Un movimiento para revitalizar el sindicato de maestros

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Un movimiento para revitalizar el sindicato de maestros
Un movimiento para revitalizar el
sindicato de maestros
Reflexiones de campo
BY BOB PETERSON
............................................................................
Bob Peterson (bob.e.peterson@gmail.com)
maestro de 5to grado en las Escuelas Públicas
de Milwaukee, es actualmente el presidente
de la Asociación de Maestros y Educadores de
Milwaukee (MTEA). En conjunto con Michael
Charney, él coeditó el libro Transformando
los sindicatos de maestros: Una lucha por
mejores escuelas y por la justicia social.
(Rethinking Schools, 1999).
S
JOE BRUSKY/LIGHT BRIGADING ON FLICKR
i no transformamos los sindicatos de maestros, es
posible que sean destruidas nuestras escuelas, nuestras
profesiones y nuestra democracia, al menos lo que resta
de ella. Lo sé porque soy de Wisconsin, el hogar del
gobernador Scott Walker y el congresista Paul Ryan.
En 2011, después del mayor levantamiento de trabajadores
en la historia de los Estados Unidos, fui elegido presidente de La
Asociación de Maestros y Educadores de Milwaukee (MTEA,
por sus siglas en inglés). Desafortunadamente, aunque fue
masivo e inspirador, el alzamiento no fue suficiente para detener
al gobernador de promulgar la ley de trabajo más draconiana y
anti-sector público de la nación.
La ley, conocida como Act 10,
recibió el apoyo de los multimillonarios
hermanos Koch y de una camarilla
de organizaciones e inversionistas
de derecha. Fue impuesta a todos los
trabajadores del sector público, excepto
a los sindicatos de la policía y bomberos
que apoyan a Walker y cuyos miembros
son predominantemente blancos.
La Act 10 canceló todos los
derechos de negociación colectiva,
incluyendo el derecho al arbitraje.
Solamente se dejó intacto el derecho a
negociar el incremento del salario básico
en relación al costo de la vida. La nueva
ley prohibió los agency shops, acuerdos
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mediante los cuales los empleados de
las unidades de negociación pagaban
cuotas de sindicato. También se prohibió
que las cuotas se dedujeran de la
nómina, e impuso algo sin precedentes:
un requisito de recertificación anual de
los sindicatos del sector público de un
51 por ciento (en lugar de 50 empleados
más uno) del voto de todos los
empleados elegibles, contando a todos
aquellos que no votaran como un “no”.
Siguiendo este criterio, Walker nunca
hubiera logrado ganar la gubernatura.
Inmediatamente después de que
la Act 10 fue promulgada, Walker y la
asamblea legislativa, republicana en su
mayoría, hicieron los más grandes cortes
a la educación pública de cualquier
estado en la nación y manipuló los
distritos electorales estatales para
privilegiar las áreas conservadoras con
población anglosajona.
Una vez que diezmó las leyes de
trabajo y quitó los fondos a la educación
pública, Walker procedió a expandir,
a lo largo del estado, un programa
de bonos escolares que ha causado
estragos en Milwaukee y promulgó una
de las deducciones de impuestos más
generosas en la nación para la matrícula
en escuelas privadas.
Bajo estas condiciones, las
membresías de los sindicatos del sector
público han decaído, su personal se ha
tenido que recortar y se han reducido
los recursos para abogar, organizar y
tener influencia en las elecciones.
Las personas que conocen la
historia progresista de Wisconsin (en
1959, por ejemplo, fuimos el primer
estado en legalizar las negociaciones
colectivas para trabajadores del sector
público) encuentran que estos hechos
son alarmantes. Y no es para menos, ya
que si esto pasa en Wisconsin, podría
suceder en otros lugares.
De hecho, ya ha sucedido. En
Nueva Orleans, después de Katrina,
los maestros sindicalizados fueron
despedidos y el sistema entero se
volvió charter (escuelas particulares
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subvencionadas). Siguiendo el liderazgo
de Wisconsin, Tennessee abolió el
derecho a negociaciones colectivas de
los maestros. En Filadelfia, la Comisión
de Reforma Escolar canceló de manera
unilateral el contrato con el sindicato
de maestros. De ciudad en ciudad, las
escuelas charter están dominando el
panorama de la educación.
Afortunadamente, los activistas de
los sindicatos de maestros a lo largo del
país están revitalizando los sindicatos
y luchando contra estos ataques
incesantes. La creciente transformación
de los sindicatos de maestros bien
podría ser la fuerza más importante en
nuestra nación para defender y mejorar
las escuelas públicas; y al hacer esto,
mejorar también nuestras comunidades
y lo que resta de nuestras instituciones
democráticas.
