianos de la historia,
Ramón Vinay, protagoniza la
toma en vivo impresa en el
neoyorkino Metropolitan en
1948 (2 CD 221923-303). Tampoco desmerece el supremo
Yago de Warren. Licia Albanese, voz mediocre, canto impecable, expresividad exageradamente verista, sabe perfilar a
Desdémona. Vaya al final la
especialísima muestra de
maestría que Fritz Busch
asienta en una de sus infrecuentes incursiones por la
ópera italiana, poniendo de
relieve el valor orquestal de la
grandiosa partitura. Nuevamente Warren renueva su
diploma de barítono verdiano
paradigmático en una de sus
mayores invenciones, el titular
de Rigoletto, correctamente
acompañado desde el podio
por Cellini en 1950 (2 CD
221311-303). Aunque fuera de
la sonoridad latina, Erna Ber-
ger y Jan Peerce lucen sus solvencias, en tanto Italo Tajo
demuestra que no hay pequeños papeles para los grandes
cantantes. Nan Merriman es
una Maddalena de lujo y se
completa la entrega con una
antología de Verdi por
Warren. Pruebas al canto, nunca mejor dicho.
Turandot es un personaje
italiano normalmente bien servido por sopranos no italianas.
Es el caso de una notable princesa alemana, Inge Borkh,
capaz de andar en puntas de
pie y con imperial autoridad
por la espinosa almena de su
personaje. La dirigió pasablemente Alberto Erede en 1955
(2 CD 222938-311) con dos
ilustres compañeros que sobra
elogiar: el impetuoso Mario
del Monaco y la deleitable
Renata Tebaldi. El largo etcétera reunió a nombres de brillo como Nicola Zaccaria en
Timur y Fernando Corena en
Ping.
En el capítulo de las recuperaciones históricas se sitúa
una versión abreviada y en italiano de Orfeo ed Euridice de
Gluck (2 CD 221538-303), dirigida en 1947 por Fritz Stiedry
en Glyndebourne. Fue un
habitual conductor operístico
que aquí aúne con inteligencia
el leve sonido dieciochesco
con la variedad de empujes y
contemplaciones que la sublime obra demanda. Orfeo es
Kathleen Ferrier, con esa
untuosa tímbrica que puede
convencernos de que ha vuelto del otro mundo. Un par de
discretas sopranos la acompaña, Ann Ayars y Zoe Vlachopoulos. Complementan la
entrega una serie de arias oratoriales por la Ferrier, entre
ellas algunas como para trasponerse: Bach.
Más atrás en las fechas
(1943) Tullio Serafin (otro que
no necesita preámbulos) condujo en Roma Un ballo in
maschera de Verdi (2CD
220855) con quien sea, tal vez,
el supremo Ricardo: Beniamino Gigli. Rica de empuje y carnadura, aunque a menudo
calante, lo sigue Maria Caniglia. Imponente y siniestro,
Gino Bechi. Ejemplar contralto
de ópera, Fedora Barbieri.
Comprimario de excepción,
Tancredi Pasero.
Quizá suene anticuada, sin
perder mérito ni calidad, la
Lucia di Lammemoor de Donizetti que el canónico Ugo Tansini dirigió para el EIAR de
Turín en 1939 (2 CD 221312303). La protagonista es una
doncella de encanto pueril,
encastrada en la tradición de
la soprano de gracia: Lina
Pagliughi. Del elenco destacan
la autoridad del tenor Giovanni Malipiero y la nobleza y
prestancia del bajo Luciano
Neroni. De apéndice puede
oírse a la Pagliughi en la belliniana Sonámbula.
Parecido interés histórico
luce Luisa Miller de Verdi bajo
la autoridad de Mario Rossi, en
vivo y para la RAI romana en
1951 (2 CD 221760). La protagoniza una Lucy Kelston más
bien modestita, junto a un
envejecido Lauri Volpi, sombra
respetable de sí mismo. Un discreto barítono, Scipio Colombo, conduce a la auténtica
estrella de la noche, el noble,
autorizado, experto y musicalísimo bajo Giacomo Vaghi.
Por fin, saliendo del escenario, Verdi vuelve con su
Réquiem en una versión de
1953 con las masas de la RIAS
berlinesa llevadas por Ferenc
Fricsay (222941-207). Es el
director lo más notable de la
grabación, por la riqueza tímbrica, la nitidez de planos y
una alternancia de lírica intimidad y desgarrada e imponente
decisión dramática que, sin
apelar a la tradición del drama
teológico italiano, lee a Verdi
desde una solidez centroeuropea. Del reparto, Marianna
Radev y Kim Borg exhiben
medios adecuados, en tanto
Maria Stader y Helmut Krebs,
dos respetables profesionales
mozartianos, quedan cortos de
cantidad y ajenos al estilo.
Blas Matamoro
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REEDICIONES
Walhall
CONTRASTE GERMÁNICO
L
a nueva propuesta de Walhall (distribuidor: LR
Music) nos muestra tres
formas de ver la música que se
dieron en el aria alemana, desde puntos de vista distintos,
con autores como Orff, Strauss
y Wagner. El primero, que
apreciaba la música de Strauss,
pero no estaba de acuerdo
con las ideas de Wagner, es
sin embargo conocido por su
obra más popular, Carmina
Burana, que ha gozado del
favor del público y menos de
la crítica, pero en cambio está
menos divulgada el resto de
su producción. Su predilección por el mundo clásico
griego y en especial por sus
tragedias le hizo crear obras
con dichos textos.
Este es el
caso
de
Antigonæ,
( W L C D
0189) basada
en la obra
de Sófocles,
traducida al
alemán por Friedrich Hölderlin, que se estrenó en Salzburgo el año 1949. Su estilo puede definirse como cantata
escénica y sigue el camino de
Orff, excelente pedagogo, con
un lenguaje austero, con un
modelo escénico basado en
parte en el recitado, con un
ritmo orquestal donde los instrumentos de percusión tienen
una importancia vital. Esta
relación música-texto y el
carácter preponderante de este
último harían necesaria la
inclusión del libreto, para
poder seguir mejor el registro.
Esta versión procedente de
Stuttgart, del 9 de marzo de
1956, esta dirigida por Ferdinand Leitner, que consigue la
especial densidad necesaria,
crea el clímax de desolación y
recrea los efectos dramáticos.
En la interpretación destaca la
presencia de Martha Mödl,
impresionante Antigonæ, con
su carácter vengativo y doloroso, Hermann Uhde, que le da
a su personaje la autoridad
necesaria, quedando correctos
el resto de intérpretes.
De Richard
Strauss
se
presentan
dos obras, la
primera,
Arabella
( W L C D
0185), fue
interpretada en Berlín el 19 de
diciembre de 1950, es la primera vez que se edita y cuenta
con una dirección equilibrada
de Joseph Keilberth, gran
conocedor de este repertorio,
que sabe reflejar los momentos más livianos de igual forma
que los más densos, generando el contraste requerido. En
el reparto destaca la presencia
de Christel Goltz, que expresa
el carácter soñador de la
joven, remarca su estilo vienés
y a la vez sabe generar fuerza
dramática cuando es preciso.
Le acompañan Josef Metternich, con su buen fraseo y
unos medios suficientes, completando el reparto los correctos Anny Schlemm y Erich
White. La segunda es Daphne,
que pertenece a las obras
menos logradas de Strauss,
pero donde surge su intensidad musical, respaldada en
este registro hecho en Viena
en 1944 (WLCD 0147) por la
presencia en el podio de Karl
Böhm, al que le está dedicada
la ópera y que la estrenó, que
conoce el lenguaje straussiano, consiguiendo una gran
fuerza teatral, generando elegancia y dramatismo. El personaje protagonista está a cargo
de la gran Maria Reining que
demuestra su dominio del estilo con un canto noble, expresivo y variado, a la que se une
la musicalidad, junto a la elegancia exquisita de Anton Dermota, como Leukippos, la
buena línea de Karl Friedrich,
la corrección de Melanie
Frutschnigg y la rotundidad de
Herbert Alsen.
Wagner está
representado
por Die Meistersinger von
Nürnberg
( W L C D
0202), procedente de la RAI de Milán, del
13 de febrero de 1955, con un
reparto de cantantes que habían actuado con esta obra en
Bayreuth en años anteriores.
Elisabeth Schwarzkopf no ha
sido una cantante wagneriana
en el sentido estricto, pero
roles como el de Eva se adaptan a sus características vocales, y aunque mantiene un
cierto clasicismo que le genera
algo de distanciamiento, su fraseo depurado hace que recree
el personaje. Otto Edelmann
sin ser un barítono espectacular fue un cantante que profundizaba en los personajes y
en esta actuación su Sachs tiene la nobleza, el carácter socarrón y la línea expresiva adecuada, marcando sus estados
de ánimo. Hans Hopf se ha
distinguido siempre más por la
potencia de su voz, que por su
refinamiento, por lo que brilla
en las frases más brillantes y
aunque ha mejorado algo su
composición de Walter, le falta
una mayor gama de contrastes. Completan el reparto con
un alto nivel Gerhard Unger,
vivaz David, Erich Kunz, que
detalla con precisión y sin
abusos el estilo ridículo de
Beckmesser, Ira Malaniuk,
impecable Magdalene y Ludwig Weber, noble y humano
Pogner, dirigidos por Hans
Rosbaud, con una versión que
muestra conocimiento de la
partitura, que consigue cohesión, pero donde falta mayor
capacidad de matices, tanto en
la vertiente humana como en
la más efusiva.
Hopf, rodeados ambos por un
reparto de pareja eficacia del
cual destaco la noble caverna
de Gottlob Frick en Rocco y la
gracia tenue de Gerhard Unger
en Jacquino. Un Pizarro de
lujo es el que aporta Paul
Schöffler.
En 1955,
con idénticos apoyos,
Joseph Keilberth se hizo
cargo de la
straussiana
Ariadna en Naxos (2 CD
67166/7), a la cual sirve alternando, dentro de una sonoridad camerística sostenida, el
vaivén agitado del prólogo y
la evocación neobarroca del
acto. De una distribución este-
lar extraigo dos prestaciones
antológicas: Sena Jurinac en el
Compositor (era, parejamente,
un notable Octavian y sería
una excelente Mariscala) y Rita
Streich en una de sus mejores
ocurrencias, el vértigo cristalino y pizpireto de Zerbinetta.
La pareja central está muy bien
servida por la solidez vocal y
el canto resuelto de Hilde
Zadek y Hans Hopf. Sigue un
conjunto innumerable, bien
dispuesto y preparado.
Iguales nombres afrontaron en la
citada fecha
La clemenza
di Tito de
Mozart
(2
CD 67159/60), a la cual se han
Albert Vilardell
Capriccio Aus den WDR Archiven
ILUSTRES CAPRICHOS
L
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a serie Capriccio (distribuidor: Gaudisc), producida por la WDR, enriquece su acervo con cuatro
nuevas reediciones. Der Freischütz de Weber aparece en
ella con una
de las versiones referenciales,
históricas, la
dirigida en
1955
por
Erich Kleiber para la Radio de
Colonia (2 CD 67164/5). En el
culmen de su carrera, el
maestro propone una lectura
enérgica, decidida, segura,
capaz de resolver la suntuosa
variedad de atmósferas de
esta obra maestra. El reparto
brilla por donde se lo mire. Si
la perfección existe o parece
existir, es en la Agathe de Elisabeth Grümmer, apoyada por
la pimpante generosidad de
Rita Streich en Annchen. Hans
Hopf luce su gallardía vocal
en el protagonista, junto a la
persistente excelencia de
Alfred Poell en Ottokar y Max
Proebstl en Kaspar y un sobrado actor cantante, Kurt Boehme, en el siniestro Samiel.
El mismo Kleiber condujo
con tales masas, en 1956, el
beethoveniano Fidelio (2 CD
67186/). Alerta, variado, señero en las oberturas, pone en
juego su leyenda. En sus gloriosos comienzos, Birgit Nilsson se pasea con hermosa
insolencia por Leonora, en
busca del Florestán brioso de
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REEDICIONES
Philips Originals
DE EMOCIONES Y RECONCILIACIONES
N
ueva entrega de la serie
The Originals, en este
caso con grabaciones
pertenecientes al catálogo de
Philips Classics. Aunque alguno de los registros está fechado
en la década de los setenta, la
mayor parte de ellos es relativamente reciente. Abrimos el
recorrido con el oratorio Saúl,
de Haendel,
que
John
Eliot Gardiner grabara
en 1989 con
el Monterverdi Choir y los
English Baroque Soloists (3 CD,
475 8256). Vigorosa, colorista y
perfectamente compensada en
su elenco de solistas, esta versión tiene la magia de haber
sido grabada en directo. La
poderosa voz de bajo de Alastair Miles da vida al primer rey
de Israel, obsesionado al final
de sus días con dar muerte a
David. Destaca en este personaje el magnífico contratenor
Derek Lee Ragin. Pocas versiones hay en el mercado tan solventes como ésta de Gardiner.
Si acaso, para los amantes de
las comparativas, recomendamos la más reciente de Paul
McCreesh (Archiv, 474 510-2).
Siguiendo en territorios
operísticos nos encontramos
con Sir Neville Marriner y su
impecable grabación de Il turco in Italia (2 CD, 475 8249),
al frente de “su” Academy of
St. Martin in the Fields y el
quitado los recitativos, sustituidos por un locutor que
desovilla la trama en alemán
(el que avisa no es traidor).
Keilberth suena al Mozart
desenvuelto de la tradición, o
sea vital y cantable, tenso y
de rotundos finales conjuntados. El cast es solvente en
general, con tres prestaciones
estelares: Nicolai Gedda en el
difícil protagonista, con noble
timbre, señorío sensible en el
decir y una pulida coloratura
cuando toca; Hilde Zadek
arrostrando la espinosa tesitura de Vitellia con toda autoridad; e Ira Malaniuk en una
carnosa y límpida solución
para Sesto.
Blas Matamoro
Ambrosian
Opera Chorus. Aunque
lo habitual
en una ópera de Rossini
sería destacar a los solistas, en este caso
lo que más atrae es el colorido
soporte orquestal que Marriner
consigue dibujar para apoyar a
un más que correcto grupo de
solistas encabezado por Simone Alaimo y Sumi Jo.
Protagonista absoluta es,
sin embargo,
la gran Jessye Norman
en esta mítica grabación
de los Cuatro últimos
lieder
de
Strauss (475 8507), en un CD
que se completa con otros seis
lieder con orquesta. ¿Qué se
puede decir a estas alturas de
esta versión? Agotados los
adjetivos, habría que decir que
Norman golpea directamente
el corazón y el cerebro con
una interpretación poderosa,
rotunda, emocionante hasta el
extremo. En plenitud de facultades, y con un cómplice Kurt
Masur al frente de la Gewandhausorchester Leipzig, la gran
soprano de Georgia tenía ante
sí el casi insuperable reto de
batir a la que, hasta entonces,
era la gran versión de referencia: la de Elisabeth Schwarzkopf junto a George Szell. ¿Lo
consiguió? No será servidor
quien se atreva a afirmarlo,
sobre todo sintiendo veneración hacia la legendaria intérprete alemana. Pero, quizá
ayudada por la mejor toma
sonora, la voz de Jessye Norman apabulla, hace reaccionar
al oyente más frío. La Norman
respira, siente, se hace música.
Y nos sumerge en ese mundo
melancólico, crepuscular, que
de manera tan genial supo llevar Richard Strauss a la partitura, con esa pregunta final tan
escalofriante en el verso de
Eichendorff: “Qué cansados
estamos de nuestro viaje. ¿Será
esto la muerte?”. Es un CD
indispensable como pocos.
Cambiando la música
vocal por la
de cámara,
nos encontramos con
dos bloques
de Cuartetos
de Beethoven interpretados por el céle-
bre Quartetto Italiano. El primero de ellos (3 CD, 475
8252) recoge los seis de la Op.
18, mientras que el segundo
(3 CD, 475 8503) se centra en
los tres Rasumovski (Op. 59),
que completan con el nº 10,
op. 74, “de las arpas”, y el nº
11 op. 95, “Serioso”. El primer
álbum, pues, se centra en los
primeros cuartetos, mientras
que el segundo aporta los
considerados de la etapa “central”. Se trata de grabaciones
realizadas entre los años 1971
y 1975, en las que se aprecia
un magnífico trabajo de
remasterización. Paolo Borciani, Elisa Pegreffi, Piero Farulli
y Franco Rossi realizaron en
su día una magnífica interpretación de estos cuartetos: rigurosa, correctísima, sensata
aunque, eso sí, sin grandes
alardes ni originalidades. Ni
falta que hace. Obra capital
del repertorio camerístico, esta
grabación, ahora a buen precio, es de esas que “merece la
pena tener”.
Si alguna pieza clásica
puede ser
calificada de
“popular”,
en el más
rotundo sentido de la
palabra, esa
es el Concierto de Aranjuez, de Rodrigo. Son cientos las versiones
pero, como sucede con todo
lo que abunda, sólo sobreviven las mejores. Una de ellas
será, sin duda, la que Pepe
Romero grabó hace no
muchos años junto a Sir Neville Marriner y la St. Martin in
the Fields, que ahora reaparece en la colección The Originals (475 8248). Romero hace
suyo este concierto consiguiendo lo que parece imposible: que nos olvidemos de
tópicos y de saturación y que
consigamos todo lo contrario:
disfrutar con una versión virtuosa, pero también serena,
impecable, repleta de colorido
y de matices. El peso de específico de Marriner y The Academy hace el resto y da solidez al conjunto. En fin: que
nos reconciliamos con Aranjuez y su concierto, aunque
hubiera sido un detalle traducir los comentarios del CD al
español.
Dejamos para la parte
final de este recorrido tres
interesantes trabajos pianísticos. El primero de ellos lleva
la doble firma de Martha Argerich
y
Nelson
F r e i r e .
Ambos abordan un atractivo programa en este CD (475
8520) que se abre con la Suite
nº 2 para dos pianos op. 17 de
Rachmaninov, un alarde de
virtuosismo y compenetración
del que ambos salen airosos.
El problema de esta pieza es
que, precisamente ese brillo
—que sin duda resultaría electrizante en concierto— puede
resultar agotador para el oyente del disco. La transcripción
para dos pianos de La valse,
de Ravel, es seguramente la
obra más interesante de este
trabajo.
Algo más
consistente y
“serio”
se
nos antoja el
Schumann
de Mitsuko
Uchida (475
8260), que
aborda la Kreisleriana y el Carnaval. El registro es del año
1995, “superada”, por decirlo
así, su etapa mozartiana. Siempre hemos pensado que Uchida es una de las grandes, con
un estilo que se nos antoja próximo al del mítico Claudio
Arrau. Es una conexión, si se
quiere, arbitraria, pero defendible. Y lo demuestra, sin ir más
lejos, en esta interpretación.
Finalizamos
el viaje por
estos Originals de Philips con otro
grande indiscutible del
piano, Alfred
Brendel, que en 1992 grabó
este repertorio de Liszt que se
abre con Funérailles y prosigue, nada menos, que con la
gran Sonata en si menor, completándose luego con Nuages
gris y otras piezas “menores”
(475 8247). En una madurez
que le hace disfrutar de la
vida, del piano y de los buenos vinos, Brendel nos ofrece
una versión profundísima y
oscura de la Sonata por excelencia de Liszt. El manejo del
sonido, la finura en la expresión, la potencia necesaria, la
reflexión… Todo eso y mucho
más hallamos en este trabajo,
altamente recomendable.
Juan Antonio Gordón
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CRÍTICAS de la A a la Z
DISCOS
ADISSON-BACH
ADISSON:
ARIOSTI:
ARNOLD:
Música para el cine. ORQUESTA DE
CONCIERTOS DE LA BBC. Director:
RUMON GAMBA.
Las Sonatas de Estocolmo I.
THOMAS GEORGI, viola d’amore;
LUCAS HARRIS, tiorba; JOËLLE
MORTON, viola de gamba.
Música de cámara para vientos.
EAST WINDS.
CHANDOS CHAN10418 (Harmonia
Mundi). 2006. 71’. DDD. N PN
En sus mejo-
BIS CD-1535 (Diverdi). 2005. 69’. DDD.
N PN
res logros,
las partituras
para el cine
saltan la pantalla y se erigen, simplemente, en buena y en ocasiones
excelente música. La de John
Adisson (1920-1998), sin embargo, parece perder fuelle fuera
de su pretexto y asemejarse
demasiado a eso que los ingleses llaman Light Music. Este disco muestra una amplísima
selección de su trabajo para el
séptimo arte. Nada menos que
dieciséis muestras diferentes de
otras tantas bandas sonoras que
revelan a un excelente artesano, listo como pocos a la hora
de subrayar pero también
demasiado pegado a ciertos
tópicos que, por otra parte, le
hicieron no parar en su dedicación a un arte cuyos artífices —
los directores— se encontraban,
precisamente por eso y empezando por Hitchkock, muy a
gusto con él. Tom Jones —por
la que obtuvo un óscar— y La
carga de la brigada ligera son
las mejores muestras de una
labor que deja el sabor grato
del trabajo bien hecho pero
también el rastro de lo previsible. A ellas se suman aquí,
entre otras, A Bridge Too Far,
Strange Invaders o Swashbuckler. Para coleccionistas de bandas sonoras un tesoro descubierto, pues, además, incluye
primeras grabaciones en los
casos de Centennials, Brandy
for the Parson, Touch and Go y
Carlton-Browe of the F.O. Como
siempre, un sobresaliente para
Rumon Gamba, que sabe perfectamente lo que tiene entre
manos.
E ntre los
compositores
barrocos, sólo
Graupner ha
escrito más
música para
viola d’amore
que Attilio Ariosti (1666-1729).
Ya entre sus contemporáneos, el
nombre de Ariosti se identificaba
totalmente con este instrumento,
del que era además un reconocido virtuoso. Sin embargo, el
músico italiano brillaba también
por sus cualidades de compositor (Rameau cita un pasaje de su
ópera Coriolano en su tratado de
armonía), y así lo demuestran
sus Lecciones para la viola d’amore, publicadas en Londres en
1724 con el objeto de popularizar el instrumento en Inglaterra.
Otra colección de Ariosti destinada a la viola d’amore sobrevive
en forma de manuscrito copiado
por un joven estudiante sueco,
Johan Helmich Roman. A estas
dos fuentes ha acudido Thomas
Georgi para preparar la primera
entrega de un más amplio proyecto. Bien construida, agradable
y salpicada de vez en cuando
por alguna modulación sorprendente, la música de Ariosti desprende un talante noble y produce un bello efecto en el oyente. Thomas Georgi, a quien se
deben también los interesantes y
documentados comentarios del
disco, es toda una autoridad en
el ámbito de la viola d’amore
(tiene incluso una página web
sobre el tema). Su interpretación
precisa y afable tiene un tono
más nórdico que mediterráneo,
que se adapta muy bien al carácter de la música de Ariosti.
Sobria y eficaz la realización del
bajo continuo.
Claire Vaquero Williams
Stefano Russomanno
NAXOS 8.570294 (Ferysa). 2006. 76’.
DDD. N PE
Otro maravilloso
disco
con obras de
Malcolm
Arnold (19212006), esta vez
con su música
de cámara para instrumentos de
viento, incluyendo partituras
que demuestran que a veces lo
pequeño es muy hermoso. Piezas breves, que juegan en ocasiones con la expansión cordial
que permite la facilidad de su
autor para encontrar temas en
los que apoyar su maestría constructiva. Todo tiene un aire
como de divertimento, de ahí
ese título en algunas de las
obras, de fantasía —lo mismo—
y se impregna en ocasiones de
un sentido del humor que muestra al Arnold feliz antes de los
desastres que marcarían su vida
personal —y ojo ahí al Dúo para
dos clarinetes, op. 135. El Quinteto, op. 2, la Suite bourgeoise,
las formidable Tres Shanties, op.
4, en realidad todo lo que aquí
se ofrece —en magníficas interpretaciones de East Winds—
muestran, de nuevo, la impagable inventiva de este músico
siempre a redescubrir.
Claire Vaquero Williams
BACH:
Concierto italiano BWV 971.
Obertura francesa en si menor
BWV 831. Sonata en re menor
BWV 964. MASAAKI SUZUKI, clave.
BIS CD-1469 (Diverdi). 2004. 69’. DDD.
N PN
M
asaaki
S u z u k i
(Kobe, 1954)
presenta el
quinto volumen (para los
anteriores,
TIPO DE GRABACIÓN DISCOGRÁFICA
N
H
R
Novedad absoluta que nunca antes fue editada en disco o cualquier otro soporte de audio o vídeo
Es una novedad pero se trata de una grabación histórica, que generalmente ha sido tomada de un concierto en vivo o
procede de archivos de radio
Se trata de grabaciones que ya han estado disponibles en el mercado internacional en algún tipo desoporte de audio o de
vídeo: 78 r. p. m., vinilo, disco compacto, vídeo o láser disco
PRECIO DE VENTA AL PÚBLICO DEL DISCO
PN Precio normal: cuando el disco cuesta más de 15 €
PM Precio medio: el disco cuesta entre 7,35 y 15 €
PE Precio económico: el precio es menor de 7,35 €
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ADISSON-BACH
véase SCHERZO nºs 117, 124,
145 y 152) de la integral bachiana para clave que, sin anunciarse como tal, corre paralela a la
“oficial” que, al frente de su
Bach Collegium de Japón, viene
realizando de las cantatas del
Cantor, y a la cual habría que
añadir otra tácita de sus demás
obras vocales. Un trabajo en
definitiva inmenso y, hasta la
fecha, realizado con muchas
más luces que sombras. Como
clavecinista, al menos en las dos
obras originales para teclado
incluidas en este disco se
enfrenta con una competencia
terrible, que encabezan Gustav
Leonhardt y Kenneth Gilbert. En
concreto, la grabación de este
último, realizada en 1988 y reeditada diez años después (véase
SCHERZO, nº 139), fascina entre
otras innumerables virtudes por
la capacidad única que en ella
se encuentra para hacer por
igual justicia a las componentes
horizontales y verticales del discurso musical. En cambio, el
intérprete japonés parece primar
alternativamente un aspecto
sobre el otro, de lo cual constituye indicio aunque no definitivo sí muy elocuente el hecho de
que suela ser más rápido en los
movimientos rápidos y más lento en los lentos. Por otro lado,
su instrumento, construido por
Willem Kroesbergen en Utrecht
el año 1982, produce unos timbres sumamente ásperos sobre
todo por comparación con los
productos de Bernhard von
Tucher (según originales de
Gräbner y Vater) utilizados por
el clavecinista canadiense. Por lo
que respecta al BWV 964 que
sirve de complemento (Gilbert
opta por los Dúos, BWV 802805), los resultados se han de
calificar sin duda de más interesantes por el alejamiento del original violinístico en cuanto a la
escansión de las líneas, pero no
bastan para justificar una recomendación más que tibia del
conjunto.
Alfredo Brotons Muñoz
BACH:
Suites francesas BWV 812-817.
Suites BWV 818-819. PIETER-JAN
BELDER, clave.
2 CD BRILLIANT 93322 (Cat Music).
2006. 130’. DDD. N PE
El caso de
Pieter-Jan Belder no deja
de ser curioso. Conocido
primero como
flautista, está
desarrollando una notabilísima
carrera de clavecinista, refugiado
discográficamente en el supereconómico sello Brilliant, donde
no sólo lleva adelante una interesante integral Scarlatti y dirige al
conjunto Musica Amphion en grabaciones más que lucidas, sino
que también se enfrenta sin complejos a otros grandes del teclado
barroco, como Bach, al que había
dedicado ya algún registro anterior a éste de las Suites francesas,
que completa con las Suites BWV
818 y 819.
Belder ejerce de bachiano
reposado y elegante. La pulsación es nítida y suficientemente
clara y ágil; el ritmo, de extrema
regularidad, contrasta con fidelidad y buen sentido la sustancia
de las danzas; la ornamentación
tiende a lo austero, aunque el
conjunto no resulta especialmente seco ni severo. Todo suena fluido, preciso y notablemente refinado, aunque falte acaso
la chispa de un fraseo algo más
flexible (esos expresivos juegos
con la agógica de un Hantaï, por
ejemplo) y un sonido de más
amplio rango dinámico. Un
Bach plenamente disfrutable,
que acaso no atrape por su
magia pero que convence por
su rigor, claridad y distinción.
Pablo J. Vayón
escalas de la segunda Double de
la Partita nº 1 se negocian con
algo más de soltura, pero la
atención se ve demasiado atraída por el riesgo de la velocidad
que por la seguridad con que se
traza el discurso, la subsiguiente
Sarabande resulta monótona y el
Minueto queda en una tierra de
nadie entre el subrayado de la
componente rítmica y la melódica que posiblemente no contentará a nadie. La Sonata nº 2
arranca con un Grave en el que
precisamente se echa de menos
eso, hondura en el fraseo y en la
valoración acertada de los acentos; la larga Fuga se hace eterna
asimismo por la machacona forma de escansión que se le aplica; el Andante por su parte vuelve a pecar de indefinición, y el
Presto de ausencia de destino y
a veces incluso de uniformidad
en el color. La lista de opciones
mucho más recomendables es
tan larga que sólo se cita la de
quien la encabeza: Milstein.
Alfredo Brotons Muñoz
BACH:
Sonatas para violín y clave.
STEFANO MONTANARI, violín.
CHRISTOPHE ROUSSET, clave.
libitum. Son casi incontables las
grabaciones de este conjunto de
composiciones y esta ofrece una
peculiaridad en la Sexta Sonata.
Ya ella es peculiar, pues es la
única del total que, adoptando la
forma de sonata de cámara, tiene
cinco movimientos en lugar de
cuatro, pero Rousset y Montanari
le añaden dos más que figuran
como complementos, un Adagio
y un Cantabile, ma poco adagio.
En el librillo que acompaña a los
discos no se hace comentario
alguno sobre este particular. Bien
se puede decir aquí eso de que
lo que abunda no daña, pero
requeriría una explicación y pensamos que puede ser debido a la
utilización de alguna copia del
manuscrito original diferente a la
utilizada habitualmente.
Dada la citada abundancia
de grabaciones, es difícil recomendar una. Cualquiera de las
citadas podría serlo y ésta también, incluso se puede decir que
es complementaria a cualquiera
de las otras dos, por presentar un
punto de vista diferente en cuanto a la relación entre los instrumentos, resultando como un
poco más alemana en esa fusión
entre dos escuelas musicales de
la que tales obras son producto.
José Luis Fernández
2 CD NAÏVE AM 109 (Diverdi). 2006.
95’. DDD. N PN
BACH:
Sonatas y Partitas para violín
solo BWV 1001-1003. JACQUELINE
ROSS, violín.
GAUDEAMUS GAU 358 (Diverdi). 2007.
69’. DDD. N PN
De Jacqueline Ross, neoyorkina formada en la
Juilliard pero
afincada en
Londres, no
se puede decir que toque espantosamente las tres primeras piezas de la integral de Sonatas y
Partitas para violín solo de
Bach, pero tampoco que no
carezca de defectos. En general,
gustará más a quienes en éstas
prefieran los ataques tirando a
blandos o, como antes de la
invasión de lo políticamente
correcto solíamos decir, poco
viriles, a visiones más recias,
menos melosas. Lo que unos y
otros no podrán sin embargo
negar será por un lado la belleza
del timbre, por otro la sensación
de pérdida del norte que se produce en determinados puntos.
Para empezar, en la Sonata nº 1
los episodios de la Fuga antes
diríanse yuxtapuestos que unidos; y a muchos remates de frase en el Presto conclusivo parece llegarse literalmente con la
lengua fuera. Las vertiginosas
Las
seis
Sonatas para
violín y clave
de J. S. Bach
parecen gozar
recientemente
de una alta
estima por parte de los excelentes instrumentistas italianos que
tenemos mentalmente más asociados con la música de algunos
de sus compatriotas del período
barroco. Tal es el caso de Biondi
con Alessandrini, Carmignola con
Marcon y ahora Montanari, bien
conocido por su actividad como
concertino de la Accademia
Bizantina. Está bonito, pues es
como darle a Bach las gracias por
la gran estima en que tuvo a la
música de Vivaldi. Esta vez no es
total la nacionalidad italiana de
los instrumentistas, puesto que el
teclado corre a cargo del extraordinario clavecinista francés Christophe Rousset, que incluso se lleva la mejor parte del dúo, al
menos en calidad sonora. Al
escucharlas, resultan realmente
unas sonatas para clave con
acompañamiento de violín obligado, tal como parece que las
concibió Bach, aunque sobre
esto hay diversas teorías según
los diferentes manuscritos, desde
sonatas para violín y clave, para
clave y violín o incluso sonatas
en trío, con viola da gamba ad
BACH:
Cantatas BWV 1, 82 y 147.
MONICA MAUCH, soprano; MATTHEW
WHITE, contratenor; CHARLES
DANIELS, tenor; STEPHAN MACLEOD,
bajo. MONTRÉAL BAROQUE. Director:
ERIC MILNES.
ATMA SACD2 2402 (Gaudisc). 2006.
72’. SACD. N PN
La carpetilla
de este disco
contiene, además de los
textos que se
cantan,
un
comentario
firmado por Bruce Haynes en el
que se nos ofrece un resumen
bastante completo y muy correctamente fundamentado de en qué
consiste tocar no sólo con instrumentos, sino sobre todo con procedimientos “originales”. Aún
más de lo que ya sucediera en la
remesa de cantatas dedicadas a
San Miguel a cargo del mismo
grupo, donde las reflexiones se
producían al hilo de la explicación del contenido del disco (véase SCHERZO, nº 207, pág. 74),
también aquí, donde nada se dice
de las cantatas marianas (Visitación, BWV 147; Purificación,
BWV 82; Anunciación, BWV 1)
que se ofrecen, nos encontramos
con una contradicción flagrante
entre la teoría y la práctica, o al
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BACH-C. P. E. BACH
menos con unos resultados prácticos no totalmente ajustados a
los postulados teóricos. Caso
extremo de prueba lo constituye
la BWV 82. Las dos arias lentas se
llevan a un tempo sensiblemente
más reposado y la rápida a uno
insignificantemente más veloz
que en la versión de Matthias
Goerne con la Camerata Academica de Salzburgo dirigida por
Roger Norrington (véase SCHERZO, nº 142, pág. 86), pero esos
datos pierden importancia frente
tanto a la superior calidad de la
voz (y Stephan MacLeod no es
desde luego un mal cantante)
como a la sensación de mayores
éxtasis y urgencia que respectivamente se producen; es decir,
frente a la superior eficacia en la
provocación de emociones en el
oyente. Y, por supuesto, Norrington no habría consentido un
“accidente” tan desagradable
como el fallo de entonación del
oboe da caccia que Milnes pasa
por alto en 1’45’’ de la pista 11.
Para las otras dos cantatas quizá
no haya una recomendación tan
claramente destacada por encima
de ésta, pero precisamente el
hecho de que sean muchas (con
un contratenor menos chillón,
por ejemplo, o con un coro mejor
empastado y unos solistas instrumentales más brillantes) no mejora las cosas sino todo lo contrario.
Alfredo Brotons Muñoz
BACH:
Misas breves BWV 233-236.
CANTUS CÖLLN. Director: KONRAD
JUNGHÄNEL.
2 CD HARMONIA MUNDI HMC
901939-40. 2006. 110’. DDD. N PN
K
80
o n r a d
Junghänel no
abandona del
todo los postulados minimalistas que
había empleado en sus anteriores trabajos
bachianos para Harmonia Mundi
(cantatas tempranas y Misa en si
menor) en este doble CD que
recoge las misas luteranas, pues
aunque los números corales se
interpretan hasta con dos voces
por parte, también hay fragmentos a una. La cuerda la componen tres violines I, tres violines II
y dos violas, a lo que se añaden
los vientos, el continuo y algunos
instrumentos para los obligados
de las arias.
Cantus Cölln se presenta con
un elenco vocal renovado, sin la
soprano Johanna Koslowski ni el
bajo Stephan Schreckenberger,
tradicionales puntales del grupo,
pero con un sonido de conjunto
compacto y dúctil a la vez, que
Masaaki Suzuki
INTENSIDAD
BACH: Cantatas
BWV 1, 126 y 127.
CAROLYN SAMPSON,
soprano; ROBIN BLAZE, contratenor;
Gerd Türk, tenor; PETER KOOIJ,
bajo. BACH COLLEGIUM DE JAPÓN.
Director: MASAAKI SUZUKI.
BIS SACD-1551 (Diverdi). 2006. 60’.
DSD. N PN
La tendencia seguida a lo largo
de las primeras treinta y tres
entregas de ir progresivamente
confiando los cometidos solistas a cantantes japoneses se ve
truncada en la siguiente de la
integral de las cantatas bachianas a cargo del Bach Collegium
de Japón bajo la dirección de
su fundador y alma mater
Masaaki Suzuki. Volvemos así
a encontrar un cuarteto europeo con amplia experiencia en
Bach en general y con Suzuki
en particular. El resultado, aunque con la otra fórmula tamse apoya en un equipo de instrumentistas que no ha cesado de
crecer desde que Junghänel
decidiera ampliarlo para afrontar
este tipo de repertorios. Ahora,
su sonido es limpio, ágil, magníficamente empastado y de suficientes profundidad y relieve,
aunque por momentos la ligereza y el lirismo de los violines
podrían ganar contrastándose
con texturas algo más carnosas y
densas, acaso fuera de lugar en
interpretaciones más esqueléticas, pero no en éstas, nunca
espesas, pero de muy apreciable
profundidad en los números
corales, que es donde reside la
mayor fuerza de las interpretaciones, por la claridad, la intensidad, el equilibrio y la palpitante
expresividad que logra Junghänel de sus ocho cantantes,
vibrante en las fugas del Cum
Sancto Spiritu. En último término, conviene aclarar que el tono
general es más meditativo y lírico que exultante y dramático.
En las arias, los instrumentistas cumplen sobradamente en
los obligados (mención especial
para el violín del Domine Deus
de la Misa en la mayor), pero las
prestaciones de los cantantes
como solistas son irregulares, en
general algo insulsas. Los tenores consiguen los momentos de
mayor intensidad, vigor y matiz
(espléndido Mammel en el Qui
tollis de la Misa en sol menor,
con precioso oboe obligado),
pero los bajos resultan poco flexibles y las sopranos, de registro
bién se lograron éxitos parciales o efímeros, es de un nivel
de calidad medio formidable.
Pertenecientes las tres piezas
esta vez reunidas al subciclo en
curso del proyecto emprendido
pero no totalmente completado
por el Cantor de Santo Tomás
de componer una cantata para
cada domingo y fiesta religiosa
del año litúrgico, los textos
hacen referencia al pasaje del
Evangelio correspondiente al
día: la Anunciación, la parábola
del sembrador y la curación del
mendigo ciego. Suzuki, cuya
intención de propagación de la
fe cristiana en su país no debe
olvidarse, muestra por estos
contenidos una comprensión
particular, de manera que dota
a los hímnicos coros y corales
de una peculiar intensidad
emocional. Gerd Türk y Peter
Kooij están formidables de timbre y expresión tanto en las
corto y no muy variadas expresivamente. El timbre del contratenor Alexander Schneider no gustará a todo el mundo, por su
color más bien agreste y su tendencia a gritar, pero hay que
reconocer al cantante musicalidad e incisividad expresiva (en
especial en el Quoniam de la
Misa en fa mayor), la misma que
se echa de menos en su compañera Elisabeth Popien, que despacha el Quoniam de la Misa en
la mayor con desvaída asepsia.
Pablo J. Vayón
BACH:
Motetes BWV 225-230 y BWV
Anh 159. THE HILLIARD ENSEMBLE.
ECM New Series 1875 476 5776 (Nuevos
Medios). 2003. 77’. DDD. N PN
Sin los habituales instrumentos colla
parte (sólo
un órgano se
encarga del
continuo en
el BWV 230) y con un solo cantante por voz presenta el Hilliard
esta interpretación de los motetes de Bach (se añade el apócrifo Ich lasse Dich nicht, du segnest mich denn BWV Anh 159,
en realidad obra de Philipp
David Kräuter, alumno de Bach
en Weimar), una interpretación
que no pasará a la historia ni
por su vitalidad ni por su hondura. Ya desde el arranque de
arias como en los recitativos; lo
mismo que Carolyn Sampson,
con la que el oboe da caccia y
el oboe compiten en delicadeza en las arias de la BWV 1
(pista 5) y de la BWV 127 (pista 15), en este segundo caso
con una puntuación del bajo a
la que el tono añadido por la
flauta dulce sienta estupendamente. Sin duda una de las
cimas de la colección.
Alfredo Brotons Muñoz
Singet dem Herrn ein neues Lied,
el ritmo parece alicaído y el conjunto suena esquelético y superficial, una sensación que no deja
de acrecentarse con el avance
de las obras y que llega a hacerse desoladora en algunos
momentos de Jesu, meine Freude. Hay desde luego claridad, el
conjunto suena con un equilibrio aceptable (sólo roto de vez
en cuando por los contratenores) y hay voces que aportan un
notable encanto en instantes
ocasionales, pero sorprende el
hecho de que utilizando un conjunto coral a voz por parte, los
tempi sean tan lentos y el tono
general resulte tan desvaído. La
opción minimalista falla en este
caso, quizá no por el minimalismo en sí mismo, sino por la falta
de mayor intensidad y un más
intencionado uso de la retórica
que aporte algo más de profundidad expresiva a unas obras tan
hondamente emotivas.
Pablo J. Vayón
BACH:
Pasión según San Juan. JOHN
MARK AINSLEY, tenor; STEPHEN
RICHARDSON, bajo; CATHERINE BOTT,
soprano; MICHAEL CHANCE,
contratenor; PAUL AGNEW, tenor;
STEPHEN VARCOE, bajo. CORO DEL
KING’S COLLEGE DE CAMBRIDGE. THE
BRANDENBURG CONSORT. Director:
STEPHEN CLEOBURY.
2 CD BRILLIANT 93209 (Cat Music).
1996. 138’. DDD. R PE
D D
I SI CS O
C O
S S
BACH-C.
BACH-BRAHMS
P. E. BACH
B
rilliant
publica esta
grabación de
la
Pasión
según
San
Juan registrada por Stephen Cleobury en 1996 y que últimamente circulaba bajo la marca
Regis. Se ofrece la versión de
1724, aunque al final se incluyen
en apéndice los números utilizados por Bach en 1725, esto es los
corales de apertura y cierre de la
obra, más dos arias de tenor y
una de bajo. La interpretación es
irregular, suficiente para conocer
la obra a precio muy económico,
pero con algunos puntos débiles
como las arias de una soprano
(Catherine Bott) de voz ligerísima e inexpresiva y las de un
contratenor (Michael Chance)
del que se conocen interpretaciones más cálidas y comprometidas o como los coros y corales
de más amplio desarrollo por los
que el Coro del King’s College
pasa con una ligereza y una falta
de contrastes digna seguramente
de otras causas. Magníficos en
cambio el muy vehemente
Agnew y el elegantísimo Varcoe
en sus respectivos cometidos y
muy apreciable la labor de Ainsley como Evangelista, así como
la del conjunto instrumental,
que lidera Roy Goodman como
concertino.
Pablo J. Vayón
C. P. E. BACH:
Sinfonías en do mayor Wq. 182,
nº 3, en si menor Wq 182, nº 5,
en mi mayor Wq. 182, nº 6 y en
sol mayor Wq. 182, nº 1.
Concierto para violonchelo Wq.
172. PETR SKALKA, violonchelo. CAFÉ
ZIMMERMANN. Director: PABLO VALETTI.
ALPHA 107 (Diverdi). 2005. 62’. DDD.
N PN
I nterpretación aristada,
de articulaciones muy
marcadas,
contrastes
acerados e
intensos de cinco obras bastante
bien conocidas de Carl Philipp
Emanuel Bach. Petr Skalka tiene un sonido oscuro y profundo y por momentos parece
regodearse en el potencial dramático de su registro grave,
sobre todo en un Largo de
notable hondura, que anuncia
sin remilgos el Romanticismo.
El contraste con el vigoroso y
luminoso Allegro assai conclusivo marca con claridad las intenciones de un conjunto al que
no le importa sacrificar ocasionalmente la pureza y el refina-
Zoltán Kocsis, András Schiff y Béla Bartók
TRES MÚSICOS
BARTÓK: Allegro Bárbaro
Sz. 49. Rondós Sz. 84. Tres
Melodías húngaras Sz. 66.
Suite op. 14, Sz. 62. Sonata Sz.
80. Suite de Danzas Sz. 77.
Danzas rumanas Sz. Quince
canciones húngaras Sz. 71.
Microkosmos (selección).
ZOLTÁN KOCSIS, piano; ANDRÁS
SCHIFF, piano; BÉLA BARTÓK, piano.
2CD BRILLIANT 8529 (Cat Music). 1940,
1975, 1980. 117’. DDD/AAD. R PE
Tres artistas de esos a los que
conviene escuchar con atención. De ellos, uno, incluso, el
propio compositor: el mismísimo Béla Bartók. Y todo eso,
en un álbum que, costando
muy poco, vale mucho. Kocsis
y Schiff, en sendas tomas de
1975 y 1980, se reparten el primero de los discos, con un
abanico de obras multicolor,
dominado por las creaciones
sobre temática popular que
tanta y tan afortunada atención
merecieron a su autor. Húngaros también ambos pianistas,
son conocedores y herederos
de las fuentes en las que bebe
esta música, y eso se traduce
en una autenticidad de fondo
que —al igual que ocurre con
gran parte de la música española, por ejemplo— resulta
cualitativamente fundamental.
Kocsis es nitidez y claridad
de articulación, pero también
contundencia en el ataque,
percusividad y fogosa vitalidad
en la rítmica vibrante que ofrece el sabor de lo popular tamizado por el filtro creativo del
genio bartokiano.
Por su parte, Schiff sin
dejar de entregarse en cuerpo
y alma, prefiere la minuciosidad y la pureza transparente a
la fogosidad de su compatriota
y colega, resultando más intelectualizado, menos terrenal.
El propio Bartók grabó,
justo al llegar a EEUU huyendo
del nazismo, algunas de sus
obras. De esos registros —que
ya han sido publicados en distintos sellos—, se recoge aquí
una selección de esa magna
obra titulada Mikrokosmos.
Pedagogía de un creador
genial sobre técnica pianística,
sí, pero también sobre una
manera de educar en la música
desde la contemporaneidad,
de transmitir el valor del folclore, del humor, del contrapunto, del ritmo, y de tantas y
tantas cosas más…
El primer disco, por repertorio y ópticas interpretativas
complementarias, resulta un
variado placer. El segundo,
como fragmento vivo de la
Historia de la Música, un lujo
que no se puede dejar pasar.
Juan García-Rico
Benny Goodman, Joseph Szigeti y Béla Bartók
ENCUENTRO HISTÓRICO
BARTÓK: Contrastes
Año 1940. Bartók está recién
llegado a Estados Unidos. Se
ha despedido de la desventurada Europa de la guerra y los
fascismos. Y graba varias
cosas para la Biblioteca del
Congreso, benéfica institución
que tantos sonidos ha preservado. Como esta selección de
Mikrokosmos.
Contrastes es una obra de
cámara encargada nada menos
que por Benny Goodman, el
clarinetista de jazz que
demuestra así su sensibilidad y
su habilidad para otras músicas. Pero es que está en com-
pañía de un virtuoso del violín
como Joseph Szigeti; y del
compositor de la obra, Bartók,
que también es un virtuoso.
Bartók no estaba en el estreno
de enero de 1939; en su lugar,
tocaba Endre Petri, cuando la
obra sólo contaba dos movimientos. Recibió ésta el título
de Contrastes cuando ya tuvo
tres, y eso es lo que grabaron
estos musicazos en 1940.
Mikrokosmos es una serie
de seis cuadernos de progresiva dificultad. Aquí, Bartók nos
ofrece piezas de los últimos
cuadernos, entre ellas las seis
danzas de ritmo búlgaro que
suponen la culminación y
práctico final del último cuaderno de la serie, la virguería
del virtuoso insuperable. La
dificultad y el virtuosismo de
este Bartók de 1940 se ponen
al servicio no sólo de la pedagogía, sino también de la músi-
miento del fraseo en aras de la
vitalidad, la intensidad y la fuerza expresiva. En cualquier caso,
todo ello se hace partiendo de
un sonido redondo, carnoso,
grande, alejado del esquematismo de la voz por parte, muy
bien empastado, con claridad y
equilibrio más que sobrados y
una integración muy delicada
para violín, clarinete y
piano. Mikrokosmos
(selección). BENNY GOODMAN,
clarinete; JOSEPH SZIGETI, violín;
BÉLA BARTÓK, piano.
MEMBRAN (Cat Music). 1940. 60’.
ADD. H PE
ca, entendida como quintaesencia, como sugerencia, como
miniatura que encierra amplitudes. No se trata de registros
desconocidos, de rescates que
nos abran una perspectiva inédita; son grabaciones conocidas, pero no divulgadísimas;
en especial, Mikrokosmos; más,
Contrastes. Pero se trata de
joyas históricas que ningún aficionado desdeñará.
Santiago Martín Bermúdez
del excelente bajo continuo. Un
disco que se disfruta del primer
al último compás.
Pablo J. Vayón
81
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C O
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BARTÓK-BEETHOVEN
Cuarteto Arcanto
MATICES Y SUSURROS
BARTÓK: Cuartetos
de cuerda nºs 5 y 6.
CUARTETO ARCANTO.
HARMONIA MUNDI HMC 901963.
2006. 60’. DDD. N PN
En 2002 nacía un cuarteto de
cuerda, el Cuarteto Arcanto. Lo
formaban cuatro auténticos
solistas, entre ellos la violinista
Antje Weithaas y la viola Tabea
Zimmermann, con Daniel Spec
como segundo violín y JeanGuihen Queyras al chelo. Ahora
comienzan a grabar discos. Y
este, precisamente este ambicioso registro, es el primero de
todos. Puede sorprender que un
BARTÓK:
Conciertos para piano y
orquesta. GÉZA ANDA, piano.
ORQUESTA SINFÓNICA DE LA
RADIODIFUSIÓN BÁVARA. Director:
ERNEST BOUR.
COL LEGNO WWE 20091 (Diverdi).
1957. 75’. DDD. H PM
82
E ditado bajo
el paraguas
de la colección Música
viva,
que
recoge una
serie de acontecimientos históricos, el inquieto sello germano recoge aquí la
interpretación de los tres Conciertos para piano de Bartók
que tuvo lugar en la Herkulessaal der Residenz de Múnich el 26
de abril de 1957. Fue la primera
ocasión en la que los tres conciertos del compositor húngaro
se interpretaban en una misma
velada, lo que le daba una pátina de acontecimiento. Y a tenor
del resultado, la ejecución estuvo a la altura.
La interpretación, recogida
con una más que aceptable
toma de sonido, resulta reveladora por la claridad y fuerza
con la que el pianista húngaro
afronta la titánica misión. Su
pianismo resulta irresistible en
lo rítmico y en la perfección
técnica. Despliega la fuerza
necesaria para afrontar este
tour de force sin desmayo. En
una gozada escuchar, por ejemplo, el Allegro molto del Primero (refrescante) o el Allegro
vivace del Tercero (casi un
compendio de todo lo que
representa esta música).
Bour, por su parte, supone
un contrapeso ideal basado en
una dirección atenta y elegante.
Resulta puntilloso hasta el
conjunto comience por el repertorio más arduo y más difícil.
Pero si lo pensamos bien, comprenderemos que precisamente
unas obras como las dos últimas
de las seis de Bartók para cuarteto son una tarjeta de presentación excelente. A condición de
que se trate de un auténtico
conjunto, a condición de que lo
formen virtuosos de dedo ágil e
ideas penetrantes (entre otras
cualidades). Los hemos visto
por aquí, solos y en conjunto. Y
en octubre del año pasado dieron por fin el paso al sonido
grabado. Podrían haberlo hecho
antes, a juzgar por lo que les
extremo de parecer excesivamente analítico, pero es tan
sólo un espejismo: el galo
disecciona con precisión las
partituras, pero sin frialdad. Es
un
acompañamiento
que
envuelve al solista para imprimir un carácter mediterráneo
poco usual.
Estas versiones resultan más
frescas que las grabadas posteriormente por Anda junto a
Fricsay (DG) o que el legendario Tercero junto a Karajan en
Salzburgo (DG).
Carlos Vílchez Negrín
BARTÓK:
Concierto para viola.
MARTINU: Rapsodia Concierto
para viola H 337. HINDEMITH:
Música fúnebre para viola y
orquesta de cuerda. VLADIMÍR
BUKAC, viola. ORQUESTA DE LA RADIO
CHECA. Director: VLADIMÍR VÁLEK.
CALLIOPE 9364
(Harmonia
Mundi). 2003.
47’. DDD. N PN
S orprendente disco protagonizado
por el viola checo Vladimír
Bukac. Tres páginas de la primera mitad del siglo XX, relativamente cercanas, en las que la
gravedad del instrumento cede
a veces y el discurso asciende
para fingirse violín sin dejar de
asumir la melancolía que le es
propia acaso por su situación
intermedia. Sólo una de las
obras de este CD está compuesta por alguien que también fue
viola: es la breve pieza de Hindemith en cuatro momentos
(más que movimientos). Estamos en 1936, año fúnebre don-
hemos oído en vivo, pero tardaron cuatro años. El resultado es
de una altura difícil de superar
entre las propuestas de nuestros
días, ahora que empieza a ser
pasado no muy cercano la épode los haya, y Hindemith le
dedicaba esta música funeral al
rey Jorge V de Inglaterra, con lo
que el discurso es aquí un
lamento. El Concierto de Bartók
es obra tardía, obra inconclusa
al morir el compositor en 1945,
pieza terminada por el instrumentista que la encargó, Tibor
Serly. A veces reconocemos
aquí claramente al Bartók
maduro, terrible y desolado. A
veces. La Rapsodia Concierto de
Martinu es algo posterior, de
1952. Hay un equilibrio entre la
devoción clasicista y la tentación tardo-post-tras-romántica
(con perdón). En fin, es un recital para viola y orquesta con
una lógica interna muy coherente. Esa coherencia la sirve
Bukac con virtuosismo, desde
luego; con inspiración y rigor,
claro está. Pero con algo más:
con una tensión vibrante que
convierte el recital en una
secuencia inquieta y también
inquietante. Esto sería insuficiente sin el acompañamiento
también tenso, también turbador, de Vladimír Válek con la
Orquesta de la Radio Checa. No
es un repertorio desconocido,
pero sí inhabitual. Pero más
inhabitual es el altísimo nivel
artístico de intérpretes como
Bukác y acompañamientos
como el de Válek.
Santiago Martín Bermúdez
BEETHOVEN:
Sonatas opp. 7, 10, nº 3 y 57
“Appassionata”. ANGELA HEWITT,
piano.
HYPERION CDA67518 (Harmonia
Mundi). 2005. 77’. DDD. N PN
Angela Hewitt firma estas tres
sonatas de Beethoven en un
ca de los grandes cuartetos de
cuerda y nos sumimos en las
crisis y recomposiciones de
otras formaciones. A juzgar por
este Bartók tan matizado, tan
susurrado aquí como declamado allá, el Arcanto podría ser
uno de esos grupos que toman
el relevo, que ocupan en lugar
que otros ya no disputan, sino
que han dejado vacío. Y parece
que pueden hacerlo por derecho propio, no sólo por ausencia o abdicación ajena. Juzguen
ustedes por este sensacional
disco del mejor Bartók.
Santiago Martín Bermúdez
disco
de
poderosas y
firmes intenciones.
La
pianista ataca
las
piezas
con coherencia y solvencia interpretativa,
desenvolviéndose en ellas con
comodidad y todo lujo de detalles interpretativos. Así, estas
versiones tienen el perfume de
lo personal, la sensación de la
originalidad supeditada al rigor
de la partitura. Hewitt da una
especial importancia a la mano
izquierda
beethoveniana,
dotándola de mucha claridad y
una fuerza y apoyo inusuales.
Su sonido en todo el disco es
refinado, regio, no rebuscado
pero sí poético y lírico. A través
de él, Hewitt encuentra los diferentes climas que caracterizan
sus interpretaciones; atmósferas, eso sí, pensadas, equilibradas y enfocadas hacia la consecución de un claro objetivo: iluminar bajo una óptica bastante
personal las obras. Y decimos
bastante, ya que finalmente el
resultado no sorprende tanto
como promete al comienzo de
la audición. Las versiones de la
pianista lindan entre lo correcto
y lo especial, habiendo momentos desiguales. La elección del
repertorio habla a su favor, ya
que son obras difíciles (aunque
realmente no existe ninguna
sonata de Beethoven fácil) y no
todas conocidas por el gran
público. Resumiendo, unas versiones con sus más y sus menos
que por justicia no se sitúan
entre las referencias del
momento, pero que sí cumplen
con dos requisitos: ser interesantes y muy notables.
Emili Blasco
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BARTÓK-BEETHOVEN
BEETHOVEN:
Cuartetos en sol mayor op. 18,
nº2 y re mayor op. 18, nº 3.
CUARTETO MOSAÏQUES.
NAÏVE E 8902 (Diverdi). 2005. 52’.
DDD. N PN
Se
completa
al fin el grupo
de los Op. 18
de Beethoven
por el Cuarteto Mosaïques,
después de lo
que ha sido un proceso de grabación y publicación bastante largo.
El último disco presenta los dos
cuartetos posiblemente menos
diferenciados y personales de la
colección, lo que implica el peligro de infravalorarlos. No ha sido
así, por fortuna, pues el Mosaïques aborda el Segundo no sólo
con gracia rococó, atención a la
dinámica y un vibrante desarrollo
en el primer tiempo, sino que frasea con mucha elegancia el Adagio cantabile. Es una constante de
la versión la fuerte, pero no exagerada, presencia del violonchelo, del que pareciera emanar el
crecimiento de la música. Tras un
chispeante Scherzo, el Finale
redondea la atractiva versión por
su nerviosa vibración interna.
Parámetros muy semejantes
dominan el acercamiento al Tercer Cuarteto, obra cuya traducción se caracteriza por la animación rítmica del scherzo y la
entregada convicción, aun virtuosismo del Presto final. Poco a
poco, en suma, el Cuarteto
Mosaïques va abriendo brecha,
algo ciertamente difícil en este
repertorio, para las formaciones
con instrumentos históricos.
Enrique Martínez Miura
BEETHOVEN:
Quinteto en do mayor op. 29.
Fuga para quinteto op. 137.
Fragmentos y arreglos para
cuarteto de cuerda. CUARTETO
YSAŸE. SHULI WATERMAN, viola.
AEON AECD 0533 (Harmonia Mundi).
2004. 66’. DDD. N PN
Beethoven, al
igual que su
maestro,
Haydn,
no
encontraba la
quinta voz, lo
que se nota en
las obras que escribió para esta
combinación. El Op. 29 es una
página juvenil y luminosa, que
los Ysaÿe no intentan hacer más
trascendente —por ejemplo, incidiendo en la acentuación— de lo
que realmente es. Por medio del
lirismo, la claridad y una cierta
finura plantean la obra como una
composición optimista y plena-
Sonia Wieder-Atherton y Janos Fürst
MÚSICA VIVA
BARTÓK: Concierto
para violonchelo
(transcripción del
Concierto para viola).
SHOSTAKOVICH: Concierto
para violonchelo nº 1. RAVEL:
Chanson hébraïque, Deux
mélodies hébraïques. SONIA
WIEDER-ATHERTON, violonchelo.
SINFONIA VARSOVIA. Director: JANOS
FÜRST.
RCA Red Seal 88697 028292 (SonyBMG). 2006. 65’. DDD. N PN
O ímos. Y lo que oímos nos
suena mejor que el original.
¿Es siempre así? ¿O es que una
instrumentista virtuosa y gran
artista como Sonia WiederAtherton hace que el Concierto para viola de Bartók (preparado por Tibor Serly a partir
de los materiales inconclusos
del compositor) suene mejor
en el chelo? El Primero de
Shostakovich sigue al de Bartók, y el resultado es especialmente feliz, de lo más musical
y más interesante que podemos oír en referencias de esta
obra, bastante grabada, como
sabemos. ¿Podíamos esperar
otra cosa de una discípula
especialmente querida de Slava Rostropovich?
A ambos lados, en el
extremo del recital, una bellísima Canción hebraica de
Ravel en transcripción para
chelo y orquesta (a partir del
Canto popular nº 4); y Dos
canciones hebraicas en idéntica trascripción. Broches judíos, bellezas cargadas de
melancolía. La elegancia de
esta chelista corre pareja a su
inspiración, a su capacidad
para introducir tensión en frases, secuencias y desarrollos.
Para hacer música viva tanto
de la idea como de su desenvolvimiento. También es feliz
el acompañamiento de Janos
Fürst con la Sinfonia Varsovia,
un acompañamiento puesto al
servicio de una instrumentista
de grandísima altura, pero sin
olvidar el sentido de partituras
tan exigentes, de páginas tan
importantes del siglo que
pasó. Un disco extraordinario.
Santiago Martín Bermúdez
Lang Lang y Christoph Eschenbach
BEETHOVEN CON ESMALTE
BEETHOVEN: Conciertos
para piano nºs 1 y 4. LANG
LANG, piano. ORQUESTA DE PARÍS.
Director: CHRISTOPH ESCHENBACH.
En el DVD (bonus) que acompaña a la grabación de audio,
Eschenbach cita la “fenomenal
técnica” de Lang Lang y éste
dice que “tocar esta música me
llega al corazón”. Y es que
ambos términos se equilibran
en las interpretaciones. Bien
sabido es que la técnica es el
bagaje para llegar a la esencia
del arte. De un lado, el rigor
del director para clarificar las
voces y los planos en un discurso orquestal que en ningún
momento se vacía de contenido, y la sensible pericia del
pianista chino que se adueña a
través de su toque portentoso
de los pentagramas de Beethoven. La pulsación es exacta-
mente la que se necesita, con
lo que se crean unas dinámicas
muy amplias en las que no se
pierde —además— una sola
nota. Pero aparte de la exhibición en escalas y trinos, el chino tamiza y reproduce la
intención musical de una forma ejemplar.
Tampoco en la orquesta se
pierde nada. Manejada con
rigor y claridad, la de París da
un rendimiento óptimo en
manos de su director titular
desde 1999, año en el que
encontró al pianista chino en
el Festival de Ravinia. El director afirma esa claridad de líneas y marca lo más clásico del
contenido de las obras, y el
pianista con su técnica deslumbrante y su coloreado sonido
no empaña el tránsito de lo
clásico a lo romántico, con lo
que resulta el equilibrio apetecible, con grandes prestaciones
para estos conciertos. Además,
como afirma y reafirma Lang
mente clásica. La posterior Fuga
en re mayor no consigue salvarse
de una inocultable sensación
frustrante. El resto del programa,
por mucho que esté formado a
base de rarezas beethovenianas
—de las que no deja de haber ya
testimonios en disco—, no logra
levantar el vuelo. No pasan de
ejercicios o fragmentos, aunque
es curioso ver a Beethoven
aprendiendo de Haendel, caso
del arreglo de la fuga de la obertura del oratorio Salomón. Sólo
leves ecos del rugir del león en
medio de músicas interrumpidas
DEUTSCHE GRAMMOPHON 477
6719 (Universal). 2007. 74’. DDD.
N PN
Lang en su discurso sobre el
Concierto nº 4 plasmado en
DVD (sólo en inglés, sin subtítulos) ve y siente el contenido
dramático y lo reproduce con
hondura.
La toma de sonido es natural, equilibrada, con una magnífica sensación del espacio
sonoro y veracidad tímbrica,
así que tenemos una grabación
muy completa en todos sus
términos y merecedora de
marcados elogios.
José Antonio García y García
o muy poco cuartetísticas. El arreglo de la Sonata para piano op.
14, nº 1 permite al menos indagar
en los procesos creativos del
autor de Fidelio. Un disco de
mediano interés.
Enrique Martínez Miura
83
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BEETHOVEN-CHERUBINI
BEETHOVEN:
BORODIN:
Conciertos para piano nºs 1 y 2.
YEFIM BRONFMAN, piano. ORQUESTA
DE LA TONHALLE DE ZÚRICH. Director:
DAVID ZINMAN.
Sinfonías nºs 1-3. Danzas
polovsianas. Petite Suite.
Romanza. Esos amigos. TORD
WALLSTRÖM, barítono; LARISA
DIADKOVA, mezzo. REAL ORQUESTA
FILARMÓNICA DE ESTOCOLMO.
Director: GENNADI ROZHDESTVENSKI.
ARTE NOVA 82876 82587 2 (Galileo
MC). 2005. 67’. DDD. N PE
Concierto para piano nº 5
“Emperador”. Fantasía para
piano, coro y orquesta.
Meeresstille und glückliche
Fahrt. YEFIM BRONFMAN, piano; LISA
LARSSON, soprano; REGULA KONRAD,
soprano; ANJA ANGELIKA KÜHN,
contralto; TOBEY WILSON, tenor;
PAOLO VIGNOLI, tenor; JÜRGEN
ORELLY, bajo. CORO DE CÁMARA
SUIZO. ORQUESTA DE LA TONHALLE DE
ZÚRICH. Director: DAVID ZINMAN.
ARTE NOVA 82876 82585 2 (Galileo
MC). 2005. 64’. DDD. N PE
T ras
una más que estimable
integral de las Sinfonías de Beethoven, David Zinman nos trae
ahora tres de los conciertos del
genio de Bonn, más la Fantasía
coral, en una edición que, sobre
todo teniendo en cuenta su bajo
precio, se antoja una opción de
lo más recomendable. Y ello tanto por la prestación de la batuta
como por la del solista, un Yefim
Bronfman excelente en todas
estas páginas. Frente a enfoques
historicistas o neorrománticos,
este dúo nos propone una interpretación inteligente, que no
quiere mostrarnos un Beethoven
visionario y expresionista según
los tópicos, pero tampoco hacerlo sonar como un mero objeto
arqueológico. Tiempos aligerados y una orquesta reducida y
muy flexible, hacen que los dos
primeros Conciertos tengan toda
la gracia mozartiana, al mismo
tiempo que anuncian al Beethoven de madurez. Hay en ellos,
fantasía, juego y ganas de pasárselo bien tocando. En el Emperador la orquesta se robustece,
pero sin que ni batuta ni pianista
persigan en ningún momento
cargar las tintas en el carácter
épico y grandioso de la partitura.
Antes al contrario, por lo que el
resultado destaca por su naturalidad, por su lógica. Y por su
belleza. Con esos presupuestos,
ese extraño ensayo para el Finale de la Novena sinfonía que es
la Fantasía coral, adquiere un
aire absolutamente clásico, un
tanto ingenuo, pero absolutamente sugerente. Lo dicho, una
edición que vale mucho la pena.
84
Juan Carlos Moreno
2 CD BRILLIANT 93348 (Cat Music).
1993-1994. 138’. DDD. R PE
U na
feliz
reedición de
una integral
que conocíamos
hace
poco más de
diez
años
(Chandos). Vale sobre todo por
la soberbia lectura de la Segunda
Sinfonía, una de las tres o cuatro
obras maestras de Borodin. También por las demás, incluida la
algo pomposa Primera, y también por la Tercera, inconclusa.
También por la Danzas polovsianas, aunque valdría más si en
lugar de éstas, número demasiado manido aunque bello, tuviéramos En las estepas de Asia central, obra que nunca nos cansaremos de escuchar, en especial
si se nos propone algo equivalente a lo del resto de este doble
CD, una visión fuerte, unas lecturas poderosas con sus detalles
líricos. Pero la Segunda es la
estrella, y ahí se luce Gennia
para su integral sueca de Borodin. No desdeñemos, ni mucho
menos, la transcripción para
orquesta que hizo Glazunov de
la Petite suite para piano. Dos
piezas de gran interés son esas
dos romanzas, una para barítono
y otra para mezzo, la primera
también orquestada por Glazunov. Hay un equilibrio muy ponderado en esta integral sinfónica
que se rodea de otras piezas
para que resalte el brillo de las
sinfonías mismas. El equilibrio lo
da Rozhdestvenski con esta
orquesta, en registros de hace
tan sólo trece años. Por calidad
de obras y de interpretaciones;
por el increíble precio de Brilliant; por eso y acaso por más
razones, este álbum reeditado es
muy recomendable.
Santiago Martín Bermúdez
BRAHMS:
Quinteto para clarinete op.
155. Trío para clarinete, piano y
violonchelo op. 114. Sonatas
para clarinete y piano op. 120.
KARL LEISTER, clarinete. CUARTETO
BRANDIS. WOLFGANG BOETTCHER,
violonchelo; FERENC BOGNÁR, piano.
2 CD BRILLIANT 93156 (Cat Music).
1996-1997. 106’. DDD. R PE
C omo es sabido, el clarinete
protagoniza la última etapa de
Johannes
Brahms como
compositor
de música de
cámara. Ya
había dado el
autor por terminada su carrera cuando conoció en 1891 a Richard Mühlfeld,
clarinetista de la Orquesta de la
Corte de Meininegen, y a tal feliz
encuentro debemos el Trío en la
menor para clarinete, violonchelo
y piano op. 114, el Quinteto para
clarinete y cuerda en si menor
op. 115 y las dos Sonatas para
clarinete y piano op. 120. Todas
ellas, sobre todo la segunda, se
cuentan entre las más admiradas
obras del repertorio camerístico
del XIX, y cuentan en este
pequeño estuche con unas lecturas magníficas a cargo del veterano clarinetista, en mil batallas
curtido, Karl Leister, arropado
por unos músicos a su altura.
El apacible amanecer otoñal
dibujado por los miembros del
Cuarteto Brandis en el Quinteto
casa con los tonos dorados del
clarinete, con un segundo movimiento de dulce melancolía,
pero ya el Trío pide algo más de
alegría por parte del viento
madera, un contraste a la serenidad tan bien expresada por los
músicos. En las dos Sonatas,
Leister responde comedido a la
desbordada entrega del pianista,
imponiendo las leyes del sonido
hermoso, del humor fino y del
canto amable, y así al lado de
movimientos en los que parece
que la comunión entre ambos
no es la ideal (en los appasionatos, por ejemplo) quedan otros,
como el primero de la nº 2, donde clarinete y piano parecen ser
dos reflejos de un mismo espejo.
Asier Vallejo Ugarte
Bruckner que nos ofrece el norteamericano. Y el mismo criterio
se impone aquí, aunque los
resultados no brillen a la misma
altura…
No cabe duda que eliminar
todo exceso misticista de la
música bruckneriana está muy
bien, como también apostar por
aquellos aspectos más constructivos o por la fuerza motora que
nace del ritmo y da vida a algunos movimientos. Pero también
es verdad que este tratamiento
impulsivo hace que se pierda
gran parte del misterio y emoción de estos pentagramas. No
es una cuestión de tempo, que
tampoco es fulgurante o radical,
sino de concepto, de la forma
brusca de atacar los temas, de
cierto apresuramiento que a
veces se da, precisamente en los
momentos en que se espera que
la música respire. El impactante
inicio del Finale aparece también demasiado directo, sin
grandeza, algo generalizable a
toda la partitura. Lo mejor, el
Scherzo, más acorde con los
presupuestos de Russell Davies.
En definitiva, un pequeño resbalón, pero que mantiene vivo el
interés por saber qué nos irá
deparando esta integral. Está visto que no será redonda, pero
tampoco conformista. Y eso, el
riesgo, el deseo de apartarse de
la rutina, es ya un valor a tener
muy en cuenta. A esperar toca la
próxima entrega.
Juan Carlos Moreno
BUXTEHUDE:
Música vocal. Vol. 1. EMMA
KIRKBY, soprano; JOHN HOLLOWAY Y
MANFREDO KRAEMER, violines; JAAP
TER LINDEN, viola da gamba; LARS
ULRIK MORTENSEN, clave y órgano.
NAXOS 8.557251 (Ferysa). 1996. 72’.
DDD. R PE
BRUCKNER:
Sinfonía nº 8. ORQUESTA BRUCKNER
Director: DENNIS RUSSELL
DE LINZ.
DAVIES.
2 CD ARTE NOVA 82876 62856 2
(Galileo MC). 2004. 80’. DDD. N PE
Tras abordar
las tres primeras sinfonías oficiales
del catálogo
de Bruckner
(recordemos
que hay un par más sin numerar), Russell Davies tira toda la
carne al asador y se enfrenta
nada más y nada menos que a la
Octava, la más monumental
obra escrita por el maestro de
Ansfelden. En la crítica de aquellos tres primeros compactos
encomiábamos el carácter activo, enérgico y renovador del
Naxos continúa la reedición de la
serie de discos dedicados hace más
de una década por Dacapo (el sello nacional
danés) a la música de Buxtehude. Aquí se presenta un primer
volumen de música vocal que
recoge diez cantatas, aunque del
díptico BuxWV 76, escrito por
Buxtehude en 1674, a la muerte
de su padre, se hace una versión
peculiar. La segunda parte del
díptico (el famoso Klaglied) se
interpreta con el solo acompañamiento de un órgano (una de las
opciones que ofrece la partitura), pero de la primera parte
(Fried-und freudenreiche Hinfarth), que cuenta con dos arias,
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BEETHOVEN-CHERUBINI
cada una con una introducción
orquestal y la sucesiva intervención de un bajo y una soprano,
se ofrece una versión puramente
instrumental. El resto de piezas
escogidas (BuxWV 32, 38, 83,
84, 95, 97, 98 y 105) están pensadas para voz de soprano y
acompañamientos diversos (violín, dos violines, violín y viola
da gamba, dos violines y violonchelo, siempre añadiendo el
continuo).
La interpretación destaca los
perfiles más luminosos de la
música. La voz pequeña, pero
angelical y pura, de Emma
Kirkby, su indudable encanto y
su etérea musicalidad parecen
arrastrar a los violines de Holloway y Kraemer (a veces, de forma explícita, como en las imitaciones entre voz y violín en Singet dem Herrn), que suenan
siempre más líricos que trágicos,
tanto en el acompañamiento
como en los pasajes puramente
instrumentales, que resultan brillantes y ornamentalmente ricos,
exuberantes y variados. Un Buxtehude pasado por el tamiz de la
música italiana y que asume sin
complejos el empleo del stylus
phantasticus que tan bien caracteriza a la música organística del
compositor.
Pablo J. Vayón
BYRD:
Cantiones sacræ. CORO DEL
TRINITY COLLEGE, CAMBRIDGE.
Director: RICHARD MARLOW.
CHANDOS CHAN 0733 (Harmonia
Mundi). 2001. 63’. DDD. N PN
E l caso de
William Byrd
es un significativo ejemplo de resistencia a la
influencia
que las vicisitudes políticas y
religiosas pueden ejercer en la
obra de un creador artístico.
Seguir componiendo misas y
motetes latinos en Inglaterra
durante el reinado de Isabel I,
no debió ser tarea fácil, aunque
ser el compositor favorito de una
reina melómana y tolerante al
menos en cuestiones musicales
ayuda mucho. Tres colecciones
de motetes latinos o cantiones
sacræ llegó a publicar, el primero en 1575, aunque compuesto
en colaboración con su maestro
Thomas Tallis y los otros dos en
1589 y 1591. Marlow y el Coro
del Trinity College de Cambridge
han hecho una selección de
catorce motetes extraída de estos
dos últimos libros para la grabación del presente disco y en ella
queda reflejada la excepcional
calidad de Byrd como compositor. La variedad temática de los
textos sagrados es correspondida
por un tratamiento musical acorde con el carácter de cada uno
de ellos, dinámico y alegre en
los que se refieren a la Pascua o
la Resurrección, melancólico y
solemne en el célebre Ne irascaris, Domine del profeta Jeremías.
Como se comenta en el librillo
adjunto al CD, la producción de
motetes en los paises católicos
tenía un sentido funcional de utilización en los oficios religiosos
e iba destinada al gran público,
mientras que en Inglaterra y tras
la abolición de la liturgia romana, la edición de trabajos como
los de Byrd tenía que ir forzosamente destinada a compradores
casi clandestinos, que habrían de
ser refinados nobles melómanos
interesados en la calidad de la
música y no en su imposible utilización pública, como una especie de exquisita música de cámara para intérpretes y oyentes
especialmente entendidos. Son
de un carácter más variado que
los del canónico Palestrina, llegando algunos a tener un aire de
madrigal más que de motete,
como es el caso de Laudibus in
sanctis. Por lo que se refiere a la
calidad interpretativa, hemos
comentado ya su bondad en otro
CD conteniendo los Offertoria
de Palestrina y podemos decir
que en Byrd se superan a sí mismos. Verdaderamente, tan sólo
puede reprochárseles no haber
procedido a grabar la integral de
las Cantiones sacræ, lo que aún
están a tiempo de hacer.
José Luis Fernández
CACIOPPO:
Advance of the Fungi. Time on
Time in Miracles. Mod 3. Holy
Ghost Vacuum or America
Faints. Two Worlds. Bestiary I:
Eingang. SEVAN MANOUKIAN Y JANET
PAPE, sopranos; GEORGE CACIOPPO,
órgano eléctrico. ATELIER DE MUSIQUE
CONTEMPORAINE DU CNR DE
VERSAILLES. ENSEMBLE 2E2M. Directores:
LIONEL ARNAUD Y PAUL MÉFANO.
MODE 168 (Diverdi) 2006. 70’. DDD.
N PN
M aravilla
ante todo el
excelente
nivel de lo
que
uno
escucha (si
uno es un
poco naíf y, en el fondo, buen
público): comprobando el nombre de los intérpretes, solistas y
orquestas, uno puede confirmar
su primera impresión, luego uno
se puede preguntar qué es lo
que está oyendo; algo demasia-
do uniforme para ser Ligeti,
demasiado agitado para parecerse a Feldman, demasiado humor
para que lo confundan con Scelsi (se puede apreciar esa preocupación del compositor o ese
amor por el sonido, un sonido
bruto o brut como dicen los
gourmets, un sonido siempre
palpitante o quizá se llame una
composición que no depende
sino de la naturaleza acústica del
sonido, del lado de Xenakis y de
Wyschnegradsky), demasiado
humor —todavía más— para
que lo confundan con Boulez,
demasiado ecléctico (felizmente)
para parecer serio (felizmente),
demasiado serio para que le
tomen por un alumno de
Partch…
La obra de Cacioppo (fallecido hace 20 años) o las obras
de este CD, pues no conozco
otras, son una suerte de relato
lleno de incógnitas; apenas se
produce una identificación posible (o una prensión o una comprehensión de algún elemento
reconocible y ofrecido por el
compositor), otros elementos
surgen como reflejos múltiples.
Pero una vez más ¿de qué elementos musicales se trata? Apenas creada su realidad, el digamos tema, zozobra en lo extraño
o lo absurdo gracias a un lenguaje con doble sentido que
nombra las cosas para seguidamente burlarse de ellas. Asociaciones imprevistas, cambios inopinados de decorado o de intriga, hacen de esas obras un ejercicio de malabarismo a escondidas o a lo Satie, como un autor
de vanguardia escribiendo una
novela policíaca, o mejor, al
revés, como un Palazzeschi o un
Buffalino que hubiesen engrasado, solo un poquito.
Y si uno, tozudamente, se
pregunta “¿pero y adónde va
esta música?”, ya se encuentra
en una trampa llena (es un
decir) de fans de Cacioppo.
Pierre Élie Mamou
CHAIKOVSKI:
Sinfonías nºs 4-6. FILARMÓNICA DE
LENINGRADO. Directores: KURT
SANDERLING (Cuarta Sinfonía) Y
EVGENI MRAVINSKI.
