Coaching laboral: como conseguir la motivación en el trabajo Es de
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Coaching laboral: como conseguir la motivación en el trabajo Es de uso común el decir que los seres humanos están en lo alto de pirámide evolutiva porque son organismos racionales, y ello les permite avanzar tecnológica y socialmente. Pero no se puede estar más equivocado. Es cierto que el ser humano ha llegado donde ha llegado en parte gracias a la capacidad de establecer racionalmente el camino a seguir. Pero, una vez que se donde voy, ¿Cómo voy? Eso ya es otra historia. Es por eso que el ser humano, además de racional, es un ser pasional, capaz de dejarse la piel por el camino sólo por llegar donde han llegado sus sueños, para hacerlos realidad. ¿Y cual es la clave del proceso? La motivación. ¿Qué es la motivación en el trabajo y en tu vida cotidiana? La palabra motivación viene del latín motivus o motus, y significa “causa del movimiento”, de lo cual puede extrapolarse la importancia de esta. Es la necesidad natural de un individuo de satisfacer una necesidad, por lo que este crea o genera un impulso conductual que le lleva hasta su meta. La motivación en el trabajo no es una técnica de venta actual. Los grandes generales que han pasado a la historia por sus grandes victorias eran maestros de la motivación con sus tropas, lo que hoy llamaríamoscoaching empresarial. La motivación laboral de la época no se diferenciaba mucho de la actual. Solía darse en el lugar de trabajo, que curiosamente hoy sigue siendo un campo de batalla, previamente a la contienda y a través de un discurso plagado de frases de motivación, que si bien han variado con el paso del tiempo, siguen buscando lo mismo, crear la respuesta fisiológica en el individuo que potencie al individuo pasional por encima del racional. Esa, ayer y hoy, es la verdadera clave de la motivación en el trabajo y el sentido del coaching empresarial. A menudo, la parte racional, más reflexiva y cautelosa, bloquea la capacidad de trabajo del individuo en un intento de encontrar la mejor solución. Esta situación, es de gran relevancia para poder plantear adecuadamente un problema, pero si persiste en el tiempo, el individuo puede ser incompetente para su tarea ya que no es capaz de iniciarla, y por tanto, no llegará a realizarla satisfactoriamente. ¿Cómo puedo conseguir la motivación en el trabajo? Tal es la importancia de la motivación laboral que cada vez existen más empresas de coaching laboral que buscan incrementar la motivación en el trabajo. Pero, ¿Cuáles son las claves de esta motivación laboral? La motivación es un factor que se genera dentro, por lo que el propio individuo, cuando llega pronto al trabajo, y este le resulta productivo y satisfactorio, aumenta su motivación, pero también viene de fuera. Una frase cargada de emotividad, una canción con ritmo, o un ambiente motivado generan esas reacciones químicas que desencadenan ese “hoy me como el mundo”. Por tanto, es importante cuidar un buen ambiente en el lugar de trabajo, para que aquellos individuos que generan esa motivación interna puedan contagiársela al resto. Felicitar a nuestros empleados por su trabajo y hacerles sentir útiles generara en ellos esa motivación que tanto buscamos. Además, un directivo es un estratega comercial, elige bien tus palabras y haz sentir a tus empleados queridos, como la parte más importante de la empresa, y trátalos como tal. Un individuo satisfecho en su lugar de trabajo, y con aspiraciones factibles de seguir mejorando se dejará la piel por ti. Otro factor importante para conseguir la motivación en el trabajo son los detalles. Los pequeños detalles pueden alegrar el día a tus trabajadores, y eso favorecerá directamente su motivación y rendimiento laboral. En resumen, si quieres mejorar la motivación laboral en el trabajo, sólo tienes que buscar sacar lo mejor de las personas que trabajan para ti. Puedes usar frases de motivación, o llevarles un desayuno que no se esperan, pero en definitiva, sólo necesitas que crean que ellos pueden, y que además de poder, se lo merecen. Como generar un buen ambiente de trabajo El ambiente de trabajo influye decisivamente en temas tan importantes como son la motivación, el rendimiento, la lealtad y el trabajo para con la empresa. Con esto quiero decir que un trabajador contento aportará y rendirá mucho más que uno que no se sienta motivado o valorado. Crear un buen ambiente de trabajo es tarea indispensable