La revitalización se basa en las
fortalezas básicas tradicionales del
sindicalismo. Pero reconoce que
nuestro futuro depende de redefinir el
sindicalismo de un modelo estrecho
–enfocado casi exclusivamente en
proteger a los miembros del sindicato– a
una visión más amplia que ve el futuro
de los trabajadores sindicalizados unido
directamente a los intereses de la clase
trabajadora entera y las comunidades,
particularmente las comunidades de
color en las cuales vivimos y trabajamos.
Este es un mar de cambios para
los sindicatos de maestros (y otros
sindicatos también). Pero no es fácil
llevarlo a cabo. Requiere confrontar
actitudes racistas y prácticas pasadas
que han marginalizado a las personas
de color, dentro y fuera del sindicato.
También significa vencer viejos hábitos
y estructuras organizativas estancadas
que ahogan tanto los esfuerzos de
expandir la democracia interna como la
participación de los miembros.
De fortalezas básicas a justicia social
La MTEA forma parte de la Asociación
Nacional de Educación (NEA, por
sus siglas en inglés), la cual tiene una
larga historia de ser administrada por
sus miembros. En algunos locales, los
presidentes electos han sido (y todavía
son) solamente personas figurativas.
Allan West, un miembro de la NEA,
habló de los sindicatos manejados
por sus miembros en un discurso
que pronunció en 1965, ampliamente
conocido. De acuerdo con West, el
director ejecutivo era quien debía ser
el portavoz de la asociación, quien
desarrolla las agendas para el consejo
ejecutivo electo y dirige la mayoría de
los asuntos del sindicato. Esta estructura
de poder fue escrita dentro de nuestra
constitución de sindicatos locales y
tuvo profundas consecuencias. Cuando
un miembro de una organización
en las manos de un pequeño grupo
de líderes electos y/o su personal.
Un modelo organizativo, sin dejar
de proveer servicios a sus miembros,
se enfoca en construir el poder del
sindicato a nivel escolar conjuntamente
con los padres, grupos comunitarios y
otros movimientos sociales.
Los tres componentes del
sindicalismo de justicia social son
como los soportes de un taburete. Los
sindicatos necesitan los tres para su
equilibrio y fortaleza:
JOE BRUSKY/LIGHT BRIGADING ON FLICKR
progresista comunitaria de Milwaukee
fue electo presidente en 1991, por
ejemplo, le tomó seis meses para
obtener la llave de la oficina. Por más de
una década abogamos por un presidente
de tiempo completo con goce de sueldo
como maestro; fue una propuesta que
halló resistencia de la mayoría del
personal profesional.
Mientras tanto, a finales de los
1980 y entrando a los 90, los maestros
activistas de Milwaukee intentaban
conectarse con otros maestros de la
comunidad activistas del sindicato a
través de Rethinking Schools y la recién
formada Coalición de Activistas de la
Educación (NCEA, por sus siglas en
inglés). En 1994, 29 maestros activistas
de la NEA y la Federación Americana
de Maestros (AFT) se reunieron en la
conferencia de la NCEA en Portland,
Oregón, y publicaron una declaración
titulada Social Justice Unionism: A
Working Draft (sindicalismo de justicia
social: un llamado al trabajo. Ver
recuadro en pág. 18).
La sindicalización de la justicia
social es un modelo organizativo
que busca un aumento radical de
la democracia interna del sindicato
y una mayor participación de sus
miembros. Esto contrasta con el modelo
empresarial que depende de que el
personal provea sus servicios, y quita el
poder a los miembros concentrándolo
• N
os organizamos alrededor de
asuntos básicos.
• N
os organizamos alrededor de
asuntos de la enseñanza y el
aprendizaje para retomar nuestra
profesión y nuestros salones de
clase.
• N
os organizamos para lograr
justicia social en nuestra
comunidad y en nuestro plan de
estudios.
Desafortunadamente, muy pocos
sindicatos del sector público en
Wisconsin adoptaron este modelo de
sindicalismo. Mientras tuviéramos un
Otros piensan que ni siquiera existimos,
ya que nuestra identidad ha sido
firmemente entretejida al contrato.
