gestión de la demanda de transporte
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GESTIÓN DE LA DEMANDA DE TRANSPORTE: OPORTUNIDADES PARA MITIGAR SUS EXTERNALIDADES Y LAS DE LOS VEHICULOS AUTOMOTORES EN AMÉRICA LATINA PÁGINA INTENCIONALMENTE EN BLANCO p. 2 GESTIÓN DE LA DEMANDA DE TRANSPORTE: Oportunidades para mitigar la contaminación del aire y mejorar la calidad de vida en América Latina Documento de discusión EDICION: Clean Air Institute Los hallazgos, interpretaciones y conclusiones expresadas en este documento están basados en información recopilada por el Clean Air Institute (CAI) y sus consultores, socios y otros participantes a partir de las fuentes indicadas. COMITÉ EDITORIAL: Sergio Sanchez Director Ejecutivo Liz Vargas Especialista en Transporte Sustentable Juliana Klakamp Especialista en Calidad de Aire y Cambio Climático Disponible en línea a través de: http:www.cleanairinstitute.org Para mayor información: Info@cleanairinstitute.org The Clean Air Institute 1100 H Street N.W. Suite 800 Washington D.C. 20005, USA Reconocimientos Edición Consultor CarlosFelipe Pardo Esta edición incorpora la valiosa contribución de Michael Kodransky (Institute for Transportation and Development Policy - ITDP) quien nos apoyó con la elaboración del capítulo de Políticas de estacionamientos en América Latina. Esta edición incorpora también las importantes observaciones de Gerhard Menckhoff, Juan Merallo, Elisabeth Goller, Shomik Mehndiratta y Manfred Breithaupt. El Clean Air Institute agradece al Fondo del Medio Ambiente Mundial (GEF por sus siglas en inglés), al Fondo Español para América Latina y el Caribe y al Banco Mundial por su generoso apoyo financiero para la realización de este trabajo así como para las actividades relacionadas con su concepción y preparación. El Clean Air Institute agradece las contribuciones de todas aquellas organizaciones e individuos que participan en el Programa de Transporte Sustentable y Calidad del Aire. En particular, quisiéramos dar las gracias a todos aquellos que han aportado información relevante para este documento, tanto en eventos como la Conferencia de Transporte y Calidad del Aire llevada a cabo en Rosario, Argentina como en múltiples oportunidades formales e informales. EE. UU. Washington D.C Julio 10, 2012 p. 3 Contenido 1 INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 9 2 CAUSAS DE LA MOTORIZACIÓN QUE JUSTIFICAN LA GESTIÓN DE LA DEMANDA 12 2.1 MOTORIZACIÓN....................................................................................................................... 12 2.2 FACTORES PRINCIPALES QUE PROPICIAN LA MOTORIZACIÓN ............................................... 13 2.2.1 Subsidios a combustible ........................................................................................................... 13 2.2.2 Políticas de estacionamiento .................................................................................................... 17 2.2.3 Aranceles, impuestos y otros incentivos fiscales y financieros .................................................... 18 2.2.4 Desarrollo indiscriminado de infraestructura destinada al vehículo particular ......................... 18 2.3 MARCO PARA LA GESTIÓN DE LA DEMANDA ......................................................................... 19 3 INSTRUMENTOS DE LA GESTIÓN DE LA DEMANDA..................................................26 3.1 EMPUJAR Y JALAR: LA ESENCIA DE LA GESTIÓN DE LA DEMANDA .......................................... 26 3.2 INSTRUMENTOS DE LA GESTIÓN DE LA DEMANDA ................................................................ 26 3.2.1 Política de combustibles ........................................................................................................... 26 3.2.2 Cobros a la propiedad de vehículos .......................................................................................... 29 3.2.3 Limitación de registro vehicular ............................................................................................... 30 3.2.4 Cobros por uso de las vías y Peaje urbano ................................................................................ 32 3.2.5 Instrumentos financieros asociados a los procesos de desarrollo urbano sostenible ..................... 40 3.2.6 Política de estacionamientos en América Latina...................................................................... 41 3.2.7 Restricciones regulatorias ......................................................................................................... 45 3.2.8 Pago según distancia................................................................................................................ 50 3.2.9 Instrumentos ambientales /de emisiones .................................................................................. 52 3.2.10 Esquemas empresariales........................................................................................................... 53 3.3 COMPLEMENTOS IMPRESCINDIBLES (JALAR) ........................................................................... 54 3.3.1 Subsidios cruzados ................................................................................................................... 54 3.3.2 Política general coherente con la gestión de la demanda ........................................................... 54 3.3.3 Transporte no motorizado ........................................................................................................ 55 3.3.4 Transporte público ................................................................................................................... 56 3.3.5 Regulación y gestión de la demanda para motocicletas............................................................. 56 4 CRÍTICAS A LA GESTIÓN DE LA DEMANDA .................................................................58 4.1 INEQUIDAD .............................................................................................................................. 58 4.2 PAGO POR IMPUESTOS YA PAGADOS ....................................................................................... 58 4.3 ¨ANTES SE DEBE GENERAR MEJOR TRANSPORTE PÚBLICO¨ .................................................. 58 5 IDENTIFICACIÓN Y EVALUACIÓN DE BENEFICIOS ...................................................60 6 CONCLUSIÓN ....................................................................................................................63 7 BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................................65 8 ANEXO 1. CONSECUENCIAS DE LA MOTORIZACIÓN ................................................71 8.1 CONGESTIÓN VIAL .................................................................................................................. 71 8.2 ACCIDENTES ............................................................................................................................ 74 8.3 EMISIONES DE GASES DE EFECTO INVERNADERO ................................................................. 74 8.4 CONTAMINACIÓN DEL AIRE ................................................................................................... 74 p. 4 ACERCA DEL CLEAN AIR INSTITUTE El Clean Air Institute (CAI) es una organización independiente sin fines de lucro, creada en 2006 con el fin de cerrar las brechas de capacidad técnicas existentes en los gobiernos nacionales y locales que buscan soluciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes atmosféricos, facilitando y posibilitando esfuerzos para responder eficientemente ante los retos presentados por el cambio climático, contaminación atmosférica y sostenibilidad urbana. Para cumplir esta misión, el CAI: Proporciona asistencia en el desarrollo de estrategias y políticas conjuntamente con acceso a conocimiento y experiencias de punta; Fomenta asociaciones, coordinación y sinergias entre proyectos; Canaliza información y asistencia técnica; Abre puertas para oportunidades de financiamiento. El CAI recibe la mayor parte de los fondos para el Programa de Transporte Sustentable y Calidad del Aire del Fondo Global Ambiental (GEF) administrado por el Banco Mundial. Otras organizaciones respaldan otros proyectos y programas importantes. La evaluación del Sistema Integrado de Transporte de Bogotá utilizando la metodología de Estrategias Ambientales Integradas se realizó con fondos del Banco Inter Americano de Desarrollo, y la Conferencia Regional de Transporte Sostenible se llevó a cabo con el respaldo del Banco Mundial, el Fondo Español para América Latina y el Caribe y apoyo en especie del Gobierno de Rosario (Argentina). El CAI ha trabajado de forma cercana con los gobiernos locales de once ciudades en Argentina, Brasil y México, así como de manera regional para facilitar la aplicación de intervenciones de transporte sustentable en América Latina y el Caribe. El CAI ha asistido a los gobiernos a optimizar el uso de préstamos y donaciones y escalar estos recursos, proveído asistencia técnica y entrenamiento, y auxiliado a mejorar la legislación y regulaciones para facilitar soluciones de transporte sostenibles. La Mesa Directiva de CAI consiste de líderes en temas ambientales y manejo de recursos naturales como son el Dr. Mario Molina, ganador del Premio Nobel en 1995, Dr. Alan Lloyd, anterior Secretario de Medio Ambiente del Estado de California, y Lic. Richard Ayres, fundador del Consejo en Defensa de los Recursos Naturales. El CAI cuenta actualmente con oficinas y personal en Washington, DC y la Ciudad de México, así como una red de expertos en todo el mundo. Todos los productos preparados por CAI son diseminados a través de su sitio web (www.cleanairinstitute.org), reportes impresos, boletín informativo, y otras publicaciones, conferencias, y presentaciones ante órganos de gubernamentales. p. 5 Resumen Introducción Entre los grandes desafíos del transporte urbano en América Latina se destaca el acelerado aumento de la motorización. La motorización se define como la cantidad de automóviles por cada mil habitantes. Ésta aumentó en América Central y del Sur de 133.6 a 169.7 de 1999 a 2009 debido al incremento del PIB per cápita. Aunque se han utilizado instrumentos para hacer frente este fenómeno, aún hace falta aplicar estrategias que permitan hacer un uso más eficiente de los recursos de transporte, reducir el uso de los automóviles, mejorar las condiciones ambientales y disminuir otras externalidades negativas. Los factores principales que causan la motorización y el excesivo uso de los automóviles incluyen el aumento en el PIB per cápita, los subsidios a la gasolina y el diesel, la carencia de políticas de estacionamiento que eviten la afluencia de vehículos a zonas congestionadas, diversos incentivos fiscales y financieros y el desarrollo indiscriminado de infraestructura destinada al vehículo particular. Con frecuencia, los presupuestos destinados a la este tipo de infraestructura son superiores a los que se destina a otros sectores cruciales de la economía, como la educación, la salud y la mejora del transporte público. Entre otras, las consecuencias de ésta motorización son: congestión vial, consumo de combustibles fósiles, accidentes de tránsito, problemas de salud, contaminación del aire, gases de efecto invernadero y ruido ambiental. En América Latina y el Caribe la circulación vehicular consume aproximadamente 3.5% del PIB, sin considerar los viajes opcionales del fin de semana; Adicionalmente, al valor social con-sumido en los viajes, el cual equivale a otro 3% del PIB. Además, América Latina y el Caribe tienen la mayor tasa de fatalidad per cápita por accidentes viales con 26 por cada 100,000 habitantes, mientras que en países como Suecia y Holanda ocurren 5 muertes por cada 100,000 habitantes. El sector transporte a nivel mundial representa un 23% de las emisiones de CO2 generadas por la quema de combustibles fósiles, mientras que en América Latina representa en promedio un 40%. En América Latina es fundamental generar opciones de gestión de la demanda. Esto no solamente es importante en términos del potencial de reducción de gases efecto invernadero, congestión y accidentes, que tiene esta medida, sino que el momento es el más propicio cuando todavía la motorización es relativamente baja. Instrumentos Las estrategias para la gestión de la demanda de transporte se basan en los principios fundamentales: La movilidad es un medio para facilitar el acceso de las personas a sus actividades y los bienes y servicios que necesitan, y no un fin en sí mismo. Los modos más eficientes, (como caminar, andar en bicicleta, utilizar el transporte público, compartir el auto o el trabajo a distancia), deben tener prioridad espacial y de financiamiento. Los usuarios de transporte motorizado deben compensar los costos que imponen a otros y al ambiente, ayudando a reducir las externalidades. Los principales instrumentos utilizados para administrar la demanda incluyen: ✤ Eliminación de los subsidios para continuar con una política de cobros adicionales al precio del combustible, aprovechando los recursos liberados o generados para proteger la salud y mejorar el transporte público. p. 6 ✤ Incorporación de externalidades del uso del automóvil a través de impuestos a su posesión y uso. ✤ La limitación de registro vehicular, con la posibilidad de aplicar sistemas de subasta para obtener una placa de vehículo, como en el caso de Shanghai, o como en Beijing donde se proporcionan aleatoriamente un número máximo de permisos para comprar un auto-móvil por año. ✤ El cobro por uso de las vías terrestres para dirigir el costo de estas a los usuarios adecua-dos y el peaje urbano en el cual los automovilistas pagan por la utilización de las vías congestionadas durante horas determinadas. Los ingresos generados se re-invierten en la mejora de servicios de transporte público, semaforización, acceso peatonal o mediante bicicletas y mejoras del paisaje en las calles. ✤La aplicación de instrumentos financieros asociados a los procesos de desarrollo urbano sostenible que induzcan a las personas a vivir cerca de sus centros de trabajo y/o a lo largo de los corredores de transporte. ✤ La implementación de políticas de estacionamientos adecuada para América Latina que racionalicen el uso de los espacios de parqueo y mejoren la eficiencia del recaudo de los ingresos correspondientes. ✤ La aplicación de restricciones reglamentarias con esquemas que combinen, por ejemplo, la restricción de placas con un cobro por el uso de vías. ✤ El pago según distancia en el cual el usuario paga impuestos dependiendo de los kilómetros recorridos (medidos con un GPS y otras tecnologías). ✤ Las multas y bonificaciones dependiendo de los niveles de emisiones del vehículo o limitan-do la circulación de automóviles con muy altas emisiones en algunos sectores de la ciudad. Este instrumento se enfoca en el medio ambiente. ✤ El diseño de esquemas empresariales, como facilidades e incentivos para el uso de bicicleta o programas de reducción de viajes al trabajo. Estos tipos de instrumentos han sido probados en distintas ciudades y son mostradas en el documento como casos de estudio. Los efectos de estos instrumentos dependen de las variables intrínsecas de cada ciudad, como leyes, costumbres, opciones de transporte, etc.). Análisis y Resultados Las políticas de estacionamiento tienen potencial de implementación y son la forma más viable y de corto plazo para implementar gestión de la demanda. Sus costos de implementación son nulos y su potencial de generación de ingresos es significativo aun cuando se requiera vencer inercias para su aprobación. Las soluciones de gestión de la demanda superan a las convencionales, debido a que éstas se enfocan a problemas independientes y no atacan el problema en su conjunto. Por ejemplo, la expansión de la infraestructura se con-centra en la congestión. El incremento de capacidad de estacionamiento soluciona el limitado espacio para estacionarse. Los automóviles a prueba de choques previenen las muertes por accidentes. Los sistemas de control de emisiones atacan la contaminación. Sin embargo, las estrategias de gestión de la demanda como el peaje urbano, la gestión de estacionamientos y los pagos por emisiones proveen soluciones integrada para la congestión, accidentes, estacionamiento limitado y contaminación. Conclusión La gestión de la demanda comprende un con-junto de políticas que pueden ser implementa-das en el corto plazo y que generan efectos tanto a corto como a mediano y largo plazo en la movilidad de una ciudad, particularmente en la reducción de la congestión y las externalidades tales como los p. 7 contaminantes del aire, los gases de efecto invernadero, la ineficiencia del sistema vial, las enfermedades, entre otros. En América Latina es el momento para imple-mentar estas medidas antes de que la motorización alcance niveles inmanejables. Para ello es necesario concientizar a la ciudadanía mediante información acerca de las opciones de gestión de la demanda y sus grandes beneficios. p. 8 1 Introducción Más de 110 millones de automóviles y motocicletas circulan hoy en día en las zonas urbanas de América Latina y el Caribe (CEPAL, 2007). El número de vehículos automotores está creciendo a un ritmo sin precedente, al igual que la intensidad con la que se usan. Este fenómeno es el resultado de la combinación de diversos factores entre los que destacan: El aumento en los niveles de ingreso per cápita registrado en la región durante los últimos años. Un mayor acceso a facilidades de financiamiento para la compra de vehículos, Disponibilidad de combustibles subsidiados, viajes más largos vinculados con la expansión urbana, deficiencias en los sistemas de transporte público. En algunos países, la importación de grandes volúmenes de vehículos automotores usados desde otras regiones. Una cultura que privilegia al automóvil como símbolo de estatus que representa gran poder adquisitivo. Este aumento en la cantidad y uso de vehículos automotores está ocasionando un acelerado aumento de impactos negativos tales como: consumo de combustibles fósiles, niveles de contaminación del aire, emisiones de gases de efecto invernadero, niveles de ruido ambiental, congestión vial y accidentes de tránsito. En el anexo 1. Se presenta una revisión general de dicho impactos. A su vez, dichos impactos causan severos daños al ambiente, la sociedad y la economía, incluyendo: aumento en las tasas de mortalidad prematura y morbilidad, pérdidas de productividad, disminución de la competitividad, inhibición del turismo, disminución de la calidad de vida de la población, altos costos en consumo de combustibles y riesgos a la seguridad energética, entre otras. p. 9 Con la esperanza de aliviar la congestión vial y tratar de acomodar el creciente número de vehículos automotores, los gobiernos destinan cuantiosos recursos a la construcción de ejes viales, ampliación de calles y avenidas, pasos a desnivel, segundos pisos y construcción de nuevas vías. En múltiples ocasiones, el espacio para acomodar la nueva infraestructura no existe o es muy limitado. Cuadro 1. Algunos impactos de los vehículos automotores en América Latina La flota vehicular de México era de alrededor de 24 millones en el 2008. En el 2030, podrían alcanzarse los 70 millones de vehículos, en caso de continuar la tasa de motorización del 5.1%. El auto privado representa el 80% de los vehículos en circulación (ver tabla 2) pero