para todo aquel que se haga llamar “buen líder”. La búsqueda de este clima de trabajo debe ser prioritaria, ya que además, favorecerá la relación entre trabajadores y reforzará por tanto la imagen de la empresa. Hoy en día, el mundo está lleno de empresas cuyos trabajadores no están a gusto durante su jornada laboral. Esto es malo tanto para ellos como para la empresa, ya que irán a trabajar sin ganas y eso afectará en su rendimiento. Estoy seguro que todos tenemos claro que una persona contenta rinde más que otra que no lo está, lo que se traduce en una mejor realización de sus labores, y por consiguiente en un beneficio para ti. Voy a darte unos consejos para que puedas generar un buen ambiente de trabajo, léelos atentamente, porque te resultarán muy útiles, y si los llevas a cabo en tu empresa, pronto verás a tus trabajadores más contentos: 1. Se flexible con la entrada y salida de tus empleados: no exijas una puntualidad extrema a la hora de llegar al trabajo. Entiende que algunos de tus empleados viven más lejos que otros, y que hacerles llegar a la misma hora no es del todo justo. Dales la opción de elegir la hora de llegada, permitiéndoles entrar por ejemplo entre las 8.30-9.00. La salida dependerá de la hora de llegada, házselo saber y lo respetarán. 2. Permite que descansen asiduamente: cuando el trabajador está en su puesto de trabajo, se estresa y se cansa, para hacer frente a ello permíteles que descansen asiduamente, no les pongas mala cara si se levantan a descansar, porque le servirá para recargar las pilas y ser más eficientes tras la pausa. Llega un punto en que si no nos tomamos un respiro nuestra mente se satura y perdemos la concentración. 3. Favorece la sociabilidad con y entre tus empleados: el trabajo nos da la oportunidad de sociabilizarnos, relacionándonos y entablando conversaciones con las personas. En el ambiente laboral solemos hacer amigos. Igual piensas que no es bueno que tus empleados se hagan amigos porque pueden perder el tiempo, pero eso no es así. Tus trabajadores se reirán un rato entre ellos, pero luego se pondrán a sus tareas de nuevo con una cara más feliz. Esto lo puedes favorecer organizando cenas o almuerzos de empresa, o simplemente salidas en grupo a tomar algo en un bar. 4. Debes ser un jefe cercano a tus empleados, y si te llevas bien con ellos, ¿por qué no ser amigos? Es una tontería eso de que el jefe no puede ser amigo de sus trabajadores, te dejarán de criticar por la espalda y una persona responde mejor cuando le pide algo un amigo que si lo hace una a la que sólo considera su jefe. Además, te ayudará a la hora de saber si realmente tus empleados están a gusto en el trabajo, ya que a un jefe no le pueden decir que no, pero a un amigo si. 5. Reconoce a tus empleados su buen hacer en la empresa: un trabajo bien hecho debe ser reconocido siempre y si es en público mejor, así en el futuro tendrá ganas de volver a hacerlo bien y mantendrás alta la ambición de todos los empleados. 6. Acuérdate de las pagas extras y/o regalos de navidad: a todos nos gusta recibir un regalito en navidad, y sobre todo una paga extra que nos ayude a hacerle frente a unos gastos desmesurados. Una postal navideña deseándoles felices fiestas también es un detalle bonito para esta época. Volverán al trabajo a gusto, sabiendo que su jefe se preocupa por ellos, y está claro que eso va a repercutir para bien en su trabajo. Como he venido repitiendo a lo largo de este post, crear un ambiente sano donde la gente se sienta a gusto es beneficioso para tu empresa. Cuanta más contenta vaya una persona a su puesto de trabajo, mejor rendimiento dará a la empresa. Para ti, proporcionar este ambiente de trabajo no requiere ningún esfuerzo, y lo que puedes ganar con ello es tanto, que merece la pena intentarlo, porque hasta tú mismo irás al trabajo más contento. La presión, ¿incentiva o desincentiva el trabajo? Cuando comenzaste tu negocio, seguro que esperabas que tus trabajadores aprovechasen al máximo las características por las que les contrataste, y así dieran lo mejor de sí mismo para tu empresa. Y la razón es bien fácil, todo el mundo sabe que una persona que consigue estar al máximo de sus capacidades trabaja mejor y da mayores frutos a tu empresa que otro que no las aprovecha del todo. Pero hay un factor que puede afectar, y mucho, a la mayoría de tus trabajadores, y ése, es la presión. Seguro que has oído la típica frase de “se crece ante la presión”. No voy a ser yo quien ponga en duda el