Transformando un sindicato local
Nuestro reto en Milwaukee fue
transformar un sindicato dominado
por un personal que trabajaba con un
modelo empresarial y convertirlo en
algo muy diferente. Este sindicato local
se había enfocado en el cumplimiento
del contrato y en la negociación
colectiva; su personal actuaba como un
agente de seguros que intervenía para
resolver los problemas de los miembros
en vez de ayudarlos a organizarse para
resolver sus propios problemas. Era
como una relación codependiente: los
miembros no tenían que hacer mucho
más que llamar para que les resolvieran
sus problemas y el personal no tenía
que salir a realizar el arduo trabajo de
organizar a sus miembros, excepto por
la movilización durante el tiempo de la
negociación del contrato. Se disminuyó
la importancia de aliarse con las
comunidades y los padres de familia, y
el sindicato actuó como que si su única
responsabilidad fuera la administración
Ahora estamos pagando el precio de definir a
nuestros sindicatos como negociadores encargados
de hacer cumplir el contrato de trabajo.
agency shop y pudiéramos proteger las
compensaciones y beneficios, la mayoría
de los miembros estaba feliz.
Ahora estamos pagando el precio
de definir a nuestros sindicatos como
negociadores encargados de hacer
cumplir el contrato de trabajo. Hoy,
cuando tratamos de añadir miembros,
muchos piensan que los derechos de
negociaciones colectivas han sido
severamente limitados. A menudo
responden “¿para qué debo unirme?”
y asegurar una educación de calidad.
Algunos años antes de ser elegido
presidente de MTEA, nuestro liderazgo
local acordó que los tres pilares del
sindicalismo de justicia social deben
guiar nuestro trabajo. Pero es más fácil
hacer un acuerdo sobre un principio
que cambiar los viejos hábitos y poner
en práctica nuevas ideas.
Cuando entré como presidente
de nuestra oficina sindical, el personal
se resistió a emplear un enfoque
organizativo, liderado por los miembros
RETHINKING SCHOOLS > 15
que me eligieron. Fui excluido de la
mayoría de las reuniones del personal
y solamente vi el boletín del sindicato
después de haber sido impreso. Los 22
miembros elegidos de la junta directiva
estaban divididos. Había una pequeña
mayoría progresista, incluyendo varias
personas que fueron electas al mismo
tiempo que yo. Pocas personas eran
amigas de los miembros anteriores, otros
temían cualquier cambio debido a la
incertidumbre fomentada por la Act 10.
En cuatro meses, otros líderes y
yo iniciamos una campaña para “reimaginar” nuestro sindicato y hacerlo
más democrático y participativo, basado
en la visión del sindicalismo de justicia
social. Los elementos claves de nuestra
campaña “re-imaginar” incluían:
para los asistentes educativos que
“cubrían” los salones de clase.
• C
onstruir la capacidad de
nuestro sindicato de reclamar
nuestra profesión al convertirnos
en la organización educativa
de la ciudad y así, promover
constantemente una enseñanza
de justicia social culturalmente
responsable.
• T
ransformar la dinámica interna
de nuestra organización para
incrementar la participación de
sus miembros y líderes, cambiar
el papel del personal profesional,
ajustar la comunicación
con y entre los miembros, y
estimularlos a liderar nuestro
trabajo.
• C
onstruir relaciones sólidas y
coaliciones con padres de familia,
comunidades y organizaciones
cívicas, no solamente en asuntos
educativos sino también en
asuntos más amplios de la
comunidad.
• Reemplazar las negociaciones
colectivas con acciones colectivas.
Con las negociaciones colectivas
limitadas solamente a los salarios
base, pusimos un mayor énfasis
en organizar a los miembros para
asistir en masa a sus reuniones
de la junta directiva escolar para
presionar individualmente a
los integrantes y para reclutar
Para lograr este propósito, en un
plazo de seis meses los líderes electos
decidieron hacer que dos maestros se
convirtieran en organizadores con goce
de sueldo escolar; tres meses después,
añadimos a dos maestros para dirigir
un departamento de enseñanza y
aprendizaje. Eventualmente también
logramos el mismo beneficio para una
asistente educativa con el fin de que
fungiera como organizadora. Un año
después de mi elección, modificamos
la constitución sindical para trasladar
el poder del personal profesional a los
líderes elegidos. Unos meses después,
negociamos un contrato para poder
invitar a salir del sindicato al personal
Nuestro reto en Milwaukee fue transformar un
sindicato dominado por un personal que trabajaba
con un modelo empresarial y convertirlo en algo muy
diferente.
padres de familia y miembros
de la comunidad para hacer lo
mismo. Una de nuestras victorias
tempranas fue la de asegurar el
pago de cinco dólares por hora
(después de la primera hora)
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profesional que no quisiera adaptarse a
la nueva organización. Todos se fueron
menos uno. Nuestro nuevo personal
se ha comprometido a una visión de
sindicalismo más amplia, con un énfasis
en la organización.