3 CD MEMBRAN Documents 223312370 (Cat Music). 1956. 133’. ADD. R PM
H ay que ser
ruso para grabar a Chaikovski con
esta rabia y
esta potencia
dramática…
Bien, a fuer de ser sinceros, Kurt
Sanderling no era ruso, pero su
trabajo en Leningrado y su per-
manente contacto con este repertorio bajo la égida de Mravinski,
casi lo convierten en tal… Grabadas en 1956, estas tres sinfonías
despiden fuego. Es cierto que
Mravinski, tres años más tarde y
para Deutsche Grammophon,
aún iría un pelín más lejos en
este tríptico, con una sonoridad
más incisiva y ácida, pero ya aquí
las partituras son atacadas sin
contemplaciones. En las antípodas del enfoque más autocomplaciente de otras batutas, éstas
nos descubren un Chaikovski
racial, tumultuoso e hiperromántico en el buen sentido de la
palabra. Y, al mismo tiempo,
sobresalen por un lirismo arrebatador, pues los directores son lo
suficientemente grandes como
para mostrar unas lecturas llenas
de luces y sombras. La edición,
parca en notas, presenta una
buena restauración de las cintas
originales, con lo cual el sonido
es óptimo. A todo ello se añade
un precio que es pura chamba.
Así las cosas, si no tiene la edición de DG, no hay que pensar
mucho… Un clásico que es una
ganga.
Juan Carlos Moreno
CHERUBINI:
Réquiem en do menor. Marcha
fúnebre. BEETHOVEN: Canto
elegiaco op. 118. BOSTON
BAROQUE. Director: MARTIN
PEARLMAN.
TELARC SACD-80658 (Indigo). 2007.
55’. SACD. N PN
P uramente
episódico el
Canto elegiaco que abre
el disco que
se centra en
Cherubini,
proporcionándonos una versión
muy apreciable de las dos obras
de Cherubini a cargo del conjunto americano que en su
denominación de barroco denota sus propósitos y que trabaja
con su propio coro e instrumentos de época. Reproducen esa
atmósfera calmada y sedante de
esta considerable obra religiosa
estrenada en conmemoración
de la ejecución de Luis XVI y
hecha por encargo del gobierno
de otro monarca francés, Luis
XVIII. De estática belleza, esta
obra fue ensalzada desde Beethoven hasta Wagner, y soporta
en su parte central las secciones
de mayor entidad, destacando el
poderoso y prolongado Dies iræ
y la brillante fuga sobre las palabras “Quam olim Abrahæ” en el
Ofertorio.
En la otra pieza grabada
aquí, la Marcha fúnebre, el com-
85
D D
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C O
S S
CHERUBINI-DONIZETTI
positor destapa sus recursos dramáticos, con efectos sonoros de
efectismo indudable y que no
concuerda con la obra anterior.
Tam-tam, percusión y disonancias orquestales consiguen un clima que arrastra en los poco más
de cinco minutos de duración.
José Antonio García y García
CHOPIN:
Sonata para piano nº 2 op. 35.
Scherzos nºs 1-4. SIMON TRPCESKI,
piano.
EMI 0946 3 75586 2 1. 2006. 65’. DDD.
N PN
Parece increíble cómo hoy
en día sigue
habiendo pianistas a los
que les interese grabar las
obras de Chopin. ¿Bueno, malo?
Ni una cosa ni la otra. Simplemente hay que observar que el
mercado discográfico y la historia
de la fonografía están llenos de
versiones de estas obras. A simple vista, parece que tenga que
ser un repertorio reservado a los
“más grandes”, a músicos de cierta edad (siempre exceptuando a
los ganadores de concursos, claro) que con su experiencia puedan aportar su personal grano de
arena, o realmente a personalidades de peso dentro del mundo de
la interpretación. Pero no es así.
Para bien y para mal. Lo malo es
cuando pianistas como Simon
Trpceski se atreven con dichas
obras. Y no porque lo haga mal,
sino porque simplemente le faltan años, le faltan vivencias, le
sobra inmadurez. El pianista ofrece en este disco las partituras de
Chopin con corrección pero poca
cosa más. Su tocar es opaco y
gris, su Chopin áspero y de escasa poesía. Trpceski tiene dedos e
ímpetu, fuerza arrolladora, como
observamos en sus versiones de
los Scherzi, mas le falta sabiduría
y profundidad a su interpretación. La versión de la Sonata
carece de trascendencia, aunque
sea cuidada y fogosa. En general,
y tras lo escuchado en este disco,
podemos decir que las lecturas
del pianista de las obras de Chopin son en blanco y negro: faltas
de fantasía, sobradas de rigidez
(se echan en falta los imperceptibles rubati) y poca adoración
hacia el sonido. Estas son algunas
de sus carestías.
Emili Blasco
www.scherzo.es
86
CLEMENTI:
Sonatas completas. Vol. 1.
COSTANTINO MASTROPRIMIANO,
fortepiano.
3 CD BRILLIANT 93338 (Diverdi). 2006.
193’. DDD. N PE
M uzio Clementi nació
en 1752 y
murió
en
1832. Dentro
del período
de su vida
nacieron y murieron nada
menos que Mozart, Beethoven y
Schubert y a ellos podría añadirse Haydn, coincidente en actividad con Clementi durante unos
cuarenta años. En semejante
compañía y a pesar del gran
aprecio en que le tenían sus
contemporáneos y de sus fundamentales aportaciones a la interpretación del pianoforte y a la
evolución de la sonata, puede
entenderse el relativo olvido en
el que cayó posteriormente.
¿Quién se acordó de él en 2002,
cuando se cumplieron los 250
años de su nacimiento? Aunque
en la discografía pueden encontrarse bastantes discos dedicados
a sus obras o conteniendo algunas de ellas, emprende ahora
Brilliant la grabación integral de
sus sonatas, más alguna obra
menor complementaria, una
tarea encomendada a Costantino
Mastroprimiano, especialista en
este compositor y miembro del
comité científico de la edición
Urtext de su opera omnia que
está llevando a cabo en Bolonia
una editora especializada, la
excepción en el olvido general
del 2002. Como siempre en Brilliant, a unos precios de ganga y
todavía más tratándose de una
edición nueva, que pueden
hacer creer que esta empresa
discográfica es una especie de
ONG para melómanos si se
comparan sus precios con los de
la inmensa mayoría.
Este primer volumen consta
de tres discos y está dedicado a
las sonatas compuestas durante
su estancia en Viena en los años
1781 y 82, entre ellas la Op. 24,
nº 2 que Clementi interpretó
cuando tuvo lugar la famosa
competición con Mozart en presencia de José II y de la que
Wolfgang salió un tanto escaldado a juzgar por los comentarios
que incluyó en una carta a su
padre, quizás porque el empate
dictaminado por el emperador
no le gustó nada. Es muy interesante Clementi como paso en la
evolución de la sonata desde
Domenico Scarlatti al primer
Beethoven, pero no puede
encontrarse rasgo alguno que
permita su comparación con el
Mozart de la Sonata en la menor
K. 310, por ejemplo, y en este
sentido hay que darle la razón al
salzburgués a pesar de la rabieta. En cualquier caso, tres CDs
con buen sonido, cualificada
interpretación y adquiribles por
menos de 10 euros, merecen el
conocimiento de un compositor
básico en la transición del siglo
XVIII al XIX, al que Beethoven
tenía gran aprecio y del que
aprendió mucho.
José Luis Fernández
CORIGLIANO:
Etude Fantasy for solo piano.
Sonata for violin and piano.
Fantasia on an ostinato for solo
pìano. Chiaroscuro for two
pianos tuned a quarter tone
apart. COREY CEROVSEK, violín;
ANDREW RUSSO Y STEVEN HEYMAN,
piano.
BLACK BOX BBM1106 (Diverdi). 2005.
63’. DDD. N PN
O bras
de
entre 1963 y
1997 de un
compositor
que parece
que nunca se
haya encontrado cómodo con la vanguardia
que le tocó vivir y que decidió
en su momento ser él mismo y
vincularse a los diversos “neos”
que han ido apareciendo en los
últimos años y de los cuales es
figura destacada o, al menos,
figura de cierta relevancia. De
hecho, nada suena a vanguardia
en este programa camerístico de
obras para piano solo, para violín y piano, y para dos pianos, a
no ser alguna que otra pincelada
irrelevante en el contexto en
que ésta se inscribe. Incluso
escuchamos, en la ya célebre,
divulgadísima y sobrevalorada
Fantasia on an Ostinato for Solo
Piano, una cita inconfundiblemente beethoveniana; de hecho,
se basa más o menos líbremente
y de un modo entre minimalista
y rapsódico —y hasta “barberil”
por lo que tiene de tomadura de
pelo— en el movimiento lento
de la Séptima Sinfonía del genio
alemán. Pero Corigliano no es
un genio y su trabajo es del todo
innecesario. Entre el ensimismamiento y lo pretencioso, y a
veces hasta cerca de la provocación gratuita —escritura delirante la de la obra que cierra el programa— podemos prescindir de
un disco como éste que tiene en
la entusiasta y vital interpretación de los jóvenes músicos que
dan vida a estas composiciones
su máximo —¿único?— punto
de interés.
Josep Pascual
DEBUSSY:
Música para piano, vol. II:
Estampes, Children’s corner,
Deux arabesques, Suite
bergamasque, La plus que lente,
Ballade, Mazurca, Le petit
negre. PASCAL ROGÉ, piano.
ONYX 4018 (Diverdi). 2005. 76’. DDD.
N PN
Hace un par
de años reseñábamos la
primera entrega de este
ciclo Debussy
de Rogé, con
los dos libros de Preludios. Señalábamos un cantabile claro y
neto, una exposición diáfana, una
capacidad de sugerencia e insinuación, un decidido poematismo; cualidades que no eran
incompatibles con el humor en
determinado momento. En esta
nueva entrega, Rogé es ya decididamente un grandísimo debussyano, sugerente de nuevo en las
Estampas, poético en Chilndren’s
corner, terminante en la Suite bergamasque, muy “Satie” en La plus
que lente… En fin, se trata de una
espléndida continuación de algo
que empezó muy bien y que
sigue con un nivel impresionante,
que es compatible con la versatilidad del intérprete, que enfrenta
cada partitura con unos ojos distintos. La brillantez de algunas
páginas (La plus que lente, por
ejemplo) suele ceder el paso a
una abundancia de insinuaciones,
pero ajenas a aquella tradición
brumosa del Debussy delicuescente y en susurro, que hizo antaño las delicias de varias generaciones de aficionados. Rogé no
suele susurrar más que lo imprescindible. No grita nunca, porque
con Debussy no se grita. Canta, a
veces baila, habla y cambia de
humor cuando cambia de tema;
esto es, a cada momento. No busquemos aquí grandes sutilezas,
pero sí un Debussy rico, de varios
rostros, ninguno de los cuales se
enmascara, oculta o disimula lo
que es. Muy recomendable.
Santiago Martín Bermúdez
DEBUSSY/RAVEL:
Cuartetos de cuerda. Tríos con
piano. FAURÉ: Trío con piano
op. 120. CUARTETO CARMINA. TRÍO
ROUVIER-KANTOROW-MÜLLER.
2 CD BRILLIANT 8200/1-2 (Cat Music).
1985-1987, 1992. 117’. DDD. R PE
M agnífico
doble compacto tanto
por su contenido como
por la interpretación del
D D
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C O
S S
CHERUBINI-DONIZETTI
Olivier Baumont
REEDICIÓN DE UNA BRILLANTE INTEGRAL
COUPERIN: Obra para
clave. OLIVIER BAUMONT, clave.
10 CD WARNER 2564 64176-2. 19921995. 635’. DDD. R PM
R eciente
aún la integral de
Michael Borgstede para Brilliant (ver SCHERZO nº 219),
Warner reedita las grabaciones
que para Erato hizo Olivier
Baumont en la primera mitad
de los años 90. Baumont utilizó
un instrumento diferente para
cada uno de los cuatro libros y
aún otro más para los preludios
y la Allemande de El arte de
tocar el clave, así como para
una Sicilienne que se presenta
como anónima en una edición
de Ballard, pero que diversos
manuscritos de la época atribuyen a Couperin. Borgstede no
la incluía en su trabajo.
Si la labor de Borgstede
resultaba globalmente muy
satisfactoria y especialmente
apreciable en el tratamiento
exquisito y delicado de las piezas lentas, Baumont derrocha
brillantez, vigor y sensualidad
mismo. Prescindiendo del tópico
de obra maestra, tan manoseado
y devaluado de un tiempo a esta
parte, digamos que estamos ante
unas composiciones de altísima,
excelsa, calidad, algunas de las
cuales punteras en su género.
Dos cuartetos para cuerda y tres
tríos con piano que, pese a ser
servidas en grabaciones de 1992
—los dos primeros— y de 19851987 —los tres últimos— nos
llegan en versiones espléndidas,
artística y técnicamente. Obra de
auténtica madurez es el Cuarteto
de cuerda en sol menor, op. 10
que Debussy escribió a los treinta años, única composición suya
para tal formación en la que
amalgama múltiples elementos e
influencias diferentes para lograr
una obra importante y muy a
tener en cuenta. También Ravel
debutó realmente en la música
de cámara con un Cuarteto de
cuerdas, en fa mayor, obra temprana escrita entre diciembre de
1902 y abril de 1903. Suele asociársele con el anterior de
Debussy en la confección de
discos, aunque muestra más
acusados los signos de personalidad y perfección. Vital, espontáneo y original es el juvenil Trío
con piano en sol menor de
Debussy, en el que pese a mostrar aún señales de dependencia
respecto de sus maestros ofrece
asimismo un distanciamiento de
por todos lados, alcanzando
cotas de virtuosismo deslumbrantes, como en Les fastes de
la grande et ancienne
Mxnxstrxndxsx (por “Ménestrandise”, en lo que resulta a
todas luces un error de impresión del original) en el Orden
XI, pieza de desarrollo auténticamente dramático, en la que la
interpretación se desborda con
contrastes de todo tipo, con
juegos de color y detalles
humorísticos de efectos impactantes. Esa es una de las bazas
del clavecinista galo: la capacidad para el contraste y la sorpresa, habida cuenta que la técnica le permite todo tipo de
piruetas. Hay piezas (como L’Atalante del Orden XII) tocadas
a una velocidad endemoniada,
pero con una limpieza en la
ejecución, una gracia y una
ligereza excepcionales. Baumont trata el ritmo con suficiente flexibilidad siempre (aunque
curiosamente los preludios de
El arte de tocar el clave resultan
algo monótonos), lo que hace
ellos. Culminación de la madurez es el Trío con piano en la
menor de Ravel, prodigio de
equilibrio, de inventiva y de
colorido tímbrico. Finalmente, el
Trío con piano en re menor, op.
120 de Fauré —obra tardía y
estupenda— del que alguien ha
dicho que podría ser, junto con
el de Ravel, “el único a tener en
cuenta de toda la música francesa de esta época”. El excelente
Carmina Quartet, formado en
Suiza en 1984, nos hace sentir
toda la intensidad musical y
expresiva contenida en el primer
CD y el Trío Rouvier-KantorowMüller demuestra ser idóneo
para comunicar el virtuosismo,
la extroversión y la alegría de
vivir encerrados en el segundo.
José Guerrero Martín
DIEPENBROCK:
Die Vogels. Marsyas. Himno
para violín y orquesta. Elektra.
Himno a la noche nº 2. Die
Nacht. Himno “Wenige wissen
das Géminis der Liebe”. Im
Grossen Schweigen. LINDA FINNIE,
mezzosoprano; CHRISTOPH HOMBERT,
tenor; ROBERT HOLL, bajo-barítono.
EMMY VERHEY, violín. ORQUESTA DE LA
RESIDENCIA DE LA HAYA. Director:
HANS VONK.
2 CD BRILLIANT 93412 (Cat Music).
1989-1990. 142’. DDD. R PE
que las piezas descriptivas más
lentas alcancen cierto aire
impresionista. Los dos números
iniciales de los Órdenes 13º y
14º son buen ejemplo: Les Lis
naissans resulta de una transparencia, una delicadeza y una
profundidad extraordinarias,
una joya de elegancia y distinción, mientras que el famoso Le
Rossignol-en-amour está interpretado con un registro especial, acariciante y dulce. Encantadoras resultan también las
cuatro piececitas de Les Petites
Ages (Orden VII) o Les Juméles
(Orden XII), tan sueltos que
parecen casi improvisados.
C handos lo
había grabado y publicado, y ahora
lo reedita Brilliant a un
precio escandalosamente barato. Por ello
mismo, y sobre todo por la calidad de su música, un álbum de
conocimiento obligado. Sí, es
cierto, el nombre de Alphons
Diepenbrock (1862-1921) es
difícil que nos diga algo. Ni
siquiera en su Holanda natal es
otra cosa que uno de esos raros
que sólo conocen algunos frikis
(dicho sea con todo el cariño
del mundo, pues a uno le consideran como tal). Pero es un raro
magnífico, de esos que uno se
pregunta por qué no están en el
repertorio. De acuerdo, la escucha de la obertura Los pájaros
(1917) deja bastante indiferente.
Buen dominio de la orquesta y
cierta originalidad formal, pero
ya está; igual que tantos otros.
Pero la suite Marsyas (1910) ya
hace parar el oído de otra
manera, hace que descubramos
a un creador de atmósferas, a
un pintor sonoro poético y
extraño. Y no hablemos ya de
Elektra (1920), una música incidental de una expresividad alucinada y enfermiza, oscura, arrebatadora e irremediablemente
hermosa. Música que nace de la
Majestuosa en su solemne lentitud pero nada engolada la célebre chacona La Favorite (Orden
III) y exquisita La Reine des
Coeurs (Orden XXI). El carácter
descriptivo está también admirablemente
atrapado
en
momentos como La Boufonne
(Orden XX), que resulta grotesca, pero sin perder ni un ápice
de dignidad, en la rápida y
escurridiza L’Anguille (Orden
XXII) o en las misteriosas Les
Ombres errantes (Orden XXV) y
La Convalescente (Orden
XXVI), que, con el tratamiento
regular de sus acordes repetidos, causa una expectación
muy expresiva y de indudable
intención retórica. La integral la
componen más de 200 piezas.
Mi recomendación es escucharla por series cortas, acaso un
solo orden como máximo cada
vez. Esa es sin duda la mejor
forma de apreciar todos los
valores de esta integral en verdad excepcional.
Pablo J. Vayón
ambigüedad, sin por ello traicionar la tonalidad, y que halla
su eficacia en el portentoso tratamiento de la orquesta. Algo
que aún se acentúa más en las
composiciones vocales, más
que lieder, himnos de tono
monumental, que nos llevan a
un universo onírico, tan hermoso como terrible. Pura música
de cámara para gran orquesta,
con una voz que se adentra en
lo más profundo del alma
humana…
Las versiones firmadas por
Hans Vonk son portentosas,
pletóricas de colores, de dinámicas, de sensaciones, con unos
solistas que defienden sus partes con pasión. Por ello y por la
música, y a ese precio, no se lo
piense ni una vez… Este disco
es imprescindible.
Juan Carlos Moreno
DONIZETTI:
Dom Sébastien. VESSELINA
KASAROVA (Zayda), GIUSEPPE FILIANOTI
(Dom Sébastien), ALASTAIR MILES
(Dom Juam de Silva), SIMON
KEENLYSIDE (Abayaldos), CARMELO
CORRADO CARUSO (Camoëns). CORO
Y ORQUESTA DE LA ROYAL OPERA
HOUSE COVENT GARDEN. Director:
MARK ELDER.
3 CD OPERA RARA ORC33 (Diverdi).
2005. 276’. DDD. N PN
87
D D
I SI CS O
C O
S S
DONIZETTI-FORQUERAY
O tro
festín
discográfico
ofrecido por
Opera Rara,
por el material literario
acostumbrado, de una calidad, profusión y
lujo extraordinarios y por el
nivel de la compañía reunida
para esta toma en vivo londinense. De acuerdo en que la
distribución puede no resultar la
ideal, pero la preparación y profesionalidad con la que se ha
planteado puede ser un ejemplo
para la competencia del sector.
Kasarova ya había tenido oportunidad de exponer su disposición donizettiana con la Leonora
francesa de Favorite, experiencia
que le permite repetir la hazaña
con esta especie de clonación
de aquella que es la Zayde
(ambos los estrenó Rosine
Stolz). Una Zayde de suntuoso y
variado colorido, certera en
intenciones aunque, un poco en
su contra, algo vaga en la dicción. Filianoti, que había despegado precisamente interpretando Dom Sébastien en Bolonia
en 1999, turnándose con Giuseppe Sabbatini, hace valer su
disposición belcantista, su puntilloso sentido del canto ligado y
su disponibilidad para alcanzar
el agudo, compensando en bastante manera la necesidad de
unos medios tenoriles algo más
opulentos. Lo mismo ocurre con
el Camoëns de Caruso, bien
concebido pero necesitado de
sonoridad más importante en
anchura y color. Keenlyside, al
contrario, además de cantar con
empuje y convicción, a partir de
unos medios densamente líricos,
da al personaje, pese a no estar
Abayaldos hasta ahora dentro de
sus coordenadas, el suficiente
contenido canoro y dramático.
Miles vuelve a demostrar su profesionalidad y discreto buen
hacer a los que nos tiene acostumbrados. Elder saca provecho
de su amplia experiencia y
voluntariosa disponibilidad para
cualquier repertorio que se le
ponga delante. La grabación está
al completo, incluido el ballet,
superando en alrededor de cuarenta minutos a ediciones previas, las de Elio Boncompagni
en italiano de 1996 (su propia
edición a partir de las representaciones vienesas de 1845) y la
live de 1984 dirigida por Eve
Queler, en francés, en el Carnegie Hall de Nueva York.
Fernando Fraga
88
DUROSOIR:
Sonata en la menor. Oisillon
bleu. Rêve. Nocturne. Légende.
Cinq aquarelles. Chant
élégiaque. Prière à Marie.
GENEVIÈVE LAURENCEAU, violín; LORÈNE
DE RATULD, piano.
ALPHA 105 (Diverdi). 2005. 68’. DDD.
N PN
Del olvidadísimo Lucien
Durosoir
(1878-1955)
alguno podría
decir de él
que en vida
fue célebre como violinista y que
se le recuerda por haber estrenado en Viena la Sonata en la
mayor de Fauré o por ofrecer primicias parisinas de los conciertos
de Gade, Strauss y Brahms. Pero
eso podrían decirlo muy pocos y
ese conocimiento obedece a
datos puramente enciclopédicos.
Ahora podemos reconocer en él a
un compositor de interés cuyo
rescate se impone dado que,
según lo que escuchamos en este
compacto, merece mucha atención. Esta primera aproximación a
Durosoir consta de todas sus
obras para violín y piano y de dos
composiciones breves para piano.
El programa empieza con
una obra tan hermosa como
extraña, la Sonata en la menor,
netamente romántica con algún
apunte impresionista y de un
curioso neoclasicismo, más evocador que otra cosa pero que termina por dar a la obra un color
característico muy francés. El resto del programa consta fundamentalmente de piezas relativamente breves de marcado carácter poético y en algún caso, como
en la titulada Oisillon bleu, de
cierta ambición y en todo caso de
impecable factura. Música muy
personal, en ningún momento
meramente epigonal pero tampoco un prodigio de audacia; ni
conservadora ni vanguardista, y
original a su manera, en una línea
que entronca con las muchas personalidades aisladas que han ido
salpicando la historia musical del
siglo XX, compositores que,
como Durosoir, ni miraban atrás
ni hacia adelante, y quizá sí hacia
adentro.
La escritura violinística es
admirable y denota un gran
conocimiento del instrumento,
pero la pianística es asimismo
más que notable. Las versiones
son un auténtico lujo, cargadas
de sensibilidad sin ser sentimentales, y rigurosas sin ser asépticas: como la propia música de
Durosoir. Un excelente disco de
un compositor que merece ser
más y mejor conocido.
Josep Pascual
Joseph Keilberth
DRESDE, 1948
DVORÁK: Rusalka
(en alemán). ELFRIDE
TRÖTSCHEL (Rusalka),
GOTTLOB FRICK (El ondino), HELMUT
SCHINDLER (El príncipe), HELENA
ROTT (Jezibaba). STAATKAPELLE DE
DRESDE. CORO DE LA STAATSOPER DE
DRESDE. Director: JOSEPH KEILBERTH.
2 CD PROFIL PH06031 (Gaudisc).
1948. 122’. ADD. H PN
Atención al año de grabación.
Y al lugar. Dresde, octubre de
1948 (el estreno había sido en
enero). La Dresde destruida
por completo, las bellezas históricas en ruinas, la horrible
Némesis contra la hybris de un
pueblo que lo consintió todo;
la Dresde que justo entonces
da lugar a las Metamorfosis de
Richard Strauss, una de sus
obras finales, una de sus despedidas. Todavía no se ha fundado la siniestra RDA, pero
sólo falta un año. Desde luego, es también época de voces
insuperables. Como la de la
protagonista de esta Rusalka
en alemán, Elfride Trötschel,
nacida precisamente en Dresde 35 años antes, de no muy
larga carrera, pues morirá en
Berlín diez años después. Esta
ópera checa es servida con
generosidad artística en este
año 1948, cuando es pieza casi
contemporánea, poco más de
40 años desde el estreno; años
durante los cuales han pasado
demasiadas cosas entre checos, austriacos y alemanes.
Entre paréntesis: al año
siguiente, el mismo equipo
vocal (Trötschel, Schindler,
Rott) interpreta y graba una
Katia Kabanová, también en
alemán y también en Dresde,
bajo la dirección de Ernst Richter. Creo que aparecerá pronto
en el mismo sello, Hänssler.
Volvamos a esta Rusalka.
La voz juvenil de Trötschel
contrasta con la envergadura y
el timbre de la impresionante
contralto Helena Rott, una Jezibaba como ha habido pocas,
incluso en el repertorio plenamente checo. Qué decir de
Gottlob Frick, un espíritu de las
aguas, un ondino que sólo en
parte se advierte que proviene
de Wagner. Porque, al contra-
rio que en alguna que otra
ópera de Smetana (La novia
vendida, desde luego, pero no
sólo), la Rusalka de Dvorák no
cambia especialmente su carácter por el cambio de lengua.
Voz clara y bella, aunque más
olvidada hoy, es la del tenor
Helmut Schindler. Se cierra el
cuarteto protagonista, al que
habría que añadir la Princesa
extranjera de la excelente Ruth
Lange; y la voz bella de Lisa
Otto, que será gran mozartiana
de posguerra, aquí en un
pequeño cometido. El reparto
es irreprochable e inalcanzable
hasta en los papeles menores.
Y el todo lo asegura Joseph
Keilberth, gran straussiano,
gran wagneriano (moriría dirigiendo un Tristán veinte años
después), con la maestría habitual que conocemos entre otras
cosas por benéficos registros
de radio como éste. El sonido
histórico es lo bastante adecuado y tiene la suficiente calidad
como para percibir la envolvente construcción sonora de
Keilberth y no sólo la seductora
o penetrante propuesta de los
magníficos cantantes. Aunque
en alemán, esta Rusalka es desde ahora mismo una auténtica
referencia que ningún aficionado al repertorio checo puede
perderse (no están excluidos
los amantes de otros repertorios, dada la belleza inmediata
y universal de esta obra maestra de Dvorák). Hay demasiadas calidades en este registro
que debía de andar por ahí,
archivado, sumido en el sueño,
en espera de la resurrección.
Que llega ahora, en una especie de Pascua florida. Una
maravilla.
Santiago Martín Bermúdez
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DONIZETTI-FORQUERAY
DVORÁK:
Tríos con piano opp. 65 y 90.
TRÍO SMETANA.
SUPRAPHON SU 3872-2 (Diverdi).
2006. 67’. DDD. N PN
De
nuevo
estos
dos
conocidísimos Tríos de
D v o r á k ;
conocido,
sobre todo, el
Op. 90, “Dumky”, pero también
el otro. La discografía que aportábamos en el centenario hace
tres años nos daba idea de que
estas obras se han convertido en
un hit del camerismo. Obras
bellas, de belleza inmediata y no
difícil, no carecen de sutilezas ni
de matices. El Trío Smetana no
parece partidario de grandes
exquisiteces, y toca estas obras
con llaneza, con claridad meridiana, sin acudir demasiado al
contraste ni a la sugerencia. El
resultado es bello (también
“inmediatamente” bello), y aunque no quiere ser contundente,
firme, sí es diáfano y sin ambages. Es magistral, desde luego.
Sólo que los aficionados pueden
echar de menos lecturas más
recónditas. Estas son luminosas,
sencillamente. Atención: valen
para la comparación, pero también para retenerlas como única
referencia, aunque nos perdamos otras lecturas más atentas a
la finura de la línea y a la raíz
del concepto. La palabra ya la
hemos dicho: diáfano.
Santiago Martín Bermúdez
FABBRICIANI:
emitir tal cantidad de música? En
el mismo libreto (austero,
impropio de un sello como Col
Legno), se indica que no se
recurre en ningún momento a la
transformación
electrónica.
Todo está producido por un instrumento que en manos de Fabbriciani toma características
insólitas. Se trata de una flauta
contrabajo, de grandes dimensiones, con la que se crean efectos sorprendentes. Pero el disco
no es el producto de un simple
virtuoso. No se asiste a un programa “convencional” de flauta
moderna. Fabbriciani crea un
programa que casi habría que
llamar de paisajismo sonoro,
tanto por lo que de materia hay
en esta propuesta como de
recreación de la naturaleza. Glaciers in Extinction es una obra
en seis secciones, cuyos nombres (Parteze, Carroll Glacier…)
corresponden a otros tantos glaciares, inmensas masas de hielo
que producen, en su deambular,
todo tipo de crujidos y chasquidos. Eso, convertido, domesticado en paisaje sonoro por Fabbriciani, es una sucesión de reverberaciones tan hermosas como
espectrales. El fluir de sonidos
insólitos hace que la obra atraiga
toda nuestra atención y suponga
una rareza en el marco en el
que se mueven los sellos discográficos de música instrumental.
La rudeza del material puesto en
juego quizás pueda hacer difícil
la escucha del CD de cabo a
rabo. Es práctico abordarlo en
pequeñas dosis. Siendo la más
impresionante la sexta y última
sección, pero también la más
concisa, casi se recomienda
empezar la escucha por ella.
Glaciers in Extinction. ROBERTO
FABBRICIANI, flauta.
FREITAS... ¡BRAVO!
FREITAS BRANCO:
Concierto para violín y
orquesta. BRAGA
SANTOS: Encruzilhada.
Divertimento nº 1. ALEXANDRE
DA COSTA, violín. ORQUESTA
SINFÓNICA DE EXTREMADURA.
Director: JESÚS AMIGO.
VMS 158 (Diverdi). 2004. 69’. DDD.
N PN
Sucesivamente tardorromántico, franckiano, impresionista y
neoclásico, Freitas Branco
siguió una evolución coherente
consigo mismo y con el conocimiento que iba adquiriendo de
la vitalidad musical de su tiempo: vivió entre 1890 y 1955,
época singularmente rica y de
grandes y profundos cambios
estéticos. Si nos guiamos por su
Concierto para violín y orquesta
de 1916, la falta de conocimiento que de él tenemos más allá
de los consabidos datos enciclopédicos —algo común,
dicho sea de paso, a casi todo
lo que tiene que ver con Portugal— es tan escandalosa como
incomprensible. Este concierto
debería ser popularísimo, en la
línea de los de Lalo, Bruch o
Vieuxtemps, con cuya estética
entronca y con cuyo lirismo y
aliento poético compite directamente. El que suscribe ya es un
fan de Freitas Branco en general y de este bellísimo concierto
en particular. Versión estupendísima a cargo de un solista
entregado y de una orquesta
magnífica guiada por un más
que competente director titular.
Sin duda estamos, por interpretación y por lo interpretado,
ante una de las mayores sorpresas de los últimos meses. Y,
además, ésta es agradabilísima.
Bravo. Sin dudarlo, hay que
hacerse con este disco por esta
obra maravillosa. Después,
tenemos dos obras de Braga
Santos (1924-1988), discípulo
del anterior y con evidentes
vínculos tanto con su gran
maestro como con una estética
stravinskiana no del todo ajena
a Falla. Genial orquestador, su
música cautiva de inmediato
por su color y por un innegable
atractivo melódico y armónico.
Muy interesantes y excelentes
estas dos obras de Braga Santos
que son dignísimas compañeras
de viaje —aunque situadas en
un plano estético distinto— del
soberbio concierto de Freitas
Branco. Y la interpretación es,
como en el concierto, algo digno de mención y del más entusiasta de los aplausos.
resultado de interpretaciones
que rezuman ese fervor y esa
cohesión.
Los cantantes están muy
adecuados, aunque de preferir,
quizá sea preferible la soprano,
y con los conjuntos se llega a un
resultado con unción y esplendor que radica en la ejecución
radical, y no en esplendorosos
detalles. Lo más conveniente
para estas obras. Ese clima de
suave reflexión se consigue en
una labor decantada a lo largo
de la experiencia corboziana.
En línea con estas intenciones se mueven las dos obras
más breves que se registran
aquí: Ave Verum y Ave Maria,
ambas para voces femeninas y
órgano. También muy breve el
Tantum ergo op. 55.
Más latido de cercanía o un
pálpito más mundano, como se
quiera, tiene la Messe des
pêcheurs de Villerville, en la
que Kyrie y O salutaris no son
de la autoría de Fauré, sino de
su alumno André Messager. La
obra, para coro femenino, órgano y orquesta de cámara, y el
mismo Fauré refiere una “alegría en los ensayos” que se
refleja en esta obra amable y sí,
hasta riente.
Josep Pascual
Francisco Ramos
COL LEGNO WWE 20254 (Diverdi).
2005. 57’. DDD. N PN
E scuchar al
flautista
Roberto Fabbriciani en
este Glaciers
in Extinction,
con sus multifónicos y su respiración circular, con el uso extraordinario de
la espacialización (gran trabajo
del técnico de sonido) es estar
ante una montaña de sonidos, la
misma que otro gran y prestigioso solista, en este caso del saxo,
Daniel Kientzy, logra en cada
una de sus actuaciones. La diferencia entre los dos artistas estriba en que el saxofonista se apoya ineludiblemente en el soporte
electrónico, mientras que el italiano lo basa todo en la flauta.
Pero siempre queda la misma
pregunta: ¿cómo es posible que
un solo hombre pueda llegar a
Alexandre da Costa y Jesús Amigo
FAURÉ:
Réquiem. Ave Verum op. 65, nº
1. Ave Maria op. 67, nº 2.
Tantum ergo op. 55. Messe des
pêcheurs de Villerville. PETER
HARVEY, barítono; ANA QUINTANS,
soprano; MARCELO GIANNINI.
ENSEMBLE VOCAL DE LAUSANNE.
SINFONIA VARSOVIA.
Director: MICHEL CORBOZ.
MIRARE MIR 028 (Harmonia Mundi).
2006. 63’. DDD. N PN
El
veterano
Michel Corboz fiel a sí
mismo: con
calidad,
conocimiento
exhaustivo de
lo que interpreta y ese hacer
conjunto donde no destacan
detalles, ni solistas, ni se hacen
subrayados especiales, sino que
se trabaja en amalgama, con el
José Antonio García y García
FORQUERAY:
Piezas de viola. LORENZ
DUFTSCHMID, bajo de viola;
CHRISTOPH URBANETZ, bajo de viola;
JOHANNES HÄMMERLE, clave; THOMAS
C. BOYSEN, tiorba y guitarra barroca.
2 CD PAN PC 10190 (Diverdi). 20042005. 114’. DDD. N PN
A ntoine Forqueray (1671/21745) se contó entre los más
dotados virtuosos de la viola
baja en la corte de Luis XIV. Allí
89
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FORQUERAY-HAENDEL
enseñó los
rudimentos
de su arte a
muchos eminentes personajes. Como
compositor
sirvió siempre a la máxima brillantez de su instrumento, en
contraste con la delicadeza distintiva de, por ejemplo, un Marin
Marais. En su vida familiar destaca el hecho de que declarara en
contra de su propio hijo en un
juicio que llevó a éste a la cárcel.
Por fortuna, Jean-Baptiste (16991782) no parece haberle guardado rencor por ello, y además de
ayudarle en la edición de su
música, en 1747 publicó en
nombre del padre una antología
doble: para clave solo y para
bajo de viola y continuo. Las
treinta y una piezas de que consta están agrupadas en cinco suites por tonalidades: re menor,
sol mayor, re mayor, sol menor y
do menor. Cada una lleva por
título el nombre de una persona
del entorno de los Forqueray, en
su mayoría pertenecientes al círculos de amistades del hijo. En
los comentarios incluidos en la
carpetilla del disco, Lucy Robinson hace de este dato argumento
en defensa de la tesis de que fue
Jean-Baptiste el auténtico autor
de muchas más de las tres piezas
de las que explícitamente se
reconoció autor. Sea de ello lo
que fuere, como sucede con
gran parte de la música instrumental francesa de esta época el
estilo indígena se ve constantemente coloreado por influencias
italianas, y la sutil interacción de
ambas corrientes que resulta
requiere de los intérpretes un
conocimiento sintáctico específico y profundo. Lo poseen sin
duda Duftschmid y sus acompañantes, que se muestran tan
acertados en la resolución de los
tremendos problemas técnicos
con que de continuo de enfrentan como en la plasmación de
climas tan sensuales como el que
se crea en La Du Vaucel o La
Clement, siempre desde un equilibrio entre las voces cuya perfección no se sabría decir si ha
sido potenciada o simplemente
respetada por los técnicos de
sonido. Recomendable no sólo
para especialistas, sino para cualquier melómano.
Alfredo Brotons Muñoz
FURRER:
Begehren. PETRA HOFFMANN,
soprano; JOHANN LEUTGEB, recitador.
VOKALENSEMBLE NOVA. ENSEMBLE
RECHERCHE. Director: BEAT FURRER.
90
2 CD KAIROS 0012432KAI (Diverdi).
2003. 87’. DDD. N PN
En cuestión
de unos pocos meses, ya
se encuentra
entre nosotros
la última novedad de Beat
Furrer. Cuando aún no se han
apagado los ecos de su muy interesante propuesta para el teatro
musical, Fama, el sello Kairos lanza la que es, justamente, la obra
anterior en el catálogo del autor
austriaco, Begehren. Fama se
estrenó en octubre de 2005 y
Furrer la presentaba como una
“Hörtheater”; suerte de teatro de
la escucha, mientras que el eslabón hasta llegar a aquella estilización es la que ahora se edita en
disco con igual celeridad, Begehren (“Deseo”), que se estrenó en
2003. Furrer puede presumir no
ya de ver grabadas sus dos obras
más ambiciosas para la escena y,
además, de poder contar con
unos intérpretes que se ajustan
como un guante a este lenguaje
entre recitado, monólogo interior
y orquestación muy depurada,
sino también con unas tomas de
sonido envidiables, que saben
transmitir con una viveza apabullante todo el transcurrir de la
obra.
Fama era, pues, una pieza
de “Hörtheater” y esta Begehren
es, llanamente, “Musiktheater”.
Como siempre en Furrer, el texto
es de gran calado. Si en Fama, el
libro de Ovidio Las metamorfosis
era el sustento literario, aquí se
recrea el mito de Orfeo a partir
de Virgilio y el mismo Ovidio, a
los que se completa con textos
tomados de Broch, Eich y Pavese. El dispositivo instrumental era
más radical en Fama. Quizás ese
arsenal era el que hacía que la
obra ganara tanto en su resultado
sonoro, mientras que Begehren
es aún deudora de cierto manierismo tardo expresionista (el que
viene de un Zimmermann), si
bien ya se observan algunos
giros en el lenguaje de Furrer,
como son el gusto por el silencio, los balbuceos y susurros de
la parte vocal (influencia de Sciarrino) y los gestos de la instrumentación tendentes a potenciar
más los ecos y las reverberaciones que la sonoridad rotunda.
Llama la atención la disposición
de una sección vocal muy austera, esencialista, privilegiándose el
monólogo interior, el recitado,
pero también un empleo de un
coro de gran plasticidad sonora:
comenta la acción no con el viejo
estilo hierático, sino con un raro
melodismo que es el que tal vez
sea el mayor aporte de novedad
de la obra, lo que otorga cierto
aire de extrañeza al conjunto.
Francisco Ramos
José Serebier
UNA OBRA MAESTRA
GLAZUNOV: Sinfonías nºs
4 y 7. REAL ORQUESTA NACIONAL
ESCOCESA. Director: JOSÉ SEREBRIER.
WARNER 2564 63236-2. 2006. 70’.
DDD. N PN
A unque
la Sinfonía nº 4 de
Glazunov pasa por ser una
obra cosmopolita —y no en
vano está dedicada a Anton
Rubinstein—, lo cierto es que
desde el primer momento suena auténticamente rusa, con
ese Andante bellísimo con que
comienza la obra, un solo de
corno inglés inconfundiblemente ruso. Pasa aquí como
con Chaikovski: no es “oficialmente” ruso, puede no ser
genuinamente ruso como los
Cinco pero se aprecia con claridad el vínculo de su autor con
su mundo musical más cercano. Stravinski dijo, enigmática y
significativamente, que “Chaikovski es el más ruso de todos
nosotros”, quizá porque lo ruso
contempla también algún vínculo con Occidente, y ello es
extensible a Glazunov en sus
obras más importantes como lo
es, sin duda, esta sinfonía. Acaso, esta Cuarta, es más modesta por intenciones y dimensiones que las tres precedentes
pero, desde luego, es superior
y cabe considerarla como una
muestra concluyente de la primera madurez de Glazunov
quien, al componerla, contaba
con veintiocho años de edad.
Domina en todo momento el
lirismo aunque también encontramos la vivacidad del mundo
del ballet ruso, sobre todo, claro está, en el Scherzo, cuyo trío
es un vals de evidente espíritu
escénico y danzable. La interpretación es sencillamente
soberbia, y es que la propia
composición invita a los músicos a dar lo mejor de sí mismos
dado el encanto de esta precio-
GOUNOD:
Mireille. DANIELLE BORST (Mireille),
CHRISTIAN PAPIS (Vincent), MARCEL
VANAUD (Ourrias), JEAN-PHILIPPE
COURTIS (Maître Ramon). CORO DE LA
ÓPERA DE LAUSANNE. ORQUESTA
RENCONTRES MUSICALES. Director:
CYRIL DIEDERICH.
2 CD CASCAVELLE VEL 3098 (Gaudisc).
1993. 125’. DDD. R PN
Cascavelle ya editó en su tiempo esta excelente versión tomada en vivo en la Ópera de Lausanne. Vaya por delante la tarea
del director, que domina el esti-
sa partitura. Habría que ser o
muy incompetentes o muy
insensibles para “cargarse” esta
sinfonía al tocarla y Serebrier y
la orquesta escocesa, evidentemente, no sólo no se la “cargan” sino que la defienden con
el mayor de los entusiasmos y
con la competencia que es
habitual en ambos.
Los principios cíclicos que
aparecen en la Cuarta iluminan la Séptima, terminada en
1902 y llamada habitualmente
—y oficiosamente— Pastoral
por sus supuestos vínculos
con la obra homónima de
Beethoven con la cual, la verdad, comparte poco más que
su tonalidad, fa mayor, y algún
eco más o menos vago en su
primer movimiento. Lo cíclico
está claramente presente —
mucho más que en la
Cuarta— pero las formas son,
en lo esencial, tradicionales y
hay muchos momentos contrapuntísticos de interés. Obra
digna de un auténtico maestro
merece admirarse como tal
pero no llega a cautivar de
inmediato como sí lo hace la
Cuarta. Versión estupenda
como cabría esperar pero la
recomendación se impone,
por supuesto, por la Cuarta
tanto por lo interpretado como
por la interpretación.
Josep Pascual
lo, saca partida de una
orquestación
variada
y
colorida, y tiene una decidida noción del
relato, que vira de lo lírico a lo
dramático, con cuadros siniestros, angustiosos y finalmente
apoteósicos de santidad. El elenco es muy parejo aunque conviene destacar a la protagonista,
en una difícil faena que empieza
siendo lírico-ligera y evoluciona
hacia un patetismo que exige
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FORQUERAY-HAENDEL
fuertes recursos dramáticos. En
igual situación está el tenor,
valiente, sensible y de un arrojo
en el agudo más que suficiente.
Noble y de autoridad, el bajo y,
según conviene, torvo y ancho
en lo vocal, el barítono. Abundan
los comprimarios, de parigual eficiencia, lo mismo que las masas.
Blas Matamoro
GRIEG:
Suites de Peer Gynt nºs 1 y 2.
Marcha fúnebre en memoria de
Rikard Nordraak. Una antigua
melodía noruega con
variaciones, op. 51. ORQUESTA
FILARMÓNICA DE BERGEN. Director:
OLE KRISTIAN RUUD.
BIS SACD-1591 (Diverdi). 2003-2005.
71’. SACD. N PN
Ole
Kristian
Ruud parece
tener un problema
con
Grieg.
Es
como si el
compositor
noruego se le quedara pequeño y
se viera obligado a “engrandecerlo” a base de variarlo y manipularlo a fin de hacerlo parecer diferente. Y Grieg es quien es. No es
un creador particularmente profundo ni dramático, por lo que
todos esos juegos con el tempo,
artificialmente estirado en algunos casos, junto a un fraseo relamido, que quiere ser el colmo de
la expresividad, pero que acaba
produciendo el efecto contrario,
se vuelven contra la propia música. Y el programa, no por conocido, es menos agradable, además
de presentar alguna que otra partitura no demasiado frecuente…
Pero, lo dicho, le sobra ese
molesto punto de azúcar, que
transforma una melodía poética
en una sentimentaloide. El sonido
es excelente y las notas introductorias, como es habitual en BIS,
completas y de calidad.
Juan Carlos Moreno
GRIEG:
Peer Gynt. INGER DAM-JENSEN,
soprano; SOPHIE KOCH, soprano;
DIETRICH HENSCHEL, barítono;
LAMBERT WILSON, actor; VIVIANA
ALIBERTI, actriz; EÖRS KISFALUDY,
actor. LE MOTET DE GENÈVE.
ORQUESTA DE LA SUISSE ROMANDE.
Director: GUILLAUME TOURNIAIRE.
3 CD AEON AECD 0530 (Harmonia
Mundi). 2000, 2004. 197’. DDD. N PN
Loable propósito el de presentar en su contexto la música
incidental que Grieg compuso
para el monstruoso drama de
Ibsen Peer Gynt, pero que sólo
tiene sentido
en una versión en vivo,
como mucho
en un DVD,
pero no en
disco. Primero, por el texto en francés, que
ya hace que todo aquel que no
domine esta lengua quede un
poco perdido y acabe aburriéndose ante tanta parrafada en
ella, por muy buenos que sean
los actores, que lo son. Segundo, porque escuchar tanta declamación, aunque estuviera en
una lengua comprensible para
cada cual, acaba rompiendo el
seguimiento de la música, fragmentando la audición. La adaptación del texto original, realizada por Alain Perroux, es competente, pero lo dicho, para el
escenario, no para una grabación. Por tanto, de los tres discos de que consta esta edición,
nos sobran dos. Así de claro.
Queda el tercero, que recoge
sólo los cortes musicales, canciones y coros incluidos, cantados en su lengua original, el
noruego. Y este disco sí que es
una maravilla. Es un Grieg colorista, pero llevado también con
pulso dramático, con nervio,
muy lírico, pero sin recurrir a
exageraciones ni gratuidades
pseudoexpresivas. La toma de
sonido es espléndida y si pudiera adquirirse sólo este disco por
separado, la recomendación
sería plena. Con los otros dos, la
cosa ya es más objetable, pero
allá cada cual. Hay versiones
disponibles también en inglés y
alemán, pero la conclusión es la
misma: la música es tan buena,
que ya habla por sí misma, sin
necesidad de añadirle extracto
alguno del drama original.
Juan Carlos Moreno
GUBAIDULINA:
Am Rande des Abgrunds. In
Croce. De profundis.
Quaternion. JULIUS BERGER,
violonchelo; STEFAN HUSSONG,
acordeón; ALEKSANDRA OHAR,
YOOHAN CHOI, violonchelos.
WERGO 6684 2 (Diverdi). 2004. 71’.
DDD. N PN
H ay
una
época
de
esplendor en
la carrera de
Sofia Gubaidulina que
coincide con
la década de los años 70. Dos
piezas de ese momento se recogen en este CD de Wergo: De
profundis e In Croce, ambas ya
repetidamente grabadas en disco. De profundis es para acor-
deón solo y aquí viene servida
por un espléndido Stefan Hussong, un músico del que el sello
alemán nos ha ofrecido recientemente algunas perlas (In deep
silence, de Hosokawa, Tierkreis,
de Stockhausen). Hussong
redescubre el lado de ritual que
la obra de Gubaidulina poseía
con fuerza en aquellos años.
Igual hace con una pieza como
In croce, cuyo original es para
violonchelo y órgano. In croce
es posiblemente la pieza de
cámara que mejor se conserva
del catalogo de Gubaidulina. Si,
por momentos, en De profundis,
Hussong se gusta cayendo hacia
el virtuosismo, a fuerza de crear
paredes sonoras, en In croce el
signo repetitivo de la secuencia
y el dramatismo que impone el
violonchelo, llevan a una sonoridad general de plenitud. Es
curioso observar, por momentos, en una obra como ésta, de
tan sólo 15 minutos de duración, y que nos llega en el arreglo que hiciera la autora en
1992, cómo Gubaidulina no
abandona del todo el lado profundamente expresivo, dato
deudor del clasicismo de extracción rusa, representado en la
línea del violonchelo. Obra de
gran vehemencia, de impacto
innegable, In croce es ya un clásico de la discografía.
Pero tanto Am rande des
abgrunds como Quaternion
demuestran otro tono en el
alma creativa de esta autora en
los tiempos recientes. Am rande es de 2002 y está compuesta
para siete violonchelos y dos
acuófonos (instrumento singular que la misma autora maneja)
y no es sino una larga variación
a partir de un tema secular: el
Dies Iræ. El amplio aliento
expresivo de Am rande se vuelve auténtico deslumbramiento a
partir del inserto de los acuófonos en la sección central, con lo
que se logra un conjunto sonoro de rara perfección, a pesar
de la insistencia con que se nos
quiere imponer el material de
base, el Dies Iræ. Quaternion
es para cuatro violonchelos.
Compuesta en 1996, la obra
demuestra un momento de
declive en la autora. Antes que
otra cosa, la pieza parece un
vasto catálogo de recursos acústicos, de efectos (glissandi, pizzicati, golpes con el arco) y
empleo de intervalos en cuartos
de tono. Poco consistente y,
por momentos, redundante, la
obra no capta la atención del
mismo modo que sí lo hacen
las otras piezas que completan
el programa. El lado virtuosístico se impone por encima de la
coherencia del discurso, abandona toda la transmisión de
espiritualidad con la que la
música de Gubaidulina parece
imantada.
Francisco Ramos
HAENDEL:
Tobit. MAYA BOOG (Anna), LINDA
PERILLO (Sarah), BARBARA HANNIGAN
(Azarias/Raphael), ALISON BROWNER
(Tobías), KNUT SCHOCH (Tobit),
STEPHAN MACLEOD (Raguel). JÓVENES
CANTORES. ORQUESTA BARROCA DE
FRANCFORT. Director: JOACHIM
CARLOS MARTINI.
2 CD NAXOS 8.570113-14 (Ferysa).
2001. 156’. DDD. N PN
La muerte de
Haendel no
significó para
sus colaboradores
más
cercanos el
final de la
explotación de uno de los talentos más importantes de la historia
de la composición musical. John
Christopher Smith no sólo siguió
montando durante muchos años
Mesías y otros oratorios y óperas
del maestro, sino que junto con
el libretista Thomas Morell cultivó con fruición el género del
pasticcio, esto es, la adaptación
de nuevos argumentos a músicas
previas. Tobit es sólo un ejemplo
entre varios de tales prácticas.
Con el texto cambiado cuando
era menester, la mayoría de sus
arias y números corales procede
de otros oratorios: Athalia, Esther, Sosarme, Rodalinda, Theodora, Ariodante, etc. De la propia cosecha de Smith son algunos breves recitativos imprescindibles para dar coherencia y continuidad a un argumento extraído
de una historia no aceptada por
los cánones bíblicos judío y protestante. Y aun Joachim Carlos
Martini se ha sentido obligado a
rematar la faena con algunos
números de su selección. Por
suerte, todas las fuentes han sido
señaladas con absoluta precisión;
por desgracia, no se ha considerado necesario incluir los textos
cantados ni siquiera en su original inglés. Sobre todo musical, lo
que se oye es en gran parte de
Haendel, pero el resultado global
sólo en muy mínima proporción.
Entre otras cosas, naturalmente
también este compositor pasó
por fases evolutivas, y la mera
yuxtaposición de fragmentos
suyos no arroja como producto
una obra suya. Los amantes de
Haendel pueden extraer algún
placer bien de añadir a su acervo
un documento de indudable
valor histórico que justifica su
divulgación, bien de la curiosidad de oír en otras palabras o en
otro contexto lo previamente
91
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HAENDEL-LISZT
conocido; incluso ellos mismos,
sin embargo, no es probable que
repitan muchas veces la escucha
de unos discos por lo demás realizados por un elenco de solistas
de notable nivel medio, unos
coros de denso empaste y una
orquesta asimismo de bellos timbres y exactos ajustes, todos bajo
una dirección de acertados criterios estilísticos y recogidos con
fidelidad por unas tomas profundas y detallistas.
Alfredo Brotons Muñoz
HASSE:
Serpentes ignei in deserto.
VALÉRIE GABAIL E ISABELLE POULENARD,
sopranos; STÉPHANIE D’OUSTRAC,
mezzo; ANNETTE MARKERT, contralto;
ROBERT EXPERT, contratenor. LES
PALADINS. Director: JÉRÔME CORRÉAS.
AMBRONAY AMY005 (Harmonia
Mundi). 2005. 79’. DDD. N PN
G rabado
92
en
directo en el
Festival de
Ambronay de
2005, Serpentes ignei in
deserto (Serpientes de fuego en el desierto)
es un oratorio latino escrito
sobre libreto de Bonaventura
Bonomo por Johann Adolf Hasse entre 1736 y 1739 para el
veneciano Ospedale degli Incurabili y que se registra en disco
por primera vez. Articulada en
una introducción instrumental,
un dúo y ocho arias da capo,
con sus correspondientes recitativos, todo acompañado por el
tradicional conjunto de cuerdas
y continuo, se trata de una obra
escrita en el característico estilo
virtuoso de la ópera veneciana
de la época.
Jérôme Corréas, barítono
metido hace tiempo a labores de
director, conduce con vehemencia y pasión a un equipo instrumental de gran solidez, que sabe
dejar el protagonismo a los cantantes, pero a la vez es capaz de
sugerir las cambiantes atmósferas contenidas en el texto. El
esforzado equipo vocal se mueve entre lo muy bueno de la
muy elegante y expresiva Annette Markert y de la ágil y brillantísima Valérie Gabail, auténtico
ruiseñor, y los apuros de un
demasiado justo Robert Expert,
al que el fiato abandona más
veces de lo razonable. La veterana Isabelle Poulenard canta con
verdadero aplomo y un dominio
de la línea extraordinario, aunque la coloratura ya no tiene el
brillo de antaño, mientras que la
mezzo Stéphanie d’Oustrac
resulta siempre muy intensa y
dramática, por más que se eche
en falta algo más de homogeneidad en el color. Recitativos muy
teatrales, rozando en ocasiones
lo enfático.
Pablo J. Vayón
HAYDN:
Cuartetos de cuerda populares.
THE LINDSAYS.
4 CD SANCTUARY CD RSB 407
(Diverdi). 2007. 240’. DDD. N PN
C uatro discos que pueden calificarse de ejemplares por la
calidad que
atesoran a lo
largo de cuatro horas, algunos
minutos más, de música cuartetística a la mayor altura y testimonio de lo realizado en directo por este cuarteto de larga
vida discográfica, recogiendo
doce cuartetos entre la ingente
producción de Haydn para esta
formación. Sigue el Festetics
con su labor, muy elogiada en
general, historicista. Esto no es
que sea otra cosa: es otro abordaje. Nos da las voces cambiantes del gigante de Rohrau en
cada todos los tiempos, haciéndonos pensar en los Adagios
en las Siete palabras de Cristo
en la Cruz. Claro el contrapunto, hasta agreste cuando así
conviene, equilibradas las
voces en todo momento, sostenidas en el chelo de GregorSmith, todo perfectamente
audible. Logrado el virtuosismo
en partes como el Presto final
del Cuarteto en re menor op. 42
y el Presto cantarín del Cuarteto nº 5 en re op. 76, con hondura a raudales en los repetidamente señalados tiempos Adagio o Largo cantabile.
En el tercer disco, y más
concretamente en los dos primeras obras que contiene (Cuartetos nº 5 en fa menor op. 20, y nº
4 en si menor op. 33) los Lindsay
nos enfrentan a otra de sus cualidades para este repertorio: la
sutileza, mediante la que consiguen no sacar de contexto el
Presto del segundo cuarteto de
los nombrados con su pizzicato
conclusivo.
Grabados de actuaciones en
directo en el Wigmore Hall londinense el año 1987, los discos
gozan de tomas de sonido excelentes, que reflejan el altísimo
grado de compenetración entre
sí y con esta música que tiene el
cuarteto inglés.
Los discos se agrupan en
una caja que contiene notas no
largas aunque sustanciosas.
José Antonio García y García
HODGKINSON:
Vers Kongsu II. Aici Schiteaza
pe Acum. Fighting/Breathing.
Fragor. De Yoknapatawpha.
Further into Hard Stone. TIM
HODGKINSON, clarinete y director.
HYPERION ENSEMBLE.
MODE 164 (Diverdi). 2006. 53’. DDD.
N PN
Dura, durísima, la música
de Hodgkinson es bella
como
una
piedra acaso
translúcida,
acaso ese cristal ofrecido a Salomé, que permite ver las cosas
que no existen. Una piedra que
resiste al escultor, al buscador
de oro, al taladrador metropolitano. Una piedra, una obra magnética, y múltiple, con instrumentos acústicos, con o sin cinta, a veces modificados por
ordenador, una música radical
como no se había escuchado
hace ¿cuánto tiempo ya? Pero
¿por qué o cómo una música
puede trasmitirle a uno esa sensación de radicalidad? Quizá
porque uno intuye que el compositor o su música no intentan
conmover, tampoco seducir o
atraer: es una música centrífuga,
que nos aleja de ella por su
combate entre la sincronización
y el desajuste, música antipática,
evocando un mundo a lo Lovecraft. Es este sentido y dentro de
esa estética, Aici Schiteaza, para
conjunto instrumental y cinta
magnética, es ejemplar: superposición de recuerdos, de sueños, de pesadillas, lluvias… Y
uno se da cuenta de que, aun
sin entender mucho o nada, está
atraído (¿desde hace cuánto?)
por esa música, que la ama; y es
cuando empieza a rebelarse
contra esa atracción. Este no es
Francesc Guillén
PANORÁMICA HOMS
HOMS: Suite “Entre dos
líneas”. Concertino para
piano y orquesta de cámara.
Suite para piano op. 1. Adagio
para cuerdas. Ciclo 1 “El
caminant i el mur”. Díptico I
para piano. JORDI MASÓ, piano;
MONTSERRAT TORRUELLA, mezzo.
ORQUESTRA DE CAMBRA DE
GRANOLLERS. Director: FRANCESC
GUILLÉN.
NAXOS 8.570306 (Ferysa). 2006. 64’.
DDD. N PE
B asándose en una colección
de siete piezas fáciles para piano, Homs creó en 1948 su
encantadora Suite “Entre dos
líneas”, la obra con que
empieza este interesantísimo
disco. Composición cercana al
neoclasicismo de corte stravinskiano aunque pueda
recordar por momentos a otro
de los clásicos del siglo XX, a
Bartók, y hasta algo del espíritu de Les Six, sobre todo en el
Tempo di vals. Después escuchamos el Concertino para
piano y orquesta, un año anterior y que el autor nunca vio
estrenado, lo mismo que su
Opus 1, la Suite para piano de
1921 que le sigue en el programa. Ambas composiciones
manifiestan influencias francesas pero el afecto del autor por
la música germánica se evidencia con claridad en el
expresionista Adagio para
cuerdas, de 1952, procedente
de su Cuarteto nº 3 dos años
anterior. Evidentemente, es
aquí donde encontramos al
Homs más genuino y, con
mucho, al más personal y perdurable, si bien no está de más
conocer las obras comentadas
por tratarse como se trata de
composiciones debidas a un
gran músico, y más si las versiones son de calidad como es
el caso.
Seguimos con el mejor
Homs en El caminant i el mur,
de 1962, en espléndida y sentida interpretación, y terminados con dos obras de la década de 1970 de una esencialidad magistral y de una concisión ejemplar.
Así pues, tenemos en un
solo compacto una rica e ilustrativa panorámica de la creatividad de Homs a lo largo de
buena parte de su vida —
obras de entre 1921 y 1974—
con lo cual queda bien claro
que se impone la recomendación más entusiasta.
Josep Pascual
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HAENDEL-LISZT
sino mi parecer; hubiera quizá
tenido que decir que el compositor estuvo en Siberia, que
escuchó la música de los chamanes (supongo que para eso un
músico viaja a Siberia) que hizo
lo que había que hacer para viajar con ellos en los mundos imaginarios… y acaso eso explique
la magia de esta música.
Pierre Élie Mamou
sa dosificación de la densidad
sonora.
El Cor Madrigal, una verdadera institución en la Barcelona
coral del último medio siglo y
bajo la dirección de su titular
desde 1993, Mireia Barrera, logra
una afinación casi siempre segura, justa de ritmo e intención
estructural y con una correcta
diferenciación de planos vocales, algo destemplados en el
registro agudo y más cálidos en
las voces graves.
HOMS:
Música para coro mixto a
cappella: Missa per a cor mixt a
cappella. Antífona. 6
responsoris. En la meva mort.
Lluna i llanterna. El poder del
cant. 6 Nadales tradicionals
catalans. COR MADRIGAL. Directora:
MIREIA BARRERA.
AUTOR SA0128. 2005. 55’. DDD.
N PN
A
raíz de la
celebración
del centenario de su
nacimiento el
pasado año,
parece que
por fin el mercado discográfico
español atiende al amplio y rico
catálogo de Joaquim Homs,
acercándose tanto a su música
de cámara (Verso, Ars Harmónica) como a la producción
orquestal (Columna Música,
Naxos); en este sentido, la selección de su menos difundida
música coral que plantea este
nuevo registro contribuye además a dar a conocer su primera
etapa creativa de madurez, la de
la primera posguerra, puesto
que, salvo dos breves piezas
fechadas en 1966 (En la meva
mort) y 1982 (el exquisito díptico Lluna y llanterna. Dos antics
poemes xinesos), el repertorio
grabado se inscribe entre 1939
—año en que su Cuarteto de
cuerda nº 2 se programó en el
Festival de la Sociedad Internacional de Música Contemporánea en Varsovia— y 1951, cuando Homs había comenzado ya
su personal exploración del
mundo dodecafónico en un proceso de constante maduración.
Así, la armonización de los 6
Nadales tradicionals catalans
aún se nutre del estilizado acercamiento al acervo folclórico cercano al espíritu del Gerhard
vocal, mientras que la Missa
(1943) hace un uso muy expresivo del contrapunto, brillante en
el Credo y recogido en el espléndido Agnus Dei, circunstancia
también visible en los 6 responsoris, de larga gestación
(1939/51) y en ocasiones punzante cromatismo (Caligaverunt), dentro de una muy riguro-
Germán Gan Quesada
LARRAÑAGA:
In ómnibus. Lamentación
primera del primer día. Oratio
Jeremiæ. Missus est. ISABEL
ÁLVAREZ, soprano; AINHOA ZUBILLAGA,
mezzosoprano; XAVIER SABATA,
contratenor; JESÚS GARCÍA ARÉJULA,
barítono. CAPILLA PEÑAFLORIDA.
PEÑAFLORIDA ENSEMBLE. Director:
FABIO BONIZZONI.
NB 005 (Diverdi). 2006. 49’. DDD. N PN
F ray José de
Larrañaga,
nacido
en
Azkoitia en
1728, vivió
muchos años,
los suficientes
para conocer en su juventud la
obra del aún vivo Haendel y para
sobrevivir después a Mozart en
nada menos que quince años.
Fue desde luego un hombre de
su tiempo, conocedor del órgano, comprometido con sus convicciones religiosas, como prueba su legado como autor, dominado por una veintena larga de
obras litúrgicas. Se asomó en
ellas a un barroco ya en su ocaso, un poco italiano y un poco
francés, y también a un primer
clasicismo que llegó algo tarde a
esta zona del sur de los Pirineos,
siempre sobre una base recogida
de la tradición hispana del diecisiete. Tantos estilos se ordenan
en admirables síntesis compositivas nacidas a la luz de ese racionalismo ilustrado con el que el
músico se identificaba como
miembro que era de la Real
Sociedad Bascongada de Amigos
del País.
Hay en las cuatro composiciones que se recuperan en este
disco, todas ellas a cinco voces
con diversos acompañamientos
instrumentales, armonías sencillas pero efectivas, bellísimos
claroscuros, cuidadas líneas
vocales y, ante todo, sonoridades ricas y variadas, a veces al
servicio de fines verdaderamente dramáticos. Así lo ve el milanés Fabio Bonizzoni, capaz de
revelar todas las influencias sin
necesidad de mezclarlas, orde-
nando tantos colores para dejar
que fluyan de forma clara y
natural, siempre con la sabiduría
y la vitalidad que se le reconocen. A sus órdenes, el Peñaflorida Ensemble entra con fuerza en
el terreno del disco, luciendo
una cuerda ágil y flexible, unos
vientos precisos y unos timbales
de adecuada contundencia, en
tanto las voces de la Capilla
Peñaflorida forman un maravilloso y entonado conjunto que
cree firmemente en lo que canta. Los solistas están en general
a la altura, con emotivas aportaciones del contratenor Xavier
Sabata en la Lamentación primera del primer día y un hermoso
diálogo entre la soprano Isabel
Álvarez y la mezzo Ainhoa Zubillaga en el Missus est final. Es un
disco que enseña, que desentierra, que reivindica y que además
viene muy bien presentado, un
importante valor en el rescate de
nuestro patrimonio musical.
Asier Vallejo Ugarte
LIPINSKI:
Rondo alla polacca op. 13.
Concierto para violín y orquesta
op. 14. Variaciones de bravura
sobre una romanza militar op.
22. ALBRECHT LAURENT BREUNINGER,
violín. ORQUESTA SINFÓNICA DE LA
RADIO POLACA. Director: WOJCIECH
RAJSKI.
CPO 999 912-2 (Diverdi). 2001-2002.
73’. DDD. N PN
Con casi un
cuarto de hora
de piruetas
sobre las cuerdas del violín,
y en el que no
faltan asombrosos saltos mortales, empieza
este compacto. Se trata del espectacular Rondo alla polacca de
Karol Lipinski (1790-1861), una
especie de Paganini polaco que,
evidentemente, dominaba el violín, instrumento que, sin duda, no
tenía secretos para él. Y si la obra
con que empieza el programa es
un festival de fuegos artificiales,
la última, de duración similar es
otro tanto y más de lo mismo por
muy grata que sea su audición,
que lo es y mucho. Lipinski se
nos muestra en ambas obras muy
cerca de un virtuosismo que
podríamos considerar cercano al
belcantismo, casi operístico, en la
línea de un Paganini pero sin la
exquisitez de un Chopin. Y entre
ambas obras, un concierto para
violín y orquesta un punto más
ambicioso pero que, como en
obras similares de Paganini, está
en la misma línea para lo mejor y
para lo peor. Y es que si Paganini
es atractivo, que lo es, pues otro
tanto cabe decir de Lipinski, pues
tanto en uno como en otro, y en
medio de un caudal que a veces
raya la charlatanería, advertimos
espíritus sensibles y auténticos
músicos. Muy interesante y, sobre
todo, una auténtica gozada, aunque uno pueda terminar casi tan
agotado tras la audición como el
sufrido violinista, el cual por cierto, defiende su parte con la brillantez que las obras y el estilo
requieren.
Josep Pascual
LISZT:
Doce Estudios trascendentales.
NELSON GOERNER, piano.
CASCAVELLE 3029 (Gaudisc). 1999. 63’.
DDD. N PN
Sale ahora a
la venta en
disco el registro del vivo
que Nelson
Goerner hizo
en Génova
en el año 1999, en el que interpreta la totalidad de los Estudios
trascendentales de Liszt. Goerner,
acreditado intérprete de Liszt (Primer Premio del Concurso Franz
Liszt en 1986 y del Concurso de
Ginebra en 1990), se distingue
por ofrecer un Liszt refinado y
pulcro, con una especial atención
a la poesía del sonido. Su espíritu
con el repertorio es generoso,
tomando apenas precauciones y
entregándose con elocuencia y
convicción a lo que son unas partituras, algo harto sabido, de
sumas dificultades, tanto técnicas
como musicales, si es que esto
puede desunirse. El pianista
encuentra en ellas el canal expresivo deseado, la fuerza comunicativa que llega al oyente con fuerza y calidez. Nelson Goerner trabaja la retórica de estos estudios
con solvencia y eficacia pianística: su talento le permite una mezcla de pulcritud y audacia que
encaja en las partituras. Por lo
general, su elaboración no se
resiente del vivo, aunque existen
algunos resbalones, estos no dificultan ni entorpecen la música: la
inmensa dificultad de las obras lo
justifica. La esencia de las partituras en sí misma es espiritual. Palabras del propio intérprete: “En
estos Estudios, la dificultad técnica —que precisa todos los recursos sonoros del pianista y de su
instrumento— permanece siempre a la merced del ideal más
noble: al servicio del espíritu”.
Atractivas, cuidadas y virtuosas
versiones que bajo la mirada profunda del intérprete adquieren la
justa y merecida dimensión.
Emili Blasco
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LÓPEZ ARTIGA-MOZART
LÓPEZ ARTIGA:
Los inmortales. Ensayos. ÁNGELES
LÓPEZ ARTIGA, piano.
TAÑIDOS SRD-348 (Several Records).
2007. 54’. DDD. N PN
Soprano, pianista, pedagoga, musicóloga y activista
musical,
Á n g e l e s
López Artiga
(Masamagrell, Valencia, 1939)
decidió llevar sus inquietudes
musicales al terreno de la composición en la década de los ochenta del siglo pasado. El CD que
ahora nos presenta Tañidos recoge dos series de obras breves
para piano, la una estrenada en
1990 (Los inmortales) y la otra
que ve la luz por primera vez en
esta grabación (Ensayos). En la
serie de preludios, la pianista de
vocación aprovecha su vasto
bagaje de intérprete y se inspira
en el poemario homónimo de
Aleixandre, cantando lírica y sentidamente a La Tierra, El Aire, La
Lluvia, El Sol, La Palabra, El Mar y
El Fuego con ecos impresionistas,
aunque fundamentalmente su
música nace de la directa traslación al pentagrama de sus vivencias, saberes y sensaciones. Esas
impresiones, en el caso de Ensayos se originan en la reflexión
musical en torno a la vida de siete
grandes mujeres: Julieta Capuleto,
George Sand, Teresa de Jesús,
Juana I, Salomé, Marie Curie y
Electra. La particular idiosincrasia
de cada una de ellas lleva a la
compositora a introducir distintos
elementos y a echar mano de
diferentes herramientas idiomáticas en su visión estética de cada
personaje. Ni que decir tiene que
la compositora se siente aquí, y
así, más completa y mejor realizada al interpretar ella misma sus
propias creaciones.
José Guerrero Martín
LUCIER:
Ever present. Piper. Fan. 947.
Silver streetcar for the orchestra.
MATT WELCH, cornamusa. DRESCHEROKABE-AMBRUSTER TRIO. MAKI MARUTA,
YOKO NISHI, kotos; BRIAN JOHNSON,
triángulo; JACQUELINE MARTELLE, flauta.
MODE 178 (Diverdi). 2005. 65’. DDD.
N PN
94
Si un Ligeti
crea en los
Études para
piano la ilusión, en la
escucha, de
disponer de
varias líneas de instrumentación,
Alvin Lucier sorprende no menos
al conseguir subyugantes efectos
de masa con un material extraordinariamente reducido (suerte de
minimalismo que procede del
lado más radical, el propuesto
por La Monte Young), como es el
caso de la pieza Silver streetcar
for the orchestra, incluida en este
CD de Mode. Silver streetcar, por
su mismo título, pareciera que
viene dispuesta polifónicamente
(lo que sería una rareza en el
catálogo de Lucier), pero, en la
práctica, se trata de una pieza
para triángulo solo. Simplemente
con la colocación de un micrófono a milímetros del instrumento
se crea un efecto de saturación
que, añadido a la obstinada repetición del restringido material de
base, alcanza momentos de gran
belleza.
Con este CD de Mode no
estamos ante un disco de las
magistrales cotas alcanzadas en
los recientes Wind shadows y
Small waves, pero este Ever present, a pesar de ceñirse sobre
todo a obras instrumentales de
Lucier, con lo que está ausente el
siempre atrayente empleo del
oscilador para conseguir una particular profundidad del sonido,
contiene suficientes alicientes
como para situarlo en la “normalidad” del estilo Lucier. Si es el
tema Ever present el momento
más pleno y el que obedece con
mayor propiedad al mundo de
sonidos altamente saturados del
autor, piezas como Piper o la
citada Silver streetcar no desmerecen en cuanto a la creación de
un continuo del que es difícil distinguir las particularidades de los
instrumentos. El timbre queda
anulado por la técnica del
cluster, aquí muy poderosa. Piper
es para cornamusa, pero muy
bien podría haber sido compuesta para cualquier otro instrumento de viento. Es como si el sonido de la cornamusa nos llegara
tras el violento chocar con un
muro o una pantalla. El músico
deja que el instrumento resuene
y son los mil matices resultantes
los que nos producen extrañeza
aquí y en las restantes y fascinantes obras de este artista único
que es Lucier.
Francisco Ramos
MANCHICOURT:
Misa Cuidez vous que Dieu
nous faille. Motetes. Magnificat.
THE BRABANT ENSEMBLE. Director:
STEPHEN RICE.
HYPERION CDA67604 (Harmonia
Mundi). 2005. 67’. DDD. N PN
U no de los mejores discos de
polifonía renacentista que he
escuchado nunca está dedicado
a Pierre de Manchicourt. Lo grabó Paul van Nevel para Sony
Vivarte
en
1996, cuando
su Huelgas
Ensemble
estaba en un
momento
esplendoroso. El nombre del compositor
flamenco (que nació hacia 1510
y murió en 1564) ha figurado
luego en algunas otras grabaciones dispersas y ha servido como
motivo para una serie que le
dedica desde hace un par de
años un coro bostoniano en el
sello americano Arsis (nada que
ver con la marca aragonesa de
igual nombre) antes de esta nueva irrupción en Europa de la
mano del conjunto The Brabant
Ensemble, coro oxoniense de
cámara fundado en 1998 que
ofrece aquí la Misa Cuidez vous
que Dieu nous faille (con la canción homónima a partir de la
cual está construida, original de
Jean Richafort), la antífona
mariana a 6 voces Regina cæli,
los motetes Peccantem me quotidie, Ne reminiscaris, Domine (a
4) y Osculetur me (a 6) y un
Magnificat de segundo tono, en
el característico estilo alternatim,
con la polifonía a 4 y 5 voces.
La interpretación es puro
sonido inglés. Redondo, brillante, vertical, bien afinado, con
una mezcla y un empaste de
voces muy escrupuloso, que privilegia ante todo la sonoridad
potente y homogénea del conjunto, sin ángulos ni aristas ni
atención especial al timbre individual. Ocasionales acentos
vigorosos y pequeños matices
dinámicos dispuestos con inteligencia dan intensidad a momentos de especial unción expresiva, pero la sensación general es
sólo de una correcta frialdad.
Pablo J. Vayón
MARTIN:
Concierto para violín y
orquesta. Concierto para siete
instrumentos de viento,
timbales, percusión y orquesta
de cuerdas. Danse de la peur.
MICHAEL ERXLEBEN, violín; ADRIENNE
SOÓS E IVO HAAG, pianos. ORQUESTA
DE LA ESCUELA MUSICAL DE
WINTERTHUR. Director: JAC VAN
STEEN.
MDG Scene 601 1280-2 (Diverdi). 2004.
65’. DDD. N PN
Treinta
años
después de su
muerte, Frank
Martin continúa siendo
uno de los
compositores
más admirados de su Suiza natal.
Llegó tarde al mundo de la com-
posición. Publicó su primera obra
cuando tenía treinta años y su
primera obra de madurez llegó a
los cincuenta. Compuso una gran
cantidad de piezas para instrumento solista y orquesta, especialmente durante los años cincuenta (época en la que firmó las
dos primeras obras de este disco).
Desde su aparente distanciamiento y un injustamente criticado academicismo, Martin supo
insuflar sus obras de un socarrón
sentido del humor y un extraordinario virtuosismo instrumental.
Un ejemplo de ello lo encontramos en el Concierto para siete
instrumentos de viento, pieza de
exquisita construcción cuyo
desarrollo se ve enriquecido por
su sentido del color y la riqueza
rítmica. Los miembros de esta ya
veterana formación no logran,
quizás, alcanzar los niveles de
finura requeridos, pero sí logran
desentrañar, bajo la efectiva
dirección de van Steen, la complejidad tímbrica y sus contrastes.
Lo mismo ocurre con el
Concierto para violín. Michael
Erxleben lo plantea desde una
óptica netamente romántica
entendiendo, correctamente,
que es heredero de los grandes
conciertos románticos. Danse
de la peur fue escrita mucho
antes, en los años treinta. Es
una pieza para dúo de pianos y
orquesta escrita bajo la influencia de Schoenberg, aunque
nunca siguiese sus dictados
estéticos.
Carlos Vílchez Negrín
MASCAGNI:
Cavalleria rusticana. ANDREA
BOCELLI (Turiddu), PAOLETTA
MARROCU (Santuzza), STEFANO
ANTONUCCI (Alfio). CORO Y
ORQUESTA DEL TEATRO MASSIMO
BELLINI DE CATANIA. Director: STEVEN
MERCURIO.
DECCA 475 7853 (Universal). 2002. 78’.
DDD. N PN
M ercurio,
apreciable
compositor y
director de
orquesta
todo terreno,
plantea en
términos de extrema limpieza
esta muestra imbatible del
repertorio verista, con tiempos
más bien lentos lo que hace
perder a la lectura algo de tensión pero no de claridad y desarrollo dramático. Este concepto
ayuda al popular protagonista
masculino, un Bocelli de indudable garra vocal, a pesar de las
desigualdades entre el registro
centro-medio y el centro-agudo,
de menor presencia y anchura.
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LÓPEZ ARTIGA-MOZART
Su canto, siempre mórbido y
musical, carece de cualquier
intención dramática lo que
supone unos resultados fríos
que poco se adaptan a la esencia de este tipo de repertorio. La
Marrocu es una Santuzza que sí
suena más centrada en las
características de un personaje
resuelto con suficiencia, con
medios atractivos aunque un
tanto impersonales evitando
cierta tendencia a irregularidades en el color. Antonucci es un
Alfio del montón, en el sentido
más rescatable del término,
como asimismo resultan la Lola
algo matronil de Enkelejda
Shkosa (en papel por debajo de
sus posibilidades) y la mamma
Lucia de Elena Belfiore.
MITTERER:
MORLEY:
MOZART:
Coloured noise. KLANGFORUM
WIEN. Director: PETER RUNDEL.
The First Book of Consort
Lessons (selección). LA CACCIA.
Director: PATRICK DENECKER.
Tríos con piano K. 254, 502 y
564. TRÍO GUARNIERI DE PRAGA.
KAIROS 0012592KAI (Diverdi). 2005.