que haya gente que se crezca en esta situación, pero en mi opinión, la mayoría de los personas no son así, y trabajar en ese ambiente provoca en ellos un estrés que merma de alguna manera su rendimiento. Un ambiente laboral en el cual el jefe ejerza una gran presión sobre sus empleados no es bueno. Debes presionar a tu personal hasta cierto punto, debes motivarles para hacer su trabajo, que tengan un comportamiento adecuado cuando estén en su puesto laboral, ciertas normas de vestimenta…, pero estas no son situaciones que afecten al rendimiento de un trabajador, son unas normas que todos los empleados aceptan y les parecen lógicas. ¿Cómo no va a poder el jefe obligar a sus empleados a acabar su trabajo o a tener cierto comportamiento dentro de la empresa? Claro que si puede, y debe, para eso les paga. Pero me estoy refiriendo a otro tipo de presión, a una presión excesiva o abusiva, por llamarla de alguna forma. Como por ejemplo, por cualquier motivo, la empresa debe preparar una presentación para dentro de dos días, y algunas personas de la plantilla cargan con esa tarea. Encima de que comerán menos o se quedarán sin dormir, deben soportar la tensión de tener realizado el trabajo para dentro de dos días. No hay duda de que acabarán la presentación, pero ése mismo trabajo hecho en un tiempo adecuado (más días) sin el agobio de terminarlo en tan poco tiempo, habría estado mejor hecho. Esta situación de presión con algo más de organización podrías haberla evitado, lo ideal habría sido que tus empleados tuviesen el tiempo necesario para preparar esa presentación, seguro que al terminar su labor estarías más contento con el resultado, evitando chapuzas. Otra situación de presión abusiva podría ser aquella en la que tus empleados tengan la sensación de que por cualquier fallo que cometan le vas a montar un zipi zape, y esa situación debes evitarla a toda costa, ya que provocará en ellos miedo a cometer cualquier error. Limitarás su forma de hacer el trabajo por miedo a esa reprimenda, por lo que no conseguirás que aprovechen al máximo sus cualidades. La presión no va a provocar que tus trabajadores no hagan su trabajo, sino que va a provocar que las tareas que hayan realizado no estén tan bien hechas con respecto a lo que tú que querías. Es una realidad que en un ambiente laboral libre de una presión abusiva se trabaja mejor. Tus empleados van a estar más tranquilos y serenos, y en ese estado es mucho más fácil rendir. Es tan cierto como lógico que la presión abusiva afecta al rendimiento de los trabajadores, y si lo piensas, seguramente a ti tampoco te guste trabajar en un ambiente así. Un buen líder debe cargar con la presión del equipo, absorberla como una esponja y convertirla en motivación para sus empleados. ¿Por qué crees sino que el entrenador del Real Madrid, José Mourinho, decide cargar con toda la presión de su equipo realizando las declaraciones que realiza y teniendo una actitud tan chula y desafiante? Porque sabe que sus jugadores van a rendir a un nivel más alto si carga él con toda la presión, consiguiendo que cuando salten al terreno de juego estén más liberados y tranquilos. Las aptitudes son importantes, el estado de ánimo fundamental. Motivación laboral y productividad Que el trabajador contento rinde más es una máxima bien conocida por la mayoría de los empresarios. Porque está de sobra demostrado que la productividad está íntimamente ligada al grado de motivación laboral. Cuanto más motivado se encuentre un empleado, más productivo será. Por supuesto, siempre habrá quien crea que la mejor forma de aumentar la productividad en su empresa es presionando a los trabajadores para que rindan más; pero eso a la larga no hará más que crear tensiones en el ámbito laboral y propiciar la fuga de talentos a otras empresas más “amistosas”. Seguramente el que haya sido estudiante conocerá la diferencia entre estudiar por devoción o por obligación. Y sabrá que las mejores notas se sacan cuando realmente nos gusta lo que estamos estudiando. Pues en el trabajo pasa lo mismo; trabaja mejor quien trabaja con gusto. Pero, ¿cómo podemos crear un buen clima de motivación laboral para aumentar la productividad de nuestra empresa? No se trata solo de dinero, aunque indudablemente una buena remuneración económica ayuda a que alguien se sienta a gusto en su empresa. Cuando se hacen encuestas para ver qué es lo que más tienen en cuenta los trabajadores en una empresa, en los primeros puestos siempre salen cosas como