solamente el 20% de los viajes (World Bank, 2010). De mantenerse esta tendencia, las emisiones de GEI pasarían de 170 MtCO2e en el 2008 a más de 440 MtCO2e en el 2030. (Regional Scenarios - CAI). La contaminación del aire urbano le cuesta a México y Perú alrededor del 2% de su respectivo PIB anual, respectivamente (World Bank, 2007). El valor estimado de las pérdidas económicas relacionadas con accidentes viales en Colombia asciende a 2% del PIB anual (BID, 2010). En Sao Pablo, los costos por congestión ocasionan una pérdida de 10% del PIB (The Economist, 2011). El parque automotor del país de México se triplicó casi en una década, incrementándose de 8,3 millones de vehículos en 1996 a 21,5 millones de vehículos en 2006 (Johnson, 2009) México importó 1.3 millones de vehículos de Estados Unidos en 2005. Estos vehículos son de bajo rendimiento y son altos emisores de contaminantes del aire (CO, NOX, SOX, y partículas). (Johnson, 2009) La brecha entre los más ricos y pobres debido a los transportes motorizados persiste en ciudades como Montevideo, Buenos Aires y la ciudad de México que sufren de estas diferencias (Fay, 2005). Frecuentemente, las ciudades carecen de los fondos para el desarrollo de nueva infraestructura vial y para financiarla se endeudan o distraen fondos destinados a atender otras necesidades urgentes, tales como la protección a la salud y la mejora del transporte público. Peor aún, el incremento indiscriminado de la capacidad vial induce en el mediano y largo plazo a un uso de los vehículos automotores. Ante este panorama, las políticas e instrumentos de la Gestión de la Demanda de Transporte (que denominaremos Gestión de la Demanda a lo largo de este documento) constituyen una valiosa alternativa para lograr un uso más eficiente de la infraestructura y servicios de transporte. El objetivo principal de la gestión de la demanda es brindar incentivar a los individuos para: Preferir modos de transporte público Evitar y racionalizar el uso del automóvil particular Hacer viajes fuera de la hora pico Evitar zonas congestionadas Encontrar modos alternativos de lograr el objetivo de los viajes (por ejemplo caminando, en bicicleta o vía internet) Estas estrategias se basan en los siguientes principios fundamentales: La movilidad es un medio para facilitar el acceso de las personas a sus actividades y los bienes y servicios que necesitan, y no un fin en sí mismo. p. 10 Los modos más eficientes (tales como caminar, andar en bicicleta, utilizar el transporte público, compartir el auto o el trabajo a distancia) deben tener prioridad espacial y de financiamiento. Los usuarios de transporte motorizado deben compensar los costos que imponen a otros y al ambiente, ayudando a reducir las externalidades negativas. Como se expone a lo largo de este documento, la gestión de la demanda complementa y/o amplía el alcance de otras estrategias de transporte urbano sustentable, tales como la mejora de transporte público, el transporte no motorizado, la gestión integrada del uso del suelo y el transporte, la gestión del transporte de carga y el despliegue de tecnologías y fuentes de energía limpias y eficientes. En algunos casos, las estrategias de gestión de la demanda pueden conllevar a ahorros económicos o bien a la generación de ingresos, los cuales podrían destinarse a la mejora del transporte urbano. Asimismo, generan beneficios a la salud y en el largo plazo también pueden conllevar a la generación de efectos positivos sobre el desarrollo espacial del uso del suelo, además de promover el ahorro de energía y el desarrollo de alternativas de transporte de alta calidad. Más allá, la gestión de la demanda contribuye a dar respuesta a una creciente masa crítica de habitantes urbanos que aspiran a vivir en comunidades saludables, con opciones de transporte urbano accesibles, eficientes, seguras y limpias. El propósito de este documento es ayudar a quienes toman decisiones en el sector público y privado, a los planificadores e implementadores de las políticas, a las organizaciones de la sociedad civil y otros actores clave, a identificar políticas, medidas, instrumentos y recursos que promuevan un uso más eficiente de los recursos de transporte. El documento está dividido en 4 secciones, comenzando por esta introducción. La segunda sección describe los principales factores que determinan el crecimiento de la posesión y uso de la flota vehicular. La tercera sección presenta un marco de referencia general para contextualizar e identificar políticas e instrumentos de la gestión de la demanda. La cuarta trata acerca de los instrumentos utilizados en distintas ciudades, las buenas prácticas y las lecciones que se deben tomar en cuenta para gestionar la demanda. La quinta sección trata sobre las críticas a la gestión de la demanda. Finalmente en la sexta sección se identifican y evalúan los beneficios de los diferentes instrumentos. p. 11 2 2.1 Causas de la motorización que justifican la gestión de la demanda Motorización Con un desfase en el tiempo, el crecimiento del parque vehicular en los países de América Latina está siguiendo un comportamiento similar al de los países desarrollados. En estos países después de un crecimiento inicial relativamente lento siguió un período de aumento acelerado hasta que la mayoría de la población contaba con automóvil y entonces la expansión se redujo hasta estabilizarse. Figura 1. Comportamiento histórico de la motorización de México y Brasil en comparación con otros países. Los países y ciudades de América Latina están pasando por etapas de despegue y/o alto crecimiento vehicular. Por ejemplo, la figura 1 compara el crecimiento histórico y proyectado del parque vehicular en Brasil y México con la trayectoria observada en países asiáticos, europeos y los Estados Unidos. La figura 2 muestra los índices de motorización alcanzados en diversas ciudades de América Latina. En toda la región existe un fuerte ímpetu en el crecimiento de las ventas de vehículos (ALADDI, 2011). Brasil, Colombia y Perú son los países de mayor crecimiento en motocicletas (Montezuma, 2011). Figura 2. Niveles de motorización en ciudades de América Latina. 350 Vehículos/mil habitantes De seguir las tendencias, el número de vehículos habrá de seguir aumentando en los países de la región en la medida que crezca la población y su poder de ingreso1 y prevalezcan las condiciones que propician la posesión y uso intensivo de automóviles, algunas de las cuales serán mencionadas más adelante. 300 250 Automóviles/mil hab Motos/mil hab 200 150 100 50 0 1 Históricamente, el comportamiento de las ventas de automóviles ha estado relacionado con el Producto Interno Bruto per cápita. p. 12 Estas noticias pueden verse como un vaso medio lleno o medio vacío. Una posición pesimista diría que la región está entrando en una inexorable explosión de su parque vehicular, su uso y sus externalidades (tales como un empeoramiento de su congestión) y que faltan muchos años para encontrar soluciones. De otra parte, este documento respalda una posición más optimista donde se ve la situación actual como una oportunidad para evitar que sigan aumentando los impactos negativos del crecimiento del parque vehicular mediante la introducción de políticas e instrumentos de gestión de la demanda que puedan contrarrestar las tendencias actuales en el corto y mediano plazo. Diversas experiencias internacionales muestran que el mayor énfasis se debe dar en contener y evitar la utilización irracional, más que en la propiedad y compra de vehículos. Para ello, es necesario entender cuáles son los principales factores que influyen sobre la compra y utilización de vehículos automotores, cuya discusión servirá de base para identificar las medidas que pueden tomarse para orientar a un uso racional de los automóviles y, en general, a una mayor eficiencia de los recursos destinados al transporte urbano. A continuación se describe la situación actual en relación con: a) los subsidios a los combustibles de uso vehicular, b) la provisión indiscriminada de estacionamientos y la apropiación de espacios públicos por los automóviles, c) Aranceles, impuestos y otros incentivos fiscales y financieros y d) El desarrollo de infraestructura sin medida. 2.2 2.2.1 Factores principales que propician la motorización Subsidios a combustible Los combustibles fósiles se han vuelto un recurso escaso en el mundo. Sin embargo, este tema es discutido por varios analistas cuando el punto de “peak oil” será alcanzado (punto de mayor producción de petróleo). Cuando este punto sea alcanzado, inevitablemente el precio del barril de petróleo subirá a niveles cada vez mayores. La Agencia de Cooperación Técnica de Alemania (GIZ) señala que entre 2009 y 2010 el precio de los combustibles fósiles se mantuvo a la alza en el mercado mundial, con una volatilidad de precios limitada. Después de la escalada de precios registrada a mediados del 2008 con precios pico por encima de los 140 dólares por barril, los precios cayeron por abajo de 40 dólares por barril. Mientras que la economía se recuperó rápidamente, los precios del petróleo crudo comenzaron a crecer otra vez. Ello encendió una vez más el debate sobre seguridad energética, el papel de los combustibles fósiles y especialmente sobre los subsidios (GIZ, 2012). En términos generales, en América Latina, los combustibles son subsidiados. Estos subsidios sobrepasan con creces otros componentes cruciales de una economía como la educación y la salud. Se ha visto el combustible como un bien que es necesario para la productividad de un país, pero se descuenta el costo de oportunidad que se genera cuando hay un subsidio dirigido específicamente a este bien y no a otros aspectos de la economía que necesitan también recibir ayuda. La figura 7 compara los costos del diesel y la gasolina para todo el continente Americano. En algunos países se piensa que los subsidios a la gasolina benefician más a los hogares de escasos recursos, sin embargo un estudio del Fondo Monetario Internacional, estipula que los beneficios a la gasolina son los más regresivos, ya que más del 80% de los beneficios totales se dirigen al 40% de los hogares más ricos. (IMF). En países con subsidios, la reducción del 50% en los impuestos (que incluyen subsidios) disminuiría el déficit pronosticado de 1% del PIB. (IMF) Además, el limitar los subsidios de gasolina podría tener considerables beneficios para el medio ambiente, pues al reducirse el consumo de gasolina, las emisiones de gases de efecto invernadero disminuirían. Esta reducción del 50% en los impuestos reduciría aproximadamente un 10% en 2050. (IMF) p. 13 Figura 3. Precios al consumidor del diesel y la gasolina en países del Continente Americano. Fuente: GIZ International Fuel Price Survey p. 14 Figura 4. Los precios de combustible varían sustancialmente entre países. GIZ ha hecho una encuesta global de precios con la que ha logrado demostrar que los precios de América Latina están más cerca del extremo de precios bajos (p. ej. Venezuela) y medios. Fuente: GIZ International Fuel Price Survey. p. 15 Figura 5. Los pueblos fronterizos de Venezuela tienen un alto nivel de comercio ilegal de combustible, dadas las marcadas diferencias de precio asociadas con el subsidio a los combustibles en ese país. En Venezuela, por ejemplo, el combustible tiene un precio muy por debajo del precio del mercado e incluso tiene un régimen de subsidio del combustible que reduce incluso más su costo. Normalmente se dice que el agua es diez veces más cara que la gasolina en Venezuela. En Colombia, el combustible tiene un subsidio pero se cobra una sobretasa a la gasolina para invertir en transporte masivo y en infraestructura. No hay ejemplos de la región donde el combustible esté sin subsidios y existen pocos casos en que se hayan establecido sobretasas o tarifas adicionales con consideraciones ambientales. Como se verá, esto tiene un impacto directo sobre la congestión y debe comenzar a gestionarse de manera adecuada a través de una política de precios que incorpore gradual y progresivamente. Tabla 1. Comparación de los subsidios en países de AL (en porcentajes del PIB) Países 2007 (US$ millones) 2008 (US$ millones) 2008 (en % del PIB) Argentina 4 033 7 892 2,30% Bolivia 145 450 2,40% Colombia 2 121 4 896 2,00% Ecuador 2 489 2 923 5,30% México 4 411 17 260 1,50% Total 13 199 33 421 Fuente: Campodónico, 2009. En este contexto, se requiere un cambio sobre la estructura de precios de los combustibles (de tal forma que se internalicen gradualmente las externalidades de su uso), además de instrumentos que inclinen a la población a usar modos de transporte de mayor eficiencia energética y bajas emisiones. En otras palabras hacer un uso más eficiente de los combustibles. p. 16 2.2.2 Políticas de estacionamiento Figura 6. En lugares como Brasilia se tienen estacionamientos gratuitos por toda la ciudad. En América Latina, la mayoría de las políticas de estacionamiento prevalecientes promueven la construcción de más lotes para estacionar (parking o parqueaderos), esperando generar una provisión “suficiente” de espacios para quienes los necesiten y así reducir la congestión. Además, los reglamentos de construcción actuales requieren la provisión de un cierto número de espacios de estacionamiento para cada construcción (como mínimo), propiciando aún más oferta de espacios de estacionamiento en la ciudad. Figura 7: Los precios por estacionar en muchas ciudades no reflejan adecuadamente el costo del espacio urbano. p. 17 Otro tema relacionado con los estacionamientos es el del precio que se asigna (o no) a su uso. Existen varias opciones al respecto en América Latina: algunas ciudades prefieren dejar el uso de estacionamiento sin costo o con un costo muy bajo, pues con esto se asume erróneamente que se va a reducir el uso de las vías. Otras ciudades buscan generar unidades de cobro más bajas (p. ej. 15 minutos o incluso por minutos) para incentivar un comportamiento específico en quienes estacionan. Por último, hay quienes prefieren regular el precio máximo por el estacionamiento según zonas. En otras ciudades se acepta el estacionamiento sin restricciones en la vía pública e incluso se tolera el estacionamiento en doble fila. Cada una de estos aspectos se analizará en el próximo capítulo y se darán guías generales acerca de cómo implementar políticas e instrumentos coherentes de gestión de la demanda para atenderlos. 2.2.3 Aranceles, impuestos y otros incentivos fiscales y financieros Algunas políticas de gobierno incrementan aún más la motorización a través de descuentos o exención de en aranceles, reducción de impuestos y otros beneficios dirigidos al fomento de la industria automotriz. Estas políticas propician un incremento considerable en la tasa de motorización para un país y sus ciudades y, en ocasiones fomentan la compra de vehículos de alto consumo de energía (tales como las denominadas Sport Utility Vehicles en inglés). 2.2.4 Desarrollo indiscriminado de infraestructura destinada al vehículo particular Figura 8. En la Ciudad de México se construyó el “Segundo Piso del Periférico” para solucionar el problema de congestión, con resultados cuestionables. Fuente: Sinsistema/Daniel Bobadilla (cc). Como en otras partes del mundo, una práctica común en los países de América Latina para aliviar la congestión vial consiste en la construcción de nueva infraestructura vial o la ampliación de la existente. La experiencia internacional demuestra que añadir más vías en forma indiscriminada solo permite, en el mejor de los casos, paliar de manera temporal la congestión causada por el creciente número de automóviles. Pero este tipo de medidas inducen en el mediano plazo a una mayor demanda de viajes e incentivan el crecimiento de la flota vehicular, generando múltiples externalidades: ambientales, sociales y económicas. De esta forma se dejan sin resolver los problemas p. 18 de congestión y contaminación con lo que frecuentemente se argumentan y justifican (ver ITDP, inédito). El enorme y creciente gasto en obras de infraestructura para acomodar a la creciente flota vehicular es uno de los mayores desafíos de las ciudades y distrae recursos necesarios para la atención de otras necesidades urgentes de la población, tales como la protección de la salud o la mejora del transporte público. Figura 9. El espacio urbano puede ser utilizado de muchas maneras. Rosario (Argentina). 2.3 Marco para la Gestión de la Demanda El término de “gestión de la demanda” (del inglés travel demand management o transportation demand management) fue creado para describir un conjunto de medidas que, en lugar de desarrollar más oferta de vías para tratar de solucionar el problema de la congestión y otros asociados, busca gestionar (o administrar) la demanda de los viajes y del uso de modos de transporte que hay en la ciudad. Así, la posición de la gestión de la demanda busca invertir algunos de los supuestos que hay en la planificación del transporte, empezando por cuestionar la orientación hacia “predecir y proveer” para comenzar a gestionar ese espacio urbano que es muy valioso. A pesar de que el acto relativo de cada una de estrategias individuales pudieran afectar solo una proporción relativamente pequeña de los viajes, los impactos de un programa de gestión de la demanda son acumulativos y sinérgicos y pueden llegar a ser significativos (VTI, 2009). Cuando se consideran todos los beneficios y costos son considerados, los programas TDM son a menudo los de mayor costo efectividad para mejorar el transporte. p. 19 Figura 10. Las diferentes formas de usar el espacio urbano. Aquí, tres ejemplos en Santiago de Chile. Foto por Municipalidad de Santiago. Otra de las características de la gestión de la demanda es buscar redistribuir (o distribuir de manera apropiada) esa oferta de infraestructura disponible según la eficiencia, sostenibilidad y equidad característica de cada modo de transporte. Así, una vía de cuatro carriles cuyas aceras 2 tienen apenas 50cms de ancho se rediseña para dar mayor espacio a la acera, menos carriles para los automóviles y, si fuese posible, espacio segregado y exclusivo para el transporte público y espacio para las bicicletas. Figura 11. En muchas ciudades se ha dejado muy poco espacio para los peatones, mientras que los automóviles tienen suficiente espacio para circular y estacionar sin pago. Buenos Aires (Argentina, 2007) 2 Se usa aquí el término “aceras” para describir los andenes, banquetas o veredas, como se les llama en algunas partes de la región. p. 20 Así, se genera mayor equidad en el uso del espacio urbano, por lo menos respondiendo al primer interrogante descrito arriba, pues se da mayor espacio a los peatones, transporte público y bicicletas. Gracias al uso del espacio más eficiente, se tienen menores efectos negativos en el medio ambiente por cada pasajero transportado y se tienen menos riesgos en términos de seguridad vial para la población en general. Figura 12. En años recientes, Buenos Aires ha comenzado a reformular sus políticas de transporte, incluyendo reorganización del espacio vial. A esto se agrega también una serie de políticas de precios y legislación que reorganiza el esquema tributario y fiscal asociado a los automóviles, para reconocer las externalidades (o costos indirectos) que genera el uso de este modo de transporte, y darles un precio justo que esté bien distribuido entre quienes utilizan este vehículo y quienes no lo hacen. Esto es lo que