69’. DDD. N PN
K rivine se
pone al frente de esta
orquesta por
él fundada y
obtiene un
Mendelssohn
competente y efectivo, con una
visión que no es propiamente la
romántica más aceptada, sino
con un algo de brusquedad en
la articulación al modo —salvando las distancias— de los
recreadores historicistas. Para
algo Krivine utiliza en su
orquesta la mezcla de instrumentos actuales con los históricos. Es como un ángulo algo
distorsionado de las obras, que
hace brillar la justeza de la
escritura. No son estas interpretaciones comentadas el paradigma en estas composiciones grabadas una y otra vez, ni el
registro es especialmente brillante en lo sonoro.
Sería ocioso hablar de la
Italiana, con sus evocaciones
berliozanas y referencias localistas, y la De la Reforma era
valorada por su autor “…por lo
que representa” (óigase esto
como homenaje de un judío
converso, al protestantismo que
cita una vez y otra con motivos
musicales totalmente luteranos). Una y otra sinfonías tienen atractivos suficientes por sí
mismas, aunque estas interpretaciones no sean especialmente
descollantes.
Está claro que
a un compositor
como
Wofgang Mitterer
(n.
1958), igual
que a su compatriota Bernhard Lang, le interesa organizar la música como
una energía viva. La fisicidad y
la corporeidad del material dispuesto por Mitterer proviene
ante todo de su alejamiento de
la concepción del concierto tradicional, en pos de una fusión
con elementos tomados del free
jazz, el arsenal electrónico y la
expresión pop. Si en el disco
precedente de Mittterer, editado
por Col Legno y comentado
recientemente en estas páginas,
el órgano era el catalizador ideal
de todo este impulso en piezas
de gran abstracción, en la extensa obra ahora grabada por Kairos, Coloured noise, el arsenal lo
integra igualmente el órgano,
pero también el conjunto instrumental. Coloured noise es de
2005, es decir, 15 años después
que la pieza mayor de aquel disco de Col Legno, Die zeit spielt
keine rolle. Entre ambos registros, el sello Hat Hut, en su
colección jazzística Hatology, ha
publicado una obra de clara inspiración improvisatoria, Radio
Fractal/beat music, que despedía un fuerte aliento de libertad.
A su lado, el tono general que
se observa en el nuevo Coloured
noise, con una formación del
Klangforum Wien casi transformada en una banda de jazz, es
de una gran pesantez. No se
toman del free jazz o de los nuevos signos de la modernidad
aquello que pueda servir para
regenerar el propio discurso,
sino que todos esos elementos
dispersos llevan al encorsetamiento, a un híbrido en el que
es difícil contemplar apenas
alguna señal de originalidad por
parte de Mitterer. Dicho de otra
manera, el cúmulo de efectos
técnicos que pululan por esta
pieza y el caudal de colisiones
entre los distintos timbres, no
sirve para airear el lenguaje, sino
para sumergirlo en una zona de
alarmante inexpresividad. La
obra, en sus cinco secciones,
desfila ante el oyente sin pena ni
gloria, carente como está de
cualquier atisbo de inventiva: no
siempre el recurso a materiales
heterodoxos asegura un logro
compositivo.
José Antonio García y García
Francisco Ramos
Fernando Fraga
MENDELSSOHN:
Sinfonía nº 4 en la mayor
“Italiana”. Sinfonía nº 5 en re
mayor “De la Reforma”. LA
CHAMBRE PHILHARMONIQUE. Director:
EMMANUEL KRIVINE.
NAÏVE V 5069 (Diverdi). 2006. 54’.
DDD. N PN
RICERCAR. RIC 251 (Diverdi). 2006. 67’.
DDD. N PN
El éxito de la
primera edición,
en
1599, fue tan
grande que la
segunda sólo
se hizo esperar doce años. Sin embargo, la
reconstrucción del First Book of
Consort Lessons ha sido ardua,
pues todas las fuentes disponibles estaban sumamente dispersas, pues nunca se publicaron
más que “materiales” y en varios
casos ha habido que realizar
reconstrucciones. La colección
completa consta de 27 composiciones de diversos autores arregladas por Thomas Morley
(1557-1602) para broken consort,
esto es, para un conjunto de seis
instrumentos diversos (flauta de
pico, laúd, alto y bajo de viola,
sistro, pandora), en oposición al
whole consort, donde todos pertenecían a la familia de las violas
da gamba. En este disco se ofrecen dieciséis muestras, donde
entre los “originales” encontramos compositores de tanto
renombre en la música renacentista inglesa como, aparte del
propio Morley, Peter Phillips,
Richard Allison, John Dowland o
William Byrd, más otras cinco
piezas de diferentes procedencias como complemento. Aun
con la humildad que impone el
hecho de tratarse de un primer
contacto, la sinceridad obliga a
confesar que la sensación producida en uno por la mera escucha ha sido de cierta frustración
o desencanto con respecto a las
expectativas de vitalidad suscitadas por los conocimientos previos acerca del país y del período histórico: verdaderamente,
todo diríase tocado como con
guantes y temiendo romper la
porcelana, y las emociones que
se producen son de una frialdad
inmediatamente desmentidas
por el mismo oxímoron que en
sí constituyen. Aunque quizá lo
que haya condicionado a los
intérpretes sea el recuerdo de la
violagambista belga Sophie
Watillon, fallecida en 2005 a los
treinta y nueve años de edad. A
ella están dedicados expresamente el disco y, muy especialmente parece, la repetición de la
nana Balowe de Morley, con las
voces de los intérpretes susurrando por debajo de sus instrumentos en una pista, la 22, no
anunciada en la carpetilla.
Alfredo Brotons Muñoz
PRAGA PRD/DSD 250 233 (Harmonia
Mundi) 2006. 57’. SACD. N PN
De
acuerdo
con lo entonces vigente, el
Trío en si
mayor K. 254
tiene el soporte esencial en
el teclado, cuya misión para la
mano izquierda dobla el violonchelo, estableciéndose en el Adagio central un verdadero dúo
entre la mano derecha del pianista y el violín, sin que el último
tiempo sea propiamente danzable. Tal vez sea el Trío en si
mayor K. 502 el más evolucionado de los tres que aquí se registran (pese a ser dos años anterior
en factura al K. 564), presentando
una estructura más cuartetística
que de trío, si juzgamos sustituidos segundo violín y viola por las
dos manos del pianista, resultando algo más simplista el Trío en
sol mayor K. 564.
Los músicos checos dan a
estas obras entidad incontestable, con una solidez que se contrasta en todos los instrumentos:
la construcción y la claridad son
impecables, sin reproche posible, pero se queda uno pensando si no habría estado bien algo
de duende —austriaco, claro—
añadido.
José Antonio García y García
MOZART:
Cuarteto para cuerda en la
mayor K. 464. Quinteto para
cuerda en re mayor K. 593.
HSIN-YUN HUANG, viola. CUARTETO
BRENTANO.
AEON AECD 0747 (Harmonia Mundi).
2007. 62’. DDD. N PN
P álida
interpretación la
del cuarteto
americano,
que posee un
historial que a
muchos haría
palidecer. Y reiterado el adjetivo,
es que esa es la impresión que
produce el discurso del Brentano, impregnado de una timidez
improcedente, con tempi pausados (que eso sería lo de menos si
fueran capaces de obtener cohesión y fuerza) hasta no poder
hacer mención de nada más que
de esa abrumadora sensación de
estar leyendo en un espejo
semiempañado. Todo está tímido, falto de definición. Y no es
cuestión de mi equipo de sonido,
porque el Quinteto adquiere otra
vida, aunque tampoco se distinga
95
D D
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C O
S S
MOZART-PADRÓS
por la valentía. Es en el cuarteto
donde esa sensación recibida
resulta aplastante.
¿Hay convicción en esa
línea? Pues seguramente sí. Pero
no puede uno estar escuchando
algo bien tocado y con las cosas
en su sitio, pensando continuamente que Mozart es mucho
más que un músico de salón. Si
nos metemos en esta estética se
puede disfrutar (siempre se puede hacer con la música del salzburgués) pero se sigue pensando que esto está desvirtuado.
José Antonio García y García
MOZART-HUMMEL:
Concierto para piano nº 18.
Sinfonía nº 40. FUMIKO SHIRAGA,
piano; HENRIK WIESE, flauta; PETER
CLEMENTE, violín; TIBOR BÉNYI,
violonchelo.
BIS CD-1567 (Diverdi). 2006. 62’. DDD.
N PN
96
El arte de la
transcripción,
hoy en desuso por los
medios
de
reproducción
sonora, fue
durante siglos la mejor manera de
acercar al gran público las grandes partituras operísticas y sinfónicas del repertorio. En esta línea,
el sello sueco BIS recupera dos
de las obras orquestales más
conocidas del genio de Salzburgo
en sendos arreglos de quien
muchos consideran el último gran
representante de la escuela clásica vienesa, Johann Nepomuk
Hummel.
Alumno de Mozart, con
quien convivió entre 1785 y
1787, Hummel conocía como
pocos el estilo de su maestro.
De ahí que, también para ganarse un buen sobresueldo, se
embarcara en la transcripción
para un conjunto formado por
piano, flauta, violín y violonchelo de un buen puñado de composiciones orquestales mozartianas. Y el resultado sólo cabe
calificarlo de espléndido. Sus
adaptaciones son absolutamente
respetuosas con los originales y,
si bien éstos son siempre preferibles, hay que quitarse el sombrero ante la inventiva y la sensibilidad de que hace gala Hummel. Lógicamente, y dado que
este compositor fue uno de los
pianistas más sobresalientes de
su tiempo, la parte del león se la
lleva el piano, ejerciendo el resto de instrumentos de acompañantes, mas el conjunto no deja
de convencer ni seducir en ningún momento. También por la
interpretación que se nos ofrece,
con Fumiko Shiraga al teclado
Josef Krips
LECCIÓN DE ESTILO
MOZART: Sinfonías
nºs 21-41. ORQUESTA DEL
CONCERTGEBOUW DE
ÁMSTERDAM. Director: JOSEF KRIPS.
6 CD DECCA 475 8473 (Universal).
1972-1973. ADD. H PM
S alvo error, esta es la cuarta
reedición en CD de esta célebre colección de las Sinfonías
de madurez de Mozart por
Krips y la Concertgebouw, versiones de las que ya hemos
hablado suficientemente desde
estas páginas en las citadas tres
ocasiones anteriores, además
de en otras más al compararlas
con las grabaciones de otros
directores. Recordemos ahora
las características esenciales de
esta lección de estilo en la que
todo canta bajo la batuta siempre serena, natural, expresiva y
equilibrada de este mozartiano
ejemplar: texturas claras, viva
articulación, justo dramatismo
(un punto insuficiente en algunas sinfonías como las nºs 25 y
40), exquisito fraseo y cálida
sonoridad propiciada por ese
maravilloso conjunto que es la
Orquesta del Concertgebouw,
constituyen las líneas maestras
de las recreaciones de Krips,
echándose de menos quizá
secundada por otros tres excelentes artistas. Juntos bordan
este infrecuente Mozart, sobre
todo el concierto, un prodigio
de elegancia, equilibrio y buen
gusto. En definitiva, clasicismo
en estado puro. Y del bueno.
Juan Carlos Moreno
MOZART:
Bastien und Bastienne. Der
schauspieldirektor. ILEANA
COTRUBAS (Bastienne), THOMAS
LEHRBERGER (Bastien), PETER VAN DER
BILT (Colas), EDITA GRUBEROVA
(Herz), KRISZTINA LAKI (Siberklang),
THOMAS MOSER (Vogelsang), ISTVÁN
GÄTI (Buff). MOZARTEUM-ORCHESTER.
Director: LEOPOLD HAGER.
ORFEO C705061 B (Diverdi). 1969,
1976. 61’. DDD. N PN
Dos obras de
Mozart, Bastien und Bastienne, tercera
ópera estrenada en 1768 y
Der Schauspieldirektor, en 1786 marcan un
intervalo en la vida del compositor, donde se puede constatar
algo más de impulso y mordiente en el por otra parte
magníficamente construido
movimiento final de la Sinfonía
Júpiter. De todas formas, en
pocas ocasiones como en ésta
podrán apreciar ese peculiar
fraseo mozartiano y esa manera de respirar que permite a
cada nota tener su propio
carácter y expresión. A pesar
de ello y como ya es sabido,
las obras de este calibre están
sujetas a múltiples interpretaciones y el mercado discográfico nos ofrece numerosas aproximaciones igualmente válidas
y defendibles, aunque bajo
otros criterios interpretativos
(Klemperer, Beecham, Walter,
Szell, Kubelik, Fricsay, Böhm o
Karajan entre los directores ya
desaparecidos; y el discutido y
ya veterano Harnoncourt entre
los de ahora, versiones las de
este último que sería conveniente volver a repasar y estudiar bajo otras perspectivas).
De cualquier forma y a pesar
de la abundancia de versiones
maestras de este repertorio, el
conjunto firmado por Krips hay
que elevarlo a las cimas más
altas: su “perfección apolínea”
(como decía Reverter en el
tanto la genialidad de la primera,
como la profunda madurez de la
segunda, con planteamientos
aparentemente muy sencillos,
pero de una inspiración impactante. Estas dos obras formaron
parte de representaciones en el
Festival de Salzburgo, bajo la
dirección de Leopold Hager, que
sabe reflejar la fluidez de las
situaciones, con una versión muy
teatral y profunda, que refleja la
inspiración del joven compositor,
con una orquesta transparente,
llena de sensibilidad y contrastes.
En la primera, del 31 de julio de
1969 destaca Ileana Cotrubas, por
su dominio del estilo, su musicalidad y fragancia canora, estando
acompañada por el eficaz Peter
van der Bilt y el correcto Thomas
Lehrberger. Der Schauspieldirektor esta presentada, sin diálogos,
con los fragmentos musicales, en
una función del 29 de julio de
1976 y destacan la picardía y vitalidad de Edita Gruberova, con sus
medios siempre brillantes, la
seguridad y elegancia de Krisztina
Laki, el buen fraseo de Thomas
Moser y la profesionalidad de István Gäti.
Albert Vilardell
monográfico dedicado a la
Música Sinfónica en disco, pág.
135), su ligereza, encanto e
idioma hay que situarlos dentro
de las versiones ya clásicas en
la historia de la fonografía. No
se pierdan esta nueva oportunidad, excelentemente presentada, con buen artículo en los
idiomas habituales y con las
magníficas tomas de sonido
Philips de los años setenta nuevamente reprocesadas, ahora
bajo el sello Decca. Ideal para
cualquier melómano, especialmente los que desaprovecharon las tres ocasiones anteriores y no pudieron adquirir en
CD este paradigma de la discografía mozartiana.
Enrique Pérez Adrián
MOZART:
Le nozze di Figaro. MARCELLA
POBBE (Contessa), RITA STREICH
(Susanna), BIANCA MARIA CASONI
(Cherubino), RENATO CESARI (Conte),
HEINZ BLANKENBURG (Figaro). CORO
DEL TEATRO SAN CARLO DE NÁPOLES.
ORQUESTA ALESSANDRO SCARLATTI DE
LA RAI DE NÁPOLES. Director: PETER
MAAG.
3 CD ARTS Archives 43070-2 (Diverdi).
1959. 166’. ADD. R PM
En un mercado discográfico algo saturado, otra versión de Le
nozze di Figaro
debería
tener especiales alicientes. En
este registro de 1959, se puede
comprobar el criterio de los programadores italianos en las óperas de Mozart, con un reparto con
artistas del país, con una carrera
válida en su repertorio, algún
artista del área alemana y la dirección de un maestro que domina
la obra. Esta es la mejor baza de
la propuesta, con una dirección
de Peter Maag que plasma una
versión más amplia de lo habitual
para la época, que destaca por su
D D
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MOZART-PADRÓS
estilo refinado, al que dota de
una cierta intensidad y un enfoque teatral, sacando de los elementos estables de Nápoles un
nivel por momentos más que
notable. Rita Streich hace una
Susana llena de musicalidad, con
una cierta dosis de picardía y un
canto sutil, mientras que Marcella
Pobbe canta con profesionalidad,
pero a su Condesa le falta un
cierto estilo y una mayor elegancia, completando el trío femenino
Bianca Maria Casona, como travestido Cherubino, con una cierta
intención, pero falto de mayor
impulso juvenil. Renato Cesari
posee un fraseo intencionado,
como Figaro, pero sus medios
son de limitada proyección y
Heinz Blankenburg es un discreto
Conde.
Albert Vilardell
NANCARROW:
Estudios para piano mecánico
nºs 13-32.
MDG 645 1403-2 (Diverdi). 2005. 68’.
DDD. N PN
S
egundo
volumen consagrado a los
Estudios para
piano mecánico de Conlon Nancarrow (1912-1997), para Ligeti el
“más importante compositor de la
segunda mitad del siglo XX”.
Realmente, su obra es tan sorprendente como inclasificable.
También cabría decir que agotadora, pues estos estudios se escuchan con sorpresa y entusiasmo,
pero a medida que transcurre la
audición van dejando paso a cierto hastío y sensación de monotonía y repetición. Simple efecto de
la acumulación de piezas, pues a
pequeñas dosis todas tienen su
aquél. Sobre todo por su irreverencia y por el hecho de prescindir del ejecutante humano y
apostar por un artilugio mecánico, el único capaz de abordar
unas composiciones en las que
los ritmos, los cambios de compás e incluso los ataques se multiplican de forma inhumana.
Es imposible hablar aquí de
la calidad de la interpretación,
pues es una máquina la que “ejecuta”, pero sí puede decirse que
el piano usado, con un mecanismo Ampico de 1927, sigue con
absoluta fidelidad las intenciones
del compositor. El responsable
de la grabación y de las notas
introductorias, Jürgen Hocker,
fue uno de los más fieles colaboradores de Nancarrow y uno de
sus más firmes apóstoles cuando
el músico no era más que un
paria marginado de los círculos
musicales, por lo que sabe qué
es lo que tiene entre manos y
cómo llevarlo a buen puerto. A la
espera del volumen que completará estos cincuenta estudios, un
trabajo antológico.
de flexibilidad agógica y la falta
de unas pinceladas de erotismo
y sarcasmo general, empañan la
brillantez del resultado final
tiñéndolo de tosquedad.
Juan García-Rico
Juan Carlos Moreno
ORFF:
Carmina Burana. CLAIRE RUTTER,
soprano; TOM RANDLE, tenor; MARKUS
EICHE, barítono. CORO INFANTIL
HIGHCLIFFE. ORQUESTA SINFÓNICA,
CORO Y CORO INFANTIL DE
BOURNEMOUTH. Directora: MARIN
ALSOP.
NAXOS 8.570033 (Ferysa). 2006. 61’.
DDD. N PE
Marin Alsop,
valor en alza
a juzgar por
su pujanza
discográfica,
y una de las
pocas mujeres que habitan el planeta de la
dirección orquestal, nos presenta, al frente de la centuria cuya
titularidad ostenta, la celebérrima
obra orffiana con una visión más
esbozada que detallista. Sin
dejarse atrapar por la tentadora
megalomanía de la partitura, trata de evitar los excesos dinámicos y consigue parcialmente
jugar las cartas de la luminosidad
orquestal y la acentuación de sus
constantes amalgamas de métricas aksak, con el objetivo de
recrear esa ilusión general de
arcaísmo pseudomedieval que,
desde su estreno en 1937, ha
convertido a la obra en un
súper-éxito. Cuenta con un conjunto instrumental muy capaz,
que llega a lucir una soberbia
sección de viento. Los solistas
vocales, dentro de la corrección
técnica, carecen, sin embargo, de
especial sutileza: Eiche abusa de
una propensión a lo heroico que
resta ironía a sus letras, así como
Rutter resulta un tanto dramática
para la inocencia que demanda
el texto. Randle, eludiendo el falsete habitual, apenas si logra una
mueca humorística en el famoso
número del cisne asado. Contrastando con el buen rendimiento del conjunto infantil, el
coro adulto descuida su empaste
en los frecuentes divissi, pasa
algún apuro en las numerosas
trampas que encierran los
pentagramas —saltos de novena,
fraseos por regiones sobreagudas—, y adolece de una tendencia al apresuramiento que la
batuta no siempre es capaz de
controlar. Como valoración global de la versión, un considerable número de desajustes en la
precisión del encaje polirrítmico
del tutti, así como cierta escasez
PACCINI:
Páginas de Adelaide e
Comingio, Annetta e Lucindo,
Cesare in Egitto, Temistocle,
Alessandro nell’Indie, Il
Contestabile di Chester, Carlo
di Borgogna, Maria Regina
d’Inghilterra y Allan Cameron.
ANNICK MASSIS, JENNIFER LARMORE,
MAJELLA CULLAGH, WILLIAM MATEUZZI,
YVONNE KENNY Y BRUCE FORD.
PHILHARMONIA ORCHESTRA. LONDON
PHILHARMONIC ORCHESTRA. ACADEMY
OF ST. MARTIN IN THE FIELDS. GEOFFREY
MITCHELL CHOIR. Directores: DAVID
PARRY Y ANTONELLO ALLEMANDI.
PADRÓS:
Khorva. ORQUESTA DE LA
RADIOTELEVISIÓN DE LA SUIZA ITALIANA.
Director: MARC ANDREAE. Batalla.
FESTIVAL STRINGS LUCERNA. Director:
MICHEL TABACHNIK. Jo-ha-kyu.
ORQUESTA CIUDAD DE BARCELONA.
Director: MICHEL DECOUST. El temps
segons Rama. ORQUESTA SINFÓNICA
DE BARCELONA Y NACIONAL DE
CATALUÑA. Director: JAMES DEPRIEST.
Confluències (Música per a
Santa Maria del Mar). ENSEMBLE
DE CUIVRES D’AQUITAINE.
ARS HARMÒNICA AH 170 (Gaudisc).
59’. DDD. N PN
H ace
ha
recuperado
el lugar que
le correspondía en la historia de la
ópera gracias
al esfuerzo de unos pocos, entre
los que tiene especial relevancia
Opera Rara, que ha editado
algunas de sus obras. Ahora nos
presenta un amplio repertorio
de su catálogo, con obras que
van desde 1813 a 1848, algunas
totalmente desconocidas, con lo
que se puede ver la evolución
del compositor. De las obras ya
editadas podemos disfrutar con
el bello coro de Carlo di Borgogna (1835), que anuncia la
música italiana de años posteriores, cantado con su gran
nivel habitual por el Geoffrey
Mitchell Choir y el aria de Maria
Regina d’Inghilterra (1843), con
el musical Bruce Ford. La obra
más antigua es Annetta e Lucindo, de 1813, con un cuarteto
que demuestra muchos conocimientos, de cuatro años más es
Adelaide e Comingio, de bella
melodía, siguiendo el inspirado
terceto de Cesare in Egitto, de
1821, la brillante cavatina de
Temistocle de 1823 con una gran
versión de Jennifer Larmore y al
año siguiente el cuidado terceto
de Alessandre nell’Indie, cuidadosamente interpretada por
Majilla Cullagh, Enkelejda
Shkosa y William Mateuzzi,
completando la visión con Il
Contestabile di Chester (1829) y
la muy interesante cabaletta de
Allan Cameron, cantada de forma muy estudiada por Annick
Massis.
unos
años, quien
esto suscribe
tuvo oportunidad de asistir al estreno
mundial de El
temps segons Rama (1999) y
entonces le quedó la extraña
sensación de que el director,
James DePriest, se estaba tomando aquello como un castigo,
como algo que le interesaba
poco, muy poco, y que abordaba simplemente porque lo exigía
el contrato. Ahora llega la grabación de aquella sesión, y lo cierto es que la impresión se mantiene: el tiempo es monolítico y
precipitado, los planos se confunden, y de todo ello resulta
una interpretación que deja mal
sabor de boca. Porque no cabe
duda de que se puede extraer
más de estos pentagramas, que
tienen más matices… Por suerte,
hay una mayor implicación en el
resto de obras de esta interesante antología del catalán David
Padrós (1942). Autor con una
personalidad muy definida, su
pasión por Oriente impregna
casi todas las composiciones
aquí recogidas. Estructuras muy
primarias tratadas mediante gestos violentos, junto a una investigación de la dinámica, la acústica y la tímbrica, dan un perfil
particular a esta música, que va
evolucionando desde el modernismo sin concesiones de Khorva (1974) hasta cierto melodismo
de tintes exóticos en Jo-ha-kyu
(1983). Aparte queda Confluències (1985), para metales y banda
magnética, escrita para ser interpretada en Santa María del Mar,
la joya gótica de Barcelona. Ecos
renacentistas y de vanguardia se
mezclan en ella, aunque en disco se eche de menos el sentido
espacial que acompaña su concepción. Más que de las interpretaciones, tomadas en momentos
y ámbitos muy diferentes, cabría
aquí resaltar el valor de este trabajo para conocer la casi siempre interesante obra de Padrós.
Albert Vilardell
Juan Carlos Moreno
OPERA RARA ORR 238 (Diverdi). 2006.
76’. DDD. N PN
P accini
97
D D
I SI CS O
C O
S S
PAISIELLO-RAUTAVAARA
PAISIELLO:
PALESTRINA:
Pasión según san Juan. TRINE
WILSBERG LUND, soprano (Texto);
MONIKA MAUCH, soprano (Cristo);
JÖRG SCHNEIDER, barítono (Pilatos).
VOCALCONSORT BERLIN. L’ARTE DEL
MONDO. Director: WERNER
EHRHARDT.
Offertoria. CORO DEL TRINITY
COLLEGE, CAMBRIDGE. Director:
RICHARD MARLOW.
CAPRICCIO 60133 (Gaudisc). 2006. 58’.
DDD. N PN
D atada
en
1785 y conservada en el
convento
franciscano
de Asís, esta
Pasión según
san Juan de Giovanni Paisiello
(1740-1816) responde al modelo
de pasión napolitana, bien diferente de las pasiones centroeuropeas o de los oratorios-pasiones
de la propia Nápoles (que eran
similares a los alemanes). Aquí
domina la simplicidad: el texto
es el del Evangelio (en latín), la
instrumentación se reduce a dos
partes de violín y continuo, en
los breves coros (sin tenores)
domina la homofonía y el estilo
vocal de los solistas se desenvuelve entre la declamación y
una especie de arioso continuo
de notable delicadeza y gran eficacia expresiva. Llama también
la atención la elección de las
tesituras, ya que Evangelista y
Cristo son aquí dos sopranos,
algo que choca con la costumbre
de las mucho más populares
pasiones alemanas, que buscaban representar a los personajes
del drama con cierta verosimilitud de corte naturalista.
El mayor peso de esta interpretación descansa en la soprano
Trine Wilsberg Lund, voz ligera,
pequeña, pero luminosa y con
encanto, que transmite especialmente a las partes más narrativas,
mientras que en los fragmentos
de mayor lirismo discurre con
elegancia y muy apreciable agilidad arriba, una agilidad que
comparte con Monika Mauch, de
timbre acaso menos encantador y
que pasa algunos apuros en la
región grave de su registro.
Correcto el barítono Jörg Schneider y el resto de voces salidas del
coro para cubrir el resto de papeles de la Pasión. De la mano de
Werner Ehrhardt, líder de Concerto Köln, el coro y el conjunto
instrumental, de pequeño tamaño y con la veterana Andrea
Keller como concertino, crean un
clima de delicada serenidad, más
tierno que terrible, más introspectivo que dramático, por lo
que el expresionista crucificado
de Grünewald reproducido en la
portada del CD parece más bien
fuera de contexto.
98
Pablo J. Vayón
pero hay que agradecer lo
mucho que a ello ayudan unos
intérpretes como estos.
José Luis Fernández
CHANDOS CHAN 0732 (Harmonia
Mundi). 1999. 68’. DDD. N PN
L os
Offertoria
totius
anni secundum Sanctæ
R o m a n æ
Ecclesiæ consuetudinem
son sesenta y ocho motetes a cinco voces compuestos por Palestrina para cantar durante el ofertorio de todas las misas del
domingo y fiestas de guardar del
año litúrgico de la iglesia romana
y vieron la luz editorial en 1593,
un año antes de la muerte del
compositor. Cada ofertorio tiene
un texto diferente, sacado del
Libro de los Salmos o de los
Evangelios y en esta grabación se
ha seleccionado un primer grupo
de 28 entre los 36 primeros, que
son los que van del Primer
Domingo de Adviento al Domingo de Trinidad, no sabemos si
con la intención de completar
posteriormente la totalidad. Frente al texto único de las muchas,
cerca de cien Misas que compuso, estos motetes con diferente
contenido textual le permitieron
un mayor grado de libertad, que
se traduce en un excelso refinamiento en la utilización de los
distintos modos, dentro de la
más estricta ortodoxia impuesta
por las normas emanadas del
espíritu de la Contrarreforma
para la música de iglesia.
El Coro del Trinity College
de Cambridge es un notable
ejemplo de este tipo de agrupaciones tan características de
Inglaterra y actúa bajo la dirección de su refundador, Richard
Marlow. Palestrina ha sido siempre el abanderado de las agrupaciones corales (no hay más
que contemplar la fachada principal del Palau de la Música de
Barcelona, construido para sede
del Orfeó Català, donde su efigie figura junto a las de Bach y
Beethoven) y los coros ingleses
han tenido por su música una
especial predilección. La interpretación del Coro del Trinity
College es de todo punto excelente, llena de refinamiento y
resaltando adecuadamente el
sentido que en determinadas
ocasiones la música de Palestrina da a determinadas palabras,
aunque pueda parecer estar un
tanto velado por las estrictas
normas de inevitable cumplimiento. Sin duda, la obra del
gran compositor cabeza de la
escuela romana es de las que
más atención requiere para captar su un tanto oculta belleza,
PARRA:
Ciel rouillé. ENSEMBLE PROXIMA
CENTAURI. Time Fields III. LAURA
CAPSIR, flauta. Impromptu. HÈCTOR
PARRA, piano. Andante sospeso.
DÚO NATARAYA. Tres piezas para
piano. IMMA SANTACREU, piano.
Fragments striés. UTOPIA
ENSEMBLE. Vestigios. CUARTETO
AKER. L’aube assaillie. AMANDINE
LEFEVRE, violonchelo.
ARS HARMÒNICA AH 169 (Gaudisc).
2006. 56’. DDD. N PN
A
sus treinta
años, el barcelonés Hèctor
Parra
(1976)
ya
puede presumir de tener
una obra estrenada por el
Ensemble InterContemporain.
No cabe duda de que es una de
las grandes promesas, o realidades, del actual panorama musical de nuestro país, aunque quizás las obras aquí recogidas no
sean las más representativas
para valorar su talento. Todas
ellas son miniaturas escritas
entre 1999 y 2005 para formaciones muy diferentes, desde
Impromptu (2005), para piano, a
Ciel rouillé (2005), para flauta,
saxofón barítono, vibráfono y
piano, pasando por L’aube
assaillie (2005), para violonchelo y electrónica o Fragments
striés (2004), para cuarteto de
saxofones. Todas ellas denotan
un músico con un fino sentido
del color instrumental y con un
interés especial por construir sus
composiciones a partir del concepto de confrontación: entre
movimiento y estatismo, entre
construcción e intuición, entre
ritmo y melodía, entre registros,
tiempos y dinámicas extremas…
El nivel de las interpretaciones
es en todos los casos voluntarioso, pero también variable. De
todos modos, un trabajo que
hay que tener en cuenta para
conocer a uno de los más firmes
valores de lo que es el presente
y el futuro de nuestra música.
Juan Carlos Moreno
El sello polaco Dux, en su
serie Special
Edition, reúne tres obras
de Krzysztof
Penderecki
en versiones que no son las originalmente concebidas y estrenadas. Así, el Concierto para clarinete y orquesta es una transcripción hecha en los años 90 del
primigeniamente escrito para viola (1983) y que posteriormente
tuvo sendas transcripciones para
cámara y para violonchelo, respectivamente. Por su parte, el
Concierto para flauta y orquesta
de cámara, de 1992, tiene otra
versión para clarinete y orquesta.
En uno y otro conciertos, el autor
se expresa mediante un lenguaje
inmerso en su última etapa creadora, lejos ya de las búsquedas
vanguardistas y de las estridencias o violencias expresionistas.
Equilibrio en las formas, hábil
dosificación de lo emocional,
sabio equilibrio de las tensiones,
estudiada creación de atmósferas… Música indudablemente
bien construida, sin resquicios,
atractiva, digerible. En ambas
obras —de algo más de veinte
minutos cada una— el solista tiene momentos de virtuosismo, lo
que permite el lucimiento del clarinetista Dimitri Ashkenazi, en el
primer caso, y del flautista Dave
Aguilar, en el segundo, en el que
también el ritmo y la percusión
desempeñan un importante
papel. Cierra el CD la pieza
Agnus Dei, que Penderecki escribió en 1981 conmocionado por
la desaparición del cardenal primado Wyszynski. Pero tampoco
nos es ofrecida en su versión original para coro sino en la que
Boris Pergamenschikov hizo en
1994 para orquesta de cámara.
Reflexión sobre la muerte, sentido réquiem, dolido e intenso
lamento interior que el autor nos
transmite al frente de la Sinfonia
Varsovia, formación a la que está
vinculado desde hace tantos años
que la simbiosis con ella es total
y perfecta.
José Guerrero Martín
PÉREZ CASAS:
Obras para clarinete y piano.
PEDRO RUBIO, clarinete; ANA
BENAVIDES, piano.
ANACRUSI AC 063 (Harmonia Mundi).
2007. 42’. DDD. N PN
PENDERECKI:
Concierto para clarinete y
orquesta. Concierto para flauta
y orquesta de cámara. Agnus
Dei. SINFONIA VARSOVIA. Director:
KRZYSZTOF PENDERECKI.
DUX 0559 (Diverdi). 2006. 54’. DDD.
N PN
De
Bartolomé
Pérez
Casas (Lorca,
1873-Madrid,
1956) sabemos que fue
un personaje
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PAISIELLO-RAUTAVAARA
fundamental de la música española de la primera mitad del siglo
XX, fundador de la Orquesta
Filarmónica de Madrid, que dirigió durante treinta años, y director asimismo de la Orquesta
Nacional de España. Menos conocida es su faceta de compositor.
Dentro de ella, resulta una agradable sorpresa su obra para clarinete y piano, ahora recuperada
en CD con el patrocinio del
Ayuntamiento de Lorca y de la
Dirección General de Cultura de
la Región de Murcia. De la interpretación se encarga el dúo
Rubio-Benavides, que trabajan
juntos desde 1991 y lo hacen con
solvencia, pasión, conocimiento y
amor a las partituras abordadas.
Estamos ante piezas escritas entre
1897 y 1917, todas ellas concebidas para concursos relacionados
con instituciones en las que el
autor tenía poder de decisión
pero en las cuales los factores
técnicos y virtuosísticos están
supeditados a o imbricados en un
coherente discurso musical, en el
que manda un acentuado cantabile melódico. Andantino, Primer
Solo, Segundo Solo y Romanza
son para clarinete y piano. Intermezzo, para clarinete bajo y piano. Aires sicilianos, para requinto
y piano: seguramente una de las
primeras composiciones para esta
combinación instrumental. Sin
duda, en la concepción y realización de estas obras tiene mucho
que ver que el autor fuese clarinetista y tocase también el
requinto, que dirigiese la prestigiosa Real Banda de Alabarderos
y que contribuyera al nacimiento
de la Sociedad de Instrumentos
de Viento para Música de Cámara. Pero sobre esta base no se
limitó a escribir ejercicios puramente académicos sino que quiso
ir más allá para gustar con agradables propuestas musicales.
José Guerrero Martín
PROKOFIEV:
El hijo pródigo op. 46. En el
Boristene op. 51.
Transcripciones para piano.
MARIA IVANOVA, piano.
CPO 777 093-2 (Diverdi). 2003. 72’.
DDD. N PN
D os
ballets
de los menos
conocidos de
Prokofiev,
uno de ellos
(Boristene) el
menos conocido de los siete. Y, además, en
transcripciones para piano. ¿Qué
es esto? ¿Rizar el rizo? Suponemos que habrá aficionados para
todo, incluso para esta música
que podía haber servido en su
día para los ensayos de la troupe.
Se nos dice que se trata de transcripciones del propio compositor. Más bien parecen originales
pianísticos previos a la orquestación. No importa. Estas versiones
para piano conservan sólo parte
del sabor de la danza, y se convierten sobre todo en piezas de
concierto, en suites para un pianista por lo menos hábil (aunque
estamos ante ballets completos).
Hábil es Maria Ivanova, aunque
no sea Horowitz, en modo alguno. Tiene interés su recorrido,
que parece el de una aplicada
alumna que ha sabido dar el salto más allá de los ejercicios de fin
de carrera. Tiene interés esta
reducción y los tienen estas lecturas. Pero tenían un interés
superior cada una de las interpretaciones de Mijail Jurowski con la
Orquesta de la Radio de Colonia
para el mismo sello, CPO.
Santiago Martín Bermúdez
PUCCINI:
Crisantemi. BOCCHERINI:
Stabat Mater op. 61 G. 532.
ROSSINI-SCIARRINO:
Giovanna D’Arco. ISABEL REY,
soprano; DANIELA BARCELLONA,
mezzo. JOVEN ORQUESTA NACIONAL
DE ESPAÑA. Director: RICCARDO
FRIZZA.
DECCA 00289476595-49 (Universal).
2005. 65’. DDD. N PN
Primera colaboración del
sello Decca
con la Semana de Música
Religiosa de
Cuenca, proyecto importante dada la calidad
musical del acto conquense,
bien reflejada ya en la presente
entrega. Un programa completamente italiano, donde se incluyen páginas de Puccini y Rossini, indirectamente religiosas, ya
que en la del primero, en su
carácter concentrado e íntimo
flota la sensualidad de su futura
Manon Lescaut; y la de Rossini
es una cantata profana, por más
sagradas que sean las intenciones de la protagonista, con ribetes de gran aria operística. Escrito todo esto como observación y
no como censura, las tres lecturas son de inmaculada plasmación. Frizza dirige con atenta
postura una orquesta capaz de
plegarse a las diferentes páginas
en atril y las solistas vocales
están sobresalientes. La Rey en
el Stabat Mater boccheriniano,
en él que también conviven
cómodamente el espíritu religioso con el secular, mantiene un
inicial distanciamiento que poco
a poco va dejando de lado para
José Ramón Encinar
COMUNICACIÓN
DEL PUERTO: Sinfonía nº 2
“Nusantara”. Concierto para
violín y orquesta. ANANDA
SUKARLAN, piano; MANUEL GUILLÉN,
violín. ORQUESTA DE LA COMUNIDAD
DE MADRID. Director: JOSÉ RAMÓN
ENCINAR.
STRADIVARIUS STR 33765 (Diverdi).
2006. 64’. DDD. N PN
Fruto de una de las voces más
personales de la composición
española reciente, la música
de David del Puerto (1964)
viene abogando sin complejos
por la recuperación de una
comunicación más directa con
el oyente, ofreciéndole asideros en la escucha que prolongan aspectos de la tradición
moderna sin renunciar por ello
a aportaciones más radicales.
Stradivarius reúne dos
obras concertantes del autor
—aunque se la califique como
“sinfonía”, la Sinfonía nº 2
“Nusantara” concede un
amplísimo protagonismo al
piano— que dan muestra del
magisterio orquestal logrado
en el lapso de la corta década
que transcurre entre la sinfonía, fechada en 2005, y el Concierto para violín y orquesta,
escrito en 1997.
Si el concierto, dividido en
siete breves secciones encadenadas entre sí, se presenta ya
como una obra de amplio
aliento, con una adecuada
exploración de los recursos
técnicos del instrumento solista, una orquestación exuberante y una adecuada trama
estructural, es, a nuestro juicio,
la Sinfonía nº 2 “Nusantara”
entrar de lleno en el núcleo de
la página, solventando todas
sus exigencias canoras, que no
son pocas, con soberana disposición, con su voz lírica de cálido colorido mediterráneo. La
Barcellona, partiendo de su
experiencia como contralto rossiniana, bien bregada en Arsaces, Tancredis, Fallieros y
demás familia, extrae de la cantata a su cargo todas las posibilidades expresivas, superando
con holgura, por supuesto,
todas las trampas colocadas por
el compositor. La orquestación
de Sciarrino es imaginativa y
especialmente fiel a la página,
pero pierde algo de la naturalidad y la frescura que tiene la
original con piano.
Fernando Fraga
la auténtica protagonista de
este registro; su origen, ligado
a la memoria del luctuoso tsunami de 2004, no sólo dicta
cierto carácter programático a
esta amplia partitura, sino que
determina la incorporación de
algunos estilemas melódicos y
rítmicos de las músicas extremo-orientales a la habitual
investigación modal de la obra
de Puerto, dentro de un discurso regido por una gran claridad formal, por la brillantez
de la instrumentación, tanto en
el piano como en la orquesta
—memorable el clima elegíaco
del segundo movimiento, Isla
de desolación— y por la incisividad rítmica, como en el conclusivo Samudra.
La Orquesta de la Comunidad de Madrid hace gala de
una enorme flexibilidad y de
una entrega encomiable, regida con su habitual buen criterio por Encinar, y no desmerece en absoluto de la rotunda
aportación solista de Guillén y
Sukarlan en sus nada sencillos
papeles, defendidos con hondura y convicción.
Germán Gan Quesada
RAUTAVAARA:
Cantus articus. Apotheosis.
Adagio celeste. Anadyomene.
Angels and Visitations. Halavan
himmeän alla. Fragmentos de
Autumn Gardens, Concierto
para piano y orquesta nº 1,
Concierto para clarinete y
orquesta, Angel of Light, Vigilia,
Dances with the Winds, True &
Fals Unicorn, Gift of Dreams y
Sinfonía nº 1. DIVERSOS INTÉRPRETES.
2 CD ONDINE ODE 1079-2D. 19912005. 137’. DDD. N PN
Los ángeles
son una constante en la
obra de Rautavaara como
también lo
son en su
propia vida y desde la infancia,
99
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RAUTAVAARA-ROUSSEL
cuando el niño que fue el compositor se evadía de la realidad
viviendo un mundo onírico en el
que los ángeles tenían un lugar
principalísimo. La pérdida de
seres queridos, la guerra y los
conflictos internos y externos que
ha vivido el maestro ya en su
madurez y desde la primera
juventud una vez quedó atrás la
infancia, le fueron aferrando a ese
mundo que iba expresándose en
su obra. Muestra de ese mundo
peculiar, fantástico, inquietante y
mágico es la música de estos dos
discos que nos ofrece y que no es
más que un extenso y lujoso
sampler —o disco de trocitos—
de lo más importante de las obras
orquestales de Rautavaara con la
inclusión de algunas obras corales asimismo significativas tanto
por su calidad intrínseca y por su
relevancia en el corpus creativo
de su autor como por su relación
con ese mundo onírico y fantástico que en muchos momentos se
reviste de espiritualidad.
Así pues, este doble compacto es una novedad por el
modo como se presenta al
público pero en realidad es una
reedición de material ya editado
con anterioridad. Su contenido
procede de los fondos de Ondine y todas las grabacions son ya
conocidas y ya fueron comentadas aquí en su momento.
Puede aducirse que el escuchar fragmentos no aporta una
visión completa de una determinada obra y así es pero es significativo el hecho de que una
obra tan importante como el
Cantus arcticus se ofrezca completa. Este es un doble compacto recomendado sólo a quienes
no hayan frecuentado demasiado a Rautavaara, aunque su
audición no estará de más para
nadie y estimulará, sin duda, a
escuchar íntegramente obras tan
importantes como el Concierto
para clarinete o el Concierto
para flauta “Dances with the
Winds”.
Josep Pascual
RAVEL:
Concierto en sol. Daphnis et
Chloé, suite nº 2. La valse.
MARTHA ARGERICH, piano. ORQUESTA
SINFÓNICA DE LA RADIO DE COLONIA.
Director: GARY BERTINI.
CAPRICCIO 71 093 (Gaudisc). 1985,
1988-1989. SACD. N PN
100
La interesantísima Edición Bertini
de Capriccio
tiene en esta
entrega una
de sus cumbres. El Concierto en sol lo
Philippe Pierlot
DULCE Y SOMBRÍO
PURCELL: Fantasías.
RICERCAR CONSORT.
Director: PHILIPPE PIERLOT.
MIRARE MIR 012 (Harmonia Mundi).
2005. 61’. DDD. N PN
Música hermosísima, llena de
claroscuros, de resonancias a
maderas y aromas ancestrales,
de infinitas sutilezas tímbricas,
de dulzura expresiva, sí, pero
como correa de transmisión de
la tragedia y el desgarro, las
fantasías para viola de Purcell
ponen glorioso colofón a un
género crucial en el despliegue de la música británica (y
europea), el del consort de
violas. Pierlot ofrece aquí las
fantasías para consort completas (tres a 3, nueve a 4, una a
5 más los dos In nomine, a 6 y
7), añadiéndole la fantasía
sobre un ground para tres violines y continuo y la Pavana
en sol a 4 para la misma instrumentación. Las interpretaciones sondean en las profundidades de unas obras de ardua
y compleja polifonía, obteniendo una rugosidad en las
texturas, una irregularidad en
el color y un juego de pequeños desajustes tímbricos de
enorme atractivo. El empaste
del Ricercar Consort no sacrifica en ningún momento la
belleza individual del sonido
de cada viola, con una tendencia general a enfatizar los graves, aunque no siempre (los
timbres más agudos y resplandecientes de los instrumentos
restallan, por ejemplo, en una
hermosísima y gozosa Fantasía a 5). La búsqueda de la
claridad polifónica no parece
una obsesión en un conjunto
que contrasta con maestría las
zonas de luz y de sombras,
adentrándose a menudo sin
remilgos en los pasajes más
sombríos de una música que
contiene muchas músicas.
Extraordinario disco.
Pablo J. Vayón
Artur Pizarro
NUEVO Y EXCELENTE
RAVEL: Obra completa para
piano, vol. 1: Jeux d’eau,
Gaspard de la nuit, Sérénade
grotesque, Miroirs, La valse.
ARTUR PIZARRO, piano.
gral pianística de Ravel. Otra
más, sí, pero con características propias, aunque eso parezca imposible a estas alturas. El
excelente pianista portugués
de Lisboa Artur Pizarro (gran
chopiniano, gran beethoveniano) es sutil en varios números
de Miroirs, pero contundente
en Gaspard de la nuit, y en
nuestra perspectiva este Gaspard se presenta como alternativa poderosa, poco menos
que posromántica, lo que puede resultar escandaloso o inadmisible para algunos. Pero a
esos aficionados les recomendaría que antes escucharan la
propuesta de Pizarro, no vaya
a ser que los conceptos apresuren el juicio, mientras que el
fenómeno (la escucha) sirva
para comprender eso que llamamos alternativa. Y que lo
es. Dentro de Miroirs hay diferencias: por ejemplo, entre el
Ravel líquido de Une barque y
el de danza rotunda de la
Alborada del gracioso; que, en
rigor, no siempre es rotunda,
sobre todo en los momentos
de “guitarreo”. Jeux d’eau era
líquido. No lo era Ondine, y
eso nos sitúa bastante bien en
esta propuesta. Concluye el
recital con La valse, que no
suele incluirse en la obra pianística raveliana, pero que en
este formato tiene un vigor
que impresiona, que seduce,
que convence, en especial por
el toque de Pizarro, progresivo, creciente; y firme cuando
se tercia, porque en esta pieza
hay contrastes y hay crecimiento, como hay retrocesos y
hay matices. Esta Valse resulta
acompaña Bertini a la insuperable Martha Argerich con un sentido exquisito de las gamas inferiores que brillan no sólo en el
Adagio central. A partir de ahí,
todo es crecimiento, impulso; y
también retirada, descenso.
Conocemos a Argerich en este
repertorio, y en esta obra especialmente. Nadie olvidará su
registro con Abbado para DG
con la Filarmónica de Berlín, de
unos veinte años antes. Martha
seguía dominando esta partitura
al cabo de dos décadas, en 1989,
con una capacidad de frase,
matización e intensidad inigualables. Una versión de referencia,
de nuevo. Bertini, por su parte,
había grabado para los archivos
LINN CKD 290 (LR Music). 2006. 75’.
DDD. N PN
Comienzo de una nueva inte-
magistral en manos de Pizarro,
y apenas echamos de menos la
versión verdadera, la orquestal,
porque la lectura de este pianista le da categoría sinfónica.
Después de lo mucho que
se ha tocado este repertorio, la
integral de Ravel que ahora
empieza Pizarro aparece no
sólo como distinta, como propuesta nueva, sino también
como lectura excelente. Esperamos la continuación, por
favor.
Santiago Martín Bermúdez
de Radio Colonia una Segunda
Suite del Dafnis en la que las
cualidades señaladas resultan
más patentes, porque es el Ravel
brillante y al mismo tiempo refinado y sutil, un ballet que combina el susurro y el estallido. En
La valse da la impresión al principio de que Bertini quisiera
plantearnos una pieza en la tra-
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RAUTAVAARA-ROUSSEL
dición vienesa, pero pronto
advertimos que tal idea sirve
para motivar mejor este auténtico esperpento, de una belleza
que tiene mucho de cruel. En
fin, un Ravel espléndido en su
brillantez y su energía.
Santiago Martín Bermúdez
REGER:
Blick in die Lieder. ANDREAS
WELLER, tenor; GÖTZ PAYER, piano.
CARUS 83.195 (Diverdi). 2006. 63’.
DDD. N PN
Carus
se ha
embarcado en
la grabación
de la integral
de la música
vocal de Max
Reger, una
empresa suicida, pues, fuera de
alguna pieza orquestal, ¿quién es
Reger? Pues un compositor sobradamente interesante, sobre el que
pesa el sambenito de conservador y epígono, pero que posee
un magisterio técnico incuestionable, que en su caso se acompaña de una nada desdeñable inspiración. Esta selección de canciones constituye una buena muestra de su labor. Quinto volumen
de la edición, es el primero dedicado al lied, con piezas seleccionadas de distintos cuadernos. Y
ése puede ser un problema, pues
así, desgajadas de los ciclos a los
que pertenecen, quedan como
joyas aisladas a las que les falta el
marco. Afortunadamente, estamos ante la calidad de la interpretación es lo suficientemente alta
como para que eso tampoco se
tenga demasiado en cuenta. El
tenor Andreas Weller y el pianista
Götz Payer ven estas canciones
en la más pura tradición romántica, y así las abordan, destacando
de forma elegante su alta calidad
poética y expresiva, cuando no
su sentido del humor. Por la
música y por la versión, un trabajo que vale la pena conocer.
Juan Carlos Moreno
RESPIGHI:
Il tramonto. Cuarteto en re
menor. Cuarteto dórico. STELLA
DOUFEXIS, mezzo. NUEVO CUARTETO
HELÉNICO.
BIS CD-1454 (Diverdi). 2006. 68’. DDD.
N PN
E l registro
presente
exhala ese
regusto clásico-antiguo de
la no clásicoantigua música del italiano en bastantes de
sus composiciones. Son obras
en las que el uso de la armonía
impregna de un no sé qué nostálgico que mira al clasicismo
histórico, que no al clasicismo
en música. Los partidarios disfrutarán mucho con este disco.
El Nuevo Cuarteto Helénico
entiende a la perfección lo antedicho y resulta ser magnífico
intérprete de pentagramas e
intención, al igual que la mezzo,
que se imbrica por completo
con su dulce timbre en la labor
puramente instrumental. En el
Cuarteto en re menor es llamativa la habilidad de Respighi para
establecer
una
atmósfera
mediante modulaciones sucesivas, que en realidad predominan
a lo largo de toda la obra. Más
convencional en la forma, aunque sin perder nada de la esencia ni la calidad del autor, y pese
a su denominación, es el Cuarteto dórico, que obtiene también
es esta grabación un nivel a
todas luces alto.
Barbara Bagnesi, José María Lo
Monaco y Álex Espósito.
La dirección de Donato Renzetti mantiene una cierta línea,
pero no acaba de conseguir la
fluidez y gracia del cisne de
Pésaro, a pesar del buen sonido
de la orquesta y de la calidad
del coro.
José Antonio García y García
M uchos aficionados
recordarán
los tres CD
sueltos de la
integral camerística
de
Roussel que hace algo más de
doce años puso en circulación el
sello Olympia. Pues bien, aquí
los tenemos de nuevo, con la
misma calidad de lecturas de
esos espléndidos solistas no sólo
holandeses (pero sobre todo
holandeses); con el mismo interés de casi todas las obras del
maestro de la Schola; y con una
espléndida calidad de sonido. El
contenido de este álbum es
demasiado rico para picotear en
él. Pero estos fonogramas son,
además, demasiado recientes
como para proceder a su desmenuzamiento. El recuerdo es
inmediato, y el formato económico no viene sino a poner a alcance de cualquier aficionado una
música no especialmente reclamada por las masas melómanas,
pero que tiene la exquisitez de lo
que es tanto francés de la Schola
como neoclásico sin Stravinski.
Roussel fue maestro de muchos,
entre ellos de Martinu. Algunas
obras del profesor están presentes, de manera latente y manifiesta, en las del discípulo. El recorrido de la música de cámara de
Roussel enriquece nuestra visión
de lo que fue el siglo XX; más
que el de su música orquestal, lo
cual no afecta a calidades, sino
sobre todo a humores, a actitudes, a densidades. Son muchos
los solistas; podemos destacar a
Röling y a Kantorow; al ubicuo
Paul Verhey, presente en muchas
obras de este recital; al Cuarteto
ROSSINI:
L’italiana in Algeri. MARIANNA
PIZZOLATO (Isabella), MARCO VINCO
(Mustafa), MAXIM MIRONOV
(Lindoro), BRUNO DE SIMONE (Tadeo).
ORQUESTA DEL TEATRO COMUNALE DE
BOLONIA. CORO DE CÁMARA DE PRAGA.
Director: DONATO RENZETTI.
DYNAMIC CDS 5251/2 (Diverdi). 2006.
143’. DDD. N PN
Con gran
rapidez
ha
salido
este
registro de L’italiana
in
Algeri, fruto
del Festival de
Pésaro de 2006, con algunos cantantes que están iniciando una
carrera muy interesante. Marianna
Pizzolato, que causó muy buena
impresión en su debut liceísta
con La clemencia de Tito,
demuestra que posee una voz
bella y homogénea y un canto
cuidado, pero todavía le falta una
cierta madurez para poder sacar
el máximo provecho a Isabella,
ya que a su versión le falta un
cierto encanto y un mayor carácter. Marco Vinco es un excelente
cantante, capaz de expresar el
carácter ridículo de Mustafa, aunque a su voz le falta un cierto
cuerpo. Maxim Mironov es un
tenor que, de perseverar en el
estudio puede ser uno de los
tenores rossinianos del futuro,
con un instrumento timbrado y
con una cierta facilidad para las
agilidades. Completan el reparto
Bruno de Simone, excelente
Tadeo, con comicidad, pero sin
exageraciones, y la corrección de
Schoenberg… Son instrumentistas de primer fila, que regresan
por la magia del sonido grabado
para presentarle al aficionado
que acaso se despistó entonces
esta integral de calidades superiores y precio bajísimo. No nos
lo podemos perder.
Santiago Martín Bermúdez
Albert Vilardell
ROUSSEL:
Música de cámara completa. JET
RÖLING, piano; JEAN-JACQUES
KANTOROW, violín; HERMAN JERISSEN,
trompa; PAUL VERHEY, flauta y
piccolo; HANS ROERADE, oboe; FRANK
VAN DEN BRINK, clarinete; JOS DE
LANGE, fagot; HERRE-JAN STEGENGA,
violonchelo; IRENE MAESSEN,
soprano; ERIKA WAARDENBURG, arpa;
JAN GOUDSWAARD, guitarra; QUIRIJN
VAN REITEREN ALTENA, contrabajo.
CUARTETO SCHOENBERG.
3 CD BRILLIANT 8413 (Cat Music).
1994. 198’. DDD. R PE
ROUSSEL:
Sinfonías nºs 1 y 4. ORQUESTA DE
PARÍS. Director: CHRISTOPH
ESCHENBACH.
ONDINE ODE 1092-2 (Diverdi). 2005.
67’. DDD. N PN
La Primera
Sinfonía de
Albert Roussel
(1869-1937)
suena bastante “impresionista”, y hasta
los títulos así lo sugieren; el título
general, Poema del bosque; algún
título particular, como el del
movimiento de cierre, Faunos y
dríadas (con esa flauta, con esas
arpas…). Hay resonancias de
Debussy, pero más de inspiraciones y vigencias sonoras como las
de Chausson y Pierné; la frase va
por ahí, más que por la Schola.
Roussel rehúye el dramatismo de
paisajes y mitos; lo suyo es una
opción “lienzo” en la que no hay
especiales aristas, pero sí crecimientos, emociones, exuberancia.
En realidad, esto que Roussel llamó Primera Sinfonía es una
secuencia de cuatro piezas
orquestales compuestas entre
1904 y 1906, los tiempos de El
mar, de Debussy; cada una de
estas piezas dura un poco más
que la anterior, hasta superar
ampliamente los quince minutos
con la pieza de cierre. Una toma
sonora excelente realza los relieves y los matices de esta cuidada
lectura de Eschenbach y la
Orquesta de París.
Con la Cuarta Sinfonía, que
data de 1934, estamos en otro
país, pero no en otro mundo.
Apenas queda nada que tenga
que ver con la descripción, la
sugerencia extramusical. Pero la
sonoridad y la frase siguen
teniendo la misma capacidad de
sugerir. Ahora sí hay dramatismo, pero no gestos ni mueca; es
un dramatismo contenido, que
tiene como fuente la misma serenidad sensual de las piezas sinfónicas de 1906. Los saltos, las
alteraciones sirven para regresar
a la firmeza de la contemplación,
que no es indiferente, sino dinámica. El recital Roussel hay que
ponerlo en el haber brillante de
este director y esta orquesta.
Santiago Martín Bermúdez
101
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SAARIAHO-SCHOENBERG
SAARIAHO:
Petals. Oi Kuu. Spins and spells.
Mirrors. Sept papillons. Près.
ALEXIS DESCHARMES, violonchelo.
AEON AECD 0637 (Harmonia Mundi).
2004. 56’. DDD. N PN
mos en un Murail o un Grisey,
mas las metamorfosis que sufre
aquí el material, acentuado por
el aspecto orgánico del sonido,
reflejan un rasgo de gran brillantez por parte de Saariaho.
I nmediata-
102
mente después de las
enseñanzas
tomadas en
los cursos de
informática
musical en el IRCAM parisino,
Kaija Saariaho compone una
pieza en la que dispone algunas
de las técnicas allí aprendidas,
In Traume, en la que experimenta con un instrumento convencional, el violonchelo (en el
estreno de la pieza, a cargo de
su dedicatario, Ansi Kartunen).
Saariaho trata especialmente ahí
la microestructura del sonido,
haciéndola extensible al timbre
y la armonía. El siguiente paso
es Verblendungen, de 1984, para
gran orquesta y cinta. Pero no
será hasta una pieza como Du
cristal… à la fumée, de 1988,
cuando la búsqueda de Saariaho
dé sus frutos, quedando claro
que la fusión del timbre y la
armonía constituye su preocupación central, además de la consecución de una gran transparencia del tejido sonoro. En una
obra orquestal como Du cristal…, ya Saariaho evidencia un
gran interés por otorgar prioridad a los timbres “periféricos”,
como es el caso del violonchelo,
su instrumento preferido, como
hace patente el conjunto de piezas que para este instrumento
presenta el sello Aeon en un
atractivo programa defendido de
modo espectacular por Alexis
Descharmes.
Justamente de 1988 procede
la primera pieza aquí grabada,
Petals, posiblemente el mejor
momento de todo el disco junto
a Près, de 1992. Y, tal vez no por
casualidad, en ambas obras el
chelo se ve acompañado por un
“dispositivo electroacústico”
(Técnica IRCAM). Si las texturas
de Près entran dentro del ruidismo, en Petals llama la atención
un tejido de gran pregnancia, de
una claridad extraordinaria, probablemente a causa del fervor
que en ese momento siente la
autora por ofrecer partituras
complejas en su elaboración,
pero diáfanas en la escucha. La
nunca olvidada tendencia de la
compositora hacia los géneros
de la tradición (Saariaho es,
sobre todo, una compositora
apegada a la Gran Forma, antes
que una autora de música electroacustica) se percibe en Petals,
muy cercana a las variaciones de
velocidad y vibrato que halla-
Francisco Ramos
SANI:
Elements: Wassererinnerungen,
Windstill, Terra, Con fuoco.
ROBERTO FABBRICIANI, flautas; ISAO
NAKAMURA, percusión; OSCAR PIZZO,
órgano; NICOLA SANI, electrónica.
2 CD STRADIVARIUS STR 33766
(Diverdi). 2002. 114’. DDD. N PN
En
este
segundo CD
que Stradivarius dedica a
la música de
Nicola Sani
(n. 1961), el
arsenal electroacústico ocupa un
lugar esencial, mientras que en el
primero, Oltre il deserto spazio, de
2002, el género del concierto con
solista aún estaba muy presente.
Sani es heredero de la triada Scelsi-Nono-Sciarrino. Del primero
conserva el lado telúrico en el tratamiento del sonido. Del segundo, Sani tiene muy en cuenta el
concepto del espacio (físico, pero
también virtual), como quedara
ejemplificado en el montaje de
Prometeo. Sani retoma la idea de
la tragedia de la escucha, presentando el conjunto de los sonidos
en los límites de lo audible. En
Oltre il deserto spazio, los muy
delicados timbres instrumentales
podían hacer pensar en una
influencia directa de Sciarrino,
pero Sani plantea un espacio
sonoro más rugoso, menos hedonista. Es esa cualidad la que atraviesa todo el ciclo Elements que
ocupa este doble CD. La disposición de largas y reflexivas piezas
para solistas y un material electrónico muy trabajado, entrañan una
gran dificultad en la escucha,
pero merece la pena sumergirse
en esta propuesta que no atiende
nunca a signos de espectacularidad, sino al comportamiento de
la masa sonora desde sus más
mínimos detalles. La flauta, el
órgano y la percusión son los instrumentos convencionales de los
que se sirve Sani para transformar
en sonidos los elementos fundamentales de la naturaleza, el
agua, la tierra, el fuego y el aire.
El empleo de las flautas baja, contrabajo e “iperbasso”, a cargo del
virtuoso Roberto Fabbriciani, permite al autor descubrirnos la
enorme capacidad de estos instrumentos para ofrecer un mundo
sonoro de desbordante imaginación: desde el tono de melodía
de ecos ancestrales (Wassererin-
nerungen) y las formidables resonancias cósmicas de Windstill
hasta el tono decididamente
metálico, fantasmagórico de
Terra.
Sani se plantea el ciclo Elements, que compone y elabora
entre 1996 y 2002 en el estudio
Arte Acústico de la WDR (regido
por Klaus Schöning) como un
“viaje hacia las regiones profundas del sonido”. En temas como
Windstill, la flauta, dice Sani,
“pierde su carácter de instrumento melódico y genera diferentes efectos acústicos que se
asemejan a los sonidos que produce el viento”. En esa traslación (poética, misteriosa) de los
elementos de la naturaleza radica la riqueza y el poder de
sugestión de esta música, música
de ahora mismo.
Francisco Ramos
SCELSI:
Trilogia: Triphon, Dithome,
Ygghur. ARNE DEFORCE,
violonchelo.
AEON AECD 0748 (Harmonia Mundi).
2006. 51’. DDD. N PN
Con dos recitales para violonchelo se
estrena
en
España
el
excelente
sello belga
Aeon. Junto al dedicado a obras
poco frecuentadas de Kaija Saariaho, aparece este otro CD,
mucho más convincente, consagrado a la integral para violonchelo de Giacinto Scelsi. Aunque
no es novedoso en el mercado
fonográfico, el ciclo Trilogia, I tre
stadi dell’uomo, compuesto entre
1956 y 1965, jamás había sido
presentado con tal lujo de detalles, en lo musicológico, como en
este disco de Aeon (un cuadernillo de notas muy bien preparado
por el propio solista, Arne Deforce), ni tampoco la primera parte
de la trilogía, Triphon, se nos
había servido con la presencia
sonora de que hace gala Deforce,
un músico muy relacionado con
la creación moderna (encargos
de
Harvey,
Ferneyhough,
Lachenmann). Frances-Marie Uitti
es, evidentemente, la referencia
en la interpretación de esta obra,
un tour de force (y el juego de
palabras con el nombre del solista belga está servido) en donde
quedan patentes las cualidades
más innatas del estilo de Scelsi.
Beneficiado, sin duda, por una
toma de sonido impecable,
Deforce sabe aportar una dimensión de espacialidad que faltaba
en la grabación del sello Etcétera.
Con Deforce, Triphon no sólo es
materia, sino un organismo vivo
amenazante. La pieza Dithome es
muy inferior, sin duda el punto
débil del disco. Demasiado retórica, la pieza no resiste la comparación con Ygghur, dividida en
tres secciones y que, a diferencia
de Triphon, apela menos al sentido matérico que a una estructura
que recuerda los grandes frescos
orquestales de esa época. Una
vez más queda demostrado que
el italiano se movía a sus anchas
entre los instrumentos de cuerda.
La versión que hace sólo unos
meses publicara ECM, a cargo de
Uitti, es referencia obligada. Si
Deforce está más atento a conseguir una sonoridad neutra, Uitti
(antigua y estrecha colaboradora
del músico, recuérdese) sabe
transmitir todo lo que de duda
existencial evidencian los sonidos de esta obra demoledora (no
en vano, la última sección se titula Catharsis). Ygghur es una
mirada hacia el interior, y Dithome, en cambio, se quedaba en
una pieza de tono virtuosístico.
Deforce inicia su comentario
en el libreto del CD con una frase de Deleuze: “En arte, como
en música, lo esencial no son
tanto las formas, la materia o los
temas como las fuerzas, las densidades y las intensidades”. Bien,
pues Uitti, justamente, le gana la
partida al belga en la asunción
de toda la intensidad que late en
Ygghur.
Francisco Ramos
SCELSI:
Quattro pezzi. Uaxuctum. La
nascita del verbo. ORQUESTA
SINFÓNICA DE LA RADIO DE VIENA.
Directores: JOHANNES KALITZKE, PETER
RUNDEL.
MODE 176 (Diverdi). 2005. 70’. DDD.
N PN
Es de todo
punto decepcionante el
segundo CD
de
Mode
dedicado a la
obra orquestal de Giacinto Scelsi. La referencia de este corpus de obras sigue
siendo la integral de Accord, con
la Orquesta de Cracovia. A las
dos obras del período de madurez del autor, Quattro pezzi y
Uaxuctum, se añade, para completar el programa, una pieza que
es muy citada por los biógrafos
pero que se ha oído, en realidad,
muy poco: La nascita del verbo,
que, compuesta en 1948, se sitúa
en un momento de crisis compositiva (y espiritual) y concluye,
además, el estilo neoclásico del
italiano, antes de encarar su estilo
característico (música concebida
D D
I SI CS O
C O
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SAARIAHO-SCHOENBERG
alrededor de una sola nota y sus
infinitas posibilidades de microfluctuación). Pero la novedad de
La nascita del verbo queda pronto, en la escucha, minimizada por
cuanto el interés de la obra queda
reducido a lo arqueológico. Es
como atravesar el túnel del tiempo y enfrentarse con una composición de tono pesante, una cantata en la peor tradición de la
recuperación de formas obsoletas
que se da con frecuencia en el
período de entreguerras. Música
de guardarropía, esta Nascita está
muy lejos del nervio que sustenta
el Cuarteto nº 1, por citar otra
obra de ese tiempo. Hay incluso
un aire muy marcadamente naíf
en la organización de la pieza,
verdaderamente desmañada y
desaliñada. La decepción ante el
CD de Mode no procede sólo por
esa parte, sino también por la
interpretación imposible que
hace la Orquesta de la Radio de
Viena de las piezas que han fundamentado el estilo del músico.
Ante tanto desatino en la composición de los planos sonoros, no
resta sino volver a las veteranas,
pero nunca agotadas, versiones
del sello Accord. Brillan por su
ausencia de forma lamentable, en
esta nueva grabación, cualquier
atisbo de profundidad y cualquier
asomo de sensación de vértigo
sonoro. Peter Rundel, el director,
dispone cada obra siguiendo un
acercamiento más analítico,
potenciando el timbre individualizado, con lo que se pierde todo
lo que de misterio hay en estas
obras, toda su grandeza. El coro,
en Uaxuctum, se empeña en
negar todas las virtudes que
encierra la obra, con lo que se
produce, inevitablemente, el
tedio y la desaprobación en la
escucha.
Francisco Ramos
SCHNEBEL:
Orchestra. PROFESORES Y ALUMNOS
DE LA UNIVERSIDAD DE LAS ARTES DE
BERLÍN Y LA HOCHSCHULE FÜR MUSIK
“HANNS EISLER”. Directores: HARRY
LYTH, JOBST LIEBRECHT.
WERGO 6674 2 (Diverdi), 2000. 73’.
DDD. N PN
Hay algo que
emparenta a
Dieter Schnebel (n. 1930)
con Mauricio
Kagel y es el
recurso de la
cita y el collage. Si un autor, por
su parte, como Bernd Alois Zimmermann adopta la cita prácticamente como razón de ser de
muchas de sus obras, en el caso
de Kagel y Schnebel el empleo
de material prestado es circuns-
tancial. En bastantes obras de
Kagel hay una mirada al pasado
que no por fuerza ha de entenderse como cita, sino como una
relectura para conformar el lenguaje propio. Kagel coincide con
Schnebel en los años 70 en extraer del pasado una continua materia con la que encarar la obra
propia, a veces desde la documentación musicológica (Ludwig
van, Schwarzes madrigal). En
Schnebel, más bien habría que
hablar de revisionismo. Y es
curioso que el grueso de esta preocupación se centra en la década
de los 70. Al lado de obras en las
que el uso de la voz y la experimentación daban como resultado
un peculiar lenguaje “corporal”,
en el Schnebel de los 70 es habitual la incursión en el clasicismo:
Bearbeitungen y Tradition acogen fragmentos muy conocidos
de Beethoven, Schubert, Schoenberg y Wagner. Es una forma de
reinterpretar, de ofrecer nuevas
versiones instrumentales y tratamientos desnaturalizados, algo
que influirá, de algún modo, en
Zender a la hora de hacer su
Schuberts’ Winterreise. Otras piezas, como el Quinteto en si mayor
o Piezas sinfónicas, ésta ya de
1984, pretenden simplemente
descolocar al receptor. Se entra
casi en el terreno de la herejía. Es
aquí donde cabría situar esta
Orchestra, de 1977, un experimento en el que el autor sitúa a
los músicos dispersos por la sala
en busca de sonoridades que dialoguen con el espacio. Las 21 secciones de que consta Orchestra,
subtitulada “Música sinfónica para
músicos en movimiento”, son
otros tantos recursos a fragmentos orquestales fácilmente reconocibles, clásicos de la música (El
ocaso de los dioses, La consagración de la primavera, Pelléas…),
que son tratados por los instrumentos a modo de objetos sonoros. No hay aquí una voluntad de
improvisación, más bien la reinterpretación del original despojando a la pieza de toda connotación historicista y convirtiéndola
en osamenta, en un complejo de
ruidos tal vez proveniente de una
imaginaria instalación sonora.
Francisco Ramos
SCHOENBERG:
Noche transfigurada. STRAUSS:
Metamorfosis. LES DISSONANCES.
Director: DAVID GRIMAL.
AMBROISIE AM 110 (Diverdi). 2006.
54’. DDD. N PN
Principio y fin de dos carreras.
Principio de la de Arnold Schoenberg, quien en Noche transfigurada se mostraba como un
genial epígono del romanticismo,
y final de la
de Richard
Strauss, quien
con Metamorfosis cerraba
toda una vida
dedicada a la
música, volviendo la mirada a un
pasado perdido, simbolizado por
la destrucción de la Ópera de
Dresde… Dos obras separadas
por casi medio siglo, pero ambas
elegíacas, bellísimas, de sincero
aliento romántico, que aproximan a dos compositores que en
vida mostraron más de un desencuentro. Dos obras, también,
extraordinarias, que David Grimal, desde el primer violín, nos
sirve en unas lecturas introspectivas, serenas, concentradas a descubrir su esencia más íntima. La
de Schoenberg nos viene servida
en la versión original para sexteto de cuerda, lo que aún acentúa
más esa idea de asistir al principio y fin de dos carreras… El
grupo Les Dissonances, formado
en palabras de Grimal, para
“sacar a la música clásica del
gueto en el que se encuentra
encerrada”, rezuma pasión,
entrega, vitalidad, frescura. Y así
son estas lecturas, hermosas hasta decir basta, sin necesidad de ir
a lo fácil, a cargar las tintas en
aquello más emocional. Un disco, pues, inteligente y bien
hecho, que por programa y por
interpretación se recomienda
solo.
Juan Carlos Moreno
SCHOENBERG:
Gurrelieder. RICHARD LEWIS
(Waldemar), ETHEL SEMSER (Tove),
NELL TANGEMAN (Paloma torcaz),
JOHN RILEY (Campesino), FERRY
GRUBER (Klaus el loco), MORRIS
GESELL (Narrador). COROS Y
ORQUESTA DE LA NUEVA SOCIEDAD
SINFÓNICA DE PARÍS. Director: RENÉ
LEIBOWITZ.
2 CD MEMBRAN 222943-311 (Cat
Music). 1953. 120’. ADD. H PE
E xceptuada
la versión de
Stokowski
(RCA 1936,
sólo en LP y
actualmente
imposible de
localizar), ésta que ahora
comentamos fue la primera grabación moderna de Gurrelieder
e incluso el sello Belter la publicó en España en un álbum de 2
LPs de muy mal sonido allá por
la década de los sesenta (eran
los tiempos de los inefables
prensados de Hispavox). Ahora
que el mercado del CD tiene en
su haber más de una docena de
grabaciones de la monumental
cantata y además en los más
diversos estilos interpretativos,
nos llega el registro pionero de
Leibowitz con sonido monofónico muy mejorado, aunque suponemos que con tanta competencia su difusión va a ser harto
complicada. El director francés
hace gala de una dirección analítica y clarísima que no le impide plasmar la pasión, el clima y
el ambiente dramático adecuado
en los primeros números que
nos describen el inflamado amor
de Waldemar y Tove, así como
el exacerbado cromatismo wagneriano y la turbadora tensión
armónica del resto, concebidos
por Leibowitz con el idioma y el
fervor propios del incondicional
discípulo de Schoenberg que
era. La versión no desmerece de
las más conseguidas que actualmente se puedan conseguir en
el mercado, aunque es difícil
que haga sombra a los Kubelik
(DG), Boulez (Sony), Ozawa
(Philips), Abbado (DG), Sinopoli
(Teldec), Rattle (EMI) o Ferencsik (EMI), este último, uno de
los mejores, todavía pendiente
de trasvasar a CD. El reparto
vocal, exceptuados el sobresaliente tenor Richard Lewis como
Waldemar y el excelente Sprecher Morris Gesell, tiene modestas intervenciones, aunque profesionales y convincentes a carta
cabal, lo mismo que la orquesta
y los coros (éstos francamente
mejorables), grabados en sonido
monofónico ahora excelentemente reprocesado, como ya
hemos dicho, aunque haya
momentos (el final, por ejemplo) de cierta confusión, distorsiones y poca claridad. En
suma, como documento histórico y como primera grabación de
los Gurrelieder en microsurco,
puede tener interés, e incluso la
solvente e interesante dirección
de Leibowitz va bastante más
allá de la simple labor divulgadora. Ahora bien, el sonido
estéreo y los mejores medios y
solistas de los directores citados,
quizá aconsejen su elección
antes que ésta, recomendable
sobre todo para expertos en
Schoenberg, en la Segunda
Escuela de Viena o en grabaciones históricas.
Enrique Pérez Adrián
SCHOENBERG:
Moses und Aron. WOLFGANG
SCHÖNE (Moisés), CHRIST MERRITT
(Aaron). CORO, CORO INFANTIL Y
ORQUESTA DEL ESTADO, STUTTGART.
CORO DE LA RADIO POLACA DE
CRACOVIA. Director: ROLAND
KLUTTING.
2 CD NAXOS 8.660158-59 (Ferysa).
2003. 112’. DDD. N PE
103
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SCHOENBERG-SCRIABIN
Nueva y muy
104
importante
referencia de
una de las
óperas más
importantes y
relativamente
poco amadas del repertorio del
siglo XX. Obra austera, obra con
aristas (como schoenbergiana),
obra atrevida, sigue siendo hoy
su escucha una pequeña aventura
que no cualquier aficionado está
dispuesto a recorrer. Pese a la
duración breve de la obra, que es
inconclusa. Pese a su importancia. Y acaso por su densidad. Esto
ya no puede sonar a demasiado
nuevo, francamente. A no ser que
uno no se haya movido de cierto
punto de referencia sonora. Y sin
embargo…
Hay en esta ópera tantos
elementos de la aportación estética de Schoenberg que el título
se convierte en resumen, compendio de las estéticas y hasta
de las opciones morales del
compositor. La historia misma, el
conflicto entre Moisés y Aarón,
lo son ya. El riguroso serialismo,
también. El canto hablado de
Moisés (Sprechsgesang) y la
línea sinuosa de canto de Aaron,
lo son también. Sigue sonando
extraña, esa es la verdad. Más
que cualquier otro título. Moisés
y Aarón es el padre, la madre y
el espíritu santo de toda la ópera
posterior con pretensiones vanguardistas, desde los operistas
auténticos como Reimann hasta
los destructores de la forma, de
los que hemos hablado en estas
páginas repetidas veces, casi
nunca para reprocharles su destrucción, que nos parece una
opción importante, a veces
honesta (no siempre), en ocasiones (¿paradoja?) constructiva.
El tiempo demuestra que
Moisés y Aarón es una de las
óperas más difíciles de representar, mas también (claro está) de
grabar en formato audio; y, más
aún, de filmar en formato vídeo.
Después de aquella visión de
sonoridad precaria de Scherchen, conocida cuando conocíamos otras; después de Rosbaud,
Kagel, Gielen, Boulez (dos
veces), Solti, no sorprende que
esta nueva versión, menos orgullosa pero sin renunciar a ninguna pretensión, quiera ser una
opción importante entre otras.
¿Acaso hemos escuchado alguna
vez un Moisés y Aarón en su plenitud? Kluttig y Stuttgart y Cracovia (aquella Polonia anterior a la
de los siniestros gemelos, hélas),
junto con solistas como Schöne
y Merritt nos plantean (lejos de
sus escuelas habituales, sobre
todo Merritt) una opción plausible, artística, bella, todo ello
dentro de lo que cabe, porque
Schoenberg se lo puso muy difícil a sí mismo (óperas más atrevidas o posteriores han merecido audios y vídeos de superior
perfección, caramba). Música y
rumores, canto y recitado rítmico, episodios más o menos sinfónicos de una sonoridad aún
hoy sorprendente y hasta inasimilable: todo resulta plausible y
digno en estas versión de gran
interés que puede introducir a
más de un aficionado en esta
ópera difícil que tiene más de
medio siglo y que resulta más
ardua que otras posteriores y
más de “vanguardia”. Podemos
sentirnos, eso sí, defraudados
por la danza ante el becerro,
que es algo blandita para lo que
nos plantea el original. No tenemos ni la mejor dirección ni los
mejores protagonistas, acaso
tampoco los mejores conjuntos;
pero todo funciona, todo está en
su sitio, y todo plantea la gran
pregunta de qué demonios es
esta obra, extraña al repertorio,
incluso al más vanguardista, y
que nunca ha aterrizado en el
puerto que le corresponde. En
fin, atrayente pero no superior
referencia, que puede interesarnos para ir algo más allá, o para
comprender que esta obra tiene
algo que la hace en cierto modo
“imposible”.