sentirse valorados o tener un buen ambiente de trabajo, incluso por encima del sueldo. Sentirse valorados y tener un buen ambiente de trabajo, esas son las claves de la motivación laboral. Que te digan que estás haciendo un buen trabajo es un buen aliciente para seguir haciendo un buen trabajo, o incluso para intentar hacerlo aún mejor. En cambio si nunca reconocen tu labor, por muy bien que lo hagas, a la larga te sentirás frustrado y pensarás que no merece la pena esforzarse tanto en el trabajo. La moraleja es que una palmadita en la espalda de vez en cuando nunca viene mal. En cuanto a un buen ambiente de trabajo, eso no depende solo de los empresarios, sino de todo el personal de la empresa. Es mejor trabajar entre amigos, pero no siempre es posible que todos los empleados se lleven bien entre sí; basta con que tengan un buen trato. Para unir a los empleados se pueden ofrecer actividades de grupo, algo muy de moda últimamente. Comidas de empresa, excusiones, actividades deportivas por equipos… cualquier idea puede ser buena para aumentar la motivación laboral y, de paso, la productividad de la empresa. Tipos de motivación laboral: cómo conseguir equipos satisfechos Tras la vuelta al trabajo, muchos profesionales presentan síntomas de la conocida “depresión post vacacional”. La empresa y, en especial, el departamento de Recursos Humanos deben prestar atención al equipo con el fin de garantizar que su reincorporación sea lo más óptima posible. Aunque debe ser tenida en cuenta en todo momento, la motivación cobra más relevancia en periodos como este. No es ninguna novedad: a mayor motivación, mayor rendimiento. Si tus empleados están satisfechos con su trabajo, no sólo cumplirán con los objetivos marcados sino que además propondrán nuevas ideas y mejoras que ayudarán al funcionamiento de la empresa. De ahí, la necesidad de que la compañía incorpore programas de incentivos y motivación en su estrategia de recursos humanos. RRHH: tres tipos de motivación laboral . En torno a la motivación han surgido muchas teorías. Una de las más conocidas es la “Pirámide de Maslow”, según la cual, las necesidades humanas se estructuran en cinco niveles; si satisfacemos las más básicas podremos ir desarrollando otras necesidades racionales y superiores. Pero además también nos encontramos con teorías sobre la motivación vinculadas al ámbito laboral y de los recursos humanos. Es el caso de la “Teoría de las Expectativas” de Vroom, mediante la cual se reconoce que todo esfuerzo se realiza con la expectativa de un cierto éxito. Confiamos en que si se conseguimos rendir lo esperado, obtendremos algún beneficio. Por su parte, la “Teoría McClelland” hace hincapié en las principales razones por las que realizamos nuestras actuaciones: el logro, el poder y la afiliación. A partir de estas teorías, destacamos tres tipos de motivación a tener en cuenta en la gestión de los recursos humanos: Motivación extrínseca. La externa. Aquella en la que intervienen factores que no dependen del individuo. Los empleados están motivados como consecuencia del beneficio que les aportará el desempeño de una determinada tarea o bien por eludir una pérdida. Esta motivación tiene como objetivo premiar el rendimiento de los trabajadores mediante incentivos económicos u otras ventajas profesionales. Así, la empresa pretende obtener un resultado satisfactorio por parte de su equipo humano. . Motivación intrínseca. Nace del propio trabajador. Está relacionada con su satisfacción personal por realizar sus funciones, más allá del beneficio material que pueda conseguir. Responde a la necesidad de sentirse autorealizado y permite mejorar el rendimiento en el trabajo. Si un empleado está contento con lo que hace y le gusta, eso repercute en su estado de ánimo y en el desarrollo de sus funciones.. En este tipo de motivación influyen otros factores como contar con las herramientas adecuadas y un buen entorno de trabajo. Como siempre, mantener un buen clima laboral debe ser prioritario en la gestión de recursos humanos de cualquier organización. Junto a los dos anteriores existe una motivación trascendente, aquella en la que la satisfacción proviene del beneficio que obtienen terceras personas. Es una motivación para los demás, por lo que aquí encajan todos aquellos trabajos que se realizan por propia voluntad. En el ámbito laboral, cada vez es más común que las empresas colaboren con ONGs o realicen actividades solidarias. Estos tres tipos de motivación no son