se denomina costos reales del automóvil, sobre lo cual hay un gran debate actualmente que cada vez tiende más hacia la racionalización del uso del automóvil particular, estableciendo precios mejor ajustados a la realidad del uso del automóvil. p. 21 Figura 13. En esta situación, es probable que los dos conductores de estos vehículos paguen lo mismo por la infraestructura donde están, aunque el automóvil consume mucha más y genera más externalidades. Foto por Carlosfelipe Pardo. Hay un tema asociado a este, y es la dificultad (e incoherencia) para cubrir todos los costos del transporte con otras fuentes. Es decir, en América Latina (y en gran parte del mundo) las fuentes de donde se recibe dinero para cubrir las necesidades de infraestructura de transporte no están asociadas directamente con el uso de esos modos de transporte, sino que provienen de un presupuesto general y de proyectos y programas que no están relacionados directamente con el transporte. Por lo tanto, se debe corregir la desconexión entre quien paga la infraestructura y quien la goza. p. 22 Figura 14. Marco Estratégico de Gestión de la Demanda de Transporte Marco de Instrumentos de Gestión de la Demanda de Transporte Instrumentos Instrumentos Generales •Aceleradores Tecnológicos •Incentivos de tiempos de viaje •Incentivos financieros •Mercadotecnia y educación Mejores elecciones Específicas de viaje •Modos de transporte alternativos •Horarios de viaje •Información y planeación de rutas •Reducción de viajes •Ubicación de personas, centros de trabajo y vías de tránsito •Modos de transporte más limpios y eficientes •Horarios de viaje informados y planeados •Mejores rutas •Reducción de viajes •Mejores decisiones de residencia y lugar de trabajo Fuente: Versión modificada por el Clean Air Institute a partir del esquema original planteado por la Federal Highway Administration (FWA, 2004) p. 23 El marco de instrumentos presentado en la figura anterior muestra de forma general la variedad de instrumentos que hacen parte de las estrategias de Gestion de la Demanda. En este marco se contemplan estrategias generales y especificas como parte de las estrategias, las cuales conllevan a una elección de viaje. Sin embargo, en este documento se hará énfasis en aquellos instrumentos que tienen una mayor aplicabilidad para el contexto de América Latina. En América Latina ha habido algunas iniciativas que buscan implementar políticas de gestión de la demanda en transporte, pero la manera como se han implementado, los instrumentos que se han aplicado y las consecuencias de su aplicación no han sido los más adecuados, o simplemente muchas ciudades no han aplicado ningún instrumento de gestión de la demanda. Las razones para no haberlo implementado pasan desde el desconocimiento de las medidas, el conocimiento errado de sus características y beneficios. Desafortunadamente, muchas veces cuando no se implementa la gestión de la demanda se debe a la falta de voluntad política. Por ejemplo, se ha visto que el cobro por congestión es algo muy complejo de implementar por su cronograma, la visión que tienen algunos políticos sobre el efecto que tendría en las elecciones y el plan de implementación que generalmente es relativamente complejo. De otra parte, los cobros de combustible tienen generalmente un nivel nacional de implementación e implican un trabajo muy significativo en el convencimiento de los poderes políticos y tiene una línea de tiempo muy larga. En general, la gestión de la demanda sufre de esta desventaja, que se puede resumir en la dificultad política (y a veces técnica) de generar una reformulación de los precios reales y los cobros asociados al uso indiscriminado del automóvil particular. Este documento busca presentar algunos instrumentos de gestión de la demanda que se podrían utilizar en ciudades de América Latina, con ejemplos de ciudades donde se han implementado fuera de la región, y analizando el potencial y consecuencias de poder implementar este tipo de medidas en la región. Aunque no es el primer documento escrito al respecto, sí trata de enfocarse en la implementación de medidas específicas que sean útiles y viables en la región. p. 24 La siguiente tabla (tomada de GIZ; 2009) presenta una visión panorámica de algunos instrumentos de gestión de la demanda: Tabla 4. Algunas medidas de gestión de la demanda, sus mecanismos y efectos en cambio de viaje. Fuente: GIZ 2009. Medida GDT Cobro por uso de vías / por congestión Mecanismo Cambios de viaje Cambia hora de viaje, reduce el viaje Preciación vehicular en una vía particular Cobros basados en la distancia Preciación Mejorías del transporte público Mejoría de elección de transporte Compartir vehículo (carpool, vanpool) Carro compartido Reduce los viajes totales de vehículos Mejorar elección de transporte Mejorar elección de transporte Usos del suelo compactos (crecimiento inteligente - Smart Mejorar elección de transporte Growth) Cambia modo, incrementa el uso de transporte público Incrementa la ocupación del vehículo, reduce los viajes vehiculares Reduce la propiedad de vehículos y los viajes Cambia modo, reduce la propiedad de vehículos y la distancia de viajes Adaptado de Broaddus, Menon, Replogle, 2009. Tabla 5. En la siguiente sección se presentaran los instrumentos que pueden utilizarse para la gestión de la demanda. p. 25 3 3.1 Instrumentos de la gestión de la demanda Empujar y jalar: la esencia de la gestión de la demanda La gestión de la demanda se puede analizar desde el punto de vista de quien jala por una parte y empuja por otra. Esto se refiere a dos formas de implementación que son totalmente complementarias: La primera es una en la que se propicia que las personas usen los modos de transporte más eficientes y sostenibles (transporte público, caminar, montar en bicicleta) por medio de la mejora de sus condiciones de viaje (con mejor infraestructura, operación, vehículos, etc.) La segunda forma de implementar la gestión de la demanda es el “empujar”, que consiste en que las personas que utilizan el automóvil son desmotivados hacia su uso mediante cobros de varias tarifas, restricción física y operativa del uso de alguna infraestructura y en general hacer más complicado (y, algunos dirían, más justo y equitativo) el uso del automóvil particular en zonas urbanas. Dentro de los temas de “halar” existen varias opciones, como mejorar el servicio de transporte público y generar esquemas regulatorios más adecuados para el servicio de taxis para reducir su sobreoferta y sus kilómetros muertos y en general prestar un mejor servicio. Esto, aunque es muy importante, está por fuera del enfoque de este documento. Para una introducción al tema se sugiere revisar documentación externa (p ej, Rodriguez-Valencia, 2011; Balassiano and Rodrigues Da Silva, 2011). El anterior conjunto de medidas son las que se van a describir a continuación. 3.2 Instrumentos de la Gestión de la Demanda En este capítulo se presentan ejemplos específicos de cómo implementar instrumentos de gestión de la demanda y las diferentes formas como estos instrumentos se pueden aplicar. Con esto se busca describir estas herramientas para después pasar a analizar cómo se podrían implementar en la región. Estos instrumentos son: 3.2.1 Política de combustibles Cobros a la propiedad de los vehículos Limitación de registro de vehículos Cobros por el uso de las vías y Peaje urbano Instrumentos financieros asociados a los procesos de desarrollo urbano sostenible Política de estacionamientos Restricciones regulatorias Pago según distancia Instrumentos Ambientales de emisiones Esquemas empresariales Otros instrumentos Política de combustibles La definición de la política de precios de combustibles es una responsabilidad de gobiernos federales o nacionales. Casos como el de Colombia y México son importantes a considerar. Colombia, durante 1999-2008, otorgó altos subsidios al consumo de combustible debido a su política para estabilizar la volatilidad de los precios internacionales y reflejar las condiciones del mercado internacional. Sin embargo, la crisis financiera internacional del segundo semestre de 2008, ocasionó que los precios p. 26 internos del combustible superaran el precio internacional y ello permitió la creación de un fondo de estabilización del precio del combustible. Los gobiernos provinciales o nacionales están facultados para establecer sobreprecios con fines específicos. En Colombia, la mitad de los ingresos por dicho sobreprecio se destinan a la mejora del transporte público. El proceso de esta ley comenzó desde 1998 en el artículo 117 de la ley 488, donde la Corte enfatizó la independencia de las entidades y la imposibilidad del Legislador para intervenir en la destinación de dichas sobretasa a excepción de circunstancias especiales. El congreso de Colombia decretó que desde el 1° de enero de 2003 las tarifas de la sobretasa a la gasolina serán: Municipal y Distrital 18.5%, Departamental 6.5% y para el Distrito Capital 25%, sin embargo los consejos de los Municipios ubicados en zonas de frontera podrán optar entre la tarifa general o la adopción de una tarifa entre el 2% y el 6%. (Ley 788 de 2002) Mientras el recaudo del diesel o ACPM lo realiza la nación, la cual transfiere el 50% al Distrito Capital. (Secretaria Distrital de Hacienda) En Mayo 24 del 2005, se aprobó el Plan Nacional de Desarrollo 2003-2006 a través de la ley 812 del 2003 en el articulo 8° donde ¨para los proyectos financiados con recursos públicos provenientes de la sobretasa a la gasolina se destinaran como mínimo en un 50% a la construcción, mantenimiento y conservación de las vías urbanas, secundarias y terciarias, de acuerdo a con la competencia del ente territorial respectivo, sin perjuicio de los compromisos adquiridos¨. (Sentencia de Constitucionalidad n°533-05). El objetivo de eliminar los subsidios es estimular el uso de combustibles menos contaminantes, reducir el impacto en la economía (este ha costado 1% del PIB desde hace diez años) y tomar medidas ante la disminución de reservas de crudo. (Noticias Financieras) Además de enfrentar efecto de la inflación en los precios del combustible, Colombia posicionándose en cuarto nivel regional en Marzo del 2011 con $4.14 US/galón, después de Chile ($4.39 US/galón, Brasil ($5.34 US/galón) y de Uruguay ($5.75US/galón). (FinancialRed). Hoy en día la composición actual de los impuestos para la gasolina es de 35% por galón, incluyendo el IVA, tributo global y la sobretasa. (FinancialRed) La ciudad podrá canalizar estas sobretasas para el desarrollo de sistemas de transporte sostenible, la implementación de proyectos de gestión de la demanda, entre otros. En diferente manera México también cuenta con un sobreprecio en la gasolina por medio del Impuesto Especial sobre producción y servicios (IEPS). (IEPS Petrolero) Hay dos impuestos, el primero es la tasa variable con respecto al precio del crudo en el mercado internacional y el segundo es el gravamen a la gasolina y el diesel. La tasa depende en el precio spot de referencia, precio de la Costa del Golfo de los Estados Unidos de América. En consecuencia, el precio de venta puede tener sobretasas o subsidios, como se puede observar en el cuadro siguiente, es decir el precio incluye el IEPS. Figura 15. Impuesto Especial sobre Producción y Servicios a gasolinas y diesel. IEPS Petrolero. CEFP p. 27 El gravamen es de 36 centavos por litro para la gasolina Magna, de 43.92 centavos por litro para la Premium UBA y 29.88 centavos por litro para el Diesel. (IEPS Petrolero) El precio total que paga el consumidor es el Precio con IEPS y el IVA que es el 15% del costo de la gasolina o el diesel sin el IEPS (Calculo IEPS). En ciudad de México, en la década de los noventa se estableció un fideicomiso ambiental que tuvo como fuente de recursos un sobreprecio a la gasolina. Este fideicomiso aportó recursos para financiar proyectos ambientales prioritarios, incluyendo la instalación de sistemas de recuperación de vapores en estaciones de servicio. (PROAIRE 2002-2010) Una política laxa de precios de combustibles propicia un mayor uso los automóviles y viajes más largos, promoviendo que la población se desplace a vivir a lugares más lejanos. A su vez, los viajes más largos propician un aumento en las emisiones contaminantes y el consumo energético, así como el deterioro de la calidad de vida de las ciudades. La siguiente figura muestra la eficiencia de combustibles promedio en vehículos de cuatro países distintos. Como se verá, Alemania y Japón han evolucionado hacia una mayor eficiencia de combustible, mientras que Canadá y Estados Unidos presentan una situación de relativo estancamiento, indicando cambios modestos en el rendimiento energético de los automóviles (hay que aclarar que esta curva solo presenta las eficiencias hasta 2006, no incluyen los efectos de la crisis petrolera de 2008-2009). Este comportamiento puede atribuirse, por un lado, a las políticas laxas de precios y tarificación de combustible en los Estados Unidos y Canadá y, por otro lado, a las políticas de precios más agresivas de Europa y Japón. 12.0 Liters per 100 km 11.0 10.0 USA Canada Germany Japan 9.0 8.0 7.0 6.0 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 Figura 16. Cambio de eficiencia vehicular según políticas de combustible. Fuente: Lew Fulton, Market Perturbations in the Fossil Fuel Marketplace: Global Perspective p. 28 Figura 17. Las políticas de combustible tienen impactos directos sobre la elección de tamaño de vehículos, motor y su eficiencia de consumo de combustible. Una solución a este problema consiste en reflejar los precios en los costos de los combustibles las externalidades de su uso. Una primera etapa es la reducción de subsidios y la siguiente la incorporación de cargos adicionales (impuestos, tasas sobrepreciós, etc). Los efectos directos e inmediatos de estas políticas de precio son que se reducen las distancias viajadas, los tamaños de los motores y en general el uso indiscriminado del automóvil. De esta manera, se comienzan a liberar recursos para otros temas (educación salud) al eliminar subsidios, y se continúa generando recursos nuevos a través del incremento de los precios del combustible. También se debe aclarar que los subsidios a los combustibles tienen efectos negativos sobre las personas de más bajos recursos. Un estudio del Fondo Monetario Internacional en 20073 realizado en Ghana, Mali, Bolivia, Sri Lanka y Jordán encontró que los subsidios al combustibles en realidad transfieren los beneficios a los grupos de más altos ingresos, pero que la eliminación de subsidios a los combustibles bien planificadas y combinadas con programas de protección social reducen los efectos adversos en los grupos menos favorecidos siempre y cuando los ahorros en presupuesto sean dirigidos a mejorías en educación y salud. Algo importante a anotar en este tema es que las políticas de combustible son generalmente implementadas directamente por el gobierno central /federal/ nacional, por lo cual esto puede implicar procesos más largos de implementación de una política de este tipo (y mayores obstáculos). 3.2.2 Cobros a la propiedad de vehículos Un segundo instrumento está relacionado con el cobro directamente relacionado a la propiedad del vehículo, ya sea a través del incremento de impuestos o de cargos adicionales a los ya existentes. Estos 3 IMF Survey: Rethining Fuel Subsidies, 2007. p. 29 cobros se utilizan generalmente para equilibrar los costos reales del uso del automóvil particular desde su compra, y buscan también limitar la cantidad de vehículos que entran a las ciudades cada año. Tabla 5. Ejemplos de valores de automóviles (con sus cobros adicionales) en Singapur para Octubre de 2011. Dólares de Singapur Audi Avant A4 TFSI MU Peugeot 308 1.6 Glassroof OMV1 42.207 18.264 Cargo de Aduana (20% OMV) 8.441 3.653 GST (7% OMV) 3.545 1.534 ARF2 (100% OMV) 42.207 18.264 COE3 (Primera subasta Oct. 2011) 63.600 50.289 Costo Básico Total 160.141 92.144 1 Valor abierto del mercado Tarifa de registro adicional 3 Subasta de Certificado de Titulación Fuente: www.onemotoring.com.sg 2 En Singapur se ha implementado una política de este tipo, donde la compra de un automóvil tiene varias tasas e impuestos adicionales al “valor abierto del mercado”, que van desde un mayor arancel hasta un impuesto de porcentaje sobre el valor del vehículo, e incluyen también una subasta para obtener el “cupo” para comprar un automóvil. Este último instrumento tiene una cantidad máxima de vehículos (automóviles u otros) que se pueden comprar al mes, y el permiso que se expide tiene una duración de 10 años, después de los cuales se debe volver a entrar en la subasta para comprar el vehículo o chatarrizarlo (desguasarlo) también existe la opción de exportarlo a un país vecino (en el caso de Singapur, a Malasia). Esto también contribuye a tener una flota vehicular de mucha menor edad, pues pocas personas vuelven a entrar en la subasta para el mismo automóvil cuando ya tiene 10 años de edad. En términos generales, un automóvil en Singapur puede llegar a costar casi 3 veces el valor abierto del mercado de lo que costaría en una ciudad europea. En Shanghái se ha aplicado una medida similar, pero en este caso se cobra por medio de subasta la matrícula (placa, licencia, registro) del vehículo. Una cantidad máxima de matrículas se subastan cada mes, y esto genera un precio elevado por cada matrícula comprada (en promedio 4.000 euros por matrícula, y el valor sigue creciendo). En 2010 se recibieron US$652 millones por la entrada de 100.000 carros nuevos al año. El precio por placa es 12-15% del precio en Singapur (COE). De acuerdo a un reporte del ShanghaiDaily, las subastas subieron en 2010 a 4,15 billones de yuan (aprox. 400 millones euro, US$652.7 millones). Como complemento, en ese año el gobierno invirtió 2,4 billones para apoyar el transporte público: subsidio de compra de buses “verdes”, subsidio a viajes gratuitos para adultos mayores y programas de descuentos (Zhen, 2011). 