Hicimos todo esto dentro de un
ambiente cada vez más hostil, antitrabajador y anti-escuelas públicas. Los
cortes de presupuesto causaron despidos
sustanciales. Nuestra movilización
masiva de miembros y aliados para
revocar a Walker falló porque el
gobernador gastó siete veces más dinero
que su oponente demócrata y convenció
a una vasta franja de la clase trabajadora
blanca a votar por sus prejuicios, no
por los intereses de su clase. Walker
dijo: “No queremos que Wisconsin se
convierta en otro Milwaukee”.
La justicia social arraigada en
alianzas
La fortaleza del Sindicato de Maestros
de Chicago (CTU, por sus siglas en
inglés) en la huelga de 2012, bajo la
dirección de Karen Lewis, se apoyó
en gran parte en las conexiones de sus
miembros con los padres de familia y
los grupos comunitarios. En otras dos
ciudades (Portland, Oregón, y St. Paul,
Minnesota) los sindicatos propusieron
una visión de “las escuelas que nuestros
niños merecen”, siguiendo el modelo
innovador de un documento del CTU.
Estas movilizaciones de educadores y
comunidades fueron factores claves para
forzar a los distritos escolares locales
a llegar a un acuerdo en los contratos
anteriores a la huelga.
En Milwaukee, nuestro mayor
trabajo de coalición ha sido organizar
Schools and Communities United
(escuelas y comunidades unidas),
una coalición que consta de cerca de
dos docenas de grupos educativos y
no educativos que luchan contra la
privatización de las escuelas y a favor de
mejoras educativas concretas dentro de
las escuelas públicas.
La coalición creció a partir de un
grupo anterior, la Coalition to Stop the
MPS Takeover (coalición para detener
la toma de las escuelas públicas de
Milwaukee), que, con aliados de la junta
BARBARA MINER
escolar y la legislatura estatal, logró
atajar los intentos de la Reforma Escolar
Demócrata de desarticular la directiva
escolar de Milwaukee, cuyos miembros
fueron elegidos democráticamente. Tres
años después de esa lucha, MTEA ayudó
a revivir la coalición con el propósito de
luchar en contra de la propuesta de la
Asociación Metropolitana de Comercios
de Milwaukee de transformar a
Milwaukee en una zona de recuperación
al estilo de Nueva Orleans.
A medida que organizamos
conferencias de prensa, manifestaciones
y días de tratar de influir en las
decisiones políticas, nos dimos cuenta
de que necesitábamos una estructura
más formal y un propósito más amplio.
Queríamos ir más allá de reaccionar,
estar a la defensiva y aparecer solamente
en contra de algo. Después de algunas
sesiones intensivas de planificación, nos
cambiamos de nombre, creamos planes
a corto y largo plazo, y formalizamos
una membresía organizativa.
El desarrollo de un folleto de 32
páginas titulado Fulfill the Promise: The
Schools and Communities Our Children
Deserve (Cumplir con la promesa:
las escuelas y las comunidades que
nuestros niños merecen) fue clave en la
renovación de la coalición. Basado en el
trabajo de la CTU, nuestro documento
aborda asuntos escolares y añade
preocupaciones sobre la comunidad
en general, más allá de la escuela.
Específicamente analizamos el retorno
de “El Nuevo Jim Crow” a Milwaukee.
Los 19 grupos que dieron a conocer
Fulfill the Promise incluyeron a la
NAACP, Voces de la Frontera, Centro
Hispano, ACLU, Congregaciones de la
Ciudad de Milwaukee Aliadas por la
Paz, Padres por las Escuelas Públicas,
Instituto para el Futuro de Wisconsin,
Trabajos para Wisconsin Ahora, La
Juventud Fortalecida en la Lucha de la
organización 9a5 y los locales de la AFT
y NEA. Publicamos el documento y
un resumen de ocho páginas en inglés
y español el 17 de mayo de 2014, el 60
aniversario de la decisión de Brown
vs. la Junta Educativa. Una marcha,
un programa y sesiones de contactos
atrajeron a más de 500 personas y
pusieron a nuestra coalición en el mapa.
Actualmente, los tres comités de la
coalición se enfocan en luchar en contra
de la privatización escolar, promoviendo
las escuelas de la comunidad y
apoyando a legislaciones progresistas.