Santiago Martín Bermúdez
SCHUBERT:
Momentos musicales D. 780.
Allegretto D. 915. Impromptus
D. 899 y D. 935. PAUL BADURASKODA, piano.
2 CD GENUIN GEN 86055 (Gaudisc).
2005. 95’. DDD. N PN
B adura-Skoda llama a
este álbum
schubertiano
“lecturas íntimas de Schubert”. Y a fe
que lo son. Dos discos de “grabaciones privadas” (así aparecen
denominadas en el folleto) realizadas en 2005, en sendos
Bösendörfer Imperial (de 1923 y
2005, éste empleado en los
Impromptus D. 935) de bellísimo
sonido, admirablemente captado
por unas tomas tan intimistas y
cercanas como las interpretaciones. Como de costumbre no asistimos al colmo de la perfección
mecánica, que nunca fue preocupación primordial de Badura-Skoda, pero ¡qué pocos pianistas circulan hoy por el mundo que
conozcan y transmitan los recovecos expresivos de este piano de
Schubert como éste! Naturalmente hay que lamentar que la claridad de articulación (D. 899, nºs 2
Paul Badura-Skoda
ENCANTO LÍRICO
SCHUBERT: Sonatas
para piano en la
mayor D. 664, en fa
menor D. 625 y en do menor
D. 958. PAUL BADURA-SKODA,
piano.
GENUIN 86057 (Gaudisc). 1972.
ADD. 72’. N PN
Dice el pianista austríaco que
estas grabaciones de 1972 surgen tras unos años dedicados
al estudio en profundidad de
la vida y obra de Schubert,
aprovechando sus años como
artista residente de la Universidad de Wisconsin. Y dice también que ahora, tantos años
después, le parece que en ese
momento se acercó a la música de su compatriota con particular acierto. La verdad es
que, escuchando el resultado,
uno tiende a darle la razón sin
reparos. Desde el mismo
comienzo de la Sonata D. 958
se advierte el enciclopédico
conocimiento que Badura-Skoda tiene de la música de Schubert. La interpretación tiene
toda la elegancia, el refinamiento, el sentido cantable, la
profundidad expresiva, el
colorido, los acentos, los silencios y los contrastes armónicos, tan esenciales y sorprendentes en el discurso de Schubert. Como en el disco que
hace poco pude comentar
sobre los Impromptus, esto es
Schubert en estado puro.
Otros pianistas pueden ofrecerlo más perfecto en lo mecánico, quizá con un sonido más
hermoso (aunque el partido
que el pianista austriaco extrae
al soberbio Bösendörfer Imperial es extraordinario), tal vez
un punto menos duro en el
fortissimo (algo que resalta la
proximidad de la toma, por lo
demás estupenda), pero es
difícil decir más de lo que dice
Badura-Skoda en el primer
minuto y medio del Adagio de
la sonata mencionada, en el
transcurso del cual nos sumerge en el drama con toda su
crudeza, su nostalgia y sus
súbitos contrastes. Es una forma de entender la música de
Schubert que hoy no está al
alcance de muchos, y que nos
devuelve a los tiempos de
Kempff, Arrau o Brendel.
Emociona mucho más que
deslumbra (otros la tocan más
rápido o de forma más espectacular). Cierto, su lectura de
los movimientos extremos de
la D. 664 es más lírica (y sin
duda muy adecuada) que épica, al contrario que Richter
(EMI, una interpretación personalísima pero sobrecogedora de esta obra, junto a su inolvidable Wanderer). Sin embargo, qué belleza hay de nuevo
en su línea cantable, en un
precioso Andante dibujado
con sencillez, equilibrado en
un tempo nada caído, pero
que sin embargo sabe hablarnos de nostalgia y de drama al
mismo tiempo. Desde esa sencillez nos llega también todo
el encanto lírico —que es
mucho— de la D. 625. Y tras
el primer tiempo de esta sonata, ¿es posible mayor sabor
vienés, que el que transmite
Badura-Skoda en el Scherzo?
De nuevo demuestra una
extraordinaria comprensión
del idioma musical de su compatriota. Y sí, el Allegro final
tiene toda la vitalidad y brío,
sin perder nunca de vista el
canto, que uno espera de esta
música. Estupendo disco, que
ningún buen schubertiano
debería dejar pasar.
y 4, por ejemplo) no esté a la
altura a la que, ay, la perfección
de hoy en día nos ha acostumbrado. Pero el idioma, el matiz, el
cantable, los contrastes, la belleza
de sonido, el lirismo (qué bellísimo fraseo el del D. 899, nº 3,
como también el del D. 935, nº
1), están presentes y nos emocionan continuamente. Un Schubert
dicho desde el interior, cierta-
mente, como un diálogo con el
oyente que llega fluido, directo y
sincero, convencido y de una
expresividad sencillamente extraordinaria. Que sí, que se puede
hacer algo más monumental con
esta música (Zimerman), que se
puede hacer algo demoledor
(Richter), que se puede dar con el
peculiar idioma vienés (Zacharias) pero es difícil, muy difícil
Rafael Ortega Basagoiti
D D
I SI CS O
C O
S S
SCHOENBERG-SCRIABIN
(junto a éste, pienso en los Fischer, Brendel, Kempff), elaborar
un Schubert más poético, más
cercano al mundo de la canción,
más intensamente emotivo y
genuinamente romántico que
éste. Mil veces la maravilla de
gusto y expresión del mencionado D. 899, nº 3 antes que todas
las iguales, clarísimas y pluscuamperfectos ejecuciones de este
mundo. Un álbum que me ha
hecho disfrutar de lo lindo. Bravo, maestro.
Rafael Ortega Basagoiti
SCHUBERT:
Canto del cisne y canciones
selectas con textos de Goethe.
WERNER GÜRA, tenor; CHRISTOPH
WERNER, piano.
HARMONIA MUNDI HMC 901931.
2006. 70’. DDD. N PN
Al contrario
que los otros
dos
ciclos
schubertianos, éste carece de argumento y de
personaje. Es, más bien, una miscelánea armada como un programa de concierto, que exige del
intérprete una ductilidad expresiva capaz de alternar el lirismo
ensoñado de En la lejanía con el
más estrófico de la trajinada Serenata, el recitativo tenso e introspectivo de El doble y la animada
declaración de Pausa.
Güra cumple un ejercicio de
óptimo nivel. Tiene una voz de
tenor de gracia, resuelta con
total limpidez, dice con una propiedad exquisita y pone en cada
pieza el carácter y la intención
que corresponden. Nunca abandona un canto de musicalidad
infalible, al servicio de la intimidad que exige el género, cuyas
intensidades han de ser graduadas con mesura inteligente sin
perder temperamento. Tal trama
de resultados se pone en evidencia, asimismo, en la media
docena de textos goetheanos, de
los que destacan Bienvenida y
adiós y El hijo de las musas. El
piano de Berner suena discreto
de volumen, destilado de timbre, con la dosis de lirismo que
Schubert exige o el clima dramático que sostiene a la recitación,
según convenga a cada pieza.
Blas Matamoro
SCHUMANN:
Álbum de canciones para la
juventud. Cantos y canciones
op. 27. SIBYLLA RUBENS, soprano;
STEFANIE IRANYI, mezzo; THOMAS E.
BAUER, barítono; UTA HIELSCHER,
piano.
NAXOS 8.557076 (Ferysa). 2006. 58’.
DDD. N PE
En el año lírico de 1840,
durante
el
cual
Schumann cumplió casi toda
su obra cancioneril, compuso el álbum de
marras, veintinueve piezas breves
y sencillas, destinadas sobre todo
a niños y jóvenes que quisieran
cantar en casa. Su estética es
amable, ingenua y doméstica. No
sobrepasa el nivel decoroso que
se supone en su autor, con alguna que ha alcanzado autonomía
y fama especial (La luciérnaga).
En cuanto a los cinco títulos del
Opus 27, son un primer programa breve y misceláneo, de carácter más grave y exigencias de
madurez.
La ejecución es ejemplar.
Frescura y limpidez en los timbres de un barítono lírico y un
par de voces femeninas de sesgo juvenil, trabajan en lecturas
aplicadas, de un refinamiento
que no excluye la sencillez,
musicales y plenas de una destilada intención. Acaso la tarea
del piano, equilibrada y austera,
revele una dirección de estudios
que ha dado propiedad estilística y homogeneidad al conjunto.
bles, encontramos una cuidada
afinación y una dicción textual
tratada con esmero. Su timbre
conjunto se sitúa en un nivel
notable, que aún puede ganar en
empaste en los fraseos por la
región aguda, y en una mayor
homogeneidad y dosificación del
vibrato. En este mismo sentido,
sería deseable ampliar y diversificar el juego de colores y efectos
vocales rebajando el carácter
demasiado uniforme de todo el
disco. El joven grupo, que debe
de andar por las 24 voces, debuta
discográficamente con este trabajo sobre lo que, parece, se convertirá en una integral de la música coral profana de Schumann. El
repertorio, de típica factura
romántica, aborda obras basadas
en textos de distintos poetas alemanes cuya temática —exaltación
de la vida, la felicidad y la juventud, escenas campestres y campesinas, etc.— es desarrollada por
el compositor alemán en combinaciones a cappella o acompañadas por el piano. Las predominantes texturas homofónicas,
lejos de complejidades rítmicas,
demandan claridad y vigor, así
como una dinámica tendente a lo
expansivo que, reforzadas por las
imágenes textuales, encuentran
una buena traducción en el sonido juvenil del conjunto. El resultado es también notable en las
intervenciones acompañadas,
donde la acústica ambiental de la
grabación crea una imagen sonora de singular realismo. En este
repertorio, un conjunto al que
habrá que seguir con interés. En
otros repertorios, el tiempo nos lo
dirá.
Blas Matamoro
Juan García-Rico
SCHUMANN:
Obra coral profana, vol. 1:
Spanisches Liederspiel op. 74.
Drei Gedichte op. 29. Fünf
Lieder op. 55. Vier
doppelchörige Gesänge op 141.
Vier Gesänge op. 59. Bei
Shenkung eines Flügels M15.
Beim Abschied zu singen, op.
84. ORPHEUS VOKALENSEMBLE.
KONRAD ELSER, piano. DIRECTOR:
GARY GRADEN.
CARUS 83. 173 (Diverdi). 2006. 69’.
DDD. N PN
Luminoso y
brillante suena
el resultado
de este homónimo vocal de
la
famosa
orquesta de
cámara norteamericana. Brillante,
que no abierto, gracias a un inteligente trabajo de colocación del
sonido así como a un mayor peso
de las secciones femeninas. Entre
sus bazas indudablemente favora-
SCHÜTZ:
Salmo C. Salmo CXIX.
Deutsches Magnificat. COLLEGIUM
VOCALE GENT. CONCERTO PALATINO.
Director: PHILIPPE HERREWEGHE.
2 CD HARMONIA MUNDI HMC
901895.96. 2005. 89’. DDD. N PN
La gran obra
final
de
Schütz, tantos
siglos olvidada, representa ahora, gracias a varias
importantes interpretaciones
fonográficas —a las que ésta se
suma inmediatamente—, un hito
en la música europea de mediados del siglo XVII. Herreweghe
aborda la recreación de este llamado Canto del cisne como lo
que es, un gran conjunto que
contiene lo más sabio de la
música sacra alemana del
momento. Alejado de aristas y
angulosidades, de un dramatis-
mo que también puede descubrirse en la música, el director
nos propone una visión moderada, donde priman las sinuosidades, las miradas a la gran tradición eclesiástica y la funcionalidad litúrgica. La sucesión de los
motetes se alza orgánica, lógicamente. Con toda evidencia, la
mera sensualidad vocal es otro
de los ejes de la traducción, así
como el ágil juego de las figuraciones, que conecta directamente con el hilo que habría de
pasar por Buxtehude y Bach. En
concreto, el Magnificat se instala como el ejemplo más vivo y
elocuente, el resumen más acabado del arte de Schütz. La
intervención del sensacional
grupo de metales —y otros instrumentos— Concerto Palatino
garantiza la conexión veneciana
de este Schütz terminal, un referente estilístico clarísimo en el
primer periodo del compositor,
pero aquí suave y eficazmente
tamizado. Un magnífico acercamiento a una obra crucial.
Enrique Martínez Miura
SCRIABIN:
Preludios para piano op. 11.
Sonatas para piano nº 8 op. 66 y
nº 3 op. 23. SEVERIN VON
ECKARDSTEIN, piano.
MDG 604 1318-2 (Diverdi). 2005. 66’.
DDD. N PN
E l piano de
Scriabin, por
personalidad
y naturaleza,
requiere un
intérprete
sensible
y
duro al mismo tiempo. Es una
música de tremenda complejidad
expresiva que demanda una
cierta dosis de locura que no
debe escapar jamás al control del
traductor. Y al mismo tiempo
debe saber extraer la sutilidad, la
sensualidad y la sexualidad de
una música única. Tan única que
no ha tenido continuidad.
Lo más representativo de su
producción es la música para
piano, la que mejor capta su
esencia. Los Preludios y las
Sonatas son una buena forma
de introducción. Von Eckardstein es un pianista cuya propuesta tiende, de una forma no
tan descabellada, al tardorromanticismo más exacerbado.
Mira hacia el siglo XIX buscando
referentes en el último Chaikovski o en el Schumann más
tardío y alucinado. No retrata,
pues, a un visionario, aunque la
propia música se abre camino y
explora sus particularidades y
esa forma de expresión única.
Técnicamente, el pianista
105
D D
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SCRIABIN-TELEMANN
germano hace gala de seguridad
y una rocosidad a prueba de
bombas. Resulta, quizás, excesivamente denso, abigarrado. Da
la sensación de pretender querer
decirlo todo al mismo tiempo. A
su pianismo le falta un punto de
transparencia y de reflexión, al
menos en este repertorio.
SHOSTAKOVICH:
Conciertos para violín nºs 1 y 2
opp. 77 y 129. ARABELLA
STEINBACHER, violín. ORQUESTA
SINFÓNICA DE LA RADIO DE BAVIERA.
Director: ANDRIS NELSONS.
Sinfonía nº 13 “Babi Yar”. JANHENDRIK ROOTERING, bajo. CORO DE
LA RADIO HOLANDESA. ORQUESTA
FILARMÓNICA DE LA RADIO HOLANDESA.
Director: MARK WIGGLESWORTH.
ORFEO C 687 061 A (Diverdi). 2006.
73’. DDD. N PN
BIS SACD-1543 (Diverdi). 2005. 62’.
SACD. N PN
La
obra
mayor para
piano
de
Shostakovich
es, ante todo,
un homenaje
a Bach, de
cuyo Clave bien temperado
toma el espíritu y la forma: 24
preludios y fugas escritos entre
1950 y 1951, que nos traen la
cara más ascética del maestro
ruso. Nada del grito apenas
reprimido o de la risotada sarcástica que corta como el papel de
algunas de sus sinfonías o cuartetos de cuerda. Como mucho,
una callada tristeza que intenta
esconderse en el virtuosismo
polifónico, que no técnico, pues
las piezas tampoco presentan
dificultades insalvables al intérprete. Lo que éste debe hacer es
expresarlas con naturalidad,
desarrollarlas de modo que su
escritura diáfana y cristalina, sin
concesiones de cara a la galería,
vaya mostrándose tal cual es.
Dicho de este modo, parece
fácil, pero no lo es en absoluto.
Como en el pianismo de Mozart,
la dificultad consiste en hacer
que suene así, sencillo, y no
cabe duda que la franco-lituana
Muza Rubackyté lo consigue con
nota. Su lectura es elegante y
poética, muy atenta a las cualidades cantabiles de estos pentagramas. Lentamente, éstos van desplegándose ante nosotros, sin
amaneramientos, sin que suenen
impostados, como sí sucede a
veces en el registro de Vladimir
Ashkenazi para Decca. La referencia, por su fuerza interior,
sigue siendo la interpretación de
Tatiana Nikolaieva (Melodiya),
pero ésta se sitúa a un nivel alto,
muy alto. Y, además, por cuatro
chavos. O ni eso…
El aficionado
ya no sabe a
qué atenerse.
O eso diría
uno. De nuevo una referencia importante (no diré imprescindible,
porque hay varias, y lo imprescindible no puede ser tan nutrido) de dos obras sobresalientes
de Shostakovich, los dos conciertos para violín (el primero,
en su versión original, numerada como opus 77). La joven
violinista muniquesa Arabella
Steinbacher, niña prodigio con
nombre de entrañable personaje de Richard Strauss, desarrolla
unas lecturas ácidas y a ratos
líricas de estas dos páginas que
impresionan más a medida que
se escuchan más veces (sobre
todo, en lecturas así). El equilibrio sinfónico del Op. 77 lo
garantiza no sólo Arabella, sino
también Andris Nelsons al frente de la Orquesta de la Radio
de Baviera, en este registro
tomado en la Residenz de
Múnich. El Scherzo y el Andante constituyen un contraste
patente entre el Shostakovich
que chirría y el del despliegue
lírico, un contraste que Arabella Steinbacher y Nelsons
explotan sin exageración, pero
con claridad, todo ello como si
fuera para emparentar cada
uno de esos movimientos internos con los dos extremos. La
tensión mesurada de la lentitud
que impera en el Op. 129 es lo
contrario que una propuesta de
contraste. Steinbacher plantea
esto, lógicamente, como una
gradación; de intensidades, de
matices dinámicos, de tempi. Y
ahí está el virtuosismo, el de la
capacidad de hacer crecer el
sonido, hacerlo disminuir, y
con ello conseguir sugerencias
y sentidos. Arabella Steinbacher
demuestra ser una violinista
espléndida; y tiene la fortuna
de un magnífico acompañamiento. No nos sorprende que
la crítica alemana haya distinguido este registro con un
importante galardón.
Juan Carlos Moreno
Santiago Martín Bermúdez
Carlos Vílchez Negrín
SHOSTAKOVICH:
Preludios y fugas. MUZA
RUBACKYTÉ, piano.
2 CD BRILLIANT LC 8463 (Cat Music).
2006. 144’. DDD. N PE
106
SHOSTAKOVICH:
El Tablón de
www.scherzo.es
No
hace
mucho, en la
integral que
está llevando
a cabo en BIS
de las sinfonías de Shostakovich, Mark Wigglesworth
perpetró un disparate absoluto de
la Octava, llevada con un tempo
ralentizado hasta la inanición,
que dinamitaba toda la carga dramática de la partitura. Las previsiones, pues, eran muy pesimistas
a la hora de acercarse a esta Babi
Yar. Sin embargo, salta la sorpresa: nada hay en ella de los vicios
de aquella otra versión, sino una
lectura monumental, austera y
negra hasta la exasperación, pero
también profundamente emocionante y bella. A ello contribuye
con creces la prestación de un
solista de lujo, un Jan-Hendrik
Rootering que en el tercer movimiento, más que cantar, susurra
su parte y deja así petrificado al
oyente. La toma de sonido tiene
relieve y así no hay detalle que la
batuta no acierte a mostrar. Sí, llega después del centenario de
Shostakovich, cuando la nómina
de Decimoterceras se cuenta por
legión, pero ésta no sobrará. Es
una primerísima opción. Este
ciclo vuelve a cobrar interés.
Esperamos ya la próxima entrega.
Juan Carlos Moreno
SIBELIUS:
Canciones, vol. 1. HANNU JURMU,
tenor; JOUNI SOMERO, piano.
NAXOS 8.570019 (Ferysa). 2005. 62’.
DDD. N PE
E ntre 1888 y
1926, el año
de su retirada
de la escena
musical, Sibelius compuso
alrededor de
un centenar de canciones con
piano, la mayoría de ellas en la
que era su lengua materna, el
sueco, aunque también las hay
en alemán, una rareza en inglés
(Hymn to Thaïs) y, por supuesto, un buen puñado en finés. De
todo ello, desde la temprana
Serenade (1888) hasta Narsissi
(1925), tenemos aquí un escogido ramillete, que nos muestra a
un Sibelius que se mueve con
comodidad en la tradición
romántica del género. Nada gra-
tuito hay aquí, más bien una
depurada simplicidad que busca
una expresión directa e inmediata, sin perder de vista la inteligibilidad de los versos. En este
sentido, Hannu Jurmu aborda
las canciones con una entrega
que a veces se antoja excesiva, a
lo que suma algunas asperezas
en la parte alta. Pero, aun así,
hay que reconocerle una capacidad comunicativa innegable y
una facilidad para hacer próximas estas piezas, contrastarlas y
evitar en todo momento cualquier atisbo de monotonía. Jouni
Somero le secunda con acierto,
manteniéndose en un discreto
segundo plano, pero atacando,
fraseando, completando siempre
con inteligencia. El sonido es
bueno y sólo cabe lamentar una
cosa: la carencia de los textos
cantados, algo que se echa particularmente en falta.
Juan Carlos Moreno
STÖLZEL:
Alles, was sonst lieblich heißet.
Seid willkommen, schöne
Stunden.
DOROTHEE MIELDS, soprano; ELISABETH
GRAF, contralto; KNUT SCHOCH,
tenor; EKKEHARD ABELE, bajo.
TELEMANNISCHES COLLEGIUM
MICHAELSTEIN. Director: LUDGER
RÉMY.
2 CD CPO 777 094-2 (Diverdi). 2004.
103’. DDD. N PN
L a pérdida
de gran parte
de la obra de
un compositor es algo
que dificulta
enormemente
el tener una fidedigna idea sobre
su importancia tanto artística
como histórica. Es este el caso
del alemán Gottfried Heinrich
Stölzel (1690-1749), de quien
sólo recientemente se ha ido rescatando y grabado —casi todo
para el sello discográfico CPO—
algunas obras de evidente calidad musical. En esta ocasión
CPO nos propone dos serenatas
cantadas —y es la música vocal
de Stölzel la que más se conoce
y aprecia— bajo la dirección de
Ludger Rémy, muy activo también en su labor de investigación
sobre música antigua alemana
(esfuerzo que le ha sido reconocido con varios premios por sus
grabaciones). Estas dos composiciones, escritas por Stölzel para
dignificar musicalmente celebraciones familiares de sus patronos, no son formalmente algo
diferente al habitual esquema de
la cantata: una facultativa sinfonía introductoria y un seguido de
arias, recitativos, dúos y partes
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SCRIABIN-TELEMANN
corales de conjunto. Los textos
de las obras fueron muy probablemente escritos por el propio
compositor pues ha quedado
evidencia escrita, se nos dice en
las notas, de hasta qué punto
consideraba que su labor como
compositor estaba intrínsecamente ligada a la poética. En la
primera serenata el texto tiene
un marcado contenido simbólico
dedicado a la alabanza del príncipe, mientras que en la segunda
se acentúa el carácter dramático
de lo que se va relatando, constituyendo un buen ejemplo de lo
llamado “drama pastoral”. La
música de estas obras es de clara
y luminosa factura melódica y
muy variada tímbrica. Cualidades
que tanto el cuarteto vocal como
el conjunto instrumental han
sabido materializar con sobrada
competencia, convencimiento
interpretativo y rigurosidad historiográfica (Ludger Rémy al clave
y a la dirección). Un buen acercamiento a unas obras y autor
que son todavía todo un mundo
musical por descubrir, comprender y disfrutar.
Jaime Rodríguez Pombo
STRAUSS:
La leyenda de José op. 63.
ORQUESTA DEL FESTIVAL DE BUDAPEST.
Director: IVÁN FISCHER.
CHANNEL CCS SA 24507 (Harmonia
Mundi). 2007. 64’. SACD. N PN
E ste interesante ensayo
de Strauss,
fechado en
1914, por crear un género
llamado drama-ballet debe considerarse fundamentalmente fallido. Cuando
la música no cae en lo puramente decorativo, es que deriva
hacia un grosor e hipertrofia
orquestales donde reconocemos
al músico de los grandes poemas sinfónicos, pero aquí en
una extraña tierra de nadie. La
cuidada edición discográfica y la
entregada dirección de Fischer
hacen todo lo posible por rescatar la obra, algo no muy fácil. El
director obtiene una amplia
panoplia de timbres y una respuesta orquestal que por
momentos bordea la filigrana.
Sin embargo, los giros extáticos,
la indudable pasión de la batuta
apenas rascan en la epidermis
de una partitura con demasiados
excesos decibélicos. El indudable vuelo melódico de no pocos
números podría situarse en la
parte más positiva de la Leyenda, pero precisamente las bondades del disco no hacen sino
resaltar todavía más el hecho de
que estamos ante el Strauss más
vacuo. Reservado a los coleccionistas straussianos.
Enrique Martínez Miura
STRAUSS:
Sinfonía alpina. Suite de “El
caballero de la rosa”. DRESDNER
PHILHARMONIE. Director: RAFAEL
FRÜHBECK DE BURGOS.
GENUIN GEN 86074 (Gaudisc). 2006.
71’. DDD. N PN
R ecientemente hemos
podido apreciar de un
modo rotundo la cercanía
personal —y
la evidente capacidad para resultar más que satisfactorio en sus
versiones— de Frühbeck de Burgos y el sinfonismo romántico
programático: primero en un
Liszt antológico para BIS, después con un Strauss admirable
en Berlin Classics, y ahora con
más Strauss en Genuin. La
orquesta, la Dresdner Philharmonie, de la cual el director español
es actualmente su titular y su
director artístico desde 2004, se
beneficia en este Strauss espectacular y casi cinematográfico de la
Sinfonía alpina del entendimiento con el maestro y responde
perfectamente a su concepto tradicional —en el mejor de los
sentidos— del universo straussiano. La exquisitez de algunos
momentos en lo que a colorido y
poesía se refiere, tal como podemos apreciar, por ejemplo, en
Auf blumingen Wiesen (corte 8)
y en Die Sonne verdustert sich
allmählich (corte 16), nos llevan
directamente al estilo genuino de
la obra siguiente, la maravillosa
Rosenkavalier-Suite, digna del
mejor Strauss y aquí interpretada
magistralmente. Ciertamente la
Sinfonía alpina no es lo más
destacable de cuanto creó
Strauss pero cuando se interpreta
bien —como aquí es el caso—
sale a relucir el genio orquestal
de su autor y, en más de una
ocasión, el gran maestro de la
evocación y de la melodía que
fue, aunque en este aspecto, por
supuesto, se lleva la palma la
Rosenkavalier-Suite.
Josep Pascual
STRAVINSKI:
Apolo. Concierto en re.
PROKOFIEV: Veinte visiones
fugitivas op. 20, arreglo para
cuerdas. SOLISTAS DE MOSCÚ.
Director: IURI BASHMET.
ONYX 4017 (Harmonia Mundi). 2006.
67’. DDD. N PN
Un disco de
un clasicismo
que se acerca
a lo hierático,
aunque
se
queda
en
algo menos
rígido por la agilidad de la danza. Es un clasicismo no sólo elegante, sino también inquieto,
presuroso, nada estatuario. Esa
casi media hora de Apolo constituye desde ahora mismo una
nueva referencia importante de
obra tan difícil de sostener, que
precisa no sólo de un excelente
pulso artístico en la batuta, sino
de un conjunto sin debilidades.
Podríamos destacar momentos
culminantes, pero cada solo,
cada paso de acción, cada paso
de dos o de conjunto es aquí un
acierto por el equilibrio entre
conmoción y sentido de la medida. El planteamiento de Bashmet
es tan acertado que la escucha
del Concierto en re, una de las
cumbres clasicistas del Stravinski
de los años treinta, se convierte
en una continuación natural de
Apolo. Como si llegaran las
musas que faltaban en la primera entrega, por decirlo así. Pero
sorprende más todavía que también parezca continuidad (relativa, es cierto) la serie de Veinte
visiones fugitivas de Prokofiev,
que del piano pasan al conjunto
de cuerda gracias a Barshai y a
Balashov. Bashmet y los Virtuosos de Moscú consiguen un disco propio de maestros de la tensión sonora de la cuerda. Algo
semejante, si no idéntico pero
con otros objetivos, al CD de
Bashmet y estos Virtuosos con
obras de Shostakovich, Sviridov
y Vainberg, que ya comentamos
aquí. En fin, si alguien nos preguntase cuál es la estética
opuesta en el siglo XX tanto al
romanticismo como a la vanguardia vienesa, les pondríamos
este CD como ejemplo notorio.
Santiago Martín Bermúdez
SZYMANOWSKI:
Sonata para violín y piano op. 9.
BACEWICZ: Sonata para violín y
piano nº 4. LUTOSLAWSKI:
Partita para violín y piano.
PATRYCJA PIEKUTOWSKA, violín; BEATA
BILINSKA, piano.
DUX 0544 (Diverdi) 2006. 51’. DDD.
N PN
E n este CD
admiramos
varias obras
de peso dentro del repertorio
para
violín y piano
pertenecientes a la Polonia del
siglo XX. Piezas que forman par-
te de los programas en las
escuelas de música de dicho
país, y que integran los listados
obligados en diversos concursos. Las solistas son dos intérpretes con una conocida trayectoria en su país: Patrycja Piekutowska y Beata Bilinska. Ambas
ofrecen un dúo lleno de contrastes, muy camerístico, en el que
ponen todos sus sentidos en pro
de la perfección técnica. El violín de Piekutowska es brillante,
perfecto, pulcro, pero asimismo
demasiado previsible. Su papel
en estas obras adolece de demasiada frialdad y distancia con lo
que hay detrás de las notas; aun
así, es de justicia remarcar sus
dotes instrumentales, y que
parece que van en crescendo
con las obras. Aunque el piano,
por lo general es excelente por
su parte, aportando solidez y un
empaste sonoro equilibrado,
pero en algún momento se
come al violín. Las intervenciones de Bilinska son trabajadas y
sensibles. A decir verdad, estas
versiones son impecables técnicamente mas se echa en falta
espontaneidad, algún glissando
que la propia música pide (Szymanowski), y momentos de calidez que parecen no existir. El
calibre de las piezas proporciona un disco impactante: la Sonata de Bacewicz, junto a la Partita de Lutoslawski, son las más
logradas del compacto, con unas
interpretaciones impulsivas y
extrovertidas, en las que prima
un vigor y una fuerza elogiables.
Su identificación con dicho
repertorio es tan evidente que
su Szymanowski queda eclipsado. Resumiendo, un disco desigual pero con momentos sobresalientes, de la mano de dos
intérpretes que priman principalmente la perfección técnica.
Emili Blasco
TELEMANN:
Doce fantasías para flauta. JED
WENTZ, flauta.
BRILLIANT 93440 (Cat Music). 54’.
DDD. N PE
D urante
la
década
de
1730 el compositor alemán Georg
Philipp Telemann publicó
tres colecciones de fantasías
para instrumento solo —flauta,
violín y viola da gamba (esta
última, desafortunadamente, no
ha llegado hasta nosotros). Es
concretamente en 1732 cuando
Telemann, ya internacionalmente reconocido como uno de los
principales y más influyentes
107
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TELEMANN-WAGNER
108
compositores alemanes del
momento, publica estas doce
fantasías para flauta sin acompañamiento. Las piezas, algunas de
las cuales requieren un más que
avanzado dominio técnico del
instrumento, son ejemplo en
gran medida del deseo de experimentación estilística que el
autor venía ya mostrando desde
la década anterior —experimentación que apoyaba e incluso
incentivaba la burguesía intelectual y amante de la música del
Hamburgo de entonces, ciudad
en la que Telemann ejercía de
director musical general. Estas
fantasías, como también otras
tantas obras de este período,
son una buena muestra de una
de estas innovaciones estilísticas
que iba a resultar capital para el
posterior desarrollo musical
europeo en la segunda mitad
del XVIII. Se trata de la ruptura
de la “doctrina de los afectos”
barroca, según la cual cada
movimiento de una obra debe
explorar un único estado anímico/emocional. Estas doce obras
(bajo la libérrima denominación
de “fantasías”) son música de
frecuentes cambios y contrastes
emocionales y amalgama también de muy diversos géneros y
formas musicales (danzas, arias,
recitativos, obertura a la francesa…). El flautista Jed Wentz reivindica el derecho a esa misma
libertad creativa también para su
interpretación. Las notas que
acompañan a la grabación, escritas por él, son toda una declaración de intenciones. No las dedica a detallar, como es costumbre, cuestiones técnicas y biográficas sobre el autor, su época
o el instrumento sino que afirma
en ellas el derecho y casi deber
del intérprete a tocar estas piezas según su propio sentir artístico, coincida o no con las canónicas grabaciones de las que ya
disponemos. Además, apunta en
ellas, esto resulta doblemente
legítimo si se repara en el hecho
de que muchos de los criterios
históricos en los que se basan
esas grabaciones son, en realidad, mera conjetura consensuada. Se esté o no de acuerdo con
ello lo cierto es que la interpretación de Wentz resulta de lo
más vigorosa y estimulante. Su
muy personal y ciertamente libre
uso del color instrumental, de
las dinámicas y de la agógica
nos facilita unas nuevas fantasías
altamente sugestivas y llenas de
vida. Wentz ha decidido pasárselo bien tocando y grabando
esta música, alejarse de una rigidez historiográfica en la que ni
cree ni se siente creativamente
cómodo —y que conste que su
instrumento es un traverso,
recreación a partir de un modelo
Oliver Knussen
JARDINES
TAKEMITSU: Arc.
Green. ROLF HIND,
piano. LONDON
SINFONIETTA. Director: OLIVER
KNUSSEN.
LONDON SINFONIETTA SINF CD32006 (Diverdi). 2006. 33’. DDD. N PM
T akemitsu
comentó en una
ocasión que las imágenes de la
naturaleza que tanto le conmovían estaban siempre pobladas
de paseantes. Si hubiera sido
de otro modo, sus jardines
habrían brotado como naturalezas muertas, duras piezas de
pintura musical. Muy al contrario, el paisaje delicuescente de
Takemitsu se debe a la presencia de esos giróvagos que, con
variable temperamento, toman
uno u otro sendero, se detienen a considerar un cambio de
rumbo o demoran su regreso.
En efecto, la vieja marca
impresionista: la perspectiva
del observante, que se impone
al mundo.
El ciclo Arc (1963-66), en
su revisión del 76 (la que nos
ocupa), constituye la gran (y
primera) obra “peripatética” de
Takemitsu: el flanneur original,
cuyos andares inspiraron esta
creación para piano y orquesta,
fue el teclista Yuji Takahashi.
Treinta y dos años después, en
el concierto londinense aquí
registrado (octubre de 1998),
Rolf Hind sería el nuevo transeúnte de este jardín maestro,
encrucijada del arte del compositor. El oyente habrá de detectar aquí los afines espíritus de
Debussy, Messiaen y Cage,
pero también la personalísima
definición de una estética que
de principios del XVIII. Y seguro
que igualmente bien se lo va a
pasar todo aquel que se acerque
a esta nueva versión sin demasiados complejos teóricos.
Jaime Rodríguez Pombo
VAN HOOF:
Suite de la ópera “Meivuur”.
Once canciones orquestales.
Divertimento para trombón y
orquesta. Sinfonía nº 3. ANN DE
RENAIS, soprano; IVAN MEYLEMANS,
trombón. ORQUESTA FILARMÓNICA DE
PANONIA. Director: ZSOLT HAMAR.
PHAEDRA 92051 (Diverdi). 2006. 78’.
DDD. N PN
Es una tontería, pero si se miran
las fotos de Jef van Hoof que apa-
pareciera referir una fantasía
daliniana donde los cuerpos
musicales se rigieran por una
física del sueño y las voliciones
del caminante: largos acordes
tenidos en la cuerda (la tierra),
y
subyugantes
humores
orquestales (impressions del
jardín). En Arc también trasluce
el remoto influjo del jazz y la
sensibilidad aérea e interiorizada de ulteriores jardines como
Dream/Window (1985).
El disco se completa con
un aperitivo del más alto nivel.
Se dice de Green (1967),
segunda pieza del decálogo
November Steps, que es la personal Siesta de un fauno del
compositor japonés. Nada que
objetar a este parecer. El aficionado a Takemitsu sabe que
este segundo “paso de noviembre” fue alumbrado como un
ensayo sobre los sonidos “panfocales” de Debussy y que se
trata de una obra breve pero
enjundiosa, cuya mansa resolución diatónica basta para distinguirla con laureles.
Sin duda, obras claves de
Takemitsu y una lectura, la de
este disco, de plena referencia.
David Rodríguez Cerdán
recen en la
portada y carpetilla de este
disco, parece
imposible que
se trate de
alguien nacido en 1886 y que vivió hasta
1959. Su larga y poblada barba a
lo Brahms nos remite a alguien
mucho anterior en el tiempo, sensación que queda acentuada tras
escuchar su música… De un posromanticismo straussiano, pero
desprovisto de la ampulosidad
del bávaro, las obras de este
maestro flamenco parecen surgidas con algunas décadas de retraso. No sólo eso: también parecen
alérgicas a cualquier contacto con
lo que acontecía en la Europa
musical de su tiempo, tan activa,
tan contradictoria, tan iconoclasta
ella… No, Van Hoof no parece
darse cuenta de lo que pasaba a
su alrededor. Y estaba en su
derecho. ¿Por qué no? Es de un
conservadurismo atroz, sí, pero
coherente, sincero y, sobre todo,
con una calidad que le permite
escapar del peligro del epigonismo. Y para los escépticos, esta
antología, que recoge una pieza
bastante circunstancial, pero de
agradable escucha, como es el
Divertimento para trombón
(1935), junto a la suite de la ópera
Fuego de mayo (1916), la Tercera
Sinfonía (1945) y la faceta más
valiosa de este creador, sus canciones, un ramillete del que destacan las Cuatro canciones sobre
poemas de Giza Ritschl (1906), de
un delicado decadentismo.
Obras, pues, que abarcan toda la
vida musical de Van Hoof y nos
permiten disfrutar de un maestro
con oficio probado, amante de
las armonías claras, las formas
clásicas y las texturas orquestales
delineadas y transparentes, y que
además posee un apreciable don
melódico y un cierto sentido del
humor. Sorpresas, pocas, pero
placer bastante, sobre todo en las
canciones. Las interpretaciones,
protagonizadas por una “exótica”
orquesta húngara y un director de
la misma nacionalidad, les hacen
suficiente justicia sin arrebatar,
algo de lo que sí se encarga la
sugerente voz de Ann De Renais
en las canciones, lo más hermoso
de este curioso disco.
Juan Carlos Moreno
VASKS:
Sinfonía nº 3. Concierto para
violonchelo y orquesta. MARKO
YLÖNEN, violonchelo. ORQUESTA
FILARMÓNICA DE TEMPERE. Director:
JOHN STORGARDS.
ONDINE ODE 1086-5 (Diverdi). 2006.
77’. DDD. N PN
Peteris Vasks
es, en su concepción artística, heredero
de los tiempos de pluralidad que vivimos. Su obra abarca un amplio
espectro estilístico en el que prima lo emocional sobre la búsqueda de una escritura apoyada en la
ortodoxia.
La Tercera Sinfonía, compuesta por encargo de la Filarmónica de Tempere entre 2004
y 2005 tras la experiencia cosechada en la grabación de su
Segunda Sinfonía
(véase
SCHERZO de septiembre de
2003), es un perfecto ejemplo de
ello. Heredera, como aquélla,
del sentido dramático de Shosta-
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TELEMANN-WAGNER
kovich y su uso del clímax y de
los tiempos. Todo ello le resta
originalidad, aunque no efectividad. Es muy directa y su escucha resulta fluida y exenta de
complicaciones. El propio autor
afirma que representa “la belleza
del mundo de Dios. El destino
de la humanidad y de un individuo. Amor y lealtad a los ideales”. Todo ello bañado por una
música muy descriptiva.
El Concierto para chelo, sin
embargo, sí posee rasgos de originalidad. Es una obra mucho
más personal, sin duda. Dividido
en cinco movimientos que se
interpretan sin interrupción y
con una estructura simétrica,
este concierto (compuesto entre
1993 y 1994) está inspirado “en
el sufrimiento y humillación del
pueblo bajo el yugo soviético y
en su fortaleza psicológica para
sobrevivir en esas circunstancias”. Una definición que marca
una pieza que no deja tampoco
de hacer guiños a Shostakovich.
Las versiones a cargo de
Ylönen y Storgards son impecables. El director finés posee una
gran capacidad descriptiva y
logra desentrañar la fuerza de
ambas partituras. Lo mismo le
ocurre al joven chelista, quien
hace suya la obra con una entrega encomiable.
Carlos Vílchez Negrín
VIERDANCK:
Capricci, Canzoni y Sonatas.
PARNASSI MUSICI.
CPO 777 205-2 (Diverdi). 2005. 67’.
DDD. N PN
U na
de las
líneas características de
la
editora
CPO es la de
dar a conocer
autores
u
obras que han caído en el olvido
pero cuyo interés es, en muchas
ocasiones, muy alto. Tal es el
caso del compositor Johann
Vierdanck, actualmente un perfecto desconocido, pero que en
su juventud gozó de un gran
aprecio por parte de Heinrich
Schütz, a cuyas órdenes trabajó
en la Hofkapelle de Dresde,
para ocupar después diversos
cargos en capillas musicales del
norte de Alemania y en sus años
finales el puesto de organista en
Santa María de Stralsund, donde
murió en 1646. De las dos recopilaciones de música instrumental de Vierdanck que vieron la
imprenta, la primera recogía una
colección de suites y la segunda
comprendía capricci, canzoni y
sonate. Este CD incluye algunas
piezas de la segunda de ellas,
Richard Hickox
AL FIN EL MAR
VAUGHAN
WILLIAMS: Obertura
de “Las avispas”.
Sinfonía nº 1. SUSAN GRITTON,
soprano; GERALD FINLEY, barítono.
CORO Y ORQUESTA SINFÓNICA DE
LONDRES. Director: RICHARD HICKOX.
CHANDOS CHSA 5047 (Harmonia
Mundi). 2006. 76’. DSD. N PN
La Sinfonía del Mar es la primera de las nueve de Vaughan
Williams, con su exaltación y su
lirismo, su fuerza y su evocación a la vez meditación y afirmación de la naturaleza con el
pretexto de los versos de Walt
Whitman. Es una obra poderosa, que se expande como un
relato y que requiere un control
eficaz de las fuerzas que la
negocian. En su amplia fonografía no hallamos una versión
que pudiéramos calificar de
publicada en Rostock en 1641,
entre las cuales el grupo instrumental Parnassi Musici ha seleccionado una veintena para dos o
para tres violines, que unas
veces han de tocar solos y otras
con acompañamiento de un
continuo integrado por fagot o
violonchelo, laúd y órgano, en
una curiosa mezcla de ejercicios
de aprendizaje y piezas de concierto. Esta colección tiene una
marcada influencia italiana, nada
extraño dada la abundante presencia de músicos italianos en la
corte de Dresde, entre ellos el
violinista Carlo Farina, autor del
célebre Capriccio stravagante y
a cuyo lado trabajó Vierdanck.
Pero como ocurre también en el
caso de Biber, algunas de cuyas
obras para violín vienen a la
memoria al escuchar las de Vierdanck, parecen superar en imaginación y stravaganza a sus
modelos italianos. Los músicos
integrantes de Parnassi Musici
son unos consumados intérpretes, aunque quizás por su carácter de ejercicios o por dificultades técnicas en la toma de sonido suenan mejor las obras
acompañadas con bajo continuo
que las interpretadas con los
violines sin acompañamiento,
que adolecen de una cierta
dureza. En cualquier caso, hacen
pasar al oyente una deliciosa y e
incluso por sus malabarismos
divertida hora larga, mientras
medita en la insondable cueva
de tesoros musicales que representa el período barroco.
José Luis Fernández
definitiva, pues la primera de
Boult (Belart) sufre los inconvenientes del sonido monofónico
y su segunda (EMI) de un barítono no demasiado adecuado
como John Carol Case. Sólo
discutible por el lado de los
cantantes es la extraordinaria
prestación de Leonard Slatkin
(RCA). La de Haitink (EMI) es
un punto fría y a la de Handley
(EMI) le falta algo para llegar a
las alturas del resto de su ciclo,
el más recomendable quizá en
su conjunto al lado del segundo de Boult. Con Hickox llegamos al fin a una versión plenamente convincente de la partitura, con unos solistas impecables —emocionante de verdad
Gerard Finley en En la playa
de noche, solo—, un coro sin
mácula y una conducción
general que sabe aunar en una
pieza todas las sugerencias de
obra tan torrencial, ejemplificadas en el soberbio modo de
explicar y rematar el último
tiempo. Así, el bravo director
inglés se encarama de golpe a
lo más alto de la discografía
de esta pieza. La obertura de
Las avispas es un formidable
complemento.
Claire Vaquero Williams
VILLA-LOBOS:
WAGNER:
Concierto para violonchelo nº
2. Gran Concierto para
violonchelo op. 50. ULRICH
SCHMID, violonchelo.
NORDWESTDEUTSCHE PHILHARMONIE.
Director: DOMINIQUE ROGGEN.
Sigfrido. GARY RIDEOUT (Sigfrido),
RICHARD GREAGER (Mime), JOHN
BRÖCHELER (El Viajero), JOHN
WEGNER (Alberico), DAVID HIBBARD
(Fafner), LIANE KEEGAN (Erda), LISA
GASTEEN (Brunilda), SHU-CHEEN YU
(Pájaro del Bosque). ORQUESTA
SINFÓNICA DE ADELAIDA. Director:
ASHER FISH.
MDG 321 0339-2 (Diverdi). 1988. 43’.
DDD. N PN
L a pregunta
del millón:
¿por
qué
Villa-Lobos
escribió tanto,
tanto y tanto?
Sólo con que
hubiera compuesto una tercera
parte, y hubiera dedicado algo
más de tiempo a cada partitura,
tendríamos a un creador mucho
más valioso y original, sin la irregularidad atroz que destroza su
catálogo. Estos dos conciertos
para violonchelo son una cumplida muestra de oficio, de buen
oficio, pero nada más. El discurso no sólo es convencional, sino
también previsible, con el virtuosismo técnico como único reclamo. Los intérpretes, por su parte,
tampoco ayudan demasiado… La
suya, especialmente por lo que
respecta a la batuta, es una lectura germánica en el peor sentido
del término, esto es de tiempos
muy pesados, al borde de lo
plúmbeo, y de sonoridades rocosas, que apagan los pocos atisbos
de fantasía que asoman por estos
pentagramas. Para acabar de
agravarlo todo, la duración del
disco es de lo más rácana…
Juan Carlos Moreno
4 CD MELBA 301095-98 (LR Music).
2004. 337’. DDD. N PN
Como en las
anteriores
entregas de
esta Tetralogía australiana captada en
vivo, la estrella de la función es el director
Fish. Su tarea es de una suntuosidad sonora sólo comparable a la
minuciosa taracea de su lectura,
la variedad de intenciones dramáticas del relato y las incontables matizaciones de clima que la
partitura exige: misterio, placidez, tensión psicológica, conflicto, apariciones mágicas. Todo
ello lo hace Fish sin romper el
equilibrio con el tinglado vocal, a
lo que colabora una toma de
sonido de una hondura y dinámica de planos, una nitidez de
registros y un tratado de los timbres realmente ejemplares. Asimismo es de señalar la disciplinada eficacia de la masa orquestal.
Del elenco sobresalen Alberico por la solidez vocal y la
autoridad histriónica, Mime por
la estremecida expresividad de
sus intervenciones y Fafner, por
la turbia nobleza de su caverna,
109
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S S
WAGNER-WUORINEN
quizá favorecida por la cámara
que la envuelve para que suene
a voz monstruosa. El protagonista dice con intención y limpia
dicción, acaso por la tarea de
filología y sentido hecha por
Fish, aunque sus medios son
escasos en los extremos del
registro. Brunilda suena lírica y
entusiasta, siempre exigida en el
agudo, lo mismo que Wotan o el
Vagabundo, en su difícil e híbrida tesitura de bajo cantante o
barítono bajo. Erda está correcta
y el Pájaro hace lo que puede.
Blas Matamoro
S. WAGNER:
Rainulf y Adelasia. HANNA
MINUTILLO (Albriria), ROMAN TREKEL
(Osmund), FRANK VON AKEN (Rainulf),
ELISABETH MARIA WACHUTKA (Adelasia),
THOMAS W. KUCKLER (Gilbert), FRANZ
HAWLATA (Un sacerdote). CORO DE
STUTTGART. ORQUESTA FILARMÓNICA
ESTATAL DE RENANIA-PALATINADO.
Director: WERNER ANDREAS ALBERT.
3 CD CPO 777 017-2 (Diverdi). 2003.
204’. DDD. N PN
110
P rosigue
CPO con su
loable empeño de dar a
conocer toda
la obra olvidada de Siegfried Wagner (ya publicadas las
óperas Llamas solares, El tilo
sagrado y las obras completas
orquestales, además de recitales
de Iris Vermillion, Dagmar Schellenberger y Roman Trekel con
destacadas páginas vocales), si
bien nos tememos que el éxito
no va a sonreír a esta osada
empresa. Ya saben que la sólida
y artesanal vena artística de Siegfried, muy alejada de la de su
abuelo (y no digamos nada de la
de su padre), no acaba de encontrar respuesta adecuada fuera de
Alemania y Austria (en realidad,
nunca la encontró, ni antes ni
ahora), donde se cuenta sobre
todo con participaciones de
diversas emisoras estatales para
coproducir con CPO los registros
que van apareciendo en este
sello. Y en esos dos países tampoco se suelen tocar sus obras
orquestales en conciertos ni
suben a la escena operística ninguna de sus obras dramáticas,
que, además y por su dificultad,
requieren un desacostumbrado
número de ensayos y repeticiones que ningún teatro está dispuesto a conceder. Así las cosas,
nos enfrentamos con esta tercera
ópera, novedad absoluta en la
fonografía y cuyo argumento se
desarrolla en Regio Calabria en
1194 (la Edad Media fue la época
favorita de Siegfried Wagner para
Christophe Coin y Giovanni Antonini
FELIZ MARIDAJE
VIVALDI: Conciertos
para violonchelo RV
419, 410, 406, 398 y
421. Concierto para
violonchelo y fagot RV 409.
Concierto para violonchelo
piccolo RV 414. CHRISTOPHE
COIN, violonchelo y violonchelo
piccolo. IL GIARDINO ARMONICO.
Director: GIOVANNI ANTONINI.
NAÏVE OP 30426 (Diverdi). 2006. 65’.
N PN
Más de una década después,
Christophe Coin vuelve a grabar un disco con Il Giardino
Armonico. Como en su primera colaboración para el sello
Teldec (1994), el conjunto
milanés suaviza la habitual
intensidad de su acentuación,
el ímpetu de sus ataques, la
fuerza de sus contrastes, acomodando su fraseo y su articulación a las maneras más
comedidas del violonchelista
francés. Frente a otras opiniosus obras escénicas), donde el
conde Roger y sus sucesores
intentan poner en práctica la idea
de una igualdad de religiones en
esta isla meridional (una original
idea de tolerancia desarrollada
ocho siglos antes que en el resto
de Europa). En el libreto, donde
se reproduce el texto original alemán de la ópera y su traducción
inglesa, hay también un excelente estudio en tres idiomas donde
se va narrando el argumento de
la obra con sus principales características musicales.
La dirección musical de este
registro corre a cargo del experto
Werner Andreas Albert, protagonista de la mayoría de las grabaciones dedicadas a Siegfried Wagner que hemos detallado más
arriba. Por lo oído, sus modos en
esta versión de concierto público
le dan a la obra fluidez dramática,
claridad, tensión y equilibrio; su
acompañamiento a los cantantes
goza en todo momento de absoluta corrección, la notable
orquesta se muestra convincente
y entregada, y aunque a la larga
los más de 200 minutos de duración pesan demasiado en el ánimo del oyente, la convicción rectora es la de un verdadero especialista que cree en todo momento en esta música que está recreando. El amplio equipo vocal está
encabezado por los competentes
nombres que aparecen en la
cabecera de esta reseña, destacando especialmente von Aken y
Wachutka en los dos personajes
nes, siempre he defendido que
el tradicional brío interpretativo de Il Giardino Armonico no
iba nunca en contra de un tratamiento delicado, claro y limpio de los planos sonoros, que
la vitalidad de sus recreaciones
no estaba reñida con la elegancia ni con la entraña lírica de
los característicos lentos vivaldianos. Por supuesto, todas
esas virtudes siguen refulgiendo aquí, aunque el vigor de los
movimientos extremos resulte
algo más atenuado y el tono
general sea más introspectivo
que extravertido, dominado
antes por una luz tamizada a
través de una vidriera que por
el deslumbramiento de los
rayos de sol en medio de una
plaza. Además, el conjunto de
Antonini toca con notable solidez y reciedumbre, sin veleidades minimalistas de ningún
tipo. Il Giardino (con Enrico
Onofri una vez más de concerque dan nombre a la ópera. Los
demás, así como el resto de comprimarios, cumplen con corrección y profesionalidad, lo mismo
que los coros de Stuttgart. Sonido
y presentación adecuados. Lástima que el precio frene todavía
más la difusión de esta interesante música a la que, desde luego,
no vaticinamos una amplia difusión fuera del ámbito germanoparlante.
Enrique Pérez Adrián
WEIR:
On buying a horse. AILISH TYNAN,
soprano; SUSAN BICKLEY,
mezzosoprano; ANDREW KENNEDY,
tenor; IAN BURNISIDE, piano.
SIGNUM SIGCD087 (LR Music). 2006.
68’. DDD. N PN
Presenta este
disco todas
las canciones
de la compositora escocesa Judith Weir
(1954), una
de las personalidades británicas
más interesantes de su generación. Son músicas muy directas,
accesibles para cualquier oyente
familiarizado con el género, que
pueden recordar a Britten en
algún momento pero con una
personalidad suficientemente
acusada. Hay melodías sueltas —
On buying a horse, Ox Mountain
was Covered by Trees y Ständ-
tino) suena transparente, pero
denso cuando las texturas así
lo requieren, muy atento siempre a las inflexiones de Coin,
solista excepcional, tanto por
la belleza de su sonido como
por la serenidad de su arco,
nunca crispado ni atropellado,
la dosificación de los ornamentos y el sentido de un tempo
que fluye siempre con naturalidad y rigor. Otro punto álgido
de la Edición Vivaldi de Naïve.
Pablo J. Vayón
chen— y ciclos como Songs from
the Exotic, Scotch Minstresly, The
Voice of Desire, A Spanish Liederbooklet y King Harald’s Saga—
con textos que van de lo tradicional —incluidos romances españoles— a Thomas Hardy, Robert
Bridges o John Keats. En algunos
casos lo popular otorga un sabor
especial a la música, siempre ligada de forma inteligente a la palabra —es curioso lo bien que se
maneja en su ciclo hispano— y
de una eficacia directa. La interpretación es irreprochable, a cargo de cantantes de voces frescas
y perfectamente adecuadas. Todo
ello hace de este un disco muy
interesante, que ampliará con
aprovechamiento el horizonte de
los aficionados a la canción de
concierto.
Claire Vaquero Williams
WUORINEN:
Cyclops 2000. A Reliquary for
Stravinsky. LONDON SINFONIETTA.
Director: OLIVER KNUSSEN.
LONDON SINFONIETTA SINF CD42006 (Diverdi). 1994, 2001. 41’. DDD.
N PM
Wuorinen es
el anti-Feldman, Cyclops
2000 es una
constante
vociferación,
una isla de
luz, un rayo que dura como lo
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WAGNER-WUORINEN
Otto Klemperer
CASI 80 AÑOS
WEILL: Die
Dreisgroschenoper del
coleccionista.
Selección de Die
Dreigroschenoper,
Mahagonny y Happy End.
Kleine Dreisgroschenmusik.
LOTTE LENYA, ERIKA HELMKE, KURT
GERRON, WEILLY TRENK-TREBISCH,
ERICH PONTO, BERTOLT BRECHT.
LEWIS RUTH BAND. Director: THEO
MACKEBEN. ORQUESTA DE LA
STAATSOPER DE BERLÍN. Director:
OTTO KLEMPERER.
VAI VAIA 1193 (LR Music). 19291930. 71’. ADD. H PM
Q ué auténtico es esto, diría
alguien que yo conozco. Cómo
lo podemos expresar, si no.
Auténtico. Grabaciones de
1930 de Die Dreigroschenoper,
con artistas que estuvieron presentes en el estreno de 1928 y
otros muy poco después. O
que colaboraron en el film de
Pabst, de 1930, adaptado a la
quería René Char, una música
urgente y de pronto impasible,
mineral, un instante para respirar
(el dramático abandono de los
cuerpos de Miguel Ángel, la crispación de las siluetas de Francis
Bacon) antes de volver a empezar la erupción. Varèse es su
padre, y James Dillon su hermano, pero Wuorinen los sobrepasa
en violencia: nada de New Complexity, ninguna sutil superposición rítmica, de tempi diferentes,
Cyclops surge y conserva, durante
su media hora de vida, el mismo
compás, una lava imparable. Sólo
la llama cuenta. Una música visceral y salvaje. Una obra ideal
para una London Sinfonietta
soberbia y para su director, el
exultante Knussen.
Desde A Reliquary (ya editado por Deutsche Grammophon
con The Flood de Stravinski o
quizá Abraham e Isaac, si no me
acuerdo mal), obra basada en
unos esbozos de Stravinski, o
fragmentos o series de su última
obra, entendemos que Wuorinen
es un compositor que lo ha
entendido todo, que lo sabe
hacer todo, está lleno de ideas…
El compositor nos ofrece el
material original (o nos lo hace
creer), los trombones al principio, luego su trabajo sobre ese
material, luego la caja que lo
envuelve todo. Admirable. ¿La
genialidad es algo indispensable?
¿Qué es la genialidad?
Pierre Élie Mamou
pantalla por Béla Balász, colaborador de Bartók y temprano
teórico del cine (recordemos
que también estaba por ahí
Ladislao Vajda). Atención a
esos nombres que cantan, no
sólo el de Lotte, sino también
la Polly de Erika Helmke, el
cantante de la Morität Gerron
(asesinado en Auschwitz), el
Mackie de Trenk-Trebisch (que
intervino con Lotte en el registro histórico para CBS, aunque
ya como Peachum). Pero también Erich Ponto y, desde luego, esas dos pistas en las que
interviene el propio Bertolt
Brecht, una de ellas con la
Morität, que el dramaturgo
canta con esas erres arrastradas
de Múnich (como hace hoy día
Ute Lemper). Como curiosidad
y contraste de estilo, ojo a esa
otra Morität (este número se
repite varias veces en el CD,
no crean), cantada por una llamada Mme. Damia (acaso
Maryse) con una orquesta dirigida por P. Chagnon.
Ojo con ese registro de
1931 dirigido por Klemperer a
la Staatsoper de Berlín. Son
cuatro movimientos de Kleine
Dreigroschenmusik, la suite
para vientos preparada por el
propio Weill, que estrenó
Klemperer en 1929. Eran los
tiempos en los que Klemperer
era un joven contestatario y
bastante rojete. La voz casi
infantil de Erika Helmke hace
que la también tierna en color
y alcance de Lotte Lenya nos
parezca más adulta que otras
veces. Ahí la tenemos, en la
selección de cantos de Mahagonny, grabaciones de 193032, con artistas del Kurfürstendamm Theater de Berlín y
dirección de Hans Sommer.
Para rematar, la Orquesta de
Mackeben, la misma que dirigía a Brecht en sus dos piezas,
acompaña a Lotte en Bilbao
Song, de Happy End. El sabor,
incluso el aroma de estos
registros, rebosan arte y nostalgia, lejanía y magisterio. No
importa que hayamos escuchado una y otra vez la historia de
Mackie Cuchillo; ésta es una
lectura de una “autenticidad”
que no sólo nos seduce, sino
que también nos impresiona.
Casi 80 años de distancia,
madre mía. Este CD es una
verdadera maravilla histórica.
Santiago Martín Bermúdez
Wojciech Plawner y Pawel Przytocki
MÚSICA VIVA
WIENIAWSKI: Concierto
para violín y orquesta op. 22.
BACEWICZ: Concierto para
orquesta de cuerda.
PENDERECKI: Agnus Dei.
WOJCIECH PLAWNER, violín.
ORQUESTA DE LA ACADEMIA
BEETHOVEN. Director: PAWEL
PRZYTOCKI.
DUX 0524 (Diverdi). 2005. 44’. DDD.
N PN
Este disco tiene varios atractivos; por una parte conocer a
una de las jóvenes promesas
del violín en Polonia, Wojciech
Plawner, quien con tan sólo 23
años augura ya unas potencialidades a tener muy en cuenta,
e indiscutiblemente las obras,
especialmente la partitura de
Bacewicz, que supera lo fascinante y cuya autora se incluye
por méritos propios entre las
de más envergadura que la
vieja Europa dio el pasado
siglo. Vayamos por partes.
Plawner es un solista musicalmente muy sólido, con una
concepción de las ideas muy
claras. Su arte parece fácil y
natural; su violín canta con
lirismo y seriedad la partitura
de Wieniawski (por cierto obligada para todo estudiante de
violín en Polonia), encontrándose cómodo en ella, respirando su música con vehemencia
y arrebato. El joven solista, que
exhibe una técnica virtuosa,
firma una versión bella y cantada. En algún momento su
sonido da signos de inmadurez, pero son granos de arena
en torno a una interpretación
poderosa y consecuente. La
Beethoven Academy Orchestra
y su director Pawel Przytocki
colaboran con eficiencia en el
proyecto. Compuesta en 1948,
la obra de Bacewicz es heredera del lenguaje propuesto por
Witold Lutoslawski; auténtica
mezcolanza de diferentes inclinaciones estilísticas e impecablemente escrita, ésta es un
ejemplo de autenticidad creativa e inspiración colorística.
Diseñado para orquesta de
cuerdas bajo las formas clásicas, este concierto es absolutamente renovador; múltiples
combinaciones rítmicas, intensos pasajes orquestales traduci-
dos en formas polifónicas y
una extraordinaria lucidez conforman esta obra de marcado
estilo barroco. La capacidad
expresiva de esta música la
plasma sobresalientemente
Przytocki, firmando una versión sólida e impactante. Su
orquesta con una pulcritud
extrema, siente las notas con
devoción y admiración. Complementa el disco la obra de
Penderecki (arreglo de Boris
Pergamenschikow
para
orquesta de cuerdas), en la
que los intérpretes también
sienten el mundo subterráneo
que hay tras el papel.
Emili Blasco
www.scherzo.es
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RECITALES
RECITALES
SHARON BEZALY. Flautista.
Bridge Across the Pyrenees.
Obras de Rodrigo, Borne e Ibert.
ORQUESTA SINFÓNICA DE SÃO PAULO.
Director: JOHN NESCHLING.
BIS SACD-1559 (Diverdi). 2005. 57’.
SADC. N PN
U na
vistosa
versión para
flauta
y
orquesta —el
original
es
para flauta y
piano— de
Giancarlo Chiaramello de la no
menos vistosa Fantasía brillante
sobre temas de Carmen, de Borne
actúa de “puente a través de los
Pirineos” para relacionar así a
dos compositores muy representativos del quehacer musical del
siglo XX en sus respectivos países: Rodrigo e Ibert. Podemos
apreciar mutuas influencias en
aquello que uno y otro representan, pues el ascendente francés
en Rodrigo es evidente, lo mismo
que la fascinación por cierto exotismo que en algo podría relacionarse con una visión colorista de
España que puede adivinarse en
determinados giros en Ibert. Pero
de hecho, parece que más que
los Pirineos, uno y otro estén, no
separados sino firmemente unidos por el Mediteráneo. Música
luminosa en ambos casos, festiva
a ratos, a menudo con ese algo
de melancolía tan mediterráneo,
con melodismo generoso y
armonías a menudo exquisitas
que son puro goce, siempre apoyadas en una escritura instrumental que en muchos momentos es
claramente preciosista.
La interpretación, aunque
nos llegue, por diversas vías, desde muy lejos de nuestras latitudes —desde Israel, desde Suecia
y desde Brasil— es sin ninguna
duda del todo idiomática. Y lo
es, pues, más allá del origen geográfico o cultural de los implicados. Junto a la brilantez y a la
seguridad habituales en Bezaly,
la orquesta brasileña a las órdenes de Neschling es un auténtico
espectáculo.
Josep Pascual
JOYCE DIDONATO.
Mezzosoprano.
¡Pasión! Canciones de Obradors,
Granados, Turina, Falla y
Montsalvatge. JULIUS DRAKE, piano.
ELOQUENTIA EL 0608 (Harmonia
Mundi). 2006. 75’. DDD. N PN
Excelente mozartiana y haende-
112
liana, DiDonato es asimismo
exquisita cantante
de
cámara, género en el que
suele distribuirse en un
repertorio original y cuidadoso. Atraída por la
canción española, un flechazo
que la propia intérprete relata en
un texto acompañante al disco,
con un castellano ejemplar, tildado a veces de algún que otro desliz de acento anglosajón, la intérprete, como era de esperar, da
una lección de musicalidad y asimilación de estilo. Inteligente, en
los momentos de mayor “casticismo”, en especial en las páginas
más proclives a ello de las Siete
canciones populares de Falla o en
Cantares de Obradors, asume
una contención, mezclada con un
poco de prudente distanciamiento, que demuestra su profesionalidad y astucia. La sensual voz, de
calidad y registro muy bien
encuadrado en su cuerda, suena
siempre hermosa y cálida, flexible y fresca, hallando particulares
instantes de lucimiento en las
situaciones más introspectivas e
íntimas. Valgan de ejemplo, la tan
manoseada Del cabello más sutil
de Obradors, que la mezzo
resuelve a la altura de la mejor de
sus colegas, incluida Victoria de
los Ángeles (cuyo recuerdo parece estar presente a menudo en el
disco), en la Elegía eterna de Granados, de intenso y sobrio dramatismo, o en una simplemente
impecable Canción de cuna para
dormir a un negrito de Montsalvatge. DiDonato halla siempre un
cómplice seguro en su fiel Julius
Drake, tan centrado en el repertorio como la solista.
Fernando Fraga
MICHAL DMOCHOWSKI.
Violonchelista.
Obras de Stojowski, Tansman,
Szalonek y Bauer. GRAHAM
JACKSON, piano.
Angela Gheorghiu
SEDUCCIÓN NATURAL
ANGELA GHEORGHIU.
Soprano. Live from La Scala.
Páginas de Martini, A.
Scarlatti, Parisotti, Gluck,
Bellini, Donizetti, Verdi,
Gounod, Bizet, Massenet,
Alessandrescu, Gheciu,
Brediceanu, Dendrino, Tosti,
Lerner, Loewe y Puccini. JEFF
COHEN, piano.
EMI 3 94420 2. 2006. 66’. DDD. N PN
Un
típico pero no por ello
desatendible recital de la
soprano quizás con mayor
carisma de la actualidad. Programa cómodo pero al mismo
tiempo proclive a resaltar las
cualidades musicales, indudables, y el confortable encanto
de la intérprete que se mueve
por este repertorio con comodidad y flexibilidad, dando a
cada página su significado y
sentido, evitando el latente
peligro de deslizarse hacia la
monotonía, situación que la
intérprete es capaz de evitar a
base de musicalidad, buen
gusto y mucho encanto. Como
era de esperar, canciones del
XIX italiano, a través de sus
máximos representantes, donde falta Rossini, hasta ahora
persistentemente orillado por
la soprano salvo dos o tres
páginas operísticas incluidas
en algún recital. Luego, la Gheorghiu ofrece su también fácil
disponibilidad para la mélodie
con ejemplos de Gounod,
Bizet y Massenet, de cuya Élégie organiza una aseada y sensual exposición. Pero, asimismo como era previsible, dedica buena parte de esta velada
milanesa a compositores de su
tierra donde se mueve con
comodidad melódica e idiomática. En este capítulo deja de
lado la tan frecuentada Muszi-
ca de Grigoru para centrarse
en composiciones de Brediceanu (canciones nuevas, ninguna
de las anteriormente incluidas
en recitales discográficos),
Alessandrescu (la muy melancólica Cind perdeaya dragfil
mele, conde la cantante da lo
mejor de sí) y Gheciu. Entre las
propinas, el socorrido O mio
babbino caro y una vivísima
lectura del I could have danced
all night de My Fair Lady que
nada tiene que envidiar al de
la Te Kanawa (aquí el público
enloquece). La voz corre siempre con comodidad y brillo,
luciendo la cantante su timbre
meloso y persuasivo — mayoritariamente luciendo el suntuoso colorido de su registro
centro-grave—, que el carisma
de la intérprete no hace otra
cosa que poner constantemente de relieve en un acto de
seducción tan natural como
planeado, encontrando de
nuevo otro instante de enormes sugerencias, entre otros
muchos, en un voluptuoso ’A
vucchella. Jeff Cohen acompaña con entusiasmo, el cual
parece arrastrarle a una sonoridad a veces algo machacona
que para nada, por suerte,
empaña la labor de la solista.
Fernando Fraga
DUX 0514 (Diverdi). 2005. 70’. DDD.
N PN
E ste
disco
pretende
aportar
su
grano de arena al vacío
existente en
cuanto
a
registros e interpretaciones de
sonatas para violonchelo y piano polacas. Si bien es cierto que
el repertorio es rico, parece que
solamente se conoce la Sonata
de Chopin, por motivos más que
obvios. Y todo esto de la mano
de jóvenes intérpretes que tienen
mucho que decir. Obras de autores tan diferentes como Stojowski (1870-1946), Tansman (18971986), Szalonek (1927-2001) y
Bauer (1936) configuran este
recital de imprevisibles y variadas sensaciones. Stojowski, amigo de personajes tan ilustres
como Chaikovski, Brahms,
Franck y Debussy, entre otros, se
erige como romántico en esta
selección. Durante su vida, este
pianista, compositor y pedagogo
obtuvo reconocimiento, trabajando tanto como solista como
compositor. Su lirismo es trabajado y el trabajo camerístico es asimismo muy equilibrado entre los
dos instrumentos. Tansman dedicó al violonchelo bastantes partituras, entre las que se encuentra
la sonata aquí incluida. Su estilo
neoclásico (con influencias de
Stravinski y Ravel) permite una
música próxima y dialogante,
muy natural sin ningún aditivo
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RECITALES
innecesario. La Sonata de Szalonek (1958) es potente y compleja, la complicidad es imprescindible entre los dos instrumentistas en esta obra de gran vitalidad
y dificultades técnicas. Su lenguaje es vivo y presta mucha
atención a las posibilidades
sonoras de cada instrumento,
extrayendo con técnica creativa
su máxima expresión. Y la Sonata en un movimiento de Bauer
(1982) es la pieza más atrevida,
con un lenguaje metafísico y
totalmente atonal. Michal Dmochowski y Graham Jackson se
empapan de cada autor para
ofrecer unas versiones modélicas, llenas de energía, impacto y
complicidad. Los dos instrumentistas captan con finura lo mejor
de cada obra y lo plasman con
emoción y poder de persuasión,
ya que el oyente recibe tanta
buena música contagiado de su
poesía. Muy recomendable.
Emili Blasco
HANS-UDO
HEINZMANN. Flautista.
Obras de Meyer-Olbersleben,
Rietz, y Barnett. ELISAVETA
BLUMINA, piano.
GENUIN GEN 85517 (Gaudisc). 2004.
60’. DDD. N PN
T res
sonatas
de otros tantos compositores románticos en la
línea de Mendelssohn y,
para entendernos, del clasicismo
romántico representado por
Schumann, Brahms y el propio
Mendelssohn, y del academicismo surgido del Conservatorio de
Leipzig. De hecho, uno de ellos,
Julius Rietz —para muchos, el
más conocido de los tres—, sustituyó a Mendelssohn cuando éste
murió en algunas de sus funciones en Leipzig y vivió, en lo personal y en lo creativo, a la sombra de este gran maestro. Como
en el caso de otros compositores
de estética similar, cabe admirar
en Rietz su dominio del oficio y
una expresividad serena y equilibrada que en algunos momentos
alcanza una gran belleza. Y otro
tanto cabría decir de los otros
dos autores convocados en este
compacto.
El primero, Max MeyerObersleben, es un ejemplo de
romántico tardío —vivió entre
1850 y 1927— y John Francis
Barnett, inglés de origen alemán
que vivió entre 1837 y 1916,
autores ambos de obras netamente mendelssohnianas con
algún toque brahmsiano y de
perfecta factura siempre. Acaso
convencionales, probablemente
previsibles en algún momento,
estas composiciones no se
deben, desde luego, a auténticos
genios pero sí a honestos y
capacitadísimos músicos.
Las versiones merecen el
más entusiasta de los elogios
por su deliberado clasicismo, sin
grandes gestos ni excesos subjetivos, sino centrando las obras
en el mundo en que surgieron,
quizá un mundo algo anterior al
que marcaba el calendario en el
caso de Meyer-Olbersleben y
Barnett, y que suenan, por tanto,
auténticamente románticas.
Josep Pascual
ROSAMUND ILLING.
Soprano.
Amoureuse. Arias sagradas y
profanas de Massenet. AUSTRALIAN
OPERA AND BALLET ORCHESTRA.
Director: RICHARD BONYNGE.
MELBA MR 301106 (LR Music). 1998.
76’. DDD. N PN
E ste disco
logra
un
doble efecto:
por un lado
saca a la luz
una intérprete de origen
australiano, como es una de las
principales motivaciones del
sello discográfico; por otro, se da
gusto al director conocida su
atracción por la música francesa
en general y por Massenet en
particular. La Illing, de tan sugestivo y poético nombre, se recuerda una encantadora Musetta en
Covent Garden (con el Rodolfo
de Plácido Domingo), traído el
dato aquí a cuento porque orienta bastante acerca de su categoría
vocal. La de una soprano lírica,
de timbre liviano y flexible del
grave al agudo, con notas en piano, pero con alardes inesperados
de una sonoridad más densa,
facilitándole enfrentarse con provecho a las partes más dramáticas del programa, el Pleurez mes
yeux de Ximène y los cuatro de
Sapho. Un buen punto de partida
para que un excelente dominio
de unos muy agradables recursos
instrumentales, con cuidada
musicalidad, variedad de matices
(incluyendo notas en piano de
fascinante proyección) y acertadas nociones de cada fragmento,
casi todos adecuados a los
medios, le permitan plasmar inteligentes y ortodoxas lecturas. Un
atractivo más del disco, aparte de
darnos a conocer a la Illing poco
prodigada por estos pagos, es el
repertorio elegido porque junto
al fragmento citado de Le Cid y a
la sensual Il est doux, il est bon de
Salomè, el resto está menos fre-
cuentemente grabado. Incluyendo un aria de la primera obra lírica que se conserva de Massenet
(La Grande-Tante) y tres
momentos de la tan poco conocida Ariane que por lo aquí escuchado merecería una grabación
completa urgente. En él aparece
el exquisito y arrebatado Massenet de siempre pero más profundo y quizás más sofisticado.
Notables las dos interpretaciones
de La Vierge y Eve, en el territorio
más “suave” del programa y muy
representativa, en su atmósfera
tan sutilmente francesa, la canción Amoureuse, que el compositor dedicó a Charlotte Wyns, su
primera Irène de Sapho, y que da
conveniente título al registro.
Además el registro, según están
distribuidos los cortes que pasan
de lo lírico a lo dramático paulatinamente, mantiene un crescendo expresivo interesante e insólito. Bonynge, es casi obvio escribirlo, se siente muy a gusto dirigiendo esta música y contagia
ese entusiasmo.
Fernando Fraga
SENA JURINAC. Soprano.
Grabaciones en vivo, 19501972. Obras de Mozart,
Pfitzner, Strauss, Beethoven,
Puccini, Monteverdi,
Chaikovski, Janáceck y Verdi.
ORQUESTA DE LA ÓPERA DE VIENA.
FILARMÓNICA DE VIENA. DIRECTORES:
HERBERT VON KARAJAN, ROBERT HEGER,
KARL BÖHM, HANS KNAPPERTSBUCH,
WILHELM FURTWÄNGLER, BERISLAV
KLOBUCAR, HEINZ WALLBERG, LOVRO
VON MATACIC, JAROSLAV KROMBHOLC,
SILVIO VARVISO Y ANDRÉ CLUYTENS.
2 CD ORFEO C6840621 (Diverdi). 19501972. 155’. ADD. N PN
S ena Jurinac
fue una cantante
muy
querida del
público austriaco, desde
1944 y han
podido comprobar la evolución
de su voz y la continua maduración de su arte, que la llevó a
interpretar diferentes roles de la
misma obra. El instrumento era
bello y penetrante, el fraseo muy
cuidado, la técnica segura y la
zona aguda segura y brillante,
con un repertorio amplio, destacando su contribución a Mozart y
Strauss. Así la oímos cantar un
delicioso Cherubino de Le nozze
di Figaro, en 1950, para más tarde deleitarnos en la Condesa,
doce años más tarde, con un estilo mórbido. Algo parecido ocurre
con Der Rosenkavalier, con un
juvenil Oktavian en 1955, dirigido por Hans Knappertsbusch,
con la elegante Mariscala de
Maria Reining y la sutil Hilde
Güden, en 1972, para mostrar su
madura versión de dicha Mariscala, junto a la gran Christa Ludwig.
Su aportación a estos autores
continúa con una expresiva
Ariadne auf Naxos y una cuidada
Donna Elvira, de Don Giovanni,
ambas dirigidas por Karl Böhm.
Su repertorio era muy amplio y
se incluyen una escena de Palestrina, con un canto contrastado,
otra vez con Christa Ludwig, su
versión modélica de Marzelline
de Fidelio, el marcado diálogo de
Jenufa, con una impactante Martha Mödl y una apasionada versión de Evgeni Onegin. Sus incursiones en el repertorio italiano
fueron frecuentes y como muestras se incluyen desde L’incoronazione di Poppea, con buen
estilo, a Don Carlo, Madama
Butterfly y Tosca, donde mostrando su calidad, no llega a adentrarse plenamente.
Albert Vilardell
SALVATORE LICITRA.
Tenor.
Forbidden Love. Páginas de
Ernani, Cavalleria rusticana,
L’arlesiana, Andrea Chénier,
Luisa Miller, Don Carlo, Fedora,
La Gioconda, Mefistofele, I
pagliacci, Otello y La danza.
ORQUESTA SINFÓNICA DE MILÁN
GIUSEPPE VERDI. Director: ROBERTO
BRIZI BRIGNOLI. WARREN JONES, piano.
SONY 82876 78852 2
(Sony-BMG). 2006. 60’. DDD. N PN
Tercer recital
del
tenor
(bueno,
el
dos y medio,
ya que uno
de canciones
es en compañía de Marcelo Álvarez), donde
insiste aún más que en el primero
en el repertorio de lírico spinto.
Italiano por los cuatro costados, a
pesar de haber nacido en Berna
(eso sí, de padres peninsulares)
presenta las características del
cantante meridional: colorido,
dicción, lirismo, desenvoltura y
calor. Y volumen, aunque esto se
aprecia más en vivo, donde la
voz suena en verdad más rica y
perentoria. Su extensión es la
necesaria, aunque alguna nota
aguda necesita algo más de
redondez u homogeneidad. Con
todo ese bagaje, que podía permitirle un mayor aprovechamiento, el intérprete es cauto y en
algunos momentos casi adocenado. Las regulaciones existen, pero
a menudo están más insinuadas
que hechas. Los conceptos, ya se
ha adelantado en parte son los
normales, no hay derroche de
personalidad ni aspavientos de
113
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RECITALES-VARIOS
genialidad. Entonces el disco se
escucha con placer, se disfruta
cuando el personaje o el momento vocal es más heroico que lírico. Así la cavatina de Ernani, con
su cabaletta correspondiente, que
generoso (otra virtud más) repite
con sobreagudo incluido, está
más aprovechada que el mórbido
Amor ti vieta de Loris Ipanoff; así,
Licitra se involucra más en el
Improvviso de Chénier, poniendo
colorada a la Coigny, que cuando
poetiza su situación carcelaria en
Come un bel dì di maggio; así el
brindis de Turiddu testifica que es
hoy un buen intérprete del rol
pero no tanto del Fausto boitiano
si se juzga Giunto sul paso stremo,
donde la voz, que suena hermosísima, no puede ocultar la sosería
de la lectura y lo incómoda que
le queda la página (por lo demás,
como a tantos otros colegas).