3.2.3 Limitación de registro vehicular Una variante de este cobro es mediante un instrumento diferente al financiero, como se utiliza en Beijing: se han establecido unos máximos de automóviles que pueden ser registrados en la ciudad p. 30 cada año (250.000, ante una tendencia de 800.000 automóviles registrados al año), y la asignación de la matrícula es según un esquema de lotería donde los ganadores pueden comprar su automóvil. Este esquema tiene el inconveniente fundamental de que la asignación es totalmente aleatoria y podría generarse un sistema en que la gente “vendiera” su cupo al ganar la lotería. Shanghai El ejemplo de Singapur fue seguido por Shanghai, donde los ciudadanos tienen que acudir a una subasta de la placa del vehículo –sin la cual no puede circular-, sin la cual sus vehículos no pueden circular. Las placas llegan a alcanzar un precio de $9,736 USD (Flannery, 2012). Los ingresos de la subasta se invierten en mejoramiento de infraestructura del transporte. Beijing En 2011, Beijing implantó un sistema de lotería a través de los cuales se otorga un número máximo de permisos para comprar automóvil entre los compradores interesados (en 2011, el límite de ventas fue de 240 mil automóviles). Aquellos que chatarricen sus autos viejos o lo venden a un concesionario autorizado, también pueden tener acceso a un auto nuevo. Con esta medida se la logrado contener la entrada de vehículos y se ha inducido a la renovación de la flota. Figura 18. El auge económico en China ha tenido como consecuencia una motorización acelerada. Fuente: Carlosfelipe Pardo. Algunos expertos no ven con buenos ojos el cobro a la propiedad de los vehículos como una medida de gestión de la demanda. El argumento principal es que lo que se está restringiendo es la propiedad, sin tener en cuenta la cantidad de kilómetros que se recorren en el vehículo al año. El otro argumento incluso más fuerte que el primero, es que el cobro puede generar el efecto perverso de promover un mayor uso del vehículo, pues mientras más kilómetros se recorran será menor el costo por kilómetro recorrido, y así la “inversión” es mejor justificada. En cualquier caso, este instrumento es uno de los propuestos por la gestión de la demanda y tiene efectos sobre la propiedad de los automóviles, la flota vehicular existente, y genera una nueva fuente de recursos que se podría utilizar con fines de mejoramiento de transporte público u otras formas de transporte sostenible (véase la sección de subsidios cruzados más adelante en este documento). Para dar un ejemplo de América Latina, durante 2011 el Ministerio de Transporte de Colombia anunció su intención de generar cobros adicionales a la propiedad de automóviles, lo cual fue apoyado por el alcalde. p. 31 3.2.4 Cobros por uso de las vías y Peaje urbano Figura 19. Singapur es el ejemplo más conocido de un cobro por congestión con más de 30 años de historia. Fuente: Carlosfelipe Pardo. Los cobros por uso de vías son una estrategia de gestión de la demanda que tiene el propósito de valorizar el uso las vías y áreas más congestionadas. El término “cobros por el uso de las vías” incluye instrumentos tales como: Peaje urbano Impuestos o sobreprecios a los combustibles Pago de derechos por expedición y renovación de licencias Tarifas de estacionamiento El peaje urbano es una estrategia para el manejo de la congestión vial que consiste en que los automovilistas tienen que pagar por la utilización de áreas o vías congestionadas durante horas de congestión determinadas. p. 32 Figura 20. Entrar en automóvil en el centro de Londres implica pagar 8 libras esterlinas para circular. Fuente: Carlosfelipe Pardo. Los beneficios resultantes incluyen viajes más rápidos para todos, mejora del flujo de tránsito y aumento de la seguridad vial, menores emisiones vehiculares y reinversión de ingresos en la mejora del sistema de transporte urbano. Los ingresos generados se reinvierten en la mejora de servicios, preferencialmente transporte público, semaforización, acceso peatonal o mediante bicicletas, mejoras del paisaje de las calles, etc. Oportunidades Existen ahora diferentes esquemas de precios que han sido implementados en el mundo. En un creciente número de ciudades, los tomadores de decisiones han mostrado interés y disposición para la adopción de políticas de precios para resolver problemas de transporte. Por una parte, las medidas de precios van haciéndose más atractivas debido a su efectividad en el logro de sus objetivos y en la generación de una corriente de ingresos, que pueden ayudar en la implementación de otras medidas de gestión de la demanda. Por estas razones, es previsible que los cargos por congestión son (y serán cada vez más) la estrategia de mayor importancia. En general, los impactos de la implementación de un cobro por el uso de las vías son positivos e inmediatos desde el día de inicio, y trascienden los impactos específicos sobre la congestión o la eficiencia de las vías como tal e incluyen efectos sobre la reducción de la contaminación atmosférica, el aumento de la seguridad vial, aumento de ventas en establecimientos comerciales, disminución de tiempos de viaje en transporte público, entre otros. Diversos especialistas coinciden que los aspectos legislativos, tecnológicos, de implementación y políticos de la tarificación vial urbana han sido reconocidos y casi resueltos. E el caso de América Latina, Colombia ha avanzado significativamente en esta dirección, sobre todo en los aspectos jurídicos. Como tal, la implantación del peaje urbano sería un instrumento ideal, de no ser por son sus costos de capital, su cronograma de implementación relativamente largo y los costos políticos asociados. p. 33 Retos La tarificación vial urbana requiere un substancial esfuerzo de construcción de consensos y comunicación de beneficios para superar la natural restricción de los propietarios de automóviles que perciben el libre uso de las calles y automóviles como un derecho. Asimismo, persiste una fuerte percepción acerca de la posesión y uso de los automóviles como un símbolo de status quo y una demostración del progreso individual y social. Con frecuencia, estas posiciones son reforzadas por frecuentes carencias de alternativas de transporte confiable, seguro y de calidad. Otro obstáculo está relacionado con la percepción de que el peaje urbano pudiera afectar a los grupos de menores ingresos acentuando la inequidad en las ciudades que lo apliquen. Las políticas de cargos por congestión se han asociado con impactos negativos sobre ciertos grupos de población, tales como los usuarios de automóviles de ingresos bajos y medios, así como de aquellos que viven lejos de su trabajo con acceso marginal al transporte público. En ciertas ciudades, existe la posibilidad de que propietarios de automóviles afluentes no sean sensibles a los costos de un cargo por congestión, llevando a un nivel de reducción de la congestión menor al deseado para un nivel de cobro aceptable. Como se mostrará más adelante, la Asamblea de Nueva York rechazó la propuesta del Alcalde Bloomberg para la implementación del peaje urbano argumentando falta de equidad y mayores costos proporcionales para la población de menores ingresos que habita en los alrededores de Manhattan. Al respecto, el plan del alcalde establecía mecanismos que aseguraban que los fondos recolectados en el peaje urbano se utilizarían para la mejora del sistema de transporte urbano a nivel regional, beneficiando a la población de toda la región. Una barrera más consiste en la falta de información y sensibilización acerca de las consecuencias del abuso de los automóviles, en términos de los costos personales y sociales de la congestión, la contaminación del aire, el ruido, accidentes, etc. Atendiendo a esta barrera, la Autoridad de Transporte del Área de San Francisco ha desarrollado estudios que incluyen una amplia diseminación y diálogo con amplios sectores de la población para informar y discutir las causas que llevan a una propuesta de peaje urbano, así como su posible aplicación, costos, beneficios e implicaciones para diferentes grupos de población. En ciudades de países en vías de desarrollo, la fiscalización del peaje urbano requeriría la generación de bases de datos de registros vehiculares, y acuerdos entre diferentes jurisdicciones involucradas con bases de datos separadas. Ello es necesario para la identificación de placas, particularmente para los vehículos que vienen de otros municipios en los alrededores del área metropolitana. Otros desafíos están relacionados con deficiencias institucionales y de fiscalización. Posibles suspicacias del público acerca del uso de los recursos colectados requieren asegurar mecanismos transparentes de captación y ejecución de dichos recursos. Ejemplos Además de inducir a cambios de comportamiento en dirección a una mayor sustentabilidad urbana, el peaje urbano puede ser una importante fuente de recursos para la mejora del transporte urbano, la introducción de sistemas más limpios y eficientes, la mejora de espacios urbanos y otras medidas de utilidad para las metrópolis y sus ciudadanos. A continuación se presentan casos en diversas ciudades que han mostrado la factibilidad y conveniencia de este tipo de medidas y/o donde se han discutido o están en discusión estas estrategias. p. 34 Singapur En Singapur es una de las ciudades donde se ha implementado un esquema de este tipo. Allí, se estableció un área (el centro urbano de negocios) donde se habían visto mayores niveles de congestión. Dentro de esta área, se definieron los puntos de entrada por vías de la ciudad. En cada una de estas vías de entrada se cobra por entrar al centro de la ciudad según la hora del día y la tarifa establecida para ese lugar a ese rango horario (de 5-15 minutos). Estas tarifas se establecen con anterioridad según los niveles de demanda de la vía en las semanas anteriores, y se reajusta periódicamente según esta variación. Aunque esto parece muy complejo, el usuario realmente solo debe instalar una máquina de comunicación con cada punto de entrada, recargar su cuenta con suficiente dinero para un tiempo determinado, y revisar al entrar por cada vía el valor que se le está cobrando en ese momento. Este sistema lleva en pie más de 35 años, comenzando con un sistema totalmente manual y llegando a uno totalmente automatizado desde la década de 1990. El cobro para ingresar al centro de la ciudad centro oscila entre 1 y 4 dólares americanos, lo cual se define con base en dos criterios: a) la hora del día y b) la demanda existente en la vía (a a mayor demanda, el peaje es más alto). En 1975, se estableció el primer peaje en Singapur, complementado con una ampliación y mejora del transporte público, un límite a la flota vehicular y un sistema de subasta para que los ciudadanos puedan adquirir un auto nuevo. La subasta ha tenido como resultado que un vehículo llegue a costar hasta alrededor de 40 mil dólares americanos en Singapur, mientras que en Malasia, su país vecino, cuesta solamente 30 millones. Estocolmo Un modelo similar fue implementado en Estocolmo, donde también se definió un área y se implementó un sistema de cobró según intervalos de horarios y lugares de entrada. Su implementación tuvo una prueba inicial y posteriormente se hizo permanente, teniendo efectos muy positivos en el tráfico, tiempos de viaje e incluso las ventas en tiendas dentro de la zona establecida. En el caso de Estocolmo, se ha demostrado que el establecimiento del cobro por congestión puede resultar en una caída sostenida en el tránsito vehicular, como se muestra en la siguiente gráfica: p. 35 Figura 21. El impacto en reducción de tránsito del peaje urbano en Estocolmo se ha mantenido a través de los años Estocolmo impuso un cargo aplicable a todos los automóviles equivalente a $2.60 que se debe cobrar a todos los vehículos que entran en la ciudad durante las horas pico y otro cobro de $1.30 a $2 en otros momentos a lo largo del día. La reducción de los niveles de tráfico se ha sostenido desde que se implantó el sistema en el 2007. Un 20% de la caída en la congestión está relacionada con el hecho de que la población dejo de usar el auto y ahora se mueve en transporte público. Por otro lado, otra reducción de 15% se debe a que una parte del tránsito comercial que distribuye carga y mercancías en la ciudad se ajustó a los cargos mediante el cambio de rutas o la combinación de viajes. Aparentemente, esta política ha inducido las ventas de vehículos que utilizan que se desplazan a base de etanol y vehículos eficientes, los cuales están exentos de los cargos por congestión. La medida tiene un alto nivel de popularidad (70% en mayo de este año), lo cual podría explicarse por el hecho de que disfrutan y/o que disponen de alternativas flexibles de transporte público. Calles menos congestionadas o una flexibilidad de la población para usar el transporte público. El transporte público de Estocolmo es de una alta calidad. Londres El tercer ejemplo de un lugar que ha establecido un sistema de cobro por congestión es Londres, aunque difiere del de Singapur y Estocolmo en que el cobro se hace igual (8 libras esterlinas por día que equivale a $12.39 USD) para cualquier lugar de entrada y a cualquier hora dentro de las horas de operación del sistema (6am- 8pm). El sistema fue implementado en el centro de la ciudad y tuvo muy buenos resultados, y posteriormente fue extendido a una zona del oeste del centro (pero posteriormente se anuló esta zona). Algo importante a resaltar de este esquema es que todo el dinero que se recauda por este cobro por congestión es destinado a medidas de transporte sostenible (mejoramiento de frecuencia de buses, seguridad vial, transporte de carga, ciclorutas, rutas seguras al colegio) pero de ninguna manera se redirige a construcción de infraestructura. p. 36 Entre los resultados destacan un aumento de la velocidad de viaje, una disminución de los atrasos por congestión, mejora de la calidad del aire y reducción de accidentes. San Francisco En San Francisco la idea de tarificar la congestión surge del hecho de que el Área de la Bahía (Bay Área) es una de las cinco regiones más congestionadas de los Estados Unidos. Un viaje durante la hora pico se lleva más del doble que el resto del día. Se estima que San Francisco sacrificó más de 2,000 millones de dólares en costos por congestión en el 2005 y que, de continuar las tendencias, estos costos podrían alcanzar los 3,000 millones de dólares en el 2030. El transporte es responsable de más de la mitad de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero en San Francisco. San Francisco se ha propuesto metas de desarrollo que dependen de la mejora de su centro urbano. 4 Estas metas incluyen el fortalecimiento de su competitividad regional, la creación de una ciudad más vivible, asegurar un medio ambiente saludable y brindar infraestructura de clase mundial. En vista de estos objetivos, es necesario contar con soluciones sólidas que permitan una gestión de la demanda y la generación de recursos para inversiones en infraestructura. La Autoridad de Transporte del Condado de San Francisco (SFCTA por sus siglas en inglés) llevó a cabo el estudio ¨movilidad, Acceso y Tarificación¨ para: a) evaluar la factibilidad de la aplicación de la tarificación vial en San Francisco, tomando como base las metas de desarrollo de la ciudad, b) analizar los escenarios factibles, considerando los beneficios e impactos potenciales, c) evaluar las mejoras a los viajeros de y desde las zonas tarificadas y d) identificar pasos siguientes. El estudio analizó tarifas, horarios y días de aplicación, así como excepciones. Identificó además las zonas de la ciudad en donde la tarificación funcionaría mejor (incluyendo una estimación de los resultados esperados en viajes, horas de atraso vehicular, emisiones, recaudación, mejoras de velocidad y reducción de incidentes peatonales). Se estima que el programa podría generar entre 6080 millones de dólares por año, los cuales se utilizarían para mejoras en el sistema de transporte (BRT, BART, etc.) El estudio incluyó una amplia participación pública, grupos comunitarios, organizaciones sociales grupos de enfoque para la comunidad de negocios y un comité asesor (integrado por un consejo asesor de negocios, un grupo de trabajo de políticas, un comité asesor técnico y una fuerza de tarea de actores. Además de workshops, webinars y reuniones presenciales, se aplicaron nuevas herramientas basadas en redes sociales, las cuales facilitaron la participación de personas que no pudieron atender las reuniones en persona. Las principales preocupaciones con respecto a un potencial programa de tarificación fueron: a) disponibilidad de opciones de viaje (33%), b) capacidad de pago, incluyendo a los viajeros de bajos ingresos (18%), c) escepticismo acerca del papel del gobierno en la provisión de mejoras de congestión y movilidad (21%), d) impactos a la economía y los negocios (17%), e) carencia de certeza acerca de su efectividad, prefiriendo otras opciones (11%). También se tomaron en cuenta consideraciones y metas constitucionales, tales como: a) la obtención de la autoridad legislativa para tarificar las vías, b) diseñar y crear una agencia de tarificación y b) la definición de un esquema de gobernanza. 4 Recientemente se iniciaron discusiones en Los Ángeles p. 37 En una consulta a los ciudadanos acerca de un posible proyecto de tarificación vial para San Francisco en los próximos 3 a 5 años, un 14% de los consultados dio su apoyo a un programa permanente, 46% a un programa piloto, un 11% ofreció apoyar un proyecto de tarificación modificado, un 12% está inseguro y 16% prefirió otra solución. Los resultados finales del estudio fueron anunciados a fines del 2010. La propuesta actual incluye la implementación de un programa piloto de entre seis meses y un año de duración, a partir del 2015. New York El Alcalde de Nueva York estaba entusiasmado con la implementación de un esquema de tarificación vial similar al de Londres. En el 2007, su propuesta de tarificación vial urbana a lo largo de la avenida 86 para hacer más costoso el ingreso de los automóviles al centro de Manhattan, recibió apoyo de la prensa y el público. El Consejo de la Ciudad votó a favor pero los planes fueron bloqueados la Asamblea estatal y finalmente desechados. La tarificación vial, concebido como parte del PlaNYC2030 de Bloomberg, hubiera significado millones de dólares en ingresos que se habían previsto utilizar para la mejora del transporte urbano a nivel regional. Sus detractores aseguran que el esquema hubiera afectado a los que menos tienen debido a que la tarificación vial tiene un efecto desigual entre los distintos niveles de ingreso. No obstante, un argumento a favor de la tarificación vial es que incentiva a que las personas no utilicen sus automóviles para ir al trabajo y esfuerza a los planeadores urbanos a extender aún más la infraestructura de transporte. Así, la expansión de los sistemas de transporte usando la tarificación vial podría equilibrar el impacto y beneficiar a los circunvecinos barrios de Brooklyn, Queens, State Island y el Bronx utilizando para este fin los recursos generados. El rechazo de la Asamblea del Estado a la tarificación vial, significa perder la oportunidad de recibir fondos federales para implementar la medida. Santiago En Santiago, la posibilidad de aplicar una política de precios para la gestión de la congestión se ha considerado desde mediados de los noventa. El nuevo sistema de peaje electrónico en autopistas urbanas implantado a mediados de la década pasada combina infraestructura de cobro con un sistema de precios variable basado en niveles de congestión, constituye un primer intento de implar un sistema de cobro por el uso de las vías de tránsito en Santiago. Investigadores de la Universidad de Chile, muestran que una combinación de cobro por la congestión, tarifas de uso de transporte público “maximizadoras” y una tarifa única para el transporte público, son metas razonables. Bogotá En el caso de Bogotá, el Alcalde Gustavo Petro ha propuesto establecer un peaje en el "el centro ampliado", un centro gubernamental y financiero en el corredor oriental de la ciudad. El propósito es desincentivar el uso del automóvil particular y propiciar que la población utilice transporte público. Los recursos captados se invertirían en el arreglo de la malla vial de la ciudad y en la mejora del transporte público, particularmente la introducción de buses con tecnologías más limpias y eficientes. En una entrevista de radio difundida el 26 de marzo del 2012, el Alcalde de Bogotá anunció que en un año empezaría el desmonte progresivo del pico y placa y se implementarán medidas como los peajes urbanos con el fin de desestimular el uso del carro en las zonas de congestión de la ciudad. En p. 38 la primera semana de Julio de 2012 comenzó este proceso mediante una restructuración del