Somos parte de un movimiento nacional
de escuelas de la comunidad que ve a
las escuelas como centros para el apoyo
social y de la salud, no solamente para
los estudiantes sino también para sus
familias y las comunidades que les
rodean. El modelo busca construir una
conexión escuela-comunidad sólida
y ayudar a fortalecer a los padres de
familia y activistas de la comunidad.
El trabajo de la coalición es difícil.
Todos los participantes tienen otras
prioridades organizativas, lo que hace
que las reuniones y la comunicación
se vuelvan un reto. A medida que
ampliamos la coalición, las diferencias
en estrategias y prioridades emergen.
Este trabajo me recuerdan las palabras
de la activista y cantante Bernice
Johnson Reagon, de Sweet Honey in
the Rock: “Si estás en una coalición y te
sientes cómodo, entonces la coalición no
es suficientemente amplia”.
Las diferencias emergen de varias
maneras. Por ejemplo, a medida que
hemos discutido cómo las escuelas
necesitan mejorar, algunos miembros
de la comunidad piensan que un
énfasis sólido en fonética resolvería los
problemas de la lectura. Otros piensan
que la culpa es de una adherencia rígida
a un programa basado en libros de texto
que ignora la literatura. Una manera
en la que hemos buscado unir estas
perspectivas divergentes es enfocarnos
en aquellas prácticas comprobadas
en las que todos podemos acordar,
como las prácticas apropiadas para el
desarrollo durante la infancia temprana.
En línea con nuestra campaña
de re-imaginación hemos trabajado
muy duro para construir coaliciones
más allá de aquellas que se enfocan en
la educación. Desafortunadamente,
durante años, el trabajo más importante
de la MTEA ha sido con los sindicatos
de bomberos y policía para eliminar
el requisito de residencia en la ciudad.
Esto no le hizo bien a las comunidades
de color que servimos. Por contraste,
en los tres años pasados, MTEA ha
sido un sólido apoyo de Voces de
la Frontera y sus grupos juveniles,
Youth Empowered in the Struggle,
apoyándolos en la defensa de los
derechos de los inmigrantes para
conseguir el pago de matrícula estatal
para estudiantes indocumentados
graduados de la secundaria; asimismo,
ha estado en solidaridad con la huelga
RETHINKING SCHOOLS > 17
Un llamado a los activistas de la educación
E
n agosto de 1994, en un instituto promovido por la National Coalition
of Education Activists (coalición nacional de activistas de la educación),
maestros activistas sindicalizados, afiliados a la NEA y la AFT, presentaron
una declaración: Social Justice Unionism: A Call to Education Activists (el
sindicalismo de justicia social: un llamado a los activistas de la educación).
A continuación se encuentran los componentes principales. La declaración
completa está disponible en rethinkingschools.org/special_reports/union/sjun.
shtml.
El sindicalismo de justicia social retiene lo mejor del sindicalismo
tradicional, toma prestado de lo que se ha llamado “el sindicalismo profesional”
y está comprometido a mantener un concepto más amplio de los intereses de
nuestros miembros y lograr una visión social más profunda. El sindicalismo de
justicia social debe:
1. Defender los derechos de sus miembros mientras luchan por los
derechos y necesidades de las comunidades y estudiantes.
2. Reconocer que los padres de familia y los vecinos de nuestros
estudiantes son aliados clave y construyen alianzas estratégicas con los padres,
sindicatos de trabajo y grupos comunitarios.
3. Involucrar completamente a miembros comunes para manejar el
sindicato e iniciar la discusión amplia sobre cómo deben responder los sindicatos
educativos a las crisis en la educación y la sociedad.
4. Colocar a los maestros y otros que trabajan en los salones de clase al
centro de las agendas escolares reformativas, asegurando que ellos tomen la
iniciativa de estas reformas.
5. Alentar a aquellos que trabajan con niños a utilizar métodos de
instrucción y planes de estudios que promuevan la igualdad de género y raza,
que combatan el racismo y los prejuicios, que promuevan el pensamiento crítico
acerca de los problemas de nuestra sociedad y que fomenten una ciudadanía
activa, reflexiva, que se comprometa a una democracia real con justicia
económica y social.
6. Abogar con consistencia por una reconstrucción total de la educación
estadounidense.
7. Educar y movilizar agresivamente a sus miembros para luchar por la
justicia social en todas las áreas de nuestra sociedad.
de trabajadores inmigrantes de Pizza
Palermo. Hemos apoyado una variedad
de asuntos comunitarios, incluyendo
el aumento del salario mínimo, el pago
de días de enfermedad; hemos buscado
expandir la cobertura del seguro de
salud, los derechos de los votantes, la
reforma de encarcelamiento y luchamos
por detener las prácticas de contratación
injustas en un gran proyecto federal
de viviendas. Nuestro apoyo va
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desde el económico, organización de
manifestaciones y conferencias de
prensa, hasta las protestas con pancartas
y el trabajo electoral.