Bien contenido en el Vesti la
giubba, incluye una atendible ejecución del Dio, mi potevi scagliar
de Otello, probable anuncio de
futura inclusión en repertorio. Y
La danza rossiniana donde como
era previsible y ayudado por el
teclado de Jones, saca a la luz
todas las armas de su soleada
tenorabilidad.
Fernando Fraga
INVA MULA. Soprano.
Páginas de Liszt, Granados y
Obradors. EDELMIRO ARNALTES,
piano.
RTVE Música 65277. 2006. 49’. DDD.
N PN
Con
114
una
carrera operística de soprano lírico-ligera
en
pleno
ascenso, esta
soprano albanesa, que fue premio Operalia de
Domingo en 1993, se acerca con
intuitiva seriedad al canto de
cámara, eligiendo un repertorio
lisztiano entre cómodo (Sueño de
amor) y exigente (Los sonetos de
Petrarca), con un guiño a la canción patria, dado el origen técnico y espacial de la grabación. El
resultado es globalmente digno,
porque la voz de la cantante es
de calidad y la intérprete, preparada, seria y cuidadosa. Aunque
no puede evitar cierta sensación
de monotonía, el disco se disfruta
siempre, y cuando Mula parece
sentirse más a gusto, en Obradors
por ejemplo, los resultados suben
de nivel: he ahí la muy personal
lectura de Las coplas de Curro
Dulce para demostrarlo, con un
agudo final tomado en piano y
paulatinamente reforzado. Asimismo sería justo destacar que se
enfrenta a Las tres majas doloro-
sas de Granados con una más
bien amable que dramática disposición, que no le resulta nada
mal. Arnaltes tiene una gran
experiencia como acompañante y
esa pericia aparece aquí completamente demostrada.
Fernando Fraga
ISABELLE PHILIPPE.
Soprano.
Obras de Halévy, Meyerbeer y
Auber. ARMANDO NOGUERA, ANNESOPHIE SCHMIDT, MATTHIEU LÉCROART,
FRÉDÉRIC MAZZOTTA, ARMAND
ARAPIAN, PAUL MÉDIONI Y STÉPHANE
MALBEC GARCIA. ORQUESTA FRANÇAIS
ALBÉRIC MAGNARD. Directores:
MIQUEL ORTEGA, OLIVIER OPDEBEECK Y
MICHEL SWIERCZEWSKI.
CASCAVELLE VEL 3105 (Gaudisc). 20042005. 69’. DDD. N PN
En Compiègne (Francia,
desde luego),
en un teatrito
encantador
que Napoleón en un descanso militar embelleció, el
director de escena Pierre Jourdan lleva desde que está a su
cargo programando títulos raros
del repertorio francés, con equipos vocales más o menos intercambiables que hacen una labor
de proba profesionalidad, representaciones que a menudo se
publican en CD o DVD. Entre
los cantantes allí descubiertos
está la soprano Isabelle Philippe,
protagonista de este recital, a
base por supuesto de papeles
por ella allí interpretados. La
Philippe está en la línea de
sopranos ligeras que parecen
abundar en el país vecino dentro de la reciente hornada: Natalie Dessay, Annick Massis o Elizabeth Vidal. Voz cristalina, de
una pureza a prueba de graves,
flexible y tendente a expansionarse con mayor decisión en el
registro agudo (y sobreagudo:
Dinorah), fácil y proclive al canto ornamentado, con una dicción milagrosamente nítida (que
no era el caso de célebres predecesoras). Es decir, las características inconfundibles de la
cuerda a la que pertenece, sin
contaminaciones que puedan
desorientar, la Philippe (que fue
Premio Viñas) se luce en tres de
estos papeles, que recogen
atractivísimos momentos de Isabeau, Dinorah y Haÿdée. Aparte
de resolver las dificultades técnicas y canoras, especialmente en
la más exigida de todas, la de la
heroína meyerbeeriana (que es
el fragmento más conocido además, ofrecido al completo con el
recitativo previo), la cantante
expresa y da contenido dramático a sus intervenciones. Los
acompañantes no son primeras
figuras, pero sí voluntariosos
profesionales que arropan a la
privilegiada solista. Lo mismo
ocurre con los directores, siendo
el más favorecido Swierczewski,
al incluirse la breve obertura de
Haÿdée. Pero Ortega tiene oportunidad de plasmar su pericia y
elegante sonido acompañando
la ópera de Halévy, a una
orquesta que honra el nombre
del autor de Guercœur, muerto
en la región, Oise, donde está
situada Compiègne.
Fernando Fraga
JEAN-YVES THIBAUDET.
Pianista.
Arias de ópera.
DECCA 475 7668 DH (Universal). 2006.
61’. DDD. N PN
R ecurriendo
al viejo género de la paráfrasis y con
innegable
memoria de
lo hecho en la
materia por Liszt (acordes arpegiados, escalas veloces, apoteosis
de pleno teclado), Thibaudet se
ha valido aquí de páginas firmadas por Saint-Saëns, Strauss (los
dos: Johann II y Richard), Puccini,
Bellini, Korngold, Gluck y Wagner. Los glosistas son de variada
procedencia, incluido el propio
Thibaudet.
El resultado es instrumental
y técnicamente brillante, dado el
mecanismo límpido, el fraseo
florido y la sonoridad suntuosa
del intérprete. Desde el punto
de vista estético, estamos ante
esa música que oímos sin escuchar, en un salón de té elegante
y erudito, en un vuelo trasatlántico, en el comedor de un crucero. El placer está asegurado tanto como el olvido.
Blas Matamoro
VARIOS
CANTIGAS DE BIZANCIO.
Cantigas de Alfonso X el Sabio.
MÚSICA ANTIGUA. Director: EDUARDO
PANIAGUA.
2 CD PNEUMA PN2-880 (Karonte).
2006. 121’. DDD. N PN
C ontinúa
Eduardo
Paniagua
poniendo un
nuevo eslabón a la
cadena que
intenta cerrar la edición completa de las Cantigas del Rey Sabio,
labor comenzada hace ya más
de doce años. Este doble CD
está dedicado a cantigas que
narran intervenciones milagrosas
de María en territorios del oriente cristiano, entre los que ocupa
Bizancio o Constantinopla un
lugar destacado, pues nueve de
las doce recogidas entre los dos
discos se desarrollan en esa ciu-
dad, que siempre fue y sigue
siendo prodigiosa. El primero
incluye obras que tienen que ver
con los milagros obrados por
iconos e imágenes de la Virgen
y el segundo tiene por protagonistas a santos, patriarcas y
emperadores, que se benefician
de su intercesión. La interpretación del grupo de Eduardo
Paniagua adolece de cierta
monotonía, todo suena muy
bien pero muy igual. La ingente
tarea que parece haberse
impuesto de grabar las 420 cantigas puede ser la causa de ello
o es posible que sea consecuencia de una cierta uniformidad
temática existente en estos dos
volúmenes. Esta sensación queda paliada por los textos literarios, cuya lectura es absolutamente recomendable, pues son
un verdadero dechado de fantasía. Desde luego, en su afán de
ensalzar la figura de María por
encima de todos los santos el
rey trovador no le pone reparos
a la capacidad de su Señora para
hacer los milagros más inverosímiles. Bien está que todos lo
son, pero la fantasía oriental de
la que están impregnadas
muchas de las cantigas, no tiene
límites. En fin, si se pretende
poseer la edición completa que
están llevando a cabo Paniagua
y su grupo Música Antigua, este
nuevo volumen de discos es de
obvia compra obligatoria, pero
si tan sólo se quiere tener alguna muestra de las maravillas
recopiladas o compuestas por el
rey castellano y que utilizó para
ellas el cortesano idioma gallego
de entonces (no sé que quiere
decir eso de galaico-portugués,
expresión usada por más de
uno), puede haber otras opciones. El CD del grupo Artefactum, más espontáneo, menos
académico, que acaba de publi-
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RECITALES-VARIOS
carse y que también comentamos aquí, puede ser una de
ellas.
interpretación de la breve Touch
me lightly de Tobias Hume es
buena muestra.
José Luis Fernández
Jaime Rodríguez Pombo
CORREN MIS LÁGRIMAS.
CUARTETOS DE CUERDA.
LACRIMÆ ENSEMBLE.
Obras de Chapí, Palau y
Asencio. CUARTETO CANALES.
ALIUD ACD HL 005-2 (Gaudisc). 2005.
60’. DDD. N PN
Colección de
autores
y
obras de los
siglos XVI y
XVII, a caballo entre los
dos siglos la
mayoría de ellos, que constituyen
interesantes ejemplos del paulatino cambio y enriquecimiento
de recursos semánticos que la
música europea experimentó en
este tiempo. La grabación adopta
como título —Flow my tears— la
famosa melodía que el compositor inglés John Dowland publicó
en forma de variaciones para
diferentes formaciones instrumentales y vocales y que circuló
exitosamente por la Europa de
principios del XVII, habiéndose
encontrado numerosas versiones
y ediciones de ella. La formación
Lacrimæ Ensemble nos da tres
ejemplos de este desconsolado
llanto musical; uno para guitarra,
otro para flauta y guitarra y para
el tercero uniéndose también la
viola da gamba. Otro de los
autores al que la grabación dedica especial atención es el toledano Diego Ortiz, del que se ofrecen cuatro ejemplos de recercada sobre la chanson de Pierre
Sandrin Doulce mémoire. También fantasías de Orlando Gibbons, piezas de Andrea Falconieri… Y en este contexto de variaciones musicales encontramos
una refrescante improvisación a
cargo del conjunto Lacrimæ
Ensemble, para flauta y guitarra,
sobre la socorrida y largamente
conocida melodía La folia (precedida por una variación/improvisación de Gaspar Sanz sobre el
mismo tema interpretada por la
guitarra sola) a modo de ejemplo
de esa sanísima costumbre —
desgraciadamente perdida en
gran medida hace ya largo tiempo en la llamada música culta—
que es inventar música sobre un
momento anímico determinado.
En esta improvisación podemos
escuchar a un Ronald Moelker a
la flauta más entregado, más
vibrante y comunicativo, abandonando la uniformidad y palidez expresiva con la que interpreta en otros momentos de esta
grabación. Destacable la labor de
Sarah Walder a la viola da gamba por su flexibilidad expresiva y
contrastado color, y su intensa
PMV003 (Diverdi). 2006. 73’. DDD.
N PN
Continuando
CUENTOS DE LA
ATLÁNTIDA.
DIABOLUS IN MUSICA,
1965-2005.
Música para un paisaje. Obras
de Linares, Gasull, Igoa y
Domeniconi.
PABLO DE LA CRUZ, guitarra; JAVIER
MAS, bandurria. ORQUESTA
FILARMÓNICA DE CZESTOCHOWA.
Director: TOMÁS GARRIDO.
Obras de Guix, Casablancas,
Guinovart, Charles, Mestres
Quadreny, Soler y Guinjoan.
SUSANNA VILLARRASA, flauta; FRANCESC
VIDAL, clarinete; CARLOTA AMARGÓS,
violín; OLGA MENSENIN, violonchelo;
PASCAL VIGLINO, percusión; PILAR
LÓPEZ-CARRASCO, piano. Director:
NACHO DE PAZ.
ACTE PRÉALABLE AP0041 (Harmonia
Mundi). 1999. 69’. DDD. N PN
Dentro de la
AUTOR SA01205. 2006. 61’. DDD.
N PN
su encomiable labor de
rescate de la
música de los
compositores
de la comunidad levantina, Patrimonio Musical Valenciano ofrece ahora el
volumen 3 de su cuidada serie,
un compacto que reúne tres
cuartetos de cuerda, una combinación camerística que se desarrolló en Valencia más tardíamente que en Madrid y el resto
de España. A Ruperto Chapí
(1851-1909) se le conoce y valora grandemente por sus óperas y
zarzuelas, pero el resto de su
música es muy desconocida. Sus
cuatro cuartetos de cuerda,
obras tardías, no son nada desdeñables; el Segundo, de 1904,
recogido en este CD y el mejor
considerado de todos, evoca en
sus cuatro movimientos aires de
nacionalismo español, y lo hace
con solidez y gran atractivo. De
Manuel Palau (1893-1967) se ha
escogido su Cuarteto en estilo
popular, de 1928 y sometido a
revisión en 1938. Partitura de
corte nacionalista valenciano,
transpira, como tantas creaciones del autor, influencias del folclore de su región. Vicente
Asencio (1908-1979), de quien
ateriormente comentamos sus
canciones y obra para piano
incluidas en el volumen 2 de la
serie de PMV, está aquí representado por una pieza de juventud, el Cuarteto en fa, homenaje
a los cinco, escrito en meses de
1931 y 1932. Lirismo y libertad
formal son características de esta
partitura, en la que asimismo se
detecta un melodismo inspirado
en la música popular de ciertos
compositores
nacionalistas
rusos. Encargado de llevar todo
esto a buen puerto es el Cuarteto Canales, compuesto por los
violinistas Juan Llinares y Esther
Rubio, el violista Luis Llácer y el
violonchelista Javier Albarés.
Agrupación que viene desarrollando una notable labor en pro
de la recuperación del repertorio
español para cuarteto de cuerda
en su doble faceta de investigación e interpretación.
mundialización actualmente imperante (que en
el campo de
la música no
es un hecho nuevo), la polaca
Orquesta Filarmónica de Czestochowa, dirigida por el riojano
Tomás Garrido y con la participación del guitarrista madrileño
Pablo de la Cruz y, en una breve aparición, del zaragozano
Javier Mas a la bandurria, nos
ofrecen un curioso CD de notable nivel interpretativo y más
que asequible resultado sonoro
para el oyente. El canario
Miguel Ángel Linares, en Música para un paisaje, mediante
un lenguaje tonal/modal, rinde
un homenaje a la isla de Tenerife inspirándose en tres de sus
fascinantes parajes naturales:
un valle, una playa y dos acantilados, todos ellos con nombre
propio. Poema sinfónico de
belleza melódica y ensoñadora,
acorde con lo que pretende
evocar.
Cuentos
de
la
Atlántida, homenaje a su vez a
la homónima obra inacabada
de Manuel de Falla en el cincuentenario de su muerte, es
composición colectiva en seis
partes, en las que Enrique Igoa,
Feliu Gasull, Carlo Domeniconi
y Miguel Ángel Linares abordan
aspectos diferentes del trabajo
del autor gaditano o del mito
que le sirvió de punto de arranque. A la unidad de intención
corresponde una heterogeneidad de estilos y una variedad
imaginativa muy de agradecer,
cajón de sastre con materiales
diversos, incluidos los melódicos y dodecafónicos, cuya
secuencia no tiene nada de
caótica y sí mucho de variada y
amena. En este caso, el siempre arriesgado proyecto de
obra colectiva presenta un
satisfactorio balance estético
final (precioso ese continente
imaginario de Linares, entre la
realidad y el sueño, pleno de
obsesiva tensión y angustia),
en el que el peculiar y hermoso sonido de la guitarra tiene,
desde luego, un papel destacado, determinante.
El grupo Diabolus
in
Musica es ya
referencia
obligada en
la historia de
la
música
contemporánea del último
medio siglo en Cataluña y en
España. Creado en 1965 por Joan
Guinjoan y Juli Panyella, y dirigido por el primero, con él colaboraron numerosos e importantes
artistas y a través del mismo vieron la luz por primera vez
muchas obras de autores españoles. En su haber está asimismo
la difusión en la península de
obras de especial significación
de autores extranjeros hasta
entonces aquí desconocidas. El
13 de abril de 2005, en la Residencia de Investigadores de Barcelona, se celebró un concierto
homenaje por el cuadragésimo
aniversario del nacimiento de la
mencionada agrupación. La grabación del mismo produjo CD
que nos ocupa. Siete autores de
distintas generaciones y de estilos diferentes, pero todos ellos
con idiomas enteramente contemporáneos, coinciden en
recordarnos que estamos hablando de música de hoy, aunque en
las respectivas evoluciones estéticas de cada uno de ellos el
momento actual tal vez ya no
sea coincidente con algunas de
las obras del programa: Canvas,
un cuarteto de Josep Maria Guix,
el más joven de los compositores
presentes; Mishra (mezcla, en
hindi), producto temprano de
Carles Guinovart; Epigrames per
a sextet, comienzo de una indagación especialmente significativa en la labor compositiva de
Benet Casablancas; GIC-1979,
obra emblemática y muy difundida de Joan Guinjoan. Y tres
estrenos absolutos, en los que
cada uno de sus respectivos
autores profundiza en el desarrollo del propio lenguaje: Unstable
Surface, de Agustí Charles; Constel.lacions, de Josep Maria Mestres Quadreny; Variacions in
memoriam Edwin P. Hubble, de
Josep Soler. Un CD para la nostalgia y para la reflexión.
José Guerrero Martín
José Guerrero Martín
José Guerrero Martín
115
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VARIOS
DICIT DOMINUS.
SCHOLA ANTIQUA. Director: JUAN
CARLOS ASENSIO.
PNEUMA PN-910 (Karonte). 2006. 71’.
DDD. N PN
A partir de la
publicación
en mayo de
2005 del primero de los
tres volúmenes del nuevo
Antifonario monástico editado
por la abadía de Solesmes, el
conjunto Schola Antiqua preparó
este curioso trabajo en el que se
recogen antífonas y responsorios
con textos evangélicos en los
que se escucha la voz de Cristo.
Desde las bodas de Caná
(“Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí?
Aún no ha llegado mi hora”) hasta el encuentro post mortem de
Emaús (“Oh, necios y tardos de
corazón…”) se va componiendo
una especie de recorrido por la
vida mesiánica de Jesús. Asensio
se ha tomado la libertad de añadir algunos recitativos para enlazar distintas piezas y dar así más
sentido narrativo a los textos. El
resultado es, como en las últimas
grabaciones del conjunto, de un
depuradísimo equilibrio, una
sonoridad redonda y plena, un
extremo cuidado en los aspectos
prosódicos y un intimista y sentido recogimiento expresivo.
tos compositores más o menos de
su generación: Franco Donatoni
(Rash II), Tomás Marco (Paraíso
dinámico) y Sofía Gubaidulina
(In Erwartung), todas ellas escritas entre 1993 y 2003. Evidentemente, cada uno de los autores
aplica su propio lenguaje, su
peculiar estilo y su particular concepción de la música, pero tienen
aquí en común la exploración de
la combinación tímbrica de unos
saxofones con la flauta (Obertura
a la francesa) o de cuarteto de
saxofones con piano y percusión
(las obras restantes). Siendo distintos los puntos de partida y
también las motivaciones, coinciden sin embargo los compositores en trabajar sobre unos cuantos pilares básicos: rigor compositivo, virtuosismo, cuidado en la
expresión e indagación/explotación de las posibilidades del Sax
Ensemble, que responde con una
magnífica actuación (en este caso
con la colaboración de otros instrumentistas), haciendo gala de
sus virtudes y posibilidades, que
son muchas. En conjunto, un
estupendo CD gracias a los autores y al excelente hacer del Sax
Ensemble, que está logrando un
importante repertorio para la formación que le es propia.
José Guerrero Martín
ET IN CARNE MEA.
Pablo J. Vayón
EN TORNO A LUIS DE
PABLO.
Obras de De Pablo, Donatoni,
Marco y Gubaidulina. SAX
ENSEMBLE. Director: JOSÉ DE EUSEBIO.
VERSO VRS 2041 (Diverdi). 2006. 65’.
DDD. N PN
Q
116
uienes
tuvimos
la
oportunidad
de asistir al
bautismo en
público del
Grupo
Sax
Ensemble en 1987 —en el concierto de presentación de los II
Encuentros Europeos del Saxofón, dentro del III Festival de
Música Contemporánea de Alicante— y comentar su feliz nacimiento, hemos comprobado después la progresión y consolidación del mismo a escala internacional. En el año 2000 el Sax
Ensemble participó en algunos de
los homenajes que se le dedicaron a Luis de Pablo al cumplir
setenta años. En el espíritu de
aquellas actuaciones surgió el CD
que nos ocupa, que incluye tres
obras del propio De Pablo (Obertura a la francesa, Rumia,
Corola) y otras tres de otros tan-
Música para una celebración
litúrgica. CAPELLA SAETABIS.
Director: RODRIGO MADRID.
sede del Concejo hasta la iglesia
y finalizando con una obra
solemne para órgano. En esta
edición se ha recurrido al gran
Cabanilles en ambos extremos,
adaptando instrumentalmente
uno de sus tientos de batalla
para el comienzo y otro de sus
tientos originales para órgano en
el final. En la parte propiamente
litúrgica, la Capella Saetabis que
está integrada aquí por las voces
solistas de Pilar Moral, Susana
Puig, Cristina Faus, Antonio
Lozano y Carlos López Galarza y
un nutrido conjunto instrumental, juntamente con los grupos
vocales Ricercare y Renaixença,
todos ellos dirigidos por el propio Rodrigo Madrid, interpretan
obras de alguno de los que fueron maestros de capilla de San
Nicolás, fundamentalmente una
misa del discípulo de Cabanilles,
el también organista Jordi Rodríguez, además de algunas partes
aisladas de otros maestros que
también formaron parte de la
misma, como Ambrosio de
Cotes, Gabriel Aznar o Martínez
de Lillo. Una estupenda iniciativa para dar a conocer poco a
poco la tanta y tanta música durmiente en los archivos eclesiales
españoles y de la que no cabe
más que felicitar a los investigadores, intérpretes y patrocinadores que la han llevado a cabo.
Felicitaciones y deseos de que la
mencionada colección continúe
ampliando su andadura.
José Luis Fernández
EGT 991-CD (Gaudisc). 2005. 52’. DDD.
N PN
La Capilla de
Música de la
Ciudad
de
Alicante es
quizás el único caso, al
menos español, de capilla musical bajo la
titularidad del Concejo y destinada a solemnizar actos litúrgicos
en las iglesias de la ciudad, particularmente en la colegiata concatedral de San Nicolás, así
como otros actos de carácter
civil. El presente disco, perteneciente a la colección Música
sacra del barroco valenciano
que dirige el musicólogo Rodrigo Madrid está editado con el
patrocinio de la Universidad de
Alicante y tiene por objeto
difundir la obra de los maestros
de dicha capilla, cuya fundación
se remonta probablemente a
mediados del siglo XV. Han configurado su contenido tal como
se desarrollaban y siguen desarrollándose las actuaciones de la
Capilla en las celebraciones
litúrgicas, comenzando por una
marcha instrumental desde la
GIGANTES DEL
RENACIMIENTO.
Obras de Tallis, Taverner, Des
Prés, Palestrina, Byrd y Victoria.
THE TALLIS SCHOLARS. Director: PETER
PHILLIPS.
2 CD GIMELL CDGIM207 (Harmonia
Mundi). 1984-1993. 151’. DDD. R PM
El
sello Gimell reedita
en un doble
CD una selección de grabaciones del
conjunto The
Tallis Scholars, conteniendo
obras completas y no fragmentos, como había hecho en una
antología anterior y por ello su
interés es mucho mayor. Los
gigantes a que se refiere el título
son Tallis, Taverner, Des Prés,
Palestrina, Byrd y Victoria. Son
todos los que están pero, evidentemente, no están todos los que
son. Los intérpretes y su editora
son ingleses y esto habrá influido
en la elección, muy respetable,
pero hablando de gigantes es
inevitable echar de menos a un
Orlando de Lasso, del que han
grabado un excelente disco conteniendo la Misa Osculetur me y
otras obras. En fin, una pega por
poner alguna y a la recopilación,
no a las interpretaciones. Se abre
la misma con el de veras gigantesco motete a cuarenta partes
Spem in alium, buque insignia
del compositor que da nombre al
conjunto y de toda la polifonía
inglesa y se cierra con el
Réquiem de Tomás Luis de Victoria, quedando entre medias misas
de John Taverner, Josquin des
Prés, Palestrina y William Byrd,
una de cada compositor.
Son sobradamente conocidas la claridad en las líneas polifónicas, la perfecta afinación y el
equilibrio entre las voces, así
como el absoluto dominio del
repertorio que posee el grupo
vocal inglés y las respectivas
grabaciones fueron ya comentadas en los momentos de su primera aparición, no demasiado
lejanos en el tiempo, por lo que
parece innecesaria más insistencia. Decir únicamente que si
alguien no las adquirió entonces, puede hacerlo ahora a un
precio razonable, consejo que se
puede dar especialmente a quienes tan sólo quieran tener una
pequeña pero excelente muestra
de la polifonía sacra del período
renacentista, aunque sólo sea
por no cometer el pecado mortal de perderse la Misa Pange
lingua del gigantísimo Josquin
des Prés en la maravillosa interpretación que de ella hace el
grupo dirigido por Peter Phillips.
José Luis Fernández
I HEAR AMERICA
SINGING.
Obras de MacDowell, Leoffler,
Griffes, Ritter e. a. THOMAS
HAMPSON, barítono; WOLFRAM
RIEGER, MALCOLM MARTINEAU, piano.
2 CD ORFEO C 707 062I (Diverdi). 137’.
2001, 2005. DDD. N PN
Varias sesiones en Salzburgo. Sobre
todo en tres
fechas
de
agosto
de
2001.
Pero
también cuatro años después (3
Lieder de Korngold). Es una especial propuesta de la voz poderosa
y de hermoso timbre del barítono
estadounidense de Indiana Thomas Hampson, que ofrece un
recorrido de canción y poesía de
su espléndido, infinito país. Desde las “voces tempranas” (MacDowell, Leoffler, Griffes, Ritter),
Hampson muestra un recorrido
en que tiene especial protagonismo el poeta Walt Whitman, a
menudo reconocido por los de
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VARIOS
fuera (Bridge, Vaughan Williams,
Hindemith), pero sobre todo por
los de dentro (Rorem, Burleigh,
Naginski, Ernst Bacon, L. Bernstein). La América negra, la América de Emily Dickinson, la de Tennesse Williams en un breve ciclo
con sabor a menudo muy a
Gershwin compuesto por el
narrador y compositor Paul Bowles, acaso desde su atalaya tangerina. El Mozarteum, sancta sanctorum de determinado repertorio,
abría las puertas de par en par a
otro menos habitual allá, con la
voz cantada y a veces didáctica
de Hampson, acompañado por
Wolfram Rieger, y en alguna ocasión por Malcolm Martineau. Eran
los tiempos finales de Gérard
Mortier y Hans Landesmann en
Salzburgo. El recital es bello, exigente y al mismo tiempo con un
toque popular propio de la vocalidad de Estados Unidos. Echamos de menos algún autor
importante para la voz americana,
como Ives, como Barber. Pero la
verdad es que vale con lo que se
nos ofrece aquí. Esa voz clara y al
mismo tiempo vigorosa marca
con su personalidad un recital
distinto, con esos nombres y
varios más que no es cuestión de
agotar aquí en una relación excesiva. Dos discos, en fin, que
harán las delicias del aficionado a
la voz que no tenga reparos de
salir del repertorio liederístico
habitual.
Santiago Martín Bermúdez
seguido tan fielmente como fue
posible por Heller y el conjunto
de vientos que dirige denominado Rabaskadol, juntamente con
el conjunto vocal Rostocker
Motettenchor. Han seleccionado
una serie de obras de autores
anónimos y otras de Orlando de
Lassó, Giaches de Wert y Andrea
Gabrieli, que reflejan la progresiva transición sufrida por la
música de la corte de Graz, que
pasó de estar influenciada por
los grandes compositores franco-flamencos a estarlo por otros
pertenecientes a la escuela italiana. Nada sorprendente, pues lo
mismo ocurrió en todas las
demás cortes, como es bien
sabido.
Nada que reprochar a los
intérpretes, pues no se trata de
una adaptación suya o simplemente actual, lo que podría ser
discutible, sino que dan a conocer la contenida en un manuscrito de la época, lo que es una
notable y curiosa aportación al
conocimiento de los modos
interpretativos en una corte que
gozaba de una gran estima por
su refinamiento artístico y cultural. Por otra parte, los instrumentistas del conjunto Rabaskadol manejan los suyos, tanto los
de madera como los de cobre,
con delicadeza y en muy buena
conjunción con el conjunto
vocal. Como conclusión, un disco notable por las razones
expuestas, aunque no sea, ni lo
pretende, el patrón para escuchar obras de Orlando de Lasso
o de Giaches de Wert.
IN PRINCIPIO.
y del recitar cantando de una
sola voz solista propugnados por
la Camerata fiorentina de Vincenzo Galilei y que tan enorme
importancia tendrán en la evolución posterior de la música artística occidental (como que de ahí
nacerá la ópera). Pocas áreas del
repertorio exigen menos componentes al tiempo que un tratamiento más cuidadoso de todos
los detalles. Esa sensación de
solidez y fragilidad simultáneas
es transmitida perfectamente en
esta grabación por la voz clara y
sin vibrato alguno de María Cristina Kiehr, no menos que por el
delicado fondo instrumental
sobre el que se proyecta. Únicamente allí donde la exigencia de
redondez en el agudo se hace
extrema (pista 4, 6’45’’; no tanto
pero también en pistas 7 y 9) se
aprecia cierta tirantez en esta
soprano argentina formada en
Basilea. En cuanto a Concerto
Soave, dirigido por Jean-Marc
Aymes desde un claviórgano
(sic) construido por Quentin Blumenroeder y Emile Jobin en
1998, se muestra tan sutil en las
páginas vocales como en los
interludios instrumentales cuya
ausencia seguramente produciría
una fatiga auditiva naturalmente
indeseada. En este sentido, la
interpretación que al archilaúd
hace Matthias Spaeter de la Toccata Quinta del Libro primo d’intavolatura de Kapsberger resulta
modélica. Como todo el disco,
por otra parte registrado en
tomas amplias pero precisas.
Alfredo Brotons Muñoz
RABASKADOL. ROSTOCKER
MOTETTENCHOR. Director: FRITZ
HELLER.
ALIUD ACD HA 010-2 (Gaudisc). 2006.
51’. SACD. N PN
F ritz
Heller
parte
de
doble afirmación de que
toda la música del siglo
XVI fue de
origen vocal excepto la destinada a la danza y de que, de toda
la gama de instrumentos, los de
viento son los más adaptables a
imitar la voz humana. Con base
en ello, ha utilizado un manuscrito perteneciente a la capilla
de la corte de Graz realizado
sobre 1585 por un trompetista
llamado Niclas Rekh y que contiene una serie de adaptaciones
de obras de música vocal para
ser acompañada por instrumentos de viento o interpretada
solamente con ellos. Tal manuscrito es sumamente detallado en
cuanto al tipo de instrumentos a
utilizar y su distribución en relación con las voces y ha sido
José Luis Fernández
LAMENTACIONES PARA
LA SEMANA SANTA.
Obras de Carissimi, Rossi,
Frescobaldi, Palestrina,
Anónimo, Kapsberger y
Marcorelli. MARÍA CRISTINA KIEHR,
soprano. CONCERTO SOAVE. Director:
JEAN-MARC AYMES.
HARMONIA MUNDI HMC 901952.
2006. 69’. DDD. N PN
S e reúne en
este disco una
selección de
las veintitrés
piezas que
con el título
genérico de
Lecciones de tinieblas fueron
compuestas en Roma por los
compositores más destacados en
Italia durante siglo XVII con textos de los cinco poemas en que
consiste el libro de las Lamentaciones del profeta Jeremías se
hallan en el Civico Museo Bibliografico Musicale de Bolonia. Es la
época del desarrollo del bajo
continuo como acompañamiento
MÚSICA PARA
COMPLETAS.
tacados compositores de entonces. Los trece miembros de Stile
Antico, con todas las voces femeninas en la cuerda de soprano y
una masculina añadida en la de
contralto, enfocan sus interpretaciones con la mira puesta en el
logro del equilibrio entre los dos
conceptos, en principio contrapuestos, de discurso y suspensión. Para conseguirlo, se advierte
el sumo cuidado puesto en el juego de contrapesos que constantemente se establece entre las líneas superiores e interiores, en primer y segundo plano, tenidas y
movidas, a fin de que nunca se
pierda el más mínimo matiz de
una sola inflexión. Quizá en
algún pasaje se eche de menos la
personalidad distintiva que
podría aportar una dirección unipersonal, pero no por ello se
incurre en asepsia expresiva y,
por ejemplo en el final del Nunc
dimittis de William Byrd (pista
15), la gloriosa luz de Israel que
iluminará a todos los pueblos
encuentra fiel reflejo en la exaltación con que se redondean los
diseños ascendentes de las sopranos. En el extremo opuesto, en
las tres formulaciones del In
manus tuas de John Sheppard
(pistas 7 y 8) los bajos coinciden
en un recogimiento de contagioso fervor. Y, entre los momentos
de particular calidad en el tutti,
nótese las minuciosamente calibradas ascensiones de los Miserere de Thomas Tallis (pista 10) y
de Byrd (pista 11), tan diferentes
en cuanto a técnica compositiva y
tan por igual eficaces desde el
punto de vista de la producción
de emoción en estas versiones.
Alfredo Brotons Muñoz
Obras de Sheppard, Byrd, Tallis,
White y Aston. STILE ANTICO.
HARMONIA MUNDI HMU 907419.
2006. 75’. DDD. N PN
La
música
coral a cappella tuvo uno
de sus terrenos de cultivo
mejor abonados en los
monasterios de la Inglaterra preanglicana. Más precisamente, la
ruptura con Roma de Enrique
VIII en 1534 coincidió con su
máximo esplendor, cuando la
polifonía alcanzó unos niveles
máximos de sofisticación pero
sobre todo de sutileza. De ese
período procede la mayor parte
de la música contenida en este
disco, que toma la música para
completas (la última hora canónica del día, que por cierto fue
suprimida con la reforma) como
tamiz para la selección de un
puñado de obras de los más des-
PASIÓN ARGENTINA.
Obras de Piazzolla, Ginastera y
Guastavino. ELENA GRAGERA,
mezzosoprano. OCTETO DE
VIOLONCHELOS CONJUNTO IBÉRICO.
Director: ELÍAS ARIZCUREN.
CHALLENGE CC 72170 (Diverdi). 2006.
63’. DDD N PN
E l Conjunto
Ibérico es un
octeto de violonchelos de
aquilatada
calidad: rico
sonido, timbres uniformes, disciplina, brillo
en los momentos de bravura. El
programa argentino aquí seleccionado trabaja con arreglos y no
siempre con acierto en los resultados artísticos, ya que los técnicos son regularmente impecables. En las milongas de Piazzolla
con letras de Borges, el acompañamiento es excesivo. En las canciones de Guastavino y Ginaste-
117
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ra, demasiado ancho y oscuro.
En la Estancia de este último, el
paso de la orquesta sinfónica al
dispositivo chelístico, pierde
colores. Donde más ajustado se
muestra el traspaso es en la Pampeana nº 2 del mismo autor,
resuelta de modo ejemplar.
La mezzo Gragera, competente y esforzada, cumple su
cometido.
Blas Matamoro
LA PASIÓN DE
CLERMONT.
UN DISCO HISTÓRICO
NEW MUSIC FOR
ELECTRONIC AND
RECORDED MEDIA.
WOMEN IN ELECTRONIC
MUSIC-1977. Obras de
Beyer, Lockwood, Anderson,
Roberts, Oliveros y Spiegel. THE
ELECTRONIC WEASEL ENSEMBLE. DANNY
SOFER, percusión; SCOTT JOHNSON,
tambura.
BRICE DUISIT, voz y viola de arco.
NEW WORLD 80653-2 (Diverdi). 1977.
47’. DDD. R PN
ALPHA 520 (Diverdi). 2005. 53’. DDD.
N PN
Con los años y las continuas
La
118
Electronic Weasel Ensemble
serie Les
chants de la
terre de Alpha
vuelve
a
desenterrar
otro tesoro de
valor fundamentalmente lingüístico, pero
estrechamente ligado con lo
musical. Se trata de un poema
integrado por 129 estrofas o
coblas de cuatro versos octosílabos, escrito en langue d’oil con
variantes occitanas, que se conserva en la Biblioteca de Clermont-Ferrand en un importantísimo manuscrito que contiene
también La vie de Saint Léger,
otro básico poema altomedieval.
Es una narración de la Pasión,
que tras la primera cobla introductoria “Hora vos dic vera raizun-De Jesu Christi passïun-Los
sos affanz vol remembrar-Per
que cest mund tot a salvad” ilustrada con la notación musical en
neumas a utilizar en el poema,
lírico por consiguiente, comprende desde la llegada a Betania
hasta la Ascensión y el Pentecostés, con dos estrofas finales de
loa y reflexión. Puede decirse
que es el primer tratamiento
musical del tema, que se desarrollará ininterrumpidamente hasta
los últimos ejemplos conocidos
aportados por Rihm, Gubaidulina, Tan Dun y Golijov en el año
2000 a instancias de Helmuth
Rilling para conmemorar los 250
años de la muerte de J. S. Bach,
el más notable aportador al género. Esta primera Pasión puede
situarse en los entornos del año
1000, una época especialmente
convulsa en la historia del cristianismo y es probable que el autor
fuera un fraile mendicante que
intentara recordar a los fieles las
esencias de su religión frente a la
generalizada corrupción eclesiástica, aunque también pudo haber
estado destinado a la liturgia de
Semana Santa.
Brice Duisit, poseedor de
una voz cálida y convincente, se
reediciones, este álbum de largo título se ha convertido en
un clásico de la modernidad. Y
llama poderosamente la atención que en ese título figure
además la fecha de producción, 1977, lo que viene a
señalar el momento compositivo en el que se encuadran las
obras del disco, una etapa floreciente de la vanguardia norteamericana, entre el inicio de
la época de madurez de un
Reich, el estrellato de Glass
con Einstein on the beach, el
giro de Ashley hacia las largas
historias dramatizadas y, en
fin, la consolidación del trabajo electroacústico en los laboratorios ubicados en las universidades. En la contraportada
de la vieja edición de New
Music for Electronic and Recorded Media en vinilo (sello
Arch: hoy pieza de culto), el
inquieto Charles Amirkhanian
presentaba de forma general a
las figuras femeninas de las
que allí se ofrecía poco menos
que su tarjeta de presentación.
Jamás antes el mundo del disco había confiado todo un
registro a la música hecha por
mujeres. Amirkhanian, en un
alarde de erudición, sorprendía
en aquel texto citando también
encarga de esta ardua tarea
acompañándose con una viola
de arco en modelo de época. Ya
había grabado, en esta misma
serie de Alpha y con el mismo
acompañamiento instrumental,
un interesante disco dedicado a
los poemas de Guillermo de
Aquitania, conocido como el primer trovador. Explica aquí que
por razones técnicas, aunque no
dice cuáles, pero suponemos que
pueden ser de duración, ha omitido la grabación de 28 estrofas,
las relativas a la narración del
Santo Entierro, la Ascensión y el
Pentecostés, aunque los textos
correspondientes figuran también
en el librillo acompañante. No se
a otras mujeres compositoras
que frecuentaban una estética
progresista, interesadas en la
búsqueda de nuevas sonoridades por medio del empleo de
un arsenal técnico en aquel
momento de gran sofisticación.
Llama hoy la atención, releyendo aquellas notas de Amirkhanian, que, aparte del anonimato en el que han caído algunas
de las autoras que ahí se citaban, como Diemer, Grigsby o
Louie, se señalase la importancia de compositoras como la
francesa Eliane Radigue (hoy,
la gran reina de la composición por medios electrónicos y
figura de culto), la holandesa
Marez Oyens o, sorprendentemente, la inglesa, circunstancialmente ligada al mundo de
la performance y las artes plásticas, Lily Greenham, ahora de
actualidad gracias a la recuperación de su obra electrónica
en un formidable CD de la firma Paradigm.
En la primera edición en
CD de New Music…, en 1997,
en el sello CRI, se incluía un
escrito suplementario de
Amirkhanian y densa información sobre cada una de las
compositoras. Y es justamente
todo ese texto el que ocupa las
muy aprovechadas 27 páginas
del libreto en la reedición de
New World de este CD que ha
pasado a la historia por ser el
escaparate de nombres que
con el paso de los años se han
convertido en referencia en el
ámbito de la performance
(Laurie Anderson), en el uso
del continuum sonoro y la disposición de los instrumentos
en afinación justa (Pauline Oliveros) y, en fin, en el empleo
de medios electrónicos y la
trata sólo de una labor de arqueología musical, de veras que además se escucha con interés.
José Luis Fernández
PAULINE VIARDOT AND
FRIENDS.
Il salotto. Vol. 10. Páginas de
Viardot, García. Rossini,
Gounod, Meyerbeer, Chopin y
Berlioz. FREDERICA VON
STADE,VLADIMIR CHERNOV Y ANNA
MARIA ANTONACCI. FANNY ARDANT,
narradora; DAVID WATKIN,
violonchelo; DAVID HARPER, piano.
2 CD OPERA RARA ORR 240 (Diverdi).
2006. 83’. DDD. N PN
voz humana para conformar
un variado y atractivo mundo
que oscila entre el paisaje
sonoro y el melodrama acusmático (Annea Lockwood). De
todas formas, lo que suele sorprender, en un primer vistazo
al disco, es la inclusión de una
pieza compuesta en ¡1938!, la
excelente y atmosférica Music
of spheres, de Johannes Beyer,
autora desaparecida en 1944 y
muy ligada al ambiente estético de Henry Cowell y Dane
Rudhyar. Laurie Anderson, en
las breves y contundentes New
York Social Life (para voz, tambura y ¡teléfono!) y Time to go,
para voz, violín, guitarra y
órgano, demuestra que en su
concepción estética se privilegia más el tono casi periodístico, testimonial, que el puramente musical, mientras que
piezas como Appalachian grove y Points aparecen aún como
prácticamente lo mejor que
hayan grabado hasta ahora
Laurie Spiegel y Ruth Anderson. Mucho menos conocida,
Megan Roberts está presente
con una obra a contracorriente, la muy vital I could sit here
all day, de un ambiente salvaje
y tribal que mantiene totalmente su frescura.
Francisco Ramos
Pauline Viardot era hija
del
tenor
e s p a ñ o l
Manuel García y hermana
de
Maria
Malibrán, verdadera saga de artistas que dieron gloria a la música
en su época. Poseía una formación muy completa en canto, piano y composición y además era
una intérprete con gran poder de
convicción, a lo que unía una
gran sensibilidad con los creadores de todos los géneros, junto a
una gran inteligencia y una profunda capacidad de absorción en
todas las facetas en las que es
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necesaria inspiración. Nacida en
1821, se retira de la escena en
1863 y se dedica a apoyar a jóvenes talentos. También se dedica a
componer, una obra llamada
Céndrillon, editada en disco y
canciones, algunas de las cuales
se incluyen en esta magnífica
propuesta, junto a otros músicos
con los que estuvo vinculada.
Sus años en Rusia le llevan a
componer en este idioma, al
igual que lo hace en textos en
francés o en alemán, con partituras interesantes, alguna de las
cuales como L’absence, recuerdan su ascendencia española.
Entre las piezas de sus amigos
destaca Celos, de Manuel Garcia,
La regata veneziana de Rossini o
La captive, de Berlioz. La interpretación corre a cargo de Frederica von Stade, con su exquisita
musicalidad, Anna Caterina Antonaci, remarcando su sentido dramático y Vladimir Chernov, que
destaca especialmente en las canciones en ruso, con su canto
noble, acompañados por David
Harper, al piano con versiones
que contrastan los estilos y la
presencia de una narradora que
enmarca las situaciones.
Albert Vilardell
RETAULE DE NADAL.
Obras de Mason, Gruber, Palau,
Mozart, Salvador, Parker/Shaw,
Blanes, Berlin, Haendel,
Geofray, Blanquer y Cabanilles.
SPANISH BRASS LUUR METALLS. ORFEÓ
VALENCIÀ NAVARRO REVERTER.
ANACRUSI AC061 (Harmonia Mundi).
2006. 48’. DDD. N PN
C on
obras
expresamente
escritas para
Navidad
y
otras en principio concebidas para otros
menesteres pero posteriormente
adaptadas y asociadas a las fiestas navideñas, el presente CD es
una prueba demostrativa de lo
que da de sí la imaginación al
servicio de arreglos, adaptaciones o versiones de obras populares u originalmente compuestas
para plantillas distintas a las que
ahora comentamos. Y mucho es
lo que dan de sí los arreglos de
Juanjo Colomer y las adaptaciones de Carlos Benetó en las interpretaciones del excelente Spanish Brass Luur Metalls, cuyo trabajo con el Orfeó Valencià Navarro Reverter da unos resultados
tímbricos, colorísticos y ambientales de una gran riqueza sonora.
El programa es heterogéneo y
amplio: desde la Batalla imperial
(Cabanilles) y el Aleluya del
Mesías (Haendel), las más anti-
guas, hasta Ya se van los pastores
(César Geoffray), A Betlem m’en
vaig (Amand Blanquer) y Nadala
del desert (Matilde Salvador), las
más modernas, pasando por Joy
to the world (Lowell Mason), Stille
Nacht (Franz X. Gruber), Nadalenca (Manuel Palau), Ave Verum
Corpus (Mozart), Fum, fum, fum
(Alice Parker/Robert Shaw), San
Josep es fa vellet (Lluís Blanes) y
White Christmas (Irving Berlin).
Piezas tradicionales o de autor,
de un repertorio profano o religioso, variadas y suficientes para
poner a prueba los registros y
recursos de las dos agrupaciones
aquí reunidas —el quinteto
valenciano de metales creado en
1989, y la coral valenciana nacida
en 1972—, con una respuesta
excelente para satisfacción del
aficionado en general y goce del
buen catador de lo distinto.
José Guerrero Martín
THE JOHN DOWLAND
COLLECTION.
THOMAS BINKLEY, GÖRAN SÖLLSCHER,
NIGEL ROGERS, EMMA KIRKBY, BARBARA
BONNEY, ANNE SOFIE VON OTTER E. A.
2 CD DEUTSCHE GRAMMOPHON 477
6548 (Universal). 1966-2005. 121’.
ADD/DDD. R PM
Aprovechando el éxito
que
entre
determinado
grupo
de
compradores
de
discos
pudo tener el de Sting titulado
Songs from the Labyrinth, el
avispado departamento comercial de la DGG saca ahora al
mercado un álbum con dos CDs
conteniendo una recopilación
de obras de John Dowland que
en su día aparecieron en discos
del sello amarillo y de Decca. La
inmersión ha sido bastante profunda en el tiempo, pues comprende grabaciones que van del
año 1966 hasta el 2005 manejando un abanico de intérpretes
que incluye desde los pioneros
Binkley y su Studio der Frühen
Musik (Alfred Deller nunca grabó para la actual Universal) al
guitarrista Göran Söllscher,
pasando por especialistas como
Nigel Rogers y Emma Kirkby y
las estrellas Barbara Bonney y
Anne Sofie von Otter. Con
semejante nómina, el producto
tiene que ser forzosamente bueno, pues la franja de compradores a la que va destinado tampoco se va a andar con tiquismiquis, como si el estilo liederístico con el que Bonney utiliza su
preciosa voz corresponde a la
época o si interpretar con guitarra música inglesa escrita para
Paul McCreesh
CAMINO AL PARAÍSO
THE ROAD TO
PARADISE. Obras de
Tallis, Parsons, Britten,
Byrd, Sheppard, Rodney
Bennett, Tavener, Holst, Harris
y Howells. GABRIELI CONSORT.
Director: PAUL MCCREESH.
DEUTSCHE GRAMMOPHON 477
6605 (Universal). 2006. 74’. DDD.
N PN
E n 2005, el Gabrieli Consort
emprendía una gira por España
con el título de este disco. Y a
quienes lo vieron no les
defraudará lo que de ella ha
quedado en su plasmación en
este registro absolutamente
asombroso. El resto tiene ahora
la ocasión de emocionarse con
la que, sin duda, es una de las
grandes grabaciones corales
aparecidas en los últimos años
en el mercado discográfico. Y
lo es por las dos razones fundamentales que la hacen merecedora de tal honor: el repertorio y la interpretación. Hay aquí
parte de lo mejor de la música
inglesa de varios siglos, incluido el pasado con las espléndidas piezas de Britten —A
Hymn to the Virgin—, Rodney
Bennett —A Good-Night—,
Holst —Nunc dimittis—, Harris
—Bring us, O Lord God— y,
esta vez sí, Tavener —Song for
Atene. A ellas se unen Miserere
laúd es procedente o no. En fin,
una recopilación oportuna para
que algunos disfruten con la
música de John Dowland y de
paso se enteren de que este
gran compositor existió mucho
antes que Sting, no sólo en el
tiempo sino también en la discografía. Con tal motivo, hasta
puede que compren algún disco
más de los oportunamente reseñados en la contraportada de la
carpetilla. Como es bastante
habitual, los responsables de
Universal se muestran muy ingeniosos en marketing y poco preocupados por la musicología,
pero de todo tiene que haber en
la famosa viña y cada uno está
en su derecho de pagar los racimos que le apetezca comprar.
José Luis Fernández
WORLD PHILHARMONIC
ORCHESTRA.
Director: YUTAKA SADO. Obras de
Ravel, Bizet, Dukas y Berlioz.
NAÏVE V 5067 (Diverdi). 2006. 46’.
DDD. N PN
nostri, de Tallis, Ave Maria, de
Parsons —“si fuiste tan grande
en la primavera de tu vida,
cuánto lo hubieras sido en el
otoño si la muerte no te hubiera llevado”, dijo de él su copista Robert Dow—, Christe, qui
lux es et dies, de Byrd, In pace
in idpsum, de Sheppard y, del
mismo autor, Media vita in
morte sumus, el momento más
alto —literalmente embriagador—, de una emoción incontenible, de este disco excepcional. La interpretación es simplemente extraordinaria, mostrando el momento increíble en
que se encuentra el Gabrieli
Consort y la inteligencia, la
sensibilidad y la maestría de su
director. Para disfrutar, para llorar a lágrima viva de felicidad,
de gozo en este camino al
paraíso.
Claire Vaquero Williams
Un
sentido
rítmico implacable y entrega, en el sentido de la
energía, hasta
el denuedo
en la dirección no justifican más
que la respuesta calurosa inmediata del público presente, como
un resorte. Pero la calidad musical se resiente de tanta búsqueda
del espectáculo sonoro, que se da
en entusiasmo y calor, pero no
en calidades musicales. La exprimida orquesta no es excepcional,
ni lo es la toma de sonido, donde
priman madera y percusiones en
ese Bolero. Lo mismo en El
aprendiz de brujo y en el resto
del programa. De los fragmentos
orquestales de la Carmen de
Bizet, mejor no hablar. Lo lamentable es que los franceses aplaudan su música tocada de forma
sólo grandilocuente. Abundando
en ella, lo que faltaba, la Marcha
al suplicio de la Fantástica. No
es defendible ni por la duración.
José Antonio García y García
119
D VDDV D
BACH:
CRÍTICAS de la A a la Z
D
V
D
BACH-DONIZETTI
Suites para violonchelo solo
BWV 1007-1012. MISCHA MAISKI,
violonchelo. Directores de vídeo:
HUMPHREY BURTON Y HORANT H.
HOHLFELD.
2 DVD DEUTSCHE GRAMMOPHON
00440 073 4337 (Universal). 1986. 162’.
DDD. R PN
D oble
DVD
para el primer
registro que
hizo Maiski
de las Suites
de Bach, con
tomas realizadas en octubre y noviembre de 1986
en una hermosa estancia de la
renacentista Villa Caldogno-Nordera, obra de Palladio. Lejos aún
del irritante amaneramiento de su
segunda interpretación (que DG
grabó en 1999 y publicó al año
siguiente en su efímera colección
de CD-pluscore), el violonchelista letón se sitúa en una posición
aceptable dentro de los intérpretes tradicionales, esto es, románticos, de estas obras. El sonido es
poderoso, redondo, recio, de
indiscutible belleza, y Maiski
sabe moldearlo, perfilarlo y
endulzarlo para seducir al oyente. Su visión, de indisimulada
subjetividad, descansa en un
vibrato estructural, una articulación que tiende al legato casi
continuo y un rubato que roza lo
caprichoso y que en no pocas
ocasiones distorsiona el sentido
rítmico de las danzas, en especial
el de unas zarabandas convertidas casi en impromptus. Las
dinámicas resultan muy contrastadas (sólo hay que ir al Preludio
o a los Minuetos de la BWV 1008
para comprobarlo), rozando el
sentido sinfónico, y la ornamentación, que tiene poco que ver
con la de las interpretaciones históricas, se desata por norma en
las repeticiones. Filmaciones
directas y eficaces, limpias de
retórica.
Pablo J. Vayón
BACH:
Misa en si menor BWV 232.
RUTH ZIESAK, soprano; JOYCE
DIDONATO, mezzosoprano; DANIEL
TAYLOR, contratenor: PAUL AGNEW,
tenor; DIETRICH HENSCHEL, barítono.
CORO DE LA MAÎTRISE NOTRE-DAME DE
PARÍS. CONJUNTO ORQUESTAL DE PARÍS.
Director: JOHN NELSON. Director de
vídeo: OLIVIER SIMONNET.
VIRGIN 00946 370636 9 (EMI). 153’.
2006. N PN
El recurso a los “marcos incom-
120
parables” constituye una tentación por lo visto cada vez más
difícil
de
resistir para
los productores de vídeos
musicales. De
ellos
hay
sobre todo
dos
clases
especialmente peligrosas:
los escenarios al aire libre y los
templos. Lógicamente, estos últimos son los preferidos para las
composiciones religiosas; sus
inconvenientes principales, la
reverberación y la dispersión del
sonido: su combinación resulta
letal. En el mejor de los casos, los
técnicos consiguen disimular o
paliar los perniciosos efectos con
micrófonos de última generación
y en la mesa de mezclas. A los
responsables de esta interpretación de la Misa en si menor en la
catedral de Notre-Dame el éxito
no les ha sonreído. En los solos,
que por lo demás corren a cargo
de un muy competente elenco, el
problema aún se resuelve con
bastante dignidad; en los conjuntos en cambio, no hay remedio. Y
los instrumentos “modernos” no
hacen sino agravar la dificultad.
Como consecuencia de lo
dicho, el proyecto de ofrecer y
grabar la Misa y las Pasiones
(Mateo y Juan) en tres años consecutivos durante la Semana Santa se ha saldado en su primera
“jornada” con un hermoso documento visual. Olivier Simonnet
es un experto en la colocación
de las cámaras para lograr planos impactantes, con frecuencia
mediante una inteligente alternancia de las vistas generales y
el enfoque de detalles que suelen aparecer enmarcados por los
bordes de instrumentos o personas más próximos.
El entusiasmo de todos los
participantes queda fuera de
toda duda antes de oír a John
Nelson explicar en las entrevistas adjuntas su compromiso con
la obra musical y con el texto
religioso. Porque lo que de éste
y de los demás extras se deduce
con toda claridad es que el propósito de la iniciativa va más allá
del hecho artístico para incluir y
hasta constituirse en un acto de
difusión de la significación de la
catedral de Notre-Dame y sus
actividades (de las cuales esta
grabación no es sino otra más)
pastorales y litúrgicas. Considerado desde esta perspectiva, el
objetivo queda bastante bien
servido, y si de paso se gana
algún efectivo para la causa de
la melomanía, pues mejor que
mejor; desde el punto de vista
del simple aficionado a la música, amante de Bach, forofo de la
Misa en si menor o todo junto
pero nada más, esta opción dista
de merecer una recomendación
ardorosa.
Alfredo Brotons Muñoz
BEETHOVEN:
Sinfonías nºs 3 y 9. MATTILA,
URMANA, MOSER, SCHULTE. CORO DE
LA RADIO DE SUECIA. CORO DE CÁMARA
ERIC ERICSON. ORQUESTA FILARMÓNICA
DE BERLÍN. Director: CLAUDIO
ABBADO.
EUROARTS 2051138 (Ferysa). 20002001. 122’. R PN
Nueva reedición de este
DVD
ya
comentado
en su día desde estas mismas páginas,
por lo que
ahora
sólo
informamos
de su aparición en el mercado
bajo el sello Euroarts (la vez
anterior se incluía la marca TDK).
Nada que añadir a la objetividad,
entusiasmo y buen hacer de la
batuta, y a la espectacular respuesta orquestal que dejará
boquiabierto a cualquier espectador que tenga la fortuna de ver
este documento. Próximamente
nos extenderemos más con el
segundo volumen que incluye las
Sinfonías Primera, Sexta y Octava, ya que éste no fue comentado en SCHERZO.
Enrique Pérez Adrián
CHARPENTIER:
La Pastorale de Noël. LE STUDIO
VOCAL. Director: MARTIN GESTER.
Director de vídeo: OLIVIER SIMONNET.
ARMIDE ARM007 (Harmonia Mundi).
2005. 74’. N PN
H asta
tres
versiones
escribió Marc
A n t o i n e
Charpentier
de la Pastoral
sobre el Nacimiento
de
Nuestro Señor
Jesucristo H.
483, cada una de las cuales,
partiendo de una base común,
incluía elementos dramáticos y
argumentales diferentes. Martin
Gester ofreció en enero de 2005
en la iglesia de Saint-Germainen-Laye una interpretación que
reunía las tres versiones existentes (el propio director ofrece
explicaciones antes de cada
número alternativo), interpretación que se recoge en este
DVD. La obra se brinda en una
versión semiescenificada debida
a Benjamin Lazar, quien explica
D V D
BACH-DONIZETTI
Sergiu Celibidache
CELIBIDACHE ITALIANO
BRUCKNER: Sinfonía nº 9.
ORQUESTA SINFÓNICA DE LA RAI DE
TURÍN. Director: SERGIU
CELIBIDACHE.
OPUS ARTE OA 0976 D (Ferysa).
1969. 62’. H PN
Nueva colección de películas
protagonizadas por Celibidache
en sus conciertos con orquestas
italianas. En principio nos llega
esta Novena de Bruckner con la
RAI de Turín procedente de un
concierto dado en 1969, y también acaban de salir o están a
punto de hacerlo cuando redactamos estas líneas, la Fantásica
de Berlioz y las Sinfonías nº 39
de Mozart y Segunda de Schubert con el mismo conjunto
(recordemos que existen testimonios filmados de sus colaboraciones con las orquestas
radiofónicas italianas de Turín,
Milán, Florencia, Bolonia, Roma
y Nápoles, aunque no sabemos
si esta nueva edición de Opus
Arte incluirá sólo conciertos
con la orquesta de Turín o lo
hará también con las del resto
que acabamos de citar). A pesar
de que contamos con otras versiones de él de la Novena de
Bruckner con agrupaciones
mejores (Radio de Stuttgart en
DG, Filarmónica de Múnich en
EMI, también existe testimonio
filmado con esta última que
oportunamente saldrá en Euroarts), esta recreación que ahora
comentamos refinada, profunda, de naturaleza casi trascendental, de poderío irresistible y
ceñida, por supuesto, a las condiciones acústicas de la sala
turinesa, nos muestra a un Celibidache en el punto culminante
de su madurez (57 años) recreando una de las sinfonías más
estrechamente ligadas a su
carrera con una orquesta notable que en sus manos posee la
sonoridad, el equilibrio y la
variedad tímbrica de otras más
avezadas y justamente famosas.
La acertada filmación en blanco
y negro y el adecuado sonido
monofónico completan este
documento especialmente indicado para especialistas bruck-
nerianos o seguidores de este
gran director.
Enrique Pérez Adrián
Fabián Panisello
ELOGIO DE UNA HONDA LEVEDAD
CAMARERO: Instrucciones
para dejarse caer al otro lado
del vacío. COMPAÑÍA NACIONAL DE
DANZA 2. ACADEMIA DE MÚSICA
CONTEMPORÁNEA DE LA JOVEN
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA.
Director musical: FABIÁN PANISELLO.
Coreografía y escenografía: CHEVI
MURADAY. Directores de vídeo: JOSÉ
MIGUEL MARTÍNEZ, PILAR DE LA VEGA.
INAEM-BANCO DE SONIDO
BS003DVD. 2006. 56’. N PN
C on entusiasmo hemos de
saludar una iniciativa plenamente actual en el campo del
ballet como la que recoge esta
grabación, con una implicación
institucional convencida, la
complicidad íntima en el proyecto entre músico y coreógrafo —César Camarero (1962) y
Chevi Muraday, ambos galardonados el pasado año con los
su visión de la obra en la entrevista que se ofrece como bonus.
Su trabajo se centra en la gestualidad de los cantantes (necesariamente limitada, pues tanto
el coro como algunos solistas
pasan demasiado tiempo con la
partitura en la mano), que la
cámara de Olivier Simonnet
toma buscando principalmente
los efectos pictóricos, la inmovilidad de los protagonistas, especialmente en las escenas de
conjunto.
Sencillez e intimismo escénico que se reflejan también en la
interpretación musical. Gester es
Premios Nacionales de sus respectivas disciplinas artísticas—
y la calurosa acogida del público ante la calidad de la propuesta y el generoso empeño
invertido en su consecución.
No esperemos, sin embargo, un ballet de narrativa al
uso y lenguaje escénico y
musical tradicionales; ya la
elección de los textos literarios
que se incluyen en las notas al
DVD (Cirlot, Wittgenstein, Pessoa, Huidobro y Pizarnik) insinúa que nos hallamos ante el
desarrollo de un concepto germinal más abstracto: la constante mudanza del ser, amenazado por el vértigo existencial
y por la conciencia de su alteridad esencial, y su necesidad
de un espacio (¿utópico?) en
que poder desplegar un vuelo
de libertad.
un buen conocedor del mundo
de Charpentier, y aquí nos vuelve a brindar la imagen más
encantadora, sensual y elegante
del músico. Los cantantes son
jóvenes y muestran buen gusto y
gran conocimiento del estilo, y
el conjunto instrumental acompaña con excelencia, tanto por
el equilibrio general obtenido
como por la variedad de colores
y la exquisitez de su empaste.
Notas traducidas al castellano,
pero subtítulos sólo en francés,
inglés y alemán.
Pablo J. Vayón
Varias “densidades coreográficas” se suceden en un trazo único, de austera puesta en
acción basada en la luz y el
viento, que se apoya en una
música muy lograda, de gran
riqueza tímbrica e inventiva
DONIZETTI:
Lucia di Lammermoor. DESIRÉE
RANCATORE (Lucia), ROBERTO DI
BIASIO (Edgardo), LUCA GRASSI
(Enrico), ENRICO GIUSEPPE IORI
(Raimondo). CORO Y ORQUESTA DEL
FESTIVAL GAETANO DONIZETTI DE
BÉRGAMO. Director musical:
ANTONINO FOGLIANI. Director de
escena: FRANCESCO ESPOSITO.
Director de vídeo: MATTEO RICCHETTI.
DYNAMIC 33535 (Diverdi). 2006. 143’.
N PN
El mundo del DVD está creando, en algunas obras, una cierta
saturación, sin que el resultado
en la organización rítmica y
en su alternancia de facetas
agitadas y estáticas, como el
sugerente momento de inflexión central que encuentra
adecuada réplica formal en
una conclusión en que se consume completamente el sonido y finaliza, siempre de
modo provisional, la búsqueda argumental.
Inmejorable labor de la
Compañía Nacional de Danza
2 y de la Academia de Música
Contemporánea de la JONDE,
bajo la dirección experta y plena de matices de Fabián Panisello, y muy buena realización
audiovisual del espectáculo, en
su estreno en el pasado Festival de Música Contemporánea
de Alicante.
Germán Gan Quesada
global justifique mucho
su difusión.
Este es el
caso de la
Lucia di Lammermoor
dada en Bérgamo, que
cuenta con
una producción estática, que
quiere ser moderna pero es difusa, muy esquemática, donde se
quiere expresar parte de la
acción con los colores de la iluminación, pero que consigue
pocos efectos dramáticos y su
121
D VDDV D
DONIZETTI-OFFENBACH
teatralidad está limitada, con una
dirección de intérpretes algo
superficial. La dirección musical
de Antonino Fogliani se limita a
cumplir, olvidando la capacidad
melódica de Donizetti y la fuerza dramática que imprime a
muchas escenas, contando con
una orquesta cohesionada pero
algo compacta y un coro de
resultados variables. La protagonista es Desirée Rancatore,
soprano de una voz bella, pero
con un limitado poder de penetración, un agudo seguro aunque algo aflautado y una versión
poco variada, aunque es la más
regular del conjunto. Roberto De
Biasio es un tenor de buena voz,
pero no es siempre musical, tiene un estilo poco belcantista y
algo rudo, mientras que Luca
Grassi mantiene una línea
correcta, pero falta variedad,
completando el reparto el discreto Raimondo de Enrico Giuseppe Iori.
mación en estudio permite un
amplio desplazamiento de cámaras y un montaje de escenografías generosas, libres de los rígidos encuadres propios del teatro. Una estética kitschig muy
budapestina, pasada por peinados, pelucas y maquillajes del
cine de los setenta, más un vestuario suntuoso y objetos accesorios tomados de museos y archivos, completan la autenticidad y
justeza de la puesta.
El reparto es desigual. Destacan las dos damas, en especial
Takács, por su papel del gran
compromiso vocal (mezzo falcon
dramática de coloratura) y escénico, en especial durante los tramos finales de la ópera. El protagonista es un agradable tenor
lírico al cual falta empuje en los
momentos de heroísmo. Los
demás, de modestos alcances.
Cabe destacar que los personajes
están doblados por actores que
se desempeñan en play back.
Albert Vilardell
Blas Matamoro
ERKEL:
GAZZANIGA:
Hunyadi László. JÓZSEF SIMÁNDY
(Hunyadi), KLÁRA TAKÁCS (Mátyás),
ESZTER HORVÁTH (Szilágyi), SÁNDOR
PALCSÓ (Rey), ENDRE UTÖ (Cillei).
CORO, BALLET Y ORQUESTA DE LA
ÓPERA HÚNGARA. Director musical:
ADÁM MEDVECZKY. Director de
escena: LÁSZLO VÁMOS. Escenografía:
MÁTYÁS VARGA. Director de vídeo:
LÁSZLO CSÁKI.
Don Giovanni. ROBERTO IULIANO
(Din Giovanni), LINDA CAMPANELLA
(Donna Elvira), CRISTINA MANTESE
(Donna Anna), VALENTINA MOLINARI
(Maturina), MAURIZIO LEONI
(Pasquariello), GIORGIO TRUCCO
(Duca Ottavio), ALBERTO ROTA
(Commendatore), DARIO GIORGELÈ
(Biagio), CLAUDIA GRIMAZ (Donna
Ximena), LUCA TAMANI (Lanterna).
CORO DEL TEATRO DONIZETTI DE
BÉRGAMO. ORQUESTA ESTABLE DE
BÉRGAMO “GAETANO DONIZETTI”.
Director musical: PIERANGELO
PELUCCHI. Director de escena y
vídeo: ALESSIO PIZZECH.
VIDEOLAND VLD 136 (LR Music). 1977.
107’. R PN
122
L a obra de
Erkel es la
ópera nacional de Hungría. Dadas
las dificultades idiomáticas de su
libreto para
quien no sea
húngaro, su circulación se ha
visto muy restringida. Esta versión tiene, en consecuencia, un
valor añadido: acercar a los
públicos interesados y ajenos al
país de origen un trabajo de
valor. En efecto, Erkel actuó con
un sabio eclecticismo mezclando
aires de tradición popular con
una estructura de ópera histórica
a la francesa, soluciones de arias
y recitativos a la italiana más
algunas ráfagas de sinfonismo
alemán romántico. El resultado
demuestra un buen dominio del
utillaje y ofrece un sabroso e
infrecuente producto.
La versión es, en general, de
buen nivel. El director de
orquesta domina el lenguaje y el
estilo del autor, y los expone
con claridad y equilibrio. La fil-
BONGIOVANNI AB 20002 (Diverdi).
2005. 130’. N PN
G iuseppe
Gazzaniga
(1743-1818)
estrenó este
Don Giovanni en un acto,
con libreto de
Giovanni Bertati, en plenos
carnavales de
Venecia del año 1787. Compararlo con el de Mozart-Da Ponte que
subiría a la escena en Praga unos
meses más tarde sería tan ocioso
como odioso, pero el documento
tiene un valor evidente. Lástima
que sea poco menos que el único
esta grabación videográfica.
Pizzech la hace preceder de
un prólogo dramático en el que
durante media hora los actorescantantes discuten detalles de
los ensayos por los pasillos del
patio de butacas. Pero lo hacen
en italiano, seguramente dialectal además, y sin ninguna posibi-
András Schiff
UN CAMPEÓN PARA HAYDN
HAYDN: Capricho
en sol mayor Hob.
XVII:1. Sonata en mi
menor Hob. XVI:34. Fantasía
en do mayor Hob. XVII:4.
Sonata en do menor Hob.
XVI:20. Variaciones en fa
menor Hob. XVII:6. Sonata en
mi bemol mayor Hob. XVI:52.
ANDRÁS SCHIFF, piano. Directora
de vídeo: ANNA MÉREI.
HUNGAROTON HDVD 32441
(Gaudisc). 2005. 225’. N PN
P ara
gozar plenamente de
este magnífico DVD hará falta
un cierto nivel de comprensión auditiva del húngaro o
del inglés, los dos idiomas en
que András Schiff explica las
obras interpretadas sin unos
subtítulos que sí acompañan
—en francés o alemán, no
obstante— el documental
sobre la vida de Haydn y su
relación con los Esterházy
cuyas secciones hacen las
veces de interludios del concierto monográfico que ofrece
en uno de los castillos que
fueron propiedad de los mecenas musicales más famosos de
la historia. Sin embargo, quien
no posea esas capacidades lingüísticas no quedará defraudado, pues el pianista húngaro
está sencillamente genial.
Tiene seguramente razón
Schiff al considerar a Haydn,
concretamente al Haydn compositor para teclado, como un
compositor muy injustamente
subestimado. Para convencernos de ello, sus análisis unen
penetración intelectual y claridad expositiva. El empleo del
piano lo defiende con un
argumento, el de que para un
programa como el escogido en
esta ocasión serían necesarios
varios instrumentos diferentes,
que sólo la calidad de sus versiones hace absolutamente
incontestable. Algunas de las
inspiraciones que encuentra
en las partituras son ciertamente aventuradas, pero todas
son preciosas; la que más
ambas cosas, probablemente
la visión de una reflexión en
sonidos sobre la muerte en las
Variaciones en fa menor.
El concierto propiamente
dicho tiene lugar en un marco
incomparable y la única lástima es que el sonido del piano
no sea tan bello o bien se
recoja con un punto menos
fidelidad que los ejemplos con
que ilustra sus comentarios en
los estudios de Hungaroton.
Todo en cambio está muy bien
filmado, con ángulos de cámara siempre oportunos y sin
que el placer de las imágenes
distraiga el que producen los
sonidos. Y también el documental instruye al tiempo que
deleita.
Si es que Haydn, este
Haydn, necesitaba un campeón que lo dotara de profundo
contenido clasicista y lo apartara en consecuencia del
superficial cliché rococó, ya lo
ha encontrado. Se llama
András Schiff y quien lo oye
tocar (y hablar) se convierte
inevitablemente en adepto.
Para oír (y ver) muchas veces.
lidad de subtitulación. Ésta sí se
ofrece para la representación de
la ópera propiamente dicha,
pero sólo en italiano, francés,
inglés o alemán.
Sin ser nada del otro jueves,
la puesta en escena, inspirada
por la commedia dell'arte, merecería mejor tratamiento por parte
de las cámaras. Los constantes
fundidos y veladuras de propósito incierto cuando no francamente absurdo y torpemente
realizadas no enriquecen en
nada el producto sino que una y
otra vez distraen cuando no desconciertan al espectador. Por si
fuera poco, la técnica de digitalización de las imágenes empleada es a todas luces mejorable.
En el reparto vocal, en conjunto de un nivel medio sólo
aceptable, destaca la solidez
canora y las buenas dotes para
la acción cómica del barítono
Maurizio Leoni como Pasquariello (Leporello en Mozart) y la
bravura de la soprano Linda
Campanella en el único personaje que permite y al que aquí
Alfredo Brotons Muñoz
D V D
DONIZETTI-OFFENBACH
se dota de cierta profundidad
psicológica, mientras que el
tenor Roberto Iuliani nunca acaba de componer un Don Giovanni mínimamente creíble ni
musical ni escénicamente. Los
coros y la orquesta cumplen con
corrección sin alardes.
Alfredo Brotons Muñoz
MORENO TORROBA:
Luisa Fernanda. PLÁCIDO DOMINGO
(Vidal Hernando), NANCY HERRERA
(Luisa Fernanda), JOSÉ BROS (Javier
Moreno), MARIOLA CANTARERO
(Duquesa Carolina). CORO Y
ORQUESTA SINFÓNICA DE MADRID.
Director musical: JESÚS LÓPEZ COBOS.
Director de escena: EMILIO SAGI.
Director de vídeo: ÁNGEL LUIS
RAMÍREZ.
OPUS ARTE OA0969D (Fundación
Autor). 2006. 134’. N PN
Estrenada el
26 de marzo
de 1932 en el
Teatro Calderón
de
Madrid. Se
trata de la
zarzuela más
popular del
maestro Moreno Torroba y sin duda la que
más números conocidos contiene. Su acción se desarrolla en el
romántico Madrid isabelino, con
epílogo en tierras extremeñas,
dos espacios musicales que el
autor supo conjugar. Por una parte la vertiente castiza, popular
urbana y verbenera y por otra el
campo extremeño con sus manifestaciones folclóricas.
Programada por Emilio Sagi
en el año 2006 en el Teatro Real
de Madrid, gozó de doce representaciones. De su estreno
dimos opinión (véase SCHERZO
nº 211, septiembre de 2006), a
continuación dio lugar a la grabación en CD (véase SCHERZO
nº 215, enero de 2007), y ahora
alcanza el registro videográfico
en una coproducción de Opus
Arte/Teatro Real en asociación
con TVE. Un documento con
buenas tomas y excelente sonido extraído de las representaciones del 14 y 16 de julio del 2006.
Una Luisa Fernanda que goza,
por fortuna, de un extraordinario elenco que sirve a la obra
adecuadamente: un Plácido
Domingo entregado a su personaje, Vidal Hernando, noble
romántico y mucho de nostálgico; la cantante canaria Nancy
Herrera, digna Luisa Fernanda,
mezzo de cálida voz, sentido
gesto y buen gusto interpretativo. José Bros protagoniza al
galante y tarambana coronel de
húsares, Javier Moreno. Luce su
Iván Fischer
LA GRACIA DE LO NATURAL
MOZART: Così fan tutte.
cipios de los noventa triunfó en
Glyndebourne una gran producción de esta ópera firmada
en lo escénico por Trevor Nunn
y en lo musical por Simon Rattle. Tocaba la orquesta consignada arriba. Fue durante el
excelente festival dedicado a
Mozart en el bicentenario de su
muerte. Rememoramos ahora
aquel montaje —lamentablemente destruido y, que se sepa,
nunca plasmado en vídeo— al
contemplar esta moderna grabación en DVD. Son dos aproximaciones muy distintas, aquélla un tanto iconoclasta por su
planteamiento —sucedía a
principios del siglo XX en un
trasatlántico—, ésta más fiel a
las exigencias del libreto, pero
dotada de una carga erótica
superior y de una dramaturgia
estudiadísima.
En particular la labor de
los cantantes en su faceta de
actores es un prodigio conseguido sin duda por ese magnífico talento teatral —y cinematográfico— que tiene Hytner.
Sobre todo las dos hermanas y,
a no mucha distancia, la Despina de la guipuzcoana Garmendia, obtienen unas interpreta-
ciones llenas de gracia, adornadas con todo desparpajo de mil
y un matices, llenas de una gracia natural sólo posible en
directores como Ponnelle,
Strehler… o Hytner. Los movimientos y las reacciones están
perfectamente integrados en la
música, acompasados magistralmente hasta lograr una fluidez y una armonía que nos
arrastra. La escena, estilizada,
con fáciles cambios de cuadro
y elegantes y empastados colores, pinta la luz del Mediterráneo en un ensoñado XVIII.
Pero concluye de noche, lo
cual no está mal visto y es lógico desde un punto de vista teatral; y plantea interesantes
cuestiones metafóricas.
Hay acierto general también en la dirección musical,
donde nos ha sorprendido
gratamente Fischer, que ve la
obra con extraordinaria animación y notable virtuosismo
rítmico. Hay una palpitación
agógica que todo lo envuelve
y que sabe amainar y acelerarse así la acción y la música
lo pidan. Ataques fulgurantes,
presencia destacada de los
timbales y agresivos acordes
en un discurso lleno de vida,
con oportunas retenciones y
momentos líricos de excitante
intensidad, así el famoso dúo
Fiordiligi-Ferrando. Los cantantes constituyen en el
aspecto puramente vocal un
equipo bastante sólido, aunque lejos de una imposible
perfección.
No la tiene, por ejemplo,
Miah Persson, pero es gentil,
delicada, guapa y vive trémulamente su aventura. Una lírica
con cuerpo, algo insegura en
exquisita línea melódica y hermoso color vocal en la romanza
y dúos de su cometido, que le
hacen hoy ser intérprete ideal de
esta obra. La aristócrata intrigante en una corte sensual, duquesa
Carolina, recae en la soprano
Mariola Cantarero, que asume el
rol con gran limpieza de canto y
facilidad en el agudo y el adorno. Contribuyen al éxito el resto
de los personajes. Mención para
Sabina Puértolas que interpreta
una resuelta Rosita bien diseñada vocalmente.
Emilio Sagi, como ya dijimos en su momento, hace una
puesta escénica de gran pulcritud, de estética muy limpia y
estilizada que rebaja el ambien-
te colorista de las estampas
madrileñas de los dos primeros
actos, no así ocurre con el tercero y último acto en el que la
manifestación folclórica del
campo extremeño está más iluminado por leves tintes de color
que videográficamente, al
menos, se agradece.
Jesús López Cobos dirige a
la Orquesta y Coro de la Sinfónica de Madrid, cuidadoso y dando alto nivel lírico a alguno de
los números de la partitura. A la
exposición de la obra se añade
un material extra interesante,
con una sinopsis ilustrada, entrevistas con Emilio Sagi, López
Cobos y Plácido Domingo, así
como una galería fotográfica del
MIAH PERSSON (Fiordiligi), ANKE
VONDUNG (Dorabella), AINHOA
GARMENDIA (Despina), TOPI
LEHTIPUU (Ferrando), LUCA PISARONI
(Guglielmo), NICOLAS RIVENQ (Don
Alfonso). ORQUESTA DEL SIGLO DE
LAS LUCES. Director musical: IVÁN
FISCHER. Director de escena:
NICHOLAS HYTNER. Directora de
vídeo: FRANCESCA KEMP.
2 DVD OPUS ARTE OA 09720 D
(Ferysa). 2006. 210’. N PN
A finales de los ochenta y prin-
el agudo, aplicada en las agilidades y débil en los graves.
Vondung es una mezzo lírica
que canta muy bien y con
mucha soltura; y Garmendia
tiene gracia por arrobas y no
es la típica soubrette de voz de
pajarito. La voz de lírico-ligero
de Lehtipuu no puede decirse
que sea bella, ni segura de
emisión, ni que controle los
peligros de la escritura. Como
cantante nos resulta algo pálido, pero no desentona en el
cuadro. Pisaroni es, por fin, un
Guglielmo de instrumento corpóreo, de barítono lleno y con
graves, que se desenvuelve
con aplomo. También lo tiene
Rivenq, que compone un
Alfonso inteligente y mesurado, pero su voz es emitida de
forma engolada y tiene un tinte leñoso poco atractivo.