pico y placa como primer paso para su desmonte total. Con la aplicación de un peaje urbano se busca desestimular el uso del automóvil racionalizando su uso. Esta medida irá acompañada de con programas de cultura, estímulos y desincentivos y una estrategia de estacionamiento preferencial y de bajo costo en las zonas de no congestión. Simultáneamente, el gobierno distrital ha ofrecido acelerar la construcción de las troncales de Transmilenio por la Avenida Boyacá y la avenida 68 y la construcción de una red de tren ligero, empezando por el de la Carrera Séptima. Por su parte, el Ministerio de Transporte de Colombia ha entregado al Congreso de la República una reforma al Código de Tránsito dirigida a la regulación de la entrada de autos particulares y eventualmente a generar cobros relacionados con estas medidas. Peaje del transporte de carga: el caso de Alemania El Gobierno de la República Federal de Alemania aplica un peaje a los camiones de carga en las carreteras para regular el crecimiento del tránsito pesado. Para ello se ha introducido un sistema de peaje combinado con un sistema de comunicaciones acoplado a tecnología de posicionamiento satelital. El peaje se calcula con base en el segmento de la ruta, el número de ejes y el nivel de emisiones del vehículo. La recolección del peaje no afecta el la circulación vial y no requiere restricciones de velocidad, la detención de automóviles o la utilización de carriles especiales. Los principales objetivos de este sistema de peaje son: Captar recursos adicionales para fondear la infraestructura de transporte. Aplicar el principio “el usuario paga” Utilizar la infraestructura y capacidades de transporte de una manera más eficiente. Reducir la contaminación del aire utilizando cobros de peaje utilizando criterios ambientales. El sistema se aplica a los camiones de carga de más de 12 toneladas y los usuarios pagan un peaje de acuerdo a la distancia recorrida. El peaje promedio es de 12 centavos de Euro por kilómetro y los ingresos están etiquetados para fines específicos. Existen tres alternativas para que el usuario se conecte a este sistema de peaje: a) automáticamente, b) manualmente en una caseta de peaje y c) manualmente, vía internet. En el método automático, se utiliza una Unidad a Bordo del vehículo (o OBU por sus siglas en inglés), la cual se conecta a un satélite que determina automáticamente si el vehículo está viajando sobre una carretera de peaje y calcula los cargos al usuario basado en los datos del vehículo (entre ellos la clase de emisiones o estándar Euro al cual pertenece el vehículo) y las tasas de peaje aplicables. En una de las modalidades del sistema, el vehículo se detecta en la caseta de cobro y paga por adelantado la distancia que va a recorrer. La vigilancia se realiza mediante un sistema que combina una supervisión apoyada en estaciones fijas y unidades móviles a lo largo de la carretera de cuota. En la variante manual vía internet, los usuarios deben conectarse al sistema de peaje tres días antes de iniciar el viaje o estar previamente registrado como usuario frecuente. La fiscalización del sistema de peaje para asegurar que los pagos se hagan correctamente se realiza mediante esquemas complementarios que combinan vigilancia automática (mediante sensores electrónicos), fija en áreas de estacionamiento cercanas a los puntos de entrada, móvil (a través de patrullas de vigilancia) e in situ. p. 39 Aspectos a considerar para una posible aplicación del peaje urbano El éxito en el programa de tarificación de rutas radica en plantear y entender bien el problema de congestión, definir los beneficios en términos de fuente de ingresos adicionales e impactos ambientales y el enlace de este con un plan de desarrollo territorial. Asimismo, se requiere establecer un comité negociador que soporte la implementación del programa incluyendo el análisis de simulación mediante modelos que determinen aspectos de planeación, inversión y requerimientos de financiación. Parte importante de este proceso es la comunicación, la cual incluye caracterización con datos específicos del problema de congestión y población afectada, involucramiento de actores interesados y garantizar un buen manejo de los recursos. Otras recomendaciones son: 3.2.5 Evitar que se conciba a las medidas fiscales solo como medidas de captación de recursos. Junto con otras medidas para evitar efectos colaterales indeseables, los cobros por congestión podrían brindar soluciones óptimas a los problemas de transporte. Fortalecimiento de investigaciones acerca de los impactos de políticas de pero también de otras medidas, incluyendo la identificación de lo que funciona y lo que no funciona en aplicaciones prácticas, así como de los impactos deseables e indeseables, además de los impactos de largo plazo. Es necesario también profundizar en metodologías para la evaluación de los impactos de las políticas, incluyendo entre otros temas las telecomunicaciones. Fortalecer la diseminación y vinculación de las experiencias internacionales en el área de TDM. Investigación de futuras intervenciones tales como la provisión de información a los automovilistas y sistemas de tecnologías de información sobre sistemas de transporte, incluyendo aspectos relativos a la seguridad y el ambiente. Fortalecimiento de la vinculación entre la investigación científica y la toma de decisiones y la planeación. Investigación de las alternativas para reflejar los costos que el uso de los vehículos motorizados imponen sobre otros y sobre el ambiente, ayudando así a reducir las externalidades negativas del tráfico. Instrumentos financieros asociados a los procesos de desarrollo urbano sostenible La implementación adecuada de instrumentos financieros en los procesos de desarrollo urbano sostenible puede traducirse en medidas efectivas de gestión de la demanda al inducir a las personas a vivir cerca de sus centros de trabajo y/o a lo largo de los corredores de transporte. También, pueden generar recursos adicionales que la ciudad podría canalizar como fuente de financiamiento adicional o complementario en el desarrollo de sistemas de transporte sostenible, así como para la implementación de proyectos de gestión de la demanda, entre otros. Para mayor información se recomienda revisar el informe: Planning For Brt-Oriented Development: Lessons and Prospects from Brazil and Colombia, publicado por el Clean Air Institute en 2011 (www.cleanairinsitute.org). p. 40 3.2.6 Política de estacionamientos en América Latina Elaborado por Michael Kodransky (ITDP) El séptimo instrumento para la reducción de tráfico es la política de estacionamientos, la cual racionaliza el uso de las calles y la circulación de automóviles particulares en vecindarios. Desde la perspectiva de control de la demanda, cada espacio de estacionamiento creado hace que conducir sea más atractivo. La regulación de estacionamiento en la calle es por lo tanto, el primer paso para una mejor administración del estacionamiento general de una ciudad, especialmente porque gran parte de la congestión es causada por conductores que circulan en busca de un espacio disponible. Sin una política integral para regular y gestionar las calles, ningún número de estacionamientos fuera de la vía pública podría aliviar los problemas de parqueo en una ciudad. Figura 22 Formato de cobro – Zona Azul Desde Lima hasta Bogotá y de Sao Paulo hasta Santiago de Chile, el método que prevalece cuando se procura mejorar el manejo del estacionamiento en las calles, es la creación de “zonas azules”; en donde por medio de tiquetes y valet se cobra una tarifa. En este sistema formal, se le otorga una concesión por parte de la ciudad a un operador privado. Sin embargo, este sistema tiene un alto potencial de fraude y malversación de ingresos, ya que no hay un buen procedimiento de rendición de cuentas y hay muchas formas de manipular el sistema. Por ejemplo, un empleado puede negociar con el conductor un descuento por debajo de la tarifa oficial, sin dejar rastro físico de la transacción. Esto es posible cuando hay poca supervisión y la tasa de ocupación del estacionamiento es monitoreada solo ocasionalmente. Ciudades como San Francisco en los Estados Unidos, Rosario en Argentina y Ciudad de México, basan sus cobros de parqueo sobre la acera con metas en ocupación y disponibilidad. Estos se establecen aproximadamente en 85% y 15% respectivamente. Por medio de parquímetros y una aplicación estricta, se puede ayudar a alcanzar estos objetivos. Pocas ciudades en América Latina se han caracterizado por buenas prácticas en términos de recuperar efectivamente los ingresos por estacionamiento. Algunas ciudades como Bogotá y Sao Paulo experimentaron con la tecnología de pago por medio de telefonía móvil, esto con el fin de simplificar la recaudación de la tarifa de manera digital, yendo más allá que parquímetros de uno o varios espacios. Sin embargo este sistema falló por problemas de monitoreo y administración. Un sistema de cobro es tan eficaz como la aplicación de las normas de estacionamiento por parte de la policía de tránsito o el organismo responsable. En América Latina como en Sudáfrica, India y China, aparecen “asistentes” de parqueo informales cuando no existe una gestión de estacionamiento eficaz. En la ciudad de México a estos “asistentes” se les llama Viene-Viene o franeleros, mientras que en Buenos Aires se les conoce como trapitos, los cuales en teoría, lavan las ventanas de los conductores y cuidan el carro por una tarifa. Este sistema informal ayuda a controlar el caos y la congestión en algunas de las calles, causado por conductores en busca de estacionamiento barato o gratuito, especialmente si no hay un sistema de estacionamiento regulado y bien aplicado. Sin embargo, este sistema también conduce a desorden vial donde la extorsión es común. Los “asistentes” informales, junto con la falta de regulación, han fomentado el estacionamiento caótico en las calles; vehículos en las aceras y bloqueos en entradas privadas y carreteras, entre otros problemas. Figura 23 Parquimetro Ecoparq p. 41 A principios de 2012, la Ciudad de México lanzó el programa ecoParq. Este fue puesto a prueba en el barrio Polanco, el cual representa 4 km2 de la ciudad y consiste en un parquímetro de múltiples espacios. Se espera que el programa, el cual es supervisado por la Autoridad del Espacio Publico dentro de la Secretaria de Desarrollo Urbano y Vivienda (SEDUVI), se extienda por toda la ciudad. La propuesta inicial para la reforma en el estacionamiento fue establecida en el Plan Verde, Plan de Desarrollo Sustentable para Ciudad de México escrito por el alcalde Ebrard. Antes de ecoParq, la Ciudad de México experimentó con varios sistemas de gestión de estacionamiento. El más notorio fue en 1993, el gobierno implementó por primera vez los parquímetros de un solo espacio en los barrios Zona Rosa, Cuauhtémoc y Juárez, controlando 4,345 espacios para estacionar. Una lección aprendida es que la aplicación fue pobremente establecida y estuvo acompañada de vandalismo, lo cual redujo el apoyo político para una reforma en la política de estacionamientos. Las reglas de parqueo deben ser efectivamente implementadas con el fin de cumplir su función. En los casos donde los conductores se estacionan en las aceras, ciudades como Paris y Madrid instalaron bolardos para prevenir físicamente la entrada de vehículos en los caminos peatonales. Asimismo, en Bogotá se instalaron bolardos y se expandieron las aceras para retirar vehículos de la calle. Bogotá incluso catalizó una industria de estacionamiento privado, con los precios siendo regulados por el gobierno como en muchas ciudades Chinas. Esto puede tener un impacto sobre la viabilidad del sector de estacionamiento privado, ya que se les impide cobrar la tasa del mercado. Figura 24 Funcionarios Ecoparq El nuevo sistema en Ciudad de México, consiste en la combinación de un oficial de policía de tránsito con un empleado de ecoParq. Para inmovilizar los vehículos que no hayan realizado el pago se utiliza una abrazadera de la rueda, y para retirar este artefacto, el conductor debe llamar a un oficial de control, quien notificará a un empleado de ecoParq. En promedio, cada 6 cuadras hay una “pareja de ejecución” circulando. El vehículo no es liberado hasta que el conductor no demuestre pruebas de haber realizado el pago de la multa. Esto se puede realizar con la computadora de mano del oficial de policía en el lugar, o en los bancos y puntos de pago seleccionados. El conductor dispone de 2 horas para pagar o el vehículo es llevado en grúa a un centro de detención especial. Este sistema en la Ciudad de México ha llevado a que los conductores que buscan estacionamiento más económico, dejen sus automóviles en barrios cercanos donde no existe Ecoparq. Como resultado, estos barrios quieren ahora contar con el mismo sistema, especialmente porque 30% de los ingresos van a proyectos para mejorar el espacio público; según el contrato que la ciudad firmó con el operador privado. Esto es similar a lo que ocurrió en Londres después que el alcalde Ken Livingston creó la tasa de congestión. Los residentes de los barrios al oeste del área donde se implementó, pidieron una extensión de esta zona para hacer frente a los efectos colaterales. El desastre causado por la mala gestión del estacionamiento en la calle, llevó a muchas ciudades en América Latina a construir estacionamientos fuera de la vía pública. La regulación de zonas para construir este tipo de estacionamientos ha existido en América Latina por lo menos desde 1970. Estos requerimientos forzaron a los urbanizadores a construir más estacionamientos de los que eran p. 42 necesarios, ya que los espacios no eran compartidos por diferentes usuarios a lo largo del día o en diferentes días de la semana. Por ejemplo, la regulación en Rio de Janeiro no ha sido modificada desde 1976 según el Centro de Ingenieros de Tráfico, el cual hace parte de la Secretaria de Transporte. En cambio, Zúrich ha llegado a requerir las mismas regulaciones para el estacionamiento de bicicletas. El costo de la construcción de estacionamientos para los desarrolladores se transmite a los residentes, incrementando su costo de vida. En la Ciudad de México, los urbanizadores necesitaron construir sótanos para poder cumplir con los límites de altura en las avenidas centrales como la Av. Insurgentes y Av. Reforma. Debido a que la construcción subterránea es más dispendiosa, el costo de la construcción aumenta en un 30%. De hecho, en algunos lugares como Ciudad de México hay casos en que las evaluaciones del impacto en el tráfico le exigen a los desarrolladores construir 20% más estacionamientos, que lo requerido por la regulación. En el caso de San Francisco por ejemplo, el estacionamiento reduce la cantidad de viviendas que se puede construir en un lote hasta en un 25%. En Sao Paulo, el área de desarrollo consumida por estacionamientos ha aumentado rápidamente y se espera que esta tendencia continúe debido a la normativa vigente (ver figura 20). 60% 55% 50% 45% 40% 35% 30% 25% 20% 15% 10% 5% 0% 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010 2020 Figura 25. Relación de la evolución: [Área de estacionamiento/área del suelo] (Rojo) and [Área de estacionamiento/área total construida] (Azul) en São Paulo. Fuente: Hamilton de França Leite Júnior, (2011) “Evolution of Space for the Automobiles in Relation to the Total Built Area in Buildings in Sao Paulo” 11° Conferencia Internacional LARES, Sao Paulo, Brasil En otros casos, los gobiernos utilizaron fondos municipales para construir zonas de estacionamiento. Esto para recuperar los altos costos de construcción y mantenimiento de estas instalaciones. Sin embargo, generalmente se establece un precio elevado y cuando el costo de parquear sobre la calle sigue siendo barato o gratuito, las instalaciones permanecen vacías. Esta es la situación en India, donde los estacionamientos de varias plantas construidos con fondos públicos permanecen vacíos en p. 43 Delhi y Mumbai, mientras que las calles aledañas tienen espacios de estacionamiento gratuito y siguen siendo caóticas. Algunas ciudades europeas como Ámsterdam, han construido “Park & Rides” al final de las líneas de transporte público para disuadir a los conductores de entrar al congestionado centro de la ciudad. El costo de implementar “Park & Rides” incluye un pasaje de transporte, comercializado como un incentivo gratuito a aquellos conductores que utilicen el estacionamiento. El problema con estas instalaciones, aparte del costo, es que son utilizadas por los residentes que viven en los alrededores para satisfacer las necesidades de estacionamiento de largo plazo. Adicionalmente, el costo de construcción de un espacio de parqueo en Europa es de entre 30,000 a 60,000 euros, cifra similar a lo que cuesta la construcción del mismo espacio de parqueo en América Latina en sus respectivas monedas. Los residentes que viven en las zonas de ecoParq en Ciudad de México, tienen permisos gratuitos de parqueo residencial generando una aceptación del sistema. No hay un mecanismo específico que prevenga a estos conductores a estacionar, en cualquier momento en los espacios más de mandados, el único factor limitante ha sido los requisitos estrictos para obtener un permiso. A marzo 31 de 2012, alrededor del 46% de los residentes que han aplicado para un permiso se les ha concedido uno. El objetivo de mejorar la disponibilidad de parqueo en las aceras no ha mejorado hasta ahora. Esto puede ser en parte por la distribución de las unidades de vivienda en un extremo de Polanco, mientras los restaurantes, bares y establecimientos comerciales se encuentran en el otro extremo. Las necesidades de estacionamiento son más altas cerca a las unidades de vivienda. Las necesidades de estacionamiento para visitantes y de uso frecuente son más altas en centros empresariales y a lo largo de los corredores comerciales. En Ámsterdam, los permisos de parqueo residenciales sirven como un mecanismo de tope de estacionamientos. El estacionamiento fuera de la vía pública está altamente restringido y los permisos residenciales sirven como una cuota para los espacios en la calle. Hay una lista de espera de diez años para obtener un permiso de parqueo residencial y a diferencia de Ciudad de México, estos permisos no son gratuitos. Otras ciudades como Shanghái subastan placas de automóviles como un mecanismo para limitar la propiedad de automóviles y con esto el número de conductores. El conjunto de herramientas se está expandiendo en maneras nuevas y creativas. Bajo el liderazgo del alcalde Newsom, San Francisco implementó uno de las herramientas más innovadoras en el control de la congestión en Estados Unidos. Antes del lanzamiento del proyecto, la ciudad contó el número de espacios de parqueo, siguiendo el principio de que no es posible gestionar aquello que no se puede medir. Puesto que la ciudad esta geográficamente limitada por agua en todas las direcciones, la tierra es un bien escaso. Las carreteras constituyen gran parte del entorno construido, 25% de la superficie terrestre, y los conductores necesitan un espacio de estacionamiento en todos los destinos a los que se dirigen. Con 441,541 espacios de parqueo en total, estos terrenos surgieron como un activo valorado de bienes raíces. Aproximadamente 280,000 de los espacios se encuentran en la calle y tan solo 25,000 cuentan con parquímetro, mientras que el resto están en