Aunque el trabajo de la coalición
es esencial para construir una confianza
mutua y crear movimientos sociales
sustentables, su éxito depende de
nuestra capacidad de involucrar
a un mayor número de miembros
del sindicato y de la comunidad en
actividades de la coalición que afecta
directamente sus vidas.
Recuperación de nuestra profesión
Otro camino importante para revitalizar
el movimiento sindical de los maestros
es organizar a nuestros miembros para
que sean líderes en todos los asuntos
educativos de K-12. Aunque algunas
oficinas sindicales ya han tomado los
complejos asuntos de las evaluaciones
de maestros a través de la ayuda de
colegas y revisión de los programas, eso
es solo el comienzo.
Para nosotros esto significa
asegurarnos de que disponemos de
orientación y asesoría de alta calidad para
los nuevos maestros. También significa
trabajar para mantener el nivel de calidad
de los programas de evaluación y asesoría
de maestros que existían en nuestro
contrato antes de la Act 10. Siempre le
digo a los miembros del sindicato que
si hay un salón al final del pasillo o una
escuela al final de la calle donde no
enviarían a sus hijos, entonces queda
mucho trabajo por hacer.
En el pasado, a menudo los
activistas de los sindicatos ignoraban
los asuntos relativos al plan de estudios,
relegándolos a la administración.
Hemos fallado en asegurarnos que
los maestros que están activos en
los salones de clase, estén también
involucrados en las innovaciones e
iniciativas educativas. Necesitamos
convertirnos en las organizaciones “de
cabecera” de nuestras comunidades en
asuntos que van desde el desarrollo de
los maestros hasta la educación antiracista y la calidad de la evaluaciones.
Esto ha requerido un cambio en
algunas de las prioridades de la MTEA
y un reajuste de los recursos. Nuestros
dos directores de tiempo completo, de
enseñanza y aprendizaje, juegan un
papel muy importante en este trabajo.
Después de haberme convertido en
presidente propuse que hiciéramos
una organización sin fines de lucro,
el Milwaukee Center for Teaching,
Learning and Public Education (centro
de enseñanza, aprendizaje y educación
pública de Milwaukee). Este centro
enfoca la mayoría de su atención en
la enseñanza y el aprendizaje, pero
también promueve la educación
pública entre los padres de familia y
la comunidad. Además cuenta con un
programa de campaña en pro de la
educación pública, financiado por el
distrito escolar, que recorre casa por
casa y anima a los padres a que envíen
a sus hijos a las Escuelas Públicas de
Milwaukee (MPS, por sus siglas en
inglés).
Nuestro trabajo de enseñanza y
aprendizaje se ha enfocado en reclamar
nuestra profesión, primariamente de
estas maneras:
1.Proveyendo desarrollo
profesional y servicios a
nuestros miembros.
2.Abogando y organizándonos
alrededor de demandas
específicas para recuperar
nuestros salones y profesiones.
3.Asociándonos con la
administración de la MPS
a través de convenios de
administración y gerencia para
asegurarnos el mayor éxito de
las iniciativas y prácticas del
distrito.
Durante años, muchos miembros
asistían a nuestra oficina (si es que
sabían dónde encontrarla) si tenían
problemas o dudas acerca de su seguro o
retiro. Sólo algunos miembros dispersos
asistían a las reuniones del comité.
Ahora nuestras oficinas se desbordan
de personas que asisten a múltiples
reuniones de comités, entrenamientos
y capacitaciones, círculos de lectura
(para créditos universitarios) y
sesiones individuales de ayuda para
el plan de desarrollo profesional o su
licencia para enseñar. Recientemente,
cuando el distrito falló al no ofrecer
un entrenamiento de calidad sobre
los objetivos de aprendizaje de los
estudiantes, que era requeridos por
el estado en su sistema obligatorio de
evaluación de maestros, ofrecimos
talleres que contaron con hasta 150
maestros cada uno. Tuvimos que abrir
talleres adicionales cuando se corrió
la voz. Y más maestros se afiliaron
porque nuestros servicios de enseñanza
y aprendizaje estaban disponibles sólo
para miembros del sindicato.