En conjunto, pese a las
pegas, la representación funciona y nos tiene prendidos de
los muchos detalles que enriquecen la narración y que nos
convencen una vez más de la
insondable belleza de la ópera.
Arturo Reverter
reparto. Una lograda Luisa Fernanda llevada a DVD, difícil de
desbancar.
Manuel García Franco
OFFENBACH:
Orfeo en los infiernos. KURT
MARSCHNER (Orfeo), ELISABETH STEINER
(Eurídice), WILLIAM WORKMAN
(Plutón), LISELOTTE PULVER (La
Opinión Pública), THEO LINGEN
(Styx). CORO, BALLET Y ORQUESTA DE
LA ÓPERA DE HAMBURGO. Director
musical: MAREK JANOWSKI. Director
de escena: ROLF LIEBERMAN. Director
de vídeo: JOACHIM FEST.
ARTHAUS 101267 (Ferysa). 1971. 101’.
R PN
123
D VDDV D
OFFENBACH-VIVALDI
Un
anticuado encanto
de las primeras emisiones
televisivas
posee
esta
exhumación.
Decorados
sencillos, con
trucos evidentes, trajes de sastrería histórica,
pelucas y barbas postizas, chicas
frescas y carnosas con el glamour
de los años sesenta, cómicos eficaces y seguros de sus efectos, se
someten a un movimiento de
cámaras elemental pero eficaz,
por el uso de planos y contraplanos y la circulación de los aparatos en medio de la multitud.
Coristas y bailarinas son movidos
por secciones y al ritmo de una
música a menudo frenética, en
especial durante el célebre cancán y la apoteosis final. La palabra está usada con propiedad,
por la abundancia de dioses que
convoca esta farsa memorable,
una de las obras maestras del
género.
Orfeo exige un reparto
abundante porque todos los
papeles tienen su identidad y su
momento de lucimiento. El elenco es muy parejo, está bien
seleccionado y mejor marcado
por el director de escena. Las
voces, sin destacar —ni falta que
hace— se oyen con suficiencia
y, en especial, vocalizan y articulan con claridad e intención.
Janowski revalida los méritos
por todos conocidos.
Cabe aclarar que esta opereta se canta en alemán con subtítulos en varias lenguas, entre
ellas la española. Se ha adaptado el texto a referencias de la
época, sin forzar las situaciones
ni la línea argumental, pero con
oportunos toques que muestran
la intemporal actualidad de la
sátira, dirigida a las entretelas
del poder y a la teatralidad de
los cultos religiosos.
Blas Matamoro
ROSSINI:
Tancredi. DARINA TAKOVA
(Amenaide), DANIELA BARCELLONA
(Tancredi), RAÚL GIMÉNEZ (Argirio),
MARCO SPOTTI (Orbazzano). CORO Y
ORQUESTA DEL MAGGIO MUSICALE
FIORENTINO. Director musical:
RICCARDO FRIZZA. Director de escena:
PIER LUGI PIZZI. Director de vídeo:
ANDREA BEVILACQUA.
TDK DVWW-OPTANC (JRB). 2005.
155’. N PN
Desde 1982, Pizzi ha realizado
124
al menos cuatro montajes distintos de esta partitura rossiniana,
que van desde el inicial candoroso, lumínico, lleno de color y
Karl Böhm
NUEVA DIANA
STRAUSS: Salome. TERESA
dos mismos artífices de la Elektra comentada no hace mucho
desde estas páginas, Götz Friedrich y Karl Böhm, consigue en
la que ahora comentamos el
mismo o parecido nivel de calidad hasta el extremo de lograr
una de las mejores versiones
musicales y cinematográficas de
esta ópera: el movimiento de
actores, las expresiones faciales,
la dramaturgia de conjunto, los
encuadres, los trajes, la luz,
todo lo referido a la escena en
fin, nos proporciona un espectáculo fascinante que no dudamos en calificar como el más
logrado en DVD de todos los
existentes hasta ahora con esta
ópera (salvo error, Downes en
Pioneer, Von Dohnanyi en Decca y Sinopoli en Warner). El
prodigioso elenco tiene en Stra-
tas a la protagonista adecuada
por físico y también por voz,
pues aunque nunca lo cantó en
teatro (no hubiese podido con
él), aquí se limita a cantar
cómodamente en play back,
puede con el obstáculo de la
orquesta y sólo se tiene que
preocupar de su actuación, por
cierto, sensacional y dando la
justa medida de adolescente
caprichosa, perversa y virginal.
Varnay, magnífica, quizá un
punto exagerada, fascina por su
actuación desbordante y hace
de este papel menor el coprotagonista de la ópera. El Herodes
de Beirer refleja al personaje
déspota, psicópata y débil,
manejado hábilmente por una
Herodías de armas tomar, y por
supuesto puede vocalmente
con él (recordemos que fue un
destacado tenor heroico wagneriano entre las décadas de los
cincuenta y sesenta). Bernd
Weikl y Wieslaw Ochmann dan
vida sin problemas a Jokanaán
y Narraboth, mientras que el
destacado equipo de comprimarios está personificado por competentes miembros de la Ópera
de Viena. Böhm y la Filarmónica
logran un tapiz sonoro de milagrosas sutilezas sonoras, nada
de extrañar si tenemos en cuen-
de
vida,
como
un
cuento
de
hadas medieval —que dio
prácticamente la vuelta al
mundo, llegando a Barcelona
y
Madrid y siendo recogido en
vídeo en Schwetzingen—, hasta
el presente estrenado en Pésaro
1999, estilizado, neoclásico, de
líneas severas pero al mismo
tiempo cálidas, con un vestuario
sobrio de colorido de omnipresente blanco y negro, salvo el
rojo mate del personaje titular.
Responsable completo del
espectáculo, por supuesto, el
exquisito artista milanés. logrando con el todo el equilibro escénico que se corresponde con la
arquitectura de la música rossiniana, desde el foso desgranada
por Frizza en concepto tan
transparente como intenso. La
Barcellona ha hecho de Tancredi su gran caballo de batalla y
ello se traduce en una lectura
musicalísima,
interiorizada,
sobrada en las diversas exigen-
cias canoras y de una presencia
escénica importante. No se queda atrás la Takova, asimismo
una intérprete habitual de Amenaide, vocalmente inatacable,
que encuentra su momento de
mayor emoción e impacto en la
escena de la cárcel, por la especial disposición mostrada para el
canto elegíaco. Giménez suple
cierta fatiga vocal merced al fraseo, aunque a veces algo brusco
y cortante siempre intencionado,
y al planteo que hace del algo
ingrato personaje, de acuerdo
con su envidiable experiencia
rossiniana en general y con este
Argirio en particular. El joven
bajo parmesano Spotti, como los
anteriores colegas juntos o por
separado bregados en previas
representaciones pesarenses,
está muy por encima de las
demandas que precisa Orbazzano, quien ni siquiera cuenta con
un aria di sorbetto que sí el
compositor destinó a Isaura,
bien resuelta por Barbara di Castri (hoy ya en cometidos de
mayor envergadura, véase Arsace de Semiramide), así como a
Roggiero, encomendado en esta
ocasión a un contratenor, Nicola
STRATAS (Salomé), ASTRID VARNAY
(Herodías), HANS BEIRER (Herodes),
BERND WEIKL (Jokanaán), WIESLAW
OCHMANN (Narraboth), HANNA
SCHWARZ (Paje). ORQUESTA
FILARMÓNICA DE VIENA. Director
musical: KARL BÖHM. Director de
escena y de vídeo: GÖTZ FRIEDRICH.
DEUTSCHE GRAMMOPHON 0040
073 4339 (Universal) 1974. 101’.R PN
Esta producción debida a los
ta que orquesta y director eran
absolutos maestros en las óperas de este autor.
En fin, probablemente la
mejor Salome hecha hasta la
fecha tanto en película como en
teatro, con aspectos dramáticos
y matices que sería imposible
transmitirlos en cualquier escena convencional. A pesar de la
servidumbre del play back, estamos ante una película de una
sensibilidad escénica especial,
con un reparto memorable y
una realización general extraordinaria. El DVD viene con subtítulos en español. Indispensable
para cualquier operófilo.
Enrique Pérez Adrián
Marchesini, que sale discretamente airoso del encargo, a
pesar de su buena voluntad.
Fernando Fraga
STRAUSS:
La leyenda de José. JUDITH
JAMESON (La mujer de Putifar), KEVIN
HAIGEN (José), KARL MUSIL (El Ángel),
FRANZ WILHELM (Putifar). MIEMBROS
DEL BALLET DE LA ÓPERA DE VIENA.
Coreografía y dirección: JOHN
NEUMEIER. ORQUESTA DE LA ÓPERA DE
VIENA. Director: HEINRICH HOLLREISER.
Escenografía y vestuario: ERNST
FUCHS.
DEUTSCHE GRAMMOPHON 00440
073 4315 (Universal). 1977. 65’. R PN
Sobre una
partitura funcional aunque
demasiado
extensa, árida,
profesoral y
farragosa,
Neumeier ha
construido
una historia
de amores desencontrados: José
seduce a todos el mundo, Putifar
D V D
OFFENBACH-VIVALDI
y su mujer se enamoran de él
pero el muchacho, soñador al fin,
ama a una criatura extraterrena, a
un ángel. El amor sólo se puede
realizar en el otro mundo. En
éste, hay cuerpos, a cual más hermosos, desde la andrógina, oscura y magra mujer, el efebo todo
terreno, el ángel de gimnasio hasta los macizos soldados de Putifar, tan robustos como su jefe.
El coreógrafo ha resuelto
una atractiva y sensual leyenda
en estética queer pasada por el
modernismo, refinada de imágenes, suntuosa de vestidos y desvestidos. Su dispositivo se basa
en el ballet clásico, tratado con
libertad y añadidos expresivos
que armoniza sabiamente con la
tradición. Sabe hacer bailar y
obtiene de sus danzarines-actores un total rendimiento. Los
solistas y las masas son de alto
nivel y bella presencia. Como
actuación escénica, destaca
Jameson. Como técnica y despliegue, el jovencísimo Haigen.
Blas Matamoro
STRAVINSKI:
The Final Chorale.
SCHOENBERG: Cinco piezas
para orquesta. Dos films de FRANK
SCHEFFER. Directores musicales:
REINBERT DE LEEUW Y MICHAEL GIELEN.
IDEALE AUDIENCE JuxtaPositions 3
(Ferysa). 1991, 1994. 104’. R PN
E ste
DVD
contiene dos
films esplendidos
de
Frank Scheffer. En ambos
casos, el cineasta y sus
colaboradores
parten de una
obra fundamental de la historia
de la música del siglo XX: las
Sinfonías para instrumentos de
viento, de Stravinski, y las Cinco
piezas para orquesta op. 16, de
Schoenberg (films de 1991 y
1994, respectivamente). Las piezas son interpretadas al final de
cada película, después de un
amplio documental en el que
artistas y expertos desmenuzan,
analizan, ponderan las obras en
cuestión. En ambos casos, y pese
a la diferencia estética de las propuestas, se valoran el choque, la
sorpresa y la aportación que las
obras supusieron en su momento. En 1909 la de Schoenberg; en
1920 la de Stravinski. Esto es, en
el momento mismo en que las
estéticas de ambos atravesaban
una crisis y los dos artistas necesitaban nuevas maneras de
expresión. La voz cantante en el
caso de Stravinski la llevan
Robert Craft y Reinbert de
Leeuw, pero aparece por allí el
propio Stravinski, y hasta lo
oímos. En el Op. 16 de Schoenberg la explicación corre a cargo,
sobre todo, de Charles Rosen,
Michael Gielen y Carl E. Schorske. También vemos a Schoenberg, pero sin palabras, y en contadísimas imágenes animadas.
Se trata, pues, de dos documentales que se basan en músicas muy bellas y de gran importancia, que están muy bien filmadas tanto en la parte documental (esos lápices, esos sacapuntas, esa abundancia de objetos en la mesa de trabajo de
Stravinski) como en la interpretativa. Para Schoenberg, la Filarmónica de la Radio Holandesa,
con dirección de Michael Gielen, en una soberbia lectura del
Op. 16, tiene el refuerzo de una
lectura por Rosen de una de las
Piezas op. 11. El Conjunto de
Viento Holandés, dirigido por R.
de Leeuw, propone una versión
radical, de gran modernidad de
la pieza stravinskiana, y con ello
mantiene la tesis de todo el film:
lo sorprendente de esta propuesta stravinskiana en un
momento como 1920; e incluso
todavía hoy. En fin, dos películas para una concepción educativa de la televisión, que nos llegan en formato 4:3, el único que
había entonces, y que nos
recuerda que la tele puede servir
para algo. Dos propuestas que
interesaran al melómano y al
principiante. Los subtítulos en
español solo a veces resultan
inexactos.
Santiago Martín Bermúdez
VERDI:
Ernani. SUSAN NEVES, MARCO BERTI,
CARLO GUELFI, GIACOMO PRESTIA.
CORO Y ORQUESTA DEL TEATRO REGIO
DE PARMA. Director musical:
ANTONELLO ALLEMANDI. Director de
escena: PIER’ALLI. Director de vídeo:
MATTEO RICCHETTI.
DYNAMIC 33.496 (Diverdi). 2005. 126’.
N PN
H ay
obras
que a pesar
de su calidad
no gozan de
permanencia
en el repertorio, aunque
se van representando.
Este es el
caso de Ernani, de Verdi, cuya
partitura está llena de fragmentos muy inspirados, que además
poseen una gran dificultad. El
Teatro Regio de Parma la programó en una producción de
Pier’Alli, de corte semiclásico,
excesivamente oscura, con una
iluminación que sólo detalla los
protagonistas del momento, perdiendo parte de su imagen teatral. La parte musical está a cargo de Antonello Allemandi, con
una versión correcta, sin especiales matices, a la que dota de
una cierta fuerza, con una
orquesta cohesionada y un coro
válido, aunque le falte algo de
intensidad.
Entre los intérpretes destaca
Susan Neves, una de las pocas
sopranos dramáticas, con una
voz potente, un canto seguro y
un estilo que cumplen los requisitos expresados por el compositor, con un canto valiente y
seguro, superando casi siempre
la brillantez de la zona aguda.
Marco Berti da vida al protagonista con una voz bella y penetrante y un canto extrovertido,
sin excesivos matices. Carlo
Guelfi es un buen profesional,
pero su carrera es superior a sus
méritos, le da expresión en el
registro central, pero faltan contrastes y su registro agudo queda
limitado de timbre, completando
el cuarteto Giacomo Prestia, con
un estilo noble y variado, al que
quizá falta una mayor rotundidad para determinados roles
verdianos.
Albert Vilardell
VERDI:
Falstaff. AMBROGIO MAESTRI
(Falstaff), ROBERTO FRONTALI (Ford),
JUAN DIEGO FLÓREZ (Fenton), BARBARA
FRITTOLI (Alice), INVA MULA
(Nannetta), BERNADETTE MANCA DI
NISSA (Quickly), ANNA CATERINA
ANTONACCI (Meg), ERNESTO GAVAZZI
(Cajus), PAOLO BARBACINI (Bardolfo),
LUIGI RONI (Pistola). CORO Y
ORQUESTA DE LA SCALA. Director
musical: RICCARDO MUTI. Director de
escena: RUGGERO CAPPUCCIO.
Director de vídeo: PIERRE CAVASILLAS.
EUROARTS 2051728 (Ferisa). 2001.
118’. N PN
En
1913, el
Teatro Verdi
de Busseto,
localidad próxima a la
vecina aldea
de Le Roncole, lugar de
nacimiento
del compositor, puso en escena la última ópera del músico, Falstaff. Años después, en 2001, las huestes de La
Scala desembarcaron en la villa a
fin de recrear aquella producción
con los mismos medios, aunque
dotándola de los lógicos adelantos. Se siguió la dramaturgia original, pero observada desde un criterio moderno. El resultado fue
estimulante, como nos pone de
manifiesto esta grabación.
La orquesta hubo de ser
reducida para que cupiera en el
pequeño foso, lo que propicia
un más adecuado equilibrio, una
mayor claridad y finura de los
timbres y una preponderancia
nada desagradable de los vientos. Muti se muestra elástico,
pronto y vitalista y consigue
unas líneas fugadas bien diseñadas, como las que sobrevienen,
con intervención de todos los
personajes en el segundo cuadro
el primer acto y en el segundo
del segundo, sobre todo en
aquel pasaje en el que se combinan tan hábilmente distintos
metros. Todo fluye con sencillez, sin énfasis inoportunos.
El equipo vocal está constituido por cantantes adecuados y
de probada profesionalidad.
Destaca el aéreo y refinado Fenton de Flórez, que matiza con
propiedad en su aria de comienzos del acto tercero. Su timbre
combina bien con el tan penetrante de Inva Mula, que ya
empezaba a dar señas de que
era bastante más que una ligera.
Maestri es un barítono lírico de
medios discretos que ha cogido
el tranquillo del fraseo matizado
y variado del gordinflón, algo
que hemos podido apreciar en
Madrid. No es un gran artista
pero está en el papel. Frontali
dice muy bien su aria del cornudo. A buen nivel, sin más, Frittoli y las otras damas, con una
Antonacci en una parte de
menor relieve de las que ahora
hace. Los restantes encajan perfectamente en el dispositivo de
precisión montado por Muti.
Y todos se mueven con
naturalidad en el un tanto
angosto espacio y en el cuadro
de una escenografía a la antigua
pero muy bien realizada, con
detalles de la época exacta en
la que sucede la historia. Figurines preciosos y movimientos
muy armónicos. Esta representación es una prueba de que se
puede hacer buen teatro
moderno, con gracia y donosura, a partir de una puesta en
escena muy tradicional.
Arturo Reverter
VIVALDI:
Ercole su’l Termodonte. ZACHARY
STAINS (Ercole), MARY-ELLEN NESI
(Antiope), LAURA CHERICI (Martesia),
LUCA DARDOLO (Alceste), RANDALL
SCOTTING (Teseo). IL COMPLESSO
BAROCCO. Director musical: ALAN
CURTIS. Director de escena,
escenografía y vestuario: JOHN
PASCOE. Director de vídeo: MATTEO
RICCHETTI.
DYNAMIC 33525 (Diverdi). 2006. 136’.
N PN
125
D VDDV D
VIVALDI-VARIOS
E sta ópera
de Vivaldi,
estrenada en
Ro-ma
en
1723, se ofrece
en
la
reconstrucción Alessandro Ciccolini
y la edición
del propio Curtis. Filmada en el
Festival de Spoleto, la puesta en
escena es respetuosa con el
tema del libreto y en general se
revela bastante adecuada —salvo quizá en algunas torpezas en
la dirección de los cantantes
como actores, muy endebles en
cuanto tales, lo que revelan los
planos cercanos— como para
volver a la vida la hermosa obra
vivaldiana, aunque el canto al
miembro masculino, truncado
en escultura o en vivo en el
protagonista, acabe por hacerse
algo reiterativo. La trama heroica es todo lo tópica que pudiera esperarse, por lo que es un
acierto de Pascoe el haber
subrayado mucho más la subtrama amorosa. A fin de cuentas, su tesis, como explica en la
breve introducción, es que
Ercole su’l Termodonte defiende
el triunfo de la paz sobre la
guerra. La interpretación funciona moderadamente bien y no
hay grandes fallos ni tampoco
contribuciones extraordinarias.
Curtis dirige con dominio del
lenguaje, pero aun su Complesso Barocco no da sino una respuesta correcta. El Hércules de
Stains tiene apuros en las agilidades, pero tampoco le debió
de resultar demasiado cómodo
cantar dos terceras partes de la
ópera desnudo —lo que obligó,
quién lo hubiera dicho de una
ópera, a los editores a incluir
una advertencia sobre los des-
nudos contenidos en su producto—, eficaz reina de las
amazonas de Nesi, aunque también tenga algunos momentos
por debajo de las necesidades
de la escritura endiablada del
veneciano. Aceptable Teseo de
Scotting y muy floja la Martesia
de Cherici. Está claro que el
reparto no alcanza a plasmar
todo el virtuosismo del canto
vivaldiano, pero al menos se
entrega con convicción a la
empresa del rescate de esta
interesante ópera.
en el segundo, las estupendas
tomas en que se capta.
Se divide en dos partes principales. La primera consiste en
un documental de casi una hora
de duración. En él Hilary Hahn
se nos presenta a sí misma en
varias localizaciones: el Instituto
Curtis de Filadelfia en que estudió, Dresde para que la veamos
tocar a Bach en un pub, los estudios Abbey Road de Londres
para ilustrar sus opiniones sobre
la música grabada, Hong-Kong
para que admiremos su virtuosismo en Paganini y Berlín porque es donde da el Concierto de
Korngold fragmentos del cual
sirven de interludios. Mediada la
veintena, esta concertista cultiva
todavía una imagen de adolescente con ese punto de ingenuidad tópicamente americana que
al mismo tiempo sirve de telón
de acero entre lo que es la actividad profesional y la vida privada. De ésta apenas llegamos a
conocer el profundo afecto
mutuo que los muchos años de
conocimiento ha generado con
la pianista Natalie Zhu. Realizada con buen gusto y eficacia,
esta parte del DVD resulta con
creces lo que pretende: entretenida y simpática.
La segunda parte contiene
las filmaciones completas de las
versiones que Hilary Hahn ofreció de la Sonata K. 301 de
Mozart en Múnich en diciembre
de 2005 y del Concierto de Korngold en Berlín en marzo del año
anterior. Ambas son maravillosas. Su Mozart combina la elegancia y gracia del fraseo con
una entonación impecable, a lo
que se ha de sumar la absoluta
compenetración con Zhu para
confirmar la magnífica impresión
producida por la grabación en
CD realizada en 2004 (véase
SCHERZO, nº 203, pág. 92). En
cuanto a Korngold, lo que fascina es el vuelo lírico que se
imprime a las melodías que, procedentes de composiciones para
el cine, en esta obra se engarzan
de un modo cautivador, más el
sensible acompañamiento que
presta la Orquesta Sinfónica Alemana de Berlín con Kent Nagano al frente. En los dos casos,
por añadidura, las tomas sonoras
son perfectas y el manejo de las
cámaras, inteligente.
Unas cuantas entrevistas con
los protagonistas y los habituales
suplementos publicitarios completan un vídeo muy agradable
de ver y sobre todo de escuchar.
que conforma el contenido de
este DVD, uno más a añadir a la
serie de los ya existentes producidos por la Fundación de la Zarzuela Española en colaboración
con la Fundación Autor de la
colección Zarzuela cinco estrellas. Esta colección, sin duda,
disfruta en intención y resultado
de una presentación con calidad,
que se echa de menos en otras
producciones de nuestro género
autóctono, así como la difusión y
aproximación del género a las
nuevas generaciones.
Gala lírica ésta que quiere
ser un recorrido por las romanzas y dúos femeninos más
emblemáticos cuya acertada
elección recae sobre tres grandes intérpretes como son la portuguesa Elisabete Matos, familiarizada con nuestro género, que
destaca por su voz bien timbrada, la joven canaria Yolanda
Auyanet, espléndida soprano,
poco conocida en la Península,
de voz natural y limpia, y la
valenciana Marina Rodríguez
Cusí, con su aterciopelado timbre de mezzosoprano y expresivo garbo en su actuación. Las
tres ofrecen una buena lección
de canto, presentadas por el
actor Luis Varela al mismo tiempo que les dibuja el marco histórico de cada uno de los temas
que cantan y que pertenecen a
números de: La Tempranica, El
baile de Luis Alonso, El barbero
de Sevilla (G. Giménez); El barquillero, Las hijas del Zebedeo
(R. Chapi); Doña Francisquita
(A. Vives); La tabernera del
puerto, La del manojo de rosas
(P. Sorozábal); Don Gil de Alca-
lá (M. Penella); Los sobrinos del
Capitán Grant (M. Fernández
Caballero); El barberillo de Lavapiés (F. A. Barbieri); Los claveles
(J. Serrano); La rosa del azafrán
(J. Guerrero) y El último romántico (R. Soutullo y J. Vert). Se
hicieron arreglos de algunas partituras para que pudieran ser
cantadas por las tres cantantes
como es la habanera de Don Gil
de Alcalá y el Pasacalle de las
mantillas de El último romántico. El acompañamiento orquestal regido por Pascual Osa resulta entusiasta y a la altura de las
circunstancias. El DVD en sus
contenidos extras presenta
comentarios sobre la obras a
cargo de sus intérpretes. Un
buen trabajo.
Enrique Martínez Miura
RECITALES
HILARY HAHN. Violinista.
Un retrato. Obras de Korngold y
Mozart. ORQUESTA SINFÓNICA
ALEMANA DE BERLÍN. Director: KENT
NAGANO. NATHALIE ZHU, piano.
Director de vídeo: BENEDICT MIROW.
DEUTSCHE GRAMMOPHON 00440
073 4192 (Universal). 2003-2005. 107’.
N PN
E ste es un
vídeo descaradamente
promocional,
pero hecho
con una calidad excepcional en todos
los sentidos:
por los músicos que en él intervienen y por la
forma en que se los retrata. En el
primer respecto incluyo la belleza de la música que se interpreta;
Alfredo Brotons Muñoz
VARIOS
TRES SOPRANOS CON LA
ZARZUELA.
YOLANDA AUYANET, ELISABETE MATOS,
sopranos; MARINA RODRÍGUEZ CUSÍ,
mezzosoprano; LUIS VARELA, actor.
CORO EUROLÍRICA. ORQUESTA
FILARMONÍA. Director: PASCUAL OSA.
AUTOR RA7 SA01293. 2006. 129’. N PN
La grabación
126
en directo el
28 de septiembre de
2006 en el
Teatro Real
de Madrid del
espectáculo,
función
o
recital que de
manera oficiosa abrió la temporada, interpretado por tres de
nuestras cantantes más notables,
como así lo demostraron, es lo
Manuel García Franco
NEGRO MARFIL - ÍNDICE
BATALLAS ALREDOR DE PASOLINI
L
dían que se debía mantener un equilibrio entre esa vida, la verdaas veíamos todas en ese cine club tunecino, todas las películas
dera vida del cine y la otra donde uno sangraba cuando recibía un
que la embajada italiana prestaba a ese puñado de niños: un
puñetazo, donde el triunfo humillaba la cara del niño vencido.
helado de granizado de limón y empezaba la mañana del
Algunos adultos, intentando, consiguiendo, romper ese equilibrio,
domingo. Confundíamos, quizá yo más que otros, los nombres de
acabaron como Pasolini asesinado en una playa de Ostia, con su
los realizadores; conocíamos mejor los que hacían trabajar a sus
cara atormentada más allá del dolor, esa misma cara de Chet Baker
mujeres, Monica Vitti, la de Antonioni, que daba ese interminable
lanzándose de una terraza, o agonizando en una habitación de
beso en Il grido, en ese prado, pero ¿a quién? Giulietta Masina, la
hotel como Judy Garland con su cara
de Fellini o de Zampano-Quinn en La
de niña buena estrella de la comedia
strada… era fácil confundir los directoazucarada. Abandonando el campo de
res, pues a menudo trabajaban juntos,
batalla, renunciando a la prometida
incluso los que nos parecían tan diferenadmiración de las niñas maquilladas
tes como Visconti y Pasolini, ¿de quién
para la ocasión, volvíamos a reunirnos
era Rocco e i suoi fratelli? Apostaba y
con Alida Valli, Anna Magnani, Silvana
perdía, no era Pasolini; otros realizadoy Ralf, Isa, Folco y Gina para ver È
res, como De Sica, eran también actores,
arrivata la felicità, Abbasso la miseria,
pero ese cómico que no nos hacía reír
para vivir Sotto il sole di Roma, saciano podía haber filmado Sciuscià ni
dos de felicidad…
Ladri di biciclette… pensábamos que
Generaciones más tarde, Stefano
era uno que llevaba su mismo nombre,
Battaglia parece haberlo entendido así:
hasta ver Il Generale della Rovere.
a través de la evocación de Laura Betti
Discutíamos de todo ello, retrasando
la única, a través de los recuerdos de
la vuelta a casa, sin saber que el cine,
Totò y Ninetto Davoli, de Maria Callas,
más allá de esas dos bobinas en su caja
de los Escritos corsarios, a través de
plateada, se podía estudiar, tenía sus
sus paseos por los lugares para siemescuelas, su industria, tenía incluso una
pre pasolinianos, Pietra lata u Ostia, el
diversidad… para nosotros el cine,
compositor canta como el realizador,
durante mucho tiempo, fue y era exclusiBATTAGLIA: Re: Pasolini.
es decir como nadie, el estremecimienvamente italiano, en blanco, gris y negro,
STEFANO BATTAGLIA, piano y piano preparado; MICHAEL
to de la juventud, la brutalidad, la ira,
nuestro único alimento tomado una vez
GASSMANN, trompeta; MIRCO MARIOTTINI, clarinetes; AYA
con esa manera turbia o desenfocada,
por semana que duraba durante una
SHIMURA, violonchelo; SALVATORE MAIORE, contrabajo;
con esa manera de estar al lado de las
semana, y creíamos que esas películas
cosas y de estar impregnadas por ellas.
ROBERTO DANI, percusión; DOMINIQUE PIFARÉLY, violín;
contaban nuestra vida, nuestra historia,
Su música tiene la belleza de Stella, la
que la inventaban (eliminado el parénteVINCENT COURTOIS, violonchelo; BRUNO CHEVILLON,
novia de Accattone, su sensualidad y
sis de los seis días de escuela), cerrábacontrabajo; MICHELE RABIA, percusión.
su frescor, su encanto cercano, o soromos los ojos mientras degustábamos el
2 CD ECM 1998/99 1716738 (Nuevos Medios). 2007. 119’.
ral; tiene un pasado, su madre era
segundo granizado y Túnez se parecía
DDD. N PN
prostituta, y ni ella ni el espectador se
extrañamente a esa Nápoles de Paisà, a
hacen ilusión alguna cuando se enamora de Vittorio el Accattone.
esa Roma en ruinas, el lago de L’Aouina a los arrozales de Riso amaLa música de Battaglia tiene esa misma silueta desilusionada, la
ro, a esa Palermo con las mismas motocicletas, con las mismas perde esas prostitutas que vagan todavía por los vialli alrededor de
sianas cerradas al mediodía, con esas mismas chicas de nuestra edad
todas las ciudades de aquel país más civilizado del mundo, con
y a la vez mayores, que nos miraban a los ojos demasiado tiempo y
un andar desganado, introspectivo, meditativo… Battaglia y sus
cerrábamos nuestros ojos una vez más, o quizá por la luz de la calle
músicos no las sacan de su mundo hipnótico; Battaglia, sus músitras la penumbra de la sala, o por el sol demasiado fuerte…
cos y acaso el oyente, las acompañan, como Accattone vagando
Había incluso algunos barrios periféricos, de ciudad devastada
entre los cadáveres de sus amigos momificados, hasta las afueras
donde las bandas iban a arreglarse las cuentas, entre las ruinas:
polvorientas de la ciudad para asistir a su propio entierro.
mirábamos desde arriba, desde lejos, los gamberros luchaban
como en Accattone, tras escupir en el suelo, con brutalidad, en
silencio, hoy diría en una dimensión onírica, pues ellos no entenPierre Élie Mamou
ÍNDICE DE DISCOS CRITICADOS
Adisson: Música de cine.
Gamba. Chandos. . . . . . . . . . . . . 78
Ariosti: Sonatas. Georgi. BIS. . . . . . 78
Arnold: Música de cámara.
East Winds. Naxos. . . . . . . . . . . . 78
Bach, J. S.: Cantatas. Milnes. Atma. 79
— Cantatas. Suzuki. BIS. . . . . . . . . 80
— Concierto italiano. Suzuki. BIS. . 78
— Misa en si menor. Nelson. Virgin. 120
— Misas breves.
Junghänel. H. Mundi. . . . . . . . . . 80
— Motetes. Hilliard. ECM. . . . . . . . 80
— Pasión según S. Juan.
Cleobury. Brilliant. . . . . . . . . . . . 80
— Sonatas y Partitas.
Ross. Gaudeamus. . . . . . . . . . . . . 79
— Sonatas para violín y clave.
Montanari. Naïve. . . . . . . . . . . . . 79
— Suites para chelo. Maiski. DG. . 120
— Suites francesas. Belder. Brilliant. 79
Bach, C. P. E.: Sinfonías.
Valetti. Alpha. . . . . . . . . . . . . . . . 81
— Variaciones. Woolley. Hyperion. 71
Bartók: Concierto para chelo.
Wieder-Atherton. RCA. . . . . . . . . 83
— Concierto para viola.
Bukac. Calliope. . . . . . . . . . . . . . 82
— Conciertos para piano.
Anda. Col Legno.. . . . . . . . . . . . . 82
— Contrastes. Bartók. Membran. . . 81
— Cuartetos 5, 6. Arcanto. H. Mundi. 82
— Dúos. Kiss/Balogh. Hyperion. . . 71
— Obras para piano.
Kocsis. Brilliant. . . . . . . . . . . . . . 81
Beethoven: Conciertos para piano 1,
2. Vogt. EMI. . . . . . . . . . . . . . . . . 72
— Conciertos para piano.
Bronfman. Arte Nova. . . . . . . . . . 84
— Conciertos para piano 1, 4.
Lang. DG. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
— Cuartetos. Italiano. Philips. . . . . 77
— Cuartetos op. 18, 2-3.
Mosaïques. Naïve.. . . . . . . . . . . . 83
— Fidelio. Kleiber. Capriccio.. . . . . 76
— Quintetos. Ysaÿe. Aeon.. . . . . . . 83
— Sinfonías 3, 9. Abbado. Euroarts. 120
— Sonatas para piano.
Hewitt. Hyperion. . . . . . . . . . . . . 82
Berlioz: Harold. Davis. EMI.. . . . . . 72
Bezaly, Sharon. Flautista. BIS. . . . 112
Bodas del Cielo y el Infierno.
Page. Hyperion.. . . . . . . . . . . . . . 71
Borodin: Sinfonías.
Rozhdestvenski. Brilliant. . . . . . . 84
Brahms: Obras con clarinete.
Leister. Brilliant. . . . . . . . . . . . . . 84
Britten: Sinfonietta. Friend Hyperion.71
Bruckner: Sinfonía 8.
Russell Davies. Arte Nova. . . . . . 84
— Sinfonía 9.
127
ÍNDICE
128
Celibidache. Opus Arte. . . . . . . 121
Buxtehude: Música vocal.
Mortensen. Naxos. . . . . . . . . . . . 84
Byrd: Cantiones. Marlow. Chandos. 85
Cacioppo: Bestiary. Arnaud. Mode. 85
Camarero: Instrucciones.
Panisello. INAEM. . . . . . . . . . . . 121
Cantigas de Bizancio.
Paniagua. Pneuma. . . . . . . . . . . 114
Castillo de la grata bienvenida.
Page. Hyperion.. . . . . . . . . . . . . . 71
Chaikovski: Dama de picas.
Shuraitis. Ponto. . . . . . . . . . . . . . 74
— Sinfonía 6. Karajan. EMI. . . . . . . 72
— Sinfonías 4-7.
Mravinski. Membran. . . . . . . . . . 85
— Sonatas. Howard. Hyperion. . . . 71
Charpentier: Pastorale de Noël.
Gester. Armide. . . . . . . . . . . . . . 120
Cherubini: Réquiem.
Pearlman. Telarc. . . . . . . . . . . . . 85
Chopin: Sonata 2. Trpceski. EMI. . . 86
Clementi: Sonatas. Mastroprimiano.
Brilliant. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
— Sonatas. Demidenko. Hyperion. 71
Concertgebouw de Ámsterdam.
Grabaciones 1970-1980. RCO. . . 69
Corigliano: Fantasía.
Russo. Black Box. . . . . . . . . . . . . 86
Corren mis lágrimas.
Lacrimæ. Aliud.. . . . . . . . . . . . . 115
Couperin: Obras para clave.
Baumont. Warner. . . . . . . . . . . . . 87
Cuartetos de cuerda. Canales. PM. 115
Cuentos de la Atlántida.
Garrido. AP. . . . . . . . . . . . . . . . 115
Debussy: Cuarteto. Carmina. Brilliant.86
— Obras para piano. Rogé. Onyx. . 86
Diabolus in musica. De Paz. Autor. 115
Dicit Dominus. Asensio. Pneuma. 116
DiDonato, Joyce.
Mezzo. Eloquentia. . . . . . . . . . . 112
Diepenbrock: Marsyas.
Vonk. Brilliant. . . . . . . . . . . . . . . 87
Dmochowski, Michal. Violonchelista.
Dux. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
Donizetti: Don Sebastián.
Elder. Opera Rara. . . . . . . . . . . . . 87
— Lucia di Lammermoor.
Richetti. Dynamic.. . . . . . . . . . . 121
— Lucia di Lammermoor.
Tansini. Membran. . . . . . . . . . . . 75
— Poliuto. Molinari-Pradelli. Gala.. 73
Durosoir: Sonata. Laurenceau. Alpha.88
Dvorák: Rusalka. Keilberth. Profil. . 88
— Tríos. Smetana. Supraphon. . . . . 89
— Tríos. Fontenay. Warner. . . . . . . 72
En torno a Luis de Pablo.
De Eusebio. Verso. . . . . . . . . . . 116
Erkel: Hunyadi László.
Medveczky. Videoland.. . . . . . . 122
Et in carne mea. Madrid. EGT. . . . 116
Fabbriciani: Glaciers.
Fabbriciani. Col Legno. . . . . . . . . 89
Fauré: Cuartetos y Quintetos con
piano. Hubeau. Warner. . . . . . . . 72
— Réquiem. Corboz. Mirare. . . . . 89
Forqueray: Piezas de viola.
Duftschmid. Pan.. . . . . . . . . . . . . 89
Franck: Sinfonía. Plasson. EMI. . . . . 72
Freitas Branco: Concierto para violín.
Da Costa. VMS. . . . . . . . . . . . . . . 89
Furrer: Begehren. Furrer. Kairos. . . 90
Gazzaniga: Don Giovanni.
Pelucchi. Bongiovanni. . . . . . . . 122
Gheorghiu, Angela. Soprano. EMI.112
Gigantes del Renacimiento.
Phillips. Gimell.. . . . . . . . . . . . . 116
Glazunov: Sinfonías 4, 7.
Serebrier. Warner. . . . . . . . . . . . . 90
Gluck: Orfeo y Eurídice.
Stiedry. Membran. . . . . . . . . . . . . 75
Gounod: Mireille.
Diederich. Cascavelle.. . . . . . . . . 90
Granados: Goyescas.
Heisser. Warner. . . . . . . . . . . . . . 72
Grieg: Peer Gynt. Tourniaire. Aeon.91
— Obras para piano. Andsnes. EMI. 72
— Suites de Peer Gynt. Ruud. BIS. . 91
Gubaidulina: Quaternion.
Berger. Wergo. . . . . . . . . . . . . . . 91
Haendel: Conciertos para órgano.
Tachezi. Warner.. . . . . . . . . . . . . 72
— Dúos. King. Hyperion. . . . . . . . 71
— Orlando. Goldsborough. Ponto.. 74
— Radamisto. Norrington. Ponto.. . 74
— Saúl. Gardiner. Philips. . . . . . . . 77
— Tobit. Martini. Naxos. . . . . . . . . 91
Hahn, Hilary. Violinista. DG. . . . . 126
Hasse: Serpentes. Corréas. Ambronay.92
Haydn: Cuartetos.
Lindsays. Sanctuary. . . . . . . . . . . 92
— Obras para piano.
Schiff. Hungaroton. . . . . . . . . . . 122
— Sinfonías 101, 103. Tate. EMI. . . 72
— Sonatas. Boegner. Warner.. . . . . 72
Heinzmann, Hans-Udo. Flautista.
Genuin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
Hodgkinson: Fragor.
Hodgkinson. Hyperion Mode. . . . 92
Homs: Obras para piano.
Masó. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . 92
— Música coral. Barrera. Autor. . . . 93
I hear America singing.
Hampson. Orfeo.. . . . . . . . . . . . 116
Illing, Rosamund. Soprano. Melba. 113
In principio. Heller. Aliud. . . . . . . 117
Jurinac, Sena. Soprano. Orfeo. . . . 113
Lamentaciones par la Semana Santa.
Aymes. H. Mundi. . . . . . . . . . . . 117
Larrañaga: Lamentación.
Bonizzoni. NB. . . . . . . . . . . . . . . 93
Leoncavallo: Payasos.
Cellini. Membran. . . . . . . . . . . . . 75
Licitra, Salvatore. Tenor. Sony.. . . 113
Lipinski: Concierto para violín.
Laurent. CPO. . . . . . . . . . . . . . . . 93
Liszt: Estudios trascendentales.
Goerner. Cascavelle. . . . . . . . . . . 93
— Sonata. Brendel. Philips. . . . . . . 77
López Artiga: Ensayos.
López Artiga. Tañidos. . . . . . . . . 94.
Lucier: Piper. Martelle. Mode. . . . . 94
Manchicourt: Misa. Rice. Hyperion.94
Martin: Concierto para violín.
Erxleben. MDG. . . . . . . . . . . . . . 94
Mascagni: Cavalleria rusticana.
Mercurio. Decca. . . . . . . . . . . . . 94
Massenet: Hérodiade. Prêtre. Gala. 73
Mendelssohn: Sinfonías 4, 5.
Krivine. Naïve. . . . . . . . . . . . . . . 95
Messiaen: Miradas. Loriod. Warner.72
Mitterer: Coloured noise.
Rundel. Kairos. . . . . . . . . . . . . . . 95
Moreno Torroba: Luisa Fernanda.
López Cobos. Opus Arte.. . . . . . 123
Morley: Consort Lessons.
Denecker. Ricercar.. . . . . . . . . . . 95
Mozart: Bastián y Bastiana.
Hager. Orfeo. . . . . . . . . . . . . . . . 96
— Bodas de Fígaro. Maag. Arts. . . . 96
— Bodas de Fígaro. Böhm. Ponto. . 74
— Clemencia de Tito.
Keilberth. Capriccio. . . . . . . . . . . 77
— Così fan tutte. Fischer. Opus Arte. 123
— Cuarteto K. 464. Quinteto K. 593.
Brentano. Aeon. . . . . . . . . . . . . . 95
— Sinfonías 21-41. Krips. Decca. . 96
— Tríos con piano. Guarnieri. Praga. 95
Mozart-Hummel: Sinfonía 40.
Shiraga. BIS. . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Mravinski, Evgeni. Director. Brilliant. 70
Mula, Inva. Soprano. RTVE. . . . . . 114
Música para completas.
Stile Antico. H. Mundi. . . . . . . . 117
Nancarrow: Estudios. MDG. . . . . . 97
New Music for electronic.
Weasel. New World. . . . . . . . . . 118
Nilsson, Birgit. Soprano. Gala. . . . . 73
Offenbach: Orfeo en los infiernos.
Janowski. Arthaus. . . . . . . . . . . . 123
Orff: Antigonæ. Leitner. Walhall. . . 76
— Carmina Burana. Alsop. Naxos. . 97
Paccini: Arias. Parry. Opera Rara.. . 97
Padrós: Khorva.
Andreae. Ars Harmònica. . . . . . . 97
Paganini: Conciertos para violín.
Caprichos. Markov. Warner. . . . . 72
Paisiello: Pasión según san Juan.
Ehrhardt. Capriccio.. . . . . . . . . . . 98
Palestrina: Ofertorios.
Marlow. Chandos. . . . . . . . . . . . . 98
Parra: Impromptu.
Parra. Ars Harmònica. . . . . . . . . . 98
Pasión argentina.
Arizcuren. Challenge. . . . . . . . . 117
Pasión de Clermont. Duisit. Alpha. 118
Pauline Viardot and Friends.
Von Stade. Opera Rara. . . . . . . . 118
Penderecki: Conciertos.
Penderecki. Dux.. . . . . . . . . . . . . 98
Pérez Casas: Obras para clarinete y
piano. Rubio. Anacrusi. . . . . . . . . 98
Philippe, Isabelle. Soprano.
Cascavelle. . . . . . . . . . . . . . . . . 114
Prokofiev: Hijo pródigo.
Ivanova. CPO. . . . . . . . . . . . . . . . 99
Puccini: Crisantemi. Frizza. Decca. 99
— Madama Butterfly.
Gavazzeni. Membran. . . . . . . . . . 75
— Tosca. De Sabata. Membran. . . . 75
— Turandot. Erede. Membran. . . . . 75
Puerto: Sinfonía 2.
Encinar. Stradivarius. . . . . . . . . . . 99
Purcell: Fantasías. Pierlot. Mirare. 100
Rachmaninov: Estudios.
Demidenko. Hyperion. . . . . . . . . 71
— Suite. Argerich/Freire. Philips. . . 77
Rautavaara: Antología.
Varios. Ondine. . . . . . . . . . . . . . . 99
Ravel: Concierto en sol.
Argerich. Capriccio. . . . . . . . . . 100
— Obras para piano. Pizarro. Linn. 100
Reger: Lieder. Weller. Carus. . . . . 101
Respighi: Cuartetos.
Helénico. BIS. . . . . . . . . . . . . . . 101
Retaule de Nadal.
Navarro Reverter. Anacrusi.. . . . 119
Rodrigo: Concierto de Aranjuez.
Romero. Philips. . . . . . . . . . . . . . 77
Rossini: Italiana en Argel.
Renzetti. Dynamic. . . . . . . . . . . 101
— Tancredi. Frizza. TDK. . . . . . . . 124
— Turco en Italia. Marriner. Philips. 77
Roussel: Música de cámara.
Schoenberg. Brilliant. . . . . . . . . 101
— Sinfonías 1, 4.
Eschenbach. Ondine. . . . . . . . . 101
Saariaho: Petals. Descharmes. Aeon. 102
Sani: Elements.
Fabricciani. Stradivarius. . . . . . . 102
Scelsi: Piezas. Kalitzke. Mode. . . . 102
— Trilogía. Deforce. Aeon. . . . . . 102
Schnebel: Orchestra. Lyth. Wergo.103
Schoenberg: Gurrelieder.
Leibowitz. Membran. . . . . . . . . 103
— Moisés y Arón. Klutting. Naxos. 103
— Noche transfigurada.
Grimal. Ambroisie. . . . . . . . . . . 103
— Variaciones. Boulez. Warner.. . . 72
Schubert: Canto del cisne.
Güra. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . 105
— Momentos musicales.
Badura-Skoda. Genuin. . . . . . . . 104
— Quinteto D. 956. Brandis. Warner. 72
— Sonatas. Badura-Skoda. Genuin. 104
— Viaje de invierno. Varios. . . . . . 66
Schumann: Álbum de la juventud.
Rubens. Naxos. . . . . . . . . . . . . . 105
— Carnaval. Uchida. Philips. . . . . . 77
— Obras corales. Graden. Carus. . 105
Schütz: Canto del cisne.
Herreweghe. H. Mundi.. . . . . . . 105
Scriabin: Sonatas 3, 8.
Eckardstein. MDG. . . . . . . . . . . 105
Shostakovich: Conciertos para violín.
Steinbacher. Orfeo. . . . . . . . . . . 106
— Conciertos. Tortelier/Oistrakh. EMI. 72
— Preludios y fugas.
Rubackyté. Brilliant. . . . . . . . . . 106
— Sinfonía 13. Wigglesworth. BIS. 106
— Sinfonías. Kondrashin. Melodiya. 70
— Sinfonías. Rostropovich. Warner. 70
Sibelius: Canciones. Jurmu. Naxos.106
— Sinfonias 1, 6. Karajan. EMI. . . . 72
Smetana: Mi patria. Inbal. Warner. 72
Stölzel: Cantatas. Rémy. CPO. . . . 106
Strauss: Arabella. Keilberth. Walhall.76
— Ariadna en Naxos.
Keilberth. Capriccio. . . . . . . . . . . 76
— Daphne. Böhm. Walhall. . . . . . . 76
— Leyenda de José.
Fischer. Channel.. . . . . . . . . . . . 107
— Leyenda de José. Hollreiser. DG. 124
— Salome. Böhm. DG. . . . . . . . . . 124
— Sinfonía alpina.
Frühbeck. Genuin.. . . . . . . . . . . 107
— Últimos Lieder. Norman. Philips. 77
Stravinski: Apolo. Bashmet. Onyx. 107
— Final Chorale.
Gielen. Ideale Audience. . . . . . . 125
Szymanowski: Sonata para violín.
Piekutowska. Dux.. . . . . . . . . . . 107
Takemitsu: Arc. Knussen. LS. . . . . 108
Telemann: Fantasías.
Wentz. Brilliant. . . . . . . . . . . . . 107
The John Dowland Collection.
Varios. DG. . . . . . . . . . . . . . . . . 119
The Road to Paradise.
McCreesh. DG. . . . . . . . . . . . . . 119
Thibaudet, Jean-Yves.
Pianista. Decca.. . . . . . . . . . . . . 114
Tres sopranos con la zarzuela.
Autor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
Van Hoof: Sinfonía 3.
Hamar. Phaedra. . . . . . . . . . . . . 108
Vasks: Sinfonía 3.
Storgards. Ondine.. . . . . . . . . . . 108
Vaughan Williams: Sinfonía 1.
Hickox. Chandos. . . . . . . . . . . . 109
Verdi: Ballo in maschera.
Serafin. Membran. . . . . . . . . . . . . 75
— Corsario. Dodds. Ponto. . . . . . . 74
— Don Carlo. Santini. Membran. . . 75
— Ernani. Ricchetti. Dynamic. . . 125
— Falstaff. Muti. Euroarts.. . . . . . . 125
— Falstaff. Gui. Gala. . . . . . . . . . . . 73
— Giorno di regno. Bellugi. Gala. . 73
— Luisa Miller. Rossi. Membran. . . 75
— Rigoletto. Cellini. Membran. . . . 75
— Otello. Busch. Membran. . . . . . . 75
— Réquiem. Fricsay. Membran. . . . 75
— Vísperas sicilianas.
Kleiber. Membran.. . . . . . . . . . . . 75
Vierdanck: Caprichos.
Parnassi. CPO.. . . . . . . . . . . . . . 109
Villa-Lobos: Conciertos para chelo.
Schmid. MDG. . . . . . . . . . . . . . 109
Vivaldi: Ercole su’l Termodonte.
Curtis. Dynamic. . . . . . . . . . . . . 125
Wagner, R.: Maestros cantores.
Rosbaud. Walhall. . . . . . . . . . . . . 76
— Prohibición de amar.
Downes. Ponto.. . . . . . . . . . . . . . 74
— Sigfrido. Fish. Melba. . . . . . . . . 109
Wagner, S.: Rainulf y Adelasia.
Albert. CPO. . . . . . . . . . . . . . . . 110
Weber: Freischütz.
Kleiber. Capriccio.. . . . . . . . . . . . 76
World Philharmonic Orchestra.
Sado. Naïve. . . . . . . . . . . . . . . . 119
Vivaldi: Conciertos para chelo.
Coin. Naïve. . . . . . . . . . . . . . . . 110
Weill: Ópera de 4 cuartos.
Klemperer. VAI.. . . . . . . . . . . . . 111
Weir: On buying a horse.
Tynan. Signum. . . . . . . . . . . . . . 110
Wieniawski: Concierto para violín 2.
Plawner. Dux. . . . . . . . . . . . . . . 111
Wuorinen: Cyclops. Knussen. LS.. 110
D O S I E R
ORQUESTAS ESPAÑOLAS
Orquesta Ciudad de Granada . . 130
ANDALUCÍA
Orquesta Filarmónica
de Málaga . . . . . . . . . . . . . . . . 131
Real Orquesta Sinfónica
de Sevilla. . . . . . . . . . . . . . . . . 131
Orquesta de Córdoba . . . . . . . . 132
Al Ayre Español . . . . . . . . . . . . . . 132
ARAGÓN
ASTURIAS
Orquesta Sinfónica del
Principado de Asturias. . . . . . 134
Orquesta Sinfónica Ciudad de
Oviedo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
BALEARES
Orquesta Sinfónica de Baleares 135
Orquesta Filarmónica de Gran
CANARIAS
Canaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
Orquesta Sinfónica de Tenerife. 136
Orquesta Sinfónica
CASTILLA
YdeLEÓN
Castilla y León . . . . . . . . . . . . 137
Orquesta Sinfónica de Barcelona
CATALUÑA
y Nacional de Cataluña . . . . . 140
Orquesta de Cadaqués . . . . . . . 140
Orquesta Sinfónica del Vallés . . 141
Orquesta Sinfónica de
EXTREMADURA
Extremadura . . . . . . . . . . . . . . 142
GALICIA
Orquesta Sinfónica de Galicia. . 142
Real Filharmonía de Galicia. . . . 143
MADRID
Orquesta Nacional de España . . 144
Orquesta de la Comunidad
de Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . 144
Orquesta Sinfónica de RTVE . . . 145
MURCIA
Orquesta Sinfónica de la
Región de Murcia. . . . . . . . . . 150
NAVARRA
Orquesta Sinfónica de Navarra . 149
PAÍS
VASCO
Orquesta
Sinfónica de Euskadi . 148
Orquesta Sinfónica de Bilbao . . 149
Orquesta de Valencia . . . . . . . . . 150
VALENCIA
129
D O S I E R
ORQUESTAS ESPAÑOLAS
Orquesta Ciudad de Granada
PISTAS
MÚSICA Y ESCENA
www.orquestaciudadgranada.es
L
a siempre original
estructura de la temporada de la OCG incluye
esta vez 27 programas
diferentes entre el 14 de septiembre y el 18 de mayo. La
Fiesta de apertura es un
homenaje a la copla, en la
persona de Manuel Quiroga,
que dirigirá Enrique García
Asensio. Siguen dos Conciertos de otoño, con maestros
historicistas (Spinosi y Van
Waas, el segundo con repertorio romántico y del siglo
XX); doce Conciertos sinfónicos, el programa del último
de los cuales será elegido
por votación por los abonados; un Festival OCG con
cuatro citas de Música para
la escena que engloba música incidental (Egmont, El sueño de una noche de verano,
Peer Gynt), una obra derivada de la ópera (Sinfonía
Matías el pintor) y otras pura-
mente sinfónicas; seis Conciertos familiares; y un par
de extraordinarios (uno para
el Festival de jazz de la ciudad y el tradicional Mesías
participativo de Navidad, que
comandará Andrea Marcon).
Kantorow dirigirá 6 programas y entre los directores
invitados se cuentan también
Fabio
Biondi
(Mozart,
Haydn, Nardini, Boccherini),
Salvador Mas (Hindemith,
Dvorák), Josep Pons (Hindemith, Strauss), Yuri Bashmet
(Mozart, Weber, Schubert),
Philip Pickett (Misa en si
menor de Bach), Philip Bender (Peer Gynt) o Rubén
Gimeno (Soutullo, Concierto
en sol de Ravel con el turco
Fazil Say de solista, Bartók,
Kodály).
En el apartado de solistas
se incluyen también la flautista Sharon Bezaly (Concierto pastoral de Rodrigo), el
Real Orquesta Sinfónica de Sevilla
violinista Mi’sa Yang (el raro
Concierto de Reynaldo
Hahn) o el pianista Jean-Bernard Pommier (Segundo de
Saint-Saëns). Como otros
años, resulta clamorosa la
ausencia de la música más
actual (reducida casi a la
interpretación de All the
echoes listen del gallego
Eduardo Soutullo), aunque
la creación española está
mejor representada que otras
veces, pues además de la
obra de Soutullo, el Concierto pastoral de Rodrigo o el
programa dedicado a Quiroga, se interpreta el Miserere
de Vicente Palacios, recién
rescatado y editado por el
Centro de Documentación
Musical de Andalucía, la Sinfonía breve op. 19 de Julián
Bautista y la Sinfonietta de
E. Halffter.
Pablo J. Vayón
13 de noviembre de 2007.
Jean-Jacques Kantorow,
director.
Sharon Bezaly, flauta.
Stravinski, Pulcinella (suite).
Rodrigo, Concierto pastoral
para flauta y orquesta.
Bautista, Sinfonía breve.
E. Halffter, Sinfonietta.
11 y 12 de enero de 2008.
Daniel Mestre, director.
Coro de la Orquesta
Ciudad de Granada.
Raquel Lojendio, soprano.
Marisa Martins, contralto.
Gustavo Peña, tenor.
José Antonio López,
barítono.
Palacios, Miserere.
Beethoven, Misa en do
mayor.
28 y 29 de marzo de 2008.
Roberto Benzi, director.
Mi’sa Yang, violín.
Roussel, El festín de la
araña.
Hahn, Concierto para
violín.
Milhaud, La creación del
mundo.
Severac, Tres recuerdos.
Orquesta de Filarmónica de Málaga
JEAN-JACQUES KANTOROW. Orquesta Ciudad de Granada
130
D O S I E R
ORQUESTAS ESPAÑOLAS
Real Orquesta Sinfónica de Sevilla
PISTAS
ENTRE HÉROES Y MITOS
www.rossevilla.com
L
a temporada en que la
ROSS desembarca por
fin al completo en un
Teatro de la Maestranza a punto de finalizar sus
obras de ampliación y
modernización (lo que retrasa el inicio de los conciertos
a finales de octubre) está
marcada por el incremento
del número de programas
de abono (de 14 a 16) y por
la temática general en torno
a la cual Pedro Halffter ha
pergeñado la programación
de orquesta y teatro, Héroes,
mitos y leyendas. El director
madrileño asume seis programas (abre con Grieg y los
Cuadros de Musorgski/Ravel
y cierra con la Cuarta de
Mahler) y entre los directores españoles cabe citar la
vuelta de Frühbeck (Albéniz
en orquestación propia,
Turina, Quinta de Beethoven) y el debut de Jesús
Amigo (Guridi, Camarero,
Turina). El muy apreciado
en Sevilla Marc Soustrot
(Debussy, Max Dubois,
Cuarta de Schubert), Michel
Plasson
(Bizet,
Ravel,
Debussy) y Yoel Levi (Chaikovski, Rimski) son otros de
los directores destacados. El
plantel de solistas es extraordinario, como muestran los
nombres de los pianistas
François-Frédéric Guy (Concierto de Grieg), Michel
Camilo (Gershwin), JeanYves Thibaudet (Segundo de
Liszt), Stephen Hough
(Segundo de Chaikovski),
los hermanos Capuçon
(Doble de Brahms), el violinista Frank Peter Zimmermann (Concierto de Beethoven), la chelista Anne Gastinel (Concierto de Barber) o
la contralto Nathalie Stutzmann (Rückert Lieder de
Mahler). Se mantiene el programa de intercambio, en
esta ocasión con la Orquesta
Sinfónica de Bilbao, que viene dirigida por Yaron Traub.
En continuidad con la
temporada anterior, domina
el gran repertorio (hay dos
obras de Brahms, Mahler,
Beethoven y Chaikovski,
pero ninguna de Mozart),
aunque se ofrece un estreno de César Camarero
(Vanishing point, para dos
percusionistas y orquesta),
un estreno en España de
Fartein Valen y piezas de
Pierre Max Dubois y
Tomás Marco. En los extraordinarios de Navidad y
Semana Santa, la orquesta
se acerca a un terreno en
el que se mueve con algunas dudas: en el primero,
Peter Schreier dirigirá La
creación de Haydn; en el
segundo, Martin Haselböck
hará la Misa en si menor
de Bach.
Pablo J. Vayón
15 y 16 de noviembre de
2007.
Jesús Amigo, director.
Iñaki Martín y Gilles
Midoux, percusión.
Guridi, Una aventura de
Don Quijote.
Camarero, Vanishing point
para dos percusionistas y
orquesta.
Turina, Sinfonía sevillana.
27 y 28 de marzo de 2008.
Martin Haselböck, dir.
Coro Sine Nomine.
Deborah York y Katerina
Beranova, sopranos.
Carlos Mena, contratenor.
Steve Davislim, tenor.
José Antonio López,
barítono.
Bach, Misa en si menor.
5 y 6 de junio de 2008.
Pedro Halffter, director.
Frank Peter Zimmermann,
violín.
Beethoven, Concierto para
violín y orquesta en re
mayor.
Schoenberg, La noche
transfigurada.
Orquesta Filarmónica de Málaga
EN EL NOMBRE DE CHAIKOVSKI
PISTAS
www.orquestafilarmonicademalaga.net
A
ldo Ceccato vuelve a
programar para su
batuta uno de esos
grandes ciclos pensados para ocupar varias temporadas, en esta ocasión
consagrado a Chaikovski. En
su primer año, el maestro
italiano le dedica cuatro de
los ocho programas que él
mismo se reserva a lo largo
de la temporada. En ellos se
oirán las tres primeras sinfonías, los dos primeros conciertos para piano (con Brigitte Engerer y Konstantin
Scherbakov de solistas), el
Concierto para violín (con la
joven talentosa Leticia Moreno) y el ballet Cascanueces.
Tres de esas citas se abren
además con obras de otros
tantos compositores andaluces (Francisco J. Martín Jaime, L. Torres y Eneko Vadillo) inspiradas en el músico
ruso. Entre los maestros invi-
tados, buena noticia será la
presencia de Miguel Ángel
Gómez Martínez, que tan
poco se prodiga por Andalucía, con un programa que
combina a García Abril con
Grieg y Strauss. Massimo
Quarta dirigirá dos programas en los que además tocará en el violín cuatro conciertos de Paganini. José Luis
Temes (Primera de Schumann, Fernández Arbós —
con Malikian de solista— y
Cristóbal Halffter), Manel
Valdivieso (Weber, Bruch,
Franck), Edmon Colomer
(Bernstein, Bloch, Décima
de Shostakovich), Anton Rickenbacher (Mendelssohn,
Brahms, Debussy, Ravel)
completan como directores
los quince programas de
abono.
Otros solistas serán la
mezzo Katia Litting (Siete
canciones de Falla), la sopra-
no María José Montiel (Sherezade de Ravel y Canciones
negras de Montsalvatge), los
violinistas Alina Pogostkina
(Concierto nº 1 de Bruch) y
Pekka Kuusisto (Concierto
de Brahms), el chelista Gary
Hoffman (Tres meditaciones
de Bernstein, Schelomo de
Bloch) y el pianista Paolo
Bordoni (Fantasía húngara
de Liszt y Fantasía Wanderer
de Schubert en la versión
para piano y orquesta de
Liszt). Los malagueños tendrán también la ocasión de
oír a la muy notable mezzo
italiana Manuela Custer, que
intervendrá en una Pequeña
Misa solemne de Rossini que
dirigirá el titular. Globalmente resulta ésta una de las temporadas de abono más equilibradas de la era Ceccato en
la costa del Sol.
Pablo J. Vayón
14 y 15 de diciembre de
2007.
Miguel Ángel Gómez
Martínez, director.
Marian Lapsansky, piano.
García Abril,
Memorandum.
Grieg, Concierto para
piano.
Strauss, Así habló
Zarathustra.
16 y 17 de mayo de 2008.
Edmon Colomer, director.
Gary Hoffman, chelo.
Bernstein, Tres
meditaciones.
Bloch, Schelomo.
Shostakovich, Sinfonía
nº10.
30 y 31 de mayo de 2008.
Aldo Ceccato, director.
Leticia Moreno, violín.
Vadillo, Alixares.
Chaikovski, Sinfonía nº 3 en
re mayor, Concierto para
violín en re mayor.
131
D O S I E R
ORQUESTAS ESPAÑOLAS
Orquesta de Córdoba
PISTAS
ESTRENOS Y SINFONÍAS
www.orquestadecordoba.org
D
oce conciertos de
abono componen la
temporada de la
Orquesta de Córdoba, a los que habría que añadir los didácticos y algunos
extraordinarios, como el de
la celebración del XXX Aniversario de la Confederación
de Empresarios de Córdoba,
que dirigirá Juan Luis Pérez
con el plato fuerte de la
Novena de Dvorák; o un
Carmina Burana en noviembre con la batuta del titular,
Manuel Hernández Silva,
quien asumirá además siete
conciertos de abono. Los
directores invitados son
Howard Griffiths, Charles
Olivieri Munroe, Karl Anton
Rickenbacher, Maxim Shostakovich y Daniel Klujnar, y
entre los solistas pueden destacarse a la mezzo Soraya
Chávez (Kindertotenlieder y
Cuarta de Mahler), a los pianistas
Kum
Woo-Paik
(Segundo de Prokofiev, especialidad absoluta) y Craig
Shephard
(Primero de
Brahms) y al joven violinista
malagueño Jesús Reina (Concierto de Brahms).
De la programación de la
OC destacan sin duda los tres
estrenos absolutos y el aluvión de sinfonías clásicas y
populares. De los primeros,
dos corresponden a Igmar
Alderete Acosta, violinista
cubano de la propia orquesta
que aún no ha cumplido 40
años: serán un Concierto
para clarinete (Joaquín Haro
Zamora ejercerá de solista) y
una pieza titulada La leyenda
del cimarrón. El murciano
Manuel Moreno Buendía firma el tercero: un Concierto
para flauta que tocará como
solista Juan A. Nicolás. De las
segundas, la lista es jugosa:
Mahler (Cuarta), Prokofiev
(Primera), Sibelius (Quinta),
Beethoven (Primera y Novena), Schubert (Octava), Schumann (Segunda), Brahms
(Tercera y Cuarta), Shostakovich (Primera), Chaikovski
(Cuarta, además de la Suite
nº 3) y Dvorák (Séptima). El
repertorio se adereza con
alguna curiosidad, como el
Concierto para contrabajo de
Tubin, la Dansa brasileira de
Camargo Guarnieri o El diablo suelto, un viaje por la
música popular de Venezuela
en la visión del Ensamble
Gurrufío, singular cuarteto
del folclore venezolano, colaborador habitual de grandes
figuras del jazz latino, y que
compondrá junto a la obra de
Camargo y la Rapsodia in
28 de febrero de 2008.
Karl Anton Rickenbacher, dir.
Jesús Reina, violín.
Brahms, Concierto para
violín y orquesta en re
mayor, Sinfonía nº 4.
17 de abril de 2008.
Maxim Shostakovich, dir.
Andrei Pisarev, piano.
Jungeun Woo, violín.
Kirill Rodin, violonchelo.
Beethoven, Triple Concierto.
Shostakovich, Sinfonía nº1.
12 de junio de 2008.
Manuel Hernández Silva, dir.
Kun Woo-Paik, piano.
Alderete, La leyenda del
cimarrón.
Prokofiev, Concierto para
piano y orquesta nº 2.
Dvorák, Sinfonía nº 7.
blue de Gershwin un americanizado Concierto de año
nuevo.
Pablo J. Vayón
MANUEL HERNÁNDEZ SILVA
AL AYRE ESPAÑOL
PISTAS
Al Ayre Español
EL AÑO DE LA EXPOSICIÓN
www.alayreespanol.com
C
132
omienza la cuarta
temporada estable de
Al Ayre Español en
Zaragoza, cuna de su
director y ciudad en cuyo
Auditorio tiene su residencia
el conjunto desde hace unos
años. Si la temporada precedente, aunque sin despreciar
el repertorio, se decantaba
claramente por lo infrecuente (conciertos de Avison, Vísperas de Nebra, el oratorio
Colpa, Pentimento e Grazia
de Alessandro Scarlatti, y la
ópera Rodrigo de Haendel),
ésta, a la hora de escribir
estas líneas conocida sólo en
parte —otros posibles conciertos esperan confirmación
de contenido y sede—, cursará en cambio por caminos
más expeditos para el público mayoritario pero en absoluto carentes de interés,
puesto que Al Ayre Español
abordará varios monumentos
musicales que, por ser de
todos conocidos, ya no
admiten interpretaciones
convencionales, exigiendo
en cambio un punto de vista
osado y renovador —que
Eduardo López Banzo ha
demostrado repetidamente
poseer—: el Stabat Mater de
Pergolesi (acompañado del
más raro Miserere de José de
Nebra), el esperado enfrentamiento de Al Ayre Español
con la más conocida Pasión
de Bach, y el doblete orquestal haendeliano de sus músicas para el fuego y para el
agua, concierto este último
enmarcado dentro de la programación especial —todavía
no desvelada— del Auditorio
de Zaragoza con motivo de
la Exposición Internacional.
Al atractivo de intérprete y
programas se suma el de los
solistas vocales, de algunos
de los cuales (Espada, Casariego, Mena, Martín-Royo) no
hemos olvidado anteriores y
excelentes trabajos con Al
Ayre Español.
Antonio Lasierra
31 de octubre de 2007.
Eduardo López Banzo, dir.
Carlos Mena, contratenor.
María Espada, soprano.
Lola Casariego, mezzo.
Pergolesi, Stabat Mater.
Nebra: Miserere.
12 de marzo de 2008.
Eduardo López Banzo, dir.
Christoph Prégardien, tenor.
Konrad Jarnot, barítono.
María Espada, soprano.
Carlos Mena, contratenor.
Colin Balzer, tenor.
Joan Martín-Royo, barítono.
Bach, Pasión según San
Mateo.
13 de septiembre de 2008.
Eduardo López Banzo, dir.
Haendel, Música acuática,
Música para los reales
fuegos artificiales.
VENTA DE NUEVOS ABONOS
LUGAR: Taquillas del Teatro de la Maestranza.
FECHA: a partir del 10 de septiembre de 2007.
HORARIO: de lunes a viernes de 10’00 a 14’00 y de 17’30 a 20’30 horas.
XVIIIª Temporada de Conciertos de Abono
Octubre 2007
Diciembre 2007
Mayo 2008
Jueves 25 · Viernes 26 (1º de abono) Tarifa A
Jueves 13 · Viernes 14 (7º de abono) Tarifa C
Viernes 2 · Sábado 3 (12º de abono) Tarifa C
Pedro Halffter Director
François-Frédéric Guy Piano
Peter Schreier Director
Rosmery Joshua Soprano
Joel Prieto Tenor
Markus Butter Bajo
Coro de la Asociación de Amigos del Teatro de la
Maestranza
II CICLO DE CONCIERTOS DE INTERCAMBIO ENTRE
ORQUESTAS
n La creación Franz Joseph Haydn
n Sinfonía concertante para violoncello, Op. 125 S. Prokofiev
n Sinfonía fantástica, Op. 14 H. Berlioz
n Peer Gynt: Suite nº 1, Op. 46
n Concierto para piano, en La menor, Op. 16 E. Grieg
n Cuadros de una exposición M. Mussorgski /M. Ravel
Noviembre 2007
Jueves 1 · Viernes 2 (2º de abono) Tarifa B
Pedro Halffter Director
Renaud Capuçon Violín
Gautier Capuçon Violoncello
n Kirkegården ved havet ** F. Valen
n Concierto para violín y violoncello (doble concierto),
en La menor, Op. 102 J. Brahms
n Sinfonía nº 2, en Re Mayor, Op. 43 J. Sibelius
Enero 2008
Jueves 8 · Viernes 9 (13º de abono) Tarifa B
Jueves 10 · Viernes 11 (8º de abono) Tarifa B
Paul Mann Director
Nathalie Stutzmann Contralto
n Angelus novus (Mahleriana) * T. Marco
n Rückert-Lieder * G. Mahler
n Macbeth, Op. 23, TRV 163 * R. Strauss
n Francesca da Rimini, Op. 32 * P. I. Tchaikovsky
Jueves 8 · Viernes 9 (3º de abono) Tarifa C
MÚSICA DE CINE
Pedro Halffter Director
Michel Camilo Piano
ORQUESTA SINFÓNICA DE BILBAO
Yaron Traub Director
Enrico Dindo Violoncello
Rafael Frühbeck de Burgos Director
n Suite española, Op. 47: Castilla *, Granada *,
Sevilla, Asturias * y Aragón * I. Albéniz (Orq. R. Frühbeck)
n Danzas fantásticas, Op. 22 J. Turina
n Sinfonía nº 5, en Do menor, Op. 67 L. van Beethoven
Junio 2008
Jueves 5 · Viernes 6 (14º de abono) Tarifa B
Febrero 2008
Pedro Halffter Director
Frank Peter Zimmermann Violín
Jueves 14 · Viernes 15 (9º de abono) Tarifa B
n Begleitsmusik zu einer Lichtspielszene, Op. 34 *A. Schönberg
n Concierto para piano en Fa Mayor * G. Gershwin
Pedro Halffter Director
n Un americano en París G. Gershwin
Jean-Yves Thibaudet Piano
n West Side Story: Danzas sinfónicas L. Berstein
n Siegfried, WWV 86c: Waldweben * R. Wagner
n Concierto para piano nº 2, en La Mayor, S. 125 F. Liszt
n Sinfonía nº 1, en Do menor, Op. 68 J. Brahms
Jueves 15 · Viernes 16 (4º de abono) Tarifa A
n Concierto para violín, en Re Mayor, Op. 61 L. van Beethoven
n La noche transfigurada, Op. 4 A. Schönberg
Jesús Amigo Director
Iñaki Martín y Gilles Midoux Percusión
n Orfeo ed Euridice (Obertura) * C. W. Gluck
n Concierto para violoncello, Op. 22 * S. Barber
n Sinfonía nº 3, en Mi bemol Mayor, Op. 97 “Renana”
R. Schumann
n Una aventura de Don Quijote * J. Guridi
n Vanishing point para dos percusionistas y orquesta ***
C. Camarero
n Sinfonía sevillana, Op. 23 J. Turina
Jueves 22 · Viernes 23 (5º de abono) Tarifa A
Marc Soustrot Director
Francisco Rosario, Francisco Blay,
Daniel Stofan y Unai Urrecho Trombones
n La boîte à joujoux * C. Debussy
n Concierto para cuatro trombones y orquesta *
P. M. Dubois
n Sinfonía nº 4, en Do menor, D.417 “Trágica” F. Schubert
Jueves 29 · Viernes 30 (6º de abono) Tarifa B
Michel Plasson Director
Jorge Federico Osorio Piano
n Sinfonía nº 1, en Do Mayor G. Bizet
n Concierto para piano en Re Mayor
“para la mano izquierda” M. Ravel
n La mer C. Debussy
n La valse M. Ravel
Marzo 2008
Jueves 27 · Viernes 28 (10º de abono) Tarifa C
Martin Haselböck Director
Deborah York Soprano I
Katerina Beranova Soprano II
Carlos Mena Contratenor
Steve Davislim Tenor
José Antonio López Barítono
Coro Sine Nomine
Jueves 12 · Viernes 13 (15º de abono) Tarifa A
Maximiliano Valdés Director
Anne Gastinel Violoncello
Jueves 19 · Viernes 20 (16º de abono) Tarifa B
Pedro Halffter Director
Ruth Ziesak Soprano
n Sinfonía nº 4, en Sol Mayor G. Mahler
Teatro de la Maestranza 20.30 h
n Misa, en Si menor, BWV 232 * J. S. Bach
PRECIO DE LOS ABONOS:
Abril 2008
Jueves 3 · Viernes 4 (11º de abono) Tarifa B
PATIO
BALCÓN
TERRAZA
PARAÍSO
423,36 €
386,40 €
336,00 €
268,80 €
PRECIO DE LAS ENTRADAS:
Yoel Levi Director
Stephen Hough Piano
n Concierto para piano nº 2, en Sol Mayor, Op. 44 *
P. I. Tchaikovsky
n Sheherazade, Op. 35 N. Rimsky-Korsakov
PATIO
BALCÓN
TERRAZA
PARAÍSO
A
26,00 €
24,00 €
21,00 €
16,00 €
B
31,00 €
28,00 €
24,00 €
20,00 €
C
38,00 €
35,00 €
31,00 €
24,00 €
* Primera vez por la Orquesta · ** Estreno en España · *** Obra de estreno absoluto, encargo de la SGAE y la AEOS a propuesta de la ROSS
Patrocinador de la Temporada de Abono 07-08:
JUNTA DE ANDALUCÍA · AYUNTAMIENTO DE SEVILLA
Con el patrocinio de:
Con la colaboración de:
D O S I E R
ORQUESTAS ESPAÑOLAS
Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias
PISTAS
VIAJES Y ESTANCIAS
www.ospa.es
E
n
septiembre
la
Orquesta Sinfónica del
Principado de Asturias
viajará hasta México,
donde ofrecerá cinco conciertos con el siguiente programa: Misa de Réquiem de
Verdi, El amor brujo y
Noches en los jardines de
España de Falla y la Sinfonía nº 4 de Chaikovski.
Además estará en China del
26 de diciembre al 10 de
enero, con otros diez conciertos, en una agenda internacional imponente.
La temporada de abono
se inicia el próximo octubre
con la presencia de solistas
destacados como Alexandre
da Costa, en el Concierto
para violín nº 1 de Bruch (3
y 4-IV), Jee Chen, que interpretará el Concierto para
piano en sol menor de Mendelssohn (31-I y 1-II), Antonio Meneses, con el Concierto para chelo nº 2 de Villa-
Lobos, Sara Mingardo, que
cantará los Kindertotenlieder
de Mahler (5 y 6–VI), Amanda Roocroft (16-V, Oviedo;
22 y 23-V, Pamplona),
Michel Camilo (26 y 27-XI) y
Javier Perianes (29 y 30-V)
entre otros. En cuanto a
directores, además de Maximiano Valdés, director titular
y artístico de la OSPA y
Krzysztof Penderecki (24 y
25-I), principal director invitado, dirigirán a la sinfónica
Joan Falletta (1-II), Víctor
Pablo Pérez (28 y 29–II),
Pedro Halffter (3 y 4–IV),
Pablo González (8 y 9-V),
Álvaro Albiach (31-X y 1-XI),
Alberto Zedda (25-X) Antoni
Wit (29 y 30-V) o Karabtchevsky (21 y 22-II). La temporada de abono contará
como invitada con la
Orquesta Sinfónica de Navarra acompañada del Coro
Pamplonés (29 y 30-XI),
ambos bajo la dirección de
Ernest M. Izquierdo, con Alexander Nevski de Prokofiev
y la Sinfonía nº 7 de Sibelius
como alicientes.
Entre los aspectos más
novedosos está la grabación
de Covadonga (8-II, Oviedo), zarzuela de Bretón que
estará dirigida por Valdés, y
la interpretación de Lohengrin (14-III, Oviedo), ópera
de Wagner que también dirigirá el chileno, esta vez en
versión de concierto. La
OSPA participará en el 60º
aniversario del Festival de
ópera de Oviedo en tres títulos, Tristán e Isolda (15,19 y
23- IX), dirigida por Max Valdés, Lucia di Lammermoor
(15, 18, 21, 24-XI) de Donizetti, con dirección musical
de Roberto Rizzi-Brignoli, e
Iphigénie en Tauride, de
Gluck, bajo la batuta de Jane
Glover.
15, 19 y 23 de septiembre
de 2007.
Max Valdés, director.
John Frederic West, tenor.
Jane Eaglen, soprano.
Andrew Greenan, barítono.
Wagner, Tristán e Isolda.
18 y 19 de octubre de 2007.
Max Valdés, director.
Mahler, Sinfonía nº 5.
16, 18, 20 y 22 de diciembre
de 2007.
Jane Glover, directora.
Elisabete Matos, soprano.
Víctor García Sierra, bajo.
Gabriel Bermúdez,
barítono.
Paul Nilon, tenor.
Gluck, Iphigénie en Tauride.
24 y 25 de enero de 2008.
Krzysztof Penderecki, dir.
Roberto Díaz, viola.
Penderecki, Ciaconna para
cuerda, Concierto para
viola.
Dvorák, Sinfonía nº 9.