estacionamientos públicos o privados. Los espacios que se encuentran en la calle solo ascienden a un área de tamaño equivalente al Golden Gate Park, el espacio verde más importante de la ciudad. Una subvención federal para la mitigación de la congestión de 19.5$ millones, junto con un 20% de la administración local, permitió a los planificadores urbanos hacer el programa piloto SFPark. Este es administrado por la Agencia Municipal de Transporte de San Francisco Municipal (SFMTA), es un acercamiento enfocado a la demanda, para la administración de estacionamientos en los centros comerciales alrededor de la ciudad. Incluyendo también el centro cívico y el centro financiero que constituyen del 25 al 30% de los espacios con parquímetro en la ciudad, en ocho áreas utilizando p. 44 sensores insertados en la calle para detectar magnéticamente los autos estacionados. En el 2011, la ciudad puso a prueba su nuevo sistema de administración de estacionamientos en 7,000 de los 28,800 espacios con parquímetro en San Francisco, así como en 12,250 espacios en 15 de los 20 parqueaderos públicos que son propiedad de la ciudad. El principal objetivo es alcanzar la meta de ocupación en todas las calles para minimizar el tiempo de búsqueda de un espacio de parqueo libre. En el 75% de los casos, el cambio en tarifas ha permitido que SFPark cumpla con los objetivos de ocupación. El Departamento de Planeación de la ciudad de Nueva York realizó en el 2000 la re zonificación de 1/3 de la ciudad para que todos los nuevos desarrollos de alta densidad estuvieran agrupados a una distancia de diez minutos caminando al transporte. PlaNYC, el plan estratégico de la ciudad a largo plazo, sirve como modelo para el futuro crecimiento de la ciudad y pone en evidencia que el 90% de los nuevos desarrollos deben estar cerca del transporte. La razón por la que un porcentaje tan alto de personas en Nueva York no tienen un auto es porque existe una restricción al estacionamiento en el centro de Manhattan, mientras que otros tipos de acceso, incluyendo el transporte público masivo asequible son proporcionados. El consejo de la ciudad aprobó una ley declarando que todos los propietarios deben permitir a los empleados entrar sus bicicletas al edificio, mejorando el acceso a los vecindarios. Los establecimientos de estacionamiento ahora también ofrecen espacios para bicicletas, lo que forma parte de una tendencia general en las ciudades hacia el consumo colectivo que incluye el auto compartido y el sistema de bicicletas públicas. El tráfico en ciudades de América Latina se encuentra en un punto de saturación. Lima, Ciudad de México, Sao Paulo, Buenos Aires y otras tienen severas congestiones que tienen un impacto negativo en la economía. En promedio solo 30% de los residentes de estas ciudades tiene automóvil, pero todos se ven afectados. Lecciones recientes de la Ciudad de México y Rosario muestran los beneficios de un sistema eficaz de precios de estacionamiento en la acera, con una aplicación responsable y un eficiente recaudo de ingresos. Más ciudades empiezan a hacer frente al sector informal, a usar la tecnología para la recolección de ingresos, a contratar a un operador privado con una trayectoria en la gestión de estacionamientos para ayudar a la ciudad, a derogar las normas mínimas de estacionamientos en los códigos de construcción que fomentan el ciclo de dependencia del automóvil, y a utilizar los recursos generados por los estacionamientos, para hacer mejoras en las zonas urbanas. Las mejoras en los servicios de cobro tales como el acceso a tarjetas de crédito y pagos por teléfono, optimizara la experiencia de pago del consumidor. El acceso a transporte público aumenta el valor de la tierra y mejora el potencial de desarrollo, mientras que el estacionamiento tiene un costo de oportunidad enorme. Los desarrolladores y los propietarios de negocios están siendo los defensores de una reforma al estacionamiento. Eventualmente, el modelo ecoParq llevará a un modelo de fijación de precios más dinámico como SFPark. Otras ciudades de América Latina buscaran seguir el éxito de Ciudad de México y Rosario con el programa de estacionamiento de espacios múltiples. Eventualmente, otras estrategias de mitigación de tráfico serán necesarias si las grandes ciudades en otras regiones son indicadores de las tendencias, como en el caso de la carga de congestión en Londres. El estacionamiento ha demostrado ser políticamente más relevante para empezar a cambiar el comportamiento en la modalidad de transporte. 3.2.7 Restricciones regulatorias Existe una octava forma de gestión de la demanda, que consiste esencialmente en generar regulaciones que intenten reducir el uso indiscriminado del automóvil. El ejemplo típico de esquemas de este tipo es la restricción por placas, el cual se ha implementado en varias ciudades de la región p. 45 (Bogotá, Sao Paulo, Santiago de Chile, México DF, La Paz, etc) sin resultados muy alentadores en el mediano plazo. Este instrumento se presenta aquí más para describir sus efectos esperados, el impacto real que tuvieron, y una posible explicación de sus resultados. Figura 26. Bogotá es una de las ciudades que ha experimentado (sin éxito) con una política de regulación de matrículas. Fuente: Carlosfelipe Pardo. El esquema de restricción por placas (matrículas) consiste en una restricción según el último dígito de la placa del automóvil. Algunos esquemas (los primeros implementados) restringían el uso del vehículo una vez a la semana y durante todo el día, sacando de circulación los automóviles con placas que terminaran en 1-2, 3-4 y así sucesivamente según días de la semana. Otros esquemas buscaron implementarse de esta manera pero únicamente en “horas pico/punta” (para así dar la opción a los vehículos en restricción que circularan antes o después de la hora punta, efectivamente redistribuyendo la curva de demanda y la congestión en vía). La tercera opción, a veces combinada con la segunda, fue restringir las placas de 4 dígitos por día (1 al 4, y así sucesivamente), lo cual generaba una restricción de dos días a la semana para todos los vehículos y además reducía la circulación de vehículos a 60% del parque existente en el momento de la implantación. p. 46 Figura 27. Evolución de vehículos matriculados en Bogotá y el resto de Colombia, mostrando el efecto perverso del esquema “pico y placa” desde su implantación en 2000. Fuente: Cantillo. En algunos casos, como en el de Bogotá, el peaje urbano se ha propuesto como una alternativa a programas de restricción vehicular en vigor. Al respecto, varias formas de restricción vehicular han sido implantadas en diversas ciudades de América Latina desde fines de los años ochenta. Un estudio de Mahendra (Dimitriu and Gakenheimer, 2011), señala que las restricciones vehiculares implantadas en Santiago de Chile, ciudad de México Sao Paulo y Bogotá “no han sido capaces de reducir el crecimiento en la propiedad de automóviles y la congestión de tránsito, creando la necesidad de considerar enfoques alternativos basados en el Mercado tales como políticas de precios por congestión, junto con inversiones en transporte público”. En Bogotá, la popularidad del Pico y Placa se ha reducido a menos del 30%. El caso de México con su restricción llamada “Hoy no Circula” es bastante útil para esta discusión. Este esquema es de restricción de placas (pares y nones) donde se buscaba controlar y reducir las emisiones contaminantes de los vehículos automotores, disminuir el consumo de combustibles y renovar la flota vehicular. La Tabla presenta una evolución de este esquema con sus diferentes componentes. En un estudio realizado por la Ciudad de México en 2009 (Riveros, 2009), se encontraron los siguientes impactos/resultados del esquema Hoy no Circula (HNC): - - - No hay incentivo para hacer cambio modal “por las buenas” (el transporte privado no es un bien substituto con el transporte público), desde allí un programa de restricciones exógenas como el HNC es válido. El HNC fue una medida que aunque no buscó resolver el problema de contaminación de fondo, ha sido útil para disminuir el nivel de episodios de contingencia ambiental en la ZMVM El HNC no tuvo impacto significativo sobre el mercado de autos nuevos, pero si aumento el precio de los autos usados en 11.5% (y su demanda) Se ha ahorrado alrededor del 6% de consumo de gasolina y por consecuente una reducción de las emisiones contaminantes (fuente: Uniman, 2011).- p. 47 AÑO ANTECEDENTES 1989 Inicia la aplicación obligatoria en periodo invernal, reduciendo la circulación del 20% del parque vehicular todos los días. Además se amplia a municipios del Estado de México. 1990 Se establece que el Programa “Hoy No Circula” tendrá una vigencia permanente. 1997 Se introduce el holograma “0” para vehículos con bajo nivel de emisiones exentándoles del HNC 1999 Se introduce una nueva modalidad al HNC con el holograma “00”, para vehículos con tecnología más eficiente para el control de las emisiones. 2004 Se establece el criterio de año modelo para obtener el holograma cero (10 años de antigüedad). 2005 Introducción de vehículos híbridos y por primera vez se explora la posibilidad de refrendar el holograma “doble cero”. 2006 Se inician el diseño para restringir la circulación de vehículos foráneos en caso de Precontingencia Ambiental. Además, se elimina el holograma “Uno”. 2007 Se pone en marcha un programa de eficiencia energética y emsiones, a través del refrendo del holograma “00”. 2008 Se establece el criterio de 8 años para obtener el holograma “0” y se restringe todos los días la circulación de vehículos con placas de otras entidades. 2008 Entra en operación la restriccion Sabatina de 5:00 a 22:00 para vehiculos con holograma “2” Tabla 7. Evolución del Esquema de Hoy No Circula. Fuente: UNAM 2009, citado por Uniman, 2011. Otro estudio realizado por la Universidad de Michigan en 2008 encontró lo siguiente (Uniman, 2011): • El HNC no ha tenido un impacto significativo sobre la reducción de contaminantes en la ZMVM (no se le puede atribuir con claridad). • El programa condujo a un incremento en el número de automóviles en circulación y aumento en la edad promedio de la flota debido a las acciones de los usuarios en reacción a la medida, y posiblemente un aumento en las emisiones en el corto-plazo • El HNC fue inefectivo en inducir el cambio modal a medios de transporte más eficientes. • A partir de la implementación del HNC, el 22% de las viviendas compraron un segundo carro barato o se quedaron con el que ya tenían, (incluye aprox. 170,000 autos) viejo y que contaminaba mas. Este segundo no solo se utilizo para los días prohibidos para el auto principal, sino también en otros días por otros familiares, aumentando así el nivel de veh-km y las emisiones. En términos de reducir el uso de automóviles y las emisiones, los resultados han sido mixtos. El HNC se ha combinado con el Programa de Verificación Vehicular, de tal manera que los vehículos menos contaminantes han venido siendo liberados de la restricción, de forma que el HNC ha incentivado la renovación de la flota. Así, los resultados del esquema HNC son limitados, y da paso a una reflexión más profunda sobre la efectividad de esta medida. Los efectos que se esperaban lograr en muchas de estas medidas eran una reducción de la congestión y que esta perdurara en el tiempo. Además, se buscaba que los conductores de los automóviles buscaran otros modos de transporte para utilizarlos en el día de su restricción, y eventualmente con mayor frecuencia. Desafortunadamente, los efectos reales que se vieron por la implementación de estos esquemas fueron variados. Como primera medida, en muchas de las ciudades que se implementó esta medida se vio que los propietarios de vehículos compraban un segundo automóvil para así poderlo usar en el día que habrían tenido restricción. Además, la p. 48 motorización en cada ciudad seguía creciendo y esto paulatinamente borró el efecto real que tenía la medida en el flujo vehicular. En general, lo que se vio en términos de esta medida fue que el esquema de restricción regulatoria tenía un efecto inmediato visible, pero que se reduciría en el tiempo y que aparecerían efectos indeseados (como la compra de un nuevo automóvil). Figura 28. Sao Paulo tuvo el sistema “Rodizio” de regulación por matrículas. Fuente: Carlosfelipe Pardo. Todo esto se debe a varias razones. La primera, y más importante, es que los conductores de automóviles son seres humanos y, como tales, buscan soluciones a un problema. La solución que encontraron a este problema fue comprar otro vehículo, mientras que las soluciones encontradas en los casos de cobro por congestión o precios más altos de estacionamientos son relacionadas directamente con la conducta de movilizarse (usar otro modo de transporte, por ejemplo). Además, este esquema se vuelve inefectivo pues, a diferencia de los precios, no se puede ajustar mediante pasa el tiempo. Aún con una restricción, el parque automotor en vía va a seguirse incrementando, mientras que la medida es estática y carece de flexibilidad para responder a ese incremento. Otro agravante de este esquema consiste en cuando los cobros de multas por la infracción no son lo suficientemente altas, los usuarios ignara la medida. Algunas propuestas se han generado para mejorar la efectividad de un esquema de este tipo. Se han propuesto las siguientes (Wright, 2009): 1. Restringir la circulación únicamente en horas pico: esto se hizo en Bogotá en sus primeras fases, y lo que buscaba (y logró inicialmente) fue “mover” algunos viajes hacia los momentos del día antes y después de las horas pico. 2. Prohibir 4 números por día (en lugar de dos): Esto también lo hizo Bogotá, buscando una mejor permutación y reducir la probabilidad de compra de un segundo carro cuando se combinaba con su esquema de horas pico. p. 49 3. Cambiar el número de combinaciones cada tres o seis meses: Esta fue la tercera medida que logró Bogotá, la cual redujo la compra de automóviles que tuvieran la restricción los días viernes (un día en que se quiere utilizar el automóvil en la noche). 4. Registros de vehículos en el mismo domicilio reciben la misma terminación de placas: Esto no se ha realizado en ningún ejemplo pero sí es común en los esquemas japoneses de estacionamientos, y buscaría reducir la compra de dos vehículos para quienes solo tienen una propiedad. 5. Requerir nuevos números de placas para comprar autos usados: Esto no se ha implementado muy frecuentemente, y busca reducir el potencial de elección de números de matrículas en la compra de los vehículos. Una opción para mejorar esta medida es la de generar esquemas combinados de gestión de la demanda: por ejemplo, combinar la restricción por placas con un cobro por el uso de vías, donde quien tenga restricción puede pagar por usar las vías en los días que su placa está “castigada”, y otras opciones similares. No obstante, es claro que esta medida por sí sola tiene efectos limitados en el tiempo y en su impacto general, y puede tener efectos totalmente contrarios a los esperados (es decir, mayor motorización). 3.2.8 Pago según distancia Un esquema poco conocido y de dificultad relativa de implementación es donde se paga una tarifa por la distancia recorrida en el vehículo. Para implementar esta medida hay dos formas básicas: una es donde se cobra una tarifa por parte del gobierno por los kilómetros recorridos en la vía, mientras que la otra es donde otras compañías (por ejemplo, una aseguradora de automóviles) cobra según los kilómetros recorridos por el vehículo. En el primer caso, el gobierno cobraría de hecho el uso de las vías casi directamente, y en el segundo caso la lógica es que un automóvil que se use menos tiene menores riesgos de generar accidentes o similares. Figura 29. Tasas de accidentalidad según kilómetros recorridos por vehículo en el año. Fuente: Litman. El primer ejemplo está siendo implementado en los Países Bajos, donde se cobraría a los usuarios por el kilometraje recorrido. Esto solo se logró mediante un acuerdo con la ciudadanía donde el gobierno aceptó reducir los impuestos y cargos normales que se hacían al comprar un vehículo, y se p. 50 reemplazarían por el recorrido en las vías. Esto transformó de manera astuta el cobro por propiedad al cobro por uso del que se hablaba anteriormente. Figura 30 .Distribución de costos de seguro según esquemas normales y PAYD. Fuente: Litman p. 6. El obstáculo principal de este instrumento es su implementación específica, pues implica la instalación de dispositivos específicos en los vehículos, los cuales generalmente son un GPS que rastrea la localización del vehículo y registra su recorrido. Otras maneras más sencillas son relacionadas con el odómetro del vehículo, pero existe la posibilidad de que los usuarios cambien el registro del odómetro en un taller y reduzcan la efectividad de la medida. La otra preocupación cuando se utiliza un GPS es que se conoce la ubicación exacta de un vehículo (y casi siempre de su propietario), lo cual podría generar problemas de derecho a la privacidad. Este esquema tiene cada día mayor potencial debido al gran incremento de las opciones tecnológicas (y la progresiva reducción en costos de dichas opciones) que tienen la capacidad de seguimiento de los kilómetros recorridos y otros indicadores de recorrido y consumo de combustible. En este momento ya existen esquemas de seguimiento de automóviles (por ejemplo, Chevrolet y su programa Chevystar ®) que pueden incluir en su seguimiento el recorrido de kilómetros de un vehículo como parte de su software sin una inversión muy grande sino una modificación del programa que ya incluye el vehículo. p. 51 3.2.9 Instrumentos ambientales /de emisiones Figura 31- Zona de bajas emisiones de Berlin. Fuente: Ciudad de Berlin. Un último instrumento que se podría mencionar como gestión de la demanda es una variación del cobro por uso de las vías, y es el cobro por uso de vías pero según las emisiones que genera un vehículo. Este tipo de “zonas de bajas emisiones” han sido implementadas en varias ciudades de Europa, y esto se hace de acuerdo con los estándares de emisiones que se han establecido a través de ese continente. En diferentes áreas de las zonas urbanas, se determina dónde pueden circular ciertos vehículos según sus estándares de emisión, y se prohíbe la circulación de vehículos con muy altas emisiones por algunos sectores de la ciudad. Esto lo que genera es un esquema donde los ciudadanos buscan comprar automóviles menos contaminantes para poder circular por más zonas de las ciudades. El ejemplo más reciente de este tipo es en Berlín (Alemania), donde se estableció paulatinamente un esquema de restricción de circulación según zonas de la ciudad. Otro instrumento relacionado es las multas y bonificaciones según los estándares de emisión de un vehículo. Esto se ha implementado con éxito en Francia. Por ejemplo, un vehículo nuevo que contamine poco (≤60 gramos de CO2 por km) recibirá una bonificación de 5.000 euro en la compra del vehículo (efectivamente, un descuento), mientras que la compra de un vehículo altamente contaminante implicará el cobro de una multa por este concepto (p. ej. comprar un vehículo que contamine entre 245 y 250 gramos de CO2 por km debe pagar 2.600 Euros). Así, se balancean las cargas entre vehículos muy contaminantes y menos contaminantes a través de un cobro, enviándole una señal clara a los propietarios de vehículos que utilicen automóviles de menores emisiones. p. 52 No obstante, ninguna de estas medidas realmente reduce el problema de la congestión, sino que únicamente lo hace más limpio. Una versión extrema de este argumento es una ciudad donde existe congestión pero ningún vehículo tiene emisiones contaminantes, lo cual se ha denominado “congestión limpia” (clean congestion). 