Otro ejemplo de nuestro éxito
en el rescate de nuestra profesión es
en el área de educación temprana, en
la cual nuestros maestros han estado
muy activos. Hemos trabajado con
nuestros aliados de la junta escolar y en
la comunidad, hemos usado la acción
BARBARA MINER
colectiva en las reuniones de la junta,
además de nuestras conexiones con
padres y asociaciones universitarias,
para convencer a la administración de
la MPS, y a la junta directiva completa
para requerir 45 minutos de juegos,
sin interrupción, en los salones de
estudiantes de 4 y 5 años. También
hemos conseguido un inicio escalonado
para todos los estudiantes de kínder: un
tercio de cada clase asiste en tres días
diferentes al comienzo del año escolar
para que los maestros, estudiantes y
padres puedan conectarse de mejor
manera desde el primer día.
Nuestro comité bilingüe y de
aprendizaje del inglés, que tiene
sus reuniones en el corazón de la
comunidad latina, incluye maestros,
activistas comunitarios y padres
de familia. Hemos trabajado sobre
una amplia gama de asuntos y
movilizaciones, incluyendo el convencer
a la junta directiva de expandir los
programas de educación bilingüe a lo
largo del distrito.
A nivel escolar, los activistas del
sindicato han trabajado con los padres
en dos áreas claves: una campaña de
apoyo a los candidatos pro-educación
y la organización para eliminar a
directores ineficientes.
Pero falta mucho por hacer, y
a veces pareciera que se ha perdido
la batalla. Cada año se les quita más
tiempo de planificación y enseñanza a
los maestros con las nuevas iniciativas
y mandatos, muchos de ellos están
ligados a la tecnología, evaluaciones y
estándares. Los nuevos maestros están
aprendiendo a definir la enseñanza
como recolección de datos y más
recolección de datos. La pesada carga
de trabajo, impuesta en todos los
maestros, disminuye el tiempo y la
energía que ellos podrían dedicar siendo
activistas del sindicato. Con la plétora
de mandatos federales y estatales, y la
obsesión por recolectar datos que tiene
nuestra cultura, aún las juntas directivas
y directores mejor intencionados se
RETHINKING SCHOOLS > 19
resisten a promover políticas que
apoyan a la enseñanza.
Es muy claro que lo que se necesita
es un movimiento nacional dirigido por
activistas a nivel local, estatal y nacional
nuestros miembros, mayor será su
capacidad y disposición de permanecer
activos en las campañas políticas.
Con ese propósito hemos
presentado talleres y otras actividades.
Otro camino importante para revitalizar el movimiento
sindical de los maestros es organizar a nuestros
miembros para que sean líderes en todos los asuntos
educativos de K-12.
dentro de la AFT y la NEA –aliados
con grupos de padres, estudiantes y
miembros de la comunidad– para
reclamar nuestros salones y nuestra
profesión.
Promoción de la enseñanza de la
justicia social
Un aspecto clave, pero poco
mencionado en el sindicalismo
de justicia social, es promover el
contenido de justicia social en nuestro
plan de estudios. Necesitamos luchar
por un plan de estudios anti-racista,
pro-justicia, que prepare a nuestros
estudiantes para los retos cívicos y
ecológicos del futuro.
Es importante que los sindicatos de
maestros promuevan la justicia social
en los salones de clase por dos razones
principales: primero, porque enseña a
los estudiantes, futuros miembros de
la sociedad, a ser participantes activos
y críticos de la sociedad; segundo,
porque educa a los maestros. Muchos
maestros no conocen la historia real de
las personas de nuestra nación, y esto
incluye la historia del trabajo. Muchos
años atrás, entrevisté al historiador
Howard Zinn, quien dijo: “Los maestros
no solamente necesitan ser sindicalistas
sólidos, sino también deben ser
maestros del sindicalismo”. Mientras
mayores éxitos tengamos, promoviendo
la enseñanza de la justicia social entre
20 > WINTER 2014–15
Por ejemplo, nuestro círculo literario
ha leído el libro de Lisa Delpit,
Multiplication Is for White People (la
multiplicación es para las personas
blancas). Los maestros consejeros del
grupo Youth Empowered in the Struggle
(juventud fortalecida por la lucha)
participaron en un taller donde hicieron
una representación sobre la frontera de
México y Estados Unidos.
Promover la enseñanza de la justicia
social incluye organizarse en contra
de lo que es opuesto a ella: políticas
y estándares de un plan de estudios
reaccionario propuesto por las juntas
escolares, los comités de adopción de
libros de texto estatales, los programa
de bonos escolares y las escuelas charter
privadas.