excluyentes, sino que se interrelacionan. Una buena combinación de ellas, dependerá de cómo gestione sus recursos humanos una empresa y de los intereses de los propios empleados. ¿Qué factores motivan a los profesionales? . A pesar de lo que muchos puedan pensar, el salario y los incentivos económicos no siempre es lo más valorado por los trabajadores. En la actualidad, los trabajadores tienen en cuenta aspectos como la seguridad laboral o la flexibilidad antes que el sueldo a percibir. Así, según un informe de Randstad Workmonitor, el 62% de los españoles estaría dispuesto a intercambiar su salario por estabilidad laboral. Asimismo, según el portal “Time”, los profesionales destacan positivamente otros aspectos como: el reconocimiento por parte de los superiores, la autonomía a la hora de trabajar, el feedback o escucha activa, el fomento de un buen clima de trabajo o el compañerismo. ¿Jornada partida o intensiva? El tipo de jornada laboral que tenemos afecta a nuestra productividad, ¡eso es indudable! Pero no hay una sola fórmula exitosa sino que la más adecuada será aquella que satisfaga las necesidades de cada empleado. Según el Barómetro Edenred-Ipsos sobre clima laboral, el 60% de los empleados españoles aseguran estar satisfechos con su horario laboral. Ante este dato, no podemos evitar preguntarnos: ¿cuál es el horario perfecto? Lo más demandado es una jornada intensiva que dé comienzo a las 8:00 horas y que termine a las 16:00 horas, es decir, un horario que se asemeje al que tienen el resto de países europeos. De esta forma, se suprimiría el amplio descanso que muchas empresas ofrecen a sus trabajadores a mediodía –que en ocasiones se extiende hasta las dos horas-, haciendo una pausa breve para el almuerzo –de no más de 30 minutos- y retrasando la hora de la comida. Jornada continua: más horas de ocio y familia El parón que se hace a mediodía y la consiguiente vuelta a la oficina por la tarde interrumpen el ritmo de trabajo y disminuyen la productividad. Terminando antes la jornada, se podría disfrutar de más tiempo de ocio y destinar más horas a hacer actividades en familia. Y es que, el trabajar más horas no significa que el tiempo se aproveche más sino que en muchos casos tan solo es sinónimo de menor conciliación personal y laboral y de un mayor gasto energético para las empresas. Son muchos los estudios que avalan este planteamiento. Uno de ellos es el elaborado por el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE) de la Universidad de Navarra y Addeco, que asegura que la jornada intensiva permite incrementar la productividad española, que se encuentra en los niveles más bajos de toda la Unión Europea. Jornada partida: adecuación de horarios Aunque nos ha resultado complicado encontrar opiniones a favor de la jornada partida, según el Departamento de Relaciones Laborales de la CEOE, una ventaja sería que este horario se corresponde con el sector comercial establecido en España. Por lo tanto, aquellas empresas que interactúen con este sector estarán disponibles para dar una cobertura más amplia a sus clientes. Sin duda, la fórmula magistral no es otra que aquella por la que llevan apostando desde hace años en la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios en España: 8 horas para trabajar, 8 horas para la vida personal y familiar y 8 horas para descansar. Incentivos todo el año Una vez terminada la Navidad e inmersos en la vuelta a la rutina, es momento de seguir incentivando a los empleados. No solo las fechas señaladas son importantes, sino que los incentivos tienen que estar presentes todo el año. Ya lo dijo Sir John Harvey-Jones: "Nunca invertiría en un negocio que no invierta en su gente". Las relaciones hay que cuidarlas día a día, hay quien afirma incluso que hay regarlas como a una planta para que florezcan y lleguen a buen puerto. Y tienen toda la razón del mundo. A pesar de que lo que motiva a un empleado puede no interesar a otro, los incentivos para empleados se pueden amoldar a cada tipo de trabajador para ofrecerle así unarecompensa por su buen trabajo y la consecución de objetivos. Nos acordamos mucho más de ellos cuando llegan fechas destacadas en el calendario, pero no hay que dejar que los incentivos caigan en el olvido durante el resto del año. Te ofrecemos algunos consejos para motivar –no tienen por qué implicar un gasto económico- que pueden ser muy buenas ideas para empezar el 2015 con buen pie. Porque cada día se puede convertir en especial y en un reto para