3.2.10 Esquemas empresariales Todos los esquemas que se han descrito arriba están relacionados con políticas directamente relacionadas con acciones gubernamentales. No obstante, la gestión de la demanda también se puede aplicar a escala empresarial, donde la industria comprende la problemática y actúa frente a ello porque encuentra beneficios directos o indirectos por la implementación de un esquema de este tipo. Existen varios ejemplos de esquemas empresariales en el mundo, los cuales buscan mejorar la eficiencia del uso del espacio de estacionamientos, incrementar la productividad y en general promover el uso del transporte sostenible. Además, en algunos casos (como en Francia, Alemania y el Reino Unido), existen incentivos de nivel gubernamental que fomentan este tipo de esquemas para las empresas que quieran tomar parte en ellos. Rye (2005) plantea los Planes de Trabajo (Travel Plans) como una estrategia general en la que se utilizan varios instrumentos para mejorar la movilidad al trabajo. Dichos planes han sido implementados en el Reino Unido de manera exitosa y con efectos claros. Por ejemplo, en Derby se implementaron esquemas donde existía una necesidad de reducir la demanda de los estacionamientos de un lugar de trabajo y para esto se estableció un precio por estacionar, al mismo tiempo que se instalaron duchas y lugares adecuados para llegar en bicicleta al trabajo y cambiar de ropa. En Kent, la falta de disponibilidad de estacionamiento para un lugar implicó que se generaran rutas frecuentes de buses (60 buses por hora) para llevar a las personas al sitio de trabajo desde la estación de transporte público (bus o tren) más cercana. También se entregó un pase de un mes gratis de transporte para los empleados nuevos. También existe una iniciativa en el Reino Unido llamada “Cycle to Work” donde se dan varios beneficios a quienes llegan en bicicleta a su trabajo (comenzando por subvencionar la compra de la bicicleta). Este esquema, que existe desde 2010, ha sido bastante exitoso. Por ejemplo, en los primeros 3 meses de 2012 se han registrado 23.400 personas al esquema para comprar una bicicleta nueva con reducción de precio y facilidades de pago. En total, más de 400.000 personas han sido parte del esquema, y esto se ha aplicado en 23.000 lugares de trabajo y en asociación con 2.200 tiendas de bicicletas en el país (RoadCC, 2012). En Alemania, el enfoque de varias empresas ha sido el de generar programas de reducción de viajes de trabajo dentro de un enfoque más amplio de gestión de la movilidad (Gomez-Vilchez, 2011). Estos programas de reducción de viajes al trabajo implican varios esquemas, dentro de los que se destacan el de ir en bicicleta al trabajo (promovido por la Federación Alemana de Ciclistas) donde se les da asesoría a las empresas para mejorar sus planes de movilidad empresarial; también incluyen programas donde la meta es reducir efectivamente el momento y forma en que viajan los empleados. Por ejemplo, trabajar en horarios distintos (flex-time) es una forma en que se pueden reducir los viajes totales al trabajo y desplazar su horario, lo cual también hace más eficiente el uso de espacio de oficinas y de estacionamientos, además de reducir el tiempo total de viajes al trabajo por parte de los empleados. Todo esto también se complementa con instrumentos en que se usan incentivos económicos directamente con los empleados para reducir la probabilidad de que lleguen al trabajo en automóvil (p. ej. al cobrar por el uso de estacionamiento u ofrecerles un pago adicional como subvención por el uso de la bicicleta o transporte público). p. 53 En América Latina, el Banco Mundial está trabajando en una prueba piloto para la implementación de esquemas de movilidad empresarial similares a estos en Sao Paulo y Ciudad de México donde se busca lograr que los empleadores promuevan el uso de transporte sostenible en sus empleados y tengan beneficios económicos con ello. No obstante, este trabajo ha sido comenzado muy recientemente y se espera tener resultados específicos de su implementación en agosto de 2013. Mayor información se puede consultar en: http://www.empresas-pela-mobilidade.com/imprensa/ Como tales, los planes que implementan las empresas tienen una acción que se limita a sus empleados, pero son muy potentes en términos del efecto que pueden generar si se logran en diferentes instituciones. Estos se relacionan específicamente con esquemas de generación de incentivos para utilizar el transporte sostenible (por ejemplo, utilizar transporte público o usar una bicicleta por medio de la entrega de bicicletas subsidiadas, pases de transporte público gratuitos, días de vacaciones adicionales según los días en que utilizan transporte sostenible, etc) y desincentivos para utilizar el automóvil particular (por ejemplo, cobrar por el uso de estacionamientos o dejar de incluir en los beneficios de empleado un estacionamiento gratuito). Esto se hace porque generalmente se traduce en una mayor eficiencia empresarial (menores gastos de estacionamiento es un primer ejemplo) y además una mayor productividad (por mayor actividad física que se traduce en mejor rendimiento laboral, para aquellos que viajan en bicicleta). 3.3 Complementos imprescindibles (jalar) Como se describía al inicio de este capítulo, la gestión de la demanda no es solamente la creación de instrumentos de racionalización del uso del automóvil ni de gestión de los recursos disponibles, sino también se deben generar estrategias de “halar” hacia los modos de transporte más sostenibles. Abajo se presentan algunos de estos instrumentos que complementarían las distintas opciones de “empujar” presentadas arriba. 3.3.1 Subsidios cruzados Primero que todo, un elemento clave para tener una estrategia completa de gestión de la demanda es que se generen políticas de subsidios cruzados dentro del sector. Esto se refiere a que los recursos provenientes de los diferentes instrumentos mencionados arriba (p. ej. un cobro más alto por estacionar o una sobretasa al combustible) tengan una destinación específica definida dentro del sector para mejorar las condiciones de transporte sostenible. Por ejemplo, la utilización de estos recursos para incrementar la frecuencia de transporte público o para construir o mantener infraestructura para bicicletas podrían ser una de las muchas opciones existentes. No obstante, es importante revisar si la legislación local permite este tipo de instrumentos, aunque es común que sea permitido tener destinaciones específicas de recursos y por ende subsidios cruzados dentro del sector. Algo muy importante con respecto a los subsidios cruzados es que resuelve el dilema que se presenta cuando se generan cobros por el uso del automóvil, donde los ciudadanos sienten que dicho cobro “solamente favorece a los ricos” pues asciende el umbral de gasto desde el cual se puede utilizar un carro. Aquí, el subsidio cruzado actúa como un favorecimiento directo para las personas con menos recursos, cuyo beneficio está directamente relacionado (y efectivamente subsidiado) por el cobro que se genera a quienes utilizan el automóvil. 3.3.2 Política general coherente con la gestión de la demanda Un elemento que implica la gestión de la demanda es que haya una política que sea totalmente coherente con la idea de la gestión de la demanda. Esto implica que la política de transporte de la ciudad (y muchas veces del país) dé prelación al transporte público, las bicicletas y caminar por encima de los automóviles particulares. También se necesita que existan planes y proyectos de p. 54 transporte sustentable en implementación o ya implementados. Finalmente, es necesario que las instituciones encargadas de implementar estas políticas tengan lineamientos y mandatos claros, y que tengan jurisdicción sobre los elementos clave para implementar una política, o influencia sobre otras instituciones en las que se defina parte de esas políticas (por ejemplo, entidades a cargo de la destinación de recursos financieros para estructurar la financiación para gestión de la demanda y transporte sustentable). 3.3.3 Transporte no motorizado Figura 32. Las bicicletas son una alternativa real de movilización en ciudades de América Latina. Fuente: Carlosfelipe Pardo. El transporte no motorizado comprende tanto el uso de la bicicleta como caminar. Este componente del transporte sustentable es crucial para generar una política completa que complemente la gestión de la demanda, especialmente cuando se busca reemplazar viajes de automóvil cortos con otras opciones. Para tener planes y proyectos completos de transporte no motorizado es necesario tener políticas claras de creación y mantenimiento de infraestructura, regulación adecuada y esquemas de educación y promoción para el uso de la bicicleta y caminar. Una política ciclo-inclusiva (como se ha comenzado a llamar una orientación de políticas de transporte que incluye a la bicicleta como uno de los principales componentes de sus proyectos e inversiones) debe tomar al usuario de la bicicleta como un punto de partida para la planificación de infraestructura y políticas de transporte. Así, se logra mejorar las condiciones para las bicicletas (y los peatones) en una ciudad, y se recupera la eficiencia y conveniencia de andar en bicicleta por una ciudad que muchas veces se pierde sustancialmente por planificación inadecuada. Existen muchos detalles cruciales para la planificación de ciudades y espacios que den prioridad al transporte no motorizado, que incluyen desde las dimensiones específicas hasta reglas claras de diseño de dicha infraestructura y lineamientos de regulación y políticas al respecto. Dado que se sale del enfoque de este documento, se dirige a los lectores a otras publicaciones de esta serie con otra información donde se describe con mucho mayor detalle el tema de planificación ciclo-inclusiva o componentes específicos de una política de bicicletas como el Documento de esta misma serie sobre bicicletas públicas. Para una visión completa de las políticas ciclo-inclusivas en países en desarrollo, se p. 55 sugiere el documento de 250 páginas “Cycling-Inclusive Policy Development: a Handbook.” (Goodefrooij, Pardo y Sagaris, eds, 2009). 3.3.4 Transporte público Figura 33. Los sistemas BRT (Bus Rápido) han crecido exponencialmente en implementación en las últimas décadas. Fuente: Carlosfelipe Pardo. El transporte público implica cualquier medio de transporte que pueda transportar a varias personas a la vez y que sea accesible para todos. Es imprescindible que el servicio de transporte público sea de muy buena calidad y que las condiciones de desempeño del sistema también sean buenas. La creación de sistemas de transporte masivo (metros o sistemas BRT, según el caso de cada ciudad) es indispensable en las ciudades grandes que tengan alta demanda de este tipo de transporte. Por último, la política de desarrollo urbano que tenga una ciudad va a tener una influencia directa sobre la efectividad de los programas de gestión de la demanda que se hagan en una ciudad. Esto es porque la forma como se conciba el desarrollo de una ciudad, si es compacta o dispersa o si asume que habrá viajes largos o cortos, tendrá una incidencia a largo plazo sobre la probabilidad de hacer que los viajes en automóvil sean reemplazados por otros modos. En general, cuando se tiene una política de ciudad compacta y se planea para tener viajes cortos, sería mucho más probable que una política de gestión de la demanda sea efectiva. 3.3.5 Regulación y gestión de la demanda para motocicletas Algo similar sucede con el tema de motocicletas, el cual ha sido un fenómeno que recientemente ha tomado fuerza y es de gran importancia para comprender la problemática del transporte en América Latina. La motorización es mayor en las motocicletas que en los automóviles (véase, por ejemplo, Haworth, 2012), y esto implica que la regulación de su compra y venta, los impuestos y costos de seguro que se deben pagar, y los cobros por estacionar las motocicletas, deben ser establecidos teniendo en cuenta las externalidades de estos vehículos que en varios casos son mayores que las de los automóviles a pesar de su eficiencia de uso de espacio y, en algunos casos, el menor nivel de emisiones. p. 56 En este sentido, es importante tener en cuenta las motocicletas y su uso incremental como una problemática muy presente en América Latina y sobre la cual se debe actuar (Vasconcellos, 2008). En lo que respecta a este documento, se propone que se implementen medidas similares a las que se implementan con los automóviles pero adaptándolas según las características del uso de motocicletas. Esto se debe hacer para evitar un cambio modal del automóvil hacia la motocicleta en un escenario donde los instrumentos de gestión de la demanda restringen el uso del primero pero no imponen condiciones regulatorias ni de precio sobre la segunda. El caso de Taipei (Taiwan) podría servir como un ejemplo útil (véase Chang y Wu, 2008). p. 57 4 Críticas a la gestión de la demanda La gestión de la demanda ha sido blanco de diversas críticas y argumentos en contra que es necesario tener en cuenta tanto para un adecuado diseño de estrategias e instrumentos, como para las estrategias de educación y mercadotecnia social. A continuación se presenta un resumen de las críticas más comunes a los instrumentos presentados en el capítulo anterior, junto con elementos para su discusión. 4.1 Inequidad La gestión de la demanda se ha descrito en algunas ocasiones como una medida inequitativa donde los usuarios tienen que pagar por algo a lo que de por sí tienen derecho (el uso de infraestructura vial). Se dice también que las personas con mayores recursos serían las únicas beneficiarias porque serían quienes podrían pagar un estacionamiento más costoso, un peaje urbano o incluso combustibles más caros. En contraposición, se dice la población de menores ingresos vería afectada su movilidad debido a su incapacidad económica para cubrir dichos costos. Al respecto, es necesario considerar que una implementación adecuada de la gestión de la demanda incluye una redistribución de los cobros y beneficios entre usuarios, y desde su concepción implica un cobro más adecuado por los costos asociados al uso del automóvil. Es decir, las políticas de transporte actuales (en particular en América Latina) tienen un sesgo económico hacia los automóviles al no cobrar sus costos reales en términos de congestión y otros impactos directos e indirectos. La gestión de la demanda tiene el propósito de corregir estos costos e inducir a un uso racional de los vehículos motorizados, particularmente los de uso individual. Adicionalmente, los ingresos generados por el cobro de la infraestructura vial podrían redistribuirse para reducir los costos o mejorar la calidad de los servicios de transporte urbano de una región, incluyendo las instalaciones y equipamiento de transporte público, zonas peatonales, ciclovías y/o la seguridad vial en general, como sucede con el esquema de cobro por congestión en Londres. La mejora de los servicios de transporte urbano beneficiaría a toda la población y en particular a los grupos de menores ingresos. Para asegurar que este fin se cumpla, es necesario asegurar la mayor transparencia en la captación, administración, asignación, monitoreo y evaluación de los recursos generados, la eficacia en su aplicación. La participación de actores clave y de la sociedad civil es fundamental para asegurar tanto la claridad como la eficiencia y eficacia del uso de los recursos. 4.2 Pago por impuestos ya pagados Muchas personas que utilizan el automóvil argumentan que la gestión de la demanda no es justa pues “ya han pagado suficientes impuestos”. Es importante reiterar el punto de los costos totales reales del uso indiscriminado del automóvil, los cuales se pueden ajustar a una situación más realista y este ajuste implica costos más altos por su uso. En muchas ciudades, es interesante realizar el ejercicio de analizar el flujo de pagos de un impuesto (a quién se paga, en qué se invierte) para conocer mejor la forma como se financia la infraestructura de una ciudad y cómo el transporte es un sector donde no hay una relación necesariamente directa entre los gastos de impuestos y otros cobros y la construcción de infraestructura, parqueaderos y, más allá, el cobro por impactos secundarios e indirectos en el sector. 