Un reto final
Necesitamos proceder con cautela en
nuestras críticas públicas y organizarnos
alrededor de las políticas del distrito
escolar; sobre todo por el dominio
de republicanos conservadores en la
legislatura de Wisconsin, que esperan
utilizar cualquier debilidad real o
percibida en las escuelas públicas
como una excusa para acelerar la
privatización de las escuelas.
Por un lado, necesitamos luchar
para mejorar nuestras escuelas públicas
al organizar a nuestros miembros y
aliados para manifestarse en contra de
una variedad de problemas, incluyendo
las iniciativas mal preparadas, los
salones con alto numero de estudiantes;
la carencia de clases de música,
arte, educación física, consejeros
y bibliotecarias; plan de estudios
restringidos y directores sin escrúpulos.
Por otro lado, el oponerse podría
resultar a favor de los privatizadores que
buscan expandir las escuelas privadas
con fondos estatales, a través del
programa de bonos escolares con fondos
públicos más grande de la nación.
Este dilema nos obliga a considerar
cuidadosamente nuestro enfoque a
nivel de distrito. Usamos una variedad
de tácticas, incluyendo la participación
en los comités de supervisión y trabajo,
hacer campañas con la junta escolar y
equilibrar las movilizaciones en masa
con la amenaza de más movilizaciones.
Al final reconocemos que un elemento
clave para luchar en contra de la
privatización es mejorar nuestras
escuelas públicas.
Un movimiento social para la justicia
social
Y esto es algo muy difícil de cara a la
tormenta corporativa que ha envuelto
mucho de la educación pública a lo
largo de las décadas. Pero, así como
estoy asombrado por la resistencia de
algunos de mis estudiantes que han sido
asediados, también estoy esperanzado
por el aumento de maestros, estudiantes
y activistas de la comunidad que se han
organizado para la justicia educativa.
Miembros de nuestro sindicato y
un número en aumento de líderes
sindicales reconocen la necesidad de
encontrar nuevas maneras de luchar
contra los ataques a las escuelas
públicas y a nuestra profesión. Además
del trabajo en Milwaukee, Chicago,
Portland y St. Paul, los comités de
miembros y líderes locales han visto un
mayor éxito al movilizar los sindicatos
hacia una postura de justicia social.
En Los Ángeles, el grupo activista
Union Power (poder del sindicato)
ganó el liderazgo de United Teachers
Los Angeles (maestros unidos de Los
Ángeles), el segundo grupo local más
grande del país. La sección Union
Power, encabezada por Alex CaputoPearl, tiene una visión organizativa para
su sindicato. Ellos han trabajado con los
padres de familia para luchar en contra
de los cortes escolares y reconocer
la importancia de las alianzas entre
maestros y la comunidad.
En Massachusetts, Barbara
Madeloni, una líder del boicot de la
Universidad de Massachusetts Ed/
TPA (ver Stanford/Pearson Test for New
Teachers Draws Fire. Invierno 2012-13.
El examen para maestros Stanford/
Pearson atrae ataques), fue electa
presidenta de la Asociación de Maestros
de Massachusetts el pasado mes de
mayo. Ella lanzó su candidatura con la
organización Educators for a Democratic
Union (educadores por un sindicato
democrático) y promete movilizar a los
maestros en la lucha contra las pruebas
estandarizadas.
A nivel nacional, el sentimiento y
las acciones de los miembros asistentes
a las convenciones de la AFT y la NEA
están más enfocadas en construir la
capacidad interna de sus organizaciones
en alianza con otros grupos para
luchar en contra de los reformadores
corporativos, la obsesión por los
exámenes y la privatización. El “Día
Nacional de Acción” de la recientemente
formada Alliance to Reclaim Our
Schools (alianza para recuperar nuestras
escuelas) ha alentado a los sindicatos
locales para que construyan coaliciones
comunitarias y tomen un enfoque
activista para luchar en contra de la
privatización y promover mejoras
basadas en la educación pública.
¿Será suficiente? ¿Serán los
sindicatos capaces de transformarse para
ir más allá de sus limitaciones previas,
reclamar nuestra profesión y participar
en un movimiento de justicia social
más amplio? ¿Podrán los liderazgos de
las organizaciones y los sindicatos más
progresistas convencer a los miembros
recalcitrantes y al personal profesional
atorado en un pasado insostenible?
Estas son las preguntas que los
activistas responderán en los próximos
años a medida que nos organicemos
para la justicia social en nuestros salones
de clase, nuestras escuelas, nuestros
sindicatos y nuestras comunidades. n
RETHINKING SCHOOLS > 21