un empleado verdaderamente motivado, y eso está al alcance de cualquiera. - Escuchar a los empleados: si algún trabajador tiene algún comentario o sugerencia, hay que escucharle y tenerle en cuenta. - Hacer viajes de incentivos: premiar los resultados con un viaje es siempre una buena opción. A todo el mundo le gusta viajar y mucho más si es debido a su buen trabajo. - Ofrecer soluciones de retribución flexible: productos como Ticket Restaurant o Ticket Guardería que se adapten a las necesidades de cada uno con motivo del buen desempeño de sus labores. - Felicitar un buen trabajo: los elogios nunca están de más si son merecidos y es muy positivo agradecer cuando se hacen las cosas bien. - Hacer saber la importancia: de su trabajo y día a día para que la empresa alcance sus logros y objetivos. Cerramos estos consejos con el comienzo del libro Cómo incentivar a los empleados de John G. Fisher: "Una empresa no genera beneficios por sí misma. Son las personas las que los obtienen. Casi todo el mundo posee la capacidad de mejorar en su trabajo, sea cual sea su rol (comercial, administrativo, de gestión,...). Pero ¿qué es lo que hace que los empleados alcancen su máximo potencial?". Los 10 mejores consejos para estar motivado Escuchamos malas noticias en el telediario, vivimos en una época de pesimismo generalizado y, en ocasiones, nos rodeamos de personas cuyas quejas diarias nos afectan más de lo que pensamos. ¡Ten cuidado porque la desmotivación es contagiosa! 1. Cada mañana mírate al espejo y di “hoy va a ser un gran día”. No es necesario que lo hagas, pero sí que lo pienses durante un instante y te convenzas de ello. Si tú no estás seguro de que va a ser un buen día, lo más probable es que no lo sea. Esto repercutirá en tu forma de afrontar lo que te ocurra durante las próximas 24 horas. 2. Prémiate. Cuando termines cualquier proyecto o superes una gran dificultad que se te haya planteado, regálate algo. No en el sentido literal de la palabra –aunque también es una opción–, sino en el de destinar unos minutos o momentos a hacer algo que te apetezca, agrade y relaje como, por ejemplo, escuchar el último tema de tu cantante preferido, dar un paseo o leer un capítulo de un buen libro. 3. No existen los errores sino los resultados distintos a los esperados. Lo que para nosotros puede ser un fallo, para otros puede ser un acierto. Los errores son relativos y sirven para aprender, mejorar y evitar que vuelva a suceder lo mismo otra vez, por lo que son igual de útiles que un éxito. 4. 100 gramos de creatividad. Aunque tu día a día en la oficina esté repleto de tareas rutinarias, de ti depende que estas sean divertidas. ¿Has probado alguna vez a escoger otro camino para llegar a la misma meta? Da rienda suelta a tu creatividad y lleva a cabo tus proyectos de una forma diferente a la que estás acostumbrado. 5. Haz listas. Puede parecer obvio e incluso inútil si poseemos una buena memoria, pero lo cierto es que apuntar todas aquellas tareas que tenemos pendientes antes de que finalice el día es realmente productivo. No solo por la satisfacción que da tacharlas una vez hechas, sino que permite dar a nuestro cerebro una idea mucho más visual de cómo vamos a planificarnos la jornada. 6. Cada paso es un triunfo. Nada que merezca la pena es sencillo, eso está claro y hemos escuchado cientos de veces aquello de “quien algo quiere algo le cuesta”. Por eso, debemos medir nuestros éxitos en pequeños pasos, la meta está lejos pero cada avance supone un paso menos para llegar al destino. 7. Sé exigente contigo mismo pero no de forma excesiva. Está bien que quieras dar lo mejor de ti en cada situación y que sepas que tú eres tu mejor juez. Pero recuerda siempre que las críticas con uno mismo han de ser constructivas. Todo el mundo se equivoca, no te machaques por los errores, acéptalos y continúa trabajando. 8. Fíjate en los mejores. Inspírate, coge ideas, conoce cómo han llegado hasta donde están aquellos a quienes admiras a través de libros, documentales o conferencias. Sus historias te motivarán y harán que quieras seguir sus pasos. 9. Ahorra energía. No malgastes tu tiempo ni tus ganas en resolver asuntos en cuya solución no puedes influir. Céntrate en aquellos que puedes mejorar o cambiar, de nada sirve invertir energías en proyectos que ya se sabe que no van a llegar a buen puerto. 10. Sonríe. Es tu mejor arma y a la vez que cambiará tu estado de ánimo, tu sonrisa ayudará a que aquellos que te rodeen te vean de otra forma.