4.3 ¨Antes se debe generar mejor transporte público¨ Una cuestión que se puede describir como “huevo y gallina” es la descripción que se definió anteriormente como “empujar y jalar”. Para algunas personas, es imprescindible mejorar las condiciones de transporte público para poder implementar un esquema de gestión de la demanda. p. 58 Aunque es totalmente válida y hasta cierto punto cierta, el problema con esta visión es que muchas ciudades utilizan este argumento como un escudo para implementar medidas de gestión de la demanda, y sus planes de mejoramiento de transporte público tienen un cronograma mucho más relajado que uno donde se pensaran seriamente las opciones de gestión de la demanda como algo inminente. Por ejemplo, donde se implementaran cobros más altos de estacionamiento, podría verse un aceleramiento de búsqueda de soluciones de transporte público de alta calidad. Como tal, es el mismo problema de “huevo y gallina” y es importante tener esto en cuenta para establecer e implantar programas integrales de transporte sustentable que incluyan estrategias de gestión de la demanda. p. 59 5 Identificación y evaluación de beneficios Las prácticas de evaluación convencionales tienden a sobreestimar los beneficios totales de las soluciones por el lado de la oferta debido a que ignoran los costos indirectos (tales como los problemas que resultan de la demanda inducida), y tienden a subestimar los beneficios totales de las estrategias TDM (tales como ayudar a mejorar la movilidad de las personas que no conducen o apoyar los objetivos estratégicos de uso del suelo). Los beneficios de las estrategias de gestión de la demanda son múltiples, incluyendo: a) reducción de las emisiones de contaminantes atmosféricos y gases de efecto invernadero, b) disminución del consumo de combustibles, c) mitigación de la congestión, ahorros en construcción de carreteras e instalaciones de estacionamiento, d) ahorro de costos a los consumidores y e) un uso del suelo más adecuado. Un programa de gestión de la demanda que incluya una variedad de estrategias complementarias usualmente ayuda a al logro de la mayoría de los objetivos de mejora del transporte. La gestión de la demanda puede brindar ahorros tanto a los consumidores como al resto de la sociedad mediante la disminución y diferimiento de los costos de expansión de la capacidad vial. A menudo resulta ser la solución de menor costo. En los Estados Unidos, la adición de capacidad para acomodar los viajes en automóvil durante la hora pico cuesta aproximadamente entre 5 y 20 dólares por vehículo solo para vialidades e instalaciones de estacionamiento. Adicionalmente, los consumidores deben gastar miles de dólares anualmente en costos relacionados con sus vehículos y además imponen a la sociedad los costos externos relacionados con accidentes, emisiones contaminantes y restricciones a la movilidad de aquellos que no conducen un automóvil. La siguiente tabla ilustra un enfoque de evaluación integrado. Muestra que las soluciones convencionales tales como infraestructura vial y de estacionamiento, vehículos resistentes a los choques y los controles de emisión solo ayuda a resolver uno o dos problemas a la vez. Peor aún, las soluciones basadas en la infraestructura tienden a incrementar el parque vehicular y su uso (Litman, 2004). Por otra parte, las estrategias de gestión de la demanda ofrecen múltiples beneficios para reducir los viajes totales en automóvil. Aunque sus resultados individuales pudieran parecen modestos, una estrategia de gestión de la demanda amplia que incluya una variedad de instrumentos complementarios (como los que se plantean en el marco descrito en el capítulo 1, brindan significativos beneficios totales. p. 60 Tabla 8. Evaluación Integrada de Soluciones Convencionales y Estrategias de Gestión de la Demanda Congestión Estacionamiento Accidentes Contaminación Soluciones convencionales Expansión de la capacidad X vial Expansión de la capacidad de estacionamiento Vehículos a prueba de choque Sistemas de control de emisiones X X X Estrategias de gestión de la demanda Peaje urbano Gestión de estacionamientos Aseguramiento PAYD Pagos por emisiones X X X X X X X X X X X X X X X X La evaluación integrada planteada por el Victoria Transport Institute toma en consideración los beneficios que pueden resultar de la aplicación de las estrategias de gestión de la demanda dirigidas a reducir los viajes totales en los vehículos automotores. Como resultado, sus beneficios totales son mayores que los estrategias convencionales. Hay diferentes opciones en la gestión de la demanda que se deben tener en cuenta, pero antes que nada es importante aclarar nuevamente que no existe un solo instrumento que pueda generar soluciones para la congestión y otros problemas del transporte en América Latina. Se necesita un paquete de intervenciones que incluyan tanto una provisión de mejor oferta de transporte como una implementación de los instrumentos aquí planteados de manera coordinada y de acuerdo con el contexto. De otra parte, podrían evaluarse de manera inicial esos efectos en términos de reducción de congestión, emisiones, evaluación de costos, generación de ganancias, viabilidad política de cada instrumento. La presenta un análisis breve de estas opciones que da un panorama más completo de los efectos, costos, ganancias y viabilidad de cada uno de estos instrumentos. Es difícil llegar a una decisión sobre el esquema más apropiado, por lo que se presenta esta tabla para que los lectores la usen como herramienta para tomar sus propias decisiones con respecto a lo que es más útil en sus ciudades. p. 61 Tabla 91. Análisis de instrumentos de gestión de la demanda e impactos o beneficios. Elaboración propia. Aspecto/beneficios Efectos en congestión Efectos en reducción de emisiones Costos Generación de ganancias Viabilidad política Política de combustible Sustancial según el grado de reducción de subsidio/cobros adicionales Sustancial según el grado de reducción de subsidio/cobros adicionales Sin costo asociado Alto - Muy alto, aunque depende del esquema Muy baja o de largo plazo. Cobro a la propiedad No hay efecto directo pero sí indirecto por tráfico inducido por propiedad No hay efecto directo Sin costo asociado Significativo, pero depende del esquema Mediana Cobro por uso de vías Significativo en el área de la ciudad donde se implemente Significativo en el área de la ciudad donde se implemente Costos relativamente altos en su implementación, bajos en operación Significativo pero depende de estructura de cobro Relativamente baja Política de estacionamiento Sustancial Sustancial Sin costo asociado Moderado pero depende de estructura contractual y de precios Alta Restricciones regulatorias Altos pero de corto plazo. Puede ser contraproducente en el largo plazo Altos pero de corto plazo. Puede ser contraproducente en el largo plazo Sin costo asociado No hay ganancia asociada Alta Pago según distancia Alto Alto Sin costo asociado Moderado Alto si se vincula a reducción de cobros estáticos (p. ej. impuestos a la compra) Instrumentos ambientales Según el caso Alto Sin costo directamente asociado pero costos altos si se incluyen subsidios a la compra No hay ganancia asociada Alto Esquemas empresariales Moderado, aunque depende de cantidad de empresas vinculadas Moderado, aunque depende de cantidad de empresas vinculadas Sin costo asociado directo, y puede reducirse al comparar con otros gastos No hay ganancia asociada No aplica, pero viabilidad alta con gerencia comprometida. p. 62 6 Conclusión Figura 34. La combinación adecuada de medidas generará beneficios para todos los usuarios si son bien gestionadas. La formulación e implementación de políticas y programas efectivos para prevenir y controlar atender las consecuencias negativas de la motorización y explosión del uso de los automóviles es un reto crucial del siglo XXI, y se debe afrontar tan pronto como sea posible. América Latina necesita de medidas específicas para enfrentar estos desafíos, proteger a la población de los efectos de la contaminación atmosférica, mitigar emisiones de gases de efecto invernadero y el mejoramiento de la oferta de transporte público. Las estrategias de gestión de la demanda constituyen una parte fundamental de programas integrales dirigidos a este fin. La gestión de la demanda comprende un conjunto de políticas que pueden ser implementadas en el corto plazo y que generan efectos tanto a corto como a mediano y largo plazo en la movilidad de una ciudad, particularmente en la reducción de la congestión y los efectos consecuentes (menores emisiones, mejores condiciones de viaje, mayor eficiencia del sistema vial, mejor calidad de vida). La creación de una política que incluya la gestión de la demanda de manera fuerte implica una voluntad política muy fuerte y un político (alcalde) decidido en tomar decisiones difíciles. Con base en eso, se puede crear una política completa de transporte sustentable incluyendo gestión de la demanda. En América Latina es fundamental generar opciones de gestión de la demanda. No solamente es importante en términos del potencial que tienen estas medidas en una región donde hay muy pocos ejemplos e iniciativas al respecto, sino que el momento es el más propicio para implementar estas medidas mientras todavía la motorización es relativamente baja y la ciudadanía podría aprender a convivir con instrumentos que gestionen la demanda y no que provean oferta de infraestructura. En términos financieros, también es más razonable implementar la gestión de la demanda en una región donde no hay suficientes recursos para implementar proyectos de larga envergadura y donde sería más conveniente generar recursos para mejorar las condiciones del transporte público y el transporte sustentable en general. También es difícil esperar fuentes de subsidio al transporte público que sean distintas a los recursos generados por instrumentos de gestión de la demanda. p. 63 No existen soluciones mágicas ni “balas de plata” que puedan resolver los problemas en cuestión para cualquier circunstancia. La gestión de la demanda implica mucho trabajo y la valoración de varios escenarios de implementación y el empuje político al final del camino para poder implementar los instrumentos. Además, son necesarios los planes y proyectos que complementan la gestión de la demanda para poder tener una política completa de transporte sustentable. Halar y empujar son los dos temas más importantes para gestionar la demanda de manera adecuada. Las medidas de gestión de la demanda varían en sus efectos de reducción de congestión, de emisiones, en costos de implementación y mantenimiento, y generación de recursos financieros. También varían en su viabilidad política. Si fuese necesario escoger la medida con mayor potencial de implementación, varios estudios apuntan hacia las políticas de estacionamiento como la forma más viable y de corto plazo para implementar gestión de la demanda, ya que los costos de implementación son nulos, el potencial de generar recaudo es significativo aunque necesitan trabajo significativo para ser aprobadas. Las políticas de combustible son las que mayores recursos pueden generar pero cuya implementación es la más laboriosa en términos técnicos y políticos, mientras que el cobro por congestión podría ser una opción intermedia pues genera una cantidad relativamente significativa de recursos pero implica también trabajo político aunque a nivel local. En general, se puede decir que la información para implementar una política de gestión de la demanda está ahí, la capacidad técnica existe en la región, pero hace falta generar la voluntad política y el apoyo social que se requiere para ser implementado. Pero la experiencia internacional demuestra que se puede lograr. p. 64 7 Bibliografía A continuación se presentan algunos documentos clave para comprender la problemática de gestión de la demanda y consultar los temas más a fondo. Acevedo, J., Bocarejo, J.P;Lleras, G.; Ospina, G.; Rodríguez, A.; (2010). El transporte como soporte al desarrollo de Colombia. Una visión al 2040. Bogotá. Alarik, O. (2006). The Stockholm Trial. Estocolmo, Suecia, Congestion Charge Secretariat,: 37. Alexeev, V., Latipov, O, Layck, K (2009). IRF world Road statistics. Data 2002-2007. I. R. Federation. Ginebra. Álvarez, D. (2009). Tributación directa en América Latina: equidad y desafíos. Estudio del caso de México. Santiago de Chile. Arnold, R., Barry, R., Blakesley, J., de Corla-Souza, P., Doan, J., Muriello, M. (2010). Reducing Congestion and Funding Transportation Using Road Pricing In Europe and Singapore. Federal Highway Administration (FHWA) and Office of International Programs. 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Por ejemplo, el área metropolitana de la ciudad de México es una de las que presenta una mayor tasa de densidad de automóviles con 353 vehículos de pasajeros por kilometro de vía. Según el Instituto Nacional de Ecología, las pérdidas económicas anuales generadas por la congestión vial son de 120 mil millones de pesos para la población de la ZMVM. Similarmente, la empresa Consultores Internacionales S.C. ha estimado que la pérdida de productividad por el tráfico en la Ciudad de México equivale a 55.4 mil millones de pesos por año (equivalente a 4,400 millones de dólares anuales), lo cual representa el 1.95% del Producto Interno Bruto del Distrito Federal y el Estado de México. Por su parte, el Gobierno del Distrito Federal estima que el tiempo promedio de desplazamiento de viajes cuyo origen es el estado de México es de una hora y 24 minutos, mientras que el tiempo promedio de viajes dentro de la Ciudad de México es de 53 minutos por trayecto5. La congestión es un problema creciente de las ciudades del mundo y diversas áreas urbanas de América Latina lo padecen. La congestión vial repercute en el prolongamiento de los tiempos de viaje, el empeoramiento de la seguridad vial, la mayor contaminación de zonas urbanas y en general la reducción de calidad de vida en las ciudades. Esto también tiene efectos directos sobre el PIB de una ciudad, donde se ha estimado que la congestión puede generar pérdidas económicas considerables: por ejemplo, entre 4,6 y 6,1% del PIB se perdió en Buenos Aires en 1995 por congestión, en Santiago 5 Diario El Universal, 12 de abril del 2011 (CAI está en proceso de obtener el estudio original correspondiente.) p. 71 de Chile el 6,7% para el año 1994, en Sao Paulo entre el 5 y 6,7% para el año 1990, únicamente estimando efectos de contaminación (Gorham, 20026). Entre otras iniciativas, Texas Transportation Institute e IBM han hecho sendos intentos por medir los costos específicos de la congestión. Los cuadros 14 y 15 presentan los resultados de dichas evaluaciones. Figura 36. Costos de congestión en Estados Unidos en billones de dólares estadounidenses de 2010. Costos Asociados a la Congestión en los Estados Unidos El Texas Transportation Institute publica anualmente los costos asociados a la congestión en ciudades de Estados Unidos. Como puede observarse en la figura 9, los mayores costos están concentrados en las ciudades “grandes” y “muy grandes”. Estos costos estimados están asociados a factores como la pérdida de tiempo, productividad y de combustible. La figura permite también observar la pronunciada tendencia al alza que han tenido los costos de congestión y el impacto aparente de la recesión económica que ha afectado a la actividad del transporte (Urban Mobility Report, 2011). 6 Air pollution from ground transportation: an assessment of causes, strategies and tactics, and proposed actions for the international community. UN. Table A2. p. 72 Índice de Molestias de Tránsito La empresa IBM ha elaborado el Índice de Molestias de Tránsito (traducción al castellano del nombre original del “Commuter Pain Index”), el cual tiene la finalidad de medir la percepción de los conductores acerca de cómo les afecta el tránsito vehicular, tomando en consideración factores tales como estrés, enojo y molestias de salud, entre otros. Este índice refleja la carga emocional y económica de los viajeros en diversas ciudades alrededor del mundo. La ilustración muestra los valores obtenidos en la Cuarta Encuesta Anual sobre el Índice de Molestias de Tránsito, en la cual participaron más de 8 mil automovilistas de 20 ciudades (alrededor de 400 por ciudad). La encuesta incluyó 27 preguntas basadas en aspectos tales como tiempos de viaje, tiempos de atasco en el tránsito, situación de las condiciones del tráfico, estilos de conducción predominantes, niveles de estrés, enojo debido al tránsito, efectos negativos en el trabajo, percepción sobre el empeoramiento del tránsito, decisión de evitar circular debido al tráfico, etc. Un puntaje alto significa condiciones más desfavorables. (Cuarta encuesta anual sobre el Índice del Dolor, IBM, 2011). Como puede observarse, la urbe con mayor Índice de Molestia de Tránsito es la Ciudad de México. Buenos Aires aparece cerca de la mitad de la escala. Hasta el momento, este índice solamente considera estas dos ciudades de la región, lo cual invita a un ejercicio similar en otras ciudades de América Latina. Los resultados de la encuesta sugieren que las ciudades con mayor congestión tienen un nivel de molestias de tránsito más alto. Ello se traduce en una ciudad menos atractiva para invertir debido a una menor productividad. Como tal, éste índice es una aproximación a los problemas sociales y económicos de la congestión en una ciudad, un llamado a la mejora y una oportunidad para identificar buenas prácticas en las ciudades con los mejores índices. Figura 37 Índice de dolor de viajeros (Commuter Pain index) de IBM. Fuente: IBM Commuter Pain Index report. p. 73 8.2 Accidentes A nivel mundial se registran cada año alrededor de 1.2 millones de muertes y 50 millones de heridos debido a accidentes viales (Organización Mundial de la Salud, 2004). América Latina es una de las regiones más afectadas. La población más desprotegida es la más afectada, ya que entre un 80 y 90% de los daños ocurren en los países de ingresos bajos y medios. La tendencia va en aumento y podría aumentar en dos terceras partes para el año 2020 si no se toman acciones efectivas. Para el 2015, los accidentes viales pasarán a ser la principal causa de muertes de niños y jóvenes alrededor del mundo. América Latina y el Caribe tienen una tasa alta de fatalidad per cápita por accidentes viales, con 26 por cada 100,000 habitantes. Es probable que esta tasa siga aumentando a más de 30 por cada 100,000 en el 2020. Esto se compara con 5 muertes por cada 100,000 y declinando en los países más seguros, tales como Suecia, Gran Bretaña y Holanda. 8.3 Emisiones de Gases de Efecto Invernadero El aumento en los viajes que se realizan en vehículos motorizados ocasiona un mayor consumo de energía y mayores emisiones de gases de efecto invernadero. A nivel mundial, el transporte es responsable de más de la tercera parte de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) generadas por la quema de combustibles fósiles en la región. En América Latina, el porcentaje es mayor (un promedio de 40%). La cantidad total de emisiones de dióxido de carbón y el porcentaje que representan en el inventario está creciendo más rápidamente que otras fuentes. 8.4 Contaminación del Aire La contaminación del aire está vinculada con decenas de miles de muertes prematuras cada año, billones de dólares en atención médica y pérdidas multimillonarias en productividad e inversión. Estudios del Banco Mundial indican que los costos del deterioro ambiental asociado con la contaminación atmosférica ascienden a una valor de entre 1 y 3% del PIB nacional de los países de América Latina. El sector transporte es también el principal emisor de contaminantes atmosféricos en áreas urbanas, causantes de mortalidad prematura, aumento en las tasas de morbilidad, pérdidas de productividad y otros severos impactos al ambiente, los ecosistemas, la sociedad y la economía. Debido a que las tasas de emisión son mayores durante los primeros minutos de la operación de los automóviles (lo cual se conoce como arranque en frío o cold start), las reducciones en la distancia de los viajes da como resultado reducciones de emisiones relativamente modestas. Por ejemplo, si la distancia de viajes de automóvil se reduce de 10 to 8 kilómetros (equivalente a 20% de reducción), las emisiones solamente se reducen en un 10%. En cambio, si reduce el número de viajes cortos, pueden lograrse reducciones de emisiones relativamente grandes. Por ejemplo, si se reduce el 5% de viajes en automóviles a bicicleta o caminar, podría reducirse el kilometraje en automóviles en solo 2% (debido a que se trata de viajes cortos), pero las emisiones podrían declinar entre un 4 y un 8% debido a que se evitarían tasa de emisión relativamente altas. Los automóviles más antiguos producen emisiones por kilómetro relativamente altas, aunque en algunas ciudades se conducen menos kilometraje por año. Los programas que reducen la conducción de automóviles de mayor edad y mal mantenidos brindan reducciones de emisiones relativamente grandes. Las emisiones distintas a las del escape, tales como la suspensión del polvo de la calle, los residuos del frenado y el desgaste de las llantas son afectados por el kilometraje y peso del vehículo. p. 74 La reducción de emisiones con impactos localizados (CO, COVs, NOx, tóxicos, partículas) en áreas geográficas con limitada circulación de aire e inversiones térmicas, o bien con grandes poblaciones expuestas y/o vulnerables), brinda mayores beneficios que las mismas emisiones en otras áreas. El cambio de regímenes de tránsito paro-y-arranque a un flujo moderado incrementa la eficiencia de combustibles y reduce las emisiones de contaminantes. Pero cuando se cambia de velocidades moderadas a altas, se pueden incrementar algunas emisiones. Como resultado, las estrategias que reducen la congestión extrema reducen las emisiones, pero las estrategias que aumentan significativamente la velocidad pueden incrementar el consumo de energía y algunos tipos de emisiones, sobre todo cuando se induce a un aumento del kilometraje. p. 75