Aurelio M. Seco
Orquesta Sinfónica Ciudad de Oviedo
LA HORA LÍRICA
www.os-co.net
L
134
a temporada 2007-08
de la Orquesta Sinfónica Ciudad de Oviedo
se ocupa en su mayor
parte de compromisos de
foso. La agrupación, que
nació directamente ligada
con la temporada de zarzuela de Oviedo, tiene en dicho
festival una de sus más
importantes obligaciones
durante los meses de febrero
a junio. Además estarán sus
compromisos con la temporada de ópera de la ciudad,
en la que participará en dos
títulos: Thaïs y Macbeth. La
dirección musical de la obra
de Verdi estará a cargo de
Miquel Ortega. El reparto,
encabezado por Carlos Álvarez en el papel principal, se
completa con Vitali Kovaliov, Tatiana Serjan, Marifé
Nogales, Alejandro Roy,
Guzmán Hernando, Alberto
Feria y Juan Manuel Muruaga, con una versión escénica
de Micha Van Hoeke. Las
funciones serán los días 26,
28 y 30 de enero. Por su parte, la obra de Massenet tendrá cuatro funciones, los días
14, 16, 18 y 20 de octubre.
Formarán parte del reparto
Ángel Ódena, Reinaldo
Macías, Sandra Fernández,
María José Suárez, José
Manuel Díaz, Stefano Palatchi y Pamela Armstrong,
cuya excelente participación
en La rondine de hace dos
temporadas aún se recuerda.
La dirección musical correrá
a cargo de Alain Guingal, y
la de escena de Joseph Franconi Lee, sobre una idea original de Alberto Fassini.
Dentro de las actividades
que organiza la Asociación
de amigos de la Ópera de
Oviedo, la OSCO también
participará en el recital que
Daniela Dessì y Fabio Armiliato ofrecerán el 31 de octubre, bajo la dirección de
Marco Boemi. Finalmente, la
orquesta realizará otra gala,
con Jaime Aragall, Maribel
Ortega y Matteo Suk como
protagonistas, en colaboración con la Asociación Alfredo Kraus. La OSCO tendrá su
habitual presencia en el ciclo
en conciertos dirigidos por
su titular, Friedrich Haider,
así como con directores y
solistas invitados. El ciclo de
los Conciertos del Auditorio,
comenzará en noviembre
con la oportunidad de oír a
una de las más interesantes
pianistas japonesas de la
actualidad, Madoka Inui, que
interpretará el Concierto
para piano de Ravel. En
febrero la OSCO tocará con
el violinista Benjamin Schmid y al mes siguiente Friedrich Haider ofrecerá su versión de La Pasión según san
Mateo, de J. S. Bach.
Aurelio M. Seco
PISTAS
14, 16, 18 y 20 de octubre de
2007.
Alain Guingal, director.
Ángel Ódena, barítono.
Reinaldo Macías, tenor.
María José Suárez, soprano.
Stefano Palatchi, barítono.
Pamela Armstrong, soprano.
Massenet, Thaïs.
31 de octubre de 2007.
Marco Boemi, director.
Daniela Dessì, soprano.
Fabio Armiliato, tenor.
Gala Lírica.
26, 28 y 30 de enero de
2008.
Miquel Ortega, director.
Carlos Álvarez, barítono.
Vitali Kovaliov, bajo.
Tatiana Serjan, soprano.
Marifé Nogales, mezzo.
Alejandro Roy, tenor.
Guzmán Hernando, tenor.
Verdi, Macbeth.
D O S I E R
ORQUESTAS ESPAÑOLAS
Orquesta Sinfónica de Baleares “Ciudad de Palma”
SOBRE SEGURO
www.simfonica-de-balears.com
B
O.S. PRINCIPADO DE ASTURIAS
ajo la dirección de su
titular, el francés Philippe Bender, cuyo
contrato termina el 31
de agosto del año próximo,
la Orquesta Sinfónica de
Baleares Ciudad de Palma
anuncia una temporada
2007-2008 con dieciséis programas, la mitad de los cuales serán dirigidos por el
propio Bender, quien ofrecerá obras de Beethoven, Stravinski, Turina, Brahms,
Franck, Chaikovski, Khachaturian, Berlioz, Bach, RoigFrancolí, Rossini, Paganini,
Bartók, Borràs de Riquer,
Villalobos, R. Strauss y
Debussy. Los restantes programas serán dirigidos por
Steuart Bedford (Elgar, Britten), Matthias Bamert (Berlioz, Ravel, Saint-Saëns,
Chausson), Günter Neuhold
(Alís, Rachmaninov, Shostakovich), Roman BroglieSacher (E. Halffter, Janácek,
Prokofiev), J. J. Kantarow (J.
L. Turina, Beethoven, Chopin, Weber), López Cobos
(Beethoven), Carlos Riazuelo
(Ginastera, Montsalvatge,
Sibelius) e Inma Shara
(Musorgski,
Arutiunian,
Kabalevski, Prokofiev). Entre
los solistas cabe mencionar a
Joaquín Achúcarro (Beetho-
FRIEDRICH HAIDER
ven, Concierto para piano nº
4), Valeri Sokolov (Brahms,
Concierto para violín), Paul
Watson (Elgar, Concierto
para violonchelo), Berezovski (Khachaturian, Concierto
para piano), Inva Mula
(Bach, Oratorio de Navidad),
Ramón Coll (Rachmaninov,
Concierto para piano nº 1),
Salvatore Accardo (Paganini,
Concierto para violín nº 4),
Alain Planes (Chopin, Concierto para piano nº 2),
Miquel Estelrich (Montsalvatge, Concerto breve), Cristina
Ortiz (Villa-Lobos, Bachiana
nº 3 para piano y orquesta)… Nombres indiscutibles,
pues, del gran repertorio y
programación sobre seguro,
sin apenas riesgos. Los compositores de Baleares están
representados por Román
Alís (Imatges de Mallorca),
Miguel Ángel Roig-Francolí
(Càntics per a una terra
sagrada) y Lorenzo Borràs
de Riquer (Brisas). Joaquín
Turina (Danzas fantásticas),
Ernesto Halffter (Cavatina),
José Luis Turina (Fantasía
sobre doce notas) y Xavier
Montsalvatge (Concerto breve) representarán al resto de
España.
José Guerrero Martín
PISTAS
SINFÓNICA DE BALEARES
4 de octubre de 2007.
Philippe Bender, director.
Joaquín Achúcarro, piano.
Beethoven, Concierto para piano nº 4.
Stravinski, La consagración de la primavera.
20 de diciembre de 2007.
Philippe Bender, director.
Studium Cor de Cambra.
Inva Mula, soprano.
Bach, Oratorio de Navidad.
6 de marzo de 2008.
Jesús López Cobos, director.
David Fray, piano.
Beethoven, Egmont (obertura), Concierto
para piano nº 2 y Sinfonía nº 3 “Heroica”.
17 de marzo de 2008.
Philippe Bender, director.
Capella Mallorquina.
Brahms, Réquiem alemán.
135
D O S I E R
ORQUESTAS ESPAÑOLAS
Orquesta Filarmónica de Gran Canaria
FRUTOS DE JUVENTUD, FRUTOS DE MADUREZ
www.ofgrancanaria.com
E
n el avance que de la
próxima temporada de
conciertos, la orquesta
Filarmónica de Gran
Canaria ha presentado a los
medios de comunicación
parece prevalecer un elevado número de obras de
juventud de los más populares compositores. Ya en
tiempos de Leaper hubo
algún que otro programa
concreto dedicado a estas
obras (de hecho, en el mismo figuraba por primera vez
en la programación de la
OFGC la Sinfonía de Bizet) y
ello es un hecho normal en
casi todas las orquestas consolidadas. Lo que ya vere-
mos si funciona es articular
una temporada a partir de
esta premisa, con lo que nos
encontraremos con obras
poco frecuentadas como la
Primera Sinfonía de Schubert, la Malédiction de Liszt,
la Primera de Chaikovski, o
el Primer Concierto para
piano de Rachmaninov, trufadas con otras del repertorio habitual, como la Fantástica de Berlioz, el Concierto
de Aranjuez, El sombrero de
tres picos o la Novena de
Schubert, por citar unos
ejemplos. Que hay que
ampliar el repertorio y abrirse a nuevas perspectivas es
un hecho incontestable y
toda iniciativa en ese sentido
es digna de reconocimiento;
pero tampoco puede dejar
de tenerse en cuenta que
cuando muchas obras de los
grandes maestros yacen en
el olvido de determinados
anaqueles, las más de las
veces es que alguna razón
habrá.
Hechas estas apreciaciones sobre el repertorio, pasemos a comentar los principales directores que aparecen
en la programación. Seis son
los conciertos en los que
figura Pedro Halffter, el inaugural y el de clausura, dedicado en su integridad a Wagner, amén de uno netamente
español (Falla y Rodrigo)
otro de marcado talante pianístico (Rachmaninov y el
Cuarteto con piano nº 1 de
Brahms, en versión de Schoenberg), otro constituido por
la Titán de Mahler y una
Suite de “Lulu” de Berg y el
tercero de la temporada,
asaz ecléctico en el que figuran junto a fragmentos sinfónicos de óperas de Strauss,
la Rapsodia española de
Ravel y el Primer Concierto
para violonchelo de Haydn.
Aparte de Halffter, el
batuta que más veces aparece como invitada es Günther
Herbig, colaborador habitual
de la casa, siempre bien aco-
ORQUESTA
SINFÓNICA DE
TENERIFE
PEDRO HALFFTER
Orquesta Sinfónica de Tenerife
VARIEDAD Y NOVEDAD
www.ost.es
E
136
l avance de la temporada 2007/08 de la OST
se presenta entre crecidas expectativas ante
las declaraciones del nuevo
titular de la orquesta Lü Jia,
en las que manifiesta su
deseo de que ésta adquiera
una personalidad única y se
convierta en una de las mejores de Europa, eligiendo para
ello un repertorio que cautive a orquesta y público.
La programación, formada por diecinueve conciertos
de abono, incluye catorce
obras que no han sido interpretadas por la OST a lo largo de los últimos veinte años,
entre ellas las exuberantes
armonías de Dafnis et Cloé,
suite nº 1 de Maurice Ravel,
una selección de cuatro de
los veinticuatro magnos
Wunderhornlieder de Gustav
Mahler, Egmont, op. 84 de
Beethoven u obras de autores
menos afamados como el
Concierto para violonchelo y
orquesta de Nino Rota, con el
violonchelo de Mario Brunello, o Hercule et Omphale,
ballet para orquesta de Fernando Sor. Además, retoma
los compositores más conocidos y demandados por el
público al contemplar los
grandes clásicos del repertorio de concierto —Schubert,
Schumann y Brahms—, los
autores del cambio de siglo
—Ravel y Debussy— y la primera escuela de Viena —
Haydn y Mozart— y continúa
con el ciclo dedicado en la
temporada anterior a compositores rusos del s. XIX y s.
XX como Mahler, Bruckner y
Shostakovich. La música de
compositores españoles se
encuentra escasamente presente con Noches en los jardines de España y Vida breve:
interludio y danza de Manuel
de Falla, aunque por otro
lado, destaca la inclusión de
obras de compositores contemporáneos como Alberto
Ginastera, Aaron Copland o
Luis Bacalov, el cual dirigirá
D O S I E R
ORQUESTAS ESPAÑOLAS
Orquesta Sinfónica de Castilla y León
PISTAS
5 de octubre de 2007.
Pedro Halffter, director.
Boris Belkin, violín.
Bruch, Concierto para violín
nº 1.
Berlioz, Sinfonía fantástica.
16 de noviembre de 2007.
Günther Herbig, director.
Benjamin Schmid, violín.
Mendelssohn, Sinfonía para
cuerdas nº 10.
Britten, Concierto para violín.
Schubert: Sinfonía nº 9.
21 de diciembre de 2007.
Martin Haselböck, director.
Coro de la OFGC.
Deborah Cork, soprano.
Jordi Domènech,
contratenor.
Benjamin Hulett, tenor.
Wolfgang Bankl, barítono.
Bach, Oratorio de Navidad.
9 de mayo de 2008.
Jesús López Cobos, director.
Coro de la OFGC.
José Bros, tenor.
Ángel Ódena, barítono.
Haydn, Sinfonía nº 6.
Prokofiev, Sinfonía nº 1.
Puccini, Misa de Gloria.
Leopoldo Rojas-O’Donnell
sus propias obras Misa tango
y Concierto para violín y
orquesta.
Junto a Lü Jia, el cual
dirigirá nueve de los diecinueve conciertos de abono,
la orquesta contará con los
directores invitados Jesús
López Cobos, Víctor Pablo
Pérez, Josep Pons, Luis Bacalov o el admirado Pablo
González y con las batutas
internacionales de Long Yu,
Vasili Petrenko o el extraordinario Antoni Wit.
Dentro de la lista de solistas invitados destacan la presencia del violonchelista chino Jiang Wang, los excepcionales pianistas Stefan Vladar o
Nelson Freire y la mezzo-contralto eslovena Marjana Lipovsek, así como instrumentistas
menos acostumbrados como
Alexei Ogrintchouk con el
Concierto para oboe en re
mayor de R. Strauss.
Carmen D. García González
PISTAS
7 de diciembre de 2007.
Víctor Pablo Pérez, director.
Marjana Lipovsek, mezzo.
Mahler, Wunderhorn Lieder.
Bruckner, Sinfonía nº 7.
MAYORÍA DE EDAD
www.orquestacastillayleon.com
D
iecisiete conciertos
desde el 9 de octubre de 2007 hasta el
14 de junio de 2008
forman la temporada de abono en el flamante y, en algunos aspectos, controvertido
auditorio. Una oferta interesante. Cinco conciertos dirigidos por el titular Alejandro
Posada, tres por Vasili
Petrenko, dos por Dimitri Sitkovetski y Marc Minkowski y
uno por Spinosi, Libor
Pesek, Alberto Zedda y
Gunther Herbig. Solistas de
gran categoría. Pianistas
como Lars Vogt, Paul Lewis,
Piotr Anderszewski, Leszek
Mozdzer, Bella Davidovich,
Jonathan Biss, Arcadi Volodos, violinistas como Gidon
Kremer, Sarah Chang, JoYoung Yoon, cantantes
como Eva Podles, flautistas
como Sharon Bezaly. La
Orquesta de Euskadi invitada y dos coros pendientes
de confirmar… Haydn, Beethoven, Gluck, Mozart, Smetana, Bartók, Borodin, Prokofiev,
Shostakovich,
Brahms, Honegger, Richard
Strauss, Sibelius, Wagner,
Berlioz, Mahler, Rachmaninov, Bruch, Bruckner forman con varias de sus obras
un repertorio exigente.
Pocos estrenos y discretísima
presencia española. Gaos,
Rodrigo, Sarasate, único
lunar en la programación.
En esta mayoría de edad
de la orquesta, abordar la
4 de abril de 2008.
Antoni Wit, director.
Shostakovich, Sinfonía nº 1.
Prokofiev, Romeo y Julieta.
30 de mayo de 2008.
Lü Jia, director.
Jian Wang, chelo.
Dvorák, Concierto para
violonchelo.
Schumann, Sinfonía nº 2.
13 de junio de 2008.
Luis Bacalov, director.
Paolo Morena, violín.
Ginastera, Estancia: cuatro
danzas.
Bacalov, Concierto para
violín y orquesta, Misa tango.
Séptima de Bruckner, la Sexta de Mahler o el Réquiem de
Verdi supone un desafío que
no dudamos superará. La
buena acústica del Auditorio
lo hace esperar. En todo
caso, la temporada 2007-2008
se presenta apasionante, tanto en el ciclo de la Orquesta
Sinfónica de Castilla y León
como en los conciertos que
la acompañarán.
Fernando Herrero
PISTAS
21 y 22 de febrero de 2008.
Marc Minkowski, director.
Bruckner, Sinfonía nº 0.
Wagner, Ágape de los
apóstoles.
2 y 3 de mayo de 2008.
Vasili Petrenko, director.
Arcadi Volodos, piano.
Brahms, Concierto para
piano nº 2.
Beethoven, Sinfonía nº 3.
22 y 23 de mayo de 2008.
Alejandro Posada, director.
Sarah Chang, violín.
Bruch, Concierto para violín
nº 1.
Mahler, Sinfonía nº 6.
29 y 30 de mayo de 2008.
Günther Herbig, director.
Haydn, Sinfonía nº 102.
Bruckner, Sinfonía nº 7.
13 y 14 de junio de 2008.
Alejandro Posada, director.
Verdi, Réquiem.
ALEJANDRO POSADA
gido por público y orquesta.
Sus tres programas combinan obras de la plenitud creativa de Schubert (la
Grande), Haydn (Sinfonía
nº 102) con otras de juventud de Beethoven (Concierto
para piano nº 2), Schoenberg (Noche transfigurada)
o Mendelssohn (Sinfonía
para cuerdas nº 10). Otros
nombres invitados son Ros
Marbà, también asiduo en las
programaciones y López
Cobos que realizará un concierto de obras todas juveniles de sus autores: La mañana de Haydn, la Clásica de
Prokofiev y la Misa de Gloria
de Puccini.
De entre los solistas destaquemos a los pianistas
Luganski, Morales o Colom;
los violinistas Belkin, da Costa o Schmid; el guitarrista
Pepe Romero y los cantantes
Bryn Terfel, José Bros, Ángel
Ódena o Marina Rodríguez–Cusí. Como es habitual, el Coro de la Orquesta
Filarmónica intervendrá en
el concierto de Navidad
(Oratorio de Navidad) así
como en la Misa de Gloria
de Puccini.
137
« T R A Z O S
Jueves, 20. Teatro Principal. 20:30 horas
Ananda SUKARLAN, piano; Mercedes
CARRETERO, flauta; Dagmar REMTOVA,
violonchelo; Alfredo ANAYA y Javier
BELINCHÓN, percusión.
Chendra PANATAN: coreografía y danza.
Bianca S. PULUNGAN y Naree KIM, danza.
(Solistas del Jakarta Dance Center).
METAdomus (Nasrul ZEIN, Risydul
PAHMAN, SYAHRIAL).
PROGRAMA
SYAHRIAL: Canción de Sikambang ** (arreglo
de una canción tradicional indonesia)
Decent Harmony **
Ernesto HALFFTER: 3 piezas indonesias **
Mekelá
Nang-Matchá
Legende cambodgiene
Viernes, 21. Teatro Arniches. 20:30 horas
PLURAL ENSEMBLE
Director: Fabián PANISELLO
PROGRAMA
Malika KISHINO: Vers le ciel **
Toshio HOSOKAWA: Vertical Time Study
Misato MOCHIZUKI: Voilages
Hiroyuki ITOH: In the dim light **
Toshio HOSOKAWA: Drawing **
Sábado 22. Teatro Principal. 20:30 horas
ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA
Director: José María SÁNCHEZ VERDÚ
Carolin WIDMANN, violín
PROGRAMA
Iannis XENAKIS: Syrmos **
J. Mª. SÁNCHEZ VERDÚ: Elogio del aire.
Música para violín y orquesta *+
Iluminada PÉREZ FRUTOS: A Orillas de la sola
Quietud *+
Toru TAKEMITSU: How slow the wind
Domingo, 23. Teatro Arniches. 20:30 horas
SPANISH BRASS LUUR METALLS. AMORES
PROGRAMA
Daniel FLORS: Cosmogonía *
Lunes, 24. Casino. 18:00 horas
Manuel GUILLÉN, violín
PROGRAMA
Ramón BARCE: Sonata (Lento-Vivo)
Carlos CRUZ DE CASTRO: Pieza para violín
Joan GUINJOAN: Tensió
Jesús RUEDA: Sex Machine *
http://cdmc.mcu.es
D E
David DEL PUERTO: Bluescape *
Zulema DE LA CRUZ: Feelings: I - Romanza” y II
- Danza nº 7, “Recuerdo” *
Lunes, 24. Teatro Arniches. 20:30 horas.
Eiko SHIONO, piano
Electroacústica LIEM
PROGRAMA
Yassen VODENITCHAROV: 7 Bagatelles **
José Manuel LÓPEZ / VARÈSE: Octandre
(versión para piano)
Sofía MARTÍNEZ: Estelas en la mar *+
Rika SUZUKI: …à l’infini… **
Yoshihisa TAIRA: Shô-Rô (“Campanile”) **
Jean-Marc CHOUVEL: Ligne claire - obscur
horizon *
Martes, 25. Casino. 12:00 horas
CREACIÓN RADIOFÓNICA
Mercè CAPDEVILA: Música en bruto *+
O R I
Miércoles, 26. Arniches. 20:30 horas
XENIA ENSEMBLE / Liu FANG, pipa
PROGRAMA
Música tradicional para pipa sola
Chen YI: At the Kansas City Chinese New Year
I) The Talking Fiddle
II) Making looped noodlest
III) Dragon Sword Dance
Melissa HUI: Rush, para pipa y cuarteto de
cuerda **
Zhou LONG: Song of the Ch’in
Tan DUN: Concierto para pipa y cuarteto de
cuerda **
Jueves, 27. Teatro Arniches. 20:30 horas
ORQUESTA DE CÁMARA DEL AUDITORIO DE
ZARAGOZA “GRUPO ENIGMA”
Director: Juan José OLIVES
Josetxo SILGUERO, saxofones. Julia
MALKOVA, viola. Electroacústica LIEM
PROGRAMA
Martes, 25. Teatro Arniches. 20:30 horas
Ricardo DESCALZO, piano; Eva NAREJOS,
danza
PROGRAMA
“AQUA”
Prólogo… el arpa del viento
Uno… el mar
Aureliano CATTANEO: Klangregie **
I. Intermezzo primo (Ulysses…)
II. …en medio de un gran ruido de mar
Salvatore SCIARRINO: Perduto in una cittá
d’acque
Luca BELCASTRO: …y negro el mar **
Interludio I... aquarius
Dos… ni los rumiantes ecos del retumbo
Gabriel ERKOREKA: Nubes I
I… Cúmulos
II… Nimbos
Maki ISHII: Black intention III
Interludio II… la música de las sombras
Tres… ni el gemir de los ríos al salirse de
cauce
Karen TANAKA: Crystalline II
Jesús TORRES: Wasserfall *
Epílogo… la calma
Toru TAKEMITSU: Rain Tree Sketch II
Miércoles, 26. Casino. 12:00 horas
CREACIÓN RADIOFÓNICA
Emiliano LÓPEZ RASCÓN: Sol en la noche *+
Ganador Premio Creación Radiofónica
Radio Clásica / CDMC
James MACMILLAN: Three Dawn Rituals
Carlos SATUÉ: Laberinto de la Noche Concierto para saxofones, ensemble y
electrónica en vivo *+
José Luis GRECO: Manhattan in the Mist.
Concierto para viola y ensemble *+
Toru TAKEMITSU: Tree Line
Viernes, 28. Teatro Arniches. 20:30 horas
“RESIDENCIAS” EN ALICANTE. TRÍO ARBÓS.
NEOPERCUSIÓN. Clara ANDRADA, flauta.
José Luis ESTELLÉS, clarinete. Frano
KAKARIGI, contrabajo.
PROGRAMA
Miguel GÁLVEZ: Kammerkonzert *+
Isang YUN: Trío
Yoshihisa TAIRA: Trichromie
Frederic RZEWSKI: Les moutons de Panurge
Sábado, 29. Teatro Principal. 20,30 horas
THEATRE CRYPTIC / T'ANG QUARTET
(UK/Singapur)
PROGRAMA
“Optical Identity”
Kevin VOLANS: White Man Sleeps **
Franghiz ALI-ZADEH: Mugam Sajahy **
Rolf WALLIN: Phonotope 1 **
Joby TALBOT: Manual Override **
* Estreno absoluto
*+ Estreno absoluto, encargo CDMC
** Estreno en España
Fotografía, Isabel Muñoz
E N T E »
D E L
2 0
A L
2 9
D E
S E P T I E M B R E
D O S I E R
ORQUESTAS ESPAÑOLAS
Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña
PISTAS
www.obc.es
Izquierdo, principal director
invitado, se le han encomendado dos. Los restantes contarán con las batutas de Salvador Mas (dos), Vasili
Petrenko, Pablo González,
Michel Plasson, Christopher
Hogwood, Virginia Martínez,
Salvador Brotons, Rubén
Gimeno, Jesús López Cobos
(dos), Pinchas Zukerman,
Emmanuel Krivine, Leopold
Hager, Josep Caballé-Domènech, Hannu Lintu, James
Judd, Leonard Slatkin y
Manel Valdivieso. A los que
hay que sumar Edmon Colomer (con la Joven Orquesta
Nacional de España), Josep
Pons (con la Orquesta y
Coro Nacionales de España)
y Tugan Sokhiev (con la
Orchestre National du Capitol de Toulouse). Entre los
intérpretes a destacar, Boris
Belkin (Shostakovich), Pinchas Zukerman (Mozart),
Nelson Freire (Brahms), Nathalie Stutzmann (Mahler),
José Guerrero Martín
Orquesta de Cadaqués
www.orquestradecadaques.com
D
140
22 de febrero de 2008.
Jesús López Cobos, dir.
Beethoven, Sinfonías nºs 2 y 3.
30 de mayo de 2008.
Eiji Oue, director.
Maria João Pires, piano.
Mozart, Concierto para piano y orquesta nº 27.
Shostakovich, Sinfonía nº 5.
PISTAS
DE AQUÍ PARA ALLÁ
espués de su participación en los
recientes Festivales
del Castell de Peralada (2 de agosto) y de
Cadaqués (4 de agosto),
con sendos programas dedicados a música y canciones
de Sudamérica (el primero)
y a Albéniz-Granados-Mendelssohn (el segundo), con
la soprano Ainhoa Arteta y
Pablo González de director,
la Orquesta de Cadaqués —
que funciona por proyectos— realizará en el mes de
noviembre una gira por Singapur, Brunei, Seúl, Taipei,
Hanoi, Kuala Lumpur y
Bangkok con un programa
de arias y fragmentos de
zarzuela. Intervendrá el
tenor Francisco Vas y dirigirá el mencionado Pablo
González. Seguidamente, a
finales del mismo mes,
12 de enero de 2008.
Eiji Oue, director.
Melanie Diener, soprano.
Jane Irwin, mezzo.
John Mac Master, tenor.
Thomas Randle, tenor.
Orfeó Català, Cor Lieder
Càmera y Cor Madrigal.
Schoenberg, Gurre-Lieder.
Vasili Petrenko, al frente del
Ensemble de la Orquesta,
ofrecerá tres conciertos en
Gerona, Zaragoza y Madrid,
en los que, alternativamente, se programarán obras de
Schubert,
Schoenberg,
Torres, Padrós y Parra. En
enero de 2008, Gianandrea
Noseda dirigirá las cuatro
Sinfonías de Brahms y el
Concierto para violonchelo
y orquesta nº 1 de SaintSaëns en los Auditorios de
Gerona, Castellón y Lérida.
Los días 27, 28 y 29 de
febrero y 1 de marzo, la
Orquesta participará en el
Festival de Música de Canarias, bajo la dirección de sir
Neville Marriner y con la
colaboración de las sopranos Ainhoa Arteta y Raquel
Lojendio, el pianista Gianluca Cascioli, el narrador Jordi
Dauder y miembros femeni-
nos del Coro de la Orquesta
Filarmónica de Gran Canaria (Arriaga, Mendelssohn y
Mozart). En marzo, sir Neville Marriner dirigirá programas basados en las obras
anteriores en los Auditorios
de Madrid, Murcia, Zaragoza y León. Del 31 de mayo
al 8 de junio, tendrá efecto
el IX Concurso Internacional de Dirección de la
Orquesta de Cadaqués. Y
ésta, ya en julio-agosto de
2008, participará en los conciertos veraniegos del Festival de Cadaqués. Finalmente, para noviembre del mismo año (del 1 al 10) está
previsto un programa con
obras de Carles Baguer,
Shostakovich y Ernesto
Halffter, con dirección de
Gennadi Rozhdestvenski.
José Guerrero Martín
19 y 20 de enero de 2008.
Auditorio de Zaragoza.
Gianandrea Noseda, dir.
Brahms, Sinfonías.
28 de febrero de 2008.
Las Palmas de Gran Canaria.
Sir Neville Marriner, dir.
Gianluca Cascioli, pianista.
Arriaga, Los esclavos felices
(obertura).
Mozart, Concierto para
piano y orquesta nº 23.
Mozart, Sinfonía nº 38
“Praga”.
29 de febrero de 2008.
Santa Cruz de Tenerife.
Sir Neville Marriner, dir.
Ainhoa Arteta, soprano.
Mujeres del Coro de la
Filarmónica de Gran
Canaria.
Raquel Lojendio, soprano.
Jordi Dauder, narrador.
Arriaga, Herminie.
Mendelssohn, Sueño de una
noche de verano.
DAVID GIMÉNEZ
C
on 34 programas, la
estación 2007-2008
de la OBC, a desarrollar del 21 de septiembre al 19 de junio del
año próximo, abrirá con el
Festival Mozart, dirigido por
Christian Zacharias, en esta
ocasión bajo el paraguas del
Sturm und Drang y con
autores como C. P. E. Bach,
Beethoven, Gluck y Haydn
acompañando al genio de
Salzburgo. Sendos programas enteramente catalanes
inaugurarán y cerrarán la
temporada
propiamente
dicha: Lamote de Grignon,
Vivancos, Guinjoan, Toldrà,
Mompou/Ros Marbà y Gerhard tendrán como director a
Salvador Mas, en el primero,
y Carles Guinovart, Joaquim
Serra y Pueyo serán interpretados a las órdenes de Manel
Valdivieso, en el último. El
director titular Eiji Oue se
encargará de siete programas. A Ernest Martínez
Piotr Anderszewski (Beethoven) y Maria João Pires
(Mozart). No faltarán los programas de barroco (Oratorio
de Navidad de Bach) y de
cine (ciencia ficción-fantástico). Habrá estrenos absolutos de encargos de la OBC:
de Bernat Vivancos (Codex),
Ortiz (Suomalainen tango),
Mainetti (orquestación de
Tangos de Piazzolla) y Pueyo. A los autores catalanes
mencionados
añádanse
Rodríguez Picó, Parra, Brotons, Montsalvatge, TavernaBech y Josep Soler. Y a
Josep Pons, contemporáneo
de Mozart, de quien se ofrecerá su Sinfonía en sol
mayor. Sólo el aragonés Carlos Satué, alumno de Francisco Guerrero, con su obra
Líneas de Fuerza, premio de
la Asociación Española de
Orquestas Sinfónicas, representará al resto de España.
6 de octubre de 2007.
Salvador Mas, director.
Ofelia Sala, soprano.
Lamote de Grignon, Tres
sonates del Pare Soler.
Vivancos, Codex (estreno,
encargo de la OBC).
Guinjoan, Trencadís.
Toldrà, Cançons (selección).
Mompou/Ros Marbà, Combat del somni.
Gerhard, obra a determinar.
Sònia Balcells
MÁS PRESENCIA CATALANA
D O S I E R
ORQUESTAS ESPAÑOLAS
Orquesta Sinfónica del Vallès
PISTAS
EL SELLO GIMÉNEZ
www.osvalles.com
D
iez conciertos sinfónicos en el Palau de
la Música Catalana
de Barcelona (sábados, 19 horas) componen la
temporada 2007-2008 de la
Orquesta Sinfónica del
Vallès, que cuenta con
David Giménez Carreras de
director titular, con Uwe
Mund de principal director
invitado y con el flautista
Vicens Prats de artista residente, y además es la
orquesta del ciclo Òpera a
Catalunya. Cinco de esos
programas serán repetidos
en la serie Matinal (domingos, 11, 30 horas), a la que
hay que añadir el exclusivo
del Concurso de Canto Jaume Aragall (ganadores de la
edición 2008, domingo 25
de mayo). Y otros cinco de
tales programas integran la
serie Iníciate (sábados, 19
horas). En el podio de directores alternarán, con David
Giménez (tres programas) y
Uwe Mund (un programa),
Albert Argudo (Mozart, Beethoven, Wagner), Sáinz Alfaro (concierto de Navidad
con valses y danzas), Pablo
González (Chaikovski y
Nielsen), Álvaro Albiach
(Arnold, Bizet, Weill), Víctor
Pablo Pérez (Haydn, Mendelssohn) y Cristóbal Soler
(Serra, Brotons, Cervera,
Rodrigo). Algunos de estos
conciertos serán ofrecidos
también en Sabadell, en el
Teatre Principal o en La
Faràndula, según las características de los mismos. De
las obras asumidas por
David Giménez (Réquiem,
de Verdi; Noches en los jardines de España, de Falla;
Capricho español, de Rimski-Korsakov; Bolero, de
Ravel; Concierto para piano
nº 4, de Beethoven; Sinfonía nº 2, de Brahms) se
deduce la intención de llegar al gran público a través
de obras consagradas del
gran repertorio. Otro tanto
ocurre con Uwe Mund
(Concierto para flauta nº 1,
de Mozart; Sinfonía nº 7, de
Dvorák). La temporada se
abrirá el sábado 22 de septiembre de 2007, con tres
luminarias: Mozart (Sinfonía
nº 35), Wagner (Idilio de
Siegfried) y Beethoven (Sinfonía nº 7). Y se cerrará el
15 de junio de 2008 con
Beethoven y Brahms, concierto que se detalla en el
recuadro adjunto.
José Guerrero Martín
ORQUESTA SINFÓNICA DE BARCELONA
27 de octubre de 2007.
David Giménez, director.
Verónica Villarroel, soprano.
Nancy Fabiola Herrera,
mezzosoprano.
Aquiles Machado, tenor.
Stefano Palatchi, bajo.
Orfeó Català.
Verdi, Réquiem.
24 de noviembre de 2007.
Uwe Mund, director.
Vicens Prats, flauta.
Mozart, Concierto para
flauta nº 1, K. 313.
Dvorák, Sinfonía nº 7.
3 de mayo de 2008.
Cristóbal Soler, director.
Vicens Prats, flauta.
Fernando Espí, guitarra.
Serra, Impressions
camperoles.
Brotons, Concert per a flauta
i orquestra.
Cervera, Paisatge llevantí.
Rodrigo, Concierto de
Aranjuez.
14 y 15 de junio de 2008.
David Giménez, director.
Lluís Rodríguez, piano
(primer premio del Concurso
Internacional de Piano Ricard Viñes).
Mi-Yeon I, piano
(primer premio Auckland University
School of Music 2001).
Beethoven, Concierto para
piano nº 4.
Brahms, Sinfonía nº 2.
ORQUESTA DE CADAQUÉS
141
D O S I E R
ORQUESTAS ESPAÑOLAS
Orquesta de Extremadura
Orquesta Sinfónica de Galicia
TRAYECTORIA
ASCENDENTE
O NUOVO MONDO,
TU M’APPARTIENI
www.orquestadeextremadura.com
C
142
ontinúa la Orquesta
de Extremadura su
imparable
carrera
ascendente. En calidad, interés, ideas, variedad
y cantidad de conciertos.
También en el creciente fuste de unos solistas y directores invitados de irrebatible
entidad. Para completar tanta
bonanza, la orquesta que
lidera Jesús Amigo se ha
asentado con vigor en su
nueva sede, el flamante
Auditorio de Badajoz.
Solistas y directores
como Christian Lindberg,
Juanjo Mena, Jorma Panula,
Magdalena Martínez, Gunther Herbig, Hansjörg Schellenberger, Gérard Caussé o
Asier Polo son avales de la
nueva temporada sinfónica
extremeña, que se organiza
en cuatro series de abonos y
se desarrolla en Badajoz,
Cáceres, Mérida y Plasencia.
Además, la orquesta extremeña acoge como anfitriona
en su nueva temporada a la
Sinfónica de la RTVE y a la
Orquesta del Algarve.
La primera serie abarca
12 programas que se ofrecen
todos ellos en Badajoz y
Cáceres. Se inaugura el 5 de
octubre en Cáceres (el 6 en
Badajoz), con sendas actuaciones dirigidas por Jesús
Amigo. En los atriles, la Primera de Brahms y los conciertos para trombón de Leopold Mozart y del sueco Jan
Sandström. Como solista, el
siempre excepcional Christian Lindberg, quien sin
duda hará las delicias de los
melómanos extremeños con
el motero concierto de su
paisano Sandström.
Casi todos los programas
tienen carácter monográfico
o están hilvanados por
comunes denominadores.
Interesante son los conciertos “nórdicos” que dirigirá el
gran Jorma Panula los días
23 y 24 de noviembre en
Cáceres y Badajoz, respectivamente. Junto a la primera
suite de Peer Gynt de Grieg y
la Quinta Sinfonía de Sibe-
www.sinfonicadegalicia.com
L
lius, la sobresaliente flautista
a Sinfónica de Galicia se Durante tres semanas, desde
valenciana Magdalena Martílanza a la conquista del el 28 de septiembre, la embanez será solista del Concierto
Nuevo Mundo: Brasil, jada musical de Galicia hará
para flauta de Nielsen.
Uruguay, Argentina y sentir a los gallegos que todaEl clasicismo y el primer Chile. Un Nuevo Mundo que vía habitan en aquellos lugaromanticismo, siempre tan le pertenece por derecho pro- res y a sus descendientes el
beneficiosos y arriesgados pio. Porque Galicia colonizó legítimo orgullo de tener una
en orquestas de nueva crea- de manera pacífica los territo- orquesta semejante. Se interción, tiene particular presen- rios americanos enviando pretarán obras de Brahms,
cia. Haydn, Mozart, Schubert hombres a trabajar sus tierras Falla, Bernstein, Rimski-Kory Beethoven llegan defendi- y contribuyendo a forjarlos. sakov. El éxito está asegurados por las batutas de Juanjo
Mena (monográfico Beethoven; 26 y 27 octubre); Jan
REAL FILHARMONÍA DE GALICIA
Caeyers (Haydn, Bach y
Antoni Ros Marbà
Schubert; 14 y 15 marzo);
Hansjörg
Schellenberger
(programa Mozart, que se
completa con la Primera de
Bruckner).
Interesante y mucho es
el programa portugués que
ofrece la orquesta los días 9
y 10 de mayo, cuando bajo
la dirección de Jesús Amigo
ofrezca un monográfico con
JESÚS AMIGO
obras de Joly Braga Santos,
entre ellas su interesante
Concierto para viola y
orquesta, del que será solista
el gran Gérard Caussé. La
buena vecindad de la fronteriza Orquesta de Extremadura también está presente en
el noveno programa de abono, en el que conjuntamente
con la Orquesta del Algarve
ambas orquestas interpretarán obras de Britten-Rossini,
Nino Rota y la Primera de
Mahler.
La segunda serie consta
de seis conciertos que
se desarrollan en PISTAS
Mérida y Plasencia. La
abundante
oferta 23 y 24 de noviembre de 2007.
9 y 10 de mayo de 2008.
musical no se limita a Jorma Panula, director.
Jesús Amigo, director.
estos cuatro ciclos de Magdalena Martínez, flauta
Gérard Caussé, viola.
abono. Un activo pro- Grieg, Peer Gynt, suite I.
María Orán, soprano.
yecto pedagógico, Nielsen, Concierto para flauta.
Braga Santos, Tres Esbozos
varios
conciertos Sibelius, Sinfonía nº 5.
Sinfónicos. Concierto para viola y
extraordinarios
y
orquesta. Cantares galegos.
“conciertos en fami- 25 y 26 de abril de 2008.
Abertura sinfónica nº 3.
lia” dan sentido y Jesús Amigo, director.
razón de ser a un Anne-Marie Dubois, piano.
conjunto que siembra Orquesta del Algarve.
13 y 14 de junio de 2008.
una valiosa huella Britten-Rossini, Matinées
Jesús Amigo, director.
sinfónica en la tierra musicales.
Benjamin Schmid, violín.
de Juan Vázquez y Rota, Concerto soirée, para piano Wolf, Der Corregidor.
Esteban Sánchez.
Korngold, Concierto para violín.
y orquesta.
Mahler, Sinfonía nº 1.
Justo Romero
Brahms, Sinfonía nº 2.
D O S I E R
ORQUESTAS ESPAÑOLAS
do: el Nuevo Mundo le pertenece. Después, se realizará
una breve gira por Alemania:
23 y 24 de octubre, Wuppertal y Colonia. La temporada
de abono consta de veinte
conciertos. Resalta el ciclo
completo de las sinfonías de
Beethoven. Tras él, con dos
obras en cada caso, se hallan
Rossini, Schubert, Schumann,
Chaikovski,
Mahler,
R.
Strauss, Britten, Prokofiev y
Stravinski. Otros compositores sólo cuentan con una obra
en el programa. Destaca la
presencia de ocho partituras
de compositores gallegos,
incluyendo entre ellas la Suite
de cantos gallegos, de Granados. Los restantes músicos
representados son: M. del
Adalid, O. Vázquez, E. Soutullo, R. Groba, F. Buide, X. Trillo y J. Durán.
Víctor Pablo Pérez tiene
ocho conciertos a su cargo;
López Cobos y James Judd
harán dos programas cada
uno. Los ocho directores restantes son: Kalmar, Ollila,
Mustonen, Pons, Pesek, Rizzi,
Gimeno y Brüggen. Hay un
total de veintiséis solistas: tres
pianistas, violinistas y violonchelistas; un violista; cuatro
trompas (Concierto para cuatro trompas, de Schumann); y
once cantantes: dos contraltos, una mezzosoprano, dos
sopranos y dos barítonos; y,
además, los cuatro solistas
que cantarán la Novena Sinfonía. Para algunos programas determinados, la Sinfónica tendrá la colaboración de
la Orquesta Joven, del Coro
de la OSG y del Coro del
Palau. En uno de los conciertos, cederá su sede, el Palacio
de la Ópera, a la Real Filharmonía de Galicia.
Julio Andrade Malde
Real Filharmonía de Galicia
25 de enero de 2008.
Víctor Pablo Pérez, director.
Steven Isserlis, violonchelo.
Strauss, Don Quijote.
Beethoven, Sinfonía nº 3.
22 de febrero de 2008.
Libor Pesek, director.
Sol Gabetta, violonchelo.
Buide, Such places as
memory.
Chaikovski, Variaciones
rococó.
Martinu, Sinfonía nº 6.
PISTAS
NI UN DÍA SIN SOLISTA
www.realfilharmoniagalicia.org
T
30 de noviembre de 2007.
Jesús López Cobos, director.
Schubert, Sinfonía nº 10,
Sinfonía nº 4. BrahmsSchoenberg, Cuarteto con
piano nº 1.
3 de mayo de 2008.
Víctor Pablo Pérez, director.
Coro de la OSG. Coro del
Palau de la Música Catalana.
Elena de la Merced, soprano.
Lola Casariego, mezzo.
Will Hartmann, tenor.
José Antonio López, barítono.
Durán, Cantata Finisterræ
para múltiples voces de luz.
Beethoven, Sinfonía nº 9.
VÍCTOR PABLO PÉREZ
ras el ya habitual concierto de inauguración
en la catedral, serán
otros veintitrés más los
que dará la Real Filharmonía
en su sede del Auditorio de
Galicia, que juntamente con
las dos visitas también habituales de la Sinfónica de
Galicia y la que este año
hará la Wiener Akademie,
constituyen la totalidad de la
temporada 2007-08. Aunque
de dos sólo se sabe la fecha,
su configuración es muy clara: tres grandes obras corales
y concierto con solista en el
resto. Las primeras serán La
Creación de Haydn y el
Réquiem de Fauré, ambas a
cargo de Ros Marbà y La
Pasión según San Juan con
Frans Brüggen en el podio.
El titular Ros Marbà dirigirá
diez conciertos, el primer
invitado Paul Daniel lo hará
en cuatro y el adjunto Maxi-
PISTAS
mino Zumalave en dos.
La relación de solistas es
muy atractiva, pues los hay
en campos muy variados,
unos jóvenes en plena carrera ascendente y otros consagrados. En el campo vocal,
Matthias Goerne cantará lieder orquestados de Schubert,
Monica Bacelli, arias de
Mozart y Ewa Podles vendrá
con la Sinfónica. Pasando al
piano, la primera visita la
hará Marta Zabaleta (Mozart,
nº 9), la última Joaquín
Achúcarro (Brahms, nº 1) y
entre ambos tendremos a
Eldar Nebolsin (Grieg) y Elisso Virsaladze (Beethoven, nº
3). La nómina de violinistas
visitantes no va a la zaga,
pues empezando en Ilia
Gringolts (Weill) terminará
con Vadim Repin (Beethoven), mas Chloë Hanslip
(Sibelius) y Marat Bisengaliew (Wieniawski, nº 2). El
más arriesgado nº 2 de Bartók lo acometerá Ildikó
Oltai, violinista de la orquesta como James Dahlgren y el
viola Tillmann Kircher, que
tocarán la Sinfonía concertante de Mozart. En el violonchelo tendremos a Han
Na Chang con el de Dvorák
y Natalia Gutman con el de
Haydn en do mayor, más
Steven Isserlis en visita de la
Sinfónica de Galicia. Añadamos el oboísta y también
director Hansjörg Schellenberger y el guitarrista Ernesto Bitteti en el Concierto de
Aranjuez, cómo no. Una
programación que busca éxito, sin casi gramo de innovación, entre un público que
quedará muy complacido
con tanto desfile de solistas,
aplaudidos siempre a rabiar
para que den una propina.
José Luis Fernández
13 de diciembre de 2007.
Paul Daniel, director.
Chloë Hanslip, violín.
Strauss, Serenata,
Metamorphosen.
Sibelius, Concierto para
violín.
17 de enero de 2008.
Antoni Ros Marbà, director.
Natalia Gutman,
violonchelo.
Carnicer, Obertura para El
barbero de Sevilla.
Haydn, Concierto para chelo.
Mozart, Sinfonía nº 38
“Praga”.
Wagner, El idilio de Sigfrido.
21 de diciembre de 2007.
Antoni Ros Marbà, director.
Coro Nacional de España.
Haydn, La Creación.
10 de abril de 2008.
Frans Brüggen, director.
Coro de Cámara del Palau.
Bach, La Pasión según San
Juan.
143
D O S I E R
ORQUESTAS ESPAÑOLAS
Orquesta Nacional de España
PISTAS
MIRADA A ORIENTE
www.ocne.mcu.es
E
l curso, más breve de
lo normal —por obras
de seguridad en el
Auditorio—, comenzará el 11 de enero con un par
de conciertos dedicados, en
la serie Carta blanca, al norteamericano Elliott Carter,
que cumplirá justamente los
cien años en 2008. Podremos
conocer así de la vivificante
música de este resistente
francotirador. Una de las
partituras programadas es la
monumental Sinfonía de
1996.
La leyenda nuclear de la
programación es Mirada a
Oriente: La canción de la tierra de Mahler, Shéhérazade
de Ravel, Sinfonía Lírica de
Zemlinsky, obertura de I
cinesi de Gluck, Vers, l’arc
en ciel de Takemitsu, Ruta
de la seda de Say, El príncipe
de las pagodas de Britten.
Fuera de esa mirada al Este
hay partituras novedosas:
Concierto para oboe de Zimmermann, Sinfonía nº 13 de
Shostakovich, La primavera
de Rachmaninov, la música
incidental de Rosamunda de
Schubert. Nos parece de justicia resaltar en primer término la aceptable calidad
media de las batutas. Aparte
de la muy firme del titular
Josep Pons y de la veterana
del emérito Rafael Frühbeck,
hemos de citar a Oue, Volkov, Mark y Gerd Albrecht,
Víctor Pablo Pérez, Griffiths,
Antonini, Foster, Sokhiev,
Slatkin, Dudamel, Zacharias
o Petrenko. Se anuncian asimismo varios solistas de altura: el tenor Klaus Florian
Vogt, el barítono Trekel, las
sopranos Gens y Diener, la
contralto Podles, el chelista
Isserlis, los pianistas Say,
Lars Vogt, Iván Martín, Volodos, Lang y Zacharias y los
violinistas Rachlin y Kremer.
También, y en sentido
contrario, hemos de señalar
la alarmante ausencia de la
nueva creación española, ni
siquiera en las actividades
que se desarrollan en otros
locales: Fidelio en el Real,
conciertos populares en el
Matadero, concierto dedicado
a Furrer en el CDMC… Se
prevén giras independientes
a China de Orquesta y Coro.
El repertorio está bien cubierto: Sexta y Novena (con la
Sinfónica de Barcelona) de
Mahler, Una vida de héroe, El
mar, Pasión según San Juan
de Bach, Patética, Cuadros
de una exposición, Réquiem
de Verdi y de Brahms o Elías
de Mendelssohn.
CON ACENTO BARTOKIANO
www.orcam.org
L
144
22, 23 y 24 de febrero de 2008.
Víctor Pablo Pérez, director.
José Sotorres, flauta.
Sergei Alekshaskin, bajo.
José Sacristán, narrador.
Khachaturian, Concierto para flauta.
Shostakovich, Sinfonía nº 13.
4, 5 y 6 de abril de 2008.
Tugan Sokhiev, director.
Ewa Podles, contralto.
Borodin, Danzas polovtsianas.
Rachmaninov, La primavera.
Prokofiev, Alexander Nevski.
30 y 31 de mayo, 1 de junio de 2008.
Christian Zacharias, director y piano.
Michelle Breedt, mezzo.
Mozart, Obertura de El rapto en el
serrallo, Concierto para piano nº 25.
Schubert, Música incidental de
Rosamunde.
Arturo Reverter
Orquesta de la Comunidad de Madrid
a usualmente extensa temporada
de abono de la ORCAM será el
presente curso otra de las muchas
damnificadas como consecuencia
del cierre por obras en el Auditorio
Nacional, lo que ha obligado a una forzosa reducción de actividades: 10 contra los 22 conciertos de años pasados, a
los que se suman otros dos conciertos
corales extraordinarios y un ciclo consagrado a los Conciertos para piano de
Beethoven (con Sequeira Costa como
solista) a celebrar en el teatro Albéniz
entre el 27 de noviembre y el 1 de
diciembre.
Con entrada libre y en la Real Colegiata de San Isidro, el primero de estos
conciertos fuera de abono permitirá oír
el 18 de diciembre y bajo la batuta del
titular de la agrupación, José Ramón
Encinar, La infancia de Cristo berliozana. Jordi Casas defiende en el segundo
un original programa a base de Bartók
(Tres canciones campesinas), Britten (A
Ceremony of Carols) y Oliver (Letanías
de Madrid).
La temporada, que discurrirá entre
el 22 de enero y el 17 de junio, hace
énfasis en dos interesantes catálogos: el
concertante bartokiano —ofrecido casi
11, 12 y 13 de enero de 2008.
Diego Masson, director.
Nicholas Daniel, oboe.
Carter, Anniversary, Concierto para
oboe, Sinfonía.
íntegro— y la infrecuente serie de Suites
orquestales chaikovskianas. Estas últimas podrán escucharse al completo en
versiones a cargo de Dorian Wilson
(Primera), Encinar (Segunda), Juan José
Olives (Tercera) y Kantorow (Cuarta
“Mozartiana”, en un entonado programa que incluye Mozart à la Haydn de
Schnittke y el Cuarto Concierto para
violín del salzburgués). Suwanai
(Segundo de violín), Caussé (Concierto
para viola) y los pianistas Donohoe
(Segundo), Ránki (Tercero) y Garvayo
con Rosado (Concierto para dos pianos)
darán brillo al plantel de solistas en las
arduas páginas del maestro húngaro.
La acostumbrada presencia española cuenta con nombres como Chapí (A
Granada), R. Lamotte de Grignon
(Facecia), Bautista (Obertura para una
ópera grotesca), Guinjoan (Concierto
para guitarra), De Pablo (Los novísimos) y el único estreno de este año: El
rayo de tiniebla, de Mauricio Sotelo,
defendido el 4 de junio por Encinar y el
cantaor Arcángel. Otras citas de interés
correrán a cargo del veterano Barshai
(Babi Yar) y Christophers (El Mesías).
Juan Manuel Viana
PISTAS
18 de diciembre de 2007.
José Ramón Encinar, director.
Coro de la Comunidad de Madrid.
Lola Casariego, mezzo.
Agustín Prunell, tenor.
Alfredo García, barítono.
Berlioz, La infancia de Cristo.
22 de enero de 2008.
Rudolf Barshai, director.
Coro de la Comunidad de Madrid.
Nikolai Didenko, bajo.
Beethoven, Sinfonía de cámara op. 18a.
Shostakovich, Sinfonía nº 13 “Babi Yar”.
4 de marzo de 2008.
Harry Christophers, director.
Coro de la Comunidad de Madrid.
Lucy Crowe, soprano. Robin Blaze,
contratenor. Mark Dobell, tenor.
Christopher Purves, bajo.
Haendel, El Mesías.
17 de junio de 2008.
José Ramón Encinar, director.
Coro de la Comunidad de Madrid.
Akiko Suwanai, violín.
Gerard Caussé, viola.
Bautista, Obertura para una ópera
grotesca.
Bartók, Concierto para violín nº 2.
Bartók, Concierto para viola.
Ravel, Daphnis y Chloé.
D O S I E R
ORQUESTAS ESPAÑOLAS
Orquesta de RTVE
DEJEMOS TRABAJAR A LA ORQUESTA
www.rtve.es
U
n año más la
Orquesta de Radio
Televisión Española
ha mantenido intactas sus habituales cualidades
de entusiasmo, entrega y respeto por las obras interpretadas, pese a su indefinida
situación administrativa, debida a los cambios en la Corporación Pública de que depende. A su lado ha estado un
coro que, si bien en pulimento o empaste va todavía un
breve paso por detrás de la
orquesta, no le anda en cambio a la zaga en otras bondades apuntadas. Para todo ello
ha sido necesaria la buena
sintonía general con el titular,
Adrian Leaper, que en la temporada 2006-2007 ha rubricado su mejor trabajo global de
estos años. También, y no
menos, el aplauso de un
público leal que los programadores ayudan a sostener
con variados recursos a su
alcance, pero también con su
habitual iniciativa de programar obras actuales que apenas lo son por su fecha de
origen, y poca verdadera
música contemporánea, pues
aquí no hay forma de oír un
Ligeti, un Rihm o un Dusapin, y apenas sólo el gran
Lutoslawski anima esas tardes
de aplausos chaikovskianos.
En este capítulo, al margen
de autores españoles consagrados que se programan
más, es grato saber que este
año asomará la cabeza Benet
Casablancas, con sus Tres epigramas, y que Román Alís
será recordado con su Sinfonía nº 5.
Los elogios iniciales son
deudores de un progresivo
enamoramiento que la
orquesta merece. Lo que no
impide reconocer los magníficos aires que este año han
soplado en Madrid para
otras, como la OCNE (con el
Berlioz de Steinberg, o el
concierto de Pons y Hahn),
ADRIAN LEAPER. Orquesta de RTVE
o la ORCAM (con los Mozart
de Rilling, por ejemplo). La
temporada 2007-2008 que
ofrece el Monumental destaca sobre todo por el nivel de
algunas batutas invitadas,
pues se contará con la estimulante presencia de Eliahu
Inbal, Gunther Herbig, Pinchas Steinberg, el —a
ratos— algo soso Leopold
Hager, Michel Plasson, y un
puñado de directores españoles con prestigio. Habrá
también al menos tres solistas de notable fama, los pianistas Rudolf Buchbinder y
Garrick Ohlsson y el chelista
Antonio Meneses, tres técnicos de diverso calado que
harán obras muy trilladas de
Beethoven, Brahms y Chaikovski, respectivamente. El
interés vocal irá de la mano
de Ana Mª Sánchez, Iñaki
Fresán, Werner Gura, Carlos
Mena o Flavio Oliver.
PISTAS
25 y 26 de octubre de 2007.
Eliahu Inbal, director.
Mahler, Sinfonía nº 5.
6 y 7 de diciembre de 2007.
Pinchas Steinberg, director.
Coro de RTVE.
Ricarda Merbeth, soprano.
Andrew Schoeder,
barítono.
Brahms, Un Réquiem
alemán.
10 y 11 de enero de 2008.
Antoni Ros Marbà, director.
Rudolf Buchbinder, piano.
Beethoven, Concierto para
piano nº 5.
Dvorák, Sinfonía nº 9.
31 de enero y 1 de febrero
de 2008.
Gunther Herbig, director.
Coro de RTVE.
Marie Arnet, soprano.
Cecilia Díaz, mezzo.
José Ferrero, tenor.
Andrew Foster-Williams,
barítono.
Bruckner, Te Deum, Sinfonía
nº 7.
J. Martín de Sagarmínaga
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA. Josep Pons
ORQUESTA DE LA COMUNIDAD DE MADRID
145
D O S I E R
ORQUESTAS ESPAÑOLAS
Orquesta Sinfónica de Euskadi
APUESTA POR NUEVOS NOMBRES
www.orquestadeeuskadi.es
PISTAS
1 a 5 de octubre de 2007.
Gilbert Varga, director.
Arcadi Volodos, piano.
Rachmaninov, Concierto
para piano y orquesta nº 3.
Chaikovski, Sinfonía nº 6.
Del 25 de enero al 1 de
febrero de 2008.
Cristian Mandeal, director.
Orfeón Pamplonés.
Ekaterina Gubanova, mezzo.
Brahms, Rapsodia para contralto.
Prokofiev, Alexander Nevski.
Strauss, Ein Heldenleben.
31 de marzo y 1 de abril
Arturo Tamayo, director.
Giovanna Reitano, arpa.
Pierné, Divertissement sur un
théme pastoral.
De Pablo, Concierto para arpa
y orquesta “Danzas secretas”.
Hindemith, Matías el pintor.
14 de junio de 2008.
Tugan Sokhiev, director.
Han Na Chang, violonchelo.
Prokofiev, Sinfonía concertante
para violonchelo y orquesta.
Chaikovski, Sinfonía nº 5.
L
a Orquesta Sinfónica
de Euskadi iniciará la
nueva temporada celebrando durante el presente año su 25º aniversario
y con tal motivo contará con
múltiples argumentos conmemorativos como una gira
por Brasil (Mozarteum de
São Paulo), Uruguay y
Argentina; la primera grabación de la ópera Gernika de
Francisco Escudero, además
de los conciertos de temporada de abono que dará
comienzo el 1 de octubre. La
oferta incluye un total de 15
programas y 58 conciertos
distribuidos entre Bilbao
(12), Donostia (24), Vitoria
(11) y Pamplona (11) destinados a una masa que llega
a los 7000 abonados. Interesante el estreno absoluto de
Danzas secretas, obra encargada a Luis de Pablo, o la
inclusión de contemporáneos como Ramón Lazkano,
Arvo Pärt y Carlos Satué, en
combinación con grandes
sinfonías (dos de Chaikovski, la Tercera de Brahms, la
Grande de Schubert), así
como los aniversarios del
ornitólogo Messiaen o de
Sarasate en sus centenarios
de nacimiento y deceso respectivamente. Entre las batutas, además de los cotitulares
Gilbert Varga y Cristian Mandeal, repiten Lawrence Foster, Arturo Tamayo, Hans
Graf (titular del 93 al 96), y
se estrenan en la temporada
de abono Andrés OrozcoEstrada, Kristjan Järvi, Pablo
González, Tugan Sokhiev y
Juanjo Ocón. Entre los solis-
tas destaca la presencia de
los pianistas Arcadi Volodos
y Joaquín Achúcarro, el chelista Han Na Chang y otros
como Eldar Nebolsin, James
Ehnes, So Young Yoon, el
acordeonista Iñaki Alberdi y
el saxofonista Josetxo Silguero. En la presente temporada
se incide también en repertorios donde la voz tiene
gran presencia con cantantes
como Olatz Saitua, Francisca
Beaumont o el Orfeón
Donostiarra. La Real Orquesta Sinfónica de Sevilla es la
invitada en un año donde no
faltarán los conciertos en
familia, con un nuevo departamento pedagógico, ni las
matinées donde debuta la
mezzo Ainhoa Soraluze.
SINFÓNICA DE EUSKADI
Gilbert Varga
Cristian Mandeal
JUANJO MENA
ERNEST MARTÍNEZ IZQUIERDO
148
Íñigo Arbiza
D O S I E R
ORQUESTAS ESPAÑOLAS
Orquesta Sinfónica de Bilbao
PISTAS
RECORRIDOS
www.bilbaorkestra.com
Rafa Martín
E
s posible que la temporada que ahora empieza sea la última que
vea al alavés Juanjo
Mena, recientemente nombrado principal director invitado del Teatro Carlo Felice
genovés, en la titularidad de
la Orquesta Sinfónica de Bilbao, a la que llegó hace ocho
años. De ser así, el adiós se
produciría con un programa
integrado por la obertura de
Tannhäuser, los Wesendonklieder y Carmina Burana
con el Orfeó Català. Qué
mejor forma de despedirse
entre ovaciones. Antes habría
estrenado dos obras, Bizkaieraz del ex miembro del
grupo Itoiz Juan Carlos Pérez
y Espira de Félix Ibarrondo,
transitado por el variado
romanticismo de Beethoven,
Mendelssohn, Schumann y
Liszt, y llegado hasta el
repertorio del siglo pasado,
en el que siempre ha demostrado moverse con solvencia.
Subirán al podio del
Palacio Euskalduna para
ponerse al mando de la
orquesta por vez primera
Raymond Leppard y Marc
Soustrot, el segundo con Des
canyons aux étoiles de Messiaen. Con ellos el número
de directores invitados se
elevará esta edición a diez,
algunos de ellos viejos conocidos, como Günter Neuhold
y Yaron Traub. Bach volverá
en navidad, Dvorák lo hará
en primavera, la Orquesta
Sinfónica de Castilla y León
vendrá con David Atherton
al frente, al piano se sentarán Elisso Virsaladze (Beethoven), Benedetto Lupo
(Mozart), Louis Lortie (Mendelssohn), Gianluca Cascioli
(Mozart) y Kun Woo Paik
(Prokofiev), vibrarán las
cuerdas de los violines de
Dimitri Sitkovetski (Elgar),
Mark Kaplan (Barber), Félix
Ayo (Fauré), Chlöe Hanslip
(Adams), las de los violonchelos de Daniel MüllerSchott (Walton), Enrico Dindo (Prokofiev), y sonarán las
voces de, entre otros, Laura
Alonso (Mahler), Raquel
Lojendio, Carlos Mena
(ambos Orff) y Mikeldi Atxalandabaso (Liszt). La orquesta, además, participará en las
producciones operísticas de
El castillo de Barbazul, Elektra y La battaglia di Legnano
dentro del curso de la
ABAO, y reservará un espacio a la música de cámara en
su habitual ciclo y seguirá
visitando salas y auditorios al
sur y al norte de los Pirineos.
Asier Vallejo Ugarte
13 y 14 de diciembre de 2007.
Juanjo Mena, director.
Coro Easo.
Daniel Oyarzabal, órgano.
Mikeldi Atxalandabaso, tenor.
Barber, Essay nº 1, Tocata
festiva para órgano y
orquesta.
Liszt, Sinfonía Fausto.
27 y 28 de marzo de 2008.
Marc Soustrot, director.
Patricia Azanza, piano.
Juan Manuel Gómez, trompa.
Jabi Alonso, xilorimba y
glockenspiel.
Messiaen, Des canyons aux
étoiles.
12 y 13 de junio de 2008.
Juanjo Mena, director.
Orfeó Català.
Raquel Lojendio, soprano.
Carlos Mena, contratenor.
Thomas Mohr, barítono.
Wagner, Tannhauser,
obertura. Wagner-Henze:
Wesendonklieder.
Orff, Carmina Burana.
Orquesta Sinfónica de Navarra
AFIANZANDO LA PROYECCIÓN EXTERIOR
www.orquestadenavarra.es
U
n total de catorce
conciertos de abono
ha programado la
Orquesta Sinfónica
de Navarra que dirige el
director titular Ernest Martínez Izquierdo. El principal
reto de la formación hace un
año fue trabajar en pro de
una mayor proyección hacia
el exterior, por eso es subrayable destacar que la temporada del ciclo de abono dará
comienzo en el habitual
escenario del Baluarte con el
estreno de Styk, una obra
contemporánea del compositor georgiano Gija Kancheli,
que se estrena en España en
esta ocasión, los días 13 y 14
de septiembre y que suscitará la atención más allá de la
Comunidad Foral. El ciclo de
abono incluirá la habitual lista de destacados solistas, con
la inclusión de un programa
amplio, ecléctico en cuanto a
estilos y estéticas. Martínez
Izquierdo dirigirá a la OSN
en un total de seis concier-
Lieder de Strauss, el pianista
Michel Camilo, los violinistas
Peter Herresthal, Jack Liebeck o Vadim Gluzman.
Mención aparte para la inclusión de la Misa en re menor
“Nelson” de Haydn con la
Coral de Cámara de Pamplona que tan buenos resultados
está reportando en los últimos tiempos, así como La
vida breve de Falla con des-
tacado cartel de solistas y el
Orfeón Pamplonés. Por otra
parte, la OSN realizará un
intercambio con la Orquesta
Sinfónica del Principado de
Asturias, la cual estará en el
Baluarte junto a la soprano
Amanda Roocroft presentando una obra encargada a
Cruz de Castro.
22, 23 de noviembre de 2007.
Ernest Martínez Izquierdo, dir.
Anssi Karttunen, violonchelo.
Saariaho, Concierto para
violonchelo y orquesta “Notes
on Light”.
Mahler, Sinfonía nº 5.
Sinfonía en do menor.
Mozart, Vado, ma dove?, A
questo seno, Or che Il celo.
Myslivecek, Sinfonía en do
mayor.
Haydn, Berenice, che fai?
Riegel, Sinfonía nº 8.
“Tannhäuser”.
Strauss, Cuatro últimos Lieder”
y Muerte y transfiguración.
14, 15 de febrero de 2008.
Stefano Montanari, director.
Concerto Köln.
Ann Murray, mezzo.
Kraus, Obertura de Olimpia,
10, 11 de abril de 2008.
Ernest Martínez Izquierdo, dir.
Susan Bullock, soprano.
Wagner, Oberturas de “El
Holandés errante” y
tos, lo cual implica estar
atentos al paso por el escenario pamplonica al trabajo a
realizar por las batutas de
Tuomas Ollila, Philip Pickett,
Rolf Gupta, Stefano Montanari, Howard Griffiths, y Antoni
Wit, además de solistas como
la mezzo Ann Murray que
cantará arias de Mozart, la
soprano Susan Bullock que
hará sonar los Cuatro últimos
Íñigo Arbiza
PISTAS
26, 27 de junio de 2008.
Ernest Martínez Izquierdo, dir.
Orfeón Pamplonés.
Ana Ibarra, soprano.
Francisca Beaumont, mezzo.
José Antonio López, barítono.
Ginesa Ortega, cantaora.
Marco Socias, guitarra.
Falla, La vida breve.
149
D O S I E R
ORQUESTAS ESPAÑOLAS
Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia
PISTAS
LA CUERDA AL PODER
www.sinfonicaregiondemurcia.com
L
a Orquesta Sinfónica
de la Región de Murcia
ofrece la temporada
entrante un programa
variado que incluye el clasicismo del siglo dieciocho, el
periodo romántico y el
nacionalismo, adentrándose
en la música del pasado
siglo con autores como Stravinski, Walton, Shostakovich, Bernstein o Takemitsu.
La música española ofrece
citas con Joaquín Turina
(Procesión del Rocío y Sinfonía Sevillana), Gerhard
(Concierto para violín), García Abril (Alhambra y Concierto para piano), José Luis
Turina (Fantasía sobre una
fantasía de Alonso de Mudarra) y J. Vicente Egea
(Cobermorum). La creación
más actual estará presente
con el estreno absoluto del
Concierto para piano y
orquesta nº 4 de Kapustin.
Hay que mencionar figuras como Tamás Vásáry que
dirigirá a la joven violinista
británica Chloë Hanslip, en
el Concierto para violín y
orquesta de Schumann. Más
joven aún la niña prodigio
norteamericana Heidi Hatch,
interpretará el Concierto para
violín nº 3 de Saint-Saëns
bajo la batuta del mejicano
Héctor Guzmán. El titular de
la Toronto Philharmonia,
Kerry Stratton, que dirigirá la
Sinfonía en re menor de
César Franck, acompañará
previamente a uno de los violonchelistas de mayor proyección internacional, según
palabras del maestro Heinrich
Schiff, el suizo Christian Poltéra, interpretando el concierto de Elgar. El no menos
trascendente Concierto para
violonchelo y orquesta de
Schumann será interpretado
por nuestro Asier Polo bajo la
dirección del maestro Rodilla.
El violista Dov Scheindlin,
durante mucho tiempo admirado como integrante del
Arditti Quartet, cerrará con el
Concierto para viola de Walton esta temporada de la
OSRM, completando la participación de un más que
atractivo plantel de solistas de
cuerda, sin duda uno de los
puntos de interés de toda su
programación.
21 de diciembre de 2007.
Héctor Guzmán, director.
Heidi Hatch, violín.
Berlioz, El corsario, obertura.
Saint-Saëns, Concierto para
violín nº 3.
Franck, Sinfonía en re
menor.
7 de febrero de 2008.
Támas Vásáry, director.
Chloë Hanslip, violín.
Wagner, Obertura de Rienzi.
Schumann, Concierto para
violín.
Brahms, Sinfonía nº 3.
4 de abril de 2008.
José Miguel Rodilla,
director.
Ludmil Angelov, piano.
Kapustin, Concierto para
piano nº 4.
J. Vicente Egea,
Cobermorum.
Prokofiev, Sinfonía nº 1.
José Antonio Cantón
Orquesta de Valencia
SE CONSOLIDA LA MARCA TRAUB
www.palaudevalencia.com
E
YARON TRAUB
150
Jürgen Olczyk
n su tercera temporada como titular de la
Orquestra de València,
Yaron Traub parece
decidido a consolidar su
marca, a plasmar con total
nitidez su sello personal. De
la treintena de programas
previstos, casi la mitad los
dirigirá él, mientras que
Walter Weller y Enrique
García Asensio, aunque
conservan sus títulos de
Director Asociado y Principal Director Invitado, ven
sensiblemente reducidas sus
participaciones. Sí aumentan, y mucho tanto en cantidad y renombre, los directores invitados, donde encontramos a Piero Gamba (cincuenta años después de
que, siendo todavía Pierino,
se pusiera al frente de esta
formación), Vladimir Fedoseev, Pinchas Steinberg,
Carlo
Rizzi,
Theodor
Gulschbauer, Günther Herbig, Juanjo Mena, Massimo
Zanetti, Josep Vicent, Michel
Plasson y José María Cervera Collado.
En cuanto a los solistas,
junto a una potenciación de
los valores locales en
muchos casos procedentes
de la misma orquesta, son
los pianistas quienes, con
nombres tan destacados
como Arcadi Volodos, Eliso
Virsaladze, Jean-Yves Thibaudet o Elizabeth Leonskaja, se llevan la parte del
león. Sin embargo, los violonchelistas Truls Mørk,
Lynn Harrel y Han-Na
Chang o los violinistas Teddi Papavrami y Julian Rach-
lin no rebajan el nivel de la
lista, como tampoco los
solistas de la Filarmónica de
Berlín a los que Traub
acompañará en el Triple de
Beethoven.
Pasado el choque con el
Palau de les Arts, el cual
además se ha llevado al Cor
de la Generalitat, las óperas
en versión de concierto
desaparecen completamente
de la parrilla, lo cual redunda en una disminución
importante de los cantantes,
apartado en el que apenas
encontramos a José van Dam
y Montserrat Caballé como
figuras más descollantes.
Por lo que al repertorio
se refiere, sólo dos primeras
audiciones (el Concierto
para orquesta de Lutoslawski y la Harmonienlehre de
Adam) y un encargo se pueden contar como novedades,
aunque esta vez sí se nota
una tendencia a reforzar la
presencia de la música francesa y a insistir en las sinfonías de Mahler y Bruckner.
Alfredo Brotons Muñoz
PISTAS
23 de noviembre de 2007.
Yaron Traub, director .
Elizabeth Kulman, soprano.
José van Dam, barítono.
Jonas Kauffmann, tenor.
Berlioz, La condenación de
Fausto.
30 de noviembre de 2007.
Carlo Rizzi, director.
Mahler, Sinfonía nº 6.
22 de febrero de 2008.
Günther Herbig, director.
Jean-Yves Thibaudet,
piano.
Liszt, Concierto para piano
nº 1, Totentanz.
Sibelius, Sinfonía nº 1.
7 de marzo de 2008.
Yaron Traub, director.
Truls Mørk, violonchelo.
Dvorák: Concierto para
violonchelo.
Lutoslawski: Concierto para
orquesta.
18 de abril de 2008.
Michel Plasson, director.
Coro Catedralicio.
Fauré, Requiem.
Ravel, Valses nobles y
sentimentales, La valse.
ENCUENTROS
LA COLOMBINA,
UNA PASIÓN POR LA POLIFONÍA
C
reado a principios de los 90 por dos de los más importantes pioneros del canto histórico en España, Josep Benet y
Josep Cabré, el cuarteto vocal La Colombina ha vuelto con fuerza, tras un receso de un par de años coincidentes
con el arranque del presente siglo, a la actualidad discográfica y concertística. A finales de marzo estuvieron en
Sevilla para ofrecer un recital en el marco del XXIV Festival de Música Antigua y para presentar su último disco,
dedicado a Francisco Guerrero. Aprovechamos la ocasión para dialogar con ellos. Ausente Raquel Andueza, el peso de la
charla lo lleva Cabré, aunque José Hernández Pastor interviene también a menudo y Benet hace algunas que otras
puntualizaciones y aporta datos y recuerdos.
La Colombina: José Hernández Pastor, Raquel Andueza, Josep Benet y Josep Cabré
¿Por qué ese paréntesis en la actividad de
La Colombina?
152
JOSEP CABRÉ.— Estuvimos dos
años en stand by , sin hacer nuevos
conciertos, simplemente respetando
los que ya teníamos firmados. Y la
cosa es muy fácil. María Cristina
[Kiehr] estaba muy dedicada a Concerto Soave y encima tomó un puesto de
maestra en Trossingen y tenía cada
vez menos tiempo. Claudio [Cavina],
muy metido con sus cosas de La
Venexiana, lo mismo. Y nos dijimos,
pues bueno, hasta aquí llegamos.
Entonces, comentando con mi colega
y cómplice desde hace 30 años [refiriéndose a Benet], nos dijimos, ¿cerramos el tenderete o seguimos adelante?
Pensamos que si seguíamos, aunque
obviamente cambiando de personas el
sonido también sería distinto, debía-
ENCUENTROS
LA COLOMBINA
mos partir del mismo nivel. Y aquí
hago un inciso: siempre hemos tenido
la idea de cuarteto de música de
cámara, más que de grupo de música
antigua, y muy raramente hemos
incluido a más personas en nuestros
proyectos. Entonces la idea era si
podíamos realmente seguir adelante
como cuarteto al mismo nivel. Y no es
tan fácil encontrar a la gente adecuada, no sólo encontrar a gente bien
preparada, sino que además sienta el
placer de hacer polifonía, que es un
oficio muy esclavo. Nos vimos con
distintas personas, hasta que Josep
[ Benet ] llegó un día emocionado:
“¡Encontré una soprano!”. Yo no conocía a Raquel [Andueza], pero, efectivamente, era la voz que buscábamos. La
casualidad hizo que por esas mismas
fechas conociéramos a Pepe [Hernández Pastor ]. Así que nos reunimos y
probamos. Estuvimos trabajando y nos
dimos cuenta de que el resultado era
plausible. Surgió entonces la posibilidad de retomar un viejo sueño, que
era montar el Oficio de Semana Santa
de Victoria completo, y aunque ese
proyecto requería más voces fue una
oportunidad de trabajar en profundidad con el nuevo cuarteto. Fue una
suerte poder hacer esto en Cuenca y
además grabarlo, con resultados para
mí muy satisfactorios. Aquello supuso
una especie de refundación del grupo,
y a partir de ahí hemos seguido.
Accent, que era nuestra casa discográfica, cambió también de sistema (y
cuando digo de sistema es simplemente de dueño) y eso supuso otra
forma de empezar. Hicimos seis discos para Accent con el viejo equipo.
Ahora tenemos un equipo nuevo,
pues vamos a buscar un cambio de
orientación total, incluso en los discos. Con K617, sello con el que he
colaborado en otras ocasiones y
durante muchos años, no está garantizada la continuidad, porque el mundo
del disco es muy problemático, pero
se avinieron a trabajar con nosotros
para este disco Guerrero, un programa
que habíamos empezado a montar
con el antiguo equipo. Estuvimos
ensayándolo y aquí está.
Es el primer disco con el nuevo cuarteto
en solitario.
J. C.— Sí, y si exceptuamos el del
Cancionero de la Sablonara, que ya es
música posterior, barroca, más vertical,
es el disco más denso polifónicamente
de los que ha hecho nunca La Colombina, porque en los otros, que si un
poco de gregoriano, que si una ensalada… Además otra cosa, que es importante hoy en el mercado del disco, es
que se trata de un monográfico, que es
algo que buscan hoy muy especialmente los productores, lo que será
posiblemente un problema para los
próximos trabajos: encontrar monográficos que tengan alto interés tanto para
el disco como para los conciertos.
Con Guerrero lo han tenido relativamente
fácil, porque la música es muy variada:
motetes, canciones, villanescas… Las villanescas de Guerrero son prácticamente
madrigales.
JOSÉ HERNÁNDEZ PASTOR.— Sí.
De hecho a estas piezas se les llama
también madrigales. Cubrimos así un
espectro muy amplio, y siendo un
monográfico, nos ha dado mucho juego para meternos con polifonía muy
rigurosa y con cosas más frescas.
Incluido siempre en la gran trinidad del
Renacimiento español, junto a Morales y
Victoria, Guerrero había sido tratado a
menudo un poco como el pariente pobre,
¿qué lugar ocupa hoy el compositor en la
música del XVI?
J. C.— Yo creo que ocupa un plano casi a la par con Morales y Victoria.
Es cierto que se le ha considerado un
poco más de estar por casa, porque,
aunque viajó mucho, sus puestos de
trabajo no fueron internacionales.
Pero, en cualquier caso, es muy difícil
hacer este tipo de comparaciones.
Todavía Guerrero y Victoria tienen
aspectos que se pueden comparar,
pero compararlo con Morales, que es
de una generación anterior, es casi
una temeridad, porque el estilo cambia
mucho. El compositor que sí creo que
está muy infravalorado es Juan Vásquez, pero claro ésta es mi opinión,
que no sé si mis colegas comparten.
JOSEP BENET.— Sí, lo que pasa es
que la música religiosa es quizá menos
interesante, tiene menos cosas que los
otros, ¿no?
J. C.— Bueno, tiene también una
obra muy importante que es la Agenda
deffunctorum, que ya hicimos en su
día, pero en la música profana sólo se
conocen de él dos o tres canciones
(eso también pasa un poco con Guerrero, la verdad) y creo realmente que
merecería otra presencia. Se habla
mucho de la gran trilogía del Renacimiento español, y a veces es una lástima que eso haga que nos olvidemos
de otros muchos maestros de la época,
que están claramente infravalorados.
J. H. P.— De todas formas, si se
establece ese triunvirato —y hay que
hacerlo con muchas reservas, porque
Morales es ciertamente muy anterior—
, Guerrero tiene un sabor característico y particular, dentro de un sistema
de escritura y de un lenguaje común
con Victoria —aunque se nota también que Victoria es posterior—, pero
Guerrero tiene un sabor que le da una
identidad muy especial, por lo que no
sólo está al mismo nivel de calidad
artística que los otros dos, sino que lo
está de una manera diferente también,
aportando una personalidad propia y
muy distinguida.
J. C.— Sí, y con respecto a eso, yo
tengo una idea muy clara, y es que
todos estos compositores donde dan
lo mejor de sí mismos, donde aportan
lo esencial de su propia personalidad
y donde su inspiración resulta más elevada es en el motete, lejos de las obligaciones rituales que impone la misa y
lejos de las cortapisas silábicas de los
salmos. Como el motete no tiene un
puesto fijo dentro de la liturgia, es ahí
donde el compositor se siente más
libre.
J. H. P.— Y en el caso de Guerrero es posiblemente en los motetes
marianos donde alcanza su máxima
inspiración.
¿Qué espacio tiene la polifonía renacentista en los ciclos y festivales hoy día? ¿Suficiente para un grupo como La Colombina?
J. C.— Honestamente, suficiente
para un grupo como nosotros, no. Es
curioso, pero hablas con algunos programadores que tienen miedo de programar polifonía a cappella, les parece
muy sobrio, muy severo todo, pero lo
cierto es que cuando nos invitan una
vez, siempre repiten, esa es la única
verdad. Aunque no hay que ocultar
que desde luego esta música impone
respeto a muchos programadores. Es
muy normal que te digan eso de “¿Sólo
cuatro voces? ¿Cómo, sin música?”
[risas].
J. H. P.— Para mí, viniendo de El
Cortesano, donde sí es verdaderamente todo muy austero, esto me parece
casi una fiesta… Una soprano rubia,
cuatro voces…
¿Se vende mejor hoy la polifonía cuando
se hace pasar por monodia, con una
soprano asumiendo la voz superior y los
instrumentos el resto de voces?
J. H. P.— Para el público no creo
que sea necesariamente más atractivo.
Eso depende un poco de quién sea el
líder de cada conjunto. Si es un cantante, la presencia de las voces será
mayor y si es instrumentista puede
buscar en realidad ese efecto que
comenta. Además, hacer la música, en
la medida de lo posible, con los
medios para los que estaba pensada
para mí es un valor en sí mismo, aunque entiendo que haya otros criterios.
J. C.— Sí, claro esto es muy importante. En el caso de la música en castellano de Guerrero es obvio y evidente
que es música para voces solistas; en
el caso de los motetes, ya es discutible,
es probable que pudieran incluir un
órgano de capilla o una capilla vocal
mucho más numerosa, eso era algo
que dependía un poco de las condiciones concretas de cada interpretación. Pero aun así pienso que tanto en
153
ENCUENTROS
LA COLOMBINA
Guerrero como en los Responsorios de
Victoria por ejemplo la opción de un
cantante por voz queda justificada por
la propia textura polifónica de las
obras.
¿En qué estado se encuentra el patrimonio
musical antiguo en España? ¿Se está trabajando en la línea correcta?
J. H. P.— Creo que se ha revitalizado cierta sensibilidad hacia el patrimonio que no existía hace diez o quince
años, y me parece que en eso han
tenido mucho que ver las conmemoraciones, los centenarios y todo esto; da
la impresión de que de este modo
resulta mucho más fácil que en las instituciones te escuchen cuando les presentas un proyecto de recuperación de
alguna obra o un compositor olvidado.
J. C.— La realidad es que se edita
mucho. Yo tengo un hermano que trabaja en una editorial, en Tritó, y me
contaba, por ejemplo, que la musicóloga Rosa Isusi ha sacado un volumen
con música de Rabassa y habían hecho
no sé si 40 o 50 ejemplares, los hacen
casi por encargo, es decir, que estas
ediciones, magníficas, porque están
realizadas con sistemas informáticos
modernos y quedan muy bien, van a
los clientes habituales, a las cuatro
bibliotecas interesadas, pero se convierte en un material casi inaccesible a
través de las redes normales de distribución comercial. Y eso es un problema… Otro ejemplo. Hace un par de
meses, estando en el CSIC con [Antonio] Ezquerro, los libros del Instituto,
donde hay cosas muy bien editadas, es
sintomático de qué pasa con este
material, si por casualidad llega a un
negocio, una tienda de música o lo
que sea, son libros caros, algunos muy
caros, y sin embargo vas al Instituto de
Musicología y te los regalan en cantidades importantes, con toda la buena
intención del mundo, simplemente
para que circulen. Es decir, se hacen
muchas cosas, pero no estoy seguro
de que haya un mercado para estas
cosas. Luego, en Estados Unidos seguro que tienen todas estas colecciones
completas, pero aquí es complicado
encontrarlas.
Volviendo a Guerrero, este programa que
presentan en el disco hace un recorrido
amplísimo, que va de las primeras canciones publicadas en 1555 a las Canciones y
villanescas de 1589. ¿Hay una evolución en
su obra o encontró Guerrero muy pronto
su estilo?
154
J. C.— A mí me parece que encontró pronto su estilo, porque es todo
muy unitario. Donde sí se encuentran
diferencias es entre las obras escritas
sobre textos que guardan la forma
villancico y aquellas compuestas sobre
poemas seguidos. Se ve por ejemplo
en Huyd huyd, que no está aquí, pero
hemos hecho otras muchas veces, que
es un poema de una densidad especial, comparado por ejemplo con ¡Oh
qué mesa, qué manjar! , mucho más
vertical, mucho más inocente…
J. B.— Popular…
J. C.— Exactamente… Creo que
hay más diferencias en el procedimiento. Su música es muy diferente
cuando toma un poema estrófico o un
texto denso, como Vana esperança o
cosas de éstas.
J. H. P.— A mí me llama la atención la cercanía al texto. Yo he trabajado mucho el repertorio de vihuela,
que está construido sobre poemas de
un valor literario extraordinario, y aquí
el nivel de los textos es desde luego
otro, pero es que la función también
es otra. No es lo mismo encender la
devoción popular que sentarse a
degustar un soneto de Garcilaso, pero
lo que hace Guerrero siempre es tratar
los textos de una forma magistral, en
cuanto a cercanía de texto y a musicalidad del verso, que también tiene una
entonación, un ritmo, cómo juega con
las síncopas en Prado verde y florido,
por ejemplo. Los textos son siempre
adecuados a la función.
J. C.— Lo que también es cierto es
que siendo textos que no son por
supuesto como los de Boscán o Garcilaso, en gran medida son ya poesía
barroca. Una cosa es su blanco y su
negro, su arriba y su abajo, su derecha
y su izquierda… Y esto lo transmite
también en la música, que, incluso
siendo de carácter madrigalístico,
emprende el camino hacia el silabismo
que va a provocar el Barroco.
De Guerrero se ha destacado también el
carácter dulce y encantador de su música,
que está cercano en algunos aspectos a lo
popular. ¿Lo entienden ustedes así, ese
carácter va más allá de algunas canciones
concretas, imprimiendo cierto sabor particular también a las obras religiosas, como
las antífonas marianas, por ejemplo?
J. B.— Lo de la dulzura sí es algo
que se aprecia muy bien en su música.
El enamorado del niño Dios, se le llamaba… Lo popular, se aprecia en
algunos textos, pero en la música se
transparenta menos, quizá en algunas
canciones estróficas.
J. C.— Sí, es así. En determinadas
canciones se aprecia cierta cercanía a
la música popular, pero incluso en
esos casos, con sujetos populares o
ENCUENTROS
LA COLOMBINA
cercanos a la sensibilidad popular, lo
que para mí resulta más destacable es
que Guerrero es un señor muy refinado. No sé si es un intelectual o no,
pero es desde luego un compositor
muy refinado.
J. H. P.— A mí me da la impresión
de que su mayor mérito está en traducir un gran arte, una manera de escribir digamos monumental, para la función concreta que se requería en cada
caso, y en ese sentido para mí Guerrero tiene un valor inmenso.
J. C.— Y de hecho, ya que tocamos el tema, la idea de buscar un
sonido popular a esta música, como a
música posterior, ya del primer XVII, a
mí en lo personal no me gusta y además me parece un error, porque es
música de un gran refinamiento, de
una extraordinaria nobleza, y esa tendencia a enfatizar sólo su perfil popular, bajo pretexto de que estamos con
un bajo de folía o no sé qué, todo es
popular y todo es muy fácil y olé olé,
no me convence en absoluto.
J. H. P.— Claro, porque además el
mismo Guerrero te lo escribe. Hay
compositores que incluso con la tesitura te marcan el camino, te conducen
de tal forma que no necesitas añadirles
nada. Ya se sabe que cuando escriben
grave hay que interpretarlos de determinada manera y cuando escriben brillante de otra, y el intérprete no tiene
en realidad que aportar nada especial.
Es como Monteverdi, cuando escribe
el ritmo de la declamación, o como
Bach. Cantas las notas y el texto en el
sitio y estás haciendo un montón de
música, sin nada más que hacer lo que
está escrito.
J. C.— El caso de Monteverdi es
muy claro, porque en el Combattimento él prohíbe explícitamente hacer
nada al margen de lo escrito, salvo en
el famoso pasaje ese de la noche. Y es
que funciona perfectamente así. Puedes recitar el Combattimento de forma
hablada, simplemente con el ritmo
escrito, sin hacer las notas, y ya contiene en sí todas las leyes de la retórica.
Con Guerrero no es lo mismo, desde
luego, pero sí hay ya una tendencia
hacia eso. Es música muy fina. El paradigma de este trato podrían ser las
ensaladas, de Flecha, Vila y otros, en
el sentido de que éstos sí utilizan
expresamente melodías populares y el
producto final sigue siendo refinado.
J. B.— Y eso con Vásquez se ve
todavía más claro.
J. H. P.— De cualquier manera, y
aunque esto no lo hemos hablado
entre nosotros en estos términos, yo
creo que nos ha salido un Guerrero
muy cálido, sin plantearlo de forma
explícita, porque hemos visto que ese
tratamiento va bien con su estilo.
J. B.— Pero es lo mismo que decíamos antes. Eso lo trae la propia escritura, en ese sentido nosotros no
hemos tenido que poner nada.
¿Existe un sonido español para la música
española?
J. C.— Eso es complicado de
decir. Sonamos distintos a los ingleses,
por ejemplo, porque hemos llegado
después que ellos a esta música, porque somos distintos y porque existen
tipos de voces (eslavas, latinas, nórdicas) con colores específicos. Ahora
bien, yo pienso que la música es un
bien universal y la manía ésta de que
a Vivaldi sólo lo pueden hacer los italianos, a Bach sólo los alemanes y a
Lully sólo los franceses, me parece
aberrante.
El mundo del disco está mal…
J. C.— Algunos dicen que el soporte CD está en extinción. Yo no lo veo
tan claro. El acceso a la música por
Internet acaba siendo para muchos
melómanos una motivación suplementaria para además procurarse el disco.
Las pequeñas empresas sobreviven,
pero todas las que han sido absorbidas
por las grandes multinacionales, fracasan estrepitosamente, ¿y por qué fracasan? Porque en las grandes sólo interesan las cifras de negocio y obviamente
esta música en disco nunca será un
negocio.
Y en este panorama, ¿qué función cumplen las instituciones? Porque hacer un
disco supone también conservar y difundir
patrimonio.
J. C.— No sé muy bien qué función cumplen, pero sobre la que deberían cumplir sí que tengo una pequeña
idea. Lo que pasa es que creo que mi
idea no suele coincidir con la de los
políticos de turno, que parecen necesitar siempre resultados mucho más
inmediatos o populistas.
Pablo J. Vayón
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155
EDUCACIÓN
Cambiar el mundo utilizando una herramienta educativa para el futuro
LA CREACIÓN DE UNA ÓPERA
vo se convierte en vehículo de todo el
aprendizaje a lo largo del curso.
Partiendo de los cursos de profesorado del Metropolitan Opera Guild de
Nueva York, hemos integrado la
estructura, el formato y el diseño de
programa Creating Original Opera en
el currículo de nuestra clase. El proceso de creación de una ópera nos proporciona un excelente soporte para el
aprendizaje auténtico.
A lo largo de un curso, los alumnos se transforman. Aprenden la
importancia de la independencia y de
la interdependencia para alcanzar
objetivos. Mientras colaboran y cooperan en el trabajo, desarrollan una ética
positiva del trabajo y un alto grado de
responsabilidad y de calidad en el mismo. El reto de transmitir un mensaje
importante a través de la ópera
aumenta su motivación, su interés y su
implicación. Todos los niños aumen-
S
on los alumnos quienes
tienen las respuestas,
no sólo las profesoras
M
156
ientras la violencia, el odio,
la intolerancia y la mentalidad de banda impregnan la
sociedad, nos angustia pensar en qué dirección estamos yendo.
¿Qué podemos hacer para llevar a
nuestra sociedad hacia el equilibrio, la
armonía y el entendimiento? Nos preocupa el futuro de nuestros líderes, los
niños. ¿Cómo podemos educarlos en la
paz, como miembros productivos de
una sociedad diversa y en permanente
cambio? En el esfuerzo por educar personas bien provistas de conocimientos,
sabiduría, respeto y tolerancia, nuestros colegios asumen una inmensa responsabilidad. La buena educación no
consiste sólo en preparar académicamente a los alumnos para el mundo
laboral. Debe darles las habilidades
vitales para prosperar y crecer con
fuerza, no basta con educarlos para
sobrevivir.
Se están dando cambios educativos
en todo el mundo. Se implantan nuevos programas, métodos de enseñanza
y de evaluación estandarizada para
alcanzar la excelencia, pero muchos
de estos métodos se equivocan en su
orientación. Descuidan cosas como el
pensamiento crítico y la creatividad en
favor de una visión limitada y de una
serie de habilidades fácilmente cuanti-
ficables. ¿Estamos prestando la atención debida al pensamiento minucioso, al aprendizaje del empoderamiento
(empoderar: aprender a sentirnos dueños de nuestros actos) o a la interacción social positiva?
Hay algo que está cambiando las
vidas de los niños, la forma en que se
ven a sí mismos y la forma en que ven
a los demás. Este algo se encuentra,
quién lo diría, en una compañía de
ópera. Una compañía formada por…
¡niños de siete años!
Crear una ópera original:
destrezas para la vida
Nuestro grupo de segundo de enseñanza primaria en Maryland, del que
somos profesoras, es una compañía de
ópera en la que se contrata, previa
solicitud, a los alumnos como electricistas, carpinteros, sastres, maquilladores, escenógrafos, compositores, libretistas y cantantes. El 77% de los alumnos tiene el inglés como segunda lengua, el 79% sufre los efectos de la
pobreza y un número significativo de
ellos tiene necesidades educativas
especiales. Todos se convierten en
expertos en su trabajo y trabajan juntos para crear y producir una ópera
propia, su objetivo común. Este objeti-
tan su autoestima y la confianza para
sus vidas futuras, y ahí están, al final
del curso escolar, conscientes de sus
propias capacidades y abiertos a
entender a los demás.
La experiencia de la compañía de
ópera de la clase les enseña conceptos
académicos y lecciones sobre la vida.
¿Acaso no son estas habilidades para la
vida las que queremos que los niños
lleven consigo en su contacto con el
mundo?
El proceso lo es todo
A medida que avanza el proceso de
crear su espectáculo, los niños se dan
cuenta de que lo que están aprendiendo rebasa la creación de una ópera. A
medida que ganan confianza con sus
compañeros, expresan sus pensamientos y emociones. Se crea un ambiente
en el que se potencia que asuman riesgos, que piensen en profundidad y que
desarrollen su energía creativa para
impulsar su potencial, a la vez que
adquieren las habilidades propias de
ciudadanos productivos y capaces de
aprender a lo largo de toda su vida.
Crean un equipo y comprueban a diario que deben trabajar juntos para
alcanzar sus objetivos. Si no lo hacen,
XIV Ciclo de Lied
COPRODUCEN FUNDACIÓN CAJA MADRID
Y TEATRO DE LA ZARZUELA
(LUNES 8 DE OCTUBRE DE 2007, A LAS 20:00 HORAS)
Recital I
MATTHIAS GOERNE, BARÍTONO
07
08
ELISABETH LEONSKAJA, PIANO
TEMPORADA
F. SCHUBERT: Vier Lieder sobre poemas de J. Mayrhofer (D 526, D 703, D 754, D 700),
Drei Lieder sobre poemas de K. G. Ritter von Leitner (D 926, D 933, D 938), Drei Lieder sobre poemas
de J. Mayrhofer (D 541, D 360, D 536), Fünf Lieder sobre poemas de F. von Schiller (D 636, D 638,
D 113, D 794, D 583), Drei Lieder sobre poemas de J.W. von Goethe (D 716, D 295, D 767)
(LUNES 19 DE NOVIEMBRE DE 2007, A LAS 20:00 HORAS)
DIRECTOR:
LUIS OLMOS
Recital II
ANGELIKA KIRCHSCHLAGER, MEZZOSOPRANO
HELMUT DEUTSCH, PIANO
91.524.54.00
Abonos y Localidades
COORDINACIÓN DE TEXTOS: FERNANDO FRAGA / COORDINACIÓN EDITORIAL Y GRÁFICA: VÍCTOR PAGÁN / DISEÑO GRÁFICO, CONCEPTO Y FOTOGRAFÍA (SERIE «DELICIAS MUSICALES»): ARGONAUTA
Venta de Abonos:
Se establece un abono a precio reducido (un recital gratuito) para los nueve
recitales del Ciclo.
(LUNES 17 DE DICIEMBRE DE 2007, A LAS 20:00 HORAS)
Recital III
ANNE SCHWANEWILMS, SOPRANO*
MALCOLM MARTINEAU, PIANO
Venta de Nuevos Abonos
Los nuevos abonos se podrán adquirir del 3 al 20 de septiembre de 2007 en
las taquillas del Teatro de La Zarzuela, en la Red de Teatros del INAEM (dentro
de los horarios habituales de despacho de cada sala) y mediante el sistema de
venta telefónica llamando al número de Serviticket 902.332.211 (de 8 a 24
horas), Servicaixa y Servicajeros de Caixa.
R. STRAUSS: Drei Lieder sobre poemas de O.J. Bierbaum, op. 29, Zwei Lieder
sobre poemas de F. Dahn, op. 21, Lotosblatter, op. 19 n.º 6
G. MAHLER: Sechs Lieder del ciclo Des Knaben Wunderhorn
R. STRAUSS: Drei Lieder sobre poemas de H. von Gilm, op. 10, Drei Lieder sobre poemas de R.L.
Dehmel, op. 39 n.º 1 / op. 49 n.º 1 y 3, Drei Lieder de Ophelia aus Hamlet, op 67 n.º 1, 2 y 3
Venta de Localidades:
Venta Libre de Localidades
Las localidades sobrantes de abono, si las hubiere, se podrán adquirir para
cualquiera de los nueve recitales del ciclo a partir del 24 de septiembre de
2007 en las taquillas del Teatro de La Zarzuela, en la Red de Teatros del INAEM
(dentro de los horarios habituales de despacho de cada sala) y mediante el sistema de venta telefónica llamando al número de Serviticket 902.332.211 (de 8
a 24 horas), Servicaixa y Servicajeros de Caixa
MARK PADMORE, TENOR*
PRECIO DE LAS LOCALIDADES:
ZONA
A
B
C
D
E
F
G
ABONO
VENTA LIBRE
212,00 `
184,00 `
160,00 `
132,00 `
104,00 `
80,00 `
52,00 `
26,50 `
23,00 `
20,00 `
16,50 `
13,00 `
10,00 `
6,50 `
Forma de Pago:
En efectivo o mediante tarjeta de crédito: C AJAMADRID, VISA, EUROCARD,
MASTERCARD, AMERICAN EXPRESS y S ERVIRED.
AVISO IMPORTANTE: Todos los recitales darán comienzo a las 20:00 horas y no se
permitirá el acceso a la sala una vez comenzado el recital, hasta la primera pausa que
exista. Todos los programas, fechas e intérpretes del XIV CICLO DE LIED son susceptibles de modificación. En caso de suspensión de alguno de los conciertos programados,
se devolverá a los abonados 1/9 parte del precio del abono adquirido y al público en
general el importe del precio de la localidad. La devolución se hará efectiva 7 días
después de la cancelación del concierto en el lugar donde fue adquirida la localidad. La
suspensión de un concierto, no así su aplazamiento, será la única causa admitida para
la devolución de las localidades. Se recomienda conservar con cuidado las localidades,
pues no será posible su reposición en caso de pérdida, deterioro o destrucción. No se
atenderá ninguna reclamación una vez retirado el abono o las localidades de taquilla.
(MARTES 22 DE ENERO DE 2008, A LAS 20:00 HORAS)
Recital IV
ROGER VIGNOLES, PIANO
F. SCHUBERT: Schwanengesang D 957
(LUNES 11 DE FEBRERO DE 2008, A LAS 20:00 HORAS)
Recital V
SUSAN GRAHAM, MEZZOSOPRANO
MALCOLM MARTINEAU, PIANO
Mélodies de G. BIZET, C. FRANCK, G. FAURÉ, C. GOUNOD, E. LALO,
C. SAINT-SAËNS, E. CHABRIER, E. PALADILHE, C. DEBUSSY, A. BACHELET, H.
DUPARC, M. RAVEL, A. CAPLET, A. ROUSSEL, O. MESSIAEN, R. HAHN,
E. SATIE, A. HONEGGER, H. SAUGUET, M. ROSENTHAL y F. POULENC
(LUNES 31 DE MARZO DE 2008, A LAS 20:00 HORAS)
Recital VI
CHRISTIAN GERHAHER, BARÍTONO
GEROLD HUBER, PIANO
J. BRAHMS: Vier ernste Gesänge, op. 121
Lieder por determinar
(LUNES 14 DE ABRIL DE 2008, A LAS 20:00 HORAS)
Recital VII
JOSÉ VAN DAM, BAJO-BARÍTONO
MACIEJ PIKULSKI, PIANO
G. FAURÉ: Après un rêve, Clair de lune, Prison, Les berceaux, Mandoline
H. DUPARC: L’invitation au voyage, Le manoir de Rosamonde, Extase, Phidylé, Chanson triste
J. IBERT: Don Quichotte (4 Mélodies)
C. DEBUSSY: Les ingénus, Le faune, Colloque sentimental, Le son du cor, La mer est plus belle
F. POULENC: Chansons Gaillardes (8 Mélodies)
(LUNES 19 DE MAYO DE 2008, A LAS 20:00 HORAS)
Recital VIII
DIANA DAMRAU, SOPRANO*
STEPHAN LADEMANN, PIANO*
R. SCHUMANN: Frauenliebe und –Leben, op. 42
F. LISZT: Lieder por determinar
A. BERG: Sieben frühe Lieder
R. STRAUSS: Lieder por determinar
(MARTES 10 DE JUNIO DE 2008, A LAS 20:00 HORAS)
Recital IX
WALTRAUD MEIER, MEZZOSOPRANO
JOSEF BREINL, PIANO*
F. SCHUBERT: Sechs Lieder (Wehmut, D 772, Fischerweise, D 881; Die Forelle,
D 550; Gretchen am Spinnrade, D 118; Nachtstück, D 672; Erlkönig, D 328)
R. STRAUSS: Sechs Lieder (Caecilie, Winterweihe, Morgen, Die Nacht, Befreit, Wie sollten wir geheim sie
halten), Vier Letzte Lieder (Frühling, September, Beim Schlafengehen, Im Abendrot)
* POR PRIMERA VEZ EN ESTOS CICLOS DE LIED
Teléfono de Información:
J. BRAHMS: He, Zigeuner, greife in die Saiten ein, op. 103 n.º 1, Hochgetürmte Rimaflut, op. 103
n.º 2, Wißt ihr, wann mein Kindchen am allerschönsten ist?, op. 103 n.º 3, Lieber Gott, du weißt,
wie oft bereut ich hab', op. 103 n.º 4, Brauner Bursche führt zum Tanze, op. 103 n.º 5, Röslein
dreie in der Reihe blüh'n so rot, op. 103 n.º 6, Kommt dir manchmal in den Sinn', op. 103 n.º 7,
Rote Abendwolken zieh'n am Firmament, op. 103 n.º 11.
F. MENDELSSOHN: Es weiß und rät es doch keiner, op. 99 n.º 6, Das Waldschloss, op. 17 n.º 1, Pagenlied
(Wenn die Sonne lieblich schiene), op. 17 n.º. 2, Nachtlied, op. 71 n.º 6, Wanderlied, op. 57 n.º 6.
F. LISZT: Im Rhein, im schönen Strome, S. 272, Es rauschen die Winde, S. 294, Es war ein König in Thule, S. 278,
Ein Fichtenbaum steht einsam, S. 309, Die stille Wasserrose, S. 321, O lieb, so lang du lieben kannst, S. 298.
A. DVOě ÁK: 8 Liebeslieder, op. 83, Lasst mich allein, op. 82 n.º 1
EDUCACIÓN
no hay ópera. Cada
cosa que hacen afecta
a la compañía en su
conjunto. Aprenden a
considerar a los demás.
Al resolver problemas a diario comprenden que son ellos
quienes tienen las respuestas, y no sólo las
profesoras. Se descubren a sí mismos, ese
ser interior y único
con capacidad para
dar algo importante al
mundo. Por primera
vez entienden para
qué están en el colegio, en qué consiste
aprender y por qué
son ellos los responsables de su aprendizaje.
Al comenzar el
curso entran en clase
sabiendo que van a
hacer una ópera, un
propósito auténtico de
aprendizaje que se
convierte en la base de
todo lo que sigue. Son
muy conscientes de lo que están
haciendo y por qué lo están haciendo.
L
os retos que afrontamos
en la educación son
inmensos, pero la mayoría
de las soluciones son
insuficientes y limitadas
158
Tienen un propósito claro.
Al hablar y escribir sobre cada
aspecto del proceso practican la reflexión profunda y la introspección. Cuando escribimos, necesitamos un propósito claro para expresarnos. Necesitamos
tener algo importante que decir.
Cuando la atención se pone solamente en los resultados, se pierden los
principales aspectos de la enseñanzaaprendizaje. Lo que debemos preguntarnos es qué es lo mejor para nuestros
alumnos ahora y en el futuro. Si nos
centramos en el proceso y aprovechamos las ventajas de este enfoque, los
resultados son mucho más interesantes.
La función que culmina un año de trabajo es algo creado por nuestros alumnos, no por nosotras, sus profesoras. La
función es suya y resulta evidente que
lo es. Nunca han trabajado tan intensamente. Nunca han aprendido tanto.
Nunca se han sentido tan orgullosos.
Hacia el final del curso, cuando
las luces se apagan en el escenario y
la producción se convierte en un
DVD, cada alumno ha encontrado su
propia voz, la voz con la que compartirá lo que ha aprendido y trasladará
esas experiencias a su mundo. Su
mundo se ha expandido. El alumno
ha cambiado.
Más allá del proyecto…
profundizando
Los retos que afrontamos en la educación son inmensos, tal vez inabarcables, pero la mayoría de las soluciones que se nos ofrecen son insuficientes y limitadas. No existe el remedio
inmediato, si bien no hay elecciones
en las que los políticos no nos prometan “arreglar” nuestros sistemas
educativos. Siguen un enfoque simplista para encontrar el éxito. ¿Y en
qué consiste el éxito? Si nos centramos en las unidades de medida, puede que nuestros alumnos aprueben el
examen, pero ¿qué han aprendido?
¿Qué saben en realidad? ¿Pueden pensar por sí mismos? Debemos observar
en profundidad para definir soluciones reales en el aula. Necesitamos
pensar más allá del proyecto, más allá
del examen parar enseñar adecuadamente a nuestros niños a ser productivos en un mundo plagado de asuntos graves. Ningún método o estrategia aislados son efectivos. Combinando todas las metodologías y estrategias efectivas, nuestros alumnos,
todos con distintos tipos de necesidades, no sólo aprueban o sacan buenas
notas en los exámenes, sino que
adquieren habilidades sociales, emocionales y de conducta imposibles de
medir en nuestro sistema.
Se produce un aprendizaje profundo y amplio cuando el entorno
propicia que los alumnos se impliquen en la creación, el diálogo, la
experimentación, el descubrimiento,
la expresión propia, la asunción de
riesgos, el trabajo en equipo, la resolución de problemas, el pensamiento
crítico y toda una serie de experiencias artísticas. La música es esencial
en nuestra vida diaria. Es un catalizador que despierta nuestras emociones. La música motiva. Es lógico que
la usemos como forma de ayudar a
los alumnos a conectar los contenidos
académicos en el aula de forma que
tengan sentido para ellos. Y así, de
esta forma, todas las áreas del aprendizaje convergen a lo largo del proceso. Esta forma de pensar está presente
en todo lo que hacemos, todo lo que
decimos y todo lo que somos.
Para preparar a nuestros alumnos a
ser pensadores educados que guiarán
nuestro mundo con sabiduría, respeto
y tolerancia, debemos centrarnos en lo
que realmente queremos para la nueva
generación, y para todos nosotros.
Sólo así educaremos para el futuro y
cambiaremos el mundo. Es nuestra
obligación.
Mary Rith McGinn
Ellen Levine
Traducción: Pedro Sarmiento
ASSOCIACIÓ PER LA FORMACIÓ
DE JOVES CANTANTS D'ÒPERA
Concurso Mirna Lacambra
para acceder al
XII CURSO DE PROFESIONALIZACIÓN
Dedicado a las óperas
Gianni Schicchi
Suor Angelica
de G. Puccini
Cierre de la inscripción: martes 22 de enero de 2008
Concurso: del 28 al 31 de enero de 2008
Comienzo del Curso: 18 de febrero de 2008
Finalización del Curso: 24 de abril de 2008
con la representación de Gianni Schicchi y Suor Angelica de G. Puccini
en el Teatre M. La Faràndula de Sabadell
Organiza
ASSOCIACIÓ D'AMICS DE L'ÒPERA DE SABADELL
Plaça Sant Roc, 22, 2n 1a • E-08201 Sabadell (Barcelona)
Tels. 93 725 67 34 • 93 726 46 17 • Fax 93 727 53 21 • www.aaos.info • e-mail: aaos@aaos.info
JAZZ
JOHN ZORN: JAZZ DE GUERRILAS
N
160
adie puede saber qué locuras musicales estaría haciendo hoy Charlie Parker, pero
uno entiende que se asemejarían mucho a las que firma John
Zorn (Nueva York, 1953). Ambos alto
saxofonistas han atacado el jazz por
todos los frentes, apoyándose siem-
pre en la creación urgente y avanzada. A Parker, ya se sabe, se le debe la
modernidad con que cuenta el género, mientras que a Zorn se le considera como uno de los grandes ideólogos de la música que está por llegar. Este último acaba de rescatar
uno de sus proyectos más cardinales
de la vanguardia jazzística, Masada, a
cuya causa se adscribieron grupos y
artistas con igual afiliación creativa.
El neoyorquino aparcó la aventura
hace cuatro años coincidiendo con el
décimo aniversario de la puesta en
marcha de Masada (1993), momento
en el que sintió la necesidad de
cerrar una etapa que había arrojado
más de 200 composiciones. El mes
pasado, sin embargo, el artista enarbolaba de nuevo la bandera de las
mil y una músicas que rodean a este
linaje jazzísico, presentándose en
L’Auditori de Barcelona con una
escenificación completa. Bebop,
hardcore, surf rock, free jazz, música
clásica, judía, cinematográfica… John
Zorn dispara y se esconde, para después aparecer con nuevos objetivos y
nuevas dianas. Sus solos erráticos y
composiciones imprevisibles siguen
siendo la mejor representación del
jazz de guerrillas, a cuyas emboscadas se suman.
La cita catalana fue la segunda de
las dos únicas actuaciones que el
Complete Masada realizará este verano en Europa, junto con la satisfecha
igualmente en Roma. Así, estas dos
capitales fueron testigos excepcionales de los discursos arrebatados del
pianista Jamie Saft y el guitarrista
Marc Ribot, que interpretaron piezas
de los volúmenes 1 y 7 de los Books
of Angels, respectivamente, así como
los delirios jazzísticos del grupo Bar
Kokhba, cuya dirección —que no
interpretación— ostenta el propio
John Zorn en persona. A ellos se
incorporaron también las propuestas
explícitas del saxofonista, el Masada
String Trio, formado por el violinista
Mark Feldman, el chelista Eric Friedlander, y el Electric Masada, ya con
John Zorn ocupando la primera línea
de una tarima compartida junto a los
mencionados Saft y Ribot, el programador electrónico Ikue Mori, el bajista Trevor Dunn, el percusionista Cyro
Baptista y los bateristas Kenny Wollesen y Joey Baron.
Atrapado entre los abismos de la
música clásica contemporánea y la
libertad creativa del jazz, John Zorn
apareció sobre los escenarios neoyorquinos para descargar toda su rabia
compositora e interpretativa, a menudo inclasificable. Su querencia por las
éticas y estéticas de la vanguardia fueron sus primeras señas de identidad,
hasta que avanzada la década fue
JAZZ
JOHN ZORN
aupado por prensa, público e industria a la cima del jazz más visionario.
La aventura de Masada se concretó en
1993 con un primer volumen pergeñado por algunos de sus más devotos
colaboradores, el trompetista Dave
Douglas, el contrabajista Greg Cohen
y el baterista Joey Baron. “Estaba
escribiendo la banda sonora de una
película de bajo presupuesto llamada
Thieves Quartet y parecía la oportunidad perfecta para formar una banda
de jazz en sintonía con el Miles Davis
de Ascensor para el cadalso. Inmediatamente me di cuenta de que iba a ser
la banda más apasionante de cuantas
tenía”, reflexionaba hace unas semanas el saxofonista. El entendimiento
compositivo e interpretativo entre
estos miembros germinales fue pleno:
“Hoy el Masada Book —libros donde
se recogen los repertorios del grupo—
cuenta con más de 200 títulos, pero en
aquel entonces yo sólo quería explorar la melodía, ver que podía escribir
un lote en plan Gershwin o Monk. Así
que utilicé todo tipo de referencias,
dedicando especial atención a la
música contemporánea y a la actualización y renovación de la tradición
musical judía”.
Masada cumplió en 2003 sus primeros diez años de vida y, como ya se
ha señalado, Zorn se planteó retirar su
nombre de los escenarios. Antes de la
despedida, sin embargo, nos dejó
álbumes tan exclusivos como Masada
Guitars, Voices in the Wilderness o The
Unknown Masada, con los que apagó
las diez velas de tan feliz cumpleaños.
Buena parte de la obra de este guerrillero del jazz se publica dentro de su
propio sello, Tzadik, un término judío
que alude a la pureza y a la justicia en
su sentido más literal. Al margen que
ahora los sentimientos de Masada
parece que han recuperado todos los
estímulos de la ilusión, el peregrinaje
en estos años de John Zorn ha llevado
la marca de diversas colaboraciones
con otros gurús del jazz neoyorquino y
de Naked City, otro de sus proyectos
personales más conocidos y laureados.
A esta otra gran familia pertenecen el
teclista Wayne Horvitz, los guitarristas
Bill Frisell y Fred Frith, y su baterista
más fiel, Joey Baron.
Además de todos los colaboradores mencionados, Zorn ha contado y
cuenta en el aliento de otros artilleros
como Bill Laswell, Wadada Leo Smith,
Tim Berne, Big John Patton, Steven
Bernstein, Eyvind Kang o Milford Graves, además de la invitación formal de
otras bandas con gustos afines como
el trío Pain Killer, The Young Philadelphians o The Kronos Quartet. “Me
importan los músicos con los que trabajo porque es la comunidad que me
ha apoyado durante treinta años. Cre-
yeron en mí desde antes del principio
y creerán en mí después de que haya
muerto. Hago música para músicos y
quiero que ellos se emocionen con lo
que escribo. Empecé mi sello discográfico Tzadik para devolverle algo a
la comunidad que me puso donde
estoy ahora”. Con un catálogo discográfico plagado de homenajes a compositores, escritores, artistas plásticos
y cineastas, John Zorn parece tener
ahora conciencia de su propia obra, a
la que, con igual razón y petulancia,
ya sitúa en el mañana.
“Escribir música no es una oleada
de éxtasis, es simplemente trabajo
duro. Cada momento es un reto: constantemente debes tomar decisiones y
esperas que sean las correctas. Tal vez
el mejor momento a la hora de componer es cuando sientes que ni siquiera estás ahí y sientes que la pieza se
está escribiendo por sí sola. Pero yo
he decidido trabajar, no estoy aquí
para ser feliz. La felicidad va y viene
como un mal catarro. Algunas veces
pienso en cuáles son los momentos
más felices de mi vida y realmente no
tengo una respuesta. Entonces deseo
estar escribiendo música en casa”.
Afortunadamente para nosotros, John
Zorn ha decidido también volver a la
carretera con su Masada.
Pablo Sanz
LA JUVENTUD DE KONITZ Y EL SUSTO DE ORNETTE
L
a celebración de los festivales veraniegos de jazz
nos ha enfrentado ante la lozana e increíble realidad de una leyenda viva. Lee Konitz apaga este
año las velas de su 80º cumpleaños en compañía
de un nuevo noneto, dirigido por el saxofonista tenor
Ohad Talmor. El “abuelo” ha decidido, pues, que la fiesta
se desarrolle en la carretera y encima de un escenario,
aunque lo más sorprendente sea que, a pesar de su edad,
la celebración se aleje de lo convencional. Mientras otros
pasearían su historia por caminos transitados y ligeros de
equipaje, el saxofonista se mete en una aventura solística
y con renovados estímulos creativos. Y se insiste: a los
ochenta años de edad. A esa edad muchos en su caso
pasearían su gloria cargados de estándares y arropados
por un trío o un cuarteto y… poco más. Más allá de la
belleza musical de su pensamiento, su actitud sigue siendo un ejemplo de vitalidad artística para las nuevas generaciones y uno de los mejores testimonios de la grandeza
jazzística. Su paso por el último Festival de Jazz de Getxo
no sirvió para adentrarnos en la música del mañana, sino
para recordarnos la vigencia de buenos tiempos pasados.
Lee Konitz continúa siendo la sombra más alargada
del pianista Lennie Tristano y una referencia indiscutible
entre el jazz cool blanco de la Costa Oeste norteamericana. Ello explica que su capacidad de amar se reconozca
más en la caricia y el abrazo que en la pasión desenfrenada. Su música se cocina a fuego lento y se saborea con
igual cadencia: no hay lugar para la carrera alocada.
Escoltado por los cuatro vientos de su noneto, el alto
saxofonista hizo gala de un soplo tan erudito como generoso, en el que nada apuntaba a soberbia o complacencia. Su personalidad jazzística es de una honestidad e
integridad apabullantes, defendida desde hace seis intensas décadas. Ahí es nada.
Otra de las noticias del verano llegó con la firma de
Ornette Coleman y con el susto impreso en el teletipo.
Semanas antes de su actuación en Vitoria-Gasteiz, el
artista encendió todas las alarmas del jazz cuando se
desmayó en pleno concierto durante su participación en
un festival de Tennesses. En aquel momento, y como
quiera que la cosa no fue a mayores —el artista no llegó
ni siquiera a ingresar en el hospital—, la noticia fue diligente y responsablemente silenciada por los organizadores del festivales alavés, para no crear infundadas preocupaciones. Ahora ya todos sabemos que se trató de un
golpe de calor y una pequeña deshidratación, que apenas tuvo consecuencias, pero, vaya, el susto nos cambió
la mirada y el cuerpo. En cualquier caso, el saxofonista
ha insistido a su representante que no quiere saber nada
de hospitales y que su mayor deseo es volver a los escenarios. Pues que así sea y pronto lo volvamos a tener
entre nosotros.
P.S.
161
LIBROS
Escuchar e imaginar
LA CIUDAD DEL COMPOSITOR
INVISIBLE
I
mpecable colección de la excelente
editorial Paidós: cuenta con autores
de culto, Michel Schneider (Músicas nocturnas), Nikolaus Harnoncourt (el ya clásico Diálogo musical) o
Enrique Martínez Miura ( La música
precolombina. Su Valdés Leal, en otra
colección, es indispensable).
Autor de la Historia de los castrados y de Farinelli el castrado de Las
Luces, Patrick Barbier es una verdadera star de los libros sobre temas musicales con especial atención prestada al
repertorio italiano y en general a
Venecia que conoce mejor que nadie y
que ama como el que más. Arrastrado
por el entusiasmo del autor, exagero
algo, pues Barbier no conoce ni ama
Venecia más que Italo Calvino y su
Venecia invisible, Predrag Matvejevic
su Otra Venecia (ed. Pre-Textos), o
Paul Morand sus Venecias, tres autores
que no figuran en la bibliografía (150
títulos) que Barbier dedica a Venecia:
la ciudad es efectivamente generosa,
se ofrece a todos, poco importa si son
escritores, enamorados, parejas eternas, besándose, solitarias, entre la mul-
titud de turistas.
Cuando habla de la Venecia de
Vivaldi, Barbier habla de una Venecia
que perdura hoy, con su música por
doquier y en cualquier momento de la
vida, y qué más da si la música se
escucha o se imagina… El autor intitula uno de sus párrafos: “Asombro de
los extranjeros ante una práctica tan
difundida”, y habla de su desorientación, de las bellas mujeres que se
encuentran… igual que hoy. Y, bien
evidentemente, más que hoy, pues
Barbier explora con la pasión del científico y la precisión del poeta la ciudad
(sus 145 canales, 429 puentes, 140
torres y campaniles, 70 iglesias) y su
población, sus clases sociales y sus
costumbres (las fiestas, el carnaval), su
amor infinito por el libertinaje (que no
es, creo, sino una sensualidad bien
empleada), su música siempre, música
en los orfanatos-conservatorios (Ospedali, el de La Pietà, donde Vivaldi
enseñaba), música en los burchielli ,
las barcas repletas de músicos para dar
las serenatas a la monjas de los conventos cuyas ventanas acaban en los
García Márquez, melómano
LO ÚNICO MEJOR QUE LA MÚSICA
C
162
reo que todos estaremos de
acuerdo en que García Márquez
es un amante de la música. Pero
aunque ese amor discurra paralelo al que nuestro escritor siente por la
literatura, lo cierto es que ambos afectos forman un mismo núcleo. De ahí
que el autor de este libro, César Coca,
se atreva a confirmar una observación
que podría repetirse como lema del
Nobel colombiano: Cien años de soledad es un vallenato de cuatrocientas
páginas, y El amor en los tiempos del
cólera un bolero de trescientas ochenta.
Los melómanos o nacen o se entrenan. Todo sugiere que en García Márquez esa propensión es consubstancial
a su naturaleza. De otra parte, la persistencia de dicho tema a lo largo de
su obra permite a Coca ordenar una
formidable serie de documentos, en la
que subraya cuanto necesitamos saber
acerca de esta simpatía musical.
El autor merece un elogio muy
señalado, no sólo por la búsqueda de
referencias, sino porque es un ensayista y extrae sus conclusiones. A saber:
García Márquez ha pasado más tiempo
oyendo música que leyendo, lo cual
explica la omnipresencia de aquélla en
su discurso como elemento ambiental
y narrativo, y asimismo en su lenguaje
literario, bajo la sombra de metáforas
afortunadas.
Bebiendo en muchas fuentes, Coca
entra de lleno en el secreto de confesión. Gracias a él, sabemos que García
Márquez tiene más discos que libros. Lo
curioso es que su coleccionismo se
sacude las etiquetas. ¿Incoherencia? No:
apertura de criterio y un saludable
desorden a la hora de apreciar melodías.
Gabo descubrió en Aracataca las
canciones de los acordeoneros y los tangos de Gardel. Durante su estancia en
París, le oyeron cantar con buena voz
rancheras y boleros. En 1955, acudió al
Bolshoi, pero el bautismo por inmersión
no le funcionó, y se quedó dormido
bajo el arrullo de El príncipe Igor. Era
señal inequívoca de que la ópera quedaba al margen de sus preferencias.
En todo caso, creció su interés por
la música culta. Lo de menos es el
PATRICK
BARBIER: La
Venecia de
Vivaldi. Música
y fiestas
barrocas.
Traducción de
Jordi Terré
Alonso.
Barcelona,
Ediciones Paidós
Ibérica, 2005.
208 págs.
canales, música espléndida en San
Marcos, esplendor musical de los palacios privados, música en los teatros de
ópera en cuyos palcos se fumaba, se
bebía y “no se distinguía a una mujer
de bien de una ramera”, donde el pueblo llano y la aristocracia devoraban
las óperas, las de Monteverdi, las 32 de
Cavalli, las innumerables de Vivaldi,
Giacomelli, Hasse… hasta llegar a los
mil y un títulos durante el siglo XVIII,
sólo para Venecia, es decir una ópera
nueva cada semana durante los cinco
meses de temporada cada año. ¿Por
qué recalentar viejas sopas, cuando se
tiene a compositores que componen
más rápido que su sombra?
Pierre Élie Mamou
CÉSAR COCA:
García Márquez
canta un bolero.
Una relectura en
clave musical de
la obra del Nobel
colombiano.
Madrid,
Biblioteca Nueva,
2006. 260 págs.
aprecio que concedió a ciertos compositores. Observen a qué me refiero. “No
volví a escuchar a Mozart durante años
—nos dice—, desde que me asaltó la
idea perversa de que Mozart no existe,
porque cuando es bueno es Beethoven
y cuando es malo es Haydn”.
No citaré otros ejemplos, porque
es César Coca quien mejor describe
este poso acumulado. Puestos a hilar
fino, quedémonos con la frase que el
colombiano le regaló al poeta Jomi
García Ascot: “Lo único mejor que la
música es hablar de música”. Probablemente no sea cierto, pero basta
para justificar esta valiosa monografía.
Guzmán Urrero Peña
GUÍA
LA GUÍA DE SCHERZO
ALICANTE
XXIII FESTIVAL
WWW.CDMC.MCU.ES
20-IX: Anada Sukarlan, piano; Alfredo Anaya, percusión. METAdomus.
Jakarta Dance Center. Syahiari, E.
Halffter.
21: Plural Ensemble. Fabián Panisello. Kishino, Hosokawa, Itoh.
22: Orquesta Ciudad de Granada.
José María Sánchez-Verdú. Xenakis,
Sánchez-Verdú, Pérez Frutos, Takemitsu.
29,30: Orquesta Ciudad de Barcelona y Nacional de Cataluña. Christian
Zacharias. Mozart, C. P. E. Bach,
Beethoven. (Auditori).
GRAN TEATRO DEL LICEO
WWW.LICEUBARCELONA.COM
ANDREA CHÉNIER (Giordano).
Steinberg. Arlaud. Cura, Voigt, Álvarez, Vas. 25,29,30-IX.
EL ESCORIAL
SIGLOS DE ORO
21-IX: La Grande Chapelle. Ángel
Recasens. Schola Antiqua. Juan Carlos Asensio. Rodríguez de Hita. (Iglesia Vieja del Real Monasterio).
TEATRO DE LA ZARZUELA
Jovellanos, 4. Metro Banco de España. Tlf.: (91) 5.24.54.00. Internet:
http://teatrodelazarzuela.mcu.es. Director: Luis Olmos. Venta localidades:
A través de Internet (servicaixa.com), Taquillas Teatros Nacionales y
cajeros o teléfono de ServiCaixa: 902 33 22 11. Horario de Taquillas: de
12 a 18 horas. Días de representación, de 12 horas, hasta comienzo de la
misma. Venta anticipada de 12 a 17 horas, exclusivamente.
Programa doble de ópera: Hangman, Hangman y The Town of
Greed, música y libreto de Leonardo Balada. Días 21, 25, 27 y 29 de
septiembre, a las 20:00 horas.
Domingo 23, a las 18:00 horas.
Dirección Musical: José Ramón
Encinar. Dirección de Escena: Gustavo Tambascio. Orquesta de la
Comunidad de Madrid. Coro del
Teatro de La Zarzuela.
BALADA
NACIONAL
GRANADA
ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA
TEATRO REAL
WWW.ORQUESTACIUDADGRANADA.ES
BARCELONA
ZACHARIAS
18-IX: Filarmónica de Israel. Zubin
Mehta. Schoenberg, Beethoven,
Schubert. (Palau 100 [www.palaumusica.org]).
21,22,23: Orquesta Ciudad de Barcelona y Nacional de Cataluña
[www.obc.es]. Christian Zacharias. C.
P. E. Bach, Mozart, Beethoven.
(Auditori [www.auditori.org]).
26: Orquesta Ciudad de Barcelona y
Nacional de Cataluña. Christian
Zacharias. Mozart, Gluck, Haydn.
(Auditori).
27: Christian Zacharias, piano; Christian Farroni, flauta; Natalie Chee, violín. C. P. E. y J. C. Bach, Mozart.
(Auditori).
164
Información: 91/ 516 06 60.
Venta Telefónica: 902 24 48 48. Venta en Internet:
www.teatro-real.com.
Visitas guiadas: 91 / 516 06 96.
28-IX: Jean-Christophe Spinosi.
Gluck, Haydn, Mozart.
LA CORUÑA
FESTIVAL DE ÓPERA
LA BOHÉME (Puccini). Petrenko.
Sagi. Gallardo-Domâs, Beltrán, Rey,
Colombara. 1,3-IX.
GALLARDO-D.
23: Spanish Brass Luur Metals. Amores.
24: Manuel Guillén, violín. Barce,
Cruz de Campo, Rueda.
— Eiko Shiono, piano. Martínez,
Chouvet, Suzuki.
25: Mercedes Capdevilla. Electroacústica LIEM. Música en bruto.
— Ricardo Descalzo, piano; Eva
Narejos, danza. Cattaneo, Sciarrino,
Belcastro.
26: Emiliano López Rincón. Electroacústica LIEM. Sol en la noche.
— Xenia Ensemble. Liu Fang, pipa.
Ui, Hui, Long, Dun.
27: Grupo Enigma. Juan José Olives.
MacMillan, Satué, Greco, Takemitsu.
28: Trío Arbós. Neopercusión. Gálvez, Yun, Taira, Rzewski.
29: Theatre Cryptic. Táng Quartet.
Volans, Wallin, Talbot.
7: Gloria Amil, soprano; Domenico
Codispoti, piano. Arias y romanzas.
A HISTORIA DO SOLDADO (Stravinski). Trillo. Rabón. Neira, Martínez, Braxe. 8,9-IX.
DON PASQUALE (Donizetti). Albelo,
Antoniozzi, Ciofi, Capitanucci.
14,16-IX.
22: Sinfónica de Galicia. Luiz F. Malheiro. Adalid, Beethoven, Verdi, Rossini.
28: Sinfónica de Castilla y León. José
Miguel Pérez Sierra. Eva Mei, soprano; Shalva Mukeria, tenor. Verdi,
Puccini, Bellini.
MADRID
8-IX: Orquesta Nacional de España
[www.ocne.mcu.es]. Josep Pons.
Bizet, Chaikovski, Borodin, Strauss
(Matadero).
15: Orquesta Nacional de España.
Josep Pons. Pasión Vega, Estrella
Morente, María de Medeiros, Miguel
Poveda. Noche de boleros (Matadero).
MÁLAGA
ORQUESTA FILARMÓNICA DE MÁLAGA
NEDERLANDS DANS THEATER
I. Septiembre: 5, 6, 7, 8, 9. 20:00 h,
sábado 17:00 y 21:00 h. Silent
screen; Coreografía, escenografía y
vestuario: Paul Lightfoot y Sol León.
Música: Philip Glass. Bella figura;
Coreógrafo y escenógrafo: Jirí
Kylián. Música: Lukas Foss,
Giovanni Battista Pergolesi,
Alessandro Marcello, Antonio
Vivaldi y Giuseppe Torelli. Director
musical: Christof Escher. Vestuario:
Joke Visser. Soprano: Beatriz Díaz.
Contratenor: David Q. Lee.
Orquesta Titular del Teatro Real
(Orquesta Sinfónica de Madrid).
GALA HOMENAJE A MAYA
PLISETSKAYA (Director artístico:
Andris Liepa). Septiembre: 10. 20:00
h. Productor: Borís Orlov.
Coordinación: Tatiana Mikhailoff.
Estrellas invitadas: Tamara Rojo,
Carlos Acosta, Diana Vishneva,
Uliana Lopatkina, Farukh
Ruzimatov, Ilya Kouznetsov, Irma
Nioradze, Svetlana Lunkina, Nicolai
Tsiskaridze
ÓPERA
BORIS GODUNOV de Modest
Musorgski. Septiembre: 29.
Octubre: 1, 2, 4, 6, 7, 9, 10, 12, 14,
15, 17. 20:00 h. Domingos a las
18:00 h. Director musical: Jesús
WWW . ORQUESTAFILARMONICADEMA -
RAMEY
SÁNCHEZ-VERDÚ
López Cobos. Director de escena:
Klaus Michael Grüber. Escenógrafo:
Eduardo Arroyo. Figurinista: Rudy
Sabounghi. Iluminador: Dominique
Borrini. Director del coro: Jordi
Casas Bayer. Solistas: Samuel
Ramey (Sept. 29. Oct. 2, 4, 7, 9, 12,
14, 17)/ Roberto Scandiuzzi (Oct. 1,
6, 10, 15), Maria Gortsevskaya,
Marina Zyatkova, Raquel Pierotti,
Stephan Rügamer (Sep. 29. Oct. 2,
4, 7, 9, 12, 14, 17)/ Donald Kaasch
(Oct. 1, 6, 10, 15), Vasily Gerello,
Anatoli Kotscherga (Sep. 29. Oct. 2,
4, 7, 9, 12, 14, 17)/ Arutjun
Kotchinian (Oct. 1, 6, 10, 15),
Misha Didyk (Sep. 29. Oct. 2, 4, 7,
9, 12, 14, 17)/ Vsevolod Grivnov
(Oct. 1, 6, 10, 15), Vladimir Matorin
(Sep. 29. Oct. 2, 4, 7, 9, 12, 14, 17)/
Vladimir Ognovenko (Oct. 1, 6, 10,
15), Viacheslav Voynarovskiy,
Itxaro Mentxaka, Dmitri Voropaev,
Robert Pomakov, Josep Ribot,
Ángel Rodríguez. Coro y Orquesta
Titular del Teatro Real (Coro y
Orquesta Sinfónica de Madrid).
SAN SEBASTIÁN
LAGA
14,15-IX: Aldo Ceccato. Falla, Mahler.
21,22: Massimo Quarta. Rossini,
Paganini.
QUINCENA MUSICAL DONOSTIARRA
WWW.QUINCENAMUSICAL.COM
1,4-IX: Sinfónica de la Radio de
Colonia. Orfeón Donostiarra. Semion
GGUUÍ A
ÍA
IL RITORNO D’ULISSE IN PATRIA
(Monteverdi). Wilson. Audi. Nilon,
Bardon,
Lyon,
Agnew.
2,8,14,20,23,28-IX.
L’ORFEO (Monteverdi). Stubbs. Audi.
Ovenden, Ewing, Iconomou, Wanroy. 5,13,21,27,30-IX.
BERLÍN
INTERNACIONAL
FILARMÓNICA DE BERLÍN
WWW.BERLINER-PHILHARMONIKER.DE
ORQUESTA DEL CONCERTGEBOUW
WWW.CONCERTGEBOUWORKEST.NL
6,7,8-IX: Simon Rattle. András
Schiff, piano. Busoni, Dvorák, Varèse, Bartók.
14,15,16: Simon Rattle. Gritton,
Bacelli, Stutzmann, Marceu. Debussy,
Stravinski, Sibelius.
20,21,22: Coro de la Radio de Berlín. Simon Rattle. Stravinski.
27,28,29: Neeme Järvi. Hélène Grimaud, piano. Bartók, Rott.
DE NEDERLANDSE OPERA
WWW.DNO.NL
ROUSSET
L’INCORONAZIONE DI POPPEA
(Monteverdi). Rousset. Audi. De Niese, Ernmann, Gillet, Panzarella.
1,6,9,17,25,29-IX.
LA MONNAIE
WWW.LAMONNAIE.BE
PHAEDRA (Henze). Boder. Mussbach. Kozená, Petersen, Ainsley,
Köhler. 15,16,18,19,20-IX.
DRESDE
ÁMSTERDAM
13,14-IX: Markus Stenz. Jörgen van
Rijen, trombón. Glanert, Verbey,
Weill.
19,20,21,23: Mariss Jansons. Gil
Shaham, violín. Bruch, Strauss.
26,27,28: Paavo Järvi. Hélène Grimaud, piano. Beethoven, Bartók.
BRUSELAS
STAATSOPER
WWW.STAATSOPER-BERLIN.ORG
FAUSTUS, THE LAST NIGHT (Dusapin). Boder. Mussbach. Nigl, Malmberg, Wörle, Stein. 1,13-IX.
DER FREISCHÜTZ (Weber). Salemkour. Lehnhoff. Kataja, Bauer, Höhn,
Schwartz. 2,7,15-IX.
PHAEDRA (Henze). Boder. Mussbach. Kozená, Petersen, Ainsley,
Köhler. 6,8,9,10-IX.
DER GEDULDIGE SOKRATES (Telemann). Jacobs. Lowery. Fink, Im,
Christensen, Kalna. 29-IX.
SEMPEROPER
WWW.SEMPEROPER.DE
CARMEN (Bizet). Delacôte. Lauterbach. Porretta, Vondung, Marquardt,
Atanasov. 1-IX.
SALOME (Strauss). Rennert. Mussbach. Johansson, Schmidt, Peckova,
Rootering. 2,5,8-IX.
DEAD MAN WALKING (Heggie).
Lano. Lehnhoff. Jepson, Packard,
Schwarz, Kang. 3-IX.
HEGGIE
Bichkov. Botha, Focile, Guelfi, Clark.
Verdi, Otello (versión de concierto).
2: Andrew Lawrence-King. Arpa.
Chorégraphie.
3: Sinfónica de la Radio de Colonia.
Semion Bichkov. Igor Chenev, piano.
Strauss, Chaiskovski.
LA CENERENTOLA (Rossini). P.
Halffter. Piontek. Brownlee, Capitanucci,
Incontrera,
Oprisanu.
13,15,17-IX.
DIE ENTFÜHRUNG AUS DEM
SERAIL (Mozart). Zimmer. Marelli.
Mesgarha, Kaappola, Fally, Lehtipuu.
16,18,22-IX.
LOHENGRIN (Wagner). Prick. Mielitz. König, Vogt, Schnitzer, Ketelsen.
23,30-IX.
MADAMA BUTTERFLY (Puccini).
Fritzsch. Jahns. Mescheriakova,
Bocharova, Ihle, Marquardt. 28-IX.
FRANCFORT
OPER FRANKFURT
WWW.OPER-FRANKFURT.DE
LE NOZZE DI FIGARO (Mozart).
Nielsen. Bernardi. Nagy, Mühleck,
Stallmeister, Plock. 1,5,8,14,16,28IX.
TANNHÄUSER (Wagner). Debus.
Nemirova. Baldvinsson, Kränzle,
Aken, Behle. 9,20,23,29-IX.
DON CARLO (Verdi). Franci. McVicar. Youn, Raspagliosi, Richards,
Schuster. 30-IX.
GINEBRA
GRAND THÉÂTRE
WWW.GENEVEOPERA.CH
LES TROYENS (Berlioz). Nelson.
Kokkos. Antonacci, von Otter, Chappuis, Streit. 13,16,19,22,25,26,29IX.
LONDRES
PROMENADE CONCERTS
WWW.BBC.CO.UK/PROMS
SALIDA
A LA VENTA
18 SEPTIEMBRE
2007
EL GRAN
BURLADOR
Musica para el mito
de Don Juan
La Grande Chapelle
Àngel Recasens
Para más información:
www.laudamusica.com
Lauda ha sido galardonado
recientemente como “Sello del año”
de los “Prelude Classical Music
Awards 2007”.
Ref.: LAU006
5412690051135
Un homenaje a Tirso de Molina, cuya obra cumbre El burlador de
Sevilla y convidado de piedra ofreció al mundo uno de los mitos
más universales de la historia de la literatura, el mito de Don Juan.
165
GGUUÍ A
ÍA
LUCERNA
LUCERNE FESTIVAL
WWW.LUCERNEFESTIVAL.ch
BOULEZ
1-IX: Pierre-Laurent Aimard, piano.
Debussy, Chopin, Rachmaninov.
— Filarmónica de San Petersburgo.
Yuri Temirkanov. Nicolai Znaider,
violín. Chaikovski, Prokofiev.
2: Sinfónica de Bamberg. Jonathan
Nott. Ligeti, Stravinski, Tallis.
— Angelika Kirchschlager, soprano;
Helmut Deutsch, piano. Schumann,
Schubert.
— Sinfónica de Bamberg. Jonathan
Nott. Struckmann, Soar, Wottrich,
Stephinger. Wagner, Oro del Rin
(versión de concierto).
3,4: Orquesta del Concertgebouw de
Ámsterdam. Bruckner, Octava . /
Wagner. Debussy.
4: Academia del Festival de Lucerna.
Pierre Boulez. Boulez.
166
5: Pierre-Laurent Aimard, piano.
Bach, Schumann.
6: Academia del Festival de Lucerna.
Peter Eötvös. Eötvös, Ligeeti, Kurtág.
7,8,11: Filarmónica de Viena. Daniel
Barenboim. Schubert, Bruckner. /
Bartók, Ligeti, Enescu, Kodály.
9: Orquesta de la Gewandhaus de
Leipzig. Riccardo Chailly. Franke,
Mendelssohn, Brahms.
10: Filarmónica de Viena. Gustavo
Dudamel. Daniel Barenboim, piano.
Bartók, Mahler.
12,13,14: Sinfónica de San Francisco. Michael Tilson Thomas. Mahler,
Séptima . / Julia Fischer, violín.
Copland, Adams, Sibelius. / Yefim
Bronfman, piano. Ives, Prokofiev,
Shostakovich.
15,16: Sinfónica de Londres. Colin
TENEKO (Vacchi). R. Abbado. Olmi.
22,26,27,29-IX.
MONTREUX VEVEY
SEPTEMBRE MUSICAL
WWW.SEPTMUS.CH
2-IX: Filarmónica de San Petersburgo. Yuri Temirkanov. Musorgski,
Rachmaninov, Chaikovski.
3: Cuarteto Artemis. Beethoven,
Schubert.
4: Real Filarmónica de Londres. Pinchas Zukerman. Beethoven.
5: Sinfónica de la Radio de Berlín.
Coro de la Ópera de Lausana. Marek
Janowski. Debussy.
12: Ranaud Capuçon, violín; Nicholas Angelich, piano. Debussy, SaintSaëns, Franck.
15: Orquesta Nacional de Francia.
Kurt Masur. Joshua Bell, violín. Mendelssohn, Bruckner.
PARÍS
11-IX: Filarmónica de Israel. Zubin
Mehta. Mahler, Séptima (Teatro de
los Campos Elíseos [www.theatrechampselysees.fr].
12: Orquesta Age of Enlightenment.
Ian Bostridge, tenor. Steven Devine.
Haendel. (T. C. E.).
12,13: Coro y Orquesta de París.
Christoph Eschenbach. Beethoven,
Chaikovski. (Sala Pleyel [www.sallepleyel.fr]).
13: Orquesta Nacional de Francia.
Kurt Masur. Joshua Bell, violín. Mendelssohn, Dvorák. (T. C. E.).
19: Thomas Hampson, barítono;
Wolfram Rieger, piano. Lieder. (T.
C. E.).
MÚNICH
FILARMÓNICA DE MÚNICH
WWW.MPHIL.DE
19,20-IX: Ion Marin. Hindemith,
Mahler.
30: Zubin Mehta. Anja Harteros,
soprano. Schoenberg, Haydn, Beethoven.
STAATSOPER
WWW.STAATSOPER.DE
IL TURCO IN ITALIA (Rossini). Barbacini. Loy. Regazzo, Pendatchanska,
Corbelli, Alegret. 22,26,29-IX.
DER FLIEGENDE HOLLÄNDER
(Wagner). Soltesz. Rydl. Johansson,
Gould, Conners. 30-IX.
19,20: Orquesta de París. Jeffrey
Tate. Britten, Berners, Elgar. (S. P.).
20: Cercle de l’Harmonie. Les Éléments. Jérémie Rhorer. Degout, Damrau, Novaro, Stoyanova. Mozart, Las
bodas de Fígaro (versión de concierto). (T. C. E.).
21: Staatskapelle Dresde. Fabio Luisi.
Hélène Grimaud, piano. Beethoven,
Strauss. (T. C. E.).
27: Jean-Yves Thibaudet, piano.
Debussy, Brahms. (T. C. E.).
— Orquesta de París. Jean Deroyer.
Ligeti, De Pablo, Jolas. (S.P.).
29: Sinfónica de la Radio de Baviera.
Mariss Jansons. Haydn, Bruckner. (T.
C. E.).
OPÉRA BASTILLE
WWW.OPERA-DE-PARIS.FR
NÁPOLES
TEATRO DI SAN CARLO
WWW.TEATROSANCARLO.IT
TORVALDO E DORLISKA (Rossini).
Güttler. Martone. Zapata, Takova,
Vinco. 22,25,27,30-IX.
NUEVA YORK
METROPOLITAN OPERA
WWW.METOPERA.ORG
ROMÉO ET JULIETTE (Gounod).
Domingo. Joosten. Netrebko, Villa-
ARIANE ET BARBE-BLEUE (Dukas).
Cambreling. Viebrok. White, Polaski, Palmer, Axenti. 13,17,21,24,28IX.
L’ELISIR D’AMORE (Donizetti). Pidò.
Pelly. Rancatore, Korchak, Naouri,
Maestri. 14,16,18,20,23-IX.
PALAIS GARNIER
WWW.OPERA-DE-PARIS.FR
CAPRICCIO (Strauss). Haenchen.
Carsen. Kringelborn, Bär, Workman,
Rootering. 8,11,14,17,20,23,26,28IX.
VENECIA
TEATRO LA FENICE
WWW.TEATROLAFENICE.IT
SIGNOR GOLDONI (Mosca). Molino.
Abbondanza, Caiello, Zavalloni, Bennett. 21,23,25,27,29-IX.
VIENA
MUSIKVEREIN
WWW.MUSIKVEREIN.AT
29,30-IX: Orquesta Philharmonia.
Christoph von Dohnányi. Yefim
VON DOHNÁNYI
TEATRO ALLA SCALA
WWW.TEATROALLASCALA.ORG
HAMPSON
IPHIGÉNIE EN TAURIDE (Gluck).
Bolton. Carsen. Graham, Keenlyside,
Groves, Bayley. 10,13,16,25,27,29IX.
MILÁN
zón, Gunn, Sigmundsson. 25,29IX.
LUCIA DI LAMMERMOOR (Donizetti). Armiliato. Pelly. Dessay, Palmer,
Flórez, Coebelli. 27-IX.
AIDA (Verdi). Ono. Frisell. Crider,
Sala, Licitra, Hvorostovski. 29-IX.
GRIMAUD
R OYAL O PERA H OUSE C OVENT
GARDEN
WWW.ROYALOPERAHOUSE.ORG
Davis. Elgar, Dvorák. / Evgeni Kissin,
piano. Beethoven.
MEHTA
1,2-IX: Sinfónica de San Francisco.
Michael Tilson Thomas. Deborah
Voigt, soprano. Ives, Strauss, Shostakovich. /Mahler, Séptima.
3: Filarmónica de Viena. Daniel
Barenboim. Schubert, Bruckner. /
Ligeti, Enescu, Kodály.
5: Orquesta de la Gewandhaus de
Leipzig. Riccardo Chailly. Beethoven,
Brahms.
6,7: Sinfónica de Boston. Coro del
Festival de Glyndebourne. James
Levine. Naef, Giordani, van Dam.
Berlioz, Condenación de Fausto . /
Carter, Bartók, Brahms.
7: Coro y Sinfónica de la BBC. Jirí
Belohlávek. Netrebko, Kennedy,
Bell. Última noche de los Proms.
Bronfman, piano. Birtwistle, Mendelssohn, Brahms. / Singverein der
Musikfreunde. Oelze, Paasikivi, Sacca, Silins. Beethoven, Novena.
WIENER STAATSOPER
WWW.WIENER-STAATSOPER.DE
SIMON BOCCANEGRA (Verdi). Armiliato. Stoyanova, Hampson, Furlanetto, Sartori. 5,8,11,13-IX.
CARMEN (Bizet). Gilbert. Krasteva,
Kühmeier,
Shicoff,
Aceto.
6,10,14,18-IX.
DIE ZAUBERFLÖTE (Mozart). Halász.
Archibald, I. Raimondi, Anger, Eröd.
7,9-VI.
WERTHER (Massenet). Gómez Martínez. Garanca, Sabbatini, Eröd.
12,16,20-IX.
I PURITANI (Bellini) Haider. Gruberova, Kovaliov, Bros, Daniel.
15,19,23,27-IX.
IL BARBIERE DI SIVIGLIA (Rossini).
Soltesz. Santafé, Siragusa, Sramek,
Eröd. 22,26-XI.
TOSCA (Puccini). Armiliato. Fantini,
Shicoff, Dohmen. 25,29-IX.
ZÚRICH
OPERNHAUS
WWW.OPERNHAUS.CH
ORLANDO (Haendel). Christie. Herzog. Mijanovic, Janková, Peetz, Clark.
2,9-IX.
IL BARBIERE DI SIVIGLIA (Rossini).
Hamar. Lievi. Olivera, Camarena,
Drole, Scorsin. 6,8,12,14,16-IX.
DON CARLO (Verdi). Rizzi. Düggelin. Dessì, D’Intino, Kaufmann, Polgár. 12,14-IX.
HÄNSEL UND GRETEL (Humperdinck). Hamar. Friedli, Liebau, Kaluza, Straka. 15,19,28-IX.
DON PASQUALE (Donizetti). Santi.
Asagaroff. Rey, Raimondi, Albelo,
Widmer. 20,23,29-IX.
TOSCA (Puccini). Santi. Deflo. Kabatu, Fraccaro, Pons. 21,27-XI.
ANDREA CHÉNIER (Giordano). Santi. Asagaroff. Carosi, Schmid, Chalker,
Gallo. 30-IX.
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CONTRAPUNTO
JURO EN LA CUMBRE
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168
i buscan al director de orquesta más atareado de Gran Bretaña, al más activo e influyente, no lo encontrarán en los lugares más obvios. No está en el Covent Garden, teatro que
Antonio Pappano casi nunca abandona, ni en el Barbican,
donde las visitas fugaces de Valeri Gergiev no dejan mucho más
que una huella efímera; ni tampoco en el South Bank, donde ningún maestro ha dejado una impresión duradera en una década,
aunque a lo mejor esa situación está a punto de cambiar.
La batuta que pasa más tiempo que ninguna otra en Gran Bretaña es el director musical de Glyndebourne y de dos orquestas
más, ambas residentes en el Royal Festival Hall. Vladimir Jurowski
tiene más orquestas a su cargo que cualquier otro director desde
los tiempos de Thomas Beecham. Este otoño se convertirá en titular de la Orquesta Filarmónica de Londres y acaba de animar la
fiesta de cumpleaños de la Orquesta del Siglo de las Luces. A sus
35 años, Jurowski está marcando la pauta de una nueva generación
que rompe con viejas vanidades e introduce un nuevo estilo de
liderazgo musical.
Jurowski es el eje del nuevo South Bank, el primero que dio
una opinión sobre la acústica mejorada de la sala —“tardaremos
dos años en resolver todo”— y se implica más en los proyectos y
en las representaciones que cualquier otro músico. Durante los
ensayos consigue unos resultados vertiginosos de sus orquestas,
obteniendo en una sola sesión lo que otros logran después de cuatro. Los músicos de OFL, recelosos de ciertos extranjeros presumidos, están encantados de que hable un inglés inteligible y de que
nunca sufra de jet-lag. Y todavía más lo están de que les pida ideas. De esa forma, por ejemplo, la mujer de uno de los músicos, biógrafa de Korngold, le convenció de que dirigiera una de las óperas
del autor.
Su segunda orquesta, la muy intransigente Orquesta del Siglo
de las Luces, está formada por cuarenta y dos expertos, todos con
doctas opiniones acerca de cómo se tocaba cualquier obra en la
época que sea, y obliga a sus primeros violines a pasar por la prueba Mensa —esa que demuestra que alguien es más inteligente que
el 98% de los mortales. Jurowski, que aquí comparte podio con
Simon Rattle y el húngaro Iván Fischer, es un novato relativo en
este animado mundo de las interpretaciones con instrumentos de
época, un ruso que no había visto un orlo hasta después de dejar
su país. Le pregunté cómo encontró el camino hacia un sonido
alternativo que los tradicionalistas despachan como “vegetariano” y
los aficionados aclaman como “ecológico”. “Por casualidad,” se
encogió de hombros Jurowski, “en Rusia no hay otro camino.” Su
padre, Mijail, fue director de la Orquesta Estatal de la Radio, pero
su carrera tuvo problemas debido al antisemitismo. ”El único país
donde pudo trabajar fue Alemania Oriental, pero no podía sacar las
divisas de allí, así que las gastó en copias locales de grabaciones
occidentales. Cuando tenía quince años trajo unos conciertos de
Bach dirigidos por Nikolaus Harnoncourt. Había algo en su estilo
de hacer esa música que me hizo escuchar con atención. Harnoncourt se convirtió en mi guía. Luego oí sus Cuatro estaciones de
Vivaldi y me dejo atónito. Sonaba como música contemporánea,
con muchos sonidos extraños e inquietantes. Me convenció por
completo”.
Después de que la familia emigrara en 1990, Vladimir, que
entonces tenía 18 años, abrazó el fermento del Berlín posterior a la
caída del muro, “un crisol de culturas”. Un debut con una ópera a
los 24 años, seguido por un tremendo Nabucco en el Covent Garden, dieron como resultado unas más que atractivas invitaciones
para dirigir. Pero Jurowski había decidido que no iba a pasar la
mitad de su vida en un avión. Casado con Patricia, una profesora
de piano que está esperando un niño, quiso establecerse en algún
lugar fijo. Glyndebourne le ofreció una casa, un reto y elegir entre
dos orquestas, la moderna y la de música antigua. Durante los últimos cuatro años, este ruso de suave voz ha iluminado el ambiente
y envalentonado el repertorio de Glyndebourne, presentando esta
temporada una polémica escenificación de Bach. Le encanta correr
riesgos y coquetea con ellos como un verdadero tahúr. Cuando el
barítono polaco Andrzej Dobber se quedó un día sin voz, llamó a
Stephen Gadd, un premiado británico que nunca había cantado el
papel de Macbeth y le orientó a punta de batuta en una tensa y
triunfante interpretación. “Sólo en Glyndebourne”, sonrió radiante
Jurowski cuando le felicité en la puerta de su camerino, “ningún
otro teatro de ópera se hubiera atrevido”.
Para Jurowski, Glyndebourne significa pasar tiempo con la
familia. Su mujer, una persona agradable y recelosa de la vida privada de su familia, se encuentra habitualmente entre bastidores por
si hay que echar una mano. Martha —que acaba de hacer de Tercer fantasma— asiste a la escuela Rudolf Steiner en Sussex durante
medio año y el otro medio en Berlín a otra del mismo grupo. “Es el
mismo sistema pero pago dos matriculas”, ríe su padre.
Berlín es su base principal, aunque ya no trabaja mucho allí.
Aparte de los conciertos con la Orquesta Nacional de Rusia y un par
de semanas cada año en Filadelfia, su carrera ha echado raíces en
Gran Bretaña y los dividendos ya se notan. Con dos mundos de
sonido entre los que elegir, está en el cielo de la música. “Es una
verdadera aventura dirigir la misma pieza con la Filarmónica de
Londres y con la Orquesta del Siglo de las Luces: la una mira hacia
atrás y la otra hacia delante”. Con la segunda amplía la consciencia
histórica desde el barroco hasta el primer romanticismo. “He hecho
Glinka con ellos, y voy a hacer Chaikovski, “ me contó emocionado.
Al contrario de los maestros de antes, Jurowski está menos preocupado de imponer un sello personal en una orquesta que de
buscar y desarrollar una verdad inherente. “Eso se debe a Gennadi
Rozhdestvenski, que le enseñó a mi padre y luego a mí. Decía que
cada orquesta tiene un sonido diferente y que se debe crear una
interpretación distinta en cada ocasión y con cada pieza. Cuando
dirijo Stravinski, Mozart o Schumann procuro conseguir sonidos
diferentes, pero a veces fuerzo a la orquesta más allá de lo que es
factible”. “Por definición, uno impone su propia personalidad sobre
la partitura simplemente con abrirla”.
Las orquestas se sienten cautivadas por su estilo diferente. Después de debutar en Estados Unidos hace dos años con la Orquesta
de Filadelfia, un conjunto de primera clase pero con problemas, surgió en seguida el rumor de un traspaso de muchos millones de dólares. Jurowski se sintió halagado, pero dijo a los norteamericanos que
quería permanecer fiel a sus vínculos británicos. “En este sentido,
soy monógamo. No soy capaz de dividirme entre dos continentes”.
Una estética New Age —sigue una dieta frugal y una filosofía
taoísta— ha añadido una dimensión mística al sentido práctico y a
la infinita energía de Jurowski. Con la misma velocidad que otros
maestros necesitan para cambiar una bombilla, Jurowski ha convertido Glyndebourne en un centro de animada actividad. Ya está preparando una nueva generación con la que ha trabajado en la compañía itinerante de la ópera, la Glyndebourne Touring Opera.
Edward Gardner, de 31 años, ya está dirigiendo la English National
Opera y esta temporada no se habla de otra cosa más que de
Robert Ticciati, de 23, y su Così.
En el South Bank, se ve su impronta en todas las carteleras. “La
Filarmónica de Londres —comenta— “servirá un menú tradicional,
mientras la Orquesta del Siglo de las Luces se arriesgará con conciertos nocturnos, charlas y drama”. Este Juro solidamente encumbrado, lleva el futuro de la música británica agarrado a los faldones
de su frac.
Norman Lebrecht
www.scherzo.es
KRYSTIAN ZIMERMAN
ORGANIZA: PATROCINA:
Lunes, 5 de mayo de 2008. 20:00 h
JOAQUÍN ACHÚCARRO
Martes, 29 de enero de 2008. 20:00 h
piano
GRIGORI SOKOLOV
Lunes, 11 de febrero de 2008. 20:00 h
piano
PAUL LEWIS
Martes, 25 de marzo de 2008. 20:00 h
piano
MAURIZIO POLLINI
Martes, 15 de abril de 2008. 20:00 h
1
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4
piano
ANDRÁS SCHIFF
Miércoles, 11 de junio de 2008. 20:00 h
piano
LARS VOGT
Martes, 14 de octubre de 2008. 20:00 h
piano
PIERRE-LAURENT AIMARD
Martes, 18 de noviembre de 2008. 20:00 h
piano
CHRISTIAN ZACHARIAS
Martes, 25 de noviembre de 2008. 20:00 h
piano
LEIF-OVE ANDSNES
piano
Martes, 9 de diciembre de 2008. 20:00 h
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piano
NOTA IMPORTANTE: Todos los intérpretes, programas
y fechas son susceptibles de modificación.
ABONOS Y LOCALIDADES:
TIPOS DE ABONOS:
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2. El abono normal (25% de descuento) está destinado al público en general. El
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PRECIO DE LOS ABONOS Y DE LAS LOCALIDADES
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B
C
D
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240€
195€
150€
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45€
37€
30€
23€
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Intérpretes las mismas localidades que usted tiene actualmente.
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de abonados, un boletín de renovación con la forma de pago, la fecha y el lugar donde
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10:00 a 15:00 horas, excepto festivos; mediante fax en el número 91.726.18.64 o por
correo electrónico en la dirección fundacion@scherzo.es durante las 24 horas del día.
3. El plazo de renovación de abonos concluirá el viernes 9 de noviembre de 2007. Se considerará la renuncia de los abonos si el boletín de renovación no ha sido devuelto a nuestras oficinas antes de esa fecha.
AUDITORIO N A C I O N A L
DE MÚSICA
sala sinfónica
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de abono, se podrán adquirir en las taquillas del Auditorio Nacional de Música, en la
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y mediante el sistema de venta telefónica de Serviticket en el número 902.33.22.11,
de 8:00 a 24:00 horas, Servicaixa y Servicajeros de La Caixa. Teléfono de información
91.337.01.40.
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22 de enero de 2008.
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FUNDACIÓN SCHERZO (Ciclo de Grandes Intérpretes)
C/ Cartagena, MADRID www.scherzo.es
Teléfono de información: 91.725.20.98 Correo electrónico: fundacion@scherzo.es
(para consultas o sugerencias sobre la renovación y/o venta de nuevos abonos del XII
Ciclo de Grandes Intérpretes)
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